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por Fernando Linero

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Miguel Iriarte

Miguel Iriarte

Poemas de Léopold Sédar Senghor (Joal-Fadiouth, Senegal, 1906-Verson, Francia, 2001)

Femme noire

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Femme nue, femme noire Vêtue de ta couleur qui est vie, de ta forme qui est beauté J’ai grandi à ton ombre; la douceur de tes mains bandait mes yeux Et voilà qu’au coeur de l’Été et de Midi, Je te découvre, Terre promise, du haut d’un haut col calciné Et ta beauté me foudroie en plein coeur, comme l’éclair d’un aigle

Femme nue, femme obscure Fruit mûr à la chair ferme, sombres extases du vin noir, bouche qui fais lyrique ma bouche Savane aux horizons purs, savane qui frémis aux caresses ferventes du Vent d’Est Tamtam sculpté, tamtam tendu qui gronde sous les doigts du vainqueur Ta voix grave de contralto est le chant spirituel de l’Aimée

Femme noire, femme obscure Huile que ne ride nul souffle, huile calme aux flancs de l’athlète, aux flanes des princes du Mali Gazelle aux attaches célestes, les perles sont étoiles sur la nuit de ta peau. Délices des jeux de l’Esprit, les reflets de l’or ronge ta peau qui se moire A l’ombre de ta chevelure, s’éclaire mon angoisse aux soleils prochains de tes yeux.

Femme nue, femme noire Je chante ta beauté qui passe, forme que je fixe dans l’Éternel Avant que le destin jaloux ne te reduise en cendres pour nourrir les racines de la vie.

Mujer negra

Mujer desnuda, mujer negra Vestida con tu color que es vida, con tu forma que es belleza Yo crecí a tu sombra; la suavidad de tus manos vendaba mis ojos Y ahora en el corazón del Verano y del Mediodía, Te descubro, Tierra prometida, desde lo alto de un alto collado calcinado Y tu belleza me fulmina en pleno corazón, como el relámpago de un águila

Mujer desnuda, mujer oscura Fruto maduro de la carne firme, sombras extasiadas del vino negro, boca que hace lírica mi boca

Sabana de horizontes puros, sabana que se estremece a las caricias fervientes del Viento del Este Tam-tam esculpido, tam-tam tenso que ruge bajo los dedos del vencedor Tu voz grave de contralto es el canto espiritual de la

Amada

Mujer negra, mujer oscura Aceite que no arruga ningún soplo, aceite tranquilo en los costados del atleta, en los costados de los príncipes de Mali Gacela de ataduras celestes, las perlas son estrellas sobre la noche de tu piel. Delicias de los juegos del Espíritu, los reflejos del oro en tu piel que se tornasola En la sombra de tu cabellera, se ilumina mi angustia en los soles próximos de tus ojos.

Mujer desnuda, mujer negra Yo canto tu belleza que pasa, forma que fijo en lo Eterno Antes de que el destino celoso te reduzca a cenizas para alimentar las raíces de la vida.

Versión de César Navarrete Vásquez.

Émeute á Harlem

Et je me suis réveillé un matin De mon sommeil opiniâtre et muet, Joyeux, aux son d’un jazz aérien, Ils ont débandé les plaies de leur monde gangrené. Et lors, j’ai vu leurs turpitudes Sous le velours et la soie fine. J’ai voulu avaler ma salive, Je n’ai pu. Ma tête est une chaudière bouillante D’alcool, Une usine à révoltes Montée par de longs siècles de patience. Il me faut des chocs, des cris, du sang, Des morts !

Le tótem

Il me faut le cacher au plus intime de mes veines L’Ancêtre à la peau d’orage sillonnée d’éclairs et de foudre Mon animal gardien, il me faut le cacher Que je ne rompe le barrage des scandales. Il est mon sang fidèle qui requiert fidélité Protégeant mon orgueil nu contre Moi-même et la superbe des races heureuses ...

Brouillard

Le brouillard me fait peur ! Et ces phares yeux hurlants de quels monstres Glissant sur le silence. Ces ombres qui rasent le mur Et passent, sont-ce mes souvenirs Dont la longue file va-t-en pèlerinage ? Le brouillard sale de la ville ! De sa suie froide Il encrasse mes poumons qu’a rouillés l’hiver, Et la meute de mes entrailles affamées vont aboyant en moi Tandis qu’à leur voix répond La plainte faible de mes rêves moribonds.

Disturbio en Harlem

Y me desperté una mañana De mi sueño obstinado y mudo, Feliz, al son de un jazz aéreo, Ellos desvendaron las llagas de su mundo gangrenado. Y entonces, vi sus ignominias Bajo el terciopelo y la seda fina. Quise tragarme la saliva, Pero no pude. Mi cabeza es una caldera hirviente De alcohol, Una fábrica de rebeliones Acrecentada por largos siglos de paciencia. ¡Necesito embates, gritos, sangre, muertos!

