N°1 / AGOSTO 2019 $3.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480
El liberalismo y su historia Eric Voegelin Los infortunios de la democracia Chantal Delsol Lucho Gatica, suave invasión Marisol García Reseñas de Cristóbal Bellolio, Daniel Mansuy y Alfredo Jocelyn-Holt Entrevistas a Alan Knight, Ryszard Legutko y Adriana Valdés
puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº1, agosto de 2019 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado R. Editor: Joaquín Castillo V. Coordinador: Rodrigo Pérez de Arce P. Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo. Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: Eric Voegelin, Chantal Delsol, Juan Ignacio Brito, Cristóbal Rovira, Alan Knight, Josefina Araos, Ryzsard Legutko, Manfred Svensson, Cristóbal Bellolio, Daniel Mansuy, Alfredo Jocelyn-Holt, Mariana Canales, Guillermo Pérez, Santiago Ortúzar, Fernando Contreras, Marisol García, Andrés Biehl, Adriana Valdés, Rodrigo Pérez de Arce, Beltrán Undurraga, Angélica Ovalle, Pablo Chiuminatto, Joaquín Castillo y Pablo Ortúzar. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Romina Peña, Trinidad Barros, Fundación Nemesio Antúnez, María José Durán y Rosario Castillo. ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros
Punto y coma
2
Joaquín Castillo
¿Un mundo posliberal? Los infortunios de la democracia
6
Chantal Delsol
¿Hacia un mundo bipolar?
15
Juan Ignacio Brito
El populismo en el siglo XXI 24
Cristóbal Rovira
Entrevista a Ryszard Legutko
32
por Manfred Svensson
Entrevista a Alan Knight
38
por Josefina Araos
El liberalismo y su historia 50 Lamento gregoriano 66 Los límites del liberalismo 66 Innerarity y su guía para perplejos 70 La identidad y sus consecuencias
72
Manual para dictadores 74 El último de los hegelianos 76 Diablo conocido
78
Eric Voegelin Cristóbal Bellolio Daniel Mansuy Alfredo Jocelyn-Holt Mariana Canales Guillermo Pérez Santiago Ortúzar Fernando Contreras
Lorem ipsum Lucho Gatica, suave invasión 82 Los impuestos como espejo de la ciudadanía 88 Entrevista a Adriana Valdés 94 La vocación en tiempos de desencanto 99
Marisol García Andrés Biehl por Rodrigo Pérez de Arce Beltrán Undurraga
Banda sonora 104 Angélica Ovalle Olimpo: Hannah Arendt 109 Nemesio Antúnez. Un obituario diferido 111 Pablo Chiuminatto Houellebecq, el sociólogo 118 Joaquín Castillo El Vicente sin cabeza 123 Pablo Ortúzar
1
Punto y coma
Punto y coma busca ser un lugar de encuentro y conversación en torno a las ideas. Al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), queremos generar un intercambio informado, atractivo y apasionado alrededor de los principales debates de nuestra sociedad. Pensamos que las humanidades y las ciencias sociales, con sus distintas perspectivas, son indispensables a la hora de intentar comprender el mundo. Creemos en la libertad intelectual y la palabra escrita como un vehículo excepcional para la transmisión del conocimiento, y como un medio que permite captar los infinitos matices que supone el fenómeno humano. Concebimos las imágenes como un instrumento privilegiado a la hora de despertar la creatividad e interpelar al lector. Confiamos, también, en que el diálogo constituye una práctica imprescindible para acercarse a los otros y entender aquello que nos rodea. Nuestro diálogo, a medio camino entre la academia y el periodismo, se ha impuesto el doble desafío de la difusión y la profundidad. Por todo lo anterior, Punto y coma se concibe como un espacio multidisciplinario que presta especial atención a los diversos registros intelectuales, artísticos y literarios. Queremos favorecer una reflexión compartida, capaz de soportar el paso del tiempo y resistir, en lo posible, a la alta velocidad de nuestra época.
2
El punto y coma es un signo de puntuación
si bien la filosofía política y la reflexión sobre el
que manifiesta una pausa mayor que la coma,
orden social ocupan un lugar prioritario, tam-
pero que, a diferencia del punto, no se detiene.
bién queremos detenernos en personajes, libros
En alguna medida, expresa esa sutil espera pro-
o desafíos que, estando menos vinculados a la
pia del pensar. Es un signo que refleja el espíritu
coyuntura —y quizá justamente por eso—, nos
de la reflexión que anhelamos fomentar desde el
ayudan a observar el mundo desde otros ángulos.
IES. Por otro lado, el punto y coma no es un signo
Hay espacio para la música, las artes visuales y la
fácil de emplear: sus reglas son algo ambiguas,
literatura; para disciplinas académicas obligadas
y su uso, subjetivo. Pero cuando está bien utili-
a reflexionar en términos accesibles al lector co-
zado, la escritura logra mejor su cometido. Punto
mún; para libros viejos y viejos llenos de libros,
y coma quiere poner especial cuidado en las for-
debates urgentes y otros que se niegan a serlo,
mas textuales. Al ser la palabra y el lenguaje el
pero que son cruciales para verbalizar los pensa-
fundamento e instrumento de todo debate públi-
mientos que hoy nos interpelan.
co, el esmero en la escritura pretende ser uno de nuestros aportes fundamentales.
La invitación que proponemos, entonces, es a comenzar un diálogo vibrante e informado, ca-
Este es el primer paso público de un proyec-
paz de fomentar la conversación y de deleitar a
to que lleva varios años discutiéndose. El tema
los lectores más exigentes. Esperamos que este
central de este número, la crisis de la democra-
diálogo continúe, no con la prisa de una frase sin
cia y el auge de los populismos, nos interpela
detenciones, sino precisamente con el ritmo que
por diversos motivos. En parte por su urgencia,
propone el punto y coma.
aunque también por sus consecuencias. No es fácil decir algo novedoso sobre temas que han
Joaquín Castillo Vial
estado durante tanto tiempo en el centro de la
Editor
agenda pública. Por lo mismo, quisimos dialogar con quienes han reflexionado largamente sobre ellos: el lector podrá encontrar aquí artículos y entrevistas, además de comentarios sobre libros que nos parecen especialmente relevantes para comprender el momento político global. Y,
3
Ilustraciรณn: Trinidad Barros.
¿UN MUNDO POSLIBERAL?
CHANTAL DELSOL Traducciรณn de Denise Bard
6
¿Q
ué ha ocurrido desde el cambio de siglo
hacen que el siguiente período muestre gran
para que la democracia sea puesta en entredi-
fervor democrático. Entre los años 1950-2000
cho en los países occidentales y en otras cultu-
no se permite matizar los elogios a este tipo de
ras que la reconocían como un modelo? ¿La
régimen. La caída del Muro de Berlín en 1989
historia turbulenta de este sistema político ha
hace que incluso muchos occidentales tengan la
terminado acabando con él? ¿Acaso terminaron
certeza, enunciada por Fukuyama, de que la de-
profanándola los propios encantos de la demo-
mocracia representa el “fin de la historia”, sin
cracia, que nos hicieron aplicarla sin reservas
continuación ni alternativa posible, literalmente
en todos los ámbitos? ¿Hay que ver una nueva
irreemplazable. Esta ceguera es del mismo tipo
corriente antimoderna en las actuales demo-
de aquellas ideológicas que estaba llamada a
cracias antiliberales? La tecnocracia, la gober-
reemplazar. El cambio de siglo es testigo del
nanza y el consenso, ¿refuerzan o perjudican
cambio de las cosas. Los reproches y acusaciones
la democracia? ¿Es posible imaginar democra-
que surgen contra la democracia son más graves
cias desprovistas de visiones de mundo, basa-
que aquellos de los años treinta. Y, por razones
das solo en el pragmatismo o, en pocas palabras,
profundas relacionadas con un cambio de esta-
sin pluralismo?
tus de lo sagrado, la democracia pierde su aura.
La democracia no existe antes de la Ilustración.
Aquí es donde estamos actualmente.
Aparece durante el paso del siglo XVIII al siglo
En primer lugar, es necesario precisar que
XIX, en América y en Europa occidental. Es tal la
ningún régimen es inmortal, así como nada de
envergadura del choque cultural que ella produce
carácter humano lo es. En los años treinta, las
que Tocqueville escribe su extraordinario ensayo
democracias eran fustigadas por dos razones: la
La democracia en América (1835). Las democracias
corrupción y el parlamentarismo. Sin embargo,
europeas que se desarrollan a lo largo del siglo
en la actualidad la democracia enfrenta proble-
XIX siguen contando con un sistema de sufragio
mas mucho más profundos e inquietantes. Son
censitario. En el siglo XX, durante el período de
problemas estructurales. Desde hace un siglo, la
entreguerras, las democracias parlamentarias
democracia ha sido corrompida por su radica-
son fuertemente criticadas por corruptas y de-
lización ideológica. Primero, desnaturalizamos
cadentes. Por ese motivo, crece la justificación
la palabra para ponerla al servicio de nuestras
de las dictaduras y en Europa florecen regíme-
ideologías. En el Instituto de Estudios Políticos
nes autocráticos en los años treinta, mientras
de París, Sciences Po, nos enseñaban que existían
el totalitarismo comunista se extiende hasta
dos tipos de democracia, una occidental y una
1989 con el engañoso nombre de “democracia
soviética… No solo fue sacralizada e interpretada
popular”. En 1983, Jean-François Revel publi-
después como “el fin de la historia”, sino tam-
ca Cómo terminan las democracias prediciendo
bién entendida como un recurso habitual en la
el fin de las democracias débiles y acompleja-
vida social que se podía aplicar por doquier. Fue
das frente al totalitarismo arrogante e inescru-
de esta manera como los países occidentales,
puloso. Los desastres que dejan tras de sí estas
inspirándose en los análisis de John Dewey,
autocracias, dictaduras o regímenes totalitarios
intentaron democratizar todas las instancias
7
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
sociales. Esto es una herejía, porque la demo-
democracia hubiese heredado la forma de las es-
cracia está hecha para la sociedad civil, para la
tructuras ideológicas del siglo XX saliente: una
sociedad abierta y no se aplica a las sociedades
excesiva racionalidad, un estatus ideológico que
cerradas1, como el Ejército o la universidad, por
no le corresponde.
ejemplo. Al contrario de lo que algunos piensan,
Esta racionalización nos conduce a intentos
los problemas de la democracia no se resolverán
desquiciados e infructuosos de instaurar artifi-
“siempre con más democracia”, ni los de Europa
cialmente la democracia en cualquier país, como
“siempre con más Europa”.
si se tratase de una herramienta simple, mecáni-
Las virtudes propias de la democracia (la
ca y que todos pueden utilizar de la misma ma-
libertad, la emancipación, la igualdad) tienen
nera. La democracia es cultura. Es absolutamente
límites. Y será precisamente esta discusión sobre
necesario diferenciar la democracia (el pueblo
los límites la que engendrará a las democracias
elige a sus gobernantes y su programa) del libe-
antiliberales.
ralismo constitucional, que no atañe a la forma
Mediante el mismo pensamiento desmedido,
de elegir a los gobernantes, sino al objetivo del
intentaron convertir la democracia en una ideo-
gobierno: emancipación, libertad individual. Por
logía. El 27 de octubre de 1992, en su discurso de
lo tanto, el liberalismo constitucional, en tanto
recepción en la Academia de Ciencias Morales y
condición y atmósfera, precede a la democracia.
Políticas, Vaclav Havel
Debemos preguntarnos,
relata cómo había enten-
entonces, ¿qué debemos
dido tan mal que la de-
hacer si el pueblo, que
mocracia es un régimen imperfecto, que vive en este mundo imperfecto:
En la actualidad, gran parte de los países en vías de democratización
“Me resultaba difícil re-
son democracias antiliberales. En
signarme a la idea de que
Occidente, la situación es aún más
la política era un proceso sin final, como la Historia, un proceso que nos
grave dado que, por una parte, la libertad podría ser puesta en
impide decir que algo fi-
entredicho en lugares donde
nalizó, acabó, terminó.
ya está instaurada.
De esta manera, constaté
tiene derecho a voto, no quiere libertad? ¿Acaso le diremos, tal como los revolucionarios franceses: “Los obligaremos a ser libres”? En la actualidad, gran parte de los países en vías de democratización son democracias antiliberales. En Occidente, la
con pavor que mi impaciencia respecto del rees-
situación es aún más grave dado que, por una
tablecimiento de la democracia tenía tintes co-
parte, la libertad podría ser puesta en entre-
munistas. O, en términos generales, era un tanto
dicho en lugares donde ya está instaurada. Por
racionalista, como la unidad que proclamaban
otra, las democracias antiliberales siguen mul-
los pensadores de la Ilustración. Había querido
tiplicándose. Debido a un desacuerdo respecto de
hacer avanzar la historia, tal como un niño que
la libertad, la democracia se desprestigia incluso
tira los tallos de una planta para hacerla crecer
ante los ojos de sus más ardientes defensores.
más rápido”. En otras palabras, era como si la
La libertad es el requisito fundamental para instaurar y hacer perdurar la democracia. En su
1 En la sociedad civil, abierta, los individuos están por nacimiento, sin elección, y son considerados como iguales en su capacidad de decidir sobre el destino propio y el destino común. En las sociedades cerradas, particulares, los individuos eligen su entrada y su salida, y al interior de estas forman parte de una jerarquía definida por la función, el grado, el saber, etc. Este es el motivo por el cual un gobierno puede castigar, pero no desterrar, mientras que un cuerpo intermedio puede excluir, pero no castigar.
8
ausencia, la democracia despliega apariencias y mentiras, palabras vacías. Sin embargo, todo este asunto consiste en la discusión acerca de las diferentes definiciones de la libertad y sus límites. Precisamente, este es el motivo de las encarnizadas discusiones entre los posmodernos. Al interior de esa fractura es donde aparecen las llamadas democracias antiliberales.
Fotografía: Yeo Khee.
Las democracias antiliberales, también lla-
El conservadurismo que se desarrolla en las
madas populismos —vocablo más injurioso que
democracias llamadas antiliberales argumenta,
descriptivo—, son la expresión de un reproche
por el contrario, que los límites no son externos
a la libertad posmoderna y la manifestación de
sino internos al sujeto. La capacidad de autoli-
que la libertad tiene límites. A este respecto, el
mitación es aquello que caracteriza al ser hu-
pensamiento moderno descansa en el refrán que
mano. No somos una impetuosa corriente que
los niños franceses aprenden de memoria desde
avanza hasta encontrarse con el obstáculo, sino
que entran a la enseñanza primaria: “mi libertad
una fuerza habitada por el pensamiento respecto
termina donde comienza la de los otros”. Esta
de los límites, puesto que está orientada a otros
certeza, que proviene del pensamiento revolu-
proyectos y no tan solo a sí misma. La noción de
cionario, significa que el individuo puede desple-
libertad autolimitada es aquella que rechaza la
gar sus deseos y su voluntad hasta donde quiera,
absoluta libertad de circular, inmigrar, vender,
mientras no se cruce con otra voluntad. El indi-
permitir, tecnificar. Con tal propósito, enfatiza
viduo occidental moderno se parece al héroe de
la importancia de principios externos al sujeto,
Victor Hugo que ignora los límites de su fuerza:
como la soberanía nacional que limita la liber-
“¡Soy una fuerza que impulsan! ¡Soy el agente
tad de circulación, la antropología que limita la
ciego y sordo de los misterios fúnebres! ¡Soy el
libertad de permitirlo todo en el ámbito social,
alma de la desgracia impregnada de tinieblas!
etc. Por lo tanto, se trata de un cuestionamiento
¿Dónde voy? No lo sé. Solo sé que me impulsa con
al pensamiento posmoderno.
soplo impetuoso un destino insensato”2. 2 Victor Hugo, Hernani, acto III, escena II, traducción de Jacinto Labaila.
9
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
Fotografía: Lorie Shaull
Sin embargo, este cuestionamiento va más
pájaros”3. No se trata de preferencias aleatorias,
allá, pues las democracias contemporáneas sí
sino de la elección de cierta visión de mundo y no
ponen ciertos límites a las libertades (incluso
de otra. Cada vez que se ponen límites a las liber-
algunos piensan que actualmente el ciudadano
tades es en nombre de una visión de mundo. En la
está coartado como nunca antes en su historia
actualidad, los pueblos y las élites no comparten
por un concierto de leyes y reglamentos). En-
una visión, dando paso a la desestabilización de
tonces ¿cuáles son los principios externos a los
la democracia. De esta manera, los pueblos que
que obedecen? Esencialmente, a la salud e inte-
cuentan con la ventaja de ser numerosos eligen
gridad de los ciudadanos, y a la conservación de
autoridades políticas que las élites no aprueban.
la naturaleza. Se trata de dos principios sacra-
Por este motivo, las élites europeas ponen la
lizados que son lo esencial de todo lo que real-
propia democracia en tela de juicio. El pueblo no
mente nos importa, y en nombre de los cuales
tiene siempre la razón, y de hecho la historia re-
los gobiernos se arrogan el derecho de restringir
ciente y antigua está llena de tiranos electos por
nuestras libertades.
los pueblos. Y, en consecuencia, las élites posmo-
Los pueblos donde ha ganado “el populis-
dernas se acostumbraron a poner las elecciones
mo” cuestionan dicha elección y comentan “su
populares en entredicho y a pedir que se declare
arrepentimiento por haber perdido libertades
la nulidad del acto eleccionario si los resultados
cotidianas, como quemar las hojas secas y cazar 3 Thomas Frank, Pourquoi les pauvres votent à droite [¿Por qué los pobres votan por la derecha?] (París: Agone, 2013), 206.
10
no corresponden a sus deseos (“Los suizos de-
la democracia su principal distinción constitutiva.
ben volver a votar”, señaló Cohn-Bendit tras el
A diferencia del período de entreguerras, la de-
referéndum acerca de la prohibición de construir
mocracia no pierde su valor, pero sí su atractivo,
minaretes en las futuras mezquitas4; véanse
debido a que nos desagradan sus implicancias.
también las numerosas solicitudes de hacer votar
La seguidilla de horrores del siglo XX deter-
a los ingleses el Brexit por segunda vez). Ocurre
minó la aparición del pacifismo, pero además,
a veces que una votación popular es rechazada y
y más importante aún, generó un sentimiento,
duramente objetada por las altas esferas de po-
compartido por muchos, que ve en las creencias
der si sus resultados no cumplen con las expec-
(religiones, ideologías) el origen de las guerras,
tativas de la Europa institucional. Es necesario
debido a su intrínseca tendencia al fanatismo.
entender que las élites no aceptan la democracia
Es posible afirmar que la época contemporánea
cuando esta no coincide con su manera de definir
rechaza las verdades para salvaguardar la moral.
la libertad.
La desaparición de las religiones y luego de las
El crecimiento vertiginoso de las llamadas de-
ideologías (“los grandes relatos”, en general),
mocracias antiliberales es expresión de un nue-
junto con la voluntad de impedir el surgimien-
vo episodio de la guerra de los dioses entre los
to de otras creencias, buscan conjurar futuros
modernos y los antimodernos. En este conflicto
horrores. Quien deja de creer ya no tiene motivo
entre visiones de mundo, los pueblos consideran
alguno para utilizar la violencia, o al menos así
que la libertad posmoderna llegó demasiado lejos
piensan nuestros contemporáneos.
(libertad económica, apertura de las fronteras,
De esta manera se explica el éxito del prag-
cuestiones culturales, etc.) y, por consiguiente,
matismo político, así como el desprestigio de
eligen gobernantes dispuestos a restringirla. Por
las convicciones. Un gobernante legitima una
otra parte, al ver que los pueblos “votan mal”,
reforma porque “es lo que funciona”, no porque
las élites pierden confianza en la democracia y
crea en tal o cual principio. Y si tiene convic-
dirigen su mirada a las tecnocracias. El invierno
ciones, es preferible que en adelante las disimule
de la democracia y su carácter siniestro provie-
bajo el ahora virtuoso manto del pragmatismo,
nen de una guerra ideológica que es al mismo
sin el cual se arriesga a ser considerado como
tiempo una lucha de clases.
un personaje iracundo y peligroso. Se plantea que el pragmatismo debe adherir a la creencia
***
de “lo que funciona”. Pero ¿con qué propósito? Alcanzar un deseo por todos compartido: la me-
El agotamiento del concepto de democra-
jor calidad de vida material posible. La política
cia resulta todavía más inquietante, ya que
pragmática ya no hace valer su fervor respecto
es legitimado por factores profundos como
de principios, sino su eficacia en el seno de una
la evolución de las creencias, que debilita los
comunidad cultural.
principios sobre los que ella se basaba. La evo-
La democracia moderna (a diferencia de la
lución actual es doble. En primer lugar, como
democracia en la Antigüedad) se basa en la idea
respuesta a la tecnificación del mundo experi-
según la cual el tiempo sigue una línea hacia
mentamos la racionalización del mundo men-
el progreso de las sociedades. Por lo tanto, la
tal y social, es decir, tenemos mayor confianza
política es percibida como una lucha entre di-
en todo lo científico y lo técnico. En segundo
versas convicciones para mejorar la condición
lugar, por motivos comprensibles, el deseo de
humana. Sin embargo, la democracia es el ré-
paz ha gobernado nuestros pensamientos desde
gimen de la incertidumbre, de las decisiones
la Segunda Guerra Mundial, y ha provocado el
humanas en constante discusión, y consiste
derrumbe de las convicciones. Estas dos carac-
en asumir los conflictos, no en eliminarlos. En
terísticas finalmente se asocian, arrebatándole a
pocas palabras, la democracia es la aceptación de la diversidad de opiniones, de partidos, de
4 Le Monde, 2 de diciembre de 2009.
corrientes de pensamiento o visiones de mundo.
11
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
No obstante, el siglo XX dejó tras de sí el miedo
situación compleja que requiere de un acuerdo.
a los conflictos y el fervoroso deseo de borrarlos,
La idea de consenso, que reaparece tras siglos
de desarticularlos. La construcción de consensos
de ejercicio del sistema de voto de mayoría, se ex-
ha sustituido al voto por mayoría (como se ha
plica por un agotamiento, interpretado de diver-
observado en instancias internacionales y euro-
sas maneras, de la propia democracia. Tocque-
peas), concitando cada vez mayor interés.
ville había predicho una relativización general
Estamos frente a sociedades que tienen
de las opiniones y certezas debido a la igualdad
creencias religiosas e ideológicas débiles o
democrática: ¿por qué mi opinión valdría más
inexistentes, que no conocen ninguna forma de
que la de mi vecino si somos iguales? El llama-
trascendencia ni criterio absoluto o superior del
do al consenso es expresión del agotamiento de
bien y el mal y que están sumergidas en un mun-
las disputas y debates y de la renuncia a la idea
do inmanente y sin expectativas particulares res-
de una verdad dominante. Presenciamos una
pecto del futuro. Se trata también de sociedades
saturación del conflicto, pero lo que ocurre real-
con un fuerte potencial
mente es que los conflic-
económico
tos se volvieron inútiles,
y
apegadas
al bienestar material, es decir, en las cuales (en vista de la debilidad de las creencias
espirituales)
El individuo occidental moderno se parece al héroe de Victor Hugo que ignora los límites de su fuerza: “¡Soy
los conflictos legales tie-
una fuerza que impulsan!
nen que ver casi única y exclusivamente con intereses económicos. Y hacer
¡Soy el agente ciego y sordo de los misterios fúnebres! ¡Soy el alma de la
concesiones o compro-
desgracia impregnada de tinieblas!
misos respecto de estos
¿Dónde voy? No lo sé...”
siempre resulta más fácil que hacerlos respecto de las creencias.
ya que las expresiones de nuestros enigmas son construcciones confusas y vanas. Este nuevo tipo de gobierno necesita un nuevo nombre: gobernanza. La gobernanza podría borrar los conflictos porque presupone que los hombres ya no tienen creencias,
sino solo intereses. Se trata de la consecución de
Las sociedades carentes de creencias sólidas
una antigua idea que nació en el siglo XVII: reem-
buscan únicamente la paz, que ahora se conside-
plazar la fuerza por el comercio. Por lo tanto, la
ra el bien supremo. La desaparición de las creen-
gobernanza impone un mundo donde no existe lo
cias obliga a las sociedades a volver a la realidad,
sublime, en el cual cada uno satisface su bienes-
porque, una vez sumidas en la inmanencia, bus-
tar material y lo que esto implique. Si solo existen
can su bienestar en la paz. La paz y el bienestar
intereses, todo debiese poder ser negociado. En
son las dos referencias en torno a las cuales re-
ese sentido, la gobernanza no va más lejos que la
sulta fácil construir la unanimidad. El desprecio
democracia, sino al contrario. Se la puede consi-
por los fanatismos inspirados en las creencias
derar una utopía. Sin embargo, retrata sobre todo
provocó el surgimiento de un fervor infinito por
un retroceso respecto de las conquistas occiden-
esta paz que nos resulta grata.
tales, consideradas extenuantes y agotadas. La
El consenso sostiene que el bien común no
gobernanza es un gobierno procedimental que se
tiene que ver con una verdad basada en certezas
preocupa esencialmente de la gestión, la técnica,
fundamentales, aunque sean difíciles de descu-
lo pragmático, de todo aquello que se ajusta a un
brir, sino que es resultado de decisiones pragmá-
mundo materialista donde se busca un bienestar,
ticas y circunstancias que serán buenas siempre
por definición, cuantificable.
y cuando todo el grupo concuerde con ellas. La
El pragmatismo crea la tecnocracia y la man-
existencia de tal acuerdo no significa aceptar que
tiene en el tiempo. El rechazo a las creencias
ciertas visiones del hombre sean excluidas en pos
convierte a la ciencia en la única dueña del poder.
de la paz social, sino que no existen diferentes
La racionalización del mundo y la supre-
visiones de mundo, y que se trata tan solo de una
macía de la ciencia y de la técnica, que originan
12
la tecnocracia, también es una respuesta al
la guerra o la paz, luchar por más libertades o
horror de los conflictos, puesto que frente a
por más igualdad (y los últimos cincuenta años
la premisa científica no existen conflictos ni
nos han demostrado claramente que las élites se
controversias posibles.
han equivocado tanto o más que el pueblo. Bas-
El triunfo contemporáneo de la técnica obliga
ta recordar que en los años sesenta, en Francia,
a la política a tomar ese camino: debe gobernar
la élite intelectual era marxista mientras que el
quien sabe hacerlo. El indiscutible reinado de la
pueblo votaba por gobiernos moderados).
ciencia conmina a nuestra época a volver, en el ámbito político, a preferir las ideas de Platón.
A partir de lo anterior, también podemos afirmar que la característica particular de la demo-
Recordemos que la controversia política entre
cracia es la aceptación de la contingencia. Los
Platón y Aristóteles en la época de Pericles fue
ciudadanos toman decisiones, juicios que res-
precisamente respecto de la competencia polí-
ponden al sentido común, y se sitúan en el mundo
tica. Platón considera que el poder debe recaer
aleatorio (el mundo sublunar de Aristóteles)
en manos de personas sabias, motivo por el
aceptando la incertidumbre. Camus decía: “la
cual desestima la democracia, al confiar esta el
democracia es el ejercicio social y político de la
poder a todos. Por el contrario, Aristóteles cree
modestia (…) este régimen solo puede ser conce-
que el poder no tiene que ver con el conocimien-
bido, creado y llevado adelante por hombres que
to, sino con un buen arbitrio basado en la razón,
saben que no lo saben todo” o que “reconocen
que cualquiera puede tener. En esta controver-
que es necesario consultar a los demás”5. Como
sia ya se instala con todas sus aristas el tema de
vemos, la decisión democrática es la antítesis
la desconfianza o de la confianza. Es decir, ¿es
de la ciencia, que afirma con certeza y no tiene
posible confiar en la voz del pueblo para tomar
razón alguna para practicar la tolerancia.
decisiones? Esta pregunta atraviesa toda nuestra
La tecnocracia contemporánea, a su vez, afir-
historia. Y en la respuesta aristotélica se funda la
ma en nombre de la ciencia y con absoluta certe-
democracia. Por otro lado, la respuesta platóni-
za, considerándose objetiva. El problema es que
ca es la base de los gobiernos autocráticos, en los
no existe una decisión política objetiva y cientí-
cuales la obediencia puede ser de carácter teo-
fica. La política concierne al ámbito de lo huma-
crático (Bonald), totalitario (Lenin) o dictatorial
no, siempre complejo e incierto. Definir el bien
(Mussolini). Esta respuesta platónica también
común de una sociedad no puede ser una cues-
es la base de la tecnocracia contemporánea, que
tión científica, sino que es un arte; por lo tanto,
instala el gobierno basado en las competencias
siempre es objeto de discusión. La tecnocracia se
de sus autoridades en la democracia y volvién-
equivoca respecto a sí misma. Prueba de ello es
dola obsoleta.
que, aunque la tecnocracia europea se pretende
Cabe recordar que la democracia moderna, que
objetiva, sirve a los propósitos de cierta visión de
nace en el siglo VI en los monasterios benedic-
mundo, que podríamos llamar liberal-libertaria.
tinos, y después aparece en las ciudades italia-
La tecnocracia impone sociedades de mercado,
nas del siglo XII y en la Carta Magna inglesa, se
una visión libertaria de las costumbres, cos-
basa completamente en la confianza respecto del
mopolitismo y desaparición de las fronteras en
juicio del individuo, es decir, en la grandeza del
nombre del inevitable y fatal progreso, y de un
individuo. Esta última es la que lo hace digno de
pretendido sentido objetivo de la historia. Todo
elegir su propio destino (educar a sus hijos, ele-
lo que se le opone, por tanto, es considerado un
gir su cónyuge, ser propietario de sus tierras).
“retroceso”, una “descivilización”.
Por lo tanto, la confianza en el sentido común no
El despliegue de una visión de mundo enar-
es ni una fachada ni una ilusión, sino una pro-
bolada por las élites genera una reacción po-
funda convicción de que, de estar bien distribui-
pular cada vez más fuerte. Los pueblos, con
do, ese sentido común permite que el hombre
poco que decir y sin teóricos, cuestionan el
corriente, al igual que el ingeniero que estudió en la École Polytechnique, decida si hay que declarar
5 Albert Camus, Actuelles 1, OC Essais (París: Gallimard, 1965), 1580.
13
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
cosmopolitismo, la desaparición de las fronte-
sociedades y culturas que la consideraron un
ras y las identidades, la visión libertaria de las
modelo envidiable en el pasado. El rechazo del
costumbres y la sociedad de mercado. Y para ello
régimen democrático occidental se multiplica en
utilizan el único medio democrático disponible,
la Rusia postsoviética, en la China de Xi Jinping
la urna. Al hacerlo se produce el fenómeno lla-
y por medio de numerosas corrientes o a través
mado sarcásticamente “populismo”. Los popu-
de muchos países musulmanes. Cabe pregun-
lismos son respuestas airadas y con frecuencia
tarse cuáles son los mecanismos que hacen que
irracionales frente a democracias que renuncia-
la caída interna del fervor democrático favo-
ron al verdadero pluralismo.
rezca o permita el surgimiento de los reproches
Por los motivos anteriormente mencionados,
y los ataques externos. Y también gracias a qué
los medios de comunicación no consideran las
nuevos sortilegios son hoy los despotismos
corrientes llamadas populistas como una alter-
ilustrados los que ocasionalmente despiertan
nativa factible en el marco de la lucha política
nuestras tentaciones.
conocida de las democracias. Presenciar la lle-
De esta manera, la democracia no solo enfren-
gada del populismo al poder sería una suerte de
ta graves problemas internos, sino que ha perdi-
fin de mundo: representa un retroceso histórico,
do en el frente externo su estatus indiscutido de
una injuria al progreso. Al respecto, ya no existe
mejor régimen, de modelo universal. Hoy ya no
un debate cortés entre dos visiones de mundo,
se le considera como el régimen irreemplazable,
como siempre debe ser el caso en democracia.
el fin último de la historia, sino que ha vuelto a
Por el contrario, existe una guerra larvada contra
ser un régimen particular, defendido por Occi-
una visión de mundo inadmisible, cuya llegada
dente, y cada vez peor defendido. Por lo tanto,
al poder debe ser impedida por cualquier me-
para perpetuarse, la democracia deberá renun-
dio. De esta manera, dejamos de estar insertos
ciar a su arrogancia y refundar sus principios.
en una situación de democracia para pasar a una situación de “guerra”6. Las corrientes populistas no son consideradas como adversarios, sino como enemigos. Esta fragmentación repentina y violenta del pueblo en dos partes es extremadamente grave.
Chantal Delsol (París, 1947) es filósofa,
Hay desprecio y odio de ambos lados. Recorde-
profesora de filosofía política y novelista.
mos la pregunta de Escipión que refiere Cicerón:
Su prolífica producción —ha publicado
“¿Me pregunta cómo se han visto dos soles y no me pregunta por qué no hay en una misma república dos senados o incluso dos pueblos?”7.
una docena de libros y más de doscientos artículos académicos y de divulgación— ha
Se podría decir que en la actualidad la de-
sido traducida a más de quince idiomas y la
mocracia es el principal desafío de una lucha
ha convertido en una de las intelectuales
contemporánea entre modernos y antimodernos. El rechazo actual a la democracia no termina ahí ni es exclusivo de las sociedades y culturas donde nació. Hoy también se propaga a otras
francesas más prestigiosas de la actualidad. Uno de sus últimos libros traducidos al español es Populismos. Una defensa de lo indefendible (Ariel, 2016). El texto que aquí
6 George L. Mosse describía así la brutalización de las sociedades occidentales de entreguerras: “Tendíamos a ver la política como una batalla que solo llegaría a su fin con la rendición incondicional del enemigo”, De la Grande Guerre au totalitarisme. La brutalisation des sociétés européennes (París: Hachette, 1999), 183. 7 Cicerón: Sobre la República, I, 19.32.
14
presentamos es una versión abreviada de la presentación de Delsol al volumen colectivo La démocratie dans l’adversité (Cerf, 2019). Agradecemos a la autora su gentileza por cedernos los derechos de reproducción de este ensayo.
¿Hacia un mundo bipolar?
Fotografía: Scott Walsh.
JUAN IGNACIO BRITO
15
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
B
ill Clinton tenía una sola idea en mente cuan-
como su disposición para cooperar con Estados
do, el 8 de marzo de 2000, subió al estrado de
Unidos y otras naciones en un amplio espectro de
la Escuela de Estudios Internacionales Avan-
temas”1. El mandatario norteamericano estaba
zados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins,
utilizando lo que Thomas J. Wright, investi-
en Washington D.C.: necesitaba convencer al
gador del Brookings Institution de la Universi-
Congreso de que aprobara la Ley de Comercio
dad de Stanford, califica como “el más poderoso
con China. El mandatario norteamericano había
instrumento de política exterior de las décadas
vivido un agitado segundo período presidencial
de 1990 y 2000”: la idea de que “a medida que
y deseaba terminar su gestión en alto. Derribar
los países abrazan la globalización, se conver-
los obstáculos para la plena incorporación de la
tirían en miembros más ‘responsables’ del orden
emergente potencia asiática a la economía global
internacional y, con el tiempo, avanzarían hacia
pondría un broche de oro a una administración
la liberalización doméstica”2.
que en 1994 había echado a andar el Acuerdo de
Menos de dos décadas después, parece increíble
Libre Comercio de América del Norte (Nafta), en
que esa noción, tan extendida entonces, encuen-
1995 había impulsado el nacimiento de la Orga-
tre ahora escasos defensores. La promoción de
nización Mundial de Comercio, y a lo largo de
la democracia, la expansión del libre merca-
ocho años de expansión económica había visto
do global y la cooperación internacional bajo el
consolidarse la globalización a través del auge
liderazgo norteamericano que promovieron Bill
del libre mercado, la explosión de internet y el
Clinton, George W. Bush y, en menor medida,
boom de las empresas puntocom.
Barack Obama, se encuentran hoy cuestionadas
Esa tarde en SAIS, Clinton quiso persuadir a la
y contra las cuerdas. “Vemos que la arquitectu-
audiencia recurriendo a un argumento típico de
ra que apuntala al mundo como lo conocemos
la época: “China no está simplemente accedien-
es un rompecabezas que se ha roto en pequeños
do a importar más de nuestros productos; está
pedazos”, reconoció en febrero Angela Merkel,
accediendo a importar uno de los valores más
la canciller alemana que va de salida y cuyo
preciados de la democracia: la libertad económi-
liderazgo es un símbolo del sistema que se ex-
ca. Cuando los individuos tengan el poder no solo
tingue. Hoy cede terreno el orden liberal en el que
de soñar, sino de hacer realidad sus sueños, van
Merkel brilló y se sintió cómoda. Ganan espacio
a demandar una voz más fuerte en la toma de de-
e influencia, en cambio, políticos populistas —
cisiones”, dijo el presidente. El propósito no era
incluso declarados iliberales, como el premier
solo abrir mercados, sino atraer un socio clave al
húngaro Viktor Orbán—, el interés nacional
orden internacional liberal. Años más tarde, en sus memorias, Clinton escribiría que el ingreso de Beijing a la OMC pretendía “continuar la integración de China a la economía global y aumentar tanto su aceptación de las reglas internacionales
16
1 Bill Clinton, My life (Nueva York: Alfred A. Knopf, 2004), Edición Kindle, posición 15907. 2 Thomas J. Wright, All measures short of war. The contest for the 21st century & the future of American power (New Haven: Yale University Press, 2017), 1.
autoconcebido como realista y el nacionalismo.
y su presidente en el conflicto, con el objetivo
Ellos emergen por doquier, amparados en re-
“de hacer al mundo seguro para la democracia”
alidades ineludibles que han sido ignoradas
y de “pelear la guerra para terminar todas las
durante demasiado tiempo por las élites. Estas
guerras”, como le dijo Wilson al Congreso el 2
apostaron por un triunfo definitivo del capitalis-
de abril de 1917, fecha en que pidió autorización
mo, la democracia y el orden liberal, pero hoy se
para abrir hostilidades contra el Imperio Alemán.
encuentran de bruces con que, en lugar de haber
Una vez concluida la guerra, Wilson tuvo
llegado a su fin, la historia vuelve con ánimo de
un papel protagónico en el fomento de la
revancha, en la forma de una configuración geo-
autodeterminación de los pueblos, para insta-
política distinta.
lar democracias allí donde habían imperado
Como siempre, el ocaso de un paradigma es
monarcas absolutos, y en la creación de la So-
el amanecer de su reemplazante. El nuevo or-
ciedad de las Naciones, el ente multilateral que
den que despunta ofrece
pretendía regular las re-
un panorama distinto al
laciones entre estados y
que hemos presenciado durante las últimas tres
La promoción de la democracia, la
décadas y al que soña-
expansión del libre mercado global
ba Bill Clinton en el año 2000. Ahora el poder se encuentra cada vez más
y la cooperación internacional bajo el liderazgo norteamericano se
repartido entre distintas
encuentra hoy cuestionadas
npotencias que defienden
y contra las cuerdas.
sus intereses de manera
establecer un régimen de seguridad colectiva bajo la tutela norteamericana. El experimento fracasó: Wilson
obtuvo
la
So-
ciedad de las Naciones al
precio
de
sembrar
la semilla de un nuevo conflicto. Cedió ante
egoísta; un modelo donde los conflictos y el ries-
las ambiciones de Francia y Gran Bretaña, que
go se encuentran a la vuelta de la esquina y en el
hipotecaron el futuro de Alemania con elevadí-
cual la cooperación se hace más difícil, pues Es-
simas compensaciones de guerra, pero no logró
tados Unidos ya no parece dispuesto a regular un
convencer al Senado para que Estados Unidos in-
sistema en el cual, como sostiene Robert Kagan,
gresara al organismo y sufrió un accidente vas-
“la jungla vuelve a crecer”3.
cular que lo dejó postrado y paralizó su gobierno. La debilidad de las democracias, el surgimiento
Del auge a la decadencia
de los fascismos y del comunismo bolchevique en Europa, y el auge militarista japonés, junto
Fue una paradoja que le correspondiera a
con la severa crisis económica provocada por la
Woodrow Wilson desempeñar un rol central
Gran Depresión, crearon las condiciones para
en el primer intento por forjar el orden interna-
una nueva conflagración global que involucró a
cional liberal. Wilson tenía nulos conocimientos
Estados Unidos en una masacre de alcance global.
de relaciones internacionales, al punto que poco
El triunfo en 1945 dejó a Washington en una
después de su primera inauguración en 1913, le
posición única. Al concluir la guerra, contaba
había confesado a un amigo que “sería la ironía
con las fuerzas armadas más poderosas, el mo-
del destino que mi administración tuviera que
nopolio del arma nuclear, un aparato productivo
lidiar principalmente con cuestiones de políti-
en pleno funcionamiento, un territorio intac-
ca exterior”. No obstante, pese a sus deseos, el
to y un número menor de bajas comparado con
estallido de la Primera Guerra Mundial en Eu-
las otras potencias que participaron en el con-
ropa terminó involucrando a Estados Unidos
flicto. Aunque tuvieron que vencer algún grado de resistencia interna, los principales líderes norteamericanos estaban convencidos de que
3 Robert Kagan, The jungle grows back. America and our imperiled world (Nueva York: Alfred A. Knopf, 2018), 10.
involucrar al país en el escenario internacional
17
Fotografía: Manuel Balce Ceneta/AP.
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
Muchas veces, la lógica de la Guerra Fría hizo que Washington apoyara a dictadores que combatían a la Unión Soviética. Entre 1945 y 1991, el alcance del orden internacional liberal se vio constreñido a América del Norte, Europa Occidental y Japón.
era necesario e inevitable. Como decía Averell
esta buscara florecer”4. Estados Unidos usaría su
Harriman, embajador en Moscú, en 1945 ya no
enorme poder y su posición como “locomotora a
era posible aprovechar la geografía para volver
la cabeza de la humanidad” (la imagen pertenece
a encerrarse a “ir a ver películas y tomar Coca
al secretario de Estado Dean Acheson) para crear
Cola”. La guerra había demostrado que la exis-
un ambiente en el que Washington defendería
tencia de potencias dominantes en Asia y Europa
sus intereses, alineándolos con los de un orden
constituía una amenaza para el interés nacional
internacional liberal cuya principal motivación
norteamericano. Ahora Estados Unidos estaba
sería evitar que volvieran a darse las condiciones
obligado a dejar de lado su tradición aislacionista
económicas y geopolíticas que permitieron el
y tendría que involucrarse activamente en los
estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ello
asuntos del mundo.
suponía fomentar la integración entre las po-
La pregunta era cómo hacerlo. Los “hombres sabios” que, según Isaacson y Thomas,
tencias afines, promover la democracia y el libre mercado y ejercer una hegemonía benigna.
diseñaron el nuevo esquema, se inclinaron por
No siempre Estados Unidos fue fiel a esos ob-
una estrategia de hegemonía liberal para dar
jetivos. Muchas veces, la lógica de la Guerra Fría
forma “a un nuevo orden mundial que com-
hizo que Washington apoyara a dictadores que
prometió a una nación que antes se mostraba reticente, a defender la libertad dondequiera que
18
4 Walter Isaacson y Evan Thomas, The wise men. Six friends and the world they made (Nueva York: Simon & Schuster, 1986), 19.
combatían a la Unión Soviética. Entre 1945 y
amenaza para su seguridad, reduciendo de esa
1991, el alcance del orden internacional liberal
manera sus compromisos políticos y militares
se vio constreñido a América del Norte, Euro-
globales y actuando como un “país normal”. O,
pa Occidental y Japón. Aun así, consiguió logros
por el contrario, podía hacer una interpretación
importantes, como transformar a este último y a
amplia de su interés nacional, vinculándolo con
Alemania Federal en democracias comprometi-
la expansión de la democracia y el libre merca-
das con la paz, y convertir a Occidente en una
do, lo cual lo obligaría a mantener o ampliar su
potencia económica que dejó muy atrás a los so-
vasta presencia militar y actuar como guardián
cialismos reales.
de los principios liberales, bajo la creencia de que
Fue el derrumbe de la URSS el que permitió a
la mejor manera de garantizar su seguridad era
Estados Unidos desplegar a escala planetaria
conseguir que el mundo se pareciera a Estados
la estrategia definida después de la Segun-
Unidos. La decisión fue clara: desde el gobierno
da Guerra Mundial. Extinguida la amenaza
de George H. W. Bush en adelante, escribe
soviética, el campo quedó libre para la tercera
Stephen M. Walt, “los líderes norteamericanos
ola
Samuel
optaron por la hegemonía liberal porque la co-
Huntington, la expansión global del libre
munidad de política exterior creyó que pro-
mercado y la consolidación de lo que Charles
mover los valores liberales resulta esencial para
Krauthammer definió como “el momento uni-
la seguridad de EEUU y fácil de llevar a cabo”6.
polar” de Estados Unidos. Una marea de optimis-
En ausencia de rivales relevantes, Washington
mo hizo soñar a los liberales que su triunfo era
perseguiría lo que John Mearsheimer define
definitivo. “Mirando el mundo a fines del siglo
como el propósito de la estrategia de hegemonía
XX, uno podía sentirse excusado por pensar que
liberal de Estados Unidos: “convertir la mayor
la historia se estaba moviendo en una dirección
cantidad posible de países en democracias libe-
progresista y liberal”5, señala John Ikenberry.
rales como él, mientras promueve también una
En un famoso ensayo cuya tesis luego amplió
economía internacional abierta y se construyen
en un libro, Francis Fukuyama sostuvo que la
instituciones internacionales”7.
democratizadora
descrita
por
democracia y el capitalismo habían vencido a los
La idea de un orden internacional liberal des-
fascismos, al marxismo y a los autoritarismos de
cansa sobre algunas nociones que son compar-
derecha y que, por lo tanto, la lucha dialéctica
tidas, desde la izquierda progresista liderada
que había enfrentado a la idea liberal con sus ad-
por Barack Obama hasta los neoconservadores
versarios a lo largo de la historia había conclui-
que apoyaron a George W. Bush, por toda la
do. Lo único que podría amenazar al pacífico y
élite vinculada al diseño de la política exterior
victorioso orden liberal, según Fukuyama, era el
estadounidense. Según Walt, estas ideas son la
surgimiento del aburrido y vacuo “último hom-
teoría de la paz democrática, según la cual las
bre” descrito por Friedrich Nietzsche.
democracias están naturalmente inclinadas hacia la cooperación y no van a la guerra entre ellas;
Todos somos liberales
el liberalismo económico, que promueve la apertura, el libre comercio, el tránsito sin cortapisas
De cara al escenario geopolítico de la unipo-
del capital y la mano de obra —la globalización
laridad, Estados Unidos debió preguntarse
económica, en definitiva— como mecanismos
cómo debía desplegar su política exterior bajo
para generar crecimiento e interdependencia
las nuevas condiciones. Podía definir su interés
para la paz; y el institucionalismo liberal, que
nacional de manera restrictiva, limitando las intervenciones externas a aquellas situaciones que significaran una verdadera o potencial
5 John Ikenberry, “The end of liberal international order?”, International Affairs, enero 2018, 8.
6 Stephen M. Walt, The hell of good intentions: America’s foreign policy elite and the decline of U.S. primacy (Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 2018), xi. 7 John J. Mearsheimer, The great delusion: Liberal dreams and international realities (New Haven: Yale University Press, 2018), 1.
19
Fotografía: Jorgen Haland.
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
postula el fortalecimiento de regímenes interna-
países”. Palabras similares fueron pronunciadas
cionales como la OMC, la OTAN, la Unión Europea
por Barack Obama en su discurso sobre el Estado
o la Carta Democrática de la OEA, con el propósi-
de la Unión en 2012, cuando afirmó que “Estados
to de tejer un entramado de reglas que minimice
Unidos continúa siendo la única nación indis-
las probabilidades de conflicto y reafirme los
pensable en los asuntos mundiales”.
principios de la democracia y el libre mercado.
Desde la propuesta del nuevo orden mundial
Sin embargo, todo lo anterior choca con una
lanzada por George H. W. Bush en 1990 hasta el
realidad que el triunfalismo estadounidense no
apoyo de Obama a los movimientos de protesta
fue capaz de ver: el orden internacional liberal
durante la “primavera árabe” en 2011, pasando
no es una creación de la naturaleza, sino del
por la estrategia de ampliación de la democracia
hombre. Para alcanzar sus objetivos requiere
consagrada en la “doctrina Clinton” en 1993 y
la existencia de una potencia hegemónica con
la visión de George W. Bush de crear en Irak “la
vocación universal que esté en condiciones de
primera democracia árabe”, Estados Unidos se
gestionarlo. En 1993, el secretario de Estado
comprometió a consagrar la creación de un or-
Warren Christopher reconocía ante el Comité de
den liberal donde imperaran la integración y la
Relaciones Exteriores del Senado que “el nuevo
paz. Sus esfuerzos no se limitaron a la dimen-
mundo que buscamos no emergerá por su cuen-
sión política. La “nación indispensable” tam-
ta. Debemos darle forma a la transformación que
bién desplegó su capacidad militar y económi-
está en marcha”. Debido a razones históricas y
ca: combatió guerras y envió tropas a distintos
motivaciones de poder, los norteamericanos
lugares del planeta, mientras promovía el lla-
se sentían especialmente llamados para cum-
mado Consenso de Washington y la apertura de
plir dicha tarea. Lo dijo la secretaria de Estado
mercados, firmaba acuerdos de libre comercio y
Madeleine Albright en 1998, al señalar que “so-
financiaba paquetes de rescate para México y las
mos la nación indispensable que permanece de
economías asiáticas en momentos de crisis.
pie y mira más lejos hacia el futuro que los otros
20
Fisuras en el edificio
tentados de volver a nuestra ciudad imaginaria,
Los ataques terroristas de 2001, junto con las
glen por su cuenta”8.
cerrar la puerta y dejar que los otros se las arreguerras en Irak y Afganistán, y el crash finan-
No cabe duda dónde se ubica Donald Trump en
ciero de 2008, fueron golpes muy duros para la
ese debate. Su arribo a la Casa Blanca confirmó
confianza de los ciudadanos de Estados Unidos y
la pérdida de convicción norteamericana respec-
otros lugares en la receta liberal. El consenso se
to del orden internacional liberal y la distancia
resquebrajó y el optimismo de los 90 y los 2000
con la élite que lo diseñó e implementó. Trump
fue reemplazado por un sombrío realismo, pues
puso como prioridad la reconstrucción del poder
quedó claro que el proyecto tenía fronteras muy
norteamericano, revigorizando a los ciudadanos
palpables. Mientras a nivel interno en distintos
largamente postergados y restringiendo los
países surgieron liderazgos populistas y movi-
compromisos externos del país. El cumplimien-
mientos nacionalistas, en el ámbito internacio-
to de sus promesas de poner a “Estados Uni-
nal el orden liberal también comenzó a desnudar
dos primero” y de “hacer a América grande de
sus limitaciones.
nuevo” pasa por excluir a la superpotencia de
El principal problema fue que el promotor del
los Acuerdos de París y del Tratado TransPa-
orden liberal empezó a perder la convicción de
cífico, exigir a sus socios de la OTAN un mayor
que debía continuar jugando el rol excepcio-
compromiso para su defensa, disminuir el flujo
nal que este le demandaba. Bajo la presiden-
de inmigrantes desde México, acercarse a Isra-
cia de Barack Obama aparecieron las primeras
el y Arabia Saudita, revocar el acuerdo nuclear
señales en ese sentido. En 2011, un funcionario
con Irán, enfrentar a China, restringir el libre
de la Casa Blanca señaló, a propósito de la par-
comercio cuando el interés nacional lo aconseje,
ticipación norteamericana en la ofensiva militar
expandir el gasto militar, abandonar acuerdos de
de la OTAN que respaldó a los rebeldes que der-
desarme nuclear, mostrarse hostil a Cuba, retirar
rocaron y asesinaron al jerarca libio Muamar
las tropas de Siria y, en general, hacer que Esta-
Gadafi, que Estados Unidos “lideraba desde
dos Unidos siga un curso más cercano a la defen-
atrás”. La frase terminó siendo una metáfora de
sa y promoción de su interés nacional concebido
la forma en que Obama condujo la política exte-
de manera restrictiva, lejano a la gran estrategia
rior de EEUU, una mezcla incoherente de excep-
liberal que ese país persiguió por décadas.
cionalismo y realismo que optó por mantener,
El predominio unipolar de Washington llevó a
pero reduciéndola, la presencia militar en Irak
la creencia liberal de que el conflicto internacio-
y Afganistán; que promovía la democracia, pero
nal había sido domado para siempre y que la ver-
llegaba a acuerdos con Irán y Cuba; y que, luego
dadera competencia se había trasladado desde la
de haber aplaudido la primavera árabe, apoyó el
política a la economía. O sea, desde un juego de
golpe militar en Egipto y la instalación allí de una
suma cero a otro donde todos ganan y caminan
dictadura que atropella los derechos humanos.
unidos hacia el progreso. Pero, como sostiene
Según Bret Stephens, con Obama Estados Uni-
Walter Russell Mead, en realidad se trató solo
dos se puso “en retirada”. Stephens señala que
de un “hiato histórico” que “ahora ha llega-
a partir de la administración del presidente
do a su término”9. Una vez más, la noción libe-
demócrata volvieron a enfrentarse una vez más
ral del avance irrefrenable hacia el progreso ha
neoaislacionistas e internacionalistas, en la reedición de un debate que ha dividido a los norteamericanos durante 240 años de vida independiente. En esta ocasión, los primeros tenían la mano ganadora. “De vez en cuando, nos vemos
8 Bret Stephens, America in retreat. The new isolationism and the coming global disorder (Nueva York, Sentinel, 2014), xiii. 9 Walter Russell Mead, “Geopolitics trumps the markets”, The Wall Street Journal, 29 de octubre de 2018, https://www.wsj.com/articles/geopolitics-trumps-the-markets-1540852514.
21
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
resultado ser un mito, una idea nacida del deseo,
su antojo las reglas de convivencia.
no de la observación atenta de la realidad y la
Eso fue lo que ocurrió inmediatamente después
experiencia. El voluntarismo detrás del proyecto
del fin de la Guerra Fría: Estados Unidos quedó
liberal llevó a sus promotores a creer que una su-
solo al timón y se vio por fin en condiciones de
perpotencia democrática y capitalista como Es-
impulsar sin cortapisas el proyecto del orden
tados Unidos sería capaz de derrotar a la historia
liberal soñado por Wilson y concebido por los
y podría rediseñar el orden internacional a su
“hombres sabios” en 1945. Si se miran las co-
imagen y semejanza. Pero ahora el hibris liberal
sas desde la perspectiva propuesta por Waltz, se
se ha topado de frente con una realidad que con-
llega a una conclusión muy distinta a la que han
tradice sus aspiraciones.
alcanzado los tribunos liberales en las últimas
El
problema
confundieron
para
una
los
liberales
configuración
de
es
que
décadas: la “paz larga” —el término pertenece
poder
al historiador John Lewis Gaddis— que ha ex-
unipolar con un cam-
perimentado el mundo
bio esencial de la natu-
a partir del fin de la Se-
raleza del hombre y el
gunda Guerra Mundial
orden internacional. Lo
El predominio unipolar de
no respondió al triun-
que ocurrió después de la
Washington llevó a la creencia
fo definitivo de la razón
Guerra Fría no fue que el ser humano evolucionó y
liberal de que el conflicto
(como
propone
Steven
Pinker en su libro En
dejó de lado las tenden-
internacional había sido domado
cias oscuras, egoístas y
para siempre y que la verdadera
ni al avance irrefrenable
destructivas que muchas
competencia se había trasladado
de la humanidad hacia la
veces habitan en el fondo de su alma; tampoco
desde la política a la economía.
fue que se extinguió la
defensa de la ilustración)
democracia y el capitalismo (como sugirió Francis Fukuyama en El fin de la
tendencia anárquica propia del sistema interna-
historia y el último hombre), sino a que el poder
cional. Lo que sucedió, simplemente, fue que el
estuvo distribuido en el sistema internacional
poder global pasó a manos de una superpotencia
en sus dos configuraciones más estables: la bi-
única con vocación universalista liberal. Ahora
polaridad durante la guerra fría y la unipolaridad
que la unipolaridad se extingue y Estados Unidos
luego de la caída del muro.
no muestra la inclinación liberal de antaño, las fuerzas dormidas vuelven a despertar.
Lo riesgoso es que el escenario estratégico que despunta amenaza con una configuración inestable: la multipolaridad. Por todas partes,
La importancia de la estructura
actores que tenían un rol de reparto buscan un papel protagónico que les permita definir su des-
El gran teórico de las relaciones internacionales
tino. China es el mejor ejemplo, pero está lejos de
Kenneth Waltz (1924-2013) pasó su vida tratan-
ser el único. Según Xi Jinping, secretario gene-
do de demostrar cómo las distintas estructuras
ral del Partido Comunista, “el león chino se ha
de poder afectaban el comportamiento de los
despertado” y el vínculo con EEUU “es un nuevo
actores en la escena global. Según Waltz, la dis-
tipo de relación entre países grandes”. En pa-
tribución unipolar del poder supone la configu-
labras de Elizabeth Economy, Pekín se plantea en
ración más estable que se puede concebir. En ella
condiciones de igualdad, exige respeto y “usa su
reina la paz, porque nadie está en situación de
nuevo estatus para dar forma a instituciones re-
desafiar a la superpotencia única, que impone a
gionales y globales de manera que se acomoden
22
mejor a sus intereses y cumplan sus objetivos,
más frecuentes. Lo anterior no significa, por
en algunos casos apoyando las normas tradicio-
supuesto, que avanzamos hacia una confla-
nales, mientras que en otras sustituyéndolas”10.
gración inevitable, sino que nos hallamos en
Bajo el mandato del nacionalista Narendra Modi,
una etapa de transición en la que cada uno de
India es el otro coloso emergente de Asia que
los actores relevantes busca encontrar un es-
busca una voz propia, invirtiendo en armas y de-
pacio que le acomode. Aunque el recambio
safiando a sus vecinos para establecer su poderío.
genera incertidumbre, es un fenómeno común.
Algo similar ocurre con el Japón liderado por el
“Eventualmente, inevitablemente, incluso los
nacionalista Shinzo Abe, que ha reformado la
órdenes mejor administrados llegan a su fin”11,
legislación para permitir la proyección del poder
indica Richard Haass. El reordenamiento en
de las Fuerzas de Autodefensa japonesas más
curso causará conflictos de intensidad variable,
allá de su territorio y ya no confía por completo
lo cual obligará a las grandes potencias y sus
en el paraguas de seguridad que le provee Esta-
liderazgos a actuar con prudencia y a mostrar un
dos Unidos. Lo mismo le pasa a Europa, donde el
manejo diplomático de excelencia que ayude a
presidente francés Emmanuel Macron propone
evitar que las crisis escalen y se produzcan en-
la creación de un ejército propio en la medida que
frentamientos mayores.
la OTAN no brinda las certezas de antaño. En Ru-
Aunque parezca que entramos a un mun-
sia, por último, el autoritario Vladimir Putin se
do nuevo, la verdad es que estamos haciendo
aferra al poder disuasivo del arsenal nuclear para
exactamente lo contrario. El orden internacio-
defender incluso por las armas su esfera de in-
nal liberal ha sido una excepción, no la regla.
fluencia en Georgia o Ucrania, en cumplimiento
Probablemente desde el Imperio Romano no
de lo que su biógrafo Steven Lee Myers ha descri-
existía una unipolaridad como la que tuvo, por
to como la autoasignada “misión histórica” del
un breve lapso, Estados Unidos después de la
presidente ruso: sacar a su país de la postración y
Guerra Fría. Ahora que la historia ha vuelto y la
convertirlo de nuevo en una nación respetada e,
geopolítica recupera el lugar que siempre tuvo,
incluso, temida.
el planeta vuelve a ser el lugar hostil y peligroso
Las ambiciones contrapuestas de estas poten-
que usualmente fue.
cias sugieren que el mundo ingresa a un nuevo escenario donde los roces y el conflicto se harán
Juan Ignacio Brito es periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy del Fletcher School en la Universidad de Tufts, EEUU. Actualmente es decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes. Ha trabajado en distintos medios de comunicación, como El Mercurio, El Metropolitano, Qué Pasa, La Tercera y El Líbero.
10 Elizabeth Economy, The third revolution. Xi Jinping and the new Chinese state (Nueva York: Oxford University Press, 2018), 187.
11 Richard Haass, “How a world order ends”, Foreign Affairs, enero/febrero 2019, p. 22.
23
EL POPULISMO EN EL SIGLO XXI
24
Fotografía: Sasan Rashtipour.
CRISTÓBAL ROVIRA KALTWASSER
H
asta hace poco tiempo, académicos y analis-
tipo de comportamiento político que se consi-
tas pensaban que el populismo era un fenómeno
dera como maligno. Así, por ejemplo, en Euro-
propio de los países pobres y subdesarrollados,
pa se suele decir que el populismo es sinónimo
mientras que los países más prósperos parecían
de racismo y xenofobia, mientras que en Amé-
ser inmunes a la irrupción de esas fuerzas. La
rica Latina comúnmente se define al populismo
falsedad de este lugar común es particularmente
como irresponsabilidad económica y demagogia.
evidente hoy en día: basta reparar en la aparición
Si bien es cierto que el populismo muchas veces
de actores populistas en países tan diferentes
—aunque no siempre— puede tener consecuen-
como Alemania, Bolivia, Brasil, Dinamarca, Es-
cias negativas sobre el régimen democrático,
paña, Estados Unidos, Francia, Hungría, Tur-
poco nos ayudan las descalificaciones puramen-
quía, Suiza y Venezuela (por nombrar tan solo
te normativas del fenómeno. Al definirlo a priori
algunos). En otras palabras, pareciera ser que el
como algo malo se termina ofreciendo una con-
populismo se está volviendo global, y todo indica
ceptualización que implica un juicio moral antes
que no se trata de un fenómeno pasajero.
que un término apropiado para comprender de
¿Cómo podemos explicar la expansión de fuerzas populistas en tan diversos lugares del mun-
qué se trata y cómo se puede estudiar en distintos lugares del mundo.
do? En este breve ensayo me interesa abordar
Para tratar de remediar esto, junto a mi co-
esta pregunta. Mi intención no es ofrecer una
lega Cas Mudde hemos venido elaborando una
teoría sofisticada sobre el tema, sino más bien
serie de estudios comparados que se basan en la
plantear algunas ideas que nos ayuden a com-
siguiente definición: el populismo debe ser con-
prender la aparición de distintos tipos de popu-
cebido como un discurso o una ideología que no
lismo a lo largo y ancho del orbe. En términos
solo plantea que la sociedad está divida entre un
simples, me interesa argumentar que si actores
“pueblo íntegro” y una “élite corrupta”, sino que
populistas han venido ganando terreno elec-
también argumenta que la política debe respetar
toral en tan distintas latitudes, algún tipo de
a como dé lugar la voluntad general1. Definido
transformación debe haber sufrido la sociedad
de esta manera, el populismo es un conjunto
contemporánea para allanar el terreno al popu-
de ideas compartido por ciertos grupos votan-
lismo. De ser verdadero este argumento, el siglo
tes y que es empleado por determinados acto-
XXI estará marcado no solo por la consolidación
res políticos. Es por ello que podemos hablar de
de fuerzas populistas, sino que también por la
la existencia de una demanda por populismo de
disputa entre estas últimas y los partidos políticos convencionales. Antes de continuar, resulta necesario ofrecer una aclaración conceptual. “Populismo” es una palabra que se ha vuelto de moda y que generalmente se utiliza para denostar todo aquel
1 Esta definición es crecientemente utilizada en la ciencia política y se conoce como el “enfoque ideacional” del estudio del populismo. Al respecto, ver entre otros, Cas Mudde y Cristóbal Rovira Kaltwasser, Populismo. Una breve introducción (Madrid: Alianza, 2019).
25
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
parte de algunos segmentos del electorado y de
del tiempo. Sin embargo, el aumento de sus ni-
una oferta populista por parte de ciertas fuerzas
veles educacionales ha llevado a que los votantes
políticas. La pregunta de fondo es por qué tanto
se comporten, de manera creciente, como sujetos
la demanda como la oferta populista han venido
independientes que toman decisiones políticas
creciendo en el último tiempo.
en función de lo que está en juego en cada elec-
Parte de la respuesta a esta pregunta radica en
ción y de las conductas de los partidos políticos.
los procesos de transformación de la sociedad
De hecho, las investigaciones en política com-
contemporánea, los cuales han terminado por
parada muestran que los niveles de identificación
allanar el camino para la irrupción de fuerzas
con los partidos políticos han venido cayendo en
populistas de variados colores. En términos más
la gran mayoría de los países del mundo. Los vo-
concretos, últimamente tres entidades que son
tantes son cada vez menos fieles y estudian las
centrales para el fenómeno populista han expe-
ofertas existentes con mayor detenimiento. Una
rimentado cambios significativos: el pueblo, la
consecuencia directa de esto es que el pueblo
élite y la voluntad general. Tal como argumenta-
de hoy monitorea con mucha más atención que
ré a continuación, son justamente las transfor-
antes las conductas de la clase política. Ejem-
maciones de esas realidades las que nos ayudan
plos sobre este tema abundan, pero una situa-
a comprender por qué el populismo no solo se
ción paradigmática al respecto se ha dado los
ha vuelto cada vez más común en el mundo ac-
últimos años en Alemania. En este país es usual
tual, sino que también probablemente terminará
que los políticos tengan un título académico de
siendo un rasgo distintivo de los sistemas políti-
doctor (PhD), ya que se trata de una credencial
cos del siglo XXI.
que da prestigio y puede ser usada en las campañas para intentar demostrar erudición. Por
La transformación del pueblo: más educado y
mencionar solo un ejemplo, la misma Angela
más empoderado
Merkel posee un doctorado en ciencias naturales. Lo interesante es que, desde hace un par de
El régimen democrático descansa en la idea de
años, se han abierto una serie de investigaciones
que el pueblo es el soberano, vale decir, existe
por plagio sistemático en las tesis doctorales de
una comunidad política que es capaz de autogo-
diversos políticos. El prometedor Karl-Theodor
bernarse. Este principio de la democracia sigue
zu Guttenberg, del Partido Unión Social Cris-
siendo válido hoy, pero usualmente se pasa por
tiana de Baviera (CSU), tuvo que dejar su puesto
alto que el pueblo actual es muy diferente al del
de ministro de defensa y abandonar su carrera
siglo XX. Tal como ha mostrado el cientista po-
política cuando se demostró que había plagiado
lítico Russell Dalton, el aumento de los niveles
parte importante de su tesis doctoral en derecho.
educacionales de la población ha traído consigo
Años más tarde sucedió lo mismo con Annette
un proceso de “movilización cognitiva”2. Como
Schavan, una conocida política del Partido Cris-
el mismo nombre lo indica, la noción de “movi-
tiano Demócrata Alemán (CDU), quien siendo
lización cognitiva” implica que los votantes ma-
ministra de educación del gobierno de Angela
nejan cada vez más información, y esto impacta
Merkel tuvo que dejar su cargo cuando su alma
en la forma cómo toman sus decisiones políticas.
mater, la Universidad de Düsseldorf, estableció
Antiguamente el peso de la tradición tenía una
que Schavan incluyó en su tesis doctoral textos
fuerza preponderante en la constitución de iden-
ajenos de forma sistemática y premeditada. Ac-
tidades políticas duraderas, las cuales se forma-
tualmente hay una investigación en curso contra
ban en los inicios de la socialización política de
Franziska Giffey, del Partido Social Demócrata
los electores y se mantenían estables a lo largo
Alemán (SPD), que detenta el cargo de ministra de la familia en el gobierno de Angela Merkel. ¿Sucede acaso que los políticos alemanes
2 Rusell Dalton, Citizen Politics: Public Opinion and Political Parties in Advanced Industrial Democracies (Thousand Oaks: CQ Press, 2017).
26
obtuvieron sus títulos doctorales de forma
Afiche del People´s Party de EEUU. Imagen: LOC.
fraudulenta solo en el último tiempo? La res-
Mélenchon se llame “La Francia Insumisa”, ni
puesta es no, pues todo indica que esta ha sido
que Donald Trump habitualmente haga referen-
una práctica sistemática por muchos años. Y
cia a la necesidad de “drenar el pantano” (drain
probablemente sucede lo mismo con varias ma-
the swamp), con lo cual alude metafóricamente a
las prácticas que han saltado a la luz pública en
la necesidad de eliminar la corrupción y el exceso
diversos países (basta pensar en el tema del fi-
de burocracia que supuestamente impera en la
nanciamiento de la política en Chile y otros luga-
política del país.
res del mundo). Lo que ha cambiado en el último tiempo es que la ciudadanía es más instruida,
Élite: cada vez más alejada y desconectada del
fiscaliza a las autoridades de manera mucho más
ciudadano promedio
sistemática que antes y cuenta, de paso, con la ayuda de medios de comunicación independien-
La élite siempre se ha distinguido del pueblo,
tes que apoyan esta labor de fiscalización. En
pues se define como un grupo selecto de perso-
consecuencia, el pueblo de las democracias del
nas que, por su condición económica, intelectual
siglo XXI es más demandante y está mucho más
y/o política, se diferencia de la masa. Sin embar-
empoderado que el pueblo de antaño.
go, desde hace algunas décadas la distancia entre
Visto así, es posible que pensar que el mismo
la élite y el pueblo ha venido creciendo de ma-
proceso de “movilización cognitiva” explica,
nera sistemática, debido en gran medida —pero
al menos en parte, por qué hay mayor deman-
no exclusivamente— al aumento de los niveles
da por populismo en distintas sociedades, y por
de desigualdad socioeconómica. Gran parte de
qué algunos partidos políticos ofrecen un dis-
las investigaciones académicas nos indican que
curso populista para conquistar ciertos seg-
la brecha entre ricos y pobres se ha venido en-
mentos del electorado. No es casualidad, por
sanchando a una velocidad asombrosa en las
ejemplo, que el partido populista de izquierda
últimas décadas, sobre todo desde la ejecución
radical recientemente formado por Jean-Luc
de reformas a favor del libre mercado que se
27
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
llevaron a cabo desde los años ochenta en ade-
manera un generoso estado de bienestar, capaz
lante. A modo de ilustración, me parece impor-
de otorgar una red de seguridad básica para la
tante dar cuenta de algunos datos provenientes
gran mayoría de la población. Esta imagen que
del célebre libro de Thomas Piketty, El capital en
tenemos de los partidos social-demócratas eu-
el siglo XXI3.
ropeos cambia abruptamente en la década de
Gracias a los datos recolectados y analizados
1990 con el surgimiento de la así llamada “Ter-
por Piketty sabemos que entre 1950 y 1970 el
cera Vía”. Esta corriente buscaba compatibilizar
decil superior (el 10% más adinerado) de la so-
dos principios prácticamente imposibles de con-
ciedad estadounidense poseía aproximadamente
ciliar: por un lado, equidad, justicia y solidaridad
un 30-35% del ingreso nacional del país, mien-
social; por otro, reducción del intervencionismo
tras que hoy en día el decil superior en los Es-
del Estado en la economía y, en consecuencia,
tados Unidos tiene aproximadamente el 45-50%
disminución de las tasas impositivas.
del ingreso nacional del país. Si no sucede nin-
Por cierto que la ejecución de la “Tercera Vía”
gún cambio importante en los próximos años,
trajo de vuelta al poder a los partidos social-de-
de acá al año 2030 el decil superior acaparará
mócratas en países como Alemania (bajo el alero
aproximadamente el 60% del ingreso nacional
de Gerhard Schröder) y Reino Unido (con Tony
estadounidense. A su vez,
Blair). Sin embargo, la
Piketty da cuenta que la
transformación que su-
progresividad fiscal para los sujetos de mayores ingresos
y
patrimonio
ha venido disminuyendo de manera dramática a lo largo del siglo XX. Si bien es cierto que desde
En la medida en que la clase política ha ido perdiendo su conexión con el parecer de la ciudadanía, han ido aumentando las oportunidades de que las ideas
la década de 1940 hasta la
populistas le hagan sentido a
década de 1970 tanto en
ciertos segmentos del electorado.
frieron estos partidos es dramática, y no en vano están sufriendo una hemorragia electoral que parece irremediable. No solo dejaron de representar las ideas e intereses de sus principales votantes (el mundo sindical), sino que comenzaron a sufrir
el Reino Unido como los Estados Unidos la tasa superior del impuesto al
un proceso de aburguesamiento tal que termi-
ingreso estaba alrededor del 70 u 80%, esta cifra
naron alienando a una parte importante de su
cae a la mitad después de la llegada al poder de
electorado. Para poner solo un ejemplo: es de
Margaret Thatcher y Ronald Reagan en cada uno
conocimiento público que François Hollande, el
de estos países, respectivamente.
presidente social-demócrata de Francia entre
Si bien las cifras sobre aumento de la
los años 2012 y 2017, tenía contratado a un pelu-
desigualdad que nos entregan Piketty y muchos
quero que cobraba 10.000 euros mensuales apro-
otros autores son económicas, estas tienen un
ximadamente; es decir, obtuvo unos 600.000
impacto significativo en el funcionamiento del
euros durante el gobierno de Hollande. Por su
sistema político. Quizás una de las señales más
parte, tanto Gerhard Schröder como Tony Blair
elocuentes se puede observar en la transforma-
dedican hoy en día gran parte de su tiempo a ase-
ción de los partidos social-demócratas europeos.
sorar grandes empresas, muchas de las cuales se
En el pasado, esos partidos se caracterizaron por
han visto envueltas en prácticas de corrupción y
defender políticas económicas redistributivas
de evasión impositiva.
que descansaban fundamentalmente en el es-
En efecto, los estudios en política compara-
tablecimiento de altas cargas impositivas a los
da demuestran que un segmento importante de
segmentos más adinerados, financiando de esa
quienes votan en Europa por los partidos populistas de derecha radical proviene justamen-
3 Thomas Piketty, El capital en el siglo XXI (México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2014).
28
te de electores desencantados con los partidos
social-demócratas4. Se trata de sectores de la
públicos. En cierta medida, la generación de es-
población que se sienten crecientemente des-
tos organismos autónomos puede ser vista como
conectados de una clase política que no solo tie-
una suerte de mal necesario para evitar el corto-
ne alta capacidad adquisitiva, sino que también
placismo y la potencial demagogia de los actores
adhiere a valores cosmopolitas que son resisti-
políticos. Bancos centrales, tribunales constitu-
dos por ciertos grupos de la sociedad. Dicho en
cionales y diversos organismos internacionales
palabras simples, en la medida en que la clase
son ejemplos de este tipo de entes autónomos.
política ha ido perdiendo su conexión con el pa-
Ahora bien, mientras más poderes obtienen
recer de la ciudadanía, han ido aumentando las
estos entes autónomos menos poder tienen los
oportunidades de que las ideas populistas le ha-
políticos electos y, por lo tanto, menor capaci-
gan sentido a ciertos segmentos del electorado
dad de influencia tienen los votantes. Como bien
que terminan votando por fuerzas populistas de
lo planteó Robert Dahl5 hace tres décadas, existe
distinto color político. Estas últimas, a su vez, no
una tensión irresoluble entre el poder del electo-
escatiman esfuerzos en exponer su autenticidad
rado para determinar su devenir y la formación
para así demostrar que ellas sí entienden el sen-
de organismos que no son controlados ni elegi-
tir de la mayoría.
dos por el pueblo. Mientras mayores atribuciones adquieren estos últimos, menor peso tienen
Soberanía popular: democracias impotentes y
los ciudadanos al momento de gobernar. Este di-
liberalismo poco democrático
lema, inherente a la democracia liberal, se ha venido acrecentando con el tiempo, ya que ha au-
Sin duda alguna, la democracia del siglo XXI
mentado tanto la cantidad y como la capacidad
es diferente a la democracia del siglo anterior.
de los organismos autónomos que no son con-
Para comprender esto es importante detenerse
trolados ni elegidos por el pueblo. Sin embargo,
un momento y reflexionar sobre el concepto. En
la gran mayoría de los actores políticos son poco
términos simples, la democracia —cuya etimo-
conscientes de este dilema y se siguen presen-
logía indica que se trata del gobierno del pue-
tando como figuras todopoderosas que, de ser
blo— consiste en la combinación de dos prin-
electas, tendrían la capacidad para solucionar los
cipios: soberanía popular y regla de la mayoría.
problemas de la ciudadanía.
Mientras el primer principio indica que el poder
Un ejemplo paradigmático y reciente de esta
político emana desde la sociedad y esta última es
situación se puede observar en Europa, donde
capaz de autodeterminar su devenir, el segundo
producto de la llamada Gran Recesión (la crisis
principio establece que cuando hay disputas al
económica que comenzó en Estado Unidos el año
interior de la sociedad se procede a dirimir me-
2008 y tuvo repercusiones a nivel global) re-
diante el voto para saber cuál es el parecer ma-
sultó necesario llevar a cabo drásticas medidas
yoritario. Ahora bien, en el pensamiento actual,
de austeridad para sanear las cuentas públicas.
y sobre todo en el mundo occidental, se suele
Particularmente involucradas en esta situación
plantear que el régimen político preferido es la
se vieron las economías de los países de Euro-
democracia liberal.
pa del Sur, en donde la así llamada Troika (el
¿Cuál es la diferencia entre la democracia a
Banco Central Europeo, la Comisión Europea y
secas y la democracia liberal? En esta última no
el Fondo Monetario Internacional) presionó por
solo se da la combinación de los principios de
la ejecución de drásticos recortes que tuvieron
soberanía popular y regla de la mayoría, sino
consecuencias dramáticas para vastos sectores
que también existen un conjunto de entes autó-
de la población de dichos países. A su vez, los
nomos —no controlados ni elegidos por el pue-
partidos políticos en el poder hicieron campaña
blo— que buscan proveer determinados bienes
diciendo que no iban a implementar políticas de
4 Ver, entre otros, Jens Rydgren (ed.), Class Politics and the Radical Right (Londres: Routledge, 2012).
5 Robert Dahl, Democracy and its critics (New Heaven: Yale University Press, 1989).
29
¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo
austeridad y tampoco lo querían sus votantes,
dominantes del espacio electoral. Dado que el
pero los gobernantes de turno se vieron obliga-
populismo logra conectar con un malestar exis-
dos a actuar en contra de lo que prometieron y de
tente en determinados segmentos de la ciuda-
lo que sus electores les pedían. En otras palabras,
danía, la clase política tradicional se ve obliga-
los organismos autónomos triunfaron por sobre
da a repensar sus agendas programáticas. ¿Qué
el poder del pueblo y sus representantes, lo cual
escenarios se abren frente a este nuevo contexto?
refleja hasta qué punto las democracias muchas
A grandes rasgos, es posible bosquejar tres pa-
veces pueden ser absolutamente impotentes, es
noramas que probablemente se hagan más co-
decir, terminan haciendo justamente aquello que
munes a lo largo y ancho del mundo.
no quieren las mayorías y que es demando por un
En primer lugar, existe la posibilidad de que partidos políticos convencionales sucumban al
grupo de tecnócratas. No es casualidad entonces que las fuerzas po-
populismo; es decir, que terminen radicalizan-
pulistas pongan sobre el tapete la pregunta de
do sus propias posturas y hagan uso del discurso
quién controla a los controladores . Por cier-
populista para (re)establecer una conexión con
to que se trata de un asunto complejo, en tanto
el electorado. Un claro ejemplo de este escena-
los entes autónomos que no son elegidos por el
rio es el caso de la evolución del partido FIDESZ
pueblo pueden muchas veces terminar legislan-
en Hungría, el cual durante los años 1990 de-
do a favor de determinados grupos poderosos
fendía una agenda conservadora convencional
antes que en beneficio de la mayoría. Es por ello
y es solo desde el triunfo electoral del año 2002
que las fuerzas populistas usualmente elaboran
en adelante que Viktor Orbán adopta el discurso
una agenda democrática de corte iliberal capaz
populista para atacar a sus oponentes y radica-
de disminuir aquello que escape de su control,
lizar sus posturas conservadoras. Un desarrollo
mientras que los actores políticos convencio-
similar observamos hoy en día en Estados Unidos
nales no pocas veces adoptan posturas liberales
producto del triunfo electoral de Donald Trump,
—en la esfera tanto cultural como económica—
puesto que el Partido Republicano ha puesto muy
que no son democráticas. Todo indica que la de-
poca resistencia y, por lo tanto, cabe pensar que
mocracia del siglo XXI experimentará esta ten-
uno de sus legados importantes podría terminar
sión entre democracia y liberalismo de manera
siendo la transformación del Partido Republica-
cada vez más fuerte y, por lo tanto, no debiesen
no en una fuerza populista de derecha radical.
6
extrañarnos que las fuerzas populistas sigan
En segundo lugar, también es posible pensar en
siendo actores importantes en el devenir político
un escenario en donde los partidos convenciona-
del mundo.
les sigan manteniendo su agenda programática sin grandes cambios, pero que estén dispuestos a
Escenarios futuros
establecer coaliciones con fuerzas populistas que les aporten los votos necesarios para obtener una
De ser verdad que los cambios estructurales en
mayoría y así acceder al poder. Quizás el ejemplo
el pueblo, la élite y la voluntad general arriba
más paradigmático de este escenario sea el caso
indicados nos ayudan a comprender la irrup-
de Austria, donde el partido democratacristiano
ción de fuerzas populistas de variados colores,
(ÖVP) ha establecido por segunda vez una coa-
todo indica que el populismo terminará siendo
lición con el partido populista de derecha radi-
un rasgo distintivo de los sistemas políticos del
cal (FPÖ). Mientras el primero busca avanzar en
siglo XXI. Esto implica un serio desafío para los
ciertas reformas económicas afines a su ideario
partidos políticos convencionales, que por dé-
a favor del libre mercado, el segundo se encarga
cadas se acostumbraron a ser los únicos agentes
de endurecer las leyes migratorias para así cumplir con una de las principales demandas establecidas en su programa electoral. Algo similar
6 Ver, al respecto, Cristóbal Rovira Kaltwasser, “The Responses of Populism to Dahl’s Democratic Dilemmas”, Political Studies, 62(3), 2014, 470-487.
30
podría suceder prontamente en España, donde podría surgir una coalición de izquierdas entre
el partido social-demócrata (PSOE) y el partido
por la clásica división entre izquierda versus
populista de izquierda radical (Podemos).
derecha y se manifiesta más bien en la disputa
En tercer y último lugar, podría acontecer que
entre populismo versus anti-populismo.
los partidos convencionales mantengan su agen-
Aun cuando estos escenarios resultan más
da programática y que simultáneamente fuerzas
plausibles en algunos países que en otros, todos
populistas de extrema derecha y/o izquierda se
se caracterizan por la relevancia que el populis-
consoliden en la arena electoral. En este caso, el
mo va a jugar en el siglo XXI. En consecuencia,
espacio político puede terminar transformán-
resulta primordial comprender de mejor manera
dose en una batalla entre el establishment y los
en qué consiste este fenómeno para, desde allí,
actores populistas. La situación política actual en
entender su impacto en el desarrollo de las so-
Francia se asemeja bastante a este escenario, ya
ciedades contemporáneas. El futuro estará de-
que en dicho país existen fuerzas populistas tan-
terminado no solo por los votos que obtengan las
to de extrema derecha (Rassemblement national)
fuerzas populistas, sino también por las posturas
como de extrema izquierda (La France insoumise)
que terminen adoptando los partidos políticos
que se oponen a los partidos políticos tradicio-
convencionales. La dirección y el tipo de adap-
nales, incluyendo la agenda liberal del presiden-
tación programática que se experimente pueden
te Emmanuel Macron. Lo característico de este
ayudarnos a prever las posibilidades y el modo de
escenario es que el conflicto deja de articularse
pervivencia de la democracia liberal.
Cristóbal Rovira Kaltwasser es sociólogo de la Universidad de Chile y doctor en ciencia política de la Universidad Humboldt de Berlín. Es profesor titular de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales e investigador asociado del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES). Algunos de sus principales temas de investigación son democracia, élites y populismo. Publicó, junto con Cas Mudde, el libro Populism. A very short introduction (Oxford University Press, 2017), recientemente traducido y publicado en castellano por Alianza Editorial. 31
32
Ryszard Legutko:
“Mientras más políticas liberales tenemos, menos diversa se vuelve la sociedad” POR MANFRED SVENSSON
Profesor de filosofía política y miembro del Parlamento Europeo, las opiniones del intelectual polaco Ryszard Legutko no son fáciles de digerir para muchos de sus interlocutores. En su libro The Demon in Democracy (Encounter Books, 2018) y en sus intervenciones públicas se distancia abiertamente de la democracia liberal. Durante décadas el principal foco de sus críticas fue el comunismo que imperaba en Polonia, pero sus dardos contra el liberalismo no son menos severos. Mientras realizábamos esta entrevista, una conferencia suya era suspendida en el Middlebury College por temores de la administración a las reacciones de los estudiantes. Para algunos, esta censura parecía confirmar su crítica a la homogeneidad liberal.
En The Demon in Democracy realizas una audaz
ciertamente se alinearían con los últimos. Ambos
comparación entre el comunismo y la demo-
grupos —demócratas liberales y comunistas—
cracia liberal, subrayando además la facilidad
comparten los mismos prejuicios: la moderni-
con que las antiguas élites comunistas se adap-
zación, la inclinación hacia la ingeniería social,
taron al nuevo sistema. ¿Observar esa adapta-
los sentimientos antirreligiosos, la creencia en
ción te preparó para los desafíos que enfrenta la
el progreso, etc. Los liberales podrían estar de
política europea actual?
acuerdo con los conservadores solo en una condena moral muy general de las más aborrecibles
Sí, creo que lo hizo. Esa adaptación, así como la
prácticas de los regímenes comunistas. Pero una
disposición de quienes acogieron a los comunis-
vez que esos regímenes desaparecieron o las
tas en su medio, es un hecho empírico crucial
prácticas se frenaron ligeramente, y una vez que
que nos habla no solo sobre los comunistas, sino
los comunistas prometieron, aunque solo fuera
sobre todo respecto de los demócratas libera-
de palabra, arrepentirse y expiar sus pecados, los
les. Esto prueba que, al elegir entre los conser-
corazones y las mentes de los demócratas libera-
vadores anticomunistas y los excomunistas, los
les se volvieron hacia ellos.
políticos e intelectuales liberal-democráticos 33
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
¿Qué consecuencias tuvo esto para la legitimi-
tan destructivo como reconstructivo, pero nunca
dad de ambos grupos?
respetuoso de la realidad.
No hay nada en la corriente política actual que
Pero incluso quienes están de acuerdo con su
pueda socavar la legitimidad de los excomu-
evaluación de los peligros contemporáneos
nistas como participantes en la vida política; sí
para la libertad podrían argumentar que ello
hay, en cambio, muchas cosas que socavan la
es así simplemente porque el liberalismo se
legitimidad de los conservadores: su defensa de
ha descarrilado (o, tal vez, porque “no se ha
la familia, su lealtad a las raíces cristianas, sus
intentado”). ¿Cómo responderías a tales con-
puntos de vista sobre la educación y la moral. En
sideraciones?
la práctica, los demócratas liberales consideran indigerible cada uno de los principios nucleares
La naturaleza paradójica del liberalismo es que
del conservadurismo moderno. Por lo tanto, veo
comienza con la destrucción de las sociedades
la agenda liberal-democrática como una ver-
pluralistas existentes. Por eso, el argumento de
sión modificada de aquello que los comunistas
que el liberalismo se ha descarrilado o que no ha
intentaron implementar en el pasado. No es de
sido probado me parece espurio. Mientras más
extrañar que los desafíos que enfrentamos hoy
políticas liberales tenemos, menos diversa se
no sean tan diferentes de los que enfrentamos
vuelve la sociedad; cuanto menos liberales son
antes. En mi trabajo en el Parlamento Europeo
las sociedades, más diversas pueden llegar a ser.
con frecuencia tengo la sensación de que estoy
Hace varias décadas el mundo era más pluralis-
volviendo a vivir el viejo drama, aunque con di-
ta de lo que es hoy. El engaño del liberalismo es
ferentes disfraces y en un entorno distinto.
que se identifica etimológicamente con la libertad. Pero, como enfaticé en mi libro, el núcleo
Una de las formas en que planteas el problema
del liberalismo no es la libertad, sino una nueva
contemporáneo es hablando del “carácter in-
organización de la sociedad cuyo objetivo es re-
trusivo de la democracia liberal”. Incluso ha-
emplazar a la existente. Esto explica por qué el
blas de la democracia liberal como la principal
liberalismo es tan intrusivo y por qué interfiere
fuerza homogeneizadora en el mundo contem-
con todos los aspectos de la vida social.
poráneo. Sin embargo, la democracia liberal típicamente se entiende a sí misma aparejada
La situación contemporánea se puede abordar
con el pluralismo.
preguntando por la relación (tal vez “matrimonio de conveniencia”) entre liberalismo y de-
Si el liberalismo se entiende a sí mismo como
mocracia. Algunos sostienen que necesitamos
coextensivo con el pluralismo, entonces esta-
más democracia para contrarrestar la tenden-
mos frente a un autoengaño. Durante siglos, el
cia elitista de la democracia liberal contempo-
pluralismo fue una realidad: hubo diferentes
ránea. Otros argumentarían que necesitamos
naciones, tribus, comunidades, grupos socia-
más bien un elemento aristocrático liberal que
les, clases, diferentes idiomas, diferentes dia-
contrarreste la tendencia igualitaria de la de-
lectos, diferentes jerarquías, diferentes estilos,
mocracia. ¿Dónde te ubicas en este debate?
diferentes acuerdos políticos. Desde tiempos inmemoriales, las sociedades se estratificaron y
Contrariamente a una visión estándar, no veo
diversificaron. El supuesto principal del libera-
un conflicto inherente entre liberalismo y
lismo como teoría es que, de alguna manera, po-
democracia. Valoro bastante lo que algunos lla-
demos desmantelar todas estas estratificaciones
man “liberalismo aristocrático” del tipo que
y diversificaciones por ser contrarias a la libertad
encontramos en Tocqueville y Ortega y Gasset,
y comenzar desde cero, construyendo una nue-
pero estoy bastante descontento con el térmi-
va sociedad consistente en individuos con dere-
no. El liberalismo no puede ser “aristocrático”
chos. El liberalismo es, entonces, esencialmente
porque por definición es igualitario. Y también
34
la democracia es igualitaria. Buscar una versión
ya no contrarrestan la ortodoxia liberal-demo-
aristocrática del liberalismo es como buscar una
crática. La presión de esta ortodoxia es formida-
versión aristocrática de la democracia. Cuales-
ble. Incluso la Iglesia Católica, que durante siglos
quiera que fueran los modos en que Tocqueville y
simbolizó los valores de jerarquía y autoridad,
Ortega se describieran a sí mismos, o como quie-
se está rindiendo a ella. Habiéndose opuesto de
ra que otros los describieran, no eran liberales;
modo valiente a las represiones brutales de los
eran pensadores que querían preservar tanto la
regímenes comunistas, la Iglesia de hoy parece
libertad como la jerarquía, concepto ajeno a los
capitular ante la presión mucho menos brutal,
liberales. El igualitarismo, como sabemos, ge-
pero implacable, de la democracia liberal.
nera su propia versión del despotismo. Para preservar la igualdad, uno tiene que construir una
Esto parecería entroncar con el ideal de régi-
estructura burocrática fuerte para evitar que
men mixto, un aspecto de la tradición clásica
emerjan las desigualdades. Por lo tanto, mi po-
que usted recoge con mucho entusiasmo. ¿Cuál
sición es que es inútil corregir el liberalismo me-
consideras que es la intuición fundamental tras
diante la democracia o la democracia mediante
este concepto?
el liberalismo. Creo que el concepto de régimen mixto es una ¿Y cómo describirías entonces el tipo de régi-
de esas pocas ideas brillantes que dieron al
men al que debiéramos aspirar?
pensamiento europeo un nuevo rumbo. Hasta que Platón en Las Leyes y luego Aristóteles
Debemos liberarnos de pensar en términos de
en la Política sugirieron la idea de un régimen
sistemas políticos generales, ya sean libera-
mixto, la filosofía política estuvo determinada
les, democráticos, socialistas o capitalistas. El
por lo que muchos siglos más tarde Max Weber
liberalismo, la democracia, el capitalismo o el
denominó tipos ideales. Se creía que existía un
socialismo no son ído-
conjunto limitado de op-
los a los que deberíamos
ciones políticas al cons-
hacer reverencia. En su lugar, deberíamos tratar de organizar una buena sociedad, es decir, una sociedad que cumpla con
Los demócratas liberales consideran indigerible cada uno de los principios nucleares del conservadurismo moderno.
truir regímenes políticos, y que cada opción excluía a la otra. Si somos monárquicos, tenemos que ser antidemocráticos y antiaristocráticos; si so-
muchos criterios, también con aquellos que no son necesariamen-
mos democráticos, tenemos que ser antimo-
te liberales o democráticos. Tal sociedad debe
nárquicos y antiaristocráticos, etc. Sorprenden-
respetar la libertad, la igualdad, la jerarquía, la
temente, este modo de pensar ha sido bastante
ética de la virtud y varios otros principios e idea-
influyente en los tiempos modernos, cuando la
les que son difíciles de reconciliar entre sí, pero
noción de democracia se convirtió en la única
que son necesarios. Uno de los prejuicios de hoy
solución aceptable. En el mundo que aparente-
es que existe un cielo político que consiste en
mente elogia el pluralismo y la ambigüedad, la
el liberalismo y la democracia; el primero ase-
noción de democracia se elevó a la posición de
guraría nuestra libertad y la segunda nuestros
lo absoluto. Pero tras haber sido santificada, la
derechos colectivos. Pero teniendo en cuenta
idea de “democracia” se ha vuelto cada vez más
que el liberalismo y la democracia se refuerzan
esquiva, adoptando un carácter evaluativo en lu-
mutuamente, deberíamos alentar a las institu-
gar de descriptivo.
ciones no liberales y no democráticas, como las iglesias, las familias o las escuelas, siempre que conserven su esencial carácter jerárquico. Una vez que esas instituciones pierden ese carácter
35
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
Y aquí estamos hablando ya no solo de lo que
porque aumenta la libertad y nos hace sensibles a
ocurre en la filosofía política, sino de cómo esto
la pluralidad. El argumento de que el monopolio
determina nuestra discusión cotidiana.
liberal aumenta la libertad y la pluralidad es terriblemente erróneo: ningún monopolio aumen-
Lo que merezca ser llamado democrático lo deci-
ta la libertad, tal como ningún monopolio induce
den quienes tienen el poder político e ideológico,
a la pluralidad. Es como decir que el emblanque-
y no precisamente a la luz de criterios indepen-
cimiento aumenta el ennegrecimiento o la ho-
dientes. La Unión Europea, por ejemplo, que es
mogeneidad genera diversidad. El único riesgo
una típica institución oligárquica. Ella ha se-
que veo en el cambio que socava el dominio del
cuestrado la palabra “democracia” y la ha estado
liberalismo es que un nuevo monopolio puede
utilizando para encubrir sus políticas oligárqui-
reemplazar al antiguo. Pero por ahora es difícil
cas. Todo lo que hace la Unión Europea se decla-
ver quién podría tener tal nuevo monopolio: no
ra automáticamente “democrático”, sin tener
hay un candidato obvio.
en cuenta el contenido de lo que efectivamente hace. Como resultado, no es posible un debate
Aunque el liberalismo se encuentre bajo fuerte
sobre la esencia no democrática de la “democra-
crítica, no lo percibes entonces como un fenó-
cia” de la Unión Europea, o sobre la democracia
meno en retirada. ¿Ves su permanencia como
como tal, sus lados buenos y malos, y sobre cómo
inevitable?
debería ser limitada. Si me preguntan por qué la idea de un régimen mixto debería tomarse en se-
Es cierto que hoy se ha hablado más sobre los
rio hoy, diría que es precisamente porque abre
defectos del liberalismo que, digamos, hace diez
un debate sobre qué arreglos institucionales son
años, y esa es una buena señal. También es cier-
preferibles, un debate que hoy en día no solo es
to que hay algunos movimientos que desafían la
filosóficamente impedido por el mendaz lengua-
regla liberal; y creo que en general son positivos,
je político, sino también políticamente por las
aunque hoy no tienen suficiente influencia y aún
grandes organizaciones como la Unión Europea,
no se han liberado del lenguaje liberal. Por otro
así como por muchos tribunales constitucionales
lado, la presión del liberalismo ha aumentado
y regulaciones internacionales.
constantemente en campos como la educación, la regulación social y la moral. También hay una
Hay quienes han descrito nuestra situación
creciente reacción histérica a esas pocas y más
global como un momento posliberal. No solo
bien dóciles formas de disidencia de la corrien-
a los movimientos no liberales les va bastante
te liberal que hemos estado observando última-
bien en términos de organización política, sino
mente. Tal histeria se deriva de la suposición de
que también poseen una inmensa vitalidad in-
que no existe otra ruta concebible para la civi-
telectual. ¿Cuáles son, en tu opinión, los aspec-
lización occidental que no sea la liberal. Y este
tos más esperanzadores de este movimiento?
es, todavía, un supuesto ampliamente aceptado
¿Ves en él riesgos significativos?
hoy. Rechazo este supuesto por muchas razones, también porque veo en él una creencia en la
No estoy seguro de que el mundo de hoy sea pos-
inevitabilidad histórica, similar a la que los co-
liberal. El problema del liberalismo es que exige
munistas intentaron inculcar en las mentes res-
una rendición incondicional, y cada vez que apa-
pecto del comunismo. Esta creencia llevó a una
recen dudas y críticas se califican de inmediato
capitulación intelectual en ese entonces, y está
como un ataque total contra el liberalismo. Por
conduciendo a tal capitulación también hoy.
supuesto, todos los cambios, también los ideológicos, producen algunos riesgos, pero la man-
La reciente cancelación de una conferencia tuya
tención del statu quo también es arriesgada. Yo
en Middlebury parece confirmar las cosas que
diría que el socavamiento del monopolio del li-
has escrito. ¿Qué sentimientos prevalecen lue-
beralismo es en general positivo, principalmente
go de esta experiencia? ¿La ves como un signo
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Título: The Demon in democracy Editorial: Encounter Books Año: 2016 Precio: 14,09 €
de un cierre fatal y quizá final de la mente occi-
indefensa, marginada y oprimida. Y esto es pre-
dental? ¿O la situación se ha vuelto tan grotesca
cisamente lo que hicieron los manifestantes de
que más bien debería abrir los ojos de más per-
Middlebury. Al leer su versión del incidente, uno
sonas y eventualmente inspirar correcciones de
podría tener la impresión de que fui yo el agresor
nuestra situación?
y que fueron ellos los que fueron rechazados y dolorosamente humillados por el mero hecho de
Como siempre, uno puede interpretar el mismo
mi presencia. Permitirme hablar les habría cau-
incidente en dos sentidos, como una confirma-
sado un sufrimiento insoportable. Claramente,
ción de las prácticas recurrentes o como un signo
la ideología que defienden ha contaminado sus
de cambio. Es cierto que el incidente de Middle-
mentes y su lenguaje.
bury confirmó la crisis existente en la academia y, en particular, la aceptación de la fuerza en la
¿Hay alguna salida posible a esta situación?
vida académica. Las universidades han sido capturadas por la ideología de la izquierda política,
Uno puede mirar el incidente con más optimis-
y los ideólogos (estudiantes y profesores) han
mo. Por primera vez, pudimos ver una rebelión:
eliminado sin piedad todas las ideas que no con-
algunos estudiantes se resistieron a este poder
cuerdan con las suyas. El
ideológico y dijeron que
lema de mi alma mater,
estaban hartos de la in-
la Universidad Jaguelónica en Cracovia, es “plus ratio quam vis”, la razón es superior al poder. En Middlebury, así como en muchos
otros
lugares,
un lema más adecuado sería uno que afirmara lo
Hay una creciente reacción histérica a esas pocas y más bien dóciles formas de disidencia de la corriente liberal que hemos estado observando últimamente.
contrario, que el poder es
timidación y la censura. Desafiando a la administración de la universidad y la presión de los fanáticos, me llevaron de contrabando a una de las salas de la universidad y me pidieron que diera una conferencia “ilegal”.
superior a la razón. Esto en sí mismo ya es malo,
Me divertí un poco, porque me recordó mis días
pero la enfermedad es aun más grave. El triunfo
de juventud bajo el régimen comunista, cuan-
de la vis resultó en la corrupción del pensar y del
do junto a mis colegas sosteníamos conferen-
hablar. Aquellos que tienen poder político e ideo-
cias y seminarios ilegales. Lo encontré bastante
lógico, y que imponen censura y castigan todas
significativo. Tal vez este acto de desafío marca-
las formas de inconformidad, se presentan como
rá el comienzo de un cambio.
víctimas de discriminación, como una minoría
37
Fotografía: María José Durán
ALAN KNIGHT:
“Si el populismo alcanza el poder suele perder su dinamismo, y si sobrevive suele convertirse en una forma de maquinaria clientelista” POR JOSEFINA ARAOS BRALIC
El populismo parece haber llegado para quedarse. Ya no se trata solamente de una inquietud teórica. Ahora el fenómeno se extiende en distintas partes del mundo, alarmando a una clase política que no logra explicar su emergencia. Alan Knight, destacado historiador y profesor de la Universidad de Oxford, lo estudia desde hace varios años. Aunque se ha especializado en la historia de México, Knight ha identificado y descrito con precisión algunas constantes del populismo. Escéptico del uso acrítico del populismo como etiqueta despectiva, defiende su utilidad analítica y su pertinencia para explicar algunas dimensiones de la realidad política actual.
39
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
lan Knight es una figura difícil de clasificar.
A
claridad y utilizarlo cuidadosamente. No es un
Formado en los años sesenta en la emblemática
passe-partout analítico, y generalmente hay que
escuela marxista británica de Eric Hobsbawm y
acompañarlo con otros conceptos, a veces de
E. P. Thompson, decidió dedicarse al estudio de
mayor importancia.
América Latina, campo poco considerado en los enfoques historiográficos de vanguardia de la
¿Cuál sería tu definición del fenómeno?
segunda mitad del siglo XX. Llevó así la “historia desde abajo” a una región cuya trayectoria tenía
En términos sencillos, entiendo el populismo
mucho que aportar a la comprensión del papel
como un estilo político, una manera de “hacer
de los diversos grupos sociales en los procesos
política”, que se ve en distintos tiempos y lu-
históricos. La originalidad de Knight se expresa
gares. Por tanto, hay varias manifestaciones del
también en la dificultad para ubicarlo historio-
fenómeno, no una sola versión. El estilo popu-
gráficamente. Cercano a los análisis estadísticos,
lista enfatiza la dicotomía entre “nosotros” (“el
pero crítico de los economistas; reconoce el va-
pueblo” y sus campeones) y “ellos” (élites, ex-
lor de la narrativa, pero también la necesidad de
tranjeros, inmigrantes, expertos); involucra una
esquemas analíticos que ordenen la complejidad
retórica polarizadora y en contra de las institu-
de los hechos históricos; escéptico de las grandes
ciones (elitistas) establecidas; muchas veces es
teorías, pero consciente del valor de los concep-
obra de líderes demagógicos (y supuestamente
tos para comprender el pasado.
“carismáticos”); y suele ocurrir con más fuerza
En cualquier caso, la dificultad para etiquetar-
en períodos de crisis política y tensión social.
lo no implica indefiniciones. Alan Knight es, ante todo, historiador de vocación, convencido de la
Aunque pueda ser un concepto útil, has seña-
importancia de la disciplina histórica; no porque
lado que el término suele aplicarse como una
ella nos dé lecciones, sino porque nos ayuda a
etiqueta. ¿Qué explica que se use más como ad-
entender nuestro presente y, quizá más impor-
jetivo que como sustantivo?
tante, desenmascarar a aquellos que instrumentalizan el pasado a favor de sus propias agendas.
Como mencioné, el populismo es el pan de cada día en el debate político actual, tanto en Europa
¿Es el “populismo” una categoría adecuada
como en las Américas. Muchas veces es un voca-
para entender lo que ocurre hoy día en luga-
blo peyorativo. Como “fascista”, “imperialista”
res tan distintos como Estados Unidos, Brasil o
o “comunista”, “populista” se utiliza muchas
Hungría?
veces como un insulto. Pero, de la misma manera que debemos definir y analizar el fascismo
Creo que sí. El término está muy de moda en los
o el comunismo, es menester aclarar lo que es
medios, pero, aunque se utilice de manera vaga
el populismo. Es un concepto de cierta utilidad
y polémica, el uso cotidiano sugiere que algo
analítica si se utiliza cuidadosamente, en con-
está pasando. Creo que la investigación acadé-
junto con otros conceptos esenciales como Es-
mica (política, histórica, sociológica) confirma
tado, régimen, democracia, economía política o
que es un concepto útil y necesario. Es decir,
clase social.
tratar de eliminar el término —como han pro-
En cuanto a adjetivo o sustantivo, creo que no
significa-
podemos separarlos: el populismo es el estilo
ría perder una herramienta de análisis político
político de un líder o de un movimiento que os-
de cierto valor. Pero ojo: hay que definirlo con
tenta rasgos populistas. Pero cuando se trata de
puesto
40
algunos
investigadores—
rasgos populistas, es una cuestión de “cuántos”
estilo, una manera de hacer la política, que pue-
y “cuáles”. Como muchos atributos políticos
de combinarse con varias ideologías. Ha habido,
(radicalismo, honestidad o popularidad), es me-
por ejemplo, marxistas populistas, como Fidel
jor concebir un espectro. Ha habido, por ejemplo,
Castro. Cuando tratamos de entender y descri-
políticos que ostentaban poco o nada de popu-
bir a un movimiento, líder o régimen populista,
lismo (Diego Portales, Lucas Alamán, el Duque
casi siempre hay que agregar otros requisitos o
de Wellington, Bismarck, Calvin Coolidge, Raúl
características: base social, orientación política y
Alfonsín, etc.) y que contrastan tajantemente
modo de actuar, entre otros.
con los populistas “de carne y hueso”: Andrew Jackson, William Jennings Bryan, Cárdenas,
populismo , expresión de una crisis
Perón, Chávez, AMLO. Debemos recordar también que los líderes, los partidos y los regímenes
Algunos han presentado el escenario mundial
no son estáticos; al contrario, suelen moverse a
actual como una crisis de la democracia liberal,
través del espectro: el populista y popular Pe-
¿te parece un diagnóstico acertado?
rón de los cuarenta se volvió el presidente más autoritario, personalista
La palabra “crisis” (al
e impopular de los cin-
igual que “populismo”)
cuenta. Fulgencio Batis-
se usa mucho, y hay cier-
ta siguió una trayectoria
El auge populista suele agravar los
to riesgo de devaluarla. Si
parecida en Cuba. Quizás
problemas y las tensiones sociales.
“crisis” quiere decir una
podemos generalizar que el populismo —más fuer-
La política de Trump beneficiará
te en coyunturas de crisis
más a los ricos norteamericanos que
política y tensión social—
a los pobres, y el Brexit británico
tiene una expectativa de vida limitada. Si alcanza el poder suele perder su dinamismo, y si sobrevive suele convertirse en
perjudicará mucho más a las regiones deprimidas de Gales y el noreste (que votaron por Brexit) que a Londres y sus élites financieras.
coyuntura en que cambios radicales y abruptos están en juego, creo que sería
una
exageración
percibir una crisis general y estructural de la democracia (otro concepto disputado). Claro que hay países, en América, Europa y otros lugares, donde
una forma de maquinaria clientelista. Ese proceso se ve con el PRI en Méxi-
existen problemas sociopolíticos serios y han
co o el Partido Justicialista en Argentina.
surgido poderosos movimientos populares. Me parece probable que factores comunes, y quizás
La maleabilidad del populismo, ¿implica que
globales, hayan contribuido a este crecimiento
carece de signo político?
del populismo. Pero hasta ahora la democracia
Es cierto que, como fenómeno (no como catego-
yoría de los casos— de un colapso inminente.
no ha colapsado ni hay riesgo —en la gran maría), el populismo es maleable, en el sentido de asumir varias formas (de izquierda o de derecha;
¿No se debe asumir, entonces, que aque-
clásico o neopopulista) y, en casos particulares
llos países donde han avanzado movimientos
como el peronismo, de evolucionar con el tiem-
populistas —como EEUU— estén necesaria-
po. Es cierto que muchos “ismos” (liberalismo,
mente en crisis?
anarquismo, socialismo, fascismo, marxismo) también varían de acuerdo con el contexto, la co-
En los EEUU las instituciones democráticas han
yuntura o la base social. Pero quizás el populismo
resistido, por el momento, el desafío del Presi-
resulta más maleable y fluido, ya que carece de
dente Trump. En Europa los movimientos po-
un canon que pueda orientar y darle consistencia.
pulistas crecen y declinan y, hasta ahora, no
Volvemos a la idea de que populista describe un
han llevado a cabo ningún colapso democrático,
41
un mundo posliberal
Sin duda alguna, hay otros retos —a veces más serios que el populismo— que enfrenta la democracia. Uno, el más profundo, es el crecimiento del poder privado corporativo.
aunque la amenaza de un autoritarismo insidio-
cirse que, más que una amenaza, el populismo
so “de arriba” se ve, por ejemplo, en Hungría y,
es una respuesta a esos problemas?
quizás, en Polonia. Pero aun en estos casos hay fuerzas e instituciones que resisten tenazmen-
Supongo que, como en muchas coyunturas his-
te. En América Latina, donde vemos populismos
tóricas, es una cuestión de retroalimentación.
tanto de la derecha (Bolsonaro) como de la iz-
Muchos populismos europeos han surgido como
quierda (AMLO), la democracia, aunque imper-
protestas comprensibles contra procesos de
fecta, tampoco me parece al borde de colapso.
globalización, de migración internacional ma-
Claro que las cosas pueden cambiar. El caso más
siva, de desindustrialización y de una creciente
obvio es Venezuela, donde un atrincherado po-
desigualdad socioeconómica. El populismo su-
pulismo de izquierda se enfrenta a una desas-
puestamente ofrece soluciones, a mi juicio muy
trosa crisis económica y una oposición política
dudosas, a estos arraigados problemas: como
cada vez más fuerte. Pero este es un solo caso, y
vemos en el caso de Brexit en el Reino Unido o
no creo que nos presagie el destino colectivo de
con Trump en EEUU. Los críticos más lúcidos del
la democracia en América Latina y Europa. Dicho
populismo reconocen que, aparte de resistir sus
de otra manera, no estamos viviendo una crisis
cantos de sirena, hay que combatir estos proble-
estructural igual a la europea de los años treinta.
mas estructurales, lo que no es nada fácil. Sin embargo, gracias al proceso de retroalimentación,
No compartes la idea de una crisis, pero sí re-
el auge populista suele agravar los problemas y
conoces la existencia de problemas. ¿Podría de-
las tensiones sociales. La política de Trump, en
42
el mediano plazo, beneficiará más a los ricos
Inglaterra, en el siglo XVIII, o el zarismo chovi-
norteamericanos que a los pobres, y el Brexit
nista y reaccionario del XIX), pero muchos líde-
británico —si se lleva a cabo y resulta un Brexit
res de esta índole, como Metternich o Bismarck,
“duro”— perjudicará mucho más a las regiones
despreciaban al pueblo y querían mantenerlo
deprimidas de Gales y el noreste (que votaron
fuera de la política. Con la expansión del sufragio
por Brexit) que a Londres y sus élites financieras
en el siglo XX, la opción populista —de derecha
(que votaron en contra).
o de izquierda— se volvió más atractiva y viable. Por tanto, vemos populismos clásicos como el
En el escenario actual, se tiende a contraponer
peronismo. De la misma manera que hay popu-
populismo y democracia liberal. ¿Cuál ha sido la
lismos tanto de derecha como de izquierda, hay
relación entre ambos?
casos históricos de populismos que fomentaron la movilización masiva y, por tanto, tuvieron un
Hay una relación histórica entre populismo y
impacto en cierto sentido democratizador. Fue
democracia liberal o representativa, en el sen-
el caso del cardenismo mexicano de los años
tido de que el populismo —especialmente el
treinta o el peronismo de los cuarenta. Otros, en
populismo hoy en día— tiene que ver con una
cambio, como el fascismo italiano o el nazismo,
política de masas, en que el compromiso con el
buscaron movilizar para después controlar y re-
pueblo es clave. Líderes autoritarios tradiciona-
primir. Es decir, tuvieron poco o nada de impacto
les han utilizado discursos populistas (por ejem-
democratizador. Aparece otra vez una caracte-
plo, el monarquismo patriótico y protestante de
rística fundamental: el populismo asume caras 43
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
y funciones muy distintas conforme el contexto
dentro sistemas democráticos sin intentar soca-
histórico. Por eso, hablar en términos generales
varlos (por ejemplo, Andrew Jackson en los EEUU
de populismo como si fuera un fenómeno mono-
del siglo XIX o Pierre Poujade en la Francia de
lítico es un grave error.
posguerra). Un caso contemporáneo interesante es el nuevo presidente de México, Andrés Manuel
¿Pueden convivir, entonces, el populismo y la
López Obrador: líder claramente populista, que
democracia?
llegó al poder por las urnas, con un mandato democrático intocable, y cuya retórica, programa
Es posible señalar populismos que tuvieron un
y modo de gobernar son, conforme los criterios
impacto democratizador, en el sentido de mo-
normales, populistas. Por tanto, sus críticos lo
vilizar a las masas en contra de élites (u oli-
tildan de demagogo irresponsable, mientras sus
garquías) conservadoras. En el caso del Reino
partidarios lo elogian como tribuno del pueblo
Unido decimonónico sería posible ver a movi-
que contrarrestará de manera democrática las
mientos populares y progresistas como el cartis-
grandes desigualdades sociales de México. Va-
mo (Chartism) y la Liga Contra la Ley de Cereales
mos a ver lo que sucede allí, pero es una inte-
(Anti-Corn Law League) como populistas, ya que
resante prueba de tornasol de la relación entre
movilizaron con cierto éxito al pueblo contra el
populismo y democracia.
establishment. En muchos otros casos, el populismo aparece como una fuerza neutral con
¿Es el populismo la única amenaza que enfrenta
respecto a la democracia, como el populismo es-
hoy la democracia?
tadounidense de la década de 1890, que se desarrolló dentro de un sistema medio democrático
He tratado de matizar la amenaza de populis-
establecido, y sus preocu-
mo: reconozco que exis-
paciones fueron econó-
te, pero no creo que todo
micas. Pero hay también
populismo (o todo mo-
casos donde representa
El populismo asume caras y
una amenaza a la demo-
funciones muy distintas conforme
cracia, ya que sus líderes invocan el bien del pueblo para socavar instituciones e imponer un régimen
autoritario,
como
vemos en Hungría.
el contexto histórico. Por eso, hablar en términos generales de populismo como si fuera un fenómeno monolítico es un grave error.
El peronismo, que na-
vimiento o líder político con
rasgos
populistas)
sea antidemocrático. A veces, una dosis de populismo puede revitalizar la vida política. Por supuesto que hay también casos de populismos autoritarios y represivos. Y,
ció en los cuarenta como un movimiento popular,
sin duda alguna, hay otros retos —a veces más
populista y movilizador, con miras claramente
serios— que enfrenta la democracia. Uno, el más
igualitarias, se volvió hacia los cincuenta más
profundo, es el crecimiento del poder privado
autoritario, personalista y corrupto. Quizás esta
corporativo que, gracias a la globalización, ahora
es la tendencia más típica —que vemos también
“domina al mundo como un coloso”, como dijo
en Venezuela, con la trayectoria de Chávez a
Shakespeare de Julio Cesar. Se trata de un poder
Maduro— y que justifica la común percepción del
que opera desafiando a los gobiernos nacionales,
populismo como una amenaza antidemocrática.
eludiendo los impuestos nacionales, financian-
Pero, tomando en cuenta que populismo significa
do a los candidatos y partidos políticos preferi-
un estilo de “hacer política”, queda claro que, de
dos, y contribuyendo a una creciente desigual-
la misma manera que ha habido políticos auto-
dad social. Este profundo cambio en el balance
ritarios (Bismarck, Metternich) que no tenían ni
entre el Estado y el poder privado corporativo
una gota de populismo en sus venas, ha habido
me parece un mayor reto a la democracia que el
políticos con rasgos populistas que actuaban
populismo. Aunque ambos son, en gran medida,
44
una respuesta (irracional, a mi modo de ver) al
largas historias); por otro lado, el neopopulis-
mismo cambio.
mo (de Collor de Melo, Salinas, Fujimori y ahora, quizás, Bolsonaro) es un fenómeno político más efímero que no dejará la rica herencia de los po-
mirando américa latina
pulismos clásicos. Pero, otra vez, tendremos que ¿Te parece que la figura de Jair Bolsonaro cabe
ver cómo se desenvuelve.
en la definición de populista? ¿En qué medida se asemeja a figuras tan diferentes como Lázaro
Si la figura de Bolsonaro calza en la definición,
Cárdenas o Perón, presentados también como
¿podríamos hablar de un nuevo ciclo populista
populistas?
en América Latina?
Los tres son populistas, pero de índole muy dis-
¿Cuántos ejemplos se necesitan para constituir
tinta. Cárdenas fue el primer mandatario más
un ciclo? Es cierto que, en tiempos de regímenes
radical de la Revolución mexicana (tildado de
militares en los años sesenta y setenta, el po-
bolchevique); Perón, al menos en su primera
pulismo iba a la deriva. Los golpes militares en
administración, fue un presidente progresista
Brasil y Argentina derrocaron gobiernos popu-
que benefició a la clase obrera, y Bolsonaro es un
listas y vieron al populismo como un reto para
exmilitar de derechas que elogia al régimen bu-
reprimir. Con la democratización hubo muchas
rocrático-autoritario de 1964-85 y que rechaza
más oportunidades para movimientos populis-
los logros del liberalismo social contemporáneo
tas, ya sean derechistas o izquierdistas. La lla-
(derechos de la mujer, de los gays, de las etnias,
mada “marea rosada” latinoamericana —el giro
etc.). Otra vez, el populismo asume caras muy
izquierdista— de los últimos años (con Correa, Chávez, Morales, Lula,
variadas. Lo interesante, quizás,
Bachelet y los Kirchner)
es el contraste entre el
incluyó tanto populistas
populismo clásico y el llamado
neopopulismo.
El populismo clásico (de Cárdenas, Perón y, quizás, Vargas), es un fenómeno típicamente progresista
y
movilizador
que promovió un estado interventor
y
Quizás se puede decir que la larga
como no populistas (por
historia de política competitiva
ejemplo, Lula y Bachelet).
y masiva en América Latina ha permitido una gran variedad de experimentos políticos, siendo el populismo uno de ellos.
políticas
Ahora parece que la marea ha cambiado. La derecha, populista o no populista,
gobierna
en
Argentina, Brasil, Chile y Colombia. México, que suele seguir una trayec-
de redistribución. Por otro lado, el neopopu-
toria distinta, es el único caso de un populismo
lismo es más derechista, acepta —y a veces
izquierdista que, en contraste con Venezuela,
elogia— el libremercado y hasta promueve el
anda viento en popa, al menos por el momento.
adelgazamiento de un Estado supuestamente
Es decir, no veo ningún nuevo ciclo comparti-
obeso e ineficiente. Esta fue la fórmula de Car-
do a través de América Latina, sino más bien un
los Salinas en México a fines de los ochenta y
antiguo ciclo (la “marea rosada”) que ha llega-
consiguió resultados duraderos en cuanto a las
do a su fin y la aparición de una multiplicidad de
reformas neoliberales, pero como movimien-
destinos políticos en el continente. En Europa,
to político (neo)populista dejó pocas huellas. El
también, creo que el patrón es más complicado:
proyecto de Fujimori en Perú fue algo parecido.
el populismo derechista ha avanzado en Alema-
Una conclusión tentativa sería que el populis-
nia e Italia, pero el UKIP inglés está en crisis, el
mo clásico, que combinó un Estado más fuer-
Frente Nacional francés parece estar en deca-
te con políticas populistas (de redistribución,
dencia, y en España las fuerzas populistas —qui-
etc.), representó un fenómeno histórico clave y
zás también en decadencia— son izquierdistas.
duradero (el cardenismo y el peronismo tienen 45
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
Has afirmado que no existe una afinidad parti-
partidistas o del movimiento, con sus portavoces
cular entre el populismo y América Latina. ¿Qué
y mediadores. Quizás hoy en día, con los nuevos
explica entonces su recurrencia en la región?
medios sociales, una relación directa (por ejemplo, entre Trump y los aficionados que leen sus
Hay rasgos populistas a lo largo y ancho del
mal escritos tweets) es más posible. Pero esto es
mundo. En América Latina hay culturas políticas
un fenómeno muy reciente. Los grandes popu-
donde el populismo ha tenido poco éxito, quizás
listas latinoamericanos, como Cárdenas y Perón,
debido a la fuerza de las instituciones y de los
tuvieron e incluso armaron una gama de inter-
partidos establecidos, como Chile, Uruguay y,
mediarios e instituciones.
con matices, Colombia. Pero, en cualquier caso,
En el caso mexicano he hablado de la “ruti-
la región ha tenido casi dos siglos de política re-
nización del populismo”, análoga a la “rutini-
publicana, electoral y representativa, es decir,
zación del carisma” de Max Weber: es decir, en
más o menos 20 países en 200 años. América
la crisis de la Revolución mexicana y su desen-
Latina, entonces, ha tenido muchas más oportu-
lace, la nueva élite estableció un partido hege-
nidades para incubar movimientos y regímenes
mónico (PNR/PRM/PRI) y un sistema político
políticos de gran diversidad, sean populistas o
de estilo populista. Los fundadores del sistema
de otra naturaleza. El resto del mundo —incluso
—los presidentes Obregón, Calles y Cárdenas—
varios países europeos— vivieron décadas de re-
practicaron una exitosa política populista, au-
gímenes dinásticos o co-
nada a reformas sociales
loniales, poco propicios
sustanciales. Pero, con
para movimientos populistas. Quizás se puede
Muchas discusiones actuales sobre
decir que la larga historia
el populismo son interesantes y
de política competitiva y
valiosas, pero hay a veces cierta
masiva en América Latina (o, mejor dicho, en las Américas) ha permitido una gran variedad de experimentos
políticos,
siendo el populismo uno
tendencia a olvidar la historia. La nueva ciencia política —altamente técnica, matemática y positivista— suele descartar la historia.
el tiempo, el empuje radical se marchitó: hacia los años cuarenta, el PRI se volvió una máquina clientelística que mantuvo un discurso populista pero que, en realidad, llevó a cabo políticas bastante conservadoras y cautelosas. Así, garanti-
de ellos. Hoy en día, gracias a la llamada ter-
zó la estabilidad política y el llamado “milagro
cera ola de democratización en el mundo, hay
económico” de los cincuenta y sesenta. Fueron
más oportunidades para el populismo en otras
logros innegables, pero resultados que ape-
partes: es el caso de la Europa oriental que salió
nas correspondieron a las promesas radicales y
de una larga noche totalitaria hace apenas una
populistas de la Revolución. Es decir, el PRI fue
generación.
mucho más institucional que revolucionario. A fin de cuentas, la creciente contradicción entre
Has criticado la hipótesis de que el populismo
retórica radical/populista y realidad conserva-
implique ausencia de mediación y deterioro de
dora/cautelosa produjo una serie de rupturas al
las instituciones. En ese sentido, ¿qué logros
interior del mismo PRI.
puede reclamar para sí el populismo? ¿En qué fue exitoso en la historia de América Latina?
historia , teoría y actualidad
A veces se dice que el populismo carece de canales
Tu escepticismo frente a la etiqueta populista
de mediación, ya que existe una relación directa,
se enmarca en un escepticismo mayor respecto
quizás carismática, entre líder y masas. Que yo
a la aplicación de la teoría a la comprensión de
sepa, todo movimiento populista ha necesitado
los fenómenos históricos. ¿Cuál es el riesgo que
canales de mediación, es decir, organizaciones
identificas?
46
No estoy en contra del uso de la teoría en la his-
fenómeno. Por tanto, hay riesgo de un análisis
toria; al contrario, creo que es esencial, si por
algo amnésico, que presta poca atención a la his-
teoría queremos decir no solamente grandes
toria —afirmando que enfrentamos fenómenos
teorías como el marxismo, sino también teorías y
radicalmente nuevos, que no lo son— o que dis-
conceptos de menor alcance. Una crítica legítima
torsiona la historia en beneficio de argumentos
a los historiadores es que “conocen más y más
contemporáneos. Para dar nada más un ejemplo:
de menos y menos”; es decir, se enfocan en pe-
el análisis del llamado populismo económico
queñeces, en episodios y anécdotas, o en casos
acusa a líderes populistas de llevar a cabo políti-
exóticos y poco típicos. La “nueva historia cultu-
cas irresponsables de gasto excesivo, que produ-
ral”, muy de moda en EEUU, a veces sufre de este
cen hiperinflación y colapso económico. Hay ca-
pecado: su justificación es que, desde Foucault,
sos así como el de Alan García o Nicolás Maduro.
las grandes metanarrativas son cosas del pasado.
Pero los populistas clásicos no implementaron
Tengo mis dudas. Además, repito que hay teorías
políticas de esta índole, mientras que políti-
menos ambiciosas que la gran metanarrativa,
cos no populistas sí lo han hecho. Es un error
pero útiles y a veces esenciales para ordenar y
asumir que el populismo implica un proyecto
entender la gran complejidad de la historia. Sin
económico-financiero típico, irresponsable y
ella, la historia se vuelve “una maldita cosa des-
desastroso: otra vez, estamos en territorio me-
pués de otra”.
diático-propagandístico. La historia no nos da
Claro, la teoría debe ayudar a ordenar los datos
lecciones fáciles, pero ignorar o distorsionar la
empíricos y debe ser utilizada conforme a estos
historia —en este caso, del populismo— no nos
datos: los problemas surgen cuando la teoría
ayuda a entender los fenómenos.
determina la selección de esos datos. Como dijo E.P. Thompson hace muchos años, la historia
¿Cuál es el principal riesgo de esta suerte de
—la buena historia— se hace gracias a un diá-
análisis amnésico? ¿Es un problema exclusivo
logo entre, por un lado, la teoría o los conceptos
de la ciencia política o se trata de un fenómeno
organizadores, y, por otro, los datos empíricos
mayor?
sacados de los archivos o de fuentes secundarias. Cuando la teoría predomina y determina las
Creo que es un fenómeno mayor, que se ve aún
conclusiones (no obstante “lo que nos dicen los
más claramente en la economía. Muchos eco-
datos”), estamos en terreno no de la historio-
nomistas, mientras utilizan modelos y técnicas
grafía, sino de la propaganda: la historia oficial,
matemáticas altamente sofisticadas, carecen de
la historia de bronce, como la llaman en México,
conocimiento histórico, pensando que la teoría
la historia al servicio del Estado, de la Nación o
económica es igualmente relevante en todo con-
del Partido.
texto. Para ellos, los actores históricos son “actores racionales” que se comportan de acuerdo
En tu estudio sobre el populismo has afirmado
con una racionalidad individual que trasciende
la importancia de observarlo sobre realidades
el contexto histórico. Teóricamente, entonces,
concretas. En ese sentido ¿qué tiene que decir y
“one size fits all” (“un tamaño único cuadra para
aportar la investigación histórica a la discusión
todo el mundo”). Esta presunción es muy conve-
que hoy día tenemos sobre populismo?
niente si uno posee la clave teórica, ya que quiere decir que uno no tiene que entender las particu-
Muchas discusiones actuales sobre el popu-
laridades del contexto. No sorprende entonces
lismo son interesantes y valiosas, pero hay a
que los politólogos sigan los pasos de los econo-
veces cierta tendencia a olvidar la historia. La
mistas, ya que mucha ciencia política ha adopta-
nueva ciencia política —altamente técnica, ma-
do la misma postura teórica: la del actor racional
temática y positivista— suele descartar la his-
que persigue su utilidad —concepto muy tram-
toria. Muchos comentarios sobre el populismo
poso, a mi modo de ver— a través del mundo y
son de advenedizos que acaban de reconocer el
de la historia. Además, el enfoque matemático
47
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta
otorga excesiva prioridad a lo que (supuesta-
En términos más positivos, la historia quizás
mente) puede ser calibrado, como las elecciones,
nos ayuda a entender el presente (nadie —ni
en vez de otros fenómenos políticos quizás más
historiadores, ni politólogos, ni economistas—
importantes, pero más reacios a la cuantificación
pueden prever el futuro consistentemente y con
(como la legitimidad, la hegemonía, la clase).
éxito). Es obvio que, para entender la actualidad
¿Qué tiene entonces la historia para decir en los
ria, especialmente contemporánea, de estos paí-
debates contingentes?
ses. Pero la historia más antigua —de la Colonia,
política en México sirve conocer algo de la histo-
del imperio Azteca, de Teotihuacán— es también Frecuentemente se dice que la historia nos da
importante, no porque ofrezca “lecciones” sobre
lecciones y que nos ayuda a entender el presen-
la actualidad, sino porque forma parte de la evo-
te e incluso a prever el futuro. Tengo mis dudas,
lución de una cultura. Por otro lado, la historia
y no creo que esta supuesta utilidad de la his-
puede ayudar también a percibir ciclos o tenden-
toria sea su justificación principal. Cuando los
cias históricas que se repiten.
políticos invocan la historia para justificar una
Pensar en paralelos y comparaciones a través
política, lo hacen generalmente de manera ins-
del tiempo puede ser interesante y estimulante,
trumental, invocando la historia en pro de una
pero hay que cuidarse mucho de este enfoque,
política ya decidida. Los historiadores pueden,
ya que cada coyuntura histórica es compleja y
cuando menos, criticar y desenmascarar este
diferente: la función práctica de la historia, si la
oportunismo. Aunque, como Casandra, es poco
tiene, es mostrar escepticismo frente a los que
probable que les presten atención.
quieren utilizar la historia, y sus supuestos ciclos, a favor de políticas actuales.
Algunos libros de Alan Knight
La revolución mexicana. Del
Revolución, democracia y populismo
La revolución cósmica. Utopías,
porfiriato al nuevo régimen
en América Latina.
regiones y resultados, México 1910-
constitucional.
Santiago: Centro de Estudios
1940.
México: Fondo de Cultura
Bicentenario, 2006
México: Fondo de Cultura
Económica, 2010
Páginas: 268
Económica, 2015
Páginas: 1.405
48
Páginas: 196
méxico en su obra historiográfica
Tu obra historiográfica se ha concentrado
énfasis en la historia regional y local. Yo no
en la historia de México, especialmente en la
tengo una propia patria chica historiográfica,
revolución mexicana. ¿Cómo un historiador
pues mantuve un enfoque nacional, pero traté
británico llegó al estudio de América Latina?
de incluir las muchas diferencias regionales y locales en mi análisis. Es decir, vi a la revo-
Comencé a estudiar México y la Revolución
lución —y todavía la veo— como un proceso
Mexicana por razones algo aleatorias: había
dialéctico, más mosaico que monolítico, en
conseguido una beca para trabajar América
que los factores de arriba y de abajo, del cen-
Latina, tenía un interés en la relación entre
tro y de la periferia estaban en juego.
el Primer y el llamado Tercer Mundo (o “el imperialismo”) y quería especializarme en el
La teoría general de las revoluciones ha
siglo XX. Quizás, en el ambiente intelectual de
considerado
fines de los sesenta había un interés general
América Latina. ¿Qué aportaría incorporarla
en las revoluciones, los movimientos popula-
al análisis?
poco
las
revoluciones
en
res, las sociedades campesinas. La influyente escuela marxista británica de Hobsbawm, Hill
No obstante un estereotipo común —América
y Thompson había enfatizado esta forma de
Latina como una región de revoluciones y re-
“historia desde abajo”. Aunque fue una de-
beliones— ha habido solamente tres o quizás
cisión aleatoria, resultó afortunada, ya que
cuatro grandes revoluciones en el siglo vein-
la historiografía de América Latina (y parti-
te: la mexicana, la boliviana, la cubana y (qui-
cularmente de México) ha florecido en las úl-
zás) la nicaragüense. Se trató de revoluciones
timas décadas. Y para un extranjero hay otra
“grandes” o “sociales”, comparables con las
ventaja práctica: con un solo idioma se puede
revoluciones mundiales (tanto socialistas,
estudiar la historia de dieciocho países, cada
como la rusa y la china, como nacionalistas/
uno con su carácter distinto e interesante.
burguesas, al estilo de las revoluciones francesa y turca). Por desgracia, las muchas obras
Has destacado en tu investigación la relación
comparativas sobre las revoluciones suelen
entre el Estado y la sociedad, respondiendo a
hacer caso omiso de América Latina. A ve-
cierta historiografía dominante que narró la
ces mencionan la mexicana o la cubana, pero
historia “desde arriba”. ¿Cuál es la novedad
generalmente quedan al margen de análisis
de tu perspectiva?
que se centran en Europa o Asia. La boliviana queda totalmente olvidada.
Es cierto que la historiografía tradicional de
En un ensayo reciente, próximo a publicarse,
la Revolución Mexicana fue “desde arriba” al
sugerí que incorporar los casos latinoameri-
poner el énfasis en los grandes líderes (Ma-
canos al estudio comparativo es útil e intere-
dero, Villa, Zapata, Carranza, etc.) y al tra-
sante. Las revoluciones en general no ostentan
tar la Revolución como un monolito. Aunque
etapas iguales (es decir, en cada caso la na-
se afirmaba la actuación decisiva de las cla-
rrativa es distinta), pero hay ciertos patrones
ses populares, la investigación fue “desde
comparables en cuanto a los grupos sociales,
arriba” y las masas quedaron algo invisibi-
sus intereses materiales e ideológicos, y su
lizadas. Desde los sesenta fue aumentando
actuación tanto en la revolución armada (el
la investigación en la “historia desde abajo”
proceso insurreccional) como en la formación
(de obreros y campesinos, de mujeres) y en la
del nuevo régimen posrevolucionario.
“historia desde la periferia” con mucho más
49
Ilustración: Romina Peña.
El liberalismo y su historia1 ERIC VOEGELIN Traducción de Denise Bard
1
L
a tarea de esbozar la historia del liberalis-
la Reforma y la Contrarreforma en Europa, toda-
mo, aunque modesta, resulta difícil por razo-
vía hay largos períodos de historia aislada, espe-
nes metodológicas. Nos enfrentamos a la cues-
cíficamente inglesa.
tión de si existe algo como el liberalismo como
En el caso del liberalismo, resulta difícilmen-
un tema claramente definible, y si acaso este
te justificable reducir el tema a las sociedades
tema, si no es claramente definible, puede tener
nacionales alemana, francesa, inglesa o esta-
una historia.
dounidense. Todas las etapas regionales del
Nos referimos aquí a un problema metodo-
liberalismo son solo partes de un movimiento
lógico general. Arnold Toynbee, por ejemplo,
occidental común, y difícilmente este puede ser
comienza su gran obra preguntándose si Ingla-
aislado de otros movimientos contemporáneos
terra tiene una historia, y concluye que la nación
a él.
inglesa como sociedad está tan estrechamente
I.
relacionada con la civilización occidental que resulta imposible escribir una historia inglesa sin examinar toda la historia de dicha civilización. Es en este sentido en el que se plantean las
Las cuestiones metodológicas deben plantearse,
cuestiones acerca de cómo se debe delimitar el
porque en el curso de los últimos treinta años la
liberalismo y si este tiene una historia. Y surgen
imagen del liberalismo ha cambiado completa-
más agudamente porque el caso del liberalismo
mente. Si se observa una obra estándar más an-
es mucho más complicado que el de Inglaterra.
tigua como la de Guido de Ruggiero de la década
Porque aunque algunas etapas de la historia in-
de 1920, se verá que, en esa época, al final de la
glesa, como por ejemplo la Reforma, solo pueden
era liberal, el liberalismo todavía parecía ser un
ser tratadas en relación con la historia general de
fenómeno fácil de definir. Pero si observamos la literatura más reciente, veremos que el prototipo
1 Publicado originalmente en Review of Politics 36 (1974) a partir de una conferencia pronunciada en la Academia Católica Bávara y publicado en Wurzburgo en 1960. La traducción de esta versión castellana fue realizada a partir del texto compilado en las páginas 83-99 de Published Essays: 1953-1965, tomo 11 de The Collected Works of Eric Voegelin, editado por Ellis Sandoz, también disponible en www.voegelinview.com bajo el título “What is a liberal?” [Nota del editor]. La presente edición se publica con la autorización de University of Missouri Press. Copyright © 2000 por los Curadores de la Universidad de Missouri.
de la obra de Ruggiero casi ha desaparecido: hoy en día, las cuestiones del liberalismo se plantean en contextos más amplios. Permítanme caracterizar brevemente tres de los trabajos más recientes para ver en qué dirección se mueve hoy la investigación. Consideremos primero el trabajo de Franz Schnabel, el historiador de Múnich, Deutsche Geschichte im neunzehnten Jahrhundert, que apareció en 1934 (4 vols.; Friburgo, 1948). El segundo
51
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e
El filósofo francés Auguste Comte (1798-1857).
volumen contiene un tratamiento exhaustivo y
una importante línea de historia espiritual desde
penetrante del liberalismo. Aquí, mientras que
la iluminación de la época de Erasmo a principios
hay un capítulo dedicado al concepto de libera-
del siglo XVI hasta la actualidad. Utilizando este
lismo, la presentación histórica puede describir
enfoque de “tercera potencia”, Heer presenta
el fenómeno del liberalismo solo en el contexto
la historia de un movimiento que intentó repe-
de su lucha con otros movimientos del siglo XIX:
tidamente estabilizar un orden liberal entre la
reacción, restauración, conservadurismo, socia-
revolución y la reacción, entre las alas izquierda
lismo, etc. Es evidente que el liberalismo no es un
y derecha de los movimientos políticos europeos
fenómeno independiente; su esencia solo puede
que lo rodeaban. De ahí surge la imagen del mo-
describirse adecuadamente en términos de su
vimiento político secular del que el liberalismo
confrontación con otros fenómenos.
es una etapa.
Dos décadas más tarde, en 1955, apareció la
El contexto que rodea y da sentido al liberalis-
obra de Joseph Lecler Histoire de la tolerance au
mo trasciende lo que se entiende comúnmente
siècle de la réforme. En esta excelente monografía
por liberalismo clásico, representado por John
sobre la historia de la tolerancia en la época de
Stuart Mill.
la Reforma hay una notable investigación sobre
II.
la génesis de las actitudes liberales de los conflictos religiosos. Del conflicto entre las iglesias, y del conflicto de ambas iglesias con el Estado, surgió una nueva actitud de tolerancia entre ellas
La imagen del liberalismo cambia porque el pro-
y de ambas hacia el Estado. Lecler remonta los
pio liberalismo cambia en el proceso de la histo-
comienzos de la actitud liberal a una situación en
ria. Y cambia porque no se trata de un conjunto
la que el tratamiento más antiguo del liberalismo
de proposiciones científicas, atemporalmente
no suele buscarlos, a saber, el deseo de tolerancia
válidas, sobre la realidad política, sino más bien
que surgió de la experiencia de las guerras reli-
de una serie de opiniones y actitudes políticas
giosas: la idea de que la verdad de la cristiandad
que tienen su verdad óptima en la situación que
no puede ser salvada por las iglesias que se ex-
las motiva, y luego son superadas por la historia
terminan unas a otras por causa del dogma, la
y se les exige hacer justicia a situaciones nuevas.
idea de que las iglesias deben de alguna manera vivir juntas en una sociedad.
El liberalismo es un movimiento político que se desarrolla en el contexto del movimiento re-
Finalmente, en su nuevo trabajo sobre Die dri-
volucionario occidental que lo rodea; su signifi-
tte Kraft (Frankfurt, 1960), Friedrich Heer traza
cado muta según las etapas de este movimiento.
52
El siglo XIX fue su época de absoluta claridad,
y cambian su significado. Permítanme señalar
antecedida y seguida por épocas de menor niti-
algunos cambios de significado.
dez, en las cuales se hace cada vez más difícil es-
En primer lugar, actualmente el término “li-
tablecer su identidad. La mejor manera de aden-
beral” se ha convertido casi en un equivalente de
trarnos en este campo semántico en permanente
“conservador”. Esto sucede, de hecho, porque el
cambio es a través del término “liberal” en su
liberalismo ha sido superado por nuevas oleadas
punto de origen histórico y político.
revolucionarias más radicales, en oposición a las
Aunque, como hemos visto, los comienzos del
cuales desempeña el papel del conservadurismo,
liberalismo se remontan a principios del siglo
tal como ocurrió en la década entre 1810 y 1820,
XVI, la palabra liberal es una creación relativa-
cuando el conservadurismo era conservador en
mente tardía. Aparece por primera vez en la se-
oposición a la revolución y el liberalismo.
gunda década del siglo XIX cuando un partido de
Raymond Aron, por ejemplo, respondía a la
las Cortes españolas de 1812 se hace llamar Li-
pregunta sobre su actitud política diciendo que
berales. Se trataba de un partido constitucional
era liberal, es decir, un conservador. Se podía de-
liberal que formó un frente contra los intentos de
cir lo mismo del economista Friedrich Hayek: es
restauración de la monarquía.
un liberal, es decir, un conservador respecto del
A partir de ese comienzo, la palabra “libe-
socialismo, el comunismo o cualquier otra va-
ral” entró en el vocabulario general en Europa,
riante de la etapa revolucionaria que haya supe-
y al poco tiempo el continente presenció la for-
rado al liberalismo. Hoy, el prototipo de “liberal
mación de grupos, partidos y movimientos li-
a la antigua” es considerado conservador.
berales. El primer uso de la palabra liberalismo
En Estados Unidos tuvo lugar otro cambio de
es expresión de los problemas que enfrenta. La
significado. En general, en el vocabulario polí-
nueva actitud está tan estrechamente ligada a
tico estadounidense, “liberal” no se refiere al
aquellas que confronta, que el conjunto de to-
liberalismo europeo del siglo XIX —hoy en día
das estas se transforma en una unidad de senti-
considerado conservador—, sino al contrario, se
do que eclipsa cada uno de sus elementos. En la
refiere a una posición política más progresista.
década entre 1810 y 1820, en paralelo a la idea de
En términos generales, se puede sostener que
liberalismo, surgen las del conservadurismo y de
en Estados Unidos el Partido Republicano es lla-
la restauración.
mado conservador y el Partido Demócrata libe-
La idea del conservadurismo es representada
ral-progresista. Sin embargo, lo que el Partido
por la revista Le Conservateur de Chateaubriand,
Republicano entiende por conservador es el li-
mientras la de restauración por la obra de Haller,
beralismo en su sentido europeo más antiguo;
Restauration der Staatswissenschaft (1816). En una
esto es, su oposición al socialismo, a la excesiva
década surgen estos tres símbolos que, aunque
intervención del Estado, etc. Mientras tanto, el
en adelante designarán movimientos y partidos
Partido Demócrata es liberal en la medida en que
diferentes, están interrelacionados y agrupados
su programa avanza hacia el estado de bienestar,
en una unidad de sentido por el hecho de ser tres
el capitalismo de Estado y un decidido énfasis en
formas de reacción frente al fenómeno de la re-
los intereses de los sindicatos.
volución. El significado de cada una de estas se
El cambio de significado hacia la izquierda es
define respecto de la revolución; por lo tanto, es
tan pronunciado, que “liberal” es utilizado fre-
solo en el contexto de ella que pueden ser enten-
cuentemente como sinónimo de “compañero de
didos estos cuatro términos: revolución, restau-
viaje”. Este cambio de significado se hizo posible
ración, conservadurismo y liberalismo.
en Estados Unidos porque el liberalismo euro-
Sin embargo, a pesar de haber comprendido
peo a la antigua apenas tenía ahí una existencia
lo anterior, aún no podemos determinar el sen-
distintiva como movimiento político, y eso no
tido de estos símbolos con precisión, como en
se desarrolló porque en EEUU no contaba con el
una definición conceptual. Pues en el proceso
adversario con que el liberalismo se enfrentaba
histórico los elementos de los movimientos se
en Europa.
desarrollan incluso en relación unos con otros 53
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e
En la primera mitad del siglo XIX, durante la
formas de reacción contra la revolución. En
época de heroica lucha del liberalismo europeo,
Francia, durante la década de 1810, el liberalismo
Estados Unidos no debió luchar contra los movi-
se adueñó de nuevo del símbolo de la revolución
mientos de restauración, ni contra un principio
y lo hizo suyo. Detengámonos en este cambio de
sobreviviente del monarquismo ni contra una
significado. En 1815, Charles Comte (no confun-
iglesia políticamente activa aliada con el Estado.
dir con Auguste Comte), liberal, fundó el Globe.
Resulta evidente que el liberalismo puede cum-
En esta revista, Comte desarrolló el programa
plir diversas funciones y tener diferentes mati-
de un liberalismo cuya tarea sería continuar con
ces según el contexto social.
la révolution permanente. ¿En qué consiste esta
El liberalismo experimentó un notorio cambio
revolución permanente? Comte creía que en el
de significado desde la Segunda Guerra Mundial.
ancien régime existían injusticias sociales espan-
Si observamos los frentes políticos de la posgue-
tosas y que la revolución había estallado porque
rra —Alemania Oriental, Francia e Italia— nota-
las reformas necesarias no fueron implementa-
remos la presencia de una fuerza política que no
das a tiempo.
existía con tal masividad antes de la guerra: los
Si no se hace lo suficiente para satisfacer las
partidos políticos más importantes están vincu-
demandas de justicia social del pueblo, el re-
lados estrechamente con las iglesias católica y
sultado es la revolución. Si deseamos evitar que
protestante.
estos horribles acontecimientos se repitan en el
A través de la asimilación mutua, el liberalis-
futuro, debemos lograr que aquello que la re-
mo y esta nueva fuerza llegan a un amplio acuer-
volución logró con métodos lamentables sea
do. Los liberales que habían sido sobrepasados
alcanzado, en el momento oportuno, mediante
por la revolución se vuelven conservadores y las
instrumentos de reforma menos desagradables.
organizaciones cristianas conservadoras se libe-
La revolución debe volverse permanente, pues la
ralizan de manera considerable. Así se posibilita
existencia de una política constante y flexible de
la existencia de un frente común contra un ene-
reformismo disipa el terror revolucionario. Aun
migo común.
cuando cambió de nombre, la idea de Charles
Pero nuevamente el peso del contexto social se
Comte siguió viva en las políticas liberales y, a
hace sentir, y el curso de los acontecimientos no
través del liberalismo reformista del siglo XIX, se
es inequívoco. Cuando los partidos de afiliación
convirtió en lo que actualmente se conoce como
católica o protestante se transforman en ada-
“cambio pacífico” en Estados Unidos.
lides del liberalismo, los liberales rígidamente
La idea de un cambio pacífico —una política
secularistas pueden volverse más secularistas
oportuna de adaptación a la situación social, que
y anticlericales aún y, como sucede en Francia,
durante la era de la revolución industrial cambia
incluso inclinarse más decididamente hacia la
muy rápidamente— se ha convertido hoy en día
izquierda, puesto que los conservadores han
en una constante en todas las corrientes del libe-
tomado el lugar de los liberales. Incluso pueden
ralismo. Desde este punto de vista, el liberalismo
simpatizar con el Partido Comunista, aunque
se transforma en un método para llevar a cabo la
bajo ninguna circunstancia serán comunistas. El
revolución con medios menos destructivos.
Partido Comunista toma la función anticlerical
Por más plausible y tentador que parezca, este
que antes estaba en manos del antiguo libera-
liberalismo es débil, ya que subestima en gran
lismo, en especial en Francia e Italia, ya que los
medida los motivos y las fuerzas que subyacen
antiguos liberales se inclinaron hacia la derecha,
a la revolución. De hecho, el liberalismo no evi-
convirtiéndose en conservadores, en algunas
tó los horrores de la revolución, sino que se vio
ocasiones con marcados ribetes cristianos.
obligado a desempeñar el papel conservador en
Pero ni siquiera esto termina con las compli-
la era de los regímenes totalitarios. Ciertamen-
caciones. Anteriormente sostuve que todos los
te, Charles Comte tuvo razón al pensar que en
símbolos —liberalismo, conservadurismo, res-
el liberalismo hay algo de revolución; pero esa
tauración— solo pueden ser entendidos como
revolución llega mucho más lejos de lo que el
54
liberalismo considera deseable. Esto se hizo evi-
la acción revolucionaria no es racional. Trotsky
dente en el curso de la révolution permanente del
lo comprendió, aunque lo expresó de manera
siglo XX.
diferente.
León Trotsky adoptó la idea durante la etapa
Abordé este cambio de significado de la
revolucionaria que recientemente superó al libe-
revolución permanente no porque sea una curio-
ralismo. Él fue un agudo analista del movimiento
sidad histórica, sino porque el liberalismo implica
revolucionario; sabía que lo que llamamos re-
la cuestión de la revolución permanente. La idea
volución (ya sea la actual
de Charles Comte —que
Revolución comunista o
el objetivo de la revolu-
la Revolución Francesa, cuyas implicancias com-
No es accidental que el
prendemos recién en la
revolucionario comunista haya
actualidad) es un movi-
retomado la revolución permanente
miento —y que como tal, vive en lo que consigue mover—. El revoluciona-
de los liberales. Porque en el liberalismo también está presente
rio radical debe convertir
el elemento irracional de un estado
la revolución en un esta-
definitivo y escatológico.
do permanente; no hay
ción podría ser alcanzado mediante
un
proceso
permanente de reforma, sin efectos secundarios desagradables—
perte-
nece a un género de reflexión gnóstico-utópica. Está íntimamente relacionada con la idea progresista del siglo XIX,
posibilidad alguna de comprometer o consolidar
adscrita por Kant y Condorcet, de que se puede
algún logro. Tan pronto como se permita una
lograr un estado final de racionalidad humana en
meseta de estabilización, la revolución habrá
un proceso de infinita aproximación. Pero esto,
terminado.
sin embargo, es imposible, porque el hombre es
Para mantener viva una revolución hay que
mucho más que un ser racional.
llevarla más lejos: prospera con la inquietud, ne-
Por lo tanto, no es accidental que el revolu-
cesita un adversario permanente, debe encontrar
cionario comunista haya retomado la revolución
obstáculos para ser superados, etc. Si no hay más
permanente de los liberales. Porque en el libera-
obstáculos, más imperialistas o desviacionistas,
lismo también está presente el elemento irracio-
muere por falta de objetivos para atacar. La re-
nal de un estado definitivo y escatológico, de una
volución solo puede terminar cuando ha alcan-
sociedad que producirá, a través de sus métodos
zado su meta. Y esta es precisamente la perspec-
racionales y sin disturbios violentos, un estado
tiva que expone Trotsky en su idea de revolución
de paz eterna. El liberalismo también es una par-
permanente: en el sentido moderno, la revolu-
te del movimiento revolucionario que vive en la
ción no persigue producir condiciones estables;
medida en que esté en permanente movimiento.
la revolución es la condición mental y espiritual
Desde Charles Comte hasta Trotsky existe una
de un acto que no tiene un fin racional.
creciente corriente de opinión que considera que
La revolución puede ser permanente pues-
el movimiento reformista, al cual también per-
to que su objetivo oficial, que según la doctri-
tenece el liberalismo, es un estado de cosas único
na comunista es una sociedad cuyos miembros
en tanto su meta final no puede ser realizada.
se han convertido en superhombres, es inal-
La interrelación entre liberalismo, revolución y
canzable. La revolución se vuelve permanen-
restauración se aclarará con una breve reflexión
te cuando el revolucionario plantea un objeti-
sobre el homónimo más ilustre de Charles Comte,
vo ex definitione irrealizable porque requiere la
Auguste Comte. En el tercer volumen de su obra
transformación de la naturaleza humana. Al ser
La Jeunesse d’Auguste Comte (París, 1933), Henri
esta inmutable y permanente, pone obstácu-
Gouhier entrega un estudio notable acerca de
los en el camino hacia el objetivo paradisíaco. Si
“La revolución y la restauración”. Allí, Gouhier
el objetivo de la revolución es definido por una
plantea la interrogante respecto de si Comte fue
filosofía gnóstica de la historia, el objetivo de
un liberal, un ejecutor de la revolución francesa
55
Barricada en la calle Soufflot, de Horace Vernet.
o un fenómeno de la restauración. Con mucha
contenido espiritual del cristianismo, incluso en
sutileza, demuestra que la respuesta puede ser
la pálida forma del deísmo.
afirmativa en los tres casos.
Ahora examinemos la posición de Auguste
Para los franceses, el movimiento revolucio-
Comte en el contexto de esta tensión entre con-
nario llegó a un límite extremo, se detuvo y lue-
servadurismo y radicalismo. En relación a Ro-
go se volvió regresivo; el extremo considerado
bespierre, Comte era revolucionario: no quería
aquí es el que sobrepasó al liberalismo en la fase
volver ni al deísmo ni al culto del Être suprême. Se
revolucionaria más reciente. Esto se refleja de
convirtió en el fundador de una nueva religión,
manera más clara en dos personajes, Robespie-
la religion de l’humanité. Siendo así el sucesor
rre y Hébert. Durante la revolución, Robespierre,
de Hébert, quiso deificar la razón y organizar a
representante del deísmo, quiso establecer un
la nueva humanidad por medio del espíritu de la
culto al Être suprême, el ser supremo. Hébert
razón deificada; fue el albacea de la revolución,
creía que el deísmo constituía una concesión
un revolucionario radical que estuvo en contra
demasiado grande al cristianismo y al clericalis-
de todos los movimientos restauracionistas y
mo, y quería un culte de la raison, algo demasiado
liberales de su tiempo. Por otra parte, sin em-
ateo a ojos de Robespierre. De estos dos hom-
bargo, Comte también podría ser considerado
bres, Robespierre era el revolucionario conser-
como conservador, ya que no quería en absolu-
vador, mientras que Hébert era el revolucionario
to volver a la época del Terror. De hecho, que-
radical que quería deshacerse por completo del
ría dejar atrás el Antiguo Régimen y también el
56
populismo revolucionario de la Comuna de París,
de la segunda mitad del siglo XIX este fenómeno
cuyo representante había sido Hébert.
resultaba tan aterrador e incomprensible que
Comte buscó una nueva manera de fusionar
inventaron las dos etapas e inclusive llegaron a
el contenido espiritual de la revolución con una
atribuir la segunda a una enfermedad mental.
organización conservadora. Deseaba que, bajo su
Los dos Comte perduran incluso en el siglo XX: el
pontificado, se uniera el poder temporal de los
primero, como fundador de la sociología, sigue
industriales al poder es-
inspirando las ciencias
piritual de los intelectua-
sociales neopositivistas;
les. Esta es la imagen de una sociedad medieval,
Comte era, de hecho, un auténtico
con los administradores
revolucionario del espíritu; sabía que
en lugar de los príncipes
no era suficiente atacar a la autoridad
feudales y los intelectuales positivistas en lugar del clero. Considerando
espiritual, y debido a esta conciencia del problema, fue un pensador más
los acontecimientos pos-
importante que cualquier
teriores, se podría decir
otro pensador liberal que jamás
que este es el modelo de
haya existido.
un
fascismo
industrial
bajo el mando de una secta gnóstica. Desde este punto de vista, Comte era un conservador.
el segundo, el Comte religioso, ha sido sustituido por el marxismo. Lo que atemorizó a los liberales moviéndolos a plantear estas construcciones defensivas fue el elemento revolucionario radical en Comte, que volvió penosamente
evidente
el
hecho de que también el
liberalismo tiene un contenido gnóstico. El comportamiento de los liberales hacia Comte
Y, por último, está el Comte admirado por los
suscita una reflexión fundamental. Comte agra-
liberales de su tiempo. En la primera etapa de su
daba a los liberales mientras atacaba la teología
obra, llamada “intelectual”, atacó la metafísi-
y la metafísica y abría la perspectiva de una so-
ca y la religión desde su posición cientificista. A
ciología análoga a la física. Sin embargo, él sabía
los liberales les gustó este actuar. Es la etapa en
que imitar los métodos de las ciencias naturales
que Comte traba amistad con John Stuart Mill y
en las ciencias sociales no es sustituto adecuado
Émile Littré y se vuelve influyente a nivel inter-
ni para el orden espiritual ni para su simbolismo
nacional. Especialmente John Stuart Mill fusionó
teológico-metafísico. Él era consciente de que
en su liberalismo mucho de lo que tomó prestado
tenía que proponer un orden espiritual alter-
de Comte. Pero los amigos liberales se asustaron
nativo para reemplazar el orden espiritual que
y enojaron con la segunda etapa, llamada “reli-
atacó por considerarlo falso. Allí yacía, más allá
giosa”, en la que quería crear una organización
del pensamiento que tenía en común con los li-
mundial autoritaria de intelectuales positivistas,
berales, su comprensión de la dimensión espiri-
la cual fundó como si se tratase de una nueva
tual que también, y, sobre todo, debe encontrar
iglesia. En ese punto se produjo un quiebre entre
su cumplimiento.
Comte y los liberales.
Comte era, de hecho, un auténtico revolucio-
Para nuestros propósitos, es importante esta-
nario del espíritu; sabía que no era suficiente
blecer que nunca hubo dos etapas ni en la vida
atacar a la autoridad espiritual, y debido a esta
ni en el trabajo de Comte. Gouhier ha demos-
conciencia del problema, fue un pensador más
trado que las ideas de la llamada segunda etapa
importante que cualquier otro pensador liberal
figuraban, al menos en líneas generales, en los
que jamás haya existido. Con esta diferenciación
primeros escritos de la década de 1820. Comte
entre Comte y un simple liberal, encontramos
procedió según lo planeado y desarrolló gra-
la razón por la cual el liberalismo debe ser ine-
dualmente el concepto completo de su primer
vitablemente superado por la revolución, espi-
período; el Comte liberal, el conservador y el re-
ritualmente mucho más poderosa. No se pue-
volucionario constituyen una sola personalidad.
de escapar de la revolución. Quien participe en
Sin embargo, para los historiadores liberales
ella por un tiempo, con la intención de jubilarse
57
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e
pacíficamente con una pensión llamada libera-
mundo” neutral (imposible de reseñar clara-
lismo, descubrirá tarde o temprano que la in-
mente, al estar eclipsado por el movimiento de
surrección revolucionaria que persigue destruir
liberación del colonialismo occidental). Cada una
instituciones socialmente dañinas y obsoletas no
de estas oleadas de movimiento y contramovi-
es una buena inversión para un jubilado.
miento cuenta con su correspondiente fenómeno
III.
de estabilización.
Hemos hablado de la revolución del espíritu, de
de fundar un nuevo orden de la civilización occi-
la cual el liberalismo es una etapa, y hemos visto
dental sobre ideas obtenidas con independen-
que los autores más recientes remontan los co-
cia de la revelación y los dogmas de las iglesias.
mienzos del movimiento hasta el siglo XVI. El li-
Quizá fue Hugo Grocio quien formuló con mayor
beralismo clásico del siglo XIX tiene su lugar en
claridad esta intención, al sostener que deseaba
este movimiento mundial. Desde luego, aquí es
basar los principios de la ley natural en axiomas
imposible presentar una sinopsis de la historia.
tan infalibles como los de las matemáticas. Dada
El objeto es tan amplio que una investigación de
su propia naturaleza, el intento de construir las
los detalles solo revelaría la vanidad del intento.
verdades acerca del orden humano y social more
Un esbozo del modelo debe ser suficiente.
mathematico tenía que fracasar: así, el siglo de la
El movimiento revolucionario sigue su curso en grandes oleadas. En cada una se puede distin-
Con el agotamiento producto de las guerras de religión surge una ideología única de estabilización, la llamada ley natural. Se trata de un intento
ley natural fue inundado por la siguiente oleada revolucionaria.
guir, en primer lugar, el estallido real de la revo-
Después de la revolución y la organización de
lución; en segundo lugar, el contramovimiento y
la resistencia durante las guerras de coalición, y
la organización de la resistencia; y finalmente,
después del período de reacción, sigue un perío-
un período de quietud y ajuste, de estabiliza-
do de estabilización. Quizá la era del liberalismo
ción en un nuevo nivel, hasta el momento del si-
podría ser caracterizada como este período de
guiente estallido.
estabilización, correspondiente a la era de la ley
Ahora podemos distinguir tres de estos ciclos
natural, después de la primera oleada revolu-
desde el siglo XVI. El primero comienza con la
cionaria. Todavía es imposible decir algo acerca
Reforma, que engendra la Contrarreforma. El
de la estabilización después del tercer ciclo re-
segundo comienza con la Revolución Francesa,
volucionario, ya que los enfrentamientos bélicos
que provoca los contramovimientos de reacción
entre revolución y resistencia siguen en curso,
y restauración. El último ciclo comienza clara-
y las complicaciones se han extendido por todo
mente con la Revolución comunista. Su contra-
el mundo.
movimiento correspondiente no está tan cla-
Pero en el mundo occidental, la combinación
ramente definido. Sin embargo, su efecto se ha
de un concepto liberal de la economía con una
convertido en mundial puesto que esta tercera
política del estado de bienestar permite vis-
oleada ha reverberado mucho más allá de su cen-
lumbrar los esbozos de una estabilización. Esta
tro en Occidente.
cuenta con la característica adicional de que la
La resistencia asume formas tan diferentes
degeneración espiritual alimentada por las ideo-
como la reacción masiva de derecha, en Oc-
logías, si bien no ha sido superada, ha sido no-
cidente, del fascismo y el nacionalsocialismo
toriamente aliviada gracias a la tendencia de los
(que tienen su propio carácter revoluciona-
estabilizadores a recurrir a las fuentes del cris-
rio), el movimiento de resistencia del mundo
tianismo y de la razón.
libre contra el comunismo (que, sin embargo, puede hacer alianza con el comunismo contra el carácter revolucionario del fascismo y el nacionalsocialismo), y la oposición de un “tercer
58
Soldados armados marchando por la calle Nikolskaya, Moscú, octubre de 1917.
IV.
privilegiada del clero y la nobleza. En este punto es posible ver la debilidad de una actitud política ligada al contexto; más adelante profundizaremos al respecto.
Hemos tratado el liberalismo como una etapa
Con el tiempo, cuando la creciente clase obrera
del movimiento revolucionario. Es momento de
se vuelve políticamente capaz de dirigirla, el ata-
definir su contenido. Podemos usar como guía
que contra los privilegios se redirecciona con-
la clasificación de los cuatro aspectos del libe-
tra la propia burguesía liberal. En el transcurso
ralismo que hace Franz Schnabel en la Deutsche
del movimiento revolucionario, el ataque solo
Geschichte [Historia de Alemania]: los aspectos
puede terminar cuando la sociedad se ha vuelto
político, económico, religioso y científico. Esta
igualitaria. Finalmente, el liberalismo se vuelve
clasificación está orientada fundamentalmente a
en contra del vínculo entre la iglesia (sin impor-
la forma alemana de liberalismo; hay que hacer
tar cuál) y el Estado, transformándose así en un
hincapié en otros elementos, en cierta medida,
movimiento anticlerical.
si se quiere aplicar a otras naciones occidentales.
En el ámbito económico, el liberalismo signi-
En el ámbito político, el liberalismo está de-
fica la derogación de las antiguas restricciones
finido por la oposición liberal a ciertos abusos,
legales que limitaban la libre actividad econó-
que deben ser eliminados. El liberalismo está
mica. No debe haber ningún principio ni ningún
sobre todo en contra del antiguo estado policial,
motivo para la actividad económica a no ser el
es decir, en contra de la invasión del ejecutivo
claro interés propio. Se supone que las acciones
en los ámbitos judicial y legislativo; en la polí-
emprendidas en interés propio, racional y anti-
tica constitucional, los liberales exigen la sepa-
cipado conducirán al orden social armonioso.
ración de poderes. En segundo lugar, se oponen
Un tercer frente es el religioso, que debe dife-
al antiguo orden social, es decir, a la posición
renciarse de la actitud anticlerical cuyo objetivo
59
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e
es la separación de la iglesia y el Estado. Más allá
religioso y metafísico ya no está permitido en una
de esta petición constitucional, el liberalismo re-
época en la que se perdió la sustancia espiritual.
chaza la revelación y el dogma en tanto fuentes
La imperativa división del poder, que a menu-
de verdad; descarta la sustancia espiritual y se
do se considera uno de los puntos principales del
transforma en secularista e ideológico.
programa constitucional liberal, tiene un esta-
La posición científica del liberalismo no pue-
tus ambiguo. En Europa, al norte de los Alpes, se
de separarse siempre de su posición religiosa.
convierte en el centro de atención a partir de fi-
Su esencia es la asunción de la autonomía de la
nes del siglo XVII. Montesquieu elogió el modelo
razón humana inmanente como fuente de cono-
de la práctica constitucional inglesa en las dé-
cimiento. Los liberales hablan de la investigación
cadas posteriores a la Revolución Gloriosa; y las
libre en el sentido de una liberación respecto de
ideas de la constitución mixta y del equilibrio de
las “autoridades”, es decir, no solo de la reve-
poderes, parcialmente influidas por el concepto
lación y el dogmatismo, sino también de la filo-
de equilibrio de la nueva mecánica, contribuye a
sofía clásica, cuyo rechazo se convierte en una
su dignidad teórica.
cuestión de honor debido a su asociación medie-
Sin embargo, el desarrollo de la práctica cons-
val con el escolasticismo.
titucional inglesa se alejó
V.
prontamente de la divi-
Si en la práctica se logra expulsar con
En cada uno de estos cuatro aspectos el liberalismo ha tropezado con dificultades. La batalla programática
siempre
se puede librar con éxito hasta cierto punto, solo
éxito el cristianismo de los hombres, éstos no se convierten en liberales racionales, sino en ideólogos. El indeseable orden espiritual no es reemplazado por el liberalismo, sino por una u otra ideología.
sión de poderes para dirigirse hacia la soberanía del parlamento. En 1787, cuando el principio de la división de poderes se incorporó a la Constitución estadounidense, ya había desaparecido en la Constitución inglesa. Solo después de media-
para caer en una nueva dificultad, más grave que
dos del siglo XIX, la práctica constitucional in-
la superada. Ahora debemos examinar más de
glesa se dio a conocer a un público más numero-
cerca la manera en que el liberalismo es cooptado
so y diverso, gracias a la obra de Walter Bagehot,
y hundido. La debilidad del liberalismo político
The English Constitution (Nueva York, 1877). Por
es su creencia en el valor redentor de un modelo
lo tanto, difícilmente se puede hablar de la divi-
constitucional construido en oposición a la mo-
sión de poderes en tanto exigencia fundamental
narquía absoluta y al estado policial.
del liberalismo. Se trata más bien de un modelo
Los pilares de la construcción son las deman-
de moda, cuyo destino y razonable pretensión de
das de derechos humanos fundamentales, la se-
apoyo están condicionados por el contexto de in-
paración de poderes y el sufragio universal. Los
formación o de desinformación imperante.
tres requisitos no son axiomas sistemáticos, sino
Por último, en un comienzo, para los liberales
que su conjunción es históricamente contingen-
el sufragio universal no era en absoluto un ob-
te. Los derechos humanos fundamentales son
jetivo político; era un elemento populista, que
el sedimento, convertido en ley, del jus divinum
los más antiguos trataban de levantar en con-
et naturale que obligaba a los gobernantes de la
tra del principio de sufragio sobre la base de la
Edad Media y del Renacimiento, aun cuando su
propiedad y la educación. El sufragio universal
cumplimiento de las obligaciones dejase mu-
se convirtió de manera gradual en una deman-
cho que desear. Utilizando la imagen de un te-
da liberal, solo bajo la fuerte presión política de
soro cultural hundido en las profundidades, se
las bases.
podría decir que son una lista de lo que se salvó
Un modelo constitucional tan manifiestamen-
de los deberes del gobernante, cuyo fundamento
te vinculado a la contingencia histórica conduce
60
de manera inevitable a dificultades, y causa gra-
económico. Se creó una nueva estructura de
ves daños cuando se dogmatiza, se vuelve una
poder con la cual no contaba el liberalismo agra-
visión de mundo y sus elementos se elevan a
rio original.
artículos de fe. La catástrofe de su exportación
Cuando la sociedad se diferenció entre capi-
a sociedades no occidentales se hace evidente
talistas y trabajadores, el modelo de sociedad de
para todos, pero no es necesario que miremos
ciudadanos libres e iguales fue superado por una
tan lejos.
realidad que presionaba hacia la crisis de la lucha
Dentro del propio Occidente, Europa ha esta-
de clases. Así surgió la problemática ético-social
do al borde de la destrucción por la propaganda
que, después de largas luchas políticas, condujo
internacional contra las estructuras políticas
a la introducción masiva de elementos socialis-
que no se corresponden con el modelo del Esta-
tas en la estructura económica liberal.
do nacional liberal y por la locura de introducir
La superación —mediante la historia— de
el modelo sin transición en sociedades que no lo
la actitud antirreligiosa del liberalismo es tan
habían producido. Especialmente el malentendi-
conocida que bastará con una breve reseña al
do de los derechos humanos básicos, que incluye
respecto. El ataque liberal fue dirigido contra el
el privilegio de destruir ideológicamente el or-
dogmatismo y la autoridad de la revelación. Si
den existente, ha tenido consecuencias mortales
tan solo se pudiesen eliminar estas influencias
en sociedades sin una tradición política madura
sobre el pensamiento y la vida pública, entonces
como la alemana.
el ser humano libre podría ordenar racionalmen-
Hoy el fuego escatológico del modelo está, si
te la sociedad con su razón autónoma. Sin em-
no apagado, considerablemente disminuido. Hoy
bargo, si en la práctica se logra expulsar con éxito
sabemos que las sociedades no se vuelven libres
el cristianismo de los hombres, éstos no se con-
a través de las constituciones liberales, sino
vierten en liberales racionales, sino en ideólogos.
que las sociedades libres producen constitucio-
El indeseable orden espiritual no es reemplazado
nes liberales y pueden funcionar en su marco
por el liberalismo, sino por una u otra ideología,
—una relación a la que John Stuart Mill se refirió
todas igual de intensas emocionalmente.
enfáticamente—.
Los liberales no lo preveían, pues la imagen
El colapso del modelo económico está estre-
del hombre había sido deformada de manera tan
chamente relacionado con el fracaso del modelo
negativa por su concepción de la razón inma-
constitucional. El modelo económico, en su con-
nente, que la problemática del espíritu y de su
cepción inglesa, estaba originalmente relaciona-
trascendencia había desaparecido de su campo
do con una situación donde la concentración de
de visión. La ideologización del hombre —que no
población era relativamente baja y la economía
fue buscada por el liberalismo, pero que sí con-
era predominantemente agraria.
tribuyó a causar—, tiene como resultado político
El modelo de la condición natural, a partir del
la imposibilidad de funcionamiento del modelo
cual Locke desarrolló su construcción constitu-
constitucional liberal. Como lo hemos visto en la
cional, fue la sociedad de los pioneros nortea-
República de Weimar, si la mayoría de los votan-
mericanos, en la cual cada jefe de familia es un
tes son comunistas y nacionalsocialistas, pueden
terrateniente que junto con su familia adminis-
formar un bloque mayoritario que imposibilita el
tra su pedazo de tierra ganándose la vida y pro-
funcionamiento de la Constitución.
duciendo un excedente. En el Segundo tratado del
La problemática científica del liberalismo está
gobierno civil, Locke formula el modelo drásti-
estrechamente relacionada con la religiosa. Téc-
camente: “En el comienzo, todo el mundo era
nicamente, para estar seguros, las preguntas
América” [§49].
sobre este ámbito son mucho más complicadas.
Este arquetipo sobrevive vigorosamente en la
En este sentido, debemos conformarnos y es-
resistencia jeffersoniana a la sociedad industrial,
tar satisfechos con unas cuantas sugerencias.
cuyo desarrollo destruyó el armonioso equilibrio
Hasta donde puedo juzgar, el concepto de razón
original entre los ciudadanos de igual potencial
autónoma e inmanente no causa daño alguno ni
61
¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e
en las matemáticas ni en las ciencias naturales matematizadas.
Así, uno solo es objetivo si se une subjetiva y arbitrariamente a alguna ideología de la época;
Sin embargo, en las ciencias del hombre y de
si uno intenta encontrar fundamentos objetivos
la sociedad destruye el objeto, pues el hombre
para los juicios acerca del orden social, uno es
es la imago Dei y participa con su esencia en el
subjetivo. Ejemplos de opiniones similares po-
Ser trascendente. Si se define la razón inmanen-
drían darse desde el ámbito de las ciencias so-
te como la esencia del hombre, se destruye la
ciales neopositivistas. Frente a esta destrucción
ontología en tanto ciencia fundamental, y la po-
radical de las ciencias sociales, hoy nos encon-
sibilidad de una ciencia social racional adecuada
tramos ante el problema de su reconstrucción a
a su objeto deja de existir.
través de la restauración de una ontología crítica.
El resultado es la decadencia de las ciencias sociales, que caracteriza al período liberal tardío, y que actualmente está siendo superada por la restauración de la ratio y de la ontología. Un ejemplo
VI.
de esta decadencia en curso de superación es el
Permítanme resumir el resultado de estas obser-
método de relación entre valores y el relativismo
vaciones. En tanto etapa del movimiento revolu-
moral que, en tanto ideología, ha tenido un éxito
cionario, el liberalismo ha dejado un sedimento
comparable al del marxismo, el positivismo o el
en la sociedad occidental contemporánea. Parte
psicoanálisis en todo el mundo.
de este sedimento es la tendencia hacia la sepa-
La esencia de la teoría del valor es la trans-
ración de la iglesia y el Estado, que se originó en
formación de la jerarquía objetiva de los bienes,
los siglos XVI y XVII, antes del período liberal en
con el summum bonum que la completa de modo
sentido estricto.
trascendente, en postulados de valor humano.
Aunque no siempre fue necesaria la separación
Se considera que el tema de las ciencias sociales
formal de la iglesia y el Estado, como en Esta-
está constituido por la relación con los valores
dos Unidos, el trauma de las guerras religiosas
actuales, mientras que la validez de éstos solo
hizo necesaria la resolución de que bajo ningu-
se puede establecer mediante postulados. Mien-
na circunstancia se volverían a permitir que los
tras el método se utilice en un contexto rico en
conflictos organizacionales o dogmáticos entre
tradiciones, el peligro no es tan evidente, ya que
las iglesias alcanzaran un rango político tan alto
los “valores” se mantienen relativamente próxi-
en los asuntos públicos, que provocasen la divi-
mos a la jerarquía objetiva tradicional de los bie-
sión de la sociedad en partes enfrentadas en una
nes. Pero si el método se aplica en una sociedad
guerra civil.
minada e infestada de ideología, el resultado es
En esta resolución está implícita una actitud
que se tendrá tantas definiciones del tema como
de tolerancia en la medida en que el estallido de
posturas de valor ideológico existan.
las hostilidades solo puede evitarse si se acep-
La ciencia se transforma en una apología de las
ta una sociedad religiosamente pluralista. Se ha
diferentes ideologías. Esta extrema consecuen-
implementado una política positiva de libertad
cia llamó mi atención con ocasión de un discur-
religiosa y de conciencia para todos, cuyo único
so en Heidelberg, cuando, durante el debate, un
límite son las costumbres de la sociedad y el de-
joven de la Escuela de Alfred Weber se opuso a
recho penal. Por ejemplo, una secta de adanitas
mí e insistió en que, para seguir siendo objeti-
informados por su conciencia de que la verdad
vo, el científico social debe hacer su ciencia se-
desnuda de Dios está mejor representada cuan-
gún el espíritu de la época, ya que solo los valo-
do uno camina desnudo por la calle, difícilmente
res reconocidos en ese momento constituyen los
será tolerada.
criterios para elegir y ordenar el tema de inves-
El caso no es ficticio, y causó gran preocu-
tigación. Al situarse fuera del espíritu del tiem-
pación a Roger Williams en su religiosamente
po e introducir criterios ontológicos, eso pasa a
liberal Rhode Island. La poligamia, también, di-
ser subjetivismo.
fícilmente puede ser permitida (los mormones
62
tuvieron que renunciar a ella cuando Utah pasó a
Esto ha producido la amalgama que conoce-
formar parte de Estados Unidos). Se permitió que
mos con varios nombres: New Deal, estado de
la tolerancia religiosa mantuviera su influencia
bienestar, Soziale Marktwirtschaft, etc. El segundo
dentro de los límites indicados por, y donde to-
fenómeno es que la sustancia cristiana comien-
davía se la cuestiona, se le permite establecerse.
za a alimentar al liberalismo. Debemos cuidar-
Otra parte del sedimento dejado por el libera-
nos de no afirmar que la manera de recapturar la
lismo es una cierta resistencia —que se activa
sustancia cristiana es siempre la más apropiada
lenta pero decisivamente solo en determinados
y prometedora. Sin embargo, el fenómeno es tan
casos— a aquellos fenómenos sociales que fue-
potente que en el período posterior a la Segunda
ron objeto específico del ataque del liberalismo
Guerra Mundial los partidos cercanos a las igle-
durante su época de lucha, sobre todo las ten-
sias podían convertirse en partidarios de políti-
dencias a favor de una constitución dictatorial,
cas liberales en tres de los principales países del
y los intentos de implementar socialmente una
continente europeo: Alemania, Francia e Italia.
autoridad espiritual organizada.
A la luz de estas consideraciones podemos
Por último, podemos mencionar dos fenó-
decir que, por un lado, el liberalismo tiene una
menos más, que no pueden ser llamados parte
voz decidida respecto de la situación política
del sedimento dejado por el liberalismo ya que
de nuestro tiempo; por otro lado, sin embar-
apuntan, por el contrario, a la transformación
go, hoy sus ideas de razón autónoma e inma-
del liberalismo bajo la presión de los aconteci-
nente, y del sujeto autónomo de la economía,
mientos históricos; no obstante, hoy están tan
apenas pueden considerarse como vivas y fruc-
profundamente arraigados en el liberalismo que
tíferas; por lo tanto, es posible declarar muer-
pertenecen a la forma adoptada por este en la
to el liberalismo clásico de sello secularista y
sociedad contemporánea.
capitalista-burgués.
La primera es la absorción de las demandas éticas y sociales por parte del liberalismo clásico.
Eric Voegelin (1901-1985) fue un filósofo político estadounidense nacido en Colonia, Alemania. Estudió Ciencia Política en la Universidad de Viena, donde se convirtió en Profesor Asociado. En 1938 huyó de los nazis junto a su mujer, emigrando a Estados Unidos, país del que se hicieron ciudadanos en 1944. Pasó la mayor parte de su carrera académica en la Universidad Estatal de Louisiana, la Universidad de Munich y el Instituto Hoover de la Universidad de Stanford. Algunos de sus libros más relevantes son La nueva ciencia de la política y Order and History (5 vols.). Su obra completa está publicada en los 34 volúmenes de The Collected Work of Eric Voegelin (Columbia y Londres: University of Missouri Press, 1989-2008).
63
HORAS
LA
64
EN
BIBLIOTECA Contrapunto: Cristóbal Bellolio y Daniel Mansuy sobre ¿Por qué ha fracasado el liberalismo? Reseñas de Política para perplejos, El regreso liberal, Cómo mueren las democracias, Identidad y Los demonios de la democracia liberal.
65
¿un mundo posliberal? contrapunto
Lamento gregoriano CRISTÓBAL BELLOLIO Se nos muere el liberalismo, ahogado por su pro-
lia y la religión—, glorificando la soberanía de
pio éxito. Esa es la tesis de ¿Por qué ha fracasado
lo que Marx denunció como “mónadas aisladas
el liberalismo?, de Patrick Deneen. Después de
y replegadas en sí mismas” y, paradójicamente
cinco siglos de aplicación, el liberalismo habría
para la prédica del propio liberalismo, elevando
conseguido, sin querer queriendo, todos sus si-
al Leviatán a categoría sacra; subyugó a la natu-
niestros objetivos: enterró las viejas y edifican-
raleza, estrujando sus recursos y revolucionando
tes concepciones de libertad como autogobierno
sus categorías a merced de la ávida rapiña de la
personal y colectivo, reemplazándolas por un
especie y al capricho de la voluntad política. En
sucedáneo insípido de independencia individual
resumen, el liberalismo es prácticamente culpa-
y emancipación de los lazos sociales; destruyó a
ble de todos los males sociales que puedan enu-
martillazos la tradición, la cultura y la comuni-
merarse, incluyendo, por cierto, los efectos in-
dad, fuente de todo sentido y pertenencia de los
deseables del internet o que las universidades ya no enseñen artes liberales.
seres humanos, dejándolos vacíos y desnudos, adictos a la in-
El problema central de la crí-
mediatez y esclavos del consumo
tica de Deneen es que resulta
insustancial; dinamitó las es-
imposible someter al liberalis-
tructuras de apoyo y significado
mo a un juicio comprehensivo de
que mediaban entre el individuo
esta naturaleza, principalmente
y el Estado —entre ellas la fami-
porque el acusado tiene muchos
Los límites del liberalismo DANIEL MANSUY El primer mérito del libro de Patrick Deneen
del liberalismo ha sido tan profundo que ha ido
(¿Por qué ha fracasado el liberalismo?) es hacer-
agotando sus recursos. Deneen (un conservador)
se cargo de una realidad que parece cada día más
comparte el diagnóstico de Castoriadis (que vie-
palpable. Si en los años noventa creíamos que la
ne de la izquierda): para perdurar, la tradición
historia había llegado a su estadio último y ce-
liberal debe ser equilibrada por principios no
lebrábamos el consenso de Washington, hoy es-
liberales. Por lo mismo, al convertirse en hege-
tamos invadidos por las dudas. Las democracias
mónico, el liberalismo pone en riesgo sus con-
occidentales han perdido confianza en sí mis-
diciones de posibilidad. Cuando su dominación
mas: ya nadie puede garantizar que en el futu-
se ejerce sin contrapeso, tiende naturalmente
ro seguirán existiendo tal como las conocemos.
al colapso.
¿Cómo explicar un cambio tan rotundo en el am-
Para comprender el argumento, resulta im-
biente político e intelectual? Nuestro autor tiene
prescindible remitirse a los fundamentos antro-
al respecto una tesis provocativa que merece ser
pológicos de la tradición liberal. Para Deneen,
examinada con sumo cuidado. Según él, nuestro
esta se funda en una negación del carácter social
tiempo está marcado por el fracaso del libera-
del hombre. Este axioma supone dos ideas cen-
lismo. Pero esto no es todo. Este fracaso no sería
trales: somos individuos titulares de derechos
sino la contracara de su éxito, pues el despliegue
y tendemos a seguir nuestros apetitos. En esta
66
rostros, varios de ellos en tensión —cuando no
como William Galston, se identifica parcialmen-
incompatibles— entre sí. A ratos, Deneen las
te con el Rawls de Liberalismo político e incluso
emprende contra el liberalismo como teoría polí-
con la propuesta de modus vivendi que ha hecho
tica, otras veces como conjunto de premisas an-
John Gray, otro crítico formidable del progresis-
tropológicas, otras tantas como práctica social. A
mo liberal. Deneen parece creer que solo existe
ratos concentra su fuego en el proyecto moder-
el segundo. Curiosamente, en su libro no hay
no que se inicia con Hobbes, otras veces apunta
una sola mención a Kant, uno de los patrones
contra la ambición racionalista que caracterizó
del liberalismo de la autonomía. Curiosamente,
al liberalismo revolucionario, para seguir con
digo, porque la noción de libertad que Deneen
acusaciones algo vanas sobre fenómenos contin-
quiere recuperar —esa capacidad de ganarle a
gentes en los campus de su entorno académico.
los deseos e inclinaciones sensibles y así elevar-
Sobre esto último: el liberalismo siempre ha
se al cumplimiento de una ley moral— es pre-
estado marcado por una discusión interna entre
cisamente la noción kantiana. En este sentido,
los ideales de la tolerancia que motivaron su ad-
si bien es cierto que la mayoría de los liberales
venimiento histórico y los ideales de autonomía
del panteón descansan en una noción de liber-
racional que fueron incorporados en su etapa
tad como ausencia de coerción o interferencia, el
ilustrada. Mientras el primer liberalismo no
tratamiento de Deneen ignora que las definicio-
supone una concepción unívoca de la vida bue-
nes conceptuales no determinan necesariamente
na y respeta la diversidad de fines humanos, el
las posiciones normativas.
segundo aspira a que todos los ciudadanos sean
La libertad es importante para el liberalismo,
capaces de escoger racionalmente un proyecto
pero no es el único valor, repetía hasta el can-
que empalme con sus esperanzas de progreso
sancio Isaiah Berlin. En Rawls, el valor principal
moral. El primero ha sido defendido por autores
es la justicia. En Dworkin, la igualdad. Tampoco
lógica, todo lo que dificulte nuestras inclinacio-
el liberalismo económico aplicado a escala glo-
nes se convierte en un obstáculo a superar. Si se
bal no tiene ningún respeto por las comunidades
quiere, el liberalismo constituye —en la óptica de
locales, y se vuelve cada vez más agresivo. Estas
Deneen— una colosal empresa de emancipación;
dos lógicas no son contradictorias, sino perfec-
una emancipación tanto respecto de los otros
tamente complementarias. En efecto, el Estado
(que, con frecuencia, impiden la satisfacción de
y el mercado tienden a convertirse en poderes
mis apetitos) como de la naturaleza (que debe
tutelares que se ciernen sobre un individuo que
ser dominada para que se vuelva dócil a nuestros
carece de relaciones sociales sustantivas. De más
deseos). El individuo soberano no quiere saber
está decir que, en sede liberal, la vida cívica no
nada del entorno, pues es totalmente autorre-
tiene un valor relevante, pues solo vale la dimen-
ferido. Las consecuencias estarían a la vista: de-
sión privada. Si las democracias ya no consiguen
sastre ecológico y erosión de las formas de vida
seducir al ciudadano, es simplemente porque en
comunitaria.
su proyecto inicial estaba programada su desa-
Según Deneen, este es el modo de leer la cre-
parición (basta leer algunas páginas de Constant
ciente insuficiencia de nuestras instituciones
para percatarse). En este contexto, el fracaso li-
para enfrentar adecuadamente los desafíos ac-
beral no es sorpresivo: dado que su antropología
tuales. Por un lado, el desarrollo exacerbado del
omite elementos fundamentales del fenómeno
aparato estatal se explica porque los tejidos so-
humano, es natural que su despliegue termine
ciales tradicionales ya no cumplen la labor que
chocando con la realidad.
antes dábamos por descontada (piénsese, por
La tesis de Deneen, sobra decirlo, admite múl-
ejemplo, en el cuidado de los ancianos). El Esta-
tiples matices. Por de pronto, su caracterización
do se ve obligado a intervenir más y más, pero su
del liberalismo es bastante gruesa. Nunca queda
intervención es cada vez más vana. Por otro lado,
del todo claro, por ejemplo, en qué medida el
67
¿un mundo posliberal? contrapunto
es enteramente cierto que el liberalismo sea un
estatus del saber objetivo es variopinta y va desde
proyecto racionalista que se aplica “de arriba
el feminismo radical hasta los socios creacionis-
hacia abajo”. Deneen prefiere los sistemas so-
tas de Deneen. También se confunde de adver-
ciales que emergen de “abajo hacia arriba”. Una
sario cuando sostiene que el liberalismo acusa
larga tradición liberal, de Hume a Hayek, estaría
de “falsa conciencia” a quienes no se adapten a
de acuerdo. Finalmente, Deneen describe al libe-
un estilo de vida individualista y racional. Esa es
ralismo como un proyecto nietzscheano en busca
justamente la crítica marxista al liberalismo, por
de una nueva casta de superhombres, obviando
afirmar una vida de elecciones (agencia) que no
imperdonablemente sus raíces cristianas.
son tales por los condicionamientos de la estruc-
En debates más contingentes, Deneen acusa al liberalismo de inflamar la política de las
tura. Aquí faltó Popper: una teoría que explica todo, no explica realmente nada.
identidades. Pero, justamente por su orienta-
La sensación final es que Deneen subraya
ción universalista, los liberales han sido los más
aquellos aspectos del liberalismo que han sido
críticos del fenómeno. Lo fue Brian Barry hace
perjudiciales para su propia filosofía, una especie
dos décadas ante el avance del multiculturalis-
de comunitarismo tradicionalista católico que ha
mo. Lo hacen actualmente intelectuales públicos
sufrido en el “mercado de las ideas”. Pero es un
como Steven Pinker y Mark Lilla. Deneen tam-
error pensar que el liberalismo persigue a la tra-
bién le carga al liberalismo las culpas del pos-
dición per se o busca erradicar las prácticas cul-
modernismo. Otro cargo dudoso: mientras el
turales de una determinada comunidad en tanto
liberalismo defiende el método científico como
no faciliten la autonomía. Lo que exige es que
epistemología pública, la coalición que disputa el
sean capaces de justificarse ante los individuos
proyecto liberal coincide o no con el proyecto
Con todo, en sus páginas finales, el libro sugiere
moderno. El autor tiende a identificarlos ente-
que debemos inventar nuevas formas de asocia-
ramente, pero hay buenos motivos para pensar
tividad para superar el orden liberal, pero en este
que la historia es un poco distinta. Además, el
punto queda abierta más de una interrogante.
Tocqueville retratado en el libro deja varias du-
Por de pronto, el autor no se pregunta en nin-
das, porque toma en cuenta una sola perspectiva
gún momento por las causas que llevaron al es-
de un pensador multifacético. Ahora bien, sería
tablecimiento y triunfo de la doctrina liberal, las
mezquino aferrarse a ese tipo de motivos para
que cualquier análisis crítico no puede dejar de
descalificar el argumento principal. Deneen se ve
examinar en detalle. Si acaso es cierto que la mo-
obligado a generalizar, y eso no le impide acer-
dernidad perdió el rumbo, nuestra primera tarea
tar en buena parte del diagnóstico: a estas altu-
—ya lo decía Strauss— pasa por determinar con
ras, no podemos continuar atribuyendo todas las
suma precisión los orígenes intelectuales de ese
dificultades del mundo liberal a causas exóge-
extravío. Sin embargo, este libro no entra en esa
nas. Como bien notaba un liberal tan impecable
discusión. En último término, ¿Por qué ha fraca-
como Aron, las sociedades occidentales tienden
sado el liberalismo? es un texto con fines progra-
al vacío cuando dejan de proponer horizontes
máticos, pues sus preguntas van más allá de lo
significativos a sus miembros. De esta ausencia
intelectual. Como Lenin, Deneen quiere saber qué
se derivan patologías cada día más visibles, y el
hacer. Tanto es así, que el último párrafo del libro
texto busca hacerse cargo de ellas.
afirma que necesitamos “nuevas prácticas” más
68
que serán sometidos a ellas. La ablación genital femenina es una práctica que subsiste en el Islam y otras denominaciones similares. ¿Debemos proteger dicha práctica en cuanto refleja la cultura de estas comunidades, o bien debemos proteger los derechos individuales de las niñas que la sufren? El liberalismo opta por lo segundo. En la lógica de Deneen, no hay nada que se opon-
Cristóbal Bellolio es abogado y doctor en
ga a lo primero.
filosofía política por el University College
Aunque solo en la conclusión nos advierte que no busca volver al medioevo —una aclara-
de Londres, Inglaterra. Es profesor de la
ción necesaria— lo suyo suena como un lamento
Escuela de Gobierno de la Universidad
gregoriano, nostálgico de un mundo donde las
Adolfo Ibáñez.
personas nacen y mueren dentro de una misma comunidad y estatus. PD: Escribo estas líneas desde la que probablemente sea la universidad más liberal de Chile, donde se imparte el programa más ambicioso de artes liberales del país.
que “mejores teorías”. La paradoja es manifiesta. Después de haber dedicado más de doscientas páginas a ilustrar el poder causal de las ideas liberales, Deneen —como Burke y como buena parte de la tradición conservadora— termina desconfiando del poder de la teoría. Desde luego, no se trata de abogar por una teoría desconectada de la práctica, pero en la tradición clásica (reivindicada por el autor) toda praxis debe es-
Daniel Mansuy es doctor en Ciencia Política de la Universidad de Rennes, Francia. Es director del Centro de Investigación Social
tar iluminada por una comprensión del mundo.
Signos, de la Universidad de los Andes,
Si la crisis del liberalismo es tan profunda como
y profesor del Instituto de Filosofía de la
piensa este autor, entonces nuestros desafíos in-
misma universidad, e investigador senior
telectuales no son nada de secundarios respecto de la práctica. Todo intento precipitado por elu-
del Instituto de Estudios de la Sociedad.
dir esa cuestión conducirá, paradójicamente, al fracaso. Puede decirse que sortear ese riesgo es el principal desafío del mundo que representa Patrick Deneen.
69
¿un mundo posliberal? reseña
Innerarity y su guía para perplejos ALFREDO JOCELYN-HOLT Sobre Política para perplejos (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2018), de Daniel Innerarity
Al igual que su anterior libro La política en tiem-
argumentos), sin interesarle la historia. Afirma
pos de indignación (2015), en Política para perple-
incluso que “de política no sabemos casi nada”
jos (2018) Daniel Innerarity intenta rescatar la
(¿él o nuestro tiempo?), al punto que leyéndolo,
política a fin de vencer nuestra actual desazón.
uno tiene la rara sensación de que se nos quiere
No hace mucho la política encolerizaba, sos-
convencer que recién ahora, gracias a lo que lla-
tiene, pero ahora nos tendría confundidos, an-
ma inteligencia política, estaríamos descubrien-
siosos, con desajustes emocionales graves, sin
do la rueda.
saber en quién confiar; con espacios públicos sin
Por cierto, el razonamiento analítico le permi-
virtud cívica, en medio de irremontables grietas
te saber muchas cosas (en eso es un zorro), pero
entre casta y gente; desprovistos de señalización
aquí no encuentra lo que al parecer anda bus-
que pueda sacarnos del desconcierto; interpela-
cando (este, su complejo de erizo). De ahí que los
dos por un feminismo que amenazaría arraiga-
dos libros den palos a menudo acertados, aunque
das mentalidades; choqueados ante la aparición
también en el aire, sin disipar del todo la oscuri-
de políticos que, como Trump, manejan otras
dad que diagnostica. En efecto, el formato corto
lógicas (o anti-lógicas); sumidos en una globa-
hace recomendable su lectura parcelada, aunque
lización que no sería pareja para todos, y en un
ello no garantice una visión general; es un co-
multiculturalismo que beneficiaría a solo algu-
mentarista sumamente lúcido, pero quizá no tan
nos con sus nuevas reivindicaciones…
brillante. Mandado a hacer para historiadores
El panorama es conocido (lo sufrimos), pero
futuros en busca de síntesis, registros y testimo-
Innerarity es un agudo comentarista de nues-
nios de época; menos llamativo por las solucio-
tra actualidad; la explica como pocos. Su fuerte
nes que propone.
es el ensayo corto, armado de capítulos breves
Aunque el autor admite estar también per-
en torno a temas puntuales, más redondos que
plejo, es ocasionalmente tajante, preocupado de
los libros que componen. Constantemente apela
que no se le tache de típico “filósofo sin solucio-
a la razón como equilibro moderado. Es espe-
nes”. Por de pronto, no extiende la perplejidad a
cialmente leído en perspectivas científico-po-
la “gobernanza”, a la que aplaude y promueve.
líticas más que filosófico-políticas (a las que
A ratos alecciona, como cuando afirma que las
recurre a modo de respaldo con pinzas para sus
soluciones pasan por “sistemas inteligentes”,
70
Editorial: Galaxia Gutenberg Año: 2018 Nº de páginas: 192 Precio: $18.000
que entiende como sistemas de reglas que pue-
personas y expertos. Temeraria sugerencia: da la
den servir para reemplazar nuestra antigua, hoy
espalda a la filosofía política clásica que se centra
imposible, confianza en las personas. ¿Cómo
en el sujeto político, los ciudadanos, gobernan-
confiar, por ejemplo, en alguien como Trump? Al
tes y virtú. El capítulo enfocado en “tecnologías
contrario, dice creer en un “sistema” que limita;
inteligentes” que nos protegerían de otros y de
que así como, en su momento, torpedeó el ambi-
nosotros mismos tampoco considera cuán dis-
cioso programa de salud de Obama, podría hacer
paratado puede ser el afán por controlarlo todo.
imposible lo que Trump promete hacer.
Conforme, este propósito de algo más inteli-
Las soluciones que Innerarity ofrece surgi-
gente y autónomo que nosotros mismos podrá
rían de la perplejidad y el optimismo, lo que no
tenerse como válido, pero ¿cuáles son sus lími-
deja de ser paradójico. Y ello porque, aunque no
tes? ¿La política con piloto automático, esa es la
sabemos lo que deparará el futuro, nada impi-
salvación? El ejemplo análogo al que recurre —el
de que no le tengamos miedo y podamos com-
avión provisto de mecanismos que anticiparían
portarnos “razonablemente con él”. Como todo
y neutralizarían a un piloto suicida impidiéndole
optimismo, el suyo suena a veces a fatalismo, a
estrellarse en los Alpes— es complicado; anula la
fe y apuesta determinista que, por cierto, él no
agencia y responsabilidad individual.
llama fe. En eso no es distinto a otros diagnos-
Otra dificultad del libro: concede una incon-
ticadores de la incertidumbre (Eric Hobsbawm
dicional valoración al sentir popular. Acepta sin
o Tony Judt) quienes, frente a la sensación de
asomo de crítica el empoderamiento, sin pre-
abismo que el fin e inicio de siglo les producía,
guntarse cuánto del desánimo e incertidumbre
afirmaban resignadamente que uno puede con-
actuales han sido interesadamente inducidos.
fiar en que, al menos, el futuro va a ser distinto a
Cree, por último, que ya no hay lugar a las ideo-
lo recién vivido.
logías cuando quizás estemos más sumidos que
Hacia el final del libro ahonda en las soluciones. Esto bajo el supuesto de que estar en medio de la incertidumbre sería una gran oportunidad para
nunca en ellas, versión fake. En suma, útil e incisivo Innerarity, aunque esquivo con la historia y filosofía políticas.
la democracia. De ahí que abogue por la “inteligencia colectiva”, técnica de sistemas en vez de 71
¿un mundo posliberal? reseña
La identidad y sus consecuencias MARIANA CANALES Sobre El regreso liberal (Barcelona: Debate, 2018), de Mark Lilla
Con una buena dosis de ironía y agudeza, Mark
una vida buena, centrada en la vida privada de las
Lilla se propone comprender por qué en Estados
personas: en las familias y los negocios. La era
Unidos los demócratas renunciaron a interpretar
Reagan, según Lilla, fue capaz de unir al Partido
a las grandes mayorías. A partir de un repaso de
Republicano y a Estados Unidos hasta hace poco
la política norteamericana de los últimos años,
tiempo.
el autor intenta explicar la infertilidad de cierto
¿Qué hicieron, entretanto, los liberales? En lu-
tipo de liberalismo. Para Lilla, este ha sacrificado
gar de desarrollar una visión común del país, se
la búsqueda de soluciones a problemas mayori-
involucraron en movimientos sociales que ope-
tarios en favor de demandas particulares de al-
raban fuera de las instituciones representati-
gunas minorías.
vas —la defensa de las minorías sexuales, de los
El argumento de Lilla arranca de aquello que
afroamericanos y otros grupos, todos distintos
llama las dos grandes “dispensaciones” (en-
entre sí— con un fuerte énfasis en las identida-
tendidas aquí como discursos políticos de largo
des personales.
aliento): la de Roosevelt y la de Reagan. Ambas
Las consecuencias de esta opción tuvieron
narrativas intentaron responder a determinadas
gran impacto en la vida política, y en este pun-
circunstancias y supieron articular un proyecto
to reside uno de los grandes méritos del texto.
político que hacía sentido en esas condiciones. A
Pues si bien el análisis se refiere a la izquierda
juicio del autor, eso es justamente lo que le falta
estadounidense, no deja de ser aplicable a otras
hoy al liberalismo. Roosevelt supo unir una ciu-
latitudes. Más aún, El regreso liberal ofrece luces
dadanía golpeada por la crisis económica y te-
para pensar la forma en que hoy concebimos, en
merosa del futuro en torno a la idea de que juntos
términos generales, la política.
podían mejorar el país. Esa generación participó
La primera consecuencia es que la exacerba-
de una épica con orgullo, autosacrificio y patrio-
ción de las identidades personales condiciona el
tismo. Pero el paso del tiempo terminó desdi-
interés político de los ciudadanos. En esa lógica,
bujando ese relato. Luego, en los años ochenta
lo político solo importa en cuanto se relaciona
la sociedad estadounidense estuvo marcada por
con la experiencia individual; de lo contrario,
la prosperidad y el auge del individualismo. En
se vuelve irrelevante. Así, apenas se percibe lo
ese contexto, y en contraste con el mundo de
que otros puedan estar viviendo y se pierde una
Roosvelt, el gobierno es visto como una amenaza.
dimensión fundamental de la política. Aunque
Eso explica el fenómeno Reagan, quien prometió
Lilla no profundiza en los efectos nocivos de este
72
Editorial: Debate Año: 2018 Nº de páginas: 160 Precio: $9.000
proceso, surge la pregunta de si acaso puede ha-
Ante este escenario de diferencia y fragmenta-
ber buena política cuando la participación está
ción, el autor propone buscar aquello que sea co-
determinada únicamente por una percepción de
mún a todos, que convoque y, en definitiva, que
amenaza personal.
posibilite una solidaridad que vaya más allá de los
En segundo lugar, en este escenario el deba-
vínculos identitarios. Se trata de encontrar algo
te se vuelve inviable. Si la acción política queda
que permita formar verdaderos vínculos políti-
condicionada por experiencias personales, la po-
cos, en lugar de las afinidades electivas caracte-
sición que se adopta se torna innegociable. Ade-
rísticas del “modelo de identidad Facebook”, en
más, solo están legitimados para opinar sobre
términos de Lilla. Lo único capaz de generarlos,
ciertos temas aquellos directamente afectados.
según él, es la idea de ciudadanía, ya que sería lo
Así, “gana el debate el que tenga una identidad
único que realmente compartimos (sin notar, de
moralmente superior y haya expresado mayor ira
paso, que al reducir los bienes compartidos solo
por ser cuestionado”. Si lo propio de la política es
a la ciudadanía, Lilla pasa por alto otros aspectos
la deliberación y la búsqueda de acuerdos, ¿qué
de la vida que son comunes, como la identidad
espacio queda para ella en este contexto?.
cultural o la patria).
Por último, Lilla postula que el liberalismo de
Su visión de las particularidades del fenó-
la identidad, al que le basta un ejército de jóve-
meno político hacen que este ensayo sea muy
nes activos en redes sociales, no puede producir
pertinente en la escena nacional. Quizás sea
cambios profundos porque no gana elecciones.
oportuno preguntarnos si acaso no estamos
En efecto, olvida que los cambios se hacen desde
también atrincherados en defensa de posicio-
puestos de poder. Lilla, entonces, hace un lla-
nes irreductibles que impiden el diálogo y que no
mado a buscarlos: según él, la política debe es-
reconocen en el otro un interlocutor válido, sino
tar orientada a alcanzar posiciones que permitan
un culpable desde el punto de vista moral. A fin
realizar reformas necesarias y generar las condi-
de cuentas, Lilla sí señala un punto esencial: si
ciones para mantenerlas. De hecho, le reprocha
no tenemos en común algo que todos podamos
al liberalismo su irresponsabilidad para con las
identificar como propio y que busquemos defen-
minorías que busca defender, dado que su acción
der, difícilmente podremos llegar a acuerdos po-
se agota en actos de mero reconocimiento y cele-
líticamente significativos. Y eso es un problema.
bración, pero sin transformaciones.
73
¿un mundo posliberal? reseña
Manual para dictadores GUILLERMO PÉREZ C. Sobre Cómo mueren las democracias (Barcelona: Ariel, 2018), de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt
Al leer este libro no pude dejar de pensar en la
responsable de la crisis norteamericana es el
enorme ovación que recibió Robert de Niro lue-
Partido Republicano, inseparable de la figura de
go de insultar a Donald Trump en la entrega de
Trump. Él vendría siendo el efecto más devasta-
los premios Tony 2018. La actitud del aclamado
dor del incumplimiento sistemático, por parte de
actor no fue ni es demasiado novedosa: sea cual
los republicanos (aunque también de los demó-
sea la ocasión, diversas celebridades no pierden
cratas, pero en menor medida), de las dos reglas
oportunidad para mostrar la desazón que les
no escritas más importantes de la política esta-
provoca ser gobernados por un errático y excén-
dounidense: la tolerancia mutua y la contención
trico millonario con ínfulas autoritarias. Así, la
institucional.
moralina hollywoodense —que dicta los están-
Al hablar de tolerancia, los autores se refieren
dares de lo políticamente correcto y los valores
a la idea de que los partidos deben respetarse y
de moda para el año en curso— se ha vuelto más
coexistir, considerándose adversarios legítimos
aprensiva desde que Trump asumió el poder. Lo
y no enemigos acérrimos. En otras palabras,
llamativo es que la actitud del mundo del es-
sería la “disposición colectiva de los políticos
pectáculo parece haberse extrapolado a otros
a acordar no estar de acuerdo”. La contención
lugares. Varios sectores de la élite intelectual
institucional, por su parte, consistiría en “evi-
estadounidense (prensa, academia y think tanks
tar realizar acciones que, si bien respetan la ley
incluidos) están librando una guerra permanen-
escrita, vulneran a todas luces su espíritu”. En
te, y a ratos personal, con el cuestionado presi-
concreto, la contención “implica renunciar a los
dente. El problema de esta dinámica es que no
trucos sucios y a las tácticas brutales en nombre
ayuda a comprender las tensiones que se gene-
del civismo y el juego limpio”.
ran más allá de Trump y su entorno, impidiendo
La ambigüedad y generalidad con que Levitsky
articular una respuesta que no sean meras voci-
y Ziblatt describen estas normas implican que,
feraciones indignadas.
por un lado, sirvan para interpretar casi cualquier
Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, académicos
escenario político, y que, por otro, les permitan
de Harvard y autores de Cómo mueren las demo-
comparar procesos distintos sin mediar ningún
cracias (Ariel, 2018), han intentado salir de esta
tipo de particularidad. Para los autores, perso-
lógica, aunque sin mucho éxito. A pesar de su
najes disímiles como Hitler, Pinochet, Franco y
exhaustivo análisis sobre las últimas décadas de
Maduro serían, con pocos matices, consecuencia
la política estadounidense, concluyen, quizás de
directa de partidos políticos y autoridades que
manera demasiado simplista, que el principal
no respetaron la contención y la tolerancia. Sin
74
Editorial: Ariel Año: 2018 Nº de páginas: 336 Precio: $15.900
embargo, ¿no hay asuntos específicos tras cada
los cargos principales, incluso “haciendo cau-
uno de estos fenómenos? Si sometemos proce-
sa común con la oposición en apoyo a candida-
sos multidimensionales al cumplimiento de dos
tos democráticos”. Pero si ya es discutible creer
reglas rígidas, ¿no perdemos de vista elementos
que una dictadura se puede evitar siguiendo in-
esenciales para un diagnóstico más adecuado?
dicadores de desempeño, más complejo aún es
Quizá estos problemas derivan del esfuerzo de
sostener que la crisis democrática global se so-
los autores por definir al autócrata como una fi-
luciona por medio de la exclusión de las figuras
gura independiente del contexto en el que se des-
problemáticas.
pliega. El intento de ellos es ofrecer una suerte de
En el texto, a fin de cuentas, no parece im-
taxonomía que sirva para analizar circunstancias
portar una pregunta en extremo relevante: ¿qué
diversas, más allá del escenario norteamericano
tensiones hacen aparecer, representan y con-
actual. Este objetivo se explicita desde las prime-
ducen cada uno de estos personajes? Dicho de
ras páginas del libro, cuando Levitsky y Ziblatt
otro modo, ¿por qué la gente vota por Trump o
señalan que han ideado “una prueba decisiva que
Bolsonaro? ¿Logran ellos visibilizar y encarnar
ayuda a identificar qué personas podrían conver-
algún problema ciudadano? ¿En qué han fra-
tirse en autócratas en caso de ascender al poder”.
casado los sistemas políticos que hoy no logran
Con ese objetivo en mente, diseñan un índice de
explicar su aparición? Para los autores, Hitler o
cuatro factores capaces de identificar el compor-
Fujimori serían autócratas que aparecen repen-
tamiento autoritario, como si una crisis política
tinamente para romper las reglas de buena con-
de esta naturaleza pudiera abordarse siguien-
vivencia imperantes, sin importar demasiado
do un manual de instrucciones, sin importar el
la historia o la realidad social que hay detrás de
escenario en que esta se desarrolla. La pregunta
cada uno de ellos.
inevitable es si acaso no sería necesario entender
En suma, podríamos decir que este libro es
los rasgos particulares de cada proceso antes de
performativo: las reflexiones parciales y a ratos
establecer modelos para reconocer tiranos.
antojadizas que hay en él constituyen la mejor
Por otro lado, lo relevante para los autores no
prueba de aquello que las élites no han sido ca-
es tanto entender la irrupción de estos perso-
paces siquiera de comprender. Así las cosas, es
najes, sino más bien la capacidad de las institu-
probable que haya Trump para rato.
ciones políticas para impedirles llegar al poder. Los partidos, dirán Levitsky y Ziblatt, deben ser capaces de aislar a los extremistas y alejarlos de 75
¿un mundo posliberal? reseña
El último de los hegelianos SANTIAGO ORTÚZAR Sobre Identidad: La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento (Barcelona: Deusto, 2019), de Francis Fukuyama
Fukuyama empieza Identidad afirmando que,
existe una relación fundamental entre el Estado
de no ser por el intrigante triunfo de Donald
moderno y las formas liberales que encauzan
Trump en noviembre de 2016, este libro no ha-
nuestro deseo de reconocimiento, es necesario
bría sido escrito. El escenario mundial no solo
iluminarla para comprender el presente.
deja perplejos a analistas, empresarios, aca-
Identidad forma parte de este programa de
démicos y ciudadanos de a pie, sino también al
investigación. En efecto, Fukuyama piensa que
mismo Fukuyama. Pues si en 1989, en un breve
existe un profundo problema institucional en
artículo en National Affairs, el filósofo estadou-
Estados Unidos, que gradualmente ha minado
nidense postulaba nada menos que el conflicto
las condiciones que hacían de su democracia un
por el reconocimiento —el motor de la historia
caso ejemplar para el mundo. Los grupos de inte-
humana— alcanzó su culmen con el régimen
rés han obstruido progresivamente la represen-
liberal-democrático occidental, ¿cómo explicar
tación política, haciendo del “establishment” un
la irrupción tan masiva de liderazgos y grupos
grupo insensible a las demandas de la población.
opuestos a la autonomía, el pluralismo y la glo-
Si a esto se suma la desigual distribución de los
balización que, se supone, caracterizan nuestra
costos y beneficios de la globalización, apare-
época? Si el deseo de cada persona de ser recono-
ce el fenómeno Trump: la “política del resen-
cida en su dignidad y agencia moral ya alcanzó su
timiento” de los grupos blancos precarizados y
forma institucional más acabada o completa bajo
la queja de quienes se consideran víctimas del
el régimen liberal, ¿cómo explicar las emergen-
desarrollo. La precarización y la desigualdad se
tes “democracias iliberales” de Trump, Orbán o
experimentan ante todo como una vulneración
Bolsonaro? Si asumimos las premisas de Fuku-
de la dignidad.
yama, ¿qué pueden encarnar estas figuras sino un retroceso en la odisea del espíritu humano?
Existe, además, una tercera variable: el énfasis creciente de la izquierda en los discursos identi-
En la última década, Fukuyama ha intentado
tarios. Siguiendo a Lilla, Fukuyama sostiene que
vincular sus tesis más propiamente filosóficas
esa tendencia va de la mano con el auge de una
con la investigación histórica, algo que ya había
derecha autoritaria y populista. Si la desigual-
ensayado en Confianza. Así, en Identidad afirma
dad lesiona la imagen que tenemos de nosotros
explícitamente que dos de sus textos más im-
mismos, perfilándonos como ciudadanos de se-
portantes (Los orígenes del orden político y Orden
gunda clase, la política identitaria de izquierda
y decadencia de la política) son un intento por re-
es incapaz de articular un discurso común que
escribir El fin de la historia en otros términos. Di-
apele a un “nosotros” que no esté fragmentado
chos textos quieren iluminar la génesis histórica
por los particularismos de la identidad. Sin ese
del Estado moderno a partir de dos ejes: por un
discurso, la izquierda carece de las herramientas
lado, las condiciones de posibilidad de un Esta-
necesarias para emprender una reforma distri-
do impersonal y burocrático; por otro, las cau-
butiva ambiciosa.
sas del retroceso de las democracias liberales. Si
76
Editorial: Deusto Año: 2019 Nº de páginas: 208 Precio: 19.95 €
Así, ante un Estado norteamericano capturado
con reintroducir algo de servicio comunitario y
por grupos de interés que minan la democracia,
compromiso cívico para que ellas dejen de inun-
una izquierda incapaz de transformar y una de-
dar nuestra vida pública.
recha crecientemente antiglobalista, ¿qué salida
Esta ambivalencia, sin embargo, no ayuda a
podría tener en mente Fukuyama? Su propuesta
entender cómo las identidades pudieron obtener
consiste en fortalecer nuestra identidad nacio-
la centralidad que hoy tienen en el discurso pú-
nal mediante formas más activas de participa-
blico. Fukuyama reconoce que el discurso de las
ción pública (como trabajar gratuitamente para
identidades tiene problemas, pero no está dis-
servicios comunitarios, participar en foros y de-
puesto a vincularlo con su propia teoría del re-
bates, etc.). Este tipo de prácticas, al construir
conocimiento. ¿La política identitaria no podría
identidades comunes y más atentas a las necesi-
ser, acaso, una consecuencia del mismo libera-
dades de los demás (un “nacionalismo cívico”),
lismo? Pero si así fuera, ¿no deberíamos cuestio-
ayudarían a revitalizar la democracia liberal. Si
nar la capacidad del liberalismo para superar el
logran encauzar debidamente el deseo de reco-
conflicto por el reconocimiento?
nocimiento, hay posibilidades de salir de la crisis.
Cuando el liberalismo es cuestionado, para
El diagnóstico de Fukuyama tiene el mérito de
Fukuyama la causa siempre parece ser exógena:
formular, en poco menos de doscientas páginas,
sean los grupos de interés o la política identita-
una interpretación del liberalismo que recupera
ria, los problemas del liberalismo se explican por
su dimensión igualitaria, su escepticismo ante la
fenómenos externos. ¿Por qué no preguntarnos
concentración del poder y el rol central de la dig-
si acaso hay algo en las formas liberales mismas
nidad y autonomía de la persona. No es claro, sin
que favorece su deterioro, que les impide cumplir
embargo, que Fukuyama quiera ir a la raíz de los
su propia promesa de reconocimiento? La razón
problemas que examina. De hecho, su interpre-
parece ser la siguiente: Fukuyama sigue conven-
tación más bien ambivalente de la irrupción de
cido de que el liberalismo es la meta de la his-
las identidades en política reclama mayor aten-
toria, de que la tesis hegeliana es esencialmente
ción. Pareciera que a ratos las considera un de-
correcta. Asume una filosofía del progreso que
safío central de la democracia contemporánea, y
lo deja ciego frente a los aspectos problemáticos
es por eso que movimientos como Me Too o Black
del presente, porque los interpreta como puro
Lives Matter habrían logrado visibilizar patolo-
retroceso, no como algo que reclame catego-
gías reales, expresar algo “verdadero”. Es indis-
rías propias y originales. Si Borges decía que ser
cutible que los Harvey Weinstein de este mundo
conservador es ser un escéptico, liberarnos “de
dañan nuestros deseos de reconocimiento. Pero
cualquier ilusión de que ayer difiere íntimamen-
en otras ocasiones, Fukuyama parece tratar las
te de hoy o diferirá de mañana”, quizá ser liberal
identidades como un mero particularismo, algo
significa, ante todo, albergar esa ilusión.
pasajero, la mera expresión de subjetividades carentes de relevancia política. Como si bastara
77
¿un mundo posliberal? reseña
Diablo conocido FERNANDO CONTRERAS Sobre The Demons of Liberal Democracy (Cambridge Polity Press, 2019), de Adrian Pabst
Adrian Pabst suma un nuevo volumen a la bi-
vez conocido el título y leídas las primeras pá-
blioteca de los críticos del liberalismo. Su tesis
ginas del libro se abre la expectativa, entonces,
—no muy novedosa— es que cierto liberalismo,
de conocer la posición del autor sobre, al menos,
que denomina indistintamente como “híper li-
las tesis de Deneen o Legutko. Pero la expecta-
beralismo” o “liberalismo contemporáneo”, se
tiva se frustra: Deneen apenas se menciona en
erosiona a sí mismo. Al socavar las propias ba-
una nota al pie del último capítulo, y Legutko —a
ses sobre las que descansa, el orden liberal sería
pesar de la referencia explícita en el título— no
“inherentemente” inestable. Ilustra su tesis con
aparece. La omisión no es simplemente una au-
la tampoco novedosa imagen del demonio. La
sencia de referencias, sino que va más allá, pues
democracia liberal, sostiene, tiene una tendencia
no se discuten las tesis con las que la opinión del
estructural a caer en formas de gobierno que los
autor podría entrar en tensión. Pabst postula que
clásicos llamaron viciosas: oligarquía, demago-
lo que “ha fracasado” no es toda la tradición li-
gia, anarquía y tiranía. Dedica un capítulo a cada
beral, sino una “polarización contemporánea”
uno de estos cuatro demonios buscando tanto
de ciertos ideales (libertad, individualismo y fe
explicar su carácter demoníaco como proponer
secular en el progreso). Por ello, sostiene que hay
remedios. Para ello se sirve del arsenal teórico de
que reconsiderar el liberalismo de autores como
autores bastante diversos entre sí, pero todos en
Tocqueville o Burke. Eso significa, en particular,
cierta medida críticos de algún liberalismo y de
mayor asociatividad y la generación de un teji-
la modernidad: Pierre Manent, Jean-Claude Mi-
do social más denso, rehabilitar las comunida-
chéa, John Gray, Mark Lilla, Christopher Lasch,
des intermedias y priorizar lo bueno por sobre
Charles Taylor o Karl Polanyi.
lo justo (lo que denomina un “sentido del bien
Uno de los principales problemas de este tex-
común”). Sin embargo, dejando de lado nom-
to podría ser la falta de novedad: no queda claro
bres y etiquetas, no queda demasiado claro qué
qué lo distingue de otras críticas al pensamiento
lo distinguiría, en términos gruesos, de alguien
liberal. Otro problema es la desproporción entre
como Deneen. El autor quiere seguir dentro del
la magnitud de la enfermedad expuesta y los re-
liberalismo, pero no explica qué diferencias sus-
medios prescritos para curarla.
tantivas habría entre ese tipo de liberalismo y la
La idea general de que el liberalismo —o al
propuesta “posliberal” de otros críticos.
menos cierto liberalismo— tiende a la autodes-
El libro se caracteriza por contener afirma-
trucción brota de diversas fuentes, y ha adquiri-
ciones categóricas. Sostener que el liberalis-
do mayor atención desde 2018 con la publicación
mo tiene problemas inherentes que lo llevan al
de ¿Por qué ha fracasado el liberalismo?, de Patrick
“fracaso” o a dinámicas “totalitarias” no es poca
Deneen. Por otra parte, la metáfora del demonio
cosa. Y aventurar posibles soluciones requie-
la conocimos en 2016 cuando Ryszard Legutko
re de buenos argumentos: la carga de la prue-
publicó su ensayo The Demon in Democracy. Una
ba es de quien critica. Pero buena parte de sus
78
Editorial: Polity Press Año: 2019 Nº de páginas: 160 Precio: 14.99 €
propuestas parece no estar a la altura de los pro-
regulatorio” para “transformar los medios de
blemas que plantea. Llaman particularmente la
comunicación” con mayor “pluralismo”. Todo lo
atención los casos de la oligarquía (los dueños de
cual, de nuevo, debe realizarse bajo el supuesto
los nuevos monopolios: banqueros, corredores
de un nuevo “ethos” y la “práctica de la virtud”
de bolsa, contadores y abogados) y la demagogia
en que, ampliando la idea de “razón pública” y
(manipulación de información e imposibilidad
evitando la manipulación de las opiniones, se
de discutir entre cosmovisiones).
discutan visiones sustantivas del bien y se pueda
Quienes han analizado críticamente al libera-
llegar a más “verdad” y menos “opinión”. A este
lismo han advertido que la relación entre gran-
nivel de generalidad cuesta ver con quién está
des empresarios y funcionarios del Estado puede
discutiendo: ¿hay alguien que haya propues-
ser problemática. El propio Pabst señala que los
to lo contrario?
intereses de legisladores y miembros del poder
The Demons of Liberal Democracy deja un sabor
ejecutivo tienden a ser capturados por parte de
agridulce, pues no todo es amargura. La “crisis”
sus donantes. La nueva oligarquía está com-
del liberalismo es un problema actual cuya re-
puesta tanto por políticos como por empresarios.
flexión requiere de muchas cabezas. Si las críti-
Por ello, sorprende que su gran propuesta sea
cas prueban ser sólidas, como parecen serlo, hay
crear mayor regulación antimonopolio. Sin ha-
buenas razones para pensar que es un tópico que
cerse cargo del potencial problema de que más
nos mantendrá ocupados durante los próximos
regulación invita a mayor captura del Estado, la
años. En este sentido, Adrian Pabst aporta al de-
propuesta queda coja. El autor confía en que la
bate reforzando las críticas y sugiriendo, como
creación de un nuevo “ethos” y mayor “volun-
han hecho otros, que el liberalismo no tiene por
tad política” serán capaces de hacer prevalecer
qué morir. Al mismo tiempo, este ensayo puede
el interés general por sobre el particular. Pero,
ser leído como un mensaje político. La propuesta
¿por qué habrían de cambiar las cosas ahora? No
de Pabst, quien es parte de una tradición de iz-
se nos explica de dónde podría venir esta nueva
quierda conservadora (Blue Labour Movement),
voluntad. Más aún, se llama a avanzar a hacia
prueba las limitaciones de la dicotomía entre
un tipo de esquema institucional económico que
izquierda y derecha. Las alas no progresistas de
“los países de Occidente nunca [sic] han tenido”.
la izquierda y la derecha se acercan a paso fir-
Ojo con el nunca: las personas no se conducen
me, y tal vez lo más interesante es que el terreno
en el vacío, nuestras instituciones moldean de
común es el cristianismo. The Demons of Liberal
manera significativa nuestras prácticas sociales.
Democracy es un texto, en muchos sentidos, cris-
Pabst ataca cuestiones estructurales sin propo-
tiano. Aunque no lo esperábamos, mientras una
ner cambios estructurales.
nube sombría se cierne sobre la razón ilustrada,
Su solución para la demagogia adolece de problemas similares. Pabst llama a un nuevo “marco
los brotes de razón cristiana parecen vislumbrar una nueva primavera.
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80
81
l o r e m i p s u m . e n s ayo
Lucho Gatica, suave invasión MARISOL GARCÍA
s común que bajo la etiqueta “música latina”
E
Latinoamérica, pero con residencia extendida
se estandaricen códigos que suelen ser muchas
en Estados Unidos o España. Todos ellos tienen
cosas menos eso. Para simplificarse las cosas,
equipos de colaboradores activos en el hemisfe-
medios y mercado reducen a unos pocos tópicos
rio norte y oficinas de producción que priorizan
las referencias casi incontables de ritmos, ins-
convenios y giras para los grandes mercados
trumentos, métrica y formas de interpretación
angloparlantes. Atendiendo sus diferencias, lo
típicos de veinte países —y todas sus regiones—
cierto es que a través suyo aprendemos poco de
y las mezclas (y remezclas y fusiones y concu-
nuestras propias raíces, pero mucho sobre qué
binatos) entre ellos. Se entiende, entonces, que
referencias a ellas se venden bien en el extranjero.
lo que en Sudamérica recibimos desde el Primer
El campo de batalla del mercado continen-
Mundo como nuevos hits de música latina no sea
tal en que los músicos latinoamericanos de los
casi nunca la devolución de algo que no supimos
cincuenta y sesenta consiguieron objetivas con-
atender a tiempo, sino un artefacto nuevo, adap-
quistas era distinto. Para esa lista de próceres
tado a tal cantidad de fórmulas que bien califica
del mambo, la bossanova y “La bamba”, el exo-
como producto importado.
tismo fue un rasgo a defender, y que en su caso
Veamos a los ganadores de la categoría de “ál-
llegó a ser premiado precisamente por su habi-
bum de pop latino” en los últimos cinco años
lidad para mostrar su diferencia sin sacudir las
de los Grammy: Claudia Brant (2018), Shakira
impecables normas de trato impuestas por la
(2017), Jesse & Joy (2016), Ricky Martin (2015)
gran promoción.
y Rubén Blades (2014) son músicos nacidos en 82
Ilustración: Romina Peña.
l o r e m i p s u m . e n s ayo
De esa excepcional mezcla de talento, identi-
Instalado en Ciudad de México desde 1955,
dad, atrevimiento y “don de gentes”, el chileno
una particular mezcla de ambición, capacidad de
Lucho Gatica (1928-2018) fue emblema, y el
trabajo, encanto personal y atrevimiento había
mundo encarnó en él su fascinación por el bo-
acelerado la carrera del joven de Rancagua no
lero, como si la fuerza completa de un género
solo con rapidez, sino también con alianzas de
típicamente centroamericano encontrase en
asombrosa efectividad. Era como si Gatica hu-
sus habilidades todo lo necesario para volverse
biera apostado a ganador en todas sus primeras
global.
decisiones sobre con quién trabajar, qué repertorio grabar y en qué condiciones hacerlo. Por
La conocida foto de Lucho Gatica con Elvis
eso, ya había podido no solo entrar a estudio con
Presley en los estudios MGM de Hollywood si-
el cantautor brasileño Tom Jobim, el arreglador
gue resultando asombrosa a sesenta y dos años
chileno Vicente Bianchi y el director de orques-
de haber sido tomada. No está en ella la estela de
ta mexicano José Sabre Marroquín, sino también
fugacidad ansiosa que hoy evidencian las selfies:
aprovechar una primera y breve visita a Londres
entre los reyes del bolero y el rock’n’roll parece
para dejar registradas cuatro canciones en los
haber una conversación distendida, de referen-
estudios EMI, los mismos que hoy conocemos
cias en común, gentileza y respeto mutuo. Ni el
como Abbey Road Studios.
chileno parece encandilado, ni al de Memphis lo comandan el apuro ni la incomodidad.
Para mediados de la década de los cincuenta, el nombre de Lucho Gatica ya no era solo el de un
“Tú eres muy famoso en los países latinoame-
chileno internacional, sino el de un cantante de
ricanos”, le habría dicho Presley a Gatica, y es
la más alta consideración entre sus pares, ade-
posible que ese recuerdo del chileno, consignado
más de un ídolo de multitudes en construcción.
en la revista Ecran, no tuviese una gota de fan-
Una tumultuosa anécdota en Perú iba a quedar
tasía jactanciosa. Para 1957, Lucho Gatica era ya
luego estampada en la novela La tía Julia y el es-
una estrella de marcas contundentes al menos
cribidor, de Mario Vargas Llosa, cuando el futuro
en Brasil, México, Puerto Rico y España. Están-
Premio Nobel, a la sazón libretista de radio Pa-
dares del bolero como “No me platiques más”,
namericana de Lima, se vio forzado a ejercer de
“Historia de un amor”, “Contigo en la distancia”
guardaespaldas para que la estampida de fanáti-
y “Bésame mucho” circulaban para entonces en
cas no barriera con él.
sus grabaciones como la versión de referencia.
Era esa estrella la que se cruzó con Elvis Presley en un estudio de Hollywood, y no era solo el
84
de “Love me tender” el que estaba ocupado (en
largado a la promoción incesante en vivo (Cuba,
otra mala película, probablemente). En 1957,
España, Puerto Rico… ¡Filipinas!), sin problemas
Capitol Records había largado en Estados Uni-
de mostrar su vida doméstica (junto a la por-
dos lo que sus ejecutivos llamaron “la ofensiva
torriqueña Mapita Cortés, su primera esposa, y
Gatica en USA”: un plan de conquista pacífica en
sus cinco hijos en común), y siempre sonriente
un medio musical hasta hoy desafiante para los
en fotografías a solas o con los más rutilantes
latinoamericanos.
compañeros y compañeras a su lado. La española
En septiembre de ese año, el bolerista ingresó a
Sara Montiel posó varias veces con el chileno, y
los legendarios estudios Capitol, en Los Ángeles,
en el recuerdo de su amistad hubo luego un cer-
para grabar nada menos que junto a la orquesta
tero diagnóstico de las características de su im-
de Nelson Riddle, el or-
pacto: “Fue un hombre
questador de Frank Sina-
que marcó una época, un
tra, Ella Fitzgerald y Nat King Cole. En un inglés impecable, arropado por arreglos de altura, el chileno confirmó en sus versiones para “Blue moon”, de Rodgers y Hart, “If I love”, del francés Loulou
“Tú eres muy famoso en los países latinoamericanos”, le habría dicho Presley a Gatica, y es posible que ese recuerdo del chileno no tuviese una gota de fantasía jactanciosa.
estilo. Un hombre maravilloso”, dijo una vez en la televisión la cantante y actriz de El último cuplé (hábil también ella misma en el cruce transcontinental
de
mercados).
“El bolero gracias a Lucho Gatica empezó a estar en
Gasté, y otras dos composiciones de autores estadounidenses, su total
auge, y todos recordamos perfectamente amores
comodidad con los códigos de trabajo de la gran
y desamores con los boleros de Lucho”.
industria mundial del espectáculo. Ediciones especiales del sello Capitol con tí-
Tratándose de Lucho Gatica, el ejercicio de re-
tulos en inglés para grabaciones de boleros, to-
copilar elogios de admiradores de alta estatura
nadas y zambas (Lucho Gatica sings South Ameri-
musical sirve para algo más que el encandila-
can songs, Lara by Lucho, entre otras) prueban la
miento. Lo que se asoma entre las loas que antes
prioridad que por un tiempo tuvo su expansión
y después de la muerte del cantante chileno ver-
en Norteamérica. Los contactos de Carlos Gastel,
tieron personajes como Chico Buarque, Armando
productor y manager de Nat King Cole, le per-
Manzanero, Raphael, Juanes o José Feliciano es,
mitieron al rancagüino convertirse en el primer
además de entusiasmo, un diagnóstico certero
latino en shows televisivos tan relevantes como
sobre el modo en el que una generación (y sus
los de Perry Como y Dinah Shore.
descendientes) conceptualizó cómo debía ser el
En la cumbre de su popularidad, se cuentan
canto romántico en castellano.
shows de Lucho Gatica en el Hollywood Bowl de
“Era el cantante favorito de mi padre, que
Los Angeles (1959) y en el Carnegie Hall de Nueva
siempre decía: ‘Estos chicos que cantan ahora
York (5 de abril de 1963), marca pionera esta últi-
boleros los cantan muy bien, pero como Lucho
ma para todo el canto latinoamericano. Una hora
Gatica, ninguno’”, recordó el español Alejandro
de presentación junto a la Orquesta Filarmónica
Sanz al momento de los obituarios. “Todo lo que
de Nueva York bajo dirección de Lalo Schifrin fue
se vaya a escribir en la música latina en térmi-
ocupada entonces por un repertorio de boleros,
nos de bolero tiene que pasar por Lucho Gatica,
tangos y otras canciones latinoamericanas.
obligado. Es el hombre que, con su voz, con su
“Llegó, cantó y triunfó”, reportó luego la nota en Ecran sobre ese concierto histórico en
manera de cantar, enseñó el espíritu de la preciosura”.
el recinto de la Séptima Avenida. Notas diver-
En una conferencia de prensa en Chile, pocos
sas en la prensa de la época registraban a veces
días después de la muerte del chileno en México,
con fascinación la vida nómade de un cantante
Joan Manuel Serrat se vio encantado de desviarse
85
l o r e m i p s u m . e n s ayo
un rato de las insistentes preguntas sobre el
en promoción, en personalidad y en ambiciones;
independentismo catalán y sus recuerdos de ju-
pioneras todas ellas para el modo en que luego
ventud: “Conocí a Lucho Gatica, fue amigo mío.
se comprendería su lugar en la música y la gran
Nos separaban los años y también los lugares en
industria.
que vivíamos, con él por tanto tiempo en México.
“El impulso central de su carrera siempre
He sido un ferviente admirador. Cantaba boleros
lo obtuvo Lucho Gatica de sí mismo, utilizan-
de Gatica desde mis años jóvenes, radiofónicos,
do todos los medios que estaban a su alcance
en los que vivía pegado a la radio, y le estoy muy
para desarrollar y encauzar su talento según los
agradecido por lo que me ha enseñado. Su forma
requerimientos de la época”, destaca el musi-
de cantar ha sido realmente una forma… diferen-
cólogo Juan Pablo González, y el propio can-
te. Es reconocible a todas luces. Al escucharlo, es
tante sostuvo esta misma idea al definirse a sí
imposible confundirle con otro. Nadie cantó ni
mismo como un cantante “con la convicción de
cantará como Gatica. Lamento su pérdida, pero
un artista”.
felicito la vida que artísticamente ha podido disfrutar, y ha podido regalar a la gente no solo del
En la discografía de los músicos hispanopar-
bolero, sino de la canción, del tiempo musical
lantes hoy famosos en Estados Unidos suele ha-
que le tocó vivir. Si usted sigue mi repertorio verá
ber un antes y un después de la conquista a gran
que está lleno de canciones aboleradas y de bo-
escala, cuando los pulsos primarios —los más
leros disimulados. Porque en el fondo el bolero
cercanos y espontáneos— ceden el paso a recur-
y la balada caminan mucho de la mano. El bole-
sos estandarizados, en los que “lo latino” no es
ro es nuestra balada por excelencia, y me muevo
flujo central sino más bien una bien hilada red de
por ella de una manera absolutamente natural. A
guiños y adornos. Un bongó o un bandoneón, una
cualquier hora del día y sobre todo de la noche”.
sección de bronces entrenada en las rancheras o
Para un madrileño y un barcelonés, pero tam-
un acelere de percusión aprendido de la salsa se
bién para cariocas, habaneros, limeños y pa-
presentan como recursos suficientes para que
risinos (creo recordar que también Aznavour
un auditor europeo o norteamericano crea estar
le dedicó alguna vez sus elogios), Lucho Gatica
frente a una manifestación cultural foránea en
encarnó no tanto un repertorio de éxito como
toda regla. En los discos de superestrellas hispa-
un estilo del cual sacar lecciones. Los actuales
noparlantes como Luis Miguel, Gloria Estefan o
intérpretes hispanoamericanos de éxito pueden
Luis Fonsi la presencia de citas musicales a sus
hacer circular por el mundo códigos anclados
países de origen no supone, en lo absoluto, un
en las formas de sus canciones y de su imagen,
abrazo decidido a sus raíces. Están en su derecho
pero no realmente un estilo distintivo de inter-
de hacer canciones amables para las radios in-
pretación. Quedan casi siempre sus hits, no sus
ternacionales, y nosotros en el nuestro a llamar a
rasgos particulares. Gatica los tuvo en canto y
lo suyo pop y balada.
86
Las marcas de géneros latinoamericanos ca-
el diario español ABC. “Yo seguí en mis trece,
paces de encantar a Estados Unidos bajo reglas
porque no podía cantar de otro modo de cómo
propias son emocionantes porque han sido
lo sentía. Mi estilo, si se puede definir así, une la
excepcionales, lo cual no quita un ápice de con-
emoción y una voz que ayuda a expresarla. Mis
tundencia a la conquista. Quizás sean la bossano-
canciones son pequeñas historias con las que los
va y el bolero los dos géneros nacidos en nuestra
oyentes pueden de alguna manera identificarse:
región que con mayor prestancia se instalaron en
una frase, una sensación, un recuerdo, una re-
el mercado norteamericano durante la segunda
ferencia... y se produce el milagro. Ahí creo que
mitad del siglo XX. Lo hicieron con sus autores,
radica mi éxito”.
voces, productores y conjuntos a cargo. Al me-
Es innegable que en esa autoevaluación faltan
nos por un momento, la música latina dejó de
varias claves para explicar cómo un joven ranca-
ser con ellos una adaptación al gusto dominante
güino exalumno de los Hermanos Maristas ter-
para convertirse en una fuerza invasora propia-
mina con una estrella en el Paseo de la Fama en
mente tal. Dulce, melancólica y cadenciosa, pero
Hollywood, pero está, al menos, la disposición
invasora al fin.
de quien se evalúa a no distraerse en datos cuan-
“Cuando comencé, hubo quien dijo que era
tificables. Lo dice él y lo dicen los demás, antes,
imposible que alguien triunfara cantando así”,
ahora y quizás hasta cuándo: se trata de una cosa
recordó una vez Lucho Gatica en entrevista con
de estilo.
Marisol García es periodista, y se ha especializado en música popular y canción chilena. Ha escrito y editado numerosos libros, entre los que destacan Canción Valiente. 1960-1989. Canto social y político en Chile (Ediciones B, 2013), que ganó el Premio Municipal de Santiago en la categoría de mejor investigación periodística el año 2013, y Llora, corazón. El latido de la canción cebolla (Catalonia/CIP-UDP, 2017), Premio Pulsar a la Mejor publicación musical literaria. Además, es coeditora del sitio MusicaPopular.cl y parte del equipo que organiza el festival IN-EDIT, que se concentra en la exhibición de documentales y cine musical. 87
l o r e m i p s u m . e n s ayo
Los impuestos como espejo de la ciudadanía ANDRÉS BIEHL
88
P
ocas cosas nos entregan una mayor sensación
de normalidad que escuchar a políticos y comen-
felizmente con la nerviosidad de actores políticos y cientistas sociales.
taristas anunciando el fin de nuestra democracia
Salvo, claro, que esta sensación de estabi-
por los bajos niveles de participación electoral y
lidad sea ilusoria y que detrás del maquillaje
por las tristes tasas de confianza que la ciudada-
tengamos un problema. Existen, desde luego,
nía deposita en ellos. Nadie los podría culpar. Las
cambios cercanos más palpables y visibles como
señales se acumulan. Todos los días, las encues-
el envejecimiento, la migración y el desconten-
tas marcan la confianza a la baja mientras las
to, y algunos más globales como el declive del
noticias muestran el pánico de los involucrados
proyecto liberal y el nuevo orden geopolítico.
al alza. Pero queda la extraña sensación de que
Nuestro entorno se vuelve menos familiar; la
todo marcha como corresponde. Ya no sorpren-
incertidumbre puede volverse crítica. La esta-
den los intentos de algún actor de maquillar la
bilidad parece menos común que el hecho de
impopularidad, a veces torpemente, sumándo-
acostumbrarse a ella. Podemos buscar pistas de
se a algún movimiento social, argumentando
una crisis, entonces, en momentos que desafían
que un escándalo está dentro del marco legal o
esa naturalidad. Son los tiempos de crisis los que
incluso interviniendo la señalética de los semá-
generan instituciones nuevas o modifican con
foros en alguna esquina. No deja de sorprender
cierto dramatismo las existentes.
que esta sobreexcitación se haya convertido en
Fue el caso de la llamada legislación revolucio-
parte de nuestra calma cotidiana. De alguna for-
naria en el período entre 1925 y 1931, con Car-
ma, la apatía y la desconfianza pueden convivir
los Ibáñez del Campo como protagonista. Una 89
l o r e m i p s u m . e n s ayo
combinación de eventos económicos externos y la acumulación de conflictos sociales internos dio paso a un conjunto de iniciativas institucionales. Las esperanzas fueron puestas en la triple fe en el progreso, la capacidad técnica o científica del gobierno, y en la juventud. Pablo Ramírez (1886-1949), ex diputado radical y mano derecha de Ibáñez, infundió esa confianza en los tiempos nuevos y encarnó la apuesta en los jóvenes, la capacidad de gestión y la añorada llegada del reino de los ingenieros por sobre el de los abogados. A pesar de un breve paso por el seminario, Ramírez había construido una trayectoria que ponía el acento en la ciencia, muchas veces en conflicto con la Iglesia Católica. Una vez en el gobierno como ministro de Hacienda, sin embargo, no dudó en acudir al clero para conseguir que una de las instituciones recientemente creadas, el impuesto a la renta (1924-25), pudiera funcionar. En 1927 escribió al Arzobispo de Santiago, Crescente Errázuriz: “Este Ministerio considera que no existe en la conciencia nacional el hábito del impuesto, ni el de la honrada declaración de las rentas ni tampoco el del pago de lo debido a la colectividad. Por el contrario, no es escaso el número de contribuyentes que ponen en juego procedimientos reprobados y deshonestos para evitar el cumplimiento de sus obligaciones con el Estado. Esta grave situación obliga al gobierno a recurrir a todas las fuerzas morales para obtener eficaz ayuda en su obra de reconstrucción nacional…”. Luego de rendirle algunos elogios, concluye rogándole que “valiéndose de su alta investidura espiritual (…) guíe e incite a los contribuyentes en el correcto y honrado cumplimiento de sus obligaciones para con el Estado e influya en el público con el fin de destruir la firme resistencia que existe a una legítima carga tributaria”1. Afortunadamente para Ramírez, el Arzobispo se comprometió a que “en la Escuela, en el Templo y en todos aquellos sitios a donde llegue la
1 El episodio está genialmente reconstruido en Patricio Bernedo, “Prosperidad económica bajo Carlos Ibáñez del Campo, 1927-1929”, Historia 24 (1989): 5-105.
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no pasa solamente porque las reglas estén bien hechas o que el diseño sea técnicamente eficiente y simple de entender por quienes deben seguirlas. Sin duda, todo eso importa. Detrás de su acto está el reconocimiento de que crear una regla es menos importante que instalar una motivación para entenderla como obligación y seguirla. Entonces, ¿de dónde proviene esa motivación? ¿Es posible, por decirlo de alguna forma, involucrarse emocionalmente con una regla? Y en particular, ¿cómo obligarnos, a través de los recurvoz del sacerdote, este enseñará a los fieles que
sos que entregamos, con otros que no conocemos
los mejores cristianos son también los mejores
y que recibirán esos recursos?
ciudadanos y que deben cumplir con los deberes y sacrificios que la patria impone”.
El consenso académico indica que nuestra capacidad de cumplir y cooperar tiene que
Puede leerse de distintas maneras que un
ver con percepciones hacia el Estado y nues-
ministro, seguro de la capacidad de la técnica,
tros conciudadanos. En el caso de la llamada
necesite recurrir a la religión para tratar (no re-
“moralidad tributaria” la recurrencia empírica
sultó) que un conjunto de reglas funcione. Hoy
parece ser esta: si esperamos que otros paguen,
existen las campañas de publicidad, como las
que el Estado fiscalice y sancione la evasión, y
del Transantiago. Lo interesante es, en verdad,
que utilice bien esos recursos, la probabilidad
el lenguaje. Un ministro que influyó decisiva-
de que paguemos es mayor. Se produce una es-
mente en el desarrollo institucional de Chile y en
pecie de contagio de moralidad, en parte, porque
la separación de Iglesia y Estado, se ve obligado
está en nuestro interés cumplir2.
a emplear abstracciones algo imprecisas como
Pero esto no es suficiente. Pensemos por un
“todas las fuerzas morales” para diagnosticar la
segundo la implicancia práctica de estos resulta-
ausencia de compromiso y explicar la “firme re-
dos. ¿Qué política pública introducimos para que
sistencia” a una nueva institución.
la amenaza de sanción del Estado sea creíble?
Ramírez, como varios de su generación, en-
¿Basta solo con aumentar el presupuesto de fis-
tendía el impuesto a la renta como una de las
calización, modernizar —lo que sea que esto
tantas herramientas, y no la más decisiva, que
signifique— la gestión? ¿Cómo mejoramos las
se podían utilizar para salir de la crisis, volver
expectativas que nos inspiran nuestros conciu-
a la normalidad y alcanzar la modernidad. Este
dadanos, que sea razonable creer que otros están
afán de orden se sostenía en dos pilares. Para
pagando al igual que nosotros? La confianza no
un país acostumbrado por años a las rentas del
se crea por arte de magia, requiere un cambio de
salitre, existía la esperanza de que los impuestos
hábito. La cooperación no se decreta por ley.
“domésticos” fueran un componente menor del
Las motivaciones para cumplir con obliga-
pacto fiscal y volvieran a predominar los tribu-
ciones en una democracia son algo curioso. No
tos a los recursos naturales. También se sostenía
es solo un problema de sanción y de interés per-
en el convencimiento de que contábamos con
sonal. La obligación descansa en una ilusión,
las mejores herramientas, los conocimientos más avanzados de la época, y que bastaba usarlas para que el país se volviera menos vulnerable frente a crisis globales y más robusto frente a las tensiones internas. Para usar una expresión reciente, solo faltaba la bencina. La carta de Ramírez pone de manifiesto que el problema de que una institución política funcione
2 El libro emblemático es el de Marcelo Bergman, Tax Evasion and the Rule of Law in Latin America: The Political Culture of Cheating and Compliance in Argentina and Chile (Pennsylvania: The Pennsylvania State University Press, 2009). Este tema ya había sido tomado por organismos internacionales para promover reformas, por ejemplo en OECD, Latin American Economic Outlook 2008 (París: Development Centre, OECD, 2007).
91
l o r e m i p s u m . e n s ayo
en la creencia de que la regla es nuestra obra. Si
de visibilizar la creación y cumplimiento de una
consentimos en un orden, porque nos sentimos
obligación compartida.
sus creadores, estamos dispuestos a obligar-
Tenemos una historia de riquezas de recursos
nos a cumplir sus normas. Cumplo porque es mi
naturales que ilusiona de otra forma: la ilusión de
obligación, no la impuso nadie. Pero la ilusión
que podemos financiar el desarrollo sin generar
es frágil. Para afirmarla es necesario visibili-
—al menos explícitamente— sacrificios com-
zar y experimentar las acciones que nos obligan
partidos. Siempre son otros los que pueden pagar,
mutuamente. Una manera de experimentarla y
y parece más eficiente y justo que así sea: los más
visibilizarla es generalizando la exposición a esas
ricos, los extranjeros, el cobre, el litio, el salitre,
obligaciones, vernos enfrentados a una misma
etc. Es una tentación permanente: ahorrarnos
situación, desde las élites políticas y económi-
la construcción de obligaciones por pensar que
cas hasta el último ciudadano. Se trata de una
otros están obligados. Por buenas razones, en-
sensación breve pero poderosa de igualdad. La
tre ellas de justicia, pensamos que quienes no
conscripción en tiempos de guerra, el ritual de
tienen deben ser incluidos como beneficiarios de
las elecciones o el peso simbólico de la educación
la vida política, nunca como sus actores y con-
instancias
tribuyentes. El problema
que,
tradicionalmente,
está aquí: sin obligación
han
visibilizado
pública
son
ese
conjunto de obligaciones recíprocas en el desarrollo del Estado moderno. A través de ellas nos representamos para la acción colectiva. El Estado moderno está atravesado por instancias que nos permiten visibilizar la igualdad y afirmar
Por buenas razones, entre ellas de justicia, pensamos que quienes no tienen deben ser incluidos como beneficiarios de la vida política, nunca como sus actores y contribuyentes. El problema está aquí: sin obligación dejamos de ser actores.
dejamos de ser actores. Al menos, claro, en el plano de la visibilidad, porque a fin de cuentas todos contribuimos por medio de instrumentos más bien invisibles y muy eficientes como el impuesto al valor agregado (IVA). Esa contribución está escondida.
obligaciones que realizamos porque tienen un
Por contraste, buena parte de los Estados oc-
valor por sí mismas—sin mediar una campaña
cidentales generalizaron impuestos domésticos
publicitaria o la apelación de nuestro interés
al ingreso a toda la población como uno de los
personal—. Por ello todavía se resiente cuando
sacrificios que habilitan para la ciudadanía.
se modifican o tocan estos símbolos. Por ejem-
Históricamente, la moralidad que surge y que
plo, un ramo de educación cívica puede que no
entiende los impuestos como obligación, nada
sirva mucho y esté mal enseñado; sin embargo,
evidente ni natural, está atravesada por la movi-
la señal de eliminarlo hiere la sensibilidad de
lización a la guerra, grandes acuerdos nacionales
muchos. La apelación a valores cívicos descan-
por determinadas políticas sociales y, usual-
sa, de otra manera, en que nos vemos actuando
mente, el tránsito de impuestos “de clase” (solo
en conjunto y le damos sentido a esas mismas
cobrados a los más ricos) a impuestos masivos
reglas que creemos haber creado. Las obliga-
(al menos gravados a todos los adultos). Incluso
ciones hacen efectiva nuestra membresía en una
en países de riqueza similar a Chile a comienzos
comunidad.
del siglo pasado, se trató de experiencias que
En temas tributarios es particularmente delicado crear esta ilusión. No se trata solamente de
pusieron a todos “juntos” frente a un desafío común3.
que la asimetría social sea mayor —un debate entregado a técnicos donde, a veces, poco parece importar la opinión de aquellos no considerados expertos—; se trata sobre todo de la dificultad
92
3 Kenneth Scheve y David Stasavage, Taxing the Rich: A History of Fiscal Fairness in the United States and Europe (Princeton y Oxford: Princeton University Press, 2016).
La forma de declarar importaba por igual
final, tenemos la sensación de que el Estado se
que la cantidad de contribuyentes. Llenar una
financia solo y que la ciudadanía se juega más al
declaración y entregarla a tiempo al Estado, a
momento de recibir que de contribuir.
pesar de quedar liberado del pago, podía ser
Al igual que en el pasado, todas las reformas
decisivo para la formación de una conciencia
que se discuten hoy enfrentan el desafío de mo-
ciudadana. Una instancia tediosa, engorrosa, a
tivar. Todavía parece que hay más esperanza en
veces pauteada anualmente como el formulario
la juventud, el progreso y la tecnología que en
1040 en Estados Unidos, con lápiz grafito y pa-
procesos más lentos, más pesados y menos es-
pel, ayudó a generalizar una experiencia colecti-
pectaculares, sobre hábitos que nos vuelven con-
va y visibilizar una obligación compartida hacia
fiables y obligaciones que nos tornan morales.
el Estado4. Ello requería a su vez alfabetización
Siempre será difícil generalizar la cooperación si
masiva. El impuesto a la renta delineó los con-
quienes proponen reformas parecen no cumplir-
tornos de la formación cívica.
las o no quedan expuestos a las consecuencias de
El problema que enfrentaba Ramírez y que
estas, sean positivas o negativas6. Una regla, una
todavía no está totalmente resuelto consiste
técnica y una publicidad no crean motivación por
en cómo generalizar obligaciones y politizarlas
sí solas. Solo lo logran las instancias de vida en
cuando aparentemente quedan escondidas. Lo
común mantenidas en el tiempo, donde nos ve-
que lleva a la dificultad de crear una motivación
mos haciendo lo mismo, incluyendo a los líderes,
para cumplir: de entender una obligación como
y cumpliendo con las reglas que rigen esa vida
propia. Las razones son muchas: está impuesta
colectiva.
por otros que parecen no cumplirla (escándalos
Hoy sería difícil pensar dónde podría ir un
sobran a estas alturas). La presión moral por
ministro Ramírez a pedir prestada autoridad a
cooperar parece débil. Para la élite, ser los úni-
“todas las fuerzas morales” del país para mo-
cos visiblemente atados al destino fiscal del país
tivar la cooperación. ¿Al Congreso o al poder
puede ser sentido como injusticia. Alternativa-
judicial? ¿A Carabineros o al Ejército? ¿Volver a
mente, la evasión se interpreta como creatividad
acudir a la Iglesia Católica o, tal vez, a la Igle-
legal, la aceptación de la pillería como práctica
sia Metodista Pentecostal? Nos van quedando
legítima porque la oportunidad de evadir debe
publicistas y abogados, pero poco se logra con
ser aprovechada o para no quedar como estúpi-
marketing o con leyes si no hay responsabilidad.
dos (los otros lo hacen). Finalmente, porque po-
Más que quejarse de la participación, la descon-
demos pensar que el Estado es ineficiente5.
fianza y anunciar el fin de los tiempos, hay que
Todo esto nos lleva a una paradoja. A pesar del diagnóstico de ineficiencia, nos gusta la imagen
predicar con el ejemplo. No es otra la definición de liderazgo.
de un Estado ejemplar, que no somos ni Argentina ni Venezuela, pero no tenemos dudas en que es legítimo, en algunas ocasiones, hacer todo lo necesario para que no pueda sostenerse. Como los edificios y árboles viejos de nuestras ciudades,
Andrés Biehl Lundberg es doctor en sociología por la Universidad de Oxford.
nos gusta un patrimonio institucional pero no
Actualmente es profesor del Instituto de
creemos que sea nuestro deber ni nuestra obli-
Sociología de la Pontificia Universidad
gación cuidarlo. Queda la duda de si queremos traspasarlo. No lo sentimos como nuestro. Al 4 Lawrence Zelenak. Learning to Love Form 1040: Two Cheers for the Return-Based Mass Income Tax (Chicago y Londres: University of Chicago Press, 2013). 5 Jorge Atria, “Legalism and creativity: tax non-compliance in the eyes of the economic elite”, International Review of Sociology 29, 2019: 1, 58-79.
Católica de Chile e investigador del Núcleo Milenio para el Estudio del Curso de Vida y la Vulnerabilidad (MLIV).
6 El punto queda enfáticamente expuesto en la noción de “arriesgar el pellejo” en Nassim Nicholas Taleb, Skin in the Game (Londres: Allen Lane, 2018).
93
lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta
“Si perdemos el lenguaje, perdemos pensamiento y capacidad de conexión” POR RODRIGO PÉREZ DE ARCE
Aunque sus apariciones en los medios de co-
¿De donde surge la inquietud de escribir un en-
municación se han multiplicado desde que
sayo sobre la crisis de las humanidades?
asumió como la primera mujer directora de la Academia Chilena de la Lengua, Adriana Valdés (1943) tiene una larga trayectoria dedicada a las humanidades, lo que la ha lleva-
Hoy se escriben papers, artículos susceptibles de entrar en revistas indexadas, que dan puntos a quien escribe si es académico de una universidad, y a la unidad académica a la que esa perso-
do a ser reconocida y querida por sus pares.
na pertenece. Eso le sirve a la universidad para
A partir de su obra Redefinir lo humano: las
acreditarse, y genera un sistema infernal en el
humanidades en el siglo XXI (Universidad de
que uno ve a las mejores mentes de la generación
Valparaíso, 2017), conversamos sobre la situación actual de la universidad, el papel del lenguaje en una sociedad virtual y el uso de las redes sociales.
desgastarse en rellenar formularios absolutamente absurdos. ¿Su ensayo nace, entonces, de un diagnóstico crítico de la academia actual? Te voy a contar de dónde viene la inquietud. Me lo pidieron para un congreso en Bolivia hace tres años, sobre humanidades, donde venían personas de toda América Latina y de Norteamérica. Me pareció bastante curioso que me lo pidieran a mí, pero como vivo con la idea de que estoy vieja
94
Fotografía: Rosario Castillo.
Adriana Valdés, ensayista:
y que será mi último trabajo, cosa que no suce-
Esos dos adversarios vienen desde afuera, ¿hay
de nunca, quise darme el gusto de escribir no lo
alguno que venga desde adentro?
que la gente espera que escriba, sino escribir lo que pienso. Estoy muy angustiada por haber de-
Eso es lo que traté en la segunda parte del libro.
dicado una vida entera a las humanidades y ver
Al preguntarme sobre el agotamiento de la cul-
las condiciones en las que se encuentran hoy:
tura impresa, que se inicia con Gutenberg, me
se han transformado las humanidades en una
estoy preguntando por un agotamiento del for-
especialidad más, con guetos donde la gente solo
mato de la enseñanza y aprendizaje de las huma-
se lee una a otra cuando prepara una tesis sobre
nidades. Antes de Gutenberg, la imagen era muy
esos temas. Pensar que a eso le dediqué la vida
importante, más importante que la palabra, y en
entera me deprimía mucho.
la civilización en que estamos viviendo la imagen vuelve a ser muy importante, aunque de otra
¿Se trata de una crisis mundial o también toca
manera. La palabra escrita e impresa era hasta
a Chile?
ahora lo central, lo cual, dada la plasticidad del cerebro humano, iba conformando el cerebro a
Esas reflexiones no son sobre Estados Unidos o
medida que se aprende. Tú lees de izquierda a
Europa, son realmente sobre la situación del es-
derecha, vas de comienzo, a medio, a final, estás
tudio de las humanidades en Chile. Me interesó
esperando una conclusión. Todas estas cosas tie-
porque quería revivir el ensayo en oposición al
nen que ver con una forma de conocimiento muy
paper. Cuando salió, publicar un libro no daba
relacionadas con el medio técnico, la imprenta. Y
puntos académicos, lo que es una locura (por no
tenemos desde Gutenberg un talento fantástico
decir una estupidez).
para dividir, y no para juntar las disciplinas. Entonces, por ejemplo, somos capaces de estudiar
¿En qué consiste esa crisis de las humanidades?
la historia del Renacimiento sin haber visto ja-
Usted menciona dos “adversarios formida-
más una pintura de esa época, sin darnos cuenta
bles”: el excesivo afán de lucro y el modelo de
de que estamos exactamente en el mismo lugar
evaluación tomado de las ciencias duras.
y que entender uno nos lleva a entender mejor la otra. Las cosas más interesantes ya no se están
Recuerda que no son solo las ciencias duras, sino
dando dentro de las disciplinas, sino entre ellas,
una conveniencia de la burocracia. Tanto las
en los intersticios.
ciencias duras como las humanidades están en una trampa muy similar, que es la trampa de los
¿Una mirada demasiado disciplinar a la reali-
burócratas que necesitan hacer cuadros y datos
dad tiene riesgos, entonces?
comparables unos con otros, aunque estén, en el fondo, comparando peras con manzanas. Eso
Se pierden las cosas. Pongo ahí el verso de Nica-
no te lleva a pensar en cosas verdaderamente
nor Parra “El automóvil es una silla de ruedas”,
interesantes.
porque todo lo que tú ganas en una dimensión lo
95
Fotografía: Kelly Sikkema.
lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta
pierdes en las otras, y puedes perder la capacidad
que estaba leyendo, algún instrumento para en-
de hacer un discurso bien hilado, por ejemplo.
tender algo que a la primera te deja sumamente
Puedes perder determinadas formas de racioci-
perplejo. Resolver esa perplejidad y encontrar la
nio. Pero prefería enfocarme en mostrar lo que
teoría o el pensamiento que te permita hablar de
podemos ganar, qué asimilamos como nuevo y
eso es lo que me hizo crecer el cerebro, y dar-
como bueno.
me cuenta de que las cosas no necesariamente tienen sentido solo cuando están expresadas en
¿Cómo se armó ese camino, capaz de mirar en-
un párrafo coherente.
tre disciplinas? ¿Hay alguna responsabilidad de las universidaEso me pasó desde el año 74, siendo profeso-
des en esta crisis?
ra en Literatura y Estética. Después del golpe me fui de la Universidad Católica, y empezaron
Te contesto con una anécdota. Siempre llegaban
a llegarme muchos pedidos de artistas para que
generaciones de alumnos a verme. Uno de los pri-
escribiera sobre ellos, porque la mayor parte de
meros grupos que llegó hizo un solo número de
los críticos de arte estaban en el exilio, y no se
una revista, financiada por la universidad, que se
publicaba nada en los diarios. Ese asunto fue muy
llamó Lo. Ese grupo estaba compuesto por Andrés
extraordinario, porque yo no tenía formación en
Claro, filósofo que ha escrito libros maravillosos;
esas áreas. Pero la formación no era fundamental
Matías Rivas, que dirige la editorial de la UDP, y
porque el tipo de arte que me tocaba ver no exigía
Patricio Fernández, fundador del The Clinic. Te-
conocimientos específicos en pintura renacen-
nían unos 22 años. Querían reflexionar sobre la
tista. Tuve que buscar en lo que había leído, en lo
universidad, y para eso quisieron hablar con tres
96
personas: José Joaquín Brunner, Pablo Oyarzún
Usted es una activa usuaria de Twitter. ¿Cómo
y yo. José Joaquín no llegó a la cita, por lo que se
cambia la relación entre intelectuales y público
grabó la conversación entre Pablo y yo. Llega-
con estas redes sociales, que abren nuevos es-
mos a ideas bastante radicales, porque veíamos
pacios pero al mismo tiempo polarizan?
una universidad tecnificada, que, si llevamos las cosas al extremo, viene del financiamiento
Vivo mucho en la experimentación. Mi experi-
que les dio el Banco Mundial a las universidades
mento es trabajar el Twitter sin violencia, igual
chilenas en los años ochenta. Se les impusieron
que la crítica: si hay alguna obra que me parece
ciertos estándares, entre los que estaba la acre-
abominable jamás escribiría sobre ella, salvo que
ditación y las revistas indexadas, para asegurar
haga un mal muy grande a la sociedad. Pero si no
la seriedad y comparabilidad de los estudios. Eso
me gusta una exposición, no voy a escribir sobre
se hizo por parte de los técnicos y economistas
esa exposición; si me parece malo un artista, me
para salvaguardar sus inversiones. En esa con-
voy a correr si me pide un texto. No voy a salir
versación hablamos también de otra cosa: de
a decir que algo es malo. Encuentro que lo más
la idea de universidad, de cómo había empeza-
estupendo es poder celebrar y explicar por qué
do, y cómo, por ejemplo, en la ribera izquierda
celebro. Indicar con el dedo “mira, estoy leyendo
del río Sena había maestros, y a su alrededor se
tal cosa y me parece así o asá”, y resulta que con
juntaban discípulos. Las
eso se crean comunidades
universidades tenían que
virtuales bien interesan-
ver con estos maestros y la gente que los seguía, y aprendía filosofía y teología con ellos. Los seguían, como peripaté-
Diría que la universidad es más universidad cuando uno va abriendo camino, no cuando estás repitiendo.
ticos. No había un lugar,
tes. Tengo unos amigos en Twitter que nunca he visto, que si me vieran en la calle como soy, una señorona grandota, vieja y cuica, imagínate si me
no había mucha jerarquía, y lo que fundamen-
irían a hablar. El asunto es que en esto vamos
talmente creaba la universidad eran la capacidad
más allá de ese tema y hay una cierta afinidad
y las ganas de aprender de un maestro que sabía
intelectual y de reacción ante las cosas que va
más que tú, y la convivencia con unos pocos más
creando una comunidad que antes era imposible.
que estaban interesados en las materias. Eso es
Eso vale la pena experimentar.
muy básico, pero eso es la universidad. En el libro defiende que las humanidades son Y hoy es un puntaje y un edificio…
un “vaso comunicante” respecto de las otras
Si fuera autoridad universitaria entendería todo
cracia y estaría en riesgo. ¿No le estaremos pi-
eso. No somos cien mil personas, sino muchos
diendo demasiado a las humanidades?
ciencias. Eso es muy importante para la demo-
millones. Las formas de relacionarnos son muy distintas al Medioevo, pero diría que se puede
Creo que no, porque el vínculo fundamental en-
tener una verdadera experiencia de universidad
tre todas las humanidades es el lenguaje. Si per-
cuando te toca un profesor extraordinario, con
demos el lenguaje, perdemos pensamiento y ca-
una materia que te interesa particularmente, y
pacidad de conexión, pero con las humanidades
cuando como discípulo no solo absorbes conte-
ganamos ambas cosas. No es que las humanida-
nidos perecibles, sino una manera de proceder en
des sean solo aprender la historia de Carlomagno;
relación con el conocimiento, una cierta honesti-
significa poder hablar de eso, poder comunicar-
dad intelectual, una curiosidad abierta. Diría que
lo. Si uno no tiene lenguaje, mucho me temo que
la universidad es más universidad cuando uno va
no tiene pensamiento diferenciado. En muchos
abriendo camino, no cuando estás repitiendo.
aspectos, tener un buen dominio del lenguaje significa poder organizar los pensamientos. El
97
lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta
lenguaje es un tesoro común de las humanida-
cito siempre es que a Benjamin le tocó percibir
des, pero sobre todo es un tesoro común de la
una cultura que, como la nuestra, estaba hecha
humanidad.
pedazos. En ese tiempo la fachada todavía existía, pero había ciertas mentes agudas que se da-
¿La crisis de la democracia pasa por una crisis
ban cuenta que esa cultura se caía a pedazos y
del lenguaje?
estábamos viviendo de fragmentos.
Eso creo. Mario Vargas Llosa lo dijo de manera
Su postura es que el futuro de las humanidades
muy brutal; le fue pésimo porque se tiró contra
parece estar cada vez más ligado a lo multi-
los indígenas. Pero una cosa que dijo era cierta:
disciplinario y lo transdisciplinario. ¿Cómo se
cuando llegaron los españoles, los indígenas te-
resguarda la especificidad de las humanidades
nían como mil idiomas y no se entendían entre
en esta mezcla? ¿No existe un riesgo de que se
ellos. Y al no entenderse entre ellos, se “entre-
desdibujen?
mataban”. En la medida en que no se tiene un lenguaje común con otro, lo va percibiendo como
Juan Villoro, escritor mexicano, decía que sabe-
radicalmente otro. Trump, si fuera multilingüe,
mos cada vez más acerca de cada vez menos. Si
no sería tan bruto, porque cuando sabes más de
quieren ustedes mantener un gueto de gente que
un idioma sabes que hay más de una manera de
estudie la derivación sintáctica en los poemas de
organizar el pensamiento. Cada idioma recorta la
cualquier persona, lo puede hacer. Pero cuando
realidad de manera distinta.
se trate de hablar de poesía, que no necesariamente se trate de hablar de minucias, sino que
Una de las referencias centrales del libro es
se pueda hablar en general, que el foco no sea
Hannah Arendt. ¿Qué reflexiones le ha inspira-
el académico como destinatario, sino una cosa
do su obra y su figura?
notable que le dijo Alfredo Jaar a Bruno Cuneo cuando estábamos armando un libro en conjun-
Está muy vigente. La conozco de muchas mane-
to. Bruno hizo una pregunta súper teórica, y Al-
ras. La primera fue como la persona que hizo tra-
fredo lo miró y le dijo “no pienses como artista.
ducir al inglés a Walter Benjamin y creó ese libro
Piensa como ser humano”. Si uno piensa en ese
maravilloso que son las Iluminaciones a partir de
niño destinatario, ese joven destinatario, tienes
múltiples textos que tenía Benjamin en alemán,
que poder comunicarte. Es contrario a la esencia
que no era conocido en inglés. Ella miraba a Ben-
de las humanidades, del lenguaje, transformar-
jamin con una actitud deliciosa, decía que era el
las en una ciencia impenetrable. Se corre el ries-
marxista más raro que uno pudiera imaginarse,
go de que se desdibujen, que se banalicen. Pero
porque su relación con el marxismo era absolu-
creo que la irrelevancia es un riesgo más impor-
tamente extraña. Por otra parte, una imagen que
tante todavía.
98
LA VOCACIÓN EN TIEMPOS DE DESENCANTO BELTRÁN UNDURRAGA
l o r e m i p s u m . e n s ayo
Mi fórmula para expresar la grandeza en el ser humano es amor fati [amor al destino]: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y aun menos disimularlo —todo idealismo es mendacidad frente a lo necesario— sino amarlo. Friedrich Nietzsche, Ecce Homo ¡Ah, pero qué clase de mañana es esta, que me despierta a la estupidez de la vida, y a su gran ternura! Fernando Pessoa, Libro del desasosiego
“L
Weber a reconocer, y aceptar con madurez, las
ca como vocación”, las dos famosas conferen-
condiciones de la vida social moderna; a condu-
cias que el sociólogo alemán Max Weber dictó
cir la propia vida sin albergar ilusiones respec-
hace un siglo ante estudiantes universitarios en
to a la existencia de soluciones definitivas a los
Múnich, poseen un valor intelectual que des-
problemas y contradicciones de la modernidad,
borda a las ciencias sociales, donde gozan de
y sin abrigar, por tanto, resentimientos cuan-
un estatus canónico. La reflexión de Weber so-
do las causas que abrazamos chocan con la es-
bre el sentido, las condiciones y el alcance del
túpida terquedad del mundo. El legado de estas
conocimiento científico y de la acción política
conferencias se encontraría, así, en su radical
interpelan, hoy como ayer, a todo individuo que
sinceramiento de las posibilidades de realización
aspira a desempeñarse profesionalmente en el
del ser humano en medio de aquel “mundo
mundo académico o la arena política. Y en la me-
desencantado” a cuyo análisis e interpretación
dida en que problematizan de manera ejemplar
Weber dedicó su vida académica.
a ciencia como vocación” y “La políti-
el destino del ser humano en el mundo moder-
Aunque las conferencias fueron editadas
no, las conferencias son también relevantes para
póstumamente en conjunto —en castellano bajo
un público general. A pesar de ser intervenciones
el título El político y el científico1—, las separa una
originalmente articuladas en respuesta a un
acontecida distancia de poco más de un año. “La
contexto histórico, político y cultural específico,
ciencia como vocación” fue dictada en noviem-
el diagnóstico epocal articulado en ellas conserva
bre de 1917, en una Alemania agotada por el es-
buena parte de su vigencia.
fuerzo bélico de la Gran Guerra y conmovida por
Es imposible hacer en esta reseña una re-
las dos Revoluciones rusas de febrero y octubre.
visión sistemática de todos los aportes teóri-
En enero de 1919, cuando Weber pronuncia “La
cos que hacen de estos textos un punto obliga-
política como vocación”, Alemania había sido
do en la formación sociológica. Sí es posible,
derrotada, y la Revolución de Noviembre comen-
en cambio, relevar el gesto fundamental —a la
zaba su declive con la represión del levantamien-
vez filosófico, ético y político— con que Weber
to espartaquista, marcado por el asesinato de
provocó a su audiencia en Múnich; un gesto
Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht días antes
que, a pesar de la distancia, desafía tanto y más
de la conferencia. El clima político y cultural era
al lector contemporáneo. La actualidad de “La ciencia como vocación” y “La política como vocación” hay que buscarla en el llamado que hace 100
1 Max Weber, El político y el científico (Madrid: Alianza Editorial, 1967).
incierto. Weber, ampliamente reconocido como
progreso en términos morales o de justicia so-
uno de los intelectuales públicos más influyentes
cial, impone la mera administración eficiente
de Alemania, había sido invitado a dictar ambas
de las cosas como el valor supremo que rige la
conferencias por el rector de la Universidad de
conducta humana. Weber describe un mundo
Múnich. El marco de la invitación era una serie
en el que todo aquello que no puede ser medido,
de foros organizados por una asociación de es-
calculado y gestionado ha sido expulsado de las
tudiantes liberales de izquierda en torno al tema
instituciones sociales, incluyendo, ante todo, la
del “trabajo intelectual como vocación”.
pregunta por el sentido (que Weber problematiza
Weber sabía muy bien que su audiencia estaba
en la primera conferencia invocando a Tolstoi).
conformada en su mayoría por jóvenes idealistas
La interpelación weberiana tiene un diag-
ávidos de orientación y certezas. Esa efervescen-
nóstico: un mundo kafkiano y carente de sentido.
cia explica el gesto esencial de las conferencias.
Tales condiciones demandan una disposición o
Tal como advierte enfáticamente al comienzo de
temperamento que Weber no cree percibir en su
ambas intervenciones, lo que diría iba a defraudar
audiencia. El individuo con vocación académi-
las expectativas de esos
ca o política, que busca
estudiantes reunidos en
un
Múnich y, por extensión,
del
las de todo individuo que busca en la ciencia o la política refugios seculares capaces de ofrecer respuestas ciertas y objetivamente fundadas a los dilemas de la condición humana moderna. Por el contrario, su propósito era educar a su audiencia
El individuo con vocación académica o política debe estar dispuesto no solo a soportar una realidad desencantada, porfiadamente recalcitrante a sus propósitos, escasa en garantías y carente de certidumbres finales. Debe también saber amarla.
sentido
en
desencanto,
medio debe
estar dispuesto no solo a soportar una realidad desencantada, porfiadamente recalcitrante a sus propósitos, escasa en garantías y carente de certidumbres finales. Debe también
saber
amarla.
Sin amor fati, sin querer el propio destino a sa-
respecto a la incompatibilidad entre ese anhelo y
biendas de las circunstancias, el individuo está
las condiciones reales del mundo.
condenado a la frustración y el resentimiento. Lo
Es en este contexto que el problema de la cien-
que hace Weber es aplicar un test nietzscheano:
cia y la política en tanto vocaciones, asume su
a pesar de todo el sinsentido de la vida social,
centralidad. La idea de “vocación” (beruf) había
tanto en la academia como en la esfera pública,
desempeñado un rol crucial en el famoso argu-
¿está usted dispuesto a perseverar en su vocación
mento de Weber sobre la afinidad entre el espíri-
y amar el mundo tal cual se lo encuentra?2 Las
tu capitalista y la ética protestante del trabajo.
dos conferencias comparten por ello una mis-
Con Lutero y Calvino, el trabajo mundano había
ma estructura. Weber comienza aclarando las
adquirido una dignidad históricamente inédita como “tarea encomendada por Dios”, de modo que en la beruf se jugaba el sentido último de la existencia del creyente. Es importante retener las resonancias religiosas que perviven, en las conferencias, en la idea de vocación: lo que está en juego es la posibilidad de que el individuo encuentre, en la ciencia y en la política, algún sentido al mundo y a la propia existencia. Y esto en una época en que la sociología de Weber se define por el despliegue de una “racionalización” científico-técnica que, lejos de describir un
2 Hacia el final de su vida, Weber reconoció a un estudiante que “uno puede medir la integridad de un académico moderno, y especialmente la de un filósofo moderno, por la manera en que concibe su relación con Nietzsche y Marx… El mundo en que existimos es, intelectualmente, un mundo en gran medida estampado por Marx y Nietzsche”. En Wolfgang Mommsen, The Political and Social Theory of Max Weber (Cambridge: Polity, 1992), 54. Así como la influencia de Marx en La ética protestante y el espíritu del capitalismo es incontestable, es la impronta de Nietzsche la que anima las conferencias aquí reseñadas.
101
originales a pesar del sudor invertido; el imperativo de la especialización como destino inexorable; y la caducidad inherente a todo logro científico. Todo investigador, aclara Weber, debe trabajar bajo el entendido de que sus eventuales descubrimientos serán marginales, y con la expectativa de que tarde o temprano serán superados. Tales condiciones demandan ser toleradas con pasión, disciplina y entrega a una causa que trasciende la propia individualidad. Así las cosas, ¿qué sentido puede tener la vocación científica? ¿Qué podría ameritar tal entrega? La respuesta de Weber, relativa a las “condiciones internas” de la vida académica, vuelve aún más severo el test de resiliencia al que somete a su audiencia. Porque la ciencia —a diferencia del pasado, y a causa de su propio progreso— es impotente para responder a la pregunta por el sentido. La ciencia, sostiene Weber, presupone determinados valores, como la dominación técnica de la naturaleza. Pero no condiciones externas de la vocación científica
puede fundarlos. No está llamada a zanjar los
y política —aquellas que resultan de la “buro-
conflictos entre valores, ni por tanto a fundar
cratización”3 de la academia y el Estado— para
la política sobre bases objetivas. Todo lo que la
luego detallar sus condiciones internas, subjeti-
ciencia puede ofrecer es claridad (y no evidencia)
vas o existenciales.
respecto a los valores últimos: un saber sobre los
Así, “La ciencia como vocación” comien-
medios necesarios para alcanzarlos y sobre las
za constatando la “norteamericanización” de
consecuencias implicadas en su adopción. En la
la organización del trabajo y las prácticas de
medida que ofrece claridad sobre las condiciones
empleo y promoción de las universidades ale-
e implicancias de la vida académica —y nada
manas. En la práctica, eso significaba que quien
más— la conferencia misma ejemplifica la vo-
quisiera seguir una carrera académica debía es-
cación científica que Weber postula.
tar dispuesto a tolerar una serie de circunstan-
En el caso de “La política como vocación”,
cias capaces de desalentar al más convencido
las condiciones externas remiten también al
amante de la verdad: precarias condiciones
proceso de burocratización que marca el de-
de trabajo en los escalafones más bajos de la
venir histórico de Occidente. La vida política
jerarquía universitaria; promociones académicas
moderna, aclara Weber, se desenvuelve inevi-
basadas en factores azarosos y extra-científicos
tablemente en torno al Estado, cuya adminis-
(como la popularidad de los docentes); bajísi-
tración se funda en la dominación que ejercen
ma probabilidad de dar con hallazgos o ideas
leyes, normas, y estatutos eminentemente impersonales. La máquina burocrática se rige por la obediencia al cargo, y por la calculabilidad y
3 En nuestro contexto es fácil malentender el sentido que Weber le da a la burocracia, donde la devoción al procedimiento es sinónimo de agilidad y aptitud. La noción weberiana refiere a una máquina técnicamente eficiente, distinta a las asociaciones que el término tiene en nuestro imaginario, más bien asociado a la lentitud, y tan bien expresado cuando Mafalda llama a su tortuga “Burocracia”.
102
predictibilidad de los procedimientos; todo ello “sin consideraciones personales”. Los partidos políticos también se organizan burocráticamente como empresas para la captación de votos, indiferentes al contenido ideológico sustantivo que la máquina debiese servir.
Para Weber, la vocación política implica en
investigación, la mediatización de la política vía
cambio una lucha de ideologías que no puede
redes sociales y la concomitante trivialización de
zanjarse apelando a las reglas o estándares
las luchas ideológicas.
técnicos del burócrata. Lo político acontece
La prueba a la que Weber sometió a su au-
como conflicto “personal” entre valores últi-
diencia de universitarios en Múnich sigue
mos, y requiere por tanto de líderes carismáti-
interpelándonos. No es, ciertamente, un test fá-
cos entregados a una causa. El político enfrenta
cil de aprobar. Para quienes, ayer y hoy, no están
entonces el desafío mayúsculo de preservar su
dispuestos a hacer este pacto con el mundo, la
espacio de acción de cara a un aparato buro-
alternativa esbozada por Weber, aun cuando no
crático que, por su propia naturaleza, es hostil
haya sido la suya propia, no deja de ser significa-
a cualquier consideración valorativa que no sea
tiva: “A quienes no puedan soportar virilmente
la eficiencia. Por otro lado, la dimensión interna
este destino de nuestro tiempo hay que decirles
de la política está condicionada por la tensión y
que vuelvan en silencio, llana y sencillamente, y
complementariedad entre la entrega personal a
sin la triste publicidad habitual de los renegados,
una causa política y la madurez necesaria para
al ancho y piadoso seno de las viejas Iglesias, que
asumir las consecuencias, intencionadas o no, de
no habrán de ponerles dificultades. Es inevitable
la propia acción (entre la ética de la convicción y
que de uno u otro modo tengan que hacer allí el
la ética de la responsabilidad).
‘sacrificio del intelecto’. No se lo reprochare-
La política, insiste Weber, implica en últi-
mos si de veras lo consiguen. Tal sacrificio hecho
mo término el uso del poder y la violencia, y ese
en aras de la entrega religiosa sin condiciones
“pacto con el diablo” vuelve ilusoria cualquier
es éticamente muy otra cosa que ese olvido de
pretensión moralizante en la lucha por imponer
la simple probidad intelectual que se produce
los propios valores. “Solo quien está seguro de
cuando alguien no tiene ánimo bastante para
no quebrarse cuando, desde su punto de vista,
darse cuenta de su propia postura básica y se
el mundo se muestra demasiado estúpido o de-
facilita a sí mismo esa obligación por el camino
masiado abyecto para lo que él le ofrece; solo
fácil de relativizarla”5.
quien frente a todo esto es capaz de responder con un ‘sin embargo’; solo un hombre de esta forma construido tiene ‘vocación’ para la política”4. Ese es el test del amor fati con que Weber concluye su segunda intervención. A cien años de estas conferencias, valdría la pena poner al día el diagnóstico weberiano sobre las condiciones, externas e internas, de la
Beltrán Undurraga es sociólogo y licenciado
vocación académica y política. Muchas de las
en filosofía por la Pontificia Universidad
circunstancias que Weber identificó parecen conservar su vigencia: la creciente especialización y relativa precarización de la vida académica, la
Católica de Chile, y doctor en Ciencia Política por la Universidad de California,
impotencia normativa de las ciencias (patente
Los Ángeles (UCLA). Es profesor asistente
hoy ante la crisis climática), la impersonali-
del Instituto de Sociología de la PUC,
dad del aparato estatal, la maquinización de la
donde enseña teoría social y filosofía. Su
política o el “buenismo” de izquierdas y derechas. Otras condiciones son inéditas, como la hegemonía de los estándares métricos de
investigación se centra en las relaciones entre tecnociencia, política y sociedad.
productividad académica, la dura competencia por acceder a fuentes de financiamiento para la
4 Max Weber, “La política como vocación”, 180.
5 Ibíd.
103
lorem ipsum
Banda
sonora
ANGÉLICA OVALLE
104
uando nos preguntamos hoy por la música
C
que este avance ha tenido en la vida concreta de
que escuchamos, quizá lo primero que se nos
las personas y en el desarrollo de movimientos
revela es que sea cual sea, se trata de nuestra
políticos, sociales y culturales desde hace ya un
música y no la del vecino: escuchamos lo que
siglo, somos, en un mundo repleto de ruido, poco
queremos, cuando queremos, y podemos ha-
conscientes de las características e importancia
cerlo en solitario o con quien lo estimemos con-
de nuestra cultura auditiva y musical.
veniente. Como personajes de una película, nos
Tendemos a dar mucho por sentado: compro-
movemos con naturalidad con nuestras cancio-
metidos con la era del registro sonoro, enten-
nes por el mundo, empapando nuestra realidad
demos la música como algo que se crea (trabajo
con los sonidos que escogemos; tenemos, a fin de
que generalmente hacen otros), se graba (si no,
cuentas, un dominio hasta hace poco inimagina-
¿para qué crearla?) y luego se escucha (de forma
ble sobre nuestra escucha, sobre la banda sonora
más bien pasiva). La experiencia en vivo, por su
de nuestro día a día.
parte, relegada por muchos al terreno de lo oca-
Si la portabilidad de la música en estos térmi-
sional y/o innecesario, es comúnmente evaluada
nos no es algo, en rigor, tan nuevo —ya ha pasa-
en función de una referencia clara: la grabación
do más de un siglo desde que aparecieron los pri-
que tenemos en mente como público. Y es que la
meros aparatos que permitieron llevar la música
versión de estudio, que en sus primeros tiempos
grabada de paseo—, el bajo costo y la diminuta
buscaba reflejar lo más fielmente posible lo que
materialidad de los dispositivos que hoy hacen
hacían los músicos frente a su auditorio, terminó
posible dicha portabilidad han permitido que sus
considerándose la guardiana del verdadero sonido
beneficios sean aprovechados por una inmensa
de una creación (llegó a ser la creación) y no un
cantidad de personas. Además, gracias al cons-
punto cualquiera de comparación o, lo que sería
tante incremento en la capacidad de almacena-
correcto: una ficción construida generalmente
miento de los aparatos y al creciente acceso a in-
por partes en un entorno aislado donde todo está
ternet, nuestra colección musical portable se ha
sujeto a control.
hecho prácticamente ilimitada: en nuestras mo-
La música grabada irrumpió en el mundo hace
chilas o bolsillos podemos llevar los sonidos de
ya casi un siglo y medio, y lo hizo, qué duda cabe,
países y épocas distantes, también los propios;
para quedarse. Desde el fonógrafo y sus cilindros,
obras recién estrenadas y las de aquellos que ya
cada tiempo ha tenido sus técnicas de grabación,
no están; discografías completas de todos los
sus formatos y sus reproductores, y es verda-
autores que nos plazca, los más diversos estilos
deramente difícil pensar en una vida futura sin
musicales, ritmos, visiones de mundo, culturas,
este registro. Ahora bien, ¿dejó la música de ser,
temáticas, texturas sonoras, versiones y un lar-
por ello, inasible? ¿Cuánto de lo que escuchamos
guísimo etcétera.
permanece, gracias a la posibilidad de registrar
Desde sus inicios, la portabilidad de la mú-
el sonido? ¿Es menos efímera la música hoy que
sica ha constituido un elemento ampliamente
hace doscientos años? David Byrne, en su libro
democratizador. Sin embargo, pese al impacto
Cómo funciona la música, señala: “Antes de que la
105
l o r e m i p s u m . e n s ayo
música grabada se hiciera omnipresente, para la
más nítidamente vivimos (con otros) la música,
mayoría la música era algo que hacíamos. Mucha
para luego verla escaparse de nosotros como acto
gente tenía un piano en casa, cantaba en misa
poético, en palabras de Vladimir Jankélévitch,
o experimentaba la música como público de un
cuya única dimensión es el tiempo3. De alguna
concierto. Todas esas experiencias eran efíme-
manera, la experiencia en directo de la música
ras: nada permanecía, nada quedaba, excepto en
es quizá la que mejor condensa tanto su carácter
el recuerdo (o en el recuerdo de los amigos) de lo
escurridizo como su dimensión social y vital.
que habías escuchado o sentido… Era inasible. Y, la verdad sea dicha, sigue siéndolo”1.
Y es que por más efímera e inasible que sea la música que disfrutamos, esta implica, en todo
Resulta en cierto modo irónico, pero la música
momento, conexiones y vínculos concretos. Hay
no solo sigue siendo inasible, sino que lo es más
canciones que nos recuerdan nuestra infancia,
que hace unas décadas: el desarrollo tecnológico
alguna amistad, amores o desamores, momen-
ha llevado a la desmaterialización extrema de su
tos especiales y episodios banales. La música se
soporte, permitiéndonos acceder a un universo
cuela por todas partes en nuestra vida, bom-
ilimitado de canciones y obras musicales de las
bardeándola de sentido y memoria, y nos lleva a
que no guardamos registro físico, pero que nos
terrenos en los que somos con otros. ¿No ocurre,
pueden acompañar a cualquier lugar, en todo
por ejemplo, que la perfección del sonido —ob-
momento, sin necesitar
sesión entendible— deja
más que un teléfono (co-
de ser relevante cuando
nectado a internet, claro) para ello. Nos ilusionamos entonces con la idea de que tenemos la música atrapada en nuestro bolsillo; sin embargo, ya no podemos palparla, como antes creía poder hacerlo
En una especie de vuelta al pasado, poco a poco ha ido recobrando fuerza la experiencia musical en directo, que permite la vivencia conjunta de músicos y oyentes.
la memoria nos asalta con una canción que consideramos
entrañable?
En una época teñida de individualismos, a ratos nos es difícil advertir esta evidente dimensión social de la música y tendemos a considerarnos solo
el coleccionista común de discos. La música, como nos recuerda Byrne, “es
un par de oídos al final de la cadena de la indus-
una bestia huidiza”2.
tria musical; no obstante, el lenguaje de la músi-
Desde la perspectiva de los músicos, el avance
ca nos pertenece a todos, como comunidad, pues
incesante de las tecnologías también ha genera-
“donde la palabra falta, allí comienza la músi-
do importantes sacudidas en el modo de ejercer-
ca; donde las palabras se detienen, el hombre no
se el oficio. Hoy, las instancias de grabación y de
puede hacer más que cantar”4.
distribución se han vuelto cada vez más fáciles
Desde que nacemos, los más pequeños pa-
y accesibles… pero menos rentables. El corolario:
sos y dificultades se sortean cantando. Dormir,
en una especie de vuelta al pasado, poco a poco
comer, vestirse, caminar, decir las primeras pa-
ha ido recobrando fuerza la experiencia musical
labras, pasear… casi todas estas acciones lle-
en directo, que —en un tiempo y lugar concre-
van aparejada una canción. Con el inicio de los
tos— permite la vivencia conjunta de músicos y
primeros aprendizajes formales se suceden las
oyentes, cada cual con sus expectativas y goce,
melodías para saludar, dar las gracias, ordenar,
y la apreciación de la música en términos de
conocer el mundo, ¡aprender el abecedario!, en-
aquello imposible de capturar, por más esfuer-
tablar amistad con los pares, decir adiós. Desde
zos que se realicen. Es en esta instancia donde
muy temprano en nuestra vida, la música no es
1 David Byrne, Cómo funciona la música (Barcelona: Penguin Random House, 2017), 81.
3 Vladimir Jankélévitch, La música y lo inefable (Barcelona: Alpha Decay, 2005), 14.
2 Ibíd., 268.
4 Ibíd., 118.
106
solo algo que —para quienes no somos músicos
La música nos introduce en el misterio, nos
de profesión— recibimos, sino principalmente
identifica, nos muestra el mundo, nos une, a
algo que experimentamos haciendo, casi siempre
veces nos calma, nos entusiasma, nos integra;
en comunión con otras personas. Aun cuando la
también nos divide, nos atemoriza, y actúa en
era de la grabación nos ha inculcado un hábito
nosotros de formas que no siempre podemos
más bien pasivo o espectador en nuestra rela-
describir. Cómo, dónde y con quién escuchamos
ción con la música —acercándola a los paradig-
música no son trivialidades (la película Coco lo
mas más propios de otras expresiones de arte—,
representa a la perfección, ¿no?). Y menos aún,
en cuanto forma artística, la música es para sus
qué escuchamos.
receptores más vital, más acto, más ligada a la
Si detenemos la mirada en nuestra realidad
experiencia del tiempo individual y más ritual
local, ¿qué podemos responder a estas pregun-
en la vivencia del tiempo compartido, que otras
tas? Tiende a analizarse la escena musical de
artes. Somos protagonistas de la música que da
un país exclusivamente a partir de sus autores
un propósito a nuestro mundo, pese a que la ad-
—como portavoces de un mensaje—, cuando lo
miración por los artistas profesionales y nuestra
cierto es que el modo en que una sociedad par-
infinita gratitud por las obras que nos entregan
ticipa de su música es quizá más elocuente. De
nos llevan con frecuencia a olvidarlo. La música
ahí el énfasis que realizan Juan Pablo González
se trenza con la vida misma; de ahí quizá que no
y Claudio Rolle en la importancia de escuchar y
podamos atraparla como querríamos.
comprender nuestra música popular. A su enten-
La desmaterialización de la música no solo ha
der, son amplios los sectores de la población que
favorecido la revalorización de la actuación en
articulan formas de sentir, pensar, relacionarse,
vivo —haciéndonos, de paso, más conscientes
actuar, ver el mundo y experimentar su propio
de su carácter social—, sino que, además, ha ex-
ser en base a ella5. Una de las preocupaciones de
tendido y nos ha devuelto esa posibilidad de ser
Fidel Sepúlveda, aunque en un campo de trabajo
también, en un sentido amplio, cocreadores en el
algo diferente, tenía que ver con la educación de
quehacer musical de nuestra sociedad. La cerca-
los sentidos. En lo que aquí nos atañe: “es nece-
nía que hoy propician los músicos profesionales a
sario educar el oído para que escuche lo que es
la hora de mostrar su trabajo favorece los forma-
preciso escuchar”6… ¿Qué escuchamos, como
tos de escucha más relajados, menos verticales,
sociedad, hoy?
más participativos y festivos, más inundados de
La actual escena musical chilena da cuenta de
ritualidad. El músico, admirado como solo puede
un fervoroso dinamismo: centenares de músicos
serlo un músico, se convierte en un facilitador de
trabajando géneros y estilos diversos, muchos de
algo más grande que su propia creación. La mú-
ellos creando codo a codo con otros grandes artis-
sica, por su parte, adquiere cuerpo en el público.
tas del mundo. Diferentes encuentros, festivales
Algo en esta vivencia, por inexpresable que sea,
y proyectos visibilizan año a año la riqueza de
queda. Y tenemos plena conciencia de ello.
la escena musical nacional. Hay música chilena
Es desde luego paradójico, pero el desarrollo
para todos los gustos, y muy abundante. Y, como
de la tecnología, la desmaterialización del so-
avistábamos antes: la presencia cada vez mayor
porte sonoro, la portabilidad de la música, su
y más constante de música en vivo en la ciudad
omnipresencia y ubicuidad en la vida contempo-
nos permite escuchar en directo a nuestros ar-
ránea, no solo nos han permitido colmar la expe-
tistas predilectos no en una oportunidad, sino
riencia cotidiana individual con una banda sono-
en varias. Ha crecido la conexión entre el mú-
ra personal, sino que también nos han permitido recuperar el entusiasmo por la más primigenia, ritual y social de las formas de experiencia musical —la música en directo—. Paradoja propia de un fenómeno misterioso, capaz de abordar la vida humana en cualquiera de sus aspectos, pues se cuela en su devenir.
5 Juan Pablo González y Claudio Rolle, Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 (Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2005), 27. 6 Fidel Sepúlveda, “Estética: Educación de los sentidos y sentido de la educación”, en Aisthesis 29, 1996, 28.
107
l o r e m i p s u m . e n s ayo
sico y su público; de hecho, internet nos provee
qué, y por qué? Y, en momentos de total so-
de una multiplicidad de videos sobre cada crea-
breabundancia de información: ¿cómo guiamos
ción, que pueden provenir del trabajo en estudio
nuestra escucha? Todas estas son preguntas de
o de actuaciones en directo, a los que accedemos
respuestas complejas pues, aunque nuestra cul-
tan fácilmente como a las grabaciones oficiales
tura auditiva no es, en general, parte de nues-
cuando queremos escuchar música, y que incluso
tras preocupaciones, nuestros sonidos revelan
podemos haber grabado nosotros mismos. Por
mucho de lo que somos y lo que queremos ser,
si fuera poco, el día a día
y nos permiten, si así lo
de los músicos, a través
queremos, empatizar con
de las redes sociales, se nos revela con todo tipo de detalles: accedemos a la cotidianeidad de su quehacer y al anhelado backstage utilizando para ello el mismo teléfono donde hacemos sonar la música. Se han evaporado, a fin de cuentas, fronteras que hasta hace poco nos parecían bien
¿Quiénes son los que se sienten convocados por nuestros músicos? ¿Cuánta afinidad sentimos con aquellas obras que, con nuestros códigos sonoros, hablan de nosotros mismos? ¿Qué notas damos, cada uno de nosotros, en el quehacer musical de nuestra sociedad?
otros,
aceptar
nuestra
historia, conocernos, integrarnos y encontrarnos. En una escena participativa y horizontal, la experiencia vital de la propia música no implica solamente una identificación con el destino de nuestro país o una mayor comprensión de los vaivenes y anhelos de
delineadas entre lo grabado y lo en vivo, lo oficial
nuestra sociedad; también esta experiencia se
y lo informal, el artista y el auditor.
convierte en escuela de creatividad. La cercanía
En este contexto, ¿quiénes son los que se sien-
física y el simple hecho de que somos sujeto y
ten convocados por nuestros músicos? ¿Cuánta
objeto a la vez, nos permite ver efectivamente
afinidad sentimos con aquellas obras que, con
cómo ocurren las cosas, entender qué intuicio-
nuestros códigos sonoros, hablan de nosotros
nes hacen surgir nuevas obras y multiplicar las
mismos? ¿Qué notas damos, cada uno de noso-
inquietudes que guían todo lo anterior. No pare-
tros, en el quehacer musical de nuestra sociedad?
ce sensato taparse los oídos. Lo que suena somos
Si décadas atrás la profunda división de nues-
nosotros mismos.
tro país podía palparse en sus escenas sonoras, ¿cuál es la realidad actual? ¿Quiénes escuchan
Angélica Ovalle es historiadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es autora de los libros Juegos tradicionales (Amanuta, 2011), Fiestas religiosas de Chile (Nueva Patris, 2011) y Reforma agraria chilena. Testimonios de sus protagonistas (en coautoría con Ángela Cousiño; Memoriter, 2013). Es también creadora del proyecto Manivela. Cajas de música chilena (manivela.cl), cuyo propósito es destacar canciones relevantes y significativas de la cultura popular chilena. 108
Ilustración: Romina Peña.
OLIMPO : HANNAH ARENDT
lorem ipsum. olimpo
H
annah Arendt nació en Alemania en
En este contexto, para Arendt se vuelve
1906, en el seno de una familia judía. Aunque
especialmente relevante reconocer la cen-
no practicaban la religión, su propia trayec-
tralidad de la política. En su libro póstumo
toria y los acontecimientos históricos la en-
¿Qué es la política?, defendió que esta “trata
frentarían inevitablemente a la pregunta por
del estar juntos y los unos con los otros de los
esa identidad.
diversos. Los hombres se organizan políti-
Se formó como pensadora en las univer-
camente según determinadas comunidades
sidades de Marburgo, Heidelberg y Fribur-
esenciales en un caos absoluto, o a partir de
go, vinculándose con filósofos de la talla de
un caos absoluto de las diferencias”. Con esta
Martin Heidegger, Karl Jaspers, Hans Jonas
definición, Arendt intentaba no solo reivin-
y Edmund Husserl, entre otros. Arendt fue
dicar la política como el espacio de lo común,
no solo una testigo privilegiada de la fractu-
sino también asegurar el reconocimiento de
ra irremediable de las dos Guerras Mundia-
la diversidad de ese mundo compartido en
les, sino que experimentó en carne propia el
un momento especialmente amenazante.
auge del nacionalsocialismo y la experiencia
Así, reconoce que cada persona ocupa un lu-
del exilio en Francia y Estados Unidos. Vivió
gar distinto en el mundo compartido, y que
y procesó con singular profundidad los vai-
cada uno ve y oye desde una posición dife-
venes sufridos por la humanidad durante el
rente. Su llamada parece especialmente vi-
siglo XX. En este convulsionado escenario,
gente hoy, pues muestra una consideración
su pensamiento y su obra lograron articular
por la diferencia que no conduce a la frag-
ese “mundo compartido” que parecía des-
mentación en identidades cerradas sobre sí
vanecerse ante sus ojos.
mismas, sino a una afirmación razonada de
Su obra es extensa y sus aportes innumerables, aunque probablemente sea en
110
lo distinto, que obliga a reconocer la centralidad de la vida compartida.
La condición humana donde Arendt alcan-
Si en su definición de política la diferen-
za con mayor claridad el estatus de figura
cia ocupa un lugar central, también lo hace
imprescindible dentro de la teoría política.
el tema de la natalidad. Para Arendt, el na-
En este agudo balance de la humanidad, la
cimiento es nada menos que el “milagro que
filosófa delimita aquellas “generales ca-
salva al mundo”, la posibilidad esperanza-
pacidades” que nos constituyen universal-
dora de un nuevo comienzo, asegurado por
mente como hombres. Asimismo, identifica
la aparición única e irrepetible de cada ser
los elementos característicos de una nueva
humano. Se trata de un acontecimiento radi-
era que tendió a encerrar al individuo en su
cal, cuya contrapartida es la gratitud por re-
propia conciencia. En su aguda descripción
cibir la vida, actitud que se convierte en una
de la sociedad moderna, Arendt introducirá
alternativa poderosa frente a las corrientes
su influyente tesis de la “desmundaniza-
nihilistas contemporáneas. Reconocer lo re-
ción”: donde otros solo veían el problema de
cibido de manera gratuita –la vida misma, la
la secularización, ella observó la pérdida del
existencia del hombre y el mundo– ayuda a
Padre en los cielos y, sobre todo, del mundo,
encontrar un sentido donde este parecía es-
que termina por encerrar al hombre en un
tar ausente. No es poco para quien, en sus
universo creado enteramente por él.
propias palabras, solo quería comprender.
Nemesio AntĂşnez. Un obituario diferido
PABLO CHIUMINATTO
l o r e m i p s u m . e n s ayo
eguramente cada día se hará más frecuente
S
aunque nunca parezca suficiente— homenajes.
asistir —mientras vivamos— a la celebración del
Me disculparán si al pasar menciono más ilustres
centenario del natalicio de alguien que conoce-
idos que vivos, pero así son estos recuentos: se
mos. Alguien dirá que es simple, se vive más. El
vuelven una necrológica de otros, una especie de
centenario de Nemesio Antúnez (1918-1992) no
vanitas de la historia del arte en el Chile reciente.
se trata de esos nuevos aniversarios gerontoló-
Perdonarán también las fechas, cuando sea per-
gicos, sino, como se solía pensar en otros tiem-
tinente, de entrada y salida, pero un obituario lo
pos, uno póstumo. El 2018 se cumplieron cien del
amerita; no vamos a caer en inexactitudes con
nacimiento de alguien que partió y esta nota es,
la muerte.
de algún modo, un obituario casi tres décadas
Nemesio fue un intelectual público, uno que
después. Serían muchos los énfasis si intenta-
asumió —no sin costo— un hecho un tanto in-
ra un panegírico, pero tampoco se trata de eso,
comprendido, y es que los artistas visuales no
Nemesio no lo necesita. Mirar a la distancia todo
son solo artesanos de imágenes, más o menos
un siglo es más que un ejercicio de memoria; se
tecnológicas, afanados en el encierro cartujo del
vuelve en parte hacer algo de historia. Y, como
taller. No, Nemesio Antúnez fue mucho más que
suele suceder en Chile, historia por las propias
eso. Fue una persona de esas en quien residen a la
manos. En su honor se han celebrado y celebra-
vez varias vidas, para recordar el título de la pelí-
rán exposiciones, publicado libros, y dedicado —
cula de Raúl Ruiz (1941-2011), Tres vidas y una sola
112
ajedrecistas o directores de cine, con la explicación que en otros tiempos se podía—, en el caso de Antúnez y dada la realidad de Chile, más que poderse, se debía. Hoy también, solo que estamos muy encima para juzgar, para entender y valorar su obra en el contexto del siglo XX. Un siglo de inmenso desarrollo, pero, al mismo tiempo, con implacable e impenitente pobreza y brutalidad, no basta la medida del arte. Ese fue también el caso de otros intelectuales del siglo XX en Chile, incluyendo nuestros Nobel y aquel que no lo consiguió nunca. La capacidad que tuvo Nemesio para terciar en ese contexto tiene nombre: se llama pasión, entusiasmo y voluntad. Antúnez fue todo eso que mencioné, pero además lo fue, muchas veces, al mismo tiempo, continua e intermitente a la vez. No por ambición (la ambición es enfocada, no se excede ni se desvía). Nemesio fue lo contrario, energía creativa muerte (1996). Poner en perspectiva esas múlti-
que cobraba forma según la necesidad y la opor-
ples vidas que Nemesio tuvo implica más que un
tunidad. Una especie de manía (entusiasmo para
método de hacer historia; es preciso comprender
los griegos) que lo impulsaba hacia el quiebre de
una combinación biográfica que, a la hora del
la figura unitaria del artista, diseminándose de
balance, parece imposible de integrar o compo-
modo simultáneo en varios ámbitos, sin nece-
ner: artista visual, profesor, político, arquitecto,
sidad de decidir, renunciar, ni prescindir. Pero
actor, gestor cultural, director de museo, diplo-
la suya fue una manía compleja, porque no se
mático, curador, editor de grabados, maestro y
trataba de una forma de ingenuidad, diletancia o
aprendiz. Todo eso fue, aunque igualmente su
locura, sino precisamente lucidez, sentido de la
muerte fue una sola, como su nacimiento.
contingencia en un mundo que cambió de ma-
No se trata de celebrar su efigie, diseminando algunas anécdotas para agrandar su semblanza,
nera radical, desde aquellos años del nacimiento del siglo hasta su otro único día.
sino precisamente lo contrario. Quisiera mos-
Al revisar el recuento de lo que hizo en su vida
trar cómo un artista visual chileno, como tan-
pienso que fue, sin duda, mucho más que pin-
tos otros, fue más que una pura faceta centrada
tar, tal como muchas veces se sopesa retros-
en su obra visual catalogada y catalogable. Tal
pectivamente a los artistas según su técnica
como aceptamos que otros artistas mundiales
predominante: pintor, escultor, punto. En fin,
fueran tantas cosas a la vez —poetas, músicos,
al menos todas estas celebraciones, homenajes
113
y retrospectivas en curso demostrarán que hizo
junto, entre otros, con Anselmo Osorio, Emilio
más que solo lo que la reducción inevitable de
Miguel (1939-1987), Maya Mora, Nicole Aqua-
las semblanzas obliga. Su obra, aunque creamos
rone (1954-2016), Guillermo Frommer (1953-
abarcarla expuesta en las pinturas, los graba-
2017), Alfonso Fernández, para dejar —si me lo
dos o los murales, no son más que una parte. Si
permiten— una foto que en alguna parte está,
queremos ver, es más que eso. Es precisamente
pero que no recuerdo nos hicieran. Como pueden
la materialización del desborde, una fuerza que
ver, este obituario tardío también celebra a otros.
le permitió comprometerse con la dirección del
Recuerda todo en diferido. Aunque es de celebrar
Museo de Bellas Artes en dos oportunidades, con
que, en el caso del Taller 99, ha tenido larga vida
la realización de programas culturales para la te-
gracias al tesón de Rafael Munita e Isabel Cauas
levisión y, en otro largo momento, con el Taller
quienes, junto a la familia de Antúnez, han vela-
99 en su primera fase y, luego, en su refundación
do por él.
en 1984 en La Casa Larga. Un lugar central para
Así es la vida. Pasa, y con los años, todos pasa-
las artes visuales de fines de los ochenta que nos
mos. El contexto era bien concreto y complicado.
recuerda años enérgicos. Proyecto impensable
Una escena del arte consciente día a día de una
—quizás— en estos tiempos, impulso de la gale-
necesidad, la misma pero distinta, que hoy se ha
rista chilena Carmen Waugh (1932-2013). En ese
diluido en un modelo de cultura casi global. Tam-
lugar apasillado, compartí con él y con quienes
poco aquel vértigo podía mantenerse, pero nadie,
trabajábamos en ese espacio hoy medio irreal,
estoy seguro, imaginó que sería así de diferente
114
e implacable el futuro brillante. No quiero ser
repetitivo porque está hecho para soportar una
como los viejos (que ya lo soy) que dan cátedra
corriente equivalente de conservación. Cambio
de cómo en su tiempo sí se vivía con compromi-
y conservación; en ese momento no compren-
so y sacrificio. No se trata de eso, aunque algo
dí la tensión, la vida me demostró lo que para él
de eso hay. Tampoco había un proyecto cultural
era una constatación. Todo cambia y no. Quizás,
de parte del Estado. Tampoco había plata, como
esto se puede llamar historia pasada, pero reco-
se dice. Por lo mismo, no puede haber nostalgia
nozco que en las discusiones que tuvimos, en las
de tanta poca libertad. Hoy seguramente las ne-
preguntas enfrentadas, él, su experiencia en el
cesidades son otras, así
mundo, tenían la versión
como el mundo es otro.
más parecida al futuro.
De seguro en algún lugar de Chile existe otro artis-
El 2018 se cumplieron cien del
Nemesio hablaba con esa esperanza que es funda-
ta que está fraguando en
nacimiento de alguien que partió
su trabajo cotidiano y en
y esta nota es, de algún modo, un
que se repite en la vida,
su ánimo, la multiplici-
obituario casi tres décadas después.
que no es poco y nunca
dad que generosamente compartió Nemesio. No
mental para soportar lo
lo mismo. Por cierto, algunos re-
obstante esta certeza, la propia historia —y su
cuentos del arte en Chile podrán decir que su
obra en conjunto— nos muestra y nos interroga
obra visual no estaba a la altura de las corrien-
por el compromiso público desde esa dimensión
tes de ruptura del siglo. Pero así es, es parte del
integrada en todas sus fases.
destino de una sección del catálogo del arte lati-
Nemesio quería mejorar el mundo, no cam-
noamericano: local, vernáculo, autorreferente si
biarlo, porque él sabía que ese objetivo mayor
se quiere. Por eso ha costado tanto integrar las
podía conducir a las zonas más oscuras de lo hu-
artes visuales que se hacen desde Chile al con-
mano. En su momento yo no lo entendí comple-
cierto internacional. Por una parte, se hacen es-
tamente; discutimos, nos alejamos. Solo el tiem-
fuerzos para entrar en la escena mundial, con te-
po me permitió comprender que Nemesio quería
mas internacionales —arte político, conceptual,
cambiar el mundo sin romperlo. Su perspectiva
performance, video, digital, sonoro— qué decir...
del siglo se lo recomendaba. Una parte se rompió
arte contemporáneo. Por otra, la fuerza tectó-
y en parte él vivió para verla reconfigurarse, en
nica de ese lento reloj del anacronismo marca la
parte no. Me disculparán la anáfora, pero, insis-
vida del arte nacional y no hemos logrado que el
to, tenía una idea de lo que se podía esperar de
mundo nos mire más allá que con los ojos, pri-
un mundo en constante cambio, pero igualmente
mero, del colonialismo en el que no entramos en
115
l o r e m i p s u m . e n s ayo
el cuadro, por pobres y sin Barroco; sin oro y con
completamente local, había vivido y aprendido
poca plata. Luego, fríos y lacónicos para encarnar
en lugares tan distintos como Nueva York y Pa-
el color local que ilumina
rís. Una, la nueva cuna,
los trópicos, y, cuando se
la otra, el sarcófago del
pone buena la fiesta, nos da por volver a los movimientos ya perdidos en la
Nemesio Antúnez sabía que mientras no se sumara a
arte del siglo XX. Él tenía conciencia de que había que hacerse parte de la
Europa eterna. Como sea,
una corriente internacional como la
siempre desfasados. Para
abstracción, el surrealismo,
modo ni la tradición ni el
por estos días, llegando
el hiperrealismo o el pop de aquel
cambio hacen mucho por
al primer tercio del XXI, con una escena interna-
siglo XX, no podría ser catalogado
realidad porque de otro
mantener a sus figuras. Al mismo tiempo, Ne-
cional que pareciera que
por la mirada internacional que
mesio tenía la calma de
solo quiere que seamos la
busca lo internacional.
quien, como bien decía el
encarnación de un tipo de
poeta y crítico T. E. Hul-
arte político, con suerte dos, identitario. Sí, po-
me en 1929, sabe que “las piezas de arte no son
lítico e identitario, porque es así como nos ve el
como los huevos”, no necesitan ser nuevas ni
hemisferio norte, como lo piensan las grandes
recién puestas. Antúnez sabía que algo se arre-
instituciones culturales y museográficas borea-
gla en el juicio de la historia. Era consciente de
les. Es decir, determinados por temas, casi por
lo que, en una metáfora inmejorable, me expli-
caricaturas, que definen la actualidad, y que no
có Enrique Lihn (1929-1988), mirándome con la
pueden fascinarles más, porque nada mejor que
ceja empinada y con claridad de estratega, sobre
la revolución se haga, se filme y se encarne lejos
el mapa imaginario de la historia del arte en Chi-
de casa.
le: no le des tanta vuelta, si en Chile se gana por
Nemesio Antúnez sabía que mientras no se
walkover. Solo puedo decir que el tiempo no solo
sumara a una corriente internacional como la
le dio la razón a Lihn, sino también a Antúnez.
abstracción, el surrealismo, el hiperrealismo o el
La victoria por la no presencia del contrincante,
pop de aquel siglo XX, no podría ser catalogado
ganando por default, gana Cronos, todos pier-
por la mirada internacional que busca lo inter-
den. Y, aunque pueda parecer ser injusta, es la
nacional. Ni por la mirada internacional que de-
ley de la historia. Así para los nobles como para
cide lo local. Para mayores males, tampoco era
los metecos, los extranjeros, como pensaron
116
los griegos, el tiempo es el gran escultor. Por lo
sin llorar. Todo más rápido que la energía y los
mismo, la suerte no está echada; aún falta que
cambios del siglo que vieron los ready-made, el
sepamos quiénes fueron los que llegaron al fi-
dadaísmo, el futurismo y el pop. Todo eso ya es
nal de esta saga que aún no se escribe. Porque
viejo y, sin embargo, aún no tenemos las cate-
sabemos que, en Chile, aunque no han faltado
gorías para poder mirar la producción artísti-
intentos, la historia del arte del siglo XX está por
ca en la localidad más empujada del continente
escribirse. Se perdieron las instrucciones, no se
americano por mar y tierra. Nemesio Antúnez,
sabe cómo juntar los pedazos, no ha llegado el
desde la centena, tiene un lugar, aunque no ten-
señor de la puerta.
ga aún la etiqueta para esas páginas que faltan
El caso de Nemesio Antúnez es el de varios,
del gran panteón del arte nacional. Un panteón
aunque único. Quién sabe qué combinaciones se
donde no siempre están los que fueron y tampo-
están configurando en este mismo momento en
co los que serán.
una realidad desbordada de medios y técnicas, donde somos testigos a diario del desvanecimiento de los gremios. Las técnicas y la cultura habitan un ministerio con funcionarios. Esto es
Pablo Chiuminatto es artista visual y académico. Es licenciado y magíster en artes visuales y doctor en filosofía de la Universidad de Chile. Profesor de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha escrito y editado varios libros sobre filosofía, educación y estética, entre los que destaca su edición de El Quijote. Versión editada y adaptada al español de América (Ediciones UC, 2017).
117
HOUELLEBECQ, EL SOCIÓLOGO JOAQUÍN CASTILLO VIAL
“A
los grandes pintores del pasado se les
consolidación de una visión crítica y descarnada
consideraba tales cuando habían desarrollado
de la sociedad contemporánea; una mirada que,
una visión del mundo a la vez coherente e inno-
recurriendo al mismo procedimiento, ausculta
vadora, lo cual significaba que pintaban siempre
desde el arte un mundo que se cae a pedazos y
de la misma manera, que utilizaban siempre el
que parece incapaz de mirarse a sí mismo.
mismo método, los mismos procedimientos para
Houellebecq es un fenómeno para el periodis-
transformar los objetos del mundo en objetos
mo cultural. Irreverente, sarcástico e iconoclas-
pictóricos”1. La frase, aunque dicha por uno de
ta, cada nuevo libro suyo genera un enorme re-
los personajes de El mapa y el territorio —quizá la
vuelo mediático en Europa y el resto del mundo.
novela más celebrada de Michel Houellebecq—,
Su penúltima novela, Sumisión (2015), en la que
puede aplicarse a la generalidad de la obra del
imagina una Francia gobernada por su primer
francés. Serotonina (Anagrama, 2019) no es la
presidente islámico, fue publicada casi al mis-
excepción. En efecto, ella nos presenta una repe-
mo tiempo del atentado terrorista al semanario
tición de tópicos ya manidos, partiendo por sus
Charlie Hebdo. No faltaron quienes vieron en el
personajes decadentes y miserables, algo repul-
novelista a una especie de profeta. Pero inde-
sivos en su nihilismo cada vez más patente. Sin
pendientemente de la anécdota, no cabe duda de
embargo, también puede leerse en esta obra la
que se trata de un agudo observador de su siglo. Sus ficciones, aunque tal vez demasiado deses-
1 Michel Houellebecq, El mapa y el territorio (Barcelona: Anagrama, 2013), 33–34.
peranzadas e incómodas, sintonizan con agudeza los puntos ciegos de nuestra modernidad (o, 119
l o r e m i p s u m . e n s ayo
Autor: Michel Houellebecq Editorial: Anagrama Año: 2019 Precio: $18.000
a su pareja (Yuzu, una japonesa adicta al sexo y a los productos de belleza), abandonando todo aquello que, de cierta manera, le daba un lugar. Lo único que mantiene es la visita recurrente al doctor Azote, un médico mediocre e indiferente que le receta su dosis habitual de antidepresivo que lo mantiene a flote día a día. Florent relata cómo su vida llegó a ser un callejón sin salida ni sentido. Hijo de una familia de propietarios rurales, profesional con grado universitario y con una que otra pareja estable —con quienes, además, pudo haber formado una familia—, acumula sin embargo un historial de malas decisiones. El lector de Serotonina se asoma al final del camino: un hombre solitario que repasa los años en que las cosas parecían andar bien. Pero en una historia personal donde se eligieron las alternativas equivocadas, es difícil encontrar el sentido para el presente. El recorrido de Florent a su propia historia, no obstante, está lejos de la nostalgia o del recuerdo desde el cual pueda definir su personalidad y su historia. Por el al menos, de la modernidad de los capitalismos
contrario: “los recuerdos [afluyen] sin parar, no
avanzados). Leemos sobre personajes solitarios
es el futuro sino el pasado el que te mata, el que
y escépticos, que gozan de economías holgadas
te vuelve, el que te atormenta y socava y acaba
sin encontrar en ellas ninguna satisfacción, para
efectivamente contigo”2.
quienes la sexualidad, el ocio y los vínculos fa-
La desaparición voluntaria a la que se some-
miliares no son más que un reflejo de sus frus-
te tampoco significa una liberación. Termina
traciones. Abunda, a fin de cuentas, el vacío; de
siendo un hombre en crisis, sin demasiadas ne-
ahí la desorientación e incapacidad de sus perso-
cesidades materiales, pero también carente de
najes para dirigir la vida hacia alguna parte.
vínculos, planes e intereses. Totalmente decep-
Pero Serotonina, aunque vuelve sobre pasos
cionado, y según sus propias palabras, es un per-
ya conocidos, no es la mejor muestra de su na-
sonaje “desprovisto en el fondo tanto de razones
rrativa. En esta ocasión el protagonista es Flo-
para vivir como para morir”3. La atmósfera en la
rent-Claude Labrouste, un agrónomo parisino
que se mueve Florent no tiene un ápice de épi-
que rompe voluntariamente con los pocos y úl-
ca. Las relaciones sociales, por ejemplo, están
timos lazos que lo mantenían vinculado a otros,
condenadas al fracaso: sean las amistades de la
desapareciendo voluntariamente de su círculo
universidad o los encuentros fortuitos del amor,
social. Renuncia a su trabajo en el Ministerio de Agronomía, cierra todas las cuentas de su banco habitual y se muda del lujoso departamento que arrienda a orillas del Sena, aunque sin avisarle 120
2 Michel Houellebecq, Serotonina (Barcelona: Anagrama, 2019), 226. 3 Ibíd., 72.
toda relación termina en el engaño, la desilusión
mismo tiempo de permitirle integrarse a los ri-
o la muerte. Más drástico todavía es su diagnós-
tos de la sociedad, tienen por contracara la triste
tico sobre la situación política: lo público está
mezcla de náuseas, impotencia y desaparición
comandado por unas burocracias europeas que
de la libido. Las pastillas, sin embargo, no son su
tienen en crisis a la economía por sus excesivas
único vicio. También es un fumador que busca
regulaciones y escasa innovación. Por otro lado,
sin éxito un lugar donde pueda dar rienda suel-
y más grave aún, la política eurocéntrica ha des-
ta a su adicción. Las regulaciones impuestas por
truido las comunidades rurales, que ven impues-
esa burocracia anónima han llegado a todos los
tas desde fuera reglas muy poco relacionadas con
rincones donde se mueve un burgués parisino
sus prácticas cotidianas y causantes de la desa-
en busca de ocio y descanso, y ya ningún hotel
parición de un estilo de vida que, desde su arrai-
permite fumar en sus dependencias. En sus frus-
go en el pasado, da (o daba) sentido al presente.
trantes vacaciones con Yuzu, su última novia, y,
Ahora bien, a ratos pareciera existir en Florent
luego, en su desaparición voluntaria, Florent ve
una posibilidad de redención. Ahí están las rela-
cómo se restringen sus espacios de libertad para
ciones que tuvo con Kate al comenzar la univer-
algo tan trivial como fumarse un cigarrillo.
sidad, o con Camille algunos años después. Con
Con el paso del tiempo y de las páginas, el ca-
ambas mujeres Florent fue feliz, tanto que inclu-
llejón de la soledad y sinsentido se va estrechan-
so llegó a imaginar un futuro posible con ellas. La
do. Florent anticipa lo inexorable de su desdicha:
relación inesperada con
“acabaré mi vida desdi-
Camille, una practicante
chado, gruñón y solo, y lo
de agronomía algo menor
habré merecido”5. Y esa
que él y a quien conoce
El consumo, el placer o la tecnología
predicción tiene algo de
mientras vive en Clécy, en
son elementos que tensionan
profecía autocumplida. Él
la zona de Baja Normandía, viene a iluminar su vida en el campo. Se enamoraron rápida y profundamente,
y
Florent
llega a decir, varios años
lazos que las instituciones o las estructuras que ha desarrollado el mundo moderno no son capaces de mantener por sí mismas.
después: “Yo era feliz, nunca había sido tan feliz
sería capaz de evaluar de manera diferente su vida si hubiese sido capaz de mirar fuera de sí, de haber logrado hacer feliz a otro. Sin embargo, se da
cuenta de que su vida es un rotundo fracaso: “si
y nunca volvería a serlo tanto; sin embargo, no
al menos hubiera podido mostrar un éxito perso-
olvidaba en ningún momento el carácter efímero
nal, si hubiera logrado hacer feliz a una mujer o
de la situación. (…) Podría haberle propuesto que
por lo menos a un animal, pero ni eso”6.
dejara sus estudios, que se convirtiera en ama de
Florent-Claude Labrouste pareciera ser inter-
casa, o sea, que fuese mi mujer, y con la distan-
cambiable con otros protagonistas de Houelle-
cia cuando pienso en ello (y pienso en ello con-
becq. A estas alturas ya casi presenciamos un
tinuamente), creo que ella hubiera dicho que sí
arquetipo novelesco burgués, un hombre en la
(…) pero una vez más no hice nada, no dije nada,
crisis de la mediana edad que debe padecer los
dejé que los acontecimientos siguieran su cur-
males de la modernidad para poder comprender-
so”4. Apatía, inacción o desidia; sea lo que sea, el
los. En una novela anterior, haciendo una crítica
protagonista no es capaz de aprovechar esta ni
feroz al individualismo, el narrador decía: “Es
ninguna otra de las oportunidades que pasaron
chocante comprobar que a veces se ha presen-
frente a sus ojos.
tado la liberación sexual como si fuera un sueño
Ante tal situación, el narrador de Serotonina
comunitario, cuando en realidad se trataba de un
encuentra su mayor consuelo en sus antidepre-
nuevo escalón en la progresiva escalada histórica
sivos de última generación, Captorix. Estos, al 5 Ibíd., 84. 4 Ibíd., 141–42.
6 Ibíd., 202.
121
l o r e m i p s u m . e n s ayo
del individualismo. Como indica la bonita pala-
pieza del puzzle donde el novelista francés di-
bra francesa ménage, la pareja y la familia eran
buja sin misericordia una sociedad que se pudre
el último islote del comunismo primitivo en el
de a poco. Los brillos de la tecnología o las per-
seno de la sociedad liberal. La liberación sexual
fectas cápsulas de los antidepresivos no logran
provocó la destrucción de esas comunidades in-
esconder esas heridas que expelen pus, huelen
termediarias, las últimas que separaban al indi-
mal y descorazonan a cualquier observador sen-
viduo del mercado. Este proceso de destrucción
sible. Es difícil creer que la obra de Houellebecq
continúa en la actualidad”7. Da igual si la crítica
proponga algún cambio de dirección —“el arte
la elabora Bruno, un profesor de literatura que
no puede cambiar la vida. En cualquier caso, no
visita resorts donde abundan el sexo libre y las
la mía”8, dice un personaje de Plataforma—. Sin
filosofías orientales pasadas por agua; Jed, el ar-
embargo, si alguna invitación hace, por más que
tista obsesionado con retratar el trabajo huma-
no lo pretenda, es justamente a cambiar de rum-
no; o Florent, el desaparecido voluntario cuya
bo. Al menos si no queremos seguir cayendo por
mayor preocupación parece ser la disponibilidad
el vacío.
de muchas variedades de hummus. En todos sus personajes, Houellebecq ensaya un crudo retrato del proyecto moderno, muestra sus fracturas y se cuela por sus intersticios más brutales. En Serotonina, una vez más, el problema es el individualismo desde el que se construye la sociedad actual. El consumo, el placer o la tecno-
Joaquín Castillo es licenciado y magíster en
logía son elementos que tensionan lazos que las
Letras por la Pontificia Universidad Cató-
instituciones o las estructuras que ha desarrollado el mundo moderno no son capaces de mantener por sí mismas. Esta, como señalé, no es ni la mejor ni la más original de las novelas de Houe-
lica de Chile, donde actualmente estudia el Doctorado en Literatura. Es subdirector del Instituto de Estudios de la Sociedad.
llebecq. No tiene la belleza ni los giros literarios de El mapa y el territorio, ni la brutalidad crítica de Las partículas elementales. Sin embargo, es otra 7 Michel Houellebecq, Las partículas elementales (Barcelona: Anagrama, 2012), 116.
122
8 Michel Houellebecq, Plataforma (Barcelona: Anagrama, 2014), 22.
El Vicente sin cabeza Sobre Recuerdos del pasado, de Vicente Pérez Rosales (Santiago: Tajamar Editores, 2018). PABLO ORTÚZAR MADRID
lorem ipsum. canon
recí en el Puerto Varas de los años noventa,
C
Los Simpson en el cual Bart decapita la estatua
y el nombre de Vicente Pérez Rosales nunca me
de Jeremías Springfield, fundador de su ciudad.
fue ajeno. Era el del gran parque que albergaba el
El cuerpo de Pérez Rosales permaneció erguido
lago Todos los Santos, el del hotel más tradicio-
sin cabeza durante una semana, para sorpresa de
nal de Puerto Montt, el de la avenida costanera
los últimos turistas de la temporada. De los bo-
de Puerto Varas y el del personaje representado
rrachos no se supo más. Y vaya a saber uno dónde
en la estatua más importante de nuestra humilde
estará ahora el parchado monumento.
pero bonita plaza.
Ahora, habiendo leído su libro, tengo por se-
A pesar de que tantas cosas llevaran su nombre
guro que don Vicente se habría reído de buena
y de las anécdotas que lo involucraban, nunca leí
gana del destino de su estatua. La historia de su
sobre él en el colegio. Y eso que estuve en mu-
degradación y decapitación está cargada del ca-
chos colegios. Tampoco nos hacían leer Recuer-
rácter nacional que el autor tanto amaba como
dos del pasado. Nunca tuve, de hecho, un ramo
despreciaba. El carácter de “gran pueblo que re-
sobre historia local. Aprendimos en los libros
úne aún las pequeñeces propias de la aldea”. Del
Santillana, que usaban todos los niños de Chile,
“eriazo remoto y presuntuoso” de Enrique Lihn.
sobre el cabildo de 1810, el cruce por los Andes
O de la provincia enclaustrada, “imbunchada”,
del ejército libertador, las reformas liberales, la
de José Donoso, que nunca pudo tomársela con
Guerra del Pacífico, la “pacificación de la Arau-
humor, porque era demasiado profunda la herida
canía”, la cuestión social, la Constitución del 25.
que le dejó.
Pero no sobre el origen de la ciudad que habitá-
Uno de los críticos literarios más famosos de la
bamos. El nombre de Vicente Pérez Rosales no
historia de Chile, Alone, pseudónimo de Hernán
nos era ajeno, pero su historia, la que narran los
Díaz Arrieta, dijo alguna vez sobre este libro que
Recuerdos, sí.
“rara vez se habrá dado tal compenetración de
Una mañana de febrero de 2017, la estatua de
un hombre, un libro y un país como la que hay
Pérez Rosales, bajada de su pedestal por alguna
en Recuerdos del pasado y Chile: cada uno está en
remodelación y ubicada en un cruce peatonal de
el otro y resulta imposible nombrar a cualquiera
la costanera, amaneció sin cabeza. No había ra-
sin aludir a los demás. Los tres, conglutinados,
yados. No había reivindicaciones. Nadie se atri-
forman un solo ser, con el mismo carácter y aná-
buía tan terrible acto. Las cámaras de seguridad
logo desarrollo”. En mi opinión, esto no es cier-
revelaron que, en vez de una declaración antico-
to. Primero, porque rara vez las memorias de una
lonialista, solo se trataba de un par de borrachos
persona son el fiel reflejo de su vida. Suelen, en
que, protegidos por la noche, las emprendieron
cambio, constituir una interesada selección de
contra la estatua de un personaje que probable-
episodios, hilados de tal manera que proyecten
mente ni siquiera conocían. El hecho alcanzó
un personaje portador de un relato mucho más
cierta notoriedad en las redes sociales debido a
claro y consistente que el desorden de lo vivi-
su coincidencia casi exacta con un capítulo de
do. Suelen elaborar un mito. Esto es, de hecho,
124
reconocido por Pérez cuando plantea que su libro
y conventillero de Chile. Alguien que, tal como se
busca mostrar el poder de la “constancia, la hon-
dijo de Joaquín Edwards Bello, parece un tran-
radez y el trabajo” para elevar a las personas, y a
satlántico varado en el Mapocho.
los pueblos, hacia el progreso y la civilización, lo
Recuerdos del pasado contiene un discurso mo-
que obviamente implica recortar del relato todo
ral y político que no es neutro. Resalta el esfuer-
aquello que no contribuya a este fin pedagógico.
zo, la creatividad, la curiosidad y la libertad indi-
En cuanto a la identidad entre el carácter del
vidual; plantea que su preservación y despliegue
autor y el carácter nacional, Alone también
requieren de un orden fuerte, pero no expansivo
dispara muy lejos del arco. Pérez Rosales pare-
ni intrusivo (los liberales gozarán sus críticas a
ce, a lo largo de todo el libro, como un excéntri-
los impuestos aduaneros); considera la expe-
co amante de la libertad individual y un irónico
riencia histórica como la gran guía de las nacio-
e ilustrado escéptico, enemigo de la copucha, la
nes y defiende que los progresos de la industria y
tontera y la superstición.
la ciencia son tan impor-
Su personaje, sin duda,
tantes como los avances
está siempre en tensión con el Chile que describe, con el caserío autocomplaciente
rodeado
de basurales que es Santiago, con el mal gusto y la total ignorancia que
Pérez no desprecia nuestra tierra ni a su gente. Él es también uno de nosotros. No desconoce nuestras virtudes, se toma con humor nuestras bajezas, y sueña con verlas
dominan nuestra escena
domeñadas por los avances de
cultural, con los tontos
la cultura.
calumniadores de la ca-
políticos, y que deben ir de la mano. No es coincidencia, entonces, que nuestro autor haya sido un montt-varista convencido, militante, por tanto, del Partido Nacional, conservador, laico y republicano, y fundador y segundo presidente de la
pital que se oponen a la migración, con el carác-
Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Tampoco
ter supersticioso de nuestra religiosidad, con los
es raro que concibiera el progreso como la con-
miserables valdivianos que le hacen la llegada
quista de la naturaleza por parte del ser humano,
imposible a los colonos. En tensión, digo, y no
hasta hacerla retroceder y ordenarla bajo la fuer-
en oposición, porque Pérez no desprecia nuestra
za de la industria y su disciplina. Una idea que
tierra ni a su gente. Él es también uno de noso-
hoy, cuando vemos las consecuencias de “hacer
tros. No desconoce nuestras virtudes, se toma
retroceder” la naturaleza, nos resulta tan ajena.
con humor nuestras bajezas, y sueña con verlas
Sin embargo, conjuga esta visión del progreso,
domeñadas por los avances de la cultura. Pero es
aquella que sustituye los bosques nativos por
un espíritu libre, aventurero y cosmopolita, un
monocultivos en hileras, con un amor profundo
individuo fuerte y una inteligencia aguda e iró-
por la libertad experimentada en la cordillera in-
nica que desentona con el encierro provinciano
dómita, sin reglas, sin orden, donde el individuo
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debe arreglárselas frente a los designios de la na-
Hay, además, otras cosas. Por ejemplo, una
turaleza. En ese sentido, Pérez Rosales es un mo-
fuerte relación con la naturaleza, especialmente
derno que vive intensamente las contradicciones
con el mundo cordillerano, visto como el espacio
de la propia modernidad, tan bien retratadas por
de más intensa libertad humana. Encontramos
Marshall Berman cuando afirma que “ser mo-
también un alma cosmopolita y nómade, que
dernos es encontrarnos en un entorno que nos
no duda en destacar los beneficios que el viaje
promete aventuras, poder, alegría, crecimiento,
y la migración representan para todo el mundo:
transformación de nosotros y del mundo y que,
invita a los chilenos a viajar y a recibir con los
al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo
brazos abiertos a los viajeros. Un mensaje nada
que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que
de despreciable en tiempos de creciente tensión
somos”. Su mirada del mundo parece empapa-
migratoria, xenofobia y racismo. Y, por supues-
da de cierta distancia irónica, a pesar de preten-
to, la maravillosa distancia irónica que le permi-
der ser pedagógico, muy apegado a la realidad,
tía reírse de él mismo y de su propio país: algo
a sus particularidades, a la experiencia y al caso
tan escaso en la sociedad chilena, llena de indi-
a caso. Y muy distante, por tanto, de lo eterno e
viduos obsesionados por su posición social rela-
inmutable.
tiva, acostumbrados a buscar la definición de lo
El lector de los Recuerdos no encontrará un
que somos fuera de nosotros mismos, en vez de
decantado inmóvil o granítico de nuestra iden-
abrirnos a lo nuevo desde cierta seguridad y cier-
tidad nacional. Pero sí algo igual de interesante:
to cariño por lo propio, incluyendo los defectos.
la narración de los años salvajes de la formación
Este último es especialmente importante hoy,
de nuestro Estado nacional desde la mirada de
cuando las desilusiones del desarrollo capita-
un personaje admirable, testigo y partícipe de
lista experimentado durante los últimos treinta
algunos de los grandes hitos del siglo XIX. Todo
años saltan a la vista. La lección que ofrece es que
narrado con inteligencia, ironía e interés por
nunca hay que esperar que el desarrollo nos lle-
invitar a otros chilenos a sumarse a la causa de
ve a una especie de felicidad extática (“la alegría
hacer avanzar la civilización, aunque siempre
que viene”), sino entenderlo como un proceso
con cierta distancia, la misma que lo separaba,
complejo, trabajoso y últimamente beneficio-
por ejemplo, de Benjamín Vicuña Mackenna y su
so, pero que no conduce al paraíso. Esta distan-
decidido positivismo.
cia nos permite disfrutar los bienes presentes
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sin la ansiedad alocada por los del mañana, por
resulta una lectura imprescindible que llega a
un lado, y buscar los bienes del mañana, pero
nosotros casi un siglo y medio después de su pri-
sin hacer sacrificios alocados en el presente o
mera publicación íntegra . Ella nos pone en con-
desatender las grandes necesidades en nombre
tacto con un momento clave de nuestra historia a
de los bienes del futuro. Es decir, invita a bus-
través de la pluma autobiográfica de un persona-
car un ritmo y un estilo de desarrollo respetuo-
je genial y vivo, que no resiste el ejercicio de ser
so de lo nuestro, digno, sobrio y pragmático. Sin
reducido a una esencia eterna identificada con la
arranques adolescentes, vergüenzas provincia-
chilenidad, y que ni siquiera en forma de estatua
nas ni falsas ilusiones.
ha logrado ser inmovilizado.
La cuidada reedición de Tajamar publicada el año pasado, conducida por Pablo Concha y que incluye todos los prólogos históricos del libro,
Pablo Ortúzar es antropólogo social y magíster de Análisis Sistémico por la Universidad de Chile. Actualmente cursa estudios de Doctorado en la Universidad de Oxford. Es autor del libro El poder del poder (2016), coautor de Gobernar con principios (2012) y traductor de La gran sociedad (2014), de Jesse Norman. Es investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad.
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Punto y coma es una publicación semestral que, al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), quiere ser un espacio de encuentro y conversación alrededor de las ideas. El IES es un centro de estudios independiente, dedicado a la investigación y publicación en torno a temas públicos. Con un fuerte énfasis en las humanidades y ciencias sociales, el IES busca servir a la sociedad desde el plano de las ideas, sobre la base de la subsidiariedad, la solidaridad, el estado de derecho y otros principios e instituciones coherentes con la dignidad de la persona humana.
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