Punto y coma N°10: Radiografía de las derechas

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N°10 / ABRIL 2024 $8.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480

¿Qué es la derecha? Chantal Delsol El legado del expresidente Piñera Claudio Alvarado Entrevistas a Sofía Correa Sutil, Yuval Levin y Cristián Zegers Lorem ipsum: Cecilia García-Huidobro, Sol Serrano y Manfred Svensson


© Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº10, abril de 2024 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinadora: María Josefina Poblete Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo. Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: María Josefina Poblete, Joaquín Castillo, Claudio Alvarado, Josefina Araos, Guillermo Pérez, Rodrigo Pérez de Arce, Daniel Mansuy, Ignacio Stevenson, Álvaro Vergara, María Asunción Poblete, Francisca Echeverría, Cristóbal Rovira, José Manuel Castro, Pablo Paniagua, Luciano Quezada, María José Naudon, Juan Ignacio Brito, Jorge Hagedorn, Chantal Delsol, Manfred Svensson, Sol Serrano, Elena Irarrázabal, Felipe Joannon, Mariana Canales y Chantal Dussaillant. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Huemul Estudio, Sofía Yanjarí, Grupo Educar, Stuart Simpson y National Portait Gallery. Ilustración de portada: Alejandra Acosta ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros

Agradecemos a la Fundación Hanns Seidel por su apoyo en la publicación de esta revista.


Editorial 04

María Josefina Poblete y Joaquín Castillo

Radiografía de las derechas El legado del expresidente Piñera 08

Claudio Alvarado

Por una política realista

16

Josefina Araos

Entrevista a Yuval Levin

23

por Guillermo Pérez

¿Qué es lo ultra de la ultraderecha?

31

Rodrigo Pérez de Arce

Entrevista a Cristián Zegers

38

por Daniel Mansuy

Dialéctica del conservadurismo 48

Ignacio Stevenson

Entrevista a Sofía Correa Sutil

56

por Álvaro Vergara

Crisis de la derecha universitaria

63

María Asunción Poblete

Rescate ¿Qué es la derecha?

70

Chantal Delsol

Horas en la biblioteca 80 Contrapunto de Francisca Echeverría y Cristóbal Rovira sobre ¿La rebeldía se volvió de derecha?, de Pablo Stefanoni. Reseñas sobre Pablo Rubio, Sebastián Edwards, Stéphanie Alenda, Gonzalo Blumel, Cas Mudde y Natascha Strobl. Lorem ipsum Lewis y Orwell 102 Educación, emancipación y comunidad 108 Entrevista a Cecilia García Huidobro 113 Lea Ypi y el confuso aroma de la libertad 119 “A Santiago de Chile, la mitología que le falta” 125 El juicio final 130 Antisemitismo antes del Holocausto 136

Manfred Svensson Sol Serrano por Joaquín Castillo Elena Irarrázabal Felipe Joannon Mariana Canales Chantal Dussaillant

Olimpo: Gonzalo Vial 142

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C Radiografía de las derechas

uando ya estaba bastante avanzado el proceso de diseño de la revista que aquí presentamos, el país se enteró de la trágica e inesperada muerte del expresidente Sebastián Piñera. La noticia conmocionó a la sociedad chilena, y nuestro equipo no fue la excepción. Llevábamos varios meses trabajando en torno a las derechas, su historia, sus ideas y su proyecto político, y ciertamente el expresidente Piñera ocupaba un espacio relevante en esa reflexión. En abstracto, su deceso invitaba a un tratamiento más detenido acerca de su trayectoria, en especial siendo este un ejemplar dedicado al sector político en el cual tuvo un lugar central durante las últimas décadas. Sin embargo, dada lo intempestiva de la noticia y considerando además que sus gobiernos ya formaban parte de nuestro examen, nos pareció pertinente continuar con esta empresa sin alterar de manera sustancial su hilo conductor. Luego, más allá de algunos cambios puntuales, la publicación que el lector tiene en sus manos mantiene la estructura con la que fue concebida originalmente. Lo anterior no responde solo a la necesidad de respetar los tiempos de producción de la revista, sino también a la convicción que explica el origen de este número de Punto y coma. En efecto, el fallecimiento del expresidente y el vacío que este deja al interior de las derechas a las puertas de un nuevo ciclo político y electoral solo confirma la necesidad de una mayor reflexión sobre este lado del espectro. Perseverar en este esfuerzo bien puede ser leído como nuestro reconocimiento para quien desempeñó en dos ocasiones la primera magistratura de la nación. *** Son varios los motivos que justifican un análisis detenido sobre las derechas. Después de todo, con frecuencia surgen movimientos que tensionan las etiquetas desde las cuales solemos comprender el mapa ideológico y cultural, lo que nos obliga a volver a mirar, suspender los juicios y buscar nuevas orientaciones ante problemas y desafíos en constante evolución. Y así como en septiembre de 2022, tras el monumental triunfo del ‘Rechazo’, realizamos en esta revista una “Radiografía de la nueva izquierda”, en esta ocasión quisimos observar con mayor atención a su adversario natural: la derecha. Sin embargo, el término en singular no

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logra describir del todo el fenómeno con que nos encontramos. Si bien siempre ha habido pluralidad ideológica (o distintas facciones políticas) en la derecha —como dice con erudición Sofía Correa en una entrevista incluida en este número—, durante los últimos años las tensiones y debates en su interior han evidenciado con especial intensidad las distintas corrientes que luchan por ganar predominio en este escenario cambiante. Hay, sin duda, diversos énfasis puestos sobre la mesa: nacionalistas, gremialistas, conservadores, progresistas, socialcristianos o liberales. Son muchas las derechas de acuerdo con las visiones de mundo y los programas de gobierno presentes en cada uno de estos grupos. Y si ampliamos la mirada más allá de Chile y observamos el panorama internacional, la cuestión se complejiza bastante: a los polémicos liderazgos de Trump y Bolsonaro, que desde hace una década han motivado una álgida discusión en torno a la crisis de la democracia liberal y los desafíos que imponen los populismos de derecha, se suman el auge de Giorgia Meloni en Italia y de Javier Milei en Argentina. Se trata de proyectos fuertemente respaldados en las urnas y que, más allá de la polémica que los rodea, confirman que la vitalidad electoral de la derecha no es flor de un día. De hecho, a pesar de que cierto progresismo busque reunirlas a todas bajo un mismo rótulo de ultra o extrema derecha, estas expresiones políticas no son idénticas, según muestra en estas páginas un lúcido ensayo de Rodrigo Pérez de Arce. Así, la extensión y el alcance de este tipo de fenómenos obliga a evitar cualquier atajo comprensivo. Es necesario, en cambio, tomarlos en serio y preguntarse las razones por las cuales estos liderazgos —problemáticos o al menos poco convencionales— suscitan tanto apoyo, y qué lugar ocupa en él la política adversarial que algunos de esos liderazgos encarnan. En Chile también hay preguntas análogas arriba de la mesa. Luego de cuatro años de intenso debate constitucional, con vaivenes en las preferencias ciudadanas y un pesimismo galopante que cruza generaciones, regiones y clases sociales, pareciera que la derecha se encuentra en buen pie de cara a los próximos comicios municipales de 2024, y parlamentarios y presidenciales de 2025. Más allá del fracaso en el último plebiscito constitucional —un proceso que debe ser examinado seriamente, indagando en los diversos factores en juego—, el descalabro en materias de

seguridad, los casos de corrupción y el bloqueo legislativo parecieran ser un lastre demasiado grande para el gobierno del Frente Amplio, y todo indica que esos y otros factores abrirán la puerta a sus adversarios (aunque sabemos que en política no hay triunfos seguros por anticipado). La pregunta que surge, entonces, es quién quedará en mejor pie para tomar la posta de una sociedad cada vez más difícil de gobernar, y qué proyecto se ofrecerá al país: ¿una centroderecha tradicional? ¿Una derecha de corte populista que prometa única o principalmente mano dura y cierre de fronteras? ¿Una nueva coalición? ¿Un liderazgo alternativo más o menos demagógico que, en un escenario tan volátil, puede aparecer por donde menos se lo espera? ¿Y qué papel desempeñarán Chile Vamos y el Partido Republicano en este incierto escenario? ¿Cómo articular el diálogo con los adversarios y el resguardo de la propia identidad? Por lo demás, los desafíos que enfrenta nuestro sistema político, marcado por niveles feroces de desconfianza, una desafección profunda y un estancamiento permanente, son gigantescos. Las derechas, entonces, deben tomarse muy en serio la tarea de pensar un proyecto país, planteándose un horizonte a largo plazo que convoque mayorías en el marco de una democracia que se ve tensionada desde distintos lugares. Las preguntas que cabe responder ante esa tarea titánica son múltiples y de diverso alcance, y no dará lo mismo el tipo de respuestas que sus cuadros técnicos y políticos formulen de cara al mediano y largo plazo: ¿qué tipo de Estado quiere fomentar la derecha para las próximas décadas? ¿Uno que dé creciente espacio al mercado, o uno que compatibilice mayores prestaciones sociales con un fomento audaz de la sociedad civil? ¿Cómo dar cabida a sus distintas tradiciones intelectuales en un contexto en que el progresismo parece entrar en conflicto con algunas de las demandas e inquietudes de los nuevos votantes que trajo consigo el voto obligatorio? Estas y otras interrogantes son las que busca iluminar el presente número de Punto y coma, a través de artículos, reseñas y entrevistas que esperan contribuir al debate y al fortalecimiento intelectual de un sector cuyo futuro —quiéralo o no— está sujeto a su capacidad de sopesar debidamente la relevancia de esta dimensión. Joaquín Castillo María Josefina Poblete

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Ilustración: Alejandra Acosta



Fotografía: Marcelo Segura, Archivo Presidencia de la República 2018-2022

El legado del expresidente Piñera: balance preliminar

CLAUDIO ALVARADO


P

ocas horas después de la trágica muerte de

los matices y precisiones del caso. Después de

Sebastián Piñera el 6 de febrero de 2024, Ascanio

todo, su misión no es solo ganar alcaldías, esca-

Cavallo sugirió, primero en Tele13 Radio y luego

ños parlamentarios y volver a La Moneda, sino

en La Tercera1, que en medio del duelo y el do-

que ofrecer gobernabilidad al país. Y esto exige

lor bien podía estar gestándose un mito —una

aprender de la trayectoria política de Sebastián

leyenda— para las derechas y para el país. Con-

Piñera, en especial de sus dos mandatos. El mito

viene tomarse en serio esa posibilidad, conside-

por sí solo es insuficiente frente a esa tarea.

rando las aciagas circunstancias en que falleció

Las líneas que siguen buscan ayudar en ese

el exmandatario y la masiva e inesperada reac-

propósito. Naturalmente, se trata de un ejercicio

ción popular posterior. Lo propio ocurre con el

provisorio y parcial, pero la convicción subya-

eficaz manejo de las catástrofes que caracterizó a

cente es que si se desea dibujar un horizonte de

Piñera y su contraste con la deficiente gestión del

futuro resulta indispensable saldar las cuentas

Frente Amplio. Que en sus últimas horas de vida

con la propia biografía. Es lo que advirtió con

haya buscado colaborar con la reconstrucción de

lucidez hace algunos años, y desde la otra vere-

la Vª región, azotada por graves incendios fores-

da, la actual ministra Carolina Tohá. Hablando

tales, solo confirma el punto de Cavallo.

de la centroizquierda, afirmó en La Tercera que

Más allá de los valiosos gestos del presidente

“no puedes ser una fuerza política ni hablar en

Boric en esos solemnes días de duelo nacional, el

propiedad sobre el futuro si no tienes un relato

cuadro descrito representa algo bastante cercano

coherente sobre tu trayectoria y tu protagonis-

a una pesadilla para su alianza de gobierno y, a la

mo en el pasado inmediato”. Ya sabemos cómo

inversa, una clara oportunidad para los diversos

finalizó la fenecida Concertación. Si las derechas,

grupos que integran la oposición. No obstante,

y en particular Chile Vamos, no quieren seguir el

conviene tener cuidado. Ciertamente los mitos

mismo derrotero, es preciso volver la vista hacia

dotan de discurso y legitimidad, pero también

atrás sin temor a la crítica ni a la autocrítica. Es el

pueden enceguecer u obnubilar. Así como ayu-

único modo de aprender del pasado.

dan en el plano simbólico y retórico, tienden a dificultar las aproximaciones equilibradas.

Octubre (o la historia corta)

De cara a los desafíos electorales venideros, las derechas deberían apuntar precisamente a

Desde el punto de vista estrictamente político,

una aproximación de esa índole, consciente de

quizás el legado más destacado del expresidente Piñera sea su férreo compromiso democrático,

1

Para no abultar las notas al pie se omiten las referencias a entrevistas y columnas de prensa, que pueden encontrarse fácilmente en Internet. Esto incluye un par de columnas de mi autoría publicadas en el verano, donde esbocé algunas de las ideas que se desarrollan aquí.

hoy valorado desde Gabriel Boric a la derecha. “Un demócrata desde la primera hora”, dijo el actual mandatario después del fallecimiento de su predecesor. Nadie vislumbró este abrupto cambio de escenario: hace menos de cinco años,

9


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

una porción no menor de la izquierda soñó con

los de derecha —sobre todo de republicanos—,

derrocar a quien por esos días se calificó de “dic-

que el exmandatario se limitó a “entregar la

tador” y violador “sistemático” de derechos hu-

Constitución”. Se trata de una imputación livia-

manos. Si dicho derrocamiento fue una posibili-

na, que olvida la magnitud de la crisis y la an-

dad real, si por primera vez desde la restauración

gustia que atravesaba el país la primera quincena

democrática se temió que un jefe de gobierno

de noviembre de 2019. Ahí, cuando se padecían

fuera derribado de facto, no fue solo por la des-

los días más violentos después del 18 de octu-

trucción, el vandalismo y el pillaje que azotaron

bre y se requería una salida al conflicto político

al país, sino también por la complicidad activa

y social más grave en treinta años, la oposición

o pasiva de muchos dirigentes de izquierda y

de la época exhibió una mezquindad inédita en la

centroizquierda que ejercieron la oposición más

nueva democracia chilena. En concreto, desde la

desleal de las últimas décadas. El expresidente

DC al PC se sujetó todo diálogo a su propia agen-

Piñera se jugó por la continuidad institucional en

da, impuesta por la “vía de los hechos”: “plebis-

las circunstancias más adversas, y eso también

cito, asamblea constituyente y nueva constitu-

es funcional al mito que vislumbra Cavallo.

ción” (“Declaración pública”, 12 de noviembre

No debe menospreciarse la importancia política y simbólica de este nuevo contexto. Es

de 2019). Todo ello dejó escaso margen de maniobra al Ejecutivo.

preciso recordar que desde 1990 el país abrazó

Con todo, en la generación de esas condiciones,

de modo progresivo el ‘Nunca más’, concebido

la derecha, y en particular Chile Vamos, tuvo su

como promesa y compromiso democrático de

cuota de responsabilidad. Es un hecho que el ma-

futuro: nunca más violaciones a los derechos

nejo de La Moneda en los días posteriores al 18-O

humanos, ni golpes de Estado ni

estuvo marcado por la inefica-

validación de la violencia como

cia y la desorientación, al punto

método de acción política; y el expresidente Piñera desempeñó un papel relevante al respecto (volveremos sobre esto en el

Ya no es la derecha quien deberá dar prueba de sus credenciales democráticas.

siguiente apartado). Sin embargo, dicha promesa se fue erosionando de la mano

de que se produjo un vacío de poder jamás visto desde la restauración democrática. Guste o no, en esos días el Ejecutivo no consiguió ni garantizar el or-

den público ni erradicar los abusos policiales3.

de la ruptura de los consensos de la transición.

En términos generales y aún más ingratos de re-

Este deterioro alcanzó su punto más alto en 2019.

cordar, el país que estalló en 2019 fue regido dos

Baste recordar que el PC exigió la renuncia de la

veces en la década previa por la centroderecha,

máxima autoridad del país e intentó, en conjunto

y en la hora más oscura Piñera y su gabinete tu-

con las izquierdas, acusarlo constitucionalmente

vieron poco que decir. Esto no es anecdótico: en

en dos ocasiones, sin contar la decena de juicios

democracia, la principal arma del dirigente polí-

políticos contra sus ministros antes y después

tico es la palabra. Sin discurso ni mensaje no hay

de la pandemia2. A diferencia del ciclo político

orientación posible, ni para los cuadros propios

iniciado en 1990, ya no es la derecha quien deberá

ni para la sociedad en general.

dar prueba de sus credenciales democráticas.

Ciertamente en dicha década Piñera y sus go-

De ahí que sea muy tosco e injusto denunciar,

biernos realizaron aportes valiosos en el plano

como se decía pública y solapadamente en círcu-

económico y social, que hoy relucen en medio del estancamiento imperante. Entre otros, es

2 Esta agenda antidemocrática se prolongó en la fallida Convención Constitucional, donde se impulsó el “derecho a la protesta y la movilización social, a la desobediencia civil y el recurso a la rebelión” (16 de enero de 2022), e incluso se aprobó en comisión la iniciativa “Cárcel para Sebastián Piñera” (4 de abril de 2022).

10

pertinente mencionar la reconstrucción luego del terremoto de 2010, el rescate de los mineros, la

3 Véase la entrevista a Sergio Micco, entonces director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), en Punto y coma 3 (2020), 40-47.


reactivación económica, los liceos bicentenarios

más ni menos que las potestades presidenciales.

y el posnatal de seis meses en su primer man-

Nótese: las potestades del único mandatario de

dato —ahora considerado un “desde”, pero muy

derecha electo en las urnas desde Jorge Alessan-

disputado en su minuto—; y el mundialmen-

dri. ¿Cómo se explica este desfonde, qué leccio-

te reconocido proceso de vacunación masiva, el

nes deja esta experiencia, cómo evitar que algo

perfeccionamiento del registro social de hogares

así vuelva a ocurrir?

y la aprobación de la Pensión Garantizada Universal (PGU) bajo su segunda administración.

Ninguna de estas preguntas debe ser ignorada, por incómodas que sean. Después de todo, fue

Sin embargo, también es verdad que, luego del

ese tipo de problemas —y no solo las circuns-

balotaje que lo llevó por segunda vez a La Mo-

tancias adversas— lo que afectó la continuidad

neda, Piñera y su equipo cayeron en la llamada

de la centroderecha en el poder, cuyo magro

“borrachera electoral” —tal como antes les pasó

desempeño en la campaña presidencial de 2021

a la expresidenta Bachelet y, sobre todo, a la Con-

tampoco debe ser escondido bajo la alfombra. En

vención de 2022—, esto es, en aquella desorien-

rigor, nada autoriza a ignorar los puntos ciegos,

tación que lleva a confundir apoyos electorales

las dificultades y las polémicas de los gobiernos

puntuales con una inexistente adhesión total y

de Piñera. Ni la conmoción que provocó la muer-

permanente. Así, en 2018 nombró un gabinete

te del expresidente, ni el triste prontuario del oc-

cuyo centro de poder residía solo en su círculo

tubrismo, ni el cierre del proceso constitucional

de confianza personal, y con un desafortunado

(un cierre que, más allá del fracaso en el plebis-

sello “sin complejos” en carteras muy sensibles

cito de diciembre, fue posible gracias a que Chile

para la agenda social. En relación con ella, lo más

Vamos cumplió su palabra luego del monumen-

grave fue el olvido de la “clase media protegida”,

tal triunfo del ‘Rechazo’ y validó un nuevo pro-

piedra angular del mensaje de campaña que, de

ceso). Por el bien del país y de su propio sector,

haberse tomado en serio, quizá habría cambiado

hay que hacer el inventario.

la historia (nunca lo sabremos). En consecuencia, al mirar hacia atrás la cen-

“Cómplices pasivos” (o la historia larga)

troderecha no solo debe recordar los indudables aciertos de sus gobiernos, sino también indagar

Volvamos atrás. Si el presidente Boric y la clase

en su dificultad para pasar a la ofensiva en ma-

política en general reivindicaron el compromiso

terias socioeconómicas —la llamada “cultura del

democrático de Piñera luego de su fallecimiento,

veto”4—; en la debilidad política que caracterizó

no fue solo por lo que le tocó vivir desde octu-

a sus dos administraciones, en especial a la se-

bre de 2019. Fue, ante todo, por el hecho de que

gunda; y en la responsabilidad de los diversos

el exmandatario apoyó el “No” en 1988 y luego

actores involucrados en este déficit. Porque, tal

trabajó para que la centroderecha se distanciara

como subrayó Daniel Mansuy en Ex-Ante luego

del pinochetismo y, con ello, del autoritarismo

del deceso de Piñera, desde 1990 ningún gober-

político. Visto en retrospectiva, el expresidente

nante fue tan abandonado por sus parlamenta-

tuvo éxito en esta tarea.

rios como él.

En efecto, más allá de la interminable discu-

En concreto: cuando se sufrían los efectos de

sión acerca de los antecedentes del quiebre de

una oposición cuyo comportamiento transita-

la democracia, el ‘Nunca más’ fue el horizonte

ba entre lo indecente y lo miserable y se discu-

de un mundo político cada vez más amplio en

tían los dañinos retiros de fondos previsionales

el Chile posdictadura. Esto ya se anticipaba en

—finalmente aprobados con votos de centrode-

el Acuerdo Nacional de 1985 y comenzó a ha-

recha—, lo que se encontraba en disputa eran ni

cerse más visible desde el triunfo del “No” y, sobre todo, con la publicación del Informe Re-

4 He desarrollado más largamente este déficit en “¿Un quiebre endémico? Política e ideas en la derecha postransición”, en Punto y coma 8 (2023), 34-41.

ttig en 1991, cuya comisión redactora incluía académicos independientes cercanos al centro y la derecha, como José Luis Cea y Gonzalo

11


Vial. Como es sabido, con el paso de los años se

en forma protagónica a generar puntos comunes

consolidó una condena cada vez más categórica

en torno a esas heridas del pasado sin importar

y transversal respecto de las brutales torturas y

los costos asociados, incluyendo espionajes y

desapariciones cometidas por agentes del Esta-

amenazas a su familia.

do bajo el régimen de Pinochet5. Cuando se cuela

Ahora bien, sería un error suponer que Piñera

algún matiz o equívoco al respecto, el oprobio

y sus aliados de la “patrulla juvenil” noventera

es inmediato (tal como le ocurrió a José Antonio

fueron los únicos que ayudaron a dejar atrás la

Kast en la campaña presidencial de 2021 y a los

nostalgia autoritaria. Por un lado, según indi-

diputados Hoffmann y Alessandri en 2023).

camos más arriba, a mediados de los ochenta ya

No obstante, esa agenda, hoy ampliamente

existían otras figuras que, desde la derecha polí-

compartida, despertó resistencias a comienzos

tica y cultural, criticaban abiertamente las vio-

de los noventa (baste mencionar que Pinochet

laciones a los derechos humanos. Por otro lado,

aún era Comandante en Jefe del Ejército e influía

desde el triunfo del “No” se desencadenó una

en el ambiente político). En ese contexto, no se

progresiva valoración de las lógicas democrá-

exagera al decir que Sebastián Piñera fue una de

ticas de parte de las derechas, reflejada en una

las figuras que, desde el lado derecho, contribuyó

práctica marcada por el respeto a la continuidad institucional. Quizá quien expresó de forma más elocuente

5 El ejemplo más reciente de esa transversalidad es del 5 de marzo de 2024: la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad —con votos republicanos— un proyecto de resolución sobre los detenidos desaparecidos (N° 993) que critica los “graves crímenes contra la humanidad” y las “atrocidades masivas y sistemáticas” de la “dictadura militar de Pinochet”.

12

este aprendizaje fue el entonces presidente de la UDI, Pablo Longueira, a comienzos de los años 2000. En el marco de su decisivo respaldo a la administración del expresidente Ricardo Lagos, duramente golpeada por los casos de corrupción —al punto de que más de alguien temió por su


continuidad—, Longueira sentenció de modo ta-

hacer más por detener o denunciar los crímenes

jante en la Comisión Política de su partido: “yo

del período 1973-1990, no es adecuado asumir

no me he dedicado a la política para andar tum-

ni transmitir una posición unívoca sobre los ci-

bando gobiernos”6.

viles (ni sobre los militares) que trabajaron para

Este breve rodeo permite comprender mejor

la dictadura8.

la polémica que generó la singular manera —tan

Ninguna de estas consideraciones busca negar

solitaria e imprevista— en que el expresidente

las complejidades que suponía la conmemora-

Piñera decidió denunciar a los “cómplices pasi-

ción de los cuarenta años del golpe de Estado.

vos” para los cuarenta años del golpe de Estado.

De hecho, tanto por las violaciones a los dere-

En ese momento ya había transcurrido casi una

chos humanos como por el modo en que Pino-

década desde el referido respaldo al gobierno de

chet ejerció el poder9, era necesario promover

Lagos, y un lapso muy similar desde que la misma

una sana distancia respecto de su figura y de las

UDI, el partido más comprometido con el legado

dinámicas autoritarias. Piñera trabajó por dicha

autoritario en ese entonces, había publicado el

distancia y ahí reside uno de sus mayores aportes

documento “La paz ahora”. Ahí se subrayaba que

a la centroderecha.

el dolor de los familiares de las víctimas impedía

Sin embargo, el problema, tal como en otras

“reestablecer la armonía necesaria entre los chi-

materias, fue la ausencia de una mayor lógica

lenos”7, así como la importancia de ofrecer una

colectiva de parte del exmandatario; una lógica

respuesta ética y jurídica a ese dolor.

que habría facilitado una recepción más pací-

¿Por qué Piñera no se apoyó en esas u otras

fica y amplia de su mensaje, dentro y fuera de

referencias a la hora de abordar un período tan

las derechas. Siguiendo al historiador Joaquín

complejo y que ha dividido por décadas al país?

Fermandois, quien ha comentado críticamente

¿Fue falta de consciencia histórica, una decisión

la frase de los “cómplices pasivos” en diversas

deliberada, un exceso de improvisación? Tal vez

entrevistas, “no puedes decir eso de tu gente…

se deseaba evitar referencias de la primera línea

debió haberlo dicho el 89, cuando saltó de la DC

política. Pero entonces, ¿acaso no estaban dispo-

a Renovación Nacional”. O, tal como reconoce de

nibles los testimonios, experiencias y reflexio-

manera más benevolente el exministro Gonzalo

nes de Ricardo Rivadeneira, Gonzalo Vial y tan-

Blumel —colaborador y defensor de la narrati-

tos otros pensadores y actores afines? ¿Por qué

va de Piñera en este ámbito—, “es posible que la

renunciar a conjugar una primera persona plural

forma en que el mandatario encaró los cuarenta

al escrutar el pasado?

años de Golpe no haya tenido toda la pulcritud

Por lo demás, abordar de modo generalizado

o prolijidad que debió tener, el desplante presi-

la participación de los civiles bajo el régimen de Pinochet también tenía sus riesgos. No solo porque colaboradores muy cercanos a Piñera, incluyendo alguno de sus ministros más relevantes, fueron parte de esos civiles. Ocurre, además, que dicha participación puede esconder dilemas más profundos, tal como reconocían expresa o tácitamente en su momento los dirigentes de la Concertación. En concreto: así como hubo muchos, quizá cientos de personas, que pudieron 6 Ascanio Cavallo y Rocío Montes, La historia oculta de la década socialista 2000-2010 (Santiago: Uqbar editores, 2022), 159. En este libro se explica cuán grave fue la crisis que vivió Lagos. 7 “La paz ahora. Propuesta de la UDI sobre Derechos Humanos” (20 de junio de 2003).

8 Al ser consultado en 2004 sobre el rol de esos civiles, el obispo Sergio Valech, presidente de la Comisión sobre Prisión Política y Tortura, lo reconoció expresamente en La Segunda: “las personas que colaboran con un gobierno buscando el desarrollo humano, social, económico y espiritual de su país hacen bien en procurar desde adentro corregir los errores (y horrores) de injusticia social, corrupción económica, tortura y otros atentados contra la vida, desde el interior del gobierno al que sirven, con el fin de modificar su rumbo”. 9 “En comparación con la historia de Chile, fue un caso extremo nunca antes visto de concentración de poder y, medido en este metro, de culto a la personalidad”. Joaquín Fermandois, La democracia en Chile. Trayectoria de Sísifo (Santiago: Ediciones UC, 2020), 418.

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

dencial generó tensiones en la coalición; algunas eran quizás inevitables, pero otras no” . 10

Soto no exagera. La inesperada apuesta de Piñera fracturaba a su mundo y, además, implicaba un golpe a los círculos conservadores y

La cuestión moral (o la fractura actual)

socialcristianos. No era la primera vez: ya había ocurrido con el referido AUC, la ley de identidad

Algo semejante cabría decir de la última gran

de género, la resistencia inicial a apoyar la obje-

polémica de Piñera como presidente: la súbi-

ción de conciencia institucional y las prolonga-

ta decisión de promover el llamado matrimonio

das restricciones al culto religioso en medio de la

igualitario. Al anunciar en la cuenta pública de

pandemia. No es imposible pensar que aquí resi-

2021 su apoyo a esta iniciativa presentada origi-

de uno de los factores —no el único— que ayuda

nalmente por Michelle Bachelet, el exmandata-

a explicar el crecimiento del voto republicano.

rio sorprendió a moros y cristianos. Después de

Mal que nos pese, y por motivos que deben seguir

todo, una de las justificaciones del Acuerdo de

siendo estudiados, los gobiernos de centrodere-

Unión Civil de su primer gobierno era, supues-

cha han maltratado a una de sus sensibilidades

tamente, cerrar la discusión en torno al matri-

más relevantes.

monio; y en su última campaña a La Moneda se

Con todo, hoy Chile Vamos también haría bien

había comprometido a no tocar esta institución.

en recordar la otra cara de la moneda. Aunque

De hecho, los dirigentes de Chile Vamos se ente-

el expresidente no era un conservador, siempre

raron de este abrupto cambio de opinión literal-

sostuvo una aproximación crítica al aborto di-

mente por la prensa, mientras observaban dicha

recto o procurado, en todas sus modalidades. Así

cuenta pública.

lo argumentó de modo extenso

Por supuesto, la discusión de fondo sobre el matrimonio excede

en una carta abierta publicada en

estas líneas11, pero de nuevo nos

En términos simples,

topamos con las dificultades que

¿qué será del piñerismo

tuvo el exmandatario para operar de forma colectiva ante determi-

de cara al futuro?

nados dilemas. Tal como advirtió

Reportajes de El Mercurio (18 de marzo de 2012), y así lo ratificó en diversas ocasiones, antes y después de que se aprobara la llamada ley de las tres causales, bajo el segundo gobierno de Bachelet.

el académico Sebastián Soto —excomisionado

Con esto, por cierto, Piñera compartía la postura

experto nombrado por Evopoli—, “este tipo de

que poco tiempo atrás dominaba en su coalición.

temas, no es necesario explicarlo, requieren un

Esta se opuso casi íntegramente a esa legislación

tratamiento delicado que evite romper acuerdos

que, más allá de su nombre (“despenalización”),

explícitos o tácitos… Más allá de las legítimas

garantiza como prestación médica exigible la

diferencias sobre el matrimonio igualitario, lo

eliminación del niño o niña que está por nacer en

cierto es que ese sorpresivo cambio de posición

los casos que regula (de ahí la polémica sobre la

demostró escasa habilidad para administrar la

objeción de conciencia).

alianza liberal–conservadora sobre la que se construye la derecha” . 12

El punto es relevante en un contexto en que crece la cancelación expresa o tácita de ciertas posiciones. En concreto: quien considera el aborto directo como un tipo de homicidio —una por-

10 Gonzalo Blumel, “Cómplices pasivos: aprendizajes e involuciones”, Revista Santiago, 13 de septiembre de 2023. 11 Ver más en Daniel Mansuy, “¿Un cambio de civilización?”, en Mauro Basaure y Manfred Svensson (eds.), Matrimonio en conflicto (Santiago: Editorial Cuarto Propio, 2015). 12 Sebastián Soto, “Del ¿qué pasó? Al ¿qué hacer?”, El Líbero (1 de marzo de 2022).

14

ción relevante de los dirigentes y del electorado de las derechas— no puede sino aspirar a modificar total o parcialmente esta ley cuando ello tenga suficiente piso político y social; y a trabajar por conseguirlo. Y quien niega la legitimidad de ese debate lo que hace es excluir, de modo más o menos consciente, a los grupos no progresistas, ya sean cristianos o laicos.


Los dirigentes de centroderecha deben recor-

perdurará luego del fallecimiento del exmanda-

dar todo esto, y no simplemente limitarse a ha-

tario. En las líneas anteriores hemos sugerido

blar de “derechos adquiridos”, borrando con el

su falta de lógica colectiva en relación con otros

codo lo que apenas ayer defendía casi la totalidad

mundos de las derechas. En paralelo, sin embar-

de Chile Vamos. En este sentido, vale la pena to-

go, es un hecho que estimuló a muchos jóvenes

marse en serio aquí también la opinión del ex-

a trabajar en el aparato estatal, armó equipos y

presidente Piñera.

generó un círculo de colaboradores leales, que participan con frecuencia de la vida pública del

El vacío

país. No obstante, la interrogante guarda directa relación con ese grupo. En términos sim-

Ninguna crítica, reflexión o análisis sobre la

ples, ¿qué será del piñerismo de cara al futuro?

trayectoria política de Sebastián Piñera o de sus

¿Cuáles son sus ideas matrices, sus prioridades

gobiernos, como la ensayada en estas líneas,

y sus proyecciones, más allá del cariño y el agra-

permite negar lo obvio: su muerte dejó un va-

decimiento que existe hacia su figura? ¿Cuán-

cío muy difícil de llenar para la centroderecha.

tos serán candidatos? ¿Cuántos perseverarán en

No solo por el logro de imponerse en las urnas

la política? ¿Habrá disposición a la autocrítica

y gobernar dos veces en la última década —una

razonada? ¿Hasta qué punto primará la tentación

experiencia inédita en democracia para varias

de aferrarse al mito, con los riesgos que esto

generaciones—, sino también porque Piñera se

implica? En suma, ¿cuánto de lo que Sebastián

encontraba muy activo, nutría de información y

Piñera construyó puede perdurar más allá de su

redes, y buscaba apoyar de forma permanente a

persona?

los partidos, parlamentarios y referentes tanto

Estas preguntas no admiten una respuesta

de Chile Vamos como de otros partidos y coali-

evidente ni sencilla. Pero formularlas y tomar-

ciones. De hecho, una de sus últimas apuestas

las en serio resulta crucial para Chile Vamos, las

—inconclusa, desde luego— fue la articulación

derechas y el país. Después de todo, lo que está

de una alianza más amplia, que creciera tanto

en juego no es ni más ni menos que el aporte de

hacia la derecha republicana como hacia el cen-

la centroderecha a la misma democracia que el

tro e incluyera a Amarillos y Demócratas.

expresidente Piñera, con los claroscuros propios

En este contexto, la pregunta ineludible es cuánto de esa energía y cuánto de esa articulación

de la condición humana, buscó promover y custodiar hasta sus últimos días.

Claudio Alvarado es director ejecutivo del IES. Es abogado y magíster en derecho constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes (Chile). Es profesor de derecho constitucional en la Universidad Católica y del magíster en estudios políticos de la Universidad de los Andes (Chile). Es autor de La ilusión constitucional (IES, 2016), Católicos y perplejos (Ediciones UC, 2018; junto con Joaquín García-Huidobro y Josefina Araos) y Tensión constituyente (IES, 2021).

15


Por una política realista Desafíos para la derecha JOSEFINA ARAOS

16


A

inicios del 2023, todo indicaba que la derecha

En el marco de esas inquietudes, la derecha pa-

vivía un buen momento1. A pesar de la difícil

recía más cómoda y aparentaba tener más que

situación que enfrentó desde el estallido de 2019,

ofrecer. Sus adversarios, al contrario, lo hicieron

la victoriosa campaña por el ‘Rechazo’ en el

a regañadientes.

plebiscito de salida del 4 de septiembre de 2022

En comparación a una izquierda que tro-

le permitió identificarse con la defensa de la

pezaba a diario ante la constatación de que el

tradición constitucional chilena y con el cuidado

simple recambio de élites no resolvía los pro-

de la democracia. La izquierda, por su parte,

blemas estructurales de nuestra política —de

sufriría en ese proceso electoral una derrota

paso, profundizados trágicamente por su modo

inédita, al apoyar una propuesta refundacional

de administrar el Ejecutivo—, la derecha goza-

alejada de la cultura política nacional, basada

ba por fin de una relativa bonanza. Sin embargo,

en un diagnóstico errado: ni la tesis del despojo

un nuevo plebiscito a fines de 2023 vino a que-

ni el cuestionamiento total de los treinta años

brar esa ilusión, rechazándose la propuesta del

tuvieron arraigo, y perdieron así la hegemonía

Consejo donde Republicanos y Chile Vamos fue-

del momento político posterior al estallido. A

ron mayoría.

ello le siguieron las elecciones de mayo de 2023

Más allá de la relevante discusión respecto del

cuyos resultados, aunque inesperados, dieron a

triunfo del ‘En contra’ y de la interpretación de

la derecha la mayoría en el Consejo que lideraría

esa votación –ambos procesos fueron muy dis-

el segundo proceso constituyente.

tintos entre sí–, lo evidente es que constitu-

El clima político a nivel ciudadano experimen-

yó algo más que una derrota para el sector: fue

taba, al mismo tiempo, un cambio importante. El

también una oportunidad perdida. Recordó, de

rechazo a la violencia, la preocupación por la in-

paso, que el apoyo ciudadano es inestable, pero

seguridad, la extensión del narcotráfico, la crisis

no a causa de una suerte de arbitrariedad o inde-

migratoria y la inflación empezaron a copar pro-

finición extendida en los electores, o bien de un

gresivamente la agenda pública, con un gobierno

único deseo de castigo sistemático a sus repre-

que tardó en tomar conciencia de ese cambio, a

sentantes, sino porque hoy la política no termina

la espera de la aprobación de una nueva consti-

de entender las razones que explican sus triunfos

tución a la que ató su destino y que nunca llegó.

y derrotas, y es así una y otra vez inconsistente. La borrachera electoral es un vicio transversal de

1

Una primera versión de este texto fue presentada en el marco del Congreso Abdón Cifuentes, organizado por la editorial Tanto Monta y realizado en Santiago el 20 de octubre de 2023. Agradezco especialmente el diálogo con Andrés Biehl que inspiró y dio referencias claves a esta reflexión.

nuestros representantes y, más allá de las soberbias sucesivas de los ganadores, hay algo más estructural: una fractura entre política y ciudadanía que impide contar con criterios para asegurar adhesiones de largo plazo. Pareciera que

17


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

los votos son siempre prestados y los apoyos cir-

diagnóstico de una Convención que pensó que el

cunstanciales y precarios, mientras el equilibrio

enojo ciudadano implicaba el desmontaje radical

entre responder a las bases fieles y mantener una

de la institucionalidad vigente?

convocatoria amplia se vuelve cada vez más difícil de lograr. La política no entiende por qué gana

Cuando la realidad se impone

ni pierde: ya no tiene cómo hacerlo, pues cortó los lazos que se lo permitían. Que el comporta-

La necesidad de un nuevo proyecto político nace

miento ciudadano se presente a menudo como

de un hecho que se hizo evidente para el estallido

arbitrariedad, como péndulo sin más, es clara

de 2019: en medio de la crisis más grave desde el

expresión de esa incomprensión y de la fractura

retorno a la democracia, la derecha en La Mone-

en su base.

da sencillamente no tuvo nada que decir ni ofre-

Ahora bien, una mirada más optimista podría

cer. Se quedó paralizada ante la magnitud de los

afirmar que no está todo tan mal, que la ilusión

acontecimientos que tenían lugar y, al menos en

no se rompió por completo. En el último plebisci-

un primer momento, no pudo ver nada más que

to más de cinco millones de votantes se mostra-

un enemigo articulado que se alzaba contra ella.

ron a favor de la propuesta (una disposición que

Tal vez le hubiera ocurrido a cualquiera (basta

solo fue creciendo en el tiempo) y las priorida-

ver lo difícil que ha sido gobernar para la actual

des ciudadanas, a pesar de un nuevo rechazo, no

administración), pero es evidente que el enton-

han cambiado. Seguridad, migración e inflación

ces oficialismo ya tenía severos problemas para

siguen siendo los temas preponderantes, con un

leer y guiar los procesos en curso, y ello solo se radicalizó con el estallido. Y

gobierno con baja aprobación y severas dificultades para

aunque enumerar esos pro-

avanzar en las reformas pro-

blemas es una tarea en sí mis-

metidas. Tal escenario podría favorecer, por cierto, un aná-

El denominado malestar no fue tomado en serio por el

lisis autocomplaciente, pero

sector, por más señales que

es justamente lo que hay que

hubieran de su extensión.

evitar. Todavía no se ha arti-

ma, gran parte tenía que ver con las categorías (o la falta de ellas) con que se explicaba y entendía la sociedad. Quizás prisionera del ánimo de fin de

culado ningún proyecto político para el nuevo ci-

la historia de los noventa, que coincidió en Chile

clo, abierto en 2019. La derecha solo ha navegado

con la consolidación de un exitoso proceso mo-

en medio de circunstancias favorables aunque

dernizador, la derecha no consideraba relevan-

cambiantes, logrando mantenerse a flote en base

te hacer su propia crítica respecto de los costos

a sus intuiciones. Pero no hay mucho más. El fra-

y tensiones implicados en tales avances. Estos

caso en el último plebiscito revela que la derecha

venían advirtiéndose desde mucho antes de 2011,

no fue más exitosa en construir un proyecto de

año en que irrumpe el movimiento estudiantil y

adhesión mayoritaria y de largo plazo, y que no

la denuncia que dará forma a la nueva izquierda.

pudo mantener cerca a la masiva ciudadanía que

El denominado malestar no fue tomado en se-

votó ‘Rechazo’ el año anterior. Tal como la iz-

rio por el sector —o al menos por quienes tenían

quierda, la actual oposición tampoco ha resuelto

la hegemonía—, por más señales que hubieran

ese difícil equilibrio entre fidelidad a las bases y

de su extensión, y se lo asumió como un mero in-

convocatoria amplia. Los tiempos favorables, en

vento del adversario. Apropiarse de él era rendir-

el fondo, se sostenían en cimientos débiles, por-

se a la izquierda, cuando en realidad habría sido

que no descansan más que en cuestiones exter-

la oportunidad de explicar en sus propios térmi-

nas, inmanejables. Cambiar eso exige un proceso

nos lo que ocurría. Algo que implicaba, por cier-

de elaboración intelectual aún pendiente, y a eso

to, un doloroso ejercicio de autocrítica. Cuando

hay que abocarse. ¿Qué alternativa puede ofrecer

llegó el 18 de octubre, sobra recordarlo, la de-

la derecha a la tesis del despojo, al cuestiona-

recha hablaba de un oasis en América Latina,

miento total de los treinta años, al fracaso en el

ciega a las severas y transversales experiencias

18


de precariedad de la sociedad chilena, autocom-

últimos procesos constituyentes— que han em-

placiente con un progreso que había que dejar

pezado a instalarse en ciertos sectores. A mi jui-

avanzar solo, pues iría distribuyendo de modo

cio, ambas son las alternativas dominantes entre

automático sus beneficios. Los pobres simple-

las que se debate hoy la derecha y que le impiden

mente tenían que tener paciencia; ya les llegaría

dar forma a un proyecto movilizador y distintivo.

lo suyo. No se daban cuenta de que la paciencia

La trágica muerte de Sebastián Piñera, que ha

se agotaba, porque el esfuerzo era despropor-

sido por el momento ocasión de reencuentro del

cionado: la retribución del sistema no estaba a

sector y de reivindicación justa de su estatus de-

la altura de lo entregado y se instaló la sensa-

mocrático, arriesga al mismo tiempo profundi-

ción de que cada uno se tenía que rascar con sus

zar las dificultades para pensar ese proyecto. El

propias uñas. Fue tanta la ceguera que, en el se-

mito que ya se esboza en torno a su figura pue-

gundo mandato de Sebastián Piñera, la derecha

de implicar una oportunidad, pero también el

pasó de una promesa de apoyo a la clase media

peligro de seguir dejando pendiente el ejercicio

vulnerable en su campaña (que les dio, además,

autocrítico. Las severas dificultades del actual

un triunfo inesperado y contundente), a un go-

gobierno y la evidencia de su hostilidad injusti-

bierno sin complejos que defendía a rajatabla el

ficada cuando fue oposición, pueden conducir a

“modelo”. Ignoraban aún que la mejor manera

pensar que los únicos equivocados eran ellos y

de cuidar la herencia de los treinta años (de la

que no hay nada que revisar. Es justamente eso

que repentinamente, sin saber muy bien por qué,

lo que se debe evitar, con vistas a que la muerte

se presentaban como herederos) era reconocien-

del expresidente sea ocasión no de lecturas auto-

do lo que ya no estaba funcionando. Convencida

complacientes, sino de compromiso con un Chile

de que su identidad se jugaba simplemente en la

al que se le deben horizontes para proyectarse

defensa unilateral y abstracta de la libertad, la

al futuro.

derecha olvidó todas las condiciones que la ha-

Pero ¿dónde buscar ese proyecto? Pienso que

cen posible, así como su entrelazamiento con

es precisamente en directrices que han estado en

otros principios que le dan su sentido. No somos

la reserva cultural de la derecha como tradición

(no podemos ser) libres en solitario, sino con

política, la mayoría olvidadas o ignoradas, donde

otros, para vivir con otros. Nada de eso estaba en

le será posible encontrar el lenguaje que hoy ne-

el horizonte de la derecha en 2019.

cesita, dando forma a un proyecto que no parte

No había categorías entonces para explicar lo

de la nada. Una reserva vinculada sobre todo a

que pasaba, y pareciera que cuatro años después

una matriz o temple más conservador; no pro-

la situación sigue siendo más o menos la misma.

gresista, pero no por ello reaccionario. Ahí, tal

Tras dos procesos sucesivos de trabajo consti-

vez, se hallen claves fundamentales para abordar

tucional que concentraron gran parte de los es-

lo que viene.

fuerzos, hoy el desafío para la derecha es pensar si acaso es posible encontrar un lenguaje que le

Cuidar en la adversidad

permita leer el presente y construir, a partir de ello, un proyecto de largo aliento. ¿Cómo hacerlo

En una columna reciente, el historiador britá-

sin repetir los errores del pasado, con una iden-

nico Richard Vinen recomienda al laborismo

tidad propia y claramente articulada?

inglés (favorito para las próximas elecciones)

La respuesta a esa pregunta requerirá un tra-

inspirarse más en la Margaret Thatcher de los

bajo colectivo y detenido, pero me permito ensa-

ochenta, que en el Tony Blair de los noventa. Al

yar una sugerencia que, sin ser suficiente ni ex-

Blair que marchaba al ritmo de “Things Can Only

haustiva, puede ayudar en ese desafío: es preciso

Get Better”, Vinen opone una Thatcher pesimis-

superar las premisas que estuvieron en la base

ta que “flotaba en un mar de desesperación”. Su

del denominado mundo piñerista y, asimismo,

sugerencia no es por una cuestión ideológica,

resistir las tendencias nuevas de guerra cultural

sino de atención a las circunstancias: atrás que-

—cuya lógica adversarial fue protagónica en los

daron los auspiciosos noventa, con su desarrollo

19


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

y crecimiento material evidente y prometedor, y

puede avenirse bien con ello, ofreciendo orienta-

un modelo institucional que encontró en la de-

ción en un escenario donde será requisito acep-

mocracia liberal la máxima y única aspiración.

tar que lo que viene no será fácil y que implicará

Los años veinte del siglo XXI son de adversidad

renuncias que las dinámicas predominantes no

e incertidumbre en todo orden de cosas; basta

tienen cómo justificar: ¿por qué el individuo so-

mirar los efectos devastadores y no controlados

berano aceptaría una valla en su camino?

del cambio climático, el impacto de la pandemia

La raíz de este pesimismo escéptico de la tra-

y de la posterior inflación, las consecuencias del

dición conservadora reside en una antropo-

desarrollo tecnológico o la fragmentación social.

logía del ser humano que, contrario al predo-

Vienen tiempos difíciles, advierte Vinen, y ello

minio del individuo soberano (una ficción que

exige un temple escéptico o pesimista, pues es lo

choca permanentemente con la cotidianidad),

que permite ser realistas. Las esperanzas deben

subraya la limitada condición humana: su fini-

fundarse a partir de lo real.

tud, su dependencia, su fragilidad, sus miserias.

La sugerencia es persuasiva; en Chile también

En tiempos donde la frustración crece porque

se avecinan tiempos complejos. A los desafíos ya

constatamos que no podemos eliminar todo

mencionados se suman nuestros propios proble-

obstáculo, puede ayudarnos volver sobre una

mas: crisis económica, crisis de seguridad, crisis

fuente intelectual para la cual dichos obstáculos

migratoria, demandas insatisfechas de certi-

no solo son una condición ineludible, sino que

dumbre y protección, un malestar a la espera de

son valiosos porque hacen posible todo lo de-

respuestas que se prometie-

más. Nuestra dependencia es

ron en una constitución que,

nuestra riqueza y lo recibido

ni incluso siendo exitosa en cualquiera de sus intentos,

Nuestra dependencia

habría podido enfrentar sola,

es nuestra riqueza, y lo

una clase política tensionada

recibido es nuestro principal

y polarizada, y así, suma y sigue. Ante eso, ni el tono optimista de una derecha liberal

patrimonio. Con ello podemos orientarnos en el mundo.

que seguía afirmando contra

es nuestro principal patrimonio. Con ello podemos orientarnos en el mundo. Entroncar con esta matriz escéptica —o tal vez convenga denominar realista— exige ampliar los principios inspiradores de una derecha

toda evidencia los beneficios del progreso, ni la

que en la últimas décadas se ha refugiado, y apri-

épica redentora de una izquierda que funda su

sionado, en la exclusiva afirmación de la liber-

esperanza en una utopía abstracta, son demasia-

tad. Ella es, obviamente, un principio valioso en

do eficaces. Al contrario, solo exacerban la frus-

el que se fundan protecciones y garantías funda-

tración y el hastío en los ciudadanos, porque no

mentales, ganancias civilizatorias que deben ser

se logra lo que se promete: la política sigue ase-

resguardadas. Por lo demás, su importancia fue

gurando que podrá cumplir todos los anhelos en

constatada en un siglo XX que la puso sistemá-

un contexto que dejó de ser auspicioso, mientras

ticamente en riesgo, y nos hizo más conscientes

en paralelo se muestra incapaz de tomarse en se-

de la necesidad de cuidarla, de no darla por sen-

rio la realidad (o el malestar es invento, o nuestra

tada. Sin embargo, la traducción institucional de

república no es más que expresión de la domina-

esa libertad en Chile (que ha tendido a reducirla

ción). De ahí su destino a mostrarse equivocada,

a la libertad económica) y su identificación casi

vana, a generar desapego con una sociedad que

total con una definición centrada en la pura au-

advierte la inconsistencia de las retóricas domi-

tonomía individual, se ha vuelto un aglutinador

nantes. Tal vez convenga entonces apropiarse

insuficiente. No tanto porque no convoque, sino

de la sugerencia de Vinen, de cierto pesimis-

porque no alcanza a constituir un proyecto de

mo o escepticismo político, no por exageración

convivencia: demasiados quedan fuera (y los que

o resignación, sino por realismo. Y una matriz

están dentro no saben bien por qué están juntos).

conservadora, que está en el ADN de la derecha,

20


Necesitamos más que libertades. Necesitamos

despojo) frente a la cual los sacrificios y obliga-

una libertad enraizada en la vida común. Digni-

ciones tienen sentido. Así, de hecho, lo experi-

dad, solidaridad y responsabilidad pueden tener

menta día a día la gente común, indignada tanto

algo que decir, recordando nuestras obligaciones

con los abusos de la política tradicional como con

recíprocas, al entendernos antes que nada como

los nuevos grupos que llegaron supuestamente a

herederos, receptores de algo más grande y an-

renovarla, pero asumiendo erróneamente que

terior a nosotros, y que vale la pena cuidar (y no

eso implicaba rehacerlo todo. No nos mueve al

solo transformar). Una matriz conservadora, no

sacrificio una promesa abstracta, sino proteger

progresista, puede ayudar a volver sobre tales

lo que hoy se tiene y constituye lo que somos.

principios y ampliar así los ejes objetivos de una

¿Por qué se pediría certidumbre si no es para cui-

derecha que se empobreció en su oferta política y

dar lo que se ha conseguido con esfuerzo? Hemos

en su capacidad interpretativa del presente.

padecido de una política que, transversalmen-

El tono escéptico y el anclaje de la libertad en

te progresista, de izquierda o derecha, tiende a

una red más amplia de principios fundantes de

despreciar justamente lo que la gente tiene, por-

la convivencia, derivados no de la experiencia

que sus valoraciones son pura expresión de do-

primera de un yo solitario, sino de uno que viene

minio, o sus lamentos un invento del adversario.

y está con otros, pueden articular un proyecto

¿Por qué entonces sacrificarse? ¿Por qué enton-

más armónico con los tiempos de adversidad e

ces respetar las normas? Si nada nos une, ¿por

incertidumbre que se avecinan. A partir de allí

qué adherir a proyectos colectivos? La matriz no

es posible justificar sacrificios compartidos, so-

progresista que está oculta en la trayectoria de la

bre la base de obligaciones comunes que tienen

derecha tiene aquí, creo, algo que decir.

sentido porque —y acá aparece lo central de esta

Ante la destrucción del planeta, la guerra, la

matriz— hay cosas que vale la pena cuidar. Este

explotación económica, la extensión incontrola-

fue quizás el principal aprendizaje del triunfo del

da del mercado, el desarrollo ingobernable de las

‘Rechazo’ en 2022: la cultura política del pue-

tecnologías, y todas las implicancias derivadas

blo chileno está viva y no está dispuesta a que

de tales procesos, necesitamos dar forma a una

la echen abajo. Existe una herencia (no todo es

política del cuidado, de custodia de lo recibido.

21


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

Eso exige, ante todo, poner límites y saber jus-

que secunda porque sabe que los protagonistas

tificarlos, pero también proteger el contexto

son las personas y sus agrupaciones más próxi-

institucional donde ese cuidado es posible. No

mas; una política reformista porque está atenta

contamos con otro marco que el de la nación y el

a la novedad que trae cada nueva generación;

de la democracia para ese esfuerzo. Y eso deben

una política realista que aspira a orientar un

recordarlo progresistas y reaccionarios, que por

presente que importa no porque se identifique

momentos se vuelven espejo, unos de otros, en

plenamente con ella, sino porque tiene algo que

la reproducción infinita de la lógica amigo-ene-

ofrecerle. Una política que custodie lo que tene-

migo, que horada las condiciones de posibilidad

mos, renunciando al fin al desprecio por la rea-

del diálogo político honesto. Preocupados por

lidad que hasta ahora la ha caracterizado, donde

afirmar que cada uno está en el lado correcto de

todo puede o bien esperar en aras de un progreso

la historia, instrumentalizan su presente y ter-

asegurado, o echarse abajo porque la utopía ter-

minan transformando sus éxitos políticos en

minará con todos los males. Como dice Hannah

fracasos estrepitosos. Necesitamos una política

Arendt, “perseguir una felicidad que en realidad

realista, una política del cuidado, en el marco de

significa secar todas las lágrimas terminará bo-

democracias que descansan, como dice Chantal

rrando rápidamente toda risa”. Necesitamos de

Delsol, en el reconocimiento de la grandeza y

una política que aspire a lidiar con ambas, por-

dignidad de las personas que la constituyen.

que es allí donde reside lo propiamente huma-

Quienes denunciaron la existencia de un Chile donde prima el ‘sálvese quién pueda’ pasaron a

no. Y hay un patrimonio disponible en la derecha para darle forma.

liderar, poco después, un esfuerzo transforma-

Un tono escéptico que, sabiendo que vienen

dor que se reveló refundacional pero, sobre todo,

tiempos difíciles, se disponga a proteger lo con-

como proyecto de desmontaje. Hoy parecen tan a

seguido con tanto esfuerzo para, a partir de ahí,

la deriva como el gobierno anterior después del

justificar sacrificios y pensar caminos futuros.

estallido (solo la pandemia logró reivindicarlo).

Puede ser ese el modo de empezar a articular un

Queda un abismo entre medio, un espacio dis-

proyecto político que conecte con los temores e

ponible de representación que la herencia no

inquietudes de las personas, no para azuzar áni-

progresista de la derecha tal vez podría llenar.

mos persecutorios, exclusiones, rabias o deseos

Quizás así se dará por fin una defensa sólida de

de venganza, sino para reconocer su fundamento

cuestiones tan relevantes como la autonomía

real y encontrar allí criterios orientadores de una

de la sociedad civil, la necesidad de una acción

política que hace tiempo parece andar a ciegas.

subsidiaria del Estado, la urgencia de proyectos

Un tono pesimista porque vienen tiempos difíci-

colectivos o de movilización para alcanzar bienes

les, pero no desesperanzado, porque somos ante

que son de todos. Una política que va despacio

todo custodios y herederos de algo que vale la

no por inmovilismo (ni porque “va lejos”), sino

pena conservar para otros. Al fin y al cabo, no es

porque sabe que en la premura se puede pasar

sino por esa conciencia que vivimos juntos.

por encima de lo que es valioso; una política

Josefina Araos es investigadora del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Licenciada y magíster en historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile, y estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes. Ha publicado Católicos y perplejos (Ediciones UC, 2018) y El pueblo olvidado (IES, 2021).

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Yuval Levin:

“Pensar en la tradición de la que formas parte es la pregunta fundamental para todo conservador” POR GUILLERMO PÉREZ

23


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

Participante habitual de los debates estadounidenses, el académico y analista político Yuval Levin conoce muy bien las tradiciones intelectuales que confluyen en las derechas. Su libro El gran debate. Edmund Burke, Thomas Paine y el nacimiento de la derecha y de la izquierda, publicado en inglés en 2014, explora las raíces históricas de esas etiquetas que, hasta el día de hoy, generan intensas discusiones. En esta entrevista aborda en detalle las encrucijadas que la derecha atraviesa hoy. Las pugnas dentro del Partido Republicano, el lugar de las agendas conservadoras o cómo el individualismo y las dinámicas identitarias han modificado las maneras de hacer política son algunos de los temas que trata con su habitual lucidez, que lo ha llevado a ser reconocido como uno de los intelectuales conservadores más influyentes de Estados Unidos.

LA DERECHA Y LA IZQUIERDA En uno de tus primeros libros trabajas los

¿Qué cambios introduce esa nueva categoría?

orígenes intelectuales de la distinción entre izquierdas y derechas a partir de los debates

La izquierda en Estados Unidos tendía a verse a sí

entre Edmund Burke y Thomas Paine. Después

misma como el partido exterior, luchando contra

de Trump, Biden y el auge de ciertos gobiernos

el establishment y golpeando las ventanas de las

populistas en Occidente, ¿sigues pensando que

instituciones de élite. Y la derecha tendía a verse

este debate describe con precisión las diferen-

a sí misma como dueña de esas instituciones o

cias entre izquierdas y derechas?

defendiéndolas. Eso se ha transformado completamente en el siglo XXI: la derecha se ve como

Creo que hay algunas distinciones fundamenta-

el partido exterior que lucha contra el establish-

les entre izquierda y derecha que siguen siendo

ment y las élites, mientras la izquierda no se ve

muy relevantes. En términos generales, la iz-

de esta manera. Creo que este cambio arroja una

quierda tiende a pensar sobre la vida política en

luz diferente.

términos de opresores y oprimidos, de fuertes y de débiles. Y la derecha tiende a pensar en la

Una de las principales diferencias que desta-

vida política en términos de orden y desorden,

caste entre ambos sectores fue el modo en que

o de civilización y barbarie. Esas categorías si-

comprenden el pasado. Mientras la derecha

guen siendo muy relevantes. Pero también

tiende a conservarlo, la izquierda piensa en la

creo que hemos vivido un cambio en la política

refundación de la sociedad. ¿Cómo es posible

estadounidense en este siglo que no es exacta-

construir una comprensión justa del pasado?

mente una inversión en el eje izquierda-derecha, sino la aparición de un nuevo clivaje que podría

Cómo pensar en la tradición de la que formas

denominarse interior-exterior.

parte es un reto tremendo en cualquier sociedad.

24


Es la pregunta fundamental para todo conserva-

la religión, una vida moral, etc. Creo que subes-

dor, y creo que no se puede evitar ir haciendo el

timan la posibilidad de la libertad religiosa y el

pasado a medida que se trata de vivir según él.

potencial de una genuina diversidad moral.

También hay formas de hacerlo que son más fieles a la realidad de la historia de una nación, y

¿A qué te refieres con eso?

otras que lo son menos. El lugar de nuestra tradición política es un debate muy vivo en Esta-

A la posibilidad de que diferentes comunidades

dos Unidos. Hay gente en la derecha que quiere

puedan realmente vivir juntas y, al mismo tiem-

abandonar esa tradición, pues la ve como una

po, vivir fieles a sus creencias. Para mí lo más ex-

fracción de una tradición liberal fracasada que es

traño de esto es que lo defiende una pequeña mi-

parte del problema.

noría y, sin embargo, es un argumento en contra

Creo que el reto consiste siempre en compren-

de la protección de las minorías. Si viviéramos en

der que el pasado son generaciones de personas

una nación con una inmensa mayoría católica,

que intentan hacer lo mismo. Estamos tratando

gran parte de la cual fuera muy tradicionalista,

de vivir de una manera decente para criar buenos

entonces podría entender la opinión como ‘bue-

hijos, para equilibrar de alguna manera la justi-

no, esto es lo que hace la mayoría, así es como

cia y el orden, etc. Tenemos que aprender de las

vive la mayoría, y por tanto debería dominar’.

generaciones anteriores porque algunas de las cosas que hicieron fueron más impresionantes

Algo así como los judíos ortodoxos en Israel…

que cualquier cosa que pudiéramos hacer nosotros. Pero también tenemos que aprender de sus

Claro, pero los católicos ortodoxos en Estados

errores, y ese tipo de conservadurismo maduro

Unidos son una porción muy pequeña de la po-

es muy difícil de mantener y conseguir. Ahora

blación. En lugar de imaginar que podrían llegar

más que nunca, creo que ese es el reto para los

a dominar el orden político de toda la nación,

conservadores.

uno pensaría que ellos valoran las prácticas e instituciones que los protegen y les permiten vi-

¿Cuál es tu opinión respecto de los intelectuales

vir en sus comunidades de la manera que quie-

de la derecha estadounidense que promueven

ren. No hace falta mirar mucho Estados Unidos

proyectos posliberales, como Patrick Deneen o

para ver que esa no es la dirección hacia la que

Adrian Vermeule?

nos dirigimos.

Creo que esa oposición tiene sus raíces en una

A veces da la impresión de que la agenda pos-

caricatura de la tradición liberal. Toma la teoría

liberal es otra agenda identitaria más, algo así

liberal más superficial y la trata como si fuera la

como un wokismo de signo opuesto…

realidad de la práctica liberal, y no lo es. Parten de preocupaciones reales sobre las condiciones

Ellos rechazan la posibilidad de la sociedad libe-

de una sociedad para criar buenos hijos, sostener

ral. Hay una alineación irónica entre la política

25


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

identitaria de la izquierda y un cierto tipo de po-

y en las dificultades con los posnatales, los

lítica de identidad de la derecha que ve el debate

jardines infantiles, la salud, la protección fa-

público como una arena de amigos y enemigos.

miliar. ¿Cómo conciliar las demandas de los

Esa no es mi visión de la política. Soy un aristo-

grupos conservadores con la idea de un Estado

télico, y creo que el debate público es una arena

más responsivo?

de conciudadanos y que nuestros conciudadanos Es una cuestión de grado y creo que el gobierno

no son enemigos.

debiera cumplir un rol más significativo en el El desafío, entonces, es aprender a vivir juntos…

mantenimiento de las condiciones para la vida familiar. Necesitamos más beneficios para los

La realidad de nuestra vida política nos ha de-

padres, para las madres de niños pequeños y eso

mostrado que se puede lograr una enorme diver-

es acción del gobierno. No hay forma de evitar-

sidad. No estoy seguro de que eso sea palpable en

lo. Y creo que eso puede convivir con una visión

teoría, pero estoy seguro de que es alcanzable en

de la economía que, en última instancia, sugiere

la práctica. Miras a tu alrededor y aquí está. Ne-

que los mercados son la forma más eficiente para

cesitamos una teoría mejor y no obligar a nues-

producir prosperidad.

tra práctica a las exigencias de la teoría liberal o posliberal.

¿De qué modo se puede compatibilizar?

Un asunto que ese mundo desarrolla extensa-

La prosperidad económica no es lo único que

mente es la tensión entre la defensa del libre

importa. Pero eso no significa que debamos pre-

mercado y los valores tradi-

tender que hay otra teoría eco-

cionales. ¿Qué piensas tú al

nómica que funciona tan bien

respecto? Pienso que la derecha en Estados Unidos se volvió dema-

Trump no fue capaz de imponer sus propias prioridades en el sistema.

siado libertaria y centrada en la economía y el libre mercado en la década de

como los mercados. Llegar a ese equilibrio es muy difícil, pues creo que todo el mundo pretende que digamos que los mercados son la solución a

todo o la causa de todos los problemas. El libre

los noventa y 2000. Y que esa decisión exigió una

mercado es un sistema económico extraordina-

reacción. Hay una tensión real entre el capitalis-

riamente eficaz, pero si vemos la necesidad de

mo y la vida moral y creo que tenemos que estar

familias y comunidades fuertes, la verdad es que

atentos a esa tensión, pues requiere un constante

ninguna riqueza compensará la degradación de

esfuerzo de educación y de virtud.

nuestra sociedad.

¿Cómo lo hacemos?

POLÍTICA ESTADOUNIDENSE

Hay momentos en que las demandas del mer-

¿Cuáles son los principales problemas de los

cado realmente tienen que ser subordinadas a

políticos conservadores en Estados Unidos

las exigencias de una sociedad decente. No creo

actualmente?

que eso signifique que no podamos tener una sociedad liberal. Las sociedades liberales siem-

Creo que el Partido Republicano se define dema-

pre han vivido con esa tensión; esa tensión vale

siado por aquello a lo que se opone y no ofrece a

la pena porque hace posible una extraordinaria

la ciudadanía una visión suficiente de aquello que

prosperidad, felicidad y virtud.

persigue. Es un partido antiizquierda, pero tiene mucho menos claro lo que significa ser el partido

Una agenda conservadora también necesita del

de la derecha en Estados Unidos, y parte de ello

Estado. Pienso en Estados Unidos, por ejemplo,

es a causa de cierto tipo de populismo que se ha

26


vuelto muy dominante en la política republicana.

minoritario que intenta crecer. Hay realinea-

Y el populismo es inherentemente antagónico. Al

mientos constantes, y se pasa por un periodo en

convertirse también en un partido antiélites, le

el que los republicanos son mayoría y otro en el

resulta difícil decir al público qué haría con las

que lo son los demócratas. Pero desde mediados

instituciones de gobierno si las ganara, incluso

de los noventa, ambos partidos han sido minori-

cuando las gana.

tarios y un partido minoritario se define contra

También creo que el partido está minado ahora

el otro partido.

por su asociación con Donald Trump y su fidelidad a él, que es muy personal, y por lo tanto no

¿Hay alguna versión alternativa a Trump en el

transmite realmente una visión del país.

Partido Republicano? ¿Cómo se construye un espacio para el mundo conservador que toma

Pareciera que es una dinámica que también se

distancia de Trump?

repite en el Partido Demócrata… Es un problema muy grande. Mi opinión es que Creo que nuestros dos partidos políticos están

ese espacio solo puede abrirse realmente dentro

en un mal momento. La política estadounidense

del Partido Republicano. Hay gente que piensa

está en una situación bastante inusual.

que podría haber algún espacio para ello en el Partido Demócrata, también hay otros que in-

¿A qué te refieres con eso?

tentan construir un tercer partido. No creo que eso sea factible.

No hemos tenido un partido mayoritario desde la década de 1990. Durante la mayor parte de la

¿Por qué?

historia estadounidense ha habido un partido mayoritario que mantiene unida una coali-

Creo que la lucha que hay que emprender es la del

ción que es difícil mantener unida, y un partido

Partido Republicano. También creo que, hasta 27


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

cierto punto, el atractivo de Trump es personal,

política en la medida en que uno imaginaría que

y eso significa que sin él se abre cierto espacio.

lo haría un presidente.

Ha habido un experimento interesante este año porque para todos los debates en las primarias

En el caso de Biden es bastante evidente…

republicanas, él simplemente no ha aparecido. Así que han sido debates sin él, y ha habido mu-

Es que en cierto modo, especialmente con Biden,

chos más parecidos con el Partido Republicano

no es fácil decir en qué cree realmente y cuáles

de los años anteriores a Trump. Así que tengo un

son sus prioridades. ¿Cuáles son las tres cosas

poco de esperanza de que después de Trump, y

que realmente quiere conseguir antes de que

por supuesto no sabemos cuándo será, se abrirá

termine su presidencia? Creo que podría decir

más espacio para ese tipo de conservadurismo.

eso de cualquiera de los presidentes que he visto a lo largo de mi vida, incluido Trump, donde se

¿Un regreso a Reagan?

preocupó por la inmigración, el comercio y alguna otra cosa. ¿Sabes cuál es esa lista para Joe

No creo que ese momento vaya a estar domina-

Biden? Él no ha impuesto una agenda personal

do por el conservadurismo de la forma en que lo

del modo en que lo suelen hacer los presidentes.

estuvo en la década de 1980. No creo que ese sea el lugar donde está el partido ni el país. La dere-

¿Y el caso de Trump?

cha seguirá siendo un movimiento populista. La cuestión relevante es que mi tipo de conservadu-

El problema para Trump era simplemente el

rismo influya en el partido de manera significati-

caos. Era un ejecutivo muy malo. Él nunca había

va. Creo que después de Trump la respuesta será

sido realmente un ejecutivo del gobierno antes,

afirmativa y, en cierto modo, ese es el momento

ni tampoco había sido un funcionario públi-

para el que yo y otros nos estamos preparando.

co. Trump no fue capaz de imponer sus propias

Tampoco creo que volvamos a tener un partido

prioridades en el sistema de una manera deci-

tan dominado por el conservadurismo tradicio-

siva. Mucho de lo que hizo fue deshecho por los

nal como hace una generación. Pero sí creo que

tribunales. Y eso fue realmente una consecuencia

hay espacio para que en un partido post Trump

de la mala gestión.

el conservadurismo tradicional cumpla un papel mucho más relevante que ahora. Sin embargo, un

SOLUCIONES

gran partido en un sistema bipartidista siempre va a ser una coalición. Y los conservadores nunca

Una de las soluciones que propones a todos es-

han sido la única fuerza en el Partido Republica-

tos problemas es reconstruir la confianza ins-

no. Y ciertamente no lo somos ahora. Pero creo

titucional por medio de la subsidiariedad y de

que podemos ser más efectivos y significativos.

entregarle más herramientas a las autoridades locales…

En una columna que publicaste en The New York Times señalas que Trump y Biden comparten la

Sí, creo que hay varias maneras de pensar en

debilidad como rasgo común…

cómo revertir parte de la pérdida de confianza que hemos visto en las instituciones estadouni-

Sí, creo que estamos viviendo un periodo de

denses. Y una muy importante es situar el poder

presidentes débiles. Nuestra política está obse-

más cerca de las personas. Tiende a haber mucha

sionada con la Presidencia y todo el mundo solo

más confianza en las instituciones locales que en

quiere hablar del presidente. Sin embargo, Biden

las nacionales.

y Trump han sido probablemente los presidentes más débiles de mi vida, en el sentido de que lo

Esto también implica construir más políticas

que quieren personalmente no impulsa la agenda

desde abajo hacia arriba…

28


Hay que permitir que más poder fluya en esa di-

en los niveles medios de la sociedad. No tiene por

rección y que más decisiones se tomen a nivel

qué existir al más alto nivel. No todos tenemos

local. Tenemos un conjunto de instituciones que

que estar comprometidos como nación a hacer lo

pueden hacerlo. En nuestro sistema es posible

mismo de la misma manera, pero sí tenemos que

dar a los Estados y a las localidades más poder de

ver que tampoco somos un montón de indivi-

decisión sobre el bienestar, la educación, la salud

duos. Hay una capa intermedia de comunidades;

y algunas otras cosas. Y creo que eso nos vendría

grupos de personas que comparten una visión

muy bien.

del bien común, que quieren criar a sus hijos juntos, que quieren establecer reglas para sí mismos

¿Qué hacemos con los problemas de competen-

como grupo. Y nuestro sistema de gobierno tiene

cias y recursos en gobiernos locales, que suelen

que dejar espacio para que eso sea posible.

ser más bajos que a nivel federal o central? Es una tarea muy compleja sostener esa diverEl problema es que lo que se necesita para crear

sidad…

confianza no es lo mismo que lo que se necesita para crear una administración eficaz. El gobierno

Debemos

local no es mejor que el gobierno nacional a la

diferencia local en la diversidad y eso no signifi-

tener

hora de gobernar, aunque goce de más confian-

ca individualismo. Eso en realidad significa más

za. Ese equilibrio es siempre un problema com-

autoridad local. Creo que, en cierto modo, ese ha

plicado.

Oklahoma administre las políticas de bienestar, puede que

paciencia

para

la

sido siempre uno de los secretos del dinamismo estadou-

Cuando pensamos, por ejemplo, en dejar que el estado de

mucha

La derecha actual tiende a hablar demasiado de la

lo gestione realmente mal. Sin

izquierda, y no lo suficiente

embargo, sigue siendo mejor

sobre el futuro del país.

idea permitir que se tomen decisiones donde la gente pueda ver quién está al

nidense. Es duro vivir en una sociedad en la que sabes que la gente no está de acuerdo contigo sobre algo que realmente crees que es extremadamente importante, ya sea la educa-

ción de tus hijos o abortar.

mando, pueda llegar a ellos y entenderlos. Tenemos que dar mucha más prioridad a ese tipo de

¿Cómo hacerse cargo de esas diferencias?

conexiones humanas, a veces incluso a expensas de la eficiencia y la capacidad administrativa. Es

Esas personas simplemente están viviendo de

difícil hacerlo.

una manera diferente en otro lugar, y en alguna biblioteca alguien está enseñando a un niño

¿Crees que es posible construir confianza insti-

la manera equivocada de pensar sobre la sexua-

tucional sin una visión compartida en la socie-

lidad. Bueno, eso es un problema por una razón

dad sobre el bien común?

seria. Y, sin embargo, tenemos que ser capaces de vivir en una sociedad que dice: tengo cierto

Creo que la sociedad estadounidense es muy

control sobre lo que mis hijos aprenden, y creo

grande y diversa. Hay algunas ideas que tenemos

que eso es muy importante, pero no puedo con-

en común. Hay un amplio sentido de que somos

trolar lo que los hijos de todo el mundo apren-

una sociedad que cree que los seres humanos son

den al respecto. Nuestra sociedad es demasiado

iguales. Creemos en la dignidad y los derechos de

grande y diversa para que algo así funcione.

todas las personas, pero no estamos de acuerdo en muchas otras ideas. Discrepamos incluso so-

Estados Unidos es un ejemplo de federalismo

bre lo que significa decir que todos somos igua-

y de empoderamiento de los gobiernos locales.

les. Y creo que la misión compartida puede existir

Los estados tienen mucho poder. ¿Por qué más

29


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

subsidiariedad y poder local ayudarían si la ac-

republicano. Pero la pregunta más amplia es

tual estructura subsidiaria no ha resuelto esos

muy importante en general, ¿cómo se dirige la

problemas?

derecha estadounidense a los más jóvenes? Creo que la parte más importante de la respuesta a esa

Creo que la pregunta es siempre en comparación

pregunta tiene que ser hablar de futuro y ayudar

con qué. Y sí, en comparación con muchas otras

a la gente a ver lo que la derecha tiene para ofre-

democracias, Estados Unidos está bastante des-

cerles en el futuro. La derecha actual tiende a ha-

centralizado. Nuestro sistema educativo está ab-

blar demasiado de la izquierda, y no lo suficiente

surdamente descentralizado. Quiero decir, está

sobre el futuro del país.

dirigido por las juntas escolares locales. A veces están a cargo de diez mil estudiantes en una so-

Hay una visión algo fatalista sobre el futuro…

ciedad donde dieciocho millones de niños van a la escuela, y no hay duda de que a un europeo los

Tendemos a ser muy alarmistas y decimos que

Estados Unidos le parece un país muy descentra-

estamos al borde del abismo. En algunos aspec-

lizado.

tos tenemos problemas, pero ¿es realmente el fin del mundo? Creo que la derecha tiene que ofrecer

¿Y eso trae algún problema para la política a ni-

algo, más que decir que el cielo se está cayendo.

vel nacional?

Nos acercamos a unas elecciones en las que un hombre de ochenta y dos años se va a presentar

Yo diría que hay algunas maneras en las que el

contra uno de setenta y ocho. Eso es algo muy

sobrecalentamiento de nuestra política nacional

extraño, y no ocurre en el resto del mundo. Es un

nos lleva a sentir que cada pregunta debe tener

problema claramente estadounidense. Y creo que

una sola respuesta en una sociedad de 340 millo-

se requerirá una transición generacional en am-

nes de personas. Los estados son grandes y dis-

bos partidos para ver realmente cómo puede ser

tintos. No son pequeñas comunidades locales que

la próxima fase de nuestra vida política.

toman decisiones sobre el derecho ambiental o la educación. California es muy diferente a Texas. Creo que debe ser posible que esa diferencia persista y entonces, de alguna manera, podríamos bajar un poco la temperatura de nuestra política, permitiendo que haya diferentes respuestas a preguntas sobre el medio ambiente o el aborto o la política educativa en diferentes lugares. Comparativamente, Estados Unidos ya está haciendo esto. Hay, además, algunas naciones con las que podemos compararnos. Canadá es mucho más descentralizado que los Estados Unidos. Las provincias gestionan mucho más sus propios asuntos que los estados, y francamente creo que es un buen modelo. Así que cuando pienso comparativamente miro hacia el norte. ¿Cómo reconectar a los jóvenes con un enfoque más conservador? Ronald Reagan ganó el voto de los jóvenes en 1984. Creo que fue la última vez que el voto de los menores de veinticinco años fue para un

30

El gran debate Yuval Levin Gota a gota, 2015 384 páginas


¿Qué es lo ultra de la ultraderecha? RODRIGO PÉREZ DE ARCE

31


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

D

omingo 10 de diciembre de 2023. “Hoy

comienza una nueva era en Argentina. (…)

País: “Preocupa el auge de la ultraderecha con cierta desafección con la democracia”1.

Damos por terminada una larga y triste historia

Sin embargo, la aproximación al fenómeno ha

de decadencia y declive, y comenzamos el

tendido a ser algo apresurada y, por lo mismo,

camino de la reconstrucción de nuestro país”.

la definición un poco gruesa. Lo que propongo

La voz de Javier Milei retumba en las escalinatas

a continuación es que un análisis más pausado

del Congreso trasandino, mientras miles de

proporcionaría una mejor comprensión de las

seguidores lo vitorean entusiasmados, incluso

causas del ascenso de estos líderes y movimien-

sabiendo que el recién electo mandatario

tos, así como una caracterización más precisa de

presagia tiempos duros. En Buenos Aires se han

los mismos. Este examen implica explorar las

reunido, además de ministros y dignatarios,

diferencias más destacadas entre ellos, así como

un conjunto de dirigentes políticos rupturistas.

los riesgos (y mitos) asociados a su surgimien-

Milei es la muestra del éxito más reciente que

to y ejercicio del poder. Este proceso requiere

ha obtenido esta nueva fuerza, todavía sin una

también suspender temporalmente las etique-

orgánica específica y con bordes poco claros. Con

tas usadas en la opinión pública para compren-

él están el expresidente brasileño Jair Bolsonaro,

der mejor sus agendas y las razones detrás de su

el candidato presidencial chileno José Antonio

desarrollo. Esa tarea va más allá de simplemen-

Kast, y el líder del Vox español, Santiago Abascal,

te denunciar sus defectos. No se trata de igno-

un grupo variopinto pero que ha realizado

rar los riesgos inherentes ni renunciar a priori a

varios

trabajan

toda crítica respecto de ellos, sino más bien de

juntos. Los medios y la academia no dudan en

situarlos en su mérito, lo cual es fundamental,

etiquetarlos como referentes de un giro radical

entre otras cosas, para controlar sus potencia-

hacia la extrema derecha, un movimiento que

les riesgos.

gestos

para

mostrar

que

ganaría adeptos a lo largo y ancho del orbe en

El artículo se organiza de la siguiente ma-

virtud de su discurso confrontacional, que apela

nera. En la primera sección, examinaremos la

a la frustración y al descontento de la población

descripción que el académico chileno Cristóbal

y cuyas reivindicaciones conservadoras son

Rovira ha proporcionado de la ultraderecha. La

presentadas como retrocesos civilizatorios. Se

aproximación de este politólogo se ha vuelto re-

citan como ejemplos, junto a los anteriores, a

currente en nuestro espacio público y, aunque

Donald Trump, Giorgia Meloni, o Marine Le Pen.

ofrece herramientas valiosas, también presenta

Son tachados de radicales y extremos y, según

defectos. Para superar estos puntos ciegos, en

la opinión dominante en los círculos ilustrados,

segundo lugar, ahondaremos en algunas de las

representan una grave amenaza para el sistema democrático. Sin ir más lejos, Michelle Bachelet resumía esta sensación en una entrevista con El

32

1

El País, “Michelle Bachelet: ‘Preocupa el auge de la ultraderecha con cierta desafección con la democracia’”, 13 de diciembre de 2023.


razones que podrían explicar el surgimiento de

Siguiendo a Norberto Bobbio, para Rovira la

estos movimientos. Dicho de otra forma, evalua-

esencia de la derecha residiría en su posición

remos si estos liderazgos son una causa o un sín-

frente a la igualdad: a diferencia de la izquier-

toma de la crisis en nuestras democracias, para

da, ella sostiene que las desigualdades son na-

concluir con una descripción de los riesgos que,

turales, y que el Estado no debe intervenir en su

en nuestra opinión, surgen con estos líderes y

eliminación, ya sea en lo económico o cultural.

movimientos disruptivos.

Rovira enfatiza la relevancia de las desigualdades socioculturales en la formación de estos grupos: cuando se cuestiona la posición de un

La versión dominante

grupo en la sociedad, se generarían incentivos No sorprende que el surgimiento de estos grupos

para que surjan movimientos radicales. Por otra

y líderes haya captado tanta atención. Se trata

parte, la diferenciación entre corrientes de de-

de actores que desafían el statu quo de manera

recha se establece, según él, dependiendo de si

inusual, muchos de forma agresiva, al denun-

son moderadas o radicales; así como por el com-

ciar las fallas del sistema. Logran cierto éxito

promiso con la democracia liberal, consistente

electoral al enfrentar problemas a veces muy

en la autonomía judicial, el Estado de Derecho y

arraigados en distintos países: corrupción, es-

los organismos e instrumentos supranacionales

tancamiento económico e inflación, inseguri-

que limitan la soberanía popular. Para Rovira, las

dad o desconexión de algunas élites respecto de

instituciones formales de la democracia recién

sus contextos, entre otros. Todos estos factores,

descritas no bastarían para medir el compromi-

sobra decirlo, son reales,

so con ese sistema, y agrega

se politizan y movilizan la

un conjunto de causas su-

indignación de ciudadanos que no encuentran alternativas en la política tra-

En concreto, ni el conservadurismo ni el liberalismo

dicional. Por lo mismo, son

presentan un desafío ideológico a

reflejo de una crisis que los

priori a la democracia.

antecede. En el marco de una reflexión sobre estos grupos, el académico chileno Cristóbal Rovira lideró

puestamente indisociables de la definición de lo democrático: la legalización del aborto, los derechos de las parejas homosexuales tanto al matrimonio como a

la adopción, o la legalización de la marihuana y otras drogas.

un influyente estudio comparativo entre las dis-

De esta manera, por curioso que parezca, una

tintas derechas del continente, entre las cuales

persona que se oponga al aborto (o a cualquiera

incluye sin muchas distinciones a Jair Bolsonaro

de los temas recién mencionados) quedaría fuera

(Brasil); Nayib Bukele (El Salvador); José Antonio

de los límites democráticos. Esto incluiría, mal

Kast (Chile); Rafael López-Aliaga (Perú); Guido

que le pese a nuestro autor, al propio Norberto

Manini Ríos (Uruguay), y Javier Milei (Argenti-

Bobbio o a Patricio Aylwin en Chile. Rovira parece

na)2. La de Rovira es una de las caracterizaciones

asociar moderación con la adopción de posturas

más citadas sobre la ultraderecha y la derecha

progresistas, y conservadurismo con radicalidad.

radical, y permea tanto a nivel académico como

De ahí que lo antidemocrático de tales derechas

político. En su listado coinciden conservadores,

no radicaría exclusivamente en su desprecio por

libertarios, de matriz religiosa y demagogos,

las normas de la democracia liberal, sino en su

algunos con pocas cosas en común. Entonces,

agenda conservadora. La derecha moderada sería

¿cómo define a la derecha?

aquella que abraza posiciones liberales y tiene un compromiso fuerte con la democracia. De golpe y porrazo, se excluyen posiciones que —vaya sorpresa— no coinciden con las del autor, que

2 Cristóbal Rovira Kaltwasser, “La ultraderecha en América Latina: definiciones y explicaciones” (Santiago: Fundación Friedrich Ebert, 2023).

termina haciendo una supuesta invitación a la moderación pero que no es otra cosa que una lla-

33


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

mada a abrazar el progresismo: “la moderación

Kast y Bukele? ¿Basta con poner al progresismo

programática no solo ha permitido a la derecha

como adversario para que sus proyectos remitan

volverse más competitiva en términos electora-

a principios idénticos?

les, sino que también ha dejado desatendido a un

Cualquier análisis situado y respetuoso con

sector del electorado y, por lo tanto, es altamente

las trayectorias de cada líder y país en cuestión

probable que dicha facción política se divida en

sugiere que tanto las coyunturas en las que apa-

dos polos: uno liberal-progresista y uno popu-

recen como los discursos que enarbolan son dis-

lista-conservador”3.

tintos. Eso sin contar lo que sucede en Polonia,

¿Qué explica el surgimiento de estas versiones

Suecia, Alemania, Hungría o Italia. En este con-

de la derecha? Según Rovira, la creciente politi-

tenedor tan amplio coexisten varias matrices de

zación de asuntos como el aborto, los derechos

pensamiento, las cuales no necesariamente fun-

LGTBI+ y la educación sexual en los colegios. Así,

cionan bien entre sí. Grosso modo, podemos ver

el académico cita a Lenka Bustikova4 para con-

a conservadores, liberales y nacionalistas como

cluir que “la ultraderecha se moviliza producto

parte de este fenómeno. Al etiquetar (y muchas

del resentimiento hacia grupos minoritarios as-

veces despreciar) a todos estos movimientos

cendentes”. En lugar de reconocer que en esas

bajo un solo rótulo, se termina restando impor-

materias hay discusiones legítimas, o que hay fe-

tancia a las circunstancias particulares en las

nómenos sociales que podrían explicar este nue-

que aparecen y los problemas que enfrenta cada

vo escenario, se opta por apuntar al resentimien-

país. Para distinguir los distintos movimientos

to, redundando en un análisis psiquiatrizado.

parece ser más productivo plantear una primera

El trabajo de Rovira ilustra cómo las izquier-

diferencia entre las ideas —que pueden ser con-

das del continente (y del mundo) han abordado

servadoras, liberales-libertarias o nacionalistas,

a las nuevas derechas, criticando la agenda con-

o una mezcla entre todas las anteriores—, y el

servadora y utilizando categorías abstractas para

estilo político que emplea cada uno de ellos5. Ese

describirla. Sin embargo, la aproximación tiene

estilo puede ser, a su vez, más o menos disrupti-

defectos que disminuyen su valor y propician

vo, lo cual tampoco es necesariamente un indicio

estrategias equivocadas. Si bien en el intento de

del grado de compromiso que cada grupo tenga

capturar un fenómeno en desarrollo siempre se

con la democracia liberal y sus instituciones.

corre el riesgo de quedar incompleto, ¿qué pasa

En concreto, ni el conservadurismo ni el libe-

si el problema reside en que las categorías em-

ralismo presentan un desafío ideológico a priori

pleadas son incorrectas? ¿Y si esta ultraderecha

a la democracia. Esto, por supuesto, no implica

es algo distinto a lo que la academia y la política

negar los problemas que puedan tener algunos

han nombrado hasta ahora? ¿Qué pasa si detrás

de sus exponentes, algunos de los cuales son re-

de la bronca hay un electorado abandonado?

levantes para una sana convivencia democráti-

Al tomar en serio las preguntas anteriores,

ca. El punto es que ni su conservadurismo ni su

surgen varios temas clave que facilitan —o al

liberalismo constituyen su principal defecto, ni

menos ordenan— la comprensión del surgi-

un riesgo para la democracia. Es cierto: ella es

miento de liderazgos disruptivos y la forma en

mucho más que un procedimiento, pero ¿inclu-

que se pueden abordar. Porque ¿es posible subir

ye per se el aborto, la legalización de las drogas o

al mismo carro ideológico a Milei, Bolsonaro,

cierta visión del matrimonio, cuestiones que son álgidamente disputadas? En otras palabras, para

3 Cristóbal Rovira Kaltwasser, “La (sobre)adaptación programática de la derecha chilena y la irrupción de la derecha populista radical”, Colombia Internacional, no 99 (julio de 2019): 29–61, https://doi. org/10.7440/colombiaint99.2019.02. 4 Lenka Bustikova, Extreme Reactions. Radical Right Mobilization in Eastern Europe (Cambridge University Press, 2019).

34

cierto mundo solo son democráticas sus propias

5 Me parece relevante mencionar que en grupos nacionalistas como el Movimiento Social Patriota sí hay un cuestionamiento ideológico frontal a la democracia y sus instituciones. Se pueden ver más detalles en mi libro Contra todo lo podrido. Una crónica sobre nacionalismo chileno (Planeta, 2022).


posiciones en ciertos temas controvertidos,

Lo cierto es que la crisis de las democracias

mientras que otras posturas son expulsadas de la

occidentales responde a múltiples anteceden-

polis. No parece ser un enfoque tan productivo,

tes, muchos de ellos bastante anteriores al sur-

por más dominante que se haya vuelto dentro de

gimiento de estos dirigentes y agrupaciones. No

ciertas élites. Nada de esto es trivial, pues una

parece correcto achacar sin más la responsabili-

denuncia que no alcanza la médula del problema

dad a las derechas, por muy radicales y disrupti-

suele llevar a soluciones ineficaces.

vas que sean, del momento actual. El proceso de ruptura de los consensos que sostenían aquello

¿Y si tienen algo de razón?

que popularmente se denominó “el fin de la historia” hunde sus raíces en el tiempo, y se puede

El enfoque que denuncia la amenaza para la de-

explicar por varios motivos.

mocracia, sobre todo cuando esta se entiende

Ahora bien, bajando a las realidades locales,

como necesariamente progresista, tiene un al-

sobre todo en América del Norte y Sur, lo cierto

cance muy limitado. No nos ayuda a compren-

es que las nuevas derechas se nutren del hastío:

der bien el surgimiento y triunfo electoral de

captan percepciones, angustias y agendas muy

estas derechas ni tampoco qué explica su agre-

sentidas por la ciudadanía, procesos de descom-

sividad en contra del establishment. Por último,

posición y fragmentación institucional, incluso

al intentar que todos los liderazgos disruptivos

de decadencia. Responden, de mejor o peor modo

quepan en la misma categoría, se transforma en

según el caso, a la corrupción en el sistema; a la

una teoría abstracta, que olvida las peculiares

creciente distancia del sistema político con los

circunstancias en las que ellos aparecen. ¿Son

votantes; a la incapacidad de abordar con efica-

causa o consecuencia del socavamiento de las

cia algunos de los problemas sociales más acu-

bases democráticas?

ciantes; al desprecio por el mundo creyente o

35


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

religioso; al aumento masivo de la inmigración

ya que las similitudes ideológicas entre ellas son

irregular; a situaciones de extendida crisis eco-

acotadas. Veamos algunas de estas prácticas po-

nómica; a la sensación de inseguridad, o al poder

líticas que terminan socavando el espacio públi-

que ejercen el crimen organizado y el narco. Una

co, aumentando muchas veces los problemas que

mezcla de este tipo de componentes, sumado a

denuncian estos líderes.

la desconexión de las élites —a la cual no son

Probablemente, el gran tema que aúna a

ajenas ni derechas ni izquierdas—, que no han

las nuevas derechas es lo que se ha llamado

sabido dar con el tono en esta y otras materias,

“guerra cultural”. En este tipo de guerra, los

termina estallando en forma de derecha radical6.

participantes tratan de ganar terreno en la opi-

Chantal Delsol lo ha formulado desde la idea

nión pública, buscando moldear la manera en

del desarraigo, una especie de desgarro en el

que la sociedad ve y acepta ciertos conceptos.

mundo compartido que redunda en una distancia

Aquí entran en juego debates sobre temas so-

cada vez mayor entre élites culturales y un pue-

ciales, económicos, de género, raciales, y otros

blo que se resiste al cosmopolitismo. Con todo, y

asuntos que tienen un fuerte componente antro-

pese a que esta derecha parece tener buena capa-

pológico o moral. Para lograr sus objetivos, los

cidad de diagnóstico, no está ajena a problemas

contendientes pueden emplear estrategias como

muy relevantes (aunque distintos de los subra-

la propaganda, la retórica, la movilización de se-

yados por Rovira) que profundizan la crisis del

guidores y la presión en instituciones. Es cierto

orden liberal. El intento por salvar a la comuni-

que toda acción política tiene alguno de los com-

dad política termina tirando por la borda algunos

ponentes anteriores. Ahora bien, pensarla como

avances que son valiosos, pese

guerra significa transformar-

a todo. Veamos.

la en un juego de suma cero, donde lo que se gana es lo mis-

Los verdaderos problemas En la mayoría de los casos, el desafío planteado por estas

El gran tema que aúna a las

mo que lo que pierde el enemi-

nuevas derechas es lo que se

go; dejando poco espacio —si

ha llamado ‘guerra cultural’.

nuevas corrientes de derecha

alguno— para otras actitudes tanto o más importantes: el compromiso, la negociación,

no se encuentra principalmente en su agen-

el diálogo. Sobran los ejemplos de esta manera de

da ideológica, más o menos discutible según el

aproximarse al conflicto, apuntando tanto hacia

caso, sino en otro lugar. Pese a sus puntos cie-

la izquierda (ladrona, corrupta, miserable, cho-

gos, la perspectiva de Rovira, que considera la

rra, etc.), como a la derecha (cobarde, entreguis-

democracia como algo más que un conjunto de

ta, amarilla, acomplejada, derechita). Aunque

instituciones formales, puede arrojar luz sobre

el modo de encarnar ese estilo también varía en

este tema. A menudo, se subestima el estilo de

cada caso, se encuentra bastante extendido entre

los políticos como algo secundario a sus ideas,

estas nuevas derechas. Tal versión agonista de la

aunque en una actividad que es esencialmen-

política la vacía de contenido, la vuelve tosca e

te comunicativa, la forma en que se ejerce está

ineficaz, lo que se revela con fuerza cuando tales

lejos de ser insignificante. Así, el problema fun-

figuras llegan al poder: con ese estilo es imposi-

damental de estas derechas radicales reside en

ble gobernar.

una concepción excesivamente conflictiva de la

Hay otra consecuencia de esta manera de com-

política. Es su praxis política lo que las vincula,

prender el escenario. Al sostenerse en las premisas de la guerra o batalla, en un ‘ellos’ contra

6 Es muy sintomática de varios de los puntos ciegos señalados la entrevista que diera Irina Karamanos, expareja de Gabriel Boric, al respecto. Ver: #VEINDIGITAL, “Irina Karamanos: ‘Solamente usé el poder para ir desarmándolo’”, VEIN Magazine (blog), 8 de enero de 2024.

