2 minute read

La simbiogénesis

afectados (aunque la secuencia de nucleótidos no cambie) por metilación –adición de grupos metilo (-ch3) al adn– sobre todo en zonas regulatorias, lo que en general está asociado al silenciamiento de la expresión génica. Estos grupos metilo, las histonas modificadas y cualquier otro factor de regulación epigenética, forman la llamada capa epigenética de la información, ya que guardan datos vitales para el desarrollo y la generación de ciertas características fenotípicas importantes. La estructura profunda del organismo (su plan corporal) no estaría regulada epigenéticamente; sí muchos rasgos adaptativos, como el color de las alas de las mariposas, la determinación del sexo en animales, el dimorfismo sexual de ciertos mamíferos, y muchos otros. ¿Qué lugar ocupa la selección natural en este nuevo modelo genético? Aún no está claro, aunque es de sospechar que los rasgos epigenéticos también se hallan sujetos a la acción de la selección natural. Suponer que un estrés ambiental puede disparar de forma automática una respuesta adaptativa suena un tanto predarwiniano. Se ha visto que una dieta rica en el aminoácido metionina produce un cambio heredable en la coloración del pelaje de las ratas. Pues bien, esa coloración puede o no ser ventajosa, de acuerdo a las circunstancias. ¿Debemos pensar que las ratas varían conscientemente sus dietas sabiendo qué tipo de efecto producirá, y que ese efecto es justo el que necesitan para mejorar sus chances de sobrevivir en su entorno? Difícil, muy difícil de creer. De nuevo: quizás la selección natural sea aquí la clave.

La simbiogénesis

Advertisement

Dijimos en el capítulo I que muchos evolucionistas y filósofos auguraban una pronta ampliación o expansión de la ts, mientras que otros promovían su sustitución lisa y llana. Entre estos últimos, la microbióloga y bióloga evolutiva estadounidense Lynn Margulis (1938-2011) pensaba que el paradigma neodarwinista estaba muerto y que había que reemplazarlo (2003, p.28). Ciertamente, sus ideas desafían a la ts… aunque también a la nueva biología evolutiva del desarrollo, para qué ocultarlo. Con relación al esquema R/O de Amundson, las teorías de la norteamericana no encajan en ningún lado, ni en el estructuralismo ni (mucho menos) en el adaptacionismo: tal vez por esa razón se la ningunea sistemáticamente desde ambos lados. En efecto, los textos clásicos de evolución ignoran por completo a esta señora. En el varias veces citado Evolución, de Dobzhansky y otros, se la menciona solo en dos oportunidades (en las páginas 381 y 387), vinculándosela a la teoría endosimbiótica (aplicada al origen de los organismos eucariotas). En el libro de Douglas Futuyma (2005), existe una sola mención de su trabajo (de su nombre, en realidad, en la página 95) para dar cuenta del origen de las mitocondrias y cloroplastos a partir de procariotas endosimbiontes. En el de

This article is from: