Nutrición del prematuro N
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Hernando M. Baquero L., MD Presidente Asociación Colombiana de Neonatología Coordinador Especialización en Neonatología Universidad del Norte Barranquilla (Colombia)
Lorena Velandia, MD Pediatra Fellow neonatología Universidad del Norte Barranquilla (Colombia)
“Durante los primeros días de vida, el prematuro enfermo es generalmente mantenido al borde de la inanición debido a que el aporte nutricional es considerado engorroso y no necesario. Sin embargo, la ausencia de efectos obvios inmediatos de esta inanición no descarta la existencia de efectos adversos a corto plazo o secuelas a largo plazo”. Ekhard E. Ziegler, 1991.
Introducción Los avances en la atención del recién nacido pretérmino (RNPT) han llevado a un aumento en la supervivencia de esta población. Este grupo de pacientes presenta características especiales en todos los sistemas de su organismo, entre ellos el gastrointestinal. Si las peculiaridades anotadas no se conocen, necesariamente terminarán impactando la nutrición del pequeño paciente. Las reservas disminuidas de nutrientes y la marcada inmadurez de los órganos y sistemas responsables de los procesos asociados a la nutrición son tal vez las dos características que más pesan a la hora de valorar la “debilidad nutricional” del pretérmino. El grado de limitantes nutricionales es inversamente propocional a la edad gestacional con que se nace. La principal meta nutricional en los RNPT debe ser alcanzar un crecimiento y desarrollo
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posnatal similar al que se esperaría si su vida intrauterina hubiese continuado. Como meta secundaria, se debe estar muy atento para evitar deficiencias o sobrecargas nutricionales específicas. Un caso especial son aquellos recién nacidos prematuros con restricción del crecimiento intrauterino en los cuales, por factores maternos, placentarios, o enfermedades propias del feto, su crecimiento es menor a lo esperado para su edad gestacional. El nacer con bajo peso necesariamente implica algún grado de desnutrición, lo cual, unido a situaciones que aumentan sus necesidades energéticas (actividad motora, termorregulación, enfermedades secundarias a su inmadurez, uso de medicamentos, estrés generado por procedimientos invasivos múltiples), convierte a esta población de recién nacidos (RN) en un grupo muy vulnerable para la ahora llamada “restricción del crecimiento posnatal”. Adicional a la “desnutrición posnatal”, estos niños pueden presentar alteraciones por exceso o por defecto de agua, que terminan influyendo en la evolución de las alteraciones clínicas propias de la prematurez y que están directamente relacionadas con la capacidad de lograr en ellos una adecuada y pronta recuperación