Primera infancia
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Filosofar ¿Es posible que los niños aprendan a pensar?
Entorno
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Acompañamiento a las familias en la crianza múltiple
Prevención
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El ‘coronainsomnio’: los trastornos del sueño y la pandemia
Crianza&Salud A ñ o 19 - n ú m e r o 3 • (A ñ o 2021) • B o g o t á, Co l o m b i a
Para el bienestar de la familia
Proteja a sus hijos de los envenenamientos
Así es su mundo
08 Primera infancia
Filosofar ¿Es posible que los niños aprendan a pensar?
Junta Directiva Nacional 2020-2022
El momento ideal para aprender a filosofar es cuando los niños comienzan a interrogarse acerca del mundo.
Presidente Dra. Marcela Fama Pereira
Vicepresidente Dr. Mauricio Guerrero Román
12 Desde la niñez
Secretaria Dra. Ángela Giraldo Mejía
Enfermedad terminal y muerte en la niñez
Fiscal Dra. Eliana Zemanate Zúñiga
El niño, como sujeto de cuidado y amor, debe ser acompañado en su proceso de desarrollo y vida, pero, a su vez, como a todo ser vivo, en su proceso de muerte.
Vocales Dra. Iliana Curiel Arismendy Dr. Luis Abello Gámez Dra. Doris Toro Soto Dra. Julietha Castro Gaona Dr. Iván Villalobos Cano Dr. Blair Ortiz Giraldo Dr. Alberto Esmeral Ojeda
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La autonomía de los niños en la edad escolar
Vocal Rpte. Capítulos Dr. Jürg Niederbacher Velásquez
La etapa de los seis años de edad al comienzo de la adolescencia, es una época de la vida en la cual los niños deben consolidar la ya iniciada construcción y reconstrucción de la autonomía.
Presidente anterior Dr. Nicolás Ignacio Ramos Rodríguez Directora Ejecutiva Gloria Zuccardi Subdirector de Publicaciones y Programas de Educación Virtual Óscar Ruiz
Entorno
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Acompañamiento a las familias en la crianza múltiple
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El ‘coronainsomnio’: los trastornos del sueño y la pandemia
Crianza&Salud www.crianzaysalud.com.co Año 19 – número 3 · (Año 2021) ISSN 1692-150X
Prevención
Director Juan Fernando Gómez Ramírez
El confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19 trajo consigo el aumento de los casos de trastornos del sueño en los niños en niveles crónicos. Conozca síntomas y tratamiento.
Coordinadora Editorial Lina María Martínez Fonseca Fotos: ©2021 Shutterstock.com Archivo fotos SCP
Opinan los expertos
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Ilustraciones: ©2021 Shutterstock.com MIQUELOFF
Preguntas y respuestas
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A propósito de ‘Un manual para ser niño’, sabía usted que: Es el título de un magnífico ensayo escrito por Gabriel García Márquez como integrante de la Misión “Ciencia, Educación y Desarrollo”, creada en 1995, para la formulación de propuestas educativas innovadoras en nuestro país.
Impresión: Panamericana Formas e Impresos S.A.
Crianza & Salud es una publicación bimestral de carácter informativo y educativo, editada por la Sociedad Colombiana de Pediatría, especializada en la crianza y la salud de los niños, desde el nacimiento hasta los 18 años, dirigida a la familia y al público general, de circulación gratuita a pediatras y ginecólogos de todo el país, y por suscripción a particulares. Envíe sus cartas, colaboraciones, preguntas o materiales informativos a nuestra dirección, fax o correo electrónico. Sociedad Colombiana de Pediatría Calle 83 No. 16A-44, oficina 701, edificio Cima Bogotá D.C. Tels.: 6495352-7464706/07 Correo electrónico: publicaciones@scp.com.co
Proteja a sus hijos de los envenenamientos Recomendaciones de la Academia Americana de Pediatra para prevenir y tratar los envenenamientos en su casa.
Foto portada: ©2021 Shutterstock.com Dirección arte/Diseño gráfico Almadigital SAS almadigital2010@gmail.com
Cuando la familia conoce de manera temprana la presencia de una gestación múltiple, hay mejores tasas de supervivencia gemelar y una mayor preparación.
Además... Editorial Cartas de los lectores Recomendados en todos los sentidos
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La participación juvenil
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Caricatura
Guía de anunciantes Cómo se dibuja a un niño
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La participación
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Editorial
juvenil
a conmoción social que ha afrontado nuestro país en los meses recientes, ha puesto de manifiesto la exigencia sentida de la participación de la juventud como un elemento determinante del sistema democrático. En la Convención sobre los Derechos del Niño, vigente desde 1989, la participación está definida como uno de los derechos fundamentales asociado con la supervivencia, el desarrollo y la protección. A pesar de que los niños y jóvenes representan aproximadamente el 35% de la población mundial, sabemos poco acerca de lo que a ellos les gusta o lo que les gustaría que cambiase. Como asertivamente afirma el reconocido estudioso de la infancia
Francesco Tonucci: “Hablamos mucho de los niños y niñas, pero casi nunca les preguntamos nada”. La familia es la primera instancia para el desarrollo de la participación infantil y cada periodo de la vida necesita tipos de participación diferentes, conforme con la evolución creciente de las facultades de los niños y los adolescentes. Posteriormente, la institución educativa debe potenciar este proceso mediante el estímulo, el ejemplo y el acompañamiento adecuado que un educador comprometido está en capacidad de brindar. La siguiente instancia promotora de la participación la constituye el nivel municipal, bastión fundamental para la consolidación progresiva del concepto de ciudadanía. Las corrientes actuales de pensamiento que evidencian el
cambio del adultocentrismo (donde se antepone el interés del adulto al de los niños) hacia el vinculocentrismo (relación armoniosa y participante entre los adultos y los niños), promueven la participación infantil y juvenil como un derecho y no como una dádiva, reconociendo que los niños pueden enseñarnos muchas cosas si nuestras actitudes estimulantes y receptivas están presentes. Para concluir, debemos asumir nuestro deber como promotores de la participación infantil y juvenil en la dinámica democrática, pues, como sabiamente lo expresa el filósofo español Fernando Savater: “Los ciudadanos democráticos no surgen como los cardos, así sin más, libremente, sino que son producto de la misma democracia”.
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Cartas de los lectores
Señores Sociedad Colombiana de Pediatría Atte.: revista Crianza & Salud Muchas gracias por todas las recomendaciones e información que suministran a las familias a través de la revista Crianza & Salud. En estos tiempos tan difíciles donde las familias se ven obligadas a dejar a sus hijos con otras personas o a llevarlos a la escuela desde temprana edad, quisiera saber: ¿qué podemos hacer para que nuestros hijos se defiendan de los abusadores? Muchas gracias por la atención, Liliana Sofía Márquez Lineros
Rta./ Es importante que el niño conozca el problema. Hay que hablarle con claridad. A los niños se les debe advertir que hay personas malintencionadas que pueden tratar de tocar sus partes íntimas. Y es clave recalcarles que algunas de esas personas pueden ser desconocidas, pero que, muchas veces, puede ser alguien también de la familia. En cualquier caso, a los niños y niñas se les debe enseñar que deben gritar: “¡No me toque!”, y correr a contárselo, ya sea a alguno de sus padres (pues el abusador puede ser incluso uno de ellos), o a quien les tengan más confianza para que les ayude, y que tengan en cuenta que, si alguien les pide que no le cuenten a nadie o los amenazan con hacerle daño a un miembro de su familia si lo delatan, esta es una señal clarísima de que deben contarlo. No hay que alarmarlos, solo advertirles. Cabe destacar, que es importante no dejar a los niños solos, asegurarse de que quienes los acompañan o cuidan sean personas honestas y correctas en las que se puede confiar, y mantenerse siempre vigilantes para detectar si hay cambios en su conducta o personalidad. También es necesario explicarles que los abusadores les piden a los niños mantener el secreto, que esos secretos no son convenientes y que no deben aceptar regalos de un adulto o extraños a escondidas. El abusador generalmente se acerca al niño dándole regalos y, posteriormente, lo convence de que la relación abusiva es un secreto entre ellos y que debe evitar decírselo a sus familiares o cuidadores. Por ello, es fundamental hacer estas recomendaciones, tanto en la familia como en el hogar infantil, de una manera explícita y clara a los niños, con el fin de prevenir así un abuso. El niño aprende el respeto por su cuerpo en la casa. Una forma equivocada común que tienen algunos padres de obstruir que sus hijos aprendan el respeto por su cuerpo es pegándoles o agrediéndolos de cualquier forma. Cuando un padre golpea a su hijo, así sea con una palmada, irrespeta el cuerpo del niño, le enseña que está permitido violentarlo, limita su autoestima y le enseña que ese cuerpo puede ser usado y agredido por otros. Cuando el niño aprende la importancia de su propio cuerpo, en ese momento se inicia el respeto por el cuerpo de los demás. *Basada en la fuente: Leal Quevedo, en Plata Rueda. Preguntas de madres y padres. 6a ed. Editorial Médica Panamericana.
Guía de anunciantes
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02. Johnson & Johnson 04. Alpina 11. PTC Therapeutics 20-21. GSK
30-31. Sanofi 35. Alpina 39. Carnot 40. Sociedad Colombiana de Pediatría
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Así es su
mundo “El propósito fundamental de la educación es convertir espejos en ventanas”. Sydney J. Harris
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Primera infancia
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Escolares La autonomía de los niños en la edad escolar
Filosofar: ¿es posible que los niños aprendan a pensar?
Desde la niñez Enfermedad terminal y muerte en la niñez
Así es su mundo
Primera infancia
¿Es posible que los niños aprendan a pensar? Por: Melba Franky de Borrero Pediatra puericultora Magíster en Salud Pública - Universidad del Valle
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l momento ideal para aprender a filosofar es cuando los niños comienzan a interrogarse acerca del mundo. Siendo el niño el centro del proceso educativo debemos despertar en él aspectos como la curiosidad, la innovación y la confianza en sí mismo. Que sea el propio niño quien se haga preguntas, encuentre respuestas y construya el conocimiento. Tenemos que preguntarnos: cuándo, cómo, dónde, quién, por qué y para qué enseñarles a los niños a pensar. ¿Será que los padres y educadores tienen las herramientas adecuadas para enseñarles a pensar y ellos estarán listos para aprender a hacerlo? Con la interconexión de la ciencia, el arte y la tecnología se promueve el pensamiento crítico y se impulsa el trabajo en equipo, la inteligencia, la comunicación y el liderazgo.
Para filosofar con los niños debemos llevar a cabo las siguientes acciones: Observar cómo se interrelacionan. Crearles expectativas. Explorar diferentes entornos. Proponer diversos modelos. Enriquecer la comunicación y el diálogo. Crear múltiples oportunidades. Organizar su tiempo y establecer rutinas. La educación implica ajustes a las nuevas necesidades, que el niño no se quede solo con la información que recibe en el jardín, la escuela o el hogar, sino que construya, además, su propio conocimiento en los distintos momentos de su desarrollo. El psicólogo suizo Jean Piaget decía que, “a medida que un niño intenta comprender el mundo, su cerebro en desarrollo crea representaciones mentales para organizar el conocimiento”.
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Así es su mundo
Observar cómo se interrelacionan
Enriquecer la comunicación y el diálogo
Los niños se interrelacionan con sus pares en la medida en que los van conociendo, actúan de acuerdo con sus habilidades, y crean expectativas a través de la motivación y su interés. Por otro lado, aprenden más cuando se les permite decir lo que piensan sin ser juzgados y comparten con respeto diferentes ideas.
Con la participación en los espacios antes mencionados, las expresiones, el vocabulario y la comunicación se enriquecen. Se comparten ideas, piensan en el significado de lo que ven o hacen y, lo más importante, desarrollan la capacidad narrativa. Van explicando, preguntando, dudando, ampliando la cultura y mejorando las conexiones entre el nuevo conocimiento, la experiencia y los conocimientos previos. El pensamiento crítico y el creativo son las herramientas necesarias para profundizar en conocimiento y aprendizaje. Dialogando se genera reflexión, se conectan con lo que el otro dice y se pueden evaluar diferentes alternativas, para elaborar su propio pensamiento y valorarlo.
Crearles expectativas Cuando los niños conocen los objetivos del aprendizaje, van creando expectativas y esto les permite centrarse en la tarea. Intentan dominar el nuevo conocimiento buscando más información que les dé la posibilidad de intercambiar ideas, buscar variados modelos y compartir con sus compañeros. Se enriquecen unos a otros con las ideas, lo cual permite que conozcan lo que los otros piensan y sienten, sea igual, similar o diferente. El dominio del tópico, cualquiera que sea, implica ir más allá de la mera información, dar explicaciones, mostrar evidencias, ejemplos, o establecer analogías.
Explorar diferentes entornos Cuando exponemos a los niños a distintos entornos, como espacios al aire libre, caminatas, campings, visitas a museos y bibliotecas, o a obras de teatro o conciertos, esto les ayuda a estimular sus pensamientos. Con esta participación enriquecen su experiencia, ejercitan su iniciativa y no simplemente adquieren información. El aprendizaje implica la utilización de ese conocimiento para resolver problemas reales.
Primera infancia
Cuando los niños conocen los objetivos del aprendizaje, van creando expectativas y esto les permite centrarse en la tarea.
Crear múltiples oportunidades Con todo lo anterior, se abren diversas oportunidades en la vida cotidiana y pueden vincularse a múltiples actividades del hogar, la escuela y la comunidad. A la vez, pueden trabajar con otros modelos y poner en práctica lo aprendido.
Organizar su tiempo y establecer rutinas Hemos visto que, para lograr resultados, el niño ha tenido tiempo para pensar, utilizar la información
Proponer diversos modelos El pensamiento creativo permite generar ideas alternativas, diversos modelos y múltiples soluciones originales.
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Así es su mundo
Primera infancia
disponible y efectuar numerosas operaciones mentales para la reflexión. Puede manifestar y aclarar dudas en el momento, ser capaz de procesar y reelaborar la información que recibe, no solo en el ámbito académico, sino también en la práctica. Esto le permite organizarse y establecer rutinas.
El niño adquiere destrezas para organizar su tiempo, refuerza su autonomía y le da seguridad. Tiene, a su vez, la capacidad de comparar y articular semejanzas y diferencias, agrupar objetos por categorías con base en sus atributos, e inferir consecuencias que se desprenden al aclarar dudas.
Conclusiones El niño al filosofar, pensar, y tener las habilidades de pensamiento crítico y creativo, puede manifestar su asombro y seguir buscando y cuestionando el conocimiento. Aprende a respetar y tolerar las expresiones individuales y sociales que le refuerzan la capacidad de comunicación, participación y cooperación. Rescata la curiosidad, estimula y desarrolla el pensamiento, y mantiene viva una actitud crítica, creativa, responsable y defensora de sus propias ideas. Frente al desafío de desarrollar habilidades de pensamiento no solo logra mejorar la calidad del aprendizaje, sino que, además, desarrolla la capacidad de autocorrección. Aprende a escuchar con atención a los demás, se esfuerza por entender, pedir y dar explicaciones, lo que refuerza el razonamiento, el diálogo y la reflexión. Si conectamos lo que la ciencia nos dice y las experiencias vividas, les brindamos a los niños, a sus padres y maestros las herramientas adecuadas para enseñarles a los niños a pensar, dándoles la posibilidad de ser críticos, reflexivos y cuestionadores de su realidad. El niño aprende a pensar y es capaz de realizar múltiples operaciones mentales y establecer relaciones constructivas, así como tener la mente abierta, controlar la impulsividad y ser más sensible al nivel del conocimiento de los demás y de sus sentimientos.
“Pensar es la esencia de la educación” Una forma de aplicar lo expuesto sería, por ejemplo, si usted como padre, madre o maestro planea con el niño una visita al zoológico, o llevarlo a un concierto, a una salida al campo, a una obra de teatro, o a una exposición artística; es importante que el niño sepa, de antemano, a dónde van a ir y tenga información de la actividad que van a realizar. Los adultos deben estar dispuestos a responder todas sus inquietudes, hacerle al niño preguntas, y escuchar con atención sus interrogantes y respuestas. Al terminar, es fundamental que expresen sus comentarios acerca de la actividad, se aclaren las dudas y se propongan sugerencias.
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Así es su mundo
Desde la niñez
Enfermedad terminal y muerte en la niñez Por: María Antonia Rendón García Residente de Pediatría (Universidad de Antioquia) y Federico Ordóñez Gómez Psicólogo puericultor, docente de Pediatría Social (Universidad de Antioquia)
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a niñez, propiamente dicha, es un concepto de construcción más bien reciente, que ha pasado por múltiples etapas históricas, y que incluyen, necesariamente, cambios en el significado, concepción y sensaciones alrededor de la muerte. Es así como hoy, podemos ver al niño como un sujeto de cuidado y amor y nos vemos abocados a acompañarlo en sus procesos de desarrollo y vida, pero también, como para todo ser vivo, en su proceso de muerte.
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¿Qué es una enfermedad terminal? Se refiere a la fase evolutiva e irreversible de una enfermedad con síntomas múltiples, asociada a una muy escasa o nula capacidad de respuesta al tratamiento específico y con un pronóstico de vida limitado a semanas o meses. Los criterios determinados para hablar de una enfermedad terminal son: • Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable. • Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento.
• Presencia de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples o multifactoriales. • Gran impacto emocional en el paciente, la familia y el equipo terapéutico, relacionado o no con la sensación explícita de una muerte inminente. • Pronóstico de vida limitado y corto. Queda claro que el diagnóstico de una enfermedad terminal se va dando en un proceso de progresivo deterioro en donde existe el llamado
Así es su mundo
“punto de inflexión”, que es el momento en el que se produce una aceleración del empeoramiento clínico con ausencia de respuesta a la escalada de tratamientos o una recaída repetida de su proceso basal. Este punto de inflexión nos permite el inicio del acompañamiento como un proceso y no como un evento aislado en el tiempo, de manera que se puedan identificar las fases del proceso, las necesidades múltiples y también adecuar, si es necesario, el esfuerzo terapéutico. Es importante mencionar que la observación de niños con enfermedades graves ha demostrado que muchos adquieren una considerable información sobre su enfermedad, incluyendo la posibilidad de su propio fallecimiento, aunque nunca se les haya informado al respecto.
Cómo es el proceso y cómo ve el paciente su enfermedad Su comprensión dependerá del momento evolutivo, de sus características psicológicas y cognitivas, de sus experiencias previas y de la actitud de su familia, ya que la muerte es un concepto complejo que requiere la comprensión de varios principios, entre ellos, la universalidad (todos los seres vivos mueren), la irreversibilidad (la muerte es definitiva), la no funcionalidad (el cuerpo deja de funcionar) y la causalidad (uno muere por una causa): – De 0-2 años: no comprenden el concepto de muerte, pero reaccionan al dolor y a la ansiedad por la separación. – De los 3-6 años: existe un pensamiento mágico donde la enfermedad es causada por algo ajeno a la persona y puede sentir culpa porque ha hecho algo malo. – De los 7-11 años: ya hay un conocimiento biológico de la enfermedad y sus consecuencias en el funcionamiento diario. – De los 12-18 años: entiende que es un proceso, quiere estar informado, se preocupa de su imagen. Tiene temor de no realizar su proyecto vital. Puede tener
fluctuaciones del humor y del estado de ánimo. Algunas manifestaciones comunes en el proceso de duelo y aceptación de la muerte son, por ejemplo, la ansiedad y depresión con llanto, la ira y la agitación psicomotora. Pueden presentar miedo a cosas que asocian con la muerte, como la oscuridad, el no despertarse, o el estar solos. En ocasiones muestran irritabilidad y enfado, o sentimientos de culpa viviendo su proceso como un castigo o remordimiento por generar sufrimiento y cansancio en sus cuidadores, y pueden también tener poca tolerancia a la frustración e incluso manifestar actitudes de aislamiento social. Lo anterior, ha sido descrito por etapas, según la escritora y editora estadounidense Myra Bluebond-Langner, así: inicialmente, aparecen afirmaciones como, por ejemplo: “Tengo una enfermedad grave”, “estoy muy grave, pero me pondré mejor”, “estoy siempre enfermo, pero me pondré mejor”; para empezar allí una fase de discernimiento con frases como: “Estoy siempre enfermo y no voy a ponerme mejor”; y, finalmente, “me voy a morir”. En este orden de ideas, se describe también en este proceso las etapas de duelo clásicamente expuestas por la psiquiatra y escritora suizo-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross, como lo son la negación, la ira, el pacto, la depresión y la aceptación. Es necesario aclarar que todas estas etapas son vividas de manera individual,
Desde la niñez
Algunas manifestaciones comunes en el proceso de duelo y aceptación de la muerte son la ansiedad y depresión con llanto, la ira y la agitación psicomotora.
única y no necesariamente sucesiva, como cada proceso de duelo.
¿Qué necesidades tiene? Cuando los médicos están concentrados en la curación de la enfermedad corporal, pueden ocasionar sufrimiento en el paciente como persona, en cualquiera de los aspectos en los que un individuo se identifica. La única manera de comprender qué es lo que le ocasiona daño a la persona y, por tanto, qué le hace sufrir, es preguntarle a la persona que sufre.
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Así es su mundo
Desde la niñez
Los pacientes en estado de agonía (inminencia de muerte) requieren, especialmente, de cuidados como una rutina para dormir y descansar.
Necesidades físicas Estos cuidados están enfocados en proporcionarle al niño en estado terminal la mayor comodidad posible y ponen de manifiesto el profundo respeto que ha de tenerse por un pequeño que muere. Los pacientes tienen múltiples necesidades físicas, entre ellas, el requerimiento de alimentación lo más natural
posible (evitando nutrición parenteral). La aplicación de oxígeno si es necesario y una adecuada hidratación, evitando la sed y optimizando el manejo de las secreciones. Requieren, además, comodidad, la cercanía de los familiares, cambios posturales para evitar úlceras por presión y, adicionalmente, pero no menos importante, una buena higiene y manejo de excretas porque son merecedores de un cuidado amoroso, aunque presenten la pérdida de funciones previamente adquiridas. Es de rescatar, que los pacientes en estado de agonía (inminencia de muerte) requieren, especialmente, de cuidados como una rutina para dormir y descansar a pesar de las hospitalizaciones, así como un control de las náuseas y el vómito, un control óptimo del dolor, y, por último, la necesidad de sedación con la cual se pretende minimizar la sensación de disnea y malestar.
Necesidades psicológicas, espirituales y sociales Durante cada uno de los ciclos del proceso existe una gran necesidad de comunicación, atención y expresión de los miedos y dudas; requieren de alguien con quien puedan expresar sus alegrías, enojos y el gran temor a la soledad o al dolor.
No obstante, puede haber, de igual forma, la posibilidad de que se encuentre con un niño que no está listo para hablar sobre el tema y, en tal caso, lo mejor es no forzar la comunicación hasta que el momento sea adecuado, y, más que todo, siempre ser honestos, ya que no siempre se tiene la respuesta a sus preguntas. Existen algunas estrategias para facilitar su proceso como, por ejemplo, la realización de un testamento infantil para despedirse de la vida y asegurarse de que habrá un guardián de lo que consideran importante (juguetes, posesiones), o igualmente, considerar el “permiso para morir”, que consiste en tranquilizarlos acerca de su partida, porque generalmente tienen mucho temor de que su muerte lastime a sus padres y les produzca un gran dolor. Se debe intentar adaptar las actividades de ocio a sus limitaciones físicas. El niño necesita jugar y el adolescente mantener su círculo de relaciones; hay que motivarlos a dibujar, escribir cuentos, narrar historias, jugar con títeres, escribir un diario. Necesita soporte, entretenimiento, bromas; él no quiere que se le trate como un niño enfermo. Finalmente, pero no menos importante, se debe asegurar el consuelo básico de tener la conciencia de que no estará solo y no será olvidado. Con respecto a sus necesidades espirituales, es fundamental darles el valor que merecen, evaluándolas y acercándose delicadamente a las creencias y prácticas personales. Se debe procurar la sensación de libertad de creencia y acompañarlos al momento de solicitar un guía espiritual, oración o quizás la realización de algún ritual.
Acompañamiento a padres Se tienen palabras para describir la muerte de un padre, también para la de un cónyuge, pero para el doliente por el fallecimiento de un hijo no hay palabra definitoria. Los padres que se ven sometidos a este proceso a menudo sienten que no tienen los recursos suficientes para
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Así es su mundo
afrontarlo, por lo que suelen experimentar elevados niveles de estrés, ansiedad y un predominante miedo. Pueden tener gran impotencia por la incapacidad de evitar el fallecimiento o el progreso de la enfermedad e incluso sentir culpa por sobrevivir ante la muerte de este, por no poder protegerlo, o no haberle hecho algún tipo de tratamiento. Con la aparición de estas emociones será importante escuchar y
acompañar (sin juzgar) algunas de sus preguntas existenciales, aunque, claramente, no tendremos respuestas a ellas: ¿por qué? ¿Por qué a mí? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Es posible vivir después de esto? Lo que se puede hacer es, inicialmente, ayudarles a tomar un papel protagónico en el cuidado del niño. Explicarles las reacciones a las que se enfrentará posiblemente en el futuro (físicas y psicológicas). Reforzar y
Desde la niñez
hacer explícito que se ha hecho todo lo posible (inevitabilidad de la muerte) e intentar evitar las frases hechas como: “estará mejor en el cielo”, “es un angelito”, “así descansará”. La despedida definitivamente no tiene por qué ser verbal ni explícita; en ocasiones, una mirada, un abrazo, un beso, un dibujo o un mensaje pueden adquirir un sentido único y especial de despedida tanto para el familiar como para el paciente.
Los hermanos Suelen presentar negación y apariencia de normalidad, pero es claro que tienen también miedos, dudas, tristeza y pueden notar que no se les tiene en cuenta (abandono relativo). Algunas conductas que podrían facilitar su adaptación a la situación son, por ejemplo:
¿?
Favorecer que los hermanos acompañen al paciente en su proceso.
Incluirlos en el cuidado del hermano sin sobrecargarlos.
Antes del fallecimiento sería útil que los padres les informen la gravedad de la condición del hermano y facilitarles que haya una despedida, ya sea de forma directa o con la utilización de cartas, dibujos o móviles, y con la apertura también a sus preguntas y temores. Finalmente, tras el fallecimiento será fundamental preguntarles si quieren asistir a los rituales (a partir de los 7-8 años aproximadamente). Para ello, es clave explicarles en qué consisten estos rituales y buscar un familiar que pueda estar pendiente de ellos todo el tiempo. Como signos de alarma sobre un proceso patológico debe tenerse en cuenta, por ejemplo, el poco rendimiento escolar, la resistencia a ir al colegio o a las actividades que disfruta, los estallidos de ira, las alteraciones del sueño, o conductas como delincuencia, promiscuidad, uso de
Darles información respondiendo a sus preguntas, siendo siempre veraces.
Aceptar los sentimientos de los niños sin juzgarlos.
sustancias psicoactivas, somatización, ataques de pánico, apatía emocional de más de tres meses e incluso la copia de síntomas del fallecido. Así pues, la invitación fundamental es a acompañar el proceso de muerte de manera integral y como una parte importante del
Dedicarles el tiempo necesario y asegurarse de que mantienen su actividad escolar y social.
proceso vital, a ver frente a la finitud humana una oportunidad de vivir plenamente y con amor cada día de la existencia, y, sobre todo, a favorecer la memoria, privilegiando el recuerdo sobre el olvido.
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Escolares
de los niños en la edad escolar Por: Álvaro Posada Díaz Pediatra puericultor
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l Grupo de Puericultura “Humberto Ramírez Gómez”, de la Universidad de Antioquia, en su discurso Crianza humanizada y humanizante, plantea como elemento central de la crianza educación socialización, que cada niño y adolescente debe construir y reconstruir permanentemente, con el acompañamiento de sus cuidadores adultos, seis metas del desarrollo humano integral y diverso, que son: autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud.
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Según el pediatra puericultor colombiano Luis Carlos Ochoa, la autonomía es una necesidad esencial que representa para el ser humano algo tan trascendental como la supervivencia misma, el desarrollo de su personalidad y la sana convivencia con sus semejantes, pasando por eventos tan decisivos como el desempeño escolar y laboral. La autonomía es el paso de la dependencia (subordinación a un poder mayor) a la independencia (cualidad o condición de independiente). Puede ser definida como la capacidad que tiene un sujeto para regular su comportamiento a partir de sus principios, pero tomando en cuenta el punto de vista de los demás, sus derechos y necesidades. Ser autónomo es ejercer el autocontrol, con el que empieza el respeto por
el otro y se adquieren responsabilidades y deberes que fuerzan al individuo a salir de sí mismo y pensar en los demás, que es, en otras palabras, el hábito de dominar las inclinaciones y apetencias. Así se adquiere el civismo, virtud necesaria para la convivencia, para lo cual los seres humanos tienen que ser autónomos y solidarios, esto es, empáticos.
La edad escolar La etapa que va de los seis años de edad al comienzo de la adolescencia (pubertad), también conocida como etapa escolar, es una época de la vida en la cual, mediante la interacción con los cuidadores
Así es su mundo
adultos, los niños deben consolidar la ya iniciada construcción y reconstrucción de la autonomía, es decir, el sentimiento de que pueden gestionar sus emociones e impulsos, el medio que los rodea y, sobre todo, el comienzo de la capacidad de autocontrolarse y quererse a sí mismos.
Construcción y reconstrucción de la autonomía en la edad escolar La finalidad última y explícita de la crianza educación socialización, es la autonomía; por lo cual, en el proceso se debe tener en cuenta la confianza en las capacidades de los niños y adolescentes, así como el intercambio de puntos de vista con ellos y el aliento a que este intercambio se haga también entre ellos, de tal modo que se estimulen a que sean mentalmente activos. Entendido así, este acompañamiento tiene como objetivo fundamental que los sujetos de crianza sean auténticamente libres, comprendiendo la libertad como lo que es: una facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos; y como un logro de la socialización, entendida como convivencia en democracia, objetivo último y primordial. La construcción y reconstrucción de la autonomía, como las de las otras
metas del desarrollo humano integral y diverso, están íntimamente ligadas con conceptos como autoridad, normatividad, disciplina, y responsabilidad; todo dirigido a la construcción de la meta por excelencia, que es el desarrollo humano integral y diverso, con el fin de que cada quien llegue a pensar, decidir y actuar en un ambiente de democracia ciudadana, siendo resilientes, es decir, teniendo capacidades (competencias) de discurrir satisfactoriamente por el proceso vital humano a pesar de las dificultades inherentes a este mismo discurrir. La autoridad que los padres y maestros ejerzan con amor y comprensión y las oportunidades con las que acompañen a los niños para participar en una tarea, tomar decisiones y asumir compromisos, según su edad, influyen positivamente en el desarrollo de la responsabilidad y en la construcción y reconstrucción de su autonomía. En las etapas de recién nacido y preescolar la relación de los cuidadores adultos con los niños se suele hacer con relativa facilidad en el terreno del ejercicio del poder. Por el contrario, en la edad escolar, el acompañamiento a un niño en la construcción y reconstrucción de la autonomía es un proceso que exige paciencia y debe ser por completo ajeno al uso de premios y castigos como elementos de la disciplina: los premios se deben reemplazar por los reconocimientos y los castigos por la corrección de las acciones que sean consideradas inadecuadas.
Escolares
La finalidad última y explícita de la crianza educación socialización, es la autonomía.
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Así es su mundo
Escolares
En la medida en que se construyó y reconstruyó la autonomía en la edad preescolar, en la edad escolar se desarrollan destrezas de la cultura o, de no lograrlo, se afrontan sentimientos de inferioridad. Mediante el método de ensayo y error, en la niñez se acumula experiencia con apoyo en la de los demás, para conseguir habilidades que faciliten construir un código de comportamiento para la escuela, la lúdica y el intercambio social. En esta fase, la construcción y reconstrucción de la autonomía se dirige a la competencia, entendida esta como el sentido de capacidad o habilidad. Según las potencialidades individuales, y con el acompañamiento de los cuidadores adultos de su ambiente específico, se estimulará la construcción y reconstrucción de la autonomía, esto es, la singularidad de los niños y adolescentes, lo que los hace diferentes o especiales, en concreto, ser uno mismo en un clima de libertad y respeto por los demás. En esta edad, los padres deben acompañar a los niños en la construcción y reconstrucción de la autonomía
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inculcándoles el orden y la responsabilidad, asignándoles tareas hogareñas, como, por ejemplo, recoger su ropa sucia y llevarla al lavadero o sitio destinado para ello y ayudar a organizar su habitación; así aprenderán, además, que para vivir en familia es imprescindible ayudarse y distribuir las labores. Algo similar debe ocurrir en la escuela.
Construcción y reconstrucción de formas específicas de autonomía en la edad escolar Al comienzo de la edad escolar hay autonomías que ya deben estar consolidadas, como el control de esfínteres y la inmunitaria. Otras se perfeccionan notablemente en este período del desarrollo, con influencia notable en este proceso del acompañamiento de cuidadores adultos en el centro educativo. En la etapa escolar, los niños permanecen gran parte del tiempo rodeados de adultos y de sus pares, y la mejor manera de construir y reconstruir la autonomía para la convivencia es mediante la percepción de respeto por los otros de parte de esos adultos en todos los casos: con razón se acepta, en la actualidad, que la escuela es el mejor espacio para el aprendizaje del respeto por la diversidad y, por lo tanto, de la inclusión, en todas sus manifestaciones, esto es, étnica, religiosa, cultural, física, lingüística, nacional, histórica, sexual y de género. Los padres y maestros, como modelos del bien obrar, son el ejemplo fundamental para que en la fase escolar se construya y reconstruya la autonomía
moral. Cuando en las pantallas de distintos dispositivos, en la televisión, por ejemplo, o en la escuela se perciban actuaciones inadecuadas en lo moral se deben analizar en conjunto, sin dejar pasar esta oportunidad. Esta es, además, una excelente manera de complementar el buen uso de las herramientas digitales. La autonomía intelectual tiene en la edad escolar un momento de intensa construcción y reconstrucción, para lo cual, es absolutamente necesario que los niños hayan construido satisfactoriamente las otras autonomías: para el ingreso al colegio es indispensable que se conciban a sí mismos como seres separables de los padres, tengan una mayor capacidad de concentración, y puedan admitir reglas y normas, tanto en el juego como en las otras actividades. Además, que tengan buen control de sus esfínteres, vesical y anal, y una buena comprensión del lenguaje. La autonomía intelectual se va construyendo y reconstruyendo paralelamente con la capacidad de adquirir
Así es su mundo
los conocimientos programados para un curso dado, según la edad. La adquisición de buenos hábitos de estudio, la construcción y reconstrucción de la autoestima, la responsabilidad, la solidaridad y la autonomía son pilares fundamentales para un buen desempeño escolar, para la construcción y reconstrucción de la autonomía intelectual. Los padres deben acompañar inteligentemente a los niños en la ejecución de sus deberes escolares, ayudándoles con los elementos necesarios para hacerlos, pero sin asumir la responsabilidad de hacérselos. Las tareas escolares son para que cada niño las realice y así consolide lo aprendido y construya y reconstruya su autonomía intelectual.
Obstáculos en la construcción y reconstrucción de la autonomía en la edad escolar Los obstáculos que inconscientemente con mayor frecuencia les ponen los cuidadores adultos acompañantes a los niños en la construcción y reconstrucción permanente de la autonomía son la sobreprotección y la sobreexigencia, con lo cual se priva a los niños de su libertad.
En la edad escolar, una forma muy común de sobreprotección es la de hacerles las tareas, generalmente con el disfraz de que se les está ayudando a hacerlas. Otra forma es la de ponerse siempre del lado del niño, descalificando a los maestros, sin analizar cada situación en concreto: “Es que le tienen bronca”, aseguran los padres. Para no sobreproteger es necesario entender que es imposible evitar toda frustración, y que, por el contrario, esta, en una dosis razonable, es fundamental para construir y reconstruir la autonomía, en otras palabras, para aprender a gestionar la frustración, lo cual va de la mano del aprendizaje de la gestión de las emociones. La sobreexigencia consiste en pedirle al niño más de lo que puede hacer: que haga absurdas tareas escolares en la casa, que dedique todo el tiempo de ocio a deberes escolares, que trabaje para sostener a la familia.
Escolares
Las siguientes son algunas recomendaciones prácticas para los padres y maestros en el acompañamiento a los niños en la construcción y reconstrucción permanente de su autonomía: • Faciliten que desbaraten y “arreglen” cosas. • Comenten todos los casos de mala convivencia que les toca vivir en la vida real o en las pantallas. • Sean conscientes de que padres y maestros deben ser excelentes modelos. • Acompáñenlos a utilizar la libertad con responsabilidad. • Procuren por medio de las asociaciones de padres que las tareas escolares sean para la escuela y que no entorpezcan la vida familiar. • No les hagan las tareas escolares: limiten la ayuda a facilitarles su labor. • Asígnenles tareas hogareñas de creciente complejidad según la edad. • Reflexionen permanentemente sobre su propia autonomía. • Ejerzan la autoridad y no el autoritarismo. • Sean firmes y amorosos en la disciplina. • Tengan siempre en cuenta sus derechos y responsabilidades. • Cada que cometan una acción que se considera inadecuada aprovechen para que aprendan de ello. • No los sobreprotejan ni les sobreexijan.
Lecturas recomendadas • Ochoa LC. Autonomía. En: Posada A, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. 4ª ed. Colombia: Editorial Médica Panamericana; 2016: 53-64. Posada A. La disciplina. En: Posada A, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. 4ª ed. Colombia: Editorial Médica Panamericana; 2016: 355-370.
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Entorno
Acompañamiento a las familias en la
Por: Natalia Andrea Suárez Osorio Residente de segundo año de la especialización en Pediatría (Universidad de Antioquia) y Olga Francisca Salazar Blanco Profesora del Departamento de Pediatría y Puericultura (Universidad de Antioquia)
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n las últimas décadas se ha observado un aumento en la prevalencia de los partos múltiples y, gracias a los avances de la ciencia, hay una mayor sobrevida de los recién nacidos fruto de estas gestaciones, con los consiguientes desafíos en la crianza: económicos, de salud y los relacionados con el acompañamiento para la formación de diferentes individualidades. Los gemelos producen en las familias un mayor estrés físico, emocional y económico, aunado a la intensa demanda de cuidado y mayor fatiga, que conlleva, en algunas situaciones, a estados de depresión materna, la separación de los padres o el abandono laboral, y se ha asociado con menores ingresos para la madre. Sin
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embargo, a pesar de los múltiples desafíos que enfrentan, las familias describen un nivel de satisfacción doble con los logros de sus hijos y destacan como ventaja que estos tendrán un compañero de juego con quien aprenderán a compartir.
Preparación de los padres Cuando se informa acerca de una gestación múltiple se generan senti-
mientos de temor e inseguridad en los padres, además, surgen interrogantes sobre su capacidad para criar a dos o más niños al mismo tiempo. Por otro lado, cuando la familia conoce de manera temprana la presencia de una gestación múltiple, hay mejores tasas de supervivencia gemelar y una mayor preparación. Al respecto, la recomendación es consultar libros, tales como: El gran libro de los gemelos: desde el embarazo múltiple hasta la edad adulta; y
Entorno
páginas de internet, como: www.laligadelosmultiples.com; así como folletos sobre crianza múltiple. Es importante que los padres conozcan los riesgos para la salud materno-infantil, asociados a retos económicos, físicos y emocionales, con el fin de que tanto la pareja como la familia se repartan las distintas responsabilidades, busquen la ayuda de familiares que les brinden apoyo, sobre todo en los primeros días, identifiquen el personal de la salud que les puedan dar asesoría, y contacten a otras familias que han vivido experiencias similares para escuchar sus consejos e incluso conseguir artículos útiles para gemelos, como coches, cojines especiales para la lactancia, sillas para el carro, pañaleras, entre otros. El éxito del cuidado de los gemelos es la receptividad a las diversas fuentes de ayuda que
pueden existir y a la creación o fortalecimiento de las redes de apoyo. Es frecuente que los padres experimenten la sensación de cansancio e incapacidad de cuidar a los dos al tiempo, pero deben saber que poco a poco los niños irán creciendo con períodos de sueño más prolongado y mayores intervalos entre la alimentación, lo cual les otorgará la posibilidad de tener más tiempo para el descanso. Para ello, los padres deben organizar turnos y tareas para el cuidado de los hijos con el objetivo de encontrar momentos para descansar, satisfacer sus necesidades personales y fortalecer la relación de pareja, pues requieren de una buena salud para ejercer su rol de padres. A los cuidadores también se les recomienda intentar crear en las primeras semanas de vida una rutina similar para los niños, por ejemplo, llevarlos a dormir a la misma hora, intentar alimentarlos al tiempo, respetando sus propios ritmos. De igual forma, se les sugiere llevar un registro de los biberones, medicamentos y pañales de cada uno para evitar confusiones.
Desde la gestación se inicia la construcción del vínculo de los padres con los gemelos y de los gemelos entre sí.
El vínculo afectivo Desde la gestación se inicia la construcción del vínculo de los padres con los gemelos y de los gemelos entre sí. Una vez nacen, cada gemelo empieza a fortalecer dichos vínculos, que son favorecidos porque continúan compartiendo espacios físicos, como los que ofrece el baño y las rutinas de sueño y alimentación. En muchas ocasiones, debido a complicaciones en el nacimiento, los gemelos deben ser separados tempranamente para ser hospitalizados, lo cual conlleva una posterior irritabilidad, llanto y dificultades en el sueño; manifestaciones que mejoran o desaparecen con la presencia del otro hermano cerca, lo que ha llevado al estudio de prácti-
cas como, por ejemplo, las estancias conjuntas en la incubadora, que han mostrado tener un impacto en la ganancia de peso, una menor incidencia de trastornos respiratorios y de infecciones, y la disminución del período de estadía hospitalaria.
La lactancia materna Los gemelos tienden a recibir por menos tiempo la lactancia, en parte, por mitos y dudas de las madres con respecto a la lactancia múltiple, que, idealmente, pudieran abordarse desde el período gestacional. El principal mito por aclarar es que las madres pueden producir suficiente leche para alimentar a varios hijos, pues la producción no depende del número de estos, sino de la estimulación que se realice con la succión. Para el éxito en la lactancia es clave la confianza que tenga la madre de que puede hacerlo y la asesoría sobre la técnica adecuada.
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Entorno
Los expertos recomiendan iniciar la lactancia materna con cada gemelo por separado mientras la mamá perfecciona la técnica, pues es más sencilla y ayuda a que ella adquiera confianza, le brinde atención individualizada a cada niño, identifique sus características y la forma como cada uno de ellos succiona y, a su vez, contribuye a fortalecer los lazos afectivos de manera individual. La lactancia en tándem o simultánea implica conocer la técnica y contar con ayuda externa o cojines de apoyo. Con el paso de los días se va a convertir en una estrategia para ahorrar tiempo, descansar y crear rutinas similares con los gemelos por lo que, finalmente, es la preferida por muchas madres.
La comunicación y los vínculos entre los gemelos A medida que van creciendo los gemelos se amplía la conexión emocional por medio del juego y del lenguaje,
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creando una forma de comunicación propia de ellos, conocida como criptofasia, en la cual, por medio de balbuceos, establecen una clase de conversación única en la que uno comienza una frase y el otro la termina, acciones que demuestran el vínculo inconsciente que los une. Este tipo de interacción exclusiva entre los gemelos puede generar que los padres los dejen solos por largos períodos de tiempo con la consecuente disminución del contacto con otros adultos y niños, situación que cuando es muy repetitiva puede llevar a un retraso en el desarrollo del lenguaje. Es importante entonces aclarar, que la compañía de los gemelos es una ventaja y una oportunidad para el desarrollo de vínculos y relaciones fraternas, pero el gemelo no es un sustituto de los padres. La relación que se establece entre los gemelos les permite aprender a cooperar y a compartir, por lo que se fomentan relaciones solidarias y se desarrolla una confianza mutua que mitiga la angustia de separación al momento del ingreso al jardín infantil, pues cuentan con el otro hermano como objeto de seguridad, que, posteriormente, pudiera facilitar las habilidades sociales con otros niños.
Las relaciones con otros hermanos Los retos en la crianza de las familias que tienen otro hijo, además de los gemelos, son mayores, ante la sensación de abandono por los cuidados que requieren los nuevos hermanos, situación que los lleva a reclamar o manifestar la necesidad de atención por parte de sus padres. Es recomendable que estos entonces dediquen tiempo de calidad para sus otros hijos, y los involucren en la atención de los gemelos. Se sugiere también buscar ayuda de los familiares y otros integrantes de la red de apoyo.
Crecimiento y desarrollo Dado que muchos gemelos nacen antes del término, tienen mayores riesgos para su desarrollo neurológico. Inicialmente, pueden tener puntuaciones menores en el área del lenguaje, funciones motoras y personal-social, posiblemente a consecuencia de la prematuridad, la hospitalización o porque permanecen más con
Entorno
su hermano que interactuando con otros adultos o niños, y reciben una menor atención individual. Con el paso del tiempo los puntajes van siendo muy similares a niños de su misma edad sin condición de gemelaridad.
Crianza e identidad individual La identidad de los gemelos es uno de los mayores retos de la crianza múltiple y es un gran desafío en gemelos idénticos, ya que se considera que las similitudes físicas facilitan los problemas de identidad y personalidad. Por tal razón, se sugiere favorecer cierto grado de separación para la búsqueda de identidad propia, tratarlos como individuos separados procurando llamarlos por su propio nombre, buscar formas de diferenciarlos, ya sea con las manillas de identificación que usaron en el hospital, identificar una marca en la piel o un corte de pelo distinto, y no vestirlos igual porque la identidad se va creando desde el exterior. Los padres deben procurar establecer lazos afectivos y compartir tiempo con cada uno por separado: escucharlos, conocer sus gustos, necesidades, habilidades y capacidades y responder sus preguntas de manera individual.
La escolaridad Para tomar la decisión de si los gemelos deben compartir el aula en la institución educativa, se recomienda conocer el tipo de relación que tienen
con los padres y entre ellos y evaluar la capacidad que tienen de crear lazos de amistad con otros niños. Cuando la interacción establecida no limita el desarrollo social del otro, podrían compartir el aula para favorecer los sentimientos de seguridad y evitar el traumatismo de la doble separación (padres y hermano). Esto también facilita a los padres el transporte y la asistencia a reuniones escolares. Debe procurarse que los docentes los sepan reconocer, promuevan trabajos en grupos diferentes y que compartan con varios compañeros y eviten compararlos o etiquetarlos. En caso de que se decida su separación, esta se debe hacer de forma paulatina y tener en cuenta su opinión. Cuando la cercanía de los gemelos en el aula limita el desarrollo del otro, la asistencia a salones de clase o colegios separados permite un mejor logro de la individualidad y la independencia, así como el desarrollo de talentos y habilidades individuales, minimizando, de esta forma, la comparación y competencia entre ellos.
Rivalidad y competencia Los conflictos entre gemelos son cuestiones que se presentan con frecuencia y se deben entender como un proceso dentro del desarrollo de sus relaciones y fundamental para su fase de individualización.
El conflicto entre los gemelos es algo que se presenta con frecuencia y se debe entender como un proceso dentro del desarrollo de sus relaciones.
La resolución de estos les permite aprender habilidades sociales si se manejan de forma apropiada. Es importante evitar compararlos o establecer estereotipos, como el bueno y el malo, o el juicioso y el necio. Se aconseja resaltar las habilidades y características de cada uno por separado.
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Entorno
Decálogo de recomendaciones sobre la crianza múltiple Prepararse durante la gestación con información de recursos confiables. Fortalecer la red de apoyo familiar y externa. Especialmente los primeros meses el cuidado de los niños requiere de ayuda extra. Tratarlos como individuos separados desde la posición de cada uno en el vientre y llamarlos a cada uno por su nombre.
Iniciar la lactancia lo más rápido posible para promover una lactancia exitosa, con técnicas de extracción, alimentación simultánea y por separado. Crear una rutina similar para los gemelos en las primeras semanas de vida. Compartir tiempo de calidad con cada gemelo por separado. Tratar de destinar espacios para satisfacer las necesidades personales, de la pareja y de otros hijos, pues esto favorece la dinámica familiar. Evitar vestirlos igual, compararlos y establecer estereotipos, pues estas acciones pueden generar rivalidades y competencia entre ellos. Propiciar el juego e interacción con otros niños les ayuda en la construcción de su identidad y el desarrollo del lenguaje. Al ingreso al jardín infantil y al colegio, no siempre hay que separarlos. Para tomar la decisión, es importante tener en cuenta la opinión de los niños y las relaciones establecidas entre ellos.
Signos de alarma Finalmente, presentamos cinco signos de alarma que pueden ser de utilidad para las familias que afrontan la crianza múltiple y que requieren de ayuda profesional: Signos de depresión y fatiga de los padres. Dificultades para la lactancia de ambos hijos. Retraso en el desarrollo del lenguaje y en el área personal social. Interdependencia y limitación para establecer la propia identidad. Rivalidades y conflictos persistentes entre los hermanos.
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Lecturas recomendadas • Luisa Andrade, María Martins. La familia en la perspectiva gemelar, una revisión sistemática. Julio, 2014, 758-66 • Sociedad Colombiana de Pediatría. Gemelos: amor y crianza por partida doble. Crianza & Salud 2004; 2(5): 32-37. • Marta Cuéllar, Zenaida Pérez Restrepo. ¡Gemelos sí..., pero diferentes! Boletín La Crianza Humanizada N° 143, 2012.
Prevención
‘coronainsomnio’: los trastornos del sueño y la pandemia El
los trastornos del sueño y la pandemia Por: Lina María Martínez Fonseca Coordinadora editorial de la revista Crianza & Salud Con la colaboración de: Andrés Barreto Agudelo Psicólogo, magíster y director del Programa de Psicología de la Fundación Universitaria San Martín
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os trastornos del sueño son relativamente frecuentes en la población infantil y están relacionados con problemas emocionales y de comportamiento, tanto en niños, niñas como en adolescentes, afectando, en gran medida, su calidad de vida; sin embargo, el confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19 trajo consigo que este fenómeno se esté presentando con una mayor regularidad en los niños, como así lo establece el estudio Evaluation of the effect of the COVID-19 pandemic on sleep disorders and nutrition in children, de Izzet Fidanci y cols.: “Los problemas del sueño, que aumentan con la ansiedad que acompaña a las pandemias, también pueden profundizar los trastornos psicológicos. Los padres con hijas deben tener más cuidado durante estos períodos”. Pero, ¿por qué la investigación hace especial énfasis en las niñas? De acuerdo con el psicólogo, magíster y director del Programa de Psicología de la Fundación Universitaria San Martín, Andrés Barreto Agudelo, “debemos recordar que, en general, por la educación básicamente las niñas tienden a ser mucho más sensibles a los elementos emocionales que los niños. A estos últimos, igualmente, por el tema cultural, se les incita a ser más fuertes y a que se vean menos afectados ante ciertas situaciones; por lo tanto, las niñas, al tener una mayor permisividad al expresar sus sentimientos de tristeza, dolor o pérdida, van a verse mucho más impactadas”.
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Prevención
Los padres deben abrir espacios de actividades lúdicas para que, a través de ellas, los niños comuniquen sus miedos.
Sin embargo, añade el especialista, como los niños no son muy dados a las conversaciones como los adultos, “se requiere entonces que los padres o cuidadores abran espacios, mediante juegos, pinturas, marionetas y otras actividades lúdicas; para que, a través de ellas, los niños puedan comunicar sus miedos, temores y las dificultades que ellos visualizan a raíz de la situación que estamos viviendo”.
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‘Sueño regular para un futuro saludable’ Recientemente se celebró en todo el mundo el “Día Mundial del Sueño”, cuya versión de 2021 se desarrolló bajo el lema: “Sueño regular para un futuro saludable”. Y es que, con la actual coyuntura, se hace necesario hoy, más que nunca, sensibilizar a las personas sobre la importancia de tener un buen descanso y, en especial, poniéndole atención a los niños, en los que, en este último año, los casos de trastornos del sueño se han incrementado en niveles crónicos, según revela Charles M. Morin, director del Centro de Investigación del Sueño de la Universidad Laval en Quebec, quien lidera una investigación en 15 países para medir el impacto de la pandemia en el buen descanso. Algunos expertos atribuyen esto a los cambios en las dinámicas y el encierro provocado por el Covid-19, afectando, especialmente, a la población infantil de manera emocional y conductual. El cierre de jardines, escuelas, colegios y universidades, como parte de las medidas para mantener el distanciamiento social durante la crisis, ha tenido, de igual forma, un marcado impacto en la vida de los niños, niñas y adolescentes, debido al acceso limitado a actividades al aire libre y las restringidas interacciones con sus pares. El estrés, la ansiedad y las preocupaciones empeoraron con el confinamiento, dando lugar a términos como el “coronainsomnio”, para describir los patrones de sueño poco saludables y las alteraciones que este ha tenido a raíz de la pandemia.
Al respecto, el Dr. Barreto indica que, “durante este tiempo de pandemia, los niños han presentado ansiedad y angustia generadas por los procesos de incertidumbre, por la enfermedad o muerte de familiares o conocidos, y estas circunstancias, aunadas a factores físicos, como el sedentarismo o cambios en la dieta, hacen que cambien los niveles de tranquilidad cotidianos, alterando de alguna forma el sueño de los niños”. El especialista resalta que es importante saber que no siempre que hay dificultades para dormir se está hablando de un trastorno del sueño, pues este requiere que se identifique como crónico, lo cual significa que el problema para dormir se presenta, por lo menos, de tres a cuatro veces a la semana. Cuando ya se establece que es crónico es indispensable que se visite a un especialista del sueño (neurólogo, psicólogo, entre otros), para que trabaje sobre la problemática, identifique las causas y establezca el tratamiento adecuado. “Teniendo en cuenta que el sueño funciona como una especie de catalizador que nos permite mantenernos bien, tanto física como emocionalmente, al no estar funcionando de manera adecuada esta ‘válvula de regulación de escape’, va a hacer que se presenten diferentes problemáticas, tanto a nivel físico como emocional”, aclara. Y es que tanto el sueño adecuado y de calidad como la nutrición son valiosos y forman parte fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, niñas y adolescentes. “La deprivación o la mala calidad del sueño en el niño repercute en su rendimiento escolar (debido a la alteración de las funciones cognitivas que disminuyen la atención selectiva y la memoria) y en su estado de ánimo y comportamiento; y la alteración crónica puede tener también repercusiones físicas, especialmente, fallo de medro, por lo que es esencial diagnosticar el trastorno a tiempo y realizar el tratamiento apropiado”, así lo indica la neuropediatra española Rocío Sánchez Carpintero Abad.
Prevención
Por otro lado, la falta de sueño en los adolescentes incide significativamente en su pensamiento, comportamiento y habilidades emocionales; por ello, hay que concientizarlos sobre el efecto de la calidad del sueño en su crecimiento-desarrollo y su relación con su éxito académico, pues, aclaran los especialistas, “los problemas del sueño que aumentan, especialmente con un estado de ansiedad acompañante, pueden conducir igualmente a trastornos psicológicos más profundos”. Es claro que todas las restricciones a las cuales hemos estado sometidos durante los últimos meses repercuten de una u otra forma en nuestro estado de ánimo, y los adolescentes no se escapan de ello, pues pueden sumirse
en actitudes de soledad o letargo, e incrementar el tiempo que pasan frente a las pantallas y las redes sociales, lo cual promueve el sedentarismo, afectando, de esta forma, su calidad de vida y horarios de sueño.
Síntomas y tratamiento En los niños los trastornos del sueño pueden generar hiperactividad, irritabilidad, alteraciones del ánimo, problemas conductuales, falta de control de impulsos y déficits cognitivos, lo cual puede plasmarse en dificultades en su rendimiento académico y de aprendizaje. Por ello, los padres deben estar atentos ante cualquier cambio en la conducta de sus hijos y preguntarles siempre cómo durmieron cada noche. Mientras más conozcan la
“arquitectura” del sueño de sus niños, más fácil será identificar en ellos un problema. En cuanto al tratamiento, los especialistas del departamento de Pediatría del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en España, indican que “las medidas de higiene de sueño y la terapia cognitivo conductual han de ser siempre el tratamiento de primera línea de los trastornos del sueño, ya que han demostrado ser las más eficaces a largo plazo. En general, existe poca evidencia que avale el uso de terapia farmacológica en el tratamiento de los trastornos del sueño en la infancia, por lo que no se considera de primera línea. Solo se reserva a casos concretos y no se contempla tampoco como tratamiento exclusivo”.
Ayude a sus hijos a dormir bien El bienestar físico, mental, emocional y social de sus hijos es sumamente importante, por ello, si descubre que están teniendo problemas para conciliar el sueño o duermen pocas horas, tengan en cuenta las siguientes recomendaciones de higiene del sueño, dadas por el Dr. Barreto, para ayudarlos a tener un mejor descanso:
• Tranquilice
al niño en caso de tener algún síntoma de ansiedad.
• Acondiciónele
un buen espacio para conciliar el sueño.
• No
permita que utilice la cama para otras actividades, sino que la emplee casi que exclusivamente para dormir.
• No
deje que use aparatos electrónicos (pantallas), por lo menos 30 minutos antes de irse a dormir.
• Ofrézcale
alimentos livianos y no muy cercanos a la hora de acostarlo.
• Promueva
la práctica de un baño con agua tibia que lo ayude a relajar.
Medidas que animan o facilitan al niño irse a la cama* Realización de rutinas predecibles para acostarse.
Acostar y levantar a los niños a la misma hora habitualmente.
Llevarlos a la cama cuando están cansados y evitarlo si están demasiado activos.
Realizar actividades relajantes y no aquellas que sean intensas antes de acostarse.
• Controle
que duerma el promedio de horas, según la edad, para ayudarlo a mantenerse sano física y emocionalmente.
Promover la capacidad de dormirse sin la presencia de los padres. Resolver problemas o hacer planes antes de acostarse y no en ese momento.
*Fuente: Asociación Española de Pediatría.
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Opinan los expertos
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os niños pueden ponerse muy enfermos si tienen contacto con medicinas, detergentes domésticos, pesticidas, químicos o cosméticos. Esto puede ocurrir a cualquier edad y causar reacciones serias; sin embargo, la mayoría de los niños que tienen contacto con estas cosas no sufren lesiones permanentes si reciben un tratamiento de inmediato. La siguiente información de la Academia Americana de Pediatra le ayudará a prevenir y tratar los envenenamientos en su casa.
Prevención La mayoría de los envenenamientos ocurren cuando los padres están distraídos. Mientras usted se ocupa de otras cosas, su hijo puede estar explorando lo que hay en el armario o debajo del lavamanos del baño, donde suelen guardarse objetos domésticos peligrosos. Puesto que a los niños les gusta llevarse las cosas a la boca y probarlas, corren el riesgo de envenenarse o intoxicarse. Recuerde supervisar de cerca a su hijo en todo momento y esté aún más pendiente de él cuando vayan a otros lados, especialmente a la casa de los abuelos, donde las medicinas suelen dejarse afuera y al alcance. El mejor modo de protegerlo de posibles envenenamientos es guardar todo aquello que representa un peligro bajo llave y fuera de su alcance. Esto debe incluir: Medicinas (especialmente las que contienen hierro).
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• Productos de limpieza, como detergentes de platos y ropa, blanqueadores, amoniaco y barniz para muebles. • Líquido descongelante, disolventes de pintura y líquido para limpiar el parabrisas. • Gasolina, queroseno, aceite para lámparas. • Pesticidas. • Alcohol. Es importante que siempre guarde las medicinas y los productos domésticos en sus envases originales. Un niño puede confundirse si pone estos productos en recipientes que alguna vez se usaron para alimentos, en especial, botellas vacías de bebidas, latas o vasos. Además, muchos productos tóxicos y peligrosos tienen el aspecto de alimentos o bebidas: por ejemplo, su niño podría creer que el jabón para lavar los platos en polvo es azúcar o el detergente líquido con aroma a limón es limonada.
Cómo poner su casa a prueba de envenenamientos En la cocina • Mantenga los medicamentos, detergentes, lejía, barniz para muebles, jabón para lavaplatos y otros elementos peligrosos en un gabinete bajo llave o con pasadores de seguridad; que estos estén siempre fuera de la vista y que no sean de fácil acceso para los niños. • Si tiene que almacenar artículos debajo del lavamanos o fregadero, utilice pasadores de seguridad que se accionen cada vez que cierra el gabinete.
