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Ricardo Ospina

“El Trinche” preferiría no hacer un gol

Ricardo Ospina

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Foro Anual de Filosofía Stoa 2018 Fotografía Fabián Rendón Morales

En la tarde del sábado 28 de septiembre, el grupo Argentino Tejido Abierto Teatro presentó una obra filosófica acerca de la in-utilidad de la imaginación, esta vez, no en un festival de teatro sino en un foro de Filosofía, se trataba de “El Trinche. El mejor futbolista del mundo”, obra que retrata la vida de Tomás Felipe Carlovich, un futbolista prodigioso que no quiso ser estrella, una alusión a Bartleby de Melville, cuya puesta en escena dirigida por Jorge Eines e interpretada por los actores Claudio Garófalo y Lucas Ranzani, es la prueba de la tesis prohibida de Platón. Era la primera vez que ambos actores visitaban El Carmen de Viboral, y también la primera vez que se presentaban ante un público de un foro de filosofía. Ricardo Ospina y Claudio Garófalo sostuvieron una conversación en torno a la imaginación, el fútbol, el teatro y la política, he aquí un fragmento: “El Trinche” ama el juego por el juego y se pregunta ¿Qué es llegar a algo? Abandonó entrenamientos, dejó sin hacer un gol en toda la raya, se devolvió porque según él, ya estaba hecho. Gestos que son una amenaza para quien solo ve el triunfo y el éxito. En la obra hay un periodista que le quiere hacer un reportaje y percibimos que la forma reportaje condiciona, busca resultados, la fama, el dinero, el éxito. A medida que pasa la obra, se desarman todos los argumentos y “El Trinche” Carlovich resulta haciéndole también un túnel al periodista. Es una evocación explicita a Bartleby el escribiente, que ante cualquier acción que se le encomienda, siempre responde: “¡prefería no hacerlo!”, una historia que ocurre en Wall Street,en el centro del capitalismo, y cuya analogía es la FIFA, el conflicto entre el fútbol lírico e inútil, y este momento de alto rendimiento. “El Trinche” también parece decir, “prefería no hacerlo”, y esa frase no es tanto la negación sino la afirmación, él no dice simplemente no, sino prefería no. Es alguien que no pertenece a este mundo, el periodista pretende sacarle una respuesta instrumental y no lo logra. ¿Cómo

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se le ocurre no pasar a las grandes ligas del futbol, no aceptar la invitación de Pelé, no hacer parte de la selección? Son principios de inutilidad, de abandono del fin. ¿Qué significa esa renuncia que está explicita en el libreto y en la interpretación del personaje? Sabemos que El trinche no hizo ningún esfuerzo para adaptarse al sistema.

Te agradezco la pregunta, porque es lo que el espectáculo expresa poéticamente. Muy precisa esa semejanza, porque desde lo literario él es ese personaje, aquel que no hizo ningún esfuerzo por adaptarse al sistema. No es propiamente un antisistema, ni un activista, esta actitud anárquica de decir “no”, la hace desde un lugar no común porque le pica otra cosa, es un anarquista pasivo, no es convencional, su no acción lo convierte en un mito como Bartleby en Wall Street. Jorge Eines, el autor y director de la obra, maestro y pensador, tiene ocho libros de teoría teatral y ésta es su única obra de teatro. Aquí van de la mano el teatro, la filosofía, el psicoanálisis, además el fútbol. El escribe una obra política y filosófica porque ama el fútbol y el contexto le da un matiz popular. “El Trinche”, es un personaje que le gusta jugar descalzo y cuando lo llaman a la selección y contesta con desgana, bueno no dice nada, lanza un preferiría no hacerlo, y el texto toma la frase tal cual. Quien me hizo notar la cercanía entre los dos fue Jorge Dubatti, otro filósofo, crítico y teórico del teatro muy grande, es una obra de filosofía y política desde el fútbol inútil. Jorge Eines le pasó el texto a José Ramón Fernández y este le agrega el personaje del periodista quien trata de llevar al “Trinche” al mundo del éxito, haciéndole preguntas televisivas y cotidianas, luego mi compañero Lucas y yo, le damos un vuelco, el texto era demasiado formal e hicimos una adaptación entre la obra y el monólogo, lo rompimos, lo ensuciamos un poco más, y construimos estos personajes, ¿sabés que la construcción del actor es otro tipo de trabajo, que no tiene que ver con lo literario y requiere que el personaje esté vivo, jugando con él en escena? Ese “no” que aparece, la potencia de “no”, es el no que afirma; por un lado está el no que niega y por el otro, el no que afirma, el nunca más contra la dictadura. Cuando llegó la dictadura, se publicó un libro llamado “Nunca más”, un no que afirma. El año pasado en el gobierno de Macri, desaparecieron a Santiago Maldonado que luego aparecería muerto, y en el recital en el Luna Park de Buenos Aires, el cantante de la banda de rock Divididos, empezó diciendo, “no, esto otra vez no”, aquí oímos también un no que afirma, un “nunca más”. “A fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de una bola vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos o gordos con la misma filosofía: todos fantaseando sobre su propia vida” Sócrates futbolista.

