N°8 / ABRIL 2023 $8.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480
¿Por qué los intelectuales públicos? Jean Bethke Elsthain Conversación entre Josefina Araos y Pablo Ortúzar Contrapunto sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron Entrevistas a Daniel Innerarity, Alfredo Joignant y Eric Voegelin
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puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº8, abril de 2023 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinadora: María Josefina Poblete Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: María Josefina Poblete, Joaquín Castillo, Pablo Ortúzar, Josefina Araos, Francisca Echeverría, Rodrigo Pérez de Arce, Elena Irarrázabal, Claudio Alvarado, Manfred Svensson, Iván Jaksic, Álvaro Vergara, Rachel Théodore, Cristóbal Aguilera, Diego González, Gabriela Caviedes, Eduardo Galaz, Asunción Poblete, Juan Ignacio Brito, Marisol García, Joaquín García-Huidobro E., Neil Davidson, María José Viveros, Lucy Oporto y María José Naudon. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Fundación Jaime Guzmán, Alfredo Jaar, Rodrigo Marín, Archivo Universidad de La Frontera y Huemul Estudio. ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros
Agradecemos a la Fundación Hanns Seidel por su apoyo en la publicación de esta revista.
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Editorial 04
María Josefina Poblete y Joaquín Castillo
La gran fractura: ideas y política en el Chile actual Conversación entre Pablo Ortúzar y Josefina Araos 08 Más allá del activismo 19 Entrevista a Daniel Innerarity 26 ¿Un quiebre endémico? 34 Entrevista a Alfredo Joignant 42 La influencia política de Andrés Bello 49 Entre la torre de marfil y el traje verde olivo 55
Equipo Punto y coma Francisca Echeverría y Rodrigo Pérez de Arce por Elena Irarrázabal Claudio Alvarado por Manfred Svensson Iván Jaksic Joaquín Castillo
Rescate ¿Por qué los intelectuales públicos? 64
Jean Bethke Elshtain
Horas en la biblioteca 74 Contrapunto de Álvaro Vergara y Rachel Théodore sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron. Reseñas sobre Alan Jacobs, Anne Applebaum, Enzo Traverso, Claudio Ramos y Hugo Herrera. Lorem ipsum 94
Juan Ignacio Brito
Entrevista a Juan Pablo González 100
por Marisol García
Increíblemente malo
La reforma agraria 106
Joaquín García-Huidobro E.
Humo en el cielo
112
Neil Davidson
La mirada de la infancia en María José Ferrada
118
María José Viveros
Entrevista a Eric Voegelin
123
La putrefacción de la ‘primavera’ de Chile y el mal absoluto 128 Jorge Teillier. La trama tras la poesía lárica 136
Lucy Oporto María José Naudon
Olimpo: Joseph Ratzinger / Benedicto XVI 142
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La gran fractura: ideas y política en el Chile actual
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E
s sabido que nuestra actual crisis tiene diversas causas, entre las que destacan la dificultad para dar respuesta a las principales preocupaciones ciudadanas como orden público, economía y pensiones; una deslegitimación creciente de las principales instituciones públicas y privadas; unas élites políticas cada vez más polarizadas; una frustración y malestar respecto del sistema institucional que no han encontrado soluciones satisfactorias, y un debate político de bajo nivel y absorbido por las lógicas del espectáculo. Pero a esos factores cabe además añadir otro elemento menos tratado en nuestras discusiones, aunque igualmente relevante: una fractura entre ideas y política. Ella se traduce, por un lado, en la dificultad que tiene parte importante de nuestra institucionalidad para procesar o mediar aquello que se elabora y propone desde las universidades o los centros de investigación. Por otro lado, el problema también reside en quienes ven la política como un campo libre para llevar a cabo sus proyectos abstractos sin consideración alguna por la realidad que quieren modificar. En este contexto, el presente número de Punto y coma busca preguntarse cómo lograr una relación sana y fructífera entre ideas y política, conscientes de que la especificidad de cada uno de estos ámbitos exige distinguir aquello en lo que pueden aportar de cara a los desafíos de una sociedad crecientemente compleja. Después de todo, el cortoplacismo o la búsqueda del aplauso fácil, o el lenguaje enrevesado y abstracto, hacen que política e ideas parezcan ir por carriles paralelos, con el consiguiente empobrecimiento de nuestro debate político. Sobre este problema resulta tentador culpar a la clase política. En los últimos años abundan los ejemplos de dirigentes que han sido impermeables a la evidencia y que han empujado proyectos con consecuencias nefastas para nuestro futuro. Los retiros de los fondos de pensiones han sido el ejemplo más elocuente de este problema, pero lo cierto es que abunda una política de la performance o de la pura reacción, incapaz de generar proyectos con visión de Estado que perduren en el largo plazo. No obstante, sería un error asumir que el problema existe solo en ese ámbito. También quienes se dedican al cultivo de las humanidades y las
ciencias sociales han experimentado obstáculos para colaborar de manera más útil a nuestra discusión pública. El ejemplo más preclaro de esta desconexión es lo ocurrido con la Convención, autora en 2022 del fallido borrador constitucional allí, a pesar —y, en parte, por culpa— de la presencia de académicos con vasta experiencia universitaria, se desplegó un discurso autorreferente y autosuficiente que desconoció la institucionalidad arraigada en Chile, ignoró las preocupaciones urgentes de una población cada vez más frustrada con el sistema político e intentó rehacer nuestra sociedad a partir de modelos abstractos o importados de otras latitudes. De ese modo, no pudieron contener o canalizar ciertas prácticas perniciosas de nuestra clase política, que incluso se mostraron de manera más nítida en dicho órgano. El problema, sin embargo, también está presente en las universidades, las que han tendido en el último tiempo a encerrarse en lógicas de producción de conocimiento —papers, publicaciones, fondos de investigación— que suelen interpelar, en el mejor de los casos, solamente a los especialistas, más que a un público general interesado en las cuestiones comunes. El problema de fondo, en una y otra dimensión, es que su solución no pasa simplemente por el hecho de que nuestros políticos tengan muchos grados académicos o que los intelectuales participen en la “batalla” de las ideas, sino en buscar modos sanos en que uno y otro mundo se relacionen. La fractura entre política e ideas nos sitúa en un escenario crítico y desafiante. En un sentido más amplio, parte importante de esta crisis se relaciona con una desconfianza de larga data en todo tipo de mediación: pareciera que en nuestra vida privada e interacciones públicas, en el mercado o en las redes sociales, queremos acceder de manera directa a la información, a las mercancías o al trato con los demás. Ya no aceptamos con tanta facilidad las demoras o distancias que implican las grandes instituciones por medio de las cuales interactuábamos en el pasado, las que se encuentran envueltas en un manto de desconfianza y deslegitimación. Es quizás ese mismo fenómeno el que se observa entre políticos e intelectuales, cuya labor, por antonomasia, es de mediación: mediación entre grupos humanos o regiones que tienen intereses contrapuestos,
entre el mundo de las ideas y el de la acción, entre quienes piensan diferente y se ven compelidos a compartir espacios e instituciones. ¿Cómo se pueden relacionar de manera más sana estos mundos que necesitan de la mediación si es justamente ese principio el que está puesto en entredicho? ¿Cómo pueden los ciudadanos valorar, confiar e interactuar con otros si quienes debieran ser los primeros en mediar no logran su cometido? ¿Cuánto influye en este escenario la sobrepoblación de medios, personas y estímulos de todo tipo que luchan por nuestra atención? ¿Cómo construir lo común si la fragmentación es una marca constitutiva de nuestro presente? Este número de Punto y coma quiere dar cuenta de esa desconexión que existe entre la política y las ideas, así como esbozar algunas vías que permitan cultivar una relación más saludable entre ambas dimensiones. Tomando en cuenta la particularidad de esa distancia en el mundo actual, la política con sus lógicas propias del espectáculo y tentada por el cortoplacismo, o una academia encerrada en sí misma y en sus jergas propias de especialistas, urge la búsqueda de políticos e intelectuales que quieran construir vínculos entre dos áreas tan relevantes para la vida social. Los ensayos y entrevistas que aquí se incluyen subrayan la importancia de una intelectualidad atenta a las particularidades de la realidad, de la vida concreta: no sirven las abstracciones, las planificaciones globales o los modelos ideales que ignoran la propia historia y la cultura de las comunidades en las que buscan incidir. La lectura que subyace a toda esta reflexión es que necesitamos reconstruir los lazos entre ambos mundos, cuidando la función específica de cada uno, pues solo así podremos dotar de mayor fundamento la acción política permitiendo, al mismo tiempo, que esta última actividad esté anclada en la realidad. Tal como destacan los autores y entrevistados en las páginas que siguen, tanto las universidades y centros de estudio como la clase política deben estar particularmente atentos a la realidad que buscan comprender y sobre la que quieren influir. Es esa realidad la que debiera ser punto de partida para toda reflexión y acción; es ella la que da sentido a todos sus esfuerzos. Joaquín Castillo María Josefina Poblete Editores 5
Ilustración: Alejandra Acosta
La gran fractura: ideas y política en el Chile actual
Sobre influir y comprender Una conversación entre Josefina Araos y Pablo Ortúzar EQUIPO PUNTO Y COMA
Además de ser activos comentaristas de la actualidad política, Josefina Araos y
Pablo Ortúzar nunca han dejado de lado su faceta académica. Araos cursa un doc-
torado en filosofía en la Universidad de los Andes, donde estudia el pensamiento de Hannah Arendt, y Ortúzar entregó hace pocos meses su tesis doctoral en la Universidad de Oxford, en la que aborda los orígenes del principio de subsidiariedad. Comparten, además, lecturas y conversaciones al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), donde ambos son investigadores. En esta conversación quisimos profundizar en la relación entre la academia y el debate político: ¿qué identifica el rol del intelectual público a diferencia del académico? La política y la academia, ¿son excluyentes o complementarias? ¿Qué puntos ciegos tiene cada una? Estas y otras preguntas las abordamos con dos de los intelectuales jóvenes más destacados del escenario local.
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¿Cómo entienden el papel de las ideas en la ac-
segunda, y ambas se empobrecen (un ejemplo de
ción política?
esto es lo que vimos en la Convención). Dicho de otro modo, pierde sentido de realidad. A su vez,
PABLO ORTÚZAR (PO): Creo que la acción po-
la acción que desprecia las ideas se vuelve pura
lítica siempre remite, finalmente, a horizon-
estrategia, pura fuerza, como dice Pablo, pues
tes de sentido que se presentan en forma ideal.
olvida que remite a algo más allá de sí misma. La
Horizontes que, además, configuran nuestra
acción sin ideas o sin reflexión es una acción sin
manera de entender el tiempo y vivir en él. Las
raíces, como dice Arendt; una acción sin proyec-
ideas, en ese plano, orientan la acción política.
ción y sin capacidad de juicio, que olvida sus im-
Pero también recogen la experiencia específica
plicancias sobre la vida cotidiana. ¿A que princi-
de esa acción y proponen límites y exigencias a
pios y orientaciones últimas remite, más allá del
la práctica política respecto de cómo orientarse
mero pragmatismo?
efectivamente a ese ideal. Todo debate político sobre medios y fines es, en suma, un debate de
PO: Muy de acuerdo. La relación entre ideas y
ideas. Ellas dan autoridad al poder político, que
acción política es efectivamente de reciprocidad.
sin ellas sería pura fuerza.
Como decía Kant, los pensamientos sin contenido son vacíos, y las intuiciones sin conceptos
JOSEFINA ARAOS (JA): Concuerdo en general
son ciegas. No podemos conocer desde la pura
con lo que plantea Pablo, aunque quizás sub-
experiencia ni desde la pura abstracción. Y am-
rayaría más la reciprocidad de la relación entre
bas dimensiones, además, están atravesadas por
ideas y acción política. Entender el papel de las
la naturaleza social del ser humano: venimos al
primeras exige comprender qué las une a las se-
mundo de y con otros. Y, por lo mismo, nuestro
gundas. Por reciprocidad me refiero a que ambas
lenguaje nunca es privado. Ahora, en el caso de
están en una dinámica permanente de tensión y
la política, lo explorado es el poder. Y ahí la ten-
diálogo, que debe mantenerse siempre, o de lo
dencia histórica de los colectivos sociales ha sido
contrario arriesgan instrumentalizarse unas a
a dejar las deliberaciones sobre la relación entre
otras. Las ideas no nacen de una abstracción que
forma política y virtud o justicia hacia “adentro”,
ocurre en algún lugar previo a la acción, sino que
hacia un “nosotros” que, en el pasado, suponía
son resultado de una conciencia siempre arrai-
una serie de exclusiones por sexo o estatus, y re-
gada en alguien que, como dice Hannah Arendt,
lacionarse desde la coerción hacia afuera, hacia
vive con otros y experimenta su propia subjeti-
los “otros”. En ese sentido, el anclaje social de lo
vidad como un diálogo; nunca en pura soledad.
político no necesariamente lo vuelve menos bru-
Ese es el dato ontológico originario: que vivimos
tal. Lo que ha horadado la desmesura de lo polí-
con otros y nuestra conciencia y reflexividad
tico, creo yo, ha sido la revelación del Reino de
surge de ahí. Eso sitúa las ideas en vínculo con
Dios, que destruye la unidad político-religiosa
la acción, con el mundo y con otros. Y me parece
de las comunidades del mundo antiguo y abre el
importante subrayar esto, porque si la idea pres-
espacio para la reflexividad, al bifurcar la auto-
cinde o desprecia esa realidad, la primera siem-
ridad política de la espiritual y establecer límites
pre termina reivindicando una jerarquía sobre la
para ambas.
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POLÍTICA Y RELIGIÓN
los quiebres de lazos sociales y la radicalización
En relación con lo último, ¿cómo evalúan el rol y
mocracias, etc. Que no haya un partido católico,
la influencia del pensamiento católico y de ins-
por ejemplo, no me preocupa, en la medida en
piración cristiana? Da la impresión de que han
que esa tradición siga reclamando y ejerciendo
existido tiempos mejores al respecto, ¿o no?
su derecho a participar legítimamente en el de-
de procesos de individuación, la crisis de las de-
bate sobre nuestra vida en común. PO: Yo no estoy tan seguro de eso. La relación entre cristianismo y forma política en Latinoa-
¿Y qué dirían frente al avance de las agendas
mérica tiene una historia poco halagüeña. La
sobre aborto, matrimonio, eutanasia, disolu-
bifurcación cristiana entre autoridad política y
ción de la familia tradicional, etc.? El mismo
autoridad espiritual ha intentado ser colapsada
Benedicto XVI advertía sobre la dictadura del
constantemente en función de proyectos políti-
relativismo. ¿No muestra todo eso un debilita-
cos, ya sea oligárquicos o revolucionarios. Da la
miento del pensamiento o la cultura cristiana?
impresión de que nunca hemos tenido una relación sana entre Iglesia y Estado, por decirlo así.
JA: Es que la pérdida de influencia de la cultura
Y ahora lo que tenemos es un puro vacío, porque
cristiana en un mundo que se va haciendo menos
durante la dictadura el cristianismo jugó a dos
religioso supone una historia mucho más larga.
bandas, como refugio en la resistencia contra la
No tengo claro que eso haya sido tan lineal y pro-
dictadura y como aliado del
gresivo, y el avance de esas
liberalismo en la causa an-
agendas tampoco ha segui-
ticomunista, y terminó per-
do un camino incontenible
diendo identidad en ambos
La acción sin ideas o sin
frentes, disolviéndose en lo
reflexión es una acción sin
de 2022, los datos de la en-
raíces, como dice Arendt; una
cuesta COES mostraban que
secular. JA: Estoy de acuerdo. Creo, además, que hay dos planos
acción sin proyección y sin capacidad de juicio.
para evaluar esa pregunta: el
y unidireccional. A inicios
agendas
“conservadoras”
han ido recuperando fuerza; otro ejemplo es el rechazo que generó en nuestro pro-
lugar y valoración social de la Iglesia actualmen-
ceso constituyente el modo en que abordó los
te, y el peso de esa tradición en distintos ámbitos
derechos sexuales y reproductivos. Por ahora, el
de la vida social. Obviamente lo primero hoy está
apoyo al aborto parece acotarse a causales con-
debilitado, pero no creo que de eso se siga asu-
cretas y no a una agenda de aborto libre, y esto
mir una disminución de su relevancia. La crítica
por convicciones sustantivas. En eutanasia, que
contemporánea a ciertas ramas del progresismo
tiene siempre un apoyo más transversal, persiste
es inseparable del reconocimiento del papel de
la duda de hasta qué punto se trata de una res-
ciertos actores vinculados de una u otra manera
puesta a dinámicas que varios han denunciado,
a esa tradición. Pero creo, con Pablo, que no hay
como el ensañamiento terapéutico, la falta de
que idealizar momentos de mejor relación entre
apoyo institucional o de cuidados paliativos, etc.
religión y política; siempre es compleja y está
No quiero desconocer los riesgos que advertía
llena de oscuridades en cada periodo. Tiendo, de
Benedicto XVI, pero sí matizarlos. Porque ade-
hecho, a preferir un periodo de crisis como este,
más, respecto del lugar de la religión, una cosa es
donde la Iglesia se ve obligada a hacerse peque-
la pregunta por su influencia e impacto político,
ña, como decía Benedicto XVI, y repensar desde
o en las esferas de poder, y otra por su lugar en la
ahí su función. Creo que tiene mucho para decir,
cultura, como siempre ha distinguido Pedro Mo-
particularmente hoy día, respecto de preguntas
randé. De hecho, creo que hoy vivimos, al menos
bien fundamentales sobre la convivencia, los lí-
en Chile, un buen momento para reivindicar el
mites de la tecnología, el calentamiento global,
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lugar legítimo de ese pensamiento en la discu-
teórica, a alcanzar esa verdad en el ámbito de la
sión sobre nuestra vida en común.
convivencia, del encuentro entre los distintos,
PO: Pienso parecido. Es cierto que hay un debili-
riencias de la realidad nos va permitiendo cons-
tamiento de la influencia política directa del cle-
tatar, acceder y enriquecer ese mundo común
ro y que mucha más gente se reconoce abierta-
que habitamos. En ese sentido, creo que se puede
mente hoy como atea o agnóstica. Pero la calidad
y se debe aspirar a una clase política más reflexi-
del “cristianismo social” del pasado creo que es
va, pero eso no significa que tenga que ser inte-
bastante cuestionable. Por algo Alberto Hurtado
lectual ni que le da jerarquía a los intelectuales
dejó la escoba haciendo la pregunta de si Chile
sobre ella. Lo que veo hoy es vacío en la política
era o no un país católico. Era ciertamente un país
de ese nivel. No es solo que los políticos carez-
clericalista, pero dudosamente uno muy cristia-
can de formación intelectual —que puede ser un
no. Hoy podríamos pensar que, con la pérdida del
problema—, sino que existe una comprensión
poder clerical, eso se ha sincerado. Estamos en
completamente superficial e instrumental de su
medio de una pelea muy interesante, justamente
misión, reducida a la lucha exclusiva por el po-
porque el progresismo identitario está debilitado
der. Por eso es importante el diálogo con la re-
y agresivo, y la crítica cristiana basada en la ver-
flexión intelectual, que puede ayudar a la política
dad revelada logra hacerse escuchar en medio de
a tener insumos y recordarle su sentido, no re-
donde la puesta en diálogo de las diversas expe-
la confusión y la desespera-
emplazarla. Siempre estamos
ción. Agustín, frente al saqueo
en esa tensión y, de tanto en
de Roma y el enojo de aquellos que acusaban al Dios cristia-
El problema de la universidad
tanto, aparecen intelectuales que creen descubrir la clave
no de haberle incumplido al
es especialmente agudo
Imperio cristiano, las cantó
en las humanidades y las
política a liderar la aplicación
claritas mostrando que Roma
ciencias sociales; no hemos
de ese descubrimiento. Eso es
y la máquina imperial nunca habían sido cristianas. Y que ya pretender relacionarse con Dios en una lógica de pasan-
logrado generar estándares de excelencia distintos a los de las ciencias exactas.
do y pasando era una creencia
de todo y que deben entrar a la
muy peligroso, y la Convención fue una muestra de ello. PO: Para mí la distancia entre reflexión y acción polí-
pagana. Quizás estamos en una coyuntura si-
tica nunca puede ser tan grande. Es un diálogo.
milar, con los peligros y oportunidades propios
Cuando deja de serlo, o se vive en la abstracción
de las épocas en que se derrumban las fantasías
total e irresponsable, o uno se reduce al pequeño
mundanas o gnósticas, por usar el concepto de
tejemaneje del ajedrez del poder. Entender los lí-
Voegelin.
mites y las capacidades del poder exige observación directa y práctica. Y eso, a su vez, demanda
EL SENTIDO DE LA POLÍTICA
manejar registros y puntos de vista distintos al académico.
Una pregunta que siempre ronda en nuestras conversaciones es la tensión entre la influencia
JA: Dedicarse a las ideas no implica, en ningún
y la comprensión. ¿Son excluyentes? ¿Es posi-
caso, que la influencia sea irrelevante, sino que
ble tener una clase política más reflexiva o se
es secundaria; viene después, por consecuencia.
trata de un ideal imposible de alcanzar?
Pero tiene que mandar la comprensión, ¡no puedes dejar nunca de pensar! Es una actividad que
JA: Sobre la tensión entre influencia y compren-
no se detiene. Arendt usa la imagen de Penélope
sión, Arendt dice que la política no es un ámbito
y su tejido, porque comprender y pensar tiene
separado del problema de la verdad. Ella también
algo de deshacer por la noche lo que se avanzó
aspira, aunque en modo distinto a la reflexión
en el día. No en el sentido de relativismo, pero sí
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L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN
de duda, de pregunta, de demora; de detención
tiranía del paper, también su politización. ¿Son
y espera. Y eso debe mandar, o la influencia se
los riesgos más relevantes?
vuelve pura agenda, sin revisión crítica permanente de sus propios objetivos.
JA: Creo que una academia capaz de salir de su encierro y de la tiranía del paper no es necesa-
PO: Por eso es clave ser parte de una comunidad
riamente una más “comprometida” o politiza-
académica. Y no andar de llaneros solitarios. Es
da —en el sentido habitual del término—, sino
la corrección fraterna la que te impulsa a recu-
una que no pierde la conexión con la realidad
perar el equilibrio, además de hacerte tolerante
de donde debe nutrirse de preguntas. En cuan-
a la crítica, porque sabes que viene de un buen
to a las amenazas, creo que lo más evidente es
lugar. En eso, el IES ofrece una experiencia ins-
el proceso de “industrialización” de la univer-
titucional que nos conecta con el pasado de las
sidad, como lo llama Morandé. Lo protagónicas
universidades como comunidades de vida, y que
que se han vuelto las exigencias de productividad
pocas casas de estudio hoy pueden lucir.
de los académicos, no solo porque predomina el paper sobre el libro, sino porque además se tien-
Pero ¿qué papel podría esperarse de los políti-
de a promover una investigación solo movida
cos en este ámbito?
por el objetivo de asegurar esa productividad. Y ahí pierdes conexión con la realidad, que puede
JA: Creo que no solo es clave una relación virtuo-
exigir preguntas poco factibles de abordar en un
sa con el mundo intelectual,
paper, y también autonomía,
sino también el reencuentro
porque quedas sometido a los
con el sentido de la política misma. Sobre eso hoy la política no tiene reflexión propia
Una academia capaz de salir de su encierro no es
criterios que se van volviendo dominantes. Arriesgas así a tener una academia súper
y está reducida a la lucha por
necesariamente una más
el poder, o bien dominada por
“comprometida” o politizada,
con preguntas irrelevantes
el afán paternalista y avasa-
sino una que no pierde la
respecto de la sociedad en que
llador de quienes aspiran a transformar por completo la
conexión con la realidad.
sociedad sin interés por lo que
productiva y eficiente, pero
está inserta. PO: Concuerdo con el pano-
ella es. Por eso adquiere tanta fuerza la deman-
rama general. Pero creo que el problema es es-
da de escuchar a la gente y de identificarse con
pecialmente agudo en las humanidades y las
el sentido común. Pero en fin, eso abre otra veta.
ciencias sociales, porque no hemos logrado generar estándares de excelencia distintos a los de
PO: Bueno, claro. Una veta muy importante, por-
las ciencias exactas, que hoy dominan la acade-
que justamente la sociología intenta o debería
mia. Y el problema es que en las ciencias exactas
intentar cumplir ese rol mediador, de entregar
la investigación siempre es un aporte y parte de
reflexividad y capacidad de autoobservación al
la base de lo ya construido. Luego, el volumen
sistema político en una sociedad compleja. Pero
suma. Y el impacto tiene valor, porque indica que
eso requiere un ensamblaje entre política y aca-
el avance logrado generó efectos importantes en
demia que es muy difícil de lograr. Lo común es
su campo de conocimiento. Tuvo un efecto do-
que se miren con mutua sospecha y desprecio.
minó, digamos. En las humanidades y las ciencias sociales, en cambio, los mismos incentivos
EL ROL DE LA UNIVERSIDAD
generan efectos diferentes. Se produce muchísima challa. Textos que no leerá nadie y cuyo autor
Y hablando de la academia, ¿cuáles son los ries-
sabe que no leerá nadie. Que no son un aporte ni
gos o amenazas que esta enfrenta al aportar
construyen sobre lo anterior. Y muchas veces,
a la discusión pública? Se suele mencionar la
cada uno de esos artículos nimios es refrito mil
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veces. Y el impacto tiene mucho más que ver
venir tanto de una academia que confunde su rol
con modas pasajeras, que a su vez se vinculan a
con la política (que pretende volverse vanguar-
la política contingente. Luego, hay un incentivo
dia de esos procesos, liderarlos, establecer las
estructural a la politización mediocre, porque
agendas, etc.), como de esta academia dominada
pasar panfletos por reflexión académica permite
por la lógica de la productividad, que entre otras
producir en grandes volúmenes con mayor im-
cosas exige estudiar lo mainstream, lo que está de
pacto mediático. Y súmale a eso Twitter. Y la po-
moda.
litización identitaria o la actitud de consumidor insatisfecho de los estudiantes. Al final, hay mu-
La polémica de fines del año pasado, a propósi-
chos incentivos para la mediocridad politiquera.
to de dos tesis sobre pedofilia en la Universidad
Tanto, que ya han ido convirtiendo el activismo
de Chile, bien puede ser abordada a la luz de la
en epistemología y metodología.
crisis que ustedes describen.
¿En qué sentido?
JA: Es un caso difícil de sintetizar, pero lo más crítico me parece que está en la renuncia absolu-
PO: Hoy tenemos un fenómeno problemático: los
ta de parte de quienes están a cargo de la forma-
profetas de cátedra. Eso son Bassa, Atria, Grez,
ción a ejercer una guía u ofrecer un juicio crítico.
Salazar y varios otros. Utilizan su trabajo aca-
Temerosos de estar imponiendo un canon, o de
démico como respaldo y plataforma para hacer
reprimir temas y aproximaciones nuevas distin-
política, reclutar estudiantes y perseguir adver-
tas a las tradicionales, ya no hay legitimidad ni
sarios. Por esa vía, corrompen los espacios uni-
siquiera para criticar. La tragedia de esas tesis no
versitarios que habitan, sometiéndolos al juego
tiene que ver solo con su tema, sino con el he-
faccioso de la política contingente. Y también
cho de ser apologías. ¿Cómo pudieron avanzar
corrompen a sus estudiantes, pues en vez de uti-
sin problema? ¿Por qué una de ellas fue publi-
lizar la posición de autoridad académica que tie-
cada en una revista? La hegemonía de la lógica
nen para guiarlos hacia la formación de un jui-
productiva o procedimental es tal que, ante esa
cio independiente, lo que terminan haciendo es
polémica, lo primero que dijo el decanato fue que
adoctrinamiento.
cumplió con todos los requisitos formales ¿En eso está convertida la universidad? Si el juicio
¿Y qué pasa con la politización de la academia?
crítico o la reflexión se reducen exclusivamente a evaluar el cumplimiento de formas, se puede
JA: Creo que siempre es un riesgo. Se habló a me-
estudiar no solo lo que sea, sino que decir cual-
diados de siglo de la sociología comprometida,
quier cosa. Como decia Horkheimer: no tenemos
un poco en esa línea. Más que politización, existe
ya criterio para saber por qué es mejor la justicia
el riesgo del activismo y la militancia, donde el
que la opresión.
pensamiento libre pierde relevancia. Pero puede
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PO: En efecto, la degradación del mundo uni-
condenadas. Más bien, para ser precisos, a las
versitario en el ámbito de las humanidades y
ciencias sociales y humanidades dentro de las
las ciencias sociales quedó muy bien retratada
universidades.
por ese escándalo. En ellas, lo tremendo no es el tema tratado, sino la forma de tratarlo: apología,
Ustedes han enfatizado los aspectos negativos
propaganda, panfleto. Y que textos de esa natu-
de la universidad actual. ¿Qué elementos les pa-
raleza hayan sido, además, supervisados y apro-
recen rescatables en este panorama?
bados por académicos profesionales. El fenómeno recuerda, en algún nivel, el famoso “affaire
PO: La democratización en el acceso a la instan-
Sokal” , pues desnuda que lo que está rigiendo
cia es algo muy valioso e importante, y un rasgo
la producción académica en esos espacios es un
clave de la universidad actual. Y yo sin duda res-
indecoroso “todo vale”. Y que basta repetir unas
cato los increíbles avances de las ciencias exactas
cuantas muletillas posmodernas para lograr un
y aplicadas en el ámbito universitario moderno.
sello de aprobación por parte del cuerpo acadé-
La crisis, a mi entender, se concentra muy es-
mico.
pecialmente en el ámbito de las ciencias sociales
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y las humanidades, lo que no es menor, porque ¿Ese tipo de problemas han hecho perder de
estas últimas son el corazón de la tradición uni-
vista elementos esenciales de la vida universi-
versitaria heredada de la Edad Media.
taria? JA: Estoy de acuerdo con Pablo en que la demoJA: Mira, por ejemplo, las exigencias docentes en
cratización del acceso es una ganancia clave de
las universidades. La productividad no solo afec-
la universidad. Y creo, además, que en el análi-
ta la investigación, sino también la enseñanza.
sis concreto uno encuentra académicos haciendo
Llenando de requisitos a los profesores, exigien-
cosas valiosas. El punto está, pienso, en la iden-
do las mismas mediciones y procesos, estanda-
tificación de las lógicas dominantes que, si no se
rización de cursos que terminan muchas veces
contienen, terminarán ahogando todo. Pero no
sobrecargando a los docentes y deteriorando la
creo que todo esté en el mismo nivel de crisis ni
enseñanza en la cátedra. Los indicadores de pro-
que falte producción valiosa e importante, tanto
ductividad pueden ser un instrumento, pero no
a nivel de investigación como de docencia. Creo
pueden transformarse en el objetivo de la uni-
que ello ocurre gracias a personas y espacios en
versidad, que tiene que recordar que lo que la
donde se logra trabajar a pesar de las dinámicas
sostiene es un vínculo en torno a una búsqueda.
impuestas por “el sistema”.
PO: Muy de acuerdo. Por eso es absurdo que se
PO: Todas esas precisiones son correctas. Hay
diga que no puede haber universidades católi-
que tener cuidado en condenar la parte por el
cas, por ejemplo. En eso, el IES ofrece algo muy
todo. Pero es cierto que el productivismo, que
importante que era central para la universidad
desde afuera se ve como un incentivo a la serie-
tradicional, pero que hoy es muy difícil de ge-
dad, ha sido un factor fundamental en su declive.
nerar, que son las comunidades de conocimiento. La verdad es que yo veo a las universidades
JA: No podemos perder de vista que la producción de conocimiento se ha vuelto extremadamente
1
En 1996, un paper sin sentido del físico Alan Sokal pasó la revisión por pares en una revista de humanidades. En paralelo, Sokal publicó la trampa de su ejercicio, denunciando las humanidades contemporáneas como una jerga que permitía cualquier afirmación envuelta en lenguaje pseudocientífico. La publicación del artículo de Sokal generó —y sigue generando— una profusa discusión en el ámbito académico [N. de los editores.]
16
compleja y exigente. Pedirle a la universidad que no se deje dominar enteramente por esta lógica es una cosa, pero otra es pedirle a académicos que sean todos intelectuales públicos. Pienso que son funciones que deben distribuirse entre distintas instancias, justamente por lo complejo que es producir conocimiento. Podría decirse que
lugares como el IES, por ejemplo, pueden parti-
importantes insumos a la discusión pública,
cipar del esfuerzo conjunto del estudio y preo-
son espacios que muchos ponen en cuestión.
cupación por la verdad, así como de difusión, y
¿Cómo ven ese escenario?
quizás es bueno para la universidad pensarse en conjunto con esas otras instancias, y no tratando
JA: Como decía antes, la misión de la universi-
de cumplir sola todos los papeles.
dad quizás puede cumplirse mejor en la medida que se piense en conjunto con otros espacios que
En relación a los “intelectuales públicos”, mu-
participan en alguna fase de la producción y di-
chos miembros de la academia participaron di-
fusión de ese conocimiento. Ahora, eso exige que
rectamente en el proceso constituyente. ¿Cómo
los centros de estudio sepan definirse muy bien
observan ahí la tensión entre política e ideas?
y presentar con claridad sus objetivos. No solo en el ámbito teórico, sino también si esperan ser
JA: Creo que figuras como Atria o Bassa dejaron
el brazo reflexivo de un partido concreto, tener
en evidencia los riesgos latentes que hablamos
agenda en una materia especifica o ser instancia
acerca de la relación entre política e ideas. En
de estudio. En general se habla del problema de
sus escritos de la última etapa, mucho antes de
su financiamiento, que obviamente es un pun-
llegar a la Convención, se ve cómo ya estaban
to relevante, pero creo que la dificultad central
completamente volcados a un diseño de sociedad
está en que tienen orientaciones muy diferentes,
o de comunidad política en función de los mo-
que no siempre son claras o conocidas. En cual-
delos o premisas teóricas que
quier caso, en la medida en que
los inspiraban. No es solo que
logran precisar su objetivo y
uno discrepe ideológicamente de sus objetivos, sino también
Tiene sentido que espacios
de la abstracción de su proyec-
de estudio busquen influir
to, totalmente desvinculado
en la fundamentación y
con la realidad e inspirado en un diagnóstico completamente equivocado. Eso también explica el carácter refundacional
orientación de la política, pero muchas veces terminan totalmente confundidos.
de su propuesta: al ser puro
trabajar sistemáticamente en él, me parecen un gran aporte. Pasa además que el centro de estudios, a diferencia de la academia, no tiene que justificar su pregunta disciplinariamente, sino a partir de la discusión pública, y eso le permite desarrollar reflexio-
modelo abstracto, da lo mismo qué tienen por
nes cuyo impacto es más directo. Ambos pueden
delante, se trata simplemente de transformar-
unirse en una relación colaborativa para enri-
lo. Constituir la sociedad, decía Bassa en escritos
quecer la producción y difusión de conocimien-
previos a la Convención. ¿No hay ahí un proble-
to, pero no creo que sean lo mismo. El centro de
ma? ¿O son simplemente intelectuales que qui-
estudios tiende a estar orientado a la influencia
sieron influir políticamente? Yo creo que se trata
en la discusión pública, y eso modifica no su in-
de una mala comprensión de su propio papel y
dependencia o rigurosidad, sino el lugar de don-
de un abandono de la crítica que debe acompa-
de salen sus preguntas y la justificación de las
ñar siempre el propio proceso reflexivo, la que te
mismas. Están como en momentos distintos de
obliga a tener distancia y a cumplir un papel muy
la reflexión. Por eso es tan importante que esos
diferente al de vanguardia ilustrada al que por
centros estén compuestos de personas formadas
momentos parecían aspirar.
académicamente, con vínculos docentes y académicos activos, que nutran y enriquezcan su
¿Qué pasa con los centros de estudio? Allí se
conocimiento. Si la universidad está expuesta a
lleva a cabo una investigación y una forma-
ser invadida por la lógica productivista, el cen-
ción distintas, pero que muchas veces se limi-
tro de estudios también lo está a la opinología y
tan a agendas particulares. Si bien nutren de
al activismo vacío, a volverse maquinaria de la
17
L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN
“guerra cultural” que busca influir en la opinión
JA: Puede parecer que nos centramos sobre todo
pública con ideas preconcebidas y sin un trabajo
en la crítica de las universidades, más que en los
riguroso y constante de reflexión.
centros de estudio, que es donde estamos ubicados más claramente nosotros. Quizás porque
PO: Efectivamente, la lógica del fight tank es muy
cuando uno habla de ideas llega primero a la uni-
nociva, porque renuncia a la pretensión de influir
versidad que a espacios más intermedios como
con ideas y las reemplaza con ruido y propagan-
ese, pero la tensión entre política e ideas tam-
da constante. Esto refleja también la visión que
bién está alojada en los centros de estudio. Tiene
los financistas de ese tipo de centros tienen de
sentido que espacios de estudio busquen influir
las personas: tontos manipulables a través de la
en la fundamentación y orientación de la políti-
repetición constante de eslóganes.
ca, pero muchas veces terminan totalmente confundidos, y lo vemos en la instrumentalización
JA: Y esto explica también muchos recelos con
a la que los tiende a someter la política —que
los think tank, a veces justificados o compren-
esperan que sean algo así como su brazo intelec-
sibles, porque algunos se reducen a eso. Desde
tual, pero mera difusión de ideas ya establecidas
el IES hemos tenido que ir mostrando de a poco
por los partidos, y no instancia de crítica—, o
cómo se puede ser un lugar de pensamiento libre.
bien en la tentación de quienes se encuentran en
El objetivo es contibuir en el desafío de pensar y
esos espacios de reemplazar a la política. Ahí hay
explicar lo qué pasa, y cómo tomar postura fren-
un vínculo o una tensión que también hay que
te a ello. Algo que en la sociedad de la informa-
cuidar.
ción, paradójicamente, se vuelve cada vez más difícil. No hay de dónde sacar criterios para emi-
PO: Ahora, es clave que los think tanks no sean
tir un juicio sobre lo que sucede. A eso aportan los
espacios de formación disciplinar. No otorgan
centros de estudio.
títulos ni académicos ni profesionales. Eso les da libertades para organizarse que la universidad
PO: Es imposible influir con ideas sin discutirlas,
no tiene ni debe tener, pero también viene con
aterrizarlas y evaluar sus resultados en el mun-
costos y peligros propios.
do. La academia no se interesa mucho por eso, por lo que los think tanks resultan hoy el espa-
JA: De acuerdo.
cio adecuado para ello. Y también para formar comunidades de conocimiento que compartan
PO: Las universidades no pueden descansar en el
principios comunes, como una antropología
hecho de recibir cuantiosos fondos públicos para
cristiana. Como decía antes, hoy la configuración
declararse libres de los potenciales males de los
de la docencia universitaria hace muy difícil algo
think tanks. Esos fondos les dan la posibilidad de
así. Especialmente en humanidades y ciencias
consolidar altos niveles de libertad académica y
sociales, donde la destrucción posmoderna del
capacidad formativa. Y las universidades tienen
principio de verdad y de la tradición académica
el deber de perseguir lealmente esos fines. Pero
en esas áreas las ha vuelto lugares donde parece
nada lo asegura. El peor de los mundos posibles
que todo vale. Eso las convierte en presa fácil del
para una universidad es abusar de fondos públi-
activismo mediocre. Es decir, de la peor versión
cos para hacer proselitismo, adoctrinamiento y
de lo que puede hacer un think tank, pero además
activismo de cátedra. En el caso de los think tanks,
generosamente financiado con fondos públicos.
el gran desafío es mostrar seriedad y libertad reflexiva en el desarrollo de sus agendas. Y lograrlo
Pareciera que en los centros de estudio se repli-
es algo muy exigente a nivel institucional y pro-
can lógicas similares a las que tienden a domi-
fesional. Pero se puede. En ambos casos, por sus
nar hoy en los espacios más académicos…
frutos se reconocen.
18
FRANCISCA ECHEVERRÍA Y RODRIGO PÉREZ DE ARCE
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
E
propuesta
impulsaban las transformaciones. ¿Cómo era
constitucional en septiembre de 2022 aún no
posible que el pueblo de Chile se encontrara tan
ha sido procesado por el mundo intelectual y
distante de sus propias percepciones, anhelos e
político chileno. Un aspecto relevante de ese
ilusiones?
l
estrepitoso
fracaso
de
la
resultado es el papel que jugaron los intelectuales
Parte importante de quienes se dedican a estu-
en esa Convención y, en general, en el período de
diar la sociedad se encontró, por sorpresa, con un
crisis que cristalizó en Chile desde octubre de
abismo insalvable. Algo ocurrió en su compren-
2019. Aunque hay quienes persisten en atribuir
sión de la política, del papel de las ideas y de lo
el resultado a una campaña de desinformación,
que cabía esperar de una Convención que no tuvo
este puede ser leído como el rechazo al empeño
en cuenta ninguna de las señales de su creciente
por instalar un nuevo orden social y político a
distancia con el pueblo. Algo ocurrió para que se
partir de un marco de comprensión abstracto
aferraran ciegamente a sus banderas y dejaran
impulsado por algunos académicos; como la
de ver el país que estaba frente a sus ojos. Pero,
resistencia a un gran experimento nacional
para ser justos, no es la primera vez que acon-
desanclado de la realidad social chilena. En
tecía algo así en la historia de Chile. Tampoco es
efecto, es indudable la participación que tuvieron
un riesgo que pueda ser excluido del horizonte
en la Convención las ideas —y, en algunos casos,
futuro ni es patrimonio exclusivo de un sector
el influjo directo— de autores como Chantal
político, aunque en este caso las dimensiones de
Mouffe, Mariana Mazzucato o Fernando Atria y
la ceguera han sido formidables. Lo cierto es que
el compromiso de muchos actores políticos con
la distancia de las élites políticas e intelectuales
la instauración de esas ideas1.
con la realidad ha sido diagnosticada como par-
También resulta difícil negar la actitud entu-
te central de nuestra crisis, que es mucho más
siasta de parte importante del mundo académico
honda y más larga que cualquier actor específico.
frente al denominado “octubrismo” y ante la
La tendencia a aferrarse a ciertas ideas, a ciertos
primera parte del proceso constituyente. Toda
modelos teóricos, en lugar de buscar compren-
esta suerte de activismo intelectual parece ha-
der y orientar políticamente la sociedad real, es
ber tenido mucho que ver con el tono que impe-
parte de aquellos lastres de los que necesitamos
ró en el proceso y con las propuestas específicas
sacudirnos pronto si queremos superar la dislo-
del borrador. El 4 de septiembre, sin embargo,
cación social y política en que nos encontramos.
esas ideas se estrellaron contra un muro de rea-
¿Cuáles son las raíces conceptuales de esa
lidad que todavía mantiene perplejos a quienes
forma de ese activismo intelectual que insiste en instalar verticalmente determinadas ideas y
1
Académicos extranjeros como Joseph Stiglitz y Mariana Mazzucato parecen haber confirmado esta tesis al referirse a Chile como un laboratorio social, económico y político. “Mariana Mazzucato: “Muchos economistas en el mundo estamos mirando a Chile como experimento para matar el neoliberalismo” El Mercurio, 27 de octubre de 2022, y Joseph Stiglitz, “Gabriel Boric”, Time, 23 de mayo de 2022.
20
no consigue acortar su distancia respecto de la sociedad que en teoría busca comprender? El fenómeno puede ser visto a la luz del voluntarismo político que Mario Góngora describe como las “planificaciones globales” y como un intento de sustituir la auténtica deliberación política. Desde
allí se pueden ofrecer algunas pistas para una
partir de ciertas teorías —de la CEPAL, de cier-
nueva síntesis entre ideas y política en el Chile
ta tradición marxista o del Chicago-gremialis-
actual, que apunte a quebrar el ciclo de proyectos
mo—, con efectos significativos para millones
refundacionales que ha caracterizado nuestra
de personas, prescindiendo del modo de vida y
historia reciente.
las preocupaciones de esas mismas personas. La lógica del proyecto de la Convención Constitucional no fue distinta: las “grandes transforma-
La tentación voluntarista
ciones” debían llevarse a cabo a toda costa, sin La Convención Constitucional se presentó como
importar si los ciudadanos de a pie se resistían
un proyecto orientado a realizar “grandes trans-
a esas reformas, si las consideraban poco rele-
formaciones”, con un horizonte coincidente con
vantes de cara a sus necesidades o derechamente
el que se planteó el gobierno de Gabriel Boric
descabelladas. La idea de un Estado plurinacio-
(y que, al menos en el discurso, se ha manteni-
nal es quizás el ejemplo más nítido de ese vo-
do luego del plebiscito ). No es difícil encontrar
luntarismo: un concepto sin anclaje en la evolu-
paralelos entre ese fracasado proyecto constitu-
ción histórica del país y que los chilenos parecen
cional y las mencionadas “planificaciones glo-
haber percibido como una impostura —incluso
bales”: los intentos de modificar las diferentes
en las comunas que debieran haber sido más re-
esferas de la sociedad mediante la aplicación de
ceptivas a aquellas demandas—; un falseamien-
ciertas teorías en el plano político casi sin me-
to de la realidad. Pero para sus defensores, la ex-
diación, sin calibrar la distancia entre la reflexión
plicación de la resistencia ciudadana solo podía
2
académica y la toma de
encontrarse en el miedo
decisiones situadas en el
irracional, el engaño o la
tiempo y el espacio. Se trata de la ilusión de resolver problemas complejos con
La distancia de las élites políticas e intelectuales con la realidad ha
modelos cerrados y sim-
sido diagnosticada como parte
plificadores, que se pre-
central de nuestra crisis.
sentan
como
soluciones
ignorancia4. Según Góngora, ese impulso voluntarista se encuentra en las entrañas de la
política
contemporá-
nea, donde “el espíritu del
únicas a los imbricados desafíos que plantea la
tiempo tiende en todo el mundo a proponer uto-
realidad social .
pías (…) y a modelar conforme a ellas el futuro.
3
Para Góngora, los disímiles gobiernos de
Se quiere partir de cero, sin hacerse cargo ni de
Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y Au-
la idiosincrasia de los pueblos ni de sus tradicio-
gusto Pinochet compartían esa pretensión. En
nes nacionales o universales; la noción misma de
efecto, pese a sus evidentes diferencias, parece
tradición parece abolida por la utopía”5. Ese mo-
haber algún paralelismo entre el proyecto de-
vimiento parece encontrar sus raíces en la idea
sarrollista de Frei, el socialismo a la chilena de
matriz de la modernidad ilustrada según la cual
Allende y la revolución ‘neoliberal’ de Pinochet:
todo es susceptible de ser transformado, reescri-
el esfuerzo de impulsar cambios estructurales a
to o manipulado6: una lógica de cierto progreso
2 Camila Vallejo, ministra vocera del gobierno, lo decía con una transparencia casi total a fines de diciembre de 2022: “Moderación no hay: el proyecto transformador y su espíritu se mantienen”. 3 Cf. Góngora, Mario. Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Santiago: Editorial Universitaria, 2006). Sobre la noción de “planificación global” y su vigencia en el Chile postdictadura, Cf. Francisca Echeverría, “El rediseño de Chile. La crítica de Góngora a las planificaciones globales”, Punto y coma 4, 36-41.
4 Por ejemplo, la convencional Manuela Royo: https://radio.uchile.cl/2022/07/02/manuela-royo-la-principal-mentira-que-se-ha-difundido-sobre-la-plurinacionalidad-es-que-el-estado-se-va-a-separar-eso-es-falso/ 5 Mario Góngora, Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 2006), 138. 6 Ver, por ejemplo, lo que describe Daniel Innerarity en Dialéctica de la modernidad (Madrid: Rialp, 1990).
21
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
ilimitado que conduce, en el terreno político, al
En contraste con ese empeño ciego, Chantal Del-
afán de rehacer completamente la sociedad.
sol acude a la imagen del jardinero para com-
El problema de la perspectiva voluntarista es
prender la naturaleza de la acción política9: su
que tarde o temprano termina por chocar con la
labor no consiste en arrasar y comenzar desde
realidad. Las sociedades humanas poseen una
cero, sino en reconocer lo que ya se encuentra allí
existencia previa, una historia, una dinámi-
para cuidarlo y hacerlo florecer. El voluntarismo
ca propia, y quien pretenda poner todo aquello
de pretender instalar formas políticas y sociales
entre paréntesis no puede sino encontrar resis-
que rediseñen completamente el mundo carece
tencia. Hace ya varias décadas Pedro Morandé
del elemental aprecio por la realidad, de la ca-
advertía sobre las dificultades que encontraría
pacidad de identificar aquello valioso que suele
cualquier proyecto de carácter desarrollista de
convivir con lo que requiere ser transformado. Y
no mediar una adecuada atención a la cultura lo-
carece también del conocimiento de la dinámica
cal, los modos de vinculación social, las institu-
libre de la praxis humana, que se resiste a ser en-
ciones, etc. . Sus conclusiones son convergentes
corsetada en esquemas teóricos estrechos.
7
con las de James Scott, quien analiza el fracaso de diversos esquemas estatales orientados a me-
La política como deliberación
jorar las condiciones de vida en distintos lugares del planeta. Para Scott, esos intentos parecen
El activismo intelectual —que asume la defensa
haber fallado precisamente por
voluntarista de determinadas
pretender controlar todos los
transformaciones
factores existentes y proceder
tiene dos caras: una que tras-
globales—
a partir de simplificaciones
Pretender instalar formas
pasa los límites de su propia
sobre el modo en que operan
políticas y sociales que
labor e invade indebidamente
los grupos humanos. Según
rediseñen completamente el
el campo de la decisión con-
este autor, solo la atención a las particularidades históricas permitiría reducir –sin nunca
mundo carece del elemental aprecio por la realidad.
disipar del todo– el riesgo de que la acción del Estado fracase8.
creta del gobernante, y otra que contrabandea ideas en la academia aun cuando implique sacrificar honestidad in-
telectual. En efecto, las distintas versiones de
El punto ciego de los proyectos de transforma-
las planificaciones globales están sostenidas por
ción vertical es la pretensión de que los pueblos
marcos dogmáticos incontrovertibles y que bus-
pueden ser sometidos indefinidamente, como si
can acotar lo más posible la cancha de la acción
sus criterios de referencia y sus modos de vida
política situada. La idea misma de “modelos” de
pudieran modificarse por decreto; como si la
desarrollo, que ha sido central en la discusión
realidad social fuera una materia inerte sobre la
chilena de las últimas décadas, parece desple-
cual las políticas públicas actúan sin más. Pero si,
garse en esta lógica: esquemas teóricos sobre
como indica la experiencia, una cultura arraigada
el alcance del mercado o el Estado que apuntan
posee consistencia propia y no es tan fácilmen-
a resolver de antemano decisiones particulares,
te maleable, la tozudez en ciertos “proyectos
como las relacionadas con la provisión de edu-
transformadores” solo puede agudizar la dis-
cación, salud o pensiones10. En esta óptica, no es
tancia entre quienes los impulsan y esa sociedad.
raro entender la política como el triunfo electoral
7 Pedro Morandé, “Identidad local y cultura popular”, en Aproximaciones a la identidad local (Santiago: División de Organizaciones Civiles, Ministerio Secretaría General de Gobierno, 1990), 21-34.
9 Chantal Delsol, La haine du monde. Totalitarismes et postmodernité (París, Cerf: 2016).
8 James C. Scott, Seeing like a State. How Certain Schemes to Improve the Human Condition Have Failed (New Haven: Yale University Press, 2020).
22
10 Sobre esta discusión, véase por ejemplo Fernando Atria et al., El otro modelo. Del orden neoliberal al régimen de lo público (Santiago: Debate, 2013) y Alejandro Fernández (ed.), El derrumbe del otro modelo. Una reflexión crítica (Santiago: IES, 2017).
sucesivo de unas teorías sobre otras, que se refutan de modo antagónico. Ganar elecciones consistiría fundamentalmente en el derecho a aplicar un determinado modelo conceptual a la sociedad y superar definitivamente el anterior. Ambas formas de voluntarismo se fundan en la creencia de haber hallado un marco comprensivo definitivo, que debe ser empujado contra todo en el aula y en la arena política, sin importar los sacrificios que se deban hacer en el nombre del credo elegido. Se trata de una visión de la política cercana a la pura fuerza, como la implantación unilateral de visiones de mundo y soluciones prefabricadas. La idea subyacente es pensar el gobierno como mera técnica: el supuesto de que es posible predefinir todos los procesos y controlar todos los resultados, como si gobernar fuera una acción destinada a conseguir un producto —como la labor de un pintor o un carpintero—, como si se trabajara con materiales y artefactos y no con personas. Desde esta lógica, es el teórico, el intelectual de
El redescubrimiento de la política como deli-
lo público quien mueve los hilos de ese “proceso
beración y como saber prudencial situado —que
productivo”: el político no sería más que un eje-
requiere poner en común una cierta cantidad de
cutor de la visión de otro, una especie de médium
razones y donde las soluciones no pueden encon-
pasivo de un pensamiento ajeno, que solo aplica
trarse de antemano— permitiría soslayar de al-
un modelo totalizante y cerrado.
gún modo estas dificultades. Ahora bien, ¿debie-
Así, pese a su diversidad, los proyectos volun-
ra una sociedad someter todo a deliberación? ¿No
taristas de transformación vertical poseen un
hacen falta ciertos fundamentos no controverti-
rasgo en común: son en cierto sentido antipolí-
bles? ¿Y no es acaso intrínseco al pensamiento
ticos, en la medida en que buscan instalar pers-
político y a la acción política el defender ciertos
pectivas teóricas que reemplacen la deliberación
principios que se consideran no negociables? Se
propiamente política. Las planificaciones globa-
trata objeciones relevantes, porque es indudable
les desconfían de la deliberación. En el caso chi-
que en una democracia sana no está todo some-
leno, tanto los gobiernos entre 1964 y 1990 como
tido a deliberación: la conversación política solo
la reciente Convención Constitucional presentan
es posible precisamente donde hay ciertos mí-
ese carácter antipolítico, al pretender sustraer
nimos compartidos. Pero esos mínimos pueden
ciertos temas de la discusión y zanjar cuestiones
fundamentar la vida en común solo si son efec-
sin mediar una auténtica discusión democrática:
tivamente compartidos y no impuestos vertical-
los cambios en la estructura de la propiedad, la
mente por una mayoría circunstancial. En otras
extensión de la lógica del mercado a los diversos
palabras, la convivencia requiere de un núcleo
campos de la vida social o la redefinición de Chi-
común no deliberado, pero eso no se alcanza
le como un Estado plurinacional se presentaron
mediante vetos decretados de manera unilateral.
como cuestiones de principio acerca de las que
La defensa legítima de la propia visión de mun-
no cabían mayores debates. La rebelión ciuda-
do y de ciertas soluciones políticas en el espacio
dana frente a esos supuestos dogmas ha tomado
público consiste fundamentalmente en el es-
formas diversas, pero más temprano o más tarde
fuerzo de persuadir a otros de su razonabilidad,
ha terminado por manifestarse.
y no en su imposición forzosa. Es lo que parecen
23
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
La CEPAL, fundada en 1948, es una importante fuente del pensamiento desarrollista de la segunda mitad del siglo XX. Fotografía: CEPAL, julio de 1968.
haber olvidado los miembros de la Convención
otro, permite romper la dinámica en que pare-
Constitucional y también muchos otros actores
ce encontrarse el país desde hace más de medio
de todo el arco político que, desde la comodidad
siglo. Esa nueva articulación entre teoría y praxis
que entrega la certeza absoluta, promueven sus
requiere, en primer lugar, que los intelectua-
caminos libertarios, ambientalistas o anticapi-
les redescubran su lugar en la escena pública.
talistas. La actitud contraria implica reconocer
Cuando quienes se dedican a la reflexión sobre
que la comunidad política está formada por una
lo político buscan comprender el mundo en lu-
pluralidad de voces dignas de ser escuchadas,
gar de convertirlo en un laboratorio de sus pro-
que sostienen ese mundo social compartido.
pias teorías, se ponen en condición de contribuir
Cuando el trabajo intelectual se vuelve activis-
con su específica aportación. Cuando ofrecen una
mo y unas pocas ideas copan el espacio político
mirada integradora que oriente las distintas fa-
bloqueando la deliberación, el teórico suplanta
ses del proceso político, dando razones sobre sus
al político y la labor de este último se convierte
posiciones normativas en lugar de un instructi-
en mera repetición de consignas. Se pierde, así,
vo de transformaciones con aire a manipulación,
cualquier posibilidad transformadora. Y, aunque
se alejan de la prepotencia intelectual y pueden
pueda resultar paradójico, en esa misma diná-
llegar a cumplir su propio papel de aportar luz
mica se degrada también la tarea intelectual: al
a las discusiones públicas. Solo así respetan el
aferrarse a ciertos marcos teóricos y planes de
ámbito de lo político y de la deliberación libre de
acción cerrados, renuncia a su misión de pensar
los ciudadanos y sus representantes. El efecto de
de modo libre sobre la realidad, a cuestionarse
esa tarea puede ser mucho más transformador
continuamente acerca de la sociedad que se en-
que el forcejeo por reconfigurar una sociedad a
cuentra más allá de los esquemas desde los cua-
partir de modelos abstractos, intentos que más
les reflexiona.
temprano que tarde terminan siendo superados. La tarea intelectual así entendida puede si-
Hacia una nueva síntesis
tuarse bajo la palabra responsabilidad, algo distinta al compromiso con que algunos abordan su
El regreso forzoso a la realidad tras el plebiscito
labor. La responsabilidad supone reconocer el
constitucional del 4 de septiembre constituye,
innegable vínculo entre el quehacer académico y
por un lado, una oportunidad única para explorar
la vida de la comunidad. En ese reconocimiento
una nueva relación entre ideas y política y, por
radica la distancia entre el intelectual y el
24
ideólogo. La conexión con la vida y el sentir de un
Todo esto supone que el político ponga cuanto
pueblo —que no se reduce a tener calle, sino que
esté a su alcance para cuidar ese mundo hecho
supone una mirada atenta a la historia, el arte,
de palabras en que consiste en buena medida la
la religiosidad, la vida económica, etc.— resulta
política, que luche activamente por protegerlo
imprescindible para no encapsularse en modelos
de la trivialización. Siempre está la tentación de
preconcebidos, por atractivos que parezcan. Esa
simplificar las ideas al máximo con tal de ganar
sintonía con lo real, unida a la fortaleza para no
popularidad, especialmente cuando las plata-
rendirse incondicionalmente a las “prioridades
formas que proveen las redes sociales premian
ciudadanas”, protegen al trabajo intelectual de
la extravagancia y las posturas antagónicas.
devenir en activismo, mera afirmación de tesis,
Pero en muchos sentidos, ser político y tiktoker
en lugar de indagación intelectual honesta.
o influencer son tareas incompatibles. Quien lo
Por parte de los políticos, una nueva síntesis
pretenda corre el riesgo de degradar la palabra
entre ideas y acción supone asumir plenamente
política hasta volverla irrelevante y, de paso, de-
la responsabilidad en la decisión política situa-
precia su propia función. Todos pierden cuando
da y requiere también de una especial atención
la política se transforma en el campo de batalla
a la palabra política. La deliberación es un proce-
por la palabra de mayor volumen o impacto y
so esencialmente comunicativo, de modo que la
deja de decir algo relevante.
palabra es el hilo que conecta razones y acciones,
Tras las diversas versiones del voluntaris-
pensamiento y praxis. Se gobierna de manera
mo antipolítico —del intento de instalar por la
auténtica —en el sentido de orientar sin mani-
fuerza una cierta visión de sociedad— parece
pular— cuando el discurso político entra en sin-
encontrarse un mismo escepticismo sobre la po-
tonía fina con lo real, desde la apertura a la re-
sibilidad de diálogo racional. Si las distintas pos-
flexión del intelectual y el contacto del político
turas normativas son reflejo de un antagonismo
con la sociedad que busca conducir. Únicamente
insoluble, entonces solo cabe imponer la visión
esa palabra sintonizada parece capaz de persua-
propia. Si no es posible dar cuenta racional de
dir y movilizar desde dentro la voluntad popular
ninguna concepción de mundo, si no hay corres-
en una cierta dirección. Sin esa palabra conecta-
pondencia entre ningún discurso y la realidad,
da, mediada por la reflexión intelectual y el pen-
lo único que queda es la fuerza. Solo una palabra
samiento del mismo agente político, este se que-
verdadera, una palabra abierta a lo real, podría
da sin herramientas para llevar a cabo su tarea.
salvar a la política de su autodestrucción.
Francisca Echeverría es Ingeniera Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de los Andes (Chile), y estudiante del doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Heidelberg (Alemania). Es también investigadora del Centro de Estudios e Investigación Social Signos de la Universidad de los Andes (Chile). Rodrigo Pérez de Arce es abogado y magíster en sociología por la Pontificia Universidad Católica de Chile, subdirector de desarrollo del IES y autor de Contra todo lo podrido. Una crónica sobre nacionalismo chileno (Planeta, 2022).
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L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
Doctor en filosofía y reconocido profesor de filosofía política y social en distintas instituciones, las reflexiones de Innerarity son seguidas con mucho interés en nuestro país. Recientemente galardonado en España con el Premio Nacional de Investigación en Humanidades, el pensador vasco considera que nuestro modo de pensar la democracia como forma de gobierno no está a la altura de la complejidad del mundo en que vivimos. En esta entrevista aborda los cambios que la figura del intelectual clásico tiene en este nuevo contexto, donde el saber está más fragmentado y la sociedad es menos jerárquica. “Seguimos pensando el mundo como un conjunto de elementos que se relacionan, y no como un sistema global compuesto de elementos. Eso nos torna frágiles debido a que las interacciones han adquirido, por así decirlo, vida propia”, afirma en esta conversación.
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L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
C
on algo de humor y bastante de verdad, el
Desde esa perspectiva ¿cuáles son los intelec-
diario español El País caracterizó a Daniel Inne-
tuales que le despiertan, si no fascinación, al-
rarity (Bilbao, 1959) como un “pandemócrata”.
guna admiración?
El prefijo de origen griego que indica totalidad no le viene mal a quien ha dedicado gran parte
Admiro a los intelectuales que estudian, sienten
de su trabajo intelectual a estudiar la democra-
curiosidad, no están demasiado seguros de sí
cia actual y a preguntarse cómo se puede gober-
mismos, que prefieren tener colegas que discí-
nar con eficacia y justicia en sociedades cada vez
pulos, cuya capacidad de aprender no disminuye
más totales, horizontales y “contagiosas”, como
con la edad… De los contemporáneos que más he
mostró la reciente pandemia.
aprendido destacaría Habermas, Beck y Luh-
En el marco de sus reflexiones, Innerarity ha
mann. Y detesto la asociación de esa figura con el
escrito sobre los cambios y la evolución que ha
genio. A Stockhausen le preguntaron en una en-
sufrido la figura del intelectual clásico, “aquel
trevista si era un genio y el compositor contestó:
que florecía en una sociedad más jerárquica y
“alguien tenía que serlo”. Una cierta inflación en
vertical”. Asimismo, ha abordado su transfor-
el uso de este término es lógica si pensamos que
mación en un contexto de saber fragmentado,
la necesidad social de tener genios y de venerar-
una ‘sociedad del desconocimiento’ —como él
los, así como la reclamación de ser tratado como
mismo la ha bautizado— cada vez más cons-
tal, están más extendidas que la realidad de ser-
ciente de su no-saber y “que progresa, más que
lo. Pero la figura del intelectual se ha democrati-
aumentando sus conocimientos, aprendiendo
zado mucho, afortunadamente.
a gestionar el desconocimiento en sus diversas manifestaciones”.
OCASO DEL INTELECTUAL CLÁSICO
El autor de libros como Una teoría de la democracia compleja (2019), Pandemocracia (2020) y
¿Cuándo se empieza a poner en duda la figura
La sociedad del desconocimiento (2022) y de co-
del intelectual tradicional? ¿Percibe algún pun-
lumnas en los periódicos hispanos El País y La
to de inflexión?
Vanguardia ha definido al intelectual tradicional, con algo de escepticismo, como “alguien que pa-
Pienso que se debe a la confluencia de diversos
recía disponer de una visión de conjunto que le
fenómenos, especialmente la desideologización
permitía hablar con autoridad de casi cualquier
que tuvo lugar con el final de la Guerra Fría, la
cosa y se relacionaba verticalmente con una
extensión de la formación a amplias capas de la
masa de seguidores fascinados”. Esa fascinación
población y la explosión de los saberes técnicos
es la que se habría desvanecido en una socie-
y científicos con la consiguiente fragmentación
dad con mejor formación, “lo cual no significa
del saber, que hacía menos verosímil la idea de
necesariamente una ciudadanía menos crédula
que alguien singular pudiera disponer de una vi-
ante el exceso de información del que dispone”,
sión unitaria del mundo.
señala el filósofo político.
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¿Influye también el fenómeno previo que se vi-
Eso que llamamos sociedad del conocimiento es
vió en los años sesenta y setenta, cuando varios
una sociedad donde se ha producido una implo-
intelectuales se convirtieron en enceguecidos
sión de centros y personas que saben. La primera
defensores de regímenes como la Unión Sovié-
democratización de la figura del intelectual se
tica y China?
debe a su multiplicación y diversidad.
Sin duda, el descrédito de ciertos compromisos
¿No deja un espacio vacío?
intelectuales con esos regímenes tuvo mucho que ver con esa pérdida de credibilidad. Dedi-
Mi consejo es construirse un observatorio plural,
carse a la tarea intelectual no le ahorra a uno la
recurrir a pensadores de distintas disciplinas,
posibilidad de cometer errores de ese estilo ni
con sesgos ideológicos que puedan contradecirse
le inmuniza contra la fascinación ideológica. El
y corregirse mutuamente. A falta de alguien que
trabajo intelectual no tiene por qué ser incompa-
nos ofrezca una fórmula para explicarlo todo,
tible con la modestia.
podemos al menos disponer de una paleta de interpretaciones de la realidad que nos impidan
Históricamente, parece haber sido la derecha
dejarnos seducir por una única fórmula para ex-
el sector político que ha tenido mayor descon-
plicarlo todo.
fianza hacia la figura del intelectual y que incluso ha apostado, en ciertas ocasiones, por
Pero hoy la figura del “experto” parece desper-
una posición antiintelectual.
tar tanto o más desconfianza que el intelectual clásico y poderoso. ¿ Se relaciona con la “cacofonía
Con frecuencia se achaca a
de los expertos” que usted
la izquierda haberse hecho con el espacio intelectual y
El problema no es que la
no nos preguntamos qué ha
ciudadanía sepa muy poco,
pasado para que la derecha haya desertado del deba-
sino que nadie sabe lo suficiente.
te de las ideas. Sé que estoy
ha descrito? La democracia no puede ser rescatada de la ignorancia pública en virtud de unas
generalizando un poco, pero me parece que las
élites supuestamente bien informadas y con me-
personas con sensibilidad de izquierdas suelen
jor criterio. Es poco verosímil que una democra-
sentirse más atraídas por la vida intelectual y las
cia sea capaz de seleccionar a sus expertos sin
de derechas por el mundo de los negocios. Por
controversias significativas (al menos que sean
otra parte, el sesgo ideológico va por facultades,
los expertos quienes seleccionen a sus expertos,
como corresponde al tipo de estudios de que se
lo que, por un lado, implicaría una regresión al
trata: los juristas suelen ser más conservadores
infinito y, por otro lado, supondría dar por su-
que los politólogos, por ejemplo. En cualquier
puesta la unanimidad entre ellos). La selección
caso, me parece una pena que en cada espacio
de expertos requeriría una idea clara de en qué
profesional tienda a configurarse un estereoti-
consiste un saber experto y de qué modo pode-
po que se reproduce por imitación o cooptación,
mos identificar a sus potenciales detentadores,
pero que reduce esa diversidad cognitiva en la
una tarea muy problemática, que en ocasio-
que florece la vida intelectual.
nes no tenemos más remedio que hacer y que siempre puede ser discutida. Dado que no existe
EL EXPERTO VERSUS EL INTELECTUAL
algo así como una “expertise política”, entonces mejorar el conocimiento no resuelve del todo
Se ha referido a la progresiva “democra-
nuestros problemas políticos; seguirá habiendo
tización” del intelectual. ¿Cómo entiende
problemas políticos especialmente controverti-
ese proceso?
dos y un desacuerdo social aunque hubiéramos realizado todo el esfuerzo posible en conseguir
29
En la fotografía, Daniel Innerarity con el filósofo alemán Jürgen Habermas.
el mejor conocimiento de su dimensión fáctica
expertos sino uno que, habiendo prestado a los
o tecnológica.
expertos toda la atención que parece razonable,
Precisamente, en Chile un “panel de expertos”
cerlo antes, sin haber recabado el parecer de los
es parte del nuevo proceso de elaboración de
expertos, es una idiotez; no dar esta voz final a la
una nueva Constitución. Muchos se quejaron
gente es antidemocrático.
termina dando la voz al pueblo soberano. Ha-
de la falta de especialistas en la pasada Convención Constituyente, que hubiesen orientado
TERTULIANOS Y OPINÓLOGOS
un proceso que resultó caótico y cuyo resultado fue rechazado por votación popular. ¿Le parece
La democratización del intelectual no impli-
una buena o mala idea?
ca, según Innerarity, que el nivel del debate haya mejorado en un universo donde todos (o
Los “expertos sin respaldo popular” están pre-
muchos) opinan. “Al opinador habitual le sue-
sentes en muchas instituciones de la democra-
le faltar la distancia necesaria, no solo frente a
cia. A ellos les debemos una peculiar visión sobre
los acontecimientos, sino también y principal-
las cosas que puede ser de gran utilidad. La clave
mente frente a los discursos dominantes. Esa
del éxito está en contrastar su opinión con la de
distancia —aunque sea, como dice Walzer, una
otras personas con una diferente versión de la
cuestión de centímetros— solo puede cultivar-
realidad, como quienes provienen de los partidos
se mediante la reflexión y la teoría”, asevera.
o de la sociedad civil, siempre que no olvidemos
“La opinión pública suele centrar su atención en
que al final la democracia no es un sistema de
asuntos políticos banales, agitación superficial y
30
una oposición ritualizada. Escasea una forma de
lo suficiente. La figura del intelectual valía para
crítica que examine las premisas públicamente
sociedades verticalmente organizadas y jerár-
aceptadas a partir de las cuales se describen los
quicas, pero su autoridad se debilita, afortuna-
problemas”.
damente. Unos y otros son voces importantes —dignas de consideración, pero no únicas— a la
¿Piensa que existe algún antídoto contra este
hora de llevar a cabo decisiones colectivas. Junto
fenómeno en la era de las redes sociales?
a ellas, la figura del tertuliano nos recuerda que la democracia es una discusión entre personas
Recomendaría pluralizar los registros de la aten-
que opinan, con distinto grado de cualificación,
ción: me parece muy interesante asomarse a las
por supuesto, y no un lugar donde el común
redes sociales y combinarlo con otro tipo de lec-
de los mortales obedece a unos clarividentes
turas, textos y ritmos. Es muy dañina la “dieta
o asiste al debate entre unos pocos declara-
informativa” poco variada.
dos competentes.
En este contexto también ha defendido el apor-
haya quien se atreva a dar una opinión acer-
te de la figura que ha bautizado como “el tertu-
ca de acontecimientos del mundo sobre los que
liano”. ¿Cómo la definiría?
todavía no hemos tenido mucho tiempo de re-
Creo que es valioso que en nuestra sociedad
flexionar. Nos abren así un Cuando
oímos
la
pala-
bra “ tertuliano” tal vez se nos vengan a la cabeza sus peores
representaciones:
quienes hablan de todo sin
primer camino para transi-
Dedicarse a la tarea intelectual no le ahorra a uno la posibilidad de cometer
saber de nada, que interrum-
errores ni le inmuniza contra la
pen e insultan, que prefieren
fascinación ideológica.
tar en el mundo acelerado en el que vivimos, pero harán falta también otras lecturas, un horizonte reflexivo que exige una temporalidad distinta del que dispara a bocajarro. ¿Por qué contraponer
el espectáculo a la argumentación. Evidentemente no estoy elogiando a los
un saber a otro cuando podemos beneficiarnos
peores ejemplares de la especie, sino a lo que
de ambos?
significa que una democracia se entienda como una discusión entre personas que opinan y no
PROFUNDOS, OSCUROS, CRÍPTICOS
tanto entre quienes supuestamente saben; como un debate entre iguales y no como un discurso
Entre los fenómenos de las últimas décadas,
elitista.
tal vez uno de los que ha incrementado la brecha de la ciudadanía con el mundo intelectual
¿Qué propiedades y virtudes tendría este ter-
y académico es la llamada “tiranía del paper”,
tuliano?
que ha desmotivado la publicación de los libros de difusión de ideas o tesis intelectuales ante
Pensemos en esta figura como alguien que opi-
la urgencia, para los profesores universitarios,
na sin poder permitirse el lujo de haber estudia-
de publicar artículos en revistas especializadas
do a fondo el tema en cuestión y sobre todo que
(so pena de caer en el ostracismo o descrédito
lo hace en un contexto de pluralidad y debate
académico). Un fenómeno que se conjuga, en
abierto. Esto es lo que mejor simboliza a la hu-
muchas instancias de las ciencias sociales, con
manidad actual en su combate contra la inevi-
el uso de un lenguaje cada vez más críptico, le-
table ignorancia en la que nos sitúan los graves
jano y “deconstruido”, para —supuestamen-
problemas que tenemos y que nos convierten a
te— estar a tono con la profundidad de la teoría
todos en ignorantes. El problema no es que la
expuesta. Una “distancia intelectual artificial”,
ciudadanía sepa muy poco, sino que nadie sabe
según Innerarity.
31
L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
¿Se ha abusado del lenguaje críptico y distante en el mundo intelectual?
una pasión moderada y qué clarividente termina siendo el análisis de quienes se resisten a condenar al mundo en nombre de lo ideal. Los errores
Hay una distancia intelectual que se consigue no
de los intelectuales deberían habernos enseñado
por la excelencia de lo que se piensa, sino difi-
a desconfiar de los habituales sesgos de nuestro
cultando artificialmente la comprensión de lo
trabajo, especialmente de aquellos que nos incli-
que se piensa. Las buenas teorías ya tienen su
nan a ser siempre “críticos”.
complejidad y no es necesario que les añadamos ninguna dificultad intencional. La larga tradi-
HUMANIDADES Y POLÍTICA
ción de artistas que compensan su mediocridad llevando una vida maldita y adornándose con
Ha dicho que “ojalá el mundo intelectual cola-
los estereotipos del desorden genial tiene hoy su
bore más con la política” ¿Cómo se logra esta
correspondencia en unos intelectuales que de la
mayor colaboración y presencia, considerando
profundidad solo se han quedado con la oscuri-
la debilidad que viven hoy las humanidades?
dad. El valor de una teoría no depende de su inaccesibilidad popular.
Si existe alguna debilidad hoy en las humanidades no es porque su función se haya vuelto inne-
¿El medio es el mensaje?
cesaria o no sea demandada, sino porque tenemos más
Lo que no está bien dicho no está bien pensado. Este im-
Las pretensiones de exactitud
perativo vale para el alumno
han dado lugar a decisiones
que trata de disculparse y
irracionales y solo las culturas de
para el intelectual que intenta aumentar su prestigio con un lenguaje innecesa-
interpretación han conseguido corregir su inexactitud social.
riamente oscuro.
problemas de los que podemos resolver. No hay desafío importante en el mundo actual que no implique una apelación a las humanidades y las ciencias para completar el cuadro. La experiencia nos muestra que no es sen-
sato prescindir de estos modos de conocimiento, Asimismo, hoy la política es un espacio donde
especialmente en contextos de gran compleji-
hoy impera una gran carga de emocionalidad,
dad. Si pensamos en casos como la crisis provo-
exacerbada por las redes sociales. ¿Le corres-
cada en buena medida por la matematización de
ponde a quienes realizan el trabajo intelectual
la economía o en los desequilibrios ecológicos
introducir la cuota de racionalidad necesaria en
que implican ciertas tecnologías, lo que nos en-
el debate?
contramos es que las pretensiones de exactitud han dado lugar a decisiones irracionales y solo
La tarea intelectual no es contrapuesta a las emo-
las culturas de interpretación (esos entornos
ciones; de hecho, hay muchas de ellas detrás del
críticos en los que se interroga por la inserción
trabajo del pensamiento, como la admiración,
social de las tecnologías, se discuten sus apli-
la indignación o el desprecio. Pero hay un conjun-
caciones sociales, se hacen valer criterios éticos
to de emociones que Locke amaba, las “pasiones
y políticos) han conseguido corregir su inexac-
tranquilas”, y que con el tiempo se manifiestan
titud social. Creo que la intuición interpretativa
como más poderosas y transformadoras que el
que practican las humanidades tiene un enorme
radicalismo, tantas veces improductivo, con que
valor epistemológico y prudencial en espacios de
a veces se gesticula desde una supuesta supe-
gran incertidumbre, como son los de las socieda-
rioridad intelectual. Cuánta fuerza hay detrás de
des contemporáneas.
32
Por último, ¿cómo articular al mundo de las
con una terminología freudiana. Se trata de un
ideas y el de la política, en una democracia
marco que obliga a elecciones trágicas desde el
compleja y amenazada por males como el po-
punto de vista de nuestras convicciones demo-
pulismo?
cráticas, pero también para la eficacia de nuestros sistemas de gobierno: quien se desentiende
El populismo es también una construcción in-
de la complejidad termina gobernando inefi-
telectual, un producto de ciertos intelectuales.
cientemente, pero quien solo se deja guiar por
Por otra parte, si el populismo es una amenaza
criterios técnicos olvida las obligaciones de legi-
para la democracia, no lo es menos el elitismo
timación, y en ambos casos se acaban lesionando
tecnocrático. Nuestro gran desafío es suturar esa
tanto las exigencias de la eficiencia como las de
escisión entre razón y emociones, entre princi-
la democracia.
pio de realidad y principio de placer, por decirlo
La sociedad del desconocimiento Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2022 256 páginas
Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2020 160 páginas
Una teoría de la democracia compleja. Gobernar en el siglo XXI Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2019 448 páginas
33
1
“L
a centroderecha tiene hoy una de las me-
jores generaciones intelectuales de las últimas
incidente de los expertos fue el corolario natural de ese proceso.
décadas. (…) Pero la tragedia es que, con esca-
Nada asegura, sin embargo, que este promi-
sas excepciones, la derecha política no parti-
sorio cuadro vaya a proyectarse en el tiempo: el
cipa de estos debates ni recoge estos aportes”.
desafío constitucional es fundamental, pero el
Así resumía Max Colodro, en marzo de 2022,
debate político no se agota ahí. Por lo demás, es
una de las principales características de la de-
innegable que la relación entre política e ideas ha
recha posdictadura . Hoy, después de la exitosa
sido compleja en la órbita de la actual oposición.
campaña para el plebiscito del 4 de septiembre,
De hecho, autores como Joaquín Fermandois su-
a primera vista el escenario parece más aus-
gieren que el problema es de larga data y, en al-
picioso. En efecto, la apuesta narrativa por una
guna medida, consustancial al realismo o prag-
“buena y nueva Constitución” reflejó cierta
matismo —a la preocupación por el “es” antes
proximidad entre las directivas de Chile Vamos
que por el “deber ser”— que suele caracterizar a
y un amplio elenco de académicos, columnistas
las derechas en general3.
2
e intelectuales. Además, permitió no solo forta-
Si lo anterior es plausible —es decir, si este
lecer los vínculos con otros referentes y grupos
mundo político tiene especial dificultad a la hora
políticos de centro y centroizquierda, sino tam-
de fundamentar con solidez sus planteamientos
bién levantar una agenda propositiva luego del
y así favorecer una mejor articulación entre
monumental triunfo del Rechazo. El “Acuerdo
diagnósticos, discursos e ideas—, se vuelve aún
por Chile” con sus bases constitucionales, repre-
más necesario intentar comprender las causas
sentantes electos al modo del Senado y presencia
que han agudizado el distanciamiento entre dirigentes políticos e intelectuales. Después de todo,
1
Este texto es una versión corregida y ampliada de tres publicaciones de prensa, dos aparecidas en Reportajes de El Mercurio (23 de enero y 17 de abril de 2022), y otra en Ex-Ante (27 de noviembre de 2021).
2 En Bárbara Vial, “La derecha, vista desde afuera”, en Reportajes de El Mercurio (27 de marzo de 2022).
en este ámbito se juega una clave relevante a la
3 Joaquín Fermandois, “¿Qué futuro tiene la díada derecha-izquierda?”, Estudios Públicos, 60 (1995). Véase también su texto “Indigencia de ideas: la derecha en Chile”, Estudios Públicos, 138 (2015).
35
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
hora de conseguir (o no) dotar de mayor densi-
la legitimidad, y que en la vereda contraria había
dad y fuerza persuasiva al mensaje de este sector.
un grupo de políticos y académicos dispuestos a
Las líneas que sigue buscan ayudar en esa tarea y
explotar ese tópico sin pudor ni piedad.
delinear algunos pasos a seguir.
Esa insistencia no proviene solo de una convicción teóricamente fundada —las ideas tienen consecuencias—, sino también de más de
La cuestión generacional
una década de disputas con el ambiente político Un primer elemento que pareciera incidir en
del cual emergieron tanto las principales men-
aquel distanciamiento es la diferente trayectoria
tes del fracasado órgano constituyente como
vital de unos y otros. Si se atiende a los ejemplos
los dirigentes que hoy habitan La Moneda. Los
ofrecidos por Colodro (“Pablo Ortúzar, Daniel
parlamentarios y partidos de la actual oposición
Mansuy, Hugo Herrera, Josefina Araos, Natalia
padecieron demasiadas dificultades para captar
González y varios otros”), un factor común es
este punto.
haber crecido, estudiado y trabajado en demo-
Lo anterior no impidió que algunos de estos
cracia. Este dato no es trivial: se trata de personas
intelectuales pudieran anticipar ciertos proble-
que siempre han gozado de libertad para partici-
mas y tendencias ideológicas que luego irrumpi-
par en un debate público abierto, incluyendo la
rían con fuerza. Quizá el caso más notorio sea la
creación e integración de nuevas instituciones y
repercusión y valoración que alcanzó en ciertos
centros de estudio. Además, si bien muchos de
círculos el libro Nos fuimos quedando en silencio.
ellos suelen examinar con
La agonía del Chile de la
suma atención la historia
transición, de Daniel Man-
de nuestro país, sus inquietudes tienen que ver
Cuando el columnista o intelectual
ante todo con el presente
dibuja diagnósticos y orientaciones
y el futuro. A diferencia de
generales, en el fondo le
quienes tenían hasta hace poco las riendas de los partidos, esta nueva gene-
reconoce al político su dignidad y responsabilidad como dirigente.
suy. No obstante, dicha anticipación tuvo severas dificultades para impactar en los círculos partidarios del sector. ¿Qué otros factores incidieron, además del generacional?
ración mira las querellas del ciclo Frei Montalva-Allende-Pinochet con
División del trabajo
distancia no solo política, sino vital. Esta variable también ayuda a comprender su
Para responder esa pregunta es pertinente volver
permanente insistencia en ir más allá de la ges-
a reparar en el perfil del listado enunciado por
tión y tomarse en serio el plano de las ideas: los
Colodro —aunque hay otros ejemplos—, pues
adversarios naturales de estos columnistas e in-
rápidamente se nota su relativa diversidad. Se
telectuales han sido, básicamente, los dirigentes
observan diferentes formaciones disciplinarias e
e ideólogos del Frente Amplio. Y entre unos y
intelectuales, también distintos estilos y priori-
otros hay diferencias importantes. Mientras los
dades. Algunos trabajan juntos y otros no; varios
académicos e intelectuales de derecha en gene-
de ellos incluso han tenido diferencias públicas
ral no militan ni han sido candidatos, varios de
entre sí4. Esta pluralidad de lentes y perspectivas
los referentes ideológicos de la nueva izquierda
es compleja de aceptar y de procesar para el am-
sí transitaron a la primera línea política (basta
biente político en general, y para el centro y la
recordar a Fernando Atria y Jaime Bassa en la fallida Convención). Con todo, hace más de diez años diversos exponentes de esta generación de intelectuales de derecha vienen advirtiendo en todo tipo de tribunas que los mayores debates de nuestra época residen en el ámbito de la justicia y
36
4 Por ejemplo, Hugo Herrera fustigó al equipo a cargo de Juan Luis Ossa que intentó colaborar con la fallida campaña presidencial de Sebastián Sichel. Además, en varias ocasiones Herrera ha disparado al bulto contra quienes trabajan en centros de estudio afines a la centroderecha.
derecha en particular. Como ha subrayado Joa-
la decisión propiamente política. Y esto es algo
quín García-Huidobro , sus dirigentes estaban
que siempre debe recordarse: la praxis política
acostumbrados a vérselas con bloques mucho
no puede construirse desde la academia. Intentar
más homogéneos.
hacerlo conduce a abstracciones desconectadas
5
Cabe detenerse, además, en lo que podría lla-
de la realidad en el mejor de los casos, y a pro-
marse un problema de expectativas. En términos
yectos de ingeniería social o planificación global
simples, el político típicamente aspira a reci-
en el peor de ellos.
bir algo así como un recetario o instructivo de-
Naturalmente, los columnistas y académicos
tallado con los pasos a seguir. En cambio, suele
con interés en lo público siempre pueden hacer
mirar con distancia e incluso recelo la clase de
mejor las cosas —y nadie es buen juez de su pro-
diagnósticos, reflexiones y orientaciones más
pia causa—, pero lo cierto es que los políticos
amplias que suelen delinear quienes cultivan
en varias ocasiones han confundido los planos,
las humanidades y ciencias sociales. En ese tipo
esperando que los intelectuales les digan qué
de contribuciones es donde más pueden apor-
hacer, mientras que en otras instancias han re-
tar los intelectuales, pero muchos dirigentes o
accionado con amargura o molestia ante la crí-
parlamentarios aspiran solo a la “minuta” del
tica. Crítica que, además, resulta inseparable del
momento. Insumos como estos pueden ser úti-
análisis coyuntural y la tarea intelectual, y que
les para sortear la coyuntura, pero vivir presos
ayuda a advertir puntos ciegos relevantes. “Otra
de la hora presente o solo reaccionando ante ella
cosa es con guitarra” han dicho pública o sote-
perjudica la propia actividad del político. Esta
rradamente algunos dirigentes, mientras no han
actitud hace difícil que los dirigentes del sector
faltado quienes desafían a los intelectuales “a
pasen a la ofensiva y sean capaces de rayar la
meter las patas al barro”, sin diferenciar entre el
cancha, lo que obviamente debería importar al
rol de unos y otros, e ignorando el beneficio que
político con altura de miras.
supone un diálogo basado en el aporte comple-
Pero, llegados a este punto, la fractura entre
mentario de estas distintas esferas.
ambos mundos se vuelve aún más paradójica.
Curiosa e irónicamente, con excepción de la
Por un lado, ya antes de la fallida Convención
cuestión constitucional, la derecha ha tenido
varios de los columnistas e intelectuales vincu-
escasa sensibilidad para comprender las bonda-
lados al centro y la derecha habían participado de
des de esta división del trabajo, pero es funda-
manera activa y entusiasta cuando fueron con-
mental que cada cual cumpla su papel. Es ver-
vocados a instancias de difusión o interlocución
dad que urgen candidatos y parlamentarios con
política. El problema quizá residió en que esas
mayor contenido, e intelectuales que dialoguen
mismas instancias luego serían minusvaloradas
de modo activo y permanente con ellos, pero
por los propios dirigentes (basta recordar el con-
rara vez conviene identificar de manera acrítica
sejo ampliado de Chile Vamos o el “Manifiesto
sus tareas o funciones (y si alguien lo duda, no
por la República y el buen gobierno”, coordinado
hay mejor ejemplo que el extraviado papel que
por Andrés Allamand y Hernán Larraín).
desempeñaron algunos integrantes de la malo-
Por otro lado —y más significativo aún—,
grada Convención).
cuando el columnista o intelectual dibuja diag-
La pregunta que sigue pendiente es por qué,
nósticos y orientaciones generales, sin bajar
pese a todos los esfuerzos desplegados en los
al detalle de la política concreta, le reconoce al
últimos años, ha sido tan difícil articular esas
político su dignidad y responsabilidad como di-
dimensiones en el lado derecho del espectro. La
rigente, su campo de acción específico. Porque,
historia reciente entrega algunas pistas.
a fin de cuentas, él tendrá la última palabra en La cultura del veto 5 Ver más en Joaquín García-Huidobro, Comunidad. La palabra que falta (Tirant Humanidades: Valencia, 2020), 96 y ss.
Al comienzo decíamos que el problema de la relación entre política e ideas en la derecha parece
37
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
ser de larga data. No obstante, las lógicas impe-
El mejor ejemplo consiste en lo que ayer y hoy
rantes en las últimas décadas tienen sus singu-
se comprendió como la imperiosa necesidad de
laridades. Abordar este tema en pocas líneas no
defender la nueva institucionalidad —el “mode-
es sencillo, porque tanto Jaime Guzmán como
lo” — ante cualquier tipo de amenaza. Sin per-
los “Chicago boys” generan adhesión y polémi-
juicio de honrosas excepciones, en el Chile de los
ca hasta hoy. Nadie discute, sin embargo, su in-
noventa y dos mil la sede política no fue conce-
fluencia en la nueva institucionalidad que impu-
bida por parte de la derecha como una instancia
so la Junta Militar después del golpe de Estado,
para anticiparse y promover a tiempo las refor-
cuyo sello fue la articulación de una democracia
mas en salud, educación o pensiones, sino como
protegida y un acentuado liberalismo económi-
una actividad orientada ante todo a defender la
co. De hecho, cuando el otrora hombre de con-
legitimidad de las propias posiciones. Lo con-
fianza de Sebastián Piñera, Rodrigo Hinzpeter,
trario ha sido denunciado de modo sistemático
instaló el debate sobre una nueva derecha hacia
como “entreguismo” o, en el léxico concertacio-
el año 2010, muchos creyeron que dicha articula-
nista, como autoflagelante: “hacerle el juego a
ción quedaría en el pasado.
la izquierda”, según se objeta en forma expresa
A primera vista, las diferencias de estilo, énfa-
o soterrada.
sis e ideas entre el piñerismo y el proyecto guz-
No deja de sorprender la persistencia de esta
maniano son elocuentes. Mientras el expresi-
actitud a través del tiempo. Así fue al momento
dente sustentó su trayectoria en un pragmatismo
de discutir las reformas políticas desde el go-
ajeno a casi cualquier compromiso doctrinal, el
bierno de Aylwin (y por eso Andrés Allamand,
asesinado senador siem-
juzgado en el plebiscito
pre enfatizó las con-
de entrada de 2020 como
vicciones como motivo último de la acción política (de ahí su insis-
Puede trazarse una continuidad desde la derecha noventera hasta el segundo
tencia en los “principios
mandato de Piñera; una continuidad
conceptuales sólidos” y
marcada por la “cultura del veto”.
los “valores morales ob-
el padre del Rechazo, era visto a comienzos de los noventa como el paladín de la derecha liberal); así fue ante el debate del plan Auge en el go-
jetivos y graníticos”). Y si Piñera se enorgullece
bierno de Lagos, y así fue también a la hora de
de haber votado “No” y de su discurso sobre los
reaccionar frente a la crisis que explotó en octu-
“cómplices pasivos” para los 40 años del gol-
bre de 2019. De esta manera, puede trazarse una
pe de 1973, tanto Guzmán como sus discípulos
continuidad desde la derecha noventera hasta
creían que el principal artífice de la transición a
el segundo mandato de Piñera; una continuidad
la democracia era el propio régimen de Pinochet;
marcada por la “cultura del veto”, la excesiva
no Patricio Aylwin ni los firmantes del Acuerdo
confianza en los instrumentos tecnocráticos y la
Nacional de 1985 (sin ir más lejos, las memorias
calificación apresurada de inconstitucionalidad
del exministro del Interior de la dictadura, Sergio
en contra de muchas propuestas simplemente
Fernández, se titulan Mi lucha por la democracia).
inconvenientes.
Pero las apariencias engañan. No se trata de
Al fin y al cabo, en los instantes decisivos siem-
negar las particularidades de una u otra fac-
pre se trató de preservar el “modelo”. Pero no de
ción, sino de advertir que durante las últimas
preservar a partir de la reforma y de la mejora,
décadas han predominado y permanecido una
sino más bien bajo la lógica del inmovilismo. La
serie de lógicas que han sido transversales en la
interrogante por los cambios culturales, sociales
centroderecha; lógicas que, en último término,
y políticos que podían promoverse desde la pro-
remiten precisamente a la conjunción de libe-
pia identidad nunca fue prioritaria antes del ple-
ralismo económico y democracia protegida que
biscito de salida. Dicho de otro modo, fue solo
impregnó a este sector luego de la restauración
estando al borde del abismo que las cosas cam-
democrática.
biaron un poco. Ese déficit, muy arraigado, nos
38
Fotografía: Archivo de la Fundación Jaime Guzmán.
remite a un episodio que podría parecer anec-
eternización de la óptica de Guerra Fría?, ¿la fo-
dótico, pero que ilustra a la perfección el cuadro
silización de las últimas ideas de Guzmán?, ¿el
someramente descrito en estas líneas. En 1988,
olvido de su plasticidad?, ¿la falta de recambio
de cara al plebiscito que daría fin al régimen de
generacional?), en la alianza de centroderecha
Pinochet, Cristián Larroulet y Sebastián Piñera
llegaría a ser hegemónica aquella perspectiva en
debatían en televisión —uno a favor del Sí y otro
virtud de la cual la conexión vital y la observa-
del No—, pero a la larga trabajarían juntos con
ción atenta de la realidad brilló por su ausencia
un alto grado de confianza y cohesión. Y eso fue
en demasiadas ocasiones. Es verdad que Chile,
vaticinado por el propio Larroulet en ese panel:
a diferencia de lo que creyó e impulsó cierta iz-
efectivamente terminaron “con Sebastián en la
quierda, no quería una refundación. Pero tam-
misma trinchera”.
bién es verdad que la derecha tuvo demasiados
Con mayor o menor justicia, es muy probable
problemas para captar y empujar reformas ins-
que tanto Piñera como Larroulet sean recordados
piradas en los propios ideales. Hechas las sumas
como los más connotados exponentes de aquella
y las restas, las presidencias de Sebastián Piñera
perplejidad que explicitara Patricio Melero, his-
no fueron la excepción.
tórico diputado UDI, expresidente de ese partido y posterior ministro del trabajo del expresidente
El legado
Piñera. Para Melero, después del estallido social “lo más duro ha sido constatar que el modelo en
Sería exagerado atribuir todos los males de un
el cual creímos, con tanta fe y convicción, de que
sector a un solo dirigente, sobre todo cuando se
era el más adecuado para generar el cambio y el
sufrió una oposición tan despiadada como la que
paso de Chile al desarrollo, no fue asimilado ni
padeció Sebastián Piñera en su segundo manda-
entendido por el conjunto de la sociedad” (La Se-
to. Según veíamos recién, varios de sus defectos
gunda, 6 de diciembre de 2019).
—como la dificultad de tomar el control de la
Como ha subrayado Daniel Mansuy, no parece
agenda a partir de una hoja de ruta propositiva—
fortuito hablar de “fe”. Por motivos misteriosos
tienen antecedentes en las dinámicas propias de
y que deberán continuar siendo explorados (¿la
la derecha posdictadura.
39
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
El presidente Sebastián Piñera recibió, en enero de 2019, al político y ensayista inglés Jesse Norman en el Palacio de La Moneda.
No obstante, esos problemas y la distancia en-
apuntalar nuevos liderazgos, la relevancia de in-
tre las esferas política e intelectual alcanzó nive-
corporar la variable sociológica a los análisis, la
les inusitados en el gobierno anterior. Más allá de
necesidad de adelantarse a la cuestión constitu-
excepciones puntuales, en ellos primó la excesi-
cional, y así6.
va confianza en los instrumentos económicos,
Aunque resulte ingrato, es necesario recordar
las encuestas, el Big-Data o, en el mejor de los
esas dificultades: es la única manera de sacar las
casos, los círculos de trato puramente personal.
lecciones del caso. No aprender de sus errores ni
Ni la interlocución política ni la discusión doc-
discutir a tiempo sus disensos le pasó la cuenta a
trinaria e ideológica fueron una prioridad para
la fenecida Concertación. La centroderecha debe
el expresidente, y eran esos los ámbitos donde
evitar cometer el mismo error. Urge reconocer
podía cultivarse una actitud más propositiva y
que al volver al poder este sector estaba llamado
reformista, así como una relación más cercana
a tomarse en serio los cuestionamientos sobre la
entre políticos, de un lado, y la nueva generación
justicia y legitimidad del Chile postransición. En
de analistas e intelectuales, de otro.
particular, las deudas en materia de protección
Sumidos en la dinámica de lo inmediato, se ol-
social —educación, salud y pensiones—, donde
vidó que la reflexión intelectual es irremplazable
hace años se ubican (junto con la lucha contra
para operar sobre la realidad. Más todavía cuando
la delincuencia) las prioridades ciudadanas más
se buscaba proyectar a la coalición en el tiempo
acuciantes.
—se habló de ocho años de gobiernos de centro-
De hecho, Piñera volvió a La Moneda con un
derecha— o, al menos, lograr un andamiaje de
mensaje centrado en la “clase media protegi-
ideas que le permitiera sostener su trabajo en el
da” y sus voceros programáticos de la campaña,
mediano y largo plazo. Así, la derecha perdió una
como Gonzalo Blumel y Mauricio Rojas, subra-
oportunidad inédita para impulsar un proyecto
yaban la necesidad de articular el mérito con la
político de largo alcance. Columnistas y académicos advirtieron en reiteradas ocasiones sobre los vacíos, carencias y decisiones que condujeron a este escenario. Entre otros, los problemas de diseñar gabinetes sin los debidos contrapesos políticos e intelectuales —si algo se extrañó para la crisis de octubre fue esto—, la importancia de
40
6 Entre muchos otros ejemplos posibles, véanse las siguientes columnas de Daniel Mansuy y Pablo Ortúzar una vez nombrado el gabinete de Sebastián Piñera II: https://www.latercera.com/voces/ sobredosis/, http://www.quepasa.cl/articulo/politica/2018/01/todos-los-amigos-del-presidente. shtml/
solidaridad. El gobierno, sin embargo, no cum-
Por lo demás, quizá la respuesta está más cer-
plió sus promesas (y todo esto antes del estalli-
ca de lo que se piensa. Basta recordar el notable
do): primero vino la borrachera electoral, luego
proceso de vacunación masiva, donde el gobier-
las prioridades fueron zigzagueantes y, final-
no anterior sí fue exitoso y la centroderecha tiene
mente, concluyó su primer año sin instalar nin-
legítimas credenciales que exhibir.
guna agenda relevante.
Este proceso no puede imitarse sin más —no
En paralelo, el Presidente cambió de opinión y
deben olvidarse sus dificultades de financia-
apareció cediendo o incluso golpeando a parte de
miento—, pero transformó e integró la operación
su electorado —sin ningún rédito político— en
de la red pública y privada, funcionó de manera
temas muy sensibles, desde el cambio de sexo
descentralizada, priorizó a los más vulnerables
en los menores de edad hasta el aforo permitido
y, pese a otorgar un papel protagónico al Estado,
para el culto religioso, pasando por la objeción
reconoció la legitimidad de diversas lógicas ins-
de conciencia institucional y varios otros asun-
titucionales. En efecto, se basó en la cooperación
tos. Todo esto confirmaba la dispersión de ideas
de múltiples actores, estatales y particulares,
y objetivos. En rigor, sus atisbos de narrativa
con y sin fines de lucro, nacionales y extranjeros.
fueron contradictorios desde el primer día. Se
Un ejemplo privilegiado de cómo lo público, si
hablaba de diálogo, de grandes acuerdos y de
bien no se agota en lo estatal, requiere mayores
segunda transición, pero también de “gobernar
esfuerzos de todos.
sin complejos”, lo que se tradujo en un gabine-
¿Por qué la derecha no podría establecer, en
te comandado por sus cercanos y desdibujado al
base a esa experiencia, un horizonte de cambios
poco andar.
reales y fundados en la colaboración social, que
Visto en retrospectiva, los errores previos y
permitan jugar a la ofensiva y competir con los
posteriores a octubre de 2019 fueron en gran
planteamientos de la nueva izquierda —que no
medida el corolario de un errático diseño inicial.
desaparecerán del mapa más allá de su mal go-
El legado estuvo muy lejos de los “tiempos me-
bierno—? En otras palabras, un entramado de
jores” prometidos, y políticamente está marcado
reformas imaginado desde la propia identidad y
por una serie de derrotas históricas, cuyas máxi-
el propio ideario, que apunte a disminuir la in-
mas expresiones fueron el traspaso de la banda
certidumbre y el costo de la vida de las familias
presidencial a Gabriel Boric y una Convención
chilenas.
con claras mayorías de izquierda, cuya derrota
En ese desafío puede ser útil examinar con
fue a pesar (y no gracias) al gobierno del expre-
mayor detención el trabajo que distintas perso-
sidente Piñera.
nas e instituciones han desarrollado durante los
Nada de esto es trivial. Si —como sugirió el
últimos años en el campo de las ideas. Después
historiador Gonzalo Vial— ser de derecha es ante
de todo, no habrá proyecto propio sin reconocer
todo cultivar una actitud escéptica ante los pro-
la importancia de la reflexión intelectual y la ob-
cesos revolucionarios, apostar por un reformis-
servación sociológica. La historia reciente es elo-
mo decidido es una obligación política y moral.
cuente al respecto.
Claudio Alvarado es director ejecutivo del IES y director de la revista Punto y coma. Es abogado y magíster en derecho constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes (Chile). Es profesor de derecho constitucional en la Universidad Católica y autor de Tensión constituyente (IES, 2021), entre otras publicaciones.
41
42
En marzo de 2022, seis meses antes del plebiscito, Alfredo Joignant —doctor en
Ciencia Política, consejero del Servel y destacado participante de la discusión pública—
advertía sobre el riesgo de fracaso de la Convención Constitucional. Atribuía este peligro al encapsulamiento de algunos convencionales: actuaban en una burbuja que les impedía atender al cambiante sentir del país. Pero ¿en qué medida se trataba solo de un problema de aquel órgano? La degradación de la política nacional, los distintos problemas intelectuales que se viven a su izquierda y derecha, la figura del intelectual público y la relevancia de la política identitaria son algunos de los temas que aborda en esta entrevista. Para Joignant, el desafío es claro: lograr una sana relación entre el mundo de las ideas y de la acción política es un empresa tan compleja como necesaria.
PERFORMANCE Y FRAGMENTACIÓN Las actitudes circenses que hemos visto con
Pero decías que esa era solo una parte de la ex-
frecuencia en el parlamento suelen llevarte a
plicación…
una reacción particularmente molesta. ¿Cuán sintomáticas te parecen de nuestra crisis esas
Hay otra explicación, casi de época: el imperio
actuaciones?
de las redes sociales en una sociedad del espectáculo ofrece la promesa de trascender e impac-
Las explicaciones del payaseo parlamentario o,
tar durante un rato, gozando de algún tipo de
mejor dicho, del componente cada vez más tea-
protagonismo sin posteridad para quien realiza
tral y performático de la política en congresos
su performance por Twitter, Instagram u otras
y parlamentos, no son simples. Una parte de la
plataformas, o simplemente en televisión, con la
explicación se encuentra en la proliferación de
complicidad activa de los periodistas que no sa-
partidos, debido a la ausencia de umbrales anti-
ben discriminar qué cosas vale la pena informar.
fragmentación, lo que repercute en partidos más indisciplinados (sobresalir entre 21 partidos no
Es claramente un problema global, ¿no?
es fácil en Chile), y en protagonismos individuales para hacerse ver y existir entre 155 diputados.
En Chile el fenómeno es más pronunciado en un
Esta es la razón de por qué el payaseo tiende a ser
contexto de reglas políticas y constitucionales en
más importante en asambleas grandes: en Chile,
disputa, que no logran estabilizar la competencia
más en la Cámara de Diputados que en el Senado.
política para acatar formas socialmente legítimas 43
L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
y sus contenidos más sustantivos. Como la Cons-
la acción que será muy difícil erradicar, y eso se
titución de 1980 opera de modo fáctico, sin apego
medirá en el tiempo largo de la historia).
emocional ni social a ella, subvertir las reglas a través del espectáculo se ha transformado en una
Parece un marco muy estrecho para pensar la
conducta esperable (y esperada por los medios y
seguridad social…
los analistas). Cada payaseo es un acto de subversión de las reglas, especialmente constitucio-
El problema se hace binario: reparto versus ca-
nales, con consecuencias insospechadas sobre la
pitalización individual, en donde el reparto ca-
legitimidad de un orden político que se encuen-
rece de realidad para las personas comunes y
tra en construcción.
corrientes, independientemente de sus condiciones económicas de (im)posibilidad. Es como
LOS RETIROS Y NUESTRA CRISIS
una promesa abstracta sobre el futuro, frente a lo concreto de un retiro (“son mis platas”), que
Los retiros de fondos de pensiones incluyeron
ya se ha producido en el pasado. No hay espacio
todo ese género de performance, pero además
para incorporar la incidencia del problema de-
pusieron de manifiesto problemas intelectua-
mográfico chileno, el envejecimiento acelerado
les muy centrales: falta de visión de largo plazo,
de la pirámide poblacional, eventualmente fre-
disposición a destruir sin estar construyen-
nado por la inmigración, la idea de un sistema
do alternativas en paralelo, etc. ¿Cómo es que
mixto, el tipo de sociedad que se deriva de un
cuestiones tan elemen-
esquema de goce de de-
tales se han ido erosio-
rechos sociales desco-
nando?
Me parece que la crisis intelectual
modificados y, en gran medida,
sustraídos
de
En la discusión por los
de la derecha chilena es de menor
la esfera del mercado. El
retiros, hay muy poco es-
envergadura que la que afecta
gran problema de este
pacio para la racionalidad y los efectos económicos
a la izquierda.
adversos implicados. El
mundo alternativo, socialdemócrata, deseable desde mi punto de vis-
origen de la espiral inflacionaria chilena tiene
ta, es su abstracción tras décadas de hegemonía
un importante componente local en los retiros,
neoliberal. La erosión política y sobre todo inte-
el que se articula con un fenómeno inflacionario
lectual en esta legítima discusión, que conlleva
global. Es un terreno de disputa ideológica muy
elementos técnicos, es muy profunda.
importante en el que se apela a dos cosas contradictorias.
En el drama de los retiros se perdían no solo preocupaciones centrales para la izquierda, que
¿Cuáles serían ellas?
te preocupan a ti, sino también cuestiones básicas para todo el sistema político y la cultura
Por un lado está la debacle de la marca AFP y sus
nacional. ¿Cuáles son hoy las grandes similitu-
distintas expresiones comerciales (epítome del
des y diferencias entre la crisis intelectual de la
neoliberalismo y de la comodificación de los de-
derecha y la de la izquierda?
rechos sociales, en este caso, las pensiones); por otro lado está la creencia de que las personas son
Aquí hay continuidades históricas en las identi-
dueñas de sus fondos y pueden hacer con ellos lo
dades y formas culturales de izquierdas y dere-
que se les plazca en un contexto de dificultades
chas. En las izquierdas políticas la sofisticación
económicas (lo que apela, a su vez, a creencias
de su pensamiento (hoy muy heterogéneo) y la
y conductas económicas sobre las que descansa
densidad intelectual han sido rasgos permanen-
el neoliberalismo chileno, es decir, a una cultu-
tes, mientras que en las derechas políticas no
ra y su conjunto de disposiciones orientadas a
se observa el mismo espesor. Con esto no estoy
44
destacando ningún tipo de superioridad intelec-
subrepticiamente dependiendo de las circuns-
tual. Es tan solo un rasgo constitutivo de izquier-
tancias, incluso saltándose las formas demo-
das y derechas políticas, lo que se ve bien en la
cráticas y representativas, como Nicolás Maduro
dificultad que tienen los intelectuales, como por
en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua, en
ejemplo del IES o del CEP, en vincularse eficaz-
aras de producir un cambio y de representar de
mente con la política de partidos, en el sentido
algún modo al “pueblo”. La derecha intuitiva-
de pesar en la reflexividad general de la derecha
mente encuentra figuras simples para dotarse de
política. Pese a todo, me parece que la crisis inte-
una concepción de mundo que haga socialmente
lectual de la derecha chilena es de menor enver-
sentido sin revolucionarlo: la patria, la oferta de
gadura que la que afecta a la izquierda.
seguridad física, es decir, dos universales vitales en los que muchas y muchos chilenos pueden
¿Por qué?
fácilmente reconocerse, al punto de estar dispuestos a renunciar a una parte relevante de su
Antes que nada, porque transformar el orden
libertad, como con Bukele en El Salvador.
establecido sin que esa transformación sea leída como gatopardismo (como en la crítica de
LOS UNIVERSALES Y LA POLÍTICA
Tomás Moulian) supone movilizar grandes can-
IDENTITARIA
tidades de recursos, partiendo por los recursos intelectuales para disputar la hegemonía. En
Hablabas de las figuras simples o universales a
este aspecto se había ganado mucho en las lu-
las que puede acudir la derecha. ¿Cuál es el pro-
chas sociales e intelectuales del 2011-2012, des-
blema de la izquierda con los universales?
de las luchas estudiantiles hasta la propuesta contrahegemónica de El otro modelo.
En este terreno la dificultad de la izquierda es mayúscula porque son sus universales clásicos
Eso no ocurriría en la derecha...
los que se encuentran en crisis luego de la transición hacia un mundo posindustrial, en el que
La derecha no necesita gastar mucho recur-
las redes sociales exacerban los particularismos
so intelectual para modificar el orden sin sub-
identitarios, socavando comunicativamente la
vertirlo. Insisto en esto para marcar la di-
potencialidad de universalizar experiencias de
ferencia con la izquierda, cuyo inconsciente
clase o las luchas por la igualdad salarial o en el
revolucionario o refundacional puede irrumpir
trabajo. Intuitivamente, la izquierda ha visto en
45
L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
las identidades de grupos oprimidos una opor-
y movimientos sociales es difícil, y en ningún
tunidad para reinventarse. Ha sido un reflejo
sentido opera como correa de transmisión. El
correcto adherir a esas causas, mecánico, muy
libro de Lilla, de gran influencia en la vida po-
parecido a lo que es un reflejo condicionado ante
lítica estadounidense, está ganando importancia
un estímulo, pero lo que se pierde de vista es que
en Chile, porque el impacto de las políticas de la
sin universales simplemente no hay izquierda
identidad encarnadas por movimientos sociales
posible, y aun menos una sociedad alternativa
ha sido muy importante en el mundo universita-
caracterizada por “la cooperación en la comuni-
rio. Si bien el libro interroga críticamente lo que
dad”, en donde la libertad emerge de la comple-
se encuentra detrás de las políticas de la iden-
mentariedad mutua.
tidad, el driver, está también la pregunta por la extracción social de la dirigencia de las izquier-
Eso se ha visto en Chile…
das, y en Estados Unidos del Partido Demócrata. Y este patrón ha mutado profundamente.
Esa ha sido mi crítica principal al Frente Amplio y a lo que fue la Convención Constitucional,
¿Dónde ves ese cambio?
y no veo comprensión de los límites de las políticas de la identidad. Hace poco tiempo atrás,
Tanto en el Frente Amplio como en el Partido So-
Göran Therborn señalaba en la New Left Review
cialista se aprecia una creciente influencia inte-
de septiembre-octubre 2022 que “el capitalis-
lectual y protagonismo político de generaciones
mo industrial mutó en
altamente educadas. En el
una forma de capitalismo
Frente Amplio derecha-
financiero-digital que no produce o desarrolla a sus
Vi en muchos de mis colegas
propios adversarios”. Hay
y amigos una genuina adhesión
allí una verdadera intuición, algo muy relevante, una forma de organización del capitalismo en clave digital que no registra
tanto al proceso constituyente como al texto de nueva Constitución, pero que pagaron al precio fuerte de renunciar a la reflexividad.
ni produce oponentes. La
mente lideran a los partidos que conforman esta coalición,
mientras
que
en el socialismo están en disputa por el recambio generacional; la sub 40 socialista es de alta calidad, y ya veremos cómo se resuelve la circulación
pregunta es por qué, y la respuesta va por la di-
de las élites socialistas. Lo interesante es que
ficultad de pensar causas universales a partir de
la posibilidad del recambio generacional ya se
soportes sociales y materiales (fábricas, vecin-
encuentra presente en los hechos, y es una cues-
darios, etc.) y grupos que sean portadores de es-
tión de tiempo que se materialice.
tas causas sin quedar atrapados en los particularismos de puzles identitarios que son imposibles
¿Y cómo te explicas que la mentalidad identita-
de escalar políticamente.
ria haya llegado a obstruir de modo tan intenso nuestra libertad intelectual y transformar tan
Mark Lilla notaba que el Partido Demócrata de
claramente las prioridades? ¿Qué tipo de salida
generaciones pasadas había sacado sus líderes
le ves?
de un vasto elenco de movimientos sociales, mientras ahora la dirigencia es primordial-
Lo que no era predecible en este estallido identi-
mente de extracción universitaria. ¿El mismo
tario que es analizado por Lilla es la centralidad
patrón de la izquierda chilena en la última dé-
que alcanzó la cancelación, verdaderos lincha-
cada, o no?
mientos en el espacio público que no se justifican de ninguna manera, y que además son amplifi-
Gran pregunta a la que no tengo una respues-
cados a través de las redes sociales. El ‘wokismo’
ta clara. La relación entre partidos de izquierda
y la cancelación han hecho a menudo imposible
46
Daniel Mansuy, Cristóbal Bellolio y Michael Sandel son, para Joignant, voces que protagonizan algunos de los debates intelectuales contemporáneos.
la vida intelectual, no solo en Estados Unidos,
colegas y amigos una genuina adhesión tanto
sino también en Chile. No creo que sea un ras-
al proceso constituyente como al texto de nue-
go de época, sino una reacción visceral de gru-
va Constitución, pero que pagaron un alto precio
pos que por décadas, y eventualmente por siglos,
por renunciar a la reflexividad. Hoy en ellos pre-
fueron oprimidos y humillados. Para que esto se
domina el silencio o la austeridad en la opinión.
revierta se necesitan liderazgos del tipo Martin
Esto no quiere decir que no hayan habido voces
Luther King, cuyo poder de denuncia de la dis-
universitarias que alertaron sobre un naufragio
criminación y segregación racial estuvo siempre
de la Convención: hoy se olvida, pero quienes
acompañado por una representación optimista y
criticamos y alertamos sobre los excesos de re-
fraterna del futuro.
tórica y contenido, y sobre la ceguera de que no estaba siendo considerada la derecha debido a su
LA ACADEMIA Y LA FIGURA DEL INTELEC-
suicidio electoral de mayo de 2021, fuimos seve-
TUAL PÚBLICO
ramente funados y criticados por “amarillismo”, blandura y cosas por el estilo que no son de muy
Antes hablábamos de cómo la crisis intelectual
alto calibre intelectual. Pero tienes un punto.
del mundo político cristaliza en asuntos como la política de retiros. Pero la Convención tal vez
Ahora bien, al margen de sus problemas, pa-
nos permitió ver la crisis intelectual del mundo
rece que estamos frente a una academia más
académico, que no fue capaz de levantar a tiem-
preocupada por la vida pública que antes. Vein-
po voces de alarma respecto de un proceso que
te años atrás las librerías no estaban llenas de
iba camino al fracaso. ¿Cómo te explicas eso,
textos sobre Chile, hoy eso claramente ha cam-
considerando la fuerte presencia de la izquierda
biado. ¿Cuáles te parecen ser las tareas pen-
en el mundo académico?
dientes para una relación sana de la universidad chilena con nuestra política?
Pues claro, tienes razón; el mundo académico generó una relación pasional con la Convención
Este punto que señalas forma parte de las cosas
y se privó de la sana distancia con su objeto de
positivas que veo en la esfera pública chilena.
pasión (pero sobre todo de estudio e interven-
Percibo a colegas (de izquierdas y derechas) que
ción: es como si Bourdieu y sus enseñanzas so-
han abandonado el complejo de incursionar en la
bre la distancia objetivante que es necesario
esfera pública medial por razones de alergia a no
construir y mantener con su objeto de estudio
ser comprendidos. Hoy veo a cientistas políticos,
no hubiesen existido). Yo vi en muchos de mis
filósofos, juristas, historiadores y sociólogos (en
47
L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA
estos últimos hay un gran cambio) que gastan
también tributario de su estrategia de difusión
tiempo en transformarse en intelectuales pú-
de ideas vía podcasts, programas de radios, emi-
blicos, a sabiendas de que es una función que las
siones YouTube, y así sucesivamente.
universidades no premian y que supone, además, correr riesgos.
¿Cómo ves este panorama en nuestro país?
Hay avances, entonces…
En Chile estamos un poco atrasados en esto. Veo a Daniel Mansuy con una columna regular en El
Lo que está verdaderamente pendiente es rees-
Mercurio y con su propio podcast en T13 Radio
tablecer una relación honesta entre la política de
(“Réplica”), es decir, con un uso de recursos que
partidos y la academia. Se ha avanzado en esto,
trascienden la belleza del libro que lamentable-
pero el mundo de los partidos es muy mañoso,
mente pocos leen. También veo a Cristóbal Be-
bañado en el orgullo de creer conocer lo que los
llolio en el mismo ejercicio, y esto irá en ascenso.
chilenos quieren (una afirmación en extremo
¿Significará esto que los intelectuales públicos
dudosa), en circunstancias de que tienen que
ganarán poder en el futuro? No lo sé, ojalá, pero
aprender a ser generosos en el acto de escucha
al mismo tiempo su opinión que interviene en la
de intelectuales que llevan años pensando so-
esfera pública los transforma en agentes que no
bre determinadas zonas de la realidad. No nos
podrán ser fácilmente olvidados.
hemos dado cuenta, pero la producción de los inte-
Hoy el socialismo demo-
lectuales públicos chilenos
crático destaca como una
ha tenido consecuencias: acabamos de publicar con
Lo que está verdaderamente pendiente es reestablecer una
Tomás Undurraga y Manuel
relación honesta entre la política
Gárate un artículo sobre las
de partidos y la academia.
voz de experiencia dentro del gobierno, pero ¿lo ves nutriéndose de fuentes intelectuales propias, que le permitan proyectar a futu-
batallas culturales que han sido protagonizadas por intelectuales públicos
ro algo distinto de la mentalidad predominante
chilenos, desde Alberto Mayol hasta Rölf Luders,
en el Frente Amplio?
a propósito del “modelo” de desarrollo chileno con importantes consecuencias en la discusión
El socialismo democrático es la fuerza que se
pública.
encuentra en mejor pie para emprender su reinvención, descubriendo y elaborando nuevos uni-
¿Qué tanto ha variado en tiempos recien-
versales. Para lograrlo, se necesita un doble ba-
tes la figura del intelectual público? Hace
lance. En primer lugar, entender cabalmente lo
un tiempo escribiste sobre la irrupción de
que fue la socialdemocracia clásica entre 1945 y
un
con
1975, con su promesa de derechos sociales uni-
sus propias características y la misma pan-
versales y los pactos de clase que tuvieron lugar
demia fue un ejemplo de discusión global.
en ese perímetro: si bien la Unidad Popular fue
espacio
intelectual
internacional
un proyecto revolucionario, estoy convencido de Es un tema muy complejo, porque para enten-
que su trasfondo era una socialdemocracia ra-
der el rol que cumple el intelectual público es
dicalizada. En segundo lugar, evaluar correcta y
importante tener a la vista la transición desde
serenamente los años de gobierno de la Concer-
la era análoga a la era digital, en la que ciertos
tación y de la Nueva Mayoría. Ojalá que el Frente
intelectuales públicos se desempeñan. El éxito
Amplio sea capaz de sumarse este ejercicio, así
de Michael J. Sandel, autor del best seller La tira-
como el PC: no me parece evidente que esto pue-
nía del mérito, no se explica solo por la brillantez
da ocurrir.
de las ideas contenidas en sus libros: el éxito es
48
Ilustración: Alejandra Acosta
49
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
¿Q
Prieto, Manuel Bulnes y Manuel Montt), a los que
la política y el poder? ¿Fue influyente? ¿Fue
él mismo se encargaba de responder desde el Se-
escuchado? ¿Dejó algún legado? Si todo ello es
nado. Todo esto sin hablar del impacto nacional
afirmativo, ¿qué nos dice sobre nuestro presente?
e internacional de sus tratados y escritos sobre
ué relaciones tuvo Andrés Bello con
De la relación de Bello con el poder basta con
derecho, gramática y educación.
mencionar su rápido ascenso de oficial segundo
Bello impulsó el reconocimiento de la inde-
en el gobierno de la Capitanía General de Vene-
pendencia por parte de España (tema tabú en
zuela a secretario de la Junta Central de Vacuna,
su momento), la abolición de los mayorazgos y
luego a Comisario de Guerra y, posteriormente,
diversas políticas de salud pública, estadística,
a editor del periódico oficial Gazeta de Caracas.
pesos y medidas, e infraestructura. En cuanto a
Todo esto antes de cumplir los treinta años. Sus
otras habilidades, corrigió traducciones de la Bi-
nombramientos aparecen debidamente firmados
blia, gestionó el matrimonio de Manuel Bulnes
por el rey Carlos IV, a cuya persona y monarquía
con la hija de Francisco Antonio Pinto, redactó
dedicó poemas tales como “Oda a la vacuna” y
múltiples documentos y tratados internaciona-
“Venezuela consolada”. Aún más veloz fue su
les y se dio el tiempo para formar a una genera-
ascenso durante la primera junta de gobierno,
ción de estadistas. Algunas de sus polémicas son
que le encomendó la célebre respuesta al Conse-
justamente célebres.
jo de Regencia y luego lo designó, junto a Simón
Una de ellas fue sobre la enseñanza del latín y
Bolívar y a Luis López Méndez, como miembro
del derecho romano, lo que a su vez se vinculaba
de la primera misión diplomática a Londres.
con el restablecimiento de las relaciones diplo-
En la capital del imperio británico se desem-
máticas con España. Nombrado por el gobierno
peñó como secretario de la legación de Chile y
de Prieto para una comisión cuyo fin era evaluar
luego de la Gran Colombia de Simón Bolívar; re-
la enseñanza del derecho en el Instituto Nacional
dactó un importante documento dirigido al Papa
en 1832, Bello recomendó que el derecho roma-
Pío VII y publicó revistas de carácter cultural y
no tuviese un papel más central en el currículo,
político, primero promoviendo la monarquía
enseñándose más temprano y por dos años, en
constitucional y luego el sistema republicano de
lugar de uno. “El curso principal de esta profe-
gobierno. Contratado en Londres por el gobier-
sión”, indicó, “es el del Derecho Romano”, pues-
no de Chile, en nuestro país se desempeñó como
to que tal cuerpo de leyes “es el origen y fuente
oficial mayor del Ministerio de Hacienda y luego
de todos los derechos”. Por lo mismo, resultaba
de Interior y Relaciones Exteriores; fue senador
indispensable la enseñanza complementaria de
de la república por tres períodos consecutivos de
la lengua latina. El tema no escapó a la atención
nueve años cada uno; fue fundador y rector de la
de José Miguel Infante, quien exclamó en El Val-
Universidad de Chile, ejerciendo por tanto el rol
diviano Federal: “¡Bello plan para la república!”
de superintendente de la educación pública. Re-
agregando que “Se oye nuevamente en las es-
dactó además el Código Civil que todavía nos rige
cuelas de derecho repetir como en el tiempo
(más allá de sus reformas) y, asimismo, los dis-
de la servidumbre que tienen fuerza de ley las
cursos de tres presidentes consecutivos (Joaquín
Respuestas de los Prudentes, los Edictos de los
50
Pretores, la voluntad del Príncipe… ¿Se pretende
en mayor o menor medida, todos los intelectua-
acaso que revivan? Si no es así, ¿para qué imbuir
les jóvenes de la época), revela las cercanas rela-
a la juventud en lecciones de despotismo?”. En
ciones entre la literatura y la política a mediados
su respuesta, Bello señaló que el derecho romano
del siglo XIX. Se trata de la distinción entre cla-
era “la fuente de la legislación española que nos
sicismo y romanticismo. Según Sarmiento, la ju-
rige”. En efecto, la legislación vigente, hasta la
ventud chilena sufría una suerte de encogimien-
promulgación del Código Civil dos décadas des-
to creativo debido a la influencia neoclásica de
pués, era precisamente la española, y el gobierno
Bello. Sin embargo, el autor de origen venezolano
de Prieto lo reiteró el primero de marzo de 1837.
había explorado los temas del romanticismo du-
Para esa época, Bello ya se encontraba redactan-
rante su estadía en Londres. Si bien celebraba los
do los primeros artículos del Código Civil, des-
aportes de Madame de Staël, Victor Hugo, Walter
tacando que, mientras la nueva legislación civil
Scott y Lord Byron, se preocupaba por la versión
no entrara en vigor, seguiría vigente la anterior.
hispanoamericana del romanticismo, que con-
Relacionado estrechamente con la enseñan-
sideraba como “licencia” (opuesta a la libertad
za del latín y el derecho romano se encontraba
ordenada). Como expresó en 1841, “En literatura,
el restablecimiento de las relaciones con Espa-
los clásicos y románticos tienen cierta semejanza
ña luego del fallecimiento de Fernando VII. Be-
no lejana con lo que son en política los legitimis-
llo recomendaba esta política de acercamiento a
tas y los liberales. Mientras que para los prime-
través de sus columnas en El Araucano, periódi-
ros es inapelable la autoridad de las doctrinas y
co de lectura obligada para
prácticas que llevan el sello
Infante, quien reclamó que
de la antigüedad, y el dar
“continúa la inserción de las
paso fuera de aquellos tri-
piezas justificativas de las
En un periodo de construcción
negras tramas de algunos
del Estado y la nación Bello
contra los sanos principios,
americanos con el gabine-
buscaba un punto medio de
los segundos, en su conato a
te español para monarquizar a favor de la familia de nuestros antiguos opresores
moderación en política, es decir, sujeción a reglas y libertad.
[…] el suelo a que deben su monstruosa existencia y que el amor a la libertad
llados senderos es rebelarse
emancipar el ingenio de trabas inútiles, y por lo mismo perniciosas, confunden además la libertad con la más
desenfrenada licencia”.
hizo regar con la sangre ilustre de sus verdade-
Como puede verse, en un período de construc-
ros hijos”. Como respuesta, Bello señaló que las
ción del Estado y la nación Bello buscaba un pun-
intenciones de diversos países hispanoamerica-
to medio de moderación en política, es decir, su-
nos, incluyendo Chile, iban por otra dirección:
jeción a reglas (respeto por la ley) y libertad (un
“El reconocimiento de nuestra independencia no
marco de agencia individual que no vulnerase los
será un favor de la España pero será siempre un
derechos de los otros). En literatura, abogaba por
bien para la América, porque la paz es un bien,
la corrección del lenguaje combinada con la ex-
y porque ella extenderá nuestro comercio, po-
ploración de temas originales. El cuidado por el
niéndonos en relación, sea con la España misma,
lenguaje, en particular, le parecía especialmen-
sea con otras naciones que se abstienen de tra-
te importante para la unidad nacional, así como
tar con nosotros mientras carecemos de un títu-
para la continental. Esa era precisamente la ins-
lo que, según ellas, es necesario para legitimar
piración de sus estudios filológicos y gramatica-
nuestra existencia política”. La polémica conti-
les. Sarmiento, captando inteligentemente la co-
nuó por años, pero se zanjó a favor de Bello en
nexión entre política y lengua, respondió en 1842
abril de 1844, cuando Chile y España firmaron un
que “la soberanía del pueblo tiene todo su valor y
acuerdo de paz y amistad.
su predominio en el idioma; los gramáticos [i.e.,
Una segunda polémica, esta vez con Domingo
Bello] son como el senado conservador, crea-
Faustino Sarmiento (aunque participaron en ella,
dos para resistir los embates populares, para
51
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
conservar la rutina y las tradiciones. Son a nuestro juicio […] el partido retrógrado, estacionario, de la sociedad habladora; pero como los de su clase en política, su derecho está reducido a gritar y desternillarse contra la corrupción, contra los abusos, contra las innovaciones”. Pidió, a continuación, aunque no seriamente, el ostracismo de Bello. Para este último, el tema era más centralmente el de la alfabetización. Su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos representaba un llamado a la unidad lingüística hispanoamericana, pero hacía de la ortografía un lugar de transición: es decir, cada letra debía representar un sonido para facilitar la adquisición del lenguaje escrito. En este sentido, demostraba estar abierto a las reformas, rechazando abiertamente los criterios etimológicos entonces predominantes en el diccionario y la gramática académica. Sus reformas permanecieron vigentes hasta 1927. Es decir, en esta polémica Bello se impuso, dado que los documentos oficiales y el sistema educacional siguieron sus recomendaciones hasta entrado el siglo XX, sesenta años después de su muerte. Pero quizás la polémica más significativa, debido a su impacto a largo plazo, sea el debate en torno a la historia que protagonizó junto a José Victorino Lastarria y Jacinto Chacón entre 1844 y 1848. Lastarria y otros intelectuales chilenos y argentinos abogaban por una historia “filosófica” con raíces en la Ilustración, pero también en el romanticismo. Es decir, una interpretación del pasado a partir de hitos que señalaran un camino de progreso y perfectibilidad. Para ello era necesario identificar los obstáculos que impedían la marcha de tal progreso, que para la generación de Lastarria residían en el pasado colonial, un pasado de opresión y anonadamiento que había envilecido al país. A pesar de algunos destellos de libertad en el período de la independencia, la reacción colonial se había manifestado en la Constitución de 1833. En el caso de Francisco Bilbao, además, se acentuaba la nefasta influencia de la Iglesia católica. El camino era claro: eliminar las influencias retrógradas luego de identificarlas mediante la filosofía de la historia. Según Lastarria, en un discurso pronunciado en 1842, Chile
52
era una sociedad inmadura puesto que “estuvo
presentes, instó a “apoderarse de esa reacción
sometida tres siglos a satisfacer la codicia de una
[contra el pasado] para encaminarla hasta des-
metrópolis atrasada y más tarde ocupada en des-
truir completamente las resistencias que opone
trozar cadenas y en constituir un gobierno inde-
el sistema español antiguo encarnado en la so-
pendiente. A nosotros toca volver atrás para lle-
ciedad”. Remató diciendo que “la sociedad debe
nar el vacío que dejaron nuestros padres y hacer
acudir a la historia para sacar de ella el preser-
más consistente su obra, para no dejar enemigos
vativo de la desgracia y la luz que debe guiarla
por vencer y seguir con planta firme la senda que
en las tinieblas de lo futuro”. Según sus propios
nos traza el siglo”. Sarmiento se sumó a Lastarria
recuerdos, la recepción fue gélida. A corto andar,
en 1844 manifestando la necesidad de “desper-
sin embargo, insistió en sus argumentos en un
tar el interés por los estudios históricos tan des-
nuevo escrito y postuló a un premio de la Univer-
cuidados en su parte filosófica entre nosotros”.
sidad. Este le fue otorgado, pero no sin críticas.
Algunos meses después reiteró, a propósito de la
El jurado integrado por Antonio Varas y Antonio
historia de Chile de Claudio Gay, altamente apo-
García Reyes declaró que “la Comisión se sien-
yada en documentos, que “en América necesita-
te inclinada a desear que se emprenda, antes de
mos, menos que la compilación de los hechos, la
todo, trabajos destinados principalmente a po-
explicación de causas y efectos. Más todavía, los
ner en claro los hechos; la teoría que ilustra esos
hechos así desnudos de toda investigación filo-
hechos vendrá en seguida andando con paso fir-
sófica nos chocan hasta cierto punto”.
me sobre un terreno conocido”.
Bello estaba en profundo desacuerdo y lo hizo
Es aquí cuando entró en la polémica Jacinto
saber en una columna El Arau-
Chacón, profesor de historia
cano, también dedicada a la
del Instituto Nacional, quien
obra de Claudio Gay: “el pru-
decidió, en enero de 1848,
rito de filosofar es una cosa
¿Habrá sido Bello el último
que va perjudicando mucho
intelectual en ser escuchado
vismo intolerante de la comi-
a la severidad de la historia;
por los más altos círculos del
sión, protestar contra ese ejer-
porque en ciertas materias el que dice filosofía dice sistema;
poder y la política?
y el que profesa un sistema lo
“protestar contra este exclusi-
cicio ilegítimo de la autoridad universitaria contra la libertad de escribir la historia”. Como
ve todo al través de un vidrio pintado, que da un
rector de la Universidad, Bello tuvo que respon-
falso tinte a los objetos”. Bello había expresado
der: “No podemos soltar la pluma sin contestar
en varias ocasiones su perspectiva sobre la his-
al grave cargo que se hace a la Comisión, acusán-
toria, pero quizás el mejor ejemplo se encuentra
dola de exclusivismo y de intolerancia, porque ha
en el artículo 28 de los estatutos de la Universi-
creído que, en el estudio y cultivo de la historia
dad de Chile, redactados por él: “Se pronunciará
chilena, debe principiarse por el esclarecimien-
un discurso [anual] sobre alguno de los hechos
to de los hechos. Si este juicio, expresado bajo la
más señalados de la historia de Chile, apoyando
modesta forma de un deseo, es un acto de into-
los pormenores históricos en documentos au-
lerancia, adiós crítica literaria”. Lastarria no se
ténticos, y desenvolviendo su carácter y conse-
pronunció, y Chacón abandonó la polémica ese
cuencias con imparcialidad y verdad”. Lastarria,
mismo mes de enero. Bello la cerró con los ya
quien estuvo a cargo del primer discurso en 1844,
clásicos textos “Modo de escribir la historia”,
insistió en su postura: Chile, “bajo la influencia
“Modo de estudiar la historia” y “Constitucio-
del sistema administrativo colonial, estaba pro-
nes” en donde abundó sobre temas de metodolo-
fundamente envilecido, reducido a una completa
gía histórica, intentando despolitizarla. Es decir,
anonadación y sin poseer una sola virtud social,
el estudio de los temas históricos debía descan-
a lo menos ostensiblemente, porque sus insti-
sar sobre una base empírica, y no inspirado en
tuciones políticas estaban calculadas para for-
agendas de cambio político. Además, debía estar
mar esclavos”. A los personeros de gobierno, allí
acompañado de un análisis crítico de las fuentes.
53
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
En este último respecto, Bello no logró com-
influyeron en política, como Enrique Molina o
pletamente sus objetivos, ya que sus propios
Jorge Millas, pero ella, como la mayor parte de
discípulos utilizaron la historia para promover
los campos de las humanidades y las ciencias so-
propósitos políticos. Lo que sí logró fue insti-
ciales, ha perdido relevancia, ha reorientado sus
tucionalizar la disciplina mediante las presen-
intereses o ha sido simplemente ignorada.
taciones anuales y sus publicaciones, además
En cuanto a la historia, su presencia ha sido
de incrementar el perfil público de la historia.
particularmente débil. El tema constitucional,
Al menos durante el siglo XIX y entrado el siglo
que ha estado tan presente en nuestros días
XX, a pocas figuras públicas les sería indiferente
(como lo estuvo en los debates previos a las
la historia.
Constituciones de 1833 y 1925), ha brillado por la
¿Habrá sido Bello el último intelectual en ser
ausencia de los historiadores, salvo por algunas
escuchado por los más altos círculos del poder
meritorias excepciones. Esto ha sido responsabi-
y la política? En cuanto a niveles de influencia,
lidad de los historiadores mismos, o de las carre-
quizás, pero es evidente que otros intelectua-
ras de historia, que hoy privilegian la discusión
les contribuyeron desde el siglo XIX en adelante
con los pares o el acceso a fondos concursables
en temas importantes como los limítrofes, los
y publicaciones en revistas indexadas. Pero tam-
económicos y los constitucionales. Su papel, sin
bién es responsabilidad de las instituciones del
embargo, ha sido cada vez más estrecho con el
Estado, que escasamente escuchan a quienes
paso del tiempo. En el siglo XXI, el área en la que
podrían aportar, desde distintos campos del sa-
los intelectuales han logrado una posición de in-
ber, a la definición de las políticas más apropia-
fluencia ha sido la de los medios, mediante co-
das para los tiempos que vivimos. El entender las
lumnas o entrevistas que ocasionalmente tienen
complejidades de la sociedad para así formular
repercusiones a nivel de Estado y sociedad. Tam-
políticas públicas sensatas, con reconocimiento
bién, los centros de investigación se han posicio-
de los esfuerzos anteriores, requiere del con-
nado como influyentes generadores de conoci-
curso de intelectuales dispuestos a colaborar en
miento empírico mediante encuestas y estudios
política, y de políticos dispuestos a dialogar con
avanzados. En cambio, las disciplinas tradicio-
quienes, desde Andrés Bello en adelante, han he-
nales con fuertes liderazgos individuales se han
cho aportes valiosos en el desenvolvimiento po-
debilitado. La filosofía, por ejemplo, tuvo en el
lítico y cultural de la nación.
siglo XX destacados pensadores que también
Iván Jaksić es doctor en historia por la Universidad Estatal de Nueva York, director del programa de la Universidad de Stanford en Chile y miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Fue reconocido con el Premio Nacional de Historia el año 2020. Es autor, entre otros, de Andrés Bello. La pasión por el orden (cuarta edición actualizada: Universitaria, 2021), Rebeldes académicos (UDP, 2013) y La vocación filosófica (UDP, 2021), y editor de los cuatro tomos de Historia política de Chile. 1810-2010 (FCE, 2017-2018).
54
Ilustración: Alejandra Acosta 55
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
arlos Fuentes le dijo a José Donoso, en 1962,
C
entre otros, fueron ministros de gobierno, em-
que “después de la Revolución Cubana, él no
bajadores, agregados diplomáticos, participando
consentía en hablar en público más que de
de lleno en el juego político.
política, jamás de literatura”1.
La lista podría seguir creciendo. La tradición de
Era uno de los poetas más célebres de la lengua
escritores involucrados en la política de su tiem-
castellana y, además, un importante militante
po es mucho más extensa y antigua que estos ca-
comunista. A fines de los sesenta, Pablo Neru-
sos puntuales de la segunda mitad del siglo XX.
da se erigió, aunque breve y testimonialmente,
Sin embargo, de manera especialmente intensa
como candidato en las elecciones que terminaría
durante los años de la Guerra Fría, el mundo de
ganando, en 1970, el socialista Salvador Allende.
las letras se enredará íntimamente con las con-
Jorge Edwards fue el encargado de reestable-
tingencias de sus sociedades.
cer durante el gobierno de la Unidad Popular el
¿Qué papel cumplieron los escritores en la
vínculo diplomático entre Chile y Cuba, lo que no
arena política que suscitaron tanta atención?
estuvo exento de ripios y polémicas2.
¿Acaso hay una mirada especialmente perspicaz
Luego del triunfo de la revolución sandinista
por parte de los novelistas y poetas que vuel-
en 1979, el poeta Ernesto Cardenal fue minis-
ve su perspectiva tan relevante? Si en política
tro de educación del nuevo gobierno. Poco más
se actúa principalmente a través de la palabra y
de una década después, se alejaría de Ortega
el discurso, ¿no serían entonces los escritores,
denunciando críticamente el autoritarismo del
ensayistas, periodistas y críticos unos actores
nuevo régimen.
privilegiados a la hora de dotar de justificación
El novelista Mario Vargas Llosa fue derrotado en las elecciones presidenciales de 1990 por Al-
coherente los anhelos y deseos de los colectivos ideológicos que integran?
berto Fujimori, en momentos en que su país se
Las preguntas anteriores no admiten respues-
encontraba en medio de una guerra contra el te-
tas obvias. Por un lado, la actividad política mu-
rrorismo.
chas veces se contrapone al interés del acadé-
El argentino Leopoldo Marechal fue ministro de educación durante el peronismo. Julio Ramón Ribeyro fue embajador del Perú ante la Unesco.
mico o del hombre de ciencias. Por otro, durante todo el siglo XX la figura del intelectual cumplió un papel de bisagra entre mundos que parecían apuntar en direcciones radicalmente diferentes.
Los chilenos Armando Uribe, Antonio Skárme-
En este contexto, quiero explorar algunas di-
ta, Diamela Eltit, Raúl Zurita y Roberto Ampuero,
mensiones en que política y literatura se cruzaron en la última centuria, creando una oportuni-
1
José Donoso, Historia personal del “boom” (Santiago: Alfaguara, 2007), 60.
2 Para un testimonio detallado de su experiencia diplomática, véase Persona non grata (Santiago: Tajamar, 2021).
56
dad única para que los escritores participaran en los debates de su tiempo, pero generando, también, una serie de tensiones que cabe observar con distancia. ¿Ganaron lucidez, acaso, aquellos
que se comprometieron de lleno en el quehacer
o derechamente de lucha, comprometiéndose
político? ¿No fueron a ratos aprovechados —y
con banderas políticas y éticas. Así, se juega el
hasta utilizados— por comandantes y dictadores
prestigio adquirido en el campo estético en la
como una oportunidad para blanquear gobiernos
defensa o el ataque de causas específicas. Jean-
o desviar la atención? ¿No queda, muchas veces,
Paul Sartre y Simone de Beauvoir defendiendo la
una sensación de que el cruce entre política y li-
revolución cubana, Alexandr Solzhenitsyn de-
teratura pareciera hacer perder la mayor parte
nunciando el gulag soviético o Julio Cortázar en-
del tiempo, si no siempre, a la literatura? Des-
tusiasmado con el 68 parisino serán algunos de
pués de todo, varios de los escritores y artistas
los ejemplos más característicos de esos escrito-
que se mencionan aquí se desviaron de sus pre-
res-intelectuales; escritores que no se limitan a
ocupaciones estéticas hacia contingencias en las
crear sus obras o participar de los conciliábulos
que tenían poco que decir y mucho que perder.
artísticos, sino que saltan a la arena pública y participan de la política, aunque desde una posición privilegiada y con frecuencia exenta de ries-
Los escritores en la arena pública
gos (si bien hubo, igualmente, quienes perdieron La participación de los escritores en política no
la vida, como el poeta salvadoreño Roque Dalton
es algo que aparezca recién con el caso Dreyfus,
o el periodista argentino Rodolfo Walsh).
aquella álgida polémica francesa de principios
Durante la Guerra Fría la figura de los escrito-
del siglo XX en que se acusó falsamente de espio-
res intelectuales adquiere aún más relevancia. Al
naje a un militar judío, y que
no ser aquella guerra solo
llevó a parte importante de
un conflicto armado, sino
la intelectualidad, partien-
sobre todo una contienda
do por el célebre Émile Zola,
Durante todo el siglo XX la figura
a involucrarse en política.
del intelectual cumplió un papel
lucha, como se ha dicho,
Como ha señalado Béni-
de bisagra entre mundos que
por las mentes y los cora-
chou, los “hombres de letras”, comprendidos como un poder laico, se pueden
parecían apuntar en direcciones radicalmente diferentes.
identificar como tales ya
ideológica y política —una
zones—, fue especialmente relevante el papel que jugó la disputa por las representaciones simbólicas entre
desde Descartes —aunque hay, también, quie-
comunismo y capitalismo. De ahí que el signi-
nes retroceden hasta la antigüedad griega para
ficado que se otorgara a las artes, la literatura o
situar el comienzo de esta difícil relación—. Sin
el periodismo despertara un interés inédito en
embargo, no cabe duda de que es el caso Dreyfus
los gobiernos de EEUU y Rusia y en sus diversos
el episodio que dota a la figura contemporánea
aliados alrededor del mundo. Aquí, sin embargo,
del intelectual de un poder, autonomía y rele-
comienza a enturbiarse el panorama. Si el inte-
vancia que no habían gozado anteriormente, lo
lectual clásico se comprende como un sujeto que,
que los sitúa en el centro de los debates políticos
a partir de cierta autoridad en el campo cultural,
y culturales de la sociedad.
logra representar o defender ciertos valores abs-
3
Que el escritor se convierta en un intelectual
tractos y universales —la justicia, la libertad o la
es un hecho que necesita ponderarse de forma
paz, pero sobre todo la verdad—, la figura del in-
adecuada. Ya no es un simple profesional de la
telectual comprometido contaminará esa inde-
palabra encerrado entre cuatro paredes, sino un
pendencia y autonomía con respecto a las esferas
actor relevante de las discusiones públicas. Su
de poder. Es ese mismo factor el que explica que,
voz se transforma en una herramienta de crítica
en muchas ocasiones, las artes y la información se convirtieran en simple y pura propaganda al servicio de los poderes políticos de turno. Las
3 Bénichou, Paul, La coronación del escritor. 1750-1830. Ensayo sobre el advenimiento de un poder espiritual laico en la Francia moderna (México: FCE, 2012), 33.
revoluciones de distinto signo, con sus promesas y sus mitos, fueron un embrujo para muchos
57
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
escritores y artistas; y como todo embrujo, no
en el horizonte y no eran, todavía, injusticias
fue fácil liberarse de él.
brutales. La crítica al estalinismo es, sin duda,
En la dimensión latinoamericana de la Gue-
el caso global más significativo, pero en nuestra
rra Fría, los escritores no se mantuvieron ajenos
historia latinoamericana también hay ejemplos
a dicha disputa: el Congreso por la Libertad de
preclaros, lo que se advierte al revisar el hito em-
la Cultura o Casa de las Américas, por ejemplo,
blemático que significó para todo el continente la
fueron instituciones que, por medio de eventos,
revolución cubana. Pero antes de detenernos en
fondos concursables, fomento de traducciones,
las tensiones que introdujo en el campo cultural
becas y premios de diversa índole defendieron
el éxito del castrismo, hagamos una breve des-
banderas políticas (o convenientemente “apolí-
cripción de ese escenario.
ticas”, en el caso del bloque capitalista) que inclinaban la balanza a uno u otro de los bandos en
Superestrellas de papel
cuestión4. Algunas anécdotas célebres en las que se vieron envueltos muchos escritores durante
Dentro de los factores que influyeron enorme-
estos años dan cuenta de la intrincada relación
mente en la importancia que alcanzó el campo
que existía entre la política y las letras: Nicanor
literario en la segunda mitad del siglo XX está el
Parra siendo repudiado por su visita a la Casa
aumento de la alfabetización y la educación for-
Blanca o Pablo Neruda respondiendo las críticas
mal. Que grandes masas de jóvenes accedieran
de la intelligentsia cubana por asistir al congreso
al sistema educativo incidió, a la larga, en la
del PEN Club en Nueva York —lo que, según di-
creación de una masa lectora inédita en Hispa-
cen algunos, fue condición para que se le diera,
noamérica, en particular en las grandes ciudades
pocos años después, el Nobel de Literatura— son
de los países en vías de desarrollo5. La cultura
manifestaciones preclaras del contubernio que
escrita, por tanto, dejó de ser privilegio de una
existió entre ambas dimensiones.
élite educada, y ciertas áreas del conocimiento
Y si bien en muchos casos hubo apoyo a causas nobles y justas, no siempre los intelectuales tuvieron la valentía de alzar la voz para criticar a su
alcanzaron una masividad desconocida en las décadas anteriores. De igual manera, así como el campo literario
propio bando. Por el contrario, parecen ser una
funcionaba, durante los años cuarenta y cin-
excepción los escritores y poetas que rompieron
cuenta, alrededor de subsistemas nacionales, a
con sus propias filas para denunciar atropellos a
partir de la revolución cubana esa sectorización
los derechos humanos, tentaciones autoritarias
comienza a quebrarse. América Latina dejaría de
o amenazas a libertades básicas, sobre todo en
ser un archipiélago desde donde los escritores
los momentos en que estos problemas aparecían
de distintos países debían viajar a París, Madrid
4 Para una historia más detallada de esta dimensión de la guerra fría, véase Patrick Iber, Neither Peace nor Freedom. The Cultural Cold War in Latin America (Boston: Harvard University Press, 2015).
5 Ángel Rama, La novela en América Latina. Panoramas 1920-1980 (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2008), 57 y ss.
58
o Buenos Aires para entrar en contacto con ar-
Mundial de las Letras —tomo la expresión del
tistas de países vecinos, sino que se generaría
ensayo de Pascale Casanova— para esparcirse a
una red de intercambio algo más descentraliza-
los rincones del mundo hispanohablante.
da que permitiría integrar el continente. A partir
Hay, en todo este escenario, un factor adicio-
de la revolución, una serie de editoriales, autores
nal que guarda relación con las revistas políti-
y revistas culturales comenzó un movimiento
co-culturales. A partir de los años cincuenta, los
trasnacional capaz de romper las fronteras y de
frentes occidental y soviético condensaron una
generar un diálogo entre actores antes aislados.
arremetida estrictamente ideológica alrededor
La Habana, Ciudad de México e incluso Concep-
de una serie de revistas periódicas que buscaron
ción —con sus encuentros de escritores de fines
incidir en los debates de su tiempo. Revistas y
de los cincuenta y principios de los sesenta6— se
suplementos como Marcha, Casa de las Américas,
transformaron en lugares donde se intercam-
Mundo Nuevo, Sur, Cuadernos, Libre o Vuelta, entre
biaban publicaciones, experiencias y militan-
muchas otras, buscaron participar e influir en los
cias, generándose así un diálogo constante que
debates en torno a la revolución y la vía armada,
ya no necesitaba de las capitales de la República
la democracia y al autoritarismo, las dictaduras militares, las causas indígenas o los modelos de desarrollo, discutiendo de manera profunda y
6 Cf. Fabienne Bradu, Cambiemos la aldea. Los encuentros de Concepción. 1958, 1960, 1962 (Santiago: FCE, 2019).
apasionada en torno a aquellos tópicos.
59
Estas revistas no solo fueron instrumento de
y sesenta —una creciente masa lectora, una in-
debates filosóficos o políticos, sino que la lite-
dustria más profesional y un continente crecien-
ratura jugó un papel muy importante en ellas: la
temente integrado y conectado— donde triunfa
ficción y la poesía también eran parte fundamen-
la revolución cubana, provocando el interés de
tal de estas y otras publicaciones, lo que permitió
escritores e intelectuales a lo largo y ancho de
un acercamiento simbólico y no puramente teó-
todo el mundo. Y es allí, a pocas millas de la costa
rico a las cuestiones más álgidas en discusión. Sin
estadounidense, donde se tensarán las batallas
embargo, además de política y literatura, muchas
simbólicas de la Guerra Fría durante al menos
veces se cruza en estas publicaciones una tercera
tres décadas.
lógica: la del espectáculo. Escritores fotografiados al modo de los actores de cine y puestos en
Esa pequeña isla caribeña
portada, éxitos de ventas, entrevistas centradas en sus amoríos, sus hábitos privados o sus gus-
El suceso alrededor del cual cristalizaron mu-
tos culinarios hacen que los escritores participen
chas de las inquietudes políticas de los escrito-
solo por medio de la palabra, sino también por
res latinoamericanos fue, sin lugar a dudas, la
medio de sus gestos y modos de vida. Esta con-
revolución cubana. Como bien ilustra la frase de
sideración incidirá en el modo en que son leídos
Carlos Fuentes con que abre este ensayo, los es-
sus textos y percibidas sus preferencias políticas.
critores no se restringieron a ofrecer una mera
Esa lógica del espectáculo, qué duda cabe, sigue
opinión acerca de las instituciones o los sistemas
viva medio siglo después, donde renombrados
políticos de los países latinoamericanos (o, a ve-
escritores continúan apareciendo en diarios y
ces, de todo aquello que se llamó Tercer Mundo),
revistas no solo por sus obras, sino también por
sino que participaron intensa y profundamente
sus quiebres y relaciones sentimentales.
en las discusiones públicas. No se exagera al afir-
Volvamos, sin embargo, al tema de este en-
mar que toda querella cultural durante esa épo-
sayo. Es en ese contexto de los años cincuenta
ca estuvo teñida de verde olivo: las simpatías o
60
distancias con la gesta de Fidel Castro y su nuevo
(entendido de manera muy amplia) permeará de
gobierno rebalsaron hacia cualquier discusión
distintos modos en sus creaciones.
estética, filosófica o moral. Estar con la revo-
Pero, así como los primeros años de la revolu-
lución fue, durante los sesenta y setenta, estar
ción se habían desarrollado en estrecha compa-
en la corriente de la historia, y eso se traducía
ñía de los grandes escritores de Europa y América
en los gustos musicales y literarios, en el vestir
Latina, una década después esa luna de miel se
y el andar, en el modo en que se cultivaban las
rompería drásticamente. Antes de la persecución
amistades y las relaciones familiares. La elección
del poeta cubano Heberto Padilla, que significó el
de una prenda o de las películas o libros que se
quiebre definitivo entre diversos escritores con
consumían podían significar tanto o más que las
el castrismo, ya había signos de inquietud: cam-
opciones de voto en una época en que todo, ab-
pos de reeducación para disidentes y minorías
solutamente todo, tenía un significado político.
sexuales, cierre de medios de comunicación, exi-
La literatura, por supuesto, estuvo en el cen-
lio y una creciente imposibilidad de disentir de la
tro de muchas de estas discusiones. El boom de
voz oficial del régimen. Sin embargo, luego de la
la novela latinoamericana fue un fenómeno muy
publicación de Fuera de juego, un poemario críti-
relevante en esta época agitada, lo que volvió
co con el curso que tomara el gobierno revolucio-
a sus autores y sus obras figuras prominentes
nario, Padilla fue encarcelado y obligado a reali-
dentro de los foros de debate y los medios de co-
zar una autocrítica que, según sugiere la carta de
municación. Una revisión somera de las ficciones
los intelectuales dirigida a Castro, recuerda “el
más célebres del período da
oscurantismo dogmático, la
cuenta de que se buscaba,
xenofobia cultural y el sis-
por medio del arte, elaborar una interpretación global
Si bien en muchos casos hubo
—histórica, simbólica, so-
apoyo a causas nobles y justas, no
ciológica, íntima— al de-
siempre los intelectuales tuvieron
curso de un continente que buscaba su propio destino. Así, Cien años de soledad,
la valentía de alzar la voz para criticar a su propio bando.
La región más transparente,
tema represivo que impuso el estalinismo en los países socialistas”7. No cabe detenerse aquí en los pormenores de este caso ni en el parteaguas que significó para la clase intelectual, cuyo apoyo a
Conversación en La Catedral, El señor presidente,
la revolución durante sus primeros años fue, si
Los ríos profundos o El obsceno pájaro de la no-
no transversal, al menos sí muy extendido. Sin
che ensayan lecturas particulares del devenir de
embargo, sí es posible apuntar, sobre todo si se
América Latina. No solo siguen las peripecias de
considera el apoyo cerrado que algunos escri-
unos pocos personajes a lo largo de una vida, sino
tores siguieron dando a la revolución después
que buscan representar la totalidad de una so-
de las denuncias de Padilla, una tensión parti-
ciedad. No es azarosa, por tanto, la importancia
cular: ¿por qué aquellos escritores que estaban
que tienen en estas novelas la reivindicación de
especialmente atentos a las cuestiones públicas
la naturaleza y de lo indígena, la denuncia de las
y gozaban de particular lucidez llegaron a com-
desigualdades económicas y políticas a lo largo
prometerse a tal nivel con un proyecto socialis-
y ancho del continente o la responsabilidad que
ta que, al poco andar, contravenía y atentaba de
comparten, en la perpetuación de aquellas injus-
manera flagrante contra principios básicos de la
ticias, el poder económico y militar en manos de
sociedad occidental?
unos pocos grupos privilegiados. Si bien todas las novelas mencionadas buscan construir una obra de arte que se sostenga por sí sola, las simpatías y el interés de la mayoría de sus autores por apuntalar un proceso de emancipación socialista
7 VVAA, “Segunda carta de los intelectuales a Fidel Castro”, 20 de mayo de 1971. Disponible en https://rialta.org/segunda-carta-de-los-intelectuales-a-fidel-castro/
61
L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO
¿En defensa de qué? Nos preguntábamos, al comienzo de este ensayo,
Quien ha hecho una descripción muy intere-
si acaso los escritores no tendrían una sagacidad
sante del devenir político de artistas y escritores
particular a la hora de observar la realidad políti-
en nuestro continente es Carlos Granés, en su
ca. Si, a fin de cuentas, su herramienta de trabajo
premiado libro Delirio americano. Allí, el ensayis-
es la palabra, ¿no habría cierta posibilidad de que
ta colombiano describe la historia del siglo XX la-
atendieran con especial profundidad y sutile-
tinoamericano a partir de una tesis provocativa:
za los principales puntos que enfrentaban a los
muchas de aquellas ideas o principios que en el
distintos bandos en un conflicto tan ideológico
arte y la literatura manifestaban arrojo, lucidez y
como la Guerra Fría? A su vez, en su rol de inte-
creatividad podían, al traspasarse al plano polí-
lectuales —comprometidos o no— se encontra-
tico, generar grandes desastres8. La ruptura de la
ban en buen pie a la hora de participar en debates
ortodoxia, la exaltación de la raza, la reescritura
donde la interpretación histórica de América, el
de los mitos pueden ser ejercicios sumamente
lugar de los indígenas, el orden económico y po-
fructíferos a la hora de pintar, componer o escri-
lítico estaba a la orden del día.
bir obras de arte, pero los resultados pueden ser
Entre todos estos, una de las discusiones más
nefastos y violentos cuando esas mismas ideas se
relevantes durante todo el siglo XX fue acerca del
llevan al plano político. Los ejemplos abundan en
orden democrático. La democracia no siempre
la historia que relata Granés: Vasconcelos defen-
gozó de popularidad entre los escritores y artis-
diendo a Hitler, Neruda cantando loas a Stalin o
tas. De hecho, podría decirse que fueron excep-
Cortázar respaldando a Castro —entre los más
cionales aquellos que, ante las encrucijadas de
célebres, ya que los dictadorzuelos de opereta
su tiempo, defendieron las instituciones propias
tuvieron también quien los defendiera ante los
del sistema democrático, como las elecciones
embates de sus enemigos—.
periódicas, la alternancia en el poder, la libertad
¿Por qué tantos creadores sutiles, examina-
de asociación o de prensa. En los años sesenta y
dores de las profundidades del alma humana,
setenta fueron numerosos los artistas que co-
poetas brillantes e inventores originales hacen
quetearon con autoritarismos o revoluciones,
caso omiso del abuso, de la violencia y del cri-
ya sea en nombre de valores trascendentales o
men? Quizás tiene razón Granés al afirmar que
en contra de la corrupción y la decadencia que
“Ser demócrata en América Latina siempre pa-
significaba la democracia. Eso, sin embargo, ya
reció muy poca cosa. Ante tantas injusticias,
había pasado a principios de siglo, cuando en los
cómo conformarse con promulgar leyes; ante
años veinte y treinta el fascismo y el comunismo habían convencido a tantos intelectuales que la democracia liberal evidenciaba de manera nítida la corrupción y debilidad de Occidente. 62
8 Una reseña de mi autoría de este libro puede encontrarse aquí: https://www.ciperchile.cl/2022/12/22/ libros-el-largo-siglo-20-de-nuestra-america/
la radicalidad del enemigo, cómo resignarse a
demostrado
la moderación; ante la titánica labor que su-
escritores como Gioconda Belli o Sergio Ramírez
ponía sacar a un país del subdesarrollo, cómo
(cuando el régimen nicaragüense les quitó la
empantanarse en la reforma y el procedimien-
nacionalidad junto con varios cientos de disi-
to” . Sí; parecía poca cosa, pero fue un camino
dentes), la voz de los escritores no solo coquetea
que, de manera paulatina, muchos de estos es-
con el poder y le sirve de defensa y apoyo a pro-
critores antes comprometidos con la vía cuba-
yectos políticos particulares, sino también puede
na fueron, hacia fines del siglo XX, transitando
ser una conciencia incómoda que apunta aquello
hacia posiciones más sobrias y democráticas. Se
que se debe corregir y mejorar. En un momento
prefirió, a la larga, la moderación, la reforma y el
en que la democracia se ve amenazada desde iz-
peso de la ley, y no el exabrupto y la radicalidad
quierda y derecha, la voz de estos intelectuales
de toda revolución.
puede y debe seguir, con modestia y sin grandes
9
Este problema, sin embargo, está muy lejos de ser una obsolescencia histórica. Como han
hechos
recientes
vinculados
a
aspavientos, apostando por la defensa de ciertos valores universales.
9 Carlos Granés. Delirio americano. Una historia cultural y política de América Latina (Madrid: Taurus, 2022), 444.
Joaquín Castillo es licenciado y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde actualmente cursa el doctorado en literatura. Es subdirector del IES y editor de la revista Punto y coma.
63
64
¿Qué papel debe cumplir el intelectual público en la sociedad democrática? ¿Qué desafíos enfrenta y qué tensiones amenazan su participación en los diversos debates contemporáneos? En este artículo, publicado originalmente en 2002, la filósofa estadounidense Jean Bethke Elshtain aborda estas interrogantes a la luz del lugar que han ocupado los intelectuales públicos en la trayectoria democrática de Estados Unidos. En tiempos de crisis e incesantes cambios tecnológicos, advierte la autora, resulta indispensable una perspectiva histórica y ética de las cuestiones públicas.
65
L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE
H
ace algún tiempo pasé un año en el Instituto
La vida política francesa habría sido mucho
de Estudios Avanzados de Princeton (Nueva
más saludable si Francia hubiera abrazado a
Jersey). Uno de los placeres que encontré ahí
Camus y a sus pocos compatriotas en lugar de a
fue intercambiar ideas con académicos de otros
Jean Paul Sartre y a los muchos otros de su cla-
países. Una noche, un miembro especialmente
se que llevaban el manto del intelectual público.
animado de un grupo de debate informal al que
Cuando Camus hablaba en términos políticos, lo
me había unido empezó a lamentar el deplorable
hacía como un ciudadano que entendía la políti-
estado de la intelectualidad pública en Estados
ca como un proceso que implica debate y com-
Unidos, en contraste con su Francia natal, y en
promiso, no como un ideólogo que pretende que
particular con París y su vertiginoso choque de
la política se ajuste a una visión global. Al final,
opiniones. Recuerdo que me sentí interpelada
insistía Camus, la visión del ideólogo destruye
por sus comentarios y me uní a los demás
la política.
sacudiendo la cabeza ante el deslucido estado de nuestra vida intelectual pública.
Tal vez, reflexioné, la peculiar mezcla estadounidense de pragmatismo tosco y la tendencia
La sensación pasó rápido, al menos en mi caso.
a preocuparse por las dimensiones morales de la
Recordé hasta qué punto la clase intelectual
vida pública —por muy poco sistemática o so-
francesa —exceptuando a los escasos disiden-
fisticada que pueda ser esta combinación desde
tes, como el estimable, valiente y solitario Albert
el punto de vista de la ideología más elevada—,
Camus (1913-1960)— había capitulado a las se-
era mejor garante del constitucionalismo y de
ducciones de la lógica totalitaria, oponiéndose al
una sociedad civil sana que los intelectuales del
fascismo únicamente para convertirse en apolo-
tipo que prefería mi interlocutor francés. Histó-
getas de lo que Camus llamaba “el socialismo de
ricamente, los intelectuales públicos de Estados
los patíbulos”.
Unidos han sido, de hecho, parte de un público
66
más amplio. Compartían con otros estadouni-
películas como Los rojos, de Warren Beatty. Pero
denses el acceso a los lenguajes religiosos y cí-
estos relatos distorsionan nuestra comprensión
vicos que insistían sobre las cuestiones morales
de la vida intelectual estadounidense. También
presentes en el debate político; estaban prepara-
hubo vida intelectual al oeste del río Hudson,
dos para vivir, al menos la mayor parte del tiem-
como muestra Louis Menand en su libro The
po, con las concesiones de la vida política, y pri-
Metaphysical Club.
vilegiaban los resultados prácticos por encima de los sistemas de pensamiento.
Pero incluso Menand presta muy poca atención a una parte importante de la efervescencia
El temperamento estadounidense es receloso
estadounidense. Nuestra vida intelectual pública
de los intelectuales. Como en general se les da
es incomprensible si se ignora el extraordinario
mejor vivir en sus cabezas que mantener los pies
papel que desempeñaron en su momento el clero
en el suelo, los intelectuales son más vulnerables
protestante y pensadores afines, desde Jonathan
que otros a las seducciones del poder que supo-
Edwards en el siglo XVIII hasta Reinhold Niebuhr
ne poseer una visión del mundo cuya lógica pro-
en el XX. Todo el movimiento del Evangelio So-
mete explicarlo todo y quizás, en algún glorioso
cial, desde sus orígenes a finales del siglo XIX
futuro, controlarlo y gestionarlo todo. El siglo XX
hasta su apogeo en la época de la Primera Guerra
está plagado de las desastrosas consecuencias de
Mundial, fue un intento de los intelectuales del
tales seducciones, muchas de ellas encabezadas
clero y de los seminarios de Estados Unidos de
y definidas por intelectuales que se vieron su-
definir una religión civil estadounidense y hacer
plantados, o incluso destruidos, por despiadados
realidad en la Tierra, o al menos en Norteaméri-
hombres de acción una vez que dejaron de ser
ca, una visión de algo parecido al Reino de la Paz.
necesarios como apologetas, provocadores y pu-
A medida que las universidades se convertían
blicistas. El resquebrajamiento definitivo desde
en importantes sedes de la vida reflexiva, los
1989 del utopismo político que cautivó a tantos
intelectuales universitarios se incorporaban a
intelectuales públicos del siglo XX en Occidente
este discurso público ya establecido. Lo hicieron
levanta varias preguntas importantes: ¿quiénes
como generalistas y no como portavoces de una
son exactamente los intelectuales públicos en el
disciplina. En las mentes de pensadores como
Estados Unidos contemporáneo? ¿Los necesita-
William James, George Herbert Mead y John
mos? Y si es así, ¿cuál debería ser la descripción
Dewey no había forma de separar las cuestiones
de su trabajo?
intelectuales y políticas de preocupaciones morales más amplias. Fuera de la universidad pro*
piamente dicha, durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX surgieron figuras
No entendamos estas cuestiones de forma de-
extraordinarias como Jane Addams y Randolph
masiado restrictiva. La historia de cada país es
Bourne. Estos pensadores y activistas sociales
diferente. Muchos críticos que se lamentan de
combinaron en su trabajo la urgencia moral y el
la escasez de intelectuales públicos en Estados
compromiso político. Ninguno incurrió en una
Unidos hoy en día tienen una visión limitada de
ideología totalizadora según el modelo marxista
ellos, como un grupo de pensadores indepen-
de tantos intelectuales europeos.
dientes que, sin embargo, parecen pensar de
Addams, por ejemplo, insistió en que el movi-
forma muy parecida. En la mayoría de los casos
miento de las casas de acogida, del que fue pio-
son de izquierdas, persiguen el derrocamien-
nera en Chicago, siguiera siendo abierto, flexible
to de las convenciones burguesas y pasan ho-
y experimental, un hogar comunitario para lo
ras interminables (o al menos lo hacían antaño)
que podría denominarse una “vida intelectual
hablando hasta altas horas de la noche en cafés
orgánica”1. En respuesta al enfrentamiento entre
llenos de humo y en los lofts de Greenwich Village. Debemos esta visión no solo a la autopromoción de los miembros del grupo, sino también a
1
La socióloga y escritora estadounidense Jane Addams (1860-1935) fue una trabajadora social fe-
67
L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE
Albert Camus fue un intelectual público ejemplar, uno de los relativamente pocos que evitaron las certezas ideológicas y abrazaron el debate y el compromiso en política.
clases sociales que dominaba la vida pública de
Addams vio en el cuento de Nathaniel Haw-
su época, habló de la necesidad de que las cla-
thorne “Ethan Brand” una lección objetiva para
ses participaran en una “interpretación mutua”,
los intelectuales. Ethan Brand es un calero que
y de que esto se hiciera de persona a persona.
abandona su pueblo en busca del “pecado im-
Addams se resistió firmemente a la tentación de
perdonable”. Y lo encuentra: “un intelecto que
la ideología: contaba historias divertidas sobre el
triunfó sobre el sentido de la hermandad entre
utopismo que a veces se transmitía en el Club de
los hombres y la reverencia frente a Dios, y sacri-
Ciencias Sociales del Trabajador de Hull House .
ficó todo a sus poderosas pretensiones”. Este or-
2
gullo del intelecto, que opera en la vida pública, intenta obligar a la vida a ajustarse a un modelo abstracto. Addams recurrió a la historia de Ethan minista, activista del movimiento de reforma social Settlement y una de las líderes principales del movimiento de sufragistas de Estados Unidos. Reconocida como la primera “filósofa pública” de su país, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1931. Sobre su figura, Elsthain escribió Jane Addams and the dream of American Democracy (2001). [N. de la T.] 2 Fundado en 1880, el movimiento Settlement buscaba reducir la brecha entre personas de mayores y menores ingresos. En ese marco llegaron a establecerse casi 500 asentamientos, llamados settlement houses (casas de asentamiento), donde se ofrecía a los vecinos diversos servicios sociales, además de conferencias y clases gratuitas impartidas por voluntarios de clase media. La residencia Hull House, ubicada en Chicago y fundada en 1889 por Jane Addams y Ellen Gates Starr, se convirtió en el centro más célebre de la época gracias a sus innovadores programas sociales, educativos y artísticos. [N. de la T.]
68
Brand para responder a los socialistas que afirmaban que ella se negaba a convertirse a su punto de vista porque estaba “atrapada en las redes del capitalismo”. En respuesta a sus críticos, Addams describió en una oportunidad un intercambio que tuvo lugar en una de las discusiones semanales del salón de Hull House. Un ferviente socialista proclamó que “el socialismo curará el dolor de muelas”. Un segundo compañero subió la apuesta insistiendo en que si los dientes de todos los niños fuesen sistemáticamente cuidados desde el nacimiento, los dolores de muelas desaparecerían de la faz de la tierra. Addams, por supuesto, sabía que siempre tendríamos esa clase de dolores. Addams, James, Dewey y, más tarde, Niebuhr compartían un fuerte sentimiento de vivir en una
cultura cívica claramente protestante. Esa cultu-
o académicos que anhelan romper los límites
ra se asumía, se fuera o no creyente religioso, y
disciplinarios definidos por la universidad. Las
desde los tiempos del abolicionismo, pasando
cuestiones primordiales sobre las que era posible
por la lucha por el sufragio femenino hasta el
adoptar una postura inequívoca hace tres o cua-
movimiento por los derechos civiles de los años
tro décadas —la segregación y la guerra, princi-
sesenta, los intelectuales públicos podían apelar
palmente— han dado paso a asuntos complejos
a sus valores. Pero la cultura cívica protestante
y turbios. Ahora vemos en tonos grises y no en
se diluyó con el auge de grupos que habían sido
blanco y negro. Es difícil construir un gran ar-
excluidos del consenso (católicos, judíos, cris-
gumento intelectual sobre la mejor manera de
tianos evangélicos), con el triunfo de una visión
reformar la asistencia social, estructurar una
del mundo generalmente secular y consumista,
reducción de impuestos o proteger el medioam-
y con el abandono por parte del protestantismo
biente. Incluso muchos de nuestros problemas
tradicional de gran parte de su propia tradición
cívicos más amplios no se prestan al tipo de ge-
intelectual en favor de un ethos terapéutico.
neralizaciones temáticas y culturales que han
La consecuencia, para bien y para mal, es que ya no existe una cultura intelectual unificada
sido históricamente el material de la mayor parte del discurso de los intelectuales públicos.
a la que dirigirse o contra la cual rebelarse. Los *
expertos de un tipo u otro intentan a menudo recrear retóricamente esa cultura y avivar viejos temores, como si es-
Lo que quiero decir no es
tuviéramos
que los problemas a los que
luchando
de
nuevo contra los teócratas de la Colonia de la Bahía de Massachusetts.
Aumentar
las apuestas de esta ma-
Nuestra época es la del olvido. Si hay una tarea para el intelectual público es insistir en que
se enfrentan ahora los estadounidenses estén exentos de grandes preocupaciones éticas o conceptuales; más
nera promueve un sentido
recordemos, y que recordar es un
de autoimportancia al exa-
acto moral que requiere la mayor
son tan complejas, y los
gerar aquello a lo que uno
claridad intelectual y ética.
argumentos de todas las
aparentemente se enfrenta. Durante el escándalo Clin-
bien, estas preocupaciones
partes a menudo tan convincentes, que cada quien
ton-Lewinsky, por ejemplo, quienes criticaron el
parece tener una parte de la verdad. Por eso re-
dudoso uso que el presidente hacía de la Oficina
sultan tan irritantes quienes tratan cada cues-
Oval fueron acusados a menudo de intentar re-
tión desde una narrativa de la bondad moral de
sucitar la moralidad del viejo Salem. Un simple
un lado y la vileza y la desigualdad del otro. La
clic en el control remoto del televisor desmiente
mayoría de nosotros, pertenezcamos o no a lo
todas esas habladurías sobre una restauración
que alguien denominó de forma poco caritativa
puritana: la pantalla está repleta de pornografía
“las clases parloteadoras”, nos damos cuenta
blanda popular empaquetada como talk shows
de que las cosas no son tan sencillas. Esa es una
confesionales o programas de autoayuda.
de las razones por las que a menudo recurrimos
El espectro del viejo Salem se invoca en parte
a investigadores expertos, que no encajan en el
porque proporciona, al menos temporalmente,
perfil histórico del intelectual público como ge-
un objetivo claro para la contraargumentación, a
neralista omnicompetente.
la vez que proporciona a los protagonistas de la
Por ejemplo, mucho antes de que llegaran las
televisión un tema que parece justificar su exis-
montañas de pruebas empíricas disponibles hoy,
tencia. Pero lo cierto es que no hay grandes te-
una serie de intelectuales escribía sobre lo que
mas evidentes en torno a los cuales se agrupen
parecía ser la poderosa desafección de los es-
hoy los intelectuales públicos, ya se autodeno-
tadounidenses por la vida pública y por la labor
minen sabuesos de los medios de comunicación
de la sociedad civil. Teóricos de la política como
69
L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE
Residencia de Hull House, fundada por Jane Addams en 1889, convertida hoy en museo en la ciudad de Chicago.
yo podían hablar de un descontento generaliza-
o cualquier no especialista, encontrar un punto
do, pero fueron finalmente las pruebas empíri-
de entrada. Si uno no está preparado para expre-
cas presentadas, entre otros, por el politólogo
sar una opinión autorizada sobre si las células
Robert Putman en su famoso ensayo de 1995
madre adultas tienen el potencial “pluripotente”
Bowling Alone las que consiguieron que estas
de las embrionarias, más vale callarse. El debate
preocupaciones fueran ampliamente escucha-
técnico excluye a la mayoría de los ciudadanos y
das por el público. En este caso, la experiencia
limita la participación de los no científicos que
disciplinaria se pone al servicio de una empresa
reflexionan sobre las implicaciones políticas a
intelectual pública. Esto va en contra de la visión
largo plazo de proyectos que tienen un marcado
culturalmente consagrada del intelectual públi-
tinte eugenésico.
co como una mente audaz y solitaria. Los inves-
La “mejora” genética, como se le llama de
tigadores empíricos trabajan en equipo. A me-
manera eufemística, acabará convirtiéndose en
nudo tienen hordas de ayudantes. Sus datos son
un proyecto eugenésico, destinado a perfeccio-
complejos y deben traducirse para el consumo
nar la composición genética de la raza humana.
público. Su trabajo corresponde en gran medida
Pero nuestra vida pública está tan dominada por
a las universidades y los grupos de reflexión, no
consideraciones a corto plazo que quien aporta
al intelectual público como disidente heroico.
al debate genético actual una comprensión his-
Sin embargo, sería un error dejar simplemente
tórica de este tipo suena meramente alarmista.
que los expertos tomen las riendas. Un ejemplo
Este tipo de visión no encaja bien con el tempe-
de ello es el actual debate sobre la investigación
ramento optimista de los estadounidenses. Por
con células madre y la clonación de embriones
lo general, a los norteamericanos les alivia que
para “cosechar” células madre. Cualquiera que
la urgencia moral y política se vea sobrepasada
conozca la historia de los avances tecnológicos y
por tecnicismos. Esto no es nada nuevo. Durante
el poder de un afán de lucro insaciable compren-
la Guerra Fría, los polemistas que tenían a su al-
de que esa extracción es un primer paso hacia
cance los últimos datos sobre el peso de los mi-
la clonación, y que personas y empresas irres-
siles podían imponerse a quien no era ese tipo de
ponsables ya están avanzando en esa dirección.
experto, pero que tampoco era un ingenuo, que
Pero como el debate se desarrolla en términos
había leído a Tucídides y que pensaba que había
muy técnicos es muy difícil para el generalista,
alternativas a la destrucción mutua asegurada.
70
*
La actitud del millonario de las punto com
Los estadounidenses se inclinan más por los ani-
ligros de un exceso de orgullo, no solo de los in-
madores que por los críticos. Tendemos a con-
dividuos, sino de la cultura en su conjunto. No
centrarnos en el lado positivo del balance y nos
es fácil en nuestra vida intelectual pública, o en
negamos a evocar las características negativas
nuestra vida eclesiástica, para el caso, hacer que
—ya sean reales o potenciales— de la reforma
los estadounidenses piensen en algo que tenga
social o la innovación tecnológica. Carecemos
que ver con el pecado, el centro de gran parte del
notoriamente de sentido de la tragedia o inclu-
discurso intelectual público en Estados Unidos
so, como insistía Reinhold Niebuhr, de reconoci-
desde Edwards a Niebuhr. Nos sentimos cómo-
miento de las ironías de nuestra propia historia.
dos con los “síndromes”. La palabra tiene un
Por críticos no me refiero a aquellos que, en un
sonido relajante y terapéutico. Pero el pecado del
abrir y cerrar de ojos, emiten una condena pre-
orgullo, en la forma de una postura triunfalista
fabricada de más o menos cualquier cosa que
que no reconoce límites al esfuerzo humano, es
ocurra en la política y la cultura popular nortea-
otra cosa.
ejemplificaba un problema más amplio: los pe-
mericanas. Me refiero a los que reconocen que
Las voces morales —las de Jane Addams y
siempre hay perdedores cuando hay ganadores,
Reinhold Niebuhr— que antaño tenían un ver-
y que nunca en la historia de ninguna sociedad se
dadero peso público y que nos advertían contra
ha dado el caso de que los beneficios de un cam-
nuestra tendencia al orgullo cultural y al triun-
bio o innovación recaigan por
falismo parecen haber dejado
igual en todos los grupos.
de existir, o al menos de tener
Cada vez que oía hablar de
una audiencia similar a la que
las maravillas de la “supe-
Estas cuestiones no pueden
rautopista de la información”
abordarse adecuadamente
voces de este tipo en nuestra
durante los años en que Esta-
sin un marco ético sólido,
época, pero no suelen ser esta-
dos Unidos se encaprichó con la alta tecnología, mi mente
una sensibilidad histórica y
se volvía hacia la gente que de
una conciencia de los límites
manera inevitable se encon-
y las tragedias humanas.
traría sentada en anticuados
tuvieron antaño. Hay algunas
dounidenses. Pienso en el presidente de la República Checa, Václav Havel, que ha escrito sin reparos contra lo que ocurre cuando los seres humanos,
cacharros en el carril de las averías. No es fácil
según sus palabras, olvidan que no son Dios ni
hacer que los estadounidenses piensen en es-
semejantes a Dios. He aquí a Havel, en una con-
tas cosas. Una noche, en un telediario nocturno,
ferencia reproducida en la revista First Things
debatí con un millonario de las punto com que
(marzo de 1995):
proclamaba que la enorme riqueza y experiencia acumuladas por los niños ricos expertos en tec-
La relativización de todas las normas morales,
nología pronto nos permitirían encontrar la cura
la crisis de autoridad, la reducción de la vida a
para el cáncer, el fin de los atascos urbanos y la
la búsqueda del beneficio material inmedia-
paz mundial. La paz mundial sería una conse-
to sin tener en cuenta sus consecuencias gene-
cuencia natural de la globalización de los merca-
rales —las cosas por las que más se critica a la
dos. Tener la etiqueta del diseñador adecuado en
democracia occidental— no tienen su origen
los vaqueros sería el pegamento que mantendría
en la democracia, sino en aquello que el hom-
unida a la gente, de aquí a Pekín. Cuando sugerí
bre moderno ha perdido: su ancla trascenden-
que se trataba de un pegamento cívico bastante
tal y, junto con ella, la única fuente genuina
escuálido, el caballero en cuestión me miró como
de su responsabilidad y respeto por sí mismo.
si yo fuera un miembro de alguna especie extin-
Dada su fatal incorregibilidad, es probable que
guida. Estaba claro que esas opiniones le pare-
la humanidad tenga que pasar por muchas más
cían no solo retrógradas, sino casi ininteligibles.
Ruandas y Chernobil antes de comprender lo
71
L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE
increíblemente miope que puede ser un ser hu-
vistos como un sistema de alerta temprana —
mano que ha olvidado que no es Dios.
que dice verdades inoportunas y nos recuerda lo que ocurre cuando se equipara a las personas con
Nuestra época es la del olvido. Si hay una tarea
su potencial genético—, los escépticos son des-
para el intelectual público es insistir en que re-
cartados como una retaguardia que se interpone
cordemos, y que recordar es un acto moral que
en el camino del progreso.
requiere la mayor claridad intelectual y ética. Al *
aprender a recordar el Holocausto hemos alcanzado un éxito significativo (y solitario). Sin embargo, en la medida en que ahora vemos el ge-
Así que esta es nuestra situación. Muchos de
nocidio como una anomalía histórica exclusiva
nuestros problemas contemporáneos más acu-
de un régimen o pueblo concreto o, alternativa-
ciantes, que a menudo no se consideran intrín-
mente, como un lugar común histórico que nos
secamente políticos pero en los que la política
permite calificar de holocausto cualquier caso de
tiene mucho que ver, suscitan inquietudes mora-
asesinato político, no hemos alcanzado la clari-
les sobrecogedoras. Estas cuestiones no pueden
dad. La verdad se encuentra en algún punto in-
abordarse adecuadamente sin un marco ético
termedio.
sólido, una sensibilidad histórica y una concien-
En lo que se refiere al tecnoentusiasmo y la
cia de los límites y las tragedias humanas. Pero
avanzado
esas cualidades escasean en
mucho en el camino del ol-
una era de especialización
utopía,
hemos
vido. Ya se ven anuncios en los periódicos que ofrecen
En una cultura que siempre está
y triunfalismo tecnológico. Los que se apoderan del mi-
enormes recompensas eco-
haciendo, la responsabilidad de
nómicas a las jóvenes do-
pensar se elude con demasiada
ridad casi automática de la
nantes de óvulos si tienen
frecuencia. El papel de los
ciencia son en su mayoría
una puntuación mínima de 1400 en la selectividad, una estatura mínima de 1,70 y son atléticas. Se habla con
intelectuales públicos de hoy es alzar la voz silenciosa de la razón éticamente comprometida.
crófono y esgrimen la auto-
apologetas del nuevo orden que se avecina. Los que advierten de los posibles efectos
y
consecuencias
nefastas de este nuevo or-
naturalidad de los “genes de diseño” del futuro. El utopismo tecnológico
den pueden ser marginados como personas que
desbocado, que se nos presenta con el imprimá-
se niegan, obstinadamente, a marchar a tiempo,
tur de la ciencia, tiene una autoridad automáti-
o que pretenden ilegítimamente importar a la
ca en la cultura estadounidense de la que ya no
arena pública preocupaciones que derivan de la
gozan los pensadores especialistas en ética, los
religión.
generalistas intelectuales, el clero ni quienes
Nos deslumbramos tan fácilmente. Somos tan
tienen sentido de la ironía y la tragedia históri-
orgullosos. Si podemos hacerlo, debemos hacer-
cas. La revista católica laica Commonwealth pue-
lo. Debemos ser los primeros en todo, y si nos
de editorializar contra nuestras nuevas formas
tomamos en serio la restricción ética de ciertas
de comerciar con la carne humana, contra lo que
tecnologías, podemos quedarnos rezagados con
equivale a un “mundo en el que las personas lle-
respecto al país X o al país Y. Y eso parece anties-
van una etiqueta de precio, y en el que el valor
tadounidense. El papel de los intelectuales públi-
en efectivo de algunas personas es mucho mayor
cos en tales circunstancias es dar un paso atrás
que el de otras”. Pero los argumentos parecen
y lanzar advertencias reflexivas. Pero, ¿dónde
llegar solo a quienes ya están convencidos. A los
está el lugar para este tipo de discurso? ¿Dón-
críticos de la izquierda ecologista y de la dere-
de está el campo de entrenamiento para lo que
cha social-conservadora que cuestionan el tec-
el teórico político Michael Walzer llama “críti-
notriunfalismo no les va mejor. En lugar de ser
cos conectados”, pensadores que se identifican
72
fuertemente con su cultura, que no trafican con
de la especialización excesiva. Sin un público
denuncias fáciles del tipo que oímos cada noche
comprometido no puede haber verdaderas con-
en la televisión (junto con animaciones igual-
versaciones públicas ni verdaderos intelectuales
mente fáciles), sino que hablan de política con
públicos. En Hull House, Jane Addams hablaba
una voz moral que no se limita a moralizar? Esa
en un lenguaje cívico y ético formado y compar-
pregunta subyace en gran parte al debate sobre el
tido por sus conciudadanos. Las voces del público
estado de la sociedad civil que tuvo lugar duran-
de Hull House servían de freno a puntos de vis-
te la década pasada. Los escritores y pensadores
ta estrechos, especializados y monolíticos. Fue
que advirtieron sobre el declive de la sociedad
desde este rico escenario donde Addams se lanzó
civil estadounidense estaban preocupados por
a los debates de su época. ¿Dónde están hoy las
encontrar no solo formas más eficaces de alcan-
instituciones para tal debate? ¿Cómo podríamos
zar los fines deseables en la política pública, sino
crearlas? Es una de las muchas ironías de su vo-
por encontrar la manera de frenar la precipitada
cación que los intelectuales públicos contempo-
marea del consumismo, de la privatización y del
ráneos ya no puedan presumir de tener una au-
retraimiento cívico, de la apatía pública y de la
diencia.
falta de compromiso. No frenaremos esa marea
Los intelectuales y otros que hablan desde una
sin estructuras sociales e instituciones que pro-
voz moral pública no llevan una tarjeta que diga
muevan una conversación pública más completa
“Tengo ideología, hablaré”. Por el contrario,
sobre las cuestiones a las que nos enfrentamos.
adoptan la descripción de Hannah Arendt de la
Siempre que hablo de la calidad de nuestra
tarea del teórico político como alguien que nos
vida pública ante grupos cívicos, me doy cuenta
ayuda a pensar sobre lo que estamos haciendo.
de que hay una verdadera necesidad de lugares
En una cultura que siempre está haciendo, la
públicos como Hull House. Los estadouniden-
responsabilidad de pensar se elude con demasia-
ses anhelan foros en los que puedan participar
da frecuencia. Las cosas van demasiado deprisa.
e interpretar las cuestiones públicas de nuestro
El papel de los intelectuales públicos de hoy es
tiempo, y en los que pueda surgir y crecer una
alzar la voz silenciosa de la razón éticamente
vida intelectual comunitaria, libre de las cadenas
comprometida.
Jean Bethke Elshtain (1941-2013) fue una importante filósofa estadounidense y profesora Laura Spelman Rockefeller de Ética Social y Política en la Universidad de Chicago. Escribió numerosos libros, entre los que destacan Augustine and the Limits of Politics (1995), Jane Addams and the Dream of American Democracy (2001) y Sovereignty (2008). Su libro Democracy on Trial, publicado originalmente en 1995, analiza críticamente la cultura victimista, el desprecio al debido proceso y el auge de nuevas formas de paternalismo. Una versión castellana de este último ensayo será publicado próximamente por el IES bajo el título de La democracia puesta a prueba. Este artículo fue traducido y reproducido con permiso de The Wilson Quarterly, todos los derechos reservados.
73
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
h o r a s en la La fractura entre ideas y política exige que toda reflexión intelectual esté anclada a la realidad que le sirve de fundamento. Los intelectuales han sido, desde hace más de un siglo, figuras especialmente relevantes para lograr ese cometido, pues buscan traducir la reflexión teórica en pautas de acción que guíen el quehacer político. En las páginas que siguen se reseñan obras que dan cuenta de la importancia de los intelectuales, desde una aguda crítica de Raymond Aron a sus contemporáneos entusiasmados con el marxismo hasta el modo en que estos desafíos se han plasmado en el Chile del siglo XX.
74
biblioteca Contrapunto de Rachel Théodore y Álvaro Vergara sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron Cristóbal Aguilera sobre 1943. La crisis del humanismo cristiano, de Alan Jacobs Diego González sobre El ocaso de la democracia, de Anne Applebaum Gabriela Caviedes sobre ¿Qué fue de los intelectuales?, de Enzo Traverso Eduardo Galaz sobre Relatos sociológicos y sociedad, de Claudio Ramos María Asunción Poblete sobre Pensadores peligrosos, de Hugo Herrera
75
L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO
Contrapunto Raymond Aron fue uno de los pensadores más lúcidos del siglo XX europeo. Su obra alcanzó relevancia no solo en el ámbito de la filosofía política o las relaciones internacionales, sino también en la observación de la contingencia política con enorme profundidad y amplitud histórica. El opio de los intelectuales (1955) es una de sus obras más conocidas, en las que fustiga con dureza a aquellos pensadores que, comprometidos con el marxismo, no fueron capaces de criticar los puntos ciegos de las revoluciones de izquierda. A continuación Rachel Théodore y Álvaro Vergara dan cuenta de la actualidad de este ensayo del pensador francés.
¿La religión política, el nuevo opio de los intelectuales? RACHEL THÉODORE
Había que tener no solamente un coraje intelec-
secular para las masas, sino además un opio para
tual considerable, sino también una gran libertad
los intelectuales. Este verdadero brasero entró en
de pensamiento para publicar, en 1955, dos años
el panteón de los grandes libros de la historia in-
después de la muerte de Stalin y en el apogeo del
telectual de Francia del siglo XX con un gran cos-
Partido Comunista en Francia, esta obra demo-
to para su autor. Aron fue atacado a cañonazos y
ledora de la ideología comunista y de la ceguera
tratado de “anticomunista” (el peor insulto para
de los intelectuales de la época ante la verdade-
un intelectual en la Francia de la época), pero hay
ra naturaleza de dicha ideología. Como su gran
una razón sencilla que explica tal reacción: sus
inspirador, Alexis de Tocqueville, Raymond Aron
argumentos, siempre incómodos para la mayo-
tuvo la predisposición intelectual de ir en contra
ría y nunca conformistas, invitaban a cualquier
de sus “compañeros de ruta” (Aron fue militante
pensador que se autocalificara de izquierda a re-
en la izquierda socialista-obrera) para descifrar,
flexionar y replantear los supuestos intelectua-
con fineza y objetividad, los grandes movimien-
les en los que se había formado. Por lo mismo, en
tos de la historia moderna.
su época fue para muchos un libro “intragable”,
Para Tocqueville, fue la democracia. Para Aron,
un plato fuerte de la cuisine française. En esta lu-
el comunismo. En una suerte de bumerán histó-
cha intelectual, que Aron calificaba de “volun-
rico, Aron le da un giro a la célebre frase de Marx
tad de ver la verdad”, no estuvo solo: aunque
—la religión es el “opio del pueblo”—, para lan-
con distintas sensibilidades políticas, Cornelius
zar en forma punzante su diagnóstico: el comu-
Castoriadis y Claude Lefort, autores de la revis-
nismo ha llegado a ser no solamente una religión
ta Socialisme ou Barbarie, lo acompañaron, a su
76
manera, en su denuncia de los totalitarismos e
materializado por la revolución de 1917, una ten-
interpretaciones críticas del marxismo.
tativa política de buscar un sustituto a la religión
Desde el prefacio, Aron martilla contra lo que
cristiana. En este sentido, para él, el profetismo
se le aparecen como las “palabras sagradas”:
marxista se da conforme al esquema del profe-
“Izquierda”,
“Proletariado”.
tismo judeo-cristiano: la ideología comunista
Tres grandes “mitos”, según él, que nutrieron la
y el Partido único de Estado son transfigurados
intelligentsia de izquierda de su época. En cuan-
en un Mesías, un guía del proletariado mundial,
to al primer mito, Aron deconstruye la idea de
erigido como clase vanguardista y salvadora de
una izquierda indivisa, que se piensa unida tras
la Humanidad, vía única hacia el socialismo, este
mensajes comunes —sobre todo la idea del pro-
último proclamado imperativo para todos los
greso—, señalando que, en realidad, estaríamos
pueblos. Así, el comunismo reclutaría hordas de
frente a un espectro múltiple y plural. Ese glo-
feligreses en pos de la evolución de una historia
rioso mito sirve, sin embargo, como justificación
sacra, en donde el Estado único es una etapa de-
de los fracasos de 1789 y 1848 en Francia, hasta
cisiva, y su apogeo la sociedad sin clases.
“Revolución”,
el rol más protagónico que la izquierda asumió
Como trasfondo del análisis aroniano se desta-
desde 1870 y la Tercera República. El segundo
ca un proceso muy llamativo de la sociedad mo-
mito es el de la Revolución, con el que alude no
derna y que se intensifica desde el siglo XIX hasta
solo a la gran Revolución Francesa, sino también
hoy: el ocaso de la religión cristiana en Occidente
a la Revolución de 1917, y en donde Aron analiza
y su sustitución por religiones seculares y civiles. El
patrones comunes y la cadena histórica que las
fenómeno general, por supuesto, ya había sido
vincula. Para él, la Revolución, como hecho, es
advertido por Nietzsche y otros pensadores deci-
siempre, por naturaleza, tiránica. En este sen-
monónicos. Sin embargo, la más potente de estas
tido, existiría una “romantización” de la vio-
nuevas religiones es la política erigida en religión
lencia por parte de la izquierda según la cual la
o, podríamos llamarla, la religión política. Sobre
violencia se torna en herramienta al servicio de
las ruinas del cristianismo se construye la polí-
la Razón y es justificada por fines últimos, como
tica como el único hecho capaz de mover las masas
la utopía de la “liberación”. Por último, el tercer
y de convocar a los intelectuales a que la defiendan
mito corresponde al del Proletariado. El autor se
con espadas. Si observamos el transcurso de la
pregunta, primero, quién es realmente el pro-
historia, podemos observar que, con el declive de
letariado; segundo, si el proletariado puede ser
la religión cristiana, la vida de la humanidad en
considerado como una unidad indivisible; terce-
Occidente pierde una dimensión trascendental
ro, si el proletariado, como clase social “elegida”
que ayudaba a organizar la vida colectiva en so-
y deificada, cumple realmente con las ideas me-
ciedad. Al contrario, vivimos ahora dentro de un
siánicas y revolucionarias del comunismo. El co-
“marco inmanente” (la expresión es de Charles
razón del mito, y su crítica fundamental, es hacia
Taylor) y se produce entonces un verdadero va-
la misión supuestamente mesiánica del proleta-
cío existencial que el hombre necesita llenar con
riado: porque es “pobre” y “oprimido” encarna-
fuerza, como un hambre insaciable que es impe-
ría todas las virtudes de la Humanidad y sería su
rioso calmar. El ser humano, podríamos decir,
redentor. Sin embargo, el autor no avala esta vi-
necesita creer o defender algo. Ese algo es una
sión de su rol, puesto que, para él, se trata de una
brújula apuntando al norte, una razón por la cual
idealización y una interpretación de la historia
levantarse y luchar día a día. Lo que destaca del
que se inclina demasiado hacia el profetismo.
análisis de Aron es la forma en la cual el comu-
La idea del mito del proletariado permite co-
nismo es cristianismo transfigurado, tomando
nectar con lo que, a mi juicio, es lo más original de
una envoltura de carácter político-religioso. In-
esta obra, sobre todo en su tercera parte: el aná-
terpretando a Aron, el comunismo era el “opio”
lisis del mesianismo y la dimensión religiosa de
en 1955 porque se alzó como una nueva religión
la ideología comunista. Gran conocedor de Marx
que satisfacía una necesidad del alma, un deseo
y Hegel, Aron ve en el comunismo real, es decir,
de sacralizar el mundo y buscar la trascendencia
77
L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO
perdida y tan anhelada. La izquierda intelectual
justicia social, ha declinado. Pero ¿significa esto
necesitaba, como agua en un desierto, dar un
que ha desaparecido su telón de fondo religioso?
sentido sagrado y universal a su lucha por la jus-
No lo parece. Desde la caída del Muro, la izquier-
ticia en el mundo, aunque terminaba siendo ma-
da busca silenciosamente otras fuentes de fe.
niqueísta. El libro, por lo tanto, abre el espacio
Hoy, sus intelectuales han perdido la pretensión
para preguntarnos, casi 70 años más tarde: ¿cuál
por lo universal en defensa de derechos de cuar-
es nuestro opio, como intelectuales —de izquier-
ta generación que pulverizan la gran sociedad ya
da o de derecha— hoy en Occidente?
no entre clases sociales, sino entre nuevas tribus
En la actualidad, la política, erigida como re-
urbanas, cada una con sus estilos de vida propio.
ligión, da lugar a toda suerte de fanatismos,
Se ha perdido, por lo tanto, la búsqueda, no de lo
extremismos y maniqueísmos, de ambos lados
que nos diferencia, sino de lo que nos une como
del espectro político, no solo en Chile sino en el
Humanidad, con miras hacia el futuro. Se agrava
mundo entero. En nuestra era de lo digital, hip-
este hecho con una cultura de la cancelación y un
notizados por las redes sociales y la opinología
relativismo valórico y cultural extremo, en don-
tipo Twitter (es decir, redes asociales que son la
de cualquiera puede ser rebajado a la categoría de
versión contemporánea de la “guerra de todos
“hereje” si cuestiona las nuevas “palabras sa-
contra todos” de Hobbes, pero en 280 caracte-
gradas”, el nuevo opio de nuestros intelectuales
res) los intelectuales se enfrentan como en los
de izquierda. Lo que hoy ocurre podemos com-
tiempos medievales lo hacían cristianos y no
prenderlo como una lucha entre grupos de corte
creyentes: se combate al adversario político con
cuasi-sectarios, los mismos que Aron describía
el mismo fervor, acarreando de paso a las masas
en su prefacio como los que “en las luchas de los
en su movimiento irreflexivo.
Foros, buscan el secreto del destino humano”,
Del lado derecho del espectro político e ilustrado de manera paradigmática con los recien-
es decir la verdadera y única interpretación del mundo, que no tolera otros puntos de vista.
tes ataques a las instituciones democráticas en
Una gran lección de Raymond Aron es, preci-
EE.UU y Brasil o con los movimientos populistas
samente, la búsqueda de la autocrítica y la ad-
que azotan el mundo Occidental, se despliegan
vertencia de la ceguera, que termina yéndose en
fuerzas de oposición a la democracia, a sus insti-
contra de sus más nobles ideales. ¿Cómo, enton-
tuciones, atizando la idea-fuerza de patria, que,
ces, pensar el camino del intelectual en la hora
en su interpretación más chovinista, llevó a las
de los extremos? ¿Cómo enfrentar la polaridad
trincheras de la Primera Guerra Mundial, a las
y el carácter pendular que caracteriza a nues-
locuras del nacionalsocialismo y al totalitarismo
tro tiempo? Con Aron, nace en el centro una vía
de derecha. Sobre el altar de la Patria, glorifica-
posible que busca revitalizar la labor de los inte-
do por los intelectuales de derecha (pensemos en
lectuales: mantener la libertad de pensamiento,
Francia en Maurice Barrès, por citar solo uno),
lejos de toda pretensión totalitaria, sectaria y, en
los hombres lucharon, se sacrificaron, derrama-
última instancia, religiosa. Si logramos transitar
ron sangre. Ese opio nunca ha dejado de existir
por ese camino, es posible pensar en el restable-
para la derecha; incluso se podría decir que es
cimiento de un diálogo real y en “combatir sin
su quintaesencia.
odiar”, lo que constituye el verdadero llamado
Del otro lado, el corazón de la izquierda, la pretensión hacia un ideal universal-mesiánico de
78
del autor al que reseñamos.
Revolucionarios de ayer y hoy ÁLVARO VERGARA
“Para pensar la política hay que ser
de su voluntad a causa de un peligroso estu-
lo más racional posible, pero para hacer
pefaciente, capaz de destruir las facultades de
política hay que utilizar inevitablemente
los cerebros más inteligentes. De tal forma, si
las pasiones de los demás hombres”.
la religión era, según Marx, el opio del pueblo, para Aron el credo revolucionario es el opio de
Raymond Aron
la intelligentsia parisina. La crítica del solitario liberal francés es impetuosa de principio a fin. Eso explica que el libro
Los intelectuales de la izquierda revolucionaria
causara escándalo y lo siga haciendo en nue-
han permanecido (y permanecerán) en un cons-
vos lectores. No exageramos al decir que Aron
tante estado de somnolencia mental. Esa puede
ejecuta, con precisión de francotirador, duras
ser la principal tesis del libro más anticomunista
acusaciones a lo largo de todas sus páginas. Son
y político de Raymond Aron. El opio de los inte-
tantas que, gracias a su honestidad intelectual,
lectuales busca derribar una serie de mitos sobre
terminará arrepintiéndose de algunos de esos
quienes dedican su vida al pensamiento. Y uno
dardos a lo largo de su vida. Sobre Albert Camus,
de ellos, que atraviesa todo el texto, es que estos
por ejemplo, dirá lo siguiente: “Es cierto que en
personajes, sutiles y cuidadosos en su uso de la
El opio de los intelectuales escribí algunas fra-
palabra, pueden tener también un lado oscuro,
ses desagradables sobre él, frases de las que me
una adicción a una particular sustancia narcóti-
arrepiento”. Lamentablemente para él (o tal vez
ca. De ahí deriva, precisamente, el magnífico tí-
por fortuna para nosotros), esos párrafos queda-
tulo de Aron: los intelectuales fueron despojados
ron consagrados en la terquedad del papel. Allí
79
L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO
aguantarán el paso de las décadas y recibirán la
momento es el cuidado meticuloso en la ingenie-
atenta lectura de nuevas generaciones.
ría conceptual de cada uno de sus argumentos. Si
Quizás la única manera de comprender la fa-
algo nos enseña su trabajo es que la intelectua-
ceta de este Aron combativo sea contextuali-
lidad está ligada inevitablemente a los miedos y
zando el especial origen y las motivaciones que
las pasiones, pero que esos móviles no deben ser
lo impulsaron. Su actitud se entiende mejor si se
motivo para abandonar valores imprescindibles,
recuerda que el libro fue publicado en 1955, año
como la rigurosidad y la consecuencia. Así, dis-
inscrito en una particular efervescencia cultural
tanciándose de lo políticamente correcto, Aron
y política. Por aquella época, pese a la denun-
transmite que la actividad intelectual no es una
cia de abusos, arbitrariedades, pobreza y, sobre
labor tibia y que el análisis confrontacional tie-
todo, de la existencia de campos de concentra-
ne un valor irremplazable. Pese a su dimensión
ción (los llamados gulags) en la URSS, gran parte
negativa, la crítica, en determinadas situacio-
de la intelligentsia parisina prefirió hacer oídos
nes, debe ser reivindicada bajo la forma de un
sordos. Rebelarse ante esa realidad significaba
imperativo. Aron, por ejemplo, al debatir frente
para el marxismo inquisitivo renunciar a los fi-
a Sartre nunca lo descalificó en sede moral, solo
nes últimos de la revolución, y eso, como supon-
intelectual. La lucha era entre argumentos y en
drá el lector, era cosa de traidores. La mayoría
ese nivel debía permanecer si se quería preservar
prefirió continuar bajo el hechizo de Stalin, de-
la verdad.
mostrando cierta ligereza en su labor intelectual.
En ese sentido, este texto no se suma a la lis-
Y cómo no, si ni los rugidos del hambre ni el he-
ta de trilladas críticas al fracasado proyecto po-
dor de la muerte llegaban hasta los elegantes ca-
lítico de los autodeclarados herederos de Marx.
fés de París. Experimentar con la revolución sin
Más bien apunta a una comprensión intelectual
sufrir sus efectos en carne propia es una fórmula
del mundo y al modo en que los intelectuales lo
que, hasta el día de hoy, sigue muy vigente.
asumen. El opio de los intelectuales constituye una
La lectura de esta obra no puede obviar un as-
especie de panfleto antropológico y psicológico
pecto fundamental: este también es, paradójica-
que retrata la confusa naturaleza intelectual re-
mente, un libro íntimo. Se trata de una reflexión
volucionaria. ¿Por qué? Porque en estas páginas
personal. En él Aron deja constancia de sus opi-
se describen, una por una, las debilidades, mie-
niones sobre los amigos de infancia que perdió
dos, incoherencias e inseguridades del proyec-
en el camino. Específicamente, el pensador fran-
to marxista. Recurriendo a nuestro vocabulario
cés crítica a la ideología comunista que, pese a
contemporáneo, podría afirmarse que este libro
la brillantez y a la inteligencia de quienes fue-
desenmascara su doble estándar. En palabras del
ron sus amigos, terminó opacándoles el juicio.
propio Aron, sería similar a una divagación in-
Su interpretación ideológica los insertó en una
telectual cuyo sujeto de estudio es el individuo
realidad de negros y blancos, donde todo adver-
“que busca en la política una diversión, un objeto
sario pasaba a ser un enemigo. Como sincera él
de fe o un tema de especulaciones”. Ese mismo
mismo: “En El opio de los intelectuales no discuto
sujeto, carente de cualquier espiritualidad tras-
con los comunistas. Discuto o peleo con aquellos
cendente, adquiere un sentido vital mundano y
de mis amigos que reconocen la existencia de los
limitado mediante la revolución, en la que, por
campos de concentración y que no son comunis-
supuesto, puede ser protagonista.
tas pero tampoco quieren ser anticomunistas. En
Por consiguiente, la crítica se dirige hacia un
el fondo (…), es un diálogo con Sartre y con Mer-
arquetipo específico: la clase intelectual. Es de-
leau-Ponty, un diálogo entre hombres que han
cir, hacia aquel grupo humano integrado por tra-
comenzado en el mismo punto”.
bajadores no manuales que tomaron la decisión
Es cierto que Aron en este texto, fiel a la rigu-
de dedicarse al estudio de los saberes y materias
rosidad y al método, pareciera por momentos
más elevadas. Ese es, para Aron, el verdadero
suspender su papel de “observador comprometi-
intelectual. El que vive rodeado de grandes bi-
do”. Sin embargo, lo que no abandona en ningún
bliotecas y manuscritos. Ese individuo dedicado
80
a ser uno con su lápiz, computador o libro y que
orden y lograr sus fines. El prójimo a los ojos del
renunció a los placeres del dinero, pero no a los
revolucionario es una cosa, una herramienta, un
del prestigio. Pues, lo admitan o no, la mayoría
mero medio. Y el que piensa las ideas está por so-
de los intelectuales están sedientos de presti-
bre ellos, en un plano superior.
gio; de lo contrario, aquella pulsión vital según
En ese sentido, Aron plantea que la situación
la cual su vida no tendría sentido. Como dijera
del intelectual revolucionario es desilusionan-
alguna vez el suspicaz ensayista Martín Cerda:
te. Teniendo presente sus potenciales esferas
“Desde el momento en que alguien proyecta es-
de influencia en la academia, la contingencia y
cribir, lo hace, en efecto, contando con la even-
las políticas públicas, decide hacer caso omiso
tual aceptación (reconocimiento, gratificación)
de las consecuencias de su razonamiento (olvi-
de ese público (mercado), aun cuando lo niegue,
dando por completo la máxima socrática de la
lo injurie o ignore”. De manera que ¡vaya uno a
posible equivocidad de la posición propia), para
tocarle el ego a un intelectual!
reemplazarlas por una dogmática hueca por pura
A partir de allí, entonces, nos podemos enfo-
ideología. Por eso al revolucionario le cuesta
car en la figura del intelectual revolucionario en
tanto la autocrítica, pues en su mundo religioso
particular. La reflexión de Aron parece querer
el error no existe. Su credo no admite falencias y
contestar una y otra vez la siguiente interrogan-
él, en tanto líder potencial de la redención, tam-
te: ¿por qué el defensor de la revolución, siendo
poco. Y por eso no rechazaron las profundas des-
en un primer momento tan inmisericorde con la
igualdades consagradas por Fidel Castro, Mao
realidad contemporánea y sus injusticias, calla
o Kim Il-Sung. Si el sueño se derrumbaba, una
luego ante los abusos y atrocidades cometidas
parte vital de ellos caería también.
luego del triunfo de su revolución? ¿Dónde queda
Absorto en la destrucción de la sociedad co-
su integridad? Tras escarbar y reflexionar sobre
mercial y del statu quo, el intelectual revolu-
gran parte del corpus normativo marxista, la
cionario se dedicó a la creación de una sociedad
respuesta de Aron es, más o menos, la siguien-
imaginaria que resultó, en la práctica, macabra.
te: lo hace porque un dañino dogma inserto en el
De paso, ignoró las pistas, advertencias y evi-
credo revolucionario se lo permite. Es la creencia
dencias que dejaron a su haber las diferentes
ciega en los fines de sus anhelos lo que le impide
ciencias humanas y la reflexión filosófica. Al fi-
condenar las desigualdades y abusos causados
nal termina cumpliéndose aquella advertencia
por su religión mundana. De ahí proviene, pre-
del gran novelista Vasili Grossman: el revolucio-
cisamente, su clásica condescendencia respecto
nario de ayer, de hoy y del futuro, no busca crear
a la violencia. Y desde ese lugar legitima, tam-
al “hombre nuevo”, sino solo a un hombre crea-
bién, la utilización inescrupulosa de terceros que
do por el nuevo Estado, por su Estado.
realizan los destrozos necesarios para alterar el
81
L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA
Un desafío aún vigente CRISTÓBAL AGUILERA
Sobre 1943. La crisis del humanismo cristiano (Santiago: IES, 2019), de Alan Jacobs
En un conocido discurso pronunciado en no-
El ámbito en donde enfocaron sus preocupa-
viembre de 1991 en Roma, el destacado filósofo
ciones fue la educación. Es aquí donde convergen
alemán Robert Spaemann sostuvo que aquello
los esfuerzos —no articulados, por cierto— de
que terminó por llenar el vacío que dejó el fracaso
los protagonistas de la historia que narra Jacobs.
de las utopías del siglo XX no fue el retorno de
Lo que buscaron fue hacer un contrapunto al
lo que estas habían sustituido (la religión), sino
predominio de la perspectiva técnica (que carac-
una “antiutopía radical, que rechaza totalmente
terizó a la guerra), con el fin de evitar que esta se
la idea de la trascendencia del hombre”. A juicio
impusiera al momento de definir los principios
de Spaemann, el gran problema de las socieda-
que gobernarían la reconstrucción de Europa.
des contemporáneas es precisamente aquel re-
En concreto, temían que prevaleciera un modelo
chazo a la apertura hacia la dimensión espiritual
de la educación fundado en tal perspectiva. Por
del ser humano. Así, el propósito de estas socie-
así decirlo, su adversario era aquello que Mari-
dades —equivalente al del modelo utópico que
tain denominó tecnocracia, que consiste en “la
le antecede— es meramente la mejora material
tecnología tan entendida y venerada que exclu-
(“sentirnos bien”). Todo lo demás es relativo,
ye cualquier sabiduría superior y cualquier otra
casi como una ilusión: “Ya no debemos tomar-
comprensión que no sea la de fenómenos calcu-
nos nada en serio”. Como consecuencia de este
lables”. Si esta triunfaba, lo que se impondría se-
relativismo y escepticismo dominante, que re-
ría una filosofía que “no deja en la vida humana
chaza los fundamentos cristianos de la cultura
nada más que relaciones de fuerza o, en el mejor
occidental, lo que queda no es más que el “nihi-
de los casos, de placer, y termina necesariamen-
lismo banal”. Ante tal panorama, Spaemann es
te en una filosofía de dominación”.
sumamente crítico: “El resultado máximo de la educación es la ironía”.
En su célebre ensayo La abolición del hombre, C. S. Lewis sostiene —parafraseando a Aris-
El diagnóstico de Spaemann es similar al que
tóteles— que el fin de la educación consiste en
subyace al maravilloso ensayo de Alan Jacobs que
conseguir que el alumno “tenga predilecciones
aquí reseñamos. Jacobs describe la respuesta que
y aversiones por lo que corresponde”. Lo cen-
cinco intelectuales cristianos ofrecieron al mun-
tral, a su juicio, era —y sigue siendo— la in-
do frente a la pregunta por el modelo de socie-
quietante pregunta Quid sit homo? En cambio,
dad que debía prevalecer una vez que finalizara
la tecnocracia reduce al ser humano al estado
(asumiendo que las potencias aliadas vencieran)
de simple cosa; mero engranaje de un régimen
la Segunda Guerra Mundial. Los pensadores so-
industrial. Una sociedad cuyo progreso depen-
bre los que escribe Jacobs —las dramatis perso-
de de esta comprensión de la vida humana, en
nae— son T. S. Eliot, Simone Weil, C. S. Lewis,
rigor, no dista mayormente de las utopías que
W. H. Auden y Jacques Maritain. Lo principal de
fueron militarmente vencidas. El aporte de es-
la respuesta que ellos ofrecieron fue subrayar la
tos intelectuales fue subrayar un punto funda-
necesidad de “restaurar el cristianismo a un lu-
mental: únicamente una educación cimentada
gar central, si no dominante, en la conformación
en la apertura a la trascendencia (en el huma-
de las sociedades occidentales”.
nismo cristiano) puede evitar que el ser humano
82
termine por ensimismarse y destruirse a sí mismo y a los demás. Esto último era lo que —a juicio de los cinco pensadores analizados— había ocurrido en el Holocausto y debía prevenirse en el futuro. Así, antes de “crear técnicos”, la educación ha de versar sobre el cultivo de los afectos. No es extraño, pues, que la alternativa a la formación de los “educacionistas” y “controladores” que postulaban la tecnocracia no sea una respuesta sistemática, sino un coro en diversos registros: poesía, conferencias, drama, crítica literaria, ensayos, fantasía teológica. Ante todo,
humano es capaz de cegar a toda una genera-
lo que la educación debe comunicar son motivos
ción si esta no tiene los recursos morales para
para vivir. ¿Qué es lo digno de ser querido? Ja-
distinguir lo que es digno de ser querido. Y esto
cobs apunta al ordo amoris de Agustín de Hipo-
fue precisamente lo que terminó por ocurrir. La
na (en contraste con el cor curvatum in se ipsum).
educación había fracasado por no ofrecer tales
Aquí se encuentra el núcleo de los problemas.
recursos morales.
Spaemann, en Meditaciones de un cristiano, resu-
Si es cierto —como sostiene Jacobs— que el
me así lo que él llama la distinción fundamental
fracaso de la propuesta de estos intelectuales
entre “los burlones” a que se refiere el Salmo 1,
europeos no fue de diagnóstico, sino de opor-
y el hombre bienaventurado: “cada uno de ellos
tunidad (“llegaron, tal vez, un siglo tarde”),
se alegra de cosas opuestas. Y este es el abismo
conviene volver la mirada sobre su proyecto de
más profundo que existe. ¿Con qué se alegra el
revitalizar la cultura occidental y tomar la posta
hombre bienaventurado?”.
intelectual. De alguna manera, tal desafío sigue
Jacobs concluye su ensayo —no podía ser de
tanto o más vigente que en 1943. Finalmente,
otro modo— reconociendo el fracaso de la em-
cabe apuntar que, con excepción de Maritain,
presa de sus protagonistas. El modelo que a la
puede que ninguno de los otros haya tenido
postre predominó en la posguerra fue justa-
contactos estrechos con el poder político. El de-
mente el tecnocrático. Esto se debe, entre otros
safío intelectual no consiste necesaria ni prin-
motivos, a que la promesa del bienestar que este
cipalmente, pues, en hacer una alianza entre la
supuso, aunque fuera incapaz de cumplirla, ya
academia y las fuerzas políticas, sino en ofrecer
había seducido al mundo. En relación con esta
—desde las propias disciplinas, espacios, estilos,
misma idea, Benedicto XVI, en su magnífico Je-
registros, al igual como lo hicieron Weil, Lewis,
sús de Nazaret, afirma que el modo en que Sata-
Maritain, Auden y Eliot— nuevos horizontes de
nás ultraja al hombre es afirmando que todo lo
sentido que enfrenten el nihilismo banal que hoy
que parece bueno en él es pura fachada; al final,
impera. Cualquier profesor universitario puede
“solo le importa su bienestar”. El deseo de la
fácilmente caer en la cuenta de lo urgente de esta
comodidad material que se anida en el corazón
tarea. 83
L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA
Autoritarios DIEGO GONZÁLEZ
Sobre El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo (Santiago: Debate, 2020), de Anne Applebaum
En 1953, el poeta polaco Czesław Miłosz publi-
y columnistas). También a ese espacio amorfo
có en París El pensamiento cautivo, un auténtico
que en Chile denominamos pomposamente el
mapa psicológico de la situación de los inte-
“mundo de la cultura y las artes”. En el lenguaje
lectuales bajo los regímenes tras la Cortina de
del siglo XX: la intelligentsia.
Hierro. Los casos elegidos por Miłosz retratan
No han sido pocos los intelectuales, denun-
con sutileza cómo la labor de pensar y escribir
cia Applebaum, que en las últimas dos décadas
puede ser más o menos arriesgada, más o me-
han facilitado el ascenso del autoritarismo, el
nos cómoda, según las circunstancias. En efecto,
debilitamiento del Estado de derecho y de ideas
todo un abanico de extorsión, amordazamien-
consensuadas a comienzos de los años noventa
to, autocensura, moralismo e hipocresía puede
—libertad, tolerancia e igualdad ante la ley—,
emerger en un contexto de opresión en torno al
poniendo en riesgo la supervivencia de la de-
quehacer de los intelectuales. Aunque, atención:
mocracia como tal. Un ocaso que la historiadora
también en ausencia de ella, como bien mostró
observa en los casos de Polonia y Hungría, Reino
Raymond Aron dos años más tarde en El opio de
Unido, España y Estados Unidos. Y no por azar:
los intelectuales. La moraleja, clara para Miłosz y
Applebaum privilegia lo que, sobre todo en Eu-
Aron en los años cincuenta, pareciera resumir-
ropa Occidental, se ha denominado populismo
se así: no todos los intelectuales, ni aún gozando
o nacional-populismo, esto es, el populismo
de libertad de expresión, son capaces de cultivar
de derecha. Aunque la autora evita la etiqueta y
dosis mínimas de neutralidad e independencia
ensaya más bien una lectura en torno a la emer-
crítica. Y solo algunos están dispuestos, llega-
gencia de movimientos políticos nutridos de la
do el momento, a ir contracorriente y resistir
polarización de las redes sociales, escépticos de
el autoritarismo.
la Unión Europea y del “globalismo”, antiinmi-
En su ensayo El ocaso de la democracia, la his-
gración o derechamente xenófobos, de ideas pa-
toriadora Anne Applebaum se interna en las
ranoicas y afines a teorías conspirativas. Y que,
aguas turbulentas de la política contemporánea
en especial en los casos de Polonia y Hungría,
buscando retratar la crisis de la democracia y
encuentran semejanzas con la idea bolchevique
el avance de pulsiones autoritarias en Europa y
de un partido único que copa el Estado y se infil-
Estados Unidos, deteniéndose en especial en la
tra en la sociedad civil, en la prensa, en las uni-
posición de intelectuales y otras figuras públicas
versidades. Reclutando para ello “intelectuales”.
y su influencia en la opinión y los vaivenes elec-
Lo preocupante, para Applebaum, es la con-
torales. Al igual que Julien Benda, Applebaum
versión autoritaria de muchos otrora liberales
recurre a una definición ensanchada del intelec-
o conservadores, en principio anticomunistas,
tual (el clerc de Benda). Pues no se refiere solo a
que habían bregado por el fin de las dictaduras
quienes practican el oficio de escritor o las an-
en Europa Central y del Este y celebrado en 1989
tiguas ciencias del espíritu (filósofos, historia-
el advenimiento de la democracia liberal y la
dores), sino al conjunto de quienes se empeñan
economía de mercado. En el origen de la conver-
en tareas creativas o de relevancia pública, ora
sión habría una cuestión de actitud: un cambio
vinculadas a las universidades y las profesiones,
de ánimo, motivado en este caso por la crisis de
ora a los medios de comunicación (periodistas
2008 o la inmigración, bastaría para convencer
84
al intelectual independiente de la conveniencia de suprimir ciertas libertades. O sea, primeramente no estaríamos ante convicciones: el intelectual de Applebaum busca salvar el pellejo o su parcela de visibilidad para mantenerse así vigente y solicitado, en una mezcla indecorosa de temor y oportunismo, resentimiento y demagogia. Ciertamente, en algunos casos habría una “predisposición autoritaria” en juego, que la autora identifica en un pensamiento conservador incómodo frente a la aceleración posmoderna y al desarraigo patológico de la era, aunque es más obsecuente con los nostálgicos reflexivos (ingleses) que con los restaurativos (make … great again). Nostálgica ella misma de un liberalismo triunfante, empero, la historiadora se muestra en gran parte inmune a estas y otras críticas a las insuficiencias del orden liberal de fin de siglo. Pese a su frescura, el ensayo de Applebaum no resultará sorprendente para quien ya conozca la
sostienen Levitsky y Ziblatt, pareciera que las
interpretación predominante sobre el tema des-
democracias del siglo XXI no caen desplomadas
de, al menos, 2016. Especialmente en un registro
por golpes de Estado y bombardeos de palacios
liberal. No obstante, lo ágil del relato recorda-
de gobierno; su ocaso respondería a una des-
rá a sus lectores la reconocida obra histórica de
composición interna más lenta e imperceptible.
Applebaum, quien en esta ocasión se incluye en
En esto, Applebaum invita a pensar en la peque-
la trama como observadora in situ, dando cuen-
ña pero influyente parte que respecta a los inte-
ta de su actividad profesional y de rasgos de su
lectuales, su embeleso con tesis y profecías de fin
biografía en tanto historiadora y periodista es-
de mundo, o cómo la obsecuencia frente al auto-
tadounidense con vínculos familiares en Polo-
ritarismo es la otra cara del aferrarse a espacios
nia, redactora en prestigiosos periódicos y con
de poder y conexiones. Transar para capitular.
constantes vínculos con las élites intelectuales
El libro de Applebaum muestra, en breve,
occidentales. Por cierto, algunas de las deudas
cómo tuvo lugar (tanto en los hechos como en
del libro serán más notorias para sus lectores
la experiencia de algunos de sus protagonistas)
avecindados en la modernidad periférica que es
el paso de un discurso optimista en los años no-
América Latina. En particular, su casi nula aten-
venta a uno catastrofista o de atrincheramiento
ción al autoritarismo de izquierda, en particular
después de 2008, cuyo trasfondo ha sido el des-
aquel de las nuevas izquierdas identitarias y sus
plome de la interpretación política e histórica de
proyectos de liberación vía revanchismo, la moda
Occidente que sostuvo unos treinta años de es-
woke en las universidades y la cultura, el separa-
tabilidad económica e institucional. ¿Suena todo
tismo indigenista y nacionalista o las trampas a
esto conocido? Casos similares a los expuestos
la representación democrática (cuotas). Por esto
por Applebaum recordarán, contra toda mani-
y más es tan importante volver a Miłosz y a Aron.
pulación y acrobacia retórica, que la seducción
Con todo, la mayor virtud del libro de Apple-
del autoritarismo entre los intelectuales y la opi-
baum es la observación cuidadosa de algunos de
nión pública cala hondo y termina por impregnar
los procesos paralelos, muchas veces a escala
la democracia, horadándola hasta volverla inane.
individual, que influyen en el desmoronamien-
Por lo mismo, que no sorprenda cuando los au-
to de las democracias. Se pensará, al leerlo, en el
toritarios de la hora invoquen, como un mantra,
bestseller ¿Cómo mueren las democracias? Como
el nombre del pueblo. 85
L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA
Pluma y megáfono GABRIELA CAVIEDES
Sobre ¿Qué fue de los intelectuales? (Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores, 2014), de Enzo Traverso
Sucedió en París, el 27 de octubre de 1971. Un ar-
lamenta: la del intelectual que critica el poder y
gelino quinceañero, de nombre Ben Ali Djellali,
que es capaz de movilizarse cuando la causa lo
fue asesinado de un tiro en la nuca a causa de
amerita. Con el auge de la labor periodística du-
un altercado de orden personal. Su homicida era
rante el siglo XIX, los intelectuales comienzan
el portero de un edificio. La noticia trascendió
a vivir de sus textos, que se publican en medios
y visibilizó la situación de los trabajadores mi-
de divulgación. Así, se “independizan” y nacen
grantes, desencadenando grandes movilizacio-
como un grupo social en sí mismo, que alimenta
nes contra el “racismo como política de Estado”.
y se retroalimenta de la opinión pública en for-
Se formó también una comisión investigadora,
mación. El intelectual independizado es un im-
encabezada por grandes figuras intelectuales
pugnador de la institucionalidad y se fortalece
francesas. Así, en noviembre de aquel año Michel
gracias a las masas, conforme moldea el pensa-
Foucault, Jean Paul Sartre, Jean Genet, Gilles
miento de sus seguidores. Esta característica del
Deleuze y Claude Mauriac trabajaron y marcha-
intelectual lo distingue del “mero” pensador o
ron unidos por la misma causa política, a pesar
filósofo, como sería Nietzsche. Para Traverso, el
de sus diferencias teóricas.
alemán no es un intelectual, sino un reaccionario
No es este un hecho que Enzo Traverso mencione en ¿Qué fue de los intelectuales?, breve li-
que tiende a desdeñar al ciudadano común, luego mal puede conducirlo.
bro nacido a partir de una entrevista al autor por
Traverso concede la existencia de algunos in-
parte del antropólogo Régis Meyran. Sin embar-
telectuales conservadores o incluso de derecha
go, es precisamente el tipo de cuestiones por las
(aunque sostiene que ellos no se habrían iden-
que Traverso parece sentir intensa nostalgia a lo
tificado como intelectuales) pero, según él, el
largo de sus reflexiones. Para Traverso, el inte-
intelectual genuino está profunda y personal-
lectual stricto sensu es el pensador político, revo-
mente comprometido con causas revolucio-
lucionario, líder y movilizador de masas a la par
narias de izquierda. Según el autor, esto cobra
que prolífico escritor. El verdadero intelectual
especial relevancia en el periodo de entreguerras
traversiano tiene una pluma en una mano y un
y en la era de los totalitarismos. Enfrentados a la
megáfono en la otra.
disyuntiva entre fascismo y comunismo, la ma-
Traverso recoge la doble distinción que elabora
yoría de los intelectuales —salvo algunas excep-
Norberto Bobbio, según la cual existen dos tipos
ciones— optó por lo segundo. Aquellos que se
de intelectuales: el que asume el poder, al modo
negaron a escoger habrían quedado reducidos a
del rey filósofo platónico; o el consejero del po-
la insignificancia, como José Ortega y Gasset.
der. El primero es temible y peligroso, mientras
Pero el muro de Berlín cayó y, con él, el in-
que el segundo está encadenado al señor que
telectual como Traverso lo entiende: escritor
sirve, por lo que no posee más que una libertad
revolucionario y agitador de masas. Según el
parcial sobre sus escritos. Este sería el caso de los
entrevistado, la caída del comunismo y el auge
intelectuales ilustrados. Entre ambas alternati-
del neoliberalismo trajo consecuencias avasa-
vas, Traverso desliza una tercera, cuya pérdida
lladoras para la figura del intelectual. Se aísla en
86
las universidades, corroídas por la técnica, los expertos y la administración. “La función de los posgrados —señala Traverso— es la de fabricar expertise y formar técnicos (incluso en las ciencias humanas y sociales), ya no la de elaborar un pensamiento crítico o formar en los jóvenes una visión crítica de la sociedad. Por supuesto, la universidad sigue siendo un espacio de producción de conocimiento y reflexión, pero la investigación se especializa y se tecnifica, encerrándose a menudo en un lenguaje hermético e incomunicable. La figura del intelectual ‘educador’ ya desapareció” (44). Esto explicaría, de acuerdo con el autor, la poca visibilidad de los intelectuales actuales. Traverso los considera unos “desclasados” que han perdido su estatuto social y se han proletarizado a causa de su masificación y dependencia de los sistemas de productividad. De alguna manera, han vuelto a depender del poder, pero en una situación peor que la de los ilustrados, porque esta vez los políticos ya no los buscan ni los necesitan: antes
No cabe duda de que los intelectuales están
prefieren buenos asesores de imagen. Además, la
en crisis y que los criterios de productividad,
cultura popular está vacía y carece de una uto-
innovación y desarrollo dificultan severamen-
pía, una gran ideología por la cual movilizarse.
te la elaboración de sistemas complejos y pro-
Ni siquiera las causas identitarias logran llenar
fundos de pensamiento. Pero los estándares de
ese vacío.
intelectualidad de Enzo Traverso son difíciles
Así pues, el intelectual, según Traverso lo
de alcanzar. Una constante nostalgia atravie-
concibe, está en crisis. No porque haya una cons-
sa toda la entrevista, porque Traverso tiene su
piración en su contra, sino porque debe adaptar-
corazón puesto en las utopías omniabarcantes
se a un mundo nuevo para él. De momento, los
en plena posmodernidad, la era del fin de los
“intelectuales” —habría que entrecomillarlos—
grandes relatos. El autor quisiera ver de vuelta
se mueven en el mercado, pero “el mercado ya
el viejo comunismo y a los intelectuales movi-
no es un medio de difusión de ideas, visto que
lizados por él. Así, descarta a los conservadores
las ideas están sobredeterminadas por el mer-
y a las derechas (“los neoconservadores suelen
cado mismo” (65). Es el caso de las editoriales:
adoptar la postura del intelectual al presentarse
antes publicaban autores “promesa”, sin ga-
como inconformistas y denunciar un supuesto
rantía alguna de sus beneficios. Las editoriales
‘pensamiento único’” (77)) lo mismo que a los
hoy publican según presupuestos y criterios de
progresistas (“en Estados Unidos, Judith Butler
rentabilidad. El impacto en los contenidos es
llena de jóvenes los anfiteatros; pero esta gran
evidente y genera un círculo vicioso respecto de
influencia intelectual no tiene impacto político”
la opinión pública. Traverso piensa que la cri-
(104)). Nadie está al nivel que él espera. Nadie,
sis intelectual tocará su fin el día en que nazca
hasta que regrese una utopía como la que Marx
una nueva utopía, y un nuevo medio, fuera de las
soñó. Traverso es un melancólico del intelectua-
universidades y sistemas de publicación capita-
lismo y activismo de figuras pasadas, como Sar-
lista, donde los intelectuales puedan desarro-
tre o Althusser. Así, muy a su pesar, él es también
llarse con libertad.
un conservador.
87
L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA
Relatos sociológicos: de dónde surgen y qué provocan EDUARDO GALAZ
Sobre Relatos sociológicos y sociedad. Tomás Moulian, José Joaquín Brunner y Pedro Morandé: obra, redes de producción y efectos (1965-2018) (Santiago: Universidad Alberto Hurtado Ediciones, 2020), de Claudio Ramos Zincke.
La cuestión de la reflexividad científica es ma-
La obra, emanada de un proyecto Fondecyt, se
teria de abundante discusión y estudio. En las
inserta en la problemática general de la reflexi-
ciencias sociales, la imagen de la investigación
vidad y performatividad de las ciencias sociales
como artefacto aséptico, que observa su objeto
—más específicamente, de la sociología—, y
sin contaminarlo, es hoy un arcaísmo propio del
ofrece una contribución sustantiva de gran ri-
positivismo naïve. En cambio, es prácticamente
queza. No es un trabajo prioritariamente teórico,
un consenso —tanto como es posible consensuar
aunque sus hallazgos puedan ser materia de ela-
en las ciencias humanas— que los productos del
boración teórica; es, más bien, una investigación
quehacer sociológico, politológico, antropoló-
de carácter empírico. En ella, Ramos ofrece un
gico, etc., inevitablemente modifican o trans-
minucioso análisis de ciertos relatos sociológicos
forman sus objetos de estudio, quedando luego
en su relación con las redes de producción en
estas disciplinas en posición de reintegrar esas
cuyo contexto fueron elaborados, y atiende, lue-
alteraciones a los análisis subsecuentes. Es decir,
go, al efecto que dichos relatos tuvieron en la
la ciencia social tiene un carácter eminentemen-
propia sociedad que estudiaban. Se trata de las
te performativo, y dicha performatividad es un
narrativas científicas de tres sociólogos —To-
objeto de estudio en sí misma.
más Moulián, José Joaquín Brunner y Pedro Mo-
En este ciclo interactivo de influencias en-
randé— que difieren sustancialmente tanto en el
tre la indagación científica y su objeto es posi-
contenido de su producción académica (el “rela-
ble distinguir, al menos para efectos analíticos,
to”) como en sus trayectorias académicas y bio-
dos momentos: aquel en que los frutos del tra-
gráficas (sus “redes de producción”), y también
bajo científico producen parcialmente la reali-
en los circuitos de influencia alcanzados por sus
dad social que estudian —los hechos científicos
obras (los “efectos”).
engendran hechos sociales—; y aquel en que los
La extensión temporal de la investigación
contextos de los científicos sociales integran de-
abarca más de medio siglo, desde 1965 —año
cisivamente tanto la forma como el contenido
en que Moulián estudiaba en Lovaina, Brunner
de su producción intelectual —los hechos socia-
cursaba derecho en la Universidad Católica y
les engendran hechos científicos—. El sociólogo
Morandé aún no ingresaba a sociología (lo ha-
Claudio Ramos Zincke ha abordado ambos “mo-
ría en 1966)— hasta 2018, fecha en que Ramos
mentos” en el curso de su trayectoria académica.
dio por suficientemente acabado el manuscrito,
En su libro La producción de la pobreza como objeto
so “riesgo de no publicarlo nunca” (23). La or-
de gobierno (2016) mostraba la performatividad
ganización del texto presenta quiebres analíticos
de la sociología en la producción de la pobreza
en años distintos para los tres autores: 1982 en
como objeto no solo científico, sino también po-
el caso de Moulián, 1983 para Brunner y 1989
lítico y gubernamental. Un par de años después,
para Morandé. Así, es posible apreciar distintas
tal línea de investigación fue prolongada en el li-
épocas de los sociólogos estudiados y, siguiendo
bro Relatos sociológicos y sociedad (2018), sobre el
una vieja tradición disciplinaria con resonancias
que trata esta reseña.
althusserianas, distinguir a los “jóvenes” de los
88
“viejos” Moulián, Brunner o Morandé. Más allá del carácter discutible e inevitablemente discrecional de los puntos de quiebre escogidos, el libro es persuasivo para mostrar diferencias relevantes en las distintas épocas y relatos de estos autores. La elección de los tres sociólogos admite varias reflexiones. Se trata, desde luego, de tres intelectuales relevantes para la sociología chilena, aunque sus obras tengan distinto alcance. Moulián es, ante todo, el intelectual comprometido con una causa política. Brunner, una compleja mezcla de preocupaciones teóricas, político-normativas y de política pública. Morandé, casi un filósofo social, es un teórico de la cultura, la religión y el desarrollo latinoamericanos. Con respecto a su objeto, y aun a riesgo de hacer una
observa al Moulián asentado en la Universidad
generalización injusta, podría decirse que la so-
Arcis que apuesta por Revolución Democrática;
ciología de Moulián y la de Brunner tienen un ca-
el Brunner afianzado como concertacionista de
rácter más radicalmente contingente que aquella
vieja guardia y académico de las universidades
de Morandé. Mientras los dos primeros atendie-
“liberales” (Adolfo Ibáñez y Diego Portales); y
ron —especialmente a partir de sus experiencias
el Morandé ícono de la intelectualidad católica,
de la UP y la dictadura— al contexto chileno in-
reeditado por Ediciones UC y por el Instituto de
mediato como objeto de sus reflexiones, la obra
Estudios de la Sociedad.
de Morandé siempre tuvo un horizonte temporal
La lectura deja varias preguntas abiertas. Una
más amplio. El objeto central de su trabajo, la
de ellas, aunque parezca una mera curiosidad,
cultura latinoamericana, constituye un sustrato
es la decisión (tal vez meramente editorial) de
que se remonta a un pasado distante y es rela-
no incorporar en el libro a otro resonado soció-
tivamente inmune a las perturbaciones superfi-
logo que, llamativamente, sí estaba incluido en
ciales del acontecer político.
el Fondecyt del cual se desprende el texto; a sa-
Ramos invita a leer el libro, a pesar de su inti-
ber, Eugenio Tironi. Siendo un estudio acerca de
midante extensión de 871 páginas, buscando los
la performatividad de la producción sociológica,
paralelos entre los distintos autores y épocas. Si
tal decisión podría ser algo más que un detalle.
bien es posible leer cada capítulo en forma in-
Sin embargo, más allá de esta curiosidad, hay
dependiente, son las comparaciones la fuente
un sentido más fuerte en que Relatos sociológi-
de mayor riqueza analítica, incluso mostran-
cos y sociedad constituye una infinitud de pre-
do ciertas discontinuidades en la vida intelec-
guntas abiertas. Es un aspecto en que esta obra
tual de los autores sobre las cuales todavía hoy
recuerda a los trabajos de los primeros etnó-
se les podrían hacer preguntas. Por otra parte,
grafos, como Franz Boas o E. Evans-Pritchard:
el lector observará una curiosa —especialmen-
ofrece una detallada batería de información so-
te en atención a las distintas trayectorias bio-
bre los escritos y contextos de estos autores que
gráficas— coincidencia originaria entre los tres,
está disponible, cual fuente primaria, para ser
brindada por el influjo compartido de la religión
ilimitadamente analizada por otros. Así, aun
católica, de la sociología del quizás subestudia-
cuando la vida y pensamiento de estos intelec-
do Roger Vekemans y de la organización política
tuales sea un motivo suficiente para acercarse al
del MAPU. Sus trayectorias biográficas, luego,
libro, es el interés en la producción y efectos de
situarán a los tres autores en organizaciones y
los relatos sociológicos lo que hace de él una lec-
círculos de influencia bastante disímiles, si uno
tura imperdible. 89
L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA
Una crisis de comprensión MARÍA ASUNCIÓN POBLETE
Sobre Pensadores peligrosos. La comprensión según Francisco Antonio Encina, Alberto Edwards y Mario Góngora (Santiago: UDP, 2021), de Hugo Herrera
En un momento en que el debate público se es-
Edwards y Góngora alertan sobre los límites de
mera en mirar hacia el futuro, Hugo Herrera opta
dicha comprensión, de forma muy marcada en
por revisitar autores nacionales del pasado en
cada uno de ellos por los respectivos contextos
busca de pistas que permitan comprender la cri-
en que se desenvolvieron: la crisis del Centenario
sis actual. Publicado por la editorial UDP, el libro
y las turbulentas décadas de mitad del siglo XX.