Opinan los expertos
En el baño • Ponga todos los medicamentos en envases que tengan tapas de seguridad. Pero recuerde: estas tapas son resistentes a los niños, no a prueba de ellos, así que debe guardarlos bajo llave. Deshágase de los sobrantes de medicinas recetadas. Averigüe si su comunidad tiene un sitio o programa para desechar los medicamentos no deseados. Si no, viértalos en el inodoro. Guarde la crema de dientes, jabones, champú y otros artículos de uso diario en un gabinete distinto al que guarda los productos peligrosos. Tómese sus medicamentos fuera de la vista de sus hijos para evitar que estos traten de imitarle. Llame a las medicinas por su nombre. No confunda al niño diciendo que la medicina es un caramelo. • Revise la etiqueta cada vez que administre una medicina. Así se cerciorará de dar la medicina adecuada, en las cantidades correctas, a la persona indicada. Las equivocaciones son más comunes a mitad de la noche, así que prenda la luz siempre que vaya a suministrar un medicamento a esa hora.
En el garaje y el sótano • Mantenga las pinturas, barnices, diluyentes, pesticidas y fertilizantes en un mueble bajo llave. • Lea las etiquetas de los productos domésticos antes de comprarlos. Trate de elegir los productos más seguros para ese tipo de trabajo. Compre solo lo que va a usar en ese momento.
• Abra la puerta del garaje antes de prender el motor del auto para prevenir una intoxicación con monóxido de carbono. • Cerciórese de que las estufas o cualquier otro electrodoméstico de carbón, madera o queroseno estén en buen funcionamiento. Si siente olor a gas, apague la estufa o el quemador de gas, salga de la casa y llame a la compañía de gas.
En toda la casa • Instale alarmas de humo y detectores de monóxido de carbono. Comuníquese con el departamento de bomberos de su localidad para que le indiquen cuántos de estos aparatos necesita y dónde debe instalarlos.
Tratamiento Ingestión de sustancias venenosas • Si encuentra a su niño con un envase abierto o vacío de un producto no comestible, es posible que el niño se haya intoxicado. Mantenga la calma y actúe rápidamente. • En primer lugar, aleje el producto del niño. Si él todavía tiene parte del producto en la boca, haga que
Lea las etiquetas de los productos domésticos antes de comprarlos. Trate de elegir los productos más seguros para ese tipo de trabajo.
lo escupa o sáqueselo de la boca con sus dedos. Mantenga este material junto con cualquier otra cosa que pueda ayudar a determinar qué fue lo que él se tragó. • No lo haga vomitar, puesto que esto puede causarle más daño. • Si el niño está inconsciente, no respira, tiene convulsiones o temblores, llame de inmediato al 123, que es el número de emergencias nacional.
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Opinan los expertos
• Si su hijo no tiene estos síntomas, llame a emergencias. Se le pedirá que suministre los siguientes datos: - Su nombre y número telefónico. - El nombre, edad y peso de su hijo. - Cualquier condición médica que tenga el niño. - Cualquier medicina que esté tomando su hijo. - El nombre de la sustancia que se tragó (lea y deletree el nombre que aparece en la etiqueta). - La hora en que su hijo se tragó el veneno (o el momento en que lo encontró), así como la cantidad que usted cree que se tragó. Si el producto es muy venenoso o si su hijo es muy pequeño, tal vez le indiquen que lo lleve de inmediato al hospital más cercano. Si el niño no está en peligro, el personal del centro de intoxicaciones le dirá qué hacer para ayudar al niño en casa.
Venenos en la piel Si el niño se vierte un químico peligroso sobre el cuerpo, quítele la ropa y lávele la piel con agua templada, por
lo menos durante 15 minutos al menos, y aun cuando el niño se resista; luego, llame a emergencias. No le aplique pomadas ni sustancias grasosas.
Venenos en los ojos Lávele el ojo al niño abriéndole el párpado y vertiendo un chorro continuo de agua templada por la comisura interna del ojo. El procedimiento será más fácil si otro adulto sostiene al niño mientras usted le enjuaga el ojo. Si no hay otra persona adulta, envuelva bien al niño en una toalla y sujételo debajo del brazo. Entonces tendrá una mano libre para abrirle el párpado y la otra para verter el agua. Siga lavando el ojo por 15 minutos. No use copas para lavar los ojos, gotas para ojos, ni pomadas, a menos que el centro de envenenamientos se lo indique.
Vapores venenosos En el hogar pueden generarse vapores venenosos de: • Un auto encendido que está dentro de un garaje cerrado. • Fugas o escapes de gas.
Información importante sobre el jarabe de ipecacuana El jarabe de ipecacuana es una droga que se usaba en el pasado para hacer vomitar a los niños cuando se habían tragado un veneno. Aunque parezca lógico, este no es un tratamiento adecuado para envenenamientos. No se debe hacer vomitar a un niño de ningún modo, ni dándole jarabe de ipecacuana, ni provocándole náuseas con agua con sal. Si tiene este jarabe en casa viértalo en el inodoro y bote el envase a la basura.
No deberá usarse la información contenida en esta publicación a manera de sustitución del cuidado médico y consejo de su pediatra. Podría haber variaciones en el tratamiento, las cuales el especialista podría recomendar con base en los hechos y circunstancias individuales.
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• Estufas de madera, carbón o queroseno que no están funcionando bien. • Calentadores portátiles, hornos, estufas o calentadores de agua que funcionan con gas. Si su hijo ha estado expuesto a vapores o gases, haga que respire aire fresco de inmediato. Si está respirando, llame a emergencias para recibir instrucciones. Si el niño ha dejado de respirar, inicie el procedimiento de reanimación cardiopulmonar (CPR, por sus siglas en inglés) y no se detenga hasta que respire por su cuenta o alguien más pueda relevarlo. Si puede, pida que alguien llame al 123 de inmediato. Si está solo, espere hasta que el niño respire o luego de haber practicado el CPR por un minuto, y llame al 123 posteriormente.
Recuerde
• Esté preparado siempre para una emergencia a causa de un envenenamiento. Ponga a la vista de todos el número de la línea de ayuda y emergencias en cada teléfono de su casa y programe el número en su celular.
Preguntas y respuestas
A propósito de
‘Un manual para ser niño’, sabía usted que: Por: Juan Fernando Gómez Ramírez Pediatra puericultor
E
s el título de un magnífico ensayo escrito por Gabriel García Márquez como integrante de la Misión “Ciencia, Educación y Desarrollo”, creada en 1995 por iniciativa presidencial, para la formulación de propuestas educativas innovadoras en nuestro país. A continuación, compartiremos con nuestros lectores algunas de las afirmaciones de su autor, que consideramos más trascendentes: • Los padres quisiéramos siempre que nuestros hijos fueran mejores que nosotros, aunque no siempre sabemos cómo. • Creo que algunos niños a una corta edad, y en ciertas condiciones, tienen facultades congénitas que les permiten ver más allá de la realidad admitida por los adultos. Podrían ser residuos de algún poder adivinatorio que el
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género humano agotó en etapas anteriores, o manifestaciones extraordinarias de la intuición casi clarividente de los artistas durante la soledad del crecimiento, y que desaparecen, como la glándula del timo, cuando ya no son necesarias. • Las aptitudes y las vocaciones no siempre vienen juntas. Solo cuando las dos se juntan hay posibilidades de que algo suceda, pero no por arte de magia: todavía falta la disciplina, el estudio, la técnica y un poder de superación para toda la vida. • Debe plantearse para Colombia un sistema educativo que empiece por educarnos a padres y maestros en la apreciación precoz de las inclinaciones de los niños, y los prepare para una escuela que preserve su curiosidad y su creatividad naturales.
• Por fortuna para la humanidad, los niños les hacen poco caso a los padres en materia grave, y menos en lo que tiene que ver con el futuro. • Que la vida decida quién sirve y quién no sirve, como de todos modos ocurre. *Fuente: García Márquez G. Un manual para ser niño. En Colección Documentos de la Misión “Ciencia, Educación y Desarrollo”. Tomo 2. Presidencia de la República-Colciencias. Bogotá. 1995.
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Cómo se
dibuja a un niño Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño. Pintarle mucho flequillo, que esté comiendo un barquillo; muchas pecas en la cara, que se note que es un pillo; pillo rima con flequillo y quiere decir travieso. Continuemos el dibujo: redonda cara de queso. Como es un niño de moda, bebe jarabe con soda. Lleva pantalón vaquero con un hermoso agujero; camiseta americana y una gorrita de pana. Las botas de futbolista porque chutando es artista. Se ríe continuamente, porque es muy inteligente. Debajo del brazo un cuento, por eso está tan contento. Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.
Gloria Fuertes
Reflexiones Ilustraciones: karlos F. BaKKA R.
“Tres cosas aún conservamos del paraíso: las estrellas, las flores y los niños”.
Dante Alighieri
“Nunca estamos tan indefensos contra el sufrimiento como cuando amamos”.
Sigmund Freud
“No hay peor pesadilla que ser prisionero de los sueños de otro”. Gilles Deleuze
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