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El regreso de la ascidia
en el origen de las especies. También él fue olímpicamente ignorado… quién sabe… ¿habrá sido por su nombre de pila ruso?
Muy bien; la endosimbiosis no es original de Margulis, pero fue sin duda ella la responsable de haber rescatado esa teoría del naufragio de la historia. La teoría reelaborada por la norteamericana consta en realidad de dos versiones. Una primera de 1970, en donde se plantea una instancia inicial de fusión de una serie de bacterias aeróbicas con otro procariota, y una instancia posterior de fusión del conjunto anterior con espiroquetas, dando origen a los protozoos; recién aquí, luego de la segunda instancia de fusión, aparecería la mitosis. En la segunda versión de la teoría, formulada en 1993, la primera instancia de fusión es entre espiroquetas y arqueobacterias; luego recién se produciría la fusión con los ancestros de las mitocondrias (2003, pp.181-197).
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El regreso de la ascidia
Pocos animales han dado más que hablar a los evolucionistas que la modestísima ascidia. Vimos en el capítulo v («El desarrollo bajo la luz de la evolución») que Kovalevskii, Darwin, Haeckel, Lankester y Ameghino habían postulado la evolución de los vertebrados a partir de protocordados pisciformes. Como el contexto de entonces era recapitulacionista, las ascidias fueron consideradas como vertebrados sésiles degenerados y su larva de vida libre, la reminiscencia de aquel protocordado pisciforme congelada en su ontogenia. En el capítulo vi («Última nota sobre la retardación») vimos que Garstang dio vuelta la ecuación y propuso, desafiando el dogma haeckeliano, que los vertebrados habían evolucionado directamente de larvas de ascidia por pedomorfosis. En el capítulo vii («Tenían razón»), explicamos de qué modo esa transformación heterocrónica pudo haber ocurrido a partir de una serie de mutaciones en genes del desarrollo. Pues bien, a principios de los 90, Donald Williamson, de la Universidad de Liverpool, ha brindado una explicación de la evolución de las ascidias (y de todos los animales con larvas en realidad) absolutamente distinta a todas las anteriores. Su teoría de la transferencia larvaria postula que los animales con larvas muy distintas al adulto han adquirido esas morfologías larvarias por la incorporación de genomas de otros animales, lo que, como puede verse, está en sintonía con la teoría endosiombiótica de Margulis (Margulis y Sagan, 2003, p.231). Las larvas pisciformes de las ascidias habrían sido importadas de organismos de vida libre (de animales pisciformes, en definitiva); del mismo modo, los onicóforos se parecen de modo sospechoso a las orugas de las mariposas, lo que plantea la posibilidad que los lepidópteros y otros grupos de insectos hayan adquirido ese tipo de larva a partir de la incorporación de genomas de verdaderos onicóforos. De este