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La inmigración y la emigración

lOS inMiGRanTeS JaPOneSeS

en 1895, en la ciudad de Washington (estados Unidos), nuestro país firmó un tratado de comercio y navegación con el Gobierno de Japón. esto abrió una relación comercial con ese país y permitió, a partir de 1899, la llegada de miles de inmigrantes japoneses para trabajar en las haciendas peruanas. el primer grupo, compuesto por 790 personas, llegó al puerto del callao el 3 de abril de ese año, a bordo del vapor Sakuramaru. Tras concluir sus contratos de trabajo, muchos migrantes abrieron sus propios negocios, como la bodega que vemos en esta imagen, en Paramonga (1915). que en el período 1955-1965 el número de los peruanos debió aumentar en casi 2,5 millones y el Servicio estima que se duplicará en más o menos veinte años y posiblemente antes, puesto que el fenómeno del descenso de mortalidad ya mencionado es muy visible en algunas zonas urbanas importantes.

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En el informe de Arthur W. Little (1960) se lee: “No hay lugar a duda que el índice de natalidad en el Perú es prácticamente tan alto como el de cualquier parte del mundo, casi el doble del de Europa occidental y Estados Unidos. El índice de mortalidad del Perú aún es más alto que muchos países, en realidad poco menos que el doble del índice de mortalidad de la Argentina, Puerto Rico, y el área continental de los Estados Unidos; pero lo cierto es que continuará disminuyendo en función de un mayor desarrollo de los servicios de sanidad. Nuestra conclusión es que durante la década de 1960-1970 la población del Perú aumentará de 3 a 4 millones y la fuerza laboral en más de un millón y que el país habrá duplicado su población a más o menos 20 millones en 1980. A no ser que se realicen esfuerzos sobrehumanos para alcanzar el máximo crecimiento de la economía, empleando todo medio disponible, sería difícil para el Perú mantenerse delante de la creciente avalancha de gente y muchos menos lograr un aumento, siquiera moderado, en el nivel de vida promedio.”

El crecimiento demográfico no se presenta, como ya se ha repetido, exclusivamente en el Perú. Observadores norteamericanos han anotado que, por primera vez desde los días coloniales y los comienzos de la Independencia, a partir de 1956 hubo mayor número de hombres y mujeres en América Latina que en los Estados Unidos; y que para el final del siglo XX, dentro de una estimativa “conservadora”, habrá alrededor de 600.000.000 de seres humanos al sur de la frontera de los Estados Unidos y solo la mitad de ese número, más o menos, al norte de ella, o sea en el área angloamericana.

la inMiGRación Y la eMiGRación.- No ha habido en el Perú inmigración en gran escala a lo largo del siglo XX salvo la japonesa que se produjo al margen del estímulo del Estado. El aporte de los sectores de población de origen paterno o materno europeo no español en este país no debe ser examinado desde el punto de vista numérico que es relativamente escaso sino en función de su facilidad para adaptarse y desenvolverse dentro del conglomerado social. En los Gabinetes de Piérola entre 1895 y 1899 solo aparece Francisco Almenara Butler con apellido no español y en los de Romaña entre 1899 y 1903 cabe mencionar a José Vicente Larrabure, Adrián Ward, Eugenio Larrabure y Unanue, Teodoro Elmore y David Matto. Entre los ministros del Gobierno de 1956 a 1962 figuraron los siguientes con apellidos no españoles: Dibós Dammert, Grieve, Haaker Fort, Tirado Lamb, Montoya Manfredi, Hilbck, Labarthe, Succar, Thorndike, Zarak, Pardo, Heeren, Fernández Stoll. En la Junta Militar que rigió al país en 1962 y 1963 estuvieron Lindley, Pease y Gagliardi. Al primer Ministerio del régimen inaugurado en julio de 1963 pertenecieron: Schwalb, Luna Ferreccio, Texeira, Granthon, Pestana, Arias Stella, Cussianovich, a los que se agregaron hasta 1968 Lanhuasco de Habich, Morales Macchiavello, Llosa Rickets, Dammert Muelle, Montagne, Fernández Sessarego, Griffiths, Cueto Fernadini, Ferrero Rebagliati, Olcese, De Andrea, Carriquiry Maurer, entre otros.

Las oportunidades que para estimular la llegada de inmigrantes europeos en gran escala presentaron al final de la primera contienda mundial, la guerra en España, y las postrimerías de la segunda gran conflagración no fueron, por desgracia, aprovechadas.

La emigración nacional está lejos de constituir un fenómeno en gran escala. En ella merece especial interés la que se hizo visible en el departamento de Arequipa con rumbo a las salitreras de Tarapacá desde fines del siglo XIX, contrarrestada por las expulsiones o el éxodo tanto en esa zona, como en Antofagasta, en Arica y en Tacna para dar lugar al fenómeno de los “repatriados” en 1911, 1918 y 1925.

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lOS nUeVOS inMiGRanTeS. los japoneses fueron los únicos inmigrantes a gran escala durante el siglo XX. llegaron a partir de 1899 con contratos de trabajo en las haciendas de la costa. aquí vemos a un grupo de japoneses recién desembarcados en el puerto del callao (1) y un colegio de niños japoneses en el Perú (2), probablemente ubicado dentro de una hacienda.

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