Punto y coma N°5: La reconstrucción democrática de Chile

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N°5 / SEPTIEMBRE 2021 $6.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480

Reconstrucción democrática y políticas de la identidad Manfred Svensson Renovar los derechos humanos Mary Ann Glendon y Seth D. Kaplan Las familias y el nuevo pacto Consuelo Araos y Catalina Siles Entrevistas a Emmanuelle Barozet, Hernán Hochschild y Pedro Morandé Lorem ipsum: Iván Valenzuela, Pablo Ortúzar y Elena Irarrázabal


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº5, septiembre de 2021 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinador: Rodrigo Pérez de Arce Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo. Diseño: Huemul Estudio. Colaboran en este número: Joaquín Castillo, Claudio Alvarado, Rodrigo Pérez de Arce, Manfred Svensson, Josefina Araos, Catalina Siles, Consuelo Araos, Jorge Fábrega, Mary Ann Glendon, Seth D. Kaplan, Gabriel Cid, Sylvia Eyzaguirre, Magdalena Ortega, Guillermo Pérez, Ricardo Salas, Francisca Echeverría, Daniel Mansuy, Rosario Zanetta, Pablo Ortúzar, Elena Irarrázabal y Guillermo García. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Huemul Estudio, Mateo Flores y Comunicaciones UC. ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros


Editorial 04

Joaquín Castillo

La reconstrucción democrática de Chile Mediación política y cambio constitucional 08 Entrevista a Hernán Hochschild

16

Reconstrucción democrática y políticas de la identidad 24 Entrevista a Pedro Morandé

31

Las familias y el nuevo pacto 40 El jaguar achanchado 48 Entrevista a Emmanuelle Barozet 56 Somos continentes 64

Claudio Alvarado por Rodrigo Pérez de Arce Manfred Svensson por Josefina Araos Consuelo Araos y Catalina Siles Rodrigo Pérez de Arce por Catalina Siles Jorge Fábrega

Rescate Renovar los derechos humanos

72

Mary Ann Glendon y Seth D. Kaplan

Horas en la biblioteca 82 Contrapunto de Gabriel Cid y Sylvia Eyzaguirre sobre La democracia en Chile. Trayectoria de Sísifo, de Joaquín Fermandois Reseñas sobre Arturo Fontaine, Arturo Valenzuela, Michael Lind, Michael Sandel y Pierre Manent. Lorem ipsum Foucault: el cazador cazado 102 Entrevista a Iván Valenzuela 107 Villacañas contra la soledad americana 114 Trenes, cultura y cosmopolitismo 119 ¿Un conservadurismo verde? 124 Como la vida misma 128

Daniel Mansuy por Rosario Zanetta Pablo Ortúzar Elena Irarrázabal Guillermo García Guillermo Pérez

Olimpo: Christopher Lasch 134

3


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La reconstrucción democrática de Chile

L

a democracia es más que una serie de meca-

nismos y procedimientos destinados a elegir a las autoridades de una comunidad política. Es, ante todo, una cultura que rodea, justifica y sustenta al orden institucional y exige, por lo mismo, algunas virtudes específicas de quienes participan en ella. La crisis que estalló en octubre de 2019 reveló una fractura entre política y sociedad que amenazó con destruir algunas de nuestras instituciones fundamentales, pero logró ser encauzada políticamente a través del proceso constituyente en curso. Sin embargo, contrario a lo que reivindican algunos, creemos que la tarea de este órgano no es la de refundar, sino reconstruir nuestra democracia. Pero la magnitud del encargo —con toda la importancia histórica, simbólica e institucional que posee— no puede hacernos perder de vista que esa reconstrucción democrática de Chile no pasa solamente por la elaboración de un nuevo texto constitucional. La tarea que nos hemos propuesto en este quinto número de Punto y coma está orientada, precisamente, a entender en un sentido más amplio la reconstrucción democrática que el país necesita, examinando los distintos factores que la hacen posible. Así como en el tercer número de Punto y coma quisimos sugerir ciertos elementos indispensables para elaborar un diagnóstico sobre el estallido —dando cuenta de que octubre fue, por un lado, una explosión de un malestar profundo y que venía de lejos, pero también una ola de injustificable violencia y destrucción—, en

4


esta ocasión queremos hacer un ejercicio pros-

de la ley; la situación actual de las clases medias

pectivo sobre el tipo de arreglo democrático que

y el modo en que ellas pueden ser comprendidas;

necesita nuestra sociedad, y cuáles son las con-

las disputas filosóficas sobre las categorías que

diciones que debemos atender para que aquel se

articulan el orden político; el auge de las deman-

cumpla a cabalidad.

das identitarias como reflejo de una crisis más

Aunque la reflexión que proponemos aquí está

profunda, o la importancia de la estabilidad fa-

muy situada y busca precisamente servir de in-

miliar para el desarrollo de los ciudadanos. Asi-

sumo a la discusión chilena actual, sabemos que

mismo, proponemos una serie de lecturas que

la caída de la confianza en las instituciones, la

pueden complementar la reflexión, por medio

puesta en duda de la mediación política, la rei-

de reseñas de libros preclaros y profundos para

vindicación casi omnipresente de la soberanía

comprender mejor los riesgos y desafíos de este

individual y las circunstancias sociales y fami-

escenario político.

liares que horadan las condiciones en las que

La invitación, por tanto, va en la misma línea

florece la democracia no es algo exclusivo de

del primer número de Punto y coma, publicada

nuestra realidad. En ese sentido, desde hace al

poco antes del estallido social. Queremos se-

menos una década que la democracia está puesta

guir siendo un punto de encuentro alrededor de

a prueba a lo largo y ancho de los países occiden-

los libros y las ideas, tarea que en momentos de

tales. Los casos recientes de Trump, Bolsonaro,

polarización y tensión social parece ser difícil

el kirchnerismo o Castillo en Perú son solo los

de cultivar, pero que se debe defender ante los

ejemplos más polémicos de esta crisis de la de-

embates de quienes buscan reducir la política a

mocracia y auge de los discursos populistas, pero

la vociferación, a la estridencia y a la violencia.

son justamente situaciones como estas las que

Frente a ese riesgo, estamos convencidos de que

nos deben llevar a preguntarnos por qué este tipo

solo mediante la reivindicación de estos espacios

de fenómenos son cada vez más comunes alre-

de diálogo y reflexión es que podremos hacer del

dedor del mundo.

nuevo pacto social una realidad que respete la

Las entrevistas, artículos y reseñas que siguen a continuación buscan orientar en esa dirección,

dignidad de cada persona y que incluya la pluralidad y diversidad de nuestra vida social.

sabiendo que la democracia es un sistema exigente y siempre frágil. Los elementos que ponemos

Joaquín Castillo

en diálogo son de distinto orden: la necesidad de

Editor

rehabilitar las instituciones representativas; la relevancia de la cultura oral que subyace a la letra

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Ilustración: Alejandra Acosta


La reconstrucción democrática de Chile


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Mediación política y cambio constitucional CLAUDIO ALVARADO R.

8


“U

na Constitución nacida en democra-

tuvo un carácter difuso e inorgánico —no había

cia”. Esta es quizá la mejor manera de resumir

petitorios, líderes ni voceros establecidos—, el

la esperanza que en muchos despierta el proceso

descontento social y el anhelo de cambios signi-

constituyente. El anhelo sin duda es ambicioso.

ficativos se volvieron evidentes. Luego, es per-

Lo es mirando hacia atrás, en la medida en que,

tinente mencionar la angustiosa convocatoria

según la gráfica expresión de ciertos historia-

al diálogo efectuada por Sebastián Piñera en la

dores, el “poder fáctico militar” jugó un papel

cadena nacional del 12 de noviembre de 2019. El

protagónico en los hitos de 1833, 1925 y 1980.

Presidente fue incapaz de conducir la crisis —en

Pero dicho anhelo también es ambicioso miran-

rigor, la agravó—, pero cuando muchos en su

do hacia adelante, porque exige terminar con la

entorno clamaban por los militares para frenar

ambigua relación que existe entre la Convención

la violencia que azotaba al país, él apostó por la

Constitucional y la brutal destrucción del 18 de

deliberación política (aunque al costo de ceder al

octubre de 2019. Si es verdad —como se repitió

diagnóstico de la oposición y entregar la iniciati-

en los primeros días de la Convención— que los

va al Congreso). Luego vino el hito político clave:

saqueos y el vandalismo de esa cruda jornada

el Acuerdo firmado tres días después y suscrito

fueron “necesarios” e “hicieron posible” este

desde la UDI hasta Gabriel Boric, cuyo propósi-

itinerario, el nuevo texto tarde o temprano será

to fue encauzar la crisis por la vía institucional.

considerado espurio. Aquí reside el punto ciego

Por último, cabe recordar el categórico triunfo

de aquella izquierda que sueña con un momento

del Apruebo en el plebiscito de entrada, el 25 de

cero o revolucionario: la violencia es incompati-

octubre de 2020, abriendo formalmente el pro-

ble con un cambio constitucional genuinamente

ceso constituyente.

democrático, capaz de generar amplias lealtades

Como puede verse, afirmar el origen democrá-

a lo largo del tiempo. Guardando las proporcio-

tico del camino constitucional tiene fundamen-

nes, afirmar este origen nos condenaría a re-

to: entre la “vía de los hechos” y el funciona-

petir los fantasmas que —pese a sus múltiples

miento de la Convención, tanto la movilización

reformas— jamás dejaron de acompañar a la

social como el sistema político —el pacto del 15

Carta que todavía nos rige.

de noviembre— desempeñaron un rol central.

Hay, con todo, otra lectura que resulta no solo

Naturalmente, sostener dicho origen tiene con-

más apegada a los hechos, sino también más

secuencias, pues exige reconocer que estamos en

consistente con la reconstrucción democrática

presencia de un fenómeno sujeto a reglas y lími-

que demanda el país. Ocurre que entre la violen-

tes, como cualquier arreglo democrático digno

cia del 18 de octubre y la elección e inicio de la

de ese nombre. Como fuere, los mayores intere-

Convención corrió mucha, demasiada agua bajo

sados en destacar ese Acuerdo como antecedente

el puente. Primero, una masiva e inédita movili-

próximo del sendero que estamos recorriendo

zación social, cuyo máximo hito fue la “marcha

debieran ser aquellos que —según decíamos al

más grande de Chile”. Aunque la protesta pacífica

comienzo— sueñan con una Carta Magna nacida

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en democracia. ¿Por qué, entonces, han existido

desaparecidos o la necesidad de ajustes al mode-

tantas dificultades para reconocer esa realidad?

lo económico instaurado en ese entonces; nece-

¿Por qué hay quienes insisten en identificar el

sidad ya develada a nivel masivo con las movili-

proceso en curso con un supuesto poder cons-

zaciones de 2011. El “retorno de los reprimidos”

tituyente originario? ¿Por qué invocar hoy esta

del que hablan los sicólogos y del que previno

idea inseparable del Terror francés e invocada

expresamente el sociólogo Pedro Morandé2.

por la Junta Militar en 1980? Explorar esta in-

Pero hay también otros elementos que favo-

terrogante es fundamental para el presente y el

recen el deseo de venganza y que, aunque son

futuro de la democracia chilena.

más incomprensibles e injustificables, igualmente están presentes en nuestro debate. Me

Revanchas culturales

refiero a cierta nostalgia acrítica de la Unidad Popular (como si no hubiera existido la renova-

Hay un primer elemento que pareciera influir

ción socialista); al cuestionamiento desmesu-

en este panorama y que fue tempranamente ad-

rado a la transición pactada y los gobiernos de

vertido por Mario Góngora en su célebre Ensayo

la Concertación (como si el retorno pacífico a la

histórico: el ánimo refundacional que caracterizó

democracia no tuviera méritos ni hubiera sido

al régimen de Pinochet. Góngora fue muy crítico

sistemáticamente apoyado en las urnas); a un

del proceso revolucionario que empujó la Uni-

curioso recelo respecto de la alternancia en el

dad Popular, pero también

poder, consustancial al ré-

articuló un severo cuestio-

gimen democrático (a pocos

namiento a la imposición

días del Acuerdo de noviem-

de un nuevo proyecto mo-

La violencia es incompatible

dernizador, al que calificó

con un cambio constitucional

bastián Piñera); y a algunas

como “una ‘revolución des-

genuinamente democrático,

ideas políticas que conducen

de arriba’, paradójicamente antiestatal”. En las duras palabras

del

historiador,

capaz de generar amplias lealtades a lo largo del tiempo.

tradición, lo que siempre trae consigo revanchas culturales”1.

a la sacralización de la violencia del 18 de octubre (Carl Schmitt se ha vuelto un autor cada vez más popular en

“la planificación ha partido de cero, contrariando o prescindiendo de toda

bre se quiso destituir a Se-

las izquierdas). Ese variopinto elenco de motivaciones favorece el ánimo de revancha y este, a su vez,

No se requiere aceptar completamente la tesis

atenta contra la posibilidad de reconocer en un

de Góngora para percibir que anticipó con luci-

pacto político transversal el antecedente inme-

dez uno de los dramas del Chile posdictadura: el

diato del proceso constituyente. Conviene notar

espíritu de vendetta que se observa en muchos

que en esta discusión hay algo muy profundo en

ciudadanos y líderes públicos, incluyendo va-

juego: renunciar (o no) al propósito de crear un

rios convencionales (a pocos días de instalada la

hito análogo al quiebre de 1973, pero de signo

Convención, Jorge Baradit llegó a decir que eran

contrario, que es justo a lo que conducen los ele-

“convenientes” las agresiones sufridas por los

mentos señalados. Es decir, abandonar (o no) la

convencionales de centroderecha). Ese espíritu

pretensión de impulsar una nueva refundación,

se ve favorecido por diversos elementos. Algunos

que perpetuaría el ciclo que supuestamente se

de ellos se apoyan en antecedentes reales y guar-

busca superar con el trabajo de la Convención.

dan directa relación con la época en la que escribe

Se trata, en suma, de la posibilidad de dejar atrás

Góngora, como la herida abierta de los detenidos

el período de las “planificaciones globales”.

1 Mario Góngora, Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Santiago: Editorial Universitaria, 2010), 301.

2 Pedro Morandé, “Identidad local y cultura popular”, Punto y coma 3 (Santiago: IES, septiembre de 2020): 72-83.

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Lograrlo supone reivindicar de modo crítico —es

deseo de inmediatez muy extendido, que aten-

decir, reconociendo sus carencias, pero también

ta contra cualquier esfuerzo de intermediación.

sus frutos más nobles— el derrotero de la nueva

Este panorama a veces se expresa de modo pato-

democracia chilena, desde Patricio Aylwin hasta

lógico —“¡quiero mi cuarto de libra ahora!”—, y

Sebastián Piñera. La pregunta, en último térmi-

se ha visto favorecido no solo por el auge de las

no, podría ser formulada como sigue: ¿seremos

redes sociales, sino también por diversos escán-

capaces de reconocer que el Chile posdictadura

dalos de corrupción. Todo ello ha acelerado la

encontró, incluso en su peor momento, en me-

desconfianza en entidades públicas y privadas,

dio del caos de octubre y noviembre de 2019,

una amenaza latente para la reconstrucción po-

energías políticas y morales para trazar un ca-

lítica de Chile.

mino político compartido e institucional?

Por de pronto, el escenario descrito conduce a

Nada de esto será fácil para la nueva izquierda,

mirar con distancia al Congreso, a los partidos y

pero si ella persiste en el ánimo de revancha y,

a los dirigentes políticos. Es decir, precisamente

sobre todo, en la mistificación del 18 de octubre

a quienes en la oscuridad de noviembre de 2019

—relegando a un segundo plano el 15 de noviem-

dibujaron una ruta institucional para intentar

bre—, será improbable que perdure, o incluso

procesar la crisis. Con todo, este mismo hecho

que se apruebe mayoritariamente, una Constitu-

confirma que la convivencia democrática siem-

ción nacida en democracia.

pre, incluso en sus momentos más difíciles, necesita canales institucionales para procesar los

Una crisis de mediación

conflictos, por desacreditados que se encuentren. Si se quiere, durante el estallido social se

Existe, adicionalmente, otra razón que dificulta

visibilizó con singular dramatismo una dinámica

reconocer en el Acuerdo constitucional el origen

constante de la vida común: no existe un “pue-

próximo del itinerario constituyente. Se trata del

blo” uniforme y homogéneo, sino que cohabitan

creciente escepticismo que despiertan las ins-

en él múltiples demandas, carencias e inquie-

tancias de mediación política y cultural, del tipo

tudes, eventualmente irreconciliables entre sí.

que sean. Aunque el fenómeno ha irrumpido con

Mientras la violencia no conducía a ningún lugar,

particular fuerza en nuestro país, estamos en

y mientras la dimensión pacífica de la protesta se

presencia de un problema de alcance global y,

caracterizaba por su dispersión, fueron los des-

por lo mismo, no tendrá solución fácil ni rápi-

prestigiados dirigentes e instituciones políticas

da. No hablamos solo de la crisis de los medios

quienes ofrecieron una salida, peor o mejor, pero

de comunicación o de las instituciones políticas

una salida al fin y al cabo.

tradicionales: el asunto es bastante más profun-

Visto en retrospectiva, esto no debiera sor-

do. Desde el declive de la idea de nación (que me-

prender demasiado. Como señalara hace algunos

dia entre el ciudadano y la humanidad) hasta la

años Fernando Atria en sus días de académico,

pérdida de credibilidad de la Iglesia (que media

la ciudadanía puede advertir y expresar mejor

entre los creyentes y la eternidad), hoy existe un

que nadie sus problemas, pero para transitar de

11


la “negatividad” a la “positividad” —de la de-

camino institucional orientado a superar la cri-

nuncia y expresión del malestar a las vías que

sis. Por otro lado, si las cosas estallaron al punto

permiten encauzarlo—, resulta indispensable

que lo hicieron fue, en gran medida, por la inca-

la deliberación que posibilitan las denostadas

pacidad de aquellas fuerzas políticas y, en suma,

instituciones políticas. Estas cumplen un papel

del Estado chileno, para anticiparse y enfrentar

central e insustituible, en la medida en que per-

a tiempo el malestar social que se venía incu-

miten articular los diversos problemas, anhelos

bando en nuestra sociedad (en los números 3 y

y demandas de la población. Dicho de otro modo,

4 de Punto y coma se ahonda con cierto detalle en

la voluntad popular no es algo estático, sino que

ese déficit). Por este motivo, no exagera Rodrigo

se va formando precisamente mediante la deli-

Correa, académico de la Universidad Adolfo Ibá-

beración de los representantes. Sin ellos las al-

ñez, cuando afirma que “para superar la crisis no

ternativas, al final del día, se reducen o al caos

queda más alternativa viable que reconstruir las

propio de la anarquía y el desgobierno, o a la im-

instituciones que median entre los intereses de

posición de un orden autoritario que tal vez logre

la ciudadanía y el ejercicio del poder”3. Como se-

superar momentáneamente aquel caos, pero sin

ñala el mismo Correa, para acometer esta tarea

la participación libre de los ciudadanos y con un

un cambio constitucional fructífero puede ser

altísimo riesgo de abusos.

útil, pero el reto excede con creces este ámbito.

Llegados aquí, puede formularse una paradoja muy sintomática de las vicisitudes que experi-

El desafío es rehabilitar nuestra democracia, con todo lo que esto implica.

menta nuestro país. Por un lado, ya hemos señalado que fueron las fuerzas políticas con representación parlamentaria —con la excepción del Partido Comunista— las que concordaron un

12

3 Rodrigo Correa, “El desafío constitucional”, en sitio web Intersecciones. Foros, ideas y democracia (14 de agosto de 2020).


Del pueblo, por el pueblo, para el pueblo

hacerlos copartícipes y no simplemente espectadores de los procesos políticos.

Pero ¿qué implica exactamente, en concreto, tal

Si lo anterior es plausible, resulta crucial acer-

rehabilitación? La respuesta no es sencilla. To-

car la política a la ciudadanía. Desde este ángulo

dos tenemos alguna noción de qué implica vivir

se entiende, por ejemplo, la creciente demanda

en el marco de una democracia occidental, pero,

por mecanismos de democracia directa que com-

tal como subraya el historiador Joaquín Fer-

plementen a las instituciones políticas tradicio-

mandois, pertenece a la esencia de este sistema

nales. En ese sentido, es de toda lógica flexibili-

la disputa acerca de su significado. En efecto,

zar los requisitos para llevar adelante plebiscitos

la democracia supone una experiencia política

comunales que permitan incidir a los ciudadanos

compleja e inacabada, que encuentra precisa-

en temas que los afectan en su vida cotidiana. Sin

mente en la discusión pública de los conceptos

embargo, hay que cuidarse de la ilusión según la

controvertidos uno de sus rasgos distintivos; y la

cual la rehabilitación democrática de Chile pasa

democracia misma no es la excepción. Un buen

única o principalmente por este tipo de medidas.

ejercicio para tomar conciencia de este fenó-

Después de todo, algunas son más polémicas o

meno y, en particular, de la complejidad de este

discutibles de lo que suele reconocerse. Por men-

régimen, es reflexionar someramente en torno a

cionar un par de casos, mientras los referéndums

la clásica síntesis de Abraham Lincoln. Esto es,

revocatorios son garantía segura de inestabi-

la democracia entendida como “el gobierno del

lidad política, la iniciativa popular de ley fácil-

pueblo, por el pueblo, para el pueblo”.

mente puede ser instrumentalizada por parte de

Como advierte el pensador de origen alemán

grupos de presión4. Pero lo principal va por otro

Eric Voegelin en el primer capítulo de La nueva

lado, y consiste en que hay que tener suma cau-

ciencia de la política, tras la aparente sencillez de

tela ante dicha ilusión que invita a prescindir de

esta fórmula se ocultan al menos tres aspectos

la representación: según veíamos en el acápite

inherentes a este régimen: ahí el símbolo “pue-

anterior, ella es sencillamente irremplazable.

blo” quiere decir tres cosas relacionadas, pero

Así lo entienden incluso destacados partida-

distintas entre sí. En primer lugar, el gobierno

rios de los mecanismos de democracia directa

“del pueblo” supone una sociedad políticamen-

(como el politólogo David Altman, quizá el ma-

te articulada —la sociedad chilena, en nuestro

yor experto sobre el tema en nuestro medio).

caso—, con una determinada cultura, historia y

Los instrumentos representativos —elecciones

estructura social, todo lo cual condiciona el ejer-

y partidos, Ejecutivo y Congreso— son, a fin de

cicio de los mecanismos democráticos. Si nues-

cuentas, los elementos que hacen posible la me-

tros gobernantes, legisladores y convencionales

diación política.

quieren ser exitosos en sus respectivas misiones,

Acá surge precisamente el segundo significa-

deberán hacer el máximo esfuerzo posible para

do del símbolo “pueblo” en la fórmula de Lin-

intentar comprender esa sociedad que les prece-

coln: el gobierno “por el pueblo” es el gobierno

de (por eso, dicho sea de paso, es una muy mala

de sus legítimos representantes, aquellos que

receta tildar de populistas a los adversarios po-

logran conducir a la sociedad en la búsqueda del

líticos sin antes preguntarse por las razones que

bien público. Por este motivo, tanto o más rele-

llevan a la ciudadanía a elegir determinados li-

vante que introducir mecanismos de democracia

derazgos, aun cuando sean problemáticos). Parte

directa es fortalecer las instancias clásicas de

de nuestros problemas guardan directa relación

representación. Esa es la importancia de los de-

con una fractura entre las grandes mayorías y

bates que debe revisar la Convención sobre el ré-

aquellos que ejercen esas tareas políticas indis-

gimen de gobierno, la estructura del Congreso, el

pensables. Parte de la solución, entonces, pasa por disminuir esa brecha e intentar volver a leer e interpretar a los chilenos, una y otra vez; en

4 Para ahondar en esta discusión, véase el documento de Guillermo Pérez “Mecanismos de democracia directa y nueva Constitución”. Claves para el debate nº3 (IES, 2021, en prensa).

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

sistema electoral, el rol de los partidos políticos

mismo tiempo sus protagonistas. De ahí viene

y el despliegue del Estado en el territorio. En

la elección de las principales autoridades, ellos

este complejo entramado institucional se juega,

marcan la pauta desde la opinión pública y la

fundamentalmente, la vitalidad de nuestra re-

participación social organizada, y en sus comu-

presentación política. Los ajustes en cada una de

nidades se forman los futuros actores de la vida

estas esferas deben considerar, como decíamos

común. Por eso suele decirse que la democracia

antes, la cultura política de la sociedad chilena,

es el más exigente de los regímenes posibles; y

pero también deben atender a los indudables

por ese motivo tiene fundamento el dicho según

problemas que exhibe nuestro sistema político.

el cual los países cuentan con los gobernantes

Acercar la política a la ciudadanía también im-

que se merecen.

plica hacerla más eficaz.

En este sentido, no es imposible pensar que

El primer punto —mirar a la sociedad, atender

la rehabilitación de nuestra vida política se jue-

a nuestra cultura— invita, por ejemplo, a ser su-

ga, en el largo plazo, en la reconstrucción del

mamente cuidadosos con un eventual cambio de

debilitado tejido social chileno: si —al decir de

la forma de gobierno. Guste o no, a la tradición

Hölderlin— el Estado es el muro alrededor del

democrática tal como se ha desarrollado en Chile

jardín, resulta indispensable cultivar este últi-

le es consustancial la elección del Presidente de la

mo. No es casual que diversos diagnósticos re-

República. Por lo demás, en

lativos a la fractura que se

un clima sumamente crítico

visibilizó en octubre y no-

de las élites partidarias, sería muy riesgoso sustraer del

No existe un “pueblo”

sufragio universal la arrai-

uniforme y homogéneo, sino

gada elección del gobernante (basta recordar el recelo que despierta el reemplazo

que cohabitan en él múltiples demandas, carencias e

de una vacante parlamenta-

inquietudes, eventualmente

ria por parte de las cúpulas

irreconciliables entre sí.

viembre de 2019 coincidan en que es precisamente en el plano de la convivencia donde cabe encontrar las raíces últimas de la desafección con el sistema y el quiebre de los vínculos entre política y sociedad. Es indispensable reiterar esto una y otra

partidistas). Pero eso no es todo. El segundo punto —mejorar la mediación

vez: nuestros problemas no residen única ni

política y dotar de mayor eficacia al sistema—

principalmente en el nivel constitucional o ins-

exige que, de mantenerse el régimen presiden-

titucional. De ahí el protagonismo que debieran

cial, se introduzcan modificaciones que faciliten

adquirir en nuestra discusión pública, por ejem-

las mayorías parlamentarias para terminar con

plo, temas como la fragmentación familiar, el

el bloqueo del sistema y, de este modo, poder lle-

analfabetismo funcional y el aporte público de

var adelante los programas de gobierno. Esto úl-

la sociedad civil y el mundo privado (algunos de

timo probablemente requiere revisar el sistema

los cuales se desarrollan en las páginas siguien-

electoral vigente (con él la fragmentación polí-

tes de este número de Punto y coma). Nada de

tica es casi inevitable), pero también mantener

esto es trivial, porque el titánico desafío de sol-

el bicameralismo: las mayorías requieren tanto

dar nuestra fractura política y social es de largo

diques de contención como representación terri-

aliento y, por tanto, dista de agotarse en el pro-

torial. Este es el tipo de visión de conjunto que

ceso constituyente.

demanda repensar el gobierno “por el pueblo” propio del régimen democrático.

De todos modos, es indudable que este proceso nos ofrece una oportunidad privilegiada

Con todo, no hay democracia posible sin ciu-

no solo para reivindicar el diálogo, el debate ra-

dadanos comprometidos con su éxito, y por eso

zonado y la tolerancia al disenso político, sino

la fórmula de Lincoln concluye destacando que

también para robustecer nuestras instancias de

se trata del gobierno “para el pueblo”. Los des-

mediación política, según hemos insistido en

tinatarios de las políticas democráticas son al

las líneas anteriores. Faltan varios meses para

14


saber con certeza si la Convención estará o no

la opinión pública llamada a fiscalizarlos; de los

a la altura de esta tarea. Puede decirse que el 15

ciudadanos comprometidos con su democracia.

de noviembre de 2019 los dirigentes políticos lo

¿Se logrará, en suma, canalizar la crisis por

estuvieron, pero ni antes ni después ha sido esa

la vía institucional, o más bien continuaremos

la tónica. Lo cierto es que Chile está recorriendo

la revuelta por otros medios? Dependiendo de

un camino largo, complejo e ingrato por muchos

cómo termine respondiéndose esta pregunta se

momentos, y que el destino de este itinerario de-

cumplirá (o no) el sueño de quienes aspiran a una

penderá de los convencionales, pero también de

Constitución nacida en democracia.

Claudio Alvarado es abogado y magíster en derecho por la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde es profesor de derecho constitucional. Actualmente estudia un doctorado en filosofía en la Universidad de los Andes (Chile) y ahí también es docente en el magíster de estudios políticos. Es, además, director ejecutivo del IES y autor del reciente libro Tensión constituyente: Estado, gobierno y derechos para el Chile postransición (IES, 2021).

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HERNÁN HOCHSCHILD:

“La ciudadanía no tiene una conversación sobre los treinta años; tiene una conversación muy fuerte sobre el presente” POR RODRIGO PÉREZ DE ARCE

Pocos sabían bien qué estaba pasando luego del estallido de octubre del 2019. Para el mundo político, académico, empresarial y cultural quedó claro que había que conversar y dialogar, intentar escuchar otras voces para que apareciera aquello que se había manifestado —de manera pacífica y violenta— en las calles de todo el país. Así nació Tenemos que hablar de Chile (TQHDCh), una iniciativa de las universidades Católica y de Chile, que promovió diálogos masivos a lo largo y ancho del país. Hernán Hochschild, ingeniero y licenciado en filosofía, dirigió el proyecto. Aquí conversamos sobre las dificultades de llevar a cabo ese diálogo, de incluir nuevas voces y perspectivas, y de algunas de las conclusiones que han podido sacar de esta conversación a gran escala.

16


¿Cómo surge este proyecto? ¿El supuesto es que

Entonces, en concreto, ¿para qué nace TQHDCh?

faltaban espacios de conversación en el país? Hay una convicción de que hemos malentendido Lo que gatilla TQHDCh es el fenómeno que se da

el diálogo en nuestro país. Mediante el diálogo

durante octubre y noviembre del 2019. Mucha

articulamos estos procesos sociales, y no hemos

gente se junta espontáneamente a conversar,

inventado un mecanismo mejor para dar senti-

hablan por sus WhatsApp, por sus propias redes,

do y conducir estos procesos. Entonces, TQHDCh

y surge un momento profundo de reflexión a ni-

tiene un sentido procedimental importante, jun-

vel de la ciudadanía, no solamente de los líderes

to con una parte investigativa profunda.

que toman las decisiones. Al mismo tiempo, la élite trató de interpretar lo que estaba ocurrien-

El nombre no es casual, veo…

do. Quienes construyen opinión pública producen sus propias teorías e intentan llenar de sen-

Efectivamente, es el uso cotidiano que le damos

tido lo que está ocurriendo a partir de sus propios

al modo de resolver los estallidos en las rela-

conceptos e ideas.

ciones humanas, nuestros propios desbordes, nuestros propios fenómenos complejos. Cuando

¿Qué referentes siguieron para articular TQH-

uno quiere resolver los problemas, dice: “tene-

DCh?

mos que hablar”. Eso significa identificar qué hacer, qué mejorar, qué mantener y, finalmente,

Muchas de las personas que trabajaron en este

qué es lo que tenemos que cambiar en Chile.

proyecto participaron de los Encuentros Locales Autoconvocados de Michelle Bachelet. Con esa

BUSCAR LAS GRIETAS DE LA SOCIEDAD

referencia, vimos que había algunas condiciones importantes para hablar. Primero, que no fue-

¿Cuánta distancia hay entre las percepciones o

ran los mismos de siempre, sino una instancia

interpretaciones de las élites sobre el estallido y

amplia, de puertas abiertas, que pudiese parti-

lo que ustedes observan en la ciudadanía?

cipar quien quisiera. Además, debíamos buscar la mayor diversidad posible en esa conversación,

Si agrupas las conversaciones en grandes temas

evitando las cajas de resonancia de las redes so-

se podría decir que, por un lado, hay un cierto

ciales o de los mismos grupos, a veces académi-

encuadre político del estallido. Un grupo lo en-

cos o políticos, que limitan la mirada respecto al

cuadra desde la violencia, el orden, el respeto a

fenómeno que estábamos viviendo.

la institucionalidad; otro, en cambio, lo encuadra desde la revolución emancipadora frente a las amarras del poder. Lamentablemente, el fenómeno que vivimos se redujo a una disputa política que, quizás, respondía de buena forma a fenómenos del pasado, pero no a este país

17


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

distinto y nuevo en el que vivimos hoy. Y luego,

superfluo. Muchas veces preferimos decir: “de-

hay una serie de actores del mundo académico

jemos nuestras diferencias de lado”, mientras

que se aproximan desde sus diversas miradas

que en TQHDCh partimos por nuestras dife-

disciplinarias, ya sea la historia, ciencias socia-

rencias. Aunque hay un paso anterior: abordar

les, psicología social o la economía, que logran

nuestros sentimientos. Hay una primera pre-

identificar parte del fenómeno que nosotros va-

gunta que tiene que ver con la emoción con la que

mos encontrando en TQHDCh, pero sin explicar-

entras a conversar. Después se permite la diver-

lo del todo.

gencia, pensando ampliamente qué cambiar, qué mejorar o qué mantener.

¿En quiénes estás pensando?

Solo entonces aparece esta conversación esperanzada, constructiva, que no deja sus diferen-

Pienso en Kathya Araujo, Manuel Canales, lo

cias de lado, sino que se enriquece sobre la base

mismo que han hecho en el IES, como Daniel

de sus diferencias, esta conversión complemen-

Mansuy; o Juan Pablo Luna y otros que han ana-

taria. Me parece que una de las grandes dificulta-

lizado los fenómenos en Chile, el mismo Carlos

des para esa conversión es la interpretación que

Peña, Carlos Ruiz, entre otros. De una u otra for-

hacemos de lo que ha pasado en Chile.

ma, se aproximan a varios de nuestros hallazgos, pero es difícil reducirlos a una mirada específi-

¿Cómo es eso?

ca de lo que estaba pasanEl estallido tiene fuego, hay

do. Hay temas de trato, de la élite, del malestar, de la anomia. Pero la mirada más

En el pasado, la vulnerabilidad

global todavía está por pro-

era solo carencia; hoy

ducirse, y no creo tampoco que nosotros tengamos la última palabra al respecto. Simplemente, estamos ali-

la vulnerabilidad a veces tiene sobre todo que ver con la fragilidad.

mentando la conversación

bomba, hay ruido. Pero hay otro fenómeno que está presente y que hemos acallado. En el estallido también se manifiesta una sociedad que se siente frágil, que siente que el trato del poder no le está ayudando a desarrollar

y favoreciendo que las interpretaciones se enri-

sus proyectos de vida, y que hay una desaten-

quezcan con este tipo de contenido.

ción, en el amplio sentido de la palabra, de lo que está viviendo la gente. El gran error que hemos

Parece difícil llegar a ese nivel más profundo de

cometido como país y que ha polarizado los pro-

conversación, donde aparecen los miedos y las

cesos de discusión política es asumir que el 18

frustraciones, pero también la esperanza y los

octubre es solo un estallido.

anhelos. ¿Qué factores fueron importantes para permitir las conversaciones?

¿Qué otros significados hay detrás, entonces?

Lo primero de todo es que eran conversaciones

También hubo una manifestación clara de la ciu-

de dos horas, incluso dos horas y media. Y en esa

dadanía, pero que no tiene necesariamente que

conversación larga nos fuimos encontrando con

ver con la conceptualización de las distintas co-

distintas etapas. Hay una primera etapa que está

rrientes políticas respecto a este fenómeno. Esto

llena del ruido social, en la que tenemos dema-

es lo que emerge con mayor fuerza en TQHDCh.

siada bulla e información. A veces eso nos hace

Lo que se manifiesta es: “Ojo, los 30 pesos sí son

pensar la conversación como una negociación.

importantes y hay muchos 30 pesos dando vuel-

Uno ingresa con sus términos, con su bande-

ta por ahí, y la forma de esos 30 pesos también

ra. Esa es probablemente la dinámica que tiene

es importante. Porque si estoy con el agua hasta

hoy la conversación pública. Pero también hay

el cuello y tú me subes 30 pesos que para ti no

otro riesgo: hacer del diálogo algo totalmente

son relevantes, para mí pueden serlo todo, y me

18


pueden dejar con el agua sobre el cuello. Y lue-

“hagamos la revolución porque no hay nada que

go, si tú me mandas a comprar las flores o si me

perder”. Es una reconceptualización de la vul-

invitas a levantarme más temprano, entonces no

nerabilidad. En el pasado, la vulnerabilidad era

solamente no entiendes lo que son los 30 pesos

solo carencia; hoy la vulnerabilidad a veces tiene

para mí, sino que estás en el extremo opuesto de

que ver con carencias, pero tiene sobre todo que

conocer mi vida”. Toda esa experiencia creo que

ver con la fragilidad y vulnerabilidad del propio

es muy relevante.

proyecto de vida. Esa es una grieta muy grande, sobre todo desde una izquierda que no entiende

El estallido es espectacular, tiene fuego, es muy

esa realidad, que efectivamente hay mucho que

a flor de piel, pero también desnudó una frac-

perder.

tura menos visible. ¿Cómo podrías caracterizar estas grietas o fracturas?

¿Y en la derecha?

La gran grieta es que hay un mundo muy masi-

La derecha tiene un problema muy serio para

vo —difícil de reducir a una sola voz— al cual la

entender que la realidad social no es solamente

política ha ignorado de distintas formas. Por una

objetivizar datos, sino que tiene mucho de sub-

parte, el mundo político ha olvidado que la ciu-

jetividad: de cómo vivimos, cómo nos tratamos,

dadanía sí tiene mucho que perder, a diferencia

cómo nos relacionamos, cómo nos constituimos

del país del pasado, en que muchas veces se decía

como personas en el vivir en sociedad. Cuando

19


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

una parte de la derecha, por ejemplo, mira los

ver mucho con este chilenismo de “las cosas tie-

datos y no es capaz de entender que esa es solo

nen que cambiar”, y las cosas tienen que cambiar

una forma de mirar la sociedad, hay también una

para que la vida no cambie tanto.

grieta muy grande. Finalmente, la sociedad es una suma compleja y a veces difusa de subjeti-

¿Y cómo se logra eso?

vidades, y eso tiene que ver mucho con las expectativas con las que creas un discurso. Falta,

Hay dos pilares. Uno es la Constitución, el pilar

en el enfoque de cierta derecha, entender que la

del reseteo institucional. Este cambio no se re-

subjetividad es una realidad social, no algo que

duce a una lista, a un check list de derechos, sino

tú tengas que obviar, minimizar o ignorar.

que consiste en la idea de que las instituciones funcionen para todos, que ayuden a asegurar la

Hay problemas de lectura a ambos lados

vida frente a esta inseguridad multidimensional.

del espectro…

Lo que está detrás es una narrativa que llamamos de “protegidos-desprotegidos”. Es la sensación

Así es. La grieta es profunda y se genera en esas

de que el mundo político —el Estado o los gru-

dos ignorancias. La primera, de creer que la ciu-

pos de poder— se protegen a sí mismos y están

dadanía no tiene nada que perder, y la segunda,

en una pelea entre ellos. Al otro lado estamos los

creer que los éxitos de Chile se pueden reducir

que vivimos “a la que te criaste”, y que necesi-

simplemente a datos objetivos, sin desentrañar

tamos de cierta estructura institucional que nos

cuestiones de sentimientos y realidades subjeti-

ayude, porque nadie se salva solo. Entonces, no

vas que son muchas veces más reales que cual-

se trata de un Estado que determina tu proyecto

quier promedio.

de vida, sino de uno que facilita, complementa y ayuda para que ese proyecto pueda surgir. La

LAS DISTINTAS CARAS DE LA DIGNIDAD

esperanza está asociada a ese cambio en lo insti-

Hay cierta ambivalencia en lo que muestra

¿Y el segundo pilar?

tucional y también en lo social.

TQHDCh: por una parte, esperanza respecto de lo que puede venir y, por otra, una cierta ener-

La educación. Y la educación no solo como me-

gía negativa intensa. ¿Cómo se equilibran estas

canismo de movilidad individual, sino también

dos dimensiones?

como mecanismo de cohesión colectiva. Por ejemplo, de educación cívica, educación finan-

Según nuestros análisis, la gente llega con

ciera, educación medioambiental, de la respon-

una carga negativa muy fuerte. Este proce-

sabilidad en el reciclaje.

so de conversaciones ocurre entre abril y noviembre; tiempo de pandemia, un momento de

Tras todo esto, se dice, hay una demanda por

inseguridad profunda. Además, no es solamente

dignidad. ¿Dónde se concreta esa dignidad? Hay

una carga negativa, sino que son emociones

algo en las interacciones cotidianas que parece

intensas. Están muy asociadas a la inseguri-

no andar bien…

dad multidimensional. Ahora bien, esa inseguridad va dando paso a

A veces, tendemos a pensarnos como en un apar-

cierta esperanza, en la medida en que la gen-

theid, entre los que están en el sistema público

te conversa y se pregunta qué significa esto. Y

y los que están sistema privado, y en nuestras

la ciudadanía todavía cree que Chile puede ser

conversaciones, más que un apartheid, apare-

mejor, aunque hay incertidumbre y no una ex-

ce una constante movilidad entre uno y otro

pectativa clara de lo que viene. Sí se sabe que hay

mundo. Muchas familias conviven en estas dos

un camino, y que, si le apuntamos bien, pode-

realidades, de cuando se puede pagar y cuando no

mos llegar a buen puerto. Ese camino tiene que

se puede pagar. Entonces, quizá yo puedo pagar,

20


pero mi abuelo no puede, o quizá mi abuelo pue-

Y haga de nuevo la fila de dos horas...

de pagar y mi hermano no puede, y transitamos mucho entre, por ejemplo, la salud privada y la

Exactamente. Y la subjetividad también está

salud pública. Y la familia, en su mirada amplia

presente en esta experiencia, que finalmente

de los primos, los conocidos del barrio, también

construye la realidad social. No es algo nuevo: en

transitan entre los que a veces están yendo a una

febrero del 2018, Bombo Fica hizo una presenta-

mejor escuela y los que no, entre que el que tiene

ción en el Festival de Viña que causa mucha, mu-

la pensión y el que no.

cha risa. Pero hace un análisis muy detallado y acucioso de los fenómenos que estamos viviendo

¿En qué otros ámbitos se observa ese fenómeno?

en Chile. El tipo se ríe porque llega a una municipalidad a hacer un papeleo, y lo mandan de un

Pasa con la informalidad y la formalidad. Por

lado al otro sin que nadie sepa cómo ayudarlo ni

ejemplo, que mi tío tenía trabajo formal y ahora

qué labor deben cumplir. Obviamente, eso cau-

está con el empleo suspendido; o soy jardinero y

só mucha risa, una risa que puede pasar al llanto

ganaba buenas lucas, pero hoy llega el IFE y me

rápidamente cuando la situación se complejiza.

tira al piso. Esa constatación compara el trato en

La dignidad tiene que ver sobre todo con ese sen-

un caso frente al otro, sobre todo en función de la

tirse ignorados. Los 30 pesos también tienen esa

experiencia cotidiana. Entonces, efectivamente

condición, que es bien importante y por eso se

aparece el tema de la dignidad, en el trato in-

vuelve memético: es capaz de viralizarse, repro-

digno, en algunos casos de parte de servicios

ducirse y hacerse parte de la conversación. Aho-

del Estado. Este trato indigno tiene que ver con

ra, hay que ser muy cuidadoso en cómo lo asume

sentirse ignorado, con no tener con quién hablar,

el mundo político, que se representa la dignidad

quién te ayude en hacerte cargo. Hay una expe-

de una forma muy distinta a como lo está ha-

riencia frecuente: hiciste una fila de una hora,

ciendo la ciudadanía.

llevaste tus papeles, pero te faltó uno, y en vez de ayudarte, de entender el problema y que llevas una hora en esto, te dicen: “No. Vuelva con sus papeles la próxima semana”.