36

‘nosotros’, se comienzan a despertar sentimientos indeseables: por un lado, la búsqueda de una pureza radical; pero también la identificación del contrario como alguien indeseable. Si el adversario pasa a ser ilegítimo, si se transforma


literalmente en un enemigo, entonces se abren

que intensifican la sensación de impotencia del

medios para enfrentarlo que son contrarios a la

sistema para abordarlas de manera efectiva. No

política. No es casual que con la aparición de gru-

obstante, a pesar de ser una reacción compren-

pos que buscan escandalizar, provocar y ofen-

sible, este discurso conlleva riesgos relevantes,

der también aumenten los hechos de violencia

ya que puede debilitar aún más la credibilidad de

por motivaciones ideológicas. Aunque no son lo

las instituciones, volviéndolas todavía más pre-

mismo, hay raíces comunes entre las protestas

carias y frágiles. Una cosa es tomarse en serio el

en Estados Unidos o Brasil, suscitadas por las

hastío ciudadano con la política, otra apropiarse

derrotas de Trump y Bolsonaro, y los aprietes y

de él y azuzarlo. De ahí que, aunque surge como

funas que conduce Francisco Muñoz —también

una respuesta a las deficiencias percibidas en el

conocido como Pancho Malo— en Chile. Todos

sistema político, a fin de cuentas socava las ins-

profundizan una lógica adversarial que tiende a

tituciones esenciales para el funcionamiento de

crecer en el tiempo y a provocar graves daños al

la democracia. ¿Cómo podría una derecha com-

espacio público .

prometida con el estado de derecho y la dignidad

7

Por último, también existe un problema en lo que podríamos denominar la antipolítica. El fe-

humana persistir o permanecer indiferente ante ese peligro?

nómeno de la antipolítica se manifiesta a tra-

Es de esperar que las nuevas derechas sigan

vés del uso indiscriminado de una retórica que

formando parte de la discusión en los respecti-

critica a “los políticos y sus prioridades” en

vos países. Mal que mal, Donald Trump se afirma

contraposición a “las urgencias sociales”. Esta

como candidato en Estados Unidos, Javier Milei

tendencia se ve reflejada en el discurso contra “la

apenas comienza su gobierno en Argentina, el

casta”, que ha tenido éxito en países como Ar-

Partido Republicano chileno se empieza a des-

gentina y Estados Unidos, y que empieza a ganar

plegar para las elecciones municipales de fines

relevancia en algunos sectores de Chile. Resulta

de este año y el fenómeno crece en otros lugares.

llamativo que políticos profesionales adopten

Junto con denunciar los problemas que plantean

esta retórica, especialmente aquellos que alguna

a las instituciones, la pregunta central debiera

vez defendían el papel del Congreso Nacional, las

estar en cómo abordamos los innegables proce-

instituciones y la representación política frente

sos de descomposición y pérdida de credibilidad

a enfoques más asambleísticos o plebiscitarios

que afectan a nuestras instituciones. Solo con

de la izquierda latinoamericana. La antipolítica

una adecuada comprensión de estos será posible

encuentra su origen en las frustraciones acumu-

reparar nuestra alicaída convivencia y restaurar,

ladas a lo largo de los años por parte de la ciuda-

si es posible, alguna fe en la democracia.

danía, a las que se suman nuevas preocupaciones 7 Aunque no es el propósito de este artículo, no podemos olvidar que una parte importante de la izquierda tampoco es ajena a estas lógicas. La glorificación de la “primera línea” durante el estallido de octubre de 2019 es una buena muestra de esto.

Rodrigo Pérez de Arce es investigador del IES. Es abogado y magíster en sociología por la Pontificia Universidad Católica, y autor de Contra todo lo podrido. Una crónica sobre nacionalismo chileno (Planeta, 2022).

37


CRISTIÁN ZEGERS:

Fotografía: Grupo Educar

“Me sorprendió la profundidad del rechazo ciudadano al primer proyecto constitucional”

POR DANIEL MANSUY


Referencia obligada en el periodismo escrito

nacional, Cristián Zegers ha sido testigo en primera línea de los hechos que han marcado al Chile de las últimas décadas. Con una larga trayectoria que comenzó en sus tiempos de estudiante, fue uno de los fundadores de las emblemáticas revistas Portada y Qué Pasa y trabajó en el vespertino La Segunda y El Mercurio, medios que llegó a dirigir por veinticinco y por doce años, respectivamente. “El avance hacia la verdad desde todos los sectores es lo único que puede reducir la división en el futu-

ro”, sostiene Zegers, cuyo estilo frontal y sin complejos deja a pocos indiferentes. Agudo observador de la derecha, sector que conoce en detalle, el abogado y Premio Nacional de Periodismo (1989) desmenuza en esta entrevista el desempeño de los gobiernos de Sebastián Piñera, las raíces intelectuales de la derecha y el desafiante panorama que enfrentan los medios de comunicación.

39


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

¿Qué opina del modo en que se dio la conme-

democrática e imponer desde una minoría una

moración de los 50 años del 11 de septiembre de

sociedad socialista. Se vio que Allende no pudo

1973? ¿Por qué seguimos tan divididos en torno

ejercer las atribuciones presidenciales para ne-

al quiebre? ¿Hay algún modo de reducir esa di-

gociar acuerdos, maniatado por el pacto político

visión en el futuro?

que lo subordinaba a obtener la unanimidad de los partidos de la UP.

Lo más negativo es que, medio siglo después, carecemos de una mínima base común de entendi-

¿A qué se debe dicha revisión?

miento sobre lo que ocurrió. Y, además, el hecho de que se hizo heredar los odios de esa guerra

Ha sido enorme la repercusión de nuevas obras

civil larvada a buena parte de los chilenos que ni

fundamentales publicadas sobre el período: en-

siquiera habían nacido al derrumbarse la Unidad

sayos, programas especiales en medios de co-

Popular. Nuestra última guerra civil, en 1891,

municación y rescate de confesiones de época.

tuvo diez mil muertos en una población algo

Las causas de la intervención militar están más

mayor de dos millones. O sea, una catástrofe in-

nítidamente a disposición de la juventud, y los

comparablemente mayor al 73, si nos atenemos

mitos han quedado horadados. Incluso estamos

a las pérdidas de vidas. Sin embargo, fue posible

conociendo las conclusiones de estudios muy

la reparación y el reintegro de todos a una misma

fundamentados de exmilitares, que hasta ahora

visión del Estado, y en pocos años tres leyes de

se limitaban a obras testimoniales. El avance ha-

amnistía enterraron esa contienda que no pasó

cia la verdad desde todos los sectores es lo único

al siglo veinte. ¿Por qué ahora no ha sido posi-

que puede reducir la división en el futuro.

ble? ¿Por qué ha sido más confrontacional incluso este aniversario que el de veinte años atrás?

Surgió en ciertos ambientes la crítica siguien-

Me parece que en la izquierda gobernante, pero

te a la derecha: esta nunca habría realizado un

sobre todo entre el Partido Comunista y el Frente

trabajo análogo al de la renovación socialista

Amplio, hay diferencias políticas y económicas

durante los años ochenta, esa reflexión que los

insalvables, y necesitan viva la simbología de

condujo a cuestionar sus propias categorías.

Allende como enseña común.

Dicho de otro modo, la derecha no habría hecho el trabajo de revisar críticamente su papel

¿Ha permitido el paso del tiempo tener una

durante el golpe y la dictadura. ¿Qué tan perti-

evaluación más completa de nuestro pasado?

nente le parece ese juicio?

En esta oportunidad, y esto es positivo, se abrió

Creo que el paralelo es, en buena parte, inaplica-

una revisión del gobierno de la UP, de su in-

ble. Luego de su derrota, una gran parte de la iz-

competencia y de la crisis profunda que provocó

quierda encabezada por el Partido Socialista, con

en todos los planos. Se entendió más que antes

excepción del comunismo, hizo una larga y con-

que su modelo pretendió sustituir la alternancia

sistente autocrítica centrada en su fatal adhesión

40


a la vía violenta desde 1967 y su menosprecio de

a ver las realidades feas para celebrar las reali-

la democracia. Esa izquierda democrática re-

zaciones y modernizaciones del régimen militar.

novada hoy se equipara en muchos aspectos a

Caso especial el de algunos embajadores de dere-

la socialdemocracia. La derecha, en cambio, no

cha designados en la ONU y en otros organismos

tiene que arrepentirse de lo que sostenía el 73 ni

internacionales, que fueron víctimas de engaños

de su responsabilidad en el golpe, en el cual no

grotescos en los informes recibidos de las au-

tuvo participación alguna. Su error, y grave, fue

toridades políticas. Desde el primer momento,

acatar con extremosidad la orden de disolución

la prensa —a diferencia de la situación que por

de los partidos impuesta por la autoridad militar.

décadas ella vivió bajo el franquismo— informó

De un día para otro, y por muchos años, la dere-

con riesgo todo lo que era posible, contribuyen-

cha careció de un modo orgánico de relacionarse

do decisivamente, además, a que se permitieran

y debatir, así como no pudo formar a nuevas ge-

medios informativos de oposición al gobierno

neraciones de dirigentes.

militar. De más está destacar el aporte posterior de la derecha en la firma del Acuerdo Nacional,

¿Y, desde esa óptica, cuál era la alternativa?

en el apoyo a las leyes políticas y en las reformas constitucionales al texto de 1980 a fines del go-

La DC, al revés, acatando los efectos de la disolu-

bierno de Pinochet.

ción jurídica, como no podía ser menos, mantuvo intacto el funcionamiento de sus estructuras de

¿Qué tan cierto es que la derecha no tiene nin-

discusión y trabajo partidario. Con actuaciones

guna responsabilidad en el golpe? Desde luego,

aisladas, dirigentes de derecha —Onofre Jarpa—

el golpe mismo fue organizado y ejecutado por

asumieron responsabilidades de gobierno con el

los militares, pero ¿no hay responsabilidad de

único objeto de restablecer el diálogo y la con-

la derecha en la generación del clima previo que

tinuidad democrática, así como otros colabora-

lo hace posible? Dicho de otro modo, ¿no quiso

ban en la redacción de una nueva Constitución.

la derecha derrocar desde un principio a Salva-

Incluyendo a Jaime Guzmán, fueron muchos los

dor Allende?

personeros de derecha que denunciaron desde el interior del régimen las tropelías de Contreras

La derecha quedó síquicamente derrotada el 4

en derechos humanos, y ciertamente su aporte

de septiembre de 1970, con el estrecho triunfo

corrector fue más importante, por ejemplo, que

de Allende. Hasta tal punto, que no hizo valer en

el de los más llamados a ejercer este papel, que

nada su poderío electoral y político de segunda

eran los jueces.

fuerza, y cedió el campo de la iniciativa a la DC y su estatuto de garantías. La generación del cli-

Pero claramente fue insuficente, ¿no?

ma previo al golpe no corresponde a un designio de la derecha, sino a una reacción enérgica del

No puede desconocerse la tibieza y comodidad de

país, de sus fuerzas vivas, ante las políticas de

muchos exdirectivos derechistas que se negaron

la Unidad Popular. Los gremios de toda clase, las

41


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

instituciones del más diverso carácter, se rebela-

estalló en octubre de 2019 había sido gobernado

ron contra el desabastecimiento y el control polí-

por la derecha dos veces en esa década.

tico de los alimentos en las JAP, contra la Escuela Nacional Unificada que colocaba la enseñanza

A la luz del actual gobierno, en que todo y en

al servicio de un paradigma socialista, y contra,

todas partes presenta déficit de gestión, es im-

finalmente, la violación numerosa, constante y

posible no valorar su capacidad y energía para

deliberada de las leyes y de la propia Constitu-

movilizar la complicada maquinaria estatal. Con

ción, lo que culminó con la promulgación trunca,

todo, no pudo conjurar el efecto de su minoría de

incompleta, de la reforma constitucional.

apoyo legislativo y apareció desdibujado sin la concentración necesaria en unas pocas y deter-

¿Y qué ocurría con el Ejército y las Fuer-

minadas reformas que siguen pendientes.

zas Armadas? ¿Como cuáles? El Ejército y las FF.AA. no pudieron permanecer indiferentes a la pérdida de hecho de su control

Qué duda cabe de que el rumbo hubiese sido dis-

monopólico de las armas que tenían por disposi-

tinto de haber mantenido la promesa del primer

ción constitucional, sin arriesgar una sangrien-

día sobre la prioridad de la clase media y de los

ta guerra civil. El golpe surge de allí. La derecha

niños. Cuando Carabineros comete el desagui-

obviamente es una protagonista muy activa de

sado, mejor dicho la tragedia de Catrillanca, se

la oposición a Allende, pero la DC y otros gru-

le resta el apoyo a la política social del ministro

pos políticos no hacen me-

Moreno, que alcanzó a sentar

nos. Ahora bien, no sería serio

las únicas bases posibles de

afirmar que la marcha de las cacerolas en 1971, o el paro de octubre del 72 fueron concen-

El avance hacia la verdad desde todos los sectores es lo

traciones o movimientos or-

único que puede reducir la

ganizados por la derecha, no

división en el futuro.

Por último, hasta los días finales, la derecha

che. Se le reprocha a Piñera —injustamente, creo— haber entregado la Constitución sin reparar en que se pudo conjurar nada menos que la inte-

obstante hayan contado con su apoyo.

solución del problema mapu-

rrupción violenta de la democracia chilena por la subversión extremista.

trata que Allende rectifique (pienso en conversaciones, por ejemplo, del senador Pedro Ibáñez

¿En qué medida cree que su trágica muerte mo-

con el Presidente en Cerro Castillo). Instinti-

difica el escenario para la derecha? ¿Hay allí un

vamente, además, la derecha desconfiaba por

mito en ciernes?

mentalidad del golpe; le parecía internarse en un terreno desconocido y riesgoso, y tampoco esta-

No creo que su muerte tan lamentable alte-

ba nada segura de lo que pensaban los militares

re los ejes vitales, estructurantes, de la derecha

y de cuál tendencia dentro de estos se impon-

en Chile. En el debate del futuro, los derechistas

dría finalmente.

podrán enorgullecerse de su alta capacidad realizadora, ya que la mayoría de los chilenos vivió

LAS DERECHAS HOY

su resultado. La reconstrucción posterremoto, el crecimiento económico del primer mandato, el

¿Cómo evalúa, pasado ya algún tiempo, los

rescate de los mineros, la alta creación de em-

gobiernos de Sebastián Piñera y la propia fi-

pleos, la exitosa lucha contra el Covid, el rigor

gura del expresidente? ¿Qué tan relevante será

presupuestario y un sinnúmero de iniciativas

Piñera en la historia larga de la derecha? Se lo

que modernizaron la acción del Estado en sus

pregunto porque, después de todo, el Chile que

dos administraciones. Ahora bien, en la relación con los partidos que lo apoyaron, hubo vacíos y

42


“La derecha llegó al máximo de colaboración posible en los gobiernos de la Concertación”, afirma Cristián Zegers.

tensiones en los dos gobiernos. Fue constante el

buscar todos los puntos de vista, propia del que

intento de algunos funcionarios del Ejecutivo de

no aspira a imponer rígidamente una concepción

inmiscuirse en las decisiones partidarias inter-

propia. Piñera influirá en su sector como gran fi-

nas, aflorando facciones eventuales que pudie-

gura, y más allá de él, incluso, como un ejemplo

ron evitarse. Por dos veces resintió la derecha no

de vocación política y entrega al servicio público,

proyectarse con sucesión en La Moneda, y sus

de alguien cuyas condiciones excepcionales le

partidos se debilitaron luego de las victorias pre-

habrían permitido descollar en lo que se hubie-

sidenciales de la izquierda.

ra propuesto.

¿Cómo se explica esto?

¿Cómo explicar que la derecha haya sido tan crítica de la Concertación en su momento (bas-

Los que bien conocieron a Piñera saben que su

ta recordar el libro El desalojo); y ahora, vistos

energía, determinación y destreza se aplicaron

en retrospectiva, valore y reivindique los trein-

con preferencia a los desafíos presentes. Su in-

ta años y el legado de la transición? ¿Hizo buena

teligencia superior, como es obvio, le daba la vi-

política la derecha mientras le tocó ser oposi-

sión de los problemas del largo plazo; pero, salvo

ción de Aylwin, Frei y Lagos?

excepciones, su atracción ejecutiva lo volcaba más a lo prioritariamente urgente. No presumió

Si lo vemos en retrospectiva, la derecha llegó al

jamás de ser pensador ni ideólogo de su ten-

máximo de colaboración posible en los gobiernos

dencia política, y tuvo siempre la flexibilidad de

de la Concertación. Incluso, y con reiteración, en

43


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

temas tan sensibles como el tributario. Momen-

manifestación ciudadana pacífica hizo presente

tos tan aflictivos para la coalición gobernante

su reclamo por una variedad de causas legítimas,

de entonces, como el que afectó al gobierno de

desde mala previsión a mala educación o mala

Lagos por los sobresueldos o la falta de inscrip-

salud, y muchas otras. El liderazgo de la clase

ción de la Democracia Cristiana, fueron salvados

política tuvo que mostrarse cara a cara con una

con una cooperación ejemplar de la derecha, de

opinión pública con reacciones de masa enojada,

altura republicana. Algo distinto, me parece, es

y no fue capaz. Mostró, me parece, la preocu-

la crítica política, porque si esta no se ejerce,

pante decadencia de sus cuadros, tan distintos a

desaparece la alternativa de gobierno que toda

los que predominaron en los primeros ciclos del

oposición debe mantener. Hay que tener en

restablecimiento democrático. Solo bajo el te-

cuenta, asimismo, que pocos creían posible que

mor de un desastre mayor los partidos políticos

la Concertación mantuviera incólumes las bases

suscribieron el pacto que escogió como punto de

de la libertad económica, y ciertamente costó

acuerdo la Constitución. Habría podido ser otro,

vencer los recelos iniciales. El propio Presiden-

porque la carta fundamental nunca estuvo en la

te Aylwin agradeció públicamente al ministro

primera prioridad ciudadana.

Foxley, cuando finalizaba su gobierno, por haber logrado imponer esa política económica que él

¿Qué balance hace del proceso que parte en no-

personalmente no comprendía ni le gustaba del

viembre de 2019 y que culmina, al menos en su

todo, pero cuyos frutos habían sido visibles.

primera etapa, con el plebiscito del 4 de septiembre?

¿Qué ocurrió, en su opinión, en octubre de 2019? ¿Malestar acumulado, crisis de la representa-

Me sorprendió la profundidad del rechazo ciu-

ción política, revuelta, intento de revolución?

dadano al primer proyecto constitucional. Por

¿Una mezcla de todo eso, quizás algo distinto?

primera vez, quizás, observamos una votación excepcionalmente masiva, emancipada de su

Fue una mezcla perversa, contagiosa y explosi-

condición económico-social o nivel cultural. El

va de muchas cosas. Por una parte, la quema y

instinto y la esencia del ser chileno, indestruc-

destrucción simultánea de decenas de estaciones

tible a la contaminación ideológica y la falta de

de Metro obedeció a un plan subversivo de alta

formación en nuestra historia, mostraron la

sofisticación e información previa, hasta hoy

fuerza de una reacción abrumadora al intento de

impune. En segundo lugar, jamás se pensó que

arrebatarnos una nación fuerte y unida.

la izquierda democrática iba a ser complaciente con la violencia desatada, atribuyéndole fines

Más allá del reciente plebiscito constitucional,

legítimos e incluso altruistas. Luego, nos en-

¿cómo explica el auge de republicanos? ¿Repre-

contramos con la sorpresa de un cuerpo de Ca-

senta algo con arraigo en la historia de la dere-

rabineros casi inerme, que apenas podía poner

cha chilena, o se trata de un fenómeno nuevo?

dos mil efectivos simultáneos en Santiago, y a la par constatamos el efecto dramático de carecer

Creo que es un fenómeno algo recurrente, pero

de un verdadero sistema de inteligencia, ano-

que hasta ahora no ha logrado consolidarse,

malía brutal en un país democrático moderno y

aunque es evidente su extraordinaria votación

no corregida hasta la fecha. Finalmente todo se

del 7 de mayo. Rasgos del actual Partido Repu-

mezcló.

blicano se dieron, por ejemplo, en aquel Partido Liberal que en el siglo pasado disputó por dé-

Y también existió una protesta pacífica…

cadas la hegemonía de la derecha a un Partido Conservador en que se imponía un sello social-

Cuando la violencia era aún dueña callejera y

cristiano y alcanzaba la primera posición entre

poblacional de buena parte de Santiago y de

las colectividades chilenas. Parecido fenóme-

otras ciudades principales del país, una gran

no ocurrió en la primera fase de la UDI, cuando

44


también disputó la hegemonía de la derecha con

gobierno se movió activamente en contra sobre

un partido Renovación Nacional, sólidamente

la base de que la derrota del texto propuesto era

implantado en las clases medias, antes de que la

segura. Por este nivel de pequeñez, no tuvimos

UDI penetrara el estrato poblacional y popular.

una nueva carta mayoritariamente unitaria y se perdió una gran oportunidad de beneficio para

¿Y a qué cree usted en concreto, que responde

Chile y su estabilidad.

ese auge? ¿Piensa que las dos (o más) derechas que esLa marca de los republicanos cosechó la angus-

tán emergiendo son irreconciliables, o las ve

tia de un votante de derecha por quedarse sin un

actuando unidas en el futuro?

marco constitucional aceptable. Su auge lo provocó ese sentimiento de un votante de derecha

Es difícil saberlo. Tenemos, desde luego, una

que, ojo, es más libre que antes de las antiguas

tendencia algo fatal de reproducir tardíamente

denominaciones, junto con una figura atracti-

lo malo de la política española. Allá, una y otra

va como José Antonio Kast. La experiencia para

vez el Partido Popular y Vox han tratado de ac-

los movimientos de derecha es que en el futuro

tuar como alianza de objetivos frente al socialis-

será menor el compromiso partidario a priori y su

mo, y una y otra vez su guerrilla interna ha dado

electorado se volcará en cada elección a la for-

la munición de boca que requerían las campañas

mación que mejor lo represente. No a la que sea

electorales del socialismo.

una mera opción electoral, sino a la que asegure consistencia de principios,

MIRANDO MÁS ALLÁ

trabajo político efectivo en las ¿Cuáles les parece que son

nuevas generaciones y en las mujeres, y, sobre todo, decen-

Milei representa una reacción

los referentes intelectuales

cia en sus dirigentes y figuras

desesperada por sesenta años

más importantes de la dere-

escogidas para la representación popular.

de decadencia argentina.

cha durante el siglo XX y que valdría la pena volver a leer y mirar con atención?

¿Y qué lectura hace de los resultados del plebiscito de diciembre de 2023? ¿Qué errores

Es clave el catolicismo social que encabezó Juan

piensa que cometió la derecha en este segun-

Enrique Concha a comienzos del siglo pasado.

do proceso?

Otro componente es el fundamento de libertad económica que defendió un incomprendido en

Creo que toda la derecha, incluyendo la directiva

su tiempo, Rodríguez de la Sotta. Para la visión

de republicanos, trabajó en silencio para alcanzar

actual del Estado portaliano parece imprescin-

un acuerdo general de las fuerzas democráticas y

dible Mario Góngora y, asimismo, un referente

tener un nuevo texto constitucional. El Partido

de nacionalismo muy chileno, descontaminado

Republicano, sin embargo, modificó el borrador

de cualquier eco foráneo, Jorge Prat. Son varios

de los expertos con muchos anhelos políticos de

y distintos los afluentes intelectuales, en con-

su gusto, y lo hizo para evitar descuelgues y crí-

secuencia. ¿Cómo omitir a Jaime Eyzaguirre,

ticas de sus ramas extremas, pero, insisto, con

Philippi o Vives Solar, y más tarde Gonzalo Vial?

el propósito de retirar buena parte de todo ello y

O el arraigo a la tierra y a la expresión regional

lograr un acuerdo consensuado desde el PS hasta

de Jaime Larraín, parcialmente recreada hoy en

los republicanos. No se ha dicho demasiado, pero

Renovación Nacional. En nuestros días Jaime

ello estuvo al borde de lograrse. ¿Por qué no ocu-

Guzmán aportó una noción fundamental como

rrió? Por dos motivos: primero, la aguja se había

la consagración a la política, pero es innegable,

corrido en exceso y el retroceso fue más difícil

asimismo, que Onofre Jarpa y Allamand, ambos

que lo previsto; y segundo, un sector duro del

distintos de todos y entre sí, ejercieron una in-

45


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

Jaime Eyzaguirre, Mario Góngora y Julio Philippi son algunos de los referentes intelectuales de la derecha que destaca Zegers.

fluencia de estilo superior, comparada con los designios electoralistas de los movimientos actuales. ¿Qué le parece que puede aprender la derecha del fenómeno Javier Milei? ¿Es un modelo a seguir, o más bien una figura de la que cabría alejarse? Milei representa una reacción desesperada por sesenta años de decadencia argentina y de nostalgia iracunda por la grandeza perdida. Nada que ver con nuestro caso. El justicialismo peronista ha engullido hasta ahora cualquier opción de derecha en el país vecino y, cada cierto tiempo, él mismo se presenta con una cara de derecha económica como fue el gobierno de Menem. La invocación rabiosa a la libertad, y solo a la libertad, no agota para nada el instrumental político complejo que debe manejar un gobierno moderno. Milei es shock, pero una total incógnita mas allá de esta fase. El Presidente Boric ha dicho que no lee diarios. ¿Qué opinión le merece esa declaración y, más en general, la relación del gobierno con la prensa? Me parece un recurso algo ingenuo y carente de verosimilitud. No es lo que él afirma en privado. La relación del gobierno con la prensa solo puede fundarse en el respeto, y así no puede establecerse si hay iniciativas que conculcan o intentan sofocar la libertad de información como el mentado proyecto de la Comisión de Medios.

46


¿Cómo observa la situación de la prensa hoy en

¿Y cómo impacta este escenario en nues-

el país, en comparación con los años en los que

tro país?

dirigió medios? ¿Qué tan optimista es respecto de su capacidad para adaptarse a una realidad

Chile no podía ser ajeno a este proceso, y de un

difícil?

modo tal vez retardado, lo ha experimentado de igual forma. Con todo, los diarios existentes

En Europa y Estados Unidos la prensa ha vivi-

mantienen su plena independencia y su misma

do una crisis profunda como resultado del ago-

línea editorial. La entrega al público natural-

tamiento del modelo de negocios basado en la

mente es distinta, con apenas un cuarenta o cin-

publicidad. Hubo malas decisiones en la compe-

cuenta por ciento del espacio redaccional de hace

tencia por las versiones en internet, y se acos-

cinco años. Pero las marcas de los diarios conser-

tumbró al público a un consumo noticioso casi

van su vigencia y creo que es problema de tiempo

gratuito. El precio por ejemplar se rebajó a un

para que se logre un nuevo modelo de negocios

nivel irrisorio. En paralelo, los gigantes multi-

—con publicidad de imagen y pago real del costo

nacionales de las redes ejercieron una pirate-

de elaboración— para que la prensa asegure su

ría sin freno sobre los contenidos periodísticos,

servicio con la misma potencialidad y liderazgo

mientras concentraron con manejos monopóli-

de pauta. Gradualmente el público aceptará pa-

cos la mayor cuota publicitaria. Vemos recién las

gar el valor de equipos periodísticos costosos,

primeras reacciones consistentes a esta crisis.

pero que le garanticen una selección inteligible de hechos, sin ninguna otra dependencia que la

¿Como cuáles?

del lector. La mejor señal de la salud de la prensa es la saña con que es combatida por los regíme-

Grandes diarios —por ejemplo The New York

nes autoritarios, abundantes ahora.

Times— luego de perder gran parte de su capital, han logrado un aumento espectacular de sus suscripciones en internet conservando la edición en papel, pero ambas con páginas editadas idénticas y la publicidad insertada allí en forma orgánica. Hay diarios europeos fuertes e independientes, mientras otros dependen hace tiempo, lamentablemente, del favor de entidades bancarias o de grandes grupos económicos. Sin embargo, y luego de caídas muy acentuadas, la visión general ofrece más notas optimistas que pesimistas.

47


LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

Dialéctica del conservadurismo IGNACIO STEVENSON

48


H

ace algunos años, en un foro organizado por

el Centro de Estudios Públicos, Felipe Schwember

partido2. Es lo que Gonzalo Vial gritaba, y los ‘conservadores’ no quisieron escuchar.

afirmó: “soy de derecha porque soy liberal y

Ahora bien, si conservadurismo no se identi-

en la medida en que lo soy” . Naturalmente, la

fica con la derecha ni se deriva necesariamente

peculiar autopercepción de Schwember no es

de ella, ¿qué es? ¿Por qué tiene interés en una re-

la única posible. Para efectos de este artículo,

flexión más amplia dedicada a la derecha? ¿Tie-

basta tener en cuenta que ser de ‘derecha’ no

ne alguna relevancia política? En lo que sigue, se

implica necesariamente ser ‘conservador’. La

intentará dar respuesta a cada una de estas pre-

existencia de varias derechas es ya un tópico.

guntas, avanzando desde un esquema dialéctico,

La tesis fue desarrollada hace casi un siglo por

siguiendo el antiguo modelo de razonamiento

René Rémond, y concretada, para el caso chileno,

político conservador: la comprensión herme-

al menos desde el estudio pionero de Teresa

néutica por medio del diálogo.

1

Pereira (1994). En este artículo quiero mostrar que esa impli-

La díada conservador-liberal

cación tampoco se da en el caso inverso. En otras palabras, que ser ‘conservador’ no implica nece-

El año 2016 Axel Kaiser acusaba un “moralismo

sariamente ser de ‘derecha’.

amargo que ve en el mercado un ente corruptor

Izquierda y derecha son términos excluyentes,

de la sociedad civil y de la comunidad”, idea que,

pero relativos, de modo que, por su abstracción y

según él, “no tiene otra base que las predileccio-

generalidad, no terminan por ser una adecuada

nes estéticas de muchos conservadores”. Para

herramienta de análisis. Basta hacer un breve es-

Kaiser, el conservadurismo tendría la “convic-

quema de los avatares del conservadurismo para

ción de que existe algo así como un catálogo del

mostrar el punto: ante la anarquía de la nacien-

buen vivir que les ha sido revelado”, cuando,

te república, el conservadurismo fue orden con

en realidad, la degradación moral tiene su ori-

Portales y Montt; ante el absolutismo liberal, fue

gen en el Estado que “liquida la ética del traba-

defensor de las libertades con Abdón Cifuentes y

jo, cierra espacios a la sociedad civil, castiga el

Carlos Walker; ante la frivolidad oligárquica liberal-radical, fue socialcristianismo con Eduardo Cruz-Coke y Carlos Vial Espantoso. En el tiempo reciente, el conservadurismo fue católico y libremercadista con Jaime Guzmán, lo que no debe confundirse con el contractualismo liberal de Jovino Novoa, que terminó por controlar su

1

Felipe Schwember, “¿Qué significa ser de derecha hoy?”, Puntos de Referencia N°576 (julio de 2021), 13.

2 Alrededor de la figura de Jaime Guzmán se ha generado un debate muy interesante en los últimos años. Al respecto, véase: Daniel Mansuy, “Notas sobre política y subsidiariedad en el pensamiento de Jaime Guzmán”, Revista de Ciencia Política, vol. 36, nº2 (2016), 503-521; y José Manuel Castro, Jaime Guzmán. Ideas y política 1946-1973. Corporativismo, gremialismo, anticomunismo (Santiago: Centro de Estudios Bicentenario, 2016).

49


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

emprendimiento y desincentiva la familia a tra-

aquello que Kaiser rechaza: una concepción de la

vés de regulaciones, impuestos…” .

naturaleza humana, de la vida buena.

3

La crítica es interesante. Por de pronto, sí ha

Uno de los aspectos que componen la vida

habido muchos conservadores que ven en el

buena es la agencia personal en la realización

mercado un ente corruptor. La tesis fue común

del bien. Sin embargo, si eliminamos la visión

en la primera mitad del siglo XX, pero no es mo-

integral de la vida buena, el principio pierde todo

nolítica. También se encuentran conservadores

sentido; “se vuelve indistinguible del reclamo li-

que han defendido con fuerza la necesidad de

beral por maximizar la autonomía”5.

mercados libres. La síntesis que Jaime Guzmán

El eje de las comprensiones rivales en torno a

logró hábilmente durante su vida política no está

la subsidiariedad no está en el énfasis de la cara

muy alejada de buena parte de la tradición que

negativa o positiva del principio, sino en el fun-

lo precede. Basta pensar en Zorobabel Rodríguez

damento de aquello que consideramos bueno,

durante la segunda mitad del XIX o Héctor Ro-

y, por tanto, normativo, deseable y compartido.

dríguez de la Sotta y Francisco Bulnes en la pri-

La razón de la necesaria acción del Estado está

mera mitad del XX.

justamente en la indigencia de la naturaleza

Diversos autores chilenos han estudiado las relaciones entre conservadurismo y liberalismo

humana, o en su negligencia (que es una forma de indigencia).

económico. Francisco Javier Urbina y Pablo Or-

Esto permite volver sobre la última conside-

túzar, por ejemplo, han planteado la tesis de una

ración de Kaiser: la degradación moral tiene su

falsa contradicción, pues-

origen en el Estado. Con este

to que, en muchos senti-

punto contradice una de las

dos, serían incluso complementarios. Los valores que

El liberalismo no se opone

defiende la tradición conser-

conceptualmente al

vadora se realizan mejor en una sociedad con un Estado muy limitado, y un sistema

conservadurismo, aunque tengan diferencias importantes.

líneas que Urbina y Ortúzar dan por comunes entre liberales y conservadores: el hombre es un ser libre, capaz de bien, pero débil frente al mal, imperfecto. La pregunta por el origen del mal es la

de mercado funciona mejor con una sociedad que acepta ciertos valores de

que nos lleva a la siguiente díada: ¿está el origen

la tradición conservadora, como el énfasis en la

del mal en la imperfección del ser humano o en

familia y los grupos intermedios4.

las estructuras políticas en las que se encuentra

La gran distinción, para Kaiser, consiste en la

inserto?

“revelación” que tendrían los conservadores sobre el catálogo del buen vivir. Esta problemática

La díada conservador-progresista

se ilustra bien en la discusión en torno a la comprensión del principio de subsidiariedad. Tanto conservadores como liberales valoran

El liberalismo no se opone conceptualmente al conservadurismo, aunque tengan diferencias

del principio la pluralidad social en el desarro-

importantes. Lo que realmente se opone al con-

llo de la vida interna de una nación, y la agencia

servadurismo con toda necesidad es el progre-

individual o corporativa frente al absolutismo

sismo. Siguiendo a Aristóteles (De int. 22-34),

estatal. Sin embargo, para la tradición conserva-

podemos distinguir entre una oposición parcial

dora, el fundamento del principio es justamente

y una total. La primera ocurre cuando dos afirmaciones se oponen de modo que no pueden ser ambas

3 Axel Kaiser, “La derecha y los conservadores”, Diario Financiero, 19 de abril de 2016. 4 Francisco Javier Urbina y Pablo Ortúzar, Gobernar con principios. Ideas para una nueva derecha (Santiago: Libertad y Desarrollo, 2012), 69.

50

5 Clemente Recabarren, “Subsidiariedad en el debate constitucional: entre la constitución mínima y la tradición pulverizadora”, Revista Vértice N°2 (diciembre de 2023).


verdaderas (aunque sí pueden ser ambas fal-

anestesiantes códigos de disciplina, creando así

sas). Por ejemplo, si decimos que “todo cambio

cuerpos dóciles, almas obedientes6.

es bueno” y que “algún cambio no es bueno”,

Siendo así, podemos derivar al menos tres

vemos que no pueden subsistir ambas afirma-

elementos del conservadurismo. (i) Nadie tiene

ciones como verdaderas, pero la confirmación de

un conocimiento particular sobre las leyes de la

una no lleva a la negación de la segunda. Queda la

historia; (ii) no existe un ‘estado pleno’ dentro

opción de que ningún cambio sea bueno.

de la historia, sino que somos seres imperfectos

La oposición total se da cuando la afirma-

en sociedades imperfectas; (iii) la política es el

ción de una sentencia lleva necesariamente a la

arte de lo posible, y debe moverse con cautela,

negación de la otra. Siguiendo el mismo ejemplo,

sabiendo que la complejidad de las sociedades y

si aceptamos que “es necesario que todo cambio

de la historia supera siempre nuestra capacidad

sea bueno”, estamos también aceptando la fal-

de aprehenderla.

sedad de que “es imposible que ningún cambio sea bueno”.

A su vez, de estos principios pueden derivarse otros, como (i) es necesaria la deliberación polí-

Nos detenemos en esta consideración, que

tica, puesto que nadie tiene perfecta claridad de

puede ser un poco árida, para salir al paso de la

la situación en la que estamos, ni de aquella a la

idea de que el conservadurismo se definiría úni-

que debemos llegar —aunque sí intuiciones rec-

camente por oposición, y decir lo que algo no

toras—; (ii) por su imperfección, el hombre es

es, no nos dice casi nada de aquello que es. Este

capaz del bien y del mal, y debe actuar responsa-

argumento no es procedente cuando se anali-

blemente dentro de un marco regulatorio; (iii) el

za la diferencia entre la oposición parcial, que

poder político, por su parcial ceguera, debe estar

se da con el liberalismo, y la total, que se da con

siempre sujeto a límites.

el progresismo.

La filosofía conservadora no indica si debe ha-

Dicho en otras palabras, si el progresismo pro-

ber un sistema unicameral o bicameral, o si la

pone la revolución como método de cambio so-

reforma tributaria debe inclinarse a uno u otro

cial, eso sí es indicativo a la hora de entender el

lado. Tales asuntos dependerán del razonamien-

conservadurismo. Nos dice, justamente, que el

to práctico de quienes gobiernan: de la pruden-

modelo de cambio social debe ser lo contrario a

cia política.

la revolución: reforma, gradualidad.

Como puede verse, el conservadurismo no es

Ahora bien, el progresismo puede entender-

simplemente una nostalgia por el pasado, cosa

se de dos maneras. En su versión vulgar o ‘dé-

que, en todo caso, podría ser también revolucio-

bil’ implica simplemente una preferencia por

naria, como ocurre con el caso de Rousseau. Es

el cambio social, aparejada a la urgencia de su

primordialmente una toma de conciencia de la

consecución. En su versión ‘fuerte’ implica (i)

limitación del hombre y, por tanto, de los rea-

el conocimiento que tendría un grupo sobre las

les alcances de su actuación política. Es, a fin de

leyes de la historia, (ii) un fin intramundano de

cuentas, una filosofía de la prudencia.

la sociedad, en el que estaría la felicidad plena,

Sí debe aceptarse, sin embargo, que el con-

y (iii) la posibilidad de acelerar la dinámica de

servador es naturalmente menos “audaz” para

la historia para llegar cuanto antes a ese paraíso

el cambio, cosa que en la vida política puede ser

terrenal. Esta es, básicamente, la argumentación

peligrosa. ¿Hasta cuándo espera mejores pensio-

que se encuentra en revolucionarios como Ro-

nes un adulto mayor; un trabajador por el respe-

bespierre o Lenin. Un esquema similar se aprecia

to a sus condiciones laborales; un estudiante por

también en Foucault, para quien el mal se en-

su educación?

cuentra en las instituciones sociales que luchan con siniestra eficacia por supervisar y controlar al individuo, para neutralizarlo por medio de 6 Cf. Michael Foucault, Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión (Buenos Aires: Siglo XXI, 2008).

51


52

RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO


La díada conservar-proponer Como vimos en el apartado anterior, el conser-

son los hábitos los que guían nuestros juicios

vador no busca simple y acríticamente ‘con-

sobre lo bueno. De esto se desprende también

servar’. Una manera de explicar este asunto es

la preminencia de la cultura y la educación por

romper con el viejo mito de que el conservadu-

sobre la política, idea que, por lo demás, puede

rismo comienza con Edmund Burke y su crítica

verse también en pensadores tan dispares como

a la Revolución Francesa. Si fuera así, parecería

Rousseau y san Agustín. La habituación, conti-

que todo el conservadurismo debería reducirse a

núa Aristóteles, lleva a los ciudadanos a obrar

volver a las instituciones del Antiguo Régimen.

virtuosamente, simplemente por el placer de

El modelo de razonamiento político conservador se retrotrae a los orígenes del pensamiento

obrar bien. Son los hábitos los que construyen el clima político; es la tradición (Pol. II.8).

filosófico. Viene de la crítica platónica a los so-

Esta tradición de pensamiento, ya concep-

fistas por su intento de descuajar la persuasión

tualizada, alcanza una cumbre importante en la

política de la noción de bien; de la imposibilidad

hermenéutica filosófica. La prudencia se traduce

de incluir la mejor solución para cada caso desde

en Heidegger como la tríada facticidad, finitud e

una previsión general, advertida por Aristóteles

historia (SZ §72) y es decididamente desarrolla-

(At. Const. IX.2), así como de la necesaria unión

da por Gadamer, orientado desde la conversa-

entre prudencia y bondad (EN, VI.12); del conoci-

ción socrática8.

miento de la propia historia como fundamento de

Para Heidegger, antes de cualquier acceso fi-

la prudencia, puesta de relieve, entre otros, por

losófico o científico, está el mundo de la vida.

Cicerón (Rep. II.2). La lista podría traspasar prác-

Siempre vemos las cosas dentro de un contexto

ticamente toda la historia de la teoría política.

de significatividad. Por ejemplo, si me encuentro

Sí es cierto, como afirma Russell Kirk, que el

un cuchillo en la cocina o en la mano de un de-

conservadurismo solo se expresa de manera ex-

lincuente en medio de la noche, mi reacción será

plícita cuando se ve obligado a reflexionar ante

completamente distinta, porque el cuchillo se me

el proceso revolucionario que se desencadena en

aparece según el contexto en el que está inserto.

Francia. Pero la toma de conciencia no es lo mis-

Nuestro estar en el mundo quiere decir insertos

mo que la invención.

dentro de ese contexto de significatividad. Estar

Antes que la letra, está el espíritu; antes que la

en un mundo abre un horizonte de comprensión,

ley, la costumbre. Este es también un principio

un abanico de posibilidades, y, al mismo tiempo,

del conservadurismo, que avanza construyen-

cierra otras. Esa sustracción de mundos alter-

do desde lo existente; desde el alma de la tierra

nativos es la que me permite actuar conforme a

y no por meras abstracciones . Esta es la razón

prioridades. Proyectamos un sentido particular a

por la que el mismo Burke afirma que, mientras

las cosas según el contexto en que nos encontre-

más completamente se conozca y compren-

mos insertos. Por eso —por el acceso precientí-

da esta tradición política, sus entrañas estarán

fico al mundo— la idea de construir desde cero es

más a nuestra disposición, y es menos proba-

absurda para Heidegger.

7

ble que abracemos las ilusiones que aguardan

Aquí es donde encontramos el paso a Gadamer.

al ignorante o al imprudente, con aquella ilu-

El mundo griego, por ejemplo, ofrece ciertas po-

sión de que podemos progresar sin una tradición

sibilidades al tiempo que cierra otras. Lo mismo

de conducta.

ocurre para el contexto romántico francés o para

Esta idea ya estaba presente en Sócrates, en su

el Chile contemporáneo. La cultura se transfor-

enseñanza de la anterioridad de los hábitos sobre

ma en guía, conduce al individuo en su actuar

los juicios (Apol. 19a), y en Aristóteles, para quien

7 Jaime Eyzaguirre, Fisionomía histórica de Chile (Santiago: Universitaria, 2013), 164.

8 Hans-Georg Gadamer, “On the Origins of Philosophical Hermeneutics”, Philosophical Apprenticeships (Cambridge, MA: The MIT Press, 1985), 179.

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

diario. La propuesta de Gadamer es una respues-

de un pasado que debe ser reformulado desde las

ta al objetivismo de la primera modernidad. Es

preguntas, las esperanzas y el carácter propio de

imposible pretender una aplicación directa de

cada tiempo.

ideas “científicas” al campo de la acción huma-

En nuestros tiempos, por ejemplo, Juan Pablo

na. La ética y la política están transidas de há-

II ha afirmado que la cultura es la que da razón de

bitos imperceptibles de los que hay que hacerse

la superioridad del hombre frente al mundo. Por

cargo. Toda comprensión se inserta dentro de la

eso, el hombre no puede estar fuera de la cultura.

circularidad entre el acto de comprender y lo que

Esta identidad, sigue el pontífice, supone tanto

se asume en el comprender.

la preservación como la reformulación en el pre-

No es posible abstraerse y entender lo ocurrido

sente de un patrimonio pasado, que pueda así ser

desde la objetividad plena. La racionalidad no se

proyectado hacia el futuro y asimilado por las

da nunca en estado puro; está siempre radicada

nuevas generaciones. Este es el fundamento y la

en una facticidad preexistente y en un contexto

conjugación entre identidad y progreso9.

histórico indudablemente unido a la pasividad

Esta necesidad de actualización constante es la

del prejuicio y la tradición. Ahora bien, el hecho

dimensión a menudo olvidada del conservadu-

de que la “racionalidad pura” esté precedida de

rismo, y la que a menudo lo condena a la irre-

la propia biografía no deriva en un relativismo

levancia política. El conservadurismo, es cierto,

que niega la posibilidad de conocer la verdad.

no es primariamente político, pero sin duda tiene

Simplemente pone de relieve que el modo de co-

una dimensión política. Es un pensamiento, como

nocer la verdad tiene que hacerse cargo también

afirma Mannheim, que se adhiere a lo real y con-

del lugar del sujeto en la historia y en el mun-

creto; avanza mejorando su presente sin destruir

do. Nuestros prejuicios deben ser examinados,

el sistema en su conjunto y trata de compren-

debemos volver reflexivamente sobre ellos para

der la norma de acuerdo a la realidad. Pero no se

afirmarlos o negarlos, una vez confrontados con

queda ahí. Para el conservadurismo, la sociedad

la realidad. Lo que es imposible es pretender no

descansa en entidades orgánicas como la familia

tener prejuicios, y actuar como si nuestra apro-

o las corporaciones, y no en unidades aglomera-

ximación a los asuntos humanos fuera comple-

das como las clases de los revolucionarios10. Este

tamente “objetiva”.

segundo punto es el que debe servir de guía para

El modo de acercarme a la posibilidad de un

la relevancia política del conservadurismo.

gobierno fuerte, por ejemplo, dependerá en buena medida de mi experiencia previa con la

Díada derecha-conservadurismo

autoridad. Sin tomar en cuenta esta experiencia previa, cualquier intento de conversación estará

En nuestros días, el término ‘derecha’ se desve-

condenada al fracaso.

la fundamentalmente desde sus referentes. Así,

No se niega la posibilidad del conocimiento,

uno podría decir que ser de derecha es algo así

sino que se pone alerta en la limitación del en-

como votar por el Partido Republicano, RN o la

tendimiento humano, y la necesidad del diálogo

UDI; identificarse con uno u otro político; o ser

y la comprensión. Debe ser uno capaz de ver las

heredero de algún histórico ‘derechista’. Eso, sin

cosas desde el punto de vista del otro, fusionan-

embargo, no es el conservadurismo.

do horizontes.

Dentro del espectro que podría llamar-

Para el revolucionario, dice Gadamer, la tra-

se derecha, hay dos grupos con los que el

dición no tiene justificación racional y, por lo

conservadurismo mantiene cauta distancia: (i) el

tanto, está privada de toda legitimidad y debe

pragmatismo puro, que no tiene más leyes que

ser abolida. Sin embargo, el carácter pretemático de la tradición no implica que sea ‘irracional’. Más aún, en la tradición conservadora, se encuentra constantemente la necesidad de actualizar lo heredado. La tradición es la herencia

54

9 Juan Pablo II, Discurso pronunciado en el Encuentro con el Mundo de la Cultura en la Casa Central de la Universidad Católica de Chile, 3 de abril de 1987. 10 Karl Mannheim, Ensayos sobre sociología y psicología social (México: FCE, 1963), 119 y ss.


las de mantenerse en el poder; y (ii) el utopis-

Por último, la valoración de lo recibido se

mo que ve toda negociación como una traición.

concreta en la asimilación crítica desde la pro-

Naturalmente, ninguno de esos dos grupos tiene

pia época, fuente de creaciones particulares y

posibilidad de agencia política real. El conser-

atingentes. Desde la actualización permanente

vador entiende que es necesario gobernar sin

de lo recibido, la prudencia derivada de nuestra

perder de vista la razón por la que se gobierna.

limitación, y el reconocimiento de principios

Sabe, a su vez, que gobernar implica avanzar dos

inmutables de derecho natural, puede y debe

pasos y retroceder uno; negociar. Eso no impli-

estructurarse un discurso global y con agencia

ca la renuncia a un principio, sino a su defensa

política efectiva.

en un determinado momento. El equilibrio entre

El ejemplo más natural es la promoción de la

ambos no es fácil, ni es posible de encasillar en

familia, desde la que pueden articularse prácti-

estructuras generales.

camente todos los asuntos sociales, tomándola

Si volvemos a las preguntas iniciales, podemos

como criterio. Desde la responsabilidad finan-

decir que el conservadurismo no es una ‘ideolo-

ciera hasta la ley de las cuarenta horas pueden

gía’, sino una tradición intelectual que propone

leerse desde este punto. Lo mismo ocurre con

un modelo de razonamiento político opuesto al

la regulación urbana, la flexibilidad del trabajo

revolucionario. El conservadurismo reconoce la

presencial, las cargas impositivas que estemos o

existencia y cognoscibilidad del bien, derivado de

no dispuestos a traspasar a las familias (el IVA,

la naturaleza humana, de donde se muestra tam-

por ejemplo) y un largo etcétera.

bién la limitación e imperfección del ser humano.

Una de las grandes críticas que han caído sobre

Esta capacidad para conocer los principios natu-

la derecha en la historia reciente de Chile es que

rales de aquello que se debe hacer, se oscurece en

se refugia en utopismos incapaces de gobernar

la medida que se desciende a la contingencia.

o que se rinde ante un pragmatismo incapaz de

De ese modo, la cautela política promovida por

convocar. La promoción de la familia, derivada

los conservadores prefiere la reforma a la revo-

del conservadurismo, se ofrece como criterio de

lución, porque entiende que la realidad siempre

unidad narrativa que dota de sentido la multipli-

supera nuestra capacidad de comprenderla, sobre

cidad de asuntos sociales que deben enfrentarse

todo en sus ámbitos más prácticos y concretos,

desde la sede política. La derecha no haría mal en

imposibles de aglutinar en principios generales.

revisitar una de las tradiciones políticas que his-

Los cambios políticos son primero cambios cul-

tóricamente han reportado mayores beneficios

turales, y no arreglos legales. Enfrentar los há-

para la vida social.

bitos por medio de la educación constituye el corazón de la propuesta política conservadora.

Ignacio Stevenson es director ejecutivo de la Editorial Tanto Monta y profesor en la Escuela de Administración Pública en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es licenciado en historia y en filosofía por la Universidad de los Andes.

55


LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

Sofía Correa Sutil, historiadora: “La derecha se define a partir del desafío que le presenta la izquierda”

Fotografía: Sofía Yanjarí

POR ÁLVARO VERGARA

56


Los cambios que el siglo XXI ha implicado para el mapa político chileno,

la modernización capitalista y la gravitante figura de Diego Portales son

algunos de los temas que aborda en esta entrevista la historiadora Sofía Correa Sutil, quien sostiene que es más apropiado hablar de “las derechas”. “Ni Alberto Edwards, ni Francisco Antonio Encina, ni Mario Góngora son patrimonio de un ‘corpus doctrinal’ de derecha”, afirma la autora de Con las riendas del poder. La derecha chilena en el siglo XX. Sobre el peso de la dictadura en su historia, Correa es enfática: mientras el sector no lo procese adecuadamente de cara al país, le será imposible proyectarse de modo robusto hacia el futuro.

¿DERECHA? ¿CUÁL DERECHA? ¿Qué identifica a una persona de derecha? ¿Los

1971 la nacionalización del cobre). A la vez, tam-

valores, el Estado, la nación, el mercado?

bién podría decirse eso de las fuerzas políticas de centro, el Partido Radical y la Democracia Cris-

No es posible definir a la derecha a partir de una

tiana. Lo mismo ocurre con la antítesis orden/

línea de pensamiento o de un conjunto de valores.

desorden, aunque las derechas tienden a valorar

Se trata de un lugar en el espacio político, cuyos

el orden social.

contenidos varían en el tiempo. Como expliqué en mi libro Con las riendas del poder, la derecha se

¿Hay, en la historia de la derecha, liderazgos

define a partir del desafío que le presenta la iz-

que le hablen al Chile actual? ¿En qué medi-

quierda o, más bien, las izquierdas. En la historia

da se pueden incluir figuras incómodas, como

política de Chile ello ocurre en la década de 1930

aquellas que tuvieron un rol relevante en la

y, a partir de entonces, la mayor parte del tiempo

dictadura?

corresponde hablar de derechas en plural y no de “la” derecha en singular.

En el siglo XXI, Chile es muy distinto a lo que fue en el siglo XX. La sociedad ha cambiado pro-

Pero ¿qué defienden las derechas?

fundamente, hay una grieta generacional que presenta enormes desafíos, los que aún no com-

Habiendo aclarado ese punto medular, es posible

prendemos en toda su magnitud. Mal podrían los

afirmar que las derechas defienden la propiedad

líderes que forjaron el siglo XX hablar al Chile

privada (aunque en la década de 1960 impulsaron

actual, sean estos de derechas, de izquierdas o

la primera ley de Reforma Agraria y aprobaron en

del centro. 57


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

Con respecto a la herencia de la dictadura, las

Desde el polo opuesto, Gabriel Salazar ha ca-

derechas de hoy no pueden esquivar el bulto; lo

racterizado a Portales como un representante

más sano sería asumirlo, procesarlo, explicar-

de los mercaderes de Santiago que se imponen a

lo. Mientras no hagan eso, de frente a su pro-

sangre y fuego para derrotar y reprimir al pueblo

pia gente y al país, les seguirá pesando como

que comenzaba a ejercer su soberanía.

una piedra que les impide caminar con soltura hacia adelante, sea lo que venga en el futuro. De

Por lo tanto, no podemos hablar de “la” figura de Portales.

nada les servirá que uno u otro de sus liderazgos diga que votó No en el plebiscito de 1988, pues en

En Chile hay una importante tradición historio-

el fondo, al salvar su pellejo de este modo, está

gráfica conservadora, en la cual encontramos a

entregándole a todo el resto de la derecha el peso

autores como Francisco Antonio Encina, Alber-

de la culpa.

to Edwards o Mario Góngora. Ese pensamiento, ¿es parte del corpus doctrinal de la derecha ac-

MITOS DE LA DERECHA HISTÓRICA

tual o va por otro camino?

¿Qué tan importante es la figura de Diego Por-

La influencia de Edwards, Encina y Góngo-

tales en la derecha de hoy? Pienso sobre todo en

ra se extiende más allá de un pensamiento de

situaciones de crisis, en las que la derecha in-

derechas. Alberto Edwards influyó en Encina

tenta encarnar al ‘partido del orden’.

y, entre muchos otros, en los dirigentes de la Falange Nacional y particularmente en Eduardo

La figura de Diego Portales la conocemos media-

Frei Montalva, quien escribió la continuación de

da por los historiadores que han buscado inter-

la historia de los partidos políticos de Edwards

pretar el sentido de su actuación.

y la publicó como si fuera una obra conjunta de

Así, para Alberto Edwards, Portales sería un

Alberto Edwards (ya muerto) y Eduardo Frei.

genio al nivel de la historia universal, que lo-

Hasta el día de hoy se escucha hablar a políticos,

gró que el país completo se compenetrara de

incluso de izquierdas, de “la fronda” o de actitu-

su visión política, por sugestión, dejando atrás

des frondistas. Encina fue influyente en figuras

de este modo la “anarquía” posindependencia,

de izquierda como Aníbal Pinto Santa-Cruz, cuya

abrazando el orden como supremo valor polí-

interpretación sobre el siglo XIX en su obra Chile.

tico. Para Edwards, esta sería una construcción

Un caso de desarrollo frustrado, descansa entera-

histórica perecedera, pues la fronda aristocrática

mente en Encina. En cuanto a Góngora, sucede

inevitablemente se rebelaría contra el Estado en

lo mismo: pocos son los políticos que no se su-

Forma y terminaría por desarticular la creación

man a su interpretación sobre las planificaciones

portaliana en distintas fases marcadas por 1861,

globales, sin tener mucha claridad, me imagino,

1891, 1924. Edwards apostó a que Ibáñez, en 1927,

sobre lo que quería decir Góngora.

fuese capaz de reconstruir la creación portaliana,

Por lo demás, Góngora es sobre todo un an-

recuperando el orden político y social. Alcanzó a

tiliberal que integró grupos tan opuestos como

ver el ruinoso final de esa dictadura.

la Falange Nacional y el Partido Comunista, y

Mario Góngora se suma a esta interpretación

quien, si bien tuvo cargos de importancia en la

de Edwards. En cambio, una visión opuesta pre-

Universidad de Chile durante la dictadura, en la

senta Alfredo Jocelyn-Holt, para quien Portales

década de los ochenta manifestaba públicamente

es un liberal autoritario que confía en “el peso de

su oposición a las políticas neoliberales que ca-

la noche”, que es la sumisión social, para poder

racterizaban al régimen y que eran apoyadas por

asegurar el orden político y social, sabiendo que

las fuerzas de derecha.

la fuerza es un instrumento circunstancial que

En suma, ni Alberto Edwards, ni Francisco An-

no da frutos a mediano ni largo plazo. Para Jo-

tonio Encina, ni Mario Góngora son patrimonio

celyn-Holt, Portales es un “escéptico del poder”

de un “corpus doctrinal” de derecha.

que confía en soluciones racionales.

58


¿Qué opina de la tesis de la fronda aristocrática

no le quita méritos a la genialidad de Alberto

de Alberto Edwards? ¿Cree que dicha tesis sigue

Edwards como historiador.

interpelando al Chile de hoy? Suele decirse que la derecha economicista que La tesis de Alberto Edwards en La fronda aris-

ha promovido la economía de mercado es una

tocrática en Chile contiene una morfología de la

novedad en la tradición chilena. ¿Es cierto que

decadencia y la apelación a revivir a Portales. En

no tiene precedentes en la tradición? Pienso

esta morfología se pasa de una etapa “anárquica”

en el siglo XIX en Chile, donde un economista

(posindependencia) al orden virtuoso gracias a

como Jean Gustave Courcelle-Seneuil aboga-

un hombre extraordinario que es Diego Portales.

ba por una banca libre. Además, figuras como

La estabilidad política va acompañada de cre-

José Victorino Lastarria y otros se acercarían al

cimiento económico y progreso social. Pero, en

francés, adoptando elementos de su visión po-

la visión de Edwards, inevitablemente la fronda

lítico-económica.

aristocrática se rebela contra el Estado en Forma, y organizada en partidos políticos logra compar-

Mi libro Con las riendas del poder tiene como tesis

tir el poder con el Estado entre 1861 y 1891 para

central que la derecha chilena desde mediados

luego imponerse al Estado. Como después de

del siglo XX —1950, precisamente cuando Jor-

1891 se conservan aún las jerarquías sociales y la

ge Alessandri debe renunciar al Ministerio de

obediencia, afirma, se preserva el Estado en For-

Hacienda—, adhiere a políticas tendientes a

ma, hasta 1920-1924 cuando

una modernización capita-

este es destruido. Solo cabe

lista, con mercados abiertos,

entonces recuperar el país con un nuevo Portales, que él creyó podía ser Carlos Ibáñez. En esa lectura, la decadencia viene de la mano de

Con respecto a la herencia de la dictadura, las derechas de hoy no pueden esquivar el bulto; lo más sano sería asumirlo,

los partidos políticos.

procesarlo, explicarlo.

¿Y cuánto le habla esto al presente?

obviamente. Señalé que, debido a esa opción por la modernización capitalista, los partidos de derecha llevaron dos candidaturas en la elección presidencial de 1946, cuando el candidato del Par-

tido Conservador propuso una opción socialcristiana no capitalista.

Si usted extiende esta tesis a toda la historia de Chile hasta el presente, en primer lugar, no está

¿Y era efectivamente novedosa dicha opción

haciendo historia, no está mirando las especi-

por la modernización capitalista?

ficidades de cada tiempo histórico. Pero, sobre todo, está suponiendo que toda la historia polí-

En el siglo XIX, la élite dirigente chilena es, sin

tica de Chile se juega en una tensión entre anar-

fisuras, liberal en lo político y en lo económico.

quía y orden. En tercer lugar, está suponiendo

La primera medida que toman en la Patria Vieja

que cualquier crisis política se resuelve apelando

es la apertura de los puertos chilenos al comer-

a un hombre que imponga el orden por la fuer-

cio internacional. Durante todo el siglo XIX el

za. No es de extrañarse entonces que la dictadu-

Estado se financió con los impuestos aduaneros.

ra hiciera uso de esta interpretación de Edwards

El cierre del comercio internacional es una con-

para intentar construir una legitimación históri-

secuencia de la Gran Crisis de 1929, y ocurre en

ca apareciendo como solución “portaliana” a la

todo el mundo. Con la particularidad de que en

anarquía que habría derrotado.

América Latina se adopta, además, el modelo de

Espero que no haya fuerzas políticas en Chile

industrialización sustitutiva de importaciones,

que estén siendo inspiradas por esta forma de

lo que conlleva un apoyo a la industria nacional

interpretar la historia, la cual, por otra parte,

con medidas proteccionistas. Esto implicó la intervención del Estado en todas las variables de la

59


60


economía nacional y, en consecuencia, una altísima inflación.

entre políticas económicas monetaristas y las transformaciones del Estado de carácter neoliberal. En todo caso, las políticas neoliberales

En Con las riendas del poder usted explica que la

no existieron en ningún país antes de la década

derecha adopta una especie de consenso hacia

de 1970.

el capitalismo durante la candidatura de Jorge Alessandri Rodríguez. Pero ¿cree que la reforma del Estado llevada a cabo por la dictadura

DERECHA, CENTRODERECHA Y NUEVAS TENDENCIAS

rompió con la tradición de la derecha chilena? En Con las riendas del poder usted percibe que Efectivamente, en mi libro muestro cómo el Par-

los partidos actuales de la derecha tienen ras-

tido Liberal, y después también el Conservador,

gos semejantes a los partidos Liberal y Conser-

bajo el liderazgo de Jorge Alessandri (entonces

vador. ¿De qué manera se ha configurado esa

presidente de la CPC), fueron elaborando un pro-

influencia en el actual panorama más complejo

yecto de modernización capitalista que implica-

de los partidos de derecha?

ba una mayor inserción del país en la economía mundial y un paulatino relajo de las medidas

La primera edición de ese libro es de 2005. En-

proteccionistas e intervencionistas del Esta-

tonces yo mostré paralelos entre el viejo Parti-

do. Ello tiene como antecedentes las propuestas

do Conservador y la UDI, así como entre el viejo

de la llamada Misión Klein-Saks (1955-1957).

Partido Liberal y Renovación Nacional. Sin em-

Paralelamente, los jóvenes que fueron a estu-

bargo, hoy en día han cambiado mucho estos

diar un posgrado en economía en la Universidad

partidos y han aparecido otros referentes en

de Chicago se convencieron de las virtudes de la

el campo de las derechas. Pienso que hoy no se

economía monetarista, la que, en base a las ma-

sostiene tan claramente este paralelo, como sí

temáticas, era conceptuada como la forma cien-

se sostenía a comienzos de la década del 2000.

tífica de acercarse a la disciplina. El propósito de

El siglo XXI ha traído un cambio en el sistema de

los llamados Chicago Boys era modernizar los

partidos chileno.

estudios de economía en Chile. Pero como sucede siempre en estas latitudes, se involucraron pri-

¿Ve alguna densidad intelectual o aspectos va-

mero en política universitaria, inevitablemente,

liosos en los nuevos cuadros intelectuales de la

y también entraron al debate económico nacio-

derecha liberal y conservadora?

nal. Hicieron planteamientos monetaristas para el programa presidencial de Jorge Alessandri en

¿Qué es una derecha conservadora en el Chile de

1970, los que fueron descartados por el comando

hoy? ¿Qué intenta conservar? El Chile tradicio-

de esta candidatura por considerarlos política-

nal que se prolongó por el siglo XIX hasta gran

mente inviables. De modo que los Chicago Boys

parte del XX se terminó con la Reforma Agraria y

no se involucraron en política partidista, aun-

con la modernización capitalista neoliberal. Allí

que se mantuvieron cohesionados trabajando

no hay nada que conservar. ¿Qué es una derecha

los problemas económicos del país. Luego pre-

liberal en el Chile de hoy? ¿Liberal en lo econó-

pararon un programa de cambios económicos

mico? Toda la derecha lo es, e incluso también

para el gobierno que viniese después de la UP,

sectores políticos de izquierdas son liberales

llamado El Ladrillo, una historia bastante cono-

en lo económico. ¿Liberal en lo político? Si así

cida. Propusieron cambios económicos orienta-

fuera, ¿con qué contenidos diferentes a los de la

dos a la liberalización de los mercados. La refor-

democracia constitucional de Occidente? ¿Libe-

ma del Estado, las llamadas modernizaciones,

ral en las formas de relaciones interpersonales

son posteriores, y no vienen necesariamente

cotidianas? Si así fuera, ¿constituye aquello un

de los Chicago Boys. Es conveniente diferenciar

programa político?

61


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NTRE V IS TA

¿Qué opina del auge del Partido Republicano?

forma de disuasión. Esto ha resultado novedoso

¿Tiene esta nueva fuerza arraigo en la tradición

en Chile. Está por verse si Milei podrá introducir

histórica de la derecha?

cambios radicales a la economía y si estos podrán mostrar resultados al menos a mediano plazo,

Mi impresión es que el Partido Republicano es

para poder sostenerse políticamente.

muy del siglo XXI, responde a coordenadas que se manifiestan actualmente tanto en Europa

¿Y Bukele, qué representa?

como en Estados Unidos y América Latina. Además, pienso que aún está por verse cómo será la

Bukele, en cambio, responde al desafío de la

actuación política de este nuevo partido, que está

seguridad y el orden público frente a bandas de-

todavía en proceso de decantación.

lictuales que tenían tomado El Salvador. Para enfrentarlas, recurrió a la represión y ello abrió la

¿Cómo interpreta el fenómeno de la derecha

puerta a la arbitrariedad y a la violencia estatal.

outsider? ¿Ve que la incertidumbre económi-

Bukele debería ser tan incómodo a las derechas

ca, la crisis de seguridad y la desconexión de la

chilenas como Chávez-Maduro lo ha sido para el

clase política están asentando las condiciones

Socialismo Democrático. Es decir, no veo cómo

para un gobierno como los de Nayib Bukele o

las derechas chilenas pudiesen concebir a Bukele

Javier Milei en Chile?

como parte de su universo político.

En la pregunta se da por supuesto que Bukele y Milei son semejantes, y que ambos son parte de la derecha latinoamericana. No concuerdo con esa premisa. No sabemos aún cómo será la presidencia de Milei, pero todo indica que su preocupación fundamental es la economía argentina que está destruida, por lo que está dispuesto a introducir cambios sustantivos, contra viento y marea, en la línea de la liberalización de los mercados y la restricción del gasto público, que en Argentina tiene un componente populista y clientelista. Al enfrentarse a las protestas sindicales en las calles, Milei no ha pretendido recurrir a la represión sino más bien al castigo económico como

62

Con las riendas del poder. La derecha chilena en el siglo XX Sofía Correa Sutil Debolsillo, 2011 361 páginas


La (no) renovación: crisis de la derecha universitaria MARÍA ASUNCIÓN POBLETE

63


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

L

as universidades no solo funcionan como

política estudiantil y sus orgánicas padecen un

espacios de formación profesional o de búsqueda

fuerte proceso de deslegitimación. Uno de los

del conocimiento, sino también como entornos

ejemplos más patentes de aquello es la FECH, que

de aprendizaje político altamente exigente

hace años no alcanza los quórums mínimos de

que permiten a un selecto grupo transitar

elección. La FEUC, en cambio, mantiene una par-

desde la política universitaria hacia la élite

ticipación relativamente alta. A su alrededor han

política nacional. En el Chile de hoy nadie

proliferado múltiples movimientos políticos,

puede desmentir esa realidad. Al fin y al cabo,

e incluso algunos han logrado institucionalizar-

el propio presidente Boric fue un dirigente

se como partidos propiamente tales. Destacan

influyente, protagonista de la toma de la

entre ellos la Falange Nacional, el MAPU, la Iz-

Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y

quierda Cristiana, el Movimiento Gremial (que

de las masivas movilizaciones de 2011. Los datos

dio origen a la UDI) y Revolución Democrática

también avalan esa idea: un estudio realizado

(fundado por exdirigentes de la Nueva Acción

en 2013 evidenció que el 44% de los miembros

Universitaria, NAU). Este último grupo es espe-

de la élite política perteneció previamente a

cialmente relevante hoy, pues de ahí proviene la

organizaciones estudiantiles, llegando el 80%

izquierda que nos gobierna. En segundo lugar,

de ellos a ser dirigentes de las mismas1. En el

porque el presente artículo pretende abocarse al

caso de la dirigencia de la Pontificia Universidad

estudio de la otra cara de la moneda, la derecha

Católica, un 55% de los líderes estudiantiles

estudiantil que perdió terreno frente a los refe-

posteriormente ocuparon cargos relevantes en

rentes de izquierda que forzaron un recambio

la política nacional2. Esta cifra se debe a diversas

generacional en su propio sector. Y si el objetivo

características de la política en la UC que, vistas

es analizar las raíces universitarias de la derecha

en su conjunto, la convierten en un espacio

chilena, es imprescindible enfocarse en la Uni-

idóneo para experimentar y poner a prueba las

versidad Católica, su cantera histórica. Hay un

actividades políticas del futuro3.

eslabón perdido en la derecha, y no porque esta

¿Por qué destacar el caso de la Universidad

no existió o no se movilizó. Por el contrario, su

Católica? Por dos razones. En primer lugar, la

historia reciente es intensa y turbulenta, pero diversos eventos hacen difícil identificar a los

1

Gonzalo de la Maza, “De la élite civil a la élite política: Reproducción del poder en contextos de democratización”, Polis 12(36) (2013), 67-100.

2 Micaela Lobos, “La influencia de las organizaciones políticas universitarias en la formación de élites políticas en Chile: El caso de las federaciones de estudiantes de la Universidad de Chile y Universidad Católica”, Revista de Ciencia Política 52(2) (2014), 157-183. 3 Mario Fergnani, Cristóbal Villalobos y María Luisa Quaresma, “La construcción del capital político en una universidad de élite”, Universum 37(1) (2022), 174.

64

contemporáneos del Frente Amplio al otro lado del espectro. El Movimiento Gremial y la FEUC como cantera El Movimiento Gremial nace en la Escuela de Derecho de la UC el año 1966 y se configura como un movimiento de alcance universitario en medio de la efervescencia y politización que rodeaba la reforma universitaria, a la cual se oponía. El colectivo tuvo rápido éxito y se consolidó como


la fuerza principal de la derecha universitaria

alrededor del aborto. La FEUC gremialista de

durante la Unidad Popular. Durante el régimen

2008 tomó con fuerza la bandera provida den-

militar mantuvo el control de la FEUC y por sus

tro y fuera de la UC, posicionándose como un

filas pasaron muchos de los futuros líderes de

actor político influyente. Esa campaña moles-

la derecha, como Andrés Chadwick, Hernán La-

tó a las fuerzas de izquierda agrupadas en “La

rraín, Juan Antonio Coloma y Cristián Larroulet.

Coordinadora”, cuyo dirigente Miguel Crispi,

La FEUC de la transición, que comienza en 1985

en ese entonces alumno de sociología y actual

con la primera elección democrática de federa-

asesor del segundo piso, encabezó una petición

ción desde 1973, se caracterizó por la alternancia

para destituir a dos miembros de la Federación.

en el poder entre la centroizquierda universita-

Su ofensiva terminó por aglutinar a las fuerzas

ria y el gremialismo, que demostró que podía ser

existentes de centroizquierda en torno a un nue-

competitivo en democracia y dejar atrás los fan-

vo movimiento: la Nueva Acción Universitaria,

tasmas de sus federaciones designadas. Mantu-

que buscó posicionarse como de “centroizquier-

vo el monopolio dentro de la derecha y continuó

da, pero no Concertación”.

operando como cantera de futuros líderes. Sin

Pocos meses después de su fundación, el NAU,

embargo, hacia fines de la década de los 2000, el

con Crispi a la cabeza, impidió una tercera Fede-

desgaste gremialista y los crecientes esfuerzos

ración gremialista consecutiva, movilizando la

de la izquierda por plantear una alternativa ca-

energía de los ciclos de protestas estudiantiles

paz de disputar la federación, terminaron con los

de 2006 y 2008. Años después, el episodio sería

años dorados del MG.

incluso destacado por el militante UDI y exdirigente gremialista Máximo Pavez:

La irrupción del NAU La nueva izquierda universitaria que propuso La configuración del actual panorama político en

el NAU, que logró ubicarse de manera muy in-

la UC comienza con la última FEUC de esa ‘edad

teligente como alternativa tanto a la extrema

de oro’ gremialista, presidida el año 2008 por

izquierda (…) como a una Concertación uni-

Felipe Bettancourt. Durante esos años ya existía

versitaria moribunda, generó un cambio en la

cierta autocrítica en sus filas, cuya premisa de

UC (…): una imagen refrescante con una sólida

autonomía de los cuerpos intermedios y su no

capacidad de gestión (…), discurso novedoso,

instrumentalización devino en un modelo me-

sintonía —al menos aparente— con ciertos

cánico y despolitizante que se escudaba mucho

sectores de la ciudadanía5.

en su historia y en el fantasma de Guzmán para evitar reflexionar acerca de su rol en el Chile pos-

Entre 2008 y 2014, periodo crucial para el mo-

transición. En este contexto ya existían discusio-

vimiento estudiantil en Chile, el NAU logró seis

nes internas, pero ante la disyuntiva de crear una

victorias consecutivas. Sin pretender restarle

nueva plataforma o canalizar sus inquietudes

mérito, el retorno de la derecha al gobierno hizo

desde dentro, predominaba esta última opción.

revivir con más fuerza que nunca las demandas

Esto se refleja en diversos documentos e inter-

educacionales, discurso en el cual el NAU se mo-

venciones en debates, donde se advierten pugnas

vía cómodamente. Las protestas de 2011 hicieron

sobre los énfasis de su movimiento4.

explotar el movimiento estudiantil, cuyos ros-

Por aquel entonces, la legalización de la ‘píl-

tros más visibles fueron los dirigentes de la FECH

dora del día después’ era uno de los principales

y la FEUC, Camila Vallejo y Giorgio Jackson,

temas en la discusión pública y, un atisbo de

respectivamente.

los debates que vendrían en los años siguientes

4 Ver, por ejemplo, Claudio Alvarado, Sebastián Parot y Diego Schalper, “Una reflexión a 40 años del Movimiento Gremial”, Documento interno, 2008.

5 Máximo Pavez, “Desafíos del gremialismo en el siglo XXI”, en Claudio Arqueros (ed.), 50 años de gremialismo. Su influencia en la modernización chilena (Santiago: FJG, 2017), 179.

65


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

Fuego amigo

políticas del gremialismo, sino también afectos, amistades y vínculos familiares.

“Somos, somos los gremiales de la UC. ¡Y no nos

El surgimiento de un nuevo movimiento en el

separarán…nunca más!”, versa el clásico cánti-

seno de la Facultad de Derecho fue descrito por

co gremialista de campaña. Aunque sigue siendo

exdirigentes estudiantiles como una ‘bomba’ al

reflejo de la mística y trayectoria del movimien-

interior de la UC. El proceso dejó en evidencia

to, lo acontecido desde el año 2010 en adelante

el desgaste de la imagen y la doctrina gremial,

no parece ajustarse a ese deseo. Durante varias

marcada por la despolitización en un contexto

décadas, el MG ostentó el control prácticamente

donde los jóvenes buscaban cada vez más res-

exclusivo en la formación y reclutamiento de lí-

puestas políticas. Por su parte, la fuerza naciente

deres políticos de derecha y centroderecha en la

optó desde sus inicios por una denominación con

universidad. Esta organización logró establecer

carga ideológica, inspirada en el célebre sindica-

una cultura y un discurso distintivos que reno-

to anticomunista polaco: Solidaridad6. Esbozó,

vaban continuamente sus liderazgos, además de

también, los primeros lineamientos doctrinarios

mantener un sólido respaldo electoral y capaci-

e ideológicos del movimiento: su principal pun-

dad de movilización.

to de diferencia con el MG era no solo un mayor

Sin embargo, en el marco de la crisis que co-

énfasis en las posiciones morales y culturales

menzó a experimentar al llegar a La Moneda, la

tradicionales, sino también la actitud respecto al

derecha emprendió en 2010 un proceso de deba-

modo de hacer política dentro de la universidad y

te y reformulación marcado

su impulso de lo que se con-

por la tensión entre el sector

sideraba una comprensión

conservador, socialcristiano y liberal. Quizás de manera

La derecha emprendió en 2010

inevitable, esa tensión tam-

un proceso de reformulación

bién permeó en el gremia-

marcado por la tensión entre

lismo al interior de su alma mater. Además de pasar por una serie de derrotas electo-

el sector conservador, el socialcristiano y el liberal.

rales, el MG comenzó a sufrir

integral de la subsidiariedad, por sobre la visión negativa arraigada en la derecha. Para Cristián Loewe, la iniciativa “(tuvo) que ver con la misma efervescencia política y social que dio vida al movimiento estudiantil;

quiebres internos y fuga de militantes, viéndose

obviamente esa inquietud explotó en otra direc-

obligado a reformular su línea de despolitización

ción, pero desde el otro lado de la vereda tam-

al interior de la PUC. Lo inédito, en esta ocasión,

bién había una inquietud más o menos genera-

fue que los cuestionamientos provenían de su

cional”7. Esto hizo del movimiento algo atractivo

mismo sector político.

para estudiantes tanto con un perfil más social,

Durante 2010, la crítica de ciertos grupos, den-

o bien, académico8. Pues, tal como sucedió en su

tro y fuera del gremialismo, se consolidó y co-

momento con Guzmán, Solidaridad surge de la

menzó a fraguar la idea de crear una nueva or-

mano de una búsqueda intelectual propia del es-

ganización capaz de competir con el movimiento

pacio universitario, lo que le dio una base sólida

gremial, algo inédito en el pasado reciente. Entre

a su acción política.

sus principales liderazgos se encontraban Ruggero Cozzi, presidente del Centro de Alumnos de Derecho (y futuro constituyente de RN); Pablo Varas, Consejero Superior elegido por el MG; Jorge Ramírez, de Ciencia Política (hoy en LyD) y Cristián Loewe, Consejero de la Facultad de Derecho (ahora en IdeaPaís). El quiebre fue profundo y atravesó no solamente las estructuras

66

6 “85 años de la FEUC”, Revista Mosaico, agosto de 2023. Vocalía de Archivo Histórico FEUC 7 Podcast Solidaridad UC, “Historia de Solidaridad UC: 11 años impactando a la UC y Chile; con Ruggero Cozzi, Cristián Loewe y Pablo Varas”, junio de 2021. 8 Cristián Stewart, “Breve repaso histórico del surgimiento de Solidaridad UC”, en Manifiesto Solidario (Santiago: IdeaPaís, 2020), 61–63.


Chiara Barchesi, Ruggero Cozzi, Diego Schalper y Máximo Pavez son algunos de los jóvenes dirigentes de derecha provenientes de la Universidad Católica en los años recientes.

Junto con la aparición de Solidaridad surgió

difícil para la derecha universitaria, que no ha

también un sector liberal amplio que tomó dis-

vuelto a ganar desde entonces. A pesar de todo,

tancia del conservadurismo de la derecha tradi-

ha seguido participando activamente desde otros

cional al interior de la UC. Sin embargo, ninguna

espacios que no ha perdido. Como ejemplo, en

de estas iniciativas (como Liberales UC y Avan-

2018, durante el “mayo feminista” que explotó

zar) ha logrado consolidarse electoralmente ni

en universidades a la largo de todo el país, las

construir una identidad dentro de la universi-

tomas y protestas casi no tuvieron contrapeso,

dad . Por su parte, Solidaridad ha tenido un re-

excepto, una vez más, en la Universidad Católica.

lativo éxito desde su fundación. Ha ganado dos

La histórica toma de la Casa Central fue seguida

Consejerías Superiores, afianzado su mayoría

de una “contratoma”, liderada por Javiera Ro-

en facultades relevantes como Derecho e Inge-

dríguez, entonces Consejera Superior gremia-

niería, y desplazado al MG del balotaje contra el

lista, y por el Centro de Alumnos de Derecho. La

NAU en diversas oportunidades. Pero aún no ha

reacción no solo se vio en la “contratoma”, sino

logrado la conquista de la FEUC.

también en el discurso político e intelectual, pues

9

Durante la última década, uno de los pocos momentos de esperanza para la derecha uni-

la derecha no ofreció una alternativa al feminismo de izquierda progresista que se imponía.

versitaria fueros las elecciones del año 2015, en

En síntesis, el balance acerca de la trayectoria

las cuales el gremialismo recuperó la federación

de la derecha universitaria en los últimos quince

luego de seis años, mientras que Solidaridad se

años se resume sin duda en dos conceptos: re-

hizo con la Consejería Superior. Era la oportu-

acción y fragmentación. En cuanto al primero,

nidad de posicionar nuevamente a la derecha en

como evidencia esta historia, el cambio ha sido

la discusión estudiantil. Sin embargo, el movi-

profundo. Aquel grupo debió enfrentarse a una

miento, a nivel nacional, monopolizado por la

drástica modificación en las agendas que acos-

izquierda no se las hizo fácil. Como caso para-

tumbraban a discutir. Tuvo que jugar en una can-

digmático, se llegó a expulsar al presidente FEUC

cha dibujada por la izquierda, reaccionando a los

Ricardo Sande de la vocería de la Confech. En la

temas que ella proponía, no siempre con éxito.

votación, sus pares aludieron a sus diferencias de

Además, con la excepción de la campaña por el

opinión respecto de las paralizaciones y la gra-

‘Rechazo’ la derecha no ha logrado conectar con

tuidad universitaria10. Fue un año sumamente

su base social y luchar por sus causas como sí lo han hecho sus adversarios. Esto se debe, en par-

9 Macarena Segovia, “El vía crucis de la UDI y el gremialismo en la Universidad Católica”, El Mostrador, 24 de marzo de 2016. 10 https://www.theclinic.cl/2015/05/20/las-diferencias-que-provocaron-la-salida-de-ricardo-san-

te, a la incapacidad que ha tenido para articularse y generar un discurso y un proyecto alternativo.

de-de-la-voceria-de-la-confech/

67


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . E NSAYO

No obstante, respecto de la fragmentación,

tico de la gestión de su partido, que no ha salido a

las opiniones son disímiles. Por un lado, visto

buscar gente nueva, principalmente jóvenes, “tal

en retrospectiva parece haber sido una buena

como lo hacía Guzmán en los años noventa”11.

apuesta la fundación de un movimiento capaz

Por su parte, el año 2014, exdirigentes de Soli-

de agrupar a la juventud universitaria de centro-

daridad junto con independientes y académicos

derecha ligada al socialcristianismo y al conser-

dieron origen a Construye Sociedad, movimiento

vadurismo social, pues dio oxígeno ideológico y

de inspiración socialcristiana liderado por Die-

político a una derecha universitaria que llevaba

go Schalper y Cristián Stewart. La iniciativa, sin

muchos años sin reflexionar en profundidad so-

embargo, fracasó, dejando con ello a sus simpa-

bre su rol en el Chile postransición. Sin embar-

tizantes en una especie de naufragio. Si bien unos

go, es difícil no conectar la fragmentación de la

pocos han intentado cobrar protagonismo de

derecha con el hecho de que esta haya perdido la

forma dispersa en partidos tradicionales como

federación durante quince años. El problema es

RN y la UDI, no han tenido mucho éxito, salvo

que, dentro del actual clivaje político de la UC,

contadas excepciones.

la derecha parece estar bastante asentada alre-

Aquel colectivo solidario aún tiene desafíos

dedor de ambos movimientos, los que han reco-

importantes en cuanto a su proyección fuera de

rrido un intenso camino desde el 2010 volviendo

la UC. Si bien no ha ganado la FEUC, ha contri-

difícil la posibilidad de juntarse para enfrentar

buido en la formación de cuadros durante trece

a la izquierda. En ese contexto, una dinámica al

años, y muchos de sus exdirigentes buscan ge-

estilo “juntos pero no revueltos” podría abrir

nerar un aporte al país luego de egresar. Sin em-

una oportunidad para que ambos colectivos, con

bargo, no hay una proyección unívoca de estos,

sus virtudes y defectos, disputen los espacios de

tanto ideológica como profesional, por lo que es

representación a la izquierda universitaria, cuya

difícil identificar a este grupo fuera de su alma

posición actual está bastante más debilitada que

mater —a diferencia de los exgremialistas— y

en la década pasada.

muchos líderes con gran potencial terminan dejando la actividad política.

Desorientación y abandono de los partidos

Quizás por lo anterior, un grupo de exdirigentes estudiantiles de centroderecha ve una mayor

Parte del éxito que tuvo la generación del 2011

posibilidad de influencia en su sector político

se debe a que logró proyectar el fenómeno de

a través de la reflexión política e intelectual —

las movilizaciones estudiantiles hacia la políti-

como en centros de estudios, por ejemplo— en

ca formal, impulsando así a las nuevas genera-

lugar de confiar en partidos donde es difícil esta-

ciones de dirigentes estudiantiles que buscaban

blecer nichos y consolidarse. Un ejemplo patente

esas referencias tan necesarias para hacer po-

es el hecho de que los mismos dirigentes gre-

lítica en torno a un objetivo. La nueva izquierda

mialistas, que antes entraban a militar a la UDI al

creó sus propios partidos y desplazó a los tra-

salir de universidad, ahora optan en muchos ca-

dicionales, lo cual desembocó en la creación de

sos por trabajar en la Fundación Jaime Guzmán

la coalición que hoy gobierna: el Frente Amplio.

para intentar influir políticamente por medio de

Principalmente de la mano de jóvenes y fortale-

la difusión de sus ideas y la formación de jóvenes.

cido por el estallido social de 2019, el conglome-

Otras razones por las cuales los líderes universi-

rado llegó a La Moneda en 2021 bajo el liderazgo

tarios de derecha ingresan al mundo privado o a

de Gabriel Boric.

centros de estudios son de índole más práctica, e

Muy distinto ha sido el caso de la derecha.

influyen en ella la hostilidad de la política parti-

Las nuevas generaciones no han creado nuevos

dista, la dificultad de compatibilizar su ejercicio

partidos, pero tampoco se han consolidado en

con la formación de una familia a temprana edad

los existentes. Algo que incluso es reprochado internamente. Gonzalo Pinochet, expresidente de la Juventud UDI, declaró en 2022 que era crí-

68

11 “¿Quiénes son los líderes de las juventudes de los partidos?”, Diario Financiero (28 de mayo de 2022).


y las menores oportunidades de ingresos y de

na universitaria de la PUC en los últimos quince

proyección profesional.

años está lejos de ser irrelevante. Con distintos

En la izquierda la cuestión es distinta. Al

grados de conocimiento e influencia destacan

egresar, los dirigentes universitarios están dis-

los parlamentarios Diego Schalper (RN) y Chiara

puestos a relegar sus carreras para dedicarse a

Barchiesi (Republicanos), los exconstituyentes

la política. El mismo Presidente de la Repúbli-

Ruggero Cozzi (RN) y Eduardo Cretton (UDI), el

ca nunca se licenció ni se tituló y entró direc-

exsubsecretario y comisionado experto Máximo

to al Congreso; Camila Vallejo y Karol Cariola,

Pavez (UDI), entre otros. Actualmente, los presi-

geógrafa y matrona respectivamente, no han

dentes de las juventudes del Partido Republicano

ejercido sus profesiones, y así abundan los ca-

y de Evópoli son exdirigentes de la PUC. Todos

sos. En consecuencia, son pocos los exdirigentes

ellos, junto a los actuales universitarios, se for-

que siguen el camino intelectual o profesional

maron viendo a la derecha ganar y gobernar en

que abunda en la centroderecha. Probablemente

democracia, algo inédito para sus antecesores.

la excepción más visible dentro de la izquierda

Les tocó presenciar las luces y sombras de los

sea el expresidente FEUC Noam Titelman. Junto

gobiernos del expresidente Piñera, cuya repenti-

con profundizar en sus estudios, el militante del

na y trágica muerte constituye una oportunidad

Frente Amplio se ha convertido en un intelec-

para esta generación de analizar su vasto legado

tual comprometido, dedicado a pensar su sector

en perspectiva.

político para influir desde ahí. Esto también es

Como síntesis, podemos distinguir tres niveles

curioso desde la otra vereda: si bien la derecha

de actores relevantes —las cúpulas partidarias,

tiene muchos intelectuales comprometidos, rara

los exdirigentes universitarios y, por último, los

vez militan. El mismo Titelman ha reconocido el

líderes estudiantiles actuales— capaces de po-

fenómeno en varias ocasiones:

tenciar y rearticular a la derecha universitaria, que es, como vemos, la futura derecha política.

Hay una diferencia bien marcada en esta

Por cierto, cada uno de ellos tiene un rol distinto

generación en la izquierda y en la derecha

que cumplir, pero deben ser interdependientes al

respecto a qué tan exitosos han sido políti-

ejercerlo y ayudarse mutuamente en lo que sea

camente, por un lado, y cuánto han tenido de

posible. Los políticos de hoy no pueden renegar

capacidad de generar debate intelectual, por

de sus anhelos y sueños de juventud, que son, en

otro. Y en esta nueva generación hay muchos

general, aquello que los condujo en primer lu-

éxitos para la izquierda en términos políticos

gar a la política. Urge devolver a la derecha esa

(...) en cambio en el espacio de la reflexión po-

camaradería que alguna vez tuvo el gremialis-

lítica ha sido más prodigiosa la nueva genera-

mo entre su espectro adulto y universitario, esa

ción de derecha .

conciencia de que están reunidos en torno a algo

12

Con todo, la lista de actuales líderes cercanos

más grande e importante. Solo así la historia

al mundo de derecha provenientes de la esce-

será distinta.

12 Noam Titelman, intelectual del Frente Amplio: “En el espacio de la reflexión política ha sido más prodigiosa la nueva generación de derecha”, Diario Financiero (7 de octubre de 2022).

María Asunción Poblete es estudiante de derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile y asistente de investigación en el Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). 69


—RESCATE—

¿Qué es la derecha? CHANTAL DELSOL Traducción de María Josefina Poblete


Con la llegada del primer gobierno de Emmanuel Macron, en 2017, la revista francesa L’Incorrect propició un debate en torno a los principios que definían a la derecha política. En esa oportunidad, la destacada intelectual Chantal Delsol contribuyó a la discusión con un texto profundo y agudo, que reproducimos a continuación. “Lo que distingue a la derecha de la izquierda es la manera de describir al hombre, cuyo bien todos desean”, afirma la autora de El Estado subsidiario. Así, desde una concepción antropológica, Delsol destaca la atención que la derecha le presta a la naturaleza del hombre, a las particularidades de la vida en sociedad y a las paradojas que fundan la existencia humana.

71


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S C ATE

L

os libros e incluso los artículos sobre la defi-

¿fue un político de derechas o de izquierdas? La

nición de la “derecha” son extraordinariamen-

respuesta no está clara, no solo si nos fijamos

te infrecuentes, mientras que muchos textos, y

objetivamente en sus políticas (gobierno con el

algunos de los más sobresalientes, plantean la

Partido Comunista, nacionalizaciones masivas,

cuestión de la definición o redefinición de la “iz-

planificación), sino también si tenemos en cuen-

quierda”, sus variaciones y su destino. Esta di-

ta su deseo constante de trascender las divisio-

ferencia es fácil de entender: hace veinte años,

nes tradicionales.

e incluso menos, llamarse ‘de derechas’ era una

Se podría decir que el partido actualmente en

vergüenza en Francia, porque significaba identi-

el poder en Francia3 es un partido bonapartista,

ficarse con el petainismo1.

pero el bonapartismo no es ni de derechas ni de

Aquí, el periodo de Vichy y luego los aconte-

izquierdas: es una forma de gobierno autorita-

cimientos de la guerra de Argelia desbancaron

ria (en este caso republicana y tecnocrática), y el

literalmente no a la derecha en sí, como han

autoritarismo no tiene patria ideológica.

demostrado las elecciones de los últimos cincuenta años, sino a la conciencia de la derecha,

Leyenda instrumental

su concepto y su legitimidad. En otras palabras —y las cosas solo han cambiado en los últimos

¿Cómo podemos describir a la derecha desde un

años—, durante mucho tiempo se podía votar a

punto de vista filosófico? Solo es posible en re-

la derecha y ser de derechas, pero sin justificar

lación con la izquierda, porque estas nociones

claramente esa afiliación.

son necesariamente relativas entre sí, y su rela-

La complejidad de los conceptos se ve así am-

ción cambia con el tiempo y en el espacio. En el

plificada por la ignorancia (debida al vacío de crí-

tiempo, por ejemplo, la derecha no se define de

tica), las confusiones históricas y agravada por la

la misma manera cuando se enfrenta al socialis-

imposibilidad de clasificar al presidente francés

mo-comunismo que cuando se encuentra, como

que marcó la segunda mitad del siglo: el General

hoy, frente a un socialismo que se ha convertido

de Gaulle, cuyo pensamiento era de origen mau-

en socialdemocracia.

rassiano2 y, por tanto, claramente de derechas,

En el espacio, por ejemplo, la derecha estadounidense se define como conservadora frente a los

1

Luego de la Primera Guerra Mundial, el mariscal Philippe Pétain se convirtió en un importante y reputado actor de la política francesa. Sin embargo, su colaboración con el nazismo durante el régimen de Vichy le valió la ignominia y una condena de cárcel, en la que vivió los últimos años de su vida y abandonó pocas semanas antes de morir. [N. de la T.]

2 Charles Maurras fue uno de los principales ideólogos del movimiento Acción Francesa, fundado a fines del siglo XIX y defensor de las ideas monárquicas. [N. de la T.]

72

liberales de izquierda, mientras que la derecha francesa, frente a los socialistas centralizadores y providencialistas, se define más como liberal (en el sentido de Tocqueville y no en el de Hayek). Las variaciones son aún mayores si nos fijamos

3 “¡En Marcha!”, partido liderado por Emmanuel Macron en 2017 y que lo llevó, ese mismo año, a la presidencia de Francia. [N. de la T.]


en las diferencias de mentalidad entre los países

La primera afirmación antropológica en torno

occidentales: Tony Blair, que es de izquierdas en

a la cual se define la derecha en relación con la

Inglaterra, es mucho más de derechas que la de-

izquierda es la señalada por Léo Moulin. La de-

recha francesa...

recha, dijo de forma más figurada que teológi-

Comencemos, en primer lugar, por deshacer-

ca (Léo Moulin era agnóstico), cree en el pecado

nos de las connotaciones polémicas e ideológicas.

original. La izquierda no. ¿Qué significa eso? Ser

Está de moda afirmar que la izquierda persigue el

de derechas es creer, como Aristóteles o como la

bien común y la solidaridad social, mientras que

Europa cristiana, que el hombre mantiene en su

la derecha está dominada por intereses egoístas.

fibra lo malo con lo bueno, y que por tanto con-

Se trata de una leyenda instrumental y basta un

viene guardarse de las posibles perversiones de

poco de historia social de los siglos XIX y XX para

las medidas políticas aunque sean excelentes

desmentirla. En realidad, existe una derecha

(por ejemplo, dice Aristóteles, hasta el gober-

egoísta que solo piensa en sus intereses particu-

nante más sabio tendrá la tentación de abusar del

lares, así como existe una izquierda ‘caviar’ que

poder. A lo que Montesquieu hace eco: “el poder

solo piensa en moralizar a los demás sin aplicar

enloquece, etc.”), y no partir del principio de que

esa moral a sí misma.

una vez que nos hayamos librado de las malas

Si la distinción fuera tan sencilla, solo sería

estructuras, el hombre volverá a ser bueno.

una distinción moral, no política. Cuando en un

Léo Moulin remonta esta visión izquierdista

debate un oponente le dice al otro “la diferen-

a Pelagio, un monje bretón del siglo V que creía

cia entre nosotros es que yo quiero el bien y tú

que el libre albedrío del hombre podía borrar los

quieres el mal”, entonces ya

efectos del pecado, suponien-

no puede llamarse debate,

do así que el pecado original no era inevitable. La herejía

y los supuestos argumentos se parecen más a invectivas.

La derecha está convencida

del pelagianismo, cuyas te-

Nuestros lectores buscan un

de que el hombre no puede

sis tardaron nada menos que

diálogo constructivo y serio, no política de trastienda.

‘liberarse’ de sus paradojas.

¿Por dónde empezar? Por

cuatro concilios en condenar, representó el pródromo de la corriente que, de Rousseau a

lo esencial, de lo que se deriva todo lo demás: la

Marx y Engels, historiza la aparición del mal y,

antropología. Lo que distingue a la derecha de la

por tanto, afirma su posible erradicación. Si el

izquierda es la manera de describir al hombre,

mal apareció con la propiedad privada (Rous-

cuyo bien todos desean. Naturalmente, todo el

seau), con el matrimonio (Engels), con las clases

mundo estará de acuerdo en que necesitamos el

sociales (Marx), entonces es posible erradicarlo

sustento material, la paz, la libertad, la solidari-

al eliminar dichas estructuras.

dad y el reconocimiento de los demás. Pero cada

La derecha, en cambio, cree que, por su na-

antropología clasifica estas necesidades en una

turaleza, el hombre nunca está instintivamente

jerarquía, y es en esta jerarquía donde surgen las

inclinado al bien común, que es tan egoísta como

diferencias.

deseoso de solidaridad, y que sin beneficio per-

Es en las respuestas a la pregunta esencial,

sonal difícilmente trabajará. El hombre se ama a

¿qué es el hombre?, donde se define nuestra di-

sí mismo y ama sus obras, que lo persiguen y lo

visión. Y más concretamente, en las respuestas

desarrollan. Sin propiedad privada, por ejemplo,

a las preguntas que todos nos hacemos cuando

se vuelve pasivo e indiferente. Por tanto, hay que

se trata de política: ¿cómo hacer que la sociedad

organizar una sociedad en la que incluso los in-

sea mejor y más justa? ¿De dónde procede el mal

tereses egoístas den lugar a la solidaridad.

que se manifiesta en forma de miseria, injusticia

Es cierto que la sociedad que valora el benefi-

y opresión? ¿Qué deben hacer los gobiernos para

cio privado ha sido capaz de proporcionar a to-

que la gente sea más feliz?

dos, o a casi todos, una vida más digna, al tener en cuenta los intereses individuales. Pero los

73


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S C ATE

El general Charles de Gaulle en agosto de 1944.

socialistas no lo perdonan: ¿cómo podía la “de-

cada una a la otra bajo la presión de la realidad

mocracia de mercado” servir al bien común con

histórica y social.

tan dudosas intenciones, cuando el socialismo

La creencia de que las nuevas estructuras so-

real, con intenciones tan puras, estaba produ-

ciales podrían producir un “hombre nuevo” (te-

ciendo miseria por todas partes? ¿Es injusto el

sis de Marx, pero también de Chernyshevsky,

destino? No: el socialismo simplemente no ima-

que tanta influencia tuvo sobre Lenin), libre de

ginaba que el hombre pudiera tener característi-

sus perversiones y que viviría en ósmosis y li-

cas propias, aparte de las que los gobernantes y

bertad con sus semejantes, ha sido abandonada

moralistas quisieran conferirle desde fuera.

por la izquierda, aparte de una pequeña franja de izquierdistas residuales (principalmente fran-

¿Dónde están los límites?

ceses). Al mismo tiempo, la creencia de que una “naturaleza” inmutable rige el destino humano

En este sentido, la derecha ve al hombre como

ha sido en gran medida abandonada por la dere-

parte de una “naturaleza” impregnada por el

cha (sin contar una pequeña facción sin influen-

mal, mientras que la izquierda ve al hombre

cia real).

como una criatura inacabada, capaz de con-

Y, sin embargo, aunque una especie de sabidu-

vertirse en lo que quiera, como afirma Sartre

ría —derivada de los evidentes excesos de ambas

siguiendo las antiguas huellas de Pico della

visiones— ha atenuado sus diferencias, estas se

Mirandola. Hay que añadir inmediatamente que

reposicionan en torno a la misma división, aun-

la franca oposición entre estas dos visiones an-

que de forma más moderada. No obstante ya casi

tropológicas ha disminuido considerablemente

nadie cree en una “naturaleza” inmutable ni, a la

en los últimos veinte años, habiéndose acercado

inversa, en la posibilidad de la tabula rasa, es en

74


torno a la mayor o menor estabilidad de la con-

hombre, que solo el orgullo del ángel puede que-

dición humana donde se despliega la división. No

rer superar.

se trata de saber si se puede negar o no el “pe-

Lo que hay que preservar no es tal o cual ins-

cado original”, sino de saber hasta qué punto se

titución o tradición, sino la esencia misma de la

puede aligerar la carga terrenal del hombre sin

condición humana: o mejor dicho, se trata de

hacerle caer de su propia humanidad.

aceptarla, porque se conserva por sí sola, ya que

Porque si bien podemos hacer cualquier cosa

todos los que intentan borrarla no hacen sino

(por ejemplo, transformar a un hombre en mu-

hacerla más visible a través de sus excesos, a ve-

jer o fabricar clones), sabemos que no podemos

ces monstruosos. Es porque cree en la existencia

hacerlo todo impunemente. Y es sobre este tér-

de la condición humana que la derecha es más

mino “impunemente” sobre el que difieren las

sensible que la izquierda a la deuda que tenemos

opiniones: ¿hasta dónde podemos llegar en la

con la tradición: si partimos de la certeza de que

transformación de nuestro mundo para hacerlo

el hombre no es cera maleable que se moldea

más habitable? O bien: ¿dónde están los límites?

en cada época, siempre es interesante observar

¿Debemos ir tan lejos como sea posible hasta que

cómo respondieron nuestros predecesores a las

los límites se nos revelen a través de los excesos

inexorables paradojas.

de las consecuencias? ¿O debemos dar pequeños pasos para evitar esos excesos? ¿Hasta dónde

La autonomía del sujeto como valor central

puede llegar Prometeo? Para responder a esta pregunta, la izquierda

El segundo punto es tan importante como el pri-

tenderá a probarlo todo, mientras que la derecha

mero, aunque parezca referirse a ámbitos más

tenderá a rechazar de plano ciertos experimentos

superficiales. Una mente de derechas, por ejem-

basándose en su idea de la condición humana.

plo, querrá defender la familia “tradicional” y

Quisiera distinguir aquí dos puntos: la derecha

recelará de las nuevas e inesperadas formas de

cree en la existencia de una condición humana,

las llamadas familias “mixtas”. O puede que de-

por un lado, y de una condición cultural, por otro.

fienda la propiedad privada. ¿Por qué haría esto?

En cuanto al primer punto, la derecha está

La historia y la geografía demuestran cla-

convencida de que el hombre no puede “libe-

ramente que no se trata en absoluto de formas

rarse” de sus paradojas, que son, por ejemplo, el

antropológicas inmutables: muchas sociedades

deseo de eternidad en el conocimiento mismo de

africanas no tienen una familia estructurada por

la inevitabilidad de su muerte, o la necesidad in-

un padre y una madre, y muchas sociedades tra-

saciable en el corazón mismo de la escasez inhe-

dicionales de todo el mundo viven en sistemas de

rente al mundo finito, o el deseo del bien a través

propiedad colectiva. Estas sociedades no son in-

de la tentación irreductible del mal, o el deseo de

felices por ello. Pero la derecha insiste en que la

libertad combinado con la necesidad de autori-

autonomía del individuo se desarrolla dentro de

dad que le es contraria.

ciertas estructuras, como la familia con un padre

En otras palabras, la derecha cree que ningu-

estable, o la propiedad privada.

na sociedad humana puede eliminar la religión,

Así, podríamos suprimir la familia tradicional

prescindir de la economía, escapar más allá

o la propiedad privada, pero al mismo tiempo

del bien y del mal como hubiera querido Rous-

acabar con la libertad y la responsabilidad indi-

seau, o más allá del bien y del mal como quería

viduales. O, dicho de otro modo, mientras que la

Nietzsche, o prescindir de la política como espe-

izquierda querría tenerlo todo y conciliarlo todo

raban tanto liberales como marxistas en el siglo

(pasión por el bien común e individualismo, so-

XIX. Para ella, se trata de paradojas estructu-

ciedad en red y responsabilidad individual), la

rantes que siempre habrá que intentar resolver,

derecha acepta de entrada rendir homenaje a lo

de forma diferente en cada época de la historia,

que considera la coherencia de la realidad.

de forma siempre torpe e imperfecta, porque

Cuando la izquierda tiende a afirmar que toda

constituyen la esencia de la condición trágica del

desigualdad es injusta y se indigna ante las

75


jerarquías sociales, la derecha replica que las

humanas en cuanto estas toman una mínima dis-

únicas sociedades igualitarias de la historia son

tancia de sí mismas. Los habitantes de las socie-

las sociedades despóticas, donde el Estado lo

dades más primitivas solo conocen lo particular,

es todo (argumento que Proudhon, Bakunin y

por lo que generalmente se llaman a sí mismos

Hertzen ya oponían a Marx). En otras palabras, la

“Hombres”, dando a entender que representan

derecha reprocha a la izquierda que no acepte las

la única especie verdaderamente humana del

coherencias de la cultura común: por ejemplo, si

planeta. En Europa, Sócrates y Diógenes se lla-

valoramos al individuo y al sujeto, tenemos que

maban a sí mismos “ciudadanos del mundo”, y

aceptar la responsabilidad personal y, por tanto,

más tarde San Pablo estableció de forma inde-

las merecidas desigualdades.

leble la unidad del género humano. La izquier-

También en este caso, la derecha cree que no

da, en consonancia con su visión del progreso y

todo es posible: por ejemplo, no podemos adop-

la difusión indefinida de la Ilustración, tiende a

tar al mismo tiempo la sabiduría oriental en lu-

pensar en la historia de la humanidad como un

gar del cristianismo caído y seguir defendiendo

desarrollo en forma de paso lento y discontinuo

el valor del hombre como sujeto individual, por-

de lo particular a lo universal, centrándose en úl-

que es contradictorio.

tima instancia únicamente en este último.

Esta relación con la realidad y la antropología,

Por ejemplo, las numerosas teorías actua-

que en mi opinión marca la diferencia esencial

les sobre la posible aparición de un gobierno

entre la derecha y la izquierda, conduce tam-

mundial —cuando la economía sea mundial,

bién a otra diferencia que me gustaría mencio-

cuando un tribunal sea mundial, cuando un

nar ahora: mientras que la derecha se interesa

gobierno sea mundial— implican que un día

en gran medida por lo particular, en la izquierda

podríamos convertirnos directamente en ciu-

lo importante es más bien lo universal. La dia-

dadanos del mundo sin tener que pasar por

léctica entre lo particular y lo universal expresa

identidades particulares. Un tribunal mundial

una cuestión que se plantea en las sociedades

significa que la norma moral es la misma para

76


todos los habitantes de la Tierra y, por tanto, re-

misma moneda. En su lugar, habla de la “perso-

chaza los particularismos éticos culturales.

na”, y ve al individuo como parte de las comu-

La derecha está menos dispuesta a admitirlo: tiende a pensar que un individuo solo llega a ser

nidades a las que pertenece, es decir, grupos no necesariamente elegidos.

él mismo cuando forma parte de una cultura par-

En cambio, si la izquierda habla de “persona”

ticular, y que sin esta base ni siquiera puede al-

—es decir, si quiere situar al individuo en una

canzar lo universal. El pensamiento de derechas

sociedad viva y no en un colectivo de semejan-

no cree que podamos ser ciudadanos del mundo

tes—, verá a la persona más bien en grupos ele-

sin ser antes ciudadanos del País Vasco, de Fran-

gidos por contrato, y separables por la voluntad

cia o de Arkansas. Esto se debe a que, para la de-

de sus miembros. La derecha no puede separar

recha, el arraigo en la particularidad responde a

al individuo de su mundo: insiste en la deu-

una necesidad humana fundamental: el hombre

da original que tenemos con nuestra cultura y

es un ser concreto que no puede satisfacerse con

nuestra familia; insiste en la responsabilidad del

la abstracción. Así pues, no cree que el progreso

individuo hacia el mundo particular en el que ha

pueda “liberarnos” de lo particular y, de hecho,

nacido y que no ha elegido. La izquierda, incluso

no cree que esto sea deseable, porque destruiría

cuando defiende a la persona frente al individuo,

al mismo ser que se pretende liberar.

siempre verá al individuo más en términos de su libertad para romper, para reinventarse, para

La persona

cambiar el lugar al que pertenece. Dado que la derecha habla en nombre de la

Así pues, está claro que a

“naturaleza” humana y

la derecha le interesa más

la izquierda en nombre

lo cercano que lo lejano. Así, defiende la diversidad cultural y el derecho

Para la derecha, el arraigo en la particularidad responde a una

de cada individuo a ser

necesidad humana fundamental: el

diferente, mientras que

hombre es un ser concreto.

de la moralidad, podemos creer que la perversión de la derecha es cinismo, mientras que la de la izquierda

es

hipocresía.

Porque en nombre de la

la izquierda busca la verdad universal de una norma válida para todas

naturaleza se hace alarde incluso de la inmo-

las personas. Cada una de las dos corrientes es

ralidad, mientras que en nombre de la moral se

así capaz de caer en un extremo diferente, co-

oculta incluso la naturaleza. Pero es el liberalis-

rrespondiente a su tentación intrínseca. La de-

mo el que se vería tentado por el cinismo, y la de-

recha puede caer en el particularismo, que lleva

recha, como dijimos antes, se define más por el

al rechazo de los demás, a la defensa exclusiva

conservadurismo que por el liberalismo.

del propio terreno y a mirarse el ombligo. La iz-

La perversión de la derecha es más bien una

quierda puede querer instalarse en el terreno de

forma de fatalismo. Mientras que el voluntaris-

la abstracción, donde todo lo que es verdadera-

mo de la izquierda puede rayar en el orgullo del

mente humano —porque es concreto, real— ha

ángel o del demiurgo, la humildad de la derecha

sido eliminado. Esta diferencia de puntos de vista

ante la necesidad puede rayar en la aceptación

se expresa de distintas maneras.

sumisa del destino, en un esencialismo filosófi-

La derecha está convencida, por ejemplo, de que ninguna respuesta global a los problemas

co que santifica una “naturaleza” humana más o menos ficticia.

sociales puede curar o sanar a las sociedades: cree más en la moral que en las leyes y, por tan-

Por una derecha que se escandalice

to, en la transmisión educativa, en la elevación de cada individuo más que en la construcción de

Estamos saliendo de una época en la que las per-

teorías. La derecha no cree ni en el colectivo ni

versiones de la izquierda se han expuesto a plena

en el individuo, que para ella son dos caras de la

luz. El socialismo constructivista ha inventado

77


78

LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O


sociedades tan alejadas de nuestras necesida-

Lo que le falta es la capacidad de ver la condi-

des básicas que los seres humanos se marchitan

ción humana no solo como una necesidad, sino

rápidamente en ellas. Privando a sus súbditos

también como un escándalo. La derecha no se

de autonomía, de palabra, de trascendencia, de

escandaliza lo suficiente: tal es, en mi opinión,

complicidad, han demostrado que todas estas

su defecto esencial. Por supuesto, si se piensa en

cosas son absolutamente necesarias para una

ello, todo es una cuestión de equilibrio. El hom-

existencia simplemente humana. Una existencia

bre necesita estar anclado en lo particular y en la

humana no es cualquier cosa; o, en palabras de

promesa de lo universal, una dualidad que lo ob-

Hannah Arendt: en lo que respecta al hombre, no

sesiona, según la expresión tan precisa de Selim

todo es posible.

Abou; necesita el sentido de la realidad y también

Y, sin embargo, si podemos ver hasta qué pun-

las utopías donde se revela la esperanza.

to, en casos extremos, un sistema puede resultar

Necesita arraigarse, pero también emancipar-

antinatural, no podemos invertir la proposición

se. La condición humana es ineludible en algunos

afirmando que ciertas organizaciones son com-

aspectos, pero también, en otros, escandalosa.

pletamente “naturales”. Porque la condición

Necesitamos alimentarnos de estas paradojas.

humana no emerge pura y simple de la experien-

Y como estas paradojas son estructurales, no

cia de la vida. Como la derecha cree en el pecado

podemos superar la división derecha/izquierda,

original, en la imperfección congénita del mun-

ya sea que se exprese de este modo o de cual-

do, tiende a conformarse con lo que existe.

quier otro.

Chantal Delsol (París, 1947) es filósofa, profesora de filosofía política y novelista. Autora prolífica —ha publicado una veintena de libros y más de doscientos artículos académicos y de divulgación— ha sido traducida a más de quince idiomas, lo que la convierte en una de las intelectuales francesas más prestigiosas de la actualidad. Es miembro de la Academia de Ciencias Morales y políticas francesa y fundadora del Instituto de Investigación Hannah Arendt. En español se han publicado sus libros Populismos. Una defensa de lo indefendible (Ariel, 2016) y El Estado subsidiario (IES, 2021).

79


LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

h o r a s en la Los nuevos movimientos de derecha a lo largo del mundo han suscitado una renovada reflexión sobre sus líderes, sus principales ideas y lineamientos, y su relación con las instituciones tradicionales del sistema democrático. En esta oportunidad, quisimos privilegiar algunos de los ensayos que, en la última década, se han preguntado qué piensa y hacia dónde se dirige este sector político, así como también, desde distintas miradas, por su historia. A pesar de que sus análisis no siempre abordan con justicia su objeto de estudio, estos pueden contribuir a un debate más profundo acerca de los desafíos que las derechas enfrentarán.

80


biblioteca Contrapunto de Francisca Echeverría y Cristóbal Rovira sobre ¿La rebeldía se volvió de derecha?, de Pablo Stefanoni José Manuel Castro sobre Los civiles de Pinochet, de Pablo Rubio Pablo Paniagua sobre The Chile Project, de Sebastián Edwards Luciano Quezada sobre Anatomía de la derecha, de Stéphanie Alenda María José Naudon sobre La vuelta larga, de Gonzalo Blumel Juan Ignacio Brito sobre La ultraderecha hoy, de Cas Mudde Jorge Hagedorn sobre La nueva derecha, de Natascha Strobl 81


LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

No parece ser casualidad que Pablo Stefanoni, autor de ¿La rebeldía se volvió de derecha?, sea argentino. A fin de cuentas, es allí donde hace pocos meses asumió la presidencia un líder político que no solo es un outsider proveniente de la academia, sino que también posee rasgos que no calzan con las derechas tradicionales. Más que circunspección y trajes a la medida, en Javier Milei se cruzan la provocación y el despeine, signos de una rebeldía que, como dice Stefanoni, han sido habitualmente asociadas a la izquierda política. En este Contrapunto, Francisca Echeverría y Cristóbal Rovira analizan los altos y bajos de este libro, que explora los cambios introducidos por las nuevas derechas en el panorama contemporáneo.

Progresismo arrebatado FRANCISCA ECHEVERRÍA

E

l libro de Pablo Stefanoni sobre las nuevas de-

vías para transformarla” y es consciente de que

rechas arranca de una inquietud subterránea que

ignorarlas o simplemente despreciarlas solo po-

parece estremecer a las izquierdas: ¿qué ha sido

dría deteriorar la relevancia de la izquierda en el

de la rebeldía progresista? Frente a los Trump, Milei y demás deslenguados del mundo, ¿no representa hoy el mundo de izquierda el status quo, el polo conservador? ¿Tiene algo que ofrecer como proyecto de futuro, más allá de consolidar ciertas conquistas en materia de derechos sociales y civiles? El autor argentino, periodista y doctor en historia, no esquiva la pregunta ni la incómoda tarea de mirar de frente el fenómeno político de estas nuevas derechas rupturistas. Se trata de un esfuerzo que la izquierda, a la que el autor pertenece, rara vez ha tenido el valor de emprender. Para Stefanoni, “estamos ante dere-

futuro. El autor se propone leer en serio a esas derechas alternativas, entender qué son, qué quieren y a qué responden. Quiere comprender y, desde ahí, repensar las izquierdas, con la esperanza de que no sea vean obligadas a “caer en el conservadurismo y renunciar a disputar el sentido del mundo que viene”. En un estilo periodístico y algo caleidoscópico, el libro da cuenta de una variedad de fenómenos políticos de distintas latitudes considerados “derechas alternativas”, que rastrea en la política institucional, la discusión académica y los submundos de internet en que muchas veces se fraguan la opinión pública y la pertenencia.

chas que le disputan a la izquierda la capacidad

Stefanoni ofrece un panorama variopinto de

de indignarse frente a la realidad y de proponer

posiciones que no intenta sistematizar, pero

82


que suelen encontrar un sustrato común en la

izquierda desde los trabajadores hacia las mino-

resistencia a la inmigración, la afirmación de

rías y, por consiguiente, el abandono de las pre-

la identidad nacional, la denuncia de la correc-

ocupaciones de esa clase trabajadora. La opción

ción política, la crítica a la hegemonía LGTBI+

por cuestiones posmateriales habría cristalizado

o el libertarismo económico. Tras esos rasgos

en un “neoliberalismo progresista” (según la

con frecuencia compartidos, el autor encuentra

conceptualización de Nancy Fraser), una alianza

también heterogeneidad dentro de aquello que

entre causas identitarias y poderes económicos

tiende a unificarse bajo la etiqueta de “extrema

como Wall Street, Silicon Valley y Hollywood,

derecha”: utopías de un neoelitismo oligárquico

provocando una desconexión entre las izquier-

vinculado a las grandes corporaciones tecnológi-

das y sus votantes históricos.

cas; variantes de la alt-right que asumen la causa

En segundo lugar, el autor sugiere una difi-

gay y la asocian a posturas antiinmigración is-

cultad del mundo progresista para reconocer el

lámica; “ecofascismos” que abogan por “salvar

cerco que la llamada corrección política puede

árboles, no refugiados”…

imponer a la libertad de expresión. La opción

En medio de esta diversidad, un elemento

preferencial por las causas boutique tendría con-

común es el estilo provocador —una auténtica

secuencias a nivel de discurso, como parece in-

“adicción a la provocación”—, unido a un des-

dicar el intento de convertir las universidades en

precio por los “conservadores convencionales”,

“zonas seguras”, libres de determinadas posi-

que habrían sucumbido a la colonización del pro-

ciones consideradas en sí mismas ofensivas.

gresismo. Stefanoni detecta en estas nuevas de-

Por último, Stefanoni pone de manifiesto una

rechas un rasgo emancipatorio, una ausencia de

menor perspicacia de la izquierda respecto de

tabúes, límites morales o restricciones a la ironía.

la derecha para captar el miedo al futuro de los

Se refiere a Trump como un político posmoderno

ciudadanos, por ejemplo, en contextos de inmi-

y a las derechas alternativas como nihilistas.

gración descontrolada y otras fuentes de incer-

Tras la superficie de esas derechas vociferan-

tidumbre. El historiador intuye que en la actua-

tes, el autor encuentra pistas que permitirían

lidad los ciudadanos valoran no las promesas de

explicar el auge de estos nuevos movimientos,

cambios bruscos, sino la posibilidad de volver

formas de descontento ciudadano a los que los

a tomar el control de sus vidas, lo que remitiría

sectores de izquierda no estarían atendiendo.

al fortalecimiento de sus comunidades de per-

Percibe que son muchos los irritados con su si-

tenencia, desde la familia al Estado-nación. En

tuación actual en diversos lugares y que “no

esta línea, sugiere que el mundo de izquierda

son todos terraplanistas”1. De este modo, junto

necesita ofrecer, “junto con imágenes transfor-

con ofrecer un mapa de la derecha alternativa,

madoras, otras tantas de seguridad y certeza”

el autor vuelve la mirada a la izquierda y su di-

y que lo suyo “no puede ser una oferta de pura

ficultad para comprender lo que tiene enfrente.

fluidez”.

Percibe que el progresismo se debate entre el

Desde esta óptica, el monstruo de las “extre-

desconcierto y el desdén, entre el temor ante este

mas derechas” que indigna y atemoriza a tantos

“monstruo” desconocido y el desprecio por sus

sería una respuesta —en muchos casos, pato-

líderes y el pueblo que los sigue.

lógica— al desprecio de la izquierda por causas

En la medida en que describe a las nuevas de-

relevantes. La lúcida identificación que hace

rechas, Stefanoni va desvelando algunos puntos

Stefanoni de las cegueras de su propio sector

ciegos de las izquierdas, cuestiones que estarían

convive, sin embargo, con el que parece ser su

en la raíz de su bloqueo epistémico para captar

propio punto ciego. En efecto, por una parte, el

estos nuevos fenómenos. En primer lugar, el au-

autor capta con claridad el carácter transgresor

tor identifica un desplazamiento del sujeto de la

y carente de límites de la alt-right, la radicalización de la noción de autonomía tras su esti-

1

Entrevista a Pablo Stefanoni en El Diario: “La izquierda hoy tiene miedo de ser acusada de utópica”.

lo de confrontación irónica y agresiva. Por otra parte, llama a las izquierdas a superar la fluidez

83


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . C ONTRAPU NTO

posmoderna y tomarse en serio ciertos condi-

el libro. Si la nueva derecha es progresista (nada

cionamientos de la vida social en que viven las

más equívoco que la etiqueta de “antiprogresis-

personas reales, en lugar de continuar aferradas

ta”), ¿qué define entonces a la izquierda? ¿Puede

a sus banderas de emancipación identitaria. Sin

seguir aferrada sin más a su vieja idea de progre-

embargo, pese a esta doble agudeza, Stefanoni

so sin el esfuerzo de reelaborarla y pensarse a sí

mantiene intacta su adhesión al “progresismo”

misma en el nuevo contexto? ¿Al servicio de qué

como horizonte político y como núcleo incues-

estaría la pura emancipación? Y por último, ¿tie-

tionado de la identidad de izquierda. En otras pa-

ne sentido concebir la rebeldía desde esa eman-

labras, no ve el paralelismo que, precisamente en

cipación ilimitada, cuando para ser progresista

su carácter progresista, tiene la lógica de cierta

hoy basta seguir el movimiento del mundo?

izquierda con la de esta nueva derecha.

Stefanoni no parece verlo, pero casi todo en su

En efecto, el libro de Stefanoni ofrece todos los

libro apunta a “desidealizar” la emancipación, a

elementos para comprender que, en la alt-right,

cuestionar la idea de progreso. Su propuesta para

la derecha se emancipó. Abrazó la idea de pro-

romper el clivaje entre “populismo de derecha”

greso hasta sus últimas consecuencias. Si el pro-

y “neoliberalismo progresista” es “postular

gresismo parecía el sello de la izquierda, esta

cambios reformistas de manera radical”. Dicho

derecha llegó a disputárselo. ¿Prohibido prohibir?

de otro modo, mirar a las condiciones reales de

Pues bien, parece decir a sus adversarios, llegó la

las personas reales, pensar la transformación en

hora de aceptar la nueva autonomía de portar ar-

continuidad con algo dado.

mas, los autoritarismos libertarios, la burla ácida

Así, ¿La rebeldía se volvió de derechas? es un li-

ante la cultura del victimismo, la utilización de

bro que, al tiempo que ofrece un bosquejo de las

causas identitarias con fines antiinmigratorios.

derechas alternativas, levanta preguntas para las

Llegó el momento de una nueva transformación,

izquierdas y ofrece pistas para la reflexión políti-

de un nuevo intento de modelar ilimitadamente

ca sobre el momento presente. Su lectura sugiere

el mundo. Y no cabe quejarse de sexismo, racis-

que, si la política se trata no solo de capitalizar el

mo o discriminación. Esto era sin llorar.

malestar sino de ofrecer algo, de proveer alguna

A partir del bosquejo que hace el autor de es-

forma de sentido, ni la desfachatez cínica ni el

tas derechas duras y “sin complejos”, resulta

particularismo identitario resultan convincen-

inevitable ver que éstas no serían únicamen-

tes. La rebeldía de la alt-right luce tan impostada

te una reacción a la izquierda progresista, sino

como la de la izquierda boutique que conocemos

también un espejo de ella. Stefanoni no llega a

de cerca. Quizás solo una palabra política sobria

tematizarlo. En el espejo de la alt-right, parece

y verdadera, la decidida superación del nihilismo

atisbar un exceso del progresismo —de esa idea

de cualquier signo, podría ofrecer hoy una res-

de un impulso emancipatorio carente de todo lí-

puesta radical.

mite—, pero no lo problematiza. En el fondo, no perfila conceptualmente las nociones de izquierda y de derecha, y esa ausencia pesa sobre todo

84


Los nuevos rebeldes CRISTÓBAL ROVIRA

A

mérica Latina está pasando por un proceso

abrazando elementos propios de la derecha polí-

de cambio político. Las elecciones más recien-

tica. En este sentido, el autor se propone indagar

tes muestran la aparición de nuevos liderazgos,

en las causas y consecuencias de este cambio, así

los cuales a veces establecen alianzas con fuer-

como en la configuración de nuevas identidades

zas políticas tradicionales, pero que dan vida a

políticas. Parte importante de la argumentación

nuevos proyectos políticos. Por el lado de la iz-

radica en el creciente peso que tienen los debates

quierda, la irrupción de Gabriel Boric en Chile

culturales por sobre los económicos. A más tardar

y de Gustavo Petro en Colombia revelan que el

luego de la caída del Muro de Berlín, la izquier-

progresismo se está reinventando de la mano de

da comenzó a darle creciente relevancia a temas

la adopción de temáticas como el feminismo y la

como la ecología, el feminismo y el multicultu-

ecología; dos cuestiones que históricamente han

ralismo, lo cual trajo consigo una gradual reno-

tenido escasa relevancia en la izquierda tradicio-

vación tanto en las formas como en las posturas

nal latinoamericana. Por el lado de la derecha, la

programáticas del mundo de centroizquierda. En

elección de Jair Bolsonaro en Brasil el año 2018 y

cierto sentido, esta renovación ha sido suma-

más recientemente de Javier Milei en la Argen-

mente exitosa. De hecho, la gran mayoría de las

tina demuestran que los movimientos radicales

sociedades del mundo occidental son hoy en día

ya no son solo un fenómeno europeo o nortea-

mucho más conscientes que hace décadas atrás

mericano, sino que también están aterrizando en

respecto a la discriminación de grupos históri-

nuestro continente.

camente excluidos. Por lo mismo es que se han

Para quienes estén interesados en compren-

venido desarrollando políticas correctivas que

der este nuevo escenario político y sobre todo

buscan lograr una mayor y mejor incorporación

en entender en qué consiste la ultraderecha y

de las minorías.

por qué parece estar ganando terreno tanto en

Ahora bien, este gradual proceso de adapta-

América Latina como el mundo, el libro ¿La re-

ción hacia estos grupos que históricamente han

beldía se volvió de derecha?, de Pablo Stefanoni, es

vivido en una situación de subordinación (indí-

una obra sumamente iluminadora. En términos

genas, migrantes, mujeres, etc.) ha despertado

simples, el autor examina las transformaciones

un malestar social que está siendo canalizado de

ideológicas y políticas que han ocurrido en las

manera bastante efectiva y efectista por nuevos

últimas décadas, cuestionando si la rebeldía, que

movimientos de derecha. El discurso de estos úl-

en un principio se asociaba mayormente con la

timos grupos se centra en la conjunción de una

izquierda, ha experimentado un giro hacia pos-

serie de ideas dispersas que intentan darle senti-

turas más conservadoras o de derecha.

do a este nuevo orden marcado, supuestamente,

El libro se estructura en una serie de breves

por una excesiva corrección política. Como bien

capítulos que abordan diferentes aspectos del

indica Stefanoni, un ejemplo de este relato de la

panorama político actual. Stefanoni parte de la

ultraderecha es la noción de “marxismo cultu-

premisa de que la rebeldía ha sufrido una mu-

ral”, el cual en términos simples plantea que las

tación, alejándose de las posturas progresistas y

izquierdas perdieron la batalla de la economía

85


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . C ONTRAPU NTO

(por el supuesto fracaso de sus programas), pero

la retórica de la rebeldía contra el establishment

que ahora están teniendo mucho éxito en el ám-

para ganar apoyo. Estos casos concretos sirven

bito cultural. Visto así, lo que la izquierda hace

al autor para respaldar su tesis sobre el cambio

hoy en día es politizar una serie de identidades

de orientación de la rebeldía. Asimismo, el autor

que son difundidas en los campus universitarios,

examina la crisis de las narrativas progresistas y

los medios de comunicación de masas y, por cier-

la incapacidad de la izquierda para conectar con

to, los organismos internacionales. ¿Cómo hacer

sectores de la sociedad que se sienten margina-

frente a esta nueva disputa? La respuesta de la

dos o desencantados.

ultraderecha es simple: planteándose como crí-

Aunque Stefanoni plantea ideas iluminado-

ticos del progresismo y de la corrección política,

ras y ofrece un análisis perspicaz de la “nueva”

para así construir un nuevo sentido común (bas-

rebeldía contemporánea, es posible desarrollar

ta pensar en slogan de Trump “Let’s Make Ame-

al menos tres observaciones críticas. La prime-

rica Great Again”). Desde esta lógica, es posible

ra de ellas es que el libro ofrece una panorámica

pensar que la aparición de esta “nueva” derecha

general, pero no entrega muchas pistas respecto

centrada en la crítica a la corrección política se

a por qué y de qué manera las ideas de esta nue-

debe justamente al éxito del mundo de izquierda

va derecha parecen ganar más terreno en algu-

en generar una mayor conciencia social respecto

nos lugares y no en otros. Si bien es cierto que el

a la necesidad de promover una mejor y mayor

objetivo del libro no es analizar el aterrizaje de

integración de grupos históricamente excluidos.

la ultraderecha en Latinoamérica, quienes estén

Por su parte, Stefanoni también enfatiza el

interesados en este fenómeno quedarán con va-

papel de la tecnología y las redes sociales en la

rias preguntas abiertas luego de leer esta obra,

configuración de esta nueva rebeldía contem-

sobre todo respecto a los matices que esta nue-

poránea. El autor sostiene que las plataformas

va rebeldía está tomando a lo largo y ancho de

digitales han propiciado la conformación de

nuestra región. ¿Por qué el enfoque libertario de

movimientos políticos que, si bien pueden tener

Milei parece tomar fuerza en Argentina, mien-

un carácter contestatario, no necesariamente se

tras que la postura militarista de Bolsonaro tiene

alinean con la izquierda tradicional. Asimismo,

efecto en Brasil?

señala cómo estas herramientas han contribuido

En segundo lugar, esta obra refleja muy bien

a la polarización y radicalización de las posturas

que la ultraderecha es un fenómeno global. Se

políticas, dando lugar a expresiones de rebeldía

trata de un proyecto político que no tiene un solo

que pueden adoptar tintes autoritarios.

ideólogo, sino que se sustenta más bien en una

Otro punto central en la obra es el análisis de

verdadera cacofonía que descansa en la interac-

movimientos políticos específicos que encarnan

ción de un sinfín de actores y grupos que pro-

esta nueva forma de rebeldía de derecha. Stefano-

mueven distintos discursos. El libro de Stefano-

ni examina casos como el surgimiento de líderes

ni muestra muy bien que estos relatos circulan

populistas y autoritarios, así como la emergen-

a nivel local, nacional y transnacional, es decir,

cia de movimientos conservadores que utilizan

hay un verdadero proceso de difusión en marcha.

86


No obstante, cabe preguntarse cómo se está articulando esta difusión. ¿Se trata de un proceso de viaje desde el norte global al sur global, o las ideas elaboradas desde el sur también son consideradas en el norte? ¿Cómo se da la recepción y adaptación de estos discursos? Por último, el libro no trabaja con claridad la cuestión conceptual. Cuando hablamos de la transformación en marcha de la derecha aparecen conceptos de diversa índole: derecha alternativa, derecha convencional, derecha dura, derecha extrema, derecha populista, derecha tradicional, ultraderecha, etc. Sin duda, Stefanoni aborda varios de estos términos e incluso al final ofrece un glosario que es un muy útil para comprender varias de estas conceptualizaciones (por ejemplo, ecofascismo, ideología de género, marxismo cultural, etc.). Si bien es cierto que ofrecer un mapa que ordene estos diferentes conceptos no es una tarea fácil, el libro queda en deuda al momento de brindar mayor especificidad de los contornos que permiten distinguir entre estas distintas versiones de la derecha. En conclusión, ¿La rebeldía se volvió de derecha? es una obra provocadora que invita a la reflexión sobre los cambios en el panorama político latinoamericano y global. A través de un análisis detallado, el autor presenta una visión crítica de la rebeldía contemporánea, desafiando las percepciones convencionales sobre la relación entre la izquierda y la rebeldía. El libro de Stefanoni constituye, sin duda, una contribución valiosa al debate sobre el futuro de la política en la región.

87


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Las “derechas” en los años ochenta: entre la unidad y la disputa política JOSÉ MANUEL CASTRO

Sobre Los civiles de Pinochet. La derecha en el régimen militar chileno, 1983-1990 (Santiago: DIBAM/ Centro de Investigaciones Barros Arana, 2013) de Pablo Rubio Apiolaza.

Si realizáramos un ejercicio contrafáctico y eli-

el esquema dicotómico de autonomía/subor-

mináramos al régimen militar de la historia, no

dinación que suele prevalecer. La investigación

cabe duda de que el Chile actual sería conside-

muestra que la derecha no se sometió a una su-

rablemente diferente al que conocemos. Y más

puestamente omnímoda Junta de Gobierno, y

aún en el caso de la derecha, que desde la lle-

que esta tampoco se dejó simplemente dominar

gada de los militares al poder en septiembre de

por el poder político y económico de la derecha.

1973, y especialmente durante la década de los

Habiendo diagnósticos compartidos, así como

ochenta, experimentó un proceso de reconfi-

principios y propósitos comunes —justificación

guración política, ideológica y estratégica que

del golpe de Estado, anticomunismo, voluntad de

le imprimió un sello particular a su identidad.

dar paso a una nueva institucionalidad política y

La derecha tradicional de hoy, organizada en los

económica— se desarrolló un campo de disputa,

partidos Renovación Nacional (RN) y Unión De-

negociaciones, desencuentros y disensos entre

mócrata Independiente (UDI), no sería la misma

el régimen y la derecha, en que cada actor puso

sin Pinochet. Al mismo tiempo, el régimen mili-

sobre la mesa su lectura de la realidad y jugó sus

tar y el proceso político 1973-1990 no se pueden

cartas de acuerdo con su estrategia política. Esto

entender sin el papel protagónico de los líderes

explica algunas paradojas: las agrupaciones de

del MUN (Movimiento de Unión Nacional, an-

derecha eran autónomas del régimen y, al mismo

tecesor de RN) y la UDI, en una historia en que

tiempo, leales a este desde el 11 de septiembre. Se

confluyen Augusto Pinochet, Sergio Onofre Jarpa

opusieron públicamente y criticaron determina-

y Jaime Guzmán; Andrés Allamand, Sergio Fer-

das medidas del gobierno y, al mismo tiempo,

nández y Pablo Longueira; Pedro Ibáñez, Luis

influyeron de manera decisiva en sus definicio-

Cordero y Sergio Diez. El libro Los civiles de Pi-

nes políticas más importantes, como el diseño

nochet, de Pablo Rubio Apiolaza, tiene el notable

del proyecto político de la Junta y las caracterís-

mérito de examinar los cambios, continuidades,

ticas de la transición a la democracia.

definiciones y tensiones de la derecha chilena en

Si bien Pinochet tenía en último término el

una década clave de su historia, como fueron los

sartén por el mango, su sola habilidad políti-

años ochenta. Quien se pregunte por las caracte-

ca no bastaba. Por el contrario, necesitó contar

rísticas de la cultura política de la derecha actual

con el respaldo político y técnico de los civiles

encontrará importantes respuestas en la revisión

de derecha. Tanto fue así que, ante la crisis eco-

histórica de estos primeros años de sus organi-

nómica de 1982 y la abrupta salida del “Chica-

zaciones partidistas.

go-gremialismo” del gabinete, debió recurrir a

Como buen estudio histórico, la propuesta de

los dirigentes de la largamente criticada “vieja

Rubio se distancia de las simplificaciones y afir-

política”, iniciando el proceso de apertura con

maciones polémicas que proliferan hoy en la

nada menos que Sergio Onofre Jarpa como mi-

opinión pública. En ese sentido, Los civiles de Pi-

nistro del Interior, quien impondría en parte

nochet examina exhaustivamente la relación de

su sello. No sin razón, Rubio concluye que los

la derecha con el régimen militar, cuestionando

partidos de derecha llegaron a constituir “un

88


verdadero contrapeso” al interior del régimen militar durante los años 80 (320). El libro también cuestiona el carácter monolítico de la derecha, explorando sus diferencias internas y resaltando su permanente carácter plural. Por esta razón, el autor reconoce la pertinencia de utilizar el término “derechas”, en lugar de “la derecha”. Si bien el MUN y la UDI compartían una serie de principios, se trataba de dos proyectos distintos que compitieron desde temprano por el control del sector y por su influencia en el gobierno. Esta relación se caracterizó por la desconfianza mutua, la tendencia a la fragmentación y, paradójicamente, por los llamados a la unidad y a reconocerse como fuer-

las recriminaciones mutuas y de los constantes

zas complementarias. La disputa política entre

intentos por reunificar a la derecha en un par-

ambos cruzó la década y resistió los intentos

tido único, la permanente tensión entre la UDI y

por unificar a la derecha bajo un solo paraguas,

RN se puede entender al considerar el momento

como había sido el caso del Partido Nacional en

político de cada agrupación. Mientras la UDI de

los años sesenta, que surgió de la fusión del Par-

los primeros años buscaba afianzarse como un

tido Conservador y el Partido Liberal. Con la re-

nuevo partido con identidad fuerte, temiendo

organización de los partidos políticos en 1983 la

ser subsumida por RN, en la vereda del MUN-RN

diversidad bipartidista de la derecha resurgió, y

apostaban por controlar la derecha desde una

las nuevas agrupaciones no tuvieron demasiada

posición de hegemonía interna. Con todo, a pe-

dificultad para organizarse de manera estable y

sar de las diferencias coyunturales, hubo unidad

conseguir adherentes a lo largo del país.

programática en la adhesión a las vigas centrales

Entre la UDI y RN no solo hubo importantes

de las transformaciones impulsadas por la Junta

diferencias generacionales y un afán natural

y unidad electoral —no sin resistencias— en la

por diferenciarse, sino también divergencias

campaña presidencial de Büchi en 1989.

en cuestiones estratégicas e ideológicas, como

La disputa al interior de la derecha es funda-

el ritmo del proceso de democratización desde

mental no solo para explicar la relación histó-

1980 y el rol del Estado en la economía. La UDI

ricamente difícil entre RN y la UDI (hoy se ha

apostó por “renovar la derecha” a través del

sumado una relación análoga entre Chile Vamos

trabajo de base en las poblaciones y el desarro-

y el Partido Republicano), sino también para

llo de una vocación popular inédita en el sector,

comprender, en definitiva, que dichos disensos

mientras criticaba la forma de hacer política de la

y desencuentros definieron la transición a la de-

“derecha tradicional”. La UDI, además, coincidía

mocracia en los ochenta. Hitos como la apertura

con Pinochet en la retórica antipolítica y anti-

política en 1983, el Acuerdo Nacional en 1985, el

partidista, lo que explica gran parte de la predi-

plebiscito de 1988, las reformas constituciona-

lección del régimen por el proyecto gremialista,

les y las elecciones presidenciales de 1989 no se

especialmente en los setenta. En RN, en cambio,

pueden comprender sin un examen al papel de

se manifestaron fuertes críticas a la UDI. Sergio

la derecha. Los civiles de Pinochet de Pablo Rubio

Onofre Jarpa acusaba al “Chicago-gremialismo”

Apiolaza no solo es un libro imprescindible para

de apropiarse de “la gesta del 11 de septiem-

conocer la historia reciente de la derecha chilena.

bre”, describiendo a sus líderes como “jóvenes

También ofrece una ventana privilegiada para

extranjerizantes” sin suficiente experiencia y

comprender, desde esa vereda, las dinámicas y

que le habían quitado “a nuestro movimien-

complejidades de la difícil transición de una dic-

to su carácter nacional” (104-105). Más allá de

tadura a una democracia.

