1 minute read

Sonrisas y lágrimas

tonto y cíclope) o cuando sobrevive a las sirenas haciéndose atar al palo mayor de su barco. Muestra inequívoca, por otro lado, de que ni él mismo se fiaba de su persona. Me resulta difícil imaginar la conversación que debió de tener con su mujer cuando, por fin, llegó a casa, veinte años después de partir. «Joder, cielo, no te lo vas a creer, pero justo cuando salíamos de Troya hubo una tormenta que te cagas y entonces…» En fin, que era un hijoputa muy listo que, de haber vivido en nuestros días, se habría convertido, sin duda, en político democrático.

A efectos de su literatura, la Ilíada y la Odisea son muy distintas. La primera es una historia bélica de nobleza y excelencia; la segunda, las aventuras de un tipo listo y encantado de haberse conocido. Si uno hubiera tenido que escoger un personaje de la Ilíada para escribir la continuación, Aquiles o Héctor habrían sido mucho mejores, pero, claro, murieron en combate. Sí, lector: los mejores palmaron en Troya, así que para las secuelas nos encontramos con listillos como Odiseo o, agárrate, Eneas, personaje que más que secundario era un extra en la Ilíada.

Advertisement

Sonrisas y lágrimas

El otro gran invento de los griegos fue, sin duda, el teatro. Este tuvo dos vertientes muy diferenciadas, la primera de las cuales, y la más seria, es la tragedia. Autores inmortales, como Esquilo, Eurípides y, sobretodo, Sófocles, nos dejaron muchísimas obras que luego darían nombre a complejos psiquiátricos. En sí, todas ellas son historias muy chungas, como Edipo Rey, en la que un hijo acaba matando a su padre y acostándose con su madre; o Electra, en la que la hija de Agamenón se busca la vida para vengar la muerte de su padre mediante su hermano; o Antígona, en la que dos hermanos se enfrentan por el trono, uno muere, y entonces la hermana quiere enterrarlo, pero el otro no le deja. Creo. No sé, es un lío, parece un jodido culebrón venezolano, yo creo que Sófocles tenía unos problemas familiares de narices y el tío no sabía ya lo que se pescaba.

En la otra cara de la moneda teatral está la comedia. En el imaginario occidental siempre vemos a los griegos como gente muy circunspecta, filosofando sentados encima de una piedra,

This article is from: