Punto y coma N°6: Límites y progreso

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N°6 / ABRIL 2022 $8.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480

Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición Joaquín Castillo El lugar sin límites Josefina Araos Contrapunto sobre Límites, de Robert Spaemann Entrevistas a Mary Eberstadt, Arturo Fontaine y David Miller Lorem ipsum: Alejandro Vigo, Elena Oliveras y María Josefina Poblete


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº6, abril de 2022 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinador: Guillermo Pérez Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: Claudio Alvarado, Joaquín Castillo, Guillermo Pérez, Josefina Araos, Diego González, Daniel Mansuy, Álvaro Vergara, Francisca Echeverría, Christopher Lasch, Manfred Svensson, María José López, Pablo Ortúzar, Mariana Canales, Joaquín García-Huidobro, Santiago Orrego, María José Naudon, Rodrigo Pinto, Pablo Chiuminatto, Elena Irarrázabal, Tomás Villarroel, Cristóbal García-Huidobro, Juan Ignacio Brito y María Josefina Poblete Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Soledad Castillo, Huemul Estudio, Universidad de los Andes, Mario Téllez y Casa Museo Eduardo Frei Montalva ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros

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Editorial 04

Claudio Alvarado

Límites y progreso Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición 08 Entrevista a David Miller

16

El lugar sin límites 25

Joaquín Castillo por Guillermo Pérez Josefina Araos

¿La historia como despojo?

33

Diego González

Entrevista a Arturo Fontaine

41

por Claudio Alvarado

Los límites del progreso 48 Entrevista a Mary Eberstadt 54 Medioambiente y límites 62

Daniel Mansuy por Álvaro Vergara Francisca Echeverría

Rescate El conservadurismo contra sí mismo 70

Christopher Lasch

Horas en la biblioteca 84 Contrapunto de Manfred Svensson y María José López sobre Límites, de Robert Spaemann. Reseñas sobre Raymond Aron, Kazuo Ishiguro, Sófocles, Robert Nisbet y Rosi Braidotti Lorem ipsum Entrevista a Alejandro Vigo 104 Afganistán: la guerra sin fin 111 Leer poesía 117 Entrevista a Elena Oliveras 123 Colonia Dignidad: el silencio de los inocentes 128 Joan Didion: la palabra ante el vacío 133 Refugio seguro 138

por Elena Irarrázabal Cristóbal García-Huidobro Rodrigo Pinto por Pablo Chiuminatto Tomás Villaroel María Josefina Poblete Juan Ignacio Brito

Olimpo: C. S. Lewis 142

3


Límites y progreso

“¿

Bajo qué condiciones se puede hablar to-

juicio la noción misma de progreso. En términos

davía de progreso?”, se preguntaba en 1980 el

globales, a la grave situación climática se sumó

filósofo alemán Robert Spaemann, en una con-

la pandemia del coronavirus, con sus trágicas se-

ferencia titulada del mismo modo. La pregunta

cuelas no solo sanitarias, sino también políticas

no tiene nada de trivial, considerando el curioso

y económicas. A modo de ejemplo, las libertades

derrotero del siglo XX. En la primera mitad de

personales se han visto afectadas de un modo

esta centuria el mundo conoció, de la mano del

inédito en contextos democráticos, la inflación

Holocausto y los totalitarismos de distinto signo,

volvió a ser un problema de primer orden y las

los crímenes más brutales de la historia humana.

fronteras terrestres mostraron renovada vigen-

Casi sobra decir que este crudo escenario parecía

cia, pese a que cierta sensibilidad cosmopolita ya

echar por tierra el excesivo optimismo decimo-

las daba por superadas.

nónico, esa arcaica creencia en un progreso uni-

En el plano local, este difícil panorama tiene

direccional o necesario de la humanidad. Desde

como telón de fondo el mayor remezón político

fines de los ochenta, sin embargo, comenzó a

y social que ha vivido el Chile posdictadura, cuya

instalarse una creencia análoga, derivada de una

deriva constituyente avanza de modo sumamen-

lectura demasiado simplista de la obra de Fran-

te incierto. Si se quiere, los chilenos hemos expe-

cis Fukuyama, según la cual —democracia y ca-

rimentado de manera privilegiada que ni el flo-

pitalismo mediante— nos acercábamos al “fin

recimiento político ni económico se encuentran

de la historia”. Aunque tal desenlace obviamente

garantizados; que cada generación debe trabajar

nunca llegó, hubo décadas en que vivimos bajo

arduamente por su prosperidad. Durante mucho

esta ilusión.

tiempo se perdió de vista esa realidad, sobre todo

Han pasado muchas cosas desde ese entonces,

en el lado derecho del espectro. No pocos creye-

pero tanto en Chile como a lo largo y ancho del

ron que el progreso carecía de tensiones y que la

globo, los años recientes se han caracterizado

sola inercia de las cosas era suficiente, como si la

por múltiples tensiones políticas, económicas y

estabilidad política estuviera asegurada o el de-

sociales. En los números anteriores de Punto y

sarrollo económico se bastara a sí mismo.

coma hemos revisado algunas de ellas, como el

Hoy, sin embargo, son los sectores de izquier-

auge de los populismos, la crisis de la democra-

da los que parecen haber olvidado en igual o

cia y el estallido de octubre de 2019. En esta oca-

mayor medida que la condición humana siempre

sión quisimos detenernos en un cuadro político

está sujeta a límites de distinto orden. El fenó-

y cultural más amplio, vinculado al ideario del

meno tiene un correlato político, cuya expresión

IES —que celebra sus 15 años— y que nos remi-

más visible son los nuevos autocomplacien-

te nuevamente a la interrogante formulada por

tes; aquellos que, ante la más mínima crítica

Spaemann: el progreso, su sentido y sus límites.

a los procesos en curso —como la Convención

Desde luego, esta pregunta siempre admite

Constitucional—, denuncian campañas del te-

nuevas formulaciones, en la medida en que cada

rror. Con todo, el fenómeno también tiene una

época enfrenta sus propios dilemas, pero hoy

manifestación antropológica y cultural respecto

resulta especialmente pertinente, consideran-

de la cual, ciertamente, ningún sector político

do las sucesivas crisis que hemos padecido en el

está exento (y el gobierno de Sebastián Piñera

último tiempo, y que vuelven a poner en tela de

fue el mejor ejemplo).

4


En efecto, cuando surgen voces críticas a la

de las fronteras, la crisis ecológica y las disputas

idea de aprobar nuevas leyes en materia de abor-

en torno al conservadurismo; aproximación que

to, matrimonio, eutanasia u otros debates polé-

suele presentarse como la alternativa disponible

micos para la sensibilidad contemporánea, una

ante el auge de las corrientes progresistas (aun-

respuesta habitual consiste en presentar cada

que también es mirada con distancia por cier-

una de estas controvertidas agendas como un

tos pensadores críticos del mismo progresismo,

nuevo avance en la emancipación humana, cuyo

desde Leo Strauss hasta Patrick Deneen).

contenido estaría resuelto de antemano. Se tra-

Como es habitual en Punto y coma, durante este

taría, básicamente, de un tránsito de la oscuridad

recorrido asoman autores del IES y otros prove-

a la luz, de las cavernas a la “sociedad abierta”,

nientes de diversas tradiciones intelectuales;

del medioevo a la modernidad; un itinerario que

artículos de diversas disciplinas y extensiones;

en el caso de Chile se remontaría a las leyes laicas

entrevistas y reseñas de libros tan antiguos como

del siglo XIX e incluso más atrás.

Antígona y tan recientes como una de las nove-

El presente número de Punto y coma puede ser

las de Ishiguro; una sección central, dedicada al

leído como una réplica reflexiva a ese tipo de

tópico descrito hasta aquí, y una sección misce-

planteamientos. Por supuesto, es clave abordar

lánea, con énfasis artístico, literario e histórico.

esos y otros asuntos semejantes de manera dia-

Es parte del diálogo que buscamos abrir con

logante, razonada y rigurosa, evitando las cari-

nuestros lectores. Según podrán ver, no se tra-

caturas y atendiendo a los argumentos en juego.

ta de un cuadro uniforme, sino más bien de una

Pero esto opera para todas las posiciones y no

pluralidad de miradas y perspectivas unidas, no

solo para algunas. Dicho de otra manera, tam-

obstante, por un hilo conductor.

bién es indispensable analizar de modo crítico

El propósito de este número, en suma, es

aquellas narrativas conceptuales e históricas que

contribuir a elevar la calidad de nuestra reflexión

asumen un único marco lineal dentro del cual se-

pública y reivindicar la legitimidad e importan-

ría posible inscribir toda disputa política o moral.

cia de aquellas tradiciones religiosas y seculares

Nuestra convicción es que aquel progresista que

que interpelan a quienes hoy parecen gozar de

solo ve cosas positivas en el cambio, como si su

la hegemonía política y cultural. Siempre re-

postura pudiera ser identificada a priori con el

cordando, como decía el historiador Gonzalo

futuro, la esperanza o el “lado correcto de la his-

Vial, que “la historia no es necesariamente una

toria”, también debe preguntarse si su concep-

línea ascendente. Todos los días tomamos deci-

ción del mundo no lo vuelve ciego a las carencias

siones buenas y malas, el futuro permanece en

o sombras de nuestra vida común.

el misterio”1.

Es a partir del lente descrito —desde una mira-

Claudio Alvarado

da ajena a todo maniqueísmo, que busca tomarse

Director

en serio la noción de límite y analizar siempre en concreto los cambios políticos y sociales— que en las páginas siguientes se explora un vasto elenco de temas. Ellos abarcan desde la obra de Gabriela Mistral hasta las nuevas autocracias y el debate constitucional, pasando por la relevancia

1

Entrevista en Capital, 19 de octubre de 2007.

5


Ilustración: Soledad Castillo


Límites y progreso


Ilustración: Alejandra Acosta

Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición JOAQUÍN CASTILLO

8

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


“La tierra, en cambio, es la lealtad misma, yo no sé darle en el viejo amor fuerte que le tengo mejor nombre que ese de leal”. Gabriela Mistral, 1928

S

e han dibujado innumerables perfiles sobre

izquierda? ¿Liberal o conservadora? ¿Pacifista,

ella, destacando uno u otro aspecto de su per-

católica, mística, naturalista? ¿Una mixtura de

sonalidad o su pensamiento: profesora rural,

cada una de esas fuentes? Siempre se puede en-

madre estéril, educadora abnegada, mujer se-

contrar un matiz o una tensión en sus escritos,

vera y rencorosa, embajadora incansable de una

lo que nos refleja una personalidad inconformis-

patria ingrata. Una de las representaciones de

ta y alejada de las modas, que no dejó nunca de

más difusión en tiempos recientes es aquella en

plantearse preguntas, de interrogarse a sí mis-

que aparece vestida con jeans y bototos negros,

ma y a su tiempo, sabiendo que, muchas veces,

pañuelo verde amarrado al cuello y una bande-

las respuestas serían incómodas. Una figura de

ra chilena negra en ristre. Algunos protestaron

tal complejidad exige un intento honesto por

diciendo que Mistral nunca estuvo a favor del

comprender su singularidad y una apertura a

aborto; otros afirmaron que su espíritu, siempre

sus preguntas y tensiones, y no una apropiación

crítico e incansable en su búsqueda de la justicia,

apresurada por encasillarla de manera que calce

estaría con esa causa en el Chile actual. Por otro

con agendas particulares.

lado, decían algunos, esa estética punk no haría

A continuación quiero problematizar uno de

justicia a la sobriedad que esta diplomática e hija

esos dilemas: cuál fue la relación de Mistral, a

del campo acostumbró a llevar a lo largo de toda

primera vista una moderna de tomo y lomo, con

su vida. Aunque es solo un ejemplo, hay una cosa

ciertas nociones propias del progreso y del pro-

que no admite dudas: su figura, pivotal en la li-

gresismo. ¿Había en la poeta una comprensión

teratura de todo el siglo XX chileno, ha estado y

del mundo según la cual la humanidad avanza en

seguirá estando en disputa.

una constante mejora, una noción de la historia

La poesía y la prosa de Mistral revelan una

humana entendida como un trayecto siempre

mente de enorme complejidad, difícil —si no

hacia adelante? ¿Tenía cierta afinidad con cau-

imposible— de clasificar con criterios de-

sas políticas que hoy serían clasificadas como

masiado rígidos o estáticos. ¿De derecha o de

progresistas? Mi hipótesis se podría sintetizar de

9


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

la siguiente manera: hay en Mistral una perma-

Nostalgia de la tierra

nente inquietud por el progreso, pero entendido de una manera bien concreta, sobre todo en

“Me gusta la idolatría de la tierra que está en

los planos educativo, político y tecnológico. Su

todos los folklores, y no solo es que la entiendo,

constante preocupación por las condiciones de

sino que la vivo a plena anchura. La tierra fue

vida de la gente —en particular de los más dé-

siempre el gran ídolo, como que ella es la ban-

biles y desprotegidos, como los niños, los cam-

deja en que se asientan todas las demás adora-

pesinos, los pobres y las mujeres— la obligaba a

ciones humanas”2, escribe Mistral a propósito

mirar con optimismo y aprobación ciertas causas

del libro Chile o una loca geografía, de Benjamín

vinculadas a grupos políticos opuestos al conser-

Subercaseaux. Las palabras anteriores están

vadurismo. En paralelo, sin embargo, hay ciertos

íntimamente ligadas a su experiencia vital. Su

elementos en su visión de mundo que plantean

infancia está marcada por una vivencia intensa

contrapuntos a esa simpatía inicial; elementos

del valle del Elqui, años durante los que caminó

que, en vez de dirigir la mirada hacia un even-

y contempló sus cerros, sus ríos y sus huertos.

tual horizonte futuro, obligan a observar hacia

Eso determina su personalidad y sus intereses,

atrás y hacia abajo. En términos simples, Mistral

generando un imaginario que siempre gira-

nunca desvía sus ojos de la tierra, del terruño

rá en torno a la naturaleza y a la relación que el

comprendido como una realidad que otorga per-

hombre establece con ella. Según sintetizara ella

tenencia y arraigo a un tiempo y que da sentido

misma: “Mis grandes amores son la fe, la tierra

trascendente a la vida humana, pues nos vincula

y la poesía”3. Jaime Concha afirma que

con quienes ya estuvieron y

en Mistral está una de las

estarán; una trascendencia quizás no en su sentido más tradicional, sino en una conciencia de que la vida humana no termina con la muerte, sino que continúa en otros términos y dimensiones.

Hay una cosa que no admite dudas: su figura, pivotal en la literatura de todo el siglo XX chileno, ha estado y seguirá estando en disputa.

mejores exposiciones de un “humanismo rural” que la hace estar siempre vinculada a la tierra. Esta, sin embargo, se observa desde una óptica particular: no es una realidad abstracta o ideali-

Una mirada somera a su escritura nos permitirá ver en Mistral a alguien

zada, sino siempre concreta, arraigada. Mistral

que no era ni remotamente una reaccionaria,

fue una poeta en tránsito, cosmopolita y diplo-

pero que tampoco se limitó a abrazar sin más las

mática, en constante movimiento alrededor del

causas del progreso. Como ella misma señala en

mundo. Periplos frecuentes por México, Italia,

uno de sus textos: “Hay en el fondo de todos los

Brasil o Estados Unidos la acostumbraron a lle-

pueblos dos maneras en la búsqueda del bien-

var tras de sí un equipaje que no siempre era li-

estar social, que chocan violentamente, en apa-

viano. Los innumerables cambios de domicilio,

riencia, y en verdad concurren a la armonía, as-

cuentan quienes fueron cercanos a la poeta, no la

piran a ella, están destinadas a realizarla: son el

hicieron cejar en una exigencia constante: casa

amor de la tradición y el del progreso. Ellas aso-

con huerto, con tierra fértil capaz de conectar-

man en cada período histórico y se personifican

la con una singular versión de la trascendencia.

en figuras opuestas, pero igualmente grandes”1.

Es en la naturaleza —los cerros, los árboles, la

Veamos cómo se relacionan ambos polos en dos

fragancia de las flores de cada estación, el so-

temas que despertaron su atención a lo largo de

nido de los frutos cayendo de maduros— donde

su vida: la tierra y la mujer. 1

Gabriela Mistral, Chile, país de contrastes (Santiago: Cámara Chilena de la Construcción - Pontificia Universidad Católica de Chile - Biblioteca Nacional, 2009), 22.

10

2 Ibid., 132. 3 Mistral citada en Jaime Concha, Gabriela Mistral, Libros del entrevero (Santiago de Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2015), 42.


se percibe el paso del tiempo y se comprende la

desarrolla un proyecto particular de educación

vida como un ciclo del cual somos solo una parte.

vinculada a la tierra. Mistral relata los esfuerzos

Este tipo de observación del entorno, asimismo,

que directivos y estudiantes han realizado para

podría vincularse con su espiritualidad siempre

llevar a cabo una empresa agraria. Sin embargo,

heterogénea, donde la teosofía y el budismo fue-

parte de su elogio parece ir en dirección contraria

ron encontrando un lugar (aunque el cristianis-

a ciertos aires revolucionarios: los futuros estu-

mo ocupó una posición primordial a lo largo de

diantes de este experimento mexicano

toda su vida). Dentro de sus banderas políticas, fue constante

[s]erán eso que es para mí lo más grande

su demanda por una reforma agraria. Desde muy

en medio de las actividades humanas: los

temprano Mistral denunció las precariedades

hombres de la tierra, sensatos, sobrios y

materiales y espirituales propias de la vida cam-

serenos, por el contacto con aquella que es

pesina y las iniquidades del latifundio (“el horri-

la perenne verdad. Harán una democracia,

ble y deshonesto latifundio”4, dice en 1933). Su

menos convulsionada y menos discursea-

temprana relación con México, país al que viaja

dora de la que nos ha nacido en la América

en 1922, la hace contemplar el experimento re-

Latina, porque, hay que decir mil veces este

volucionario con cierta benevolencia: consciente

lugar común: la pequeña propiedad (que

del alto costo que tuvo la reciente guerra, no deja

ellos exigirán y conseguirán en México),

de celebrar y apoyar los esfuerzos de los mexica-

aplaca las rebeldías, da dignidad a la vida

nos por expandir la alfabetización y la igualación

humana y hace el corazón del hombre pro-

de las condiciones de vida. Su texto “Cómo se ha

picio a las suavidades del espíritu5.

hecho una Escuela-Granja en México”, de 1923, es muy elogioso con respecto al modo en que se

4 Mistral, Chile, país de contrastes, 83.

5 Gabriela Mistral, Por la humanidad futura. Antología política de Gabriela Mistral (Santiago: La Pollera, 2020), 36.

11


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

Esa valoración de la propiedad como un lazo que

En la poeta, sin embargo, ese vínculo con un

produce prudencia y mesura es, sin duda, una

territorio específico no es un capricho nostálgico.

reivindicación cercana a ciertas nociones con-

De hecho, se ha enfatizado mucho su relación

servadoras que ven en la propiedad (y en la pro-

ambigüa con Chile: en su país natal se sintió

piedad de la tierra, particularmente) un arraigo

despreciada, ignorada y minusvalorada; sin em-

que permite la estabilidad y el desarrollo. Asi-

bargo, aun viviendo en el extranjero, siempre se

mismo, ese vínculo con la tierra también la hará

informó, se preocupó y opinó acerca de lo que

relacionarse de modo crítico con el crecimiento

pasaba aquí. Por ende, ese vínculo con el origen

desmedido de las ciudades modernas. A pesar de

puede comprenderse como una auténtica fuente

haber vivido en importantes urbes alrededor del

de sentido desde donde brota una definición de

mundo, ella nunca dejará de ser una habitante

su propia identidad. Es algo que está presente

de las profundidades de su valle natal. Mistral

en su constante preocupación por el acontecer

observa con distancia las consecuencias socia-

nacional —muchas antologías de su prosa dan

les de la emigración desenfrenada del campo a

cuenta de su reflexión incesante sobre Chile—,

la ciudad. Dice Concha que “la obra de la Mistral

pero también por el modo en que busca expre-

constituye —en su poesía y en su prosa— una

sarlo de manera poética. Quizás el mejor ejemplo

tentativa por resistir el avance demoledor de la

de esa preocupación está en los versos de Lagar

ciudad, con su periferia de horror y de miseria”6.

titulados “Herramientas”:

6 Concha, Gabriela Mistral, 54.

12


Persigo mis pies errantes

ha parecido siempre cosa naturalísima”7, afir-

ajetreados como ellas

mó), pero lo hacía siempre desde una feroz inde-

y con la azada más pura,

pendencia crítica. En 1925, por ejemplo, escribía

por que descansen y duerman

lo siguiente:

voy persignando mi pecho y el alma que los gobierna.

El feminismo llega a parecerme a veces, en Chile, una expresión más del sentimenta-

Toque a toque la azada viva

lismo mujeril, quejumbroso, blanducho,

me mira y recorre entera,

perfectamente invertebrado, como una es-

y le digo que me dé,

ponja que flota en un líquido inocuo. Tiene

al caer, la última tierra;

más emoción que ideas, más lirismo malo

y con ternura de hermana

que conceptos sociales (…). Mucha legitimi-

yo la suelto, ella me deja:

dad en los anhelos, pureza de intenciones,

azul tendal, adormecido,

hasta un fervor místico, que impone el res-

hermosura callada: herramientas.

peto; pero poca, ¡muy poca! cultura en materias sociales. No importa: existe la fuer-

Diplomática, amiga de presidentes y reconocida

za, nos hemos puesto en trance de obrar, y

por reyes; codeándose con los más eximios re-

unos diez ojos sagaces y manos tranquilas

presentantes de las élites políticas y culturales

ya pueden empezar la ordenación8.

del mundo. Sin embargo, las imágenes que nos deja Gabriela Mistral no dejan de reconocer en el

Se trata, sin duda, de un cuestionamiento pro-

campo y sus oficios una dignidad particular: la

fundo e incómodo, sobre todo para quienes in-

mano que roza la tierra y que amasa la arcilla; la

tentan dar por supuesto el apoyo de Mistral a

piel que se encallece por el trabajo duro con las

ciertas causas específicas. Pero esto no debiera

herramientas; el labrador y el campesino que

sorprendernos demasiado, considerando que

luchan contra las adversidades para coger los

también fue crítica con una concepción del desa-

frutos del campo. No hay aquí desarraigo ni abs-

rrollo profesional femenino que dejara de lado la

tracción, sino un tiempo y un espacio concretos

maternidad. Esto, a juicio de Mistral, desnatura-

desde los cuales se observa el resto del mundo.

lizaba un carácter específico de la mujer que es-

Podría decirse que, de algún modo, Mistral con-

taba, incluso, inscrito en su propia corporalidad:

juga algo así como un cosmopolitismo arraigado.

“antes de poner el pie en el universo nuevo de las actividades mujeriles había que haber mirado

El lugar de la mujer

hacia el que se abandonaba”9. Su crítica, empero, no es al trabajo femenino propiamente tal —ella

Un segundo tema fundamental para Mistral será

siempre resaltó que trabajó como maestra desde

la pregunta por el lugar que ocupa la mujer en la

los quince años—, sino a la importancia funda-

sociedad. Ella nunca dejó de reflexionar acerca

mental de lo maternal en los primeros años de

de su condición femenina, acerca de los dere-

desarrollo y aprendizaje de los niños, objeto pre-

chos que se les debían o del campo laboral y las

ciado de su reflexión.

oportunidades que se abrían a las mujeres en una

En el artículo recién citado, “Feminismo: una

sociedad industrializada. Sin embargo, contra-

nueva organización del trabajo”, publicado en

rio a lo que podría pensarse, eso no la llevó a ser

El Mercurio en 1927, la crítica es profunda: se-

complaciente con las corrientes feministas de su

ñala que ella no desea a la mujer como jueza o

época: como se señaló al comienzo, Mistral parece haber sido poco amiga de cualquier moda. De hecho, sus artículos incomodaron a tirios y troyanos, ya que reclamaba por los derechos de las mujeres (“El derecho femenino al voto me

7 Mistral, Por la humanidad futura. Antología política de Gabriela Mistral, 104. 8 Ibid., 40. 9 Ibid., 79.

13


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

reina, afirmando que difícilmente tendrá la

incapaz de encasillar en una u otra etiqueta

visión panorámica que se necesita para aquellos

demasiado sencilla. La mujer y su cuerpo, la

oficios. Por el contrario, Mistral defiende que la

mujer y su maternidad, la mujer y su trabajo,

mujer cumpla con el “encargo que trajo al mun-

pero también la mujer en su búsqueda incansa-

do”, que está “escrito en todo su cuerpo”: “La

ble de la dignidad y la libertad de acción: siem-

mujer no tiene colocación natural —y cuando

pre una realidad múltiple e irreductible. El tipo

digo natural digo estética— sino cerca del niño

de aseveraciones que hemos visto, ¿no obliga,

o la criatura sufriente, que también es infancia,

acaso, a definir el feminismo de Mistral como

por desvalimiento. Sus profesiones naturales son

uno que nunca desatiende una realidad que lo

las de maestra, médico o enfermera, directora de

antecede y no puede cambiarse a voluntad? ¿No

beneficencia, defensora de menores, creadora

hay en Mistral, entonces, una visión de la mujer

en la literatura de la fábula infantil, artesana de

y del mundo desde un cuerpo que la configura y

juguetes”10. O, dicho de modo sintético, “Solo

define? En esa línea, el juicio de Pedro Pablo Ze-

en cuanto a mujeres podemos auxiliar la vida y

gers es claro, pues afirma que “Gabriela no era

el mundo”11.

la feminista que buscaba la absoluta igualdad

Es lógico preguntarse si esta concepción de la

de derechos entre hombres y mujeres. Más bien

mujer es fruto de su tiempo

buscaba un equilibrio para la

o si, en cambio, responde a

mujer, de acuerdo a sus ap-

convicciones más profun-

titudes, facultades y su mis-

das de la poeta. Mistral no se

Su visión de la mujer, por tanto,

caracterizaba por ser com-

es reflejo, una vez más,

placiente en sus opiniones; por el contrario, su sinceridad y agudeza la llevaban

de la complejidad de su pensamiento, incapaz de

incluso a entrar en extensos

encasillar en una u otra

intercambios —y duras po-

etiqueta demasiado sencilla.

lémicas— con hombres y mujeres de su época. Si de

mo sexo”13. Una pregunta abierta La tierra y la mujer son solo dos entradas a la obra de Mistral que demuestran que su visión de mundo nunca dejó de estar atravesada por

posiciones políticas se trata, Mistral no era de

tensiones que apuntaban en direcciones muy

aquellas que se arrimaba a los poderes de turno,

distintas. ¿Es posible, entonces, responder de

sino que dirigía su mirada a los desfavorecidos.

manera unívoca qué entendía Mistral por pro-

Como dice Concha, “este Chile [el que construye

greso? Si se trata de sus anhelos políticos y so-

la poeta en el Poema de Chile] no es el de los Pa-

ciales, no cabe duda de que algunos de sus ejes

dres-de-la-Patria, coágulo de mentalidad mili-

prioritarios estaban en la justicia social, en la al-

tarista, sino el de un escaso héroe niño y de una

fabetización y en una constante búsqueda de me-

tierra vista desde la vivencia de la mujer y de las

jores condiciones para los indígenas, las mujeres

madres: el punto de vista de Isabel Riquelme. La

y los niños. Sin embargo, es siempre consciente

Mistral adopta siempre, con certeza y sin enga-

de los costos de la modernidad —en los términos

ño, la perspectiva de los débiles y de los olvida-

de Raymond Aron, una dialéctica entre progreso

dos”12.

y desilusión—, tanto para los habitantes de las

Su visión de la mujer, por tanto, es reflejo, una vez más, de la complejidad de su pensamiento, 10 Ibid., 82-83. 11 Gabriela Mistral, Recados para hoy y mañana. Textos inéditos, ed. Luis Vargas Saavedra, vol. II, Biblioteca Claves de Chile (Santiago: Sudamericana, 1999), 178. 12 Concha, 133.

14

ciudades como para los hijos de aquellas mujeres que se introducían en el mercado laboral.

13 Pedro Pablo Zegers, “El Chile de contrastes de Gabriela Mistral”, en Chile, país de contrastes, de Gabriela Mistral, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile 89 (Santiago: Cámara Chilena de la Construcción - Pontificia Universidad Católica de Chile - Biblioteca Nacional, 2009), xli.


Al mismo tiempo, está lejos de aparejar sus de-

Concha— es el revés del progreso, lo que mues-

mandas sociales con un secularismo que muchas

tra implacablemente que esta palabra, consig-

veces parece ir indefectiblemente de la mano con

na sempiterna del lorerío republicano, jamás

el espíritu del tiempo. Dice, por ejemplo, sobre la

ha tenido un sentido real en el país. En cuanto

herencia decimonónica, ese siglo que creyó en la

a las víctimas de que ahí se trata, el progreso ha

ciencia y el progreso: “[n]os deslumbró tanto su

significado abandono y violencia para la mujer

majestad la ciencia, que ahora se echa de menos

campesina, despojo para el aborigen y elimina-

la buena llamita de la vela doméstica con su par-

ción de animales autóctonos”15. La poesía, en-

padeo cálido sobre la mesa, el libro o el crucifijo.

tonces, sería capaz de mostrar desde el símbolo,

Ya estamos volviendo, como el Hijo pródigo, a la

en especial desde la mujer fantasma, el niño in-

genuina querencia”14. Ni ciencia ni superstición,

dio y el huemul, aquella realidad olvidada por los

sino una comprensión del progreso desde una

avances civilizatorios, aunque nunca dejada de

apertura a aquello que se explica, también, des-

lado por la poeta del Elqui.

de otros parámetros y coordenadas. Ahí parece

¿Qué progreso, entonces? Uno capaz de

habitar una de las claves de su comprensión del

detenerse y velar por aquellos que han sido

mundo, lo que impide una reducción estrecha de

menos favorecidos; uno siempre atento al ori-

su persona y su pensamiento.

gen que otorga significado y condiciona, sin de-

¿Pasa lo mismo con su poesía? Jaime Concha,

terminar, aquello que somos en el presente; uno

uno de los estudiosos más importantes de su

que se reconoce como parte de una lengua y de

obra, hace una lectura algo distinta, acaso más

una tierra heredada, que puede cambiar y des-

categórica, del Poema de Chile, ese poema que

de la cual se puede innovar, pero cuyo legado

Mistral trabajó durante décadas y que solo vio

no puede desconocerse. Un progreso, en suma,

la luz recién en 1967, diez años después de su

consciente de los límites inherentes a la condi-

muerte: “Lo presente en el Poema de Chile —dice

ción humana.

14 Mistral, Chile, país de contrastes.

15 Concha, Gabriela Mistral, 136.

Joaquín Castillo es licenciado y magíster en Letras por la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde cursa sus estudios de doctorado en literatura. Es subdirector del IES y editor de Punto y coma.

15


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

David Miller: “Todo Estado de bienestar democrático es también un Estado-nación, y esto no es casualidad” POR GUILLERMO PÉREZ

16


Académico y profesor de teoría política de la Universidad de Oxford, David Miller es uno de los principales referentes intelectuales en temas como migración, nacionalidad y autodeterminación. Ha publicado más de una decena de libros, entre los que destacan Principles of Social Justice (Harvard University Press, 1999); On Nationality (Clarendon Press, 1996) y Strangers in Our Midst: The Political Philosophy of Immigration (Harvard University Press, 2016, de próxima publicación por el IES). En esta entrevista, Miller reflexiona sobre la dimensión política de la inmigración, las tensiones que la pandemia ha generado en ciertas premisas cosmopolitas y el lugar que ocupan el Estado-nación y las identidades nacionales en un mundo altamente globalizado.

INMIGRACIÓN, UN ASUNTO POLÍTICO En tu libro sobre la filosofía política de la migración, Strangers in our Midst, hablas de rescatar su dimensión política. ¿A qué te refieres con eso? A lo que me refiero es a que resulta engañoso pensar en la inmigración solo en términos de las afirmaciones morales o legales sobre las diferentes categorías de inmigrantes. Esta es una parte de la imagen, pero no toda. La inmigración es un tema profundamente político, que plantea interrogantes sobre la identidad nacional, la democracia y la legitimidad del Estado. ¿En qué sentido? Las sociedades que se convierten en sociedades de inmigrantes, albergando una gran proporción de recién llegados, son bastante diferentes a las sociedades con poblaciones mayoritariamente asentadas. No se trata de hacer un juicio de valor: la inmigración trae muchos beneficios, pero también puede cambiar las sociedades de modos que sus ciudadanos tal vez no deseen.

Por tanto, las decisiones sobre política migratoria deben tomarse sobre bases políticas amplias, en lugar de, por ejemplo, razones estrictamente económicas. Quizá por eso la discusión sobre inmigración es tan compleja y despierta tantas pasiones… El problema es que la inmigración se ha enredado en cuestiones sobre etnia, raza y religión de manera tal que resulta difícil tener una discusión equilibrada sobre las políticas que deberían adoptarse. Aquellos que abogan por controles pueden verse rápidamente acusados de racismo y xenofobia. Por otro lado, es indudable que hay personas que sienten que su forma de vida está siendo amenazada por la inmigración, aunque muchas veces se trata de personas que en realidad tienen poco contacto directo con los inmigrantes. Por lo tanto, existe un miedo irracional, por un lado, y, por otro, una postura moral que considera cualquier llamado a restringir la inmigración como la expresión de un prejuicio.

17


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

Esto nos lleva directamente a la discusión chi-

Sin embargo, esta discusión se ha enfocado en

lena. En los últimos años, nuestro país ha sufri-

la existencia de un eventual derecho humano a

do una severa crisis migratoria que ha generado

inmigrar. ¿Cuál es tu posición al respecto?

encendidas discusiones, partiendo por la pregunta de si el Estado puede restringir la inmi-

Yo rechazo la idea de que exista un derecho hu-

gración. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

mano a inmigrar entendido como un derecho que todos, independiente de sus circunstancias,

Aclaremos primero que según el derecho in-

tendrían para entrar y residir en el Estado de su

ternacional todos los Estados tienen derecho a

elección. Por supuesto que a casi todo el mundo

controlar la inmigración. Esta prerrogativa está

le gustaría tener la libertad de elegir su país, al

sujeta únicamente a la calificación de que una

igual que les gustaría tener la libertad de elegir el

persona que pueda demostrar que enfrenta una

automóvil que conducen, ya sea un Suzuki o un

amenaza de persecución —un refugiado— no

Rolls-Royce. Sin embargo, un derecho humano

puede ser devuelta al lugar donde ha sido ame-

existe solo donde se requiere salvaguardar algu-

nazada.

na necesidad humana básica, y la libertad ilimitada de elegir no es tal.

¿Y qué opinas de ese derecho? ¿Por qué, entonces, se ha Hay dos razones principales que explican por qué los Estados deben tener ese derecho. La primera tiene que ver con las condiciones necesarias para sostener a un Estado de bienestar democrático, fundado en la reciprocidad

difundido con tanto éxito

La inmigración trae muchos beneficios, pero también puede cambiar las sociedades de modos que sus ciudadanos tal vez no deseen.

entre quienes contribuyen

esta idea? Cuando se argumenta que existe un derecho humano a inmigrar casi siempre se piensa específicamente en personas que no pueden cumplir con sus otros dere-

económicamente, a través del pago de impues-

chos excepto mediante la migración. Refugiados,

tos, y quienes están recibiendo prestaciones del

por ejemplo, o personas que se ven obligadas

Estado: seguro de desempleo, asistencia sanita-

a abandonar sus países de origen por el cam-

ria, pensiones, y así sucesivamente. Una institu-

bio climático.

ción de estas características no puede abrir sus puertas a todos.

¿Y que hacemos con esas personas?

La otra razón tiene que ver con la autodeterminación. La ciudadanía quiere poder controlar

Por supuesto que debemos responder a sus ne-

la dirección en la que se mueve su sociedad, in-

cesidades y diseñar políticas migratorias que,

cluidas las preguntas sobre el idioma, la cultura

en la medida de lo posible, garanticen que se

y otras. Cuando llegan inmigrantes en cantida-

satisfagan debidamente; pero aceptar un dere-

des significativas, su presencia exige que se les

cho humano universal a inmigrar simplemen-

dé cabida, por ejemplo, mediante la adopción de

te empeoraría las cosas, porque entonces todos

políticas multiculturales por parte de la sociedad

tendrían derecho a moverse a donde quisieran

y la modificación, por consiguiente, de su iden-

y por cualquier motivo. Solo podemos adivinar

tidad nacional. Los ciudadanos pueden acoger

cuál sería el resultado, pero en el proceso per-

estos cambios, pero tienen derecho a decidir qué

deríamos de vista los reclamos particulares de

tan lejos y qué tan rápido quieren avanzar en esa

aquellos que tienen la necesidad urgente de mo-

dirección. Esto significa poder controlar el flujo

verse a algún lugar seguro.

de entrada de migrantes.

18


En relación con esto último, ¿cómo puede un

en su totalidad a nivel nacional. Y su cumpli-

Estado gestionar adecuadamente las tensiones

miento depende de la confianza tanto en los lí-

que genera la llegada masiva de extranjeros,

deres políticos que dan las instrucciones como

especialmente en los grupos más vulnerables?

entre los conciudadanos. Es imposible imaginar que esto suceda a nivel internacional. Si el cos-

Yo creo que todos los países se beneficiarían con

mopolitismo implica el compromiso con alguna

políticas de inmigración que controlen la tasa de

forma de gobierno mundial, la pandemia sir-

inmigrantes y eviten que los extranjeros lleguen

ve como un recordatorio de lo distante que es

en masa. Cuando estalla una crisis de refugiados,

esa perspectiva.

este objetivo solo puede lograrse si los Estados trabajan juntos para garantizar que ningún otro

Pero en tu libro Strangers in Our Midst, defiendes

país tenga que soportar una parte demasiado

la idea de un “cosmopolitismo débil”…

grande de la carga de aceptarlos. El cosmopolitismo puede significar muchas co-

UN COSMOPOLITISMO DÉBIL

sas diferentes, por lo que tenemos que agregar adjetivos en aras de la claridad. El cosmopoli-

¿Crees que la pandemia de coronavirus cuestio-

tismo débil es la visión de que todo ser humano,

na de algún modo las premisas del cosmopoli-

moralmente hablando, debería importarnos. En

tismo?

particular, siempre habrá una razón para no emprender alguna acción que haga sufrir a otro ser

El coronavirus nos ha empujado hacia el cosmo-

humano, sin importar quien sea. O, para tomar

politismo y también fuera de él. Nos ha hecho

un caso positivo, si una persona necesita ser res-

comprender lo interconectados que nos hemos

catada de algún peligro y yo puedo llevar a cabo

vuelto a nivel mundial, cuando vemos cómo las

ese rescate con poco riesgo para mí, entonces

diferentes cepas del virus se han movido tan rá-

debería hacerlo sin tener en cuenta la identidad

pidamente de un país a otro. La pandemia tam-

de la víctima.

bién ha subrayado la necesidad de compartir los

Como la mayoría de la gente, acepto el cos-

servicios médicos a nivel mundial, por ejemplo,

mopolitismo débil, pero lo que rechazo es aquel

donando suministros de vacunas a los países que

cosmopolitismo fuerte que sostiene que los la-

los necesitan, como la única forma de proteger a

zos de relación personal o identidad nunca de-

los países donantes contra futuros brotes.

berían marcar la diferencia, como si le debiera tanto a un extraño lejano como a un amigo o

También decías que nos alejaba del cosmopoli-

un compatriota.

tismo, ¿por qué? ¿Podrías darnos algún ejemplo? La pandemia nos ha hecho ver la importancia de los Estados territoriales como garantes de nues-

La distribución de la vacuna contra el corona-

tra seguridad física. Que yo sepa, nadie ha argu-

virus es un buen ejemplo para ilustrar esa dis-

mentado que a los Estados se les debería impedir

tinción. Un defensor del cosmopolitismo fuerte

cerrar sus fronteras cuando lo juzguen necesario

diría que un gobierno debe distribuir todos sus

para evitar la entrada de infecciones. ¡Hasta aquí

suministros de vacunas en cualquier lugar del

llegó el supuesto derecho humano a inmigrar!

mundo donde puedan hacer mejor, sin priorizar

Igual de importante, quizás, para contener el

de ninguna manera a sus propios ciudadanos. Un

virus, es que la gente ha tenido que movilizar-

defensor del cosmopolitismo débil como yo cree

se para emprender acciones colectivas, como la

que la primera responsabilidad de un gobierno es

vacunación, el uso de mascarillas y la distancia

asegurarse de que sus propios ciudadanos estén

social. Estas acciones colectivas, que en gran

adecuadamente protegidos contra el virus, pero

medida deben ser voluntarias, se han orquestado

si luego puede enviar suministros excedentes

19


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

para salvar vidas en el extranjero, entonces eso

necesario que los Estados acepten algún grado

es algo que está moralmente obligado a hacer.

de control externo, enfrentando sanciones si no cumplen con lo acordado en un nivel superior,

LAS TENSIONES DEL ESTADO-NACIÓN

por ejemplo.

¿Qué piensas del Estado-nación? ¿Es una ins-

¿Y qué función cumple aquí el derecho interna-

titución adecuada para los tiempos que corren?

cional?

El Estado-nación es indispensable en el mundo

El derecho y las instituciones internacionales son

moderno, pero no suficiente, si eso implica que es

vitales para coordinar el comportamiento de los

la única forma de organización política que ne-

Estados. El problema es cómo conciliar eso con

cesitamos actualmente. Es indispensable si con-

el control democrático de abajo hacia arriba. Soy

sideramos lo que ahora se exige a los gobiernos

muy escéptico de que estas instituciones puedan

para que sigan sido legítimos. La gente espera

democratizarse en un sentido directo. Eso signi-

que sus gobiernos les brinden no solo seguridad

fica que la principal fuente de legitimidad políti-

contra ataques extranjeros, como siempre ha

ca debe seguir siendo el Estado-nación.

sido el caso, sino también una gran cantidad de beneficios sociales, incluido el crecimiento eco-

En el mismo sentido, ¿pone en riesgo la viabi-

nómico, el pleno empleo, un medioambiente sa-

lidad del Estado-nación la existencia de em-

ludable, educación de alta calidad, y la lista po-

presas más grandes que muchos países y con

dría continuar indefinidamente. Ya he destacado

creciente poder político, como Amazon, Twitter

cómo este alto nivel de prestaciones depende de

y Facebook?

una especie de contrato social, razón por la cual la membresía del Estado debe permanecer rela-

No soy experto en esta área, pero una cosa que

tivamente estable a lo largo del tiempo.

me llama la atención es que las empresas multi-

Debo agregar que creo que los lazos de iden-

nacionales tienen un interés evidente en fomen-

tidad también importan, como una forma de

tar formas de consumo que rompen las barreras

motivar a las personas a seguir contribuyendo al

nacionales. De cierto modo, son proveedores de

esquema. Por eso la parte “nación” de la pareja

la cultura cosmopolita, no exactamente por di-

“Estado-nación” no es redundante, pues todo

seño, sino simplemente porque tiene un sentido

Estado de bienestar democrático es también un

comercial. Si puedes diseñar una película de su-

Estado-nación, y esto no es casualidad.

perhéroes que se reproduzca igualmente bien en Norteamérica, Europa y China, entonces puedes

¿Qué rol juegan en todo esto las instancias su-

lograr una gran audiencia al mismo costo que

pranacionales?

una película cuyas referencias culturales están vinculadas a un lugar en particular.

Existe una clara necesidad de que las organi-

Estas empresas también plantean problemas

zaciones internacionales también realicen ta-

económicos, si son capaces de escapar a una

reas que las naciones por sí mismas no pueden.

contabilidad inteligente y disfrazan las ganan-

La lucha contra el calentamiento global es un

cias que obtienen en cualquier país en particular.

ejemplo obvio. Sin una organización que coor-

Pero esto es algo que, en principio, puede solu-

dine el comportamiento de los Estados —esta-

cionarse mediante la unión de los Estados para

bleciendo objetivos de emisión y garantizando su

evitar la evasión fiscal.

cumplimiento, por ejemplo— nunca se lograrán las reducciones esenciales de las emisiones de gases de efecto invernadero. Idealmente, estas organizaciones debieran operar por consenso, pero cuando esto no se pueda lograr quizá es

20


¿REIVINDICAR LA NACIÓN? En varios textos rescatas el concepto de nación.

posible aplicar las políticas económicas y socia-

¿Qué entiendes por él?

les igualitarias que requiere este sistema dentro de una comunidad en la que la gente está

Estoy trabajando en una definición de nación

dispuesta a renunciar a algunas de las ventajas

como un grupo de personas que se identifican

que podría obtener mediante la competencia en

entre sí, que se ven a sí mismos como cultural-

el mercado. Quedó claro que solo las naciones

mente diferentes de personas de otras nacio-

podían cumplir ese propósito a gran escala. De

nes, que sienten la obligación de apoyarse unos

modo que mi interés original por la nacionalidad

a otros, que quieren ser autodeterminados en

fue instrumental: era necesario para alcanzar la

términos políticos tanto ahora como en el futu-

justicia social. Después me di cuenta de que esto

ro, y que tienen una “patria”, un territorio que

solo podía funcionar si las personas valoraban la

debería ser suyo y que, por lo general, han ocu-

pertenencia a una nación por sí misma. Entonces

pado durante generaciones. Creo que estas ca-

comencé a explorar lo que significaba tener una

racterísticas juntas nos permiten distinguir a las

identidad nacional.

naciones de grupos de otra índole, como las confesiones religiosas o los grupos técnicos. Aunque

¿Y qué hay con esa crítica que ve en la nación

a veces es difícil trazar líneas divisorias exactas.

una invención sin mayor fundamento?

¿Cómo nació tu interés por el concepto

Muchos filósofos creen que debe involucrar una

de nación?

ilusión o una forma de falsa consciencia. Una visión distorsionada del pasado, por ejemplo.

Comencé a pensar en las naciones en la década

Acepto que las naciones se mantienen unidas

de 1980, cuando trabajaba en la idea del “so-

hasta cierto punto por los mitos. Aunque tam-

cialismo de mercado”. Ahí concluí que solo es

bién creo que muchas personas reconocen hoy el

21


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

carácter parcialmente mítico de sus identidades

ellos como una forma de deslealtad. Y dado que

heredadas sin dejar de valorarlas, tal vez de la

la mayoría de las personas son leales de corazón,

misma manera en que las personas a menudo se

desafortunadamente esta es una estrategia retó-

aferran a su religión sin creer en la verdad literal

rica eficaz.

de sus historias fundacionales. En ambos casos, la creencia sigue siendo importante porque res-

¿Crees que lo que está ocurriendo en Francia

ponde a una necesidad: la de ver la propia vida

con el ascenso de Zemmour en las encuestas, en

como teniendo lugar dentro de una historia más

Hungría con Orbán o en Inglaterra con el an-

amplia, que comenzó antes de que uno naciera y

terior triunfo del Brexit sean síntomas de una

que continuará después de que uno muera.

tensión más profunda en torno a la idea europea de nación?

¿Es posible defender una idea de nación que no esté mediada por la interpretación que hacen de

Las naciones europeas se enfrentan actualmente

ella líderes políticos como Viktor Orbán o Do-

a dos problemas algo diferentes, aunque ambos

nald Trump?

están conectados a la existencia de la Unión Europea (UE). La primera dificultad es la de contro-

Creo que no solo es posible, sino esencial. Aque-

lar sus fronteras. Dejando a un lado las circuns-

llos que se oponen a los nacionalistas de dere-

tancias especiales del coronavirus, la política

cha —o populistas, como se les denomina aho-

imperante es la libertad de circulación dentro de

ra— no pueden darse el lujo de permitir que esas

la UE. Debido a los sistemas similares que existen

personas

monopolicen

la

en esos países, esto podría

idea de nacionalidad. Esto a

funcionar siempre que la UE

veces se hace distinguiendo,

pudiera controlar sus fron-

retóricamente, entre patrio-

Me resisto a la idea de que

teras exteriores. En el pa-

tismo y nacionalismo, pero

algunas identidades sociales

sado reciente, sin embargo,

sea cual sea el lenguaje que se use, el punto importante

sean más ‘auténticas’ que otras.

es aferrarse a una identidad

ha resultado difícil hacerlo, debido al gran número de personas que se desplazan

compartida que une a las personas y que puede

por tierra y mar. Así, los países europeos se han

trascender las divisiones de raza, religión o gé-

visto obligados a aceptar más inmigrantes de los

nero.

que quieren la mayoría de sus ciudadanos, gene-

Personas como Orbán y Trump promueven una

rando una reacción en forma de auge de parti-

idea excluyente de la nación: afirman hablar por

dos populistas y figuras polémicas como las que

los “verdaderos” húngaros o estadounidenses y

mencionas, que hacen del control de la inmigra-

al hacerlo separan explícita o implícitamente a

ción una de sus principales políticas.

quienes se desvían de esos estereotipos (inmigrantes, minorías raciales, homosexuales, inte-

Mencionaste también una segunda dificultad…

lectuales liberales). El segundo problema es que la formulación de ¿Qué se puede hacer para evitar esta apropia-

políticas nacionales debe tener lugar dentro de

ción de la idea de nación?

las limitaciones impuestas por las instituciones europeas, como el Banco Central Europeo, la

Es importante desafiar las estrechas versiones

Comisión Europea y el Tribunal de Justicia de la

que ellos promueven sobre las historias nacio-

Unión Europea. Esto disminuye de algún modo

nales y culturales, y recuperar los símbolos na-

el margen para la toma de decisiones a nivel na-

cionales como banderas e himnos. El costo de

cional, generando lo que a menudo se denomina

no hacerlo es permitir que la oposición a estos

déficit democrático.

líderes políticos problemáticos sea pintada por

22


NACIÓN E IDENTIDAD Esto podría vincularse con las causas del Brexit…

¿Existe el riesgo de que la nación se convierta en otro discurso identitario más, como el géne-

Ambos problemas se volvieron relevantes en

ro o la raza? ¿Cómo evitar que ello ocurra?

el período previo al referéndum del Brexit, que el gobierno británico no esperaba perder. Dio

Ciertamente existe un peligro de ese tipo, que se

la casualidad de que el referéndum tuvo lugar

manifiesta especialmente cuando los populistas

en un momento en que la crisis de los refugia-

intentan promover una definición excluyente de

dos estaba en su apogeo, con los Estados del sur

nación. Sin embargo, hay algo inherente a la idea

de Europa luchando físicamente por controlar

misma de nacionalidad que apunta en otra di-

el movimiento de migrantes. El eslogan de los

rección. Por supuesto, toda identidad presupone

partidarios del Brexit (“Recuperar el control”)

al menos un caso de contraste: ser británico no

adquirió una resonancia particular en estas cir-

es ser francés, ser chileno no es ser argentino y

cunstancias. Aunque cada grupo de votantes

así sucesivamente. Pero internamente, las na-

tenía diferentes razones para querer que la au-

ciones quieren inscribir a todos los que residen

toridad de la toma de decisiones regresara de

permanentemente en su territorio, pues ese es el

Bruselas a Westminster, la sensación de que la

ideal nacional en sí mismo: un país habitado por

UE era incapaz de actuar colectivamente frente

su propia gente. Por tanto, tienen un incentivo

a un desafío político importante fue sin duda un

para abrir la identidad nacional a los recién lle-

factor que contribuyó.

gados y las minorías, al deshacerse de elementos

23


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

(como la raza) que los excluirían inevitablemen-

sí mismos como anidados dentro de naciones

te. También es importante que una identidad na-

más grandes. Hay muchas razones prácticas

cional es solo una entre varias identidades que

para pensar que deberían hacerlo. Dado que no

una persona puede tener, y esto a veces se indica

pueden ser autosuficientes de manera realista,

mediante el uso de guiones, como “irlandés-es-

necesitan unirse al contrato social implícito que

tadounidense”. Esto anuncia que su identidad

mantiene cohesionada a una sociedad democrá-

política es estadounidense, pero que su herencia

tica moderna.

étnica es irlandesa. La idea de comunidad o identidad nacional En ese mismo sentido, ¿qué ocurre con las

puede verse tensionada por reivindicaciones de

minorías nacionales que habitan en cier-

estos pueblos indígenas, que suelen sostenerse

tos Estados?

en el argumento de que ahí habría algo más auténtico. ¿Qué opinas al respecto?

Hasta este punto he estado hablando de naciones como si en cualquier territorio solo una de ellas

Me resisto a la idea de que algunas identidades

estuviera legítimamente presente, pero por su-

sociales sean más “auténticas” que otras. Todas

puesto eso es una simplificación burda. La mayo-

las identidades se construyen socialmente y se

ría de las naciones incluyen minorías nacionales

adaptan para tener en cuenta tanto los cambios

cuyos miembros se identifican en dos niveles di-

internos del grupo como su entorno externo. Esto

ferentes, tanto con la nación más grande como

es perfectamente claro en el caso de las identi-

con la nación más pequeña anidada dentro de

dades nacionales, como lo demostrará cualquier

ella. Manejar esa relación puede ser difícil. De

estudio histórico. Entonces, ¿por qué debería ser

hecho, en los últimos años en el Reino Unido he-

diferente en el caso de los grupos indígenas?

mos visto nuevas demandas de independencia de

En algunas situaciones, puede ser importante

Escocia, que corresponden a un debilitamiento

recuperar partes de la cultura del grupo que se

del sentido de la identidad inclusiva británica.

han perdido, como cuando el grupo ha sido desplazado físicamente, pero la recuperación aquí

¿Y qué pasa con los pueblos indígenas?

siempre implica una reinterpretación. La cultura tiene que adaptarse a la forma en que vive el gru-

La primera pregunta es si ellos también deberían

po ahora.

tener identidades divididas en niveles y verse a

Strangers in Our Midst. The Political Philosophy of Immigration David Miller Harvard University Press, 2016 240 páginas

24


El lugar sin límites JOSEFINA ARAOS

25


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

L

a modernidad es, en alguna medida, una pro-

para el avance del progreso. Se trata del esfuerzo

mesa: aquella que asegura la liberación definiti-

por justificar algún límite, no por mero afán re-

va del ser humano. Si ya nada superior justifica

tardatario, sino por restablecer criterios orien-

los condicionamientos de la existencia, esta po-

tadores que den sentido al habitar humano en

sibilidad emancipatoria puede por fin avizorarse

el mundo.

en el horizonte, pues su realización tendrá lugar

Para los modernos, dice Alain Finkielkraut

aquí en la tierra, en algún momento del futuro.

interpretando a Hegel, pareciera que todo vale

Es la promesa del progreso infinito e inconteni-

como sacrificio para la marcha de la razón y,

ble al que conduce el despliegue dialéctico de la

por lo mismo, todo debe ponerse al servicio de

razón, y que funda el optimismo ilustrado que

su promesa. El intelectual, ubicado en un lugar

incluso hoy se mantiene como si nada hubiera

privilegiado, alcanzaría supuestamente a vis-

pasado en el intertanto.

lumbrar ese final grandioso, mientras los demás,

Esta promesa conduce a cierta idea, por mo-

ciegos a ese destino necesario, se “conmueven

mentos dominante, que asume que el avance y

con la contingencia”, con los dolores y sufri-

el cambio siempre serán positivos, sin importar

mientos individuales producidos por esa fuerza

las pérdidas que puedan ocurrir en el proceso. La

incontenible que se dirige hacia el futuro. El mo-

antigua espera orientada hacia lo trascendente

derno debe aprender así, afirma Finkielkraut (si-

se vuelca ahora hacia el reino de la inmanencia y

guiendo ahora a Foucault), a “aceptar la muerte

gatilla nuestra ansiedad, pues bastaría con aunar

de los otros” por un bien mayor; es el rito de paso

voluntades para permitir el recorrido libre del

para acceder a la verdad universal en que la rea-

progreso. Y frente a ello, ¿cómo defender cual-

lidad inmediata, accidental, se subordina a un

quier intento de contención o demora? Los lími-

ideal de realización inmanente, que tendrá lugar

tes se revelan como obstáculos y el pasado, de

en algún momento de la historia2.

pronto, como pura atadura. La tarea, entonces,

De este modo, y casi sin quererlo, la misma

es despejar el camino para poner en evidencia

aspiración comienza a evidenciar sus tensiones.

los esfuerzos de perpetuación aún camuflados de

Porque la lectura progresista, como bien anticipa

una dominación obsoleta, “y ayudar así a la his-

Tocqueville al observar la democracia norteame-

toria a proseguir su marcha hacia delante”1. Las

ricana, no alcanza a reconocer la contingencia de

líneas que siguen buscan volver sobre algunos

sus propios objetivos. Y es que nada asegura que

autores que han intentado poner en evidencia las

el futuro será necesariamente mejor. La tierra

tensiones y riesgos de ese objetivo prácticamente

de la igualdad de condiciones, hecho que invade

incuestionado: el de eliminar todo impedimento

cada ámbito de la vida social para transformarla

1

Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos (Madrid: Encuentro, 2006), 62.

26

2 Ibid., 48.


por completo —es esa la verdadera revolu-

perdido en algún momento del camino y ya nadie

ción—, instala en el centro de las expectativas de

sabía cómo recuperarlos6.

los individuos un bienestar que puede terminar

Frente a este acontecimiento innombra-

por esconder cualquier otra aspiración humana.

ble, el optimismo moderno empieza a tamba-

La consecuencia de ello es el empobrecimiento

lear, y la sombra que Nietzsche advirtió cuando

de una existencia que parece contentarse con su

denunció la arbitrariedad de todo valor empezó

mera reproducción3.

a extenderse. Es el nihilismo el que se impone

Sin embargo, la voz de Tocqueville y de otros

ahora, como un abismo que aguardaba al final

contemporáneos suyos no alcanzaron a impo-

del camino del progreso y la emancipación7. Al

nerse al optimismo ilustrado. Los siglos XVIII

horror lo seguía el vacío, la nada. O más bien, su

y XIX fueron todavía indulgentes, y los males

posibilidad era la confirmación de un vacío ya

de la modernidad que de a poco iban develan-

instalado en las conciencias, pero que nadie ha-

do la contracara del progreso, no bastaban para

bía querido mirar y que, como acusó brutalmente

echar abajo la esperanza ciega en la realización

Arendt, en su indiferencia se volvió cómplice del

terrenal de sus promesas. Pero el siglo XX vino,

orden totalitario8.

repentinamente, a cambiarlo todo, “cuando el

La tragedia, sin embargo, se mostró aún más

adelante se confundió con el horrible de la dic-

profunda cuando el nihilismo no desapareció con

tadura totalitaria”4. El dominio soberano del

el fin del conflicto bélico. El triunfo en la guerra

individuo y la razón se reveló tan arbitrario y

pareció revivir por momentos un optimismo

brutal como la tradición su-

que hizo pensar que con la

perada y la bondad del fu-

caída de Hitler volvíamos a

turo se mostró como una farsa. Nada estaba —nada está—

asegurado.

¿Cómo

explicar el Holocausto que, como dijo Hannah Arendt, no tenía antecedente alguno

Es el nihilismo el que se impone

retomar el camino correcto, como si su ascenso al poder

ahora, como un abismo que

hubiera sido tan solo un pe-

aguardaba al final del camino

queño tropiezo en una ruta

del progreso y la emancipación.

en la historia humana? Si ni

que seguía incólume. Pero la hipótesis estaba equivocada. Así lo plantea Finkielkraut

siquiera había palabras para nombrarlo, pues no

en la revisión de los autores que, en las últimas

se parecía a nada conocido5. Su posibilidad his-

décadas del siglo XX, recuperaron la “inquietud”

tórica era resultado de la nueva sociedad, la mis-

de Tocqueville. El objetivo era levantar una de-

ma que había prometido no solo la emancipación

nuncia que contrapesara las nuevas versiones de

definitiva del hombre, sino un camino que única-

la esperanza moderna, que tuvo una de sus últi-

mente tendría avances. Los aparentes retrocesos,

mas expresiones en la emblemática idea del fin de

las demoras, se debían simplemente a la persis-

la historia. Frente a esa expectativa, se afirmaría

tencia del pasado. Lo nuevo, se creía, era siempre

en cambio que el progreso y la dirección hacia un

bueno. Hasta que apareció el horror totalitario y,

futuro mejor no están garantizados y que la vo-

en su base, una sociedad de masas que ponía a los

luntad de poder —el deseo de dominio de unos

individuos uno al lado del otro, pero ya sin nada

sobre otros, como dijera Orwell— persiste como

en común que les permitiera reconocerse, su-

amenaza en el alma humana9. Y aunque el horror

bordinados a una estructura de dominación que por funcional y eficiente parecía justificada. Los criterios para evaluarla críticamente se habían

6 Una reflexión análoga sobre la crisis moral detrás de la guerra se encuentra en Alan Jacobs, 1943. La crisis del humanismo cristiano (Santiago: IES, 2021). 7 Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos, 50-51.

3 Ibid., 67. 4 Ibid., 62. 5 Hannah Arendt, “Comprensión y política”, en De la historia a la acción (Barcelona: Paidós, 1999), 31-32.

8 Hannah Arendt, “Algunas cuestiones de filosofía moral”, en Responsabilidad y juicio (Barcelona: Paidós, 2007), 78-79. 9 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política

27


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

se haya desvanecido —al menos por ahora—, se

de la desolación dejada por el orden totalitario, o

mantiene igualmente la “escualidez” de la vida,

del vacío sin sentido de una vida cómoda, pero sin

una que se creía exclusiva del orden totalitario,

significación trascendente? Esa será la búsqueda

pero que, como bien anticipó Tocqueville, se tra-

urgente que emprenderán diversos autores,

taba de algo constitutivo de los tiempos moder-

unidos sin saberlo por la necesidad de reencon-

nos. Ahora, en el contexto de una sociedad donde

trarse con la insustituible existencia real, con-

la “vida sin más” se ha convertido en el único

creta, inmediata; una que pueda contrarrestar

horizonte, esa escualidez ya no se ve en la cen-

la supremacía del futuro que, por su promesa,

sura, el control de las consciencias o la persecu-

arrasa. Porque al imponerse la expectación con

ción, sino en una existencia que se contenta con

un futuro siempre promisorio, la modernidad

permanecer satisfecha, más que realizada, con la

ha perdido “la noción de lo irreparable”, dirá

glotonería con la que consume un mundo que ya

Finkielkraut, así como la conciencia del ámbito

no puede ni quiere apreciar10.

donde reside, verdaderamente, el valor de las

Todo parece conducir a la resignación, en una

cosas y el sentido de la realidad11.

especie de movimiento pendular que pasa del éxtasis y el optimismo a la desesperanza, la in-

Decencia común y juicio: resistencia y esperanza

diferencia y el pesimismo. Y la pregunta que se levanta aquí es ¿cómo volver a construir en

“El don que pidió San Luis y no obtuvo, lo tuve

este mundo un refugio? ¿Cómo salvarnos de un

yo”, exclama el historiador francés Jules Miche-

nihilismo irremontable ante la contundencia de

let. Se trata del don de lágrimas, por el que oraba

hechos tan brutales? ¿Qué permanece en medio

fervientemente el rey galo sin tener respuesta. Michelet lo define como “amor a la muerte”; un

(Madrid: Acuarela & A. Machado, 2010). Pos 1427. 10 Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos, 68-69.

28

11 Ibid., 49.


llanto que en la tradición mística católica de-

es una mera “idealización literaria”, sino la con-

signa la experiencia de verse conmovidos por lo

firmación de un dato de la realidad, que el autor

real. Una “gracia” que “libera nuestra vida del

además conoció de primera mano en el contac-

egoísmo”. Son las lágrimas que permiten mi-

to con un mundo obrero con el que toda su vida

rar de verdad, escapar a las categorías abstrac-

buscó identificarse15.

tas de la conciencia moderna o a su fascinación

El propio Orwell ofrece las equivalencias y

con el futuro; con “la Historia, el Progreso, la

traducciones de esta common decency, que no

Revolución” para volverse sobre la “pluralidad

es ninguna suerte de aptitud ni aprendizaje li-

humana” y detenerse por un momento frente a

bresco, sino una disposición vital aprendida con

la grandeza, la sobreabundancia de la realidad.

otros: “el amor, la amistad, la alegría de vivir, la

Porque “Dios no recomenzará”, sentencia Fin-

risa, la curiosidad, el valor, la integridad”, dice

kielkraut parafraseando a Michelet12. El don de

el autor; todas experiencias que, para Orwell,

lágrimas parece así un gesto de amor a un mun-

suelen estar ausentes en la vida de los poderosos.

do finito, pero también un acto de resistencia,

Profundizando en la definición de este concepto,

de crítica y distancia frente a un progresismo

el intelectual francés Jean-Claude Michéa afirma

que se vuelve ciego y se obnubila con la promesa

que se trata de “la práctica cotidiana de la ayuda

del porvenir.

mutua y de la reciprocidad generosa, quizás ‘in-

Finkielkraut se concentra en la obra de Miche-

nata’, y que, en cualquier caso, representa el zó-

let como un material que testimonia esa decisión

calo necesario de toda buena vida y la condición

y esa virtud, pero podemos encontrarla en otros

indispensable para cualquier rebelión que aspire

autores que comparten, como el mismo Tocque-

a ser justa”16. Se muestra así el acto de resistencia

ville, esta inquietud por un camino cuyo éxito no

levantado por Orwell frente al progresismo mo-

está garantizado y, sobre todo, por los sacrificios

derno en general, y al de la izquierda en particu-

que su marcha libre puede implicar. Es la nece-

lar, porque quiere devolver a su lugar a la propia

sidad de cuidar, e incluso antes, de identificar el

revolución, la misma que el socialismo ha iden-

ámbito de aquello que debe ser protegido de los

tificado como el objetivo final al cual todo debe

posibles daños del progreso.

subordinarse. En la delimitación del horizonte de

George Orwell es uno de esos autores y orien-

la common decency, situado en la vida cotidiana

tará su obra justamente a ese desafío. El don de

del hombre común, Orwell recuerda al optimis-

lágrimas de Michelet aparece en su concepto de

mo ilustrado qué es lo instrumental, y cómo la

common decency, que Simon Leys define como

política y el proyecto, sean cuales sean, deben

los “denominadores comunes de una sociedad

ponerse al servicio de lo real. Esto es, al servicio

civilizada”, una suerte de consenso dado que

de la existencia diaria de personas sencillas que

13

sostiene la convivencia . El autor de 1984 iden-

descubren y aprenden lo bueno, lo verdadero y lo

tificó la expresión en la literatura de Dickens,

bello en el despliegue diario de la convivencia. Si

que había encontrado en la decencia —y no en

las iniciativas políticas y sociales no se fundan en

la revolución— las condiciones para modificar

esto, no hay nada que pueda salvarlas de orien-

la trayectoria de las cosas. Ningún cambio en las

tarse finalmente hacia el horror.

estructuras podría salvar de la inmoralidad a una

Se trata de un realismo que salva de la abs-

sociedad que ha renunciado a los valores reci-

tracción avasalladora del progreso. La common

bidos y realizados en la existencia cotidiana de

decency de Orwell es el don de lágrimas de Mi-

unos con otros . Lo que Orwell ve en Dickens no

chelet, que mira atenta lo que tiene delante para

14

12 Ibid., 49-50. 13 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política. Pos 559.

GB, 1940), disponible en el sitio dedicado al autor orwellfoundation.com.

14 Sigo acá el argumento del propio Orwell en su ensayo “Charles Dickens” publicado originalmente en Inside the Whale and Other Essays (Londres:

15 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política. Pos 229. 16 Ibid., Pos 1427.

29


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

conmoverse e intentar cuidarlo. Ese es el refugio

no se puede prescindir si lo que se busca mejorar

en este mundo moderno: no hay que construir-

es la convivencia. Una “infraestructura moral”

lo ni imponerlo, sino descubrirlo, reconocerlo,

que permite “hacer frente”, contener la domi-

protegerlo. Michéa afirma en la misma línea que

nación y la voluntad de poder que se mantiene

“ninguna sociedad decente puede existir (…) si,

como amenaza en todo ser humano, incluso en

de acuerdo con la tradición apocalíptica fundada

quienes se visten de las intenciones más nobles18.

por San Juan y San Agustín, persistimos en cele-

Hacer frente a la dominación es el objetivo que

brar la llegada del ‘hombre nuevo’ y predicar la

moviliza también a Hannah Arendt en su análisis

necesidad de hacer ‘tabla rasa’ con el pasado”17.

del totalitarismo del siglo XX. Si para Orwell la

Aparece acá el conservadurismo orwelliano que,

esperanza reside en la common decency, para la

en contra de aquella lectura progresista que bus-

filósofa alemana la clave es la capacidad de jui-

ca partir de cero, reclama la subordinación de

cio, que considera “la facultad mental por exce-

cualquier empresa que intente “cambiar la vida”

lencia”19. Se trata de un acto muy sencillo, pero

al cuidado de lo real. La herencia, la tradición,

esencial: poder distinguir lo bueno de lo malo

la memoria, el lenguaje, en fin, lo recibido, lo aprendido y lo dado; aquello que nadie escogió, pero que alberga al llegar al mundo, y de lo que

18 Ibid., Pos 91.

17 Ibid., Pos 1466

19 Así lo define Jerome Kohn en la introducción a Hannah Arendt La promesa de la política (Barcelona: Paidós, 1997), 28.

30


—la decencia, en el fondo— y orientar así mo-

—incapaz de distinguirlo— o satisfecho con esa

ralmente nuestra acción en el mundo. La re-

glotonería de la que habla Finkielkraut, en que se

levancia que asigna al juicio se justifica en que

consume el mundo simplemente para perpetuar

a Arendt no le importaba tanto desentrañar la

la vida. Requerimos del juicio para poner lími-

singularidad de Hitler o el nazismo, sino iden-

tes, dice Arendt, para contener las causas, por

tificar las condiciones que lo hicieron posible. Y

más nobles que se presenten, dispuestas a pa-

su conclusión es tan incómoda como revelado-

sar por encima de todo con tal de hacer efectivas

ra: la misma sociedad en que el horror totalita-

sus metas. Porque no hay sacrificio que valga la

rio apareció sentó las bases para su despliegue,

pena si lo que se pierde es un retazo de una hu-

pues había perdido hace tiempo esa facultad;

manidad que solo vale en su existencia concreta.

había renunciado a pensar, entregando esa tarea

Porque la pretensión de realizar al hombre dice

a unos pocos y quedando vulnerable a quien vi-

Arendt —o la revolución, o la razón, o la histo-

niera a reemplazar los hábitos establecidos, sin

ria—, termina siempre, finalmente, eliminando

ya capacidad para darse cuenta . Esa renuncia es

a los hombres22.

20

para Arendt un desarraigo; un vuelco del hombre sobre sí mismo, una suerte de aislamiento en

La pequeña bondad y el otro lugar

que va desapareciendo el mundo compartido. El mismo que nos permite contar con criterios de

Decencia común, dice Orwell; recuperar el juicio,

orientación y reconocimiento del valor de quien

afirma Arendt. Gestos de resistencia, y también

tenemos por delante. Carentes de juicio y normas

de esperanza. Son llamados incómodos para un

morales, una vez que llega

progresismo que quiere te-

un tirano al poder no queda

ner el camino despejado; es

nadie que pueda reconocerlo. Esa es la base esencial de la catástrofe que marcó al

El optimismo moderno solo puede tener sentido si

siglo XX: un individualismo

descansa en lo que hay, no

hijo de los tiempos demo-

por perfecto, sino por real.

cráticos, diría Tocqueville,

una actitud que obliga a poner límites, a detenerse, a recordar que no todo avance está justificado. Aunque ese movimiento incontenible en que nada permanece sea dis-

que no reconoce nada superior o externo a lo que

tintivo de nuestros tiempos, no constituye en sí

aferrarse para fundamentar el propio discerni-

mismo un valor. Es apenas una posibilidad que,

miento y, con ello, defender la posibilidad misma

si sabemos manejar, puede traer mejoras, pero

de la individualidad.

también peligros y pérdidas irreparables. La ta-

Arendt quiere restaurar la capacidad de juicio

rea entonces no es adaptarse, como si el cambio

para volver a enraizar al hombre en el mundo, de

fuera irresistible, sino pararse frente a lo que

manera que tome conciencia de su pertenencia a

viene, tomando posición y poniendo la novedad

algo más grande que él mismo y que por eso vale

al servicio de algo que hoy haga sentido. De ma-

la pena cuidar21. Es, en el fondo, la disposición a

nera que la pérdida no se disfrace de necesidad,

mirar una vez más —como el don de lágrimas—

no trate de justificarse por la supuesta bondad de

lo que se tiene delante de los ojos, para captar

aquello que viene como reemplazo.

la profundidad y hondura —también el valor y

“Entre millones de isbas rusas [viviendas

el sentido— de la existencia. Porque cuando se

hechas de madera donde habita tradicionalmen-

ha renunciado a pensar, el ser humano se sume

te la familia campesina rusa] no hay ni habrá

en un habitar superficial, indiferente al horror

nunca dos exactamente iguales. Todo lo que vive es irrepetible”23. Así comienza Vida y destino de

20 Esto aparece en el capítulo titulado “Sócrates” en ibid., 58.

22 Hannah Arendt, “Sócrates”, 42.

21 Hannah Arendt, “Algunas cuestiones de filosofía moral”, 115.

23 Vasili Grossman, Vida y destino (Barcelona: Lumen, 2008), 4.

31


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

Vasili Grossman, otra de las referencias citadas

de demanda o reclamo conservador de los au-

por Finkielkraut para designar el esfuerzo de

tores aquí revisados; no en una defensa de los

diversos intelectuales que quisieron oponer a la

poderes establecidos o de un supuesto statu quo,

promesa abstracta de la realización del bien en

sino en recuperar esa noción de lo irreparable de

la tierra otro lugar, uno concreto y cotidiano,

la que habla Finkielkraut. De esa “pequeña bon-

que obliga a esa promesa a detenerse. Porque el

dad” que permanece al “margen de la ideología,

optimismo moderno solo puede tener sentido si

del progreso, de la historia”; una “llama eterna,

descansa en lo que hay, no por perfecto, sino por

intermitente, débil, pero vivaz” que, como la de-

real. Es en lo que tenemos delante y en aquello

cencia común de Orwell, deja siempre testimonio

que el don de lágrimas nos permite reconocer

de alguien único e irrepetible, con quien vuelve

que se justifican las apuestas, las acciones y las

la esperanza de un nuevo comienzo25. Es a ello a

mejoras. No podemos aspirar al progreso si no

lo que debiera volcarse la promesa del progreso,

es porque hoy, frente a nosotros, hay algo que

no para salvarse del error, del fracaso, del abuso

da sentido y que inspira. Y eso necesariamente

siempre posible, sino para contar con un crite-

arraiga y limita la transformación, sea cual sea.

rio de discernimiento, con un absoluto que guíe y

Parece abrirse, entonces, una alternativa entre

justifique sus pasos.

el nihilismo y la ceguera progresista (que a ratos tienden incluso a confundirse). Se trata de abandonar por un momento la fascinación ciega con el progreso, y su futuro abstracto e hipotético, para ser capaces de mirar la realidad presente encontrando los términos correctos para designarla y valorarla. Sea que la llamemos decencia común, juicio, economía moral, sabiduría o conocimiento práctico, lo esencial es poder reconocerla para que sea ella la que ahora se imponga y todo se ponga a su servicio . En eso consiste esta suerte 24

24 Además de los conceptos ya analizados de Orwell y Arendt, remito aquí, al pasar, a términos que en un

sentido análogo han sido desarrollados, respectivamente, por el historiador británico E. P. Thompson, el sociólogo chileno Pedro Morandé y el antropólogo norteamericano James C. Scott. 25 La idea es de Arendt, quien afirma, desde San Agustín, la tesis de que cada ser humano es en sí mismo posibilidad de un nuevo comienzo. Esto aparece en distintos momentos de su obra, pero una primera formulación se encuentra en el ensayo “Comprensión y política” ya citado.

Josefina Araos es licenciada y magíster en historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile, estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes e investigadora del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Es autora de El pueblo olvidado. Una crítica a la comprensión del populismo (Santiago: IES, 2021).

32


¿La historia como despojo? Tiempo y revolución en los años sesenta DIEGO GONZÁLEZ

33


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

E

l tiempo de la revolución no es, sin más, el

límite. Una que refleja una valoración del pasado

tiempo humano. Lo supone, sí, pero también lo

en tanto entrega y herencia. El empeño de este

hunde y fagocita, alegando ternura. Es un tiempo

ensayo es indagar en ambas interpretaciones del

que desata y se yergue, henchido de convicción,

tiempo y la historia, acentuando especialmente

antes de proclamar y dictaminar. El tiempo de

la comprensión crítica de la revolución formula-

la revolución es aquel del recomenzar incesan-

da en Chile y América Latina a comienzos de la

te, presuroso e impaciente; ella, en tanto, intuye

década de 1960.

que solo en el presente se encuentra su oportunidad y que habrá de afanarse, para luego esperar.

Posguerra

Esperar a que la historia mueva sus hilos, despeje el camino y haga su voluntad, junto al tesón de

En algún momento del siglo XX, después de 1945,

hombres y mujeres que, por más que la aprecien

las lecturas escépticas de la revolución fueron

y se inclinen ante su altar, no la controlan. Pues,

norma más que excentricidad, e incluían una

al fin y al cabo, ¿qué son para la revolución los

sospecha de la noción del tiempo que acompa-

auges y las caídas de los imperios, los saberes y

ña al hecho revolucionario. Dos guerras nacidas

las artes, las piedras encumbradas unas sobre

del vientre de Europa, además de la revolución

otras, adornadas y monumentales? ¿Qué son los

bolchevique, se contaban entre sus anteceden-

templos, las palabras y las ruinas enmudecidas,

tes. Así, hacia 1945 las endebles democracias

el esmero lento de los siglos? ¿Qué son sino una

europeas, salvadas apenas del fuego, no estaban

larga historia de despojos que es preciso hoy, y si

tan ansiosas por revolucionar como por conte-

no cuándo, enmendar?

ner y respirar, sentando algunos mecanismos

La revolución moderna es un nuevo tiempo. Su

de protección en sus constituciones y en la vida

fuente es una noción de la justicia y su suelo una

cívica. Al menos en Europa, las cumbres del ideal

extraña y nueva trascendencia que le es tan con-

ilustrado y del progreso decimonónico yacían

sustancial como impenetrable para sus contem-

desmoronadas. Y por más que la reconstrucción

poráneos. Representa por lo mismo una fractura

haya sido más rápida de lo esperado —pensemos

del tiempo anterior, un desacoplamiento del pa-

en la Alemania Federal—, el sosiego de las ur-

sado, al que vuelve la espalda. Es necesidad y no

gentes necesidades materiales habría de ser

contingencia; mandato y no posibilidad. Encarna

acompañado por uno de orden moral, afirmado

la historia en clave optimista, en breve, y ya no

en el piso conocido de una tradición. No más ex-

mirará hacia atrás: los escombros de ayer la ru-

perimentos, no más refundación: que se deten-

borizan y exasperan.

ga aquí, por un momento, el tren incontenible

Frente a esta comprensión del tiempo de la

de la historia. Pues cuando la revolución decía

historia, aledaña a la revolución moderna —y a la

“necesidad”, se pensaba entonces, quería seña-

modernidad como tal—, se rebela otra que suele

lar un movimiento inexorable, una ley del proce-

poner al pasado en un sitial de mayor privilegio;

so histórico.

no como resto petrificado, por cierto, sino como 34


Es una de las tesis de Hannah Arendt en su co-

moral revolucionaria y el lugar de la violencia

nocido ensayo de 1963, Sobre la revolución. La idea

devenida en terror, pero justificada ante el tribu-

de necesidad histórica tras una revolución como

nal de la historia. La segunda posguerra en paí-

la francesa de 1789, pensaba Arendt, reflejaba el

ses como Francia fue fecunda en esta suerte de

irresistible “pathos de la novedad” de la apuesta

interrogantes, sobre todo ante la emergencia de

revolucionaria, proyectada hacia el futuro en una

un impulso de liberación envuelto en conciencia

trayectoria recta y ascendente. De ahí el cambio

histórica activa, resuelto a tomar la historia y ha-

impuesto sobre las costumbres y las institucio-

cerla suya, más que a padecerla. La compañía que

nes, los emblemas y el lenguaje; mientras todo

Sartre le ofrece a Frantz Fanon con su prólogo a

lo demás, lo anterior y no consagrado por el nue-

Los condenados de la tierra, de 1961, pretende que

vo orden, puede ser desechado. Las imágenes de

el rebelarse contra el opresor, tomar las armas

la ruptura, que a su vez inaugura una cadena de

y honrar la violencia revolucionaria pueda ser

otros hechos, reverberan en el imaginario, urgen

también una afirmación de la propia humanidad

un posicionamiento y sancionan, mitificando. ¿Y

y su dignidad pisoteada. Los fusiles serían la otra

quién querrá quedarse de pie, entristecido, en la

cara de una estructura de dominación.

vera de la marcha de la historia?

Después de 1945, el encuentro entre este po-

Se trata de una reflexión cercana a la que por

sicionamiento, entendido como valoración de la

entonces venía ensayando Albert Camus en pie-

revolución, y la crítica de la noción del tiempo de

zas dramáticas y breves tratados, sobre todo a

la historia que ella supone, se vuelve más intenso

raíz de las consecuencias morales de la revolu-

y prolífico. Son los años del despunte de la Gue-

ción. Como en Los justos, de 1949, en torno a la

rra Fría, a la vez que del despegue de un “tercer 35


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

mundo” y la ola de descolonización en Asia y

a la historia todo su poder justificador. En Chile,

África. Una década, la de los cincuenta, que vio

es cierto, habría dudas sobre la aplicabilidad del

además acrecentar el poder económico de Esta-

modelo cubano a la realidad nacional y su siste-

dos Unidos y su influjo regional en América Lati-

ma político, pero en lo grueso la identificación de

na. Precisamente por lo anterior es tan relevante

la izquierda chilena con el fundamento y el aura

la victoria de los guerrilleros cubanos en enero

de la revolución cubana sería permanente du-

de 1959 y el derrocamiento de Fulgencio Batista.

rante toda la década. La declaración del carácter

Podría pensarse que el triunfo de la revolución

“socialista” de la revolución, hecha por Castro

en Cuba cerró de golpe la década precedente para

en 1961, era reflejo tanto de los compromisos

todo el continente, inaugurando una que se pre-

de la Guerra Fría como de los atributos que en la

veía marcada por un entusiasmo transformador

imaginación occidental y latinoamericana tenía

sin parangón. Su impacto, genuino y transversal,

el mundo más allá de la Cortina de Hierro.

logró lo que pocos hechos de alcance continen-

Ahora, ¿qué lugar reconocerle a la violencia

tal habían conseguido hasta la fecha y, más allá

revolucionaria? ¿O a las ejecuciones sumarias y

de su orientación inicial, entre nacionalismo y

a la entronización personal de Fidel Castro? La

marxismo, atrajo la atención del mundo hacia la

pregunta no solo urgía a las izquierdas. Algu-

región y enloqueció por un instante los relojes de

nos socialcristianos chilenos, cercanos al recién fundado Partido Demócrata

la historia. América Latina, en breve, se hacía tierra de

Cristiano (PDC), también al-

revolución.

bergaron esperanzas tras la

Revolución Conocemos los entusiasmos que los hechos cubanos pro-

¿Qué son para la revolución los auges y las caídas de los imperios, los saberes y las artes, las piedras encumbradas unas

vocaron en las izquierdas

sobre otras, adornadas

chilenas de cuño marxista,

y monumentales?

caída de Batista, valorándolo como un hecho que habría “estremecido de alegría el alma de la democracia de Latinoamérica”. La rotura de la “infamante cadena de dictaduras” que esclavizaba el continente, se pensaba, su-

alentadas por una interpretación revolucionaria que, con mayor fuerza aún

maba otro momento estelar y solo habría de pro-

luego de 1959, pensaba dar cuenta de la fractura

pagarse. Voces informadas, no obstante, como

de una época y del fin de la miseria y la explo-

Jaime Castillo, dudaban. Cuestionaban el carácter

tación latinoamericanas. Así, por ejemplo, eva-

de la particular “justicia revolucionaria” contra

luaba Clodomiro Almeyda a comienzos de 1960

los vencidos, más bien con ribetes de venganza;

el significado de la gesta tanto para el continen-

reclamaban luego el ascenso rápido e incues-

te como para el tiempo inaugurado con ella, el

tionable de Castro como caudillo y seductor de

tiempo de la revolución: “Ha llegado la hora de

masas. La independencia nacional y una reforma

América Latina. El decenio que se inaugura en

agraria podrían continuar siendo fines loables,

1960 marcará la plena incorporación de nues-

pero ¿sería el proceso cubano, se preguntaba

tra gran patria indoamericana a la Historia, a

Castillo en agosto de 1959, más o menos que una

través de sus luchas por afirmar y consolidar la

democracia? Las conclusiones, a poco andar, no

existencia nacional independiente, por liberar-

serían halagüeñas para el régimen instaurado en

se del imperialismo y del atraso y por construir

la isla.

una sociedad sin clases”1. América Latina, un

Todo esto, claro, no decía mucho sobre la inevi-

“volcán en ebullición”, se proponía así saldar las

tabilidad de la revolución como tal. La propia DC,

deudas con su pasado arrebatado, devolviéndole

nacida en 1957, se había propuesto originalmente “pasar a una nueva etapa de civilización”;

1

Editorial, “La hora de América Latina”, Arauco 5, mayo de 1960, 6.

36

esta era su “misión histórica”. El presidente del Partido al despuntar 1959, Patricio Aylwin,


aleonaría a los suyos con el peso de la respon-

inspirada por un optimismo histórico pleno,

sabilidad que los democratacristianos guardaban

vuelto hacia el futuro. La seña del pensamiento

para sí: “¡Ni capitalismo ni comunismo! ¡Demo-

católico, aquí, es la expectativa de una transfor-

cracia Cristiana! Esta es la consigna”2. Por prin-

mación de las estructuras que sostenga la justicia

cipios y por trayectoria, entonces, esta se trataría

social, no demasiado lejos de la visión conteni-

de otra clase de revolución, lejana tanto de la de

da en Mater et Magistra del papa Juan XXIII. Los

Castro en Cuba como de la congelada por los co-

socialcristianos, por lo mismo, tienden a pasar

munistas en Berlín con la construcción del Muro,

por alto cualquier crítica sobre el tiempo de la

en agosto de 1961. Así, los socialcristianos chile-

revolución y su correlato antropológico, enca-

nos vuelven la vista hacia una fórmula sui generis

minándose más bien hacia una versión renovada

de revolución social con democracia, como dos

de la “revolución cristiana” ya imaginada en los

caras de una misma moneda, aunque albergando

años treinta. De conservación o escepticismo al

más de alguna duda en torno a la identificación

menos, muy poco.

“liberal” de la segunda. Elaboración conceptual no faltaría: comunitarismo o socialismo comu-

La historia como límite

nitario, amén de que la idea de una “democracia cristiana” tenía raíces europeas bien definidas.

A comienzos de los años sesenta, el “progreso”

Pero en América Latina, a comienzos de los se-

estaba lejos de ser una idea conceptualmente

senta, esta madeja conceptual era rociada con

neutra. Uno de los supuestos de la Alianza para el

expectación revolucionaria, de inminencia cuasi

Progreso, promovida por la presidencia Kennedy

mesiánica, que contrastaba con el tono procedi-

y sustentada en una teoría de la modernización,

mental de las democracias representativas.

era la posibilidad de “inducir” el desarrollo en

Hacia 1962, la revista Política y Espíritu palpa el

sociedades del Tercer Mundo como las de Amé-

vuelco histórico en el continente y lo proclama,

rica Latina. El progreso, para algunos teóricos

haciéndolo suyo: “¡Es una hora de revolución!

sociales, tenía mucho de destino universal y en

¡Todo está en juego! América se halla en vías de

cierto modo inevitable; y en cuanto a los reza-

pasar a otra etapa de su historia. Eso se hará ine-

gados, bastaría con mostrarles el camino correc-

vitablemente. Y el modo como se haga es tan vital

to. El temor a una segunda Cuba fue un acicate

como el hecho mismo del cambio”3. Lo relevante

no menor en la puesta en marcha del programa

es que, fuera de los programas, esta revolución

de la Alianza, que en Centroamérica y otras re-

decé incluía un infaltable horizonte de futuro,

giones, además de ayuda financiera y técnica,

teñido de pensamiento utópico de la mano de

supuso apoyo militar y de contrainsurgencia. El

una interpretación cristiana de la historia, aun-

progreso no podría ser amenazado y, llegado el

que pasada por el cedazo de la crítica social y el

caso, habría de ser implantado. Al viejo modo de

desarrollismo cepaliano. Es la orientación que

los caballeros ilustrados.

pavimenta el camino de la Revolución en Liber-

El escepticismo en torno al progreso, sobre

tad de Frei, a fines de 1964, y su indudable épica

todo cuando es digitado desde la política o la

más allá del anticomunismo.

academia, fue frecuente en Europa y Estados

Junto con explicitar un aspecto de la revolu-

Unidos después de 1945, especialmente en rela-

ción que busca ser hermanado con la democracia

ción con el utopismo y la “ingeniería social”. La

(sin apellidos), la visión socialcristiana del tiem-

crítica se dirigía contra el totalitarismo, aunque

po y de la época hacia los años sesenta estaba

también alertaba sobre un renacimiento de las filosofías de la historia, amargamente desacre-

2 “Mensaje de Año Nuevo del presidente del Partido Demócrata Cristiano, don Patricio Aylwin Azócar”, Política y Espíritu 216, 15 de enero de 1959, 32. 3 Editorial, “Revolución Social y Democracia, sí. Estagnación y Dictadura, no”, Política y Espíritu 269, marzo de 1962, 1.

ditadas, en la forma del liberalismo anglosajón y su tríada de economía de mercado, democracia y autonomía individual. Se destacaban además las continuidades entre las ideologías modernas y los monoteísmos, por su vocación absoluta, y

37


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

Fotografía: Casa Museo Eduardo Frei Montalva

donde la ideología es “sucedáneo de la religión”

socialista en América Latina, justamente en años

(Eric Voegelin) o teología de la historia seculari-

en que tales interpretaciones crecían en presti-

zada (Karl Löwith).

gio intelectual y político, incluso al interior de la

En Chile, esta tarea reflexiva sería asumida,

Iglesia. La Teología de la Liberación, por lo pron-

entre otros, por los intelectuales reunidos en tor-

to, sugería la presencia de trazos de Cristo y de

no a la revista Finis Terrae, fundada en 1954 por el

revelación en aquel presente turbulento, de con-

historiador Jaime Eyzaguirre al alero del Depar-

flictos sociales y crítica de las estructuras, resu-

tamento de Extensión Cultural de la Universidad

mido en las luchas de emancipación a lo largo y

Católica. Nutrida de fuentes tradicionalistas,

ancho del continente. Y Finis Terrae rechazaría,

Finis Terrae entra al ruedo del debate con una crí-

una y otra vez, la pertinencia de la revolución

tica de la revolución. Y lo hace partiendo de cate-

como camino necesario para el advenimiento del

gorías cercanas a una lectura de la modernidad

reino de Dios.

frecuente entre los tradicionalistas chilenos, que

Fuera del recurso de la violencia en conflic-

rechaza el laicismo y el pluralismo como bienes

tos determinados, no obstante, la crítica de la

para la sociedad. En sus páginas, además, se re-

revolución en las páginas de Finis Terrae hacía

cuerda la existencia de una “solución cristiana”

referencia a una toma de posición frente a la no-

del problema social contemporáneo y la incon-

ción de tiempo que aquella traía consigo, y a sus

veniencia de un viraje católico hacia las tesis

consecuencias epistemológicas y antropológicas.

marxistas de la lucha de clases y la revolución

Pues la revolución supondría la pretensión de

38


controlar la historia con las meras fuerzas hu-

europea, aquella de la tabula rasa y el desarraigo?

manas, movidas por la fe en una consumación

Cierta historiografía ha sugerido que la revolu-

final. El historiador boliviano Jorge Siles seña-

ción latinoamericana fue, las más de las veces,

la hacia 1962: “El mito de la Revolución se ali-

más sentimiento que programa; más entusiasmo

menta, justamente, de la creencia en el sentido

utópico que ideología. Podría así denominarse

inmanente de la historia y en la fe acerca de la

“revolución” un mero cambio de régimen o el

capacidad humana para dirigir su curso. La Re-

derrocamiento de un tirano, la transformación

volución sería el gran instrumento que permiti-

de una o dos estructuras, o un más imperceptible

ría edificar la ciudad del hombre definitivamen-

cambio “interior”, de resortes éticos, como ha

te armoniosa y perfecta, o, lo que es lo mismo,

notado recientemente Yadh Ben Achour sobre la

en buenas cuentas, cancelar la historia, ponerle

Primavera Árabe. No todas las revoluciones ha-

fin, una vez alcanzado ese ideal de suprema per-

rían suyo, según este argumento, el patrón mo-

fección”4. En términos históricos, la revolución

derno de la refundación.

tendría que dar cuenta primeramente del pasado

En lo que respecta a los intelectuales de Finis

antes de proyectar un futuro ideal: sanar el pa-

Terrae, la observación contiene un alcance uni-

sado y, a renglón seguido, cancelarlo. Pareciera

versal más que propiamente latinoamericano. Es

que toda herencia del pasado no está a la altura

una crítica de la cultura sobre los fundamentos

y que sucumbe frente a la generación actual; ge-

históricos y antropológicos de la modernidad.

neración por lo demás enhiesta en sus certezas y

Tal interpretación, en la que reverbera el pen-

facultada, por mano propia,

samiento conservador de la

para hacer lo que las ante-

posguerra, está también nu-

riores no hicieron: repensar, rehacer y refundar. ¿Qué sería la historia, en este esquema, sino obstácu-

Los socialcristianos chilenos vuelven la vista hacia una fórmula sui generis

trida de la lectura católica del progreso, formulada desde América Latina. El papa Pío XII, en la Navidad de 1956,

lo y freno? El revoluciona-

de revolución social con

rio, continúa Siles, “procede

democracia, como dos caras

asunto, al referirse al hom-

como si la nación fuese una

de una misma moneda.

bre moderno bajo el predo-

materia maleable en absoluto, puesta en sus manos para

había dado con el meollo del

minio de la técnica: “Lo que alguna vez fue no le intere-

hacer de ella lo que su dogmatismo le aconseje”5.

sa, ni lo detiene. Todo el mundo deviene para él

La nación se vacía de historia, por inconveniente,

un laboratorio”6. La valorización de la tradición

y es este y no otro el primer paso para la cons-

había sido frecuente entre los intelectuales cató-

trucción de la sociedad nueva; esfuerzo que solo

licos después de 1945, muchas veces en un sen-

tendrá algún sentido una vez resarcido el despojo

tido reverencial, pese a que “lo entregado” por

inicial. De este modo, y sin desconocer sus causas

el pasado (traditum) nunca pueda agotarse en un

sociales y económicas, así como la injusticia, la

mero acto de preservación. Sin una “entrega”

precariedad y la rabia, las páginas de Finis Terrae

previa, se pensaba, no habría renovación posible.

sitúan a la utopía y las ideologías, a la racionali-

Es en la entrega, o en una reflexión sobre ella,

dad política y la pérdida de conciencia histórica

donde está trazado el límite.

como las verdaderas causas de la revolución.

Esta crítica conservadora de la moderni-

¿Pero qué revolución? ¿Es la revolución en

dad, muy severa con el racionalismo ilustrado,

América Latina una y la misma con la revolución

reaparece pocos años después en las páginas de la revista chilena Dilemas y en las plumas del fi-

4 Jorge Siles S., “Las dos fuentes de la revolución contemporánea”, Finis Terrae 35, 3er trimestre de 1962, 4. 5 Ibid., 13.

6 Pío XII, Radiomessaggio di Sua Santità Pio PP. XII ai fedeli e ai popoli del mondo intero, 23 de diciembre de 1956 (disponible en www.vatican.va).

39


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

lósofo Juan de Dios Vial Larraín y el historiador

lítico. Representa una sospecha frente a un nue-

Mario Góngora, entre otros. No es sino el ejer-

vo advenimiento social —nuevo pacto— que, en

cicio de reflexión sobre aquellas ideologías abo-

nombre de la justicia y la igualdad, osara forzar

cadas al oficio de religiones seculares, impacien-

al pasado a despertar, sentándolo frente al tri-

tes por el nuevo cielo y la nueva tierra ad portas,

bunal de las nuevas generaciones. Idealización

afanadas en su quehacer en tiempos de acelera-

de la historia en verdad particular, que consagra

ción revolucionaria. Precisamente en Góngora,

a la vez que condena. Redunda empero sobre lo

inquieto ante el ascenso de un “materialismo

ya anunciado: el tiempo de la revolución no es

neocapitalista”, su lectura tiene la profundidad

meramente tiempo humano; está lanzado hacia

sin igual de una crítica de la cultura, al ser allí

atrás y hacia adelante, persigue la omnisciencia

donde la modernidad ha calado más duradera y

y luego la omnipotencia. Acelera y desarraiga,

hondamente. Se alerta entonces sobre una des-

eleva y entrega al viento. Apenas cuida y no si-

composición de la conciencia histórica que incita

mula empatizar; se encarama en los hombros de

estos ensayos de totalidad, los juegos del hacer y

gigantes, de ciudades y vestigios, de documen-

rehacer emanados de “nostalgias de lo absolu-

tos y estandartes y, desde allí, pretende hacer

to”, para utilizar los términos de George Steiner.

suya la historia. Entonces, trémulo de necesi-

De modo que la sospecha de la revolución fue

dad, sanciona.

por estos años, también en Chile, sospecha de la idealización de la historia, de su comprensión y abuso, como matriz intelectual y fermento po-

Diego González terminó sus estudios de doctorado en historia por la Universidad Libre de Berlín. Es autor de Una revolución del espíritu. Política y esperanza en Frei, Eyzaguirre y Góngora en los años de entreguerras (Santiago: Bicentenario, 2018).

40


ARTURO FONTAINE:

“Han surgido formas solapadas de autoritarismo. Invocan la legitimidad democrática y la traicionan por dentro”

Fotografía: Mario Téllez

POR CLAUDIO ALVARADO

41


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

Filósofo y novelista, Arturo Fontaine Talavera ha participado activamente en el

debate público chileno de las últimas décadas. Lo ha hecho en distintos momentos en materia política y educacional, y durante el último año ha promovido un sistema presidencial para nuestro país. Su libro más reciente, La pregunta por el régimen polí-

tico (Fondo de Cultura Económica, 2021) articula una sólida defensa de esta forma de gobierno. A continuación, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez —donde dirige la cátedra Edmund Burke— se explaya sobre esos y otros temas, subrayando la importancia de una reflexión situada, anclada en nuestra propia realidad, a la hora enfrentar los desafíos políticos, económicos y medioambientales de esta época.

¿PROGRESO DEMOCRÁTICO? Luego de la caída del Muro de Berlín, muchos

¿Hasta qué punto aquel optimismo de la épo-

políticos e intelectuales creyeron que la demo-

ca es consistente con el escepticismo propio de

cracia solo seguiría progresando y consolidán-

ciertas corrientes liberales?

dose. Visto en retrospectiva, ¿a qué atribuyes este optimismo? ¿Te parece que era fundado en

Hay liberales más escépticos que otros. La caída

su minuto?

del Muro de Berlín y el derrumbe de los regímenes comunistas fue algo inesperado. Quizá recién

Con la caída del Muro se produjo una gran ola

ahora estemos empezando a entender hasta qué

democrática. Dejaron de tener legitimidad las

punto el mundo es otro desde entonces.

alternativas. Pero han surgido formas solapadas de autoritarismo. Invocan la legitimidad de-

¿En qué minuto, a tu juicio, se hace visible que

mocrática y la traicionan por dentro. Respetan

dicho progreso democrático no estaba garanti-

las normas formales democráticas para instalar

zado?

una autocracia. El expresidente Obama, en un programa de CNN admitió hace un tiempo que

Nunca pensé que la democracia estaba garanti-

la “democracia también puede morir en la urna

zada. Lo que sí ocurrió es que la democracia pasó

electoral”. Mencionó a Rusia, Hungría y Polonia.

a ser el único régimen legitimado. Algunos se

42


CHILE Y EL FUTURO aproximan más, otros menos. Pero ya no hay un

Fuiste cercano a Jaime Guzmán, debatiste con

régimen alternativo. Esa idea de que, por ejem-

Mario Góngora e interactuaste con muchos ac-

plo, los asiáticos necesitaban regímenes espe-

tores relevantes del liberalismo criollo. ¿Cómo

ciales, de tipo autoritario —lo planteaba Lee

se puede explicar el estado actual de este sector

Kuan Yew—, ha desaparecido. China es la gran

político?

excepción. Sin embargo, su régimen, a diferencia de lo que sucedía con la Unión Soviética, no

Tuve la suerte de ser amigo de ambos —los co-

se exporta.

nocí cuando era estudiante—, y de haber discrepado de ellos en muchas cosas, lo que más bien

¿Cómo caracterizarías los nuevos autoritaris-

fortalecía la amistad. Difícil imaginar dos per-

mos que han surgido durante las últimas déca-

sonas más distintas. Uno, un político en estado

das? ¿Cuáles son sus factores comunes?

puro. El otro, un intelectual sutil e historiador riguroso. No tuvieron mayor contacto entre ellos.

Los autoritarismos legales han surgido bajo el

Pero hoy los desafíos son muy distintos.

semipresidencialismo (como Rusia o Polonia); el parlamentarismo (como Hungría) y el presiden-

¿Cómo cuales, por ejemplo?

cialismo unicameral de Chávez. Hay un factor común: no hay una segunda cámara que se elija

¿Cómo abordar el calentamiento global? ¿Cómo

por partes y tenga un poder real de revisión de

avanzar a una economía libre y verde? ¿Cómo

las leyes. Los bicameralismos de Rusia y Polonia

plantear el tema del régimen político, la repre-

han demostrado ser impotentes para contener a

sentación política, los partidos, la acción política

los autócratas. No así el bicameralismo sin diso-

misma? ¿Cómo disminuir las desigualdades sin

lución del parlamento y con un senado con poder

parar la máquina del crecimiento? El capitalis-

real, que fue lo que contuvo a Trump.

mo, decía Schumpeter, es “creación destructiva”. ¿Cómo mantener esa potencia creativa, pero

Has señalado que cualquier sector o régimen

protegiendo a los perdedores? ¿Cómo abrir las

político puede ser presa de estos nuevos auto-

élites? ¿Cómo hacer que la educación superior

ritarismos, pero ¿hay culturas, diseños institu-

signifique algo más que un cartón desconectado

cionales o formas de gobierno que favorezcan

de las necesidades reales de una economía como

su aparición? ¿Cuáles serían ellos?

la chilena?

Ningún régimen puede ser más que sus parti-

Mencionas en primer lugar el crecer con una

dos. A su vez, ellos expresan corrientes que no

economía verde…

dependen mucho del diseño institucional. Las leyes electorales influyen, claro, pero hasta cier-

El capitalismo se desarrolló sobre la base de

to punto. La cultura política tiene un peso propio

combustibles fósiles. Esa etapa está concluyen-

que desborda los marcos institucionales y les

do. El capitalismo tiene que lograr sustituirlos o

da sentido.

mitigarlos de manera efectiva. Hay que pensar

43


que el capitalismo inventó algo que hoy parece

el crecimiento per capita es un fenómeno propio

dado: la creación de la riqueza. Antes la riqueza

de la modernidad, un descubrimiento de nues-

se repartía de unos a otros, pero la torta no cre-

tra especie, gracias a su aptitud para comprender

cía. Los estudios del Maddison Project son aco-

las necesidades ajenas y, al satisfacerlas, poder

jonantes: el mundo prácticamente no crece ni en

obtener con qué satisfacer las propias.

población ni en PIB durante siglos y siglos. Apro-

Se fue construyendo toda una estructura ins-

ximadamente en 1820 las curvas se empinan de

titucional capaz de nutrir esto nuevo: el creci-

forma brusca en Inglaterra y Estados Unidos,

miento económico y su correlato, la posibilidad

luego, en menor medida en otros países euro-

de sostener en la vida a miles de millones de

peos, como Alemania, Austria e Italia. Así, ha

personas que, de otro modo, no habrían teni-

aparecido el capitalismo.

do la posibilidad de sobrevivir. Porque también la población crece poco hasta el siglo XVIII. La

Pero ese mismo capitalismo hoy está cuestio-

muerte de los niños era la regla.

nado, ¿no? ¿Y cómo calza todo esto con los desafíos que No es casual el nombre que da Adam Smith a

mencionabas?

su libro La riqueza de las naciones. Ahí aparece por primera vez que el intercambio comer-

Ahora el desafío es abandonar el uso de combus-

cial beneficia a todos y puede impulsar la sa-

tibles fósiles. Y aquí surgen dos posturas. Una

lida de la pobreza de todos. A lo que voy es que

es la del ascetismo, la vuelta a las economías de

44


subsistencia, a las comunidades agrícolas vir-

que la técnica es nuestro mundo al interior del

tualmente autosuficientes. En los años sesenta

cual la naturaleza, nos guste o no, es un mate-

estuvo de moda un libro que se llamaba Small is

rial. Podemos querer conservar un bosque como

beautiful. De alguna manera, eso está de vuel-

parque, pero es nuestra tecnología la que per-

ta. Es un enfoque que recoge esa admiración de

mitirá monitorearlo y preservarlo. Con el tema

Rousseau por el “buen salvaje.” Ahora el “buen

medioambiental no hay regreso al útero ni a la

salvaje” es bueno porque respeta el ecosistema.

Edad de Oro. El desafío es desarrollar tecnologías

La medicina tradicional está muy bien y tiene sus

que permitan abordar el calentamiento global

espacios. Pero cuando un líder de Temucucui, el

y proteger los ecosistemas, tal como la vacuna

werkén Jorge Huenchullán, se enferma de coro-

protege nuestros organismos.

navirus, se interna en el hospital de Victoria… Y es tratado como lo prescribe la medicina moder-

Todo esto nos obliga a hablar de ciencia y edu-

na. La vida pastoril es una opción perfectamente

cación, ¿cómo ves los desafíos de nuestra edu-

válida, pero ha de ser una decisión voluntaria. Lo

cación superior, que también mencionaste?

contrario es invitar a un holocausto. Según la UNESCO, Chile tiene un 90.9% de sus ¿Invitas, entonces, a reivindicar el papel de la

jóvenes en la educación superior, mientras que

tecnología?

en Suecia es un 72.5% o en Francia un 67.6 %. La explosión de la educación superior en Chile no

El apocalipsis que puede

tiene precedentes en ningu-

significar el calentamien-

na parte del mundo. Se debió

to global ha hecho a mu-

a la combinación de univer-

chos perder la confianza en

El apocalipsis que

la tecnología. Pero según el

puede significar el

con fines de lucro encubier-

conocido verso de Hölder-

calentamiento global ha

to, al generoso financia-

lin, “junto al peligro, surge lo que nos salva”. Chile contribuye mínimamente al

hecho a muchos perder la confianza en la tecnología.

calentamiento global, que es obra de los países desarrollados, pero sufrimos

sidades que eran empresas

miento estatal —el CAE— y a un control de calidad paupérrimo. Por lo demás, en todas partes las universida-

des con fines de lucro son malitas.

las consecuencias. La posibilidad de sustituir los combustibles fósiles será obra de la tecnología

Tú hablaste hace varios años de esto…

y de una combinación de empresarios y políticas estatales propicias. Tal como en la primera

Me opuse desde temprano a las universidades

revolución industrial, la alianza de científicos y

con fines de lucro encubierto, y más todavía si

técnicos con empresarios permitieron patentar

las financiaba el Estado. Un rector de la época

descubrimientos y explotarlos en la forma de

las comparó con el retail, solo que era una in-

máquinas a vapor, trenes, barcos, etc. Ahora ha

dustria de retail mercantilista, subsidiada por el

de suceder algo análogo.

Estado. Los incentivos empujaban a graduar a la mayor cantidad posible de alumnos y al menor

Si te entiendo bien, hay que intentar gobernar

costo posible. Había universidades que admitían

la modernidad, no renunciar a ella…

alumnos sin más requisito que las pruebas de ingreso rendidas, cualquiera fuera el puntaje.

El mundo moderno, decía Heidegger, es ma-

Convenía ofrecer carreras de “tiza y pizarrón”,

terial, como los ladrillos son material de cons-

atiborrar las salas de estudiantes y dejar que las

trucción. Hay en Heidegger una doble mirada, la

economías de escala hicieran lo suyo. Por esa

de la nostalgia por un mundo dado y perdido, y

época apareció un estudio del economista Sergio

la mirada pragmática que lo hace comprender

Urzúa del que se desprendía que más o menos un

45


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

tercio de los graduados estarían en mejor situa-

“serviles”… “sin excepción de clases, se mantie-

ción económica si hubieran entrado a trabajar al

nen vivas y arraigadas, alejando a centenares de

terminar la enseñanza media, evitando la educa-

miles de personas de la industria y del comercio,

ción superior.

para arrojarlas a las antesalas de palacio en solicitud de empleos, o a las aulas universitarias en

¿Piensas, entonces, que todo esto era una bom-

demanda de diplomas y títulos literarios o cien-

ba de tiempo?

tíficos”. Rodríguez ve en esa característica cultural la clave de “nuestra inferioridad económi-

La lucha contra el CAE y contra las universida-

ca”, título que después retomará Encina.

des con fines de lucro fueron las grandes banderas estudiantiles del 2011, que pusieron entre la

¿Qué tan relevante te parece todo esto para

espada y la pared al primer gobierno de Piñera.

comprender nuestra crisis?

Al interior de ese movimiento cuajaron los liderazgos que ahora han llegado a La Moneda. Como

Dostoievski hablaba de un “proletariado de ba-

dije por esos años: vamos a tener un ejército de

chilleres”, germen de la revolución que veía ve-

profesionales de papel. Ese es el gran engaño de

nir. También en Rusia por esos años había habido

los famosos 30 años. Se abrazaron alegremente

una enorme expansión de la educación superior.

quienes creían en el sueño de la universidad para

Como entonces, tanto el justo descontento como

todos con los que creían en el sueño del lucro con

aquel que alimenta el nihilismo se concentra en

resguardo estatal. Surge una generación educada

los profesionales jóvenes. Les fallamos. Y el ca-

por sus profesores y que es culturalmente su-

mino que muchos explicablemente toman, por

perior a sus padres, quienes

desgracia, solo aumentará

pierden ascendiente sobre

la frustración. Una encues-

ella.

ta hecha el 2019 por estu-

Y los salarios de esos pro-

En Chile, el parlamentarismo

fesores, como mostramos

sería el régimen menos

con Urzúa en el libro Edu-

natural de todos.

cación con patines, todavía

diantes de sociología de la Universidad de Chile en el epicentro de las protestas santiaguinas mostró que un

el 2017 eran, en términos reales, inferiores a los

42% de los manifestantes tenía título universi-

de ¡1970! Pese a ciertas mejoras, nuestros pro-

tario y un 10.4%, posgrado.

fesores, en importante medida, han quedado al margen del progreso económico que vivió Chile

LA PIOCHA DE O’HIGGINS

por varias décadas hasta el 2014. Chile ha sido mezquino e ingrato con sus profesores.

En este contexto surge el proceso constituyente. Aunque antes fuiste parlamentarista, has

¿Y qué pasaba con el sueño de los jóvenes y sus

sido un firme defensor del régimen presiden-

padres, que era la universidad?

cial en este debate. ¿Por qué?

Sí, el sueño de los jóvenes y de sus padres era

No es que critique el parlamentarismo per se.

que llegaran a la universidad. Pero descubrieron

Creo que en Chile no tiene cabida. Elegir al

pronto que ese título no conseguía un trabajo que

gobernante por votación popular y directa es

correspondiera a lo que estudiaron. El Estado

esencial para nuestra manera de vivir la demo-

alimentaba una ilusión. La educación no conec-

cracia. No se puede despojar al pueblo de lo que

taba con las necesidades de nuestra economía. Ya

constituye, en los hechos, un derecho adquiri-

Zorobabel Rodríguez en 1886 criticaba el desdén

do. El o la presidenta juega un papel simbólico

por las carreras técnicas. Lo tengo a mano. Mira...

esencial, visibiliza nuestra pertenencia a una

En el chileno, sostiene Zorobabel Rodríguez, esas

misma comunidad política, visibiliza o simboli-

desconfianzas hacia las disciplinas estimadas

za “lo común en construcción”. Desde un ángulo

46


sociológico esta es solo una dimensión más, pero

¿Y por qué sería importante evitar esa cortina

significativa, a la hora de comprender el arraigo

de humo?

en esta sociedad de esta institución. Lo planteamos con Pedro Güell en una columna en El Mer-

El dispositivo principal para evitar el predomi-

curio (“Presidente, bicameralidad y visibilidad

nio total de emociones políticas pasajeras es que

de la representación”). De otro modo esto mismo

haya una segunda cámara elegida por partes, es

afirma Cheibub, también Edwards Bello. Hay una

decir, por mitades o tercios. De lo contrario, la

sección sobre esto en mi ensayo La pregunta por

opinión hegemónica de un solo día define quién

el régimen político.

controla todo el poder ejecutivo y todo el poder legislativo. Al haber renovación por partes, una

La cultura política importa…

corriente de opinión mayoritaria, para hacerse de todo el poder, debe sostener su popularidad

Los primeros ministros emanados del parlamen-

durante un tiempo, lapso en el cual es sometida a

to surgen en países monárquicos. La monarquía

crítica. El gran cambio que ha habido en la políti-

les traspasó su legitimidad. Pero incluso en pleno

ca se debe a las redes sociales. Diversos estudios

siglo XIX, dice Bagehot, el grueso de la población

muestran que las redes potencian la polariza-

creía que seguía gobernando la reina. Basta ver lo

ción, la volatilidad de las preferencias, el incon-

que ha sido el día de la elección de Boric. ¿Quién

formismo, la aparición súbita de nuevos lideraz-

podría arrebatarle ese rito a un pueblo? Fue una

gos, los populismos de izquierda y de derecha.

jornada que llamó la atención en el mundo entero. Ese pilar es consustancial a nuestro orden

En este contexto, ¿cuáles son los principales

democrático.

riesgos y oportunidades para la democracia chilena en el marco del debate constituyente?

Fernando Atria dijo en medio del debate de la Convención que el parlamentarismo es “la for-

La gran oportunidad: que emerja una constitu-

ma natural de organización de un régimen de-

ción desde una convención elegida por el pueblo.

mocrático”. ¿Qué te parece esa afirmación?

El riesgo mayor: un rompecabezas al que le faltan piezas o tenga piezas que no calzan ni entre

No sé si entiendo lo que quiso decir. En Chile, el

sí ni con la realidad.

parlamentarismo sería el régimen menos natural de todos. También has defendido la existencia del bicameralismo y, por tanto, del Senado. ¿Cuál es su importancia para nuestro país? Una segunda cámara que represente a las regiones y se elija por parcialidades da influencia a las regiones y contrapesa el poder de un presidente con mayoría en la primera cámara. Pero, para eso, la segunda cámara debe tener poder real. Debe ser una cámara revisora. No una cámara decorativa. De lo contrario, es solo una cortina de

La pregunta por el régimen político Conversaciones chilenas Arturo Fontaine Fondo de Cultura Económica, 2021 244 páginas

humo del unicameralismo.

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48

LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO


“N

uestras instituciones no fueron pensa-

embargo, eso se esfumó. Tuve la oportunidad de

das para la tragedia”. Estas palabras fueron pro-

enseñar en Francia hace algunos años, y siem-

nunciadas al inicio de la pandemia por Hubert

pre me sorprendió cuán lejana veían la guerra los

Védrine, asesor cercano de François Mitterrand

universitarios de dieciocho o veinte años, cuyos

y Ministro de Relaciones Exteriores de Francia

abuelos habían sufrido el conflicto en primera

en los años noventa. La frase se refiere a la re-

fila, todo esto en una zona que había sido ocu-

lativa incapacidad de la Unión Europea, enorme

pada por los alemanes. ¿En qué minuto y cómo se

aparato burocrático supranacional, para afron-

produjo esta situación tan extraña?

tar adecuadamente la crisis sanitaria y política

Para intentar comprender esta cuestión, re-

que ha asolado al mundo en los últimos años.

sulta indispensable volver nuestra mirada a los

En este trance, las decisiones —al menos en una

albores de la modernidad: los puntos ciegos ac-

primera etapa— no vinieron desde el orden glo-

tuales tienen raíces profundas. Dicho de mane-

bal, sino desde cada país. Quizá una de las pri-

ra muy esquemática, en los siglos XVI y XVII se

meras lecciones de la pandemia pasa por acá:

elaboró una visión que supuso un cambio radical

el Estado-nación no era tan inútil como había-

en el modo de concebir el mundo, en la manera

mos creído. De hecho, el sueño de un mundo sin

de vincularnos con él, y en cuya raíz hay también

tragedia fue, en el caso europeo, el equivalente

una modificación en el modo de entender a la

al sueño del mundo sin fronteras. Acabar con la

persona humana.

guerra fue, para muchos, sinónimo de acabar con

Un autor relevante en esta historia es Francis

las naciones. Pero la tragedia es el momento del

Bacon, quien escribe a principios del siglo XVII.

regreso al lugar donde nos sentimos protegidos:

Bacon asevera que, en lo relativo a la ciencia,

es el momento de volver a casa1.

la ambición humana no admite límites ni debe

La pregunta es, desde luego, cómo fue posible

estar sometida a moderación. Bacon habla de

que pensáramos que el mundo podía ser articu-

una nueva era, del “reino del hombre”, y esta

lado asumiendo que este tipo de crisis ya no era

etapa debe ser leída sobre todo en clave de lucha

parte de las posibilidades humanas. ¿Cómo y por

contra la naturaleza. A sus ojos, esta es el adver-

qué quisimos desterrar a la tragedia de nuestras

sario a subyugar, y merece incluso ser torturada

vidas? ¿Qué nos hizo pensar que algo así podría

para obligarla a confesar todos sus secretos. La

ser razonable, tanto que incluso construimos

ciencia debe abandonar la contemplación para

instituciones, mercados, sistemas internacio-

buscar el poder; solo así podremos aliviar la dura

nales y complejos órdenes jurídicos en función

condición del hombre. René Descartes ofrecerá

de esa idea? Después de todo, hasta hace dos o

la formulación más célebre de esta idea, al afir-

tres generaciones atrás, ella formaba parte de la

mar, en su Discurso del método, que hemos de

vida de todos los hombres y estaba integrada a la

convertirnos en amos y señores de la naturaleza.

experiencia humana. En Europa, por ejemplo, la

El mundo es un instrumento para hacer nuestra

vivencia de la guerra fue muy real y concreta. Sin

vida más confortable. Aunque esta idea tiene muchas y muy vastas consecuencias, por ahora me interesa destacar el

1

Una primera versión de este texto fue leída con ocasión de la inauguración del año académico 2020 de la Universidad de los Andes (Chile).

punto siguiente: en esta concepción, el mundo es visto como algo que puede (y debe) ser explotado

49


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

para nuestro provecho, para aliviar nuestra con-

frutos de envergadura y, mirados hoy, no dejan

dición. Por cierto, el hombre siempre ha trans-

de ser impresionantes. De hecho, es solo en el

formado su entorno en su beneficio, pero acá hay

transcurso del XIX que se produce la gran ce-

una inflexión profunda en el modo de concebir

lebración del nuevo mundo, el canto triunfal

esa transformación. Si el Sócrates de Platón de-

del progreso. Su gran profeta es Victor Hugo, el

cía que el pastor velaba por el bien de las ovejas

célebre novelista francés, quien llega a sugerir,

aunque luego fueran a convertirse en alimento,

en uno de sus habituales arranques líricos, que

hoy nos costaría afirmar algo semejante respecto

los hombres “seremos felices”, que “no habrá

del reino animal. Así, el hombre sale del mundo

más acontecimientos”, que “el género humano

y entra en una relación puramente instrumen-

cumplirá su ley como el globo terrestre cumple la

tal con él. Esto no es trivial: al final del camino

suya”3. El escritor espera, con la fe del creyente,

el hombre también termina siendo objeto de

el advenimiento próximo de un mundo exento de

manipulación, porque en definitiva es parte del

conflictos y de tiranías, un mundo pacificado y

mundo. Hay una ambigüedad intrínseca en esta

sin fronteras. El futuro le parece radiante.

ambición moderna, y los totalitarismos son con-

Por cierto, Victor Hugo tiene motivos para ser

secuencia de ella, pues suponen que la sociedad

optimista. La técnica muestra aspectos positi-

es como un enorme laboratorio. Apuntaba en la

vos, y apenas podríamos concebir nuestras vidas

dirección correcta C. S. Lewis al decir que “todo

sin la ayuda que nos brinda. El punto es que este

poder ejercido por el hombre, es también un po-

desarrollo no está exento de tensiones, ambi-

der ejercido sobre el hom-

güedades y dificultades que

bre”2. El control de la natu-

se pierden de vista con faci-

raleza no es inocuo.

lidad. No deja de ser llamati-

Así, la idea de control de

Quizá una de las primeras

la naturaleza se pone al ser-

lecciones de la pandemia

talentoso del siglo XIX —y

vicio de la idea de emanci-

pasa por acá: el Estado-nación

la competencia era ruda—

pación. Esto no es extraño: queremos controlar la naturaleza porque queremos

no era tan inútil como habíamos creído.

liberarnos de ella, porque

vo que quizás el escritor más

haya tenido un punto ciego de este calado. Esa idea de progreso presente en Victor Hugo es parte de un imagi-

queremos abolir los obstáculos entre el yo y sus

nario, un horizonte de posibilidades que parece

deseos. El hombre ha de ser dueño de su desti-

ser —al menos en el nivel discursivo— ilimitado,

no, sin límites preconcebidos: es el triunfo del

y que sigue siendo parte del relato contemporá-

yo. Allí reside el origen del carácter necesario

neo. Un informe de la Unesco del año 2016, por

que a veces adquiere, o quiere adquirir, el pro-

mencionar un ejemplo, se permitía afirmar que

greso técnico. Al interior de cierta lógica, sería

“las ciencias, la tecnología y la innovación tie-

inútil formular dudas sobre ese progreso, porque

nen la capacidad de modificar las condiciones de

no habría modo de detenerlo. Lo que es también

la realidad, y de asumir prácticamente todos los

debe ser, si se admite la expresión.

desafíos más urgentes que enfrenta el mundo”.

Con todo, este primer momento moderno tar-

No obstante, hoy nos costaría compartir el

da en producir efectos, y no deja de ser sorpren-

optimismo progresista de los filósofos del siglo

dente la fe —no hay otra palabra— que poseen

XVII, de Victor Hugo y también el de la Unesco.

Bacon y Descartes en la ciencia y la medicina si

Tomemos un caso muy representativo: la cri-

atendemos al avance efectivo que ellas podían

sis ecológica, que es fiel reflejo de las dificulta-

mostrar en la primera mitad del siglo XVII. En

des de aquello que intento describir. De algún

rigor, este proceso tarda unos dos siglos en dar

modo, sabemos hoy que nuestra conquista de

2 La abolición del hombre (Madrid: Encuentro, 2016), 61.

3 Los miserables, V, I, 5.

50


la naturaleza ha tenido excesos, y que hemos desencadenado procesos que ya no podemos controlar del todo. Basta pensar, por ejemplo, en el desastre nuclear de Fukushima, ocurrido hace pocos años: el control del átomo puede volverse contra nosotros. Para decirlo en simple, la explotación del mundo parece haber llegado demasiado lejos. Sin embargo, y esto es muy llamativo, alguna de las respuestas a los desafíos ecológicos son simétricas, en la medida en que obedecen a la misma lógica que buscan combatir. Así, suelen creer que lo avanzado puede retrocederse con relativa simpleza o facilidad. Recordemos la famosa frase de Greta Thunberg, la joven activista: las soluciones están allí, solo hace falta voluntad para implementarlas. La verdad, no obstante, es que el problema no es tan sencillo. La naturaleza se resiste a ser completamente manipulada, en un sentido u otro. Cierto discurso ecologista, muy a su pesar, forma parte de la toma de posesión de la naturaleza, y no admite que —quizás— estemos frente a una tragedia sin salidas fáciles ni rápidas. Un segundo ejemplo: entre los múltiples anhelos de aquello que llamamos transhumanismo se encuentra la superación, o al menos el alejamiento, de la mayor limitación humana: la muerte. Laurent Alexandre, por ejemplo, ha dicho que ya nació la primera persona que vivirá mil años. Este punto de vista es tan radical que, de no haber muerte, me parece que no podrá seguirse hablando de vida propiamente humana. Pasaríamos a ser otra cosa, muy distinta, cuyo horizonte tendría, además, dimensiones sencillamente pavorosas. Allí donde no hay muerte, sugiere Hannah Arendt, tampoco hay comienzo: la humanidad quedaría inmovilizada, petrificada; la posibilidad de lo nuevo que aparece con cada nacimiento quedaría bloqueado por el insoportable peso de los vivos. ¿Podríamos desplegarnos con todos nuestros antepasados vivos? ¿No habría allí una modificación muy profunda de la condición humana, que consiste en volver a empezar una y otra vez por medio de

51


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

generaciones que se suceden? Sería interesan-

controlar el inicio de la vida, lo que incluye algu-

te, de hecho, hacer un seguimiento al tema de la

nos tipos de manipulación genética que dejarían

muerte. Bacon y Descartes, por ejemplo, depo-

a miembros de nuestra especie fuera de la cadena

sitan muchas esperanzas en la eventual amplia-

de transmisión gratuita de la vida. Buscar con-

ción temporal de la vida humana. Hobbes, por su

trolar los rasgos de nuestros descendientes im-

parte, busca un régimen político inmortal, que

plica determinarlos de un modo en que nadie nos

pueda durar para siempre, pues piensa que solo

determinó a nosotros. Hay algo profundamente

así podremos eliminar el conflicto.

injusto en ese proyecto, que transformaría las

Aunque quizá no lo parece a primera vista, todo

relaciones intergeneracionales de una manera

esto se vincula directamente con nuestras pre-

que al menos obliga a preguntarse por la natura-

ocupaciones actuales: la crisis del Covid-19 nos

leza del fenómeno.

obliga a formular nuevamente la pregunta sobre

Hartmut Rosa, miembro de la cuarta genera-

la muerte. Ella toca nuestras puertas, su espectro

ción de la escuela de Frankfurt, ha formulado es-

nos invade y le tememos por sobre todas las co-

tos hechos que me interesa abordar. Según él, la

sas: hemos vuelto al miedo primigenio anterior

modernidad pierde el sentido de lo indisponible.

al contrato social. Sin embargo, esto nos inco-

El hombre moderno —sugiere Rosa— quiere

moda, pues al hombre moderno no le gusta ha-

conocer, dominar, conquistar y volver utiliza-

blar de la muerte, le parece algo un poco fuera de

ble todo lo que se le aparece. Sin embargo, las

lugar. O bien, solo la menciona para aumentar su

cosas más importantes de la vida, el contacto vi-

poder de control, como lo revela el caso de la eu-

tal con personas o con paisajes (lo que él llama

tanasia (que a fin de cuentas

resonancia) no admite ese

es un esfuerzo por controlar

tipo de relación. En efecto,

el momento final). La lectura de las extraordinarias descripciones que ofrece Jo-

El hombre ha de ser dueño de su destino,

las cosas más importantes de nuestras vidas no pueden ser completamente mani-

han Huizinga sobre el fin de

sin límites preconcebidos:

puladas ni controladas, pues

la Edad Media no puede sino

es el triunfo del yo.

suponen una alteridad y una

sorprender, por la fuerza del

distancia irreductibles. Por

contraste: uno de los rasgos más característicos

lo mismo, no hay manual ni método que valgan

de aquella época era precisamente la presencia

para alcanzar esas experiencias vitales. Es más:

de la muerte como experiencia cotidiana.

esas experiencias nos transforman, pero no po-

Los hombres morimos, y ese es un dato fun-

demos saber a cabalidad cómo ni en qué direc-

damental, quizás el dato fundamental, que da

ción. La intuición de Rosa es que muchos de los

cuenta de nuestra finitud. Todo lo cual revela

problemas que aquejan a nuestras sociedades,

nuestra alteridad: morir nunca es un fenómeno

hipertecnificadas y aceleradas al máximo, no se

puramente individual, es siempre también una

explican porque aún haya zonas del mundo que

despedida. Con la muerte tocamos algo que se

no dominamos, sino más bien por la pérdida

nos escapa. Alain Finkielkraut ha dicho que solo

asociada a esa dominación.

el memento mori, el recordar nuestra condición

Hoy vivimos como si todo estuviera a nuestra

mortal, puede sanar el resentimiento del hom-

disposición, y eso ha sido frenado brutalmente

bre moderno con lo dado, lo gratuito, lo recibi-

por la crisis sanitaria, como un tren que avanza

do. Por eso resulta tan sintomático el empeño de

a toda velocidad y debe detenerse súbitamente.

cierta vanguardia por superarla. Ese anhelo por

En nuestro teléfono está todo: viajes, hoteles,

controlar aquel último límite es, de algún modo,

autos, compras, personas. Felipe, el entrañable

la última manifestación de la modernidad, el úl-

personaje de Mafalda, se desmaya cuando ima-

timo intento de afirmación del individuo que no

gina un mundo sin distancias, donde todo estu-

acepta límite alguno a su voluntad. Algo parecido

viera en el mismo lugar. Es una perspectiva que

podría decirse del esfuerzo contemporáneo por

no puede soportar. Pues bien, hemos llegado a

52


algo parecido: todo está a nuestra inmediata dis-

propios límites. El “conócete a ti mismo” griego

posición, como si la distancia no fuera indispen-

no es un llamado a la introspección, sino preci-

sable para una experiencia digna de ese nombre,

samente al conocimiento de los propios límites.

como si pudiéramos ser turistas en todos los

Desde luego, esto no aplica solo para nuestra re-

aspectos de nuestras vidas. Por cierto, Rosa no

lación con la naturaleza y con el mundo: también

es un reaccionario ni un antimoderno, sino que

nuestras posibilidades de hacer el bien están so-

busca salvar a la modernidad de sus propios de-

metidas a esa limitación, como las posibilidades

monios. Y eso exige estar dispuestos a interrogar

de la propia razón. Las fronteras territoriales son

nuestro mundo, a formular del modo más rigu-

solo otra manifestación del mismo fenómeno:

roso posible aquellas preguntas que la pandemia

necesitamos mediaciones físicas que nos sitúen

ha traído consigo.

en un lugar determinado. En las dos fuentes de la

Si hemos olvidado la tragedia, es precisamente

cultura occidental —Atenas y Jerusalén— lo hu-

porque lo trágico es lo que escapa a nuestras ma-

mano se despliega necesariamente en un fondo

nos. Es aquello que no está, en ningún sentido,

que le ha sido dado, del que no es ni amo ni señor.

disponible. El mundo ha sido construido en las

Según la expresión de San Pablo, no nos perte-

últimas décadas como si esa dimensión no exis-

necemos, al menos no completamente. Hay algo

tiera, como si ella fuera parte del pasado, como

dado, recibido, a lo que no podemos renunciar, y

si el progreso provisto por la ciencia la condena-

sobre lo que se construye nuestra libertad.

ra a los basureros de la historia, como si siem-

En 1957, al recibir el premio Nobel, Albert

pre fuéramos plenamente conscientes de lo que

Camus dijo que, mientras que las otras gene-

hacemos, como si no fuera posible que surgieran

raciones habían buscado rehacer una y otra vez

nuevos Edipos. De allí la constatación amarga de

el mundo, a la suya le tocaba una tarea distinta:

Védrine a la que aludimos al inicio. Por eso no

impedir que el mundo se deshaga. No estoy se-

sabemos muy bien cómo reaccionar frente a la

guro de que hayamos avanzado mucho desde en-

pandemia; no tenemos categorías intelectuales,

tonces, y suelo pensar que nuestro desafío sigue

no sabemos qué hacer. El virus no está, por aho-

siendo muy parecido al formulado por Camus.

ra, a nuestra disposición, sino que todavía somos

Como fuere, intuyo que esa tarea requiere recu-

nosotros quienes estamos a su disposición. Y eso

perar el carácter enigmático de lo humano: hay

nos desespera.

algo en el hombre que nunca podremos apre-

Si alguna lección podemos sacar de todo esto

hender del todo, y que impide esa posesión total,

es la siguiente: resulta fundamental rehabilitar

tanto del mundo como de nosotros mismos. O,

la noción de límite, la noción de que los hombres

como ha dicho Milan Kundera, Descartes no es el

no somos amos y señores del mundo. El mundo

único fundador de nuestro mundo. También hay

moderno ha sido frecuentemente descrito como

otra modernidad, que nunca estuvo dispuesta a

uno que peca por aquello que los griegos llama-

renunciar a la dimensión misteriosa de lo huma-

ban hybris, es decir, desmesura: ignorar nuestros

no. ¿Su fundador? Miguel de Cervantes.

Daniel Mansuy es doctor en ciencia política por la Universidad de Rennes (Francia). Es profesor de filosofía e investigador del centro Signos de la Universidad de los Andes (Chile), e investigador senior del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Es autor de varios libros, entre los que destacan Nos fuimos quedando en silencio. La agonía del Chile de la transición (IES-Tajamar, 2020) y, en coautoría con Matías Petersen, F. A. Hayek. Dos ensayos sobre economía y moral (IES, 2017). 53


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

MARY EBERSTADT:

“La idea de que la desaparición de la familia equivale al progreso es otro de los absurdos en que nos vemos obligados a vivir” POR ÁLVARO VERGARA

54


Mary Eberstadt es una reconocida intelectual estadounidense. Colabora

habitualmente con The Washington Post, Los Angeles Times, National Review y First Things, y es autora de numerosos ensayos en los que explora los problemas de la secularización, el rol de la familia, las paradojas de la revolución sexual y los debates políticos de la sociedad contemporánea, entre otros temas. En esta conversación, Eberstadt aborda —con la agudeza que la caracteriza— algunos puntos ciegos del progresismo contemporáneo, el modo en que la secularización ha influido en la conformación de las sociedades actuales y la relación entre la crisis de la familia y las políticas de la identidad.

Has estudiado la secularización de Occidente.

¿Existe algún vínculo entre esta secularización

¿Cómo la definirías?

y las políticas de la identidad?

La secularización hace referencia a la creciente

El declive de la religión organizada y el auge de lo

invasión por parte de autoridades no religiosas

que se denomina “políticas de la identidad” es-

(como el Estado) de los territorios considera-

tán más relacionados de lo que la mayoría de la

dos por el cristianismo como de Dios y solo de

gente piensa. La secularización deja un vacío que

Dios. Para ofrecer un ejemplo obvio: el cristia-

solía ser llenado por las actividades comunitarias

nismo, al igual que otras religiones en el mundo,

en torno a la Iglesia. El declive de la familia deja

enseña que Dios es el autor de la vida. El Estado

otro vacío que antes era ocupado por una vida

occidental moderno defiende cada vez más una

doméstica más robusta. Como resultado, mu-

doctrina diferente, que dice que otras autorida-

chas personas se esfuerzan ahora por llenar

des seculares pueden definir cuándo empieza o

esos vacíos con otras fuentes de significado y

termina la vida. Así, por ejemplo, casi todas las

comunidad, especialmente mediante la política.

naciones occidentales —incluido Chile— viven

Así, no debería sorprendernos que muchos con-

bajo gobiernos que han legalizado el aborto. De-

ciudadanos estén desesperados por encontrar

trás de esa legalización hay un juicio moral, que,

otras fuentes de propósito en la vida. Algunos

por un lado, dice que no está mal matar a un feto

creen que su identidad proviene de su etnia;

humano, y que, por otro, las decisiones sobre la

otros, de sus deseos sexuales; y otros se entregan

legalidad de la muerte pertenecen al Estado y no

a la autoflagelación porque se creen “opresores”

a la Iglesia u otras fuentes de autoridad moral. En

de los demás.

esta visión, el Estado se convierte en el árbitro preeminente de la autoridad moral.

55


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

¿Qué efectos percibes en esta proliferación de

enormes efectos no solo para los individuos, sino

las políticas de la identidad?

para todas las sociedades del mundo.

El giro actual hacia la política de la identidad

¿Podrías darnos algún ejemplo?

representa un potente cambio social y político. Como sostengo en Gritos primigenios y en otros

La familia se ha reducido; son mucho más peque-

lugares, esto se debe a un profundo remezón

ñas que antes. Se ha debilitado también gracias

social. El declive de la religión ha borrado el ho-

a otras tendencias posrevolucionarias como el

rizonte trascendente por el que las personas lo-

divorcio, el aborto y la paternidad o maternidad

graban identificar su lugar en el cosmos. Estas

sin matrimonio. Estas decisiones reducen aún

pérdidas interdependientes han dejado a muchas

más el número de personas en la vida de otros

personas desorientadas y a la deriva. Son como

individuos: personas a las que podemos llamar

marineros en alta mar que han extraviado el as-

nuestras, de las que podemos aprender y en las

trolabio y ya no pueden navegar por las aguas de

que confiamos. Piensa en cuántos hermanos,

la vida. Un resultado que es cada vez más eviden-

primos o nietos potenciales han sido elimina-

te para todos es la acritud y la desesperación po-

dos de la tierra solo por aborto. Luego, piensa en

lítica contemporánea.

cuantos niños crecen hoy en familias sólidas con hermanos, hermanas, primos y otros. En otras

COMUNIDADES Y FAMILIAS

palabras, la familia —la primera línea de defensa de la humanidad contra las

En ese mismo libro, Gritos primigenios, muestras cómo los humanos son seres gregarios, al igual que otros animales.

Sin

embargo,

sostienes que estos han dejado de vivir en comunidad. ¿Por qué?

amenazas del mundo exte-

Este experimento de vida fracturada y no familiar

rior y la primera “escuela de aprendizaje social”— es menos capaz que antes de

ha dado lugar a la crisis de

responder a los retos de sus

soledad omnipresente en las

miembros. Ya no se puede

naciones materialmente ricas de Occidente.

La investigación que realicé

contar con la “familia” en un número considerable de casos. Como corolario, la gente moderna tiene mucha

para Gritos primigenios y Cómo Occidente real-

menos experiencia directa de eventos familiares

mente perdió a Dios me ha convencido de que la

fundacionales como matrimonios, nacimientos y

humanidad sufre una herida autoinfligida que

muertes. Hoy en día nacen muchos menos bebés,

estamos empezando a comprender. Esta heri-

menos parejas se casan y permanecen casadas.

da tiene su origen en la revolución sexual de los

La muerte suele producirse a distancia, en hos-

años sesenta, que ha transformado el mundo co-

pitales y otras instituciones.

nocido por casi todos los nacidos después de esa época.

¿Cómo se traducen estos cambios en nuestra política?

¿Cuál crees tú que ha sido el efecto de esa revolución?

Impactan profundamente. Consideremos, por ejemplo, las protestas públicas a favor del de-

Lo más evidente es que separó la procreación

recho al aborto, que se han convertido en algo

y la recreación, facilitando así que hombres y

habitual. Estas protestas son únicas en térmi-

mujeres tuvieran relaciones sexuales sin conse-

nos emocionales. Presentan a los manifestan-

cuencias, o eso es lo que han afirmado sus de-

tes, generalmente mujeres, gritando en lo que

fensores. Sin embargo, la revolución ha tenido

parece una especie de éxtasis religioso. Parecen

56


delirar de felicidad cuando las decisiones de los

a los demás, así como más ignorante del tipo de

tribunales o de otros estados amplían el acceso al

criaturas que somos y de lo que necesitamos para

aborto. En Estados Unidos, a veces se puede ver a

llevar una vida plena. La legalización del abor-

estos manifestantes bailando en la escalinata de

to en Occidente —la insistencia en que debe-

la Corte Suprema, agitando los brazos y tocan-

mos poder matar a los nuestros para vivir— no

do música a todo volumen, como si el derecho a

es progreso. Es un retroceso civilizatorio. In-

destrozar a los microhumanos fuera, de alguna

cluso los animales no humanos protegen a sus

manera, el motivo de una alegre fiesta. Se vio el

crías. Nosotros, en cambio, estamos erosionando

mismo teatro político extraño en Irlanda, cuan-

nuestra habilidad para hacer lo mismo.

do se legalizó el abortó allí; en Polonia durante las protestas; así como también en Chile y otras

Varios autores han considerado la disolución de

naciones. Esa imagen refleja exactamente lo que

la “familia tradicional” o como un hecho inevi-

quiero decir cuando afirmo que la revolución se-

table del progreso…

xual ha dañado a los hombres y mujeres de hoy. Cualquiera que tenga una experiencia cotidiana

La idea de que la desaparición de la familia equi-

con bebés humanos sabe lo mucho que se pa-

vale al progreso es otro de los absurdos que nos

recen a los fetos que fueron. Y cualquiera que

vemos a obligados a vivir como resultado de la

haya sostenido alguna vez a un bebé prematu-

revolución sexual. El punto aquí es simple. Un

ro entenderá el horror de la muerte en el vien-

niño que no tiene un padre en casa, por ejemplo,

tre materno.

ha sufrido una pérdida evidente. La vida continuará. Y el niño superará o no ese déficit. Pero es

¿Por qué crees que este tipo de argumentos no

despiadado decir que no ha perdido nada, afir-

son escuchados en la esfera pública?

mar fríamente que las pérdidas familiares que nos rodean son victorias morales.

En parte, porque no vivimos con los ritmos del nacimiento y la muerte como nuestros antepa-

Pero dentro de la familia también pueden ocu-

sados. Decir esto no es glorificar el pasado, es

rrir abusos y dinámicas muy nocivas...

simplemente reconocer que la gente solía tener una experiencia más profunda de la que se tiene

Sí, ese abuso es un pecado y un crimen. Cualquier

hoy. Muchas mujeres y hombres vivirán ahora

persona racional diría que las transgresiones fí-

hasta la vejez sin haber tenido nunca en brazos

sicas o sexuales dentro del hogar deberían ser

a un recién nacido, sin haber cuidado a alguien

castigadas con todo el peso de la ley. Pero, ¿esos

anciano y frágil, o sin haber formado una familia.

raros acontecimientos hacen que la familia en sí

Ese déficit, esa ausencia de la experiencia hu-

sea intrínsecamente mala como institución? La

mana elemental, nos está afectando a todos. Está

gran mayoría de la gente diría que no. La gran

haciendo que la humanidad sea más indiferente

mayoría, incluso en una época que se aleja del

57


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

cristianismo, ama a sus familias y a sus miem-

De hecho, solo puede ser un comportamien-

bros. Solo hay que pensar en lo que ocurrió du-

to aprendido. Si se le pregunta a un niño de seis

rante la pandemia, cuando muchas personas

años si prefiere a su propia familia o a una familia

solo sobrevivieron a esa terrible época porque

“elegida” inventada, por utilizar un término de

podían apoyarse en sus familiares, y cuando las

moda en Estados Unidos en estos momentos,

personas que no tenían conexiones familiares

diría que la primera. Es natural gravitar hacia lo

eran especialmente vulnerables.

propio: hacia su gente, así como su pueblo, ciudad u otro lugar que se considere como hogar.

INSTITUCIONES DE DISTINTO TIPO

Piense que muchas personas hoy en día se desviven por hacerse pruebas de ADN, para

Has resaltado el lugar que juega la educación

averiguar si comparten una conexión genética

universitaria en todo esto. ¿Por qué crees que es

con otras personas. Nada puede ser más natural

tan relevante?

que el instinto que hay detrás de esa curiosidad: el deseo de saber a dónde pertenecemos y con

El posmodernismo tóxico en las universidades

quién. Lo que es innatural es el deseo moderno

les dice a los estudiantes que hoy observen a la

de fingir que esos profundos sentimientos no

familia natural con hostilidad. Nótese bien: esa

existen. Personas que desean rehacer o descartar

postura adversa hacia la familia es enseñada.

la naturaleza humana en nombre de los nuevos

58


bienes políticos deben denigrar a la familia,

de cada individuo, y especialmente de cada

porque los vínculos familiares son como los re-

niño. Entre ellas se encuentran las de educación

ligiosos: anteriores al Estado.

moral y, sobre todo, de formación en el amor, cooperación y abnegación que se aprenden en la

La idea de que esta disolución de la familia

primera comunidad.

tiende a dejar a los individuos en una especie de vacío, a la intemperie, es recurrente en

¿Y el mercado?

tu obra. ¿Dónde crees que una persona que no tuvo la oportunidad de nacer en una familia es-

En cuanto al mercado, el capitalismo, o el mo-

table puede encontrar una comunidad o sopor-

vimiento relativamente libre de dinero y aso-

te similar?

ciación, ha hecho que los países y las personas estén materialmente mejor de lo que estuvieron

Esta es una pregunta muy buena y profunda. No

sus antepasados. El comercio relativamente libre

es una exageración decir que el futuro del mun-

también ha estimulado las innovaciones, inclui-

do occidental depende de su respuesta, porque

das las médicas, que han dado lugar a la espe-

cada vez somos más los que nacemos, como se-

ranza de vida más larga de lo que el mundo ha

ñalas, en el seno de la ruptura producida por la

podido ver jamás. En su ámbito, el mercado es

revolución sexual. Cada vez somos más lo que no

una fuerza para bien. Pero decir que los indivi-

conocemos la familia estable como un hecho de

duos pueden ser abandonados a su suerte en todo

vida. Por eso, el colapso de la

momento —el credo liber-

religión es potencialmente

tario— es dar al mercado un

catastrófico para nuestras sociedades. El cristianismo,

Si la historia del Estado de

en particular, incluye a todos

bienestar demuestra algo,

sus miembros en comunida-

es que el Estado es un pobre

des tanto terrenales como sobrenaturales. Llama a sus

sustituto de un hogar amoroso.

seguidores “hijos de Dios” y

poder que no merece y que no debe ejercer. Los seres humanos son criaturas sociales, solo podemos aprender y prosperar en compañía de otros, y esa prosperidad, ese aprendizaje, comienza

los sitúa en relación con los demás, como “her-

en la primera sociedad: la familia. El individua-

manos y hermanas” en Cristo. En otras palabras,

lismo tiene un sentido limitado en el mercado

a las personas que se han visto privadas de una

remunerado. Pero no existe una familia de indi-

sólida familia terrenal propia, el cristianismo les

vidualistas. El individualismo que no es modera-

proporciona otro hogar donde experimentan el

do es anarquía.

poder primordial de los seres humanos unidos por un propósito común. El cristianismo toma a

En tu ensayo Cómo el mundo occidental perdió

los huérfanos literales y los transforma en her-

realmente a Dios explicas que en algunos casos

manos figurados.

vivimos en un mundo abiertamente “anticristiano”. ¿En qué aspectos de la vida observas

¿Es el Estado capaz de llevar a cabo una tarea

este fenómeno?

similar? Hoy estamos frente a una cultura secularista Si la historia del Estado de bienestar demuestra

basada en la revolución sexual que quiere sus-

algo, es que el Estado es un pobre sustituto de

tituir al cristianismo como la visión dominan-

un hogar amoroso. El gobierno puede propor-

te del mundo en occidente. Este competidor no

cionar ayuda material a las familias desestruc-

es neutral respecto al cristianismo, es hostil. El

turadas, como a menudo debe hacer. Pero las

cristianismo tradicional incluye un código mo-

burocracias llenas de trabajadores anónimos no

ral que se remonta a Jesucristo. Este código pone

pueden satisfacer las necesidades inmateriales

fuera de los límites varios comportamientos que

59


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA

eran populares entre los paganos de la época: el

nal: soy padre, primo, tío, hermano, cuñado, etc.

divorcio, la anticoncepción, el infanticidio o el

También se puede definir la respuesta de forma

aborto. El neopaganismo actual busca restaurar

relacional mediante la referencia a la religión:

estos comportamientos a la neutralidad moral,

soy cristiano, es decir, hijo de Dios.

tal vez incluso a la superioridad moral. Su anta-

La estabilidad relativa de ayer respondía a la

gonismo hacia el irradicable código moral cris-

pregunta central de la política de la identidad:

tiano profamilia hace del neopaganismo la antí-

“¿quién soy?” Muchos ya no tienen un círculo

tesis del cristianismo.

fiable de almas de confianza presentes durante toda la vida temprana y adolescente. Tampoco

¿En qué se traduce esta oposición?

tienen acceso a una religión organizada, sobre la que muchos son ahora, efectivamente, anal-

Esta fe secularista es, repito, anticristiana como

fabetos. Esta falta de conocimiento humano no

principio y en su puesta en práctica. Lo vemos

es culpa suya. Pero sí plantea retos sociales de

en pequeñas formas: por ejemplo, en los es-

nuevo cuño.

fuerzos por despojar a los países de Occidente de imágenes religiosas, como los crucifijos en

¿Crees que las tensiones políticas y estallidos

lugares públicos. Lo vemos también en cosas

sociales pueden estar relacionados con la cues-

más grandes. Recordemos cómo la administra-

tión del “¿quién soy?” y la pérdida de los víncu-

ción del Presidente Obama trató de obligar a las

los familiares?

Hermanitas de los Pobres a proporcionar anticonceptivos, violando sus creencias religiosas.

Sí, en gran parte. La ciencia animal muestra que

Sin embargo, los seres humanos están orienta-

cuando los animales son separados radicalmente

dos hacia un horizonte trascendental, nos guste

de sus familias, se vuelven disfuncionales. Esto

o no. Y la propia historia humana no puede en-

se debe a que no pueden relacionarse entre sí y

tenderse al margen de esa verdad. Las personas

aprender unos de otros como los animales es-

que se denominan de “ninguna religión” no son,

tán hechos para hacerlo. Nosotros, los seres

de hecho, irreligiosas, son seguidores de la fe

humanos, lo vemos claro en los ejemplos de los

alternativa que hemos estado discutiendo: la fe

elefantes, monos o delfines. Es por eso que hay

del secularismo ascendente.

una creciente toma de conciencia sobre el bien-

LA CONSTANTE PREGUNTA POR EL ORIGEN

estar de los animales en todo el mundo: porque la ciencia ha demostrado que los animales no humanos tienen sociedades propias fascinantes e intrincadas, comenzando por sus propias situa-

En uno de tus libros, explicas que “¿quién soy?”

ciones familiares.

es una pregunta humana universal. A continua-

Necesitamos aplicar esa misma visión a no-

ción, afirmas que la pérdida del “don” ha pro-

sotros mismos, al Homo sapiens. Desde hace

vocado la búsqueda frenética de una identidad.

seis décadas, la humanidad ha realizado un

¿Cuál sería ese “don”?

experimento perturbador con su propia especie. Hemos absorbido mensajes contrarios a nuestro

Efectivamente, la pregunta de “¿quién soy?” es

bienestar, como que las familias son problemá-

una pregunta humana universal. Resuena a lo

ticas; que tener descendencia no importa, o que

largo de la historia de occidente: en las artes oc-

la reproducción puede ser incluso algo malo; que

cidentales, en la literatura, en los textos sagrados

debemos “elegir” a las personas más cercanas

y en la música. Todo gira en torno a la búsqueda

y queridas para nosotros, al igual que podemos

de ese sentido, en torno a la búsqueda de situarse

“elegir” acabar con la vida de nuestros fetos,

en el cosmos mayor. Hasta hace muy poco esta

nuestros abuelos y otras personas más pequeñas

era una pregunta cuya respuesta era evidente.

y débiles. Eso es lo que decidimos en virtud de las

Se podía definir la identidad de forma relacio-

leyes perpetuamente reinventadas por el Estado.

60


¿Y qué consecuencias tiene esta dinámica?

¿No implica esto el olvido de una parte importante de nuestra civilización?

Estos mensajes son potencialmente desastrosos para el tipo de criaturas sociales que somos. Este

Occidente corre el peligro de olvidar verdades

experimento de vida fracturada y no familiar ha

clave sobre lo que los seres humanos necesitan

dado lugar a la crisis de soledad omnipresente en

para construir vidas positivas, ricas en signi-

las naciones materialmente ricas de Occidente.

ficados y buenas obras. No necesitamos menos

Está detrás del gran uso de drogas psicotrópi-

personas en nuestras vidas, sino más de las que

cas para la depresión, y muchas otras dolencias,

aprender, de las que amar, por las que sacrifi-

que ahora están en niveles récord, especialmente

carse. Creo que lo destructivo de este fenóme-

entre los jóvenes. Es responsable del aumento de

no no se entiende bien en nuestro tiempo, pero

la delincuencia, el ausentismo escolar, los pro-

que se hará más evidente con cada año que pasa,

blemas de conducta y mucho más. La mayoría

incluso en las sociedades cuyos líderes piensan

de los delincuentes violentos proceden de hoga-

que han ido “más allá” de la religión. Han per-

res rotos. Todos los sociólogos lo saben. Muchos

mutado la fe que moldeó la historia de Occidente

simplemente pretenden hacer saber, por razones

por una que es lógicamente defectuosa, moral-

políticas, que esto no importa.

mente inferior y metafísicamente insignificante. Podemos esperar que sus descendientes descubran algún día esa verdad y traten de corregir ese error en aras de una sociedad más sana, productiva y empática.

Cómo el mundo occidental perdió realmente a Dios Mary Eberstadt Rialp, 2014 304 páginas

Gritos primigenios Cómo la revolución sexual creó las políticas de la identidad Mary Eberstadt Rialp, 2020 146 páginas

61


Medioambiente y límites: la ‘ecología de la relación’ de Spaemann FRANCISCA ECHEVERRÍA

Ilustración: Soledad Castillo

62


L

a discusión pública sobre la crisis ecológica

ecológica centrada en la idea de relación, que

suele plantearse hoy como una disyuntiva entre

puede aportar luces interesantes a la reflexión

antropocentrismo y ecocentrismo. Se trata de

ambiental actual.

una cuestión que ha estado en medio del debate en teoría política ecológica de las últimas déca-

Dos versiones del antropocentrismo

das, y también de la controversia constitucional chilena: ¿es el mundo natural un mero recur-

La obra de Spaemann deja entrever una prime-

so a disposición de las comunidades humanas o

ra simetría entre el antropocentrismo produc-

es, como plantean algunos, sujeto de derechos?

tivista y los enfoques ecocéntricos vinculados a

Aunque en la reflexión académica el espectro de

la ecología profunda, a primera vista opuestos.

posiciones es amplio y lleno de matices, la opi-

En efecto, ambas perspectivas tienden a consi-

nión pública tiende a articularse en torno a dos

derar al ser humano como exterior a la naturale-

polos: por una parte, la perspectiva que sostiene

za, como un agente separado que, o se sirve del

una superioridad del ser humano y que, en con-

mundo natural como un mero recurso, o bien

secuencia, entiende la relación persona-mundo

debe limitar lo más radicalmente su acción —que

natural en términos fundamentalmente instru-

es considerada una intrusión ilegítima— sobre

mentales; y por otra, aquella que rechaza cual-

él. Para Spaemann, la raíz de esa idea de sepa-

quier tipo de jerarquía entre las especies y busca

ración entre persona y mundo, común en ambas

proteger a la naturaleza no humana de una re-

perspectivas, se encuentra en última instancia

lación que considera necesariamente predatoria.

en el dualismo cartesiano, que lleva a concebir

Ambas perspectivas, en apariencia contra-

al individuo como subjetividad separada, como

puestas, poseen sin embargo puntos en común,

pura conciencia. Desde esa óptica, que prescin-

como pone de manifiesto el pensamiento ecoló-

de de la corporalidad como parte integrante de la

gico de Robert Spaemann. Este filósofo alemán

identidad humana, las relaciones del sujeto con

se distancia tanto del antropocentrismo instru-

el mundo material —incluido su propio cuerpo—

mental como del ecocentrismo conservacionis-

tienden a ser vistas como estrictas relaciones

ta, y sugiere que este último podría ser tan an-

sujeto-objeto1. En otras palabras, tanto el antro-

tropocéntrico como aquello que busca combatir.

pocentrismo como el llamado ecocentrismo pre-

Su enfoque de la cuestión ecológica da cuenta de

suponen una separación radical entre personas

la primacía del ser humano en el conjunto de la

y naturaleza no humana, como si se tratara de

naturaleza y, al mismo tiempo, reconoce el va-

mundos diversos e irreconciliables, que pugnan

lor intrínseco del mundo natural no humano, no como un mero recurso a utilizar, sino como una realidad “en sí”, que también requiere ser reconocida y custodiada. Se trata de una perspectiva

1

Cf. Robert Spaemann, Lo natural y lo racional (Santiago: IES, 2011), 117; Robert Spaemann, Ética, política y cristianismo (Madrid: Palabra, 2007), 204.

63


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

por sus respectivos intereses. Aunque cada una

pareciera que la misma protección ecológica se

de estas perspectivas ponga énfasis en un polo

plantea en ocasiones como un nuevo problema

distinto, ambas comparten la idea de un indi-

técnico a resolver, esta vez desde la optimiza-

viduo que se encuentra de algún modo fuera de

ción de parámetros ambientales o la minimi-

la naturaleza, que le resulta ajena. La misma

zación radical de la intervención humana sobre

formulación del problema ecológico como una

la naturaleza?

disyuntiva entre ambas alternativas implicaría aceptar acríticamente ese supuesto separatista.

De este modo, no es imposible pensar que, mientras el antropocentrismo productivista no

Esa separación entre persona y naturale-

parece captar la gravedad de la crisis ambiental

za posee enormes consecuencias en la relación

—o la considera simplemente una cuestión de

que se establece con ella. Según Spaemann, esta

regulaciones técnicas—, cierto ecocentrismo,

perspectiva, propia de la ciencia de los últimos

aunque teóricamente se distancia de la idea de

tres siglos, ha llevado a aproximarse al mundo

dominio, en la práctica plantea un control de la

como objeto: lo que se busca no es compren-

acción humana sobre la naturaleza que también

derlo, sino fundamentalmente dominarlo2. Esto

podría ser considerado una forma de interven-

queda reflejado en la vieja pregunta de Hobbes,

ción radical. Lo anterior se puede ver, por ejem-

para quien lo relevante no sería tanto qué es la

plo, en los discursos de supervivencia y control

naturaleza, sino qué podemos hacer con ella. Esa

de la natalidad de los años setenta, o en las nue-

voluntad de modificación y dominio, visible en

vas versiones vinculadas a la reducción de emi-

el desarrollo científico y técnico de los últimos

siones de carbono, según las cuales abstenerse de

siglos, se encuentra en el corazón de la idea de

tener hijos sería un modo de “salvar el planeta”.

progreso ilimitado que ha regido a la modernidad

El supuesto implícito es la idea de un ser humano

occidental y que puede ser considerada como la

fundamentalmente depredador, cuya llegada al

raíz de la crisis ecológica. La conciencia moderna

mundo sería, en lenguaje económico, puro cos-

tiende a tratar la realidad como una materia

to. Es fácil percibir la lógica instrumental tras

susceptible de ser optimizada, donde el hori-

esta óptica: se trata de un análisis costo-bene-

zonte último de la acción humana parecer ser la

ficio aplicado a la totalidad de la existencia, que

maximización del rendimiento en los diversos

parece respaldar la tesis de Hartmut Rosa de la

ámbitos vitales (profesional, físico, intelectual,

pérdida de un cierto sentido de lo indisponible en

económico, afectivo) y la consiguiente supera-

la tardomodernidad4.

ción de cualquier límite.

La lectura de Spaemann sugiere, en suma,

La pregunta que plantea la obra de Spaemann

que aquello que en ocasiones se plantea como

es si la sensibilidad ecológica contemporánea

ecocentrismo no sería más que otra versión del

consigue sustraerse de esa lógica optimizadora.

antropocentrismo: una nueva forma en que la

El autor sugiere que existe una simetría entre

voluntad del sujeto se erige como criterio último

el antropocentrismo instrumental y el ecocen-

de la acción humana sobre el mundo. Si es cierto

trismo conservacionista también en este punto:

que la idea de ser humano como una subjetivi-

mientras el primero interpreta la naturaleza de

dad separada está unida a la actitud de dominio,

modo exclusivamente funcional por referencia a

la superación del antropocentrismo en todas sus

las necesidades humanas, el segundo seguiría, en

versiones supone una reconsideración del lugar

gran medida, preso de ese mismo funcionalismo,

del sujeto en el conjunto del mundo natural.

en la medida en que tiende a proponer políticas de control tecnocrático análogas3. En efecto, aunque a primera vista sea contraintuitivo, ¿no

2 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 198-99. 3 Cf. Robert Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar (Madrid, 2003), 439.

64

4 Cf. Hartmut Rosa, Lo indisponible (Barcelona: Herder, 2020).


El sujeto y el reconocimiento de lo real

grandeza. Y justamente en virtud de esa posición excéntrica, de esa capacidad de autotrascenden-

Es fundamental, entonces, volver a conside-

cia, se encuentra en condiciones de destruir y al

rar al ser humano como parte de la naturaleza.

mismo tiempo de cuidar6. Desde esta aproxima-

Esta idea de que el hombre no es un extraño en

ción, la reflexión política sobre estilos de vida

el mundo se vincula al hecho concreto de su cor-

auténticamente sustentables supone un redes-

poralidad. Esto tiene enormes consecuencias:

cubrimiento de lo que significa ser persona y,

los seres humanos no son afuerinos en el mun-

por tanto, de esa capacidad única de relativizar

do, que lo utilizan o conservan como algo ajeno,

la propia postura para asumir el punto de vista

sino que se encuentran en íntima conexión con

de otros. Porque “solo cambiar de posición y ver

todo lo que existe. La naturaleza no es para ellos

al otro como real plantea la razonabilidad de su

solo un entorno exterior, mero “medioambien-

objetivación e instrumentalización”7.

te”, sino su hábitat común, su morada, el lugar al que pertenecen.

A ese cambio de perspectiva, a esa capacidad de percibir al otro como auténticamente real,

Spaemann reconoce dos intereses humanos

Spaemann la llama reconocimiento, un térmi-

fundamentales: dominar el mundo y habitar en

no que ha sido utilizado en sentidos diversos.

él, originados en el afán de afirmarse en una na-

Se trata de captar el valor intrínseco de todos

turaleza predominantemente adversa. Ambos

los seres, de su ser “en sí” y no solo “para mí”.

intereses son legítimos (no es posible sobrevivir

Implica comprender a los demás entes no solo

sin dominar la naturaleza

como entorno de la propia

en cierta medida), pero re-

existencia, sino como lo ab-

quieren ser conciliados. El

solutamente otro8. Ese res-

equilibrio entre ellos hace

La verdadera conciencia

posible que el dominio no se

ecológica implicaría admitir

límite a la disponibilidad

vuelva despótico, arbitrario,

que la voluntad del sujeto no

absoluta, es posible gracias

y que el sujeto encuentre en el cosmos su propio hogar, que lo experimente como

es el centro ni el criterio último de la realidad.

peto por el ser del otro, ese

a la capacidad humana de salir de la posición central, que lo abre a la realidad de lo incondicionado. Así, para el

cercano. Porque “las cosas, de un lado, son objeto de nuestro dominio y, de

hombre no existen en absoluto puras relaciones

otro, nos son cercanas, […] son de algún modo

sujeto-objeto: la relación propiamente humana

semejantes a nosotros. Somos seres vivos entre

con la realidad es una relación de coexistencia9.

otros seres vivos”5.

El reconocimiento —núcleo de una auténtica

Desde esta perspectiva, el ser humano es parte

conciencia ecológica— sería entonces la capta-

de la naturaleza y, a la vez, posee una posición

ción tanto de la alteridad como de la semejanza, la

singular en ella. Siguiendo a Plessner, Spaemann

conciencia de encontrarse frente a otro que tiene

califica esa posición de excéntrica, basada en la

una realidad propia y que, a la vez, nos es cerca-

capacidad del sujeto de relativizarse a sí mismo

no. No se trata de volver intocable la naturaleza

y sus propios deseos, y de reconocer el valor que

—la cultura misma implica transformar la tie-

los otros seres tienen en sí y no solo referido a

rra—, sino de comprender y respetar su propio

las necesidades humanas. Esa posición única,

ser, porque la transformación creativa solo es

por la que el sujeto está dentro de la naturaleza y a la vez es capaz de distanciarse de su propia naturaleza, constituye su excepcionalidad y su

6 Cf. Spaemann, 368. 7 Spaemann, Lo natural y lo racional, 99. 8 Cf. Spaemann, 96.

5 Robert Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada (Madrid: Biblioteca Palabra, 2014), 241.

9 Cf. Robert Spaemann, Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien” (Pamplona: Eunsa, 1996), 90.

65


66

LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO


posible a partir de cierta intelección de lo dado10.

a conocer. Para él, “la felicidad del hombre está

Lo anterior se traduce, por ejemplo, en evitar las

vinculada precisamente a la riqueza de lo real no

modificaciones irreversibles del sustrato natural

referida al hombre mismo”12.

en el que transcurre la vida humana . Esto su-

El argumento apunta, entonces, al valor in-

pone tanto la conciencia del valor intrínseco de

trínseco de la naturaleza, más allá de su rendi-

los ecosistemas y las diversas especies, como una

miento o utilidad. Reconocer ese valor supone

forma de solidaridad humana intergeneracional,

abrirse a la pregunta acerca de qué es esa natu-

que busca dejar el mundo a las generaciones si-

raleza y no solo plantearse qué podemos hacer

guientes en condiciones habitables.

con ella. ¿Qué es una montaña, un río, un cóndor,

11

En suma, la verdadera conciencia ecológi-

un bosque? ¿Es algo más que materia articulada,

ca implicaría admitir que la voluntad del sujeto

disponible para la satisfacción de las necesidades

no es el centro ni el criterio último de la reali-

y los deseos humanos? Se trata de una pregun-

dad. Y ese “descentramiento” es precisamen-

ta fundamental para el pensamiento ecológico,

te la antípoda del antropocentrismo. La obra de

pero que ciertas categorías conceptuales vin-

Spaemann invita así a una apertura a la realidad

culadas a la idea de progreso ilimitado vuelven

más allá de la voluntad soberana del individuo, y

difíciles de responder. En efecto, aunque algu-

previene también contra la tentación de negar la

nas corrientes ecocéntricas serían las primeras

singularidad de ese mismo sujeto, que es el único

en afirmar que la naturaleza no es solo materia

capaz de cuidar y también es parte fundamental

disponible para satisfacer nuestras demandas,

de aquello que requiere ser cuidado.

las dificultades se plantean en las preguntas que siguen: ¿por qué?, ¿qué es esa naturaleza que

La cuestión del valor intrínseco

no existe solo para el consumo humano? ¿En qué reside su valor? Para Spaemann, la dificul-

El desarrollo seguido hasta aquí da cuenta de una

tad para responder esas preguntas —también

posición singular de las personas en el conjunto

por parte de quienes buscan superar la relación

de lo que existe, pero, como se ha señalado, re-

instrumental del hombre con el mundo— se en-

chaza la postura antropocéntrica que considera

cuentra, en último término, en el rechazo de la

la naturaleza como algo únicamente funcional

interpretación teleológica de la naturaleza que

al uso humano. El mundo natural es valioso no

ha dominado el pensamiento moderno desde sus

solo por lo que reporta al hombre, y Spaemann lo

orígenes. En perspectiva aristotélica, conocer la

ilustra al observar que nos entristecemos por la

naturaleza de las cosas quiere decir conocer su

extinción de una especie que nunca llegaremos

finalidad, su orientación, su tendencia constitutiva. Para la ciencia moderna, en cambio, conocer la naturaleza es escudriñar hechos brutos, sin

10 Cf. Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 378. 11 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 438.

12 Ibd., 437.

67


LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO

articulación interna ni implicaciones normati-

El límite de lo real

vas, sin otra finalidad que la autoconservación . 13

Según la noción teleológica de naturaleza,

Como se ve, la obra de Spaemann propone reha-

cada ser se orienta hacia un fin, un bien, una for-

bilitar la noción de límite, aunque entendido de

ma de florecimiento. Desde esta óptica, la acción

un modo distinto al de los discursos ecológicos

ecológica consiste precisamente en reconocer

de supervivencia16, en la medida en que se dis-

y contribuir a articular el despliegue de los di-

tancia de cualquier idea de restricción externa y

versos seres. Tomando un ejemplo de Platón,

arbitraria. El límite está en lo real, en el télos al

Spaemann considera que un pastor puede buscar

que apuntan todos los vivientes, en su estructura

el bien de una oveja, aunque luego sea vendida

íntima. El límite no viene desde fuera, de reglas

como alimento. Hay un bien para la oveja y hay

abstractas formuladas por iluminados o tecnó-

un bien para el hombre, y considerar ambos es

cratas, por necesarias que sean las soluciones

fundamental para establecer relaciones ecoló-

técnicas en este ámbito. El límite es interior y no

gicas que superen la pura instrumentalización.

es pura negación: es también finalidad, meta,

Cuando la ganadería contemporánea, por el con-

sentido, que requiere ser desentrañado en cada

trario, deja de ocuparse del bien de los animales

momento por los sujetos que actúan. En esa ló-

y solo atiende a la producción eficiente para el

gica, el límite es oportunidad17.

consumo humano, la protección de los animales

El límite estaría en lo real, pero ¿qué es lo real?

tiene que venir desde fuera, desde un protector

¿Cómo reconocemos el bien de la oveja? ¿Cómo

distinto del criador, que dice

discernir qué biodiversidad

representar los “intereses”

debe ser protegida? (una

del animal . 14

Para Spaemann, el punto decisivo está en comprender la cuestión ecológica como

Para Spaemann, el punto decisivo está en comprender la cuestión ecológica como un

pregunta en absoluto trivial si se piensa en la pandemia del coronavirus o en una plaga). Para Spaemann, la

un problema teleológico y

problema teleológico

no solo como un nuevo pro-

y no solo como un nuevo

da lugar a algo así como un

blema tecnológico15. El pen-

problema tecnológico.

deber ser: lo que contiene

samiento teleológico supone que el mundo nos presenta

una cara legible, interpretable por nuestra racio-

naturaleza por sí misma no

son tendencias, susceptibles de interpretación por parte

de seres racionales18. Ahora bien, ¿en base a qué

nalidad y que esa especie de lenguaje no consti-

interpreta el sujeto racional el ser de los otros se-

tuye un límite arbitrario a la voluntad del sujeto,

res? ¿Cómo puede captar racionalmente su bien

sino una clave de sentido para el florecimiento de

si está incapacitado para sentir como siente un

todos los seres. Así, preguntarse por el bien de la

animal, por más que lo intente? La tesis de Spae-

oveja (y ajustar de modo coherente el trato que se

mann es que la inteligencia humana solo puede

le dispensa) no es para el criador una mera res-

reconocer la realidad de los demás seres desde

tricción extrínseca a sus objetivos, sino también

una perspectiva antropomórfica, esto es, a partir

una condición indispensable para su propio des-

de su semejanza con lo humano. Así, compren-

pliegue como ser humano.

der la realidad y reconocerla como real significaría contemplarla “bajo el parecido que tiene con nosotros, es decir, desde el punto de vista

13 Cf. Spaemann, 45-47; Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 184-85. 14 Cf. Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 240-41. 15 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 255.

68

16 Cf. John S. Dryzek, The Politics of the Earth. Environmental Discourses (Oxford: Oxford University Press, 2013), 40-50. 17 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 47-48 y 255. 18 Cf. Spaemann, Lo natural y lo racional, 117.


antropomórfico, no como objeto sino como Mit-

como el equilibrio en un entramado amplio de

sein [ser-con], como coexistencia” . Desde esta

relaciones recíprocas, donde las personas juegan

perspectiva, el modo de ser de la persona —la

un papel fundamental. Esta manera de aproxi-

reciprocidad interpersonal— es el paradigma del

marse a la cuestión ecológica abre interrogantes

modo de ser de la realidad en sí misma. Todos los

políticas y sociales de primer orden. Por ejemplo,

seres reales se encuentran en dependencia recí-

plantea la pregunta por el modo en que las diver-

proca: reciben y son recibidos. Para Spaemann

sas formas de sociabilidad contribuyen a confi-

“la relación es lo auténticamente real”20, el lími-

gurar cierto tipo de actitudes ecológicas, esto es,

te que nos abre a la dimensión simbólica de toda

la conexión entre dependencias humanas y rela-

la naturaleza.

ciones recíprocas con la naturaleza no humana.

19

La cuestión ecológica, planteada en términos

Esta reflexión sugiere la necesidad de reconsi-

alternativos de antropocentrismo o ecocentris-

derar el papel de la persona y sus vínculos —re-

mo, considera al sujeto y al mundo natural como

lacionado con la capacidad de reconocer el límite

realidades excluyentes y cerradas, en posiciones

de lo real—, de cara a la búsqueda de equilibrios

instrumentales o antagónicas. Una ecología de

ecológicos de largo plazo. Lo anterior conecta

la relación como la que plantea Spaemann tras-

con la cuestión misma del valor intrínseco del

ciende esa dicotomía. Este enfoque relacional, en

mundo natural. En efecto, ¿qué sentido tendría

cierto modo convergente con el trabajo de autores

un mundo sin sujeto, un mundo que no es para

de otras disciplinas21, aborda el desafío ecológico

nadie, despojado de su carácter simbólico, un mundo que es pura materia conservada y no oi-

19 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 199-200. 20 Spaemann, 208. 21 Por ejemplo, David Schlosberg y Luke Craven, Sustainable Materialism. Environmental Movements and the Politics of Everyday Life (Oxford: Oxford University Press, 2019); Sian Sullivan y Michael Hannis, «Relationality, reciprocity and flourishing in an African Landscape», en That All May Flourish: Comparative Religious Environmental Ethics (Oxford, 2018).

kos compartido22? Comprender que esta pregunta puede estar lejos del antropocentrismo constituye quizás uno de los mayores retos del pensamiento ecológico en la actualidad.

22 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 202.

Francisca Echeverría es Ingeniera Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de los Andes, Chile, y estudiante del doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Heidelberg, Alemania. Es también investigadora del Centro de Estudios e Investigación Social Signos de la Universidad de los Andes.

69


70

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


71


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

En este texto, publicado en abril de 1990 por la revista First Things, Christopher Lasch se pregunta por la compatibilidad del conservadurismo y el liberalismo a partir de las consecuencias que este último tiene en una sociedad como la nuestra. El modo en que el liberalismo se despliega en la sociedad —en particular, los ámbitos del mercado— es objeto de una aguda crítica por parte de Lasch, quien afirma que el afán por un crecimiento infinito, la ambición económica y el individualismo creciente horadan las condiciones para que las comunidades que dan sentido a la existencia humana —las familias, las iglesias y los grupos— puedan desarrollarse satisfactoriamente. Por medio de una reivindicación del concepto de límite y muy anclado en la realidad estadounidense, el texto hace un lúcido examen de la sociedad contemporánea. No se requiere compartir íntegramente el análisis de Lasch para tomarse en serio sus interrogantes.

La pregunta que tenemos ante nosotros es si

que las personas se preocupen por cosas que van

acaso el conservadurismo cultural es compatible

a ocurrir en el futuro”, dice una activista anti-

con el liberalismo económico, es decir, la filoso-

aborto. “El futuro se cuida a sí mismo”. Otra

fía política del capitalismo. Puesto que, en pri-

mujer, activa en el movimiento provida, dice

mer lugar, la respuesta depende de aquello que

que “no puedes planificar todo en la vida”. Sin

se entienda por conservadurismo cultural, pro-

embargo, para las fuerzas proaborto, la “calidad

pongo no comenzar con una definición abstracta

de vida” depende de la paternidad planificada y

de este término, sino con un análisis del modo

otras formas de planificación racional del futuro.

en que los valores conservadores ingresan a la

Desde este punto de vista, es irresponsable traer

actual discusión sobre el aborto, el mejor ejem-

niños al mundo cuando no se les puede propor-

plo del conflicto cultural que polariza a la socie-

cionar toda la gama de bienes materiales y cul-

dad norteamericana.

turales esenciales para competir con éxito. Es

El estudio de Kristin Luker sobre la contro-

injusto cargar a los niños con desventajas en la

versia del aborto muestra que este no se origi-

carrera hacia el éxito (malformaciones congéni-

na de una especulación abstracta sobre los de-

tas, pobreza o una deficiencia de amor parental).

rechos del no nacido, sino de visiones opuestas

El embarazo adolescente es objetable para los

de la vida y, más específicamente, de visiones

defensores del aborto legal no porque se opon-

opuestas del futuro. “Creo que es una tontería

gan a las relaciones sexuales premaritales, sino

72


porque, desde su punto de vista, los adolescentes

Creen que hombres y mujeres “fueron creados

no tienen los medios para darles a sus hijos las

diferentes y (…) hechos para complementar-

ventajas que merecen.

se unos a otros”. Las feministas de clase media

Para los opositores al aborto, sin embargo,

alta, en cambio, consideran que la creencia en las

esta atención a la “calidad de vida” parece ser

diferencias de género determinadas biológica-

una decisión de subordinar intereses éticos y

mente es la base ideológica de la opresión hacia

emocionales a intereses económicos. Ellos creen

las mujeres.

que los niños necesitan orientación moral más

Su oposición a una visión biológica de la na-

que ventajas económicas. La maternidad es un

turaleza humana va más allá de la afirmación

“trabajo enorme” desde esta perspectiva, no

de que esta sirve para privar a las mujeres de

porque implique planificación económica a lar-

sus derechos. Su insistencia en que las mujeres

go plazo, sino porque “eres responsable, tanto

deberían asumir el “control sobre sus cuerpos”

como te sea posible, de educarlos y enseñarles [a

muestra una impaciencia respecto de restriccio-

tus hijos] (…) lo que crees que es correcto: valo-

nes biológicas de cualquier tipo, junto con una

res morales, responsabilidades y derechos”. Las

creencia de que la tecnología moderna ha libe-

mujeres que se oponen al aborto no están con-

rado a la humanidad de aquellas restricciones y

vencidas de que la seguridad financiera deba ser

ha vuelto posible por primera vez diseñar una

considerada como una condición previa e indis-

mejor vida para la totalidad de la raza humana.

pensable para la maternidad.

Los proaborto celebran las tecnologías médicas

“Los valores y creencias de los proaborto se

que permiten la detección de defectos congéni-

oponen diametralmente a los que poseen los

tos en la gestación y no pueden comprender por

provida”, escribe Luker. Los activistas provida

qué alguien traería al mundo a un niño “dañado”

consideran la maternidad como una vocación

o, lo que es peor, un niño “no deseado” a sabien-

demandante y resienten el menosprecio femi-

das. Desde esta perspectiva, el negarse a recono-

nista hacia las labores del hogar y la maternidad.

cer a esos niños su “derecho a no nacer” podría

Coinciden en que las mujeres debieran recibir la

ser considerado evidencia de incapacidad para

misma paga por el mismo trabajo en el mercado,

ser padres.

pero no están de acuerdo con que el trabajo no

Para algunas personas en el movimiento “por

remunerado en el hogar sea degradante y opre-

el derecho a la vida” este tipo de pensamiento

sivo. Lo que consideran “perturbador en toda la

conduce lógicamente a una ingeniería genética

mentalidad del aborto”, como indica una de ellas,

a gran escala, a una presunción arrogante acer-

“es la idea de que los deberes familiares —criar

ca del poder de realizar juicios sumarios sobre

hijos, administrar una casa, amar y cuidar a un

la “calidad de vida”, y a una voluntad de relegar

marido— son de algún modo degradantes para

no solo a un feto “defectuoso”, sino también a

las mujeres”. Piensan que la pretensión de que

categorías completas de individuos defectuosos

“no existen diferencias importantes entre hom-

o nimios al estatuto de no-personas. Un activis-

bres y mujeres” es bastante poco convincente.

ta provida cuya hija falleció de una enfermedad

73


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

pulmonar, rebate la “idea de que la vida de mi

una transacción entre “adultos que consienten”,

bebé, a ojos de muchas personas, no habría sido

pero que el Estado bien podría reservarse el de-

muy significativa… Solo vivió veintisiete días, y

recho de autorizar embarazos o embarcarse en

ese no es mucho tiempo, pero ya sea que viva-

programas a largo plazo de diseño eugenésico.

mos noventa y nueve años, dos horas o veintisie-

La compleja coexistencia del individualismo

te días, ser humano es ser humano, y realmente

ético y el colectivismo médico nace de la sepa-

no entendemos lo que involucra”.

ración entre sexo y procreación, que convierte al

Quizás lo que divide más profundamente a

sexo en una cuestión de elección privada mien-

los dos grupos del debate sobre el aborto sea la

tras deja abierta la posibilidad de que la pro-

sugerencia de que “realmente no entendemos”

creación y la crianza de los hijos se sometan a

lo que significa ser humano. Para los liberales,

un rígido control público. La objeción de que el

asumir esto equivale a una traición no solo a los

sexo y la procreación no pueden separarse sin

derechos de las mujeres, sino a todo el proyecto

perder de vista el misterio que rodea a ambos les

moderno: la conquista de la necesidad y la susti-

parece a los liberales la peor clase de oscurantis-

tución de los mecanismos ciegos de la naturale-

mo teológico. Por otra parte, para los opositores

za por la elección humana. Una fe incuestionada

al aborto “Dios es el creador de la vida, y (…) la

en la capacidad de la inteligencia racional para

actividad sexual debería estar abierta a ella. (…)

resolver los misterios de la existencia huma-

La mentalidad contraceptiva niega su voluntad:

na —en última instancia, el secreto de la crea-

‘es mi voluntad, no tu voluntad’”.

ción misma— une las posiciones aparentemente

Si el debate del aborto se limitara solo a la

opuestas sostenidas por liberales: que el aborto

pregunta sobre cuándo un embrión se convier-

es una “decisión moral privada” y que el sexo es

te en una persona, sería difícil comprender por

74


qué suscita tantas emociones apasionadas, o por

Propuestas que parecen representar una “dis-

qué se ha convertido en objeto de una atención

tancia con el modo convencional de hacer las co-

política aparentemente desproporcionada en

sas” se topan con su condena automática. Estas

relación con su importancia intrínseca. Pero el

dueñas de casa claramente tienen una “fuerte

aborto no es solo un problema médico, ni siquie-

determinación de hacer bien su trabajo” y ob-

ra un problema femenino que se ha convertido

tienen “una profunda satisfacción al cumplir

en el foco de una controversia mayor acerca del

sus responsabilidades con sus familias y sus

feminismo. Es, en primer lugar y, sobre todo, un

amigos”, pero no se interesan por los objetivos

problema de clase.

a largo plazo. “Sus esperanzas se centran básicamente en seguir adelante y no quieren que sus rutinas sean alteradas: quieren continuar como

***

están, pero, simultáneamente, mejorar sus conLa cultura de la clase media baja, tanto en la ac-

diciones y ganar más libertad”.

tualidad como en el pasado, se organiza en torno

Anthony Lukas presenta el mismo punto, sin

a la familia, la iglesia y el vecindario. Valora más

desaprobación, en su análisis notablemente im-

la continuidad de la comunidad que el progreso

parcial sobre las guerras de las escuelas de Bos-

individual, y la solidaridad más que la movilidad

ton de mediados de los setenta. Lukas contrasta

social. Los ideales convencionales de éxito jue-

la “ética de supervivencia de Charlestown” con

gan papeles menos impor-

el “imperativo estadouni-

tantes en la vida de la clase

dense de salir adelante”. Los

media baja que la mantención de las formas de exis-

Los conservadores son acusados

habitantes de Charlestown, abandonados por el despla-

tencia. Los padres quieren

con frecuencia de una estima

que sus hijos salgan adelan-

exagerada por el pasado, pero

ambiciosos a los suburbios,

te, pero también quieren que

no es tanto la superioridad

han renunciado a “la opor-

sean buenos: que respeten a sus mayores, que resistan la tentación de mentir y en-

moral del pasado sino la incapacidad de escapar de él

gañar, que asuman de buen

lo que les impresiona.

grado las responsabilidades

zamiento de vecinos más

tunidad, el avance y la aventura” por la “seguridad de la comunidad, la solidaridad y la camaradería”. Los observadores de la

que les corresponden y que soporten la adversi-

clase media alta no pueden ocultar su desdén por

dad con fortaleza. El deseo de “preservar su es-

lo que ven como un fatalismo pequeñoburgués.

tilo de vida” —dice E. E. LeMasters en un estudio

Un ensayo que intenta explicar la “Subutiliza-

sobre obreros de la construcción— es prioritario

ción de servicios de atención médica en la clase

respecto del deseo de ascender en la escala so-

trabajadora” [Underutilization of Medical-Care

cial. “Si mi hijo quiere utilizar una maldita cor-

Services by Blue-Collarites] señala que las clases

bata toda su vida y rebajarse ante algún jefe es su

sociales en Estados Unidos se separan por con-

derecho, pero, por Dios, también debería tener el

cepciones opuestas acerca del cuerpo. “Pareciera

derecho de ganarse una vida honestamente con

que la clase de profesionales [white collar] en-

sus manos si eso es lo que quiere”.

tiende el cuerpo como una máquina que debe ser

Los sociólogos han observado, usualmen-

preservada y mantenida en perfecto funciona-

te con cierta desaprobación, que la clase tra-

miento, ya sea a través de aparatos prostéticos,

bajadora pareciera no tener ambición. Según

rehabilitación, cirugía cosmética o tratamiento

Lloyd Warner, las dueñas de casa de las clases

perpetuo, mientras que los grupos de trabaja-

trabajadoras establecen el tono dominante del

dores [blue collar] piensan que el cuerpo tiene

conservadurismo cultural. Se adhieren a un có-

un tiempo limitado de utilidad: es disfrutado en

digo “rígido” y “convencional” de moralidad y

la juventud y luego sufrido y soportado estoica-

casi nunca se atreven a “intentar algo nuevo”.

mente con el avance de la edad y la decrepitud”.

