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Margarita Cuéllar (Poemas

MARGARITO CUELlJ\R

Los infieles

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Caiga la tarde sobre la risa inconfundible de los infieles.

Dejan la vida en el placer, amanecen desnudos y soñolientos: le están poniendo veladoras al diablo para que la ira del esposo dolido no los encuentre y el tiempo no distraiga su ansia de quedarse.

Un día amanecen con un cuchillo helándoles la sangre, una bala en la frente les apaga la sed.

Sólo el recuerdo los hace perdurables: sus nombres vivirán en el fruto de las que fueron sus felices amadas.

Apunte del soltero

De la pared a mi noche interminable las hormigas ven crecer el invierno ellas mejor que nadie aman mi soltería: vino para mi alfombra y mi garganta, música, enloquecido corazón.

(El soltero es la piel ensombrecida de todo el egoísmo resistencia al encarcelamiento del minuto medalla de oro en amores de un rato.)

Una muchacha nos espera en cada hotel de paso y no falta quien se quite la vida por nuestra indiferencia.

Si les quitan el piso hilan su propio suelo. Si les quitan la voz, el orgullo interpreta sus palabras. Si anochece ellos dirán bello es el día en su traje de bastos.

No los pisen, no los exterminen, no les laven el alma con clavos benditos ni les ofrezcan oro a cambio de alabanzas

ellos beben el agua del arrollo y el sol - muchacho manso - les colorea el tallo de los huesos.

Versos libres para parir un hij o

Que no sea copia de mi nombre ni de sus abuelos vivos o muertos.

Que no -J. cargue en el cuello la llave que prohibe el pecado.

Que elija al hombre o a la mujer que a sus días corresponda.

Su herencia es la ciudad de hombre muriendo este país de abandonados y la piedra de los que no se rinden.

Que corra y ande como pájaro ciego conozca el sonido de las bombas amanezca azorado por el rayo de la cerveza.

Que ame de la flor su calidad de pasajera encienda el campo minado de su destino vaya contra la muerte y anochezca, por dios, un día de tantos.

Apunte

Carlos Drummond de Andrade - poeta de Minas de Gerais - dice que los alegres jamás escriben buenos libros.

Condenados a colocarse el moño de la felicidad pagan casa de interés social conservan sus empleos vigilan la dieta de sus mujeres.

No tienen tiempo para pensar ni corazón para vivir.

Los trenes

Algo se va quedando con los trenes. No el rechinar de llantas ni los postes de luz, ni siquiera la historia de otros trenes.

Ha de ser la nostalgia del durmiente el ronco itinerario del armón o el tablero en que fija la estación su nombre. Tal vez sea la nostalgia del que abandona un pueblo por domingos de agosto en la alameda; el que volver promete por la hermosa y en la ciudad se pierde en las aladas piernas de una puta.

Todo cabe en un tren hasta el recuerdo de su paisaje múltiple la noche y su vendimia.

Uno ha crecido tarareando el canto de los trenes.

Renuncia de la lectura

¿Para qué tanto libro? no vaya ser que un día los ojos queden mudos y ya nada nos diga tanta letra difunta. Que se encolericen los clásicos Y arrojen de una vez toda su indiferencia.

Que el hombre de la calle nos pregunte y de nada nos sirvan las virginias, los cervantes, los shakespeares para explicar la vida o el verano.

Oxidémonos la cabeza en la risa fácil de un salón de baile. Que se pierda la mano en la roja luz de los burdeles antes que darse a los muchos interminables libros.

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