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Daniela María Castaño Molina

Gilberto Martínez Arango, fundador y director de la Casa del Teatro de Medellín, en la jornada académica de El Gesto Noble (julio de 2008). Registro del Centro de Documentación Teatral Tespys.

Dramaturgia del acontecer, un acercamiento al teatro de Gilberto Martínez Daniela Castaño Molina

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A mi madre.

“Tengo tanta soledad de mí y sin embargo estoy tan lleno” Gilberto Martínez

Gilberto Martínez Arango, nació en Medellín en 1934 y murió allí mismo en el 2017, amante del tango, del cine y de la literatura, de familia burguesa, médico de profesión; se dedicó al teatro y a la ciencia con la dicha de poder conciliar ambos mundos, en palabras de Martínez (1994), “El dolor humano en el teatro y el dolor humano que sentía en mi profesión. En última instancia ambas oportunidades se me dirigían hacia la pregunta: ¿Qué es lo que caracteriza la Condición Humana?” (15). Para Gilberto, el teatro “compromete al hombre en su totalidad, es decir, estimula su área cognoscitiva, su área emocional, su área psicomotora y lo enfrenta con su medio social” (1994: 13). Martínez como buen observador comprendió los síntomas de un país violento y fragmentado, sus obras son el producto de un contexto que lo confronta y conmociona, el propósito de su obra se devela en su siguiente afirmación “Creo en un teatro comprometido con el medio. Un teatro político. Me aburre un teatro que no me toca lo más sensible de mi condición humana”, (Martínez, 1994: 16). Por consiguiente, en esta ponencia se pretende realizar un acercamiento a la dramaturgia de Martínez, a través de un recorrido por las siguientes obras, Francisca o quisiera morir de amor, la ceremonia, Manuela, la mujer guardiana insepulta del amor huracanado y Zarpazo, obras que confirman el propósito de representar la naturaleza humana y fomentar el pensamiento crítico, en una dramaturgia de lo que acontece tanto en el interior del ser humano como en su cultura.

La primera participación de Gilberto Martínez como actor fue en el 52 con el grupo el Duende, fue fundador de 5 grupos de teatro entre ellos el Triángulo, la primera escuela municipal de teatro en Medellín, Casa del teatro Medellín y su biblioteca que posee una colección especializada en artes escénicas y un centro de documentación, entre otros grupos y espacios para la difusión, enseñanza y creación del teatro; autor de 40 obras de teatro, además de textos sobre técnica y teoría teatral1

Martínez, en su texto Teatro, teoría y práctica publicado en el 86 aporta a la discusión acerca de la consideración de incluir dentro de los géneros literarios la dramaturgia, a lo cual estando de acuerdo con Landi afirma que, la dramaturgia hace parte de la creación literaria más no es literatura, el texto cobra sentido para Martínez en la puesta en relieve que se puede entender como la representación escenográfica de los múltiples elementos constitutivos de la obra, siendo la dramaturgia uno de los elementos sugiere que debe ser entendida como partitura o libreto dramático, por otra parte, al igual que Eugenio Barba (1994), considera al texto dramático como aquello que va tejiendo el espectáculo y la base del hecho teatral, sin embargo, reconoce la naturaleza de los diferentes medios que lleva al lector y al espectador a una reflexión

1 . Para conocer más acerca de la vida de Gilberto Martínez, se recomienda el texto Casa del teatro de Medellín, una pasión que se consolida 2018. estética.

