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Darwin, verdugo de la teología

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la teleología de la teología (Caponi, 2003b, p.998); en todo caso, Darwin fue verdugo de esta última, no de la primera.20

Darwin, verdugo de la teología

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El autor de El origen de las especies había tomado contacto con la teología de la naturaleza en Cambridge, donde estudió para clérigo.21 Allí, todos sus profesores de Historia Natural, entre ellos Adam Sedgwick y su mentor, John Henslow, eran teólogos (Bowler, 2000, p.298). Darwin admiraba mucho a Paley. En una carta a un amigo fechada en 1859, reconoció que podía recitar casi de memoria el libro del reverendo (Gould, 1994, p.132).22 Sin embargo, nuestro campeón del evolucionismo terminará rompiendo con todo eso. Se cree que fue la muerte de su hijita Anne lo que conmovió a Darwin al punto de hacerle perder la fe.23 Un Dios benevolente, el Dios de Paley, no podía existir. Era inconcebible que una entidad superior inmensamente buena, hubiera creado un mundo inmensamente injusto (Miles, 2001). Fue un trance espiritual similar al que habría experimentado Voltaire al enterarse del terremoto que ocasionó la destrucción total de Lisboa, una de las ciudades más importantes de Europa (Marques, 2005). En el caso del inglés, se trató de una desgracia que lo afectó de modo más directo que un lejano desastre natural. Fue algo personal entre Dios y él.

Paley, como vimos, había justificado la violencia en la naturaleza (Bowler, 2000, p.223); en su mundo ideal, toda muerte (violenta o no) era siempre compensada con la reproducción. Es más: era la muerte de unos lo que hacía posible la vida de otros; así era el plan de Dios. Darwin al principio pensaba más o menos así, pero terminó convenciéndose de que esa naturaleza «roja en diente y garra»24 no podía responder a la voluntad de un Dios buenísimo. Y un Dios malísimo era inimaginable. Ergo, Dios no podía existir.

Por supuesto, el alejamiento de Darwin de la tn no fue inmediato. De hecho, nuestro campeón inglés siguió creyendo en la armonía de la

20 Algunos darwinistas (Thomas Huxley, Asa Gray, Francis Darwin) felicitaron en privado a Darwin por su intento de reconciliar la teleología con la historia natural y la morfología; el propio Darwin agradeció complacido esas felicitaciones (Gilson, 1988, p.195). 21 Luego de su paso por Edimburgo, donde cursó estudios de medicina entre 1825 y 1827 (Ramos y Aguirre-Urreta, 2009, p.50). 22 Algunos historiadores de la ciencia, entre ellos Steve Gould, han incluso reconocido el inconfundible estilo argumentativo de Paley en los escritos de Darwin. 23 En la película Creación, dirigida por Jon Amiel y basada en el libro de Randal Keynes, Annie’s book, esta tesis está planteada con mucha fuerza. 24 Como la describió el poeta inglés Alfred Tennyson (1809-1892).

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