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Las ideas importan PABLO PANIAGUA Sobre The Chile Project. The Story of the Chicago Boys and the Downfall of Neoliberalism (Princeton University Press, 2023), de Sebastián Edwards.

El libro The Chile Project, de Sebastián Edwards,

y políticos de izquierda que cuestionaron dura-

relata el auge y caída del consenso ‘promercado’

mente la modernización promercado chilena,

chileno y de aquel proyecto ‘neoliberal’ empren-

conduciéndola a una profunda crisis de legitimi-

dido en el país desde finales de la década de 1970.

dad entre el 2014-2019. Esta sección explora la

En el texto, Edwards combina de forma prolija

“narrativa de pesimismo, malestar y desigual-

la historia económica, la política latinoameri-

dad” (219) que se construyó hacia finales de 2010

cana, la economía internacional y la historia de

y se convirtió en la narrativa dominante em-

las ideas, todas entrelazadas para contar la his-

pleada por académicos, intelectuales públicos y

toria del apogeo y el colapso del neoliberalismo

políticos para cuestionar y socavar el “proyecto

en Chile. Utilizando narrativas analíticas y evi-

neoliberal”. El ensayo cierra con reflexiones cla-

dencia histórica, el libro cuenta la historia de la

ve respecto al repliegue o retirada intelectual de

implementación, profundización y posterior co-

las fuerzas promercado (sobre todo en la derecha

lapso del consenso neoliberal en Chile. A pesar de

post 1990) y el profundo abandono de la “guerra

su óptica económica, se lee con la fluidez de una

de las ideas” por parte de los intelectuales y eco-

novela de misterio, cuyo personaje principal (el

nomistas favorables al libre mercado.

neoliberalismo) evoluciona en el tiempo.

Una importante contribución del libro es su

Edwards, quien posee un profundo conoci-

aporte a la literatura del neoliberalismo, clarifi-

miento de los debates intelectuales en torno a

cando el término. Edwards ofrece una interesan-

la Escuela de Chicago y de las políticas econó-

te definición al identificarlo “como un conjunto

micas de América Latina, divide su libro en tres

de creencias y recomendaciones políticas que

secciones: la primera explora la historia tem-

hacen hincapié en el uso de mecanismos de mer-

prana del neoliberalismo en Chile (1955-1973),

cado para resolver la mayoría de los problemas y

los orígenes del “acuerdo de Chicago“ —entre

necesidades de la sociedad, incluida la prestación

Chicago y la PUC— y el caos económico creado

y asignación de servicios sociales como la educa-

por el gobierno de Salvador Allende. La segun-

ción, las pensiones de vejez, la salud, el apoyo a

da parte —probablemente la más interesante y

las artes y el transporte público. (...) el neolibe-

mejor trabajada— repasa la política y las refor-

ralismo es la mercantilización de casi todo” (14).

mas neoliberales llevadas a cabo por las dos ge-

Esta es una definición razonable para capturar

neraciones de “Chicago Boys” durante la dicta-

experiencias reales en varias partes del mundo,

dura de Pinochet (1973-1990). En ella, Edwards

incluido Chile desde finales de la década de 1970

explora las dos visitas de Milton Friedman a

en adelante. Entre 1974 y 2010, el país experi-

Chile, su encuentro con Pinochet y la grave cri-

mentó un impulso progresivo, empujado tanto

sis monetaria y bancaria que sufrió el país en

por la centroizquierda como por la derecha po-

1982. La tercera parte abarca la profundización

lítica, para ampliar y profundizar la experiencia

y perfeccionamiento (las reformas) del modelo

neoliberal. Durante este periodo se exploraron

neoliberal chileno durante el retorno de la demo-

nuevas formas de utilizar los mecanismos del

cracia (1990-2010), hasta la oleada de protestas

mercado para resolver problemas sociales acu-

estudiantiles y la aparición de nuevos activistas

ciantes, como un sistema de autopistas interes-

90


tatales, políticas unilaterales de libre comercio, reformas en áreas como el transporte público, el sistema penitenciario, el sistema de pensiones, la educación, etc. De esta forma, Edwards utiliza “neoliberalismo” no como término despectivo, sino como una herramienta conceptual que le permite diseccionar la historia económica de Chile y su desarrollo. El autor tiene una visión bastante positiva respecto al tránsito de las instituciones económicas en un país que, en 1973, era pobre y atrasado. Según Edwards: “En menos de dos dé-

de abandono fue la esfera intelectual y cultural,

cadas los Chicago Boys habían creado una eco-

ya que “en algún momento durante la década de

nomía capitalista moderna que (...) produjo una

1990, los intelectuales y académicos de derecha

aceleración de la eficiencia, la productividad y el

‘promercado’ declararon la victoria en la guerra

crecimiento. En los círculos financieros y econó-

de las ideas y se dedicaron a otras actividades

micos se hablaba de un ‘milagro chileno’ en cier-

(...). Lo que no comprendieron es que la victoria

nes (...) a principios de la década de 2000, Chile

en la pugna de las ideas no es permanente” (273).

se convirtió, por un amplio margen, en la nación más rica de América Latina” (2-3).

Así las cosas, a finales de los noventa las fuerzas promercado se retiraron de la esfera pública

Una segunda contribución es que este libro

y de la autoría de libros de divulgación, así como

echa por tierra varios conceptos erróneos e ideas

de la educación de las generaciones más jóvenes,

falsas sobre el “proyecto chileno” y cómo se im-

por lo que fueron incapaces de ofrecer una nue-

plantó allí el neoliberalismo. De ese modo, des-

va narrativa convincente. En última instancia,

miente que el “proyecto chileno” haya sido un

el ascenso y caída del neoliberalismo en Chile

esfuerzo deliberado de Estados Unidos y los eco-

parece ser el resultado de la “batalla cultural”

nomistas de Chicago por imponer una ideología

en la cual, primero, los intelectuales promer-

promercado en un país pobre, una suerte de la-

cado ganaron la lucha por la persuasión entre

boratorio dirigido por la CIA y potencias extran-

1980-2006, para que posteriormente —entre

jeras. La revisión de los hechos que hace Edwards

2006-2019— la izquierda más extrema con una

demuestra que el proyecto neoliberal chileno, en

consigna antimercado y antiprivatización gana-

lugar de ser un plan consciente implementa-

ra la hegemonía. La izquierda de la ‘generación

do bajo Pinochet, fue más bien el resultado in-

estudiantil’, actualmente en el poder, logró ar-

esperado y casual de la permanente “guerra de

ticular y ofrecer una narrativa más convincente.

las ideas” de aquellos economistas que luchaban

Sostenían que “el modelo neoliberal implemen-

por persuadir —a Pinochet primero y también a

tado por Pinochet” era la raíz de todos los males

los posteriores presidentes elegidos democráti-

sociales, allanando así el camino para la caída y

camente— de que confiar en los mecanismos de

el colapso del consenso promercado, cuyas con-

mercado para promover la prosperidad era bueno

secuencias están hoy a la vista.

para el país. De hecho, la mayoría de las profun-

Edwards demuestra de forma convincente que

das transformaciones promercado se produjeron

Chile, para bien y para mal, es un ejemplo de ma-

en democracia por políticos de centroizquierda

nual de cómo las ideas pueden cambiar el cur-

entre 1990 y 2010.

so de la historia. Queda aún por verse hoy si las

Como reflexión final, el mensaje más impor-

fuerzas promercado y los intelectuales locales

tante del libro es que las ideas importan. Así, “la

que disfrutaban viviendo en una sociedad prós-

historia de las reformas de libre mercado de

pera reaccionarán ante las actuales fuerzas anti-

Chile puede resumirse con dos palabras: éxito

mercado y antiliberales. Les convendría, segura-

y negligencia” (270). Una de las áreas cruciales

mente, tomar nota del mensaje de Edwards.

91


RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Más compleja de lo que parece LUCIANO QUEZADA Sobre Anatomía de la derecha chilena. Estado, mercado y valores en tiempos de cambio (FCE, 2020), de Stéphanie Alenda (ed.)

En el debate público es frecuente que se reduzca

distintos momentos históricos y lucharon por la

a los adversarios a categorías simples y vagas, lo

hegemonía del sector.

que se traduce en tratar al rival como una unidad

En los siguientes capítulos se intenta sis-

unívoca para posteriormente asociarlo con ca-

tematizar lo ya relatado, con el fin de dar con

racterísticas negativas que lo alejen del votante

una definición de la derecha que abarque tanto

mediano. En un sistema político donde el clivaje

el carácter permanente como cambiante de las

izquierda-derecha es fundamental para la iden-

corrientes que la habitan. Como se indica en el

tificación y diferenciación de los participantes, el

segundo capítulo, escrito por Stéphanie Alenda,

imaginario de ciertos sectores suele representar

Carmen Le Foulon y Julieta Suárez-Cao, existen

a la derecha como un conjunto homogéneo, he-

principalmente cuatro tradiciones de pensa-

redero de las corrientes dominantes en dictadu-

miento al interior de la actual derecha: conser-

ra, conservador en temas valóricos y protector de

vadora, social-cristiana, liberal ortodoxa y libe-

los intereses de una oligarquía.

ral-católica. Por su parte, las autoras asocian a

Ahora bien, ¿es precisa la definición de la de-

cada una de ellas con una posición en el eje Es-

recha a partir de estos elementos? ¿Cabe asumir

tado-mercado. A modo de ejemplo, se tiene que

como punto de partida su homogeneidad? El li-

la tradición conservadora y social-cristiana está

bro colectivo Anatomía de la derecha chilena, edi-

vinculada con una posición ‘solidaria’, la cual

tado por la académica de la Universidad Andrés

buscaría una mayor participación del Estado en

Bello Stéphanie Alenda, invita a comprender este

la economía (23).

sector a partir de un análisis más profundo de las

Identificar las principales tradiciones de pen-

distintas corrientes de pensamiento que habitan

samiento es importante no solo para una mejor

en su interior. Para lograrlo, sus autores utilizan

comprensión del escenario presente, sino tam-

herramientas teóricas y empíricas con el fin de

bién para tomar conciencia de las opciones polí-

identificar la diversidad existente en la derecha

ticas que puedan surgir en el futuro. Fenómenos

tanto en el pasado reciente como en la actualidad.

como la migración, movimientos estudiantiles,

En el primer capítulo, escrito por Joaquín

estallido social, entre otros, pueden impulsar

Fernández y Sebastián Rumié, se analiza a la

la aparición y el fortalecimiento de ciertas tra-

derecha a partir de un recorrido histórico des-

diciones de pensamiento que conecten de mejor

de los años treinta hasta el primer gobierno de

manera con ellos. Así, mientras en los últimos

Sebastián Piñera. De forma precisa, se iden-

años hemos presenciado la articulación de un

tifican las principales corrientes políticas que

pensamiento conservador-socialcristiano al in-

han constituido su historia en el último siglo.

terior de RN y en diversos actores de la sociedad

Resulta interesante que el lector pueda aproxi-

civil, es perfectamente posible que luego surjan

marse rápidamente al carácter heterogéneo de la

nuevos sucesos que activen con más fuerza otras

derecha. Tradicional-oligárquica, nacionalista,

tradiciones, como por ejemplo la liberal-orto-

gremialista, monetarista-neoliberal: este capí-

doxa, donde el caso de Argentina es ilustrador.

tulo muestra cómo estas corrientes surgieron en

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Hay, a lo largo del libro, otros elementos de sumo interés. En el capítulo IV, por ejemplo, escrito por Stéphanie Alenda, Carmen Le Foulon y Sebastián del Hoyo, se analizan los principios de Evópoli, un partido que buscó diferenciarse de la derecha tradicional encarnando un “liberalismo renovado”. Así, este colectivo ha buscado actualizar ciertos principios como la subsidiariedad y la meritocracia, además de enfatizar la afinidad entre lo liberal y lo social. Asimismo, ha ampliado la oferta ideológica del sector al defender agendas progresistas, lo que, aunque pareciera estar en mayor sintonía con la ciudadanía, ha pasado a segundo plano en elecciones recientes cuando surgen problemas como el orden y la seguridad. Un análisis similar podría extrapolarse a un partido político más reciente: el Partido Republicano (PR). Las tipologías descritas al inicio del capítulo son útiles para el análisis: mientras los partidos “proféticos” tienen éxito al articular una nueva ideología, los “‘purificadores’ en-

organizaciones sociales o religiosas, las élites

miendan una ideología existente” (162). Es pa-

partidarias de otros sectores políticos también

tente que el PR coincide mejor con este segundo

mantienen una relación estrecha con el em-

tipo de clasificación, mostrándose como los ge-

presariado, por lo que no habría exclusividad

nuinos representantes del sector “Chicago-gre-

alguna. A lo anterior puede agregarse que he-

mialista”, donde muchos de sus integrantes y

chos recientes de corrupción por parte de fun-

votantes dejaron de sentirse representados por

daciones y dirigentes asociados al Frente Amplio

los partidos tradicionales de derecha, en especial

refuerzan la idea de esta fractura al interior de

por la UDI. Así, los ‘purificadores’ busca sinto-

los partidos, incluso en aquellos sectores que

nizar “con los cambios socioculturales a los que

surgieron diferenciándose por su supuesta inte-

los partidos tradicionales habrían sido incapa-

gridad y transparencia.

ces de adaptarse” (162). El fenómeno migratorio

A modo de cierre, es importante no perder de

—entre otros— ha sido una muestra elocuente

vista el año de publicación del libro y de las en-

de ello, otorgándole al PR gran adherencia ciu-

cuestas utilizadas, dado que posterior a esta fe-

dadana y buenos resultados electorales.

cha han ocurrido acontecimientos relevantes en

Por último, vale la pena comentar la conexión

el país. El estallido social, la pandemia, la apari-

entre la derecha chilena y las élites económicas.

ción de nuevos partidos políticos y la crisis de se-

Como se menciona en el capítulo VII, escrito por

guridad, entre otros fenómenos, tienen la fuerza

Alejandro Pelfini y Vicente Rueda, “usualmente,

suficiente para modificar la situación política

al hablar de la incrustación social de los partidos

tanto en la ciudadanía como al interior de los

de derecha se tiende a pensar en un vínculo pri-

partidos, por lo que puede ser interesante buscar

vilegiado con sectores pudientes y poderosos”

actualizar algunas de las conclusiones señaladas

(269). Sin embargo, ¿puede establecerse una

en el texto. Todo esto coincide con un argumento

relación exclusiva entre estos dos sectores? Los

constante en el libro: los factores externos son

autores del capítulo responden negativamente,

claves para explicar el cambio en la composición

mostrando, además, una fractura entre las ba-

de la derecha, rearticulando y actualizando todo

ses y las élites partidarias: mientras las bases

lo permanente que hay en ella.

de centroderecha tienen vínculos diversos con

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Octubre, más allá de la teoría MARÍA JOSÉ NAUDON

Sobre La vuelta larga. Crónica personal de la crisis de octubre (Ediciones UC, 2023), de Gonzalo Blumel

Leer La vuelta larga, de Gonzalo Blumel, es un

Mientras la certeza proporciona una brújula, la

interesante ejercicio retrospectivo. No es solo el

flexibilidad permite adaptarse a las condiciones

autor quien emplea la escritura como una forma

variables sin perder de vista los principios fun-

de exorcizar la intensidad de los años relatados,

damentales.

sino es el mismo lector quien vuelve a revisar y

El libro está lejos de ser una oda al segundo go-

revisarse como parte de estos. Es imposible, dada

bierno de Sebastián Piñera o al rol del autor en

la proximidad temporal, no revivir cada uno de

el mismo. Por el contrario, da espacio a la crítica

los acontecimientos relatados y, en mucho de

y al análisis retrospectivo. De acuerdo con esto,

ellos, agradecer la nueva y valiosa información

uno de los hilos conductores, no explicitados, se

que en ese entonces, por razones evidentes, no

centra en la indagación de cómo la sociedad fue

tuvimos. Ese, creo, es el primer gran aporte del

llegando al punto de descomposición que habili-

texto: permite templar las experiencias vividas

tó el proceso que hemos vivido desde octubre del

y observarlas lejos de su intensidad emocional.

2019. La conclusión resulta perturbadora: fueron

Qué fácil fue en esos días hablar de cobardía, de

múltiples perversiones, algunas disfrazadas de

mano dura, de renuncias y debilidades intolera-

buenas intenciones, las que desgastaron progre-

bles. Que fácil fue también azuzar la violencia,

sivamente los cimientos sociales. Entre estos, los

aspirar a refundarlo todo, olvidar lo construido

actos de corrupción que minaron la integridad y

y romantizar toda transgresión. Qué fácil fue

la confianza en algunas instituciones y actores

cubrir de virtud la destrucción institucional, de-

sociales; las grandes movilizaciones que, en-

mocrática, social y política del país.

herbolando las banderas de una mayor partici-

Desprovisto de teorizaciones sobre el estalli-

pación ciudadana, terminaron por desprestigiar

do social, la narrativa de Blumel se desenvuelve

a la política como instrumento de resolución de

como una crónica política y personal. En primera

conflictos. Algunas reformas económicas, la ra-

persona, lleva al lector a reflexionar y compartir

lentización del crecimiento y, también, el auge

una mirada que el autor, sin duda, ha elaborado

del individualismo y el desprestigio de lo público

con el paso de los años. La elección de ‘la vuelta

frente al éxito individual.

larga’ (que decide no eludir el problema políti-

La obra sugiere que fenómenos como los an-

co subyacente centrándose exclusivamente en el

teriores socavaron, como una gangrena, las re-

control del orden público) no se limita a ser una

glas fundamentales que regían nuestra sociedad,

opción estratégica, sino que se presenta rica en

afectaron su tejido y la dejaron vulnerable y en-

contenidos y reafirma que lo esencial no debe so-

ferma. Sin duda, dentro de ellas, la legitimación

meterse a las turbulencias circunstanciales, por

de la violencia como medio de acción política (o

exigentes que estas sean. En esta línea, la obra

el haber cerrado los ojos frente al fenómeno) re-

plantea la difícil ecuación, post crisis de octubre,

sulta central y sus consecuencias aún están por

entre certezas y flexibilidad. La combinación de

verse. En esta línea el libro realiza, también, una

ambas resulta fundamental para afrontar los

dura crítica hacia el Estado chileno y su escasa

desafíos cambiantes de la política y la sociedad.

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capacidad de responder a la indignación y violencia que caracterizaron la crisis de octubre. De manera retrospectiva, el texto enfatiza una idea crucial: la función del Estado no se limita únicamente a la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos —aunque este papel sea innegable—, sino que también debe cumplir un rol nivelador de las oportunidades, contribuyendo así a garantizar la cohesión social. El equilibrio entre estas funciones es esencial para avanzar hacia una sociedad justa y equitativa. En esta línea, el autor también aborda el problema de la clase media y su vulnerabilidad ante las contingencias de la vida. El exministro de Interior reconoce que las soluciones no pue-

peligro de la embriaguez triunfalista, que impli-

den limitarse a medidas económicas, sino que

ca anhelos refundacionales excluyentes, ha sido

deben incorporar aspectos culturales y sociales

moneda corriente. La obra en cuestión aborda

que pueden alterar conclusiones aparentemen-

de manera perspicaz la tendencia a polarizar las

te inamovibles que parecen escritas en piedra. El

interacciones entre “ustedes” y “nosotros”. En

impacto de las redes sociales, la inexistencia de

el texto, Gonzalo Blumel expone sus profundas

un futuro compartido, la fragmentación social y

objeciones a este enfoque confrontacional que

la desafección de la política, entre otros, no pue-

interpreta el diálogo y la negociación como una

den obviarse.

imperdonable cobardía o renuncia.

Una interrogante clave que emerge de la lectura

Explorando esta tensión y centrándose espe-

es qué responsabilidad cabe a los protagonistas y

cialmente en la derecha, el libro examina aspec-

a la sociedad en su conjunto en la historia vivida.

tos fundamentales para comprender y optimizar

Y en ese punto el examen es doloroso pues, unos

la dinámica política, sobre todo en gobiernos de

más y otros menos, fuimos ciegos a una realidad

coalición donde la diversidad opera, en ocasio-

que se fraguaba ante nuestros ojos. Sin embargo,

nes, como un problema. El texto destaca la ne-

el libro insiste en la enorme y gravosa insensatez

cesidad de fomentar la convivencia y el respeto

que supuso la decisión de parte de la izquierda de

dentro de los grupos heterogéneos, junto con

no respetar las reglas del juego y cuestionar las

reconocer los desafíos que surgen de esa plura-

bases mismas de la convivencia social, fortale-

lidad. Un aspecto crucial, en esta línea, supone

ciendo la lógica amigo/enemigo. En política, la

restituir la confianza, indispensable para el ade-

resistencia virtuosa que ejercen los contrarios

cuado funcionamiento de cualquier gobierno.

posibilita avanzar. La tensión entre liberalismo y

Por último, a partir de idas y venidas tempo-

la socialdemocracia, o entre el orden y el cambio,

rales, la obra ofrece una mirada penetrante a la

por ejemplo, son imprescindibles. Lo peor que

actualidad política, planteando preguntas fun-

puede ocurrirnos es que estas tensiones termi-

damentales sobre la salud de la democracia y

nen entregadas al fanatismo de uno u otro lado.

señalando la importancia de la reflexión crítica.

Cuando la tolerancia mutua y la contención des-

En última instancia, invita a un profundo cues-

aparecen, el peligro para la democracia se mul-

tionamiento, pues aborda no solo el pasado, sino

tiplica. Si algo resulta palmario de esta lectura es

también nuestra situación actual. Al plantear

que la política genuina, basada en el diálogo y el

sus reflexiones de manera explícita en las pági-

respeto mutuo, es esencial para la preservación

nas finales del libro, el autor concluye diversos

de la democracia.

análisis dispersos en el texto y deja planteada

Sin embargo, la política nacional ha transitado estos años entre la euforia y la histeria. El

una pregunta crucial: ¿hemos aprendido algo? La respuesta aún está por verse.

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Desafío serio, respuesta sencilla JUAN IGNACIO BRITO Sobre La ultraderecha hoy (Paidós, 2023), de Cas Mudde.

Liberales y progresistas ven con preocupación

declara como propias de los “ultraderechistas”

el auge de lo que denominan “ultraderecha”.

son las mismas a las que recurre con asiduidad

El politólogo neerlandés Cas Mudde es uno de

la izquierda neopopulista e incluso el progre-

ellos y en La ultraderecha hoy intenta perfilar el

sismo identitario mainstream. Así, el primer y

espectro que recorre los sistemas políticos del

más obvio obstáculo con que choca el autor es

mundo entero, desde India a América Latina,

que la definición que propone parece demasia-

pasando por Europa y Estados Unidos. Un fenó-

do comprensiva, al punto de diluir un significado

meno que ha adquirido nueva dimensión desde el

concreto.

amanecer del siglo XXI, con el advenimiento de

No obstante esas limitaciones, resulta valio-

la “cuarta ola” de la ultraderecha de posguerra,

so el esfuerzo que hace Mudde por caracterizar

marcada por dos rasgos centrales: la desmargi-

el fenómeno. Señala que su objetivo es referirse

nación y la normalización de los partidos de de-

a la derecha antisistema, a la cual divide en dos

recha extrema.

grandes subgrupos, cada uno compuesto por

Para Mudde, la ultraderecha es un riesgo que

diversos partidos políticos, movimientos, enti-

amenaza a la democracia liberal, la cual debe ser

dades culturales y otras organizaciones: la to-

protegida ante el desafío. Para ello escribe el li-

davía mayormente aislada “extrema derecha”

bro, con el propósito de que “el lector se sien-

(neofascista, antidemocrática y racista) y la nor-

ta más preparado” para enfrentar a la primera

malizada “democracia radical populista” (de-

y “se considere más capacitado para defender”

mocrática “por ahora”, nativista, favorecedora

la segunda. La aceptación de la que goza hoy al

de las jerarquías, la autoridad y el orden), que

menos una parte de la ultraderecha en el siste-

ha permeado el sistema y cuyos temas y estilos

ma de partidos lleva a que el “enemigo” se sitúe

han sido abrazados en muchos casos por la de-

al interior del sistema y pueda corroerlo des-

recha tradicional. Ambos subgrupos centran su

de dentro, a diferencia de lo que ocurría antes,

atención en cuatro asuntos que reciben un tra-

cuando se encontraba fuera del mismo y no re-

tamiento variado a lo largo del espectro “plural,

cibía validación.

no singular” de la ultraderecha: la postura anti-

Sin embargo, como todo objeto de estudio

inmigración, la priorización de la seguridad ciu-

amplio y dinámico, resulta difícil establecer las

dadana, la denuncia de la corrupción y la política

fronteras de la ultraderecha. Tanto, que lo de

exterior “antiglobalista” basada en la protección

Mudde parece obedecer más a una intuición que

del interés nacional de cada Estado en un mun-

a una definición estricta. Aunque logra algunos

do hostil.

avances significativos para acotar a qué se refiere

Quizás la lógica de manual con que escribe

con el término, lo cierto es que termina hablan-

Mudde lo conduce a exagerar el afán por clasi-

do de un bolsillo de payaso donde caben desde

ficar todo lo que ve en la ultraderecha, desde los

neonazis supremacistas hasta conservadores

tipos de organización a los estilos de liderazgo.

tradicionales a los cuales les disgusta el aborto, y

Más atractivo que ese afán es la forma en que

donde muchas de las medidas autoritarias que él

describe algunas de las discusiones en torno a

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la ultraderecha (por ejemplo, si el apoyo popular que recibe es manifestación de convicciones sinceras del electorado o de rechazo a un sistema desgastado; si se trata de partidos y movimientos estructurados o conformados en torno a un líder). El libro pierde una oportunidad al obviar las causas y el contexto en el que se ha dado la “cuarta ola” de la que habla. La fuerza de la derecha radical populista reside, según el autor, en el hecho de que ha logrado que en el debate político de diversos países se impongan los temas socioculturales que le son cómodos y sean postergadas las agendas dominadas por asuntos vinculados al desarrollo económico que fueron características de la política tradicional durante las últimas décadas. La irrupción de la “ultraderecha” se explicaría entonces porque ha sido capaz de llegar a dominar la agenda temá-

en la que caen de forma contumaz muchos de

tica de la sociedad, prevaleciendo gracias a que

sus colegas: considerar que la receta liberal es la

los medios de comunicación utilizan encuadres

única realmente válida y que sus problemas se

provenientes de la lógica ultraderechista para

deben a la perversidad de los que quieren jugar

la cobertura de cuestiones como la inmigración

fuera de sus reglas. No es raro entonces que el

o la criminalidad. Al mismo tiempo, existe co-

autor afirme que “estamos frente a una cuestión

bardía y oportunismo en la política tradicional,

de gran importancia moral como política” y que

especial, aunque no únicamente, en los partidos

su propuesta para enfrentar el auge de la “ultra-

de derecha, que se suben a la narrativa extrema

derecha” sea fortalecer la democracia liberal. O

para abordar esas temáticas, abandonando sus

sea, hacer más de lo mismo, que es la receta para

convicciones. Otro gallo cantaría, según Mudde,

que las cosas sigan igual o peor.

si, por ejemplo, la inmigración fuera abordada

¿No existe acaso la posibilidad de que los ma-

por los medios y la política tradicional como un

les de la democracia liberal sean intrínsecos a

asunto humanitario, y no como una amenaza a

ella? El autor ni siquiera se plantea esa situación.

la seguridad, calidad de vida y cultura de la po-

Pero, si la anomia que caracteriza a las democra-

blación local.

cias liberales modernas no fuera simplemente

Pareciera que, para el autor, la desmarginación

una cuestión de narrativa ni de algunos medios

y normalización de la ultraderecha se deben a

de comunicación incautos (o colaboracionis-

una cuestión técnica de gestión comunicacional

tas), entonces habría que tomarse más en serio

y a la falta de coraje de la política tradicional. No

las propuestas de la “ultraderecha” que denun-

considera la eventualidad de que, efectivamente,

cia Mudde, en especial las de la “derecha radical

los temas que aborda la “derecha radical popu-

populista”. Mudde elude el bulto y opta por una

lista” tengan entidad propia y que su programa

salida sencilla para un problema que, sin duda,

sea una respuesta política a realidades cotidianas

merecería una atención más profunda. Más to-

que sufre una porción considerable de la pobla-

davía si, como él mismo sostiene, la “ultradere-

ción en distintos países.

cha ha llegado y no se va a ir” y nada hace pensar

Esta ausencia es llamativa, pero no sorpren-

que ha alcanzado su techo electoral. Su respuesta

dente. Finalmente, queda la impresión de que a

es un eslogan tan antiguo como simple: los pro-

Mudde le incomoda todo tipo de derecha que no

blemas de la democracia liberal se curan con más

sea la liberal y que sucumbe a la misma trampa

democracia liberal. ¿Será así de fácil?

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RADIOGRAFÍA DE L AS DE RE C HAS . RE S E ÑA

Descifrar a la nueva derecha. Más allá del mainstream JORGE HAGEDORN

Sobre La nueva derecha. Un análisis del conservadurismo radicalizado (Buenos Aires: Katz, 2022), de Natascha Strobl

La crisis económica mundial de 2008 abrió grie-

de la familia conservadora. No hay rastros de

tas y preguntas tan hondas para el mundo inte-

Edmund Burke, ni del amplísimo catálogo de

lectual y político que hoy, quince años después,

referentes de las iglesias católica y protestan-

seguimos perplejos. Entre sus efectos, la arrai-

tes, o de la tradición clásica. Pero sí hay —y casi

gada y difundida idea sobre el triunfo definitivo

exclusivamente— referencias a Carl Schmi-

de la democracia liberal se ha puesto en tela de

tt, el ideólogo del régimen nazi al que ínfimos

juicio mientras, poco a poco, en algunos Estados

derechistas hoy leerían (y que irónicamente ha

occidentales se quebró el tradicional consenso

servido de inspiración clave a la nueva izquier-

para gobernar entre las fuerzas democráticas de

da chilena).

izquierda y de derecha.

Así, sin mayor preludio sostiene que los

El surgimiento de nuevas fuerzas en los extre-

conservadores son “antiigualitaristas” y “anti-

mos del mapa político es probablemente causa

rracionalistas”. Lo primero, sin distinguir real-

y la vez efecto de lo anterior. Ellas reflejan me-

mente a qué concepto de igualdad se opondrían,

jor que cualquier otro acontecimiento las nue-

y, lo segundo, sin señalar en qué medida estaría

vas tensiones e ideas que desafían los conceptos

vigente políticamente una contradicción entre

prestablecidos según los cuales tendemos a ana-

religión y razón. En efecto, para Strobl ser con-

lizar los fenómenos políticos y sociales en Chile

servador es mayormente reacción y desigualdad

y el mundo. En este nuevo contexto y frente a la

natural; y lo único propositivo que encuentra es

ascensión de gobiernos como el de Meloni o Mi-

el orden y la propiedad. No cabe allí ni mucho

lei en el último tiempo, cabe preguntarse: ¿qué

más ni mucho menos. Con Schmitt en la cabeza,

es la “nueva derecha”? ¿de dónde surge? ¿qué

identifica procedimentalmente a la nueva dere-

categorías intelectuales manejan? ¿por qué están

cha con un natural maniqueísmo; un mundo de

ganando elecciones en todo el mundo? Esas in-

buenos y malos que retrata sin caer en cuenta de

terrogantes fundamentales son las que el ensa-

que su ensayo completo tropieza una y otra vez

yo de la destacada politóloga austriaca Natascha

con la misma caricatura que denuncia. Probable-

Strobl intenta responder.

mente a priori acierta en el diagnóstico, pero se

Con un lenguaje simple y amigable, el ensayo

resiste a reconocer que tanto a su sector político

es fácil de leer, pero difícil de digerir. Nos marea

como a ella misma podrían atribuírseles proble-

constantemente con etiquetas como “neocon-

mas equivalentes.

servadurismo radical” o “extrema derecha” sin

El capítulo más prometedor del ensayo es

definirlas ni explicarlas del todo. Ese problema

aquel donde la autora se propone sistematizar

metodológico inicial le permite navegar con una

la estrategia de la nueva derecha y proporcio-

liviandad insólita entre el nazismo, posiciones

narnos un recetario de sus tácticas para llegar

conservadoras —completamente válidas y dis-

al poder. Con entusiasmo se leen interesantes

cutibles—, y singulares personajes como Donald

pasajes y ejemplos, pero al poco andar el ensayo

Trump. En su recorrido no hay fuente, mención

parece estar más cerca de una campaña de pu-

ni bibliografía que refiera a los autores canónicos

blicidad en contra de Trump y su compatriota,

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Sebastian Kurz (quien fuera Canciller austríaco en 2020 y 2021); lleno de anécdotas disímiles y comparaciones forzadas orientadas a lograr meterlos juntos a la bolsa inorgánica del “neoconservadurismo radical”. Sin embargo, dejando de lado el histrionismo latente y la militancia, hay varios elementos rescatables y útiles de los que

A quienes nos interesan estos fenómenos y ve-

se puede tomar nota; entre ellos, se destaca el

mos en ellos parte de la crisis de las democracias

desarrollo de conceptos como la “guerra cultu-

liberales, la popularidad de este ensayo no puede

ral” y las estrategias polemistas para usar a su

sino representar el reflejo patente de lo lejos que

favor el alcance de los medios de comunicación y

está la academia progresista de pensar en cate-

las redes sociales.

gorías o herramientas que sirvan realmente para

Lo que más se extraña, y que resulta comple-

entender lo que está pasando. Por supuesto, los

jo entender, es cómo la autora en toda su obra

lectores de su mundo podrán aplaudir y reafir-

no parece tomarse en serio las razones del éxito

mar sus propias intuiciones y estereotipos, pero

de estas “amenazas” a la democracia, que, por

no los acercarán ni un poco a prevenir nuevas

mucho que le parezcan repulsivas, ganan —y

avalanchas y seguirán preguntándose sorpren-

no pocas— elecciones. En el único pasaje en que

didos por qué el pueblo les da la espalda. Así,

rescata algo de esto —aunque escondido dentro

donde ellos no quieran ver nada más que neo-

una crítica voraz— Strobl señala que el objetivo

nazis y “terraplanistas”, probablemente seguirá

de la nueva derecha es “transmitir una nueva

creciendo en sus raíces algo mucho más comple-

sensación de seguridad” a las personas (36). En

jo y profundo que escarbar.

efecto, parece que las posiciones conservadoras

“No es agradable vivir en una época en la que

—y por qué la gente a veces las prefiere— están

lo viejo agoniza y lo nuevo aún no ha llegado”

fuera de todo análisis moral e intelectual. Más

(127) es la frase que la autora elige para comen-

bien, el escenario que le presenta al lector pa-

zar una verdadera arenga para la izquierda en

rece ser, sin decirlo directamente, uno donde el

el epílogo de su ensayo. Allí sostiene que es una

electorado es engañado o secuestrado por estos

ilusión peligrosa hacer política con el neocon-

líderes carismáticos, performativos y alérgicos a

servadurismo, que la decencia y la moral política

la más mínima ética procedimental.

están de su lado, y que el camino hacia adelante

En el fondo, Strobl no logra ser más que otro

existe y se llama “mundo poscapitalista” (vaya

poderoso eslabón dentro de la incómoda in-

a saber uno qué significa eso). En fin, se trata de

comprensión respecto de la nueva derecha en

una receta de progresismo histórico que por este

el mundo. Su obra se niega sistemáticamente a

lado del mundo suena familiar gracias a nuestra

plantearse las preguntas incómodas o difíciles,

propia nueva izquierda criolla; una que, desde

limitándose a los lugares comunes y a la cons-

esa misma aproximación, no ha sabido cosechar

trucción de trincheras.

demasiados éxitos.

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100

LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O


101


Lewis y Orwell: dos escritores en busca de la claridad MANFRED SVENSSON


E

n marzo de 2023 se hizo público que el go-

novela— y en dicho apéndice señala que ninguna

bierno británico tenía en la mira a un singular

obra escrita antes de 1960 podría ser traducida

grupo: autores fallecidos, películas, libros y do-

a este idioma del futuro. Si la apuesta de Orwell

cumentales, todos estaban siendo evaluados en

iba en serio, naturalmente vaticinaba con ello su

el marco de la agenda antiterrorista. La Unidad

propia censura.

de Investigación, Información y Comunicacio-

Pero como fuere que piense sobre Lewis y

nes, de Prevent, una subsección de Contest —la

Orwell la burocracia antiterrorista contempo-

agencia de contraterrorismo del Reino Unido—,

ránea, aquí nos guía una pregunta distinta. ¿Qué

había elaborado una lista de obras que, según

pensaban ellos el uno del otro? En agosto de

juzgaban, pueden contribuir a la radicalización

1945, George Orwell publicó una reseña de Esa

de la juventud1. Al escuchar esta jerga burocrática

fuerza maligna, la novela con que C. S. Lewis cie-

nos introducimos de lleno en el mundo de Lewis

rra su trilogía cósmica, y que él mismo presenta

y Orwell, dos escritores célebres por sus obras de

como versión literaria de La abolición del hombre,

ciencia ficción y fantasía, pero que nunca deja-

el célebre libro de 1943 donde anticipa muchos

ron de observar con preocupación el crecimiento

de los sueños contemporáneos de dominación

de un Estado intrusivo. Lewis mismo imaginaba

y transformación tecnológica del ser humano.

el infierno como la burocracia de un estado po-

Un año antes, Orwell había reseñado, de modo

licial o una gran corporación, en la que cada uno

bastante más crítico, la primera parte de lo que

está preocupado por el progreso de su carrera y

pronto sería Mero cristianismo. Ahí advertía a sus

su dignidad.

lectores sobre el “exagerado aprecio” del que

No sé si ese es el ambiente que se vive en Pre-

Lewis estaba siendo objeto: “Desde hace sesenta

vent. Pero lo que me interesa aquí es el singular

años”, nota Orwell, hay en Inglaterra una exitosa

hecho de que entre las obras que dicha agencia

apologética cristiana a nivel popular, y describe

catalogó por su potencial radicalizador se en-

la afiliación política de estos apologetas como

cuentran las de Tolkien, Joseph Conrad, Aldous

“invariablemente reaccionaria”. Sobre Lewis

Huxley, C. S. Lewis y George Orwell. Este último

mismo, Orwell escribe que “no es tan apolítico

sería tal vez el menos sorprendido de estar allí.

como parece”. Eso es lo que tenemos de la pluma

Su célebre 1984 no solo goza de merecida fama

de Orwell sobre Lewis, dos textos de 1944 y 1945.

por anticipar este tipo de fenómenos. Dicha obra

¿Qué ocurre desde el otro lado de la relación?

termina con un apéndice sobre la neolengua —la

Solo una década después de esas reseñas, y cin-

jerga del régimen, conocida ya por el lector de la

co años después de la muerte de Orwell, Lewis escribe un pequeño texto sobre su compatriota. La escasa atención recíproca que parecen pres-

1

“CS Lewis, Tolkien, Orwell among works tagged as triggers for ‘far-right’ extremism by anti-terrorism group”, Fox News, 28 de marzo de 2023.

tarse no quita, sin embargo, que haya aquí cuestiones de sumo interés. Aquí tenemos dos vidas

103


LORE M IPS U M. E NSAYO

que corren en paralelo —Lewis nace cinco años antes y muere trece años después de Orwell—, que están intensamente preocupadas no solo por el presente sino por el destino de la humanidad, que no se cruzan salvo por estas tres interacciones que apenas suman diez páginas en conjunto, y que, sin embargo, siguen hablando a una cantidad enorme de lectores. Contrastan de modo patente en su orientación política, y también en la religiosa. Pero en paralelo a esas diferencias aparecen hondos puntos de contacto. Quizás el mejor punto de partida sea la relación de Orwell con el cristianismo, ya que este es un ingrediente que el autor de Rebelión en la granja destacó de manera negativa en sus dos reseñas de Lewis. Aunque pidió ser enterrado en una ceremonia anglicana, Orwell tuvo durante su vida más bien un pronunciado rechazo al cristianismo. Pero es un rechazo que va acompañado de genuino interés, de lectura de grandes autores cristianos, e incluso en algunos momentos de cierta participación religiosa activa que a la vez guarda la distancia. Tal vez puede decirse que su distancia respecto del cristianismo es parte de un Fotografía: National Portait Gallery, Londres

rechazo orwelliano a todas las ortodoxias de su tiempo. En todo caso, lo fundamental, como ha subrayado D. J. Taylor, su más reciente biógrafo, es el hecho de que no veía qué podría reemplazar al cristianismo como fuerza dominante en la cultura2. No hay nada de optimismo ingenuo respecto de su reemplazo. Puede decirse que Orwell está buscando algún tipo de moralidad secular que pueda cumplir esa función, pero es una búsqueda escéptica: confía en los recursos del hombre común y corriente, en la decencia común, pero es muy desconfiado de las visiones de mundo que hoy pretenden guiar a ese hombre. Ante esto se podría responder que no siempre mantuvo ese escepticismo respecto del socialismo; parece haber aquí una ortodoxia en la que confía. Pero su confianza —al menos la confianza militante— fue de corta duración. En Orwell hay interés permanente por los márgenes de la sociedad, pero su interés propiamente político siempre fue menor —en esto último es como

2 D. J. Taylor, Orwell. A New Life (Londres: Constable, 2023), 12.

104


Lewis—. La guerra civil en España despertó por

fuerza maligna, en cambio, presenta una literal

un tiempo algo distinto, una genuina preocupa-

intervención divina y angélica en la lucha final

ción política; pero su participación en ese con-

contra este mal, un deus ex machina en toda regla.

flicto le abrirá los ojos a las tensiones internas

Lewis hubiera preferido 1984 con menos esce-

de la izquierda: sería testigo de la influencia

nas sexuales; Orwell hubiera preferido Esa fuerza

soviética en acción, y sus intuiciones se verían

maligna con menos milagros. Pero si hacemos

confirmadas con el pacto Ribbentrop-Mólotov

a un lado esa crítica cruzada, lo llamativo es el

de 1939. Así va descubriendo las posibilidades

aprecio de Orwell por esta obra. Subrayo esto,

totalitarias del socialismo, que tal vez no sería la

porque las pocas voces que se han referido a la

alternativa que él había soñado al fascismo. En

relación entre ambos autores tienden a quedarse

1943, mientras Lewis publicaba La abolición del

en la reseña crítica de Mero cristianismo, igno-

hombre, Orwell ya estaba escribiendo Rebelión en

rando el aprecio crítico en la reseña de Esa fuerza

la granja.

maligna, o a veces ignorando la reseña del todo3.

¿Cómo habría Lewis de mirar ese libro? Este

Se trata de un libro, según se expresa Lewis en

es el corazón de su breve texto sobre Orwell: lo

una carta, “unánimemente condenado” por sus

que le parece la incomparable superioridad de

comentaristas4. Tal vez no tuvo acceso a la rese-

Rebelión en la granja sobre 1984. La reseña de

ña de Orwell, quien está lejos de emitir un dicta-

Lewis arranca de su sorpresa frente a la mayor

men simplemente condenatorio.

popularidad de 1984, un hecho que le parecía

¿Qué clase de novela es esta? Las fuerzas

incomprensible. Para Lewis,

oscuras

en esta última las víctimas

expulsadas en las dos obras

que

habían

sido

anteriores de la trilogía, Más

carecían de estatura y los tiranos eran simplemente

Orwell confía en los recursos del

allá del planeta silencioso y

odiosos; no había, a fin de

hombre común y corriente, en

Perelandra, se lanzan aquí

cuentas, verdadera tragedia. Con su brevedad, en cambio,

la decencia común.

Rebelión en la granja lograría

sobre el planeta tierra mismo, y lo hacen a través de la National Institute for Coor-

todo lo que 1984 pretende decir; una frase como

dinated Experiments, usualmente designada

“Todos los animales son iguales, pero algunos

por el sintagma NICE —es evidente el tono te-

son más iguales que otros” tendría más mor-

rapéutico—. Además de destacar que este Insti-

dacidad que todo 1984. En la obra menor, insiste

tuto está alojado en una universidad, cabe notar

Lewis, el humor y el ingenio se despliegan con

que, en buena medida, la novela ilustra el drama

efecto devastador. Ambas obras son, para Lewis,

de un joven académico tironeado entre la tecno-

textos de un escritor de envergadura, pero solo

cracia transformadora de la NICE y una sabidu-

Rebelión en la granja podría erigirse como un

ría ancestral que se le opone. Sobran las razones

texto clásico capaz de perdurar en el tiempo. Un

para releerla en nuestro momento. Según Orwell,

nuevo mito, como el que ambos autores segura-

Esa fuerza maligna describe una sociedad en que

mente dirían que necesitamos. El problema fundamental de 1984 sería, pues, que hay cosas que sobran. Este punto es digno de notar, ya que Orwell lanza una crítica similar a Esa fuerza maligna. La primera línea de su reseña dice “Como regla general, las novelas son mejores sin milagros”. Cabría notar que no es una molestia cualquiera con lo sobrenatural lo que mueve a Orwell: el punto, para él, es que todo el drama de la lucha contra el mal reside en que no se tiene ayuda sobrenatural en su contra. Esa

3 La ignora no solo Taylor en la biografía ya citada, sino también un texto como el de Peter J. Schakel, “That ‘Hideous Strength’ in Lewis and Orwell: A Comparison and Contrast,” Mythlore 13, no. 4 (1987): 36–40. 4 C. S. Lewis, Collected Letters. Volume II. Books, Broadcasts, and the War, 1931-1949, ed. Walter Hooper (San Francisco: HarperOne, 2004), 682 y 701.