En la dramaturgia de Martínez la pregunta por la condición humana es lo que subyace a través de sus personajes entre ficticios y reales, como buen poeta narra los paisajes de lo que acontece, el argumento de sus obras ha sido inspirado por acontecimientos históricos, en su propósito según él de “buscar en la historia los temas para consolidar una dramaturgia colombiana” (Martínez, 2010: XVII); su espíritu investigador lo orientó a la ocupación de un teatro de lo que sucede en el interior del ser humano como en su cultura, como es el caso de la obra coescrita con Mario Ángel Quintero, Francisca o quisiera morir de amor , la obra está compuesta de forma poética y dialéctica, su argumento y representación son transgresores, en la representación ocurre el rompimiento de la cuarta pared por una de las actrices ya que ella se dispone a lavarle los pies a uno de los espectadores que se encuentra en la primera fila. En el desarrollo de la obra se va debelando el amor visceral, místico, entre Francisca y Fray Rafael, argumento con el que se proporciona una crítica al control de la religión sobre las pasiones humanas, lo cual se evidencia en las siguientes líneas de Fray Rafael: Y así es que, cuando yo quiero hacer el bien, me encuentro con una ley, O inclinación contraria,

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Porque el mal está pegado a mí: De aquí es que me complazco en la ley de Dios Según el hombre interior; Mas al mismo tiempo, echo de ver otra ley en mis miembros, la cual resiste a la ley del espíritu, Y me sojuzga a la ley del pecado, Que está en los miembros de mi cuerpo. (43-44) En la obra la acción de los personajes es reducida, el texto crea unas imágenes corporales que Martínez propone para su montaje. El personaje de Francisca hace de su monólogo una proclama lirica de su pasión mística: Mortifico mis pechos maternales con cruces claveteadas con clavos de madera de su pasión, bajo mi ropa. No sé si soy cobarde o desequilibrada, o sufrir quiero como una manera de poseerlo. No sé si el ritual del sufrimiento de muerte, que espero sea brindada, en la eternidad ( 47) Cada personaje representa un cuadro de emociones que en la profundidad de sus discursos se entrelazan, Martínez le otorga a Francisca las características internas de un paisaje que comparte con la locura, la soledad y un amor transgresivo, producto de un erotismo vedado.

La concepción de amor desbordante, prohibido, también se halla en el poema dramático La Ceremonia, inspirada en la historia de Angelina Bianchini, la hija de una familia burgués de Bastia, enamorada de su profesor de piano Francesco, quién además de no pertenecer a su misma clase social estaba casado, “como castigo a haber deshonrado al apellido Bianchini, la encerraron en una habitación de la casa y allí permaneció, sin salir un solo día, hasta que sus padres murieron. Había pasado treinta años” (Martínez, 1986: 214).

Dice Angelina: Modales… modales…modales… Eso deben aprender las Bianchini (Remeda a la madre)

Adiós y no pelees No saltes, no seas brusca, Camina con suavidad y no te detengas en la calle que puede ser peligroso. Regresa con tiempo y para la cena y no te ensucies el vestido. ¡Juega con tus muñecas! (Pausa corta). Siéntate

Bien y agarra bien la cuchara

Levanta el dedo con distención como lo hace la condesa. (Martínez, 1986: 216) La Ceremonia es un monólogo expresionista donde el recurso de la analepsis permite ampliar la acción dramática, los cambios de voz que acompaña a cada personaje sugeridos Fotograma de El Quijote, Orson Welles como acotaciones representa las edades de Angelina evocadas en cada uno de sus recuerdos; este poema dramático evidencia el abismo que separa a Angelina de cumplir sus deseos y la herida que ha dejado el encierro y la intervención violenta de sus padres en su destino, unas líneas más adelante continua Angelina: “Y si Francisco, te amé Y te sigo amando, a pesar de mis carnes lastimadas, laceradas, aplastadas por un espasmo nunca conseguido “(Martínez, 1986: 231)

A pesar de que Angelina termina por ser heredera de una gran fortuna tras la muerte de sus padres decide vagar por las calles y recoger chatarra al tiempo que proclama “El honor de la familia Bianchini”. Angelina expone un amor cuya única razón es abandonarse a él sin luchar más que con la soledad de no hallarlo, perdida en el espacio de su cuerpo anhelante y delirante de deseo, al final resalta que ni la mayor de las fortunas otorga sosiego a un espíritu que ha sido privado de vivir y de amar. Una de las influencias más notables en la obra de Martínez, es Bertolt Brecht, además de estar de acuerdo con su propuesta de un teatro político y de la preparación actoral, en la obra Manuela, la mujer …guardiana insepulta del amor huracanado, la trama se desarrolla en la necesidad que tiene Ricardo Palma de resolver algunos hitos de la vida de Manuela Sáenz, la libertadora del libertador Simón Bolívar, espía y militante, en esta obra uno de los recursos dramáticos además de la musicalidad y la cadencia en los diálogos, se encuentra algunos elementos del teatro épico, donde Manuela y Ricardo son los personajes encargados de relatar y desarrollar el conflicto ampliando la información sobre la vida de Manuela, en algunas líneas con más fuerza ella es quién se convierte en narradora y espectadora de su vida, siendo objeto de indagación, la acción le procura al mismo tiempo decisiones, los sucesos trascurren en espacio-tiempo no lineales, dejando a un lado la estructura aristotélica. Manuela se presenta determinada a través de la voluntad de las decisiones de su pasado, su mundo es tal como lo ha hecho, su pensamiento ha sido determinado por lo social, se presenta ella como una heroína al ser contestataria de los valores de su contexto. (Szondi, 1994:126). La dramaturgia de Martínez posee la característica del teatro que se presenta como la aprehensión de acontecimientos ya ocurridos inscritos bajo la práctica teatral, Gilberto Martínez en sus libros expone las fuentes historiográficas que

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debió consultar para ambientar las obras, como también sugerencias de dirección y montaje; además de algunas narraciones del surgimiento de su proceso creativo en el argumento de la obra. Los temas de la dramaturgia de Gilberto están dotados de una vitalidad cultural dado que pertenecen a ella, según él en la historia colombiana se encuentran

aquellos hechos, anécdotas y / o cualquier presencia de conflictos, de núcleos de desarrollo del entramado de una historia que debía de nuevo ser contada, aprehendida con los mecanismos propios de hecho teatral y por lo tanto develada. Y porqué no, estudiar y manejar los resortes del actualmente menospreciado teatro documento. (1994: 5)

La dramaturgia del acontecer como posibilidad de construir memoria y fomentar el pensamiento crítico ha estado presente en la sociedad colombiana recreando las problemáticas sociales, Martínez, en Teatrario, describe una entrevista que fue realizada a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, por integrantes del Teatro Libre de Medellín en 1971, por la fecha había iniciado una lucha de los campesinos de Urrao por las tierras ante el Estado, teniendo en cuenta esto los dirigentes campesinos escribieron una obra de teatro titulada Nuestra lucha, durante la entrevista un integrante del teatro, le pregunta al campesino la razón por la cual decidieron escribir una obra de teatro representando los acontecimientos que estaban ocurriendo con sus tierras, a lo cual, el campesino dirigente, respondió lo siguiente “creemos que es una forma efectiva de recordar nuestras luchas y además educar para ellas” (1994: 150) El campesino en su respuesta señala uno de los elementos representativos de la producción dramática del maestro Gilberto Martínez, algunas de las obras pensadas para representar, denunciar y promover la discusión de temas no ajenos ni a la filosofía ni al contexto histórico colombiano, continuando con uno de los aspectos del origen de la dramaturgia en occidente, escribir sobre aquellos temas que promuevan el pensamiento crítico, haciendo uso del lenguaje común dentro de las instituciones y las relaciones sociales para procurar una reflexión de las mismas.

Basada en los acontecimientos del 8 de junio en 1973, en la Universidad de Antioquia Gilberto escribe Zarpazo, por la fecha había manifestaciones estudiantiles, en la cual muere el estudiante Luis Fernando Barrientos; una obra que inmortalizó las luchas de los movimientos estudiantiles en Colombia, como lo afirma uno de los personajes en la obra “Y pasan los años y los muertos se acumulan (…)” (1986: 128), Martínez, en la obra mencionó uno de los mecanismos que se usó en Colombia para mitigar el poder del pueblo en los mecanismos de participación y de protesta, al darse

cuenta de las manifestaciones de los estudiantes, el arzobispo, un personaje de la obra, se dirige con las siguientes palabras al comandante de las fuerzas armadas, “siempre he creído que la democracia debería tener un sistema para controlar a los subversivos” (1986:130) a lo cual el comandante le responde “y lo tiene. Cuéntelos, se levanta el estado de sitio y se da a la apariencia de legalidad. Aparecen como conejos, los contamos los clasificamos y después al decretar de nuevo la alteración del orden público, como conejos los cazamos.” (1986: 130)

El arzobispo, guardián de las costumbres y representante del poder divino en la tierra, continua con las siguientes líneas: “Privilegios de la democracia representativa, gracias a dios” (1986, p, 130) El comandante quién defiende el poder del estado, replica “Gracias al señor presidente, excelencia”. (1986, p, 130). La obra posee las características de un agon dialectico que enfrenta al público con la representación de una madre que ha perdido a su hijo, y la ironía de un estado que solo se hace responsable de los medios económicos para el entierro. En el argumento de la tensión presentada entre la justicia del pueblo y la del estado, se halla también en la obra la Guandoca de Samper, dirigida por Gilberto Martínez, en cuya representación estuvo Ramiro Tejada, quien dedicó a la obra la siguiente apreciación estética. “La relación de personajes, el entrecruzamiento de sus historias con el hecho real de la detención, juego de distancias y espejos concéntricos escénicamente expuestos, dan al testimonio la carga dramática de verdad. No hay, en sentido estricto una puesta en escena de un relato, lo que se percibe es el relato mismo, el testimonio: Teatro Verdad, documentado, armonizado, con el gesto sublime del dolor en los rostros de las actrices.” (2003: 112)

Teatro documento, teatro verdad, esas características que le otorga Tejada a la acción dramática podría llevar a considerar que el teatro de Martínez es realista, sin embargo, se debe tener en cuenta que, para Martínez (1994) La esencia de la disposición escénica no está en presentar actos, conductas y comportamientos gésticos sino en representar (porque no decir ahora reteatralizar) las reales dramaturgias sociales no pueden ser el saco de falsas armonías sino más bien relieve intenso de las contradicciones (…) el teatro es una realidad en sí mismo, y no duplica, refleja ni copia la realidad del público. ( 286)

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Las obras de Martínez, han sido traducidas y representadas en Cuba, Uruguay y Rumania, entre otros países. Junto a Santiago García, Enrique Buenaventura y Carlos José Reyes hace parte del denominado nuevo teatro colombiano; Gilberto Martínez ha contribuido en la dramaturgia colombiana, además de sus investigaciones y aportes culturales, su legado dramático que confronta en el hecho teatral los imaginarios sobre la condición humana en su dimensión social, política, privada y pública, construyendo memoria de lo pensado y de lo acontecido.

Referencias bibliográficas

Martínez, G. (1986). Teatro, teoría y práctica. Colombia: Ed. Autores Antioqueños. ______ (1994). Teatrario. Medellín, Colombia: Ed Secretaria de Educación y Cultura. ______ (2001) Tres obras para el Bicentenario. Colombia: Ed Universidad de Antioquia. Martínez, G & Quintero, M. (2001) Francisca o quisiera morir de amor, Colombia: Ed Casa de Teatro Medellín.

Szondi, P (Trad, 1994) Teoría del drama moderno, Tentativa sobre lo trágico. Barcelona: Ensayos / Destino.

Daniela María Cataño Molina. Licenciada en Filosofía de la Universidad Católica Luis Amigó. Desde el 2014 ha estado vinculada al semillero de investigación de Estudios Antiguos de la misma universidad. En el 2017 lideró el proyecto de investigación del Semillero de Estudios Antiguos, Lo femenino en la literatura griega. Participó en el Simposio Internacional Rais, cultura solidaria, base de la innovación social (2019) con una propuesta acerca de la enseñanza de la filosofía a través del teatro que se llevó a cabo en la Universidad Católica Luis Amigó. Actualmente dirige el espacio de conversación Átropos acerca del teatro griego en la Casa del Teatro en la Biblioteca Gilberto Martínez de Medellín.

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