Enfoque y manejo de las E
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Rafael Laverde Franco, MD Especialista en pediatría Docente Universidad del Rosario Servicio de Urgencias, Clínica Infantil Colsubsidio
Martha Carolina Bejarano Quintero, MD Especialista en pediatría Docente Universidad del Rosario Servicio de Urgencias, Clínica Infantil Colsubsidio
El ingreso de un recién nacido al servicio de urgencias representa un reto para los profesionales que realizan el primer contacto con este paciente, el cual, por su momento en el ciclo vital, tiene características que lo hacen totalmente diferente a los demás casos pediátricos, pues requiere un abordaje diagnóstico y terapéutico especial. En el presente documento, plasmamos los puntos clave de la atención inicial de los niños y niñas entre el día 0 y 28 de vida posnatal. Haremos referencia a los tres principales motivos de consulta: fiebre, ictericia y ALTE (apparent life threatening event) o EAM (episodios aparentemente mortales).
Fiebre en el recién nacido Los neonatos son un grupo de particular riesgo para infecciones bacterianas severas. Aunque la mayoría de los que consultan a urgencias por fiebre finalmente cursan con infecciones virales, aproximadamente del 12 al 28% de los neonatos febriles tienen una enfermedad bacteriana grave1.
Típicamente las bacterias que afectan a este grupo son gérmenes de alta virulencia, y las infecciones virales no se quedan atrás, ya que, con frecuencia, dejan secuelas importantes. Entre los agentes etiológicos bacterianos encontramos el Streptococcus agalactiae del grupo B, el cual se asocia con altas tasas de meningitis (39%) y sepsis (7%), Escherichia coli y Listeria monocytogenes. El neumococo es infrecuente en este grupo etario, sin embargo, en los casos documentados se ha reportado mortalidad del 14%1. En la valoración inicial en el servicio de urgencias, la apariencia general en el recién nacido, aunque es parte de la exploración física, no debe ser el punto de partida para excluir una enfermedad bacteriana grave. Se ha intentado aplicar, en recién nacidos, las diversas escalas de predicción de infección bacteriana grave que se usan en el niño febril, como los criterios de Rochester, Boston y Filadelfia; no obstante, los estudios realizados han comprobado que pueden clasificarse como de bajo riesgo neonatos CCAP Volumen 9 Número 2 ■
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