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S. Alejandra López Guerra

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Para ti

Para ti

Madre, amiga y guerrera

JORGE LUIS ABURTO LÓPEZ

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Berta López Mayoral nació en un pueblo llamado Atoyaquillo Oaxaca en 1975, ella desde muy pequeña tuvo que incorporarse al trabajo de campo. Sembrar y cosechar, recoger leña, cuidar a los animales etcétera, aparte de todas esas labores que hacía día a día, tenía que preparar la comida para su familia. Ella soñaba con ser una gran enfermera, por eso estudiaba a escondidas de su padre, pues a él no le gustaba que las mujeres fueran a la escuela, cuando su papá descubrió esto, la mandó al Distrito Federal, ahora CDMX, con un familiar.

Cuando llegó a la ciudad tenía la edad de 14 años. Al paso del tiempo conoció a su pareja con la que está actualmente, mi padre. A la edad de 16 años, quedó embarazada de su primer hijo, con la llegada de su primogénito las cosas se complicaron un poco, pues la pareja no tenía en donde vivir, pero eso no fue impedimento para seguir, ambos hicieron lo que pudieron para sacar adelante al pequeño, para poder darle una calidad de vida buena, Berta trabajaba más de diez horas al día en un pequeño local del mercado de Santa María la Ribera.

Dos años después ella quedó embarazada nuevamente, la noticia la tomó por sorpresa, sin embargo, se sintió feliz por tener una nueva vida en su vientre, ahora ella sabía que debería de esforzarse más para poder sacar a sus hijos a delante. El embarazo fue complicado pues las necesidades económicas que Berta pasaba la hicieron trabajar más de ocho meses, en ese lapso le ocurrieron diversas cosas, como caerse dos veces, tener sangrado, después de esto en el último mes de su embarazo, optó por tomar reposo, así, entre felicidad y llanto, llegó su segundo hijo varón, Jorge.

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Ahora con dos hijos Berta se multiplicaba por tres, trabajaba, hacía los quehaceres domésticos y atendía a sus pequeños, con el paso del tiempo los niños fueron creciendo y las cosas se complicaron más, el dinero no rendía, tenía que lidiar con los problemas de pareja, pero aun así nunca flaqueo, nunca faltó comida en la casa, sus niños siempre andaban bien. Ella por las noches cuando todos dormían, siempre se levantaba a media noche a dar gracias a Dios por tener vida, por tener a sus hijos, y aunque sabía que esa no era la vida que ella esperaba, se sentía agradecida.

La rutina de ella, durante varios años siempre fue la misma, se levantaba a las 6:00 h para salir a trabajar a un lugar cerca de su domicilio en la Alcaldía Tláhuac, a las 08:00 h regresaba para despertar a sus hijos, cambiarlos y prepararles el desayuno, después tomaban camino hacia la escuela, durante ese trayecto Berta siempre les recordaba a sus hijos cuánto los quería, los llenaba de besos y cuando llegaban a la puerta de la escuela los abrazaba tan fuerte, como no queriendo que se fueran. Después de eso Berta regresaba a su trabajo esperando a que llegara la hora de salida para poder verlos nuevamente.

Con los años Berta nuevamente se embarazo, ya con una economía más estable, la gestación de su tercer hijo transcurrió con normalidad, ahora ella tenía tiempo disponible para estar con su familia. Así pasaron cerca de seis años en los vio como sus pequeños crecían poco a poco, ella se sentía feliz, sin embargo, nunca espero que la vida le diera la espalda, lo que hizo que tocara fondo.

Los problemas con su pareja crecieron, nuevamente el dinero era la causa principal de los pleitos, además de eso tenía que soportar el alcoholismo de su esposo, ante esta situación tuvo que volver a trabajar, eso no era lo que ella quería sin embargo sabía que lo tenia que hacer por sus hijos.

En esta etapa le dolió mucho no poder compartir con sus hijos los éxitos escolares que ellos tenían, los tres niños siempre sacaban notas de excelencia en la escuela, a pesar de pasar la mayor parte del tiempo solos, nunca tomaron un mal camino, ellos siempre trataron de ayudarla, pues entre los pequeños

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realizaban las labores domésticas para que cuando su madre llegara del trabajo, solo descansara y no se preocupara.

Con todos los problemas que tenía encima a ella, se le ocurrió nuevamente quedar embarazada, cuando lo supo de inmediato se lo comentó a sus hijos y a su esposo, esta noticia obligó a la pareja a tomar decisiones fuertes, pues con los serios problemas que tenían y con los que se aproximaban, se vieron en la necesidad de que mi padre se fuera a trabajar a Estados Unidos dejando a cargo a Berta como jefa de familia.

Como pudo ella se las arregló para tener un buen embarazo y además de eso cuidar a sus demás hijos, trabajar y todo lo que implica estar al frente de una familia, las cosas nunca fueron fáciles pues en ocasiones se sentaba a llorar para desahogarse, ella pensaba que sus hijos no se daban cuenta, pero los niños sabían lo que pasaba. A partir de ese momento Berta tomó fuerzas para salir adelante, trabajaba y trabajaba, día tras día, pues quería lo mejor para sus hijos, los años pasaron, su hijo mayor entró a la secundaria, eso la hizo sentirse orgullosa pues sabía que era un gran logro, después pasó lo mismo con sus otros hijos.

Cansada y desvelada nunca bajó la guardia, por eso quiero agradecerle a mi madre la señora Berta López Mayoral por todo lo que ha hecho por mi y por mis hermanos, sé que el amor de una madre hacia sus hijos es infinito, ella nunca nos ha defraudado, así esté pasando por malos momentos siempre tiene el tiempo para escucharnos, para saber cómo nos va, para estar ahí apoyándonos en cada cosa que queremos hacer.

Por un lado, estoy aquí en la universidad por mí, pero también lo hago por ella, por mi madre, quien siempre me ha motivado a seguir, porque más allá de ser mi madre, es mi amiga, es con quien puedo platicar de todo lo que me pasa, porque siempre tendrá una palabra de aliento si me ve mal.

Por eso y más, cada que la veo en las mañanas doy gracias a la vida por poder verla un día más, quisiera que mi madre fuera inmortal, que los años ya no pasaran sobre ella, pues desafortunadamente el paso del tiempo le está cobrando

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factura. Su salud se ha deteriorado un poco, pero sé que la vida me permitirá tenerla por varios años más.

Mi madre es la mejor persona que está en mi vida, y tal vez esto ya se escucha muy trillado, pero si volviera a nacer la volvería a escoger como mamá, quiero que ella me vea realizado y feliz, quiero que vea que sus regaños, palabras de afecto, cariño han hecho de mi un buen hombre. Con algunos defectos como todos, pero ha hecho un buen trabajo.

Mi mamá a pesar de haber pasado por tantas cosas desagradables, supo como llevar a una familia de varones a un buen camino, ahora con mi hermana hace lo mismo, la guía en su vida, mi madre sigue con su misma rutina desde hace más de 15 años, trabaja más de 10 horas al día, a veces todas los días de la semana, no se como tiene esa fuerza, pero se que lo sigue haciendo por sus hijos y también sé que algún día me tocará ayudarla y con gusto lo haré porque la quiero demasiado.

Quiero que sepa que ella es mi más grande ejemplo de vida,

Y ella es Berta, mi madre, mi amiga, mi cómplice, y una guerra de la vida.

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