75


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

Se podría suponer que el realismo de la clase

retorno de lo reprimido; que nunca podemos su-

trabajadora debería ser moralmente preferible

perar del todo nuestros orígenes, y que la liber-

a la concepción que la clase media alta tiene del

tad, por consiguiente, comienza con un recono-

cuerpo como una máquina que requiere “tra-

cimiento de las limitaciones dentro de las cuales

tamiento perpetuo”. Sin embargo, los autores

tiene que operar.

de este artículo llegan a la conclusión contraria.

El conservadurismo no es necesariamente au-

Sostienen que una aceptación estoica de la de-

toritario y jerárquico en su aplicación. Si los con-

cadencia corporal refleja una “imagen personal

servadores son insuficientemente críticos con

dañada”.

las instituciones existentes y con las tradiciones

Un análisis de los conflictos culturales recien-

tras ellos, se debe a que su comprensión de la

tes refuerza la conclusión —provocada por la

falibilidad humana les hace ver la necesidad de

exposición a tradiciones conservadoras de pen-

estructuras que disciplinen el corazón rebelde y,

samiento político y social— de que la esencia del

al mismo tiempo, provean de soporte moral en

conservadurismo cultural es un cierto respeto

medio de las incertidumbres y decepciones de

por los límites. La principal noción conservadora

la vida. Esta misma apreciación de la debilidad

es que la libertad se encuentra constreñida por

y rebeldía humanas tiene consecuencias iguali-

las condiciones naturales de la vida, el peso de la

tarias, que pueden contrarrestar la tendencia a

historia, la falibilidad del juicio y la perversidad

confundir el orden social con la jerarquía.

de la voluntad humana. Los conservadores son acusados con frecuencia de una estima exagera-

***

da por el pasado, pero no es tanto la superioridad moral del pasado sino la incapacidad de escapar

Otra tendencia compensatoria en el pensamien-

de él lo que les impresiona. Lo que somos es en

to conservador es la preferencia por la autoridad

gran medida heredado en forma de género, dota-

local antes que la centralizada. Precisamente

ción genética, instituciones y predisposiciones,

porque los conservadores comprenden lo fácil

incluyendo la predisposición universal de resen-

que es sucumbir a la tentación —sobre todo a las

tir estas limitaciones a nuestra libertad y soñar

tentaciones del poder—, intentan asegurarse de

con abolirlas. Lo que se llamaba pecado original

que el poder se encuentre lo más disperso posi-

en una era pasada hace referencia al aspecto más

ble. Una conciencia de los límites se revela, de

preocupante de nuestra herencia natural: la in-

otra forma, en la creencia conservadora de que

capacidad natural que tenemos de someternos

amamos y respetamos individuos particulares,

con gracia a nuestra posición subordinada en un

no a la humanidad como un todo, y que la pro-

orden más grande de cosas.

mesa seductora de una hermandad universal es

Sin lugar a duda, los conservadores se han

un sustituto pobre para las comunidades locales,

equivocado al confundir la sumisión a los límites

en las cuales los poseedores del poder son inme-

naturales de la libertad humana con la sumisión a

diatamente responsables ante sus vecinos.

la autoridad política establecida. La distribución

Si consideramos que el conservadurismo im-

existente de poder político no se encuentra or-

plica un respeto por los límites, esto es claramen-

denada por la naturaleza —mucho menos por el

te incompatible con el capitalismo moderno o

cielo— pero no se sigue que, debido a que nues-

con la ideología liberal del crecimiento económi-

tras instituciones puedan ser modificadas por un

co ilimitado. En términos históricos, el liberalis-

acto de voluntad colectiva, podamos convertir-

mo económico reposaba sobre la creencia de que

nos en lo que queramos o, incluso, que podamos

los apetitos insaciables del ser humano —antaño

alterar las condiciones de nuestra existencia sin

condenados como fuentes de inestabilidad so-

pagar un precio. El valor del conservadurismo

cial e infelicidad personal— podían impulsar la

reside en la idea de que quienes buscan escapar

máquina económica (del mismo modo en que la

del pasado renuncian a cualquier esperanza de

curiosidad insaciable del ser humano impulsó el

reconciliarse con él y se exponen a un inesperado

proyecto científico) y, por ende, garantizar una

76


expansión inacabable de las fuerzas productivas.

ambición, la vanidad, la codicia, y un respeto

Para los fundadores de la economía política en el

moralmente inapropiado por “los placeres de

siglo XVIII, el carácter autogenerado de las ex-

las distinciones vanas y vacías de la grandeza”.

pectativas crecientes, nuevas necesidades, gus-

Según Smith, en la “languidez de la enfermedad

tos adquiridos y nuevos estándares de bienestar

y la fatiga de la vejez”, la insignificancia moral

personal, dieron lugar a una forma de sociedad

de los bienes mundanos aparecía en su verdade-

capaz de expandirse indefinidamente. Su rup-

ra luz, pues ni las posesiones ni la belleza ni la

tura con las formas anteriores de pensamiento

utilidad, tan ampliamente admiradas en “cual-

radica en la afirmación de que las necesidades

quier producción de arte”, probaron ser capaces

humanas no deberían ser consideradas natura-

de traer la verdadera felicidad en condiciones

les, sino históricas y, por lo tanto, insaciables. En

adversas. Sin embargo, el ser humano rara vez

la medida en que el suministro de comodidades

contempló el asunto bajo esta “luz abstracta y

materiales crecía, los estándares de comodidad

filosófica”, y “es bueno que la naturaleza se im-

aumentaban también, y la categoría de necesi-

ponga sobre nosotros de esta manera”, tal como

dades terminó por incluir bienes anteriormente

escribió Smith en La teoría de los sentimientos

considerados un lujo. La envidia, el orgullo y la

morales, en un pasaje alusivo por vez primera a

ambición hicieron que los seres humanos desea-

la “mano invisible”, que conduce a los seres hu-

ran más de lo que necesitaban, pero estos “vicios

manos a acumular riquezas y, de este modo, a

privados” se convirtieron en “virtudes públicas”

servir inadvertidamente como benefactores so-

estimulando la industria y

ciales en su búsqueda de po-

la invención. Por otra parte,

sesiones atractivas, pero en

el ahorro y la negación personal

significaban

estan-

camiento económico. “No

La propiedad privada (...) enseña virtudes

encontraremos inocencia ni

de responsabilidad,

honestidad más generaliza-

trabajo y devoción por la

das”, escribió Bernard Mandeville, “que entre los menos ilustrados: la gente pobre y

autosubordinación a tareas humildes pero indispensables.

tonta de campo”. Los “pla-

última instancia vacías. “Es este engaño el que estimula y mantiene en movimiento continuo la industria de la humanidad”. Aun si permanecían inalterables por el “engaño” en el corazón de su sistema, los filósofos de la abundancia

ceres del lujo y las ganancias del comercio”, se-

no podían suprimir por completo la reserva más

gún David Hume, “despertaron a los hombres de

práctica respecto que un orden social fundado

su indolencia” y produjeron “mejorías en cada

en la promesa de la abundancia universal po-

rama tanto del comercio interno como externo”.

dría tener dificultades para justificar aún los sa-

Tanto Hume como Adam Smith sostenían que

crificios mínimos que presupone una economía

un creciente deseo por comodidades materiales

autorregulada. Hume señaló que una ética de la

—interpretado equivocadamente por algunos

abundancia podía debilitar incluso la inclinación

críticos republicanos que veían en el comercio

de posponer la gratificación. Los seres humanos

un signo de decadencia e inminente colapso so-

“están siempre mucho más inclinados a prefe-

cial— generaba nuevos empleos, nueva riqueza y

rir intereses presentes que aquellos distantes y

niveles siempre crecientes de productividad.

remotos”, observaba; “y no es fácil para ellos

Smith no dudó en llamar la atención acerca

resistir la tentación de cualquier ventaja que

de las características moralmente problemá-

podrían disfrutar inmediatamente”. Mientras

ticas del nuevo orden. Puesto que estaba tan

“los placeres de la vida son pocos”, esta forma

confiado en que la seductora expectativa de

de tentación no implica una gran amenaza para

abundancia universal barrería cualquier obje-

el orden social. Sin embargo, se podía esperar

ción a sus consecuencias éticas, pudo reconocer

que las sociedades comerciales intensificaran

que el capitalismo liberal fue alimentado por la

su búsqueda de “entretenimientos febriles y

77


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

vacíos”, pues la “avidez (…) de adquirir bienes

ya en el último cuarto del siglo XIX, parecía re-

y posesiones”, advertía Hume, “es insaciable,

flejar una impaciencia creciente respecto de las

perpetua, universal, y directamente destructiva

limitaciones impuestas por las responsabilida-

para la sociedad”.

des y los compromisos a largo plazo. La pasión por salir adelante había comenzado a implicar el ***

derecho a comenzar desde cero cada vez que los compromisos anteriores se volvieran excesiva-

Durante el siglo XIX, la esperanza de que el co-

mente gravosos.

mercio pudiera volver “fáciles y sociables” a los

El desarrollo económico debilitó los pila-

seres humanos, y no codiciosos y rapaces, se

res económicos y morales del “Estado familiar

sostuvo en gran medida en la institucionaliza-

bien ordenado”, tan preciado por los libera-

ción de la gratificación aplazada, supuestamente

les del siglo XIX. El negocio familiar dio lugar a

suministrada por la familia. Filántropos, huma-

la corporación, la granja familiar (más lenta y

nitarios y reformistas sociales sostuvieron a una

arduamente) a una agricultura colectivizada y

sola voz que la revolución de las expectativas

controlada en última instancia por los mismos

crecientes implicaba un estándar más elevado

bancos que habían organizado la consolidación

de vida doméstica, no una orgía de autocompla-

de la industria. Los levantamientos agrarios de

cencia activada por fantasías de riqueza personal

las décadas de los setenta, ochenta y noventa del

exorbitante, fortunas adquiridas sin esfuerzo

siglo XIX fueron la primera ronda en una bata-

a partir de la especulación o el fraude, y abun-

lla larga y perdida por salvar la granja familiar,

dancia de vino y mujeres. El hecho de que una

consagrada por la mitología norteamericana,

sociedad comercial promoviera semejantes am-

incluso hoy, como el requisito sine qua non de

biciones no dejaba de preocuparles, y fue para

una buena sociedad, pero sometida en la práctica

contrarrestar este sórdido sueño de éxito, este

a un ciclo ruinoso de mecanización, endeuda-

impulso desenfrenado de hacerse con riquezas,

miento y sobreproducción.

que los promotores de un desarrollo económico

La implacable erosión del capitalismo sobre

más ordenado daban tanta importancia a la fa-

las instituciones de propiedad proporciona la

milia. Desde su punto de vista, la obligación de

evidencia más clara de su incompatibilidad con

mantener a una esposa e hijos disciplinaría el

cualquier cosa que merezca el nombre de con-

individualismo posesivo y transformaría al po-

servadurismo moral. Obviamente, hay mucho

tencial jugador, especulador, dandi o estafador

por decir desde el punto de vista conservador

en un proveedor consciente. Al unir consumo y

acerca de la institución de la propiedad priva-

familia, los guardianes del orden público espe-

da, que enseña las virtudes de responsabilidad,

raban no solo animarlo, sino también civilizar-

trabajo y devoción por la autosubordinación a

lo. Su confianza en que los nuevos estándares de

tareas humildes pero indispensables. Sin embar-

bienestar promoverían la expansión económica y

go, el capitalismo del siglo XX ha reemplazado

nivelaría las distinciones de clases, uniría nacio-

la propiedad privada por una forma corporativa

nes e, incluso, aboliría la guerra, es imposible de

de propiedad que no confiere ninguna de estas

entender a menos que recordemos que presupo-

ventajas morales y culturales. La transforma-

nía la domesticación de la ambición y el deseo.

ción de los artesanos, campesinos y otros pe-

Por supuesto, a la larga, este intento de esta-

queños propietarios en asalariados socava los

blecer a la familia como un contrapeso al espíritu

“valores tradicionales” que los conservadores

codicioso era una causa perdida. Mientras más se

desean preservar.

identificó al capitalismo con la gratificación in-

Incluso el “sueldo familiar” —el último in-

mediata y la obsolescencia programada, mayor

tento por salvaguardar la independencia de las

fue el desgaste inclemente de los pilares mora-

clases productoras— ha tomado el camino de la

les de la vida familiar. El aumento en las tasas

empresa y la granja familiares. Ya no es una ley

de divorcios, una fuente de gran preocupación

no escrita del capitalismo estadounidense que

78


la industria intentará mantener los sueldos a un

feministas, quienes tienen sus propias razones

nivel que permita que un solo ingreso sostenga

para rechazar los “valores familiares”.

a una familia. Hacia 1976, solo el 40% de todos los trabajos pagaban lo suficiente para soste-

***

ner un hogar. Esta tendencia refleja, entre otras cosas, una baja radical en las fuerzas de trabajo

El sueldo familiar era en sí mismo un mal susti-

cualificadas, la sustitución de trabajo califica-

tuto para la propiedad, incluso cuando la prác-

do por maquinaria y un vasto incremento en el

tica se ajustaba a la teoría. A principios del siglo

número de trabajos de poca paga que no exigen

XIX era casi universalmente aceptado que la de-

cualificaciones, muchos de los cuales, por su-

mocracia debía ampararse en la distribución más

puesto, ahora son ocupados por mujeres. Tam-

amplia posible de la propiedad. Tras la Guerra

bién refleja el triunfo de una ética consumista

Civil, el surgimiento de una clase de asalaria-

que incentiva a los varones estadounidenses a no

dos —hombres y mujeres con poca esperanza de

definirse como sostén de la familia, sino como

adquirir propiedad— levantó serias preguntas

sibaritas, amantes, expertos en sexo y estilo (en

acerca del futuro de la democracia.

pocas palabras, como playboys, para utilizar el

Incluso aquellos que no tenían conflicto con

revelador término de Hugh Hefner). La idea de

el capitalismo, como E. L. Godkin (editor del

que el hombre tiene la obligación de sostener

Nation y el New York Evening Post), admitieron

una mujer y una familia es tan repulsiva para los

que la aversión de los hombres trabajadores a

editores de Playboy como lo es para las militantes

la “esclavitud del sueldo” era justa. “El recibir

79


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

sueldo”, señaló Godkin en 1868 “(…) es consi-

que, desde su punto de vista, constituía el primer

derado por el mundo como un signo de depen-

paso hacia el comunismo.

dencia, de inferioridad social y moral”. Un hom-

Lo que los conservadores parecían no entender

bre que trabajaba por un salario se convertía en

era que las leyes de oferta y demanda ya habían

“sirviente, en el sentido antiguo de la palabra:

quedado derogadas por una serie de políticas que

una persona que ha rendido cierta parte de su

discriminaban a favor de grandes corporaciones

independencia social”. Las objeciones al trabajo

a costa de cualquier otro interés. En efecto, la

asalariado, añadía Godkin, eran “muy similares

política gubernamental, no solo en Estados Uni-

a aquellas que se podrían utilizar contra la ex-

dos, sino también en otros países industriales,

clusión de una gran proporción de la población

subsidió una forma de cooperación (la corpora-

del trabajo en el gobierno (…). Hasta que las cla-

ción multimillonaria), desalentando otras. Ni la

ses trabajadoras tomen parte inteligente y acti-

propiedad de pequeña escala ni sus equivalentes

va, es decir, participen con sus cabezas y con sus

morales —empresa cooperativa entre pequeños

manos en las operaciones industriales del día,

productores y artesanos— podía prosperar sin el

nuestras condiciones sociales deben ser consi-

apoyo de políticas estatales mucho más radicales

deradas endebles”.

que cualquier alternativa que los conservadores

Godkin, un liberal del siglo XIX cuyos instintos

estuvieran dispuestos a considerar.

sociales eran rigurosamente conservadores, no

De hecho, la mayor parte de los conservadores

se inmutó, al menos al comienzo, por las con-

ni siquiera atendió el asunto tanto como Godkin.

secuencias de su posición.

No admitieron la necesidad

Sostuvo que el único modo

de cooperación en ninguna

de preservar las ventajas

forma. Pensaban en la propia

morales de la propiedad in-

La ruina universal de la

dividual bajo las condiciones

izquierda se revela en su

individuo ante la ley. Tam-

negación a conceder validez

bién individualizaron a los

modernas de producción era algún tipo de empresa cooperativa. De otro modo, “los dueños del capital y los due-

a objeciones conservadoras respecto del Estado de bienestar.

ños del trabajo deben formar

empresa como si fuera un

trabajadores,

rehusándose

a reconocer la necesidad de organización de la clase trabajadora en cualquiera de

dos clases separadas y distintas”, cada una con

sus formas. Se aferraron a la ilusión de que ganar

su patología característica: un sentido de supe-

un salario solo era una condición temporal y que

rioridad arribista e injustificada en una y hábitos

cualquier trabajador podía convertirse en capi-

serviles de dependencia en la otra.

talista si estaba determinado a tener éxito. La

El único error de Godkin fue suponer que

pretensión de que la propiedad estuviese todavía

la cooperativa podía prosperar en un sistema

disponible para cualquier persona con ambición

completamente desarrollado de producción ca-

suficiente desacreditó al conservadurismo en la

pitalista. Cuando los granjeros bajo presión for-

opinión de los pensadores serios.

maron cooperativas para conservar sus tierras y

Herbert Croly, editor fundador del New Repu-

evitar hundirse como arrendatarios, los bancos

blic y socialista gremial, resumió todo el asun-

destruyeron su movimiento reteniendo el crédi-

to de la propiedad muy claramente en 1914, al

to. Los granjeros, asediados, organizándose en el

mismo tiempo que explicó qué estaba mal con

Partido Populista, buscaron entonces el crédito

la respuesta conservadora. En los Estados Uni-

en el gobierno federal. Esta iniciativa también

dos del pasado, los “pioneros o demócratas

fue rechazada con la ayuda de conservadores

territoriales”, como los llamó Croly, “tenían

como Godkin, quienes se horrorizaron con la

todas las promesas de la independencia econó-

sugerencia de que el Estado pudiera interferir le-

mica como poseedores de sus propias tierras”.

gítimamente en las leyes de oferta y demanda, lo

Pero la “apropiación privada del dominio público

80


rápidamente transformó al pueblo estadouni-

gremiales, quienes desafiaron brevemente a los

dense de una democracia de propietarios libres

socialdemócratas en el liderazgo del movimiento

a una de asalariados” y levantó la pregunta cen-

laborista durante el período que precedió inme-

tral a la cual las sociedades modernas aun no

diatamente a la Primera Guerra Mundial. Según

encuentran respuesta: “¿cómo pueden los asala-

Georges Sorel, la superioridad del sindicalismo

riados obtener una cantidad o grado de indepen-

sobre el socialismo residía en su apreciación de

dencia económica análoga a aquella con la que

la propiedad, descartada por los socialistas como

contaba el pionero demócrata?”. Croly sostenía

la fuente del provincianismo petit bourgeois y el

que los programas de bienestar (seguro contra el

atraso cultural. Sorel sostenía que, sin dejarse

desempleo, contra la enfermedad y para la vejez;

impresionar por las diatribas marxistas en con-

medidas para reforzar condiciones saludables

tra de la idiotez de la vida rural, los sindicalis-

de trabajo; sueldo mínimo) representaban, en

tas valoraban el “apego manifestado por cada

el mejor de los casos, una respuesta muy par-

trabajador verdaderamente calificado hacia las

cial. Los conservadores objetaron que semejan-

fuerzas productivas que se les confiaba”. Respe-

tes reformas podían simplemente promover un

taron el “amor de los campesinos por su tierra,

“sentido de dependencia”, y esta crítica, admi-

su viñedo, su granero, su ganado y sus abejas”.

tió Croly, tenía “mucha fuerza”. Sin embargo, la solución de los conservadores, a saber, “que

***

la única esperanza del asalariado es convertirse en un propietario”, era tan inconsistente con la

El hecho de que Sorel hablara de estas posesio-

tendencia del industrialismo moderno que era

nes como cosas “confiadas” al hombre mues-

difícil tratarla “con paciencia y cortesía”. La afir-

tra cuán radicalmente difería de los marxistas,

mación de que el ahorro y el sacrificio permitiría

quienes compartían la comprensión liberal de

a los trabajadores convertirse en propietarios era

la naturaleza como materia bruta que debía ser

muy poco convincente. “Si los asalariados han de

transformada para el goce humano. Pero difería

convertirse en hombres libres” —y “la tarea más

también de los conservadores, quienes hicieron

importante de la organización social democráti-

de la propiedad un fetiche, sin ver que su valor

ca” es hacer libres a los hombres—, se requiere

residía solo en el estímulo que le entregaba a la

algo más que exhortaciones a trabajar más duro

producción, que podía ser fomentada también

y gastar menos.

de otras formas. “Todas las virtudes atribuidas a

El hecho de que la mayoría de los conservado-

la propiedad no tendrían ningún significado sin

res se haya conformado con estas exhortaciones

las virtudes generadas por una cierta manera de

da una idea de la ruina intelectual del conserva-

trabajar”. No era solo la propiedad, sino también

durismo del siglo XX. Por otro lado, la ruina inte-

la oportunidad de inventar y la independencia lo

lectual de la izquierda se revela en su negación a

que hacía del trabajo algo interesante y, a juicio

conceder la validez de objeciones conservadoras

de Sorel, las mismas ventajas podían ser recrea-

respecto del Estado de bienestar. La única críti-

das en fábricas una vez que los mismos trabaja-

ca consistente al “Estado servil”, como lo llamó

dores comenzaran a ejercer responsabilidades en

Hilaire Belloc, provino de aquellos que deman-

el diseño de la producción.

daban la restauración de la propiedad (junto con

La crítica sindicalista al capitalismo tenía ver-

las medidas drásticas requeridas para prevenir la

dadera autoridad, porque se apoyaba en la idea

acumulación de riquezas y propiedad en manos

de que el capitalismo no podía estar a la altura

de unos pocos) o el equivalente de la propiedad

de la promesa que lo volvía moralmente atrac-

en la forma de algún tipo de producción coo-

tivo en primer lugar: la promesa de la propiedad

perativa. La primera solución describe la posi-

universal. Al igual que G. D. H. Cole, los sindica-

ción de populistas como Belloc y Chesterton; la

listas y los socialistas gremiales se dieron cuenta

segunda, la posición de sindicalistas y socialistas

de que la esclavitud, no la pobreza, era realmente

81


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE

el problema. Vieron que la reducción del trabajo

comerciante”. Los ataques de la derecha a la

a mercancía —la esencia del capitalismo— re-

“nueva clase” invocan clasificaciones sociales

quería la eliminación de todos los lazos socia-

enraizadas en la tradición populista, apelando a

les que impedían la circulación libre del traba-

las “clases productoras” para que se levanten en

jo. La destrucción de los gremios medievales, el

contra de la clase parasitaria de solucionadores

reemplazo del gobierno local por una burocracia

profesionales de problemas y relativistas mora-

centralizada, el debilitamiento de los lazos fa-

les. Así, William Rusher se refería al surgimien-

miliares y la emancipación de las mujeres suma-

to de una “elite verbalista”, “ni empresarios ni

ban “pasos sucesivos en el (…) abaratamiento de

manufactureros, sino trabajadores asalariados

la materia prima del trabajo”, todo conseguido

y campesinos” como el “gran hecho central” de

bajo la “consigna” del progreso. Mientras que

la historia reciente de Estados Unidos. “Los pro-

los marxistas aceptaban la lógica colectivista del

ductores de Estados Unidos”, dice Rusher, “(…)

capitalismo y proponían simplemente colectivi-

tienen un interés económico común en limitar el

zar la producción de punta a cabo, los sindica-

crecimiento de esta clase rapaz e improductiva”.

listas, los populistas y los socialistas gremiales condenaron el capitalismo moderno por razones

***

profundamente conservadoras: porque requería (en palabras de A. R. Orage, editor del New Age) la

La importancia de los “problemas sociales” en

“destrucción progresiva de nuestro sistema so-

el advenimiento de la nueva derecha —abor-

cial hasta sus átomos”.

to, discriminación positiva, transporte público,

En el siglo XX, el conservadurismo se ha alia-

educación, medios de comunicación, “permisi-

do de modo incongruente con el libre mercado,

vidad” liberal— ha sido frecuentemente desta-

incluido el libre mercado laboral. En otras pala-

cada. Estos problemas dramatizan el conflicto

bras, lo que consideramos conservadurismo se

entre la cultura de la clase media baja, centrada

ha aliado con las mismas fuerzas que han traído

en la familia, y la cultura ilustrada de los profe-

consigo la “destrucción progresiva de nuestro

sionales de la clase media alta. Sin duda, los re-

sistema social hasta sus átomos”. Parece que la

sentimientos raciales también han contribuido

defensa de valores conservadores no puede ser

al surgimiento de la nueva derecha, pero no ver

confiada a los conservadores. Si el conservadu-

más que una “reacción blanca” en el rechazo al

rismo implica un respeto por los límites, localis-

liberalismo es no darse cuenta de los antago-

mo, una ética del trabajo opuesta al consumismo,

nismos de clase que subyacen a la guerra civil

un rechazo al crecimiento económico ilimitado y

cultural. Lo que se está rechazando no es solo el

cierto escepticismo respecto de las ideologías del

liberalismo racial sino toda la “cultura del dis-

progreso, es más plausible encontrar su hogar en

curso crítico”, en los términos que Alvin Gould-

la tradición populista que en la tradición del libre

ner ha utilizado para describir la visión de esta

mercado que promueve el conservadurismo de

nueva clase (la impaciencia con restricciones

moda en la actualidad.

impuestas por el pasado, la creencia de que el

Es sugerente el hecho de que la derecha esta-

crecimiento personal e intelectual demanda un

dounidense deba parte importante de su éxito

repudio de nuestros padres, el entusiasmo por

reciente a su pretensión de seguir la herencia

cuestionar todo, el hábito de mofarse y ser irre-

populista. Al igual que los populistas del pasado,

verente). Como hemos podido observar, los va-

los voceros de la nueva derecha se presentan a sí

lores pequeñoburgueses se oponen directamente

mismos como los enemigos de la riqueza y el pri-

a la ética ilustrada de la liberación personal y el

vilegio y los defensores del “hombre corriente de

autodescubrimiento. Son el producto de expe-

la calle”. Usando las palabras de George Walla-

riencias que fomentan, más que una sensación

ce: el “hombre en la fábrica textil”, el “hombre

de posibilidad infinita, una conciencia de los lí-

en la fábrica de acero”, el “peluquero” y el “es-

mites que frustran las aspiraciones humanas.

teticista”, el “policía de patrulla”, el “pequeño

Fueron estos valores pequeñoburgueses los que

82


formaron la tradición populista en el pasado y

a su límite. Queda claro que una distribución

que ahora encuentran expresión en la política

más equitativa de la riqueza requiere al mismo

cultural de la nueva derecha.

tiempo una reducción drástica en el estándar de

El populismo cultural de la derecha está despojado en gran medida de su contenido económico

vida disfrutado por las naciones ricas y las clases privilegiadas.

y político y, por lo tanto, no aborda el problema

En estas condiciones, el antiguo ideal de te-

que debería tener ocupada la imaginación de los

ner una competencia —un pedazo de tierra, una

conservadores: cómo preservar las ventajas mo-

tienda pequeña, una vocación útil— se vuel-

rales de la propiedad en un mundo de produc-

ve una ambición más razonable y valiosa que el

ción a gran escala y organizaciones gigantescas.

ideal de abundancia. En la tradición populista, la

Esta pregunta plantea dificultades tan formida-

competencia posee variedad de matices morales:

bles que los intentos por lidiar con ellas pueden

se refiere al sustento conferido por la propiedad,

desembocar fácilmente en frustración y en un

pero también a las habilidades requeridas para

sentimiento de inutilidad. Sin embargo, es una

mantenerlo. El ideal de la propiedad universal

pregunta ineludible, y no solo para los conserva-

encarna un conjunto más humilde de expectati-

dores culturales.

vas que el ideal de consumo universal, que supo-

La ideología dominante en Occidente, la idea

ne acceso universal a una oferta proliferante de

del progreso, siempre se ha apoyado en la ex-

bienes. Al mismo tiempo, encarna una definición

pectativa de que, a fin de cuentas, la abundancia

más esforzada y moralmente demandante de la

económica le daría a todos espacio para el ocio,

vida buena.

cultivo personal y refinamiento —ventajas an-

El tema principal del debate político contem-

taño reservadas para los más ricos—. Lujo para

poráneo debería ser cómo revivir el ideal de la

todos; este era el sueño del progreso en su ver-

propiedad universal en condiciones sociales que

sión más cautivadora. Sin embargo, incluso si

lo hacen más deseable que nunca, pero casi in-

este fuera un objetivo moralmente deseable, ya

concebible institucionalmente. Nuestros nietos

no es realizable, puesto que los recursos nece-

tendrán dificultades para comprender —y mu-

sarios para mantener la abundancia universal,

chas más para perdonar— nuestra falta de vo-

hasta hoy considerados inagotables, se acercan

luntad para plantearlo.

Christopher Lasch (1934-1994) fue un relevante intelectual estadounidense que ejerció como Watson Professor de Historia en la Universidad de Rochester. Por medio de su reflexión, siempre lúcida e independiente, elaboró una de las críticas más agudas al individualismo que veía crecer con preocupación a fines del siglo XX. Escribió una docena de libros, entre los cuales destacan La cultura del narcicismo (1979), The True and Only Heaven (1991) y La rebelión de las élites (1996). La versión original de este ensayo fue publicada en First Things en abril de 1990. Agradecemos a los editores de First Things por permitir la reproducción de su versión en castellano en este número de Punto y coma.

83


. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

h o r a s en la Desde los albores de la modernidad, la idea de progreso usualmente se ha comprendido como un constante avance hacia el futuro. Y para lograrlo, se ha supuesto que cualquier límite debe ser derribado. Aunque los avances de la técnica hacen que el ser humano parezca cada vez menos condicionado, esta idea de progreso ilimitado parece abrir una serie de interrogantes y desafíos para el hombre contemporáneo. En esta sección, un libro fundamental del alemán Robert Spaemann que aborda precisamente estos asuntos es observado desde dos puntos de vista, reconociendo en el concepto de límite un ancla para reflexionar sobre este tópico. Luego, distintos autores abordan la reflexión sobre el progreso, sus límites y el derrotero tanto del pensamiento conservador como de corrientes que lo cuestionan desde la filosofía política, la literatura o la antropología.

84


biblioteca Contrapunto de Manfred Svensson y María José López sobre Límites, de Robert Spaemann Pablo Ortúzar sobre Progreso y desilusión, de Raymond Aron Mariana Canales sobre Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro Joaquín García-Huidobro sobre Antígona, de Sófocles Santiago Orrego sobre Conservadurismo, de Robert Nisbet María José Naudon sobre Lo postumano, de Rosi Braidotti

85


Contrapunto Muchas filosofías de origen ilustrado creyeron ciegamente en un progreso constante y sostenido, por medio del cual los seres humanos derribarían los distintos límites que asomaran en su camino. Sin embargo, esa ilusión ha mostrado su falibilidad una y otra vez. El medioambiente, las culturas, las fronteras políticas, los recursos económicos o el mismo cuerpo humano han sido una constante barrera al deseo del hombre de avanzar sin ninguna otra consideración que un futuro siempre mejor que el presente. Una de las reflexiones más profundas acerca de esta realidad es la que desarrolló el filósofo alemán Robert Spaemann (1927-2018), cuyo libro Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, reseñan Manfred Svensson y María José López para el presente número de Punto y coma.

¿Autolimitación o emancipación? MANFRED SVENSSON

Sobre Límites. Sobre la dimensión ética del actuar (Pamplona: Eunsa, 2003), de Robert Spaemann En su autobiografía dialogada, Sobre Dios y el

describirlo como una comunidad de valores,

mundo, el filósofo alemán Robert Spaemann

pues esa es una fórmula con la que ocasional-

evoca el singular modo en que recuerda haber

mente describimos nuestras propias sociedades.

experimentado la ocupación de Alemania tras

Efectivamente, toda comunidad descansa, en

la derrota del nacionalsocialismo. Las sancio-

último término, sobre algún valor compartido:

nes que recaerían sobre quien violara el toque

lo que esa fórmula tiene de verdadero parece ser

de queda (y otras restricciones semejantes)

trivial. La cuestión decisiva es cómo se articula la

eran draconianas. Pero la principal impresión

existencia de cierta orientación compartida con

de Spaemann tras escuchar a Eisenhower era lo

la posesión de un derecho en común. Después de

que se podía leer entrelíneas: que, cumpliendo

todo, uno es parte de las comunidades moder-

con estas normas, a uno no le ocurriría nada. Era

nas por el compromiso de respetar su derecho,

la reaparición de la seguridad jurídica, aunque

incluso si uno desprecia los principios sobre los

fuese bajo un estrictísimo régimen de ocupación.

que ese derecho descansa. Una de las preocu-

La ausencia de esta seguridad había sido central

paciones recurrentes de Spaemann durante sus

en la brutal experiencia de los años anteriores, y

últimas décadas fue la creciente erosión de esta

su reaparición señalaba el resurgimiento de una

posición central.

comunidad de derecho. Durante los doce años

Según podía observar, un elenco de “valores

previos, escribe Spaemann, no se había tratado

fundamentales” comenzaba a reemplazar al dis-

de una comunidad de derecho, sino que de una

curso de los derechos fundamentales; y aunque

comunidad de valores.

sea de una manera distinta a la nacionalsocialis-

Este modo de describir el régimen nacional-

ta, esto se presta para una verdadera “tiranía de

socialista puede parecer extraño. No solemos

los valores” (siguiendo la frase de Carl Schmitt).

86


La tiranía de los valores, en efecto, acecha tam-

introducido por la mayor tecnificación de nues-

bién a los regímenes democráticos. Ella puede

tras vidas: en una economía de otra escala y ca-

caracterizar su política exterior (“Valores contra

rácter, la ganancia que se dejaba de percibir por

personas” se titula un capítulo de Límites sobre

cerrar el domingo era menor. Hoy, en cambio, la

la guerra en Kosovo), y de modo creciente tam-

producción frenética no puede detenerse, pero

bién su vida interna: los valores reclaman no solo

nos prometemos que la riqueza generada garan-

la conformidad de nuestros actos, sino nuestra

tiza una mayor flexibilidad futura: sacrificar el

adhesión interior. La presión que ejerce la lla-

domingo no parece un precio muy elevado ante

mada “corrección política” sobre nuestra liber-

tal promesa.

tad interior se relaciona muy estrechamente con este hecho.

Pero tratar el domingo así —o el sábado entre los judíos, o el viernes en una cultura islámica—

Aunque estas preocupaciones atraviesan la

supone ya haberlo equiparado a cualquier otro

obra completa de Spaemann, Límites es un libro

día, supone tratarlo solo en función del modo

particularmente relevante para quien quiera fa-

en que permite responder a nuestras necesida-

miliarizarse con las distintas ramificaciones de

des. Plantearse las cosas de ese modo ya es haber

esta mentalidad en los dilemas éticos del pre-

renunciado a que en nuestro ritmo de vida haya

sente. Porque en nuestro mundo hay discursos

algo que escape a esa funcionalización, algo que

relativistas, pero es mucho más fuerte la presen-

exista por sí mismo, que se justifique por sí mis-

cia de un vago discurso valórico que se traduce

mo, algo que permita entendernos a nosotros

fácilmente en crudo utilitarismo: no debe haber

mismos al margen de cualquier función. De ahí

límite a lo que podamos hacer los buenos, quie-

que el ejemplo sea tan central: si hay un día que

nes nos hemos propuesto la emancipación de

escapa a esa lógica, bien cabe llamarlo de “ele-

la humanidad. La obra, dividida en dos grandes

vación espiritual”. Algo que no está simplemente

partes, reúne primero una serie de ensayos de

a nuestra disposición. Pero como fuere que pen-

mediana extensión sobre asuntos de fundamen-

semos sobre el domingo, hay aquí un patrón que

tación general de la ética y, en su segunda mitad,

atraviesa toda la obra: la dignidad humana se

intervenciones de Spaemann en esas cuestiones

manifiesta no solo en la inteligencia por la que

que solemos llamar de “ética aplicada”. Se trata,

podemos expandir nuestro dominio, sino que

además, de textos que atraviesan cuatro décadas,

también, y de modo igualmente central, en la

y que así nos muestran a su autor reaccionando

capacidad humana de autolimitación.

ante varios momentos de la historia contempo-

Lo distintivamente humano es buscar el pro-

ránea con sus problemas específicos: la bomba

pio bien de manera que haga espacio a la consi-

atómica, el sufrimiento animal, las aspiraciones

deración por un interés distinto del propio —el

de salud total, y así sucesivamente.

interés del animal que sufre, por ejemplo—. Si

Es bien revelador que el primero de los textos

en su consideración por el descanso dominical

de la segunda parte no sea relativo a cuestiones

Spaemann parece un radical crítico del mundo

como la eutanasia o el aborto, sino uno dedica-

actual, sus discusiones sobre el sufrimiento ani-

do a la defensa del domingo (que la Constitución

mal, la ecología o la pena de muerte sugieren, en

alemana describe como día “de descanso labo-

cambio, que se esfuerza por proveer de una fun-

ral y elevación espiritual”). ¿Por qué emprender

damentación adecuada a intuiciones que gozan

tal defensa del domingo? ¿Cómo puede un texto

de bastante más popularidad. Después de todo,

así ir al lado de cuestiones que son literalmente

aunque en algunos sentidos Spaemann pueda ser

de vida o muerte (disputas como la de la bom-

contado entre los críticos de la modernidad, no

ba atómica, en las que Spaemann venía partici-

es un antimoderno. Según lo formula él mismo

pando desde fines de los años cincuenta)? Si la

en sus Ensayos filosóficos, su propósito es defen-

singularidad del domingo se ha diluido, apunta

der a la modernidad de la manera en que esta se

Spaemann, la explicación no se encuentra en

interpreta a sí misma.

una simple secularización, sino en un cambio

87


LÍMITE S Y PROGRE S O. C ONTRAPU NTO

¿Cuál es esa manera? Sobra decir que hay mu-

también otros aspectos de ésta, como la misma

chas modernidades y muchas interpretaciones

libertad? No en vano, para Kant el suicidio no era

del mundo en que vivimos. Pero para Spaemann

una manifestación de nuestra autonomía, sino

el núcleo de la ideología de los sesenta, que sigue

su aniquilación. Por lo demás, como nota Spae-

aún activa, es su concepto de emancipación. Si la

mann, al abrir la puerta de la eutanasia se cam-

modernidad se interpreta a sí misma solo desde

bian radicalmente las condiciones bajo las que

esa idea, es difícil que no termine privilegiando

alguien es considerado una carga. Que personas

a los emancipadores (como bien lo describió C.S.

mayores o enfermas se perciban a sí mismas

Lewis en La abolición del hombre). Pero la mo-

como un peso para la sociedad y para sus cerca-

dernidad no está obligada a interpretarse así.

nos es un hecho corriente, pero suele ser mitiga-

Como su maestro Joachim Ritter, Spaemann veía

do porque no eligieron tal situación: es lo que les

la tradición occidental como dotada ella misma

ha tocado, y a sus cercanos les ha tocado llevar-

de un ingrediente emancipador; por lo mismo,

los. Eliminado el tabú de la eutanasia, la cuestión

quien busca la libertad no necesita echar por la

recae en cambio sobre ellos: han elegido seguir

borda esa tradición. Una modernidad que, en

siendo carga, y ya nada podrá contrapesar esa

cambio, incentiva sin contrapesos el proyecto de

autoimagen. La cultura de la autonomía se vuel-

liberación corre el riesgo de minar precisamen-

ca aquí de modo imperceptible pero implacable

te algunos de sus mayores logros. Si Spaemann

sobre los más débiles.

acude con frecuencia a una tradición preceden-

Con todo, el reconocimiento de estos proble-

te —a Platón, Kant y otros— es precisamen-

mas no significa la simple afirmación del tabú.

te porque ahí ve un tipo de reflexión que puede

Una vez que este se ha quebrado, la reflexión de-

salvar intuiciones que pueden ser corroídas por

tenida sobre lo que era cubierto por él contribuye

una ilusión de progreso inconsciente de su pro-

a un esclarecimiento fundamental. Como recuer-

pia ambigüedad.

da Spaemann, Sócrates agradece en una ocasión

Hay pocas materias en que esta reflexión sea

al más destemplado de sus interlocutores, Ca-

tan importante hoy como en la que se refiere a

licles, por haber roto todo tabú, obligando así a

la eutanasia. Como alguna vez escribió Witt-

que la reflexión moral retroceda a sus últimos

genstein y recoge Spaemann, si está permitido

fundamentos. A la luz de esa reflexión se puede

el suicidio, todo está permitido. En dos agudos

recapacitar sobre el sentido que tenía el límite, y

ensayos de este libro, Spaemann muestra las di-

se puede configurar una vez más su existencia de

ficultades a las que se enfrenta un discurso pura-

un modo que responda a los desafíos específicos

mente emancipatorio en torno a esta cuestión. Si

de nuestra propia encrucijada.

puedo poner término a mi vida, ¿puedo enajenar

88


¿Ley natural? MARÍA JOSÉ LÓPEZ

Sobre Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar (Pamplona: Eunsa, 2003), de Robert Spaemann

El libro Límites. Acerca de la dimensión ética del

educación, la protección de los animales, la de-

actuar (2003), del filósofo católico Robert Spae-

claración del “Parlamento de las religiones del

mann, se dirige a un público amplio. En él se re-

mundo”, entre otros asuntos.

cogen artículos de revista, capítulos de libros,

Pese a la heterogeneidad del material y a la

conferencias e intervenciones radiales que com-

diversidad de problemas, hay una cierta unidad

pilan una producción de más de cuarenta años de

temática y orientación filosófica bastante clara.

trabajo intelectual involucrado de manera bas-

Para decirlo de manera breve: el libro trata de la

tante directa en el debate público.

crisis ética contemporánea que, a juicio del autor,

La obra se organiza en dos grandes capítulos.

abarca una progresiva restricción de la experien-

El primero, titulado Cuestiones fundamentales,

cia ética contemporánea, como también y de ma-

aborda aspectos más bien generales y teóricos de

nera muy importante, 1) una crisis de la reflexión

la reflexión moral. Por un lado, conceptos bási-

acerca de esa experiencia, según la cual las pers-

cos: la noción clásica de felicidad y de vida prác-

pectivas y herramientas teóricas se encuentran

tica, la oposición entre lo natural y lo racional, la

en un proceso de drástica y trágica limitación.

noción de responsabilidad, virtud, valores y nor-

2) Al mismo tiempo, el autor plantea justamente

mas, etc. Por otro, se tratan cuestiones vincula-

la posibilidad de ampliar la mirada, reapropián-

das a la fundamentación: los derechos humanos

dose de las fuentes teóricas de la filosofía clásica

y la idea de dignidad, la posibilidad de una teleo-

y medieval. Se trata, en definitiva, de averiguar

logía natural como fundamento para una ética

cómo y en qué aspectos los pensamientos de Pla-

universalista, la dicotomía entre ética de princi-

tón, Aristóteles y Santo Tomás, principalmente,

pios y de la responsabilidad, entre otros temas.

nos resultan útiles para dar nuevas perspectivas

En una segunda parte el libro, el filósofo ale-

a problemas morales del mundo contemporáneo.

mán discute y polemiza acerca de problemas

3) Pero no estamos frente a cualquier reapropia-

concretos o ligados a una dimensión más aplica-

ción de estos autores, sino de una en la que es-

da de la ética —aunque el propio Spaemann no

tos son leídos a la luz de la defensa de una po-

aprobaría ese calificativo, pues critica la distin-

sición tradicionalista, como reconoce el propio

ción entre ética teórica y ética aplicada (36)—.

autor y que encontramos identificada también

En estos comentarios a los problemas éticos

por otros1. Esta posición tradicionalista defiende

concretos, Spaemann despliega gran parte de

la idea de la ley natural como fundamento de la

su fina capacidad para describir y distinguir,

ética y del derecho, y es, en definitiva, una ética

tan propia de la casuística tomista que no pa-

católica. 4) Así, la rehabilitación de los clásicos en

rece serle ajena. Se abordan cuestiones disími-

Spaemann va de la mano de una crítica bastante

les, como el debate ético en torno a la bomba

radical aunque no muy detallada al utilitaris-

atómica, la eutanasia, la guerra de Kosovo, cam-

mo y una crítica más restringida, pero tampoco

bios y discusiones legales en torno al aborto y otros temas de bioética, incluida la pregunta por la ética médica. También se reflexiona sobre la

1

Ernst Tugendhat, Lecciones de ética (Gedisa, 1993), 65.