Pensadores peligrosos aborda la obra de Francisco
Herrera sugiere que la comprensión se mue-
Antonio Encina, Alberto Edwards y Mario Gón-
ve entre dos polos en tensión: en un extremo se
gora. Estos personajes —los tres destacados his-
ubica el “polo ideal” y en el otro, el “real”. Es fá-
toriadores y ensayistas chilenos del siglo XX—
cil que el intelectual se enfoque solo en uno de
fueron permanentemente encasillados bajo los
ellos. Para Herrera, el mérito de estos autores
epítetos de conservadores, nacionalistas, au-
consistiría precisamente en que lograron de-
toritarios; categorías que les valieron su deno-
sarrollar una “comprensión pertinente” (como
minación como “peligrosos para la democracia
diría Encina), que no somete la realidad a las for-
chilena”. La tesis central del libro, sin embargo,
mulaciones abstractas (o al polo ideal), pero que,
es que en los trabajos de estos autores se en-
a la vez, tampoco se ahoga en el devenir infinito
cuentran reflexiones pertinentes sobre la com-
de los hechos, el “fetichismo de lo concreto” (el
prensión política que vale la pena rescatar en los
polo real). A juicio del autor, se han esgrimido di-
tiempos que corren. Todo esto se enmarca, ade-
versas críticas a estos tres pensadores sin prestar
más, dentro un esfuerzo por reivindicar lo que
mucha atención a su método hermenéutico, acu-
Herrera llama “pensamiento nacional popular”.
sándolos de nacionalistas, autoritarios y “peli-
Para el autor, la gran virtud de estos “pensa-
grosos para la democracia chilena”, en palabras
dores peligrosos” es la relevancia que le atribu-
de Ruiz Schneider y Cristi, a quienes interpela
yen a la comprensión política, pues no solo les
directamente Herrera en su introducción. Lo que
importan las ideas, sino también el método. Los
él, en cambio, quiere transmitir en esta obra se
tres son abogados dedicados a la historia, que
podría sintetizar en una frase de Góngora cita-
operan más allá de los cánones de la historiogra-
da en el epígrafe: “ser peligroso no significa ser
fía y que se destacaron por tener conocimientos
falso”. A partir de esto, el libro induce en el lector
filosóficos, procurar una observación atenta del
la pregunta acerca de qué es lo verdaderamente
presente y estudiar otras áreas de la cultura y la
peligroso en un intelectual, especialmente en el
política. A partir de estas características, los re-
caso de la figura del intelectual público.
feridos autores se cuentan, a opinión de Herre-
El ensayo de Herrera no deja lugar a dudas: lo
ra, entre los pensadores de mayor envergadura
realmente peligroso para el intelectual público
en nuestra historia nacional. Su escepticismo
sería ignorar cualquiera de estos aspectos, o bien
respecto de las formulaciones abstractas y, a la
propender hacia uno de los extremos de la com-
vez, la valoración de la observación atenta de las
prensión: limitarse solo a lo real o a lo ideal. Si
situaciones concretas dista bastante de los ensa-
bien para Herrera los referidos autores tomaban
yistas liberales decimonónicos, cuyo doctrina-
los postulados de sus referentes intelectuales con
rismo los llevaba a defender ideas desarraigadas
distancia reflexiva, esto puede ser especialmen-
de la realidad nacional. Por el contrario, Encina,
te discutible en los casos de Edwards (acérrimo
90
seguidor de Spengler) y Encina. Sin embargo, la prevención sí aparece en el libro, cuando Herrera nos invita a tomar cierta distancia al revisar a estos autores y, de esa forma, matizar sus tintes “peligrosos”. En su opinión, cualquier autor puede ser peligroso sin estas consideraciones generales. Ahora bien, no siempre basta con aquella distancia reflexiva, pues no toda teoría puede disociarse de su eventual peligrosidad. Es bueno advertir los riesgos inherentes a ciertas reflexiones intelectuales (basta con pensar en las tesis universitarias respecto a la pedofilia), especialmente en tiempos como los que corren, donde algunas teorías omnicomprensivas parecen querer plantear soluciones globales a una crisis que es mucho más compleja. El autor busca, a lo largo del texto, ejemplificar la importancia de una correcta comprensión. Herrera sostiene, por ejemplo, que en la “crisis
a su juicio interesante de revisitar en contextos
del Bicentenario” la relación entre los polos real
como el actual, en que nuestra crisis aparece
e ideal se traduce en el desajuste existente entre
profundamente atravesada por los conceptos de
el elemento popular y la institucionalidad y los
pueblo y de nación. Para el autor, el pensamien-
discursos por los que se le pretende dar cauce.
to nacional popular se traduce en una “disposi-
Así, en los discursos dominantes de derechas e
ción integradora”, por lo que la tríada de autores
izquierdas habría una inclinación problemática
entregaría luces para la comprensión de esta. La
hacia el polo ideal de la comprensión. Tanto en el
aproximación de estos autores hacia lo popular,
racionalismo economicista de parte de la derecha
aunque a ratos parezca excesiva, nos sirve para
como en el racionalismo moralizante de cierta
preguntarnos por la relación del mundo intelec-
izquierda hay una premisa desarrollada de ante-
tual chileno con el pueblo, pues es indudable que
mano, que somete al elemento real. Por esto, no
muchos lo idealizan o lo desprecian. Ejemplos
debería sorprender —cree Herrera— la incapa-
recientes son el “roteo” de cierta élite intelec-
cidad de las coaliciones políticas de hacer frente
tual al electorado del Rechazo o la experiencia de
a las crisis que les ha tocado enfrentar: Piñera
algunos académicos en la fracasada Convención
frente a las movilizaciones estudiantiles, Boric
que no valoraron lo nacional, sino que, muy por
frente a la crisis de orden público y migración. La
el contrario, optaron por la fragmentación basa-
conclusión del autor es que, tanto el pensamien-
da en modelos abstractos de plurinacionalidad.
to economicista como el progresista desarraiga-
Con todo, la conexión que puede hacerse entre
do, son igual de perniciosas para la comprensión
las reflexiones nacional-populares de Encina,
del problema político. En contraposición, He-
Edwards y Góngora con la situación actual no es
rrera defiende que la aproximación de los tres
inmediata. Y, siguiendo el consejo del mismo He-
autores a la comprensión política puede ser una
rrera, debe interpretarse con cautela, pues esta
herramienta útil en la actualidad, pues parte de
tradición puede tener sus propios riesgos, como
nuestra crisis está en un grave problema herme-
una sobredimensión de identidades que apare-
néutico respecto de la detección y tratamiento de
cen en la realidad de manera mucho más difusa
las distintas cuestiones en el debate público.
y menos concreta. De todas formas, Pensadores
Otro aspecto relevante de este libro es la rei-
peligrosos es un libro que interpela al intelectual
vindicación que hace Herrera de la tradición
público de hoy acerca de su contribución al mo-
nacional-popular presente en los tres autores,
mento político, y ahí reside su mérito. 91
92
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
93
94
LORE M IPS U M. E NSAYO
Increíblemente malo JUAN IGNACIO BRITO
“Estoy aquí para decirte, dulzura, que soy malo hasta los huesos”. “Bad to the bone” (1982) George Thorogood & The Destroyers.
A
unque la noticia es vieja, sigue siendo
El periodista Christopher Caldwell explica que
actual: la sociedad estadounidense se encuentra
“mucho de lo que en años recientes hemos lla-
dividida,
falla
mado ‘polarización’ o ‘incivilidad’ es algo en
sísmica la separa en bandos opuestos. Se asemeja
realidad más grave. Es el desacuerdo acerca de
a un cuadrilátero de boxeo donde los combos
cuál de las dos constituciones debe prevalecer: la
van y vienen. En un rincón se atrincheran los
constitución de jure de 1787, con todas las for-
conservadores, que defienden las creencias
mas tradicionales de legitimidad jurisprudencial
tradicionales del sueño americano encarnadas
y signos de cultura norteamericana a cuestas; o
por la Constitución de 1787; en la otra esquina
la constitución de facto de 1964 (el año en que se
acampan los liberales progresistas, que creen en
promulgó la Ley de Derechos Civiles), que carece
los valores de la década de 1960 y la autonomía
de esa legitimidad tradicional, pero tiene el apo-
personal a ultranza. Las visiones rivalizan en todo
yo casi unánime de las élites y los educadores,
ámbito, desde los deportes (los conservadores
al tiempo que despierta la lealtad apasionada de
prefieren el fútbol americano y el hockey sobre
aquellos que la recibieron como una liberación”1.
polarizada,
fracturada.
Una
hielo; los liberales, el básquetbol y el soccer, especialmente femenino) hasta la doctrina constitucional (conservadores “originalistas” versus “interpretativistas” liberales).
1
Christopher Caldwell, The age of entitlement. America since the Sixties (Nueva York: Simon & Schuster, 2020), 6.
95
LORE M IPS U M. E NSAYO
Liberales y conservadores habitan imaginarios
sobrevivir como Estados Unidos”. Cuando estos
y lugares distintos. Para ejemplificar la grieta, el
polos opuestos entran en contacto, a menudo lo
cientista político Charles Murray ubicó metafó-
hacen para chocar, no para dialogar.
ricamente hace una década a los conservadores
Un ejemplo del malentendido fundamental que
en Fishtown, un suburbio de clase obrera cerca
tiene lugar cuando uno de estos extremos abor-
de Filadelfia, donde los indicadores de calidad de
da al otro es The loudest voice, la serie dramática
vida van a la baja, mientras que puso a los pro-
sobre el auge y caída de Roger Ailes, el creador de
gresistas en Belmont, cerca de Boston, donde la
FoxNews. La producción de Showtime (en Chile
situación es exactamente la contraria2. Mientras
se ve por Star+) es una muestra más de que en
los primeros tienden a ser provincianos, trabaja-
esta batalla sin cuartel no hay rehenes, sino solo
dores sin calificación y están resentidos por una
muertos. Y Ailes supone un blanco tan irresistible
serie de urgencias sociales insatisfechas (altas
para el pelotón de fusilamiento, que su escabro-
tasas de divorcio, empleo y vivienda precarios,
sa historia ha sido contada varias veces en for-
baja escolaridad, consumo problemático de dro-
matos diferentes: la serie está basada en el libro
gas, etc.), los segundos son los BoBos (bohemios
The loudest voice in the room, de Gabriel Sherman;
burgueses) que alguna vez describió el periodista
existe un documental crítico sobre su trayectoria
David Brooks: profesionales cosmopolitas con
(Divide and conquer, de la directora Alexis Bloom)
educación universitaria, estabilidad familiar y
y uno favorable (Man in the arena, de Michael
costumbres liberales3. Unos y otros no se entien-
Barnes), mientras que la película Bombshell dra-
den. Lo único que los une, afirma el comentarista
matiza el escándalo sexual que derribó a Ailes en
Yuval Levin, es la nostalgia
2016. Al revisar el material
por un pasado brillante,
en su conjunto, queda la
aunque sus referencias son
impresión de que para el
distintas: los progresis-
Es posible que Ailes fuera todo eso
bando liberal progresista
tas añoran el bienestar de
que muestra la serie sobre él, pero
no es suficiente que Ailes
la posguerra; los conservadores, la era triunfal de Ronald Reagan4.
también resulta indesmentible que fue bastante más que eso.
Aunque resulte atractivo
haya muerto luego de golpearse la cabeza en 2017 (era hemofílico), sino que también era necesario re-
pensar que estos bloques de opinión tan con-
matarlo. The loudest voice lo hace con propiedad
tradictorios puedan hallar puntos de encuentro,
y sin ninguna sutileza: exhibe hasta el cansan-
identificando terreno común y avanzando juntos
cio todas sus flaquezas y bajezas, destacando
para que Estados Unidos vuelva a ser la inspira-
el abundante lado oscuro de su existencia, sin
dora luz sobre la colina, la realidad lo hace im-
ofrecer siquiera un rayo de luz que humanice al
probable. La larga disputa atrapa a los dos bandos
monstruo colosal que finalmente dibuja.
en un ciclo perverso: no se hablan porque no se
No se trata, por supuesto, de que Ailes fue-
entienden y no se entienden porque no se hablan.
ra inocente. Muy lejos de eso. Fue un acosador
Como afirma Murray, la comunidad se ha roto y
sexual en serie, un jefe cruel, un maquinador
ello amenaza “la capacidad de Estados Unidos de
político presuntuoso (“la próxima vez yo elegiré al candidato”, asegura en la serie luego de la
2 Charles Murray, Coming apart. The state of white America, 1960-2010 (Nueva York: Crown Forum, 2012). 3 David Brooks, Bobos in paradise: The new upper class and how they got there (Nueva York: Simon & Schuster, 2000). 4 Yuval Levin, The fractured republic. Renewing America’s social contract in the age of individualism (Nueva York: Basic Books, 2016).
96
derrota de Mitt Romney ante Barack Obama en 2012); un marido infiel y, sin embargo, endiosado por su esposa y seguidores; un arrogante; un periodista con estándares cuestionables (“no cubrimos las noticias; creamos las noticias”); un paranoico que construyó un búnker antinuclear en su mansión a orillas del río Hudson; y un ejecutivo que no reparó en nada con tal de salirse
con la suya (“el periodismo es historia y la histo-
supo reconocer la insatisfacción de su público
ria la escriben los ganadores. Nosotros estamos
con un establishment que predica tolerancia y di-
ganando”). Todo eso queda retratado con detalle
versidad, pero que siempre termina imponiendo
en la serie, que cuenta con un elenco de estrellas,
su visión como si no existieran otras. Según él,
partiendo por Russell Crowe en el rol de Ailes,
FoxNews equilibraba la balanza inclinada en fa-
Sienna Miller en el de su ingenua señora y Naomi
vor del liberal progresismo por CNN, MSNBC y
Watts como Gretchen Carlson, la presentadora
las tres grandes cadenas de TV abierta. A través
del matinal y antigua miss America que reventó
de FoxNews, Ailes dio voz e imagen a las angus-
el escándalo al denunciar los abusos de su exjefe.
tias, dolores, miedos y prejuicios de esa amplia
Cada escena es un esfuerzo por mostrar a Ailes
masa de ciudadanos que resienten el revisionis-
como un tipo ultra desagradable, físicamente re-
mo histórico hoy en boga, rechazan la influencia
pugnante, sexualmente impotente, manipulador
creciente del “wokismo” y la política identitaria,
compulsivo, falso patriota e hipócrita religioso,
se enorgullecen de las fuerzas armadas y creen
mentiroso, autoritario, desleal, fanático radical,
que Estados Unidos es el mejor país sobre la Tie-
oportunista y cualquier otro adjetivo peyorativo
rra. Nada de esto fue fortuito: los conocía porque
que usted, querido lector, pueda imaginar.
fue parte de ellos.
Es posible que Ailes fuera todo eso que muestra
Roger Ailes nació en un hogar de clase obrera
la serie sobre él, pero también resulta indesmen-
en Ohio en la década de 1940 y encarnó el sueño
tible que fue bastante más que eso. En paralelo a
americano: partió desde abajo, sirviendo sánd-
sus miserias, tuvo un ojo muy agudo para detec-
wiches a los invitados del “Show de Mike Dou-
tar y contratar talento, construir un canal muy
glas”, que luego pasó a dirigir y sindicar para 180
exitoso, llenar la pantalla de alertas noticiosas
estaciones en todo Estados Unidos. Así conoció a
y atractivas presentadoras rubias. Sobre todo,
Richard Nixon, a quien explicó en 1967 por qué
97
LORE M IPS U M. E NSAYO
la televisión es el medio ideal para los políticos,
fanáticas y paranoicas, noticias falsas, racismo,
siempre y cuando estos reconozcan las oportu-
machismo y sensacionalismo barato. Puro mate-
nidades y debilidades que ofrece. Para triunfar en
rial tóxico que es engullido con resentido entu-
la telepolítica, escribió Ailes mucho más tarde, es
siasmo por esa “cesta de deplorables” —Hillary
requisito privilegiar la emoción sobre la razón,
Clinton dixit— que serían los rednecks, hillbillies,
evitar los detalles y los datos duros, y concen-
crackers, corn-crackers, whip-crackers, po’buckra,
trarse en los temas propios, mostrándose au-
bohunks,
téntico y a la ofensiva5. Desde 1968 en adelante,
hayseeds, yokel, peckerwoods o bumpkins, según el
ningún presidente republicano dejó de escuchar
extenso listado de calificativos crueles que reco-
sus consejos.
ge Jim Goad para describir a los integrantes de lo
Tras ver la serie, puede especularse que no fue la veintena de acusaciones por abuso y acoso se-
bubbas,
lintheads,
honkies,
rubes,
que despectivamente se conoce en Estados Unidos como “basura blanca”6.
xual que enfrentó Ailes aquello que lo condenó
The loudest voice comete, de esta forma, un
ante los ojos de los creadores de The loudest voice.
error frecuente entre quienes quieren pasar fac-
Después de todo, si estos buscaban un escándalo
tura a un personaje que detestan. Al demonizar
sexual, podrían haber encontrado otros inclu-
a Ailes y convertirlo en un Mefistófeles unidi-
so más salaces en la industria norteamericana
mensional, privado de todo rasgo humano, la
del espectáculo, desde el comediante Bill Cosby
serie pierde credibilidad. Cada uno de sus siete
hasta el productor Harvey Weinstein. Y, si que-
episodios es un ardiente sermón para los con-
rían oscuras conexiones políticas de alto nivel,
vencidos que residen al interior de la cámara de
habrían encontrado un caso ideal en la sórdida
eco liberal progresista. Al verlos, estos no pueden
historia del magnate financiero Jeffrey Epstein,
sino confirmar todos sus sesgos acerca de Ailes y
pederasta, depredador sexual e insigne miem-
sus seguidores.
bro por años de la élite liberal progresista, quien
Sin embargo, cabe preguntarse si alguien más
terminó sus días suicidándose en prisión en cir-
puede tragarse el cuento de horror que rela-
cunstancias nunca bien aclaradas.
ta el drama, porque resulta muy difícil explicar
Así que resulta muy posible que la motivación
los excesos y abominaciones que sin duda co-
real para hacer The loudest voice provenga de otra
metió Ailes si se le presenta sin matices, como
parte. Que el non plus ultra de las incontables
una bestia cuya insaciabilidad y maldad radical
maldades del protagonista, el más inaceptable de
desbordan al género humano. La serie exhibe a
sus pecados, lo que realmente lo convierte en un
su protagonista como un monstruo permanen-
símil contemporáneo de Joseph Goebbels digno
temente malvado, jamás cruzado por el dilema
de recibir una diatriba televisiva en forma de se-
entre bien y mal que dormita en algún rincón de
rie dramática, fue que Ailes “inventó” a Donald
toda alma de nuestra especie. El Roger Ailes de
Trump, el anticristo del credo liberal progresis-
The loudest voice no es un ser de carne y hueso,
ta. Ailes identificó el potencial de Trump como
sino la imagen maqueteada que de él se han for-
político-estrella de TV y puso a su disposición
mado sus detractores en esa guerra entre con-
las pantallas de FoxNews. Un regalo formidable,
servadores y progresistas que hiere a la socie-
considerando que la cadena de noticias por cable
dad norteamericana.
que Ailes creó en 1996 con dinero del magnate
Lo paradojal es que, al presentar al persona-
australiano Rupert Murdoch había desplazado
je como una aberración a la larga irrepetible, los
hace rato a CNN como la principal fuente de in-
creadores seguramente se pisan la cola e instalan
formación para los estadounidenses. La serie ve
en la percepción de su público justo lo contrario
en FoxNews solo un resumidero de exageraciones
de lo que esperaban: la idea de una rareza diabólica en lugar de una tendencia. El Ailes de la serie
5 Roger Ailes, You are the message. Getting what you want by being who you are (Nueva York: Currency Doubleday, 1995).
98
6 Jim Goad, Manifiesto redneck (Barcelona: Dirty Works, 2017).
parece un caso único de maldad conservadora, no un caso típico de maldad conservadora. Hablando sobre Adolf Hitler, el historiador húngaro-estadounidense John Lukacs postuló que “nuestra inclinación al mal (se convierta en actos o no) es reprensible, pero también normal. Negar esa condición humana lleva a aseverar que Hitler fue anormal, y con la colaboración de esa simplista etiqueta de ‘anormal’ se lo vuelve a eximir de toda responsabilidad”7. Algo parecido
The loudest voice 7 capítulos, 2019 Elenco: Russell Crowe, Seth MacFarlane, Sienna Miller y Simon McBurney.
ocurre con The loudest voice: no es solo maniquea, sobreactuada y radical, sino, también, muy a su pesar, inefectiva. En uno de los capítulos, el protagonista afirma que “la vida es una lucha, una estafa, una pelea a muerte y un juego. Lo único que importa es ganar”. Quien vea la serie seguramente estará de acuerdo en que esa frase no solo describe a Ailes, sino también a los que la produjeron y pusieron en pantalla.
7 John Lukacs, El Hitler de la historia (Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2003), 46-47.
Juan Ignacio Brito es periodista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy por la Fletcher School en la Universidad de Tufts. Es director del Centro de Estudios de la Comunicación (ECU) y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes (Chile), e investigador del centro Signos de la misma casa de estudios. Es columnista en La Tercera, Diario Financiero, El Líbero y El Debate (España).
99
POR MARISOL GARCÍA
100
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
La nueva publicación del musicólogo chileno cierra una extensa investigación sobre música popular chilena que le ha tomado al autor gran parte de su trayectoria. Se centra esta vez en los años noventa, década de transición política, florecer creativo, renovado lenguaje desde los medios y también, estima González, una cierta ilusión incauta sobre el profundo giro que la industria iba a dar con la era digital por llegar. El musicólogo ha sido un insistente convencido del valor de la canción chilena como pista de tendencias históricas más amplias: “En una canción convergen expresiones de distinta naturaleza medial: la literaria, la musical, la performativa, la sonora, la audiovisual, la iconográfica y la discursiva. Entonces es muy importante estudiar cómo circula la música popular, y no solo el qué ni el quién”.
Es llamativa la definición que, apenas largado el
personal coincide con el ascenso de varios nom-
prólogo de Música popular chilena de autor. Indus-
bres considerados en el libro con entusiasmo de
tria y ciudadanía a fines del siglo XX (2022, Edi-
fan. Pero, además, en este proyecto puntual el
ciones UC), quien firma el libro decide darse a sí
investigador reconoce el énfasis particular de,
mismo. Es como “fanático, crítico y académico”
en sus palabras, “volver a mi nicho”. Las más de
que Juan Pablo González dice abordar el estudio
quinientas páginas del libro concentran matices
de las canciones y discos que músicos e intérpre-
de los que no es capaz ni el periodismo musi-
tes de nuestro país hicieron circular durante la
cal más riguroso, pero tampoco la musicología
década de los noventa (y, además, de los espa-
convencional: precisamente en un puente entre
cios, formatos, dinámicas de mercado y asocia-
ciencia social y trivia cronológica instala Gonzá-
ciones a través de los cuales lo hicieron).
lez esta investigación única, capaz de describir
Es aquella una advertencia certera, aunque in-
—tan solo por nombrar dos hitos cualesquiera—
completa. No hay duda de que González califica
tanto las noches de música en vivo en la desapa-
de académico (es doctor en Musicología por la U.
recida discoteca Laberinto, como la hábil técnica
de California, director del Magíster en Musico-
de fusión del bajista Christian Gálvez.
logía Latinoamericana de la UAH y de la revista
“La música es una expresión con la que las
Contrapulso), ha ejercido intermitentemente la
personas vibran y construyen su identidad, y yo
crítica de discos chilenos en medios masivos (El
he sido un gran defensor de aquello, sea del ám-
Mercurio, revista Rock&Pop), y su propia biografía
bito que sea”, sostiene el autor en contacto por 101
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
videocámara a su residencia (temporal) en Ma-
el cierre de una tetralogía). Los dos volúmenes
drid. Y agrega: “Me interesan los estudios sobre
de Historia social de la música popular en Chile
música popular que tienen la riqueza de ser mul-
abarcan períodos más extensos (1890-1950, el
tidisciplinarios, con aportes desde la sociología,
primero; 1950-1970, el segundo) y fueron escri-
los estudios literarios, los estudios culturales...
tos en coautoría con el historiador Claudio Ro-
Por efecto de la Escuela de Birmingham, en los
lle1. Aunque cedieron a lo que González describe
años cincuenta se empieza a reivindicar desde la
como “pesca de arrastre”, son referencia cons-
academia la cultura de masas, y a mí me interesa
tante para quienes trabajamos con música chi-
seguir por ahí. Eso quiere decir atender a toda la
lena, por su profusión de datos, citas y valiosos
música”.
archivos. Luego, en Des/encuentros en la música popular chilena 1970-1990 (2017), el musicólogo y profesor universitario persistió a solas en el
¿Toda? ¿Hasta la más… banal?
cruce entre análisis especializado, humanidades Entiendo que alguien pueda condenar lo que
y ciencias sociales para el panorama de los años
hace, digamos, [la cantante peruana, viral con su
ochenta (se habla allí de una canción popular que
huayno-pop] Wendy Sulca. Pero mi rol es recor-
“articula identidades, afectos, actitudes y com-
dar que esa condena es también a quienes bailan,
portamientos desde su uso y escucha”).
se enamoran y eligen distraerse con las grabaciones de Wendy Sulca. En los estudios sobre música
Lo más novedoso esta vez es que ubicas en el tí-
popular no caben los descartes, si es que consi-
tulo mismo el concepto de música “de autor”.
deras todas las implicancias que hay alrededor de
Estoy volviendo a mi ni-
lo que escuchamos.
cho musicológico, donde
Acá nos miramos mucho
No pierdes de vista que
el ombligo y creemos que
la
hay tendencias que nos
cual trabajas es al fin in-
suceden solo a nosotros.
la
información
formación
con
histórica,
heredo una formación y una disciplina en las que el concepto de autor es muy importante. En el texto instalo la palabra
ni
que esas ‘cancioncitas’, tan miradas en me-
‘autoralidad’, basándome en lo que señala [Mi-
nos por muchos, también son parte de nuestro
chel] Foucault en cuanto a que un autor es un
recorrido social y de las tendencias que en él
“constructor de narratividad” y que, como tal,
han dominado.
es visitada y respondida por otros. Por eso relevo lo de la intermedialidad: relaciones de sentido
Es algo que viene reivindicándose hace un tiem-
que hay entre el racimo de medios que confor-
po ya; no es algo que yo imponga. Y me parece
man una canción grabada, considerando además
particularmente importante en América Latina,
sus posibles relaciones con la cultura y sociedad
pues los aportes para Occidente tienen mucho
en que está inmersa. En una canción convergen
que ver con nuestras culturas populares. Tene-
expresiones de distinta naturaleza medial: la li-
mos que asumir que ahí hay pistas que debemos
teraria, la musical, la performativa, la sonora, la
poner en valor y entender.
audiovisual, la iconográfica y la discursiva. Y por eso un texto que puede ser tan para adultos como
*
el de “Te amo tanto”, de Javiera y Los Imposibles (“lo encontré sin sus pies, la cintura al revés…”),
Hay similitudes y también diferencias significa-
con un guion de video que incluye a una chica en
tivas entre Música popular chilena de autor y los
una tina con cinco hombres, en la performance se
tres otros libros de Juan Pablo González que pueden considerarse sus antecedentes (de hecho, esta nueva publicación ha sido descrita como
102
1
También con contribuciones del músico Óscar Ohlsen en el caso del segundo volumen.
convierte en un juego de niños. Entonces es muy
¿A eso te refieres con lo de “cosmopolitismo
importante el cómo, ya que el estudio de la mú-
tardío” que le aplicas a un disco como Corazo-
sica popular ha estado más enfocado en el qué y
nes, de Los Prisioneros?
en el quién. Es un concepto de un sociólogo israelita, Motti Es valiosa la insistencia en darle categoría a
Regev, quien establece que el pop-rock contem-
la autoralidad en la música popular, teniendo
poráneo apela a todas las músicas y nos da una
presente que se trata de un género que el rela-
sensación de ser ciudadanos del mundo. La déca-
to y la institucionalidad culturales consideran
da de la que habla mi libro es la de la instalación
es trabajado por creadores que no es posible
de la era digital, cuando Chile además recupera
poner a la altura de los “autores de verdad”.
la democracia y se abre al mundo. Pero acá nos
No se piensa que en la canción popular pue-
miramos mucho el ombligo —cosa que no pasa
da haber un Raúl Ruiz ni un Roberto Bolaño,
tan solo acá, porque ves lo mismo en Argenti-
en comparación.
na, y para qué decirte del gran ombligo que tiene Brasil—, y creemos que hay tendencias que nos
Lo que pasa es que la autoría de la canción se
suceden solo a nosotros. Hay un dato muy elo-
resuelve en tres minutos y medio. Hace trein-
cuente: una vez, en una entrevista, le pregunta-
ta o cuarenta años, la palabra ‘música’ aplicada
ron a Rod Stewart por su concierto en el Estadio
a estudios, a formación o a institutos se refe-
Nacional (7/3/1989), que es algo que en Chile
ría, en general, a la música docta. Pero no es el
tratamos como un hito cultural… y él ni siquiera
caso ahora, pues es tan fuerte lo que sucede con
se acordaba de haber venido.
la música popular que ya ni siquiera se hace necesario ponerle ese apellido. Me preguntan: ¿qué
*
descubriste con esta investigación? Y la verdad es que yo no he descubierto nada: lo que está en el
El tipo de autoralidad al que vuelve el nuevo libro
libro todo el mundo lo sabe, porque vivieron los
de Juan Pablo González no es el de aquel cantau-
noventa, escucharon esas canciones, reconocen
tor que, con los ojos cerrados y gesto doliente,
las voces y las caras. Quizás los descubrimientos
hace alarde de su individualidad, y que como
estén para mí en haber llegado a reconocer cier-
tal satisface el arquetipo de quien sobreinter-
tas tendencias a las que en un inicio me resistía,
preta el vínculo entre canción y autobiografía.
como el hecho de que en grupos como La Ley o
El texto presenta la autoría también como un
Lucybell hay rasgos autorales. Y mi gran conclu-
comportamiento; una persistencia en la labor
sión se relaciona con lo que le leí a una investi-
musical que consigue manifestar “grados apre-
gadora argentina que habla de las vanguardias
ciables de originalidad y autonomía […] en diá-
“situadas”, en el sentido de ideas musicales que
logo con los requerimientos de la industria y su
se recogen en el extranjero pero se traen hasta
cadena productiva”, sostenida en el tiempo y
el propio país. Es algo que un grupo como Los
apoyada, según González, en los siete pilares que
Tres hace todo el tiempo: su música es pop-
aportan compositor, autor, arreglador, músicos,
rock “situado”.
cantante, productor e ingeniero.
En el lanzamiento hablaste de un concepto pre-
Al fin, si tantos participan de la autoría de una
cioso: las músicas “criadas”.
canción, toda esa retórica en torno a la autenticidad de quien “comparte su intimidad” junto a
Claro, eso se lo escuché a unos organilleros. Nos
una guitarra deja de importar.
hace mucho sentido a los chilenos, que somos grandes criadores de músicas. Y, en la vida, es
Es que la autenticidad es construida. Las fotos
tanto o más importante el lugar de crianza que
de Violeta Parra recibiendo el premio Caupo-
el de nacimiento.
licán el año 55 la muestran maquillada, con el
103
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
pelo tomado... impecable. Y mira cómo vuelve de
treinta álbumes chilenos importantes de la déca-
París: “auténtica” [sonríe]. Es parte de una per-
da de los noventa. No fueron los más vendedores:
formance, de la que todos los músicos por lo de-
discos de Parkinson a Inti-Illimani, de Tiro de
más acceden a participar. Ana Lea-Plaza, desde
Gracia a Pánico, de Carlos Cabezas a Fulano re-
la literatura, me decía: “Hay que entender que
levan su contundencia según su clasificación en
todo texto es ficción. De eso se trata escribir, y
ocho géneros, en cuya descripción se combinan
por mucho que haya un sentimiento tuyo, no
asociaciones certeras con el esbozo de amena-
será algo completamente testimonial; porque lo
zas coyunturales: “... la irrupción de la memoria
ubicas en una construcción”. O sea, el “Vuelvo”,
para la nueva-canción; la dicotomía entre raíces
de Illapu, también es ficción. Y Pancho Sazo,
y modernidad para la fusión latinoamericana;
consciente o inconscientemente, construye una
la tensión entre industria y vanguardia para las
persona-cantante que es la que le da una identi-
contracorrientes; el cosmopolitismo tardío en el
dad como vocalista de Congreso. Es legítimo que
pop-rock; la articulación entre diseño y contin-
así sea, pero por eso sucede que luego alguien
gencia para el punk y el grunge; y la construcción
conoce a un cantante famoso en un contexto
de nuevas identidades para el funk y el hip-hop”.
cotidiano y se lleva la impresión de que es tan diferente a cómo lo imaginaba. Joe Vasconcellos
Por razones obvias, en este libro recurres mu-
tiene historias increíbles al respecto: cuenta que
cho al periodismo. ¿Qué impresión te llevas del
hay personas que se le acercan y le piden que les
periodismo musical o cultural que se hizo en los
haga terapia.
años noventa en Chile? ¿No fue ingenuo? *
En los años ochenta es el periodismo político el que en Chile aborda la música, y se trata de un
Sin pretensión canónica —y con la colaboración
periodismo preparado, que debe moverse en las
de decenas de consultados en áreas diversas del
condiciones adversas de la dictadura y que en-
trabajo musical—, más de la mitad de Música
tonces cubrió con inteligencia fenómenos como
popular chilena de autor se ocupa en presentar
los del Canto Nuevo, los músicos retornando del
104
exilio, etcétera. Y luego vienen ustedes, que es-
algo. Creo que vivimos los noventa de esa ma-
tán muy en sintonía con lo que está pasando en
nera, con muchas cosas que daban pistas de una
el mundo, que leen revistas extranjeras, que se
“llegada”, y que vinculaba un resurgir de la mú-
insertan en nuevos medios. Y que además están
sica y de espacios en torno a ella con el retorno
obligados a ponerse las pilas porque comienzan
de la democracia. Ahora, el tiempo pasa, uno
a llegar a Chile las grandes bandas y les toca cu-
mira hacia atrás y es posible pensar que se trató
brirlas. Se ven obligados a ponerse a la altura, y
de una ilusión frustrada; de una cierta inocen-
eso fue muy beneficioso para la música chilena.
cia que no tardó en perderse. Creo que nadie se preparó para lo que iba a venir después, porque
A quienes somos adultos, quizás los años no-
la era digital fue como un exabrupto, un giro en
venta nos parecen una década no tan lejana.
180 grados que no había cómo presagiar tal cual
Sin embargo, en tu libro hay recuentos de una
se dio. Por eso prefiero evaluar los años noventa
realidad extinta: el cassette era todavía el for-
en relación a lo que había antes y, en ese sentido,
mato de música más vendido en el país (60%
verla como una década de celebración, de fies-
del total, hacia 1994), un 85% de los jóvenes
ta, de destape. Lo que instaló la radio Rock&Pop
decía escuchar radio todos los días, y en 1992 la
no tenía nada que ver con lo que habíamos es-
Feria del Disco administraba 1.600 metros cua-
cuchado ni leído antes en medios. Y ahí tienes
drados en tres grandes tiendas. Eso conllevaba
la noche (santiaguina, porteña, penquista), con
dinámicas de negocios, medios y escuchas muy
fiestas temáticas, con raves en las calles… si hasta
diferentes a las actuales. ¿Qué reflexión haces
los niños levantaron al fin su Halloween. Enton-
sobre los noventa como una década de transi-
ces sí creo que son defendibles como una década
ción hacia un paradigma completamente dife-
de una movida particular… a la chilena, claro, no
rente? Es evidente que lo fue en lo político, pero
a la española. Para mí es una gran celebración,
¿preparamos también entonces lo que hoy es-
un florecimiento respecto a la experiencia que
cuchamos y cómo lo estamos haciendo?
traíamos y, probablemente, un intento de recontinuar lo que se había perdido en 1973.
Mientras uno vive los momentos históricos, normalmente siente que está en la culminación de
UC
ÚSICA POPULAR 1950
audio Rolle
ÚSICA POPULAR 1970
sen y Claudio Rolle
En el volumen final de una larga historia de la música popular chilena del siglo XX, Juan Pablo González termina como solista un proyecto iniciado como dúo y luego como trío. Se trata de un solista con acompañamiento, pues invita a un octeto de profesionales a abordar en conjunto la canción de autor como producto intermedial, enfocándose en treinta bandas chilenas activas en la década del noventa. Al mismo tiempo, el libro detalla el fortalecimiento de la industria discográfica y de la música en vivo en el país luego de que Santiago se sumara a Buenos Aires, San Pablo y Río de Janeiro en el circuito sudamericano de las grandes bandas y solistas de fines de siglo. Es así como se intensificaba el contacto de Chile con el mundo mientras se diversificaban los referentes de identidad para un público ávido de nuevas propuestas sonoras.
OPULAR CHILENA 60
zález, editores
OPULAR CHILENA 73 a
Fernando García , editores
OPULAR CHILENA 73 adas
Torres, editores
EJOS re Chile y México
lo Planet
MÚSICA URAS alizada
o
uc.cl
En la última entrega de su saga mágica por la historia de la música popular chilena del siglo XX, el profesor González parece haber llegado al punto de cocción perfecto. La meticulosidad del fan de la música que entiende lo gravitante de la precisión académica en el manejo de datos, en maridaje con la tradición de los buenos cronistas chilenos. Esta historia de los noventa queda con gusto en boca entre la dulce rigurosidad de Mary Lambert y el más chispeante Joaquín Edwards. Musicología pop, con textura rock. Julio Osses, periodista musical.
MÚSICA POPULAR CHILENA DE AUTOR
JUAN PABLO GONZÁLEZ. Doctor en Musicología por la Universidad de California, Los Ángeles, director del Magíster en Musicología Latinoamericana y de la revista Contrapulso de la Universidad Alberto Hurtado, UAH. Profesor titular del Instituto de Música de la UAH y del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Coordinador de la Asociación Regional para América Latina y El Caribe de la Sociedad Internacional de Musicología, ARLAC/IMS. Se desempeña como investigador y profesor visitante de las universidades de Oviedo en Asturias y Complutense de Madrid (2022-2023). Ha contribuido a la formación musicológica en la región, creando programas de pregrado y posgrado en distintas universidades chilenas e impar tiendo seminarios de posgrado en Argentina, Perú, Colombia, Brasil, México y España. Junto a sus abundantes artículos en revistas académicas, accesibles en Academia.edu, se destacan sus tres últimos libros: Pensar la música desde América Latina. Problemas e interrogantes, con cinco ediciones hasta 2021 en Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos; Des/encuentros en la música popular chilena 1970-1990 (2017); y Violeta Parra. Tres discos autorales (2018) –en coautoría–. Entre 2002 y 2018 condujo la Compañía Del Salón al Cabaret, dedicada al rescate y proyección de música popular del pasado, realizando una decena de montajes.
Música popular chilena de autor. Industria y ciudadanía a fines del siglo XX Juan Pablo González
Industria y ciudadanía a fines del siglo XX
A pesar del intenso scanner que Juan Pablo logra hacer en este libro, de la multiplicidad de espacios históricos, estilísticos o teóricos que logra observar, y de la rica variedad de puntos de vista (o de audición), lo hace con tal sencillez y delicadeza, que se escapa de los tecnicismos fríos o la crítica musical tradicional para abrazar una forma de autoobservación y autoconocimiento certera y, al mismo tiempo, cercana y empática.
Ediciones UC, 2022
Álvaro Prieto, músico, escritor y artista visual.
JUAN PABLO GONZÁLEZ
Para ver
556 páginas
Para escuchar
Para ver y escuchar
105
106
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
H
oy, a mis 91 años, soy uno de los últimos
Ya en las parlamentarias de marzo de 1965
testigos que experimentaron en primera persona
voté contra la Democracia Cristiana. Esto, tras
el proceso de la Reforma Agraria. Soy agricul-
constatar que, en su análisis de la realidad agrí-
tor desde 1958, inicialmente en la provincia de
cola, sus dirigentes traicionaban la doctrina de
O’Higgins y actualmente en la de Linares. Fui,
colaboración entre capital y trabajo, conforme
además, dirigente nacional de la Confederación
a lo enseñado por Jacques Maritain y la doctrina
Nacional de Sindicatos de Empleadores Agríco-
social de la Iglesia. Se la sustituía por la categoría
las. Viví el proceso desde esas dos perspectivas.
marxista de lucha de clases, que daba más rédi-
Tendrán que pasar muchos años para que se es-
tos electorales.
criba una historia serena de esos acontecimien-
En esa época, la situación de los campesinos
tos, que despertaron muchas pasiones y odios,
era muy precaria, particularmente en los fundos
y en el que se cometieron muchas ilegalidades y
con ausencia patronal. Muchos vivían en Santia-
arbitrariedades. Mi propósito es dar algunas pis-
go, especialmente los dueños de campos desde
tas que quizás sean útiles para quienes escribirán
Colchagua hacia el norte; en cambio, desde Talca
una historia que yo no leeré.
hacia el sur, un alto porcentaje vivía allí todo el
En este texto me referiré solo al periodo de la
año. Sin embargo, esas malas condiciones tienen
Democracia Cristiana (1964-1970). Participé ac-
otra explicación que nadie señala. Por entonces,
tivamente en la campaña de Eduardo Frei en las
todos los precios agrícolas eran fijados por la
elecciones de 1964. Como candidato, habló mu-
autoridad: la ciudad requería pan, leche y carne
cho de la Reforma Agraria, una causa que me pa-
baratas. Durante largos años, los presidentes de
recía muy noble y necesaria para Chile. Siempre
la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) fue-
dijo que se aplicaría a los fundos mal trabajados;
ron o conservadores o liberales. Entre ellos y la
los buenos agricultores no teníamos nada que
autoridad política existía un acuerdo tácito: los
temer. Pienso que sus palabras de entonces eran
precios de los productos agrícolas serían fija-
sinceras. ¿Qué lo llevó a incumplir su promesa?
dos muy bajos para mantener tranquilas a las
Quizás su debilidad de carácter y la influencia de
ciudades. A cambio, los gobiernos harían vista
los sectores más radicales, que tenían aversión al
gorda respecto de los sueldos, viviendas y con-
campo y a los agricultores.
diciones de los trabajadores campesinos, y no se
La figura y actuación del agrónomo y políti-
permitiría su sindicalización. Esto —que, obvia-
co Jacques Chonchol desde el Instituto de De-
mente, ya no ocurre en la SNA— era escandalo-
sarrollo Agropecuario (INDAP) —y luego como
so, pero es una de las consecuencias funestas del
ministro de Agricultura de Salvador Allende—,
control de las agrupaciones gremiales por parte
fue clave en todo este proceso. Los demás eran
de los partidos políticos. La gente del campo, por
simples ejecutores de sus planes. En su libro está
supuesto, pagó los costos de ese acuerdo perver-
todo: El desarrollo económico de América Latina y
so. En cambio, los astutos Industriales del Cue-
la Reforma Agraria (Santiago: Editorial del Pací-
ro y Calzado no negociaban con el Ministerio de
fico, 1964). Para él, la razón para hacer una re-
Economía, sino que mandaban a los sindicatos.
forma de este tipo no era económica, sino ideo-
Me lo contó el abogado de esa agrupación. Eran
lógica; por tanto, política. Por algo después fue
inteligentes. Después resultamos los agriculto-
parte de la Unidad Popular.
res ser los malos de la película, pero el problema 107
LORE M IPS U M. E NSAYO
venía de mucho más atrás. Cuando se llevó a cabo
también al predio. El 30 de abril de 1970 llegamos
la Reforma Agraria los industriales estaban muy
de madrugada al campo.
contentos, no se daban cuenta de que algún día
Entre los dirigentes agrícolas estaba don Car-
les iba a tocar a ellos. “Socialismo para el campo
los Montero Schmidt, exministro de Interior de
y capitalismo para la ciudad” parecía ser la con-
Ibáñez. Hablamos con el General Santos, quien
signa en el gobierno de Frei Montalva.
comandaba la operación, y le pedimos tiempo
Con todo, habría que ver por qué muchos fun-
para convencer a los campesinos para que no se
dos en esos años eran improductivos o estaban
resistieran por la fuerza. Yo había estado gra-
mal trabajados. Puede que se relacione con esa
bando las conversaciones con una pequeña gra-
política de precios fijos, porque en principio lo
badora portátil, de cassette, a la vista de todo el
normal es que la gente quiera trabajar para ganar
mundo. El notario Morandé Orrego, presente,
dinero, y tener la tierra sin trabajarla es perder
declaró en voz alta que él certificaría esa graba-
una oportunidad.
ción. Los campesinos, en especial las mujeres,
Cuando comenzó el proceso de Reforma Agra-
estaban dispuestos a todo. Les pedimos que nos
ria, los campesinos volvieron a pagar las conse-
dieran una hora, pero no hubo caso. El General y
cuencias de muchas decisiones tomadas desde
Mery fueron inflexibles. “¿Qué es una hora para
arriba. Por ejemplo, solo los trabajadores que pe-
evitar un muerto?”, le dijo don Carlos Montero
dían la expropiación del fundo en que trabajaban
al General. No accedió. Nos dio diez minutos: no
podían tener derecho a formar parte del futuro
alcanzamos a hacer nada. Al regresar, don Carlos
asentamiento campesino. En mi caso, me vi obli-
Montero le expresó al General: “Ante esta media-
gado a convencer a los más leales para que ingre-
ción fracasada, los dirigentes agrícolas presentes
saran al comité que solicitaba la expropiación,
nos ponemos a la vera del camino y nos lavamos
porque si no lo hacían quedarían en la calle. A
las manos de lo que aquí suceda”. Después de que
pesar de eso, algunos no la pidieron. Su destino
se descerrajó el candado se produjo un violento
era terrible: los patrones quedaban sin nada y no
choque del Grupo Móvil con unas veinte muje-
podían ayudarlos.
res armadas de cuchillones, que agredieron a los
El caso más dramático del que fui testigo fue el
carabineros con mucha bravía. Cuando lograron
del fundo “La Piedad”, muy bullado en esa épo-
reducirlas, el General y Mery se dirigieron hacia
ca. Por determinadas razones, su dueño, Gabriel
el interior del campo a pesar de todo. Benavente
Benavente, se encontraba en pésimos términos
enfrentó a Mery, lo tomaron preso. Fue la chispa
con el jefe de la Corporación de la Reforma Agra-
que hizo explotar el polvorín. Al oír que habían
ria (CORA) de Linares, Hernán Mery. Los cam-
apresado al patrón, los campesinos, que estaban
pesinos estaban con Benavente y no pidieron
un tanto alejados, corrieron como una horda a
la expropiación. Sabían que, de realizarse, ellos
enfrentar a los carabineros con el fin de liberarlo.
quedarían sin nada. A pesar de esto, la expropia-
En ese momento Mery y su gente miraron hacia
ción se produjo y el día de la toma de posesión
atrás. Un trabajador se le acercó por la espalda,
llegaron al lugar Mery, el general Santos y mu-
agazapado, y le pegó con un palo en la nuca. Mery
chísimos carabineros armados del Grupo Móvil.
se desplomó.
Avizorando el peligro, el Intendente de Linares le
Don Carlos Montero se dio cuenta de la gra-
habría insistido a Mery que no concurriera, pero
vedad de la situación y me dijo que me fuera de
no logró convencerlo. “¿De qué color te gustan
inmediato a Santiago, con esas pruebas. Arran-
las flores?”, le habría preguntado a Mery ante su
qué por los potreros en medio de la batahola y
negativa. Esto lo sé porque teníamos informan-
logré salir. De ahí a Santiago, a la Radio Agricul-
tes muy seguros. Si bien el acto sería sorpresivo,
tura, que transmitió todo, mientras el Gobierno
tanto Benavente como varios dirigentes gremia-
nos acusaba de haber instigado el asesinato. Esa
les agrícolas estábamos al tanto de la situación
grabación nos salvó de la cárcel. Al día siguien-
y, para tratar de evitar una tragedia, acudimos
te me fui temprano a la casa del Cardenal Silva Henríquez. Me recibió a las 8.00 de la mañana.
108
Estaba muy molesto con nosotros: sin conocer
Somos gente de campo, que sabe de siembras,
los hechos, la noche anterior nos había tratado
vacas y tractores. Salvo algunos, lo nuestro no
de asesinos, tras recibir en la Parroquia El Bosque
es la palabra. Además, teníamos muy poco acce-
el cortejo que venía de Linares con el cadáver de
so a los medios. Cuando se escriba esta historia
Hernán Mery. Le conté todo y le pedí que por fa-
solo aparecerán testimonios de un solo lado. En
vor hiciera de mediador, porque estos episodios
el mundo universitario tampoco había intelec-
de violencia podían multiplicarse: “Demasiado
tuales que ayudaran a que el público se formara
tarde, las posiciones están cristalizadas”, fueron
una opinión ponderada sobre los problemas del
sus palabras. No hubo forma de convencerlo de
campo. En una ocasión, fui invitado a un foro
que mediara entre la CORA y los gremios agríco-
televisado junto a Rafael Moreno, Vicepresiden-
las para llevar adelante una Reforma Agraria en
te ejecutivo de la CORA. Él no quiso participar:
relativa armonía y legalidad.
enviaron a un dirigente campesino en su reem-
El mismo día de los sucesos de “La Piedad”
plazo. Nos entendimos bien. Nuestro problema
los campesinos fueron expulsados de sus casas.
no era con los campesinos, sino con el Gobierno.
Quedaron en la calle, con sus colchones y enseres
Después me informaron que periodistas del Par-
personales. Era abril y pasábamos por unos días
tido Comunista presentes habían comentado con
muy fríos. El jefe de estación de Longaví se com-
preocupación este entendimiento.
padeció de ellos y pudieron pasar la noche bajo
La sensación de impotencia nos llevó a reac-
un techo en ese lugar. Yo me llevé a un buen gru-
ciones extremas, que hoy deploro y rechazo. El
po a mi campo, donde es-
Gobierno pagaba mejor el
tuvieron trabajando unos
trigo importado que el que
seis meses. Las familias
producíamos. Todos nues-
dormían en las bodegas, un
Los agricultores éramos mirados
tros reclamos eran inúti-
lugar muy poco adecuado,
como unos parias, no solo por la
les, hasta que decidimos
y allí sortearon el invier-
izquierda y la DC, sino también
hacer un taco en forma de
no; era lo único que podía ofrecerles. Al menos tenían trabajo, un sueldo digno y
por la derecha económica y, en general, por el mundo urbano.
protesta. Pusimos nuestras camionetas en el puente del río Achibueno y paralizamos el país por más de
un lugar donde refugiarse. No hay que olvidar que la zona entre Talca y Chi-
ocho horas. Lo mismo hicimos en otros lugares.
llán es particularmente fría en invierno.
Los dirigentes agrícolas terminamos en la cárcel
Hubo muchos casos como este. A pesar de mis
de Talca. Todavía recuerdo la portada de la re-
ruegos, numerosos trabajadores del campo que
vista Vea, con nosotros tras las rejas. Por suerte,
yo administraba se negaron a firmar la petición
el juez nos sancionó por mal estacionamiento.
de expropiación. Les parecía que era una traición.
Hace algunos años, unos dirigentes agrícolas de
También quedaron sin nada. Yo los recibí en mi
Linares organizaron una protesta en la Ruta 5:
campo: aunque era mucho más chico, pude en-
me negué a participar.
contrar algo en qué ocuparlos. Era lo mínimo que
Los funcionarios democratacristianos que
podía hacer por esas personas que rechazaban
trabajaban en el mundo rural hicieron suyo por
una expropiación que les parecía injusta. Esas
completo el discurso de la lucha de clases. La
son historias que nunca se conocerán, porque no
gente del INDAP iba a los campos y no hablaba
tuvieron nadie que las contara. Ellos no calzaban
de otra cosa con los trabajadores. Algunos no les
en los esquemas ideológicos imperantes; tam-
creían, otros sí. Su relación con los patrones in-
poco los empresarios agrícolas.
fluía mucho en ello.
Los agricultores estábamos desamparados.
La ley indicaba que, en caso de expropiación,
Éramos mirados como unos parias, no solo por
se debía dejar al dueño una reserva de ochenta
la izquierda y la DC, sino también por la derecha
hectáreas en el Valle Maipo. Aquí venía el chan-
económica y, en general, por el mundo urbano.
taje: expropiaban el campo cuando estaba todo
109
LORE M IPS U M. E NSAYO
sembrado. El dueño tenía que elegir. Si quería cosechar los frutos pendientes debía contentarse con una reserva muy chica —lo que los funcionarios de la CORA estimaran conveniente—; si no, perdía todo lo sembrado. Yo administraba el fundo de doña Laura García-Huidobro (además tenía un campo propio, mucho más chico). Cuando estudiaron la expropiación, el predio fue calificado con un puntaje de 940 sobre 1000, de los mejores de Chile. Nos pusieron contra la espada y la pared. Elegí cosechar lo que tenía sembrado para pagar las deudas agrícolas. Finalmente, nos quedamos con una reserva de tres hectáreas. Las ochenta hectáreas de riego del llano Maipo, equivalían en Retiro (donde estaba el fundo), a 140 hectáreas. Por el alto puntaje obtenido en la evaluación CORA, teníamos derecho a exigir cuatro reservas de 140 hectáreas, es decir, 560. La CORA no estaba dispuesta. En suma, de un campo bien trabajado de 1.500 hectáreas pudimos conservar solo tres: el 0,005% de lo legal. Estos abusos eran el pan de cada día. La vigencia de la ley en el campo era muy relativa en esos años. Además, el valor de la expropiación lo pagaban en bonos a larguísimo plazo. Como había inflación, al final a uno no le quedaba nada. La posibilidad de expropiar un campo con frutos pendientes se abrió con la enmienda Aylwin, senador por Linares. Ella permitía a la Joaquín García-Huidobro Errázuriz, autor del texto, detenido en la Comisaría de Linares. Revista Ercilla, enero 1969.
CORA tomar posesión del predio expropiado consignando en el tribunal apenas un 10% de su avalúo fiscal. Esto llevó a situaciones dramáticas, como lo fue el caso de la familia F., (por respeto omito su nombre). El padre era anciano y delegaba la administración en sus hijos. La familia tenía una siembra de cerca de mil hectáreas de arroz, para la cual habían recibido importantes sumas de dinero como anticipo de la Arrocera Tucapel, con el resguardo de un cheque personal de uno de los hijos. Le expropiaron, le consignaron y no pudieron cosechar ni un grano, les quitaron todo. Ante esta situación, la arrocera Tucapel debió protestar el documento por no tener fondos, y el hijo terminó por cuatro años en la cárcel de Parral por giro doloso de cheques. Fui a visitarlo varias veces. Al cabo de esos años mi amigo fue liberado, pero con graves trastornos debido al sufrimiento personal y de su familia. Estos
110
dramas familiares que se extienden por cientos en el agro chileno de esa época.
Para la caída de Allende, el 83,33% de la superficie agropecuaria del país pertenecía ya al Esta-
La violencia en el campo era de diaria ocu-
do: ese era el tamaño del latifundio estatal. “La
rrencia entre los años 68 y 70. Los grupos extre-
tierra para el que la trabaja” era el lema, pero ni
mistas organizaban tomas; los agricultores nos
con Frei ni con Allende campesino alguno recibió
defendíamos como podíamos y muchas veces
un solo título de propiedad. Después de 1973, se
organizábamos “retomas”, para recuperar lo
entregaron más de 40.000 títulos de propiedad a
nuestro. Íbamos en la noche, cuando los extre-
los campesinos.
mistas dormían. Al sorprenderlos, salían arran-
He contado cosas que me parecen relevantes
cando ante nuestros balazos: era el Viejo Oeste,
para cuando se escriba esta historia. Sin em-
pero de eso no quedó ningún documento. No sé
bargo, he dejado algunos episodios y circuns-
cómo no murió mucha gente entonces.
tancias sin narrar, porque ciertas personas e
A pesar de todo el odio en esa época, en el
instituciones quedarían muy mal (distintas,
primer lugar donde se produjo la reconcilia-
obviamente, de los agricultores). Pienso que su
ción fue en el campo, y muy temprano. Es natu-
relato no es imprescindible ni contribuiría a la
ral, porque nos unía la misma cultura. Además,
armonía que queremos conseguir. Por mi parte,
compartíamos canales y caminos. No podíamos
esas personas e instituciones están perdonadas
vivir peleados.
hace mucho tiempo.
El sistema que existió hasta la Reforma Agra-
Mi papel de testigo privilegiado de este proce-
ria tenía graves defectos, pero no se puede ne-
so se acabó con la elección de Allende. Advertido
gar que, aunque había mucho paternalismo, las
por un miembro del Partido Socialista de que yo
relaciones humanas tenían un carácter personal.
figuraba fichado, junto con otros, por el Parti-
Me refiero a los fundos donde vivía el agricultor,
do Comunista como “momios indeseables” de
que eran la mayoría, no a aquellos donde el due-
la Provincia de Linares, tomé la determinación
ño estaba lejos, en Santiago. El patrón conocía
de emigrar a Argentina, donde vivimos durante
a la gente, la llevaba a la ciudad cuando tenían
cinco años con mi familia. Sin embargo, la ra-
una situación de necesidad. Había un determina-
zón más profunda para hacerlo no era el temor
do tipo de trato humano. Después, ni los asen-
al marxismo, sino de otro tipo: temor a mí mis-
tamientos socialistas ni las modernas empresas
mo. Era tal el grado de violencia al que se había
capitalistas tuvieron ese carácter. Las relacio-
llegado (yo mismo tuve que enfrentar carabina
nes se volvieron anónimas. La gente ya no tenía
en mano, una madrugada, a un grupo que que-
nombre, eran solo un RUT en una planilla.
ría tomarse el campo), que estaba seguro de
Una de las consecuencias de ese proceso, que
que, si me quedaba en Chile, era muy probable
probablemente será muy difícil de medir, es
que terminara matando a alguien. Y no estaba
el hecho de que emigraron del campo muchas
dispuesto*. 1
personas valiosas que ya nunca volvieron al mundo rural. Esa fue una pérdida profesional importante para las regiones agrícolas. No me refiero a los grados académicos, sino al modo de comportarse y a la cultura del trato. Cuando después se habló del “salario ético”, siempre tuve la certeza de que este elemento quedaba incompleto al no incorporar al trato ético.
* Agradezco a mi hijo Joaquín su ayuda en la transcripción y redacción de estas ideas, pero su contenido y afirmaciones son de exclusiva responsabilidad mía.
Joaquín García-Huidobro Errázuriz es agricultor de la región del Maule. 111
112
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
E
n 1987, el Public Art Fund, organización de-
en general, irse sin haber logrado mucho. Pero
dicada a la difusión del arte contemporáneo en
a Jaar, radicado ahí desde 1982, le fue mejor.
Nueva York, expuso una animación del artista
Sin duda existía la discriminación contra los
chileno Alfredo Jaar titulada “A Logo for Ame-
latinoamericanos en Nueva York, pero eso era
rica” en un panel luminoso en Times Square.
en el mundo real. En el del arte, el establishment,
La obra, que se mostró entre reclames durante
como ahora, buscaba activamente voces margi-
un mes, partía con un mapa de Estados Unidos
nales que criticaran el país. Y el neoliberalismo,
sobre el cual se iba sobreponiendo, en inglés, la
con todos sus defectos, no discriminaba, salvo
frase esto no es america. Luego aparecían las
a los pobres. Cualquiera podía tener publici-
barras y estrellas y la frase “esta no es la ban-
dad mientras pagara, y fue así que Jaar llegó a
dera de america”. La pantalla se vaciaba, y rea-
mostrar su mensaje contestatario entre los ci-
parecía la palabra “america” sola. Crecía, y se iba
nes porno y la publicidad estridente del corazón
transformando la “r” en el contorno de todo el
simbólico de la superpotencia. La obra fue con-
continente americano, norte y sur. Este se des-
siderada un éxito: su mensaje, evidentemente
doblaba y se movían ambas imágenes idénticas
acertado —que Estados Unidos se ha apropiado,
hacia los lados de la pantalla, borrando las letras
no importa si prepotente o distraídamente, el
en su camino. Volvían al medio, y el continente
nombre de todo un continente—, fue celebrado
rejuntado se ponía a girar rápidamente, mientras
por la crítica y repudiado por un sector de patrio-
bajaban y subían múltiples repeticiones de la pa-
tas cuya disposición a ofenderse le confirió una
labra “america” por ambos lados. La pantalla se
contundencia política muy satisfactoria.
despejaba, aparecía una vez más “america” con
Esas fueron las dos reacciones oficiales, por así
el pequeño continente en vez de la “r”, y la ani-
decirlo —las que quedaron en el registro históri-
mación se despedía con el nombre del artista.
co—, pero no creo que las únicas. Hay una especie
Nueva York en los ochenta era, para los artis-
de tradición asociada al arte conceptual de inspi-
tas, algo así como el centro del mundo. Muchos
ración política de acuerdo a la cual los críticos se
chilenos viajaron para trabajar como mozos,
encargan, no de criticar la obra en sí, sino de ex-
ir a exposiciones, promover su obra y luego,
plicitar su mensaje y aplaudirlo si coincide con lo
113
LORE M IPS U M. E NSAYO
que ya pensaban. Los medios, por su parte, solo
el Reichstag, ni mucho menos trabajar 24 años
informan las reacciones públicas fuertes, sean de
para lograrlo, como en el caso de este último
admiración o de indignación. Pero la mayor par-
proyecto. En cuanto a si de hecho valió la pena
te de la gente no es tan fervorosa. Mi reacción,
o no, la respuesta genérica sería que la cantidad
al menos —soy inglés, no norteamericano, por
de trabajo que se vierte en una obra de arte no
si acaso—, es que “A Logo for America” es una
importa, porque el público no ve el esfuerzo, sino
obra un tanto bochornosa, porque deja a Jaar o al
solo el resultado. Pero Christo y Jeanne-Claude
continente que defiende como un amante despe-
publicitaban la inversión en trabajo y materia-
chado que aparece despotricando en la casa de la
les como parte integrante de su quehacer, y eso,
amada que se ha olvidado de su existencia, exi-
junto al poco tiempo de exposición —en gene-
giéndole, con gestos indecorosos, no amor, no
ral, las obras se desmontaban a las dos sema-
aspira a tanto, sino el más simple reconocimien-
nas—, nos da la pista. Aun si los artistas nunca
to, que lo mire y diga su nombre, el cual él repite
lo explicitaron, y quizás no lo reconocieron aun
a gritos una y otra vez: “América, América, Amé-
en privado, su gracia consiste precisamente en
rica, América, América, América”.
el contraste entre la pobreza del concepto y el
Aun así, la idea detrás de la obra es buena. Pa-
derroche de trabajo y materiales que implica
rece simple, obvia incluso, pero se podría repasar
su ejecución. Es un pequeño eco de la estupidez
muchas ideas simples y obvias antes de dar con
majestuosa de la propia naturaleza, que prende
una que permaneciera a tal punto en la memoria
y apaga asombrosos espectáculos de luces en los
de la gente. Como su ejecución fue bastante sen-
cielos con una total falta de economía, o eclosio-
cilla, además, hace sentido algo que dijo Jaar en
na un millón de langostas solo para que vengan
una entrevista con Vogue Italia en 2013:
enseguida los pájaros a comérselas. Una obra aún más efímera que las de Christo y
Encuentro que los artistas son pensadores,
Jeanne-Claude fue la que realizó en 1982 el poeta
son intelectuales. Y el arte es pensamiento.
chileno Raúl Zurita. Consistió en el texto de un
Para mí, el arte es un 99% de pensamien-
poema suyo, “La vida nueva”, escrito por cinco
to y un 1% de factura. De modo que paso
aviones con humo blanco en una sola línea de
la mayor parte de mi tiempo, y les pido a
varios kilómetros de largo en el cielo de Nueva
mis estudiantes pasar el 99% de su tiem-
York: mi dios es hambre/ mi dios es nieve/ mi
po, pensando. Recién al final de un proceso
dios es pampa/ mi dios es no/ mi dios es desen-
muy largo de pensamiento, hacemos algo.
gaño/ mi dios es carroña/ mi dios es paraíso/ mi dios es chicano/ mi dios es cáncer/ mi dios es
Pero si eso vale para “A Logo for America”, en
vacío/ mi dios es herida/ mi dios es ghetto/ mi
el arte conceptual en general se da más bien la
dios es dolor/ mi dios es/ mi amor de dios.
relación inversa. Paradojalmente, lo que suele
¿Qué habrán pensado las personas en las calles
distinguir una obra conceptual de otras es jus-
acerca de esas palabras escritas en castellano por
tamente cuán poco pensamiento incorpora: en
el cielo? Otra vez más, no parece haber registro.
general, una cantidad que apenas alcanzaría
Probablemente las tomaron por un truco publici-
para un párrafo de una novela. Por otro lado, su
tario. Pero más bien eran un ejemplo, me parece,
realización puede implicar un trabajo ingente.
de lo que se podría llamar el titanismo chileno.
Un caso extremo son las producciones de Christo
El titán, en Chile, puede aparecer en cualquier
y Jeanne-Claude. A cualquiera se le puede ocurrir
entorno social: ser hijo de un obrero ferroviario,
en un momento de fantasía embalar un museo
como Neruda, o crecer en un ambiente más bien
como si fuera un regalo, pero no encontraría que
cosmopolita, como Jaar. Lo caracteriza una gran
valiera la pena llevar la idea a la práctica, como
seriedad respecto a sí mismo, aun si la risa re-
lo hicieron Christo y Jeanne-Claude en Chicago
tumba a veces, como en el caso de Neruda, por su
en 1969, ni menos repetir el gesto con la costa
obra. Cuesta sospechar que esté consciente de al-
australiana, el Arco de Triunfo, el Pont Neuf y
guna pobreza en esta. No piensa: “Voy a intentar
114
una operación de autopromoción descarada, y a
lingüístico” y la reivindicación de las minorías.
ver si me la compran”, sino “Mi mensaje, de la
No se trataba seguramente de una conspiración
máxima urgencia para la humanidad, debe ex-
para ensalzar una obra fallida, sino de un error
ponerse de la forma más ostentosa posible en
que casi todos cometemos. Si alguien se presen-
el centro del mundo”. O sea, tratándose de los
ta con aplomo como genio o líder y enuncia los
ochenta, en Nueva York.
prejuicios que compartimos con él como grandes
Pero hay muchas personas en el mundo, mi-
verdades proféticas, estaremos dispuestos —la
llones, que escriben poemas. En general los
carrera de muchos políticos ineptos de todos los
muestran en el círculo íntimo o derechamen-
bandos lo demuestra— a concederle la autoridad
te los silencian. A veces, los someten humil-
que reivindica sin preguntarnos siquiera si tra-
demente al juicio de los editores de revista. Un
baja bien en la práctica.
porcentaje ínfimo se publica. A alguien que sim-
Eso es comprensible. Aun así, es extraño que
plemente se salta la cola, como Zurita, hay que
haya resultado y siga resultando aceptable lo
reconocerle cierto estilo entonces. Pero tras el
que dijo Zurita sobre las minorías y el español.
aplauso, debería venir una crítica exigente. El
¿Cómo el castellano puede ser el vehículo de un
autor nos obligó a mirar el cielo y —si sabemos
“homenaje a los grupos minoritarios de todo
castellano— a leer su obra: más le vale que al
el mundo”? Puede serlo, claro, para muchos
menos sea buena.
norteamericanos, los ignorantes y arrogantes
¿Cómo es “La vida nueva”? Parece, hasta cier-
aludidos en “A Logo for America”, para quienes
to punto, un poema escrito en
el castellano es simplemente
sangre cuyos versos destilan,
el idioma despreciado de los
para su autor, experiencias profundas y desgarradoras.
Nada podría ser más
Pero esas experiencias no se
desafortunado, poéticamente,
traspasan; el autor no ha he-
que ese guiño a los chicanos,
cho el trabajo de transformación artística necesario para que su experiencia íntima se comunique a otros; nos deja
burdamente político, metido a la fuerza en un poema sobre Dios y el sufrimiento.
con unos apuntes, signifi-
chicanos pobres. ¿Pero para un hispanohablante con algún conocimiento de la historia? La carrera colonialista del inglés partió con la suplantación del galés, antes el idioma dominante en Gran Bretaña, y luego del gaélico y el irlandés. De ahí se fue expandiendo en
cativos para él, sin duda, pero que no producen
Norteamérica y el Caribe y en distintas partes de
mucho efecto si uno no vive en su cabeza. Siendo
Asia, África y el Pacífico. Lo acompañaron plagas
breve, no es un gran poema. Y un detalle lo con-
mortales, la expropiación violenta y, en Nor-
vierte en un poema desastroso: el verso “Mi Dios
teamérica y las islas del Pacífico y el Caribe, el
es chicano”. Zurita explicaría después que lo ha-
remplazo de poblaciones indígenas por esclavos
bía incluido, dejando además el poema en caste-
u otros trabajadores traídos por los hacendados
llano, en homenaje “a los grupos minoritarios de
ingleses desde África o la India. Se produjo una
todo el mundo” —la cita viene de una entrevista
pérdida cultural incalculable; muchos idiomas
en el diario El País—, y especialmente a los chi-
locales perecieron o quedaron moribundos.
canos de Nueva York. Nada
podría
ser
Casualmente sucedió, sin embargo, que, con la más
desafortunado,
excepción del irlandés y parcialmente del galés,
poéticamente, que ese guiño a los chicanos, bur-
no se desarraigó el idioma de ninguna civiliza-
damente político, metido a la fuerza en un poe-
ción asentada, con ciudades y literatura. Algo
ma sobre Dios y el sufrimiento. Pero no hubo
totalmente distinto ocurrió con el castellano. En
reparos. Al igual que con “A Logo for America”
América Central y del Sur, mucho más pobladas
después, los críticos entendieron que su tra-
que Norteamérica, los españoles se encontraron
bajo no era criticar el poema, sino aplaudir, en
con grandes urbes, algunas de una magnificen-
este caso, la “voluntad por transgredir el signo
cia increíble, las que devastaron. Un solo hom-
115
LORE M IPS U M. E NSAYO
bre, el obispo Diego de Landa, quemó la totalidad
O, lo que es más probable, puede ser mestizo.
de la literatura maya, salvo tres o cuatro códices
En el poema “Yo soy Joaquín” de 1967, una espe-
que sobrevivieron por accidente. El castellano se
cie de texto fundacional de la literatura chicana,
impuso por decreto real como única lengua del
Rodolfo Gonzales habla de esa herencia mixta:
imperio en el siglo XVIII. Aun así, en la época de la independencia solo un habitante de cada cin-
Yo soy Cuauhtémoc,
co lo hablaba: la gran usurpación lingüística fue
Orgulloso y noble
republicana.
Líder de hombres,
¿Será peor aplastar un elefante que una ma-
Rey de un imperio,
riposa? Quizás no, pero es más difícil que pase
Civilizado más allá de los sueños
inadvertido. El castellano es el idioma colonial
Del Gachupín Cortez,
por antonomasia, el gesto de Zurita parece más
Quien también es la sangre,
bien un insulto para todas las etnias indígenas de
El reflejo de mí mismo.
su propio continente, y vale la pena considerar
Yo soy el Príncipe de los Mayas
brevemente cómo se lo pudo permitir, y por qué
Yo soy Nezahualcóyotl,
no cayó sobre él una tormenta de repudio.
Gran líder de los chichimecas.
Un chicano, o cualquier latinoamericano, puede ser descendiente de colonos, en cuyo caso si va a Estados Unidos y reivindica el uso del cas-
Yo soy la espada y la llama de Cortez el déspota… Yo era ambos, tirano y esclavo.
tellano, les está disputando el botín —el poder cultural usurpado— a otros descendientes de
Cité una traducción: el poema fue escrito en in-
colonos, angloparlantes, y nadie puede reivindi-
glés, el idioma con que Gonzales se crio. Llega-
car la superioridad moral. O puede ser indígena.
ría a sentir que lo habían privado injustamente
¿Pero entonces por qué le importaría, salvo por
de su herencia cultural, pero esa actitud revela
una cuestión de comodidad, cambiar un idioma
cuán sutil y pertinaz es el legado del colonia-
colonial, el castellano, por otro, el inglés?
lismo, especialmente cuando se combina con el
116
Página izq.: Alfredo Jaar, “A logo for America”, 2014. Página der.: Alfredo Jaar, “A logo for America”, 1987. Ambas imágenes por gentileza de Alfredo Jaar.
nacionalismo. El proceso parece ser el siguiente:
mericana? ¿Qué llevó a Zurita a refregar el cas-
la parte española del chicano, que no tiene ex-
tellano en las narices de los neoyorquinos? Y si
cusa para quejarse, le obliga a su parte indígena,
vamos a eso, ¿qué estoy haciendo yo en este tex-
como a un rehén con síndrome de Estocolmo, a
to? ¿Será que como angloparlante intento soca-
transferir el resentimiento que debería sentir
var a un rival? Puede ser. Y entonces padezco el
contra el castellano a su rival, el inglés, y a com-
mismo síndrome de Estocolmo que los chicanos,
prometerse con el opresor original al que ahora
porque mi ascendencia ni siquiera es inglesa, y
está indisolublemente unido.
de hecho el inglés suplantó el gaélico y el cór-
El nacionalismo, potente pero inestable,
nico, mis idiomas ancestrales. Así de versátil es
maestro del disfraz, contamina especialmente
el nacionalismo, así de inasible, y solo se puede
quizás el pensamiento de quienes creen haberlo
intentar mantener, entre las nubes de humo, un
dejado atrás. ¿Qué impulsó a Jaar a hacer justa-
mínimo de lucidez incierta.
mente la crítica que hizo de la sociedad nortea-
Neil Davidson estudió literatura francesa e italiana en la universidad de Durham, inglaterra. Es traductor, ensayista y columnista de Las Últimas Noticias. Dentro de sus publicaciones destaca The Chilean way. Crónicas 2000-2010 (Libros Qué Leo, 2010), El ceño radiante. Vida y poesía de Gerard Manley Hopkins (UDP, 2015; finalista del Premio Municipal de Santiago) y Usted está muy mal (Laurel, 2017).
117
Fotografía: Rodrigo Marín
L
a obra de María José Ferrada (Temuco, 1977)
mar. Hay dedales, manzanas, vasos, escafan-
ocupa un lugar destacado cuando hablamos de li-
dras, tazas y cajas de fósforos. Precisamente, el
teratura chilena contemporánea, y más aún si se
poemario El idioma secreto comienza con los si-
trata de poesía infantil. Con una veintena de pu-
guientes versos:
blicaciones como Un mundo raro (2010), El idioma secreto (2013) o Cuando fuiste nube (2019), entre
El idioma secreto me lo enseñó mi abuela.
las más recientes se cuentan su primer poema-
Y es un idioma que nombra las plantas de
rio para adultos Había luz o algo parecido a la luz
tomate, la harina, los botones.
(2020) y tres obras narrativas: las novelas Kramp
Un día me llamó.
(2017) y El hombre del cartel (2021), además del
Me dijo que antes de que la muerte se la lle-
relato autobiográfico Diario de Japón (2022). Hoy
vara quería entregarme algo.
Ferrada goza de un éxito indiscutido tanto na-
Mi herencia era una caja de galletas con
cional como internacionalmente. No solo por su
ovillos de lana y boletas de ferretería.
importante número de publicaciones, traduc-
Ahí dentro estaban las palabras1.
ciones y nuevas ediciones, ni únicamente por la excelente acogida del público, sino también por
En estos versos encontramos una fuerte con-
el reconocimiento de la crítica especializada, con
densación de las palabras, siempre acotadas y
galardones como el Premio a Mejor Libro Infan-
suficientes, lo que remite, sin duda, a los haikús,
til (2017) del Banco del Libro de Venezuela, el
forma típica de la poesía japonesa, conocidos
Premio Mejor Novela (2017) que otorga el Círculo
por ser poemas breves de diecisiete sílabas, sin
de Críticos de Arte, el Premio Hispanoamericano
rima, de tres versos ordenados en un esquema
de Poesía para Niños (2018), el Premio Municipal
de 5-7-5. Son una perfecta expresión de todo lo
de Literatura de Santiago (2018) y, muy recien-
que la palabra poética contiene, espacio en el que
temente, el famoso Premio Iberoamericano Cer-
se cristaliza una mirada austera y contemplati-
vantes Chico, en 2022.
va sobre situaciones y fenómenos, en especial de
Podría decirse que dos elementos muy distinti-
la naturaleza, que suelen pasar desapercibidos.
vos destacan en su obra y se formulan a modo de
Al respecto, Ferrada apunta: “un haiku que da
variaciones, con lenguajes y registros diferentes.
cuenta de la realidad y su compleja relación con
El primero, una fuerte herencia de la cultura ja-
el lenguaje”2. En estos versos, los protagonistas
ponesa (no por nada tiene un máster en Estudios
son la lana, los botones, la harina… los objetos
Asiáticos), lo que se entrecruza con el segundo:
más comunes en la vida de cualquiera.
una importante presencia, muy propia de la poe-
El protagonismo de lo cotidiano convive con
sía, de una mirada detenida sobre la cotidianidad
una reflexión permanente sobre la propia mi-
y, en particular, sobre sus detalles: los objetos
rada: cómo observamos, nos detenemos y nos
más sencillos y las situaciones más comunes. Esto supone una observación atenta, en especial, de la naturaleza y de los objetos. En Ferrada nos encontramos con abejas, pájaros y caballos, pero también con la lluvia, flores, nubes, árboles y el
1
María José Ferrada, El idioma secreto (Pontevedra: Faktoría K de Libros, 2014), 5.
2 María José Ferrada, Diario de Japón (Santiago: Seix Barral, 2022), 49.
119
LORE M IPS U M. E NSAYO
relacionamos con el mundo que nos rodea y, a
A andar en bicicleta o patines, a saltar a la
partir de esta mirada, cómo nombramos aque-
cuerda.
llas cosas que despiertan nuestra atención. Una
Así: un, dos, tres…5
reflexión sobre la observación la encontramos a poco andar en Diario de Japón, donde señala:
Son todos niños que, realizando lo que es propio
“Adaptarse al espacio y encontrar los límites
de la infancia —esto es, jugar— podrán ir co-
que ese mismo espacio plantea, la belleza. Algo
nociendo la lluvia, el canto y el baile, al mismo
así como vivir dentro de una caja —sin camas ni
tiempo que descubren sus propios talentos, gus-
mesa— y hacer un agujero en el cartón por el que
tos y capacidades.
mirar la luna cuando se deje ver” . 3
No solo en la poesía, sino también en la narra-
El modo en que los niños miran el mundo y
tiva de María José Ferrada, la configuración de
comienzan a dar nombre a las cosas es el que
la propia identidad y el sentido de pertenencia
interesa a Ferrada, pues precisamente esa par-
se formulan a partir de la infancia. En El hombre
ticularidad es la que nos posibilita relacionarnos
del cartel conocemos el mundo y las personas que
con la realidad y construir un “idioma secreto”
lo habitan desde la mirada de Miguel, un niño de
para nombrar lo que nos rodea. Será este len-
once años. En este caso, la configuración de la
guaje privado e íntimo, por ejemplo, aquello que
propia identidad se entrecruza con un aconteci-
le permitirá a la voz poética de El idioma secreto
miento determinado: la decisión de Ramón, tío
—una niña que aprende este lenguaje de parte de
de Miguel, quien, debido a su trabajo como cui-
su abuela— elaborar su “habitación en el mun-
dador de un cartel de publicidad de Coca-Cola,
do”4. Hay una conciencia que se reitera insisten-
no encuentra mejor opción que irse a vivir en él.
temente no solo en El idioma secreto, sino en toda
A los ojos adultos, esto no es más que la decisión
la obra de la autora, de que esta observación del
absurda de un loco o un flojo. A ojos de Miguel, sin
mundo y la manera en que lo nombramos es la
embargo, la elección de su tío no pudo haber sido
que nos permite construir un sentido de perte-
mejor: ha elegido, libremente, una vida diferente
nencia e identidad.
a la del resto. De hecho, se pregunta si no podrá
Uno de los elementos más notables en la obra
él también vivir ahí. La mirada del niño pareciera
de Ferrada es que esta mirada que construye su
estar más limpia de los prejuicios y convenciones
“habitación en el mundo” es siempre la de la in-
sociales y, aunque no le resultan indiferentes los
fancia. Eso implica un punto de vista en perma-
comentarios y juicios que escucha a su alrededor,
nente estado de asombro, atento al menor gesto
opta por el silencio y por acompañar a Ramón.
que permita descubrir el entorno. Esto se da tan-
Desde la perspectiva de los adultos, resulta
to desde la perspectiva del niño como desde una
evidente que las decisiones de este último res-
voz poética adulta que nos presenta la infancia
ponden a una pérdida de sentido y, sin embargo,
y la observa. Este último es el caso de Un mun-
quizás la insensata decisión de Ramón sea nece-
do raro, que bien podría considerarse un texto
saria, aun cuando vaya en contra de lo que indi-
de prosa poética. En él, Ferrada nos presenta a
can la razón y la civilización moderna. Para un
un grupo de niños (María, Sara, Juan Rodrigo,
niño, en cambio, más próximo al juego y al ab-
Antonia, Carolina) sobre los que se formula una
surdo, nada de esto resulta tan escandaloso. Mi-
pregunta inicial:
guel advierte el comportamiento inconsistente de quienes, en nombre de la paz y tranquilidad de
¿Se conocen?
su villa, están dispuestos a recurrir a la violencia
Claro. Y a veces juegan.
y a inmiscuirse en la vida de otro, como sucede-
¿A qué?
rá en el caso de Ramón. Por lo mismo, reconoce que “Ramón, que hasta hace un par de semanas
3 Ibid., 13. 4 Ferrada, El idioma secreto, 53.
120
5 María José Ferrada, Un mundo raro (Santiago: Libros del Cardo, 2018), 5.
solo era el marido de mi tía, al subir a la casa del
complejos es problematizada por Ferrada en pu-
cartel se había transformado en una figura inter-
blicaciones como Niños (2014), La tristeza de las
media entre un amigo, un pájaro y un profesor.
cosas (2017) o Mexique, el nombre del barco (2017),
Esa mezcla yo no la había visto nunca antes ni la
y no solo en su narrativa para adultos.
volvería a ver”6. Amigo, por la relación que lle-
Su destacada obra Niños sirve de homenaje a
gan a establecer, llena de silencios, incompren-
treinta y cuatro niños chilenos ejecutados du-
siones y miradas de ida y vuelta; pájaro, porque
rante la dictadura. En sus páginas, sin embargo,
se entiende mejor con ellos que con los hombres,
los encontramos jugando, soñando o escuchan-
y porque ha decidido vivir en las alturas, tal como
do la voz de su madre. Ferrada señala que quiso
las aves; profesor, porque con su vida y manera
darles lo que no pudieron tener en vida, porque
de ser le enseña a Miguel mucho más de lo que
aquellas actividades cotidianas —jugar, soñar,
puede aprender en su casa y en el colegio.
estar con sus madres— “es lo que creemos deben
La mirada de Miguel revela otra constante en
hacer los niños”7. Por eso, sus poemas, titulados
la obra de Ferrada: los niños no son ajenos a los
por los nombres de cada uno, los presentan en el
dolores y sufrimientos humanos. En efecto, en su
espacio propio de la infancia:
obra reflexiona de manera constante acerca del modo en que observamos el dolor, manifestado,
Jaime
por ejemplo, en la muerte, el exilio, la inmigra-
Se hizo amigo del pájaro que vive en el ár-
ción o la dictadura. Nos encontramos con una
bol frente a su ventana.
mirada infantil llena de asombro, lista para des-
Entiende cada uno de sus trinos, y piensa
cubrir el mundo entero en una hoja caída en oto-
que si fuera pequeño
ño o en un vaso de agua. Una mirada que busca
podría ir a visitar su nido por las tardes.
nombrar el mundo para así pertenecer a él. Pero
Incluso podría aprender a cantar, hacer
también una mirada que conoce, en primera per-
juntos un concierto8.
sona, el sufrimiento. En una conferencia dada por Ferrada en 2017
O también:
en México, en la 37ª versión de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, la auto-
Héctor
ra cuenta que, cuando le preguntan por qué
Se pregunta cómo es posible que el sonido
aborda temáticas difíciles en obras para niños,
del mar
siempre responde lo mismo: lo hace, y conti-
viva en los caracoles.
nuará haciéndolo, en la medida en que ese sea
Se lo pregunta toda la tarde.
el mundo que le entreguemos a los niños. Estos
Al llegar la noche se da por vencido.
viven los dolores propios y ajenos quizás de ma-
Y lo anota en su lista de misterios9.
nera diferente que los adultos, pero no por eso lo desconocen ni lo rehúyen. Por eso mismo, el empeño (que por mucho tiempo ha primado en las publicaciones infantiles) de evadir los temas
7 María José Ferrada, Niños (Santiago: Ediciones Liberalia, 2020), 69.
6 María José Ferrada, El hombre del cartel (Santiago: Alquimia, 2021), 51.
8 Ibid., 5. 9 Ibid., 33.
121
LORE M IPS U M. E NSAYO
En estos poemas, la preocupación política de Fe-
dolor de un grupo de niños autistas, de la muer-
rrada se entrecruza con la mirada poética propia
te de su abuela mientras Ferrada se encuentra de
del niño, lo que sucede también en La tristeza de
viaje, del terremoto de 2011 en Japón o del sui-
las cosas, donde se detiene en el dolor de los obje-
cidio del escritor japonés Yasunari Kawabata. En
tos tras ser abandonados por sus dueños al mo-
cualquiera de los casos, se trata de buscar el sen-
mento de ser detenidos. El poemario cierra con el
tido a las palabras ante la fragilidad y caducidad
siguiente poema: “Le pido al dios de lo perdido,
de todas las realidades: “La ‘volátil tela de araña’
pequeño dios / del despojo, dios vacío, que cuide
o ‘las caducas flores de cerezo’ […] están ahí para
de tus cosas, / las abrace”10.
recordarnos que nada ni nadie escapa a la fuga-
Esa nostalgia, producto de un recuerdo dolo-
cidad”13. Ferrada cuenta que mujōkan es un tér-
roso que emana de las cosas y las personas, atra-
mino que le otorga cierto sentido a dicha fragi-
viesa también Diario de Japón. Esta obra es, sobre
lidad. Este es un concepto vinculado al budismo
todo, un relato personal de su relación con Ja-
que alude, precisamente, a que el “sentimiento
pón, construida sobre la base de lecturas, viajes y
profundo de impermanencia de las cosas”14 y la
amistades. Por eso, se trata
destrucción a la que está so-
de un ejercicio introspecti-
metida toda la realidad es
vo sobre algunos momen-
también algo hermoso. Al
tos claves de su vida, como
Uno de los elementos más
la muerte de su abuela, el
notables en la obra de Ferrada es
dolemos tanto por el paso
tiempo de la escritura de su
que esta mirada que construye
del tiempo, el cambio o la
tesis en literatura japonesa, sus conocimiento de la cultura nipona o sus múltiples
su ‘habitación en el mundo’ es siempre la de la infancia.
trabajos con niños, desde
percatarnos de eso, no nos
muerte, sino que somos capaces de encontrar belleza en esa pérdida e integrarla en nuestras vidas.
cuidar a un grupo de pequeños con diferentes
Con esto en mente, nos percatamos de que la
enfermedades o discapacidades, hasta visitarlos
infancia también está sujeta a la temporalidad.
en sus colegios y leerles uno de sus poemas.
Esa mirada propia del niño, que lo observa todo
Ya en las primeras líneas de Diario de Japón, Fe-
con asombro atento y a partir de la cual comienza
rrada nos relata la historia de un hombre que “se
a nombrar el mundo, se disipará y terminará por
despide de la vida y decide comenzar por su bi-
extinguirse una vez que pasan los años y se entra
blioteca”11. A partir de eso, escribe: “Me pregun-
a la adolescencia. Es una mirada mucho más cer-
to si el gesto de vaciarla tendrá algo que ver con
cana de lo que sospechamos al sufrimiento, pero
la necesidad de liberarse de las palabras”12. Esta
que no deja de observarlo todo desde la pers-
será una pregunta presente a lo largo de todo el
pectiva de ese momento vital donde se juega,
relato y que irá cobrando diversos matices se-
se nombra y se descubre el mundo. Por último,
gún su contexto. La pregunta por las palabras se
es también una mirada con fecha de término,
formula de maneras diferentes según se trate del
a menos que se la conserve en las palabras y el recuerdo.
10 María José Ferrada, La tristeza de las cosas (Santiago: Amanuta, 2017), 14. 11 Ferrada, Diario de Japón, 9.
13 Ibid., 25.
12 Ibid., 9.
14 Ibid.
María José Viveros es licenciada en literatura de la Universidad de los Andes y magíster en literatura de la Universidad de Chile. Es profesora de lenguaje y fundadora de la editorial infantil Cadena de Reloj. 122
123
123
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
En 1938, el joven profesor vienés de ciencia de Ciencia Política de la Universidad de
política, Eric Voegelin, emigró a Estados
Múnich, donde permanecería por una década,
Unidos tras la anexión de Austria por parte del
hasta los eventos descritos en la entrevista
nacionalsocialismo. Ahí haría una carrera en
que aquí reproducimos. El evento que origina
un comienzo discreta, trabajando por años en
la conversación es en cierto modo sencillo.
una historia de las ideas políticas que nunca
En noviembre de 1968, la “cazanazis” Beate
publicó. En 1952, sin embargo, alcanzó fama
Klarsfeld propinó una bofetada pública al
con la publicación de La nueva ciencia de
entonces Canciller de Alemania, Kurt Georg
la política, un libro que se haría célebre por
Kiesinger, denunciando el pasado nazi del
su interpretación del totalitarismo como un
mismo. Pero era también el año de la revuelta
resurgimiento de las corrientes gnósticas de
estudiantil, y Voegelin se veía crecientemente
la Antigüedad tardía. Según Hannah Arendt,
atrapado entre la cerrazón mental de los
aunque disentía profundamente del libro,
distintos polos del espectro político. Es ese el
era “la primera discusión fundamental de los
clima en el que decide dejar Alemania para
problemas reales desde Max Weber”. Todavía
desarrollar la etapa final de su carrera en
hoy, cuando se interpreta fenómenos políticos
Stanford. Voegelin, quien en vida concedió
mediante categorías religiosas —en el estudio
pocas entrevistas, dialoga en ese contexto con
del apocalipticismo, el utopismo, la política
el vespertino muniqués Abendzeitung, donde
identitaria y un sinfín de asuntos más— su
se refiere a la crisis de la autoridad intelectual
obra continúa siendo un punto de referencia.
y al estrecho espacio de libertad espiritual
En 1958, Voegelin volvería a Alemania precisamente a ocupar la cátedra de Weber, vacante desde 1920. Ahí fundaría el Instituto
124
e intelectual que va quedando en un país polarizado.
Tras once años de enseñanza en la Universidad
es que un miembro prominente del partido
de Múnich, usted deja Alemania. ¿Hay un deno-
nacionalsocialista pudo llegar a ser represen-
minador común de su experiencia en la socie-
tante de la República Federal sin discusión. Es
dad alemana?
alarmante que miembros del partido nacionalsocialista puedan asumir cargos públicos con
Cuando llegué hace once años a Múnich, se podía
aceptación de la ciudadanía.
percibir algo así como apertura a una disposición democrática. Desde entonces hasta ahora se pue-
¿Qué es lo que usted cree debería haberse hecho
de percibir un marcado deterioro de la situación
en 1945 para que no volvieran nazis a puestos
política e intelectual. Se han endurecido las posi-
de responsabilidad?
ciones a la izquierda y la derecha, y el problema de una democracia en realidad no ha sido pensa-
Si hubiese existido un grupo radicalmente de-
do. Hoy puede volver a hablarse del predominio
mocrático, este podría haber impedido, si fuese
social de aquellas capas que durante la República
necesario con la fuerza, la reaparición de este
de Weimar provocaron la catástrofe nacionalso-
tipo de figuras. Pero tal tipo de grupo no ha teni-
cialista. Un par de nacionalsocialistas radicales
do relevancia social.
y violentos no son un problema, de ellos podría uno fácilmente hacerse cargo. Pero el grueso de
Pero hoy hay estudiantes radicales, ¿no cree
la población, que o bien eligió a Hitler o fue inca-
que de ellos pueda emerger una democratiza-
paz de resistencia alguna, no ha experimentado
ción de nuestra sociedad?
transformación notoria alguna. No, eso no lo creo, porque ese tipo de democrati¿Cómo interpreta en este contexto la bofetada
zación requeriría por parte de los estudiantes un
de Beate Klarsfeld al miembro del partido na-
actuar racional y una ininterrumpida cultura del
cionalsocialista Kurt Georg Kiesinger?
common sense. En Alemania no existe ninguna de esas dos cosas.
No es la bofetada lo interesante. Esta podría ser un problema psicológico individual. Lo decisivo
125
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
¿Cree que a partir de la radicalización de iz-
o revolucionario. Pero pocos catedráticos están
quierda y derecha pueden desarrollarse condi-
hoy en tales condiciones en Alemania.
ciones análogas a una guerra civil? ¿Un alumno tiene que poseer competencia Ese tipo de condiciones están dentro del rango
científica para dudar de la autoridad de un pro-
de lo posible, pues no hay lugar para concesiones
fesor alemán?
por parte de los jóvenes radicales. Tampoco tienen motivo para tales concesiones, cuando en la
Para dudar de una autoridad inexistente no se
derecha y el centro no se ofrece alternativa algu-
requiere competencia alguna.
na, pues falta la sustancia que podría sustentar tal alternativa.
