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El artesano y el proletariado industrial

Otras congregaciones femeninas peruanas en el siglo XX son: la del Niño Jesús de Praga de Misioneras Parroquiales, las franciscanas concepcionistas de Copacabana y las hermanas del Servicio Social de la Inmaculada.

La legislación ha continuado teniendo a fines del siglo XIX y en la primera parte del XX como una de sus características la tendencia laicista. Así lo evidencia la reforma constitucional favorable a la libertad de cultos, la desaparición en el Código Penal de 1924 de los artículos referentes a los delitos contra la religión que consignara el Código de 1863, el movimiento a favor del matrimonia civil y el divorcio y otros hechos.

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Nunca ha habido en el Perú, por lo demás, una extrema beligerancia anticlerical. No se ha producido la expulsión de órdenes y congregaciones, salvo el caso de los jesuitas en 1856 aunque luego tuvo lugar su regreso. Tampoco se ha ensayado la desamortización radical de los bienes eclesiásticos ni la creación de una nueva iglesia cismática. La historia peruana tampoco registra asesinatos en masas de obispos, curas o monjas, ni la expulsión de nuncios apostólicos.

Durante el siglo XX no han faltado los conatos de litigios entre la autoridad religiosa y la autoridad civil; pero ellos han sido menores en número y en importancia comparados con los que surgieron antes de 1860. En 1912 y 1927 se realizaron dos Concilios Provinciales y en diferentes fechas Sínodos en Lima, Cuzco, Trujillo, Huánuco, Ayacucho y otros lugares sin que el Estado exigiese la revisión de sus acuerdos o el exequátur respectivo.

Otra característica interesante de la época reciente es el desarrollo de las actividades laicas conexas con la religión, incluyendo dentro de ellas la Unión Católica de las Señoras que fundó en 1886 a raíz del conflicto suscitado alrededor de los jesuitas. De ella han dependido o bajo su influencia se han formado varias instituciones. Estudio singular requiere también la historia de la Acción Católica y de otras entidades similares.

El paso de monseñor Emilio Lissón por el arzobispado de Lima en la segunda década del siglo XX estuvo caracterizado por algunas iniciativas interesantes. Como ya se recordó al mencionar su bochornosa expulsión durante la época de Sánchez Cerro. Entre ellas cabe mencionar: la creación de pequeños seminarios en provincias, los esfuerzos en pro de la vida comunitaria de los sacerdotes en los pueblos, la división parroquial en las ciudades con entrega de diversas parroquias a religiosos, la organización de la sindicatura eclesiástica y de un régimen moderno para la administración de los bienes de la iglesia.

[ V ] el aRTeSanO Y el PROleTaRiadO indUSTRial.- El proceso de disgregación y proleta-

rización del artesano ante el desarrollo fabril con sus fenómenos concomitantes de concentración industrial y competencia de precios en el mercado o de proteccionismo tarifario para cerrar el paso a los productos similares del extranjero, fue desarrollándose en el Perú con suma lentitud a fines del siglo XIX. El conato de crecimiento de las industrias esbozado entre 1863 más o menos y 1879, fue roto con la guerra peruano-chilena y la crisis económica; pero volvió a emerger después de 1886 para acentuarse, dentro de su insipiencia, a partir de 1895 y localizarse otra vez casi exclusivamente en Lima. La tendencia inexorable fue hacia la proletarización del artesanado; pero ella se va definiendo en la perspectiva de una historia que, debajo de las olas de los acontecimientos sucesivos, rastree el sentido de las grandes corrientes que enlazan las postrimerías del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. En este proceso desaparecieron o se relajaron lamentablemente algunas expresiones del artesano artístico y de creación popular local y regional.

En el movimiento obrero y artesanal comenzaron a desarrollarse, en la búsqueda de formas de aglutinamiento, tendencias mutualistas, asociacionistas e institucionalistas, casi siempre con simultáneas orientaciones patrióticas y deportivas, estas últimas a través de clubes de tiro y otros. Se hizo visible, a la vez en grupos minoritarios cultos al alba de una conciencia proletaria dentro RUBÉn VaRGaS UGaRTe (1886-1975)

el sacerdote limeño, perteneciente a la orden de la compañía de Jesús, publicó en 1948 la obra Un gravísimo problema nacional. allí, explicó los cambios realizados en la iglesia peruana durante los inicios de la República. Vargas Ugarte recibió las sagradas órdenes en 1921, en la ciudad de Barcelona (españa). enseñó en diversas universidades españolas y peruanas. Fue decano de la facultad de letras de la Pontifica Universidad católica y rector de la misma de 1947 a 1952.

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