89


LÍMITE S Y PROGRE S O. C ONTRAPU NTO

muy nítida, al “universalismo abstracto” de un

En segundo lugar, Spaemann, como otros

kantismo racionalista en sus versiones contem-

pensadores contemporáneos que también han

poráneas. Presentemos mínimamente los cuatro

sido críticos frente al todo es posible de la técnica,

puntos a ver si con ello podemos dar una idea del

encuentra en el espacio de la filosofía y sus tra-

aporte del libro y las posibles críticas que pode-

diciones un amplio campo de reflexiones acerca

mos formularle.

de la experiencia moral que cumple una impor-

En primer lugar, Spaemann se instala en el

tante función crítica: amplía los conceptos del

horizonte de la enorme crisis moral y social

debate, permitiendo alumbrar experiencias ac-

contemporánea, que se inicia con la radical ex-

tuales que no siempre han alcanzado visibilidad

periencia del nacionalsocialismo y la distorsión

en la discusión pública de las cuestiones morales

que impuso a la “normalidad”, como también

y legales. El rescate de la noción de eudaimonia

de lo prohibido y lo permitido, distinción básica

del mundo clásico y postclásico (helenismo), la

para el establecimiento de limitaciones morales.

incorporación de las pasiones como un elemen-

Se suman, en este contexto, los impresionantes

to constitutivo de la vida moral, la posibilidad de

cambios tecnológicos del siglo XX que trans-

una morale par provision al modo cartesiano, res-

forman de manera decisiva la experiencia de la

pondiendo a un contexto de incertezas, son ideas

especie humana y su futuro, a través de las tec-

estimulantes y que dan mucho que pensar. Y no

nologías bélicas de inusitado poder (bomba ató-

únicamente al filósofo o al especialista en ética,

mica), como también del desarrollo de las nue-

sino primordialmente al ciudadano que vive y

vas técnicas biomédicas y los cambios que estas

encarna esta crisis de la vida ética en su propia

imponen —por ejemplo, la comprensión del co-

experiencia cotidiana.

mienzo y del final de la vida del individuo huma-

El tercer punto es que, más allá de los aportes

no (ingeniería genética)—. Llama la atención en

que el pensamiento clásico y medieval pueden

este campo la fuerte crítica, que Spaemann com-

hacer a la hora de abrir campos de discusión,

parte con otros autores, a un cientificismo que

parece completamente discutible es convertir

sigue un imperativo técnico, éticamente ciego.

esas fuentes en esquemas de fundamentación de

Es este imperativo técnico el que hace aparecer la

la moral. No se aprecia en el libro ni en la posi-

ambigüedad de las éticas aplicadas. Formas “es-

ción de Spaemann el aporte real que involucraría

pecializadas” de ética —bioética, ética médica,

recuperar un concepto de ‘naturaleza’ en el que

ética aplicada en general— que son en realidad,

fundamentar una moral universal, incluso acep-

como se sugiere a lo largo del libro, mecanismos

tando que tal posición —que afirma la necesidad

de promoción y difusión de los dictados de ese

de una fundamentación universal de la moral—

imperativo técnico. Y no, como se pretende, la

tiene todavía sentido. De hecho, en el libro se

instalación reflexiva, y por tanto ético-filosófi-

ensayan distintos conceptos de naturaleza: se la

ca, de la discusión racional en torno a cuestiones

considera, al menos, como origen (no origina-

controvertidas en una sociedad plural.

do), como normalidad (137), como aquello que se identifica con lo racional (136) y también como

90


aquello dado identificable con las dimensiones

Por último, incluso compartiendo la necesidad de

materiales de la existencia humana (138). Esta

una fundamentación universal —a pesar de las

ambigüedad muestra la dificultad de seguir el

serias objeciones y enormes dificultades que esto

camino propuesto por Spaemann. La pregunta

puede involucrar—, aquella sería una tarea ciu-

que uno se plantea es ¿para qué necesitamos fi-

dadana donde distintas religiones e ideas sobre

losóficamente una noción de naturaleza humana

la vida buena logran determinar un piso mínimo

a la hora de fundamentar una moral que tenga

compartido en la moral3. Dicho de otro modo,

pretensiones de universalidad?

para cumplir con ese objetivo sería necesario

En Teoría pura del derecho, Kelsen ha profun-

contar con aquellos deberes de justicia exigibles

dizado en lo difícil que resulta incorporar las

a cualquier ciudadano razonable, que conforman

nociones de derecho y ley natural a la funda-

el más acá de cualquier vida humanamente logra-

mentación normativa contemporánea. Desde

da —para utilizar la feliz expresión que rescata

una perspectiva filosófica, recurrir a lo que se da

Spaemann (98)—. Obviamente que ese mínimo

naturalmente, lo que es, resulta, al menos desde

no es toda la ética, pero es una parte fundamen-

Hume, una vía cuestionable para la construcción

tal de ella, como también un requisito funda-

de normatividad. Más contemporáneamente,

mental de esa forma de vida en común desde la

Tugendhat lo describe así:

tolerancia que hace algunos siglos venimos llamando democracia. En este punto, en el deslinde

La dificultad no reside en el hecho de que

entre ética filosófica y filosofía política se juega,

las cuestiones que se resuelven con normas

a mi modesto juicio, gran parte de lo más valioso

fundadas en la religión sean anticuadas,

de la discusión acerca de lo bueno y de lo malo de

sino en el que es dudoso si en la actualidad

las últimas décadas. Son probablemente Rawls y

realmente sigue siendo lícito el justificar las

Habermas, formas contemporáneas de kantis-

normas morales desde la religión. Una tal

mo, quienes desde su diálogo con el utilitarismo,

justificación presupone que somos creyen-

el primero, y la teoría crítica, el segundo, se dan

tes. (…) Pero, en última instancia, tampoco

a la tarea de reconstruir las posibilidades de una

el creyente puede fundar sus normas mora-

moral que encuentre una fundamentación razo-

les en su fe, al menos si toma en serio a los

nable en el contexto democrático. Se echa de me-

que tienen otra fe y a los no creyentes, por-

nos en el libro de Spaemann, sobre todo frente

que el cumplimiento de las normas morales

al tema de la fundamentación de una moral en el

es algo que —al menos así parece— exigi-

contexto pluralista de una democracia, una dis-

mos de todos, y para poder hacerlo también

cusión más profunda con estos autores.

debemos esperar que las normas puedan resultar aceptables para todos2.

2 Ibid., 15.

3 Adela Cortina, Ética mínima. Una introducción a la filosofía práctica (Tecnos, 1986).

91


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA

El progreso y sus desafíos PABLO ORTÚZAR

Sobre Progreso y desilusión. Las dialécticas de la sociedad moderna (Caracas: Monte Ávila, 1969), de Raymond Aron

En la sociedad moderna, altamente compleja,

todos los sistemas de interacción humanos pero

nuestros vínculos con el entorno se vuelven cada

irreductible a cualquiera de ellos, que resulta

vez más parciales e instrumentales. Nos coor-

efecto más que causa de la interacción entre ellos.

dinamos de manera anónima con los demás, a

Ahora bien, ¿qué distingue específicamente a la

través de mecanismos despersonalizados. Esto

sociedad moderna? La respuesta, de acuerdo al

engendra una sensación de ajenidad y someti-

autor, exige cubrir tres niveles: la dialéctica de la

miento. Sin embargo, al mismo tiempo, las posi-

igualdad, las contradicciones de la socialización

bilidades individuales y colectivas que el sistema

y la dialéctica de la universalidad. Cada nivel im-

nos ofrece sobrepasan las expectativas de todos

plica una dialéctica en la medida en que “se de-

nuestros ancestros. ¿Cómo reflexionar sobre esta

fine por una contradicción entre la realidad y el

situación? Frente a una alta diferenciación fun-

ideal”. En sentido estricto, la sociedad moderna

cional, nuestro conocimiento instintivo parece

es dialéctica porque no tiene un orden fijo más

poco útil. La sociología es la ciencia dedicada a

allá del cambio, y ese cambio carece de objetivos

explorar la sociedad moderna, sus procesos y sus

predeterminados y de leyes evolutivas. No exis-

instituciones. Aspira a ser una tecnología de au-

te, entonces, el progreso lineal y acumulativo, ni

toobservación, capaz de introducir más reflexi-

tampoco un “lado correcto” de la historia.

vidad y racionalidad en nuestras decisiones individuales y colectivas.

La dialéctica de la igualdad, tratada en la primera parte del libro, se refiere al hecho de que

El libro que nos convoca aquí, Progreso y des-

“las sociedades modernas son igualitarias en

ilusión. Las dialécticas de la sociedad moderna,

sus aspiraciones, pero jerárquicas en su orga-

fue publicado por el sociólogo francés Raymond

nización”. En otras palabras, a las tensiones

Aron hace más de cincuenta años, pero sigue

producidas por una sociedad que aspira a llevar

siendo una excelente introducción a la reflexión

al límite sus capacidades de producción, lo que

sociológica. Trata los dilemas centrales de paí-

genera e implica un orden altamente jerárqui-

ses que vivieron procesos que —respetando las

co basado en capacidades objetivas, pero que

diferencias— guardan similitudes con los que

reconoce, al mismo tiempo, iguales derechos a

experimenta Chile hoy. Aron escribe a fines de

la dignidad, la ciudadanía y la felicidad a todos

los años sesenta, cuando la Europa devastada

sus miembros. Esta tensión permanente, señala

por la Segunda Guerra ya lleva más de dos dé-

Aron, hace imposible la estabilidad de cualquier

cadas de progreso acelerado. De hecho, Progreso

sociedad moderna.

y desilusión aparece en 1968, el año de las ba-

La segunda parte del libro trata de las con-

rricadas. Estamos frente a un texto que intenta

tradicciones de la socialización, propias de una

comprender, entonces, cómo es que el desarrollo

sociedad donde se sigue participando de diver-

y la prosperidad son capaces de engendrar frus-

sas organizaciones —en particular de la familia

tración, malestar y enojo.

y las comunidades de trabajo— pero en las que

¿Qué es la sociedad? Aron la define en la intro-

se aspira a la individualidad en un contexto de

ducción como un orden emergente, relacionado a

igualdad. Es decir, se analiza la contradicción

92


entre el deseo de hombres y mujeres de “ser uno mismo” —vivir una vida original, auténtica, elegida por cada cual— y un mundo que, para sustentar esa expresión del yo, demanda someterse a las exigencias alienantes de aparatos de producción y crecimiento económico indiferentes a esa ambición. Finalmente, la dialéctica de la universalidad, tratada en la tercera parte del libro, aborda el fenómeno de la globalización y de la sociedad mundial, desafiando sus ilusiones. Esta dialéctica se produce entre las aspiraciones a la soberanía y el desarrollo de todas las naciones del mundo, y una extrema desigualdad respecto a las condiciones de realización de esas aspiraciones. El cierre del libro, en el capítulo titulado “Tecnología e historia”, reflexiona sobre las ironías y contradicciones del progreso, nacidas de la aspiración moderna a la igualdad, la personalidad y la universalidad —orientadas a la “ambición prometeica” de dominar la naturaleza— y el choque de esa ambición con la condición libre, histórica y política de los seres humanos y sus sociedades. Choque que genera diversas resistencias e irreductibles oposiciones, respecto de

que es, descubriendo y aprovechando sus venta-

las cuales la sociología y la psicología nos pueden

jas en la medida de lo posible, y no ceder a lo que

hacer conscientes, pero no resolver por nosotros.

el filósofo Roger Scruton llamó un “optimismo

Las reflexiones de Aron nos invitan al culti-

inescrupuloso”: la falsa ilusión de que un ajus-

vo de un realismo sin ilusiones. En ese sentido,

te a gran escala acabará con todos los problemas

Progreso y desilusión tiene un efecto terapéutico

de la humanidad, lo que normalmente termina

al proponernos una sana resignación frente a la

en atrocidades. Una idea que Aron resume en un

condición moderna, que nos aleja tanto del vo-

pasaje memorable: “el proletariado demostró

luntarismo utopista como de la desesperación

estar compuesto por seres humanos, no por án-

tremendista. Cada paso que damos soluciona

geles; y aquellos revolucionarios que al principio

viejos problemas creando otros nuevos. Y no hay

pensaban lo contrario, terminaron tratándolos

salida a ese hecho.

como animales”.

Este realismo debería ser bienvenido en un

En cuanto a las ediciones de Progreso y desilu-

país como Chile, que hoy pretende dar nuevos

sión, el original francés es de fácil acceso, con

pasos hacia la igualdad de derechos, pero bus-

ediciones relativamente recientes (Gallimard,

cando no arriesgar, sino multiplicar, su capaci-

1996). El texto en inglés (Penguin, 1972), que

dad económica e institucional. Aron nos advierte

usé para la reseña, es fácil de obtener usado.

que ese camino es áspero y que no tiene fórmulas

Por último, existe una inencontrable edición en

mágicas ni atajos. Y, además, que al final tam-

castellano publicada en Venezuela (Monte Ávila,

poco está el paraíso: podemos heredar un mundo

1969). Dichoso el que se tope con ella en algún

mejor —bajo nuestros propios estándares— a

lado. Más todavía el editor chileno que se motive

nuestros hijos y nietos, pero será uno plagado

a reeditarla con un prólogo de Carlos Peña, qui-

de más problemas y riesgos, no uno más simple.

zás el más leal seguidor de Aron en esta esquina

Por lo mismo, más vale disfrutar el camino por lo

del mundo.

93


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA

Una humanidad paradójica MARIANA CANALES

Sobre Nunca me abandones (Barcelona: Anagrama, 2007), de Kazuo Ishiguro

Una ficticia Inglaterra a fines de los noventa ha

terminado quienes suplen con ellos una necesi-

encontrado el modo de curar enfermedades has-

dad, solo tienen sentido a la luz de ese cometido.

ta hace poco irremediablemente mortales, lo que

Después de Hailsham, los alumnos serán tras-

abre a la especie humana infinitas posibilidades.

ladados a las cottages o algún otro lugar para es-

Pero esto lo sabe el lector solo al final. Antes, ha

perar que comience su ‘entrenamiento’. Ahí se

tenido que unir por sí mismo los hilos, descu-

les enseñará a hacerse cargo de quienes ya han

briendo de a poco y con angustia un panorama

dado inicio a las ‘donaciones’ y, terminado el

que, visto a través de los ojos de su protagonis-

entrenamiento; serán cuidadores hasta que sea

ta, es desgarrador. Cuando hacia el final del li-

el momento de sus propias ‘donaciones’. Sus vi-

bro terminamos de armar el puzle y de ponerle

das culminan así entregando una a una las par-

nombre a aquello que inicialmente solo intuía-

tes de sus cuerpos para que otros, que no saben

mos, las tensiones de un mundo que se jacta de

o no quieren saber de ese proceso, puedan vivir

haber superado los límites de la naturaleza se

más y mejor. Fuera de ese camino, ya traza-

revelan como dramáticas.

do para ellos, nada de lo que hagan, sientan o

Kathy, la protagonista, narra su vida y la de sus

piensen tiene sentido. No caben en sus vidas los

amigos desde sus primeros años en Hailsham, un

sueños, las proyecciones ni mucho menos el de-

internado ubicado en algún lugar indetermina-

seo de trascender, aunque para ellos ese anhelo

do de Inglaterra. Aislados de su entorno, en un

sea fundamental. Curiosamente, al tomar Kathy

ambiente casi idílico, generaciones de alumnos

conciencia de la siniestra situación, esta no se

crecen aprendiendo a pintar y esculpir, a leer

rebela; su narración, en cambio, deja entrever

clásicos, y, sobre todo, a cuidarse unos a otros.

una particular resignación. Tal vez esto produ-

Las amistades que logren forjar en el internado

ce en el lector más pena e impotencia, pues la ha

serán lo único que se llevarán de ahí, y aquello

acompañado en sus esperanzas y frustraciones,

que los sostendrá después en ese mundo desco-

y en el dolor de descubrir quién es.

nocido que les espera.

Mientras tanto, el resto de la humanidad pre-

La protagonista y su amigo Tommy advierten

fiere regocijarse en el triunfo de la dominación

tempranamente que hay cuestiones de su vida

de la naturaleza por medio de la técnica. Como

que no terminan de hacer sentido. Preguntas so-

les revela a Kathy y Tommy años más tarde la

bre el exterior, sobre la información que se les

señorita Emily, una de sus antiguas profesoras

entrega o que se les oculta, sobre ciertas reglas a

en Hailsham: “cuando los grandes avances cien-

las que están sometidos y sobre su propia iden-

tíficos se sucedían rápidamente uno tras otro,

tidad van adelantando al lector de qué se trata

no había tiempo para hacer el balance, para for-

todo. Gracias al relato de Kathy, este no tarda en

mularse las preguntas pertinentes. De pronto, se

descubrir que la narradora y sus amigos son per-

abrían ante nosotros todas aquellas posibilida-

sonas funcionales. Han sido creados para cumplir

des nuevas”. Todos preferían hacer la vista gorda

una función específica y sus vidas, según han de-

al costo que implicaban esas oportunidades. Esto se percibe no solo en las confesiones de la se-

94


ñorita Emily, sino también en la narración misma de la novela. Los alumnos de Hailsham, por ejemplo, nunca son reconocidos en su individualidad; de hecho, los personajes se nos presentan con un nombre común y con la primera inicial de su apellido (si acaso eso) —Kathy H., Tommy D., Ruth—, como si el mundo creado por Ishiguro no se atreviese siquiera a ver en ellos personas concretas, irrepetibles. A lo largo de la historia hay cosas que nunca se llaman por su nombre. Así se evita dotarlas

La novela ilustra dramáticamente la paradoja

de realidad y se las reviste de un aura de ama-

de la soberanía del individuo que, buscando do-

bilidad y generosidad. Kathy y sus amigos son

minar todo lo que rodea al ser humano, quiere

‘donantes’, no seres creados con el fin de tomar

erigirlo como único árbitro de lo posible, pero

sus órganos en beneficio de otro; hay ‘cuidado-

que, al hacerlo, se niega a sí mismo. Es lo que,

res’, no encargados de supervisar el desarrollo

hacia el final de la novela, expresan las palabras

de una operación en la que se ha despojado a al-

de Madame: “Vi un mundo nuevo que se aveci-

guien de una parte de su cuerpo; las personas no

naba velozmente. Más científico, más eficiente.

mueren, sino que se ‘completan’. Pese a esto, los

Sí. Con más curas para las viejas enfermedades.

alumnos, cuidadores y donantes viven con igual

Muy bien. Pero más duro. Más cruel. Y veía a una

intensidad el miedo a las donaciones, la perspec-

niña, con los ojos muy cerrados, que apretaba

tiva de ‘completar’ y la muerte de sus amigos. Es

contra su pecho el viejo mundo amable, el suyo,

una sociedad que no mira de frente la realidad

un mundo que ella, en el fondo de su corazón,

que ha creado y sus consecuencias.

sabía que no podía durar, y lo estrechaba con

Nunca me abandones da así perfecta cuenta de las tensiones de un mundo que se rige solo por

fuerza y le rogaba que nunca, nunca la abandonara”.

los designios del hombre soberano. Y cuando no hay otro límite, ¿por qué parar? Cuando un científico en Escocia, según se entera Kathy a través de la señorita Emily, descubre cómo elegir las características y habilidades de los hijos, muchos protestarán con indignación. Sin embargo, ¿es eso distinto a la creación de seres humanos funcionales a los intereses de otros seres humanos? ¿Por qué se acepta lo uno y se rechaza lo otro? ¿Hasta dónde se puede llegar?

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LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA

La importancia de los límites JOAQUÍN GARCÍA-HUIDOBRO

Sobre Antígona (Santiago: Universitaria, 2010), de Sófocles

El progresismo no es cosa de nuestros tiempos.

ellos. Sus razones eran comprensibles, pero ha-

Ya la ilustración ateniense del siglo de Pericles

bía transgredido un límite infranqueable por el

defendió algunas tesis que se corresponden con

cual recibió un castigo terrible. En esta tragedia

las propuestas de la versión laicista de la moder-

resulta absolutamente fundamental la noción de

nidad: una confianza ilimitada en la capacidad

límite. Se ve, por ejemplo, en su famoso “Canto

de la técnica para transformar la vida humana;

al hombre”, donde el coro parece hacer suyas las

una visión del orden político que prescinde de

ideas de los sofistas y destaca el carácter “terri-

cualquier fundamento religioso y una concep-

ble” del hombre: capaz de surcar el mar con sus

ción consensualista de la moralidad, donde el

naves, dominar sobre los animales y de agotar

fundamento de los criterios de la justicia queda

con su labranza “a la más poderosa de las dio-

restringido al solo acuerdo humano.

sas, la Tierra imperecedera”. Sin embargo, tras

El desafío intelectual planteado por este pen-

habernos mostrado esta imagen optimista del

samiento, cuyos representantes más conocidos

poder humano, el relato de Sófocles da un giro y

fueron los sofistas, no quedó sin respuesta. Fa-

nos hace dos precisiones que invitan a la cautela.

mosas son, en el campo de la filosofía, las que

La primera observación se refiere a la técnica,

dieron Platón y, a su modo, Aristóteles, pero an-

instrumento en el que confiaban los sofistas en

tes de ellos se alzaron voces críticas en un terre-

su empeño por llevar a la humanidad a estadios

no distinto: el de la tragedia. La más famosa de

superiores a los actuales: “Poseedor de una sa-

ellas fue la de Sófocles.

biduría superior a la esperable, la capacidad de

La obra donde más claramente se aprecia la

urdir técnicas, unas veces al mal, otras al bien la

distancia crítica de Sófocles —que no era ningún

encamina”. Es decir, este invento humano está

reaccionario— respecto de las nuevas ideas es su

afectado por una radical ambigüedad moral y

tragedia Antígona. La historia de Antígona dis-

puede volverse contra su creador. Si esto es así,

curre en torno a su desafío de la prohibición de

parece evidente que el progreso técnico no coin-

enterrar a Polinices, su hermano muerto cuando,

cide necesariamente con el progreso humano,

en alianza con los enemigos de su ciudad, in-

lo que significa que no puede constituirse en un

tentaba conseguir el trono que le correspondía.

criterio último de legitimación.

Creonte ordena que Eteocles, aquel de los hijos

Antes nos había hecho otra precisión im-

de Edipo que murió en defensa de Tebas, sea

portante: es verdad que el hombre es “todo

enterrado con todos los honores, mientras que

recursos” y que “de innumerables males ha

Polinices debía quedar insepulto. Se trataba de

ideado la escapatoria”; pero existe un límite in-

un castigo terrible, pues si el cuerpo no era se-

franqueable para su poder: la muerte: “De Hades

pultado el alma no podía entrar al reino de Ha-

solo no alcanzará escape”. Si es así, el optimismo

des. Pero al aplicar esta sanción el monarca se

progresista se encuentra con un límite radical,

entrometía en un terreno que no era el suyo: los

que marca por completo a la condición huma-

muertos pertenecían a los dioses subterráneos, y

na y que debería constituir un antídoto contra

no era función del poder político disponer sobre

la arrogancia.

96


El resto de la historia relatada en Antígona es bien conocido, pero su lección y el desenlace están anticipados en el mismo “Canto al hombre” del que hemos hablado. “Entretejiendo las leyes de la tierra y la justicia de los dioses a la que ha prestado juramento engrandecerá la ciudad”. Aquí se entrega la clave para un orden político justo, que, en opinión de Sófocles, jamás puede basarse en criterios puramente humanos, sean los dictados de los poderosos o la opinión de la mayoría de la ciudad. Y a continuación viene una advertencia que constituye una suerte de resumen de lo que ocurrirá en esta tragedia, donde un poderoso, el rey Creonte, desatiende el mandato

adquirió una notable actualidad durante la se-

divino de dar sepultura a los muertos: “privado

gunda mitad del siglo pasado. Textos como An-

de ella quedará aquel que, en virtud de su osadía,

tígonas. Linaje de hembras, de Jorge Huertas, nos

se entrega a lo que no es bueno. ¡Que no se sien-

hablan de la tragedia de los desaparecidos en la

te a mi lado ni sea de mis mismos pensamientos

lucha antiterrorista argentina, lo mismo que la

quien hiciera tales cosas!”

brevísima Antígona (historia de objetos perdidos),

Para muchos de nuestros contemporáneos la idea de límite, núcleo de la tragedia de Sófocles,

de la chilena Daniela Cápona Pérez, que en un par de páginas nos cuenta la misma tragedia.

tiene una connotación negativa. Cometen un

Tres son, según Giambattista Vico, las cons-

grave error. Lo que crea un juego son las reglas.

tantes de toda civilización humana: celebrar

Ellas no son una mera restricción, sino la condi-

matrimonios solemnes, erigir altares y enterrar

ción de posibilidad del despliegue humano. Por

a los muertos. No solo esta última, sino también

eso Antígona pudo decir a su tío Creonte, con un

las otras prácticas señaladas por Vico aluden a

dejo de ironía: “Ni siquiera creía que tus edictos

la noción de límite. Quien erige altares recono-

tuvieran tanta fuerza como para que un simple

ce, por ese mismo hecho, que no es la medida de

mortal pase por sobre las ágrafas e inconmovi-

todas las cosas, es decir, que existe una instancia

bles leyes de los dioses”.

trascendente que se vincula con el sentido mis-

Antígona ha sido representada menos veces

mo de la existencia. Y los que contraen matrimo-

que Edipo Rey; sin embargo, conoce múltiples

nio reconocen que las pasiones humanas pueden

recreaciones, particularmente en Hispanoamé-

sujetarse a la razón. En suma, los límites mani-

rica, donde se cuentan por decenas las versio-

fiestan de modo privilegiado nuestra humanidad

nes de esta tragedia. Entre nosotros, el proble-

y, como se expone en Antígona, son la condición

ma del respeto por el cuerpo de los muertos no

de posibilidad para que la vida en la polis pueda

es simplemente una referencia literaria, sino que

dirigirse con justicia.

97


LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA

Historia y riqueza del pensamiento conservador SANTIAGO ORREGO

Sobre Conservadurismo (Alianza Editorial: Madrid, 1995), de Robert Nisbet

El destacado sociólogo Robert Nisbet (1913-

conservadurismo y 4) Las perspectivas del con-

1996) presenta en este libro una síntesis muy

servadurismo. De ellas, la primera es la que tiene

bien documentada del pensamiento conserva-

un mayor carácter histórico y, la segunda, sis-

dor. Lo hace, por un lado, mediante una revisión

temático. Sin embargo, ambos aspectos nunca

de las ideas de sus principales exponentes desde

quedan del todo separados: la reconstrucción

fines del siglo XVIII y, por otro, a través de un

histórica apunta a una comprensión sistemática

contraste con el liberalismo y el socialismo, las

y, a su vez, cuando se exponen los llamados dog-

otras dos grandes ideologías políticas occiden-

mas conservadores, las afirmaciones se validan

tales de los últimos siglos. Ahí está la primera

constantemente mediante el recurso a los textos

lección para el lector no especialista: el conser-

de sus exponentes pasados y presentes.

vadurismo no es solo una actitud personal o una

Este es uno de los aspectos más destacados de

orientación política pragmática poco elaborada,

esta obra: su enorme erudición dispuesta de un

al modo de una inercia medrosa, prejuiciosa o

modo que no abruma, porque apunta a ir com-

interesada. Es también una robusta y muy rica

pletando en sus detalles un cuadro amplio. El au-

tradición intelectual, que el autor tiene el acierto

tor más citado, con diferencia, es Edmund Bur-

de exponer sin ningún tono apologético —tam-

ke, a quien Nisbet atribuye un papel fundacional

poco crítico— y en un lenguaje accesible.

para el pensamiento conservador, pero el con-

Escrito en 1986, este libro mantiene su actua-

junto no baja de cincuenta. Entre otros, Tocque-

lidad, atestiguada por múltiples ediciones, por

ville, De Maistre, Dawson, Coleridge, Oakeshott,

al menos dos razones: la primera es que contie-

etc. En su mayoría, las referencias son a autores

ne una importante dosis de historia del pensa-

ingleses y franceses, seguidos de norteameri-

miento, algo indispensable para la comprensión

canos y, bastante más lejos, algunos del ámbi-

presente de las ideas, como el texto muestra de

to germánico. Balmes es el único español. Como

modo elocuente. La segunda es que el menciona-

puede verse, casi podría calificarse como un es-

do contraste del conservadurismo con el pensa-

tudio del movimiento conservador anglosajón y

miento socialista y liberal ilumina notablemen-

francés. Sin embargo, si se atiende a la mencio-

te los acontecimientos y discusiones políticas

nada pervivencia en el ámbito latinoamericano

actuales, particularmente en Chile, sobre todo

actual de las ideas de los pensadores que el autor

ahora que vivimos en una fuerte tensión entre

hace comparecer, queda claro que su alcance es

las ideas de continuidad y refundación social.

mucho más amplio.

Los discursos de hoy, para quien llega a conocer

La segunda parte, acerca de los dogmas con-

las ideas que Nisbet explica, se muestran cruda

servadores (sobre la que ya volveré), es la más ex-

y hasta toscamente dependientes de un pasado

tensa y medular. La tercera es una continuación

ignorado por quienes los sustentan.

que desglosa otros principios menos nucleares y

El libro se estructura en cuatro partes: 1) Las

más pragmáticos. La cuarta y última es un aná-

fuentes del conservadurismo, 2) Los dogmas

lisis con ribetes críticos del movimiento conser-

conservadores, 3) Algunas consecuencias del

vador y neoconservador inglés y norteamericano

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de comienzos de los ochenta, aunque también aventura algunas hipótesis de posibles derivas que se han ido mostrando no carentes de acierto. ¿Cuáles son los “dogmas” conservadores, según Nisbet? Incluyen ciertamente los postulados de Estado mínimo, laissez-fair en casi todo, valoración de la tradición, solidaridad en los grupos intermedios como familia, comunidad local e iglesia en lugar de asistencia y redistribución estatal, así como el carácter casi sagrado de la propiedad (sobre todo la vinculada a la tierra, opuesta a la industrial y a la forma fluida del dinero y el capital). Todo eso es parte irrenunciable de las propuestas conservadoras habituales, pero, en la medida en que el conservadurismo tiene un sustento filosófico, aquellos postulados no pueden ser principios, sino conclusiones; no dogmas principales, sino derivados: “dogmas” no dogmáticos, sino razonados. Nisbet los desglosa en cinco apartados: los relativos a historia y tradición, “prejuicio” y razón, autoridad y poder, libertad e igualdad, propiedad y vida y, fi-

conservador no un antiintelectualismo, sino un

nalmente, religión y moralidad.

antirracionalismo. La realidad concreta de las

No es posible referirse a todos ellos en este

vinculaciones humanas, con sus creencias y cos-

espacio, por lo que deberé limitarme a algunas

tumbres compartidas —folklore: palabra ingle-

consideraciones. De modo global, debe adver-

sa, hecho elocuente— sus instituciones locales y

tirse que el propio Nisbet declara la imposibili-

diversas, serían cristalizaciones de una sabiduría

dad de presentar, como si fueran algo unitario,

humanizante desarrollada con el correr de los si-

las diversas propuestas de los exponentes del

glos. Suprimirlas o ignorarlas llevaría la desapa-

conservadurismo; y, no obstante, parece apro-

rición de las comunidades a escala humana, las

ximarse bastante a ello. Además, al dibujar los

únicas donde pueden subsistir el reconocimiento

perfiles del conservadurismo por contraste con

frente a la atomización anónima de masas y la

los liberalismos y socialismos, muestra que las

libertad frente al poder centralizado. La socie-

fronteras entre las tres ideologías están lejos de

dad como organismo versus la sociedad como

haber sido impermeables.

mecanismo. En ese sentido, destacados padres

Ahora bien, si hubiera que buscar en Nisbet una respuesta a la pregunta de cuál es el núcleo

de la sociología fueron conservadores, apunta el autor.

de la fundamentación para las diversas propues-

En suma, en el realismo concreto de su análisis

tas conservadoras, creo que se podría resumir

sobre lo humano radicaría la fuerza del pensa-

así: es la atención a la realidad concreta de la vida

miento conservador. Nisbet no habla de su ver-

social, como contrapuesta a las dudosas abstrac-

dad o falsedad últimas ni de sus debilidades, pero

ciones en las que se sustentarían las planifica-

conocer las ideas que expone es indispensable

ciones y cálculos racionales propios de los socia-

para formarse un juicio acerca de ello y, sobre

lismos y los liberalismos de corte utilitarista. La

todo, tomar conciencia de las propias precon-

idea de un contrato social en constante revisión,

cepciones. Un texto como este, iluminador, tal

el “mito del progreso” o la vinculación direc-

vez único como síntesis global y nada superficial

ta entre el individuo y el Estado serían algunas

como introducción, parece indispensable.

de esas abstracciones. Habría en el pensamiento

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LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA

Posthumanismo: una nueva forma de pensar la vida MARÍA JOSÉ NAUDON

Sobre Lo posthumano (Barcelona: Gedisa, 2015), de Rosi Braidotti

¿Qué es hoy lo humano? se pregunta Rosi

la idea de “hombre”, el posthumanismo, da un

Braidotti en el libro Lo posthumano, proponien-

paso más allá y propone el fin de la oposición

do una reflexión cuyo objetivo supone “moverse

binaria humanismo/antihumanismo, aspirando

hacia una visión del sujeto más extensa, vitalis-

a elaborar otros modos de conceptualización de

ta, transversal y relacional”. Con esta premisa,

lo humano que incluyan aquello invisibilizado

y realizando un recorrido histórico, político y

o marginado. Sin embargo, es posible pensar

filosófico, aborda los conceptos de posthuma-

que la incorporación de estas nuevas catego-

nismo y postantropocentrismo. Así, mediante

rías podría indefectiblemente llevar a nuevas

una profusa revisión de autores —visiblemente

generalizaciones que prontamente serían con-

marcada por su formación feminista— cuestiona

trovertidas. Visto de esta manera, el problema

las nociones sobre las que se ha construido tradi-

residiría en negar la posibilidad de lo universal

cionalmente la idea de lo humano.

en pos de identidades particulares.

El primer paso en esta nueva conceptualiza-

Tres son las corrientes que la autora anali-

ción supone controvertir el paradigma renacen-

za en el pensamiento posthumanista actual: La

tista de hombre vitruviano representado por la

primera, catalogada como una aproximación

clásica imagen de Da Vinci. Leonardo establece

reactiva, es la planteada por Nussbaum, cuya

las proporciones del “hombre perfecto” dando

postura realiza una defensa del humanismo

lugar a un canon que, a juicio de Braidotti, instala

como garantía de la democracia, la libertad y la

un estándar tanto individual como cultural y tra-

dignidad humana. Nussbaum aspira a la univer-

sunta una aspiración universalista y excluyente.

salidad de los valores humanos y en este sentido

De este modo, lo humano quedaría remitido a un

rechaza el antihumanismo. Su defensa del uni-

ser racional, europeo, culto, masculino, capita-

versalismo no niega, sin embargo, las diferen-

lista y laico, entre otras características.

cias culturales ni las idiosincrasias regionales.

Frente al paradigma humanista Braidotti opo-

Braidotti critica los planteamientos de esta au-

ne el antihumanismo, históricamente arraigado

tora postulando que sus conclusiones recondu-

en el surgimiento del feminismo, anticolonialis-

cen a identidades fijas y a lugares inmutables

mo, antirracismo y otras corrientes intelectuales.

que producen vínculos morales de opresión. Sin

En este marco, autoras feministas, como Iriga-

embargo, deja sin resolver el hecho de que uno

ray, criticaron los sistemas patriarcales, al tiem-

de los obstáculos para la conceptualización de la

po que pensadores poscolonialistas como Spivak

identidad suele ser el énfasis en las identidades

y Said, y antirracistas como Gilroy, cuestionaron

particulares y que es necesario, como sostiene

la responsabilidad europea en el sometimiento

Nussbaum, pensar la política desde criterios de

violento de otras culturas.

dignidad e igualdad irrenunciables. Braidotti

El texto plantea la compleja relación en-

parece minusvalorar los efectos de la fragmen-

tre antihumanismo y posthumanismo. Aun-

tación identitaria y la relevancia de pensarse a

que ambos evidencian la necesidad de superar

uno mismo no solo como miembro de un grupo o

100


comunidad, sino como seres vinculados, capaces de reconocer necesidades y capacidades de otros, planteando así objetivos comunes. La segunda corriente —representada por los science and technologies studies—entiende que las ciencias y la biología inciden tan radicalmente en la estructura de lo vivo que modifican nuestro concepto de lo humano. A juicio de la autora, esta aproximación, aunque efectiva, olvida las consecuencias que se generan en el sujeto, en las relaciones humanas, en la autocomprensión, etc. La subjetividad queda fuera, alejando así la dimensión política de la condición humana. La última corriente, inserta en la tradición filosófica de la subjetividad, es la del posthumanismo crítico, que se estructura en el reconocimiento de una subjetividad nómada que —alejada del antropocentrismo— extiende el

y circuitos es fundamental para la constitu-

concepto de vida humana al no humano o zoe.

ción de la subjetividad postantropocéntrica. De

Desde esta perspectiva, la noción tradicional de

este modo los ciborgs,

la subjetividad estaría mediada por imágenes

que usan la tecnología para ampliar o mejorar

idealizadas que imponen una ley de verdad que

sus capacidades, sus sentidos y sus formas de

se debe (y que “los otros deben”) reconocer. En

relacionarse con el contexto, serían sujetos do-

este contexto, la diferencia es entendida como

minantes con relevantes implicancias políticas

negativa. La autora se adentra en el concepto de

y económicas. Esto, paradójicamente, represen-

subjetividades nómadas proponiendo un despla-

taría un nuevo ideal del hombre perfecto que el

zamiento de posición que permita dar cuenta de

posthumanismo ha buscado derribar. Además,

las diferencias positivamente, evitando la confi-

en la medida en que estas tecnologías sean ac-

guración de la identidad como una estructura de

cesibles solo para algunos, podrían generar una

control. Pero, ¿es la identidad un mero producto

exclusión indeseada.

organismos biológicos

de exclusión? ¿Corremos el riesgo, con este

Finalmente, Braidotti aborda “lo inhumano”

concepto, de entender la identidad como algo

analizando la industrialización del arte, el con-

exclusivamente privado y minimizar su alcance?

cepto de la muerte, las influencias de la tecno-

¿Es posible evitar la referencia al otro en la defi-

logía digital, y aboga por repensar las ciencias

nición de la identidad?

humanas y la universidad.

Luego, Braidotti se adentra en el postantropo-

Lo anterior da cuenta de la revisión teórica

centrismo, a partir del que cuestiona la jerarquía

profunda que permite iluminar las preguntas

de las especies. Así, la vida deja de ser propie-

rectoras del texto: ¿cuáles son los itinerarios

dad exclusiva y derecho inalienable de una sola

históricos que nos han conducido a lo posthu-

especie, para entenderse como un proceso in-

mano? ¿Qué nuevas formas de subjetividad ge-

teractivo que termina con la distinción entre lo

nera esta condición? ¿Cuál es la función de las

orgánico y aquella parte amplia de la vida ani-

ciencias humanas en la era posthumana? Las

mal y no humana conocida como zoe. Por ello se

respuestas, o el intento de ellas, dan cuenta de

hace necesario repensar la relación de lo humano

una alternancia entre el entusiasmo por la con-

con la tecnología, que será considerada casi tan

diciones posthumanas y la preocupación por

próxima como la naturaleza. Según la autora,

sus aspectos inhumanos. Seguramente el lector

la estrecha conexión entre humanos, máquinas

transitará por la misma experiencia.

101


102

. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL


103


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

“Hoy vivimos una farsa de la tragedia de los años setenta”

POR ELENA IRARRÁZABAL

104

Fotografía: Universidad de los Andes

ALEJANDRO VIGO:


El reconocido académico argentino, autoridad de prestigio internacional en Aris-

tóteles, adelanta los enfoques de la nueva versión de su libro Aristóteles. Una introducción —editada por el IES— y se refiere a una serie de temas de actualidad, que aborda con su característica lucidez, una leve dosis de ironía y la perspectiva que le otorgan sus profundos conocimientos de filosofía antigua y moderna.

“Aristóteles y todo lo demás”. Así podría sinteti-

¿Cuáles, específicamente?

zarse esta entrevista, lo que no implica que Alejandro Vigo (Buenos Aires, 1958) evite hablar de

Básicamente, las ideologías que florecieron al

temas contingentes. Al contrario, los aborda con

calor de la Revolución Cubana, la idea de esa

soltura, pero ilumina asuntos candentes —como

patria grande, socialista, donde el faro que

la cultura de la cancelación— con conceptos

iluminaba ese sendero era Cuba y eso debía ex-

como el pluralismo metódico aristotélico, que

pandirse por el continente. No son cosas nuevas,

opone al restrictivo “monismo” de la actualidad,

aunque tienen, naturalmente, rasgos diferentes

que a su juicio empobrece las humanidades y el

a su versión original. Justamente Marx decía que

debate universitario. Gran conocedor y traductor

la historia se da dos veces, primero como trage-

de griego, Alejandro Vigo se doctoró en Heidel-

dia y luego como farsa. Yo diría que esta es la far-

berg y es autor de obras en torno a filósofos como

sa de la tragedia de los setenta, pero es una farsa

Aristóteles, Kant, Heidegger y Husserl. Hace casi

que también puede terminar trágicamente.

un año volvió a instalarse en Chile (donde se desempeña como académico del Instituto de Fi-

¿Dónde notas ese carácter farsesco?

losofía de la Universidad de los Andes) en un momento bastante convulsionado en nuestro país.

En algo que no existía en los setenta: la falta de credibilidad de muchos que encarnan estos mo-

Has sido crítico de una mirada demasiado loca-

vimientos. En esos años había gente que se juga-

lista a la crisis chilena.

ba la vida por muchas cosas, no personas instaladas en su propio confort y comodidad mientras

Aunque tenga sus rasgos singulares, no se puede

proclaman utopías. Por eso creo que tenemos

—en mi opinión— analizar lo que ha ocurrido en

que ver las cosas en perspectiva. Esta crisis no

Chile en clave puramente local, menos en estos

es el fin del mundo, pero tampoco es algo senci-

tiempos. Hay una crisis de credibilidad en casi

llo: implica una cantidad de riesgos que hay que

todo el mundo. Vemos el vaciamiento de sentido

tratar de gestionar con la mayor dosis de racio-

de las instituciones, el Brexit, el asalto al Capito-

nalidad posible, frente a aquellas proclamas que

lio por una turba. En el continente sudamerica-

llaman a refundarlo todo.

no, en particular, se percibe una vuelta a formas de pensamiento que en Latinoamérica fueron muy marcadas en los años sesenta y setenta.

105


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Al menos en Chile, parece haber mermado ese

dominante, no los periodos de pax americana o

ánimo refundacional.

pax romana. Pero claro, nosotros somos gente

Sí, ha bajado. Por eso, tengo la esperanza de que

moria generacional tampoco está vigente.

acostumbrada a que las cosas funcionen y la meChile encuentre un camino de reformas y de diálogo entre los sectores, de superación de la

La tesis del fin de la historia sería entonces una

adolescencia en el planteamiento de los proble-

gran falacia.

mas sociales. Fue una gran falacia, naturalmente. Poco tiempo

CIVILIZACIÓN Y BARBARIE

después de que caía el muro de Berlín, en 1990 se fundaba el foro de São Paulo para relanzar el

A mediados de 2021, en una entrevista en El

socialismo del siglo XXI. Una cosa es que no nos

Mercurio, recalcaste la idea de que la civiliza-

queramos enterar, pero están todos esos objeti-

ción “es una capa delgada en un océano de bar-

vos escritos y publicados. Cuba se queda sin fi-

barie”, algo que caló hondo y motivó una serie

nanciamiento soviético y Castro retoma su vieja

de reacciones. ¿Por qué crees que ocurrió eso?

idea de que el financiamiento de la revolución tenía que ser con el petroleo venezolano, lo que

Yo estoy igual de sorprendido que tú. Es algo de

finalmente consigue a través de Chávez.

sentido común. Si uno repasa la historia —no ya la historia de Chile o de Argentina, sino la histo-

VIOLENCIA Y CREDIBILIDAD

ria universal—, los momentos en los cuales los conflictos políticos y las dinámicas sociales se

La violencia es un tema que, según Vigo, no solo

resolvieron a través de instituciones estables, sin

atañe a la crisis chilena. “Hay un montón de lu-

un choque directo, son más

gares y de situaciones en las

bien excepcionales. Unos ci-

cuales uno ve florecer es-

tan la Antigüedad Clásica; se imaginan que la gente ahí se lo pasaba leyendo y comentando a Aristóteles. No, nadie leía a Aristóteles. Había

Quienes están interesados en legitimar la violencia lo primero que hacen es inflacionar el concepto.

trategias que se creía superadas y una disposición a la violencia que se creía que ya no iba a volver”, reflexiona. “Esta preocupación tampoco es algo local en Chile, es

diez o doce que podían leer a Aristóteles, los demás vivían guerreando unos

global. ¿Por qué se publica en 2020 una investi-

con otros y pactando con fuerzas no griegas para

gación del filósofo alemán Dietrich Schotte sobre

atacar una ciudad griega hermana, en medio de

la noción de violencia, que toma como punto de

una inestabilidad muy grande. La gran preocu-

partida su empleo en el lenguaje ordinario? No es

pación de muchos teóricos, no solo de Platón y

casualidad que aparezca este estudio, en el que

Aristóteles, sino Tucídides, Polibio, etc, es cómo

Schotte admite en la noción de violencia distin-

evitar la sublevación interior, la stásis, que divide

tos sentidos —por ejemplo, una violencia insti-

desde dentro a una sociedad. Naturalmente, una

tucional— pero también advierte sobre el peligro

sociedad dividida por sublevaciones internas es

de desbordamiento semántico del concepto.

más vulnerable y capturable desde afuera. ¿A qué se refiere con el desbordamiento seNada nuevo bajo el sol...

mántico?

Ocurre hasta el día de hoy, que potencias extran-

Supongamos que distinguimos distintas for-

jeras desestabilizan países desde fuera. En la his-

mas de violencia. El camino de esa distin-

toria humana, la caducidad de las instituciones

ción es razonable, pero cierto uso excesivo de

y la necesidad de rehacerse ha sido el tono

esas distinciones lleva a que se califique como

106


“Poco tiempo después de que caía el muro de Berlín, en 1990 se fundaba el foro de São Paulo para relanzar el socialismo del siglo XXI”, sostiene Alejandro Vigo.

violenta cualquier cosa desagradable y que sobre

credibilidad. Más que ser creíble, lo que se busca

esa base se afirme que a una violencia se le pue-

es parecer creíble. Entonces, si vamos al ámbi-

de responder con otra: por ejemplo, se dice que

to político y social, en el que también se habla

hay abusos en la sociedad chilena y, por lo tanto,

mucho de la importancia de la credibilidad, la

es legítimo quemar un comercio. Quienes están

pregunta es, ¿dónde está el discurso político?

interesados en legitimar la violencia lo prime-

¿Cerca de la genuina credibilidad o próxima a

ro que hacen es inflacionar el concepto, porque

la lógica del marketing? Pues en la vida nor-

en la medida en que a todo se le llama violencia,

mal exigimos una consistencia, una graduali-

la discriminación entre lo que es permisible y lo

dad razonable para que algo tenga credibilidad.

que no tiende a diluirse.