¿Cree usted que la universidad alemana está en condiciones de reformarse a sí misma?
¿Se encuentra también ahí la causa de la pérdida de autoridad de los profesores alemanes, que
Los problemas de organización y estructura en
podría ser corresponsable de la radicalización
principio son solubles, aunque también esto
de los estudiantes?
costaría mucho dinero, tiempo y esfuerzo. Pero con cambios estructurales no se modifica nada
Los jóvenes estudiantes caen en sus necias dis-
del problema fundamental: el vacío de autoridad
posiciones anarquistas porque por parte de los
espiritual.
profesores no se les ofrece alternativa alguna, ni siquiera una que pudieran rechazar. La explica-
Desde 1958 usted ha levantado el Instituto de
ción se encuentra, en parte, en que la capa supe-
Ciencia Política con algunos acentos peculiares.
rior de la universidad fue o bien exterminada por
¿Qué rasgos caracterizan a este Instituto?
los nazis o movida a la emigración. Las mentes importantes que todavía había en los años veinte
Al llegar en 1958 a Múnich sistemáticamente
en Alemania no pudieron formar nuevos discí-
procuré crear el Instituto a imagen de un De-
pulos. La capa inferior de docentes que se for-
partamento de una universidad norteamerica-
mó bajo esas condiciones domina todavía hoy
na. Primero había que educar como cientistas
las universidades. No tiene nada que ofrecer que
políticos a personas provenientes de distintas
pudiera ser aceptable para una persona joven y
disciplinas. Fue posible formar un grupo de jóve-
enérgica de hoy que esté buscando orientación
nes científicos que trabajaban juntos de manera
espiritual.
democrática. En ese tipo de grupo no existe una autoridad incuestionable del catedrático, pues
¿Qué opina de los intentos por construir una
cada uno es responsable de realizar trabajo pro-
nueva autoridad de la universidad, que reem-
pio de modo responsable. El Instituto es creación
place a su antigua autoridad?
mía solo en el sentido de directivas en esa dirección. El trabajo real en términos de creación de
La autoridad no es algo que se pueda construir ni
la biblioteca y selección de los problemas es obra
desmantelar. Se la tiene o no se la tiene.
de los profesores asistentes. Este grupo ahora se disuelve, pues bajo las condiciones de una
¿Un profesor debe permitir que se le discu-
universidad alemana –porque en esto las otras
ta, dejar que su propia autoridad sea puesta en
universidades están en la misma condición que
cuestión?
Múnich– no se tolera el trabajo de cientistas políticos a un nivel internacional. Especial rechazo
Evidentemente. Es para eso que existe la univer-
generó el hecho de que instaláramos una división
sidad. Cada profesor tiene que estar en condicio-
para estudios políticos de Asia oriental, la India y
nes de responder de modo competente los cues-
el Islam, para estudios del antiguo oriente, etc.
tionamientos de un estudiantado radicalizado
En la Alemania de hoy, por lo que respecta a los
126
círculos académicos más jóvenes, puede hablarse de un agresivo provincialismo, que detesta los logros altamente calificados. ¿Ha sido así aniquilado el Instituto que levantó? De ningún modo. El Instituto ha sido un éxito inusual. Publicamos una gran colección de monografías en la editorial List, con cuatro volúmenes el año pasado y seis el próximo. Además de esto, los investigadores más jóvenes han organizado una gran Historia del pensamiento político, que será publicada en sesenta volúmenes a lo largo de quince años. Y estos jóvenes investigadores, con la preparación que ya tienen, no tendrán problema en encontrar posiciones académicas en otro lugar, aunque no necesariamente sea en Alemania. Es una federación de personas que, en parte bajo mi dirección desde Stanford, continuará realizando su trabajo científico. ¿Cuál es su pronóstico para la República Federal de Alemania? Entre los necios que han permanecido de la tradición y los necios apocalípticos de la revolución, la situación de Alemania es muy difícil. El espacio de la libertad espiritual, que es un espacio históricamente condicionado, no existe en Alemania como en los restantes países de Europa occidental y Estados Unidos; o al menos es tan estrecho, que uno no puede moverse en él de un modo que sea socialmente efectivo. Abendzeitung 15/16 de febrero de 1969.
127
LORE M IPS U M. E NSAYO
La putrefacción de la “primavera de Chile” y el mal absoluto LUCY OPORTO
128
El niño me causa espanto, ya no es aquel querubín. Ayer jugaba a la ronda, hoy juega con un fusil. No hay ninguna diferencia entre niño y alguacil, soldados y polvorín. Violeta Parra, Santiago, penando estás (ca. 1963)
Desfondamiento conceptual
L
a realidad en toda su envergadura: concebible
y “política”, entre otros. “Desfondamiento con-
e inefable, visible e invisible, externa e interna,
ceptual”, por cuanto su referente, significación
objetiva y subjetiva, temporal y espacial, con-
y encarnación se han ido tornando ininteligi-
creta y abstracta, material y espiritual, supera en
bles, conforme la anomia, la incertidumbre y la
fuerza, irradiación y traumatización a las facul-
descomposición generalizada se radicalizan y
tades cognitivas. Dada su oscuridad y misterio,
emancipan en Chile, casi al modo de fuerzas au-
se resiste a ser conocida y comprendida por la
tónomas e inhumanas.
mente humana.
Esta dificultad para siquiera esbozar un deter-
Con las escaladas de violencia, trituraciones y
minado entendimiento o significado de dichas
proliferaciones seriadas de elementos aparen-
expresiones en su fondo es ya, por sí misma,
temente inconexos en esta pendiente al abismo,
un índice de la crisis en curso, de su desgaste
ha ido produciéndose lo que pudiera ser descrito
o quizás la culminación o consolidación de su
como una especie de desfondamiento conceptual,
monstruosidad. Pero no se trata de un problema
conducente a un vacío del pensamiento. Tal es
relativo a su documentación o estudio, ni de más
el caso de términos que comprometen el desti-
o menos lecturas, sino de un vacío que irradia
no de Chile: “pueblo”, “popular”, “sociedad”,
como una brotación de lo siniestro: una tensión,
“social”, “patria”, “nación”, “Estado”, “colec-
una actividad y un sonido sin imagen.
tivo”, “comunidad”, “comunitario”, “político”
129
LORE M IPS U M. E NSAYO
No hay paz La permanente veleidad de Boric —“voluntad
lenguaje en curso, servil a la estetización de la
antojadiza o deseo vano”, “inconstancia, ligere-
barbarie desplegada desde octubre de 2019. Bo-
za”— y la discusión parlamentaria posterior al
ric actúa como Nerón, cantando y tocando la lira
4 de septiembre de 2022 conforman una misma
mientras Roma se incendiaba. ¿Es que ningún
escena: la descomposición final de la llamada
poeta alzará su voz ante semejante ignominia?
clase política y, en particular, de la izquierda,
Dirigiéndose a Aylwin, Armando Uribe afirmó:
en su deriva postmoderna. Es una continuación, por otros medios, del proceso de disolución y co-
Eran necesarios hombres, cuando el dictador
rrupción moral y espiritual iniciado ostensible-
se decidió a transmitir el mando, que tuvie-
mente en octubre de 2019: la barbarie sigue ahí,
ran apostura moral de patriarcas del viejo
irreductible, latente y manifiesta. La clase políti-
Testamento, y no aspecto de caballeros chi-
ca se extingue, en medio de discusiones ininteli-
lenos bondadosos y acomodaticios.
gibles. NO HAY PAZ.
El formato enorme de lo que había ocu-
Vistas en retrospectiva, las decadentes cir-
rrido en Chile era para personas grandes por
cunstancias actuales indican que Boric apoyó el
dentro. No para gente “en la medida de lo
Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución
posible”.
del 15 de noviembre de 2019 no en favor de la paz
El bien no es solo el de los benignos.
—que no ha existido, tampoco desde que él asu-
Maritain, citado por Aylwin, dice que el
mió el mando—, sino para pasar de contrabando
justo tiene autoridad con prescindencia del
los instrumentos que le hubiesen permitido a él
poder.
y su horda desplegar su poder e instalar un ré-
El poder pequeño, es lo que se puede aho-
gimen capaz de reproducirse en el futuro endo-
ra, lo posible.
gámicamente y sin grandes cambios, como han
No hay justos en la medida de lo posible.
sostenido algunos: una Constitución similar a la
No hay justicia en la medida de lo posible,
de 1980, en su impronta dictatorial, pero encu-
ni verdad a la medida, ni reconciliación y
bierta por una dulce y manipuladora preocupa-
amor mesurados por el metro de lo que “se
ción por “el pueblo” o “las mujeres cuidadoras”.
puede”.
El ascenso al poder de Boric es, cabalmente, un
Usted, con todo, se consideró el hombre de
producto de la barbarie retroalimentada por el
lo posible. Lo dijo respecto a valores y juicios.
lumpenconsumismo, el octubrismo y la izquierda
Tampoco se le puede pedir que haya sido
postmoderna. Hasta ahora no ha hecho más que
santo. Justo no más, justo con minúscula.
denigrar la dignidad de su cargo, con su velei-
Era también demasiado pedir1.
dad y ese travestismo de las identidades que lo habitan —un día, Allende; otro día, Aylwin—, o citando poemas como parte de su mise en scène sin alma: una muestra más de la corrupción del
130
1
Armando Uribe, Carta abierta a Patricio Aylwin (Santiago: Planeta, 1998), 66-67.
Uribe apela a valores y virtudes superiores: jus-
realizadas. Tales afanes se aproximan, en su re-
ticia, verdad, amor, reconciliación, grandeza in-
iteración, a una invocación ritual del pasado: si
terior, y su encarnación a través de los justos y
acaso una remota forma de purificación, en un
la autoridad espiritual que los sostiene y a la que
horizonte constructivo y reflexivo. Pero, dada
se deben. De ahí, su mención del Antiguo Testa-
la putrefacción reinante, esa vuelta al pasado
mento, en que el don del Espíritu solo era confe-
se agotará en su propia inmanencia sin destino,
rido a los profetas y a unos pocos, luego de haber
dado que ni el gobierno de Boric, ni la clase polí-
sido purificados. Se trata de valores y virtudes
tica, ni la población chilena, están a la altura de
que cada vez tienen menos presencia en la cul-
las exigencias de una transformación interior en
tura: defenestrados no solo por la clase política,
busca de la verdad, más allá de las endogamias
sino también en universidades y otros ámbitos
particulares y el imperio de la sociedad de con-
culturales, ante el avance parasitario de las ti-
sumo, salvo excepciones. En consecuencia, dicha
nieblas postmodernas, con su tiranía de las modas
invocación podría coincidir con otra catástrofe
rentables y sus adeptos oportunistas.
nacional. Y entonces, si fuese el caso terrible que
M. E. Orellana Benado describe la ideología de
llegase a suceder otro golpe de Estado, una gue-
Allende como sucesora de “los ideales ilustrados
rra civil abierta o un acontecimiento equivalen-
en la versión masónica que son un hilo de con-
te, ¿qué hará Boric? ¿Se suicidará en La Moneda
tinuidad en Chile desde los próceres de la Inde-
imitando a Allende en fidelidad a la dignidad de
pendencia y la república autoritaria en la primera
su cargo? ¿O se acomodará a la medida de lo posi-
mitad del siglo XIX, hasta los
ble, como una muestra más de
partidos liberal, radical y so-
su travestismo?
cialista en el siglo XX. Esto es,
El Acuerdo por Chile, firma-
la confianza ilustrada en la ra-
Uribe apela a valores y
do el 12 de diciembre de 2022,
zón y la educación como ins-
virtudes superiores: justicia,
luego de largas, frágiles e in-
trumentos de cambio social; la valoración de la igualdad y de la ley; y, finalmente, una con-
verdad, amor, reconciliación, grandeza interior.
cepción humanista y mesiá-
trincadas negociaciones entre oficialismo y oposición, daría comienzo a un segundo proceso constituyente mediante
nica de la política”2. De ahí que lo considere un
una nueva reforma constitucional. Así, este “di-
heredero, “en clave secular”, de la concepción
sociador proceso de experimentación constitu-
judeocristiana “de la vida buena y las formas de
cional” iniciado hace tres años, en términos de
trato entre seres humanos”, y como “el último
Sergio Muñoz Riveros4, se extendería durante un
ilustrado de la política chilena”3.
año más. Los doce puntos propuestos como base
En cambio, Boric y lo que representa —el lum-
parecieran ser un límite razonable y civilizado,
penconsumismo, el octubrismo, la izquierda
en principio. Pero nada asegura que, en medio
postmoderna, y los intentos de refundar Chile
de su larga deriva laberíntica y confusión de las
como en un laboratorio de entomólogos— son la
lenguas, dicho proceso no se convierta en otro
negación de estos valores: desprecian la razón,
intento de pasar de contrabando un nuevo ins-
la educación, los ideales ilustrados y la concep-
trumento que permita a Boric y su horda desple-
ción judeocristiana, que son parte de ese “hilo de
gar su poder, en orden a instalar aquel régimen
continuidad” histórico.
que dé cumplimiento a sus deseos y expectativas.
Aun así, las anunciadas ceremonias y conme-
Peor aún: el 30 de diciembre de 2022, mien-
moraciones oficiales por los cincuenta años del
tras se llevaban a cabo negociaciones entre
golpe de Estado y la muerte de Allende, serán
2 M. E. Orellana Benado, “Allende, alma en pena”, en Allende Allende (Santiago: Cuatro Vientos, 2002), 90. 3 Ibid., 90-91.
4 Sergio Muñoz Riveros, “A dónde irá a parar el nuevo proceso constituyente”, Ex-Ante, 25 de diciembre de 2022. https://www.ex-ante.cl/a-donde-ira-aparar-el-nuevo-proceso-constituyente-por-sergio-munoz-riveros/
131
LORE M IPS U M. E NSAYO
oficialismo y oposición para un Acuerdo Nacio-
Enquistados en instituciones universitarias
nal por la Seguridad, Boric dio a conocer su deci-
públicas y privadas, y en otras organizaciones
sión de indultar a doce delincuentes condenados
con aspiraciones culturales, algunos hablan de
—algunos, con prontuario policial—, en el marco
filosofía con neologismos y metáforas espurias,
de la asonada de octubre de 2019, y a un exfren-
repetidos al modo de un mantra secularizado
tista ajeno a esta escena. Su decisión demuestra
hipnótico y engañoso que se expande como mera
que su actitud moderada y dialogante siempre
imitación seriada —sobre todo entre quienes
fue una impostura, y que mintió desde el princi-
no provienen de la filosofía—, y en que el pen-
pio, pues NUNCA ha abandonado el octubrismo.
samiento acaba aniquilándose gozosamente: ni
Es su justificación retrospectiva de la barbarie y
hechos, ni evidencias, ni realidad, ni compren-
el lumpenconsumismo, casi una emboscada. Y
sión, ni inteligencia espiritual. Solo sospecha, de
es una burla siniestra. Pero corresponde al único
entrada, y carnicerías a muerte por el llamado
elemento estable dentro de su veleidad: su com-
campo cultural, equivalentes a cuotas de mise-
plicidad con la violencia. En efecto, su actitud es
rable pequeño poder: ni amor, ni belleza, ni ino-
la de un saboteador de las instituciones —em-
cencia, ni Espíritu. Solo escalamiento, rentabi-
pezando por la Presidencia—, cuyo único centro
lidad y sorna antimetafísica, desplegados desde
es, paradójicamente, su nigérrima legitimación
ambiciosas e inamovibles instalaciones.
de esa destructividad, dentro del marco de la ley.
Esa institucionalidad académica dominada por
No es un Presidente, sino un agente desestabili-
las tinieblas posmodernas, para la que ni los in-
zador del país, quizás en el horizonte de un pre-
dividuos ni la realidad existen, también tiene por
tendido proceso revolucionario y refundacional,
aliado a cierto anarquismo que opera al modo de
conducente a la instalación de dicho nuevo régi-
la sociedad de consumo, reivindicando la utiliza-
men endogámico y en familia.
ción conveniente del otro en su “lucha contra el
Si el indulto particular es una facultad pro-
Estado (violador)”, mientras ostenta una auto-
pia del Presidente, entonces la responsabili-
complacencia tribal y barrabrava —tal como en-
dad última de las consecuencias de tal decisión
tiende esta expresión Juan Cristóbal Guarello: en
es suya. Así, Boric relativiza y legitima tanto la
función del poder y el dinero5—. Es una impos-
anomia como el privilegio de la impunidad de los
tura de marginalidad cínica e indolente de prin-
amos, propio de las dictaduras y su posteridad
cipio a fin, encubierta, a veces, por cierta cor-
envenenada, uno de cuyos productos ha sido
dialidad despectiva y de doble vínculo, propia de
la lumpenización de la izquierda en su deriva
psicópatas y mafiosos: lumpenesca, matonesca
postmoderna. La autoexhibición reivindicativa
y vulgar, por mucho que algunos de sus agentes
y barrabrava del indultado “rodriguista” Luis
hayan estudiado en universidades extranjeras y,
Castillo es un prototipo de esta putrefacción. En
en no pocos casos, sus sueldos sean financiados
consecuencia, tal decisión es un índice de que
por el Estado.
tanto la institución de la Presidencia de la Repú-
Una última muestra de dicha putrefacción
blica como la gobernabilidad de Chile están ame-
intelectual, con instintos aspiracionales en el
nazadas desde dentro.
mercado de la transgresión y provocación posmodernas, coincide con el reciente hallazgo
Tinieblas postmodernas
y difusión de dos tesis de grado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Univer-
En el mundo de la izquierda postmoderna, es
sidad de Chile, que reivindican la existencia de
posible observar un comportamiento como de
una supuesta sexualidad infantil, entienden a
pandillas lumpenfascistas, en que un líder esca-
los niños como sujetos sexuales con capaci-
lador conduce a un grupo de esbirros a su ima-
dad deliberativa e iniciativa sexual —contra el
gen y semejanza, desde la promiscuidad de lo indiferenciado y sin bordes: un líder con su horda de perros o caterva de monstruos linchadores.
132
5 Cf. Juan Cristóbal Guarello, País barrabrava (Santiago: Debate, 2021).
“adultocentrismo” o el “adulto militante”, y en
detrimento de materias consideradas inútiles e
favor de su “autonomía” y goce infinito— y vic-
improductivas por el mercado académico y sus
timizan al pedófilo distinguiéndolo del pederas-
mafias. Asimiladas como un objeto de consu-
ta, como si no existiese ninguna relación de con-
mo más, y en no pocos casos gracias a las Becas
tinuidad entre estos. El foco propagandístico y
Chile, sus glosolalias vacías solo se relacionan
militante de ambas tesis —que están lejos de ser
consigo mismas, a través de una hipertrofia
puramente teóricas— es, por un lado, la sexuali-
autorreferente del discurso, sin sentido de sus
zación de la infancia, en cuanto “construcción”
límites epistemológicos, y abocada a la mera se-
alternativa de la niñez a discreción. Y, por otro,
ducción, persuasión y captación de clientes. ¿Qué
su justificación e instrumentalización perversas
harían sus esbirros si tuvieran todo el poder?
per se, cuyo horizonte implícito es la relativiza-
En cuanto excrecencia de una instintividad
ción, legitimación, normalización y liberación de
sin espíritu, tal vez esta proliferación seriada,
tales prácticas criminales6.
en particular, iniciada años antes de 2019, sea
Es dudoso que exista una auténtica libertad de
parte estructural de un modelo para ejecutar
cátedra, ya que las tinieblas posmodernas han
planificadamente una destrucción, en el lar-
expandido sus tentáculos en varios niveles, en
go plazo, de los últimos vestigios de un sentido espiritual y de lo humano, conducente a la implementación de tal nuevo régimen: el de una huma-
6 Cf. Mauricio Quiroz Muñoz, El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo (2020). Prof. Marcia Ravelo Medina. Leonardo Arce Vidal, Pedófilos e infantes. Pliegues y repliegues del deseo (2016). Prof. Olga Grau Duhart.
nidad decapitada que se plazca en la mutilación pornográfica de sus “cuerpos” —a falta de alma y espíritu—, junto con el fin de toda inocencia y
133
LORE M IPS U M. E NSAYO
una renuncia voluntaria a la capacidad de pensar
multitienda. Tal pseudoespiritualidad para con-
la realidad en toda su traumatización.
sumidores oportunistas y carroñeros entraña un
Esta es la antesala del fascismo y un triun-
fondo negro y psicopático, una de cuyas imáge-
fo postrero de la dictadura, debido a su carác-
nes es la sola disposición de esos descuartizado-
ter totalitario y nivelador de tierra arrasada. La
res y devoradores de animales muertos abando-
destrucción de la educación pública, del pen-
nados, prestos a la depredación y el saqueo.
samiento y de la política, cuya ejecución por la
¿Rendían culto a la Virgen, o a alguna oscura
dictadura fuese una de sus normas con arreglo a
deidad de la barbarie, la vileza y la abyección?
fines, vuelve a hacerse patente en esta hora, des-
¿Acaso el pago por el favor concedido era ese
de la abyección, la lumpenización, el oprobio y
sórdido sacrificio de la yegua?
la ruina moral y espiritual del Chile progresista
Esta es una imagen del vacío espiritual de Chi-
y postmoderno del siglo XXI: el de la ignominio-
le, aún más atroz al contrastar su cruenta de-
sa juventud instalada en el poder, incubada pro-
formidad con la tradición del canto a lo poeta,
miscuamente durante la postdictadura.
principal referente y fuente de pensamiento de Violeta Parra: “Basta con conocer un verso a lo
Tristísima yegua
divino para conocer el espíritu fino, sabio y delicado del cantor chileno”8. En efecto, sin el cultivo
Con ocasión de la peregrinación al Santuario de
de una transmisión espiritual y sapiencial como
Lo Vásquez, cuya festividad se celebró el 8 de
esta, el vacío del alma es y será el único destino
diciembre de 2022, el idolatrado “fervor popu-
de las masas, capaces de satisfacerse solo en la
lar” mostró su fondo negro, como si de pronto
destrucción y, a la postre, en la autodestrucción:
un mundo paralelo hubiese brotado, haciendo
ni sacralidad, ni sentido de la trascendencia o del
patente la imagen secundaria y siniestra de una
misterio. Ni Dios, ni Espíritu, ni Luz, ni Verdad,
barbarie latente, pero constante. Esa festividad,
ni Vida.
que ha devenido otro hito de la sociedad de con-
Dicha profanación es otra variante de la ins-
sumo, produjo toneladas de basura —como en
tintividad sin espíritu brotada en Chile con fuer-
ocasiones anteriores—, lo cual ya es un acto bar-
za en octubre de 2019, cuyo fuego negro que arde
bárico y decadente por sí mismo. Pero, además,
pero no brilla permanece latente y manifiesto
una yegua murió cerca del santuario, debido a
hasta ahora, como una línea paralela o una epi-
la fatiga muscular, la deshidratación y el estrés
fanía infernal que acechara desde la zona terror
térmico, provocadas por el extenso viaje al que la
de algo obsceno, descarnado, enorme: una des-
forzó su amo, tan devoto, espiritual y fiel a Dios.
cripción limitada e insuficiente de un sujeto in-
Este huyó, abandonando a su tristísima mascota
determinado y oscuro. Tal vez, lo absolutamente
inútil a un costado de la carretera, mientras un
siniestro, o un trasunto del mal absoluto.
grupo se disponía a faenarla. Sin embargo, esta
A propósito del libre albedrío y el segundo or-
acción no llegó a consumarse, ya que personal
den de la criatura racional; esto es, los demonios
municipal retiró su cadáver7.
o potencias contrarias, Orígenes de Alejandría
Muchos feligreses suelen participar de esas
(s. III) observa que este “se dio tan a fondo a la
peregrinaciones ofreciendo y pagando mandas
maldad, que más que no poder, no quiso retro-
con un fervor de consumidores insatisfechos,
ceder, dado que el furor por la perversidad llegó
conforme a la relación de negocios que han
a ser una avidez que deleita”9. Por lo tanto, tal
decidido establecer con Dios, como si estuviesen en el mismo nivel. Son comparables a las hordas que concurren ansiosas a la inauguración de una
7 Daniela Salgado, “’Tú haces la manda, no tu caballo’: anuncian querella por muerte de yegua en Santuario Lo Vásquez”, 07/12/2022, Biobio Chile.
134
8 Entrevista a Violeta Parra por Mario Céspedes, para Radio Universidad de Concepción. 5 enero de 1960, en el marco de la VI Escuela Internacional de Verano, Universidad de Concepción. 9 Orígenes de Alejandría, Sobre los principios. Introducción, texto crítico, traducción y notas de Samuel Fernández (Madrid: Ciudad Nueva, 2015), I. 8. 4.
profundización en la maldad fue una decisión
psicopatización, voluntad de matar. Depaupera-
voluntaria de los demonios, en cuanto criatu-
ción. Aniquilación programada de la infancia.
ras racionales, ya que no fueron creados malos
Autodestrucción carnavalesca. Sicariato. Narco-
por naturaleza. Y ese “furor por la perversidad”
fascismo. Extinción de lo humano. Depredación y
que “llegó a ser una avidez que deleita” bien pu-
maldad sin límites. Barbarie.
diera ser interpretado hoy en Chile como refe-
Las tinieblas posmodernas proliferantes, con
rido a la sociedad de consumo, los psicópatas y el
sus intelectuales lumpenfascistas enquistados
crimen organizado: la trilogía infernal, dado que
tanto en instituciones reconocidas como en es-
sus elementos se retroalimentan entre sí, en su
pacios marginales, son la frontera negra de lo ili-
promiscuidad tendiente a lo indiferenciado, in-
mitado que contenía el germen monstruoso o el
tensificando así crecientemente su poder, su vo-
antiprincipio de la putrefacción de la “primave-
luntad de envilecimiento y su maldad.
ra de Chile”: traición, nivelación, arrasamiento,
Madre terrible, disolución e instintividad sin espíritu:
cálculo,
estrategias,
pornografía, imperio de la muerte. Cabalmente,
manipulación,
la impronta del gobierno de Boric y su horda, con
mentiras, hipocresía, cinismo. Figuración y ga-
su voluntad refundacional, quizás dando inicio a
nancia, a costa de lo que sea y de quien sea. Re-
ese nuevo régimen de cuerpos que se plazcan en
laciones instrumentales desechables y por mera
su autodestrucción y abyección, como si su eslo-
conveniencia, funcionales al escalamiento y la
gan o mantra oculto hubiese sido desde siempre:
sobrevivencia. Oportunismo, impostura, frivo-
“Chile y su historia comienzan con nosotros, y
lidad. Mala fe, traición, impunidad, nivelación
terminarán con nosotros”.
arrasadora como los incendios y las hordas. Negligencia, desidia. Destrucción del lengua-
Valparaíso, octubre 2022-enero 2023
je. Odio cada vez menos encubierto: voluntad de
Lucy Oporto Valencia (1966) es ensayista e investigadora independiente. Es licenciada en filosofía por la Universidad de Valparaíso y estudiante del doctorado en filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Entre sus últimas publicaciones se encuentran los libros Los perros andan sueltos. Imágenes del postfascismo (USACH, 2015) y He aquí el lugar en que debes armarte de fortaleza. Ensayos de crónica filosófica (Katankura, 2021).
135
E
n 1965, el escritor chileno Jorge Teillier pu-
descriptiva, significa que los poetas de los la-
blica un ensayo fundamental titulado “Los poe-
res deben ejercer un “realismo secreto”. Deben
tas de los lares. Nueva realidad de la poesía chi-
entender el mundo como un depósito de signi-
lena”. En él utiliza, por primera vez, el concepto
ficados y símbolos ocultos. En palabras de Mario
de “poesía lárica” y comienza a dar forma a una
Benedetti: “Su designio parece ser la captación
corriente creativa que, de un modo más intuiti-
instantánea de la naturaleza, esa fracción de se-
vo que consciente, había adquirido relevancia en
gundo en el que la naturaleza improvisa una ar-
el ámbito artístico nacional. El texto incorpora
monía efímera condenada a no repetirse jamás”2.
dentro de los llamados “poetas de los lares” a
Frente al caos del mundo moderno, los poetas
una serie de jóvenes, mayoritariamente de pro-
de los lares tienen la obligación de conservar el
vincias, que, a juicio de Teiller, habían tenido la
sentido de las cosas y resistir la invasión de un
valentía de “afrontar” la obra de los “poetas ma-
mundo mecanizado y estandarizado, donde “el
yores” y escribían del origen, del lar y de la Fron-
habitante de nuestro país pierde su individua-
tera. Eran jóvenes que tomaban conciencia de las
lidad”. Teillier optará por levantar un espacio
preguntas de la época y respondían utilizando
“para habitar”, construido o reconstruido a par-
la palabra como instrumento y sin transformar
tir de la memoria de la infancia y la adolescen-
la poesía en filosofía, política o religión. Los
cia. La poesía será el lazo entre pasado, presente
poetas láricos buscaban recuperar los sentidos
y futuro y aspirará a expresar dicha unión como
ahogados por una poesía desligada del contacto
una alternativa viable de cambio.
humano y revolucionaban las jerarquías existentes entre el hombre, los animales, la naturaleza y
Tú sabías que la poesía debe ser usual como
los seres inanimados, postulando la hermandad
el cielo que nos
del hombre con las cosas y una imprescindible reinserción de este a la tierra y el paisaje.
desborda, que no significa nada si no permite al hombre acercarse y conocerse.
Esa vieja voz nos hace reintegrarnos a la tierra,
La poesía debe ser una moneda cotidiana y debe estar sobre todas las
Allí donde nos reuniremos, desapareceremos,
mesas como el canto de la jarra de vino que ilu-
Y descubriremos, por un momento,
mina los caminos del
Que podemos lograr una muerte perfecta.
domingo3.
Una muerte perfecta como un cántaro . 1
Esta vuelta a la tierra, lejos de representar un regreso a la poesía naturalista, detallista o
2 Mario Benedetti, “Poesía chilena entre dos fuegos”, en Letras del continente mestizo (Montevideo: Arca, 1969), 228.
Jorge Teiller, El cielo cae con las hojas (Santiago: Alerce, 1958), 23.
3 Jorge Teillier, Muertes y maravillas (Santiago: Universitaria, 1971), 81.
1
137
Fotografía: Jorge Aravena Llanca. Archivo Universidad de La Frontera.
El agua, el pan, los árboles, el viento, los ríos y
fuese, a su propia visión del mundo, por reduci-
la lluvia serán, entre otros, imágenes que aflo-
da que pareciera; a las palabras que les sonaran
rarán una y otra vez en sus versos. Revestido de
menos retóricas, más genuinas, más incanjea-
una nueva naturaleza, lo cotidiano se convertirá
blemente suyas”4, sostiene Benedetti.
en un vehículo capaz de dirigirnos al misterioso
Esta necesidad de desmarcarse del pasado es
mundo tras las cosas, propiciando una recupe-
lo que, en palabras de Harold Bloom, podría-
ración de los sentidos que permita recibir, lim-
mos llamar la “angustia de las influencias”:
piamente, la admiración de las maravillas del
“todo poeta es un ser atrapado en una relación
mundo. Lo mismo ocurrirá en el plano de las
dialéctica (…) con otros poetas”5. En este juego
emociones. Se trata de sentimientos ni heroicos
de cercanías y distancias, resulta interesante ob-
ni trágicos, sino usuales y cotidianos que iden-
servar los lazos, a veces sinuosos, entre el poeta
tifican al hablante con su conflicto y su batalla.
lárico y sus antepasados poéticos para comprobar que, por adhesión o rechazo, el fantasma del
*** Entender el fenómeno de la poesía lárica exi-
pasado es un inevitable protagonista. Un espacio compartido: Teillier y Neruda
ge observar las tendencias poéticas de los años cincuenta y sesenta —caracterizadas por una
La cercanía fundamental entre Teillier y Neruda
ruptura de las claves y de los símbolos poéticos
es espacial; el territorio de La Frontera. Ambos
precedentes— y comprender sus desafíos par-
tienen sus raíces en esa región del sur de Chile y
ticulares. Esta generación deberá enfrentase a
lo entienden como una suerte de patria emocio-
la obra de sus antecesores y explorar su centro
nal. Neruda da cuenta de un espacio salvaje en el
vital. “Atrapados entre dos fuegos [Neruda y Pa-
que la lluvia torrencial y la naturaleza selvática
rra], entre dos hogueras encandilantes, los nuevos poetas no encontraron mejor fórmula que
4 Benedetti, “Poesía chilena entre dos fuegos”, 227.
recurrir a su propia experiencia, por modesta que
5 Harold Bloom, La angustia de las influencias. Una teoría de la poesía, (Caracas: Monte Ávila, 1973), 106.
138
son elementos constitutivos. El espacio fronte-
hecho de que ambos poetas utilicen la figura del
rizo se presenta desbordante, caótico en ciertas
tren como espacio móvil que los aleja o los de-
ocasiones. En él, lo humano es más bien una au-
vuelve a la infancia. En ambos, el “viaje iniciático
sencia. El espacio se manifiesta en una represen-
a la ciudad” supone la ruptura con el pasado y el
tación selvática atemporal que permanece y que
comienzo de una nueva etapa marcada por la ca-
Neruda identifica con la infancia. Una naturaleza
rencia de lo esencial: la tierra.
sin hombre, un reino terrestre deshabitado, des-
El sentimiento de pérdida que sigue al abandono de la Frontera se funda en el hecho de que
bordado y salvaje.
ambos poetas advierten en la patria de la infanComenzaré por decir, sobre los días y años
cia un modelo, que hace de esta y de su entorno
de mi infancia, que mi único personaje in-
un paraíso perdido. Neruda entiende el Edén de
olvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral
la infancia bajo una perspectiva materialista y
que cae como una catarata del Polo, desde
de realismo socialista. Por tanto, la infancia será
los cielos del Cabo de Hornos hasta la fron-
el Edén en la medida en que en ese territorio las
tera. En esa Frontera, o Far West de mi pa-
relaciones entre hombre y la naturaleza no se
tria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a
encuentran degradadas. Al abandonar las tie-
la lluvia6.
rras de la infancia el poeta —y la humanidad con él— cometen un pecado “histórico” que los hace
Frente a esta visión, Teillier plantea otra. La na-
desmerecer esa tierra que se presenta como pa-
turaleza teilleriana, atravesada también por la
raíso. Teillier, por otra parte, ve en La Frontera el
lluvia, el viento y los bosques exhibe un entor-
paraíso perdido. Para él, la infancia y su entorno
no menos hostil, más sumiso, más integrado al
encarnan la representación universal de sus as-
hombre. La observación se centra más en la vida
piraciones sociales y políticas y, por tanto, cum-
y en el ritmo de las poblaciones rurales que en
plirán un rol central. No solo en cuanto periodo
la vastedad del territorio y las inclemencias del
de referencia a la hora de escribir, sino además
tiempo.
en cuanto el poeta asocia a ella la plenitud que anhela recuperar. El pecado cometido por Teillier
Añoro los grandes espacios-trigales de las
es también la partida. Pero su pecado no es his-
llanuras.
tórico, sino personal, y su redención se alcanzará
En estos valles estrechos y áridos
con la aldea, reconstrucción poética y mítica del
Donde el silencio me amortaja como si es-
pueblo de la infancia.
tuviera muerto Y se llama la sirena de un bar de Tucson o
El uso de la imagen poética: Teillier y Huidobro
Fort Collins (…) Sí, nostalgias de Far West, nostalgia de rebaños
En su artículo “La actualidad de Vicente Huidobro”, Teillier describe la fascinante poesía del
Y trigales infinitos, de lunas azules y de un tiempo sin tiempo . 7
creacionista como dotada de un “aire de maravilla y sobrerealidad”8. Reconoce, además, la función de Huidobro como puente entre las van-
Más allá de lo descriptivo, la conexión más re-
guardias europeas y las letras chilenas y lo des-
levante entre ambos poetas dice relación con la
taca como “poeta inteligente”, defendiendo su
nostalgia de la infancia y el sentimiento de ex-
figura por sobre la imagen que los críticos habían
clusión del entorno ancestral. Es sugestivo el
tenido de él hasta ese momento. ¿Qué poeta o escritor no tiene una deuda con Vicente Huidobro, aún sin reconocerlo?
6 Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Memorias (Barcelona: Seix Barral, 1978), 15. 7 Jorge Teillier, El molino y la higuera (Santiago: Azafrán, 1993), 18.
8 Jorge Teillier, Prosas, edición de Ana Traverso (Santiago: Sudamericana, 1998), 132.
139
LORE M IPS U M. E NSAYO
El adolescente que comienza a escribir casi
teóricos, Huidobro se refiere repetidas veces a la
instintivamente en verso libre no sabe que
importancia del lenguaje y de la imagen poética
lo hace afirmado en un ejemplo que inició
al momento de la creación del poema. Para él, la
Huidobro, el que por primera vez en Chile
imagen es la luz que ilumina el hilo que une dos
escribía en 1914, que “todos los metros ofi-
cosas lejanas; en ella se sostiene el poeta crea-
ciales me dan la idea de cosa falsa, literaria,
cionista. Su lenguaje recuerda, en parte, lo se-
retórica pura”, desafiando la ira de los crí-
ñalado por Teiller al referirse a los poetas de los
ticos y la mayoría de los poetas de la época .
lares. Ellos debían ejercer un “realismo secreto”
9
y descubrir aquello que se oculta tras las cosas. El Teillier rescata de la obra huidobriana un pen-
mundo opera como un depósito de significados
samiento mítico, la presencia del humor, una
que el poeta debe descifrar y sacar a luz para que
creación inteligente y un uso extraordinario de
brillen en la poesía. Estas relaciones ocultas que
la imagen:
el poeta descubre en la naturaleza y en las cosas cotidianas dan lugar a imágenes que caracteri-
Los poemas de Vicente Huidobro no son
zan la poesía de Teillier. Aun cuando es evidente
nunca solo un montón de imágenes trizadas,
que el espacio y el entorno teillieriano difieren
como podría haber resultado si se hubiese
fuertemente del de Huidobro, y que el concepto
seguido al pie de la letra sus postulados. No
que ambos tienen de la poesía es distinto, no es
son juegos de la imagen por la imagen (…).
menos cierto que en ambos casos el resultado
Para nosotros la poesía de Huidobro está
final es una poesía en que la imagen poética ad-
plena de calor y efusión humana10.
quiere una importancia radical.
Sin duda, llama la atención la lectura presenta-
Dos versiones de lo antipoético: Teillier y Parra
da por Teillier, pues entiende a Huidobro como un poeta emotivo y sentimental, acogiendo una
En Los poetas de los lares Teillier incluye a
interpretación claramente minoritaria. Descubre
Nicanor Parra dentro de un grupo de poetas de
no solo al intelectual, sino al “hombre total, lle-
generaciones pasadas que, luego de una larga
no de amor hacia el mundo y la humanidad”.
trayectoria poética, “tomaron (…) conciencia de
Es precisamente en relación con la ima-
la tierra y la reflejan en sus últimas obras”. En el
gen poética donde podemos encontrar una
caso de Parra, su incorporación al grupo de los
cierta conexión entre ambos. En sus textos
“arrepentidos” se debe a la recreación realizada por el poeta de “una escondida veta folclóri-
9 Ibid., 132. 10 Ibid., 136.
140
ca en La cueca larga”. Sin embargo, vale la pena preguntarse si estas declaraciones suponen una
cercanía de ambas obras. Pareciera que no. Por el
se muestra partidario de una profundización en
contrario, La cueca larga, obra mencionada por
lo propio. Su postura nada tiene que ver con un
Teillier, ha sido considerada por la crítica como
nacionalismo estéril, sino que entiende que toda
un paréntesis dentro de la producción antipoé-
revolución debe ser arraigada y que “el lujo del
tica, una suerte de “vacaciones”, como lo ha ex-
desarraigo se lo pueden dar los pueblos antiguos,
presado Mario Benedetti .
ya seguros de sí mismos”12.
11
El retorno a las raíces postulado por Teillier no
Este elemento, tan vigente y central en la obra
significa un rescate de lo popular o lo folclórico,
de Teillier, conformará también el germen de su
sino más bien alude a un regreso a la patria de la
fracaso. Como sostiene Niall Binns, la “tragedia
infancia y al hogar. De este modo, la nostalgia y
de los lares” es el relato de una obra que apos-
el desamparo, “sal y agua de esta poesía”, están
tó por resistir a la modernidad, por “vencer el
en el centro de la poesía lárica, marcando una di-
tiempo y restaurar los paraísos perdidos”13, pero
ferencia fundamental con la obra de Parra. Pero,
que fracasó en ese intento. Como furioso dios
en el juego de las cercanías y las distancias del
del Olimpo, la modernidad castiga la hybris del
que hemos hablado, la necesidad de hacer de la
poeta, desmembrando su mundo y condenándo-
poesía un “elemento de uso común”, la desmiti-
lo a ser un forastero en su propia creación.
ficación de la figura del poeta y la incorporación del lenguaje cotidiano puede ser una coincidencia superficial, o no tanto.
Temo llegar al pueblo Cuando la niebla se desprende de la tierra (…)
***
Temo llegar al pueblo, porque a otros esperan allí
Confesadas o inconfesadas, conscientes o inconscientes, la trama teilleriana tiene como eje el arraigo. Para el poeta, el progreso, que tiende a la universalidad y al desarriago, es veneno para la sociedad, pues la descompone desde sus fundamentos. Las consecuencias operarían en el centro del tejido social, generando frustración y desafección. Una sociedad donde se han perdido los relatos comunes, donde se han desdibujado
las mujeres que duermen en montones de heno. Para otro salen los amigos a cazar perdices. Para otro van a amasar pan las hermanas esta noche. Para otro contarán historias los que encienden hogueras en los barbechos14.
las estructuras y donde hombres y mujeres experimentan la disolución social, es una sociedad del desamparo. Teillier, consciente del fenómeno, 11 Mario Benedetti, “Nicanor Parra descubre y mortifica su realidad”, revista Número, Segunda época. Año 1, N°1 (Montevideo: abril-junio, 1963), 112.
12 Ibid., 41-42. 13 Respecto de la Tragedia de los Lares ver Niall Binns, La poesía de Jorge Teillier. La Tragedia de los Lares (Concepción: Lar, 2001). 14 Jorge Teillier, El árbol de la memoria (Santiago: Arancibia Hnos., 1968), 18.
María José Naudon es magíster en artes liberales, mención literatura, de la Universidad de Navarra, y abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es directora de cursos disciplinares en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez y panelista de los programas Mesa Central y Página 13, de Tele13 Radio.
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J
oseph Ratzinger nació en la madrugada de un Sábado Santo. Sus padres, Joseph y María, decidieron bautizarlo cuatro horas después del alumbramiento. Sumergido en agua y ungido con crisma, signo de profetas y reyes, el niño nace nuevamente ante la Iglesia el 16 de abril de 1927, mientras nieva en el pequeño municipio de Baviera, Alemania. Por todos lados aún asoman las huellas de la guerra, cuyo cese solo será pasajero. “Sábado Santo, día de la sepultura de Dios. ¿No comienza a convertirse nuestro siglo en un gran Sábado Santo, en un día de la ausencia de Dios (…)?”, se preguntará Ratzinger años más tarde. Luz y oscuridad se funden en ese día, que siempre llamará su atención por ser reflejo de su propio tiempo, donde Cristo está tan ausente como presente. O, como resumirá él mismo al reflexionar sobre su biografía: un “estar a las puertas de la Gloria, sin entrar todavía en ella”. Su infancia se ve marcada por un constante peregrinaje a medida que Hitler aumenta su poder. En 1935, fecha en que se desata la feroz persecución contra los judíos, Joseph recibe su primera comunión, con ocho años. Poco tiempo después ingresará al seminario, pero sus planes se verán truncados, una vez más, por la guerra: junto con otros seminaristas es enrolado forzosamente por la Wehrmacht para prestar servicios antiaéreos en Múnich. Solo con el fin de la Segunda Guerra podrá retomar su camino vocacional en el Seminario de Frisinga, donde comenzará sus estudios de teología. El 29 de junio de 1951, en la festividad de San Pedro y San Pablo, él y su hermano son ordenados sacerdotes. Su trayectoria destaca por un fecundo trabajo teológico y docente, así como por su labor en las sesiones del Concilio Vaticano II. En 1977 será nombrado arzobispo de Múnich por el Papa Pablo VI y su lema episcopal, “Colaborador de la verdad”, sintetizará una de sus preocupaciones centrales: “Es cierto que no podemos decir: ‘Tengo la verdad’. Pero la verdad nos tiene a nosotros, nos ha tocado, nos ha rozado (…). Con la verdad se puede colaborar porque es persona. Es posible comprometerse con ella”. Sin temor a ser minoría, el arzobispo —y luego Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe— no huye de la reflexión intelectual, sino que sale a su encuentro: la fe cristiana debe aspirar a dialogar permanentemente con la razón y expresarse a través de ella. Su hermenéutica de la fe basada en el estudio del Evangelio y la Patrística, su diálogo con la
fenomenología de Husserl y Heidegger, y sus intensos debates con filósofos contemporáneos, como Jürgen Habermas, lo llevaron a ser considerado uno de los teólogos más relevantes del siglo XX. Creyentes y no creyentes fueron interpelados por su pensamiento, siempre atento a la experiencia del hombre moderno y sus dificultades. El 19 de abril de 2005, luego del fallecimiento de Juan Pablo II y después de afirmar que una dictadura de relativismo afecta al mundo moderno, Joseph Ratzinger es elegido Sumo Pontífice, con 78 años. A partir de ese día el mundo lo conocerá como Benedicto XVI, nombre que eligió en honor a San Benito y en recuerdo del Papa Benedicto XV. Su inquietud intelectual no flaqueó con los años. Además de cuatro encíclicas dedicadas al amor, la esperanza, la fe y la cuestión social, entre sus obras destacan tres volúmenes sobre Jesús de Nazaret y numerosos escritos acerca del papel de la liturgia. Con la claridad que distingue a quienes comprenden verdaderamente aquello de lo que se habla, Benedicto XVI se abocó a proclamar el misterio que da sentido a la vida cristiana: aquel de la locura de la cruz, la idea de que la muerte puede ser derrotada y la convicción de que un Dios inconmensurable sale al encuentro de sus hijos para tener con cada uno de ellos una relación personal. Y es precisamente en la Eucaristía, tan querida para Ratzinger, donde dicha comunión entre Dios y sus criaturas alcanza para él su punto cúlmine. Tras poco menos de ocho años de pontificado, en medio de una profunda crisis de la Iglesia, Benedicto XVI renunció repentinamente el 23 de febrero de 2013. Ya en los años 70 había vaticinado, de algún modo, los difíciles tiempos que se avecinaban: “De la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio (…). La Iglesia reconocerá de nuevo en la fe y en la oración su verdadero centro”. Fue sucedido por el cardenal argentino Jorge María Bergoglio, quien asumirá bajo el nombre de Francisco. Desde su dimisión, sus apariciones públicas fueron escasas. Sus últimos años los vivió en recogimiento en el pequeño monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde falleció el 31 de diciembre de 2022. A sus 95 años, regresó como lo hace un hijo a la casa de su Padre, luego de intentar vivir “con la conciencia de que toda la vida se dirige hacia un encuentro”. Sus últimas palabras, según la prensa, fueron “Jesus, ich liebe Dich” (Jesús, te quiero). 143
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
últimos libros ies
Extraños entre nosotros, de David Miller
La ciudad del hombre, de Pierre Manent
Pluralismo, de Manfred Svensson
Aristóteles. Una introducción, de Alejandro Vigo
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