N°6 / ABRIL 2022 $8.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480
Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición Joaquín Castillo El lugar sin límites Josefina Araos Contrapunto sobre Límites, de Robert Spaemann Entrevistas a Mary Eberstadt, Arturo Fontaine y David Miller Lorem ipsum: Alejandro Vigo, Elena Oliveras y María Josefina Poblete
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº6, abril de 2022 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado Editor: Joaquín Castillo Coordinador: Guillermo Pérez Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: Claudio Alvarado, Joaquín Castillo, Guillermo Pérez, Josefina Araos, Diego González, Daniel Mansuy, Álvaro Vergara, Francisca Echeverría, Christopher Lasch, Manfred Svensson, María José López, Pablo Ortúzar, Mariana Canales, Joaquín García-Huidobro, Santiago Orrego, María José Naudon, Rodrigo Pinto, Pablo Chiuminatto, Elena Irarrázabal, Tomás Villarroel, Cristóbal García-Huidobro, Juan Ignacio Brito y María Josefina Poblete Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Soledad Castillo, Huemul Estudio, Universidad de los Andes, Mario Téllez y Casa Museo Eduardo Frei Montalva ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros
2
Editorial 04
Claudio Alvarado
Límites y progreso Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición 08 Entrevista a David Miller
16
El lugar sin límites 25
Joaquín Castillo por Guillermo Pérez Josefina Araos
¿La historia como despojo?
33
Diego González
Entrevista a Arturo Fontaine
41
por Claudio Alvarado
Los límites del progreso 48 Entrevista a Mary Eberstadt 54 Medioambiente y límites 62
Daniel Mansuy por Álvaro Vergara Francisca Echeverría
Rescate El conservadurismo contra sí mismo 70
Christopher Lasch
Horas en la biblioteca 84 Contrapunto de Manfred Svensson y María José López sobre Límites, de Robert Spaemann. Reseñas sobre Raymond Aron, Kazuo Ishiguro, Sófocles, Robert Nisbet y Rosi Braidotti Lorem ipsum Entrevista a Alejandro Vigo 104 Afganistán: la guerra sin fin 111 Leer poesía 117 Entrevista a Elena Oliveras 123 Colonia Dignidad: el silencio de los inocentes 128 Joan Didion: la palabra ante el vacío 133 Refugio seguro 138
por Elena Irarrázabal Cristóbal García-Huidobro Rodrigo Pinto por Pablo Chiuminatto Tomás Villaroel María Josefina Poblete Juan Ignacio Brito
Olimpo: C. S. Lewis 142
3
Límites y progreso
“¿
Bajo qué condiciones se puede hablar to-
juicio la noción misma de progreso. En términos
davía de progreso?”, se preguntaba en 1980 el
globales, a la grave situación climática se sumó
filósofo alemán Robert Spaemann, en una con-
la pandemia del coronavirus, con sus trágicas se-
ferencia titulada del mismo modo. La pregunta
cuelas no solo sanitarias, sino también políticas
no tiene nada de trivial, considerando el curioso
y económicas. A modo de ejemplo, las libertades
derrotero del siglo XX. En la primera mitad de
personales se han visto afectadas de un modo
esta centuria el mundo conoció, de la mano del
inédito en contextos democráticos, la inflación
Holocausto y los totalitarismos de distinto signo,
volvió a ser un problema de primer orden y las
los crímenes más brutales de la historia humana.
fronteras terrestres mostraron renovada vigen-
Casi sobra decir que este crudo escenario parecía
cia, pese a que cierta sensibilidad cosmopolita ya
echar por tierra el excesivo optimismo decimo-
las daba por superadas.
nónico, esa arcaica creencia en un progreso uni-
En el plano local, este difícil panorama tiene
direccional o necesario de la humanidad. Desde
como telón de fondo el mayor remezón político
fines de los ochenta, sin embargo, comenzó a
y social que ha vivido el Chile posdictadura, cuya
instalarse una creencia análoga, derivada de una
deriva constituyente avanza de modo sumamen-
lectura demasiado simplista de la obra de Fran-
te incierto. Si se quiere, los chilenos hemos expe-
cis Fukuyama, según la cual —democracia y ca-
rimentado de manera privilegiada que ni el flo-
pitalismo mediante— nos acercábamos al “fin
recimiento político ni económico se encuentran
de la historia”. Aunque tal desenlace obviamente
garantizados; que cada generación debe trabajar
nunca llegó, hubo décadas en que vivimos bajo
arduamente por su prosperidad. Durante mucho
esta ilusión.
tiempo se perdió de vista esa realidad, sobre todo
Han pasado muchas cosas desde ese entonces,
en el lado derecho del espectro. No pocos creye-
pero tanto en Chile como a lo largo y ancho del
ron que el progreso carecía de tensiones y que la
globo, los años recientes se han caracterizado
sola inercia de las cosas era suficiente, como si la
por múltiples tensiones políticas, económicas y
estabilidad política estuviera asegurada o el de-
sociales. En los números anteriores de Punto y
sarrollo económico se bastara a sí mismo.
coma hemos revisado algunas de ellas, como el
Hoy, sin embargo, son los sectores de izquier-
auge de los populismos, la crisis de la democra-
da los que parecen haber olvidado en igual o
cia y el estallido de octubre de 2019. En esta oca-
mayor medida que la condición humana siempre
sión quisimos detenernos en un cuadro político
está sujeta a límites de distinto orden. El fenó-
y cultural más amplio, vinculado al ideario del
meno tiene un correlato político, cuya expresión
IES —que celebra sus 15 años— y que nos remi-
más visible son los nuevos autocomplacien-
te nuevamente a la interrogante formulada por
tes; aquellos que, ante la más mínima crítica
Spaemann: el progreso, su sentido y sus límites.
a los procesos en curso —como la Convención
Desde luego, esta pregunta siempre admite
Constitucional—, denuncian campañas del te-
nuevas formulaciones, en la medida en que cada
rror. Con todo, el fenómeno también tiene una
época enfrenta sus propios dilemas, pero hoy
manifestación antropológica y cultural respecto
resulta especialmente pertinente, consideran-
de la cual, ciertamente, ningún sector político
do las sucesivas crisis que hemos padecido en el
está exento (y el gobierno de Sebastián Piñera
último tiempo, y que vuelven a poner en tela de
fue el mejor ejemplo).
4
En efecto, cuando surgen voces críticas a la
de las fronteras, la crisis ecológica y las disputas
idea de aprobar nuevas leyes en materia de abor-
en torno al conservadurismo; aproximación que
to, matrimonio, eutanasia u otros debates polé-
suele presentarse como la alternativa disponible
micos para la sensibilidad contemporánea, una
ante el auge de las corrientes progresistas (aun-
respuesta habitual consiste en presentar cada
que también es mirada con distancia por cier-
una de estas controvertidas agendas como un
tos pensadores críticos del mismo progresismo,
nuevo avance en la emancipación humana, cuyo
desde Leo Strauss hasta Patrick Deneen).
contenido estaría resuelto de antemano. Se tra-
Como es habitual en Punto y coma, durante este
taría, básicamente, de un tránsito de la oscuridad
recorrido asoman autores del IES y otros prove-
a la luz, de las cavernas a la “sociedad abierta”,
nientes de diversas tradiciones intelectuales;
del medioevo a la modernidad; un itinerario que
artículos de diversas disciplinas y extensiones;
en el caso de Chile se remontaría a las leyes laicas
entrevistas y reseñas de libros tan antiguos como
del siglo XIX e incluso más atrás.
Antígona y tan recientes como una de las nove-
El presente número de Punto y coma puede ser
las de Ishiguro; una sección central, dedicada al
leído como una réplica reflexiva a ese tipo de
tópico descrito hasta aquí, y una sección misce-
planteamientos. Por supuesto, es clave abordar
lánea, con énfasis artístico, literario e histórico.
esos y otros asuntos semejantes de manera dia-
Es parte del diálogo que buscamos abrir con
logante, razonada y rigurosa, evitando las cari-
nuestros lectores. Según podrán ver, no se tra-
caturas y atendiendo a los argumentos en juego.
ta de un cuadro uniforme, sino más bien de una
Pero esto opera para todas las posiciones y no
pluralidad de miradas y perspectivas unidas, no
solo para algunas. Dicho de otra manera, tam-
obstante, por un hilo conductor.
bién es indispensable analizar de modo crítico
El propósito de este número, en suma, es
aquellas narrativas conceptuales e históricas que
contribuir a elevar la calidad de nuestra reflexión
asumen un único marco lineal dentro del cual se-
pública y reivindicar la legitimidad e importan-
ría posible inscribir toda disputa política o moral.
cia de aquellas tradiciones religiosas y seculares
Nuestra convicción es que aquel progresista que
que interpelan a quienes hoy parecen gozar de
solo ve cosas positivas en el cambio, como si su
la hegemonía política y cultural. Siempre re-
postura pudiera ser identificada a priori con el
cordando, como decía el historiador Gonzalo
futuro, la esperanza o el “lado correcto de la his-
Vial, que “la historia no es necesariamente una
toria”, también debe preguntarse si su concep-
línea ascendente. Todos los días tomamos deci-
ción del mundo no lo vuelve ciego a las carencias
siones buenas y malas, el futuro permanece en
o sombras de nuestra vida común.
el misterio”1.
Es a partir del lente descrito —desde una mira-
Claudio Alvarado
da ajena a todo maniqueísmo, que busca tomarse
Director
en serio la noción de límite y analizar siempre en concreto los cambios políticos y sociales— que en las páginas siguientes se explora un vasto elenco de temas. Ellos abarcan desde la obra de Gabriela Mistral hasta las nuevas autocracias y el debate constitucional, pasando por la relevancia
1
Entrevista en Capital, 19 de octubre de 2007.
5
Ilustración: Soledad Castillo
Límites y progreso
Ilustración: Alejandra Acosta
Gabriela Mistral: entre el progreso y la tradición JOAQUÍN CASTILLO
8
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
“La tierra, en cambio, es la lealtad misma, yo no sé darle en el viejo amor fuerte que le tengo mejor nombre que ese de leal”. Gabriela Mistral, 1928
S
e han dibujado innumerables perfiles sobre
izquierda? ¿Liberal o conservadora? ¿Pacifista,
ella, destacando uno u otro aspecto de su per-
católica, mística, naturalista? ¿Una mixtura de
sonalidad o su pensamiento: profesora rural,
cada una de esas fuentes? Siempre se puede en-
madre estéril, educadora abnegada, mujer se-
contrar un matiz o una tensión en sus escritos,
vera y rencorosa, embajadora incansable de una
lo que nos refleja una personalidad inconformis-
patria ingrata. Una de las representaciones de
ta y alejada de las modas, que no dejó nunca de
más difusión en tiempos recientes es aquella en
plantearse preguntas, de interrogarse a sí mis-
que aparece vestida con jeans y bototos negros,
ma y a su tiempo, sabiendo que, muchas veces,
pañuelo verde amarrado al cuello y una bande-
las respuestas serían incómodas. Una figura de
ra chilena negra en ristre. Algunos protestaron
tal complejidad exige un intento honesto por
diciendo que Mistral nunca estuvo a favor del
comprender su singularidad y una apertura a
aborto; otros afirmaron que su espíritu, siempre
sus preguntas y tensiones, y no una apropiación
crítico e incansable en su búsqueda de la justicia,
apresurada por encasillarla de manera que calce
estaría con esa causa en el Chile actual. Por otro
con agendas particulares.
lado, decían algunos, esa estética punk no haría
A continuación quiero problematizar uno de
justicia a la sobriedad que esta diplomática e hija
esos dilemas: cuál fue la relación de Mistral, a
del campo acostumbró a llevar a lo largo de toda
primera vista una moderna de tomo y lomo, con
su vida. Aunque es solo un ejemplo, hay una cosa
ciertas nociones propias del progreso y del pro-
que no admite dudas: su figura, pivotal en la li-
gresismo. ¿Había en la poeta una comprensión
teratura de todo el siglo XX chileno, ha estado y
del mundo según la cual la humanidad avanza en
seguirá estando en disputa.
una constante mejora, una noción de la historia
La poesía y la prosa de Mistral revelan una
humana entendida como un trayecto siempre
mente de enorme complejidad, difícil —si no
hacia adelante? ¿Tenía cierta afinidad con cau-
imposible— de clasificar con criterios de-
sas políticas que hoy serían clasificadas como
masiado rígidos o estáticos. ¿De derecha o de
progresistas? Mi hipótesis se podría sintetizar de
9
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
la siguiente manera: hay en Mistral una perma-
Nostalgia de la tierra
nente inquietud por el progreso, pero entendido de una manera bien concreta, sobre todo en
“Me gusta la idolatría de la tierra que está en
los planos educativo, político y tecnológico. Su
todos los folklores, y no solo es que la entiendo,
constante preocupación por las condiciones de
sino que la vivo a plena anchura. La tierra fue
vida de la gente —en particular de los más dé-
siempre el gran ídolo, como que ella es la ban-
biles y desprotegidos, como los niños, los cam-
deja en que se asientan todas las demás adora-
pesinos, los pobres y las mujeres— la obligaba a
ciones humanas”2, escribe Mistral a propósito
mirar con optimismo y aprobación ciertas causas
del libro Chile o una loca geografía, de Benjamín
vinculadas a grupos políticos opuestos al conser-
Subercaseaux. Las palabras anteriores están
vadurismo. En paralelo, sin embargo, hay ciertos
íntimamente ligadas a su experiencia vital. Su
elementos en su visión de mundo que plantean
infancia está marcada por una vivencia intensa
contrapuntos a esa simpatía inicial; elementos
del valle del Elqui, años durante los que caminó
que, en vez de dirigir la mirada hacia un even-
y contempló sus cerros, sus ríos y sus huertos.
tual horizonte futuro, obligan a observar hacia
Eso determina su personalidad y sus intereses,
atrás y hacia abajo. En términos simples, Mistral
generando un imaginario que siempre gira-
nunca desvía sus ojos de la tierra, del terruño
rá en torno a la naturaleza y a la relación que el
comprendido como una realidad que otorga per-
hombre establece con ella. Según sintetizara ella
tenencia y arraigo a un tiempo y que da sentido
misma: “Mis grandes amores son la fe, la tierra
trascendente a la vida humana, pues nos vincula
y la poesía”3. Jaime Concha afirma que
con quienes ya estuvieron y
en Mistral está una de las
estarán; una trascendencia quizás no en su sentido más tradicional, sino en una conciencia de que la vida humana no termina con la muerte, sino que continúa en otros términos y dimensiones.
Hay una cosa que no admite dudas: su figura, pivotal en la literatura de todo el siglo XX chileno, ha estado y seguirá estando en disputa.
mejores exposiciones de un “humanismo rural” que la hace estar siempre vinculada a la tierra. Esta, sin embargo, se observa desde una óptica particular: no es una realidad abstracta o ideali-
Una mirada somera a su escritura nos permitirá ver en Mistral a alguien
zada, sino siempre concreta, arraigada. Mistral
que no era ni remotamente una reaccionaria,
fue una poeta en tránsito, cosmopolita y diplo-
pero que tampoco se limitó a abrazar sin más las
mática, en constante movimiento alrededor del
causas del progreso. Como ella misma señala en
mundo. Periplos frecuentes por México, Italia,
uno de sus textos: “Hay en el fondo de todos los
Brasil o Estados Unidos la acostumbraron a lle-
pueblos dos maneras en la búsqueda del bien-
var tras de sí un equipaje que no siempre era li-
estar social, que chocan violentamente, en apa-
viano. Los innumerables cambios de domicilio,
riencia, y en verdad concurren a la armonía, as-
cuentan quienes fueron cercanos a la poeta, no la
piran a ella, están destinadas a realizarla: son el
hicieron cejar en una exigencia constante: casa
amor de la tradición y el del progreso. Ellas aso-
con huerto, con tierra fértil capaz de conectar-
man en cada período histórico y se personifican
la con una singular versión de la trascendencia.
en figuras opuestas, pero igualmente grandes”1.
Es en la naturaleza —los cerros, los árboles, la
Veamos cómo se relacionan ambos polos en dos
fragancia de las flores de cada estación, el so-
temas que despertaron su atención a lo largo de
nido de los frutos cayendo de maduros— donde
su vida: la tierra y la mujer. 1
Gabriela Mistral, Chile, país de contrastes (Santiago: Cámara Chilena de la Construcción - Pontificia Universidad Católica de Chile - Biblioteca Nacional, 2009), 22.
10
2 Ibid., 132. 3 Mistral citada en Jaime Concha, Gabriela Mistral, Libros del entrevero (Santiago de Chile: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2015), 42.
se percibe el paso del tiempo y se comprende la
desarrolla un proyecto particular de educación
vida como un ciclo del cual somos solo una parte.
vinculada a la tierra. Mistral relata los esfuerzos
Este tipo de observación del entorno, asimismo,
que directivos y estudiantes han realizado para
podría vincularse con su espiritualidad siempre
llevar a cabo una empresa agraria. Sin embargo,
heterogénea, donde la teosofía y el budismo fue-
parte de su elogio parece ir en dirección contraria
ron encontrando un lugar (aunque el cristianis-
a ciertos aires revolucionarios: los futuros estu-
mo ocupó una posición primordial a lo largo de
diantes de este experimento mexicano
toda su vida). Dentro de sus banderas políticas, fue constante
[s]erán eso que es para mí lo más grande
su demanda por una reforma agraria. Desde muy
en medio de las actividades humanas: los
temprano Mistral denunció las precariedades
hombres de la tierra, sensatos, sobrios y
materiales y espirituales propias de la vida cam-
serenos, por el contacto con aquella que es
pesina y las iniquidades del latifundio (“el horri-
la perenne verdad. Harán una democracia,
ble y deshonesto latifundio”4, dice en 1933). Su
menos convulsionada y menos discursea-
temprana relación con México, país al que viaja
dora de la que nos ha nacido en la América
en 1922, la hace contemplar el experimento re-
Latina, porque, hay que decir mil veces este
volucionario con cierta benevolencia: consciente
lugar común: la pequeña propiedad (que
del alto costo que tuvo la reciente guerra, no deja
ellos exigirán y conseguirán en México),
de celebrar y apoyar los esfuerzos de los mexica-
aplaca las rebeldías, da dignidad a la vida
nos por expandir la alfabetización y la igualación
humana y hace el corazón del hombre pro-
de las condiciones de vida. Su texto “Cómo se ha
picio a las suavidades del espíritu5.
hecho una Escuela-Granja en México”, de 1923, es muy elogioso con respecto al modo en que se
4 Mistral, Chile, país de contrastes, 83.
5 Gabriela Mistral, Por la humanidad futura. Antología política de Gabriela Mistral (Santiago: La Pollera, 2020), 36.
11
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
Esa valoración de la propiedad como un lazo que
En la poeta, sin embargo, ese vínculo con un
produce prudencia y mesura es, sin duda, una
territorio específico no es un capricho nostálgico.
reivindicación cercana a ciertas nociones con-
De hecho, se ha enfatizado mucho su relación
servadoras que ven en la propiedad (y en la pro-
ambigüa con Chile: en su país natal se sintió
piedad de la tierra, particularmente) un arraigo
despreciada, ignorada y minusvalorada; sin em-
que permite la estabilidad y el desarrollo. Asi-
bargo, aun viviendo en el extranjero, siempre se
mismo, ese vínculo con la tierra también la hará
informó, se preocupó y opinó acerca de lo que
relacionarse de modo crítico con el crecimiento
pasaba aquí. Por ende, ese vínculo con el origen
desmedido de las ciudades modernas. A pesar de
puede comprenderse como una auténtica fuente
haber vivido en importantes urbes alrededor del
de sentido desde donde brota una definición de
mundo, ella nunca dejará de ser una habitante
su propia identidad. Es algo que está presente
de las profundidades de su valle natal. Mistral
en su constante preocupación por el acontecer
observa con distancia las consecuencias socia-
nacional —muchas antologías de su prosa dan
les de la emigración desenfrenada del campo a
cuenta de su reflexión incesante sobre Chile—,
la ciudad. Dice Concha que “la obra de la Mistral
pero también por el modo en que busca expre-
constituye —en su poesía y en su prosa— una
sarlo de manera poética. Quizás el mejor ejemplo
tentativa por resistir el avance demoledor de la
de esa preocupación está en los versos de Lagar
ciudad, con su periferia de horror y de miseria”6.
titulados “Herramientas”:
6 Concha, Gabriela Mistral, 54.
12
Persigo mis pies errantes
ha parecido siempre cosa naturalísima”7, afir-
ajetreados como ellas
mó), pero lo hacía siempre desde una feroz inde-
y con la azada más pura,
pendencia crítica. En 1925, por ejemplo, escribía
por que descansen y duerman
lo siguiente:
voy persignando mi pecho y el alma que los gobierna.
El feminismo llega a parecerme a veces, en Chile, una expresión más del sentimenta-
Toque a toque la azada viva
lismo mujeril, quejumbroso, blanducho,
me mira y recorre entera,
perfectamente invertebrado, como una es-
y le digo que me dé,
ponja que flota en un líquido inocuo. Tiene
al caer, la última tierra;
más emoción que ideas, más lirismo malo
y con ternura de hermana
que conceptos sociales (…). Mucha legitimi-
yo la suelto, ella me deja:
dad en los anhelos, pureza de intenciones,
azul tendal, adormecido,
hasta un fervor místico, que impone el res-
hermosura callada: herramientas.
peto; pero poca, ¡muy poca! cultura en materias sociales. No importa: existe la fuer-
Diplomática, amiga de presidentes y reconocida
za, nos hemos puesto en trance de obrar, y
por reyes; codeándose con los más eximios re-
unos diez ojos sagaces y manos tranquilas
presentantes de las élites políticas y culturales
ya pueden empezar la ordenación8.
del mundo. Sin embargo, las imágenes que nos deja Gabriela Mistral no dejan de reconocer en el
Se trata, sin duda, de un cuestionamiento pro-
campo y sus oficios una dignidad particular: la
fundo e incómodo, sobre todo para quienes in-
mano que roza la tierra y que amasa la arcilla; la
tentan dar por supuesto el apoyo de Mistral a
piel que se encallece por el trabajo duro con las
ciertas causas específicas. Pero esto no debiera
herramientas; el labrador y el campesino que
sorprendernos demasiado, considerando que
luchan contra las adversidades para coger los
también fue crítica con una concepción del desa-
frutos del campo. No hay aquí desarraigo ni abs-
rrollo profesional femenino que dejara de lado la
tracción, sino un tiempo y un espacio concretos
maternidad. Esto, a juicio de Mistral, desnatura-
desde los cuales se observa el resto del mundo.
lizaba un carácter específico de la mujer que es-
Podría decirse que, de algún modo, Mistral con-
taba, incluso, inscrito en su propia corporalidad:
juga algo así como un cosmopolitismo arraigado.
“antes de poner el pie en el universo nuevo de las actividades mujeriles había que haber mirado
El lugar de la mujer
hacia el que se abandonaba”9. Su crítica, empero, no es al trabajo femenino propiamente tal —ella
Un segundo tema fundamental para Mistral será
siempre resaltó que trabajó como maestra desde
la pregunta por el lugar que ocupa la mujer en la
los quince años—, sino a la importancia funda-
sociedad. Ella nunca dejó de reflexionar acerca
mental de lo maternal en los primeros años de
de su condición femenina, acerca de los dere-
desarrollo y aprendizaje de los niños, objeto pre-
chos que se les debían o del campo laboral y las
ciado de su reflexión.
oportunidades que se abrían a las mujeres en una
En el artículo recién citado, “Feminismo: una
sociedad industrializada. Sin embargo, contra-
nueva organización del trabajo”, publicado en
rio a lo que podría pensarse, eso no la llevó a ser
El Mercurio en 1927, la crítica es profunda: se-
complaciente con las corrientes feministas de su
ñala que ella no desea a la mujer como jueza o
época: como se señaló al comienzo, Mistral parece haber sido poco amiga de cualquier moda. De hecho, sus artículos incomodaron a tirios y troyanos, ya que reclamaba por los derechos de las mujeres (“El derecho femenino al voto me
7 Mistral, Por la humanidad futura. Antología política de Gabriela Mistral, 104. 8 Ibid., 40. 9 Ibid., 79.
13
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
reina, afirmando que difícilmente tendrá la
incapaz de encasillar en una u otra etiqueta
visión panorámica que se necesita para aquellos
demasiado sencilla. La mujer y su cuerpo, la
oficios. Por el contrario, Mistral defiende que la
mujer y su maternidad, la mujer y su trabajo,
mujer cumpla con el “encargo que trajo al mun-
pero también la mujer en su búsqueda incansa-
do”, que está “escrito en todo su cuerpo”: “La
ble de la dignidad y la libertad de acción: siem-
mujer no tiene colocación natural —y cuando
pre una realidad múltiple e irreductible. El tipo
digo natural digo estética— sino cerca del niño
de aseveraciones que hemos visto, ¿no obliga,
o la criatura sufriente, que también es infancia,
acaso, a definir el feminismo de Mistral como
por desvalimiento. Sus profesiones naturales son
uno que nunca desatiende una realidad que lo
las de maestra, médico o enfermera, directora de
antecede y no puede cambiarse a voluntad? ¿No
beneficencia, defensora de menores, creadora
hay en Mistral, entonces, una visión de la mujer
en la literatura de la fábula infantil, artesana de
y del mundo desde un cuerpo que la configura y
juguetes”10. O, dicho de modo sintético, “Solo
define? En esa línea, el juicio de Pedro Pablo Ze-
en cuanto a mujeres podemos auxiliar la vida y
gers es claro, pues afirma que “Gabriela no era
el mundo”11.
la feminista que buscaba la absoluta igualdad
Es lógico preguntarse si esta concepción de la
de derechos entre hombres y mujeres. Más bien
mujer es fruto de su tiempo
buscaba un equilibrio para la
o si, en cambio, responde a
mujer, de acuerdo a sus ap-
convicciones más profun-
titudes, facultades y su mis-
das de la poeta. Mistral no se
Su visión de la mujer, por tanto,
caracterizaba por ser com-
es reflejo, una vez más,
placiente en sus opiniones; por el contrario, su sinceridad y agudeza la llevaban
de la complejidad de su pensamiento, incapaz de
incluso a entrar en extensos
encasillar en una u otra
intercambios —y duras po-
etiqueta demasiado sencilla.
lémicas— con hombres y mujeres de su época. Si de
mo sexo”13. Una pregunta abierta La tierra y la mujer son solo dos entradas a la obra de Mistral que demuestran que su visión de mundo nunca dejó de estar atravesada por
posiciones políticas se trata, Mistral no era de
tensiones que apuntaban en direcciones muy
aquellas que se arrimaba a los poderes de turno,
distintas. ¿Es posible, entonces, responder de
sino que dirigía su mirada a los desfavorecidos.
manera unívoca qué entendía Mistral por pro-
Como dice Concha, “este Chile [el que construye
greso? Si se trata de sus anhelos políticos y so-
la poeta en el Poema de Chile] no es el de los Pa-
ciales, no cabe duda de que algunos de sus ejes
dres-de-la-Patria, coágulo de mentalidad mili-
prioritarios estaban en la justicia social, en la al-
tarista, sino el de un escaso héroe niño y de una
fabetización y en una constante búsqueda de me-
tierra vista desde la vivencia de la mujer y de las
jores condiciones para los indígenas, las mujeres
madres: el punto de vista de Isabel Riquelme. La
y los niños. Sin embargo, es siempre consciente
Mistral adopta siempre, con certeza y sin enga-
de los costos de la modernidad —en los términos
ño, la perspectiva de los débiles y de los olvida-
de Raymond Aron, una dialéctica entre progreso
dos”12.
y desilusión—, tanto para los habitantes de las
Su visión de la mujer, por tanto, es reflejo, una vez más, de la complejidad de su pensamiento, 10 Ibid., 82-83. 11 Gabriela Mistral, Recados para hoy y mañana. Textos inéditos, ed. Luis Vargas Saavedra, vol. II, Biblioteca Claves de Chile (Santiago: Sudamericana, 1999), 178. 12 Concha, 133.
14
ciudades como para los hijos de aquellas mujeres que se introducían en el mercado laboral.
13 Pedro Pablo Zegers, “El Chile de contrastes de Gabriela Mistral”, en Chile, país de contrastes, de Gabriela Mistral, Biblioteca Fundamentos de la Construcción de Chile 89 (Santiago: Cámara Chilena de la Construcción - Pontificia Universidad Católica de Chile - Biblioteca Nacional, 2009), xli.
Al mismo tiempo, está lejos de aparejar sus de-
Concha— es el revés del progreso, lo que mues-
mandas sociales con un secularismo que muchas
tra implacablemente que esta palabra, consig-
veces parece ir indefectiblemente de la mano con
na sempiterna del lorerío republicano, jamás
el espíritu del tiempo. Dice, por ejemplo, sobre la
ha tenido un sentido real en el país. En cuanto
herencia decimonónica, ese siglo que creyó en la
a las víctimas de que ahí se trata, el progreso ha
ciencia y el progreso: “[n]os deslumbró tanto su
significado abandono y violencia para la mujer
majestad la ciencia, que ahora se echa de menos
campesina, despojo para el aborigen y elimina-
la buena llamita de la vela doméstica con su par-
ción de animales autóctonos”15. La poesía, en-
padeo cálido sobre la mesa, el libro o el crucifijo.
tonces, sería capaz de mostrar desde el símbolo,
Ya estamos volviendo, como el Hijo pródigo, a la
en especial desde la mujer fantasma, el niño in-
genuina querencia”14. Ni ciencia ni superstición,
dio y el huemul, aquella realidad olvidada por los
sino una comprensión del progreso desde una
avances civilizatorios, aunque nunca dejada de
apertura a aquello que se explica, también, des-
lado por la poeta del Elqui.
de otros parámetros y coordenadas. Ahí parece
¿Qué progreso, entonces? Uno capaz de
habitar una de las claves de su comprensión del
detenerse y velar por aquellos que han sido
mundo, lo que impide una reducción estrecha de
menos favorecidos; uno siempre atento al ori-
su persona y su pensamiento.
gen que otorga significado y condiciona, sin de-
¿Pasa lo mismo con su poesía? Jaime Concha,
terminar, aquello que somos en el presente; uno
uno de los estudiosos más importantes de su
que se reconoce como parte de una lengua y de
obra, hace una lectura algo distinta, acaso más
una tierra heredada, que puede cambiar y des-
categórica, del Poema de Chile, ese poema que
de la cual se puede innovar, pero cuyo legado
Mistral trabajó durante décadas y que solo vio
no puede desconocerse. Un progreso, en suma,
la luz recién en 1967, diez años después de su
consciente de los límites inherentes a la condi-
muerte: “Lo presente en el Poema de Chile —dice
ción humana.
14 Mistral, Chile, país de contrastes.
15 Concha, Gabriela Mistral, 136.
Joaquín Castillo es licenciado y magíster en Letras por la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde cursa sus estudios de doctorado en literatura. Es subdirector del IES y editor de Punto y coma.
15
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
David Miller: “Todo Estado de bienestar democrático es también un Estado-nación, y esto no es casualidad” POR GUILLERMO PÉREZ
16
Académico y profesor de teoría política de la Universidad de Oxford, David Miller es uno de los principales referentes intelectuales en temas como migración, nacionalidad y autodeterminación. Ha publicado más de una decena de libros, entre los que destacan Principles of Social Justice (Harvard University Press, 1999); On Nationality (Clarendon Press, 1996) y Strangers in Our Midst: The Political Philosophy of Immigration (Harvard University Press, 2016, de próxima publicación por el IES). En esta entrevista, Miller reflexiona sobre la dimensión política de la inmigración, las tensiones que la pandemia ha generado en ciertas premisas cosmopolitas y el lugar que ocupan el Estado-nación y las identidades nacionales en un mundo altamente globalizado.
INMIGRACIÓN, UN ASUNTO POLÍTICO En tu libro sobre la filosofía política de la migración, Strangers in our Midst, hablas de rescatar su dimensión política. ¿A qué te refieres con eso? A lo que me refiero es a que resulta engañoso pensar en la inmigración solo en términos de las afirmaciones morales o legales sobre las diferentes categorías de inmigrantes. Esta es una parte de la imagen, pero no toda. La inmigración es un tema profundamente político, que plantea interrogantes sobre la identidad nacional, la democracia y la legitimidad del Estado. ¿En qué sentido? Las sociedades que se convierten en sociedades de inmigrantes, albergando una gran proporción de recién llegados, son bastante diferentes a las sociedades con poblaciones mayoritariamente asentadas. No se trata de hacer un juicio de valor: la inmigración trae muchos beneficios, pero también puede cambiar las sociedades de modos que sus ciudadanos tal vez no deseen.
Por tanto, las decisiones sobre política migratoria deben tomarse sobre bases políticas amplias, en lugar de, por ejemplo, razones estrictamente económicas. Quizá por eso la discusión sobre inmigración es tan compleja y despierta tantas pasiones… El problema es que la inmigración se ha enredado en cuestiones sobre etnia, raza y religión de manera tal que resulta difícil tener una discusión equilibrada sobre las políticas que deberían adoptarse. Aquellos que abogan por controles pueden verse rápidamente acusados de racismo y xenofobia. Por otro lado, es indudable que hay personas que sienten que su forma de vida está siendo amenazada por la inmigración, aunque muchas veces se trata de personas que en realidad tienen poco contacto directo con los inmigrantes. Por lo tanto, existe un miedo irracional, por un lado, y, por otro, una postura moral que considera cualquier llamado a restringir la inmigración como la expresión de un prejuicio.
17
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
Esto nos lleva directamente a la discusión chi-
Sin embargo, esta discusión se ha enfocado en
lena. En los últimos años, nuestro país ha sufri-
la existencia de un eventual derecho humano a
do una severa crisis migratoria que ha generado
inmigrar. ¿Cuál es tu posición al respecto?
encendidas discusiones, partiendo por la pregunta de si el Estado puede restringir la inmi-
Yo rechazo la idea de que exista un derecho hu-
gración. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
mano a inmigrar entendido como un derecho que todos, independiente de sus circunstancias,
Aclaremos primero que según el derecho in-
tendrían para entrar y residir en el Estado de su
ternacional todos los Estados tienen derecho a
elección. Por supuesto que a casi todo el mundo
controlar la inmigración. Esta prerrogativa está
le gustaría tener la libertad de elegir su país, al
sujeta únicamente a la calificación de que una
igual que les gustaría tener la libertad de elegir el
persona que pueda demostrar que enfrenta una
automóvil que conducen, ya sea un Suzuki o un
amenaza de persecución —un refugiado— no
Rolls-Royce. Sin embargo, un derecho humano
puede ser devuelta al lugar donde ha sido ame-
existe solo donde se requiere salvaguardar algu-
nazada.
na necesidad humana básica, y la libertad ilimitada de elegir no es tal.
¿Y qué opinas de ese derecho? ¿Por qué, entonces, se ha Hay dos razones principales que explican por qué los Estados deben tener ese derecho. La primera tiene que ver con las condiciones necesarias para sostener a un Estado de bienestar democrático, fundado en la reciprocidad
difundido con tanto éxito
La inmigración trae muchos beneficios, pero también puede cambiar las sociedades de modos que sus ciudadanos tal vez no deseen.
entre quienes contribuyen
esta idea? Cuando se argumenta que existe un derecho humano a inmigrar casi siempre se piensa específicamente en personas que no pueden cumplir con sus otros dere-
económicamente, a través del pago de impues-
chos excepto mediante la migración. Refugiados,
tos, y quienes están recibiendo prestaciones del
por ejemplo, o personas que se ven obligadas
Estado: seguro de desempleo, asistencia sanita-
a abandonar sus países de origen por el cam-
ria, pensiones, y así sucesivamente. Una institu-
bio climático.
ción de estas características no puede abrir sus puertas a todos.
¿Y que hacemos con esas personas?
La otra razón tiene que ver con la autodeterminación. La ciudadanía quiere poder controlar
Por supuesto que debemos responder a sus ne-
la dirección en la que se mueve su sociedad, in-
cesidades y diseñar políticas migratorias que,
cluidas las preguntas sobre el idioma, la cultura
en la medida de lo posible, garanticen que se
y otras. Cuando llegan inmigrantes en cantida-
satisfagan debidamente; pero aceptar un dere-
des significativas, su presencia exige que se les
cho humano universal a inmigrar simplemen-
dé cabida, por ejemplo, mediante la adopción de
te empeoraría las cosas, porque entonces todos
políticas multiculturales por parte de la sociedad
tendrían derecho a moverse a donde quisieran
y la modificación, por consiguiente, de su iden-
y por cualquier motivo. Solo podemos adivinar
tidad nacional. Los ciudadanos pueden acoger
cuál sería el resultado, pero en el proceso per-
estos cambios, pero tienen derecho a decidir qué
deríamos de vista los reclamos particulares de
tan lejos y qué tan rápido quieren avanzar en esa
aquellos que tienen la necesidad urgente de mo-
dirección. Esto significa poder controlar el flujo
verse a algún lugar seguro.
de entrada de migrantes.
18
En relación con esto último, ¿cómo puede un
en su totalidad a nivel nacional. Y su cumpli-
Estado gestionar adecuadamente las tensiones
miento depende de la confianza tanto en los lí-
que genera la llegada masiva de extranjeros,
deres políticos que dan las instrucciones como
especialmente en los grupos más vulnerables?
entre los conciudadanos. Es imposible imaginar que esto suceda a nivel internacional. Si el cos-
Yo creo que todos los países se beneficiarían con
mopolitismo implica el compromiso con alguna
políticas de inmigración que controlen la tasa de
forma de gobierno mundial, la pandemia sir-
inmigrantes y eviten que los extranjeros lleguen
ve como un recordatorio de lo distante que es
en masa. Cuando estalla una crisis de refugiados,
esa perspectiva.
este objetivo solo puede lograrse si los Estados trabajan juntos para garantizar que ningún otro
Pero en tu libro Strangers in Our Midst, defiendes
país tenga que soportar una parte demasiado
la idea de un “cosmopolitismo débil”…
grande de la carga de aceptarlos. El cosmopolitismo puede significar muchas co-
UN COSMOPOLITISMO DÉBIL
sas diferentes, por lo que tenemos que agregar adjetivos en aras de la claridad. El cosmopoli-
¿Crees que la pandemia de coronavirus cuestio-
tismo débil es la visión de que todo ser humano,
na de algún modo las premisas del cosmopoli-
moralmente hablando, debería importarnos. En
tismo?
particular, siempre habrá una razón para no emprender alguna acción que haga sufrir a otro ser
El coronavirus nos ha empujado hacia el cosmo-
humano, sin importar quien sea. O, para tomar
politismo y también fuera de él. Nos ha hecho
un caso positivo, si una persona necesita ser res-
comprender lo interconectados que nos hemos
catada de algún peligro y yo puedo llevar a cabo
vuelto a nivel mundial, cuando vemos cómo las
ese rescate con poco riesgo para mí, entonces
diferentes cepas del virus se han movido tan rá-
debería hacerlo sin tener en cuenta la identidad
pidamente de un país a otro. La pandemia tam-
de la víctima.
bién ha subrayado la necesidad de compartir los
Como la mayoría de la gente, acepto el cos-
servicios médicos a nivel mundial, por ejemplo,
mopolitismo débil, pero lo que rechazo es aquel
donando suministros de vacunas a los países que
cosmopolitismo fuerte que sostiene que los la-
los necesitan, como la única forma de proteger a
zos de relación personal o identidad nunca de-
los países donantes contra futuros brotes.
berían marcar la diferencia, como si le debiera tanto a un extraño lejano como a un amigo o
También decías que nos alejaba del cosmopoli-
un compatriota.
tismo, ¿por qué? ¿Podrías darnos algún ejemplo? La pandemia nos ha hecho ver la importancia de los Estados territoriales como garantes de nues-
La distribución de la vacuna contra el corona-
tra seguridad física. Que yo sepa, nadie ha argu-
virus es un buen ejemplo para ilustrar esa dis-
mentado que a los Estados se les debería impedir
tinción. Un defensor del cosmopolitismo fuerte
cerrar sus fronteras cuando lo juzguen necesario
diría que un gobierno debe distribuir todos sus
para evitar la entrada de infecciones. ¡Hasta aquí
suministros de vacunas en cualquier lugar del
llegó el supuesto derecho humano a inmigrar!
mundo donde puedan hacer mejor, sin priorizar
Igual de importante, quizás, para contener el
de ninguna manera a sus propios ciudadanos. Un
virus, es que la gente ha tenido que movilizar-
defensor del cosmopolitismo débil como yo cree
se para emprender acciones colectivas, como la
que la primera responsabilidad de un gobierno es
vacunación, el uso de mascarillas y la distancia
asegurarse de que sus propios ciudadanos estén
social. Estas acciones colectivas, que en gran
adecuadamente protegidos contra el virus, pero
medida deben ser voluntarias, se han orquestado
si luego puede enviar suministros excedentes
19
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
para salvar vidas en el extranjero, entonces eso
necesario que los Estados acepten algún grado
es algo que está moralmente obligado a hacer.
de control externo, enfrentando sanciones si no cumplen con lo acordado en un nivel superior,
LAS TENSIONES DEL ESTADO-NACIÓN
por ejemplo.
¿Qué piensas del Estado-nación? ¿Es una ins-
¿Y qué función cumple aquí el derecho interna-
titución adecuada para los tiempos que corren?
cional?
El Estado-nación es indispensable en el mundo
El derecho y las instituciones internacionales son
moderno, pero no suficiente, si eso implica que es
vitales para coordinar el comportamiento de los
la única forma de organización política que ne-
Estados. El problema es cómo conciliar eso con
cesitamos actualmente. Es indispensable si con-
el control democrático de abajo hacia arriba. Soy
sideramos lo que ahora se exige a los gobiernos
muy escéptico de que estas instituciones puedan
para que sigan sido legítimos. La gente espera
democratizarse en un sentido directo. Eso signi-
que sus gobiernos les brinden no solo seguridad
fica que la principal fuente de legitimidad políti-
contra ataques extranjeros, como siempre ha
ca debe seguir siendo el Estado-nación.
sido el caso, sino también una gran cantidad de beneficios sociales, incluido el crecimiento eco-
En el mismo sentido, ¿pone en riesgo la viabi-
nómico, el pleno empleo, un medioambiente sa-
lidad del Estado-nación la existencia de em-
ludable, educación de alta calidad, y la lista po-
presas más grandes que muchos países y con
dría continuar indefinidamente. Ya he destacado
creciente poder político, como Amazon, Twitter
cómo este alto nivel de prestaciones depende de
y Facebook?
una especie de contrato social, razón por la cual la membresía del Estado debe permanecer rela-
No soy experto en esta área, pero una cosa que
tivamente estable a lo largo del tiempo.
me llama la atención es que las empresas multi-
Debo agregar que creo que los lazos de iden-
nacionales tienen un interés evidente en fomen-
tidad también importan, como una forma de
tar formas de consumo que rompen las barreras
motivar a las personas a seguir contribuyendo al
nacionales. De cierto modo, son proveedores de
esquema. Por eso la parte “nación” de la pareja
la cultura cosmopolita, no exactamente por di-
“Estado-nación” no es redundante, pues todo
seño, sino simplemente porque tiene un sentido
Estado de bienestar democrático es también un
comercial. Si puedes diseñar una película de su-
Estado-nación, y esto no es casualidad.
perhéroes que se reproduzca igualmente bien en Norteamérica, Europa y China, entonces puedes
¿Qué rol juegan en todo esto las instancias su-
lograr una gran audiencia al mismo costo que
pranacionales?
una película cuyas referencias culturales están vinculadas a un lugar en particular.
Existe una clara necesidad de que las organi-
Estas empresas también plantean problemas
zaciones internacionales también realicen ta-
económicos, si son capaces de escapar a una
reas que las naciones por sí mismas no pueden.
contabilidad inteligente y disfrazan las ganan-
La lucha contra el calentamiento global es un
cias que obtienen en cualquier país en particular.
ejemplo obvio. Sin una organización que coor-
Pero esto es algo que, en principio, puede solu-
dine el comportamiento de los Estados —esta-
cionarse mediante la unión de los Estados para
bleciendo objetivos de emisión y garantizando su
evitar la evasión fiscal.
cumplimiento, por ejemplo— nunca se lograrán las reducciones esenciales de las emisiones de gases de efecto invernadero. Idealmente, estas organizaciones debieran operar por consenso, pero cuando esto no se pueda lograr quizá es
20
¿REIVINDICAR LA NACIÓN? En varios textos rescatas el concepto de nación.
posible aplicar las políticas económicas y socia-
¿Qué entiendes por él?
les igualitarias que requiere este sistema dentro de una comunidad en la que la gente está
Estoy trabajando en una definición de nación
dispuesta a renunciar a algunas de las ventajas
como un grupo de personas que se identifican
que podría obtener mediante la competencia en
entre sí, que se ven a sí mismos como cultural-
el mercado. Quedó claro que solo las naciones
mente diferentes de personas de otras nacio-
podían cumplir ese propósito a gran escala. De
nes, que sienten la obligación de apoyarse unos
modo que mi interés original por la nacionalidad
a otros, que quieren ser autodeterminados en
fue instrumental: era necesario para alcanzar la
términos políticos tanto ahora como en el futu-
justicia social. Después me di cuenta de que esto
ro, y que tienen una “patria”, un territorio que
solo podía funcionar si las personas valoraban la
debería ser suyo y que, por lo general, han ocu-
pertenencia a una nación por sí misma. Entonces
pado durante generaciones. Creo que estas ca-
comencé a explorar lo que significaba tener una
racterísticas juntas nos permiten distinguir a las
identidad nacional.
naciones de grupos de otra índole, como las confesiones religiosas o los grupos técnicos. Aunque
¿Y qué hay con esa crítica que ve en la nación
a veces es difícil trazar líneas divisorias exactas.
una invención sin mayor fundamento?
¿Cómo nació tu interés por el concepto
Muchos filósofos creen que debe involucrar una
de nación?
ilusión o una forma de falsa consciencia. Una visión distorsionada del pasado, por ejemplo.
Comencé a pensar en las naciones en la década
Acepto que las naciones se mantienen unidas
de 1980, cuando trabajaba en la idea del “so-
hasta cierto punto por los mitos. Aunque tam-
cialismo de mercado”. Ahí concluí que solo es
bién creo que muchas personas reconocen hoy el
21
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
carácter parcialmente mítico de sus identidades
ellos como una forma de deslealtad. Y dado que
heredadas sin dejar de valorarlas, tal vez de la
la mayoría de las personas son leales de corazón,
misma manera en que las personas a menudo se
desafortunadamente esta es una estrategia retó-
aferran a su religión sin creer en la verdad literal
rica eficaz.
de sus historias fundacionales. En ambos casos, la creencia sigue siendo importante porque res-
¿Crees que lo que está ocurriendo en Francia
ponde a una necesidad: la de ver la propia vida
con el ascenso de Zemmour en las encuestas, en
como teniendo lugar dentro de una historia más
Hungría con Orbán o en Inglaterra con el an-
amplia, que comenzó antes de que uno naciera y
terior triunfo del Brexit sean síntomas de una
que continuará después de que uno muera.
tensión más profunda en torno a la idea europea de nación?
¿Es posible defender una idea de nación que no esté mediada por la interpretación que hacen de
Las naciones europeas se enfrentan actualmente
ella líderes políticos como Viktor Orbán o Do-
a dos problemas algo diferentes, aunque ambos
nald Trump?
están conectados a la existencia de la Unión Europea (UE). La primera dificultad es la de contro-
Creo que no solo es posible, sino esencial. Aque-
lar sus fronteras. Dejando a un lado las circuns-
llos que se oponen a los nacionalistas de dere-
tancias especiales del coronavirus, la política
cha —o populistas, como se les denomina aho-
imperante es la libertad de circulación dentro de
ra— no pueden darse el lujo de permitir que esas
la UE. Debido a los sistemas similares que existen
personas
monopolicen
la
en esos países, esto podría
idea de nacionalidad. Esto a
funcionar siempre que la UE
veces se hace distinguiendo,
pudiera controlar sus fron-
retóricamente, entre patrio-
Me resisto a la idea de que
teras exteriores. En el pa-
tismo y nacionalismo, pero
algunas identidades sociales
sado reciente, sin embargo,
sea cual sea el lenguaje que se use, el punto importante
sean más ‘auténticas’ que otras.
es aferrarse a una identidad
ha resultado difícil hacerlo, debido al gran número de personas que se desplazan
compartida que une a las personas y que puede
por tierra y mar. Así, los países europeos se han
trascender las divisiones de raza, religión o gé-
visto obligados a aceptar más inmigrantes de los
nero.
que quieren la mayoría de sus ciudadanos, gene-
Personas como Orbán y Trump promueven una
rando una reacción en forma de auge de parti-
idea excluyente de la nación: afirman hablar por
dos populistas y figuras polémicas como las que
los “verdaderos” húngaros o estadounidenses y
mencionas, que hacen del control de la inmigra-
al hacerlo separan explícita o implícitamente a
ción una de sus principales políticas.
quienes se desvían de esos estereotipos (inmigrantes, minorías raciales, homosexuales, inte-
Mencionaste también una segunda dificultad…
lectuales liberales). El segundo problema es que la formulación de ¿Qué se puede hacer para evitar esta apropia-
políticas nacionales debe tener lugar dentro de
ción de la idea de nación?
las limitaciones impuestas por las instituciones europeas, como el Banco Central Europeo, la
Es importante desafiar las estrechas versiones
Comisión Europea y el Tribunal de Justicia de la
que ellos promueven sobre las historias nacio-
Unión Europea. Esto disminuye de algún modo
nales y culturales, y recuperar los símbolos na-
el margen para la toma de decisiones a nivel na-
cionales como banderas e himnos. El costo de
cional, generando lo que a menudo se denomina
no hacerlo es permitir que la oposición a estos
déficit democrático.
líderes políticos problemáticos sea pintada por
22
NACIÓN E IDENTIDAD Esto podría vincularse con las causas del Brexit…
¿Existe el riesgo de que la nación se convierta en otro discurso identitario más, como el géne-
Ambos problemas se volvieron relevantes en
ro o la raza? ¿Cómo evitar que ello ocurra?
el período previo al referéndum del Brexit, que el gobierno británico no esperaba perder. Dio
Ciertamente existe un peligro de ese tipo, que se
la casualidad de que el referéndum tuvo lugar
manifiesta especialmente cuando los populistas
en un momento en que la crisis de los refugia-
intentan promover una definición excluyente de
dos estaba en su apogeo, con los Estados del sur
nación. Sin embargo, hay algo inherente a la idea
de Europa luchando físicamente por controlar
misma de nacionalidad que apunta en otra di-
el movimiento de migrantes. El eslogan de los
rección. Por supuesto, toda identidad presupone
partidarios del Brexit (“Recuperar el control”)
al menos un caso de contraste: ser británico no
adquirió una resonancia particular en estas cir-
es ser francés, ser chileno no es ser argentino y
cunstancias. Aunque cada grupo de votantes
así sucesivamente. Pero internamente, las na-
tenía diferentes razones para querer que la au-
ciones quieren inscribir a todos los que residen
toridad de la toma de decisiones regresara de
permanentemente en su territorio, pues ese es el
Bruselas a Westminster, la sensación de que la
ideal nacional en sí mismo: un país habitado por
UE era incapaz de actuar colectivamente frente
su propia gente. Por tanto, tienen un incentivo
a un desafío político importante fue sin duda un
para abrir la identidad nacional a los recién lle-
factor que contribuyó.
gados y las minorías, al deshacerse de elementos
23
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
(como la raza) que los excluirían inevitablemen-
sí mismos como anidados dentro de naciones
te. También es importante que una identidad na-
más grandes. Hay muchas razones prácticas
cional es solo una entre varias identidades que
para pensar que deberían hacerlo. Dado que no
una persona puede tener, y esto a veces se indica
pueden ser autosuficientes de manera realista,
mediante el uso de guiones, como “irlandés-es-
necesitan unirse al contrato social implícito que
tadounidense”. Esto anuncia que su identidad
mantiene cohesionada a una sociedad democrá-
política es estadounidense, pero que su herencia
tica moderna.
étnica es irlandesa. La idea de comunidad o identidad nacional En ese mismo sentido, ¿qué ocurre con las
puede verse tensionada por reivindicaciones de
minorías nacionales que habitan en cier-
estos pueblos indígenas, que suelen sostenerse
tos Estados?
en el argumento de que ahí habría algo más auténtico. ¿Qué opinas al respecto?
Hasta este punto he estado hablando de naciones como si en cualquier territorio solo una de ellas
Me resisto a la idea de que algunas identidades
estuviera legítimamente presente, pero por su-
sociales sean más “auténticas” que otras. Todas
puesto eso es una simplificación burda. La mayo-
las identidades se construyen socialmente y se
ría de las naciones incluyen minorías nacionales
adaptan para tener en cuenta tanto los cambios
cuyos miembros se identifican en dos niveles di-
internos del grupo como su entorno externo. Esto
ferentes, tanto con la nación más grande como
es perfectamente claro en el caso de las identi-
con la nación más pequeña anidada dentro de
dades nacionales, como lo demostrará cualquier
ella. Manejar esa relación puede ser difícil. De
estudio histórico. Entonces, ¿por qué debería ser
hecho, en los últimos años en el Reino Unido he-
diferente en el caso de los grupos indígenas?
mos visto nuevas demandas de independencia de
En algunas situaciones, puede ser importante
Escocia, que corresponden a un debilitamiento
recuperar partes de la cultura del grupo que se
del sentido de la identidad inclusiva británica.
han perdido, como cuando el grupo ha sido desplazado físicamente, pero la recuperación aquí
¿Y qué pasa con los pueblos indígenas?
siempre implica una reinterpretación. La cultura tiene que adaptarse a la forma en que vive el gru-
La primera pregunta es si ellos también deberían
po ahora.
tener identidades divididas en niveles y verse a
Strangers in Our Midst. The Political Philosophy of Immigration David Miller Harvard University Press, 2016 240 páginas
24
El lugar sin límites JOSEFINA ARAOS
25
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
L
a modernidad es, en alguna medida, una pro-
para el avance del progreso. Se trata del esfuerzo
mesa: aquella que asegura la liberación definiti-
por justificar algún límite, no por mero afán re-
va del ser humano. Si ya nada superior justifica
tardatario, sino por restablecer criterios orien-
los condicionamientos de la existencia, esta po-
tadores que den sentido al habitar humano en
sibilidad emancipatoria puede por fin avizorarse
el mundo.
en el horizonte, pues su realización tendrá lugar
Para los modernos, dice Alain Finkielkraut
aquí en la tierra, en algún momento del futuro.
interpretando a Hegel, pareciera que todo vale
Es la promesa del progreso infinito e inconteni-
como sacrificio para la marcha de la razón y,
ble al que conduce el despliegue dialéctico de la
por lo mismo, todo debe ponerse al servicio de
razón, y que funda el optimismo ilustrado que
su promesa. El intelectual, ubicado en un lugar
incluso hoy se mantiene como si nada hubiera
privilegiado, alcanzaría supuestamente a vis-
pasado en el intertanto.
lumbrar ese final grandioso, mientras los demás,
Esta promesa conduce a cierta idea, por mo-
ciegos a ese destino necesario, se “conmueven
mentos dominante, que asume que el avance y
con la contingencia”, con los dolores y sufri-
el cambio siempre serán positivos, sin importar
mientos individuales producidos por esa fuerza
las pérdidas que puedan ocurrir en el proceso. La
incontenible que se dirige hacia el futuro. El mo-
antigua espera orientada hacia lo trascendente
derno debe aprender así, afirma Finkielkraut (si-
se vuelca ahora hacia el reino de la inmanencia y
guiendo ahora a Foucault), a “aceptar la muerte
gatilla nuestra ansiedad, pues bastaría con aunar
de los otros” por un bien mayor; es el rito de paso
voluntades para permitir el recorrido libre del
para acceder a la verdad universal en que la rea-
progreso. Y frente a ello, ¿cómo defender cual-
lidad inmediata, accidental, se subordina a un
quier intento de contención o demora? Los lími-
ideal de realización inmanente, que tendrá lugar
tes se revelan como obstáculos y el pasado, de
en algún momento de la historia2.
pronto, como pura atadura. La tarea, entonces,
De este modo, y casi sin quererlo, la misma
es despejar el camino para poner en evidencia
aspiración comienza a evidenciar sus tensiones.
los esfuerzos de perpetuación aún camuflados de
Porque la lectura progresista, como bien anticipa
una dominación obsoleta, “y ayudar así a la his-
Tocqueville al observar la democracia norteame-
toria a proseguir su marcha hacia delante”1. Las
ricana, no alcanza a reconocer la contingencia de
líneas que siguen buscan volver sobre algunos
sus propios objetivos. Y es que nada asegura que
autores que han intentado poner en evidencia las
el futuro será necesariamente mejor. La tierra
tensiones y riesgos de ese objetivo prácticamente
de la igualdad de condiciones, hecho que invade
incuestionado: el de eliminar todo impedimento
cada ámbito de la vida social para transformarla
1
Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos (Madrid: Encuentro, 2006), 62.
26
2 Ibid., 48.
por completo —es esa la verdadera revolu-
perdido en algún momento del camino y ya nadie
ción—, instala en el centro de las expectativas de
sabía cómo recuperarlos6.
los individuos un bienestar que puede terminar
Frente a este acontecimiento innombra-
por esconder cualquier otra aspiración humana.
ble, el optimismo moderno empieza a tamba-
La consecuencia de ello es el empobrecimiento
lear, y la sombra que Nietzsche advirtió cuando
de una existencia que parece contentarse con su
denunció la arbitrariedad de todo valor empezó
mera reproducción3.
a extenderse. Es el nihilismo el que se impone
Sin embargo, la voz de Tocqueville y de otros
ahora, como un abismo que aguardaba al final
contemporáneos suyos no alcanzaron a impo-
del camino del progreso y la emancipación7. Al
nerse al optimismo ilustrado. Los siglos XVIII
horror lo seguía el vacío, la nada. O más bien, su
y XIX fueron todavía indulgentes, y los males
posibilidad era la confirmación de un vacío ya
de la modernidad que de a poco iban develan-
instalado en las conciencias, pero que nadie ha-
do la contracara del progreso, no bastaban para
bía querido mirar y que, como acusó brutalmente
echar abajo la esperanza ciega en la realización
Arendt, en su indiferencia se volvió cómplice del
terrenal de sus promesas. Pero el siglo XX vino,
orden totalitario8.
repentinamente, a cambiarlo todo, “cuando el
La tragedia, sin embargo, se mostró aún más
adelante se confundió con el horrible de la dic-
profunda cuando el nihilismo no desapareció con
tadura totalitaria”4. El dominio soberano del
el fin del conflicto bélico. El triunfo en la guerra
individuo y la razón se reveló tan arbitrario y
pareció revivir por momentos un optimismo
brutal como la tradición su-
que hizo pensar que con la
perada y la bondad del fu-
caída de Hitler volvíamos a
turo se mostró como una farsa. Nada estaba —nada está—
asegurado.
¿Cómo
explicar el Holocausto que, como dijo Hannah Arendt, no tenía antecedente alguno
Es el nihilismo el que se impone
retomar el camino correcto, como si su ascenso al poder
ahora, como un abismo que
hubiera sido tan solo un pe-
aguardaba al final del camino
queño tropiezo en una ruta
del progreso y la emancipación.
en la historia humana? Si ni
que seguía incólume. Pero la hipótesis estaba equivocada. Así lo plantea Finkielkraut
siquiera había palabras para nombrarlo, pues no
en la revisión de los autores que, en las últimas
se parecía a nada conocido5. Su posibilidad his-
décadas del siglo XX, recuperaron la “inquietud”
tórica era resultado de la nueva sociedad, la mis-
de Tocqueville. El objetivo era levantar una de-
ma que había prometido no solo la emancipación
nuncia que contrapesara las nuevas versiones de
definitiva del hombre, sino un camino que única-
la esperanza moderna, que tuvo una de sus últi-
mente tendría avances. Los aparentes retrocesos,
mas expresiones en la emblemática idea del fin de
las demoras, se debían simplemente a la persis-
la historia. Frente a esa expectativa, se afirmaría
tencia del pasado. Lo nuevo, se creía, era siempre
en cambio que el progreso y la dirección hacia un
bueno. Hasta que apareció el horror totalitario y,
futuro mejor no están garantizados y que la vo-
en su base, una sociedad de masas que ponía a los
luntad de poder —el deseo de dominio de unos
individuos uno al lado del otro, pero ya sin nada
sobre otros, como dijera Orwell— persiste como
en común que les permitiera reconocerse, su-
amenaza en el alma humana9. Y aunque el horror
bordinados a una estructura de dominación que por funcional y eficiente parecía justificada. Los criterios para evaluarla críticamente se habían
6 Una reflexión análoga sobre la crisis moral detrás de la guerra se encuentra en Alan Jacobs, 1943. La crisis del humanismo cristiano (Santiago: IES, 2021). 7 Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos, 50-51.
3 Ibid., 67. 4 Ibid., 62. 5 Hannah Arendt, “Comprensión y política”, en De la historia a la acción (Barcelona: Paidós, 1999), 31-32.
8 Hannah Arendt, “Algunas cuestiones de filosofía moral”, en Responsabilidad y juicio (Barcelona: Paidós, 2007), 78-79. 9 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política
27
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
se haya desvanecido —al menos por ahora—, se
de la desolación dejada por el orden totalitario, o
mantiene igualmente la “escualidez” de la vida,
del vacío sin sentido de una vida cómoda, pero sin
una que se creía exclusiva del orden totalitario,
significación trascendente? Esa será la búsqueda
pero que, como bien anticipó Tocqueville, se tra-
urgente que emprenderán diversos autores,
taba de algo constitutivo de los tiempos moder-
unidos sin saberlo por la necesidad de reencon-
nos. Ahora, en el contexto de una sociedad donde
trarse con la insustituible existencia real, con-
la “vida sin más” se ha convertido en el único
creta, inmediata; una que pueda contrarrestar
horizonte, esa escualidez ya no se ve en la cen-
la supremacía del futuro que, por su promesa,
sura, el control de las consciencias o la persecu-
arrasa. Porque al imponerse la expectación con
ción, sino en una existencia que se contenta con
un futuro siempre promisorio, la modernidad
permanecer satisfecha, más que realizada, con la
ha perdido “la noción de lo irreparable”, dirá
glotonería con la que consume un mundo que ya
Finkielkraut, así como la conciencia del ámbito
no puede ni quiere apreciar10.
donde reside, verdaderamente, el valor de las
Todo parece conducir a la resignación, en una
cosas y el sentido de la realidad11.
especie de movimiento pendular que pasa del éxtasis y el optimismo a la desesperanza, la in-
Decencia común y juicio: resistencia y esperanza
diferencia y el pesimismo. Y la pregunta que se levanta aquí es ¿cómo volver a construir en
“El don que pidió San Luis y no obtuvo, lo tuve
este mundo un refugio? ¿Cómo salvarnos de un
yo”, exclama el historiador francés Jules Miche-
nihilismo irremontable ante la contundencia de
let. Se trata del don de lágrimas, por el que oraba
hechos tan brutales? ¿Qué permanece en medio
fervientemente el rey galo sin tener respuesta. Michelet lo define como “amor a la muerte”; un
(Madrid: Acuarela & A. Machado, 2010). Pos 1427. 10 Alain Finkielkraut, Nosotros, los modernos, 68-69.
28
11 Ibid., 49.
llanto que en la tradición mística católica de-
es una mera “idealización literaria”, sino la con-
signa la experiencia de verse conmovidos por lo
firmación de un dato de la realidad, que el autor
real. Una “gracia” que “libera nuestra vida del
además conoció de primera mano en el contac-
egoísmo”. Son las lágrimas que permiten mi-
to con un mundo obrero con el que toda su vida
rar de verdad, escapar a las categorías abstrac-
buscó identificarse15.
tas de la conciencia moderna o a su fascinación
El propio Orwell ofrece las equivalencias y
con el futuro; con “la Historia, el Progreso, la
traducciones de esta common decency, que no
Revolución” para volverse sobre la “pluralidad
es ninguna suerte de aptitud ni aprendizaje li-
humana” y detenerse por un momento frente a
bresco, sino una disposición vital aprendida con
la grandeza, la sobreabundancia de la realidad.
otros: “el amor, la amistad, la alegría de vivir, la
Porque “Dios no recomenzará”, sentencia Fin-
risa, la curiosidad, el valor, la integridad”, dice
kielkraut parafraseando a Michelet12. El don de
el autor; todas experiencias que, para Orwell,
lágrimas parece así un gesto de amor a un mun-
suelen estar ausentes en la vida de los poderosos.
do finito, pero también un acto de resistencia,
Profundizando en la definición de este concepto,
de crítica y distancia frente a un progresismo
el intelectual francés Jean-Claude Michéa afirma
que se vuelve ciego y se obnubila con la promesa
que se trata de “la práctica cotidiana de la ayuda
del porvenir.
mutua y de la reciprocidad generosa, quizás ‘in-
Finkielkraut se concentra en la obra de Miche-
nata’, y que, en cualquier caso, representa el zó-
let como un material que testimonia esa decisión
calo necesario de toda buena vida y la condición
y esa virtud, pero podemos encontrarla en otros
indispensable para cualquier rebelión que aspire
autores que comparten, como el mismo Tocque-
a ser justa”16. Se muestra así el acto de resistencia
ville, esta inquietud por un camino cuyo éxito no
levantado por Orwell frente al progresismo mo-
está garantizado y, sobre todo, por los sacrificios
derno en general, y al de la izquierda en particu-
que su marcha libre puede implicar. Es la nece-
lar, porque quiere devolver a su lugar a la propia
sidad de cuidar, e incluso antes, de identificar el
revolución, la misma que el socialismo ha iden-
ámbito de aquello que debe ser protegido de los
tificado como el objetivo final al cual todo debe
posibles daños del progreso.
subordinarse. En la delimitación del horizonte de
George Orwell es uno de esos autores y orien-
la common decency, situado en la vida cotidiana
tará su obra justamente a ese desafío. El don de
del hombre común, Orwell recuerda al optimis-
lágrimas de Michelet aparece en su concepto de
mo ilustrado qué es lo instrumental, y cómo la
common decency, que Simon Leys define como
política y el proyecto, sean cuales sean, deben
los “denominadores comunes de una sociedad
ponerse al servicio de lo real. Esto es, al servicio
civilizada”, una suerte de consenso dado que
de la existencia diaria de personas sencillas que
13
sostiene la convivencia . El autor de 1984 iden-
descubren y aprenden lo bueno, lo verdadero y lo
tificó la expresión en la literatura de Dickens,
bello en el despliegue diario de la convivencia. Si
que había encontrado en la decencia —y no en
las iniciativas políticas y sociales no se fundan en
la revolución— las condiciones para modificar
esto, no hay nada que pueda salvarlas de orien-
la trayectoria de las cosas. Ningún cambio en las
tarse finalmente hacia el horror.
estructuras podría salvar de la inmoralidad a una
Se trata de un realismo que salva de la abs-
sociedad que ha renunciado a los valores reci-
tracción avasalladora del progreso. La common
bidos y realizados en la existencia cotidiana de
decency de Orwell es el don de lágrimas de Mi-
unos con otros . Lo que Orwell ve en Dickens no
chelet, que mira atenta lo que tiene delante para
14
12 Ibid., 49-50. 13 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política. Pos 559.
GB, 1940), disponible en el sitio dedicado al autor orwellfoundation.com.
14 Sigo acá el argumento del propio Orwell en su ensayo “Charles Dickens” publicado originalmente en Inside the Whale and Other Essays (Londres:
15 Simon Leys, George Orwell o el horror a la política. Pos 229. 16 Ibid., Pos 1427.
29
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
conmoverse e intentar cuidarlo. Ese es el refugio
no se puede prescindir si lo que se busca mejorar
en este mundo moderno: no hay que construir-
es la convivencia. Una “infraestructura moral”
lo ni imponerlo, sino descubrirlo, reconocerlo,
que permite “hacer frente”, contener la domi-
protegerlo. Michéa afirma en la misma línea que
nación y la voluntad de poder que se mantiene
“ninguna sociedad decente puede existir (…) si,
como amenaza en todo ser humano, incluso en
de acuerdo con la tradición apocalíptica fundada
quienes se visten de las intenciones más nobles18.
por San Juan y San Agustín, persistimos en cele-
Hacer frente a la dominación es el objetivo que
brar la llegada del ‘hombre nuevo’ y predicar la
moviliza también a Hannah Arendt en su análisis
necesidad de hacer ‘tabla rasa’ con el pasado”17.
del totalitarismo del siglo XX. Si para Orwell la
Aparece acá el conservadurismo orwelliano que,
esperanza reside en la common decency, para la
en contra de aquella lectura progresista que bus-
filósofa alemana la clave es la capacidad de jui-
ca partir de cero, reclama la subordinación de
cio, que considera “la facultad mental por exce-
cualquier empresa que intente “cambiar la vida”
lencia”19. Se trata de un acto muy sencillo, pero
al cuidado de lo real. La herencia, la tradición,
esencial: poder distinguir lo bueno de lo malo
la memoria, el lenguaje, en fin, lo recibido, lo aprendido y lo dado; aquello que nadie escogió, pero que alberga al llegar al mundo, y de lo que
18 Ibid., Pos 91.
17 Ibid., Pos 1466
19 Así lo define Jerome Kohn en la introducción a Hannah Arendt La promesa de la política (Barcelona: Paidós, 1997), 28.
30
—la decencia, en el fondo— y orientar así mo-
—incapaz de distinguirlo— o satisfecho con esa
ralmente nuestra acción en el mundo. La re-
glotonería de la que habla Finkielkraut, en que se
levancia que asigna al juicio se justifica en que
consume el mundo simplemente para perpetuar
a Arendt no le importaba tanto desentrañar la
la vida. Requerimos del juicio para poner lími-
singularidad de Hitler o el nazismo, sino iden-
tes, dice Arendt, para contener las causas, por
tificar las condiciones que lo hicieron posible. Y
más nobles que se presenten, dispuestas a pa-
su conclusión es tan incómoda como revelado-
sar por encima de todo con tal de hacer efectivas
ra: la misma sociedad en que el horror totalita-
sus metas. Porque no hay sacrificio que valga la
rio apareció sentó las bases para su despliegue,
pena si lo que se pierde es un retazo de una hu-
pues había perdido hace tiempo esa facultad;
manidad que solo vale en su existencia concreta.
había renunciado a pensar, entregando esa tarea
Porque la pretensión de realizar al hombre dice
a unos pocos y quedando vulnerable a quien vi-
Arendt —o la revolución, o la razón, o la histo-
niera a reemplazar los hábitos establecidos, sin
ria—, termina siempre, finalmente, eliminando
ya capacidad para darse cuenta . Esa renuncia es
a los hombres22.
20
para Arendt un desarraigo; un vuelco del hombre sobre sí mismo, una suerte de aislamiento en
La pequeña bondad y el otro lugar
que va desapareciendo el mundo compartido. El mismo que nos permite contar con criterios de
Decencia común, dice Orwell; recuperar el juicio,
orientación y reconocimiento del valor de quien
afirma Arendt. Gestos de resistencia, y también
tenemos por delante. Carentes de juicio y normas
de esperanza. Son llamados incómodos para un
morales, una vez que llega
progresismo que quiere te-
un tirano al poder no queda
ner el camino despejado; es
nadie que pueda reconocerlo. Esa es la base esencial de la catástrofe que marcó al
El optimismo moderno solo puede tener sentido si
siglo XX: un individualismo
descansa en lo que hay, no
hijo de los tiempos demo-
por perfecto, sino por real.
cráticos, diría Tocqueville,
una actitud que obliga a poner límites, a detenerse, a recordar que no todo avance está justificado. Aunque ese movimiento incontenible en que nada permanece sea dis-
que no reconoce nada superior o externo a lo que
tintivo de nuestros tiempos, no constituye en sí
aferrarse para fundamentar el propio discerni-
mismo un valor. Es apenas una posibilidad que,
miento y, con ello, defender la posibilidad misma
si sabemos manejar, puede traer mejoras, pero
de la individualidad.
también peligros y pérdidas irreparables. La ta-
Arendt quiere restaurar la capacidad de juicio
rea entonces no es adaptarse, como si el cambio
para volver a enraizar al hombre en el mundo, de
fuera irresistible, sino pararse frente a lo que
manera que tome conciencia de su pertenencia a
viene, tomando posición y poniendo la novedad
algo más grande que él mismo y que por eso vale
al servicio de algo que hoy haga sentido. De ma-
la pena cuidar21. Es, en el fondo, la disposición a
nera que la pérdida no se disfrace de necesidad,
mirar una vez más —como el don de lágrimas—
no trate de justificarse por la supuesta bondad de
lo que se tiene delante de los ojos, para captar
aquello que viene como reemplazo.
la profundidad y hondura —también el valor y
“Entre millones de isbas rusas [viviendas
el sentido— de la existencia. Porque cuando se
hechas de madera donde habita tradicionalmen-
ha renunciado a pensar, el ser humano se sume
te la familia campesina rusa] no hay ni habrá
en un habitar superficial, indiferente al horror
nunca dos exactamente iguales. Todo lo que vive es irrepetible”23. Así comienza Vida y destino de
20 Esto aparece en el capítulo titulado “Sócrates” en ibid., 58.
22 Hannah Arendt, “Sócrates”, 42.
21 Hannah Arendt, “Algunas cuestiones de filosofía moral”, 115.
23 Vasili Grossman, Vida y destino (Barcelona: Lumen, 2008), 4.
31
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
Vasili Grossman, otra de las referencias citadas
de demanda o reclamo conservador de los au-
por Finkielkraut para designar el esfuerzo de
tores aquí revisados; no en una defensa de los
diversos intelectuales que quisieron oponer a la
poderes establecidos o de un supuesto statu quo,
promesa abstracta de la realización del bien en
sino en recuperar esa noción de lo irreparable de
la tierra otro lugar, uno concreto y cotidiano,
la que habla Finkielkraut. De esa “pequeña bon-
que obliga a esa promesa a detenerse. Porque el
dad” que permanece al “margen de la ideología,
optimismo moderno solo puede tener sentido si
del progreso, de la historia”; una “llama eterna,
descansa en lo que hay, no por perfecto, sino por
intermitente, débil, pero vivaz” que, como la de-
real. Es en lo que tenemos delante y en aquello
cencia común de Orwell, deja siempre testimonio
que el don de lágrimas nos permite reconocer
de alguien único e irrepetible, con quien vuelve
que se justifican las apuestas, las acciones y las
la esperanza de un nuevo comienzo25. Es a ello a
mejoras. No podemos aspirar al progreso si no
lo que debiera volcarse la promesa del progreso,
es porque hoy, frente a nosotros, hay algo que
no para salvarse del error, del fracaso, del abuso
da sentido y que inspira. Y eso necesariamente
siempre posible, sino para contar con un crite-
arraiga y limita la transformación, sea cual sea.
rio de discernimiento, con un absoluto que guíe y
Parece abrirse, entonces, una alternativa entre
justifique sus pasos.
el nihilismo y la ceguera progresista (que a ratos tienden incluso a confundirse). Se trata de abandonar por un momento la fascinación ciega con el progreso, y su futuro abstracto e hipotético, para ser capaces de mirar la realidad presente encontrando los términos correctos para designarla y valorarla. Sea que la llamemos decencia común, juicio, economía moral, sabiduría o conocimiento práctico, lo esencial es poder reconocerla para que sea ella la que ahora se imponga y todo se ponga a su servicio . En eso consiste esta suerte 24
24 Además de los conceptos ya analizados de Orwell y Arendt, remito aquí, al pasar, a términos que en un
sentido análogo han sido desarrollados, respectivamente, por el historiador británico E. P. Thompson, el sociólogo chileno Pedro Morandé y el antropólogo norteamericano James C. Scott. 25 La idea es de Arendt, quien afirma, desde San Agustín, la tesis de que cada ser humano es en sí mismo posibilidad de un nuevo comienzo. Esto aparece en distintos momentos de su obra, pero una primera formulación se encuentra en el ensayo “Comprensión y política” ya citado.
Josefina Araos es licenciada y magíster en historia por la Pontificia Universidad Católica de Chile, estudiante del doctorado en filosofía de la Universidad de los Andes e investigadora del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Es autora de El pueblo olvidado. Una crítica a la comprensión del populismo (Santiago: IES, 2021).
32
¿La historia como despojo? Tiempo y revolución en los años sesenta DIEGO GONZÁLEZ
33
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
E
l tiempo de la revolución no es, sin más, el
límite. Una que refleja una valoración del pasado
tiempo humano. Lo supone, sí, pero también lo
en tanto entrega y herencia. El empeño de este
hunde y fagocita, alegando ternura. Es un tiempo
ensayo es indagar en ambas interpretaciones del
que desata y se yergue, henchido de convicción,
tiempo y la historia, acentuando especialmente
antes de proclamar y dictaminar. El tiempo de
la comprensión crítica de la revolución formula-
la revolución es aquel del recomenzar incesan-
da en Chile y América Latina a comienzos de la
te, presuroso e impaciente; ella, en tanto, intuye
década de 1960.
que solo en el presente se encuentra su oportunidad y que habrá de afanarse, para luego esperar.
Posguerra
Esperar a que la historia mueva sus hilos, despeje el camino y haga su voluntad, junto al tesón de
En algún momento del siglo XX, después de 1945,
hombres y mujeres que, por más que la aprecien
las lecturas escépticas de la revolución fueron
y se inclinen ante su altar, no la controlan. Pues,
norma más que excentricidad, e incluían una
al fin y al cabo, ¿qué son para la revolución los
sospecha de la noción del tiempo que acompa-
auges y las caídas de los imperios, los saberes y
ña al hecho revolucionario. Dos guerras nacidas
las artes, las piedras encumbradas unas sobre
del vientre de Europa, además de la revolución
otras, adornadas y monumentales? ¿Qué son los
bolchevique, se contaban entre sus anteceden-
templos, las palabras y las ruinas enmudecidas,
tes. Así, hacia 1945 las endebles democracias
el esmero lento de los siglos? ¿Qué son sino una
europeas, salvadas apenas del fuego, no estaban
larga historia de despojos que es preciso hoy, y si
tan ansiosas por revolucionar como por conte-
no cuándo, enmendar?
ner y respirar, sentando algunos mecanismos
La revolución moderna es un nuevo tiempo. Su
de protección en sus constituciones y en la vida
fuente es una noción de la justicia y su suelo una
cívica. Al menos en Europa, las cumbres del ideal
extraña y nueva trascendencia que le es tan con-
ilustrado y del progreso decimonónico yacían
sustancial como impenetrable para sus contem-
desmoronadas. Y por más que la reconstrucción
poráneos. Representa por lo mismo una fractura
haya sido más rápida de lo esperado —pensemos
del tiempo anterior, un desacoplamiento del pa-
en la Alemania Federal—, el sosiego de las ur-
sado, al que vuelve la espalda. Es necesidad y no
gentes necesidades materiales habría de ser
contingencia; mandato y no posibilidad. Encarna
acompañado por uno de orden moral, afirmado
la historia en clave optimista, en breve, y ya no
en el piso conocido de una tradición. No más ex-
mirará hacia atrás: los escombros de ayer la ru-
perimentos, no más refundación: que se deten-
borizan y exasperan.
ga aquí, por un momento, el tren incontenible
Frente a esta comprensión del tiempo de la
de la historia. Pues cuando la revolución decía
historia, aledaña a la revolución moderna —y a la
“necesidad”, se pensaba entonces, quería seña-
modernidad como tal—, se rebela otra que suele
lar un movimiento inexorable, una ley del proce-
poner al pasado en un sitial de mayor privilegio;
so histórico.
no como resto petrificado, por cierto, sino como 34
Es una de las tesis de Hannah Arendt en su co-
moral revolucionaria y el lugar de la violencia
nocido ensayo de 1963, Sobre la revolución. La idea
devenida en terror, pero justificada ante el tribu-
de necesidad histórica tras una revolución como
nal de la historia. La segunda posguerra en paí-
la francesa de 1789, pensaba Arendt, reflejaba el
ses como Francia fue fecunda en esta suerte de
irresistible “pathos de la novedad” de la apuesta
interrogantes, sobre todo ante la emergencia de
revolucionaria, proyectada hacia el futuro en una
un impulso de liberación envuelto en conciencia
trayectoria recta y ascendente. De ahí el cambio
histórica activa, resuelto a tomar la historia y ha-
impuesto sobre las costumbres y las institucio-
cerla suya, más que a padecerla. La compañía que
nes, los emblemas y el lenguaje; mientras todo
Sartre le ofrece a Frantz Fanon con su prólogo a
lo demás, lo anterior y no consagrado por el nue-
Los condenados de la tierra, de 1961, pretende que
vo orden, puede ser desechado. Las imágenes de
el rebelarse contra el opresor, tomar las armas
la ruptura, que a su vez inaugura una cadena de
y honrar la violencia revolucionaria pueda ser
otros hechos, reverberan en el imaginario, urgen
también una afirmación de la propia humanidad
un posicionamiento y sancionan, mitificando. ¿Y
y su dignidad pisoteada. Los fusiles serían la otra
quién querrá quedarse de pie, entristecido, en la
cara de una estructura de dominación.
vera de la marcha de la historia?
Después de 1945, el encuentro entre este po-
Se trata de una reflexión cercana a la que por
sicionamiento, entendido como valoración de la
entonces venía ensayando Albert Camus en pie-
revolución, y la crítica de la noción del tiempo de
zas dramáticas y breves tratados, sobre todo a
la historia que ella supone, se vuelve más intenso
raíz de las consecuencias morales de la revolu-
y prolífico. Son los años del despunte de la Gue-
ción. Como en Los justos, de 1949, en torno a la
rra Fría, a la vez que del despegue de un “tercer 35
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
mundo” y la ola de descolonización en Asia y
a la historia todo su poder justificador. En Chile,
África. Una década, la de los cincuenta, que vio
es cierto, habría dudas sobre la aplicabilidad del
además acrecentar el poder económico de Esta-
modelo cubano a la realidad nacional y su siste-
dos Unidos y su influjo regional en América Lati-
ma político, pero en lo grueso la identificación de
na. Precisamente por lo anterior es tan relevante
la izquierda chilena con el fundamento y el aura
la victoria de los guerrilleros cubanos en enero
de la revolución cubana sería permanente du-
de 1959 y el derrocamiento de Fulgencio Batista.
rante toda la década. La declaración del carácter
Podría pensarse que el triunfo de la revolución
“socialista” de la revolución, hecha por Castro
en Cuba cerró de golpe la década precedente para
en 1961, era reflejo tanto de los compromisos
todo el continente, inaugurando una que se pre-
de la Guerra Fría como de los atributos que en la
veía marcada por un entusiasmo transformador
imaginación occidental y latinoamericana tenía
sin parangón. Su impacto, genuino y transversal,
el mundo más allá de la Cortina de Hierro.
logró lo que pocos hechos de alcance continen-
Ahora, ¿qué lugar reconocerle a la violencia
tal habían conseguido hasta la fecha y, más allá
revolucionaria? ¿O a las ejecuciones sumarias y
de su orientación inicial, entre nacionalismo y
a la entronización personal de Fidel Castro? La
marxismo, atrajo la atención del mundo hacia la
pregunta no solo urgía a las izquierdas. Algu-
región y enloqueció por un instante los relojes de
nos socialcristianos chilenos, cercanos al recién fundado Partido Demócrata
la historia. América Latina, en breve, se hacía tierra de
Cristiano (PDC), también al-
revolución.
bergaron esperanzas tras la
Revolución Conocemos los entusiasmos que los hechos cubanos pro-
¿Qué son para la revolución los auges y las caídas de los imperios, los saberes y las artes, las piedras encumbradas unas
vocaron en las izquierdas
sobre otras, adornadas
chilenas de cuño marxista,
y monumentales?
caída de Batista, valorándolo como un hecho que habría “estremecido de alegría el alma de la democracia de Latinoamérica”. La rotura de la “infamante cadena de dictaduras” que esclavizaba el continente, se pensaba, su-
alentadas por una interpretación revolucionaria que, con mayor fuerza aún
maba otro momento estelar y solo habría de pro-
luego de 1959, pensaba dar cuenta de la fractura
pagarse. Voces informadas, no obstante, como
de una época y del fin de la miseria y la explo-
Jaime Castillo, dudaban. Cuestionaban el carácter
tación latinoamericanas. Así, por ejemplo, eva-
de la particular “justicia revolucionaria” contra
luaba Clodomiro Almeyda a comienzos de 1960
los vencidos, más bien con ribetes de venganza;
el significado de la gesta tanto para el continen-
reclamaban luego el ascenso rápido e incues-
te como para el tiempo inaugurado con ella, el
tionable de Castro como caudillo y seductor de
tiempo de la revolución: “Ha llegado la hora de
masas. La independencia nacional y una reforma
América Latina. El decenio que se inaugura en
agraria podrían continuar siendo fines loables,
1960 marcará la plena incorporación de nues-
pero ¿sería el proceso cubano, se preguntaba
tra gran patria indoamericana a la Historia, a
Castillo en agosto de 1959, más o menos que una
través de sus luchas por afirmar y consolidar la
democracia? Las conclusiones, a poco andar, no
existencia nacional independiente, por liberar-
serían halagüeñas para el régimen instaurado en
se del imperialismo y del atraso y por construir
la isla.
una sociedad sin clases”1. América Latina, un
Todo esto, claro, no decía mucho sobre la inevi-
“volcán en ebullición”, se proponía así saldar las
tabilidad de la revolución como tal. La propia DC,
deudas con su pasado arrebatado, devolviéndole
nacida en 1957, se había propuesto originalmente “pasar a una nueva etapa de civilización”;
1
Editorial, “La hora de América Latina”, Arauco 5, mayo de 1960, 6.
36
esta era su “misión histórica”. El presidente del Partido al despuntar 1959, Patricio Aylwin,
aleonaría a los suyos con el peso de la respon-
inspirada por un optimismo histórico pleno,
sabilidad que los democratacristianos guardaban
vuelto hacia el futuro. La seña del pensamiento
para sí: “¡Ni capitalismo ni comunismo! ¡Demo-
católico, aquí, es la expectativa de una transfor-
cracia Cristiana! Esta es la consigna”2. Por prin-
mación de las estructuras que sostenga la justicia
cipios y por trayectoria, entonces, esta se trataría
social, no demasiado lejos de la visión conteni-
de otra clase de revolución, lejana tanto de la de
da en Mater et Magistra del papa Juan XXIII. Los
Castro en Cuba como de la congelada por los co-
socialcristianos, por lo mismo, tienden a pasar
munistas en Berlín con la construcción del Muro,
por alto cualquier crítica sobre el tiempo de la
en agosto de 1961. Así, los socialcristianos chile-
revolución y su correlato antropológico, enca-
nos vuelven la vista hacia una fórmula sui generis
minándose más bien hacia una versión renovada
de revolución social con democracia, como dos
de la “revolución cristiana” ya imaginada en los
caras de una misma moneda, aunque albergando
años treinta. De conservación o escepticismo al
más de alguna duda en torno a la identificación
menos, muy poco.
“liberal” de la segunda. Elaboración conceptual no faltaría: comunitarismo o socialismo comu-
La historia como límite
nitario, amén de que la idea de una “democracia cristiana” tenía raíces europeas bien definidas.
A comienzos de los años sesenta, el “progreso”
Pero en América Latina, a comienzos de los se-
estaba lejos de ser una idea conceptualmente
senta, esta madeja conceptual era rociada con
neutra. Uno de los supuestos de la Alianza para el
expectación revolucionaria, de inminencia cuasi
Progreso, promovida por la presidencia Kennedy
mesiánica, que contrastaba con el tono procedi-
y sustentada en una teoría de la modernización,
mental de las democracias representativas.
era la posibilidad de “inducir” el desarrollo en
Hacia 1962, la revista Política y Espíritu palpa el
sociedades del Tercer Mundo como las de Amé-
vuelco histórico en el continente y lo proclama,
rica Latina. El progreso, para algunos teóricos
haciéndolo suyo: “¡Es una hora de revolución!
sociales, tenía mucho de destino universal y en
¡Todo está en juego! América se halla en vías de
cierto modo inevitable; y en cuanto a los reza-
pasar a otra etapa de su historia. Eso se hará ine-
gados, bastaría con mostrarles el camino correc-
vitablemente. Y el modo como se haga es tan vital
to. El temor a una segunda Cuba fue un acicate
como el hecho mismo del cambio”3. Lo relevante
no menor en la puesta en marcha del programa
es que, fuera de los programas, esta revolución
de la Alianza, que en Centroamérica y otras re-
decé incluía un infaltable horizonte de futuro,
giones, además de ayuda financiera y técnica,
teñido de pensamiento utópico de la mano de
supuso apoyo militar y de contrainsurgencia. El
una interpretación cristiana de la historia, aun-
progreso no podría ser amenazado y, llegado el
que pasada por el cedazo de la crítica social y el
caso, habría de ser implantado. Al viejo modo de
desarrollismo cepaliano. Es la orientación que
los caballeros ilustrados.
pavimenta el camino de la Revolución en Liber-
El escepticismo en torno al progreso, sobre
tad de Frei, a fines de 1964, y su indudable épica
todo cuando es digitado desde la política o la
más allá del anticomunismo.
academia, fue frecuente en Europa y Estados
Junto con explicitar un aspecto de la revolu-
Unidos después de 1945, especialmente en rela-
ción que busca ser hermanado con la democracia
ción con el utopismo y la “ingeniería social”. La
(sin apellidos), la visión socialcristiana del tiem-
crítica se dirigía contra el totalitarismo, aunque
po y de la época hacia los años sesenta estaba
también alertaba sobre un renacimiento de las filosofías de la historia, amargamente desacre-
2 “Mensaje de Año Nuevo del presidente del Partido Demócrata Cristiano, don Patricio Aylwin Azócar”, Política y Espíritu 216, 15 de enero de 1959, 32. 3 Editorial, “Revolución Social y Democracia, sí. Estagnación y Dictadura, no”, Política y Espíritu 269, marzo de 1962, 1.
ditadas, en la forma del liberalismo anglosajón y su tríada de economía de mercado, democracia y autonomía individual. Se destacaban además las continuidades entre las ideologías modernas y los monoteísmos, por su vocación absoluta, y
37
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
Fotografía: Casa Museo Eduardo Frei Montalva
donde la ideología es “sucedáneo de la religión”
socialista en América Latina, justamente en años
(Eric Voegelin) o teología de la historia seculari-
en que tales interpretaciones crecían en presti-
zada (Karl Löwith).
gio intelectual y político, incluso al interior de la
En Chile, esta tarea reflexiva sería asumida,
Iglesia. La Teología de la Liberación, por lo pron-
entre otros, por los intelectuales reunidos en tor-
to, sugería la presencia de trazos de Cristo y de
no a la revista Finis Terrae, fundada en 1954 por el
revelación en aquel presente turbulento, de con-
historiador Jaime Eyzaguirre al alero del Depar-
flictos sociales y crítica de las estructuras, resu-
tamento de Extensión Cultural de la Universidad
mido en las luchas de emancipación a lo largo y
Católica. Nutrida de fuentes tradicionalistas,
ancho del continente. Y Finis Terrae rechazaría,
Finis Terrae entra al ruedo del debate con una crí-
una y otra vez, la pertinencia de la revolución
tica de la revolución. Y lo hace partiendo de cate-
como camino necesario para el advenimiento del
gorías cercanas a una lectura de la modernidad
reino de Dios.
frecuente entre los tradicionalistas chilenos, que
Fuera del recurso de la violencia en conflic-
rechaza el laicismo y el pluralismo como bienes
tos determinados, no obstante, la crítica de la
para la sociedad. En sus páginas, además, se re-
revolución en las páginas de Finis Terrae hacía
cuerda la existencia de una “solución cristiana”
referencia a una toma de posición frente a la no-
del problema social contemporáneo y la incon-
ción de tiempo que aquella traía consigo, y a sus
veniencia de un viraje católico hacia las tesis
consecuencias epistemológicas y antropológicas.
marxistas de la lucha de clases y la revolución
Pues la revolución supondría la pretensión de
38
controlar la historia con las meras fuerzas hu-
europea, aquella de la tabula rasa y el desarraigo?
manas, movidas por la fe en una consumación
Cierta historiografía ha sugerido que la revolu-
final. El historiador boliviano Jorge Siles seña-
ción latinoamericana fue, las más de las veces,
la hacia 1962: “El mito de la Revolución se ali-
más sentimiento que programa; más entusiasmo
menta, justamente, de la creencia en el sentido
utópico que ideología. Podría así denominarse
inmanente de la historia y en la fe acerca de la
“revolución” un mero cambio de régimen o el
capacidad humana para dirigir su curso. La Re-
derrocamiento de un tirano, la transformación
volución sería el gran instrumento que permiti-
de una o dos estructuras, o un más imperceptible
ría edificar la ciudad del hombre definitivamen-
cambio “interior”, de resortes éticos, como ha
te armoniosa y perfecta, o, lo que es lo mismo,
notado recientemente Yadh Ben Achour sobre la
en buenas cuentas, cancelar la historia, ponerle
Primavera Árabe. No todas las revoluciones ha-
fin, una vez alcanzado ese ideal de suprema per-
rían suyo, según este argumento, el patrón mo-
fección”4. En términos históricos, la revolución
derno de la refundación.
tendría que dar cuenta primeramente del pasado
En lo que respecta a los intelectuales de Finis
antes de proyectar un futuro ideal: sanar el pa-
Terrae, la observación contiene un alcance uni-
sado y, a renglón seguido, cancelarlo. Pareciera
versal más que propiamente latinoamericano. Es
que toda herencia del pasado no está a la altura
una crítica de la cultura sobre los fundamentos
y que sucumbe frente a la generación actual; ge-
históricos y antropológicos de la modernidad.
neración por lo demás enhiesta en sus certezas y
Tal interpretación, en la que reverbera el pen-
facultada, por mano propia,
samiento conservador de la
para hacer lo que las ante-
posguerra, está también nu-
riores no hicieron: repensar, rehacer y refundar. ¿Qué sería la historia, en este esquema, sino obstácu-
Los socialcristianos chilenos vuelven la vista hacia una fórmula sui generis
trida de la lectura católica del progreso, formulada desde América Latina. El papa Pío XII, en la Navidad de 1956,
lo y freno? El revoluciona-
de revolución social con
rio, continúa Siles, “procede
democracia, como dos caras
asunto, al referirse al hom-
como si la nación fuese una
de una misma moneda.
bre moderno bajo el predo-
materia maleable en absoluto, puesta en sus manos para
había dado con el meollo del
minio de la técnica: “Lo que alguna vez fue no le intere-
hacer de ella lo que su dogmatismo le aconseje”5.
sa, ni lo detiene. Todo el mundo deviene para él
La nación se vacía de historia, por inconveniente,
un laboratorio”6. La valorización de la tradición
y es este y no otro el primer paso para la cons-
había sido frecuente entre los intelectuales cató-
trucción de la sociedad nueva; esfuerzo que solo
licos después de 1945, muchas veces en un sen-
tendrá algún sentido una vez resarcido el despojo
tido reverencial, pese a que “lo entregado” por
inicial. De este modo, y sin desconocer sus causas
el pasado (traditum) nunca pueda agotarse en un
sociales y económicas, así como la injusticia, la
mero acto de preservación. Sin una “entrega”
precariedad y la rabia, las páginas de Finis Terrae
previa, se pensaba, no habría renovación posible.
sitúan a la utopía y las ideologías, a la racionali-
Es en la entrega, o en una reflexión sobre ella,
dad política y la pérdida de conciencia histórica
donde está trazado el límite.
como las verdaderas causas de la revolución.
Esta crítica conservadora de la moderni-
¿Pero qué revolución? ¿Es la revolución en
dad, muy severa con el racionalismo ilustrado,
América Latina una y la misma con la revolución
reaparece pocos años después en las páginas de la revista chilena Dilemas y en las plumas del fi-
4 Jorge Siles S., “Las dos fuentes de la revolución contemporánea”, Finis Terrae 35, 3er trimestre de 1962, 4. 5 Ibid., 13.
6 Pío XII, Radiomessaggio di Sua Santità Pio PP. XII ai fedeli e ai popoli del mondo intero, 23 de diciembre de 1956 (disponible en www.vatican.va).
39
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
lósofo Juan de Dios Vial Larraín y el historiador
lítico. Representa una sospecha frente a un nue-
Mario Góngora, entre otros. No es sino el ejer-
vo advenimiento social —nuevo pacto— que, en
cicio de reflexión sobre aquellas ideologías abo-
nombre de la justicia y la igualdad, osara forzar
cadas al oficio de religiones seculares, impacien-
al pasado a despertar, sentándolo frente al tri-
tes por el nuevo cielo y la nueva tierra ad portas,
bunal de las nuevas generaciones. Idealización
afanadas en su quehacer en tiempos de acelera-
de la historia en verdad particular, que consagra
ción revolucionaria. Precisamente en Góngora,
a la vez que condena. Redunda empero sobre lo
inquieto ante el ascenso de un “materialismo
ya anunciado: el tiempo de la revolución no es
neocapitalista”, su lectura tiene la profundidad
meramente tiempo humano; está lanzado hacia
sin igual de una crítica de la cultura, al ser allí
atrás y hacia adelante, persigue la omnisciencia
donde la modernidad ha calado más duradera y
y luego la omnipotencia. Acelera y desarraiga,
hondamente. Se alerta entonces sobre una des-
eleva y entrega al viento. Apenas cuida y no si-
composición de la conciencia histórica que incita
mula empatizar; se encarama en los hombros de
estos ensayos de totalidad, los juegos del hacer y
gigantes, de ciudades y vestigios, de documen-
rehacer emanados de “nostalgias de lo absolu-
tos y estandartes y, desde allí, pretende hacer
to”, para utilizar los términos de George Steiner.
suya la historia. Entonces, trémulo de necesi-
De modo que la sospecha de la revolución fue
dad, sanciona.
por estos años, también en Chile, sospecha de la idealización de la historia, de su comprensión y abuso, como matriz intelectual y fermento po-
Diego González terminó sus estudios de doctorado en historia por la Universidad Libre de Berlín. Es autor de Una revolución del espíritu. Política y esperanza en Frei, Eyzaguirre y Góngora en los años de entreguerras (Santiago: Bicentenario, 2018).
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ARTURO FONTAINE:
“Han surgido formas solapadas de autoritarismo. Invocan la legitimidad democrática y la traicionan por dentro”
Fotografía: Mario Téllez
POR CLAUDIO ALVARADO
41
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
Filósofo y novelista, Arturo Fontaine Talavera ha participado activamente en el
debate público chileno de las últimas décadas. Lo ha hecho en distintos momentos en materia política y educacional, y durante el último año ha promovido un sistema presidencial para nuestro país. Su libro más reciente, La pregunta por el régimen polí-
tico (Fondo de Cultura Económica, 2021) articula una sólida defensa de esta forma de gobierno. A continuación, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez —donde dirige la cátedra Edmund Burke— se explaya sobre esos y otros temas, subrayando la importancia de una reflexión situada, anclada en nuestra propia realidad, a la hora enfrentar los desafíos políticos, económicos y medioambientales de esta época.
¿PROGRESO DEMOCRÁTICO? Luego de la caída del Muro de Berlín, muchos
¿Hasta qué punto aquel optimismo de la épo-
políticos e intelectuales creyeron que la demo-
ca es consistente con el escepticismo propio de
cracia solo seguiría progresando y consolidán-
ciertas corrientes liberales?
dose. Visto en retrospectiva, ¿a qué atribuyes este optimismo? ¿Te parece que era fundado en
Hay liberales más escépticos que otros. La caída
su minuto?
del Muro de Berlín y el derrumbe de los regímenes comunistas fue algo inesperado. Quizá recién
Con la caída del Muro se produjo una gran ola
ahora estemos empezando a entender hasta qué
democrática. Dejaron de tener legitimidad las
punto el mundo es otro desde entonces.
alternativas. Pero han surgido formas solapadas de autoritarismo. Invocan la legitimidad de-
¿En qué minuto, a tu juicio, se hace visible que
mocrática y la traicionan por dentro. Respetan
dicho progreso democrático no estaba garanti-
las normas formales democráticas para instalar
zado?
una autocracia. El expresidente Obama, en un programa de CNN admitió hace un tiempo que
Nunca pensé que la democracia estaba garanti-
la “democracia también puede morir en la urna
zada. Lo que sí ocurrió es que la democracia pasó
electoral”. Mencionó a Rusia, Hungría y Polonia.
a ser el único régimen legitimado. Algunos se
42
CHILE Y EL FUTURO aproximan más, otros menos. Pero ya no hay un
Fuiste cercano a Jaime Guzmán, debatiste con
régimen alternativo. Esa idea de que, por ejem-
Mario Góngora e interactuaste con muchos ac-
plo, los asiáticos necesitaban regímenes espe-
tores relevantes del liberalismo criollo. ¿Cómo
ciales, de tipo autoritario —lo planteaba Lee
se puede explicar el estado actual de este sector
Kuan Yew—, ha desaparecido. China es la gran
político?
excepción. Sin embargo, su régimen, a diferencia de lo que sucedía con la Unión Soviética, no
Tuve la suerte de ser amigo de ambos —los co-
se exporta.
nocí cuando era estudiante—, y de haber discrepado de ellos en muchas cosas, lo que más bien
¿Cómo caracterizarías los nuevos autoritaris-
fortalecía la amistad. Difícil imaginar dos per-
mos que han surgido durante las últimas déca-
sonas más distintas. Uno, un político en estado
das? ¿Cuáles son sus factores comunes?
puro. El otro, un intelectual sutil e historiador riguroso. No tuvieron mayor contacto entre ellos.
Los autoritarismos legales han surgido bajo el
Pero hoy los desafíos son muy distintos.
semipresidencialismo (como Rusia o Polonia); el parlamentarismo (como Hungría) y el presiden-
¿Cómo cuales, por ejemplo?
cialismo unicameral de Chávez. Hay un factor común: no hay una segunda cámara que se elija
¿Cómo abordar el calentamiento global? ¿Cómo
por partes y tenga un poder real de revisión de
avanzar a una economía libre y verde? ¿Cómo
las leyes. Los bicameralismos de Rusia y Polonia
plantear el tema del régimen político, la repre-
han demostrado ser impotentes para contener a
sentación política, los partidos, la acción política
los autócratas. No así el bicameralismo sin diso-
misma? ¿Cómo disminuir las desigualdades sin
lución del parlamento y con un senado con poder
parar la máquina del crecimiento? El capitalis-
real, que fue lo que contuvo a Trump.
mo, decía Schumpeter, es “creación destructiva”. ¿Cómo mantener esa potencia creativa, pero
Has señalado que cualquier sector o régimen
protegiendo a los perdedores? ¿Cómo abrir las
político puede ser presa de estos nuevos auto-
élites? ¿Cómo hacer que la educación superior
ritarismos, pero ¿hay culturas, diseños institu-
signifique algo más que un cartón desconectado
cionales o formas de gobierno que favorezcan
de las necesidades reales de una economía como
su aparición? ¿Cuáles serían ellos?
la chilena?
Ningún régimen puede ser más que sus parti-
Mencionas en primer lugar el crecer con una
dos. A su vez, ellos expresan corrientes que no
economía verde…
dependen mucho del diseño institucional. Las leyes electorales influyen, claro, pero hasta cier-
El capitalismo se desarrolló sobre la base de
to punto. La cultura política tiene un peso propio
combustibles fósiles. Esa etapa está concluyen-
que desborda los marcos institucionales y les
do. El capitalismo tiene que lograr sustituirlos o
da sentido.
mitigarlos de manera efectiva. Hay que pensar
43
que el capitalismo inventó algo que hoy parece
el crecimiento per capita es un fenómeno propio
dado: la creación de la riqueza. Antes la riqueza
de la modernidad, un descubrimiento de nues-
se repartía de unos a otros, pero la torta no cre-
tra especie, gracias a su aptitud para comprender
cía. Los estudios del Maddison Project son aco-
las necesidades ajenas y, al satisfacerlas, poder
jonantes: el mundo prácticamente no crece ni en
obtener con qué satisfacer las propias.
población ni en PIB durante siglos y siglos. Apro-
Se fue construyendo toda una estructura ins-
ximadamente en 1820 las curvas se empinan de
titucional capaz de nutrir esto nuevo: el creci-
forma brusca en Inglaterra y Estados Unidos,
miento económico y su correlato, la posibilidad
luego, en menor medida en otros países euro-
de sostener en la vida a miles de millones de
peos, como Alemania, Austria e Italia. Así, ha
personas que, de otro modo, no habrían teni-
aparecido el capitalismo.
do la posibilidad de sobrevivir. Porque también la población crece poco hasta el siglo XVIII. La
Pero ese mismo capitalismo hoy está cuestio-
muerte de los niños era la regla.
nado, ¿no? ¿Y cómo calza todo esto con los desafíos que No es casual el nombre que da Adam Smith a
mencionabas?
su libro La riqueza de las naciones. Ahí aparece por primera vez que el intercambio comer-
Ahora el desafío es abandonar el uso de combus-
cial beneficia a todos y puede impulsar la sa-
tibles fósiles. Y aquí surgen dos posturas. Una
lida de la pobreza de todos. A lo que voy es que
es la del ascetismo, la vuelta a las economías de
44
subsistencia, a las comunidades agrícolas vir-
que la técnica es nuestro mundo al interior del
tualmente autosuficientes. En los años sesenta
cual la naturaleza, nos guste o no, es un mate-
estuvo de moda un libro que se llamaba Small is
rial. Podemos querer conservar un bosque como
beautiful. De alguna manera, eso está de vuel-
parque, pero es nuestra tecnología la que per-
ta. Es un enfoque que recoge esa admiración de
mitirá monitorearlo y preservarlo. Con el tema
Rousseau por el “buen salvaje.” Ahora el “buen
medioambiental no hay regreso al útero ni a la
salvaje” es bueno porque respeta el ecosistema.
Edad de Oro. El desafío es desarrollar tecnologías
La medicina tradicional está muy bien y tiene sus
que permitan abordar el calentamiento global
espacios. Pero cuando un líder de Temucucui, el
y proteger los ecosistemas, tal como la vacuna
werkén Jorge Huenchullán, se enferma de coro-
protege nuestros organismos.
navirus, se interna en el hospital de Victoria… Y es tratado como lo prescribe la medicina moder-
Todo esto nos obliga a hablar de ciencia y edu-
na. La vida pastoril es una opción perfectamente
cación, ¿cómo ves los desafíos de nuestra edu-
válida, pero ha de ser una decisión voluntaria. Lo
cación superior, que también mencionaste?
contrario es invitar a un holocausto. Según la UNESCO, Chile tiene un 90.9% de sus ¿Invitas, entonces, a reivindicar el papel de la
jóvenes en la educación superior, mientras que
tecnología?
en Suecia es un 72.5% o en Francia un 67.6 %. La explosión de la educación superior en Chile no
El apocalipsis que puede
tiene precedentes en ningu-
significar el calentamien-
na parte del mundo. Se debió
to global ha hecho a mu-
a la combinación de univer-
chos perder la confianza en
El apocalipsis que
la tecnología. Pero según el
puede significar el
con fines de lucro encubier-
conocido verso de Hölder-
calentamiento global ha
to, al generoso financia-
lin, “junto al peligro, surge lo que nos salva”. Chile contribuye mínimamente al
hecho a muchos perder la confianza en la tecnología.
calentamiento global, que es obra de los países desarrollados, pero sufrimos
sidades que eran empresas
miento estatal —el CAE— y a un control de calidad paupérrimo. Por lo demás, en todas partes las universida-
des con fines de lucro son malitas.
las consecuencias. La posibilidad de sustituir los combustibles fósiles será obra de la tecnología
Tú hablaste hace varios años de esto…
y de una combinación de empresarios y políticas estatales propicias. Tal como en la primera
Me opuse desde temprano a las universidades
revolución industrial, la alianza de científicos y
con fines de lucro encubierto, y más todavía si
técnicos con empresarios permitieron patentar
las financiaba el Estado. Un rector de la época
descubrimientos y explotarlos en la forma de
las comparó con el retail, solo que era una in-
máquinas a vapor, trenes, barcos, etc. Ahora ha
dustria de retail mercantilista, subsidiada por el
de suceder algo análogo.
Estado. Los incentivos empujaban a graduar a la mayor cantidad posible de alumnos y al menor
Si te entiendo bien, hay que intentar gobernar
costo posible. Había universidades que admitían
la modernidad, no renunciar a ella…
alumnos sin más requisito que las pruebas de ingreso rendidas, cualquiera fuera el puntaje.
El mundo moderno, decía Heidegger, es ma-
Convenía ofrecer carreras de “tiza y pizarrón”,
terial, como los ladrillos son material de cons-
atiborrar las salas de estudiantes y dejar que las
trucción. Hay en Heidegger una doble mirada, la
economías de escala hicieran lo suyo. Por esa
de la nostalgia por un mundo dado y perdido, y
época apareció un estudio del economista Sergio
la mirada pragmática que lo hace comprender
Urzúa del que se desprendía que más o menos un
45
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
tercio de los graduados estarían en mejor situa-
“serviles”… “sin excepción de clases, se mantie-
ción económica si hubieran entrado a trabajar al
nen vivas y arraigadas, alejando a centenares de
terminar la enseñanza media, evitando la educa-
miles de personas de la industria y del comercio,
ción superior.
para arrojarlas a las antesalas de palacio en solicitud de empleos, o a las aulas universitarias en
¿Piensas, entonces, que todo esto era una bom-
demanda de diplomas y títulos literarios o cien-
ba de tiempo?
tíficos”. Rodríguez ve en esa característica cultural la clave de “nuestra inferioridad económi-
La lucha contra el CAE y contra las universida-
ca”, título que después retomará Encina.
des con fines de lucro fueron las grandes banderas estudiantiles del 2011, que pusieron entre la
¿Qué tan relevante te parece todo esto para
espada y la pared al primer gobierno de Piñera.
comprender nuestra crisis?
Al interior de ese movimiento cuajaron los liderazgos que ahora han llegado a La Moneda. Como
Dostoievski hablaba de un “proletariado de ba-
dije por esos años: vamos a tener un ejército de
chilleres”, germen de la revolución que veía ve-
profesionales de papel. Ese es el gran engaño de
nir. También en Rusia por esos años había habido
los famosos 30 años. Se abrazaron alegremente
una enorme expansión de la educación superior.
quienes creían en el sueño de la universidad para
Como entonces, tanto el justo descontento como
todos con los que creían en el sueño del lucro con
aquel que alimenta el nihilismo se concentra en
resguardo estatal. Surge una generación educada
los profesionales jóvenes. Les fallamos. Y el ca-
por sus profesores y que es culturalmente su-
mino que muchos explicablemente toman, por
perior a sus padres, quienes
desgracia, solo aumentará
pierden ascendiente sobre
la frustración. Una encues-
ella.
ta hecha el 2019 por estu-
Y los salarios de esos pro-
En Chile, el parlamentarismo
fesores, como mostramos
sería el régimen menos
con Urzúa en el libro Edu-
natural de todos.
cación con patines, todavía
diantes de sociología de la Universidad de Chile en el epicentro de las protestas santiaguinas mostró que un
el 2017 eran, en términos reales, inferiores a los
42% de los manifestantes tenía título universi-
de ¡1970! Pese a ciertas mejoras, nuestros pro-
tario y un 10.4%, posgrado.
fesores, en importante medida, han quedado al margen del progreso económico que vivió Chile
LA PIOCHA DE O’HIGGINS
por varias décadas hasta el 2014. Chile ha sido mezquino e ingrato con sus profesores.
En este contexto surge el proceso constituyente. Aunque antes fuiste parlamentarista, has
¿Y qué pasaba con el sueño de los jóvenes y sus
sido un firme defensor del régimen presiden-
padres, que era la universidad?
cial en este debate. ¿Por qué?
Sí, el sueño de los jóvenes y de sus padres era
No es que critique el parlamentarismo per se.
que llegaran a la universidad. Pero descubrieron
Creo que en Chile no tiene cabida. Elegir al
pronto que ese título no conseguía un trabajo que
gobernante por votación popular y directa es
correspondiera a lo que estudiaron. El Estado
esencial para nuestra manera de vivir la demo-
alimentaba una ilusión. La educación no conec-
cracia. No se puede despojar al pueblo de lo que
taba con las necesidades de nuestra economía. Ya
constituye, en los hechos, un derecho adquiri-
Zorobabel Rodríguez en 1886 criticaba el desdén
do. El o la presidenta juega un papel simbólico
por las carreras técnicas. Lo tengo a mano. Mira...
esencial, visibiliza nuestra pertenencia a una
En el chileno, sostiene Zorobabel Rodríguez, esas
misma comunidad política, visibiliza o simboli-
desconfianzas hacia las disciplinas estimadas
za “lo común en construcción”. Desde un ángulo
46
sociológico esta es solo una dimensión más, pero
¿Y por qué sería importante evitar esa cortina
significativa, a la hora de comprender el arraigo
de humo?
en esta sociedad de esta institución. Lo planteamos con Pedro Güell en una columna en El Mer-
El dispositivo principal para evitar el predomi-
curio (“Presidente, bicameralidad y visibilidad
nio total de emociones políticas pasajeras es que
de la representación”). De otro modo esto mismo
haya una segunda cámara elegida por partes, es
afirma Cheibub, también Edwards Bello. Hay una
decir, por mitades o tercios. De lo contrario, la
sección sobre esto en mi ensayo La pregunta por
opinión hegemónica de un solo día define quién
el régimen político.
controla todo el poder ejecutivo y todo el poder legislativo. Al haber renovación por partes, una
La cultura política importa…
corriente de opinión mayoritaria, para hacerse de todo el poder, debe sostener su popularidad
Los primeros ministros emanados del parlamen-
durante un tiempo, lapso en el cual es sometida a
to surgen en países monárquicos. La monarquía
crítica. El gran cambio que ha habido en la políti-
les traspasó su legitimidad. Pero incluso en pleno
ca se debe a las redes sociales. Diversos estudios
siglo XIX, dice Bagehot, el grueso de la población
muestran que las redes potencian la polariza-
creía que seguía gobernando la reina. Basta ver lo
ción, la volatilidad de las preferencias, el incon-
que ha sido el día de la elección de Boric. ¿Quién
formismo, la aparición súbita de nuevos lideraz-
podría arrebatarle ese rito a un pueblo? Fue una
gos, los populismos de izquierda y de derecha.
jornada que llamó la atención en el mundo entero. Ese pilar es consustancial a nuestro orden
En este contexto, ¿cuáles son los principales
democrático.
riesgos y oportunidades para la democracia chilena en el marco del debate constituyente?
Fernando Atria dijo en medio del debate de la Convención que el parlamentarismo es “la for-
La gran oportunidad: que emerja una constitu-
ma natural de organización de un régimen de-
ción desde una convención elegida por el pueblo.
mocrático”. ¿Qué te parece esa afirmación?
El riesgo mayor: un rompecabezas al que le faltan piezas o tenga piezas que no calzan ni entre
No sé si entiendo lo que quiso decir. En Chile, el
sí ni con la realidad.
parlamentarismo sería el régimen menos natural de todos. También has defendido la existencia del bicameralismo y, por tanto, del Senado. ¿Cuál es su importancia para nuestro país? Una segunda cámara que represente a las regiones y se elija por parcialidades da influencia a las regiones y contrapesa el poder de un presidente con mayoría en la primera cámara. Pero, para eso, la segunda cámara debe tener poder real. Debe ser una cámara revisora. No una cámara decorativa. De lo contrario, es solo una cortina de
La pregunta por el régimen político Conversaciones chilenas Arturo Fontaine Fondo de Cultura Económica, 2021 244 páginas
humo del unicameralismo.
47
48
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
“N
uestras instituciones no fueron pensa-
embargo, eso se esfumó. Tuve la oportunidad de
das para la tragedia”. Estas palabras fueron pro-
enseñar en Francia hace algunos años, y siem-
nunciadas al inicio de la pandemia por Hubert
pre me sorprendió cuán lejana veían la guerra los
Védrine, asesor cercano de François Mitterrand
universitarios de dieciocho o veinte años, cuyos
y Ministro de Relaciones Exteriores de Francia
abuelos habían sufrido el conflicto en primera
en los años noventa. La frase se refiere a la re-
fila, todo esto en una zona que había sido ocu-
lativa incapacidad de la Unión Europea, enorme
pada por los alemanes. ¿En qué minuto y cómo se
aparato burocrático supranacional, para afron-
produjo esta situación tan extraña?
tar adecuadamente la crisis sanitaria y política
Para intentar comprender esta cuestión, re-
que ha asolado al mundo en los últimos años.
sulta indispensable volver nuestra mirada a los
En este trance, las decisiones —al menos en una
albores de la modernidad: los puntos ciegos ac-
primera etapa— no vinieron desde el orden glo-
tuales tienen raíces profundas. Dicho de mane-
bal, sino desde cada país. Quizá una de las pri-
ra muy esquemática, en los siglos XVI y XVII se
meras lecciones de la pandemia pasa por acá:
elaboró una visión que supuso un cambio radical
el Estado-nación no era tan inútil como había-
en el modo de concebir el mundo, en la manera
mos creído. De hecho, el sueño de un mundo sin
de vincularnos con él, y en cuya raíz hay también
tragedia fue, en el caso europeo, el equivalente
una modificación en el modo de entender a la
al sueño del mundo sin fronteras. Acabar con la
persona humana.
guerra fue, para muchos, sinónimo de acabar con
Un autor relevante en esta historia es Francis
las naciones. Pero la tragedia es el momento del
Bacon, quien escribe a principios del siglo XVII.
regreso al lugar donde nos sentimos protegidos:
Bacon asevera que, en lo relativo a la ciencia,
es el momento de volver a casa1.
la ambición humana no admite límites ni debe
La pregunta es, desde luego, cómo fue posible
estar sometida a moderación. Bacon habla de
que pensáramos que el mundo podía ser articu-
una nueva era, del “reino del hombre”, y esta
lado asumiendo que este tipo de crisis ya no era
etapa debe ser leída sobre todo en clave de lucha
parte de las posibilidades humanas. ¿Cómo y por
contra la naturaleza. A sus ojos, esta es el adver-
qué quisimos desterrar a la tragedia de nuestras
sario a subyugar, y merece incluso ser torturada
vidas? ¿Qué nos hizo pensar que algo así podría
para obligarla a confesar todos sus secretos. La
ser razonable, tanto que incluso construimos
ciencia debe abandonar la contemplación para
instituciones, mercados, sistemas internacio-
buscar el poder; solo así podremos aliviar la dura
nales y complejos órdenes jurídicos en función
condición del hombre. René Descartes ofrecerá
de esa idea? Después de todo, hasta hace dos o
la formulación más célebre de esta idea, al afir-
tres generaciones atrás, ella formaba parte de la
mar, en su Discurso del método, que hemos de
vida de todos los hombres y estaba integrada a la
convertirnos en amos y señores de la naturaleza.
experiencia humana. En Europa, por ejemplo, la
El mundo es un instrumento para hacer nuestra
vivencia de la guerra fue muy real y concreta. Sin
vida más confortable. Aunque esta idea tiene muchas y muy vastas consecuencias, por ahora me interesa destacar el
1
Una primera versión de este texto fue leída con ocasión de la inauguración del año académico 2020 de la Universidad de los Andes (Chile).
punto siguiente: en esta concepción, el mundo es visto como algo que puede (y debe) ser explotado
49
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
para nuestro provecho, para aliviar nuestra con-
frutos de envergadura y, mirados hoy, no dejan
dición. Por cierto, el hombre siempre ha trans-
de ser impresionantes. De hecho, es solo en el
formado su entorno en su beneficio, pero acá hay
transcurso del XIX que se produce la gran ce-
una inflexión profunda en el modo de concebir
lebración del nuevo mundo, el canto triunfal
esa transformación. Si el Sócrates de Platón de-
del progreso. Su gran profeta es Victor Hugo, el
cía que el pastor velaba por el bien de las ovejas
célebre novelista francés, quien llega a sugerir,
aunque luego fueran a convertirse en alimento,
en uno de sus habituales arranques líricos, que
hoy nos costaría afirmar algo semejante respecto
los hombres “seremos felices”, que “no habrá
del reino animal. Así, el hombre sale del mundo
más acontecimientos”, que “el género humano
y entra en una relación puramente instrumen-
cumplirá su ley como el globo terrestre cumple la
tal con él. Esto no es trivial: al final del camino
suya”3. El escritor espera, con la fe del creyente,
el hombre también termina siendo objeto de
el advenimiento próximo de un mundo exento de
manipulación, porque en definitiva es parte del
conflictos y de tiranías, un mundo pacificado y
mundo. Hay una ambigüedad intrínseca en esta
sin fronteras. El futuro le parece radiante.
ambición moderna, y los totalitarismos son con-
Por cierto, Victor Hugo tiene motivos para ser
secuencia de ella, pues suponen que la sociedad
optimista. La técnica muestra aspectos positi-
es como un enorme laboratorio. Apuntaba en la
vos, y apenas podríamos concebir nuestras vidas
dirección correcta C. S. Lewis al decir que “todo
sin la ayuda que nos brinda. El punto es que este
poder ejercido por el hombre, es también un po-
desarrollo no está exento de tensiones, ambi-
der ejercido sobre el hom-
güedades y dificultades que
bre”2. El control de la natu-
se pierden de vista con faci-
raleza no es inocuo.
lidad. No deja de ser llamati-
Así, la idea de control de
Quizá una de las primeras
la naturaleza se pone al ser-
lecciones de la pandemia
talentoso del siglo XIX —y
vicio de la idea de emanci-
pasa por acá: el Estado-nación
la competencia era ruda—
pación. Esto no es extraño: queremos controlar la naturaleza porque queremos
no era tan inútil como habíamos creído.
liberarnos de ella, porque
vo que quizás el escritor más
haya tenido un punto ciego de este calado. Esa idea de progreso presente en Victor Hugo es parte de un imagi-
queremos abolir los obstáculos entre el yo y sus
nario, un horizonte de posibilidades que parece
deseos. El hombre ha de ser dueño de su desti-
ser —al menos en el nivel discursivo— ilimitado,
no, sin límites preconcebidos: es el triunfo del
y que sigue siendo parte del relato contemporá-
yo. Allí reside el origen del carácter necesario
neo. Un informe de la Unesco del año 2016, por
que a veces adquiere, o quiere adquirir, el pro-
mencionar un ejemplo, se permitía afirmar que
greso técnico. Al interior de cierta lógica, sería
“las ciencias, la tecnología y la innovación tie-
inútil formular dudas sobre ese progreso, porque
nen la capacidad de modificar las condiciones de
no habría modo de detenerlo. Lo que es también
la realidad, y de asumir prácticamente todos los
debe ser, si se admite la expresión.
desafíos más urgentes que enfrenta el mundo”.
Con todo, este primer momento moderno tar-
No obstante, hoy nos costaría compartir el
da en producir efectos, y no deja de ser sorpren-
optimismo progresista de los filósofos del siglo
dente la fe —no hay otra palabra— que poseen
XVII, de Victor Hugo y también el de la Unesco.
Bacon y Descartes en la ciencia y la medicina si
Tomemos un caso muy representativo: la cri-
atendemos al avance efectivo que ellas podían
sis ecológica, que es fiel reflejo de las dificulta-
mostrar en la primera mitad del siglo XVII. En
des de aquello que intento describir. De algún
rigor, este proceso tarda unos dos siglos en dar
modo, sabemos hoy que nuestra conquista de
2 La abolición del hombre (Madrid: Encuentro, 2016), 61.
3 Los miserables, V, I, 5.
50
la naturaleza ha tenido excesos, y que hemos desencadenado procesos que ya no podemos controlar del todo. Basta pensar, por ejemplo, en el desastre nuclear de Fukushima, ocurrido hace pocos años: el control del átomo puede volverse contra nosotros. Para decirlo en simple, la explotación del mundo parece haber llegado demasiado lejos. Sin embargo, y esto es muy llamativo, alguna de las respuestas a los desafíos ecológicos son simétricas, en la medida en que obedecen a la misma lógica que buscan combatir. Así, suelen creer que lo avanzado puede retrocederse con relativa simpleza o facilidad. Recordemos la famosa frase de Greta Thunberg, la joven activista: las soluciones están allí, solo hace falta voluntad para implementarlas. La verdad, no obstante, es que el problema no es tan sencillo. La naturaleza se resiste a ser completamente manipulada, en un sentido u otro. Cierto discurso ecologista, muy a su pesar, forma parte de la toma de posesión de la naturaleza, y no admite que —quizás— estemos frente a una tragedia sin salidas fáciles ni rápidas. Un segundo ejemplo: entre los múltiples anhelos de aquello que llamamos transhumanismo se encuentra la superación, o al menos el alejamiento, de la mayor limitación humana: la muerte. Laurent Alexandre, por ejemplo, ha dicho que ya nació la primera persona que vivirá mil años. Este punto de vista es tan radical que, de no haber muerte, me parece que no podrá seguirse hablando de vida propiamente humana. Pasaríamos a ser otra cosa, muy distinta, cuyo horizonte tendría, además, dimensiones sencillamente pavorosas. Allí donde no hay muerte, sugiere Hannah Arendt, tampoco hay comienzo: la humanidad quedaría inmovilizada, petrificada; la posibilidad de lo nuevo que aparece con cada nacimiento quedaría bloqueado por el insoportable peso de los vivos. ¿Podríamos desplegarnos con todos nuestros antepasados vivos? ¿No habría allí una modificación muy profunda de la condición humana, que consiste en volver a empezar una y otra vez por medio de
51
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
generaciones que se suceden? Sería interesan-
controlar el inicio de la vida, lo que incluye algu-
te, de hecho, hacer un seguimiento al tema de la
nos tipos de manipulación genética que dejarían
muerte. Bacon y Descartes, por ejemplo, depo-
a miembros de nuestra especie fuera de la cadena
sitan muchas esperanzas en la eventual amplia-
de transmisión gratuita de la vida. Buscar con-
ción temporal de la vida humana. Hobbes, por su
trolar los rasgos de nuestros descendientes im-
parte, busca un régimen político inmortal, que
plica determinarlos de un modo en que nadie nos
pueda durar para siempre, pues piensa que solo
determinó a nosotros. Hay algo profundamente
así podremos eliminar el conflicto.
injusto en ese proyecto, que transformaría las
Aunque quizá no lo parece a primera vista, todo
relaciones intergeneracionales de una manera
esto se vincula directamente con nuestras pre-
que al menos obliga a preguntarse por la natura-
ocupaciones actuales: la crisis del Covid-19 nos
leza del fenómeno.
obliga a formular nuevamente la pregunta sobre
Hartmut Rosa, miembro de la cuarta genera-
la muerte. Ella toca nuestras puertas, su espectro
ción de la escuela de Frankfurt, ha formulado es-
nos invade y le tememos por sobre todas las co-
tos hechos que me interesa abordar. Según él, la
sas: hemos vuelto al miedo primigenio anterior
modernidad pierde el sentido de lo indisponible.
al contrato social. Sin embargo, esto nos inco-
El hombre moderno —sugiere Rosa— quiere
moda, pues al hombre moderno no le gusta ha-
conocer, dominar, conquistar y volver utiliza-
blar de la muerte, le parece algo un poco fuera de
ble todo lo que se le aparece. Sin embargo, las
lugar. O bien, solo la menciona para aumentar su
cosas más importantes de la vida, el contacto vi-
poder de control, como lo revela el caso de la eu-
tal con personas o con paisajes (lo que él llama
tanasia (que a fin de cuentas
resonancia) no admite ese
es un esfuerzo por controlar
tipo de relación. En efecto,
el momento final). La lectura de las extraordinarias descripciones que ofrece Jo-
El hombre ha de ser dueño de su destino,
las cosas más importantes de nuestras vidas no pueden ser completamente mani-
han Huizinga sobre el fin de
sin límites preconcebidos:
puladas ni controladas, pues
la Edad Media no puede sino
es el triunfo del yo.
suponen una alteridad y una
sorprender, por la fuerza del
distancia irreductibles. Por
contraste: uno de los rasgos más característicos
lo mismo, no hay manual ni método que valgan
de aquella época era precisamente la presencia
para alcanzar esas experiencias vitales. Es más:
de la muerte como experiencia cotidiana.
esas experiencias nos transforman, pero no po-
Los hombres morimos, y ese es un dato fun-
demos saber a cabalidad cómo ni en qué direc-
damental, quizás el dato fundamental, que da
ción. La intuición de Rosa es que muchos de los
cuenta de nuestra finitud. Todo lo cual revela
problemas que aquejan a nuestras sociedades,
nuestra alteridad: morir nunca es un fenómeno
hipertecnificadas y aceleradas al máximo, no se
puramente individual, es siempre también una
explican porque aún haya zonas del mundo que
despedida. Con la muerte tocamos algo que se
no dominamos, sino más bien por la pérdida
nos escapa. Alain Finkielkraut ha dicho que solo
asociada a esa dominación.
el memento mori, el recordar nuestra condición
Hoy vivimos como si todo estuviera a nuestra
mortal, puede sanar el resentimiento del hom-
disposición, y eso ha sido frenado brutalmente
bre moderno con lo dado, lo gratuito, lo recibi-
por la crisis sanitaria, como un tren que avanza
do. Por eso resulta tan sintomático el empeño de
a toda velocidad y debe detenerse súbitamente.
cierta vanguardia por superarla. Ese anhelo por
En nuestro teléfono está todo: viajes, hoteles,
controlar aquel último límite es, de algún modo,
autos, compras, personas. Felipe, el entrañable
la última manifestación de la modernidad, el úl-
personaje de Mafalda, se desmaya cuando ima-
timo intento de afirmación del individuo que no
gina un mundo sin distancias, donde todo estu-
acepta límite alguno a su voluntad. Algo parecido
viera en el mismo lugar. Es una perspectiva que
podría decirse del esfuerzo contemporáneo por
no puede soportar. Pues bien, hemos llegado a
52
algo parecido: todo está a nuestra inmediata dis-
propios límites. El “conócete a ti mismo” griego
posición, como si la distancia no fuera indispen-
no es un llamado a la introspección, sino preci-
sable para una experiencia digna de ese nombre,
samente al conocimiento de los propios límites.
como si pudiéramos ser turistas en todos los
Desde luego, esto no aplica solo para nuestra re-
aspectos de nuestras vidas. Por cierto, Rosa no
lación con la naturaleza y con el mundo: también
es un reaccionario ni un antimoderno, sino que
nuestras posibilidades de hacer el bien están so-
busca salvar a la modernidad de sus propios de-
metidas a esa limitación, como las posibilidades
monios. Y eso exige estar dispuestos a interrogar
de la propia razón. Las fronteras territoriales son
nuestro mundo, a formular del modo más rigu-
solo otra manifestación del mismo fenómeno:
roso posible aquellas preguntas que la pandemia
necesitamos mediaciones físicas que nos sitúen
ha traído consigo.
en un lugar determinado. En las dos fuentes de la
Si hemos olvidado la tragedia, es precisamente
cultura occidental —Atenas y Jerusalén— lo hu-
porque lo trágico es lo que escapa a nuestras ma-
mano se despliega necesariamente en un fondo
nos. Es aquello que no está, en ningún sentido,
que le ha sido dado, del que no es ni amo ni señor.
disponible. El mundo ha sido construido en las
Según la expresión de San Pablo, no nos perte-
últimas décadas como si esa dimensión no exis-
necemos, al menos no completamente. Hay algo
tiera, como si ella fuera parte del pasado, como
dado, recibido, a lo que no podemos renunciar, y
si el progreso provisto por la ciencia la condena-
sobre lo que se construye nuestra libertad.
ra a los basureros de la historia, como si siem-
En 1957, al recibir el premio Nobel, Albert
pre fuéramos plenamente conscientes de lo que
Camus dijo que, mientras que las otras gene-
hacemos, como si no fuera posible que surgieran
raciones habían buscado rehacer una y otra vez
nuevos Edipos. De allí la constatación amarga de
el mundo, a la suya le tocaba una tarea distinta:
Védrine a la que aludimos al inicio. Por eso no
impedir que el mundo se deshaga. No estoy se-
sabemos muy bien cómo reaccionar frente a la
guro de que hayamos avanzado mucho desde en-
pandemia; no tenemos categorías intelectuales,
tonces, y suelo pensar que nuestro desafío sigue
no sabemos qué hacer. El virus no está, por aho-
siendo muy parecido al formulado por Camus.
ra, a nuestra disposición, sino que todavía somos
Como fuere, intuyo que esa tarea requiere recu-
nosotros quienes estamos a su disposición. Y eso
perar el carácter enigmático de lo humano: hay
nos desespera.
algo en el hombre que nunca podremos apre-
Si alguna lección podemos sacar de todo esto
hender del todo, y que impide esa posesión total,
es la siguiente: resulta fundamental rehabilitar
tanto del mundo como de nosotros mismos. O,
la noción de límite, la noción de que los hombres
como ha dicho Milan Kundera, Descartes no es el
no somos amos y señores del mundo. El mundo
único fundador de nuestro mundo. También hay
moderno ha sido frecuentemente descrito como
otra modernidad, que nunca estuvo dispuesta a
uno que peca por aquello que los griegos llama-
renunciar a la dimensión misteriosa de lo huma-
ban hybris, es decir, desmesura: ignorar nuestros
no. ¿Su fundador? Miguel de Cervantes.
Daniel Mansuy es doctor en ciencia política por la Universidad de Rennes (Francia). Es profesor de filosofía e investigador del centro Signos de la Universidad de los Andes (Chile), e investigador senior del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES). Es autor de varios libros, entre los que destacan Nos fuimos quedando en silencio. La agonía del Chile de la transición (IES-Tajamar, 2020) y, en coautoría con Matías Petersen, F. A. Hayek. Dos ensayos sobre economía y moral (IES, 2017). 53
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
MARY EBERSTADT:
“La idea de que la desaparición de la familia equivale al progreso es otro de los absurdos en que nos vemos obligados a vivir” POR ÁLVARO VERGARA
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Mary Eberstadt es una reconocida intelectual estadounidense. Colabora
habitualmente con The Washington Post, Los Angeles Times, National Review y First Things, y es autora de numerosos ensayos en los que explora los problemas de la secularización, el rol de la familia, las paradojas de la revolución sexual y los debates políticos de la sociedad contemporánea, entre otros temas. En esta conversación, Eberstadt aborda —con la agudeza que la caracteriza— algunos puntos ciegos del progresismo contemporáneo, el modo en que la secularización ha influido en la conformación de las sociedades actuales y la relación entre la crisis de la familia y las políticas de la identidad.
Has estudiado la secularización de Occidente.
¿Existe algún vínculo entre esta secularización
¿Cómo la definirías?
y las políticas de la identidad?
La secularización hace referencia a la creciente
El declive de la religión organizada y el auge de lo
invasión por parte de autoridades no religiosas
que se denomina “políticas de la identidad” es-
(como el Estado) de los territorios considera-
tán más relacionados de lo que la mayoría de la
dos por el cristianismo como de Dios y solo de
gente piensa. La secularización deja un vacío que
Dios. Para ofrecer un ejemplo obvio: el cristia-
solía ser llenado por las actividades comunitarias
nismo, al igual que otras religiones en el mundo,
en torno a la Iglesia. El declive de la familia deja
enseña que Dios es el autor de la vida. El Estado
otro vacío que antes era ocupado por una vida
occidental moderno defiende cada vez más una
doméstica más robusta. Como resultado, mu-
doctrina diferente, que dice que otras autorida-
chas personas se esfuerzan ahora por llenar
des seculares pueden definir cuándo empieza o
esos vacíos con otras fuentes de significado y
termina la vida. Así, por ejemplo, casi todas las
comunidad, especialmente mediante la política.
naciones occidentales —incluido Chile— viven
Así, no debería sorprendernos que muchos con-
bajo gobiernos que han legalizado el aborto. De-
ciudadanos estén desesperados por encontrar
trás de esa legalización hay un juicio moral, que,
otras fuentes de propósito en la vida. Algunos
por un lado, dice que no está mal matar a un feto
creen que su identidad proviene de su etnia;
humano, y que, por otro, las decisiones sobre la
otros, de sus deseos sexuales; y otros se entregan
legalidad de la muerte pertenecen al Estado y no
a la autoflagelación porque se creen “opresores”
a la Iglesia u otras fuentes de autoridad moral. En
de los demás.
esta visión, el Estado se convierte en el árbitro preeminente de la autoridad moral.
55
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
¿Qué efectos percibes en esta proliferación de
enormes efectos no solo para los individuos, sino
las políticas de la identidad?
para todas las sociedades del mundo.
El giro actual hacia la política de la identidad
¿Podrías darnos algún ejemplo?
representa un potente cambio social y político. Como sostengo en Gritos primigenios y en otros
La familia se ha reducido; son mucho más peque-
lugares, esto se debe a un profundo remezón
ñas que antes. Se ha debilitado también gracias
social. El declive de la religión ha borrado el ho-
a otras tendencias posrevolucionarias como el
rizonte trascendente por el que las personas lo-
divorcio, el aborto y la paternidad o maternidad
graban identificar su lugar en el cosmos. Estas
sin matrimonio. Estas decisiones reducen aún
pérdidas interdependientes han dejado a muchas
más el número de personas en la vida de otros
personas desorientadas y a la deriva. Son como
individuos: personas a las que podemos llamar
marineros en alta mar que han extraviado el as-
nuestras, de las que podemos aprender y en las
trolabio y ya no pueden navegar por las aguas de
que confiamos. Piensa en cuántos hermanos,
la vida. Un resultado que es cada vez más eviden-
primos o nietos potenciales han sido elimina-
te para todos es la acritud y la desesperación po-
dos de la tierra solo por aborto. Luego, piensa en
lítica contemporánea.
cuantos niños crecen hoy en familias sólidas con hermanos, hermanas, primos y otros. En otras
COMUNIDADES Y FAMILIAS
palabras, la familia —la primera línea de defensa de la humanidad contra las
En ese mismo libro, Gritos primigenios, muestras cómo los humanos son seres gregarios, al igual que otros animales.
Sin
embargo,
sostienes que estos han dejado de vivir en comunidad. ¿Por qué?
amenazas del mundo exte-
Este experimento de vida fracturada y no familiar
rior y la primera “escuela de aprendizaje social”— es menos capaz que antes de
ha dado lugar a la crisis de
responder a los retos de sus
soledad omnipresente en las
miembros. Ya no se puede
naciones materialmente ricas de Occidente.
La investigación que realicé
contar con la “familia” en un número considerable de casos. Como corolario, la gente moderna tiene mucha
para Gritos primigenios y Cómo Occidente real-
menos experiencia directa de eventos familiares
mente perdió a Dios me ha convencido de que la
fundacionales como matrimonios, nacimientos y
humanidad sufre una herida autoinfligida que
muertes. Hoy en día nacen muchos menos bebés,
estamos empezando a comprender. Esta heri-
menos parejas se casan y permanecen casadas.
da tiene su origen en la revolución sexual de los
La muerte suele producirse a distancia, en hos-
años sesenta, que ha transformado el mundo co-
pitales y otras instituciones.
nocido por casi todos los nacidos después de esa época.
¿Cómo se traducen estos cambios en nuestra política?
¿Cuál crees tú que ha sido el efecto de esa revolución?
Impactan profundamente. Consideremos, por ejemplo, las protestas públicas a favor del de-
Lo más evidente es que separó la procreación
recho al aborto, que se han convertido en algo
y la recreación, facilitando así que hombres y
habitual. Estas protestas son únicas en térmi-
mujeres tuvieran relaciones sexuales sin conse-
nos emocionales. Presentan a los manifestan-
cuencias, o eso es lo que han afirmado sus de-
tes, generalmente mujeres, gritando en lo que
fensores. Sin embargo, la revolución ha tenido
parece una especie de éxtasis religioso. Parecen
56
delirar de felicidad cuando las decisiones de los
a los demás, así como más ignorante del tipo de
tribunales o de otros estados amplían el acceso al
criaturas que somos y de lo que necesitamos para
aborto. En Estados Unidos, a veces se puede ver a
llevar una vida plena. La legalización del abor-
estos manifestantes bailando en la escalinata de
to en Occidente —la insistencia en que debe-
la Corte Suprema, agitando los brazos y tocan-
mos poder matar a los nuestros para vivir— no
do música a todo volumen, como si el derecho a
es progreso. Es un retroceso civilizatorio. In-
destrozar a los microhumanos fuera, de alguna
cluso los animales no humanos protegen a sus
manera, el motivo de una alegre fiesta. Se vio el
crías. Nosotros, en cambio, estamos erosionando
mismo teatro político extraño en Irlanda, cuan-
nuestra habilidad para hacer lo mismo.
do se legalizó el abortó allí; en Polonia durante las protestas; así como también en Chile y otras
Varios autores han considerado la disolución de
naciones. Esa imagen refleja exactamente lo que
la “familia tradicional” o como un hecho inevi-
quiero decir cuando afirmo que la revolución se-
table del progreso…
xual ha dañado a los hombres y mujeres de hoy. Cualquiera que tenga una experiencia cotidiana
La idea de que la desaparición de la familia equi-
con bebés humanos sabe lo mucho que se pa-
vale al progreso es otro de los absurdos que nos
recen a los fetos que fueron. Y cualquiera que
vemos a obligados a vivir como resultado de la
haya sostenido alguna vez a un bebé prematu-
revolución sexual. El punto aquí es simple. Un
ro entenderá el horror de la muerte en el vien-
niño que no tiene un padre en casa, por ejemplo,
tre materno.
ha sufrido una pérdida evidente. La vida continuará. Y el niño superará o no ese déficit. Pero es
¿Por qué crees que este tipo de argumentos no
despiadado decir que no ha perdido nada, afir-
son escuchados en la esfera pública?
mar fríamente que las pérdidas familiares que nos rodean son victorias morales.
En parte, porque no vivimos con los ritmos del nacimiento y la muerte como nuestros antepa-
Pero dentro de la familia también pueden ocu-
sados. Decir esto no es glorificar el pasado, es
rrir abusos y dinámicas muy nocivas...
simplemente reconocer que la gente solía tener una experiencia más profunda de la que se tiene
Sí, ese abuso es un pecado y un crimen. Cualquier
hoy. Muchas mujeres y hombres vivirán ahora
persona racional diría que las transgresiones fí-
hasta la vejez sin haber tenido nunca en brazos
sicas o sexuales dentro del hogar deberían ser
a un recién nacido, sin haber cuidado a alguien
castigadas con todo el peso de la ley. Pero, ¿esos
anciano y frágil, o sin haber formado una familia.
raros acontecimientos hacen que la familia en sí
Ese déficit, esa ausencia de la experiencia hu-
sea intrínsecamente mala como institución? La
mana elemental, nos está afectando a todos. Está
gran mayoría de la gente diría que no. La gran
haciendo que la humanidad sea más indiferente
mayoría, incluso en una época que se aleja del
57
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
cristianismo, ama a sus familias y a sus miem-
De hecho, solo puede ser un comportamien-
bros. Solo hay que pensar en lo que ocurrió du-
to aprendido. Si se le pregunta a un niño de seis
rante la pandemia, cuando muchas personas
años si prefiere a su propia familia o a una familia
solo sobrevivieron a esa terrible época porque
“elegida” inventada, por utilizar un término de
podían apoyarse en sus familiares, y cuando las
moda en Estados Unidos en estos momentos,
personas que no tenían conexiones familiares
diría que la primera. Es natural gravitar hacia lo
eran especialmente vulnerables.
propio: hacia su gente, así como su pueblo, ciudad u otro lugar que se considere como hogar.
INSTITUCIONES DE DISTINTO TIPO
Piense que muchas personas hoy en día se desviven por hacerse pruebas de ADN, para
Has resaltado el lugar que juega la educación
averiguar si comparten una conexión genética
universitaria en todo esto. ¿Por qué crees que es
con otras personas. Nada puede ser más natural
tan relevante?
que el instinto que hay detrás de esa curiosidad: el deseo de saber a dónde pertenecemos y con
El posmodernismo tóxico en las universidades
quién. Lo que es innatural es el deseo moderno
les dice a los estudiantes que hoy observen a la
de fingir que esos profundos sentimientos no
familia natural con hostilidad. Nótese bien: esa
existen. Personas que desean rehacer o descartar
postura adversa hacia la familia es enseñada.
la naturaleza humana en nombre de los nuevos
58
bienes políticos deben denigrar a la familia,
de cada individuo, y especialmente de cada
porque los vínculos familiares son como los re-
niño. Entre ellas se encuentran las de educación
ligiosos: anteriores al Estado.
moral y, sobre todo, de formación en el amor, cooperación y abnegación que se aprenden en la
La idea de que esta disolución de la familia
primera comunidad.
tiende a dejar a los individuos en una especie de vacío, a la intemperie, es recurrente en
¿Y el mercado?
tu obra. ¿Dónde crees que una persona que no tuvo la oportunidad de nacer en una familia es-
En cuanto al mercado, el capitalismo, o el mo-
table puede encontrar una comunidad o sopor-
vimiento relativamente libre de dinero y aso-
te similar?
ciación, ha hecho que los países y las personas estén materialmente mejor de lo que estuvieron
Esta es una pregunta muy buena y profunda. No
sus antepasados. El comercio relativamente libre
es una exageración decir que el futuro del mun-
también ha estimulado las innovaciones, inclui-
do occidental depende de su respuesta, porque
das las médicas, que han dado lugar a la espe-
cada vez somos más los que nacemos, como se-
ranza de vida más larga de lo que el mundo ha
ñalas, en el seno de la ruptura producida por la
podido ver jamás. En su ámbito, el mercado es
revolución sexual. Cada vez somos más lo que no
una fuerza para bien. Pero decir que los indivi-
conocemos la familia estable como un hecho de
duos pueden ser abandonados a su suerte en todo
vida. Por eso, el colapso de la
momento —el credo liber-
religión es potencialmente
tario— es dar al mercado un
catastrófico para nuestras sociedades. El cristianismo,
Si la historia del Estado de
en particular, incluye a todos
bienestar demuestra algo,
sus miembros en comunida-
es que el Estado es un pobre
des tanto terrenales como sobrenaturales. Llama a sus
sustituto de un hogar amoroso.
seguidores “hijos de Dios” y
poder que no merece y que no debe ejercer. Los seres humanos son criaturas sociales, solo podemos aprender y prosperar en compañía de otros, y esa prosperidad, ese aprendizaje, comienza
los sitúa en relación con los demás, como “her-
en la primera sociedad: la familia. El individua-
manos y hermanas” en Cristo. En otras palabras,
lismo tiene un sentido limitado en el mercado
a las personas que se han visto privadas de una
remunerado. Pero no existe una familia de indi-
sólida familia terrenal propia, el cristianismo les
vidualistas. El individualismo que no es modera-
proporciona otro hogar donde experimentan el
do es anarquía.
poder primordial de los seres humanos unidos por un propósito común. El cristianismo toma a
En tu ensayo Cómo el mundo occidental perdió
los huérfanos literales y los transforma en her-
realmente a Dios explicas que en algunos casos
manos figurados.
vivimos en un mundo abiertamente “anticristiano”. ¿En qué aspectos de la vida observas
¿Es el Estado capaz de llevar a cabo una tarea
este fenómeno?
similar? Hoy estamos frente a una cultura secularista Si la historia del Estado de bienestar demuestra
basada en la revolución sexual que quiere sus-
algo, es que el Estado es un pobre sustituto de
tituir al cristianismo como la visión dominan-
un hogar amoroso. El gobierno puede propor-
te del mundo en occidente. Este competidor no
cionar ayuda material a las familias desestruc-
es neutral respecto al cristianismo, es hostil. El
turadas, como a menudo debe hacer. Pero las
cristianismo tradicional incluye un código mo-
burocracias llenas de trabajadores anónimos no
ral que se remonta a Jesucristo. Este código pone
pueden satisfacer las necesidades inmateriales
fuera de los límites varios comportamientos que
59
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NTRE V IS TA
eran populares entre los paganos de la época: el
nal: soy padre, primo, tío, hermano, cuñado, etc.
divorcio, la anticoncepción, el infanticidio o el
También se puede definir la respuesta de forma
aborto. El neopaganismo actual busca restaurar
relacional mediante la referencia a la religión:
estos comportamientos a la neutralidad moral,
soy cristiano, es decir, hijo de Dios.
tal vez incluso a la superioridad moral. Su anta-
La estabilidad relativa de ayer respondía a la
gonismo hacia el irradicable código moral cris-
pregunta central de la política de la identidad:
tiano profamilia hace del neopaganismo la antí-
“¿quién soy?” Muchos ya no tienen un círculo
tesis del cristianismo.
fiable de almas de confianza presentes durante toda la vida temprana y adolescente. Tampoco
¿En qué se traduce esta oposición?
tienen acceso a una religión organizada, sobre la que muchos son ahora, efectivamente, anal-
Esta fe secularista es, repito, anticristiana como
fabetos. Esta falta de conocimiento humano no
principio y en su puesta en práctica. Lo vemos
es culpa suya. Pero sí plantea retos sociales de
en pequeñas formas: por ejemplo, en los es-
nuevo cuño.
fuerzos por despojar a los países de Occidente de imágenes religiosas, como los crucifijos en
¿Crees que las tensiones políticas y estallidos
lugares públicos. Lo vemos también en cosas
sociales pueden estar relacionados con la cues-
más grandes. Recordemos cómo la administra-
tión del “¿quién soy?” y la pérdida de los víncu-
ción del Presidente Obama trató de obligar a las
los familiares?
Hermanitas de los Pobres a proporcionar anticonceptivos, violando sus creencias religiosas.
Sí, en gran parte. La ciencia animal muestra que
Sin embargo, los seres humanos están orienta-
cuando los animales son separados radicalmente
dos hacia un horizonte trascendental, nos guste
de sus familias, se vuelven disfuncionales. Esto
o no. Y la propia historia humana no puede en-
se debe a que no pueden relacionarse entre sí y
tenderse al margen de esa verdad. Las personas
aprender unos de otros como los animales es-
que se denominan de “ninguna religión” no son,
tán hechos para hacerlo. Nosotros, los seres
de hecho, irreligiosas, son seguidores de la fe
humanos, lo vemos claro en los ejemplos de los
alternativa que hemos estado discutiendo: la fe
elefantes, monos o delfines. Es por eso que hay
del secularismo ascendente.
una creciente toma de conciencia sobre el bien-
LA CONSTANTE PREGUNTA POR EL ORIGEN
estar de los animales en todo el mundo: porque la ciencia ha demostrado que los animales no humanos tienen sociedades propias fascinantes e intrincadas, comenzando por sus propias situa-
En uno de tus libros, explicas que “¿quién soy?”
ciones familiares.
es una pregunta humana universal. A continua-
Necesitamos aplicar esa misma visión a no-
ción, afirmas que la pérdida del “don” ha pro-
sotros mismos, al Homo sapiens. Desde hace
vocado la búsqueda frenética de una identidad.
seis décadas, la humanidad ha realizado un
¿Cuál sería ese “don”?
experimento perturbador con su propia especie. Hemos absorbido mensajes contrarios a nuestro
Efectivamente, la pregunta de “¿quién soy?” es
bienestar, como que las familias son problemá-
una pregunta humana universal. Resuena a lo
ticas; que tener descendencia no importa, o que
largo de la historia de occidente: en las artes oc-
la reproducción puede ser incluso algo malo; que
cidentales, en la literatura, en los textos sagrados
debemos “elegir” a las personas más cercanas
y en la música. Todo gira en torno a la búsqueda
y queridas para nosotros, al igual que podemos
de ese sentido, en torno a la búsqueda de situarse
“elegir” acabar con la vida de nuestros fetos,
en el cosmos mayor. Hasta hace muy poco esta
nuestros abuelos y otras personas más pequeñas
era una pregunta cuya respuesta era evidente.
y débiles. Eso es lo que decidimos en virtud de las
Se podía definir la identidad de forma relacio-
leyes perpetuamente reinventadas por el Estado.
60
¿Y qué consecuencias tiene esta dinámica?
¿No implica esto el olvido de una parte importante de nuestra civilización?
Estos mensajes son potencialmente desastrosos para el tipo de criaturas sociales que somos. Este
Occidente corre el peligro de olvidar verdades
experimento de vida fracturada y no familiar ha
clave sobre lo que los seres humanos necesitan
dado lugar a la crisis de soledad omnipresente en
para construir vidas positivas, ricas en signi-
las naciones materialmente ricas de Occidente.
ficados y buenas obras. No necesitamos menos
Está detrás del gran uso de drogas psicotrópi-
personas en nuestras vidas, sino más de las que
cas para la depresión, y muchas otras dolencias,
aprender, de las que amar, por las que sacrifi-
que ahora están en niveles récord, especialmente
carse. Creo que lo destructivo de este fenóme-
entre los jóvenes. Es responsable del aumento de
no no se entiende bien en nuestro tiempo, pero
la delincuencia, el ausentismo escolar, los pro-
que se hará más evidente con cada año que pasa,
blemas de conducta y mucho más. La mayoría
incluso en las sociedades cuyos líderes piensan
de los delincuentes violentos proceden de hoga-
que han ido “más allá” de la religión. Han per-
res rotos. Todos los sociólogos lo saben. Muchos
mutado la fe que moldeó la historia de Occidente
simplemente pretenden hacer saber, por razones
por una que es lógicamente defectuosa, moral-
políticas, que esto no importa.
mente inferior y metafísicamente insignificante. Podemos esperar que sus descendientes descubran algún día esa verdad y traten de corregir ese error en aras de una sociedad más sana, productiva y empática.
Cómo el mundo occidental perdió realmente a Dios Mary Eberstadt Rialp, 2014 304 páginas
Gritos primigenios Cómo la revolución sexual creó las políticas de la identidad Mary Eberstadt Rialp, 2020 146 páginas
61
Medioambiente y límites: la ‘ecología de la relación’ de Spaemann FRANCISCA ECHEVERRÍA
Ilustración: Soledad Castillo
62
L
a discusión pública sobre la crisis ecológica
ecológica centrada en la idea de relación, que
suele plantearse hoy como una disyuntiva entre
puede aportar luces interesantes a la reflexión
antropocentrismo y ecocentrismo. Se trata de
ambiental actual.
una cuestión que ha estado en medio del debate en teoría política ecológica de las últimas déca-
Dos versiones del antropocentrismo
das, y también de la controversia constitucional chilena: ¿es el mundo natural un mero recur-
La obra de Spaemann deja entrever una prime-
so a disposición de las comunidades humanas o
ra simetría entre el antropocentrismo produc-
es, como plantean algunos, sujeto de derechos?
tivista y los enfoques ecocéntricos vinculados a
Aunque en la reflexión académica el espectro de
la ecología profunda, a primera vista opuestos.
posiciones es amplio y lleno de matices, la opi-
En efecto, ambas perspectivas tienden a consi-
nión pública tiende a articularse en torno a dos
derar al ser humano como exterior a la naturale-
polos: por una parte, la perspectiva que sostiene
za, como un agente separado que, o se sirve del
una superioridad del ser humano y que, en con-
mundo natural como un mero recurso, o bien
secuencia, entiende la relación persona-mundo
debe limitar lo más radicalmente su acción —que
natural en términos fundamentalmente instru-
es considerada una intrusión ilegítima— sobre
mentales; y por otra, aquella que rechaza cual-
él. Para Spaemann, la raíz de esa idea de sepa-
quier tipo de jerarquía entre las especies y busca
ración entre persona y mundo, común en ambas
proteger a la naturaleza no humana de una re-
perspectivas, se encuentra en última instancia
lación que considera necesariamente predatoria.
en el dualismo cartesiano, que lleva a concebir
Ambas perspectivas, en apariencia contra-
al individuo como subjetividad separada, como
puestas, poseen sin embargo puntos en común,
pura conciencia. Desde esa óptica, que prescin-
como pone de manifiesto el pensamiento ecoló-
de de la corporalidad como parte integrante de la
gico de Robert Spaemann. Este filósofo alemán
identidad humana, las relaciones del sujeto con
se distancia tanto del antropocentrismo instru-
el mundo material —incluido su propio cuerpo—
mental como del ecocentrismo conservacionis-
tienden a ser vistas como estrictas relaciones
ta, y sugiere que este último podría ser tan an-
sujeto-objeto1. En otras palabras, tanto el antro-
tropocéntrico como aquello que busca combatir.
pocentrismo como el llamado ecocentrismo pre-
Su enfoque de la cuestión ecológica da cuenta de
suponen una separación radical entre personas
la primacía del ser humano en el conjunto de la
y naturaleza no humana, como si se tratara de
naturaleza y, al mismo tiempo, reconoce el va-
mundos diversos e irreconciliables, que pugnan
lor intrínseco del mundo natural no humano, no como un mero recurso a utilizar, sino como una realidad “en sí”, que también requiere ser reconocida y custodiada. Se trata de una perspectiva
1
Cf. Robert Spaemann, Lo natural y lo racional (Santiago: IES, 2011), 117; Robert Spaemann, Ética, política y cristianismo (Madrid: Palabra, 2007), 204.
63
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
por sus respectivos intereses. Aunque cada una
pareciera que la misma protección ecológica se
de estas perspectivas ponga énfasis en un polo
plantea en ocasiones como un nuevo problema
distinto, ambas comparten la idea de un indi-
técnico a resolver, esta vez desde la optimiza-
viduo que se encuentra de algún modo fuera de
ción de parámetros ambientales o la minimi-
la naturaleza, que le resulta ajena. La misma
zación radical de la intervención humana sobre
formulación del problema ecológico como una
la naturaleza?
disyuntiva entre ambas alternativas implicaría aceptar acríticamente ese supuesto separatista.
De este modo, no es imposible pensar que, mientras el antropocentrismo productivista no
Esa separación entre persona y naturale-
parece captar la gravedad de la crisis ambiental
za posee enormes consecuencias en la relación
—o la considera simplemente una cuestión de
que se establece con ella. Según Spaemann, esta
regulaciones técnicas—, cierto ecocentrismo,
perspectiva, propia de la ciencia de los últimos
aunque teóricamente se distancia de la idea de
tres siglos, ha llevado a aproximarse al mundo
dominio, en la práctica plantea un control de la
como objeto: lo que se busca no es compren-
acción humana sobre la naturaleza que también
derlo, sino fundamentalmente dominarlo2. Esto
podría ser considerado una forma de interven-
queda reflejado en la vieja pregunta de Hobbes,
ción radical. Lo anterior se puede ver, por ejem-
para quien lo relevante no sería tanto qué es la
plo, en los discursos de supervivencia y control
naturaleza, sino qué podemos hacer con ella. Esa
de la natalidad de los años setenta, o en las nue-
voluntad de modificación y dominio, visible en
vas versiones vinculadas a la reducción de emi-
el desarrollo científico y técnico de los últimos
siones de carbono, según las cuales abstenerse de
siglos, se encuentra en el corazón de la idea de
tener hijos sería un modo de “salvar el planeta”.
progreso ilimitado que ha regido a la modernidad
El supuesto implícito es la idea de un ser humano
occidental y que puede ser considerada como la
fundamentalmente depredador, cuya llegada al
raíz de la crisis ecológica. La conciencia moderna
mundo sería, en lenguaje económico, puro cos-
tiende a tratar la realidad como una materia
to. Es fácil percibir la lógica instrumental tras
susceptible de ser optimizada, donde el hori-
esta óptica: se trata de un análisis costo-bene-
zonte último de la acción humana parecer ser la
ficio aplicado a la totalidad de la existencia, que
maximización del rendimiento en los diversos
parece respaldar la tesis de Hartmut Rosa de la
ámbitos vitales (profesional, físico, intelectual,
pérdida de un cierto sentido de lo indisponible en
económico, afectivo) y la consiguiente supera-
la tardomodernidad4.
ción de cualquier límite.
La lectura de Spaemann sugiere, en suma,
La pregunta que plantea la obra de Spaemann
que aquello que en ocasiones se plantea como
es si la sensibilidad ecológica contemporánea
ecocentrismo no sería más que otra versión del
consigue sustraerse de esa lógica optimizadora.
antropocentrismo: una nueva forma en que la
El autor sugiere que existe una simetría entre
voluntad del sujeto se erige como criterio último
el antropocentrismo instrumental y el ecocen-
de la acción humana sobre el mundo. Si es cierto
trismo conservacionista también en este punto:
que la idea de ser humano como una subjetivi-
mientras el primero interpreta la naturaleza de
dad separada está unida a la actitud de dominio,
modo exclusivamente funcional por referencia a
la superación del antropocentrismo en todas sus
las necesidades humanas, el segundo seguiría, en
versiones supone una reconsideración del lugar
gran medida, preso de ese mismo funcionalismo,
del sujeto en el conjunto del mundo natural.
en la medida en que tiende a proponer políticas de control tecnocrático análogas3. En efecto, aunque a primera vista sea contraintuitivo, ¿no
2 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 198-99. 3 Cf. Robert Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar (Madrid, 2003), 439.
64
4 Cf. Hartmut Rosa, Lo indisponible (Barcelona: Herder, 2020).
El sujeto y el reconocimiento de lo real
grandeza. Y justamente en virtud de esa posición excéntrica, de esa capacidad de autotrascenden-
Es fundamental, entonces, volver a conside-
cia, se encuentra en condiciones de destruir y al
rar al ser humano como parte de la naturaleza.
mismo tiempo de cuidar6. Desde esta aproxima-
Esta idea de que el hombre no es un extraño en
ción, la reflexión política sobre estilos de vida
el mundo se vincula al hecho concreto de su cor-
auténticamente sustentables supone un redes-
poralidad. Esto tiene enormes consecuencias:
cubrimiento de lo que significa ser persona y,
los seres humanos no son afuerinos en el mun-
por tanto, de esa capacidad única de relativizar
do, que lo utilizan o conservan como algo ajeno,
la propia postura para asumir el punto de vista
sino que se encuentran en íntima conexión con
de otros. Porque “solo cambiar de posición y ver
todo lo que existe. La naturaleza no es para ellos
al otro como real plantea la razonabilidad de su
solo un entorno exterior, mero “medioambien-
objetivación e instrumentalización”7.
te”, sino su hábitat común, su morada, el lugar al que pertenecen.
A ese cambio de perspectiva, a esa capacidad de percibir al otro como auténticamente real,
Spaemann reconoce dos intereses humanos
Spaemann la llama reconocimiento, un térmi-
fundamentales: dominar el mundo y habitar en
no que ha sido utilizado en sentidos diversos.
él, originados en el afán de afirmarse en una na-
Se trata de captar el valor intrínseco de todos
turaleza predominantemente adversa. Ambos
los seres, de su ser “en sí” y no solo “para mí”.
intereses son legítimos (no es posible sobrevivir
Implica comprender a los demás entes no solo
sin dominar la naturaleza
como entorno de la propia
en cierta medida), pero re-
existencia, sino como lo ab-
quieren ser conciliados. El
solutamente otro8. Ese res-
equilibrio entre ellos hace
La verdadera conciencia
posible que el dominio no se
ecológica implicaría admitir
límite a la disponibilidad
vuelva despótico, arbitrario,
que la voluntad del sujeto no
absoluta, es posible gracias
y que el sujeto encuentre en el cosmos su propio hogar, que lo experimente como
es el centro ni el criterio último de la realidad.
peto por el ser del otro, ese
a la capacidad humana de salir de la posición central, que lo abre a la realidad de lo incondicionado. Así, para el
cercano. Porque “las cosas, de un lado, son objeto de nuestro dominio y, de
hombre no existen en absoluto puras relaciones
otro, nos son cercanas, […] son de algún modo
sujeto-objeto: la relación propiamente humana
semejantes a nosotros. Somos seres vivos entre
con la realidad es una relación de coexistencia9.
otros seres vivos”5.
El reconocimiento —núcleo de una auténtica
Desde esta perspectiva, el ser humano es parte
conciencia ecológica— sería entonces la capta-
de la naturaleza y, a la vez, posee una posición
ción tanto de la alteridad como de la semejanza, la
singular en ella. Siguiendo a Plessner, Spaemann
conciencia de encontrarse frente a otro que tiene
califica esa posición de excéntrica, basada en la
una realidad propia y que, a la vez, nos es cerca-
capacidad del sujeto de relativizarse a sí mismo
no. No se trata de volver intocable la naturaleza
y sus propios deseos, y de reconocer el valor que
—la cultura misma implica transformar la tie-
los otros seres tienen en sí y no solo referido a
rra—, sino de comprender y respetar su propio
las necesidades humanas. Esa posición única,
ser, porque la transformación creativa solo es
por la que el sujeto está dentro de la naturaleza y a la vez es capaz de distanciarse de su propia naturaleza, constituye su excepcionalidad y su
6 Cf. Spaemann, 368. 7 Spaemann, Lo natural y lo racional, 99. 8 Cf. Spaemann, 96.
5 Robert Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada (Madrid: Biblioteca Palabra, 2014), 241.
9 Cf. Robert Spaemann, Personas. Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien” (Pamplona: Eunsa, 1996), 90.
65
66
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
posible a partir de cierta intelección de lo dado10.
a conocer. Para él, “la felicidad del hombre está
Lo anterior se traduce, por ejemplo, en evitar las
vinculada precisamente a la riqueza de lo real no
modificaciones irreversibles del sustrato natural
referida al hombre mismo”12.
en el que transcurre la vida humana . Esto su-
El argumento apunta, entonces, al valor in-
pone tanto la conciencia del valor intrínseco de
trínseco de la naturaleza, más allá de su rendi-
los ecosistemas y las diversas especies, como una
miento o utilidad. Reconocer ese valor supone
forma de solidaridad humana intergeneracional,
abrirse a la pregunta acerca de qué es esa natu-
que busca dejar el mundo a las generaciones si-
raleza y no solo plantearse qué podemos hacer
guientes en condiciones habitables.
con ella. ¿Qué es una montaña, un río, un cóndor,
11
En suma, la verdadera conciencia ecológi-
un bosque? ¿Es algo más que materia articulada,
ca implicaría admitir que la voluntad del sujeto
disponible para la satisfacción de las necesidades
no es el centro ni el criterio último de la reali-
y los deseos humanos? Se trata de una pregun-
dad. Y ese “descentramiento” es precisamen-
ta fundamental para el pensamiento ecológico,
te la antípoda del antropocentrismo. La obra de
pero que ciertas categorías conceptuales vin-
Spaemann invita así a una apertura a la realidad
culadas a la idea de progreso ilimitado vuelven
más allá de la voluntad soberana del individuo, y
difíciles de responder. En efecto, aunque algu-
previene también contra la tentación de negar la
nas corrientes ecocéntricas serían las primeras
singularidad de ese mismo sujeto, que es el único
en afirmar que la naturaleza no es solo materia
capaz de cuidar y también es parte fundamental
disponible para satisfacer nuestras demandas,
de aquello que requiere ser cuidado.
las dificultades se plantean en las preguntas que siguen: ¿por qué?, ¿qué es esa naturaleza que
La cuestión del valor intrínseco
no existe solo para el consumo humano? ¿En qué reside su valor? Para Spaemann, la dificul-
El desarrollo seguido hasta aquí da cuenta de una
tad para responder esas preguntas —también
posición singular de las personas en el conjunto
por parte de quienes buscan superar la relación
de lo que existe, pero, como se ha señalado, re-
instrumental del hombre con el mundo— se en-
chaza la postura antropocéntrica que considera
cuentra, en último término, en el rechazo de la
la naturaleza como algo únicamente funcional
interpretación teleológica de la naturaleza que
al uso humano. El mundo natural es valioso no
ha dominado el pensamiento moderno desde sus
solo por lo que reporta al hombre, y Spaemann lo
orígenes. En perspectiva aristotélica, conocer la
ilustra al observar que nos entristecemos por la
naturaleza de las cosas quiere decir conocer su
extinción de una especie que nunca llegaremos
finalidad, su orientación, su tendencia constitutiva. Para la ciencia moderna, en cambio, conocer la naturaleza es escudriñar hechos brutos, sin
10 Cf. Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 378. 11 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 438.
12 Ibd., 437.
67
LÍMITE S Y PROGRE S O. E NSAYO
articulación interna ni implicaciones normati-
El límite de lo real
vas, sin otra finalidad que la autoconservación . 13
Según la noción teleológica de naturaleza,
Como se ve, la obra de Spaemann propone reha-
cada ser se orienta hacia un fin, un bien, una for-
bilitar la noción de límite, aunque entendido de
ma de florecimiento. Desde esta óptica, la acción
un modo distinto al de los discursos ecológicos
ecológica consiste precisamente en reconocer
de supervivencia16, en la medida en que se dis-
y contribuir a articular el despliegue de los di-
tancia de cualquier idea de restricción externa y
versos seres. Tomando un ejemplo de Platón,
arbitraria. El límite está en lo real, en el télos al
Spaemann considera que un pastor puede buscar
que apuntan todos los vivientes, en su estructura
el bien de una oveja, aunque luego sea vendida
íntima. El límite no viene desde fuera, de reglas
como alimento. Hay un bien para la oveja y hay
abstractas formuladas por iluminados o tecnó-
un bien para el hombre, y considerar ambos es
cratas, por necesarias que sean las soluciones
fundamental para establecer relaciones ecoló-
técnicas en este ámbito. El límite es interior y no
gicas que superen la pura instrumentalización.
es pura negación: es también finalidad, meta,
Cuando la ganadería contemporánea, por el con-
sentido, que requiere ser desentrañado en cada
trario, deja de ocuparse del bien de los animales
momento por los sujetos que actúan. En esa ló-
y solo atiende a la producción eficiente para el
gica, el límite es oportunidad17.
consumo humano, la protección de los animales
El límite estaría en lo real, pero ¿qué es lo real?
tiene que venir desde fuera, desde un protector
¿Cómo reconocemos el bien de la oveja? ¿Cómo
distinto del criador, que dice
discernir qué biodiversidad
representar los “intereses”
debe ser protegida? (una
del animal . 14
Para Spaemann, el punto decisivo está en comprender la cuestión ecológica como
Para Spaemann, el punto decisivo está en comprender la cuestión ecológica como un
pregunta en absoluto trivial si se piensa en la pandemia del coronavirus o en una plaga). Para Spaemann, la
un problema teleológico y
problema teleológico
no solo como un nuevo pro-
y no solo como un nuevo
da lugar a algo así como un
blema tecnológico15. El pen-
problema tecnológico.
deber ser: lo que contiene
samiento teleológico supone que el mundo nos presenta
una cara legible, interpretable por nuestra racio-
naturaleza por sí misma no
son tendencias, susceptibles de interpretación por parte
de seres racionales18. Ahora bien, ¿en base a qué
nalidad y que esa especie de lenguaje no consti-
interpreta el sujeto racional el ser de los otros se-
tuye un límite arbitrario a la voluntad del sujeto,
res? ¿Cómo puede captar racionalmente su bien
sino una clave de sentido para el florecimiento de
si está incapacitado para sentir como siente un
todos los seres. Así, preguntarse por el bien de la
animal, por más que lo intente? La tesis de Spae-
oveja (y ajustar de modo coherente el trato que se
mann es que la inteligencia humana solo puede
le dispensa) no es para el criador una mera res-
reconocer la realidad de los demás seres desde
tricción extrínseca a sus objetivos, sino también
una perspectiva antropomórfica, esto es, a partir
una condición indispensable para su propio des-
de su semejanza con lo humano. Así, compren-
pliegue como ser humano.
der la realidad y reconocerla como real significaría contemplarla “bajo el parecido que tiene con nosotros, es decir, desde el punto de vista
13 Cf. Spaemann, 45-47; Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 184-85. 14 Cf. Spaemann, Sobre Dios y el mundo. Una autobiografía dialogada, 240-41. 15 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 255.
68
16 Cf. John S. Dryzek, The Politics of the Earth. Environmental Discourses (Oxford: Oxford University Press, 2013), 40-50. 17 Cf. Spaemann, Límites, acerca de la dimensión ética del actuar, 47-48 y 255. 18 Cf. Spaemann, Lo natural y lo racional, 117.
antropomórfico, no como objeto sino como Mit-
como el equilibrio en un entramado amplio de
sein [ser-con], como coexistencia” . Desde esta
relaciones recíprocas, donde las personas juegan
perspectiva, el modo de ser de la persona —la
un papel fundamental. Esta manera de aproxi-
reciprocidad interpersonal— es el paradigma del
marse a la cuestión ecológica abre interrogantes
modo de ser de la realidad en sí misma. Todos los
políticas y sociales de primer orden. Por ejemplo,
seres reales se encuentran en dependencia recí-
plantea la pregunta por el modo en que las diver-
proca: reciben y son recibidos. Para Spaemann
sas formas de sociabilidad contribuyen a confi-
“la relación es lo auténticamente real”20, el lími-
gurar cierto tipo de actitudes ecológicas, esto es,
te que nos abre a la dimensión simbólica de toda
la conexión entre dependencias humanas y rela-
la naturaleza.
ciones recíprocas con la naturaleza no humana.
19
La cuestión ecológica, planteada en términos
Esta reflexión sugiere la necesidad de reconsi-
alternativos de antropocentrismo o ecocentris-
derar el papel de la persona y sus vínculos —re-
mo, considera al sujeto y al mundo natural como
lacionado con la capacidad de reconocer el límite
realidades excluyentes y cerradas, en posiciones
de lo real—, de cara a la búsqueda de equilibrios
instrumentales o antagónicas. Una ecología de
ecológicos de largo plazo. Lo anterior conecta
la relación como la que plantea Spaemann tras-
con la cuestión misma del valor intrínseco del
ciende esa dicotomía. Este enfoque relacional, en
mundo natural. En efecto, ¿qué sentido tendría
cierto modo convergente con el trabajo de autores
un mundo sin sujeto, un mundo que no es para
de otras disciplinas21, aborda el desafío ecológico
nadie, despojado de su carácter simbólico, un mundo que es pura materia conservada y no oi-
19 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 199-200. 20 Spaemann, 208. 21 Por ejemplo, David Schlosberg y Luke Craven, Sustainable Materialism. Environmental Movements and the Politics of Everyday Life (Oxford: Oxford University Press, 2019); Sian Sullivan y Michael Hannis, «Relationality, reciprocity and flourishing in an African Landscape», en That All May Flourish: Comparative Religious Environmental Ethics (Oxford, 2018).
kos compartido22? Comprender que esta pregunta puede estar lejos del antropocentrismo constituye quizás uno de los mayores retos del pensamiento ecológico en la actualidad.
22 Cf. Spaemann, Ética, política y cristianismo, 202.
Francisca Echeverría es Ingeniera Comercial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Magíster en Estudios Políticos de la Universidad de los Andes, Chile, y estudiante del doctorado en Ciencia Política en la Universidad de Heidelberg, Alemania. Es también investigadora del Centro de Estudios e Investigación Social Signos de la Universidad de los Andes.
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70
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
71
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
En este texto, publicado en abril de 1990 por la revista First Things, Christopher Lasch se pregunta por la compatibilidad del conservadurismo y el liberalismo a partir de las consecuencias que este último tiene en una sociedad como la nuestra. El modo en que el liberalismo se despliega en la sociedad —en particular, los ámbitos del mercado— es objeto de una aguda crítica por parte de Lasch, quien afirma que el afán por un crecimiento infinito, la ambición económica y el individualismo creciente horadan las condiciones para que las comunidades que dan sentido a la existencia humana —las familias, las iglesias y los grupos— puedan desarrollarse satisfactoriamente. Por medio de una reivindicación del concepto de límite y muy anclado en la realidad estadounidense, el texto hace un lúcido examen de la sociedad contemporánea. No se requiere compartir íntegramente el análisis de Lasch para tomarse en serio sus interrogantes.
La pregunta que tenemos ante nosotros es si
que las personas se preocupen por cosas que van
acaso el conservadurismo cultural es compatible
a ocurrir en el futuro”, dice una activista anti-
con el liberalismo económico, es decir, la filoso-
aborto. “El futuro se cuida a sí mismo”. Otra
fía política del capitalismo. Puesto que, en pri-
mujer, activa en el movimiento provida, dice
mer lugar, la respuesta depende de aquello que
que “no puedes planificar todo en la vida”. Sin
se entienda por conservadurismo cultural, pro-
embargo, para las fuerzas proaborto, la “calidad
pongo no comenzar con una definición abstracta
de vida” depende de la paternidad planificada y
de este término, sino con un análisis del modo
otras formas de planificación racional del futuro.
en que los valores conservadores ingresan a la
Desde este punto de vista, es irresponsable traer
actual discusión sobre el aborto, el mejor ejem-
niños al mundo cuando no se les puede propor-
plo del conflicto cultural que polariza a la socie-
cionar toda la gama de bienes materiales y cul-
dad norteamericana.
turales esenciales para competir con éxito. Es
El estudio de Kristin Luker sobre la contro-
injusto cargar a los niños con desventajas en la
versia del aborto muestra que este no se origi-
carrera hacia el éxito (malformaciones congéni-
na de una especulación abstracta sobre los de-
tas, pobreza o una deficiencia de amor parental).
rechos del no nacido, sino de visiones opuestas
El embarazo adolescente es objetable para los
de la vida y, más específicamente, de visiones
defensores del aborto legal no porque se opon-
opuestas del futuro. “Creo que es una tontería
gan a las relaciones sexuales premaritales, sino
72
porque, desde su punto de vista, los adolescentes
Creen que hombres y mujeres “fueron creados
no tienen los medios para darles a sus hijos las
diferentes y (…) hechos para complementar-
ventajas que merecen.
se unos a otros”. Las feministas de clase media
Para los opositores al aborto, sin embargo,
alta, en cambio, consideran que la creencia en las
esta atención a la “calidad de vida” parece ser
diferencias de género determinadas biológica-
una decisión de subordinar intereses éticos y
mente es la base ideológica de la opresión hacia
emocionales a intereses económicos. Ellos creen
las mujeres.
que los niños necesitan orientación moral más
Su oposición a una visión biológica de la na-
que ventajas económicas. La maternidad es un
turaleza humana va más allá de la afirmación
“trabajo enorme” desde esta perspectiva, no
de que esta sirve para privar a las mujeres de
porque implique planificación económica a lar-
sus derechos. Su insistencia en que las mujeres
go plazo, sino porque “eres responsable, tanto
deberían asumir el “control sobre sus cuerpos”
como te sea posible, de educarlos y enseñarles [a
muestra una impaciencia respecto de restriccio-
tus hijos] (…) lo que crees que es correcto: valo-
nes biológicas de cualquier tipo, junto con una
res morales, responsabilidades y derechos”. Las
creencia de que la tecnología moderna ha libe-
mujeres que se oponen al aborto no están con-
rado a la humanidad de aquellas restricciones y
vencidas de que la seguridad financiera deba ser
ha vuelto posible por primera vez diseñar una
considerada como una condición previa e indis-
mejor vida para la totalidad de la raza humana.
pensable para la maternidad.
Los proaborto celebran las tecnologías médicas
“Los valores y creencias de los proaborto se
que permiten la detección de defectos congéni-
oponen diametralmente a los que poseen los
tos en la gestación y no pueden comprender por
provida”, escribe Luker. Los activistas provida
qué alguien traería al mundo a un niño “dañado”
consideran la maternidad como una vocación
o, lo que es peor, un niño “no deseado” a sabien-
demandante y resienten el menosprecio femi-
das. Desde esta perspectiva, el negarse a recono-
nista hacia las labores del hogar y la maternidad.
cer a esos niños su “derecho a no nacer” podría
Coinciden en que las mujeres debieran recibir la
ser considerado evidencia de incapacidad para
misma paga por el mismo trabajo en el mercado,
ser padres.
pero no están de acuerdo con que el trabajo no
Para algunas personas en el movimiento “por
remunerado en el hogar sea degradante y opre-
el derecho a la vida” este tipo de pensamiento
sivo. Lo que consideran “perturbador en toda la
conduce lógicamente a una ingeniería genética
mentalidad del aborto”, como indica una de ellas,
a gran escala, a una presunción arrogante acer-
“es la idea de que los deberes familiares —criar
ca del poder de realizar juicios sumarios sobre
hijos, administrar una casa, amar y cuidar a un
la “calidad de vida”, y a una voluntad de relegar
marido— son de algún modo degradantes para
no solo a un feto “defectuoso”, sino también a
las mujeres”. Piensan que la pretensión de que
categorías completas de individuos defectuosos
“no existen diferencias importantes entre hom-
o nimios al estatuto de no-personas. Un activis-
bres y mujeres” es bastante poco convincente.
ta provida cuya hija falleció de una enfermedad
73
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
pulmonar, rebate la “idea de que la vida de mi
una transacción entre “adultos que consienten”,
bebé, a ojos de muchas personas, no habría sido
pero que el Estado bien podría reservarse el de-
muy significativa… Solo vivió veintisiete días, y
recho de autorizar embarazos o embarcarse en
ese no es mucho tiempo, pero ya sea que viva-
programas a largo plazo de diseño eugenésico.
mos noventa y nueve años, dos horas o veintisie-
La compleja coexistencia del individualismo
te días, ser humano es ser humano, y realmente
ético y el colectivismo médico nace de la sepa-
no entendemos lo que involucra”.
ración entre sexo y procreación, que convierte al
Quizás lo que divide más profundamente a
sexo en una cuestión de elección privada mien-
los dos grupos del debate sobre el aborto sea la
tras deja abierta la posibilidad de que la pro-
sugerencia de que “realmente no entendemos”
creación y la crianza de los hijos se sometan a
lo que significa ser humano. Para los liberales,
un rígido control público. La objeción de que el
asumir esto equivale a una traición no solo a los
sexo y la procreación no pueden separarse sin
derechos de las mujeres, sino a todo el proyecto
perder de vista el misterio que rodea a ambos les
moderno: la conquista de la necesidad y la susti-
parece a los liberales la peor clase de oscurantis-
tución de los mecanismos ciegos de la naturale-
mo teológico. Por otra parte, para los opositores
za por la elección humana. Una fe incuestionada
al aborto “Dios es el creador de la vida, y (…) la
en la capacidad de la inteligencia racional para
actividad sexual debería estar abierta a ella. (…)
resolver los misterios de la existencia huma-
La mentalidad contraceptiva niega su voluntad:
na —en última instancia, el secreto de la crea-
‘es mi voluntad, no tu voluntad’”.
ción misma— une las posiciones aparentemente
Si el debate del aborto se limitara solo a la
opuestas sostenidas por liberales: que el aborto
pregunta sobre cuándo un embrión se convier-
es una “decisión moral privada” y que el sexo es
te en una persona, sería difícil comprender por
74
qué suscita tantas emociones apasionadas, o por
Propuestas que parecen representar una “dis-
qué se ha convertido en objeto de una atención
tancia con el modo convencional de hacer las co-
política aparentemente desproporcionada en
sas” se topan con su condena automática. Estas
relación con su importancia intrínseca. Pero el
dueñas de casa claramente tienen una “fuerte
aborto no es solo un problema médico, ni siquie-
determinación de hacer bien su trabajo” y ob-
ra un problema femenino que se ha convertido
tienen “una profunda satisfacción al cumplir
en el foco de una controversia mayor acerca del
sus responsabilidades con sus familias y sus
feminismo. Es, en primer lugar y, sobre todo, un
amigos”, pero no se interesan por los objetivos
problema de clase.
a largo plazo. “Sus esperanzas se centran básicamente en seguir adelante y no quieren que sus rutinas sean alteradas: quieren continuar como
***
están, pero, simultáneamente, mejorar sus conLa cultura de la clase media baja, tanto en la ac-
diciones y ganar más libertad”.
tualidad como en el pasado, se organiza en torno
Anthony Lukas presenta el mismo punto, sin
a la familia, la iglesia y el vecindario. Valora más
desaprobación, en su análisis notablemente im-
la continuidad de la comunidad que el progreso
parcial sobre las guerras de las escuelas de Bos-
individual, y la solidaridad más que la movilidad
ton de mediados de los setenta. Lukas contrasta
social. Los ideales convencionales de éxito jue-
la “ética de supervivencia de Charlestown” con
gan papeles menos impor-
el “imperativo estadouni-
tantes en la vida de la clase
dense de salir adelante”. Los
media baja que la mantención de las formas de exis-
Los conservadores son acusados
habitantes de Charlestown, abandonados por el despla-
tencia. Los padres quieren
con frecuencia de una estima
que sus hijos salgan adelan-
exagerada por el pasado, pero
ambiciosos a los suburbios,
te, pero también quieren que
no es tanto la superioridad
han renunciado a “la opor-
sean buenos: que respeten a sus mayores, que resistan la tentación de mentir y en-
moral del pasado sino la incapacidad de escapar de él
gañar, que asuman de buen
lo que les impresiona.
grado las responsabilidades
zamiento de vecinos más
tunidad, el avance y la aventura” por la “seguridad de la comunidad, la solidaridad y la camaradería”. Los observadores de la
que les corresponden y que soporten la adversi-
clase media alta no pueden ocultar su desdén por
dad con fortaleza. El deseo de “preservar su es-
lo que ven como un fatalismo pequeñoburgués.
tilo de vida” —dice E. E. LeMasters en un estudio
Un ensayo que intenta explicar la “Subutiliza-
sobre obreros de la construcción— es prioritario
ción de servicios de atención médica en la clase
respecto del deseo de ascender en la escala so-
trabajadora” [Underutilization of Medical-Care
cial. “Si mi hijo quiere utilizar una maldita cor-
Services by Blue-Collarites] señala que las clases
bata toda su vida y rebajarse ante algún jefe es su
sociales en Estados Unidos se separan por con-
derecho, pero, por Dios, también debería tener el
cepciones opuestas acerca del cuerpo. “Pareciera
derecho de ganarse una vida honestamente con
que la clase de profesionales [white collar] en-
sus manos si eso es lo que quiere”.
tiende el cuerpo como una máquina que debe ser
Los sociólogos han observado, usualmen-
preservada y mantenida en perfecto funciona-
te con cierta desaprobación, que la clase tra-
miento, ya sea a través de aparatos prostéticos,
bajadora pareciera no tener ambición. Según
rehabilitación, cirugía cosmética o tratamiento
Lloyd Warner, las dueñas de casa de las clases
perpetuo, mientras que los grupos de trabaja-
trabajadoras establecen el tono dominante del
dores [blue collar] piensan que el cuerpo tiene
conservadurismo cultural. Se adhieren a un có-
un tiempo limitado de utilidad: es disfrutado en
digo “rígido” y “convencional” de moralidad y
la juventud y luego sufrido y soportado estoica-
casi nunca se atreven a “intentar algo nuevo”.
mente con el avance de la edad y la decrepitud”.
75
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
Se podría suponer que el realismo de la clase
retorno de lo reprimido; que nunca podemos su-
trabajadora debería ser moralmente preferible
perar del todo nuestros orígenes, y que la liber-
a la concepción que la clase media alta tiene del
tad, por consiguiente, comienza con un recono-
cuerpo como una máquina que requiere “tra-
cimiento de las limitaciones dentro de las cuales
tamiento perpetuo”. Sin embargo, los autores
tiene que operar.
de este artículo llegan a la conclusión contraria.
El conservadurismo no es necesariamente au-
Sostienen que una aceptación estoica de la de-
toritario y jerárquico en su aplicación. Si los con-
cadencia corporal refleja una “imagen personal
servadores son insuficientemente críticos con
dañada”.
las instituciones existentes y con las tradiciones
Un análisis de los conflictos culturales recien-
tras ellos, se debe a que su comprensión de la
tes refuerza la conclusión —provocada por la
falibilidad humana les hace ver la necesidad de
exposición a tradiciones conservadoras de pen-
estructuras que disciplinen el corazón rebelde y,
samiento político y social— de que la esencia del
al mismo tiempo, provean de soporte moral en
conservadurismo cultural es un cierto respeto
medio de las incertidumbres y decepciones de
por los límites. La principal noción conservadora
la vida. Esta misma apreciación de la debilidad
es que la libertad se encuentra constreñida por
y rebeldía humanas tiene consecuencias iguali-
las condiciones naturales de la vida, el peso de la
tarias, que pueden contrarrestar la tendencia a
historia, la falibilidad del juicio y la perversidad
confundir el orden social con la jerarquía.
de la voluntad humana. Los conservadores son acusados con frecuencia de una estima exagera-
***
da por el pasado, pero no es tanto la superioridad moral del pasado sino la incapacidad de escapar
Otra tendencia compensatoria en el pensamien-
de él lo que les impresiona. Lo que somos es en
to conservador es la preferencia por la autoridad
gran medida heredado en forma de género, dota-
local antes que la centralizada. Precisamente
ción genética, instituciones y predisposiciones,
porque los conservadores comprenden lo fácil
incluyendo la predisposición universal de resen-
que es sucumbir a la tentación —sobre todo a las
tir estas limitaciones a nuestra libertad y soñar
tentaciones del poder—, intentan asegurarse de
con abolirlas. Lo que se llamaba pecado original
que el poder se encuentre lo más disperso posi-
en una era pasada hace referencia al aspecto más
ble. Una conciencia de los límites se revela, de
preocupante de nuestra herencia natural: la in-
otra forma, en la creencia conservadora de que
capacidad natural que tenemos de someternos
amamos y respetamos individuos particulares,
con gracia a nuestra posición subordinada en un
no a la humanidad como un todo, y que la pro-
orden más grande de cosas.
mesa seductora de una hermandad universal es
Sin lugar a duda, los conservadores se han
un sustituto pobre para las comunidades locales,
equivocado al confundir la sumisión a los límites
en las cuales los poseedores del poder son inme-
naturales de la libertad humana con la sumisión a
diatamente responsables ante sus vecinos.
la autoridad política establecida. La distribución
Si consideramos que el conservadurismo im-
existente de poder político no se encuentra or-
plica un respeto por los límites, esto es claramen-
denada por la naturaleza —mucho menos por el
te incompatible con el capitalismo moderno o
cielo— pero no se sigue que, debido a que nues-
con la ideología liberal del crecimiento económi-
tras instituciones puedan ser modificadas por un
co ilimitado. En términos históricos, el liberalis-
acto de voluntad colectiva, podamos convertir-
mo económico reposaba sobre la creencia de que
nos en lo que queramos o, incluso, que podamos
los apetitos insaciables del ser humano —antaño
alterar las condiciones de nuestra existencia sin
condenados como fuentes de inestabilidad so-
pagar un precio. El valor del conservadurismo
cial e infelicidad personal— podían impulsar la
reside en la idea de que quienes buscan escapar
máquina económica (del mismo modo en que la
del pasado renuncian a cualquier esperanza de
curiosidad insaciable del ser humano impulsó el
reconciliarse con él y se exponen a un inesperado
proyecto científico) y, por ende, garantizar una
76
expansión inacabable de las fuerzas productivas.
ambición, la vanidad, la codicia, y un respeto
Para los fundadores de la economía política en el
moralmente inapropiado por “los placeres de
siglo XVIII, el carácter autogenerado de las ex-
las distinciones vanas y vacías de la grandeza”.
pectativas crecientes, nuevas necesidades, gus-
Según Smith, en la “languidez de la enfermedad
tos adquiridos y nuevos estándares de bienestar
y la fatiga de la vejez”, la insignificancia moral
personal, dieron lugar a una forma de sociedad
de los bienes mundanos aparecía en su verdade-
capaz de expandirse indefinidamente. Su rup-
ra luz, pues ni las posesiones ni la belleza ni la
tura con las formas anteriores de pensamiento
utilidad, tan ampliamente admiradas en “cual-
radica en la afirmación de que las necesidades
quier producción de arte”, probaron ser capaces
humanas no deberían ser consideradas natura-
de traer la verdadera felicidad en condiciones
les, sino históricas y, por lo tanto, insaciables. En
adversas. Sin embargo, el ser humano rara vez
la medida en que el suministro de comodidades
contempló el asunto bajo esta “luz abstracta y
materiales crecía, los estándares de comodidad
filosófica”, y “es bueno que la naturaleza se im-
aumentaban también, y la categoría de necesi-
ponga sobre nosotros de esta manera”, tal como
dades terminó por incluir bienes anteriormente
escribió Smith en La teoría de los sentimientos
considerados un lujo. La envidia, el orgullo y la
morales, en un pasaje alusivo por vez primera a
ambición hicieron que los seres humanos desea-
la “mano invisible”, que conduce a los seres hu-
ran más de lo que necesitaban, pero estos “vicios
manos a acumular riquezas y, de este modo, a
privados” se convirtieron en “virtudes públicas”
servir inadvertidamente como benefactores so-
estimulando la industria y
ciales en su búsqueda de po-
la invención. Por otra parte,
sesiones atractivas, pero en
el ahorro y la negación personal
significaban
estan-
camiento económico. “No
La propiedad privada (...) enseña virtudes
encontraremos inocencia ni
de responsabilidad,
honestidad más generaliza-
trabajo y devoción por la
das”, escribió Bernard Mandeville, “que entre los menos ilustrados: la gente pobre y
autosubordinación a tareas humildes pero indispensables.
tonta de campo”. Los “pla-
última instancia vacías. “Es este engaño el que estimula y mantiene en movimiento continuo la industria de la humanidad”. Aun si permanecían inalterables por el “engaño” en el corazón de su sistema, los filósofos de la abundancia
ceres del lujo y las ganancias del comercio”, se-
no podían suprimir por completo la reserva más
gún David Hume, “despertaron a los hombres de
práctica respecto que un orden social fundado
su indolencia” y produjeron “mejorías en cada
en la promesa de la abundancia universal po-
rama tanto del comercio interno como externo”.
dría tener dificultades para justificar aún los sa-
Tanto Hume como Adam Smith sostenían que
crificios mínimos que presupone una economía
un creciente deseo por comodidades materiales
autorregulada. Hume señaló que una ética de la
—interpretado equivocadamente por algunos
abundancia podía debilitar incluso la inclinación
críticos republicanos que veían en el comercio
de posponer la gratificación. Los seres humanos
un signo de decadencia e inminente colapso so-
“están siempre mucho más inclinados a prefe-
cial— generaba nuevos empleos, nueva riqueza y
rir intereses presentes que aquellos distantes y
niveles siempre crecientes de productividad.
remotos”, observaba; “y no es fácil para ellos
Smith no dudó en llamar la atención acerca
resistir la tentación de cualquier ventaja que
de las características moralmente problemá-
podrían disfrutar inmediatamente”. Mientras
ticas del nuevo orden. Puesto que estaba tan
“los placeres de la vida son pocos”, esta forma
confiado en que la seductora expectativa de
de tentación no implica una gran amenaza para
abundancia universal barrería cualquier obje-
el orden social. Sin embargo, se podía esperar
ción a sus consecuencias éticas, pudo reconocer
que las sociedades comerciales intensificaran
que el capitalismo liberal fue alimentado por la
su búsqueda de “entretenimientos febriles y
77
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
vacíos”, pues la “avidez (…) de adquirir bienes
ya en el último cuarto del siglo XIX, parecía re-
y posesiones”, advertía Hume, “es insaciable,
flejar una impaciencia creciente respecto de las
perpetua, universal, y directamente destructiva
limitaciones impuestas por las responsabilida-
para la sociedad”.
des y los compromisos a largo plazo. La pasión por salir adelante había comenzado a implicar el ***
derecho a comenzar desde cero cada vez que los compromisos anteriores se volvieran excesiva-
Durante el siglo XIX, la esperanza de que el co-
mente gravosos.
mercio pudiera volver “fáciles y sociables” a los
El desarrollo económico debilitó los pila-
seres humanos, y no codiciosos y rapaces, se
res económicos y morales del “Estado familiar
sostuvo en gran medida en la institucionaliza-
bien ordenado”, tan preciado por los libera-
ción de la gratificación aplazada, supuestamente
les del siglo XIX. El negocio familiar dio lugar a
suministrada por la familia. Filántropos, huma-
la corporación, la granja familiar (más lenta y
nitarios y reformistas sociales sostuvieron a una
arduamente) a una agricultura colectivizada y
sola voz que la revolución de las expectativas
controlada en última instancia por los mismos
crecientes implicaba un estándar más elevado
bancos que habían organizado la consolidación
de vida doméstica, no una orgía de autocompla-
de la industria. Los levantamientos agrarios de
cencia activada por fantasías de riqueza personal
las décadas de los setenta, ochenta y noventa del
exorbitante, fortunas adquiridas sin esfuerzo
siglo XIX fueron la primera ronda en una bata-
a partir de la especulación o el fraude, y abun-
lla larga y perdida por salvar la granja familiar,
dancia de vino y mujeres. El hecho de que una
consagrada por la mitología norteamericana,
sociedad comercial promoviera semejantes am-
incluso hoy, como el requisito sine qua non de
biciones no dejaba de preocuparles, y fue para
una buena sociedad, pero sometida en la práctica
contrarrestar este sórdido sueño de éxito, este
a un ciclo ruinoso de mecanización, endeuda-
impulso desenfrenado de hacerse con riquezas,
miento y sobreproducción.
que los promotores de un desarrollo económico
La implacable erosión del capitalismo sobre
más ordenado daban tanta importancia a la fa-
las instituciones de propiedad proporciona la
milia. Desde su punto de vista, la obligación de
evidencia más clara de su incompatibilidad con
mantener a una esposa e hijos disciplinaría el
cualquier cosa que merezca el nombre de con-
individualismo posesivo y transformaría al po-
servadurismo moral. Obviamente, hay mucho
tencial jugador, especulador, dandi o estafador
por decir desde el punto de vista conservador
en un proveedor consciente. Al unir consumo y
acerca de la institución de la propiedad priva-
familia, los guardianes del orden público espe-
da, que enseña las virtudes de responsabilidad,
raban no solo animarlo, sino también civilizar-
trabajo y devoción por la autosubordinación a
lo. Su confianza en que los nuevos estándares de
tareas humildes pero indispensables. Sin embar-
bienestar promoverían la expansión económica y
go, el capitalismo del siglo XX ha reemplazado
nivelaría las distinciones de clases, uniría nacio-
la propiedad privada por una forma corporativa
nes e, incluso, aboliría la guerra, es imposible de
de propiedad que no confiere ninguna de estas
entender a menos que recordemos que presupo-
ventajas morales y culturales. La transforma-
nía la domesticación de la ambición y el deseo.
ción de los artesanos, campesinos y otros pe-
Por supuesto, a la larga, este intento de esta-
queños propietarios en asalariados socava los
blecer a la familia como un contrapeso al espíritu
“valores tradicionales” que los conservadores
codicioso era una causa perdida. Mientras más se
desean preservar.
identificó al capitalismo con la gratificación in-
Incluso el “sueldo familiar” —el último in-
mediata y la obsolescencia programada, mayor
tento por salvaguardar la independencia de las
fue el desgaste inclemente de los pilares mora-
clases productoras— ha tomado el camino de la
les de la vida familiar. El aumento en las tasas
empresa y la granja familiares. Ya no es una ley
de divorcios, una fuente de gran preocupación
no escrita del capitalismo estadounidense que
78
la industria intentará mantener los sueldos a un
feministas, quienes tienen sus propias razones
nivel que permita que un solo ingreso sostenga
para rechazar los “valores familiares”.
a una familia. Hacia 1976, solo el 40% de todos los trabajos pagaban lo suficiente para soste-
***
ner un hogar. Esta tendencia refleja, entre otras cosas, una baja radical en las fuerzas de trabajo
El sueldo familiar era en sí mismo un mal susti-
cualificadas, la sustitución de trabajo califica-
tuto para la propiedad, incluso cuando la prác-
do por maquinaria y un vasto incremento en el
tica se ajustaba a la teoría. A principios del siglo
número de trabajos de poca paga que no exigen
XIX era casi universalmente aceptado que la de-
cualificaciones, muchos de los cuales, por su-
mocracia debía ampararse en la distribución más
puesto, ahora son ocupados por mujeres. Tam-
amplia posible de la propiedad. Tras la Guerra
bién refleja el triunfo de una ética consumista
Civil, el surgimiento de una clase de asalaria-
que incentiva a los varones estadounidenses a no
dos —hombres y mujeres con poca esperanza de
definirse como sostén de la familia, sino como
adquirir propiedad— levantó serias preguntas
sibaritas, amantes, expertos en sexo y estilo (en
acerca del futuro de la democracia.
pocas palabras, como playboys, para utilizar el
Incluso aquellos que no tenían conflicto con
revelador término de Hugh Hefner). La idea de
el capitalismo, como E. L. Godkin (editor del
que el hombre tiene la obligación de sostener
Nation y el New York Evening Post), admitieron
una mujer y una familia es tan repulsiva para los
que la aversión de los hombres trabajadores a
editores de Playboy como lo es para las militantes
la “esclavitud del sueldo” era justa. “El recibir
79
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
sueldo”, señaló Godkin en 1868 “(…) es consi-
que, desde su punto de vista, constituía el primer
derado por el mundo como un signo de depen-
paso hacia el comunismo.
dencia, de inferioridad social y moral”. Un hom-
Lo que los conservadores parecían no entender
bre que trabajaba por un salario se convertía en
era que las leyes de oferta y demanda ya habían
“sirviente, en el sentido antiguo de la palabra:
quedado derogadas por una serie de políticas que
una persona que ha rendido cierta parte de su
discriminaban a favor de grandes corporaciones
independencia social”. Las objeciones al trabajo
a costa de cualquier otro interés. En efecto, la
asalariado, añadía Godkin, eran “muy similares
política gubernamental, no solo en Estados Uni-
a aquellas que se podrían utilizar contra la ex-
dos, sino también en otros países industriales,
clusión de una gran proporción de la población
subsidió una forma de cooperación (la corpora-
del trabajo en el gobierno (…). Hasta que las cla-
ción multimillonaria), desalentando otras. Ni la
ses trabajadoras tomen parte inteligente y acti-
propiedad de pequeña escala ni sus equivalentes
va, es decir, participen con sus cabezas y con sus
morales —empresa cooperativa entre pequeños
manos en las operaciones industriales del día,
productores y artesanos— podía prosperar sin el
nuestras condiciones sociales deben ser consi-
apoyo de políticas estatales mucho más radicales
deradas endebles”.
que cualquier alternativa que los conservadores
Godkin, un liberal del siglo XIX cuyos instintos
estuvieran dispuestos a considerar.
sociales eran rigurosamente conservadores, no
De hecho, la mayor parte de los conservadores
se inmutó, al menos al comienzo, por las con-
ni siquiera atendió el asunto tanto como Godkin.
secuencias de su posición.
No admitieron la necesidad
Sostuvo que el único modo
de cooperación en ninguna
de preservar las ventajas
forma. Pensaban en la propia
morales de la propiedad in-
La ruina universal de la
dividual bajo las condiciones
izquierda se revela en su
individuo ante la ley. Tam-
negación a conceder validez
bién individualizaron a los
modernas de producción era algún tipo de empresa cooperativa. De otro modo, “los dueños del capital y los due-
a objeciones conservadoras respecto del Estado de bienestar.
ños del trabajo deben formar
empresa como si fuera un
trabajadores,
rehusándose
a reconocer la necesidad de organización de la clase trabajadora en cualquiera de
dos clases separadas y distintas”, cada una con
sus formas. Se aferraron a la ilusión de que ganar
su patología característica: un sentido de supe-
un salario solo era una condición temporal y que
rioridad arribista e injustificada en una y hábitos
cualquier trabajador podía convertirse en capi-
serviles de dependencia en la otra.
talista si estaba determinado a tener éxito. La
El único error de Godkin fue suponer que
pretensión de que la propiedad estuviese todavía
la cooperativa podía prosperar en un sistema
disponible para cualquier persona con ambición
completamente desarrollado de producción ca-
suficiente desacreditó al conservadurismo en la
pitalista. Cuando los granjeros bajo presión for-
opinión de los pensadores serios.
maron cooperativas para conservar sus tierras y
Herbert Croly, editor fundador del New Repu-
evitar hundirse como arrendatarios, los bancos
blic y socialista gremial, resumió todo el asun-
destruyeron su movimiento reteniendo el crédi-
to de la propiedad muy claramente en 1914, al
to. Los granjeros, asediados, organizándose en el
mismo tiempo que explicó qué estaba mal con
Partido Populista, buscaron entonces el crédito
la respuesta conservadora. En los Estados Uni-
en el gobierno federal. Esta iniciativa también
dos del pasado, los “pioneros o demócratas
fue rechazada con la ayuda de conservadores
territoriales”, como los llamó Croly, “tenían
como Godkin, quienes se horrorizaron con la
todas las promesas de la independencia econó-
sugerencia de que el Estado pudiera interferir le-
mica como poseedores de sus propias tierras”.
gítimamente en las leyes de oferta y demanda, lo
Pero la “apropiación privada del dominio público
80
rápidamente transformó al pueblo estadouni-
gremiales, quienes desafiaron brevemente a los
dense de una democracia de propietarios libres
socialdemócratas en el liderazgo del movimiento
a una de asalariados” y levantó la pregunta cen-
laborista durante el período que precedió inme-
tral a la cual las sociedades modernas aun no
diatamente a la Primera Guerra Mundial. Según
encuentran respuesta: “¿cómo pueden los asala-
Georges Sorel, la superioridad del sindicalismo
riados obtener una cantidad o grado de indepen-
sobre el socialismo residía en su apreciación de
dencia económica análoga a aquella con la que
la propiedad, descartada por los socialistas como
contaba el pionero demócrata?”. Croly sostenía
la fuente del provincianismo petit bourgeois y el
que los programas de bienestar (seguro contra el
atraso cultural. Sorel sostenía que, sin dejarse
desempleo, contra la enfermedad y para la vejez;
impresionar por las diatribas marxistas en con-
medidas para reforzar condiciones saludables
tra de la idiotez de la vida rural, los sindicalis-
de trabajo; sueldo mínimo) representaban, en
tas valoraban el “apego manifestado por cada
el mejor de los casos, una respuesta muy par-
trabajador verdaderamente calificado hacia las
cial. Los conservadores objetaron que semejan-
fuerzas productivas que se les confiaba”. Respe-
tes reformas podían simplemente promover un
taron el “amor de los campesinos por su tierra,
“sentido de dependencia”, y esta crítica, admi-
su viñedo, su granero, su ganado y sus abejas”.
tió Croly, tenía “mucha fuerza”. Sin embargo, la solución de los conservadores, a saber, “que
***
la única esperanza del asalariado es convertirse en un propietario”, era tan inconsistente con la
El hecho de que Sorel hablara de estas posesio-
tendencia del industrialismo moderno que era
nes como cosas “confiadas” al hombre mues-
difícil tratarla “con paciencia y cortesía”. La afir-
tra cuán radicalmente difería de los marxistas,
mación de que el ahorro y el sacrificio permitiría
quienes compartían la comprensión liberal de
a los trabajadores convertirse en propietarios era
la naturaleza como materia bruta que debía ser
muy poco convincente. “Si los asalariados han de
transformada para el goce humano. Pero difería
convertirse en hombres libres” —y “la tarea más
también de los conservadores, quienes hicieron
importante de la organización social democráti-
de la propiedad un fetiche, sin ver que su valor
ca” es hacer libres a los hombres—, se requiere
residía solo en el estímulo que le entregaba a la
algo más que exhortaciones a trabajar más duro
producción, que podía ser fomentada también
y gastar menos.
de otras formas. “Todas las virtudes atribuidas a
El hecho de que la mayoría de los conservado-
la propiedad no tendrían ningún significado sin
res se haya conformado con estas exhortaciones
las virtudes generadas por una cierta manera de
da una idea de la ruina intelectual del conserva-
trabajar”. No era solo la propiedad, sino también
durismo del siglo XX. Por otro lado, la ruina inte-
la oportunidad de inventar y la independencia lo
lectual de la izquierda se revela en su negación a
que hacía del trabajo algo interesante y, a juicio
conceder la validez de objeciones conservadoras
de Sorel, las mismas ventajas podían ser recrea-
respecto del Estado de bienestar. La única críti-
das en fábricas una vez que los mismos trabaja-
ca consistente al “Estado servil”, como lo llamó
dores comenzaran a ejercer responsabilidades en
Hilaire Belloc, provino de aquellos que deman-
el diseño de la producción.
daban la restauración de la propiedad (junto con
La crítica sindicalista al capitalismo tenía ver-
las medidas drásticas requeridas para prevenir la
dadera autoridad, porque se apoyaba en la idea
acumulación de riquezas y propiedad en manos
de que el capitalismo no podía estar a la altura
de unos pocos) o el equivalente de la propiedad
de la promesa que lo volvía moralmente atrac-
en la forma de algún tipo de producción coo-
tivo en primer lugar: la promesa de la propiedad
perativa. La primera solución describe la posi-
universal. Al igual que G. D. H. Cole, los sindica-
ción de populistas como Belloc y Chesterton; la
listas y los socialistas gremiales se dieron cuenta
segunda, la posición de sindicalistas y socialistas
de que la esclavitud, no la pobreza, era realmente
81
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S C ATE
el problema. Vieron que la reducción del trabajo
comerciante”. Los ataques de la derecha a la
a mercancía —la esencia del capitalismo— re-
“nueva clase” invocan clasificaciones sociales
quería la eliminación de todos los lazos socia-
enraizadas en la tradición populista, apelando a
les que impedían la circulación libre del traba-
las “clases productoras” para que se levanten en
jo. La destrucción de los gremios medievales, el
contra de la clase parasitaria de solucionadores
reemplazo del gobierno local por una burocracia
profesionales de problemas y relativistas mora-
centralizada, el debilitamiento de los lazos fa-
les. Así, William Rusher se refería al surgimien-
miliares y la emancipación de las mujeres suma-
to de una “elite verbalista”, “ni empresarios ni
ban “pasos sucesivos en el (…) abaratamiento de
manufactureros, sino trabajadores asalariados
la materia prima del trabajo”, todo conseguido
y campesinos” como el “gran hecho central” de
bajo la “consigna” del progreso. Mientras que
la historia reciente de Estados Unidos. “Los pro-
los marxistas aceptaban la lógica colectivista del
ductores de Estados Unidos”, dice Rusher, “(…)
capitalismo y proponían simplemente colectivi-
tienen un interés económico común en limitar el
zar la producción de punta a cabo, los sindica-
crecimiento de esta clase rapaz e improductiva”.
listas, los populistas y los socialistas gremiales condenaron el capitalismo moderno por razones
***
profundamente conservadoras: porque requería (en palabras de A. R. Orage, editor del New Age) la
La importancia de los “problemas sociales” en
“destrucción progresiva de nuestro sistema so-
el advenimiento de la nueva derecha —abor-
cial hasta sus átomos”.
to, discriminación positiva, transporte público,
En el siglo XX, el conservadurismo se ha alia-
educación, medios de comunicación, “permisi-
do de modo incongruente con el libre mercado,
vidad” liberal— ha sido frecuentemente desta-
incluido el libre mercado laboral. En otras pala-
cada. Estos problemas dramatizan el conflicto
bras, lo que consideramos conservadurismo se
entre la cultura de la clase media baja, centrada
ha aliado con las mismas fuerzas que han traído
en la familia, y la cultura ilustrada de los profe-
consigo la “destrucción progresiva de nuestro
sionales de la clase media alta. Sin duda, los re-
sistema social hasta sus átomos”. Parece que la
sentimientos raciales también han contribuido
defensa de valores conservadores no puede ser
al surgimiento de la nueva derecha, pero no ver
confiada a los conservadores. Si el conservadu-
más que una “reacción blanca” en el rechazo al
rismo implica un respeto por los límites, localis-
liberalismo es no darse cuenta de los antago-
mo, una ética del trabajo opuesta al consumismo,
nismos de clase que subyacen a la guerra civil
un rechazo al crecimiento económico ilimitado y
cultural. Lo que se está rechazando no es solo el
cierto escepticismo respecto de las ideologías del
liberalismo racial sino toda la “cultura del dis-
progreso, es más plausible encontrar su hogar en
curso crítico”, en los términos que Alvin Gould-
la tradición populista que en la tradición del libre
ner ha utilizado para describir la visión de esta
mercado que promueve el conservadurismo de
nueva clase (la impaciencia con restricciones
moda en la actualidad.
impuestas por el pasado, la creencia de que el
Es sugerente el hecho de que la derecha esta-
crecimiento personal e intelectual demanda un
dounidense deba parte importante de su éxito
repudio de nuestros padres, el entusiasmo por
reciente a su pretensión de seguir la herencia
cuestionar todo, el hábito de mofarse y ser irre-
populista. Al igual que los populistas del pasado,
verente). Como hemos podido observar, los va-
los voceros de la nueva derecha se presentan a sí
lores pequeñoburgueses se oponen directamente
mismos como los enemigos de la riqueza y el pri-
a la ética ilustrada de la liberación personal y el
vilegio y los defensores del “hombre corriente de
autodescubrimiento. Son el producto de expe-
la calle”. Usando las palabras de George Walla-
riencias que fomentan, más que una sensación
ce: el “hombre en la fábrica textil”, el “hombre
de posibilidad infinita, una conciencia de los lí-
en la fábrica de acero”, el “peluquero” y el “es-
mites que frustran las aspiraciones humanas.
teticista”, el “policía de patrulla”, el “pequeño
Fueron estos valores pequeñoburgueses los que
82
formaron la tradición populista en el pasado y
a su límite. Queda claro que una distribución
que ahora encuentran expresión en la política
más equitativa de la riqueza requiere al mismo
cultural de la nueva derecha.
tiempo una reducción drástica en el estándar de
El populismo cultural de la derecha está despojado en gran medida de su contenido económico
vida disfrutado por las naciones ricas y las clases privilegiadas.
y político y, por lo tanto, no aborda el problema
En estas condiciones, el antiguo ideal de te-
que debería tener ocupada la imaginación de los
ner una competencia —un pedazo de tierra, una
conservadores: cómo preservar las ventajas mo-
tienda pequeña, una vocación útil— se vuel-
rales de la propiedad en un mundo de produc-
ve una ambición más razonable y valiosa que el
ción a gran escala y organizaciones gigantescas.
ideal de abundancia. En la tradición populista, la
Esta pregunta plantea dificultades tan formida-
competencia posee variedad de matices morales:
bles que los intentos por lidiar con ellas pueden
se refiere al sustento conferido por la propiedad,
desembocar fácilmente en frustración y en un
pero también a las habilidades requeridas para
sentimiento de inutilidad. Sin embargo, es una
mantenerlo. El ideal de la propiedad universal
pregunta ineludible, y no solo para los conserva-
encarna un conjunto más humilde de expectati-
dores culturales.
vas que el ideal de consumo universal, que supo-
La ideología dominante en Occidente, la idea
ne acceso universal a una oferta proliferante de
del progreso, siempre se ha apoyado en la ex-
bienes. Al mismo tiempo, encarna una definición
pectativa de que, a fin de cuentas, la abundancia
más esforzada y moralmente demandante de la
económica le daría a todos espacio para el ocio,
vida buena.
cultivo personal y refinamiento —ventajas an-
El tema principal del debate político contem-
taño reservadas para los más ricos—. Lujo para
poráneo debería ser cómo revivir el ideal de la
todos; este era el sueño del progreso en su ver-
propiedad universal en condiciones sociales que
sión más cautivadora. Sin embargo, incluso si
lo hacen más deseable que nunca, pero casi in-
este fuera un objetivo moralmente deseable, ya
concebible institucionalmente. Nuestros nietos
no es realizable, puesto que los recursos nece-
tendrán dificultades para comprender —y mu-
sarios para mantener la abundancia universal,
chas más para perdonar— nuestra falta de vo-
hasta hoy considerados inagotables, se acercan
luntad para plantearlo.
Christopher Lasch (1934-1994) fue un relevante intelectual estadounidense que ejerció como Watson Professor de Historia en la Universidad de Rochester. Por medio de su reflexión, siempre lúcida e independiente, elaboró una de las críticas más agudas al individualismo que veía crecer con preocupación a fines del siglo XX. Escribió una docena de libros, entre los cuales destacan La cultura del narcicismo (1979), The True and Only Heaven (1991) y La rebelión de las élites (1996). La versión original de este ensayo fue publicada en First Things en abril de 1990. Agradecemos a los editores de First Things por permitir la reproducción de su versión en castellano en este número de Punto y coma.
83
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
h o r a s en la Desde los albores de la modernidad, la idea de progreso usualmente se ha comprendido como un constante avance hacia el futuro. Y para lograrlo, se ha supuesto que cualquier límite debe ser derribado. Aunque los avances de la técnica hacen que el ser humano parezca cada vez menos condicionado, esta idea de progreso ilimitado parece abrir una serie de interrogantes y desafíos para el hombre contemporáneo. En esta sección, un libro fundamental del alemán Robert Spaemann que aborda precisamente estos asuntos es observado desde dos puntos de vista, reconociendo en el concepto de límite un ancla para reflexionar sobre este tópico. Luego, distintos autores abordan la reflexión sobre el progreso, sus límites y el derrotero tanto del pensamiento conservador como de corrientes que lo cuestionan desde la filosofía política, la literatura o la antropología.
84
biblioteca Contrapunto de Manfred Svensson y María José López sobre Límites, de Robert Spaemann Pablo Ortúzar sobre Progreso y desilusión, de Raymond Aron Mariana Canales sobre Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro Joaquín García-Huidobro sobre Antígona, de Sófocles Santiago Orrego sobre Conservadurismo, de Robert Nisbet María José Naudon sobre Lo postumano, de Rosi Braidotti
85
Contrapunto Muchas filosofías de origen ilustrado creyeron ciegamente en un progreso constante y sostenido, por medio del cual los seres humanos derribarían los distintos límites que asomaran en su camino. Sin embargo, esa ilusión ha mostrado su falibilidad una y otra vez. El medioambiente, las culturas, las fronteras políticas, los recursos económicos o el mismo cuerpo humano han sido una constante barrera al deseo del hombre de avanzar sin ninguna otra consideración que un futuro siempre mejor que el presente. Una de las reflexiones más profundas acerca de esta realidad es la que desarrolló el filósofo alemán Robert Spaemann (1927-2018), cuyo libro Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar, reseñan Manfred Svensson y María José López para el presente número de Punto y coma.
¿Autolimitación o emancipación? MANFRED SVENSSON
Sobre Límites. Sobre la dimensión ética del actuar (Pamplona: Eunsa, 2003), de Robert Spaemann En su autobiografía dialogada, Sobre Dios y el
describirlo como una comunidad de valores,
mundo, el filósofo alemán Robert Spaemann
pues esa es una fórmula con la que ocasional-
evoca el singular modo en que recuerda haber
mente describimos nuestras propias sociedades.
experimentado la ocupación de Alemania tras
Efectivamente, toda comunidad descansa, en
la derrota del nacionalsocialismo. Las sancio-
último término, sobre algún valor compartido:
nes que recaerían sobre quien violara el toque
lo que esa fórmula tiene de verdadero parece ser
de queda (y otras restricciones semejantes)
trivial. La cuestión decisiva es cómo se articula la
eran draconianas. Pero la principal impresión
existencia de cierta orientación compartida con
de Spaemann tras escuchar a Eisenhower era lo
la posesión de un derecho en común. Después de
que se podía leer entrelíneas: que, cumpliendo
todo, uno es parte de las comunidades moder-
con estas normas, a uno no le ocurriría nada. Era
nas por el compromiso de respetar su derecho,
la reaparición de la seguridad jurídica, aunque
incluso si uno desprecia los principios sobre los
fuese bajo un estrictísimo régimen de ocupación.
que ese derecho descansa. Una de las preocu-
La ausencia de esta seguridad había sido central
paciones recurrentes de Spaemann durante sus
en la brutal experiencia de los años anteriores, y
últimas décadas fue la creciente erosión de esta
su reaparición señalaba el resurgimiento de una
posición central.
comunidad de derecho. Durante los doce años
Según podía observar, un elenco de “valores
previos, escribe Spaemann, no se había tratado
fundamentales” comenzaba a reemplazar al dis-
de una comunidad de derecho, sino que de una
curso de los derechos fundamentales; y aunque
comunidad de valores.
sea de una manera distinta a la nacionalsocialis-
Este modo de describir el régimen nacional-
ta, esto se presta para una verdadera “tiranía de
socialista puede parecer extraño. No solemos
los valores” (siguiendo la frase de Carl Schmitt).
86
La tiranía de los valores, en efecto, acecha tam-
introducido por la mayor tecnificación de nues-
bién a los regímenes democráticos. Ella puede
tras vidas: en una economía de otra escala y ca-
caracterizar su política exterior (“Valores contra
rácter, la ganancia que se dejaba de percibir por
personas” se titula un capítulo de Límites sobre
cerrar el domingo era menor. Hoy, en cambio, la
la guerra en Kosovo), y de modo creciente tam-
producción frenética no puede detenerse, pero
bién su vida interna: los valores reclaman no solo
nos prometemos que la riqueza generada garan-
la conformidad de nuestros actos, sino nuestra
tiza una mayor flexibilidad futura: sacrificar el
adhesión interior. La presión que ejerce la lla-
domingo no parece un precio muy elevado ante
mada “corrección política” sobre nuestra liber-
tal promesa.
tad interior se relaciona muy estrechamente con este hecho.
Pero tratar el domingo así —o el sábado entre los judíos, o el viernes en una cultura islámica—
Aunque estas preocupaciones atraviesan la
supone ya haberlo equiparado a cualquier otro
obra completa de Spaemann, Límites es un libro
día, supone tratarlo solo en función del modo
particularmente relevante para quien quiera fa-
en que permite responder a nuestras necesida-
miliarizarse con las distintas ramificaciones de
des. Plantearse las cosas de ese modo ya es haber
esta mentalidad en los dilemas éticos del pre-
renunciado a que en nuestro ritmo de vida haya
sente. Porque en nuestro mundo hay discursos
algo que escape a esa funcionalización, algo que
relativistas, pero es mucho más fuerte la presen-
exista por sí mismo, que se justifique por sí mis-
cia de un vago discurso valórico que se traduce
mo, algo que permita entendernos a nosotros
fácilmente en crudo utilitarismo: no debe haber
mismos al margen de cualquier función. De ahí
límite a lo que podamos hacer los buenos, quie-
que el ejemplo sea tan central: si hay un día que
nes nos hemos propuesto la emancipación de
escapa a esa lógica, bien cabe llamarlo de “ele-
la humanidad. La obra, dividida en dos grandes
vación espiritual”. Algo que no está simplemente
partes, reúne primero una serie de ensayos de
a nuestra disposición. Pero como fuere que pen-
mediana extensión sobre asuntos de fundamen-
semos sobre el domingo, hay aquí un patrón que
tación general de la ética y, en su segunda mitad,
atraviesa toda la obra: la dignidad humana se
intervenciones de Spaemann en esas cuestiones
manifiesta no solo en la inteligencia por la que
que solemos llamar de “ética aplicada”. Se trata,
podemos expandir nuestro dominio, sino que
además, de textos que atraviesan cuatro décadas,
también, y de modo igualmente central, en la
y que así nos muestran a su autor reaccionando
capacidad humana de autolimitación.
ante varios momentos de la historia contempo-
Lo distintivamente humano es buscar el pro-
ránea con sus problemas específicos: la bomba
pio bien de manera que haga espacio a la consi-
atómica, el sufrimiento animal, las aspiraciones
deración por un interés distinto del propio —el
de salud total, y así sucesivamente.
interés del animal que sufre, por ejemplo—. Si
Es bien revelador que el primero de los textos
en su consideración por el descanso dominical
de la segunda parte no sea relativo a cuestiones
Spaemann parece un radical crítico del mundo
como la eutanasia o el aborto, sino uno dedica-
actual, sus discusiones sobre el sufrimiento ani-
do a la defensa del domingo (que la Constitución
mal, la ecología o la pena de muerte sugieren, en
alemana describe como día “de descanso labo-
cambio, que se esfuerza por proveer de una fun-
ral y elevación espiritual”). ¿Por qué emprender
damentación adecuada a intuiciones que gozan
tal defensa del domingo? ¿Cómo puede un texto
de bastante más popularidad. Después de todo,
así ir al lado de cuestiones que son literalmente
aunque en algunos sentidos Spaemann pueda ser
de vida o muerte (disputas como la de la bom-
contado entre los críticos de la modernidad, no
ba atómica, en las que Spaemann venía partici-
es un antimoderno. Según lo formula él mismo
pando desde fines de los años cincuenta)? Si la
en sus Ensayos filosóficos, su propósito es defen-
singularidad del domingo se ha diluido, apunta
der a la modernidad de la manera en que esta se
Spaemann, la explicación no se encuentra en
interpreta a sí misma.
una simple secularización, sino en un cambio
87
LÍMITE S Y PROGRE S O. C ONTRAPU NTO
¿Cuál es esa manera? Sobra decir que hay mu-
también otros aspectos de ésta, como la misma
chas modernidades y muchas interpretaciones
libertad? No en vano, para Kant el suicidio no era
del mundo en que vivimos. Pero para Spaemann
una manifestación de nuestra autonomía, sino
el núcleo de la ideología de los sesenta, que sigue
su aniquilación. Por lo demás, como nota Spae-
aún activa, es su concepto de emancipación. Si la
mann, al abrir la puerta de la eutanasia se cam-
modernidad se interpreta a sí misma solo desde
bian radicalmente las condiciones bajo las que
esa idea, es difícil que no termine privilegiando
alguien es considerado una carga. Que personas
a los emancipadores (como bien lo describió C.S.
mayores o enfermas se perciban a sí mismas
Lewis en La abolición del hombre). Pero la mo-
como un peso para la sociedad y para sus cerca-
dernidad no está obligada a interpretarse así.
nos es un hecho corriente, pero suele ser mitiga-
Como su maestro Joachim Ritter, Spaemann veía
do porque no eligieron tal situación: es lo que les
la tradición occidental como dotada ella misma
ha tocado, y a sus cercanos les ha tocado llevar-
de un ingrediente emancipador; por lo mismo,
los. Eliminado el tabú de la eutanasia, la cuestión
quien busca la libertad no necesita echar por la
recae en cambio sobre ellos: han elegido seguir
borda esa tradición. Una modernidad que, en
siendo carga, y ya nada podrá contrapesar esa
cambio, incentiva sin contrapesos el proyecto de
autoimagen. La cultura de la autonomía se vuel-
liberación corre el riesgo de minar precisamen-
ca aquí de modo imperceptible pero implacable
te algunos de sus mayores logros. Si Spaemann
sobre los más débiles.
acude con frecuencia a una tradición preceden-
Con todo, el reconocimiento de estos proble-
te —a Platón, Kant y otros— es precisamen-
mas no significa la simple afirmación del tabú.
te porque ahí ve un tipo de reflexión que puede
Una vez que este se ha quebrado, la reflexión de-
salvar intuiciones que pueden ser corroídas por
tenida sobre lo que era cubierto por él contribuye
una ilusión de progreso inconsciente de su pro-
a un esclarecimiento fundamental. Como recuer-
pia ambigüedad.
da Spaemann, Sócrates agradece en una ocasión
Hay pocas materias en que esta reflexión sea
al más destemplado de sus interlocutores, Ca-
tan importante hoy como en la que se refiere a
licles, por haber roto todo tabú, obligando así a
la eutanasia. Como alguna vez escribió Witt-
que la reflexión moral retroceda a sus últimos
genstein y recoge Spaemann, si está permitido
fundamentos. A la luz de esa reflexión se puede
el suicidio, todo está permitido. En dos agudos
recapacitar sobre el sentido que tenía el límite, y
ensayos de este libro, Spaemann muestra las di-
se puede configurar una vez más su existencia de
ficultades a las que se enfrenta un discurso pura-
un modo que responda a los desafíos específicos
mente emancipatorio en torno a esta cuestión. Si
de nuestra propia encrucijada.
puedo poner término a mi vida, ¿puedo enajenar
88
¿Ley natural? MARÍA JOSÉ LÓPEZ
Sobre Límites. Acerca de la dimensión ética del actuar (Pamplona: Eunsa, 2003), de Robert Spaemann
El libro Límites. Acerca de la dimensión ética del
educación, la protección de los animales, la de-
actuar (2003), del filósofo católico Robert Spae-
claración del “Parlamento de las religiones del
mann, se dirige a un público amplio. En él se re-
mundo”, entre otros asuntos.
cogen artículos de revista, capítulos de libros,
Pese a la heterogeneidad del material y a la
conferencias e intervenciones radiales que com-
diversidad de problemas, hay una cierta unidad
pilan una producción de más de cuarenta años de
temática y orientación filosófica bastante clara.
trabajo intelectual involucrado de manera bas-
Para decirlo de manera breve: el libro trata de la
tante directa en el debate público.
crisis ética contemporánea que, a juicio del autor,
La obra se organiza en dos grandes capítulos.
abarca una progresiva restricción de la experien-
El primero, titulado Cuestiones fundamentales,
cia ética contemporánea, como también y de ma-
aborda aspectos más bien generales y teóricos de
nera muy importante, 1) una crisis de la reflexión
la reflexión moral. Por un lado, conceptos bási-
acerca de esa experiencia, según la cual las pers-
cos: la noción clásica de felicidad y de vida prác-
pectivas y herramientas teóricas se encuentran
tica, la oposición entre lo natural y lo racional, la
en un proceso de drástica y trágica limitación.
noción de responsabilidad, virtud, valores y nor-
2) Al mismo tiempo, el autor plantea justamente
mas, etc. Por otro, se tratan cuestiones vincula-
la posibilidad de ampliar la mirada, reapropián-
das a la fundamentación: los derechos humanos
dose de las fuentes teóricas de la filosofía clásica
y la idea de dignidad, la posibilidad de una teleo-
y medieval. Se trata, en definitiva, de averiguar
logía natural como fundamento para una ética
cómo y en qué aspectos los pensamientos de Pla-
universalista, la dicotomía entre ética de princi-
tón, Aristóteles y Santo Tomás, principalmente,
pios y de la responsabilidad, entre otros temas.
nos resultan útiles para dar nuevas perspectivas
En una segunda parte el libro, el filósofo ale-
a problemas morales del mundo contemporáneo.
mán discute y polemiza acerca de problemas
3) Pero no estamos frente a cualquier reapropia-
concretos o ligados a una dimensión más aplica-
ción de estos autores, sino de una en la que es-
da de la ética —aunque el propio Spaemann no
tos son leídos a la luz de la defensa de una po-
aprobaría ese calificativo, pues critica la distin-
sición tradicionalista, como reconoce el propio
ción entre ética teórica y ética aplicada (36)—.
autor y que encontramos identificada también
En estos comentarios a los problemas éticos
por otros1. Esta posición tradicionalista defiende
concretos, Spaemann despliega gran parte de
la idea de la ley natural como fundamento de la
su fina capacidad para describir y distinguir,
ética y del derecho, y es, en definitiva, una ética
tan propia de la casuística tomista que no pa-
católica. 4) Así, la rehabilitación de los clásicos en
rece serle ajena. Se abordan cuestiones disími-
Spaemann va de la mano de una crítica bastante
les, como el debate ético en torno a la bomba
radical aunque no muy detallada al utilitaris-
atómica, la eutanasia, la guerra de Kosovo, cam-
mo y una crítica más restringida, pero tampoco
bios y discusiones legales en torno al aborto y otros temas de bioética, incluida la pregunta por la ética médica. También se reflexiona sobre la
1
Ernst Tugendhat, Lecciones de ética (Gedisa, 1993), 65.
