Punto y coma N°8: La gran fractura. Ideas y política en el Chile actual

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N°8 / ABRIL 2023 $8.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480

¿Por qué los intelectuales públicos? Jean Bethke Elsthain Conversación entre Josefina Araos y Pablo Ortúzar Contrapunto sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron Entrevistas a Daniel Innerarity, Alfredo Joignant y Eric Voegelin


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puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº8, abril de 2023 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinadora: María Josefina Poblete Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: María Josefina Poblete, Joaquín Castillo, Pablo Ortúzar, Josefina Araos, Francisca Echeverría, Rodrigo Pérez de Arce, Elena Irarrázabal, Claudio Alvarado, Manfred Svensson, Iván Jaksic, Álvaro Vergara, Rachel Théodore, Cristóbal Aguilera, Diego González, Gabriela Caviedes, Eduardo Galaz, Asunción Poblete, Juan Ignacio Brito, Marisol García, Joaquín García-Huidobro E., Neil Davidson, María José Viveros, Lucy Oporto y María José Naudon. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Fundación Jaime Guzmán, Alfredo Jaar, Rodrigo Marín, Archivo Universidad de La Frontera y Huemul Estudio. ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros

Agradecemos a la Fundación Hanns Seidel por su apoyo en la publicación de esta revista.

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Editorial 04

María Josefina Poblete y Joaquín Castillo

La gran fractura: ideas y política en el Chile actual Conversación entre Pablo Ortúzar y Josefina Araos 08 Más allá del activismo 19 Entrevista a Daniel Innerarity 26 ¿Un quiebre endémico? 34 Entrevista a Alfredo Joignant 42 La influencia política de Andrés Bello 49 Entre la torre de marfil y el traje verde olivo 55

Equipo Punto y coma Francisca Echeverría y Rodrigo Pérez de Arce por Elena Irarrázabal Claudio Alvarado por Manfred Svensson Iván Jaksic Joaquín Castillo

Rescate ¿Por qué los intelectuales públicos? 64

Jean Bethke Elshtain

Horas en la biblioteca 74 Contrapunto de Álvaro Vergara y Rachel Théodore sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron. Reseñas sobre Alan Jacobs, Anne Applebaum, Enzo Traverso, Claudio Ramos y Hugo Herrera. Lorem ipsum 94

Juan Ignacio Brito

Entrevista a Juan Pablo González 100

por Marisol García

Increíblemente malo

La reforma agraria 106

Joaquín García-Huidobro E.

Humo en el cielo

112

Neil Davidson

La mirada de la infancia en María José Ferrada

118

María José Viveros

Entrevista a Eric Voegelin

123

La putrefacción de la ‘primavera’ de Chile y el mal absoluto 128 Jorge Teillier. La trama tras la poesía lárica 136

Lucy Oporto María José Naudon

Olimpo: Joseph Ratzinger / Benedicto XVI 142

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La gran fractura: ideas y política en el Chile actual

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E

s sabido que nuestra actual crisis tiene diversas causas, entre las que destacan la dificultad para dar respuesta a las principales preocupaciones ciudadanas como orden público, economía y pensiones; una deslegitimación creciente de las principales instituciones públicas y privadas; unas élites políticas cada vez más polarizadas; una frustración y malestar respecto del sistema institucional que no han encontrado soluciones satisfactorias, y un debate político de bajo nivel y absorbido por las lógicas del espectáculo. Pero a esos factores cabe además añadir otro elemento menos tratado en nuestras discusiones, aunque igualmente relevante: una fractura entre ideas y política. Ella se traduce, por un lado, en la dificultad que tiene parte importante de nuestra institucionalidad para procesar o mediar aquello que se elabora y propone desde las universidades o los centros de investigación. Por otro lado, el problema también reside en quienes ven la política como un campo libre para llevar a cabo sus proyectos abstractos sin consideración alguna por la realidad que quieren modificar. En este contexto, el presente número de Punto y coma busca preguntarse cómo lograr una relación sana y fructífera entre ideas y política, conscientes de que la especificidad de cada uno de estos ámbitos exige distinguir aquello en lo que pueden aportar de cara a los desafíos de una sociedad crecientemente compleja. Después de todo, el cortoplacismo o la búsqueda del aplauso fácil, o el lenguaje enrevesado y abstracto, hacen que política e ideas parezcan ir por carriles paralelos, con el consiguiente empobrecimiento de nuestro debate político. Sobre este problema resulta tentador culpar a la clase política. En los últimos años abundan los ejemplos de dirigentes que han sido impermeables a la evidencia y que han empujado proyectos con consecuencias nefastas para nuestro futuro. Los retiros de los fondos de pensiones han sido el ejemplo más elocuente de este problema, pero lo cierto es que abunda una política de la performance o de la pura reacción, incapaz de generar proyectos con visión de Estado que perduren en el largo plazo. No obstante, sería un error asumir que el problema existe solo en ese ámbito. También quienes se dedican al cultivo de las humanidades y las


ciencias sociales han experimentado obstáculos para colaborar de manera más útil a nuestra discusión pública. El ejemplo más preclaro de esta desconexión es lo ocurrido con la Convención, autora en 2022 del fallido borrador constitucional allí, a pesar —y, en parte, por culpa— de la presencia de académicos con vasta experiencia universitaria, se desplegó un discurso autorreferente y autosuficiente que desconoció la institucionalidad arraigada en Chile, ignoró las preocupaciones urgentes de una población cada vez más frustrada con el sistema político e intentó rehacer nuestra sociedad a partir de modelos abstractos o importados de otras latitudes. De ese modo, no pudieron contener o canalizar ciertas prácticas perniciosas de nuestra clase política, que incluso se mostraron de manera más nítida en dicho órgano. El problema, sin embargo, también está presente en las universidades, las que han tendido en el último tiempo a encerrarse en lógicas de producción de conocimiento —papers, publicaciones, fondos de investigación— que suelen interpelar, en el mejor de los casos, solamente a los especialistas, más que a un público general interesado en las cuestiones comunes. El problema de fondo, en una y otra dimensión, es que su solución no pasa simplemente por el hecho de que nuestros políticos tengan muchos grados académicos o que los intelectuales participen en la “batalla” de las ideas, sino en buscar modos sanos en que uno y otro mundo se relacionen. La fractura entre política e ideas nos sitúa en un escenario crítico y desafiante. En un sentido más amplio, parte importante de esta crisis se relaciona con una desconfianza de larga data en todo tipo de mediación: pareciera que en nuestra vida privada e interacciones públicas, en el mercado o en las redes sociales, queremos acceder de manera directa a la información, a las mercancías o al trato con los demás. Ya no aceptamos con tanta facilidad las demoras o distancias que implican las grandes instituciones por medio de las cuales interactuábamos en el pasado, las que se encuentran envueltas en un manto de desconfianza y deslegitimación. Es quizás ese mismo fenómeno el que se observa entre políticos e intelectuales, cuya labor, por antonomasia, es de mediación: mediación entre grupos humanos o regiones que tienen intereses contrapuestos,

entre el mundo de las ideas y el de la acción, entre quienes piensan diferente y se ven compelidos a compartir espacios e instituciones. ¿Cómo se pueden relacionar de manera más sana estos mundos que necesitan de la mediación si es justamente ese principio el que está puesto en entredicho? ¿Cómo pueden los ciudadanos valorar, confiar e interactuar con otros si quienes debieran ser los primeros en mediar no logran su cometido? ¿Cuánto influye en este escenario la sobrepoblación de medios, personas y estímulos de todo tipo que luchan por nuestra atención? ¿Cómo construir lo común si la fragmentación es una marca constitutiva de nuestro presente? Este número de Punto y coma quiere dar cuenta de esa desconexión que existe entre la política y las ideas, así como esbozar algunas vías que permitan cultivar una relación más saludable entre ambas dimensiones. Tomando en cuenta la particularidad de esa distancia en el mundo actual, la política con sus lógicas propias del espectáculo y tentada por el cortoplacismo, o una academia encerrada en sí misma y en sus jergas propias de especialistas, urge la búsqueda de políticos e intelectuales que quieran construir vínculos entre dos áreas tan relevantes para la vida social. Los ensayos y entrevistas que aquí se incluyen subrayan la importancia de una intelectualidad atenta a las particularidades de la realidad, de la vida concreta: no sirven las abstracciones, las planificaciones globales o los modelos ideales que ignoran la propia historia y la cultura de las comunidades en las que buscan incidir. La lectura que subyace a toda esta reflexión es que necesitamos reconstruir los lazos entre ambos mundos, cuidando la función específica de cada uno, pues solo así podremos dotar de mayor fundamento la acción política permitiendo, al mismo tiempo, que esta última actividad esté anclada en la realidad. Tal como destacan los autores y entrevistados en las páginas que siguen, tanto las universidades y centros de estudio como la clase política deben estar particularmente atentos a la realidad que buscan comprender y sobre la que quieren influir. Es esa realidad la que debiera ser punto de partida para toda reflexión y acción; es ella la que da sentido a todos sus esfuerzos. Joaquín Castillo María Josefina Poblete Editores 5


Ilustración: Alejandra Acosta


La gran fractura: ideas y política en el Chile actual


Sobre influir y comprender Una conversación entre Josefina Araos y Pablo Ortúzar EQUIPO PUNTO Y COMA


Además de ser activos comentaristas de la actualidad política, Josefina Araos y

Pablo Ortúzar nunca han dejado de lado su faceta académica. Araos cursa un doc-

torado en filosofía en la Universidad de los Andes, donde estudia el pensamiento de Hannah Arendt, y Ortúzar entregó hace pocos meses su tesis doctoral en la Universidad de Oxford, en la que aborda los orígenes del principio de subsidiariedad. Comparten, además, lecturas y conversaciones al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), donde ambos son investigadores. En esta conversación quisimos profundizar en la relación entre la academia y el debate político: ¿qué identifica el rol del intelectual público a diferencia del académico? La política y la academia, ¿son excluyentes o complementarias? ¿Qué puntos ciegos tiene cada una? Estas y otras preguntas las abordamos con dos de los intelectuales jóvenes más destacados del escenario local.


L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN

¿Cómo entienden el papel de las ideas en la ac-

segunda, y ambas se empobrecen (un ejemplo de

ción política?

esto es lo que vimos en la Convención). Dicho de otro modo, pierde sentido de realidad. A su vez,

PABLO ORTÚZAR (PO): Creo que la acción po-

la acción que desprecia las ideas se vuelve pura

lítica siempre remite, finalmente, a horizon-

estrategia, pura fuerza, como dice Pablo, pues

tes de sentido que se presentan en forma ideal.

olvida que remite a algo más allá de sí misma. La

Horizontes que, además, configuran nuestra

acción sin ideas o sin reflexión es una acción sin

manera de entender el tiempo y vivir en él. Las

raíces, como dice Arendt; una acción sin proyec-

ideas, en ese plano, orientan la acción política.

ción y sin capacidad de juicio, que olvida sus im-

Pero también recogen la experiencia específica

plicancias sobre la vida cotidiana. ¿A que princi-

de esa acción y proponen límites y exigencias a

pios y orientaciones últimas remite, más allá del

la práctica política respecto de cómo orientarse

mero pragmatismo?

efectivamente a ese ideal. Todo debate político sobre medios y fines es, en suma, un debate de

PO: Muy de acuerdo. La relación entre ideas y

ideas. Ellas dan autoridad al poder político, que

acción política es efectivamente de reciprocidad.

sin ellas sería pura fuerza.

Como decía Kant, los pensamientos sin contenido son vacíos, y las intuiciones sin conceptos

JOSEFINA ARAOS (JA): Concuerdo en general

son ciegas. No podemos conocer desde la pura

con lo que plantea Pablo, aunque quizás sub-

experiencia ni desde la pura abstracción. Y am-

rayaría más la reciprocidad de la relación entre

bas dimensiones, además, están atravesadas por

ideas y acción política. Entender el papel de las

la naturaleza social del ser humano: venimos al

primeras exige comprender qué las une a las se-

mundo de y con otros. Y, por lo mismo, nuestro

gundas. Por reciprocidad me refiero a que ambas

lenguaje nunca es privado. Ahora, en el caso de

están en una dinámica permanente de tensión y

la política, lo explorado es el poder. Y ahí la ten-

diálogo, que debe mantenerse siempre, o de lo

dencia histórica de los colectivos sociales ha sido

contrario arriesgan instrumentalizarse unas a

a dejar las deliberaciones sobre la relación entre

otras. Las ideas no nacen de una abstracción que

forma política y virtud o justicia hacia “adentro”,

ocurre en algún lugar previo a la acción, sino que

hacia un “nosotros” que, en el pasado, suponía

son resultado de una conciencia siempre arrai-

una serie de exclusiones por sexo o estatus, y re-

gada en alguien que, como dice Hannah Arendt,

lacionarse desde la coerción hacia afuera, hacia

vive con otros y experimenta su propia subjeti-

los “otros”. En ese sentido, el anclaje social de lo

vidad como un diálogo; nunca en pura soledad.

político no necesariamente lo vuelve menos bru-

Ese es el dato ontológico originario: que vivimos

tal. Lo que ha horadado la desmesura de lo polí-

con otros y nuestra conciencia y reflexividad

tico, creo yo, ha sido la revelación del Reino de

surge de ahí. Eso sitúa las ideas en vínculo con

Dios, que destruye la unidad político-religiosa

la acción, con el mundo y con otros. Y me parece

de las comunidades del mundo antiguo y abre el

importante subrayar esto, porque si la idea pres-

espacio para la reflexividad, al bifurcar la auto-

cinde o desprecia esa realidad, la primera siem-

ridad política de la espiritual y establecer límites

pre termina reivindicando una jerarquía sobre la

para ambas.

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POLÍTICA Y RELIGIÓN

los quiebres de lazos sociales y la radicalización

En relación con lo último, ¿cómo evalúan el rol y

mocracias, etc. Que no haya un partido católico,

la influencia del pensamiento católico y de ins-

por ejemplo, no me preocupa, en la medida en

piración cristiana? Da la impresión de que han

que esa tradición siga reclamando y ejerciendo

existido tiempos mejores al respecto, ¿o no?

su derecho a participar legítimamente en el de-

de procesos de individuación, la crisis de las de-

bate sobre nuestra vida en común. PO: Yo no estoy tan seguro de eso. La relación entre cristianismo y forma política en Latinoa-

¿Y qué dirían frente al avance de las agendas

mérica tiene una historia poco halagüeña. La

sobre aborto, matrimonio, eutanasia, disolu-

bifurcación cristiana entre autoridad política y

ción de la familia tradicional, etc.? El mismo

autoridad espiritual ha intentado ser colapsada

Benedicto XVI advertía sobre la dictadura del

constantemente en función de proyectos políti-

relativismo. ¿No muestra todo eso un debilita-

cos, ya sea oligárquicos o revolucionarios. Da la

miento del pensamiento o la cultura cristiana?

impresión de que nunca hemos tenido una relación sana entre Iglesia y Estado, por decirlo así.

JA: Es que la pérdida de influencia de la cultura

Y ahora lo que tenemos es un puro vacío, porque

cristiana en un mundo que se va haciendo menos

durante la dictadura el cristianismo jugó a dos

religioso supone una historia mucho más larga.

bandas, como refugio en la resistencia contra la

No tengo claro que eso haya sido tan lineal y pro-

dictadura y como aliado del

gresivo, y el avance de esas

liberalismo en la causa an-

agendas tampoco ha segui-

ticomunista, y terminó per-

do un camino incontenible

diendo identidad en ambos

La acción sin ideas o sin

frentes, disolviéndose en lo

reflexión es una acción sin

de 2022, los datos de la en-

raíces, como dice Arendt; una

cuesta COES mostraban que

secular. JA: Estoy de acuerdo. Creo, además, que hay dos planos

acción sin proyección y sin capacidad de juicio.

para evaluar esa pregunta: el

y unidireccional. A inicios

agendas

“conservadoras”

han ido recuperando fuerza; otro ejemplo es el rechazo que generó en nuestro pro-

lugar y valoración social de la Iglesia actualmen-

ceso constituyente el modo en que abordó los

te, y el peso de esa tradición en distintos ámbitos

derechos sexuales y reproductivos. Por ahora, el

de la vida social. Obviamente lo primero hoy está

apoyo al aborto parece acotarse a causales con-

debilitado, pero no creo que de eso se siga asu-

cretas y no a una agenda de aborto libre, y esto

mir una disminución de su relevancia. La crítica

por convicciones sustantivas. En eutanasia, que

contemporánea a ciertas ramas del progresismo

tiene siempre un apoyo más transversal, persiste

es inseparable del reconocimiento del papel de

la duda de hasta qué punto se trata de una res-

ciertos actores vinculados de una u otra manera

puesta a dinámicas que varios han denunciado,

a esa tradición. Pero creo, con Pablo, que no hay

como el ensañamiento terapéutico, la falta de

que idealizar momentos de mejor relación entre

apoyo institucional o de cuidados paliativos, etc.

religión y política; siempre es compleja y está

No quiero desconocer los riesgos que advertía

llena de oscuridades en cada periodo. Tiendo, de

Benedicto XVI, pero sí matizarlos. Porque ade-

hecho, a preferir un periodo de crisis como este,

más, respecto del lugar de la religión, una cosa es

donde la Iglesia se ve obligada a hacerse peque-

la pregunta por su influencia e impacto político,

ña, como decía Benedicto XVI, y repensar desde

o en las esferas de poder, y otra por su lugar en la

ahí su función. Creo que tiene mucho para decir,

cultura, como siempre ha distinguido Pedro Mo-

particularmente hoy día, respecto de preguntas

randé. De hecho, creo que hoy vivimos, al menos

bien fundamentales sobre la convivencia, los lí-

en Chile, un buen momento para reivindicar el

mites de la tecnología, el calentamiento global,

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lugar legítimo de ese pensamiento en la discu-

teórica, a alcanzar esa verdad en el ámbito de la

sión sobre nuestra vida en común.

convivencia, del encuentro entre los distintos,

PO: Pienso parecido. Es cierto que hay un debili-

riencias de la realidad nos va permitiendo cons-

tamiento de la influencia política directa del cle-

tatar, acceder y enriquecer ese mundo común

ro y que mucha más gente se reconoce abierta-

que habitamos. En ese sentido, creo que se puede

mente hoy como atea o agnóstica. Pero la calidad

y se debe aspirar a una clase política más reflexi-

del “cristianismo social” del pasado creo que es

va, pero eso no significa que tenga que ser inte-

bastante cuestionable. Por algo Alberto Hurtado

lectual ni que le da jerarquía a los intelectuales

dejó la escoba haciendo la pregunta de si Chile

sobre ella. Lo que veo hoy es vacío en la política

era o no un país católico. Era ciertamente un país

de ese nivel. No es solo que los políticos carez-

clericalista, pero dudosamente uno muy cristia-

can de formación intelectual —que puede ser un

no. Hoy podríamos pensar que, con la pérdida del

problema—, sino que existe una comprensión

poder clerical, eso se ha sincerado. Estamos en

completamente superficial e instrumental de su

medio de una pelea muy interesante, justamente

misión, reducida a la lucha exclusiva por el po-

porque el progresismo identitario está debilitado

der. Por eso es importante el diálogo con la re-

y agresivo, y la crítica cristiana basada en la ver-

flexión intelectual, que puede ayudar a la política

dad revelada logra hacerse escuchar en medio de

a tener insumos y recordarle su sentido, no re-

donde la puesta en diálogo de las diversas expe-

la confusión y la desespera-

emplazarla. Siempre estamos

ción. Agustín, frente al saqueo

en esa tensión y, de tanto en

de Roma y el enojo de aquellos que acusaban al Dios cristia-

El problema de la universidad

tanto, aparecen intelectuales que creen descubrir la clave

no de haberle incumplido al

es especialmente agudo

Imperio cristiano, las cantó

en las humanidades y las

política a liderar la aplicación

claritas mostrando que Roma

ciencias sociales; no hemos

de ese descubrimiento. Eso es

y la máquina imperial nunca habían sido cristianas. Y que ya pretender relacionarse con Dios en una lógica de pasan-

logrado generar estándares de excelencia distintos a los de las ciencias exactas.

do y pasando era una creencia

de todo y que deben entrar a la

muy peligroso, y la Convención fue una muestra de ello. PO: Para mí la distancia entre reflexión y acción polí-

pagana. Quizás estamos en una coyuntura si-

tica nunca puede ser tan grande. Es un diálogo.

milar, con los peligros y oportunidades propios

Cuando deja de serlo, o se vive en la abstracción

de las épocas en que se derrumban las fantasías

total e irresponsable, o uno se reduce al pequeño

mundanas o gnósticas, por usar el concepto de

tejemaneje del ajedrez del poder. Entender los lí-

Voegelin.

mites y las capacidades del poder exige observación directa y práctica. Y eso, a su vez, demanda

EL SENTIDO DE LA POLÍTICA

manejar registros y puntos de vista distintos al académico.

Una pregunta que siempre ronda en nuestras conversaciones es la tensión entre la influencia

JA: Dedicarse a las ideas no implica, en ningún

y la comprensión. ¿Son excluyentes? ¿Es posi-

caso, que la influencia sea irrelevante, sino que

ble tener una clase política más reflexiva o se

es secundaria; viene después, por consecuencia.

trata de un ideal imposible de alcanzar?

Pero tiene que mandar la comprensión, ¡no puedes dejar nunca de pensar! Es una actividad que

JA: Sobre la tensión entre influencia y compren-

no se detiene. Arendt usa la imagen de Penélope

sión, Arendt dice que la política no es un ámbito

y su tejido, porque comprender y pensar tiene

separado del problema de la verdad. Ella también

algo de deshacer por la noche lo que se avanzó

aspira, aunque en modo distinto a la reflexión

en el día. No en el sentido de relativismo, pero sí

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L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN

de duda, de pregunta, de demora; de detención

tiranía del paper, también su politización. ¿Son

y espera. Y eso debe mandar, o la influencia se

los riesgos más relevantes?

vuelve pura agenda, sin revisión crítica permanente de sus propios objetivos.

JA: Creo que una academia capaz de salir de su encierro y de la tiranía del paper no es necesa-

PO: Por eso es clave ser parte de una comunidad

riamente una más “comprometida” o politiza-

académica. Y no andar de llaneros solitarios. Es

da —en el sentido habitual del término—, sino

la corrección fraterna la que te impulsa a recu-

una que no pierde la conexión con la realidad

perar el equilibrio, además de hacerte tolerante

de donde debe nutrirse de preguntas. En cuan-

a la crítica, porque sabes que viene de un buen

to a las amenazas, creo que lo más evidente es

lugar. En eso, el IES ofrece una experiencia ins-

el proceso de “industrialización” de la univer-

titucional que nos conecta con el pasado de las

sidad, como lo llama Morandé. Lo protagónicas

universidades como comunidades de vida, y que

que se han vuelto las exigencias de productividad

pocas casas de estudio hoy pueden lucir.

de los académicos, no solo porque predomina el paper sobre el libro, sino porque además se tien-

Pero ¿qué papel podría esperarse de los políti-

de a promover una investigación solo movida

cos en este ámbito?

por el objetivo de asegurar esa productividad. Y ahí pierdes conexión con la realidad, que puede

JA: Creo que no solo es clave una relación virtuo-

exigir preguntas poco factibles de abordar en un

sa con el mundo intelectual,

paper, y también autonomía,

sino también el reencuentro

porque quedas sometido a los

con el sentido de la política misma. Sobre eso hoy la política no tiene reflexión propia

Una academia capaz de salir de su encierro no es

criterios que se van volviendo dominantes. Arriesgas así a tener una academia súper

y está reducida a la lucha por

necesariamente una más

el poder, o bien dominada por

“comprometida” o politizada,

con preguntas irrelevantes

el afán paternalista y avasa-

sino una que no pierde la

respecto de la sociedad en que

llador de quienes aspiran a transformar por completo la

conexión con la realidad.

sociedad sin interés por lo que

productiva y eficiente, pero

está inserta. PO: Concuerdo con el pano-

ella es. Por eso adquiere tanta fuerza la deman-

rama general. Pero creo que el problema es es-

da de escuchar a la gente y de identificarse con

pecialmente agudo en las humanidades y las

el sentido común. Pero en fin, eso abre otra veta.

ciencias sociales, porque no hemos logrado generar estándares de excelencia distintos a los de

PO: Bueno, claro. Una veta muy importante, por-

las ciencias exactas, que hoy dominan la acade-

que justamente la sociología intenta o debería

mia. Y el problema es que en las ciencias exactas

intentar cumplir ese rol mediador, de entregar

la investigación siempre es un aporte y parte de

reflexividad y capacidad de autoobservación al

la base de lo ya construido. Luego, el volumen

sistema político en una sociedad compleja. Pero

suma. Y el impacto tiene valor, porque indica que

eso requiere un ensamblaje entre política y aca-

el avance logrado generó efectos importantes en

demia que es muy difícil de lograr. Lo común es

su campo de conocimiento. Tuvo un efecto do-

que se miren con mutua sospecha y desprecio.

minó, digamos. En las humanidades y las ciencias sociales, en cambio, los mismos incentivos

EL ROL DE LA UNIVERSIDAD

generan efectos diferentes. Se produce muchísima challa. Textos que no leerá nadie y cuyo autor

Y hablando de la academia, ¿cuáles son los ries-

sabe que no leerá nadie. Que no son un aporte ni

gos o amenazas que esta enfrenta al aportar

construyen sobre lo anterior. Y muchas veces,

a la discusión pública? Se suele mencionar la

cada uno de esos artículos nimios es refrito mil

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veces. Y el impacto tiene mucho más que ver

venir tanto de una academia que confunde su rol

con modas pasajeras, que a su vez se vinculan a

con la política (que pretende volverse vanguar-

la política contingente. Luego, hay un incentivo

dia de esos procesos, liderarlos, establecer las

estructural a la politización mediocre, porque

agendas, etc.), como de esta academia dominada

pasar panfletos por reflexión académica permite

por la lógica de la productividad, que entre otras

producir en grandes volúmenes con mayor im-

cosas exige estudiar lo mainstream, lo que está de

pacto mediático. Y súmale a eso Twitter. Y la po-

moda.

litización identitaria o la actitud de consumidor insatisfecho de los estudiantes. Al final, hay mu-

La polémica de fines del año pasado, a propósi-

chos incentivos para la mediocridad politiquera.

to de dos tesis sobre pedofilia en la Universidad

Tanto, que ya han ido convirtiendo el activismo

de Chile, bien puede ser abordada a la luz de la

en epistemología y metodología.

crisis que ustedes describen.

¿En qué sentido?

JA: Es un caso difícil de sintetizar, pero lo más crítico me parece que está en la renuncia absolu-

PO: Hoy tenemos un fenómeno problemático: los

ta de parte de quienes están a cargo de la forma-

profetas de cátedra. Eso son Bassa, Atria, Grez,

ción a ejercer una guía u ofrecer un juicio crítico.

Salazar y varios otros. Utilizan su trabajo aca-

Temerosos de estar imponiendo un canon, o de

démico como respaldo y plataforma para hacer

reprimir temas y aproximaciones nuevas distin-

política, reclutar estudiantes y perseguir adver-

tas a las tradicionales, ya no hay legitimidad ni

sarios. Por esa vía, corrompen los espacios uni-

siquiera para criticar. La tragedia de esas tesis no

versitarios que habitan, sometiéndolos al juego

tiene que ver solo con su tema, sino con el he-

faccioso de la política contingente. Y también

cho de ser apologías. ¿Cómo pudieron avanzar

corrompen a sus estudiantes, pues en vez de uti-

sin problema? ¿Por qué una de ellas fue publi-

lizar la posición de autoridad académica que tie-

cada en una revista? La hegemonía de la lógica

nen para guiarlos hacia la formación de un jui-

productiva o procedimental es tal que, ante esa

cio independiente, lo que terminan haciendo es

polémica, lo primero que dijo el decanato fue que

adoctrinamiento.

cumplió con todos los requisitos formales ¿En eso está convertida la universidad? Si el juicio

¿Y qué pasa con la politización de la academia?

crítico o la reflexión se reducen exclusivamente a evaluar el cumplimiento de formas, se puede

JA: Creo que siempre es un riesgo. Se habló a me-

estudiar no solo lo que sea, sino que decir cual-

diados de siglo de la sociología comprometida,

quier cosa. Como decia Horkheimer: no tenemos

un poco en esa línea. Más que politización, existe

ya criterio para saber por qué es mejor la justicia

el riesgo del activismo y la militancia, donde el

que la opresión.

pensamiento libre pierde relevancia. Pero puede

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L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN

PO: En efecto, la degradación del mundo uni-

condenadas. Más bien, para ser precisos, a las

versitario en el ámbito de las humanidades y

ciencias sociales y humanidades dentro de las

las ciencias sociales quedó muy bien retratada

universidades.

por ese escándalo. En ellas, lo tremendo no es el tema tratado, sino la forma de tratarlo: apología,

Ustedes han enfatizado los aspectos negativos

propaganda, panfleto. Y que textos de esa natu-

de la universidad actual. ¿Qué elementos les pa-

raleza hayan sido, además, supervisados y apro-

recen rescatables en este panorama?

bados por académicos profesionales. El fenómeno recuerda, en algún nivel, el famoso “affaire

PO: La democratización en el acceso a la instan-

Sokal” , pues desnuda que lo que está rigiendo

cia es algo muy valioso e importante, y un rasgo

la producción académica en esos espacios es un

clave de la universidad actual. Y yo sin duda res-

indecoroso “todo vale”. Y que basta repetir unas

cato los increíbles avances de las ciencias exactas

cuantas muletillas posmodernas para lograr un

y aplicadas en el ámbito universitario moderno.

sello de aprobación por parte del cuerpo acadé-

La crisis, a mi entender, se concentra muy es-

mico.

pecialmente en el ámbito de las ciencias sociales

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y las humanidades, lo que no es menor, porque ¿Ese tipo de problemas han hecho perder de

estas últimas son el corazón de la tradición uni-

vista elementos esenciales de la vida universi-

versitaria heredada de la Edad Media.

taria? JA: Estoy de acuerdo con Pablo en que la demoJA: Mira, por ejemplo, las exigencias docentes en

cratización del acceso es una ganancia clave de

las universidades. La productividad no solo afec-

la universidad. Y creo, además, que en el análi-

ta la investigación, sino también la enseñanza.

sis concreto uno encuentra académicos haciendo

Llenando de requisitos a los profesores, exigien-

cosas valiosas. El punto está, pienso, en la iden-

do las mismas mediciones y procesos, estanda-

tificación de las lógicas dominantes que, si no se

rización de cursos que terminan muchas veces

contienen, terminarán ahogando todo. Pero no

sobrecargando a los docentes y deteriorando la

creo que todo esté en el mismo nivel de crisis ni

enseñanza en la cátedra. Los indicadores de pro-

que falte producción valiosa e importante, tanto

ductividad pueden ser un instrumento, pero no

a nivel de investigación como de docencia. Creo

pueden transformarse en el objetivo de la uni-

que ello ocurre gracias a personas y espacios en

versidad, que tiene que recordar que lo que la

donde se logra trabajar a pesar de las dinámicas

sostiene es un vínculo en torno a una búsqueda.

impuestas por “el sistema”.

PO: Muy de acuerdo. Por eso es absurdo que se

PO: Todas esas precisiones son correctas. Hay

diga que no puede haber universidades católi-

que tener cuidado en condenar la parte por el

cas, por ejemplo. En eso, el IES ofrece algo muy

todo. Pero es cierto que el productivismo, que

importante que era central para la universidad

desde afuera se ve como un incentivo a la serie-

tradicional, pero que hoy es muy difícil de ge-

dad, ha sido un factor fundamental en su declive.

nerar, que son las comunidades de conocimiento. La verdad es que yo veo a las universidades

JA: No podemos perder de vista que la producción de conocimiento se ha vuelto extremadamente

1

En 1996, un paper sin sentido del físico Alan Sokal pasó la revisión por pares en una revista de humanidades. En paralelo, Sokal publicó la trampa de su ejercicio, denunciando las humanidades contemporáneas como una jerga que permitía cualquier afirmación envuelta en lenguaje pseudocientífico. La publicación del artículo de Sokal generó —y sigue generando— una profusa discusión en el ámbito académico [N. de los editores.]

16

compleja y exigente. Pedirle a la universidad que no se deje dominar enteramente por esta lógica es una cosa, pero otra es pedirle a académicos que sean todos intelectuales públicos. Pienso que son funciones que deben distribuirse entre distintas instancias, justamente por lo complejo que es producir conocimiento. Podría decirse que


lugares como el IES, por ejemplo, pueden parti-

importantes insumos a la discusión pública,

cipar del esfuerzo conjunto del estudio y preo-

son espacios que muchos ponen en cuestión.

cupación por la verdad, así como de difusión, y

¿Cómo ven ese escenario?

quizás es bueno para la universidad pensarse en conjunto con esas otras instancias, y no tratando

JA: Como decía antes, la misión de la universi-

de cumplir sola todos los papeles.

dad quizás puede cumplirse mejor en la medida que se piense en conjunto con otros espacios que

En relación a los “intelectuales públicos”, mu-

participan en alguna fase de la producción y di-

chos miembros de la academia participaron di-

fusión de ese conocimiento. Ahora, eso exige que

rectamente en el proceso constituyente. ¿Cómo

los centros de estudio sepan definirse muy bien

observan ahí la tensión entre política e ideas?

y presentar con claridad sus objetivos. No solo en el ámbito teórico, sino también si esperan ser

JA: Creo que figuras como Atria o Bassa dejaron

el brazo reflexivo de un partido concreto, tener

en evidencia los riesgos latentes que hablamos

agenda en una materia especifica o ser instancia

acerca de la relación entre política e ideas. En

de estudio. En general se habla del problema de

sus escritos de la última etapa, mucho antes de

su financiamiento, que obviamente es un pun-

llegar a la Convención, se ve cómo ya estaban

to relevante, pero creo que la dificultad central

completamente volcados a un diseño de sociedad

está en que tienen orientaciones muy diferentes,

o de comunidad política en función de los mo-

que no siempre son claras o conocidas. En cual-

delos o premisas teóricas que

quier caso, en la medida en que

los inspiraban. No es solo que

logran precisar su objetivo y

uno discrepe ideológicamente de sus objetivos, sino también

Tiene sentido que espacios

de la abstracción de su proyec-

de estudio busquen influir

to, totalmente desvinculado

en la fundamentación y

con la realidad e inspirado en un diagnóstico completamente equivocado. Eso también explica el carácter refundacional

orientación de la política, pero muchas veces terminan totalmente confundidos.

de su propuesta: al ser puro

trabajar sistemáticamente en él, me parecen un gran aporte. Pasa además que el centro de estudios, a diferencia de la academia, no tiene que justificar su pregunta disciplinariamente, sino a partir de la discusión pública, y eso le permite desarrollar reflexio-

modelo abstracto, da lo mismo qué tienen por

nes cuyo impacto es más directo. Ambos pueden

delante, se trata simplemente de transformar-

unirse en una relación colaborativa para enri-

lo. Constituir la sociedad, decía Bassa en escritos

quecer la producción y difusión de conocimien-

previos a la Convención. ¿No hay ahí un proble-

to, pero no creo que sean lo mismo. El centro de

ma? ¿O son simplemente intelectuales que qui-

estudios tiende a estar orientado a la influencia

sieron influir políticamente? Yo creo que se trata

en la discusión pública, y eso modifica no su in-

de una mala comprensión de su propio papel y

dependencia o rigurosidad, sino el lugar de don-

de un abandono de la crítica que debe acompa-

de salen sus preguntas y la justificación de las

ñar siempre el propio proceso reflexivo, la que te

mismas. Están como en momentos distintos de

obliga a tener distancia y a cumplir un papel muy

la reflexión. Por eso es tan importante que esos

diferente al de vanguardia ilustrada al que por

centros estén compuestos de personas formadas

momentos parecían aspirar.

académicamente, con vínculos docentes y académicos activos, que nutran y enriquezcan su

¿Qué pasa con los centros de estudio? Allí se

conocimiento. Si la universidad está expuesta a

lleva a cabo una investigación y una forma-

ser invadida por la lógica productivista, el cen-

ción distintas, pero que muchas veces se limi-

tro de estudios también lo está a la opinología y

tan a agendas particulares. Si bien nutren de

al activismo vacío, a volverse maquinaria de la

17


L A GRAN FRAC TU RA . C ONV E RSAC IÓN

“guerra cultural” que busca influir en la opinión

JA: Puede parecer que nos centramos sobre todo

pública con ideas preconcebidas y sin un trabajo

en la crítica de las universidades, más que en los

riguroso y constante de reflexión.

centros de estudio, que es donde estamos ubicados más claramente nosotros. Quizás porque

PO: Efectivamente, la lógica del fight tank es muy

cuando uno habla de ideas llega primero a la uni-

nociva, porque renuncia a la pretensión de influir

versidad que a espacios más intermedios como

con ideas y las reemplaza con ruido y propagan-

ese, pero la tensión entre política e ideas tam-

da constante. Esto refleja también la visión que

bién está alojada en los centros de estudio. Tiene

los financistas de ese tipo de centros tienen de

sentido que espacios de estudio busquen influir

las personas: tontos manipulables a través de la

en la fundamentación y orientación de la políti-

repetición constante de eslóganes.

ca, pero muchas veces terminan totalmente confundidos, y lo vemos en la instrumentalización

JA: Y esto explica también muchos recelos con

a la que los tiende a someter la política —que

los think tank, a veces justificados o compren-

esperan que sean algo así como su brazo intelec-

sibles, porque algunos se reducen a eso. Desde

tual, pero mera difusión de ideas ya establecidas

el IES hemos tenido que ir mostrando de a poco

por los partidos, y no instancia de crítica—, o

cómo se puede ser un lugar de pensamiento libre.

bien en la tentación de quienes se encuentran en

El objetivo es contibuir en el desafío de pensar y

esos espacios de reemplazar a la política. Ahí hay

explicar lo qué pasa, y cómo tomar postura fren-

un vínculo o una tensión que también hay que

te a ello. Algo que en la sociedad de la informa-

cuidar.

ción, paradójicamente, se vuelve cada vez más difícil. No hay de dónde sacar criterios para emi-

PO: Ahora, es clave que los think tanks no sean

tir un juicio sobre lo que sucede. A eso aportan los

espacios de formación disciplinar. No otorgan

centros de estudio.

títulos ni académicos ni profesionales. Eso les da libertades para organizarse que la universidad

PO: Es imposible influir con ideas sin discutirlas,

no tiene ni debe tener, pero también viene con

aterrizarlas y evaluar sus resultados en el mun-

costos y peligros propios.

do. La academia no se interesa mucho por eso, por lo que los think tanks resultan hoy el espa-

JA: De acuerdo.

cio adecuado para ello. Y también para formar comunidades de conocimiento que compartan

PO: Las universidades no pueden descansar en el

principios comunes, como una antropología

hecho de recibir cuantiosos fondos públicos para

cristiana. Como decía antes, hoy la configuración

declararse libres de los potenciales males de los

de la docencia universitaria hace muy difícil algo

think tanks. Esos fondos les dan la posibilidad de

así. Especialmente en humanidades y ciencias

consolidar altos niveles de libertad académica y

sociales, donde la destrucción posmoderna del

capacidad formativa. Y las universidades tienen

principio de verdad y de la tradición académica

el deber de perseguir lealmente esos fines. Pero

en esas áreas las ha vuelto lugares donde parece

nada lo asegura. El peor de los mundos posibles

que todo vale. Eso las convierte en presa fácil del

para una universidad es abusar de fondos públi-

activismo mediocre. Es decir, de la peor versión

cos para hacer proselitismo, adoctrinamiento y

de lo que puede hacer un think tank, pero además

activismo de cátedra. En el caso de los think tanks,

generosamente financiado con fondos públicos.

el gran desafío es mostrar seriedad y libertad reflexiva en el desarrollo de sus agendas. Y lograrlo

Pareciera que en los centros de estudio se repli-

es algo muy exigente a nivel institucional y pro-

can lógicas similares a las que tienden a domi-

fesional. Pero se puede. En ambos casos, por sus

nar hoy en los espacios más académicos…

frutos se reconocen.

18


FRANCISCA ECHEVERRÍA Y RODRIGO PÉREZ DE ARCE


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

E

propuesta

impulsaban las transformaciones. ¿Cómo era

constitucional en septiembre de 2022 aún no

posible que el pueblo de Chile se encontrara tan

ha sido procesado por el mundo intelectual y

distante de sus propias percepciones, anhelos e

político chileno. Un aspecto relevante de ese

ilusiones?

l

estrepitoso

fracaso

de

la

resultado es el papel que jugaron los intelectuales

Parte importante de quienes se dedican a estu-

en esa Convención y, en general, en el período de

diar la sociedad se encontró, por sorpresa, con un

crisis que cristalizó en Chile desde octubre de

abismo insalvable. Algo ocurrió en su compren-

2019. Aunque hay quienes persisten en atribuir

sión de la política, del papel de las ideas y de lo

el resultado a una campaña de desinformación,

que cabía esperar de una Convención que no tuvo

este puede ser leído como el rechazo al empeño

en cuenta ninguna de las señales de su creciente

por instalar un nuevo orden social y político a

distancia con el pueblo. Algo ocurrió para que se

partir de un marco de comprensión abstracto

aferraran ciegamente a sus banderas y dejaran

impulsado por algunos académicos; como la

de ver el país que estaba frente a sus ojos. Pero,

resistencia a un gran experimento nacional

para ser justos, no es la primera vez que acon-

desanclado de la realidad social chilena. En

tecía algo así en la historia de Chile. Tampoco es

efecto, es indudable la participación que tuvieron

un riesgo que pueda ser excluido del horizonte

en la Convención las ideas —y, en algunos casos,

futuro ni es patrimonio exclusivo de un sector

el influjo directo— de autores como Chantal

político, aunque en este caso las dimensiones de

Mouffe, Mariana Mazzucato o Fernando Atria y

la ceguera han sido formidables. Lo cierto es que

el compromiso de muchos actores políticos con

la distancia de las élites políticas e intelectuales

la instauración de esas ideas1.

con la realidad ha sido diagnosticada como par-

También resulta difícil negar la actitud entu-

te central de nuestra crisis, que es mucho más

siasta de parte importante del mundo académico

honda y más larga que cualquier actor específico.

frente al denominado “octubrismo” y ante la

La tendencia a aferrarse a ciertas ideas, a ciertos

primera parte del proceso constituyente. Toda

modelos teóricos, en lugar de buscar compren-

esta suerte de activismo intelectual parece ha-

der y orientar políticamente la sociedad real, es

ber tenido mucho que ver con el tono que impe-

parte de aquellos lastres de los que necesitamos

ró en el proceso y con las propuestas específicas

sacudirnos pronto si queremos superar la dislo-

del borrador. El 4 de septiembre, sin embargo,

cación social y política en que nos encontramos.

esas ideas se estrellaron contra un muro de rea-

¿Cuáles son las raíces conceptuales de esa

lidad que todavía mantiene perplejos a quienes

forma de ese activismo intelectual que insiste en instalar verticalmente determinadas ideas y

1

Académicos extranjeros como Joseph Stiglitz y Mariana Mazzucato parecen haber confirmado esta tesis al referirse a Chile como un laboratorio social, económico y político. “Mariana Mazzucato: “Muchos economistas en el mundo estamos mirando a Chile como experimento para matar el neoliberalismo” El Mercurio, 27 de octubre de 2022, y Joseph Stiglitz, “Gabriel Boric”, Time, 23 de mayo de 2022.

20

no consigue acortar su distancia respecto de la sociedad que en teoría busca comprender? El fenómeno puede ser visto a la luz del voluntarismo político que Mario Góngora describe como las “planificaciones globales” y como un intento de sustituir la auténtica deliberación política. Desde


allí se pueden ofrecer algunas pistas para una

partir de ciertas teorías —de la CEPAL, de cier-

nueva síntesis entre ideas y política en el Chile

ta tradición marxista o del Chicago-gremialis-

actual, que apunte a quebrar el ciclo de proyectos

mo—, con efectos significativos para millones

refundacionales que ha caracterizado nuestra

de personas, prescindiendo del modo de vida y

historia reciente.

las preocupaciones de esas mismas personas. La lógica del proyecto de la Convención Constitucional no fue distinta: las “grandes transforma-

La tentación voluntarista

ciones” debían llevarse a cabo a toda costa, sin La Convención Constitucional se presentó como

importar si los ciudadanos de a pie se resistían

un proyecto orientado a realizar “grandes trans-

a esas reformas, si las consideraban poco rele-

formaciones”, con un horizonte coincidente con

vantes de cara a sus necesidades o derechamente

el que se planteó el gobierno de Gabriel Boric

descabelladas. La idea de un Estado plurinacio-

(y que, al menos en el discurso, se ha manteni-

nal es quizás el ejemplo más nítido de ese vo-

do luego del plebiscito ). No es difícil encontrar

luntarismo: un concepto sin anclaje en la evolu-

paralelos entre ese fracasado proyecto constitu-

ción histórica del país y que los chilenos parecen

cional y las mencionadas “planificaciones glo-

haber percibido como una impostura —incluso

bales”: los intentos de modificar las diferentes

en las comunas que debieran haber sido más re-

esferas de la sociedad mediante la aplicación de

ceptivas a aquellas demandas—; un falseamien-

ciertas teorías en el plano político casi sin me-

to de la realidad. Pero para sus defensores, la ex-

diación, sin calibrar la distancia entre la reflexión

plicación de la resistencia ciudadana solo podía

2

académica y la toma de

encontrarse en el miedo

decisiones situadas en el

irracional, el engaño o la

tiempo y el espacio. Se trata de la ilusión de resolver problemas complejos con

La distancia de las élites políticas e intelectuales con la realidad ha

modelos cerrados y sim-

sido diagnosticada como parte

plificadores, que se pre-

central de nuestra crisis.

sentan

como

soluciones

ignorancia4. Según Góngora, ese impulso voluntarista se encuentra en las entrañas de la

política

contemporá-

nea, donde “el espíritu del

únicas a los imbricados desafíos que plantea la

tiempo tiende en todo el mundo a proponer uto-

realidad social .

pías (…) y a modelar conforme a ellas el futuro.

3

Para Góngora, los disímiles gobiernos de

Se quiere partir de cero, sin hacerse cargo ni de

Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende y Au-

la idiosincrasia de los pueblos ni de sus tradicio-

gusto Pinochet compartían esa pretensión. En

nes nacionales o universales; la noción misma de

efecto, pese a sus evidentes diferencias, parece

tradición parece abolida por la utopía”5. Ese mo-

haber algún paralelismo entre el proyecto de-

vimiento parece encontrar sus raíces en la idea

sarrollista de Frei, el socialismo a la chilena de

matriz de la modernidad ilustrada según la cual

Allende y la revolución ‘neoliberal’ de Pinochet:

todo es susceptible de ser transformado, reescri-

el esfuerzo de impulsar cambios estructurales a

to o manipulado6: una lógica de cierto progreso

2 Camila Vallejo, ministra vocera del gobierno, lo decía con una transparencia casi total a fines de diciembre de 2022: “Moderación no hay: el proyecto transformador y su espíritu se mantienen”. 3 Cf. Góngora, Mario. Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Santiago: Editorial Universitaria, 2006). Sobre la noción de “planificación global” y su vigencia en el Chile postdictadura, Cf. Francisca Echeverría, “El rediseño de Chile. La crítica de Góngora a las planificaciones globales”, Punto y coma 4, 36-41.

4 Por ejemplo, la convencional Manuela Royo: https://radio.uchile.cl/2022/07/02/manuela-royo-la-principal-mentira-que-se-ha-difundido-sobre-la-plurinacionalidad-es-que-el-estado-se-va-a-separar-eso-es-falso/ 5 Mario Góngora, Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 2006), 138. 6 Ver, por ejemplo, lo que describe Daniel Innerarity en Dialéctica de la modernidad (Madrid: Rialp, 1990).

21


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

ilimitado que conduce, en el terreno político, al

En contraste con ese empeño ciego, Chantal Del-

afán de rehacer completamente la sociedad.

sol acude a la imagen del jardinero para com-

El problema de la perspectiva voluntarista es

prender la naturaleza de la acción política9: su

que tarde o temprano termina por chocar con la

labor no consiste en arrasar y comenzar desde

realidad. Las sociedades humanas poseen una

cero, sino en reconocer lo que ya se encuentra allí

existencia previa, una historia, una dinámi-

para cuidarlo y hacerlo florecer. El voluntarismo

ca propia, y quien pretenda poner todo aquello

de pretender instalar formas políticas y sociales

entre paréntesis no puede sino encontrar resis-

que rediseñen completamente el mundo carece

tencia. Hace ya varias décadas Pedro Morandé

del elemental aprecio por la realidad, de la ca-

advertía sobre las dificultades que encontraría

pacidad de identificar aquello valioso que suele

cualquier proyecto de carácter desarrollista de

convivir con lo que requiere ser transformado. Y

no mediar una adecuada atención a la cultura lo-

carece también del conocimiento de la dinámica

cal, los modos de vinculación social, las institu-

libre de la praxis humana, que se resiste a ser en-

ciones, etc. . Sus conclusiones son convergentes

corsetada en esquemas teóricos estrechos.

7

con las de James Scott, quien analiza el fracaso de diversos esquemas estatales orientados a me-

La política como deliberación

jorar las condiciones de vida en distintos lugares del planeta. Para Scott, esos intentos parecen

El activismo intelectual —que asume la defensa

haber fallado precisamente por

voluntarista de determinadas

pretender controlar todos los

transformaciones

factores existentes y proceder

tiene dos caras: una que tras-

globales—

a partir de simplificaciones

Pretender instalar formas

pasa los límites de su propia

sobre el modo en que operan

políticas y sociales que

labor e invade indebidamente

los grupos humanos. Según

rediseñen completamente el

el campo de la decisión con-

este autor, solo la atención a las particularidades históricas permitiría reducir –sin nunca

mundo carece del elemental aprecio por la realidad.

disipar del todo– el riesgo de que la acción del Estado fracase8.

creta del gobernante, y otra que contrabandea ideas en la academia aun cuando implique sacrificar honestidad in-

telectual. En efecto, las distintas versiones de

El punto ciego de los proyectos de transforma-

las planificaciones globales están sostenidas por

ción vertical es la pretensión de que los pueblos

marcos dogmáticos incontrovertibles y que bus-

pueden ser sometidos indefinidamente, como si

can acotar lo más posible la cancha de la acción

sus criterios de referencia y sus modos de vida

política situada. La idea misma de “modelos” de

pudieran modificarse por decreto; como si la

desarrollo, que ha sido central en la discusión

realidad social fuera una materia inerte sobre la

chilena de las últimas décadas, parece desple-

cual las políticas públicas actúan sin más. Pero si,

garse en esta lógica: esquemas teóricos sobre

como indica la experiencia, una cultura arraigada

el alcance del mercado o el Estado que apuntan

posee consistencia propia y no es tan fácilmen-

a resolver de antemano decisiones particulares,

te maleable, la tozudez en ciertos “proyectos

como las relacionadas con la provisión de edu-

transformadores” solo puede agudizar la dis-

cación, salud o pensiones10. En esta óptica, no es

tancia entre quienes los impulsan y esa sociedad.

raro entender la política como el triunfo electoral

7 Pedro Morandé, “Identidad local y cultura popular”, en Aproximaciones a la identidad local (Santiago: División de Organizaciones Civiles, Ministerio Secretaría General de Gobierno, 1990), 21-34.

9 Chantal Delsol, La haine du monde. Totalitarismes et postmodernité (París, Cerf: 2016).

8 James C. Scott, Seeing like a State. How Certain Schemes to Improve the Human Condition Have Failed (New Haven: Yale University Press, 2020).

22

10 Sobre esta discusión, véase por ejemplo Fernando Atria et al., El otro modelo. Del orden neoliberal al régimen de lo público (Santiago: Debate, 2013) y Alejandro Fernández (ed.), El derrumbe del otro modelo. Una reflexión crítica (Santiago: IES, 2017).


sucesivo de unas teorías sobre otras, que se refutan de modo antagónico. Ganar elecciones consistiría fundamentalmente en el derecho a aplicar un determinado modelo conceptual a la sociedad y superar definitivamente el anterior. Ambas formas de voluntarismo se fundan en la creencia de haber hallado un marco comprensivo definitivo, que debe ser empujado contra todo en el aula y en la arena política, sin importar los sacrificios que se deban hacer en el nombre del credo elegido. Se trata de una visión de la política cercana a la pura fuerza, como la implantación unilateral de visiones de mundo y soluciones prefabricadas. La idea subyacente es pensar el gobierno como mera técnica: el supuesto de que es posible predefinir todos los procesos y controlar todos los resultados, como si gobernar fuera una acción destinada a conseguir un producto —como la labor de un pintor o un carpintero—, como si se trabajara con materiales y artefactos y no con personas. Desde esta lógica, es el teórico, el intelectual de

El redescubrimiento de la política como deli-

lo público quien mueve los hilos de ese “proceso

beración y como saber prudencial situado —que

productivo”: el político no sería más que un eje-

requiere poner en común una cierta cantidad de

cutor de la visión de otro, una especie de médium

razones y donde las soluciones no pueden encon-

pasivo de un pensamiento ajeno, que solo aplica

trarse de antemano— permitiría soslayar de al-

un modelo totalizante y cerrado.

gún modo estas dificultades. Ahora bien, ¿debie-

Así, pese a su diversidad, los proyectos volun-

ra una sociedad someter todo a deliberación? ¿No

taristas de transformación vertical poseen un

hacen falta ciertos fundamentos no controverti-

rasgo en común: son en cierto sentido antipolí-

bles? ¿Y no es acaso intrínseco al pensamiento

ticos, en la medida en que buscan instalar pers-

político y a la acción política el defender ciertos

pectivas teóricas que reemplacen la deliberación

principios que se consideran no negociables? Se

propiamente política. Las planificaciones globa-

trata objeciones relevantes, porque es indudable

les desconfían de la deliberación. En el caso chi-

que en una democracia sana no está todo some-

leno, tanto los gobiernos entre 1964 y 1990 como

tido a deliberación: la conversación política solo

la reciente Convención Constitucional presentan

es posible precisamente donde hay ciertos mí-

ese carácter antipolítico, al pretender sustraer

nimos compartidos. Pero esos mínimos pueden

ciertos temas de la discusión y zanjar cuestiones

fundamentar la vida en común solo si son efec-

sin mediar una auténtica discusión democrática:

tivamente compartidos y no impuestos vertical-

los cambios en la estructura de la propiedad, la

mente por una mayoría circunstancial. En otras

extensión de la lógica del mercado a los diversos

palabras, la convivencia requiere de un núcleo

campos de la vida social o la redefinición de Chi-

común no deliberado, pero eso no se alcanza

le como un Estado plurinacional se presentaron

mediante vetos decretados de manera unilateral.

como cuestiones de principio acerca de las que

La defensa legítima de la propia visión de mun-

no cabían mayores debates. La rebelión ciuda-

do y de ciertas soluciones políticas en el espacio

dana frente a esos supuestos dogmas ha tomado

público consiste fundamentalmente en el es-

formas diversas, pero más temprano o más tarde

fuerzo de persuadir a otros de su razonabilidad,

ha terminado por manifestarse.

y no en su imposición forzosa. Es lo que parecen

23


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

La CEPAL, fundada en 1948, es una importante fuente del pensamiento desarrollista de la segunda mitad del siglo XX. Fotografía: CEPAL, julio de 1968.

haber olvidado los miembros de la Convención

otro, permite romper la dinámica en que pare-

Constitucional y también muchos otros actores

ce encontrarse el país desde hace más de medio

de todo el arco político que, desde la comodidad

siglo. Esa nueva articulación entre teoría y praxis

que entrega la certeza absoluta, promueven sus

requiere, en primer lugar, que los intelectua-

caminos libertarios, ambientalistas o anticapi-

les redescubran su lugar en la escena pública.

talistas. La actitud contraria implica reconocer

Cuando quienes se dedican a la reflexión sobre

que la comunidad política está formada por una

lo político buscan comprender el mundo en lu-

pluralidad de voces dignas de ser escuchadas,

gar de convertirlo en un laboratorio de sus pro-

que sostienen ese mundo social compartido.

pias teorías, se ponen en condición de contribuir

Cuando el trabajo intelectual se vuelve activis-

con su específica aportación. Cuando ofrecen una

mo y unas pocas ideas copan el espacio político

mirada integradora que oriente las distintas fa-

bloqueando la deliberación, el teórico suplanta

ses del proceso político, dando razones sobre sus

al político y la labor de este último se convierte

posiciones normativas en lugar de un instructi-

en mera repetición de consignas. Se pierde, así,

vo de transformaciones con aire a manipulación,

cualquier posibilidad transformadora. Y, aunque

se alejan de la prepotencia intelectual y pueden

pueda resultar paradójico, en esa misma diná-

llegar a cumplir su propio papel de aportar luz

mica se degrada también la tarea intelectual: al

a las discusiones públicas. Solo así respetan el

aferrarse a ciertos marcos teóricos y planes de

ámbito de lo político y de la deliberación libre de

acción cerrados, renuncia a su misión de pensar

los ciudadanos y sus representantes. El efecto de

de modo libre sobre la realidad, a cuestionarse

esa tarea puede ser mucho más transformador

continuamente acerca de la sociedad que se en-

que el forcejeo por reconfigurar una sociedad a

cuentra más allá de los esquemas desde los cua-

partir de modelos abstractos, intentos que más

les reflexiona.

temprano que tarde terminan siendo superados. La tarea intelectual así entendida puede si-

Hacia una nueva síntesis

tuarse bajo la palabra responsabilidad, algo distinta al compromiso con que algunos abordan su

El regreso forzoso a la realidad tras el plebiscito

labor. La responsabilidad supone reconocer el

constitucional del 4 de septiembre constituye,

innegable vínculo entre el quehacer académico y

por un lado, una oportunidad única para explorar

la vida de la comunidad. En ese reconocimiento

una nueva relación entre ideas y política y, por

radica la distancia entre el intelectual y el

24


ideólogo. La conexión con la vida y el sentir de un

Todo esto supone que el político ponga cuanto

pueblo —que no se reduce a tener calle, sino que

esté a su alcance para cuidar ese mundo hecho

supone una mirada atenta a la historia, el arte,

de palabras en que consiste en buena medida la

la religiosidad, la vida económica, etc.— resulta

política, que luche activamente por protegerlo

imprescindible para no encapsularse en modelos

de la trivialización. Siempre está la tentación de

preconcebidos, por atractivos que parezcan. Esa

simplificar las ideas al máximo con tal de ganar

sintonía con lo real, unida a la fortaleza para no

popularidad, especialmente cuando las plata-

rendirse incondicionalmente a las “prioridades

formas que proveen las redes sociales premian

ciudadanas”, protegen al trabajo intelectual de

la extravagancia y las posturas antagónicas.

devenir en activismo, mera afirmación de tesis,

Pero en muchos sentidos, ser político y tiktoker

en lugar de indagación intelectual honesta.

o influencer son tareas incompatibles. Quien lo

Por parte de los políticos, una nueva síntesis

pretenda corre el riesgo de degradar la palabra

entre ideas y acción supone asumir plenamente

política hasta volverla irrelevante y, de paso, de-

la responsabilidad en la decisión política situa-

precia su propia función. Todos pierden cuando

da y requiere también de una especial atención

la política se transforma en el campo de batalla

a la palabra política. La deliberación es un proce-

por la palabra de mayor volumen o impacto y

so esencialmente comunicativo, de modo que la

deja de decir algo relevante.

palabra es el hilo que conecta razones y acciones,

Tras las diversas versiones del voluntaris-

pensamiento y praxis. Se gobierna de manera

mo antipolítico —del intento de instalar por la

auténtica —en el sentido de orientar sin mani-

fuerza una cierta visión de sociedad— parece

pular— cuando el discurso político entra en sin-

encontrarse un mismo escepticismo sobre la po-

tonía fina con lo real, desde la apertura a la re-

sibilidad de diálogo racional. Si las distintas pos-

flexión del intelectual y el contacto del político

turas normativas son reflejo de un antagonismo

con la sociedad que busca conducir. Únicamente

insoluble, entonces solo cabe imponer la visión

esa palabra sintonizada parece capaz de persua-

propia. Si no es posible dar cuenta racional de

dir y movilizar desde dentro la voluntad popular

ninguna concepción de mundo, si no hay corres-

en una cierta dirección. Sin esa palabra conecta-

pondencia entre ningún discurso y la realidad,

da, mediada por la reflexión intelectual y el pen-

lo único que queda es la fuerza. Solo una palabra

samiento del mismo agente político, este se que-

verdadera, una palabra abierta a lo real, podría

da sin herramientas para llevar a cabo su tarea.

salvar a la política de su autodestrucción.

Francisca Echeverría es Ingeniera Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de los Andes (Chile), y estudiante del doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Heidelberg (Alemania). Es también investigadora del Centro de Estudios e Investigación Social Signos de la Universidad de los Andes (Chile). Rodrigo Pérez de Arce es abogado y magíster en sociología por la Pontificia Universidad Católica de Chile, subdirector de desarrollo del IES y autor de Contra todo lo podrido. Una crónica sobre nacionalismo chileno (Planeta, 2022).

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Doctor en filosofía y reconocido profesor de filosofía política y social en distintas instituciones, las reflexiones de Innerarity son seguidas con mucho interés en nuestro país. Recientemente galardonado en España con el Premio Nacional de Investigación en Humanidades, el pensador vasco considera que nuestro modo de pensar la democracia como forma de gobierno no está a la altura de la complejidad del mundo en que vivimos. En esta entrevista aborda los cambios que la figura del intelectual clásico tiene en este nuevo contexto, donde el saber está más fragmentado y la sociedad es menos jerárquica. “Seguimos pensando el mundo como un conjunto de elementos que se relacionan, y no como un sistema global compuesto de elementos. Eso nos torna frágiles debido a que las interacciones han adquirido, por así decirlo, vida propia”, afirma en esta conversación.

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L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA

C

on algo de humor y bastante de verdad, el

Desde esa perspectiva ¿cuáles son los intelec-

diario español El País caracterizó a Daniel Inne-

tuales que le despiertan, si no fascinación, al-

rarity (Bilbao, 1959) como un “pandemócrata”.

guna admiración?

El prefijo de origen griego que indica totalidad no le viene mal a quien ha dedicado gran parte

Admiro a los intelectuales que estudian, sienten

de su trabajo intelectual a estudiar la democra-

curiosidad, no están demasiado seguros de sí

cia actual y a preguntarse cómo se puede gober-

mismos, que prefieren tener colegas que discí-

nar con eficacia y justicia en sociedades cada vez

pulos, cuya capacidad de aprender no disminuye

más totales, horizontales y “contagiosas”, como

con la edad… De los contemporáneos que más he

mostró la reciente pandemia.

aprendido destacaría Habermas, Beck y Luh-

En el marco de sus reflexiones, Innerarity ha

mann. Y detesto la asociación de esa figura con el

escrito sobre los cambios y la evolución que ha

genio. A Stockhausen le preguntaron en una en-

sufrido la figura del intelectual clásico, “aquel

trevista si era un genio y el compositor contestó:

que florecía en una sociedad más jerárquica y

“alguien tenía que serlo”. Una cierta inflación en

vertical”. Asimismo, ha abordado su transfor-

el uso de este término es lógica si pensamos que

mación en un contexto de saber fragmentado,

la necesidad social de tener genios y de venerar-

una ‘sociedad del desconocimiento’ —como él

los, así como la reclamación de ser tratado como

mismo la ha bautizado— cada vez más cons-

tal, están más extendidas que la realidad de ser-

ciente de su no-saber y “que progresa, más que

lo. Pero la figura del intelectual se ha democrati-

aumentando sus conocimientos, aprendiendo

zado mucho, afortunadamente.

a gestionar el desconocimiento en sus diversas manifestaciones”.

OCASO DEL INTELECTUAL CLÁSICO

El autor de libros como Una teoría de la democracia compleja (2019), Pandemocracia (2020) y

¿Cuándo se empieza a poner en duda la figura

La sociedad del desconocimiento (2022) y de co-

del intelectual tradicional? ¿Percibe algún pun-

lumnas en los periódicos hispanos El País y La

to de inflexión?

Vanguardia ha definido al intelectual tradicional, con algo de escepticismo, como “alguien que pa-

Pienso que se debe a la confluencia de diversos

recía disponer de una visión de conjunto que le

fenómenos, especialmente la desideologización

permitía hablar con autoridad de casi cualquier

que tuvo lugar con el final de la Guerra Fría, la

cosa y se relacionaba verticalmente con una

extensión de la formación a amplias capas de la

masa de seguidores fascinados”. Esa fascinación

población y la explosión de los saberes técnicos

es la que se habría desvanecido en una socie-

y científicos con la consiguiente fragmentación

dad con mejor formación, “lo cual no significa

del saber, que hacía menos verosímil la idea de

necesariamente una ciudadanía menos crédula

que alguien singular pudiera disponer de una vi-

ante el exceso de información del que dispone”,

sión unitaria del mundo.

señala el filósofo político.

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¿Influye también el fenómeno previo que se vi-

Eso que llamamos sociedad del conocimiento es

vió en los años sesenta y setenta, cuando varios

una sociedad donde se ha producido una implo-

intelectuales se convirtieron en enceguecidos

sión de centros y personas que saben. La primera

defensores de regímenes como la Unión Sovié-

democratización de la figura del intelectual se

tica y China?

debe a su multiplicación y diversidad.

Sin duda, el descrédito de ciertos compromisos

¿No deja un espacio vacío?

intelectuales con esos regímenes tuvo mucho que ver con esa pérdida de credibilidad. Dedi-

Mi consejo es construirse un observatorio plural,

carse a la tarea intelectual no le ahorra a uno la

recurrir a pensadores de distintas disciplinas,

posibilidad de cometer errores de ese estilo ni

con sesgos ideológicos que puedan contradecirse

le inmuniza contra la fascinación ideológica. El

y corregirse mutuamente. A falta de alguien que

trabajo intelectual no tiene por qué ser incompa-

nos ofrezca una fórmula para explicarlo todo,

tible con la modestia.

podemos al menos disponer de una paleta de interpretaciones de la realidad que nos impidan

Históricamente, parece haber sido la derecha

dejarnos seducir por una única fórmula para ex-

el sector político que ha tenido mayor descon-

plicarlo todo.

fianza hacia la figura del intelectual y que incluso ha apostado, en ciertas ocasiones, por

Pero hoy la figura del “experto” parece desper-

una posición antiintelectual.

tar tanto o más desconfianza que el intelectual clásico y poderoso. ¿ Se relaciona con la “cacofonía

Con frecuencia se achaca a

de los expertos” que usted

la izquierda haberse hecho con el espacio intelectual y

El problema no es que la

no nos preguntamos qué ha

ciudadanía sepa muy poco,

pasado para que la derecha haya desertado del deba-

sino que nadie sabe lo suficiente.

te de las ideas. Sé que estoy

ha descrito? La democracia no puede ser rescatada de la ignorancia pública en virtud de unas

generalizando un poco, pero me parece que las

élites supuestamente bien informadas y con me-

personas con sensibilidad de izquierdas suelen

jor criterio. Es poco verosímil que una democra-

sentirse más atraídas por la vida intelectual y las

cia sea capaz de seleccionar a sus expertos sin

de derechas por el mundo de los negocios. Por

controversias significativas (al menos que sean

otra parte, el sesgo ideológico va por facultades,

los expertos quienes seleccionen a sus expertos,

como corresponde al tipo de estudios de que se

lo que, por un lado, implicaría una regresión al

trata: los juristas suelen ser más conservadores

infinito y, por otro lado, supondría dar por su-

que los politólogos, por ejemplo. En cualquier

puesta la unanimidad entre ellos). La selección

caso, me parece una pena que en cada espacio

de expertos requeriría una idea clara de en qué

profesional tienda a configurarse un estereoti-

consiste un saber experto y de qué modo pode-

po que se reproduce por imitación o cooptación,

mos identificar a sus potenciales detentadores,

pero que reduce esa diversidad cognitiva en la

una tarea muy problemática, que en ocasio-

que florece la vida intelectual.

nes no tenemos más remedio que hacer y que siempre puede ser discutida. Dado que no existe

EL EXPERTO VERSUS EL INTELECTUAL

algo así como una “expertise política”, entonces mejorar el conocimiento no resuelve del todo

Se ha referido a la progresiva “democra-

nuestros problemas políticos; seguirá habiendo

tización” del intelectual. ¿Cómo entiende

problemas políticos especialmente controverti-

ese proceso?

dos y un desacuerdo social aunque hubiéramos realizado todo el esfuerzo posible en conseguir

29


En la fotografía, Daniel Innerarity con el filósofo alemán Jürgen Habermas.

el mejor conocimiento de su dimensión fáctica

expertos sino uno que, habiendo prestado a los

o tecnológica.

expertos toda la atención que parece razonable,

Precisamente, en Chile un “panel de expertos”

cerlo antes, sin haber recabado el parecer de los

es parte del nuevo proceso de elaboración de

expertos, es una idiotez; no dar esta voz final a la

una nueva Constitución. Muchos se quejaron

gente es antidemocrático.

termina dando la voz al pueblo soberano. Ha-

de la falta de especialistas en la pasada Convención Constituyente, que hubiesen orientado

TERTULIANOS Y OPINÓLOGOS

un proceso que resultó caótico y cuyo resultado fue rechazado por votación popular. ¿Le parece

La democratización del intelectual no impli-

una buena o mala idea?

ca, según Innerarity, que el nivel del debate haya mejorado en un universo donde todos (o

Los “expertos sin respaldo popular” están pre-

muchos) opinan. “Al opinador habitual le sue-

sentes en muchas instituciones de la democra-

le faltar la distancia necesaria, no solo frente a

cia. A ellos les debemos una peculiar visión sobre

los acontecimientos, sino también y principal-

las cosas que puede ser de gran utilidad. La clave

mente frente a los discursos dominantes. Esa

del éxito está en contrastar su opinión con la de

distancia —aunque sea, como dice Walzer, una

otras personas con una diferente versión de la

cuestión de centímetros— solo puede cultivar-

realidad, como quienes provienen de los partidos

se mediante la reflexión y la teoría”, asevera.

o de la sociedad civil, siempre que no olvidemos

“La opinión pública suele centrar su atención en

que al final la democracia no es un sistema de

asuntos políticos banales, agitación superficial y

30


una oposición ritualizada. Escasea una forma de

lo suficiente. La figura del intelectual valía para

crítica que examine las premisas públicamente

sociedades verticalmente organizadas y jerár-

aceptadas a partir de las cuales se describen los

quicas, pero su autoridad se debilita, afortuna-

problemas”.

damente. Unos y otros son voces importantes —dignas de consideración, pero no únicas— a la

¿Piensa que existe algún antídoto contra este

hora de llevar a cabo decisiones colectivas. Junto

fenómeno en la era de las redes sociales?

a ellas, la figura del tertuliano nos recuerda que la democracia es una discusión entre personas

Recomendaría pluralizar los registros de la aten-

que opinan, con distinto grado de cualificación,

ción: me parece muy interesante asomarse a las

por supuesto, y no un lugar donde el común

redes sociales y combinarlo con otro tipo de lec-

de los mortales obedece a unos clarividentes

turas, textos y ritmos. Es muy dañina la “dieta

o asiste al debate entre unos pocos declara-

informativa” poco variada.

dos competentes.

En este contexto también ha defendido el apor-

haya quien se atreva a dar una opinión acer-

te de la figura que ha bautizado como “el tertu-

ca de acontecimientos del mundo sobre los que

liano”. ¿Cómo la definiría?

todavía no hemos tenido mucho tiempo de re-

Creo que es valioso que en nuestra sociedad

flexionar. Nos abren así un Cuando

oímos

la

pala-

bra “ tertuliano” tal vez se nos vengan a la cabeza sus peores

representaciones:

quienes hablan de todo sin

primer camino para transi-

Dedicarse a la tarea intelectual no le ahorra a uno la posibilidad de cometer

saber de nada, que interrum-

errores ni le inmuniza contra la

pen e insultan, que prefieren

fascinación ideológica.

tar en el mundo acelerado en el que vivimos, pero harán falta también otras lecturas, un horizonte reflexivo que exige una temporalidad distinta del que dispara a bocajarro. ¿Por qué contraponer

el espectáculo a la argumentación. Evidentemente no estoy elogiando a los

un saber a otro cuando podemos beneficiarnos

peores ejemplares de la especie, sino a lo que

de ambos?

significa que una democracia se entienda como una discusión entre personas que opinan y no

PROFUNDOS, OSCUROS, CRÍPTICOS

tanto entre quienes supuestamente saben; como un debate entre iguales y no como un discurso

Entre los fenómenos de las últimas décadas,

elitista.

tal vez uno de los que ha incrementado la brecha de la ciudadanía con el mundo intelectual

¿Qué propiedades y virtudes tendría este ter-

y académico es la llamada “tiranía del paper”,

tuliano?

que ha desmotivado la publicación de los libros de difusión de ideas o tesis intelectuales ante

Pensemos en esta figura como alguien que opi-

la urgencia, para los profesores universitarios,

na sin poder permitirse el lujo de haber estudia-

de publicar artículos en revistas especializadas

do a fondo el tema en cuestión y sobre todo que

(so pena de caer en el ostracismo o descrédito

lo hace en un contexto de pluralidad y debate

académico). Un fenómeno que se conjuga, en

abierto. Esto es lo que mejor simboliza a la hu-

muchas instancias de las ciencias sociales, con

manidad actual en su combate contra la inevi-

el uso de un lenguaje cada vez más críptico, le-

table ignorancia en la que nos sitúan los graves

jano y “deconstruido”, para —supuestamen-

problemas que tenemos y que nos convierten a

te— estar a tono con la profundidad de la teoría

todos en ignorantes. El problema no es que la

expuesta. Una “distancia intelectual artificial”,

ciudadanía sepa muy poco, sino que nadie sabe

según Innerarity.

31


L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA

¿Se ha abusado del lenguaje críptico y distante en el mundo intelectual?

una pasión moderada y qué clarividente termina siendo el análisis de quienes se resisten a condenar al mundo en nombre de lo ideal. Los errores

Hay una distancia intelectual que se consigue no

de los intelectuales deberían habernos enseñado

por la excelencia de lo que se piensa, sino difi-

a desconfiar de los habituales sesgos de nuestro

cultando artificialmente la comprensión de lo

trabajo, especialmente de aquellos que nos incli-

que se piensa. Las buenas teorías ya tienen su

nan a ser siempre “críticos”.

complejidad y no es necesario que les añadamos ninguna dificultad intencional. La larga tradi-

HUMANIDADES Y POLÍTICA

ción de artistas que compensan su mediocridad llevando una vida maldita y adornándose con

Ha dicho que “ojalá el mundo intelectual cola-

los estereotipos del desorden genial tiene hoy su

bore más con la política” ¿Cómo se logra esta

correspondencia en unos intelectuales que de la

mayor colaboración y presencia, considerando

profundidad solo se han quedado con la oscuri-

la debilidad que viven hoy las humanidades?

dad. El valor de una teoría no depende de su inaccesibilidad popular.

Si existe alguna debilidad hoy en las humanidades no es porque su función se haya vuelto inne-

¿El medio es el mensaje?

cesaria o no sea demandada, sino porque tenemos más

Lo que no está bien dicho no está bien pensado. Este im-

Las pretensiones de exactitud

perativo vale para el alumno

han dado lugar a decisiones

que trata de disculparse y

irracionales y solo las culturas de

para el intelectual que intenta aumentar su prestigio con un lenguaje innecesa-

interpretación han conseguido corregir su inexactitud social.

riamente oscuro.

problemas de los que podemos resolver. No hay desafío importante en el mundo actual que no implique una apelación a las humanidades y las ciencias para completar el cuadro. La experiencia nos muestra que no es sen-

sato prescindir de estos modos de conocimiento, Asimismo, hoy la política es un espacio donde

especialmente en contextos de gran compleji-

hoy impera una gran carga de emocionalidad,

dad. Si pensamos en casos como la crisis provo-

exacerbada por las redes sociales. ¿Le corres-

cada en buena medida por la matematización de

ponde a quienes realizan el trabajo intelectual

la economía o en los desequilibrios ecológicos

introducir la cuota de racionalidad necesaria en

que implican ciertas tecnologías, lo que nos en-

el debate?

contramos es que las pretensiones de exactitud han dado lugar a decisiones irracionales y solo

La tarea intelectual no es contrapuesta a las emo-

las culturas de interpretación (esos entornos

ciones; de hecho, hay muchas de ellas detrás del

críticos en los que se interroga por la inserción

trabajo del pensamiento, como la admiración,

social de las tecnologías, se discuten sus apli-

la indignación o el desprecio. Pero hay un conjun-

caciones sociales, se hacen valer criterios éticos

to de emociones que Locke amaba, las “pasiones

y políticos) han conseguido corregir su inexac-

tranquilas”, y que con el tiempo se manifiestan

titud social. Creo que la intuición interpretativa

como más poderosas y transformadoras que el

que practican las humanidades tiene un enorme

radicalismo, tantas veces improductivo, con que

valor epistemológico y prudencial en espacios de

a veces se gesticula desde una supuesta supe-

gran incertidumbre, como son los de las socieda-

rioridad intelectual. Cuánta fuerza hay detrás de

des contemporáneas.

32


Por último, ¿cómo articular al mundo de las

con una terminología freudiana. Se trata de un

ideas y el de la política, en una democracia

marco que obliga a elecciones trágicas desde el

compleja y amenazada por males como el po-

punto de vista de nuestras convicciones demo-

pulismo?

cráticas, pero también para la eficacia de nuestros sistemas de gobierno: quien se desentiende

El populismo es también una construcción in-

de la complejidad termina gobernando inefi-

telectual, un producto de ciertos intelectuales.

cientemente, pero quien solo se deja guiar por

Por otra parte, si el populismo es una amenaza

criterios técnicos olvida las obligaciones de legi-

para la democracia, no lo es menos el elitismo

timación, y en ambos casos se acaban lesionando

tecnocrático. Nuestro gran desafío es suturar esa

tanto las exigencias de la eficiencia como las de

escisión entre razón y emociones, entre princi-

la democracia.

pio de realidad y principio de placer, por decirlo

La sociedad del desconocimiento Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2022 256 páginas

Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2020 160 páginas

Una teoría de la democracia compleja. Gobernar en el siglo XXI Daniel Innerarity Galaxia Gutenberg, 2019 448 páginas

33



1

“L

a centroderecha tiene hoy una de las me-

jores generaciones intelectuales de las últimas

incidente de los expertos fue el corolario natural de ese proceso.

décadas. (…) Pero la tragedia es que, con esca-

Nada asegura, sin embargo, que este promi-

sas excepciones, la derecha política no parti-

sorio cuadro vaya a proyectarse en el tiempo: el

cipa de estos debates ni recoge estos aportes”.

desafío constitucional es fundamental, pero el

Así resumía Max Colodro, en marzo de 2022,

debate político no se agota ahí. Por lo demás, es

una de las principales características de la de-

innegable que la relación entre política e ideas ha

recha posdictadura . Hoy, después de la exitosa

sido compleja en la órbita de la actual oposición.

campaña para el plebiscito del 4 de septiembre,

De hecho, autores como Joaquín Fermandois su-

a primera vista el escenario parece más aus-

gieren que el problema es de larga data y, en al-

picioso. En efecto, la apuesta narrativa por una

guna medida, consustancial al realismo o prag-

“buena y nueva Constitución” reflejó cierta

matismo —a la preocupación por el “es” antes

proximidad entre las directivas de Chile Vamos

que por el “deber ser”— que suele caracterizar a

y un amplio elenco de académicos, columnistas

las derechas en general3.

2

e intelectuales. Además, permitió no solo forta-

Si lo anterior es plausible —es decir, si este

lecer los vínculos con otros referentes y grupos

mundo político tiene especial dificultad a la hora

políticos de centro y centroizquierda, sino tam-

de fundamentar con solidez sus planteamientos

bién levantar una agenda propositiva luego del

y así favorecer una mejor articulación entre

monumental triunfo del Rechazo. El “Acuerdo

diagnósticos, discursos e ideas—, se vuelve aún

por Chile” con sus bases constitucionales, repre-

más necesario intentar comprender las causas

sentantes electos al modo del Senado y presencia

que han agudizado el distanciamiento entre dirigentes políticos e intelectuales. Después de todo,

1

Este texto es una versión corregida y ampliada de tres publicaciones de prensa, dos aparecidas en Reportajes de El Mercurio (23 de enero y 17 de abril de 2022), y otra en Ex-Ante (27 de noviembre de 2021).

2 En Bárbara Vial, “La derecha, vista desde afuera”, en Reportajes de El Mercurio (27 de marzo de 2022).

en este ámbito se juega una clave relevante a la

3 Joaquín Fermandois, “¿Qué futuro tiene la díada derecha-izquierda?”, Estudios Públicos, 60 (1995). Véase también su texto “Indigencia de ideas: la derecha en Chile”, Estudios Públicos, 138 (2015).

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L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

hora de conseguir (o no) dotar de mayor densi-

la legitimidad, y que en la vereda contraria había

dad y fuerza persuasiva al mensaje de este sector.

un grupo de políticos y académicos dispuestos a

Las líneas que sigue buscan ayudar en esa tarea y

explotar ese tópico sin pudor ni piedad.

delinear algunos pasos a seguir.

Esa insistencia no proviene solo de una convicción teóricamente fundada —las ideas tienen consecuencias—, sino también de más de

La cuestión generacional

una década de disputas con el ambiente político Un primer elemento que pareciera incidir en

del cual emergieron tanto las principales men-

aquel distanciamiento es la diferente trayectoria

tes del fracasado órgano constituyente como

vital de unos y otros. Si se atiende a los ejemplos

los dirigentes que hoy habitan La Moneda. Los

ofrecidos por Colodro (“Pablo Ortúzar, Daniel

parlamentarios y partidos de la actual oposición

Mansuy, Hugo Herrera, Josefina Araos, Natalia

padecieron demasiadas dificultades para captar

González y varios otros”), un factor común es

este punto.

haber crecido, estudiado y trabajado en demo-

Lo anterior no impidió que algunos de estos

cracia. Este dato no es trivial: se trata de personas

intelectuales pudieran anticipar ciertos proble-

que siempre han gozado de libertad para partici-

mas y tendencias ideológicas que luego irrumpi-

par en un debate público abierto, incluyendo la

rían con fuerza. Quizá el caso más notorio sea la

creación e integración de nuevas instituciones y

repercusión y valoración que alcanzó en ciertos

centros de estudio. Además, si bien muchos de

círculos el libro Nos fuimos quedando en silencio.

ellos suelen examinar con

La agonía del Chile de la

suma atención la historia

transición, de Daniel Man-

de nuestro país, sus inquietudes tienen que ver

Cuando el columnista o intelectual

ante todo con el presente

dibuja diagnósticos y orientaciones

y el futuro. A diferencia de

generales, en el fondo le

quienes tenían hasta hace poco las riendas de los partidos, esta nueva gene-

reconoce al político su dignidad y responsabilidad como dirigente.

suy. No obstante, dicha anticipación tuvo severas dificultades para impactar en los círculos partidarios del sector. ¿Qué otros factores incidieron, además del generacional?

ración mira las querellas del ciclo Frei Montalva-Allende-Pinochet con

División del trabajo

distancia no solo política, sino vital. Esta variable también ayuda a comprender su

Para responder esa pregunta es pertinente volver

permanente insistencia en ir más allá de la ges-

a reparar en el perfil del listado enunciado por

tión y tomarse en serio el plano de las ideas: los

Colodro —aunque hay otros ejemplos—, pues

adversarios naturales de estos columnistas e in-

rápidamente se nota su relativa diversidad. Se

telectuales han sido, básicamente, los dirigentes

observan diferentes formaciones disciplinarias e

e ideólogos del Frente Amplio. Y entre unos y

intelectuales, también distintos estilos y priori-

otros hay diferencias importantes. Mientras los

dades. Algunos trabajan juntos y otros no; varios

académicos e intelectuales de derecha en gene-

de ellos incluso han tenido diferencias públicas

ral no militan ni han sido candidatos, varios de

entre sí4. Esta pluralidad de lentes y perspectivas

los referentes ideológicos de la nueva izquierda

es compleja de aceptar y de procesar para el am-

sí transitaron a la primera línea política (basta

biente político en general, y para el centro y la

recordar a Fernando Atria y Jaime Bassa en la fallida Convención). Con todo, hace más de diez años diversos exponentes de esta generación de intelectuales de derecha vienen advirtiendo en todo tipo de tribunas que los mayores debates de nuestra época residen en el ámbito de la justicia y

36

4 Por ejemplo, Hugo Herrera fustigó al equipo a cargo de Juan Luis Ossa que intentó colaborar con la fallida campaña presidencial de Sebastián Sichel. Además, en varias ocasiones Herrera ha disparado al bulto contra quienes trabajan en centros de estudio afines a la centroderecha.


derecha en particular. Como ha subrayado Joa-

la decisión propiamente política. Y esto es algo

quín García-Huidobro , sus dirigentes estaban

que siempre debe recordarse: la praxis política

acostumbrados a vérselas con bloques mucho

no puede construirse desde la academia. Intentar

más homogéneos.

hacerlo conduce a abstracciones desconectadas

5

Cabe detenerse, además, en lo que podría lla-

de la realidad en el mejor de los casos, y a pro-

marse un problema de expectativas. En términos

yectos de ingeniería social o planificación global

simples, el político típicamente aspira a reci-

en el peor de ellos.

bir algo así como un recetario o instructivo de-

Naturalmente, los columnistas y académicos

tallado con los pasos a seguir. En cambio, suele

con interés en lo público siempre pueden hacer

mirar con distancia e incluso recelo la clase de

mejor las cosas —y nadie es buen juez de su pro-

diagnósticos, reflexiones y orientaciones más

pia causa—, pero lo cierto es que los políticos

amplias que suelen delinear quienes cultivan

en varias ocasiones han confundido los planos,

las humanidades y ciencias sociales. En ese tipo

esperando que los intelectuales les digan qué

de contribuciones es donde más pueden apor-

hacer, mientras que en otras instancias han re-

tar los intelectuales, pero muchos dirigentes o

accionado con amargura o molestia ante la crí-

parlamentarios aspiran solo a la “minuta” del

tica. Crítica que, además, resulta inseparable del

momento. Insumos como estos pueden ser úti-

análisis coyuntural y la tarea intelectual, y que

les para sortear la coyuntura, pero vivir presos

ayuda a advertir puntos ciegos relevantes. “Otra

de la hora presente o solo reaccionando ante ella

cosa es con guitarra” han dicho pública o sote-

perjudica la propia actividad del político. Esta

rradamente algunos dirigentes, mientras no han

actitud hace difícil que los dirigentes del sector

faltado quienes desafían a los intelectuales “a

pasen a la ofensiva y sean capaces de rayar la

meter las patas al barro”, sin diferenciar entre el

cancha, lo que obviamente debería importar al

rol de unos y otros, e ignorando el beneficio que

político con altura de miras.

supone un diálogo basado en el aporte comple-

Pero, llegados a este punto, la fractura entre

mentario de estas distintas esferas.

ambos mundos se vuelve aún más paradójica.

Curiosa e irónicamente, con excepción de la

Por un lado, ya antes de la fallida Convención

cuestión constitucional, la derecha ha tenido

varios de los columnistas e intelectuales vincu-

escasa sensibilidad para comprender las bonda-

lados al centro y la derecha habían participado de

des de esta división del trabajo, pero es funda-

manera activa y entusiasta cuando fueron con-

mental que cada cual cumpla su papel. Es ver-

vocados a instancias de difusión o interlocución

dad que urgen candidatos y parlamentarios con

política. El problema quizá residió en que esas

mayor contenido, e intelectuales que dialoguen

mismas instancias luego serían minusvaloradas

de modo activo y permanente con ellos, pero

por los propios dirigentes (basta recordar el con-

rara vez conviene identificar de manera acrítica

sejo ampliado de Chile Vamos o el “Manifiesto

sus tareas o funciones (y si alguien lo duda, no

por la República y el buen gobierno”, coordinado

hay mejor ejemplo que el extraviado papel que

por Andrés Allamand y Hernán Larraín).

desempeñaron algunos integrantes de la malo-

Por otro lado —y más significativo aún—,

grada Convención).

cuando el columnista o intelectual dibuja diag-

La pregunta que sigue pendiente es por qué,

nósticos y orientaciones generales, sin bajar

pese a todos los esfuerzos desplegados en los

al detalle de la política concreta, le reconoce al

últimos años, ha sido tan difícil articular esas

político su dignidad y responsabilidad como di-

dimensiones en el lado derecho del espectro. La

rigente, su campo de acción específico. Porque,

historia reciente entrega algunas pistas.

a fin de cuentas, él tendrá la última palabra en La cultura del veto 5 Ver más en Joaquín García-Huidobro, Comunidad. La palabra que falta (Tirant Humanidades: Valencia, 2020), 96 y ss.

Al comienzo decíamos que el problema de la relación entre política e ideas en la derecha parece

37


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

ser de larga data. No obstante, las lógicas impe-

El mejor ejemplo consiste en lo que ayer y hoy

rantes en las últimas décadas tienen sus singu-

se comprendió como la imperiosa necesidad de

laridades. Abordar este tema en pocas líneas no

defender la nueva institucionalidad —el “mode-

es sencillo, porque tanto Jaime Guzmán como

lo” — ante cualquier tipo de amenaza. Sin per-

los “Chicago boys” generan adhesión y polémi-

juicio de honrosas excepciones, en el Chile de los

ca hasta hoy. Nadie discute, sin embargo, su in-

noventa y dos mil la sede política no fue conce-

fluencia en la nueva institucionalidad que impu-

bida por parte de la derecha como una instancia

so la Junta Militar después del golpe de Estado,

para anticiparse y promover a tiempo las refor-

cuyo sello fue la articulación de una democracia

mas en salud, educación o pensiones, sino como

protegida y un acentuado liberalismo económi-

una actividad orientada ante todo a defender la

co. De hecho, cuando el otrora hombre de con-

legitimidad de las propias posiciones. Lo con-

fianza de Sebastián Piñera, Rodrigo Hinzpeter,

trario ha sido denunciado de modo sistemático

instaló el debate sobre una nueva derecha hacia

como “entreguismo” o, en el léxico concertacio-

el año 2010, muchos creyeron que dicha articula-

nista, como autoflagelante: “hacerle el juego a

ción quedaría en el pasado.

la izquierda”, según se objeta en forma expresa

A primera vista, las diferencias de estilo, énfa-

o soterrada.

sis e ideas entre el piñerismo y el proyecto guz-

No deja de sorprender la persistencia de esta

maniano son elocuentes. Mientras el expresi-

actitud a través del tiempo. Así fue al momento

dente sustentó su trayectoria en un pragmatismo

de discutir las reformas políticas desde el go-

ajeno a casi cualquier compromiso doctrinal, el

bierno de Aylwin (y por eso Andrés Allamand,

asesinado senador siem-

juzgado en el plebiscito

pre enfatizó las con-

de entrada de 2020 como

vicciones como motivo último de la acción política (de ahí su insis-

Puede trazarse una continuidad desde la derecha noventera hasta el segundo

tencia en los “principios

mandato de Piñera; una continuidad

conceptuales sólidos” y

marcada por la “cultura del veto”.

los “valores morales ob-

el padre del Rechazo, era visto a comienzos de los noventa como el paladín de la derecha liberal); así fue ante el debate del plan Auge en el go-

jetivos y graníticos”). Y si Piñera se enorgullece

bierno de Lagos, y así fue también a la hora de

de haber votado “No” y de su discurso sobre los

reaccionar frente a la crisis que explotó en octu-

“cómplices pasivos” para los 40 años del gol-

bre de 2019. De esta manera, puede trazarse una

pe de 1973, tanto Guzmán como sus discípulos

continuidad desde la derecha noventera hasta

creían que el principal artífice de la transición a

el segundo mandato de Piñera; una continuidad

la democracia era el propio régimen de Pinochet;

marcada por la “cultura del veto”, la excesiva

no Patricio Aylwin ni los firmantes del Acuerdo

confianza en los instrumentos tecnocráticos y la

Nacional de 1985 (sin ir más lejos, las memorias

calificación apresurada de inconstitucionalidad

del exministro del Interior de la dictadura, Sergio

en contra de muchas propuestas simplemente

Fernández, se titulan Mi lucha por la democracia).

inconvenientes.

Pero las apariencias engañan. No se trata de

Al fin y al cabo, en los instantes decisivos siem-

negar las particularidades de una u otra fac-

pre se trató de preservar el “modelo”. Pero no de

ción, sino de advertir que durante las últimas

preservar a partir de la reforma y de la mejora,

décadas han predominado y permanecido una

sino más bien bajo la lógica del inmovilismo. La

serie de lógicas que han sido transversales en la

interrogante por los cambios culturales, sociales

centroderecha; lógicas que, en último término,

y políticos que podían promoverse desde la pro-

remiten precisamente a la conjunción de libe-

pia identidad nunca fue prioritaria antes del ple-

ralismo económico y democracia protegida que

biscito de salida. Dicho de otro modo, fue solo

impregnó a este sector luego de la restauración

estando al borde del abismo que las cosas cam-

democrática.

biaron un poco. Ese déficit, muy arraigado, nos

38


Fotografía: Archivo de la Fundación Jaime Guzmán.

remite a un episodio que podría parecer anec-

eternización de la óptica de Guerra Fría?, ¿la fo-

dótico, pero que ilustra a la perfección el cuadro

silización de las últimas ideas de Guzmán?, ¿el

someramente descrito en estas líneas. En 1988,

olvido de su plasticidad?, ¿la falta de recambio

de cara al plebiscito que daría fin al régimen de

generacional?), en la alianza de centroderecha

Pinochet, Cristián Larroulet y Sebastián Piñera

llegaría a ser hegemónica aquella perspectiva en

debatían en televisión —uno a favor del Sí y otro

virtud de la cual la conexión vital y la observa-

del No—, pero a la larga trabajarían juntos con

ción atenta de la realidad brilló por su ausencia

un alto grado de confianza y cohesión. Y eso fue

en demasiadas ocasiones. Es verdad que Chile,

vaticinado por el propio Larroulet en ese panel:

a diferencia de lo que creyó e impulsó cierta iz-

efectivamente terminaron “con Sebastián en la

quierda, no quería una refundación. Pero tam-

misma trinchera”.

bién es verdad que la derecha tuvo demasiados

Con mayor o menor justicia, es muy probable

problemas para captar y empujar reformas ins-

que tanto Piñera como Larroulet sean recordados

piradas en los propios ideales. Hechas las sumas

como los más connotados exponentes de aquella

y las restas, las presidencias de Sebastián Piñera

perplejidad que explicitara Patricio Melero, his-

no fueron la excepción.

tórico diputado UDI, expresidente de ese partido y posterior ministro del trabajo del expresidente

El legado

Piñera. Para Melero, después del estallido social “lo más duro ha sido constatar que el modelo en

Sería exagerado atribuir todos los males de un

el cual creímos, con tanta fe y convicción, de que

sector a un solo dirigente, sobre todo cuando se

era el más adecuado para generar el cambio y el

sufrió una oposición tan despiadada como la que

paso de Chile al desarrollo, no fue asimilado ni

padeció Sebastián Piñera en su segundo manda-

entendido por el conjunto de la sociedad” (La Se-

to. Según veíamos recién, varios de sus defectos

gunda, 6 de diciembre de 2019).