105


LORE M IPS U M. E NSAYO

Toda vida inútil es eliminada, toda fuerza

con sus ilustraciones del Tao (como llama a la ley

natural es domesticada, la gente común es

natural) en distintas culturas encontrará algo

usada en la esclavitud o en la vivisección por

no muy distinto de una “decencia común”: no

parte de la casta reinante de científicos que

levantar falso testimonio, anteponer la preocu-

ven aquí un modo de autoconferirse inmor-

pación por el débil, preferir la muerte antes que

talidad. El hombre, en suma, toma por asalto

hacer algo vil. También eso se encuentra en Esa

el cielo para derribar a los dioses, o para vol-

fuerza maligna: a la NICE se opone no una orga-

verse él mismo un dios5.

nización burocrática de signo contrario, sino una alianza de personas muy distintas; hay algún

Estas son también las preocupaciones de Orwell.

sabio entre ellos, pero los une más la decencia

En medio de sus profundas diferencias, se tra-

compartida que algún plan deliberado.

ta de autores que comparten una preocupación

Otra dimensión en la que coinciden, como

fundamental por los perversos proyectos tota-

hemos notado, es en su preocupación por el

litarios de cualquier signo, atentos a la crítica a

lenguaje. En medio de su crítica mirada a 1984,

la dominación de otros mediante la dominación

Lewis describe el apéndice de Orwell sobre la

de la naturaleza, y preocupados por la manipula-

“neolengua” como “magnífico y afortunada-

ción y corrupción del lenguaje como un capítulo

mente separable de la novela”7. Orwell había

fundamental de estos procesos. “Si no estuviese

descubierto lo terrible que es un mundo domi-

constantemente introduciéndose lo sobrenatu-

nado por la consigna, el vínculo entre el declive

ral”, comenta Orwell sobre la obra de Lewis, esta

de un idioma y la autocracia. Todo esto sigue

novela “se podría recomendar sin reservas”6.

siendo de importancia crucial para nuestras pro-

Por mucho que se diferencien respecto de los

pias discusiones sobre propaganda, anticultura

legítimos aliados naturales y sobrenaturales en

y desinformación, y en 1946 Orwell le dio forma

la lucha contra el mal, no es tanta su diferencia

célebre a esta preocupación en su ensayo “La

respecto del carácter de ese mal. Escribiendo tras

política y la lengua inglesa”. Quisiera, antes de

el fin de la guerra, Orwell recuerda a los lectores

terminar, recordar las célebres reglas que entre-

que no hay nada de improbable en los escena-

ga ahí para el buen uso del idioma. O al menos

rios descritos en la distopía de Lewis. En Orwe-

algunas de ellas.

ll, a su vez, hay una tensión patente entre cierto conservadurismo cultural y su radicalismo po-

1. Nunca uses una palabra larga donde pue-

lítico. En esto son distintos con Lewis, en quien

das usar una corta.

la ortodoxia confluye con su conservadurismo

2. Si es posible suprimir una palabra, hay que

político. Esto los vuelve autores de una riqueza

suprimirla.

muy distinta.

3. Nunca uses la voz pasiva cuando puedas

Pero hay un acuerdo no solo en términos de

usar la voz activa.

diagnóstico y preocupaciones, sino también de

4. Nunca uses una locución extranjera, una

esperanzas y preceptos. La esperanza princi-

palabra científica o jerga técnica si puedes

pal de Orwell, como notábamos antes, es que el

encontrar un equivalente en el lenguaje co-

hombre común no rompería con su código mo-

tidiano8.

ral. Ese código no es una especie de nueva moralidad, sino que suele tematizarlo en términos de una “decencia común”. Aunque las reflexiones de Lewis al respecto son harto más detalladas, quien mire el apéndice de La abolición del hombre,

5 George Orwell, “The Scientists Take Over”, Manchester Evening News, 16 de agosto de 1945. 6 Ibid.

106

7 C. S. Lewis, “George Orwell”, en On Stories and other Essays on Literature (Nueva York: Harcourt Brace, 1982), 101. 8 George Orwell, “Politics and the English Language”, en Why I Write (Nueva York: Penguin Books — Great Ideas, 2005), 119.


Eso lo escribe en 1946. Diez años más tarde, Lewis se dirigía a otro joven escritor con una serie no muy distinta de reglas, cuya lectura nos recuerda otro de los puntos de contacto entre nuestros dos autores. 1. Siempre intenta usar el lenguaje que torne más claro lo que quieres decir; vela porque tu frase no pueda significar algo distinto. 2. Prefiere siempre la palabra sencilla y directa antes que la larga y vaga. […] 3. Nunca uses un sustantivo abstracto donde se puede usar uno concreto. Si quieres decir que “murieron más personas”, no digas que “ascendió la mortalidad”9. Si algo los une, es su atención a las posibilidades totalitarias de la abstracción y la vaguedad. En respuesta, cada uno con sus acentos, Orwell y Lewis nos transmiten una preocupación sobresaliente por la claridad. Difícilmente puede criticarse a los censores de Prevent por haber detectado ahí algo de subversivo. 9 C. S. Lewis, Collected Letters. Volume III. Narnia, Cambridge and Joy 1950-1963 (Nueva York: HarperCollins, 2006), 766.

Manfred Svensson es doctor en filosofía por la Universidad de Múnich. Es investigador senior del IES y director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes (Chile). Entre sus publicaciones, destaca el reciente ensayo Pluralismo. Una alternativa a las políticas de la identidad (IES, 2022). 107


Educación, emancipación y comunidad SOL SERRANO

Una primera versión de este texto fue leída en el IES el martes 5 de diciembre de 2023, con motivo del lanzamiento del libro Enseñar entre iguales. La educación en tiempos democráticos, de Daniel Mansuy. Agradecemos a la autora permitirnos reproducir este texto en Punto y coma.


A

ntes que nada y por sobre todo quiero agra-

sido un retrato del enamoramiento por aprender

decer a Daniel Mansuy por este libro. Creo que

de otro y con otro, esa alteridad que rompe con

lo harán todos cuando lo lean. Su título es algo

la soberanía del individuo que solo se reconoce

enigmático, y su portada lo es aún más. Es una

a sí mismo como absoluto. Esta portada, por el

profesora, no una institutriz; con su delantal

contrario, es enigmática, porque deja abierta la

impecable espera que ese niño repita una lección

imagen a muchas escenas que vendrán después,

por medio de la lectura. Es una escuela porque

durante la lectura. Puede encarnar todas las in-

hay un pupitre, el de ella. El niño está sentado en

terpretaciones. Es una escena con puntos sus-

una banca frente a un mesón. Hay un pizarrón y,

pensivos.

aunque se vea poco, una campana.

Nadie menos dotada de imaginación pictórica

Esa escena que nos parece antigua es, sin em-

que yo, pero ese cuadro me representó el razona-

bargo, tan moderna. El tiempo medible se ha

miento del texto. Daniel Mansuy nos lleva por el

alejado del tiempo natural, que es obviamente el

despeñadero del concepto educacional moderno.

de ese niño a pie pelado. Es un cuadro ambiguo,

Y va haciendo ese recorrido con el lector y no solo

porque refleja las críticas mucho más tardías a la

consigo mismo y con su ego, como suelen sola-

educación moderna por su carácter autoritario,

zarse parte de los intelectuales hoy. Tampoco va

disciplinador, que inserta a ese niño en la cultu-

con el lector en plan paternalista para hacérsela

ra escrita a través de una mediación que se yer-

fácil. Su razonamiento es en sí mismo un vínculo,

gue como una autoridad, sacándolo de su estado

un diálogo y un encuentro. En este sentido es un

natural. Es un niño pobre y está ahí por un ideal

texto performático.

que suponemos democrático, que busca hacer-

Mientras leía el libro y tomaba notas, pensé en

lo igual a otros niños con encajes y zapatos de

dar cuenta hoy del camino que este ensayo re-

charol. Esa igualdad deviene en la autonomía del

corre alrededor de los conceptos de la pedagogía

individuo. La misma autonomía que ese niño po-

moderna. Estos son, al fin y al cabo, una obser-

siblemente reclame después ante cualquier tipo

vación de la cultura moderna en sí. Y no sé si es

de autoridad.

por pereza o porque sencillamente mi relato del

Este libro que presentamos hoy trata sobre la

libro lo empobrecería, pero me permití reaccio-

pedagogía moderna, la degradación de la auto-

nar como lectora un tanto desordenada ante un

ridad y, por ello, la degradación del profesor en

texto que me llegó hondamente. Al terminarlo

cuanto mediador.

sentí que recorría un drama del cual no logramos

Bien se podría haber escogido otra portada. ¿Por qué no la de los overoles blancos en la

escapar, sino a lo más reconocer: la tensa y amorosa tensión entre soledad y lenguaje.

Alameda de Santiago, que en la argumentación

Mansuy explica que, en Rousseau, el estado

del texto representan la quintaesencia de la

de naturaleza es la autonomía del noble salvaje,

emancipación moderna y una igualdad que no

porque no requiere del lenguaje. Esa es la au-

admite autoridad de ningún tipo? O podría haber

tonomía que la civilización coarta. “Los indivi-

109


LORE M IPS U M. E NSAYO

duos —cito— podían conocerse sin necesidad

lengua fragmentada, una jerga, una sospecha

de mediación, sin entrar en las opacidades pro-

sistemática del lenguaje sobre el habla humana.

pias del lenguaje y de la comunicación (…). En la

Creo que en el caso chileno no hemos conmensu-

lengua original “cantaríamos en lugar de hablar

rado hasta qué punto aquel ideario ha penetrado

(…). Esta lengua (…) persuadiría sin convencer y

en las aulas universitarias precisamente a través

pintaría sin razonar”. Se produce un mundo sin

de sus profesores en tiempos de masificación.

necesidad de hermenéutica, concluye el autor.

Para nadie es un misterio que los intelectuales,

Claro que esa lengua prístina solo podría darse

especialmente de las humanidades —las ciencias

en un amor perfecto que la historia humana no

sociales en general han asumido como propio el

conoce. Puedo concluir que al final, en Rousseau,

lenguaje de las ciencias naturales—, ya no solo

la hermenéutica es una pretensión fracasada de

escriben para ellos mismos, sino casi solo para

ser sucedánea de la soledad. Rousseau está bus-

sí mismos. Un lenguaje que en la actualidad no

cando desesperadamente cómo escapar a la opa-

parece tener visos de una realidad que otros pue-

cidad del lenguaje que es, a mi juicio, arrancar de

dan comprender, sino una autoalimentación del

la soledad, porque sabemos que la comunicación

propio lenguaje. Eso se traspasa a las universi-

humana es opaca. Hay algo lúcido y a la vez dra-

dades y, más directamente, a los planes de estu-

mático, y también monstruoso, en descartar el

dios escolares, como muestra Mansuy con cierta

lenguaje por sus limitaciones. Esa autonomía se

ironía citando algunos párrafos del curriculum de

pierde con la civilización, por lo cual el noble sal-

lenguaje hoy vigente en el sistema escolar.

vaje solo puede ser parte de un todo, de la volun-

Mansuy es un intelectual que no se solaza en sí

tad general a la que se sirve

mismo ni tampoco pretende

como ciudadano. Finalmente,

establecer una verdad en piedra, sino que efectivamente

una salida totalitaria a las limitaciones humanas. Este texto, que al inicio parece una lectura critica de Tocqueville y de Rousseau,

No puede haber democracia

busca el diálogo. Y con ello

en el nihilismo individualista,

ha logrado un diálogo mucho

sino en el diálogo.

aunque de muchos más, va

más amplio, que es el que se da entre las distintas disciplinas. Insisto, su reflexión de la

construyendo en finos hilos una genealogía de

educación como la necesidad de otro la encarna

este camino: la igualdad democrática de la edu-

en su propia argumentación.

cación, siguiendo a Tocqueville, lleva a una au-

Por ello el texto no vale solo por la conclusión a

tonomía que no reconoce autoridad superior que

que conduce, sino por el camino que lleva a ella.

pueda ser una mediación legitima. De Rousseau

Su último capítulo es “Educar según el eros”,

deriva con mucha claridad a los posmodernos,

la educación como oportunidad para salir de la

para los cuales el lenguaje es un poder opresi-

propia alteridad para encontrarse con otro, un

vo. Todo mediador, como sería el profesor, es

encuentro que supera, que rompe la soberanía

cómplice de esa opresión. Mansuy ofrece algu-

absoluta del individuo para construir vínculos y

nas citas para el bronce: para Foucault la poesía

sentidos compartidos. La familia, la política, la

se inventó debido a oscuras relaciones de poder;

educación, nos dice, son modalidades de nuestra

o la de Barthes: “La lengua, como performance

necesidad de otros.

de todo lenguaje, no es reaccionaria ni progre-

Este capítulo es su proposición ante el nihilis-

sista, es simplemente fascista”. Así, el lenguaje

mo individualista de la pedagogía moderna. Sin

deja de ser un vehículo de transformación, por-

embargo, tiene algo de degustación del postre,

que el diálogo pierde todo sentido. Y así también,

más que de postre mismo. Hace algún tiempo le

en consecuencia, la democracia misma. Es aquí

comenté a Daniel que en su excelente libro sobre

donde el autor bien podría colocar la fotografía

Allende había escrito dos libros en uno. Y aho-

de los overoles blancos en la Alameda. Conclu-

ra creo que escribió medio libro en uno. Porque,

ye que el deconstructivismo termina siendo una

como corolario, su crítica denuncia en cada uno

110


de sus apartados la ausencia del auténtico don, la

con gran alegría de que hay una escuela en Con-

antropología del don. En la conclusión no desa-

cepción que funciona muy bien porque todos los

rrolla propiamente aquello, sino que lo sintetiza

niños aprenden, y el profesor puede recibir un

en la educación según el eros. Obviamente esto

sueldo porque los niños ricos pagan y los pobres

implica la antropología del don, pero creo que

no. Los niños ricos se sientan en la primera banca

falta entonces un segundo tomo que desarrolle

y los pobres al final de la sala. Terminada la cla-

la tradición intelectual que comprende aquella

se, los niños ricos se retiran y los pobres hacen el

antropología.

aseo del aula.

Para terminar: ahora agradezco la invitación

No había una gota de sorpresa en su elogioso

de Daniel a decir unas palabras hoy. Me imagino

relato, pero los nuevos académicos se detuvie-

que esperaba un comentario no solo como lecto-

ron: eso ya no podía permitirse en un régimen

ra, que es lo que he hecho, sino como historiado-

republicano que establecía la igualdad ante la ley.

ra. Obviamente en cada una de las reflexiones me

Por tanto, lo prohibieron. ¿Y qué creen que pasó?

surgían escenas de la historia; solo contaré una:

Los ricos armaron su propia escuela y los pobres

Facultad de Humanidades de la Universidad de

se quedaron sin profesor hasta que el Estado se

Chile. Alguna sesión, a fines de 1840 que no re-

los financió. Esos niños no volvieron nunca más

cuerdo, en su calidad de superintendencia recibe

a encontrarse. Igualdad y exclusión podían ir

los informes de las autoridades locales. Una de

tan dramáticamente juntas. La modernidad está

esas autoridades, que no era profesor, da cuenta

llena de estas paradojas. Como la búsqueda de

111


LORE M IPS U M. E NSAYO

emancipación de formas de autoridad ilegíti-

escuela. Y a ella le damos muy poco. Sobre todo a

ma y al mismo tiempo el interés por mantener

los profesores.

un orden social. Aquello definió muy profun-

Mi última alabanza: centrar el problema en los

damente la formación de sistemas nacionales

profesores y situar su degradación no en ellos

de educación.

mismos, sino en distintas epistemologías mo-

Mi única crítica, para no ser tan complaciente

dernas, es situar el problema en la sociedad, que

con mi querido autor, es que ¡la palabra Estado

es donde verdaderamente radica. Su dura crítica

no aparece en todo el libro! Es la modernidad

a la degradación actual es sustantiva a la crisis

política la que hace una educación democráti-

que hoy vive la democracia. No puede haber de-

ca en la escuela. Y lo es en sus contenidos como

mocracia en el nihilismo individualista, sino en

en su extensión. Hace algo más de 200 años que

el diálogo, en el vínculo que hace legítimas cier-

aquello fue considerado un deber del Estado.

tas formas de autoridad, en el intento de cons-

La educación pública en el ideario de la políti-

truir algún sentido compartido ante la anomia de

ca moderna cumple tanto con el concepto de la

un lenguaje degradado. Aquello es la educación

igualdad ante la ley como con la formación del

según el eros.

individuo en cuanto poseedor de la legitimidad de la soberanía. La educación pública forma al individuo inserto en el orden social,

Daniel Mansuy nos entrega hoy un texto profundamente erótico.

era una

contención al riesgo de fragmentación del orden social. Es allí donde debía construirse la unidad que la salida de la legitimidad religiosa del poder político abría a la anomia social. Y claro, me ayudó a meditar sobre las distintas temporalidades del proceso educativo moderno en distintas partes de Occidente y en los distintos sectores sociales. Mansuy lleva un pequeño —aunque grande, diría yo— historiador adentro, y una de sus principales críticas al debate actual (aunque también podríamos decir que es un debate bien antiguo), es pedirle a la educación que ella misma repare los daños de la sociedad. Todo problema

Enseñar entre iguales. La educación en tiempos democráticos Daniel Mansuy IES, 2023 188 páginas

nuevo que aparece en el debate se le delega a la

Sol Serrano es magíster en historia por la Universidad de Yale y doctora en historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde se ha desempeñado como profesora en su Instituto de Historia. Entre sus libros destaca ¿Qué hacer con Dios en la República? Política y secularización en Chile (FCE, 2008), El liceo (Taurus, 2018) y, en coautoría con Macarena Ponce de León, Francisca Rengifo y Rodrigo Mayorga, tres tomos de la Historia de la educación en Chile (1810-2010) (Taurus, 2018). El año 2001 recibió la beca Guggenheim y, en 2018, fue reconocida con el Premio Nacional de Historia. 112


CECILIA GARCÍA-HUIDOBRO:

“José Donoso hizo de la escritura el motor de su vida” POR JOAQUÍN CASTILLO


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Lleva años sumergida en los cuadernos que el novelista José Donoso dejó en las universidades de Iowa y Princeton, desentrañando los secretos y seleccio-

nando los pasajes que muestran a un escritor complejo, atormentado y paranoico. Acaba de publicar Diarios centrales. A Season in Hell 1966-1970, el segundo tomo de esos cuadernos, por la editorial de la Universidad Diego Portales, donde Donoso se retrata a cuerpo entero. En esta conversación, García-Huidobro relata las dificultades de trabajar con materiales que parecen no tener fin, y comenta la vigencia que tiene la obra de un autor que hizo de la escritura el motivo de toda su vida, y del que, este 2024, se cumple el centenario de su nacimiento.

Llevas mucho tiempo trabajando con José Do-

¿Cómo fue ese primer encuentro?

noso, ¿cómo llegaste a trabajar con su obra? Fue muy amable. Y muy perverso. La entrevisLeí primero parte de su narrativa. Me conmovió

ta fue en su taller, en el tercer piso en su casa, y

esta condición que tiene su obra de llevar al lector

había un perro. Cada vez que yo hablaba el perro

hasta cierto borde y exponerlo ahí a enfrentarse

gruñía, gruñía y me miraba. Yo estaba histérica,

a una suerte de abismo. Luego de esa primera

porque estaba entrevistando a José Donoso, pero

aproximación, llegué a sus crónicas periodísti-

ahí estaba el perro. Él cada tanto decía, “¡Cirilo,

cas, que se publicaban en los diarios y de las que

tranquilo!”, sin embargo nunca lo sacó de la pie-

me fui transformando en una fan. Las recortaba,

za. Tengo dudas si no era una especie de estra-

las juntaba en una carpetita y de repente se me

tegia, porque Donoso gruñía vía Cirilo para decir

ocurrió que eso podía transformarse en un libro.

“Aquí el control lo tengo yo”. Un tiempo después,

Lo había conocido hacía poco porque le hice una

le propuse hacer el libro. Me costó convencerlo.

entrevista para la Revista Universitaria, en la cual Donoso fue muy Donoso.

114


¿A pesar de que menciona esa idea varias veces

Desde luego, la dificultad práctica de que, si bien

en su diario?

están abiertos a todo público, están lejísimos. Cuando empecé, además, no se podía fotografiar

Cuando me decidí a tocar el timbre y lo conversa-

ni reproducir el material, cosa que hoy sí se puede

mos, me quedé con la impresión de que era muy

hacer. Primero, entonces, hay una barrera física.

riguroso… Le proponía ideas de acuerdo con los

Se podía verlos, tocarlos, apreciar su materiali-

artículos que él había escrito, y me preguntaba:

dad, que despierta muchas preguntas, pero no

“¿pero tú crees que eso tiene lectura hoy día?”,

había cómo registrarlas. Había que tomar notas

“¿eso qué interés puede tener?”, “¿quién sería su

o transcribir como un amanuense y luego, a con-

lector?” Quedé impresionada, me la compré en-

tinuación, enfrentarse con el material. Eso pro-

tera. Y cuando años después encontré en su diario

duce la sensación de que te tiran a la mitad del

que varias veces barajó la idea de hacer una reco-

océano Pacífico, donde no hay orilla ni borde, no

pilación, me di cuenta de que me había puesto a

hay nada. El gran desafío es transformar eso en

prueba, me tomó examen. No había nada de falsa

un relato, en un libro que tenga sentido más allá

modestia ni exceso de rigurosidad, sino estrate-

de fuente para especialistas.

gia pura para ver a quién le decía que sí. Hay mucho material en esos archivos. ¿Cuáles ¿Él alcanzó a ver este libro publicado?

fueron los criterios que privilegiaste para dar a conocer en particular estos Diarios al lector?

Cuando el libro estuvo listo, él mismo lo llevó a la Agencia Balcells, el año 95. Se iba a publicar

Para mí tempranamente hubo algunas cosas que

al año siguiente, pero se murió en 1996. Enton-

fueron orientadoras. Primero, imaginarme qué

ces la editorial y la agencia reprogramaron todo:

interesaba a un lector de Donoso, de literatura

publicaron la novela inédita El mocho y dejaron

chilena. En segundo lugar, me propuse no tener

finalmente este libro para el año 1998. Él no vio el

ningún criterio de censura, en el sentido de no

libro impreso, pero sí trabajado, editado.

excluir fragmentos porque alguien no queda bien parado, por ejemplo. O cuestiones donde

Después trabajaste con textos anteriores, de la

yo podía estar en desacuerdo. Pero bueno, estos

revista Ercilla, donde hay un trabajo periodís-

son los diarios de Donoso, no los míos. Y si él lo

tico temprano que muestra sus inquietudes, su

sostiene es relevante, tiene que estar. Luego me

temprana mirada estética…

tomé como lectora, porque evidentemente hay una cuestión de subjetividad. Yo he sostenido

Al trabajar con sus artículos me pareció que la no

que en la edición de un diario el editor se con-

ficción también era parte de su obra. Me interesó

vierte también en autor. Si tú hicieras el libro no

el diálogo, la interacción que hay entre este tipo

sería igual. Estaría todo procesado por ti. Hay que

de escritura y su obra de ficción. A veces en sus

asumir eso: esto es lo que yo leí de Donoso. Ahí

artículos está la simiente o la segunda parte de

está para ustedes; celébrenlo, o destrúyanlo, va-

alguno de sus cuentos. Por ejemplo, en Ercilla,

yan a Princeton y hagan otra versión.

creo que el año 1963, hace un reportaje sobre un asilo de ancianos y encuentra a una mujer ingle-

Está también el desafío de mostrarlo de la ma-

sa, sola, que mira por la ventana, y especula por

nera más transversal posible para que les inte-

qué terminó ahí. Bueno, detenerse en esas asti-

rese a los distintos lectores de Donoso: el más

llas de vida es algo recurrente en su obra.

literario, el más sociológico, el más histórico, etcétera.

¿Cuáles son las principales dificultades con las que te encontraste con estas decenas de cua-

Eso es porque, finalmente, Donoso tiene todas

dernos que están en Iowa y Princeton?

esas facetas, esos pliegues, ¿no? A mí me parece que la gran dimensión de su diario es la huma-

115


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

nidad. Que reproduce precisamente porque es un

catalogado? Eso, claro, ha sido muy bueno por-

yo que se muestra sin cálculo, con una radicali-

que ha abierto una discusión, ha traído lectores,

dad muy impresionante. Y eso es único.

estudios, jóvenes investigadores, y ha generado esta nueva vigencia.

Estos cuadernos nos permiten contemplar el taller, un proceso creativo minucioso, una

En los años que están retratados en Diarios cen-

mente siempre llena de proyectos. ¿En qué me-

trales. A season in hell, Donoso publica las que

dida nos ayuda a comprender la obra misma de

quizás son sus dos novelas más importantes,

Donoso?

más exitosas. A pesar de esa calurosa recepción, hay una constante insatisfacción. ¿A qué crees

En el primer tomo, Donoso in Progress, aparece

que se debe esa incomodidad de la cual nunca

un escritor ansioso, desesperado por encontrar

logró despercudirse?

un mundo narrativo, una voz, su voz, para convertirse en escritor. El Donoso de este segundo

Es su naturaleza, era un exiliado interior, un tipo

tomo ya logró eso, lo que no lo alivia nada, pa-

desinstalado desde la niñez. Me parece, ade-

dece y goza su decisión de ser escritor a tiempo

más, que lo construyó: tenemos su testimonio,

completo. Efectivamente, tiene cierta obra y ya

que está pasado por el tamiz de su memoria, de

tiene una manera de canalizar sus inquietudes,

su psiquis. Desde luego, él mismo nos transmi-

porque ya tiene la experiencia, y porque proba-

te esta convicción de que no existe una verdad

blemente ha comprendido que no hay separación

objetiva, sino que la realidad es completamente

entre obra y biografía. Incluso llega a enfermar-

móvil, que hay que desconfiar, especialmen-

se cuando termina una obra. ¿Por qué le da una

te de lo que aparece en la superficie. Hay, ade-

úlcera cuando termina una obra? Porque no tie-

más, un rasgo que a mí me impresiona, que es

ne una obra, un personaje en el cual volcarse. Es

la coherencia entre sus inquietudes confesadas

algo muy impresionante el nivel de amalgama

supuestamente en la mayor impunidad, que es

entre su vida y su obra. Y, por otro lado, si bien

un diario, con su poética. Yo me terminé pre-

el diario alumbra cosas de sus narraciones, no es

guntando: ¿dónde vivía Donoso? Vivía en la es-

lo más relevante, porque la correspondencia, el

critura, en la búsqueda de la escritura. Lo dice en

archivo en general, y sobre todo sus diarios, son

Conjeturas: la realidad es algo tan esquivo que la

parte de su obra.

ficción es la única posibilidad. Para él, la ficción es la verdad.

¿Crees que hoy en día Donoso está experimentando una nueva vigencia, un nuevo revival?

¿Qué papel juega la política en la vida de Donoso?

Estoy convencida de que sí: desde Correr el tupi-

Tiene una conexión fundamental con un Chi-

do velo, probablemente, incluso un poco antes,

le profundo. Le interesa precisamente ese Chile

con la aparición de los Artículos de incierta nece-

ordenado, leguleyo, caracterizado por una idio-

sidad y El escribidor intruso. A Donoso se le había

sincrasia, que tiene una contracara en el caos,

catalogado de manera rígida por parte de cierta

que es lo que finalmente le interesa. En Diarios

crítica literaria como un escritor que estaba fue-

centrales hay momentos que dejan en evidencia

ra de la realidad más inmediata, efervescente,

su atención a la política: cuando asesinan a Ro-

que tenía estos mundos donde la decrepitud y la

ger Vergara, inmediatamente se aterra, por su-

decadencia primaban, absorto en mitos degra-

puesto; como es paranoico, todo lo lee con esa

dados. No es que esas dimensiones sean ajenas,

sensibilidad. Pero hace una lectura interesante,

por supuesto, pero lo que pasó es que hubo una

da cuenta de que tiene elementos para hacer un

simplificación. Entonces empiezan a aparecer

análisis, especula que puede haber sido la DINA,

nuevos flancos que cuestionan este reduccionis-

o que se ha reorganizado el MIR, etc. O sea, se ve

mo, porque ¿qué hacemos, si ya lo tenemos súper

que tiene una mirada, que no es alguien de espal-

116


das a la cuestión política. Él tiene información, pero a la Donoso: no es su motivación principal, y la realidad más inmediata no es lo que más le interesaba. No es un animal político, pero con conexión con la política. ¿Cómo se ve esto en Casa de campo, pensando que es una novela cruzada por las noticias del golpe de Estado y que está todo el tiempo intentando disfrazar las alusiones contingentes? Creo que el mayor valor de Casa de campo es que manifiesta que hay realidades en que el lenguaje referencial no da, no basta para dar cuenta de la “banalidad del mal”. Entonces viene toda esta construcción. Claro que a él no le interesa que se entienda solo como la gran metáfora del golpe de Estado. Busca siempre algo que parta de una realidad, pero que esté fuera de ella. Tampoco quiere que sea la novela de la dictadura. En la narración todo está allí, aludiendo a esa realidad, pero es mucho más profunda. Hay en este volumen muchas alusiones al boom. ¿Cuál es el lugar que ocupa Donoso en esta constelación de la gran literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta? Los críticos no se van a poner nunca de acuerdo. Siempre van a haber litigios y posiciones encontradas. Yo creo que él difícilmente podía perte-

¿Hay envidia en el mismo Donoso?

necer a algo, por su forma de ser y por su manera de abordar la creación. Si bien se debatía entre

Por supuesto, y él la explicita. A mí me encanta

desear ese nivel de figuración (llámese ventas,

esa cualidad suya. Cualquier psiquiatra le cele-

premios, entrevistas y lo demás), también tenía

braría su capacidad de reconocer esa miseria que

claro que eso conlleva un costo que no estaba dis-

todos llevamos dentro. De hecho, está en la Bi-

puesto a pagar. Eso significaba una serie de cosas

blia, en la raíz de la naturaleza humana, solo que

a las cuales él jamás iba a sumarse. Ahora, me

hay que aprender a disimular la envidia, a ma-

parece que en la Historia personal del boom (que

quillarla, a hacerla pasar por otra cosa.

en realidad escribe mientras está produciéndose el boom, el año 71) da una clave importante,

Otro asunto importante en este volumen es su

que es la envidia. Parte diciendo que el boom es

crisis matrimonial. Hay una crisis profunda en

un invento de la envidia, de los que se quedaron

su relación, pero también un reconocimiento a

fuera y decían que era una mafia. ¿Quién está y

su larga relación con María Pilar, que también

quién no está? ¿Quién manda? Una pregunta so-

le ayudaba muchísimo. ¿Qué tipo de vínculo tu-

bre el fenómeno y también sobre sí mismo.

vieron ellos?

117


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Ellos se necesitaban mutuamente, pero tenían

los costos. Eso ha significado que se le ha juz-

una relación neurótica. Les costaba estar juntos

gado por egoísmo, monstruosidad, mal padre,

y no podían estar separados. Tuvieron un inten-

etiquetas que podrían ser desmontadas pocas

to de separación, que finalmente no se concretó.

páginas después de su mismo diario pues dice

Incluso murieron juntos, con unos pocos meses

lo contrario.

de diferencia. Tenían una relación con grandes momentos, y también con crisis profundas. Al

Han aparecido novelas póstumas, dos tomos

final, como cualquier relación de pareja que ten-

de diarios, su tesis universitaria, etcétera. ¿Qué

ga 35 años juntos, ¿no? Era neurótica la depen-

queda por investigar de Donoso?

dencia que Pilar tiene con él, pero también era su lectora y es ella quien tiene la vida social, dimen-

Yo no he tenido oportunidad de mirar mucho de

sión en la que Donoso era bastante limitado.

los materiales de su archivo. No he visto nada de sus manuscritos. Desconozco lo que allí pueda

¿Y qué hay de su homosexualidad, que ha sido

haber, como por ejemplo no sé qué hay en sus

tan comentada?

guiones de Season in Hell. Toda su correspondencia también es un campo que merece mayor

Con Pilar tienen una cierta vida sexual, sabiendo

atención y donde probablemente hay publicacio-

de su pulsión homosexual. Habiendo leído todos

nes en ciernes. Y de hecho, investigadores jóve-

los diarios, diría que la homosexualidad no es un

nes comienzan a publicar trabajos muy valiosos.

tema que desarrolle plenamente en sus cuader-

Lo interesante es que se cumplen 20 años de su

nos. Le incomoda, mide cómo lo muestra, se fre-

muerte y es un autor del cual se siguen publi-

na. Para él era un conflicto. El diario refleja que

cando libros que son centrales en su obra, como

también se sintió atraído por algunas mujeres.

puede ser este tomo, y no escritos menores o de-

Su sexualidad era muy compleja, porque él lo era.

corativos como guindita de la torta.

A María Pilar la quiso mucho, la odió de repente, por supuesto, pero sí la quería.

¿Habrá un tercer tomo?

Luego de la publicación de Correr el tupido velo y

Sí, está planificado, cubre desde 1981 hasta 1995,

del suicidio de Pilarcita se extendió esta lectura

porque en 1996 no escribió diarios.

morbosa sensacionalista de sus relaciones familiares. ¿Crees que hay rasgos de su personalidad o algún episodio de su vida que han quedado olvidados o en un lugar secundario por esa lectura que se ha hecho? No sé si olvidado sería la forma de decirlo, pero ciertamente lo empobrece. Lo interesante es precisamente esa complejidad, el espacio que él le brinda a la contradicción, la utiliza. No solamente no la condena o la evita, sino que termina haciéndola suya. Esto ha puesto en un segundo lugar lo que hemos dicho, y que creo que es lo más impresionante de su biografía: su condición de hacer de la escritura el motor de su vida. Hacer de ella su opción de vida tan temprana y radicalmente, y a cualquier precio. Otros vivieron las consecuencias de eso, pero para ser consistente consigo mismo él estuvo dispuesto a pagar

118

José Donoso Edición de Cecilia García-Huidobro Ediciones UDP, 2023 760 páginas


Lea Ypi y el confuso aroma de la libertad

Fotografía: Stuart Simpson

ELENA IRARRÁZABAL

119


LORE M IPS U M. E NSAYO

L

a autora albanesa Lea Ypi (Tirana, 1979) sor-

vivir “en el único país libre del mundo”, cuyo

prendió al mundo en 2021 con la publicación de

gobierno había roto relaciones con China y la

lo que podría llamarse un “ensayo-memoria”

Unión Soviética, acusándolos de errar el rumbo

sobre su experiencia en Albania, primero bajo

de la revolución marxista. “Escribí desde el pun-

el régimen estalinista de Enver Hoxha y luego

to de vista de una niña que básicamente repite la

durante la difícil etapa que sucedió a la caída del

propaganda, de tal manera que el lector se sien-

régimen comunista. Un caótico proceso de libe-

ta objeto de esa propaganda mientras lo lee”,

ración política y económica iniciado en 1990, que

señaló Ypi. “La fuerza de la voz infantil está en

incluyó una guerra civil en 1997, gatillada, en-

su debilidad. El hecho de que no es una voz que

tre otros factores, por una estafa generalizada

intenta convencer a nadie de nada. Solo está re-

que significó que miles de albaneses perdieran

flexionando y reflejando el mundo que la rodea”.

sus ahorros.

La autora ha relatado que su formación filósofica

Licenciada en filosofía y literatura en la uni-

le dio “muchas certezas. Y luego escribes desde

versidad de La Sapienza en Roma, Lea Ypi dejó

una perspectiva literaria y eso desestabiliza to-

Albania con menos de 18 años para estudiar en

das estas certezas, te hace dudar mucho más. Así

Italia y hoy da clases de Teoría Política en Lon-

descubrí una dialéctica productiva para poder

don School of Economics (LSE). Lo que partió,

tener convicciones, pero también un modo de

durante la pandemia, como la idea de escribir un

escribir sobre ellas de manera que realmente te

ensayo en torno al significado de la libertad —las

mueva. La literatura que solo trata de pasar un

restricciones del Covid-19 pusieron el tema en el

mensaje es una literatura horrible”.

debate— terminó en un texto envuelto por sus

En tiempos de la “tiranía del paper”, el libro

propias experiencias y las de su familia. “Cuando

de Lea Ypi supone un ejercicio interesante de

comencé a escribir (…), las ideas se convirtieron

parte de una autora que procede del mundo aca-

en personas: en las personas que me hicieron ser

démico, pero que supera las rigideces que plagan

quien soy. Se amaban y se peleaban, tenían dife-

ese ámbito. El resultado es un texto entretenido

rentes conceptos de sí mismos y de sus obliga-

y con ideas, muchas de ellas inquietantes y dis-

ciones para con los demás”, explicó Lea Ypi so-

cutibles, como todo buen ensayo. Libre (que se

bre la escritura de Libre. El desafío de crecer en el

ha traducido a casi 30 lenguas) es una obra que

fin de la historia (Anagrama, 2023), donde enlaza

capta la atención del lector casi como una novela,

hechos históricos determinantes del siglo XX con

pero que genera al mismo tiempo interrogantes

su vida privada (algunos podrían llamarla “au-

e inquietudes de orden político y social. Las 300

toficción”, aunque el término no parece calzarle

páginas se leen rápido, y en eso ayuda la la escri-

del todo).

tura elegante de Ypi, a veces mordaz y otras veces

En Libre, la teoría política es llevada al terre-

conmovedora. “Hacía mucho tiempo que no leía

no de la experiencia vivida a partir de personajes

unas memorias tan cálidas como estas. Escritas

menores y débiles, pero entrañables. La historia

por una intelectual con grandes dotes, presen-

la protagoniza una niña de 11 años orgullosa de

ta un retrato vivaz y directo de la cotianidad de

120


Albania”, señaló sobre Libre Vivian Gornick, au-

de Hoxa, la palabra “biografía” implicaba pro-

tora de Apegos feroces.

cedencia y pertenencia familiar. La sombra de una “mala biografía” recaía sobre una genera-

El plástico y el protector solar

ción tras otra, impidiéndoles postular a mejores puestos de trabajo y oportunidades educativas.

Libre se divide en dos partes. La primera recorre

El padre de Ypi, por ejemplo, pese a su interés

las vivencias infantiles de la autora durante los

y talento en la ciencia, no pudo estudiar mate-

últimos años del hermético régimen comunista

máticas, sino que le fue indicado que estudiara

de Enver Hoxha, más conocido en la escuela de

ingeniería forestal.

Ypi como “el tío Enver”, quien gobernó Albania

Los funestos antecedentes biográficos de la

con mano férrea durante varias décadas, un in-

familia de la autora venían de muy atrás. Su

tervalo considerable para una país que durante la

bisabuelo, Xhafer Ypi, había sido primer minis-

primera mitad del siglo XX vivió tiempos turbu-

tro a principios de los años veinte e “Inspector

lentos e inestables.

principal de la corte real” durante la monarquía

Cuando el mundo otomano —del que Albania

instaurada en 1925, hasta la ocupación de Alba-

formó parte en un período, de allí su porcentaje

nia por Italia en 1939. En esa fecha, Xhafer Ypi se

de población musulmana— se derrumba tras la

convierte en regente y, en calidad de tal, entrega

I Guerra Mundial, una figura local, Ahmet Zogu,

la Corona de Albania al rey italiano Víctor Manuel

fue erigido como rey. Al poco andar, la invasión

III, pasando a ser ministro de Justicia del gobier-

italiana de Mussolini lo derroca, pero luego se

no colaboracionista de Mussolini. El retrato fa-

produce la ocupación nazi. Al finalizar la Segun-

miliar que traza Ypi refresca el opresivo entorno

da Guerra, los comunistas albaneses, liderados

político y social de Albania. La firmeza de la ma-

por Enver Hoxha, establecen un estricto régi-

dre, la complicidad del padre y el personaje de la

men marxista. Después de un progresivo dis-

abuela Nini, una sobreviniente nata, que con su

tanciamiento de la Unión Soviética, Yugoslavia

pasado esplendor y su empeño en hablar francés

y China, se convierte en un régimen cada vez

parecía adaptarse a todo.

más hermético sin “aperturas” de ningún tipo.

En esta vida gris bajo el férreo gobierno de

Esto repercute en una economía cerrada, pobre

Hoxha se podían atisbar trazas del mundo que

y desabastecida, que podría guardar similitudes

había más allá de las fronteras a través de la se-

con la actual Corea del Norte.

ñal de la RAI. Libre capta la atención del lector

Parte del día se iba en Albania en las extensas

casi como una novela, pero genera al mismo

filas para comprar pan, queso y kerosene, como

tiempo interrogantes e inquietudes de orden po-

narra el libro de Ypi, así como también describe

lítico y social. También, según el relato de Ypi, se

la estricta vigilancia estatal, los encarcelamien-

podía oler el mundo exterior a través del aroma

tos políticos y la pesadilla familiar que signifi-

del protector solar que usaban los pocos turis-

caba que los antepasados tuvieran antecedentes

tas foráneos que llegaban a las playas albane-

mal vistos por el gobierno. Durante el régimen

sas (“noto olor a protector solar. Se han ido por

121


LORE M IPS U M. E NSAYO

allí. Vamos. Sigámoslos”). Los niños extranje-

partidaria de Hoxha, que repetía con emoción

ros usaban en la arena juguetes raros, plásticos

las consignas que le enseñaba su profesora Nora,

y brillantes, algo nunca visto en Albania. Tam-

iniciaba así una juventud que le traía un descon-

bién los amigos de Ypi solían recoger envolto-

cierto tras otro.

rios de chocolates y dulces desechados por los

“No sabía a donde mirar, a quien creer”, escri-

turistas para aspirar su olor. Y una lata vacía de

be Lea Ypi en Libre. “Mis padres ahora declara-

Coca-Cola constituía un tesoro preciado, digno

ban que nunca habían apoyado al Partido que yo

de convertirse en adorno doméstico.

siempre creí que habían elegido, que ellos nunca

Aunque tras muerte de Hoxha, en 1985, su su-

habían creido en su autoridad. Simplemente se

cesor, Ramiz Alia prometió que “Albania será

habían aprendido las consignas y las repetían

siempre fuerte, siempre roja”, en abril de 1990

igual que todo el mundo. (…) Me dijeron que mi

se desataron protestas espontáneas que, exten-

país había sido una cárcel a cielo abierto duran-

diéndose por todo el país, pedían mejoras en la

te casi medio siglo”. De a poco, la adolescente se

calidad de vida y libertad individual. “En diciem-

va enterando del lenguaje cifrado que usaban sus

bre de 1990, los mismos que habían participa-

padres y familiares. Por ejemplo, que cuando ha-

do en las marchas que celebraban el socialismo

blaba de la graduación de algún pariente en al-

y el avance del comunismo se echaron a la calle

guna universidad lejana se referían, en realidad,

para exigir su fin”, escribe Ypi. La entusiasta

a que acababa de salir de alguna prisión remota.

122


La libertad ¿funciona?

Su aguda pluma plasma su malestar con la nueva “libertad” y expresa una cierta nostalgia

La segunda parte del libro aborda la difícil tran-

por la sensación de comunidad en las décadas

sición a la “libertad” (muy entrecomillada, se-

anteriores, cuando unos y otros se cuidaban el

gún la visión de la autora) tras la caída, en 1990,

puesto durante las largas filas para conseguir

del gobierno comunista de Albania, el último

alimento. Un sentimiento que a veces cuesta en-

bastión del estalinismo en Europa. Un intervalo

tender, si se piensa en la crueldad del régimen

de entusiasmo en que incluso llega de visita el

estalinista de Hoxha y en el espionaje mutuo que

secretario de Estado de Estados Unidos, James

existía entre vecinos y familiares. Pero la auto-

Barker, promoviendo que “la libertad funciona”.

ra, hay que decirlo, nunca omite en su relato la

El brusco cambio de sistema político y econó-

dureza del régimen, aunque tal vez recalque con

mico implicó, según la narración de Ypi, el cierre

más fuerza la incertidumbre y descorazona-

de industrias, la pérdida masiva de empleos y la

miento de la etapa que lo sigue.

aparición de mafias. También varias olas migra-

Y es que, según Lea Ypi, en la reflexión sobre el

torias a Italia y la reconversión de políticos ofi-

pasado y el presente resulta clave entender que

cialistas y antiguos miembros del PC en la nueva

cada individuo queda marcado por su historia

casta política y económica. Un lapso que, a pesar

personal: no se puede ignorar la carga genera-

de la mucha desesperanza, la autora salpica con

cional o las circunstancias que marcan a cada

episodios divertidos, como la insólita búsqueda

persona. “Mi familia equiparaba el socialismo

de calcetines oscuros por parte de un candidato

con la negación: la negación de lo que querían

que llega desesperado a casa de los Ypi, pues solo

ser, del derecho a cometer errores y aprender de

tenía calcetines blancos. El sujeto seguía las ad-

ellos, a explorar el mundo en los propios térmi-

vertencias de un supuesto folleto distribuido por

nos. Yo equiparaba el liberalismo con promesas

Estados Unidos, que señalaba que en el ámbito

incumplidas, la destrucción de la solidaridad, el

político solo eran aceptables “los calcetines os-

derecho a heredar privilegios, hacer la vista gor-

curos, grises o negro, pero mejor grises”.

da ante la injusticia”, escribe en su libro.

Es un período, el de su primera juventud,

En el epílogo se conoce la visión de la autora ya

que Ypi describe como oscuro y solitario. “La

no desde la perspectiva de la pequeña colegiala

creencia en el Estado se vio gravemente dañada

—fervorosa partidaria de Hoxha— o de la des-

durante el comunismo, debido a los mecanis-

concertada adolescente que observa cómo caen

mos de vigilancia y a la forma tan dura de lucha

todas las convicciones con que había crecido.

de clases que se practicaba en el país. Después el

Lea Ypi escribe el epílogo desde su perspectiva

daño se agravó con la idea de que la sociedad civil

actual, tras sus múltiples experiencias de vida

y los mercados libres sustituirían al Estado en su

y desde su rol como profesora de teoría econó-

capacidad de proporcionar bienes colectivos. En

mica y política en Londres. En varias entrevistas,

realidad, lo único que el mercado no puede dar

Ypi se ha definido como una persona de izquier-

es comunidad”.

da, una “marxista kantiana”. Según ella, una

123


LORE M IPS U M. E NSAYO

sociedad capitalista que pretende impulsar a las

nificado”. A su juicio, los fracasos de su familia

personas para que desarrollen su potencial, pero

y amigos “adoptaron formas muy diferentes y si

no consigue cambiar las estructuras que impiden

no hacemos un esfuerzo por entenderlos, conti-

que todas las personas prosperen, también es

nuaremos divididos para siempre”.

opresiva, y su exaltación de la libertad linda en lo propagandístico.

A pesar de que Libre aporte pocas certezas, sí deja varias ideas interesantes para reflexionar,

Aunque en las líneas finales de Libre no queda

en especial cuando se necesita un debate am-

muy claro en qué medida las debilidades del ca-

plio y abierto sobre el concepto de libertad. El

pitalismo liberal serían peores que la anulación

ensayo nos invita, además, a un vívido recorrido

de la libertad en el marxismo, sí hay un lúcido

histórico del período que sigue a la caída del co-

llamado de la autora a “pelear contra el escep-

munismo en Europa del Este y la compleja tran-

ticismo y la apatía política”. Lea Ypi considera

sición hacia otros rumbos (no necesariamente

que tiene una deuda y una responsabilidad “con

democráticos). Finalmente, Libre nos muestra

tantas personas de mi pasado que sacrifica-

que desde la Academia —aterrada siempre ante

ron todo para no ser apáticos, para no aceptar

la palabra “divulgación” o “público masivo”—

pasivamente que las cosas sucedían así porque

pueden salir ensayos frescos y con una necesaria

era el destino. Si no hago nada, sus esfuerzos

cuota de humor y escepticismo ante las tragedias

habrán sido inútiles y sus vidas no tendrían sig-

de la existencia humana.

