Los lácteos en los niños y adolescentes: un aspecto relevante para una mejor calidad en su salud y a

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LOS LÁCTEOS EN LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES: UN ASPECTO RELEVANTE PARA UNA MEJOR CALIDAD EN SU SALUD Y ALIMENTACIÓN


Los lácteos, especialmente leche, yogurt y queso, aportan una serie de nutrientes entre los que destacan proteínas de alto valor biológico, calcio, fósforo, vitaminas del complejo B, vitamina D, etc., nutrientes que son relevantes para los seres humanos en diferentes etapas del ciclo vital, pero que adquieren una mayor importancia durante los primeros años de vida, infancia e incluso en la pubertad y adolescencia. Al respecto, una sólida evidencia científica ha demostrado sistemáticamente que la ingesta diaria de lácteos es beneficiosa para prevenir la desnutrición, favorecer la recuperación nutricional de niños desnutridos (especialmente salud ósea e incremento en talla), así como para prevenir el sobrepeso y obesidad durante la infancia y adolescencia, junto con favorecer un mejor crecimiento y desarrollo de la masa ósea y muscular. Es importante indicar que la inclusión de lácteos en la dieta habitual durante la infancia, pubertad y adolescencia, facilita alcanzar la ingesta de nutrientes críticos para el crecimiento y desarrollo. El presente artículo presenta evidencia científica actualizada sobre los beneficios generados por el consumo habitual de lácteos desde los primeros años de vida hasta la adolescencia.

1. Introducción

alimentos ampliamente reconocidos por el valor nutricional que tienen, especialmente por el aporte de energía, macro y micronutrientes [9]. Así como por los diversos beneficios que generan en la salud durante las diferentes etapas del ciclo vital [10,11,12], reconocimiento que se sustenta en un gran número de investigaciones que demuestran la importancia de consumir diariamente estos alimentos [10,11,12], siendo este, el soporte científico fundamental para considerar a los lácteos como alimentos que deben formar parte de una alimentación saludable.

Durante todas las etapas del ciclo vital, el ser humano requiere de una alimentación que aporte permanentemente energía, macro-nutrientes (proteínas, ácidos grasos e hidratos de carbono) y micro-nutrientes (vitaminas liposolubles e hidrosolubles y minerales) con el propósito de promover un óptimo crecimiento, desarrollo y funcionamiento de todas las células, tejidos, órganos y cuerpo humano en su totalidad [1,2]. Pero es durante el embarazo, lactancia materna, infancia, pubertad y adolescencia, cuando la En el caso de los niños y adolescentes, los investigadores alimentación y calidad nutricional de esta adquiere un permanentemente estudian los efectos de la ingesta de rol relevante para favorecer en el organismo i) un óptimo lácteos en la nutrición y salud de estos grupos etarios, desarrollo, ii) adecuado crecimiento, iii) funcionamiento y teniendo como base el contenido de nutrientes presentes fortalecimiento del sistema inmune, desarrollo neurológico, en estos alimentos, y los diversos efectos en la salud [13]. Se y iv) disminución del riesgo de desarrollar enfermedades destacan los positivos efectos en i) crecimiento y salud ósea, nutricionales por déficit de nutrientes (ej. anemia ferropriva ii) prevención de la desnutrición infantil, iii) recuperación o raquitismo) o por exceso (ej. obesidad o hipertensión nutricional de niños desnutridos, iv) prevención del sobrepeso arterial) [3,4]. Es importante mencionar que incluso el estado y obesidad, y v) incluso beneficios cognitivos en la etapa nutricional materno antes del embarazo, la alimentación y escolar [14,15], efectos positivos que en su conjunto sustentan nutrición durante la vida intrauterina y lactancia materna, hasta los primeros dos años de vida, pueden influir significativamente en un aumento o reducción en Figura 1 Menor riesgo el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas no de desnutrición infantil transmisibles durante la vida adulta [5,6], proceso conocido genéricamente como programación fetal [6]. Al respecto, y teniendo como objetivo Consumo de Dieta de Mineralización principal asegurar el bienestar de un individuo lácteos en Mejor Calidad ósea e incremento durante toda su vida, la alimentación y nutrición la infancia y Nutricional de talla adolescencia deben ser suficientes, variadas, equilibradas e inocuas [7,8]. Menor riesgo de sopre peso y obesidad