—como la dificultad de tomar el control de la

Como ha subrayado Daniel Mansuy, no parece

agenda a partir de una hoja de ruta propositiva—

fortuito hablar de “fe”. Por motivos misteriosos

tienen antecedentes en las dinámicas propias de

y que deberán continuar siendo explorados (¿la

la derecha posdictadura.

39


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

El presidente Sebastián Piñera recibió, en enero de 2019, al político y ensayista inglés Jesse Norman en el Palacio de La Moneda.

No obstante, esos problemas y la distancia en-

apuntalar nuevos liderazgos, la relevancia de in-

tre las esferas política e intelectual alcanzó nive-

corporar la variable sociológica a los análisis, la

les inusitados en el gobierno anterior. Más allá de

necesidad de adelantarse a la cuestión constitu-

excepciones puntuales, en ellos primó la excesi-

cional, y así6.

va confianza en los instrumentos económicos,

Aunque resulte ingrato, es necesario recordar

las encuestas, el Big-Data o, en el mejor de los

esas dificultades: es la única manera de sacar las

casos, los círculos de trato puramente personal.

lecciones del caso. No aprender de sus errores ni

Ni la interlocución política ni la discusión doc-

discutir a tiempo sus disensos le pasó la cuenta a

trinaria e ideológica fueron una prioridad para

la fenecida Concertación. La centroderecha debe

el expresidente, y eran esos los ámbitos donde

evitar cometer el mismo error. Urge reconocer

podía cultivarse una actitud más propositiva y

que al volver al poder este sector estaba llamado

reformista, así como una relación más cercana

a tomarse en serio los cuestionamientos sobre la

entre políticos, de un lado, y la nueva generación

justicia y legitimidad del Chile postransición. En

de analistas e intelectuales, de otro.

particular, las deudas en materia de protección

Sumidos en la dinámica de lo inmediato, se ol-

social —educación, salud y pensiones—, donde

vidó que la reflexión intelectual es irremplazable

hace años se ubican (junto con la lucha contra

para operar sobre la realidad. Más todavía cuando

la delincuencia) las prioridades ciudadanas más

se buscaba proyectar a la coalición en el tiempo

acuciantes.

—se habló de ocho años de gobiernos de centro-

De hecho, Piñera volvió a La Moneda con un

derecha— o, al menos, lograr un andamiaje de

mensaje centrado en la “clase media protegi-

ideas que le permitiera sostener su trabajo en el

da” y sus voceros programáticos de la campaña,

mediano y largo plazo. Así, la derecha perdió una

como Gonzalo Blumel y Mauricio Rojas, subra-

oportunidad inédita para impulsar un proyecto

yaban la necesidad de articular el mérito con la

político de largo alcance. Columnistas y académicos advirtieron en reiteradas ocasiones sobre los vacíos, carencias y decisiones que condujeron a este escenario. Entre otros, los problemas de diseñar gabinetes sin los debidos contrapesos políticos e intelectuales —si algo se extrañó para la crisis de octubre fue esto—, la importancia de

40

6 Entre muchos otros ejemplos posibles, véanse las siguientes columnas de Daniel Mansuy y Pablo Ortúzar una vez nombrado el gabinete de Sebastián Piñera II: https://www.latercera.com/voces/ sobredosis/, http://www.quepasa.cl/articulo/politica/2018/01/todos-los-amigos-del-presidente. shtml/


solidaridad. El gobierno, sin embargo, no cum-

Por lo demás, quizá la respuesta está más cer-

plió sus promesas (y todo esto antes del estalli-

ca de lo que se piensa. Basta recordar el notable

do): primero vino la borrachera electoral, luego

proceso de vacunación masiva, donde el gobier-

las prioridades fueron zigzagueantes y, final-

no anterior sí fue exitoso y la centroderecha tiene

mente, concluyó su primer año sin instalar nin-

legítimas credenciales que exhibir.

guna agenda relevante.

Este proceso no puede imitarse sin más —no

En paralelo, el Presidente cambió de opinión y

deben olvidarse sus dificultades de financia-

apareció cediendo o incluso golpeando a parte de

miento—, pero transformó e integró la operación

su electorado —sin ningún rédito político— en

de la red pública y privada, funcionó de manera

temas muy sensibles, desde el cambio de sexo

descentralizada, priorizó a los más vulnerables

en los menores de edad hasta el aforo permitido

y, pese a otorgar un papel protagónico al Estado,

para el culto religioso, pasando por la objeción

reconoció la legitimidad de diversas lógicas ins-

de conciencia institucional y varios otros asun-

titucionales. En efecto, se basó en la cooperación

tos. Todo esto confirmaba la dispersión de ideas

de múltiples actores, estatales y particulares,

y objetivos. En rigor, sus atisbos de narrativa

con y sin fines de lucro, nacionales y extranjeros.

fueron contradictorios desde el primer día. Se

Un ejemplo privilegiado de cómo lo público, si

hablaba de diálogo, de grandes acuerdos y de

bien no se agota en lo estatal, requiere mayores

segunda transición, pero también de “gobernar

esfuerzos de todos.

sin complejos”, lo que se tradujo en un gabine-

¿Por qué la derecha no podría establecer, en

te comandado por sus cercanos y desdibujado al

base a esa experiencia, un horizonte de cambios

poco andar.

reales y fundados en la colaboración social, que

Visto en retrospectiva, los errores previos y

permitan jugar a la ofensiva y competir con los

posteriores a octubre de 2019 fueron en gran

planteamientos de la nueva izquierda —que no

medida el corolario de un errático diseño inicial.

desaparecerán del mapa más allá de su mal go-

El legado estuvo muy lejos de los “tiempos me-

bierno—? En otras palabras, un entramado de

jores” prometidos, y políticamente está marcado

reformas imaginado desde la propia identidad y

por una serie de derrotas históricas, cuyas máxi-

el propio ideario, que apunte a disminuir la in-

mas expresiones fueron el traspaso de la banda

certidumbre y el costo de la vida de las familias

presidencial a Gabriel Boric y una Convención

chilenas.

con claras mayorías de izquierda, cuya derrota

En ese desafío puede ser útil examinar con

fue a pesar (y no gracias) al gobierno del expre-

mayor detención el trabajo que distintas perso-

sidente Piñera.

nas e instituciones han desarrollado durante los

Nada de esto es trivial. Si —como sugirió el

últimos años en el campo de las ideas. Después

historiador Gonzalo Vial— ser de derecha es ante

de todo, no habrá proyecto propio sin reconocer

todo cultivar una actitud escéptica ante los pro-

la importancia de la reflexión intelectual y la ob-

cesos revolucionarios, apostar por un reformis-

servación sociológica. La historia reciente es elo-

mo decidido es una obligación política y moral.

cuente al respecto.

Claudio Alvarado es director ejecutivo del IES y director de la revista Punto y coma. Es abogado y magíster en derecho constitucional de la Pontificia Universidad Católica de Chile y estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes (Chile). Es profesor de derecho constitucional en la Universidad Católica y autor de Tensión constituyente (IES, 2021), entre otras publicaciones.

41


42


En marzo de 2022, seis meses antes del plebiscito, Alfredo Joignant —doctor en

Ciencia Política, consejero del Servel y destacado participante de la discusión pública—

advertía sobre el riesgo de fracaso de la Convención Constitucional. Atribuía este peligro al encapsulamiento de algunos convencionales: actuaban en una burbuja que les impedía atender al cambiante sentir del país. Pero ¿en qué medida se trataba solo de un problema de aquel órgano? La degradación de la política nacional, los distintos problemas intelectuales que se viven a su izquierda y derecha, la figura del intelectual público y la relevancia de la política identitaria son algunos de los temas que aborda en esta entrevista. Para Joignant, el desafío es claro: lograr una sana relación entre el mundo de las ideas y de la acción política es un empresa tan compleja como necesaria.

PERFORMANCE Y FRAGMENTACIÓN Las actitudes circenses que hemos visto con

Pero decías que esa era solo una parte de la ex-

frecuencia en el parlamento suelen llevarte a

plicación…

una reacción particularmente molesta. ¿Cuán sintomáticas te parecen de nuestra crisis esas

Hay otra explicación, casi de época: el imperio

actuaciones?

de las redes sociales en una sociedad del espectáculo ofrece la promesa de trascender e impac-

Las explicaciones del payaseo parlamentario o,

tar durante un rato, gozando de algún tipo de

mejor dicho, del componente cada vez más tea-

protagonismo sin posteridad para quien realiza

tral y performático de la política en congresos

su performance por Twitter, Instagram u otras

y parlamentos, no son simples. Una parte de la

plataformas, o simplemente en televisión, con la

explicación se encuentra en la proliferación de

complicidad activa de los periodistas que no sa-

partidos, debido a la ausencia de umbrales anti-

ben discriminar qué cosas vale la pena informar.

fragmentación, lo que repercute en partidos más indisciplinados (sobresalir entre 21 partidos no

Es claramente un problema global, ¿no?

es fácil en Chile), y en protagonismos individuales para hacerse ver y existir entre 155 diputados.

En Chile el fenómeno es más pronunciado en un

Esta es la razón de por qué el payaseo tiende a ser

contexto de reglas políticas y constitucionales en

más importante en asambleas grandes: en Chile,

disputa, que no logran estabilizar la competencia

más en la Cámara de Diputados que en el Senado.

política para acatar formas socialmente legítimas 43


L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA

y sus contenidos más sustantivos. Como la Cons-

la acción que será muy difícil erradicar, y eso se

titución de 1980 opera de modo fáctico, sin apego

medirá en el tiempo largo de la historia).

emocional ni social a ella, subvertir las reglas a través del espectáculo se ha transformado en una

Parece un marco muy estrecho para pensar la

conducta esperable (y esperada por los medios y

seguridad social…

los analistas). Cada payaseo es un acto de subversión de las reglas, especialmente constitucio-

El problema se hace binario: reparto versus ca-

nales, con consecuencias insospechadas sobre la

pitalización individual, en donde el reparto ca-

legitimidad de un orden político que se encuen-

rece de realidad para las personas comunes y

tra en construcción.

corrientes, independientemente de sus condiciones económicas de (im)posibilidad. Es como

LOS RETIROS Y NUESTRA CRISIS

una promesa abstracta sobre el futuro, frente a lo concreto de un retiro (“son mis platas”), que

Los retiros de fondos de pensiones incluyeron

ya se ha producido en el pasado. No hay espacio

todo ese género de performance, pero además

para incorporar la incidencia del problema de-

pusieron de manifiesto problemas intelectua-

mográfico chileno, el envejecimiento acelerado

les muy centrales: falta de visión de largo plazo,

de la pirámide poblacional, eventualmente fre-

disposición a destruir sin estar construyen-

nado por la inmigración, la idea de un sistema

do alternativas en paralelo, etc. ¿Cómo es que

mixto, el tipo de sociedad que se deriva de un

cuestiones tan elemen-

esquema de goce de de-

tales se han ido erosio-

rechos sociales desco-

nando?

Me parece que la crisis intelectual

modificados y, en gran medida,

sustraídos

de

En la discusión por los

de la derecha chilena es de menor

la esfera del mercado. El

retiros, hay muy poco es-

envergadura que la que afecta

gran problema de este

pacio para la racionalidad y los efectos económicos

a la izquierda.

adversos implicados. El

mundo alternativo, socialdemócrata, deseable desde mi punto de vis-

origen de la espiral inflacionaria chilena tiene

ta, es su abstracción tras décadas de hegemonía

un importante componente local en los retiros,

neoliberal. La erosión política y sobre todo inte-

el que se articula con un fenómeno inflacionario

lectual en esta legítima discusión, que conlleva

global. Es un terreno de disputa ideológica muy

elementos técnicos, es muy profunda.

importante en el que se apela a dos cosas contradictorias.

En el drama de los retiros se perdían no solo preocupaciones centrales para la izquierda, que

¿Cuáles serían ellas?

te preocupan a ti, sino también cuestiones básicas para todo el sistema político y la cultura

Por un lado está la debacle de la marca AFP y sus

nacional. ¿Cuáles son hoy las grandes similitu-

distintas expresiones comerciales (epítome del

des y diferencias entre la crisis intelectual de la

neoliberalismo y de la comodificación de los de-

derecha y la de la izquierda?

rechos sociales, en este caso, las pensiones); por otro lado está la creencia de que las personas son

Aquí hay continuidades históricas en las identi-

dueñas de sus fondos y pueden hacer con ellos lo

dades y formas culturales de izquierdas y dere-

que se les plazca en un contexto de dificultades

chas. En las izquierdas políticas la sofisticación

económicas (lo que apela, a su vez, a creencias

de su pensamiento (hoy muy heterogéneo) y la

y conductas económicas sobre las que descansa

densidad intelectual han sido rasgos permanen-

el neoliberalismo chileno, es decir, a una cultu-

tes, mientras que en las derechas políticas no

ra y su conjunto de disposiciones orientadas a

se observa el mismo espesor. Con esto no estoy

44


destacando ningún tipo de superioridad intelec-

subrepticiamente dependiendo de las circuns-

tual. Es tan solo un rasgo constitutivo de izquier-

tancias, incluso saltándose las formas demo-

das y derechas políticas, lo que se ve bien en la

cráticas y representativas, como Nicolás Maduro

dificultad que tienen los intelectuales, como por

en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua, en

ejemplo del IES o del CEP, en vincularse eficaz-

aras de producir un cambio y de representar de

mente con la política de partidos, en el sentido

algún modo al “pueblo”. La derecha intuitiva-

de pesar en la reflexividad general de la derecha

mente encuentra figuras simples para dotarse de

política. Pese a todo, me parece que la crisis inte-

una concepción de mundo que haga socialmente

lectual de la derecha chilena es de menor enver-

sentido sin revolucionarlo: la patria, la oferta de

gadura que la que afecta a la izquierda.

seguridad física, es decir, dos universales vitales en los que muchas y muchos chilenos pueden

¿Por qué?

fácilmente reconocerse, al punto de estar dispuestos a renunciar a una parte relevante de su

Antes que nada, porque transformar el orden

libertad, como con Bukele en El Salvador.

establecido sin que esa transformación sea leída como gatopardismo (como en la crítica de

LOS UNIVERSALES Y LA POLÍTICA

Tomás Moulian) supone movilizar grandes can-

IDENTITARIA

tidades de recursos, partiendo por los recursos intelectuales para disputar la hegemonía. En

Hablabas de las figuras simples o universales a

este aspecto se había ganado mucho en las lu-

las que puede acudir la derecha. ¿Cuál es el pro-

chas sociales e intelectuales del 2011-2012, des-

blema de la izquierda con los universales?

de las luchas estudiantiles hasta la propuesta contrahegemónica de El otro modelo.

En este terreno la dificultad de la izquierda es mayúscula porque son sus universales clásicos

Eso no ocurriría en la derecha...

los que se encuentran en crisis luego de la transición hacia un mundo posindustrial, en el que

La derecha no necesita gastar mucho recur-

las redes sociales exacerban los particularismos

so intelectual para modificar el orden sin sub-

identitarios, socavando comunicativamente la

vertirlo. Insisto en esto para marcar la di-

potencialidad de universalizar experiencias de

ferencia con la izquierda, cuyo inconsciente

clase o las luchas por la igualdad salarial o en el

revolucionario o refundacional puede irrumpir

trabajo. Intuitivamente, la izquierda ha visto en

45


L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA

las identidades de grupos oprimidos una opor-

y movimientos sociales es difícil, y en ningún

tunidad para reinventarse. Ha sido un reflejo

sentido opera como correa de transmisión. El

correcto adherir a esas causas, mecánico, muy

libro de Lilla, de gran influencia en la vida po-

parecido a lo que es un reflejo condicionado ante

lítica estadounidense, está ganando importancia

un estímulo, pero lo que se pierde de vista es que

en Chile, porque el impacto de las políticas de la

sin universales simplemente no hay izquierda

identidad encarnadas por movimientos sociales

posible, y aun menos una sociedad alternativa

ha sido muy importante en el mundo universita-

caracterizada por “la cooperación en la comuni-

rio. Si bien el libro interroga críticamente lo que

dad”, en donde la libertad emerge de la comple-

se encuentra detrás de las políticas de la iden-

mentariedad mutua.

tidad, el driver, está también la pregunta por la extracción social de la dirigencia de las izquier-

Eso se ha visto en Chile…

das, y en Estados Unidos del Partido Demócrata. Y este patrón ha mutado profundamente.

Esa ha sido mi crítica principal al Frente Amplio y a lo que fue la Convención Constitucional,

¿Dónde ves ese cambio?

y no veo comprensión de los límites de las políticas de la identidad. Hace poco tiempo atrás,

Tanto en el Frente Amplio como en el Partido So-

Göran Therborn señalaba en la New Left Review

cialista se aprecia una creciente influencia inte-

de septiembre-octubre 2022 que “el capitalis-

lectual y protagonismo político de generaciones

mo industrial mutó en

altamente educadas. En el

una forma de capitalismo

Frente Amplio derecha-

financiero-digital que no produce o desarrolla a sus

Vi en muchos de mis colegas

propios adversarios”. Hay

y amigos una genuina adhesión

allí una verdadera intuición, algo muy relevante, una forma de organización del capitalismo en clave digital que no registra

tanto al proceso constituyente como al texto de nueva Constitución, pero que pagaron al precio fuerte de renunciar a la reflexividad.

ni produce oponentes. La

mente lideran a los partidos que conforman esta coalición,

mientras

que

en el socialismo están en disputa por el recambio generacional; la sub 40 socialista es de alta calidad, y ya veremos cómo se resuelve la circulación

pregunta es por qué, y la respuesta va por la di-

de las élites socialistas. Lo interesante es que

ficultad de pensar causas universales a partir de

la posibilidad del recambio generacional ya se

soportes sociales y materiales (fábricas, vecin-

encuentra presente en los hechos, y es una cues-

darios, etc.) y grupos que sean portadores de es-

tión de tiempo que se materialice.

tas causas sin quedar atrapados en los particularismos de puzles identitarios que son imposibles

¿Y cómo te explicas que la mentalidad identita-

de escalar políticamente.

ria haya llegado a obstruir de modo tan intenso nuestra libertad intelectual y transformar tan

Mark Lilla notaba que el Partido Demócrata de

claramente las prioridades? ¿Qué tipo de salida

generaciones pasadas había sacado sus líderes

le ves?

de un vasto elenco de movimientos sociales, mientras ahora la dirigencia es primordial-

Lo que no era predecible en este estallido identi-

mente de extracción universitaria. ¿El mismo

tario que es analizado por Lilla es la centralidad

patrón de la izquierda chilena en la última dé-

que alcanzó la cancelación, verdaderos lincha-

cada, o no?

mientos en el espacio público que no se justifican de ninguna manera, y que además son amplifi-

Gran pregunta a la que no tengo una respues-

cados a través de las redes sociales. El ‘wokismo’

ta clara. La relación entre partidos de izquierda

y la cancelación han hecho a menudo imposible

46


Daniel Mansuy, Cristóbal Bellolio y Michael Sandel son, para Joignant, voces que protagonizan algunos de los debates intelectuales contemporáneos.

la vida intelectual, no solo en Estados Unidos,

colegas y amigos una genuina adhesión tanto

sino también en Chile. No creo que sea un ras-

al proceso constituyente como al texto de nue-

go de época, sino una reacción visceral de gru-

va Constitución, pero que pagaron un alto precio

pos que por décadas, y eventualmente por siglos,

por renunciar a la reflexividad. Hoy en ellos pre-

fueron oprimidos y humillados. Para que esto se

domina el silencio o la austeridad en la opinión.

revierta se necesitan liderazgos del tipo Martin

Esto no quiere decir que no hayan habido voces

Luther King, cuyo poder de denuncia de la dis-

universitarias que alertaron sobre un naufragio

criminación y segregación racial estuvo siempre

de la Convención: hoy se olvida, pero quienes

acompañado por una representación optimista y

criticamos y alertamos sobre los excesos de re-

fraterna del futuro.

tórica y contenido, y sobre la ceguera de que no estaba siendo considerada la derecha debido a su

LA ACADEMIA Y LA FIGURA DEL INTELEC-

suicidio electoral de mayo de 2021, fuimos seve-

TUAL PÚBLICO

ramente funados y criticados por “amarillismo”, blandura y cosas por el estilo que no son de muy

Antes hablábamos de cómo la crisis intelectual

alto calibre intelectual. Pero tienes un punto.

del mundo político cristaliza en asuntos como la política de retiros. Pero la Convención tal vez

Ahora bien, al margen de sus problemas, pa-

nos permitió ver la crisis intelectual del mundo

rece que estamos frente a una academia más

académico, que no fue capaz de levantar a tiem-

preocupada por la vida pública que antes. Vein-

po voces de alarma respecto de un proceso que

te años atrás las librerías no estaban llenas de

iba camino al fracaso. ¿Cómo te explicas eso,

textos sobre Chile, hoy eso claramente ha cam-

considerando la fuerte presencia de la izquierda

biado. ¿Cuáles te parecen ser las tareas pen-

en el mundo académico?

dientes para una relación sana de la universidad chilena con nuestra política?

Pues claro, tienes razón; el mundo académico generó una relación pasional con la Convención

Este punto que señalas forma parte de las cosas

y se privó de la sana distancia con su objeto de

positivas que veo en la esfera pública chilena.

pasión (pero sobre todo de estudio e interven-

Percibo a colegas (de izquierdas y derechas) que

ción: es como si Bourdieu y sus enseñanzas so-

han abandonado el complejo de incursionar en la

bre la distancia objetivante que es necesario

esfera pública medial por razones de alergia a no

construir y mantener con su objeto de estudio

ser comprendidos. Hoy veo a cientistas políticos,

no hubiesen existido). Yo vi en muchos de mis

filósofos, juristas, historiadores y sociólogos (en

47


L A GRAN FRAC TU RA . E NTRE V IS TA

estos últimos hay un gran cambio) que gastan

también tributario de su estrategia de difusión

tiempo en transformarse en intelectuales pú-

de ideas vía podcasts, programas de radios, emi-

blicos, a sabiendas de que es una función que las

siones YouTube, y así sucesivamente.

universidades no premian y que supone, además, correr riesgos.

¿Cómo ves este panorama en nuestro país?

Hay avances, entonces…

En Chile estamos un poco atrasados en esto. Veo a Daniel Mansuy con una columna regular en El

Lo que está verdaderamente pendiente es rees-

Mercurio y con su propio podcast en T13 Radio

tablecer una relación honesta entre la política de

(“Réplica”), es decir, con un uso de recursos que

partidos y la academia. Se ha avanzado en esto,

trascienden la belleza del libro que lamentable-

pero el mundo de los partidos es muy mañoso,

mente pocos leen. También veo a Cristóbal Be-

bañado en el orgullo de creer conocer lo que los

llolio en el mismo ejercicio, y esto irá en ascenso.

chilenos quieren (una afirmación en extremo

¿Significará esto que los intelectuales públicos

dudosa), en circunstancias de que tienen que

ganarán poder en el futuro? No lo sé, ojalá, pero

aprender a ser generosos en el acto de escucha

al mismo tiempo su opinión que interviene en la

de intelectuales que llevan años pensando so-

esfera pública los transforma en agentes que no

bre determinadas zonas de la realidad. No nos

podrán ser fácilmente olvidados.

hemos dado cuenta, pero la producción de los inte-

Hoy el socialismo demo-

lectuales públicos chilenos

crático destaca como una

ha tenido consecuencias: acabamos de publicar con

Lo que está verdaderamente pendiente es reestablecer una

Tomás Undurraga y Manuel

relación honesta entre la política

Gárate un artículo sobre las

de partidos y la academia.

voz de experiencia dentro del gobierno, pero ¿lo ves nutriéndose de fuentes intelectuales propias, que le permitan proyectar a futu-

batallas culturales que han sido protagonizadas por intelectuales públicos

ro algo distinto de la mentalidad predominante

chilenos, desde Alberto Mayol hasta Rölf Luders,

en el Frente Amplio?

a propósito del “modelo” de desarrollo chileno con importantes consecuencias en la discusión

El socialismo democrático es la fuerza que se

pública.

encuentra en mejor pie para emprender su reinvención, descubriendo y elaborando nuevos uni-

¿Qué tanto ha variado en tiempos recien-

versales. Para lograrlo, se necesita un doble ba-

tes la figura del intelectual público? Hace

lance. En primer lugar, entender cabalmente lo

un tiempo escribiste sobre la irrupción de

que fue la socialdemocracia clásica entre 1945 y

un

con

1975, con su promesa de derechos sociales uni-

sus propias características y la misma pan-

versales y los pactos de clase que tuvieron lugar

demia fue un ejemplo de discusión global.

en ese perímetro: si bien la Unidad Popular fue

espacio

intelectual

internacional

un proyecto revolucionario, estoy convencido de Es un tema muy complejo, porque para enten-

que su trasfondo era una socialdemocracia ra-

der el rol que cumple el intelectual público es

dicalizada. En segundo lugar, evaluar correcta y

importante tener a la vista la transición desde

serenamente los años de gobierno de la Concer-

la era análoga a la era digital, en la que ciertos

tación y de la Nueva Mayoría. Ojalá que el Frente

intelectuales públicos se desempeñan. El éxito

Amplio sea capaz de sumarse este ejercicio, así

de Michael J. Sandel, autor del best seller La tira-

como el PC: no me parece evidente que esto pue-

nía del mérito, no se explica solo por la brillantez

da ocurrir.

de las ideas contenidas en sus libros: el éxito es

48


Ilustración: Alejandra Acosta

49


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

¿Q

Prieto, Manuel Bulnes y Manuel Montt), a los que

la política y el poder? ¿Fue influyente? ¿Fue

él mismo se encargaba de responder desde el Se-

escuchado? ¿Dejó algún legado? Si todo ello es

nado. Todo esto sin hablar del impacto nacional

afirmativo, ¿qué nos dice sobre nuestro presente?

e internacional de sus tratados y escritos sobre

ué relaciones tuvo Andrés Bello con

De la relación de Bello con el poder basta con

derecho, gramática y educación.

mencionar su rápido ascenso de oficial segundo

Bello impulsó el reconocimiento de la inde-

en el gobierno de la Capitanía General de Vene-

pendencia por parte de España (tema tabú en

zuela a secretario de la Junta Central de Vacuna,

su momento), la abolición de los mayorazgos y

luego a Comisario de Guerra y, posteriormente,

diversas políticas de salud pública, estadística,

a editor del periódico oficial Gazeta de Caracas.

pesos y medidas, e infraestructura. En cuanto a

Todo esto antes de cumplir los treinta años. Sus

otras habilidades, corrigió traducciones de la Bi-

nombramientos aparecen debidamente firmados

blia, gestionó el matrimonio de Manuel Bulnes

por el rey Carlos IV, a cuya persona y monarquía

con la hija de Francisco Antonio Pinto, redactó

dedicó poemas tales como “Oda a la vacuna” y

múltiples documentos y tratados internaciona-

“Venezuela consolada”. Aún más veloz fue su

les y se dio el tiempo para formar a una genera-

ascenso durante la primera junta de gobierno,

ción de estadistas. Algunas de sus polémicas son

que le encomendó la célebre respuesta al Conse-

justamente célebres.

jo de Regencia y luego lo designó, junto a Simón

Una de ellas fue sobre la enseñanza del latín y

Bolívar y a Luis López Méndez, como miembro

del derecho romano, lo que a su vez se vinculaba

de la primera misión diplomática a Londres.

con el restablecimiento de las relaciones diplo-

En la capital del imperio británico se desem-

máticas con España. Nombrado por el gobierno

peñó como secretario de la legación de Chile y

de Prieto para una comisión cuyo fin era evaluar

luego de la Gran Colombia de Simón Bolívar; re-

la enseñanza del derecho en el Instituto Nacional

dactó un importante documento dirigido al Papa

en 1832, Bello recomendó que el derecho roma-

Pío VII y publicó revistas de carácter cultural y

no tuviese un papel más central en el currículo,

político, primero promoviendo la monarquía

enseñándose más temprano y por dos años, en

constitucional y luego el sistema republicano de

lugar de uno. “El curso principal de esta profe-

gobierno. Contratado en Londres por el gobier-

sión”, indicó, “es el del Derecho Romano”, pues-

no de Chile, en nuestro país se desempeñó como

to que tal cuerpo de leyes “es el origen y fuente

oficial mayor del Ministerio de Hacienda y luego

de todos los derechos”. Por lo mismo, resultaba

de Interior y Relaciones Exteriores; fue senador

indispensable la enseñanza complementaria de

de la república por tres períodos consecutivos de

la lengua latina. El tema no escapó a la atención

nueve años cada uno; fue fundador y rector de la

de José Miguel Infante, quien exclamó en El Val-

Universidad de Chile, ejerciendo por tanto el rol

diviano Federal: “¡Bello plan para la república!”

de superintendente de la educación pública. Re-

agregando que “Se oye nuevamente en las es-

dactó además el Código Civil que todavía nos rige

cuelas de derecho repetir como en el tiempo

(más allá de sus reformas) y, asimismo, los dis-

de la servidumbre que tienen fuerza de ley las

cursos de tres presidentes consecutivos (Joaquín

Respuestas de los Prudentes, los Edictos de los

50


Pretores, la voluntad del Príncipe… ¿Se pretende

en mayor o menor medida, todos los intelectua-

acaso que revivan? Si no es así, ¿para qué imbuir

les jóvenes de la época), revela las cercanas rela-

a la juventud en lecciones de despotismo?”. En

ciones entre la literatura y la política a mediados

su respuesta, Bello señaló que el derecho romano

del siglo XIX. Se trata de la distinción entre cla-

era “la fuente de la legislación española que nos

sicismo y romanticismo. Según Sarmiento, la ju-

rige”. En efecto, la legislación vigente, hasta la

ventud chilena sufría una suerte de encogimien-

promulgación del Código Civil dos décadas des-

to creativo debido a la influencia neoclásica de

pués, era precisamente la española, y el gobierno

Bello. Sin embargo, el autor de origen venezolano

de Prieto lo reiteró el primero de marzo de 1837.

había explorado los temas del romanticismo du-

Para esa época, Bello ya se encontraba redactan-

rante su estadía en Londres. Si bien celebraba los

do los primeros artículos del Código Civil, des-

aportes de Madame de Staël, Victor Hugo, Walter

tacando que, mientras la nueva legislación civil

Scott y Lord Byron, se preocupaba por la versión

no entrara en vigor, seguiría vigente la anterior.

hispanoamericana del romanticismo, que con-

Relacionado estrechamente con la enseñan-

sideraba como “licencia” (opuesta a la libertad

za del latín y el derecho romano se encontraba

ordenada). Como expresó en 1841, “En literatura,

el restablecimiento de las relaciones con Espa-

los clásicos y románticos tienen cierta semejanza

ña luego del fallecimiento de Fernando VII. Be-

no lejana con lo que son en política los legitimis-

llo recomendaba esta política de acercamiento a

tas y los liberales. Mientras que para los prime-

través de sus columnas en El Araucano, periódi-

ros es inapelable la autoridad de las doctrinas y

co de lectura obligada para

prácticas que llevan el sello

Infante, quien reclamó que

de la antigüedad, y el dar

“continúa la inserción de las

paso fuera de aquellos tri-

piezas justificativas de las

En un periodo de construcción

negras tramas de algunos

del Estado y la nación Bello

contra los sanos principios,

americanos con el gabine-

buscaba un punto medio de

los segundos, en su conato a

te español para monarquizar a favor de la familia de nuestros antiguos opresores

moderación en política, es decir, sujeción a reglas y libertad.

[…] el suelo a que deben su monstruosa existencia y que el amor a la libertad

llados senderos es rebelarse

emancipar el ingenio de trabas inútiles, y por lo mismo perniciosas, confunden además la libertad con la más

desenfrenada licencia”.

hizo regar con la sangre ilustre de sus verdade-

Como puede verse, en un período de construc-

ros hijos”. Como respuesta, Bello señaló que las

ción del Estado y la nación Bello buscaba un pun-

intenciones de diversos países hispanoamerica-

to medio de moderación en política, es decir, su-

nos, incluyendo Chile, iban por otra dirección:

jeción a reglas (respeto por la ley) y libertad (un

“El reconocimiento de nuestra independencia no

marco de agencia individual que no vulnerase los

será un favor de la España pero será siempre un

derechos de los otros). En literatura, abogaba por

bien para la América, porque la paz es un bien,

la corrección del lenguaje combinada con la ex-

y porque ella extenderá nuestro comercio, po-

ploración de temas originales. El cuidado por el

niéndonos en relación, sea con la España misma,

lenguaje, en particular, le parecía especialmen-

sea con otras naciones que se abstienen de tra-

te importante para la unidad nacional, así como

tar con nosotros mientras carecemos de un títu-

para la continental. Esa era precisamente la ins-

lo que, según ellas, es necesario para legitimar

piración de sus estudios filológicos y gramatica-

nuestra existencia política”. La polémica conti-

les. Sarmiento, captando inteligentemente la co-

nuó por años, pero se zanjó a favor de Bello en

nexión entre política y lengua, respondió en 1842

abril de 1844, cuando Chile y España firmaron un

que “la soberanía del pueblo tiene todo su valor y

acuerdo de paz y amistad.

su predominio en el idioma; los gramáticos [i.e.,

Una segunda polémica, esta vez con Domingo

Bello] son como el senado conservador, crea-

Faustino Sarmiento (aunque participaron en ella,

dos para resistir los embates populares, para

51


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

conservar la rutina y las tradiciones. Son a nuestro juicio […] el partido retrógrado, estacionario, de la sociedad habladora; pero como los de su clase en política, su derecho está reducido a gritar y desternillarse contra la corrupción, contra los abusos, contra las innovaciones”. Pidió, a continuación, aunque no seriamente, el ostracismo de Bello. Para este último, el tema era más centralmente el de la alfabetización. Su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos representaba un llamado a la unidad lingüística hispanoamericana, pero hacía de la ortografía un lugar de transición: es decir, cada letra debía representar un sonido para facilitar la adquisición del lenguaje escrito. En este sentido, demostraba estar abierto a las reformas, rechazando abiertamente los criterios etimológicos entonces predominantes en el diccionario y la gramática académica. Sus reformas permanecieron vigentes hasta 1927. Es decir, en esta polémica Bello se impuso, dado que los documentos oficiales y el sistema educacional siguieron sus recomendaciones hasta entrado el siglo XX, sesenta años después de su muerte. Pero quizás la polémica más significativa, debido a su impacto a largo plazo, sea el debate en torno a la historia que protagonizó junto a José Victorino Lastarria y Jacinto Chacón entre 1844 y 1848. Lastarria y otros intelectuales chilenos y argentinos abogaban por una historia “filosófica” con raíces en la Ilustración, pero también en el romanticismo. Es decir, una interpretación del pasado a partir de hitos que señalaran un camino de progreso y perfectibilidad. Para ello era necesario identificar los obstáculos que impedían la marcha de tal progreso, que para la generación de Lastarria residían en el pasado colonial, un pasado de opresión y anonadamiento que había envilecido al país. A pesar de algunos destellos de libertad en el período de la independencia, la reacción colonial se había manifestado en la Constitución de 1833. En el caso de Francisco Bilbao, además, se acentuaba la nefasta influencia de la Iglesia católica. El camino era claro: eliminar las influencias retrógradas luego de identificarlas mediante la filosofía de la historia. Según Lastarria, en un discurso pronunciado en 1842, Chile

52


era una sociedad inmadura puesto que “estuvo

presentes, instó a “apoderarse de esa reacción

sometida tres siglos a satisfacer la codicia de una

[contra el pasado] para encaminarla hasta des-

metrópolis atrasada y más tarde ocupada en des-

truir completamente las resistencias que opone

trozar cadenas y en constituir un gobierno inde-

el sistema español antiguo encarnado en la so-

pendiente. A nosotros toca volver atrás para lle-

ciedad”. Remató diciendo que “la sociedad debe

nar el vacío que dejaron nuestros padres y hacer

acudir a la historia para sacar de ella el preser-

más consistente su obra, para no dejar enemigos

vativo de la desgracia y la luz que debe guiarla

por vencer y seguir con planta firme la senda que

en las tinieblas de lo futuro”. Según sus propios

nos traza el siglo”. Sarmiento se sumó a Lastarria

recuerdos, la recepción fue gélida. A corto andar,

en 1844 manifestando la necesidad de “desper-

sin embargo, insistió en sus argumentos en un

tar el interés por los estudios históricos tan des-

nuevo escrito y postuló a un premio de la Univer-

cuidados en su parte filosófica entre nosotros”.

sidad. Este le fue otorgado, pero no sin críticas.

Algunos meses después reiteró, a propósito de la

El jurado integrado por Antonio Varas y Antonio

historia de Chile de Claudio Gay, altamente apo-

García Reyes declaró que “la Comisión se sien-

yada en documentos, que “en América necesita-

te inclinada a desear que se emprenda, antes de

mos, menos que la compilación de los hechos, la

todo, trabajos destinados principalmente a po-

explicación de causas y efectos. Más todavía, los

ner en claro los hechos; la teoría que ilustra esos

hechos así desnudos de toda investigación filo-

hechos vendrá en seguida andando con paso fir-

sófica nos chocan hasta cierto punto”.

me sobre un terreno conocido”.

Bello estaba en profundo desacuerdo y lo hizo

Es aquí cuando entró en la polémica Jacinto

saber en una columna El Arau-

Chacón, profesor de historia

cano, también dedicada a la

del Instituto Nacional, quien

obra de Claudio Gay: “el pru-

decidió, en enero de 1848,

rito de filosofar es una cosa

¿Habrá sido Bello el último

que va perjudicando mucho

intelectual en ser escuchado

vismo intolerante de la comi-

a la severidad de la historia;

por los más altos círculos del

sión, protestar contra ese ejer-

porque en ciertas materias el que dice filosofía dice sistema;

poder y la política?

y el que profesa un sistema lo

“protestar contra este exclusi-

cicio ilegítimo de la autoridad universitaria contra la libertad de escribir la historia”. Como

ve todo al través de un vidrio pintado, que da un

rector de la Universidad, Bello tuvo que respon-

falso tinte a los objetos”. Bello había expresado

der: “No podemos soltar la pluma sin contestar

en varias ocasiones su perspectiva sobre la his-

al grave cargo que se hace a la Comisión, acusán-

toria, pero quizás el mejor ejemplo se encuentra

dola de exclusivismo y de intolerancia, porque ha

en el artículo 28 de los estatutos de la Universi-

creído que, en el estudio y cultivo de la historia

dad de Chile, redactados por él: “Se pronunciará

chilena, debe principiarse por el esclarecimien-

un discurso [anual] sobre alguno de los hechos

to de los hechos. Si este juicio, expresado bajo la

más señalados de la historia de Chile, apoyando

modesta forma de un deseo, es un acto de into-

los pormenores históricos en documentos au-

lerancia, adiós crítica literaria”. Lastarria no se

ténticos, y desenvolviendo su carácter y conse-

pronunció, y Chacón abandonó la polémica ese

cuencias con imparcialidad y verdad”. Lastarria,

mismo mes de enero. Bello la cerró con los ya

quien estuvo a cargo del primer discurso en 1844,

clásicos textos “Modo de escribir la historia”,

insistió en su postura: Chile, “bajo la influencia

“Modo de estudiar la historia” y “Constitucio-

del sistema administrativo colonial, estaba pro-

nes” en donde abundó sobre temas de metodolo-

fundamente envilecido, reducido a una completa

gía histórica, intentando despolitizarla. Es decir,

anonadación y sin poseer una sola virtud social,

el estudio de los temas históricos debía descan-

a lo menos ostensiblemente, porque sus insti-

sar sobre una base empírica, y no inspirado en

tuciones políticas estaban calculadas para for-

agendas de cambio político. Además, debía estar

mar esclavos”. A los personeros de gobierno, allí

acompañado de un análisis crítico de las fuentes.

53


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

En este último respecto, Bello no logró com-

influyeron en política, como Enrique Molina o

pletamente sus objetivos, ya que sus propios

Jorge Millas, pero ella, como la mayor parte de

discípulos utilizaron la historia para promover

los campos de las humanidades y las ciencias so-

propósitos políticos. Lo que sí logró fue insti-

ciales, ha perdido relevancia, ha reorientado sus

tucionalizar la disciplina mediante las presen-

intereses o ha sido simplemente ignorada.

taciones anuales y sus publicaciones, además

En cuanto a la historia, su presencia ha sido

de incrementar el perfil público de la historia.

particularmente débil. El tema constitucional,

Al menos durante el siglo XIX y entrado el siglo

que ha estado tan presente en nuestros días

XX, a pocas figuras públicas les sería indiferente

(como lo estuvo en los debates previos a las

la historia.

Constituciones de 1833 y 1925), ha brillado por la

¿Habrá sido Bello el último intelectual en ser

ausencia de los historiadores, salvo por algunas

escuchado por los más altos círculos del poder

meritorias excepciones. Esto ha sido responsabi-

y la política? En cuanto a niveles de influencia,

lidad de los historiadores mismos, o de las carre-

quizás, pero es evidente que otros intelectua-

ras de historia, que hoy privilegian la discusión

les contribuyeron desde el siglo XIX en adelante

con los pares o el acceso a fondos concursables

en temas importantes como los limítrofes, los

y publicaciones en revistas indexadas. Pero tam-

económicos y los constitucionales. Su papel, sin

bién es responsabilidad de las instituciones del

embargo, ha sido cada vez más estrecho con el

Estado, que escasamente escuchan a quienes

paso del tiempo. En el siglo XXI, el área en la que

podrían aportar, desde distintos campos del sa-

los intelectuales han logrado una posición de in-

ber, a la definición de las políticas más apropia-

fluencia ha sido la de los medios, mediante co-

das para los tiempos que vivimos. El entender las

lumnas o entrevistas que ocasionalmente tienen

complejidades de la sociedad para así formular

repercusiones a nivel de Estado y sociedad. Tam-

políticas públicas sensatas, con reconocimiento

bién, los centros de investigación se han posicio-

de los esfuerzos anteriores, requiere del con-

nado como influyentes generadores de conoci-

curso de intelectuales dispuestos a colaborar en

miento empírico mediante encuestas y estudios

política, y de políticos dispuestos a dialogar con

avanzados. En cambio, las disciplinas tradicio-

quienes, desde Andrés Bello en adelante, han he-

nales con fuertes liderazgos individuales se han

cho aportes valiosos en el desenvolvimiento po-

debilitado. La filosofía, por ejemplo, tuvo en el

lítico y cultural de la nación.

siglo XX destacados pensadores que también

Iván Jaksić es doctor en historia por la Universidad Estatal de Nueva York, director del programa de la Universidad de Stanford en Chile y miembro de la Academia Chilena de la Lengua. Fue reconocido con el Premio Nacional de Historia el año 2020. Es autor, entre otros, de Andrés Bello. La pasión por el orden (cuarta edición actualizada: Universitaria, 2021), Rebeldes académicos (UDP, 2013) y La vocación filosófica (UDP, 2021), y editor de los cuatro tomos de Historia política de Chile. 1810-2010 (FCE, 2017-2018).

54


Ilustración: Alejandra Acosta 55


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

arlos Fuentes le dijo a José Donoso, en 1962,

C

entre otros, fueron ministros de gobierno, em-

que “después de la Revolución Cubana, él no

bajadores, agregados diplomáticos, participando

consentía en hablar en público más que de

de lleno en el juego político.

política, jamás de literatura”1.

La lista podría seguir creciendo. La tradición de

Era uno de los poetas más célebres de la lengua

escritores involucrados en la política de su tiem-

castellana y, además, un importante militante

po es mucho más extensa y antigua que estos ca-

comunista. A fines de los sesenta, Pablo Neru-

sos puntuales de la segunda mitad del siglo XX.

da se erigió, aunque breve y testimonialmente,

Sin embargo, de manera especialmente intensa

como candidato en las elecciones que terminaría

durante los años de la Guerra Fría, el mundo de

ganando, en 1970, el socialista Salvador Allende.

las letras se enredará íntimamente con las con-

Jorge Edwards fue el encargado de reestable-

tingencias de sus sociedades.

cer durante el gobierno de la Unidad Popular el

¿Qué papel cumplieron los escritores en la

vínculo diplomático entre Chile y Cuba, lo que no

arena política que suscitaron tanta atención?

estuvo exento de ripios y polémicas2.

¿Acaso hay una mirada especialmente perspicaz

Luego del triunfo de la revolución sandinista

por parte de los novelistas y poetas que vuel-

en 1979, el poeta Ernesto Cardenal fue minis-

ve su perspectiva tan relevante? Si en política

tro de educación del nuevo gobierno. Poco más

se actúa principalmente a través de la palabra y

de una década después, se alejaría de Ortega

el discurso, ¿no serían entonces los escritores,

denunciando críticamente el autoritarismo del

ensayistas, periodistas y críticos unos actores

nuevo régimen.

privilegiados a la hora de dotar de justificación

El novelista Mario Vargas Llosa fue derrotado en las elecciones presidenciales de 1990 por Al-

coherente los anhelos y deseos de los colectivos ideológicos que integran?

berto Fujimori, en momentos en que su país se

Las preguntas anteriores no admiten respues-

encontraba en medio de una guerra contra el te-

tas obvias. Por un lado, la actividad política mu-

rrorismo.

chas veces se contrapone al interés del acadé-

El argentino Leopoldo Marechal fue ministro de educación durante el peronismo. Julio Ramón Ribeyro fue embajador del Perú ante la Unesco.

mico o del hombre de ciencias. Por otro, durante todo el siglo XX la figura del intelectual cumplió un papel de bisagra entre mundos que parecían apuntar en direcciones radicalmente diferentes.

Los chilenos Armando Uribe, Antonio Skárme-

En este contexto, quiero explorar algunas di-

ta, Diamela Eltit, Raúl Zurita y Roberto Ampuero,

mensiones en que política y literatura se cruzaron en la última centuria, creando una oportuni-

1

José Donoso, Historia personal del “boom” (Santiago: Alfaguara, 2007), 60.

2 Para un testimonio detallado de su experiencia diplomática, véase Persona non grata (Santiago: Tajamar, 2021).

56

dad única para que los escritores participaran en los debates de su tiempo, pero generando, también, una serie de tensiones que cabe observar con distancia. ¿Ganaron lucidez, acaso, aquellos


que se comprometieron de lleno en el quehacer

o derechamente de lucha, comprometiéndose

político? ¿No fueron a ratos aprovechados —y

con banderas políticas y éticas. Así, se juega el

hasta utilizados— por comandantes y dictadores

prestigio adquirido en el campo estético en la

como una oportunidad para blanquear gobiernos

defensa o el ataque de causas específicas. Jean-

o desviar la atención? ¿No queda, muchas veces,

Paul Sartre y Simone de Beauvoir defendiendo la

una sensación de que el cruce entre política y li-

revolución cubana, Alexandr Solzhenitsyn de-

teratura pareciera hacer perder la mayor parte

nunciando el gulag soviético o Julio Cortázar en-

del tiempo, si no siempre, a la literatura? Des-

tusiasmado con el 68 parisino serán algunos de

pués de todo, varios de los escritores y artistas

los ejemplos más característicos de esos escrito-

que se mencionan aquí se desviaron de sus pre-

res-intelectuales; escritores que no se limitan a

ocupaciones estéticas hacia contingencias en las

crear sus obras o participar de los conciliábulos

que tenían poco que decir y mucho que perder.

artísticos, sino que saltan a la arena pública y participan de la política, aunque desde una posición privilegiada y con frecuencia exenta de ries-

Los escritores en la arena pública

gos (si bien hubo, igualmente, quienes perdieron La participación de los escritores en política no

la vida, como el poeta salvadoreño Roque Dalton

es algo que aparezca recién con el caso Dreyfus,

o el periodista argentino Rodolfo Walsh).

aquella álgida polémica francesa de principios

Durante la Guerra Fría la figura de los escrito-

del siglo XX en que se acusó falsamente de espio-

res intelectuales adquiere aún más relevancia. Al

naje a un militar judío, y que

no ser aquella guerra solo

llevó a parte importante de

un conflicto armado, sino

la intelectualidad, partien-

sobre todo una contienda

do por el célebre Émile Zola,

Durante todo el siglo XX la figura

a involucrarse en política.

del intelectual cumplió un papel

lucha, como se ha dicho,

Como ha señalado Béni-

de bisagra entre mundos que

por las mentes y los cora-

chou, los “hombres de letras”, comprendidos como un poder laico, se pueden

parecían apuntar en direcciones radicalmente diferentes.

identificar como tales ya

ideológica y política —una

zones—, fue especialmente relevante el papel que jugó la disputa por las representaciones simbólicas entre

desde Descartes —aunque hay, también, quie-

comunismo y capitalismo. De ahí que el signi-

nes retroceden hasta la antigüedad griega para

ficado que se otorgara a las artes, la literatura o

situar el comienzo de esta difícil relación—. Sin

el periodismo despertara un interés inédito en

embargo, no cabe duda de que es el caso Dreyfus

los gobiernos de EEUU y Rusia y en sus diversos

el episodio que dota a la figura contemporánea

aliados alrededor del mundo. Aquí, sin embargo,

del intelectual de un poder, autonomía y rele-

comienza a enturbiarse el panorama. Si el inte-

vancia que no habían gozado anteriormente, lo

lectual clásico se comprende como un sujeto que,

que los sitúa en el centro de los debates políticos

a partir de cierta autoridad en el campo cultural,

y culturales de la sociedad.

logra representar o defender ciertos valores abs-

3

Que el escritor se convierta en un intelectual

tractos y universales —la justicia, la libertad o la

es un hecho que necesita ponderarse de forma

paz, pero sobre todo la verdad—, la figura del in-

adecuada. Ya no es un simple profesional de la

telectual comprometido contaminará esa inde-

palabra encerrado entre cuatro paredes, sino un

pendencia y autonomía con respecto a las esferas

actor relevante de las discusiones públicas. Su

de poder. Es ese mismo factor el que explica que,

voz se transforma en una herramienta de crítica

en muchas ocasiones, las artes y la información se convirtieran en simple y pura propaganda al servicio de los poderes políticos de turno. Las

3 Bénichou, Paul, La coronación del escritor. 1750-1830. Ensayo sobre el advenimiento de un poder espiritual laico en la Francia moderna (México: FCE, 2012), 33.

revoluciones de distinto signo, con sus promesas y sus mitos, fueron un embrujo para muchos

57


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

escritores y artistas; y como todo embrujo, no

en el horizonte y no eran, todavía, injusticias

fue fácil liberarse de él.

brutales. La crítica al estalinismo es, sin duda,

En la dimensión latinoamericana de la Gue-

el caso global más significativo, pero en nuestra

rra Fría, los escritores no se mantuvieron ajenos

historia latinoamericana también hay ejemplos

a dicha disputa: el Congreso por la Libertad de

preclaros, lo que se advierte al revisar el hito em-

la Cultura o Casa de las Américas, por ejemplo,

blemático que significó para todo el continente la

fueron instituciones que, por medio de eventos,

revolución cubana. Pero antes de detenernos en

fondos concursables, fomento de traducciones,

las tensiones que introdujo en el campo cultural

becas y premios de diversa índole defendieron

el éxito del castrismo, hagamos una breve des-

banderas políticas (o convenientemente “apolí-

cripción de ese escenario.

ticas”, en el caso del bloque capitalista) que inclinaban la balanza a uno u otro de los bandos en

Superestrellas de papel

cuestión4. Algunas anécdotas célebres en las que se vieron envueltos muchos escritores durante

Dentro de los factores que influyeron enorme-

estos años dan cuenta de la intrincada relación

mente en la importancia que alcanzó el campo

que existía entre la política y las letras: Nicanor

literario en la segunda mitad del siglo XX está el

Parra siendo repudiado por su visita a la Casa

aumento de la alfabetización y la educación for-

Blanca o Pablo Neruda respondiendo las críticas

mal. Que grandes masas de jóvenes accedieran

de la intelligentsia cubana por asistir al congreso

al sistema educativo incidió, a la larga, en la

del PEN Club en Nueva York —lo que, según di-

creación de una masa lectora inédita en Hispa-

cen algunos, fue condición para que se le diera,

noamérica, en particular en las grandes ciudades

pocos años después, el Nobel de Literatura— son

de los países en vías de desarrollo5. La cultura

manifestaciones preclaras del contubernio que

escrita, por tanto, dejó de ser privilegio de una

existió entre ambas dimensiones.

élite educada, y ciertas áreas del conocimiento

Y si bien en muchos casos hubo apoyo a causas nobles y justas, no siempre los intelectuales tuvieron la valentía de alzar la voz para criticar a su

alcanzaron una masividad desconocida en las décadas anteriores. De igual manera, así como el campo literario

propio bando. Por el contrario, parecen ser una

funcionaba, durante los años cuarenta y cin-

excepción los escritores y poetas que rompieron

cuenta, alrededor de subsistemas nacionales, a

con sus propias filas para denunciar atropellos a

partir de la revolución cubana esa sectorización

los derechos humanos, tentaciones autoritarias

comienza a quebrarse. América Latina dejaría de

o amenazas a libertades básicas, sobre todo en

ser un archipiélago desde donde los escritores

los momentos en que estos problemas aparecían

de distintos países debían viajar a París, Madrid

4 Para una historia más detallada de esta dimensión de la guerra fría, véase Patrick Iber, Neither Peace nor Freedom. The Cultural Cold War in Latin America (Boston: Harvard University Press, 2015).

5 Ángel Rama, La novela en América Latina. Panoramas 1920-1980 (Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2008), 57 y ss.

58


o Buenos Aires para entrar en contacto con ar-

Mundial de las Letras —tomo la expresión del

tistas de países vecinos, sino que se generaría

ensayo de Pascale Casanova— para esparcirse a

una red de intercambio algo más descentraliza-

los rincones del mundo hispanohablante.

da que permitiría integrar el continente. A partir

Hay, en todo este escenario, un factor adicio-

de la revolución, una serie de editoriales, autores

nal que guarda relación con las revistas políti-

y revistas culturales comenzó un movimiento

co-culturales. A partir de los años cincuenta, los

trasnacional capaz de romper las fronteras y de

frentes occidental y soviético condensaron una

generar un diálogo entre actores antes aislados.

arremetida estrictamente ideológica alrededor

La Habana, Ciudad de México e incluso Concep-

de una serie de revistas periódicas que buscaron

ción —con sus encuentros de escritores de fines

incidir en los debates de su tiempo. Revistas y

de los cincuenta y principios de los sesenta6— se

suplementos como Marcha, Casa de las Américas,

transformaron en lugares donde se intercam-

Mundo Nuevo, Sur, Cuadernos, Libre o Vuelta, entre

biaban publicaciones, experiencias y militan-

muchas otras, buscaron participar e influir en los

cias, generándose así un diálogo constante que

debates en torno a la revolución y la vía armada,

ya no necesitaba de las capitales de la República

la democracia y al autoritarismo, las dictaduras militares, las causas indígenas o los modelos de desarrollo, discutiendo de manera profunda y

6 Cf. Fabienne Bradu, Cambiemos la aldea. Los encuentros de Concepción. 1958, 1960, 1962 (Santiago: FCE, 2019).

apasionada en torno a aquellos tópicos.

59


Estas revistas no solo fueron instrumento de

y sesenta —una creciente masa lectora, una in-

debates filosóficos o políticos, sino que la lite-

dustria más profesional y un continente crecien-

ratura jugó un papel muy importante en ellas: la

temente integrado y conectado— donde triunfa

ficción y la poesía también eran parte fundamen-

la revolución cubana, provocando el interés de

tal de estas y otras publicaciones, lo que permitió

escritores e intelectuales a lo largo y ancho de

un acercamiento simbólico y no puramente teó-

todo el mundo. Y es allí, a pocas millas de la costa

rico a las cuestiones más álgidas en discusión. Sin

estadounidense, donde se tensarán las batallas

embargo, además de política y literatura, muchas

simbólicas de la Guerra Fría durante al menos

veces se cruza en estas publicaciones una tercera

tres décadas.

lógica: la del espectáculo. Escritores fotografiados al modo de los actores de cine y puestos en

Esa pequeña isla caribeña

portada, éxitos de ventas, entrevistas centradas en sus amoríos, sus hábitos privados o sus gus-

El suceso alrededor del cual cristalizaron mu-

tos culinarios hacen que los escritores participen

chas de las inquietudes políticas de los escrito-

solo por medio de la palabra, sino también por

res latinoamericanos fue, sin lugar a dudas, la

medio de sus gestos y modos de vida. Esta con-

revolución cubana. Como bien ilustra la frase de

sideración incidirá en el modo en que son leídos

Carlos Fuentes con que abre este ensayo, los es-

sus textos y percibidas sus preferencias políticas.

critores no se restringieron a ofrecer una mera

Esa lógica del espectáculo, qué duda cabe, sigue

opinión acerca de las instituciones o los sistemas

viva medio siglo después, donde renombrados

políticos de los países latinoamericanos (o, a ve-

escritores continúan apareciendo en diarios y

ces, de todo aquello que se llamó Tercer Mundo),

revistas no solo por sus obras, sino también por

sino que participaron intensa y profundamente

sus quiebres y relaciones sentimentales.

en las discusiones públicas. No se exagera al afir-

Volvamos, sin embargo, al tema de este en-

mar que toda querella cultural durante esa épo-

sayo. Es en ese contexto de los años cincuenta

ca estuvo teñida de verde olivo: las simpatías o

60


distancias con la gesta de Fidel Castro y su nuevo

(entendido de manera muy amplia) permeará de

gobierno rebalsaron hacia cualquier discusión

distintos modos en sus creaciones.

estética, filosófica o moral. Estar con la revo-

Pero, así como los primeros años de la revolu-

lución fue, durante los sesenta y setenta, estar

ción se habían desarrollado en estrecha compa-

en la corriente de la historia, y eso se traducía

ñía de los grandes escritores de Europa y América

en los gustos musicales y literarios, en el vestir

Latina, una década después esa luna de miel se

y el andar, en el modo en que se cultivaban las

rompería drásticamente. Antes de la persecución

amistades y las relaciones familiares. La elección

del poeta cubano Heberto Padilla, que significó el

de una prenda o de las películas o libros que se

quiebre definitivo entre diversos escritores con

consumían podían significar tanto o más que las

el castrismo, ya había signos de inquietud: cam-

opciones de voto en una época en que todo, ab-

pos de reeducación para disidentes y minorías

solutamente todo, tenía un significado político.

sexuales, cierre de medios de comunicación, exi-

La literatura, por supuesto, estuvo en el cen-

lio y una creciente imposibilidad de disentir de la

tro de muchas de estas discusiones. El boom de

voz oficial del régimen. Sin embargo, luego de la

la novela latinoamericana fue un fenómeno muy

publicación de Fuera de juego, un poemario críti-

relevante en esta época agitada, lo que volvió

co con el curso que tomara el gobierno revolucio-

a sus autores y sus obras figuras prominentes

nario, Padilla fue encarcelado y obligado a reali-

dentro de los foros de debate y los medios de co-

zar una autocrítica que, según sugiere la carta de

municación. Una revisión somera de las ficciones

los intelectuales dirigida a Castro, recuerda “el

más célebres del período da

oscurantismo dogmático, la

cuenta de que se buscaba,

xenofobia cultural y el sis-

por medio del arte, elaborar una interpretación global

Si bien en muchos casos hubo

—histórica, simbólica, so-

apoyo a causas nobles y justas, no

ciológica, íntima— al de-

siempre los intelectuales tuvieron

curso de un continente que buscaba su propio destino. Así, Cien años de soledad,

la valentía de alzar la voz para criticar a su propio bando.

La región más transparente,

tema represivo que impuso el estalinismo en los países socialistas”7. No cabe detenerse aquí en los pormenores de este caso ni en el parteaguas que significó para la clase intelectual, cuyo apoyo a

Conversación en La Catedral, El señor presidente,

la revolución durante sus primeros años fue, si

Los ríos profundos o El obsceno pájaro de la no-

no transversal, al menos sí muy extendido. Sin

che ensayan lecturas particulares del devenir de

embargo, sí es posible apuntar, sobre todo si se

América Latina. No solo siguen las peripecias de

considera el apoyo cerrado que algunos escri-

unos pocos personajes a lo largo de una vida, sino

tores siguieron dando a la revolución después

que buscan representar la totalidad de una so-

de las denuncias de Padilla, una tensión parti-

ciedad. No es azarosa, por tanto, la importancia

cular: ¿por qué aquellos escritores que estaban

que tienen en estas novelas la reivindicación de

especialmente atentos a las cuestiones públicas

la naturaleza y de lo indígena, la denuncia de las

y gozaban de particular lucidez llegaron a com-

desigualdades económicas y políticas a lo largo

prometerse a tal nivel con un proyecto socialis-

y ancho del continente o la responsabilidad que

ta que, al poco andar, contravenía y atentaba de

comparten, en la perpetuación de aquellas injus-

manera flagrante contra principios básicos de la

ticias, el poder económico y militar en manos de

sociedad occidental?

unos pocos grupos privilegiados. Si bien todas las novelas mencionadas buscan construir una obra de arte que se sostenga por sí sola, las simpatías y el interés de la mayoría de sus autores por apuntalar un proceso de emancipación socialista

7 VVAA, “Segunda carta de los intelectuales a Fidel Castro”, 20 de mayo de 1971. Disponible en https://rialta.org/segunda-carta-de-los-intelectuales-a-fidel-castro/

61


L A GRAN FRAC TU RA . E NSAYO

¿En defensa de qué? Nos preguntábamos, al comienzo de este ensayo,

Quien ha hecho una descripción muy intere-

si acaso los escritores no tendrían una sagacidad

sante del devenir político de artistas y escritores

particular a la hora de observar la realidad políti-

en nuestro continente es Carlos Granés, en su

ca. Si, a fin de cuentas, su herramienta de trabajo

premiado libro Delirio americano. Allí, el ensayis-

es la palabra, ¿no habría cierta posibilidad de que

ta colombiano describe la historia del siglo XX la-

atendieran con especial profundidad y sutile-

tinoamericano a partir de una tesis provocativa:

za los principales puntos que enfrentaban a los

muchas de aquellas ideas o principios que en el

distintos bandos en un conflicto tan ideológico

arte y la literatura manifestaban arrojo, lucidez y

como la Guerra Fría? A su vez, en su rol de inte-

creatividad podían, al traspasarse al plano polí-

lectuales —comprometidos o no— se encontra-

tico, generar grandes desastres8. La ruptura de la

ban en buen pie a la hora de participar en debates

ortodoxia, la exaltación de la raza, la reescritura

donde la interpretación histórica de América, el

de los mitos pueden ser ejercicios sumamente

lugar de los indígenas, el orden económico y po-

fructíferos a la hora de pintar, componer o escri-

lítico estaba a la orden del día.

bir obras de arte, pero los resultados pueden ser

Entre todos estos, una de las discusiones más

nefastos y violentos cuando esas mismas ideas se

relevantes durante todo el siglo XX fue acerca del

llevan al plano político. Los ejemplos abundan en

orden democrático. La democracia no siempre

la historia que relata Granés: Vasconcelos defen-

gozó de popularidad entre los escritores y artis-

diendo a Hitler, Neruda cantando loas a Stalin o

tas. De hecho, podría decirse que fueron excep-

Cortázar respaldando a Castro —entre los más

cionales aquellos que, ante las encrucijadas de

célebres, ya que los dictadorzuelos de opereta

su tiempo, defendieron las instituciones propias

tuvieron también quien los defendiera ante los

del sistema democrático, como las elecciones

embates de sus enemigos—.

periódicas, la alternancia en el poder, la libertad

¿Por qué tantos creadores sutiles, examina-

de asociación o de prensa. En los años sesenta y

dores de las profundidades del alma humana,

setenta fueron numerosos los artistas que co-

poetas brillantes e inventores originales hacen

quetearon con autoritarismos o revoluciones,

caso omiso del abuso, de la violencia y del cri-

ya sea en nombre de valores trascendentales o

men? Quizás tiene razón Granés al afirmar que

en contra de la corrupción y la decadencia que

“Ser demócrata en América Latina siempre pa-

significaba la democracia. Eso, sin embargo, ya

reció muy poca cosa. Ante tantas injusticias,

había pasado a principios de siglo, cuando en los

cómo conformarse con promulgar leyes; ante

años veinte y treinta el fascismo y el comunismo habían convencido a tantos intelectuales que la democracia liberal evidenciaba de manera nítida la corrupción y debilidad de Occidente. 62

8 Una reseña de mi autoría de este libro puede encontrarse aquí: https://www.ciperchile.cl/2022/12/22/ libros-el-largo-siglo-20-de-nuestra-america/


la radicalidad del enemigo, cómo resignarse a

demostrado

la moderación; ante la titánica labor que su-

escritores como Gioconda Belli o Sergio Ramírez

ponía sacar a un país del subdesarrollo, cómo

(cuando el régimen nicaragüense les quitó la

empantanarse en la reforma y el procedimien-

nacionalidad junto con varios cientos de disi-

to” . Sí; parecía poca cosa, pero fue un camino

dentes), la voz de los escritores no solo coquetea

que, de manera paulatina, muchos de estos es-

con el poder y le sirve de defensa y apoyo a pro-

critores antes comprometidos con la vía cuba-

yectos políticos particulares, sino también puede

na fueron, hacia fines del siglo XX, transitando

ser una conciencia incómoda que apunta aquello

hacia posiciones más sobrias y democráticas. Se

que se debe corregir y mejorar. En un momento

prefirió, a la larga, la moderación, la reforma y el

en que la democracia se ve amenazada desde iz-

peso de la ley, y no el exabrupto y la radicalidad

quierda y derecha, la voz de estos intelectuales

de toda revolución.

puede y debe seguir, con modestia y sin grandes

9

Este problema, sin embargo, está muy lejos de ser una obsolescencia histórica. Como han

hechos

recientes

vinculados

a

aspavientos, apostando por la defensa de ciertos valores universales.

9 Carlos Granés. Delirio americano. Una historia cultural y política de América Latina (Madrid: Taurus, 2022), 444.

Joaquín Castillo es licenciado y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde actualmente cursa el doctorado en literatura. Es subdirector del IES y editor de la revista Punto y coma.

63


64


¿Qué papel debe cumplir el intelectual público en la sociedad democrática? ¿Qué desafíos enfrenta y qué tensiones amenazan su participación en los diversos debates contemporáneos? En este artículo, publicado originalmente en 2002, la filósofa estadounidense Jean Bethke Elshtain aborda estas interrogantes a la luz del lugar que han ocupado los intelectuales públicos en la trayectoria democrática de Estados Unidos. En tiempos de crisis e incesantes cambios tecnológicos, advierte la autora, resulta indispensable una perspectiva histórica y ética de las cuestiones públicas.

65


L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE

H

ace algún tiempo pasé un año en el Instituto

La vida política francesa habría sido mucho

de Estudios Avanzados de Princeton (Nueva

más saludable si Francia hubiera abrazado a

Jersey). Uno de los placeres que encontré ahí

Camus y a sus pocos compatriotas en lugar de a

fue intercambiar ideas con académicos de otros

Jean Paul Sartre y a los muchos otros de su cla-

países. Una noche, un miembro especialmente

se que llevaban el manto del intelectual público.

animado de un grupo de debate informal al que

Cuando Camus hablaba en términos políticos, lo

me había unido empezó a lamentar el deplorable

hacía como un ciudadano que entendía la políti-

estado de la intelectualidad pública en Estados

ca como un proceso que implica debate y com-

Unidos, en contraste con su Francia natal, y en

promiso, no como un ideólogo que pretende que

particular con París y su vertiginoso choque de

la política se ajuste a una visión global. Al final,

opiniones. Recuerdo que me sentí interpelada

insistía Camus, la visión del ideólogo destruye

por sus comentarios y me uní a los demás

la política.

sacudiendo la cabeza ante el deslucido estado de nuestra vida intelectual pública.

Tal vez, reflexioné, la peculiar mezcla estadounidense de pragmatismo tosco y la tendencia

La sensación pasó rápido, al menos en mi caso.

a preocuparse por las dimensiones morales de la

Recordé hasta qué punto la clase intelectual

vida pública —por muy poco sistemática o so-

francesa —exceptuando a los escasos disiden-

fisticada que pueda ser esta combinación desde

tes, como el estimable, valiente y solitario Albert

el punto de vista de la ideología más elevada—,

Camus (1913-1960)— había capitulado a las se-

era mejor garante del constitucionalismo y de

ducciones de la lógica totalitaria, oponiéndose al

una sociedad civil sana que los intelectuales del

fascismo únicamente para convertirse en apolo-

tipo que prefería mi interlocutor francés. Histó-

getas de lo que Camus llamaba “el socialismo de

ricamente, los intelectuales públicos de Estados

los patíbulos”.

Unidos han sido, de hecho, parte de un público

66


más amplio. Compartían con otros estadouni-

películas como Los rojos, de Warren Beatty. Pero

denses el acceso a los lenguajes religiosos y cí-

estos relatos distorsionan nuestra comprensión

vicos que insistían sobre las cuestiones morales

de la vida intelectual estadounidense. También

presentes en el debate político; estaban prepara-

hubo vida intelectual al oeste del río Hudson,

dos para vivir, al menos la mayor parte del tiem-

como muestra Louis Menand en su libro The

po, con las concesiones de la vida política, y pri-

Metaphysical Club.

vilegiaban los resultados prácticos por encima de los sistemas de pensamiento.

Pero incluso Menand presta muy poca atención a una parte importante de la efervescencia

El temperamento estadounidense es receloso

estadounidense. Nuestra vida intelectual pública

de los intelectuales. Como en general se les da

es incomprensible si se ignora el extraordinario

mejor vivir en sus cabezas que mantener los pies

papel que desempeñaron en su momento el clero

en el suelo, los intelectuales son más vulnerables

protestante y pensadores afines, desde Jonathan

que otros a las seducciones del poder que supo-

Edwards en el siglo XVIII hasta Reinhold Niebuhr

ne poseer una visión del mundo cuya lógica pro-

en el XX. Todo el movimiento del Evangelio So-

mete explicarlo todo y quizás, en algún glorioso

cial, desde sus orígenes a finales del siglo XIX

futuro, controlarlo y gestionarlo todo. El siglo XX

hasta su apogeo en la época de la Primera Guerra

está plagado de las desastrosas consecuencias de

Mundial, fue un intento de los intelectuales del

tales seducciones, muchas de ellas encabezadas

clero y de los seminarios de Estados Unidos de

y definidas por intelectuales que se vieron su-

definir una religión civil estadounidense y hacer

plantados, o incluso destruidos, por despiadados

realidad en la Tierra, o al menos en Norteaméri-

hombres de acción una vez que dejaron de ser

ca, una visión de algo parecido al Reino de la Paz.

necesarios como apologetas, provocadores y pu-

A medida que las universidades se convertían

blicistas. El resquebrajamiento definitivo desde

en importantes sedes de la vida reflexiva, los

1989 del utopismo político que cautivó a tantos

intelectuales universitarios se incorporaban a

intelectuales públicos del siglo XX en Occidente

este discurso público ya establecido. Lo hicieron

levanta varias preguntas importantes: ¿quiénes

como generalistas y no como portavoces de una

son exactamente los intelectuales públicos en el

disciplina. En las mentes de pensadores como

Estados Unidos contemporáneo? ¿Los necesita-

William James, George Herbert Mead y John

mos? Y si es así, ¿cuál debería ser la descripción

Dewey no había forma de separar las cuestiones

de su trabajo?

intelectuales y políticas de preocupaciones morales más amplias. Fuera de la universidad pro*

piamente dicha, durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX surgieron figuras

No entendamos estas cuestiones de forma de-

extraordinarias como Jane Addams y Randolph

masiado restrictiva. La historia de cada país es

Bourne. Estos pensadores y activistas sociales

diferente. Muchos críticos que se lamentan de

combinaron en su trabajo la urgencia moral y el

la escasez de intelectuales públicos en Estados

compromiso político. Ninguno incurrió en una

Unidos hoy en día tienen una visión limitada de

ideología totalizadora según el modelo marxista

ellos, como un grupo de pensadores indepen-

de tantos intelectuales europeos.

dientes que, sin embargo, parecen pensar de

Addams, por ejemplo, insistió en que el movi-

forma muy parecida. En la mayoría de los casos

miento de las casas de acogida, del que fue pio-

son de izquierdas, persiguen el derrocamien-

nera en Chicago, siguiera siendo abierto, flexible

to de las convenciones burguesas y pasan ho-

y experimental, un hogar comunitario para lo

ras interminables (o al menos lo hacían antaño)

que podría denominarse una “vida intelectual

hablando hasta altas horas de la noche en cafés

orgánica”1. En respuesta al enfrentamiento entre

llenos de humo y en los lofts de Greenwich Village. Debemos esta visión no solo a la autopromoción de los miembros del grupo, sino también a

1

La socióloga y escritora estadounidense Jane Addams (1860-1935) fue una trabajadora social fe-

67


L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE

Albert Camus fue un intelectual público ejemplar, uno de los relativamente pocos que evitaron las certezas ideológicas y abrazaron el debate y el compromiso en política.

clases sociales que dominaba la vida pública de

Addams vio en el cuento de Nathaniel Haw-

su época, habló de la necesidad de que las cla-

thorne “Ethan Brand” una lección objetiva para

ses participaran en una “interpretación mutua”,

los intelectuales. Ethan Brand es un calero que

y de que esto se hiciera de persona a persona.

abandona su pueblo en busca del “pecado im-

Addams se resistió firmemente a la tentación de

perdonable”. Y lo encuentra: “un intelecto que

la ideología: contaba historias divertidas sobre el

triunfó sobre el sentido de la hermandad entre

utopismo que a veces se transmitía en el Club de

los hombres y la reverencia frente a Dios, y sacri-

Ciencias Sociales del Trabajador de Hull House .

ficó todo a sus poderosas pretensiones”. Este or-

2

gullo del intelecto, que opera en la vida pública, intenta obligar a la vida a ajustarse a un modelo abstracto. Addams recurrió a la historia de Ethan minista, activista del movimiento de reforma social Settlement y una de las líderes principales del movimiento de sufragistas de Estados Unidos. Reconocida como la primera “filósofa pública” de su país, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1931. Sobre su figura, Elsthain escribió Jane Addams and the dream of American Democracy (2001). [N. de la T.] 2 Fundado en 1880, el movimiento Settlement buscaba reducir la brecha entre personas de mayores y menores ingresos. En ese marco llegaron a establecerse casi 500 asentamientos, llamados settlement houses (casas de asentamiento), donde se ofrecía a los vecinos diversos servicios sociales, además de conferencias y clases gratuitas impartidas por voluntarios de clase media. La residencia Hull House, ubicada en Chicago y fundada en 1889 por Jane Addams y Ellen Gates Starr, se convirtió en el centro más célebre de la época gracias a sus innovadores programas sociales, educativos y artísticos. [N. de la T.]

68

Brand para responder a los socialistas que afirmaban que ella se negaba a convertirse a su punto de vista porque estaba “atrapada en las redes del capitalismo”. En respuesta a sus críticos, Addams describió en una oportunidad un intercambio que tuvo lugar en una de las discusiones semanales del salón de Hull House. Un ferviente socialista proclamó que “el socialismo curará el dolor de muelas”. Un segundo compañero subió la apuesta insistiendo en que si los dientes de todos los niños fuesen sistemáticamente cuidados desde el nacimiento, los dolores de muelas desaparecerían de la faz de la tierra. Addams, por supuesto, sabía que siempre tendríamos esa clase de dolores. Addams, James, Dewey y, más tarde, Niebuhr compartían un fuerte sentimiento de vivir en una


cultura cívica claramente protestante. Esa cultu-

o académicos que anhelan romper los límites

ra se asumía, se fuera o no creyente religioso, y

disciplinarios definidos por la universidad. Las

desde los tiempos del abolicionismo, pasando

cuestiones primordiales sobre las que era posible

por la lucha por el sufragio femenino hasta el

adoptar una postura inequívoca hace tres o cua-

movimiento por los derechos civiles de los años

tro décadas —la segregación y la guerra, princi-

sesenta, los intelectuales públicos podían apelar

palmente— han dado paso a asuntos complejos

a sus valores. Pero la cultura cívica protestante

y turbios. Ahora vemos en tonos grises y no en

se diluyó con el auge de grupos que habían sido

blanco y negro. Es difícil construir un gran ar-

excluidos del consenso (católicos, judíos, cris-

gumento intelectual sobre la mejor manera de

tianos evangélicos), con el triunfo de una visión

reformar la asistencia social, estructurar una

del mundo generalmente secular y consumista,

reducción de impuestos o proteger el medioam-

y con el abandono por parte del protestantismo

biente. Incluso muchos de nuestros problemas

tradicional de gran parte de su propia tradición

cívicos más amplios no se prestan al tipo de ge-

intelectual en favor de un ethos terapéutico.

neralizaciones temáticas y culturales que han

La consecuencia, para bien y para mal, es que ya no existe una cultura intelectual unificada

sido históricamente el material de la mayor parte del discurso de los intelectuales públicos.

a la que dirigirse o contra la cual rebelarse. Los *

expertos de un tipo u otro intentan a menudo recrear retóricamente esa cultura y avivar viejos temores, como si es-

Lo que quiero decir no es

tuviéramos

que los problemas a los que

luchando

de

nuevo contra los teócratas de la Colonia de la Bahía de Massachusetts.

Aumentar

las apuestas de esta ma-

Nuestra época es la del olvido. Si hay una tarea para el intelectual público es insistir en que

se enfrentan ahora los estadounidenses estén exentos de grandes preocupaciones éticas o conceptuales; más

nera promueve un sentido

recordemos, y que recordar es un

de autoimportancia al exa-

acto moral que requiere la mayor

son tan complejas, y los

gerar aquello a lo que uno

claridad intelectual y ética.

argumentos de todas las

aparentemente se enfrenta. Durante el escándalo Clin-

bien, estas preocupaciones

partes a menudo tan convincentes, que cada quien

ton-Lewinsky, por ejemplo, quienes criticaron el

parece tener una parte de la verdad. Por eso re-

dudoso uso que el presidente hacía de la Oficina

sultan tan irritantes quienes tratan cada cues-

Oval fueron acusados a menudo de intentar re-

tión desde una narrativa de la bondad moral de

sucitar la moralidad del viejo Salem. Un simple

un lado y la vileza y la desigualdad del otro. La

clic en el control remoto del televisor desmiente

mayoría de nosotros, pertenezcamos o no a lo

todas esas habladurías sobre una restauración

que alguien denominó de forma poco caritativa

puritana: la pantalla está repleta de pornografía

“las clases parloteadoras”, nos damos cuenta

blanda popular empaquetada como talk shows

de que las cosas no son tan sencillas. Esa es una

confesionales o programas de autoayuda.

de las razones por las que a menudo recurrimos

El espectro del viejo Salem se invoca en parte

a investigadores expertos, que no encajan en el

porque proporciona, al menos temporalmente,

perfil histórico del intelectual público como ge-

un objetivo claro para la contraargumentación, a

neralista omnicompetente.

la vez que proporciona a los protagonistas de la

Por ejemplo, mucho antes de que llegaran las

televisión un tema que parece justificar su exis-

montañas de pruebas empíricas disponibles hoy,

tencia. Pero lo cierto es que no hay grandes te-

una serie de intelectuales escribía sobre lo que

mas evidentes en torno a los cuales se agrupen

parecía ser la poderosa desafección de los es-

hoy los intelectuales públicos, ya se autodeno-

tadounidenses por la vida pública y por la labor

minen sabuesos de los medios de comunicación

de la sociedad civil. Teóricos de la política como

69


L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE

Residencia de Hull House, fundada por Jane Addams en 1889, convertida hoy en museo en la ciudad de Chicago.

yo podían hablar de un descontento generaliza-

o cualquier no especialista, encontrar un punto

do, pero fueron finalmente las pruebas empíri-

de entrada. Si uno no está preparado para expre-

cas presentadas, entre otros, por el politólogo

sar una opinión autorizada sobre si las células

Robert Putman en su famoso ensayo de 1995

madre adultas tienen el potencial “pluripotente”

Bowling Alone las que consiguieron que estas

de las embrionarias, más vale callarse. El debate

preocupaciones fueran ampliamente escucha-

técnico excluye a la mayoría de los ciudadanos y

das por el público. En este caso, la experiencia

limita la participación de los no científicos que

disciplinaria se pone al servicio de una empresa

reflexionan sobre las implicaciones políticas a

intelectual pública. Esto va en contra de la visión

largo plazo de proyectos que tienen un marcado

culturalmente consagrada del intelectual públi-

tinte eugenésico.

co como una mente audaz y solitaria. Los inves-

La “mejora” genética, como se le llama de

tigadores empíricos trabajan en equipo. A me-

manera eufemística, acabará convirtiéndose en

nudo tienen hordas de ayudantes. Sus datos son

un proyecto eugenésico, destinado a perfeccio-

complejos y deben traducirse para el consumo

nar la composición genética de la raza humana.

público. Su trabajo corresponde en gran medida

Pero nuestra vida pública está tan dominada por

a las universidades y los grupos de reflexión, no

consideraciones a corto plazo que quien aporta

al intelectual público como disidente heroico.

al debate genético actual una comprensión his-

Sin embargo, sería un error dejar simplemente

tórica de este tipo suena meramente alarmista.

que los expertos tomen las riendas. Un ejemplo

Este tipo de visión no encaja bien con el tempe-

de ello es el actual debate sobre la investigación

ramento optimista de los estadounidenses. Por

con células madre y la clonación de embriones

lo general, a los norteamericanos les alivia que

para “cosechar” células madre. Cualquiera que

la urgencia moral y política se vea sobrepasada

conozca la historia de los avances tecnológicos y

por tecnicismos. Esto no es nada nuevo. Durante

el poder de un afán de lucro insaciable compren-

la Guerra Fría, los polemistas que tenían a su al-

de que esa extracción es un primer paso hacia

cance los últimos datos sobre el peso de los mi-

la clonación, y que personas y empresas irres-

siles podían imponerse a quien no era ese tipo de

ponsables ya están avanzando en esa dirección.

experto, pero que tampoco era un ingenuo, que

Pero como el debate se desarrolla en términos

había leído a Tucídides y que pensaba que había

muy técnicos es muy difícil para el generalista,

alternativas a la destrucción mutua asegurada.

70


*

La actitud del millonario de las punto com

Los estadounidenses se inclinan más por los ani-

ligros de un exceso de orgullo, no solo de los in-

madores que por los críticos. Tendemos a con-

dividuos, sino de la cultura en su conjunto. No

centrarnos en el lado positivo del balance y nos

es fácil en nuestra vida intelectual pública, o en

negamos a evocar las características negativas

nuestra vida eclesiástica, para el caso, hacer que

—ya sean reales o potenciales— de la reforma

los estadounidenses piensen en algo que tenga

social o la innovación tecnológica. Carecemos

que ver con el pecado, el centro de gran parte del

notoriamente de sentido de la tragedia o inclu-

discurso intelectual público en Estados Unidos

so, como insistía Reinhold Niebuhr, de reconoci-

desde Edwards a Niebuhr. Nos sentimos cómo-

miento de las ironías de nuestra propia historia.

dos con los “síndromes”. La palabra tiene un

Por críticos no me refiero a aquellos que, en un

sonido relajante y terapéutico. Pero el pecado del

abrir y cerrar de ojos, emiten una condena pre-

orgullo, en la forma de una postura triunfalista

fabricada de más o menos cualquier cosa que

que no reconoce límites al esfuerzo humano, es

ocurra en la política y la cultura popular nortea-

otra cosa.

ejemplificaba un problema más amplio: los pe-

mericanas. Me refiero a los que reconocen que

Las voces morales —las de Jane Addams y

siempre hay perdedores cuando hay ganadores,

Reinhold Niebuhr— que antaño tenían un ver-

y que nunca en la historia de ninguna sociedad se

dadero peso público y que nos advertían contra

ha dado el caso de que los beneficios de un cam-

nuestra tendencia al orgullo cultural y al triun-

bio o innovación recaigan por

falismo parecen haber dejado

igual en todos los grupos.

de existir, o al menos de tener

Cada vez que oía hablar de

una audiencia similar a la que

las maravillas de la “supe-

Estas cuestiones no pueden

rautopista de la información”

abordarse adecuadamente

voces de este tipo en nuestra

durante los años en que Esta-

sin un marco ético sólido,

época, pero no suelen ser esta-

dos Unidos se encaprichó con la alta tecnología, mi mente

una sensibilidad histórica y

se volvía hacia la gente que de

una conciencia de los límites

manera inevitable se encon-

y las tragedias humanas.

traría sentada en anticuados

tuvieron antaño. Hay algunas

dounidenses. Pienso en el presidente de la República Checa, Václav Havel, que ha escrito sin reparos contra lo que ocurre cuando los seres humanos,

cacharros en el carril de las averías. No es fácil

según sus palabras, olvidan que no son Dios ni

hacer que los estadounidenses piensen en es-

semejantes a Dios. He aquí a Havel, en una con-

tas cosas. Una noche, en un telediario nocturno,

ferencia reproducida en la revista First Things

debatí con un millonario de las punto com que

(marzo de 1995):

proclamaba que la enorme riqueza y experiencia acumuladas por los niños ricos expertos en tec-

La relativización de todas las normas morales,

nología pronto nos permitirían encontrar la cura

la crisis de autoridad, la reducción de la vida a

para el cáncer, el fin de los atascos urbanos y la

la búsqueda del beneficio material inmedia-

paz mundial. La paz mundial sería una conse-

to sin tener en cuenta sus consecuencias gene-

cuencia natural de la globalización de los merca-

rales —las cosas por las que más se critica a la

dos. Tener la etiqueta del diseñador adecuado en

democracia occidental— no tienen su origen

los vaqueros sería el pegamento que mantendría

en la democracia, sino en aquello que el hom-

unida a la gente, de aquí a Pekín. Cuando sugerí

bre moderno ha perdido: su ancla trascenden-

que se trataba de un pegamento cívico bastante

tal y, junto con ella, la única fuente genuina

escuálido, el caballero en cuestión me miró como

de su responsabilidad y respeto por sí mismo.

si yo fuera un miembro de alguna especie extin-

Dada su fatal incorregibilidad, es probable que

guida. Estaba claro que esas opiniones le pare-

la humanidad tenga que pasar por muchas más

cían no solo retrógradas, sino casi ininteligibles.

Ruandas y Chernobil antes de comprender lo

71


L A GRAN FRAC TU RA . RE S C ATE

increíblemente miope que puede ser un ser hu-

vistos como un sistema de alerta temprana —

mano que ha olvidado que no es Dios.

que dice verdades inoportunas y nos recuerda lo que ocurre cuando se equipara a las personas con

Nuestra época es la del olvido. Si hay una tarea

su potencial genético—, los escépticos son des-

para el intelectual público es insistir en que re-

cartados como una retaguardia que se interpone

cordemos, y que recordar es un acto moral que

en el camino del progreso.

requiere la mayor claridad intelectual y ética. Al *

aprender a recordar el Holocausto hemos alcanzado un éxito significativo (y solitario). Sin embargo, en la medida en que ahora vemos el ge-

Así que esta es nuestra situación. Muchos de

nocidio como una anomalía histórica exclusiva

nuestros problemas contemporáneos más acu-

de un régimen o pueblo concreto o, alternativa-

ciantes, que a menudo no se consideran intrín-

mente, como un lugar común histórico que nos

secamente políticos pero en los que la política

permite calificar de holocausto cualquier caso de

tiene mucho que ver, suscitan inquietudes mora-

asesinato político, no hemos alcanzado la clari-

les sobrecogedoras. Estas cuestiones no pueden

dad. La verdad se encuentra en algún punto in-

abordarse adecuadamente sin un marco ético

termedio.

sólido, una sensibilidad histórica y una concien-

En lo que se refiere al tecnoentusiasmo y la

cia de los límites y las tragedias humanas. Pero

avanzado

esas cualidades escasean en

mucho en el camino del ol-

una era de especialización

utopía,

hemos

vido. Ya se ven anuncios en los periódicos que ofrecen

En una cultura que siempre está

y triunfalismo tecnológico. Los que se apoderan del mi-

enormes recompensas eco-

haciendo, la responsabilidad de

nómicas a las jóvenes do-

pensar se elude con demasiada

ridad casi automática de la

nantes de óvulos si tienen

frecuencia. El papel de los

ciencia son en su mayoría

una puntuación mínima de 1400 en la selectividad, una estatura mínima de 1,70 y son atléticas. Se habla con

intelectuales públicos de hoy es alzar la voz silenciosa de la razón éticamente comprometida.

crófono y esgrimen la auto-

apologetas del nuevo orden que se avecina. Los que advierten de los posibles efectos

y

consecuencias

nefastas de este nuevo or-

naturalidad de los “genes de diseño” del futuro. El utopismo tecnológico

den pueden ser marginados como personas que

desbocado, que se nos presenta con el imprimá-

se niegan, obstinadamente, a marchar a tiempo,

tur de la ciencia, tiene una autoridad automáti-

o que pretenden ilegítimamente importar a la

ca en la cultura estadounidense de la que ya no

arena pública preocupaciones que derivan de la

gozan los pensadores especialistas en ética, los

religión.

generalistas intelectuales, el clero ni quienes

Nos deslumbramos tan fácilmente. Somos tan

tienen sentido de la ironía y la tragedia históri-

orgullosos. Si podemos hacerlo, debemos hacer-

cas. La revista católica laica Commonwealth pue-

lo. Debemos ser los primeros en todo, y si nos

de editorializar contra nuestras nuevas formas

tomamos en serio la restricción ética de ciertas

de comerciar con la carne humana, contra lo que

tecnologías, podemos quedarnos rezagados con

equivale a un “mundo en el que las personas lle-

respecto al país X o al país Y. Y eso parece anties-

van una etiqueta de precio, y en el que el valor

tadounidense. El papel de los intelectuales públi-

en efectivo de algunas personas es mucho mayor

cos en tales circunstancias es dar un paso atrás

que el de otras”. Pero los argumentos parecen

y lanzar advertencias reflexivas. Pero, ¿dónde

llegar solo a quienes ya están convencidos. A los

está el lugar para este tipo de discurso? ¿Dón-

críticos de la izquierda ecologista y de la dere-

de está el campo de entrenamiento para lo que

cha social-conservadora que cuestionan el tec-

el teórico político Michael Walzer llama “críti-

notriunfalismo no les va mejor. En lugar de ser

cos conectados”, pensadores que se identifican

72


fuertemente con su cultura, que no trafican con

de la especialización excesiva. Sin un público

denuncias fáciles del tipo que oímos cada noche

comprometido no puede haber verdaderas con-

en la televisión (junto con animaciones igual-

versaciones públicas ni verdaderos intelectuales

mente fáciles), sino que hablan de política con

públicos. En Hull House, Jane Addams hablaba

una voz moral que no se limita a moralizar? Esa

en un lenguaje cívico y ético formado y compar-

pregunta subyace en gran parte al debate sobre el

tido por sus conciudadanos. Las voces del público

estado de la sociedad civil que tuvo lugar duran-

de Hull House servían de freno a puntos de vis-

te la década pasada. Los escritores y pensadores

ta estrechos, especializados y monolíticos. Fue

que advirtieron sobre el declive de la sociedad

desde este rico escenario donde Addams se lanzó

civil estadounidense estaban preocupados por

a los debates de su época. ¿Dónde están hoy las

encontrar no solo formas más eficaces de alcan-

instituciones para tal debate? ¿Cómo podríamos

zar los fines deseables en la política pública, sino

crearlas? Es una de las muchas ironías de su vo-

por encontrar la manera de frenar la precipitada

cación que los intelectuales públicos contempo-

marea del consumismo, de la privatización y del

ráneos ya no puedan presumir de tener una au-

retraimiento cívico, de la apatía pública y de la

diencia.

falta de compromiso. No frenaremos esa marea

Los intelectuales y otros que hablan desde una

sin estructuras sociales e instituciones que pro-

voz moral pública no llevan una tarjeta que diga

muevan una conversación pública más completa

“Tengo ideología, hablaré”. Por el contrario,

sobre las cuestiones a las que nos enfrentamos.

adoptan la descripción de Hannah Arendt de la

Siempre que hablo de la calidad de nuestra

tarea del teórico político como alguien que nos

vida pública ante grupos cívicos, me doy cuenta

ayuda a pensar sobre lo que estamos haciendo.

de que hay una verdadera necesidad de lugares

En una cultura que siempre está haciendo, la

públicos como Hull House. Los estadouniden-

responsabilidad de pensar se elude con demasia-

ses anhelan foros en los que puedan participar

da frecuencia. Las cosas van demasiado deprisa.

e interpretar las cuestiones públicas de nuestro

El papel de los intelectuales públicos de hoy es

tiempo, y en los que pueda surgir y crecer una

alzar la voz silenciosa de la razón éticamente

vida intelectual comunitaria, libre de las cadenas

comprometida.

Jean Bethke Elshtain (1941-2013) fue una importante filósofa estadounidense y profesora Laura Spelman Rockefeller de Ética Social y Política en la Universidad de Chicago. Escribió numerosos libros, entre los que destacan Augustine and the Limits of Politics (1995), Jane Addams and the Dream of American Democracy (2001) y Sovereignty (2008). Su libro Democracy on Trial, publicado originalmente en 1995, analiza críticamente la cultura victimista, el desprecio al debido proceso y el auge de nuevas formas de paternalismo. Una versión castellana de este último ensayo será publicado próximamente por el IES bajo el título de La democracia puesta a prueba. Este artículo fue traducido y reproducido con permiso de The Wilson Quarterly, todos los derechos reservados.

73


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

h o r a s en la La fractura entre ideas y política exige que toda reflexión intelectual esté anclada a la realidad que le sirve de fundamento. Los intelectuales han sido, desde hace más de un siglo, figuras especialmente relevantes para lograr ese cometido, pues buscan traducir la reflexión teórica en pautas de acción que guíen el quehacer político. En las páginas que siguen se reseñan obras que dan cuenta de la importancia de los intelectuales, desde una aguda crítica de Raymond Aron a sus contemporáneos entusiasmados con el marxismo hasta el modo en que estos desafíos se han plasmado en el Chile del siglo XX.

74


biblioteca Contrapunto de Rachel Théodore y Álvaro Vergara sobre El opio de los intelectuales, de Raymond Aron Cristóbal Aguilera sobre 1943. La crisis del humanismo cristiano, de Alan Jacobs Diego González sobre El ocaso de la democracia, de Anne Applebaum Gabriela Caviedes sobre ¿Qué fue de los intelectuales?, de Enzo Traverso Eduardo Galaz sobre Relatos sociológicos y sociedad, de Claudio Ramos María Asunción Poblete sobre Pensadores peligrosos, de Hugo Herrera

75


L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO

Contrapunto Raymond Aron fue uno de los pensadores más lúcidos del siglo XX europeo. Su obra alcanzó relevancia no solo en el ámbito de la filosofía política o las relaciones internacionales, sino también en la observación de la contingencia política con enorme profundidad y amplitud histórica. El opio de los intelectuales (1955) es una de sus obras más conocidas, en las que fustiga con dureza a aquellos pensadores que, comprometidos con el marxismo, no fueron capaces de criticar los puntos ciegos de las revoluciones de izquierda. A continuación Rachel Théodore y Álvaro Vergara dan cuenta de la actualidad de este ensayo del pensador francés.