Ahora vamos a la filosofía, inspirémonos en Sócrates, aquel futbolista brasileño de la década del 80, capitán de la selección brasileña en la Copa Mundo 1982, crítico y popular, militante político y luchador contra la dictadura. Lo curioso es que en el movimiento, había otro futbolista llamado Zenón, toda una secuencia sugestiva de vasos comunicantes, recordemos lo que un día dijo el tal Sócrates: “Los futbolistas somos artistas y, por tanto, somos los únicos que tenemos más poder que sus jefes” y ante la censura por su bohemia replicó: “El vaso de cerveza es mi mejor psicólogo”. La Fútbolsofía. Por un pelo, casi es técnico de la selección cubana de fútbol y dijo que aceptaría el cargo solo si recibía el salario de un trabajador común. Lo más fascinante es que ya enfermo manifestó: «Quiero morir un domingo con el Corinthians campeón». La fecha de su muerte fue en la madrugada de un domingo y esa misma tarde su equipo se proclamó campeón de liga.

Imaginemos que Sócrates futbolista entra en escena con todos esos libros colgados - su padre fue quién le dio el nombre, un amante autodidacta de la literatura que en los días del nacimiento estaba leyendo la República de Platón- y que también pronuncia la famosa frase: “solo sé que nada sé”, dispuesto a conocerse a sí mismo y a criticar a los sofistas, a los que todos lo saben, en este caso, a los que solo piensan en el dinero o los fines instrumentales del fútbol pero nunca en la inútil pasión de jugar a la pelota. “El Trinche” tampoco pensaba en términos de utilidad, era pura gracia, dribling, caño mágico, túnel; como volante central se deleitaba en una lírica del jugar por jugar y del no hacer, sin quererlo, también deconstruye al sofista, al periodista, al jefe, y en consecuencia, se descubre a sí mismo. El personaje es increíble, se sirve de la filosofía, con Nietzsche, se dice que vivir sin música- sin fútbol- es un error, con Kant, que su imperativo categórico es jugar sin finalidad, como Spinoza, es expulsado y maldecido por la Sinagoga-FIFA, mantiene el espíritu del no ser, del vacío, tener unos pocos minutos de juego es lo único que desearía al final de su vida. El Sócrates futbolista- filósofo, te preguntaría si el sentido del juego es más importante que el rendimiento y la finalidad. Respuesta. El sentido del juego es estar en movimiento, estar despierto, atento, vivo, con otro, mirando, compartiendo, es estar ahí, es ser. Y para serlo no se necesita ningún objetivo, no se necesita estar al servicio de nada, no tener utilidad alguna, este es el punto filosófico que le podríamos responder a Sócrates, de encontrarnos con la filosofía y con el fútbol, de no estar al servicio de nada. Sino simplemente ser y jugar, romper la inercia, ir hacia la muerte en contra de la inercia, creo que no hay otra cosa, el capitalismo que plantean los sofistas de la FIFA, del espectáculo y de Wall Street, es el de la producción, el rendimiento, el estatismo, al servicio de una maquinaria, sólo cuidan su clientela para terminar devorándo-

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se los unos a los otros. Ese es el planteo profundo del Trinche, ese no ser algo es simplemente ser, el sentido infantil del futbol.