89
LÍMITE S Y PROGRE S O. C ONTRAPU NTO
muy nítida, al “universalismo abstracto” de un
En segundo lugar, Spaemann, como otros
kantismo racionalista en sus versiones contem-
pensadores contemporáneos que también han
poráneas. Presentemos mínimamente los cuatro
sido críticos frente al todo es posible de la técnica,
puntos a ver si con ello podemos dar una idea del
encuentra en el espacio de la filosofía y sus tra-
aporte del libro y las posibles críticas que pode-
diciones un amplio campo de reflexiones acerca
mos formularle.
de la experiencia moral que cumple una impor-
En primer lugar, Spaemann se instala en el
tante función crítica: amplía los conceptos del
horizonte de la enorme crisis moral y social
debate, permitiendo alumbrar experiencias ac-
contemporánea, que se inicia con la radical ex-
tuales que no siempre han alcanzado visibilidad
periencia del nacionalsocialismo y la distorsión
en la discusión pública de las cuestiones morales
que impuso a la “normalidad”, como también
y legales. El rescate de la noción de eudaimonia
de lo prohibido y lo permitido, distinción básica
del mundo clásico y postclásico (helenismo), la
para el establecimiento de limitaciones morales.
incorporación de las pasiones como un elemen-
Se suman, en este contexto, los impresionantes
to constitutivo de la vida moral, la posibilidad de
cambios tecnológicos del siglo XX que trans-
una morale par provision al modo cartesiano, res-
forman de manera decisiva la experiencia de la
pondiendo a un contexto de incertezas, son ideas
especie humana y su futuro, a través de las tec-
estimulantes y que dan mucho que pensar. Y no
nologías bélicas de inusitado poder (bomba ató-
únicamente al filósofo o al especialista en ética,
mica), como también del desarrollo de las nue-
sino primordialmente al ciudadano que vive y
vas técnicas biomédicas y los cambios que estas
encarna esta crisis de la vida ética en su propia
imponen —por ejemplo, la comprensión del co-
experiencia cotidiana.
mienzo y del final de la vida del individuo huma-
El tercer punto es que, más allá de los aportes
no (ingeniería genética)—. Llama la atención en
que el pensamiento clásico y medieval pueden
este campo la fuerte crítica, que Spaemann com-
hacer a la hora de abrir campos de discusión,
parte con otros autores, a un cientificismo que
parece completamente discutible es convertir
sigue un imperativo técnico, éticamente ciego.
esas fuentes en esquemas de fundamentación de
Es este imperativo técnico el que hace aparecer la
la moral. No se aprecia en el libro ni en la posi-
ambigüedad de las éticas aplicadas. Formas “es-
ción de Spaemann el aporte real que involucraría
pecializadas” de ética —bioética, ética médica,
recuperar un concepto de ‘naturaleza’ en el que
ética aplicada en general— que son en realidad,
fundamentar una moral universal, incluso acep-
como se sugiere a lo largo del libro, mecanismos
tando que tal posición —que afirma la necesidad
de promoción y difusión de los dictados de ese
de una fundamentación universal de la moral—
imperativo técnico. Y no, como se pretende, la
tiene todavía sentido. De hecho, en el libro se
instalación reflexiva, y por tanto ético-filosófi-
ensayan distintos conceptos de naturaleza: se la
ca, de la discusión racional en torno a cuestiones
considera, al menos, como origen (no origina-
controvertidas en una sociedad plural.
do), como normalidad (137), como aquello que se identifica con lo racional (136) y también como
90
aquello dado identificable con las dimensiones
Por último, incluso compartiendo la necesidad de
materiales de la existencia humana (138). Esta
una fundamentación universal —a pesar de las
ambigüedad muestra la dificultad de seguir el
serias objeciones y enormes dificultades que esto
camino propuesto por Spaemann. La pregunta
puede involucrar—, aquella sería una tarea ciu-
que uno se plantea es ¿para qué necesitamos fi-
dadana donde distintas religiones e ideas sobre
losóficamente una noción de naturaleza humana
la vida buena logran determinar un piso mínimo
a la hora de fundamentar una moral que tenga
compartido en la moral3. Dicho de otro modo,
pretensiones de universalidad?
para cumplir con ese objetivo sería necesario
En Teoría pura del derecho, Kelsen ha profun-
contar con aquellos deberes de justicia exigibles
dizado en lo difícil que resulta incorporar las
a cualquier ciudadano razonable, que conforman
nociones de derecho y ley natural a la funda-
el más acá de cualquier vida humanamente logra-
mentación normativa contemporánea. Desde
da —para utilizar la feliz expresión que rescata
una perspectiva filosófica, recurrir a lo que se da
Spaemann (98)—. Obviamente que ese mínimo
naturalmente, lo que es, resulta, al menos desde
no es toda la ética, pero es una parte fundamen-
Hume, una vía cuestionable para la construcción
tal de ella, como también un requisito funda-
de normatividad. Más contemporáneamente,
mental de esa forma de vida en común desde la
Tugendhat lo describe así:
tolerancia que hace algunos siglos venimos llamando democracia. En este punto, en el deslinde
La dificultad no reside en el hecho de que
entre ética filosófica y filosofía política se juega,
las cuestiones que se resuelven con normas
a mi modesto juicio, gran parte de lo más valioso
fundadas en la religión sean anticuadas,
de la discusión acerca de lo bueno y de lo malo de
sino en el que es dudoso si en la actualidad
las últimas décadas. Son probablemente Rawls y
realmente sigue siendo lícito el justificar las
Habermas, formas contemporáneas de kantis-
normas morales desde la religión. Una tal
mo, quienes desde su diálogo con el utilitarismo,
justificación presupone que somos creyen-
el primero, y la teoría crítica, el segundo, se dan
tes. (…) Pero, en última instancia, tampoco
a la tarea de reconstruir las posibilidades de una
el creyente puede fundar sus normas mora-
moral que encuentre una fundamentación razo-
les en su fe, al menos si toma en serio a los
nable en el contexto democrático. Se echa de me-
que tienen otra fe y a los no creyentes, por-
nos en el libro de Spaemann, sobre todo frente
que el cumplimiento de las normas morales
al tema de la fundamentación de una moral en el
es algo que —al menos así parece— exigi-
contexto pluralista de una democracia, una dis-
mos de todos, y para poder hacerlo también
cusión más profunda con estos autores.
debemos esperar que las normas puedan resultar aceptables para todos2.
2 Ibid., 15.
3 Adela Cortina, Ética mínima. Una introducción a la filosofía práctica (Tecnos, 1986).
91
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA
El progreso y sus desafíos PABLO ORTÚZAR
Sobre Progreso y desilusión. Las dialécticas de la sociedad moderna (Caracas: Monte Ávila, 1969), de Raymond Aron
En la sociedad moderna, altamente compleja,
todos los sistemas de interacción humanos pero
nuestros vínculos con el entorno se vuelven cada
irreductible a cualquiera de ellos, que resulta
vez más parciales e instrumentales. Nos coor-
efecto más que causa de la interacción entre ellos.
dinamos de manera anónima con los demás, a
Ahora bien, ¿qué distingue específicamente a la
través de mecanismos despersonalizados. Esto
sociedad moderna? La respuesta, de acuerdo al
engendra una sensación de ajenidad y someti-
autor, exige cubrir tres niveles: la dialéctica de la
miento. Sin embargo, al mismo tiempo, las posi-
igualdad, las contradicciones de la socialización
bilidades individuales y colectivas que el sistema
y la dialéctica de la universalidad. Cada nivel im-
nos ofrece sobrepasan las expectativas de todos
plica una dialéctica en la medida en que “se de-
nuestros ancestros. ¿Cómo reflexionar sobre esta
fine por una contradicción entre la realidad y el
situación? Frente a una alta diferenciación fun-
ideal”. En sentido estricto, la sociedad moderna
cional, nuestro conocimiento instintivo parece
es dialéctica porque no tiene un orden fijo más
poco útil. La sociología es la ciencia dedicada a
allá del cambio, y ese cambio carece de objetivos
explorar la sociedad moderna, sus procesos y sus
predeterminados y de leyes evolutivas. No exis-
instituciones. Aspira a ser una tecnología de au-
te, entonces, el progreso lineal y acumulativo, ni
toobservación, capaz de introducir más reflexi-
tampoco un “lado correcto” de la historia.
vidad y racionalidad en nuestras decisiones individuales y colectivas.
La dialéctica de la igualdad, tratada en la primera parte del libro, se refiere al hecho de que
El libro que nos convoca aquí, Progreso y des-
“las sociedades modernas son igualitarias en
ilusión. Las dialécticas de la sociedad moderna,
sus aspiraciones, pero jerárquicas en su orga-
fue publicado por el sociólogo francés Raymond
nización”. En otras palabras, a las tensiones
Aron hace más de cincuenta años, pero sigue
producidas por una sociedad que aspira a llevar
siendo una excelente introducción a la reflexión
al límite sus capacidades de producción, lo que
sociológica. Trata los dilemas centrales de paí-
genera e implica un orden altamente jerárqui-
ses que vivieron procesos que —respetando las
co basado en capacidades objetivas, pero que
diferencias— guardan similitudes con los que
reconoce, al mismo tiempo, iguales derechos a
experimenta Chile hoy. Aron escribe a fines de
la dignidad, la ciudadanía y la felicidad a todos
los años sesenta, cuando la Europa devastada
sus miembros. Esta tensión permanente, señala
por la Segunda Guerra ya lleva más de dos dé-
Aron, hace imposible la estabilidad de cualquier
cadas de progreso acelerado. De hecho, Progreso
sociedad moderna.
y desilusión aparece en 1968, el año de las ba-
La segunda parte del libro trata de las con-
rricadas. Estamos frente a un texto que intenta
tradicciones de la socialización, propias de una
comprender, entonces, cómo es que el desarrollo
sociedad donde se sigue participando de diver-
y la prosperidad son capaces de engendrar frus-
sas organizaciones —en particular de la familia
tración, malestar y enojo.
y las comunidades de trabajo— pero en las que
¿Qué es la sociedad? Aron la define en la intro-
se aspira a la individualidad en un contexto de
ducción como un orden emergente, relacionado a
igualdad. Es decir, se analiza la contradicción
92
entre el deseo de hombres y mujeres de “ser uno mismo” —vivir una vida original, auténtica, elegida por cada cual— y un mundo que, para sustentar esa expresión del yo, demanda someterse a las exigencias alienantes de aparatos de producción y crecimiento económico indiferentes a esa ambición. Finalmente, la dialéctica de la universalidad, tratada en la tercera parte del libro, aborda el fenómeno de la globalización y de la sociedad mundial, desafiando sus ilusiones. Esta dialéctica se produce entre las aspiraciones a la soberanía y el desarrollo de todas las naciones del mundo, y una extrema desigualdad respecto a las condiciones de realización de esas aspiraciones. El cierre del libro, en el capítulo titulado “Tecnología e historia”, reflexiona sobre las ironías y contradicciones del progreso, nacidas de la aspiración moderna a la igualdad, la personalidad y la universalidad —orientadas a la “ambición prometeica” de dominar la naturaleza— y el choque de esa ambición con la condición libre, histórica y política de los seres humanos y sus sociedades. Choque que genera diversas resistencias e irreductibles oposiciones, respecto de
que es, descubriendo y aprovechando sus venta-
las cuales la sociología y la psicología nos pueden
jas en la medida de lo posible, y no ceder a lo que
hacer conscientes, pero no resolver por nosotros.
el filósofo Roger Scruton llamó un “optimismo
Las reflexiones de Aron nos invitan al culti-
inescrupuloso”: la falsa ilusión de que un ajus-
vo de un realismo sin ilusiones. En ese sentido,
te a gran escala acabará con todos los problemas
Progreso y desilusión tiene un efecto terapéutico
de la humanidad, lo que normalmente termina
al proponernos una sana resignación frente a la
en atrocidades. Una idea que Aron resume en un
condición moderna, que nos aleja tanto del vo-
pasaje memorable: “el proletariado demostró
luntarismo utopista como de la desesperación
estar compuesto por seres humanos, no por án-
tremendista. Cada paso que damos soluciona
geles; y aquellos revolucionarios que al principio
viejos problemas creando otros nuevos. Y no hay
pensaban lo contrario, terminaron tratándolos
salida a ese hecho.
como animales”.
Este realismo debería ser bienvenido en un
En cuanto a las ediciones de Progreso y desilu-
país como Chile, que hoy pretende dar nuevos
sión, el original francés es de fácil acceso, con
pasos hacia la igualdad de derechos, pero bus-
ediciones relativamente recientes (Gallimard,
cando no arriesgar, sino multiplicar, su capaci-
1996). El texto en inglés (Penguin, 1972), que
dad económica e institucional. Aron nos advierte
usé para la reseña, es fácil de obtener usado.
que ese camino es áspero y que no tiene fórmulas
Por último, existe una inencontrable edición en
mágicas ni atajos. Y, además, que al final tam-
castellano publicada en Venezuela (Monte Ávila,
poco está el paraíso: podemos heredar un mundo
1969). Dichoso el que se tope con ella en algún
mejor —bajo nuestros propios estándares— a
lado. Más todavía el editor chileno que se motive
nuestros hijos y nietos, pero será uno plagado
a reeditarla con un prólogo de Carlos Peña, qui-
de más problemas y riesgos, no uno más simple.
zás el más leal seguidor de Aron en esta esquina
Por lo mismo, más vale disfrutar el camino por lo
del mundo.
93
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA
Una humanidad paradójica MARIANA CANALES
Sobre Nunca me abandones (Barcelona: Anagrama, 2007), de Kazuo Ishiguro
Una ficticia Inglaterra a fines de los noventa ha
terminado quienes suplen con ellos una necesi-
encontrado el modo de curar enfermedades has-
dad, solo tienen sentido a la luz de ese cometido.
ta hace poco irremediablemente mortales, lo que
Después de Hailsham, los alumnos serán tras-
abre a la especie humana infinitas posibilidades.
ladados a las cottages o algún otro lugar para es-
Pero esto lo sabe el lector solo al final. Antes, ha
perar que comience su ‘entrenamiento’. Ahí se
tenido que unir por sí mismo los hilos, descu-
les enseñará a hacerse cargo de quienes ya han
briendo de a poco y con angustia un panorama
dado inicio a las ‘donaciones’ y, terminado el
que, visto a través de los ojos de su protagonis-
entrenamiento; serán cuidadores hasta que sea
ta, es desgarrador. Cuando hacia el final del li-
el momento de sus propias ‘donaciones’. Sus vi-
bro terminamos de armar el puzle y de ponerle
das culminan así entregando una a una las par-
nombre a aquello que inicialmente solo intuía-
tes de sus cuerpos para que otros, que no saben
mos, las tensiones de un mundo que se jacta de
o no quieren saber de ese proceso, puedan vivir
haber superado los límites de la naturaleza se
más y mejor. Fuera de ese camino, ya traza-
revelan como dramáticas.
do para ellos, nada de lo que hagan, sientan o
Kathy, la protagonista, narra su vida y la de sus
piensen tiene sentido. No caben en sus vidas los
amigos desde sus primeros años en Hailsham, un
sueños, las proyecciones ni mucho menos el de-
internado ubicado en algún lugar indetermina-
seo de trascender, aunque para ellos ese anhelo
do de Inglaterra. Aislados de su entorno, en un
sea fundamental. Curiosamente, al tomar Kathy
ambiente casi idílico, generaciones de alumnos
conciencia de la siniestra situación, esta no se
crecen aprendiendo a pintar y esculpir, a leer
rebela; su narración, en cambio, deja entrever
clásicos, y, sobre todo, a cuidarse unos a otros.
una particular resignación. Tal vez esto produ-
Las amistades que logren forjar en el internado
ce en el lector más pena e impotencia, pues la ha
serán lo único que se llevarán de ahí, y aquello
acompañado en sus esperanzas y frustraciones,
que los sostendrá después en ese mundo desco-
y en el dolor de descubrir quién es.
nocido que les espera.
Mientras tanto, el resto de la humanidad pre-
La protagonista y su amigo Tommy advierten
fiere regocijarse en el triunfo de la dominación
tempranamente que hay cuestiones de su vida
de la naturaleza por medio de la técnica. Como
que no terminan de hacer sentido. Preguntas so-
les revela a Kathy y Tommy años más tarde la
bre el exterior, sobre la información que se les
señorita Emily, una de sus antiguas profesoras
entrega o que se les oculta, sobre ciertas reglas a
en Hailsham: “cuando los grandes avances cien-
las que están sometidos y sobre su propia iden-
tíficos se sucedían rápidamente uno tras otro,
tidad van adelantando al lector de qué se trata
no había tiempo para hacer el balance, para for-
todo. Gracias al relato de Kathy, este no tarda en
mularse las preguntas pertinentes. De pronto, se
descubrir que la narradora y sus amigos son per-
abrían ante nosotros todas aquellas posibilida-
sonas funcionales. Han sido creados para cumplir
des nuevas”. Todos preferían hacer la vista gorda
una función específica y sus vidas, según han de-
al costo que implicaban esas oportunidades. Esto se percibe no solo en las confesiones de la se-
94
ñorita Emily, sino también en la narración misma de la novela. Los alumnos de Hailsham, por ejemplo, nunca son reconocidos en su individualidad; de hecho, los personajes se nos presentan con un nombre común y con la primera inicial de su apellido (si acaso eso) —Kathy H., Tommy D., Ruth—, como si el mundo creado por Ishiguro no se atreviese siquiera a ver en ellos personas concretas, irrepetibles. A lo largo de la historia hay cosas que nunca se llaman por su nombre. Así se evita dotarlas
La novela ilustra dramáticamente la paradoja
de realidad y se las reviste de un aura de ama-
de la soberanía del individuo que, buscando do-
bilidad y generosidad. Kathy y sus amigos son
minar todo lo que rodea al ser humano, quiere
‘donantes’, no seres creados con el fin de tomar
erigirlo como único árbitro de lo posible, pero
sus órganos en beneficio de otro; hay ‘cuidado-
que, al hacerlo, se niega a sí mismo. Es lo que,
res’, no encargados de supervisar el desarrollo
hacia el final de la novela, expresan las palabras
de una operación en la que se ha despojado a al-
de Madame: “Vi un mundo nuevo que se aveci-
guien de una parte de su cuerpo; las personas no
naba velozmente. Más científico, más eficiente.
mueren, sino que se ‘completan’. Pese a esto, los
Sí. Con más curas para las viejas enfermedades.
alumnos, cuidadores y donantes viven con igual
Muy bien. Pero más duro. Más cruel. Y veía a una
intensidad el miedo a las donaciones, la perspec-
niña, con los ojos muy cerrados, que apretaba
tiva de ‘completar’ y la muerte de sus amigos. Es
contra su pecho el viejo mundo amable, el suyo,
una sociedad que no mira de frente la realidad
un mundo que ella, en el fondo de su corazón,
que ha creado y sus consecuencias.
sabía que no podía durar, y lo estrechaba con
Nunca me abandones da así perfecta cuenta de las tensiones de un mundo que se rige solo por
fuerza y le rogaba que nunca, nunca la abandonara”.
los designios del hombre soberano. Y cuando no hay otro límite, ¿por qué parar? Cuando un científico en Escocia, según se entera Kathy a través de la señorita Emily, descubre cómo elegir las características y habilidades de los hijos, muchos protestarán con indignación. Sin embargo, ¿es eso distinto a la creación de seres humanos funcionales a los intereses de otros seres humanos? ¿Por qué se acepta lo uno y se rechaza lo otro? ¿Hasta dónde se puede llegar?
95
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA
La importancia de los límites JOAQUÍN GARCÍA-HUIDOBRO
Sobre Antígona (Santiago: Universitaria, 2010), de Sófocles
El progresismo no es cosa de nuestros tiempos.
ellos. Sus razones eran comprensibles, pero ha-
Ya la ilustración ateniense del siglo de Pericles
bía transgredido un límite infranqueable por el
defendió algunas tesis que se corresponden con
cual recibió un castigo terrible. En esta tragedia
las propuestas de la versión laicista de la moder-
resulta absolutamente fundamental la noción de
nidad: una confianza ilimitada en la capacidad
límite. Se ve, por ejemplo, en su famoso “Canto
de la técnica para transformar la vida humana;
al hombre”, donde el coro parece hacer suyas las
una visión del orden político que prescinde de
ideas de los sofistas y destaca el carácter “terri-
cualquier fundamento religioso y una concep-
ble” del hombre: capaz de surcar el mar con sus
ción consensualista de la moralidad, donde el
naves, dominar sobre los animales y de agotar
fundamento de los criterios de la justicia queda
con su labranza “a la más poderosa de las dio-
restringido al solo acuerdo humano.
sas, la Tierra imperecedera”. Sin embargo, tras
El desafío intelectual planteado por este pen-
habernos mostrado esta imagen optimista del
samiento, cuyos representantes más conocidos
poder humano, el relato de Sófocles da un giro y
fueron los sofistas, no quedó sin respuesta. Fa-
nos hace dos precisiones que invitan a la cautela.
mosas son, en el campo de la filosofía, las que
La primera observación se refiere a la técnica,
dieron Platón y, a su modo, Aristóteles, pero an-
instrumento en el que confiaban los sofistas en
tes de ellos se alzaron voces críticas en un terre-
su empeño por llevar a la humanidad a estadios
no distinto: el de la tragedia. La más famosa de
superiores a los actuales: “Poseedor de una sa-
ellas fue la de Sófocles.
biduría superior a la esperable, la capacidad de
La obra donde más claramente se aprecia la
urdir técnicas, unas veces al mal, otras al bien la
distancia crítica de Sófocles —que no era ningún
encamina”. Es decir, este invento humano está
reaccionario— respecto de las nuevas ideas es su
afectado por una radical ambigüedad moral y
tragedia Antígona. La historia de Antígona dis-
puede volverse contra su creador. Si esto es así,
curre en torno a su desafío de la prohibición de
parece evidente que el progreso técnico no coin-
enterrar a Polinices, su hermano muerto cuando,
cide necesariamente con el progreso humano,
en alianza con los enemigos de su ciudad, in-
lo que significa que no puede constituirse en un
tentaba conseguir el trono que le correspondía.
criterio último de legitimación.
Creonte ordena que Eteocles, aquel de los hijos
Antes nos había hecho otra precisión im-
de Edipo que murió en defensa de Tebas, sea
portante: es verdad que el hombre es “todo
enterrado con todos los honores, mientras que
recursos” y que “de innumerables males ha
Polinices debía quedar insepulto. Se trataba de
ideado la escapatoria”; pero existe un límite in-
un castigo terrible, pues si el cuerpo no era se-
franqueable para su poder: la muerte: “De Hades
pultado el alma no podía entrar al reino de Ha-
solo no alcanzará escape”. Si es así, el optimismo
des. Pero al aplicar esta sanción el monarca se
progresista se encuentra con un límite radical,
entrometía en un terreno que no era el suyo: los
que marca por completo a la condición huma-
muertos pertenecían a los dioses subterráneos, y
na y que debería constituir un antídoto contra
no era función del poder político disponer sobre
la arrogancia.
96
El resto de la historia relatada en Antígona es bien conocido, pero su lección y el desenlace están anticipados en el mismo “Canto al hombre” del que hemos hablado. “Entretejiendo las leyes de la tierra y la justicia de los dioses a la que ha prestado juramento engrandecerá la ciudad”. Aquí se entrega la clave para un orden político justo, que, en opinión de Sófocles, jamás puede basarse en criterios puramente humanos, sean los dictados de los poderosos o la opinión de la mayoría de la ciudad. Y a continuación viene una advertencia que constituye una suerte de resumen de lo que ocurrirá en esta tragedia, donde un poderoso, el rey Creonte, desatiende el mandato
adquirió una notable actualidad durante la se-
divino de dar sepultura a los muertos: “privado
gunda mitad del siglo pasado. Textos como An-
de ella quedará aquel que, en virtud de su osadía,
tígonas. Linaje de hembras, de Jorge Huertas, nos
se entrega a lo que no es bueno. ¡Que no se sien-
hablan de la tragedia de los desaparecidos en la
te a mi lado ni sea de mis mismos pensamientos
lucha antiterrorista argentina, lo mismo que la
quien hiciera tales cosas!”
brevísima Antígona (historia de objetos perdidos),
Para muchos de nuestros contemporáneos la idea de límite, núcleo de la tragedia de Sófocles,
de la chilena Daniela Cápona Pérez, que en un par de páginas nos cuenta la misma tragedia.
tiene una connotación negativa. Cometen un
Tres son, según Giambattista Vico, las cons-
grave error. Lo que crea un juego son las reglas.
tantes de toda civilización humana: celebrar
Ellas no son una mera restricción, sino la condi-
matrimonios solemnes, erigir altares y enterrar
ción de posibilidad del despliegue humano. Por
a los muertos. No solo esta última, sino también
eso Antígona pudo decir a su tío Creonte, con un
las otras prácticas señaladas por Vico aluden a
dejo de ironía: “Ni siquiera creía que tus edictos
la noción de límite. Quien erige altares recono-
tuvieran tanta fuerza como para que un simple
ce, por ese mismo hecho, que no es la medida de
mortal pase por sobre las ágrafas e inconmovi-
todas las cosas, es decir, que existe una instancia
bles leyes de los dioses”.
trascendente que se vincula con el sentido mis-
Antígona ha sido representada menos veces
mo de la existencia. Y los que contraen matrimo-
que Edipo Rey; sin embargo, conoce múltiples
nio reconocen que las pasiones humanas pueden
recreaciones, particularmente en Hispanoamé-
sujetarse a la razón. En suma, los límites mani-
rica, donde se cuentan por decenas las versio-
fiestan de modo privilegiado nuestra humanidad
nes de esta tragedia. Entre nosotros, el proble-
y, como se expone en Antígona, son la condición
ma del respeto por el cuerpo de los muertos no
de posibilidad para que la vida en la polis pueda
es simplemente una referencia literaria, sino que
dirigirse con justicia.
97
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA
Historia y riqueza del pensamiento conservador SANTIAGO ORREGO
Sobre Conservadurismo (Alianza Editorial: Madrid, 1995), de Robert Nisbet
El destacado sociólogo Robert Nisbet (1913-
conservadurismo y 4) Las perspectivas del con-
1996) presenta en este libro una síntesis muy
servadurismo. De ellas, la primera es la que tiene
bien documentada del pensamiento conserva-
un mayor carácter histórico y, la segunda, sis-
dor. Lo hace, por un lado, mediante una revisión
temático. Sin embargo, ambos aspectos nunca
de las ideas de sus principales exponentes desde
quedan del todo separados: la reconstrucción
fines del siglo XVIII y, por otro, a través de un
histórica apunta a una comprensión sistemática
contraste con el liberalismo y el socialismo, las
y, a su vez, cuando se exponen los llamados dog-
otras dos grandes ideologías políticas occiden-
mas conservadores, las afirmaciones se validan
tales de los últimos siglos. Ahí está la primera
constantemente mediante el recurso a los textos
lección para el lector no especialista: el conser-
de sus exponentes pasados y presentes.
vadurismo no es solo una actitud personal o una
Este es uno de los aspectos más destacados de
orientación política pragmática poco elaborada,
esta obra: su enorme erudición dispuesta de un
al modo de una inercia medrosa, prejuiciosa o
modo que no abruma, porque apunta a ir com-
interesada. Es también una robusta y muy rica
pletando en sus detalles un cuadro amplio. El au-
tradición intelectual, que el autor tiene el acierto
tor más citado, con diferencia, es Edmund Bur-
de exponer sin ningún tono apologético —tam-
ke, a quien Nisbet atribuye un papel fundacional
poco crítico— y en un lenguaje accesible.
para el pensamiento conservador, pero el con-
Escrito en 1986, este libro mantiene su actua-
junto no baja de cincuenta. Entre otros, Tocque-
lidad, atestiguada por múltiples ediciones, por
ville, De Maistre, Dawson, Coleridge, Oakeshott,
al menos dos razones: la primera es que contie-
etc. En su mayoría, las referencias son a autores
ne una importante dosis de historia del pensa-
ingleses y franceses, seguidos de norteameri-
miento, algo indispensable para la comprensión
canos y, bastante más lejos, algunos del ámbi-
presente de las ideas, como el texto muestra de
to germánico. Balmes es el único español. Como
modo elocuente. La segunda es que el menciona-
puede verse, casi podría calificarse como un es-
do contraste del conservadurismo con el pensa-
tudio del movimiento conservador anglosajón y
miento socialista y liberal ilumina notablemen-
francés. Sin embargo, si se atiende a la mencio-
te los acontecimientos y discusiones políticas
nada pervivencia en el ámbito latinoamericano
actuales, particularmente en Chile, sobre todo
actual de las ideas de los pensadores que el autor
ahora que vivimos en una fuerte tensión entre
hace comparecer, queda claro que su alcance es
las ideas de continuidad y refundación social.
mucho más amplio.
Los discursos de hoy, para quien llega a conocer
La segunda parte, acerca de los dogmas con-
las ideas que Nisbet explica, se muestran cruda
servadores (sobre la que ya volveré), es la más ex-
y hasta toscamente dependientes de un pasado
tensa y medular. La tercera es una continuación
ignorado por quienes los sustentan.
que desglosa otros principios menos nucleares y
El libro se estructura en cuatro partes: 1) Las
más pragmáticos. La cuarta y última es un aná-
fuentes del conservadurismo, 2) Los dogmas
lisis con ribetes críticos del movimiento conser-
conservadores, 3) Algunas consecuencias del
vador y neoconservador inglés y norteamericano
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de comienzos de los ochenta, aunque también aventura algunas hipótesis de posibles derivas que se han ido mostrando no carentes de acierto. ¿Cuáles son los “dogmas” conservadores, según Nisbet? Incluyen ciertamente los postulados de Estado mínimo, laissez-fair en casi todo, valoración de la tradición, solidaridad en los grupos intermedios como familia, comunidad local e iglesia en lugar de asistencia y redistribución estatal, así como el carácter casi sagrado de la propiedad (sobre todo la vinculada a la tierra, opuesta a la industrial y a la forma fluida del dinero y el capital). Todo eso es parte irrenunciable de las propuestas conservadoras habituales, pero, en la medida en que el conservadurismo tiene un sustento filosófico, aquellos postulados no pueden ser principios, sino conclusiones; no dogmas principales, sino derivados: “dogmas” no dogmáticos, sino razonados. Nisbet los desglosa en cinco apartados: los relativos a historia y tradición, “prejuicio” y razón, autoridad y poder, libertad e igualdad, propiedad y vida y, fi-
conservador no un antiintelectualismo, sino un
nalmente, religión y moralidad.
antirracionalismo. La realidad concreta de las
No es posible referirse a todos ellos en este
vinculaciones humanas, con sus creencias y cos-
espacio, por lo que deberé limitarme a algunas
tumbres compartidas —folklore: palabra ingle-
consideraciones. De modo global, debe adver-
sa, hecho elocuente— sus instituciones locales y
tirse que el propio Nisbet declara la imposibili-
diversas, serían cristalizaciones de una sabiduría
dad de presentar, como si fueran algo unitario,
humanizante desarrollada con el correr de los si-
las diversas propuestas de los exponentes del
glos. Suprimirlas o ignorarlas llevaría la desapa-
conservadurismo; y, no obstante, parece apro-
rición de las comunidades a escala humana, las
ximarse bastante a ello. Además, al dibujar los
únicas donde pueden subsistir el reconocimiento
perfiles del conservadurismo por contraste con
frente a la atomización anónima de masas y la
los liberalismos y socialismos, muestra que las
libertad frente al poder centralizado. La socie-
fronteras entre las tres ideologías están lejos de
dad como organismo versus la sociedad como
haber sido impermeables.
mecanismo. En ese sentido, destacados padres
Ahora bien, si hubiera que buscar en Nisbet una respuesta a la pregunta de cuál es el núcleo
de la sociología fueron conservadores, apunta el autor.
de la fundamentación para las diversas propues-
En suma, en el realismo concreto de su análisis
tas conservadoras, creo que se podría resumir
sobre lo humano radicaría la fuerza del pensa-
así: es la atención a la realidad concreta de la vida
miento conservador. Nisbet no habla de su ver-
social, como contrapuesta a las dudosas abstrac-
dad o falsedad últimas ni de sus debilidades, pero
ciones en las que se sustentarían las planifica-
conocer las ideas que expone es indispensable
ciones y cálculos racionales propios de los socia-
para formarse un juicio acerca de ello y, sobre
lismos y los liberalismos de corte utilitarista. La
todo, tomar conciencia de las propias precon-
idea de un contrato social en constante revisión,
cepciones. Un texto como este, iluminador, tal
el “mito del progreso” o la vinculación direc-
vez único como síntesis global y nada superficial
ta entre el individuo y el Estado serían algunas
como introducción, parece indispensable.
de esas abstracciones. Habría en el pensamiento
99
LÍMITE S Y PROGRE S O. RE S E ÑA
Posthumanismo: una nueva forma de pensar la vida MARÍA JOSÉ NAUDON
Sobre Lo posthumano (Barcelona: Gedisa, 2015), de Rosi Braidotti
¿Qué es hoy lo humano? se pregunta Rosi
la idea de “hombre”, el posthumanismo, da un
Braidotti en el libro Lo posthumano, proponien-
paso más allá y propone el fin de la oposición
do una reflexión cuyo objetivo supone “moverse
binaria humanismo/antihumanismo, aspirando
hacia una visión del sujeto más extensa, vitalis-
a elaborar otros modos de conceptualización de
ta, transversal y relacional”. Con esta premisa,
lo humano que incluyan aquello invisibilizado
y realizando un recorrido histórico, político y
o marginado. Sin embargo, es posible pensar
filosófico, aborda los conceptos de posthuma-
que la incorporación de estas nuevas catego-
nismo y postantropocentrismo. Así, mediante
rías podría indefectiblemente llevar a nuevas
una profusa revisión de autores —visiblemente
generalizaciones que prontamente serían con-
marcada por su formación feminista— cuestiona
trovertidas. Visto de esta manera, el problema
las nociones sobre las que se ha construido tradi-
residiría en negar la posibilidad de lo universal
cionalmente la idea de lo humano.
en pos de identidades particulares.
El primer paso en esta nueva conceptualiza-
Tres son las corrientes que la autora anali-
ción supone controvertir el paradigma renacen-
za en el pensamiento posthumanista actual: La
tista de hombre vitruviano representado por la
primera, catalogada como una aproximación
clásica imagen de Da Vinci. Leonardo establece
reactiva, es la planteada por Nussbaum, cuya
las proporciones del “hombre perfecto” dando
postura realiza una defensa del humanismo
lugar a un canon que, a juicio de Braidotti, instala
como garantía de la democracia, la libertad y la
un estándar tanto individual como cultural y tra-
dignidad humana. Nussbaum aspira a la univer-
sunta una aspiración universalista y excluyente.
salidad de los valores humanos y en este sentido
De este modo, lo humano quedaría remitido a un
rechaza el antihumanismo. Su defensa del uni-
ser racional, europeo, culto, masculino, capita-
versalismo no niega, sin embargo, las diferen-
lista y laico, entre otras características.
cias culturales ni las idiosincrasias regionales.
Frente al paradigma humanista Braidotti opo-
Braidotti critica los planteamientos de esta au-
ne el antihumanismo, históricamente arraigado
tora postulando que sus conclusiones recondu-
en el surgimiento del feminismo, anticolonialis-
cen a identidades fijas y a lugares inmutables
mo, antirracismo y otras corrientes intelectuales.
que producen vínculos morales de opresión. Sin
En este marco, autoras feministas, como Iriga-
embargo, deja sin resolver el hecho de que uno
ray, criticaron los sistemas patriarcales, al tiem-
de los obstáculos para la conceptualización de la
po que pensadores poscolonialistas como Spivak
identidad suele ser el énfasis en las identidades
y Said, y antirracistas como Gilroy, cuestionaron
particulares y que es necesario, como sostiene
la responsabilidad europea en el sometimiento
Nussbaum, pensar la política desde criterios de
violento de otras culturas.
dignidad e igualdad irrenunciables. Braidotti
El texto plantea la compleja relación en-
parece minusvalorar los efectos de la fragmen-
tre antihumanismo y posthumanismo. Aun-
tación identitaria y la relevancia de pensarse a
que ambos evidencian la necesidad de superar
uno mismo no solo como miembro de un grupo o
100
comunidad, sino como seres vinculados, capaces de reconocer necesidades y capacidades de otros, planteando así objetivos comunes. La segunda corriente —representada por los science and technologies studies—entiende que las ciencias y la biología inciden tan radicalmente en la estructura de lo vivo que modifican nuestro concepto de lo humano. A juicio de la autora, esta aproximación, aunque efectiva, olvida las consecuencias que se generan en el sujeto, en las relaciones humanas, en la autocomprensión, etc. La subjetividad queda fuera, alejando así la dimensión política de la condición humana. La última corriente, inserta en la tradición filosófica de la subjetividad, es la del posthumanismo crítico, que se estructura en el reconocimiento de una subjetividad nómada que —alejada del antropocentrismo— extiende el
y circuitos es fundamental para la constitu-
concepto de vida humana al no humano o zoe.
ción de la subjetividad postantropocéntrica. De
Desde esta perspectiva, la noción tradicional de
este modo los ciborgs,
la subjetividad estaría mediada por imágenes
que usan la tecnología para ampliar o mejorar
idealizadas que imponen una ley de verdad que
sus capacidades, sus sentidos y sus formas de
se debe (y que “los otros deben”) reconocer. En
relacionarse con el contexto, serían sujetos do-
este contexto, la diferencia es entendida como
minantes con relevantes implicancias políticas
negativa. La autora se adentra en el concepto de
y económicas. Esto, paradójicamente, represen-
subjetividades nómadas proponiendo un despla-
taría un nuevo ideal del hombre perfecto que el
zamiento de posición que permita dar cuenta de
posthumanismo ha buscado derribar. Además,
las diferencias positivamente, evitando la confi-
en la medida en que estas tecnologías sean ac-
guración de la identidad como una estructura de
cesibles solo para algunos, podrían generar una
control. Pero, ¿es la identidad un mero producto
exclusión indeseada.
organismos biológicos
de exclusión? ¿Corremos el riesgo, con este
Finalmente, Braidotti aborda “lo inhumano”
concepto, de entender la identidad como algo
analizando la industrialización del arte, el con-
exclusivamente privado y minimizar su alcance?
cepto de la muerte, las influencias de la tecno-
¿Es posible evitar la referencia al otro en la defi-
logía digital, y aboga por repensar las ciencias
nición de la identidad?
humanas y la universidad.
Luego, Braidotti se adentra en el postantropo-
Lo anterior da cuenta de la revisión teórica
centrismo, a partir del que cuestiona la jerarquía
profunda que permite iluminar las preguntas
de las especies. Así, la vida deja de ser propie-
rectoras del texto: ¿cuáles son los itinerarios
dad exclusiva y derecho inalienable de una sola
históricos que nos han conducido a lo posthu-
especie, para entenderse como un proceso in-
mano? ¿Qué nuevas formas de subjetividad ge-
teractivo que termina con la distinción entre lo
nera esta condición? ¿Cuál es la función de las
orgánico y aquella parte amplia de la vida ani-
ciencias humanas en la era posthumana? Las
mal y no humana conocida como zoe. Por ello se
respuestas, o el intento de ellas, dan cuenta de
hace necesario repensar la relación de lo humano
una alternancia entre el entusiasmo por la con-
con la tecnología, que será considerada casi tan
diciones posthumanas y la preocupación por
próxima como la naturaleza. Según la autora,
sus aspectos inhumanos. Seguramente el lector
la estrecha conexión entre humanos, máquinas
transitará por la misma experiencia.
101
102
. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
103
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
“Hoy vivimos una farsa de la tragedia de los años setenta”
POR ELENA IRARRÁZABAL
104
Fotografía: Universidad de los Andes
ALEJANDRO VIGO:
El reconocido académico argentino, autoridad de prestigio internacional en Aris-
tóteles, adelanta los enfoques de la nueva versión de su libro Aristóteles. Una introducción —editada por el IES— y se refiere a una serie de temas de actualidad, que aborda con su característica lucidez, una leve dosis de ironía y la perspectiva que le otorgan sus profundos conocimientos de filosofía antigua y moderna.
“Aristóteles y todo lo demás”. Así podría sinteti-
¿Cuáles, específicamente?
zarse esta entrevista, lo que no implica que Alejandro Vigo (Buenos Aires, 1958) evite hablar de
Básicamente, las ideologías que florecieron al
temas contingentes. Al contrario, los aborda con
calor de la Revolución Cubana, la idea de esa
soltura, pero ilumina asuntos candentes —como
patria grande, socialista, donde el faro que
la cultura de la cancelación— con conceptos
iluminaba ese sendero era Cuba y eso debía ex-
como el pluralismo metódico aristotélico, que
pandirse por el continente. No son cosas nuevas,
opone al restrictivo “monismo” de la actualidad,
aunque tienen, naturalmente, rasgos diferentes
que a su juicio empobrece las humanidades y el
a su versión original. Justamente Marx decía que
debate universitario. Gran conocedor y traductor
la historia se da dos veces, primero como trage-
de griego, Alejandro Vigo se doctoró en Heidel-
dia y luego como farsa. Yo diría que esta es la far-
berg y es autor de obras en torno a filósofos como
sa de la tragedia de los setenta, pero es una farsa
Aristóteles, Kant, Heidegger y Husserl. Hace casi
que también puede terminar trágicamente.
un año volvió a instalarse en Chile (donde se desempeña como académico del Instituto de Fi-
¿Dónde notas ese carácter farsesco?
losofía de la Universidad de los Andes) en un momento bastante convulsionado en nuestro país.
En algo que no existía en los setenta: la falta de credibilidad de muchos que encarnan estos mo-
Has sido crítico de una mirada demasiado loca-
vimientos. En esos años había gente que se juga-
lista a la crisis chilena.
ba la vida por muchas cosas, no personas instaladas en su propio confort y comodidad mientras
Aunque tenga sus rasgos singulares, no se puede
proclaman utopías. Por eso creo que tenemos
—en mi opinión— analizar lo que ha ocurrido en
que ver las cosas en perspectiva. Esta crisis no
Chile en clave puramente local, menos en estos
es el fin del mundo, pero tampoco es algo senci-
tiempos. Hay una crisis de credibilidad en casi
llo: implica una cantidad de riesgos que hay que
todo el mundo. Vemos el vaciamiento de sentido
tratar de gestionar con la mayor dosis de racio-
de las instituciones, el Brexit, el asalto al Capito-
nalidad posible, frente a aquellas proclamas que
lio por una turba. En el continente sudamerica-
llaman a refundarlo todo.
no, en particular, se percibe una vuelta a formas de pensamiento que en Latinoamérica fueron muy marcadas en los años sesenta y setenta.
105
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
Al menos en Chile, parece haber mermado ese
dominante, no los periodos de pax americana o
ánimo refundacional.
pax romana. Pero claro, nosotros somos gente
Sí, ha bajado. Por eso, tengo la esperanza de que
moria generacional tampoco está vigente.
acostumbrada a que las cosas funcionen y la meChile encuentre un camino de reformas y de diálogo entre los sectores, de superación de la
La tesis del fin de la historia sería entonces una
adolescencia en el planteamiento de los proble-
gran falacia.
mas sociales. Fue una gran falacia, naturalmente. Poco tiempo
CIVILIZACIÓN Y BARBARIE
después de que caía el muro de Berlín, en 1990 se fundaba el foro de São Paulo para relanzar el
A mediados de 2021, en una entrevista en El
socialismo del siglo XXI. Una cosa es que no nos
Mercurio, recalcaste la idea de que la civiliza-
queramos enterar, pero están todos esos objeti-
ción “es una capa delgada en un océano de bar-
vos escritos y publicados. Cuba se queda sin fi-
barie”, algo que caló hondo y motivó una serie
nanciamiento soviético y Castro retoma su vieja
de reacciones. ¿Por qué crees que ocurrió eso?
idea de que el financiamiento de la revolución tenía que ser con el petroleo venezolano, lo que
Yo estoy igual de sorprendido que tú. Es algo de
finalmente consigue a través de Chávez.
sentido común. Si uno repasa la historia —no ya la historia de Chile o de Argentina, sino la histo-
VIOLENCIA Y CREDIBILIDAD
ria universal—, los momentos en los cuales los conflictos políticos y las dinámicas sociales se
La violencia es un tema que, según Vigo, no solo
resolvieron a través de instituciones estables, sin
atañe a la crisis chilena. “Hay un montón de lu-
un choque directo, son más
gares y de situaciones en las
bien excepcionales. Unos ci-
cuales uno ve florecer es-
tan la Antigüedad Clásica; se imaginan que la gente ahí se lo pasaba leyendo y comentando a Aristóteles. No, nadie leía a Aristóteles. Había
Quienes están interesados en legitimar la violencia lo primero que hacen es inflacionar el concepto.
trategias que se creía superadas y una disposición a la violencia que se creía que ya no iba a volver”, reflexiona. “Esta preocupación tampoco es algo local en Chile, es
diez o doce que podían leer a Aristóteles, los demás vivían guerreando unos
global. ¿Por qué se publica en 2020 una investi-
con otros y pactando con fuerzas no griegas para
gación del filósofo alemán Dietrich Schotte sobre
atacar una ciudad griega hermana, en medio de
la noción de violencia, que toma como punto de
una inestabilidad muy grande. La gran preocu-
partida su empleo en el lenguaje ordinario? No es
pación de muchos teóricos, no solo de Platón y
casualidad que aparezca este estudio, en el que
Aristóteles, sino Tucídides, Polibio, etc, es cómo
Schotte admite en la noción de violencia distin-
evitar la sublevación interior, la stásis, que divide
tos sentidos —por ejemplo, una violencia insti-
desde dentro a una sociedad. Naturalmente, una
tucional— pero también advierte sobre el peligro
sociedad dividida por sublevaciones internas es
de desbordamiento semántico del concepto.
más vulnerable y capturable desde afuera. ¿A qué se refiere con el desbordamiento seNada nuevo bajo el sol...
mántico?
Ocurre hasta el día de hoy, que potencias extran-
Supongamos que distinguimos distintas for-
jeras desestabilizan países desde fuera. En la his-
mas de violencia. El camino de esa distin-
toria humana, la caducidad de las instituciones
ción es razonable, pero cierto uso excesivo de
y la necesidad de rehacerse ha sido el tono
esas distinciones lleva a que se califique como
106
“Poco tiempo después de que caía el muro de Berlín, en 1990 se fundaba el foro de São Paulo para relanzar el socialismo del siglo XXI”, sostiene Alejandro Vigo.
violenta cualquier cosa desagradable y que sobre
credibilidad. Más que ser creíble, lo que se busca
esa base se afirme que a una violencia se le pue-
es parecer creíble. Entonces, si vamos al ámbi-
de responder con otra: por ejemplo, se dice que
to político y social, en el que también se habla
hay abusos en la sociedad chilena y, por lo tanto,
mucho de la importancia de la credibilidad, la
es legítimo quemar un comercio. Quienes están
pregunta es, ¿dónde está el discurso político?
interesados en legitimar la violencia lo prime-
¿Cerca de la genuina credibilidad o próxima a
ro que hacen es inflacionar el concepto, porque
la lógica del marketing? Pues en la vida nor-
en la medida en que a todo se le llama violencia,
mal exigimos una consistencia, una graduali-
la discriminación entre lo que es permisible y lo
dad razonable para que algo tenga credibilidad.
que no tiende a diluirse.
