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EI Partido Socialista
disueltas la Federación Obrera Local y otras entidades, el movimiento obrero entró, a partir de aquel año, en grave crisis.
Paralelamente a la obra de construir el Partido Socialista mencionado más adelante, Julio Portocarrero, Avelino Navarro y otros, bajo las directivas de Mariátegui, realizaron, desde fines de 1928, un activo trabajo de reorganización sindical. A comienzos de 1929 se formó un Comité ProConfederación General de Trabajadores del Perú. Al surgir el 17 de mayo de 1929 el Comité provisional de dicha entidad, Mariátegui lo saludó con cálidas palabras en el número de Amauta correspondiente a junio de aquel año. El movimiento obrero peruano salía de su etapa anarcosindicalista y tomaba una orientación política que en aquellos momentos era comunista. Una delegación presidida por Julio Portocarrero, participó en el Congreso Sindical Latinoamericano, reunión de esta tendencia que se efectuó en Montevideo en mayo de 1929.
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Con motivo de la celebración del V Congreso de la Internacional Sindical Roja realizado en Moscú en 1927, viajó clandestinamente a esa ciudad Julio Portocarrero como delegado de los sindicatos peruanos. A su regreso trajo un mensaje de la Tercera Internacional en el que urgía la vinculación del Perú con ese movimiento, señalaba a Haya de la Torre y al aprismo como causantes de la demora en la formación del Partido Comunista en dicho país, se les criticaba enérgicamente y se les invitaba a actuar.
eL PArTIdO SOCIALISTA.- En 1920 se fundó el Partido Comunista uruguayo; en 1921, el argentino; en 1922, el mexicano, y el chileno; en 1925 el ecuatoriano y el cubano. De acuerdo con sus propias directivas y con sus propios pensamientos y en vista de lo ocurrido con los apristas, Mariátegui y un grupo muy selecto de sus amigos acordaron el 16 de setiembre de 1928 constituir la célula inicial del partido de ancha base cuyo nombre sería el de Partido Socialista del Perú bajo la dirección de elementos concientemente marxistas. La “célula secreta de los siete” estuvo compuesta por Mariátegui, Ricardo Martínez de la Torre, que era escritor y empleado de seguros, los obreros Julio Portocarrero, Avelino Navarro, Hinojosa y Borja y el vendedor ambulante Bernardo Regman. A reuniones posteriores asistieron también Luciano Castillo, Fernando Chávez León, Hugo Pesce y otros. Mariátegui escribió los puntos programáticos del flamante partido. El comité recibió invitaciones para concurrir al Congreso de la Central Sindical Latinoamericana celebrada en Montevideo en mayo de 1929 y a la primera Conferencia Comunista Latinoamericana de Buenos aires en junio del mismo año. A la primera envió cinco delegados presididos por Julio Portocarrero y en la segunda estuvo representado por Hugo Pesce y Julio Portocarrero. Mariátegui redactó documentos sobre “El problema de las razas en América Latina”, “Antecedentes y desarrollo de la acción clasista” y “Punto de vista imperialista”. Martínez de la Torre preparó un “Informe sobre el Perú” en colaboración con Julio Portocarrero (1) . Sobre la conferencia comunista de Buenos Aires existe un libro con la versión de sus debates (2). La palabra oficial censuró allí a los obreros peruanos su pasividad frente al arreglo en la cuestión de Tacna y Arica efectuado en 1929 y señaló que debieron actuar contra Leguía y el imperialismo yanqui y a favor del derecho de autodeterminación de aquellas poblaciones, es
(1) Una versión documentada de todos los hechos aquí mencionados en el capítulo. “Cómo. organizamos el partido” de la abra y volumen citada de Martínez de la Torre. p. 392-5/9. Incluye el texto. del programa del Partido Socialista redactada par Mariátegui, el informe sobre la actividad política de este enviada a Montevideo, la tesis del misma escritor sobre el movimiento clasista y otros trabajas fundamentales para conocer las ideas dominantes entonces en el movimiento comunista sudamericano. En otros volúmenes de la obra de Martínez de la Torre, hay asimismo información muy interesante. En el v.1 tiene el capítulo. “Can la CGTP (Confederación General de Trabajadores del Perú) de José Carlos Mariátegui; pp.237-274 y en el v. III también alude extensamente a la misma organización, sobre todo en las pp. 6-/82. Reproduce la tesis de Mariátegui sobre el problema de las razas de América Latina enviada a la reunión comunista de Buenas Aires (v. III, pp. 16-29). (2) El movimiento revolucionario latinoamericana. Versiones de la Primera Conferencia Comunista Latinoamericana. Junio. De1929. Editada por la revista La Correspondencia Sud Americana, Buenas Aires, 1929. DE ACUERDO CON SUS PROPIAS DIRECTIVAS Y SUS PROPIOS PENSAMIENTOS Y EN VISTA DE LO OCURRIDO CON LOS APRISTAS, MARIÁTEGUI Y UN GRUPO MUY SELECTO DE SUS AMIGOS ACORDARON EL 16 DE SETIEMBRE DE 1928 CONSTITUIR LA CÉLULA INICIAL DEL PARTIDO DE ANCHA BASE CUYO NOMBRE SERÍA EL DE PARTIDO SOCIALISTA DEL PERÚ (…)
decir por un plebiscito bajo el contralor obrero y campesino. La decisión de Mariátegui y de sus amigos de formar en el Perú un Partido Socialista con programa reformista y accesible a los pequeños burgueses y a las masas, aunque dirigido por un grupo secreto, reservado para los iniciados, fue duramente atacada. Se propugnó la necesidad de la creación inmediata de un Partido Comunista monolítico. Al discutirse el problema de las razas, también los peruanos fueron contradichos y predominó la tesis de que había que abandonar el espíritu fetichista de las fronteras actuales y aplicar a los indios la consigna del derecho a la autodeterminación, lo cual abría la perspectiva de repúblicas quechuas y aymaras.
