Punto y coma n°1: ¿Un mundo posliberal?

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N°1 / AGOSTO 2019 $3.000 | Santiago de Chile ISSN: 2452-5480

El liberalismo y su historia Eric Voegelin Los infortunios de la democracia Chantal Delsol Lucho Gatica, suave invasión Marisol García Reseñas de Cristóbal Bellolio, Daniel Mansuy y Alfredo Jocelyn-Holt Entrevistas a Alan Knight, Ryszard Legutko y Adriana Valdés


puntoycoma © Punto y coma © Instituto de Estudios de la Sociedad Punto y coma Nº1, agosto de 2019 Santiago de Chile Director: Claudio Alvarado R. Editor: Joaquín Castillo V. Coordinador: Rodrigo Pérez de Arce P. Comité editorial IES: Pablo Chiuminatto, Jorge Fábrega, Joaquín Fermandois, Braulio Fernández, Elena Irarrázabal, Daniel Mansuy, Héctor Soto y Alejandro Vigo. Diseño: Huemul Estudio Colaboran en este número: Eric Voegelin, Chantal Delsol, Juan Ignacio Brito, Cristóbal Rovira, Alan Knight, Josefina Araos, Ryzsard Legutko, Manfred Svensson, Cristóbal Bellolio, Daniel Mansuy, Alfredo Jocelyn-Holt, Mariana Canales, Guillermo Pérez, Santiago Ortúzar, Fernando Contreras, Marisol García, Andrés Biehl, Adriana Valdés, Rodrigo Pérez de Arce, Beltrán Undurraga, Angélica Ovalle, Pablo Chiuminatto, Joaquín Castillo y Pablo Ortúzar. Ilustraciones y fotografías: Alejandra Acosta, Romina Peña, Trinidad Barros, Fundación Nemesio Antúnez, María José Durán y Rosario Castillo. ISSN: 2452-5480 Impreso en Andros


Punto y coma

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Joaquín Castillo

¿Un mundo posliberal? Los infortunios de la democracia

6

Chantal Delsol

¿Hacia un mundo bipolar?

15

Juan Ignacio Brito

El populismo en el siglo XXI 24

Cristóbal Rovira

Entrevista a Ryszard Legutko

32

por Manfred Svensson

Entrevista a Alan Knight

38

por Josefina Araos

El liberalismo y su historia 50 Lamento gregoriano 66 Los límites del liberalismo 66 Innerarity y su guía para perplejos 70 La identidad y sus consecuencias

72

Manual para dictadores 74 El último de los hegelianos 76 Diablo conocido

78

Eric Voegelin Cristóbal Bellolio Daniel Mansuy Alfredo Jocelyn-Holt Mariana Canales Guillermo Pérez Santiago Ortúzar Fernando Contreras

Lorem ipsum Lucho Gatica, suave invasión 82 Los impuestos como espejo de la ciudadanía 88 Entrevista a Adriana Valdés 94 La vocación en tiempos de desencanto 99

Marisol García Andrés Biehl por Rodrigo Pérez de Arce Beltrán Undurraga

Banda sonora 104 Angélica Ovalle Olimpo: Hannah Arendt 109 Nemesio Antúnez. Un obituario diferido 111 Pablo Chiuminatto Houellebecq, el sociólogo 118 Joaquín Castillo El Vicente sin cabeza 123 Pablo Ortúzar

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Punto y coma

Punto y coma busca ser un lugar de encuentro y conversación en torno a las ideas. Al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), queremos generar un intercambio informado, atractivo y apasionado alrededor de los principales debates de nuestra sociedad. Pensamos que las humanidades y las ciencias sociales, con sus distintas perspectivas, son indispensables a la hora de intentar comprender el mundo. Creemos en la libertad intelectual y la palabra escrita como un vehículo excepcional para la transmisión del conocimiento, y como un medio que permite captar los infinitos matices que supone el fenómeno humano. Concebimos las imágenes como un instrumento privilegiado a la hora de despertar la creatividad e interpelar al lector. Confiamos, también, en que el diálogo constituye una práctica imprescindible para acercarse a los otros y entender aquello que nos rodea. Nuestro diálogo, a medio camino entre la academia y el periodismo, se ha impuesto el doble desafío de la difusión y la profundidad. Por todo lo anterior, Punto y coma se concibe como un espacio multidisciplinario que presta especial atención a los diversos registros intelectuales, artísticos y literarios. Queremos favorecer una reflexión compartida, capaz de soportar el paso del tiempo y resistir, en lo posible, a la alta velocidad de nuestra época.

2


El punto y coma es un signo de puntuación

si bien la filosofía política y la reflexión sobre el

que manifiesta una pausa mayor que la coma,

orden social ocupan un lugar prioritario, tam-

pero que, a diferencia del punto, no se detiene.

bién queremos detenernos en personajes, libros

En alguna medida, expresa esa sutil espera pro-

o desafíos que, estando menos vinculados a la

pia del pensar. Es un signo que refleja el espíritu

coyuntura —y quizá justamente por eso—, nos

de la reflexión que anhelamos fomentar desde el

ayudan a observar el mundo desde otros ángulos.

IES. Por otro lado, el punto y coma no es un signo

Hay espacio para la música, las artes visuales y la

fácil de emplear: sus reglas son algo ambiguas,

literatura; para disciplinas académicas obligadas

y su uso, subjetivo. Pero cuando está bien utili-

a reflexionar en términos accesibles al lector co-

zado, la escritura logra mejor su cometido. Punto

mún; para libros viejos y viejos llenos de libros,

y coma quiere poner especial cuidado en las for-

debates urgentes y otros que se niegan a serlo,

mas textuales. Al ser la palabra y el lenguaje el

pero que son cruciales para verbalizar los pensa-

fundamento e instrumento de todo debate públi-

mientos que hoy nos interpelan.

co, el esmero en la escritura pretende ser uno de nuestros aportes fundamentales.

La invitación que proponemos, entonces, es a comenzar un diálogo vibrante e informado, ca-

Este es el primer paso público de un proyec-

paz de fomentar la conversación y de deleitar a

to que lleva varios años discutiéndose. El tema

los lectores más exigentes. Esperamos que este

central de este número, la crisis de la democra-

diálogo continúe, no con la prisa de una frase sin

cia y el auge de los populismos, nos interpela

detenciones, sino precisamente con el ritmo que

por diversos motivos. En parte por su urgencia,

propone el punto y coma.

aunque también por sus consecuencias. No es fácil decir algo novedoso sobre temas que han

Joaquín Castillo Vial

estado durante tanto tiempo en el centro de la

Editor

agenda pública. Por lo mismo, quisimos dialogar con quienes han reflexionado largamente sobre ellos: el lector podrá encontrar aquí artículos y entrevistas, además de comentarios sobre libros que nos parecen especialmente relevantes para comprender el momento político global. Y,

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Ilustraciรณn: Trinidad Barros.


¿UN MUNDO POSLIBERAL?


CHANTAL DELSOL Traducciรณn de Denise Bard

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¿Q

ué ha ocurrido desde el cambio de siglo

hacen que el siguiente período muestre gran

para que la democracia sea puesta en entredi-

fervor democrático. Entre los años 1950-2000

cho en los países occidentales y en otras cultu-

no se permite matizar los elogios a este tipo de

ras que la reconocían como un modelo? ¿La

régimen. La caída del Muro de Berlín en 1989

historia turbulenta de este sistema político ha

hace que incluso muchos occidentales tengan la

terminado acabando con él? ¿Acaso terminaron

certeza, enunciada por Fukuyama, de que la de-

profanándola los propios encantos de la demo-

mocracia representa el “fin de la historia”, sin

cracia, que nos hicieron aplicarla sin reservas

continuación ni alternativa posible, literalmente

en todos los ámbitos? ¿Hay que ver una nueva

irreemplazable. Esta ceguera es del mismo tipo

corriente antimoderna en las actuales demo-

de aquellas ideológicas que estaba llamada a

cracias antiliberales? La tecnocracia, la gober-

reemplazar. El cambio de siglo es testigo del

nanza y el consenso, ¿refuerzan o perjudican

cambio de las cosas. Los reproches y acusaciones

la democracia? ¿Es posible imaginar democra-

que surgen contra la democracia son más graves

cias desprovistas de visiones de mundo, basa-

que aquellos de los años treinta. Y, por razones

das solo en el pragmatismo o, en pocas palabras,

profundas relacionadas con un cambio de esta-

sin pluralismo?

tus de lo sagrado, la democracia pierde su aura.

La democracia no existe antes de la Ilustración.

Aquí es donde estamos actualmente.

Aparece durante el paso del siglo XVIII al siglo

En primer lugar, es necesario precisar que

XIX, en América y en Europa occidental. Es tal la

ningún régimen es inmortal, así como nada de

envergadura del choque cultural que ella produce

carácter humano lo es. En los años treinta, las

que Tocqueville escribe su extraordinario ensayo

democracias eran fustigadas por dos razones: la

La democracia en América (1835). Las democracias

corrupción y el parlamentarismo. Sin embargo,

europeas que se desarrollan a lo largo del siglo

en la actualidad la democracia enfrenta proble-

XIX siguen contando con un sistema de sufragio

mas mucho más profundos e inquietantes. Son

censitario. En el siglo XX, durante el período de

problemas estructurales. Desde hace un siglo, la

entreguerras, las democracias parlamentarias

democracia ha sido corrompida por su radica-

son fuertemente criticadas por corruptas y de-

lización ideológica. Primero, desnaturalizamos

cadentes. Por ese motivo, crece la justificación

la palabra para ponerla al servicio de nuestras

de las dictaduras y en Europa florecen regíme-

ideologías. En el Instituto de Estudios Políticos

nes autocráticos en los años treinta, mientras

de París, Sciences Po, nos enseñaban que existían

el totalitarismo comunista se extiende hasta

dos tipos de democracia, una occidental y una

1989 con el engañoso nombre de “democracia

soviética… No solo fue sacralizada e interpretada

popular”. En 1983, Jean-François Revel publi-

después como “el fin de la historia”, sino tam-

ca Cómo terminan las democracias prediciendo

bién entendida como un recurso habitual en la

el fin de las democracias débiles y acompleja-

vida social que se podía aplicar por doquier. Fue

das frente al totalitarismo arrogante e inescru-

de esta manera como los países occidentales,

puloso. Los desastres que dejan tras de sí estas

inspirándose en los análisis de John Dewey,

autocracias, dictaduras o regímenes totalitarios

intentaron democratizar todas las instancias

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¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

sociales. Esto es una herejía, porque la demo-

democracia hubiese heredado la forma de las es-

cracia está hecha para la sociedad civil, para la

tructuras ideológicas del siglo XX saliente: una

sociedad abierta y no se aplica a las sociedades

excesiva racionalidad, un estatus ideológico que

cerradas1, como el Ejército o la universidad, por

no le corresponde.

ejemplo. Al contrario de lo que algunos piensan,

Esta racionalización nos conduce a intentos

los problemas de la democracia no se resolverán

desquiciados e infructuosos de instaurar artifi-

“siempre con más democracia”, ni los de Europa

cialmente la democracia en cualquier país, como

“siempre con más Europa”.

si se tratase de una herramienta simple, mecáni-

Las virtudes propias de la democracia (la

ca y que todos pueden utilizar de la misma ma-

libertad, la emancipación, la igualdad) tienen

nera. La democracia es cultura. Es absolutamente

límites. Y será precisamente esta discusión sobre

necesario diferenciar la democracia (el pueblo

los límites la que engendrará a las democracias

elige a sus gobernantes y su programa) del libe-

antiliberales.

ralismo constitucional, que no atañe a la forma

Mediante el mismo pensamiento desmedido,

de elegir a los gobernantes, sino al objetivo del

intentaron convertir la democracia en una ideo-

gobierno: emancipación, libertad individual. Por

logía. El 27 de octubre de 1992, en su discurso de

lo tanto, el liberalismo constitucional, en tanto

recepción en la Academia de Ciencias Morales y

condición y atmósfera, precede a la democracia.

Políticas, Vaclav Havel

Debemos preguntarnos,

relata cómo había enten-

entonces, ¿qué debemos

dido tan mal que la de-

hacer si el pueblo, que

mocracia es un régimen imperfecto, que vive en este mundo imperfecto:

En la actualidad, gran parte de los países en vías de democratización

“Me resultaba difícil re-

son democracias antiliberales. En

signarme a la idea de que

Occidente, la situación es aún más

la política era un proceso sin final, como la Historia, un proceso que nos

grave dado que, por una parte, la libertad podría ser puesta en

impide decir que algo fi-

entredicho en lugares donde

nalizó, acabó, terminó.

ya está instaurada.

De esta manera, constaté

tiene derecho a voto, no quiere libertad? ¿Acaso le diremos, tal como los revolucionarios franceses: “Los obligaremos a ser libres”? En la actualidad, gran parte de los países en vías de democratización son democracias antiliberales. En Occidente, la

con pavor que mi impaciencia respecto del rees-

situación es aún más grave dado que, por una

tablecimiento de la democracia tenía tintes co-

parte, la libertad podría ser puesta en entre-

munistas. O, en términos generales, era un tanto

dicho en lugares donde ya está instaurada. Por

racionalista, como la unidad que proclamaban

otra, las democracias antiliberales siguen mul-

los pensadores de la Ilustración. Había querido

tiplicándose. Debido a un desacuerdo respecto de

hacer avanzar la historia, tal como un niño que

la libertad, la democracia se desprestigia incluso

tira los tallos de una planta para hacerla crecer

ante los ojos de sus más ardientes defensores.

más rápido”. En otras palabras, era como si la

La libertad es el requisito fundamental para instaurar y hacer perdurar la democracia. En su

1 En la sociedad civil, abierta, los individuos están por nacimiento, sin elección, y son considerados como iguales en su capacidad de decidir sobre el destino propio y el destino común. En las sociedades cerradas, particulares, los individuos eligen su entrada y su salida, y al interior de estas forman parte de una jerarquía definida por la función, el grado, el saber, etc. Este es el motivo por el cual un gobierno puede castigar, pero no desterrar, mientras que un cuerpo intermedio puede excluir, pero no castigar.

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ausencia, la democracia despliega apariencias y mentiras, palabras vacías. Sin embargo, todo este asunto consiste en la discusión acerca de las diferentes definiciones de la libertad y sus límites. Precisamente, este es el motivo de las encarnizadas discusiones entre los posmodernos. Al interior de esa fractura es donde aparecen las llamadas democracias antiliberales.


Fotografía: Yeo Khee.

Las democracias antiliberales, también lla-

El conservadurismo que se desarrolla en las

madas populismos —vocablo más injurioso que

democracias llamadas antiliberales argumenta,

descriptivo—, son la expresión de un reproche

por el contrario, que los límites no son externos

a la libertad posmoderna y la manifestación de

sino internos al sujeto. La capacidad de autoli-

que la libertad tiene límites. A este respecto, el

mitación es aquello que caracteriza al ser hu-

pensamiento moderno descansa en el refrán que

mano. No somos una impetuosa corriente que

los niños franceses aprenden de memoria desde

avanza hasta encontrarse con el obstáculo, sino

que entran a la enseñanza primaria: “mi libertad

una fuerza habitada por el pensamiento respecto

termina donde comienza la de los otros”. Esta

de los límites, puesto que está orientada a otros

certeza, que proviene del pensamiento revolu-

proyectos y no tan solo a sí misma. La noción de

cionario, significa que el individuo puede desple-

libertad autolimitada es aquella que rechaza la

gar sus deseos y su voluntad hasta donde quiera,

absoluta libertad de circular, inmigrar, vender,

mientras no se cruce con otra voluntad. El indi-

permitir, tecnificar. Con tal propósito, enfatiza

viduo occidental moderno se parece al héroe de

la importancia de principios externos al sujeto,

Victor Hugo que ignora los límites de su fuerza:

como la soberanía nacional que limita la liber-

“¡Soy una fuerza que impulsan! ¡Soy el agente

tad de circulación, la antropología que limita la

ciego y sordo de los misterios fúnebres! ¡Soy el

libertad de permitirlo todo en el ámbito social,

alma de la desgracia impregnada de tinieblas!

etc. Por lo tanto, se trata de un cuestionamiento

¿Dónde voy? No lo sé. Solo sé que me impulsa con

al pensamiento posmoderno.

soplo impetuoso un destino insensato”2. 2 Victor Hugo, Hernani, acto III, escena II, traducción de Jacinto Labaila.

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¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

Fotografía: Lorie Shaull

Sin embargo, este cuestionamiento va más

pájaros”3. No se trata de preferencias aleatorias,

allá, pues las democracias contemporáneas sí

sino de la elección de cierta visión de mundo y no

ponen ciertos límites a las libertades (incluso

de otra. Cada vez que se ponen límites a las liber-

algunos piensan que actualmente el ciudadano

tades es en nombre de una visión de mundo. En la

está coartado como nunca antes en su historia

actualidad, los pueblos y las élites no comparten

por un concierto de leyes y reglamentos). En-

una visión, dando paso a la desestabilización de

tonces ¿cuáles son los principios externos a los

la democracia. De esta manera, los pueblos que

que obedecen? Esencialmente, a la salud e inte-

cuentan con la ventaja de ser numerosos eligen

gridad de los ciudadanos, y a la conservación de

autoridades políticas que las élites no aprueban.

la naturaleza. Se trata de dos principios sacra-

Por este motivo, las élites europeas ponen la

lizados que son lo esencial de todo lo que real-

propia democracia en tela de juicio. El pueblo no

mente nos importa, y en nombre de los cuales

tiene siempre la razón, y de hecho la historia re-

los gobiernos se arrogan el derecho de restringir

ciente y antigua está llena de tiranos electos por

nuestras libertades.

los pueblos. Y, en consecuencia, las élites posmo-

Los pueblos donde ha ganado “el populis-

dernas se acostumbraron a poner las elecciones

mo” cuestionan dicha elección y comentan “su

populares en entredicho y a pedir que se declare

arrepentimiento por haber perdido libertades

la nulidad del acto eleccionario si los resultados

cotidianas, como quemar las hojas secas y cazar 3 Thomas Frank, Pourquoi les pauvres votent à droite [¿Por qué los pobres votan por la derecha?] (París: Agone, 2013), 206.

10


no corresponden a sus deseos (“Los suizos de-

la democracia su principal distinción constitutiva.

ben volver a votar”, señaló Cohn-Bendit tras el

A diferencia del período de entreguerras, la de-

referéndum acerca de la prohibición de construir

mocracia no pierde su valor, pero sí su atractivo,

minaretes en las futuras mezquitas4; véanse

debido a que nos desagradan sus implicancias.

también las numerosas solicitudes de hacer votar

La seguidilla de horrores del siglo XX deter-

a los ingleses el Brexit por segunda vez). Ocurre

minó la aparición del pacifismo, pero además,

a veces que una votación popular es rechazada y

y más importante aún, generó un sentimiento,

duramente objetada por las altas esferas de po-

compartido por muchos, que ve en las creencias

der si sus resultados no cumplen con las expec-

(religiones, ideologías) el origen de las guerras,

tativas de la Europa institucional. Es necesario

debido a su intrínseca tendencia al fanatismo.

entender que las élites no aceptan la democracia

Es posible afirmar que la época contemporánea

cuando esta no coincide con su manera de definir

rechaza las verdades para salvaguardar la moral.

la libertad.

La desaparición de las religiones y luego de las

El crecimiento vertiginoso de las llamadas de-

ideologías (“los grandes relatos”, en general),

mocracias antiliberales es expresión de un nue-

junto con la voluntad de impedir el surgimien-

vo episodio de la guerra de los dioses entre los

to de otras creencias, buscan conjurar futuros

modernos y los antimodernos. En este conflicto

horrores. Quien deja de creer ya no tiene motivo

entre visiones de mundo, los pueblos consideran

alguno para utilizar la violencia, o al menos así

que la libertad posmoderna llegó demasiado lejos

piensan nuestros contemporáneos.

(libertad económica, apertura de las fronteras,

De esta manera se explica el éxito del prag-

cuestiones culturales, etc.) y, por consiguiente,

matismo político, así como el desprestigio de

eligen gobernantes dispuestos a restringirla. Por

las convicciones. Un gobernante legitima una

otra parte, al ver que los pueblos “votan mal”,

reforma porque “es lo que funciona”, no porque

las élites pierden confianza en la democracia y

crea en tal o cual principio. Y si tiene convic-

dirigen su mirada a las tecnocracias. El invierno

ciones, es preferible que en adelante las disimule

de la democracia y su carácter siniestro provie-

bajo el ahora virtuoso manto del pragmatismo,

nen de una guerra ideológica que es al mismo

sin el cual se arriesga a ser considerado como

tiempo una lucha de clases.

un personaje iracundo y peligroso. Se plantea que el pragmatismo debe adherir a la creencia

***

de “lo que funciona”. Pero ¿con qué propósito? Alcanzar un deseo por todos compartido: la me-

El agotamiento del concepto de democra-

jor calidad de vida material posible. La política

cia resulta todavía más inquietante, ya que

pragmática ya no hace valer su fervor respecto

es legitimado por factores profundos como

de principios, sino su eficacia en el seno de una

la evolución de las creencias, que debilita los

comunidad cultural.

principios sobre los que ella se basaba. La evo-

La democracia moderna (a diferencia de la

lución actual es doble. En primer lugar, como

democracia en la Antigüedad) se basa en la idea

respuesta a la tecnificación del mundo experi-

según la cual el tiempo sigue una línea hacia

mentamos la racionalización del mundo men-

el progreso de las sociedades. Por lo tanto, la

tal y social, es decir, tenemos mayor confianza

política es percibida como una lucha entre di-

en todo lo científico y lo técnico. En segundo

versas convicciones para mejorar la condición

lugar, por motivos comprensibles, el deseo de

humana. Sin embargo, la democracia es el ré-

paz ha gobernado nuestros pensamientos desde

gimen de la incertidumbre, de las decisiones

la Segunda Guerra Mundial, y ha provocado el

humanas en constante discusión, y consiste

derrumbe de las convicciones. Estas dos carac-

en asumir los conflictos, no en eliminarlos. En

terísticas finalmente se asocian, arrebatándole a

pocas palabras, la democracia es la aceptación de la diversidad de opiniones, de partidos, de

4 Le Monde, 2 de diciembre de 2009.

corrientes de pensamiento o visiones de mundo.

11


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

No obstante, el siglo XX dejó tras de sí el miedo

situación compleja que requiere de un acuerdo.

a los conflictos y el fervoroso deseo de borrarlos,

La idea de consenso, que reaparece tras siglos

de desarticularlos. La construcción de consensos

de ejercicio del sistema de voto de mayoría, se ex-

ha sustituido al voto por mayoría (como se ha

plica por un agotamiento, interpretado de diver-

observado en instancias internacionales y euro-

sas maneras, de la propia democracia. Tocque-

peas), concitando cada vez mayor interés.

ville había predicho una relativización general

Estamos frente a sociedades que tienen

de las opiniones y certezas debido a la igualdad

creencias religiosas e ideológicas débiles o

democrática: ¿por qué mi opinión valdría más

inexistentes, que no conocen ninguna forma de

que la de mi vecino si somos iguales? El llama-

trascendencia ni criterio absoluto o superior del

do al consenso es expresión del agotamiento de

bien y el mal y que están sumergidas en un mun-

las disputas y debates y de la renuncia a la idea

do inmanente y sin expectativas particulares res-

de una verdad dominante. Presenciamos una

pecto del futuro. Se trata también de sociedades

saturación del conflicto, pero lo que ocurre real-

con un fuerte potencial

mente es que los conflic-

económico

tos se volvieron inútiles,

y

apegadas

al bienestar material, es decir, en las cuales (en vista de la debilidad de las creencias

espirituales)

El individuo occidental moderno se parece al héroe de Victor Hugo que ignora los límites de su fuerza: “¡Soy

los conflictos legales tie-

una fuerza que impulsan!

nen que ver casi única y exclusivamente con intereses económicos. Y hacer

¡Soy el agente ciego y sordo de los misterios fúnebres! ¡Soy el alma de la

concesiones o compro-

desgracia impregnada de tinieblas!

misos respecto de estos

¿Dónde voy? No lo sé...”

siempre resulta más fácil que hacerlos respecto de las creencias.

ya que las expresiones de nuestros enigmas son construcciones confusas y vanas. Este nuevo tipo de gobierno necesita un nuevo nombre: gobernanza. La gobernanza podría borrar los conflictos porque presupone que los hombres ya no tienen creencias,

sino solo intereses. Se trata de la consecución de

Las sociedades carentes de creencias sólidas

una antigua idea que nació en el siglo XVII: reem-

buscan únicamente la paz, que ahora se conside-

plazar la fuerza por el comercio. Por lo tanto, la

ra el bien supremo. La desaparición de las creen-

gobernanza impone un mundo donde no existe lo

cias obliga a las sociedades a volver a la realidad,

sublime, en el cual cada uno satisface su bienes-

porque, una vez sumidas en la inmanencia, bus-

tar material y lo que esto implique. Si solo existen

can su bienestar en la paz. La paz y el bienestar

intereses, todo debiese poder ser negociado. En

son las dos referencias en torno a las cuales re-

ese sentido, la gobernanza no va más lejos que la

sulta fácil construir la unanimidad. El desprecio

democracia, sino al contrario. Se la puede consi-

por los fanatismos inspirados en las creencias

derar una utopía. Sin embargo, retrata sobre todo

provocó el surgimiento de un fervor infinito por

un retroceso respecto de las conquistas occiden-

esta paz que nos resulta grata.

tales, consideradas extenuantes y agotadas. La

El consenso sostiene que el bien común no

gobernanza es un gobierno procedimental que se

tiene que ver con una verdad basada en certezas

preocupa esencialmente de la gestión, la técnica,

fundamentales, aunque sean difíciles de descu-

lo pragmático, de todo aquello que se ajusta a un

brir, sino que es resultado de decisiones pragmá-

mundo materialista donde se busca un bienestar,

ticas y circunstancias que serán buenas siempre

por definición, cuantificable.

y cuando todo el grupo concuerde con ellas. La

El pragmatismo crea la tecnocracia y la man-

existencia de tal acuerdo no significa aceptar que

tiene en el tiempo. El rechazo a las creencias

ciertas visiones del hombre sean excluidas en pos

convierte a la ciencia en la única dueña del poder.

de la paz social, sino que no existen diferentes

La racionalización del mundo y la supre-

visiones de mundo, y que se trata tan solo de una

macía de la ciencia y de la técnica, que originan

12


la tecnocracia, también es una respuesta al

la guerra o la paz, luchar por más libertades o

horror de los conflictos, puesto que frente a

por más igualdad (y los últimos cincuenta años

la premisa científica no existen conflictos ni

nos han demostrado claramente que las élites se

controversias posibles.

han equivocado tanto o más que el pueblo. Bas-

El triunfo contemporáneo de la técnica obliga

ta recordar que en los años sesenta, en Francia,

a la política a tomar ese camino: debe gobernar

la élite intelectual era marxista mientras que el

quien sabe hacerlo. El indiscutible reinado de la

pueblo votaba por gobiernos moderados).

ciencia conmina a nuestra época a volver, en el ámbito político, a preferir las ideas de Platón.

A partir de lo anterior, también podemos afirmar que la característica particular de la demo-

Recordemos que la controversia política entre

cracia es la aceptación de la contingencia. Los

Platón y Aristóteles en la época de Pericles fue

ciudadanos toman decisiones, juicios que res-

precisamente respecto de la competencia polí-

ponden al sentido común, y se sitúan en el mundo

tica. Platón considera que el poder debe recaer

aleatorio (el mundo sublunar de Aristóteles)

en manos de personas sabias, motivo por el

aceptando la incertidumbre. Camus decía: “la

cual desestima la democracia, al confiar esta el

democracia es el ejercicio social y político de la

poder a todos. Por el contrario, Aristóteles cree

modestia (…) este régimen solo puede ser conce-

que el poder no tiene que ver con el conocimien-

bido, creado y llevado adelante por hombres que

to, sino con un buen arbitrio basado en la razón,

saben que no lo saben todo” o que “reconocen

que cualquiera puede tener. En esta controver-

que es necesario consultar a los demás”5. Como

sia ya se instala con todas sus aristas el tema de

vemos, la decisión democrática es la antítesis

la desconfianza o de la confianza. Es decir, ¿es

de la ciencia, que afirma con certeza y no tiene

posible confiar en la voz del pueblo para tomar

razón alguna para practicar la tolerancia.

decisiones? Esta pregunta atraviesa toda nuestra

La tecnocracia contemporánea, a su vez, afir-

historia. Y en la respuesta aristotélica se funda la

ma en nombre de la ciencia y con absoluta certe-

democracia. Por otro lado, la respuesta platóni-

za, considerándose objetiva. El problema es que

ca es la base de los gobiernos autocráticos, en los

no existe una decisión política objetiva y cientí-

cuales la obediencia puede ser de carácter teo-

fica. La política concierne al ámbito de lo huma-

crático (Bonald), totalitario (Lenin) o dictatorial

no, siempre complejo e incierto. Definir el bien

(Mussolini). Esta respuesta platónica también

común de una sociedad no puede ser una cues-

es la base de la tecnocracia contemporánea, que

tión científica, sino que es un arte; por lo tanto,

instala el gobierno basado en las competencias

siempre es objeto de discusión. La tecnocracia se

de sus autoridades en la democracia y volvién-

equivoca respecto a sí misma. Prueba de ello es

dola obsoleta.

que, aunque la tecnocracia europea se pretende

Cabe recordar que la democracia moderna, que

objetiva, sirve a los propósitos de cierta visión de

nace en el siglo VI en los monasterios benedic-

mundo, que podríamos llamar liberal-libertaria.

tinos, y después aparece en las ciudades italia-

La tecnocracia impone sociedades de mercado,

nas del siglo XII y en la Carta Magna inglesa, se

una visión libertaria de las costumbres, cos-

basa completamente en la confianza respecto del

mopolitismo y desaparición de las fronteras en

juicio del individuo, es decir, en la grandeza del

nombre del inevitable y fatal progreso, y de un

individuo. Esta última es la que lo hace digno de

pretendido sentido objetivo de la historia. Todo

elegir su propio destino (educar a sus hijos, ele-

lo que se le opone, por tanto, es considerado un

gir su cónyuge, ser propietario de sus tierras).

“retroceso”, una “descivilización”.

Por lo tanto, la confianza en el sentido común no

El despliegue de una visión de mundo enar-

es ni una fachada ni una ilusión, sino una pro-

bolada por las élites genera una reacción po-

funda convicción de que, de estar bien distribui-

pular cada vez más fuerte. Los pueblos, con

do, ese sentido común permite que el hombre

poco que decir y sin teóricos, cuestionan el

corriente, al igual que el ingeniero que estudió en la École Polytechnique, decida si hay que declarar

5 Albert Camus, Actuelles 1, OC Essais (París: Gallimard, 1965), 1580.

13


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

cosmopolitismo, la desaparición de las fronte-

sociedades y culturas que la consideraron un

ras y las identidades, la visión libertaria de las

modelo envidiable en el pasado. El rechazo del

costumbres y la sociedad de mercado. Y para ello

régimen democrático occidental se multiplica en

utilizan el único medio democrático disponible,

la Rusia postsoviética, en la China de Xi Jinping

la urna. Al hacerlo se produce el fenómeno lla-

y por medio de numerosas corrientes o a través

mado sarcásticamente “populismo”. Los popu-

de muchos países musulmanes. Cabe pregun-

lismos son respuestas airadas y con frecuencia

tarse cuáles son los mecanismos que hacen que

irracionales frente a democracias que renuncia-

la caída interna del fervor democrático favo-

ron al verdadero pluralismo.

rezca o permita el surgimiento de los reproches

Por los motivos anteriormente mencionados,

y los ataques externos. Y también gracias a qué

los medios de comunicación no consideran las

nuevos sortilegios son hoy los despotismos

corrientes llamadas populistas como una alter-

ilustrados los que ocasionalmente despiertan

nativa factible en el marco de la lucha política

nuestras tentaciones.

conocida de las democracias. Presenciar la lle-

De esta manera, la democracia no solo enfren-

gada del populismo al poder sería una suerte de

ta graves problemas internos, sino que ha perdi-

fin de mundo: representa un retroceso histórico,

do en el frente externo su estatus indiscutido de

una injuria al progreso. Al respecto, ya no existe

mejor régimen, de modelo universal. Hoy ya no

un debate cortés entre dos visiones de mundo,

se le considera como el régimen irreemplazable,

como siempre debe ser el caso en democracia.

el fin último de la historia, sino que ha vuelto a

Por el contrario, existe una guerra larvada contra

ser un régimen particular, defendido por Occi-

una visión de mundo inadmisible, cuya llegada

dente, y cada vez peor defendido. Por lo tanto,

al poder debe ser impedida por cualquier me-

para perpetuarse, la democracia deberá renun-

dio. De esta manera, dejamos de estar insertos

ciar a su arrogancia y refundar sus principios.

en una situación de democracia para pasar a una situación de “guerra”6. Las corrientes populistas no son consideradas como adversarios, sino como enemigos. Esta fragmentación repentina y violenta del pueblo en dos partes es extremadamente grave.

Chantal Delsol (París, 1947) es filósofa,

Hay desprecio y odio de ambos lados. Recorde-

profesora de filosofía política y novelista.

mos la pregunta de Escipión que refiere Cicerón:

Su prolífica producción —ha publicado

“¿Me pregunta cómo se han visto dos soles y no me pregunta por qué no hay en una misma república dos senados o incluso dos pueblos?”7.

una docena de libros y más de doscientos artículos académicos y de divulgación— ha

Se podría decir que en la actualidad la de-

sido traducida a más de quince idiomas y la

mocracia es el principal desafío de una lucha

ha convertido en una de las intelectuales

contemporánea entre modernos y antimodernos. El rechazo actual a la democracia no termina ahí ni es exclusivo de las sociedades y culturas donde nació. Hoy también se propaga a otras

francesas más prestigiosas de la actualidad. Uno de sus últimos libros traducidos al español es Populismos. Una defensa de lo indefendible (Ariel, 2016). El texto que aquí

6 George L. Mosse describía así la brutalización de las sociedades occidentales de entreguerras: “Tendíamos a ver la política como una batalla que solo llegaría a su fin con la rendición incondicional del enemigo”, De la Grande Guerre au totalitarisme. La brutalisation des sociétés européennes (París: Hachette, 1999), 183. 7 Cicerón: Sobre la República, I, 19.32.

14

presentamos es una versión abreviada de la presentación de Delsol al volumen colectivo La démocratie dans l’adversité (Cerf, 2019). Agradecemos a la autora su gentileza por cedernos los derechos de reproducción de este ensayo.


¿Hacia un mundo bipolar?

Fotografía: Scott Walsh.

JUAN IGNACIO BRITO

15


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

B

ill Clinton tenía una sola idea en mente cuan-

como su disposición para cooperar con Estados

do, el 8 de marzo de 2000, subió al estrado de

Unidos y otras naciones en un amplio espectro de

la Escuela de Estudios Internacionales Avan-

temas”1. El mandatario norteamericano estaba

zados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins,

utilizando lo que Thomas J. Wright, investi-

en Washington D.C.: necesitaba convencer al

gador del Brookings Institution de la Universi-

Congreso de que aprobara la Ley de Comercio

dad de Stanford, califica como “el más poderoso

con China. El mandatario norteamericano había

instrumento de política exterior de las décadas

vivido un agitado segundo período presidencial

de 1990 y 2000”: la idea de que “a medida que

y deseaba terminar su gestión en alto. Derribar

los países abrazan la globalización, se conver-

los obstáculos para la plena incorporación de la

tirían en miembros más ‘responsables’ del orden

emergente potencia asiática a la economía global

internacional y, con el tiempo, avanzarían hacia

pondría un broche de oro a una administración

la liberalización doméstica”2.

que en 1994 había echado a andar el Acuerdo de

Menos de dos décadas después, parece increíble

Libre Comercio de América del Norte (Nafta), en

que esa noción, tan extendida entonces, encuen-

1995 había impulsado el nacimiento de la Orga-

tre ahora escasos defensores. La promoción de

nización Mundial de Comercio, y a lo largo de

la democracia, la expansión del libre merca-

ocho años de expansión económica había visto

do global y la cooperación internacional bajo el

consolidarse la globalización a través del auge

liderazgo norteamericano que promovieron Bill

del libre mercado, la explosión de internet y el

Clinton, George W. Bush y, en menor medida,

boom de las empresas puntocom.

Barack Obama, se encuentran hoy cuestionadas

Esa tarde en SAIS, Clinton quiso persuadir a la

y contra las cuerdas. “Vemos que la arquitectu-

audiencia recurriendo a un argumento típico de

ra que apuntala al mundo como lo conocemos

la época: “China no está simplemente accedien-

es un rompecabezas que se ha roto en pequeños

do a importar más de nuestros productos; está

pedazos”, reconoció en febrero Angela Merkel,

accediendo a importar uno de los valores más

la canciller alemana que va de salida y cuyo

preciados de la democracia: la libertad económi-

liderazgo es un símbolo del sistema que se ex-

ca. Cuando los individuos tengan el poder no solo

tingue. Hoy cede terreno el orden liberal en el que

de soñar, sino de hacer realidad sus sueños, van

Merkel brilló y se sintió cómoda. Ganan espacio

a demandar una voz más fuerte en la toma de de-

e influencia, en cambio, políticos populistas —

cisiones”, dijo el presidente. El propósito no era

incluso declarados iliberales, como el premier

solo abrir mercados, sino atraer un socio clave al

húngaro Viktor Orbán—, el interés nacional

orden internacional liberal. Años más tarde, en sus memorias, Clinton escribiría que el ingreso de Beijing a la OMC pretendía “continuar la integración de China a la economía global y aumentar tanto su aceptación de las reglas internacionales

16

1 Bill Clinton, My life (Nueva York: Alfred A. Knopf, 2004), Edición Kindle, posición 15907. 2 Thomas J. Wright, All measures short of war. The contest for the 21st century & the future of American power (New Haven: Yale University Press, 2017), 1.


autoconcebido como realista y el nacionalismo.

y su presidente en el conflicto, con el objetivo

Ellos emergen por doquier, amparados en re-

“de hacer al mundo seguro para la democracia”

alidades ineludibles que han sido ignoradas

y de “pelear la guerra para terminar todas las

durante demasiado tiempo por las élites. Estas

guerras”, como le dijo Wilson al Congreso el 2

apostaron por un triunfo definitivo del capitalis-

de abril de 1917, fecha en que pidió autorización

mo, la democracia y el orden liberal, pero hoy se

para abrir hostilidades contra el Imperio Alemán.

encuentran de bruces con que, en lugar de haber

Una vez concluida la guerra, Wilson tuvo

llegado a su fin, la historia vuelve con ánimo de

un papel protagónico en el fomento de la

revancha, en la forma de una configuración geo-

autodeterminación de los pueblos, para insta-

política distinta.

lar democracias allí donde habían imperado

Como siempre, el ocaso de un paradigma es

monarcas absolutos, y en la creación de la So-

el amanecer de su reemplazante. El nuevo or-

ciedad de las Naciones, el ente multilateral que

den que despunta ofrece

pretendía regular las re-

un panorama distinto al

laciones entre estados y

que hemos presenciado durante las últimas tres

La promoción de la democracia, la

décadas y al que soña-

expansión del libre mercado global

ba Bill Clinton en el año 2000. Ahora el poder se encuentra cada vez más

y la cooperación internacional bajo el liderazgo norteamericano se

repartido entre distintas

encuentra hoy cuestionadas

npotencias que defienden

y contra las cuerdas.

sus intereses de manera

establecer un régimen de seguridad colectiva bajo la tutela norteamericana. El experimento fracasó: Wilson

obtuvo

la

So-

ciedad de las Naciones al

precio

de

sembrar

la semilla de un nuevo conflicto. Cedió ante

egoísta; un modelo donde los conflictos y el ries-

las ambiciones de Francia y Gran Bretaña, que

go se encuentran a la vuelta de la esquina y en el

hipotecaron el futuro de Alemania con elevadí-

cual la cooperación se hace más difícil, pues Es-

simas compensaciones de guerra, pero no logró

tados Unidos ya no parece dispuesto a regular un

convencer al Senado para que Estados Unidos in-

sistema en el cual, como sostiene Robert Kagan,

gresara al organismo y sufrió un accidente vas-

“la jungla vuelve a crecer”3.

cular que lo dejó postrado y paralizó su gobierno. La debilidad de las democracias, el surgimiento

Del auge a la decadencia

de los fascismos y del comunismo bolchevique en Europa, y el auge militarista japonés, junto

Fue una paradoja que le correspondiera a

con la severa crisis económica provocada por la

Woodrow Wilson desempeñar un rol central

Gran Depresión, crearon las condiciones para

en el primer intento por forjar el orden interna-

una nueva conflagración global que involucró a

cional liberal. Wilson tenía nulos conocimientos

Estados Unidos en una masacre de alcance global.

de relaciones internacionales, al punto que poco

El triunfo en 1945 dejó a Washington en una

después de su primera inauguración en 1913, le

posición única. Al concluir la guerra, contaba

había confesado a un amigo que “sería la ironía

con las fuerzas armadas más poderosas, el mo-

del destino que mi administración tuviera que

nopolio del arma nuclear, un aparato productivo

lidiar principalmente con cuestiones de políti-

en pleno funcionamiento, un territorio intac-

ca exterior”. No obstante, pese a sus deseos, el

to y un número menor de bajas comparado con

estallido de la Primera Guerra Mundial en Eu-

las otras potencias que participaron en el con-

ropa terminó involucrando a Estados Unidos

flicto. Aunque tuvieron que vencer algún grado de resistencia interna, los principales líderes norteamericanos estaban convencidos de que

3 Robert Kagan, The jungle grows back. America and our imperiled world (Nueva York: Alfred A. Knopf, 2018), 10.

involucrar al país en el escenario internacional

17


Fotografía: Manuel Balce Ceneta/AP.

¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

Muchas veces, la lógica de la Guerra Fría hizo que Washington apoyara a dictadores que combatían a la Unión Soviética. Entre 1945 y 1991, el alcance del orden internacional liberal se vio constreñido a América del Norte, Europa Occidental y Japón.

era necesario e inevitable. Como decía Averell

esta buscara florecer”4. Estados Unidos usaría su

Harriman, embajador en Moscú, en 1945 ya no

enorme poder y su posición como “locomotora a

era posible aprovechar la geografía para volver

la cabeza de la humanidad” (la imagen pertenece

a encerrarse a “ir a ver películas y tomar Coca

al secretario de Estado Dean Acheson) para crear

Cola”. La guerra había demostrado que la exis-

un ambiente en el que Washington defendería

tencia de potencias dominantes en Asia y Europa

sus intereses, alineándolos con los de un orden

constituía una amenaza para el interés nacional

internacional liberal cuya principal motivación

norteamericano. Ahora Estados Unidos estaba

sería evitar que volvieran a darse las condiciones

obligado a dejar de lado su tradición aislacionista

económicas y geopolíticas que permitieron el

y tendría que involucrarse activamente en los

estallido de la Segunda Guerra Mundial. Ello

asuntos del mundo.

suponía fomentar la integración entre las po-

La pregunta era cómo hacerlo. Los “hombres sabios” que, según Isaacson y Thomas,

tencias afines, promover la democracia y el libre mercado y ejercer una hegemonía benigna.

diseñaron el nuevo esquema, se inclinaron por

No siempre Estados Unidos fue fiel a esos ob-

una estrategia de hegemonía liberal para dar

jetivos. Muchas veces, la lógica de la Guerra Fría

forma “a un nuevo orden mundial que com-

hizo que Washington apoyara a dictadores que

prometió a una nación que antes se mostraba reticente, a defender la libertad dondequiera que

18

4 Walter Isaacson y Evan Thomas, The wise men. Six friends and the world they made (Nueva York: Simon & Schuster, 1986), 19.


combatían a la Unión Soviética. Entre 1945 y

amenaza para su seguridad, reduciendo de esa

1991, el alcance del orden internacional liberal

manera sus compromisos políticos y militares

se vio constreñido a América del Norte, Euro-

globales y actuando como un “país normal”. O,

pa Occidental y Japón. Aun así, consiguió logros

por el contrario, podía hacer una interpretación

importantes, como transformar a este último y a

amplia de su interés nacional, vinculándolo con

Alemania Federal en democracias comprometi-

la expansión de la democracia y el libre merca-

das con la paz, y convertir a Occidente en una

do, lo cual lo obligaría a mantener o ampliar su

potencia económica que dejó muy atrás a los so-

vasta presencia militar y actuar como guardián

cialismos reales.

de los principios liberales, bajo la creencia de que

Fue el derrumbe de la URSS el que permitió a

la mejor manera de garantizar su seguridad era

Estados Unidos desplegar a escala planetaria

conseguir que el mundo se pareciera a Estados

la estrategia definida después de la Segun-

Unidos. La decisión fue clara: desde el gobierno

da Guerra Mundial. Extinguida la amenaza

de George H. W. Bush en adelante, escribe

soviética, el campo quedó libre para la tercera

Stephen M. Walt, “los líderes norteamericanos

ola

Samuel

optaron por la hegemonía liberal porque la co-

Huntington, la expansión global del libre

munidad de política exterior creyó que pro-

mercado y la consolidación de lo que Charles

mover los valores liberales resulta esencial para

Krauthammer definió como “el momento uni-

la seguridad de EEUU y fácil de llevar a cabo”6.

polar” de Estados Unidos. Una marea de optimis-

En ausencia de rivales relevantes, Washington

mo hizo soñar a los liberales que su triunfo era

perseguiría lo que John Mearsheimer define

definitivo. “Mirando el mundo a fines del siglo

como el propósito de la estrategia de hegemonía

XX, uno podía sentirse excusado por pensar que

liberal de Estados Unidos: “convertir la mayor

la historia se estaba moviendo en una dirección

cantidad posible de países en democracias libe-

progresista y liberal”5, señala John Ikenberry.

rales como él, mientras promueve también una

En un famoso ensayo cuya tesis luego amplió

economía internacional abierta y se construyen

en un libro, Francis Fukuyama sostuvo que la

instituciones internacionales”7.

democratizadora

descrita

por

democracia y el capitalismo habían vencido a los

La idea de un orden internacional liberal des-

fascismos, al marxismo y a los autoritarismos de

cansa sobre algunas nociones que son compar-

derecha y que, por lo tanto, la lucha dialéctica

tidas, desde la izquierda progresista liderada

que había enfrentado a la idea liberal con sus ad-

por Barack Obama hasta los neoconservadores

versarios a lo largo de la historia había conclui-

que apoyaron a George W. Bush, por toda la

do. Lo único que podría amenazar al pacífico y

élite vinculada al diseño de la política exterior

victorioso orden liberal, según Fukuyama, era el

estadounidense. Según Walt, estas ideas son la

surgimiento del aburrido y vacuo “último hom-

teoría de la paz democrática, según la cual las

bre” descrito por Friedrich Nietzsche.

democracias están naturalmente inclinadas hacia la cooperación y no van a la guerra entre ellas;

Todos somos liberales

el liberalismo económico, que promueve la apertura, el libre comercio, el tránsito sin cortapisas

De cara al escenario geopolítico de la unipo-

del capital y la mano de obra —la globalización

laridad, Estados Unidos debió preguntarse

económica, en definitiva— como mecanismos

cómo debía desplegar su política exterior bajo

para generar crecimiento e interdependencia

las nuevas condiciones. Podía definir su interés

para la paz; y el institucionalismo liberal, que

nacional de manera restrictiva, limitando las intervenciones externas a aquellas situaciones que significaran una verdadera o potencial

5 John Ikenberry, “The end of liberal international order?”, International Affairs, enero 2018, 8.

6 Stephen M. Walt, The hell of good intentions: America’s foreign policy elite and the decline of U.S. primacy (Nueva York: Farrar, Straus and Giroux, 2018), xi. 7 John J. Mearsheimer, The great delusion: Liberal dreams and international realities (New Haven: Yale University Press, 2018), 1.

19


Fotografía: Jorgen Haland.

¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

postula el fortalecimiento de regímenes interna-

países”. Palabras similares fueron pronunciadas

cionales como la OMC, la OTAN, la Unión Europea

por Barack Obama en su discurso sobre el Estado

o la Carta Democrática de la OEA, con el propósi-

de la Unión en 2012, cuando afirmó que “Estados

to de tejer un entramado de reglas que minimice

Unidos continúa siendo la única nación indis-

las probabilidades de conflicto y reafirme los

pensable en los asuntos mundiales”.

principios de la democracia y el libre mercado.

Desde la propuesta del nuevo orden mundial

Sin embargo, todo lo anterior choca con una

lanzada por George H. W. Bush en 1990 hasta el

realidad que el triunfalismo estadounidense no

apoyo de Obama a los movimientos de protesta

fue capaz de ver: el orden internacional liberal

durante la “primavera árabe” en 2011, pasando

no es una creación de la naturaleza, sino del

por la estrategia de ampliación de la democracia

hombre. Para alcanzar sus objetivos requiere

consagrada en la “doctrina Clinton” en 1993 y

la existencia de una potencia hegemónica con

la visión de George W. Bush de crear en Irak “la

vocación universal que esté en condiciones de

primera democracia árabe”, Estados Unidos se

gestionarlo. En 1993, el secretario de Estado

comprometió a consagrar la creación de un or-

Warren Christopher reconocía ante el Comité de

den liberal donde imperaran la integración y la

Relaciones Exteriores del Senado que “el nuevo

paz. Sus esfuerzos no se limitaron a la dimen-

mundo que buscamos no emergerá por su cuen-

sión política. La “nación indispensable” tam-

ta. Debemos darle forma a la transformación que

bién desplegó su capacidad militar y económi-

está en marcha”. Debido a razones históricas y

ca: combatió guerras y envió tropas a distintos

motivaciones de poder, los norteamericanos

lugares del planeta, mientras promovía el lla-

se sentían especialmente llamados para cum-

mado Consenso de Washington y la apertura de

plir dicha tarea. Lo dijo la secretaria de Estado

mercados, firmaba acuerdos de libre comercio y

Madeleine Albright en 1998, al señalar que “so-

financiaba paquetes de rescate para México y las

mos la nación indispensable que permanece de

economías asiáticas en momentos de crisis.

pie y mira más lejos hacia el futuro que los otros

20


Fisuras en el edificio

tentados de volver a nuestra ciudad imaginaria,

Los ataques terroristas de 2001, junto con las

glen por su cuenta”8.

cerrar la puerta y dejar que los otros se las arreguerras en Irak y Afganistán, y el crash finan-

No cabe duda dónde se ubica Donald Trump en

ciero de 2008, fueron golpes muy duros para la

ese debate. Su arribo a la Casa Blanca confirmó

confianza de los ciudadanos de Estados Unidos y

la pérdida de convicción norteamericana respec-

otros lugares en la receta liberal. El consenso se

to del orden internacional liberal y la distancia

resquebrajó y el optimismo de los 90 y los 2000

con la élite que lo diseñó e implementó. Trump

fue reemplazado por un sombrío realismo, pues

puso como prioridad la reconstrucción del poder

quedó claro que el proyecto tenía fronteras muy

norteamericano, revigorizando a los ciudadanos

palpables. Mientras a nivel interno en distintos

largamente postergados y restringiendo los

países surgieron liderazgos populistas y movi-

compromisos externos del país. El cumplimien-

mientos nacionalistas, en el ámbito internacio-

to de sus promesas de poner a “Estados Uni-

nal el orden liberal también comenzó a desnudar

dos primero” y de “hacer a América grande de

sus limitaciones.

nuevo” pasa por excluir a la superpotencia de

El principal problema fue que el promotor del

los Acuerdos de París y del Tratado TransPa-

orden liberal empezó a perder la convicción de

cífico, exigir a sus socios de la OTAN un mayor

que debía continuar jugando el rol excepcio-

compromiso para su defensa, disminuir el flujo

nal que este le demandaba. Bajo la presiden-

de inmigrantes desde México, acercarse a Isra-

cia de Barack Obama aparecieron las primeras

el y Arabia Saudita, revocar el acuerdo nuclear

señales en ese sentido. En 2011, un funcionario

con Irán, enfrentar a China, restringir el libre

de la Casa Blanca señaló, a propósito de la par-

comercio cuando el interés nacional lo aconseje,

ticipación norteamericana en la ofensiva militar

expandir el gasto militar, abandonar acuerdos de

de la OTAN que respaldó a los rebeldes que der-

desarme nuclear, mostrarse hostil a Cuba, retirar

rocaron y asesinaron al jerarca libio Muamar

las tropas de Siria y, en general, hacer que Esta-

Gadafi, que Estados Unidos “lideraba desde

dos Unidos siga un curso más cercano a la defen-

atrás”. La frase terminó siendo una metáfora de

sa y promoción de su interés nacional concebido

la forma en que Obama condujo la política exte-

de manera restrictiva, lejano a la gran estrategia

rior de EEUU, una mezcla incoherente de excep-

liberal que ese país persiguió por décadas.

cionalismo y realismo que optó por mantener,

El predominio unipolar de Washington llevó a

pero reduciéndola, la presencia militar en Irak

la creencia liberal de que el conflicto internacio-

y Afganistán; que promovía la democracia, pero

nal había sido domado para siempre y que la ver-

llegaba a acuerdos con Irán y Cuba; y que, luego

dadera competencia se había trasladado desde la

de haber aplaudido la primavera árabe, apoyó el

política a la economía. O sea, desde un juego de

golpe militar en Egipto y la instalación allí de una

suma cero a otro donde todos ganan y caminan

dictadura que atropella los derechos humanos.

unidos hacia el progreso. Pero, como sostiene

Según Bret Stephens, con Obama Estados Uni-

Walter Russell Mead, en realidad se trató solo

dos se puso “en retirada”. Stephens señala que

de un “hiato histórico” que “ahora ha llega-

a partir de la administración del presidente

do a su término”9. Una vez más, la noción libe-

demócrata volvieron a enfrentarse una vez más

ral del avance irrefrenable hacia el progreso ha

neoaislacionistas e internacionalistas, en la reedición de un debate que ha dividido a los norteamericanos durante 240 años de vida independiente. En esta ocasión, los primeros tenían la mano ganadora. “De vez en cuando, nos vemos

8 Bret Stephens, America in retreat. The new isolationism and the coming global disorder (Nueva York, Sentinel, 2014), xiii. 9 Walter Russell Mead, “Geopolitics trumps the markets”, The Wall Street Journal, 29 de octubre de 2018, https://www.wsj.com/articles/geopolitics-trumps-the-markets-1540852514.

21


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

resultado ser un mito, una idea nacida del deseo,

su antojo las reglas de convivencia.

no de la observación atenta de la realidad y la

Eso fue lo que ocurrió inmediatamente después

experiencia. El voluntarismo detrás del proyecto

del fin de la Guerra Fría: Estados Unidos quedó

liberal llevó a sus promotores a creer que una su-

solo al timón y se vio por fin en condiciones de

perpotencia democrática y capitalista como Es-

impulsar sin cortapisas el proyecto del orden

tados Unidos sería capaz de derrotar a la historia

liberal soñado por Wilson y concebido por los

y podría rediseñar el orden internacional a su

“hombres sabios” en 1945. Si se miran las co-

imagen y semejanza. Pero ahora el hibris liberal

sas desde la perspectiva propuesta por Waltz, se

se ha topado de frente con una realidad que con-

llega a una conclusión muy distinta a la que han

tradice sus aspiraciones.

alcanzado los tribunos liberales en las últimas

El

problema

confundieron

para

una

los

liberales

configuración

de

es

que

décadas: la “paz larga” —el término pertenece

poder

al historiador John Lewis Gaddis— que ha ex-

unipolar con un cam-

perimentado el mundo

bio esencial de la natu-

a partir del fin de la Se-

raleza del hombre y el

gunda Guerra Mundial

orden internacional. Lo

El predominio unipolar de

no respondió al triun-

que ocurrió después de la

Washington llevó a la creencia

fo definitivo de la razón

Guerra Fría no fue que el ser humano evolucionó y

liberal de que el conflicto

(como

propone

Steven

Pinker en su libro En

dejó de lado las tenden-

internacional había sido domado

cias oscuras, egoístas y

para siempre y que la verdadera

ni al avance irrefrenable

destructivas que muchas

competencia se había trasladado

de la humanidad hacia la

veces habitan en el fondo de su alma; tampoco

desde la política a la economía.

fue que se extinguió la

defensa de la ilustración)

democracia y el capitalismo (como sugirió Francis Fukuyama en El fin de la

tendencia anárquica propia del sistema interna-

historia y el último hombre), sino a que el poder

cional. Lo que sucedió, simplemente, fue que el

estuvo distribuido en el sistema internacional

poder global pasó a manos de una superpotencia

en sus dos configuraciones más estables: la bi-

única con vocación universalista liberal. Ahora

polaridad durante la guerra fría y la unipolaridad

que la unipolaridad se extingue y Estados Unidos

luego de la caída del muro.

no muestra la inclinación liberal de antaño, las fuerzas dormidas vuelven a despertar.

Lo riesgoso es que el escenario estratégico que despunta amenaza con una configuración inestable: la multipolaridad. Por todas partes,

La importancia de la estructura

actores que tenían un rol de reparto buscan un papel protagónico que les permita definir su des-

El gran teórico de las relaciones internacionales

tino. China es el mejor ejemplo, pero está lejos de

Kenneth Waltz (1924-2013) pasó su vida tratan-

ser el único. Según Xi Jinping, secretario gene-

do de demostrar cómo las distintas estructuras

ral del Partido Comunista, “el león chino se ha

de poder afectaban el comportamiento de los

despertado” y el vínculo con EEUU “es un nuevo

actores en la escena global. Según Waltz, la dis-

tipo de relación entre países grandes”. En pa-

tribución unipolar del poder supone la configu-

labras de Elizabeth Economy, Pekín se plantea en

ración más estable que se puede concebir. En ella

condiciones de igualdad, exige respeto y “usa su

reina la paz, porque nadie está en situación de

nuevo estatus para dar forma a instituciones re-

desafiar a la superpotencia única, que impone a

gionales y globales de manera que se acomoden

22


mejor a sus intereses y cumplan sus objetivos,

más frecuentes. Lo anterior no significa, por

en algunos casos apoyando las normas tradicio-

supuesto, que avanzamos hacia una confla-

nales, mientras que en otras sustituyéndolas”10.

gración inevitable, sino que nos hallamos en

Bajo el mandato del nacionalista Narendra Modi,

una etapa de transición en la que cada uno de

India es el otro coloso emergente de Asia que

los actores relevantes busca encontrar un es-

busca una voz propia, invirtiendo en armas y de-

pacio que le acomode. Aunque el recambio

safiando a sus vecinos para establecer su poderío.

genera incertidumbre, es un fenómeno común.

Algo similar ocurre con el Japón liderado por el

“Eventualmente, inevitablemente, incluso los

nacionalista Shinzo Abe, que ha reformado la

órdenes mejor administrados llegan a su fin”11,

legislación para permitir la proyección del poder

indica Richard Haass. El reordenamiento en

de las Fuerzas de Autodefensa japonesas más

curso causará conflictos de intensidad variable,

allá de su territorio y ya no confía por completo

lo cual obligará a las grandes potencias y sus

en el paraguas de seguridad que le provee Esta-

liderazgos a actuar con prudencia y a mostrar un

dos Unidos. Lo mismo le pasa a Europa, donde el

manejo diplomático de excelencia que ayude a

presidente francés Emmanuel Macron propone

evitar que las crisis escalen y se produzcan en-

la creación de un ejército propio en la medida que

frentamientos mayores.

la OTAN no brinda las certezas de antaño. En Ru-

Aunque parezca que entramos a un mun-

sia, por último, el autoritario Vladimir Putin se

do nuevo, la verdad es que estamos haciendo

aferra al poder disuasivo del arsenal nuclear para

exactamente lo contrario. El orden internacio-

defender incluso por las armas su esfera de in-

nal liberal ha sido una excepción, no la regla.

fluencia en Georgia o Ucrania, en cumplimiento

Probablemente desde el Imperio Romano no

de lo que su biógrafo Steven Lee Myers ha descri-

existía una unipolaridad como la que tuvo, por

to como la autoasignada “misión histórica” del

un breve lapso, Estados Unidos después de la

presidente ruso: sacar a su país de la postración y

Guerra Fría. Ahora que la historia ha vuelto y la

convertirlo de nuevo en una nación respetada e,

geopolítica recupera el lugar que siempre tuvo,

incluso, temida.

el planeta vuelve a ser el lugar hostil y peligroso

Las ambiciones contrapuestas de estas poten-

que usualmente fue.

cias sugieren que el mundo ingresa a un nuevo escenario donde los roces y el conflicto se harán

Juan Ignacio Brito es periodista de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Master of Arts in Law and Diplomacy del Fletcher School en la Universidad de Tufts, EEUU. Actualmente es decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes. Ha trabajado en distintos medios de comunicación, como El Mercurio, El Metropolitano, Qué Pasa, La Tercera y El Líbero.

10 Elizabeth Economy, The third revolution. Xi Jinping and the new Chinese state (Nueva York: Oxford University Press, 2018), 187.

11 Richard Haass, “How a world order ends”, Foreign Affairs, enero/febrero 2019, p. 22.

23


EL POPULISMO EN EL SIGLO XXI

24

Fotografía: Sasan Rashtipour.

CRISTÓBAL ROVIRA KALTWASSER


H

asta hace poco tiempo, académicos y analis-

tipo de comportamiento político que se consi-

tas pensaban que el populismo era un fenómeno

dera como maligno. Así, por ejemplo, en Euro-

propio de los países pobres y subdesarrollados,

pa se suele decir que el populismo es sinónimo

mientras que los países más prósperos parecían

de racismo y xenofobia, mientras que en Amé-

ser inmunes a la irrupción de esas fuerzas. La

rica Latina comúnmente se define al populismo

falsedad de este lugar común es particularmente

como irresponsabilidad económica y demagogia.

evidente hoy en día: basta reparar en la aparición

Si bien es cierto que el populismo muchas veces

de actores populistas en países tan diferentes

—aunque no siempre— puede tener consecuen-

como Alemania, Bolivia, Brasil, Dinamarca, Es-

cias negativas sobre el régimen democrático,

paña, Estados Unidos, Francia, Hungría, Tur-

poco nos ayudan las descalificaciones puramen-

quía, Suiza y Venezuela (por nombrar tan solo

te normativas del fenómeno. Al definirlo a priori

algunos). En otras palabras, pareciera ser que el

como algo malo se termina ofreciendo una con-

populismo se está volviendo global, y todo indica

ceptualización que implica un juicio moral antes

que no se trata de un fenómeno pasajero.

que un término apropiado para comprender de

¿Cómo podemos explicar la expansión de fuerzas populistas en tan diversos lugares del mun-

qué se trata y cómo se puede estudiar en distintos lugares del mundo.

do? En este breve ensayo me interesa abordar

Para tratar de remediar esto, junto a mi co-

esta pregunta. Mi intención no es ofrecer una

lega Cas Mudde hemos venido elaborando una

teoría sofisticada sobre el tema, sino más bien

serie de estudios comparados que se basan en la

plantear algunas ideas que nos ayuden a com-

siguiente definición: el populismo debe ser con-

prender la aparición de distintos tipos de popu-

cebido como un discurso o una ideología que no

lismo a lo largo y ancho del orbe. En términos

solo plantea que la sociedad está divida entre un

simples, me interesa argumentar que si actores

“pueblo íntegro” y una “élite corrupta”, sino que

populistas han venido ganando terreno elec-

también argumenta que la política debe respetar

toral en tan distintas latitudes, algún tipo de

a como dé lugar la voluntad general1. Definido

transformación debe haber sufrido la sociedad

de esta manera, el populismo es un conjunto

contemporánea para allanar el terreno al popu-

de ideas compartido por ciertos grupos votan-

lismo. De ser verdadero este argumento, el siglo

tes y que es empleado por determinados acto-

XXI estará marcado no solo por la consolidación

res políticos. Es por ello que podemos hablar de

de fuerzas populistas, sino que también por la

la existencia de una demanda por populismo de

disputa entre estas últimas y los partidos políticos convencionales. Antes de continuar, resulta necesario ofrecer una aclaración conceptual. “Populismo” es una palabra que se ha vuelto de moda y que generalmente se utiliza para denostar todo aquel

1 Esta definición es crecientemente utilizada en la ciencia política y se conoce como el “enfoque ideacional” del estudio del populismo. Al respecto, ver entre otros, Cas Mudde y Cristóbal Rovira Kaltwasser, Populismo. Una breve introducción (Madrid: Alianza, 2019).

25


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

parte de algunos segmentos del electorado y de

del tiempo. Sin embargo, el aumento de sus ni-

una oferta populista por parte de ciertas fuerzas

veles educacionales ha llevado a que los votantes

políticas. La pregunta de fondo es por qué tanto

se comporten, de manera creciente, como sujetos

la demanda como la oferta populista han venido

independientes que toman decisiones políticas

creciendo en el último tiempo.

en función de lo que está en juego en cada elec-

Parte de la respuesta a esta pregunta radica en

ción y de las conductas de los partidos políticos.

los procesos de transformación de la sociedad

De hecho, las investigaciones en política com-

contemporánea, los cuales han terminado por

parada muestran que los niveles de identificación

allanar el camino para la irrupción de fuerzas

con los partidos políticos han venido cayendo en

populistas de variados colores. En términos más

la gran mayoría de los países del mundo. Los vo-

concretos, últimamente tres entidades que son

tantes son cada vez menos fieles y estudian las

centrales para el fenómeno populista han expe-

ofertas existentes con mayor detenimiento. Una

rimentado cambios significativos: el pueblo, la

consecuencia directa de esto es que el pueblo

élite y la voluntad general. Tal como argumenta-

de hoy monitorea con mucha más atención que

ré a continuación, son justamente las transfor-

antes las conductas de la clase política. Ejem-

maciones de esas realidades las que nos ayudan

plos sobre este tema abundan, pero una situa-

a comprender por qué el populismo no solo se

ción paradigmática al respecto se ha dado los

ha vuelto cada vez más común en el mundo ac-

últimos años en Alemania. En este país es usual

tual, sino que también probablemente terminará

que los políticos tengan un título académico de

siendo un rasgo distintivo de los sistemas políti-

doctor (PhD), ya que se trata de una credencial

cos del siglo XXI.

que da prestigio y puede ser usada en las campañas para intentar demostrar erudición. Por

La transformación del pueblo: más educado y

mencionar solo un ejemplo, la misma Angela

más empoderado

Merkel posee un doctorado en ciencias naturales. Lo interesante es que, desde hace un par de

El régimen democrático descansa en la idea de

años, se han abierto una serie de investigaciones

que el pueblo es el soberano, vale decir, existe

por plagio sistemático en las tesis doctorales de

una comunidad política que es capaz de autogo-

diversos políticos. El prometedor Karl-Theodor

bernarse. Este principio de la democracia sigue

zu Guttenberg, del Partido Unión Social Cris-

siendo válido hoy, pero usualmente se pasa por

tiana de Baviera (CSU), tuvo que dejar su puesto

alto que el pueblo actual es muy diferente al del

de ministro de defensa y abandonar su carrera

siglo XX. Tal como ha mostrado el cientista po-

política cuando se demostró que había plagiado

lítico Russell Dalton, el aumento de los niveles

parte importante de su tesis doctoral en derecho.

educacionales de la población ha traído consigo

Años más tarde sucedió lo mismo con Annette

un proceso de “movilización cognitiva”2. Como

Schavan, una conocida política del Partido Cris-

el mismo nombre lo indica, la noción de “movi-

tiano Demócrata Alemán (CDU), quien siendo

lización cognitiva” implica que los votantes ma-

ministra de educación del gobierno de Angela

nejan cada vez más información, y esto impacta

Merkel tuvo que dejar su cargo cuando su alma

en la forma cómo toman sus decisiones políticas.

mater, la Universidad de Düsseldorf, estableció

Antiguamente el peso de la tradición tenía una

que Schavan incluyó en su tesis doctoral textos

fuerza preponderante en la constitución de iden-

ajenos de forma sistemática y premeditada. Ac-

tidades políticas duraderas, las cuales se forma-

tualmente hay una investigación en curso contra

ban en los inicios de la socialización política de

Franziska Giffey, del Partido Social Demócrata

los electores y se mantenían estables a lo largo

Alemán (SPD), que detenta el cargo de ministra de la familia en el gobierno de Angela Merkel. ¿Sucede acaso que los políticos alemanes

2 Rusell Dalton, Citizen Politics: Public Opinion and Political Parties in Advanced Industrial Democracies (Thousand Oaks: CQ Press, 2017).

26

obtuvieron sus títulos doctorales de forma


Afiche del People´s Party de EEUU. Imagen: LOC.

fraudulenta solo en el último tiempo? La res-

Mélenchon se llame “La Francia Insumisa”, ni

puesta es no, pues todo indica que esta ha sido

que Donald Trump habitualmente haga referen-

una práctica sistemática por muchos años. Y

cia a la necesidad de “drenar el pantano” (drain

probablemente sucede lo mismo con varias ma-

the swamp), con lo cual alude metafóricamente a

las prácticas que han saltado a la luz pública en

la necesidad de eliminar la corrupción y el exceso

diversos países (basta pensar en el tema del fi-

de burocracia que supuestamente impera en la

nanciamiento de la política en Chile y otros luga-

política del país.

res del mundo). Lo que ha cambiado en el último tiempo es que la ciudadanía es más instruida,

Élite: cada vez más alejada y desconectada del

fiscaliza a las autoridades de manera mucho más

ciudadano promedio

sistemática que antes y cuenta, de paso, con la ayuda de medios de comunicación independien-

La élite siempre se ha distinguido del pueblo,

tes que apoyan esta labor de fiscalización. En

pues se define como un grupo selecto de perso-

consecuencia, el pueblo de las democracias del

nas que, por su condición económica, intelectual

siglo XXI es más demandante y está mucho más

y/o política, se diferencia de la masa. Sin embar-

empoderado que el pueblo de antaño.

go, desde hace algunas décadas la distancia entre

Visto así, es posible que pensar que el mismo

la élite y el pueblo ha venido creciendo de ma-

proceso de “movilización cognitiva” explica,

nera sistemática, debido en gran medida —pero

al menos en parte, por qué hay mayor deman-

no exclusivamente— al aumento de los niveles

da por populismo en distintas sociedades, y por

de desigualdad socioeconómica. Gran parte de

qué algunos partidos políticos ofrecen un dis-

las investigaciones académicas nos indican que

curso populista para conquistar ciertos seg-

la brecha entre ricos y pobres se ha venido en-

mentos del electorado. No es casualidad, por

sanchando a una velocidad asombrosa en las

ejemplo, que el partido populista de izquierda

últimas décadas, sobre todo desde la ejecución

radical recientemente formado por Jean-Luc

de reformas a favor del libre mercado que se

27


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

llevaron a cabo desde los años ochenta en ade-

manera un generoso estado de bienestar, capaz

lante. A modo de ilustración, me parece impor-

de otorgar una red de seguridad básica para la

tante dar cuenta de algunos datos provenientes

gran mayoría de la población. Esta imagen que

del célebre libro de Thomas Piketty, El capital en

tenemos de los partidos social-demócratas eu-

el siglo XXI3.

ropeos cambia abruptamente en la década de

Gracias a los datos recolectados y analizados

1990 con el surgimiento de la así llamada “Ter-

por Piketty sabemos que entre 1950 y 1970 el

cera Vía”. Esta corriente buscaba compatibilizar

decil superior (el 10% más adinerado) de la so-

dos principios prácticamente imposibles de con-

ciedad estadounidense poseía aproximadamente

ciliar: por un lado, equidad, justicia y solidaridad

un 30-35% del ingreso nacional del país, mien-

social; por otro, reducción del intervencionismo

tras que hoy en día el decil superior en los Es-

del Estado en la economía y, en consecuencia,

tados Unidos tiene aproximadamente el 45-50%

disminución de las tasas impositivas.

del ingreso nacional del país. Si no sucede nin-

Por cierto que la ejecución de la “Tercera Vía”

gún cambio importante en los próximos años,

trajo de vuelta al poder a los partidos social-de-

de acá al año 2030 el decil superior acaparará

mócratas en países como Alemania (bajo el alero

aproximadamente el 60% del ingreso nacional

de Gerhard Schröder) y Reino Unido (con Tony

estadounidense. A su vez,

Blair). Sin embargo, la

Piketty da cuenta que la

transformación que su-

progresividad fiscal para los sujetos de mayores ingresos

y

patrimonio

ha venido disminuyendo de manera dramática a lo largo del siglo XX. Si bien es cierto que desde

En la medida en que la clase política ha ido perdiendo su conexión con el parecer de la ciudadanía, han ido aumentando las oportunidades de que las ideas

la década de 1940 hasta la

populistas le hagan sentido a

década de 1970 tanto en

ciertos segmentos del electorado.

frieron estos partidos es dramática, y no en vano están sufriendo una hemorragia electoral que parece irremediable. No solo dejaron de representar las ideas e intereses de sus principales votantes (el mundo sindical), sino que comenzaron a sufrir

el Reino Unido como los Estados Unidos la tasa superior del impuesto al

un proceso de aburguesamiento tal que termi-

ingreso estaba alrededor del 70 u 80%, esta cifra

naron alienando a una parte importante de su

cae a la mitad después de la llegada al poder de

electorado. Para poner solo un ejemplo: es de

Margaret Thatcher y Ronald Reagan en cada uno

conocimiento público que François Hollande, el

de estos países, respectivamente.

presidente social-demócrata de Francia entre

Si bien las cifras sobre aumento de la

los años 2012 y 2017, tenía contratado a un pelu-

desigualdad que nos entregan Piketty y muchos

quero que cobraba 10.000 euros mensuales apro-

otros autores son económicas, estas tienen un

ximadamente; es decir, obtuvo unos 600.000

impacto significativo en el funcionamiento del

euros durante el gobierno de Hollande. Por su

sistema político. Quizás una de las señales más

parte, tanto Gerhard Schröder como Tony Blair

elocuentes se puede observar en la transforma-

dedican hoy en día gran parte de su tiempo a ase-

ción de los partidos social-demócratas europeos.

sorar grandes empresas, muchas de las cuales se

En el pasado, esos partidos se caracterizaron por

han visto envueltas en prácticas de corrupción y

defender políticas económicas redistributivas

de evasión impositiva.

que descansaban fundamentalmente en el es-

En efecto, los estudios en política compara-

tablecimiento de altas cargas impositivas a los

da demuestran que un segmento importante de

segmentos más adinerados, financiando de esa

quienes votan en Europa por los partidos populistas de derecha radical proviene justamen-

3 Thomas Piketty, El capital en el siglo XXI (México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 2014).

28

te de electores desencantados con los partidos


social-demócratas4. Se trata de sectores de la

públicos. En cierta medida, la generación de es-

población que se sienten crecientemente des-

tos organismos autónomos puede ser vista como

conectados de una clase política que no solo tie-

una suerte de mal necesario para evitar el corto-

ne alta capacidad adquisitiva, sino que también

placismo y la potencial demagogia de los actores

adhiere a valores cosmopolitas que son resisti-

políticos. Bancos centrales, tribunales constitu-

dos por ciertos grupos de la sociedad. Dicho en

cionales y diversos organismos internacionales

palabras simples, en la medida en que la clase

son ejemplos de este tipo de entes autónomos.

política ha ido perdiendo su conexión con el pa-

Ahora bien, mientras más poderes obtienen

recer de la ciudadanía, han ido aumentando las

estos entes autónomos menos poder tienen los

oportunidades de que las ideas populistas le ha-

políticos electos y, por lo tanto, menor capaci-

gan sentido a ciertos segmentos del electorado

dad de influencia tienen los votantes. Como bien

que terminan votando por fuerzas populistas de

lo planteó Robert Dahl5 hace tres décadas, existe

distinto color político. Estas últimas, a su vez, no

una tensión irresoluble entre el poder del electo-

escatiman esfuerzos en exponer su autenticidad

rado para determinar su devenir y la formación

para así demostrar que ellas sí entienden el sen-

de organismos que no son controlados ni elegi-

tir de la mayoría.

dos por el pueblo. Mientras mayores atribuciones adquieren estos últimos, menor peso tienen

Soberanía popular: democracias impotentes y

los ciudadanos al momento de gobernar. Este di-

liberalismo poco democrático

lema, inherente a la democracia liberal, se ha venido acrecentando con el tiempo, ya que ha au-

Sin duda alguna, la democracia del siglo XXI

mentado tanto la cantidad y como la capacidad

es diferente a la democracia del siglo anterior.

de los organismos autónomos que no son con-

Para comprender esto es importante detenerse

trolados ni elegidos por el pueblo. Sin embargo,

un momento y reflexionar sobre el concepto. En

la gran mayoría de los actores políticos son poco

términos simples, la democracia —cuya etimo-

conscientes de este dilema y se siguen presen-

logía indica que se trata del gobierno del pue-

tando como figuras todopoderosas que, de ser

blo— consiste en la combinación de dos prin-

electas, tendrían la capacidad para solucionar los

cipios: soberanía popular y regla de la mayoría.

problemas de la ciudadanía.

Mientras el primer principio indica que el poder

Un ejemplo paradigmático y reciente de esta

político emana desde la sociedad y esta última es

situación se puede observar en Europa, donde

capaz de autodeterminar su devenir, el segundo

producto de la llamada Gran Recesión (la crisis

principio establece que cuando hay disputas al

económica que comenzó en Estado Unidos el año

interior de la sociedad se procede a dirimir me-

2008 y tuvo repercusiones a nivel global) re-

diante el voto para saber cuál es el parecer ma-

sultó necesario llevar a cabo drásticas medidas

yoritario. Ahora bien, en el pensamiento actual,

de austeridad para sanear las cuentas públicas.

y sobre todo en el mundo occidental, se suele

Particularmente involucradas en esta situación

plantear que el régimen político preferido es la

se vieron las economías de los países de Euro-

democracia liberal.

pa del Sur, en donde la así llamada Troika (el

¿Cuál es la diferencia entre la democracia a

Banco Central Europeo, la Comisión Europea y

secas y la democracia liberal? En esta última no

el Fondo Monetario Internacional) presionó por

solo se da la combinación de los principios de

la ejecución de drásticos recortes que tuvieron

soberanía popular y regla de la mayoría, sino

consecuencias dramáticas para vastos sectores

que también existen un conjunto de entes autó-

de la población de dichos países. A su vez, los

nomos —no controlados ni elegidos por el pue-

partidos políticos en el poder hicieron campaña

blo— que buscan proveer determinados bienes

diciendo que no iban a implementar políticas de

4 Ver, entre otros, Jens Rydgren (ed.), Class Politics and the Radical Right (Londres: Routledge, 2012).

5 Robert Dahl, Democracy and its critics (New Heaven: Yale University Press, 1989).

29


¿ u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n s ayo

austeridad y tampoco lo querían sus votantes,

dominantes del espacio electoral. Dado que el

pero los gobernantes de turno se vieron obliga-

populismo logra conectar con un malestar exis-

dos a actuar en contra de lo que prometieron y de

tente en determinados segmentos de la ciuda-

lo que sus electores les pedían. En otras palabras,

danía, la clase política tradicional se ve obliga-

los organismos autónomos triunfaron por sobre

da a repensar sus agendas programáticas. ¿Qué

el poder del pueblo y sus representantes, lo cual

escenarios se abren frente a este nuevo contexto?

refleja hasta qué punto las democracias muchas

A grandes rasgos, es posible bosquejar tres pa-

veces pueden ser absolutamente impotentes, es

noramas que probablemente se hagan más co-

decir, terminan haciendo justamente aquello que

munes a lo largo y ancho del mundo.

no quieren las mayorías y que es demando por un

En primer lugar, existe la posibilidad de que partidos políticos convencionales sucumban al

grupo de tecnócratas. No es casualidad entonces que las fuerzas po-

populismo; es decir, que terminen radicalizan-

pulistas pongan sobre el tapete la pregunta de

do sus propias posturas y hagan uso del discurso

quién controla a los controladores . Por cier-

populista para (re)establecer una conexión con

to que se trata de un asunto complejo, en tanto

el electorado. Un claro ejemplo de este escena-

los entes autónomos que no son elegidos por el

rio es el caso de la evolución del partido FIDESZ

pueblo pueden muchas veces terminar legislan-

en Hungría, el cual durante los años 1990 de-

do a favor de determinados grupos poderosos

fendía una agenda conservadora convencional

antes que en beneficio de la mayoría. Es por ello

y es solo desde el triunfo electoral del año 2002

que las fuerzas populistas usualmente elaboran

en adelante que Viktor Orbán adopta el discurso

una agenda democrática de corte iliberal capaz

populista para atacar a sus oponentes y radica-

de disminuir aquello que escape de su control,

lizar sus posturas conservadoras. Un desarrollo

mientras que los actores políticos convencio-

similar observamos hoy en día en Estados Unidos

nales no pocas veces adoptan posturas liberales

producto del triunfo electoral de Donald Trump,

—en la esfera tanto cultural como económica—

puesto que el Partido Republicano ha puesto muy

que no son democráticas. Todo indica que la de-

poca resistencia y, por lo tanto, cabe pensar que

mocracia del siglo XXI experimentará esta ten-

uno de sus legados importantes podría terminar

sión entre democracia y liberalismo de manera

siendo la transformación del Partido Republica-

cada vez más fuerte y, por lo tanto, no debiesen

no en una fuerza populista de derecha radical.

6

extrañarnos que las fuerzas populistas sigan

En segundo lugar, también es posible pensar en

siendo actores importantes en el devenir político

un escenario en donde los partidos convenciona-

del mundo.

les sigan manteniendo su agenda programática sin grandes cambios, pero que estén dispuestos a

Escenarios futuros

establecer coaliciones con fuerzas populistas que les aporten los votos necesarios para obtener una

De ser verdad que los cambios estructurales en

mayoría y así acceder al poder. Quizás el ejemplo

el pueblo, la élite y la voluntad general arriba

más paradigmático de este escenario sea el caso

indicados nos ayudan a comprender la irrup-

de Austria, donde el partido democratacristiano

ción de fuerzas populistas de variados colores,

(ÖVP) ha establecido por segunda vez una coa-

todo indica que el populismo terminará siendo

lición con el partido populista de derecha radi-

un rasgo distintivo de los sistemas políticos del

cal (FPÖ). Mientras el primero busca avanzar en

siglo XXI. Esto implica un serio desafío para los

ciertas reformas económicas afines a su ideario

partidos políticos convencionales, que por dé-

a favor del libre mercado, el segundo se encarga

cadas se acostumbraron a ser los únicos agentes

de endurecer las leyes migratorias para así cumplir con una de las principales demandas establecidas en su programa electoral. Algo similar

6 Ver, al respecto, Cristóbal Rovira Kaltwasser, “The Responses of Populism to Dahl’s Democratic Dilemmas”, Political Studies, 62(3), 2014, 470-487.

30

podría suceder prontamente en España, donde podría surgir una coalición de izquierdas entre


el partido social-demócrata (PSOE) y el partido

por la clásica división entre izquierda versus

populista de izquierda radical (Podemos).

derecha y se manifiesta más bien en la disputa

En tercer y último lugar, podría acontecer que

entre populismo versus anti-populismo.

los partidos convencionales mantengan su agen-

Aun cuando estos escenarios resultan más

da programática y que simultáneamente fuerzas

plausibles en algunos países que en otros, todos

populistas de extrema derecha y/o izquierda se

se caracterizan por la relevancia que el populis-

consoliden en la arena electoral. En este caso, el

mo va a jugar en el siglo XXI. En consecuencia,

espacio político puede terminar transformán-

resulta primordial comprender de mejor manera

dose en una batalla entre el establishment y los

en qué consiste este fenómeno para, desde allí,

actores populistas. La situación política actual en

entender su impacto en el desarrollo de las so-

Francia se asemeja bastante a este escenario, ya

ciedades contemporáneas. El futuro estará de-

que en dicho país existen fuerzas populistas tan-

terminado no solo por los votos que obtengan las

to de extrema derecha (Rassemblement national)

fuerzas populistas, sino también por las posturas

como de extrema izquierda (La France insoumise)

que terminen adoptando los partidos políticos

que se oponen a los partidos políticos tradicio-

convencionales. La dirección y el tipo de adap-

nales, incluyendo la agenda liberal del presiden-

tación programática que se experimente pueden

te Emmanuel Macron. Lo característico de este

ayudarnos a prever las posibilidades y el modo de

escenario es que el conflicto deja de articularse

pervivencia de la democracia liberal.

Cristóbal Rovira Kaltwasser es sociólogo de la Universidad de Chile y doctor en ciencia política de la Universidad Humboldt de Berlín. Es profesor titular de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales e investigador asociado del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES). Algunos de sus principales temas de investigación son democracia, élites y populismo. Publicó, junto con Cas Mudde, el libro Populism. A very short introduction (Oxford University Press, 2017), recientemente traducido y publicado en castellano por Alianza Editorial. 31


32


Ryszard Legutko:

“Mientras más políticas liberales tenemos, menos diversa se vuelve la sociedad” POR MANFRED SVENSSON

Profesor de filosofía política y miembro del Parlamento Europeo, las opiniones del intelectual polaco Ryszard Legutko no son fáciles de digerir para muchos de sus interlocutores. En su libro The Demon in Democracy (Encounter Books, 2018) y en sus intervenciones públicas se distancia abiertamente de la democracia liberal. Durante décadas el principal foco de sus críticas fue el comunismo que imperaba en Polonia, pero sus dardos contra el liberalismo no son menos severos. Mientras realizábamos esta entrevista, una conferencia suya era suspendida en el Middlebury College por temores de la administración a las reacciones de los estudiantes. Para algunos, esta censura parecía confirmar su crítica a la homogeneidad liberal.

En The Demon in Democracy realizas una audaz

ciertamente se alinearían con los últimos. Ambos

comparación entre el comunismo y la demo-

grupos —demócratas liberales y comunistas—

cracia liberal, subrayando además la facilidad

comparten los mismos prejuicios: la moderni-

con que las antiguas élites comunistas se adap-

zación, la inclinación hacia la ingeniería social,

taron al nuevo sistema. ¿Observar esa adapta-

los sentimientos antirreligiosos, la creencia en

ción te preparó para los desafíos que enfrenta la

el progreso, etc. Los liberales podrían estar de

política europea actual?

acuerdo con los conservadores solo en una condena moral muy general de las más aborrecibles

Sí, creo que lo hizo. Esa adaptación, así como la

prácticas de los regímenes comunistas. Pero una

disposición de quienes acogieron a los comunis-

vez que esos regímenes desaparecieron o las

tas en su medio, es un hecho empírico crucial

prácticas se frenaron ligeramente, y una vez que

que nos habla no solo sobre los comunistas, sino

los comunistas prometieron, aunque solo fuera

sobre todo respecto de los demócratas libera-

de palabra, arrepentirse y expiar sus pecados, los

les. Esto prueba que, al elegir entre los conser-

corazones y las mentes de los demócratas libera-

vadores anticomunistas y los excomunistas, los

les se volvieron hacia ellos.

políticos e intelectuales liberal-democráticos 33


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

¿Qué consecuencias tuvo esto para la legitimi-

tan destructivo como reconstructivo, pero nunca

dad de ambos grupos?

respetuoso de la realidad.

No hay nada en la corriente política actual que

Pero incluso quienes están de acuerdo con su

pueda socavar la legitimidad de los excomu-

evaluación de los peligros contemporáneos

nistas como participantes en la vida política; sí

para la libertad podrían argumentar que ello

hay, en cambio, muchas cosas que socavan la

es así simplemente porque el liberalismo se

legitimidad de los conservadores: su defensa de

ha descarrilado (o, tal vez, porque “no se ha

la familia, su lealtad a las raíces cristianas, sus

intentado”). ¿Cómo responderías a tales con-

puntos de vista sobre la educación y la moral. En

sideraciones?

la práctica, los demócratas liberales consideran indigerible cada uno de los principios nucleares

La naturaleza paradójica del liberalismo es que

del conservadurismo moderno. Por lo tanto, veo

comienza con la destrucción de las sociedades

la agenda liberal-democrática como una ver-

pluralistas existentes. Por eso, el argumento de

sión modificada de aquello que los comunistas

que el liberalismo se ha descarrilado o que no ha

intentaron implementar en el pasado. No es de

sido probado me parece espurio. Mientras más

extrañar que los desafíos que enfrentamos hoy

políticas liberales tenemos, menos diversa se

no sean tan diferentes de los que enfrentamos

vuelve la sociedad; cuanto menos liberales son

antes. En mi trabajo en el Parlamento Europeo

las sociedades, más diversas pueden llegar a ser.

con frecuencia tengo la sensación de que estoy

Hace varias décadas el mundo era más pluralis-

volviendo a vivir el viejo drama, aunque con di-

ta de lo que es hoy. El engaño del liberalismo es

ferentes disfraces y en un entorno distinto.

que se identifica etimológicamente con la libertad. Pero, como enfaticé en mi libro, el núcleo

Una de las formas en que planteas el problema

del liberalismo no es la libertad, sino una nueva

contemporáneo es hablando del “carácter in-

organización de la sociedad cuyo objetivo es re-

trusivo de la democracia liberal”. Incluso ha-

emplazar a la existente. Esto explica por qué el

blas de la democracia liberal como la principal

liberalismo es tan intrusivo y por qué interfiere

fuerza homogeneizadora en el mundo contem-

con todos los aspectos de la vida social.

poráneo. Sin embargo, la democracia liberal típicamente se entiende a sí misma aparejada

La situación contemporánea se puede abordar

con el pluralismo.

preguntando por la relación (tal vez “matrimonio de conveniencia”) entre liberalismo y de-

Si el liberalismo se entiende a sí mismo como

mocracia. Algunos sostienen que necesitamos

coextensivo con el pluralismo, entonces esta-

más democracia para contrarrestar la tenden-

mos frente a un autoengaño. Durante siglos, el

cia elitista de la democracia liberal contempo-

pluralismo fue una realidad: hubo diferentes

ránea. Otros argumentarían que necesitamos

naciones, tribus, comunidades, grupos socia-

más bien un elemento aristocrático liberal que

les, clases, diferentes idiomas, diferentes dia-

contrarreste la tendencia igualitaria de la de-

lectos, diferentes jerarquías, diferentes estilos,

mocracia. ¿Dónde te ubicas en este debate?

diferentes acuerdos políticos. Desde tiempos inmemoriales, las sociedades se estratificaron y

Contrariamente a una visión estándar, no veo

diversificaron. El supuesto principal del libera-

un conflicto inherente entre liberalismo y

lismo como teoría es que, de alguna manera, po-

democracia. Valoro bastante lo que algunos lla-

demos desmantelar todas estas estratificaciones

man “liberalismo aristocrático” del tipo que

y diversificaciones por ser contrarias a la libertad

encontramos en Tocqueville y Ortega y Gasset,

y comenzar desde cero, construyendo una nue-

pero estoy bastante descontento con el térmi-

va sociedad consistente en individuos con dere-

no. El liberalismo no puede ser “aristocrático”

chos. El liberalismo es, entonces, esencialmente

porque por definición es igualitario. Y también

34


la democracia es igualitaria. Buscar una versión

ya no contrarrestan la ortodoxia liberal-demo-

aristocrática del liberalismo es como buscar una

crática. La presión de esta ortodoxia es formida-

versión aristocrática de la democracia. Cuales-

ble. Incluso la Iglesia Católica, que durante siglos

quiera que fueran los modos en que Tocqueville y

simbolizó los valores de jerarquía y autoridad,

Ortega se describieran a sí mismos, o como quie-

se está rindiendo a ella. Habiéndose opuesto de

ra que otros los describieran, no eran liberales;

modo valiente a las represiones brutales de los

eran pensadores que querían preservar tanto la

regímenes comunistas, la Iglesia de hoy parece

libertad como la jerarquía, concepto ajeno a los

capitular ante la presión mucho menos brutal,

liberales. El igualitarismo, como sabemos, ge-

pero implacable, de la democracia liberal.

nera su propia versión del despotismo. Para preservar la igualdad, uno tiene que construir una

Esto parecería entroncar con el ideal de régi-

estructura burocrática fuerte para evitar que

men mixto, un aspecto de la tradición clásica

emerjan las desigualdades. Por lo tanto, mi po-

que usted recoge con mucho entusiasmo. ¿Cuál

sición es que es inútil corregir el liberalismo me-

consideras que es la intuición fundamental tras

diante la democracia o la democracia mediante

este concepto?

el liberalismo. Creo que el concepto de régimen mixto es una ¿Y cómo describirías entonces el tipo de régi-

de esas pocas ideas brillantes que dieron al

men al que debiéramos aspirar?

pensamiento europeo un nuevo rumbo. Hasta que Platón en Las Leyes y luego Aristóteles

Debemos liberarnos de pensar en términos de

en la Política sugirieron la idea de un régimen

sistemas políticos generales, ya sean libera-

mixto, la filosofía política estuvo determinada

les, democráticos, socialistas o capitalistas. El

por lo que muchos siglos más tarde Max Weber

liberalismo, la democracia, el capitalismo o el

denominó tipos ideales. Se creía que existía un

socialismo no son ído-

conjunto limitado de op-

los a los que deberíamos

ciones políticas al cons-

hacer reverencia. En su lugar, deberíamos tratar de organizar una buena sociedad, es decir, una sociedad que cumpla con

Los demócratas liberales consideran indigerible cada uno de los principios nucleares del conservadurismo moderno.

truir regímenes políticos, y que cada opción excluía a la otra. Si somos monárquicos, tenemos que ser antidemocráticos y antiaristocráticos; si so-

muchos criterios, también con aquellos que no son necesariamen-

mos democráticos, tenemos que ser antimo-

te liberales o democráticos. Tal sociedad debe

nárquicos y antiaristocráticos, etc. Sorprenden-

respetar la libertad, la igualdad, la jerarquía, la

temente, este modo de pensar ha sido bastante

ética de la virtud y varios otros principios e idea-

influyente en los tiempos modernos, cuando la

les que son difíciles de reconciliar entre sí, pero

noción de democracia se convirtió en la única

que son necesarios. Uno de los prejuicios de hoy

solución aceptable. En el mundo que aparente-

es que existe un cielo político que consiste en

mente elogia el pluralismo y la ambigüedad, la

el liberalismo y la democracia; el primero ase-

noción de democracia se elevó a la posición de

guraría nuestra libertad y la segunda nuestros

lo absoluto. Pero tras haber sido santificada, la

derechos colectivos. Pero teniendo en cuenta

idea de “democracia” se ha vuelto cada vez más

que el liberalismo y la democracia se refuerzan

esquiva, adoptando un carácter evaluativo en lu-

mutuamente, deberíamos alentar a las institu-

gar de descriptivo.

ciones no liberales y no democráticas, como las iglesias, las familias o las escuelas, siempre que conserven su esencial carácter jerárquico. Una vez que esas instituciones pierden ese carácter

35


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

Y aquí estamos hablando ya no solo de lo que

porque aumenta la libertad y nos hace sensibles a

ocurre en la filosofía política, sino de cómo esto

la pluralidad. El argumento de que el monopolio

determina nuestra discusión cotidiana.

liberal aumenta la libertad y la pluralidad es terriblemente erróneo: ningún monopolio aumen-

Lo que merezca ser llamado democrático lo deci-

ta la libertad, tal como ningún monopolio induce

den quienes tienen el poder político e ideológico,

a la pluralidad. Es como decir que el emblanque-

y no precisamente a la luz de criterios indepen-

cimiento aumenta el ennegrecimiento o la ho-

dientes. La Unión Europea, por ejemplo, que es

mogeneidad genera diversidad. El único riesgo

una típica institución oligárquica. Ella ha se-

que veo en el cambio que socava el dominio del

cuestrado la palabra “democracia” y la ha estado

liberalismo es que un nuevo monopolio puede

utilizando para encubrir sus políticas oligárqui-

reemplazar al antiguo. Pero por ahora es difícil

cas. Todo lo que hace la Unión Europea se decla-

ver quién podría tener tal nuevo monopolio: no

ra automáticamente “democrático”, sin tener

hay un candidato obvio.

en cuenta el contenido de lo que efectivamente hace. Como resultado, no es posible un debate

Aunque el liberalismo se encuentre bajo fuerte

sobre la esencia no democrática de la “democra-

crítica, no lo percibes entonces como un fenó-

cia” de la Unión Europea, o sobre la democracia

meno en retirada. ¿Ves su permanencia como

como tal, sus lados buenos y malos, y sobre cómo

inevitable?

debería ser limitada. Si me preguntan por qué la idea de un régimen mixto debería tomarse en se-

Es cierto que hoy se ha hablado más sobre los

rio hoy, diría que es precisamente porque abre

defectos del liberalismo que, digamos, hace diez

un debate sobre qué arreglos institucionales son

años, y esa es una buena señal. También es cier-

preferibles, un debate que hoy en día no solo es

to que hay algunos movimientos que desafían la

filosóficamente impedido por el mendaz lengua-

regla liberal; y creo que en general son positivos,

je político, sino también políticamente por las

aunque hoy no tienen suficiente influencia y aún

grandes organizaciones como la Unión Europea,

no se han liberado del lenguaje liberal. Por otro

así como por muchos tribunales constitucionales

lado, la presión del liberalismo ha aumentado

y regulaciones internacionales.

constantemente en campos como la educación, la regulación social y la moral. También hay una

Hay quienes han descrito nuestra situación

creciente reacción histérica a esas pocas y más

global como un momento posliberal. No solo

bien dóciles formas de disidencia de la corrien-

a los movimientos no liberales les va bastante

te liberal que hemos estado observando última-

bien en términos de organización política, sino

mente. Tal histeria se deriva de la suposición de

que también poseen una inmensa vitalidad in-

que no existe otra ruta concebible para la civi-

telectual. ¿Cuáles son, en tu opinión, los aspec-

lización occidental que no sea la liberal. Y este

tos más esperanzadores de este movimiento?

es, todavía, un supuesto ampliamente aceptado

¿Ves en él riesgos significativos?

hoy. Rechazo este supuesto por muchas razones, también porque veo en él una creencia en la

No estoy seguro de que el mundo de hoy sea pos-

inevitabilidad histórica, similar a la que los co-

liberal. El problema del liberalismo es que exige

munistas intentaron inculcar en las mentes res-

una rendición incondicional, y cada vez que apa-

pecto del comunismo. Esta creencia llevó a una

recen dudas y críticas se califican de inmediato

capitulación intelectual en ese entonces, y está

como un ataque total contra el liberalismo. Por

conduciendo a tal capitulación también hoy.

supuesto, todos los cambios, también los ideológicos, producen algunos riesgos, pero la man-

La reciente cancelación de una conferencia tuya

tención del statu quo también es arriesgada. Yo

en Middlebury parece confirmar las cosas que

diría que el socavamiento del monopolio del li-

has escrito. ¿Qué sentimientos prevalecen lue-

beralismo es en general positivo, principalmente

go de esta experiencia? ¿La ves como un signo

36


Título: The Demon in democracy Editorial: Encounter Books Año: 2016 Precio: 14,09 €

de un cierre fatal y quizá final de la mente occi-

indefensa, marginada y oprimida. Y esto es pre-

dental? ¿O la situación se ha vuelto tan grotesca

cisamente lo que hicieron los manifestantes de

que más bien debería abrir los ojos de más per-

Middlebury. Al leer su versión del incidente, uno

sonas y eventualmente inspirar correcciones de

podría tener la impresión de que fui yo el agresor

nuestra situación?

y que fueron ellos los que fueron rechazados y dolorosamente humillados por el mero hecho de

Como siempre, uno puede interpretar el mismo

mi presencia. Permitirme hablar les habría cau-

incidente en dos sentidos, como una confirma-

sado un sufrimiento insoportable. Claramente,

ción de las prácticas recurrentes o como un signo

la ideología que defienden ha contaminado sus

de cambio. Es cierto que el incidente de Middle-

mentes y su lenguaje.

bury confirmó la crisis existente en la academia y, en particular, la aceptación de la fuerza en la

¿Hay alguna salida posible a esta situación?

vida académica. Las universidades han sido capturadas por la ideología de la izquierda política,

Uno puede mirar el incidente con más optimis-

y los ideólogos (estudiantes y profesores) han

mo. Por primera vez, pudimos ver una rebelión:

eliminado sin piedad todas las ideas que no con-

algunos estudiantes se resistieron a este poder

cuerdan con las suyas. El

ideológico y dijeron que

lema de mi alma mater,

estaban hartos de la in-

la Universidad Jaguelónica en Cracovia, es “plus ratio quam vis”, la razón es superior al poder. En Middlebury, así como en muchos

otros

lugares,

un lema más adecuado sería uno que afirmara lo

Hay una creciente reacción histérica a esas pocas y más bien dóciles formas de disidencia de la corriente liberal que hemos estado observando últimamente.

contrario, que el poder es

timidación y la censura. Desafiando a la administración de la universidad y la presión de los fanáticos, me llevaron de contrabando a una de las salas de la universidad y me pidieron que diera una conferencia “ilegal”.

superior a la razón. Esto en sí mismo ya es malo,

Me divertí un poco, porque me recordó mis días

pero la enfermedad es aun más grave. El triunfo

de juventud bajo el régimen comunista, cuan-

de la vis resultó en la corrupción del pensar y del

do junto a mis colegas sosteníamos conferen-

hablar. Aquellos que tienen poder político e ideo-

cias y seminarios ilegales. Lo encontré bastante

lógico, y que imponen censura y castigan todas

significativo. Tal vez este acto de desafío marca-

las formas de inconformidad, se presentan como

rá el comienzo de un cambio.

víctimas de discriminación, como una minoría

37


Fotografía: María José Durán


ALAN KNIGHT:

“Si el populismo alcanza el poder suele perder su dinamismo, y si sobrevive suele convertirse en una forma de maquinaria clientelista” POR JOSEFINA ARAOS BRALIC

El populismo parece haber llegado para quedarse. Ya no se trata solamente de una inquietud teórica. Ahora el fenómeno se extiende en distintas partes del mundo, alarmando a una clase política que no logra explicar su emergencia. Alan Knight, destacado historiador y profesor de la Universidad de Oxford, lo estudia desde hace varios años. Aunque se ha especializado en la historia de México, Knight ha identificado y descrito con precisión algunas constantes del populismo. Escéptico del uso acrítico del populismo como etiqueta despectiva, defiende su utilidad analítica y su pertinencia para explicar algunas dimensiones de la realidad política actual.

39


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

lan Knight es una figura difícil de clasificar.

A

claridad y utilizarlo cuidadosamente. No es un

Formado en los años sesenta en la emblemática

passe-partout analítico, y generalmente hay que

escuela marxista británica de Eric Hobsbawm y

acompañarlo con otros conceptos, a veces de

E. P. Thompson, decidió dedicarse al estudio de

mayor importancia.

América Latina, campo poco considerado en los enfoques historiográficos de vanguardia de la

¿Cuál sería tu definición del fenómeno?

segunda mitad del siglo XX. Llevó así la “historia desde abajo” a una región cuya trayectoria tenía

En términos sencillos, entiendo el populismo

mucho que aportar a la comprensión del papel

como un estilo político, una manera de “hacer

de los diversos grupos sociales en los procesos

política”, que se ve en distintos tiempos y lu-

históricos. La originalidad de Knight se expresa

gares. Por tanto, hay varias manifestaciones del

también en la dificultad para ubicarlo historio-

fenómeno, no una sola versión. El estilo popu-

gráficamente. Cercano a los análisis estadísticos,

lista enfatiza la dicotomía entre “nosotros” (“el

pero crítico de los economistas; reconoce el va-

pueblo” y sus campeones) y “ellos” (élites, ex-

lor de la narrativa, pero también la necesidad de

tranjeros, inmigrantes, expertos); involucra una

esquemas analíticos que ordenen la complejidad

retórica polarizadora y en contra de las institu-

de los hechos históricos; escéptico de las grandes

ciones (elitistas) establecidas; muchas veces es

teorías, pero consciente del valor de los concep-

obra de líderes demagógicos (y supuestamente

tos para comprender el pasado.

“carismáticos”); y suele ocurrir con más fuerza

En cualquier caso, la dificultad para etiquetar-

en períodos de crisis política y tensión social.

lo no implica indefiniciones. Alan Knight es, ante todo, historiador de vocación, convencido de la

Aunque pueda ser un concepto útil, has seña-

importancia de la disciplina histórica; no porque

lado que el término suele aplicarse como una

ella nos dé lecciones, sino porque nos ayuda a

etiqueta. ¿Qué explica que se use más como ad-

entender nuestro presente y, quizá más impor-

jetivo que como sustantivo?

tante, desenmascarar a aquellos que instrumentalizan el pasado a favor de sus propias agendas.

Como mencioné, el populismo es el pan de cada día en el debate político actual, tanto en Europa

¿Es el “populismo” una categoría adecuada

como en las Américas. Muchas veces es un voca-

para entender lo que ocurre hoy día en luga-

blo peyorativo. Como “fascista”, “imperialista”

res tan distintos como Estados Unidos, Brasil o

o “comunista”, “populista” se utiliza muchas

Hungría?

veces como un insulto. Pero, de la misma manera que debemos definir y analizar el fascismo

Creo que sí. El término está muy de moda en los

o el comunismo, es menester aclarar lo que es

medios, pero, aunque se utilice de manera vaga

el populismo. Es un concepto de cierta utilidad

y polémica, el uso cotidiano sugiere que algo

analítica si se utiliza cuidadosamente, en con-

está pasando. Creo que la investigación acadé-

junto con otros conceptos esenciales como Es-

mica (política, histórica, sociológica) confirma

tado, régimen, democracia, economía política o

que es un concepto útil y necesario. Es decir,

clase social.

tratar de eliminar el término —como han pro-

En cuanto a adjetivo o sustantivo, creo que no

significa-

podemos separarlos: el populismo es el estilo

ría perder una herramienta de análisis político

político de un líder o de un movimiento que os-

de cierto valor. Pero ojo: hay que definirlo con

tenta rasgos populistas. Pero cuando se trata de

puesto

40

algunos

investigadores—


rasgos populistas, es una cuestión de “cuántos”

estilo, una manera de hacer la política, que pue-

y “cuáles”. Como muchos atributos políticos

de combinarse con varias ideologías. Ha habido,

(radicalismo, honestidad o popularidad), es me-

por ejemplo, marxistas populistas, como Fidel

jor concebir un espectro. Ha habido, por ejemplo,

Castro. Cuando tratamos de entender y descri-

políticos que ostentaban poco o nada de popu-

bir a un movimiento, líder o régimen populista,

lismo (Diego Portales, Lucas Alamán, el Duque

casi siempre hay que agregar otros requisitos o

de Wellington, Bismarck, Calvin Coolidge, Raúl

características: base social, orientación política y

Alfonsín, etc.) y que contrastan tajantemente

modo de actuar, entre otros.

con los populistas “de carne y hueso”: Andrew Jackson, William Jennings Bryan, Cárdenas,

populismo , expresión de una crisis

Perón, Chávez, AMLO. Debemos recordar también que los líderes, los partidos y los regímenes

Algunos han presentado el escenario mundial

no son estáticos; al contrario, suelen moverse a

actual como una crisis de la democracia liberal,

través del espectro: el populista y popular Pe-

¿te parece un diagnóstico acertado?

rón de los cuarenta se volvió el presidente más autoritario, personalista

La palabra “crisis” (al

e impopular de los cin-

igual que “populismo”)

cuenta. Fulgencio Batis-

se usa mucho, y hay cier-

ta siguió una trayectoria

El auge populista suele agravar los

to riesgo de devaluarla. Si

parecida en Cuba. Quizás

problemas y las tensiones sociales.

“crisis” quiere decir una

podemos generalizar que el populismo —más fuer-

La política de Trump beneficiará

te en coyunturas de crisis

más a los ricos norteamericanos que

política y tensión social—

a los pobres, y el Brexit británico

tiene una expectativa de vida limitada. Si alcanza el poder suele perder su dinamismo, y si sobrevive suele convertirse en

perjudicará mucho más a las regiones deprimidas de Gales y el noreste (que votaron por Brexit) que a Londres y sus élites financieras.

coyuntura en que cambios radicales y abruptos están en juego, creo que sería

una

exageración

percibir una crisis general y estructural de la democracia (otro concepto disputado). Claro que hay países, en América, Europa y otros lugares, donde

una forma de maquinaria clientelista. Ese proceso se ve con el PRI en Méxi-

existen problemas sociopolíticos serios y han

co o el Partido Justicialista en Argentina.

surgido poderosos movimientos populares. Me parece probable que factores comunes, y quizás

La maleabilidad del populismo, ¿implica que

globales, hayan contribuido a este crecimiento

carece de signo político?

del populismo. Pero hasta ahora la democracia

Es cierto que, como fenómeno (no como catego-

yoría de los casos— de un colapso inminente.

no ha colapsado ni hay riesgo —en la gran maría), el populismo es maleable, en el sentido de asumir varias formas (de izquierda o de derecha;

¿No se debe asumir, entonces, que aque-

clásico o neopopulista) y, en casos particulares

llos países donde han avanzado movimientos

como el peronismo, de evolucionar con el tiem-

populistas —como EEUU— estén necesaria-

po. Es cierto que muchos “ismos” (liberalismo,

mente en crisis?

anarquismo, socialismo, fascismo, marxismo) también varían de acuerdo con el contexto, la co-

En los EEUU las instituciones democráticas han

yuntura o la base social. Pero quizás el populismo

resistido, por el momento, el desafío del Presi-

resulta más maleable y fluido, ya que carece de

dente Trump. En Europa los movimientos po-

un canon que pueda orientar y darle consistencia.

pulistas crecen y declinan y, hasta ahora, no

Volvemos a la idea de que populista describe un

han llevado a cabo ningún colapso democrático,

41


un mundo posliberal

Sin duda alguna, hay otros retos —a veces más serios que el populismo— que enfrenta la democracia. Uno, el más profundo, es el crecimiento del poder privado corporativo.

aunque la amenaza de un autoritarismo insidio-

cirse que, más que una amenaza, el populismo

so “de arriba” se ve, por ejemplo, en Hungría y,

es una respuesta a esos problemas?

quizás, en Polonia. Pero aun en estos casos hay fuerzas e instituciones que resisten tenazmen-

Supongo que, como en muchas coyunturas his-

te. En América Latina, donde vemos populismos

tóricas, es una cuestión de retroalimentación.

tanto de la derecha (Bolsonaro) como de la iz-

Muchos populismos europeos han surgido como

quierda (AMLO), la democracia, aunque imper-

protestas comprensibles contra procesos de

fecta, tampoco me parece al borde de colapso.

globalización, de migración internacional ma-

Claro que las cosas pueden cambiar. El caso más

siva, de desindustrialización y de una creciente

obvio es Venezuela, donde un atrincherado po-

desigualdad socioeconómica. El populismo su-

pulismo de izquierda se enfrenta a una desas-

puestamente ofrece soluciones, a mi juicio muy

trosa crisis económica y una oposición política

dudosas, a estos arraigados problemas: como

cada vez más fuerte. Pero este es un solo caso, y

vemos en el caso de Brexit en el Reino Unido o

no creo que nos presagie el destino colectivo de

con Trump en EEUU. Los críticos más lúcidos del

la democracia en América Latina y Europa. Dicho

populismo reconocen que, aparte de resistir sus

de otra manera, no estamos viviendo una crisis

cantos de sirena, hay que combatir estos proble-

estructural igual a la europea de los años treinta.

mas estructurales, lo que no es nada fácil. Sin embargo, gracias al proceso de retroalimentación,

No compartes la idea de una crisis, pero sí re-

el auge populista suele agravar los problemas y

conoces la existencia de problemas. ¿Podría de-

las tensiones sociales. La política de Trump, en

42


el mediano plazo, beneficiará más a los ricos

Inglaterra, en el siglo XVIII, o el zarismo chovi-

norteamericanos que a los pobres, y el Brexit

nista y reaccionario del XIX), pero muchos líde-

británico —si se lleva a cabo y resulta un Brexit

res de esta índole, como Metternich o Bismarck,

“duro”— perjudicará mucho más a las regiones

despreciaban al pueblo y querían mantenerlo

deprimidas de Gales y el noreste (que votaron

fuera de la política. Con la expansión del sufragio

por Brexit) que a Londres y sus élites financieras

en el siglo XX, la opción populista —de derecha

(que votaron en contra).

o de izquierda— se volvió más atractiva y viable. Por tanto, vemos populismos clásicos como el

En el escenario actual, se tiende a contraponer

peronismo. De la misma manera que hay popu-

populismo y democracia liberal. ¿Cuál ha sido la

lismos tanto de derecha como de izquierda, hay

relación entre ambos?

casos históricos de populismos que fomentaron la movilización masiva y, por tanto, tuvieron un

Hay una relación histórica entre populismo y

impacto en cierto sentido democratizador. Fue

democracia liberal o representativa, en el sen-

el caso del cardenismo mexicano de los años

tido de que el populismo —especialmente el

treinta o el peronismo de los cuarenta. Otros, en

populismo hoy en día— tiene que ver con una

cambio, como el fascismo italiano o el nazismo,

política de masas, en que el compromiso con el

buscaron movilizar para después controlar y re-

pueblo es clave. Líderes autoritarios tradiciona-

primir. Es decir, tuvieron poco o nada de impacto

les han utilizado discursos populistas (por ejem-

democratizador. Aparece otra vez una caracte-

plo, el monarquismo patriótico y protestante de

rística fundamental: el populismo asume caras 43


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

y funciones muy distintas conforme el contexto

dentro sistemas democráticos sin intentar soca-

histórico. Por eso, hablar en términos generales

varlos (por ejemplo, Andrew Jackson en los EEUU

de populismo como si fuera un fenómeno mono-

del siglo XIX o Pierre Poujade en la Francia de

lítico es un grave error.

posguerra). Un caso contemporáneo interesante es el nuevo presidente de México, Andrés Manuel

¿Pueden convivir, entonces, el populismo y la

López Obrador: líder claramente populista, que

democracia?

llegó al poder por las urnas, con un mandato democrático intocable, y cuya retórica, programa

Es posible señalar populismos que tuvieron un

y modo de gobernar son, conforme los criterios

impacto democratizador, en el sentido de mo-

normales, populistas. Por tanto, sus críticos lo

vilizar a las masas en contra de élites (u oli-

tildan de demagogo irresponsable, mientras sus

garquías) conservadoras. En el caso del Reino

partidarios lo elogian como tribuno del pueblo

Unido decimonónico sería posible ver a movi-

que contrarrestará de manera democrática las

mientos populares y progresistas como el cartis-

grandes desigualdades sociales de México. Va-

mo (Chartism) y la Liga Contra la Ley de Cereales

mos a ver lo que sucede allí, pero es una inte-

(Anti-Corn Law League) como populistas, ya que

resante prueba de tornasol de la relación entre

movilizaron con cierto éxito al pueblo contra el

populismo y democracia.

establishment. En muchos otros casos, el populismo aparece como una fuerza neutral con

¿Es el populismo la única amenaza que enfrenta

respecto a la democracia, como el populismo es-

hoy la democracia?

tadounidense de la década de 1890, que se desarrolló dentro de un sistema medio democrático

He tratado de matizar la amenaza de populis-

establecido, y sus preocu-

mo: reconozco que exis-

paciones fueron econó-

te, pero no creo que todo

micas. Pero hay también

populismo (o todo mo-

casos donde representa

El populismo asume caras y

una amenaza a la demo-

funciones muy distintas conforme

cracia, ya que sus líderes invocan el bien del pueblo para socavar instituciones e imponer un régimen

autoritario,

como

vemos en Hungría.

el contexto histórico. Por eso, hablar en términos generales de populismo como si fuera un fenómeno monolítico es un grave error.

El peronismo, que na-

vimiento o líder político con

rasgos

populistas)

sea antidemocrático. A veces, una dosis de populismo puede revitalizar la vida política. Por supuesto que hay también casos de populismos autoritarios y represivos. Y,

ció en los cuarenta como un movimiento popular,

sin duda alguna, hay otros retos —a veces más

populista y movilizador, con miras claramente

serios— que enfrenta la democracia. Uno, el más

igualitarias, se volvió hacia los cincuenta más

profundo, es el crecimiento del poder privado

autoritario, personalista y corrupto. Quizás esta

corporativo que, gracias a la globalización, ahora

es la tendencia más típica —que vemos también

“domina al mundo como un coloso”, como dijo

en Venezuela, con la trayectoria de Chávez a

Shakespeare de Julio Cesar. Se trata de un poder

Maduro— y que justifica la común percepción del

que opera desafiando a los gobiernos nacionales,

populismo como una amenaza antidemocrática.

eludiendo los impuestos nacionales, financian-

Pero, tomando en cuenta que populismo significa

do a los candidatos y partidos políticos preferi-

un estilo de “hacer política”, queda claro que, de

dos, y contribuyendo a una creciente desigual-

la misma manera que ha habido políticos auto-

dad social. Este profundo cambio en el balance

ritarios (Bismarck, Metternich) que no tenían ni

entre el Estado y el poder privado corporativo

una gota de populismo en sus venas, ha habido

me parece un mayor reto a la democracia que el

políticos con rasgos populistas que actuaban

populismo. Aunque ambos son, en gran medida,

44


una respuesta (irracional, a mi modo de ver) al

largas historias); por otro lado, el neopopulis-

mismo cambio.

mo (de Collor de Melo, Salinas, Fujimori y ahora, quizás, Bolsonaro) es un fenómeno político más efímero que no dejará la rica herencia de los po-

mirando américa latina

pulismos clásicos. Pero, otra vez, tendremos que ¿Te parece que la figura de Jair Bolsonaro cabe

ver cómo se desenvuelve.

en la definición de populista? ¿En qué medida se asemeja a figuras tan diferentes como Lázaro

Si la figura de Bolsonaro calza en la definición,

Cárdenas o Perón, presentados también como

¿podríamos hablar de un nuevo ciclo populista

populistas?

en América Latina?

Los tres son populistas, pero de índole muy dis-

¿Cuántos ejemplos se necesitan para constituir

tinta. Cárdenas fue el primer mandatario más

un ciclo? Es cierto que, en tiempos de regímenes

radical de la Revolución mexicana (tildado de

militares en los años sesenta y setenta, el po-

bolchevique); Perón, al menos en su primera

pulismo iba a la deriva. Los golpes militares en

administración, fue un presidente progresista

Brasil y Argentina derrocaron gobiernos popu-

que benefició a la clase obrera, y Bolsonaro es un

listas y vieron al populismo como un reto para

exmilitar de derechas que elogia al régimen bu-

reprimir. Con la democratización hubo muchas

rocrático-autoritario de 1964-85 y que rechaza

más oportunidades para movimientos populis-

los logros del liberalismo social contemporáneo

tas, ya sean derechistas o izquierdistas. La lla-

(derechos de la mujer, de los gays, de las etnias,

mada “marea rosada” latinoamericana —el giro

etc.). Otra vez, el populismo asume caras muy

izquierdista— de los últimos años (con Correa, Chávez, Morales, Lula,

variadas. Lo interesante, quizás,

Bachelet y los Kirchner)

es el contraste entre el

incluyó tanto populistas

populismo clásico y el llamado

neopopulismo.

El populismo clásico (de Cárdenas, Perón y, quizás, Vargas), es un fenómeno típicamente progresista

y

movilizador

que promovió un estado interventor

y

Quizás se puede decir que la larga

como no populistas (por

historia de política competitiva

ejemplo, Lula y Bachelet).

y masiva en América Latina ha permitido una gran variedad de experimentos políticos, siendo el populismo uno de ellos.

políticas

Ahora parece que la marea ha cambiado. La derecha, populista o no populista,

gobierna

en

Argentina, Brasil, Chile y Colombia. México, que suele seguir una trayec-

de redistribución. Por otro lado, el neopopu-

toria distinta, es el único caso de un populismo

lismo es más derechista, acepta —y a veces

izquierdista que, en contraste con Venezuela,

elogia— el libremercado y hasta promueve el

anda viento en popa, al menos por el momento.

adelgazamiento de un Estado supuestamente

Es decir, no veo ningún nuevo ciclo comparti-

obeso e ineficiente. Esta fue la fórmula de Car-

do a través de América Latina, sino más bien un

los Salinas en México a fines de los ochenta y

antiguo ciclo (la “marea rosada”) que ha llega-

consiguió resultados duraderos en cuanto a las

do a su fin y la aparición de una multiplicidad de

reformas neoliberales, pero como movimien-

destinos políticos en el continente. En Europa,

to político (neo)populista dejó pocas huellas. El

también, creo que el patrón es más complicado:

proyecto de Fujimori en Perú fue algo parecido.

el populismo derechista ha avanzado en Alema-

Una conclusión tentativa sería que el populis-

nia e Italia, pero el UKIP inglés está en crisis, el

mo clásico, que combinó un Estado más fuer-

Frente Nacional francés parece estar en deca-

te con políticas populistas (de redistribución,

dencia, y en España las fuerzas populistas —qui-

etc.), representó un fenómeno histórico clave y

zás también en decadencia— son izquierdistas.

duradero (el cardenismo y el peronismo tienen 45


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

Has afirmado que no existe una afinidad parti-

partidistas o del movimiento, con sus portavoces

cular entre el populismo y América Latina. ¿Qué

y mediadores. Quizás hoy en día, con los nuevos

explica entonces su recurrencia en la región?

medios sociales, una relación directa (por ejemplo, entre Trump y los aficionados que leen sus

Hay rasgos populistas a lo largo y ancho del

mal escritos tweets) es más posible. Pero esto es

mundo. En América Latina hay culturas políticas

un fenómeno muy reciente. Los grandes popu-

donde el populismo ha tenido poco éxito, quizás

listas latinoamericanos, como Cárdenas y Perón,

debido a la fuerza de las instituciones y de los

tuvieron e incluso armaron una gama de inter-

partidos establecidos, como Chile, Uruguay y,

mediarios e instituciones.

con matices, Colombia. Pero, en cualquier caso,

En el caso mexicano he hablado de la “ruti-

la región ha tenido casi dos siglos de política re-

nización del populismo”, análoga a la “rutini-

publicana, electoral y representativa, es decir,

zación del carisma” de Max Weber: es decir, en

más o menos 20 países en 200 años. América

la crisis de la Revolución mexicana y su desen-

Latina, entonces, ha tenido muchas más oportu-

lace, la nueva élite estableció un partido hege-

nidades para incubar movimientos y regímenes

mónico (PNR/PRM/PRI) y un sistema político

políticos de gran diversidad, sean populistas o

de estilo populista. Los fundadores del sistema

de otra naturaleza. El resto del mundo —incluso

—los presidentes Obregón, Calles y Cárdenas—

varios países europeos— vivieron décadas de re-

practicaron una exitosa política populista, au-

gímenes dinásticos o co-

nada a reformas sociales

loniales, poco propicios

sustanciales. Pero, con

para movimientos populistas. Quizás se puede

Muchas discusiones actuales sobre

decir que la larga historia

el populismo son interesantes y

de política competitiva y

valiosas, pero hay a veces cierta

masiva en América Latina (o, mejor dicho, en las Américas) ha permitido una gran variedad de experimentos

políticos,

siendo el populismo uno

tendencia a olvidar la historia. La nueva ciencia política —altamente técnica, matemática y positivista— suele descartar la historia.

el tiempo, el empuje radical se marchitó: hacia los años cuarenta, el PRI se volvió una máquina clientelística que mantuvo un discurso populista pero que, en realidad, llevó a cabo políticas bastante conservadoras y cautelosas. Así, garanti-

de ellos. Hoy en día, gracias a la llamada ter-

zó la estabilidad política y el llamado “milagro

cera ola de democratización en el mundo, hay

económico” de los cincuenta y sesenta. Fueron

más oportunidades para el populismo en otras

logros innegables, pero resultados que ape-

partes: es el caso de la Europa oriental que salió

nas correspondieron a las promesas radicales y

de una larga noche totalitaria hace apenas una

populistas de la Revolución. Es decir, el PRI fue

generación.

mucho más institucional que revolucionario. A fin de cuentas, la creciente contradicción entre

Has criticado la hipótesis de que el populismo

retórica radical/populista y realidad conserva-

implique ausencia de mediación y deterioro de

dora/cautelosa produjo una serie de rupturas al

las instituciones. En ese sentido, ¿qué logros

interior del mismo PRI.

puede reclamar para sí el populismo? ¿En qué fue exitoso en la historia de América Latina?

historia , teoría y actualidad

A veces se dice que el populismo carece de canales

Tu escepticismo frente a la etiqueta populista

de mediación, ya que existe una relación directa,

se enmarca en un escepticismo mayor respecto

quizás carismática, entre líder y masas. Que yo

a la aplicación de la teoría a la comprensión de

sepa, todo movimiento populista ha necesitado

los fenómenos históricos. ¿Cuál es el riesgo que

canales de mediación, es decir, organizaciones

identificas?

46


No estoy en contra del uso de la teoría en la his-

fenómeno. Por tanto, hay riesgo de un análisis

toria; al contrario, creo que es esencial, si por

algo amnésico, que presta poca atención a la his-

teoría queremos decir no solamente grandes

toria —afirmando que enfrentamos fenómenos

teorías como el marxismo, sino también teorías y

radicalmente nuevos, que no lo son— o que dis-

conceptos de menor alcance. Una crítica legítima

torsiona la historia en beneficio de argumentos

a los historiadores es que “conocen más y más

contemporáneos. Para dar nada más un ejemplo:

de menos y menos”; es decir, se enfocan en pe-

el análisis del llamado populismo económico

queñeces, en episodios y anécdotas, o en casos

acusa a líderes populistas de llevar a cabo políti-

exóticos y poco típicos. La “nueva historia cultu-

cas irresponsables de gasto excesivo, que produ-

ral”, muy de moda en EEUU, a veces sufre de este

cen hiperinflación y colapso económico. Hay ca-

pecado: su justificación es que, desde Foucault,

sos así como el de Alan García o Nicolás Maduro.

las grandes metanarrativas son cosas del pasado.

Pero los populistas clásicos no implementaron

Tengo mis dudas. Además, repito que hay teorías

políticas de esta índole, mientras que políti-

menos ambiciosas que la gran metanarrativa,

cos no populistas sí lo han hecho. Es un error

pero útiles y a veces esenciales para ordenar y

asumir que el populismo implica un proyecto

entender la gran complejidad de la historia. Sin

económico-financiero típico, irresponsable y

ella, la historia se vuelve “una maldita cosa des-

desastroso: otra vez, estamos en territorio me-

pués de otra”.

diático-propagandístico. La historia no nos da

Claro, la teoría debe ayudar a ordenar los datos

lecciones fáciles, pero ignorar o distorsionar la

empíricos y debe ser utilizada conforme a estos

historia —en este caso, del populismo— no nos

datos: los problemas surgen cuando la teoría

ayuda a entender los fenómenos.

determina la selección de esos datos. Como dijo E.P. Thompson hace muchos años, la historia

¿Cuál es el principal riesgo de esta suerte de

—la buena historia— se hace gracias a un diá-

análisis amnésico? ¿Es un problema exclusivo

logo entre, por un lado, la teoría o los conceptos

de la ciencia política o se trata de un fenómeno

organizadores, y, por otro, los datos empíricos

mayor?

sacados de los archivos o de fuentes secundarias. Cuando la teoría predomina y determina las

Creo que es un fenómeno mayor, que se ve aún

conclusiones (no obstante “lo que nos dicen los

más claramente en la economía. Muchos eco-

datos”), estamos en terreno no de la historio-

nomistas, mientras utilizan modelos y técnicas

grafía, sino de la propaganda: la historia oficial,

matemáticas altamente sofisticadas, carecen de

la historia de bronce, como la llaman en México,

conocimiento histórico, pensando que la teoría

la historia al servicio del Estado, de la Nación o

económica es igualmente relevante en todo con-

del Partido.

texto. Para ellos, los actores históricos son “actores racionales” que se comportan de acuerdo

En tu estudio sobre el populismo has afirmado

con una racionalidad individual que trasciende

la importancia de observarlo sobre realidades

el contexto histórico. Teóricamente, entonces,

concretas. En ese sentido ¿qué tiene que decir y

“one size fits all” (“un tamaño único cuadra para

aportar la investigación histórica a la discusión

todo el mundo”). Esta presunción es muy conve-

que hoy día tenemos sobre populismo?

niente si uno posee la clave teórica, ya que quiere decir que uno no tiene que entender las particu-

Muchas discusiones actuales sobre el popu-

laridades del contexto. No sorprende entonces

lismo son interesantes y valiosas, pero hay a

que los politólogos sigan los pasos de los econo-

veces cierta tendencia a olvidar la historia. La

mistas, ya que mucha ciencia política ha adopta-

nueva ciencia política —altamente técnica, ma-

do la misma postura teórica: la del actor racional

temática y positivista— suele descartar la his-

que persigue su utilidad —concepto muy tram-

toria. Muchos comentarios sobre el populismo

poso, a mi modo de ver— a través del mundo y

son de advenedizos que acaban de reconocer el

de la historia. Además, el enfoque matemático

47


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l ? e n t r e v i s ta

otorga excesiva prioridad a lo que (supuesta-

En términos más positivos, la historia quizás

mente) puede ser calibrado, como las elecciones,

nos ayuda a entender el presente (nadie —ni

en vez de otros fenómenos políticos quizás más

historiadores, ni politólogos, ni economistas—

importantes, pero más reacios a la cuantificación

pueden prever el futuro consistentemente y con

(como la legitimidad, la hegemonía, la clase).

éxito). Es obvio que, para entender la actualidad

¿Qué tiene entonces la historia para decir en los

ria, especialmente contemporánea, de estos paí-

debates contingentes?

ses. Pero la historia más antigua —de la Colonia,

política en México sirve conocer algo de la histo-

del imperio Azteca, de Teotihuacán— es también Frecuentemente se dice que la historia nos da

importante, no porque ofrezca “lecciones” sobre

lecciones y que nos ayuda a entender el presen-

la actualidad, sino porque forma parte de la evo-

te e incluso a prever el futuro. Tengo mis dudas,

lución de una cultura. Por otro lado, la historia

y no creo que esta supuesta utilidad de la his-

puede ayudar también a percibir ciclos o tenden-

toria sea su justificación principal. Cuando los

cias históricas que se repiten.

políticos invocan la historia para justificar una

Pensar en paralelos y comparaciones a través

política, lo hacen generalmente de manera ins-

del tiempo puede ser interesante y estimulante,

trumental, invocando la historia en pro de una

pero hay que cuidarse mucho de este enfoque,

política ya decidida. Los historiadores pueden,

ya que cada coyuntura histórica es compleja y

cuando menos, criticar y desenmascarar este

diferente: la función práctica de la historia, si la

oportunismo. Aunque, como Casandra, es poco

tiene, es mostrar escepticismo frente a los que

probable que les presten atención.

quieren utilizar la historia, y sus supuestos ciclos, a favor de políticas actuales.

Algunos libros de Alan Knight

La revolución mexicana. Del

Revolución, democracia y populismo

La revolución cósmica. Utopías,

porfiriato al nuevo régimen

en América Latina.

regiones y resultados, México 1910-

constitucional.

Santiago: Centro de Estudios

1940.

México: Fondo de Cultura

Bicentenario, 2006

México: Fondo de Cultura

Económica, 2010

Páginas: 268

Económica, 2015

Páginas: 1.405

48

Páginas: 196


méxico en su obra historiográfica

Tu obra historiográfica se ha concentrado

énfasis en la historia regional y local. Yo no

en la historia de México, especialmente en la

tengo una propia patria chica historiográfica,

revolución mexicana. ¿Cómo un historiador

pues mantuve un enfoque nacional, pero traté

británico llegó al estudio de América Latina?

de incluir las muchas diferencias regionales y locales en mi análisis. Es decir, vi a la revo-

Comencé a estudiar México y la Revolución

lución —y todavía la veo— como un proceso

Mexicana por razones algo aleatorias: había

dialéctico, más mosaico que monolítico, en

conseguido una beca para trabajar América

que los factores de arriba y de abajo, del cen-

Latina, tenía un interés en la relación entre

tro y de la periferia estaban en juego.

el Primer y el llamado Tercer Mundo (o “el imperialismo”) y quería especializarme en el

La teoría general de las revoluciones ha

siglo XX. Quizás, en el ambiente intelectual de

considerado

fines de los sesenta había un interés general

América Latina. ¿Qué aportaría incorporarla

en las revoluciones, los movimientos popula-

al análisis?

poco

las

revoluciones

en

res, las sociedades campesinas. La influyente escuela marxista británica de Hobsbawm, Hill

No obstante un estereotipo común —América

y Thompson había enfatizado esta forma de

Latina como una región de revoluciones y re-

“historia desde abajo”. Aunque fue una de-

beliones— ha habido solamente tres o quizás

cisión aleatoria, resultó afortunada, ya que

cuatro grandes revoluciones en el siglo vein-

la historiografía de América Latina (y parti-

te: la mexicana, la boliviana, la cubana y (qui-

cularmente de México) ha florecido en las úl-

zás) la nicaragüense. Se trató de revoluciones

timas décadas. Y para un extranjero hay otra

“grandes” o “sociales”, comparables con las

ventaja práctica: con un solo idioma se puede

revoluciones mundiales (tanto socialistas,

estudiar la historia de dieciocho países, cada

como la rusa y la china, como nacionalistas/

uno con su carácter distinto e interesante.

burguesas, al estilo de las revoluciones francesa y turca). Por desgracia, las muchas obras

Has destacado en tu investigación la relación

comparativas sobre las revoluciones suelen

entre el Estado y la sociedad, respondiendo a

hacer caso omiso de América Latina. A ve-

cierta historiografía dominante que narró la

ces mencionan la mexicana o la cubana, pero

historia “desde arriba”. ¿Cuál es la novedad

generalmente quedan al margen de análisis

de tu perspectiva?

que se centran en Europa o Asia. La boliviana queda totalmente olvidada.

Es cierto que la historiografía tradicional de

En un ensayo reciente, próximo a publicarse,

la Revolución Mexicana fue “desde arriba” al

sugerí que incorporar los casos latinoameri-

poner el énfasis en los grandes líderes (Ma-

canos al estudio comparativo es útil e intere-

dero, Villa, Zapata, Carranza, etc.) y al tra-

sante. Las revoluciones en general no ostentan

tar la Revolución como un monolito. Aunque

etapas iguales (es decir, en cada caso la na-

se afirmaba la actuación decisiva de las cla-

rrativa es distinta), pero hay ciertos patrones

ses populares, la investigación fue “desde

comparables en cuanto a los grupos sociales,

arriba” y las masas quedaron algo invisibi-

sus intereses materiales e ideológicos, y su

lizadas. Desde los sesenta fue aumentando

actuación tanto en la revolución armada (el

la investigación en la “historia desde abajo”

proceso insurreccional) como en la formación

(de obreros y campesinos, de mujeres) y en la

del nuevo régimen posrevolucionario.

“historia desde la periferia” con mucho más

49


Ilustración: Romina Peña.


El liberalismo y su historia1 ERIC VOEGELIN Traducción de Denise Bard

1

L

a tarea de esbozar la historia del liberalis-

la Reforma y la Contrarreforma en Europa, toda-

mo, aunque modesta, resulta difícil por razo-

vía hay largos períodos de historia aislada, espe-

nes metodológicas. Nos enfrentamos a la cues-

cíficamente inglesa.

tión de si existe algo como el liberalismo como

En el caso del liberalismo, resulta difícilmen-

un tema claramente definible, y si acaso este

te justificable reducir el tema a las sociedades

tema, si no es claramente definible, puede tener

nacionales alemana, francesa, inglesa o esta-

una historia.

dounidense. Todas las etapas regionales del

Nos referimos aquí a un problema metodo-

liberalismo son solo partes de un movimiento

lógico general. Arnold Toynbee, por ejemplo,

occidental común, y difícilmente este puede ser

comienza su gran obra preguntándose si Ingla-

aislado de otros movimientos contemporáneos

terra tiene una historia, y concluye que la nación

a él.

inglesa como sociedad está tan estrechamente

I.

relacionada con la civilización occidental que resulta imposible escribir una historia inglesa sin examinar toda la historia de dicha civilización. Es en este sentido en el que se plantean las

Las cuestiones metodológicas deben plantearse,

cuestiones acerca de cómo se debe delimitar el

porque en el curso de los últimos treinta años la

liberalismo y si este tiene una historia. Y surgen

imagen del liberalismo ha cambiado completa-

más agudamente porque el caso del liberalismo

mente. Si se observa una obra estándar más an-

es mucho más complicado que el de Inglaterra.

tigua como la de Guido de Ruggiero de la década

Porque aunque algunas etapas de la historia in-

de 1920, se verá que, en esa época, al final de la

glesa, como por ejemplo la Reforma, solo pueden

era liberal, el liberalismo todavía parecía ser un

ser tratadas en relación con la historia general de

fenómeno fácil de definir. Pero si observamos la literatura más reciente, veremos que el prototipo

1 Publicado originalmente en Review of Politics 36 (1974) a partir de una conferencia pronunciada en la Academia Católica Bávara y publicado en Wurzburgo en 1960. La traducción de esta versión castellana fue realizada a partir del texto compilado en las páginas 83-99 de Published Essays: 1953-1965, tomo 11 de The Collected Works of Eric Voegelin, editado por Ellis Sandoz, también disponible en www.voegelinview.com bajo el título “What is a liberal?” [Nota del editor]. La presente edición se publica con la autorización de University of Missouri Press. Copyright © 2000 por los Curadores de la Universidad de Missouri.

de la obra de Ruggiero casi ha desaparecido: hoy en día, las cuestiones del liberalismo se plantean en contextos más amplios. Permítanme caracterizar brevemente tres de los trabajos más recientes para ver en qué dirección se mueve hoy la investigación. Consideremos primero el trabajo de Franz Schnabel, el historiador de Múnich, Deutsche Geschichte im neunzehnten Jahrhundert, que apareció en 1934 (4 vols.; Friburgo, 1948). El segundo

51


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e

El filósofo francés Auguste Comte (1798-1857).

volumen contiene un tratamiento exhaustivo y

una importante línea de historia espiritual desde

penetrante del liberalismo. Aquí, mientras que

la iluminación de la época de Erasmo a principios

hay un capítulo dedicado al concepto de libera-

del siglo XVI hasta la actualidad. Utilizando este

lismo, la presentación histórica puede describir

enfoque de “tercera potencia”, Heer presenta

el fenómeno del liberalismo solo en el contexto

la historia de un movimiento que intentó repe-

de su lucha con otros movimientos del siglo XIX:

tidamente estabilizar un orden liberal entre la

reacción, restauración, conservadurismo, socia-

revolución y la reacción, entre las alas izquierda

lismo, etc. Es evidente que el liberalismo no es un

y derecha de los movimientos políticos europeos

fenómeno independiente; su esencia solo puede

que lo rodeaban. De ahí surge la imagen del mo-

describirse adecuadamente en términos de su

vimiento político secular del que el liberalismo

confrontación con otros fenómenos.

es una etapa.

Dos décadas más tarde, en 1955, apareció la

El contexto que rodea y da sentido al liberalis-

obra de Joseph Lecler Histoire de la tolerance au

mo trasciende lo que se entiende comúnmente

siècle de la réforme. En esta excelente monografía

por liberalismo clásico, representado por John

sobre la historia de la tolerancia en la época de

Stuart Mill.

la Reforma hay una notable investigación sobre

II.

la génesis de las actitudes liberales de los conflictos religiosos. Del conflicto entre las iglesias, y del conflicto de ambas iglesias con el Estado, surgió una nueva actitud de tolerancia entre ellas

La imagen del liberalismo cambia porque el pro-

y de ambas hacia el Estado. Lecler remonta los

pio liberalismo cambia en el proceso de la histo-

comienzos de la actitud liberal a una situación en

ria. Y cambia porque no se trata de un conjunto

la que el tratamiento más antiguo del liberalismo

de proposiciones científicas, atemporalmente

no suele buscarlos, a saber, el deseo de tolerancia

válidas, sobre la realidad política, sino más bien

que surgió de la experiencia de las guerras reli-

de una serie de opiniones y actitudes políticas

giosas: la idea de que la verdad de la cristiandad

que tienen su verdad óptima en la situación que

no puede ser salvada por las iglesias que se ex-

las motiva, y luego son superadas por la historia

terminan unas a otras por causa del dogma, la

y se les exige hacer justicia a situaciones nuevas.

idea de que las iglesias deben de alguna manera vivir juntas en una sociedad.

El liberalismo es un movimiento político que se desarrolla en el contexto del movimiento re-

Finalmente, en su nuevo trabajo sobre Die dri-

volucionario occidental que lo rodea; su signifi-

tte Kraft (Frankfurt, 1960), Friedrich Heer traza

cado muta según las etapas de este movimiento.

52


El siglo XIX fue su época de absoluta claridad,

y cambian su significado. Permítanme señalar

antecedida y seguida por épocas de menor niti-

algunos cambios de significado.

dez, en las cuales se hace cada vez más difícil es-

En primer lugar, actualmente el término “li-

tablecer su identidad. La mejor manera de aden-

beral” se ha convertido casi en un equivalente de

trarnos en este campo semántico en permanente

“conservador”. Esto sucede, de hecho, porque el

cambio es a través del término “liberal” en su

liberalismo ha sido superado por nuevas oleadas

punto de origen histórico y político.

revolucionarias más radicales, en oposición a las

Aunque, como hemos visto, los comienzos del

cuales desempeña el papel del conservadurismo,

liberalismo se remontan a principios del siglo

tal como ocurrió en la década entre 1810 y 1820,

XVI, la palabra liberal es una creación relativa-

cuando el conservadurismo era conservador en

mente tardía. Aparece por primera vez en la se-

oposición a la revolución y el liberalismo.

gunda década del siglo XIX cuando un partido de

Raymond Aron, por ejemplo, respondía a la

las Cortes españolas de 1812 se hace llamar Li-

pregunta sobre su actitud política diciendo que

berales. Se trataba de un partido constitucional

era liberal, es decir, un conservador. Se podía de-

liberal que formó un frente contra los intentos de

cir lo mismo del economista Friedrich Hayek: es

restauración de la monarquía.

un liberal, es decir, un conservador respecto del

A partir de ese comienzo, la palabra “libe-

socialismo, el comunismo o cualquier otra va-

ral” entró en el vocabulario general en Europa,

riante de la etapa revolucionaria que haya supe-

y al poco tiempo el continente presenció la for-

rado al liberalismo. Hoy, el prototipo de “liberal

mación de grupos, partidos y movimientos li-

a la antigua” es considerado conservador.

berales. El primer uso de la palabra liberalismo

En Estados Unidos tuvo lugar otro cambio de

es expresión de los problemas que enfrenta. La

significado. En general, en el vocabulario polí-

nueva actitud está tan estrechamente ligada a

tico estadounidense, “liberal” no se refiere al

aquellas que confronta, que el conjunto de to-

liberalismo europeo del siglo XIX —hoy en día

das estas se transforma en una unidad de senti-

considerado conservador—, sino al contrario, se

do que eclipsa cada uno de sus elementos. En la

refiere a una posición política más progresista.

década entre 1810 y 1820, en paralelo a la idea de

En términos generales, se puede sostener que

liberalismo, surgen las del conservadurismo y de

en Estados Unidos el Partido Republicano es lla-

la restauración.

mado conservador y el Partido Demócrata libe-

La idea del conservadurismo es representada

ral-progresista. Sin embargo, lo que el Partido

por la revista Le Conservateur de Chateaubriand,

Republicano entiende por conservador es el li-

mientras la de restauración por la obra de Haller,

beralismo en su sentido europeo más antiguo;

Restauration der Staatswissenschaft (1816). En una

esto es, su oposición al socialismo, a la excesiva

década surgen estos tres símbolos que, aunque

intervención del Estado, etc. Mientras tanto, el

en adelante designarán movimientos y partidos

Partido Demócrata es liberal en la medida en que

diferentes, están interrelacionados y agrupados

su programa avanza hacia el estado de bienestar,

en una unidad de sentido por el hecho de ser tres

el capitalismo de Estado y un decidido énfasis en

formas de reacción frente al fenómeno de la re-

los intereses de los sindicatos.

volución. El significado de cada una de estas se

El cambio de significado hacia la izquierda es

define respecto de la revolución; por lo tanto, es

tan pronunciado, que “liberal” es utilizado fre-

solo en el contexto de ella que pueden ser enten-

cuentemente como sinónimo de “compañero de

didos estos cuatro términos: revolución, restau-

viaje”. Este cambio de significado se hizo posible

ración, conservadurismo y liberalismo.

en Estados Unidos porque el liberalismo euro-

Sin embargo, a pesar de haber comprendido

peo a la antigua apenas tenía ahí una existencia

lo anterior, aún no podemos determinar el sen-

distintiva como movimiento político, y eso no

tido de estos símbolos con precisión, como en

se desarrolló porque en EEUU no contaba con el

una definición conceptual. Pues en el proceso

adversario con que el liberalismo se enfrentaba

histórico los elementos de los movimientos se

en Europa.

desarrollan incluso en relación unos con otros 53


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e

En la primera mitad del siglo XIX, durante la

formas de reacción contra la revolución. En

época de heroica lucha del liberalismo europeo,

Francia, durante la década de 1810, el liberalismo

Estados Unidos no debió luchar contra los movi-

se adueñó de nuevo del símbolo de la revolución

mientos de restauración, ni contra un principio

y lo hizo suyo. Detengámonos en este cambio de

sobreviviente del monarquismo ni contra una

significado. En 1815, Charles Comte (no confun-

iglesia políticamente activa aliada con el Estado.

dir con Auguste Comte), liberal, fundó el Globe.

