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Fragmentos de Judith Nieto/Ricardo Ospina

Jairo Alarcón y su caminata filosófica. In memoriam

“La pedagogía es el arte de conversar” “El profesor es garante de la memoria de la humanidad”. Palabras del maestro Alarcón

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A sus 70 años, la vida del profesor y maestro José Jairo Alarcón Arteaga se apagó. El 28 de junio de 2018 partió pero dejó su legado oral y escrito sobre el material efímero de los días, tal vez evocando versos de su gran Pessoa: “Solo una cosa me apavora/ a todas las horas y ahora:/ es que veré la muerte frente a frente/ inevitablemente” (…) él se guió por el convencimiento de que la palabra vale porque recoge lo que sucede, por aquello que se dice, por lo que se siente fuera de quien la pronuncia. Así es, la palabra hace efecto y la suya, la dejada en los salones de clase, muy seguramente permanezca como legado oral en quienes acudimos a sus cursos y en quienes recordamos su discurso pedagógico cargado de saber y cercano a notas de humor tan propias de su manera de enseñar. “José Jairo Alarcón Arteaga. El profesor que partió…” por Judith Nieto López, 11 de agosto de 2018 Academia Opinión, portal Universidad de Antioquia. ¡Oh! a Jairo lo veo tranquilo, farfullando antes de empezar su clase sobre Spinoza, un dejo de ironía atraviesa sus primeras frases- pensaba con frases- hasta dar una vuelta completa que se volvía grata cuando frenaba con las manos enlazadas hacia atrás, un viejo aedo urbano. Miraba a un lugar incierto, y empezaba de nuevo. Vacilante al principio y contundente al final. Me dejó la sencillez, el desenfado, cierta distracción típica como si buscara en su interior. Nada de pretensiones o petulancias, una manera de ser que le dio al ejercicio filosófico el tono suave y sin retruécanos. Lo vi pasar varias veces por las calles de El Carmen de Viboral, introspectivo, como si su viaje hubiese empezado desde hace rato, sereno y distraído una vez más. Estuvo una vez en el Foro Stoa hablando del Quijote, parecía que alguien le soplara las palabras al oído. En la noche, con las calles húmedas y las lámparas amarillas, evocamos el tango.

Escrito por Ricardo Ospina Gallego el 29 de junio en su cuenta de facebook.

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