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La meZcLa, La InteGracIÓn Y La DIFumInacIÓn DIscIPLInar

Si la acotación disciplinar es algo convenido en las culturas, organizado y reiterado de acuerdo a una tradición, no es baladí advertir el cruce de muchos artistas por formaciones distintas, donde en algunos casos se siente la incomodidad de la presión del encaje. Una incomodidad que sin embargo opera como inquietud creativa.

“Considero que mi decisión de dedicarme al arte fue a partir de una experiencia de formación que tuve de adolescente y joven en un taller de teatro donde realizábamos un fuerte entrenamiento corporal. Cuando terminé mi escolaridad decidí entrar a la Universidad, a la Escuela de Artes y descubrí la Pintura, fuertemente influenciada por el proceso creativo de mi formación actoral. Como tesis en mi licenciatura retomé esa experiencia fundante para mí a través del trabajo con el cuerpo y la acción que me había brindado el teatro y encontré en el medio del video una técnica que aunaba ambos aprendizajes: la composición de una imagen (colores/tensiones/luces) en una experiencia vivenciada.” (Testimonio H)

“Mi vocación nació a partir de la decisión de abandonar después de tres años de estudio la primera carrera que elegí en arquitectura, para trasladarme al ámbito audiovisual, centrándome específicamente en la carrera de fotografía. Siempre me he desenvuelto en el ámbito artístico, pero considero que tengo versatilidad y no me limito únicamente a un medio específico para desarrollarme como artista”. (testimonio W)

“Cuando era adolescente, la educación formal no llenaba mis expectativas, no me animaba, mi psicóloga le recomendó a mi Madre, introducirme en el mundo del arte, y fue en la academia de artes donde nació el amor por el conocimiento y lo desconocido a la vez. Aunque soy de formación académica-artística, mis estudios son multidisciplinarios, estudié Artes plásticas en la Escuela Nacional (…). (Testimonio W)

“Siempre manifesté interés por la expresión creativa en sus diversos medios, y nunca me limité o definí a través de ninguna técnica en particular, lo cual me habilitó a pasar por las más diversas expresiones y la cruza de las mismas: artes visuales, música, teatro, narrativa, poesía, nuevos medios, ilustración, humor gráfico, intervenciones urbanas, etc. Académicamente me formé como Diseñador Industrial (licenciado) y luego me diplomé en Gestión Cultural y Curaduría de Arte. Actualmente curso una maestría en Comunicación Corporativa y Empresarial. Del diseño siempre me interesó la gestión de proyectos, y una vez que comencé a ejercer mi actividad dentro del mundo del arte, siempre lo hice desde ambos “lados del mostrador”: desarrollando proyectos personales, y trabajando para otros artistas e instituciones. Si bien no concurrí a la Universidad de arte, me he formado (y me formo constantemente) a través de Clínicas de obra, grupos de discusión teórica y filosófica, talleres, encuentros y seminarios. Me parece central la constante actualización, tensión y profundización de ideas y temáticas, y soy un ávido participante de grupos y espacios germinales de intercambio, producción y reflexión de obra”.

(Testimonio U)

“Estudie en una escuela secundaria con orientación artística, en esos años pase por la danza clásica, la música y termine en artes visuales. Cuando termine pensé estudiar bioquímica, pero un amigo se anotó en cine y lo seguí, no siendo cinéfila ni teniendo mucho conocimiento. Si bien termine de cursar y me recibí y estudie animación en un taller anual nunca estuve cómoda con esas formaciones y me volqué de lleno a las artes plásticas, tomando talleres con personas que me interesaban por lo que hacían y así estuve un tiempo hasta que pude conectar las dos cosas, hacer videos un poco como dibujaba, con las herramientas que tenía y siempre lúdicamente o que requiriera algún desafío”. (Testimonio S)

“Siempre estuve ligado a las artes en general, practicando la fotografía amateur y el teatro desde mi adolescencia. Sin embargo, no me decidí hasta que llevaba dos años estudiando periodismo que necesitaba vincularme de forma directa y ya no como espectador, o alguien que aprecia sino como alguien que crea objetos o situaciones artísticas. Básicamente dejé el periodismo de lado, busqué una beca en una escuela de arte en dónde encajé perfecto porque la línea era más tecnológica, apegada a la imagen técnica, específicamente a la imagen fotográfica”.

(Testimonio N)

“En 2007, ingresé a la Facultad de Arquitectura (…), posteriormente me gradúo de Arquitecto. Esta carrera influyó formal y conceptualmente en mi trabajo como artista visual, indagando en temas relacionados con la arquitectura y problemáticas ligadas al urbanismo; el crecimiento de la mancha urbana, la contaminación visual, crecimiento demográfico, el espacio que contiene la arquitectura, el paisaje urbano, la carga vehicular, estructuras urbanas como puentes y mobiliario urbano; entre otros temas”.

(Testimonio O)

“Recuerdo que en el nido, tenía una fijación con los colores, me quedaba horas dibujando pero también disfrutaba olerlos. Cuando empezaron a transmitir por televisión series de anime, me gustaba mirar atentamente a la televisión y copiar los personajes que veía a pulso, sobre papel, era muy cuidadosx al hacerlo. Pronto desarrollé una obsesión por dibujar lxs. Fue así que desde el dibujo desarrollé mi inclinación. Fue algo que nunca me dejó, cuando opté por estudiar medicina, las salas de los hospitales y lo todo lo que había adentro me parecía muy estimulante visualmente, y hacia muchos apuntes de dibujo en mi cuaderno, con lapicero, como cuando miraba la pantalla de la tv, pero esta vez los personajes eran los pacientes, me interesaba encontrar una expresión plástica desde la enfermedad. También era cinefilx, buscaba películas que me estimularan emocional e intelectualmente. Luego de tres años en medicina, tomé la decisión de cambiar de carrera, estaba entre cine y artes visuales. Opté por artes visuales porque me parecía un campo más amplio, con posibilidades para experimentar con distintos medios. Fue en mi gusto por el cine, y mi obsesión con el dibujo, que llegué a la experimentación con animación, produciendo fotogramas y dándole movimiento en el programa de edición”. (Testimonio M)

cámaras Y PantaLLas

Teniendo en cuenta el predominio de este marco de integración disciplinar y formativa que tanto ayuda a sumar y crear formulas interdisciplinares que permitan sumar e integrar conocimientos, como a cuestionarlas entre fórmulas deconstructivas que permitan desvelar lo inadvertido, hemos preguntado a las y los artistas participantes por cómo llegan o pasan por la práctica audiovisual que es en la exposición Videografías un nodo de tensión primero. El asunto se torna esencial contextualizado en un escenario de normalización global digital donde las herramientas de producción y circulación son accesibles a una gran mayoría a través de los dispositivos móviles. Si de ellos se desprende una progresiva circulación de vídeo en las prácticas de relación cotidiana mediadas por máquinas, entonces ¿qué lugar, qué potencia, qué sentido tiene la práctica audiovisual para ellos como artistas?

“Desde muy niño mi padre me incentivó en relación a la construcción de las imágenes. Me regaló una cámara fotográfica cuando tenía 6 años y compartía el cuarto oscuro con él que me enseñó a revelar y copiar en papel. Mi primera incursión en el video fue a los 12 años en la escuela, un padre trajo una grabadora que a través de un cable se conectaba con una cámara. A los 14 años me hice la propuesta de ir salas cinematográficas unas 3 veces por semana, así como leer sobre cine todo lo que se me presentara. Cabe aclarar que recién estaban entrando las primeras videoshome al mercado y recién a los 18 años pudimos tener en nuestra familia una videocassettera y acceder al alquiler de películas en video. A los 16 años hice mi primera película en fílmico (super 8). Al terminar la escuela secundaria entré en la escuela de cine de mi ciudad, pero fue muy frustrante porque no tenía ningún viso académico y además frustraban a los alumnos con el propósito de no hacer trabajos. A los 4 meses me retiré de la institución y me dediqué a trabajar en cine y video cubriendo diferentes roles de modo de aprender la profesión. A lo largo de mi vida hice seminarios que me aportaron herramientas para pensar la producción audiovisual. Lo más académico que participé fue en el 2003 y 2004 a través de una beca en la Academia de Artes y Medios de Colonia, Alemania. Podríamos decir que gracias a la elección de mis padres de enviarme a una escuela que priorizaba la educación por el arte es que llegué de forma natural a la creación audiovisual”. (Testimonio X)

“La primera vez que vi una pieza de videoarte fue en la primera Bienal de Lima (1997). Yo tenía 17 años y hasta entonces creía que el arte era solo pintura, escultura y grabado. Me pareció alucinante entender que el video también podía ser arte. Yo crecí fascinada con los videoclips que veía en la MTV de los 90s (MTV latino, claro, yo vivía en Lima), el video siempre me había parecido un medio muy versátil y me generaba curiosidad. Así que una vez expandí un poco mi entendimiento de lo que podía considerarse “arte”, el video se convirtió en una posibilidad más para formalizar un proyecto”. (Testimonio J)

“En la adolescencia asistí a un colegio con orientación en arte y comunicación, teníamos talleres audiovisuales y también hice teatro. Después decidí estudiar artes visuales en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. Incursione en el video a través de la performance y el archivo. Aprendí a filmar y editar con amigos y con tutoriales. Observo mucho como trabajan mis colegas y otres artistas”. (Testimonio K)

“Yo me formé en la facultad de arquitectura y la dejé tres semestres antes de graduarme. Allí entendí que podía acercarme a muchas disciplinas que me interesaban por el patio trasero, por el espacio menos obvio, por el jardín que conecta, por una vereda, un pasaje. El primer impulso fue escribir -sin mucho sentido-, luego dibujar -sin saber muy bien qué- y después aparecieron la cámara fotográfica y el cine, este último como lugar de encuentro de todos los sentidos. (…) Con esas herramientas juego, con poner a andar texto y fotografía, darles además de un lugar, un tiempo. Echarlas a andar”.

(Testimonio A)

“¿Cómo llego a la creación audiovisual? Necesidad de que este proceso (…) tuviera REGISTRO que no fuera estático, que no fuera objeto. El video podía sumar. El formato audiovisual parte de la disponibilidad de los celulares para que cada uno registre el interés de cada momento. Es un registro dinámico desde muchas miradas y relatos y también para editar. (…) A veces las cámaras aparecen como testigos de las situaciones”. (Testimonio D)

“El interés por el medio audiovisual nace de la experimentación con los medios digitales y la animación. Posteriormente, nuestra investigación artística derivó en el uso de los medios tecnológicos en nuestro lenguaje artístico”. (Testimonio E)

“Hice un cortometraje clase Z, el guión me rondaba la cabeza…. No tenía plata pero no importaba, no tenía cámara pero no importaba. Tenía amigos que me ayudaban. Yo no tenía formación cinematográfica mas de lo que había visto en el cine”. (Testimonio Q)

“El formato audiovisual me permite registrar gran parte de todo esto, una manera de hacer que la acción performativa perdure en el lugar, un registro que funciona como pieza autónoma dentro de la instalación y que acompaña al resto de las piezas, ya sean dibujos, grabados o esculturas”. (Testimonio B)

“Tuve la suerte de ser incentivada desde muy pequeña, dibujaba, pintaba, esculpía y bailaba antes de hablar. La creación audiovisual fue un interés de siempre, tan pronto como los medios para filmar se hicieron asequibles empecé a trabajar con ellos”. (Testimonio G)

“Hice la especialidad de Pintura, no me gustaba la idea de estar en el estudio pintando esperando a q un comisario te tocase con la varita mágica y te vinculase con una galería trabajar de esa manera tan jerárquica, clasista y del siglo XV a finales de los 80 hizo que mirase hacia otros lados y en ese momento estaba rodeada de gente que trabajaba desde el audiovisual experimental (videoarte) a finales de los 80 y me intereso esa manera (…) trasversal que ofrecía el medio y siempre desde la periferia del mundo del arte y me motivo, ya que lo que conocía de las galerías y museos para mi era un mundo muy retrogrado”. (Testimonio I)

“Desde ahí, mi acercamiento al audiovisual siempre tuvo un cauce natural. Pasar de la imagen fija a la imagen movimiento, la imagen tiempo lo hice tempranamente. Siempre experimentando con las pantallas, con las cámaras y toda la tecnología entre medio”. (Testimonio N)

“Compré una cámara Mini DV que me alcanzaba en la mano. Aluciné porque en la tele trabajábamos con cámaras Betacam que eran gigantes. Agarré los poemas que había escrito en mi adolescencia y los hice videos, un video por poema. Alguien cercano que había estudiado en Colombia y que era un video artista conocido en Centroamérica me invitó a asistir a un taller de video experimental que el impartía. Le dije que quería hacer video poemas, y él me explicó que a eso le podía llamar video arte. Entonces sometí dos de mis videos a la Bienal de Artes Visuales de Nicaragua y obtuve mención especial. Me volví loca y dejé el periodismo, digo me volví loca porque iba bien con mi carrera, había ganado el premio nacional de periodismo y ya llevaba 10 años de oficio. Apliqué a una beca y me fui a estudiar una Maestría en Bellas Ar tes, con énfasis en Cine, en San Francisco, Estados Unidos. Estuve ahí dos años, aprendí a trabajar con cine análogo de pequeño formato, revelado a mano, hecho a mano, era como un culto. Dejé el video, solo quería usar las manos, comencé a dibujar, pintar, a trabajar con el cuerpo. Ya para ese entonces todos trabajaban con cámaras DSLR, compré una pero nunca me sentí a gusto. Fue hasta hace poco, por los teléfonos inteligentes, que volví al video, por aquello de la cámara que me alcanza en la mano”. (Testimonio R)

“Llegué al ámbito audiovisual gracias a que dentro de la carrera de fotografía se nos enseñó a desarrollarnos desde todos los medios posibles: fotografía, intervenciones artísticas, audiovisual, investigación, escritura, etc. aunque se involucrasen los temas anteriores de manera breve, lo cual pienso que es un recurso útil para quien desee explotarlo. En mi caso, específicamente para el video con el que participé para el proyecto Reactivando Videografías, me interesa utilizar material audiovisual y fotográfico de archivo para generar mi contenido artístico, ya que he explorado con estos medios desde hace aproximadamente un año y medio”. (Testimonio Y)

“La creación audiovisual llega a mi porque tengo ideas y obras que requieren de ese formato para existir. A lo largo de mi vida y experiencias he trabajado en la producción audiovisual: trabajé como productor para un reality show, he dirigido un videoclip y he asesorado a productores en sus realizaciones. En mi práctica artística aparece cuando la obra así lo ha requerido. En mi caso, el contenido siempre subordina la forma. A su vez, como artísta me interesan mucho las redes sociales como espacio de existencia y relacionamiento, y lo audiovisual se filtra en este interés. Por último, trabajo mucho desde la performance, y en muchos casos (como es el del trabajo que presento en Videografías) lo audiovisual aparece no sólo como un registro de una acción presencial, sino como un medio más en el cual la acción se desarrolla, aportando otras informaciones y problemáticas al tema que esté trabajando”. (Testimonio U)

“En el caso del video arte para nosotros es de suma importancia la estética no como un fin pero si como un medio, además del uso correcto del lenguaje de luz, encuadratura, sonido etc. Para nosotros un video arte no es una serie de imágenes en movimiento en la dirección de una narrativa especifica, es mas bien una suerte de performance concebido para ser video, preciso y veloz, (no mayor a los tres minutos) que sea posible de ver mientras se camina por el corredor del museo o sitio expositivo y mas importante aun que genere reflexión o en el mejor de los casos, preguntas. (Testimonio T)

sInGuLarIDaD BIOGráFIca

Los artistas comparten experiencias biográficas singulares que se ven enfatizadas en sus trayectorias como puntos sin retroceso para su práctica creativa. Experiencias que tienen que ver con sus familias, formación o vivencias intensas, a veces violentas o dramáticas en las que el arte opera como una cuerda que salva, que acoge y tira o una madriguera que arropa y da sentido.

“En mi caso la creatividad era y es fundamental en el diario vivir. Nací en Panamá en medio de restricciones económicas y pobreza, así que para sobrevivir la creatividad era indispensable, como es natural pase del barrio marginal a la prisión por atraco bancario y fue ahí donde paradoxalmente me encontré con el arte. Dentro de la prisión la creatividad era mas que indispensable, era un asunto de vida o muerte. (…) Por otro lado gracias al empeño de una gran mujer y artista que se había dado a la tarea de demostrar que el arte es el mejor sustituto del crimen y que contra toda la apatía de la institución penitenciaria había creado talleres de arte ahí dentro, yo encontré una manera de ser consecuente con mi naturaleza de transgresor obviamente sin daños a terceros”. (Testimonio T)

“Mi padre era profesor de dibujo y arquitecto, nací en la última dictadura militar y él había sido preso político. Mi hermana y yo no podíamos asistir a escuela púbica, porque tendríamos otro trato que lxs niños “normales”. Mi casa, era el lugar más seguro donde estar, y, desde que tengo memoria la pared de mi cuarto fue mi primer lienzo, sin absoluta censura. Pasaba mucho tiempo rayando, dibujando. Observando el trabajo de mi padre como arquitecto (proyección geométrica), escuchando sus lecturas y sus gustos artísticos. Así como largas horas de café en bares donde se hablaba de arte. Yo miraba y escuchaba”. (Testimonio Q)

Respecto a los relatos biográficos que acompañan los testimonios recogidos en las entrevistas, la maternidad y los cuidados es un asunto recurrente en aquellas personas que tienen hijos o personas a su cargo. En todos los casos este asunto que a todas luces parece interpelar solo a las mujeres se reflexiona como complejidad añadida en la difícil gestión de tiempos de una práctica que se funde con la vida (“no se deja de ser artista cuando se duerme o se pasea”). En el testimonio de audio de Z, por ejemplo, se reitera cómo la creación es un constante problema de tiempos, donde combinar con la crianza es complicado y escapar de la autoexplotación y la culpa también. “Trabajo en la medida que puedo trabajar”.

LOs OtrOs en La FOrmacIÓn

La mayor parte de los artistas entrevistados nacieron y viven en distintos países de Latinoamérica. Una peculiaridad de sus testimonios ha sido resaltar el valor que en su formación y trayectoria han tenido otros creadores de prestigio con quienes han estudiado o trabajado y que son destacados en sus testimonios con “nombres propios”. Su papel como profesores o su cercanía y asesoría como mentores y maestros en marcos de educación no formal se posiciona como seña de identidad respecto a otros artistas, por ejemplo españoles, en los que la formación está inscrita en marcos de aprendizaje, casi siempre disciplinar, donde los nombres propios son difuminados y desaparecen de las referencias.

“Comencé haciendo teatro. Luego estudié artes plásticas y cuando estuve en la Academia (…) en Milán, tuve la fortuna de tener como maestro al artista B.M. quien llevaba un curso de video. Posteriormente en México fui asistente del artista R.O., quien venía del cine como director de fotografía y había desarrollado un trabajo muy interesante haciendo colaboraciones con artistas plásticos.” (Testimonio C)

“Fui a un conservatorio desde niña y no imaginé hacer otra cosa. Me formé como bailarina (…) y después de manera independiente, buscando profesores, cursos, talleres, fui pasante durante un año en una compañía independiente en La Habana, Cuba (Compañía de N.M.) (…) en la Universidad estudié antropología y fue hasta después de 20 años de dedicarme a la danza que decidí sacar un posgrado. Siempre me encantó el cine y el teatro, hice muchas colaboraciones con personas de teatro, sin embargo hasta que estuve estudiando el posgrado en Buenos Aires incursioné en la creación audiovisual”. (Testimonio F)

“En este lapso, tuve la suerte de estudiar paralelamente, con dos maestros que influyeron grandemente en mi formación como artista visual (D.S. y M.B.). Al graduarme, ingresé a trabajar a (…) una empresa que se dedicaba a la producción de efectos especiales para la industria de producción y dirección de cine y televisión; entré como ilustrador y ahí aprendí a usar herramientas digitales para la edición de imagen y vectorización de mis dibujos. En ese periodo, surgió mi interés en la animación 2D, 3D y la edición de video. (…) En el año 2005, estudié en (…) un taller de realización cinematográfica. Ese mismo año recibí un taller de guion cinematográfico, impartido por impartido por la guionista colombiana S. M. A partir de este periodo, mi formación en la producción de animación y video-arte fue autodidacta”. (Testimonio O)

“Luego estudié Diseño Gráfico en la Universidad Politécnica, ahí experimenté con la animación y las narrativas audiovisuales, luego hice estudios en la escuela independiente de arte contemporáneo (…) tutelada por P.B.” (Testimonio W)

eL arte cOmO traBaJO

Tradicionalmente el trabajo artístico ha sido considerado como ese tipo de labor más vinculada con el ser que con el hacer. Ser artista y no hacer arte aludiría a una práctica que no se desprende del sujeto cuando no está expresamente en ella, es decir a una identidad que se es todo el tiempo. Los mitos e ideas implícitas que, especialmente en la cultura occidental, han predominado en torno al artista han contribuido a legitimar la pobreza y la valentía como rasgos propios del artista blanco, europeo y varón. Un artista dispuesto a todo por su arte, incluso a sacrificar su vida por su pasión. El desmontaje decolonial y feminista de esta mitología ha sido habitual en la segunda mitad del siglo XX y en los años recientes, donde el arte “como trabajo” ha sido reiterado objeto de trabajo estético y político en la práctica reciente por parte de los propios creadores. Hacer reflexivas sus condiciones de trabajo en un mundo que reconoce tanto el valor simbólico del arte como su valor económico dibuja un escenario donde conviven formas muy distintas de entender su papel e importancia social.

En los testimonios que siguen las y los artistas reflexionan sobre hasta qué punto su práctica funciona como práctica económica y vital exclusiva o debe ser integrada como parte, o a veces complemento, de otros trabajos y dedicaciones de los que se consigue una base económica. La diversidad cultural de los distintos países donde estos creadores trabajan contribuye a ampliar las lecturas, si bien parece que un rasgo mayoritario que comparten sus relatos es la necesidad de compaginar varios trabajos para poder dedicarse a la práctica artística.

traBaJar/Hacer arte, PerO nO sOLamente

“Me dedico a la práctica artística pero no solamente a la creación, también a la pedagogía, a la investigación (escritura) y a la gestión cuando amerita. En estos momentos doy clases todos los días en diferentes escuelas. Doy clases un poco menos de medio tiempo, que son mis horarios fijos y el otro tiempo durante el día lo organizo para dedicar tiempo a mi práctica y entrenamiento como bailarina, para el trabajo con otros proyectos y obras”. (Testimonio F)

“No me dedico solo a la práctica artística, soy docente en primaria, secundaria y en universidad. Ese es el máximo sostén, también solicito becas, subsidios, convocatorias de cultura… Es complejo por los traslados y movilización de talleres. Nosotras (es un plural de mujeres que participan)… es como un banco de producciones que se traslada y transforma en cada lugar (edredones, manteles, platos… que conlleva gastos que precisan convocatorias)” (Testimonio D)

“Desde que acabé la carrera he trabajado en enseñanzas medias, diseño gráfico y lo he compaginado con becas, residencias con las que he podido trabajar en mis proyectos audiovisuales. En este momento solo “vivo” de mis proyectos artísticos o sea mal, muy mal”. (…) Trabajo es en casa y no tengo un taller ya que no tengo ingresos fijos para pagarme un estudio a veces lo añoro, pero normalmente prefiero trabajar desde casa con mis libros etcétera... (Testimonio I)

“Trabajo en temas relacionados con mi práctica, que para mí son una continuidad. (…) Hago entrevistas a artistas y cineastas. Colaboro con algunas revistas o instituciones haciendo fotos y textos. Organizo seminarios y talleres. Colaboro con amigos en talleres o investigaciones. Todo dentro de la práctica artística. Pero si eso falla, que muchas veces falla y los ingresos son bajos, hago lo que toque, claro”. (Testimonio A)

“Tengo varios trabajos, la práctica artística es uno de ellos. También soy docente y trabajo de manera independiente en otros proyectos de formación artística. Es muy común encontrar trabas económicas para realizar un proyecto artístico, sobre todo si es a gran escala, los recursos económicos son escasos y hay que generar constantemente estrategias para armar proyectos que puedan ser financiados. En mis trabajos muchas veces me ayudan colegas, amigas, artistas o familiares. De cierta forma el resultado final es gracias al trabajo colectivo, lo mismo pasa con proyectos de otros colegas. Siempre nos ayudamos cuando faltan recursos técnicos, de montaje, difusión, o materiales, incluso compartiendo ideas y metodologías de producción”. (Testimonio K)

“Debo compaginarlo con otros trabajos. Siempre lo hice así, aunque hace muchos años que la idea de dedicarme solo al arte ronda mi cabeza. De todas formas y tal vez para auto complacerme, encuentro ventajas en tener un trabajo para asegurar la subsistencia y sentirme mas libre al no tener que exigirle al arte que me de dinero”. (Testimonio K)

“Básicamente mi contexto es trabajar en una oficina, de 8 a 10 horas diarias y en ese tiempo mas lo que resta del día, nunca dejar de pensar en arte… En cómo y qué hacer con esas ideas o proyectos que absor- ben mis ganas. Luego que un proyecto esta lo suficientemente maduro, generalmente busco la oportunidad para mostrarlo, ya sean en concursos, convocatorias o algún compromiso de exposición. Allí, con la fecha de inauguración definida, trabajo en modalidad entrega, concentrándome en eso y hasta a veces liberando tiempo de oficina para poder llegar a la meta. La dificultad para desarrollar mas y mejor, seria básicamente eso, tiempo libre, tiempo disponible para no estar obligado a “entregar” todo lo que hago y poder crear sin meta ni sentido”. (Testimonio K)

“Además de artista, soy académico. Dicto un taller de video en la escuela de arte en dónde hice mi pregrado y en otra universidad. También lo he hecho en otros contextos. Hoy, por ejemplo, con la pandemia también me asocié con otra amiga artista y estamos dando talleres de edición de video para artistas de forma online. Fuera de todo esto, trabajo como postproductor de video digital para diferentes instituciones o personas todas relacionadas siempre con el contexto del arte contemporáneo. Pienso que las principales dificultades han sido aprender dosificar los tiempos. Hay meses en que me desconecto del hacer y luego vuelvo con todo. No me dejo presionar por la cadena productiva del trabajo artístico porque no es mi interés. Hay momentos en que necesitas descansar y contemplar, callar, y luego retomar con otras perspectivas. Por lo mismo, no estoy 100% produciendo piezas artísticas porque Chile es un país difícil. Con un coleccionismo muy escaso, fondos públicos muy burocráticos, un país, como muchos, que no ha sabido retribuirles a sus artistas el aporte a la cultura que han hecho. Pero no por eso, hay que parar de crear. En mi caso pasa también por una necesidad, como otras que también tengo y que hay que compatibilizar para tener recursos y seguir creando cosas”. (Testimonio N)

“A parte de trabajar en mi carrera como artista visual, también trabajo como arquitecto. En Guatemala hay algunas galerías comerciales, pero, no se puede hablar de un mercado del arte. El país no cuenta con la infraestructura estatal o privada para impulsar el arte contemporáneo, y menos si se trata de arte digital o nuevos medios. El país tampoco cuenta con becas o subsidios estatales para los artistas. Ser artista en Guatemala es una lucha constante. A raíz de la pandemia, han cerrado algunas galerías comerciales, espacios alternativos y fundaciones. Instituciones como el Centro Cultural de España de Guatemala, La Alianza Francesa y algunas Fundaciones; (…) que apoyan el arte, han cancelado y reprogramado actividades por la pandemia”. (Testimonio O)

“Debo compaginarlo con varios trabajos: 1) doy talleres de arte en escuelas públicas, Doy taller de arte en mi taller (…) Amo a los otros trabajos que no son mi obra pero me llevan mucho tiempo. A todo esto estoy estudiando Ciencias de la Comunicación y la información (…)y Profesorado de Comunicación Visual (…). Otro aspecto relevante es que soy madre… (Mis grandes dificultades son) encontrar tiempo y dinero. Mi computadora es un tractor viejo, se me dificulta editar etc., y no tengo cámara para filmar, mis ultimas creaciones son desde un celular”.

(Testimonio Q)

“Ansío jubilarme para poder dedicarme cien por ciento al arte. Trabajo desde los 20 años a tiempo completo. Como mujer, siempre me pareció importante ser auto sostenible, aún no he encontrado la manera de sentirme empoderada sin dinero. Cuando volví de estudiar arte me enfrenté a lo precario, quise e intenté por un tiempo solo dedicarme al arte y a la docencia pero la paga era demasiado baja. Desde hace 7 años trabajo como especialista en comunicación para proyectos de desarrollo. Quiero decir que me he desempeñado en varios campos: la academia, la publicidad, el periodismo y el arte. En ninguno de los mercados en los que he trabajado explotan tanto a la gente como en el arte. No es solo que no hay pago, no hay salario, sino que a veces hay que subsidiar al coleccionista, al museo, etc. Una vez dejé a mi familia sin televisor por dos meses para poder exhibir en una bienal. Bienal organizada por la fundación de una familia millonaria dueña de bancos en toda Centroamérica. Que porque muy tarde pedí la pantalla y ya estaban completas. Fue increíble porque la obra fue premiada, y el premio era exponerla en otra bienal, en otro país en donde si me prestaron una pantalla y si me dieron viáticos, pero la idea de pagarle a una por su tiempo, como sucede en el mundo real, jamás pasó por la mente de los “mecenas del arte”. Esta idea de que el premio o el pago sea un viaje me parece como una infantilización. Los fondos para producir mi obra provienen de mi trabajo en otros campos, en donde si tengo salario, vacaciones, beneficios, etc. Uso mis días libres, fines de semanas, días de vacaciones o permisos para poder trabajar, exponer y estar lo más activa posible. He vendido obras solo en tres ocasiones entre el 2005 y el 2021. Por eso dije al inicio, cuando me jubile”. (Testimonio R)

(me dedico al arte) “(…) además de a tareas de cuidado. Por el momento la dificultad más grande es lidiar con la pandemia y los retos que nos presenta a todes. (…) No me dedico exclusivamente al arte. Además debo trabajar como docente en escuela secundaria y terciaria, dado materias relacionadas al arte. (…) Trabajo de modo regular en docencia, que es lo que me brinda una estabilidad económica básica y a la par en lo que podríamos decir la gestión y circulación de la obra”. (Testimonio H)

“No me dedico exclusivamente a la práctica artística, por decisión propia. Me sigo embarcando en proyectos de diseño cuando me motivan.

Sí trabajo casi enteramente dentro del mundo del arte, de forma independiente, desde distintas perspectivas: a veces como artista, a veces como curador, gestor, productor, etc. Por otro lado, trabajo en el Centro de Fotografía (…) Mi práctica artística va variando el lugar desde el cual la realizo, ya que voy priorizando mi interés y evaluando el impacto que pueda tener. Para mi es muy importante producir con sentido, y hacerlo dentro de marcos y contextos que me permitan introducir en la esfera pública temas que considere pertinentes de ampliar, discutir, y demás. De todas formas, siempre estoy escribiendo, y bocetando ideas, y consciente elijo cuando es necesario que salga al escenario como artista y cuando es mejor empujar desde otros lugares”. (Testimonio U)

Los testimonios de quienes intentan dedicarse o se han dedicado exclusivamente a la práctica artística refieren lo siguiente:

“Me dedico exclusivamente a mi práctica artística, pero eso solo es posible porque hay un ingreso fijo en mi unidad familiar. (…) Durante las mañanas hago trabajo de ordenador, investigo y hago labores del hogar. Voy al estudio todas (o casi todas) las tardes. Comparto estudio con otra artista. (…¿dificultades?) La inestabilidad económica. Nunca sé si voy a tener dinero para producir”. (Testimonio J)

“Hemos estado dedicándonos exclusivamente a la creación artística como colectivo (…), actualmente, desde hace un año, compaginamos esta labor con la práctica docente y la investigación (…). Nuestro contexto de trabajo como creadores es muy versátil, porque en ocasiones nuestros proyectos requieren de la colaboración con actores de otras disciplinas (programadores, diseñadores, etc.)”. (Testimonio E)

“Actualmente me dedico sólo a la práctica artística. Para el último proyecto que presenté, trabajé como docente en UN centro penitenciario (…) Vivo y trabajo en mi taller, que es una propiedad antigua de mi familia. Es amplio y cuenta con techo alto. Ahí me quedo 10 hrs aprox. desarrollando el proceso del proyecto, compro los materiales con el dinero de obras que vendo a través de una galería en la que expuse hace dos años y también de forma independiente. Definitivamente he tenido dificultades económicas en otros periodos, donde no he vendido con tanta frecuencia, cuando me he encontrado en aprietos para comprar materiales, he recibido ayuda de mi familia. (…)”. (Testimonio M)

“Me dedico sólo a la práctica artística porque no se hacer otra cosa, y porque me reúso a intentar vivir de otra cosa. (…) Normalmente trabajo por proyectos, así que agendo un proyecto, y trabajo por periodos largos de investigación. Los mezclo con otros procesos creativos, como tocar batería con mi banda (…), ver cine experimental, leer, reunirme y hablar con personas que se vinculan con mi proyecto, visitar lugares, escribir, tomar fotos, ver mierdas en TikTok, ver Euronews, o tirarme el clásico Español por internet. También experimentar con materiales en relación a los acontecimientos cotidianos, etc.” (Testimonio W) “Intento dedicarme exclusivamente a la práctica artística, lleva su tiempo y el hecho de compaginarlo con otros trabajos hace que el proyecto se dilate y tenga otras intensidades. Tal y como está montado el sistema no siempre es posible. En mi caso mi día a día es bastante solitario, hay ciclos de mucho despacho e investigación y otros de taller y trabajo de campo que me permiten aprender de otras disciplinas y conocer a gente maravillosa con otras inquietudes que dan sentido al proyecto en el que se está trabajando.” (Testimonio B)

“Es una forma de vivir, considero que es importante tener el tiempo para que cada proceso se desarrolle de acuerdo a sus propias características. Mi contexto cotidiano de trabajo está ligado al trabajo en el taller, a la lectura, la escritura y también a procesos propios de cada proyecto que involucra registro fotográfico, video y edición, así como una porción que debe ir a asuntos relaciones con la producción de las obras, ya sea compra de material, entrevistas, reuniones, correos electrónicos, etc.” (Testimonio C)

Con todo, ante el sentir mayoritario de que se precisa uno o varios trabajos añadidos al artístico para poder también dedicarse a la creación, prevalece la sensación de que optar por una tarea relacionada, como por ejemplo la docencia o la investigación en áreas afines, puede ser el camino más razonable para proyectar la energía creativa a un campo común. Sin embargo, cabe pensar si las exigencias crecientes que los trabajos académicos y docentes requieren en un competitivo marco de capitalismo cultural permiten disponer de un tiempo realmente liberado para la creación en esos contextos, o si, por el contrario, dedicarse a trabajos no vinculados con el arte y más mecánicos en su resolución pueden ayudar a contar con un tiempo limpio para la concentración creativa. Este último asunto es referido en el testimonio Z y en varias conversaciones con los artistas.

Entre el predominio de quienes compaginan docencia con creación encontramos quienes logran dinero y tiempo de trabajos no relacionados con su práctica como se narra en el testimonio S: “Trabajo dos veces por semana en un kiosco de diarios y trabajos freelance de animaciones para proyectos de terceros, por lo general a estos trabajos me convocan porque les gusta lo que hago pero terminan siempre siendo animaciones genéricas, un trabajo más bien técnico que creativo, mas decorado que concepto. Mal pagos siempre. De todas maneras, trato de disfrutarlos y sacar algún tipo de aprendizaje por lo menos técnico. La animación lleva mucho y es difícil de calcular y por mi personalidad volver a plantear honorarios cuando los proyectos se extienden en el tiempo y piden pruebas y materiales nuevos. (…) sé que no es algo que me pasa a mi sola y que mis compas animadores también lo padecen, pero si tuviéramos que cobrar lo que hay que cobrar no trabajaríamos nunca y estamos constantemente negociando”. (Testimonio S)

No obstante, en el contexto académico especialmente universitario el aumento de presiones administrativas, de gestión y evaluación propias de las mayores exigencias de conexión y de la mercantilización del conocimiento, favorece sensaciones de autoexplotación como la narrada en entrevista grabada con el testimonio Z al que me refería anteriormente: “Decimos que esto es insostenible. Tenemos que trabajar pero nos autoexplotarnos, aunque hay contradicciones”. Como respuesta la artista intenta vincularse con proyectos y personas que le interesan, descartando presentarse a todas las becas y convocatorias en las que quisiera probar suerte pero que probablemente le llevaría a despersonalizar su trabajo encajándolo en bases restrictivas. Le atemoriza perder el sentido y valor que proyecta en su práctica porque en muchos casos en esas convocatorias solo hay pago simbólico, pero no pago pecuniario ni necesariamente avance artístico. Descartadas las opciones de vivir económicamente de su obra y la de conseguir un prestigio duradero por la volatilidad con la que todo parece moverse en los últimos tiempos, la artista confía en desenredar el conflicto de tiempos y energías que conlleva hacer bien el trabajo académico y el artístico por un lado, y por otro reclama cuidar su derecho a trabajar en los proyectos que le interesan, con las personas que le interesan y por los valores del arte que le movilizan.

Me parece interesante la reflexión anterior y las que siguen en tanto la cadena de prácticas que se incluyen en el trabajo creativo y que, como un estribillo, repiten muchos de los artistas “investigar, leer, buscar textos, escribir, ver, escuchar…” corren el riesgo de ser ocupadas por las tareas de gestión creciente en los contextos académicos y también en los de tramitación de ayudas culturales. “Corren este riesgo” cuando su práctica se burocratiza y pasa a depender de la concatenación convocatorias, subsidios y becas cuya gestión administrativa (preparación, proceso y justificación) puede neutralizar gran parte de los tiempos que garantizarían la concentración y libertad de su trabajo.

“Mi contexto cotidiano es: revisar imágenes, investigar, leer, buscar textos y propuestas relacionados con lo que estoy trabajando, escribir, ver y escuchar, caminar, leer. No tengo estudio, siempre trabajo en casa excepto cuando estoy en residencias: allí funciona muy bien porque me dedico espacialmente al proyecto, no me distrae mi espacio cotidiano, cambian los “rituales obsesivos” y se transforman en un “hacer continuo”, también obsesivo, concentrado. El tiempo es más denso, se acota.”

(Testimonio A)

VIVIr DeL arte. ¿cuántO VaLe eL traBaJO artÍstIcO?

La preocupación por el tiempo y el dinero es en este sentido una constante, con mayor énfasis en países y contextos donde no existe una estructura de apoyo cultural, institucional y económico de la práctica artística como trabajo. Las preguntas por el valor del arte allí donde se considera que un artista puede estar pagado por ser seleccionado en una exposición (donde debe ocuparse de todos los gastos) o con la satisfacción de ver publicada su obra, es un asunto que se reitera en las conversaciones y entrevistas.

“Para el trabajo creativo todo son dificultades. (…) La economía es una locura. (…) Ganamos peor que hace diez o quince años. Todo es más difícil. Se aceptan peores condiciones, con tal de recibir “algo”. El dinero no alcanza. Siempre pienso en el libro El horror económico, de Vivivane Forrester. Ahora mismo, incluso, ese libro es sobrepasado por la realidad, que es aplastante.” (Testimonio A)

“(…) tengo la cuenta embargada porque la seguridad social consideró que unos ingresos que tuve como becaria era trabajo “no declarado” y no hay manera que salga del aprieto. Introduje un recurso hace dos meses y no tengo respuesta, pese a que es evidente que no cotizaba. Pero allí está, una deuda que no tiene sentido y que crece cada mes. Además, por una especie de política que busca torturar, recibo un domingo al mes la notificación de un incumplimiento que responde así: mastica cualquier ingreso que caiga en mi cuenta. Me acuerdo de la película de Bresson: El dinero [L’Argent]. De tanto sospechar y hacerte la vida imposible, la institución burocrática te convierte en delincuente.”

(Testimonio A)

“Las dificultades a la hora de desarrollar el trabajo creativo, son básicamente, la inestabilidad económica que tiene este trabajo, que al final va pesando. Y bueno, la típica frase de ‘carrera de fondo’, en parte cierta y en parte incierta, creo que nos la queremos creer para motivarnos y seguir creando. (…) Esto hace que se tire del carro hasta ‘donde haga falta’. Por otra parte, creo que es una suerte tener cosas que aportar, un lenguaje para hacerlo y libertad para llevarlo a cabo, ser creativo es una herramienta espectacular, yo no concibo mi vida sin ella”. (Testimonio B)

“El problema básico que nos encontramos en nuestra práctica artística es la búsqueda de financiación para la producción de obras complejas.

En cuanto a nuestro proceso creativo como colectivo, lejos de suponer un problema de ego, nos aporta cierto estímulo y energía a la hora de crear. Nuestra investigación artística individual se complementa y potencia muy bien en la puesta en común. Este hecho quizá provenga de cierta receptividad que hemos ido desarrollando en la colaboración con personas que no pertenecen al mundo del arte”. (Testimonio E)

“Mi profesión es el audiovisual, esa ha sido mi elección, cubriendo diferentes rubros para poder mantenerme. Con mis proyectos en todos he buscado financiación con diferentes grados de resultados. También doy clases en diferentes instituciones de la ciudad de Rosario y programo ciclos de cine desde hace 20 años en diferentes espacios de la ciudad. Escribo esporádicamente en periódicos y revistas. En los últimos años ha sido muy difícil el sostenimiento de mi economía familiar”. (Testimonio X)

“Entre las dificultades o problemáticas que podría mencionar para lxs artistas en San José enumeraría la falta de recursos económicos como un apoyo por parte del gobierno hacia el sector artístico a nivel público, falta de claridad y de difusión en las convocatorias, ya sean tanto públicas como por parte de entes privados, una percepción por parte de la sociedad costarricense (hablando a nivel general) que promueve la mala paga de los trabajos artísticos debido a que no se les da el valor y el espacio correspondiente a lxs artistas. Una falta de recursos materiales para hacer efectivos algunos proyectos se podría considerar como otra problemática, que termina influenciando en la calidad final del producto. El sentido de individualismo y falta de colaboración podría ser otra razón que se puede mencionar para los proyectos en colaboración”. (Testimonio Y)

“Las dificultades en torno al trabajo creativo son el tiempo, los espacios y el dinero. Es decir, hay pocos espacios que abren un lugar de experimentación sin poner resultados previos y en este sentido, es difícil justificar lo que hacemos sin presentar a priori los objetivos que se va a cumplir. La mayoría de las propuestas son para artistas que ya saben o imaginan sus resultados y a mí me cuesta muchísimo imaginármelo todo antes de estar en el espacio, la inspiración para mí surge durante el trabajo”. (Testimonio F)

“Mi trabajo creativo tiene dos etapas y sucede de un modo bastante irregular. Por un lado, cuando surge una idea o inquietud tengo una instancia que es la filmación y producción de imágenes en bruto, esto dura un período breve e intenso, donde obtengo bastante material. Luego viene la etapa de edición del trabajo que puede durar varios meses, entre períodos de dedicación intensa y otros donde no puedo hacer nada hasta que el trabajo decante solo. La dificultad radica en la cantidad de trabajo, cuando debo realizar mi trabajo habitual al mismo tiempo que la producción creativa, cuando debo viajar y debo arreglar mis faltas en las instituciones donde soy docente. También soy madre y la organización en este sentido es compleja para procesos creativos o exposiciones que demandan viajes, ausencias en mi casa que debo equilibrar muy bien con el cuidado de mi hija y mis trabajos estables”.

(Testimonio H)

“El tema del financiamiento de la obra siempre es un problema en una economía como la mía que es ajustada. (…) Creo que a su vez las dificultades o la combinación de mi vida cotidiana laboral extra-artística, al no ser meramente de producción, es una herramienta clave de mi creatividad. ¡Obviamente necesitaría sea menos complejo sostener todo! Pero mi obra habla de mi contexto cotidiano, de mis luchas y felicidades en el tejido de la vida que se aleja del sistema del arte y es en este espacio donde muchas veces encuentro los sentidos de la creación, los del arte atravesado por la vida misma: registrándola, volviéndola extraña/observable/cómica/maravillosa/dramática (Testimonio H)

“En cuanto a mis proyectos personales tengo por suerte siempre varias ideas dando vueltas y obras en distintos estados, en post, en desarrollo que voy moviendo por distintas convocatorias para conseguir financiamiento. Esto en realidad lo hacen dos amigas que una es productora y la otra distribuye porque yo soy muy mala para ese trabajo, sobre todo porque por el tipo de obra, experimental, experiencial que trato de desarrollar no hay líneas especificas en los concursos entonces amoldarse a los requerimientos clásicos es un trabajo extra. En cuanto a los festivales y distribución si veo que la movida esta mas avanzada y creo que por haber estado en contacto tanto tiempo con dibujantes o artistas plásticos me abrió también la posibilidad de mostrar en galerías y museos, cosa que me encanta porque se establece a partir de estas invitaciones una lectura desde el lenguaje grafico mas que cinematográfico… son ambas, pero el contexto fue el dibujo siempre. En cuanto al pago en esos circuitos es muy aleatorio, pero por lo general no se da o es bajo”. (Testimonio S)

“Actualmente me encuentro cursando el último año de mi carrera, por lo que mi manera de generar ingresos consiste en trabajos freelance que consigo, o participando en convocatorias artísticas llevadas a cabo en mi país, aunque anteriormente sí debí trabajar en otro medio para conseguir más ingresos. (…) Mi contexto cotidiano de trabajo se centra en dos ámbitos que se dividen en proyectos personales, los cuales son rentables si por ejemplo se envían a convocatorias o concursos artísti- cos y el que se relaciona directamente con el ingreso económico, que por lo general son trabajos comerciales en los cuales me desenvuelvo usualmente como directora de arte para videos musicales, fotografía y material audiovisual de producto y retratos. Usualmente trabajo en colaboración con otrxs artistas en el sector comercial de la fotografía y/o audiovisual. Para los proyectos personales la arquitectura y construcción del proyecto se realiza a nivel individual y con ayuda de otrxs profesionales se termina de armar y pulir”. (Testimonio Y)

“Normalmente la cultura no viene percibida como una profesión y en estos tiempos de frente a crisis económicas, de salud, etc., es la cultura siempre la primera victima, así que debemos siempre encontrar maneras alternativas de vivir haciendo arte y poder pagar los recibos con otros trabajos”. (Testimonio T)

“Paradoxalmente nuestra mayor dificultad a veces llega desde la institución arte que no es arte, que quede claro. De su indiferencia o de la manera en la que se privilegian ciertos esnobismos. (…) el arte es un tema serio, además en mi caso yo implemento algunas reglas personales que arrastro desde mis anteriores profesiones, es decir me rijo por la lealtad a mi mismo y a los que quiero, (…) el arte es una “razón” y como tal busca ser consecuente con esa razón”. (Testimonio T)

¿QuÉ esPeramOs De La InstItucIÓn-arte?

Uno de los propósitos de las entrevistas realizadas ha sido conocer las vivencias y relatos de las y los artistas participantes en la investigación y en la muestra Reactivando Videografías. Conocerlos con objeto de ayudarnos a comprender las actuales transformaciones que el sector está experimentando, no solo como campo creativo y simbólico sino como ámbito económico y laboral. Identificar las percepciones y dificultades que tienes los creadores para dar a conocer su trabajo requiere observar el tejido institucional que desde museos, fundaciones, centros culturales, académicos y artísticos, favorece la exposición y circulación de obra artística, pero también la manera en que Internet es instrumentalizado y percibido por los creadores. Cuando se realizan estas entrevistas en los contextos artísticos se empieza a hablar de NFT (non fungible token) pero son algo ajeno a la mayoría de personas entrevistadas, de manera que la gestión en redes de un material audiovisual con derechos de autoría genera los recelos propios de un medio caracterizado por la fácil apropiación y descontextualización de las obras, así como por un uso despreocupado del trabajo ajeno. En todo caso, la infravaloración reiterada del trabajo creativo y cultural proyectado como “algo que ya está pagado por la satisfacción de hacerlo” ha mermado a artistas habituadas/os a considerar que participar en una exposición, o ser seleccionados para determinado website es ya el pago, un capital simbólico que se reitera como pago suficiente.

El papel que las instituciones tienen en este conflicto es clave para entender la forma de subsistencia de los artistas que en su mayoría producen gracias a los apoyos de becas y residencias. Así, la red de apoyo institucional, público y privado, que contribuye a promover la práctica cultural es aquí objeto de reflexión y también lugar desde el que se reflexiona en un proyecto claramente incentivado por este marco institucional. De hecho, en los testimonios compartidos en reflexiones anteriores ha sido frecuente que este tema aparezca para hacer referencia al sostén u obstáculo que puede suponer en los distintos países donde trabajan los artistas.

“Tengo apoyo de instituciones en algunos proyectos puntuales. (…) Como es mi trabajo, es a lo que me dedico: lo hago y luego veo cómo lo pongo a circular: becas, residencias, exposiciones, publicaciones, encuentros, seminarios…Hay épocas muy malas, donde todo parece que se paraliza”. (Testimonio A)

“A menudo mis proyectos se desarrollan a partir de convocatorias y becas en su mayoría en instituciones públicas, y de ahí saco mis honorarios con los que pretendo vivir. De esta manera, cuando termino un proyecto (a veces se solapan en el tiempo) empiezo con otro, y así continuamente...Por lo que no encuentro tiempo suficiente para poder difundir mi trabajo una vez terminado.” (Testimonio B)

“Apoyo institucional, festivales, exposiciones. (Sobre las) dificultades para encontrar donde hacer una exposición y difundir tus trabajos, creo que lxs comisarixs e instituciones artísticas incluyen en sus exposiciones y colecciones “a los 40 principales” para incrementar su curriculum y no realizan una labor de investigación del trabajo de realizan muchisimxs artistas”. (Testimonio I)

(¿Circulación?) “Galerías y algo de apoyo institucional. (…) Como no me gusta difundir mi trabajo por redes sociales es como si no existiera”. (Testimonio J)

“Cuando comencé a mostrar mi obra, hace algo mas de una década, coincidió con un periodo de gobernanza de la izquierda en el Uruguay. La cultura paso a ser un tema de importancia y todos los museos que hasta el momento se manejaban con invitación pasaron a hacer convocatoria abierta. Asimismo, se crearon espacios de arte contemporáneo y fondos concursables para financiar proyectos o para incentivar a que empresas privadas apoyen proyectos artísticos. De esta manera es que empecé a difundir mi trabajo. Presentándome y ganando premios, consiguiendo fondos para obras mas ambiciosas. Hoy en día ya no me presento a concursos nacionales, por considerarlo un camino ya recorrido y estoy buscando oportunidades en el exterior. Los vaivenes políticos están comenzando a dar indicios de que nos enfrentamos a la pérdida de algunos de los apoyos creados. Además, he empezado a recibir invitaciones a bienales y residencias por haber podido mostrar mi trabajo con lo hecho anteriormente. No encuentro que haya tanta dificultad en donde difundir la obra sino en tener capital para invertir y no estar limitado por lo económico para hacerlas”. (Testimonio K)

“Vivo y trabajo en Nicaragua. Estoy consciente que la decisión de quedarme acá, de no exiliarme, ha influido también en que no pueda vivir del arte. Asumo las consecuencias de esta decisión y por el momento me enfoco en trabajar lo más que pueda para construir mi obra. Por ahora me interesa mejorar y llevar mi obra a un punto en el que aún siento que no está. Lo que me ha funcionado es estar vinculada a colectivos. Acá no hay un mercado desarrollado. Por ejemplo, solo hay un coleccionista (el dueño de los bancos que ya mencioné) y las galerías no son de arte contemporáneo. Una vez hace muchos años fui a una galería de las que supuestamente son “importantes”, con la idea de alquilar el espacio para una exposición. La dueña me dijo: “acá solo exponemos a los grandes maestros de la plástica nicaragüense”. Recuerdo que también fui al Ministerio de Cultura pero me dijeron que el espacio que a mí me interesaba no estaba disponible. Entonces hice la exposición en mi apartamento, fue un evento underground tremendo. Me senté sobre mi cama y desde ahí operé el proyector de 16 milímetros. La película se veía en la pared sobre la cama, la gente entraba por turnos a mi cuarto para ver los trabajos. La verdad me siento muy orgullosa de ese evento y cuando comparto el registro con curadorxs y artistas siempre hay una reacción linda. Acá hay artistas increíbles que transgredieron desde los años 90 y que luego formaron grupos con artistas de distintas generaciones. Por estar conectada con estas personas es que he podido exponer, conocer curadorxs y postular mi trabajo para oportunidades de exhibición. O sea, las y los artistas son al menos acá, quienes me han apoyado, sostenido, motivado y conectado. También debo decir que en este momento estamos todos como en pausa, por la violencia de estado y no tanto por la pandemia. Las exposiciones que ya eran pocas, prácticamente no existen”. (Testimonio R)

“(…) en relación a las dificultades se me mezclan un poco mis propias dificultades con las institucionales. Me encanta hacer imágenes, me gusta menos editarlas, me cuesta que las personas las vean porque me da vergüenza, no me siento cómoda hablando de mis películas y no me gusta nada pensar en lista de festivales ni estrategias de distribución, prefiero estar pensando en nuevos proyectos y lo que me da placer de esos proyectos es el proceso de como voy a llevar una idea, un tema a imágenes y es prácticamente instantáneo el investigar y probar y esas pruebas cuando me gustan si las voy subiendo a internet es una especie de compromiso que establezco con el proyecto que después se puede transformar, pero hay ahí un germen”. (Testimonio S)

“Hay proyectos que dependen de un apoyo institucional o una convocatoria para poder materializarse, otros de establecer una alianza, y otros de la auto-gestión y la generación de redes con otros artistas y actores del medio. Me voy valiendo de las distintas posibilidades que el contexto permite para ir generando propuestas y llevando adelante mis ideas”.

(Testimonio U)

“Internet ha sido un espacio increíble que me ha permitido generar lazos, vínculos y cómplices en los proyectos. A su vez ha significado un espacio nuevo para pensar la obra, no solo como espacio para su archivo y registro, sino para pensar obras, prácticas e intervenciones en las mismas plataformas virtuales. (…). La dificultad que encuentro en mi medio particular muchas veces es la de financiar proyectos. Aquí nos valemos de mucha creatividad y autogestión para materializar y producir, pero hay veces que se necesita un poco más de eso para llevar adelante proyectos. Otra de las dificultades que detecto en el medio a veces está en la comunicación y llegada al público; si bien creo que lo importante no es la cantidad de público, sino la calidad del público y poder llegar al público objetivo de cada proyecto, encuentro aquí barreras para hacer efectivo y eficiente ese canal de comunicación y llegada al público deseado”. (Testimonio U)

“Los medios de los que me valgo son las instituciones, exposiciones, festivales donde eventualmente soy invitada o concursos donde participo.” (Testimonio H)

“Apoyo institucional: Los problemas principales son la falta de espacios museísticos, por otro lado, en los pocos espacios que tenemos, los presupuestos y acceder a ellos, es bien difícil, la burocracia y la falta de empatía con la obra es otro factor que complica para mí el proceso”. (testimonio W)

“Los medios a los que he tenido acceso para la difusión de mi obra han sido convocatorias para festivales llevados a cabo a nivel local como el festival de cortometrajes Shnit (…), el festival virtual Espacio Lumínica (…), la convocatoria generada por el Museo de las Mujeres de Costa

Rica que dio paso a mi participación en Videografías a nivel internacional, por ejemplo.” (Testimonio Y)

“Nosotros formamos parte del circuito artístico. A lo largo de toda nuestra trayectoria nos hemos valido de su estructura, tanto de los apoyos públicos como privados. Hemos expuesto en espacios institucionales: museos, fundaciones, etc., así como en galerías, ferias de arte, festivales, etc. (…) Las dificultades más importantes que nos encontramos son la falta de un coleccionismo sólido en España y la desconexión entre el mundo de la creación artística y el público en general, que se deriva de la poca apuesta que se hace por la educación”. (Testimonio E)

En el testimonio Z se critica la dependencia actual que siente que los artistas tienen de las convocatorias institucionales y que lleva al riesgo de convertirse en “artista concursante” adaptándose a las condiciones de las becas y corriendo el riesgo de hipotecar su libertad creativa, asunto que le parece desalentador y perverso. A pesar de haber tenido varias ayudas las critica y defiende una visión de la práctica laboral de la investigación y educación en artes como una posibilidad de liberar su trabajo de los lastres de las convocatorias en un marco de generación de conocimiento, pero que tal como se desarrolla en la actualidad conlleva igualmente riesgos de saturación y burocracias que limitan muchísimo el tiempo creativo.

eXPOner en esPacIO FÍsIcO, eXPOner en Internet

Desde que Internet comenzó a introducirse en la vida humana el arte estuvo cerca, dentro, al lado, enfrente, no solo para usar el medio como soporte expositivo sino para pensar en Internet como agente transformador de lo humano y de lo artístico en sus formas de producción, recepción y distribución. Algunos de los más interesantes debates especulativos sobre las potencias de Internet en los noventa vinieron de los contextos experimentales y críticos del arte. Ya entonces se advertía de las esperanzas democratizadoras de la red frente a los riesgos de opresión simbólica del imaginario promovido por el mercado, sí como de las posibilidades de que el arte saliera de (y cambiara a) la institución para llevar a cabo un papel distinto, por fin más integrado en la ciudadanía. Diría que después de la Documenta de Kassel de 1997 solo quedaron los ecos de algunos festivales y exposiciones coincidentes con el cambio de siglo, porque así como el mercado comenzó a territorializar Internet y a crear espacios y vías de circulación con apariencia pública pero ideadas desde empresas con fines mercantilistas, las reticencias a cambiar (mejorar) mercado e institución de cara a idear formas justas de pago a artistas, empujó a volver a lo de siempre, las exposiciones, los circuitos en espacio físico y las estructuras ya asentadas, limitando la potencia de Internet a ser medio que refuerza lo de siempre y no verdadero agente transformador. Ha ocurrido entonces que la práctica artística audiovisual ha convivido en diferentes hábitats más o menos comerciales, más o menos institucionales, pero a tenor de lo referido en los testimonios que siguen, el reconocimiento y apoyo económico sigue estando en el formato expositivo.

“Hago trabajos muy extensos en el tiempo y algunos curadores o comisarios los siguen y me invitan a exposiciones o publicaciones. Me gusta mucho el diálogo donde surgen referencias que hacen que el trabajo tenga más grosor. Es un intercambio en el que me siento a gusto, cuando hay conversaciones, experimentaciones y lenguajes en común (…) (Testimonio A)

(¿difusión?) “Por medio de las herramientas que ofrecen las redes sociales. Las dificultades que se encuentro es que no tengo tanto conocimiento en las redes y comunicación y esto lleva mucho tiempo. Así es que la circulación muchas veces depende del tiempo que tenga el mismo artista para la difusión y registro de su propia obra.” (Testimonio F)

“Exposiciones: En el caso de Nicaragua las exposiciones se limitan a ciertos pocos espacios con un público reducido. Falta de exposiciones curadas por falta de curadores locales que tejan una exposición que cumpla con las necesidades de los artistas y la obra y que tengan un impacto fuera del contexto local. También existe una carencia de exposiciones importadas de buenos artistas que dialoguen con las practicas locales. En muchos de los casos la falta de espacios institucionales y presupuestos que les den acogida a estas exposiciones se limitan a hacerse exposiciones modificadas pop-up y se muestra por ejemplo una intensión o un registro de una obra original que fue hecha o pensada en otro contexto”.

(Testimonio W)

“Invitaciones a exhibir no faltan, a veces la dificultad más importante es conseguir patrocinio para realizar proyectos un poco más ambiciosos.

(Testimonio G)

“Las dificultades también están en el mercado, de ver como circular, poder equilibrar la energía dedicada a otro trabajo remunerado, gestionar y viajar, intentando esfuerzo por establecerme en umbrales donde vida y arte ocupen menos tensión, y no estén disgregados.”

(Testimonio D)

“Muchos trabajos que realice fueron exhibidos en galerías y museos. También he participado de festivales y residencias artísticas. Soy parte del staff de artistas de dos galerías de arte (…) Actualmente fui seleccionada para realizar un proyecto fotográfico mural en el espacio público. La obra va a estar en la calle y todos los que pasen por esos lugares van a poder verla, me gusta que se amplíe el público y las imágenes circulen”. (Testimonio K)

“No suelo trabajar con galerías a no ser que me interesen colaboraciones puntuales. No me identifico con ellas. Me interesa el proyecto y la línea de investigación.” (Testimonio Z)

“Lo primero que hice al respecto es tener un archivo de mi trabajo y obra debido al volumen y la cantidad de años. Presentarme a convocatorias, aceptar invitaciones a muestras solo las que me interesan. El gran problema de la mayoría de lxs artistxs uruguayos en no poder salir del país a mostrar su obra, ni venderla. También reconozco que no invierto el tiempo suficiente en buscar fondos, llamados internacionales, presentar mi trabajo en galerías etc. Es un trabajo muy difícil”. (Testimonio Q)

“Es la parte que considero el “punto ciego” de la cadena: la distribución de mis trabajos. Nunca ha sido satisfactoria. Fundamentalmente se ha mostrado en festivales, pero en los últimos 10 años ha sido pasado por televisión. Es tan arduo el trabajo en la búsqueda de financiación y producción, tan magros los presupuestos que cuando llega el momento de la distribución; las energías y los recursos son escasos y quedan librados al viento del momento. Participo de dos espacios de producción actualmente. En una cooperativa y en otra empresa productora audiovisual, por lo cual todos los proyectos que estamos desarrollando se conciben desde el inicio con acuerdos con distribuidoras”. (Testimonio X)

“En el proceso de la pandemia las dificultades han sido las mismas que la mayoría de los artistas, falta de interacción con público y acceso a espacios expositivos. La necesidad de replantear los procesos expositivos en esta crisis ha desarticulado y ralentizado mi practica creativa. Así que en esta etapa lo he tomado para 1. sanar mis traumas personales. 2. cambiar el proceso de trabajo a espacios más controlados desde mi propio cuerpo. 3.Desarrollar procesos creativos digitales para acceder y permear de alguna manera en el mundo de las redes sociales donde se encuentran los ‘nuevos públicos’”. (Testimonio W)

“En los procesos anteriores a la pandemia, las principales dificultades se deben a la represión gubernamental y la crisis social y económica que hay en Nicaragua, por ende, la producción creativa pasa muchas veces a segundo plano para buscar una manera segura y de sobrevivencia en el día a día”. (Testimonio W) ese GraDIente De OPOrtunIDaDes Y amenaZas De Las reDes e Internet

Es diversa la forma en que los creadores están valiéndose de mecanismos online para la circulación de sus obras en un mundo en red. Lo que para algunas personas que se dedican a la creación audiovisual es una plataforma de altavoz de su trabajo y un contexto estimulante para la creación, para otras es un medio hostil que marca ritmos acelerados que, en muchos casos, son objeto de crítica del arte. Sin embargo, es quizá la resistencia a claudicar ante un medio que presentándose como rompedor de estructuras de intermediarios, carga con nuevas tareas y gestiones que se suman a los tiempos de trabajo y producción, convirtiendo a los artistas en sujetos multifunción que deben invertir en autopromocionarse a ritmos de un capitalismo escópico, ese que pone el mayor valor en lo más visto. De hecho, la imagen que hoy prolifera en las redes del “yo como producto” resulta de lo más familiar para quien crea y ha aprendido que la firma es parte esencial de la obra. En el momento en que esta firma-yo es la puerta de entrada al escaparate público online, se convierte en un enganche que reclama más tiempos y que genera la vulnerabilidad de sentirse bajo el escrutinio público todo el tiempo. Los riesgos de cesión a la impostura y de estetización, fácilmente llevan a la pose tan característica de la red que, curiosamente, es la más mencionada en sus relatos: Instagram.

“Publico mi proceso y registro de mi obra en la plataforma Instagram, donde tiene una buena difusión y visibilidad, desde mi perfil privado, y también desde otras plataformas de arte. He tenido exposiciones individuales en distintas galerías locales, así como colectivas y ferias internacionales”. (Testimonio M)

“Principalmente la forma de situar mis trabajos ha tenido (…) variantes. A través de curadores que me han invitado a exponer en diferentes contextos, ya sea en una bienal, exposiciones colectivas, en el extranjero. También porque he postulado a ciertos espacios para armar alguna exposición. Y, por último, a través de mi sitio web e Instagram en dónde voy subiendo info, imágenes y cuestiones que voy investigando, experimentando, creando. En ningún caso he tenido experiencias con galerías. Pasa que al parecer tengo un cuerpo de obra poco vendible, cuestión que no me preocupa, porque nunca me sentido con esa presión, y es rico vivir así. He tenido el apoyo más de ciertas personas que de ciertas instituciones y mi trabajo se ha perfilado desde esos lugares como museos de arte contemporáneo y espacios colectivos, que alguna galería”. (Testimonio N)

“No utilizo casi redes sociales (miro, pero no público casi nada) pero considero muy importante tener actualizada mi web”. (Testimonio K)

“Internet: si bien los algoritmos se conectan de acuerdo a los intereses de búsqueda personales, muchas veces se limitan de manera regional, la información general se pierde y no llega, por ende, en países pequeños como los nuestros los algoritmos se limitan porque no estamos dentro de los intereses de búsqueda en donde la cultura tiene mayor diversidad o relevancia. (…) Si bien el español es uno de los idiomas más hablados en el mundo, la información cultural transita en su mayoría en inglés. (…) En caso personal la difusión en redes sociales de un trabajo artístico se limita muchas veces a la autocensura debido a la represión y persecución política por la que nos encontramos actualmente en Nicaragua. Actualmente hay leyes aprobadas por el gobierno donde ellos pueden tener el control del internet y también de apresar a las personas por “noticias falsas” o “terrorismo digital”. (Testimonio W)

Sobre Internet, en el testimonio Z se identifican varias dificultades como la saturación, la dificultad de sumar la tarea de autopromoción al trabajo artístico. “Vivimos en un momento en que las redes implican una inmediatez que no me acaba de interesar, esta idea de la visibilización no me interesa”. Cuando refiere conversaciones con otras personas del ámbito cultural y su presentación como alguien sin redes indica que algunos se ríen “¿Como que no tienes Instagram?” “Hay que elegir si quieres y si puedes estar, vuelvo a la idea de la autoexplotación. Prefiero la independencia, y no depender económicamente de la práctica artística para hacerla más libre.” (Testimonio Z)

“Ambos colaboramos con algunas galerías en el mundo algunos festivales cuando es posible y claro, el internet desde donde difundimos nuestro trabajo, especialmente en tiempos donde la virtualidad es la única posibilidad. (…) La dificultad mas grande es la total ausencia de materialidad. El contacto físico con el publico es fundamental, los gestos el lenguaje corporal y todo eso cuando la persona se encuentra de frente a nuestro trabajo son esos momentos los que en gran medida nos dan la gratificación, (…)” (Testimonio T)

“La red social Instagram constituye uno de mis mayores espacios de difusión para dar a conocer mi trabajo al público tanto a nivel nacional como internacional. (…) Como dificultad mencionaría nuevamente la falta de difusión de espacios en los que los festivales se puedan promocionar de manera más amplia, debido a que usualmente se dan a conocer gracias a la divulgación que lxs mismxs seguidores de los festivales les dan y no porque exista una plataforma específica que recopile esa información. Otra problemática que encuentro es que los entes públicos realmente no le dan seguimiento a la promoción de sus convocatorias, haciendo poco accesible dicha información al público”.

(Testimonio Y)

“Mi estrategia principal para proyectar mi obra en el extranjero es el arte digital, por ejemplo: puedo subir un video a internet y en minutos lo descargan en cualquier parte del mundo para su exhibición. Al Igual con las fotografías de gran formato. Lo que se traduce en un menor costo de producción, mayor facilidad para la movilidad de la obra. También ha sido muy importante para el desarrollo y difusión de mi carrera, mi sitio web y redes sociales”. (Testimonio O)

“Internet es la herramienta clave para difundir esto mismo a través de las redes. No las uso regularmente para compartir procesos creativos sino solamente cuando debo difundir un evento o una obra terminada. En este sentido, algo de las dificultades que encuentro, es que no disfruto de las redes, ni dispongo de tiempos para publicaciones constantes. Considero que no me interesan los tiempos y dinámicas actuales que proponen las redes, sobretodo Instagram y esto supone una dificultad para la difusión de mi obra más acorde a los tiempos que vivimos”. (Testimonio H)

Paisaje para una persona, Florencia Levy, 2015, Centro Cultural de España en Buenos Aires

Ausente, Virginia

Paguaga, 2020, Centro Cultural de España en Nicaragua

Ausente, Virginia Paguaga, 2020, Centro Cultural de España en Nicaragua

Tráfico Aéreo, Jorge Linares, 2013, Centro Cultural de España en Guatemala

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