¿La religión política, el nuevo opio de los intelectuales? RACHEL THÉODORE

Había que tener no solamente un coraje intelec-

secular para las masas, sino además un opio para

tual considerable, sino también una gran libertad

los intelectuales. Este verdadero brasero entró en

de pensamiento para publicar, en 1955, dos años

el panteón de los grandes libros de la historia in-

después de la muerte de Stalin y en el apogeo del

telectual de Francia del siglo XX con un gran cos-

Partido Comunista en Francia, esta obra demo-

to para su autor. Aron fue atacado a cañonazos y

ledora de la ideología comunista y de la ceguera

tratado de “anticomunista” (el peor insulto para

de los intelectuales de la época ante la verdade-

un intelectual en la Francia de la época), pero hay

ra naturaleza de dicha ideología. Como su gran

una razón sencilla que explica tal reacción: sus

inspirador, Alexis de Tocqueville, Raymond Aron

argumentos, siempre incómodos para la mayo-

tuvo la predisposición intelectual de ir en contra

ría y nunca conformistas, invitaban a cualquier

de sus “compañeros de ruta” (Aron fue militante

pensador que se autocalificara de izquierda a re-

en la izquierda socialista-obrera) para descifrar,

flexionar y replantear los supuestos intelectua-

con fineza y objetividad, los grandes movimien-

les en los que se había formado. Por lo mismo, en

tos de la historia moderna.

su época fue para muchos un libro “intragable”,

Para Tocqueville, fue la democracia. Para Aron,

un plato fuerte de la cuisine française. En esta lu-

el comunismo. En una suerte de bumerán histó-

cha intelectual, que Aron calificaba de “volun-

rico, Aron le da un giro a la célebre frase de Marx

tad de ver la verdad”, no estuvo solo: aunque

—la religión es el “opio del pueblo”—, para lan-

con distintas sensibilidades políticas, Cornelius

zar en forma punzante su diagnóstico: el comu-

Castoriadis y Claude Lefort, autores de la revis-

nismo ha llegado a ser no solamente una religión

ta Socialisme ou Barbarie, lo acompañaron, a su

76


manera, en su denuncia de los totalitarismos e

materializado por la revolución de 1917, una ten-

interpretaciones críticas del marxismo.

tativa política de buscar un sustituto a la religión

Desde el prefacio, Aron martilla contra lo que

cristiana. En este sentido, para él, el profetismo

se le aparecen como las “palabras sagradas”:

marxista se da conforme al esquema del profe-

“Izquierda”,

“Proletariado”.

tismo judeo-cristiano: la ideología comunista

Tres grandes “mitos”, según él, que nutrieron la

y el Partido único de Estado son transfigurados

intelligentsia de izquierda de su época. En cuan-

en un Mesías, un guía del proletariado mundial,

to al primer mito, Aron deconstruye la idea de

erigido como clase vanguardista y salvadora de

una izquierda indivisa, que se piensa unida tras

la Humanidad, vía única hacia el socialismo, este

mensajes comunes —sobre todo la idea del pro-

último proclamado imperativo para todos los

greso—, señalando que, en realidad, estaríamos

pueblos. Así, el comunismo reclutaría hordas de

frente a un espectro múltiple y plural. Ese glo-

feligreses en pos de la evolución de una historia

rioso mito sirve, sin embargo, como justificación

sacra, en donde el Estado único es una etapa de-

de los fracasos de 1789 y 1848 en Francia, hasta

cisiva, y su apogeo la sociedad sin clases.

“Revolución”,

el rol más protagónico que la izquierda asumió

Como trasfondo del análisis aroniano se desta-

desde 1870 y la Tercera República. El segundo

ca un proceso muy llamativo de la sociedad mo-

mito es el de la Revolución, con el que alude no

derna y que se intensifica desde el siglo XIX hasta

solo a la gran Revolución Francesa, sino también

hoy: el ocaso de la religión cristiana en Occidente

a la Revolución de 1917, y en donde Aron analiza

y su sustitución por religiones seculares y civiles. El

patrones comunes y la cadena histórica que las

fenómeno general, por supuesto, ya había sido

vincula. Para él, la Revolución, como hecho, es

advertido por Nietzsche y otros pensadores deci-

siempre, por naturaleza, tiránica. En este sen-

monónicos. Sin embargo, la más potente de estas

tido, existiría una “romantización” de la vio-

nuevas religiones es la política erigida en religión

lencia por parte de la izquierda según la cual la

o, podríamos llamarla, la religión política. Sobre

violencia se torna en herramienta al servicio de

las ruinas del cristianismo se construye la polí-

la Razón y es justificada por fines últimos, como

tica como el único hecho capaz de mover las masas

la utopía de la “liberación”. Por último, el tercer

y de convocar a los intelectuales a que la defiendan

mito corresponde al del Proletariado. El autor se

con espadas. Si observamos el transcurso de la

pregunta, primero, quién es realmente el pro-

historia, podemos observar que, con el declive de

letariado; segundo, si el proletariado puede ser

la religión cristiana, la vida de la humanidad en

considerado como una unidad indivisible; terce-

Occidente pierde una dimensión trascendental

ro, si el proletariado, como clase social “elegida”

que ayudaba a organizar la vida colectiva en so-

y deificada, cumple realmente con las ideas me-

ciedad. Al contrario, vivimos ahora dentro de un

siánicas y revolucionarias del comunismo. El co-

“marco inmanente” (la expresión es de Charles

razón del mito, y su crítica fundamental, es hacia

Taylor) y se produce entonces un verdadero va-

la misión supuestamente mesiánica del proleta-

cío existencial que el hombre necesita llenar con

riado: porque es “pobre” y “oprimido” encarna-

fuerza, como un hambre insaciable que es impe-

ría todas las virtudes de la Humanidad y sería su

rioso calmar. El ser humano, podríamos decir,

redentor. Sin embargo, el autor no avala esta vi-

necesita creer o defender algo. Ese algo es una

sión de su rol, puesto que, para él, se trata de una

brújula apuntando al norte, una razón por la cual

idealización y una interpretación de la historia

levantarse y luchar día a día. Lo que destaca del

que se inclina demasiado hacia el profetismo.

análisis de Aron es la forma en la cual el comu-

La idea del mito del proletariado permite co-

nismo es cristianismo transfigurado, tomando

nectar con lo que, a mi juicio, es lo más original de

una envoltura de carácter político-religioso. In-

esta obra, sobre todo en su tercera parte: el aná-

terpretando a Aron, el comunismo era el “opio”

lisis del mesianismo y la dimensión religiosa de

en 1955 porque se alzó como una nueva religión

la ideología comunista. Gran conocedor de Marx

que satisfacía una necesidad del alma, un deseo

y Hegel, Aron ve en el comunismo real, es decir,

de sacralizar el mundo y buscar la trascendencia

77


L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO

perdida y tan anhelada. La izquierda intelectual

justicia social, ha declinado. Pero ¿significa esto

necesitaba, como agua en un desierto, dar un

que ha desaparecido su telón de fondo religioso?

sentido sagrado y universal a su lucha por la jus-

No lo parece. Desde la caída del Muro, la izquier-

ticia en el mundo, aunque terminaba siendo ma-

da busca silenciosamente otras fuentes de fe.

niqueísta. El libro, por lo tanto, abre el espacio

Hoy, sus intelectuales han perdido la pretensión

para preguntarnos, casi 70 años más tarde: ¿cuál

por lo universal en defensa de derechos de cuar-

es nuestro opio, como intelectuales —de izquier-

ta generación que pulverizan la gran sociedad ya

da o de derecha— hoy en Occidente?

no entre clases sociales, sino entre nuevas tribus

En la actualidad, la política, erigida como re-

urbanas, cada una con sus estilos de vida propio.

ligión, da lugar a toda suerte de fanatismos,

Se ha perdido, por lo tanto, la búsqueda, no de lo

extremismos y maniqueísmos, de ambos lados

que nos diferencia, sino de lo que nos une como

del espectro político, no solo en Chile sino en el

Humanidad, con miras hacia el futuro. Se agrava

mundo entero. En nuestra era de lo digital, hip-

este hecho con una cultura de la cancelación y un

notizados por las redes sociales y la opinología

relativismo valórico y cultural extremo, en don-

tipo Twitter (es decir, redes asociales que son la

de cualquiera puede ser rebajado a la categoría de

versión contemporánea de la “guerra de todos

“hereje” si cuestiona las nuevas “palabras sa-

contra todos” de Hobbes, pero en 280 caracte-

gradas”, el nuevo opio de nuestros intelectuales

res) los intelectuales se enfrentan como en los

de izquierda. Lo que hoy ocurre podemos com-

tiempos medievales lo hacían cristianos y no

prenderlo como una lucha entre grupos de corte

creyentes: se combate al adversario político con

cuasi-sectarios, los mismos que Aron describía

el mismo fervor, acarreando de paso a las masas

en su prefacio como los que “en las luchas de los

en su movimiento irreflexivo.

Foros, buscan el secreto del destino humano”,

Del lado derecho del espectro político e ilustrado de manera paradigmática con los recien-

es decir la verdadera y única interpretación del mundo, que no tolera otros puntos de vista.

tes ataques a las instituciones democráticas en

Una gran lección de Raymond Aron es, preci-

EE.UU y Brasil o con los movimientos populistas

samente, la búsqueda de la autocrítica y la ad-

que azotan el mundo Occidental, se despliegan

vertencia de la ceguera, que termina yéndose en

fuerzas de oposición a la democracia, a sus insti-

contra de sus más nobles ideales. ¿Cómo, enton-

tuciones, atizando la idea-fuerza de patria, que,

ces, pensar el camino del intelectual en la hora

en su interpretación más chovinista, llevó a las

de los extremos? ¿Cómo enfrentar la polaridad

trincheras de la Primera Guerra Mundial, a las

y el carácter pendular que caracteriza a nues-

locuras del nacionalsocialismo y al totalitarismo

tro tiempo? Con Aron, nace en el centro una vía

de derecha. Sobre el altar de la Patria, glorifica-

posible que busca revitalizar la labor de los inte-

do por los intelectuales de derecha (pensemos en

lectuales: mantener la libertad de pensamiento,

Francia en Maurice Barrès, por citar solo uno),

lejos de toda pretensión totalitaria, sectaria y, en

los hombres lucharon, se sacrificaron, derrama-

última instancia, religiosa. Si logramos transitar

ron sangre. Ese opio nunca ha dejado de existir

por ese camino, es posible pensar en el restable-

para la derecha; incluso se podría decir que es

cimiento de un diálogo real y en “combatir sin

su quintaesencia.

odiar”, lo que constituye el verdadero llamado

Del otro lado, el corazón de la izquierda, la pretensión hacia un ideal universal-mesiánico de

78

del autor al que reseñamos.


Revolucionarios de ayer y hoy ÁLVARO VERGARA

“Para pensar la política hay que ser

de su voluntad a causa de un peligroso estu-

lo más racional posible, pero para hacer

pefaciente, capaz de destruir las facultades de

política hay que utilizar inevitablemente

los cerebros más inteligentes. De tal forma, si

las pasiones de los demás hombres”.

la religión era, según Marx, el opio del pueblo, para Aron el credo revolucionario es el opio de

Raymond Aron

la intelligentsia parisina. La crítica del solitario liberal francés es impetuosa de principio a fin. Eso explica que el libro

Los intelectuales de la izquierda revolucionaria

causara escándalo y lo siga haciendo en nue-

han permanecido (y permanecerán) en un cons-

vos lectores. No exageramos al decir que Aron

tante estado de somnolencia mental. Esa puede

ejecuta, con precisión de francotirador, duras

ser la principal tesis del libro más anticomunista

acusaciones a lo largo de todas sus páginas. Son

y político de Raymond Aron. El opio de los inte-

tantas que, gracias a su honestidad intelectual,

lectuales busca derribar una serie de mitos sobre

terminará arrepintiéndose de algunos de esos

quienes dedican su vida al pensamiento. Y uno

dardos a lo largo de su vida. Sobre Albert Camus,

de ellos, que atraviesa todo el texto, es que estos

por ejemplo, dirá lo siguiente: “Es cierto que en

personajes, sutiles y cuidadosos en su uso de la

El opio de los intelectuales escribí algunas fra-

palabra, pueden tener también un lado oscuro,

ses desagradables sobre él, frases de las que me

una adicción a una particular sustancia narcóti-

arrepiento”. Lamentablemente para él (o tal vez

ca. De ahí deriva, precisamente, el magnífico tí-

por fortuna para nosotros), esos párrafos queda-

tulo de Aron: los intelectuales fueron despojados

ron consagrados en la terquedad del papel. Allí

79


L A GRAN FRAC TU RA . C ONTRAPU NTO

aguantarán el paso de las décadas y recibirán la

momento es el cuidado meticuloso en la ingenie-

atenta lectura de nuevas generaciones.

ría conceptual de cada uno de sus argumentos. Si

Quizás la única manera de comprender la fa-

algo nos enseña su trabajo es que la intelectua-

ceta de este Aron combativo sea contextuali-

lidad está ligada inevitablemente a los miedos y

zando el especial origen y las motivaciones que

las pasiones, pero que esos móviles no deben ser

lo impulsaron. Su actitud se entiende mejor si se

motivo para abandonar valores imprescindibles,

recuerda que el libro fue publicado en 1955, año

como la rigurosidad y la consecuencia. Así, dis-

inscrito en una particular efervescencia cultural

tanciándose de lo políticamente correcto, Aron

y política. Por aquella época, pese a la denun-

transmite que la actividad intelectual no es una

cia de abusos, arbitrariedades, pobreza y, sobre

labor tibia y que el análisis confrontacional tie-

todo, de la existencia de campos de concentra-

ne un valor irremplazable. Pese a su dimensión

ción (los llamados gulags) en la URSS, gran parte

negativa, la crítica, en determinadas situacio-

de la intelligentsia parisina prefirió hacer oídos

nes, debe ser reivindicada bajo la forma de un

sordos. Rebelarse ante esa realidad significaba

imperativo. Aron, por ejemplo, al debatir frente

para el marxismo inquisitivo renunciar a los fi-

a Sartre nunca lo descalificó en sede moral, solo

nes últimos de la revolución, y eso, como supon-

intelectual. La lucha era entre argumentos y en

drá el lector, era cosa de traidores. La mayoría

ese nivel debía permanecer si se quería preservar

prefirió continuar bajo el hechizo de Stalin, de-

la verdad.

mostrando cierta ligereza en su labor intelectual.

En ese sentido, este texto no se suma a la lis-

Y cómo no, si ni los rugidos del hambre ni el he-

ta de trilladas críticas al fracasado proyecto po-

dor de la muerte llegaban hasta los elegantes ca-

lítico de los autodeclarados herederos de Marx.

fés de París. Experimentar con la revolución sin

Más bien apunta a una comprensión intelectual

sufrir sus efectos en carne propia es una fórmula

del mundo y al modo en que los intelectuales lo

que, hasta el día de hoy, sigue muy vigente.

asumen. El opio de los intelectuales constituye una

La lectura de esta obra no puede obviar un as-

especie de panfleto antropológico y psicológico

pecto fundamental: este también es, paradójica-

que retrata la confusa naturaleza intelectual re-

mente, un libro íntimo. Se trata de una reflexión

volucionaria. ¿Por qué? Porque en estas páginas

personal. En él Aron deja constancia de sus opi-

se describen, una por una, las debilidades, mie-

niones sobre los amigos de infancia que perdió

dos, incoherencias e inseguridades del proyec-

en el camino. Específicamente, el pensador fran-

to marxista. Recurriendo a nuestro vocabulario

cés crítica a la ideología comunista que, pese a

contemporáneo, podría afirmarse que este libro

la brillantez y a la inteligencia de quienes fue-

desenmascara su doble estándar. En palabras del

ron sus amigos, terminó opacándoles el juicio.

propio Aron, sería similar a una divagación in-

Su interpretación ideológica los insertó en una

telectual cuyo sujeto de estudio es el individuo

realidad de negros y blancos, donde todo adver-

“que busca en la política una diversión, un objeto

sario pasaba a ser un enemigo. Como sincera él

de fe o un tema de especulaciones”. Ese mismo

mismo: “En El opio de los intelectuales no discuto

sujeto, carente de cualquier espiritualidad tras-

con los comunistas. Discuto o peleo con aquellos

cendente, adquiere un sentido vital mundano y

de mis amigos que reconocen la existencia de los

limitado mediante la revolución, en la que, por

campos de concentración y que no son comunis-

supuesto, puede ser protagonista.

tas pero tampoco quieren ser anticomunistas. En

Por consiguiente, la crítica se dirige hacia un

el fondo (…), es un diálogo con Sartre y con Mer-

arquetipo específico: la clase intelectual. Es de-

leau-Ponty, un diálogo entre hombres que han

cir, hacia aquel grupo humano integrado por tra-

comenzado en el mismo punto”.

bajadores no manuales que tomaron la decisión

Es cierto que Aron en este texto, fiel a la rigu-

de dedicarse al estudio de los saberes y materias

rosidad y al método, pareciera por momentos

más elevadas. Ese es, para Aron, el verdadero

suspender su papel de “observador comprometi-

intelectual. El que vive rodeado de grandes bi-

do”. Sin embargo, lo que no abandona en ningún

bliotecas y manuscritos. Ese individuo dedicado

80


a ser uno con su lápiz, computador o libro y que

orden y lograr sus fines. El prójimo a los ojos del

renunció a los placeres del dinero, pero no a los

revolucionario es una cosa, una herramienta, un

del prestigio. Pues, lo admitan o no, la mayoría

mero medio. Y el que piensa las ideas está por so-

de los intelectuales están sedientos de presti-

bre ellos, en un plano superior.

gio; de lo contrario, aquella pulsión vital según

En ese sentido, Aron plantea que la situación

la cual su vida no tendría sentido. Como dijera

del intelectual revolucionario es desilusionan-

alguna vez el suspicaz ensayista Martín Cerda:

te. Teniendo presente sus potenciales esferas

“Desde el momento en que alguien proyecta es-

de influencia en la academia, la contingencia y

cribir, lo hace, en efecto, contando con la even-

las políticas públicas, decide hacer caso omiso

tual aceptación (reconocimiento, gratificación)

de las consecuencias de su razonamiento (olvi-

de ese público (mercado), aun cuando lo niegue,

dando por completo la máxima socrática de la

lo injurie o ignore”. De manera que ¡vaya uno a

posible equivocidad de la posición propia), para

tocarle el ego a un intelectual!

reemplazarlas por una dogmática hueca por pura

A partir de allí, entonces, nos podemos enfo-

ideología. Por eso al revolucionario le cuesta

car en la figura del intelectual revolucionario en

tanto la autocrítica, pues en su mundo religioso

particular. La reflexión de Aron parece querer

el error no existe. Su credo no admite falencias y

contestar una y otra vez la siguiente interrogan-

él, en tanto líder potencial de la redención, tam-

te: ¿por qué el defensor de la revolución, siendo

poco. Y por eso no rechazaron las profundas des-

en un primer momento tan inmisericorde con la

igualdades consagradas por Fidel Castro, Mao

realidad contemporánea y sus injusticias, calla

o Kim Il-Sung. Si el sueño se derrumbaba, una

luego ante los abusos y atrocidades cometidas

parte vital de ellos caería también.

luego del triunfo de su revolución? ¿Dónde queda

Absorto en la destrucción de la sociedad co-

su integridad? Tras escarbar y reflexionar sobre

mercial y del statu quo, el intelectual revolu-

gran parte del corpus normativo marxista, la

cionario se dedicó a la creación de una sociedad

respuesta de Aron es, más o menos, la siguien-

imaginaria que resultó, en la práctica, macabra.

te: lo hace porque un dañino dogma inserto en el

De paso, ignoró las pistas, advertencias y evi-

credo revolucionario se lo permite. Es la creencia

dencias que dejaron a su haber las diferentes

ciega en los fines de sus anhelos lo que le impide

ciencias humanas y la reflexión filosófica. Al fi-

condenar las desigualdades y abusos causados

nal termina cumpliéndose aquella advertencia

por su religión mundana. De ahí proviene, pre-

del gran novelista Vasili Grossman: el revolucio-

cisamente, su clásica condescendencia respecto

nario de ayer, de hoy y del futuro, no busca crear

a la violencia. Y desde ese lugar legitima, tam-

al “hombre nuevo”, sino solo a un hombre crea-

bién, la utilización inescrupulosa de terceros que

do por el nuevo Estado, por su Estado.

realizan los destrozos necesarios para alterar el

81


L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA

Un desafío aún vigente CRISTÓBAL AGUILERA

Sobre 1943. La crisis del humanismo cristiano (Santiago: IES, 2019), de Alan Jacobs

En un conocido discurso pronunciado en no-

El ámbito en donde enfocaron sus preocupa-

viembre de 1991 en Roma, el destacado filósofo

ciones fue la educación. Es aquí donde convergen

alemán Robert Spaemann sostuvo que aquello

los esfuerzos —no articulados, por cierto— de

que terminó por llenar el vacío que dejó el fracaso

los protagonistas de la historia que narra Jacobs.

de las utopías del siglo XX no fue el retorno de

Lo que buscaron fue hacer un contrapunto al

lo que estas habían sustituido (la religión), sino

predominio de la perspectiva técnica (que carac-

una “antiutopía radical, que rechaza totalmente

terizó a la guerra), con el fin de evitar que esta se

la idea de la trascendencia del hombre”. A juicio

impusiera al momento de definir los principios

de Spaemann, el gran problema de las socieda-

que gobernarían la reconstrucción de Europa.

des contemporáneas es precisamente aquel re-

En concreto, temían que prevaleciera un modelo

chazo a la apertura hacia la dimensión espiritual

de la educación fundado en tal perspectiva. Por

del ser humano. Así, el propósito de estas socie-

así decirlo, su adversario era aquello que Mari-

dades —equivalente al del modelo utópico que

tain denominó tecnocracia, que consiste en “la

le antecede— es meramente la mejora material

tecnología tan entendida y venerada que exclu-

(“sentirnos bien”). Todo lo demás es relativo,

ye cualquier sabiduría superior y cualquier otra

casi como una ilusión: “Ya no debemos tomar-

comprensión que no sea la de fenómenos calcu-

nos nada en serio”. Como consecuencia de este

lables”. Si esta triunfaba, lo que se impondría se-

relativismo y escepticismo dominante, que re-

ría una filosofía que “no deja en la vida humana

chaza los fundamentos cristianos de la cultura

nada más que relaciones de fuerza o, en el mejor

occidental, lo que queda no es más que el “nihi-

de los casos, de placer, y termina necesariamen-

lismo banal”. Ante tal panorama, Spaemann es

te en una filosofía de dominación”.

sumamente crítico: “El resultado máximo de la educación es la ironía”.

En su célebre ensayo La abolición del hombre, C. S. Lewis sostiene —parafraseando a Aris-

El diagnóstico de Spaemann es similar al que

tóteles— que el fin de la educación consiste en

subyace al maravilloso ensayo de Alan Jacobs que

conseguir que el alumno “tenga predilecciones

aquí reseñamos. Jacobs describe la respuesta que

y aversiones por lo que corresponde”. Lo cen-

cinco intelectuales cristianos ofrecieron al mun-

tral, a su juicio, era —y sigue siendo— la in-

do frente a la pregunta por el modelo de socie-

quietante pregunta Quid sit homo? En cambio,

dad que debía prevalecer una vez que finalizara

la tecnocracia reduce al ser humano al estado

(asumiendo que las potencias aliadas vencieran)

de simple cosa; mero engranaje de un régimen

la Segunda Guerra Mundial. Los pensadores so-

industrial. Una sociedad cuyo progreso depen-

bre los que escribe Jacobs —las dramatis perso-

de de esta comprensión de la vida humana, en

nae— son T. S. Eliot, Simone Weil, C. S. Lewis,

rigor, no dista mayormente de las utopías que

W. H. Auden y Jacques Maritain. Lo principal de

fueron militarmente vencidas. El aporte de es-

la respuesta que ellos ofrecieron fue subrayar la

tos intelectuales fue subrayar un punto funda-

necesidad de “restaurar el cristianismo a un lu-

mental: únicamente una educación cimentada

gar central, si no dominante, en la conformación

en la apertura a la trascendencia (en el huma-

de las sociedades occidentales”.

nismo cristiano) puede evitar que el ser humano

82


termine por ensimismarse y destruirse a sí mismo y a los demás. Esto último era lo que —a juicio de los cinco pensadores analizados— había ocurrido en el Holocausto y debía prevenirse en el futuro. Así, antes de “crear técnicos”, la educación ha de versar sobre el cultivo de los afectos. No es extraño, pues, que la alternativa a la formación de los “educacionistas” y “controladores” que postulaban la tecnocracia no sea una respuesta sistemática, sino un coro en diversos registros: poesía, conferencias, drama, crítica literaria, ensayos, fantasía teológica. Ante todo,

humano es capaz de cegar a toda una genera-

lo que la educación debe comunicar son motivos

ción si esta no tiene los recursos morales para

para vivir. ¿Qué es lo digno de ser querido? Ja-

distinguir lo que es digno de ser querido. Y esto

cobs apunta al ordo amoris de Agustín de Hipo-

fue precisamente lo que terminó por ocurrir. La

na (en contraste con el cor curvatum in se ipsum).

educación había fracasado por no ofrecer tales

Aquí se encuentra el núcleo de los problemas.

recursos morales.

Spaemann, en Meditaciones de un cristiano, resu-

Si es cierto —como sostiene Jacobs— que el

me así lo que él llama la distinción fundamental

fracaso de la propuesta de estos intelectuales

entre “los burlones” a que se refiere el Salmo 1,

europeos no fue de diagnóstico, sino de opor-

y el hombre bienaventurado: “cada uno de ellos

tunidad (“llegaron, tal vez, un siglo tarde”),

se alegra de cosas opuestas. Y este es el abismo

conviene volver la mirada sobre su proyecto de

más profundo que existe. ¿Con qué se alegra el

revitalizar la cultura occidental y tomar la posta

hombre bienaventurado?”.

intelectual. De alguna manera, tal desafío sigue

Jacobs concluye su ensayo —no podía ser de

tanto o más vigente que en 1943. Finalmente,

otro modo— reconociendo el fracaso de la em-

cabe apuntar que, con excepción de Maritain,

presa de sus protagonistas. El modelo que a la

puede que ninguno de los otros haya tenido

postre predominó en la posguerra fue justa-

contactos estrechos con el poder político. El de-

mente el tecnocrático. Esto se debe, entre otros

safío intelectual no consiste necesaria ni prin-

motivos, a que la promesa del bienestar que este

cipalmente, pues, en hacer una alianza entre la

supuso, aunque fuera incapaz de cumplirla, ya

academia y las fuerzas políticas, sino en ofrecer

había seducido al mundo. En relación con esta

—desde las propias disciplinas, espacios, estilos,

misma idea, Benedicto XVI, en su magnífico Je-

registros, al igual como lo hicieron Weil, Lewis,

sús de Nazaret, afirma que el modo en que Sata-

Maritain, Auden y Eliot— nuevos horizontes de

nás ultraja al hombre es afirmando que todo lo

sentido que enfrenten el nihilismo banal que hoy

que parece bueno en él es pura fachada; al final,

impera. Cualquier profesor universitario puede

“solo le importa su bienestar”. El deseo de la

fácilmente caer en la cuenta de lo urgente de esta

comodidad material que se anida en el corazón

tarea. 83


L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA

Autoritarios DIEGO GONZÁLEZ

Sobre El ocaso de la democracia. La seducción del autoritarismo (Santiago: Debate, 2020), de Anne Applebaum

En 1953, el poeta polaco Czesław Miłosz publi-

y columnistas). También a ese espacio amorfo

có en París El pensamiento cautivo, un auténtico

que en Chile denominamos pomposamente el

mapa psicológico de la situación de los inte-

“mundo de la cultura y las artes”. En el lenguaje

lectuales bajo los regímenes tras la Cortina de

del siglo XX: la intelligentsia.

Hierro. Los casos elegidos por Miłosz retratan

No han sido pocos los intelectuales, denun-

con sutileza cómo la labor de pensar y escribir

cia Applebaum, que en las últimas dos décadas

puede ser más o menos arriesgada, más o me-

han facilitado el ascenso del autoritarismo, el

nos cómoda, según las circunstancias. En efecto,

debilitamiento del Estado de derecho y de ideas

todo un abanico de extorsión, amordazamien-

consensuadas a comienzos de los años noventa

to, autocensura, moralismo e hipocresía puede

—libertad, tolerancia e igualdad ante la ley—,

emerger en un contexto de opresión en torno al

poniendo en riesgo la supervivencia de la de-

quehacer de los intelectuales. Aunque, atención:

mocracia como tal. Un ocaso que la historiadora

también en ausencia de ella, como bien mostró

observa en los casos de Polonia y Hungría, Reino

Raymond Aron dos años más tarde en El opio de

Unido, España y Estados Unidos. Y no por azar:

los intelectuales. La moraleja, clara para Miłosz y

Applebaum privilegia lo que, sobre todo en Eu-

Aron en los años cincuenta, pareciera resumir-

ropa Occidental, se ha denominado populismo

se así: no todos los intelectuales, ni aún gozando

o nacional-populismo, esto es, el populismo

de libertad de expresión, son capaces de cultivar

de derecha. Aunque la autora evita la etiqueta y

dosis mínimas de neutralidad e independencia

ensaya más bien una lectura en torno a la emer-

crítica. Y solo algunos están dispuestos, llega-

gencia de movimientos políticos nutridos de la

do el momento, a ir contracorriente y resistir

polarización de las redes sociales, escépticos de

el autoritarismo.

la Unión Europea y del “globalismo”, antiinmi-

En su ensayo El ocaso de la democracia, la his-

gración o derechamente xenófobos, de ideas pa-

toriadora Anne Applebaum se interna en las

ranoicas y afines a teorías conspirativas. Y que,

aguas turbulentas de la política contemporánea

en especial en los casos de Polonia y Hungría,

buscando retratar la crisis de la democracia y

encuentran semejanzas con la idea bolchevique

el avance de pulsiones autoritarias en Europa y

de un partido único que copa el Estado y se infil-

Estados Unidos, deteniéndose en especial en la

tra en la sociedad civil, en la prensa, en las uni-

posición de intelectuales y otras figuras públicas

versidades. Reclutando para ello “intelectuales”.

y su influencia en la opinión y los vaivenes elec-

Lo preocupante, para Applebaum, es la con-

torales. Al igual que Julien Benda, Applebaum

versión autoritaria de muchos otrora liberales

recurre a una definición ensanchada del intelec-

o conservadores, en principio anticomunistas,

tual (el clerc de Benda). Pues no se refiere solo a

que habían bregado por el fin de las dictaduras

quienes practican el oficio de escritor o las an-

en Europa Central y del Este y celebrado en 1989

tiguas ciencias del espíritu (filósofos, historia-

el advenimiento de la democracia liberal y la

dores), sino al conjunto de quienes se empeñan

economía de mercado. En el origen de la conver-

en tareas creativas o de relevancia pública, ora

sión habría una cuestión de actitud: un cambio

vinculadas a las universidades y las profesiones,

de ánimo, motivado en este caso por la crisis de

ora a los medios de comunicación (periodistas

2008 o la inmigración, bastaría para convencer

84


al intelectual independiente de la conveniencia de suprimir ciertas libertades. O sea, primeramente no estaríamos ante convicciones: el intelectual de Applebaum busca salvar el pellejo o su parcela de visibilidad para mantenerse así vigente y solicitado, en una mezcla indecorosa de temor y oportunismo, resentimiento y demagogia. Ciertamente, en algunos casos habría una “predisposición autoritaria” en juego, que la autora identifica en un pensamiento conservador incómodo frente a la aceleración posmoderna y al desarraigo patológico de la era, aunque es más obsecuente con los nostálgicos reflexivos (ingleses) que con los restaurativos (make … great again). Nostálgica ella misma de un liberalismo triunfante, empero, la historiadora se muestra en gran parte inmune a estas y otras críticas a las insuficiencias del orden liberal de fin de siglo. Pese a su frescura, el ensayo de Applebaum no resultará sorprendente para quien ya conozca la

sostienen Levitsky y Ziblatt, pareciera que las

interpretación predominante sobre el tema des-

democracias del siglo XXI no caen desplomadas

de, al menos, 2016. Especialmente en un registro

por golpes de Estado y bombardeos de palacios

liberal. No obstante, lo ágil del relato recorda-

de gobierno; su ocaso respondería a una des-

rá a sus lectores la reconocida obra histórica de

composición interna más lenta e imperceptible.

Applebaum, quien en esta ocasión se incluye en

En esto, Applebaum invita a pensar en la peque-

la trama como observadora in situ, dando cuen-

ña pero influyente parte que respecta a los inte-

ta de su actividad profesional y de rasgos de su

lectuales, su embeleso con tesis y profecías de fin

biografía en tanto historiadora y periodista es-

de mundo, o cómo la obsecuencia frente al auto-

tadounidense con vínculos familiares en Polo-

ritarismo es la otra cara del aferrarse a espacios

nia, redactora en prestigiosos periódicos y con

de poder y conexiones. Transar para capitular.

constantes vínculos con las élites intelectuales

El libro de Applebaum muestra, en breve,

occidentales. Por cierto, algunas de las deudas

cómo tuvo lugar (tanto en los hechos como en

del libro serán más notorias para sus lectores

la experiencia de algunos de sus protagonistas)

avecindados en la modernidad periférica que es

el paso de un discurso optimista en los años no-

América Latina. En particular, su casi nula aten-

venta a uno catastrofista o de atrincheramiento

ción al autoritarismo de izquierda, en particular

después de 2008, cuyo trasfondo ha sido el des-

aquel de las nuevas izquierdas identitarias y sus

plome de la interpretación política e histórica de

proyectos de liberación vía revanchismo, la moda

Occidente que sostuvo unos treinta años de es-

woke en las universidades y la cultura, el separa-

tabilidad económica e institucional. ¿Suena todo

tismo indigenista y nacionalista o las trampas a

esto conocido? Casos similares a los expuestos

la representación democrática (cuotas). Por esto

por Applebaum recordarán, contra toda mani-

y más es tan importante volver a Miłosz y a Aron.

pulación y acrobacia retórica, que la seducción

Con todo, la mayor virtud del libro de Apple-

del autoritarismo entre los intelectuales y la opi-

baum es la observación cuidadosa de algunos de

nión pública cala hondo y termina por impregnar

los procesos paralelos, muchas veces a escala

la democracia, horadándola hasta volverla inane.

individual, que influyen en el desmoronamien-

Por lo mismo, que no sorprenda cuando los au-

to de las democracias. Se pensará, al leerlo, en el

toritarios de la hora invoquen, como un mantra,

bestseller ¿Cómo mueren las democracias? Como

el nombre del pueblo. 85


L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA

Pluma y megáfono GABRIELA CAVIEDES

Sobre ¿Qué fue de los intelectuales? (Buenos Aires: Siglo Veintiuno editores, 2014), de Enzo Traverso

Sucedió en París, el 27 de octubre de 1971. Un ar-

lamenta: la del intelectual que critica el poder y

gelino quinceañero, de nombre Ben Ali Djellali,

que es capaz de movilizarse cuando la causa lo

fue asesinado de un tiro en la nuca a causa de

amerita. Con el auge de la labor periodística du-

un altercado de orden personal. Su homicida era

rante el siglo XIX, los intelectuales comienzan

el portero de un edificio. La noticia trascendió

a vivir de sus textos, que se publican en medios

y visibilizó la situación de los trabajadores mi-

de divulgación. Así, se “independizan” y nacen

grantes, desencadenando grandes movilizacio-

como un grupo social en sí mismo, que alimenta

nes contra el “racismo como política de Estado”.

y se retroalimenta de la opinión pública en for-

Se formó también una comisión investigadora,

mación. El intelectual independizado es un im-

encabezada por grandes figuras intelectuales

pugnador de la institucionalidad y se fortalece

francesas. Así, en noviembre de aquel año Michel

gracias a las masas, conforme moldea el pensa-

Foucault, Jean Paul Sartre, Jean Genet, Gilles

miento de sus seguidores. Esta característica del

Deleuze y Claude Mauriac trabajaron y marcha-

intelectual lo distingue del “mero” pensador o

ron unidos por la misma causa política, a pesar

filósofo, como sería Nietzsche. Para Traverso, el

de sus diferencias teóricas.

alemán no es un intelectual, sino un reaccionario

No es este un hecho que Enzo Traverso mencione en ¿Qué fue de los intelectuales?, breve li-

que tiende a desdeñar al ciudadano común, luego mal puede conducirlo.

bro nacido a partir de una entrevista al autor por

Traverso concede la existencia de algunos in-

parte del antropólogo Régis Meyran. Sin embar-

telectuales conservadores o incluso de derecha

go, es precisamente el tipo de cuestiones por las

(aunque sostiene que ellos no se habrían iden-

que Traverso parece sentir intensa nostalgia a lo

tificado como intelectuales) pero, según él, el

largo de sus reflexiones. Para Traverso, el inte-

intelectual genuino está profunda y personal-

lectual stricto sensu es el pensador político, revo-

mente comprometido con causas revolucio-

lucionario, líder y movilizador de masas a la par

narias de izquierda. Según el autor, esto cobra

que prolífico escritor. El verdadero intelectual

especial relevancia en el periodo de entreguerras

traversiano tiene una pluma en una mano y un

y en la era de los totalitarismos. Enfrentados a la

megáfono en la otra.

disyuntiva entre fascismo y comunismo, la ma-

Traverso recoge la doble distinción que elabora

yoría de los intelectuales —salvo algunas excep-

Norberto Bobbio, según la cual existen dos tipos

ciones— optó por lo segundo. Aquellos que se

de intelectuales: el que asume el poder, al modo

negaron a escoger habrían quedado reducidos a

del rey filósofo platónico; o el consejero del po-

la insignificancia, como José Ortega y Gasset.

der. El primero es temible y peligroso, mientras

Pero el muro de Berlín cayó y, con él, el in-

que el segundo está encadenado al señor que

telectual como Traverso lo entiende: escritor

sirve, por lo que no posee más que una libertad

revolucionario y agitador de masas. Según el

parcial sobre sus escritos. Este sería el caso de los

entrevistado, la caída del comunismo y el auge

intelectuales ilustrados. Entre ambas alternati-

del neoliberalismo trajo consecuencias avasa-

vas, Traverso desliza una tercera, cuya pérdida

lladoras para la figura del intelectual. Se aísla en

86


las universidades, corroídas por la técnica, los expertos y la administración. “La función de los posgrados —señala Traverso— es la de fabricar expertise y formar técnicos (incluso en las ciencias humanas y sociales), ya no la de elaborar un pensamiento crítico o formar en los jóvenes una visión crítica de la sociedad. Por supuesto, la universidad sigue siendo un espacio de producción de conocimiento y reflexión, pero la investigación se especializa y se tecnifica, encerrándose a menudo en un lenguaje hermético e incomunicable. La figura del intelectual ‘educador’ ya desapareció” (44). Esto explicaría, de acuerdo con el autor, la poca visibilidad de los intelectuales actuales. Traverso los considera unos “desclasados” que han perdido su estatuto social y se han proletarizado a causa de su masificación y dependencia de los sistemas de productividad. De alguna manera, han vuelto a depender del poder, pero en una situación peor que la de los ilustrados, porque esta vez los políticos ya no los buscan ni los necesitan: antes

No cabe duda de que los intelectuales están

prefieren buenos asesores de imagen. Además, la

en crisis y que los criterios de productividad,

cultura popular está vacía y carece de una uto-

innovación y desarrollo dificultan severamen-

pía, una gran ideología por la cual movilizarse.

te la elaboración de sistemas complejos y pro-

Ni siquiera las causas identitarias logran llenar

fundos de pensamiento. Pero los estándares de

ese vacío.

intelectualidad de Enzo Traverso son difíciles

Así pues, el intelectual, según Traverso lo

de alcanzar. Una constante nostalgia atravie-

concibe, está en crisis. No porque haya una cons-

sa toda la entrevista, porque Traverso tiene su

piración en su contra, sino porque debe adaptar-

corazón puesto en las utopías omniabarcantes

se a un mundo nuevo para él. De momento, los

en plena posmodernidad, la era del fin de los

“intelectuales” —habría que entrecomillarlos—

grandes relatos. El autor quisiera ver de vuelta

se mueven en el mercado, pero “el mercado ya

el viejo comunismo y a los intelectuales movi-

no es un medio de difusión de ideas, visto que

lizados por él. Así, descarta a los conservadores

las ideas están sobredeterminadas por el mer-

y a las derechas (“los neoconservadores suelen

cado mismo” (65). Es el caso de las editoriales:

adoptar la postura del intelectual al presentarse

antes publicaban autores “promesa”, sin ga-

como inconformistas y denunciar un supuesto

rantía alguna de sus beneficios. Las editoriales

‘pensamiento único’” (77)) lo mismo que a los

hoy publican según presupuestos y criterios de

progresistas (“en Estados Unidos, Judith Butler

rentabilidad. El impacto en los contenidos es

llena de jóvenes los anfiteatros; pero esta gran

evidente y genera un círculo vicioso respecto de

influencia intelectual no tiene impacto político”

la opinión pública. Traverso piensa que la cri-

(104)). Nadie está al nivel que él espera. Nadie,

sis intelectual tocará su fin el día en que nazca

hasta que regrese una utopía como la que Marx

una nueva utopía, y un nuevo medio, fuera de las

soñó. Traverso es un melancólico del intelectua-

universidades y sistemas de publicación capita-

lismo y activismo de figuras pasadas, como Sar-

lista, donde los intelectuales puedan desarro-

tre o Althusser. Así, muy a su pesar, él es también

llarse con libertad.

un conservador.

87


L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA

Relatos sociológicos: de dónde surgen y qué provocan EDUARDO GALAZ

Sobre Relatos sociológicos y sociedad. Tomás Moulian, José Joaquín Brunner y Pedro Morandé: obra, redes de producción y efectos (1965-2018) (Santiago: Universidad Alberto Hurtado Ediciones, 2020), de Claudio Ramos Zincke.

La cuestión de la reflexividad científica es ma-

La obra, emanada de un proyecto Fondecyt, se

teria de abundante discusión y estudio. En las

inserta en la problemática general de la reflexi-

ciencias sociales, la imagen de la investigación

vidad y performatividad de las ciencias sociales

como artefacto aséptico, que observa su objeto

—más específicamente, de la sociología—, y

sin contaminarlo, es hoy un arcaísmo propio del

ofrece una contribución sustantiva de gran ri-

positivismo naïve. En cambio, es prácticamente

queza. No es un trabajo prioritariamente teórico,

un consenso —tanto como es posible consensuar

aunque sus hallazgos puedan ser materia de ela-

en las ciencias humanas— que los productos del

boración teórica; es, más bien, una investigación

quehacer sociológico, politológico, antropoló-

de carácter empírico. En ella, Ramos ofrece un

gico, etc., inevitablemente modifican o trans-

minucioso análisis de ciertos relatos sociológicos

forman sus objetos de estudio, quedando luego

en su relación con las redes de producción en

estas disciplinas en posición de reintegrar esas

cuyo contexto fueron elaborados, y atiende, lue-

alteraciones a los análisis subsecuentes. Es decir,

go, al efecto que dichos relatos tuvieron en la

la ciencia social tiene un carácter eminentemen-

propia sociedad que estudiaban. Se trata de las

te performativo, y dicha performatividad es un

narrativas científicas de tres sociólogos —To-

objeto de estudio en sí misma.

más Moulián, José Joaquín Brunner y Pedro Mo-

En este ciclo interactivo de influencias en-

randé— que difieren sustancialmente tanto en el

tre la indagación científica y su objeto es posi-

contenido de su producción académica (el “rela-

ble distinguir, al menos para efectos analíticos,

to”) como en sus trayectorias académicas y bio-

dos momentos: aquel en que los frutos del tra-

gráficas (sus “redes de producción”), y también

bajo científico producen parcialmente la reali-

en los circuitos de influencia alcanzados por sus

dad social que estudian —los hechos científicos

obras (los “efectos”).

engendran hechos sociales—; y aquel en que los

La extensión temporal de la investigación

contextos de los científicos sociales integran de-

abarca más de medio siglo, desde 1965 —año

cisivamente tanto la forma como el contenido

en que Moulián estudiaba en Lovaina, Brunner

de su producción intelectual —los hechos socia-

cursaba derecho en la Universidad Católica y

les engendran hechos científicos—. El sociólogo

Morandé aún no ingresaba a sociología (lo ha-

Claudio Ramos Zincke ha abordado ambos “mo-

ría en 1966)— hasta 2018, fecha en que Ramos

mentos” en el curso de su trayectoria académica.

dio por suficientemente acabado el manuscrito,

En su libro La producción de la pobreza como objeto

so “riesgo de no publicarlo nunca” (23). La or-

de gobierno (2016) mostraba la performatividad

ganización del texto presenta quiebres analíticos

de la sociología en la producción de la pobreza

en años distintos para los tres autores: 1982 en

como objeto no solo científico, sino también po-

el caso de Moulián, 1983 para Brunner y 1989

lítico y gubernamental. Un par de años después,

para Morandé. Así, es posible apreciar distintas

tal línea de investigación fue prolongada en el li-

épocas de los sociólogos estudiados y, siguiendo

bro Relatos sociológicos y sociedad (2018), sobre el

una vieja tradición disciplinaria con resonancias

que trata esta reseña.

althusserianas, distinguir a los “jóvenes” de los

88


“viejos” Moulián, Brunner o Morandé. Más allá del carácter discutible e inevitablemente discrecional de los puntos de quiebre escogidos, el libro es persuasivo para mostrar diferencias relevantes en las distintas épocas y relatos de estos autores. La elección de los tres sociólogos admite varias reflexiones. Se trata, desde luego, de tres intelectuales relevantes para la sociología chilena, aunque sus obras tengan distinto alcance. Moulián es, ante todo, el intelectual comprometido con una causa política. Brunner, una compleja mezcla de preocupaciones teóricas, político-normativas y de política pública. Morandé, casi un filósofo social, es un teórico de la cultura, la religión y el desarrollo latinoamericanos. Con respecto a su objeto, y aun a riesgo de hacer una

observa al Moulián asentado en la Universidad

generalización injusta, podría decirse que la so-

Arcis que apuesta por Revolución Democrática;

ciología de Moulián y la de Brunner tienen un ca-

el Brunner afianzado como concertacionista de

rácter más radicalmente contingente que aquella

vieja guardia y académico de las universidades

de Morandé. Mientras los dos primeros atendie-

“liberales” (Adolfo Ibáñez y Diego Portales); y

ron —especialmente a partir de sus experiencias

el Morandé ícono de la intelectualidad católica,

de la UP y la dictadura— al contexto chileno in-

reeditado por Ediciones UC y por el Instituto de

mediato como objeto de sus reflexiones, la obra

Estudios de la Sociedad.

de Morandé siempre tuvo un horizonte temporal

La lectura deja varias preguntas abiertas. Una

más amplio. El objeto central de su trabajo, la

de ellas, aunque parezca una mera curiosidad,

cultura latinoamericana, constituye un sustrato

es la decisión (tal vez meramente editorial) de

que se remonta a un pasado distante y es rela-

no incorporar en el libro a otro resonado soció-

tivamente inmune a las perturbaciones superfi-

logo que, llamativamente, sí estaba incluido en

ciales del acontecer político.

el Fondecyt del cual se desprende el texto; a sa-

Ramos invita a leer el libro, a pesar de su inti-

ber, Eugenio Tironi. Siendo un estudio acerca de

midante extensión de 871 páginas, buscando los

la performatividad de la producción sociológica,

paralelos entre los distintos autores y épocas. Si

tal decisión podría ser algo más que un detalle.

bien es posible leer cada capítulo en forma in-

Sin embargo, más allá de esta curiosidad, hay

dependiente, son las comparaciones la fuente

un sentido más fuerte en que Relatos sociológi-

de mayor riqueza analítica, incluso mostran-

cos y sociedad constituye una infinitud de pre-

do ciertas discontinuidades en la vida intelec-

guntas abiertas. Es un aspecto en que esta obra

tual de los autores sobre las cuales todavía hoy

recuerda a los trabajos de los primeros etnó-

se les podrían hacer preguntas. Por otra parte,

grafos, como Franz Boas o E. Evans-Pritchard:

el lector observará una curiosa —especialmen-

ofrece una detallada batería de información so-

te en atención a las distintas trayectorias bio-

bre los escritos y contextos de estos autores que

gráficas— coincidencia originaria entre los tres,

está disponible, cual fuente primaria, para ser

brindada por el influjo compartido de la religión

ilimitadamente analizada por otros. Así, aun

católica, de la sociología del quizás subestudia-

cuando la vida y pensamiento de estos intelec-

do Roger Vekemans y de la organización política

tuales sea un motivo suficiente para acercarse al

del MAPU. Sus trayectorias biográficas, luego,

libro, es el interés en la producción y efectos de

situarán a los tres autores en organizaciones y

los relatos sociológicos lo que hace de él una lec-

círculos de influencia bastante disímiles, si uno

tura imperdible. 89


L A GRAN FRAC TU RA . RE S E ÑA

Una crisis de comprensión MARÍA ASUNCIÓN POBLETE

Sobre Pensadores peligrosos. La comprensión según Francisco Antonio Encina, Alberto Edwards y Mario Góngora (Santiago: UDP, 2021), de Hugo Herrera

En un momento en que el debate público se es-

Edwards y Góngora alertan sobre los límites de

mera en mirar hacia el futuro, Hugo Herrera opta

dicha comprensión, de forma muy marcada en

por revisitar autores nacionales del pasado en

cada uno de ellos por los respectivos contextos

busca de pistas que permitan comprender la cri-

en que se desenvolvieron: la crisis del Centenario

sis actual. Publicado por la editorial UDP, el libro

y las turbulentas décadas de mitad del siglo XX.