21


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

¿Por qué?

solo, se ve a sí mismo en comunidad y entiende

Es algo parecido a cuando la gente dice: “hay que

mentariedad y que hay espacios de participación,

cambiar el sistema político”. La ciudadanía está

de convivencia y de cohesión que son necesarios.

hablando de la práctica, de cómo funcionan las

No tenemos un individuo que piense que se sal-

cosas, no si es presidencialista o parlamentario.

va solo, que cree que tiene toda la potencialidad

Sobre todo, está hablando de cómo funciona en

de hacer todo, sino que comprende la necesidad

su cotidianidad. Hay que ser muy cauto: no es

de convivir con otros y le entrega un rol al Esta-

porque no quieran una institucionalidad, es por-

do. Lo que creo más importante es que, a priori,

que la institucionalidad los ignora, por cómo los

no vemos un antagonismo en esta tríada, no se

trata y los hace parte. Tiene que ver con el tra-

ve el antagonismo que aparece en la conversa-

bajo, con la vivienda, con múltiples espacios que

ción pública.

que esa comunidad es diversa, que hay comple-

tenemos que cuidar. En TQHDCh no aparece una ciudadanía que no quiera una institucionalidad,

CHILE EN DIÁLOGO

sino que quiere estabilidad, pero las normas no la consideran, la ignoran, no la hacen parte o

¿Hay alguna diferencia entre las personas que

no se adaptan a su realidad. Por eso acuñamos

participan en los diálogos?

un concepto que me encanta, que es el Estado responsivo.

Una de las cosas que más me llamó la atención son las diferencias asociadas a lo etario. Hay

¿En qué consiste esa idea? Muchas veces se re-

un Chile distinto para el que tiene veinte años,

duce la discusión sobre el Estado a su tamaño…

para el que tiene treinta años, para el que tiene cuarenta años, y así. Un ejemplo que me gusta

De hecho, la conversación sobre un Estado más

mucho es la familia con padres de 45 años que

grande o más chico sencillamente no aparece. Un

compró un departamento, y en los últimos diez

Estado capaz de responder sería el Estado que

años ese departamento duplicó su valor. Qui-

se adapta y responde a nuestra realidad. Y esa

zá ahora esa familia rehipotecó y usó su dinero

respuesta puede ser distinta según lo local, se-

para hacer otras cosas. Frente a ellos, el que tiene

gún distintas condiciones. Las páginas web, por

treinta y quiere comprar con su pareja ese mismo

ejemplo, son normalmente capaces de dar res-

departamento lo ve totalmente inalcanzable. Un

puestas. Todas las pantallas son distintas, los es-

mismo fenómeno opera en forma radicalmente

tamos viendo distinto, pero la página web tiene

distinta sobre la subjetividad de las personas. Y

el mismo contenido, la misma información, los

eso es algo bien clarificador de la actitud adapta-

mismos colores, la misma estructura se adapta

tiva y responsiva que se requiere de las políticas

a las distintas pantallas. Entonces nos encontra-

públicas para esta realidad más compleja.

mos con ese Estado que responde porque hay una profunda mirada en las soluciones y respuestas

La otra parte de la frase de los 30 pesos son los

que debe dar.

30 años. ¿Cuál es la evaluación de los 30 años en estas conversaciones?

A propósito de esto ¿qué espacio encuentra en la articulación individuo, Estado y sociedad?

Ese es uno de los hallazgos más interesantes: la

¿Cómo se conjugan esos tres conceptos?

ciudadanía no tiene una conversación sobre los treinta años, tiene una conversación muy fuerte

Esa tríada aparece con mucha fuerza en educa-

sobre el presente. Nosotros no estamos forzando

ción: este individuo que no quiere que el Estado le

preguntas o respuestas, ponemos una pregunta

determine su proyecto de vida, pero que entiende

abierta y dejamos que la conversación fluya li-

que requiere de una cierta institucionalidad para

bremente. Lo que no sale en TQHDCh no quie-

poder desarrollar ese proyecto. No se entiende

re decir que no esté, que no haya una reflexión,

22


pero sí quiere decir que cuando tú le diste tiempo

en casi todos los puntos fue enriquecedora del

para hablar de esos temas, ese no fue el lenguaje

discurso público. Lo único que no enriquecía el

para abordar la problemática. La conversación se

discurso público eran las ideologías. Todos ne-

refiere a la inseguridad del presente, que proba-

cesitamos principios y sueños, pero ese rechazo

blemente estaba antes del estallido; esa vulnera-

a lo ideológico probablemente tiene que ver con

bilidad que se ha amplificado con la pandemia,

las distintas ideologías que hay en la discusión

y esa sensación de que la ciudadanía sí tiene co-

pública frente a la realidad que está viviendo la

sas por perder. Probablemente, esto no está bien

ciudadanía.

aquilatado por el mundo político. Las grandes discusiones sobre el modelo, sobre el crecimien-

Y no hay grandes narrativas sobre octubre…

to económico, el PIB, el GINI y los treinta años, no están en TQHDCh.

En octubre no hay una narrativa clara, nadie tenía la posibilidad de apropiarse de él, porque tiene

Es bastante llamativo…

una diversidad muy masiva. El fenómeno actual es distinto, por cómo ha surgido una ciudadanía

Eso no quiere decir que la ciudadanía no tenga

distinta en el país y también por esta globalidad

una mirada política. De hecho, tiene una mira-

a la que estamos enfrentados. Esas dos cosas son

da política, pero que no es necesariamente la que

parte del problema, pero, también, el gran po-

está representada en la conversación pública, y

tencial de transformación que tenemos hacia el

por eso quizá se puede entender quiénes lide-

futuro. Si escarbas en las redes sociales fuera de

ran las encuestas. A cierta derecha le hace mu-

los trending topics, encuentras mucha gente re-

cho ruido un político tan adaptativo como Lavín,

flexionando sobre la inteligencia artificial o el

que es del sector, pero también socialdemócrata

cambio climático. Entonces, creo que Chile está

y Opus Dei. O Pamela Jiles, que a veces vota con

en buen momento para pensar el país desde una

la derecha, a veces vota con la izquierda. En las

ciudadanía distinta y también desde un mundo

élites, ese tipo de dinámicas está muy enjuicia-

muy cambiante y complejo.

da, pero en la ciudadanía pareciera valorarse esa adaptabilidad y esa conciencia del problema co-

¿Es posible pensar la sociedad chilena desde ese

tidiano y de la urgencia del presente. Lamenta-

concepto de la ciudadanía?

blemente, en los últimos diez años se nos olvidó esa urgencia del presente, sobre todo para un

Creo que hay espacio para eso, que el gran ba-

grupo importante de la ciudadanía.

luarte de este país es justamente esa ciudadanía que si el día domingo sale una ley que señala que

¿Puede ser también un sesgo de TQHDCh?

se tienen que poner todos chaquetas amarillas para bajarse del auto, a la semana es imposible

Es una crítica válida. Los sesgos de selección que

encontrar una porque todos se la compraron y

puede tener, o que llegue gente muy dialogante.

toda la gente ya la tiene puesta, o que se pide va-

Para resolver eso, tomamos un grupo de control

cunar y toda la gente se lanza a vacunarse en su

de 1500 personas, representativo a nivel nacio-

día y su horario de la forma más ordenada posi-

nal, y les hicimos muchas de estas preguntas, so-

ble. Está la ciudadanía que valora la institucio-

bre todo sobre el diálogo, los acuerdos, de cómo

nalidad, que valora esta estabilidad que en teoría

evaluaban a los políticos. Finalmente se repro-

tienen que proveer las instituciones; y por otra

dujeron, incluso en mayor medida, algunos de

parte está también este pensarnos en un mun-

los puntos de los diálogos. Por ejemplo, 91% de

do global, que yo creo que está presente y a veces

la gente nos dijo que era muy importante llegar a

lo ignoramos o la élite lo ignora constantemen-

acuerdos en los temas centrales del país. 75% nos

te. Diría que el ciudadano común es mucho más

dijo que la diversidad de los pueblos originarios

globalizado de lo que creemos.

enriquecía el discurso público. La diversidad

23


Reconstrucción democrática y políticas de la identidad MANFRED SVENSSON

24


¿De las tinieblas a la luz? Cuando en octubre del 2019 estalló nuestra ac-

por un proceso de secularización propio de la

tual crisis, podía dar la impresión de que ciertas

modernidad”1. La idea de que la modernidad trae

urgencias sociales largamente ignoradas logra-

consigo una necesaria secularización, y que la

ban por fin captar la atención del país. Después

tolerancia o el pluralismo sean fruto de ella, no

de todo, Chile había vivido la ilusión de que sus

es sino otro capítulo de esa historia en que nada

preocupaciones eran posmateriales. Ahora esa

parece constituir retroceso o problema.

ilusión caía. Como todo en la interpretación de

Se trata de un relato seductor, que integra una

octubre, sin embargo, hay que matizar este apa-

infinidad de problemas en una historia que per-

rente vuelco. En las mismas marchas, pañuelos

mitiría enmarcarlos. Dado el anhelo humano por

verdes indicaban adhesión al aborto; otras ban-

la unidad y dada la fe moderna en el progreso, tal

deras, también numerosas, mostraban adhesión

vez no debamos extrañarnos de la popularidad

a algún aspecto de la causa mapuche. Como en el

de esta aproximación. Sin embargo, son varios

resto del mundo, esta crisis de la democracia in-

los problemas que acompañan esta manera de

cluía guerras culturales y la política de identidad.

mirar nuestros debates sobre estos asuntos. Por

Pero estos ingredientes pueden abordarse con

lo pronto, la pretensión de conocer de antemano

disposiciones muy variadas. Para algunos, en

el rumbo de la historia es difícil de compatibili-

efecto, los pañuelos verdes son motivo de opti-

zar con la libertad humana, y parece además algo

mismo en lugar de síntoma de crisis. Es lo que

simplista integrar cuestiones tan dispares en un

expresó Mario Vargas Llosa al ser interrogado

mismo relato. Sometidos a la lógica del desarro-

el año 2017 sobre la oposición de una parte de la

llo histórico necesario, apenas parecen importar

derecha chilena al aborto: esta era para él una

los argumentos que se esgriman en torno a cada

“derecha cavernaria”. Se trata de una manera

asunto. Los derrotados en el siglo XIX lo serán

habitual de describir las controversias morales:

también en las nuevas discusiones, y no habría

habría un tránsito de la luz a la oscuridad y, por

por qué ocuparse de los temores, advertencias

lo mismo, un partido de la luz y un partido de las

y argumentos de quienes ya una vez erraron en

tinieblas. Para este imaginario, las discusiones

el blanco.

actuales sobre aborto, eutanasia y matrimonio

Pero si este optimismo, a pesar de sus pro-

son parte de una continua historia de eman-

blemas, fue la tónica durante décadas, algunos

cipación concebida en tales términos. Agustín

voceros del progreso parecen haber adquirido

Squella ha dado expresión a la misma idea al

un tono más cauto en el último tiempo. La ex-

rastrear el pasado de estas disputas no solo en

plicación se encuentra en ese nuevo elemento

las relativas a divorcio y filiación, sino incluso

que se cruzó en el camino: la política identitaria.

en las de matrimonio civil y cementerios laicos. Todas las discusiones parecerían estar inscritas en un simple “transitar, y esto a paso de tortuga,

1 Agustín Squella, “El secreto de las conciencias” en El Mercurio A2, 29 de diciembre de 2020.

25


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

Aunque emparentada con las guerras culturales,

la historia, parecen reconocer, es menos grato y

no se trata de exactamente lo mismo. Las dispu-

más impredecible que lo que se imaginaba. ¿Pero

tas previas parecían ser sobre lo que se permi-

es que acaso tuvimos una liberación buena, que

tiría a cada uno; las disputas nuevas son sobre

abría horizontes, mientras que ahora otra co-

los rasgos de identidad —origen cultural, raza,

rrompida nos devuelve a las cavernas? En efecto,

género y otros— que cada uno debe celebrar en el

muchos ven la situación en tales términos. Así, se

otro. De a poco, en efecto, pero a un paso cada vez

describen las actuales restricciones a la libertad

más acelerado, apareció una generación volcada

de opinión como una recaída en una condición

hacia adentro para encontrar su identidad, y vol-

“medieval”, afirmando que estamos ante una

cada hacia afuera para exigir su reconocimiento.

“nueva inquisición”. Pero si abordamos nuestros

Esa mentalidad ha entrado en cada campo de la

problemas de esta manera, no seremos capaces

vida y amenaza con romper todo esbozo de pro-

de notar los rasgos de nuestro propio mundo que

yecto compartido de sociedad.

hacen posible la política identitaria. La reacción

Sobra decir que nuestro país no ha estado aje-

liberal contra la cultura de la cancelación, por

no a esta dinámica. Con la nueva izquierda que

pertinente que sea, corre el gran riesgo de estar

irrumpió el 2011, su presencia pública se volvió

solo atacando síntomas.

cada vez más significativa. Y si en alguna me-

Las discusiones sobre la familia son un buen

dida el estallido social encausó la energía en

campo para plantearnos esta cuestión. Los viejos

dirección a preocupaciones

representantes del progreso

materiales, hoy ya estamos

solían decir que en la vida

de regreso en un torbellino

Como ha sugerido

de política identitaria. Para

familiar no hay crisis, sino solo inocuo cambio. Un di-

regular el uso de la palabra

Mary Eberstadt, precisamente

vorcio de fácil acceso o el

en la Convención Constitu-

en esta crisis de la familia puede

reemplazo del matrimonio

yente, por ejemplo, la pri-

encontrarse el origen

por la convivencia pare-

mera propuesta de su mesa fue que se asignara según “criterios de paridad, plu-

de las búsquedas identitarias del presente.

rinacionalidad, pluralismo,

cían simples muestras de una institución que se está acomodando a los nuevos tiempos. Esta tesis, debe-

plurilingüismo y acción afirmativa”. En medio

mos notar, se va volviendo cuesta arriba bastan-

de ese mismo ambiente, el constituyente Daniel

te pronto para quien considera, por ejemplo, las

Stingo afirmaba que son las identidades sociales

cifras de nacimientos fuera de un entorno fami-

étnicas, sexuales y sociales las que merecen res-

liar estable. Pero al cruzarla con el problema de la

peto, pero no las identidades políticas (como si

política de la identidad, la tesis se vuelve menos

no fueran precisamente las identidades políticas

plausible aún. Como ha sugerido Mary Eberstadt,

las que deben alcanzar un encuentro en la Con-

precisamente en esta crisis de la familia puede

vención). El cambio de nombre de la Negrita, en

encontrarse el origen de las búsquedas identi-

tanto, ilustra de modo claro la expansión de esta

tarias del presente: la “estridente criatura de

mentalidad a otras esferas de la vida: el “capita-

nuestro tiempo” habría nacido de “la liquidación

lismo woke” ya aterrizó en Chile.

familiar”2. La pregunta “¿Quién soy yo?”, nota

En la vida universitaria, donde en buena me-

Eberstadt, se responde en parte a partir de nues-

dida se ha originado esta mentalidad y la con-

tras relaciones; pero ¿cómo se responderá en un

comitante cultura victimista, se ven amenazas a

mundo en que es menos común tener hermanos,

bienes tan elementales como el debido proceso y

un contexto en que incluso se trae al mundo a

la libertad de expresión. Es sobre todo a la luz de esta cultura de la cancelación que también voces liberales y progresistas se han alarmado ante el camino seguido por nuestra cultura. El rumbo de

26

2 Mary Eberstadt, Gritos primigenios. Cómo la revolución sexual creó las políticas de identidad (Madrid: Rialp, 2020), 21.


personas que, por la intervención de la técnica o del mercado, se ven privadas de conocer a uno u ambos padres biológicos? No se trata solo de que la descomposición familiar repercuta sobre la educación y la vivencia de sentido, sobre las más básicas redes de apoyo y en el abuso de las drogas y del alcohol, sino que así podría también explicarse la intensidad de la búsqueda identitaria del presente y el marcado infantilismo que la caracteriza. La política de identidad no sería una anómala aberración que pueda ser dejada de lado para volver al progresismo puramente permisivo de una década atrás. Los problemas de un momento y otro se encuentran conectados, se potencian recíprocamente, y ambos reclaman nuestra atención. Visiones de mundo enfrentadas Al pensar en la reconstrucción democrática de nuestro país, asuntos como los que hemos mencionado no pueden ser omitidos. Pero, ¿cómo tratarlos? ¿Cómo describir las posiciones en conflicto de manera adecuada? En 1991, el sociólogo James Davison Hunter escribía que tenemos por delante una disputa sobre lo que está “bien y mal en el mundo que habitamos, sobre el bien último y también sobre aquello que finalmente es intolerable en nuestras comunidades”3. Las palabras vienen de Culture Wars, el libro en que bautizó las interminables disputas contemporáneas sobre familia y sexualidad, arte y educación, nación y religión como “guerras culturales”. Vale la pena recordar que, por la misma fecha en que Hunter bautizaba y diagnosticaba estas controversias, Fukuyama anunciaba el fin de la historia. En lugar de tal fin, sostenía Hunter, estábamos en medio de álgidas disputas que seguían apuntando al centro mismo de la comunidad política y de su identidad. La razón por la que el conflicto parecía calar tan hondo es sencilla: no se trata de un elenco azaroso de causas inconexas en torno a las que se enfrentan distintos bandos. Si hay una “guerra cultural” es porque estamos ante algo más

3 James Davison Hunter, Culture Wars. The Struggle to Define America (Nueva York: Basic Books, 1991), 31.

27


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

que una suma de causas aisladas disputadas

describir la comunidad política. La realización

por dos facciones. Se trata más bien de visio-

última del sujeto ya no estaba ahí. Según el argu-

nes morales completas que entran en colisión.

mento de Smith, el progresismo contemporáneo

¿Cómo caracterizar tales posiciones? Para Hun-

representaría, en cambio, el regreso de una re-

ter se trataba ante todo de modos rivales acerca

ligiosidad inmanente. En lugar de una creciente

de dónde reconocer la autoridad. Hay una visión

secularización, lo sagrado —que nunca desapa-

más o menos dispuesta a reconocer una autori-

rece— habría una vez más cambiado de lugar4.

dad externa, definible, que trasciende al sujeto,

De ahí que hoy sean tan centrales, por ejemplo,

mientras que otra se caracteriza más bien por la

las luchas en torno a los símbolos de la vida en

autoridad moral conferida al espíritu de la época

común. De ahí también la dificultad para resol-

o al individuo.

ver cuestiones mediante medidas pragmáticas y

Esas distintas instancias de apelación amena-

la disposición al recíproco acomodo.

zan con crear dos mundos paralelos. El hecho de

Comoquiera que se evalúe este argumento, lo

que haya no solo controversias específicas, sino

propio de la guerra cultural es precisamente el

visiones morales completas en conflicto, permi-

hecho de que en ambos lados de la discusión el

te además explicar el tenor de la disputa. Esta,

debate adquiere unos términos absolutos que

después de todo, suele caracterizarse por una

pueden volver irrelevante la distinción entre la

singular agitación. Muchos pueden ser indife-

perspectiva religiosa y la no religiosa. Tanto en la

rentes a estas discusiones, y otros tantos pueden

guerra cultural de los noventa como en la política

ser inmunes a la polarización que se ve en los

identitaria del presente esto es así. Se siente es-

activistas de lado y lado. Pero aunque haya un

tar ante cosas intransables, cosas que no se zan-

extendido centro moderado, la presencia de es-

jan en las urnas. Así, no hay que extrañarse de

tos temas en el discurso público parece abrir un

que las partes en conflicto puedan, por diferen-

abismo insalvable. Y no nos debiera sorprender:

tes que sean sus causas, exhibir una psicología

en cada una de estas cuestiones, quienes parti-

tan similar. Esa es la conclusión a la que llega-

cipan sienten que están dando la batalla que de-

ría Hunter en To Change the World, dos décadas

termina lo que vamos a ser como país y la sub-

después de su libro pionero5. En esta nueva obra,

sistencia de su modo de vida; en cada una de ellas

Hunter subraya la enorme medida en que los dis-

se define el futuro de la comunidad. El lenguaje

tintos bandos de la guerra cultural estaban lle-

de guerra cultural se ocupa precisamente porque

gando a exhibir una misma psicología nihilista,

todo está en juego.

desinteresada por la convivencia, hundida en el

Pero este carácter radical de los posiciona-

resentimiento y el victimismo. Además, notaba

mientos, y el lugar que ocupan distintas con-

que, si bien ambos lados aspiran a “transformar

cepciones de la autoridad, no significa que en

la cultura”, sufrían de una severa incomprensión

estas disputas tengamos un lado “religioso” y

de esa cultura que buscaban transformar y de los

otro “secular”. Esa es una popular manera de

procesos de cambio cultural.

describir a las partes involucradas, pero es un

El punto puede ilustrarse fácilmente con el

lente que nos oculta tanto como revela. Steven

llamado del guerrero cultural a dar una “batalla

Smith ha mostrado cuánto más iluminador re-

de las ideas”. Se trata de un llamado que algunos

sulta, por el contrario, describir las dos visiones

toman como esperanzadora alternativa al anti-

como orientaciones religiosas en conflicto. Ha

intelectualismo y a la neutralidad. Pero, en los

resurgido una antigua tensión entre una religiosidad inmanente y una trascendente. Cuando la fe monoteísta de Israel y del cristianismo situó lo sagrado fuera de este mundo, iniciaba una revolución que afectó la comprensión de todas las dimensiones de lo humano: desde el modo en que se entendía la sexualidad hasta la manera de

28

4 Steven D. Smith, Pagans and Christians in the City. Culture Wars from the Tiber to the Potomac (Grand Rapids: Eerdmans, 2018). 5 James Davison Hunter, To Change the World: The Irony, Tragedy, and Possibility of Christianity in the Late Modern World (Oxford: Oxford University Press, 2010).


hechos, se trasladan las lógicas de poder y domi-

puede resumirse en tales palabras. Algunos res-

nación al ámbito de la cultura, donde por defini-

ponderán tal vez que el mundo sí está convertido

ción debiéramos procurar mantener tales lógicas

en una selva, y que quien toma nota de ese hecho

a raya. No importa cuál sea el tópico de turno,

no puede sino cumplir el deber de salir a podar.

la tendencia de la guerra cultural es a que haya

Pero cuando Lewis escribía estas palabras, en

más espíritu de guerra que de creación, de en-

1943, también se estaba en medio de una jungla

cuentro y de transmisión cultural. ¿Qué hacer

de odio, visiones perversas y dinámicas destruc-

con una guerra que amenaza con convertirse

tivas. Con sus palabras, Lewis representa el espí-

en una espiral de continua

ritu de aquellos humanistas

degradación y que nadie

cristianos que, en medio de

puede propiamente ganar? Es difícil detener la locura

En lugar de una creciente

del mundo al participar de

secularización, lo sagrado

tales dinámicas. Kierkegaard hacía el paralelo con quien viaja en un tren y para frenarlo sostiene con fuerza el

—que nunca desaparece— habría una vez más cambiado de lugar.

asiento de adelante. Quien

esa podredumbre, pusieron la mirada en el largo plazo y en las tareas constructivas que este impone. En ese año, como ha recordado Alan Jacobs, para muchos intelectuales cristianos la pregunta crucial

intenta detener a su propia época comportán-

estaba cambiando. No se trataba ya de si acaso

dose así, simplemente queda determinado por

triunfarían en la guerra el nazismo o las fuerzas

las dinámicas de esta. Así, concluía que solo cabe

democráticas, sino de qué clase de cultura era

bajarse del tren y frenarse a uno mismo. Esta es

esa que estaba a punto de triunfar. De las más

tal vez la ascética que necesitamos hoy, la reso-

variadas formas, explorando los recursos lite-

lución personal de quienes evitan quedar deter-

rarios y filosóficos de su tradición, autores como

minados como versión negativa de los desvaríos

Weil y Auden, Maritain y Lewis, levantaron en-

del presente.

tonces la pregunta por las condiciones morales y culturales de la democracia6. Quizás el mundo es

Irrigar desiertos

siempre una selva y un desierto de modo simultáneo, pero también en las más complejas con-

Pero la pregunta, tras bajarse del tren, es cómo

diciones hay que poner la mirada en el trabajo de

superar la guerra cultural sin que las preocu-

largo plazo, en la siembra, el riego y la paciente

paciones pertinentes tocadas en ella escapen a

espera del crecimiento. Por lo demás, como bien

nuestra mirada. ¿Cómo describir el cambio de

lo ilustra La abolición del hombre, poner la mirada

actitud que se requiere? En La abolición del hom-

ahí no significa en modo alguno eludir la dimen-

bre, C. S. Lewis escribía que la tarea del educador moderno no es podar selvas sino irrigar desiertos. Parte de la reorientación que necesitamos

6 Alan Jacobs, 1943. La crisis del humanismo cristiano (Santiago: IES, 2021).

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

sión polémica de la actividad intelectual y cultu-

no tanto como logro e iniciativa, sino más bien

ral. Dicho libro, en efecto, es una extraordinaria

como egoísmo y mera performance”8.

ilustración de cómo tal polémica puede condu-

La política de identidad no es solo fruto de

cirse sin descender a los abismos de la guerra

ciertas ideas. La hace posible un mundo de sole-

cultural, o sin caer en lo que Voegelin ha llamado

dad, de individuos cuya conexión corre el riesgo

la mera “contrapropaganda ética” . Lo que todo

de reducirse a la vida en línea —no debiera sor-

esto parece sugerir es que esta guerra cultural

prendernos su intensificación en pandemia—.

debe ser superada por arriba, no por abajo. Debe

Que estemos poniendo condiciones previas antes

ser superada no mediante la indiferencia respec-

de entablar y cultivar relaciones humanas solo

to del rumbo general de la cultura, sino por una

puede ocurrir en un mundo en que no se depende

mayor preocupación por el destino espiritual de

del vecino, del colega ni del compañero en el día

las personas.

a día. En un mundo de relaciones vivas, de visible

7

Pero la irrigación de desiertos no tiene solo una

dependencia recíproca y tareas en común, no

dimensión espiritual o intelectual, sino también

tendría ningún propósito ni destino la petición

un carácter institucional. El debilitamiento de

de que se reconozca mi identidad antes de traba-

la vida en instituciones concretas es uno de los

jar juntos, ni tendría sentido la consideración del

factores cruciales a la hora de entender nues-

otro como representante de una identidad antes

tra condición. Cuando todo se vuelve objeto de

que como persona concreta. La vida en institu-

elección en lugar de herencia recibida y culti-

ciones determinadas nos invita no a la perfor-

vada en comunidades concretas, todo se vuel-

mance, sino a una experiencia que forma; no nos

ve también índice de identidad. La observación

da una informe “conexión”, sino una estructura

de Mary Eberstadt sobre la familia, en efecto,

y un lugar que dan sentido a lo que hacemos jun-

vale para muchas otras comunidades. En pala-

tos. Este es el desafío central de nuestro actual

bras de Robert Nisbet, “las lealtades humanas,

proceso social y político: no es solo la posibilidad

desarraigadas del terreno conocido, comienzan

de deliberación la que está en cuestión, sino esa

a tambalearse por el descampado sin esquema

capacidad de reencuentro que es consustancial a

alguno de propósitos mayores que les dé orien-

la vida democrática.

tación”. ¿Qué clase de individuo emerge de ahí? “El individualismo —continúa— se revela ahí

7 Eric Voegelin, Las religiones políticas (Madrid: Trotta, 2014), 24.

8 Robert Nisbet, Twilight of Authority (Nueva York: Oxford University Press, 1975), v.

Manfred Svensson es doctor en filosofía por la Universidad de Múnich, director del Instituto de Filosofía de la Universidad de los Andes e investigador senior del IES. Algunos de sus últimos libros son C. S. Lewis. Una introducción (IES, 2016), Reforma protestante y tradición intelectual cristiana (CLIE, 2017) y Secularization, Desecularization, and Toleration (con Vyacheslav Karpov, Palgrave 2020).

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Fotografía: Comunicaciones UC

PEDRO MORANDÉ:

“La tensión entre oralidad y escritura es para mí el problema de fondo de esta crisis” POR JOSEFINA ARAOS

31


Es uno de los sociólogos chilenos más relevantes del último medio siglo. Formado en Alemania y con una larga carrera en la Pontificia Universidad Católica de Chile, es actualmente miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Su reflexión ha cuestionado duramente al constructivismo que, desde izquierda y derecha, ha querido refundar las sociedades latinoamericanas. En esta entrevista conversamos sobre la crisis chilena, la tensión entre oralidad y escritura que la subyace, y el modo en que el proceso constituyente podrá canalizar algunas de las tensiones que la sociedad chilena arrastra desde hace muchas, muchas décadas.

DE LA LETRA A LA IMAGEN ¿Qué mirada tienes sobre la crisis que vive

refiere a la mediación entre la oralidad y la es-

Chile?

critura. Suelo ponerlo siempre en la lógica del Siglo de Oro español, en la lógica del Quijote. El

Tal vez por deformación profesional, creo que la

Quijote es un personaje que ve el mundo a tra-

crisis se origina en no haber sabido resolver ade-

vés de los libros de caballería. Y según opinan sus

cuadamente el tema cultural. Especialmente, la

vecinos más cercanos, se vuelve loco porque ve

relación entre la tradición oral y la tradición es-

la realidad según los libros. Del otro lado aparece

crita, a lo que se agrega hoy la cultura audiovi-

Sancho Panza, con toda la sabiduría de la orali-

sual. Cuando se perturba la relación entre estos

dad, de los dichos, de lo que no tiene justificación

tres elementos, se produce también una crisis

argumental, que recoge la herencia histórica del

en otros sectores. Pero el núcleo del problema

pueblo. Cervantes narra esta combinación entre

es cultural.

la escritura y la oralidad. Y más allá de todas las vicisitudes que pasan ambos personajes, el pro-

¿En qué consisten esas tres dimensiones?

blema de fondo radica en que cuando la cultura escrita pierde el contacto con sus raíces en la

Yo desarrollé la tesis que llamo “modernidad

tradición oral, el Quijote se muere, y la cultura

barroca”, que es propia de América Latina. El

muere. Esto es lo que nos ha pasado durante mu-

tema del barroco no es solo artístico, sino que se

cho tiempo en América Latina.

32


¿Hemos perdido el contacto con la cultura oral?

si puede escuchar algo y comprender. Pero como no lo consigue, lo arroja. Esto es interpretado por

Más que perder el contacto, lo que ha ocurrido es

los garantes de la escritura como una afrenta a

que la élite letrada ha desconocido o combatido

lo que contiene el libro, que seguramente era la

la tradición oral. El mundo iletrado les parece

Sagrada Escritura o un misal, y condenan al Inca

irracional, caprichoso, mítico, y confía el desa-

a ser decapitado. Desde entonces, esta oposición

rrollo social a la “República de las Letras”, como

entre la tradición libresca, propia de las élites y

la llamó Ángel Rama. Lo formuló de modo para-

de la cultura jurídica, y la tradición decapitada

digmático en Chile el gobierno de Aguirre Cerda:

de la oralidad, de los decires, de los dichos, de la

educar es enseñar a leer y escribir. Pero no pode-

simbología, ha acompañado toda la historia de

mos perder contacto con la cultura oral porque

América Latina. Por ello suele designarse como

en ella vivimos.

“barroco” a este encuentro, puesto que la mediación entre la escritura y la oralidad se da en

¿Cuándo se quiebra ese contacto?

el simbolismo, en la representación gráfica. La tenemos en las grandes manifestaciones artísti-

Hace tiempo. Baltasar Gracián, en el siglo XVII,

cas de la arquitectura, en la pintura, que expre-

ya lo reconocía. Fue un crítico sarcástico del Si-

san la mediación entre oralidad y escritura. Pero,

glo de Oro español, que mostraba lo ridículo que

en última instancia, para que sea comprendida,

puede llegar a ser la representación social en el

esta oposición tiene que resolverse al interior de

plano de la pura escritura sin referencia a la tra-

la escritura, y por eso pongo el ejemplo del Qui-

dición oral. Él ya percibía este quiebre, aunque

jote como una especie de arquetipo de cómo en

su culminación se da después. Como dirá Goya,

la cultura europea se resolvió esta contradicción.

“El sueño de la razón produce monstruos”. Tal vez el ejemplo más elevado del desplazamien-

Pero aparentemente, entre nosotros no se

to unilateral de la cultura hacia la literalidad lo

logra resolver esa contradicción, y vemos

encontramos en el kantianismo, en no tener por

cómo la construcción de las repúblicas en

cierto otra cosa sino lo que la razón es capaz de

América Latina se fundó en la distancia con la

autoobservar como su propio modo de argumen-

tradición oral.

tar, quitándole realidad a todo aquello que proviene de los sentidos porque puede ser arbitrario,

En América Latina la tarea quedó pendiente has-

pasajero, engañoso. En general, la Ilustración ha

ta el día de hoy. Desde el propio Bolívar en ade-

tenido esta pretensión de establecer un pensa-

lante, las élites tenían la convicción de que la

miento ideológico separado de la tradición irra-

democracia solo era factible si las personas sa-

cional y afectiva de las personas y centrada más

bían leer y escribir. Y una de las dificultades que

bien en la conceptualización, en la categoriza-

tuvieron para establecer gobiernos democráticos

ción de los fenómenos de la vida real.

fue que la población no sabía todavía escribir, vivían en la oralidad. Entonces, a través de Bolívar

Pareciera entonces que hay una relación

y del parlamento latinoamericano, de esa ima-

conflictiva entre oralidad y escritura, al menos

gen tan elocuente e influyente del siglo XIX de

en América Latina. Es parte de la tesis que has

Domingo Faustino Sarmiento, que contraponía

desarrollado en tu obra.

“civilización y barbarie”, la civilización queda identificada con el polo de la escritura y la barba-

En América Latina se dio esta discrepancia entre

rie con el de la oralidad. Incluso alguien revolu-

oralidad y escritura desde el comienzo. Yo siem-

cionario y reformista como Rodó —a comienzos

pre recordaba en clases la mitología de Inca-Ri o

del siglo XX—todavía menciona en Ariel la dis-

Rey, que relata el encuentro de Atahualpa y Piza-

tinción entre Ariel y Calibán como una distinción

rro: los españoles le entregan al Inca un libro, y

sublimada entre la escritura, por una parte, y el

el Inca no lo entiende. Se lo pone en el oído, a ver

interés práctico propio de la organización de los

33


les enseña a cantar o bailar. Pero basta que pasen a la enseñanza básica para que cambie el registro desde la manualidad a la escritura, al libro de texto, a la explicación racional de los comportamientos. Sea en el plano político, económico o educacional, se da este mismo conflicto entre oralidad y escritura. Hablabas también de la cultura audiovisual, que hoy se superpone a la relación entre oralidad y escritura. La cultura audiovisual vuelve a replantear el mismo tema. La novedad de su aparición es que toma la tradición oral, subyugada por la cultura escrita, particularmente por la ley, y vuelve a reivindicar con fuerza su presencia. A que el juicio oral anteceda a la escritura; que la expresión emocional supere a la racional; que la espontaneidad domine frente al cálculo. Es decir, se trata de un ajuste entre oralidad y escritura que a lo largo de la historia no se había producido completamente, y que se agudiza ahora a partir de la experiencia audiovisual. Desde el propio Bolívar en adelante, las élites tenían la convicción de que la democracia solo era factible si las personas sabían leer y escribir.

¿En qué sentido esa cultura oral estaba subyugada? En que la tradición oral se siente atrapada, por

pueblos, por otra. Y esta oposición se ha visto

decirlo así, en la escritura y, esencialmente, en el

luego reflejada en varias ocasiones en el conflicto

marco jurídico. Curiosamente, se han dado en la

político, con todas las secuelas que tiene, espe-

narrativa algunas ventanas de respiro. No es de

cialmente para la legitimidad de la autoridad que

extrañar que los dos chilenos que han recibido

se funda en el texto.

el premio Nobel sean poetas, y aunque la poesía pertenezca a la literalidad, es lo más próximo a la

¿Es la única manera en que se ha manifestado

oralidad. Entonces, parte de nuestra literatura ha

esta oposición?

logrado mantener la conexión con la oralidad. De ello es un ejemplo nuestro realismo mágico. No

No. Se da también en la industria que fabrica

así el derecho (aunque la última reforma proce-

mercancías de acuerdo a catálogos con estatutos

sal haya introducido el juicio oral), o que se afir-

internacionales, mientras del otro lado tenemos

me entre nosotros desde la Colonia que “la ley se

la confección en el estilo artesanal tradicional

acata, pero no se cumple”. Así, el conflicto queda

propio de cada pueblo. Otro ejemplo importante

sin resolver. Da la impresión de que la ley no es

es la educación que crecientemente se incorpora

capaz de recoger la vida real de las personas, sino

al mundo de la escritura, a costa de una progre-

solamente la de algunos pequeños grupos edu-

siva independencia de la oralidad. De hecho, la

cados en el sistema, normalmente acomodados.

educación no sabe qué hacer con la oralidad, excepto tal vez en la sala de los párvulos, donde se

34


Y eso finalmente estalla.

a estallar nuevamente con la emergencia de la cultura audiovisual. Así, la tensión entre oralidad

Efectivamente, se hace visible, y el conflicto se

y escritura en el contexto del nuevo espacio de

manifiesta a través de la cultura audiovisual. Por

la cultura audiovisual es para mí el problema de

ejemplo, hoy es muy común que los fallos que

fondo de esta crisis.

pronuncian los tribunales tengan que explicarse primero por la prensa. Esto jamás hubiese tenido

¿Y dónde se expresa eso en nuestra crisis actual?

sentido en el sistema jurídico escrito. Siempre se decía: existe fallo solo cuando los jueces lo han

La educación, en cierta medida, es la prime-

firmado. Antes de ello no hay más que borrado-

ra manifestación de la crisis. A pesar de que el

res. Pero hoy la presión de los medios de comu-

origen del movimiento haya sido el costo de los

nicación es tan fuerte que obliga a los jueces a

pasajes del transporte, la cuestión de fondo es la

comunicar los fallos que van a dictar aun antes

educación. Lo que enseña la educación formal,

de firmar el acta correspondiente. Es decir, se da

¿sirve para la vida y para el empleo, para subsistir

una presión de la tradición oral sobre la escritura

realmente, o se trata más bien de conocimientos

propia de los tribunales. Pero el mismo fenóme-

teóricos, librescos? Este conflicto ha estado pre-

no se puede observar en muchos otros planos y

sente en la sociedad desde hace mucho tiempo,

no solo en la judicatura.

especialmente desde que comenzó a masificarse la educación superior a parir de los años sesen-

NUESTRA CRISIS

ta. Se prometió universidad para todos como si fuese la

Pareciera entonces que la cultura audiovisual, o el mundo de las redes sociales, gatillaron nuestra crisis.

La tensión entre oralidad y escritura en el contexto del nuevo espacio de la cultura audiovisual es para mí

solución de los problemas del desarrollo. Y a poco andar todos se han dado cuenta de que muchos egresados de universidades terminan tra-

Lo que gatilla la crisis es la

el problema de fondo

bajando en empleos infor-

cultura audiovisual. Es decir,

de esta crisis.

males, en el transporte, las

no tendríamos esta crisis si

ventas y los servicios cuyo conocimiento

no fuera por internet, Face-

práctico

no

book, WhatsApp, por todos los mecanismos de

exigía el saber teórico de la ciencia, sino solo el

comunicación electrónicos audiovisuales. A di-

de la experiencia.

ferencia de la escritura, los medios audiovisuales tienen la particularidad de recuperar la oralidad

¿Es una crisis generada por unas expectativas

en tiempo real y nos permiten situarnos inme-

demasiado altas?

diatamente en el plano de la corporeidad de las personas. Entonces, la potencialidad mayor que

Existe lo que podríamos llamar una gran frustra-

tiene la tecnología audiovisual frente a la cultu-

ción ante las expectativas generadas por la edu-

ra oral es proyectarla a un nivel universal, lo que

cación. La educación crea las expectativas de un

es, al mismo tiempo, su limitación, porque las

mundo libresco y desarrollado, pero la vida real

culturas orales nacen de encuentros reales entre

de la mayoría de la población no solo no es capaz

personas y conservan fuertemente la limitación

de responder a ellas desde el punto de vista de

de su espacialidad. Y por lo mismo esta es una

su capacitación básica —no hay capital cultural

crisis de carácter mundial, no solo chilena. En

para ese tipo de educación—, sino porque genera

cierto sentido, puede decirse que es una crisis no

además una expectativa sobre la vida cotidiana

resuelta que viene arrastrándose prácticamente

que la educación no es capaz de sustentar. Me

desde el sigo XVII, desde el inicio de la moder-

refiero especialmente a superar el nivel de la so-

nidad, incluida su variante barroca, y que vuelve

brevivencia. Mi generación creció todavía en una

35


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

cultura oral cuya gran aspiración era la sobre-

más que un costo adicional de la trampa y cuando

vivencia, donde las familias gastaban la mayor

esto ocurre en todos los planos del gobierno, de

parte de su presupuesto solo en comer. Mi docto-

los partidos políticos, del reparto de los fondos

rado en Alemania fue mi primer viaje largo al ex-

públicos, estamos frente a un conflicto de pro-

tranjero, no se podía llamar por teléfono porque

porciones. Y en esta discrepancia está presente

eran costos inimaginables. Hoy en día cualquiera

también el conflicto entre oralidad y escritura.

se sube al avión con su celular y está permanentemente comunicado. Lo que ha cambiado no son

¿Podríamos decir entonces que nuestra crisis es

solo las posibilidades de que ocurra algo así, sino

una suerte de revancha de la oralidad frente a

que también las expectativas con las cuales la

esa especie de farsa de la escritura?

gente se mueve. La palabra “revancha” suele connotar dolo e ¿Y cómo se aplica esto a nivel político, que es

intencionalidad. No es este el caso, pues se tra-

donde más claramente explotó nuestra crisis?

ta de procesos sociales masivos, generalmente inconscientes. Pero en sentido figurado podría-

En el plano político el problema fundamental es

mos hablar con Freud de una especie de “retor-

la pérdida de la autoridad moral de quienes go-

no de lo reprimido”, aunque tiene ciertamente

biernan. No puede ser que en un país sean jus-

también el componente subjetivo del ser mirado

tamente los poderes del Estado las instituciones

en menos, del abuso, de la pérdida de dignidad.

que tienen el prestigio más bajo. ¿Qué se puede

Como se voceaba en las calles, se protestaba por

esperar de un parlamento que no llega al 5% de

el descrédito de las personas, por su desprecio,

aceptación o de la justicia que puntúa apenas un

por ser consideradas como basura, como mate-

poco más alto? Luego, la pregunta que se hace

rial prescindible.

la población es, ¿quién manda a quién? ¿Quién mueve los hilos de la realidad, de tal suerte que

¿Podríamos

pensar

a

figuras

disruptivas

pueda producirse algún tipo de ordenamiento

como Pamela Jiles, apoyadas en la cultura

real y no puramente retórico?

digital, como expresión de esta revancha de la que hablas?

¿En

qué

otros

problemas

se

traduce

este desprestigio?

