Leishmaniasis en niños L
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Juliana Castillo Orozco, MD Residente de Pediatría Universidad Pontificia Bolivariana Medellín
Claudia Beltrán Arroyave, MD Residente de Infectología Pediátrica, Universidad CES Docente de Pediatría, Universidad de Antioquia Medellín
Carlos Garcés Samudio, MD Pediatra Especialista en enfermedades infecciosas, Hospital “Pablo Tobón” Universidad de Antioquia Medellín
Mónica Trujillo Honeysberg, MD Pediatra Especialista en Enfermedades Infecciosas, Hospital “Pablo Tobón” Universidad CES Medellín
Introducción La leishmaniasis es una infección tropical huérfana y constituye un problema de salud pública frecuente en países en desarrollo. Se estiman aproximadamente 2 000 000 de casos nuevos anuales en el mundo. Según su localización, comprende tres entidades clínicas: leishmaniasis cutánea (LC), mucocutánea (LMC) y visceral (LV). En el continente americano, la transmisión se da por medio de la picadura del mosquito hembra del género Lutzomyia. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad varían de acuerdo con la respuesta inmune instaurada
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por el hospedero; en el caso de pacientes inmunosuprimidos y niños, se manifestará como una enfermedad diseminada conocida como kala-azar o LV, la cual debe sospecharse cuando se presente un paciente preescolar, con síndrome febril, hepatoesplenomegalia y citopenias. El diagnóstico temprano de la infección exige una alta sospecha clínica en el contexto epidemiológico de la enfermedad y se confirma al visualizar el parásito de manera directa o por medio de pruebas serológicas y moleculares, como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). La mejor intervención es la prevención evitando la picadura del mosquito, el control de la