Toxoplasmosis cerebral

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Juliana Giraldo Rivera, MD Médica de la Universidad CES Residente de Pediatría, Universidad CES, Medellín

Andrea Restrepo Gouzy, MD Pediatra Especialista en Enfermedades Infecciosas Hospital “Pablo Tobón Uribe” Docente, Universidad CES, Medellín

Introducción La toxoplasmosis es una infección de distribución mundial que infecta principalmente a los mamíferos, incluyendo los humanos y de manera particular a las personas con alguna deficiencia en la inmunidad. Las alteraciones del sistema inmune en la edad pediátrica son cada vez más frecuentes, debido a las nuevas opciones terapéuticas para algunas patologías que antes eran consideradas intratables, motivo por el cual se hace cada vez más necesario conocer estas condiciones y las complicaciones que se pueden derivar de estos tratamientos, como es el caso de la toxoplasmosis cerebral. Toxoplasma gondii, un parásito (protozoo) intracelular, es el que produce la toxoplasmosis. Los únicos hospederos definitivos de este parásito son los miembros de la familia felidae (gatos domésticos y otros relacionados). La infección aguda por T. gondii usualmente cursa asintomática. De los individuos inmunocompetentes, solo el 10%-15% manifiesta algún síntoma y estos son inespecíficos (fatiga, linfadenopatías no dolorosas o síndrome mononucleósico). En los pacientes inmunosuprimidos

son más frecuentes las manifestaciones de infección grave, tales como encefalitis, miocarditis o neumonitis; y de estas, la más común es la encefalitis (1).

El ciclo del parásito Los ooquistes no esporulados se excretan en las heces de los gatos por 1-2 semanas luego de adquirida la infección. Estos ooquistes se tardan entre 1 y 5 días para formar esporas en el ambiente y convertirse en la forma infectante. Los hospederos intermediarios, como roedores y aves, se infectan al ingerir agua o material vegetal contaminado con estos ooquistes, que se convierten rápidamente en taquizoítos y luego se ubican en el tejido neural y muscular, para convertirse en quistes tisulares que contienen bradizoítos. Los gatos cazan a estos hospederos intermediarios y se infectan al consumir sus quistes tisulares o también pueden infectarse al consumir directamente los ooquistes esporulados. Finalmente, el ser humano puede infectarse por cualquiera de las siguientes vías (2): • Consumo de productos animales mal cocidos que contienen los quistes tisulares. • Consumo de alimentos o aguas contaminadas con heces de gatos. CCAP  Volumen 16 Número 4 

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