Pero ves conversiones políticas en dos días sobre cuestiones que se sostuvieron durante años. ¿Es

Además de la noción de violencia, que se pue-

eso creíble?

de tornar vacía, en una columna reciente has hablado del desgaste de la idea de credibilidad,

¿No puede ser una saludable autocrítica?

invocada en distintos ámbitos. La autocrítica es siempre muy interesante cuanUna cosa que a mí siempre me llama la aten-

do uno se critica y esas críticas no te convienen.

ción es que cuando una noción está tan presen-

Cuando la autocrítica coincide con lo que a uno le

te, suele haber un uso abusivo de ella. En España

conviene, está la sana sospecha de que la única

hay un dicho que dice ‘dime de qué presumes y

lógica es la de la conveniencia. Eso tiene mucho

te diré de qué careces’. Estamos lleno de semi-

que ver con con la situación actual y va más allá

narios de bancos, empresas e instituciones que

de las campañas electorales, tiene que ver con

tratan sobre cómo lograr credibilidad, pero la

una dialéctica rara de desafección general con

lógica del marketing tiene más que ver con lo-

la política y fanatismo episódico, que no parece

grar un buen resultado a corto plazo —motiva-

muy razonable o sana.

do por ciertos intereses— que con la verdadera

107


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

ARISTÓTELES EN EL ESTABLISHMENT “Desde una perspectiva renacentista, Aristó-

Aquino después se convirtiría en establishment,

teles es interesante. Y desde una perspectiva

pero no es exactamente lo que pensaba Aristóte-

posmoderna como la nuestra, también. Mane-

les. Uno es un italiano del siglo XIII y Aristóteles

jamos mails y iPhones y Aristóteles nos sigue

un macedonio del siglo IV antes de Cristo.

interpelando y diciendo cosas relevantes. Entonces, esa noción de Gadamer de que lo clásico

PLURALISMO REVOLUCIONARIO

no es lo antiguo, sino lo que está en condiciones de interpelar de alguna manera cada época, es lo

La nueva edición de su Aristóteles incluye un

que hace que Aristóteles sea un autor clásico. Ha

nuevo e importante capítulo sobre el méto-

mostrado una perdurabilidad mucho mayor que

do aristotélico.

otros autores de su época”, reflexiona Vigo sobre el filósofo de Macedonia, preceptor de Alejandro

Así es. Si hay algo que me parece aleccionador

Magno y que integró la Academia de Platón. Este

en su pensamiento es su modo de hacer las co-

año, el académico de la Universidad de los Andes

sas, cómo en cada contexto de investigación se

lanzará una edición actualizada y ampliada de

vale de un repertorio diferente de instrumentos

su reconocido libro Aristóteles. Una introducción,

conceptuales. No procede en la filosofía política de la misma forma que en

que publicó por primera vez

la física. Es lo que llamo su

en 2007 por el IES. Allí, Vigo transita, con rigor y profundidad, por las perspectivas principales

del

Estagiri-

ta en sus distintos campos

A veces también hay una especie de esquizofrenia en pensar que en la antigüedad

de estudio. “No recuerdo

estaba todo bien, y en la

en nuestra lengua algo que

modernidad está todo mal.

pueda compararse con este

‘pluralismo metódico’, que me parece un rasgo muy vigente y que implica no hacer un traslado mecánico de categorías explicativas de un ámbito a otro. Aristóteles es un enemigo del

libro de Alejandro Vigo”, señaló sobre la obra

monismo metódico; dice en algún pasaje que no

Juan de Dios Vial Larraín.

se le puede pedir al matemático persuasión y al retórico pruebas matemáticas. ¿Cuándo tene-

Ha dicho que Aristóteles no era parte del esta-

mos monismo metódico? Cuando se piensa, por

blishment de la Antigüedad.

ejemplo, que todo el conocimiento debe ser como las matemáticas. Y al ser un pluralista metódi-

Muchos piensan que la Antiguedad era aristo-

co, Aristóteles fue una suerte de fenomenólogo

télica, pero fue importante un tiempo breve y

avant la lettre.

nunca tanto como el platonismo. El aristotelismo reaparece en Occidente a través de los pen-

La reflexión ética es otra de las dimensiones

sadores árabes y de la escolástica, y no como algo

que usted destaca por su actualidad.

que hubiese marcado el desarrollo de la ciencia o el pensamiento occidental hasta ese momento.

Para mí toda la concepción aristotélica de la ra-

Los medievales tuvieron que congeniar Aristóte-

cionalidad práctica —que es más amplia que la

les con un montón de otras autoridades. Tomás

ética— es de extrema actualidad. El Aristóteles

de Aquino fue un genio, pues la primera posición

práctico es uno de los autores de referencia en

de muchos pensadores de la Iglesia fue decir que

toda la discusión contemporánea sobre ese tema.

Aristóteles era incompatible con la religión, se

Práctico significa aquí el uso de la racionalidad

condenaron alrededor de 900 sentencias. Nave-

que apunta a configurar estructuras de senti-

gó contra corriente y logró realizar una síntesis

do de la realidad. Cómo los individuos llegan

magistral. Esa proeza intelectual que realizó

a configurar un ethos, pero además, cómo las

108


comunidades han de organizarse para que la opción de la vida lograda esté apoyada, sustentada en un contexto comunitario.

UN TESORO EN EL SÓTANO Alejandro Vigo sigue maravillándose de que hoy podamos tener acceso a parte de los escritos de Aristóteles. Relata cómo sus textos posiblemente pasaron a su discípulo Teofrasto y de allí a una serie de personas hasta terminar abandonados en un sótano en la zona de Asia menor, desde donde los llevaron a Roma y Andrónico de Rodas los clasificó. Las obras de Aristóteles que han llegado a nosotros son los apuntes para sus clases —conocidos como textos esotéricos—, a diferencia de Platón, de quien pervivieron sus obras exotéricas o de divulgación. “Quizá lo más parecido a un libro que hemos recibido de Aristóteles es la Ética a Nicómaco, pero el resto son papeles de trabajo que usaba

Entonces, la visión de Platón y Aristóteles que

para dar clases en distintos contextos. Apun-

sintetiza Rafael en su famosa pintura “La es-

tes, muchas veces con repeticiones. Sus diálogos

cuela de Atenas” —uno apuntando al cielo y el

se perdieron, tenemos solo fragmentos o citas

otro a la tierra— ¿es exagerada?

que hacen otros autores. Y hay cosas curiosas: Cicerón, todo un estilista, habla de ‘río de oro’,

Si se lo entiende desde el punto de vista doc-

en referencia al estilo aristotélico, algo que nadie

trinario, sí es exagerada. No si se lo toma como

puede creer a la luz de las obras que conocemos.

una diferencia de talante entre los pensadores.

Y al leer fragmentos de sus diálogos perdidos,

Platón es un pensador mucho más cercano a la

Aristóteles aparece como un platónico orto-

fascinación por la matemática que Aristóteles,

doxo”, comenta Vigo.

que es un biólogo por origen familiar y viene de una familia de médicos de la corte de Macedonia.

¿Se ha insistido demasiado en trazar una antí-

Entonces esto de que Platón mira hacia el cielo

tesis entre Aristóteles y Platón?

y tiene el Timeo bajo el brazo y Aristóteles tiene la Ética a Nicómaco y señala hacia la tierra, tie-

Hay gente que crea una especie de enfrentamien-

ne algo de verdad respecto del talante de ambos.

to entre Platón y Aristóteles, pero es evidente que

Pero no es un divorcio irreconciliable desde el

Aristóteles fue un discípulo de Platón en su Aca-

punto de vista de las doctrinas.

demia. Estuvo veinte años allí y Platón lo llamaba “luz de la Academia’” y “el lector”. A la muerte

FELICIDAD Y DEBER

de Platón, toma el mando Espeusipo —sobrino de Platón— quien tenía una inspiración más

Al referirse a los vínculos entre la filosofía an-

pitagórica y numérica, de la que el Estagirita se

tigua y moderna usted se ha definido como un

distancia. Aristóteles más tarde funda su escuela

“compatibilista”. ¿Qué significa eso?

en el Liceo, que no va a durar mucho tiempo. Hay una lectura de la relación entre la antigüedad y la modernidad que a mí no me convence y que hoy está muy presente en muchos ámbitos.

109


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

Por ejemplo, pensar que la experiencia griega

todo bien, y en la modernidad todo está mal. Son

de la naturaleza era algo totalmente distinto a

visiones románticas.

nuestra experiencia y que no pueden ser puestas en diálogo. O que la manera en que los griegos

Para terminar, volvamos a la actualidad. Has

pensaban la ética es algo completamente dife-

criticado “el callejón sin salida” en que se han

rente a lo que se hizo después.

metido las humanidades al asumir paradigmas propios de la ciencias exactas. Y lo vinculas con

¿Por qué no lo convence?

el fenómeno de la cancelación.

Soy compatibilista no en el sentido de pensar

Podemos retornar a la actualidad, pero igual vol-

que estas filosofías dicen lo mismo en todos los

vemos a Aristóteles (ríe). ¿Ve los problemas del

puntos, sino que están hablando de los mismos

monismo metódico? No es lo mismo investigar

fenómenos relevantes. Es decir, que están ju-

literatura española del Siglo de Oro que estudiar

gando distintas partidas de ajedrez con el mismo

ingeniería de cerámicas de alto impacto, que se

tablero y las mismas piezas, aunque el cuadro de

usa para las naves espaciales o para reparar los

situación de la partida sea diferente. Lo intere-

dientes. Hoy en la universidad no somos res-

sante, para mí, es que las distintas perspectivas

petuosos de la diversidad de culturas del cono-

están hablando básicamente del mismo mundo.

cimiento que la propia universidad alberga. Se

No creo que cuando los antiguos hablaran de éti-

pretender reducir esa diversidad por objetivos

ca solo pensaran en la felicidad y no estuviera la

que no tienen nada que ver con el conocimien-

noción de deber. O viceversa, que cuando Kant

to, como los rankings o la postulación a dine-

hablara de ética solo pensara el deber y fuera

ros públicos. Así irrumpe por la puerta trasera

ciego a la felicidad. ¿Te parece que un autor que

un monismo metódico, no reflexionado, que es

fuera ciego a la felicidad sería un gran filósofo?

una nueva forma de nivelación barbárica de las

Todo es mucho más sofisticado, no es como un

culturas del conocimiento. La otra forma de bar-

enfrentamiento entre Boca y River.

barie es la cultura del discurso único y la cancelación que refleja, al interior de la universidad,

¿Por qué se da esta simplificación recurrente?

un proceso que se ha dado en el seno de toda la sociedad. Pero que esa dinámica cuasi totalitaria

Es lo que llamo ‘la repetición manualesca’ de las

se instale en un ámbito que precisamente busca

cosas. A veces también hay una especie de esqui-

cultivar cierta cultura de diálogo y racionalidad

zofrenia en pensar que en la Antigüedad estaba

crítica, ciertamente es muy preocupante.

Aristóteles. Una introducción Alejandro G. Vigo IES, 2022 432 páginas

110


afganistán: la guerra sin fin CRISTÓBAL GARCÍA-HUIDOBRO

111


LORE M IPS U M. E NSAYO

L

uego de la invasión del 2001 a Afganistán

se habían convertido en los poderes hegemóni-

liderada por los Estados Unidos, los talibanes

cos en Asia Central, y se terciaban en una dispu-

nunca fueron eliminados del todo. De hecho, se

ta diplomática conocida coloquialmente como

les dejó retirarse a sus reductos en el vasto terri-

“el gran juego en Asia”. El término luego sería

torio montañoso afgano. Durante los siguientes

popularizado por Rudyard Kipling en su novela

veinte años, el grupo fundamentalista islámico

Kim como otra muestra del imperialismo euro-

fue concertando alianzas con grupos tribales y

peo: iluminista a veces, ajeno a las consecuencias

señores de la guerra desafectos al régimen ins-

de sus actos, siempre. En concreto, lo que para

taurado por Washington, avanzando y conquis-

San Petersburgo o Londres era un juego, para los

tando paulatinamente pequeñas porciones de

afganos implicaba la libertad de su nación.

territorio. Esto, sumado a la corrupción gene-

Sin embargo, luego de tres guerras contra los

ralizada del gobierno de Hamid Karzai, el pre-

británicos y un sinfín de incursiones de los ru-

sidente instalado por los norteamericanos en

sos, Afganistán recibió el siglo XX como una de

2001, y de su sucesor Ashraf Ghani, explica en

las pocas naciones soberanas e independientes

parte el colapso del gobierno afgano en agosto

de Asia. Aunque no exenta de las luchas intesti-

de 2021 y el doloroso comienzo de otro capítulo

nas por el poder que habían caracterizado su his-

más de un ciclo de violencia y desesperanza que

toria, a inicios de la década de los treinta el país

asola al país centroasiático desde hace más de

parecía encaminarse por una senda de paz. Des-

cincuenta años.

de 1933 y durante los siguientes cuarenta años, el país estuvo gobernado por el rey Mohammed

El país de los caballeros

Zahir Shah, que condujo al país con mano firme, rechazando las injerencias de los británicos, so-

Si bien no existe consenso en el origen y signi-

viéticos y posteriormente los estadounidenses

ficado del término “afgano”, mayoritariamente

en materias internas y exteriores del país. El rey

se ha establecido que provendría del sánscrito

Mohammed, por otro lado, introdujo una serie

ashvaka, que significa “jinete”, derivando poste-

de reformas, partiendo con la promulgación de

riormente en aśvakan o “criadores de caballos”,

una nueva constitución, moviendo al país desde

una milenaria tradición que continúa hasta el día

una autocracia cuasi tribal pero benévola, a una

de hoy. Y es en esos términos que debemos medir

democracia parlamentaria. El ímpetu moderni-

la historia del pueblo de Afganistán: milenios. A

zador de su reinado le llevó a implementar diver-

lo largo de sus 5000 años de existencia, reinos e

sos programas de modernización en materia de

imperios han surgido o se han disputado aquellos

administración, elecciones libres y competitivas,

territorios. Solo en los últimos 250 años, iraníes,

el reconocimiento de derechos civiles así como

rusos, británicos, soviéticos y estadounidenses

los derechos de las mujeres y el sufragio univer-

han intentado controlar la zona. A mediados del

sal. Ha sido precisamente por esto que los histo-

siglo XIX, la Rusia zarista y el Imperio Británico

riadores y el pueblo afgano en su conjunto han

112


concordado que el reinado de Mohammed Zahir

internas de los comunistas afganos amenazaron

Shah no solo fue progresista, sino uno de los pe-

con desestabilizar el país y sumirlo en una gue-

riodos más largos de paz en la historia moderna

rra civil, cosa que los soviéticos no podían per-

del país.

mitir. Nur Muhammad Taraki, secretario general

No obstante, el progreso de la monarquía

de PPDA, fue derrocado en septiembre de 1979

afgana no parecía ser suficiente para algunos

y posteriormente ejecutado por orden de su ri-

sectores más radicales de la política nacional, lo

val y nuevo secretario general Hafizullah Amin,

que llevó finalmente al derrocamiento de la mo-

detonando la posterior invasión soviética y una

narquía a manos de Mohammed Daoud Khan,

década de guerra de guerrillas y conflicto civil.

su primo hermano y cuñado, además de su ex

A la larga, la guerra mermó considerablemente

primer ministro entre 1953 y 1963. En vez de to-

las ya exhaustas arcas de la URSS, forzando una

mar la corona, Daoud Khan instauró una dicta-

eventual retirada ante el descalabro del Bloque

dura de partido único, bajo

Oriental a partir de 1988. El

el disfraz de un régimen

conflicto fue de tal magnitud

republicano con características socialistas y laicistas.

Solo en los últimos 250 años,

en el contexto de la Guerra Fría, que llegó a tener un ca-

Intentó incorporar rostros

iraníes, rusos, británicos,

pítulo en la historia del cine

nuevos en la conformación

soviéticos y estadounidenses

de acción. Rambo III, filma-

de sus gabinetes, desarrolló una agresiva política nacio-

han intentado controlar la zona.

nalista y armamentista, pero

da en 1988, fue dedicada “al valiente pueblo afgano en su lucha por la libertad”, te-

mantuvo la neutralidad afgana en la Guerra Fría.

niendo los muyahidines (guerrilleros) afganos un

Durante su mandato, Afganistán disfrutó de un

papel estelar, retratados como héroes, frente a la

rápido crecimiento social y económico. Daoud

inmisericorde máquina de guerra soviética. Iró-

Khan se destacó por ampliar rápidamente los

nicamente, algunos de esos mismos guerrilleros

derechos y la educación de las mujeres, la indus-

le declararían la guerra santa a Occidente años

trialización y la autosuficiencia, considerándo-

después, con consecuencias que han marcado las

sele como uno de los mejor líderes que ha tenido

últimas dos décadas.

el país en tiempos modernos. Sin embargo, en abril de 1978, sus aliados co-

El régimen de los “estudiantes”

munistas, organizados en torno al Partido Popular Democrático de Afganistán (PPDA), or-

La palabra talibán proviene del vocablo árabe

questaron un golpe de Estado apoyado por los

ṭālib, es decir, “estudiante”, y ha pasado al pas-

soviéticos, y que terminó en su asesinato y el de

tún (una de las lenguas mayoritarias del país)

casi toda su familia. El resto de la historia, para-

como sinónimo de “estudiante” o “seminaris-

fraseando a Shakespeare, es prólogo. Las pugnas

ta”. Fueron estos estudiantes quienes en 1996, y

113


LORE M IPS U M. E NSAYO

en medio de la guerra civil afgana que vino poco

de tecnología de entretenimiento: televisores,

tiempo después de la derrota de los soviéticos,

cines, la música e instrumentos musicales en

instauraron uno de los regímenes más represivos

general, los reproductores VCR, así como toda

de los últimos años.

representación visual de criaturas vivientes. En

Una vez en el poder, los talibanes, dirigidos por

caso de no cumplir con la prohibición, usual-

el mullah Mohammed Omar, impusieron una se-

mente se azotaba al infractor, fuese adulto o

rie de normas y reglas contra todo aquello que se

menor de edad.

apartara de su visión de lo que debía ser el islam.

Para colmo de males, pese a la supuesta estric-

En 1999, los budas del valle de Bamiyán, colo-

tez moral de los talibanes, costumbres como el

sales estatuas de 55 y 37 metros respectivamen-

bacha bazi (traducida como “niños danzantes”),

te, esculpidas en la roca madre de las montañas

no solo no fue erradicada, sino que continuó sin

de la zona en el año 570, fueron destruidas con

demasiados inconvenientes. Esta involucra el

dinamita por fomentar la idolatría. En cuanto a

abuso sexual infantil entre hombres mayores y

los derechos de las mujeres, el asunto fue aún

adolescentes varones o niños, a quienes se les

más oscuro. Como si se tratara de alguno de los

llama bailarines, y que por medio de distintos

capítulos de El cuento de la criada, de Margaret

medios de coerción son forzados a participar en

Atwood, los talibanes las reprimieron brutal-

este tipo de actos. Formalmente, la práctica del

mente. Se emitieron edictos que prohibían la

bacha bazi era castigada con la pena de muer-

educación de las mujeres y obligaban a las niñas

te según la legislación talibán, pero las leyes

a abandonar las escuelas y

rara vez se aplicaban contra

las universidades. Las mu-

aquellos en alguna posición

jeres que salían de sus casas debían estar acompañadas por un pariente masculino

Luego de conflictos con los británicos y los rusos,

y estaban obligadas a usar la

Afganistán recibió el

burka, un vestido tradicional

siglo XX como una de las

que cubre todo el cuerpo excepto por una pequeña abertura en los ojos. De infringir

pocas naciones soberanas e independientes de Asia.

las normas, las penas podían

de poder. Según informes de UNICEF, la policía religiosa habría sido cómplice en la comisión de estas horrendas vejaciones. Entre 1996 y 2001, dos tercios de la población afgana vivió subyugada por los talibanes. El otro tercio vi-

ir desde azotes hasta la lapidación. El empleo fe-

vía bajo el poder de los caudillos y señores de la

menino quedó limitado exclusivamente al sector

guerra que conformaban la Alianza del Norte,

médico, ya que el personal masculino tenía pro-

y que continuaba la guerra civil contra el régi-

hibido tratar a mujeres y niñas. Con el tiempo,

men teocrático de Kabul. Sin embargo, luego

los talibanes aplicaron normas aún más restric-

de los atentados contra las Torres Gemelas en

tivas. Por ejemplo, en febrero de 1998, la policía

septiembre de 2001, y habiendo comprobado los

religiosa prohibió a todas las mujeres salir a la

estadounidenses y sus aliados los vínculos en-

calle de Kabul y emitió nuevas normas que or-

tre los atacantes y el financista saudita Osama

denaban a las personas que ennegrecieran sus

Bin Laden, protegido por los talibanes, se inició

ventanas para que las mujeres no fueran visibles

una invasión a gran escala que terminó con el

desde el exterior.

derrocamiento del régimen y con la promesa al

Pero no solo de la misoginia se hizo cargo el régimen talibán. También fueron responsables

pueblo afgano de que la guerra civil y la opresión habían terminado.

de fomentar el aburrimiento: prohibieron la ma-

La posibilidad de la instauración de un régi-

yor parte de las actividades y juegos recreativos

men democrático en paz y libertad parecía ser

como el fútbol, ​​el vuelo de volantines —extre-

un nuevo horizonte para la población de Afga-

madamente popular entre los niños afganos— y

nistán. La mayor parte del país se decantaba

el ajedrez. También se prohibió cualquier tipo

por la restauración de la monarquía bajo el rey

114


“En mayo de 2021, los talibanes montaron una ofensiva contra el gobierno de Ashraf Ghani luego de haber recibido seguridades de que Estados Unidos no intervendría”, señala el autor.

Mohammed, quien a sus 88 años estaba dispues-

el sucesor de Karzai, luego de haber recibi-

to a asumir nuevamente la corona. Sin embargo,

do seguridades, primero de la administración

grupos cercanos a los aliados preferían favorecer

Trump y luego la de Biden, de que Estados Uni-

la continuidad del sistema republicano, colo-

dos no intervendría. Al cabo de tres meses, el

cando en el poder a un candidato que tuviera la

supuestamente poderoso ejército afgano se rin-

aprobación de los Estados Unidos. El elegido fue

dió casi sin pelear. La mayor parte de los solda-

Hamid Karzai, un ex diplomático y ejecutivo de

dos habían desertado, y si bien el armamento y

una compañía petrolera norteamericana, quien

equipamiento entregado por los Estados Unidos

terminó gobernando el país hasta 2014. Duran-

existía, este no alcanzaba el número que las au-

te su administración, los subsidios de Estados

toridades gubernamentales habían declarado. Al

Unidos fueron generosos, ayudando supuesta-

final del día, buena parte de los subsidios y ayuda

mente a constituir una nueva y fuerte institu-

militar entregadas se disolvieron en una maraña

cionalidad. Se construyeron escuelas, caminos y

de corrupción que no hizo otra cosa que dejar

centrales eléctricas, se aumentó el alcance de la

indefensa a la población del país frente al avan-

red de agua potable y de alcantarillado. Asimis-

ce talibán.

mo, los consultores militares de Estados Unidos

Las imágenes que llegaban desde Afganistán

ayudaron a entrenar a las flamantes fuerzas mi-

durante las primeras dos semanas de agosto

litares afganas, que en el papel sumaban cerca de

fueron impresionantes. Miles de personas in-

200.000 efectivos, armados con lo mejor que Oc-

tentaban abordar los aviones que evacuaban a

cidente podía ofrecer. Pero, por desgracia, nada

las tropas que por dos décadas habían sosteni-

de esto duraría.

do al país. Traductores, informáticos, funciona-

En mayo de 2021, los talibanes montaron una

rios civiles, y todo aquel que hubiese colaborado

ofensiva contra el gobierno de Ashraf Ghani,

con las fuerzas aliadas tenía una sentencia de

115


LORE M IPS U M. E NSAYO

muerte con su nombre una vez que los talibanes

venideras. Ni hablar de las presiones inflaciona-

entraran en Kabul. Los líderes fundamentalistas

rias, el descalabro financiero y el aumento de la

prometieron amnistía; la prensa internacional,

pobreza más dura en uno de los países más des-

con cierta ligereza, hablaba de un régimen tali-

poseídos del Asia.

bán 2.0, tratando de convencerse de que quizás

Occidente se comprometió a llevar la demo-

el cambio de régimen no sería tan malo y que la

cracia y el desarrollo a un lugar con escasa tra-

retirada era una forma de darle a los afganos la

dición democrática, repitiendo los mismos des-

oportunidad de encontrar su propio camino.

aguisados de la mal llamada “Primavera Árabe”,

Hoy por hoy, Afganistán sigue siendo zona de

dejando a Afganistán a la deriva y entregado

conflicto. Si bien los talibanes dominan buena

nuevamente a un régimen que no tiene aprecio

parte del país, quedan bolsones de resistencia

alguno por el bienestar de su población. Al ob-

entre valles y montañas. Por otra parte, la FAO

servar el despegue rápido y caótico de los aviones

ha señalado que, producto de la guerra, exis-

de la coalición militar que sustentaba al gobier-

te hoy en Afganistán una crisis alimentaria que

no afgano, no quedaba otra cosa que pensar que

afecta principalmente a los niños y adolescentes,

la promesa de Occidente quedaba, una vez más,

hipotecando de esta forma a las generaciones

defraudada.

Torneo de sombras El gran juego y la pugna por la hegemonía en Asia Central Karl E. Meyer y Shareen Blair Brysac

Afghanistan. A Cultural and Political History Thomas Barfield

The Taliban at War. 2001–2018 Antonio Giustozzi

Princeton University Press, 2010

Oxford: Oxford University Press, 2019

RBA libros, 2008

408 páginas

408 páginas

592 páginas

Cristóbal García-Huidobro es académico de las facultades de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad de Santiago. Actualmente se desempeña como Director del Departamento de Ciencias del Derecho (USACH) y Coordinador General de la Revista Chilena de Derecho (PUC). 116


Leer poesía RODRIGO PINTO

117


LORE M IPS U M. E NSAYO

I Hace un par de años Laurel publicó ¿Quién le teme

general) tiene como materia prima el lengua-

a la poesía?, un ensayo escrito a varias manos so-

je, las palabras que usamos a diario, y lo que las

bre el desafío que representa este género literario

convierte en algo distinto es el modo en que se

para los lectores de hoy. El título parodia (o pa-

disponen sobre la página. Es casi una tautología,

rafrasea) la obra de Edward Albee Quién le teme a

¿no? Jakobson lo dice con mayor fundamenta-

Virginia Woolf, que se estrenó en 1962 y tuvo su

ción lingüística: “el eje paradigmático se proyec-

versión cinematográfica en 1966, con una pareja

ta sobre el eje sintagmático”. Ello significa que

incombustible del cine de aquel tiempo, Eliza-

cada palabra convocada en un verso trae consigo

beth Taylor y Richard Burton. Marcela Labraña,

un mundo de asociaciones semánticas y de re-

una de las autoras, justifica el título así: “Quien

laciones fonéticas (el eje paradigmático) que se

teme a la Woolf bien puede temerle a las mujeres,

proyectan en el orden del verso (el eje sintagmá-

al teatro, a los picorocos, a las polillas o a la poe-

tico). De ahí vienen las interminables polémicas

sía”. Es una enumeración caótica de intención

sobre las traducciones: nunca las asociaciones

humorística. De hecho, el primer propósito del

serán idénticas, pero, en mi opinión, aunque eso

libro es alivianar, por así de-

convierta las traducciones

cirlo, la tarea de leer poesía,

en otra obra, de todos modos

que se asume como un deber por prejuicios de dos tipos: o

La poesía, en el tiempo

es sublime, y de lo sublime

contemporáneo, es una de las

no se habla, o es banal, y lo banal es indigno. También he escuchado o leído razo-

artes que más reflexiona sobre sí misma.

nes como que “es difícil de entender” o “no me dice nada”.

resuena en ellas el eco poderoso del original. Bruno Snell, en su ya clásico libro El descubrimiento del espíritu. Estudios sobre la génesis del pensamiento europeo en los griegos, destaca

que la aparición de la poesía lírica en Grecia trajo

Convengamos en que, dentro de la impresio-

consigo la aparición de la individualidad: poetas

nante oferta de poesía que se puede hallar, más

singulares, con historia propia, frente a una fi-

que en las librerías, en las ferias del libro —don-

gura tan incierta como la de Homero. Snell dice

de hay más espacio para editoriales pequeñas y

que ese proceso se vivió en muchos ámbitos de

autoediciones— hay una no despreciable canti-

la sociedad, pero también que “la importancia de

dad de obras que se complacen en el arte de en-

este proceso se hace más evidente en la literatura

hebrar palabras sin que logren darles una forma

que en todos los demás campos, en particular en

que resista una segunda (o primera) lectura;

la lírica, porque lo nuevo se expresa en la palabra

pero también hay obras valiosísimas, ilumina-

y a través de la palabra se revela en forma explí-

doras, remecedoras.

cita el mundo del espíritu”.

El arte del verso es exigente sobre todo por la

Ya volveremos sobre la palabra y la manifesta-

razón que anotaron teóricos del siglo XX como

ción de lo nuevo. Mientras tanto, y solo para des-

Roman Jakobson: la poesía (y la literatura en

tacar más el libro de Snell —que merece lectura

118


y relectura—, el autor explica, desde la filolo-

recopila columnas sobre literatura. Lodge par-

gía, por qué todavía hoy recurrimos al griego

te siempre de una cita y, a partir de ella, aborda

para formular conceptos científicos; lo remonta

temas como el comienzo, las listas, las repeti-

al griego arcaico y a la progresiva aparición del

ciones, la intertextualidad, el realismo mágico,

artículo definido (que no existía en latín y otras

la ironía, la duración, etcétera. ¿Quién le teme a

lenguas antiguas), que permitió abordar abs-

la poesía? sigue el mismo esquema y hay unos

tracciones como “el hombre”, “el agua”, “el

cuantos capítulos que están en ambos libros. Uno

pensamiento”. Aquello que nació en la oralidad

de ellos es la “Epifanía”.

cristaliza lentamente, desde Homero a Herá-

Lodge trabaja sobre una cita de la novela Corre,

clito, en aquel recurso escrito que heredamos y

Conejo (1960), de John Updike, y sitúa el momen-

que cumple tres funciones: “Fija lo inmaterial, lo

to epifánico en el lugar más inesperado posible,

presenta como objeto de valor universal, pero a

una jugada de golf en donde la pelota “[a]sciende

la vez lo convierte en objeto definido del que se

a lo alto, con una palidez lunar contra el hermoso

puede hablar”.

azul negruzco de las nubes de tormenta, (...) se debilita, es una esfera, una estrella, una mota,

II

vacila y Conejo cree que caerá ya, pero se engaña, pues la pelota hace de su titubeo el terreno para

Labraña y sus coautores siguen el modelo de El

un último salto y, con una especie de sollozo vi-

arte de la ficción, de David Lodge, un libro que

sible, toma el último bocado de espacio antes de

119


LORE M IPS U M. E NSAYO

desvanecerse al caer”. Para Conejo, esa jugada

Se diría que la pregunta por su objeto es ya una

magistral le abre la puerta a la revelación de qué

fuente de tensión creativa y de búsqueda de

es lo que anda mal en su matrimonio: ¡Eso es!,

sentido. Y las respuestas son múltiples, incluso

exclama, eso es, la maravilla, la sorpresa, lo in-

si vienen del mismo poeta. Charles Simic, por

esperado, lo sorprendente.

ejemplo, poeta que nació en Serbia y emigró a

Lodge usa este pie para dar cuenta de cómo ha

Estados Unidos en 1954, cuando tenía dieciséis

cambiado la epifanía desde una manifestación

años, es un ensayista muy prolífico y ofrece, al

divina hasta la versión laica que puso en marcha

menos, dos respuestas. Una se decanta por la

James Joyce, que aplicó la palabra “al proceso

vertiente metafísica; otra, por la histórica.

por el cual un suceso o pensamiento corriente se transforma en una muestra de la belleza eter-

El poema es un intento de autorrecupera-

na mediante la escritura: ‘cuando el alma del

ción, autorreconocimiento, de autorremen-

objeto más común nos parece radiante’, como

branza, la maravilla de ser de nuevo. Que

dice Stephen Dedalus, su alter ego literario”. De

esto ocurra a veces, y ocurra en los poemas

manera más laxa, agrega Lodge, el término se

de maneras tan diferentes y contradicto-

aplica a pasajes descriptivos en que la realidad se

rias, es un misterio tan grande como el mis-

carga de significación trascendental para quien

terio mismo del ser, y un buen motivo para

la percibe.

pensar en serio.

El capítulo “Epifanía” de ¿Quién le teme a la

¿Y si los poetas fueran capaces de transmitir

poesía?, escrito por Germán Carrasco, tiene un

el sentimiento de un período histórico me-

doble punto de partida: unos versos de John Tag-

jor que nadie?

gart que rodean el significado de epifanía y otros de Claudio Bertoni, harto más prosaicos, pero

Pero, más allá de la metafísica y de la historia

no menos efectivos en revelar la manifestación

(donde tanto habría que hablar, de Bertolt Bre-

o, como se puede entender desde otro ángulo, la

cht y de César Vallejo, por ejemplo), la poesía

iluminación. Taggart habla de la epifanía mayor,

entra también en una zona íntima y reveladora,

“aquella relacionada directamente con el carác-

en aquella de la individualidad que ya se mani-

ter misterioso del encuentro con Dios”, y Berto-

festaba en los líricos griegos, en Safo y en Arquí-

ni, de un pedazo de palta. Dice Carrasco:

loco. La poeta Tamara Kamenszain, que murió hace pocos meses, indaga en esa línea a través de

Sea una palabra sagrada o una palta en me-

vueltas y revueltas en su ensayo Libros chiquitos,

dio de la lechuga, la epifanía crea en el sujeto

el último que publicó. “En esa zona que queda

una apertura, una grieta. Se siente afectado

palpitando entre que me cuenten algo y que de

por ella. Ante la posibilidad de completar un

golpe me lo dejen de contar se aloja la poesía. (…)

sentido que hasta ahora no habíamos reco-

La poesía se hace con las palabras que todos los

nocido existe la emergencia del escape y del

días encuentran su sentido en lo cotidiano. Y lo

terror, pero también la afrontación, el goce.

que se quiere expresar no es otra cosa que el pre-

(...) Es como verlo todo en un solo punto en

sente de un acontecimiento subjetivo”.

el espacio, una suerte de fisura o aleph en

Kamenszain hila una pequeña trama en torno a dos poemas de Ana Amado y César Vallejo y una

nuestras vidas”.

cuchara, objeto que aparece en ambos como una

III

“memoria de cuchara” y “una cuchara muerta”, para mostrar cómo la poesía en torno a la pérdida

¿Pero qué es lo que manifiesta la poesía, qué es lo

y el duelo puede ser, contradictoriamente, una

que ilumina o, mejor, qué se manifiesta a través

enorme fuente de consuelo. La poeta argentina

de ella, cuál es la iluminación que brota de ella?

habla también de este género “medio melancóli-

La poesía, en el tiempo contemporáneo, es una

co” que siempre está rodeando la pérdida.

de las artes que más reflexiona sobre sí misma.

120


Hay, sin embargo, respuestas harto más enér-

como si en el vacío nocturno a uno lo ame-

gicas. Para Guido Arroyo, poeta y editor, “La

nazara

poesía escrita nació íntimamente ligada al poder,

la irrupción de quién sabe qué horda

no solo a la forma de ejercerlo sino más bien de administrarlo. (…) El poema en formato escrito

tal como escribió Lihn tras quedarse en un

fue creado para cobijar la memoria, el poder de

vagón del metro neoyorquino rodeado de

la memoria y la memoria del poder”. Arroyo, en

afroamericanos.

La poesía chilena no existe, habla de Enrique Lihn

IV

y de sus últimos libros, El paseo Ahumada y La aparición de la Virgen, sus obras más claramente inscritas en la lectura de la sociedad más que de

Walter F. Otto, filólogo clásico y discípulo de

la mente.

Heidegger, es uno de los principales estudiosos

Kamenszain, por su par-

de la religión y la mitología

te, cita las Conversacio-

griegas. Dedicó un libro a

nes con Enrique Lihn, del

las musas, pero en su Teo-

crítico Pedro Lastra: “No

Más allá de la metafísica y de la

se trata de la presunción

historia, la poesía entra también en

tigua religión griega, sin-

realista de una literatura

una zona íntima y reveladora, en

tetizó lo que aquellas, las

que sería el reflejo artístico de la realidad objetiva, pero creo que el enrare-

la de la individualidad que ya se manifestaba en los líricos griegos.

cimiento de la literaturidad lleva a una metaliteratura que sin ganancia alguna se engolfa en sí misma”.

fanía. El espíritu de la an-

inspiradoras,

represen-

taban en la cultura de ese entonces. Es muy interesante porque, dejando de

lado la intervención de Zeus, introduce el tema de la memoria. No siempre como magnificen-

Sí. Hay poesía sentimentaloide, hay poesía que

cia, claro, pero esa función, la del testigo que da

se complace en sí misma, hay juegos que pue-

cuenta de su tiempo y de su presencia en él, sigue

den llegar a ser tan brillantes como vacíos. Y hay

vigente en la poesía de hoy. En el Himno a Zeus,

también, por supuesto, esa gran tradición de la

de Píndaro,

palabra que trae lo nuevo, que rearma el lenguaje de todos los días y lo devuelve como manifesta-

se narra que Zeus, consumada la creación

ción o iluminación, que arroja luz sobre la muer-

del mundo, preguntó a los dioses, sumidos

te y el amor, sobre la justicia y la bandera, sobre

en silenciosa admiración, si faltaba algo

las causas y las consecuencias, sobre el misterio

para que fuera perfecto. Y le respondie-

del ser y sobre la amenaza de la diferencia,

ron que algo faltaba: una voz divina para

121


LORE M IPS U M. E NSAYO

pregonar y alabar esa magnificencia. Y le

Que además haya que pregonar el barro, la mu-

rogaron que engendrara a las musas.

gre, la injusticia y la sangre, es otra historia. O es,

En ninguna parte del mundo se ha atri-

más bien, cómo podemos entender la esencia del

buido significación tan especial al canto y

mundo tan lejos ya de ese otro en donde la épi-

al lenguaje elevado como en el mito griego.

ca, la lírica, la tragedia y la comedia hicieron una

La esencia del mundo se consuma, pues,

¿Quién le teme a la poesía? Marcela Labraña, Macarena Urzúa, Felipe Cussen, Manuela Salinas y Gastón Carrasco

posta en el tiempo que aún sigue reverberando en el presente.

en el cantar y el decir.

El descubrimiento del espíritu Bruno Snell

Libros chiquititos Tamara Kamenszain Ampersand, 2020

Acantilado, 2007 152 páginas 552 páginas

Laurel, 2019 188 páginas

Rodrigo Pinto es crítico literario. Textos suyos han sido publicados en las revistas APSI, Hoy y Caras; en el suplemento Babelia del diario El País; y en la revista Sábado del diario El Mercurio. Actualmente publica el boletín literario Vitrina de Libros.

122


ELENA OLIVERAS:

“Estamos viviendo un tiempo que no es bello” POR PABLO CHIUMINATTO

123


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

La reedición de su libro La metáfora en el arte. Fundamentos y manifestaciones en el siglo XXI (Paidós, 2021) es una excusa perfecta para continuar la conversación que durante décadas ha fomentado esta reconocida investigadora y académica argentina. Elena Oliveras es doctora en estética por la Universidad de París X, miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina y profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad del Salvador. En esta entrevista reflexiona en torno a los cambios constantes en las artes visuales en este nuevo siglo y cómo ellas refieren a la crisis como visión de mundo.

La publicación de esta nueva edición de La me-

¿Por qué te interesaba mirar más de cerca el

táfora en el arte representa sin duda un umbral

concepto de metáfora? ¿En qué sentido ellas

en tu trabajo como investigadora y académica.

nos ayudan a observar el mundo?

¿Qué motivó esta revisión? La metáfora es esencial al arte. El artista trabaja La primera edición es de 1993, por Almagesto.

con imágenes que tienen una relación de seme-

Después, en 2007, salió con Emecé, un poco más

janza con el contexto en el que surgen; es muy

amplio. Ahora, pasados quince años, y conside-

difícil tener una imagen del mundo; sin embar-

rando que el tema de la metáfora es esencial al

go, los artistas ayudan a elaborarla. La obra de

arte, merecía una actualización tanto geográfica

arte es la más auténtica escritura de la historia.

como de los ejemplos, incluyendo lo que había pa-

Sabemos bien que la historia la escriben los que

sado durante las primeras décadas del siglo XXI.

ganan, los que tienen el poder; en cambio, el ar-

Cómo ha cambiado el mundo y cómo los artistas

tista nos da imágenes que van a trascender des-

dan imágenes del mundo, es decir, metáforas del

de otro lugar. ¿Cómo tenemos una imagen del

mundo. Hice una especie de clasificación: metá-

Medioevo? Una catedral gótica nos da una deter-

foras de la violencia, de la crisis ecológica, de la

minada imagen de ese contexto, del mismo modo

resiliencia, de las microutopías.

en que una pintura del Quattrocento nos muestra un Renacimiento en que el ser humano ocupaba un lugar central. Por eso nace la perspectiva,

124


porque es el ojo del sujeto el que está ordenando

mostraban una metáfora. Cuando los manifes-

el mundo. Hoy en día no tenemos esa centralidad

tantes gritaban “I can´t breath” (“no puedo res-

del sujeto; tenemos imágenes que hablan más

pirar”, la frase que susurraba Floyd, asfixiado

bien del caos, como sucede en las obras de Jac-

por la rodilla del agente) parecía que ellos no po-

kson Pollock de la década del cincuenta del siglo

dían respirar. Metafóricamente les faltaba el aire,

XX, donde no sabemos bien desde dónde organi-

asfixiados por un sistema capitalista, neoliberal,

zar el cuadro: el ojo ya no ocupó un lugar central

que margina a los migrantes, a los refugiados, a

en ese mundo en movimiento. Las imágenes es-

los indocumentados, a los pobres. Los hechos en

tán en nuestro lenguaje cotidiano, en el lenguaje

sí son lamentables, pero en eso es posible iden-

del filósofo, en el científico. El artista lo que hace

tificar la figura de la sinécdoque: es una parte de

es crear metáforas. Aun en el caso de que el ar-

un todo. Dentro del conjunto de los afroamerica-

tista utilice metáforas de uso común (lexicaliza-

nos, uno había muerto asesinado.

das), al entrar esa metáfora en el campo de las También propones un modelo interpretativo,

artes vuelve a tomar nueva vida.

de la imagen a la reflexión, en un juego donde El proceso que describes sigue de alguna ma-

convergen además crítica y semántica. ¿Se po-

nera tu propio camino de formación, desde la

dría describir así?

filosofía hacia las artes visuales. Creo que el artista en todo momento hace ver, por Vengo de la filosofía, después me dediqué más a

eso hay una conexión entre las bases de la políti-

la estética, a las teorías so-

ca y del arte, una base estéti-

bre el arte y al arte. Allí veo lo

ca. Lo que realmente define a la política es el hacer visible;

que se llama la fortuna crítica de un filósofo, la que tiene

Es muy difícil tener una imagen

como señala el francés Jac-

que ver también con el poder

del mundo; sin embargo, los

ques Rancière. Un ejemplo

hacer buenas metáforas. La alegoría de la caverna es una

artistas ayudan a elaborarla.

sucesión de metáforas. Qué

muy claro es cuando, en el siglo XIX, se vuelve visible un sector de la sociedad que

contundente que es Platón cuando nos habla de

hasta ese momento no lo era: el proletariado,

que vivimos en este mundo sensible y solo vemos

que, según Marx, es el auténtico sujeto de la his-

sombras, que la verdad está más allá, en el mun-

toria. Esa es una cualidad que tiene la política.

do de las ideas. O cuando Heráclito dice que todo fluye, panta rei, nada está fijo; como un río que

Trabajas en un pliegue entre el arte de un tiem-

fluye de manera permanente. También es una

po y la historia del arte que abarca intervalos

imagen muy pregnante cuando Hobbes dice que

temporales siempre amplios.

el hombre es el lobo del hombre, homini lupus. Entonces no solo los artistas tienen ese poder de

Creo que persistentemente el arte va a dar testi-

crear metáforas, también los filósofos.

monio del tiempo; estamos viviendo un tiempo que no es bello. Hoy, si piensas en las imágenes,

Muestras con claridad que la obra de arte da qué

por lo general predomina lo feo. Esto no quiere

pensar, así como la visualidad integra formas

decir que la belleza haya desaparecido, pero si

de pensamiento que en el lenguaje convergen

aparece, lo hace con una vuelta retórica, no di-

también como imágenes.

gamos a la manera directa que podría haber aparecido en un Leonardo da Vinci o en un Piero

Un hecho reciente e impactante, por ejemplo,

della Francesca, sino a través de una vuelta re-

fue cuando un policía asesinó al afroamericano

tórica que señala que eso no es (paralipsis), que

George Floyd en 2020. La densidad que tenían las

hay que recordarlo, sí, pero eso no es. La vio-

manifestaciones, no solo en los Estados Unidos,

lencia también, porque vivimos obviamente en

125


LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA

un mundo violento. Entonces en el arte encon-

atrae la idea de la metaxis, que aparece en El ban-

tramos muchas imágenes dentro de esa estética.

quete de Platón. Cuando se pregunta qué es Eros,

Hay un artista español que trabaja directamente

se dice: “bueno, no es ni un mortal ni es un Dios,

con sus excrementos, David Nebreda, obras de

está en el medio”. Nosotros estamos en el medio

los ochenta que ya te llevan al asco, realmente.

de la modernidad y de la posmodernidad, por eso

O en artistas como la británica Jenny Saville que,

es difícil esta época.

a inicio de los noventa, presenta cuerpos tan, digamos, carnosos, por así decirlo, que es como si

¿Piensas que antes fue más fácil de definir la

mostrara la carne más que la piel.

propia época?

