Miguel Gomes Llévame esta noche Seix Barral, Colombia, 2020 326 páginas, 10.99 € (ebook)
Los pliegues de lo cotidiano Por GUSTAVO VALLE «Nos hace falta un país aunque solo fuera por el placer de abandonarlo», dice Cesare Pavese en La luna y las fogatas, esa novela en la que el protagonista vuelve a su pueblo natal después de años en América con la intención de reconstruir su memoria y saldar cuentas con su pasado. Es un tópico literario: volver, retornar, la contracara de la literatura de viajes, lo contario al relato de aventuras. En la literatura del retorno los escenarios son reconocidos y desconocidos por el personaje que vuelve y enfrenta los cambios que han operado durante el tiempo que estuvo ausente. De esto habló días atrás Arturo Gutiérrez Plaza en la presentación de un libro de Juan Cristóbal Castro que, al igual que la novela que nos ocupa, tiene como eje el retorno a Venezuela después de años fuera del país. Allí, el autor CUADERNOS HISPANOAMERICANOS
de El cangrejo ermitaño mencionó Vuelta a la patria, el poema de Juan Antonio Pérez Bonalde, principal figura del Romanticismo venezolano, y la novela Ídolos rotos, de Manuel Díaz Rodríguez, como referencias para abordar estos libros que hablan no de la emigración, sino del regreso. Y en especial Vuelta a la patria, cuyo argumento –visitar a la madre muerta– converge con el de la novela de Gomes. A estas referencias podríamos sumar otras: la parábola del regreso del hijo pródigo o la vuelta de Ulises a su Ítaca natal. Sin embargo, el regreso de David de Sousa, protagonista de esta segunda novela de Gomes, no es romántico, ni heroico, ni contiene moraleja. Ocurre en un contexto muy singular y al mismo tiempo reconocido por todos. Es la vuelta a un país devastado, específicamente a una ciudad, Caracas, abando-
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