Prefiero no mencionar en este contexto a personas de la política, cuando han sido ellas mismas,

El tema del desprestigio de la autoridad, de su

de todo el espectro ideológico, quienes han con-

desacralización, de la mala imagen que adquiere,

currido con gusto a los programas cotidianos de

termina por quitarle a la política su soporte lite-

farándula. Ciertamente la literalidad no se aviene

rario, convirtiéndola en un conjunto de personas

con los matinales. Pero la oralidad ha reivindi-

que se valen de los argumentos del foro para per-

cado no solo a políticos, sino también a otras fi-

seguir sus propios intereses. Es decir, los políti-

guras de la sociedad, como jugadores de fútbol,

cos corren el riesgo de convertirse en una suerte

cantantes, actores de teatro, poetas populares y

de pillos de cuello y corbata que ocupan los más

tantos otros opinólogos.

altos grados de la administración de la sociedad. El tema de la autoridad pasa a ser, en consecuen-

¿Es problemática esta revancha?

cia, una cuestión central de la incompetencia o incapacidad de la literalidad de poner un canon

La revancha se vuelve problemática cuando no

que se cumpla efectivamente. Es decir, el canon

deja espacio a la reconciliación entre oralidad,

se cumple para otros, pero no para sí mismos y

literalidad y comunicación audiovisual. Toda

de ahí nuestro dicho habitual, “hecha la ley, he-

cultura aspira a ser una síntesis de los diver-

cha la trampa”. Lo que realmente gobierna es la

sos elementos que la componen: simbolismo

trampa, no la ley, esa es la sensación. La ley no es

religioso, literario, artístico, culinario, laboral,

36


educacional, científico, filosófico y también,

por la estructura jurídica porque ese es el valor

ciertamente, político. La convivencia entre ora-

inmenso de la escritura. El problema es cómo

lidad, literalidad y comunicación audiovisual

mantener este propósito si no cambia la inter-

ha hecho a la sociedad más compleja, pero no

pretación que desde la tradición oral se hace de

por ello impermeable a la unidad sintética. La

la escritura. Si para esa tradición los miembros

complejidad no es sinónimo de fragmentación

de la élite culta no son más que pillos que de-

y disolución, sino que exige una síntesis igual-

dican sus servicios al negocio, a la corrupción,

mente compleja.

por mucho que se llegue a un acuerdo en la Convención Constituyente no estará ajena a la acu-

¿Cómo salir de esta crisis, de este desajuste

sación de corrupción. Entonces el problema es

entre los tres niveles de la cultura que tú

cómo la escritura vuelve a tener su asiento en

planteas? ¿Puede jugar aquí un papel el proceso

una oralidad que la haga creíble, no puramen-

constituyente, que hasta ahora es la única salida

te retórica, y mientras esto no ocurra, cualquier

concreta que tenemos?

discusión pública sobre los límites de algún principio, de alguna ley, va a ser solo un flatus

Hay que evitar una Constitución puramente

vocis. Se deben vincular estas dificultades del

ideológica, es decir, que no tenga en cuenta es-

diálogo y del entendimiento con los conflictos de

tas bases reales de las que hemos hablado. Lo

la oralidad que dan origen a la desconfianza en

único posible en una sociedad para organizarse

el entendimiento.

y gobernarse es el realismo. Todo lo demás sucumbe tarde o temprano a la violencia,

La pregunta es cómo lograr eso.

al terrorismo, al sinsenti-

Lo que nos falta no es respeto

do. Sin embargo, en lugar

a la palabra empeñada, sino

No soy quién para hacerlo

de realismo, la discusión ha

que la realidad se comporte de

porque también hay que po-

tratado más bien de poner en primer plano las cuestiones ideológicas: si acaso

acuerdo a las palabras que se usan para describirla.

tenemos o no capacidad de

nerle números a la realidad. En todo caso, creo que el rol de los políticos habría que reducirlo

sustancialmente,

conversar y dialogar, de respetarnos recíproca-

aumentando mucho más el rol de los entes des-

mente. Ojalá se den todas estas cosas maravillo-

centralizados, de las instituciones sin fines de

sas. Pero, en cierto modo, no sirven para nada,

lucro, y de tantos otros actores sociales que no

porque lo que nos falta no es respeto a la palabra

corresponden al poder político. Habría que con-

empeñada, sino que la realidad se comporte de

siderar el rol político de los dirigentes gremia-

acuerdo a las palabras que se usan para descri-

les, de los líderes educacionales y escolares, por

birla. Y ciertamente lo que describen los políticos

ejemplo, de los que orientan el ámbito de los me-

no ha sucedido a nivel real.

dios de comunicación de masas, de las comunidades locales. La vida social se ha vuelto dema-

¿Cómo aproximarse a ese realismo?

siado compleja como para encontrar una fórmula puramente ideológica de poner todas las cosas en

Pienso que la aproximación al realismo pasa por

orden. Se requiere más bien la descentralización

reconocer el conflicto entre oralidad y escritura

de los sujetos y el desarrollo de la cultura popu-

desde sus orígenes, desde sus cimientos. Es de-

lar. Se debe diversificar el ámbito de las personas

cir, se relaciona con el conjunto de todas las con-

y grupos que gestionan su propia vida, su propia

diciones sociales mediante las cuales es posible

realidad, sin aceptar que se les imponga visiones

avanzar en la solución del conflicto entre orali-

ideológicas poco realistas sobre la vida cotidiana.

dad y escritura. Se debe pedir a la escritura que mantenga los conceptos universales reconocidos

37


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

Recelas entonces de una solución general y

una vez y para siempre; dejemos, en cambio, que

única, que aborde de una sola vez nuestros

la fragmentación la vaya respondiendo cada uno

conflictos. Pero ¿qué alternativas tenemos

desde su hacer más íntimo, más propio.

frente a la amenaza de la fragmentación, del quiebre de la convivencia?

Suena

contraintuitivo

considerando

las

expectativas que hay sobre el proceso consLa solución a la fragmentación, que no es solo

tituyente y las demandas de transformación

un tema chileno, va a ser necesariamente parcial

del sistema político.

también, fragmentada. No se puede pretender que un conflicto complejo permita refundacio-

¿Pero es solo política la expectativa real de las

nes ni de grupos ni de la sociedad. La sociedad es

personas? ¿Hasta qué punto esas expectativas

lo que es, y no lo que alguien haya querido fun-

comunes de las que se habla en los medios en

dar. Desde el punto de vista de la fragmentación

torno al proceso constituyente no son más que

ocurre lo mismo. Pretender que los políticos van

una construcción de la prensa que quiere mos-

a resolver los problemas sociales en virtud de la

trar que hay justamente contradicción entre

ley o de los acuerdos partidarios es un sinsenti-

tales expectativas con las de la tradición oral y

do, una quimera. Ellos mismos van a responder

escrita, para resaltar así las expectativas de la

políticamente en la medida en que haya grupos

cultura audiovisual?

que tienen la capacidad necesaria para exigir y puedan movilizarse.

UNA REFLEXIÓN VIGENTE

¿Piensas en algún ejemplo concreto?

Serán ya casi cuarenta años desde la publicación de Cultura y modernización en América Latina.

Tomemos el tema educacional. Desde el punto

¿Piensas que ese ensayo tiene algo que decir

de vista político es visto como muy importante

sobre nuestro presente, en que vuelven las

el tema de la educación para todos y el finan-

discusiones sobre modelos de desarrollo?

ciamiento universal, es decir, la gratuidad de la educación. Pero un profesor difícilmente definirá

El problema principal que planteaba ese texto

la gratuidad como el problema real que tiene con

sigue vigente. Los modelos de desarrollo social

sus estudiantes. Priorizará cuestiones más pro-

que se han aplicado, nacidos de la orientación

piamente académicas, como si acaso les enseñan

ideológica y tecnocrática del pensamiento, no

a los alumnos cosas inservibles o si les enseñan a

han logrado incorporar la tradición oral ni su

responder exclusivamente encuestas prehechas

conflicto con la escritura. Tampoco, por tanto,

como forma de evaluación en lugar de fomentar

el protagonismo de la población en sus especí-

su creatividad en la elaboración de respuestas.

ficas determinaciones. ¿Qué otra cosa es el po-

Puedo asegurar, luego de cuarenta años de ex-

pulismo, del que tanto se habla en nuestros días,

periencia docente, que los estudiantes quieren

sino la consideración genérica y abstracta de un

llegar siempre al fondo del problema educativo.

pueblo que solo pareciera tener necesidades ma-

Ningún político, ningún empresario, ni nadie

teriales sin desarrollo espiritual? ¿No estamos

que no sea el profesor abocado a su propia edu-

nuevamente ante la alternativa de “civilización y

cación puede darle a los estudiantes el amor a la

barbarie” de Sarmiento en el siglo XIX o de “Ariel

sabiduría. En síntesis, yo te diría que hay que en-

y Calibán” de Rodó en los albores del siglo XX?

tusiasmar a la gente a que encuentre el sentido

Aunque se puedan reconocer, ciertamente, algu-

de vivir en el propio ámbito que ha escogido, y

nas medidas exitosas de los planes de desarro-

no pretender que ajustándose a modelos ideoló-

llo, en el conjunto, las élites pensantes siguen en

gicos, políticos, económicos o estéticos va a res-

deuda.

ponder a lo que su conciencia demanda. No creamos que la fragmentación se puede resolver de

38


Se instala hoy, como en los ochenta, la idea de

Uno de los eslóganes más difundidos del

la refundación, aunque de signo contrario. ¿Qué

estallido fue “No son 30 pesos, son 30 años”.

piensas de eso? ¿Qué problemas tiene?

¿Cómo recuperar nuestra convivencia, si se ha instalado una hipótesis tan negativa sobre

Como ya se dijo varias veces, nadie inventa a la

nuestro pasado? ¿Cómo podemos hacer una

sociedad. Menos podría refundarla. Si alguna vez

crítica justa, que no implique renegar de él?

el pensamiento utópico soñó con esta posibilidad, la complejidad de la sociedad actual la hace

Las preguntas sociales de fondo vienen sin re-

impensable. Lo que resulta curioso es que al uto-

solver desde el siglo XVII. Lo que he mencionado

pismo no lo venció ninguna ideología contraria,

de Sarmiento y Rodó tiene más de un siglo. En la

sino la diferenciación funcional de la realidad.

vida de la sociedad, treinta años son práctica-

El utopismo se suicida, como ya había pensado

mente nada. Puede ser difícil que una generación

Nietzsche, del mismo modo como la revolución

lo acepte, porque quiere tener vigencia perma-

se suicida, según escribió Augusto del Noce. Igual

nente. Pero la realidad de la sociedad es interge-

cosa puede ocurrir con el suicidio del antiutopis-

neracional y a ello deben atenerse todos quienes

mo, como de hecho ya sucedió, si miramos desde

quieren comprenderla.

el lado contrario. Por ello insisto en que solo cabe en la sociedad actual un pensamiento realista.

39


De la banalidad a la dramaticidad CONSUELO ARAOS Y CATALINA SILES

Ilustración: Alejandra Acosta

L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

Las familias y el nuevo pacto

40


E

l reconocimiento social de la dignidad de cada

fuentes de vulnerabilidad que enfrentan los indi-

persona está en el corazón del creciente clamor

viduos a lo largo de su vida. Sin embargo, a medi-

popular por renovar el pacto democrático en

da que la sociedad ha ido transitando desde una

Chile. En este marco, cuya punta de lanza es la

estructura basada en estratos jerárquicamente

creación de una nueva Constitución, la pregunta

diferenciados hacia una distinción por funciones

de este ensayo es cuál es el lugar que le corres-

especializadas, las familias han visto reducida su

ponde a la familia en este proceso.

exclusividad y centralidad en el cumplimiento

Para responder a esta cuestión no basta con

de tales funciones, las cuales han pasado cre-

articular una lista de derechos o una serie de

cientemente a manos del sistema educativo, de

medidas de política pública aplicables a los gru-

la economía de mercado, del sistema de segu-

pos domésticos, sino que se requiere repensar las

ridad social, etc. Así, aunque las familias sigan

premisas desde las cuales la sociedad en su con-

cumpliendo un papel en estos ámbitos, especial-

junto, y el Estado en particular, observan y valo-

mente en contextos con sistemas de bienestar

ran ese ámbito de la realidad que llamamos fa-

débiles, resulta poco plausible encontrar en esos

milia. ¿Qué tiene que ver la familia con la persona

criterios funcionales aquello que define primaria

y, más específicamente, con el reconocimiento

y exclusivamente el ámbito familiar.

de su dignidad? ¿Qué define la especificidad de la

Frente a esto, una respuesta desde la ciencia

realidad familiar y por qué esta debe ser toma-

social ha sido una suerte de banalización del rol

da en cuenta a la hora de reconstruir las bases de

social de las familias, cuyo correlato es el in-

nuestro orden democrático?

cremento de las descripciones de ellas como “la esfera de lo privado” (private realm), un ámbito

Relevancia

(e

irrelevancia)

funcional

de

las familias

íntimo cada vez más definido por criterios individuales de afinidad y elección, y destinado fundamentalmente a satisfacer las necesidades

La sociología tiende a definir a las familias desde

afectivas de sus miembros.

la óptica de su función, es decir, de cómo estas

En cuanto a su dimensión pública, en cambio,

contribuyen a resolver ciertos problemas que se

solo se logra demostrar negativamente la rele-

generan en otros ámbitos de la vida social. En

vancia de las familias para la performance social

esta línea, las respuestas clásicas, todavía muy

de los individuos. Es decir, se apunta a los efectos

vigentes, han definido la familia, entre otras

negativos que tienen ciertas “fallas” o “proble-

posibilidades, como el lugar de la socialización

mas” del entorno familiar sobre el modo en que

primaria de las personas, donde estas aprenden

los individuos cumplen las expectativas que los

las competencias básicas para vivir en sociedad;

diversos sistemas sociales les atribuyen: cuan-

como la unidad mínima de producción y consu-

do un escolar deserta de la escuela, cuando un

mo vitales para la subsistencia; o como el ámbito

anciano es abandonado, cuando un padre no

basal de la seguridad social frente a las diversas

paga la pensión alimenticia o una familia vive

41


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

allegada. Así, tendemos a destacar aquello que

“la familia se configura como el modelo de una

les falta a las familias, sus fallas y problemas.

sociedad que ya no existe”2.

Pero señalar que un buen entorno familiar “ayu-

Desde aquí, entendemos que las familias re-

da” a la adaptación educativa, laboral o cívica de

sultan fundamentales en el proceso de constitu-

los individuos no alcanza para definir positiva-

ción de personas. Los sociólogos Pedro Morandé

mente su lugar en la sociedad contemporánea.

y Pierpaolo Donati, chileno e italiano respecti-

Pocas veces nos hacemos cargo de observar a las

vamente, han rescatado la originalidad y per-

familias en términos positivos, es decir, desde sí

tinencia de esta lectura luhmanniana sobre la

mismas, desde aquello que cumplen por su pro-

especificidad de la familia contemporánea, pero

pia vocación, desde el lugar y el significado que

han criticado su limitación al nivel puramente

tienen para sus miembros.

social. Proponen, en cambio, llevarla más lejos. De este modo, Morandé afirma que al interior

Inclusión total de la persona y relacionali-

del ambiente familiar la persona no solo actúa,

dad constitutiva

sino que “se hace a sí misma, construye la figura de su personalidad, crea hábitos, desarrolla sus

La lectura anterior resulta muy difícil de con-

virtudes, descubre la verdad de sí misma, el sen-

testar si mantenemos la mirada puesta exclu-

tido del por qué y del para qué de su existencia”3.

sivamente en la relevancia (o irrelevancia) fun-

Desde esta mirada, podemos definir familia

cional del ámbito familiar. Una mirada positiva

como el ambiente relacional que acoge el proceso

de la realidad familiar necesita de otros puntos

por el cual una persona llega a constituirse. Solo

de vista. De acuerdo con el

porque quienes participan

sociólogo

de la vida familiar lo hacen

alemán

Niklas

Luhmann, la paradoja de las familias en la sociedad contemporánea es que solo

Cada familia se constituye como el único lugar donde cada quien

accedemos a observar su

puede ser reconocido y acogido

función cuando relevamos

como totalidad.

su existencia personal, es que sus miembros pueden configurar

recíprocamente

sus identidades. La familia se revela así como el locus o

su carácter no funcional. En otras palabras, es gracias a la “pérdida del con-

en virtud de la totalidad de

la morada de la persona.

tenido funcional de la familia”1, que su conte-

Por su parte, Donati destaca que lo anterior

nido específico e irreductible a otros ámbitos se

implica que la naturaleza relacional de la fami-

hace manifiesto.

lia es diferente de cualquier otro ámbito social,

Luhmann ofrece una salida a esta parado-

lo que él denomina “reciprocidad plena”4. No

ja al mostrar que, en cuanto sistemas sociales,

se trata de meros intercambios entre indivi-

las familias se distinguen por su orientación en

duos previamente constituidos, sino de rela-

extremo personalista. Lo que caracteriza a las

ciones constituyentes, es decir, donde quienes

familias es que las expectativas recíprocas entre

entran en relación van siendo constituidos por

sus miembros están referidas no a un rol delimi-

esas mismas relaciones. Por ello, las responsa-

tado sino al portador del rol, que es la persona.

bilidades implicadas en estos vínculos no son

Así, en el contexto de una sociedad diferenciada

limitadas en duración, ubicación o contenido,

funcionalmente, solo cada familia puede llevar a

sino totales e incondicionales. Algo similar es lo

cabo la inclusión de la totalidad de cada persona (Vollperson) y en este sentido, dice Luhmann,

1 Niklas Luhmann, “El sistema social familia”, en Distinciones directrices (Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2016), 101.

42

2 Ibid., 102. 3 Pedro Morandé, “La familia como comunidad de personas” (2010), en Pedro Morandé. Textos sociológicos escogidos (Santiago: Ediciones UC, 2017), 276, de Andrés Biehl y Patricio Velasco (eds.). 4 Pierpaolo Donati, Manual de Sociología de la Familia (Pamplona: EUNSA, 2003).


que ha descrito el antropólogo norteamericano

que se sostiene no solo en el acontecimiento de

Marshall Sahlins, como aquello que distingue

la procreación, sino en la experiencia de convi-

las relaciones de parentesco de cualquier otra,

vir cotidiana y durablemente, de ser nutrido y

en los términos de mutuality of being: ser fami-

nutrir, de ser cuidado y cuidar, de ser nombra-

lia “consiste en una pertenencia intersubjetiva,

do y nombrar. En este dinamismo, las personas

en la cual las personas se perciben a sí mismas

cuya identidad corporeizada va emergiendo y

como participando intrínsecamente de la vida de

delimitándose, se pertenecen recíprocamente

los otros. (...) Considerado en términos genera-

en un sentido dramático, es decir, no elegible ni

les, los parientes son personas que se pertenecen

relativo a características superficiales de su exis-

unos a otros, que son miembros unos de otros,

tencia. Así mismo, quien surge de este proceso

que son co-presentes unos en otros, cuyas vidas

no es un “individuo”, sino lo que Donati y Archer

son vinculadas e interdependientes”5. La idea

han llamado un “sujeto relacional”6.

central es que el parentesco, en su realización

En síntesis, hay una serie de autores que apor-

efectiva, constituye una forma de intersubjeti-

tan una mirada teórica alternativa tanto a la

vidad radical o, como diría Morandé, “dramá-

perspectiva neofuncionalista como a la postmo-

tica”, un “estar hechos los unos de los otros”

derna sobre el lugar de las familias en la sociedad contemporánea. Sin negar que las familias son

5 Marshall Sahlins, “What kinship is”, Journal of the Royal Anthropological Institute, 17 (2011): 11 (traducción propia).

6 Pierpaolo Donati y Margaret Archer, The Relational Subject (Cambridge University Press, 2015).

43


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

un apoyo relevante en la educación, la subsis-

sostener que la respuesta a ello sea “liberar” a las

tencia o la seguridad social, entre otras, ello no

personas de los vínculos familiares, como algu-

alcanza para definir lo que las caracteriza posi-

nas corrientes feministas o liberales sugieren. En

tiva y exclusivamente. Cada familia se constitu-

la medida en que ningún otro ámbito de partici-

ye como el único lugar donde cada quien puede

pación o pertenencia social puede llevar a cabo la

ser reconocido y acogido como totalidad y, por

inclusión total e incondicional de cada persona,

lo tanto, llegar a ser y aprender qué significa ser

la ausencia o debilitamiento de los vínculos fa-

persona. Esta es probablemente la experiencia

miliares solo incrementa la vulnerabilidad de los

más básica y primordial sobre la que puede fun-

individuos, llevándola quizás a sus formas más

darse cualquier reconocimiento y reclamo de

extremas, como lo muestran dramáticamente los

dignidad como una condición intrínseca y ab-

casos de niños, niñas y adolescentes que entran

soluta de cada persona. Tanto la intuición de la

al Servicio Nacional de Menores por carecer de

diferencia profunda entre persona y rol como la

una red familiar capaz de acogerlos, con resulta-

experiencia de una relacionalidad constitutiva

dos nefastos. Por mencionar un ejemplo, según

están detrás de la demanda por dignidad. Ambos

un estudio de la Fundación San Carlos de Mai-

factores descansan en la pertenencia familiar.

po, en Chile un 50% de la población penal adulta pasó por el Sename en alguna etapa de su vida.

Presencia, cuidado, corresponsabilidad

Al contrario, prevenir que se desarrollen formas de abuso dentro del ámbito familiar requie-

Todo proyecto político que busque poner a la

re apuntalarlo en sus debilidades y potenciar sus

persona al centro debe ser capaz de situar a esta

fortalezas. Esto exige, a su vez, un conocimiento

al interior de aquellas circunstancias que hacen

profundo de la realidad empírica de la familia en

posible su existencia y velar por que sean res-

Chile, algo en lo que también estamos en deuda.

guardadas y potenciadas. Si entendemos a la

La mayoría de los datos producidos sobre ella

familia en el sentido anterior, este ámbito debe

en Chile tienden, por ejemplo, a igualar familia

ocupar un lugar central dentro de los distintos

y “hogar”, a pensarla por lo tanto como unidad

niveles que componen el ordenamiento político,

de ingresos y de consumo, a subvalorar las lógi-

desde las premisas y definiciones hasta las leyes

cas de parentesco que sobrepasan las categorías

y las políticas sociales.

administrativas y las estrategias de subsistencia,

Esto de ningún modo conlleva una idealiza-

y a desconocer sus fundamentos culturales y sus

ción de la familia, como si se tratara de un ám-

expresiones cotidianas8. Deberíamos pregun-

bito necesariamente armónico y virtuoso. So-

tarnos cuáles son las condiciones para que las

bran datos que demuestran que la familia puede

familias, en sus contextos concretos, puedan lle-

ser un lugar donde sus miembros experimentan

var a cabo la tarea de inclusión y reconocimiento

desigualdad, dominación, abuso y violencia. Es

personal total y, al mismo tiempo, cuáles son los

justamente en virtud del alto grado de intimidad,

obstáculos que fragilizan su capacidad de soste-

confianza e interdependencia que distinguen las

ner las relaciones de reciprocidad entre los gé-

relaciones familiares, y del hecho de que en ellas

neros y las generaciones, como la define Donati9.

las personas queden implicadas de forma total, que los abusos que allí ocurren pueden adquirir expresiones especialmente profundas y dañinas. Así lo ha puesto de manifiesto recientemente el incremento de la violencia intrafamiliar, en particular hacia las mujeres, producto del confina-

en la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe. Disponible en: https://lac.unwomen. org/es/digiteca/publicaciones/2020/04/prevencion-de-la-violencia-contra-las-mujeres-frente-a-covid-19 (Acceso junio 2021)

en nuestra región7. Sin embargo, resulta difícil

8 Consuelo Araos, Rapprochements. Proximité résidentielle, parenté pratique et conditions de vie à Santiago, Chili. Tesis para optar al grado de doctor en sociología, École Normale Supérieure de París, París (2019).

7 ONU Mujeres, Informe sobre el impacto del Covid-19

9 Donati, Manual de Sociología de la Familia.

miento obligado durante la pandemia Covid-19

44


A continuación, destacamos tres dimensiones de

para las familias allegadas no consideran el fac-

la reciprocidad familiar que debieran ser tenerse

tor de proximidad con las familias de origen,

en cuenta en las discusiones conducentes a for-

posibilitando así la mantención de las redes de

talecer la capacidad inclusiva de las familias : la

interdependencia. Así, paradójicamente, acceder

presencia, el cuidado y la corresponsabilidad.

a una vivienda propia provoca, en muchos casos,

Una primera dimensión de la reciprocidad familiar es la presencia, es decir, la compañía

un incremento en la vulnerabilidad de los núcleos familiares11.

durable entre sus miembros, que les permite

Una segunda dimensión de la reciprocidad fa-

ser parte de la existencia del otro. Esta presencia

miliar es el cuidado. El cuidado es la forma de

puede adquirir diversas modalidades, pero su-

relación constitutiva donde se expresa con ma-

pone una proximidad espaciotemporal que per-

yor hondura el lugar que ocupa la comunidad

mita el encuentro cara a cara, tanto en el tiempo

familiar en el sostenimiento de la persona. Res-

cotidiano como en tiempo excepcional de las ce-

catando el sentido que Heidegger da al término12,

lebraciones. La obligación de aislarse y distan-

el cuidado es la realización concreta y encarnada

ciarse físicamente durante la pandemia nos ha

de la preocupación por el destino total del otro,

hecho bruscamente cons-

sobre todo de aquellos más

cientes de esta condición

vulnerables: niños, adultos

basal de la vida familiar que

mayores, enfermos. Una mi-

en tiempos normales damos

Son numerosos los ejemplos

rada utilitaria sobre el cui-

por sentada. Siguiendo al

que muestran que la entrega

dado tiende a reducirlo a su

antropólogo portugués João

pública o privada de servicios

dimensión puramente téc-

de Pina-Cabral, “participar” en la existencia del otro, implica entregar tiempo, “es-

de cuidado difícilmente puede sustituir el cuidado familiar.

tar” cotidianamente, no solo

nica, desde la cual se plantea una lógica de sustitución entre cuidado familiar y cuidado profesional, donde se

en términos físicos sino a través de numerosos

asume que el primero es resultado de la impo-

actos de “consideración”, por medio de los cua-

sibilidad de contar con el segundo. Sin embargo,

les mostramos un genuino interés por el otro10.

son numerosos los ejemplos que muestran que

Sin embargo, numerosas circunstancias ac-

la entrega pública o privada de servicios de cui-

tuales atentan constantemente contra este ele-

dado difícilmente puede sustituir el cuidado fa-

mento tan sustancial de la vida familiar. Los ex-

miliar cuando está disponible, el cual en muchos

tensos horarios de trabajo y las largas distancias

casos sigue siendo preferido por las personas,

urbanas entre trabajo y hogar, por ejemplo, difi-

sin desmedro de que resulte fundamental como

cultan que madres y padres puedan pasar tiem-

apoyo y complemento13. Esto no ha sido suficien-

po con sus hijos, participar en actividades de

temente entendido en las políticas públicas. Por

cuidado cotidiano o conversar con ellos; los cón-

ejemplo, el actual proyecto de sala cuna univer-

yuges tampoco encuentran espacios para dedi-

sal no contempla la posibilidad de que los padres

carle tiempo a la relación en medio de los avata-

escojan cuidadores dentro de la familia mientras

res cotidianos, y los adultos mayores se ven cada vez más expuestos a la soledad. Una insuficiente comprensión y valoración de la copresencialidad en la familia se observa también en el diseño de las políticas de vivienda social. Por ejemplo, la gran mayoría de las soluciones residenciales

10 Joao Pina-Cabral y Vanda Aparecida da Silva, Gente Livre: Consideração e Pessoa no Baixo Sul da Bahia (Sao Paulo: Terceira Pessoa, 2013).

11 Consuelo Araos, “El allegamiento o la proximidad invisible”, en Los invisibles. Por qué la pobreza y la exclusión social dejaron de ser prioridad, de Catalina Siles (ed.) (Santiago: IES, 2016). 12 Martin Heidegger, Ser y tiempo (Santiago: Editorial Universitaria, 2018). 13 Consuelo Araos y Catalina Siles, ““Juntos pero no revueltos”: Family residential dependence and care vulnerabilities along the life course”, Advances in Life Course Research (2021, en prensa).

45


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

ellos trabajan, aun cuando los datos disponibles

domésticas, lo que se traduce en una agotadora

(CASEN 2006) muestran que la mayor parte de

doble jornada laboral o en la imposibilidad de

ellos, fundamentalmente mujeres, prefiere esta

obtener un trabajo remunerado, lo cual se inten-

alternativa a la institucional, al menos en esta

sifica en el caso de los hogares monoparentales.

primera etapa de vida de los niños. La disposición a alimentar, vestir, sanar,

Lo que nos recuerda mirar a las familias

acompañar y todo lo que implica concretamente el cuidado cotidiano de otros supone un previo

La perspectiva hasta aquí planteada para obser-

“asumir”, un hacerse cargo que va más allá de

var la realidad familiar nos aporta no solo una

cualquier medida. En este sentido, una tercera

mirada capaz de dar cuenta de forma positiva y

dimensión de la reciprocidad familiar es la co-

no instrumental del lugar de las familias en la

rresponsabilidad. Las familias se sostienen por la

sociedad contemporánea, sino que también hace

imbricación de responsabilidades recíprocas de

visibles ciertos aspectos de las personas y de la

forma dinámica a lo largo del tiempo entre gene-

vida en común que la sociedad en su operación

raciones y entre géneros. No obstante, las con-

funcional tiende a ocultar.

diciones de vida actuales en muchas ocasiones

Un primer elemento tiene que ver con la con-

dificultan y ponen mayores cargas en esta tarea.

ciencia de la diferencia entre persona y rol como

Tener hijos, por ejemplo, puede ser muy gravo-

el fundamento de la dignidad de cada ser hu-

so en la medida en que los padres, y en mayor

mano. Al existir un ámbito “dramático”, donde

medida las madres, cuentan con escaso apoyo

cada uno es reconocido incondicionalmente por

en el ejercicio de su responsabilidad por parte

el hecho de existir y no en función de su perfor-

del Estado y del mundo privado. Por de pronto,

mance con respecto al cumplimiento de ciertas

los bajos salarios, las altas exigencias laborales

expectativas, recordamos que ese nivel es exigi-

y el limitado acceso a bienes y servicios básicos

ble más allá de los límites de la familia. Es esa la

de calidad —vivienda, seguridad, salud y educa-

intuición que está detrás de las demandas por un

ción—, que no están pensados desde una lógica

“trato digno”, sea en el consultorio, en la ofici-

familiar sino individual, hacen muy difícil contar

na del Registro Civil, en el banco o en el trans-

con las condiciones materiales adecuadas para

porte público.

formar una familia y hacerse cargo de ella. Esto

Un segundo elemento es la reinterpretación y

puede explicar, al menos en parte, la creciente

revalorización del lugar que ocupan las relacio-

disminución del número de hijos por mujer que

nes de dependencia en la vida de las personas,

experimentamos en Chile (la tasa de natalidad

algo que resulta contraintuitivo en una cul-

es de 1,65 hijos por mujer según datos del INE

tura donde la autonomía se alza como un va-

2018). Asimismo, la corresponsabilidad parental

lor absoluto. Pasar de observar la familia como

todavía es un tema pendiente: sobre las mujeres

un obstáculo para la afirmación de la perso-

recaen la mayor parte de las responsabilidades

na en sus capacidades, derechos y libertades,

asociadas a la crianza de los hijos y las labores

a una condición de posibilidad esencial para su

46


ejercicio, permite superar la definición negativa

relevante para el desafío actual de renovar el

de la dependencia como restricción al desarro-

pacto democrático y pensar el fundamento del

llo individual. Esta idea subyace, por ejemplo,

orden constitucional. Se trata del necesario

al principio de autonomía progresiva de niños,

equilibrio entre las lógicas subsidiaria y solidaria

niñas y adolescentes, que ha presidido la elabo-

para mediar la relación entre el Estado y las fa-

ración del proyecto de garantías para la niñez y

milias. Ello implica, por una parte, recuperar un

mediante el cual se busca defender la indepen-

sentido no reduccionista ni mercantilizado de la

dencia de los niños con respecto a la autoridad

subsidiaridad, reconociendo que existen ámbitos

parental para decidir sobre aspectos fundamen-

fundamentales para la persona que no pueden

tales de su vida, aún en contra de la opinión de

ser sustituidos ni por la acción del Estado ni del

sus padres.

mercado, pero que al mismo tiempo requieren

Desde la mutualidad de existencias, en cam-

ser sólidamente apoyados, complementados y

bio, la dependencia puede ser comprendida po-

potenciados. En este sentido, se requiere una ló-

sitivamente como corresponsabilidad, es decir,

gica solidaria capaz de garantizar un piso míni-

un “asumirse” unos a otros desde la libertad.

mo universal a todas las familias que les otorgue

En muchos casos la mantención de las relacio-

cierta seguridad económica y dé acceso a servi-

nes de interdependencia entre padres e hijos

cios esenciales ante los avatares de la contigen-

adultos a lo largo del curso de vida es condición,

cia. Asimismo, en un ámbito frecuentemente

y no obstáculo, para que ambas generaciones

dominado por la rigidez y el reducionismo ideo-

puedan desarrollarse. Asimismo, es un criterio

lógico, la creación de políticas realistas y respe-

de realismo reconocer que, en cualquier ámbi-

tuosas solo pueden llevarse a cabo sobre la base

to de la vida social, el ejercicio de la autonomía

de un conocimiento profundo y dinámico, em-

y la libertad de cada persona se sostiene sobre

píricamente fundado, de la realidad familiar en

una red de dependencias primarias, cuya falta

sus distintas dimensiones. Un conocimiento ca-

solo hace a la persona más vulnerable e incapaz

paz de elaborar una mirada comprensiva de sus

de autoafirmarse.

configuraciones, ethos, estilos y prácticas tanto

Por último, creemos que hay un tercer ele-

actuales como históricas que informen las cate-

mento que nos recuerda el mirar atentamente

gorías y herramientas normativas que la afectan.

a las familias, y que nos parece particularmente

Consuelo Araos es socióloga y doctora en sociología por la École Normale Supérieure de París. Es profesora asistente del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Catalina Siles es licenciada en historia, magíster en historia y sociología, y actualmente cursa sus estudios de doctorado en sociología en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es investigadora asociada del IES.

47


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

El jaguar achanchado LA EMPRESA ANTE EL NUEVO CICLO RODRIGO PÉREZ DE ARCE

48


E

l estallido de octubre de 2019 no solo ma-

los casos de SQM, Penta y Corpesca, en los que

nifestó un descontento con la política, sino con

algunas empresas aparecían cooptando la políti-

distintas instancias en las que a diario las perso-

ca mediante su financiamiento irregular.

nas han experimentado abusos. Una de ellas son

Junto con los escándalos mencionados, las em-

las empresas, en las cuales se han denunciado el

presas muchas veces han descuidado sus prácti-

mismo tipo de injusticias y arbitrariedades que

cas con actores relevantes para el cumplimiento

constituyen el núcleo del malestar que explotó

de sus propósitos. Los clientes, muchas veces

en Chile.

exprimidos por prácticas indignas; los trabaja-

A pesar de los buenos indicadores macroeco-

dores, cuya pobreza multidimensional, sus índi-

nómicos de la transición (esos denostados treinta

ces de endeudamiento o el tiempo que demoran

años), la mayor parte de los estudios disponibles

en llegar a sus lugares de trabajo parecieran ha-

muestran una caída sostenida en la confianza

ber sido ignorados por la gran empresa; el entor-

hacia las empresas y sus dueños. Ciertamente, la

no que circunda a las mismas, donde las zonas de

crítica al libre mercado también puede relacio-

sacrificio levantan dudas sobre su preocupación

narse con las singulares circunstancias en que

por el medio ambiente. Todas son áreas priori-

aquel se implementó en Chile, pero, en cualquier

tarias que configuran el rol central que tuvo la

caso, es indiscutible que durante los últimos años

empresa en los cuestionamientos que surgieron

parecieran haberse añadido factores adicionales.

en el estallido, y representan, por lo mismo, un

Después de todo, el 91% de los encuestados en la

desafío titánico para la recuperación de su legiti-

CEP de diciembre de 2019 tenían poca o nada de

midad como actores sociales.

confianza en los empresarios. Hay aquí un fenó-

Nada de esto es trivial. La enorme magnitud de

meno que explorar, y los principales interesados

la crisis económica que deja tras de sí la pandemia

en hacerlo debiéramos ser quienes aspiramos

hará central el crecimiento económico (funda-

al buen funcionamiento de una economía social

mental, además, para responder a las múltiples

de mercado.

demandas que se han puesto sobre la mesa). En

Mal que nos pese, muchos actores privados no

este escenario, la pregunta sobre cómo recons-

estuvieron a la altura de las promesas del mo-

truir esa confianza y legitimar la empresa de cara

delo. En efecto, entre 2007 y 2017 más de seten-

a un nuevo pacto social adquiere más relevancia

ta empresas chilenas se vieron involucradas en

que nunca. De esto dependerá su supervivencia

escándalos de distinto tipo. Los casos más co-

frente al nuevo ciclo político y social, así como

nocidos fueron los de las farmacias, pollos, pa-

la estabilidad del indispensable crecimiento eco-

pel higénico, La Polar, Cascadas y Freirina. En

nómico que requiere nuestro país. A continua-

ellos, diversos grupos empresariales aparecieron

ción, se esboza un diagnóstico de cómo llegamos

envueltos en delitos y conductas reprochables

a la situación actual, para en seguida explorar

que debilitaron la posición de estas organizacio-

algunas pistas que ayuden a enfrentar esta tarea.

nes de cara a la sociedad. En paralelo, se sumaron

49


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

Las manchas del jaguar

evitar que entren nuevos equipos a la cancha?

Para pensar en el futuro de nuestras empresas,

tores ya existentes, y todos felices? ¿Por qué no

conviene mirar hacia atrás. La transformación

cooptar a los vigilantes políticos que nadie vigila

económica chilena no fue poco traumática para

para asegurarse un flujo tranquilo de riqueza?

¿Por qué no mejor repartirse la torta entre los ac-

un empresariado nacional que solía moverse

Las sanciones que recibieron algunos escán-

dentro de estructuras más bien tradicionales.

dalos antes señalados cristalizaron esa sensa-

Este hecho es normalmente olvidado, porque los

ción de injusticia generalizada ante la empresa,

bandos terminaron reconciliándose cuando las

de que las reglas no eran iguales para todos. Es

cosas comenzaron a andar bien. A inicios de los

cierto que junto a las clases de ética hubo multas

ochenta, sin embargo, ese distaba mucho de ser

cuantiosas e incluso estadías en prisión preven-

el panorama dominante en el sector privado. Los

tiva, pero la sensación ambiente era inequívoca.

costos de instalación de mercados abiertos a la

A ojos de muchos, al delincuente de a pie se le

competencia internacional fueron altos y difí-

castigaba duramente, pero el de cuello y corba-

ciles de asimilar en un comienzo, pero pronto

ta guardaba privilegios incluso a la hora de ser

los beneficios de la apertura comenzaron a ha-

castigado. Los instrumentos para sancionar es-

cerse visibles: nunca en la historia del país tan-

tos delitos brillaban por su ausencia. Esta idea

tos chilenos habían accedido a tantos bienes y

suele indignar a los muchos empresarios que

servicios. Y eso, por cierto, vale para los últimos

cumplen correctamente sus obligaciones. Sin

treinta años.

embargo, cabe preguntarse si el mundo empresarial

La época de oro del capitalismo chileno, los noventa y

Nuestras familias de clase

2000, es también, paradóji-

ha hecho todo lo posible por mejorar las reglas del juego,

camente, su época de estan-

media se encuentran y

camiento. Los políticos de la

se sienten desprotegidas,

competencia en los merca-

transición estaban de acuer-

integradas de manera

dos y aumentar las penas por

do en que era clave cuidar la empresa privada y la inversión. Pero esos cuidados, en

deficitaria a las instituciones tanto privadas como estatales.

muchos casos, fueron exce-

inyectar con decisión más

hacer trampa. Tampoco es claro hasta qué punto se han abordado ciertos elementos estructurales que han

sivos o prolongados en el tiempo sin las debidas

dificultado superar el panorama descrito. Por

reformas, y los cuidados del sacristán mataron al

ejemplo, a la composición de los directorios, a

señor cura. El resultado fue que el otrora jaguar

la estructura de las cadenas de mando al interior

latinoamericano quedó, cada vez más, guardado

de las organizaciones y a la falta de herramientas

en un cómodo corral y alimentado cuatro veces

para que los clientes puedan actuar como fisca-

al día. Un jaguar achanchado si se quiere, sobre

lizadores. Como decíamos, los principales inte-

todo en lo que toca a los sectores menos expues-

resados en innovar, corregir y tomar la iniciativa

tos a la competencia internacional.

para el buen funcionamiento del mercado debie-

Desde Adam Smith los economistas saben que

ran ser sus propios protagonistas.

la falta de competencia conduce al rentismo, que

Todo indica que el empresariado chileno, so-

es tanto una mentalidad como una práctica, y el

bre todo la gran empresa, debe hacer mucho

paso del rentismo a la corrupción es tentador.

más por reconstruir su reputación, su legitimi-

Como enseña el autor de La riqueza de las nacio-

dad política y los mercados donde participan, así

nes, el rentista tiene otros incentivos: ya no bus-

como en la relación con sus trabajadores y en-

ca necesariamente su ganancia en la interacción

tornos. Es, precisamente, a lo que han invitado

directa con el consumidor, sino manipulando los

charla tras charla destacados intelectuales como

mercados en los que participa. A fin de cuentas,

Jesse Norman (La gran sociedad), Raghuram

¿para qué competir si se tiene la capacidad de

Rajan (El tercer pilar) o Luigi Zingales (Salvando

50


el capitalismo de los capitalistas). Todos ellos han

anterior, que demanda apoyos económicos por

advertido sobre las brutales consecuencias que

parte de familias ya sobregiradas. Nuestra clase

supone dejarse estar en el combate contra el

media reventó antes de estallar.

“capitalismo de amigotes”.

Ahora bien, cabe advertir que el desencanto

No es imposible pensar, entonces, que la em-

de estos sectores medios es más pragmático que

presa chilena, en un contexto en que ya no tendrá

ideológico: hay una expectativa de estabilidad y

subsidio político alguno —pues la clase política

buen trato que se identifica con la vida digna. Y

con suerte podrá salvarse a sí misma— nece-

estos bienes pueden provenir tanto del merca-

sita un cambio de mentalidad. Necesita ver que

do como del Estado, sabiendo que la sensación

su legitimidad dependerá, por un lado, de reglas

de abuso privado equipara la de abuso estatal.

del juego claras que se orienten a maximizar la

Y, por lo tanto, no se busca una provisión esta-

competencia y, por otro, de la relación que lo-

tal como solución privilegiada. Un ejemplo claro

gren construir con sus trabajadores, clientes y

de esto fue el estupor del segundo gobierno de

entornos de operación.

Michelle Bachelet frente al masivo rechazo que generaron sus reformas orientadas a demoler la

¿Es anticapitalista la clase media?

diferencia entre educación particular subvencionada y educación estatal, en vez de simplemente

El desarrollo capitalista durante los noventa y

rayar mejor la cancha a los particulares en pro

2000 produjo un descenso histórico en la pobre-

de sus beneficiarios de clase media. El problema

za del país. Pero quienes iban saliendo de ella, los

era sintomático de una dificultad más profun-

miembros de la mayoritaria nueva clase media,

da, como reconoce Carolina Tohá: “Esas refor-

quedaron en un descampado institucional. Como

mas demandaban una operación política mayor,

ha dicho Pablo Ortúzar, resultaban demasiado

de diálogo social, de escucha, de rearticulación

pobres para el mercado y demasiado ricos para

de un discurso colectivo, de atención a temores

el Estado. Es decir, enfrentaban dificultades para

fundados que tenían las personas. Y ojo: la Nueva

acceder a los beneficios de una u otra institucio-

Mayoría logró aprobar la mayoría de sus refor-

nalidad y muchas veces les tocaba lo peor de am-

mas, ese no fue el problema. El problema fue que

bos mundos. Y esto significaba que su capacidad

la sociedad no se reconoció en ellas”1.

para estabilizar expectativas es mínima: vivían

Por otro lado, resulta fantasioso pensar que la

al límite de sus capacidades de deuda y gasto,

institucionalidad chilena permitiría avanzar ha-

temerosos de que cualquier paso en falso los lle-

cia una especie de Estado de bienestar nórdico en

vara de vuelta a la pobreza, encontrando serias

poco tiempo. El Estado chileno requiere reformas

dificultades para ascender hacia posiciones eco-

profundas y progresivas para poder entregar

nómicas acomodadas. No es exagerado afirmar

servicios masivos de buena calidad2. Preten-

que esa es precisamente la situación actual de la

der instalarlo como el único actor legítimo para

mayoría de los chilenos.

ofrecer mayores seguridades y beneficios a las

En efecto, nuestras familias de clase media se

clases medias es un autoengaño que solo pueden

encuentran y se sienten desprotegidas, integra-

permitirse quienes no lo conocen. La forma más

das de manera deficitaria a las instituciones tanto

pragmática y seria de avanzar en ese objetivo

privadas como estatales, con miedo permanente

—proveer mecanismos de estabilización de sus

a volver a la pobreza y cada vez más desesperadas respecto a la posibilidad de ascender socialmente. El vaso se fue rebalsando, primero, por la promesa incumplida de movilidad hacia zonas económicamente seguras a partir de los estudios universitarios (donde el oneroso crédito con aval del Estado tiene mucha responsabilidad). Y, segundo, por la jubilación precaria de la generación

1 Carolina Tohá, “La conversación con el FA va a fluir cuando nosotros definamos quiénes somos”, La Tercera 27 de marzo de 2021, https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/carolina-toha-la-conversacion-con-el-fa-va-a-fluir-cuando-nosotros-definamos-quienes-somos/5AYJ26PTMRBWTE7Q56EA4YTFZE/ 2 Ver, por ejemplo, Punto y coma número 4.

51


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

expectativas vitales a las clases medias— es ex-

también introduce tensiones y desafíos que las

pandir la capacidad estatal en ciertas áreas, así

empresas deberán afrontar desde la creatividad

como expandir la capacidad de los privados en

y la honestidad. Es tiempo de que nuestros mejo-

otras. Ese es el gran desafío de los próximos años.

res capitalistas pongan en práctica toda aquella

No vivimos, entonces, una fiebre ideologiza-

retórica de “enfrentar lo desconocido” o “adap-

da y masiva por sacar a la empresa del juego, ni

tarse al cambio”, tan presentes en su imaginario.

tampoco se trata necesariamente de que un nuevo pacto social suponga reducir a la empre-

Un capitalismo de mérito y trato justo

sa privada a su mínima expresión. Si políticos y constituyentes intentan algo en esta dirección

La pregunta, entonces, podría ser formula-

es muy probable que el daño generado los haga

da como sigue: ¿cómo hacer más inclusivos y

retroceder al poco andar. La pregunta más bien

legítimos los mercados para las clases medias?

es qué tipo de empresa y qué maneras de llevar

Dado que la empresa está inserta en la sociedad

adelante la actividad económica contribuirán a

e interactúa a diario con las personas, la dimen-

un mejor pacto social. Estas cuestiones cobran

sión de la experiencia cotidiana será crucial para

especial relevancia en un contexto de cam-

reposicionarla frente a los ciudadanos. Lo que

bios globales acelerados, donde la automatiza-

sigue es un intento por esquematizar algunas

ción y la digitalización han cambiado por sí so-

líneas de acción, que no agotan una reflexión de

las ciertas dinámicas que parecían firmemente

largo aliento.

instaladas. Por otra parte, la crisis ambiental 52


Algo básico y obvio es, por supuesto, ofrecer

sus acciones resulten transparentes y compren-

mejores productos y servicios a menores pre-

sibles para la parte más débil. La regulación de

cios. Esto requiere de mercados competitivos y

los contratos de adhesión sobre una base pro-

economías de escala. La pandemia ha genera-

cliente es un ejemplo en ese camino. Pero es solo

do oportunidades en este sentido: el impulso a

un ingrediente de la transparencia y honestidad

la masificación del uso de internet, así como el

que las empresas deben desplegar al momento

desarrollo de redes extensas de repartidores,

de hacer negocios. Esto, porque la mayoría de las

facilita la competencia, mejorando la informa-

personas no está en contra de la búsqueda de ga-

ción, las opciones y la posición del consumidor.

nancias, sino del abuso o engaño para obtener-

También permite a muchos productores reducir

las. Se valora el “trato justo”.

la cantidad de intermediarios en su relación con

El espíritu de un capitalismo democrático y directo es valorado y hace mucha falta en Chile,

los clientes. Pero hay más: la legitimidad de las empresas

donde el trato con el cliente suele ser condes-

se jugará críticamente en la claridad de las reglas

cendiente al borde de la humillación. Un ejemplo

del juego y su cumplimiento, en la transparencia

sencillo de ese capitalismo democrático se pue-

de sus modelos de negocios, de cara al cliente,

de ver en el programa televisivo “El precio de la

y en su integración meritocrática, de cara a los

historia”, de History Channel, de enorme rating

trabajadores. Por otra parte, supone buenos sa-

en América Latina. En él, distintas personas van

larios y mecanismos de resolución de conflictos;

a una casa de empeño en Las Vegas con objetos

también una manera recon-

curiosos que quieren vender

ciliada de dialogar con los

o empeñar. Aunque desco-

lugares donde se insertan. ¿Qué significa mejorar las

La pregunta más bien es qué

nocen su valor de mercado, tienen alguna expectativa al

reglas del juego? De modo

tipo de empresa y qué maneras

respecto. Es decir, hay cier-

general, terminar o justificar

de llevar adelante la actividad

ta asimetría. Lo que ocurre

muy detalladamente aquellos sectores protegidos de nuestra economía, así como

económica contribuirán a un mejor pacto social.

afilar los dientes de la legis-

después es que se confronta dicha expectativa con la realidad: la casa de empeño determina, con o sin ayuda

lación antimonopolios y de la legislación relati-

experta, de qué se trata el objeto y cuál podría

va a los derechos del consumidor. Necesitamos

ser su valor (que puede ser mucho mayor o mu-

mercados que se mantengan competitivos, y no

cho menor de lo que la persona esperaba). Luego

hay mejor fiscalizador de las operaciones de una

de eso, ocurre una negociación entre compra-

empresa que sus clientes: darles más poder es

dor y vendedor, donde el precio final suele ser

un camino seguro para recuperar su confianza y

notoriamente inferior al valor estimado. ¿Por

obligarse a hacer las cosas bien. Tiene que dejar

qué? Porque es difícil encontrar un comprador,

de ser normal la experiencia de empresas rápidas

porque los costos de bodegaje y el riesgo de no

y eficientes para cobrar, pero lentas e ineficaces

encontrarlo serán asumido por la casa de empe-

para cumplir, experiencias que se reiteran en de-

ños y, finalmente, “porque esto es un negocio,

masía en la vida cotidiana.

yo vivo de esto”. El trato es transparente, y el

La transparencia en los modelos de negocios,

cliente puede tomarlo o dejarlo. A pesar de que

entre otras cosas, implica clarificar al consu-

el vendedor puede quedar insatisfecho respec-

midor cómo obtiene sus ganancias la empre-

to de sus expectativas, queda una sensación de

sa. El capitalismo se trata de coordinarse me-

justicia y transparencia en la relación con la casa

diante transacciones basadas en la equivalencia

de empeño.

subjetiva de valor. Pero en un mundo donde una

Otra área crítica, que influye mucho en la ex-

de las partes cuenta con mucha más información

periencia con la empresa, se refiere a la hones-

y poder de mercado que la otra, resulta clave que

tidad en el cálculo de las tasas de interés de los

53


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

préstamos, sobre todo de casas comerciales y del retail. La creciente industria del crédito de consumo del retail es probablemente uno de los nudos críticos del sistema crediticio chileno, pues muchas veces termina generando situaciones de abuso, como las infracciones y malas prácticas en contratación de seguros detectadas por el Sernac3. El crédito fácil no solo tiene efectos económicos. También crea tensiones difíciles de resolver para la vida social. Una sociedad que vive de prestado trabaja para pagar deudas, lo que redunda en un agobio generalizado y en una relación social precaria. La vida, en algún sentido, termina girando en torno a las condiciones que imponen los que prestan, y por el precario contexto de quienes lo solicitan. Con ello, cambia la relación con los bienes y la manera de entender el propio trabajo para una proporción no menor de las familias chilenas. Aunque los informes del Banco Central muestran que entre 2007 y 2017 disminuyó la proporción de hogares con deuda, lo cierto es que han aumentado ciertos indicadores de vulnerabilidad, como la proporción de deuda sobre ingreso, o el destino de los créditos, orientados a pagar consumo corriente en casas comerciales4. Por último, en cuanto a la integración meritocrática de la empresa, parece lógico analizar críticamente la composición de los directorios. Guste o no, hay un fundamento real en la percepción según la cual casi todos los directores de Chile hasta ahora eran hombres de casi la misma edad, salidos de un puñado de colegios, las mismas carreras y las mismas universidades; que viven en los mismos barrios de la misma ciudad y que veranean en las mismas playas y lagos. Y el problema no es solo de percepciones. La homogeneidad de dicha composición implica enormes costos cognitivos y reflexivos para la cabeza de la empresa. Como bien han reconocido distintos autores, más vale un grupo de personas cognitivamente diversas que un grupo de personas

3 Por ejemplo, https://www.sernac.cl/portal/604/ w3-article-4982.html 4 Banco Central de Chile, “Encuesta financiera de Hogares” (Santiago, 2017), https://www.efhweb.cl/.

54


inteligentes que piensan de la misma manera5.

de manera seria y directa a una industria tienen

Desde luego no se trata de imponer una diver-

todo por ganar, frente a una burbuja de títulos en

sidad forzada, ni tampoco de desconocer las in-

proceso de reventar (lo que está siendo acelerado

dispensables competencias técnicas que requiere

por los avances de la inteligencia artificial, como

este rol, pero aquí pareciera haber una oportuni-

explica David Goodhart en Head, Hand, Heart).

dad para repensar el gobierno corporativo desde

La educación técnica, por último, necesita que

el interior de las mismas empresas, que ayude a

la empresa privada se comprometa más abierta-

profesionalizar y diversificar esta instancia.

mente con ella para dejar de ser una injusta “se-

Por otro lado, la empresa debe también hacer frente a la crisis de certificación de nuestro sis-

gunda opción” en la imaginación de las personas respecto a la educación universitaria.

tema escolar y universitario. En Chile, la mayoría de las personas sale de cuarto medio sin enten-

El capital al servicio de las personas

der bien lo que lee ni sabe aritmética básica. El porcentaje en la misma condición que sale de

En definitiva, la empresa chilena, en el ciclo que

la educación universitaria es también cada vez

se avecina, no debería ser un espectador pasivo

mayor, gracias a las dificultades asociadas a su

de las transformaciones sociales, sino un actor

masificación. En suma, Chile está lleno de perso-

clave en ellas. Necesitamos empresas compro-

nas con diplomas que certifican habilidades que

metidas con ampliar los beneficios del mercado

no tienen. Este es un tema clave cuando quiera

hacia las clases medias que buscan mayor esta-

discutirse sobre productividad. Frente a este es-

bilidad en sus expectativas vitales. Y no existe

cenario, la empresa no tiene por qué seguir ape-

mejor forma de proteger las ventajas de la eco-

gada a la lógica burocrática de los títulos. Si el

nomía social de mercado, que tanta prosperi-

sistema de certificación académica es deficiente,

dad trajo durante los últimos treinta años, que

quizá conviene generar los propios sistemas de

someterla a una actitud de reformismo severo y

selección y filtro, que privilegien el esfuerzo y la

exigente. Hay que despertar al jaguar de la siesta:

experiencia por sobre los títulos, que permitan ir

competencia, mérito, honestidad y compromiso

avanzando en la obtención de títulos de la mano

con clientes y trabajadores deben convertirse en

con ir ganando la experiencia que ellos certifican.

el sustento vital de todas nuestras empresas.

Una empresa que pone el mérito por delante a la

Es mucho lo que tiene que cambiar para que

hora de contratar y de ascender, y que abre opor-

el nuevo pacto que el país busca articular no

tunidades de certificación confiable de acuer-

termine siendo un salto al vacío. Y la empresa

do con las propias capacidades, sin duda será

privada tiene mucho que hacer al respecto. Lo

muy valorada por sus trabajadores. Ello sugiere

público no es solo ni principalmente lo estatal:

revisar los criterios de selección y promoción, así

todos —empresas, Estado, ONGs y personas—

como buscar acuerdos distintos y novedosos con

podemos contribuir a la construcción de ese bien

el mundo de la educación superior. A su vez, los

común. Llegó la hora de demostrarlo.

liceos, institutos y universidades que se vinculen 5 Por ejemplo, Daniel Innerarity, Una teoría de la democracia compleja. Gobernar en el siglo XXI (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2020).

Rodrigo Pérez de Arce es abogado y magíster en sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es subdirector de desarrollo del IES. 55


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

EMMANUELLE BAROZET:

“La vulnerabilidad ha sido el sello de gran parte de los segmentos medios en Chile” POR CATALINA SILES

56


La socióloga y académica de la Universidad de Chile ha investigado durante años un tema central de la actualidad nacional: las clases medias. En esta entrevista, Barozet reflexiona sobre la configuración de estos sectores y su posición en el entramado social, sobre sus aspiraciones y temores, particularmente ante la crisis política, económica y sanitaria actual, y sobre el lugar que deberían ocupar en la construcción de un nuevo pacto social para Chile.

¿Quiénes conforman la clase media actualmente? ¿Es Chile un país mesocrático como suele afirmarse? La respuesta no es sencilla. La crisis del Covid-19

Con el crecimiento sostenido desde los no-

ha significado para muchas personas la pérdi-

venta, en Chile muchas personas se sintieron de

da de su empleo o de sus ingresos. La sociedad

clase media y así se les describía desde la política

chilena está en recomposición y no sabemos aún

pública. Las mediciones más optimistas antes de

si una vez pasada la crisis tendremos la misma

la crisis señalaban que en Chile un 70% de perso-

estratificación que antes. Tradicionalmente, los

nas eran de clase media1; otras, más restrictivas,

grupos de clase media corresponden a quienes no

consideraban que no superaba el 45%2. Por ello,

son ricos ni pobres, es decir un grupo intermedio. Son personas calificadas desde el punto de vista profesional. Para el gobierno, desde el punto de vista de los ingresos, son hogares que en 2019 tenían ingresos por hogar entre $626.000 y $2.500.000, con tres segmentos dentro de este gran grupo: clase media-baja, media-media y media-alta.

1 Libertad y Desarrollo, Hacia una definición de clase media en Chile (Santiago: Libertad y Desarrollo, 2019). 2 Emmanuelle Barozet, Marcelo Boado e Idelfonso Marques-Perales, “The measurement of social stratification: comparative perspectives between Europe and Latin America”, en López-Roldán, y Fachelli (eds.), Towards a Comparative Analysis of Social Inequalities between Europe and Latin America (Berlín: Springer, 2020)

57


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

con los altos niveles de desigualdad, con los inte-

En varias ocasiones ha recalcado que no es

grantes de mi equipo consideramos que Chile no

posible hablar de una clase media sino de

ha sido mayoritariamente una sociedad de clase

clases medias en plural, debido a la enorme

media. De hecho, en 2016 observamos que cada

heterogeneidad de los grupos que la conforman.

vez más personas se identifican con los grupos bajos de la sociedad3.

Objetivamente, coexisten varios grupos dentro

Más allá de las diferencias entre mediciones

del amplio sector de clase media. Estos segmen-

y enfoques, desde que el costo de la vida subió y

tos tienen poco en común, pues una familia que

se han acumulado frustraciones en la última dé-

tiene $700.000 de ingresos mensuales tiene po-

cada, existe más reflexión en el espacio público

cas opciones de elección o de inversión, mientras

sobre lo que son “objetivamente” las clases me-

una familia que gana $2.500.000 tendrá oportu-

dias. Lo central es que no existe una sola forma

nidades objetivamente mejores en una sociedad

de definirla, lo que puede resultar un poco frus-

donde los servicios básicos como educación, sa-

trante, pero cabe entender que es un terreno en

lud y pensiones dependen de los ingresos. Pero

disputa.

los estilos de vida no se relacionan solo con los ingresos: tienen que ver con el trabajo, el lugar

¿Cómo la definiría?

de residencia, quién se hace cargo de los cuidados, el sexo, el origen étnico, las formas de con-

Desde la economía y la política pública es usual

sumo, etc.

definir la clase media como quienes no son ni ricos ni pobres. Antes de la doble crisis del estalli-

¿Tienen algún elemento común?

do y la pandemia se consideraba que en Chile un quinto de la población era pobre (Ministerio de

Desde un punto de vista subjetivo o de los imagi-

Desarrollo Social, 2018), aunque las cifras de la

narios sociales, los distintos segmentos de clase

CASEN 2020 nos darán un panorama más ajusta-

media sí tienen algo en común. Ser de clase me-

do de esa realidad. Por lo tanto, si excluimos a los

dia es un estatus deseado (y en algunos casos al-

pobres y al 10% más rico, la clase media en Chile

canzado, por lo menos antes de la crisis); opera

representaba el 69% de la población. Esta forma

sobre una sensación o un horizonte de seguri-

de medición es común, particularmente en or-

dad, a lo menos relativa. Los pilares de esta esta-

ganismos internacionales, que buscan compa-

bilidad, para el caso de Chile, son: una sociedad

raciones más que el detalle interno de cada país.

con empleos estables; sueldos que permitan un

Desde la sociología usamos mediciones basa-

vivir “decente”; ser propietario de una vivienda;

das en la ocupación, definida no solo por el oficio

tener una red de protección social que evite la

mismo, sino que el nivel educacional requerido y

caída en la pobreza en caso de desempleo, enfer-

las habilidades en el oficio. Desde este punto de

medad o jubilación; un sistema educacional que

vista, son clase media las personas que tienen

ofrezca movilidad; el reconocimiento del esfuer-

ocupaciones calificadas, en general trabajo de

zo. Esto alimentó al Chile de los noventa y 2000,

oficina o independientes con pocos empleados.

pero el esfuerzo por llegar a ese estatus fue cada

Estos grupos desde esa medición no superaban el

vez mayor, por el costo de los servicios de salud,

45% de la población antes de la crisis.

de educación, las bajas jubilaciones, el aumento de los precios (en especial de la vivienda) y la mayor carga financiera del endeudamiento. Los grupos más vulnerables de clase media veían con dificultad mantener lo poco acumulado y que la promesa del progreso y la estabilidad no

3 Óscar Mac-Clure et al., “Encontrar la posición de uno mismo en la sociedad: una encuesta basada en viñetas”, Revista Brasileira de Ciencias Sociaes, 34 (99).

58

se cumplía para muchos de ellos. Sentir que uno se esfuerza sin llegar a la meta pasó a ser parte


del relato común pero vivido como sufrimiento

hijos, quienes, a través de la educación supe-

privado en los últimos años.

rior y fundamentalmente universitaria, llegarían a tener un mejor pasar que sus padres. Solo

¿Qué consecuencias tiene esta diversidad al

los grupos más altos en las clases medias se han

momento de aproximarse a ellas políticamente?

mantenido alejados de este miedo constante.

Durante varias décadas, apelar a la clase media

¿Y la actual crisis ha cambiado el escenario?

era como un mantra positivo, que reflejaba la posibilidad de llegar a ese estatus tan anhela-

Hoy en día el panorama es más borroso. Con la

do. Siendo estos grupos bastante pragmáticos y

pandemia las prioridades han cambiado. Si bien

habiendo asumido que la mejora de su situación

los integrantes de las clases medias siempre su-

depende de la buena salud del mercado laboral,

pieron que su estatus era precario, la crisis sa-

funcionó bien el discurso de la libertad de educa-

nitaria mostró cuán frágil era. Desde el inicio de

ción, del emprendimiento y de acceder a servi-

la pandemia los miedos más inmediatos son la

cios privados para una mejor atención.

muerte, la enfermedad, el desempleo y cómo ge-

A pesar de la diversidad de los distintos seg-

nerar ingresos en el día a día, junto con el futuro

mentos de clase media, como gran parte de este

de los hijos. Recientemente se empezó a entregar

amplio grupo vivió mejoras sensibles (aunque

beneficios cuasi universales, pero desde el inicio

a crédito), este discurso funcionaba en el plano

de la pandemia muchas familias de clase media

político, por lo menos hasta

han recibido fondos parcia-

poco antes del estallido. El

les, complejos de obtener y

problema es que desde las

muchas veces a destiempo.

élites no se logró captar que

Sentir que uno se esfuerza

importantes grupos de clase

sin llegar a la meta pasó a

un salvavidas temporal, pero

media lograron ese estatus

ser parte del relato común,

han dinamitado el futuro de

solo de forma precaria y con altas tasas de endeudamiento. Muchos se sentían en as-

pero vivido como sufrimiento privado en los últimos años.

censo, hasta que la situación

Los retiros del 10% han sido

un sistema de pensiones ya ineficiente. ¿Qué visión tienen estas

se puso más compleja desde mediados del 2010,

clases medias sobre la meritocracia? ¿Cuál es su

con el fin del superciclo del cobre y la desacele-

posición frente al logro y la adscripción?

ración de la economía. Entre los años noventa y mediados del 2010, el ¿Cuáles son las aspiraciones, demandas y

discurso del mérito se ancló en el conjunto de la

miedos de estas clases medias? ¿O no hay

sociedad chilena. Se encuentra en todos los gru-

elementos que las unifique?

pos: desde los pobres hasta la élite, todos explican que lo que han construido ha sido por su

Antes de la crisis, lo que observamos en nuestra

propio esfuerzo. Pocos valoran el rol del Estado

investigación fue fundamentalmente una aspi-

y todos narran una historia familiar sacrificada.

ración a la estabilidad, a no estar ahogado por

En la clase media, se hipervaloran los estudios

las deudas y tener una proyección de ascenso,

como una fórmula cuasi mágica de superarse

muchas veces no para uno, sino para los hijos.

generación tras generación, aunque el costo sea

La gran ansiedad era el miedo a resbalar, porque

demasiado alto. Hasta la pandemia, el retorno en

muchas veces la capacidad de consumo estaba

términos de mercado laboral era mejor para los

arraigada en el endeudamiento como extensión del sueldo4. El ascenso estaba pensado para los

4 Alejandro Marambio, “Narratives of Social Mobility

in the Post-Industrial Working Class and the Use of Credit in Chilean Households”, Revue de la Régulation, en línea.

59


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NTRE V IS TA

profesionales que para los no profesionales, pero los títulos ya no valen lo mismo que antes de la explosión del sistema universitaria, a menos que se provenga de un colegio o una universidad de élite, lo que no es el grueso de las clases medias. Los escándalos de colusión y del financiamiento de la política han degradado la idea entre los sectores medios de que pueden acceder a más y mejores posiciones, pues se sabe que la élite blinda las posiciones de poder. El estallido es también una respuesta al cansancio de saber que el mérito no lo puede todo frente al nepotismo, el amiguismo y el pituto en la élite chilena. ¿Qué

papel

ha

jugado

el

Estado

en

la

configuración de estas clases medias? Desde los años noventa y hasta el estallido el Estado ha jugado un papel no menor en el ascenso o consolidación de las clases medias, pero sus integrantes no lo perciben así. El Estado chileno ha invertido en educación y salud de forma sostenida, lo que, mezclado con políticas proempleo, ha permitido una movilidad social intra e intergeneracional, aunque de corto alcance. Sin embargo, el discurso liberal respecto de la libertad de emprender, del valor del esfuerzo y de la competencia se ha sumado a que, para obtener servicios de buena calidad, cabe pagar por ellos. Con jornadas laborales largas, se consolida la idea de que todo lo que se consigue es por esfuerzo propio en el mercado, con un Estado ausente. Todas las narrativas en los distintos grupos de clase media en las últimas décadas están cruzadas por esa idea del esfuerzo propio en el trabajo (“rascarse con las propias uñas”) y el estudio (“quemarse las pestañas estudiando”), en un registro sacrificial donde existe poco gozo u ocio. Para las clases medias, si bien hubo pocos programas de apoyo debido a la focalización en los sectores más pobres y vulnerables, sí existieron programas de ayuda a la compra o al arriendo de la vivienda. También la extensión del plan AUGE permitió algunas garantías en salud, pero con un claro déficit frente a los servicios privados.

60


¿Eso le da un rol relevante también al mercado?

requerirá varias iteraciones, pues estamos en una situación crítica: una parte importante de

El mercado ha jugado un papel central en la

la sociedad chilena, particularmente las clases

vida de los chilenos y las chilenas de clase me-

medias, ha demostrado lo que ya no quiere me-

dia. Considerando la menor calidad del sistema

diante el estallido. Con el plebiscito de octubre

público en servicios centrales como la salud o la

de 2020 y las elecciones de mayo del 2021 nos

educación, los créditos bancarios, de tiendas co-

acercamos un poco más a lo que quieren, pero

merciales o de otros prestadores, al tener pocas

faltan las elecciones parlamentarias y presiden-

regulaciones, se volvieron una carga para mu-

ciales de 2021, por lo que estamos recién des-

chas familias, particularmente para las de los

pejando el camino hacia el nuevo pacto social.

segmentos bajos de las clases medias. En resu-

Todo indica, como ocurre a nivel global, que se

men, existe una ambigüedad frente al mercado:

dará un reequilibrio a favor del Estado, propio de

ofrece servicios apetecidos,

los países con clases medias

de buena calidad y rápidos,

más consolidadas, pero sin

pero caros y muchas veces

cortar demasiada libertad ni

imposibles de pagar al con-

Con jornadas laborales largas,

nivelar hacia abajo. Como lo

tado, lo que no es sosteni-

se consolida la idea de que

planteó sintéticamente uno

ble en el largo plazo. En la medida en que aparecieron escándalos

y

colusiones,

el tema del lucro se volvió

todo lo que se consigue es por esfuerzo propio en el mercado, con un Estado ausente.

de nuestros entrevistados sobre lo que esperaba a futuro: un socialismo individualista.

parte de la crítica frente a los abusos del mercado, particularmente en los

¿Qué rol puede tener la sociedad civil en este

ámbitos vitales como la salud, la educación y las

sentido?

pensiones, revelando cierto capitalismo monopólico y abusivo.

El rol de la sociedad civil seguirá siendo central debido a la necesidad de buscar nuevas formas

¿Qué rol debiesen jugar estas instituciones en la

de tomar decisiones. Una de las grandes leccio-

consolidación de estos grupos sociales de cara

nes de las protestas del 2011 al 2019, que abarca

al futuro?

el movimiento estudiantil, medioambiental, por las pensiones, feminista y minorías sexuales,

La convención delimitará los grandes principios

movimientos indígenas, entre otros, es ocupar la

y la hoja general de ruta, pero la definición del

calle como forma de conquistar la agenda políti-

equilibrio entre Estado y mercado en la provisión

ca. Esto se relaciona con la crisis de la democracia

de servicios demorará unos años en estabilizar-

representativa, que no logra entregar respuestas

se, pues depende del acomodo de la legislación,

a tiempo, y a la desconexión de la élite chilena del

de los reglamentos y de los prestadores de ser-

proceso que vive el país.

vicios. La elaboración de un nuevo pacto social 61


En su trabajo advierte que uno de los problemas

¿Cómo puede enfrentarse la crisis de las clases

más acuciantes a los que se enfrenta la clase

medias? ¿Cuáles debieran ser las políticas

media es su vulnerabilidad.

prioritarias en esta línea?

La vulnerabilidad ha sido el sello de gran par-

En el momento actual lo principal es la recupera-

te de los segmentos medios en Chile desde los

ción del empleo. Ha habido señales de ello, pero

años noventa, por los sueldos bajos y porque la

no necesariamente con la calidad del empleo

prosperidad relativa solo se podía mantener con

prepandemia, y menos aún para las mujeres.

deudas. “Ser de clase media” era un estatus tem-

Las políticas deberían enfocarse primero en ello,

poral para muchos, cuando a lo que se aspira es

considerando que por ahora las medidas sociales

a una condición estable. Hoy en día, una parte

de apoyo son limitadas y no se podrán mantener

menor de la clase media ha logrado mantener-

en el tiempo sin una mayor recaudación fiscal.

se a flote. Se trata de personas que tienen un

En los últimos años hemos visto muchas deman-

empleo protegido con contrato y que han podi-

das que apuntan a un rol activo del Estado en la

do volcarse al teletrabajo, pero es una minoría.

entrega de beneficios en los ámbitos más bási-

Muchos han perdido estatus y otros han caído en

cos de la vida, pero encontrar el equilibrio entre

la pobreza, aunque no conocemos las cifras más

Estado y mercado es lo prioritario en cuanto a lo

recientes. Si esto no se revierte de aquí al próxi-

que viene. También encontrar una proporción

mo año es probable que enfrentemos una situa-

sana entre gasto y recaudación tomará años, por

ción de pauperización de una parte de las clases

lo que es difícil señalar prioridades si no se sabe

medias. En las últimas décadas este escenario en

cómo se financiarán.

América Latina ha abierto la puerta al populismo. Esperemos que no sea el caso de Chile.

62


¿Cuál es la posición de estas clases medias

las últimas elecciones, cabe considerar las al-

respecto a la crisis política en la que nos

tas tasas de abstención y que, fuera de los gru-

encontramos?

pos más ideologizados, las clases medias son bastante pragmáticas detrás de la demanda por

Luego del estallido y con el desarrollo de la pan-

dignidad. Los clivajes políticos de clase son muy

demia se redefinieron con mayor precisión las

difusos desde hace unos veinte años y eso debe-

demandas de los sectores medios hacia el Esta-

ría mantenerse.

do, pero existe cierta ambigüedad, pues se sabe que se quiere más apoyo del Estado, siempre y

¿Qué lugar deben ocupar estos grupos en el

cuando entregue servicios de buena calidad, pero

nuevo pacto social?

no se sabe cómo se financiarán esos gastos ni qué tipo de servicios se entregarán. Ahí podemos

Si buscamos un pacto social equilibrado y

señalar dos episodios que muestran la compleji-

duradero, se debe tomar en consideración prio-

dad de las demandas de las clases medias frente

ritariamente los grupos más necesitados. El pro-

al Estado: en 2014, en el marco de la reforma del

blema es que hoy, con la crisis, las demandas son

sistema escolar que buscaba eliminar el copago

muchas. Las clases medias tienen un papel cen-

y limitar la segregación, aparece la Confedera-

tral, porque comparten demandas de más Estado

ción de Padres y Apoderados de Colegios Par-

con sectores populares o pobres, pero se trata de

ticulares Subvencionados (Confepa), quienes

una alianza de circunstancia. El lugar central so-

prefieren pagar por la educación de sus hijos con

bre el cual debemos reflexionar es el aporte de las

tal de elegir a sus compañeros. Se observa esta

élites al conjunto de la sociedad. Han obtenido

ambigüedad también en 2020, cuando bajo la

muchas ventajas del modelo. Si las clases medias

presión de la calle y de la oposición, el gobierno

logran posicionarse y demandar solidaridad in-

autoriza que las personas retiren el 10% de sus

terclases puede que nos vaya bien. Si cada grupo

ahorros previsionales para hacer frente a la crisis

se atrinchera en sus demandas, nos irá mal. La

del Covid-19. El principal argumento de los coti-

encrucijada actual es la siguiente: en su histo-

zantes no es la puesta en funcionamiento de un

ria, Chile ha optado o por el crecimiento o por la

sistema de pensiones solidario, garantizado por

igualdad. Hoy se pide un país que pueda ofrecer

lo menos en parte por el Estado, sino “recuperar

los dos simultáneamente. Satisfacer demandas

lo que es de uno”, puesto que el ahorro previsio-

de clase media cuando debemos volver también

nal es considerado como un ahorro forzado y en

a la superación de la pobreza exigirá esfuerzos de

muchos casos ilegítimo.

todos, pues la torta no es tan grande.

¿Y es posible situarla ideológicamente? Si bien los partidos de izquierda y los independientes han tenido importantes resultados en

63


Somos continentes Los contextos de la subsidiariedad JORGE FÁBREGA

64


D

e la protección a la autonomía de los

grupos intermedios “No somos islas, somos continentes” remata-

rápidos ni tampoco los más fuertes. Puestos a

ba mi profesor de historia en señal inequívoca

competir vis a vis con miembros de otras espe-

de que estaba terminando la clase. Junto a mis

cies, no habríamos conquistado el planeta. Si lo

compañeros, con esa frase nos sacudíamos la

hicimos es porque desde los primeros tiempos

modorra adolescente y nos preparábamos para

de nuestra evolución cooperamos y formamos

disfrutar del recreo. En el patio se formaban gru-

grupos. Y en ellos construimos códigos de con-

pos, algunos más estables, otros esporádicos.

ducta, lenguajes, jerarquías y aprendizajes, entre

Yo era de los que iba directo a la cancha. Allí me

otras cosas.

hice de amigos de otros cursos y luego de otros

La unidad esencial de lo humano acontece en

colegios, del barrio y de otras partes. Jugar a la

ese continente que somos cuando estamos con

pelota era mi pasaporte hacia la sociabilidad, al

otros. No en la isla que cada uno, a veces, cree

encuentro con otros. Todo partía en la cancha y

ser. Somos comunidades. En ellas, adquirimos

luego continuaba en conversaciones infinitas

y formamos nuestras identidades como perso-

entre asados y bares. Allí construí amistades de

nas y como grupos, pueblos, naciones; en suma,

largo plazo, profundamente improductivas e in-

como humanos.

eficientes y, por eso mismo, imperdibles, adorables, gratuitas, vitales.

Hay un propósito en cada uno de esos grupos que formamos. Un propósito definido por sus

Nada espectacular, debo reconocer. Formar

propios miembros. Algunos son duraderos como

amistades es de lo más normal y democrático

las comunidades de credo, otros esporádicos

que existe. Todos tienen amigos. Pero los tene-

como los que se formaban en los recreos en mi

mos, esencialmente, porque somos humanos. La

colegio. Pero sean cuales sean sus objetivos, en

amistad es tan obvia para nosotros que no repa-

su conjunto, los grupos que formamos son esen-

ramos a menudo en que formar vínculos no re-

ciales tanto para nuestro bienestar individual

productivos y de largo plazo (por ejemplo, hacer

como para nuestra organización en sociedad.

amigos) es algo infrecuente entre otras especies

A esa realidad social se refiere el concepto de

animales. Pero para los humanos está impregna-

“grupos intermedios”: la organización humana

do en nuestros códigos vitales. ¿O debería decir

que está en el largo y vital espacio entre el indivi-

en nuestros genes?

duo y el Estado. Y, por su relevancia en nuestras

Los humanos creamos relaciones de largo pla-

vidas, es que tiene sentido que las bases consti-

zo que nos vinculan unos a otros por fines que

tucionales de un Estado democrático les reco-

transcienden la mera biología. Creamos comu-

nozcan autonomía a dichos grupos intermedios

nidades y sociedades. Hacerlo está incrustado en

para llevar adelante los fines específicos que de-

nuestra evolución. No somos los animales más

seen perseguir.

65


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

Ahora bien, hay una clase específica de gru-

creación de la educación formal de los Estados

pos intermedios cuya relevancia trasciende a

modernos y los voluntariados se han desplegado

sus miembros. Esa clase específica es la con-

en innumerables épocas y lugares precisamente

formada por organizaciones que producen bie-

allí donde la debilidad del Estado le ha impedido

nes y servicios en que el conjunto de la socie-

instalarse para generar su propia oferta o pro-

dad tiene interés; ya sea porque las considera

mocionar alguna.

derechos ciudadanos o porque le interesa su

El hecho de que muchos de esos grupos inter-

promoción en pos del desarrollo de la sociedad.

medios provean esos bienes y servicios sugiere

Un caso de lo primero es, hoy por hoy, la edu-

que no solo hay un ámbito de autonomía de esos

cación básica y media; un caso de lo segundo es

grupos que debe protegerse, sino además que es

la educación de postgrado. En ese caso estamos

socialmente deseable potenciar el desarrollo de

ante organizaciones que participan de lo públi-

esas organizaciones.

co, es decir, de lo común a todos. Detengámonos en ellas.

Ahora bien, al considerar la participación de grupos intermedios en lo público, la reflexión ya no se enfoca únicamente en la protección y pro-

De los grupos intermedios que participan en

moción de su autonomía, sino también en cómo

lo público

la sociedad promueve que existan esos bienes y servicios de cuya provisión estos grupos parti-

Las organizaciones voluntarias creadas para

cipan. Por ejemplo, pensemos en el caso de una

dar bienestar a grupos de la

organización

cuarta edad, para proveer

dedicada a enseñar a leer

servicios de salud y apoyo emocional a personas con

Los grupos que voluntariamente

cáncer o para formar a niñas

creamos, esos que ocupan

y niños en establecimien-

aquel largo espacio vital entre

tos educacionales son todos casos de grupos intermedios que participan de lo público.

el individuo y el Estado, no son mero accidente de la vida social.

La actividad que realizan no

voluntaria

y escribir. En una sociedad democrática se debe proteger la autonomía de dicha organización

para

definir

el modo de llevar a cabo su actividad; pero, al mismo tiempo, se debe proteger el bien público que consiste

solo tiene por finalidad darle sentido a los miem-

en tener una población alfabetizada. Estas dos

bros que voluntariamente han conformado esos

ideas pueden estar alineadas o no. Si lo están, un

grupos, sino también entregar algo que la socie-

subsidio o apoyo a la existencia de esos grupos

dad valora para otros de sus miembros (benefi-

intermedios permite lograr ambos objetivos, al

ciarios) o el conjunto de ella. Por ejemplo, si un

menos parcialmente. Pero, si no lo están, hay

grupo se organiza en la defensa del medioam-

una potencial tensión que debe resolverse.

biente a través del reciclaje y la sustentabilidad

En la práctica, la solución de esa tensión puede

productiva, el éxito de su tarea no solo da cohe-

implicar que, para garantizar que el bien público

rencia y sentido a la razón de ser del grupo, sino

se provea, se pase por encima de la autonomía de

también contribuye a la provisión de un tipo de

los grupos intermedios o, en sentido inverso, que

bien que beneficia al conjunto de la sociedad (un

por respetar dicha autonomía no se provea a los

medioambiente sustentable).

miembros de la comunidad política aquello que

En la historia humana, la existencia de esas organizaciones voluntarias que participan de

se ha definido como derecho de sus integrantes. ¿Qué hacer para resolver este dilema?

lo público ha trascendido y muchas veces antecedido a la organización formal de la sociedad

Lo que no se debe hacer: el régimen de lo público

mediante el Estado. Al respecto, un caso evidente son los establecimientos educacionales. Así,

En los últimos años, ha habido mucha confusión

por ejemplo, las universidades precedieron a la

en esta materia en Chile, y hay un libro (El otro

66


modelo) que ha contribuido a ello1. En él, cinco

autonomía de los grupos intermedios, sean cua-

académicos exponen y defienden lo que deno-

les sean sus fines específicos. Ante la disyuntiva:

minan el “régimen de lo público”. El libro es

siempre, indican los autores, ha de inclinarse la

atingente aquí porque precisamente ofrece una

balanza hacia el ciudadano. Eso es el régimen de

solución al dilema anterior, así que detengámo-

lo público.

nos un momento en su contenido.

Esto puede sonar como una discusión abstrac-

Escriben los autores que la esfera pública es

ta, pero tiene implicancias prácticas a la hora de

aquella en que “idealmente cada uno recibe lo

pensar en políticas públicas. Doy dos ejemplos:

que necesita, mediante formas de provisión

si un grupo intermedio provee un conjunto de

que se financian con impuestos” (175). Dicha

servicios, pero no ofrece uno adicional que el Es-

provisión, indican más adelante utilizando el

tado desea que se entregue, bajo la solución del

ejemplo de la educación, debe ser una que “tenga

libro se puede justificar el quitarle los recursos

la pretensión de ser igual para todos, en la me-

públicos si no se somete al régimen de lo público.

dida en que todos son ciudadanos, porque todos

Por ejemplo, se justificaría que una institución

tienen el mismo derecho. Esto implica un crite-

como la red de salud de la Universidad Católica

rio universalista: el Estado provee a todos” (181).

no reciba fondos públicos si se niega a practi-

Luego aclaran que proveer estatalmente no es

car abortos por alguna de las tres causales a las

lo mismo que producir estatalmente, razón por

que hoy tienen derecho las mujeres embaraza-

la que no debe confundirse su argumento con la

das en Chile. Es decir, en la protección del inte-

defensa de un tipo de sociedad donde desapare-

rés público se podría forzar a dicho prestador a

cen los grupos intermedios. Eso sería una carica-

llevar a cabo acciones que transgreden los fines

tura de sus postulados.

específicos que le dieron origen o a renunciar a

Sin perjuicio de lo anterior, los “agentes pri-

los recursos que le permiten participar en lo pú-

vados” (ése es el término que usan) deben actuar

blico en una diversidad de otras materias. Ello

siempre bajo lo que denominan régimen de lo

porque bajo la argumentación de los autores,

público. Bajo dicho régimen, el dilema se resuel-

existiendo el derecho, ante la disyuntiva de otro

ve inclinando la balanza hacia la protección del

interés privado, la obligación del proveedor que-

bien o servicio cuya provisión importa al Esta-

da fijada siempre.

do. En palabras de los autores de El otro modelo:

Por otro lado, un grupo intermedio podría

“cuando ese otro interés que el proveedor persi-

perder la autonomía sobre sus fines si una ley

gue está en oposición al interés del ciudadano, el

le obliga a cambiarlos. Por ejemplo, un estable-

régimen de lo público debe preferir siempre el del

cimiento educacional que, tras una conversa-

ciudadano” (200, cursivas mías). Y a consecuen-

ción dentro de la comunidad educativa, decide

cia de ello, no es que desaparezcan los grupos

que quiere incorporar lenguaje inclusivo en sus

intermedios, sino que su autonomía como algo

enseñanzas, podría ver amenazada su autono-

que también debe proteger el Estado es puesta

mía en estas materias si se aprueba una ley que

en entredicho. O planteado de otro modo, el dile-

impida a los establecimientos educacionales ese

ma se resuelve haciéndolo desaparecer en cuan-

tipo de decisiones. Esto es algo que sucederá si

to dilema.

prospera una moción recientemente presenta-

De acuerdo con lo expuesto en el libro, cuan-

da en el Congreso sobre esta materia (véase el

do hay una disyuntiva como la anterior, ya no es

boletín 14272-07). Ello porque siempre, bajo el

relevante para el Estado (al menos no del mis-

régimen de lo público, el grupo intermedio debe

mo modo o con igual importancia) proteger la

someter su accionar a lo establecido en las reglas de lo público. ¿Y esas reglas de dónde emanan?

1 Fernando Atria, Guillermo Larraín, José Miguel Benavente, Javier Couso y Alfredo Joignant: El otro modelo. Del orden neoliberal al régimen de lo público (Santiago: Debate, 2013), 386. Las citas son de la tercera edición.

De lo que la comunidad política determine; es decir, del Estado. En suma, el raciocinio de El otro modelo reduce el dilema a un orden lexicográfico donde siempre

67


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

prima la provisión del bien o servicio que el Es-

el respeto a las decisiones que tomen los grupos

tado desea garantizar por sobre la autonomía de

que hemos decidido formar nunca va a desapa-

los grupos intermedios. Por tanto, lo público es

recer, ni va a ser reductible a una regla única y

reducido a lo organizado desde el Estado como

atemporal. No hay modelos. Ni este ni el otro. Lo

expresión concreta de la comunidad política, a

único que podemos garantizar es que habrá con-

partir de lo cual se ordenarán todos los otros po-

flictos y tensiones porque el dilema en torno a

sibles intereses que desee preservar, promover y

garantizar la provisión de un derecho y respetar

proteger dicha comunidad. Y el problema es que

la autonomía de los grupos intermedios no desa-

los grupos que voluntariamente creamos, esos

parece por decreto.

que ocupan aquel largo espacio vital entre el in-

Por lo tanto, a lo que podemos aspirar no es

dividuo y el Estado, no son mero accidente de la

a encontrar “el” modelo, sino a establecer una

vida social: son la unidad básica desde la cual nos

serie de principios universales que deberán ser

constituimos como humanos, como señalé en la

visitados cada vez que nos confrontemos en un

primera parte de este texto.

conflicto entre garantizar provisión de bienes y

Y si no es a partir del régimen de lo público,

servicios de interés público y garantizar la pro-

¿significa esto que el dilema se resuelve al revés,

tección de la autonomía de los grupos inter-

esto es, privilegiando siempre la autonomía de

medios. Es decir, ante dilemas reales, debemos

los grupos intermedios? Claramente no. Una so-

pensar en principios universales, pero en solu-

ciedad debe retener su capacidad de hacer exigi-

ciones contextuales. Lo que tiene que garantizar

ble la provisión de los bienes

una comunidad política es

públicos que desea garanti-

la posibilidad de poner en la

zar y, por lo tanto, tiene que permanecer

una

ventana

abierta para exigir a un gru-

El dilema en torno a garantizar la provisión de un derecho

balanza estos dos objetivos para poder decidir según el mérito de cada contexto.

po intermedio la entrega de

y respetar la autonomía de

esos bienes y servicios cuan-

los grupos intermedios no

tamos es establecer premi-

do no es posible su provisión

desaparece por decreto.

sas que enmarquen las dis-

de otro modo.

Por lo tanto, lo que necesi-

cusiones en estas materias. A la luz de lo expuesto, son

El problema no es, por lo tanto, que las conclusiones a las que lleva el de-

dos las premisas que emanan de la discusión. Las

nominado régimen de lo público no sean aplica-

que podemos resumir así: Premisa 1: La comuni-

bles en algunos contextos específicos. El proble-

dad política debe promover y proteger los gru-

ma es que el dilema es real y no se le resuelve a

pos intermedios que sus integrantes libremente

priori para todo posible contexto (que es lo que

deciden crear para los fines que autónomamente

sugieren los autores). Entonces, ¿qué es lo que sí

decidan establecer. Premisa 2: La comunidad po-

hay que hacer? Vamos a eso en la última sección

lítica debe procurar que sus miembros obtengan

de este texto.

los bienes y servicios que ella haya definido como sus derechos.

Principios universales, prácticas contextuales

Cuando las premisas 1 y 2 no están en conflicto, no hay mucho debate en el cual detener-

Como somos continentes y no meras islas, debe-

se. Pero cuando entran en conflicto, debemos

mos proteger nuestra libertad de asociarnos para

tener mecanismos para resolver según los mé-

los fines que deseemos perseguir; y precisamen-

ritos del caso. De modo tal que quienes en esa

te porque somos continentes y no islas, nues-

ocasión defiendan la prioridad de la primera o la

tros destinos no estarán vinculados únicamente

segunda premisa puedan exponer sus puntos de

con aquellos con los que elegimos convivir. La

vista y mediante los mecanismos de resolución

tensión entre los derechos sociales que como

establecidos por la comunidad política se deci-

comunidad política hemos decidido proveer y

da caso a caso. Las premisas anteriores pueden

68


ser articuladas del siguiente modo: el Estado

de un concepto que, sin absorber la autonomía

debe proteger y apoyar las organizaciones que

de las personas y sus grupos bajo la acción vo-

la sociedad civil crea allí donde estas enfrenten

luntarista del Estado, sostiene la urgencia y la

dificultades para el desarrollo de sus potenciali-

necesidad de la acción solidaria de los miembros

dades, pero también el Estado debe poder exigir

de una comunidad política para proveer justicia

a dichas organizaciones, bajo ciertas circunstan-

social para todos los miembros de la sociedad.

cias, la provisión solidaria de aquellos bienes y

Es más, ese principio ya existe en nuestro marco

servicios que la comunidad política ha estableci-

constitucional. Así, por ejemplo, bajo el principio

do como derechos.

de subsidiariedad se podría justificar que la au-

Hay una buena y dos malas noticias respec-

tonomía de un grupo intermedio sea parcial-

to a esta idea. La buena es que no necesitamos

mente limitada si sucede que tal grupo provee un

crear ningún concepto nuevo para elaborar lo

bien o servicio de interés público, pero al hacerlo

anterior en un principio, porque ese concepto

excluye discrecionalmente a personas que tie-

ya existe y tiene una larga tradición que parte

nen derecho a ese bien o servicio. Por ejemplo, se

probablemente en Aristóteles, pero que alcan-

podría justificar que no hay una transgresión del

zó su expresión más elocuente y concreta tras la

principio de subsidiariedad al cambiar el meca-

encíclica Rerum Novarum a finales del siglo XIX.

nismo de admisión a establecimientos escolares

Ese concepto se llama subsidiariedad2. Se trata

2 Para una revisión detallada sobre el concepto, véase el libro publicado por el IES en el 2015, Subsidiarie-

dad. Más allá del Estado y del mercado, editado por Pablo Ortúzar. Además, puede revisar una reseña que hice del libro en “Subsidiariedad: el eslabón olvidado” en Estudios Públicos 140, 165-174.

69


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . E NSAYO

desde uno definido por cada comunidad escolar a otro definido centralizadamente desde el Estado, en la medida que los fines que dichas comunidades se hayan dado para sí (haciendo uso de su libertad de enseñanza) no estén siendo violados y, al mismo tiempo, se esté garantizado el acceso a la educación (en cuanto derecho) para todas las personas en la edad correspondiente en igualdad de condiciones. De hecho, este tema fue debatido en Chile el año 2015, en el marco de la denominada Ley de Inclusión, y fue llevado al Tribunal Constitucional, el cual rechazó todos los argumentos que sostenían que la ley era inconstitucional porque violaba la autonomía de los grupos intermedios (establecimientos educacionales privados, en este caso). En la misma sentencia, sin embargo, el Tribunal Constitucional protegió la libertad de enseñanza (esto es, el derecho a la fijación de los propios fines de los grupos intermedios) rechazando los incisos de la ley que limitaban a priori dicha libertad supeditándola a lo establecido en otra ley sobre discriminación arbitraria (conocida como ley Zamudio)3. En breve, la sentencia indicó que era constitucional el sistema de admisión centralizado que hoy en día existe para todos los establecimientos educacionales que reciben fondos públicos, pero obligó a modificar la ley en lo relativo a prácticas discriminatorias. Así, por ejemplo, si alguien quiere que su pupilo ingrese a una comunidad escolar que autónomamente decidió educar solo a mujeres, no puede exigir su admisión en virtud de la no discriminación (protegiendo así la libertad de enseñanza del establecimiento), pero si se siente discriminado puede apelar en los tribunales de justicia sobre la base de la ley Zamudio4.

3 Véase la sentencia en el Rol N° 2787-15-CPT del Tribunal Constitucional. 4 Adicionalmente, al momento de redactar este artículo aún no se conoce el detalle de la sentencia del Rol N° 10.270-21 en que el tribunal habría declarado que el prohibir la selección en primero básico podía tener como excepción a los estudiantes que ingresaban vía pre-kinder al mismo establecimiento. Protegiendo de este modo la libertad de enseñanza y la autonomía del proyecto educativo del establecimiento.

70


Ahora bien, como decía anteriormente, tam-

Lo medular, sin embargo, es que las dos pre-

bién hay dos malas noticias asociadas al princi-

misas indicadas arriba, y que son las que dan

pio de subsidiariedad. La primera es que, como

significado al principio de subsidiariedad, abren

me decía un amigo no hace mucho, el concepto

espacios para el desarrollo de los continentes

de subsidiariedad es tan feo que es práctica-

que somos y, por lo tanto, a organizarnos como

mente imposible hablar bien de él. La segunda

la sociedad civil que queramos ser. Esto, por otro

es que, particularmente en Chile, el concepto de

lado, nos convoca como miembros de una comu-

subsidiariedad ha sido tan mal entendido en el

nidad política a ser parte de la construcción de la

debate público que su significado original se ha

justicia social.

perdido por completo. Sobre el primer problema

Por lo tanto, si estas premisas son recogidas

no hay nada que hacer, pero el segundo requiere

por nuestras reglas fundamentales y los proce-

ser atendido.

dimientos para dirimir entre ellas son institu-

En Chile, usualmente se ha entendido el prin-

cionalizados, cada generación y en cada contexto

cipio de subsidiariedad solo como una limitación

deberá evaluar en su propio mérito cómo

al Estado. Es decir, este no debería interferir en

resolver las disputas que emerjan. Y esto debe

la autonomía de los grupos intermedios y solo

ser así porque sencillamente no hay soluciones

debería interceder cuando estos fallan. Este error

institucionales o económicas universales fren-

es muy común. Por ejemplo, el 6 de marzo pa-

te a dilemas sociales reales y concretos. No hay

sado, el profesor Agustín

modelos que nos ahorren el

Squella escribía en su cuenta

tener que encontrarnos para

de Twitter: “Un Estado sub-

dirimir nuestras diferencias.

sidiario es como un jugador

El concepto de subsidiariedad

en la banca al que solo se le

ha sido tan mal entendido

lo que podemos aspirar es a

pide quitarse el buzo cuan-

en el debate público que su

que las reglas que nos demos

do queda una grande en el campo de juego…” . Y, en 5

general, en nuestra sociedad

significado original se ha perdido por completo.

Y, por lo tanto, lo mejor a

nos obliguen a confrontar la pluralidad de nuestras cosmovisiones, a sabiendas de que cada una de ellas será

el concepto “Estado subsidiario” es mal entendido porque se le confunde

tratada con igualdad y justicia en cada caso y por

con otra idea que es completamente diferente: el

su propio mérito. Lo contrario, esto es, la pre-

concepto de “Estado mínimo”. Razones para esta

tensión de resolver a priori mediante una regla

confusión generalizada hay muchas, y varias de

universal (un modelo) los dilemas que irreme-

ellas puedes revisarse en el ya mencionado libro

diablemente surgen generación tras generación

Subsidiariedad. Más allá del Estado y del mercado,

por ser los continentes que somos termina sien-

pero no quisiera ni alcanzo aquí a detenerme en

do una invitación a la dominación, desde el Esta-

esos errores conceptuales. Es un hecho de la cau-

do, de unos sobre otros.

sa que el concepto en Chile goza de mala prensa.

5 Véase https://twitter.com/SquellaAgustin/status/1368345168047398918

Jorge Fábrega es doctor en políticas públicas por la Universidad de Chicago. Es académico de la Universidad del Desarrollo, donde dirige el doctorado en Ciencias de la Complejidad Social. 71


RESCATE

Renovar los derechos humanos MARY ANN GLENDON Y SETH D. KAPLAN

Eleanor Roosevelt sostiene un pliego con la Declaración Universal de Derechos Humanos

Traducción de Álvaro Pezoa

72


La reflexión sobre nuestra reconstrucción democrática exige repensar el modo en que comprendemos los derechos. Ellos representan uno de los temas fundamentales que debe abordar la Convención Constitucional. En ese contexto, vale la pena volver sobre un punto de inflexión: la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada el 10 de diciembre de 1948. Ella es un hito que consolida un arsenal jurídico y conceptual que hace florecer una cultura internacional de los derechos humanos. A 73 años de su entrada en vigencia, Mary Ann Glendon y Seth D. Kaplan ofrecen una lúcida reflexión respecto de sus fortalezas y debilidades, prestando una contribución indispensable a nuestro debate constitucional.

La idea de que algunos derechos pudieran ser

de América Latina, África y Asia. Inspiró a legio-

universales —aplicables a todas las sociedades—

nes de activistas, quienes escribieron reportes,

era controversial. Sin embargo, en las décadas

publicaron artículos, presionaron a políticos, re-

que siguieron, esta idea tuvo una influencia

currieron a las cortes y dieron a conocer abusos.

transformadora en el orden político posterior

Y les dio a los miembros más débiles de cualquier

a la Segunda Guerra Mundial. La Declaración

sociedad un instrumento para amplificar su voz.

Universal de los Derechos Humanos (DUDH),

Pero ahora que la Declaración Universal tie-

el símbolo y la herramienta más prominente de

ne setenta años, la idea de derechos humanos

estos cambios, desafió la visión según la cual la

universales se encuentra en crisis, perdiendo

soberanía proveía un escudo de hierro tras el cual

apoyo interno y externo. Las buenas intencio-

los Estados podían maltratar a sus pueblos sin

nes, los errores honestos, la política del poder y

escrutinio externo. En treinta cortos artículos, la

el oportunismo hecho y derecho han provocado

Declaración dio expresión a profundos anhelos

un creciente escepticismo e, incluso, una reac-

de hombres y mujeres de todas partes, fortale-

ción negativa.

ciendo los movimientos que pronto acarrearían

En el mundo en vías de desarrollo, el modo en

el fin del colonialismo, del apartheid y, eventual-

que los derechos universales han sido promo-

mente, de los gobiernos comunistas tras la Cor-

vidos ha revivido antiguos resentimientos aso-

tina de Hierro. Este instrumento contribuyó a la

ciados con el gobierno colonial. La Corte Penal

ola de democratización que comenzó en la déca-

Internacional se ha enfocado en casos de países

da de los setenta en Europa y se extendió a través

geopolíticamente débiles (africanos), mientras 73


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S C ATE

que gobiernos como el de Siria cometen atro-

masas y el surgimiento de grupos como Amnistía

cidades con poco temor a ser enjuiciados. Los

Internacional. En los Estados Unidos la política

gobiernos occidentales utilizan frecuentemente

de la Guerra Fría, unida a ideales humanistas,

los derechos humanos de maneras que parecen

le dio al asunto una creciente prominencia en

promover sus propios intereses. Y algunos re-

política externa, tanto en la derecha como la iz-

presentantes de los organismos de derechos hu-

quierda, especialmente después de que en 1977 el

manos, resaltando la “justicia internacional”, en

Congreso instalara la oficina de derechos huma-

ocasiones han hecho más difícil resolver conflic-

nos dentro del Departamento de Estado de EEUU

tos, remover dictadores y reconciliar agrupacio-

y el Presidente Jimmy Carter se comprometiera

nes en lugares como Uganda, Sudán y Libia.

explícitamente con la causa en su discurso in-

Mientras tanto, el cinismo respecto de los de-

augural. Ronald Reagan, inicialmente escéptico,

rechos humanos internacionales ha ido aumen-

no dudó en abrazar los derechos humanos en la

tando en las democracias liberales occidentales.

Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU,

en Europa, celebrada en Helsinki.

sucesor de la distinguida Comisión para los De-

El final de la Guerra Fría aumentó la influencia

rechos Humanos que redactó la DUDH, ha sido

de los derechos humanos. La predominancia es-

convincentemente acusado de sesgo y de votar

tadounidense, el ascendiente de la ideología oc-

en bloque. A nivel nacional, intentos por esta-

cidental, una serie de atrocidades y conflictos y

blecer ciertos asuntos políticos complejos como

el aumento del papel que jugaban la ONU y otros

problemas de derechos humanos (por ejemplo,

actores internacionales incitó el crecimiento rá-

si acaso corresponde y de qué manera se debe

pido del activismo a favor de los derechos huma-

limitar la inmigración) alimentan la división y

nos en la década de los noventa. Para el año 2000,

afectan el trabajo necesario para encontrar solu-

existían muchas organizaciones de derechos hu-

ciones que promueven el bien común.

manos integradas por especialistas, activistas, agencias de monitoreo y revistas académicas.

***

Mientras tanto, hubo cambios significativos

¿Cómo es posible que una idea que en algún

de ambición y enfoque. Desde el siglo diecinueve

momento mostró un poder sorprendente cayera

hasta los tramos más tardíos del veinte, la neu-

en descrédito? Tal como lo vemos, hubo tres

tralidad, la reciprocidad y la no interferencia en

etapas: primero, una actitud selectiva respec-

los asuntos de Estados soberanos constituían

to de los derechos, iniciada por las dos super-

principios centrales, como queda demostrado

potencias durante la Guerra Fría; luego, una

por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Sin

sobreextensión del concepto, cuando la idea de

embargo, desde fines de la década de los seten-

los derechos humanos mostró su fuerza moral;

ta una aproximación intervencionista adquirió

y, finalmente, un olvido de la sabiduría ganada

relevancia, respaldada por potencias occiden-

con esfuerzo por los hombres y mujeres que ha-

tales (especialmente EEUU). El establecimiento

bían vivido durante las dos guerras. La tinta de la

de instituciones con aire estatal, como la Corte

DUDH apenas estaba seca cuando los antagonis-

Penal Internacional (a la cual Estados Unidos

tas de la Guerra Fría la rasgaron por la mitad, por

finalmente no adhirió) y doctrinas como “Res-

plantearlo de algún modo, con los Estados Uni-

ponsabilidad de Proteger” reflejaron este giro.

dos abogando por los derechos políticos y civiles

Aumentaron la capacidad que tenía el plano de

y la Unión Soviética, por su parte, por los dere-

los derechos humanos de influenciar la agenda

chos sociales y económicos. Cada bando extrajo

internacional y fijar estándares globales.

de aquel documento las partes que se ajustaban a sus propósitos e ignoró el resto.

Esto alentó un aumento en el número de derechos fundamentales. Algunos grupos aprove-

En los años sesenta, la idea de los derechos

charon la autoridad moral de la idea de los de-

humanos comenzó a penetrar en la conciencia

rechos humanos para promover sus causas. Hoy

global, incitada por la expansión de los medios de

existen llamados para convertir todo en derecho,

74


desde el acceso a internet y fondos para el desa-

Académicos y figuras públicas critican un tipo de

rrollo hasta la educación universitaria gratuita.

pensamiento acerca de los derechos humanos

Los modestos treinta artículos de la Declaración

que consideran poco respetuoso de las consti-

Universal han estallado, potencialmente, en más

tuciones nacionales, las legislaciones democrá-

de mil provisiones de derechos, en acuerdos que

ticas y los contextos locales. Como ha sostenido

muchos gobiernos han firmado. Un artículo de

Eric Posner, los derechos humanos deberían

2013 publicado en Foreign Affairs nota con decep-

tratarse menos acerca de una cruda “modalidad

ción que “parte importante de la comunidad de

descendente de implementación” que “requiere

los derechos humanos no solo ha evitado expre-

cambios importantes en la conducta de la mayo-

sar dudas acerca de la proliferación de derechos,

ría de los países no occidentales”, y más acerca

sino que, con frecuencia, ha liderado el proce-

de prestar atención a la “minucia del contexto

so”. Al mismo tiempo, los activistas siguieron

social”, con un énfasis en “promover humilde-

la aproximación selectiva de los antagonistas de

mente el bienestar”.

la Guerra Fría, promoviendo algunos derechos e

Cuando las discrepancias provienen de regímenes represivos o de líderes dictatoriales son

ignorando otros. Ya que los derechos individuales fueron ad-

fáciles de descartar, pero cuando provienen de

quiriendo prominencia, se restó importancia al

personas que adhieren a la causa general de los

papel de las instituciones sociales y los valores

derechos humanos, reflejan un problema más

no individualistas. La apro-

fundamental. Desde nuestro

ximación de “una talla uni-

punto de vista, las críticas

versal” triunfó sobre la idea

de Amartya Sen —ganador

de un estándar común al que

Hoy existen llamados

se podía dar vida de diversas

para convertir todo

y legítimas formas. La indivisibilidad e interdependencia de los derechos fundamentales fueron olvidadas. Algunos

Estados

argu-

mentan que firmaron com-

en derecho, desde el acceso a internet y fondos para el desarrollo hasta la educación universitaria gratuita.

del Premio Nobel— a los legisladores

internaciona-

les apuntan al corazón del problema. En la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de la ONU, llevada a cabo en 1994 en El Cairo, Sen reprendió a

promisos legales en acuerdos internacionales,

aquellos que exhiben “una tendencia a buscar

pero no métodos uniformes de interpretarlos e

soluciones de emergencia que tratan a las perso-

implementarlos. Por ejemplo, no existe razón al-

nas involucradas no como seres racionales, (…)

guna por la cual los Estados africanos no debie-

sino como fuentes impulsivas y descontroladas

sen enfatizar la justicia restaurativa sobre la jus-

de gran daño social, necesitadas de una fuer-

ticia retributiva; los países del este asiático, los

te disciplina”.

aspectos comunitaristas de sus culturas y las políticas de desarrollo de sus Estados; y los países

***

del Medio Oriente, el papel de la religión, siempre y cuando respeten sus compromisos legales.

Estas señales de descontento reflejan el cambio

Muchos también se han ido desencantando

actual del panorama geopolítico: sistemas de

con las instituciones supranacionales. Estas se

valores, ideas y formas de organizar la socie-

encuentran muy alejadas de las personas cuyas

dad provenientes del sur y del este (más socio-

vidas afectan. No están sujetas a escrutinio y res-

céntricas y basadas en tradiciones) hoy tienen

ponsabilidad públicos, son susceptibles al lobby

mayor influencia. El creciente poder político y

e influencias políticas y no tienen contrapesos

económico de países asiáticos, africanos, de Me-

internos. Tanto el Consejo de Derechos Humanos

dio Oriente y latinoamericanos trae consigo un

de la ONU como la Corte Penal Internacional han

cuestionamiento a instituciones internacionales

perdido credibilidad gracias a su aparente sesgo.

dominadas por Occidente y las normas globales.

75


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S C ATE

En la ONU, por ejemplo, el apoyo a las posicio-

y la República Democrática del Congo ha he-

nes acerca de los derechos humanos dentro de

cho poco por mejorar vidas; por el contrario, ha

la Unión Europea comenzó a decaer en la década

contribuido con persistentes violaciones a los

de los noventa, mientras que aumentaba el nú-

derechos humanos. Tal como sostiene Michael

mero de votos alineados con la posición de China

Walzer, Profesor Emérito del Instituto para Es-

en la Asamblea General. China, India, Indonesia,

tudios Avanzados en Princeton, “la política debe

Brasil, Etiopía, Nigeria, Rusia, Turquía, Arabia

sustituir en algunas ocasiones a la justicia, esta-

Saudita y otros ya tienen más influencia—o, al

bleciendo un marco neutral dentro del cual una

menos, una equiparable— que Occidente dentro

vida común se desarrolla lentamente”, produ-

de sus regiones. Sus normas políticas y sociales

ciendo modos de vida “negociados” en lugar

se expanden más allá de sus fronteras, contra-

de “impuestos”.

rrestando iniciativas occidentales durante el

Mientras tanto, dentro de las sociedades oc-

proceso. Freedom House reporta que la demo-

cidentales, la creciente división política e ideo-

cracia “se encuentra bajo ataque y en retirada

lógica amenaza con transformar la idea de los

en todo el planeta”. Las mediciones de esta or-

derechos humanos de un escudo que protege a

ganización sobre derechos políticos y libertades

todos, a una lanza que grupos opositores se arro-

civiles han registrado doce años consecutivos

jan entre ellos.

de declive. Mientras tanto, organizaciones de la

En países europeos como Noruega, Dinamar-

sociedad civil que reciben financiamiento ex-

ca, Suiza, Alemania y Francia existe una división

tranjero y que promueven los derechos huma-

creciente entre el Estado secular (respaldado

nos son miradas con suspicacia. Esto es cierto

por una población mayoritaria secularizada),

no solo para regímenes autoritarios como Rusia,

que persigue derechos para los animales, niños,

Azerbaiyán, Turquía, Sudán, Egipto y Venezue-

no discriminación, y grupos religiosos mino-

la, sino también para democracias como Méxi-

ritarios que defienden el derecho a practicar su

co, Malasia, Nigeria, Hungría e Israel, todas las

fe. Por ejemplo, grupos de judíos y musulma-

cuales han aprobado o han considerado aprobar

nes ahora se ven en la obligación de defender la

legislación para regular este tipo de ONG.

circuncisión —un antiguo ritual, esencial para

Occidente ha intentado con frecuencia usar

sus creencias— en contra de grupos de dere-

una aproximación legislativa para resolver pro-

chos humanos que declaran esta práctica como

blemas que requieren un trato más comprensi-

una violación al derecho de los niños a conser-

vo y diferenciado. Por ejemplo, el fracaso de las

var su integridad física. El amplio derecho a la

tentativas occidentales por ayudar a los paí-

libertad religiosa que se encuentra en el Artículo

ses en vías de desarrollo a superar sus desafíos

18 de la Declaración Universal y que incluye el

más grandes —conflictos étnicos, instituciones

derecho a “manifestar” la propia religión en la

débiles, crecimiento excluyente— ha socavado

“enseñanza, práctica, culto y observancia” está

la autoridad de los derechos humanos en paí-

siendo ajustado para significar solamente un

ses en los cuales más se necesita; el apuro por

derecho a creer y rendir culto, no un derecho a

llevar a cabo elecciones en lugares como Libia

practicar y observar.

76


En Estados Unidos, la confianza en la resolución de disputas a través de la ley y las cortes in-

volverse más conformista e ideológicamente menos diversa.

centiva una actitud de “el ganador se lleva todo”,

Las preguntas a las que se enfrentaban los

a costa de la tolerancia y el compromiso. Mien-

redactores de la DUDH son similares a las que

tras que la mayoría de las democracias introdu-

enfrentamos hoy: ¿cómo es posible que los

cía normas en materias controversiales (como el

derechos sean considerados universales en un

aborto y las libertades sexuales) a través de legis-

mundo de gran diversidad cultural y política?

laciones de compromiso, en Estados Unidos con

¿Cuál es el papel de la sociedad, el Estado y los

frecuencia han sido dictadas en cortes, alienan-

cuerpos internacionales a la hora de implemen-

do, como consecuencia, a parte de la población y

tar esos derechos? ¿Qué ocurre cuando un dere-

reduciendo el rango de acuerdo político.

cho fundamental choca con otro?

Estas tendencias arriesgan socavar uno de los

Cuatro principios significativos que siguieron

logros más importantes de Occidente: su ha-

los artífices de la DUDH pueden revitalizar la idea

bilidad de tolerar la diferencia y acoger grupos

de los derechos humanos en nuestro tiempo: mo-

minoritarios. En lugar de proveer un hogar

destia en la consideración sobre cuáles derechos

para gran variedad de perspectivas y sistemas

pueden ser universales, pluralismo al dar vida a

de creencias —incluyendo las discordantes con

los derechos, interdependencia de los derechos

las visiones dominantes—, la tradición positi-

básicos y subsidiariedad.

va de los derechos humanos está en peligro de

77


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S C ATE

Modestia en la universalidad

prioridades respecto de los países capitalistas. Los valores de los Estados musulmanes varían

Los redactores de la Declaración Universal se

comparados con aquellos de los Estados occi-

ajustaron a un pequeño conjunto de principios,

dentales. Los redactores reconocieron que cada

tan básicos que ningún país o grupo podría re-

parte del mundo tiene sus preocupaciones par-

chazarlos abiertamente. Esto era esencial no solo

ticulares. Este es el caso especialmente en los

para adquirir un amplio apoyo político dentro

aspectos que involucran derechos económicos

de la ONU, sino también para asegurar que la

y sociales. El Artículo 22 de la Declaración esta-

Declaración tuviese apoyo profundo y duradero

blece que esos derechos deberían ser puestos en

entre varias culturas, sistemas de valores e ideo-

práctica “conforme a la organización y recursos

logías políticas diferentes.

del Estado”.

Los estándares mínimos en la DUDH, que

Durante un discurso dirigido a la Asamblea

mezclaban conceptos de orientación comunita-

General en el que alentaba la adopción de la De-

ria e individualista, se ganaron la aceptación de

claración, Chang enfatizó que no existía una sola

un amplio elenco de países europeos, orientales,

manera de pensar o vivir. La uniformidad solo

latinoamericanos, asiáticos, comunistas, capita-

puede ser conseguida mediante la fuerza, o a ex-

listas, desarrollados y en vías de desarrollo.

pensas de la verdad, y es insostenible.

Universalismo flexible

beradamente dejaron espacio para que distintos

De modo que los redactores de la DUDH deliEstados experimentaran con diferentes soluLa Comisión para los Derechos Humanos original

ciones. El Artículo 14, por ejemplo, declara que

incluía personas provenientes de un amplio ran-

todos tienen el derecho “de buscar y disfrutar”

go de sistemas culturales, religiosos, económi-

el asilo ante la persecución, pero es silente res-

cos y políticos. Los actores más destacados —en

pecto de cómo ese derecho debería ser protegido.

particular René Cassin, de Francia; Peng Chun

Se esperaba que los fértiles principios de la De-

Chang, de China; Charles Malik, del Líbano, y

claración fueran interpretados e implementados

Eleanor Roosevelt, de Estados Unidos— fue-

en una variedad de formas legítimas. El filósofo

ron universalistas, pero no homogeneizadores.

francés Jacques Maritain, que apoyó el proceso

Elaboraron un documento que era lo suficiente-

de la ONU, explicó que esto permite “diferentes

mente flexible como para responder a diferentes

tipos de música” para ser “tocadas en el mis-

necesidades, en términos de énfasis e imple-

mo teclado”.

mentación, pero no tan maleable como para que cualquier derecho básico pudiese ser ignorado.

Este pluralismo flexible ha sido replanteado en documentos de derechos humanos, especial-

Lograron esto sintetizando e integrando con-

mente en la Declaración de 1993 en Viena, que

ceptos de muchas partes del mundo. Algunos

afirma la universalidad de derechos humanos,

elementos se enfocan en el individuo, otros en la

siempre que “la importancia de las particulari-

comunidad y la sociedad; algunos se enfocan en

dades nacionales y regionales y variados tras-

la libertad, otros en la solidaridad y el deber. La

fondos históricos, culturales y religiosos sean

visión de la libertad es inseparable del llamado a

tomados en consideración”. Necesitamos la

la responsabilidad social.

misma flexibilidad hoy.

Los autores de la Declaración comprendieron que siempre habría diferentes modos de aplicar

Interdependencia de derechos básicos

los derechos humanos a diferentes contextos sociales y políticos, y que las circunstancias de

Los artífices de la Declaración Universal se pre-

cada país afectarían la forma de satisfacer sus

ocuparon de asegurar que fuera leída como un

condiciones. Los países en vías de desarrollo tie-

documento holístico, que contuviera un nú-

nen menos recursos que los países desarrolla-

mero pequeño de derechos interdependientes

dos. Los países socialistas enfatizan diferentes

y mutuamente reforzantes. Tal como señaló la

78


Declaración del Ramsey Colloquium, publicado

derogables bajo el Pacto Internacional de Dere-

en First Things para el quincuagésimo aniversario

chos Civiles y Políticos.

de la DUDH, “lejos de afirmar una colección de

Nuestro desafío es recuperar la comprensión

derechos inconexos, la Declaración es un docu-

de que los principios de la DUDH fueron diseña-

mento integrado que se vuelca sobre un concep-

dos para trabajar en conjunto más que para ser

to de la persona humana en comunidad, y de la

enfrentados los unos con los otros —y resistir

sociedad libre y justa requerida para el floreci-

la noción de que cualquier derecho básico puede

miento humano”.

ser ignorado—.

Hoy estamos tan acostumbrados a ver la DUDH como una lista de garantías separadas, que rara

Subsidiariedad

vez alguien se percata de que el documento posee una estructura, incluye deberes y derechos y

Quienes confeccionaron la DUDH reconocieron

debe ser leído como un todo. Al aislar cada parte

que, cuando se trataba de derechos humanos,

de su lugar en el diseño completo, lecturas in-

siempre habría disputas acerca de las respon-

correctas de la Declaración facilitan un mal uso

sabilidades relativas de los cuerpos interna-

de esta. El choque de derechos es abordado como

cionales, los gobiernos nacionales y locales y

una competición al estilo “el ganador se lo lleva

la sociedad civil. Adoptaron una aproximación

todo”. Han quedado olvidadas las secciones de

pragmática que hoy sería llamada subsidiarie-

la Declaración que dejan claro que los derechos

dad. La subsidiariedad enfatiza la primacía del

de todos dependen del respeto a los derechos del

nivel más bajo de implementación que pueda

resto, del imperio de la ley y

conseguir realizar el traba-

de una sociedad civil saluda-

jo, reservando a los actores

ble. Uno de los medios más efectivos

para

malinter-

Muchos también se han ido desencantando con las

pretar —o utilizar inco-

instituciones supranacionales.

rrectamente— los derechos

Estas se encuentran muy

humanos

es

pensar

que

cualquier derecho particular es absoluto, o que todos los

alejadas de las personas cuyas vidas afectan.

nacionales o internacionales para situaciones en las que entidades más pequeñas son incapaces de resolver los problemas

adecuadamen-

te. Aunque el principio está claramente

redactado

en

acuerdos por los derechos humanos, como el estable-

diversos derechos pueden encontrarse completamente en armonía los unos

cido en la Corte Penal Internacional, muchas or-

con los otros. Por el contrario, cada derecho tiene

ganizaciones internacionales fallan a la hora de

ciertos límites y existe dentro de una constela-

desarrollar las relaciones locales fundamentales

ción de otros derechos.

para la garantía a largo plazo de los derechos hu-

Los autores de la Declaración no esperaban un

manos.

manejo uniforme de las tensiones o conflictos

Los gobiernos nacionales tienen la obligación

entre derechos. Asumieron que las comunidades

última de satisfacer sus compromisos en materia

deben balancear el peso de las demandas de un

de derechos humanos, pero cualquier grupo en la

derecho con las de otro antes de determinar el

sociedad puede promoverlos. Dados los fracasos

mejor curso de acción. Sin embargo, un puñado

de la aproximación “estadocéntrica” en tantas

de derechos fueron priorizados, redactados con

áreas de los derechos humanos —y en vistas de

firmeza para admitir poco rango de variación.

la importancia de las normas sociales y la moral

Incluyen protecciones a la libertad de culto y

para promover los derechos— es apropiado que

conciencia, como también la prohibición de la

la cláusula de Proclamación de la DUDH llame

tortura, esclavitud, tratos denigrantes, medidas

a “cada órgano de la sociedad” a promover el

penales retroactivas y otras graves violaciones

reconocimiento y la observancia de los derechos

a la dignidad humana, establecidas como no

humanos. Los más importantes de aquellos se

79


encuentran específicamente mencionados: fa-

***

milias, comunidades, grupos religiosos, lugares de trabajo, asociaciones, sociedades, culturas,

Hoy en día los activistas por los derechos hu-

naciones y un orden internacional emergente.

manos declaran: “así es como deben cambiar

La subsidiariedad busca determinar cómo los

para unirse a nosotros”. Por el contrario, debe-

derechos humanos pueden ser utilizados de la

rían comenzar preguntándose: “¿cómo se ex-

manera más adecuada en cada contexto. Mien-

presa el florecimiento humano en tu sociedad

tras existen casos en los que las aproximaciones

o comunidad, y cómo podemos apoyarte a in-

internacionales o centralizadas son necesarias,

centivarlo?”. Este giro en el tono y la perspec-

enfocarse en el nivel local será con frecuencia el

tiva reduciría la resistencia y el resentimiento y

mejor modo de asegurar que los estándares de la

tendría como resultado un mayor impacto. Pero

DUDH penetren efectivamente en la sociedad,

también requeriría hacer el campo de discusión

alcanzando al mayor número posible de perso-

mucho más inclusivo de lo que resulta hoy para

nas. La subsidiariedad incentiva a las institucio-

distintas perspectivas y culturas. Mientras algu-

nes y procesos locales a mejorar su desempeño,

nos podrían sostener que la aproximación uni-

en lugar de esperar su realización por parte de

versalista flexible que recomendamos es ineficaz

actores internacionales distantes.

para contrarrestar —e incluso podría proveer licencia para— abusos de los derechos, lo cierto es que ocurre lo opuesto. Una comprensión

80


humilde sobre qué derechos pueden ser conside-

la discriminación basada en raza, color, sexo,

rados universales y una aproximación pluralista

lenguaje, religión, nacionalidad u origen social y

de su implementación ampliarán el respaldo en

la protección de la libertad de conciencia y reli-

comparación con estrategias demasiado ambi-

giosa.

ciosas. La aceptación de la interdependencia e

No es la ausencia de leyes lo que más oprime

indivisibilidad de los derechos básicos incenti-

al pobre y marginado en tantas partes. Todos los

vará mecanismos más constructivos para res-

días ellos sufren violencia, discriminación y co-

ponder ante los denominados conflictos de de-

rrupción a pesar de las leyes. Ningún sistema de

rechos. La subsidiariedad volverá mucho más

reglas y normas puede depender únicamente de

influyente y efectivo el movimiento internacio-

tratados, leyes y la fuerza del Estado. Solo una

nal por los derechos humanos.

cultura popular de los derechos humanos puede

El proyecto de los derechos humanos interna-

hacer esto posible.

cionales haría bien en moverse hacia un nuevo

En última instancia, una promoción exitosa de

objetivo popular, no controvertido y apropiada-

los derechos humanos depende de la atención a

mente ambicioso: la eliminación sistemática de

las actitudes, ideas, valores, relaciones, e ins-

un pequeño grupo de males frente a los cuales

tituciones dentro de las cuales los individuos,

existe un amplio consenso en todas las socieda-

familias y comunidades se encuentran integra-

des. El fundamento de este proyecto debería ser

dos. En palabras de Eleanor Roosevelt, los docu-

el puñado de derechos priorizados y redactados

mentos que expresan ideales “no tienen peso, a

con poco rango de flexibilidad por los autores de

no ser que las personas los conozcan, a menos

la Declaración. La lista, que podría ser aumenta-

que las personas los comprendan, a menos que

da a través de negociaciones, debe incluir pro-

demanden que sean vividos”. Y esto, sostuvo en

tecciones en contra del genocidio, la esclavitud,

uno de sus últimos discursos en la ONU, depende

la tortura, los tratos crueles, inhumanos o de-

de su implementación en muchísimos “peque-

gradantes, las medidas penales retroactivas, la

ños espacios”.

deportación o el traslado forzado de la población,

Mary Ann Glendon es Learned Hand Professor of Law en la Universidad de Harvard, y autora de Un nuevo mundo. Eleanor Roosevelt y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Seth D. Kaplan es profesor en la Paul H. Nitze School of Advanced International Studies en la Universidad Johns Hopkins. Este texto fue originalmente publicado en First Things en febrero de 2019. Agradecemos a Mary Ann Glendon, Seth D. Kaplan y a First Things por su autorización para publicar su versión en castellano en Punto y coma.

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

h o r a s en la La democracia no es solo un principio abstracto que orienta a las sociedades, sino también una práctica que se encarna en épocas y territorios específicos y que, por lo mismo, exige una serie de condiciones para cumplir sus objetivos. En ese sentido, a la hora de pensar en la reconstrucción democrática de Chile, nos ha parecido fundamental volver sobre algunos libros que han descrito y analizado el modo en que este régimen ha funcionado —y también cómo se ha visto amenazado— durante los últimos años. Para este número de Punto y coma quisimos hacer un contrapunto sobre el último libro de Joaquín Fermandois, La democracia en Chile, que describe de manera panorámica la trayectoria de las instituciones democráticas en la historia nacional, así como reseñas de libros fundamentales para comprender algunos de los desafíos que ellas enfrentan en la actualidad.

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biblioteca Contrapunto de Sylvia Eyzaguirre y Gabriel Cid sobre La democracia en Chile. Trayectoria de Sísifo, de Joaquín Fermandois Ferman-

dois.

Magdalena Ortega sobre La pregunta por el régimen político, de Arturo Fontaine Joaquín Castillo sobre El quiebre de la democracia en Chile, de Arturo Valenzuela Guillermo Pérez sobre The New Class War, de Michael Lind Ricardo Salas sobre La tiranía del mérito, de Michael Sandel Francisca Echeverría sobre Tocqueville y la naturaleza de la democracia, de Pierre Manent

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

Contrapunto La historia de la democracia chilena está llena de altibajos. Aunque a mediados del siglo XX estaba instalado el mito de la excepcionalidad democrática de Chile —cuyo sistema político sería, a diferencia de otros países latinoamericanos, más sólido y firme—, nuestra institucionalidad demostró ser igualmente propensa a la polarización y a la inestabilidad. El reciente ensayo de Joaquín Fermandois analiza en detalle los fundamentos filosóficos e históricos de la democracia chilena y dibuja un panorama apasionante acerca del modo en que dicho sistema se desplegó a lo largo del último siglo. Sylvia Eyzaguirre y Gabriel Cid reseñan el libro de Fermandois y destacan su lucidez para comprender mejor nuestras actuales coyunturas.

Historia crítica de la democracia chilena SYLVIA EYZAGUIRRE

La obra La democracia en Chile. Trayectoria de Sísi-

Concepto de democracia

fo busca sintetizar dos siglos de nuestra historia nacional a la luz de la idea de democracia. Esta

En el capítulo tercero de La democracia en Chi-

empresa colosal (16 capítulos y casi 600 páginas)

le, el autor se propone darle forma al concepto

narra la historia de nuestra democracia desde los

“democracia”, que luego le permitirá ir hilando

inicios del siglo XIX hasta hoy. ¿Cómo hacerle

acontecimientos que en principio podrían pen-

justicia a un texto de esta envergadura en 1.500

sarse como aleatorios. A través de un minucioso

palabras? Imposible. De ahí que me limite a pre-

análisis, el autor saca a la luz 17 rasgos esencia-

sentar tres reflexiones que surgen de la lectura

les del concepto “democracia”, para luego pasar

de esta obra.

a su origen histórico en la antigua Grecia y su

La primera tiene relación con el concepto de

evolución empírica hasta hoy. La descripción de

democracia, que Joaquín Fermandois trata en el

estos elementos permite ver el complejo entra-

capítulo tercero. La segunda, con la tesis central

mado de este tejido, que anuda hebras múltiples

del libro: la democracia como el sistema de la

en busca de un precario equilibrio. Acertadamen-

crisis; y la tercera, con el rol de la historiografía.

te se menciona en primer lugar la autonomía y el autogobierno y en segundo lugar la participación igualitaria como rasgos constitutivos de la democracia. Ambos están intrínsecamente ligados con la libertad —examinada en décimo primer

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lugar— y con un orden social que pone en el cen-

propio de la democracia es su capacidad de re-

tro al individuo, al sujeto —rasgo noveno—.

novación. Ella es circular en la medida en que se

El texto, aunque sin mencionarlo explícita-

examina a sí misma y se reforma constantemen-

mente, roza constantemente la condición de

te. Esta capacidad de renovación y reforma es

posibilidad de la democracia. Ella solo es posible

fuente de incertidumbre, pero al mismo tiempo

sobre una determinada comprensión del ser hu-

de esperanza; y es precisamente lo que estamos

mano, la comprensión del hombre moderno, que

viviendo en Chile actualmente. Y justamente por

se funda en dos ideas fundamentales: libertad e

eso es también un proceso inacabado.

igualdad. Solo bajo estos supuestos tiene sentido

Tal vez se podría ir más allá y decir que la ma-

la democracia contemporánea. Los rasgos esen-

terialización de la libertad y la igualdad univer-

ciales que saca a luz Fermandois orbitan en torno

sal, condición de posibilidad de la democracia,

a esta comprensión de hombre, pero sus órbitas

choca permanentemente con la voluntad de

y el sistema en su conjunto no son evidentes

poder; de ahí el riesgo permanente de la vida en

a primera vista por falta de luz en el centro. La

comunidad. El ajuste constante de los poderes

conceptualización de democracia ganaría clari-

fácticos a través de las instituciones democrá-

dad si se explicitara la relación de los distintos

ticas constituye una de las fuerzas que obligan

rasgos esenciales que destaca el autor con este

a la democracia a renovarse constantemente, a

concepto de hombre.

estar permanentemente en crisis. Aquí tocamos

Teniendo esto a la vista, la historia de nuestra democracia aquí narrada podría entenderse

la tesis central del libro: “la democracia es, por excelencia, el sistema de la crisis” (119).

como el devenir de la idea de ser humano hecha carne. La pregunta a la cual permanentemente

Democracia como sistema de crisis

estamos confrontados parece ser cuán libres y cuán iguales somos. El devenir del ser humano

“La sociedad humana —a diferencia de la socie-

en estos dos siglos se deja interpretar como el

dad animal— es propensa a los desórdenes y a las

parto doloroso de esta idea del hombre moderno;

crisis creadas por la libertad consciente o instin-

una lucha constante por ampliar la esfera de la

tiva de los mismos hombres. La democracia es,

libertad y la igualdad.

por excelencia, el sistema de la crisis. Este es el

El conflicto, como consecuencia de los intere-

elemento que verbaliza y que a veces por lo mis-

ses contrapuestos de los miembros de una co-

mo lo profundiza, y que, sin embargo, de alguna

munidad, es el origen de la democracia y de toda

manera que no siempre podemos racionalizar, le

forma de gobierno. La democracia es un arreglo

da fuerzas para poder superar los desafíos inhe-

institucional cuyo objetivo principal, como bien

rentes al tiempo histórico” (119).

dice el autor, es resguardar la libertad individual.

