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La hípica peruana

Ana Pavlova y su compañía estrenaron un minué de Federico Gerdes. Regresaron en octubre de 1918 y obtuvieron el mismo indiscutible éxito.

Abraham Valdelomar, crítico teatral de La Prensa, escribió, con motivo del primer estreno de la gran bailarina rusa, no una crónica que daba cuenta de cada uno de los números del programa que aquella noche admiró el público, sino un “Elogio a los pies de Ana Pavlova”.

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En un vals atribuido a Leonidas Yerovi y dedicado a Ana Pavlova, se lee lo siguiente:

Siguiendo de la música el movimiento armónico de las ideales Sílfides de la condición elástica anímase al unísono bajo el poder sinfónico en floración cromática como visión fantástica. No existe en lo pictórico un cuadro más poético ni habrá un ensueño célico que encierre mejor mímica. La persuasión es gráfica el lineamiento estético la advocación histórica la volición anímica. A veces tiene un vértice de emocional patético que con intuición rítmica en una acción délfica traduce su alma típica y adquiere un fin sintético. Tal es entre su cátedra selvática esotérica, Pavlova la Terpsícore psicóloga, melífica en su papel de alígera libélula quimérica. (1)

Hallamos en una entusiasta crónica de José Carlos Mariátegui citada en otra parte de este capítulo (La Prensa 27 de julio de 1914) referencias a los que fue la simple técnica de Carlos Guzmán y Vera en su sainete La gente del barrio. Menciona los tres cuadros de la obra. El primero se desarrolla “en el patio vasto y animado de todas las casas de vecindad”...” El diálogo es ágil y sencillo, desbordante de gracia, de picardía y de intención”. El segundo cuadro corresponde a una picantería donde “Ña Cata” y “Ña Clara” “dialogan sobre el inagotable tema de la pobreza de los tiempos que corren y se lamentan por las costumbres que desaparecen y pierden”. Finalmente “el tercer cuadro constituye solo una escena callejera en razón a las necesidades del desarrollo final de la obra”. Podría llegarse a la conclusión de que Guzmán y Vera se queda en el ámbito de lo que ha sido llamado “el cuadro de costumbres” sin mayor profundidad psicológica ni mayor capacidad de creación literaria.

(1) Estos versos han sido tomados de La Prensa del 29 de noviembre de 1952. ana PaVlOVa (1881-1931)

estudió en la escuela imperial de Ballet del Teatro Mariinsky, en San Petersburgo. Se unió al Ballet imperial en 1899 y en 1906 se convirtió en prima ballerina. en 1913, luego de éxitos continuados en las principales capitales europeas y en los estados Unidos, abandonó el ballet imperial. al año siguiente, emprendió una gira mundial con su propia compañía. llegó al Perú para una serie de presentaciones en 1917.

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