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l futuro parecía prometedor para los discípulos de Jesús. Pedro acababa de proclamar que Jesús era el Hijo de Dios y había recibido las llaves de su Reino. ¡Jesús acababa de prometer que incluso las puertas del infierno no podrían vencerlos (Mateo 16, 13-20)! Todo auguraba un porvenir muy atractivo. Sin embargo, inmediatamente después, Jesús comenzó a hablar sobre su próxima pasión y muerte. Ciertamente ese no era el futuro que ellos esperaban. 10 | La Palabra Entre Nosotros
¿Te imaginas cómo se sintieron los discípulos cuando Jesús les anunció el destino que le aguardaba? Probablemente, confundidos, impactados y muy enojados. ¿Cómo era posible que el Mesías fuera rechazado y crucificado? La sola idea horrorizó a Pedro. “¡Dios no lo quiera, Señor!”, dijo. “¡Esto no te puede pasar!” Pero Jesús lo reprendió diciendo: “Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres” (Mateo 16, 22. 23).