Esta tesis aparece implícita y explícitamente

De aquí se desprenden los rasgos formales de la

una y otra vez en el libro, así como en los distin-

democracia, como la separación de poderes, la

tos momentos de nuestra historia republicana, al

transparencia o la representatividad. Otro rasgo

punto que los momentos de paz política y social 85


L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . C ONTRAPU NTO

parecen ser una absoluta excepción en nuestra

del ejecutivo representado por presidentes per-

acontecida historia. Si bien la historia de nues-

cibidos como carentes de poder y voluntad, y por

tra democracia está narrada desde la perspectiva

los continuos cambios ministeriales que reforza-

de los gobernantes y la evolución de las institu-

ban la sensación de falta de eficacia y dirección.

ciones, omitiendo la perspectiva del pueblo, este

La política fue apareciendo progresivamente

aparece constantemente ante los ojos de los diri-

desprovista de atributos para darle un sentido al

gentes, y casi siempre en confrontación.

país, otra recurrencia de la democracia. […] Estos

En los primeros cuarenta años de nuestra re-

estados de ánimo fueron acompañados por una

pública primó la efervescencia social, los dis-

sensación creciente de que el país se encontraba

turbios y el autoritarismo. El origen del orden

en una decadencia”. Los mismos problemas de

republicano está lejos de ser democrático, como

entonces parecen estar brotando hoy.

muestra Fermandois. Por el contrario, las insti-

Fermandois pone especial énfasis en iluminar

tuciones del Estado que habilitarían una proto-

las tensiones presentes tanto en la esfera política

democracia y más tarde una democracia imper-

como económica y social, precisamente porque

fecta fueron establecidas por medio de la fuerza.

es una historia de las crisis, de nuestras crisis

Es interesante, sin embargo, notar que a pesar

políticas, historia que atraviesa no solo la demo-

de los regímenes autoritarios que gobernaron

cracia, sino también otros regímenes como los

el país en la primera mitad del siglo XIX, ya se

autoritarios a comienzos del siglo XIX y los oli-

habían instalado en la élite política e intelectual

gárquicos a fines del siglo XIX. Por cierto, por su

los valores esenciales de la democracia. Las cri-

constante renovación, la democracia se muestra

sis de la república oligárquica durante el siglo

más flexible para enfrentar aquellas crisis. Sin

XIX parecieran responder principalmente a cri-

embargo, no debemos olvidar que los regíme-

sis de las élites que gobiernan el país, mientras

nes autoritarios han surgido en nuestra historia

que las crisis de la segunda mitad del siglo XX

como respuesta a la incapacidad de la democra-

tienen su foco principalmente en lo social. Esto

cia de gobernar esos momentos de inestabilidad.

nos muestra cómo la democracia no solo está

Tal vez la democracia está siempre en crisis no

amenazada por las tensiones propias de la vida

por su constante renovación, sino primeramen-

en comunidad, sino también por la polarización

te porque la política es crisis; de no haberla, esta

de la élite política.

sería superflua.

Al leer los análisis sobre las distintas crisis que vivió Chile en el pasado es imposible no recono-

¿Cuál es el rol de la historiografía?

cer elementos comunes en el acontecer actual. Por ejemplo, la Guerra Civil de 1891 o la época

¿Qué se puede esperar de la historia? ¿Hay algo

parlamentarista, que termina con la interven-

ahí que podamos aprender? La lectura de esta

ción militar en 1924: “La base del quiebre [de

obra me ha dejado un sabor amargo, pues pare-

1891] estuvo en una sensación muy parecida a

ce ser poco probable que las nuevas generacio-

la de 1924. Por una parte, había la impresión de

nes puedan aprender de los acontecimientos del

una inacción general en el país por la progresiva

pasado. Parece inevitable seguir cometiendo los

parlamentarización de la práctica política, al irse

mismos errores. Al igual que Sísifo, pareciera que

interpretando de una manera diferente la Cons-

la democracia está condenada a fracasar una y

titución de 1833, fenómeno muy típico de la his-

otra vez. Hemos empujado con fuerza la roca gi-

toria de Chile y de muchos otros países.”

gante montaña arriba y esta ha rodado varias ve-

Durante el período parlamentario nuestro país

ces montaña abajo, pero siempre hemos vuelto

sufre otra crisis. Surge la cuestión social, donde la

a buscarla para volver a subirla. La pregunta que

pobreza aparece como un obstáculo para el orde-

cae de cajón es si tiene sentido seguir intentán-

namiento democrático moderno. Por otra parte,

dolo. La respuesta no es evidente, pero el libro

el sistema político se muestra ineficaz ante estos

parece sugerir que no tenemos una mejor opción.

desafíos. “Parecía un desgobierno, la impotencia

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¿Para qué la historia como ciencia, si no nos

Este libro va más allá de una construcción his-

ayuda a evitar los errores? Porque nos hace más

tórica de la democracia en nuestro país. Lo que

conscientes de nuestra condición humana. La

nos ofrece Fermandois es una historia crítica de

lectura de La democracia en Chile nos permite

su propia historia, matizando las conclusiones e

estar más abiertos a reconocer en los aconteci-

incluso poniendo en duda o explicitando las li-

mientos del presente las fuerzas ocultas que los

mitaciones de las interpretaciones dadas y en

motivan y con ello comprender mejor nuestra

permanente diálogo con otras interpretaciones

propia época y el rol que nosotros mismos juga-

históricas. Esta obra es una invitación a mirar

mos en ella. La historia nos ofrece un punto de

nuestra historia a luz del concepto de democra-

partida para la comprensión de nuestra propia

cia, que no es otra cosa que la materialización del

historia.

concepto de hombre moderno, que nos convoca a todos.

El emblema frágil: la paradoja de la democracia chilena GABRIEL CID Desde octubre de 2019, en el así llamado “estalli-

y poner en un contexto histórico amplio estas

do social”, un sinnúmero de edificios fue rayado

cuestiones. Esto contribuye a paliar el déficit de

con diferentes consignas que intentaban descri-

densidad temporal que caracteriza a las discu-

bir las razones de la movilización social. Algunas

siones sobre la democracia en la opinión pública,

de ellas criticaban la democracia chilena o de-

síntoma del presentismo que, como expresión de

rechamente desmentían su existencia, homo-

un narcicismo temporal, cae en juicios anacró-

logándola a la idea de dictadura: “No es demo-

nicos, generalizaciones gruesas, comparaciones

cracia, es oligarquía”, “Nuestra democracia es la

improcedentes e interpretaciones indóciles a la

dictadura del capital”, “Nunca fue democracia”,

fuerza de la evidencia. En ese sentido, estamos

“Falsa democracia”, “Le llaman democracia y

frente a una obra contundente, de alcances in-

no lo es”, consignaban algunos rayados que he

terpretativos ambiciosos y que contribuye a de-

registrado personalmente. Pese al carácter pro-

purar la visión histórica de lo que ha sido la ex-

vocador de las frases, el criticismo con el que se

periencia democrática en el país, con especial

ha mirado la experiencia política chilena no es

énfasis en el último medio siglo.

nuevo. En realidad, parece ser algo consustancial a la democracia.

La tesis principal que recorre las páginas de La democracia en Chile. Trayectoria de Sísifo puede

El libro de Joaquín Fermandois, terminado al

resumirse como sigue: si la democracia ha sido

calor de estos eventos, permite poner en pers-

desde sus inicios objeto sistemático de críticas y

pectiva epítetos de esa índole y examinar un de-

reticencias —que en el caso chileno se remontan

bate bicentenario sobre los límites y alcances del

ya al período de la independencia—, esto se debe

“gobierno del pueblo” en el escenario chileno.

a uno de sus rasgos inherentes como sistema po-

Su apuesta es necesaria por varias razones. La

lítico. “La historia de la democracia es y será la

más evidente es la necesidad de elevar la mirada

historia de la discusión —duda y afirmación—

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L A R E C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . C ONTRAPU NTO

sobre ella misma”, señala Fermandois. Tales

democrático, sino consustancial a la naturaleza

dudas se han intensificado en tiempos recientes,

finita de las comunidades humanas. Como acota

especialmente desde 2011, donde el autor per-

con proverbial sabiduría su autor, “lo humano es

cibe un punto de inflexión en el que estos cues-

lo no resuelto y en ello radica su abismo, su gra-

tionamientos han arreciado, deslizándose hacia

cia y grandeza”. Como régimen político fundado

una suerte de “neopopulismo” que, atizando la

en la limitada capacidad humana, la democracia

crítica contra la modernización económica chi-

está así condenada permanentemente a redefi-

lena, le reprocha sus insuficiencias democráticas

nirse y readaptarse. De ahí el título provocativo

tributarias de su “pecado original”: la dictadura.

y sugerente del libro, que evoca el mito clásico

¿Cómo entender esta dimensión inheren-

de Sísifo.

temente conflictiva de la democracia que el

Si la democracia como régimen político vive

autor describe en el libro? Fermandois acierta al

en estado de permanente cuestionamiento, ello

sugerir una explicación que está en los orígenes

se debe también al contraste entre la finitud de

de la experiencia de la modernidad: la transición

la experiencia humana y lo que podríamos lla-

desde un orden político legitimado de modo

mar la “inflación semántica” del concepto de

trascendente a uno inmanente. Este cambio,

democracia. Esto es, la tendencia a proponer una

que proviene desde el siglo XIX para el caso

visión extremadamente estilizada, normativa y

chileno, hace que la democracia se encuentre en

amplia de la democracia, que la convierte en un

constante tensión entre la nostalgia por un pa-

significante vacío. Este punto me parece uno de

sado irrecuperable y la tentación por abrazar el

los más debatibles del texto. En el tercer capítu-

absoluto, cuya realización se posterga de modo

lo del libro, Fermandois expone su comprensión

indefinido. Una crisis permanente que reside en

politológica de la democracia, homologándola a

la problemática construcción de una nueva le-

lo que él llama “modelo occidental”, compues-

gitimidad, en este caso histórica, en el sentido

ta de 17 “rasgos fenoménicos” que remiten a las

profundo del término: contingente, inestable y

nociones de autogobierno, participación iguali-

prosaica. Humana, demasiado humana. Así, la

taria, libertad, su dimensión representativa, la

democracia queda sujeta a un vértigo que le es

competencia por el poder, la transparencia en el

propio y que acentúa una sensación permanen-

ejercicio del mismo, la división de poderes, etc.

te de crisis. La democracia vive en esta constante

¿En qué régimen confluyen, sincrónicamente

revisión sobre sus logros y deficiencias, su per-

y con intensidad, esta serie de factores que

manente adaptabilidad y evolución. Vive de los

constituirían

conflictos irresueltos, pero esto no es un déficit

amplitud semántica de la democracia, que

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un

sistema

democrático?

La


homologa su trayectoria a la historia política

impugnar la existencia de la democracia cuando

de Chile, incide en que se diluya la potencia del

no se ajusta a la visión que se tiene de ella. No

argumento del autor, o que el argumento se torne

obstante, y tal como aclaran autores clásicos

más convincente para algunos períodos que para

como Giovanni Sartori y Robert Dahl, una de las

otros. Esto se debe al esquema evolucionista que

actitudes intelectuales básicas para compren-

recorre el libro, donde la trayectoria del siglo

der la complejidad de la democracia consiste en

XIX es calificada de “protodemocracia”, por no

ser conscientes del desfase natural entre la de-

ceñirse plenamente a los requisitos del “modelo

mocracia concebida como ideal —y, por tanto,

occidental”, lo que denota una aplicación

vaciada de sus horizontes de posibilidad históri-

extemporánea de categorías de análisis a

cos—, y la democracia realmente existente. Una

contextos históricos diferentes de los ideales

porción no desdeñable de la crisis de sentido que

políticos actuales. El argumento se torna más

aqueja a la política chilena contemporánea tie-

plausible cuando la experiencia política chilena

ne su explicación en esta incapacidad para lidiar

se ajusta a los estándares definidos por el autor,

con esta asimetría entre la democracia como ho-

como el período de la “democracia clásica”

rizonte idealizado y el carácter a ratos prosaico

(1932-1973), donde el país habría consagrado

de su práctica cotidiana, donde está desprovista

su

el

de ese sentido épico que se le imputa en el imagi-

continente; autopercepción —pero también un

nario que ella misma ha forjado de sí y del “pue-

juicio relativamente asentado en el concierto

blo soberano”.

“excepcionalidad”

democrática

en

internacional— que se vio dramáticamente in-

En tiempos de debate constitucional sobre la

terrumpida con la irrupción del régimen militar.

nueva fisonomía que debería adquirir la demo-

El mismo régimen de Pinochet es examinado

cracia chilena, sobre sus límites y posibilidades

agudamente como una experiencia que rompe

en un escenario de crisis política, económica y

con la tradición democrática chilena, específi-

sanitaria, la perspectiva temporal desplegada en

camente por la concentración personal del poder

el trabajo de Joaquín Fermandois es un recorda-

en una dinámica que tendía a confundir “el ego

torio inquietante de la fragilidad histórica de esta

con el Estado” y contrastaba con los ideales de

forma de gobierno. Es la paradoja de la democra-

una “sociedad abierta”. El libro alcanza su desa-

cia: ser el “emblema” del mundo contemporá-

rrollo más acabado en su análisis de la llamada

neo, en tanto “elemento intocable” del orden

“nueva democracia” que emerge tras el fin del

simbólico que lo rige, al decir de Alain Badiou, y,

régimen militar, cuya crisis y ocaso Fermandois

al mismo tiempo, poseer una fragilidad inheren-

hace coincidir con el momento de elaboración de

te. Y es que la democracia no sobrevive al des-

La democracia en Chile.

prestigio de los procedimientos, al descuido del

En el fondo, las polémicas sobre los alcances de

lenguaje político, a la ausencia de respeto por la

la democracia —sobre su existencia real o espu-

ley, al descrédito de las instituciones, a la apatía

ria, madura o incompleta— remiten justamente

cívica, a la carencia de un relato político común

a la equivocidad de su significado, siempre polé-

y a un incremento sostenido de la desigualdad

mico y disputable, fruto de la amplitud de facto-

de condiciones materiales de los miembros de

res que la constituyen —dimensiones políticas,

una comunidad. La democracia se ha erosiona-

institucionales, procedimentales, valóricas, cul-

do históricamente por la confluencia de estos

turales, económicas y sociológicas, etc.—, y a su

factores, pero también por la pulsión redentora

puesta en práctica en la historia, que deviene en

de quienes, movidos por la retórica efectista de

su conflictivo laboratorio. Y es que como la de-

“profundizar la democracia”, monopolizar la

mocracia puede remitir a aspectos tan disímiles

“voz del pueblo” y acelerar el tránsito hacia la

y se encuentra imbuida en el mundo contem-

“verdadera democracia” han contribuido iróni-

poráneo de una pretensión omnicomprensiva,

camente a su desprestigio. Y del descrédito hacia

bajo cuya invocación se amparan las más diver-

su declive, como nos recuerda tristemente nues-

sas demandas, resulta evidente la tentación de

tra historia, hay solo un paso.

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S E ÑA

Rehabilitar la autoridad MAGDALENA ORTEGA

Sobre La pregunta por el régimen político. Conversaciones chilenas. Ensayo (Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2021), de Arturo Fontaine

La pregunta por el régimen de gobierno será

comportamiento de los mandatarios, del poder

una de las más decisivas para el futuro de nues-

legislativo y la relación entre ambos, arrojando

tro país, y una de las más complejas que debe-

nueva luz a ideas ampliamente adoptadas antes.

rán abordar los convencionales constituyentes.

Por ejemplo, se muestra cómo en la práctica nin-

Se trata de una definición fundamental, pues el

gún régimen de gobierno es notoriamente supe-

sistema político en su conjunto es el andamiaje

rior a otro en términos de producción legislativa,

sobre el cual se construyen —y al mismo tiem-

así como también derriba la idea de que el presi-

po encarna— los elementos que entregan go-

dencialismo sea necesariamente más proclive a

bernabilidad, estabilidad y legitimidad al orden

los quiebres democráticos. En efecto, nos mues-

institucional. Esta discusión será especialmente

tra cómo las definiciones clásicas en torno a cada

compleja por el contexto en que se da: el man-

tipo de gobierno parecen, hoy en día, ser más

datario, los partidos políticos, el Congreso y el

orientativas: la realidad de cada país y las cos-

gobierno en general gozan de baja confianza y

tumbres propias que se han ido asentando han

popularidad. Además, en el último tiempo se han

implicado la mutación de estos, por lo que se han

tensionado —y en algunos casos derechamente

ido difuminando las fronteras demasiado nítidas

torcido— las reglas institucionales que caracte-

entre ellos.

rizan nuestro régimen actual. Así las cosas, será

El ensayo de Fontaine está estructurado en tres

un debate donde las figuras que conducirán es-

partes: en la primera se revisan los diferentes ti-

tos cambios están distanciadas y son reprocha-

pos de régimen de gobierno y sus resultados, en

das por la ciudadanía; un escenario ciertamente

la segunda se hace un interesante análisis sobre

poco propicio.

el origen mismo de la Presidencia como tal, al

Un diagnóstico acertado acerca del desequili-

mismo tiempo que se revisan extractos destaca-

brio político y social que ha estado viviendo Chile

dos de El federalista y, finalmente, aborda algu-

es que sufrimos de un desajuste entre las institu-

nos debates que han tensionado el ejercicio del

ciones políticas y las élites (autoridades políticas

poder que puede ser útil tener en consideración.

y económicas), por una parte, con el ciudadano

A medida que avanzamos en él vemos cómo el

de a pie, por otra. Una salida institucional a la ac-

autor va entrelazando sugerentes reflexiones,

tual crisis requiere solucionar ese desajuste, del

en línea con los principales argumentos dados

cual el régimen de gobierno es una pieza clave,

por promotores de las distintas alternativas en

tal como se observa en el ensayo de Arturo Fon-

juego; desde cómo el parlamentarismo se ha

taine, La pregunta por el régimen político.

ido “presidencializando” cada vez más y, en

En efecto, el texto articula una reflexión muy

realidad, su Primer Ministro puede ser más po-

lúcida en torno a los regímenes políticos con

deroso que cualquier tipo de mandatario en un

la pregunta acerca de cuál de ellos es la me-

presidencialismo, hasta una reivindicación sen-

jor opción, en concreto, para Chile. A su vez,

tida por la democracia representativa, por ejem-

aborda diversos aspectos con una mirada am-

plo. De esta manera, el ensayo termina siendo

plia e introduciendo datos concretos sobre el

una defensa del presidencialismo para Chile,

90


pero no de manera acrítica: el texto es capaz de

escenario convulsionado no solo en nuestro país,

examinar los problemas de este sistema político

sino también en muchas partes del mundo. Así,

y, a su vez, las propuestas que se han planteado

la fiebre populista latinoamericana, a la que mu-

para reemplazarlo. Así, el libro se puede enten-

chos decían que Chile era inmune, no parece ser

der como una fundamentación sustentada y ar-

algo atribuible solamente a la idiosincrasia pro-

ticulada de un diseño orgánico ponderado y bien

pia de la región. En realidad, en muchos lugares

pensado, con todas las luces y sombras que sus

(Turquía, Polonia, por nombrar algunos de los

aplicaciones prácticas puedan conllevar.

ejemplos presentes en el ensayo) se ha sucumbi-

Ya que son muchas las ideas que vale la pena

do ante líderes carismáticos que rápidamente se

destacar, sobre todo tomando en consideración

acercan a lo que muchos juzgan como autocra-

el contexto chileno actual, quisiera limitarme a

cias enmascaradas. En ellos, el elemento común

ahondar en dos de ellas. En primer lugar, la im-

pareciera ser la falta de seguros —frenos y con-

portancia que le entrega a la historia política y

trapesos— en contra de la posibilidad de hacerse

social del país en que un tipo de gobierno se lo-

con el poder, ya que “si todo el poder nace de una

gra implantar y cómo su éxito depende de que

misma fuente, quien controle esa fuente se hará

exista una relación entre ambos. Fontaine logra

de todo el poder”. Con todo, ninguna democracia

construir un relato nítido que demuestra que un

es inmune, pero al menos este se erige como un

régimen de gobierno es un complejo entramado

argumento en favor del presidencialismo o, en su

de principios, reglas e instituciones, pero tam-

defecto, en contra de la ausencia de reglas claras

bién —y esto es algo que se suele olvidar— prác-

y atribuciones definidas —como harían bien de

ticas, convenciones y costumbres que se mode-

recordar algunos partidarios del semipresiden-

lan en un tiempo y lugar determinados, no en el

cialismo—.

vacío ni independientemente de los pueblos a los

La lectura de este ensayo, entonces, entrega

que ordena. Toda ley requiere de un anclaje ex-

luces muy necesarias en un momento crítico,

trajurídico y esta se encarna en cierta identidad.

donde el desafío es recuperar el respeto del ejer-

En segundo lugar, la importancia crucial de los

cicio del poder y su legitimidad que, como dice

frenos y contrapesos, institución especialmen-

Fontaine, es quizás el principal problema de todo

te característica del presidencialismo —aunque

sistema político. En ella reside la oportunidad de

no exclusiva de él—, como salvaguarda del Es-

rehabilitar la autoridad que hoy está en crisis.

tado de derecho, de la democracia y, en última instancia, de las mismas personas. Esto, en un

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S E ÑA

Una democracia sin mediadores JOAQUÍN CASTILLO

Sobre El quiebre de la democracia en Chile (Santiago: UDP, 2013), de Arturo Valenzuela

El contexto político en el que, a mediados de

El libro de Valenzuela —publicado original-

1971, se realizó la elección complementaria para

mente en inglés en 1978 y traducido al caste-

reemplazar a la fallecida diputada Graciela La-

llano una década después— comienza con una

coste fue enormemente relevante para el devenir

descripción precisa del sistema de partidos, las

político de la Unidad Popular. Esa elección ter-

principales instituciones estatales y los mo-

minó por horadar al centro político, obligando

dos que tenía la política chilena de encontrar

a todos los actores a elegir entre dos opciones

acuerdos entre facciones con una gran diversi-

cada vez más enfrentadas y distanciadas. En di-

dad ideológica. En particular, el autor destaca un

cha ocasión, el cupo vacante se disputaría entre

sistema de partidos plural y competitivo, donde

Hernán del Canto, candidato de un oficialismo

las distintas colectividades se veían obligadas a

tironeado por la izquierda que quería acelerar el

conformar conglomerados para acceder al po-

proceso revolucionario, y Óscar Marín, militante

der y llevar a cabo sus programas. El alto nivel

de una DC que, al tiempo que veía cómo se des-

de competencia obligaba a la transacción y a la

colgaban sus sectores más radicales, se acercaba

alianza. O, en un término tan denostado en la po-

al Partido Nacional para consolidar una oposi-

lítica nacional reciente, imponía la búsqueda de

ción al gobierno.

consensos, única opción para volver eficiente y

Aunque el episodio no destaca como uno de

operativo al sistema.

los más llamativos dentro de la vía chilena al so-

El académico chileno destaca la relevancia que

cialismo, sí es elocuente para describir el modo

tenía, en el sistema chileno, un centro pragmáti-

en que se estaba barajando la política chilena al

co, capaz de aliarse con uno u otro sector político

poco andar del gobierno de Salvador Allende. Tal

para conformar coaliciones que llevaran a cabo

como describe el ya clásico libro de Arturo Va-

programas y políticas públicas. Así sucedió a lo

lenzuela, El quiebre de la democracia en Chile, fue

largo del siglo XX con el ibañismo y con el Partido

precisamente en ese contexto donde se materia-

Radical. Sin embargo, la aparición de la Demo-

lizó un escenario político bipolar, cuyos históri-

cracia Cristiana, por un lado, y la polarización en

cos lugares de encuentro, acomodo y transacción

un contexto de Guerra Fría, por otro, acabarían

se habían debilitado hasta el punto de imposi-

con esa actitud: las reglas del juego cambiaron

bilitar un consenso mínimo entre los bandos en

radicalmente con “el debut de un movimiento

disputa. Esa elección complementaria, por tan-

centrista relativamente cohesionado, con una

to, sería la manifestación más radical de que ya

perspectiva ideológica más que pragmática”. Es

nadie intermediaba entre las distintas facciones

posible encontrar aquí cierta afinidad con aque-

en pugna: el ala izquierda de la DC se retiraba del

llo que Mario Góngora desarrollaría años des-

partido (aunque eso había comenzado antes de

pués, acerca de las planificaciones globales. A

que Allende llegara a La Moneda) para tomar un

fin de cuentas, la DC terminaría siendo un actor

camino más expedito hacia la revolución, mien-

político con un proyecto total, alterando la fun-

tras su ala derecha se uniría con el Partido Na-

ción que históricamente cumplía el centro polí-

cional en oposición al gobierno.

tico: dar lugar al acuerdo y a la transacción. Hay

92


otro factor relevante en esta crisis, relacionado a cómo el fracaso en la búsqueda de acuerdos llevó a que instituciones tradicionalmente neutrales —Ejército, tribunales o Contraloría— fuesen obligadas a participar en disputas contingentes que los políticos no fueron capaces de resolver. Quizás el mejor ejemplo de esta práctica está en la participación de los militares en los sucesivos gabinetes de Allende, con unas profesionales y muy bien formadas fuerzas armadas viéndose obligadas a participar en contiendas políticas de diversa índole. El relato de Valenzuela toma el pulso a los hechos políticos y los analiza con profundidad y pasión. Por un lado, su estudio pondera el peso específico de la crisis económica, de la hiper-

nuestro actual sistema institucional, nuestros

movilización y de la crisis política, mostrando

partidos políticos (y su enorme descrédito), el

con herramientas propias de la ciencia política

contexto internacional de crisis de la democra-

cuánto contribuyó uno u otro elemento a que se

cia liberal y la propia experiencia de la violencia

desatara una crisis de esas proporciones. Pero el

política hacen de la realidad chilena algo muy

autor también es un narrador hábil a la hora de

distinto a la de medio siglo atrás. Sin embargo,

mostrar de qué manera las decisiones de distin-

tal como explica Valenzuela, las democracias ne-

tos protagonistas e instituciones fueron estre-

cesitan de cierta lealtad mínima de quienes inte-

chando el margen de acción y terminaron pro-

ractúan dentro de sus marcos. Si a la debilidad de

vocando la tragedia. Así como su tesis central se

un centro capaz de suscitar la negociación le su-

estructura en torno al desgaste del centro polí-

mamos que un número relevante de los actores

tico pragmático, su descripción de los hechos se

políticos se vuelven poco fieles con las reglas de

detiene al momento de explicar las posibles (o

la democracia, es difícil que la fuerza centrífuga

imposibles) alianzas políticas, las crecientes o

propia de un sistema competitivo y polarizado

decrecientes capacidades de los distintos actores

no haga tambalearse a todo el edificio institucio-

por buscar una salida política —y no militar— a

nal que la sustenta.

la crisis y la manera en que las piezas de este gran

Aunque en nuestra actual coyuntura han pre-

tablero se iban alejando cada vez más de sus ad-

dominado, hasta ahora, las vías institucionales

versarios políticos.

—esa parece haber sido la respuesta ciudadana

Dentro de sus conclusiones, quizás la más in-

en cada hito político—, nada está asegurado y

teresante para nuestra época tiene que ver con

el escenario sigue siendo frágil. El éxito de este

el modo en que un sistema político colapsa al no

proceso, entonces, dependerá de la capacidad de

encontrar cauces institucionales para solucionar

los actores de seguir manteniéndose leales a esas

sus conflictos y desencuentros. Por supuesto que

formas y mecanismos.

93


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S E ÑA

Equilibrar la balanza GUILLERMO PÉREZ

Sobre The New Class War: Saving Democracy from the Managerial Elite (Portfolio/Penguin: Nueva York, 2020), de Michael Lind

Durante los últimos años han proliferado los en-

familia— es ampliamente mayoritaria. Y aunque

sayos que, desde diversas aproximaciones, in-

el cosmopolitismo parece ser una ley de la que no

tentan explicar la compleja crisis que aflige a las

es posible renegar, Lind muestra que el 57% de

democracias occidentales. El libro The New Class

los estadounidenses nunca ha vivido fuera de sus

War, del profesor de la Universidad de Texas Mi-

estados de nacimiento, el 37% ha permanecido

chael Lind, se inscribe en esa reflexión. Sin em-

toda su vida en sus lugares de origen y el prome-

bargo, el texto logra sortear las categorías que

dio de los norteamericanos se encuentra a solo 18

han dominado los debates de la última década.

millas de su madre.

Lind no escribe otro catálogo para identificar a

El origen de esta guerra de clases, sin embar-

los líderes populistas ni reduce la crisis a casos

go, no es reciente. Para explicarlo, Lind retrocede

como los de Bolsonaro u Orbán. Al contrario, el

varias décadas. Según él, este fenómeno comen-

académico sugiere que el populismo, las revuel-

zó a gestarse desde mucho antes del triunfo de

tas sociales y la inmigración son síntomas de fe-

Trump o el Brexit. En un primer momento, la

nómenos mucho más profundos.

crisis económica de 1929 y el término de la Se-

Según Lind, varios países de Occidente están

gunda Guerra Mundial fomentaron los acuerdos

viviendo simultáneamente una guerra de clases.

entre clases sociales, generando una tregua en-

Por un lado se encuentran las élites gerenciales:

tre los dueños del capital, los trabajadores y el

ciudadanos exitosos con posgrados en universi-

Estado. Bajo esa lógica, cada grupo tenía poder

dades de la Ivy League, que habitan grandes ciu-

de negociación suficiente como para incidir en

dades y defienden visiones progresistas y libera-

las decisiones públicas, pero limitado como para

les. Son los ciudadanos del mundo, los ganadores

no imponerse sobre el resto. Esta dinámica, que

de la globalización; aquellos que muchas veces se

Lind identifica con el pluralismo democrático y

consideran la encarnación de la promesa meri-

que encuentra su principal manifestación en el

tocrática y creen que las únicas injusticias pen-

New Deal estadounidense, promovió la irrupción

dientes de resolución son el racismo y la igualdad

de sindicatos fuertes, partidos políticos de masas

de género. Por otro lado está la clase trabajado-

y organizaciones de la sociedad civil poderosas e

ra, compuesta tanto por ciudadanos autóctonos

influyentes. Estas instituciones permitieron, por

como por inmigrantes que se integran a la socie-

un lado, aumentar la capacidad negociadora de la

dad. Viven principalmente en los suburbios in-

clase trabajadora y, por otro, visibilizar y proce-

dustriales, cada vez más arrinconados, ignora-

sar adecuadamente sus necesidades.

dos e incluso despreciados por aquellas élites que

Sin embargo, a partir de los años setenta y a

solo ven ignorancia en sus posiciones políticas y

medida que se perdía el temor a las catástrofes

fascismo en sus tradiciones y valores.

sociopolíticas, buena parte de las élites geren-

Según el autor, a pesar del enorme eco de las

ciales abandonaron su disposición a ceder el po-

visiones de las élites gerenciales en la esfe-

der y, según Lind, comenzaron a imponer una

ra pública, la clase trabajadora —con su ape-

revolución tecnocrática neoliberal desde arriba.

go al territorio, a las comunidades locales y a la

Así, en los ámbitos del gobierno, la economía y

94


la cultura se desdibujaron los consensos heredados de las décadas anteriores. En este sentido, la globalización habría operado como un mantra enceguecedor para una porción significativa de las élites, mientras que el consenso en torno a la democracia liberal —que para Lind es mucho más liberalismo que democracia— habría mancillado la influencia de aquellas instituciones que no solo sostenían el poder de negociación de la clase trabajadora, sino que también les otorgaban sentido y pertenencia. El populismo, entonces, puede comprenderse como una rebelión de la clase trabajadora en contra de dicha revolución de las élites gerenciales. Y la reacción habitual de los sectores dirigen-

A pesar de que Lind pasa por alto elementos

tes ha sido reprimir las posiciones políticas de las

importantes —por ejemplo, que la llamada re-

clases bajas o, a lo más, intentar cooptarlas me-

volución tecnocrática neoliberal tuvo como con-

diante discursos de redistribución y de educación

texto la crisis de los Estados de Bienestar y el

laboral que con frecuencia provocan frustración.

desarrollo de la Guerra Fría—, el libro sin duda

Esto no convierte al autor en defensor de los

interpela nuestro momento actual. Así lo sugie-

líderes populistas. Por el contrario. Para Lind el

ren, por ejemplo, los datos del estudio sobre las

populismo es puramente reaccionario y, aunque

élites chilenas presentados por el COES hace al-

puede otorgarle visibilidad a ciertas tensiones,

gunos meses. En ellos se muestra la desconexión

nunca logra convertirse en un proyecto político

de las clases dirigentes con ciertas preocupacio-

robusto. En efecto, la convivencia entre élites

nes elementales para la ciudadanía, como el fun-

que promueven una tecnocracia neoliberal cada

cionamiento del libre mercado, la inmigración y

vez más profunda y populistas que arrasan con

el rol protector del Estado.

las bases institucionales provoca un círculo vicioso que bien puede conducir a la destrucción.

Aunque no es posible afirmar que en Chile vivimos una guerra de clases, parece evidente que

Según el autor, la única forma de abandonar

entre los distintos grupos sociales de nuestro

esta nueva guerra de clases es mediante la cons-

país hay tensiones que están muy lejos de resol-

trucción de un pluralismo democrático que per-

verse. Sanar nuestras fracturas es un trabajo de

mita una renovada distribución del poder entre

largo plazo que sobrepasa lo puramente cons-

las élites gerenciales y la clase trabajadora, en los

titucional y que implica, tal como lo ha señala-

ámbitos antes mencionados —gobierno, econo-

do Pablo Ortúzar en esta misma revista, no solo

mía y cultura—. Esto supone, entre otras cosas,

treguas al interior de las élites sino que también

fomentar los espacios de decisión local, los gre-

pactos entre clases. En ese ámbito, la idea del

mios y las iglesias; otorgar más peso a los tra-

pluralismo democrático de Lind o el ejemplo del

bajadores en su relación con los empresarios y el

New Deal estadounidense pueden ser una buena

Estado, y fortalecer la soberanía nacional en des-

fuente de inspiración para encontrar salidas a al-

medro de las instancias de control supranacional.

gunos de nuestros problemas.

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S E ÑA

Dos versiones de la democracia RICARDO SALAS

Sobre La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común? (Debate, 2020), de Michael J. Sandel

Michael J. Sandel opone una aproximación cívi-

desde su libertarianismo—, pero ninguno con-

ca de la democracia a esa concepción consumista

sigue descartar que la idea del mérito así en-

que subyace a lo que describe como la “tiranía

tendida permanezca como base implícita de sus

del mérito”. La oposición entre ambas visio-

propuestas. La razón es que ambos desechan la

nes depende del camino que escoja un régimen

idea de mérito porque ella tiene carácter moral

democrático para determinar el bien común. La

y, a causa de tal carácter, no podría ser impuesta

concepción cívica que Sandel defiende entrega a

en sociedades con graves discrepancias mora-

la deliberación pública la determinación de los

les, sea porque ello atentaría para Rawls contra

fines que serían dignos de perseguirse y de las

el respeto de los planes de vida individuales, sea

virtudes que debieran cultivarse en una sociedad

porque ello supondría para Hayek una violación

justa, que ofrezca a todos las condiciones nece-

de la obligación de no interferencia estatal.

sarias para el florecimiento de sus capacidades.

En el fondo, al evitar el problema moral, el

Esto exige la apertura de espacios comunes para

liberalismo no da cuenta de que la meritocra-

la reflexión crítica acerca de las preferencias in-

cia, más que atender a la riqueza o a la posición

dividuales; sin dicha apertura, tales preferencias

económica, apunta a la cuestión moral sobre la

quedarían como un dato que la política debería

distribución social del reconocimiento que re-

simplemente asumir. Esto, precisamente, es

sulta proyectado por ese éxito económico. Si la

lo que caracteriza a la democracia consumista,

meritocracia es calificada como una tiranía, es

que no ve en el bien común sino la satisfacción

porque termina siendo un régimen tan desviado

de preferencias individuales, mediante su trata-

del auténtico bien común que, en vez de la bue-

miento agregado de acuerdo a pautas provistas

na vida en común, produce sociedades divididas

fundamentalmente por la ciencia económica.

en dos grupos comunicados entre sí por el des-

En una democracia consumista, el mercado, al

precio de unos y el resentimiento de otros: el de

que se tilda de eficiente asignador de los recur-

los ganadores ensoberbecidos, que sienten como

sos, resulta ser también, de facto, un implacable

merecida su victoria en la lucha por el reconoci-

dispensador de méritos. Así, el éxito económico

miento, y el de los perdedores, sobre los que cae

es considerado como merecido, al menos cuando

la humillación de sentirse los únicos responsa-

parece ser el efecto de la propia iniciativa y del

bles de su fracaso.

sostenido esfuerzo individual. Esto ocurre in-

Nada de esto es inofensivo, pues el fenómeno

cluso en las teorías rivales de quienes son, para

descrito trae consigo profundas consecuencias

Sandel, los dos autores más influyentes del siglo

políticas. En efecto, esta pugna alienta entonces

—Rawls y Hayek—, cuyo empeño en negar que

el populismo cuando alguna figura carismáti-

la mera adquisición de riquezas sea meritoria no

ca consigue atraer para sí la fuerza de ese re-

consigue su propósito. Ellos coinciden en negarle

sentimiento, con el fin de dirigirla luego contra

mérito a la adquisición de riquezas —Rawls para

la élite de los ganadores —los soberbios— que,

justificar desde su liberalismo igualitario las po-

enceguecidos todavía por su desprecio, no acier-

líticas redistributivas y Hayek para rechazarlas

tan a entender lo que les pasó por encima. Es en

96


este punto donde la democracia peligra, pues las instituciones que han provocado el resentimiento —pero no han logrado encauzarlo— terminan por resquebrajarse. La posesión de grados universitarios —que el autor denomina credencialismo—, juega un rol muy importante para Sandel, como si de nuevos títulos nobiliarios se tratara. La meritocracia, así, no aspira realmente a combatir la desigualdad, sino a promover la movilidad social, aunque lo logre solo marginalmente. Aunque se trata de un análisis fundado y correcto en muchos aspectos, llama la atención, sin embargo, el vínculo tan estrecho que Sandel establece entre credencialismo y meritocracia, pues omite la reflexión sobre una incipiente meritocracia anticredencialista, según la cual el mérito verdadero residiría en las habilidades realmente poseídas por los individuos, y no en aquellas que revelarían los títulos universitarios, juzgados como mantos bajo las cuales se oculta la incompetencia. Esta meritocracia anticredencialista envuelve también cierta lucha generacional y elige a sus héroes entre los jóvenes que despreciaron el ingreso a

justo necesidades básicas, podrían por otro lado

la universidad, o que por aburrimiento la aban-

acrecentar las dosis de humillación si no son

donaron para liberar su genio creando empresas

presentadas adecuadamente.

de tecnología. Su consagración viene de aquellas

En fin: una lectura radicalizada de esta obra

grandes empresas (Apple, Google, IBM, Netflix)

de Sandel propondría la exclusión de toda re-

que optan por seleccionar a sus trabajadores so-

ferencia al mérito en la configuración de las

bre la base de sus destrezas más que por la certi-

instituciones democráticas y olvidaría que esa

ficación de un título universitario. Si la conexión

meritocracia que él reprocha no es tiránica por

entre el mérito y el empleo estaba mediada por

reservar en ellas un lugar importante al mérito,

un título, esta nueva meritocracia anticreden-

sino por asignar injustificadamente mérito allí

cialista que Sandel ignora ata directamente el

donde no lo hay. Si el fundamento de una de-

cabo del mérito (las destrezas) al del empleo, y

mocracia cívica es el bien común —concebido

así abona el campo para el ensoberbecimiento de

como el conjunto de condiciones requeridas para

quien se jacta ganar las cosas por sí mismo una

el despliegue virtuoso de las capacidades huma-

vez removido el obstáculo de la presuntamente

nas—, entonces resulta obvio que habrá mérito

inútil nobleza universitaria.

o demérito en todo cuanto acerque o aleje de esa

Para Sandel, la derrota de la meritocracia su-

buena vida en común. La oposición entre una de-

pone una mirada sobre el trabajo humano que

mocracia consumista y una democracia cívica no

recobre la idea de justicia contributiva, confor-

depende, por ende, de la presencia o ausencia del

me a la cual la asignación del reconocimiento

mérito como criterio para la asignación del re-

depende de la efectiva contribución a un bien

conocimiento social, sino de la fuente de la que

común moralmente definido, es decir, política-

dimanan los juicios sobre el mérito, que puede

mente deliberado. Así, no bastan para combatir

ser en la democracia consumista el lugar que se

esa desigualdad las políticas distributivas que,

ocupe en el mercado, o en la democracia cívica la

por mucho que permitan satisfacer de modo

virtud con que se sostenga la república.

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L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE . RE S E ÑA

Democracia: la otra revolución FRANCISCA ECHEVERRÍA

Sobre Tocqueville y la naturaleza de la democracia (Santiago: IES, 2018), de Pierre Manent

Leer a Pierre Manent constituye siempre un

del hombre democrático hay un germen de se-

placer, tanto por su aguda reflexión sobre los

paración, una pérdida del sentido de lo común.

fenómenos sociales y políticos que subyacen a

Esta es, para Tocqueville, la naturaleza de la

nuestra vida colectiva como por su lenguaje lla-

democracia: el movimiento que deshace los la-

no y asequible. En este libro, a partir del análi-

zos sociales, que atomiza a los individuos en su

sis de primera mano que hace Tocqueville de

igualdad. Desde este ángulo, Manent observa que

la naciente democracia norteamericana en las

la democracia es antipolítica: aunque se refiere al

primeras décadas del siglo XIX, Manent estudia

modo de articular la vida en común, su dinámica

cuidadosamente la noción de democracia en los

conduce más bien a organizar la separación de los

escritos del aristócrata francés, y hace visible su

hombres, a aquello que llama una “disociedad”.

vigencia para las democracias contemporáneas, incluido Chile.

Si la naturaleza de la democracia es separar, el arte de la democracia consiste para Tocque-

El autor centra su análisis en lo que conside-

ville en la asociación voluntaria que tanto lla-

ra el gran hallazgo de Tocqueville: la idea de que

mó su atención en la sociedad estadounidense.

la democracia no es ni solo ni principalmente un

Para Manent, la obra de Tocqueville permite

sistema político, sino ante todo un estado social,

comprender que la democracia está comanda-

caracterizado por un sentimiento de semejanza

da por el doble proceso de deshacer y rehacer el

entre las personas. Se trata de la superación de la

lazo social, por el movimiento de destruir deli-

sociedad aristocrática, articulada a partir de je-

beradamente toda dependencia dada e intentar

rarquías, patronazgos e influencias particulares,

reconstruir la unidad mediante relaciones es-

una revolución social sin precedentes en la his-

trictamente consentidas garantizadas mediante

toria. El criterio rector del orden social comienza

un poder externo. El arte de la asociación evita

a ser la noción de soberanía individual y la con-

así la tendencia a la total disgregación conteni-

siguiente emancipación del individuo de cual-

da en el propio principio democrático —aunque

quier autoridad o influjo externo. El núcleo de la

se trate de una unidad artificial, construida— y

democracia, entonces, es la igualdad social uni-

permite a los individuos sentir cotidianamente

da a la independencia, la búsqueda de una total

que dependen unos de otros. Además, el autor ve

horizontalidad en las relaciones. Esta profunda

en la vitalidad de la sociedad civil una protección

modificación de los vínculos humanos fascina a

frente al poder desmedido del Estado, en con-

Tocqueville y, simultáneamente, lo alerta de los

traste con la situación vulnerable en que quedan

potenciales riesgos del movimiento democrático.

los ciudadanos respecto de los posibles excesos

En efecto, el autor comprende que el senti-

de un poder central cuando los vínculos sociales

miento de igualdad debilita los lazos sociales

se diluyen. De este modo, Tocqueville descubre

tradicionales y transforma al ciudadano en in-

en el fomento de la asociatividad local un modo

dividuo, en un sujeto que tiende a aislarse en su

de salvar a la democracia de sus propios peligros,

mundo privado y a volverse indiferente respecto

cuestión sumamente relevante para el momento

de la cosa pública. En el afán de independencia

histórico que vive nuestro país.