Resulta evidente que el liberalismo puede cum-

En esta revista, Comte desarrolló el programa

plir diversas funciones y tener diferentes mati-

de un liberalismo cuya tarea sería continuar con

ces según el contexto social.

la révolution permanente. ¿En qué consiste esta

El liberalismo experimentó un notorio cambio

revolución permanente? Comte creía que en el

de significado desde la Segunda Guerra Mundial.

ancien régime existían injusticias sociales espan-

Si observamos los frentes políticos de la posgue-

tosas y que la revolución había estallado porque

rra —Alemania Oriental, Francia e Italia— nota-

las reformas necesarias no fueron implementa-

remos la presencia de una fuerza política que no

das a tiempo.

existía con tal masividad antes de la guerra: los

Si no se hace lo suficiente para satisfacer las

partidos políticos más importantes están vincu-

demandas de justicia social del pueblo, el re-

lados estrechamente con las iglesias católica y

sultado es la revolución. Si deseamos evitar que

protestante.

estos horribles acontecimientos se repitan en el

A través de la asimilación mutua, el liberalis-

futuro, debemos lograr que aquello que la re-

mo y esta nueva fuerza llegan a un amplio acuer-

volución logró con métodos lamentables sea

do. Los liberales que habían sido sobrepasados

alcanzado, en el momento oportuno, mediante

por la revolución se vuelven conservadores y las

instrumentos de reforma menos desagradables.

organizaciones cristianas conservadoras se libe-

La revolución debe volverse permanente, pues la

ralizan de manera considerable. Así se posibilita

existencia de una política constante y flexible de

la existencia de un frente común contra un ene-

reformismo disipa el terror revolucionario. Aun

migo común.

cuando cambió de nombre, la idea de Charles

Pero nuevamente el peso del contexto social se

Comte siguió viva en las políticas liberales y, a

hace sentir, y el curso de los acontecimientos no

través del liberalismo reformista del siglo XIX, se

es inequívoco. Cuando los partidos de afiliación

convirtió en lo que actualmente se conoce como

católica o protestante se transforman en ada-

“cambio pacífico” en Estados Unidos.

lides del liberalismo, los liberales rígidamente

La idea de un cambio pacífico —una política

secularistas pueden volverse más secularistas

oportuna de adaptación a la situación social, que

y anticlericales aún y, como sucede en Francia,

durante la era de la revolución industrial cambia

incluso inclinarse más decididamente hacia la

muy rápidamente— se ha convertido hoy en día

izquierda, puesto que los conservadores han

en una constante en todas las corrientes del libe-

tomado el lugar de los liberales. Incluso pueden

ralismo. Desde este punto de vista, el liberalismo

simpatizar con el Partido Comunista, aunque

se transforma en un método para llevar a cabo la

bajo ninguna circunstancia serán comunistas. El

revolución con medios menos destructivos.

Partido Comunista toma la función anticlerical

Por más plausible y tentador que parezca, este

que antes estaba en manos del antiguo libera-

liberalismo es débil, ya que subestima en gran

lismo, en especial en Francia e Italia, ya que los

medida los motivos y las fuerzas que subyacen

antiguos liberales se inclinaron hacia la derecha,

a la revolución. De hecho, el liberalismo no evi-

convirtiéndose en conservadores, en algunas

tó los horrores de la revolución, sino que se vio

ocasiones con marcados ribetes cristianos.

obligado a desempeñar el papel conservador en

Pero ni siquiera esto termina con las compli-

la era de los regímenes totalitarios. Ciertamen-

caciones. Anteriormente sostuve que todos los

te, Charles Comte tuvo razón al pensar que en

símbolos —liberalismo, conservadurismo, res-

el liberalismo hay algo de revolución; pero esa

tauración— solo pueden ser entendidos como

revolución llega mucho más lejos de lo que el

54


liberalismo considera deseable. Esto se hizo evi-

la acción revolucionaria no es racional. Trotsky

dente en el curso de la révolution permanente del

lo comprendió, aunque lo expresó de manera

siglo XX.

diferente.

León Trotsky adoptó la idea durante la etapa

Abordé este cambio de significado de la

revolucionaria que recientemente superó al libe-

revolución permanente no porque sea una curio-

ralismo. Él fue un agudo analista del movimiento

sidad histórica, sino porque el liberalismo implica

revolucionario; sabía que lo que llamamos re-

la cuestión de la revolución permanente. La idea

volución (ya sea la actual

de Charles Comte —que

Revolución comunista o

el objetivo de la revolu-

la Revolución Francesa, cuyas implicancias com-

No es accidental que el

prendemos recién en la

revolucionario comunista haya

actualidad) es un movi-

retomado la revolución permanente

miento —y que como tal, vive en lo que consigue mover—. El revoluciona-

de los liberales. Porque en el liberalismo también está presente

rio radical debe convertir

el elemento irracional de un estado

la revolución en un esta-

definitivo y escatológico.

do permanente; no hay

ción podría ser alcanzado mediante

un

proceso

permanente de reforma, sin efectos secundarios desagradables—

perte-

nece a un género de reflexión gnóstico-utópica. Está íntimamente relacionada con la idea progresista del siglo XIX,

posibilidad alguna de comprometer o consolidar

adscrita por Kant y Condorcet, de que se puede

algún logro. Tan pronto como se permita una

lograr un estado final de racionalidad humana en

meseta de estabilización, la revolución habrá

un proceso de infinita aproximación. Pero esto,

terminado.

sin embargo, es imposible, porque el hombre es

Para mantener viva una revolución hay que

mucho más que un ser racional.

llevarla más lejos: prospera con la inquietud, ne-

Por lo tanto, no es accidental que el revolu-

cesita un adversario permanente, debe encontrar

cionario comunista haya retomado la revolución

obstáculos para ser superados, etc. Si no hay más

permanente de los liberales. Porque en el libera-

obstáculos, más imperialistas o desviacionistas,

lismo también está presente el elemento irracio-

muere por falta de objetivos para atacar. La re-

nal de un estado definitivo y escatológico, de una

volución solo puede terminar cuando ha alcan-

sociedad que producirá, a través de sus métodos

zado su meta. Y esta es precisamente la perspec-

racionales y sin disturbios violentos, un estado

tiva que expone Trotsky en su idea de revolución

de paz eterna. El liberalismo también es una par-

permanente: en el sentido moderno, la revolu-

te del movimiento revolucionario que vive en la

ción no persigue producir condiciones estables;

medida en que esté en permanente movimiento.

la revolución es la condición mental y espiritual

Desde Charles Comte hasta Trotsky existe una

de un acto que no tiene un fin racional.

creciente corriente de opinión que considera que

La revolución puede ser permanente pues-

el movimiento reformista, al cual también per-

to que su objetivo oficial, que según la doctri-

tenece el liberalismo, es un estado de cosas único

na comunista es una sociedad cuyos miembros

en tanto su meta final no puede ser realizada.

se han convertido en superhombres, es inal-

La interrelación entre liberalismo, revolución y

canzable. La revolución se vuelve permanen-

restauración se aclarará con una breve reflexión

te cuando el revolucionario plantea un objeti-

sobre el homónimo más ilustre de Charles Comte,

vo ex definitione irrealizable porque requiere la

Auguste Comte. En el tercer volumen de su obra

transformación de la naturaleza humana. Al ser

La Jeunesse d’Auguste Comte (París, 1933), Henri

esta inmutable y permanente, pone obstácu-

Gouhier entrega un estudio notable acerca de

los en el camino hacia el objetivo paradisíaco. Si

“La revolución y la restauración”. Allí, Gouhier

el objetivo de la revolución es definido por una

plantea la interrogante respecto de si Comte fue

filosofía gnóstica de la historia, el objetivo de

un liberal, un ejecutor de la revolución francesa

55


Barricada en la calle Soufflot, de Horace Vernet.

o un fenómeno de la restauración. Con mucha

contenido espiritual del cristianismo, incluso en

sutileza, demuestra que la respuesta puede ser

la pálida forma del deísmo.

afirmativa en los tres casos.

Ahora examinemos la posición de Auguste

Para los franceses, el movimiento revolucio-

Comte en el contexto de esta tensión entre con-

nario llegó a un límite extremo, se detuvo y lue-

servadurismo y radicalismo. En relación a Ro-

go se volvió regresivo; el extremo considerado

bespierre, Comte era revolucionario: no quería

aquí es el que sobrepasó al liberalismo en la fase

volver ni al deísmo ni al culto del Être suprême. Se

revolucionaria más reciente. Esto se refleja de

convirtió en el fundador de una nueva religión,

manera más clara en dos personajes, Robespie-

la religion de l’humanité. Siendo así el sucesor

rre y Hébert. Durante la revolución, Robespierre,

de Hébert, quiso deificar la razón y organizar a

representante del deísmo, quiso establecer un

la nueva humanidad por medio del espíritu de la

culto al Être suprême, el ser supremo. Hébert

razón deificada; fue el albacea de la revolución,

creía que el deísmo constituía una concesión

un revolucionario radical que estuvo en contra

demasiado grande al cristianismo y al clericalis-

de todos los movimientos restauracionistas y

mo, y quería un culte de la raison, algo demasiado

liberales de su tiempo. Por otra parte, sin em-

ateo a ojos de Robespierre. De estos dos hom-

bargo, Comte también podría ser considerado

bres, Robespierre era el revolucionario conser-

como conservador, ya que no quería en absolu-

vador, mientras que Hébert era el revolucionario

to volver a la época del Terror. De hecho, que-

radical que quería deshacerse por completo del

ría dejar atrás el Antiguo Régimen y también el

56


populismo revolucionario de la Comuna de París,

de la segunda mitad del siglo XIX este fenómeno

cuyo representante había sido Hébert.

resultaba tan aterrador e incomprensible que

Comte buscó una nueva manera de fusionar

inventaron las dos etapas e inclusive llegaron a

el contenido espiritual de la revolución con una

atribuir la segunda a una enfermedad mental.

organización conservadora. Deseaba que, bajo su

Los dos Comte perduran incluso en el siglo XX: el

pontificado, se uniera el poder temporal de los

primero, como fundador de la sociología, sigue

industriales al poder es-

inspirando las ciencias

piritual de los intelectua-

sociales neopositivistas;

les. Esta es la imagen de una sociedad medieval,

Comte era, de hecho, un auténtico

con los administradores

revolucionario del espíritu; sabía que

en lugar de los príncipes

no era suficiente atacar a la autoridad

feudales y los intelectuales positivistas en lugar del clero. Considerando

espiritual, y debido a esta conciencia del problema, fue un pensador más

los acontecimientos pos-

importante que cualquier

teriores, se podría decir

otro pensador liberal que jamás

que este es el modelo de

haya existido.

un

fascismo

industrial

bajo el mando de una secta gnóstica. Desde este punto de vista, Comte era un conservador.

el segundo, el Comte religioso, ha sido sustituido por el marxismo. Lo que atemorizó a los liberales moviéndolos a plantear estas construcciones defensivas fue el elemento revolucionario radical en Comte, que volvió penosamente

evidente

el

hecho de que también el

liberalismo tiene un contenido gnóstico. El comportamiento de los liberales hacia Comte

Y, por último, está el Comte admirado por los

suscita una reflexión fundamental. Comte agra-

liberales de su tiempo. En la primera etapa de su

daba a los liberales mientras atacaba la teología

obra, llamada “intelectual”, atacó la metafísi-

y la metafísica y abría la perspectiva de una so-

ca y la religión desde su posición cientificista. A

ciología análoga a la física. Sin embargo, él sabía

los liberales les gustó este actuar. Es la etapa en

que imitar los métodos de las ciencias naturales

que Comte traba amistad con John Stuart Mill y

en las ciencias sociales no es sustituto adecuado

Émile Littré y se vuelve influyente a nivel inter-

ni para el orden espiritual ni para su simbolismo

nacional. Especialmente John Stuart Mill fusionó

teológico-metafísico. Él era consciente de que

en su liberalismo mucho de lo que tomó prestado

tenía que proponer un orden espiritual alter-

de Comte. Pero los amigos liberales se asustaron

nativo para reemplazar el orden espiritual que

y enojaron con la segunda etapa, llamada “reli-

atacó por considerarlo falso. Allí yacía, más allá

giosa”, en la que quería crear una organización

del pensamiento que tenía en común con los li-

mundial autoritaria de intelectuales positivistas,

berales, su comprensión de la dimensión espiri-

la cual fundó como si se tratase de una nueva

tual que también, y, sobre todo, debe encontrar

iglesia. En ese punto se produjo un quiebre entre

su cumplimiento.

Comte y los liberales.

Comte era, de hecho, un auténtico revolucio-

Para nuestros propósitos, es importante esta-

nario del espíritu; sabía que no era suficiente

blecer que nunca hubo dos etapas ni en la vida

atacar a la autoridad espiritual, y debido a esta

ni en el trabajo de Comte. Gouhier ha demos-

conciencia del problema, fue un pensador más

trado que las ideas de la llamada segunda etapa

importante que cualquier otro pensador liberal

figuraban, al menos en líneas generales, en los

que jamás haya existido. Con esta diferenciación

primeros escritos de la década de 1820. Comte

entre Comte y un simple liberal, encontramos

procedió según lo planeado y desarrolló gra-

la razón por la cual el liberalismo debe ser ine-

dualmente el concepto completo de su primer

vitablemente superado por la revolución, espi-

período; el Comte liberal, el conservador y el re-

ritualmente mucho más poderosa. No se pue-

volucionario constituyen una sola personalidad.

de escapar de la revolución. Quien participe en

Sin embargo, para los historiadores liberales

ella por un tiempo, con la intención de jubilarse

57


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e

pacíficamente con una pensión llamada libera-

mundo” neutral (imposible de reseñar clara-

lismo, descubrirá tarde o temprano que la in-

mente, al estar eclipsado por el movimiento de

surrección revolucionaria que persigue destruir

liberación del colonialismo occidental). Cada una

instituciones socialmente dañinas y obsoletas no

de estas oleadas de movimiento y contramovi-

es una buena inversión para un jubilado.

miento cuenta con su correspondiente fenómeno

III.

de estabilización.

Hemos hablado de la revolución del espíritu, de

de fundar un nuevo orden de la civilización occi-

la cual el liberalismo es una etapa, y hemos visto

dental sobre ideas obtenidas con independen-

que los autores más recientes remontan los co-

cia de la revelación y los dogmas de las iglesias.

mienzos del movimiento hasta el siglo XVI. El li-

Quizá fue Hugo Grocio quien formuló con mayor

beralismo clásico del siglo XIX tiene su lugar en

claridad esta intención, al sostener que deseaba

este movimiento mundial. Desde luego, aquí es

basar los principios de la ley natural en axiomas

imposible presentar una sinopsis de la historia.

tan infalibles como los de las matemáticas. Dada

El objeto es tan amplio que una investigación de

su propia naturaleza, el intento de construir las

los detalles solo revelaría la vanidad del intento.

verdades acerca del orden humano y social more

Un esbozo del modelo debe ser suficiente.

mathematico tenía que fracasar: así, el siglo de la

El movimiento revolucionario sigue su curso en grandes oleadas. En cada una se puede distin-

Con el agotamiento producto de las guerras de religión surge una ideología única de estabilización, la llamada ley natural. Se trata de un intento

ley natural fue inundado por la siguiente oleada revolucionaria.

guir, en primer lugar, el estallido real de la revo-

Después de la revolución y la organización de

lución; en segundo lugar, el contramovimiento y

la resistencia durante las guerras de coalición, y

la organización de la resistencia; y finalmente,

después del período de reacción, sigue un perío-

un período de quietud y ajuste, de estabiliza-

do de estabilización. Quizá la era del liberalismo

ción en un nuevo nivel, hasta el momento del si-

podría ser caracterizada como este período de

guiente estallido.

estabilización, correspondiente a la era de la ley

Ahora podemos distinguir tres de estos ciclos

natural, después de la primera oleada revolu-

desde el siglo XVI. El primero comienza con la

cionaria. Todavía es imposible decir algo acerca

Reforma, que engendra la Contrarreforma. El

de la estabilización después del tercer ciclo re-

segundo comienza con la Revolución Francesa,

volucionario, ya que los enfrentamientos bélicos

que provoca los contramovimientos de reacción

entre revolución y resistencia siguen en curso,

y restauración. El último ciclo comienza clara-

y las complicaciones se han extendido por todo

mente con la Revolución comunista. Su contra-

el mundo.

movimiento correspondiente no está tan cla-

Pero en el mundo occidental, la combinación

ramente definido. Sin embargo, su efecto se ha

de un concepto liberal de la economía con una

convertido en mundial puesto que esta tercera

política del estado de bienestar permite vis-

oleada ha reverberado mucho más allá de su cen-

lumbrar los esbozos de una estabilización. Esta

tro en Occidente.

cuenta con la característica adicional de que la

La resistencia asume formas tan diferentes

degeneración espiritual alimentada por las ideo-

como la reacción masiva de derecha, en Oc-

logías, si bien no ha sido superada, ha sido no-

cidente, del fascismo y el nacionalsocialismo

toriamente aliviada gracias a la tendencia de los

(que tienen su propio carácter revoluciona-

estabilizadores a recurrir a las fuentes del cris-

rio), el movimiento de resistencia del mundo

tianismo y de la razón.

libre contra el comunismo (que, sin embargo, puede hacer alianza con el comunismo contra el carácter revolucionario del fascismo y el nacionalsocialismo), y la oposición de un “tercer

58


Soldados armados marchando por la calle Nikolskaya, Moscú, octubre de 1917.

IV.

privilegiada del clero y la nobleza. En este punto es posible ver la debilidad de una actitud política ligada al contexto; más adelante profundizaremos al respecto.

Hemos tratado el liberalismo como una etapa

Con el tiempo, cuando la creciente clase obrera

del movimiento revolucionario. Es momento de

se vuelve políticamente capaz de dirigirla, el ata-

definir su contenido. Podemos usar como guía

que contra los privilegios se redirecciona con-

la clasificación de los cuatro aspectos del libe-

tra la propia burguesía liberal. En el transcurso

ralismo que hace Franz Schnabel en la Deutsche

del movimiento revolucionario, el ataque solo

Geschichte [Historia de Alemania]: los aspectos

puede terminar cuando la sociedad se ha vuelto

político, económico, religioso y científico. Esta

igualitaria. Finalmente, el liberalismo se vuelve

clasificación está orientada fundamentalmente a

en contra del vínculo entre la iglesia (sin impor-

la forma alemana de liberalismo; hay que hacer

tar cuál) y el Estado, transformándose así en un

hincapié en otros elementos, en cierta medida,

movimiento anticlerical.

si se quiere aplicar a otras naciones occidentales.

En el ámbito económico, el liberalismo signi-

En el ámbito político, el liberalismo está de-

fica la derogación de las antiguas restricciones

finido por la oposición liberal a ciertos abusos,

legales que limitaban la libre actividad econó-

que deben ser eliminados. El liberalismo está

mica. No debe haber ningún principio ni ningún

sobre todo en contra del antiguo estado policial,

motivo para la actividad económica a no ser el

es decir, en contra de la invasión del ejecutivo

claro interés propio. Se supone que las acciones

en los ámbitos judicial y legislativo; en la polí-

emprendidas en interés propio, racional y anti-

tica constitucional, los liberales exigen la sepa-

cipado conducirán al orden social armonioso.

ración de poderes. En segundo lugar, se oponen

Un tercer frente es el religioso, que debe dife-

al antiguo orden social, es decir, a la posición

renciarse de la actitud anticlerical cuyo objetivo

59


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e

es la separación de la iglesia y el Estado. Más allá

religioso y metafísico ya no está permitido en una

de esta petición constitucional, el liberalismo re-

época en la que se perdió la sustancia espiritual.

chaza la revelación y el dogma en tanto fuentes

La imperativa división del poder, que a menu-

de verdad; descarta la sustancia espiritual y se

do se considera uno de los puntos principales del

transforma en secularista e ideológico.

programa constitucional liberal, tiene un esta-

La posición científica del liberalismo no pue-

tus ambiguo. En Europa, al norte de los Alpes, se

de separarse siempre de su posición religiosa.

convierte en el centro de atención a partir de fi-

Su esencia es la asunción de la autonomía de la

nes del siglo XVII. Montesquieu elogió el modelo

razón humana inmanente como fuente de cono-

de la práctica constitucional inglesa en las dé-

cimiento. Los liberales hablan de la investigación

cadas posteriores a la Revolución Gloriosa; y las

libre en el sentido de una liberación respecto de

ideas de la constitución mixta y del equilibrio de

las “autoridades”, es decir, no solo de la reve-

poderes, parcialmente influidas por el concepto

lación y el dogmatismo, sino también de la filo-

de equilibrio de la nueva mecánica, contribuye a

sofía clásica, cuyo rechazo se convierte en una

su dignidad teórica.

cuestión de honor debido a su asociación medie-

Sin embargo, el desarrollo de la práctica cons-

val con el escolasticismo.

titucional inglesa se alejó

V.

prontamente de la divi-

Si en la práctica se logra expulsar con

En cada uno de estos cuatro aspectos el liberalismo ha tropezado con dificultades. La batalla programática

siempre

se puede librar con éxito hasta cierto punto, solo

éxito el cristianismo de los hombres, éstos no se convierten en liberales racionales, sino en ideólogos. El indeseable orden espiritual no es reemplazado por el liberalismo, sino por una u otra ideología.

sión de poderes para dirigirse hacia la soberanía del parlamento. En 1787, cuando el principio de la división de poderes se incorporó a la Constitución estadounidense, ya había desaparecido en la Constitución inglesa. Solo después de media-

para caer en una nueva dificultad, más grave que

dos del siglo XIX, la práctica constitucional in-

la superada. Ahora debemos examinar más de

glesa se dio a conocer a un público más numero-

cerca la manera en que el liberalismo es cooptado

so y diverso, gracias a la obra de Walter Bagehot,

y hundido. La debilidad del liberalismo político

The English Constitution (Nueva York, 1877). Por

es su creencia en el valor redentor de un modelo

lo tanto, difícilmente se puede hablar de la divi-

constitucional construido en oposición a la mo-

sión de poderes en tanto exigencia fundamental

narquía absoluta y al estado policial.

del liberalismo. Se trata más bien de un modelo

Los pilares de la construcción son las deman-

de moda, cuyo destino y razonable pretensión de

das de derechos humanos fundamentales, la se-

apoyo están condicionados por el contexto de in-

paración de poderes y el sufragio universal. Los

formación o de desinformación imperante.

tres requisitos no son axiomas sistemáticos, sino

Por último, en un comienzo, para los liberales

que su conjunción es históricamente contingen-

el sufragio universal no era en absoluto un ob-

te. Los derechos humanos fundamentales son

jetivo político; era un elemento populista, que

el sedimento, convertido en ley, del jus divinum

los más antiguos trataban de levantar en con-

et naturale que obligaba a los gobernantes de la

tra del principio de sufragio sobre la base de la

Edad Media y del Renacimiento, aun cuando su

propiedad y la educación. El sufragio universal

cumplimiento de las obligaciones dejase mu-

se convirtió de manera gradual en una deman-

cho que desear. Utilizando la imagen de un te-

da liberal, solo bajo la fuerte presión política de

soro cultural hundido en las profundidades, se

las bases.

podría decir que son una lista de lo que se salvó

Un modelo constitucional tan manifiestamen-

de los deberes del gobernante, cuyo fundamento

te vinculado a la contingencia histórica conduce

60


de manera inevitable a dificultades, y causa gra-

económico. Se creó una nueva estructura de

ves daños cuando se dogmatiza, se vuelve una

poder con la cual no contaba el liberalismo agra-

visión de mundo y sus elementos se elevan a

rio original.

artículos de fe. La catástrofe de su exportación

Cuando la sociedad se diferenció entre capi-

a sociedades no occidentales se hace evidente

talistas y trabajadores, el modelo de sociedad de

para todos, pero no es necesario que miremos

ciudadanos libres e iguales fue superado por una

tan lejos.

realidad que presionaba hacia la crisis de la lucha

Dentro del propio Occidente, Europa ha esta-

de clases. Así surgió la problemática ético-social

do al borde de la destrucción por la propaganda

que, después de largas luchas políticas, condujo

internacional contra las estructuras políticas

a la introducción masiva de elementos socialis-

que no se corresponden con el modelo del Esta-

tas en la estructura económica liberal.

do nacional liberal y por la locura de introducir

La superación —mediante la historia— de

el modelo sin transición en sociedades que no lo

la actitud antirreligiosa del liberalismo es tan

habían producido. Especialmente el malentendi-

conocida que bastará con una breve reseña al

do de los derechos humanos básicos, que incluye

respecto. El ataque liberal fue dirigido contra el

el privilegio de destruir ideológicamente el or-

dogmatismo y la autoridad de la revelación. Si

den existente, ha tenido consecuencias mortales

tan solo se pudiesen eliminar estas influencias

en sociedades sin una tradición política madura

sobre el pensamiento y la vida pública, entonces

como la alemana.

el ser humano libre podría ordenar racionalmen-

Hoy el fuego escatológico del modelo está, si

te la sociedad con su razón autónoma. Sin em-

no apagado, considerablemente disminuido. Hoy

bargo, si en la práctica se logra expulsar con éxito

sabemos que las sociedades no se vuelven libres

el cristianismo de los hombres, éstos no se con-

a través de las constituciones liberales, sino

vierten en liberales racionales, sino en ideólogos.

que las sociedades libres producen constitucio-

El indeseable orden espiritual no es reemplazado

nes liberales y pueden funcionar en su marco

por el liberalismo, sino por una u otra ideología,

—una relación a la que John Stuart Mill se refirió

todas igual de intensas emocionalmente.

enfáticamente—.