“Mi papá dice que el césped de la cancha donde juega el Trinche, crece distinto.” Hay imaginación cuando el actor interpreta y aparecen las frases de los filósofos y la ópera, “La furtiva lágrima”, los libros colgados, los recuerdos de un niño. La imaginación como en el poema de Rilke, lanza la pelota y espera manos ávidas como cálices para recibirla o como en este caso, pies, pecho o cabeza para fantasear con ella, simplemente porque sí. La imaginación pasa la pelota, va de escena en escena, gozando de su vacuidad, señal que se revela en la portada de la revista El Gráfico, una imagen de lo que nunca fue, de aquel que no figuró, también el actor que sube y baja a una mesa pequeña, es la entrada de una modulación, de ese bel canto que es puro derroche. El año pasado cerraron la revista El Gráfico donde imaginábamos el futbol, era un sueño escrito, es otro ataque del neoliberalismo, el enemigo de la imaginación, lo que se opone a la imaginación es lo instrumental, el neoliberalismo no hace sino destrozos. En el tipo de teatro que hacemos, la ópera, los libros, la poesía, imaginan. No buscamos muchas respuestas, más bien, buscamos que funcione, los ensayos para nosotros no son teatro comercial que solo produce buen dinero y nada más. Imaginar es remar todos los días, pasarse el balón, el movimiento en contra de la inercia, es el estar vivo, el sentido del ser y de la vida, eso es imaginar. Desde ese punto de vista, yo diría que vivimos a partir de “El Trinche” porque me hace imaginar, me da un movimiento, me da un sin sentido (risas). Para nosotros, los ensayos son como auditorios, donde una cosa aparece de repente, váyase a saber de dónde, de una mirada, un cruce de palabras, un recuerdo, un choque de los cuerpos o un objeto, de repente se produce un estallido, algo que fulgura, y si nos gusta, eso nos hace imaginar, nos dice cómo puede funcionar el azar. Lo de la ópera apareció porque estaba escrito en el guión en una de las partes en que el periodista trata de convencer al Trinche de hacerle este homenaje, y él le dice que no, y aparece una vieja con un nene en la mano y la vieja canta, y bien, seguíamos el texto y yo me detuve, y me pregunté… la vieja canta, pero… ¿qué canta? Y empecé a probar cancioncitas de fútbol y no sé porque se me vino a la cabeza un tema de ópera; cuando Jorge Eines la oyó, enloqueció y dijo: ¡quiero eso! y quiero cuatro más, y tuve que buscar otros cuatro temas de ópera y fueron encajando, eso es la imaginación. Y después vimos que esto de la técnica de cantar era un arte que yo podía hacer arriba del escenario, porque yo no podía hacer el arte que hacía el trinche con la pelota, entonces una cosa pasa a la otra, imaginar es hacer pases y como yo sí sé cantar y no driblar, encontré una manera de transpolar y hacer una entrega artística arriba del

escenario. Imaginar es transpolar, como los payasos que hacen su escena clown y de un momento a otro toman un clarinete y hacen bellezas con eso. Después más adelante vimos también que se asociaba con el tema del lirismo, del fútbol y del teatro líricos, la filosofía lírica, como coincidencias que se van dando, mirá, la imaginación es un arte de la coincidencia, pero más que coincidencia, hay una cosa que dice Jorge Dubatti, en el libro “filosofía uno”, que el teatro sabe y que el teatro piensa, no es que elabore una línea continua, sino que hay un momento en el que aparecen cosas, no se sabe de dónde vienen, después funcionan y ahí están. Cuando ves la obra de teatro alcanza un sentido que cuando apareció no lo tenía, eso es la imaginación.

Grupo de creación e investigación Tejido Abierto Teatro. Fundado en 2007 por Jorge Eines, luego del cierre de “Ensayo 100 Teatro” en 2004, espacio de trabajo y creación durante más de quince años. Tejido Abierto es una incubadora de nuevas búsquedas en la elaboración del acontecimiento escénico. Algunos de sus montajes son: “Tejido Abierto-Tejido Beckett”. Sobre textos de Samuel Beckett, estrenado en el Festival de Otoño de 2010, Teatro Español de Madrid. “RIII. La tragedia de Ricardo Tercero” de William Shakespeare estrenado en 2011, Teatro Español de Madrid. “1941-Bodas de Sangre”, adaptación de la obra de Federico García Lorca, estrenada en 2012, Teatro Torrejón de Ardoz, Madrid. “El Trinche. El mejor futbolista del mundo” texto de Jorge Eines y José Ramón Fernández, dirección: Jorge Eines. Actuación: Claudio Garófalo y Lucas Ranzani, escenografía y vestuario: Lucía Maisano. Edwin García, productor de la obra durante su gira en el Festival Vive el Teatro, Oficina Central de los Sueños, Medellín-Colombia. Contacto: http://www.jorge-eines.com

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