98


Además de la tendencia atomizadora y el riesgo de despotismo, el demócrata y liberal Tocqueville descubre en la democracia un principio de amenaza a la libertad intelectual, que contradice el afán de independencia que caracteriza a este fenómeno. El hombre democrático no quiere reconocer ninguna autoridad fuera de sí mismo; sin embargo, de manera paradójica, se somete de un modo dócil e irreflexivo a la auto-

finalidad de esas acciones. Así, Manent deja en-

ridad de la masa, a aquello que Manent llama el

trever que la transformación social que intro-

“poder social”. La idea de igualdad conduce al

duce la democracia afecta la posibilidad de una

individuo democrático a rechazar el influjo par-

auténtica singularidad humana, configurada por

ticular de otros sobre su propia visión del mun-

ciertas disposiciones de carácter y orientada a

do, pero a la vez lo hace dudar de su propio cri-

algo más que la propia inmanencia.

terio frente a la fuerza de la opinión dominante.

El nudo de la democracia se encuentra enton-

La democracia, por tanto, transforma la noción

ces en la delicada articulación entre individua-

misma de libertad, que comienza a entenderse

lidad y comunidad, entre la legítima autonomía

fundamentalmente como independencia priva-

y los vínculos que hacen posible un despliegue

da —desconectada de cualquier noción de vir-

humano que solo parece posible en la acción co-

tud moral o cívica y de la acción en común con

mún. El carnaval de identidades que ha desfilado

otros—, e incluso se aceptan de modo implíci-

en Chile en estos años de crisis —individualida-

to ciertas limitaciones de esa libertad con tal de

des cuyo contenido no parece ser sino la autoa-

conservar una determinada idea de autonomía.

firmación— es una señal más de la pertinencia

Para Manent, lo que está en juego en esta no-

de esta lectura de Tocqueville de cara a nuestro

ción tocquevilliana de democracia es la pre-

momento político. Manent indica que, para amar

gunta sobre qué es realmente el ser humano. El

correctamente a la democracia, hay que amarla

problema político de la democracia revela para

con moderación y buscar salvarla de sus pro-

él un trasfondo antropológico: el “dogma de-

pias patologías.

mocrático” consiste en la convicción de que la

Tras casi dos siglos, la obra de Tocqueville

independencia es el estado natural del hombre,

sorprende por su actualidad, y también lo hace

que la humanidad está por completo conteni-

la fina interpretación desarrollada por Manent

da en cada individuo. Se trata de una paradójica

hace ya más de cuarenta años. Pensar en cómo

afirmación del individuo a costa del individuo:

crear las condiciones sociales y políticas para

una declaración de independencia y de casi nada

custodiar la libertad democrática sin renunciar a

más, la afirmación de una libertad vaciada, de

una auténtica singularidad humana y con aper-

una soberanía total del hombre sobre sus pro-

tura a lo común parece ser uno de los mayores

pias acciones que renuncia a la pregunta por la

desafíos que tenemos por delante.

99


100

L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE


101


Foucault:

el cazador cazado DANIEL MANSUY

102


E

n su libro Mon dictionnaire du bullshit, el en-

más bien gentil”. Daniel Cohn-Bendit, el mítico

sayista liberal Guy Sorman reveló que Michel

líder juvenil de las revueltas parisinas, tiene es-

Foucault pagaba a niños por sexo en Túnez, por

critos análogos. Todo esto deja en el observador

allá por 1969. “Los violaba sobre las tumbas”;

una sensación extraña: hay una generación que

“no le importaba lo que les sucediera a las vícti-

quiso romper todos los límites y superar todos

mas”; “quiso ignorar que ellos eran las víctimas

los tabúes, incluso en lo referido a la sexualidad

de un viejo imperialista blanco”; “él prefería

infantil. Esos niños fueron víctimas de la ideolo-

creer en el libre consentimiento de sus peque-

gía libertaria que profesaban sus padres y su en-

ños esclavos” son algunas de las frases escritas

torno. Cual personajes de Houellebecq, experi-

por Sorman. Como puede verse, la revelación es

mentaban con los menores que los rodeaban. En

violenta: en la era del Me too, ni Foucault pare-

el centro de esa ideología estaba Michel Foucault.

ce estar a salvo. Con todo, cabe agregar que esta

De hecho, Matzneff intentó justificarse afir-

denuncia vino a sumarse a otras del mismo te-

mando que debemos resituar los hechos “en la

nor que han sacudido últimamente a la intelli-

época”, pues “grandes escritores como Roland

gentsia francesa. En efecto, a principios de 2020

Barthes o Michel Foucault defendían que se

Vanessa Springora publicó Le consentement, na-

bajara la edad de la mayoría sexual”. Cabe re-

rración en la que describe cómo —a sus trece

cordar que diversas peticiones reivindicando

años— fue seducida por un hombre de cincuen-

las relaciones sexuales con menores circularon

ta. Ese hombre resultó ser Gabriel Matzneff, un

en los años setenta, y entre los firmantes en-

célebre escritor parisino. Un año después, Cami-

contramos a todas las estrellas intelectuales de

lle Kouchner (hija del ex canciller Bernard Kou-

aquellos tiempos: Jean-Paul Sartre, Simone de

chner) cuenta —en La familia grande— cómo su

Beauvoir, Gilles Deleuze, André Glucksmann,

hermano fue sistemáticamente abusado por su

Jean-François Lyotard, Jacques Rancière, Felix

padrastro, Olivier Duhamel, destacado intelec-

Guattari, Jack Lang —la lista podría seguir—.

tual francés.

Y, claro, si los grandes intelectuales de la época

Por cierto, no estamos frente a hechos aisla-

abogaban en masa y públicamente por despe-

dos. El mismo Matzneff tiene textos en los que

nalizar la pedofilia, no debe extrañar demasiado

reconoce abiertamente la atracción que le produ-

que las prácticas fueran en la misma dirección.

cen los menores de edad y admite haber practi-

Naturalmente, la defensa de Matzneff no tuvo

cado turismo sexual con menores en Asia; textos,

demasiado éxito: se abrieron procesos judiciales

desde luego, alabados en su momento por la crí-

en su contra, algunas de sus obras fueron retira-

tica. Circuló incluso una entrevista de Matzneff

das de circulación y su reputación se vino al suelo

del año 1990 donde se le preguntaba acerca de

(algo parecido le sucedió a Olivier Duhamel).

su preferencia por menores. Su respuesta es muy

Con todo, el caso de Foucault fue distinto, y

ilustrativa: “prefiero en la vida gente que no se

una notoria incomodidad recorrió la opinión

haya endurecido (…) Una niña muy, muy joven es

ilustrada. Se trata del pensador sobre cuyas

103


LORE M IPS U M. E NSAYO

La Sorbona ocupada, mayo de 1968. Fotografía: Eric Koch

teorías se ha erigido buena parte de la vulgata

Sin embargo, esta actitud no parece muy ra-

posmoderna, que sospecha de cualquier forma de

zonable. Lo que le ocurrió a cierta intelectualidad

poder y tiende a ver opresión en todo vínculo so-

con la pedofilia es muy sintomático, y no debe-

cial. ¿Cómo lidiar con una acusación de ese tipo?

ríamos pasarlo por alto. En su momento, la libe-

¿Cómo explicar entonces que el gran denuncia-

ración sexual infantil se integró a la perfección en

dor se haya permitido prostituir a niños africa-

la narrativa progresista: era una barrera más por

nos? ¿No sería ese el máximo signo de violencia

superar. Dicha narrativa se sostiene en una es-

opresora? ¿Se trata solo de un problema personal

pecie de fe más o menos implícita, según la cual

de Foucault o hay también una cuestión teórica

el futuro nos liberará de las rémoras del pasado

involucrada? A pesar de su relevancia, la verdad

(como las odiosas restricciones que pesan sobre

es que aquí no solo faltan las respuestas: estas

la sexualidad infantil). Dado que se le atribuye

preguntas no fueron ni siquiera formuladas. En

una carga positiva al paso del tiempo, se supone

los ambientes intelectuales primó, más bien, el

que el horizonte es de pura liberación. Raymond

silencio. Cuestionar a Foucault implica poner en

Aron hablaba de religiones seculares al referirse

duda algunas ideas demasiado arraigadas —casi

a las ideologías del siglo XX, y el fenómeno que

diría: dogmas— de la cultura contemporánea.

nos ocupa remite a la misma lógica. El proyecto

Más vale, entonces, mirar para el lado y seguir

consiste en liberarse de todas las ataduras y de

utilizándolo como si nada hubiera ocurrido.

todos los límites impuestos por ese pasado, convirtiendo la transgresión en norma. Es la cultura

104


de la rebeldía que, paradójicamente, nos obliga

de un niño, sino que, además, sí sabemos cuán

a ser rebeldes. Tal era el fondo de la consigna

manipulable puede ser su incipiente voluntad.

“prohibido prohibir”. La libertad humana debía

En otras palabras, no podemos tratar al niño

erigirse sobre el abismo del propio yo, pero nun-

como un igual precisamente porque la relación

ca fundarse en tradiciones o normas impuestas

es asimétrica. Foucault sabe esto último mejor

por agentes externos. La sexualidad jugó en esto

que nadie y sus trabajos son acaso la investiga-

un papel fundamental, pues siempre fue vista

ción más profunda que se haya realizado en tor-

como aquella dimensión de la vida humana que

no a las relaciones ocultas de poder. Este opri-

más emancipación requería, y no hemos salido

me precisamente allí donde no se ve, donde no

aún completamente de ese ciclo. Todo merece ser

se percibe, donde no está a la luz del día. Todo

explorado, intentado y experimentado. Foucault

su trabajo puede ser leído como una búsqueda

fue, a no dudarlo, una de las puntas de lanza de

de esos mecanismos invisibles de poder que ro-

ese movimiento, y muchos de sus textos apun-

dean la vida humana. Foucault sospecha de todo

tan en esa dirección: hay que liberar al hombre

vínculo humano, pues cree ver en ellos opre-

de la tradición, hay que liberarlo de las asfixian-

siones más o menos disimuladas. No obstante,

tes relaciones de poder, hay que liberarlo de toda

cuando se trata de niños —de niños tunecinos—

moralidad. El programa había sido sugerido por

Foucault decide no ver esa realidad que tanto le

Nietzsche, pero fueron los filósofos franceses

obsesionó durante toda su vida. No hay nada más

marcados por 1968 los encargados de masificarlo

difícil que el consentimiento, y por eso Hobbes

y echarlo a andar.

intenta incluso negar que allí haya un problema:

En ese contexto deben ser leídas las reflexio-

si ponemos en duda el consentimiento, arguye,

nes de Foucault sobre la sexualidad en menores

ningún contrato sería válido. Ese pasaje de

de edad. Lo curioso es que el pensador francés

Foucault es plenamente convergente con Hobbes

nunca parece haber advertido los peligros de su

y con toda la tradición más radical del (neo)

propia actitud; o, mejor aún, las contradicciones

liberalismo: allí donde hay consentimiento,

en las que él mismo incurría. En un diálogo de

no cabe ninguna pregunta relevante sobre la

1977, Foucault llega a decir que “desde el mo-

justicia.

mento en que el niño no se niega, no hay nin-

Para intentar explicar todo esto, es imposi-

guna razón para sancionar lo que sea”1. Nótese

ble no remitir a la vida de Foucault. Como bien

bien: en las relaciones sexuales con niños, solo

ha explicado James Miller, el autor de su mejor

vale el consentimiento. Foucault ignora, des-

biografía (La pasión de Michel Foucault), en el au-

de luego, aquello que Vanessa Springora retrata

tor francés es imposible separar la teoría de su

tan bien en su propio libro: no solo ignoramos

experiencia, porque forman parte de un mismo

en qué consiste exactamente el consentimiento

proyecto. Foucault quiere explorar los límites de lo humano, y esa exploración es vital e intelectual a la vez. En virtud de lo anterior, Miller

1 Michel Foucalt, Dits et écrits (París: Gallimard), vol. 2, 355.

dice no haberse sorprendido por las revelaciones

105


LORE M IPS U M. E NSAYO

de Sorman: Foucault nunca aspiró a ningún tipo

que azota nuestro debate público constituye una

de pureza moral, ni nada semejante. Con todo,

reacción simétrica a esa liberación extrema, pero

el problema subsiste. ¿Por qué no detectar en la

lo que llama la atención es que ese discurso siga

propia conducta aquello que con tanta fuerza se

recurriendo a las categorías de Foucault para jus-

denunciaba en otros? Llegados hasta acá, nos

tificar sus posiciones. Hay allí una paradoja que,

encontramos inevitablemente con los vacíos del

me temo, no hemos terminado de comprender.

esquema intelectual de Foucault. No solo porque

Ahora bien, interrogar radicalmente la defen-

desconfía de todo y de todos salvo de sí mismo,

sa de la pedofilia, y no solo los casos denuncia-

sino también porque el hecho —un profesor

dos, obligaría a cuestionar radicalmente tanto la

francés que le paga a niños por sexo en Túnez

obra misma de Foucault como la fe progresista

el año 1969— muestra bien que ciertas normas

que la inspira. Su caso muestra bien que no basta

culturales protegen más que oprimen. No toda

con tener la certeza de estar en el lado correcto

institución es dominación, sino que esos niños

de la historia para efectivamente estarlo; o, dicho

(los tunecinos, los asiáticos, los hijos de la in-

de otro modo: hay progresismos que terminan

telligentsia francesa) necesitan ser protegidos

muy mal. Esa generación creyó estar liberan-

por las reglas que tanto empeño se ha puesto

do a la humanidad de las cargas del pasado —y

en abolir. Las restricciones culturales y legales

habría tachado de retrógrado integrista a quien

que rodean la sexualidad infantil no constituyen

osara cuestionarlos—, pero, en el fondo, estaba

opresión, sino todo lo contrario.

reforzando una opresión particularmente per-

No se trata de tirar por la borda toda la obra de

versa. Hoy salen a la luz las tragedias personales

Foucault —el hombre es talentoso y percibe fe-

vinculadas a esa fe, y ellas deberían llamarnos a

nómenos con suma originalidad— pero sí es hora

reflexionar sobre los límites de la creencia en el

de tomarlo con más distancia. Si toda relación

progreso. Eso implica recuperar la contingencia

humana es dominación, entonces ninguna lo es,

de la reflexión —nos podemos equivocar, no co-

y quizás allí reside el enorme punto ciego que le

nocemos el futuro— y cierta humildad a la hora

permitió convertirse en la peor versión del opre-

de discutir. Sin embargo, nadie renuncia con fa-

sor occidental. No hay nada en Foucault que me-

cilidad a su credo. Tal, me parece, es el trasfondo

rezca ser erigido en dogma, porque lo suyo es una

del (relativo e incómodo) silencio que ha rodeado

búsqueda más que la construcción de un sistema.

al caso Foucault.

Por otro lado, el puritanismo contemporáneo

Daniel Mansuy es doctor en ciencia política por la Universidad de Rennes (Francia). Es profesor de filosofía de la Universidad de los Andes (Chile), donde dirige el centro Signos, e investigador senior del IES. Es autor de varios libros, entre los que destacan Nos fuimos quedando en silencio. La agonía del Chile de la transición (IES-Tajamar, 2020) y, en coautoría con Matías Petersen, F. A. Hayek. Dos ensayos sobre economía y moral (IES, 2017).

106


Fotografía: Cristóbal Marambio, Tele13 Radio

iván valenzuela:

“Se observa un intento sistemático por derribar la autoridad de los medios tradicionales” POR ROSARIO ZANETTA

107


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Con el tono característico con que a diario informa a los auditores de Tele13 Radio y de Canal 13, el periodista Iván

Valenzuela analiza en esta entrevista la situación del periodismo en medio del auge de las redes sociales. Aquí comenta cómo ha cambiado la forma de consumir información, plantea su preocupación por la calidad del debate y explica el desafío que supone informar en tiempos polarizados.

El día antes de esta entrevista, Lucas Valenzue-

Se ha comentado mucho de la crisis del

la le comentó a su padre, Iván, que Brasil había

periodismo y de los medios en Chile. Hemos

decidido cerrar sus fronteras para evitar una

visto cierres de algunos medios escritos y un

mayor propagación del Covid-19. A pesar de vi-

éxodo de la publicidad hacia otras plataformas.

vir rodeado de noticias, el periodista y conductor

¿Cómo ves la industria?

de Tele13 Radio y Canal 13 desconocía ese dato. “Me dijo: ‘lo vi en Instagram’, que para mí no es

Es una obviedad decirlo, pero son tiempos difí-

un medio de noticias”, comenta Iván Valenzuela

ciles. Llevo treinta años trabajando en medios y

(55). El dato le suscitó varias preguntas: ¿cómo

siento que siempre han estado atravesando una

esa información había llegado hasta esa red so-

crisis, siempre han estado en problemas, pero

cial? ¿Quién era la fuente? ¿Qué había detrás?

este es un momento particularmente comple-

¿Incluía algún análisis, o era sólo el titular? “De

jo. No sé cuánto tiempo pasó desde que surgió

lo que hablamos cuando hablamos de periodismo

Napster, pero impuso la cultura de lo gratuito,

es del procesamiento de datos y de convertir esos

de no pagar, y veo con alarma que quienes de-

datos en información útil. Y me da la impresión

berían estar empezando a informarse a través de

de que eso está cambiando”, dice Valenzuela.

los medios de comunicación lo están haciendo por una vía indirecta, a través de las plataformas. Esto me hace preguntarme si ese público va a seguir consumiendo información, si va a seguir funcionando el periodismo, o si su función

108


social se va a poder seguir ejerciendo a partir de

Tu diagnóstico es bien crítico respecto de la

un modo tan distinto de consumo.

situación en la que están los medios hoy, al alero de las redes sociales.

Si es que hay un cambio en la forma de consumir medios y a eso se suma la estrechez económica, ¿hacia dónde va la industria?

Las redes sociales le están quitando la plata a los medios, y eso hay que regularlo. Ahí hay una fagocitación, un cierto parasitismo. Tiene que ha-

Yo partiría por lo importante: lo primero es la

ber algo con los derechos de autor y la propiedad

supervivencia y en eso el modelo de negocio tie-

intelectual, eso es una cosa. Y dos, tiene que ver

ne que cambiar. El caso australiano es súper bue-

con el estatus industrial. No pueden asumirse

no. Me da la impresión de que tarde o temprano

solo como un negocio particular: Twitter o Face-

en los gobiernos de todos los países —incluyen-

book —que es el más masivo de todos— no son

do el de Chile—, deberá existir la preocupación

solamente negocios, no son solo empresas; son

por cómo las grandes empresas multinacionales

empresas de comunicación, de difusión.

—que además tienen un problema tributario— colaboran con los medios de comunicación desde

Entonces la pregunta es por las implicancias

los cuales están extrayendo contenido.

que tiene el negocio de las redes sociales.

Aun reconociendo esa tensión, ¿no te parece

Creo que hay que hacerse la pregunta sobre si

llamativo que tenga que ser el Estado o el

tienen límites o preguntarse por su autonomía

gobierno de turno quien deba tratar de salvar

como empresas privadas que ni siquiera tie-

un negocio en específico por un cambio en las

nen domicilio en Chile. Esa cuestión atiende a

reglas del juego?

la estructura de negocios de los medios de comunicación y atiende también a la salud de la

Estamos frente a un fenómeno que es totalmente

democracia, en términos de cuánto afectan o no

inédito. Facebook es mucho más que un medio

sus decisiones precisamente a los estándares de-

de comunicación. A mí me da la impresión de que

mocráticos que requiere una República como la

alguien tiene que regularlo de alguna manera

de Chile.

para amortiguar o aminorar sus efectos perniciosos. Cuando Twitter le niega a Donald Trump

¿Hay conciencia de la magnitud de este

la posibilidad de estar en su plataforma, que es

problema en Chile?

una plataforma de comunicación media absoluta, no es baladí. Tenemos que preguntarnos si

No. ¡Si estamos discutiendo si le decimos hot dog

eso es funcional al correcto funcionamiento de

o completo a la salchicha con pan! En un nivel la

la democracia, que es, por otra parte, el único

discusión es bien pedestre, pero sé que en el Go-

medioambiente donde los medios de comuni-

bierno se está hablando. Aunque me temo que,

cación y el periodismo son posibles. Esa es mi

dado que todos los canales son privados, salvo la

preocupación. ¿Es funcional a la democracia que

televisión pública, no creo que haya demasiado

Donald Trump no pueda estar en Twitter y que

interés en algunos de decir “vamos a hacer una

eso no sea cuestionable por nadie porque a todos

ley para apoyar a Luksic o a Warner”. También

nos cae mal Donald Trump? Eso merece una re-

puede haber ese prejuicio tonto. Pero si el dueño

gulación porque estamos frente a un modelo de

de Facebook fuera Andrónico Luksic, esto estaría

funcionamiento que es inédito y que nos desafía

regulado en Chile.

con preguntas que son nuevas. Antes, ese poder no existía o había otro poder con el que luchar, que era el poder del Estado, la autoridad como censor. Incluso deberíamos repensar la definición misma de censura.

109


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Hoy es Facebook, pero nada impide que en el

haber es una fiscalización del tipo asambleístico,

futuro no sean muchas otras las empresas que

del tipo funa de Twitter. Cuando la información

afecten el funcionamiento de los medios…

no está procesada por medios de comunicación

Por supuesto, pero tienes que diseñar un modelo

sión de que el debate se empobrece.

como los hemos conocido, a mí me da la impreque te permita enfrentar eso. No es un problema chileno. En la campaña del año 2020 de Estados

En un futuro, ¿ves a un mundo sin medios

Unidos, Elizabeth Warren publicó en Facebook

tradicionales?

un aviso que decía que Mark Zuckerberg —no me acuerdo del contenido preciso— estaba a favor

No, yo no me imagino que vayan a desaparecer,

de la reelección de Trump, o algo por el estilo,

pero la posibilidad de pauperización del conte-

cosa que era falsa. Pero ella lo publicó para com-

nido está ahí latente y eso sí me parece preocu-

probar un aserto del propio Zuckerberg que decía

pante.

“yo no puedo sacar una cosa, aunque sea mentira, porque el público tiene que decidir si es men-

UNA CUESTIÓN DE PROPIEDAD

tira o no”. Zuckerberg no cayó y no lo sacó. Pero si esto impacta de esta manera en la democracia,

A propósito de las campañas presidenciales, se

¿cómo hacemos para regularlo de otra manera?

ha hablado mucho de libertad de expresión, del

Para que estas personas, que en la mayoría de los

derecho a la información y de la concentración

casos son controladores individuales, no tengan

de la propiedad de los medios, lo que repercutiría

ese inmenso poder o que ese inmenso poder ten-

en una falta de pluralidad de líneas editoriales.

ga algunos límites, algunos

¿Qué te parece ese debate?

bordes. Viendo la manga ancha que

¿No te parece que los medios

¿Es funcional a la democracia

han caído en la trampa

que Donald Trump no pueda

propiedad extranjera de me-

estar en Twitter y que eso no

dios en Chile, la discusión

de seguirles el juego a las redes sociales, replicando sus lógicas y dándoles más poder?

sea cuestionable por nadie porque a todos nos cae mal Donald Trump?

Por supuesto. Como me de-

ha habido respecto de la

me parece un poco cínica. Dicho eso, creo que el mejor modelo es la libertad total de funcionamiento. Nada como la competencia por quién

cía un periodista: “Facebook es el supermerca-

informa mejor. Pienso que mientras más auto-

do, no puedes estar fuera de las góndolas” y eso

nomía hay y más libertad existe, el servicio para

hicimos. No nos correspondía a nosotros impul-

las audiencias es mejor. Si el problema es la ge-

sar la regulación, pero es cierto, nosotros cola-

neración de opinión, yo diría que, en un ambien-

boramos con esto. Si tampoco somos totalmente

te de redes sociales, las barreras de entrada para

inocentes, lo que pasa es que estamos pagando el

formar medios de comunicación y para partici-

precio y el costo de que desaparezcan los medios

par del debate público han bajado mucho. Basta

tradicionales es muy caro.

con una persona con un teléfono y un plan de datos para participar y eventualmente para influir.

¿Cuál es ese costo?

En ese escenario, me da la impresión de que no se puede hablar de concentración de los medios.

La función social del periodismo es dar la infor-

Primero, resulta falaz; y segundo, no importaría

mación oportuna para que los ciudadanos tomen

tanto.

decisiones y puedan controlar, fiscalizar, a sus autoridades, al Estado. Eso es lo que está en juego. Si no hay medios tradicionales, lo que va a

110


Daniel Matamala planteó en una columna que

Pueden ser una contribución al contenido

las sociedades pluralistas proveen de medios

disponible…

públicos. ¿Crees que son necesarios? Sí. Particularmente cuando la industria de mePienso que los medios públicos dan una perspec-

dios no es tan robusta, como es el caso de Chile,

tiva que es útil para la sociedad. Por su naturale-

donde no hay tantos, y tampoco es que gocen de

za, por su diversidad de financiamiento, pueden

una gran salud financiera. En ese panorama da la

abordar puntos de vista, materias, profundida-

impresión de que un medio financiado pública-

des, que a los medios que están en la competen-

mente puede tener una opción de servir mejor a

cia les cuesta más llegar. Los medios comerciales

las audiencias, pero todo depende —como siem-

tienen algunas dificultades para ciertas temáti-

pre— de los detalles. De cómo esté regulado, or-

cas y pienso que los medios públicos de cualquier

ganizado y dirigido.

naturaleza, pero públicos y no gubernamentales, sí pueden tener una vocación especial para al-

¿Consideras que aquello que el público consume

gunos temas que no estén bien representados o

de manera masiva es periodismo de calidad?

bien recogidos en los medios comerciales. Depende de lo que consideremos como masivo, pero no, yo creo que el periodismo de calidad está reservado a las élites, o sea, no reservado, pero está siendo consumido por las élites. 111


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

¿Exclusivamente?

La receta en este aspecto, entonces, es la misma de siempre: volver a los hechos, a la pretensión

Exclusivamente. Y desafortunadamente creo que

de objetividad…

los medios de comunicación caímos en el clivaje entre el pueblo y las élites, por decirlo con los

No sé, por lo menos a la imparcialidad.

términos de Pablo Ortúzar; y caímos del lado de las élites, no del lado del pueblo. Es muy comple-

O a la justicia.

ja nuestra situación porque se observa un intento sistemático por derribar la autoridad de los me-

Al trato justo, sí.

dios tradicionales. Y ese es un fenómeno inter¿Cómo se equilibra eso con un rol de los

nacional, no solo chileno.

periodistas mucho más opinante? A uno le Entonces, ¿cómo vuelven a ganar confianza los

enseñaban que había que distinguir muy

medios de comunicación sin dejar a las élites?

bien la opinión de la información. Hoy esas

Porque me imagino que tampoco hay interés en

delimitaciones no existen, o se ven más

abandonarlas..

difusas. ¿Cómo reclamamos volver a los hechos entonces?

Estamos en el entretiempo y vamos perdiendo 3-0. No sé cómo lo vamos a dar vuelta. Pero si esa

Cuando el avión está en turbulencia cuesta harto

es la meta, si hay que darlo

que no se te dé vuelta el jugo

vuelta, yo creo que primero

de naranja. Y lo que estamos

tenemos que hacer mucha

viviendo ahora es una época

autocrítica respecto de cómo

Si no hay medios tradicionales,

ejercimos nuestro papel an-

lo que va a haber es una

sión de que muchos medios

fiscalización del tipo

de comunicación han deci-

tes. ¿En qué sentido?

asambleístico, del tipo funa de Twitter.

En el sentido de que, igual

turbulenta. Tengo la impre-

dido darle voz a la persona para recuperar a la audiencia en el cortísimo plazo, para recuperar un cierto engan-

que el resto del país, valorábamos y dábamos

che. Subrayar las historias que hablan del males-

autoridad a opiniones de expertos sin determi-

tar y darles pantalla a profesionales contratados

nados contrapesos. Descalificábamos la opinión

por ellos que básicamente opinen o pontifiquen

de aquellos que pensaran distinto al tren ma-

—si es que quieres ponerlo en términos negati-

yoritario. Y segundo, tenemos que acostum-

vos—, en consonancia con el punto de vista ma-

brarnos a esta nueva normalidad, por decirlo

yoritario. Me parece que esa es una receta que han

así, que implica un cambio en la forma, porque

buscado para reconectar, casi una herramienta

nuestros contenidos van a estar ahora en com-

de supervivencia, lo que no lo convierte en ilegí-

petencia ya no colgando del alambrito del kiosco,

timo. Estamos, principalmente en la televisión,

sino en un universo que no conocemos. Por otra

en un momento de populismo muy complejo.

parte, creo que hay una cosa en la que tenemos

Estamos creando una cosa en la televisión que a

que seguir confiando, que es en la credibilidad,

mí me preocupa. Es cierto, estamos en una cri-

en la precisión de los datos, en el interés genui-

sis económica, pero si uno estuviera en una isla

no por informar imparcialmente; me parece que

desierta y solo hubiera televisión, me da la im-

imparcialmente es la palabra: con punto de vista,

presión de que la imagen del país que se llevaría

pero con buena fe. Creo que ese es el camino. En

es incluso peor que la realidad.

algún punto la gente se va a dar cuenta de que sí, que puede confiar en estos medios tradicionales.

112


¿Han sido responsables los medios? Hablabas antes de la función de los medios. Sería súper fácil decir que no. Creo que quienes

¿Cómo se conjuga esa función en contextos

están al mando de los medios de comunicación

polarizados como los de hoy? ¿Cambia? ¿Cómo

hoy tienen que responder a dilemas nuevos,

contribuyen los medios a un debate político que

pero siguen respondiendo al dilema clásico: un

está muy crispado?

numerito en una pantalla, que en el caso de la televisión se llama people meter, que es tu conexión

Pucha, con una receta que resulta contraintui-

con la audiencia.

tiva no más. Yo creo que un medio de comunicación puede legítimamente privilegiar voces y

Claro, cómo llego a la audiencia…

puntos de vista moderados por sobre los puntos de vistas extremos. Tiene derecho a hacerlo, sin

Cuando Chilevisión decide que el animador de su

acallar del todo a los otros. No puedes desfigurar

matinal se convierta en lo que se convirtió Julio

la realidad; un medio de comunicación que des-

César (Rodríguez), lo que está haciendo es decir-

figura la realidad ni siquiera va a cumplir con su

le al público “yo soy esto, yo soy un poco Julio

objetivo primordial. Pero en ese entendido, tie-

César, yo soy el que permite que Julio César ha-

ne legitimidad que lo haga, porque la salud de la

ble”. Chilevisión está diciendo algo de sí mismo

democracia es consustancial a la posibilidad de

cuando hace eso.

existir de los medios de comunicación. Es consustancial a nuestra práctica el defender el esta-

Es una declaración de principios a través del

do de derecho, defender la democracia, y me da

comunicador.

la impresión de que en ambientes de polarización extrema lo que corresponde es precisamen-

Exacto. No en los principios que declara el ani-

te tratar de amortiguarla, tratar de reconducirla

mador, sino en tenerlo. Y esa es una decisión

hacia el diálogo y hacia el centro, que no signi-

básica de un medio de comunicación: quién soy

fica el centro político, sino el centro entre los

para ser consumido, quién soy para tener el en-

extremos. Ahora, cómo hacerlo… bueno, habrá

ganche con la audiencia.

que ver cómo hacerlo porque en ambientes de polarización extrema también las posibilidades

¿Los dueños de los medios están privilegiando

de que los medios se polaricen son altas, preci-

el negocio por sobre la información?

samente porque lo que necesitan es enganchar con su audiencia.

Permíteme poner en duda el sustrato de tu pregunta; es como si las cuarentenas fueran contra

Una

la economía. Yo no conozco ningún dueño de

periodismo?

última

cosa.

¿Volverías

a

estudiar

medio de comunicación que realmente esté en los medios de comunicación para hacerse rico.

¿Si volviera a tener 18? Sí, ¿por qué no? Volvería

Primero, no se meten en el detalle, y segundo, no

a estudiar periodismo, pero no estudiaría solo

están para hacerse ricos.

periodismo, eso sí. Lo que probablemente habría hecho, con lo que sé ahora, es haber estudiado

Pero sí ganan influencia, ¿no? Por algo lo hacen.

economía, derecho o historia para después dedicarme al periodismo.

Puede ser… No sé, tengo la duda. No es una apuesta por el negocio, sino por la supervivencia.

Pero a tu hijo no le dijiste que no estudiara

Cualquier ejecutivo responsable de un medio de

periodismo, ¿o sí?

comunicación hoy lo que tiene que hacer es tratar de maximizar la utilidad porque es la super-

Estás loca, no se me habría ocurrido.

vivencia lo que está de por medio.

113


Villacañas contra la soledad americana PABLO ORTÚZAR

114


U

no de los conocidos males de los pueblos la-

poderes (Trotta, 2016), del filósofo español José

tinoamericanos es nuestra sensación de orfan-

Luis Villacañas, nos ofrece un curioso salvavi-

dad histórica y cultural. El sentimiento de ser

das. Curioso, porque se trata de un texto extenso

desheredados de la tierra, remanentes de pue-

y de no fácil lectura. Una verdadera lucha cuer-

blos truncados, engendros deformes de choques

po a cuerpo con párrafos que parecen tan vastos

civilizatorios sin supervivientes legítimos. Gente

como tupidos, selvas valdivianas argumenta-

a la que otros le hicieron ser alguien por la fuer-

tivas, atravesadas por anotaciones excelentes

za. De ahí que rebotemos una y otra vez entre

pero que, debido a su propia extensión, debieron

un modernismo furioso y autoflagelante, que

ser añadidas al final de la obra. Pero salvavidas,

busca expulsarnos con violencia de nuestra pro-

porque su genealogía de la mentalidad y forma

pia condición; y un populismo patético y auto-

política occidental logra conectar nuestra ex-

complaciente, que nos invita a celebrar nuestra

periencia vital, así como el conjunto de nuestra

desorientación común como si fuera una virtud.

historia, con el proceso que está en el origen de

Nos sentimos como pueblos sin historia y fuera

la civilización europea, consistente en el fulmi-

de la historia, luchando ya sea por incorporar-

nante encuentro entre Atenas, Roma y Jerusalén

nos a ella o por convencernos de que no vale la

bajo el alero católico.

pena intentarlo.

Inspirado metodológicamente en Max Weber,

Chile, sin ir más lejos, arde en estas contradic-

Villacañas va explicando lentamente cómo las

ciones, que se agudizaron en medio del estallido

ideas, las instituciones y los intereses de distin-

social y el esfuerzo en curso de rearticulación na-

tos grupos y actores sociales van empujando un

cional. ¿Quiénes somos? ¿Quiénes queremos ser?

derrotero que no tiene nada de predeterminado

Estas preguntas, implacables, crecen frente a

ni obvio, hasta consolidar una conflictiva divi-

nosotros. Y nuestros recursos para responderlas

sión de poderes entre autoridad espiritual y au-

por momentos parecen escasos. Apenas pode-

toridad temporal, que fue el motor principal de

mos conectar con nuestra historia republica-

los posteriores desarrollos occidentales. Inclu-

na. Mucho menos tomarnos en serio el proceso

yendo, por cierto, los de la España que tocó tierra

colonial. Es como si los terremotos, maremotos

americana en 1492.

y erupciones volcánicas, junto con destruir los

En el corazón de esta historia se encuentra la

edificios, nos borraran la memoria. Lo que queda

lucha entre la deificación del poder temporal —la

son superficialidades, caricaturas y reduccionis-

teología política del imperio, ansiosa por identi-

mos políticos. Una leve capa de identidad que se

ficar al emperador con Dios— y la deificación por

destruye de un soplido. Ni siquiera quienes pre-

vía de la comunidad de salvación cristiana, cuya

tenden refundar el país entienden los materiales

puerta estaba abierta a todas las criaturas huma-

con los que quieren trabajar.

nas. Es decir, el crecimiento y consolidación de

Es en medio de este desconcierto que el libro

la Iglesia que, como agente extraño en las entra-

Teología política imperial y comunidad de salva-

ñas del Imperio, va creando una esfera de auto-

ción cristiana. Una genealogía de la división de

ridad separada y autónoma, aunque sometida al

115


LORE M IPS U M. E NSAYO

gobernante en lo temporal. Esfera que impide la

política puede estar en diversas relaciones con la

sacralización de los poderes de este mundo, so-

Iglesia visible, pero no puede ser parte de la reli-

metiéndolos a una economía de salvación en que

gión de salvación”1.

juegan un rol subsidiario, de apoyo, pero no pro-

El camino hasta este punto comienza con la ra-

tagónico. Un “resto profano”, como lo designa

cionalización ética del monoteísmo judío, sigue

Villacañas, que puede entrar en diversas relacio-

con la profundización de este proceso por Jesús

nes con la Iglesia, pero jamás identificarse con

de Nazaret y la elaboración eclesial de Pablo de

ella, ni como parte de ella.

Tarso, atraviesa todos los momentos del comba-

El autor decisivo en la clarificación y raciona-

te cristiano por hacerse de un espacio legítimo en

lización de estas ideas es, según nuestro libro,

el seno del Imperio Romano —con apocalípticos,

Agustín de Hipona: “(el significado de la obra

apologistas y mártires a granel—, sobrevive el

de Agustín) trasciende su época y su escenario

intento de reconfiguración de Constantino y sus

histórico por la índole de sus hallazgos. Solo él

herederos —escándalo arriano y división de la

caracterizará el poder político como resto profano

Iglesia incluida—, y culmina en el norte de Áfri-

con el que la institución eclesial no puede com-

ca, con el famoso obispo de Hipona, que había

prometerse de forma plena, aunque mantenga

visto con sus propios ojos las alturas de la vida

sobre el gobernante laico la

política y cortesana imperial

presión de una norma ideal

en Milán. Esto para termi-

inmanente cuyo principal

nar huyendo de ella lo más

motivo ahora es religioso. Solo Agustín ha previsto que

El libro de Villacañas logra reinsertar nuestra historia,

la relación entre poderes es,

la iberoamericana, en

por su propia índole, con-

una tradición que permite

flictiva y carente de seguridades. Solo él caracteriza el poder gubernativo de la Iglesia como compartiendo

comprenderla como algo distinto a una barbarie bastarda de la Europa ilustrada.

lejos posible, llevando en su equipaje exclusivamente el ejemplo de resistencia de Ambrosio. Un largo camino repleto de actores secundarios de tremenda importancia, y Villacañas le dedica a cada uno todo el espacio posible —y, a veces, más—

esa norma ideal inmanente del gobierno profano, y como tal atravesado por

dentro de la economía argumental del libro. Nin-

la duda y abierto a la facticidad histórica, porque

gún padre de la Iglesia y prácticamente ningún

este poder gubernativo visible eclesial todavía

emperador romano quedan olvidados en la tra-

está alejado de la Iglesia invisible. Con ello, ha

vesía histórica, filosófica, política y teológica por

definido una división de poderes en la que el po-

la que nos va guiando el autor hasta alcanzar el

der que se encarga del resto profano está regu-

momento final del Imperio de Occidente.

lativa y normativamente fundado, tanto como el

Lo que viene después de Agustín, según el au-

que se encarga de la Iglesia visible; pero ambos

tor, es “un proceso de largo alcance que podemos

todavía quedan separados de aquello que pode-

llamar de reocupación de las preguntas impe-

mos definir como instancia de la salvación, la

riales que permanecían sin respuesta, que regi-

única sobre la que puede reposar la dimensión

ría los conflictos entre el resto profano político

absoluta de la deificatio, la que mantiene abierto

y la institución eclesial visible durante un largo

el horizonte evolutivo a pesar de la problemati-

periodo que llega al Imperio hispano, que por

cidad del tiempo, la que identifica el motor de la

eso obtiene su relevancia crucial en la historia

liberación subjetiva de la pulsión como condi-

occidental”2. Momento en el cual, como bien

ción de posibilidad de intervención adecuada en las instituciones visibles de una u otra índole. De este modo, la noción de religión de salvación y de deificatio es la piedra de toque de la división de poderes. Donde existe aquella dimensión, la

116

1 José Luis Villacañas, Teología política imperial y comunidad de salvación cristiana. Una genealogía de la división de poderes (Madrid: Trotta, 2016), 19. 2 Ibid.


sabemos, América es incluida en dicha historia e iniciada en tales preguntas, a las que agregará otras más. Así, el libro de Villacañas logra reinsertar nuestra historia, la iberoamericana, en una tradición que permite comprenderla como algo distinto a una barbarie bastarda de la Europa ilustrada. Es solo recuperando la línea que va desde el Israel de los profetas hasta Agustín de Hipona que aparecemos como pueblo de Dios, hijos de un encuentro tan traumático y complejo como el que convirtió a godos, francos y anglosajones en cristianos. Desde la atalaya del bajo imperio y la cristiandad, el abismo ficticio abierto por la pretensión ilustrada de borrar la propia tradición y retomar desde Grecia y Roma queda en ridícula evidencia. Nuestras categorías políticas, entonces, adquieren una nueva vida. No sirve pensar nuestro orden político ni desde la polis griega ni desde la república romana. Ni siquiera desde el alto imperio. La realidad de esos mundos, si la miramos cara a cara, nos resulta terroríficamente ajena. Reconocemos muchos de sus elementos, pero no el conjunto. Sospechamos de inmediato de la

inevitables”3, nos advierte Villacañas. Y agrega

existencia de una mediación, de una fuerza or-

que si Europa quiere mantener su “esperanza

denadora que permanece oculta. Y esa fuerza no

evolutiva” debe mantener y renovar constan-

es otra que la comunidad de salvación cristiana,

temente esta división. Sin embargo, también

cuyo efecto divisor del poder y sacralizador de la

advierte que “un poder capaz de vivir en la divi-

vida humana configura la gramática básica de

sión es algo misterioso y grande y, al margen del

nuestra cultura política.

poder político, solo puede emerger de algo pa-

Es contra esta fuerza sintética y universalista

recido a una religión de salvación”4. ¿Qué hacer,

del cristianismo, y principalmente contra sus

entonces, con una Iglesia Católica que parece

consecuencias políticas, que se han levantado

desgastada y extraviada, la mayoría de cuyos

tanto los nacionalismos mistificantes europeos

fieles ha abandonado el barco tan pronto como

como las revoluciones racionalistas. La preten-

el prestigio social de la institución se disolvió

sión fascista de restaurar la “Roma eterna”, el

en medio de escándalos indecibles? ¿Qué hacer

sueño hitleriano de una “Germania” imperial a

frente a un poder mundial, el del capital, que

la Constantino —con Carl Schmitt jugando a Eu-

ofrece con éxito su propia teología política, “en

sebio—, el orden pretendidamente pagano de las

el sentido de que genera una dualidad social, un

guillotinas y la “diosa razón”, el código civil pre-

sentido de salvación, una culpabilización de los

cedido de bayonetas de Napoleón. Maquiavelo,

fracasados, y una diferencia radical entre aque-

Hobbes, Rousseau, Heidegger y Schmitt, entre

llos que gozan de vida plena y de vida precaria,

tantos más, tienen en común la búsqueda de una

con todo su sentido de elegidos y condenados”5?

recuperación de la unidad político-teológica pagana, estropeada por la tradición judeocristiana. “Cada vez que esa división de poderes se disolvió, las formas de la decadencia fueron

3 Ibid, 20. 4 Ibid. 5 José Luis Villacañas, Neoliberalismo como teología

117


LORE M IPS U M. E NSAYO

¿Traerá la gran crisis climática que vivimos, de la

experiencia más cercana a la de las comunida-

cual la actual pandemia es solo un capítulo ini-

des “huésped”, mientras que el debate europeo

cial, una oportunidad de revitalización para la

enfrenta problemas imperiales. Sin embargo, el

comunidad de salvación?

trasfondo global y globalista es el mismo, y sus

En tratar de responder estas dudas, los cami-

fuerzas de aceleración las experimentamos por

nos del filósofo español y los nuestros divergen,

igual. El profesor Villacañas —el intelectual es-

aunque a ratos vuelvan a encontrarse. Villacañas

pañol más cercano a Íñigo Errejón y, a la vez el

es un pensador europeo, observando un concier-

más distante a Pablo Iglesias— esboza su posi-

to continental marcado a fuego por la Reforma

ción frente al contexto presente en otro texto, de

protestante que América Latina miró de lejos.

más fácil lectura pero imposible de comprender

Escribe, además, desde el corazón de un proyec-

cabalmente sin haber leído Teología política im-

to de Unión Europea que lucha por consolidarse

perial y comunidad de salvación cristiana, titulado

como fuerza alternativa a los poderes de Estados

Neoliberalismo como teología política6. La lectura

Unidos y de China. Mientras que, para nosotros,

de ambos libros no debería dejar indiferente a

países tercermundistas carentes casi por com-

ningún pensador o actor de la política latinoa-

pleto de unidad continental, no existe otra rea-

mericana. Trazan, en conjunto, un esquema

lidad que la de negociar lo mejor posible nuestra

general que nos permite ubicarnos en el mapa,

subordinación.

para luego obligarnos a hacernos responsables

Trabajamos, entonces, con materiales y con-

de dicha ubicación. Nos expulsan del patetismo

textos distintos, aunque tratemos de respon-

cómodo de nuestra soledad laberíntica, del ado-

der las mismas preguntas. De hecho, nuestros

lescente “no sé quién soy”, dotándonos de una

referentes para buscar orientarnos dentro de la

biografía y una memoria de adulto y, también, de

larga tradición judeocristiana parecen distan-

los deberes correspondientes.

ciarse: los pueblos latinoamericanos viven una

política (Madrid: NED, 2020), 266.