Pero ves conversiones políticas en dos días sobre cuestiones que se sostuvieron durante años. ¿Es
Además de la noción de violencia, que se pue-
eso creíble?
de tornar vacía, en una columna reciente has hablado del desgaste de la idea de credibilidad,
¿No puede ser una saludable autocrítica?
invocada en distintos ámbitos. La autocrítica es siempre muy interesante cuanUna cosa que a mí siempre me llama la aten-
do uno se critica y esas críticas no te convienen.
ción es que cuando una noción está tan presen-
Cuando la autocrítica coincide con lo que a uno le
te, suele haber un uso abusivo de ella. En España
conviene, está la sana sospecha de que la única
hay un dicho que dice ‘dime de qué presumes y
lógica es la de la conveniencia. Eso tiene mucho
te diré de qué careces’. Estamos lleno de semi-
que ver con con la situación actual y va más allá
narios de bancos, empresas e instituciones que
de las campañas electorales, tiene que ver con
tratan sobre cómo lograr credibilidad, pero la
una dialéctica rara de desafección general con
lógica del marketing tiene más que ver con lo-
la política y fanatismo episódico, que no parece
grar un buen resultado a corto plazo —motiva-
muy razonable o sana.
do por ciertos intereses— que con la verdadera
107
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
ARISTÓTELES EN EL ESTABLISHMENT “Desde una perspectiva renacentista, Aristó-
Aquino después se convirtiría en establishment,
teles es interesante. Y desde una perspectiva
pero no es exactamente lo que pensaba Aristóte-
posmoderna como la nuestra, también. Mane-
les. Uno es un italiano del siglo XIII y Aristóteles
jamos mails y iPhones y Aristóteles nos sigue
un macedonio del siglo IV antes de Cristo.
interpelando y diciendo cosas relevantes. Entonces, esa noción de Gadamer de que lo clásico
PLURALISMO REVOLUCIONARIO
no es lo antiguo, sino lo que está en condiciones de interpelar de alguna manera cada época, es lo
La nueva edición de su Aristóteles incluye un
que hace que Aristóteles sea un autor clásico. Ha
nuevo e importante capítulo sobre el méto-
mostrado una perdurabilidad mucho mayor que
do aristotélico.
otros autores de su época”, reflexiona Vigo sobre el filósofo de Macedonia, preceptor de Alejandro
Así es. Si hay algo que me parece aleccionador
Magno y que integró la Academia de Platón. Este
en su pensamiento es su modo de hacer las co-
año, el académico de la Universidad de los Andes
sas, cómo en cada contexto de investigación se
lanzará una edición actualizada y ampliada de
vale de un repertorio diferente de instrumentos
su reconocido libro Aristóteles. Una introducción,
conceptuales. No procede en la filosofía política de la misma forma que en
que publicó por primera vez
la física. Es lo que llamo su
en 2007 por el IES. Allí, Vigo transita, con rigor y profundidad, por las perspectivas principales
del
Estagiri-
ta en sus distintos campos
A veces también hay una especie de esquizofrenia en pensar que en la antigüedad
de estudio. “No recuerdo
estaba todo bien, y en la
en nuestra lengua algo que
modernidad está todo mal.
pueda compararse con este
‘pluralismo metódico’, que me parece un rasgo muy vigente y que implica no hacer un traslado mecánico de categorías explicativas de un ámbito a otro. Aristóteles es un enemigo del
libro de Alejandro Vigo”, señaló sobre la obra
monismo metódico; dice en algún pasaje que no
Juan de Dios Vial Larraín.
se le puede pedir al matemático persuasión y al retórico pruebas matemáticas. ¿Cuándo tene-
Ha dicho que Aristóteles no era parte del esta-
mos monismo metódico? Cuando se piensa, por
blishment de la Antigüedad.
ejemplo, que todo el conocimiento debe ser como las matemáticas. Y al ser un pluralista metódi-
Muchos piensan que la Antiguedad era aristo-
co, Aristóteles fue una suerte de fenomenólogo
télica, pero fue importante un tiempo breve y
avant la lettre.
nunca tanto como el platonismo. El aristotelismo reaparece en Occidente a través de los pen-
La reflexión ética es otra de las dimensiones
sadores árabes y de la escolástica, y no como algo
que usted destaca por su actualidad.
que hubiese marcado el desarrollo de la ciencia o el pensamiento occidental hasta ese momento.
Para mí toda la concepción aristotélica de la ra-
Los medievales tuvieron que congeniar Aristóte-
cionalidad práctica —que es más amplia que la
les con un montón de otras autoridades. Tomás
ética— es de extrema actualidad. El Aristóteles
de Aquino fue un genio, pues la primera posición
práctico es uno de los autores de referencia en
de muchos pensadores de la Iglesia fue decir que
toda la discusión contemporánea sobre ese tema.
Aristóteles era incompatible con la religión, se
Práctico significa aquí el uso de la racionalidad
condenaron alrededor de 900 sentencias. Nave-
que apunta a configurar estructuras de senti-
gó contra corriente y logró realizar una síntesis
do de la realidad. Cómo los individuos llegan
magistral. Esa proeza intelectual que realizó
a configurar un ethos, pero además, cómo las
108
comunidades han de organizarse para que la opción de la vida lograda esté apoyada, sustentada en un contexto comunitario.
UN TESORO EN EL SÓTANO Alejandro Vigo sigue maravillándose de que hoy podamos tener acceso a parte de los escritos de Aristóteles. Relata cómo sus textos posiblemente pasaron a su discípulo Teofrasto y de allí a una serie de personas hasta terminar abandonados en un sótano en la zona de Asia menor, desde donde los llevaron a Roma y Andrónico de Rodas los clasificó. Las obras de Aristóteles que han llegado a nosotros son los apuntes para sus clases —conocidos como textos esotéricos—, a diferencia de Platón, de quien pervivieron sus obras exotéricas o de divulgación. “Quizá lo más parecido a un libro que hemos recibido de Aristóteles es la Ética a Nicómaco, pero el resto son papeles de trabajo que usaba
Entonces, la visión de Platón y Aristóteles que
para dar clases en distintos contextos. Apun-
sintetiza Rafael en su famosa pintura “La es-
tes, muchas veces con repeticiones. Sus diálogos
cuela de Atenas” —uno apuntando al cielo y el
se perdieron, tenemos solo fragmentos o citas
otro a la tierra— ¿es exagerada?
que hacen otros autores. Y hay cosas curiosas: Cicerón, todo un estilista, habla de ‘río de oro’,
Si se lo entiende desde el punto de vista doc-
en referencia al estilo aristotélico, algo que nadie
trinario, sí es exagerada. No si se lo toma como
puede creer a la luz de las obras que conocemos.
una diferencia de talante entre los pensadores.
Y al leer fragmentos de sus diálogos perdidos,
Platón es un pensador mucho más cercano a la
Aristóteles aparece como un platónico orto-
fascinación por la matemática que Aristóteles,
doxo”, comenta Vigo.
que es un biólogo por origen familiar y viene de una familia de médicos de la corte de Macedonia.
¿Se ha insistido demasiado en trazar una antí-
Entonces esto de que Platón mira hacia el cielo
tesis entre Aristóteles y Platón?
y tiene el Timeo bajo el brazo y Aristóteles tiene la Ética a Nicómaco y señala hacia la tierra, tie-
Hay gente que crea una especie de enfrentamien-
ne algo de verdad respecto del talante de ambos.
to entre Platón y Aristóteles, pero es evidente que
Pero no es un divorcio irreconciliable desde el
Aristóteles fue un discípulo de Platón en su Aca-
punto de vista de las doctrinas.
demia. Estuvo veinte años allí y Platón lo llamaba “luz de la Academia’” y “el lector”. A la muerte
FELICIDAD Y DEBER
de Platón, toma el mando Espeusipo —sobrino de Platón— quien tenía una inspiración más
Al referirse a los vínculos entre la filosofía an-
pitagórica y numérica, de la que el Estagirita se
tigua y moderna usted se ha definido como un
distancia. Aristóteles más tarde funda su escuela
“compatibilista”. ¿Qué significa eso?
en el Liceo, que no va a durar mucho tiempo. Hay una lectura de la relación entre la antigüedad y la modernidad que a mí no me convence y que hoy está muy presente en muchos ámbitos.
109
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
Por ejemplo, pensar que la experiencia griega
todo bien, y en la modernidad todo está mal. Son
de la naturaleza era algo totalmente distinto a
visiones románticas.
nuestra experiencia y que no pueden ser puestas en diálogo. O que la manera en que los griegos
Para terminar, volvamos a la actualidad. Has
pensaban la ética es algo completamente dife-
criticado “el callejón sin salida” en que se han
rente a lo que se hizo después.
metido las humanidades al asumir paradigmas propios de la ciencias exactas. Y lo vinculas con
¿Por qué no lo convence?
el fenómeno de la cancelación.
Soy compatibilista no en el sentido de pensar
Podemos retornar a la actualidad, pero igual vol-
que estas filosofías dicen lo mismo en todos los
vemos a Aristóteles (ríe). ¿Ve los problemas del
puntos, sino que están hablando de los mismos
monismo metódico? No es lo mismo investigar
fenómenos relevantes. Es decir, que están ju-
literatura española del Siglo de Oro que estudiar
gando distintas partidas de ajedrez con el mismo
ingeniería de cerámicas de alto impacto, que se
tablero y las mismas piezas, aunque el cuadro de
usa para las naves espaciales o para reparar los
situación de la partida sea diferente. Lo intere-
dientes. Hoy en la universidad no somos res-
sante, para mí, es que las distintas perspectivas
petuosos de la diversidad de culturas del cono-
están hablando básicamente del mismo mundo.
cimiento que la propia universidad alberga. Se
No creo que cuando los antiguos hablaran de éti-
pretender reducir esa diversidad por objetivos
ca solo pensaran en la felicidad y no estuviera la
que no tienen nada que ver con el conocimien-
noción de deber. O viceversa, que cuando Kant
to, como los rankings o la postulación a dine-
hablara de ética solo pensara el deber y fuera
ros públicos. Así irrumpe por la puerta trasera
ciego a la felicidad. ¿Te parece que un autor que
un monismo metódico, no reflexionado, que es
fuera ciego a la felicidad sería un gran filósofo?
una nueva forma de nivelación barbárica de las
Todo es mucho más sofisticado, no es como un
culturas del conocimiento. La otra forma de bar-
enfrentamiento entre Boca y River.
barie es la cultura del discurso único y la cancelación que refleja, al interior de la universidad,
¿Por qué se da esta simplificación recurrente?
un proceso que se ha dado en el seno de toda la sociedad. Pero que esa dinámica cuasi totalitaria
Es lo que llamo ‘la repetición manualesca’ de las
se instale en un ámbito que precisamente busca
cosas. A veces también hay una especie de esqui-
cultivar cierta cultura de diálogo y racionalidad
zofrenia en pensar que en la Antigüedad estaba
crítica, ciertamente es muy preocupante.
Aristóteles. Una introducción Alejandro G. Vigo IES, 2022 432 páginas
110
afganistán: la guerra sin fin CRISTÓBAL GARCÍA-HUIDOBRO
111
LORE M IPS U M. E NSAYO
L
uego de la invasión del 2001 a Afganistán
se habían convertido en los poderes hegemóni-
liderada por los Estados Unidos, los talibanes
cos en Asia Central, y se terciaban en una dispu-
nunca fueron eliminados del todo. De hecho, se
ta diplomática conocida coloquialmente como
les dejó retirarse a sus reductos en el vasto terri-
“el gran juego en Asia”. El término luego sería
torio montañoso afgano. Durante los siguientes
popularizado por Rudyard Kipling en su novela
veinte años, el grupo fundamentalista islámico
Kim como otra muestra del imperialismo euro-
fue concertando alianzas con grupos tribales y
peo: iluminista a veces, ajeno a las consecuencias
señores de la guerra desafectos al régimen ins-
de sus actos, siempre. En concreto, lo que para
taurado por Washington, avanzando y conquis-
San Petersburgo o Londres era un juego, para los
tando paulatinamente pequeñas porciones de
afganos implicaba la libertad de su nación.
territorio. Esto, sumado a la corrupción gene-
Sin embargo, luego de tres guerras contra los
ralizada del gobierno de Hamid Karzai, el pre-
británicos y un sinfín de incursiones de los ru-
sidente instalado por los norteamericanos en
sos, Afganistán recibió el siglo XX como una de
2001, y de su sucesor Ashraf Ghani, explica en
las pocas naciones soberanas e independientes
parte el colapso del gobierno afgano en agosto
de Asia. Aunque no exenta de las luchas intesti-
de 2021 y el doloroso comienzo de otro capítulo
nas por el poder que habían caracterizado su his-
más de un ciclo de violencia y desesperanza que
toria, a inicios de la década de los treinta el país
asola al país centroasiático desde hace más de
parecía encaminarse por una senda de paz. Des-
cincuenta años.
de 1933 y durante los siguientes cuarenta años, el país estuvo gobernado por el rey Mohammed
El país de los caballeros
Zahir Shah, que condujo al país con mano firme, rechazando las injerencias de los británicos, so-
Si bien no existe consenso en el origen y signi-
viéticos y posteriormente los estadounidenses
ficado del término “afgano”, mayoritariamente
en materias internas y exteriores del país. El rey
se ha establecido que provendría del sánscrito
Mohammed, por otro lado, introdujo una serie
ashvaka, que significa “jinete”, derivando poste-
de reformas, partiendo con la promulgación de
riormente en aśvakan o “criadores de caballos”,
una nueva constitución, moviendo al país desde
una milenaria tradición que continúa hasta el día
una autocracia cuasi tribal pero benévola, a una
de hoy. Y es en esos términos que debemos medir
democracia parlamentaria. El ímpetu moderni-
la historia del pueblo de Afganistán: milenios. A
zador de su reinado le llevó a implementar diver-
lo largo de sus 5000 años de existencia, reinos e
sos programas de modernización en materia de
imperios han surgido o se han disputado aquellos
administración, elecciones libres y competitivas,
territorios. Solo en los últimos 250 años, iraníes,
el reconocimiento de derechos civiles así como
rusos, británicos, soviéticos y estadounidenses
los derechos de las mujeres y el sufragio univer-
han intentado controlar la zona. A mediados del
sal. Ha sido precisamente por esto que los histo-
siglo XIX, la Rusia zarista y el Imperio Británico
riadores y el pueblo afgano en su conjunto han
112
concordado que el reinado de Mohammed Zahir
internas de los comunistas afganos amenazaron
Shah no solo fue progresista, sino uno de los pe-
con desestabilizar el país y sumirlo en una gue-
riodos más largos de paz en la historia moderna
rra civil, cosa que los soviéticos no podían per-
del país.
mitir. Nur Muhammad Taraki, secretario general
No obstante, el progreso de la monarquía
de PPDA, fue derrocado en septiembre de 1979
afgana no parecía ser suficiente para algunos
y posteriormente ejecutado por orden de su ri-
sectores más radicales de la política nacional, lo
val y nuevo secretario general Hafizullah Amin,
que llevó finalmente al derrocamiento de la mo-
detonando la posterior invasión soviética y una
narquía a manos de Mohammed Daoud Khan,
década de guerra de guerrillas y conflicto civil.
su primo hermano y cuñado, además de su ex
A la larga, la guerra mermó considerablemente
primer ministro entre 1953 y 1963. En vez de to-
las ya exhaustas arcas de la URSS, forzando una
mar la corona, Daoud Khan instauró una dicta-
eventual retirada ante el descalabro del Bloque
dura de partido único, bajo
Oriental a partir de 1988. El
el disfraz de un régimen
conflicto fue de tal magnitud
republicano con características socialistas y laicistas.
Solo en los últimos 250 años,
en el contexto de la Guerra Fría, que llegó a tener un ca-
Intentó incorporar rostros
iraníes, rusos, británicos,
pítulo en la historia del cine
nuevos en la conformación
soviéticos y estadounidenses
de acción. Rambo III, filma-
de sus gabinetes, desarrolló una agresiva política nacio-
han intentado controlar la zona.
nalista y armamentista, pero
da en 1988, fue dedicada “al valiente pueblo afgano en su lucha por la libertad”, te-
mantuvo la neutralidad afgana en la Guerra Fría.
niendo los muyahidines (guerrilleros) afganos un
Durante su mandato, Afganistán disfrutó de un
papel estelar, retratados como héroes, frente a la
rápido crecimiento social y económico. Daoud
inmisericorde máquina de guerra soviética. Iró-
Khan se destacó por ampliar rápidamente los
nicamente, algunos de esos mismos guerrilleros
derechos y la educación de las mujeres, la indus-
le declararían la guerra santa a Occidente años
trialización y la autosuficiencia, considerándo-
después, con consecuencias que han marcado las
sele como uno de los mejor líderes que ha tenido
últimas dos décadas.
el país en tiempos modernos. Sin embargo, en abril de 1978, sus aliados co-
El régimen de los “estudiantes”
munistas, organizados en torno al Partido Popular Democrático de Afganistán (PPDA), or-
La palabra talibán proviene del vocablo árabe
questaron un golpe de Estado apoyado por los
ṭālib, es decir, “estudiante”, y ha pasado al pas-
soviéticos, y que terminó en su asesinato y el de
tún (una de las lenguas mayoritarias del país)
casi toda su familia. El resto de la historia, para-
como sinónimo de “estudiante” o “seminaris-
fraseando a Shakespeare, es prólogo. Las pugnas
ta”. Fueron estos estudiantes quienes en 1996, y
113
LORE M IPS U M. E NSAYO
en medio de la guerra civil afgana que vino poco
de tecnología de entretenimiento: televisores,
tiempo después de la derrota de los soviéticos,
cines, la música e instrumentos musicales en
instauraron uno de los regímenes más represivos
general, los reproductores VCR, así como toda
de los últimos años.
representación visual de criaturas vivientes. En
Una vez en el poder, los talibanes, dirigidos por
caso de no cumplir con la prohibición, usual-
el mullah Mohammed Omar, impusieron una se-
mente se azotaba al infractor, fuese adulto o
rie de normas y reglas contra todo aquello que se
menor de edad.
apartara de su visión de lo que debía ser el islam.
Para colmo de males, pese a la supuesta estric-
En 1999, los budas del valle de Bamiyán, colo-
tez moral de los talibanes, costumbres como el
sales estatuas de 55 y 37 metros respectivamen-
bacha bazi (traducida como “niños danzantes”),
te, esculpidas en la roca madre de las montañas
no solo no fue erradicada, sino que continuó sin
de la zona en el año 570, fueron destruidas con
demasiados inconvenientes. Esta involucra el
dinamita por fomentar la idolatría. En cuanto a
abuso sexual infantil entre hombres mayores y
los derechos de las mujeres, el asunto fue aún
adolescentes varones o niños, a quienes se les
más oscuro. Como si se tratara de alguno de los
llama bailarines, y que por medio de distintos
capítulos de El cuento de la criada, de Margaret
medios de coerción son forzados a participar en
Atwood, los talibanes las reprimieron brutal-
este tipo de actos. Formalmente, la práctica del
mente. Se emitieron edictos que prohibían la
bacha bazi era castigada con la pena de muer-
educación de las mujeres y obligaban a las niñas
te según la legislación talibán, pero las leyes
a abandonar las escuelas y
rara vez se aplicaban contra
las universidades. Las mu-
aquellos en alguna posición
jeres que salían de sus casas debían estar acompañadas por un pariente masculino
Luego de conflictos con los británicos y los rusos,
y estaban obligadas a usar la
Afganistán recibió el
burka, un vestido tradicional
siglo XX como una de las
que cubre todo el cuerpo excepto por una pequeña abertura en los ojos. De infringir
pocas naciones soberanas e independientes de Asia.
las normas, las penas podían
de poder. Según informes de UNICEF, la policía religiosa habría sido cómplice en la comisión de estas horrendas vejaciones. Entre 1996 y 2001, dos tercios de la población afgana vivió subyugada por los talibanes. El otro tercio vi-
ir desde azotes hasta la lapidación. El empleo fe-
vía bajo el poder de los caudillos y señores de la
menino quedó limitado exclusivamente al sector
guerra que conformaban la Alianza del Norte,
médico, ya que el personal masculino tenía pro-
y que continuaba la guerra civil contra el régi-
hibido tratar a mujeres y niñas. Con el tiempo,
men teocrático de Kabul. Sin embargo, luego
los talibanes aplicaron normas aún más restric-
de los atentados contra las Torres Gemelas en
tivas. Por ejemplo, en febrero de 1998, la policía
septiembre de 2001, y habiendo comprobado los
religiosa prohibió a todas las mujeres salir a la
estadounidenses y sus aliados los vínculos en-
calle de Kabul y emitió nuevas normas que or-
tre los atacantes y el financista saudita Osama
denaban a las personas que ennegrecieran sus
Bin Laden, protegido por los talibanes, se inició
ventanas para que las mujeres no fueran visibles
una invasión a gran escala que terminó con el
desde el exterior.
derrocamiento del régimen y con la promesa al
Pero no solo de la misoginia se hizo cargo el régimen talibán. También fueron responsables
pueblo afgano de que la guerra civil y la opresión habían terminado.
de fomentar el aburrimiento: prohibieron la ma-
La posibilidad de la instauración de un régi-
yor parte de las actividades y juegos recreativos
men democrático en paz y libertad parecía ser
como el fútbol, el vuelo de volantines —extre-
un nuevo horizonte para la población de Afga-
madamente popular entre los niños afganos— y
nistán. La mayor parte del país se decantaba
el ajedrez. También se prohibió cualquier tipo
por la restauración de la monarquía bajo el rey
114
“En mayo de 2021, los talibanes montaron una ofensiva contra el gobierno de Ashraf Ghani luego de haber recibido seguridades de que Estados Unidos no intervendría”, señala el autor.
Mohammed, quien a sus 88 años estaba dispues-
el sucesor de Karzai, luego de haber recibi-
to a asumir nuevamente la corona. Sin embargo,
do seguridades, primero de la administración
grupos cercanos a los aliados preferían favorecer
Trump y luego la de Biden, de que Estados Uni-
la continuidad del sistema republicano, colo-
dos no intervendría. Al cabo de tres meses, el
cando en el poder a un candidato que tuviera la
supuestamente poderoso ejército afgano se rin-
aprobación de los Estados Unidos. El elegido fue
dió casi sin pelear. La mayor parte de los solda-
Hamid Karzai, un ex diplomático y ejecutivo de
dos habían desertado, y si bien el armamento y
una compañía petrolera norteamericana, quien
equipamiento entregado por los Estados Unidos
terminó gobernando el país hasta 2014. Duran-
existía, este no alcanzaba el número que las au-
te su administración, los subsidios de Estados
toridades gubernamentales habían declarado. Al
Unidos fueron generosos, ayudando supuesta-
final del día, buena parte de los subsidios y ayuda
mente a constituir una nueva y fuerte institu-
militar entregadas se disolvieron en una maraña
cionalidad. Se construyeron escuelas, caminos y
de corrupción que no hizo otra cosa que dejar
centrales eléctricas, se aumentó el alcance de la
indefensa a la población del país frente al avan-
red de agua potable y de alcantarillado. Asimis-
ce talibán.
mo, los consultores militares de Estados Unidos
Las imágenes que llegaban desde Afganistán
ayudaron a entrenar a las flamantes fuerzas mi-
durante las primeras dos semanas de agosto
litares afganas, que en el papel sumaban cerca de
fueron impresionantes. Miles de personas in-
200.000 efectivos, armados con lo mejor que Oc-
tentaban abordar los aviones que evacuaban a
cidente podía ofrecer. Pero, por desgracia, nada
las tropas que por dos décadas habían sosteni-
de esto duraría.
do al país. Traductores, informáticos, funciona-
En mayo de 2021, los talibanes montaron una
rios civiles, y todo aquel que hubiese colaborado
ofensiva contra el gobierno de Ashraf Ghani,
con las fuerzas aliadas tenía una sentencia de
115
LORE M IPS U M. E NSAYO
muerte con su nombre una vez que los talibanes
venideras. Ni hablar de las presiones inflaciona-
entraran en Kabul. Los líderes fundamentalistas
rias, el descalabro financiero y el aumento de la
prometieron amnistía; la prensa internacional,
pobreza más dura en uno de los países más des-
con cierta ligereza, hablaba de un régimen tali-
poseídos del Asia.
bán 2.0, tratando de convencerse de que quizás
Occidente se comprometió a llevar la demo-
el cambio de régimen no sería tan malo y que la
cracia y el desarrollo a un lugar con escasa tra-
retirada era una forma de darle a los afganos la
dición democrática, repitiendo los mismos des-
oportunidad de encontrar su propio camino.
aguisados de la mal llamada “Primavera Árabe”,
Hoy por hoy, Afganistán sigue siendo zona de
dejando a Afganistán a la deriva y entregado
conflicto. Si bien los talibanes dominan buena
nuevamente a un régimen que no tiene aprecio
parte del país, quedan bolsones de resistencia
alguno por el bienestar de su población. Al ob-
entre valles y montañas. Por otra parte, la FAO
servar el despegue rápido y caótico de los aviones
ha señalado que, producto de la guerra, exis-
de la coalición militar que sustentaba al gobier-
te hoy en Afganistán una crisis alimentaria que
no afgano, no quedaba otra cosa que pensar que
afecta principalmente a los niños y adolescentes,
la promesa de Occidente quedaba, una vez más,
hipotecando de esta forma a las generaciones
defraudada.
Torneo de sombras El gran juego y la pugna por la hegemonía en Asia Central Karl E. Meyer y Shareen Blair Brysac
Afghanistan. A Cultural and Political History Thomas Barfield
The Taliban at War. 2001–2018 Antonio Giustozzi
Princeton University Press, 2010
Oxford: Oxford University Press, 2019
RBA libros, 2008
408 páginas
408 páginas
592 páginas
Cristóbal García-Huidobro es académico de las facultades de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad de Santiago. Actualmente se desempeña como Director del Departamento de Ciencias del Derecho (USACH) y Coordinador General de la Revista Chilena de Derecho (PUC). 116
Leer poesía RODRIGO PINTO
117
LORE M IPS U M. E NSAYO
I Hace un par de años Laurel publicó ¿Quién le teme
general) tiene como materia prima el lengua-
a la poesía?, un ensayo escrito a varias manos so-
je, las palabras que usamos a diario, y lo que las
bre el desafío que representa este género literario
convierte en algo distinto es el modo en que se
para los lectores de hoy. El título parodia (o pa-
disponen sobre la página. Es casi una tautología,
rafrasea) la obra de Edward Albee Quién le teme a
¿no? Jakobson lo dice con mayor fundamenta-
Virginia Woolf, que se estrenó en 1962 y tuvo su
ción lingüística: “el eje paradigmático se proyec-
versión cinematográfica en 1966, con una pareja
ta sobre el eje sintagmático”. Ello significa que
incombustible del cine de aquel tiempo, Eliza-
cada palabra convocada en un verso trae consigo
beth Taylor y Richard Burton. Marcela Labraña,
un mundo de asociaciones semánticas y de re-
una de las autoras, justifica el título así: “Quien
laciones fonéticas (el eje paradigmático) que se
teme a la Woolf bien puede temerle a las mujeres,
proyectan en el orden del verso (el eje sintagmá-
al teatro, a los picorocos, a las polillas o a la poe-
tico). De ahí vienen las interminables polémicas
sía”. Es una enumeración caótica de intención
sobre las traducciones: nunca las asociaciones
humorística. De hecho, el primer propósito del
serán idénticas, pero, en mi opinión, aunque eso
libro es alivianar, por así de-
convierta las traducciones
cirlo, la tarea de leer poesía,
en otra obra, de todos modos
que se asume como un deber por prejuicios de dos tipos: o
La poesía, en el tiempo
es sublime, y de lo sublime
contemporáneo, es una de las
no se habla, o es banal, y lo banal es indigno. También he escuchado o leído razo-
artes que más reflexiona sobre sí misma.
nes como que “es difícil de entender” o “no me dice nada”.
resuena en ellas el eco poderoso del original. Bruno Snell, en su ya clásico libro El descubrimiento del espíritu. Estudios sobre la génesis del pensamiento europeo en los griegos, destaca
que la aparición de la poesía lírica en Grecia trajo
Convengamos en que, dentro de la impresio-
consigo la aparición de la individualidad: poetas
nante oferta de poesía que se puede hallar, más
singulares, con historia propia, frente a una fi-
que en las librerías, en las ferias del libro —don-
gura tan incierta como la de Homero. Snell dice
de hay más espacio para editoriales pequeñas y
que ese proceso se vivió en muchos ámbitos de
autoediciones— hay una no despreciable canti-
la sociedad, pero también que “la importancia de
dad de obras que se complacen en el arte de en-
este proceso se hace más evidente en la literatura
hebrar palabras sin que logren darles una forma
que en todos los demás campos, en particular en
que resista una segunda (o primera) lectura;
la lírica, porque lo nuevo se expresa en la palabra
pero también hay obras valiosísimas, ilumina-
y a través de la palabra se revela en forma explí-
doras, remecedoras.
cita el mundo del espíritu”.
El arte del verso es exigente sobre todo por la
Ya volveremos sobre la palabra y la manifesta-
razón que anotaron teóricos del siglo XX como
ción de lo nuevo. Mientras tanto, y solo para des-
Roman Jakobson: la poesía (y la literatura en
tacar más el libro de Snell —que merece lectura
118
y relectura—, el autor explica, desde la filolo-
recopila columnas sobre literatura. Lodge par-
gía, por qué todavía hoy recurrimos al griego
te siempre de una cita y, a partir de ella, aborda
para formular conceptos científicos; lo remonta
temas como el comienzo, las listas, las repeti-
al griego arcaico y a la progresiva aparición del
ciones, la intertextualidad, el realismo mágico,
artículo definido (que no existía en latín y otras
la ironía, la duración, etcétera. ¿Quién le teme a
lenguas antiguas), que permitió abordar abs-
la poesía? sigue el mismo esquema y hay unos
tracciones como “el hombre”, “el agua”, “el
cuantos capítulos que están en ambos libros. Uno
pensamiento”. Aquello que nació en la oralidad
de ellos es la “Epifanía”.
cristaliza lentamente, desde Homero a Herá-
Lodge trabaja sobre una cita de la novela Corre,
clito, en aquel recurso escrito que heredamos y
Conejo (1960), de John Updike, y sitúa el momen-
que cumple tres funciones: “Fija lo inmaterial, lo
to epifánico en el lugar más inesperado posible,
presenta como objeto de valor universal, pero a
una jugada de golf en donde la pelota “[a]sciende
la vez lo convierte en objeto definido del que se
a lo alto, con una palidez lunar contra el hermoso
puede hablar”.
azul negruzco de las nubes de tormenta, (...) se debilita, es una esfera, una estrella, una mota,
II
vacila y Conejo cree que caerá ya, pero se engaña, pues la pelota hace de su titubeo el terreno para
Labraña y sus coautores siguen el modelo de El
un último salto y, con una especie de sollozo vi-
arte de la ficción, de David Lodge, un libro que
sible, toma el último bocado de espacio antes de
119
LORE M IPS U M. E NSAYO
desvanecerse al caer”. Para Conejo, esa jugada
Se diría que la pregunta por su objeto es ya una
magistral le abre la puerta a la revelación de qué
fuente de tensión creativa y de búsqueda de
es lo que anda mal en su matrimonio: ¡Eso es!,
sentido. Y las respuestas son múltiples, incluso
exclama, eso es, la maravilla, la sorpresa, lo in-
si vienen del mismo poeta. Charles Simic, por
esperado, lo sorprendente.
ejemplo, poeta que nació en Serbia y emigró a
Lodge usa este pie para dar cuenta de cómo ha
Estados Unidos en 1954, cuando tenía dieciséis
cambiado la epifanía desde una manifestación
años, es un ensayista muy prolífico y ofrece, al
divina hasta la versión laica que puso en marcha
menos, dos respuestas. Una se decanta por la
James Joyce, que aplicó la palabra “al proceso
vertiente metafísica; otra, por la histórica.
por el cual un suceso o pensamiento corriente se transforma en una muestra de la belleza eter-
El poema es un intento de autorrecupera-
na mediante la escritura: ‘cuando el alma del
ción, autorreconocimiento, de autorremen-
objeto más común nos parece radiante’, como
branza, la maravilla de ser de nuevo. Que
dice Stephen Dedalus, su alter ego literario”. De
esto ocurra a veces, y ocurra en los poemas
manera más laxa, agrega Lodge, el término se
de maneras tan diferentes y contradicto-
aplica a pasajes descriptivos en que la realidad se
rias, es un misterio tan grande como el mis-
carga de significación trascendental para quien
terio mismo del ser, y un buen motivo para
la percibe.
pensar en serio.
El capítulo “Epifanía” de ¿Quién le teme a la
¿Y si los poetas fueran capaces de transmitir
poesía?, escrito por Germán Carrasco, tiene un
el sentimiento de un período histórico me-
doble punto de partida: unos versos de John Tag-
jor que nadie?
gart que rodean el significado de epifanía y otros de Claudio Bertoni, harto más prosaicos, pero
Pero, más allá de la metafísica y de la historia
no menos efectivos en revelar la manifestación
(donde tanto habría que hablar, de Bertolt Bre-
o, como se puede entender desde otro ángulo, la
cht y de César Vallejo, por ejemplo), la poesía
iluminación. Taggart habla de la epifanía mayor,
entra también en una zona íntima y reveladora,
“aquella relacionada directamente con el carác-
en aquella de la individualidad que ya se mani-
ter misterioso del encuentro con Dios”, y Berto-
festaba en los líricos griegos, en Safo y en Arquí-
ni, de un pedazo de palta. Dice Carrasco:
loco. La poeta Tamara Kamenszain, que murió hace pocos meses, indaga en esa línea a través de
Sea una palabra sagrada o una palta en me-
vueltas y revueltas en su ensayo Libros chiquitos,
dio de la lechuga, la epifanía crea en el sujeto
el último que publicó. “En esa zona que queda
una apertura, una grieta. Se siente afectado
palpitando entre que me cuenten algo y que de
por ella. Ante la posibilidad de completar un
golpe me lo dejen de contar se aloja la poesía. (…)
sentido que hasta ahora no habíamos reco-
La poesía se hace con las palabras que todos los
nocido existe la emergencia del escape y del
días encuentran su sentido en lo cotidiano. Y lo
terror, pero también la afrontación, el goce.
que se quiere expresar no es otra cosa que el pre-
(...) Es como verlo todo en un solo punto en
sente de un acontecimiento subjetivo”.
el espacio, una suerte de fisura o aleph en
Kamenszain hila una pequeña trama en torno a dos poemas de Ana Amado y César Vallejo y una
nuestras vidas”.
cuchara, objeto que aparece en ambos como una
III
“memoria de cuchara” y “una cuchara muerta”, para mostrar cómo la poesía en torno a la pérdida
¿Pero qué es lo que manifiesta la poesía, qué es lo
y el duelo puede ser, contradictoriamente, una
que ilumina o, mejor, qué se manifiesta a través
enorme fuente de consuelo. La poeta argentina
de ella, cuál es la iluminación que brota de ella?
habla también de este género “medio melancóli-
La poesía, en el tiempo contemporáneo, es una
co” que siempre está rodeando la pérdida.
de las artes que más reflexiona sobre sí misma.
120
Hay, sin embargo, respuestas harto más enér-
como si en el vacío nocturno a uno lo ame-
gicas. Para Guido Arroyo, poeta y editor, “La
nazara
poesía escrita nació íntimamente ligada al poder,
la irrupción de quién sabe qué horda
no solo a la forma de ejercerlo sino más bien de administrarlo. (…) El poema en formato escrito
tal como escribió Lihn tras quedarse en un
fue creado para cobijar la memoria, el poder de
vagón del metro neoyorquino rodeado de
la memoria y la memoria del poder”. Arroyo, en
afroamericanos.
La poesía chilena no existe, habla de Enrique Lihn
IV
y de sus últimos libros, El paseo Ahumada y La aparición de la Virgen, sus obras más claramente inscritas en la lectura de la sociedad más que de
Walter F. Otto, filólogo clásico y discípulo de
la mente.
Heidegger, es uno de los principales estudiosos
Kamenszain, por su par-
de la religión y la mitología
te, cita las Conversacio-
griegas. Dedicó un libro a
nes con Enrique Lihn, del
las musas, pero en su Teo-
crítico Pedro Lastra: “No
Más allá de la metafísica y de la
se trata de la presunción
historia, la poesía entra también en
tigua religión griega, sin-
realista de una literatura
una zona íntima y reveladora, en
tetizó lo que aquellas, las
que sería el reflejo artístico de la realidad objetiva, pero creo que el enrare-
la de la individualidad que ya se manifestaba en los líricos griegos.
cimiento de la literaturidad lleva a una metaliteratura que sin ganancia alguna se engolfa en sí misma”.
fanía. El espíritu de la an-
inspiradoras,
represen-
taban en la cultura de ese entonces. Es muy interesante porque, dejando de
lado la intervención de Zeus, introduce el tema de la memoria. No siempre como magnificen-
Sí. Hay poesía sentimentaloide, hay poesía que
cia, claro, pero esa función, la del testigo que da
se complace en sí misma, hay juegos que pue-
cuenta de su tiempo y de su presencia en él, sigue
den llegar a ser tan brillantes como vacíos. Y hay
vigente en la poesía de hoy. En el Himno a Zeus,
también, por supuesto, esa gran tradición de la
de Píndaro,
palabra que trae lo nuevo, que rearma el lenguaje de todos los días y lo devuelve como manifesta-
se narra que Zeus, consumada la creación
ción o iluminación, que arroja luz sobre la muer-
del mundo, preguntó a los dioses, sumidos
te y el amor, sobre la justicia y la bandera, sobre
en silenciosa admiración, si faltaba algo
las causas y las consecuencias, sobre el misterio
para que fuera perfecto. Y le respondie-
del ser y sobre la amenaza de la diferencia,
ron que algo faltaba: una voz divina para
121
LORE M IPS U M. E NSAYO
pregonar y alabar esa magnificencia. Y le
Que además haya que pregonar el barro, la mu-
rogaron que engendrara a las musas.
gre, la injusticia y la sangre, es otra historia. O es,
En ninguna parte del mundo se ha atri-
más bien, cómo podemos entender la esencia del
buido significación tan especial al canto y
mundo tan lejos ya de ese otro en donde la épi-
al lenguaje elevado como en el mito griego.
ca, la lírica, la tragedia y la comedia hicieron una
La esencia del mundo se consuma, pues,
¿Quién le teme a la poesía? Marcela Labraña, Macarena Urzúa, Felipe Cussen, Manuela Salinas y Gastón Carrasco
posta en el tiempo que aún sigue reverberando en el presente.
en el cantar y el decir.
El descubrimiento del espíritu Bruno Snell
Libros chiquititos Tamara Kamenszain Ampersand, 2020
Acantilado, 2007 152 páginas 552 páginas
Laurel, 2019 188 páginas
Rodrigo Pinto es crítico literario. Textos suyos han sido publicados en las revistas APSI, Hoy y Caras; en el suplemento Babelia del diario El País; y en la revista Sábado del diario El Mercurio. Actualmente publica el boletín literario Vitrina de Libros.
122
ELENA OLIVERAS:
“Estamos viviendo un tiempo que no es bello” POR PABLO CHIUMINATTO
123
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
La reedición de su libro La metáfora en el arte. Fundamentos y manifestaciones en el siglo XXI (Paidós, 2021) es una excusa perfecta para continuar la conversación que durante décadas ha fomentado esta reconocida investigadora y académica argentina. Elena Oliveras es doctora en estética por la Universidad de París X, miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina y profesora de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad del Salvador. En esta entrevista reflexiona en torno a los cambios constantes en las artes visuales en este nuevo siglo y cómo ellas refieren a la crisis como visión de mundo.
La publicación de esta nueva edición de La me-
¿Por qué te interesaba mirar más de cerca el
táfora en el arte representa sin duda un umbral
concepto de metáfora? ¿En qué sentido ellas
en tu trabajo como investigadora y académica.
nos ayudan a observar el mundo?
¿Qué motivó esta revisión? La metáfora es esencial al arte. El artista trabaja La primera edición es de 1993, por Almagesto.
con imágenes que tienen una relación de seme-
Después, en 2007, salió con Emecé, un poco más
janza con el contexto en el que surgen; es muy
amplio. Ahora, pasados quince años, y conside-
difícil tener una imagen del mundo; sin embar-
rando que el tema de la metáfora es esencial al
go, los artistas ayudan a elaborarla. La obra de
arte, merecía una actualización tanto geográfica
arte es la más auténtica escritura de la historia.
como de los ejemplos, incluyendo lo que había pa-
Sabemos bien que la historia la escriben los que
sado durante las primeras décadas del siglo XXI.
ganan, los que tienen el poder; en cambio, el ar-
Cómo ha cambiado el mundo y cómo los artistas
tista nos da imágenes que van a trascender des-
dan imágenes del mundo, es decir, metáforas del
de otro lugar. ¿Cómo tenemos una imagen del
mundo. Hice una especie de clasificación: metá-
Medioevo? Una catedral gótica nos da una deter-
foras de la violencia, de la crisis ecológica, de la
minada imagen de ese contexto, del mismo modo
resiliencia, de las microutopías.
en que una pintura del Quattrocento nos muestra un Renacimiento en que el ser humano ocupaba un lugar central. Por eso nace la perspectiva,
124
porque es el ojo del sujeto el que está ordenando
mostraban una metáfora. Cuando los manifes-
el mundo. Hoy en día no tenemos esa centralidad
tantes gritaban “I can´t breath” (“no puedo res-
del sujeto; tenemos imágenes que hablan más
pirar”, la frase que susurraba Floyd, asfixiado
bien del caos, como sucede en las obras de Jac-
por la rodilla del agente) parecía que ellos no po-
kson Pollock de la década del cincuenta del siglo
dían respirar. Metafóricamente les faltaba el aire,
XX, donde no sabemos bien desde dónde organi-
asfixiados por un sistema capitalista, neoliberal,
zar el cuadro: el ojo ya no ocupó un lugar central
que margina a los migrantes, a los refugiados, a
en ese mundo en movimiento. Las imágenes es-
los indocumentados, a los pobres. Los hechos en
tán en nuestro lenguaje cotidiano, en el lenguaje
sí son lamentables, pero en eso es posible iden-
del filósofo, en el científico. El artista lo que hace
tificar la figura de la sinécdoque: es una parte de
es crear metáforas. Aun en el caso de que el ar-
un todo. Dentro del conjunto de los afroamerica-
tista utilice metáforas de uso común (lexicaliza-
nos, uno había muerto asesinado.
das), al entrar esa metáfora en el campo de las También propones un modelo interpretativo,
artes vuelve a tomar nueva vida.
de la imagen a la reflexión, en un juego donde El proceso que describes sigue de alguna ma-
convergen además crítica y semántica. ¿Se po-
nera tu propio camino de formación, desde la
dría describir así?
filosofía hacia las artes visuales. Creo que el artista en todo momento hace ver, por Vengo de la filosofía, después me dediqué más a
eso hay una conexión entre las bases de la políti-
la estética, a las teorías so-
ca y del arte, una base estéti-
bre el arte y al arte. Allí veo lo
ca. Lo que realmente define a la política es el hacer visible;
que se llama la fortuna crítica de un filósofo, la que tiene
Es muy difícil tener una imagen
como señala el francés Jac-
que ver también con el poder
del mundo; sin embargo, los
ques Rancière. Un ejemplo
hacer buenas metáforas. La alegoría de la caverna es una
artistas ayudan a elaborarla.
sucesión de metáforas. Qué
muy claro es cuando, en el siglo XIX, se vuelve visible un sector de la sociedad que
contundente que es Platón cuando nos habla de
hasta ese momento no lo era: el proletariado,
que vivimos en este mundo sensible y solo vemos
que, según Marx, es el auténtico sujeto de la his-
sombras, que la verdad está más allá, en el mun-
toria. Esa es una cualidad que tiene la política.
do de las ideas. O cuando Heráclito dice que todo fluye, panta rei, nada está fijo; como un río que
Trabajas en un pliegue entre el arte de un tiem-
fluye de manera permanente. También es una
po y la historia del arte que abarca intervalos
imagen muy pregnante cuando Hobbes dice que
temporales siempre amplios.
el hombre es el lobo del hombre, homini lupus. Entonces no solo los artistas tienen ese poder de
Creo que persistentemente el arte va a dar testi-
crear metáforas, también los filósofos.
monio del tiempo; estamos viviendo un tiempo que no es bello. Hoy, si piensas en las imágenes,
Muestras con claridad que la obra de arte da qué
por lo general predomina lo feo. Esto no quiere
pensar, así como la visualidad integra formas
decir que la belleza haya desaparecido, pero si
de pensamiento que en el lenguaje convergen
aparece, lo hace con una vuelta retórica, no di-
también como imágenes.
gamos a la manera directa que podría haber aparecido en un Leonardo da Vinci o en un Piero
Un hecho reciente e impactante, por ejemplo,
della Francesca, sino a través de una vuelta re-
fue cuando un policía asesinó al afroamericano
tórica que señala que eso no es (paralipsis), que
George Floyd en 2020. La densidad que tenían las
hay que recordarlo, sí, pero eso no es. La vio-
manifestaciones, no solo en los Estados Unidos,
lencia también, porque vivimos obviamente en
125
LORE M IPS U M. E NTRE V IS TA
un mundo violento. Entonces en el arte encon-
atrae la idea de la metaxis, que aparece en El ban-
tramos muchas imágenes dentro de esa estética.
quete de Platón. Cuando se pregunta qué es Eros,
Hay un artista español que trabaja directamente
se dice: “bueno, no es ni un mortal ni es un Dios,
con sus excrementos, David Nebreda, obras de
está en el medio”. Nosotros estamos en el medio
los ochenta que ya te llevan al asco, realmente.
de la modernidad y de la posmodernidad, por eso
O en artistas como la británica Jenny Saville que,
es difícil esta época.
a inicio de los noventa, presenta cuerpos tan, digamos, carnosos, por así decirlo, que es como si
¿Piensas que antes fue más fácil de definir la
mostrara la carne más que la piel.
propia época?