Tú editaste otro libro titulado Estéticas de lo

Era más fácil entender qué era la Modernidad. Se

extremo (Emecé, 2011). ¿Podrías contarnos un

creía en la verdad, en el proyecto, así tenemos

poco más de ese proyecto?

la Bauhaus, el futurismo, era más fácil entender esos fenómenos. Hoy estamos oscilando: tene-

Sí, lo editamos con investigadores de la UBA. Un

mos algo de la modernidad y también de la pos-

libro donde las estéticas de lo extremo están a

modernidad, principalmente que no creemos en

la orden del día. Pero paralelamente, casi como

verdades absolutas.

una necesidad vital, también están las manifestaciones o las metáforas de resiliencia de las

¿Es como una crisis de la tríada idealista grie-

microutopías. Porque claro,

ga de lo verdadero, bueno y

si nos sumergimos solo en

bello?

lo negativo sería bastante suicida. También están los

El artista en todo momento

Estamos en un momen-

artistas como el colectivo

hace ver, por eso hay una

to de gran incertidumbre;

argentino Estrella de Orien-

conexión entre las bases

esto sería posible de asociar

te (2006), por ejemplo, que trabaja con los migrantes y todo lo que se podría hacer

de la política y del arte, una base estética.

piezan a surgir las utopías, microutopías. Por supuesto, ya no van a estar bajo la gran

para que accedan al primer mundo, muchas veces a través de la ironía.

a lo posmoderno. Pero em-

ideología de izquierda de transformar el mundo. Sin embargo, aparecen artistas, como el colec-

Una alternativa, al mismo tiempo, ya que por

tivo Assemble de Gran Bretaña, que tuvo el pre-

medio de esos mecanismos somos capaces de

mio Turner hace unos años. Ellos son un grupo

pensar de manera tan intensa la catástrofe total.

de arquitectos que, junto a comunidades de vecinos, trabajan para mejorar barrios que inicial-

Exactamente. Otra artista que trabaja sobre la

mente iban a demoler. Es una microutopía, una

resiliencia es la argentina Ana Gallardo, que tie-

pequeña acción. No se pueden hacer premoni-

ne un sitio en la web, Un lugar para vivir cuando

ciones, porque, así como en la historia, en el arte

seamos viejos, que elabora una imagen triste de

están pasando cosas que no se pueden predecir.

la vejez. Sin embargo, ella lleva a cabo acciones

El historiador Francis Fukuyama se adelantó de-

para que la gente pueda hacer cosas que en la

masiado al decir, a comienzos de los noventa,

vida no pudieron hacer por distintos motivos o

que no iba a haber grandes cambios. No es así,

limitaciones. Es importante considerar que el

de ninguna manera, la pandemia va a cambiar

artista nos puede dar imágenes de un mundo

muchas cosas; ya lo hizo con nuestras comuni-

mejor. Precisamente nuestra época se define con

caciones, de hecho.

varios nombres: se habla de posposmodernismo, altermodernidad; a mí me gusta un nombre de unos teóricos holandeses: metamodernidad. Me

126


Algunos autores señalan nuestro tiempo como

del mundo que no nos gusta, donde hay mucha

el de la cultura de la imagen, en un sentido pe-

violencia, pero que también nos hace pensar en

yorativo. ¿Qué piensas que es posible hacer

las utopías. Hay una relación de semejanza entre

desde la academia, en este sentido?

lo que el artista muestra y algún rasgo del mundo que aquello nos permite descubrir. Soy investi-

Te voy a contestar con algo que decía el artista

gadora, pero me parece que también soy comu-

argentino Enio Iommi, que seguramente no te

nicadora. Me interesa comunicar, pero tampoco

va a gustar, porque a mí tampoco: el arte no es

quisiera cerrar el horizonte de interpretación de

para todos. Yo quisiera que el arte sea para todos,

la obra. Cada uno puede abrir ese horizonte, no

pero si te pones a pensar en los surrealistas, a un

cerrarlo; dejar abierta la mayor cantidad de ho-

siglo de las obras de Marcel Duchamp, del urina-

rizontes posibles.

rio, por ejemplo… Para muchos esa escultura todavía no puede ser una obra de arte. O el Inodoro

En el libro conformas una amplia selección de

dorado (2016), del artista italiano Maurizio Cat-

artistas donde también están presentes figuras

telan, que está como obra de arte en el baño, para

del arte argentino y latinoamericano.

ser usado, en el Museo Guggenheim. No es fácil, pero hay que hacer un esfuerzo, hay que estu-

Vivo en Argentina. A mí me parece que el arte

diar para entender el arte actual. Ya lo planteaba

latinoamericano, más allá de que siempre se lo

Goethe en su momento: cuando voy a Roma, de-

trata de clasificar, es arte sin más. Más allá de

cía, tengo que estudiar porque si no, no disfruto,

dónde haya nacido el artista, hay universalidad

no gozo. Hoy es aún más complejo, hay que saber

del pensamiento. Por supuesto que si hacemos

de historia del arte, de filosofía, tener contacto

un análisis deconstructivo vamos a ver que en la

con otros aspectos de la cultura como el cine, la

génesis de la obra el lugar de nacimiento puede

música; estar sensibilizado con todos los cam-

influir. Sin embargo, me interesa la universali-

bios del mundo, con los medios de comunica-

dad, que es lo que tienen los clásicos también.

ción también. Me encantaría que todos pudieran acceder al arte porque hace pensar en un estado

La metáfora en el arte Fundamentos y manifestaciones en el siglo XXI Elena Oliveras Paidós, 2021 304 páginas

127


Colonia Dignidad: el silencio de los inocentes TOMÁS VILLAROEL


A

l cumplirse 60 años del establecimiento de

un capítulo histórico cerrado, es una llaga que,

Colonia Dignidad en Chile, Netflix presentó una

por las múltiples dimensiones implicadas, sigue

serie documental homónima que ha sido bastan-

abierta. Si el fenómeno tenía cierta presencia en

te elogiada. Aunque ya había películas, reporta-

la opinión pública chilena y alemana, hasta hace

jes, novelas y performances que han abordado el

pocos años apenas la tenía en la investigación

horror de la secta alemana, el mérito de esta se-

académica. Recién en 2015 comenzaron a rea-

rie reside en el rescate de 400 horas de imágenes

lizarse —salvo contadas excepciones previas—

filmadas por los propios colonos —con fines de

estudios, publicaciones y actividades de carác-

propaganda—, así como en entrevistas realiza-

ter especializado sobre ella, lo que muestra que

das a los mismos seguidores de Paul Schäfer. Sus

la investigación sobre Colonia Dignidad todavía

relatos son escalofriantes y muestran los abis-

está en sus inicios.

mos de una secta cuyo objetivo declarado era la

La razón por la que resulta imperioso el escla-

supuesta ayuda al prójimo y a niños desvalidos

recimiento de la historia de la colonia responde

después de la Segunda Guerra Mundial.

a una pregunta muy simple: ¿cómo fue posible

Sin perjuicio de lo anterior, se podría criti-

que una secta famosa por sus delitos y crímenes

car que la serie está excesivamente enfocada en

pudiese existir por un lapso de casi medio siglo?

la persona de Schäfer, exculpando, de paso, las

Dicho con otras palabras, ¿cómo es que un encla-

posibles responsabilidades de los cómplices y

ve absolutamente hermético, en el que se prac-

brazos ejecutores del líder de la colonia. Por lo

ticó desde la explotación laboral y la privación

mismo, existe el riesgo de que victimarios perte-

de libertad, la manipulación de las conciencias,

necientes a la secta se presenten como víctimas

la pederastia y el abuso sexual, hasta la violencia

ante la opinión pública. Esa, sin embargo, tam-

física y la tortura, pudiera sobrevivir —descon-

bién es parte de la tragedia de Colonia Dignidad:

tando la complicidad durante la dictadura mili-

muchos de los abusados se convirtieron después

tar— a regímenes políticos de los más diversos

ellos mismos —embrutecidos o por oportunis-

signos entre 1961 y 2005? En definitiva, ¿cómo

mo— en victimarios.

y por qué se permitió la existencia de un Estado

Con todo, la serie tiene un indudable doble

dentro de otro?

mérito. Por una parte, hace accesible el fenó-

No menos punzantes son las preguntas que

meno Colonia Dignidad a un amplio público que

conciernen al lado alemán: ¿por qué la diplo-

quizá poco sabía sobre el asentamiento alemán.

macia alemana no intervino con decisión y se

Por otra, sitúa al enclave en la discusión pública

contentó con mirar para el lado durante dé-

y nos confronta con el hecho de que, lejos de ser

cadas, a pesar de estar en conocimiento de las 129


LORE M IPS U M. E NSAYO

vulneraciones que se cometían allí? Sin perjuicio

mismo año, la colonia emprendió una embesti-

de la estructura poliédrica de Colonia Dignidad

da judicial contra la Embajada y el Ministerio de

y de que las interrogantes anteriores se pueden

Relaciones Exteriores alemanes, a los que acusó

abordar desde una multiplicidad de perspectivas,

de haber arruinado el prestigio del asentamiento.

en estas líneas nos centraremos en dos de ellas.

En el libelo que presentaron los abogados del enclave ante la justicia alemana se lee que Colonia

La Colonia como víctima

Dignidad “responsabiliza por buenas razones a la Embajada de las sospechas públicas y las per-

La primera dimensión dice relación con un des-

secuciones en la prensa mundial, así como del

concertante fenómeno de simultaneidad: el en-

daño a la reputación y del vilipendio tanto de la

clave como un espacio de recurrente y conocida

Sociedad como de sus miembros”.

violencia coincidía con la estilización de la Co-

De modo análogo a lo ocurrido una década

lonia como víctima. En concreto, las acusaciones

antes, se recurrió a la misma estrategia en 1977

de que en el reducto de Parral se practicaban la

cuando, con ocasión de las denuncias públicas

privación de libertad, abusos de menores y otros

de violaciones a los derechos humanos en el re-

horrores no solo fueron negados por los acusa-

cinto realizadas por Amnistía Internacional1 y

dos, sino que fueron retrucadas con una pues-

que difundió profusamente la revista alemana

ta en escena que hacía parecer al enclave como

Stern, presentó una querella ante un tribunal de

víctima de cualquiera que osara cuestionarlos.

la ciudad de Bonn por difamación. La embestida

Esta autorrepresentación no solo llama nues-

judicial fue acompañada por un elemento per-

tra atención por la articulación deliberada de

formativo: los jerarcas del enclave orquestaron

lo que hoy calificaríamos como una posverdad,

una huelga de hambre en contra de lo que ellos

sino que además puede ofrecer una clave para la

denunciaron como “horror de la prensa” y en la

comprensión de la larga existencia que tuvo este

que participaron —forzados o libremente— los

“Estado dentro del Estado”.

225 habitantes del enclave. Una parte del comu-

La secta no solo fue sujeto pasivo, sino tam-

nicado situaba a la colonia como indesmentible

bién activo, del curso de los acontecimientos:

víctima de las ONG y de la prensa internacional y

ella misma se presentó ante la opinión públi-

denunciaba, en una verdadera inversión o trans-

ca en el rol de víctima. Esta carátula le permitió

mutación de los valores de estilo nietzscheano,

iniciar ofensivas contra adversarios declarados

“la confusión”, “el abuso”, “la desfachatez”, así

y no declarados, y culparlos a ellos por la mala

como “el fracaso moral de iglesias, instituciones

reputación del enclave e incluso por su desgracia

y Estados”. El manifiesto dirigido a la Embajada

inminente. En este sentido, son características

alemana en Chile concluía con seguridad mora-

no solo las autorrepresentaciones de la colonia

lizante: “Nosotros renunciamos a toda polémica

como víctima de diplomáticos alemanes, polí-

y falsa defensa […]. La existencia de nosotros,

ticos chilenos, ONG, la prensa nacional e inter-

víctimas de millones de asesinatos de imagen,

nacional, sino implícitamente de algunos de sus

parece barata”.

propios integrantes, quienes debían ser “reprendidos” por “enfermos mentales”, “sexualmente

Colonia Dignidad en los años sesenta

desviados” o “toxicómanos”. De este modo, la violencia y el disciplinamiento se presentaban

La segunda dimensión del análisis sobre la colo-

como una herramienta de salvación, necesaria

nia nos lleva a sus inicios en la década del sesenta

para llevar a los colonos por el camino fijado por

y remite a la pregunta sobre la naturaleza de la

los jerarcas del enclave.

granja. ¿Tuvo ya en esos años la fisonomía de un

Dos episodios ilustran el punto de manera emblemática. El primero fue una esquirla del escándalo en torno a la fuga del menor de edad Wolfgang Müller en 1966. En noviembre de ese

130

1

El título de la publicación de Amnistía Internacional: “Colonia Dignidad, una granja alemana modelo: un centro de torturas de la DINA”.


sistema de opresión o esa estructura se fue desa-

apéndice o mera continuación de aquellas es-

rrollando con el paso del tiempo, especialmente

tructuras de violencia que se habían enquista-

después del golpe de Estado de 1973?

do previamente. El golpe de 1973 no solo trajo

La documentación histórica disponible nos

consigo un incremento cuantitativo de las ile-

muestra que la opinión pública y la clase política

galidades, sino uno sustantivo (tráfico de ar-

chilena tempranamente supo sobre su estructura

mas, torturas a presos políticos y asesinatos).

y los delitos que se cometían en ella. Ya en 1966,

Con todo, la fase temprana de Colonia Dignidad

y con ocasión de la ya mencionada fuga del joven

apenas ha sido abordada por la investigación

Wolfgang Müller, el affaire en torno a Colonia

académica. El asunto tiene además un viso de

Dignidad salió a la luz. Las denuncias realizadas

actualidad, puesto que nos ofrece claves para in-

por el menor y el escándalo mismo que prota-

terpretar el fenómeno (no solo chileno) de crear

gonizó la secta alemana en Santiago y en Parral

parcelas de poder prácticamente descolgadas del

fueron reforzadas el año 1967 por una querella

ordenamiento jurídico nacional y las tensiones

que presentaron abogados de la Colonia contra

que ello puede implicar.

Héctor Taricco, Intendente de Linares, y contra

En este contexto, llama la atención la figu-

Claudio Fuentes, Gobernador de Parral. El objeti-

ra rutilante de Patricio Aylwin. El senador DC

vo de la acción judicial era la destitución de am-

fue —junto con un puñado de correligionarios,

bos funcionarios públicos luego de dos disputas

como el diputado Guido Castilla— uno de los de-

con las autoridades chilenas. Un año después, el

tractores más incisivos de la Colonia. De hecho,

enclave protagonizó un conflicto con Aduanas de

la Comisión Investigadora del parlamento res-

Chile debido a un decreto de

pondió en buena medida a su

confiscación de vehículos y

iniciativa. Tanto más llama

de una planta de trituración de piedras. Este hecho movió a los jerarcas alemanes

¿Cómo fue posible que una secta famosa por sus delitos y

a una acción de protesta: en

crímenes pudiese existir por un

el otoño de 1968, y al igual

lapso de casi medio siglo?

que casi diez años después, la secta inició una huelga de hambre.

la atención la aparente total prescindencia del presidente Frei Montalva respecto del asunto. La investigación histórica futura deberá contribuir a dilucidar si el po-

sicionamiento de Frei Montalva fue —así como

La notoriedad pública del caso Dignidad y los

aparece hoy a nuestros ojos— enigmáticamente

diversos escándalos en que estuvo involucrado

silencioso o si tomó partido de forma más activa.

el enclave impulsaron al parlamento chileno a

Más luces nos ofrece, por contraste, otro político

la constitución de una Comisión Investigadora

de calado dentro de la DC, el vicepresidente de la

el año 1968. El veredicto de esa instancia fue, sin

República durante aquella época, Edmundo Pé-

embargo, absolutorio. En una línea similar, la

rez Zujovic. En una carta del año 1968 dirigida

documentación parece mostrar que entre 1969 y

a Patricio Aylwin, el Ministro del Interior le co-

1973 el asunto Dignidad habría quedado sepulta-

mentó a su correligionario que el caso Dignidad

do bajo un manto de olvido.

había sido “materia de largas preocupaciones”

El punto es inquietante. ¿Cómo es posible que

para el gobierno y que se trataba de un grupo de

una secta se haya podido desarrollar y enquistar

personas “fanáticas”. Aparentemente no hay

como un Estado cuasi totalitario dentro de otro

mucha más información documental sobre el rol

democrático? El problema no es menor, ya que

de Pérez Zujovic en el entuerto, por lo que asu-

diversos delitos fueron denunciados durante dé-

mir que hablaba en nombre del Presidente de la

cadas y estuvieron, por tanto, en conocimiento

República parece, por lo menos, una hipótesis

de los gobiernos de Alessandri, Frei y Allende.

excesivamente aventurada.

Lo anterior no quiere decir que los delitos y crí-

Algo más de claridad parece haber en torno al

menes cometidos en el recinto de Parral durante

rol que tuvo Enrique Krauss, a la sazón Subsecre-

la época de la dictadura apenas constituyan un

tario de Interior del gobierno de Frei. Se sabe que

131


LORE M IPS U M. E NSAYO

Krauss intervino en la antes mencionada dispu-

Netflix sobre Colonia Dignidad: un reducto

ta entre la Colonia y Aduanas, que devino en la

inexpugnable que opera en absoluta impunidad

huelga de hambre del año 1968. El Subsecreta-

al margen de la ley, supeditado siempre a la vo-

rio habría intervenido como mediador político

luntad de Schäfer y sus pervertidos designios.

—aparentemente neutral— entre Aduanas y el

Sin embargo, la proyección de este espacio de

enclave, logrando finalmente que se depusiera

violencia en el tiempo es menos monocausal de

la huelga de hambre. La condición que pusieron

lo que se puede pensar a primera vista, sin cons-

los jerarcas alemanes era que se retiraran algu-

tituir esto una relativización de la inexcusable

nas medidas que había adoptado el Estado, ra-

negligencia de los Estados de Chile y de Alema-

zón por la que Patricio Aylwin criticó la actuación

nia Occidental durante décadas. Las dificultades

del gobierno chileno como una capitulación. Un

de la posguerra o el contexto internacional de

cuestionamiento ex post a esta reacción del sena-

Guerra Fría pueden explicar tanto la adhesión

dor Aylwin podría sugerir si acaso la aproxima-

que fue ganando Schäfer en los inicios de la sec-

ción de Krauss ante la Colonia fue excesivamente

ta como la cosmovisión del enclave. Asimismo,

conciliadora, o si debió actuar con mayor deter-

el contexto político chileno —no solo durante la

minación en contra de ella. Todo esos episodios

dictadura, sino también a fines de los años se-

abren interrogantes acerca del posicionamiento

senta y a comienzos de los setenta— y la propia

global de la Democracia Cristiana y del gobierno

acción del enclave a través de su constante victi-

de Frei Montalva con respecto al reducto alemán.

mización, puede haber incidido en la proyección

Todavía más difusa es la actitud de Allende y el

que tuvo la Colonia a lo largo del tiempo. Aun

gobierno de la UP, puesto que —como ya se se-

queda por determinar el calado de esas y muchas

ñaló— poco se supo de Colonia Dignidad después

otras dimensiones —por ejemplo, los círculos de

de 1968.

protección del enclave—: Colonia Dignidad to-

Para finalizar, vale la pena volver a las imá-

davía es una herida abierta.

genes principales que nos muestra la serie de

Colonia Dignidad. Una secta alemana en Chile Dirigido por Wilfried Huismann y Annette Baumeister Estrenado en 2021 Disponible en Netflix

Tomás Villarroel es doctor en historia por la Universidad de Würzburg, Alemania. Es profesor de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador asociado de la fundación Piensa.

132


Joan Didion: la palabra ante el vacío

Ilustración: Alejandra Acosta

MARÍA JOSEFINA POBLETE

133


LORE M IPS U M. E NSAYO

“¿Acaso no se pudo constatar entonces que la gente volvía muda del campo de batalla? No más ricas, sino más pobres en experiencias comunicables” Walter Benjamin

I s una noche normal. Ella prepara la cena, él

E

fallecieron su marido —el también escritor y

bebe un whisky mientras lee un libro junto a la

editor John Gregory Dunne, a causa de un ataque

chimenea que encendían siempre, incluso en las

cardiaco— y luego su única hija, Quintana Roo,

noches de verano. Él le pide una segunda copa,

después de una gripe común que evolucionó a

ella se concentra en mezclar la ensalada. Él ha-

una septicemia.

bla de la Primera Guerra Mundial y de pronto se

En sus libros El año del pensamiento mágico y

calla. Meses más tarde, Joan Didion escribirá que

Noches azules Didion desmenuza ambas trage-

fue precisamente esa normalidad, esos segundos

dias, como si en ese ejercicio pudiera revelarse

cargados de rutina que precedieron a la súbita

algo que sabe imposible: cómo llegó ahí y de qué

muerte de su marido, el principal obstáculo para

modo continuar viviendo. “Te sientas a comer y

creer que ello realmente había sucedido. Y lue-

la vida cambia en un instante”, repite Didion casi

go vino el problema de la palabra: “Llevo toda la

como un mantra, volviendo una y otra vez al mo-

vida siendo escritora (…) En este caso las pala-

mento que lo cambió todo. De cara al silencio, la

bras no me bastan para encontrar los significa-

autora recurre a la única herramienta con la que

dos. En este caso necesito que lo que yo pienso y

pareciera contar para abordar el sinsentido: la

creo sea penetrable, al menos para mí misma”.

palabra.

Periodista, guionista y novelista, autora de

Insuficiente, golpeada, perpleja. La palabra.

culto y voz icónica del Nuevo Periodismo, Didion murió el pasado 23 de diciembre luego de una

II

trayectoria dedicada a observar y registrar los grandes procesos culturales y políticos que mar-

Escribe Enrique Lihn en la primera semana de

caron a la sociedad estadounidense de la segunda

abril de 1988: “Nada tiene que ver el dolor con

mitad del siglo pasado. Su obra, compuesta por

el dolor / Nada tiene que ver la desesperación

centenares de artículos y una veintena de títu-

con la desesperación / Las palabras que usamos

los de ficción y no ficción, osciló entre la mor-

para designar esas cosas están viciadas / No hay

daz observación de su entorno y la reflexión so-

nombres en la zona muda”. Los versos abren su

bre su propia escritura, para culminar con una

Diario de muerte, desgarrador poemario con que

pregunta que a ratos pareciera ser un ruego: las

el escritor hizo frente al cáncer que le quitaría

posibilidades que nos ofrece la palabra en medio

la vida en julio del mismo año. Mientras escri-

de las crisis más profundas de la existencia. La

bía, cuentan sus editores Pedro Lastra y Adriana

vida pareció empujarla a ello. Entre diciembre de

Valdés, el poeta les habría pedido a sus amigos

2003 y agosto de 2005, en menos de dos años,

que le llevasen libros sobre la muerte. En una

134


nota explicativa al final del libro, Lastra y Valdés mencionan las múltiples referencias que circulan por los últimos versos del poeta, entre ellas Huidobro, Rojas, Hahn, Baudelaire y Rimbaud. Años más tarde, en una breve reflexión sobre la muerte y el lenguaje, Roberto Merino agrega otro nombre a esta lista de reminiscencias literarias en Lihn: Susan Sontag. Un vendedor de libros, cuenta Merino, le habría reclamado indignado que en su poema “Hay solo dos países” Lihn plagiaba íntegramente un párrafo del ensayo de Sontag La enfermedad y sus metáforas. Relata Merino: “El vendedor se consideraba víctima de una estafa post mortem: afirmaba con énfasis que un poeta de verdad no puede incurrir en citas sin comillas y sin mención de la fuente”. “Este es mi intento de asimilar el periodo que vino a continuación: las semanas y después los meses que se llevaron por delante cualquier idea fija que yo pudiera tener de la muerte, de la enfermedad, de la probabilidad y de la suerte, tanto buena como mala”, escribe Didion. La reflexión de Merino es interesante para leerla a ella y a tantos otros autores que han intentado narrar experiencias límites como la muerte. ¿Qué sucede con el lenguaje cuando intenta significar lo inefable, aquello que se encuentra en la zona muda? “La frontera entre la lectura y la escritura se suprime en cuanto comienza a difuminarse la que divide a la vida y la muerte”, reflexiona Me-

me di cuenta de por qué: si John quería volver, le

rino. En situaciones que remecen al individuo,

iban a hacer falta sus zapatos. El ser consciente

que provocan en él una profunda crisis de senti-

de esta idea no la erradicó en absoluto”.

do, la palabra —ya sea propia o ajena— aparece como alternativa al silencio.

La irrupción de hechos que alteran el estado normal de las cosas y que repercuten en nuestra

Titulado “El lado de allá, el lado de acá”, el

manera de percibir el mundo —y, por lo tanto,

breve texto de Merino alude a dos dimensiones

en nuestro lenguaje—, puede ser leída como un

aparentemente opuestas: los vivos y los muer-

‘acontecimiento’, noción ampliamente discuti-

tos, yo y los otros. Merino desliza, sin embargo,

da, entre otros por Slavoj Žižek, y que algunos

la pregunta por el supuesto límite que las separa,

remontan hasta Maquiavelo. Reconociendo que

precisamente en situaciones que golpean nues-

se trata de un concepto que admite múltiples

tro modo habitual de representar lo real. Para

variaciones, el autor decanta la siguiente defini-

Didion, sobrevivir a la muerte de su marido im-

ción: “algo traumático, perturbador, que parece

plicaba también aprender a convivir con la arti-

suceder de repente (…) algo que surge aparente-

ficialidad de ese límite: “Me detuve en la puer-

mente de la nada, sin causas discernibles”.

ta de la habitación. No pude dar el resto de sus

Žižek evita reducir el acontecimiento a hechos

zapatos”, apunta al recordar el instante en que

concretos: propone pensarlo más bien como un

se propuso ordenar la ropa de su difunto marido.

“cambio de planteamiento a través del cual per-

“Me quedé allí un momento plantada y entonces

cibimos el mundo y nos relacionamos con él”. Al

135


LORE M IPS U M. E NSAYO

contacto con el acontecimiento, las coordenadas

noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la

a través de las cuales elaboramos el sentido de

tarde (…). Escuché tu nombre, mal pronunciado,

lo real se disuelven, la imagen previa que tenía-

y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmen-

mos de este se desmorona. La brutal irrupción

te empecé a santiguarme como cuando era chico.

de lo real en nuestro orden simbólico asalta y

No terminé ese gesto. El mundo estuvo parado

transforma nuestra comprensión del presente

ese segundo”. Luego de reconstruir ese momen-

y problematiza tanto las categorías con las que

to preciso, el texto concluye con otra entrada,

habitualmente nos relacionamos como nuestra

fechada el 5 de octubre del mismo año: “Hoy en

visión del futuro.

el tren un hombre decía: ‘Sufro mucho. Quisiera

Siguiendo a Žižek, el acontecimiento implica entonces un cambio en el marco a través del cual

acostarme a dormir y despertarme dentro de un año’. Hablaba por él, pero también por mí”.

lo real se nos aparece. Este deja su huella en la

Las palabras finales de “Carta a Vicky” simbo-

palabra: de cara al silencio que impone lo des-

lizan, a juicio de Piglia, el punto ciego de la expe-

conocido, nuestro lenguaje aparece de pronto

riencia cuando se la intenta traducir al lenguaje.

como precario, la frontera que separa la vida de

Así como Lihn ante la “zona muda” o la propia

la muerte se revela porosa y a ratos artificial. Y la

Didion, para quien las palabras “no bastan”,

literatura, a su vez, como un espacio profunda-

en el caso de Walsh resulta imposible hablar de

mente rico no solo para exponer esa precariedad,

su propio dolor, por lo que decide desplazar su

sino también para intentar sondear o palpar ese

narración hacia otro sujeto, que de algún modo

misterio.

hable por él. Metáfora de la experiencia del lí-

Desde su propio duelo, escribe Didion: “A cier-

mite, Walsh intentaría mostrar con ese pequeño

to nivel seguía creyendo que lo sucedido todavía

desplazamiento en la enunciación aquello que

era reversible (…). Necesitaba estar sola para que

no se puede decir y que, sin embargo, urge por

él pudiera volver. Aquel fue el principio de mi año

ser significado. A juicio de Piglia, “Ir hacia otro,

de pensamiento mágico”.

hacer que el otro diga la verdad de lo que siente o de lo que ha sucedido, ese desplazamiento,

III

este cambio en la enunciación, funciona como un condensador de la experiencia (…) quizá nun-

La insuficiencia del lenguaje cotidiano para dar

ca existió ese hombre en el tren, no es eso lo que

cuenta de ciertos hechos es uno de los ejes sobre

importa, sino la visión que se produce, lo que

los cuales gira la conferencia de Ricardo Piglia

importa es que están ahí para poder narrar la ex-

“Tres propuestas para el próximo milenio (y cin-

periencia”.

co dificultades)”. Reflexionando sobre el víncu-

En textos como el de Walsh que aspiran a re-

lo entre escritura y experiencias que parecieran

presentar lo imposible —en este caso, el dolor de

estar más allá del lenguaje —“acontecimientos

un padre ante la pérdida de un hijo— se podría

imposibles”, en sus palabras—, Piglia se pre-

decir que opera una nueva lógica, que escurre a

gunta por los límites de la palabra frente a este

las categorías con las que habitualmente hace-

tipo de eventos: “¿Cómo transmitir la experien-

mos sentido del mundo. Por medio de estos des-

cia del horror y no solo informar sobre él? La li-

plazamientos —“movimientos ficcionales”, en

teratura muestra que hay acontecimientos que

palabras de Piglia—, autores como Walsh, Didion

son muy difíciles, casi imposibles, de transmi-

o Lihn no buscan comunicar información, sino

tir y suponen una relación nueva con los límites

transmitir una experiencia. No sería relevante,

del lenguaje”.

para Piglia, si la persona del tren corresponde a

El autor ilustra el desafío con un texto tan bre-

un ser real o es producto de la ficción: en cual-

ve como intenso: “Carta a Vicky”, de Rodolfo

quier caso, este se nos presenta como una posible

Walsh. Fechada el 29 de septiembre de 1976, la

aproximación a lo que antes se encontraba en la

primera carta fue redactada el mismo día en que

“zona muda”. Continúa Piglia: “Así se transmite

murió su hija, María Victoria. Escribe Walsh: “La

la experiencia, es algo que está mucho más allá

136


de la simple información (…). La verdad tiene la

Escritura del acontecimiento, de aquello que ja-

estructura de una ficción donde otro habla. Hay

más podrá ser capturado del todo por medio de la

que hacer en el lenguaje un lugar para que el otro

palabra, los textos de Didion desafían ese límite.

pueda hablar. La literatura sería el lugar en el que

Es, a fin de cuentas, lo único que le queda frente

siempre es otro el que habla”.

a ese silencio que todo lo inunda.

Exploración de la ausencia y de la pérdida, la

IV

obra de Didion es testimonio de la perplejidad que golpea a la palabra cotidiana al contacto con la muerte, pero también de su intento por cer-

El oficio de escribir puede entenderse, según

carla. Y como experimentada cronista, la enfren-

Juan José Saer, como un permanente esfuerzo

ta de la manera que mejor conoce: sus recuerdos

por tratar de ver en la oscuridad. Comparte el es-

de niña, sus años de vida en pareja, los momen-

critor su ceguera con cientos de millones de su-

tos previos y posteriores a la muerte, bibliogra-

jetos: a ellos les habla no para iluminar la reali-

fía diversa sobre el duelo y el trauma, autopsias,

dad, sino más bien para visibilizar esa dificultad

viajes y conversaciones pasadas. Todas son pie-

que todos compartimos. “El escritor ha de tratar,

zas que la autora examina de modo quirúrgico

en lo posible, de habituar sus ojos a la oscuridad

en medio de la oscuridad pero que, paradójica-

y a reconocerla, y hacérsela reconocer a los otros,

mente, así reunidas adquieren una nueva luz. Así

hablando de ella. Ninguna otra ha de ser su fun-

como Walsh con la ficción o Lihn con la poesía,

ción”, afirma.

Didion realiza su propio desplazamiento desde

Escribir implica profundizar en la conciencia

la crónica, identificando claramente a la muer-

de lo inextricable que es el mundo, más todavía

te como tópico, pero recurriendo a la vida para

cuando esa realidad que creemos dominada se

hablar de ella. Y muy lejos de pretender informar

impone de golpe y brutalmente. La escritura del

sobre los hechos que le arrebataron en menos de

acontecimiento deja en evidencia la parcialidad

dos años a su núcleo familiar, Didion se propone

que impregna cotidianamente nuestra mira-

profundizar en la experiencia del sinsentido, ar-

da: lejos de ofrecer respuestas definitivas para

mada únicamente con una herramienta que des-

enfrentar el mundo, visibiliza su complejidad e

de el inicio advierte como insuficiente:

instala nuevas preguntas. Ensayos, ficciones, crónicas, autobiografías: el

Mi forma de escribir es mi forma de ser, o

oficio del escritor es un ejercicio de exploración

la forma en la que he acabado siendo, y sin

en la oscuridad, y la literatura el cuerpo en donde

embargo en el presente caso me gustaría te-

se exhiben tanto el proceso como los resultados

ner, en vez de las palabras y sus ritmos, una

de esa búsqueda. Para Joan Didion, perseverar

sala de montaje equipada con una Avid, un

en la palabra fue su propia tabla de salvataje:

sistema de edición digital que me permitie-

“Mientras escribo esto, me doy cuenta de que no

ra pulsar una tecla y desmontar la secuen-

quiero terminar esta crónica”, apunta hacia el

cia temporal, mostrarles a ustedes todos los

final de El año del pensamiento mágico. Porque en

fotogramas de la memoria que me vienen

medio del duelo, la página en blanco aquí no es

ahora a la cabeza.

solo vacío. También es espacio de encuentro y de posibilidad.

María Josefina Poblete es licenciada en humanidades con mención en literatura de la Universidad Adolfo Ibáñez, magíster en periodismo y en literatura comparada por la misma casa de estudios. Es coordinadora de publicaciones del IES. 137


Refugio seguro JUAN IGNACIO BRITO

138


E

s invierno en Easttown, un suburbio de clase

media baja en Pensilvania. El frío se deja sentir no solo en el ambiente oscuro de un barrio

todo, se interesa por ella y ve un rayo de luz en la amargada Mare. El lado luminoso de Mare se manifiesta en su

donde las casas son iguales y todos se conocen,

trabajo. Es sargento detective del Departamen-

sino también en el corazón de Mary Anne (Mare)

to de Policía de Easttown. La vocación policial

Sheehan, la protagonista de la fantástica Mare of

la heredó de su padre, su héroe, que se suicidó

Easttown, una serie de HBO ganadora de varios

cuando ella tenía solo trece años. “Investigo ro-

premios Emmy y que tiene a una convincente

bos, sobredosis y toda la basura que ocurre por

Kate Winslet en el rol principal.

aquí”, resume con ese cinismo tan suyo. Mon-

Mare vive en una zona gris. Su alma ha queda-

tada en su SUV Chevrolet, recorre el lugar ayu-

do congelada luego del suicidio de Kevin, su hijo

dando a los vecinos. Todos la conocen y confían

drogadicto, quien le ha dejado a Drew, un nieto

en ella, desde un par de ancianos que cree que

adorable de apenas cuatro años con problemas de

hay un merodeador en su jardín hasta una anti-

concentración. La muerte de Kevin provocó que

gua compañera del equipo de básquetbol escolar

Mare se encerrara y bloqueara a los demás: se ha

cuyo hermano es toxicómano. Le gusta su traba-

divorciado de Frank, su exmarido que vive ahora

jo, pero no su vida. “Siempre esperé ser policía,

con su nueva prometida en la casa del lado; tiene

pero nunca que mi vida se derrumbara alrededor

una relación hostil con su madre, quien pasa las

de mí de una manera tan espectacular”, admite.

horas jugando en su iPad; no le presta suficiente

La serie arranca a un año de la desaparición de

atención a Siobhan, su hija lesbiana que asiste a

una adolescente que se prostituía. Mare no ha lo-

un colegio particular para lograr ir a la universi-

grado encontrarla, lo que la frustra y contamina

dad; y está a punto de perder la custodia de Drew,

su relación con la madre de la chica, una anti-

cuya madre reclama la tuición una vez rehabili-

gua amiga que no se rinde y exige resultados a la

tada de su adicción a las pastillas. Como confiesa

policía. Ante este telón de fondo, un nuevo cri-

Siobhan a una amiga, la familia nunca logró su-

men alarma a la comunidad: Erin McMenamin,

perar el suicidio de su hermano. Por el contrario,

una joven madre soltera, ha sido asesinada y su

añade, simplemente se desmoronó.

cuerpo, semidesnudo, descubierto con un balazo

En el centro de ese derrumbe habita Mare,

en la cabeza en un río cercano. Mare investiga a

quien evade el duelo tomando cerveza, comien-

varios sospechosos: al padre fracasado de la ado-

do comida chatarra y fumando un cigarrillo

lescente, a un diácono con acusaciones previas

electrónico. Viste bluejeans y camiseta, es mal

de abuso, al expololo de Erin y a su agresiva nue-

hablada, apenas sonríe y no quiere recordar que

va novia… hasta al mismo Frank, su exmarido.

hace veinticinco años fue “lady Hawk”, la heroí-

La lista resume el tipo de personas que reside

na del equipo de básquetbol escolar de Easttown.

en Easttown. En su mayoría poseen algún gra-

Eso quedó muy atrás. Ahora su vida “es un de-

do de disfuncionalidad social. Son miembros de

sastre”, le advierte a Richard Ryan, un escritor

una comunidad olvidada, tienen problemas gra-

mediocre con paciencia de monje que, pese a

ves que ninguna política pública se ha decidido

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LORE M IPS U M. E NSAYO

a enfrentar, mucho menos a solucionar. Cuando

Pero la serie no despierta interés solo por su

les preguntan cómo están, no responden “bien”,

carácter policial. Hay mucho más que eso aquí.

sino “no peor de lo normal”. Son los perdedores

La dimensión existencial de sus protagonistas

del sueño americano que se las arreglan como

—sus dolores y angustias, que son también los

pueden en un mundo que los ignora y para el cual

de una comunidad herida— es el trasfondo que

son invisibles; tienen poca educación, trabajan

hace de Mare of Easttown interesante y digna de

en empleos menores, en general no poseen títu-

ver. No se trata de un sadismo que se complaz-

los profesionales y, cuando los tienen, no con-

ca en la desgracia que tanto abunda, sino de una

siguen destacar, como ocurre con Richard Ryan,

extraña habilidad del guion para dar cuenta de

profesor de literatura en universidades de ter-

esa increíble capacidad humana para adaptarse

cera categoría que pocos conocen. Viven en ho-

y construir algo bueno y útil incluso en medio

gares rotos por la droga, la prostitución, el sui-

del caos y el desastre. Porque Mare of Easttown

cidio, el delito, la cárcel o la falta de esperanza.

roza la maestría al empatizar sin moralina con

Están resentidos y enojados; lucen dominados

la vida casi insoportable que padecen práctica-

por ese sinsentido nihilista asfixiante que a ve-

mente todos sus personajes, en especial la pro-

ces se apodera del ambiente. Parecen miembros

tagonista. Ellos son una evidencia de esa habili-

paradigmáticos de la “cesta de deplorables” a

dad tan única y humana de resistir, de buscar y

la que aludió con desdén la candidata demócra-

encontrar refugio allí donde pareciera no existir

ta Hillary Clinton en su campaña de 2016. Son

ninguno. Como le dice Mare a un anciano que ha

personajes que recuerdan

enviudado y no encuentra

al “realismo sucio” de los

consuelo ante la ausencia de

cuentos de Raymond Carver,

su esposa: “Después de un

las rudas canciones de Bruce

Son los perdedores del sueño

Springsteen y John Mellen-

americano que se las arreglan

con lo inaceptable”. Es cosa

camp o la crudeza de Doro-

como pueden en un mundo

de saber adónde ir, de tener

thea Lange y Walker Evans, los fotógrafos de la Gran Depresión. Usando como hábil excusa

una

que los ignora y para el cual son invisibles

investigación

criminal, la serie muestra el estilo de vida de un

tiempo, uno aprende a vivir

a alguien de tu lado aunque parezca que no hay nadie, de confiar en los cercanos que siempre están ahí, pese a

que a menudo uno no los quiera ver.

sector de la población a la que la élite norteame-

La serie no deja lugar a dudas acerca de cuá-

ricana solo comenzó a prestar atención en serio

les son esos espacios: la familia y la comunidad.

con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

No puede ser de otra forma. Para el conjunto de

En una primera capa, lo que resulta atractivo

perdedores que la serie ilustra, estos son los úni-

de la miniserie de siete capítulos es su carác-

cos sitios donde la relación no es contractual ni

ter de thriller policial: el espectador acompaña

transaccional, sino natural y necesaria, incluso

a Mare en sus pesquisas para averiguar quién

trascendente. Aunque familia y comunidad estén

mató a Erin McMenamin y por qué lo hizo. Las

fisuradas, son mucho mejor que nada. Incluso

idas y vueltas de la trama atrapan la curiosidad

en condiciones de fragilidad extrema como las

del público, así como la llegada de un joven y

que ilustra la serie, ambas ofrecen un hogar se-

aparentemente exitoso oficial que ayuda a una

guro y acogedor para quienes sufren y se sien-

reticente Mare en la investigación y que pronto

ten desamparados.

se entusiasmará sentimentalmente con ella. En

Lejos de la disputa bizantina acerca de qué

ese registro, la producción es un clásico —aun-

es una familia, la serie muestra que se trata de

que muy bien realizado— whodunnit: la típica

aquel lugar donde uno es recibido y querido in-

historia sobre un asesinato donde no se descubre

condicionalmente, sin hacer preguntas ni acep-

al homicida sino hasta el final.

tar divisiones. Pese a que enfrentan situaciones

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límite, los protagonistas saben que es allí donde

Tal como las maltrechas familias que la con-

encontrarán el apoyo que necesitan con des-

forman, la comunidad sale fortalecida tras sor-

esperación para remontar la fatalidad que los

tear pruebas muy severas. Es desde el púlpito

cubre como una nube venenosa. Con aciertos y

de la parroquia católica local (los habitantes

errores, hacen lo indecible —a menudo lo inco-

son mayoritariamente de origen irlandés) don-

rrecto— por proteger a sus familias. Las cuidan

de se hace ver que la comunidad es resiliente y

y preservan porque saben que son el santua-

puede ofrecer un techo acogedor para enfren-

rio al que han de volver ellos y sus seres queri-

tar la adversidad. Pese a todo, a los habitantes

dos cuando los golpee el vendaval de presiones

de Easttown les gustan su barrio y sus vecinos,

y tensiones que padecen en carne propia. Estas

con quienes han crecido. Los lazos de amistad y

personas, endurecidas por la adversidad que se

confianza que se han creado allí resultan casi in-

les viene encima como un tsunami, son allí ca-

destructibles. Ni siquiera la traición, en forma de

paces de llorar, abrazarse e incluso de actuar con

infidelidad matrimonial o de secretos inconfesa-

ternura y un altruismo sacrificial. Se equivocan

dos, es capaz de romperlos. La comunidad sufre

bastante, pero están siempre dispuestos a volver

y se recupera junta, como la gran familia que es:

a casa para tratar de enmendarse. Cuando, final-

el sitio donde todos conviven y contribuyen sin

mente, se resuelve el misterio y se revela quién

pedir nada a cambio. La sensata Siobhan lo resu-

asesinó a la joven, uno de los encubridores no

me bien al decirle a Mare: “Te encanta Easttown,

duda en confesar que “acepté mentir para pro-

que es un lugar mejor contigo aquí”. Después del

teger a mi familia”, mientras que otro personaje

frío invernal, el sol vuelve a asomar en Easttown.

asegura que “me habría llevado el secreto a la tumba” de no haber sido descubierto.

Mare of Easttown Creado por Brad Ingelsby y dirigido por Craig Zobel Elenco: Kate Winslet, Julianne Nicholson, Jean Smart, Angourie Rice y David Denman Estrenada en 2021 Disponible en HBO

Juan Ignacio Brito es periodista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy por el Fletcher School en la Universidad de Tufts, EE.UU. Es profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes e investigador del centro Signos de la misma casa de estudios. Es columnista en La Tercera, el Diario Financiero y El Líbero.

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Ilustración: Alejandra Acosta

— Olimpo — C.S. LEWIS

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“C

uando, por muy reverentemente que lo

Durante sus años como estudiante en Oxford,

hagas, asesinas una palabra, también has elimi-

Lewis se formó en filosofía y literatura, las que

nado de la mente humana la cosa que la palabra

supo complementar a lo largo de toda su vida.

originalmente significaba. Los hombres no con-

Como le escribe a un amigo, “La razón es el ór-

tinúan por mucho tiempo pensando en aquello

gano de la verdad; la imaginación, el órgano del

que han olvidado cómo nombrar”, decía C. S.

sentido”. En contra de lo sugerido por una común

Lewis (1898-1963) en su ensayo “La muerte de

lectura, según la cual habría abandonado la filo-

las palabras”. Podría decirse que Lewis siempre

sofía luego de ser derrotado en un debate por una

se ocupó de las distintas dimensiones del len-

jovencísima Elizabeth Anscombe, Lewis siempre

guaje. Por un lado, era un reputado especialista

alternó entre la literatura y la práctica de una fi-

en literatura inglesa medieval; por otro, un lú-

losofía más divulgativa. El hecho, por ejemplo,

cido ensayista que abordó muchas de las discu-

de que tras el debate con Anscombe trabajara en

siones más acuciantes de su tiempo. Su faceta

afinar la argumentación de Milagros —libro que

más conocida, sin embargo, es la de escritor de

había provocado el debate y que tuvo una nueva

la saga Las crónicas de Narnia, que en sus siete li-

edición tres años antes de la muerte de Lewis—

bros relata las aventuras de los cuatro hermanos

es signo de que la reflexión minuciosa y acabada

Pevensie en el mundo fantástico que da nombre

siempre fue una de sus preocupaciones.

a la serie.

Muchas de las coyunturas que vivió este escri-

Huérfano de madre a los diez años, no tuvo

tor y profesor inglés tienen un gran paralelo con

una relación fácil con su padre. Asimismo, su

los desafíos de nuestro tiempo. Como ha des-

biografía está marcada por su experiencia como

tacado Alan Jacobs —autor de una importante

soldado en la Primera Guerra Mundial y por la

biografía de este “viejo hombre occidental”—,

vida universitaria —primero como estudiante,

el humanismo cristiano que cultivó Lewis tiene

luego como tutor— en Oxford. Una mirada a su

mucho que aportar en un mundo desencantado,

obra de no ficción nos muestra una personali-

donde los fundamentos que sostenían a las de-

dad compleja y profunda: El problema del dolor,

mocracias parecen derrumbarse y donde la edu-

Los cuatro amores, La abolición del hombre o Mero

cación, en lugar de apuntar a la búsqueda de la

cristianismo son libros que exploran una serie de

verdad y al cultivo de la imaginación, suele estar

temas de enorme actualidad desde la filosofía, la

orientada a alimentar la producción de una má-

antropología y la teología.

quina voraz donde jamás se encontrará el senti-

Lewis siempre intentó que sus textos fueran

do profundo de las cosas humanas.

comprensibles para un público amplio, por lo que

La obra en que más nítidamente se reflejan

su escritura está lejos de las jergas académicas,

estos rasgos —y acaso el más actual de sus en-

del lenguaje abstruso del especialista o del narci-

sayos— es La abolición del hombre. Para talar un

sismo del mundo de la cultura. En ese sentido, el

árbol, nota ahí, había que quitarle primero todo

autor de Las crónicas de Narnia tuvo la capacidad

carácter trascendente; solo cambiando el modo

para abordar debates complejos con sencillez y

de mirar el mundo, este se convirtió en algo que

gracia. No es casualidad que algunos de los libros

queda por completo a nuestra disposición. Pero

mencionados hayan sido, en primer lugar, con-

cuando Lewis escribía este ensayo, y aún más

ferencias radiales dirigidas al público general:

cuando nosotros lo releemos, es el ser huma-

su interés en la divulgación nos dice mucho de

no el que ha quedado a disposición de nuestra

su vocación, pero también de su intuición de que

manipulación por ese mismo proceso de desen-

los problemas del siglo XX exigían hablarle a au-

cantamiento. “No es tan apolítico como parece”

diencias mucho más amplias que las puras élites

escribió una vez George Orwell sobre Lewis. La

intelectuales.

actualidad de La abolición del hombre parece confirmar ese juicio.

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. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL

últimos libros ies

El Estado subsidiario, de Chantal Delsol

El pueblo olvidado, de Josefina Araos

Aristóteles, Una introducción, de Alejandro G. Vigo

Tensión constituyente, de Claudio Alvarado

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