Libre El desafío de crecer en el fin de la historia Lea Ypi Anagrama, 2023 328 páginas

Elena Irarrázabal es periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile y subeditora de Artes y Letras de El Mercurio.

124


“A Santiago de Chile, la mitología que le falta” FELIPE JOANNON

125


LORE M IPS U M. E NSAYO

N

inguno de los dioses parece haber escucha-

escrito pretérito o una fotografía antigua— esa

do esta plegaria que Gonzalo Rojas elevara en

urbe antecesora de la actual metrópolis disgre-

su poema “Materia de Testamento”, en el libro

gada. Placer o fruición que se vuelve mayor en la

homónimo de 1988. La capital prosigue, imper-

medida en que la distancia entre ambas ciuda-

turbable, con la única tradición de la que puede

des aumenta de manera frenética con los años:

hacer gala: la de interrumpir todo aquello que

al lector no le queda otra que echar mano de su

intente perdurar en el tiempo. Una tradición que

ánimo lúdico para intentar reconocer, en la ciu-

puede jactarse, a estas alturas, de cierta longevi-

dad actual, las alusiones espaciales y festivas di-

dad. Cien años antes de la publicación del poema

seminadas en alguna novela del diecinueve o de

de Rojas, se derribaba el imponente puente de

inicios del siglo XX.

Cal y Canto, obra que había requerido esfuerzos

¿Qué huella queda de ese Santiago “campesi-

titánicos y quince años de trabajos forzados para

no y conventual” al que se refiere Edwards Bello

dar, por fin, una solución urbanística que enor-

en una crónica de 1925? ¿En qué minuto se per-

gulleciera a los santiaguinos; su infame demoli-

dió esa efervescencia que recorría el Paseo de las

ción, apenas un siglo después, fue interpretada

Delicias durante la tarde de Navidad, tal como la

durante décadas como la cima de nuestro carác-

refiere Orrego Luco al comienzo de Casa grande?

ter inestable (entre otros, por Joaquín Edwards

¿Qué fue del carnaval que una vez tuvo Santiago y

Bello, en las numerosas crónicas que le dedica a

que Adolfo Couve rescata, de manera anacrónica,

este hito).

en una escena de El pasaje? Para Roberto Meri-

No lejos del lugar donde estuvo el antiguo

no, la capital chilena no deja alternativa: “el que

puente colonial, la descabezada plaza que coro-

quiera aproximarse a su pasado debe agotar los

na la Alameda es hoy, paradójicamente, el sím-

ojos en los archivos e invocar el ectoplasma de las

bolo más evidente de nuestra falta de símbolos,

fotografías”1. Eso, y luego intentar un relato que

de la ausencia de un mito compartido. Mientras

colme los vacíos que configuran nuestra ciudad.

intentamos siquiera ponernos de acuerdo en su nombre (¿Baquedano?, ¿Italia?, ¿Dignidad?), un

Juana Lucero. Santiago 1896

infantil teléfono celular, gigante y anacrónico, se alza como centinela de una rotonda va-

Una novela que suscita el placer de la reconstruc-

cía e improvisada.

ción imaginaria del Santiago que se fue es Juana

Así las cosas, hijos de una ciudad obsesiona-

Lucero, primera obra de Augusto D’Halmar, pu-

da con borrar su historia, acaso uno de los po-

blicada en 1902 cuando el autor no pasaba de los

cos consuelos que nos quedan provenga del placer de ejercer la arqueología mental, es decir, asombrarse al descubrir —a partir de un

126

1

Roberto Merino, Santiago de memoria (Santiago: Planeta, 1997), 229.


veinte años. Reeditada recientemente por Pen-

Bello y que difícilmente tienen alguna corres-

guin Clásicos, esta novela —que imita expre-

pondencia con la ciudad actual. Y un aspecto adi-

samente Nana de Zola— restituye como pocos

cional, que desagradaba a nuestro cronista y que

escritos un cuadro íntegro de la capital chilena

con toda probabilidad sorprendería a las nuevas

de fines del siglo XIX.

generaciones de santiaguinos: la omnipresencia

Inicialmente, la trama se desarrolla en pleno

de la superstición en el ánimo citadino que, fru-

centro urbano. Si algo ha sobrevivido a nuestra

to de una particular fe popular, difuminaba las

manía de cambiarlo todo —y ni de eso estamos

fronteras entre las prácticas religiosas y ciertos

a salvo, como prueban recientes iniciativas de

ritos profanos. De este ánimo supersticioso sur-

la alcaldesa vigente— son los nombres de las

gían una serie de relatos que recorrían las calles

calles. Así, quizás uno de los aspectos más en-

de Santiago, dándole un leve aire mitológico del

tretenidos de esta novela consista en seguir a la

que hoy carece. Es lo que se deduce, al menos, de

protagonista por vías cuyos nombres sí recono-

la furibunda reacción que Joaquín Edwards Bello

cemos. Los domingos, único día en que se permi-

estampa en sus crónicas sobre el tema, reunidas

tía a Juana salir de casa, caminamos despacio por

luego en una antología de nombre significativo.

Santo Domingo, luego tomamos la calle Puente (que debe su nombre precisamente al puente de

Mitópolis. Una lectura equivocada

Cal y Canto, que desembocaba a esa altura por el lado sur del río), para llegar a la esquina del edi-

Cierto: lo mágico, lo supersticioso y algunas

ficio del Correo y entrar en la catedral. El lector

prácticas como el espiritismo (que Juana practi-

ignora si la algarabía que luego se describe es un

ca por las noches para invocar a su difunta ma-

tópico heredado de la novela decimonónica fran-

dre) son también un guiño epocal. La evidente

cesa, obsesionada con captar el fervor de las ca-

influencia del naturalismo en esta novela con-

lles parisinas, o si, efectivamente, los domingos

vive, en este punto, con aquella derivada de los

después de misa eran en Santiago el momento

movimientos que reaccionaron a él —simbo-

festivo por excelencia. Poco importa: la mención

lismo, decadentismo y luego el modernismo—,

de hitos reconocibles en un ambiente verosímil

los cuales, hastiados de perseguir la fatigosa

(la Plaza de Armas abarrotada, la venta de flo-

descripción “objetiva” de la realidad, optaron

res bajo los arcos del Portal Fernández Concha,

por dejarse fascinar por el misterio y lo sobre-

“el vocerío de los suplementeros” a la salida del

natural. De todas formas, aun reconociendo ta-

Correo, las vitrinas exhibiendo las fotos de los

les influencias en la novela de D’Halmar, resulta

políticos en la calle Puente) autoriza el entusias-

plausible cifrar su fortuna en la literatura chilena

mo y legitima nuestra imaginación.

en la medida en que encontraron un asidero real

La novela de D’Halmar fue un éxito en su épo-

entre las creencias populares de la época.

ca. Entre otras cosas, por tener la osadía de re-

La exasperada pluma de Edwards Bello así

tratar, en ese tiempo, la vida comunitaria de

parece confirmarlo. Una parte de su ingente pro-

un prostíbulo al que acudían, en el corazón del

ducción cronística (Héctor Soto calcula que ha-

Barrio Yungay, los jóvenes de la escueta aristo-

bría escrito no menos de 12.000 crónicas) busca

cracia capitalina (de hecho, el título original de

desbaratar los mitos urbanos que no estuvieran

la obra fue Juana Lucero. Los vicios de Chile). Hoy,

respaldados por hechos verificables. “Yo quie-

sin embargo, quizá nos detengamos en detalles

ro ser recordado como un destructor de mitos”,

que el autor nunca sospechó que podrían azuzar

afirma en una entrevista a Alfonso Calderón,

nuestra curiosidad. Pienso en ciertas perspecti-

que luego sería incluida a modo de prólogo en la

vas visuales que se repiten (árboles que sobresa-

colección de crónicas titulada precisamente Mi-

len detrás de una tapia, parras que atraviesan de

tópolis (Nascimento, 1973). La antología reúne

una propiedad a otra, casas vueltas hacia aden-

breves textos —publicados en diversos diarios,

tro, con doble patio interior), que remiten al es-

principalmente en La Nación— que tratan sobre

píritu rural y monacal al que se refería Edwards

algún mito local: la maldición del roedor colocolo,

127


LORE M IPS U M. E NSAYO

la legendaria belleza de la Quintrala o las peri-

asignándole como símbolo identitario su afán

pecias ligadas a la figura de Manuel Rodríguez.

por la demolición: “Sufrimos invariablemente

En casi todas las crónicas el proceder es el mis-

la desgracia de desear el cambio de todo cuan-

mo: exposición de una creencia popular más o

to nos rodea. Lo óptimo nos cansa y termina por

menos inverosímil, seguida por una provisión

fastidiarnos. Deseamos estrenos”. A la luz de la

de pruebas que refutan tal relato, normalmente

convivencia actual en la ciudad, podemos pre-

en base a argumentos etimológicos, históricos o

guntarnos si el empecinamiento por erradicar

científicos. Con su estilo sintético y fulminante,

estas creencias populares era la estrategia más

Edwards Bello intenta revertir esa “enorme ca-

eficaz para afiatar una comunidad tan precaria

pacidad para demoler los hechos verídicos y cu-

como la santiaguina.

brir el lugar con una pátina de leyenda, de magia, de ultratumba”, que nos caracterizaría especial-

Santiago de memoria.

mente a nosotros los chilenos, y, en particular, a

En busca del tiempo perdido

los santiaguinos. Releyendo los textos de Mitópolis se adivina,

Un proceder alternativo al de Edwards Bello lo

en todo caso, cierto placer del cronista en la evo-

viene a ofrecer quien, a estas alturas, puede ser

cación de estas leyendas. Detrás del positivismo

considerado su mejor y más digno discípulo. Las

que alentaba su afilado trazo, se percibe a ratos,

crónicas que Roberto Merino escribe semanal-

a modo compensatorio, un trato amable con es-

mente para la extinta revista Hoy durante los

tas historias compartidas; historias en gran par-

noventa —luego publicadas en Santiago de me-

te desaparecidas de la tradición oral —mucho

moria (Planeta, 1997)— quieren hacerse cargo,

menos por el triunfo de las ideas que defendie-

precisamente, de los vacíos de sentido que con-

ra Edwards Bello que por la endémica dificultad

figuran la ciudad. Con un método que combina

santiaguina por conectar una generación con

el callejeo y el trabajo de archivo, sus crónicas

la siguiente—. En realidad, el cronista también

—a menudo dedicadas a un barrio específico, a

se había referido a esta enfermedad capitalina,

una calle o a un hito cualquiera— terminan por

128


componer una trama o un mosaico citadino cuyo

Y tal vez la literatura podría ayudarnos a col-

fin, quizá inconfesado, consiste en responder al

mar esos espacios concretos que habitamos,

verso de Gonzalo Rojas: darle a Santiago, con sus

dándoles un sentido. Quizás es cierto que San-

millones de habitantes, con esa extensión a ratos

tiago no se deja ficcionalizar tan fácilmente

desoladora, la mitología que le falta. De ahí que,

como otras ciudades. Con todo, el renacimiento

aun citando frecuentemente a Edwards Bello y

del género de la crónica urbana en Chile duran-

considerándolo, junto a Vicuña Mackenna, una

te los noventa —con figuras tan diferentes como

de sus fuentes principales a la hora de escribir,

Lemebel y Merino— demostró hasta qué punto

su modo de acercarse al pasado y a los relatos

el espesor de una realidad compartida depende

populares que lo animan se oponga netamente

de la observación y la palabra. Desde entonces,

al enfoque de su maestro. En lugar de evaluar la

la capital chilena se ha ido volviendo más visi-

robustez empírica de las historias santiaguinas,

ble en sus escritores. El palacio de la risa, de Ger-

de lo que se trata en Santiago de memoria es de

mán Marín; Sumar, de Damiela Eltit; Formas de

alentar la curiosidad del lector-ciudadano.

volver a casa, de Alejandro Zambra y Mapocho, de

El problema, a ojos de Merino, es mucho me-

Nona Fernández, por nombrar algunas obras que

nos la posibilidad de distorsionar la realidad

le han concedido protagonismo a la ciudad, van

para adecuarla a nuestros propósitos que la

sumando capas de sentido a una metrópolis que

indiferencia exhibida hacia el espacio habitado.

todavía aguarda su propia mitología. Nosotros,

“Sería un notorio error ver en el Santiago de se-

lectores-ciudadanos —como nuestros bisabue-

senta años atrás tan solo un repertorio de añeje-

los frente a Juana Lucero— convergemos por un

ces. De hecho, los temas críticos de la actualidad

momento en un espacio común. ¿Y si el impul-

urbana ya se insinuaban por esos días” , afirma

so de la nueva literatura inspirase formas con-

en una crónica que luego sería compilada en otra

cretas, lugares de encuentro que perdurasen en

antología —Horas perdidas en las calles de San-

el tiempo?

2

tiago—, en la que abunda el empeño por emparentar nuestra vida cotidiana actual con la de las generaciones pasadas. Una fe excesiva en el presente; la rapidez con que nos aplicamos al olvido e interrumpimos la permanencia de una forma: he ahí el principal escollo que impide el fermento de una rica vida comunitaria entre quienes compartimos la ciudad. 2 Roberto Merino, “Santiago hace sesenta años. El drama del estirón”, en Horas perdidas en las calles de Santiago (Santiago: Sudamericana, 2000), 67.

Felipe Joannon es doctor en literatura hispanoamericana por la Universidad de París 8. Su investigación se ha centrado en la narrativa y poesía chilena del siglo XX, y ha publicado artículos y ensayos acerca de Adolfo Couve, Roberto Merino, Luis Oyarzún y Pablo Neruda. Su primer libro es El mito del artista en la obra de Adolfo Couve (Santiago: Ril Editores, 2023). 129


El juicio final MARIANA CANALES

130


“La ley cambia, la conciencia no”. Sophie Scholl en el interrogatorio ante Mohr, oficial de la Gestapo.

“P

or tanto, en virtud de este cargo, se los

ciñen a los hechos, incluyendo el heroico grito

condena a muerte”. ¿El cargo? Traición. El cri-

de Hans —“¡viva la libertad!”— justo antes de

men de Hans y Sophie Scholl fue repartir pan-

ser guillotinado. Su narración no está mancha-

fletos contra el régimen Nazi en la Universidad

da (como en tantas películas ambientadas en la

de Münich. El de Cristoph Probst, redactar un

Alemania de Hitler) por música dramática ni por

ensayo del mismo tenor que llegó casi por ca-

un sentimentalismo burdo. Por el contrario, las

sualidad a manos de la Gestapo. Cinco días antes

escenas son sobrias y dejan brillar los diálogos,

de la condena, el 18 de febrero de 1943, Hans y

las miradas, los gestos.

Sophie Scholl habían aprovechado que los alum-

La película relata los últimos cinco días de una

nos de la Universidad de Münich estaban en cla-

historia de heroísmo algo más larga, que vale la

ses para distribuir los textos por los pasillos de la

pena conocer. Entusiastas seguidores de Hitler,

universidad. Se mueven rápido y en silencio. Casi

los hermanos Scholl participaron en grupos de

han terminado cuando Sophie lanza un montón

las juventudes hitlerianas durante los primeros

de papeles desde el segundo piso hacia el pa-

años del Nacional Socialismo pese a las reservas

tio central.

de su padre, opositor desde los inicios. No tar-

Por un momento el espectador cree (con ilu-

daron en decepcionarse. Cuando Sophie entró a

soria esperanza, pues sabe que la historia es real

estudiar filosofía y biología a la Universidad de

y conoce su fin) que se han salvado. Pero alguien

Münich, tuvo la oportunidad de leer panfletos

ha visto a Sophie y no duda en denunciarlos a la

que criticaban con argumentos sólidos y elabo-

Gestapo. Ese mismo día son tomados prisione-

rados el régimen Nazi y la guerra. El contenido le

ros. Días más tarde capturan también a Probst.

pareció loable y, aún más, el coraje de sus auto-

Sophie Scholl. Los últimos días narra el arres-

res, cuyos nombres, escondidos bajo el seudóni-

to, juicio, condena y ejecución de los hermanos

mo “Rosa Blanca”, ignoraba. No tardó en descu-

Scholl y de Christoph Probst, ocurridos hace

brir que quienes estaban detrás de esos valientes

poco más de ochenta años. La película abor-

textos eran nada menos que su hermano Hans y

da con inteligencia y elegancia la pregunta por

algunos de sus amigos. Hans estudiaba medici-

la autoridad de la ley. En particular, sobre si la

na en la misma universidad y había servido en el

obligación de obedecer la ley positiva es absoluta

frente oriental. Testigo de los horrores cometi-

o si, bajo determinadas circunstancias, tenemos

dos por los alemanes en Polonia y Rusia, él y sus

más bien una obligación moral de desobedecerla.

amigos se convencieron de que tenían la obliga-

Y si ese es el caso, cuál es el fundamento de tal

ción moral de resistir al régimen. La misma con-

obligación. La virtud de la película es su realidad.

vicción llenaba el corazón de Sophie, quien no

El guion y la ambientación son fieles a la historia.

tardó en unirse al grupo.

Los diálogos de los interrogatorios y del juicio se

131


LORE M IPS U M. E NSAYO

La “Rosa Blanca” fue uno de los pocos grupos

su nombre ante las autoridades Nazi. “Su ‘raza

de alemanes que resistieron de manera orga-

maestra’ —le dice al temido juez Friesler— en

nizada a Hitler . Siempre por medios pacíficos

realidad quiere paz, quiere que la dignidad hu-

—distribución de panfletos y mensajes escri-

mana sea respetada de nuevo. Quiere a Dios,

tos en las paredes de la ciudad— este grupo de

conciencia y empatía”. Tras la muerte de sus

estudiantes denunció el régimen de Hitler y su

hermanos, Inge Scholl dio a conocer la corres-

“ateísta máquina de la guerra”, y se esforzó por

pondencia de Hans y Sophie, en las que se revela

persuadir a sus conciudadanos de que tenían el

una ardiente espiritualidad2. Por otro lado, los

deber moral de resistirse. La inactividad ante un

jóvenes eran intelectualmente inquietos. Bajo la

gobierno injusto era culpabilidad. El extendido

mentoría de profesores cristianos como Theodor

silencio de los alemanes durante la época levan-

Haecker y Kurt Huber —este último miembro

1

ta la pregunta por las motivaciones esos jóve-

también de la “Rosa Blanca” y ejecutado en ju-

nes extraordinarios.

lio de 1943— los jóvenes habían leído a San John

Ante todo, se trataba de muchachos con in-

Henry Newman, Santo Tomás de Aquino, San

mensa fe. No solo eran profundamente cristia-

Agustín, Pascal, Bernanos, entre otros. Contaban

nos, además sabían muy bien lo que su fe im-

con las herramientas para responder las pre-

plicaba y exigía. Esta dimensión está muy bien

guntas que los tiempos les planteaban. Gracias

retratada en la película, especialmente en el

a ellas, podían discernir la autoridad legítima y

caso de Sophie. Se la ve rezando, completamente abandonada en las manos de Dios, e invocando

1

Paul Shrimpton, How Newman inspired de White Rose Resistance in Nazi Germany (Inglaterra: Gracewing, 2018).

132

2 Por ejemplo, Hans le escribe a su hermana Inge antes de morir: “Me he perdido muchas veces, lo sé. Unos abismos se abren y la noche más oscura inunda mi corazón en búsqueda, pero persevero a pesar y en contra de todo. Qué bella es esta palabra de Claudel: ‘la vida es una aventura hacia la luz’”.


justa de la ilegítima e injusta, los límites de la

“¿Por qué nos castiga”, le pregunta Sophie a

obligación de obedecer y, en definitiva, distinguir

Mohr. “Porque la ley así lo dictamina. Sin ley,

entre el bien y el mal. Su formación intelectual

no hay orden”. Para Mohr, la obligación de obe-

los inspiró y les permitió articular la resistencia a

decer la ley radica en que en ella está plasmada

un régimen que, a todas luces, era injusto3.

la decisión del gobernante. El solo hecho de ser

El problema de la autoridad de la ley, si bien

soberana la transforma en guía legítima de la

está presente a lo largo de toda la historia, es

conducta de los ciudadanos. Ni el proceso me-

protagónico en el interrogatorio final de Sophie

diante el cual ha sido dictada ni su contenido

ante la Gestapo, una de las escenas más lúcidas

juegan algún rol para dotarla de autoridad. Se-

de la película. Frente a la muchacha está Mohr,

gún la mirada de Mohr, solo la ley da la certeza y

un agente experimentado a quien el Nacional

el orden necesarios en una sociedad, de manera

Socialismo ha brindado grandes oportunidades

que el actuar ciudadano debe ser necesariamente

y, sobre todo, le ha devuelto el orgullo herido

congruente con ella. La ley —el texto de la ley—

tras la Primera Guerra. La escena es brillante,

es para el agente de la Gestapo el criterio de rec-

con grandes actuaciones de Julia Jentsch (So-

titud del actuar. Sophie, en cambio, sostiene que

phie) y Alexaner Held (Mohr), quienes logran re-

la ley solo puede ser legítimamente obedecida si

presentar la compleja relación entre interrogada

ella se adecúa a exigencias de justicia anteriores

e interrogador. Ella se muestra sólida e inque-

a ella. Por eso, cuando Mohr le pregunta “¿a qué

brantable. No carece de miedo —se esfuerza en

atenernos si no es a la ley?” ella responde: “a

ocultar sus manos temblorosas y piensa con cui-

nuestra conciencia”. Con su respuesta, Sophie no

dado cada una de sus res-

apunta a un relativismo

puestas— pero habla con

en que cada uno deter-

la superioridad intelec-

mina según sus propios

tual y moral de quien está honesta y genuinamente

Se trataba de muchachos con inmensa fe. No solo eran profundamente

convencido de sus pa-

cristianos; además sabían muy bien lo

labras. Tal superioridad

que su fe implicaba y exigía.

minimiza

progresiva-

criterios si la ley ha de ser obedecida o no. Ella no es una anarquista, y sabe que la ley es fundamental en una sociedad sana.

mente a su inquisidor. Este, por su parte, repre-

Su punto es que el orden jurídico está sometido

senta a la perfección la actitud casi indiferente

a exigencias del bien común, de justicia, que lo

del fiel pero formalista cumplidor de la ley. No

preceden y que son inmutables. Cuando Robert

obstante su apego irrestricto al texto legal, algo

Scholl logra colarse al juicio de sus hijos, hace ver

parece removerse en él. En un momento, le ofre-

ese dato a los miembros del tribunal: “¡hay una

ce a Sophie un salvavidas, que ella rechaza: no

justicia superior!” grita mientras intenta zafar-

está dispuesta a traicionar sus ideales. ¿Por qué

se de los oficiales. El rol de la autoridad es pre-

le ofrece ayuda? Pareciera que ese destello de

cisamente discernir cuáles son esas exigencias y

empatía se funda en que Mohr tiene un hijo de la

determinar su contenido (pues no existe algo así

misma edad de Sophie, recientemente enviado al

como un listado taxativo). Ni la autoridad ni la ley

frente oriental. Queda la duda, sin embargo, de

positiva son entonces el criterio último del bien y

si acaso admite, aunque sea en un mínimo gra-

el mal. Ahora, todo ciudadano, por ser racional,

do, que esa joven tal vez tenga razón. Al final del

tiene la capacidad de discernir las exigencias de

interrogatorio, el espectador puede percibir esa

justicia; puede identificar una ley que no se ade-

suerte de confesión cuando Mohr se lava las ma-

cúa a ellas y de actuar en consecuencia. De ahí la

nos cual Pilato.

relevancia de la conciencia. Tales son las miradas en tensión a lo largo de la película.

3 Para la inspiración cristiana de “La Rosa Blanca” ver Shrimpton, Conscience before comformity. Hans and Sophie Scholl and the White Rose resistance in Nazi Germany (Gracewing, 2018).

Con los ojos de hoy, los argumentos de Sophie ante el nazismo parecen de perogrullo, pues hoy nos resultan evidentes la injusticia y atrocidad de

133


LORE M IPS U M. E NSAYO

los hechos perpetrados por el régimen de Hitler.

Los miembros de la “Rosa Blanca” siguieron su

Sin embargo, esos mismos argumentos nos pa-

conciencia hasta la muerte. La película muestra

recen fuera de lugar en nuestros propios deba-

cómo los totalitarismos se empeñan en apagar

tes políticos, que muchas veces versan sobre la

esa dimensión tan sagrada del ser humano. En

misma pregunta que le plantea Mohr a Sophie:

efecto, la maldad de las ideologías totalizantes

¿qué orden tenemos si no es aquel que establece

consiste precisamente en absorber a la persona

la ley? Nuestras disputas suelen darse en térmi-

al privarla de conducir su vida según los dictados

nos de autonomía o de derechos. Pero la pregun-

de su razón y de sus creencias más profundas. Al

ta que en realidad subyace a ellos no es diferente

hacerlo, la despoja de su humanidad. Así, esta

a la que Sophie intenta responder: quién, en úl-

historia reivindica el valor tan fundamental de

timo término, determina qué es justo y qué no

nuestra conciencia y de nuestra capacidad racio-

(vaya sorpresa para nuestra soberbia superiori-

nal, la cual no deja de estar amenazada cuando se

dad moral respecto del pasado).

niega la objeción de conciencia, la posibilidad de

En el empeño por dejar claro su punto de vis-

llevar adelante proyectos educativos robustos o

ta, Sophie pone el caso de los judíos. Hitler, ar-

la defensa pública de ciertas visiones de mundo.

gumenta, no tiene poder para determinar que

La ley, nos recuerda la película, no es una impo-

una vida vale más que otra: los judíos tienen la

sición desde arriba sobre piezas de ajedrez, sino

misma dignidad que cualquier alemán. No se

un medio para que personas libres y racionales,

queda ahí. Acto seguido plantea el ejemplo de

que viven en comunidad, puedan alcanzar su

los niños con algún tipo de enfermedad mental:

pleno desarrollo.

“Venían camiones al hospital a buscar a los ni-

Cuando Sophie se entera a través de Else, su

ños con enfermedades mentales. Los otros niños

compañera de celda y vigilante, de que su juicio

preguntaban a dónde iban. ‘Al cielo’, les contes-

será público, se alegra: será un escenario ideal

taba la enfermera, y entonces los niños se subían

para promover sus ideas. Al entrar a la sala, sin

a los camiones cantando”. La reacción de Mohr

embargo, solo ve generales nazis en la audien-

es brutal: sus vidas valen menos. “Cada vida es

cia. A pesar de eso, confía en que cuando la gente

valiosa”, le responde entonces Sophie, de ma-

sepa que murieron por repartir panfletos se les

nera categórica. La dramática queja de la pro-

hará evidente la injusticia del régimen de Hitler.

tagonista resuena en un mundo como el actual:

La mañana del 22 de febrero de 1943 tiene lu-

hace poco Inglaterra aprobó el aborto de niños

gar el juicio en que los jóvenes son condenados a

con Síndrome de Down por el solo hecho de ser-

muerte. Pese a que lo normal era ejecutar la sen-

lo, y por todas partes intentamos ‘liberarnos’ de

tencia 99 días después de la condena, se les eje-

nuestros ancianos. Olvidamos demasiado a me-

cuta esa misma tarde. Antes, se les permite ver a

nudo que el régimen de Hitler promovió y llevó

sus padres; preciosa escena en que al despedirse

a cabo las mismas práctica que hoy replica Oc-

para siempre de sus hijos, Robert y Magdalena

cidente, tan orgulloso del carácter sagrado que

Scholl les dicen estar orgullosos de ellos. “Ha-

atribuye a la libertad y dignidad humana.

ría lo mismo de nuevo”, afirma Sophie. Cuestión

134


extraña, los oficiales les permiten a los tres ami-

Las palabras finales de Sophie en el juicio lle-

gos pasar los últimos minutos juntos. “No ha

vado en su contra las dirigió a los miembros del

sido en vano”, los anima Cristoph. Sophie, Hans

tribunal. El último derecho que se le concede lo

y Cristoph, de 21, 25 y 24 años, respectivamen-

ejerce apelando a la conciencia de sus ejecutores:

te, mueren guillotinados y sin testigos. Una co-

“Pronto ustedes estarán parados donde nosotros

pia del último panfleto llegó a manos de Helmut

estamos ahora. Pueden colgarnos hoy, pero us-

von Moltke, abogado contrario a los nazis que

tedes serán colgados mañana”. No son esas leyes

logró hacer llegar el documento a Londres. A

las que establecen los criterios del bien ni ese el

mediados de 1943, aviones aliados dejaron caer

tribunal que emitirá el juicio que importa. Ella lo

millones de panfletos de la Rosa Blanca sobre el

sabe y ha decidido actuar en conformidad.

pueblo alemán.

Sophie Scholl: Los últimos días. Director: Marc Rothermund Guión: Fred Breinersdorfer

Mariana Canales es abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile y máster en filosofía del derecho por la Universidad de Oxford, donde actualmente cursa el doctorado en filosofía del derecho. 135


LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

Antisemitismo antes del Holocausto CHANTAL DUSSAILLANT

136


A

Paradero desconocido

zándonos en nuestras vidas. La literatura y el

Esta escueta y delicada novela epistolar fue pu-

cine encuentran en ese evento, que marcó para

blicada por primera vez en 1938 en Story, revista

unque han pasado ocho décadas, la fuer-

za expansiva del Holocausto judío sigue alcan-

siempre a Occidente, una fuente inagotable de

norteamericana especializada en ficción bre-

historias que continúan alimentando uno de los

ve. Fue tal su éxito que, al año siguiente, volvió

imaginarios más siniestros de lo humano. Para

a aparecer en un número del Reader´s Digest y

enriquecer ese cuadro, vale la pena leer a dos

además se publicó como libro, transformándo-

autores poco conocidos en nuestro medio que

se rápidamente en un superventas. Le siguieron

describen el antisemitismo alemán de los años

varias traducciones, una adaptación al cine en

previos a la guerra. Se trata de Paradero desco-

1944 y múltiples producciones para el teatro y

nocido, de la escritora estadounidense Katherine

la radio. En todas estas ediciones y representa-

Kressmann Taylor, una novela epistolar publica-

ciones, la escritora neutralizó su identidad con el

da en 1938 en Nueva York, y de la novela El pa-

seudónimo Kressmann Taylor: en opinión de su

sajero, de Ulrich Alexander Boschwitz, publicada

editor, la historia era demasiado “fuerte” para

en 1939 en Inglaterra y un año más tarde en los

haber sido escrita por una mujer.

Estados Unidos. En estos textos ya se observa el

En 1995, cuando se cumplieron cincuenta años

antisemitismo de manera bastante flagrante en

de la liberación de los campos de concentración

la Alemania de los años treinta y, de alguna ma-

alemanes, la revista Story volvió a publicar la no-

nera, es posible vislumbrar en sus páginas cómo

vela, hecho que renovó el interés que había pro-

se estaban fraguando las condiciones que dieron

vocado en sus inicios. Nuevamente, se realizaron

pie al Holocausto.

137


LORE M IPS U M. E NSAYO

varias traducciones y representaciones teatrales,

mos el mismo sueldo que por los dos de la casa de

y en 2001 apareció la primera edición alemana.

San Francisco.”

El libro cubre un lapso temporal de poco más

Poco a poco, en el diálogo epistolar empie-

de un año, entre noviembre de 1932 y marzo de

za a hacerse visible la figura de Hitler, quien va

1934, periodo en que los lectores somos testi-

emergiendo como una alternativa para escapar

gos del intercambio epistolar entre dos amigos,

de la situación ignominiosa en que se encontra-

Max Eisenstein y Martin Schulse. El primero,

ba Alemania tras el Tratado de Versalles. Martin

un comerciante de arte de origen judío que se

confía en que el reemplazante de Hindenburg, el

ha radicado en la costa oeste de Estados Unidos;

presidente de Alemania, puede sacar a su país del

a diferencia de él, su socio Schulse ha regresado

pantano en que se encuentra, aunque su perso-

a Alemania junto a su familia. Las cartas, si bien

nalidad le despierta ciertas dudas: “He de decir

tienen como principal objetivo informar sobre

que es un hombre electrizante, con una potencia

las ventas y necesidades de la galería de arte, de-

como solo cabe en un gran orador y en un faná-

jan entrever la estrecha relación de amistad que

tico. Aunque yo me pregunto: ¿está realmente en

existe entre ellos y sus familias. Sabemos, por

sus cabales? Entre las filas de sus escuadrones de

ejemplo, que Max es soltero y que pasa mucho

camisas pardas se encuentra gente de la peor ca-

tiempo con Martin y su familia; que Elsa, la es-

laña”. No obstante, en un par de meses, el recelo

posa de este último, es una mujer cálida y afec-

contra Hitler desaparece y Martin defiende su li-

tuosa que recibe con los brazos abiertos todos los

derazgo, aunque eso le signifique interrumpir su

fines de semana al socio de su marido y que sus

amistad con Max, ya que no puede exponerse al

familias han estado conectadas íntimamente por

intercambio con un judío.

algún tiempo.

El 30 de enero de 1933, presionado por las cir-

Es a través de esta relación comercial y de

cunstancias, el presidente de Alemania Paul von

amistad que el contexto histórico comienza a

Hindenburg nombra al líder del Partido Nazi,

filtrarse y a cobrar importancia. Martin Schul-

Adolf Hitler, canciller de ese país. En febrero de

se ha regresado a una Alemania deprimida por

ese mismo año, el presidente firma el Decreto

los efectos de su derrota en la Primera Guerra

del incendio del Reichstag el que, además de

Mundial; sin embargo, no se aproblema con los

suspender las libertades civiles, imponía penas

beneficios económicos que obtiene de esta si-

mucho más severas que la Constitución de Wei-

tuación: “La casa, ya sabes, la tenía en mente

mar (como, por ejemplo, la pena de muerte)

desde hace tiempo. Y la he conseguido a precio

para quienes se resistieran a las autoridades del

de ganga. Treinta habitaciones y más de cuatro

Reich. Así se entiende que, al año siguiente, con

hectáreas de terreno.” Asimismo, si bien lamen-

la muerte de Hindenburg, Hitler se haya instala-

ta la situación empobrecida de su país, pareciera

do como jefe de Estado con amplios poderes.

no producirle ningún conflicto interno usar esa

Es este escenario el que empieza a hacerse cada

realidad en su propio provecho: “Por los diez

vez más patente en las cartas. Max manifiesta su

empleados que tenemos a nuestro servicio paga-

angustia ante las noticias sobre los pogromos

138


que se están llevando a cabo contra los judíos

noticias alcanzaron a Boschwitz fuera de Alema-

en Alemania y confía en que su amigo Martin le

nia, país que había abandonado en 1935, luego de

dirá la verdad: “El hijo de Aaron Silberman acaba

que su tío Alexander Wolgast fuera asesinado en

de regresar de Berlín, de donde al parecer esca-

la calle por oponerse a las leyes de Nuremberg,

pó por los pelos. Las historias que cuenta sobre

conjunto de normas antisemitas y racistas que

lo presenciado allí (flagelaciones, gente forzada

fueron impuestas por el régimen nazi. Después

a beber litros y litros de aceite de ricino entre

de un viaje de cuatro años que lo llevó por Suecia,

dientes apretados y las subsiguientes horas de

Francia, Luxemburgo y Bélgica, en 1939 se reu-

lenta agonía cuando les revientan las tripas) no

nió con su madre en Inglaterra.

son nada agradables”. A esto se suman la quema

Pero la suerte que corrió Boschwitz al salir de

de bibliotecas, persecuciones, asesinatos de ju-

Alemania rivaliza con las aventuras que narra en

díos y campos de concentración. No cabe duda de

su propia novela, pues al estallar la guerra, pese

que el antisemitismo en la Alemania de comien-

a su origen judío, fue declarado “extranjero ene-

zos de los años treinta ya era algo bastante evi-

migo” por el gobierno británico y fue internado

dente, anticipando de manera siniestra el horror

en la isla de Man. Posteriormente fue deporta-

del Holocausto. No sorprende entonces que estos

do a Australia, donde también fue recluído en un

hechos vayan debilitando esta amistad, al pun-

campo de prisioneros en South Wales. Aunque

to que la distancia que suscita entre ellos parece

dos años más tarde, en 1942, se le permitió re-

insalvable. Sin embargo, alejándose de lo con-

gresar a Inglaterra, el barco en que viajaba fue

vencional, la novela nos tiene preparado un final

alcanzado por un torpedo alemán ocasionando la

—al estilo Otra vuelta de tuerca— que no dejará

muerte de todos sus ocupantes.

indiferente al lector.

En 1939 publicó una versión temprana de su obra en Estados Unidos, y al año siguiente en

El pasajero

Inglaterra, pero estas pasaron casi desapercibidas. Por sus cartas se sabe que durante su estadía

A Ulrich Alexander Boschwitz le tomó cuatro

en Australia trabajó en la revisión de la primera

semanas escribir esta novela luego de la Noche

edición de El pasajero; sin embargo, ese manus-

de los cristales rotos, aquella serie de ataques y

crito se perdió junto con él en el mar. Gracias a

linchamientos a ciudadanos judíos que fueron

Reuella Shachaf, sobrina de Ulrich Boschwitz,

perpetrados la noche del 9 de noviembre de 1938,

el editor Peter Graf se enteró de la existencia de

tanto en Alemania como en Austria. Casi un cen-

esta novela y de que nunca había sido publicada

tenar de judíos fueron asesinados, mientras que

en alemán. Luego de leer la copia original, que se

otros treinta mil fueron enviados a los campos de

encuentra en la Biblioteca Nacional de Alemania,

concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y

en Fráncfort, Graf decidió embarcarse en su edi-

Dachau; además, varios miles de casas y tiendas

ción, por lo que esta fue publicada por primera

fueron destruidas y saqueadas, las sinagogas

vez en lengua germana recién en 2018.

quemadas y los cementerios profanados. Estas

139


El pasajero narra la historia de Otto Silber-

talizarse de manera peligrosa a partir del año

mann, un exitoso empresario judío asentado

1933, cuando Hitler asume como Canciller. Los

en Berlín que, los días que siguieron a la Noche

historiadores suelen coincidir en que entre 1899

de los cristales rotos, ve cómo se desmorona su

y 1939 se advierte un notable incremento del

vida: pierde a su familia, a sus amigos y su em-

antisemitismo en las sociedades occidentales.

presa. En cierto sentido, la historia que se narra

Sobre las razones que estarían detrás de esa ani-

en este libro tiene bastante de autobiográfico, ya

madversión hay varias hipótesis, pero la más co-

que el protagonista, al igual que el propio autor,

mún tiene relación con el rol de la modernización

también se siente profundamente alemán y su

que hizo posible la emergencia del liberalismo y

sangre judía nunca había sido un factor diferen-

del capitalismo que, entre otras cosas, permitió

ciador de sus compatriotas. Tanto es así que el

el desarrollo político, social y económico de los

padre de Boschwitz murió luchando por el Kaiser

judíos. El surgimiento y la movilidad social que

en la Primera Guerra Mundial; su madre, en tan-

ellos adquirieron habría provocado un cierto re-

to, descendía de una conocida familia protestan-

sentimiento en el resto de la población, robuste-

te, al punto que educó a su hijo en esa religión.

ciendo así los sentimientos antisemitas.

Asimismo, ambos tienen un físico marcadamen-

La novela describe, de manera implacable, la

te ario —“Silbermann no mostraba ninguno de

hostilidad que crece entre el propio pueblo ale-

los rasgos por los que, según los expertos en te-

mán hacia los ciudadanos de sangre judía. Esto

mas raciales, se reconocía a un judío”— por lo

se hace más patente cuando Silbermann pierde

que, para ellos, el rechazo del entorno resulta

el contacto con su esposa, de origen ario, pues

doblemente sorprendente.

la familia de esta se rehúsa a seguir en comuni-

No obstante, más allá de las resonancias bio-

cación con él por el riesgo que implica. O cuando

gráficas que se observan en la novela, esta refleja

su socio comercial se aprovecha de la situación

el antisemitismo que se había estado incubando

para comprarle la casa por un valor miserable:

en la sociedad alemana y que comienza a cris-

“¡Silbermann, se lo digo como amigo! Le com-

140


pro su casucha, pero si no lo hago yo, se la llevará

lo lleva a ninguna parte y que más bien está atra-

el Gobierno, y este no le dará ni un céntimo”. Es

pado en un circuito sin destino conocido.

tal el desamparo que empieza a experimentar el protagonista que se siente totalmente atrapado

***

en lo que hace poco tiempo era su patria: “Para un judío, el Reich entero no es más que un enor-

Ambas novelas contribuyen a elaborar un cuadro

me campo de concentración”, afirma desolado.

sobre el intrincado origen que tuvo uno de los

El título de la novela hace referencia a la so-

eventos más siniestros de la historia de Occiden-

lución temporal que encuentra Silbermann para

te. Al mismo tiempo, tal como sostiene el soció-

hacer frente a ese desamparo, esto es, convertir-

logo polaco Zygmunt Bauman, el Holocausto “se

se en un pasajero perpetuo. Se da cuenta de que

gestó y se puso en práctica en nuestra sociedad

la red ferroviaria que se extiende por el país le

moderna y racional, en una fase avanzada de

permite cierta libertad de movimiento para es-

nuestra civilización y en un momento culminan-

capar de la policía mientras intenta discurrir un

te de nuestra cultura” lo que tendría que man-

plan para cruzar la frontera. Sin embargo, pronto

tenernos atentos, sobre todo en estos tiempos

descubrimos que este subir y bajar de trenes no

convulsos que estamos viviendo.

Paradero desconocido

El pasajero

Kressmann Taylor

Ulrich Alexander Boschwitz

Salamandra, 2022

Sexto Piso, 2019

80 páginas

248 páginas

Chantal Dussaillant es doctora en literatura de la Universidad de Nueva York. Es académica de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez. 141


Ilustración: Alejandra Acosta

LOS DILE MAS DE L FE MINIS MO C ONTE MPORÁNE O

— O l i m po — GONZALO VIAL

142


D

icen que no se perdía noticia y que escribía como

explicaba, irritando a más de un colega. Prolífico au-

si le faltara tiempo. Sentado en su escritorio y con

tor, entre sus obras destacan los cinco volúmenes de

sus pies rodeados de papeles, tecleaba con dos dedos

Historia de Chile (1891-1973), las biografías de Pino-

su Olivetti. Como se le habían soltado varias letras,

chet y Arturo Prat, y las conferencias donde anali-

las reemplazó con piezas de otras máquinas, sin im-

za el gobierno de Salvador Allende, El fracaso de una

portarle que se repitieran. Solo él era capaz de des-

ilusión.

cifrar ese artefacto que zumbaba con tres letras I y dos letras A.

Vial captó que el oficio de historiador trasciende la recolección de datos: es ocasión de encuentro con el

Abogado, periodista e historiador; agudo colum-

presente y con una realidad de la que somos tan he-

nista, fundador y director emblemático de revistas

rederos como responsables. Para él, ambas dimen-

de corte político como Portada o Qué Pasa, Gonza-

siones se iluminan y alimentan, por lo que la idea de

lo Vial Correa fue un hombre público por vocación.

un progreso lineal difícilmente tenía cabida en su

“Lo sabe y lo lee todo (…) No he visto en la prensa

pensamiento: “la historia no es necesariamente una

chilena prodigio igual”, dijo alguna vez Cristián Ze-

línea ascendente. Todos los días tomamos decisiones

gers, testigo de su frenético tecleo. El tiempo vino

buenas y malas. El futuro permanece en el misterio”.

a confirmar que su sentido de urgencia frente a la

La fe católica, por el contrario, fue un faro desde el

hoja en blanco estaba justificado. Vial intuyó —como

cual su trabajo intelectual cobró pleno sentido, lle-

pocos— las tensiones de un país cuyo proceso de

nando sus preguntas de lucidez y ampliando su al-

modernización dejó a muchos varados en el cami-

cance y profundidad.

no. Y, lejos de tomar palco, se involucró en la tarea

Incluso muchos de sus críticos vieron en él a un

de ayudar a rehabilitar el alma de una sociedad que

hombre valiente y libre de espíritu. A pesar de opo-

aplaudía eufórica el progreso, mientras la angustia

nerse con decisión a la UP, de participar en la edición

de los más desposeídos bullía bajo sus pies. “Los que

del polémico Libro blanco e incluso de liderar breve-

integramos sectores altos o medios relativamente

mente la cartera de Educación durante el régimen de

acomodados —escribió en La Segunda—, no sabe-

Pinochet, denunció firmemente los crímenes come-

mos nada. Tampoco querríamos saber nada, pero

tidos por la dictadura. En 1985 los calificaría “como

la realidad de los pobres tiene la mala e incómoda

un cáncer”, perdiendo el saludo de varios. Su com-

costumbre de asomarse a través de las estadísticas, y

promiso era con la verdad: de ahí su participación en

echarnos a perder el día”. A sus ojos, la indiferencia

1990 en la comisión Rettig, donde cuentan que nadie

ante el desmantelamiento de la “familia de libreta”,

leyó de forma más minuciosa los casos informados.

con las mujeres y niños más vulnerables impacta-

“Mi familia para mí es todo”, decía el historiador.

dos por las altas tasas de abandono paterno, era la

Casado con María Luisa Vial y padre de siete hijos, se

muestra más elocuente de esa desidia.

acostumbró a escribir bajo la estridencia de un piano

Nacido en 1930 en el seno de una familia católica

a lo lejos y siendo permanentemente interrumpido

y tradicional —“un aristócrata en el mejor sentido

por el trajín doméstico. En medio de ese ajetreo, el

de la palabra”, según lo describe un cercano—, Vial

matrimonio logró impulsar la Fundación Educacio-

cultivó desde temprano la afición por la historia de

nal Barnechea, bajo la convicción de que solo una

Chile gracias a su abuelo, Juan de Dios Correa, quien

educación de calidad puede favorecer una auténtica

interrogaba con paciencia a sus nietos: “¿Qué ha leí-

integración social.

do del libro que le presté? —Nada, Tata. —Vamos para atrás, como los cangrejos”.

La enseñanza fue uno de sus grandes amores. Dicen que nunca tuvo habilidad para las manualidades,

Su inquietud por el pasado no hizo más que ahon-

pero que de niño construyó una escuelita con una

darse en la Universidad Católica, donde ingresó para

caja de cartón para las muñecas de su hermana, que

estudiar Derecho y, luego, Pedagogía en Historia

no tenían sala de clases. Años más tarde, escribirá:

bajo la guía atenta de Jaime Eyzaguirre. Contrarian-

“Seamos honestos: o asignamos más recursos o

do a su maestro, el discípulo no quiso ser historia-

educamos a menos jóvenes. No continuemos con la

dor. “Quería estar en los hechos”, contaría. “Solo en

estafa de hoy de educar mal a tres niños con la plata

libros y sin contacto con la realidad, se empobrece la

que bastaría para educar bien a uno”. Quizás será

interpretación”.

señal de que hemos llegado a buen puerto el día en

Observó la historia de Chile siempre desde un ángulo singular: “Yo en la historia busco una verdad”,

que sus palabras, plenamente vigentes, nos dejen de incomodar. 143


últimos libros ies

Enseñar entre iguales, de Daniel Mansuy

Feminismo contra el progreso, de Mary Harrington

La democracia puesta a prueba, de Jean Bethke Elshtain

Filosofía del gobierno democrático, de Yves Simon

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