Versión de César Navarrete Vásquez.

El tótem

Debo esconder en lo más íntimo de mis venas Al Antepasado de la piel de tormenta surcada por relámpagos y rayos A mi animal guardián, debo esconderlo Para que no rompa la represa del escándalo. Él es mi sangre fiel que demanda fidelidad Quien protege mi orgullo desnudo contra Mí mismo y contra la soberbia de las razas felices...

Versión de Óscar Pinto Siabatto

Neblina

¡La neblina me da miedo! Y esos faros ojos gritones de qué monstruos Resbalándose en el silencio. Esas sombras rasgando el muro Y que pasan, ¿serán mis recuerdos Que en larga fila van peregrinando? ¡La niebla sucia de la ciudad! De su hollín frío Que obscurece mis pulmones roídos por el invierno, Y ladran adentro mis entrañas como hambrienta jauría Mientras con frágil quejumbre responden A sus voces mis sueños moribundos.

Versión de Antonio Cisneros y Nelson Vallejo-Gómez

Je suis seul

Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit Avec les arbres recroquevillés de froid Qui, coudes au corps, se serrent les uns tout contre les autres.

Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit Avec les gestes de désespoir pathétique des arbres Que leurs feuilles ont quittés pour des íles d’élection.

Je suis seul dans la plaine Et dans la nuit. Je suis la solitude des poteaux télégraphiques Le long des routes Desertes.

Estoy solo

Estoy solo en la planicie Y en la noche Con los árboles retorcidos de frío Que, cual codos en el cuerpo, se abrazan los unos a los otros.

Estoy solo en la planicie Y en la noche Con los gestos desesperados y patéticos de los árboles Cuyas hojas se han ido a las islas elegidas.

Estoy solo en la planicie Y en la noche. Soy la soledad de los postes telegráficos A lo largo de las rutas Desiertas.

Versión de Óscar Pinto Siabatto

Escuela Pedagógica Experimental Una experiencia de vida

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Luz Mary Giraldo: celebración de la memoria

Prólogo a la antología poética de Luz Mary Giraldo, Alfabeto de otros días, publicada por Corpoulrika y el Instituto Caro y Cuervo con motivo del homenaje que le rindió el xxviii Festival Internacional de Poesía de Bogotá.

POR ENZIA VERDUCHI

Cuando la tendencia en la poesía actual es la experiencia de lo inmediato, la concentración del instante, la enumeración en tiempo presente, Luz Mary Giraldo convoca y evoca la memoria, ofrece vivacidad y pasión a la nostalgia como lo muestran sus poemarios: El tiempo se volvió poema (1974), Camino de los sueños (1981), Con la vida (1997), Hoja por hoja (2003), Postal de viaje (2004), Sonidos en la luz (2010), Llévame como un verso (2011), De artes y oficios (2015) y Caza de sombras (2019).

Los versos de Giraldo oscilan sobre el amordesamor, la muerte, el pulso temporal, la espera como una promesa, temas que lleva consigo en su travesía, porque «el mundo se llena con ausentes».

La poeta preserva la voz de la tribu como un presentimiento, donde todo nudo debe deshacerse en el pasado para dejar fluir el presente:

El ave que algunos llaman tiempo se alargó en el desierto de los hombres y cada mañana se enredó en sus ojos

Trataron de construir una palabra pero faltaron piedras:

nadie pudo entenderse desde entonces

[«Nunca llegó el verdadero y sabido nombre»]

Giorgos Seferis sostuvo que «La memoria, donde se la toque, duele…», así las referencias sobre la fiel Penélope que paciente teje y desteje, las sordas profecías de Casandra o la reminiscencia de la entrega de Ariadna sostenida tan solo por un hilo. El mito es piedra angular en Luz Mary Giraldo, converge para mostrar el envés de la metáfora.

La memoria se manifiesta como un nervio tenso en las pequeñas cosas, en los detalles, permitiéndonos adentrarnos en la densidad de la espesura cotidiana:

Uno llega de pronto a darse cuenta que el árbol las calles la lluvia el sol el vértigo no son el mismo árbol el mismo espacio el clima de otro tiempo la pasión del amor sino el color vacío del objeto sin sueños.

[«Como lluvia finísima», fragmento]

El silencio, la ausencia, el exilio, el deseo, ciertos nombres, ciertos momentos, la casa, el jardín, el reloj, el espejo, el ruido de las calles, el insomnio, la escritura, el paso de los trenes, el viento entre las ramas de los árboles, los gatos, los pájaros, las preguntas… todo es vida y es memoria, materia de la que está compuesta –con exactitud musical y delicada retórica– la cartografía poética y anímica de Giraldo.

La obra de Luz Mary Giraldo ha sido macerada lentamente por más de cuatro décadas, alcanzando

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