Las discusiones de Buenos Aires repercutieron en las normas que adoptó luego el comité organizador del Partido Socialista y, unidas a rozamientos personales (Eudocio Ravines llegó clandestinamente con instrucciones muy concretas) trajeron la separación de algunos dirigentes (16 de marzo de 1930).
Mariátegui proyectó un viaje a Buenos Aires desde fines de 1929. Seguramente su deseo de partir se intensificó ante la clausura de su periódico Labor en setiembre de 1929, ante el asalto de la policía a su domicilio y ante la esperanza de editar Amauta y varios libros en Buenos Aires. Debió influir también en su ánimo el profundo desencanto que sufrió ante el ambiente intelectual de Lima por el silencio con que fue recibido su libro Siete ensayos. No dejó de alucinarle, asimismo, la esperanza que Waldo Frank le transmitió, de que en Buenos Aires podría atender a su enfermedad mejor que en Lima y de que allí podría ponerse una pierna ortopédica. El viaje fue arreglado por Samuel Glusberg. También pensó en una vista a Santiago bajo los auspicios de Luis Alberto Sánchez. Todo ello señaló una actitud personal, ajena a cualquier directiva de partido (1) .
No llegó a salir de Lima. Murió el 16 de abril de 1930, antes de cumplir los 36 años. Dejó lista las obras Defensa del marxismo y El alma matinal y en viaje a España los originales de un libro sobre la evolución política e ideológica del Perú que luego se perdieron. (2)
Días después del entierro de Mariátegui, llegó a Lima una extensa comunicación de la Tercera Internacional referente al debate iniciado en Buenos Aires sobre la necesidad de fundar el Partido Comunista en vez del Partido Socialista. En el seno de este, cuando se encontraba enfermo Mariátegui, habíase debatido ya la afiliación a aquel. El 20 de mayo de 1930 nació el Partido Comunista peruano. El único voto en contra, en el seno del comité, fue el de Martínez de la Torre quien defendió el pensamiento de su amigo y maestro (3). El Partido Comunista peruano fue así (repetimos) tardío en su aparición en relación con la que corresponde a la misma organización en otros países. Según ya se indicó: Uruguay (1920), Argentina (1921), México y Chile (1922), Ecuador y Cuba (1925). Sin embargo ya había dirigentes nacionales entrenados en Moscú como Eudocio Ravines y algunos estudiantes y también algunos obreros que viajaron clandestinamente. Interesante resulta anotar que, si Mariátegui murió poco después de haber sido rudamente rectificada la línea política por él abierta, Ravines, Portocarrero, Armando Bazán y otros comunistas convictos y confesos durante aquellos años, se apartaron más tarde del partido.
(1) En su carta de 18 de diciembre de 1929 dirigida a Samuel Glusberg, Mariátegui expresá:”Creo, sin embargo, que sí dispondré de más tiempo y calma para preparar mi viaje a Buenos Aires, ese será siempre mi camino. No me es posible trabajar rodeado de asechanzas. Aunque me cueste un gran esfuerzo vencer el temor a la idea de que abandono el campo por fatiga o por fracaso, no puedo llegar a un extremo límite de sacrificio físico y mucho menos imponerlo a los míos. ¿Qué me aconseja usted?” (Enrique Espinoza, Trinchera, Buenos Aires, 19, p. 60). Las cartas de 2 de febrero, 18 de febrero, 6 de marzo, 11 de marzo y 25 de marzo de 1930 hablan del asunto. En la última escribió: “Sin ningún contratiempo de última hora, espero partir a principios de mayo. (2) En su correspondencia con Glusberg, reveló Mariátegui que tenía un libro de temas internacionales titulado Polémica revolucionaria (Carta del 19 de enero, de 1927, p. 47) y luego El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy (7 de noviembre de 1928, p. 51). En la última de dichas cartas anunció, además, que trabajaba en Ideología y política en el Perú, comprometido para ser publicado en España e Invitación a la vida heroica (p. 52). Glusberg no quiso editar Defensa del marxismo. y prefirió El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy (p.53). En su carta de 18 de febrero de 1930 Mariátegui le confesó: “Tengo el proyecto de una novela peruana. Para realizarla espero solo un poco de tiempo y tranquilidad” (p. 66) (3) Martínez de la Torre, ob. cit., v.lI, pp. 497-510.