En el contexto de la alimentación, nutrición y salud, durante los primeros años de vida, la leche, el yogurt y el queso entre otros lácteos son

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tendrían las proteínas lácteas en favorecer el incremento de la estatura (crecimiento lineal) en niños [27,28], efecto que se traduciría además en una mayor talla en la edad adulta [27,29]. Al respecto, diversos estudios han demostrado que el consumo de leche y otros lácteos se relacionan con una mayor talla, menor prevalencia de bajo peso y desnutrición en niños y adolescentes [30,31]. Desde el embarazo, lactancia materna y hasta los dos primeros años de vida la ingesta de leche ha demostrado ser beneficiosa para incrementar la talla [32,33]. Al respecto el mayor consumo de lácteos durante el embarazo se asocia positivamente con una mejor talla y menor riesgo de tener hijos pequeños para la edad gestacional [33]. Con relación a los efectos sobre el crecimiento es interesante mencionar que la incorporación de leche en la dieta de niños que presentan una baja ingesta de proteínas incrementa la velocidad de crecimiento lineal [33,34,35,36], además, en estudios de intervención, la ingesta de leche en niños en edad escolar (7 a 9 años) de bajo nivel socio-económico ha logrado un incremento leve en la talla [37,38], efectos que serían mediados por una mejoría en la calidad nutricional de la dieta.

claramente la inclusión de los lácteos en la alimentación de los niños y adolescente (Figura 1). El presente artículo presenta una revisión actualizada respecto a los efectos que produce la ingesta de lácteos durante la infancia, pubertad y adolescencia, con especial énfasis en la prevención de enfermedades o alteraciones metabólicas asociadas con las carencias o excesos de nutrientes.

2. Metodología Esta revisión incluye estudios recientes realizados en humanos que consideraron los efectos de la ingesta de lácteos en el crecimiento, desarrollo, peso corporal y programas de alimentación escolar que incluyen lácteos, en niños y adolescentes. La búsqueda de estudios se realizó utilizando la base de datos PubMed de la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto Nacional de Salud, Web of Science y Scopus.

3. Aspectos alimentarios de los lácteos e impacto en la dieta La leche, que es el producto de la ordeña completa e ininterrumpida de vacas sanas, bien alimentadas y en reposo [16], contiene una excelente mezcla de nutrientes que son relevantes para el crecimiento y desarrollo del organismo humano, donde se destacan las proteínas de alto valor biológico (5 a 6 gr en 200 ml), hidratos de carbono (lactosa), ácidos grasos, minerales (especialmente calcio, fósforo, magnesio, zinc, potasio) y vitaminas (B2, B12, K, A y D), nutrientes que facilitan cubrir los requerimientos de los seres humanos en crecimiento y desarrollo [17,18]. Además, la presencia de múltiples péptidos bioactivos, pre y probióticos en lácteos fermentados (especialmente yogurt) han demostrado importantes beneficios para el correcto funcionamiento del tubo digestivo, salud ósea e incluso la respuesta inmunológica [19,20].

En relación con la ingesta de lácteos y el desarrollo en niñas, se ha observado que un alto consumo de lácteos (mayor a 3 vasos de leche al día) no adelantaría el inicio de la menarquia (primera menstruación) [39]. Sin embargo, el consumo de leches a las que se les adiciona azúcar se asoció con un incremento de procesos fibroglandulares mamarios, mientras que la ingesta de yogurt tendría un efecto inverso [40]. Finalmente, el mayor consumo de lácteos durante la adolescencia no se relacionaría con una mayor probabilidad de desarrollar enfermedad mamaria benigna en la adultez temprana [41]. Un aspecto importante sobre los lácteos y el crecimiento, es el impacto de estos alimentos en la salud ósea, siendo relevante indicar que el consumo diario de lácteos (3 porciones de lácteos/día) se ha asociado positivamente con una mayor densidad mineral ósea total en niños y adolescentes [42,43,44], destacando el incremento de la densidad mineral ósea a nivel lumbar y en la tibia [42,43,45]. Además de la densidad mineral ósea otro parámetro que se ha evaluado es la fuerza ósea, estableciéndose que el consumo de lácteos (400 mL/día o más) aumenta la fuerza ósea [46,47] (Figura 1).