Pensadores peligrosos aborda la obra de Francisco

Herrera sugiere que la comprensión se mue-

Antonio Encina, Alberto Edwards y Mario Gón-

ve entre dos polos en tensión: en un extremo se

gora. Estos personajes —los tres destacados his-

ubica el “polo ideal” y en el otro, el “real”. Es fá-

toriadores y ensayistas chilenos del siglo XX—

cil que el intelectual se enfoque solo en uno de

fueron permanentemente encasillados bajo los

ellos. Para Herrera, el mérito de estos autores

epítetos de conservadores, nacionalistas, au-

consistiría precisamente en que lograron de-

toritarios; categorías que les valieron su deno-

sarrollar una “comprensión pertinente” (como

minación como “peligrosos para la democracia

diría Encina), que no somete la realidad a las for-

chilena”. La tesis central del libro, sin embargo,

mulaciones abstractas (o al polo ideal), pero que,

es que en los trabajos de estos autores se en-

a la vez, tampoco se ahoga en el devenir infinito

cuentran reflexiones pertinentes sobre la com-

de los hechos, el “fetichismo de lo concreto” (el

prensión política que vale la pena rescatar en los

polo real). A juicio del autor, se han esgrimido di-

tiempos que corren. Todo esto se enmarca, ade-

versas críticas a estos tres pensadores sin prestar

más, dentro un esfuerzo por reivindicar lo que

mucha atención a su método hermenéutico, acu-

Herrera llama “pensamiento nacional popular”.

sándolos de nacionalistas, autoritarios y “peli-

Para el autor, la gran virtud de estos “pensa-

grosos para la democracia chilena”, en palabras

dores peligrosos” es la relevancia que le atribu-

de Ruiz Schneider y Cristi, a quienes interpela

yen a la comprensión política, pues no solo les

directamente Herrera en su introducción. Lo que

importan las ideas, sino también el método. Los

él, en cambio, quiere transmitir en esta obra se

tres son abogados dedicados a la historia, que

podría sintetizar en una frase de Góngora cita-

operan más allá de los cánones de la historiogra-

da en el epígrafe: “ser peligroso no significa ser

fía y que se destacaron por tener conocimientos

falso”. A partir de esto, el libro induce en el lector

filosóficos, procurar una observación atenta del

la pregunta acerca de qué es lo verdaderamente

presente y estudiar otras áreas de la cultura y la

peligroso en un intelectual, especialmente en el

política. A partir de estas características, los re-

caso de la figura del intelectual público.

feridos autores se cuentan, a opinión de Herre-

El ensayo de Herrera no deja lugar a dudas: lo

ra, entre los pensadores de mayor envergadura

realmente peligroso para el intelectual público

en nuestra historia nacional. Su escepticismo

sería ignorar cualquiera de estos aspectos, o bien

respecto de las formulaciones abstractas y, a la

propender hacia uno de los extremos de la com-

vez, la valoración de la observación atenta de las

prensión: limitarse solo a lo real o a lo ideal. Si

situaciones concretas dista bastante de los ensa-

bien para Herrera los referidos autores tomaban

yistas liberales decimonónicos, cuyo doctrina-

los postulados de sus referentes intelectuales con

rismo los llevaba a defender ideas desarraigadas

distancia reflexiva, esto puede ser especialmen-

de la realidad nacional. Por el contrario, Encina,

te discutible en los casos de Edwards (acérrimo

90


seguidor de Spengler) y Encina. Sin embargo, la prevención sí aparece en el libro, cuando Herrera nos invita a tomar cierta distancia al revisar a estos autores y, de esa forma, matizar sus tintes “peligrosos”. En su opinión, cualquier autor puede ser peligroso sin estas consideraciones generales. Ahora bien, no siempre basta con aquella distancia reflexiva, pues no toda teoría puede disociarse de su eventual peligrosidad. Es bueno advertir los riesgos inherentes a ciertas reflexiones intelectuales (basta con pensar en las tesis universitarias respecto a la pedofilia), especialmente en tiempos como los que corren, donde algunas teorías omnicomprensivas parecen querer plantear soluciones globales a una crisis que es mucho más compleja. El autor busca, a lo largo del texto, ejemplificar la importancia de una correcta comprensión. Herrera sostiene, por ejemplo, que en la “crisis

a su juicio interesante de revisitar en contextos

del Bicentenario” la relación entre los polos real

como el actual, en que nuestra crisis aparece

e ideal se traduce en el desajuste existente entre

profundamente atravesada por los conceptos de

el elemento popular y la institucionalidad y los

pueblo y de nación. Para el autor, el pensamien-

discursos por los que se le pretende dar cauce.

to nacional popular se traduce en una “disposi-

Así, en los discursos dominantes de derechas e

ción integradora”, por lo que la tríada de autores

izquierdas habría una inclinación problemática

entregaría luces para la comprensión de esta. La

hacia el polo ideal de la comprensión. Tanto en el

aproximación de estos autores hacia lo popular,

racionalismo economicista de parte de la derecha

aunque a ratos parezca excesiva, nos sirve para

como en el racionalismo moralizante de cierta

preguntarnos por la relación del mundo intelec-

izquierda hay una premisa desarrollada de ante-

tual chileno con el pueblo, pues es indudable que

mano, que somete al elemento real. Por esto, no

muchos lo idealizan o lo desprecian. Ejemplos

debería sorprender —cree Herrera— la incapa-

recientes son el “roteo” de cierta élite intelec-

cidad de las coaliciones políticas de hacer frente

tual al electorado del Rechazo o la experiencia de

a las crisis que les ha tocado enfrentar: Piñera

algunos académicos en la fracasada Convención

frente a las movilizaciones estudiantiles, Boric

que no valoraron lo nacional, sino que, muy por

frente a la crisis de orden público y migración. La

el contrario, optaron por la fragmentación basa-

conclusión del autor es que, tanto el pensamien-

da en modelos abstractos de plurinacionalidad.

to economicista como el progresista desarraiga-

Con todo, la conexión que puede hacerse entre

do, son igual de perniciosas para la comprensión

las reflexiones nacional-populares de Encina,

del problema político. En contraposición, He-

Edwards y Góngora con la situación actual no es

rrera defiende que la aproximación de los tres

inmediata. Y, siguiendo el consejo del mismo He-

autores a la comprensión política puede ser una

rrera, debe interpretarse con cautela, pues esta

herramienta útil en la actualidad, pues parte de

tradición puede tener sus propios riesgos, como

nuestra crisis está en un grave problema herme-

una sobredimensión de identidades que apare-

néutico respecto de la detección y tratamiento de

cen en la realidad de manera mucho más difusa

las distintas cuestiones en el debate público.

y menos concreta. De todas formas, Pensadores

Otro aspecto relevante de este libro es la rei-

peligrosos es un libro que interpela al intelectual

vindicación que hace Herrera de la tradición

público de hoy acerca de su contribución al mo-

nacional-popular presente en los tres autores,

mento político, y ahí reside su mérito. 91


92

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


93


94

LORE M IPS U M. E NSAYO


Increíblemente malo JUAN IGNACIO BRITO

“Estoy aquí para decirte, dulzura, que soy malo hasta los huesos”. “Bad to the bone” (1982) George Thorogood & The Destroyers.

A

unque la noticia es vieja, sigue siendo

El periodista Christopher Caldwell explica que

actual: la sociedad estadounidense se encuentra

“mucho de lo que en años recientes hemos lla-

dividida,

falla

mado ‘polarización’ o ‘incivilidad’ es algo en

sísmica la separa en bandos opuestos. Se asemeja

realidad más grave. Es el desacuerdo acerca de

a un cuadrilátero de boxeo donde los combos

cuál de las dos constituciones debe prevalecer: la

van y vienen. En un rincón se atrincheran los

constitución de jure de 1787, con todas las for-

conservadores, que defienden las creencias

mas tradicionales de legitimidad jurisprudencial

tradicionales del sueño americano encarnadas

y signos de cultura norteamericana a cuestas; o

por la Constitución de 1787; en la otra esquina

la constitución de facto de 1964 (el año en que se

acampan los liberales progresistas, que creen en

promulgó la Ley de Derechos Civiles), que carece

los valores de la década de 1960 y la autonomía

de esa legitimidad tradicional, pero tiene el apo-

personal a ultranza. Las visiones rivalizan en todo

yo casi unánime de las élites y los educadores,

ámbito, desde los deportes (los conservadores

al tiempo que despierta la lealtad apasionada de

prefieren el fútbol americano y el hockey sobre

aquellos que la recibieron como una liberación”1.

polarizada,

fracturada.

Una

hielo; los liberales, el básquetbol y el soccer, especialmente femenino) hasta la doctrina constitucional (conservadores “originalistas” versus “interpretativistas” liberales).

1

Christopher Caldwell, The age of entitlement. America since the Sixties (Nueva York: Simon & Schuster, 2020), 6.

95


LORE M IPS U M. E NSAYO

Liberales y conservadores habitan imaginarios

sobrevivir como Estados Unidos”. Cuando estos

y lugares distintos. Para ejemplificar la grieta, el

polos opuestos entran en contacto, a menudo lo

cientista político Charles Murray ubicó metafó-

hacen para chocar, no para dialogar.

ricamente hace una década a los conservadores

Un ejemplo del malentendido fundamental que

en Fishtown, un suburbio de clase obrera cerca

tiene lugar cuando uno de estos extremos abor-

de Filadelfia, donde los indicadores de calidad de

da al otro es The loudest voice, la serie dramática

vida van a la baja, mientras que puso a los pro-

sobre el auge y caída de Roger Ailes, el creador de

gresistas en Belmont, cerca de Boston, donde la

FoxNews. La producción de Showtime (en Chile

situación es exactamente la contraria2. Mientras

se ve por Star+) es una muestra más de que en

los primeros tienden a ser provincianos, trabaja-

esta batalla sin cuartel no hay rehenes, sino solo

dores sin calificación y están resentidos por una

muertos. Y Ailes supone un blanco tan irresistible

serie de urgencias sociales insatisfechas (altas

para el pelotón de fusilamiento, que su escabro-

tasas de divorcio, empleo y vivienda precarios,

sa historia ha sido contada varias veces en for-

baja escolaridad, consumo problemático de dro-

matos diferentes: la serie está basada en el libro

gas, etc.), los segundos son los BoBos (bohemios

The loudest voice in the room, de Gabriel Sherman;

burgueses) que alguna vez describió el periodista

existe un documental crítico sobre su trayectoria

David Brooks: profesionales cosmopolitas con

(Divide and conquer, de la directora Alexis Bloom)

educación universitaria, estabilidad familiar y

y uno favorable (Man in the arena, de Michael

costumbres liberales3. Unos y otros no se entien-

Barnes), mientras que la película Bombshell dra-

den. Lo único que los une, afirma el comentarista

matiza el escándalo sexual que derribó a Ailes en

Yuval Levin, es la nostalgia

2016. Al revisar el material

por un pasado brillante,

en su conjunto, queda la

aunque sus referencias son

impresión de que para el

distintas: los progresis-

Es posible que Ailes fuera todo eso

bando liberal progresista

tas añoran el bienestar de

que muestra la serie sobre él, pero

no es suficiente que Ailes

la posguerra; los conservadores, la era triunfal de Ronald Reagan4.

también resulta indesmentible que fue bastante más que eso.

Aunque resulte atractivo

haya muerto luego de golpearse la cabeza en 2017 (era hemofílico), sino que también era necesario re-

pensar que estos bloques de opinión tan con-

matarlo. The loudest voice lo hace con propiedad

tradictorios puedan hallar puntos de encuentro,

y sin ninguna sutileza: exhibe hasta el cansan-

identificando terreno común y avanzando juntos

cio todas sus flaquezas y bajezas, destacando

para que Estados Unidos vuelva a ser la inspira-

el abundante lado oscuro de su existencia, sin

dora luz sobre la colina, la realidad lo hace im-

ofrecer siquiera un rayo de luz que humanice al

probable. La larga disputa atrapa a los dos bandos

monstruo colosal que finalmente dibuja.

en un ciclo perverso: no se hablan porque no se

No se trata, por supuesto, de que Ailes fue-

entienden y no se entienden porque no se hablan.

ra inocente. Muy lejos de eso. Fue un acosador

Como afirma Murray, la comunidad se ha roto y

sexual en serie, un jefe cruel, un maquinador

ello amenaza “la capacidad de Estados Unidos de

político presuntuoso (“la próxima vez yo elegiré al candidato”, asegura en la serie luego de la

2 Charles Murray, Coming apart. The state of white America, 1960-2010 (Nueva York: Crown Forum, 2012). 3 David Brooks, Bobos in paradise: The new upper class and how they got there (Nueva York: Simon & Schuster, 2000). 4 Yuval Levin, The fractured republic. Renewing America’s social contract in the age of individualism (Nueva York: Basic Books, 2016).

96

derrota de Mitt Romney ante Barack Obama en 2012); un marido infiel y, sin embargo, endiosado por su esposa y seguidores; un arrogante; un periodista con estándares cuestionables (“no cubrimos las noticias; creamos las noticias”); un paranoico que construyó un búnker antinuclear en su mansión a orillas del río Hudson; y un ejecutivo que no reparó en nada con tal de salirse


con la suya (“el periodismo es historia y la histo-

supo reconocer la insatisfacción de su público

ria la escriben los ganadores. Nosotros estamos

con un establishment que predica tolerancia y di-

ganando”). Todo eso queda retratado con detalle

versidad, pero que siempre termina imponiendo

en la serie, que cuenta con un elenco de estrellas,

su visión como si no existieran otras. Según él,

partiendo por Russell Crowe en el rol de Ailes,

FoxNews equilibraba la balanza inclinada en fa-

Sienna Miller en el de su ingenua señora y Naomi

vor del liberal progresismo por CNN, MSNBC y

Watts como Gretchen Carlson, la presentadora

las tres grandes cadenas de TV abierta. A través

del matinal y antigua miss America que reventó

de FoxNews, Ailes dio voz e imagen a las angus-

el escándalo al denunciar los abusos de su exjefe.

tias, dolores, miedos y prejuicios de esa amplia

Cada escena es un esfuerzo por mostrar a Ailes

masa de ciudadanos que resienten el revisionis-

como un tipo ultra desagradable, físicamente re-

mo histórico hoy en boga, rechazan la influencia

pugnante, sexualmente impotente, manipulador

creciente del “wokismo” y la política identitaria,

compulsivo, falso patriota e hipócrita religioso,

se enorgullecen de las fuerzas armadas y creen

mentiroso, autoritario, desleal, fanático radical,

que Estados Unidos es el mejor país sobre la Tie-

oportunista y cualquier otro adjetivo peyorativo

rra. Nada de esto fue fortuito: los conocía porque

que usted, querido lector, pueda imaginar.

fue parte de ellos.

Es posible que Ailes fuera todo eso que muestra

Roger Ailes nació en un hogar de clase obrera

la serie sobre él, pero también resulta indesmen-

en Ohio en la década de 1940 y encarnó el sueño

tible que fue bastante más que eso. En paralelo a

americano: partió desde abajo, sirviendo sánd-

sus miserias, tuvo un ojo muy agudo para detec-

wiches a los invitados del “Show de Mike Dou-

tar y contratar talento, construir un canal muy

glas”, que luego pasó a dirigir y sindicar para 180

exitoso, llenar la pantalla de alertas noticiosas

estaciones en todo Estados Unidos. Así conoció a

y atractivas presentadoras rubias. Sobre todo,

Richard Nixon, a quien explicó en 1967 por qué

97


LORE M IPS U M. E NSAYO

la televisión es el medio ideal para los políticos,

fanáticas y paranoicas, noticias falsas, racismo,

siempre y cuando estos reconozcan las oportu-

machismo y sensacionalismo barato. Puro mate-

nidades y debilidades que ofrece. Para triunfar en

rial tóxico que es engullido con resentido entu-

la telepolítica, escribió Ailes mucho más tarde, es

siasmo por esa “cesta de deplorables” —Hillary

requisito privilegiar la emoción sobre la razón,

Clinton dixit— que serían los rednecks, hillbillies,

evitar los detalles y los datos duros, y concen-

crackers, corn-crackers, whip-crackers, po’buckra,

trarse en los temas propios, mostrándose au-

bohunks,

téntico y a la ofensiva5. Desde 1968 en adelante,

hayseeds, yokel, peckerwoods o bumpkins, según el

ningún presidente republicano dejó de escuchar

extenso listado de calificativos crueles que reco-

sus consejos.

ge Jim Goad para describir a los integrantes de lo

Tras ver la serie, puede especularse que no fue la veintena de acusaciones por abuso y acoso se-

bubbas,

lintheads,

honkies,

rubes,

que despectivamente se conoce en Estados Unidos como “basura blanca”6.

xual que enfrentó Ailes aquello que lo condenó

The loudest voice comete, de esta forma, un

ante los ojos de los creadores de The loudest voice.

error frecuente entre quienes quieren pasar fac-

Después de todo, si estos buscaban un escándalo

tura a un personaje que detestan. Al demonizar

sexual, podrían haber encontrado otros inclu-

a Ailes y convertirlo en un Mefistófeles unidi-

so más salaces en la industria norteamericana

mensional, privado de todo rasgo humano, la

del espectáculo, desde el comediante Bill Cosby

serie pierde credibilidad. Cada uno de sus siete

hasta el productor Harvey Weinstein. Y, si que-

episodios es un ardiente sermón para los con-

rían oscuras conexiones políticas de alto nivel,

vencidos que residen al interior de la cámara de

habrían encontrado un caso ideal en la sórdida

eco liberal progresista. Al verlos, estos no pueden

historia del magnate financiero Jeffrey Epstein,

sino confirmar todos sus sesgos acerca de Ailes y

pederasta, depredador sexual e insigne miem-

sus seguidores.

bro por años de la élite liberal progresista, quien

Sin embargo, cabe preguntarse si alguien más

terminó sus días suicidándose en prisión en cir-

puede tragarse el cuento de horror que rela-

cunstancias nunca bien aclaradas.

ta el drama, porque resulta muy difícil explicar

Así que resulta muy posible que la motivación

los excesos y abominaciones que sin duda co-

real para hacer The loudest voice provenga de otra

metió Ailes si se le presenta sin matices, como

parte. Que el non plus ultra de las incontables

una bestia cuya insaciabilidad y maldad radical

maldades del protagonista, el más inaceptable de

desbordan al género humano. La serie exhibe a

sus pecados, lo que realmente lo convierte en un

su protagonista como un monstruo permanen-

símil contemporáneo de Joseph Goebbels digno

temente malvado, jamás cruzado por el dilema

de recibir una diatriba televisiva en forma de se-

entre bien y mal que dormita en algún rincón de

rie dramática, fue que Ailes “inventó” a Donald

toda alma de nuestra especie. El Roger Ailes de

Trump, el anticristo del credo liberal progresis-

The loudest voice no es un ser de carne y hueso,

ta. Ailes identificó el potencial de Trump como

sino la imagen maqueteada que de él se han for-

político-estrella de TV y puso a su disposición

mado sus detractores en esa guerra entre con-

las pantallas de FoxNews. Un regalo formidable,

servadores y progresistas que hiere a la socie-

considerando que la cadena de noticias por cable

dad norteamericana.

que Ailes creó en 1996 con dinero del magnate

Lo paradojal es que, al presentar al persona-

australiano Rupert Murdoch había desplazado

je como una aberración a la larga irrepetible, los

hace rato a CNN como la principal fuente de in-

creadores seguramente se pisan la cola e instalan

formación para los estadounidenses. La serie ve

en la percepción de su público justo lo contrario

en FoxNews solo un resumidero de exageraciones

de lo que esperaban: la idea de una rareza diabólica en lugar de una tendencia. El Ailes de la serie

5 Roger Ailes, You are the message. Getting what you want by being who you are (Nueva York: Currency Doubleday, 1995).

98

6 Jim Goad, Manifiesto redneck (Barcelona: Dirty Works, 2017).


parece un caso único de maldad conservadora, no un caso típico de maldad conservadora. Hablando sobre Adolf Hitler, el historiador húngaro-estadounidense John Lukacs postuló que “nuestra inclinación al mal (se convierta en actos o no) es reprensible, pero también normal. Negar esa condición humana lleva a aseverar que Hitler fue anormal, y con la colaboración de esa simplista etiqueta de ‘anormal’ se lo vuelve a eximir de toda responsabilidad”7. Algo parecido

The loudest voice 7 capítulos, 2019 Elenco: Russell Crowe, Seth MacFarlane, Sienna Miller y Simon McBurney.

ocurre con The loudest voice: no es solo maniquea, sobreactuada y radical, sino, también, muy a su pesar, inefectiva. En uno de los capítulos, el protagonista afirma que “la vida es una lucha, una estafa, una pelea a muerte y un juego. Lo único que importa es ganar”. Quien vea la serie seguramente estará de acuerdo en que esa frase no solo describe a Ailes, sino también a los que la produjeron y pusieron en pantalla.

7 John Lukacs, El Hitler de la historia (Madrid, Fondo de Cultura Económica, 2003), 46-47.

Juan Ignacio Brito es periodista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy por la Fletcher School en la Universidad de Tufts. Es director del Centro de Estudios de la Comunicación (ECU) y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes (Chile), e investigador del centro Signos de la misma casa de estudios. Es columnista en La Tercera, Diario Financiero, El Líbero y El Debate (España).

99


POR MARISOL GARCÍA

100

LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA


La nueva publicación del musicólogo chileno cierra una extensa investigación sobre música popular chilena que le ha tomado al autor gran parte de su trayectoria. Se centra esta vez en los años noventa, década de transición política, florecer creativo, renovado lenguaje desde los medios y también, estima González, una cierta ilusión incauta sobre el profundo giro que la industria iba a dar con la era digital por llegar. El musicólogo ha sido un insistente convencido del valor de la canción chilena como pista de tendencias históricas más amplias: “En una canción convergen expresiones de distinta naturaleza medial: la literaria, la musical, la performativa, la sonora, la audiovisual, la iconográfica y la discursiva. Entonces es muy importante estudiar cómo circula la música popular, y no solo el qué ni el quién”.

Es llamativa la definición que, apenas largado el

personal coincide con el ascenso de varios nom-

prólogo de Música popular chilena de autor. Indus-

bres considerados en el libro con entusiasmo de

tria y ciudadanía a fines del siglo XX (2022, Edi-

fan. Pero, además, en este proyecto puntual el

ciones UC), quien firma el libro decide darse a sí

investigador reconoce el énfasis particular de,

mismo. Es como “fanático, crítico y académico”

en sus palabras, “volver a mi nicho”. Las más de

que Juan Pablo González dice abordar el estudio

quinientas páginas del libro concentran matices

de las canciones y discos que músicos e intérpre-

de los que no es capaz ni el periodismo musi-

tes de nuestro país hicieron circular durante la

cal más riguroso, pero tampoco la musicología

década de los noventa (y, además, de los espa-

convencional: precisamente en un puente entre

cios, formatos, dinámicas de mercado y asocia-

ciencia social y trivia cronológica instala Gonzá-

ciones a través de los cuales lo hicieron).

lez esta investigación única, capaz de describir

Es aquella una advertencia certera, aunque in-

—tan solo por nombrar dos hitos cualesquiera—

completa. No hay duda de que González califica

tanto las noches de música en vivo en la desapa-

de académico (es doctor en Musicología por la U.

recida discoteca Laberinto, como la hábil técnica

de California, director del Magíster en Musico-

de fusión del bajista Christian Gálvez.

logía Latinoamericana de la UAH y de la revista

“La música es una expresión con la que las

Contrapulso), ha ejercido intermitentemente la

personas vibran y construyen su identidad, y yo

crítica de discos chilenos en medios masivos (El

he sido un gran defensor de aquello, sea del ám-

Mercurio, revista Rock&Pop), y su propia biografía

bito que sea”, sostiene el autor en contacto por 101


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

videocámara a su residencia (temporal) en Ma-

el cierre de una tetralogía). Los dos volúmenes

drid. Y agrega: “Me interesan los estudios sobre

de Historia social de la música popular en Chile

música popular que tienen la riqueza de ser mul-

abarcan períodos más extensos (1890-1950, el

tidisciplinarios, con aportes desde la sociología,

primero; 1950-1970, el segundo) y fueron escri-

los estudios literarios, los estudios culturales...

tos en coautoría con el historiador Claudio Ro-

Por efecto de la Escuela de Birmingham, en los

lle1. Aunque cedieron a lo que González describe

años cincuenta se empieza a reivindicar desde la

como “pesca de arrastre”, son referencia cons-

academia la cultura de masas, y a mí me interesa

tante para quienes trabajamos con música chi-

seguir por ahí. Eso quiere decir atender a toda la

lena, por su profusión de datos, citas y valiosos

música”.

archivos. Luego, en Des/encuentros en la música popular chilena 1970-1990 (2017), el musicólogo y profesor universitario persistió a solas en el

¿Toda? ¿Hasta la más… banal?

cruce entre análisis especializado, humanidades Entiendo que alguien pueda condenar lo que

y ciencias sociales para el panorama de los años

hace, digamos, [la cantante peruana, viral con su

ochenta (se habla allí de una canción popular que

huayno-pop] Wendy Sulca. Pero mi rol es recor-

“articula identidades, afectos, actitudes y com-

dar que esa condena es también a quienes bailan,

portamientos desde su uso y escucha”).

se enamoran y eligen distraerse con las grabaciones de Wendy Sulca. En los estudios sobre música

Lo más novedoso esta vez es que ubicas en el tí-

popular no caben los descartes, si es que consi-

tulo mismo el concepto de música “de autor”.

deras todas las implicancias que hay alrededor de

Estoy volviendo a mi ni-

lo que escuchamos.

cho musicológico, donde

Acá nos miramos mucho

No pierdes de vista que

el ombligo y creemos que

la

hay tendencias que nos

cual trabajas es al fin in-

suceden solo a nosotros.

la

información

formación

con

histórica,

heredo una formación y una disciplina en las que el concepto de autor es muy importante. En el texto instalo la palabra

ni

que esas ‘cancioncitas’, tan miradas en me-

‘autoralidad’, basándome en lo que señala [Mi-

nos por muchos, también son parte de nuestro

chel] Foucault en cuanto a que un autor es un

recorrido social y de las tendencias que en él

“constructor de narratividad” y que, como tal,

han dominado.

es visitada y respondida por otros. Por eso relevo lo de la intermedialidad: relaciones de sentido

Es algo que viene reivindicándose hace un tiem-

que hay entre el racimo de medios que confor-

po ya; no es algo que yo imponga. Y me parece

man una canción grabada, considerando además

particularmente importante en América Latina,

sus posibles relaciones con la cultura y sociedad

pues los aportes para Occidente tienen mucho

en que está inmersa. En una canción convergen

que ver con nuestras culturas populares. Tene-

expresiones de distinta naturaleza medial: la li-

mos que asumir que ahí hay pistas que debemos

teraria, la musical, la performativa, la sonora, la

poner en valor y entender.

audiovisual, la iconográfica y la discursiva. Y por eso un texto que puede ser tan para adultos como

*

el de “Te amo tanto”, de Javiera y Los Imposibles (“lo encontré sin sus pies, la cintura al revés…”),

Hay similitudes y también diferencias significa-

con un guion de video que incluye a una chica en

tivas entre Música popular chilena de autor y los

una tina con cinco hombres, en la performance se

tres otros libros de Juan Pablo González que pueden considerarse sus antecedentes (de hecho, esta nueva publicación ha sido descrita como

102

1

También con contribuciones del músico Óscar Ohlsen en el caso del segundo volumen.


convierte en un juego de niños. Entonces es muy

¿A eso te refieres con lo de “cosmopolitismo

importante el cómo, ya que el estudio de la mú-

tardío” que le aplicas a un disco como Corazo-

sica popular ha estado más enfocado en el qué y

nes, de Los Prisioneros?

en el quién. Es un concepto de un sociólogo israelita, Motti Es valiosa la insistencia en darle categoría a

Regev, quien establece que el pop-rock contem-

la autoralidad en la música popular, teniendo

poráneo apela a todas las músicas y nos da una

presente que se trata de un género que el rela-

sensación de ser ciudadanos del mundo. La déca-

to y la institucionalidad culturales consideran

da de la que habla mi libro es la de la instalación

es trabajado por creadores que no es posible

de la era digital, cuando Chile además recupera

poner a la altura de los “autores de verdad”.

la democracia y se abre al mundo. Pero acá nos

No se piensa que en la canción popular pue-

miramos mucho el ombligo —cosa que no pasa

da haber un Raúl Ruiz ni un Roberto Bolaño,

tan solo acá, porque ves lo mismo en Argenti-

en comparación.

na, y para qué decirte del gran ombligo que tiene Brasil—, y creemos que hay tendencias que nos

Lo que pasa es que la autoría de la canción se

suceden solo a nosotros. Hay un dato muy elo-

resuelve en tres minutos y medio. Hace trein-

cuente: una vez, en una entrevista, le pregunta-

ta o cuarenta años, la palabra ‘música’ aplicada

ron a Rod Stewart por su concierto en el Estadio

a estudios, a formación o a institutos se refe-

Nacional (7/3/1989), que es algo que en Chile

ría, en general, a la música docta. Pero no es el

tratamos como un hito cultural… y él ni siquiera

caso ahora, pues es tan fuerte lo que sucede con

se acordaba de haber venido.

la música popular que ya ni siquiera se hace necesario ponerle ese apellido. Me preguntan: ¿qué

*

descubriste con esta investigación? Y la verdad es que yo no he descubierto nada: lo que está en el

El tipo de autoralidad al que vuelve el nuevo libro

libro todo el mundo lo sabe, porque vivieron los

de Juan Pablo González no es el de aquel cantau-

noventa, escucharon esas canciones, reconocen

tor que, con los ojos cerrados y gesto doliente,

las voces y las caras. Quizás los descubrimientos

hace alarde de su individualidad, y que como

estén para mí en haber llegado a reconocer cier-

tal satisface el arquetipo de quien sobreinter-

tas tendencias a las que en un inicio me resistía,

preta el vínculo entre canción y autobiografía.

como el hecho de que en grupos como La Ley o

El texto presenta la autoría también como un

Lucybell hay rasgos autorales. Y mi gran conclu-

comportamiento; una persistencia en la labor

sión se relaciona con lo que le leí a una investi-

musical que consigue manifestar “grados apre-

gadora argentina que habla de las vanguardias

ciables de originalidad y autonomía […] en diá-

“situadas”, en el sentido de ideas musicales que

logo con los requerimientos de la industria y su

se recogen en el extranjero pero se traen hasta

cadena productiva”, sostenida en el tiempo y

el propio país. Es algo que un grupo como Los

apoyada, según González, en los siete pilares que

Tres hace todo el tiempo: su música es pop-

aportan compositor, autor, arreglador, músicos,

rock “situado”.

cantante, productor e ingeniero.

En el lanzamiento hablaste de un concepto pre-

Al fin, si tantos participan de la autoría de una

cioso: las músicas “criadas”.

canción, toda esa retórica en torno a la autenticidad de quien “comparte su intimidad” junto a

Claro, eso se lo escuché a unos organilleros. Nos

una guitarra deja de importar.

hace mucho sentido a los chilenos, que somos grandes criadores de músicas. Y, en la vida, es

Es que la autenticidad es construida. Las fotos

tanto o más importante el lugar de crianza que

de Violeta Parra recibiendo el premio Caupo-

el de nacimiento.

licán el año 55 la muestran maquillada, con el

103


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

pelo tomado... impecable. Y mira cómo vuelve de

treinta álbumes chilenos importantes de la déca-

París: “auténtica” [sonríe]. Es parte de una per-

da de los noventa. No fueron los más vendedores:

formance, de la que todos los músicos por lo de-

discos de Parkinson a Inti-Illimani, de Tiro de

más acceden a participar. Ana Lea-Plaza, desde

Gracia a Pánico, de Carlos Cabezas a Fulano re-

la literatura, me decía: “Hay que entender que

levan su contundencia según su clasificación en

todo texto es ficción. De eso se trata escribir, y

ocho géneros, en cuya descripción se combinan

por mucho que haya un sentimiento tuyo, no

asociaciones certeras con el esbozo de amena-

será algo completamente testimonial; porque lo

zas coyunturales: “... la irrupción de la memoria

ubicas en una construcción”. O sea, el “Vuelvo”,

para la nueva-canción; la dicotomía entre raíces

de Illapu, también es ficción. Y Pancho Sazo,

y modernidad para la fusión latinoamericana;

consciente o inconscientemente, construye una

la tensión entre industria y vanguardia para las

persona-cantante que es la que le da una identi-

contracorrientes; el cosmopolitismo tardío en el

dad como vocalista de Congreso. Es legítimo que

pop-rock; la articulación entre diseño y contin-

así sea, pero por eso sucede que luego alguien

gencia para el punk y el grunge; y la construcción

conoce a un cantante famoso en un contexto

de nuevas identidades para el funk y el hip-hop”.

cotidiano y se lleva la impresión de que es tan diferente a cómo lo imaginaba. Joe Vasconcellos

Por razones obvias, en este libro recurres mu-

tiene historias increíbles al respecto: cuenta que

cho al periodismo. ¿Qué impresión te llevas del

hay personas que se le acercan y le piden que les

periodismo musical o cultural que se hizo en los

haga terapia.

años noventa en Chile? ¿No fue ingenuo? *

En los años ochenta es el periodismo político el que en Chile aborda la música, y se trata de un

Sin pretensión canónica —y con la colaboración

periodismo preparado, que debe moverse en las

de decenas de consultados en áreas diversas del

condiciones adversas de la dictadura y que en-

trabajo musical—, más de la mitad de Música

tonces cubrió con inteligencia fenómenos como

popular chilena de autor se ocupa en presentar

los del Canto Nuevo, los músicos retornando del

104


exilio, etcétera. Y luego vienen ustedes, que es-

algo. Creo que vivimos los noventa de esa ma-

tán muy en sintonía con lo que está pasando en

nera, con muchas cosas que daban pistas de una

el mundo, que leen revistas extranjeras, que se

“llegada”, y que vinculaba un resurgir de la mú-

insertan en nuevos medios. Y que además están

sica y de espacios en torno a ella con el retorno

obligados a ponerse las pilas porque comienzan

de la democracia. Ahora, el tiempo pasa, uno

a llegar a Chile las grandes bandas y les toca cu-

mira hacia atrás y es posible pensar que se trató

brirlas. Se ven obligados a ponerse a la altura, y

de una ilusión frustrada; de una cierta inocen-

eso fue muy beneficioso para la música chilena.

cia que no tardó en perderse. Creo que nadie se preparó para lo que iba a venir después, porque

A quienes somos adultos, quizás los años no-

la era digital fue como un exabrupto, un giro en

venta nos parecen una década no tan lejana.

180 grados que no había cómo presagiar tal cual

Sin embargo, en tu libro hay recuentos de una

se dio. Por eso prefiero evaluar los años noventa

realidad extinta: el cassette era todavía el for-

en relación a lo que había antes y, en ese sentido,

mato de música más vendido en el país (60%

verla como una década de celebración, de fies-

del total, hacia 1994), un 85% de los jóvenes

ta, de destape. Lo que instaló la radio Rock&Pop

decía escuchar radio todos los días, y en 1992 la

no tenía nada que ver con lo que habíamos es-

Feria del Disco administraba 1.600 metros cua-

cuchado ni leído antes en medios. Y ahí tienes

drados en tres grandes tiendas. Eso conllevaba

la noche (santiaguina, porteña, penquista), con

dinámicas de negocios, medios y escuchas muy

fiestas temáticas, con raves en las calles… si hasta

diferentes a las actuales. ¿Qué reflexión haces

los niños levantaron al fin su Halloween. Enton-

sobre los noventa como una década de transi-

ces sí creo que son defendibles como una década

ción hacia un paradigma completamente dife-

de una movida particular… a la chilena, claro, no

rente? Es evidente que lo fue en lo político, pero

a la española. Para mí es una gran celebración,

¿preparamos también entonces lo que hoy es-

un florecimiento respecto a la experiencia que

cuchamos y cómo lo estamos haciendo?

traíamos y, probablemente, un intento de recontinuar lo que se había perdido en 1973.

Mientras uno vive los momentos históricos, normalmente siente que está en la culminación de

UC

ÚSICA POPULAR 1950

audio Rolle

ÚSICA POPULAR 1970

sen y Claudio Rolle

En el volumen final de una larga historia de la música popular chilena del siglo XX, Juan Pablo González termina como solista un proyecto iniciado como dúo y luego como trío. Se trata de un solista con acompañamiento, pues invita a un octeto de profesionales a abordar en conjunto la canción de autor como producto intermedial, enfocándose en treinta bandas chilenas activas en la década del noventa. Al mismo tiempo, el libro detalla el fortalecimiento de la industria discográfica y de la música en vivo en el país luego de que Santiago se sumara a Buenos Aires, San Pablo y Río de Janeiro en el circuito sudamericano de las grandes bandas y solistas de fines de siglo. Es así como se intensificaba el contacto de Chile con el mundo mientras se diversificaban los referentes de identidad para un público ávido de nuevas propuestas sonoras.

OPULAR CHILENA 60

zález, editores

OPULAR CHILENA 73 a

Fernando García , editores

OPULAR CHILENA 73 adas

Torres, editores

EJOS re Chile y México

lo Planet

MÚSICA URAS alizada

o

uc.cl

En la última entrega de su saga mágica por la historia de la música popular chilena del siglo XX, el profesor González parece haber llegado al punto de cocción perfecto. La meticulosidad del fan de la música que entiende lo gravitante de la precisión académica en el manejo de datos, en maridaje con la tradición de los buenos cronistas chilenos. Esta historia de los noventa queda con gusto en boca entre la dulce rigurosidad de Mary Lambert y el más chispeante Joaquín Edwards. Musicología pop, con textura rock. Julio Osses, periodista musical.

MÚSICA POPULAR CHILENA DE AUTOR

JUAN PABLO GONZÁLEZ. Doctor en Musicología por la Universidad de California, Los Ángeles, director del Magíster en Musicología Latinoamericana y de la revista Contrapulso de la Universidad Alberto Hurtado, UAH. Profesor titular del Instituto de Música de la UAH y del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Coordinador de la Asociación Regional para América Latina y El Caribe de la Sociedad Internacional de Musicología, ARLAC/IMS. Se desempeña como investigador y profesor visitante de las universidades de Oviedo en Asturias y Complutense de Madrid (2022-2023). Ha contribuido a la formación musicológica en la región, creando programas de pregrado y posgrado en distintas universidades chilenas e impar tiendo seminarios de posgrado en Argentina, Perú, Colombia, Brasil, México y España. Junto a sus abundantes artículos en revistas académicas, accesibles en Academia.edu, se destacan sus tres últimos libros: Pensar la música desde América Latina. Problemas e interrogantes, con cinco ediciones hasta 2021 en Chile, Argentina, Brasil y Estados Unidos; Des/encuentros en la música popular chilena 1970-1990 (2017); y Violeta Parra. Tres discos autorales (2018) –en coautoría–. Entre 2002 y 2018 condujo la Compañía Del Salón al Cabaret, dedicada al rescate y proyección de música popular del pasado, realizando una decena de montajes.

Música popular chilena de autor. Industria y ciudadanía a fines del siglo XX Juan Pablo González

Industria y ciudadanía a fines del siglo XX

A pesar del intenso scanner que Juan Pablo logra hacer en este libro, de la multiplicidad de espacios históricos, estilísticos o teóricos que logra observar, y de la rica variedad de puntos de vista (o de audición), lo hace con tal sencillez y delicadeza, que se escapa de los tecnicismos fríos o la crítica musical tradicional para abrazar una forma de autoobservación y autoconocimiento certera y, al mismo tiempo, cercana y empática.

Ediciones UC, 2022

Álvaro Prieto, músico, escritor y artista visual.

JUAN PABLO GONZÁLEZ

Para ver

556 páginas

Para escuchar

Para ver y escuchar

105


106

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


H

oy, a mis 91 años, soy uno de los últimos

Ya en las parlamentarias de marzo de 1965

testigos que experimentaron en primera persona

voté contra la Democracia Cristiana. Esto, tras

el proceso de la Reforma Agraria. Soy agricul-

constatar que, en su análisis de la realidad agrí-

tor desde 1958, inicialmente en la provincia de

cola, sus dirigentes traicionaban la doctrina de

O’Higgins y actualmente en la de Linares. Fui,

colaboración entre capital y trabajo, conforme

además, dirigente nacional de la Confederación

a lo enseñado por Jacques Maritain y la doctrina

Nacional de Sindicatos de Empleadores Agríco-

social de la Iglesia. Se la sustituía por la categoría

las. Viví el proceso desde esas dos perspectivas.

marxista de lucha de clases, que daba más rédi-

Tendrán que pasar muchos años para que se es-

tos electorales.

criba una historia serena de esos acontecimien-

En esa época, la situación de los campesinos

tos, que despertaron muchas pasiones y odios,

era muy precaria, particularmente en los fundos

y en el que se cometieron muchas ilegalidades y

con ausencia patronal. Muchos vivían en Santia-

arbitrariedades. Mi propósito es dar algunas pis-

go, especialmente los dueños de campos desde

tas que quizás sean útiles para quienes escribirán

Colchagua hacia el norte; en cambio, desde Talca

una historia que yo no leeré.

hacia el sur, un alto porcentaje vivía allí todo el

En este texto me referiré solo al periodo de la

año. Sin embargo, esas malas condiciones tienen

Democracia Cristiana (1964-1970). Participé ac-

otra explicación que nadie señala. Por entonces,

tivamente en la campaña de Eduardo Frei en las

todos los precios agrícolas eran fijados por la

elecciones de 1964. Como candidato, habló mu-

autoridad: la ciudad requería pan, leche y carne

cho de la Reforma Agraria, una causa que me pa-

baratas. Durante largos años, los presidentes de

recía muy noble y necesaria para Chile. Siempre

la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) fue-

dijo que se aplicaría a los fundos mal trabajados;

ron o conservadores o liberales. Entre ellos y la

los buenos agricultores no teníamos nada que

autoridad política existía un acuerdo tácito: los

temer. Pienso que sus palabras de entonces eran

precios de los productos agrícolas serían fija-

sinceras. ¿Qué lo llevó a incumplir su promesa?

dos muy bajos para mantener tranquilas a las

Quizás su debilidad de carácter y la influencia de

ciudades. A cambio, los gobiernos harían vista

los sectores más radicales, que tenían aversión al

gorda respecto de los sueldos, viviendas y con-

campo y a los agricultores.

diciones de los trabajadores campesinos, y no se

La figura y actuación del agrónomo y políti-

permitiría su sindicalización. Esto —que, obvia-

co Jacques Chonchol desde el Instituto de De-

mente, ya no ocurre en la SNA— era escandalo-

sarrollo Agropecuario (INDAP) —y luego como

so, pero es una de las consecuencias funestas del

ministro de Agricultura de Salvador Allende—,

control de las agrupaciones gremiales por parte

fue clave en todo este proceso. Los demás eran

de los partidos políticos. La gente del campo, por

simples ejecutores de sus planes. En su libro está

supuesto, pagó los costos de ese acuerdo perver-

todo: El desarrollo económico de América Latina y

so. En cambio, los astutos Industriales del Cue-

la Reforma Agraria (Santiago: Editorial del Pací-

ro y Calzado no negociaban con el Ministerio de

fico, 1964). Para él, la razón para hacer una re-

Economía, sino que mandaban a los sindicatos.

forma de este tipo no era económica, sino ideo-

Me lo contó el abogado de esa agrupación. Eran

lógica; por tanto, política. Por algo después fue

inteligentes. Después resultamos los agriculto-

parte de la Unidad Popular.

res ser los malos de la película, pero el problema 107


LORE M IPS U M. E NSAYO

venía de mucho más atrás. Cuando se llevó a cabo

también al predio. El 30 de abril de 1970 llegamos

la Reforma Agraria los industriales estaban muy

de madrugada al campo.

contentos, no se daban cuenta de que algún día

Entre los dirigentes agrícolas estaba don Car-

les iba a tocar a ellos. “Socialismo para el campo

los Montero Schmidt, exministro de Interior de

y capitalismo para la ciudad” parecía ser la con-

Ibáñez. Hablamos con el General Santos, quien

signa en el gobierno de Frei Montalva.

comandaba la operación, y le pedimos tiempo

Con todo, habría que ver por qué muchos fun-

para convencer a los campesinos para que no se

dos en esos años eran improductivos o estaban

resistieran por la fuerza. Yo había estado gra-

mal trabajados. Puede que se relacione con esa

bando las conversaciones con una pequeña gra-

política de precios fijos, porque en principio lo

badora portátil, de cassette, a la vista de todo el

normal es que la gente quiera trabajar para ganar

mundo. El notario Morandé Orrego, presente,

dinero, y tener la tierra sin trabajarla es perder

declaró en voz alta que él certificaría esa graba-

una oportunidad.

ción. Los campesinos, en especial las mujeres,

Cuando comenzó el proceso de Reforma Agra-

estaban dispuestos a todo. Les pedimos que nos

ria, los campesinos volvieron a pagar las conse-

dieran una hora, pero no hubo caso. El General y

cuencias de muchas decisiones tomadas desde

Mery fueron inflexibles. “¿Qué es una hora para

arriba. Por ejemplo, solo los trabajadores que pe-

evitar un muerto?”, le dijo don Carlos Montero

dían la expropiación del fundo en que trabajaban

al General. No accedió. Nos dio diez minutos: no

podían tener derecho a formar parte del futuro

alcanzamos a hacer nada. Al regresar, don Carlos

asentamiento campesino. En mi caso, me vi obli-

Montero le expresó al General: “Ante esta media-

gado a convencer a los más leales para que ingre-

ción fracasada, los dirigentes agrícolas presentes

saran al comité que solicitaba la expropiación,

nos ponemos a la vera del camino y nos lavamos

porque si no lo hacían quedarían en la calle. A

las manos de lo que aquí suceda”. Después de que

pesar de eso, algunos no la pidieron. Su destino

se descerrajó el candado se produjo un violento

era terrible: los patrones quedaban sin nada y no

choque del Grupo Móvil con unas veinte muje-

podían ayudarlos.

res armadas de cuchillones, que agredieron a los

El caso más dramático del que fui testigo fue el

carabineros con mucha bravía. Cuando lograron

del fundo “La Piedad”, muy bullado en esa épo-

reducirlas, el General y Mery se dirigieron hacia

ca. Por determinadas razones, su dueño, Gabriel

el interior del campo a pesar de todo. Benavente

Benavente, se encontraba en pésimos términos

enfrentó a Mery, lo tomaron preso. Fue la chispa

con el jefe de la Corporación de la Reforma Agra-

que hizo explotar el polvorín. Al oír que habían

ria (CORA) de Linares, Hernán Mery. Los cam-

apresado al patrón, los campesinos, que estaban

pesinos estaban con Benavente y no pidieron

un tanto alejados, corrieron como una horda a

la expropiación. Sabían que, de realizarse, ellos

enfrentar a los carabineros con el fin de liberarlo.

quedarían sin nada. A pesar de esto, la expropia-

En ese momento Mery y su gente miraron hacia

ción se produjo y el día de la toma de posesión

atrás. Un trabajador se le acercó por la espalda,

llegaron al lugar Mery, el general Santos y mu-

agazapado, y le pegó con un palo en la nuca. Mery

chísimos carabineros armados del Grupo Móvil.

se desplomó.