Tú editaste otro libro titulado Estéticas de lo
Era más fácil entender qué era la Modernidad. Se
extremo (Emecé, 2011). ¿Podrías contarnos un
creía en la verdad, en el proyecto, así tenemos
poco más de ese proyecto?
la Bauhaus, el futurismo, era más fácil entender esos fenómenos. Hoy estamos oscilando: tene-
Sí, lo editamos con investigadores de la UBA. Un
mos algo de la modernidad y también de la pos-
libro donde las estéticas de lo extremo están a
modernidad, principalmente que no creemos en
la orden del día. Pero paralelamente, casi como
verdades absolutas.
una necesidad vital, también están las manifestaciones o las metáforas de resiliencia de las
¿Es como una crisis de la tríada idealista grie-
microutopías. Porque claro,
ga de lo verdadero, bueno y
si nos sumergimos solo en
bello?
lo negativo sería bastante suicida. También están los
El artista en todo momento
Estamos en un momen-
artistas como el colectivo
hace ver, por eso hay una
to de gran incertidumbre;
argentino Estrella de Orien-
conexión entre las bases
esto sería posible de asociar
te (2006), por ejemplo, que trabaja con los migrantes y todo lo que se podría hacer
de la política y del arte, una base estética.
piezan a surgir las utopías, microutopías. Por supuesto, ya no van a estar bajo la gran
para que accedan al primer mundo, muchas veces a través de la ironía.
a lo posmoderno. Pero em-
ideología de izquierda de transformar el mundo. Sin embargo, aparecen artistas, como el colec-
Una alternativa, al mismo tiempo, ya que por
tivo Assemble de Gran Bretaña, que tuvo el pre-
medio de esos mecanismos somos capaces de
mio Turner hace unos años. Ellos son un grupo
pensar de manera tan intensa la catástrofe total.
de arquitectos que, junto a comunidades de vecinos, trabajan para mejorar barrios que inicial-
Exactamente. Otra artista que trabaja sobre la
mente iban a demoler. Es una microutopía, una
resiliencia es la argentina Ana Gallardo, que tie-
pequeña acción. No se pueden hacer premoni-
ne un sitio en la web, Un lugar para vivir cuando
ciones, porque, así como en la historia, en el arte
seamos viejos, que elabora una imagen triste de
están pasando cosas que no se pueden predecir.
la vejez. Sin embargo, ella lleva a cabo acciones
El historiador Francis Fukuyama se adelantó de-
para que la gente pueda hacer cosas que en la
masiado al decir, a comienzos de los noventa,
vida no pudieron hacer por distintos motivos o
que no iba a haber grandes cambios. No es así,
limitaciones. Es importante considerar que el
de ninguna manera, la pandemia va a cambiar
artista nos puede dar imágenes de un mundo
muchas cosas; ya lo hizo con nuestras comuni-
mejor. Precisamente nuestra época se define con
caciones, de hecho.
varios nombres: se habla de posposmodernismo, altermodernidad; a mí me gusta un nombre de unos teóricos holandeses: metamodernidad. Me
126
Algunos autores señalan nuestro tiempo como
del mundo que no nos gusta, donde hay mucha
el de la cultura de la imagen, en un sentido pe-
violencia, pero que también nos hace pensar en
yorativo. ¿Qué piensas que es posible hacer
las utopías. Hay una relación de semejanza entre
desde la academia, en este sentido?
lo que el artista muestra y algún rasgo del mundo que aquello nos permite descubrir. Soy investi-
Te voy a contestar con algo que decía el artista
gadora, pero me parece que también soy comu-
argentino Enio Iommi, que seguramente no te
nicadora. Me interesa comunicar, pero tampoco
va a gustar, porque a mí tampoco: el arte no es
quisiera cerrar el horizonte de interpretación de
para todos. Yo quisiera que el arte sea para todos,
la obra. Cada uno puede abrir ese horizonte, no
pero si te pones a pensar en los surrealistas, a un
cerrarlo; dejar abierta la mayor cantidad de ho-
siglo de las obras de Marcel Duchamp, del urina-
rizontes posibles.
rio, por ejemplo… Para muchos esa escultura todavía no puede ser una obra de arte. O el Inodoro
En el libro conformas una amplia selección de
dorado (2016), del artista italiano Maurizio Cat-
artistas donde también están presentes figuras
telan, que está como obra de arte en el baño, para
del arte argentino y latinoamericano.
ser usado, en el Museo Guggenheim. No es fácil, pero hay que hacer un esfuerzo, hay que estu-
Vivo en Argentina. A mí me parece que el arte
diar para entender el arte actual. Ya lo planteaba
latinoamericano, más allá de que siempre se lo
Goethe en su momento: cuando voy a Roma, de-
trata de clasificar, es arte sin más. Más allá de
cía, tengo que estudiar porque si no, no disfruto,
dónde haya nacido el artista, hay universalidad
no gozo. Hoy es aún más complejo, hay que saber
del pensamiento. Por supuesto que si hacemos
de historia del arte, de filosofía, tener contacto
un análisis deconstructivo vamos a ver que en la
con otros aspectos de la cultura como el cine, la
génesis de la obra el lugar de nacimiento puede
música; estar sensibilizado con todos los cam-
influir. Sin embargo, me interesa la universali-
bios del mundo, con los medios de comunica-
dad, que es lo que tienen los clásicos también.
ción también. Me encantaría que todos pudieran acceder al arte porque hace pensar en un estado
La metáfora en el arte Fundamentos y manifestaciones en el siglo XXI Elena Oliveras Paidós, 2021 304 páginas
127
Colonia Dignidad: el silencio de los inocentes TOMÁS VILLAROEL
A
l cumplirse 60 años del establecimiento de
un capítulo histórico cerrado, es una llaga que,
Colonia Dignidad en Chile, Netflix presentó una
por las múltiples dimensiones implicadas, sigue
serie documental homónima que ha sido bastan-
abierta. Si el fenómeno tenía cierta presencia en
te elogiada. Aunque ya había películas, reporta-
la opinión pública chilena y alemana, hasta hace
jes, novelas y performances que han abordado el
pocos años apenas la tenía en la investigación
horror de la secta alemana, el mérito de esta se-
académica. Recién en 2015 comenzaron a rea-
rie reside en el rescate de 400 horas de imágenes
lizarse —salvo contadas excepciones previas—
filmadas por los propios colonos —con fines de
estudios, publicaciones y actividades de carác-
propaganda—, así como en entrevistas realiza-
ter especializado sobre ella, lo que muestra que
das a los mismos seguidores de Paul Schäfer. Sus
la investigación sobre Colonia Dignidad todavía
relatos son escalofriantes y muestran los abis-
está en sus inicios.
mos de una secta cuyo objetivo declarado era la
La razón por la que resulta imperioso el escla-
supuesta ayuda al prójimo y a niños desvalidos
recimiento de la historia de la colonia responde
después de la Segunda Guerra Mundial.
a una pregunta muy simple: ¿cómo fue posible
Sin perjuicio de lo anterior, se podría criti-
que una secta famosa por sus delitos y crímenes
car que la serie está excesivamente enfocada en
pudiese existir por un lapso de casi medio siglo?
la persona de Schäfer, exculpando, de paso, las
Dicho con otras palabras, ¿cómo es que un encla-
posibles responsabilidades de los cómplices y
ve absolutamente hermético, en el que se prac-
brazos ejecutores del líder de la colonia. Por lo
ticó desde la explotación laboral y la privación
mismo, existe el riesgo de que victimarios perte-
de libertad, la manipulación de las conciencias,
necientes a la secta se presenten como víctimas
la pederastia y el abuso sexual, hasta la violencia
ante la opinión pública. Esa, sin embargo, tam-
física y la tortura, pudiera sobrevivir —descon-
bién es parte de la tragedia de Colonia Dignidad:
tando la complicidad durante la dictadura mili-
muchos de los abusados se convirtieron después
tar— a regímenes políticos de los más diversos
ellos mismos —embrutecidos o por oportunis-
signos entre 1961 y 2005? En definitiva, ¿cómo
mo— en victimarios.
y por qué se permitió la existencia de un Estado
Con todo, la serie tiene un indudable doble
dentro de otro?
mérito. Por una parte, hace accesible el fenó-
No menos punzantes son las preguntas que
meno Colonia Dignidad a un amplio público que
conciernen al lado alemán: ¿por qué la diplo-
quizá poco sabía sobre el asentamiento alemán.
macia alemana no intervino con decisión y se
Por otra, sitúa al enclave en la discusión pública
contentó con mirar para el lado durante dé-
y nos confronta con el hecho de que, lejos de ser
cadas, a pesar de estar en conocimiento de las 129
LORE M IPS U M. E NSAYO
vulneraciones que se cometían allí? Sin perjuicio
mismo año, la colonia emprendió una embesti-
de la estructura poliédrica de Colonia Dignidad
da judicial contra la Embajada y el Ministerio de
y de que las interrogantes anteriores se pueden
Relaciones Exteriores alemanes, a los que acusó
abordar desde una multiplicidad de perspectivas,
de haber arruinado el prestigio del asentamiento.
en estas líneas nos centraremos en dos de ellas.
En el libelo que presentaron los abogados del enclave ante la justicia alemana se lee que Colonia
La Colonia como víctima
Dignidad “responsabiliza por buenas razones a la Embajada de las sospechas públicas y las per-
La primera dimensión dice relación con un des-
secuciones en la prensa mundial, así como del
concertante fenómeno de simultaneidad: el en-
daño a la reputación y del vilipendio tanto de la
clave como un espacio de recurrente y conocida
Sociedad como de sus miembros”.
violencia coincidía con la estilización de la Co-
De modo análogo a lo ocurrido una década
lonia como víctima. En concreto, las acusaciones
antes, se recurrió a la misma estrategia en 1977
de que en el reducto de Parral se practicaban la
cuando, con ocasión de las denuncias públicas
privación de libertad, abusos de menores y otros
de violaciones a los derechos humanos en el re-
horrores no solo fueron negados por los acusa-
cinto realizadas por Amnistía Internacional1 y
dos, sino que fueron retrucadas con una pues-
que difundió profusamente la revista alemana
ta en escena que hacía parecer al enclave como
Stern, presentó una querella ante un tribunal de
víctima de cualquiera que osara cuestionarlos.
la ciudad de Bonn por difamación. La embestida
Esta autorrepresentación no solo llama nues-
judicial fue acompañada por un elemento per-
tra atención por la articulación deliberada de
formativo: los jerarcas del enclave orquestaron
lo que hoy calificaríamos como una posverdad,
una huelga de hambre en contra de lo que ellos
sino que además puede ofrecer una clave para la
denunciaron como “horror de la prensa” y en la
comprensión de la larga existencia que tuvo este
que participaron —forzados o libremente— los
“Estado dentro del Estado”.
225 habitantes del enclave. Una parte del comu-
La secta no solo fue sujeto pasivo, sino tam-
nicado situaba a la colonia como indesmentible
bién activo, del curso de los acontecimientos:
víctima de las ONG y de la prensa internacional y
ella misma se presentó ante la opinión públi-
denunciaba, en una verdadera inversión o trans-
ca en el rol de víctima. Esta carátula le permitió
mutación de los valores de estilo nietzscheano,
iniciar ofensivas contra adversarios declarados
“la confusión”, “el abuso”, “la desfachatez”, así
y no declarados, y culparlos a ellos por la mala
como “el fracaso moral de iglesias, instituciones
reputación del enclave e incluso por su desgracia
y Estados”. El manifiesto dirigido a la Embajada
inminente. En este sentido, son características
alemana en Chile concluía con seguridad mora-
no solo las autorrepresentaciones de la colonia
lizante: “Nosotros renunciamos a toda polémica
como víctima de diplomáticos alemanes, polí-
y falsa defensa […]. La existencia de nosotros,
ticos chilenos, ONG, la prensa nacional e inter-
víctimas de millones de asesinatos de imagen,
nacional, sino implícitamente de algunos de sus
parece barata”.
propios integrantes, quienes debían ser “reprendidos” por “enfermos mentales”, “sexualmente
Colonia Dignidad en los años sesenta
desviados” o “toxicómanos”. De este modo, la violencia y el disciplinamiento se presentaban
La segunda dimensión del análisis sobre la colo-
como una herramienta de salvación, necesaria
nia nos lleva a sus inicios en la década del sesenta
para llevar a los colonos por el camino fijado por
y remite a la pregunta sobre la naturaleza de la
los jerarcas del enclave.
granja. ¿Tuvo ya en esos años la fisonomía de un
Dos episodios ilustran el punto de manera emblemática. El primero fue una esquirla del escándalo en torno a la fuga del menor de edad Wolfgang Müller en 1966. En noviembre de ese
130
1
El título de la publicación de Amnistía Internacional: “Colonia Dignidad, una granja alemana modelo: un centro de torturas de la DINA”.
sistema de opresión o esa estructura se fue desa-
apéndice o mera continuación de aquellas es-
rrollando con el paso del tiempo, especialmente
tructuras de violencia que se habían enquista-
después del golpe de Estado de 1973?
do previamente. El golpe de 1973 no solo trajo
La documentación histórica disponible nos
consigo un incremento cuantitativo de las ile-
muestra que la opinión pública y la clase política
galidades, sino uno sustantivo (tráfico de ar-
chilena tempranamente supo sobre su estructura
mas, torturas a presos políticos y asesinatos).
y los delitos que se cometían en ella. Ya en 1966,
Con todo, la fase temprana de Colonia Dignidad
y con ocasión de la ya mencionada fuga del joven
apenas ha sido abordada por la investigación
Wolfgang Müller, el affaire en torno a Colonia
académica. El asunto tiene además un viso de
Dignidad salió a la luz. Las denuncias realizadas
actualidad, puesto que nos ofrece claves para in-
por el menor y el escándalo mismo que prota-
terpretar el fenómeno (no solo chileno) de crear
gonizó la secta alemana en Santiago y en Parral
parcelas de poder prácticamente descolgadas del
fueron reforzadas el año 1967 por una querella
ordenamiento jurídico nacional y las tensiones
que presentaron abogados de la Colonia contra
que ello puede implicar.
Héctor Taricco, Intendente de Linares, y contra
En este contexto, llama la atención la figu-
Claudio Fuentes, Gobernador de Parral. El objeti-
ra rutilante de Patricio Aylwin. El senador DC
vo de la acción judicial era la destitución de am-
fue —junto con un puñado de correligionarios,
bos funcionarios públicos luego de dos disputas
como el diputado Guido Castilla— uno de los de-
con las autoridades chilenas. Un año después, el
tractores más incisivos de la Colonia. De hecho,
enclave protagonizó un conflicto con Aduanas de
la Comisión Investigadora del parlamento res-
Chile debido a un decreto de
pondió en buena medida a su
confiscación de vehículos y
iniciativa. Tanto más llama
de una planta de trituración de piedras. Este hecho movió a los jerarcas alemanes
¿Cómo fue posible que una secta famosa por sus delitos y
a una acción de protesta: en
crímenes pudiese existir por un
el otoño de 1968, y al igual
lapso de casi medio siglo?
que casi diez años después, la secta inició una huelga de hambre.
la atención la aparente total prescindencia del presidente Frei Montalva respecto del asunto. La investigación histórica futura deberá contribuir a dilucidar si el po-
sicionamiento de Frei Montalva fue —así como
La notoriedad pública del caso Dignidad y los
aparece hoy a nuestros ojos— enigmáticamente
diversos escándalos en que estuvo involucrado
silencioso o si tomó partido de forma más activa.
el enclave impulsaron al parlamento chileno a
Más luces nos ofrece, por contraste, otro político
la constitución de una Comisión Investigadora
de calado dentro de la DC, el vicepresidente de la
el año 1968. El veredicto de esa instancia fue, sin
República durante aquella época, Edmundo Pé-
embargo, absolutorio. En una línea similar, la
rez Zujovic. En una carta del año 1968 dirigida
documentación parece mostrar que entre 1969 y
a Patricio Aylwin, el Ministro del Interior le co-
1973 el asunto Dignidad habría quedado sepulta-
mentó a su correligionario que el caso Dignidad
do bajo un manto de olvido.
había sido “materia de largas preocupaciones”
El punto es inquietante. ¿Cómo es posible que
para el gobierno y que se trataba de un grupo de
una secta se haya podido desarrollar y enquistar
personas “fanáticas”. Aparentemente no hay
como un Estado cuasi totalitario dentro de otro
mucha más información documental sobre el rol
democrático? El problema no es menor, ya que
de Pérez Zujovic en el entuerto, por lo que asu-
diversos delitos fueron denunciados durante dé-
mir que hablaba en nombre del Presidente de la
cadas y estuvieron, por tanto, en conocimiento
República parece, por lo menos, una hipótesis
de los gobiernos de Alessandri, Frei y Allende.
excesivamente aventurada.
Lo anterior no quiere decir que los delitos y crí-
Algo más de claridad parece haber en torno al
menes cometidos en el recinto de Parral durante
rol que tuvo Enrique Krauss, a la sazón Subsecre-
la época de la dictadura apenas constituyan un
tario de Interior del gobierno de Frei. Se sabe que
131
LORE M IPS U M. E NSAYO
Krauss intervino en la antes mencionada dispu-
Netflix sobre Colonia Dignidad: un reducto
ta entre la Colonia y Aduanas, que devino en la
inexpugnable que opera en absoluta impunidad
huelga de hambre del año 1968. El Subsecreta-
al margen de la ley, supeditado siempre a la vo-
rio habría intervenido como mediador político
luntad de Schäfer y sus pervertidos designios.
—aparentemente neutral— entre Aduanas y el
Sin embargo, la proyección de este espacio de
enclave, logrando finalmente que se depusiera
violencia en el tiempo es menos monocausal de
la huelga de hambre. La condición que pusieron
lo que se puede pensar a primera vista, sin cons-
los jerarcas alemanes era que se retiraran algu-
tituir esto una relativización de la inexcusable
nas medidas que había adoptado el Estado, ra-
negligencia de los Estados de Chile y de Alema-
zón por la que Patricio Aylwin criticó la actuación
nia Occidental durante décadas. Las dificultades
del gobierno chileno como una capitulación. Un
de la posguerra o el contexto internacional de
cuestionamiento ex post a esta reacción del sena-
Guerra Fría pueden explicar tanto la adhesión
dor Aylwin podría sugerir si acaso la aproxima-
que fue ganando Schäfer en los inicios de la sec-
ción de Krauss ante la Colonia fue excesivamente
ta como la cosmovisión del enclave. Asimismo,
conciliadora, o si debió actuar con mayor deter-
el contexto político chileno —no solo durante la
minación en contra de ella. Todo esos episodios
dictadura, sino también a fines de los años se-
abren interrogantes acerca del posicionamiento
senta y a comienzos de los setenta— y la propia
global de la Democracia Cristiana y del gobierno
acción del enclave a través de su constante victi-
de Frei Montalva con respecto al reducto alemán.
mización, puede haber incidido en la proyección
Todavía más difusa es la actitud de Allende y el
que tuvo la Colonia a lo largo del tiempo. Aun
gobierno de la UP, puesto que —como ya se se-
queda por determinar el calado de esas y muchas
ñaló— poco se supo de Colonia Dignidad después
otras dimensiones —por ejemplo, los círculos de
de 1968.
protección del enclave—: Colonia Dignidad to-
Para finalizar, vale la pena volver a las imá-
davía es una herida abierta.
genes principales que nos muestra la serie de
Colonia Dignidad. Una secta alemana en Chile Dirigido por Wilfried Huismann y Annette Baumeister Estrenado en 2021 Disponible en Netflix
Tomás Villarroel es doctor en historia por la Universidad de Würzburg, Alemania. Es profesor de la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez e investigador asociado de la fundación Piensa.
132
Joan Didion: la palabra ante el vacío
Ilustración: Alejandra Acosta
MARÍA JOSEFINA POBLETE
133
LORE M IPS U M. E NSAYO
“¿Acaso no se pudo constatar entonces que la gente volvía muda del campo de batalla? No más ricas, sino más pobres en experiencias comunicables” Walter Benjamin
I s una noche normal. Ella prepara la cena, él
E
fallecieron su marido —el también escritor y
bebe un whisky mientras lee un libro junto a la
editor John Gregory Dunne, a causa de un ataque
chimenea que encendían siempre, incluso en las
cardiaco— y luego su única hija, Quintana Roo,
noches de verano. Él le pide una segunda copa,
después de una gripe común que evolucionó a
ella se concentra en mezclar la ensalada. Él ha-
una septicemia.
bla de la Primera Guerra Mundial y de pronto se
En sus libros El año del pensamiento mágico y
calla. Meses más tarde, Joan Didion escribirá que
Noches azules Didion desmenuza ambas trage-
fue precisamente esa normalidad, esos segundos
dias, como si en ese ejercicio pudiera revelarse
cargados de rutina que precedieron a la súbita
algo que sabe imposible: cómo llegó ahí y de qué
muerte de su marido, el principal obstáculo para
modo continuar viviendo. “Te sientas a comer y
creer que ello realmente había sucedido. Y lue-
la vida cambia en un instante”, repite Didion casi
go vino el problema de la palabra: “Llevo toda la
como un mantra, volviendo una y otra vez al mo-
vida siendo escritora (…) En este caso las pala-
mento que lo cambió todo. De cara al silencio, la
bras no me bastan para encontrar los significa-
autora recurre a la única herramienta con la que
dos. En este caso necesito que lo que yo pienso y
pareciera contar para abordar el sinsentido: la
creo sea penetrable, al menos para mí misma”.
palabra.
Periodista, guionista y novelista, autora de
Insuficiente, golpeada, perpleja. La palabra.
culto y voz icónica del Nuevo Periodismo, Didion murió el pasado 23 de diciembre luego de una
II
trayectoria dedicada a observar y registrar los grandes procesos culturales y políticos que mar-
Escribe Enrique Lihn en la primera semana de
caron a la sociedad estadounidense de la segunda
abril de 1988: “Nada tiene que ver el dolor con
mitad del siglo pasado. Su obra, compuesta por
el dolor / Nada tiene que ver la desesperación
centenares de artículos y una veintena de títu-
con la desesperación / Las palabras que usamos
los de ficción y no ficción, osciló entre la mor-
para designar esas cosas están viciadas / No hay
daz observación de su entorno y la reflexión so-
nombres en la zona muda”. Los versos abren su
bre su propia escritura, para culminar con una
Diario de muerte, desgarrador poemario con que
pregunta que a ratos pareciera ser un ruego: las
el escritor hizo frente al cáncer que le quitaría
posibilidades que nos ofrece la palabra en medio
la vida en julio del mismo año. Mientras escri-
de las crisis más profundas de la existencia. La
bía, cuentan sus editores Pedro Lastra y Adriana
vida pareció empujarla a ello. Entre diciembre de
Valdés, el poeta les habría pedido a sus amigos
2003 y agosto de 2005, en menos de dos años,
que le llevasen libros sobre la muerte. En una
134
nota explicativa al final del libro, Lastra y Valdés mencionan las múltiples referencias que circulan por los últimos versos del poeta, entre ellas Huidobro, Rojas, Hahn, Baudelaire y Rimbaud. Años más tarde, en una breve reflexión sobre la muerte y el lenguaje, Roberto Merino agrega otro nombre a esta lista de reminiscencias literarias en Lihn: Susan Sontag. Un vendedor de libros, cuenta Merino, le habría reclamado indignado que en su poema “Hay solo dos países” Lihn plagiaba íntegramente un párrafo del ensayo de Sontag La enfermedad y sus metáforas. Relata Merino: “El vendedor se consideraba víctima de una estafa post mortem: afirmaba con énfasis que un poeta de verdad no puede incurrir en citas sin comillas y sin mención de la fuente”. “Este es mi intento de asimilar el periodo que vino a continuación: las semanas y después los meses que se llevaron por delante cualquier idea fija que yo pudiera tener de la muerte, de la enfermedad, de la probabilidad y de la suerte, tanto buena como mala”, escribe Didion. La reflexión de Merino es interesante para leerla a ella y a tantos otros autores que han intentado narrar experiencias límites como la muerte. ¿Qué sucede con el lenguaje cuando intenta significar lo inefable, aquello que se encuentra en la zona muda? “La frontera entre la lectura y la escritura se suprime en cuanto comienza a difuminarse la que divide a la vida y la muerte”, reflexiona Me-
me di cuenta de por qué: si John quería volver, le
rino. En situaciones que remecen al individuo,
iban a hacer falta sus zapatos. El ser consciente
que provocan en él una profunda crisis de senti-
de esta idea no la erradicó en absoluto”.
do, la palabra —ya sea propia o ajena— aparece como alternativa al silencio.
La irrupción de hechos que alteran el estado normal de las cosas y que repercuten en nuestra
Titulado “El lado de allá, el lado de acá”, el
manera de percibir el mundo —y, por lo tanto,
breve texto de Merino alude a dos dimensiones
en nuestro lenguaje—, puede ser leída como un
aparentemente opuestas: los vivos y los muer-
‘acontecimiento’, noción ampliamente discuti-
tos, yo y los otros. Merino desliza, sin embargo,
da, entre otros por Slavoj Žižek, y que algunos
la pregunta por el supuesto límite que las separa,
remontan hasta Maquiavelo. Reconociendo que
precisamente en situaciones que golpean nues-
se trata de un concepto que admite múltiples
tro modo habitual de representar lo real. Para
variaciones, el autor decanta la siguiente defini-
Didion, sobrevivir a la muerte de su marido im-
ción: “algo traumático, perturbador, que parece
plicaba también aprender a convivir con la arti-
suceder de repente (…) algo que surge aparente-
ficialidad de ese límite: “Me detuve en la puer-
mente de la nada, sin causas discernibles”.
ta de la habitación. No pude dar el resto de sus
Žižek evita reducir el acontecimiento a hechos
zapatos”, apunta al recordar el instante en que
concretos: propone pensarlo más bien como un
se propuso ordenar la ropa de su difunto marido.
“cambio de planteamiento a través del cual per-
“Me quedé allí un momento plantada y entonces
cibimos el mundo y nos relacionamos con él”. Al
135
LORE M IPS U M. E NSAYO
contacto con el acontecimiento, las coordenadas
noticia de tu muerte me llegó hoy a las tres de la
a través de las cuales elaboramos el sentido de
tarde (…). Escuché tu nombre, mal pronunciado,
lo real se disuelven, la imagen previa que tenía-
y tardé un segundo en asimilarlo. Maquinalmen-
mos de este se desmorona. La brutal irrupción
te empecé a santiguarme como cuando era chico.
de lo real en nuestro orden simbólico asalta y
No terminé ese gesto. El mundo estuvo parado
transforma nuestra comprensión del presente
ese segundo”. Luego de reconstruir ese momen-
y problematiza tanto las categorías con las que
to preciso, el texto concluye con otra entrada,
habitualmente nos relacionamos como nuestra
fechada el 5 de octubre del mismo año: “Hoy en
visión del futuro.
el tren un hombre decía: ‘Sufro mucho. Quisiera
Siguiendo a Žižek, el acontecimiento implica entonces un cambio en el marco a través del cual
acostarme a dormir y despertarme dentro de un año’. Hablaba por él, pero también por mí”.
lo real se nos aparece. Este deja su huella en la
Las palabras finales de “Carta a Vicky” simbo-
palabra: de cara al silencio que impone lo des-
lizan, a juicio de Piglia, el punto ciego de la expe-
conocido, nuestro lenguaje aparece de pronto
riencia cuando se la intenta traducir al lenguaje.
como precario, la frontera que separa la vida de
Así como Lihn ante la “zona muda” o la propia
la muerte se revela porosa y a ratos artificial. Y la
Didion, para quien las palabras “no bastan”,
literatura, a su vez, como un espacio profunda-
en el caso de Walsh resulta imposible hablar de
mente rico no solo para exponer esa precariedad,
su propio dolor, por lo que decide desplazar su
sino también para intentar sondear o palpar ese
narración hacia otro sujeto, que de algún modo
misterio.
hable por él. Metáfora de la experiencia del lí-
Desde su propio duelo, escribe Didion: “A cier-
mite, Walsh intentaría mostrar con ese pequeño
to nivel seguía creyendo que lo sucedido todavía
desplazamiento en la enunciación aquello que
era reversible (…). Necesitaba estar sola para que
no se puede decir y que, sin embargo, urge por
él pudiera volver. Aquel fue el principio de mi año
ser significado. A juicio de Piglia, “Ir hacia otro,
de pensamiento mágico”.
hacer que el otro diga la verdad de lo que siente o de lo que ha sucedido, ese desplazamiento,
III
este cambio en la enunciación, funciona como un condensador de la experiencia (…) quizá nun-
La insuficiencia del lenguaje cotidiano para dar
ca existió ese hombre en el tren, no es eso lo que
cuenta de ciertos hechos es uno de los ejes sobre
importa, sino la visión que se produce, lo que
los cuales gira la conferencia de Ricardo Piglia
importa es que están ahí para poder narrar la ex-
“Tres propuestas para el próximo milenio (y cin-
periencia”.
co dificultades)”. Reflexionando sobre el víncu-
En textos como el de Walsh que aspiran a re-
lo entre escritura y experiencias que parecieran
presentar lo imposible —en este caso, el dolor de
estar más allá del lenguaje —“acontecimientos
un padre ante la pérdida de un hijo— se podría
imposibles”, en sus palabras—, Piglia se pre-
decir que opera una nueva lógica, que escurre a
gunta por los límites de la palabra frente a este
las categorías con las que habitualmente hace-
tipo de eventos: “¿Cómo transmitir la experien-
mos sentido del mundo. Por medio de estos des-
cia del horror y no solo informar sobre él? La li-
plazamientos —“movimientos ficcionales”, en
teratura muestra que hay acontecimientos que
palabras de Piglia—, autores como Walsh, Didion
son muy difíciles, casi imposibles, de transmi-
o Lihn no buscan comunicar información, sino
tir y suponen una relación nueva con los límites
transmitir una experiencia. No sería relevante,
del lenguaje”.
para Piglia, si la persona del tren corresponde a
El autor ilustra el desafío con un texto tan bre-
un ser real o es producto de la ficción: en cual-
ve como intenso: “Carta a Vicky”, de Rodolfo
quier caso, este se nos presenta como una posible
Walsh. Fechada el 29 de septiembre de 1976, la
aproximación a lo que antes se encontraba en la
primera carta fue redactada el mismo día en que
“zona muda”. Continúa Piglia: “Así se transmite
murió su hija, María Victoria. Escribe Walsh: “La
la experiencia, es algo que está mucho más allá
136
de la simple información (…). La verdad tiene la
Escritura del acontecimiento, de aquello que ja-
estructura de una ficción donde otro habla. Hay
más podrá ser capturado del todo por medio de la
que hacer en el lenguaje un lugar para que el otro
palabra, los textos de Didion desafían ese límite.
pueda hablar. La literatura sería el lugar en el que
Es, a fin de cuentas, lo único que le queda frente
siempre es otro el que habla”.
a ese silencio que todo lo inunda.
Exploración de la ausencia y de la pérdida, la
IV
obra de Didion es testimonio de la perplejidad que golpea a la palabra cotidiana al contacto con la muerte, pero también de su intento por cer-
El oficio de escribir puede entenderse, según
carla. Y como experimentada cronista, la enfren-
Juan José Saer, como un permanente esfuerzo
ta de la manera que mejor conoce: sus recuerdos
por tratar de ver en la oscuridad. Comparte el es-
de niña, sus años de vida en pareja, los momen-
critor su ceguera con cientos de millones de su-
tos previos y posteriores a la muerte, bibliogra-
jetos: a ellos les habla no para iluminar la reali-
fía diversa sobre el duelo y el trauma, autopsias,
dad, sino más bien para visibilizar esa dificultad
viajes y conversaciones pasadas. Todas son pie-
que todos compartimos. “El escritor ha de tratar,
zas que la autora examina de modo quirúrgico
en lo posible, de habituar sus ojos a la oscuridad
en medio de la oscuridad pero que, paradójica-
y a reconocerla, y hacérsela reconocer a los otros,
mente, así reunidas adquieren una nueva luz. Así
hablando de ella. Ninguna otra ha de ser su fun-
como Walsh con la ficción o Lihn con la poesía,
ción”, afirma.
Didion realiza su propio desplazamiento desde
Escribir implica profundizar en la conciencia
la crónica, identificando claramente a la muer-
de lo inextricable que es el mundo, más todavía
te como tópico, pero recurriendo a la vida para
cuando esa realidad que creemos dominada se
hablar de ella. Y muy lejos de pretender informar
impone de golpe y brutalmente. La escritura del
sobre los hechos que le arrebataron en menos de
acontecimiento deja en evidencia la parcialidad
dos años a su núcleo familiar, Didion se propone
que impregna cotidianamente nuestra mira-
profundizar en la experiencia del sinsentido, ar-
da: lejos de ofrecer respuestas definitivas para
mada únicamente con una herramienta que des-
enfrentar el mundo, visibiliza su complejidad e
de el inicio advierte como insuficiente:
instala nuevas preguntas. Ensayos, ficciones, crónicas, autobiografías: el
Mi forma de escribir es mi forma de ser, o
oficio del escritor es un ejercicio de exploración
la forma en la que he acabado siendo, y sin
en la oscuridad, y la literatura el cuerpo en donde
embargo en el presente caso me gustaría te-
se exhiben tanto el proceso como los resultados
ner, en vez de las palabras y sus ritmos, una
de esa búsqueda. Para Joan Didion, perseverar
sala de montaje equipada con una Avid, un
en la palabra fue su propia tabla de salvataje:
sistema de edición digital que me permitie-
“Mientras escribo esto, me doy cuenta de que no
ra pulsar una tecla y desmontar la secuen-
quiero terminar esta crónica”, apunta hacia el
cia temporal, mostrarles a ustedes todos los
final de El año del pensamiento mágico. Porque en
fotogramas de la memoria que me vienen
medio del duelo, la página en blanco aquí no es
ahora a la cabeza.
solo vacío. También es espacio de encuentro y de posibilidad.
María Josefina Poblete es licenciada en humanidades con mención en literatura de la Universidad Adolfo Ibáñez, magíster en periodismo y en literatura comparada por la misma casa de estudios. Es coordinadora de publicaciones del IES. 137
Refugio seguro JUAN IGNACIO BRITO
138
E
s invierno en Easttown, un suburbio de clase
media baja en Pensilvania. El frío se deja sentir no solo en el ambiente oscuro de un barrio
todo, se interesa por ella y ve un rayo de luz en la amargada Mare. El lado luminoso de Mare se manifiesta en su
donde las casas son iguales y todos se conocen,
trabajo. Es sargento detective del Departamen-
sino también en el corazón de Mary Anne (Mare)
to de Policía de Easttown. La vocación policial
Sheehan, la protagonista de la fantástica Mare of
la heredó de su padre, su héroe, que se suicidó
Easttown, una serie de HBO ganadora de varios
cuando ella tenía solo trece años. “Investigo ro-
premios Emmy y que tiene a una convincente
bos, sobredosis y toda la basura que ocurre por
Kate Winslet en el rol principal.
aquí”, resume con ese cinismo tan suyo. Mon-
Mare vive en una zona gris. Su alma ha queda-
tada en su SUV Chevrolet, recorre el lugar ayu-
do congelada luego del suicidio de Kevin, su hijo
dando a los vecinos. Todos la conocen y confían
drogadicto, quien le ha dejado a Drew, un nieto
en ella, desde un par de ancianos que cree que
adorable de apenas cuatro años con problemas de
hay un merodeador en su jardín hasta una anti-
concentración. La muerte de Kevin provocó que
gua compañera del equipo de básquetbol escolar
Mare se encerrara y bloqueara a los demás: se ha
cuyo hermano es toxicómano. Le gusta su traba-
divorciado de Frank, su exmarido que vive ahora
jo, pero no su vida. “Siempre esperé ser policía,
con su nueva prometida en la casa del lado; tiene
pero nunca que mi vida se derrumbara alrededor
una relación hostil con su madre, quien pasa las
de mí de una manera tan espectacular”, admite.
horas jugando en su iPad; no le presta suficiente
La serie arranca a un año de la desaparición de
atención a Siobhan, su hija lesbiana que asiste a
una adolescente que se prostituía. Mare no ha lo-
un colegio particular para lograr ir a la universi-
grado encontrarla, lo que la frustra y contamina
dad; y está a punto de perder la custodia de Drew,
su relación con la madre de la chica, una anti-
cuya madre reclama la tuición una vez rehabili-
gua amiga que no se rinde y exige resultados a la
tada de su adicción a las pastillas. Como confiesa
policía. Ante este telón de fondo, un nuevo cri-
Siobhan a una amiga, la familia nunca logró su-
men alarma a la comunidad: Erin McMenamin,
perar el suicidio de su hermano. Por el contrario,
una joven madre soltera, ha sido asesinada y su
añade, simplemente se desmoronó.
cuerpo, semidesnudo, descubierto con un balazo
En el centro de ese derrumbe habita Mare,
en la cabeza en un río cercano. Mare investiga a
quien evade el duelo tomando cerveza, comien-
varios sospechosos: al padre fracasado de la ado-
do comida chatarra y fumando un cigarrillo
lescente, a un diácono con acusaciones previas
electrónico. Viste bluejeans y camiseta, es mal
de abuso, al expololo de Erin y a su agresiva nue-
hablada, apenas sonríe y no quiere recordar que
va novia… hasta al mismo Frank, su exmarido.
hace veinticinco años fue “lady Hawk”, la heroí-
La lista resume el tipo de personas que reside
na del equipo de básquetbol escolar de Easttown.
en Easttown. En su mayoría poseen algún gra-
Eso quedó muy atrás. Ahora su vida “es un de-
do de disfuncionalidad social. Son miembros de
sastre”, le advierte a Richard Ryan, un escritor
una comunidad olvidada, tienen problemas gra-
mediocre con paciencia de monje que, pese a
ves que ninguna política pública se ha decidido
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LORE M IPS U M. E NSAYO
a enfrentar, mucho menos a solucionar. Cuando
Pero la serie no despierta interés solo por su
les preguntan cómo están, no responden “bien”,
carácter policial. Hay mucho más que eso aquí.
sino “no peor de lo normal”. Son los perdedores
La dimensión existencial de sus protagonistas
del sueño americano que se las arreglan como
—sus dolores y angustias, que son también los
pueden en un mundo que los ignora y para el cual
de una comunidad herida— es el trasfondo que
son invisibles; tienen poca educación, trabajan
hace de Mare of Easttown interesante y digna de
en empleos menores, en general no poseen títu-
ver. No se trata de un sadismo que se complaz-
los profesionales y, cuando los tienen, no con-
ca en la desgracia que tanto abunda, sino de una
siguen destacar, como ocurre con Richard Ryan,
extraña habilidad del guion para dar cuenta de
profesor de literatura en universidades de ter-
esa increíble capacidad humana para adaptarse
cera categoría que pocos conocen. Viven en ho-
y construir algo bueno y útil incluso en medio
gares rotos por la droga, la prostitución, el sui-
del caos y el desastre. Porque Mare of Easttown
cidio, el delito, la cárcel o la falta de esperanza.
roza la maestría al empatizar sin moralina con
Están resentidos y enojados; lucen dominados
la vida casi insoportable que padecen práctica-
por ese sinsentido nihilista asfixiante que a ve-
mente todos sus personajes, en especial la pro-
ces se apodera del ambiente. Parecen miembros
tagonista. Ellos son una evidencia de esa habili-
paradigmáticos de la “cesta de deplorables” a
dad tan única y humana de resistir, de buscar y
la que aludió con desdén la candidata demócra-
encontrar refugio allí donde pareciera no existir
ta Hillary Clinton en su campaña de 2016. Son
ninguno. Como le dice Mare a un anciano que ha
personajes que recuerdan
enviudado y no encuentra
al “realismo sucio” de los
consuelo ante la ausencia de
cuentos de Raymond Carver,
su esposa: “Después de un
las rudas canciones de Bruce
Son los perdedores del sueño
Springsteen y John Mellen-
americano que se las arreglan
con lo inaceptable”. Es cosa
camp o la crudeza de Doro-
como pueden en un mundo
de saber adónde ir, de tener
thea Lange y Walker Evans, los fotógrafos de la Gran Depresión. Usando como hábil excusa
una
que los ignora y para el cual son invisibles
investigación
criminal, la serie muestra el estilo de vida de un
tiempo, uno aprende a vivir
a alguien de tu lado aunque parezca que no hay nadie, de confiar en los cercanos que siempre están ahí, pese a
que a menudo uno no los quiera ver.
sector de la población a la que la élite norteame-
La serie no deja lugar a dudas acerca de cuá-
ricana solo comenzó a prestar atención en serio
les son esos espacios: la familia y la comunidad.
con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
No puede ser de otra forma. Para el conjunto de
En una primera capa, lo que resulta atractivo
perdedores que la serie ilustra, estos son los úni-
de la miniserie de siete capítulos es su carác-
cos sitios donde la relación no es contractual ni
ter de thriller policial: el espectador acompaña
transaccional, sino natural y necesaria, incluso
a Mare en sus pesquisas para averiguar quién
trascendente. Aunque familia y comunidad estén
mató a Erin McMenamin y por qué lo hizo. Las
fisuradas, son mucho mejor que nada. Incluso
idas y vueltas de la trama atrapan la curiosidad
en condiciones de fragilidad extrema como las
del público, así como la llegada de un joven y
que ilustra la serie, ambas ofrecen un hogar se-
aparentemente exitoso oficial que ayuda a una
guro y acogedor para quienes sufren y se sien-
reticente Mare en la investigación y que pronto
ten desamparados.
se entusiasmará sentimentalmente con ella. En
Lejos de la disputa bizantina acerca de qué
ese registro, la producción es un clásico —aun-
es una familia, la serie muestra que se trata de
que muy bien realizado— whodunnit: la típica
aquel lugar donde uno es recibido y querido in-
historia sobre un asesinato donde no se descubre
condicionalmente, sin hacer preguntas ni acep-
al homicida sino hasta el final.
tar divisiones. Pese a que enfrentan situaciones
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límite, los protagonistas saben que es allí donde
Tal como las maltrechas familias que la con-
encontrarán el apoyo que necesitan con des-
forman, la comunidad sale fortalecida tras sor-
esperación para remontar la fatalidad que los
tear pruebas muy severas. Es desde el púlpito
cubre como una nube venenosa. Con aciertos y
de la parroquia católica local (los habitantes
errores, hacen lo indecible —a menudo lo inco-
son mayoritariamente de origen irlandés) don-
rrecto— por proteger a sus familias. Las cuidan
de se hace ver que la comunidad es resiliente y
y preservan porque saben que son el santua-
puede ofrecer un techo acogedor para enfren-
rio al que han de volver ellos y sus seres queri-
tar la adversidad. Pese a todo, a los habitantes
dos cuando los golpee el vendaval de presiones
de Easttown les gustan su barrio y sus vecinos,
y tensiones que padecen en carne propia. Estas
con quienes han crecido. Los lazos de amistad y
personas, endurecidas por la adversidad que se
confianza que se han creado allí resultan casi in-
les viene encima como un tsunami, son allí ca-
destructibles. Ni siquiera la traición, en forma de
paces de llorar, abrazarse e incluso de actuar con
infidelidad matrimonial o de secretos inconfesa-
ternura y un altruismo sacrificial. Se equivocan
dos, es capaz de romperlos. La comunidad sufre
bastante, pero están siempre dispuestos a volver
y se recupera junta, como la gran familia que es:
a casa para tratar de enmendarse. Cuando, final-
el sitio donde todos conviven y contribuyen sin
mente, se resuelve el misterio y se revela quién
pedir nada a cambio. La sensata Siobhan lo resu-
asesinó a la joven, uno de los encubridores no
me bien al decirle a Mare: “Te encanta Easttown,
duda en confesar que “acepté mentir para pro-
que es un lugar mejor contigo aquí”. Después del
teger a mi familia”, mientras que otro personaje
frío invernal, el sol vuelve a asomar en Easttown.
asegura que “me habría llevado el secreto a la tumba” de no haber sido descubierto.
Mare of Easttown Creado por Brad Ingelsby y dirigido por Craig Zobel Elenco: Kate Winslet, Julianne Nicholson, Jean Smart, Angourie Rice y David Denman Estrenada en 2021 Disponible en HBO
Juan Ignacio Brito es periodista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy por el Fletcher School en la Universidad de Tufts, EE.UU. Es profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes e investigador del centro Signos de la misma casa de estudios. Es columnista en La Tercera, el Diario Financiero y El Líbero.
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Ilustración: Alejandra Acosta
— Olimpo — C.S. LEWIS
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“C
uando, por muy reverentemente que lo
Durante sus años como estudiante en Oxford,
hagas, asesinas una palabra, también has elimi-
Lewis se formó en filosofía y literatura, las que
nado de la mente humana la cosa que la palabra
supo complementar a lo largo de toda su vida.
originalmente significaba. Los hombres no con-
Como le escribe a un amigo, “La razón es el ór-
tinúan por mucho tiempo pensando en aquello
gano de la verdad; la imaginación, el órgano del
que han olvidado cómo nombrar”, decía C. S.
sentido”. En contra de lo sugerido por una común
Lewis (1898-1963) en su ensayo “La muerte de
lectura, según la cual habría abandonado la filo-
las palabras”. Podría decirse que Lewis siempre
sofía luego de ser derrotado en un debate por una
se ocupó de las distintas dimensiones del len-
jovencísima Elizabeth Anscombe, Lewis siempre
guaje. Por un lado, era un reputado especialista
alternó entre la literatura y la práctica de una fi-
en literatura inglesa medieval; por otro, un lú-
losofía más divulgativa. El hecho, por ejemplo,
cido ensayista que abordó muchas de las discu-
de que tras el debate con Anscombe trabajara en
siones más acuciantes de su tiempo. Su faceta
afinar la argumentación de Milagros —libro que
más conocida, sin embargo, es la de escritor de
había provocado el debate y que tuvo una nueva
la saga Las crónicas de Narnia, que en sus siete li-
edición tres años antes de la muerte de Lewis—
bros relata las aventuras de los cuatro hermanos
es signo de que la reflexión minuciosa y acabada
Pevensie en el mundo fantástico que da nombre
siempre fue una de sus preocupaciones.
a la serie.
Muchas de las coyunturas que vivió este escri-
Huérfano de madre a los diez años, no tuvo
tor y profesor inglés tienen un gran paralelo con
una relación fácil con su padre. Asimismo, su
los desafíos de nuestro tiempo. Como ha des-
biografía está marcada por su experiencia como
tacado Alan Jacobs —autor de una importante
soldado en la Primera Guerra Mundial y por la
biografía de este “viejo hombre occidental”—,
vida universitaria —primero como estudiante,
el humanismo cristiano que cultivó Lewis tiene
luego como tutor— en Oxford. Una mirada a su
mucho que aportar en un mundo desencantado,
obra de no ficción nos muestra una personali-
donde los fundamentos que sostenían a las de-
dad compleja y profunda: El problema del dolor,
mocracias parecen derrumbarse y donde la edu-
Los cuatro amores, La abolición del hombre o Mero
cación, en lugar de apuntar a la búsqueda de la
cristianismo son libros que exploran una serie de
verdad y al cultivo de la imaginación, suele estar
temas de enorme actualidad desde la filosofía, la
orientada a alimentar la producción de una má-
antropología y la teología.
quina voraz donde jamás se encontrará el senti-
Lewis siempre intentó que sus textos fueran
do profundo de las cosas humanas.
comprensibles para un público amplio, por lo que
La obra en que más nítidamente se reflejan
su escritura está lejos de las jergas académicas,
estos rasgos —y acaso el más actual de sus en-
del lenguaje abstruso del especialista o del narci-
sayos— es La abolición del hombre. Para talar un
sismo del mundo de la cultura. En ese sentido, el
árbol, nota ahí, había que quitarle primero todo
autor de Las crónicas de Narnia tuvo la capacidad
carácter trascendente; solo cambiando el modo
para abordar debates complejos con sencillez y
de mirar el mundo, este se convirtió en algo que
gracia. No es casualidad que algunos de los libros
queda por completo a nuestra disposición. Pero
mencionados hayan sido, en primer lugar, con-
cuando Lewis escribía este ensayo, y aún más
ferencias radiales dirigidas al público general:
cuando nosotros lo releemos, es el ser huma-
su interés en la divulgación nos dice mucho de
no el que ha quedado a disposición de nuestra
su vocación, pero también de su intuición de que
manipulación por ese mismo proceso de desen-
los problemas del siglo XX exigían hablarle a au-
cantamiento. “No es tan apolítico como parece”
diencias mucho más amplias que las puras élites
escribió una vez George Orwell sobre Lewis. La
intelectuales.
actualidad de La abolición del hombre parece confirmar ese juicio.
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. E DITAR S E GU N S E C C ION AL FIN AL
últimos libros ies
El Estado subsidiario, de Chantal Delsol
El pueblo olvidado, de Josefina Araos
Aristóteles, Una introducción, de Alejandro G. Vigo
Tensión constituyente, de Claudio Alvarado
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