En relación con la dieta, diversos estudios han demostrado que la incorporación de lácteos en la alimentación de los niños y adolescentes favorece: i) el cumplimiento de las recomendaciones de ingesta diaria de nutrientes (ej. Calcio, vitamina B6, B12, A, D y folato), ii) la ingesta de una dieta saludable y iii) un mejor estado nutricional (especialmente menor incidencia de obesidad y exceso de grasa corporal) [21,22,23]. Además, en aquellos niños y adolescentes que cumplen con las recomendaciones de ingesta de lácteos se observa un mayor consumo de frutas y granos enteros, junto con un menor consumo de azúcar [24], transformando la leche y sus derivados en alimentos importantes para niños y adolescentes, especialmente para el objetivo de lograr una dieta de mejor calidad nutricional.

5. Lácteos, sobrepeso y obesidad El sobrepeso y la obesidad corresponden a la acumulación excesiva de grasa corporal, lo cual puede perjudicar la salud de las personas y es un problema que actualmente afecta a una cantidad importante de la población, tanto adulta como infantil a nivel global [48], estimándose en niños y adolescentes una creciente prevalencia de obesidad, la cual ha alcanzado una cifra cercana al 18% a nivel mundial [48]. El efecto de los lácteos en el peso corporal en diferentes grupos poblacionales ha sido estudiado por diversos grupos de investigación [49], donde se ha demostrado que el consumo habitual de lácteos

4. Lácteos y crecimiento Los beneficios que generan la ingesta de leche y sus derivados en el crecimiento y la salud ósea se atribuyen directamente al contenido y biodisponibilidad de proteínas de alta calidad biológica, calcio, fósforo y vitamina D [25,26], existiendo evidencia bastante clara respecto al efecto estimulante que

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la adición de azúcar a la leche, donde se ha demostrado que esta adición aumenta el consumo de leche, pero puede aumentar la ingesta energética por día y probablemente el sobrepeso y la obesidad [61]. Finalmente, dos meta-análisis recientes reportaron una relación inversa entre la ingesta de lácteos y el aumento de la adiposidad corporal, donde el consumo de lácteos permitiría reducir el riesgo de obesidad [60,62]. Los mecanismos que podrían explicar los efectos anti-obesogénicos de los lácteos aún son controversiales, pero es posible establecer que la matriz láctea, es decir la interacción entre los diferentes nutrientes y compuestos bioactivos presentes en la leche y sus derivados, tales como yogurt y queso: i) favorecerían una mayor saciedad, ii) aumentarían la producción de energía a partir de ácidos grasos en el organismo, y iii) favorecerían una mejor salud ósea y muscular [63,64], efectos que en conjunto serían beneficiosos para reducir el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes [65] (Figura 1).

puede ayudar a prevenir el sobrepeso y la obesidad [50,51], estableciéndose que la ingesta de tres porciones al día de lácteos contribuye a tener un adecuado peso corporal, mejor salud ósea, menor presión arterial y una reducción en el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2 [52]. En el caso de los niños y adolescentes, estudios de prevalencia han demostrado que el consumo de lácteos se relaciona inversamente con el sobrepeso y obesidad [53,54,55]. Se observa que los niños (entre 6 y 9 años) que tienen un peso normal presentan un mayor consumo de lácteos que aquellos que tienen exceso de peso [53,54]. En el caso de los adolescentes, se ha reportado que aquellos que diariamente consumen lácteos (por lo menos una porción al día) tienen una menor prevalencia de sobrepeso y obesidad [55], siendo el yogurt, el lácteo que se asoció con un menor índice de masa corporal (IMC) en mujeres adolescentes [56]. En un estudio realizado en los Estados Unidos de Norteamérica se observó una asociación entre el consumo de leche entera y menor grasa corporal en niños y adolescentes, proponiéndose un potencial efecto protector de la grasa láctea frente a la mayor adiposidad [57]. Además, Marcos-Pasero y cols. (2019) [54] observaron que el número de porciones de lácteos consumidos al día tendría un efecto protector frente al riesgo de presentar obesidad o sobrepeso. Otros estudios de seguimiento en niños hasta la adolescencia han demostrado que la ingesta de lácteos no se asociaría con un incremento en el IMC [56,58,59,60], reportándose que el reemplazo de leche entera por leche con menos grasa no se asociaría con una menor ganancia de peso corporal [58]. Otro punto a discutir es el efecto de

