Marcha atópica
Daniela Pérez Novoa, MD1 Carlos Fernando Chinchilla Mejía, MD2
Precop SCP
INTRODUCCIÓN
Volumen 22 Número 3
58
El marcado aumento de las enfermedades crónicas no comunicables en la población infantil y particularmente de las enfermedades alérgicas, hace necesario para los médicos que prestan asistencia sanitaria a los niños el conocimiento de principios básicos de estas enfermedades, cómo se realiza el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de las mismas. El presente artículo plantea una revisión básica de las enfermedades que constituyen la marcha atópica.
DEFINICIÓN La marcha atópica hace referencia a la historia natural de las enfermedades alérgicas, cuyas manifestaciones clínicas se desarrollan secuencialmente a través del tiempo en diferentes órganos a lo largo de la infancia. Se debe tener en cuenta que algunos de estos síntomas pueden
ser persistentes en el tiempo, mientras que otros remiten e incluso desaparecen. Es importante precisar que la atopia se define como la predisposición genética a la producción de concentraciones elevadas de inmunoglobulina E (IgE) ante ciertos antígenos, mientras que la alergia se define como una reacción de hipersensibilidad mediada por mecanismos inmunológicos (IgE mediada, citotoxicidad inducida o mediada por anticuerpos y mecanismos de celularidad retardada). Este término fue acuñado inicialmente en 1923 por Coca y Coke, cuando se denominó atopia a un mecanismo de hipersensibilidad mediado por IgE. Sin embargo, al hablar de marcha atópica se debe aclarar que la IgE es mediadora de algunas enfermedades alérgicas, pero algunas de estas están mediadas por mecanismos de hipersensibilidad diferentes al tipo 1. Actualmente se hace referencia a la marcha atópica
1. Residente de tercer año de Pediatría. Universidad de Antioquia, Medellín 2. Pediatra alergólogo clínico. Profesor del Departamento de Pediatría, Facultad de Medicina, Universidad de Antioquia, Medellín