presentació
butlletí del parc nacional d’aigüestortes i estany de sant maurici
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Este año se celebra el cincuenta aniversario de la creación del Parc Nacional d´Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Su situación actual es el resultado de los numerosos vaivenes de carácter político que se han dado en este país al tratar de enmarcar, dentro del régimen de las autonomías, la gestión de los espacios naturales; y es también el resultado del trabajo de sus diferentes gestores quienes, en cada momento y dentro de sus posibilidades, han procurado mejorar el estado inicial en que se encontraba el Parque Nacional cuando fue creado el 21 de octubre de 1.955. Durante trece años, desde su creación hasta finales de 1968, no tuvo un Director-Conservador sino que existía la figura de un Secretario cuya función era administrativa. Recibía las peticiones de actuación dentro del espacio natural, las estudiaba y las elevaba a la consideración de un Patronato, en aquellos años presidido por el Gobernador Civil de Lleida. En la vertiente de Espot había un guarda que hacía lo que podía. En la otra vertiente, en la Ribagorça no había ni guarda. Tampoco se realizaban ningún tipo de inversión. En 1968 fui nombrado como primer director del Parque Nacional. Mi nombramiento casi coincidió con el de un guarda en la Ribagorça, el entrañable Juanito Gil recientemente jubilado con los máximos reconocimientos. Él no ha necesitado estudiar; la naturaleza y sus dotes de observación le han enseñado en que debe consistir su conservación. Dejé de ser Director en noviembre de 1977. Durante esos nueve años la situación del Parque fue la ya descrita: dos guardas y ninguna inversión. La relación con los dos ayuntamientos donde se ubica el Parque no era fácil. El Patronato denegaba o ponía condiciones a sus peticiones y ellos no recibían nada a cambio. Aunque se les intentaba hacer comprender que, gracias a la existencia del Parque, el turismo de montaña, entonces casi inexistente, lo elegía como lugar de visita aportando así un beneficio económico. ¿Qué podía hacer un director sin dinero? Pues bastante. Toda la superficie del Parque Nacional era de propiedad privada. Cómo director me propuse sanear la situación legal de los terrenos. Lo primero que intenté y, debo reconocer que me fue fácil de resolver, fue tratar con el Ayuntamiento de Espot que el monte de su propiedad
fuera declarado de Utilidad Pública e incluido en el Catálogo de Montes. La protección legal que la antigua Ley de Montes proporcionaba con la declaración de Utilidad Pública era la máxima ya que, entre otras cosas, no se podía modificar el carácter forestal de los terrenos, ni, por tanto, edificarse. Más difícil de resolver era evitar la aprobación de las cortas anuales en la Ribagorça. La ley contemplaba, ante un derecho adquirido de corta, dar la conformidad a la misma si la petición se hacía de acuerdo con el plan previamente aprobado, es decir en el sitio fijado y con el volumen asignado. Cada año la propiedad hacía su petición. Se comprobaba que se amoldaba al plan previamente establecido y se enviaba el expediente a la Dirección General de Montes que otorgaba la autorización. Así se fue haciendo hasta el año 1977 en que a la propiedad le correspondía cortar en la zona emblemática de AigüesTortes. En esta época la conciencia conservacionista había entrado ya en la sociedad. Desde un principio se creyó que esa corta no se debía autorizar, Así que se empezaron conversaciones con la propiedad, que duraron dos años, para conseguir la venta de la finca a ICONA. La propiedad de esta finca fue transferida posteriormente, en el año 1995, de ICONA a la Generalitat de Catalunya. Yo intervine, junto con otros compañeros, en este proceso felizmente culminado, que facilita enormemente la gestión del Parque Nacional, al hacerse sobre terrenos propiedad de la Generalitat o sobre un monte de U.P. Modestamente, aunque otro en mi lugar habría hecho lo mismo, era yo el que estaba allí en ese momento, y creo que contribuí a facilitar la futura gestión del Parque Nacional. Hoy, felizmente, los problemas son otros, pero hay suficientes inversiones y, sobre todo, se conceden todo tipo de subvenciones a asociaciones, personas o ayuntamientos que hacen que hoy el Parque sea aceptado por los habitantes de la zona que además se benefician de los puestos de trabajo que directa o indirectamente crea la demanda de sus visitantes. A la actual Directora-Conservadora, Mercedes Aniz, la animo a que siga ilusionada con la difícil gestión de este Parque Nacional que, como en todos, tiene que compaginar el uso público con la conservación. Y eso no es fácil. Carlos Pérez González Ex-Director del Parc Nacional (1968-1977)
