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Qué más tiene el lenguado para decirnos

aquello que, en principio, no tendríamos por qué esperar de acuerdo con ese ideal de orden (Caponi, 2008). El equilibrio de Hardy-Weinberg es, según Caponi, el ion de la teoría de la selección natural (p.8). El ion del evo-devo sería, en cambio, el morfoespacio poblado de manera uniforme, y la pregunta que debe responder el evo-devo sería la siguiente: ¿por qué ese espacio virtual de todas las formas posibles no está uniformemente poblado sino sesgado hacia ciertas regiones? (Como vimos, ese era un asunto que había desvelado a nuestro superhéroe catalán Peré Alberch). En realidad, el evo-devo no debería explicar por qué no son ocupadas ciertas regiones de ese morfoespacio virtual, sino más bien por qué algunas son ocupadas más que otras.49

El evo-devo intenta explicar fenómenos invisibles para el darwinismo clásico. En efecto, dice Caponi, las preguntas que trata de contestar no existían en el ámbito de la teoría evolutiva clásica. Apuntamos nosotros que, no obstante, sí existían en otros ámbitos: lo hemos visto a lo largo de este libro. Ambas teorías, la de la selección natural y el evo-devo, son, dice Caponi, «pilares» de una misma biología evolutiva. El principio de la selección natural se salva, pero la ts pasa a la historia como un buen intento de unificación de todos los fenómenos evolutivos; malogrado, pero un buen intento.

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No hay duda de que el evo-devo posee un sesgo estructuralista. García Azkonobieta transcribe una cita del filósofo estadounidense Elliott Sober, de la Universidad de Wisconsin, que avala esto que estamos diciendo: «La evo-devo es el resultado del resurgimiento del interés en muchos de los problemas de organización y morfogénesis característicos del internalismo» (2005, p.112)

Una cuestión que a muchos preocupa es si la nueva biología evolutiva, con sus dos pilares, puede ser etiquetada de darwinista. La respuesta es un sí, pero… Sí porque, como vimos Carlos Roberto Darwin fue más bien ecléctico y aceptaba un poco de todo, situándose bastante lejos del adaptacionismo extremo de muchos de sus seguidores. Pero, hay aspectos del nuevo pilar del evo-devo que no son muy darwinianos que digamos. En este sentido, la nueva biología evolutiva también les debe mucho a numerosos científicos que se consideraban honestamente antidarwinistas.

Qué más tiene el lenguado para decirnos

Matt Friedman (2008), estudioso de peces fósiles de la Universidad de Chicago, ha descubierto restos de pleuronectiformes en el Eoceno de Europa que no poseen el ojo migrado por completo hacia el otro lado. Lo que

49 Recordemos que el evo-devo se ocupa de los constreñimientos en un sentido positivo, no restrictivo, aunque Wallace Arthur reconoce que el mismo término constraint tiene connotaciones negativas, viendo en ello un problema (Arthur, 2011, p.205).

sugiere ese sorprendente hallazgo es una evolución gradual para el grupo, al menos en lo que a esa característica respecta. Suponiendo que fue así, y admitiendo que fue la selección natural la que promovió esa modificación gradual ¿cuáles habrían sido las ventajas selectivas de ese cambio a medias observado en el fósil europeo? No lo sabemos… ni podemos imaginarlo… Pero lo cierto es que esta nueva versión de la evolución del lenguado nos muestra que el moderno darwinismo no está muerto y que los nuevos diseños morfológicos (el de los pleuronectiformes ciertamente lo es) pueden darse de manera gradual, y hasta es posible que por selección natural. Por supuesto, el de los pleuronectiformes no es el único ni el más claro de esos ejemplos. Están allí los seres a mitad de camino entre radiados y bilaterales que registró Malakhov, las series paleontológicas que demuestran cómo los mamíferos fueron incorporando los huesos mandibulares al oído medio, y muchos otros. Más de una vez, la paleontología ha demostrado que ciertas transiciones macroevolutivas inconcebibles ocurrieron de verdad.

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