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de conocimientos: filosofía, arte, ciencia y tecnología Álvaro Gómez Otálvaro. Transcripción Sebastián García Gallego
Jorge Alberto Naranjo Mesa. Archivo fotográfico periódico El Colombiano
Jorge Alberto Naranjo: un flujo de pensamiento hacia una multiplicidad de conocimientos: filosofía, arte, ciencia y tecnología Álvaro Gómez Otálvaro
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Transcripción Sebastián García Gallego «Encuentra las cosas bellas lo más a menudo que puedas. La mayoría de la gente no encuentra las cosas lo bastante bellas»
Vicent Van Gogh Voy a dividir la charla en tres partes. 1: Hablaré sobre la vida Cotidiana de Jorge Naranjo 2: Me referiré a la relación y la actitud de Jorge, con respecto a los libros. 3: Y el ser humano que era Jorge Naranjo 1. Hace poco, (con motivo de la muerte de Jorge) conversando con un amigo de la Universidad, que solamente conocía a Jorge de oídas, me di cuenta que estaba maravillado, por su producción, no solamente en ciencias sino también en literatura, en técnica, tecnología. Después de que hablamos, estuve pensando en el asombro de este amigo, y recordé una experiencia que tuve con él. Cierto día, Jorge, me invitó - me dijo-, ve, necesito que me acompañes a unas charlas que voy a dar. Pronunció tres charlas, y en particular, recuerdo la última, esta charla la dio en un edificio del centro de Medellín, a un grupo de empresarios, sobre literatura antioqueña. Al finalizar la charla, estos empresarios, estaban muy asombrados por el saber de Jorge, y de pronto uno de ellos, se atrevió a preguntarle, Jorge, ¿Cómo es tu día cotidiano? ¿Cómo organizas tu día a día?, Jorge, se quedó rumiando un momento. Mi vida cotidiana la he organizado, reflexionando mucho sobre la vida de Kafka y su escritura. Hay un aforismo especial de Kafka, e Inmediatamente le citó:
“No es necesario que salgas de casa. Quédate sentado a tu mesa y escucha atentamente. No escuches siquiera, limítate a esperar. Ni siquiera esperes,
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simplemente quédate callado y solo. El mundo se te ofrecerá para que lo desenmascares, No puedes evitarlo, Extasiado se contoneará ante ti.”
Ese aforismo se entiende fácilmente, estamos extasiados frente a un personaje de talla mundial, eso es lo que estamos haciendo acá. La vida de Jorge transcurría de su casa a la universidad, de la Universidad a su casa, o a las conferencias que daba en todo Medellín y afuera. Esa forma de trabajo de Jorge está relacionada con Kafka y la narra Klaus Wagenbach, un estudioso de Kafka, que publica su obra completa, y en una de sus biografías, narra cómo el papá en algún momento, le exigió a Kafka, que trabajara en uno de los negocios que tenía, le dice: Señor Franz, usted trabajará una jornada de 8 am a 5 pm, Franz se niega, fue tal la vehemencia de esa negación, que dice, sí usted me pone a trabajar todo el día, yo me suicido. El papá tuvo que ceder, Kafka trabajaba unas horas y luego salía de su trabajo a dedicarse a su pasión que era la literatura, y era la escritura. Lo mismo le sucedió a Jorge Alberto, en algún momento dijo, no estudio más ingeniería civil y renunció a la carrera. Se dedicó al conocimiento, logró vincularse a la universidad, sin título como profesor; por esa época era muy común. Jorge me decía, si me tengo que salir de la Universidad a manejar un taxi, lo hago, pero no voy a vincularme a la academia, hizo una carta al consejo directivo, explicándoles por qué no se sometía a esa normatividad. Propuso que su casa fuera una extensión de su oficina, y que recibiría a sus estudiantes para sus tesis, para sus clases, etc.., la Universidad aceptó la propuesta; él salía de la Universidad y luego para su casa. En Jorge había genio, eso es indudable, pero también había una gran disciplina, a las cinco de la mañana estaba ya en pie, trabajando. Hay dos autores que amo mucho, uno de ellos es un griego, desarrolló la filosofía política, se llama Tucídides, que escribe un texto sobre la guerra del Peloponeso, otro es Nietzsche, entre uno y otro no hay gran diferencia, uno se sorprende que ambos coincidan en lo siguiente: En su producción, en la entrega, la disciplina en el trabajo. El texto de Nietzsche se encuentra en Humano demasiado humano, y se llama La conciencia del oficio donde dice que lo más importante es el trabajo, para poder progresar y hacer algo en cualquier campo. Desde luego, Jorge también lo reproduce. 2. La relación de Jorge con los libros. En las entrevistas y lo que se publica de él, se resalta su capacidad de lectura, en todos los campos del saber; eso es cierto, él poseía una gran biblioteca, supremamente diversa. Siempre a los jóvenes les dicen, lea, pero no se les habla de cuál debe ser el objetivo de esa lectura. Hay dos actitudes que se pueden tomar ante los libros: una actitud enciclopédica, llenarse uno hasta la saciedad de filosofías, historias, conocimiento, artes, religiones,
en fin, pero que en la práctica, el individuo que maneja un saber enciclopédico, de ese estilo, sólo se le reconoce por eso, su mejora como ser humano, no se ve muchas veces. Esa no es la actitud de Jorge. El pensamiento tiene tres facultades: el entendimiento, la imaginación, el sentir o los afectos. De esas tres facultades, la más importante, es el entendimiento, un escritor tan importante como Borges, que exalta mucho su imaginación, en algún texto, dice lo siguiente: “La alegría del entender es mucho mayor que la alegría del imaginar o el sentir.” El entender es mucho mayor que el imaginar y el sentir. La potencia del hombre, esa posibilidad de ser mejores en cada uno de nosotros, se da en la medida en que se entiende; Jorge, lo entendía muy bien, amó mucho a pensadores, filósofos como Epicuro, Lucrecio, Michel Serres; lo que ellos enaltecen es el interés por el entendimiento, pero nos preguntamos, ¿el entendimiento hacia qué va dirigido?, va dirigido hacia la contemplación de la naturaleza, entender la naturaleza, eso lo hizo Epicuro, Lucrecio, en su De rerum natura, lo hizo Michel Serres en su estudio sobre Lucrecio. Entender la naturaleza es entendernos a nosotros mismos.
¿Cómo logramos llegar a esa conexión con los libros? Esa luz la da un pensador importante, que amó mucho Jorge, que constituyó un punto de inflexión en su formación filosófica, Gilles Deleuze. En uno de sus textos, Deleuze aconseja a sus alumnos: “eviten el saber enciclopédico”, busquen los autores y los libros que puedan amar, en última instancia, la relación con los libros y con los autores debe ser una relación de amor, no es una relación de ilustración. Deleuze, en cierto sentido se siente descontento, porque muchos jóvenes con gran talento, ven pasar los años, llegan a viejos, sin poder encontrar a los autores que aman, a los libros que aman. De un momento a otro esa situación da un temperamento, y ese tipo de personajes se vuelven los “sabelotodo”, critican por acá, por allá, despotrican por acá y por allá. No hay nada más enojoso que esa actitud, no hay nada más amargo que este tipo de personajes. Deleuze, nos da una consigna: “en última instancia, solo tengan relación con los libros y autores que aman”. 3. Para acercarnos a Jorge como ser humano, lo debemos hacer a partir de un filósofo del siglo XVII, que se llamó Baruch Spinoza, quien descubre que todos los seres de la naturaleza, ya se llamen planta, animal, mineral, se definen por sus afectos, ¿cuáles son los afectos que definen a una persona?, apunto entonces, algunos de los afectos de Jorge, seguramente sus familiares y compañeros, pueden ayudar a construir ese ser humano que se llamó Jorge Alberto Naranjo: Alegría, asombro, humildad, independencia, amor por la enseñanza, por transmitir el conocimiento.