6. Lácteos y prevención de la desnutrición infantil La desnutrición infantil es un complejo problema de salud pública a nivel global, y América no está exenta de ello [66]. Al respecto, la desnutrición infantil es la consecuencia directa de una ingesta insuficiente de alimentos y nutrientes, pero también puede derivar de una enfermedad de base o de una atención de salud inadecuada [66], siendo el déficit de talla y peso para la edad los indicadores tradicionalmente más utilizados para establecer una desnutrición o malnutrición infantil por déficit [67]. Al respecto, la desnutrición infantil además de afectar el peso y la talla produce efectos

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negativos en el desarrollo de los niños, lo cual puede generar alteraciones en el desarrollo neurológico y la adquisición de habilidades cognitivas, menor respuesta inmunológica frente a agentes infecciosos y un incremento significativo del riesgo de muerte en los primeros meses y años de la vida [67].

Autor: RODRIGO VALENZUELA B. Departamento de Nutrición, Facultad de Medicina, Universidad de Chile Avenida Independencia #1027 Independencia, Santiago, Chile Teléfono: 56-2-29786014 E-mail: rvalenzuelab@uchile.cl

El crecimiento y la estatura adulta de un individuo depende de diversos factores, siendo la alimentación uno de los más importantes que influyen en la talla final [68], la desnutrición infantil constituye una de las principales causas de retraso del crecimiento [68,69]. El retraso en el crecimiento incluso puede comenzar durante la vida intrauterina (desnutrición materna) pero es antes de los 2 años de vida cuando más se han estudiado los devastadores efectos de la desnutrición infantil en este proceso característico del desarrollo humano [66,70,71]. Otro de los efectos adversos que genera la desnutrición es el impacto negativo en el desarrollo cognitivo, deterioro que inicialmente se refleja en la reducción del perímetro cefálico (índice antropométrico muy sensible a la desnutrición) parámetro que está asociado al volumen cerebral, coeficiente intelectual del niño y rendimiento cognitivo a largo plazo [72,73]. Es claro demás que la desnutrición infantil severa provoca un menor volumen y peso del cerebro, reducción del tamaño de las células de la corteza cerebral, número de axones mielinizados, menor capacidad de sinapsis y alteraciones en el metabolismo de los neurotransmisores [73,74,75].

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Con relación a la desnutrición infantil, los lácteos (especialmente leche) han demostrado ser alimentos muy eficientes para prevenir la desnutrición infantil y para recuperar a niños desnutridos [74], beneficios que se generan porque los lácteos son una excelente fuente de energía y nutrientes críticos durante la infancia [76,77]. destacando que la ingesta de leche en niños permite alcanzar sin mayores problemas las recomendaciones de ingesta de i) energía, ii) proteínas y aminoácidos esenciales, iii) minerales como calcio, fósforo o zinc, y iv) vitaminas tales como B2, B12, B6 o A [76,77] (Figura 1).

7. Conclusiones Los lácteos han demostrado ser alimentos muy importantes para los niños y adolescentes. Beneficios que se logran porque estos alimentos son una excelente fuente de nutrientes críticos para el crecimiento y desarrollo. Además, la ingesta de lácteos en estas etapas de la vida permite tener una dieta nutricionalmente de calidad, cubrir los requerimientos de nutrientes, y promover un adecuado estado de salud. Lo cual es fundamental para prevenir diversas alteraciones de origen nutricional, especialmente la desnutrición o la obesidad infantil.

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