Avizorando el peligro, el Intendente de Linares le

Don Carlos Montero se dio cuenta de la gra-

habría insistido a Mery que no concurriera, pero

vedad de la situación y me dijo que me fuera de

no logró convencerlo. “¿De qué color te gustan

inmediato a Santiago, con esas pruebas. Arran-

las flores?”, le habría preguntado a Mery ante su

qué por los potreros en medio de la batahola y

negativa. Esto lo sé porque teníamos informan-

logré salir. De ahí a Santiago, a la Radio Agricul-

tes muy seguros. Si bien el acto sería sorpresivo,

tura, que transmitió todo, mientras el Gobierno

tanto Benavente como varios dirigentes gremia-

nos acusaba de haber instigado el asesinato. Esa

les agrícolas estábamos al tanto de la situación

grabación nos salvó de la cárcel. Al día siguien-

y, para tratar de evitar una tragedia, acudimos

te me fui temprano a la casa del Cardenal Silva Henríquez. Me recibió a las 8.00 de la mañana.

108


Estaba muy molesto con nosotros: sin conocer

Somos gente de campo, que sabe de siembras,

los hechos, la noche anterior nos había tratado

vacas y tractores. Salvo algunos, lo nuestro no

de asesinos, tras recibir en la Parroquia El Bosque

es la palabra. Además, teníamos muy poco acce-

el cortejo que venía de Linares con el cadáver de

so a los medios. Cuando se escriba esta historia

Hernán Mery. Le conté todo y le pedí que por fa-

solo aparecerán testimonios de un solo lado. En

vor hiciera de mediador, porque estos episodios

el mundo universitario tampoco había intelec-

de violencia podían multiplicarse: “Demasiado

tuales que ayudaran a que el público se formara

tarde, las posiciones están cristalizadas”, fueron

una opinión ponderada sobre los problemas del

sus palabras. No hubo forma de convencerlo de

campo. En una ocasión, fui invitado a un foro

que mediara entre la CORA y los gremios agríco-

televisado junto a Rafael Moreno, Vicepresiden-

las para llevar adelante una Reforma Agraria en

te ejecutivo de la CORA. Él no quiso participar:

relativa armonía y legalidad.

enviaron a un dirigente campesino en su reem-

El mismo día de los sucesos de “La Piedad”

plazo. Nos entendimos bien. Nuestro problema

los campesinos fueron expulsados de sus casas.

no era con los campesinos, sino con el Gobierno.

Quedaron en la calle, con sus colchones y enseres

Después me informaron que periodistas del Par-

personales. Era abril y pasábamos por unos días

tido Comunista presentes habían comentado con

muy fríos. El jefe de estación de Longaví se com-

preocupación este entendimiento.

padeció de ellos y pudieron pasar la noche bajo

La sensación de impotencia nos llevó a reac-

un techo en ese lugar. Yo me llevé a un buen gru-

ciones extremas, que hoy deploro y rechazo. El

po a mi campo, donde es-

Gobierno pagaba mejor el

tuvieron trabajando unos

trigo importado que el que

seis meses. Las familias

producíamos. Todos nues-

dormían en las bodegas, un

Los agricultores éramos mirados

tros reclamos eran inúti-

lugar muy poco adecuado,

como unos parias, no solo por la

les, hasta que decidimos

y allí sortearon el invier-

izquierda y la DC, sino también

hacer un taco en forma de

no; era lo único que podía ofrecerles. Al menos tenían trabajo, un sueldo digno y

por la derecha económica y, en general, por el mundo urbano.

protesta. Pusimos nuestras camionetas en el puente del río Achibueno y paralizamos el país por más de

un lugar donde refugiarse. No hay que olvidar que la zona entre Talca y Chi-

ocho horas. Lo mismo hicimos en otros lugares.

llán es particularmente fría en invierno.

Los dirigentes agrícolas terminamos en la cárcel

Hubo muchos casos como este. A pesar de mis

de Talca. Todavía recuerdo la portada de la re-

ruegos, numerosos trabajadores del campo que

vista Vea, con nosotros tras las rejas. Por suerte,

yo administraba se negaron a firmar la petición

el juez nos sancionó por mal estacionamiento.

de expropiación. Les parecía que era una traición.

Hace algunos años, unos dirigentes agrícolas de

También quedaron sin nada. Yo los recibí en mi

Linares organizaron una protesta en la Ruta 5:

campo: aunque era mucho más chico, pude en-

me negué a participar.

contrar algo en qué ocuparlos. Era lo mínimo que

Los funcionarios democratacristianos que

podía hacer por esas personas que rechazaban

trabajaban en el mundo rural hicieron suyo por

una expropiación que les parecía injusta. Esas

completo el discurso de la lucha de clases. La

son historias que nunca se conocerán, porque no

gente del INDAP iba a los campos y no hablaba

tuvieron nadie que las contara. Ellos no calzaban

de otra cosa con los trabajadores. Algunos no les

en los esquemas ideológicos imperantes; tam-

creían, otros sí. Su relación con los patrones in-

poco los empresarios agrícolas.

fluía mucho en ello.

Los agricultores estábamos desamparados.

La ley indicaba que, en caso de expropiación,

Éramos mirados como unos parias, no solo por

se debía dejar al dueño una reserva de ochenta

la izquierda y la DC, sino también por la derecha

hectáreas en el Valle Maipo. Aquí venía el chan-

económica y, en general, por el mundo urbano.

taje: expropiaban el campo cuando estaba todo

109


LORE M IPS U M. E NSAYO

sembrado. El dueño tenía que elegir. Si quería cosechar los frutos pendientes debía contentarse con una reserva muy chica —lo que los funcionarios de la CORA estimaran conveniente—; si no, perdía todo lo sembrado. Yo administraba el fundo de doña Laura García-Huidobro (además tenía un campo propio, mucho más chico). Cuando estudiaron la expropiación, el predio fue calificado con un puntaje de 940 sobre 1000, de los mejores de Chile. Nos pusieron contra la espada y la pared. Elegí cosechar lo que tenía sembrado para pagar las deudas agrícolas. Finalmente, nos quedamos con una reserva de tres hectáreas. Las ochenta hectáreas de riego del llano Maipo, equivalían en Retiro (donde estaba el fundo), a 140 hectáreas. Por el alto puntaje obtenido en la evaluación CORA, teníamos derecho a exigir cuatro reservas de 140 hectáreas, es decir, 560. La CORA no estaba dispuesta. En suma, de un campo bien trabajado de 1.500 hectáreas pudimos conservar solo tres: el 0,005% de lo legal. Estos abusos eran el pan de cada día. La vigencia de la ley en el campo era muy relativa en esos años. Además, el valor de la expropiación lo pagaban en bonos a larguísimo plazo. Como había inflación, al final a uno no le quedaba nada. La posibilidad de expropiar un campo con frutos pendientes se abrió con la enmienda Aylwin, senador por Linares. Ella permitía a la Joaquín García-Huidobro Errázuriz, autor del texto, detenido en la Comisaría de Linares. Revista Ercilla, enero 1969.

CORA tomar posesión del predio expropiado consignando en el tribunal apenas un 10% de su avalúo fiscal. Esto llevó a situaciones dramáticas, como lo fue el caso de la familia F., (por respeto omito su nombre). El padre era anciano y delegaba la administración en sus hijos. La familia tenía una siembra de cerca de mil hectáreas de arroz, para la cual habían recibido importantes sumas de dinero como anticipo de la Arrocera Tucapel, con el resguardo de un cheque personal de uno de los hijos. Le expropiaron, le consignaron y no pudieron cosechar ni un grano, les quitaron todo. Ante esta situación, la arrocera Tucapel debió protestar el documento por no tener fondos, y el hijo terminó por cuatro años en la cárcel de Parral por giro doloso de cheques. Fui a visitarlo varias veces. Al cabo de esos años mi amigo fue liberado, pero con graves trastornos debido al sufrimiento personal y de su familia. Estos

110


dramas familiares que se extienden por cientos en el agro chileno de esa época.

Para la caída de Allende, el 83,33% de la superficie agropecuaria del país pertenecía ya al Esta-

La violencia en el campo era de diaria ocu-

do: ese era el tamaño del latifundio estatal. “La

rrencia entre los años 68 y 70. Los grupos extre-

tierra para el que la trabaja” era el lema, pero ni

mistas organizaban tomas; los agricultores nos

con Frei ni con Allende campesino alguno recibió

defendíamos como podíamos y muchas veces

un solo título de propiedad. Después de 1973, se

organizábamos “retomas”, para recuperar lo

entregaron más de 40.000 títulos de propiedad a

nuestro. Íbamos en la noche, cuando los extre-

los campesinos.

mistas dormían. Al sorprenderlos, salían arran-

He contado cosas que me parecen relevantes

cando ante nuestros balazos: era el Viejo Oeste,

para cuando se escriba esta historia. Sin em-

pero de eso no quedó ningún documento. No sé

bargo, he dejado algunos episodios y circuns-

cómo no murió mucha gente entonces.

tancias sin narrar, porque ciertas personas e

A pesar de todo el odio en esa época, en el

instituciones quedarían muy mal (distintas,

primer lugar donde se produjo la reconcilia-

obviamente, de los agricultores). Pienso que su

ción fue en el campo, y muy temprano. Es natu-

relato no es imprescindible ni contribuiría a la

ral, porque nos unía la misma cultura. Además,

armonía que queremos conseguir. Por mi parte,

compartíamos canales y caminos. No podíamos

esas personas e instituciones están perdonadas

vivir peleados.

hace mucho tiempo.

El sistema que existió hasta la Reforma Agra-

Mi papel de testigo privilegiado de este proce-

ria tenía graves defectos, pero no se puede ne-

so se acabó con la elección de Allende. Advertido

gar que, aunque había mucho paternalismo, las

por un miembro del Partido Socialista de que yo

relaciones humanas tenían un carácter personal.

figuraba fichado, junto con otros, por el Parti-

Me refiero a los fundos donde vivía el agricultor,

do Comunista como “momios indeseables” de

que eran la mayoría, no a aquellos donde el due-

la Provincia de Linares, tomé la determinación

ño estaba lejos, en Santiago. El patrón conocía

de emigrar a Argentina, donde vivimos durante

a la gente, la llevaba a la ciudad cuando tenían

cinco años con mi familia. Sin embargo, la ra-

una situación de necesidad. Había un determina-

zón más profunda para hacerlo no era el temor

do tipo de trato humano. Después, ni los asen-

al marxismo, sino de otro tipo: temor a mí mis-

tamientos socialistas ni las modernas empresas

mo. Era tal el grado de violencia al que se había

capitalistas tuvieron ese carácter. Las relacio-

llegado (yo mismo tuve que enfrentar carabina

nes se volvieron anónimas. La gente ya no tenía

en mano, una madrugada, a un grupo que que-

nombre, eran solo un RUT en una planilla.

ría tomarse el campo), que estaba seguro de

Una de las consecuencias de ese proceso, que

que, si me quedaba en Chile, era muy probable

probablemente será muy difícil de medir, es

que terminara matando a alguien. Y no estaba

el hecho de que emigraron del campo muchas

dispuesto*. 1

personas valiosas que ya nunca volvieron al mundo rural. Esa fue una pérdida profesional importante para las regiones agrícolas. No me refiero a los grados académicos, sino al modo de comportarse y a la cultura del trato. Cuando después se habló del “salario ético”, siempre tuve la certeza de que este elemento quedaba incompleto al no incorporar al trato ético.

* Agradezco a mi hijo Joaquín su ayuda en la transcripción y redacción de estas ideas, pero su contenido y afirmaciones son de exclusiva responsabilidad mía.

Joaquín García-Huidobro Errázuriz es agricultor de la región del Maule. 111


112

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


E

n 1987, el Public Art Fund, organización de-

en general, irse sin haber logrado mucho. Pero

dicada a la difusión del arte contemporáneo en

a Jaar, radicado ahí desde 1982, le fue mejor.

Nueva York, expuso una animación del artista

Sin duda existía la discriminación contra los

chileno Alfredo Jaar titulada “A Logo for Ame-

latinoamericanos en Nueva York, pero eso era

rica” en un panel luminoso en Times Square.

en el mundo real. En el del arte, el establishment,

La obra, que se mostró entre reclames durante

como ahora, buscaba activamente voces margi-

un mes, partía con un mapa de Estados Unidos

nales que criticaran el país. Y el neoliberalismo,

sobre el cual se iba sobreponiendo, en inglés, la

con todos sus defectos, no discriminaba, salvo

frase esto no es america. Luego aparecían las

a los pobres. Cualquiera podía tener publici-

barras y estrellas y la frase “esta no es la ban-

dad mientras pagara, y fue así que Jaar llegó a

dera de america”. La pantalla se vaciaba, y rea-

mostrar su mensaje contestatario entre los ci-

parecía la palabra “america” sola. Crecía, y se iba

nes porno y la publicidad estridente del corazón

transformando la “r” en el contorno de todo el

simbólico de la superpotencia. La obra fue con-

continente americano, norte y sur. Este se des-

siderada un éxito: su mensaje, evidentemente

doblaba y se movían ambas imágenes idénticas

acertado —que Estados Unidos se ha apropiado,

hacia los lados de la pantalla, borrando las letras

no importa si prepotente o distraídamente, el

en su camino. Volvían al medio, y el continente

nombre de todo un continente—, fue celebrado

rejuntado se ponía a girar rápidamente, mientras

por la crítica y repudiado por un sector de patrio-

bajaban y subían múltiples repeticiones de la pa-

tas cuya disposición a ofenderse le confirió una

labra “america” por ambos lados. La pantalla se

contundencia política muy satisfactoria.

despejaba, aparecía una vez más “america” con

Esas fueron las dos reacciones oficiales, por así

el pequeño continente en vez de la “r”, y la ani-

decirlo —las que quedaron en el registro históri-

mación se despedía con el nombre del artista.

co—, pero no creo que las únicas. Hay una especie

Nueva York en los ochenta era, para los artis-

de tradición asociada al arte conceptual de inspi-

tas, algo así como el centro del mundo. Muchos

ración política de acuerdo a la cual los críticos se

chilenos viajaron para trabajar como mozos,

encargan, no de criticar la obra en sí, sino de ex-

ir a exposiciones, promover su obra y luego,

plicitar su mensaje y aplaudirlo si coincide con lo

113


LORE M IPS U M. E NSAYO

que ya pensaban. Los medios, por su parte, solo

el Reichstag, ni mucho menos trabajar 24 años

informan las reacciones públicas fuertes, sean de

para lograrlo, como en el caso de este último

admiración o de indignación. Pero la mayor par-

proyecto. En cuanto a si de hecho valió la pena

te de la gente no es tan fervorosa. Mi reacción,

o no, la respuesta genérica sería que la cantidad

al menos —soy inglés, no norteamericano, por

de trabajo que se vierte en una obra de arte no

si acaso—, es que “A Logo for America” es una

importa, porque el público no ve el esfuerzo, sino

obra un tanto bochornosa, porque deja a Jaar o al

solo el resultado. Pero Christo y Jeanne-Claude

continente que defiende como un amante despe-

publicitaban la inversión en trabajo y materia-

chado que aparece despotricando en la casa de la

les como parte integrante de su quehacer, y eso,

amada que se ha olvidado de su existencia, exi-

junto al poco tiempo de exposición —en gene-

giéndole, con gestos indecorosos, no amor, no

ral, las obras se desmontaban a las dos sema-

aspira a tanto, sino el más simple reconocimien-

nas—, nos da la pista. Aun si los artistas nunca

to, que lo mire y diga su nombre, el cual él repite

lo explicitaron, y quizás no lo reconocieron aun

a gritos una y otra vez: “América, América, Amé-

en privado, su gracia consiste precisamente en

rica, América, América, América”.

el contraste entre la pobreza del concepto y el

Aun así, la idea detrás de la obra es buena. Pa-

derroche de trabajo y materiales que implica

rece simple, obvia incluso, pero se podría repasar

su ejecución. Es un pequeño eco de la estupidez

muchas ideas simples y obvias antes de dar con

majestuosa de la propia naturaleza, que prende

una que permaneciera a tal punto en la memoria

y apaga asombrosos espectáculos de luces en los

de la gente. Como su ejecución fue bastante sen-

cielos con una total falta de economía, o eclosio-

cilla, además, hace sentido algo que dijo Jaar en

na un millón de langostas solo para que vengan

una entrevista con Vogue Italia en 2013:

enseguida los pájaros a comérselas. Una obra aún más efímera que las de Christo y

Encuentro que los artistas son pensadores,

Jeanne-Claude fue la que realizó en 1982 el poeta

son intelectuales. Y el arte es pensamiento.

chileno Raúl Zurita. Consistió en el texto de un

Para mí, el arte es un 99% de pensamien-

poema suyo, “La vida nueva”, escrito por cinco

to y un 1% de factura. De modo que paso

aviones con humo blanco en una sola línea de

la mayor parte de mi tiempo, y les pido a

varios kilómetros de largo en el cielo de Nueva

mis estudiantes pasar el 99% de su tiem-

York: mi dios es hambre/ mi dios es nieve/ mi

po, pensando. Recién al final de un proceso

dios es pampa/ mi dios es no/ mi dios es desen-

muy largo de pensamiento, hacemos algo.

gaño/ mi dios es carroña/ mi dios es paraíso/ mi dios es chicano/ mi dios es cáncer/ mi dios es

Pero si eso vale para “A Logo for America”, en

vacío/ mi dios es herida/ mi dios es ghetto/ mi

el arte conceptual en general se da más bien la

dios es dolor/ mi dios es/ mi amor de dios.

relación inversa. Paradojalmente, lo que suele

¿Qué habrán pensado las personas en las calles

distinguir una obra conceptual de otras es jus-

acerca de esas palabras escritas en castellano por

tamente cuán poco pensamiento incorpora: en

el cielo? Otra vez más, no parece haber registro.

general, una cantidad que apenas alcanzaría

Probablemente las tomaron por un truco publici-

para un párrafo de una novela. Por otro lado, su

tario. Pero más bien eran un ejemplo, me parece,

realización puede implicar un trabajo ingente.

de lo que se podría llamar el titanismo chileno.

Un caso extremo son las producciones de Christo

El titán, en Chile, puede aparecer en cualquier

y Jeanne-Claude. A cualquiera se le puede ocurrir

entorno social: ser hijo de un obrero ferroviario,

en un momento de fantasía embalar un museo

como Neruda, o crecer en un ambiente más bien

como si fuera un regalo, pero no encontraría que

cosmopolita, como Jaar. Lo caracteriza una gran

valiera la pena llevar la idea a la práctica, como

seriedad respecto a sí mismo, aun si la risa re-

lo hicieron Christo y Jeanne-Claude en Chicago

tumba a veces, como en el caso de Neruda, por su

en 1969, ni menos repetir el gesto con la costa

obra. Cuesta sospechar que esté consciente de al-

australiana, el Arco de Triunfo, el Pont Neuf y

guna pobreza en esta. No piensa: “Voy a intentar

114


una operación de autopromoción descarada, y a

lingüístico” y la reivindicación de las minorías.

ver si me la compran”, sino “Mi mensaje, de la

No se trataba seguramente de una conspiración

máxima urgencia para la humanidad, debe ex-

para ensalzar una obra fallida, sino de un error

ponerse de la forma más ostentosa posible en

que casi todos cometemos. Si alguien se presen-

el centro del mundo”. O sea, tratándose de los

ta con aplomo como genio o líder y enuncia los

ochenta, en Nueva York.

prejuicios que compartimos con él como grandes

Pero hay muchas personas en el mundo, mi-

verdades proféticas, estaremos dispuestos —la

llones, que escriben poemas. En general los

carrera de muchos políticos ineptos de todos los

muestran en el círculo íntimo o derechamen-

bandos lo demuestra— a concederle la autoridad

te los silencian. A veces, los someten humil-

que reivindica sin preguntarnos siquiera si tra-

demente al juicio de los editores de revista. Un

baja bien en la práctica.

porcentaje ínfimo se publica. A alguien que sim-

Eso es comprensible. Aun así, es extraño que

plemente se salta la cola, como Zurita, hay que

haya resultado y siga resultando aceptable lo

reconocerle cierto estilo entonces. Pero tras el

que dijo Zurita sobre las minorías y el español.

aplauso, debería venir una crítica exigente. El

¿Cómo el castellano puede ser el vehículo de un

autor nos obligó a mirar el cielo y —si sabemos

“homenaje a los grupos minoritarios de todo

castellano— a leer su obra: más le vale que al

el mundo”? Puede serlo, claro, para muchos

menos sea buena.

norteamericanos, los ignorantes y arrogantes

¿Cómo es “La vida nueva”? Parece, hasta cier-

aludidos en “A Logo for America”, para quienes

to punto, un poema escrito en

el castellano es simplemente

sangre cuyos versos destilan,

el idioma despreciado de los

para su autor, experiencias profundas y desgarradoras.

Nada podría ser más

Pero esas experiencias no se

desafortunado, poéticamente,

traspasan; el autor no ha he-

que ese guiño a los chicanos,

cho el trabajo de transformación artística necesario para que su experiencia íntima se comunique a otros; nos deja

burdamente político, metido a la fuerza en un poema sobre Dios y el sufrimiento.

con unos apuntes, signifi-

chicanos pobres. ¿Pero para un hispanohablante con algún conocimiento de la historia? La carrera colonialista del inglés partió con la suplantación del galés, antes el idioma dominante en Gran Bretaña, y luego del gaélico y el irlandés. De ahí se fue expandiendo en

cativos para él, sin duda, pero que no producen

Norteamérica y el Caribe y en distintas partes de

mucho efecto si uno no vive en su cabeza. Siendo

Asia, África y el Pacífico. Lo acompañaron plagas

breve, no es un gran poema. Y un detalle lo con-

mortales, la expropiación violenta y, en Nor-

vierte en un poema desastroso: el verso “Mi Dios

teamérica y las islas del Pacífico y el Caribe, el

es chicano”. Zurita explicaría después que lo ha-

remplazo de poblaciones indígenas por esclavos

bía incluido, dejando además el poema en caste-

u otros trabajadores traídos por los hacendados

llano, en homenaje “a los grupos minoritarios de

ingleses desde África o la India. Se produjo una

todo el mundo” —la cita viene de una entrevista

pérdida cultural incalculable; muchos idiomas

en el diario El País—, y especialmente a los chi-

locales perecieron o quedaron moribundos.

canos de Nueva York. Nada

podría

ser

Casualmente sucedió, sin embargo, que, con la más

desafortunado,

excepción del irlandés y parcialmente del galés,

poéticamente, que ese guiño a los chicanos, bur-

no se desarraigó el idioma de ninguna civiliza-

damente político, metido a la fuerza en un poe-

ción asentada, con ciudades y literatura. Algo

ma sobre Dios y el sufrimiento. Pero no hubo

totalmente distinto ocurrió con el castellano. En

reparos. Al igual que con “A Logo for America”

América Central y del Sur, mucho más pobladas

después, los críticos entendieron que su tra-

que Norteamérica, los españoles se encontraron

bajo no era criticar el poema, sino aplaudir, en

con grandes urbes, algunas de una magnificen-

este caso, la “voluntad por transgredir el signo

cia increíble, las que devastaron. Un solo hom-

115


LORE M IPS U M. E NSAYO

bre, el obispo Diego de Landa, quemó la totalidad

O, lo que es más probable, puede ser mestizo.

de la literatura maya, salvo tres o cuatro códices

En el poema “Yo soy Joaquín” de 1967, una espe-

que sobrevivieron por accidente. El castellano se

cie de texto fundacional de la literatura chicana,

impuso por decreto real como única lengua del

Rodolfo Gonzales habla de esa herencia mixta:

imperio en el siglo XVIII. Aun así, en la época de la independencia solo un habitante de cada cin-

Yo soy Cuauhtémoc,

co lo hablaba: la gran usurpación lingüística fue

Orgulloso y noble

republicana.

Líder de hombres,

¿Será peor aplastar un elefante que una ma-

Rey de un imperio,

riposa? Quizás no, pero es más difícil que pase

Civilizado más allá de los sueños

inadvertido. El castellano es el idioma colonial

Del Gachupín Cortez,

por antonomasia, el gesto de Zurita parece más

Quien también es la sangre,

bien un insulto para todas las etnias indígenas de

El reflejo de mí mismo.

su propio continente, y vale la pena considerar

Yo soy el Príncipe de los Mayas

brevemente cómo se lo pudo permitir, y por qué

Yo soy Nezahualcóyotl,

no cayó sobre él una tormenta de repudio.

Gran líder de los chichimecas.

Un chicano, o cualquier latinoamericano, puede ser descendiente de colonos, en cuyo caso si va a Estados Unidos y reivindica el uso del cas-

Yo soy la espada y la llama de Cortez el déspota… Yo era ambos, tirano y esclavo.

tellano, les está disputando el botín —el poder cultural usurpado— a otros descendientes de

Cité una traducción: el poema fue escrito en in-

colonos, angloparlantes, y nadie puede reivindi-

glés, el idioma con que Gonzales se crio. Llega-

car la superioridad moral. O puede ser indígena.

ría a sentir que lo habían privado injustamente

¿Pero entonces por qué le importaría, salvo por

de su herencia cultural, pero esa actitud revela

una cuestión de comodidad, cambiar un idioma

cuán sutil y pertinaz es el legado del colonia-

colonial, el castellano, por otro, el inglés?

lismo, especialmente cuando se combina con el

116


Página izq.: Alfredo Jaar, “A logo for America”, 2014. Página der.: Alfredo Jaar, “A logo for America”, 1987. Ambas imágenes por gentileza de Alfredo Jaar.

nacionalismo. El proceso parece ser el siguiente:

mericana? ¿Qué llevó a Zurita a refregar el cas-

la parte española del chicano, que no tiene ex-

tellano en las narices de los neoyorquinos? Y si

cusa para quejarse, le obliga a su parte indígena,

vamos a eso, ¿qué estoy haciendo yo en este tex-

como a un rehén con síndrome de Estocolmo, a

to? ¿Será que como angloparlante intento soca-

transferir el resentimiento que debería sentir

var a un rival? Puede ser. Y entonces padezco el

contra el castellano a su rival, el inglés, y a com-

mismo síndrome de Estocolmo que los chicanos,

prometerse con el opresor original al que ahora

porque mi ascendencia ni siquiera es inglesa, y

está indisolublemente unido.

de hecho el inglés suplantó el gaélico y el cór-

El nacionalismo, potente pero inestable,

nico, mis idiomas ancestrales. Así de versátil es

maestro del disfraz, contamina especialmente

el nacionalismo, así de inasible, y solo se puede

quizás el pensamiento de quienes creen haberlo

intentar mantener, entre las nubes de humo, un

dejado atrás. ¿Qué impulsó a Jaar a hacer justa-

mínimo de lucidez incierta.

mente la crítica que hizo de la sociedad nortea-

Neil Davidson estudió literatura francesa e italiana en la universidad de Durham, inglaterra. Es traductor, ensayista y columnista de Las Últimas Noticias. Dentro de sus publicaciones destaca The Chilean way. Crónicas 2000-2010 (Libros Qué Leo, 2010), El ceño radiante. Vida y poesía de Gerard Manley Hopkins (UDP, 2015; finalista del Premio Municipal de Santiago) y Usted está muy mal (Laurel, 2017).

117


Fotografía: Rodrigo Marín


L

a obra de María José Ferrada (Temuco, 1977)

mar. Hay dedales, manzanas, vasos, escafan-

ocupa un lugar destacado cuando hablamos de li-

dras, tazas y cajas de fósforos. Precisamente, el

teratura chilena contemporánea, y más aún si se

poemario El idioma secreto comienza con los si-

trata de poesía infantil. Con una veintena de pu-

guientes versos:

blicaciones como Un mundo raro (2010), El idioma secreto (2013) o Cuando fuiste nube (2019), entre

El idioma secreto me lo enseñó mi abuela.

las más recientes se cuentan su primer poema-

Y es un idioma que nombra las plantas de

rio para adultos Había luz o algo parecido a la luz

tomate, la harina, los botones.

(2020) y tres obras narrativas: las novelas Kramp

Un día me llamó.

(2017) y El hombre del cartel (2021), además del

Me dijo que antes de que la muerte se la lle-

relato autobiográfico Diario de Japón (2022). Hoy

vara quería entregarme algo.

Ferrada goza de un éxito indiscutido tanto na-

Mi herencia era una caja de galletas con

cional como internacionalmente. No solo por su

ovillos de lana y boletas de ferretería.

importante número de publicaciones, traduc-

Ahí dentro estaban las palabras1.

ciones y nuevas ediciones, ni únicamente por la excelente acogida del público, sino también por

En estos versos encontramos una fuerte con-

el reconocimiento de la crítica especializada, con

densación de las palabras, siempre acotadas y

galardones como el Premio a Mejor Libro Infan-

suficientes, lo que remite, sin duda, a los haikús,

til (2017) del Banco del Libro de Venezuela, el

forma típica de la poesía japonesa, conocidos

Premio Mejor Novela (2017) que otorga el Círculo

por ser poemas breves de diecisiete sílabas, sin

de Críticos de Arte, el Premio Hispanoamericano

rima, de tres versos ordenados en un esquema

de Poesía para Niños (2018), el Premio Municipal

de 5-7-5. Son una perfecta expresión de todo lo

de Literatura de Santiago (2018) y, muy recien-

que la palabra poética contiene, espacio en el que

temente, el famoso Premio Iberoamericano Cer-

se cristaliza una mirada austera y contemplati-

vantes Chico, en 2022.

va sobre situaciones y fenómenos, en especial de

Podría decirse que dos elementos muy distinti-

la naturaleza, que suelen pasar desapercibidos.

vos destacan en su obra y se formulan a modo de

Al respecto, Ferrada apunta: “un haiku que da

variaciones, con lenguajes y registros diferentes.

cuenta de la realidad y su compleja relación con

El primero, una fuerte herencia de la cultura ja-

el lenguaje”2. En estos versos, los protagonistas

ponesa (no por nada tiene un máster en Estudios

son la lana, los botones, la harina… los objetos

Asiáticos), lo que se entrecruza con el segundo:

más comunes en la vida de cualquiera.

una importante presencia, muy propia de la poe-

El protagonismo de lo cotidiano convive con

sía, de una mirada detenida sobre la cotidianidad

una reflexión permanente sobre la propia mi-

y, en particular, sobre sus detalles: los objetos

rada: cómo observamos, nos detenemos y nos

más sencillos y las situaciones más comunes. Esto supone una observación atenta, en especial, de la naturaleza y de los objetos. En Ferrada nos encontramos con abejas, pájaros y caballos, pero también con la lluvia, flores, nubes, árboles y el

1

María José Ferrada, El idioma secreto (Pontevedra: Faktoría K de Libros, 2014), 5.

2 María José Ferrada, Diario de Japón (Santiago: Seix Barral, 2022), 49.

119


LORE M IPS U M. E NSAYO

relacionamos con el mundo que nos rodea y, a

A andar en bicicleta o patines, a saltar a la

partir de esta mirada, cómo nombramos aque-

cuerda.

llas cosas que despiertan nuestra atención. Una

Así: un, dos, tres…5

reflexión sobre la observación la encontramos a poco andar en Diario de Japón, donde señala:

Son todos niños que, realizando lo que es propio

“Adaptarse al espacio y encontrar los límites

de la infancia —esto es, jugar— podrán ir co-

que ese mismo espacio plantea, la belleza. Algo

nociendo la lluvia, el canto y el baile, al mismo

así como vivir dentro de una caja —sin camas ni

tiempo que descubren sus propios talentos, gus-

mesa— y hacer un agujero en el cartón por el que

tos y capacidades.

mirar la luna cuando se deje ver” . 3

No solo en la poesía, sino también en la narra-

El modo en que los niños miran el mundo y

tiva de María José Ferrada, la configuración de

comienzan a dar nombre a las cosas es el que

la propia identidad y el sentido de pertenencia

interesa a Ferrada, pues precisamente esa par-

se formulan a partir de la infancia. En El hombre

ticularidad es la que nos posibilita relacionarnos

del cartel conocemos el mundo y las personas que

con la realidad y construir un “idioma secreto”

lo habitan desde la mirada de Miguel, un niño de

para nombrar lo que nos rodea. Será este len-

once años. En este caso, la configuración de la

guaje privado e íntimo, por ejemplo, aquello que

propia identidad se entrecruza con un aconteci-

le permitirá a la voz poética de El idioma secreto

miento determinado: la decisión de Ramón, tío

—una niña que aprende este lenguaje de parte de

de Miguel, quien, debido a su trabajo como cui-

su abuela— elaborar su “habitación en el mun-

dador de un cartel de publicidad de Coca-Cola,

do”4. Hay una conciencia que se reitera insisten-

no encuentra mejor opción que irse a vivir en él.

temente no solo en El idioma secreto, sino en toda

A los ojos adultos, esto no es más que la decisión

la obra de la autora, de que esta observación del

absurda de un loco o un flojo. A ojos de Miguel, sin

mundo y la manera en que lo nombramos es la

embargo, la elección de su tío no pudo haber sido

que nos permite construir un sentido de perte-

mejor: ha elegido, libremente, una vida diferente

nencia e identidad.

a la del resto. De hecho, se pregunta si no podrá

Uno de los elementos más notables en la obra

él también vivir ahí. La mirada del niño pareciera

de Ferrada es que esta mirada que construye su

estar más limpia de los prejuicios y convenciones

“habitación en el mundo” es siempre la de la in-

sociales y, aunque no le resultan indiferentes los

fancia. Eso implica un punto de vista en perma-

comentarios y juicios que escucha a su alrededor,

nente estado de asombro, atento al menor gesto

opta por el silencio y por acompañar a Ramón.

que permita descubrir el entorno. Esto se da tan-

Desde la perspectiva de los adultos, resulta

to desde la perspectiva del niño como desde una

evidente que las decisiones de este último res-

voz poética adulta que nos presenta la infancia

ponden a una pérdida de sentido y, sin embargo,

y la observa. Este último es el caso de Un mun-

quizás la insensata decisión de Ramón sea nece-

do raro, que bien podría considerarse un texto

saria, aun cuando vaya en contra de lo que indi-

de prosa poética. En él, Ferrada nos presenta a

can la razón y la civilización moderna. Para un

un grupo de niños (María, Sara, Juan Rodrigo,

niño, en cambio, más próximo al juego y al ab-

Antonia, Carolina) sobre los que se formula una

surdo, nada de esto resulta tan escandaloso. Mi-

pregunta inicial:

guel advierte el comportamiento inconsistente de quienes, en nombre de la paz y tranquilidad de

¿Se conocen?

su villa, están dispuestos a recurrir a la violencia

Claro. Y a veces juegan.

y a inmiscuirse en la vida de otro, como sucede-

¿A qué?

rá en el caso de Ramón. Por lo mismo, reconoce que “Ramón, que hasta hace un par de semanas

3 Ibid., 13. 4 Ferrada, El idioma secreto, 53.

120

5 María José Ferrada, Un mundo raro (Santiago: Libros del Cardo, 2018), 5.


solo era el marido de mi tía, al subir a la casa del

complejos es problematizada por Ferrada en pu-

cartel se había transformado en una figura inter-

blicaciones como Niños (2014), La tristeza de las

media entre un amigo, un pájaro y un profesor.

cosas (2017) o Mexique, el nombre del barco (2017),

Esa mezcla yo no la había visto nunca antes ni la

y no solo en su narrativa para adultos.

volvería a ver”6. Amigo, por la relación que lle-

Su destacada obra Niños sirve de homenaje a

gan a establecer, llena de silencios, incompren-

treinta y cuatro niños chilenos ejecutados du-

siones y miradas de ida y vuelta; pájaro, porque

rante la dictadura. En sus páginas, sin embargo,

se entiende mejor con ellos que con los hombres,

los encontramos jugando, soñando o escuchan-

y porque ha decidido vivir en las alturas, tal como

do la voz de su madre. Ferrada señala que quiso

las aves; profesor, porque con su vida y manera

darles lo que no pudieron tener en vida, porque

de ser le enseña a Miguel mucho más de lo que

aquellas actividades cotidianas —jugar, soñar,

puede aprender en su casa y en el colegio.

estar con sus madres— “es lo que creemos deben

La mirada de Miguel revela otra constante en

hacer los niños”7. Por eso, sus poemas, titulados

la obra de Ferrada: los niños no son ajenos a los

por los nombres de cada uno, los presentan en el

dolores y sufrimientos humanos. En efecto, en su

espacio propio de la infancia:

obra reflexiona de manera constante acerca del modo en que observamos el dolor, manifestado,

Jaime

por ejemplo, en la muerte, el exilio, la inmigra-

Se hizo amigo del pájaro que vive en el ár-

ción o la dictadura. Nos encontramos con una

bol frente a su ventana.

mirada infantil llena de asombro, lista para des-

Entiende cada uno de sus trinos, y piensa

cubrir el mundo entero en una hoja caída en oto-

que si fuera pequeño

ño o en un vaso de agua. Una mirada que busca

podría ir a visitar su nido por las tardes.

nombrar el mundo para así pertenecer a él. Pero

Incluso podría aprender a cantar, hacer

también una mirada que conoce, en primera per-

juntos un concierto8.

sona, el sufrimiento. En una conferencia dada por Ferrada en 2017

O también:

en México, en la 37ª versión de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, la auto-

Héctor

ra cuenta que, cuando le preguntan por qué

Se pregunta cómo es posible que el sonido

aborda temáticas difíciles en obras para niños,

del mar

siempre responde lo mismo: lo hace, y conti-

viva en los caracoles.

nuará haciéndolo, en la medida en que ese sea

Se lo pregunta toda la tarde.

el mundo que le entreguemos a los niños. Estos

Al llegar la noche se da por vencido.

viven los dolores propios y ajenos quizás de ma-

Y lo anota en su lista de misterios9.

nera diferente que los adultos, pero no por eso lo desconocen ni lo rehúyen. Por eso mismo, el empeño (que por mucho tiempo ha primado en las publicaciones infantiles) de evadir los temas

7 María José Ferrada, Niños (Santiago: Ediciones Liberalia, 2020), 69.

6 María José Ferrada, El hombre del cartel (Santiago: Alquimia, 2021), 51.

8 Ibid., 5. 9 Ibid., 33.

121


LORE M IPS U M. E NSAYO

En estos poemas, la preocupación política de Fe-

dolor de un grupo de niños autistas, de la muer-

rrada se entrecruza con la mirada poética propia

te de su abuela mientras Ferrada se encuentra de

del niño, lo que sucede también en La tristeza de

viaje, del terremoto de 2011 en Japón o del sui-

las cosas, donde se detiene en el dolor de los obje-

cidio del escritor japonés Yasunari Kawabata. En

tos tras ser abandonados por sus dueños al mo-

cualquiera de los casos, se trata de buscar el sen-

mento de ser detenidos. El poemario cierra con el

tido a las palabras ante la fragilidad y caducidad

siguiente poema: “Le pido al dios de lo perdido,

de todas las realidades: “La ‘volátil tela de araña’

pequeño dios / del despojo, dios vacío, que cuide

o ‘las caducas flores de cerezo’ […] están ahí para

de tus cosas, / las abrace”10.

recordarnos que nada ni nadie escapa a la fuga-

Esa nostalgia, producto de un recuerdo dolo-

cidad”13. Ferrada cuenta que mujōkan es un tér-

roso que emana de las cosas y las personas, atra-

mino que le otorga cierto sentido a dicha fragi-

viesa también Diario de Japón. Esta obra es, sobre

lidad. Este es un concepto vinculado al budismo

todo, un relato personal de su relación con Ja-

que alude, precisamente, a que el “sentimiento

pón, construida sobre la base de lecturas, viajes y

profundo de impermanencia de las cosas”14 y la

amistades. Por eso, se trata

destrucción a la que está so-

de un ejercicio introspecti-

metida toda la realidad es

vo sobre algunos momen-

también algo hermoso. Al

tos claves de su vida, como

Uno de los elementos más

la muerte de su abuela, el

notables en la obra de Ferrada es

dolemos tanto por el paso

tiempo de la escritura de su

que esta mirada que construye

del tiempo, el cambio o la

tesis en literatura japonesa, sus conocimiento de la cultura nipona o sus múltiples

su ‘habitación en el mundo’ es siempre la de la infancia.

trabajos con niños, desde

percatarnos de eso, no nos

muerte, sino que somos capaces de encontrar belleza en esa pérdida e integrarla en nuestras vidas.

cuidar a un grupo de pequeños con diferentes

Con esto en mente, nos percatamos de que la

enfermedades o discapacidades, hasta visitarlos

infancia también está sujeta a la temporalidad.

en sus colegios y leerles uno de sus poemas.

Esa mirada propia del niño, que lo observa todo

Ya en las primeras líneas de Diario de Japón, Fe-

con asombro atento y a partir de la cual comienza

rrada nos relata la historia de un hombre que “se

a nombrar el mundo, se disipará y terminará por

despide de la vida y decide comenzar por su bi-

extinguirse una vez que pasan los años y se entra

blioteca”11. A partir de eso, escribe: “Me pregun-

a la adolescencia. Es una mirada mucho más cer-

to si el gesto de vaciarla tendrá algo que ver con

cana de lo que sospechamos al sufrimiento, pero

la necesidad de liberarse de las palabras”12. Esta

que no deja de observarlo todo desde la pers-

será una pregunta presente a lo largo de todo el

pectiva de ese momento vital donde se juega,

relato y que irá cobrando diversos matices se-

se nombra y se descubre el mundo. Por último,

gún su contexto. La pregunta por las palabras se

es también una mirada con fecha de término,

formula de maneras diferentes según se trate del

a menos que se la conserve en las palabras y el recuerdo.

10 María José Ferrada, La tristeza de las cosas (Santiago: Amanuta, 2017), 14. 11 Ferrada, Diario de Japón, 9.

13 Ibid., 25.

12 Ibid., 9.

14 Ibid.

María José Viveros es licenciada en literatura de la Universidad de los Andes y magíster en literatura de la Universidad de Chile. Es profesora de lenguaje y fundadora de la editorial infantil Cadena de Reloj. 122


123

123


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

En 1938, el joven profesor vienés de ciencia de Ciencia Política de la Universidad de

política, Eric Voegelin, emigró a Estados

Múnich, donde permanecería por una década,

Unidos tras la anexión de Austria por parte del

hasta los eventos descritos en la entrevista

nacionalsocialismo. Ahí haría una carrera en

que aquí reproducimos. El evento que origina

un comienzo discreta, trabajando por años en

la conversación es en cierto modo sencillo.

una historia de las ideas políticas que nunca

En noviembre de 1968, la “cazanazis” Beate

publicó. En 1952, sin embargo, alcanzó fama

Klarsfeld propinó una bofetada pública al

con la publicación de La nueva ciencia de

entonces Canciller de Alemania, Kurt Georg

la política, un libro que se haría célebre por

Kiesinger, denunciando el pasado nazi del

su interpretación del totalitarismo como un

mismo. Pero era también el año de la revuelta

resurgimiento de las corrientes gnósticas de

estudiantil, y Voegelin se veía crecientemente

la Antigüedad tardía. Según Hannah Arendt,

atrapado entre la cerrazón mental de los

aunque disentía profundamente del libro,

distintos polos del espectro político. Es ese el

era “la primera discusión fundamental de los

clima en el que decide dejar Alemania para

problemas reales desde Max Weber”. Todavía

desarrollar la etapa final de su carrera en

hoy, cuando se interpreta fenómenos políticos

Stanford. Voegelin, quien en vida concedió

mediante categorías religiosas —en el estudio

pocas entrevistas, dialoga en ese contexto con

del apocalipticismo, el utopismo, la política

el vespertino muniqués Abendzeitung, donde

identitaria y un sinfín de asuntos más— su

se refiere a la crisis de la autoridad intelectual

obra continúa siendo un punto de referencia.

y al estrecho espacio de libertad espiritual

En 1958, Voegelin volvería a Alemania precisamente a ocupar la cátedra de Weber, vacante desde 1920. Ahí fundaría el Instituto

124

e intelectual que va quedando en un país polarizado.


Tras once años de enseñanza en la Universidad

es que un miembro prominente del partido

de Múnich, usted deja Alemania. ¿Hay un deno-

nacionalsocialista pudo llegar a ser represen-

minador común de su experiencia en la socie-

tante de la República Federal sin discusión. Es

dad alemana?

alarmante que miembros del partido nacionalsocialista puedan asumir cargos públicos con

Cuando llegué hace once años a Múnich, se podía

aceptación de la ciudadanía.

percibir algo así como apertura a una disposición democrática. Desde entonces hasta ahora se pue-

¿Qué es lo que usted cree debería haberse hecho

de percibir un marcado deterioro de la situación

en 1945 para que no volvieran nazis a puestos

política e intelectual. Se han endurecido las posi-

de responsabilidad?

ciones a la izquierda y la derecha, y el problema de una democracia en realidad no ha sido pensa-

Si hubiese existido un grupo radicalmente de-

do. Hoy puede volver a hablarse del predominio

mocrático, este podría haber impedido, si fuese

social de aquellas capas que durante la República

necesario con la fuerza, la reaparición de este

de Weimar provocaron la catástrofe nacionalso-

tipo de figuras. Pero tal tipo de grupo no ha teni-

cialista. Un par de nacionalsocialistas radicales

do relevancia social.

y violentos no son un problema, de ellos podría uno fácilmente hacerse cargo. Pero el grueso de

Pero hoy hay estudiantes radicales, ¿no cree

la población, que o bien eligió a Hitler o fue inca-

que de ellos pueda emerger una democratiza-

paz de resistencia alguna, no ha experimentado

ción de nuestra sociedad?

transformación notoria alguna. No, eso no lo creo, porque ese tipo de democrati¿Cómo interpreta en este contexto la bofetada

zación requeriría por parte de los estudiantes un

de Beate Klarsfeld al miembro del partido na-

actuar racional y una ininterrumpida cultura del

cionalsocialista Kurt Georg Kiesinger?

common sense. En Alemania no existe ninguna de esas dos cosas.

No es la bofetada lo interesante. Esta podría ser un problema psicológico individual. Lo decisivo

125


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

¿Cree que a partir de la radicalización de iz-

o revolucionario. Pero pocos catedráticos están

quierda y derecha pueden desarrollarse condi-

hoy en tales condiciones en Alemania.

ciones análogas a una guerra civil? ¿Un alumno tiene que poseer competencia Ese tipo de condiciones están dentro del rango

científica para dudar de la autoridad de un pro-

de lo posible, pues no hay lugar para concesiones

fesor alemán?

por parte de los jóvenes radicales. Tampoco tienen motivo para tales concesiones, cuando en la

Para dudar de una autoridad inexistente no se

derecha y el centro no se ofrece alternativa algu-

requiere competencia alguna.

na, pues falta la sustancia que podría sustentar tal alternativa.

¿Cree usted que la universidad alemana está en condiciones de reformarse a sí misma?

¿Se encuentra también ahí la causa de la pérdida de autoridad de los profesores alemanes, que

Los problemas de organización y estructura en

podría ser corresponsable de la radicalización

principio son solubles, aunque también esto

de los estudiantes?

costaría mucho dinero, tiempo y esfuerzo. Pero con cambios estructurales no se modifica nada

Los jóvenes estudiantes caen en sus necias dis-

del problema fundamental: el vacío de autoridad

posiciones anarquistas porque por parte de los

espiritual.

profesores no se les ofrece alternativa alguna, ni siquiera una que pudieran rechazar. La explica-

Desde 1958 usted ha levantado el Instituto de

ción se encuentra, en parte, en que la capa supe-

Ciencia Política con algunos acentos peculiares.

rior de la universidad fue o bien exterminada por

¿Qué rasgos caracterizan a este Instituto?

los nazis o movida a la emigración. Las mentes importantes que todavía había en los años veinte

Al llegar en 1958 a Múnich sistemáticamente

en Alemania no pudieron formar nuevos discí-

procuré crear el Instituto a imagen de un De-

pulos. La capa inferior de docentes que se for-

partamento de una universidad norteamerica-

mó bajo esas condiciones domina todavía hoy

na. Primero había que educar como cientistas

las universidades. No tiene nada que ofrecer que

políticos a personas provenientes de distintas

pudiera ser aceptable para una persona joven y

disciplinas. Fue posible formar un grupo de jóve-

enérgica de hoy que esté buscando orientación

nes científicos que trabajaban juntos de manera

espiritual.

democrática. En ese tipo de grupo no existe una autoridad incuestionable del catedrático, pues

¿Qué opina de los intentos por construir una

cada uno es responsable de realizar trabajo pro-

nueva autoridad de la universidad, que reem-

pio de modo responsable. El Instituto es creación

place a su antigua autoridad?

mía solo en el sentido de directivas en esa dirección. El trabajo real en términos de creación de

La autoridad no es algo que se pueda construir ni

la biblioteca y selección de los problemas es obra

desmantelar. Se la tiene o no se la tiene.

de los profesores asistentes. Este grupo ahora se disuelve, pues bajo las condiciones de una

¿Un profesor debe permitir que se le discu-

universidad alemana –porque en esto las otras

ta, dejar que su propia autoridad sea puesta en

universidades están en la misma condición que

cuestión?

Múnich– no se tolera el trabajo de cientistas políticos a un nivel internacional. Especial rechazo

Evidentemente. Es para eso que existe la univer-

generó el hecho de que instaláramos una división

sidad. Cada profesor tiene que estar en condicio-

para estudios políticos de Asia oriental, la India y

nes de responder de modo competente los cues-

el Islam, para estudios del antiguo oriente, etc.

tionamientos de un estudiantado radicalizado

En la Alemania de hoy, por lo que respecta a los

126


círculos académicos más jóvenes, puede hablarse de un agresivo provincialismo, que detesta los logros altamente calificados. ¿Ha sido así aniquilado el Instituto que levantó? De ningún modo. El Instituto ha sido un éxito inusual. Publicamos una gran colección de monografías en la editorial List, con cuatro volúmenes el año pasado y seis el próximo. Además de esto, los investigadores más jóvenes han organizado una gran Historia del pensamiento político, que será publicada en sesenta volúmenes a lo largo de quince años. Y estos jóvenes investigadores, con la preparación que ya tienen, no tendrán problema en encontrar posiciones académicas en otro lugar, aunque no necesariamente sea en Alemania. Es una federación de personas que, en parte bajo mi dirección desde Stanford, continuará realizando su trabajo científico. ¿Cuál es su pronóstico para la República Federal de Alemania? Entre los necios que han permanecido de la tradición y los necios apocalípticos de la revolución, la situación de Alemania es muy difícil. El espacio de la libertad espiritual, que es un espacio históricamente condicionado, no existe en Alemania como en los restantes países de Europa occidental y Estados Unidos; o al menos es tan estrecho, que uno no puede moverse en él de un modo que sea socialmente efectivo. Abendzeitung 15/16 de febrero de 1969.

127


LORE M IPS U M. E NSAYO

La putrefacción de la “primavera de Chile” y el mal absoluto LUCY OPORTO

128


El niño me causa espanto, ya no es aquel querubín. Ayer jugaba a la ronda, hoy juega con un fusil. No hay ninguna diferencia entre niño y alguacil, soldados y polvorín. Violeta Parra, Santiago, penando estás (ca. 1963)

Desfondamiento conceptual

L

a realidad en toda su envergadura: concebible

y “política”, entre otros. “Desfondamiento con-

e inefable, visible e invisible, externa e interna,

ceptual”, por cuanto su referente, significación

objetiva y subjetiva, temporal y espacial, con-

y encarnación se han ido tornando ininteligi-

creta y abstracta, material y espiritual, supera en

bles, conforme la anomia, la incertidumbre y la

fuerza, irradiación y traumatización a las facul-

descomposición generalizada se radicalizan y

tades cognitivas. Dada su oscuridad y misterio,

emancipan en Chile, casi al modo de fuerzas au-

se resiste a ser conocida y comprendida por la

tónomas e inhumanas.

mente humana.

Esta dificultad para siquiera esbozar un deter-

Con las escaladas de violencia, trituraciones y

minado entendimiento o significado de dichas

proliferaciones seriadas de elementos aparen-

expresiones en su fondo es ya, por sí misma,

temente inconexos en esta pendiente al abismo,

un índice de la crisis en curso, de su desgaste

ha ido produciéndose lo que pudiera ser descrito

o quizás la culminación o consolidación de su

como una especie de desfondamiento conceptual,

monstruosidad. Pero no se trata de un problema

conducente a un vacío del pensamiento. Tal es

relativo a su documentación o estudio, ni de más

el caso de términos que comprometen el desti-

o menos lecturas, sino de un vacío que irradia

no de Chile: “pueblo”, “popular”, “sociedad”,

como una brotación de lo siniestro: una tensión,

“social”, “patria”, “nación”, “Estado”, “colec-

una actividad y un sonido sin imagen.

tivo”, “comunidad”, “comunitario”, “político”

129


LORE M IPS U M. E NSAYO

No hay paz La permanente veleidad de Boric —“voluntad

lenguaje en curso, servil a la estetización de la

antojadiza o deseo vano”, “inconstancia, ligere-

barbarie desplegada desde octubre de 2019. Bo-

za”— y la discusión parlamentaria posterior al

ric actúa como Nerón, cantando y tocando la lira

4 de septiembre de 2022 conforman una misma

mientras Roma se incendiaba. ¿Es que ningún

escena: la descomposición final de la llamada

poeta alzará su voz ante semejante ignominia?

clase política y, en particular, de la izquierda,

Dirigiéndose a Aylwin, Armando Uribe afirmó:

en su deriva postmoderna. Es una continuación, por otros medios, del proceso de disolución y co-

Eran necesarios hombres, cuando el dictador

rrupción moral y espiritual iniciado ostensible-

se decidió a transmitir el mando, que tuvie-

mente en octubre de 2019: la barbarie sigue ahí,

ran apostura moral de patriarcas del viejo

irreductible, latente y manifiesta. La clase políti-

Testamento, y no aspecto de caballeros chi-

ca se extingue, en medio de discusiones ininteli-

lenos bondadosos y acomodaticios.

gibles. NO HAY PAZ.

El formato enorme de lo que había ocu-

Vistas en retrospectiva, las decadentes cir-

rrido en Chile era para personas grandes por

cunstancias actuales indican que Boric apoyó el

dentro. No para gente “en la medida de lo

Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución

posible”.

del 15 de noviembre de 2019 no en favor de la paz

El bien no es solo el de los benignos.

—que no ha existido, tampoco desde que él asu-

Maritain, citado por Aylwin, dice que el

mió el mando—, sino para pasar de contrabando

justo tiene autoridad con prescindencia del

los instrumentos que le hubiesen permitido a él

poder.

y su horda desplegar su poder e instalar un ré-

El poder pequeño, es lo que se puede aho-

gimen capaz de reproducirse en el futuro endo-

ra, lo posible.

gámicamente y sin grandes cambios, como han

No hay justos en la medida de lo posible.

sostenido algunos: una Constitución similar a la

No hay justicia en la medida de lo posible,

de 1980, en su impronta dictatorial, pero encu-

ni verdad a la medida, ni reconciliación y

bierta por una dulce y manipuladora preocupa-

amor mesurados por el metro de lo que “se

ción por “el pueblo” o “las mujeres cuidadoras”.

puede”.

El ascenso al poder de Boric es, cabalmente, un

Usted, con todo, se consideró el hombre de

producto de la barbarie retroalimentada por el

lo posible. Lo dijo respecto a valores y juicios.

lumpenconsumismo, el octubrismo y la izquierda

Tampoco se le puede pedir que haya sido

postmoderna. Hasta ahora no ha hecho más que

santo. Justo no más, justo con minúscula.

denigrar la dignidad de su cargo, con su velei-

Era también demasiado pedir1.

dad y ese travestismo de las identidades que lo habitan —un día, Allende; otro día, Aylwin—, o citando poemas como parte de su mise en scène sin alma: una muestra más de la corrupción del

130

1

Armando Uribe, Carta abierta a Patricio Aylwin (Santiago: Planeta, 1998), 66-67.


Uribe apela a valores y virtudes superiores: jus-

realizadas. Tales afanes se aproximan, en su re-

ticia, verdad, amor, reconciliación, grandeza in-

iteración, a una invocación ritual del pasado: si

terior, y su encarnación a través de los justos y

acaso una remota forma de purificación, en un

la autoridad espiritual que los sostiene y a la que

horizonte constructivo y reflexivo. Pero, dada

se deben. De ahí, su mención del Antiguo Testa-

la putrefacción reinante, esa vuelta al pasado

mento, en que el don del Espíritu solo era confe-

se agotará en su propia inmanencia sin destino,

rido a los profetas y a unos pocos, luego de haber

dado que ni el gobierno de Boric, ni la clase polí-

sido purificados. Se trata de valores y virtudes

tica, ni la población chilena, están a la altura de

que cada vez tienen menos presencia en la cul-

las exigencias de una transformación interior en

tura: defenestrados no solo por la clase política,

busca de la verdad, más allá de las endogamias

sino también en universidades y otros ámbitos

particulares y el imperio de la sociedad de con-

culturales, ante el avance parasitario de las ti-

sumo, salvo excepciones. En consecuencia, dicha

nieblas postmodernas, con su tiranía de las modas

invocación podría coincidir con otra catástrofe

rentables y sus adeptos oportunistas.

nacional. Y entonces, si fuese el caso terrible que

M. E. Orellana Benado describe la ideología de

llegase a suceder otro golpe de Estado, una gue-

Allende como sucesora de “los ideales ilustrados

rra civil abierta o un acontecimiento equivalen-

en la versión masónica que son un hilo de con-

te, ¿qué hará Boric? ¿Se suicidará en La Moneda

tinuidad en Chile desde los próceres de la Inde-

imitando a Allende en fidelidad a la dignidad de

pendencia y la república autoritaria en la primera

su cargo? ¿O se acomodará a la medida de lo posi-

mitad del siglo XIX, hasta los

ble, como una muestra más de

partidos liberal, radical y so-

su travestismo?

cialista en el siglo XX. Esto es,

El Acuerdo por Chile, firma-

la confianza ilustrada en la ra-

Uribe apela a valores y

do el 12 de diciembre de 2022,

zón y la educación como ins-

virtudes superiores: justicia,

luego de largas, frágiles e in-

trumentos de cambio social; la valoración de la igualdad y de la ley; y, finalmente, una con-

verdad, amor, reconciliación, grandeza interior.

cepción humanista y mesiá-

trincadas negociaciones entre oficialismo y oposición, daría comienzo a un segundo proceso constituyente mediante

nica de la política”2. De ahí que lo considere un

una nueva reforma constitucional. Así, este “di-

heredero, “en clave secular”, de la concepción

sociador proceso de experimentación constitu-

judeocristiana “de la vida buena y las formas de

cional” iniciado hace tres años, en términos de

trato entre seres humanos”, y como “el último

Sergio Muñoz Riveros4, se extendería durante un

ilustrado de la política chilena”3.

año más. Los doce puntos propuestos como base

En cambio, Boric y lo que representa —el lum-

parecieran ser un límite razonable y civilizado,

penconsumismo, el octubrismo, la izquierda

en principio. Pero nada asegura que, en medio

postmoderna, y los intentos de refundar Chile

de su larga deriva laberíntica y confusión de las

como en un laboratorio de entomólogos— son la

lenguas, dicho proceso no se convierta en otro

negación de estos valores: desprecian la razón,

intento de pasar de contrabando un nuevo ins-

la educación, los ideales ilustrados y la concep-

trumento que permita a Boric y su horda desple-

ción judeocristiana, que son parte de ese “hilo de

gar su poder, en orden a instalar aquel régimen

continuidad” histórico.

que dé cumplimiento a sus deseos y expectativas.

Aun así, las anunciadas ceremonias y conme-

Peor aún: el 30 de diciembre de 2022, mien-

moraciones oficiales por los cincuenta años del

tras se llevaban a cabo negociaciones entre

golpe de Estado y la muerte de Allende, serán

2 M. E. Orellana Benado, “Allende, alma en pena”, en Allende Allende (Santiago: Cuatro Vientos, 2002), 90. 3 Ibid., 90-91.

4 Sergio Muñoz Riveros, “A dónde irá a parar el nuevo proceso constituyente”, Ex-Ante, 25 de diciembre de 2022. https://www.ex-ante.cl/a-donde-ira-aparar-el-nuevo-proceso-constituyente-por-sergio-munoz-riveros/

131


LORE M IPS U M. E NSAYO

oficialismo y oposición para un Acuerdo Nacio-

Enquistados en instituciones universitarias

nal por la Seguridad, Boric dio a conocer su deci-

públicas y privadas, y en otras organizaciones

sión de indultar a doce delincuentes condenados

con aspiraciones culturales, algunos hablan de

—algunos, con prontuario policial—, en el marco

filosofía con neologismos y metáforas espurias,

de la asonada de octubre de 2019, y a un exfren-

repetidos al modo de un mantra secularizado

tista ajeno a esta escena. Su decisión demuestra

hipnótico y engañoso que se expande como mera

que su actitud moderada y dialogante siempre

imitación seriada —sobre todo entre quienes

fue una impostura, y que mintió desde el princi-

no provienen de la filosofía—, y en que el pen-

pio, pues NUNCA ha abandonado el octubrismo.

samiento acaba aniquilándose gozosamente: ni

Es su justificación retrospectiva de la barbarie y

hechos, ni evidencias, ni realidad, ni compren-

el lumpenconsumismo, casi una emboscada. Y

sión, ni inteligencia espiritual. Solo sospecha, de

es una burla siniestra. Pero corresponde al único

entrada, y carnicerías a muerte por el llamado

elemento estable dentro de su veleidad: su com-

campo cultural, equivalentes a cuotas de mise-

plicidad con la violencia. En efecto, su actitud es

rable pequeño poder: ni amor, ni belleza, ni ino-

la de un saboteador de las instituciones —em-

cencia, ni Espíritu. Solo escalamiento, rentabi-

pezando por la Presidencia—, cuyo único centro

lidad y sorna antimetafísica, desplegados desde

es, paradójicamente, su nigérrima legitimación

ambiciosas e inamovibles instalaciones.

de esa destructividad, dentro del marco de la ley.

Esa institucionalidad académica dominada por

No es un Presidente, sino un agente desestabili-

las tinieblas posmodernas, para la que ni los in-

zador del país, quizás en el horizonte de un pre-

dividuos ni la realidad existen, también tiene por

tendido proceso revolucionario y refundacional,

aliado a cierto anarquismo que opera al modo de

conducente a la instalación de dicho nuevo régi-

la sociedad de consumo, reivindicando la utiliza-

men endogámico y en familia.

ción conveniente del otro en su “lucha contra el

Si el indulto particular es una facultad pro-

Estado (violador)”, mientras ostenta una auto-

pia del Presidente, entonces la responsabili-

complacencia tribal y barrabrava —tal como en-

dad última de las consecuencias de tal decisión

tiende esta expresión Juan Cristóbal Guarello: en

es suya. Así, Boric relativiza y legitima tanto la

función del poder y el dinero5—. Es una impos-

anomia como el privilegio de la impunidad de los

tura de marginalidad cínica e indolente de prin-

amos, propio de las dictaduras y su posteridad

cipio a fin, encubierta, a veces, por cierta cor-

envenenada, uno de cuyos productos ha sido

dialidad despectiva y de doble vínculo, propia de

la lumpenización de la izquierda en su deriva

psicópatas y mafiosos: lumpenesca, matonesca

postmoderna. La autoexhibición reivindicativa

y vulgar, por mucho que algunos de sus agentes

y barrabrava del indultado “rodriguista” Luis

hayan estudiado en universidades extranjeras y,

Castillo es un prototipo de esta putrefacción. En

en no pocos casos, sus sueldos sean financiados

consecuencia, tal decisión es un índice de que

por el Estado.

tanto la institución de la Presidencia de la Repú-

Una última muestra de dicha putrefacción

blica como la gobernabilidad de Chile están ame-

intelectual, con instintos aspiracionales en el

nazadas desde dentro.

mercado de la transgresión y provocación posmodernas, coincide con el reciente hallazgo

Tinieblas postmodernas

y difusión de dos tesis de grado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Univer-

En el mundo de la izquierda postmoderna, es

sidad de Chile, que reivindican la existencia de

posible observar un comportamiento como de

una supuesta sexualidad infantil, entienden a

pandillas lumpenfascistas, en que un líder esca-

los niños como sujetos sexuales con capaci-

lador conduce a un grupo de esbirros a su ima-

dad deliberativa e iniciativa sexual —contra el

gen y semejanza, desde la promiscuidad de lo indiferenciado y sin bordes: un líder con su horda de perros o caterva de monstruos linchadores.

132

5 Cf. Juan Cristóbal Guarello, País barrabrava (Santiago: Debate, 2021).


“adultocentrismo” o el “adulto militante”, y en

detrimento de materias consideradas inútiles e

favor de su “autonomía” y goce infinito— y vic-

improductivas por el mercado académico y sus

timizan al pedófilo distinguiéndolo del pederas-

mafias. Asimiladas como un objeto de consu-

ta, como si no existiese ninguna relación de con-

mo más, y en no pocos casos gracias a las Becas

tinuidad entre estos. El foco propagandístico y

Chile, sus glosolalias vacías solo se relacionan

militante de ambas tesis —que están lejos de ser

consigo mismas, a través de una hipertrofia

puramente teóricas— es, por un lado, la sexuali-

autorreferente del discurso, sin sentido de sus

zación de la infancia, en cuanto “construcción”

límites epistemológicos, y abocada a la mera se-

alternativa de la niñez a discreción. Y, por otro,

ducción, persuasión y captación de clientes. ¿Qué

su justificación e instrumentalización perversas

harían sus esbirros si tuvieran todo el poder?

per se, cuyo horizonte implícito es la relativiza-

En cuanto excrecencia de una instintividad

ción, legitimación, normalización y liberación de

sin espíritu, tal vez esta proliferación seriada,

tales prácticas criminales6.

en particular, iniciada años antes de 2019, sea

Es dudoso que exista una auténtica libertad de

parte estructural de un modelo para ejecutar

cátedra, ya que las tinieblas posmodernas han

planificadamente una destrucción, en el lar-

expandido sus tentáculos en varios niveles, en

go plazo, de los últimos vestigios de un sentido espiritual y de lo humano, conducente a la implementación de tal nuevo régimen: el de una huma-

6 Cf. Mauricio Quiroz Muñoz, El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo (2020). Prof. Marcia Ravelo Medina. Leonardo Arce Vidal, Pedófilos e infantes. Pliegues y repliegues del deseo (2016). Prof. Olga Grau Duhart.

nidad decapitada que se plazca en la mutilación pornográfica de sus “cuerpos” —a falta de alma y espíritu—, junto con el fin de toda inocencia y

133


LORE M IPS U M. E NSAYO

una renuncia voluntaria a la capacidad de pensar

multitienda. Tal pseudoespiritualidad para con-

la realidad en toda su traumatización.

sumidores oportunistas y carroñeros entraña un

Esta es la antesala del fascismo y un triun-

fondo negro y psicopático, una de cuyas imáge-

fo postrero de la dictadura, debido a su carác-

nes es la sola disposición de esos descuartizado-

ter totalitario y nivelador de tierra arrasada. La

res y devoradores de animales muertos abando-

destrucción de la educación pública, del pen-

nados, prestos a la depredación y el saqueo.

samiento y de la política, cuya ejecución por la

¿Rendían culto a la Virgen, o a alguna oscura

dictadura fuese una de sus normas con arreglo a

deidad de la barbarie, la vileza y la abyección?

fines, vuelve a hacerse patente en esta hora, des-

¿Acaso el pago por el favor concedido era ese

de la abyección, la lumpenización, el oprobio y

sórdido sacrificio de la yegua?

la ruina moral y espiritual del Chile progresista

Esta es una imagen del vacío espiritual de Chi-

y postmoderno del siglo XXI: el de la ignominio-

le, aún más atroz al contrastar su cruenta de-

sa juventud instalada en el poder, incubada pro-

formidad con la tradición del canto a lo poeta,

miscuamente durante la postdictadura.

principal referente y fuente de pensamiento de Violeta Parra: “Basta con conocer un verso a lo

Tristísima yegua

divino para conocer el espíritu fino, sabio y delicado del cantor chileno”8. En efecto, sin el cultivo

Con ocasión de la peregrinación al Santuario de

de una transmisión espiritual y sapiencial como

Lo Vásquez, cuya festividad se celebró el 8 de

esta, el vacío del alma es y será el único destino

diciembre de 2022, el idolatrado “fervor popu-

de las masas, capaces de satisfacerse solo en la

lar” mostró su fondo negro, como si de pronto

destrucción y, a la postre, en la autodestrucción:

un mundo paralelo hubiese brotado, haciendo

ni sacralidad, ni sentido de la trascendencia o del

patente la imagen secundaria y siniestra de una

misterio. Ni Dios, ni Espíritu, ni Luz, ni Verdad,

barbarie latente, pero constante. Esa festividad,

ni Vida.

que ha devenido otro hito de la sociedad de con-

Dicha profanación es otra variante de la ins-

sumo, produjo toneladas de basura —como en

tintividad sin espíritu brotada en Chile con fuer-

ocasiones anteriores—, lo cual ya es un acto bar-

za en octubre de 2019, cuyo fuego negro que arde

bárico y decadente por sí mismo. Pero, además,

pero no brilla permanece latente y manifiesto

una yegua murió cerca del santuario, debido a

hasta ahora, como una línea paralela o una epi-

la fatiga muscular, la deshidratación y el estrés

fanía infernal que acechara desde la zona terror

térmico, provocadas por el extenso viaje al que la

de algo obsceno, descarnado, enorme: una des-

forzó su amo, tan devoto, espiritual y fiel a Dios.

cripción limitada e insuficiente de un sujeto in-

Este huyó, abandonando a su tristísima mascota

determinado y oscuro. Tal vez, lo absolutamente

inútil a un costado de la carretera, mientras un

siniestro, o un trasunto del mal absoluto.

grupo se disponía a faenarla. Sin embargo, esta

A propósito del libre albedrío y el segundo or-

acción no llegó a consumarse, ya que personal

den de la criatura racional; esto es, los demonios

municipal retiró su cadáver7.

o potencias contrarias, Orígenes de Alejandría

Muchos feligreses suelen participar de esas

(s. III) observa que este “se dio tan a fondo a la

peregrinaciones ofreciendo y pagando mandas

maldad, que más que no poder, no quiso retro-

con un fervor de consumidores insatisfechos,

ceder, dado que el furor por la perversidad llegó

conforme a la relación de negocios que han

a ser una avidez que deleita”9. Por lo tanto, tal

decidido establecer con Dios, como si estuviesen en el mismo nivel. Son comparables a las hordas que concurren ansiosas a la inauguración de una

7 Daniela Salgado, “’Tú haces la manda, no tu caballo’: anuncian querella por muerte de yegua en Santuario Lo Vásquez”, 07/12/2022, Biobio Chile.

134

8 Entrevista a Violeta Parra por Mario Céspedes, para Radio Universidad de Concepción. 5 enero de 1960, en el marco de la VI Escuela Internacional de Verano, Universidad de Concepción. 9 Orígenes de Alejandría, Sobre los principios. Introducción, texto crítico, traducción y notas de Samuel Fernández (Madrid: Ciudad Nueva, 2015), I. 8. 4.


profundización en la maldad fue una decisión

psicopatización, voluntad de matar. Depaupera-

voluntaria de los demonios, en cuanto criatu-

ción. Aniquilación programada de la infancia.

ras racionales, ya que no fueron creados malos

Autodestrucción carnavalesca. Sicariato. Narco-

por naturaleza. Y ese “furor por la perversidad”

fascismo. Extinción de lo humano. Depredación y

que “llegó a ser una avidez que deleita” bien pu-

maldad sin límites. Barbarie.

diera ser interpretado hoy en Chile como refe-

Las tinieblas posmodernas proliferantes, con

rido a la sociedad de consumo, los psicópatas y el

sus intelectuales lumpenfascistas enquistados

crimen organizado: la trilogía infernal, dado que

tanto en instituciones reconocidas como en es-

sus elementos se retroalimentan entre sí, en su

pacios marginales, son la frontera negra de lo ili-

promiscuidad tendiente a lo indiferenciado, in-

mitado que contenía el germen monstruoso o el

tensificando así crecientemente su poder, su vo-

antiprincipio de la putrefacción de la “primave-

luntad de envilecimiento y su maldad.

ra de Chile”: traición, nivelación, arrasamiento,

Madre terrible, disolución e instintividad sin espíritu:

cálculo,

estrategias,

pornografía, imperio de la muerte. Cabalmente,

manipulación,

la impronta del gobierno de Boric y su horda, con

mentiras, hipocresía, cinismo. Figuración y ga-

su voluntad refundacional, quizás dando inicio a

nancia, a costa de lo que sea y de quien sea. Re-

ese nuevo régimen de cuerpos que se plazcan en

laciones instrumentales desechables y por mera

su autodestrucción y abyección, como si su eslo-

conveniencia, funcionales al escalamiento y la

gan o mantra oculto hubiese sido desde siempre:

sobrevivencia. Oportunismo, impostura, frivo-

“Chile y su historia comienzan con nosotros, y

lidad. Mala fe, traición, impunidad, nivelación

terminarán con nosotros”.

arrasadora como los incendios y las hordas. Negligencia, desidia. Destrucción del lengua-

Valparaíso, octubre 2022-enero 2023

je. Odio cada vez menos encubierto: voluntad de

Lucy Oporto Valencia (1966) es ensayista e investigadora independiente. Es licenciada en filosofía por la Universidad de Valparaíso y estudiante del doctorado en filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Entre sus últimas publicaciones se encuentran los libros Los perros andan sueltos. Imágenes del postfascismo (USACH, 2015) y He aquí el lugar en que debes armarte de fortaleza. Ensayos de crónica filosófica (Katankura, 2021).

135



E

n 1965, el escritor chileno Jorge Teillier pu-

descriptiva, significa que los poetas de los la-

blica un ensayo fundamental titulado “Los poe-

res deben ejercer un “realismo secreto”. Deben

tas de los lares. Nueva realidad de la poesía chi-

entender el mundo como un depósito de signi-

lena”. En él utiliza, por primera vez, el concepto

ficados y símbolos ocultos. En palabras de Mario

de “poesía lárica” y comienza a dar forma a una

Benedetti: “Su designio parece ser la captación

corriente creativa que, de un modo más intuiti-

instantánea de la naturaleza, esa fracción de se-

vo que consciente, había adquirido relevancia en

gundo en el que la naturaleza improvisa una ar-

el ámbito artístico nacional. El texto incorpora

monía efímera condenada a no repetirse jamás”2.

dentro de los llamados “poetas de los lares” a

Frente al caos del mundo moderno, los poetas

una serie de jóvenes, mayoritariamente de pro-

de los lares tienen la obligación de conservar el

vincias, que, a juicio de Teiller, habían tenido la

sentido de las cosas y resistir la invasión de un

valentía de “afrontar” la obra de los “poetas ma-

mundo mecanizado y estandarizado, donde “el

yores” y escribían del origen, del lar y de la Fron-

habitante de nuestro país pierde su individua-

tera. Eran jóvenes que tomaban conciencia de las

lidad”. Teillier optará por levantar un espacio

preguntas de la época y respondían utilizando

“para habitar”, construido o reconstruido a par-

la palabra como instrumento y sin transformar

tir de la memoria de la infancia y la adolescen-

la poesía en filosofía, política o religión. Los

cia. La poesía será el lazo entre pasado, presente

poetas láricos buscaban recuperar los sentidos

y futuro y aspirará a expresar dicha unión como

ahogados por una poesía desligada del contacto

una alternativa viable de cambio.

humano y revolucionaban las jerarquías existentes entre el hombre, los animales, la naturaleza y

Tú sabías que la poesía debe ser usual como

los seres inanimados, postulando la hermandad

el cielo que nos

del hombre con las cosas y una imprescindible reinserción de este a la tierra y el paisaje.

desborda, que no significa nada si no permite al hombre acercarse y conocerse.

Esa vieja voz nos hace reintegrarnos a la tierra,

La poesía debe ser una moneda cotidiana y debe estar sobre todas las

Allí donde nos reuniremos, desapareceremos,

mesas como el canto de la jarra de vino que ilu-

Y descubriremos, por un momento,

mina los caminos del

Que podemos lograr una muerte perfecta.

domingo3.

Una muerte perfecta como un cántaro . 1

Esta vuelta a la tierra, lejos de representar un regreso a la poesía naturalista, detallista o

2 Mario Benedetti, “Poesía chilena entre dos fuegos”, en Letras del continente mestizo (Montevideo: Arca, 1969), 228.

Jorge Teiller, El cielo cae con las hojas (Santiago: Alerce, 1958), 23.

3 Jorge Teillier, Muertes y maravillas (Santiago: Universitaria, 1971), 81.

1

137


Fotografía: Jorge Aravena Llanca. Archivo Universidad de La Frontera.

El agua, el pan, los árboles, el viento, los ríos y

fuese, a su propia visión del mundo, por reduci-

la lluvia serán, entre otros, imágenes que aflo-

da que pareciera; a las palabras que les sonaran

rarán una y otra vez en sus versos. Revestido de

menos retóricas, más genuinas, más incanjea-

una nueva naturaleza, lo cotidiano se convertirá

blemente suyas”4, sostiene Benedetti.

en un vehículo capaz de dirigirnos al misterioso

Esta necesidad de desmarcarse del pasado es

mundo tras las cosas, propiciando una recupe-

lo que, en palabras de Harold Bloom, podría-

ración de los sentidos que permita recibir, lim-

mos llamar la “angustia de las influencias”:

piamente, la admiración de las maravillas del

“todo poeta es un ser atrapado en una relación

mundo. Lo mismo ocurrirá en el plano de las

dialéctica (…) con otros poetas”5. En este juego

emociones. Se trata de sentimientos ni heroicos

de cercanías y distancias, resulta interesante ob-

ni trágicos, sino usuales y cotidianos que iden-

servar los lazos, a veces sinuosos, entre el poeta

tifican al hablante con su conflicto y su batalla.

lárico y sus antepasados poéticos para comprobar que, por adhesión o rechazo, el fantasma del

*** Entender el fenómeno de la poesía lárica exi-

pasado es un inevitable protagonista. Un espacio compartido: Teillier y Neruda

ge observar las tendencias poéticas de los años cincuenta y sesenta —caracterizadas por una

La cercanía fundamental entre Teillier y Neruda

ruptura de las claves y de los símbolos poéticos

es espacial; el territorio de La Frontera. Ambos

precedentes— y comprender sus desafíos par-

tienen sus raíces en esa región del sur de Chile y

ticulares. Esta generación deberá enfrentase a

lo entienden como una suerte de patria emocio-

la obra de sus antecesores y explorar su centro

nal. Neruda da cuenta de un espacio salvaje en el

vital. “Atrapados entre dos fuegos [Neruda y Pa-

que la lluvia torrencial y la naturaleza selvática

rra], entre dos hogueras encandilantes, los nuevos poetas no encontraron mejor fórmula que

4 Benedetti, “Poesía chilena entre dos fuegos”, 227.

recurrir a su propia experiencia, por modesta que

5 Harold Bloom, La angustia de las influencias. Una teoría de la poesía, (Caracas: Monte Ávila, 1973), 106.

138


son elementos constitutivos. El espacio fronte-

hecho de que ambos poetas utilicen la figura del

rizo se presenta desbordante, caótico en ciertas

tren como espacio móvil que los aleja o los de-

ocasiones. En él, lo humano es más bien una au-

vuelve a la infancia. En ambos, el “viaje iniciático

sencia. El espacio se manifiesta en una represen-

a la ciudad” supone la ruptura con el pasado y el

tación selvática atemporal que permanece y que

comienzo de una nueva etapa marcada por la ca-

Neruda identifica con la infancia. Una naturaleza

rencia de lo esencial: la tierra.

sin hombre, un reino terrestre deshabitado, des-

El sentimiento de pérdida que sigue al abandono de la Frontera se funda en el hecho de que

bordado y salvaje.

ambos poetas advierten en la patria de la infanComenzaré por decir, sobre los días y años

cia un modelo, que hace de esta y de su entorno

de mi infancia, que mi único personaje in-

un paraíso perdido. Neruda entiende el Edén de

olvidable fue la lluvia. La gran lluvia austral

la infancia bajo una perspectiva materialista y

que cae como una catarata del Polo, desde

de realismo socialista. Por tanto, la infancia será

los cielos del Cabo de Hornos hasta la fron-

el Edén en la medida en que en ese territorio las

tera. En esa Frontera, o Far West de mi pa-

relaciones entre hombre y la naturaleza no se

tria, nací a la vida, a la tierra, a la poesía y a

encuentran degradadas. Al abandonar las tie-

la lluvia6.

rras de la infancia el poeta —y la humanidad con él— cometen un pecado “histórico” que los hace

Frente a esta visión, Teillier plantea otra. La na-

desmerecer esa tierra que se presenta como pa-

turaleza teilleriana, atravesada también por la

raíso. Teillier, por otra parte, ve en La Frontera el

lluvia, el viento y los bosques exhibe un entor-

paraíso perdido. Para él, la infancia y su entorno

no menos hostil, más sumiso, más integrado al

encarnan la representación universal de sus as-

hombre. La observación se centra más en la vida

piraciones sociales y políticas y, por tanto, cum-

y en el ritmo de las poblaciones rurales que en

plirán un rol central. No solo en cuanto periodo

la vastedad del territorio y las inclemencias del

de referencia a la hora de escribir, sino además

tiempo.

en cuanto el poeta asocia a ella la plenitud que anhela recuperar. El pecado cometido por Teillier

Añoro los grandes espacios-trigales de las

es también la partida. Pero su pecado no es his-

llanuras.

tórico, sino personal, y su redención se alcanzará

En estos valles estrechos y áridos

con la aldea, reconstrucción poética y mítica del

Donde el silencio me amortaja como si es-

pueblo de la infancia.

tuviera muerto Y se llama la sirena de un bar de Tucson o

El uso de la imagen poética: Teillier y Huidobro

Fort Collins (…) Sí, nostalgias de Far West, nostalgia de rebaños

En su artículo “La actualidad de Vicente Huidobro”, Teillier describe la fascinante poesía del

Y trigales infinitos, de lunas azules y de un tiempo sin tiempo . 7

creacionista como dotada de un “aire de maravilla y sobrerealidad”8. Reconoce, además, la función de Huidobro como puente entre las van-

Más allá de lo descriptivo, la conexión más re-

guardias europeas y las letras chilenas y lo des-

levante entre ambos poetas dice relación con la

taca como “poeta inteligente”, defendiendo su

nostalgia de la infancia y el sentimiento de ex-

figura por sobre la imagen que los críticos habían

clusión del entorno ancestral. Es sugestivo el

tenido de él hasta ese momento. ¿Qué poeta o escritor no tiene una deuda con Vicente Huidobro, aún sin reconocerlo?

6 Pablo Neruda, Confieso que he vivido. Memorias (Barcelona: Seix Barral, 1978), 15. 7 Jorge Teillier, El molino y la higuera (Santiago: Azafrán, 1993), 18.

8 Jorge Teillier, Prosas, edición de Ana Traverso (Santiago: Sudamericana, 1998), 132.

139


LORE M IPS U M. E NSAYO

El adolescente que comienza a escribir casi

teóricos, Huidobro se refiere repetidas veces a la

instintivamente en verso libre no sabe que

importancia del lenguaje y de la imagen poética

lo hace afirmado en un ejemplo que inició

al momento de la creación del poema. Para él, la

Huidobro, el que por primera vez en Chile

imagen es la luz que ilumina el hilo que une dos

escribía en 1914, que “todos los metros ofi-

cosas lejanas; en ella se sostiene el poeta crea-

ciales me dan la idea de cosa falsa, literaria,

cionista. Su lenguaje recuerda, en parte, lo se-

retórica pura”, desafiando la ira de los crí-

ñalado por Teiller al referirse a los poetas de los

ticos y la mayoría de los poetas de la época .

lares. Ellos debían ejercer un “realismo secreto”

9

y descubrir aquello que se oculta tras las cosas. El Teillier rescata de la obra huidobriana un pen-

mundo opera como un depósito de significados

samiento mítico, la presencia del humor, una

que el poeta debe descifrar y sacar a luz para que

creación inteligente y un uso extraordinario de

brillen en la poesía. Estas relaciones ocultas que

la imagen:

el poeta descubre en la naturaleza y en las cosas cotidianas dan lugar a imágenes que caracteri-

Los poemas de Vicente Huidobro no son

zan la poesía de Teillier. Aun cuando es evidente

nunca solo un montón de imágenes trizadas,

que el espacio y el entorno teillieriano difieren

como podría haber resultado si se hubiese

fuertemente del de Huidobro, y que el concepto

seguido al pie de la letra sus postulados. No

que ambos tienen de la poesía es distinto, no es

son juegos de la imagen por la imagen (…).

menos cierto que en ambos casos el resultado

Para nosotros la poesía de Huidobro está

final es una poesía en que la imagen poética ad-

plena de calor y efusión humana10.

quiere una importancia radical.

Sin duda, llama la atención la lectura presenta-

Dos versiones de lo antipoético: Teillier y Parra

da por Teillier, pues entiende a Huidobro como un poeta emotivo y sentimental, acogiendo una

En Los poetas de los lares Teillier incluye a

interpretación claramente minoritaria. Descubre

Nicanor Parra dentro de un grupo de poetas de

no solo al intelectual, sino al “hombre total, lle-

generaciones pasadas que, luego de una larga

no de amor hacia el mundo y la humanidad”.

trayectoria poética, “tomaron (…) conciencia de

Es precisamente en relación con la ima-

la tierra y la reflejan en sus últimas obras”. En el

gen poética donde podemos encontrar una

caso de Parra, su incorporación al grupo de los

cierta conexión entre ambos. En sus textos

“arrepentidos” se debe a la recreación realizada por el poeta de “una escondida veta folclóri-

9 Ibid., 132. 10 Ibid., 136.

140

ca en La cueca larga”. Sin embargo, vale la pena preguntarse si estas declaraciones suponen una


cercanía de ambas obras. Pareciera que no. Por el

se muestra partidario de una profundización en

contrario, La cueca larga, obra mencionada por

lo propio. Su postura nada tiene que ver con un

Teillier, ha sido considerada por la crítica como

nacionalismo estéril, sino que entiende que toda

un paréntesis dentro de la producción antipoé-

revolución debe ser arraigada y que “el lujo del

tica, una suerte de “vacaciones”, como lo ha ex-

desarraigo se lo pueden dar los pueblos antiguos,

presado Mario Benedetti .

ya seguros de sí mismos”12.

11

El retorno a las raíces postulado por Teillier no

Este elemento, tan vigente y central en la obra

significa un rescate de lo popular o lo folclórico,

de Teillier, conformará también el germen de su

sino más bien alude a un regreso a la patria de la

fracaso. Como sostiene Niall Binns, la “tragedia

infancia y al hogar. De este modo, la nostalgia y

de los lares” es el relato de una obra que apos-

el desamparo, “sal y agua de esta poesía”, están

tó por resistir a la modernidad, por “vencer el

en el centro de la poesía lárica, marcando una di-

tiempo y restaurar los paraísos perdidos”13, pero

ferencia fundamental con la obra de Parra. Pero,

que fracasó en ese intento. Como furioso dios

en el juego de las cercanías y las distancias del

del Olimpo, la modernidad castiga la hybris del

que hemos hablado, la necesidad de hacer de la

poeta, desmembrando su mundo y condenándo-

poesía un “elemento de uso común”, la desmiti-

lo a ser un forastero en su propia creación.

ficación de la figura del poeta y la incorporación del lenguaje cotidiano puede ser una coincidencia superficial, o no tanto.

Temo llegar al pueblo Cuando la niebla se desprende de la tierra (…)

***

Temo llegar al pueblo, porque a otros esperan allí

Confesadas o inconfesadas, conscientes o inconscientes, la trama teilleriana tiene como eje el arraigo. Para el poeta, el progreso, que tiende a la universalidad y al desarriago, es veneno para la sociedad, pues la descompone desde sus fundamentos. Las consecuencias operarían en el centro del tejido social, generando frustración y desafección. Una sociedad donde se han perdido los relatos comunes, donde se han desdibujado

las mujeres que duermen en montones de heno. Para otro salen los amigos a cazar perdices. Para otro van a amasar pan las hermanas esta noche. Para otro contarán historias los que encienden hogueras en los barbechos14.

las estructuras y donde hombres y mujeres experimentan la disolución social, es una sociedad del desamparo. Teillier, consciente del fenómeno, 11 Mario Benedetti, “Nicanor Parra descubre y mortifica su realidad”, revista Número, Segunda época. Año 1, N°1 (Montevideo: abril-junio, 1963), 112.

12 Ibid., 41-42. 13 Respecto de la Tragedia de los Lares ver Niall Binns, La poesía de Jorge Teillier. La Tragedia de los Lares (Concepción: Lar, 2001). 14 Jorge Teillier, El árbol de la memoria (Santiago: Arancibia Hnos., 1968), 18.

María José Naudon es magíster en artes liberales, mención literatura, de la Universidad de Navarra, y abogada de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es directora de cursos disciplinares en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez y panelista de los programas Mesa Central y Página 13, de Tele13 Radio.

141


142


J

oseph Ratzinger nació en la madrugada de un Sábado Santo. Sus padres, Joseph y María, decidieron bautizarlo cuatro horas después del alumbramiento. Sumergido en agua y ungido con crisma, signo de profetas y reyes, el niño nace nuevamente ante la Iglesia el 16 de abril de 1927, mientras nieva en el pequeño municipio de Baviera, Alemania. Por todos lados aún asoman las huellas de la guerra, cuyo cese solo será pasajero. “Sábado Santo, día de la sepultura de Dios. ¿No comienza a convertirse nuestro siglo en un gran Sábado Santo, en un día de la ausencia de Dios (…)?”, se preguntará Ratzinger años más tarde. Luz y oscuridad se funden en ese día, que siempre llamará su atención por ser reflejo de su propio tiempo, donde Cristo está tan ausente como presente. O, como resumirá él mismo al reflexionar sobre su biografía: un “estar a las puertas de la Gloria, sin entrar todavía en ella”. Su infancia se ve marcada por un constante peregrinaje a medida que Hitler aumenta su poder. En 1935, fecha en que se desata la feroz persecución contra los judíos, Joseph recibe su primera comunión, con ocho años. Poco tiempo después ingresará al seminario, pero sus planes se verán truncados, una vez más, por la guerra: junto con otros seminaristas es enrolado forzosamente por la Wehrmacht para prestar servicios antiaéreos en Múnich. Solo con el fin de la Segunda Guerra podrá retomar su camino vocacional en el Seminario de Frisinga, donde comenzará sus estudios de teología. El 29 de junio de 1951, en la festividad de San Pedro y San Pablo, él y su hermano son ordenados sacerdotes. Su trayectoria destaca por un fecundo trabajo teológico y docente, así como por su labor en las sesiones del Concilio Vaticano II. En 1977 será nombrado arzobispo de Múnich por el Papa Pablo VI y su lema episcopal, “Colaborador de la verdad”, sintetizará una de sus preocupaciones centrales: “Es cierto que no podemos decir: ‘Tengo la verdad’. Pero la verdad nos tiene a nosotros, nos ha tocado, nos ha rozado (…). Con la verdad se puede colaborar porque es persona. Es posible comprometerse con ella”. Sin temor a ser minoría, el arzobispo —y luego Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe— no huye de la reflexión intelectual, sino que sale a su encuentro: la fe cristiana debe aspirar a dialogar permanentemente con la razón y expresarse a través de ella. Su hermenéutica de la fe basada en el estudio del Evangelio y la Patrística, su diálogo con la

fenomenología de Husserl y Heidegger, y sus intensos debates con filósofos contemporáneos, como Jürgen Habermas, lo llevaron a ser considerado uno de los teólogos más relevantes del siglo XX. Creyentes y no creyentes fueron interpelados por su pensamiento, siempre atento a la experiencia del hombre moderno y sus dificultades. El 19 de abril de 2005, luego del fallecimiento de Juan Pablo II y después de afirmar que una dictadura de relativismo afecta al mundo moderno, Joseph Ratzinger es elegido Sumo Pontífice, con 78 años. A partir de ese día el mundo lo conocerá como Benedicto XVI, nombre que eligió en honor a San Benito y en recuerdo del Papa Benedicto XV. Su inquietud intelectual no flaqueó con los años. Además de cuatro encíclicas dedicadas al amor, la esperanza, la fe y la cuestión social, entre sus obras destacan tres volúmenes sobre Jesús de Nazaret y numerosos escritos acerca del papel de la liturgia. Con la claridad que distingue a quienes comprenden verdaderamente aquello de lo que se habla, Benedicto XVI se abocó a proclamar el misterio que da sentido a la vida cristiana: aquel de la locura de la cruz, la idea de que la muerte puede ser derrotada y la convicción de que un Dios inconmensurable sale al encuentro de sus hijos para tener con cada uno de ellos una relación personal. Y es precisamente en la Eucaristía, tan querida para Ratzinger, donde dicha comunión entre Dios y sus criaturas alcanza para él su punto cúlmine. Tras poco menos de ocho años de pontificado, en medio de una profunda crisis de la Iglesia, Benedicto XVI renunció repentinamente el 23 de febrero de 2013. Ya en los años 70 había vaticinado, de algún modo, los difíciles tiempos que se avecinaban: “De la crisis de hoy surgirá mañana una Iglesia que habrá perdido mucho. Se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio (…). La Iglesia reconocerá de nuevo en la fe y en la oración su verdadero centro”. Fue sucedido por el cardenal argentino Jorge María Bergoglio, quien asumirá bajo el nombre de Francisco. Desde su dimisión, sus apariciones públicas fueron escasas. Sus últimos años los vivió en recogimiento en el pequeño monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde falleció el 31 de diciembre de 2022. A sus 95 años, regresó como lo hace un hijo a la casa de su Padre, luego de intentar vivir “con la conciencia de que toda la vida se dirige hacia un encuentro”. Sus últimas palabras, según la prensa, fueron “Jesus, ich liebe Dich” (Jesús, te quiero). 143


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