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El mayor Santiago Caballero

el coronel Teobaldo González que hallábase deportado en Guayaquil. A las razones políticas generales agregó Cervantes otras de orden especial y local, a saber “el enriquecimiento de las autoridades políticas y militares a costa de las tropas de la región”. Citó nombres y enumeró casos concretos de explotación en lo referente a los alimentos, el vestuario y las propinas de los soldados. Los rebeldes se incautaron de 13.306 libras esterlinas oro del Banco del Perú y Londres y posteriormente emitieron cheques circulares de circulación forzosa. Se apoderaron, además, de los pueblos y de la red fluvial de Loreto.

La campaña militar tuvo como escenario la zona selvática, porque la subversión no halló eco ostensible en el resto del país. Consistió en una serie difícil de operaciones entre agosto de 1921 y enero de 1922. Los periódicos de la época dieron informaciones restringidas, inconexas y a veces adulteradas. El Gobierno de Lima envió dos destacamentos, uno al mando del comandante Juan P. Santibáñez y otro menos numeroso, a cargo del capitán Genaro Matos. Este último ha publicado un relato minucioso de las operaciones a su cargo. Mientras Santibáñez cumplió la misión de cortar el avance posible de los insurrectos sobre la costa a través del departamento del departamento de San Martín, Matos avanzó por los ríos Pichis, Pachitea y Ucayali. Hallábase en condiciones de inferioridad en relación con sus adversarios por sus menores efectivos y medios de movilidad, el desconocimiento del terreno, la falta de aclimatación del personal en su mayor parte serrano, la merma de combatientes por enfermedad a causa de la “agresión climática” y las deficiencias sanitarias, el alejamiento de su base de operaciones y la escasa cooperación de la gente oriunda de la región. Matos tomó la iniciativa para abandonar la actitud defensiva a que se le pretendía reducir desde Lima. Se lanzó a la ofensiva y desconcertó al adversario, el cual sin duda creyó que el pequeño destacamento atacante era tan solo una vanguardia. Tomó primero la posición de No hay Pablo en el Pachitea el 1° de noviembre de 1921 con las trincheras denominadas Kiel y Helligoland. Libró el combate defensivo de Chonta Isla (27 de noviembre). Salió luego al Ucayali, hizo un avance combinado, de bosque y río, sobre Bahuanisho y, después de un reconocimiento fluvial, atacó por sorpresa a sus adversarios de Pucallpa desde ambas márgenes del río (2 de enero de 1922). Los rebeldes evacuaron Iquitos poco después. El coronel González y el capitán Cervantes se retiraron al Ecuador. La cañonera América y la lancha Elisa se enfrentaron a las tropas de Matos en Providencia el 7 de enero para detener su avance el tiempo precisamente necesario con el fin de que los dirigentes revolucionarios pudieran abandonar el escenario de sus actividades. El mayor Santibáñez se trasladó rápidamente con sus tropas a Iquitos y ocupó esta ciudad el 13 de enero. El capitán Matos llegó al mismo lugar al día siguiente. La campaña había durado cuatro meses.

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No existe documentación publicada a cerca de la misión del mayor Santibáñez; ni hay una historia de la rebelión desde el punto de vista de los sublevados. El trabajo que ha escrito el hoy teniente coronel Matos tiene sumo interés histórico y profesional y ofrece valiosas enseñanzas.

EL MAYOR SANTIAGO CABALLERO.- Así como frente al Callao la isla de San Lorenzo fue habilitada como prisión política, hubo profesionales civiles, militares, y estudiantes que fueron confinados en la isla de Taquile, en el lago Titicaca. Una de las víctimas en este pavoroso lugar fue el mayor Santiago Caballero. La prisión y el alojamiento de la guarnición ocupaban un pequeño caserío sobre una eminencia del terreno y en las otras zonas de la isla había pobrísimas cabañas de indios pescadores. El mayor Caballero fue asesinado en la noche del 27 de octubre de 1921. Según la versión oficial, fugó con otros presos dando narcótico al oficial y a los gendarmes, a pesar de lo cual un cabo pudo recuperarse y trabar una lucha en la que murió Caballero. Según los voceros de la oposición, no hubo sino un cobarde fusilamiento, pues no existían medios propicios que coadyuvaran a un propósito de evasión. El presidente Leguía en un telegrama aprobó el procedimiento empleado y dispuso que se gratificara al autor de la muerte del jefe prisionero. ASÍ COMO FRENTE AL CALLAO LA ISLA SAN LORENZO FUE HABILITADA COMO PRISIÓN POLÍTICA, HUBO PROFESIONALES CIVILES, MILITARES, Y ESTUDIANTES QUE FUERON CONFINADOS EN LA ISLA DE TAQUILE, EN EL LAGO TITICACA. UNA DE LAS VÍCTIMAS EN ESTE PAVOROSO LUGAR FUE EL MAYOR SANTIAGO CABALLERO.

[ tomo 14 ]

[ SÉPtImo Período: EL ONCENIO ]

CAPÍTULO 4 ● I Las naves alemanas y las reclamaciones peruanas por perjuicios en la guerra europea ● La reclamación Puch, Gómez y Cía. ● II El arbitraje y el supuesto laudo en la cuestión La Brea y Pariñas ● El arbitraje de La Haya sobre las reclamaciones francesas ● La reclamación Landreau y el laudo arbitral de 26 de octubre de 1922 acerca de ella ● III Las relaciones con Bolivia en 1920 ● El nuevo planteamiento de la cuestión con Chile ● La misión Puga Borne ● La Sociedad de Naciones y la cuestión del Pacífico ● Las negociaciones de 1922 ● La gestión de los tarapaqueños ● Las conferencias de Washington ● El protocolo de Washington ● El Perú y Conferencia Panamericana de Santiago.

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