6 Ibid.

Ficha del libro Teología imperial y comunidad de salvación cristiana. Una genealogía de la división de poderes Autor: José Luis Villacañas Madrid: Trotta, 2016 Páginas: 720

Pablo Ortúzar es antropólogo social y magíster de Análisis Sistémico por la Universidad de Chile, y actualmente cursa estudios de doctorado en la Universidad de Oxford. Su libro más reciente es El precio de la noche. Diálogo imaginario sobre la tiranía (Santiago: Tajamar, 2021). Es traductor de La gran sociedad (IES-Cientochenta, 2014), de Jesse Norman, y de El federalista (IES, 2019), de Alexander Hamilton, James Madison y John Jay. Es investigador del IES. 118


ELENA IRARRÁZABAL

119


LORE M IPS U M. E NSAYO

omo ocurrió después del naufragio del

C

presente. Algo similar a lo que logra Los europeos

Titanic, tras el último viaje del Orient-Express

(Taurus, 2020), del historiador británico Orlan-

en 1977 surgió un entusiasta mercado en que

do Figes, considerado uno de los mejores ensa-

se transaban piezas de los refinados vagones

yos históricos editados en español en 2020.

que transitaron alguna vez entre París y Estam-

Entre Los europeos y Orient-Express se perciben

bul. Reliquias como menús delicadamente im-

interesantes conexiones e ideas complementa-

presos, valiosa marquetería firmada por Maple,

rias. Aunque poseen estilos diferentes, ambas

compartimentos de teca y caoba, floridos pane-

obras advierten los peligros que entraña el cierre

les art déco, cristales de Lalique, servilletas bor-

de fronteras, tanto mentales como físicas. Con su

dadas con las iniciales de la firma Wagon-Lits y

ritmo envolvente y acompasado, Orient-Express

campanillas doradas con las que el maître avisaba

es una obra más “proustiana” que la prosa cer-

los dos turnos de comida.

tera de Figes, aunque la pluma del historiador igual

En su libro Orient-Express

alcanza

momentos

evocadores y sutiles.

(Acantilado, 2020), Mau-

En Los europeos, Orlando

ricio Wiesenthal, ensayista español de origen alemán,

Aunque poseen estilos

Figes —quien se nacionali-

compara este servicio de

diferentes, Los europeos

zó alemán en protesta por el

trenes—que cruzaba tierras donde se hablaban entre 14 a 16 lenguas— “con el Danu-

y Orient-Express advierten los peligros que entraña el

bio, el Camino de Santiago

cierre de fronteras, tanto

o las vías romanas en tiem-

mentales como físicas.

pos de Augusto”. Define a este tren, más que como un

Brexit— deja atrás las estepas eslavas que le inspiraron obras como El baile de Natacha. Una historia cultural rusa (Edhasa, 2006) o su canónica Revolución rusa (1891-1924). La tragedia de un pueblo (Ed-

medio de transporte, como una forma de civili-

hasa, 2010), para adentrarse en un entorno más

zación y entendimiento, un “camino de cultu-

europeo. Figes, de todas formas, no abandona su

ra”, símbolo de una Europa diversa y antítesis

amor por la cultura e historia rusa, que hace pre-

del nacionalismo. Esa misma Europa que hoy, a

sente a través del escritor Iván Turguénev.

su juicio, se resquebraja de modo similar a los vagones de un tren descarrilado.

Las más de 500 páginas de Los europeos siguen la estructura que Figes suele utilizar en sus

Autor de ensayos como la Trilogía Europea (que

publicaciones. A través de investigaciones que

incluye el Libro de Réquiems, El esnobismo de las

acuden a fuentes primarias (cartas, archivos) y

golondrinas y Luz de vísperas), Wiesenthal (1943)

secundarias, el historiador pinta el fresco de una

imprime a Orient-Express un tono ameno, eru-

época a través de vidas individuales y reales. El

dito y nostálgico, que no impide que su examen

libro se centra en tres personalidades cultas y

del pasado impulse una lúcida reflexión sobre el

políglotas: Turguénev, quien se enamora de

120


Pauline Viardot; esta, cantante lírica y compositora española; y Louis Viardot, marido de Pauline, empresario de la cultura y crítico de arte, traductor de Cervantes y Pushkin al francés. Entre los tres sobresale la poco conocida figura de Pauline Viardot, intérprete que sedujo a los públicos europeos y alcanzó fama con su voz y personalidad. Cautivó a muchos hombres, entre ellos Turguénev, quien la amó durante toda su vida. Pauline era una mujer autónoma, que manejaba sus contratos y quien, además de música, sabía de arte y literatura. Introdujo la música española en la gran corriente europea, y compositores franceses como Bizet, Saint-Saëns y Fauré usaron, gracias a su influencia, temas españoles en sus obras. También difundió la música de autores rusos como Mussorgsky y Tchaikovsky. Una de las aristas interesantes del libro de Figes es que, si bien constituye, en primer término, la narración de una pasión que une a tres personas, el trasfondo cultural cobra un especial protagonismo. Según ha comentado el investigador, “no creo que se hayan escrito muchos libros sobre la cultura europea considerada en su conjunto y creo —al igual que señaló Kenneth Clark— que los períodos importantes en logros culturales han sido etapas de intercambio de ideas, lenguajes, de la fertilización cruzada que crea una cultura dinámica. Algo que ocurrió en la Europa del siglo XIX”. En las páginas de su libro, Figes profundiza en las dimensiones económicas de la cultura, poco tratadas en ensayos históricos o culturales, lo que aporta frescura y novedad a sus perspectivas. La revista The Economist calificó Los Europeos como “una obra brillante, que rastrea uno de los desarrollos más poderosos del siglo XIX, la creación de un mercado único en la cultura”. El elogio de Figes al cosmopolitismo recorre las décadas en que la cultura europea se transformó gracias a las tecnologías de impresión y el desarrollo de la propiedad intelectual, favoreciendo la integración cultural del continente y permitiendo que artistas como Pauline Viardot y Turguénev se ganaran la vida como artistas independientes. ¿Y cómo se movían los Viardot y Turguénev? Uno de los capítulos de Los europeos se titula “Europeos en movimiento” e ilustra cómo

121


LORE M IPS U M. E NSAYO

las vías ferroviarias de Europa se multiplican

correr en 1883 con el propósito de unir Europa

a velocidad incesante durante el siglo XIX. Ya

occidental con el sudoeste asiático. Según re-

en 1856 se podía viajar entre las ciudades de

lata Wiesenthal, la iniciativa nace del ingeniero

París y Marsella (situadas a una distancia de

belga George Nagelmackers, quien, maravillado

862 kilómetros) en 17 horas. Algo inimaginable

en Estados Unidos con los coches Pullman, fun-

pocas décadas antes. Los europeos viajan más,

da en Europa la “Compagnie Internationale des

se levantan grandes hoteles y se imprimen las

Wagons-Lits”, que desarrolla los coches cama y

primeras guías de viajes. Los primeros “turistas”

vagones restaurantes en Europa.

son mirados con asombro por los ricos aristó-

El “rey de los trenes y tren de los reyes” circu-

cratas, los únicos que antaño se podían permitir

la en esos tiempos con monarcas y artistas por

largas y caras travesías, como el legendario

una Europa que es un rompecabezas de idiomas,

“Grand Tour”. Según Figes, los usuarios del tren

culturas, sensibilidades y gastronomías distintas

comienzan a sentirse en casa en distintos luga-

(las comidas solían usar productos y recetas del

res del continente, lo que refuerza el concepto de

país que atravesaba en ese momento). En 1889

europeo. La velocidad de desplazamiento influye

se concreta por fin el viaje sin transbordos en-

además en el formato y el alcance de las produc-

tre la capital francesa y Estambul. La travesía se

ciones culturales. Autores como Turguénev (el

prolongaba por 67 horas y 35 minutos y solía

más europeo de los escritores rusos) se acos-

ser muy puntual (Proust, amante de los trenes,

tumbran a escribir sus obras acompañados por el

decía que estos le habían ayudado al mundo a

traqueteo de los vagones.

percibir la importancia de

Esta apertura cultural que describe la obra de Figes —impulsada

por

telégrafos

imprentas—

e

trenes,

los minutos). Europa, un

El Orient-Express circula en esos tiempos con monarcas y

continente de pequeñas distancias, permitía que este tren —que tenía tres cla-

tal vez se considere hoy

artistas por una Europa que es

ses diferentes— pasara por

como una cultura refinada

un rompecabezas de idiomas,

ciudades tan distintas como

o elitista, pero era bastante más cercana al ciudadano medio que en la actualidad. Y

culturas, sensibilidades y gastronomías distintas.

do, Sofía y Bucarest (los itinerarios variaron según la época).

aunque el historiador británico ha subrayado que su libro “no es una pará-

Venecia, Budapest, Belgra-

El

ambiente

refinado

y

aventurero

del

bola anti-Brexit”, sí marca un contraste al ilus-

Orient-Express (donde se vivieron desaparicio-

trar los beneficios de las fronteras abiertas y del

nes de personas, horribles temporales de nieve

intercambio de ideas, personas y artes. El histo-

que bloquearon el tren y dramáticos atenta-

riador británico describe en detalle este progreso

dos) atrajo a viajeros como Paul Léautaud, D. H.

cultural, la expansión del tren y la naciente legis-

Lawrence, Josephine Baker, Coco Chanel, Mata

lación sobre derechos autorales, pero no omite

Hari, Agatha Christie, Graham Greene y Ste-

las tendencias inquietantes y contrarias que ter-

fan Zweig. El tren vivió épocas doradas en los

minarían por desplomar este mundo. El intenso

años veinte y treinta —que impulsó el estable-

cosmopolitismo —que según Figes alcanza su

cimiento de extensiones a otros lugares y capi-

madurez en torno a 1914, cuando Diaghilev llevó

tales— y también grandes crisis durante las dos

los Ballets Rusos a París— coexistía con una ten-

Guerras Mundiales. Pero fue la Cortina de Hierro,

dencia contraria. Cerca de 1870 se desarrolla, en

que fracturó Europa, la que terminó por sellar

paralelo a este internacionalismo, cada vez con

su decadencia. Condenado por las dictaduras

más fuerza un intenso nacionalismo político que

comunistas, que espiaban y maltrataban al tren y

traerá catastróficas consecuencias para Europa.

a sus pasajeros, la última travesía partió (con un

Nacionalismos que también afectan al mítico Orient-Express, el tren que comienza a

122

retraso de varios minutos) el 19 de mayo de 1977.


Luego de eso, el Orient-Express experimen-

que atraviesa un puente y avanza hacia el es-

taría una segunda vida a partir de 1982 gracias a

pectador en medio de una bruma amarillenta.

los esfuerzos del empresario James B. Sherwood,

Claude Monet retrata el ambiente de trenes y

quien logró reubicar y restaurar varios de sus

estaciones en su hermosa serie “La estación de

abandonados vagones. La iniciativa duró algu-

Saint-Lazare” (1877).

nos años, pero los vuelos baratos terminaron por

Muchos otros pintores se fascinaron con este

derribar este sueño de otra época. Hoy, el tren

ruidoso símbolo de la modernidad, que prometía

restaurado realiza algunos servicios ocasionales

un mundo más conectado, culto, unido y hori-

y turísticos.

zontal (una promesa que recuerda las aspiracio-

Mauricio Wiesenthal comenta que la litera-

nes iniciales sobre internet y las redes sociales).

tura de tren no puede ser sino “impresionista y

Los artistas pintaron esa particular atmósfera

confusa”. Es decir, como una estación de tren en

que generaban las locomotoras a vapor y sus

que se mezclan el ruido, el viento, las charlas de

vagones en las estaciones, donde las formas se

los pasajeros y la desesperación de una maleta

desmaterializaban por efecto del humo y el mo-

perdida. No es casualidad que el tren aparez-

vimiento. Igual que esa Europa cosmopolita e

ca una y otra vez en la pintura romántica e im-

integrada que describen Mauricio Wiesenthal y

presionista del siglo XIX. Turner lo inmortaliza

Orlando Figes, una imagen que parece cada vez

en su emblemático cuadro “Lluvia, vapor y ve-

más lejana, desvanecida entre nacionalismos

locidad” (1844), que plasma a una locomotora

y fragmentaciones.

Ficha del libro Orient-Express. El tren de Europa Autor: Mauricio Wiesenthal Barcelona: Acantilado, 2020 Páginas: 384

Ficha del libro Los europeos. Tres vidas y el nacimiento de la cultura cosmopolita Autor: Orlando Figes Barcelona: Taurus, 2020 Páginas: 672

Elena Irarrázabal es periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile y subeditora de Artes y Letras de El Mercurio. Es miembro del comité editorial del IES.

123


¿Un conservadurismo verde?

Ilustración: Alejandra Acosta

GUILLERMO GARCÍA

124


H

vadoras o, al menos, no identificados con ellas.

la formación de un nuevo gobierno en Irlan-

Por su parte, si nos detenemos en el pensa-

da, uno podía leer en The Economist acerca de

miento filosófico con el que se asocia el eco-

los greencons: una alianza entre conservadores

centrismo, la ecología profunda, claramente

y activistas climáticos, quienes, dejando atrás

veremos una pugna de valores con el conserva-

años de disputas, se encontraban uniendo fuer-

durismo, aunque sea en una versión ligera. Así

zas electorales1. Si bien el artículo planteaba la

sería, por ejemplo, a propósito de principios de

existencia de acercamientos entre posiciones

la ecología profunda como “los humanos no tie-

históricamente en conflicto (por ejemplo, la ne-

nen derecho a interferir destructivamente la vida

cesidad de crecimiento económico y el cuidado

no-humana exceptuando el propósito de satis-

del medioambiente), concluía que estas aproxi-

facer necesidades vitales” o “el florecimiento

maciones todavía obedecían a conveniencias del

de la vida humana y las culturas es compatible

momento político, y no era posible vaticinar un

con un decrecimiento sustancial de la población

desempeño exitoso. Considerando lo inédita que

humana. El florecimiento de la vida no humana

en nuestras latitudes significaría una coalición de

requiere dicho decrecimiento”2.

ace poco más de un año, a propósito de

esa naturaleza, una pregunta que surge rápida-

A pesar de esta oposición, la protección del me-

mente se refiere a si es posible buscar en el pen-

dio ambiente o, mejor dicho, la búsqueda de una

samiento conservador elementos “verdes” que

adecuada relación entre el ambiente y la huma-

permitieran fundar sólidamente dicha relación.

nidad, ¿excluye necesariamente al pensamiento

Si se revisa, por una parte, el grueso del pen-

político conservador? Contra la extendida idea

samiento que nos ha llevado a la construcción de

de que la protección radica solo en agrupaciones

conceptos jurídico-ambientales como “justicia

progresistas, Roger Scruton publicó, en 2007,

ambiental” y, por otra, los desarrollos intelec-

su libro Green Philosophy. En él, el filósofo in-

tuales que consideran que la relación entre la

glés llegó a señalar, incluso, que el pensamiento

humanidad y la naturaleza solo se puede dar co-

conservador tiene las mejores herramientas para

rrectamente al reemplazar el antropocentrismo

hacer frente al problema ambiental.

por el ecocentrismo, sería derechamente forza-

Sin querer extendernos innecesariamente so-

do hacer coincidir los fundamentos intelectuales

bre la figura de Scruton, baste señalar que, hasta

conservadores con el desarrollo de ideas pro-

su muerte en 2020 fue el intelectual público con-

pio del movimiento ambientalista. Más allá de

servador más relevante del Reino Unido, desa-

la definición exacta que sigamos, en términos

rrollando una obra particularmente prolífica no

como «justicia ambiental», por ejemplo, nos

solo dedicada a la defensa de la actitud conser-

encontraremos con ideas tomadas de John Rawls,

vadora desde la filosofía política, sino también

Iris Young, Nancy Fraser, Amartya Sen o Martha

con una especial preocupación por la estética y

Nussbaum, todos ellos de tradiciones no conser-

el arte.

1 Disponible en: https://www.economist.com/europe/2020/06/28/greencons-are-a-new-politicalalliance-for-an-uncertain-age

2 Disponible en: https://www.uwosh.edu/facstaff/ barnhill/ES-243/pp%20outline%20Deep%20Ecology.pdf

125


LORE M IPS U M. E NSAYO

La tesis de Scruton con respecto al medioam-

de manera más satisfactoria por las asociaciones

biente es que su cuidado es una lucha que requie-

civiles, cercanas al asunto controvertido, sin bu-

re necesariamente de un motivo que pueda ser

rocracia excesiva, alejadas del aparato estatal y,

compartido por la sociedad en general y que, a la

sobre todo, del internacionalismo bienintencio-

vez, sirva para lograr objetivos ecológicos de lar-

nado que no es sujeto a escrutinio democrático

go plazo. Dicha motivación, en sus palabras, es-

ni cuenta con accountability efectivo. Probable-

taría lejos de las causas globales que promueven

mente, un sector aplaudirá. Pero también habría

tanto el liberalismo y el socialismo y, por el con-

que decir que las carreteras invasivas, las gran-

trario, se encontraría en las lealtades históricas,

des cadenas de supermercados, la agricultura y

identidades locales y compromisos intergenera-

ganadería intensiva, el desarrollo inmobiliario

cionales que descansan en los afectos limitados

indiscriminado y la creencia de que todos los

de la familia, las comunidades y el Estado-na-

bienes se deben transar en el mercado son desas-

ción que protege la actitud conservadora. Así, en

trosos para la causa ambiental, pues rompen con

su pensamiento, dicho motivo se concretiza en

la noción de hogar. Probablemente, aquí serán

la oikophilia, es decir, el amor compartido por un

otros quienes reaccionarán jubilosos.

hogar, por el territorio común, siendo las ciuda-

En este punto, la industria inmobiliaria mere-

des concretas una manifestación especial de di-

ce particular atención. La reflexión de Scruton en

chos territorios.

torno a este tema no fue solamente académica,

La propuesta de Scruton, la oikophilia como

sino que también se puso en práctica: lideró la

punto de llegada, se sustenta en dos ideas. En pri-

comisión Building Better, Building Beatiful, esta-

mer lugar, y haciendo explí-

blecida para asesorar al go-

cito algo que muchas veces

bierno británico respecto a

olvidamos por conveniencia, señala que es evidente que nuestro mundo es finito y que en cierto punto (más allá

La tesis de Scruton con respecto al medioambiente es que su cuidado requiere de un motivo

o más acá, dependiendo del

que pueda ser compartido por

grado de optimismo del ob-

la sociedad en general.

servador) no se podrá crecer

cómo hacer mejores hogares y barrios. En enero de 2020, pocos meses después de la muerte del filósofo, esta entregó un reporte independiente con una serie de recomendaciones en la materia,

más. Debido a lo anterior, se vuelve cada vez más

las que se configuraron desde tres principios:

urgente ajustar nuestras demandas y empujar a

buscar la belleza, rechazar la fealdad y promover

que los negocios —o, dicho de otra manera, toda

el acompañamiento y cuidado de las construc-

actividad económica— hagan lo mismo. La se-

ciones y barrios.

gunda idea es que el problema ambiental, pese a

Respecto a la búsqueda de la belleza, afirma

ser uno de internalización de costos, no es eco-

que ella no puede ser un costo negociado una vez

nómico (la economía, por el contrario, entrega

que los permisos de edificación han sido obteni-

las mejores herramientas para hacer frente a la

dos, sino un parámetro que todos los proyectos

crisis), sino moral, en el sentido de, justamen-

debiesen satisfacer. Por su parte, en relación con

te y en línea con lo anterior, buscar la adecuada

el rechazo a la fealdad, ella se reconoce como

elección de los bienes asociados al fin buscado,

como un costo social que todos estamos forzados

reconociendo que justamente hay bienes que no

a cargar y, en la práctica, resulta en edificios ina-

pueden ser transados.

daptables, insalubles y feos que deben ser evita-

Ahora bien, ¿qué oportunidades y desafíos

dos por cuanto destruyen el sentido de los lugares

existen para una adecuada incorporación de la

y el espíritu de comunidad. Finalmente, en rela-

variable ambiental en la actividad política y qué

ción con el acompañamiento y cuidado, Scruton

lecciones podríamos extraer para un país como

parte de la base de que nuestros ambientes cons-

el nuestro? De modo sintético, podría decirse

truidos y naturales se pertenecen el uno al otro,

así: los problemas ambientales son abordados

y ambos deben ser protegidos para el beneficio

126


a largo plazo de las comunidades que dependen

Preguntas como las anteriores perfectamen-

de ellos. Esto obliga a tener en la mira a los que

te pueden ser abordadas desde una perspectiva

vienen, dejándoles en herencia un ambiente en,

conservadora, lo que, volviendo a nuestra pre-

al menos, tan buenas condiciones como aquellas

gunta inicial, parece disminuir la inicial contra-

en que dichos espacios fueron recibidos.

dicción entre conservadurismo y movimientos

De lo anterior se desprende algo relevante para

ambientalistas. Así, por ejemplo, uno puede leer

cualquier persona dispuesta a escuchar: tomarse

en otro de los principios de la ecología profunda:

en serio el medioambiente para el pensamiento

“el cambio ideológico es principalmente apreciar

conservador (o para cualquier tradición) exi-

la calidad de vida —habitando en situaciones de

ge hacerse preguntas muchas veces incómodas

valor inherente— más que adherir a un estándar

para el establishment del propio sector. ¿Quién

más alto de vida. Habrá una profunda conciencia

está dispuesto a asumir costos personales tales

de la diferencia entre grande y genial”.

como viajar menos en avión o no comprar pro-

Como se observa, el movimiento ambientalis-

ductos importados desde grandes distancias

ta y cierta actitud conservadora coinciden en la

para enfrentar, por ejemplo, el cambio climá-

preservación de un determinado orden. O, visto

tico? ¿Podemos decir que existe una real valo-

desde otra perspectiva, coinciden en el adecuado

ración de lo local y los grupos intermedios si,

cuidado que se debe dar a ciertos bienes y en la

al mismo tiempo, muchas voces de las mismas

dosis justa de pesimismo. Así, pese a no ser her-

comunidades no son escuchadas a propósito de

manos —no llegaríamos tan lejos—, sí existirían

crisis ambientales? ¿Cuán dispuestos estamos a

posiciones desde las cuales construir puentes y

consumir menos e internalizar externalidades

alianzas, siempre y cuando ambos estén dis-

ambientales en el día a día?

puestos a escuchar.

Ficha del libro Green Philosophy. How to Think Seriously about the Planet Autor: Roger Scruton Atlantic Books, 2013 Páginas: 464

Guillermo García es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y LLM in Environmental Law and Policy por University College London. Actualmente cursa estudios de doctorado en derecho en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

127


Como la vida misma GUILLERMO PÉREZ

128

L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE


Nada se pierde con vivir, ensaya; aquí tienes un cuerpo a tu medida. Enrique Lihn

L

a idea original de este breve texto era escri-

que tuvimos fue durante la Navidad de 2019.

bir una reseña sobre la serie This Is Us (disponible

Ahí me contó cuando, un día cualquiera, unos

en Amazon Prime). Algo relativamente sencillo,

soldados llegaron a su pueblo, tomaron unos

que pudiera dar cuenta de los puntos altos y ba-

animales que había en las granjas, los desolla-

jos de uno de los programas de televisión más

ron y los colgaron vivos en sus camiones. Ella

populares de los últimos años. Sin embargo, a

los veía pasar por las calles, riendo y cantando,

medida que avanzaba en la escritura, el texto se

mientras los animales literalmente chillaban de

fue convirtiendo en una especie de diálogo entre,

dolor. Ebrios y enloquecidos, los soldados ele-

por un lado, las tensiones que muestra la serie

gían al azar una casa, sacaban a las familias y las

y, por otro, algunas de mis experiencias vitales

fusilaban sin motivo alguno. Solo por diversión.

más relevantes. Quizá esto ayude al lector a sacar

Han pasado más de ochenta años desde que

sus propias conclusiones sobre un programa que

ocurrieron todas estas cosas. Otros setenta desde

tiene, entre otras virtudes, la capacidad de pro-

que mi abuela llegó como refugiada a Chile, con

piciar en los espectadores la introspección y los

un padre traumatizado, sin madre —ella murió

balances en torno a la vida misma.

de un cáncer fulminante mientras esperaban el

Comienzo contando algo de la mía.

barco para salir de Europa— y con dos hermanos menores de los que hacerse cargo. A pesar del

Preguntas pendientes

tiempo transcurrido, las huellas que la Segunda Guerra Mundial dejó en mi familia siguen pre-

Hace pocas semanas se cumplió el primer aniver-

sentes.

sario de la muerte de mi abuela, Vera Pap Javor-

Hasta el día de hoy todos arrastramos algo de

cek. Ella nació en Yugoslavia, pocos años antes

ese dolor y cargamos con un poco de esa angustia.

de que comenzara la Segunda Guerra Mundial.

Y aunque muchos no hayamos experimentado

Durante casi todo el conflicto, su papá, obrero

en carne propia la tragedia, sus consecuencias

de maquinaria pesada, estuvo prisionero en un

insondables se han ido transmitiendo de ge-

campo de concentración, arreglando los trenes

neración en generación. Es como si entre no-

que llevaban a millones de personas al extermi-

sotros hubiera una especie de hilo invisible que

nio. Casi al final de la guerra logró escapar, nadie

nos permite rastrear y encontrar los vestigios de

sabe muy bien cómo. Luego de su fuga, caminó y

nuestras carencias, defectos, virtudes, vocacio-

caminó hasta llegar a su casa en Yugoslavia. En

nes y alegrías. Con esto en mente, es inevitable

sus últimos meses, mi abuela todavía recordaba

que surjan una serie de preguntas fundamenta-

ese momento: abrir la puerta y ver a su padre en

les: ¿cómo valorar ese hilo que nos une? ¿De qué

total estado de shock, raquítico y vestido con el

forma debemos aproximarnos a todas esas he-

uniforme de un soldado alemán.

rencias y legados que recibimos? ¿Son una carga?

A ella también le tocó palpar el infierno duran-

¿Un regalo? ¿Ambas?

te su infancia. Una de las últimas conversaciones

129


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

convirtiendo en una especie de héroe mitológico, This Is Us: vida y dolor

en el constructor y guardián de la historia y herencia de los Pearson. Por lo mismo, tanto sus

Estas son, precisamente, algunas de las interro-

hijos —Kevin, Kate y Randall— como Rebecca,

gantes que plantea This Is Us. La serie interpela

su viuda, repiten año tras año los ritos familiares

a los espectadores al mostrar, de forma muchas

inventados por él.

veces brutal, que a todos nos toca enfrentar esas

Su partida, sin embargo, no se ve solamente

preguntas en algún momento, sea cual sea nues-

desde la nostalgia: hay también una cara más

tra historia familiar. Porque, querámoslo o no,

difícil. Este otro lado son los efectos devastado-

los juicios de valor acerca de ese hilo invisible que

res que provocó la muerte de Jack. Aunque cada

une a las generaciones, o el balance que hacemos

uno de forma diferente, los Pearson cargan con

en torno al legado recibido por parte de quienes

las consecuencias del trauma de haber perdido a

nos antecedieron, son determinantes a la hora

su padre y esposo cuando los hijos eran adoles-

de buscar y fijar nuestro lugar en el mundo. Y,

centes y el matrimonio había alcanzado por fin la

tal como muestra el programa, estas preguntas

estabilidad de la mediana edad.

y juicios pueden emerger no solo de contextos

La serie, entonces, muestra el camino que re-

dramáticos, sino también de situaciones de la

corre cada miembro de esta familia en su intento

vida diaria, de la pura y simple cotidianeidad.

por asumir esa muerte; por hacerse cargo, entre

En sus hasta ahora cinco temporadas, This Is

otras cosas, de la rabia, la angustia, la pena y la

Us relata la historia de los Pearson, una familia

culpa que traen consigo las pérdidas repentinas e

estadounidense de clase media atravesada por

inexplicables. Y explora también los efectos que

la temprana muerte de Jack. Con el paso de los

esos sentimientos, constantemente reprimi-

años, este padre ejemplar —que, al igual que

dos, generan a lo largo de sus vidas: la obesidad

todos, tiene luces, sombras y fantasmas— se va

mórbida de Kate, cuyo principal vínculo con su

130


padre era a través de la comida; el alcoholismo de

serie sugiere que, en la mayoría de los casos, ese

Kevin, marcado por la culpa de no haber podido

no es todo el asunto. Más allá de los errores que

impedir la muerte de su padre (alcohólico tam-

puedan cometer los padres o de las adversidades

bién); y la autoexigencia de Randall, el hermano

que puedan presentarse, una familia, cuando se

afroamericano adoptado a pocos días de nacer,

sustenta en bases sólidas, es el primer espacio

quien durante toda su vida intenta probar que es

donde refugiarse cuando la vida golpea. Dicho

suficientemente bueno para pertenecer a la fa-

de otro modo, un núcleo familiar basado en el

milia Pearson.

amor, el compromiso y el respeto —como el de

Estos problemas conducen a los hijos a una

los Pearson— siempre va a sumar1.

permanente —y en ocasiones desgarradora—

Así ocurre, por ejemplo, con las recaídas de

lucha por encontrar la tranquilidad, el sentido

Kevin en el alcohol, con las dificultades de Kate

y la pertenencia. Pero es aquí donde reside una

para ser madre y con los ataques de ansiedad de

de sus grandes virtudes: en la forma en que se

Randall. A pesar de que muchos de estos pro-

aproxima a esa búsqueda tan cotidiana, tan fre-

blemas emergen de tensiones profundas entre

cuente, que todos alguna vez emprendemos.

padres e hijos, son esos mismos vínculos filiales —necesariamente limitados, imperfectos e

La familia como opresión

incompletos— los que otorgan consuelo y cobijo en los tiempos difíciles.

En muchas ocasiones, las series de televisión de

Mientras escribo esto y vuelvo una y otra vez

consumo masivo son el re-

sobre las dificultades de los

flejo de tendencias instala-

Pearson, no puedo dejar de

das en el excéntrico mundo

pensar en ese yo adolescente

del espectáculo, que lue-

¿De qué forma debemos

go van permeando hacia el

aproximarnos a todas esas

y encontrar su propia iden-

herencias y legados que

tidad. En constante rebeldía,

resto de la población. Una de ellas, por ejemplo, es la extendida idea de que la familia tradicional es una ins-

recibimos? ¿Son una carga? ¿Un regalo? ¿Ambas?

titución del pasado que se

que trataba de diferenciarse

intentaba romper por todos los medios con lo dado: borrar mi herencia católica, alejar a mi familia, reír iró-

debe superar, un espacio opresivo del cual debe-

nicamente de las certezas y absolutos que sos-

mos liberarnos. Así parecen mostrarlo con dis-

tenían la vida de mis padres y abuelos. Vuelve,

tinta intensidad programas como Two And A Half

como un eco, aquel poema excepcional de Enri-

Men o How I Met Your Mother, entre otros. De este

que Lihn:

modo, “lo dado”, la herencia y los hilos que unen a las generaciones son percibidos como lastres

Pero pasan los años por los años

que impiden la realización personal. La vida, por

y he aquí que eres ya un adolescente.

tanto, comienza a recorrerse cuando en los pri-

Bajas del monte como Zaratustra

meros años de la juventud encontramos espacios

a luchar por el hombre contra el hombre:

donde desprendernos de ese peso.

grave misión que nadie te encomienda;

This Is Us no sigue esa corriente ni cae en el fa-

en tu familia inspiras desconfianza,

cilismo de reducir la vida familiar a una presen-

hablas de Dios en un tono sarcástico,

cia insoslayable, como si el hogar no fuera más

llegas a casa al otro día, muerto.

que un panóptico foucaultiano. De hecho, hace justamente lo contrario: enriquecer las dimensiones y las categorías con las que habitualmente se valoran los vínculos familiares. Al mismo tiempo que muestra que la familia puede traer consigo problemas, cargas e incluso traumas, la

1 Para ver la familia desde una óptica sociológica y comprender las carencias que existen cuando se le observa solamente desde la política pública, recomiendo la lectura del artículo de Consuelo Araos y Catalina Siles en este mismo número de Punto y coma.

131


LORE M IPS U M. E NSAYO

Pero Lihn no se queda en una épica adolescente y

Caer en esta lógica conduce a la frustración,

juvenil, sino que es capaz, con esa lucidez única

pues nos hace perder la conciencia de nuestras

del poeta, de mostrar las tensiones y las contra-

limitaciones. Por lo mismo, no podemos olvi-

dicciones de una edad tan volátil: “no hay alegría

dar que, sean cuales sean los cursos que tome-

que te alegre tanto como caer de golpe en la tris-

mos o los libros que leamos, nada nos impedirá

teza / ni dolor que te duela tan a fondo como el

cometer errores con nuestros hijos. Esta es una

placer de vivir sin objeto”.

lección tranquilizadora para quienes aún no so-

Es probable que la gran mayoría de nosotros

mos padres y lidiamos con el miedo de no ser lo

haya pasado por esta etapa. Sin embargo, cuan-

suficientemente buenos: tarde o temprano nos

do el desprecio adolescente se transforma en una

vamos a equivocar, pues todos los padres, inclu-

tendencia cultural compartida por personas de

so aquellos que cumplen su tarea de forma ex-

todas las edades, la situación se vuelve proble-

traordinaria, lo hacen. Esto no significa justificar

mática: no es posible construir una comunidad

cualquier equivocación o impulsar la mediocri-

cuando padres y abuelos, los primeros transmi-

dad paterna o materna: es sano intentar evitar

sores de la cultura, se paran frente a la vida des-

las faltas, pero también lo es sabernos limitados.

de la rebeldía permanente y renegando de todo

Todo esto se muestra especialmente bien en

pasado, sin considerar que este, con sus luces y

This Is Us. Rebecca y Jack son padres ejemplares,

sombras, también les pertenece y constituye.

pero también se equivocan en asuntos importantes que repercuten en sus hijos. Esconderle

Padres (e hijos) limitados

a Randall la dirección y el nombre de su padre biológico drogadicto cuando él buscaba sus orí-

Otro aspecto fundamental en This Is Us, relacio-

genes con desesperación, o hacer sentir a Kevin

nado con el anterior, tiene que ver con el modo en

constantemente desplazado por su hermano

que la serie aborda la relación entre padres e hi-

adoptado y su hermana con problemas de auto-

jos. En la actualidad, sobre todo a medida que ha

estima son algunos de los errores involuntarios

ido creciendo la conciencia con respecto al apego

que generan profundos conflictos. Ninguno de

y la corresponsabilidad, a los padres y madres se

estos problemas, sin embargo, les impide cons-

les exige un involucramiento casi heroico en la

truir una familia basada en el amor, el respeto y

vida de sus hijos. Esto no deja de ser paradójico si

el compromiso.

consideramos que las familias parecen ocupar un lugar cada vez menos central en la vida común.

Ser padres e hijos teniendo consciencia de las limitaciones propias de cada persona permite

A pesar de los efectos positivos que puede

que emerjan sentimientos de compasión y em-

traer consigo esta conciencia renovada respecto

patía que pueden ser muy sanos. En cierto modo,

de los roles paternos y maternos, cabe pregun-

a muchos nos ha costado comprender algo que

tarse hasta qué punto las enormes exigencias

This Is Us recalca constantemente: la gran mayo-

que recaen hoy sobre los padres pueden volver-

ría de los padres y madres hacen el mejor trabajo

se excesivas, desgastantes y, a la larga, contra-

que pueden con las herramientas que tienen a su

producentes. El margen de error respecto de la

disposición. Incorporar aquello a nuestro pro-

crianza se ha vuelto cada vez más estrecho, y los

pio balance vital puede no solo ser útil, sino in-

estándares se han elevado tanto que para mu-

cluso reparador.

chos son imposibles de cumplir, menos aún en un contexto de pandemia. Es como si la idea de la

***

autoexplotación como condición del éxito y del desarrollo personal, compartida por pensado-

This Is Us entrega enseñanzas profundas. El modo

res tan disímiles como Patrick Deneen y Byung-

en que se aproxima a las múltiples dimensio-

Chul Han, hubiera permeado incluso en la diná-

nes de la familia, a las dificultades del duelo, a

mica familiar.

la forma en que ciertos conflictos de la infancia

132


repercuten en la adultez o en que presenta el in-

Ahora bien, esta nueva etapa no clausura nin-

tento de los padres por cumplir su tarea lo mejor

guna de las preguntas que aquí hemos enuncia-

posible a pesar de los errores son aspectos fun-

do y a medida que avanza plantea otras nuevas.

damentales y que tendemos a olvidar. En esta

¿Cómo transmitirle esas luces y sombras a quie-

misma línea, es particularmente sorprendente

nes vengan después de mí? ¿Cuánto de mi abuela,

cómo la serie logra mostrar que lo heredado no

Vera Pap Javorcek, quedará todavía en mis hijos?

es solo carga sino también regalo y que, al final

¿Volveré a verla alguna vez reflejada en ellos?

del día, es imposible desprendernos completamente de quienes nos antecedieron.

Soy un nieto de la guerra, de los campos de concentración y de los dolores brutales del siglo

Por mi parte, comencé viendo This Is Us un mes

XX, pero también de la esperanza, el amor in-

antes de casarme. En ese momento suponía que

condicional, la fe y la resiliencia de una familia

sería un programa más de los tantos que he visto

como tantas. Supongo que, al igual que ellas, las

a lo largo de los últimos años. Sin embargo, poco

respuestas irán apareciendo de la mano de nue-

a poco se fue transformando en una fuente de

vas preguntas. Es el destino de la condición hu-

conversaciones y balances cotidianos. No exage-

mana tan bien retratado en This Is Us.

ro al decir que ha sido una gran escuela para dar comienzo a la que espero sea la mejor etapa de mi vida.

Ficha de la serie This is us Creador: Dan Fogelman Elenco: Milo Ventimiglia, Mandy Moore, Sterling K. Brown, Chrissy Metz y Justin Hartley. 88 episodios en 5 temporadas Disponible en Amazon Prime

Guillermo Pérez es abogado de la Universidad Adolfo Ibáñez y estudiante del magíster en literatura comparada de la misma casa de estudios. Es investigador del IES.

133


— Olimpo — CHRISTOPHER LASCH


“E

s la idea misma de una carrera la que debe

siglo XX, vuelve sobre el famoso texto de Ortega

ser puesta en cuestión”, sostenía Christopher

y Gasset. Para el pensador español, la rebelión

Lasch en una de sus últimas entrevistas. Dejaba

de las masas residía en que estas se resistían a

caer esta afirmación en medio de una discusión

todo ideal exigente, se negaban a toda dirección

sobre la vida familiar y, en particular, sobre la

y tenían un culto casi religioso en torno al propio

necesidad de intentar que la carrera profesional

cuerpo y al propio bienestar. Según el lacónico

de mujeres y hombres no sacrifique la crianza y

comentario de Lasch, sin embargo, “estos hábi-

educación de los hijos. A la insistencia en que los

tos mentales son hoy más característicos de los

hombres deben asumir más tareas domésticas,

niveles superiores de la sociedad”.

notaba Lasch, había que sumar un cuestiona-

La mirada de Lasch recaía ante todo sobre los

miento de la noción de desarrollo profesional. Su

efectos políticos de esta transformación de las

exhortación parece plenamente vigente: la bús-

élites, mayoritariamente ciegas a las desigual-

queda del éxito debe reemplazarse por el ideal de

dades ancestrales que amenazan con volver a es-

una vocación; un ideal que no absorba nuestra

tablecerse. Apunta que, incluso cuando una élite

vida entera y cuya dignidad puede medirse, en

adquiere conciencia de que hay problemas, ella

último término, por su servicio a la comunidad.

se caracteriza por la fe en que estos se verán su-

Se trata de una observación característica de este historiador y crítico social que vivió entre

perados con el lenguaje correcto: con derechos, diversidad y compasión.

1932 a 1994, y cuya fama se debe principalmen-

Como es natural, estos singulares rasgos, que

te a su cuestionamiento de la cultura narcicista.

lo habían alejado de su trasfondo biográfico en

En palabras de la filósofa Jean Bethke Elshtain,

la izquierda, le dieron también a Lasch indepen-

Lasch se caracterizaba por una “obtusa insisten-

dencia respecto de la derecha de su época. “La

cia en que hay que llamar las cosas por su nom-

defensa de los valores conservadores ya no pue-

bre”. Hijo de un periodista y una trabajadora so-

de ser confiada a los conservadores”, concluye

cial, ambos de izquierda, formó parte por mucho

en un ensayo de 1990. La razón para esta des-

tiempo de dicha tradición política. De sus padres

confianza se encuentra en las extrañas alianzas

proviene también su capacidad de escribir para

que la mentalidad conservadora había forjado

un público amplio, alejado de lo que llama “el

con la fe en el progreso, la ideología dominante

lenguaje incomprensible de la rebelión acadé-

de la modernidad. Después de todo, un conser-

mica”. Fue dueño, sin embargo, de una mente

vadurismo que absorbe ideales de crecimiento

extraordinariamente independiente, que en las

ilimitado y que no cree en la educación del in-

décadas de 1960 y 1970 lo acabaría separando

saciable apetito humano no puede sino acabar

de la orientación política que predominaba en

traicionando la conciencia de los límites que está

sus orígenes.

en su propia base. En su penúltima obra, The True

Es precisamente de ese proceso que surgen los

and Only Heaven (1991), levanta precisamente la

libros en que anticipa y desmenuza problemas

pregunta por las formas en que esta creencia en

fundamentales de la cultura política contempo-

el progreso ha logrado subsistir a pesar de toda

ránea, entre ellos La cultura del narcicismo (1979)

la evidencia que las tragedias del siglo XX mon-

y La rebelión de las élites (1996). Fue en esta últi-

taron en su contra. Si algo confirman los escritos

ma obra que subrayó la inaudita desconexión en

de Lasch, en cualquier caso, es que la más lúcida

que viven las élites contemporáneas, cuya visión

crítica cultural nace precisamente de la concien-

de mundo sería “esencialmente la de un turis-

cia de los límites.

ta”. En ese célebre ensayo, publicado a fines del 135


L A RE C ONS TRU C C IÓN DE MOC RÁTIC A DE C HILE

últimas publicaciones

El Estado subsidiario, de Chantal Delsol

Tensión constituyente, de Claudio Alvarado

1943. La crisis del humanismo cristiano, de Alan Jacobs

Punto y coma 4 Pensar el Estado.

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