Jorge era de una alegría que contagiaba, aun en las condiciones más difíciles, siempre se le veía la broma, el humor;
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recuerdo que una vez me llamó a las siete de la mañana, y me dice, Álvaro, ve, estoy en la clínica cardiovascular, me operaron a corazón abierto, quiero que me visites; yo, inmediatamente me comuniqué con los compañeros de investigación de Galileo Galilei, estudiantes dedicados a la investigación, todos fuimos, encontramos varios miembros de su familia y se armó tremenda fiesta. Se puso a bromear sobre su operación, se puso a calcular con todos nosotros, cuál era el torque de la fuerza que debió hacer el cirujano para poder abrir las costillas y disponerse a la operación, ese era Jorge. Jorge amaba enormemente a un pintor holandés, Vincent Van Gogh: Cuando uno llegaba a su casa y entraba a su cuarto, por todas partes encontraba reproducciones de Van Gogh; en Jorge había pasión por el arte, por la escritura, la lectura, y sobre todo, pasión por la vida. En el libro “Cartas a Theo”, de Van Gogh, hay unas líneas, Van Gogh le dice a su hermano Theo: “encuentra las cosas, lo más bellas que puedas”. Jorge era una persona humilde, esa cualidad se le reconoce en radio, prensa, T.V. ¿De qué humildad se trataba? todos pensaríamos que coincidimos en ese concepto; desde un punto de vista riguroso, la humildad es una tristeza, que surge de la contemplación de nuestra impotencia o debilidad, nada más alejado de Jorge que una tristeza; en Jorge encontramos el contento de sí mismo, alguien que se alegra por su capacidad, por su fuerza, por lo que puede. Spinoza, nos facilita entender muy bien ese afecto. Jorge tenía una cualidad excepcional, sabía determinar la distancia con la cual se debía comunicar con alguien. Así fuera con el más ignorante, así fuera con el gran sabio, el académico, el empresario o el niño de la calle, Jorge sabía establecer esa distancia, ya no se trataba de Jorge Alberto más Pedro, si no que Jorge y Pedro formaban un único individuo, lo que Spinoza llama “una composición de relaciones”, una avenencia entre dos seres; cuando hay avenencia entre dos seres ya no hay dos individuos por aparte, se trata de uno solo. Esa “composición de relaciones” crea un individuo de mucha más potencia y esa potencia genera alegría; en consecuencia, quien se relacionara con Jorge, salía satisfecho de esa relación, salía alegre, esa noción, Spinoza la llama, “noción común”: Desde lo teórico y práctico, es de una aplicabilidad muy difícil, pero está al alcance de todos, por ejemplo, nuestra sociedad colombiana es una sociedad de descomposición, es una sociedad de desavenencia, una sociedad de violencias; en el hogar, con el compañero, en el trabajo, con las personas que nos encontramos permanentemente, hay desavenencias, así que estamos en un primer género de conocimiento, estamos postrados, esclavos, de la sola tristeza. En la medida que podamos poner en práctica eso que nos enseñó Jorge, ese poder situarnos con las personas a una distancia,
de tal manera que podamos formar uno, de formar avenencia, solamente en esa medida podemos entrar a construir una sociedad. Pongámoslo en práctica, en los lugares donde estamos. Fue un apasionado por la Independencia y luchó por ella, en función de ese conocimiento, de esa entrega, pero en función de la vida por encima de todo. En una reunión muy amplia de profesores y directivas de la Universidad Nacional, expuso y citó a Kafka; recuerdo la frase que está en los diarios de Kafka: “Yo que he sido casi siempre una persona dependiente, tengo un deseo infinito de independencia, de autonomía, de libertad en todos los sentidos. Prefiero encasquetarme las orejeras y recorrer mi camino hasta el límite, a consentir que la jauría local me rodee y me haga desviar la mirada, que me aparte de mi objetivo, el conocimiento” . Le encantaba un fragmento del Antiedipo de Deleuze, se refiere a aquello que constituye el armazón, el soporte de esa empresa que se llamó Jorge, en términos espinosistas se llama “deseo”, en términos nietzscheanos, se llama “voluntad de poder”. “…estos hombres del deseo (o bien no existen todavía) son como Zaratustra. Conocen increíbles sufrimientos, vértigos y enfermedades. Tienen sus espectros. Deben reinventar cada gesto...Pero un hombre así se produce como hombre libre, irresponsable, solitario y gozoso, capaz en una palabra de decir y hacer algo simple en su propio nombre, sin pedir permiso, deseo que no carece de nada, flujo que franquea los obstáculos y los códigos, nombre que ya no designa ningún yo. Simplemente ha dejado de tener miedo de volverse loco. Se vive como la sublime enfermedad que ya no padecerá”. Jorge cultivó la voluntad de poder. Muchas gracias.
Álvaro Alberto Gómez Otálvaro. Matemático de la Universidad Nacional de Colombia, Medellín. Se ha desempeñado como docente en la Universidad Eafit, Universidad de Antioquia, Politécnico Jaime Isaza Cadavid y Colegio Mayor de Antioquia. También en la Escuela Superior Politécnica del Chimborazo, Ecuador. Participó en el grupo de estudios científicos y laboratorio de física Galileo Galilei dirigido por Jorge Alberto Naranjo. Con el maestro Jorge Alberto Naranjo publicó artículos en la revista Dyna de la Universidad Nacional de Colombia, y un libro inédito con el grupo Galileo Galilei. Otros textos suyos de cuento y crónica han sido publicados en la revista Pizarra.
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