Editorial
¿Todo cambia?
L El cierre por cuarentena de miles de microempresas y el despido de miles de trabajadores de los diferentes niveles en el sector privado, golpean cada vez más fuerte nuestra economía.
6 mega global comunicación • 2020
a primera mitad del 2020 está marcada por la pandemia a nivel mundial. Las economías más fuertes y los sistemas sanitarios más preparados se ven en figurillas como consecuencia de la expansión hasta ahora mortal y sin antídoto del Covid-19. Por supuesto, en nuestro país los efectos sanitarios y económicos van en aumento, casi en la misma proporción de los casos de corrupción e impunidad que van saliendo a luz. El endeudamiento en el que cae el gobierno es uno de los más altos de las últimas décadas. El cierre por cuarentena de miles de microempresas y el despido de miles de trabajadores de los diferentes niveles en el sector privado, golpean cada vez más fuerte nuestra economía. La situación se va tornando peligrosa con el hastío y desesperación de la población, especialmente de los estratos populares.
La consabida y remanida fórmula de la cortina de humo del grupo terrorista EPP –evidentemente funcional a todos los gobiernos– esta vez no funcionó. Coincidentemente, cuando se necesitaba distraer la atención de la realidad política, siempre había una incursión de los “perseguidores” de los cuatro o cinco cabecillas a los que nunca les pueden (o no quieren?) encontrar… La muerte de dos niñas en un campamento de los terroristas en Yby Ya’u, Concepción, aumenta la desconfianza en el gobierno, cuyos voceros, comenzando por el propio titular del Ejecutivo, caen en contradicciones casi infantiles, lo que provocó roces incluso a nivel internacional, tanto con Argentina como con las Naciones Unidas. Y los reportes de muertes diarias van en aumento. El sistema de salud pública ya colapsó. En ciertas entidades públicas incluso el pago de salarios está empezando a tropezar con dificultades. Las zonas más pobladas del país siguen en cuarentena, por lo menos en los papeles… porque en las calles y otros lugares públicos, se ve un panorama de casi normalidad. Según los medios de comunicación –que instalaron lo que algunos ya bautizaron como “infodemia” – todo está cambiando, incluso en el Paraguay, tan acostumbrado al satus quo, que a lo sumo, de tanto en tanto, cambia “media docena por seis”. Los datos históricos dan cuenta que una catástrofe sanitaria como la que soportamos siempre provocan cambios en los países, en las costumbres y en los políticos. Y bueno, ojalá también en Paraguay… Dios lo permita!