Los liberales no lo preveían, pues la imagen

El colapso del modelo económico está estre-

del hombre había sido deformada de manera tan

chamente relacionado con el fracaso del modelo

negativa por su concepción de la razón inma-

constitucional. El modelo económico, en su con-

nente, que la problemática del espíritu y de su

cepción inglesa, estaba originalmente relaciona-

trascendencia había desaparecido de su campo

do con una situación donde la concentración de

de visión. La ideologización del hombre —que no

población era relativamente baja y la economía

fue buscada por el liberalismo, pero que sí con-

era predominantemente agraria.

tribuyó a causar—, tiene como resultado político

El modelo de la condición natural, a partir del

la imposibilidad de funcionamiento del modelo

cual Locke desarrolló su construcción constitu-

constitucional liberal. Como lo hemos visto en la

cional, fue la sociedad de los pioneros nortea-

República de Weimar, si la mayoría de los votan-

mericanos, en la cual cada jefe de familia es un

tes son comunistas y nacionalsocialistas, pueden

terrateniente que junto con su familia adminis-

formar un bloque mayoritario que imposibilita el

tra su pedazo de tierra ganándose la vida y pro-

funcionamiento de la Constitución.

duciendo un excedente. En el Segundo tratado del

La problemática científica del liberalismo está

gobierno civil, Locke formula el modelo drásti-

estrechamente relacionada con la religiosa. Téc-

camente: “En el comienzo, todo el mundo era

nicamente, para estar seguros, las preguntas

América” [§49].

sobre este ámbito son mucho más complicadas.

Este arquetipo sobrevive vigorosamente en la

En este sentido, debemos conformarnos y es-

resistencia jeffersoniana a la sociedad industrial,

tar satisfechos con unas cuantas sugerencias.

cuyo desarrollo destruyó el armonioso equilibrio

Hasta donde puedo juzgar, el concepto de razón

original entre los ciudadanos de igual potencial

autónoma e inmanente no causa daño alguno ni

61


¿u n m u n d o p o s l i b e r a l? r e s c at e

en las matemáticas ni en las ciencias naturales matematizadas.

Así, uno solo es objetivo si se une subjetiva y arbitrariamente a alguna ideología de la época;

Sin embargo, en las ciencias del hombre y de

si uno intenta encontrar fundamentos objetivos

la sociedad destruye el objeto, pues el hombre

para los juicios acerca del orden social, uno es

es la imago Dei y participa con su esencia en el

subjetivo. Ejemplos de opiniones similares po-

Ser trascendente. Si se define la razón inmanen-

drían darse desde el ámbito de las ciencias so-

te como la esencia del hombre, se destruye la

ciales neopositivistas. Frente a esta destrucción

ontología en tanto ciencia fundamental, y la po-

radical de las ciencias sociales, hoy nos encon-

sibilidad de una ciencia social racional adecuada

tramos ante el problema de su reconstrucción a

a su objeto deja de existir.

través de la restauración de una ontología crítica.

El resultado es la decadencia de las ciencias sociales, que caracteriza al período liberal tardío, y que actualmente está siendo superada por la restauración de la ratio y de la ontología. Un ejemplo

VI.

de esta decadencia en curso de superación es el

Permítanme resumir el resultado de estas obser-

método de relación entre valores y el relativismo

vaciones. En tanto etapa del movimiento revolu-

moral que, en tanto ideología, ha tenido un éxito

cionario, el liberalismo ha dejado un sedimento

comparable al del marxismo, el positivismo o el

en la sociedad occidental contemporánea. Parte

psicoanálisis en todo el mundo.

de este sedimento es la tendencia hacia la sepa-

La esencia de la teoría del valor es la trans-

ración de la iglesia y el Estado, que se originó en

formación de la jerarquía objetiva de los bienes,

los siglos XVI y XVII, antes del período liberal en

con el summum bonum que la completa de modo

sentido estricto.

trascendente, en postulados de valor humano.

Aunque no siempre fue necesaria la separación

Se considera que el tema de las ciencias sociales

formal de la iglesia y el Estado, como en Esta-

está constituido por la relación con los valores

dos Unidos, el trauma de las guerras religiosas

actuales, mientras que la validez de éstos solo

hizo necesaria la resolución de que bajo ningu-

se puede establecer mediante postulados. Mien-

na circunstancia se volverían a permitir que los

tras el método se utilice en un contexto rico en

conflictos organizacionales o dogmáticos entre

tradiciones, el peligro no es tan evidente, ya que

las iglesias alcanzaran un rango político tan alto

los “valores” se mantienen relativamente próxi-

en los asuntos públicos, que provocasen la divi-

mos a la jerarquía objetiva tradicional de los bie-

sión de la sociedad en partes enfrentadas en una

nes. Pero si el método se aplica en una sociedad

guerra civil.

minada e infestada de ideología, el resultado es

En esta resolución está implícita una actitud

que se tendrá tantas definiciones del tema como

de tolerancia en la medida en que el estallido de

posturas de valor ideológico existan.

las hostilidades solo puede evitarse si se acep-

La ciencia se transforma en una apología de las

ta una sociedad religiosamente pluralista. Se ha

diferentes ideologías. Esta extrema consecuen-

implementado una política positiva de libertad

cia llamó mi atención con ocasión de un discur-

religiosa y de conciencia para todos, cuyo único

so en Heidelberg, cuando, durante el debate, un

límite son las costumbres de la sociedad y el de-

joven de la Escuela de Alfred Weber se opuso a

recho penal. Por ejemplo, una secta de adanitas

mí e insistió en que, para seguir siendo objeti-

informados por su conciencia de que la verdad

vo, el científico social debe hacer su ciencia se-

desnuda de Dios está mejor representada cuan-

gún el espíritu de la época, ya que solo los valo-

do uno camina desnudo por la calle, difícilmente

res reconocidos en ese momento constituyen los

será tolerada.

criterios para elegir y ordenar el tema de inves-

El caso no es ficticio, y causó gran preocu-

tigación. Al situarse fuera del espíritu del tiem-

pación a Roger Williams en su religiosamente

po e introducir criterios ontológicos, eso pasa a

liberal Rhode Island. La poligamia, también, di-

ser subjetivismo.

fícilmente puede ser permitida (los mormones

62


tuvieron que renunciar a ella cuando Utah pasó a

Esto ha producido la amalgama que conoce-

formar parte de Estados Unidos). Se permitió que

mos con varios nombres: New Deal, estado de

la tolerancia religiosa mantuviera su influencia

bienestar, Soziale Marktwirtschaft, etc. El segundo

dentro de los límites indicados por, y donde to-

fenómeno es que la sustancia cristiana comien-

davía se la cuestiona, se le permite establecerse.

za a alimentar al liberalismo. Debemos cuidar-

Otra parte del sedimento dejado por el libera-

nos de no afirmar que la manera de recapturar la

lismo es una cierta resistencia —que se activa

sustancia cristiana es siempre la más apropiada

lenta pero decisivamente solo en determinados

y prometedora. Sin embargo, el fenómeno es tan

casos— a aquellos fenómenos sociales que fue-

potente que en el período posterior a la Segunda

ron objeto específico del ataque del liberalismo

Guerra Mundial los partidos cercanos a las igle-

durante su época de lucha, sobre todo las ten-

sias podían convertirse en partidarios de políti-

dencias a favor de una constitución dictatorial,

cas liberales en tres de los principales países del

y los intentos de implementar socialmente una

continente europeo: Alemania, Francia e Italia.

autoridad espiritual organizada.

A la luz de estas consideraciones podemos

Por último, podemos mencionar dos fenó-

decir que, por un lado, el liberalismo tiene una

menos más, que no pueden ser llamados parte

voz decidida respecto de la situación política

del sedimento dejado por el liberalismo ya que

de nuestro tiempo; por otro lado, sin embar-

apuntan, por el contrario, a la transformación

go, hoy sus ideas de razón autónoma e inma-

del liberalismo bajo la presión de los aconteci-

nente, y del sujeto autónomo de la economía,

mientos históricos; no obstante, hoy están tan

apenas pueden considerarse como vivas y fruc-

profundamente arraigados en el liberalismo que

tíferas; por lo tanto, es posible declarar muer-

pertenecen a la forma adoptada por este en la

to el liberalismo clásico de sello secularista y

sociedad contemporánea.

capitalista-burgués.

La primera es la absorción de las demandas éticas y sociales por parte del liberalismo clásico.

Eric Voegelin (1901-1985) fue un filósofo político estadounidense nacido en Colonia, Alemania. Estudió Ciencia Política en la Universidad de Viena, donde se convirtió en Profesor Asociado. En 1938 huyó de los nazis junto a su mujer, emigrando a Estados Unidos, país del que se hicieron ciudadanos en 1944. Pasó la mayor parte de su carrera académica en la Universidad Estatal de Louisiana, la Universidad de Munich y el Instituto Hoover de la Universidad de Stanford. Algunos de sus libros más relevantes son La nueva ciencia de la política y Order and History (5 vols.). Su obra completa está publicada en los 34 volúmenes de The Collected Work of Eric Voegelin (Columbia y Londres: University of Missouri Press, 1989-2008).

63


HORAS

LA

64


EN

BIBLIOTECA Contrapunto: Cristóbal Bellolio y Daniel Mansuy sobre ¿Por qué ha fracasado el liberalismo? Reseñas de Política para perplejos, El regreso liberal, Cómo mueren las democracias, Identidad y Los demonios de la democracia liberal.

65


¿un mundo posliberal? contrapunto

Lamento gregoriano CRISTÓBAL BELLOLIO Se nos muere el liberalismo, ahogado por su pro-

lia y la religión—, glorificando la soberanía de

pio éxito. Esa es la tesis de ¿Por qué ha fracasado

lo que Marx denunció como “mónadas aisladas

el liberalismo?, de Patrick Deneen. Después de

y replegadas en sí mismas” y, paradójicamente

cinco siglos de aplicación, el liberalismo habría

para la prédica del propio liberalismo, elevando

conseguido, sin querer queriendo, todos sus si-

al Leviatán a categoría sacra; subyugó a la natu-

niestros objetivos: enterró las viejas y edifican-

raleza, estrujando sus recursos y revolucionando

tes concepciones de libertad como autogobierno

sus categorías a merced de la ávida rapiña de la

personal y colectivo, reemplazándolas por un

especie y al capricho de la voluntad política. En

sucedáneo insípido de independencia individual

resumen, el liberalismo es prácticamente culpa-

y emancipación de los lazos sociales; destruyó a

ble de todos los males sociales que puedan enu-

martillazos la tradición, la cultura y la comuni-

merarse, incluyendo, por cierto, los efectos in-

dad, fuente de todo sentido y pertenencia de los

deseables del internet o que las universidades ya no enseñen artes liberales.

seres humanos, dejándolos vacíos y desnudos, adictos a la in-

El problema central de la crí-

mediatez y esclavos del consumo

tica de Deneen es que resulta

insustancial; dinamitó las es-

imposible someter al liberalis-

tructuras de apoyo y significado

mo a un juicio comprehensivo de

que mediaban entre el individuo

esta naturaleza, principalmente

y el Estado —entre ellas la fami-

porque el acusado tiene muchos

Los límites del liberalismo DANIEL MANSUY El primer mérito del libro de Patrick Deneen

del liberalismo ha sido tan profundo que ha ido

(¿Por qué ha fracasado el liberalismo?) es hacer-

agotando sus recursos. Deneen (un conservador)

se cargo de una realidad que parece cada día más

comparte el diagnóstico de Castoriadis (que vie-

palpable. Si en los años noventa creíamos que la

ne de la izquierda): para perdurar, la tradición

historia había llegado a su estadio último y ce-

liberal debe ser equilibrada por principios no

lebrábamos el consenso de Washington, hoy es-

liberales. Por lo mismo, al convertirse en hege-

tamos invadidos por las dudas. Las democracias

mónico, el liberalismo pone en riesgo sus con-

occidentales han perdido confianza en sí mis-

diciones de posibilidad. Cuando su dominación

mas: ya nadie puede garantizar que en el futu-

se ejerce sin contrapeso, tiende naturalmente

ro seguirán existiendo tal como las conocemos.

al colapso.

¿Cómo explicar un cambio tan rotundo en el am-

Para comprender el argumento, resulta im-

biente político e intelectual? Nuestro autor tiene

prescindible remitirse a los fundamentos antro-

al respecto una tesis provocativa que merece ser

pológicos de la tradición liberal. Para Deneen,

examinada con sumo cuidado. Según él, nuestro

esta se funda en una negación del carácter social

tiempo está marcado por el fracaso del libera-

del hombre. Este axioma supone dos ideas cen-

lismo. Pero esto no es todo. Este fracaso no sería

trales: somos individuos titulares de derechos

sino la contracara de su éxito, pues el despliegue

y tendemos a seguir nuestros apetitos. En esta

66


rostros, varios de ellos en tensión —cuando no

como William Galston, se identifica parcialmen-

incompatibles— entre sí. A ratos, Deneen las

te con el Rawls de Liberalismo político e incluso

emprende contra el liberalismo como teoría polí-

con la propuesta de modus vivendi que ha hecho

tica, otras veces como conjunto de premisas an-

John Gray, otro crítico formidable del progresis-

tropológicas, otras tantas como práctica social. A

mo liberal. Deneen parece creer que solo existe

ratos concentra su fuego en el proyecto moder-

el segundo. Curiosamente, en su libro no hay

no que se inicia con Hobbes, otras veces apunta

una sola mención a Kant, uno de los patrones

contra la ambición racionalista que caracterizó

del liberalismo de la autonomía. Curiosamente,

al liberalismo revolucionario, para seguir con

digo, porque la noción de libertad que Deneen

acusaciones algo vanas sobre fenómenos contin-

quiere recuperar —esa capacidad de ganarle a

gentes en los campus de su entorno académico.

los deseos e inclinaciones sensibles y así elevar-

Sobre esto último: el liberalismo siempre ha

se al cumplimiento de una ley moral— es pre-

estado marcado por una discusión interna entre

cisamente la noción kantiana. En este sentido,

los ideales de la tolerancia que motivaron su ad-

si bien es cierto que la mayoría de los liberales

venimiento histórico y los ideales de autonomía

del panteón descansan en una noción de liber-

racional que fueron incorporados en su etapa

tad como ausencia de coerción o interferencia, el

ilustrada. Mientras el primer liberalismo no

tratamiento de Deneen ignora que las definicio-

supone una concepción unívoca de la vida bue-

nes conceptuales no determinan necesariamente

na y respeta la diversidad de fines humanos, el

las posiciones normativas.

segundo aspira a que todos los ciudadanos sean

La libertad es importante para el liberalismo,

capaces de escoger racionalmente un proyecto

pero no es el único valor, repetía hasta el can-

que empalme con sus esperanzas de progreso

sancio Isaiah Berlin. En Rawls, el valor principal

moral. El primero ha sido defendido por autores

es la justicia. En Dworkin, la igualdad. Tampoco

lógica, todo lo que dificulte nuestras inclinacio-

el liberalismo económico aplicado a escala glo-

nes se convierte en un obstáculo a superar. Si se

bal no tiene ningún respeto por las comunidades

quiere, el liberalismo constituye —en la óptica de

locales, y se vuelve cada vez más agresivo. Estas

Deneen— una colosal empresa de emancipación;

dos lógicas no son contradictorias, sino perfec-

una emancipación tanto respecto de los otros

tamente complementarias. En efecto, el Estado

(que, con frecuencia, impiden la satisfacción de

y el mercado tienden a convertirse en poderes

mis apetitos) como de la naturaleza (que debe

tutelares que se ciernen sobre un individuo que

ser dominada para que se vuelva dócil a nuestros

carece de relaciones sociales sustantivas. De más

deseos). El individuo soberano no quiere saber

está decir que, en sede liberal, la vida cívica no

nada del entorno, pues es totalmente autorre-

tiene un valor relevante, pues solo vale la dimen-

ferido. Las consecuencias estarían a la vista: de-

sión privada. Si las democracias ya no consiguen

sastre ecológico y erosión de las formas de vida

seducir al ciudadano, es simplemente porque en

comunitaria.

su proyecto inicial estaba programada su desa-

Según Deneen, este es el modo de leer la cre-

parición (basta leer algunas páginas de Constant

ciente insuficiencia de nuestras instituciones

para percatarse). En este contexto, el fracaso li-

para enfrentar adecuadamente los desafíos ac-

beral no es sorpresivo: dado que su antropología

tuales. Por un lado, el desarrollo exacerbado del

omite elementos fundamentales del fenómeno

aparato estatal se explica porque los tejidos so-

humano, es natural que su despliegue termine

ciales tradicionales ya no cumplen la labor que

chocando con la realidad.

antes dábamos por descontada (piénsese, por

La tesis de Deneen, sobra decirlo, admite múl-

ejemplo, en el cuidado de los ancianos). El Esta-

tiples matices. Por de pronto, su caracterización

do se ve obligado a intervenir más y más, pero su

del liberalismo es bastante gruesa. Nunca queda

intervención es cada vez más vana. Por otro lado,

del todo claro, por ejemplo, en qué medida el

67


¿un mundo posliberal? contrapunto

es enteramente cierto que el liberalismo sea un

estatus del saber objetivo es variopinta y va desde

proyecto racionalista que se aplica “de arriba

el feminismo radical hasta los socios creacionis-

hacia abajo”. Deneen prefiere los sistemas so-

tas de Deneen. También se confunde de adver-

ciales que emergen de “abajo hacia arriba”. Una

sario cuando sostiene que el liberalismo acusa

larga tradición liberal, de Hume a Hayek, estaría

de “falsa conciencia” a quienes no se adapten a

de acuerdo. Finalmente, Deneen describe al libe-

un estilo de vida individualista y racional. Esa es

ralismo como un proyecto nietzscheano en busca

justamente la crítica marxista al liberalismo, por

de una nueva casta de superhombres, obviando

afirmar una vida de elecciones (agencia) que no

imperdonablemente sus raíces cristianas.

son tales por los condicionamientos de la estruc-

En debates más contingentes, Deneen acusa al liberalismo de inflamar la política de las

tura. Aquí faltó Popper: una teoría que explica todo, no explica realmente nada.

identidades. Pero, justamente por su orienta-

La sensación final es que Deneen subraya

ción universalista, los liberales han sido los más

aquellos aspectos del liberalismo que han sido

críticos del fenómeno. Lo fue Brian Barry hace

perjudiciales para su propia filosofía, una especie

dos décadas ante el avance del multiculturalis-

de comunitarismo tradicionalista católico que ha

mo. Lo hacen actualmente intelectuales públicos

sufrido en el “mercado de las ideas”. Pero es un

como Steven Pinker y Mark Lilla. Deneen tam-

error pensar que el liberalismo persigue a la tra-

bién le carga al liberalismo las culpas del pos-

dición per se o busca erradicar las prácticas cul-

modernismo. Otro cargo dudoso: mientras el

turales de una determinada comunidad en tanto

liberalismo defiende el método científico como

no faciliten la autonomía. Lo que exige es que

epistemología pública, la coalición que disputa el

sean capaces de justificarse ante los individuos

proyecto liberal coincide o no con el proyecto

Con todo, en sus páginas finales, el libro sugiere

moderno. El autor tiende a identificarlos ente-

que debemos inventar nuevas formas de asocia-

ramente, pero hay buenos motivos para pensar

tividad para superar el orden liberal, pero en este

que la historia es un poco distinta. Además, el

punto queda abierta más de una interrogante.

Tocqueville retratado en el libro deja varias du-

Por de pronto, el autor no se pregunta en nin-

das, porque toma en cuenta una sola perspectiva

gún momento por las causas que llevaron al es-

de un pensador multifacético. Ahora bien, sería

tablecimiento y triunfo de la doctrina liberal, las

mezquino aferrarse a ese tipo de motivos para

que cualquier análisis crítico no puede dejar de

descalificar el argumento principal. Deneen se ve

examinar en detalle. Si acaso es cierto que la mo-

obligado a generalizar, y eso no le impide acer-

dernidad perdió el rumbo, nuestra primera tarea

tar en buena parte del diagnóstico: a estas altu-

—ya lo decía Strauss— pasa por determinar con

ras, no podemos continuar atribuyendo todas las

suma precisión los orígenes intelectuales de ese

dificultades del mundo liberal a causas exóge-

extravío. Sin embargo, este libro no entra en esa

nas. Como bien notaba un liberal tan impecable

discusión. En último término, ¿Por qué ha fraca-

como Aron, las sociedades occidentales tienden

sado el liberalismo? es un texto con fines progra-

al vacío cuando dejan de proponer horizontes

máticos, pues sus preguntas van más allá de lo

significativos a sus miembros. De esta ausencia

intelectual. Como Lenin, Deneen quiere saber qué

se derivan patologías cada día más visibles, y el

hacer. Tanto es así, que el último párrafo del libro

texto busca hacerse cargo de ellas.

afirma que necesitamos “nuevas prácticas” más

68


que serán sometidos a ellas. La ablación genital femenina es una práctica que subsiste en el Islam y otras denominaciones similares. ¿Debemos proteger dicha práctica en cuanto refleja la cultura de estas comunidades, o bien debemos proteger los derechos individuales de las niñas que la sufren? El liberalismo opta por lo segundo. En la lógica de Deneen, no hay nada que se opon-

Cristóbal Bellolio es abogado y doctor en

ga a lo primero.

filosofía política por el University College

Aunque solo en la conclusión nos advierte que no busca volver al medioevo —una aclara-

de Londres, Inglaterra. Es profesor de la

ción necesaria— lo suyo suena como un lamento

Escuela de Gobierno de la Universidad

gregoriano, nostálgico de un mundo donde las

Adolfo Ibáñez.

personas nacen y mueren dentro de una misma comunidad y estatus. PD: Escribo estas líneas desde la que probablemente sea la universidad más liberal de Chile, donde se imparte el programa más ambicioso de artes liberales del país.

que “mejores teorías”. La paradoja es manifiesta. Después de haber dedicado más de doscientas páginas a ilustrar el poder causal de las ideas liberales, Deneen —como Burke y como buena parte de la tradición conservadora— termina desconfiando del poder de la teoría. Desde luego, no se trata de abogar por una teoría desconectada de la práctica, pero en la tradición clásica (reivindicada por el autor) toda praxis debe es-

Daniel Mansuy es doctor en Ciencia Política de la Universidad de Rennes, Francia. Es director del Centro de Investigación Social

tar iluminada por una comprensión del mundo.

Signos, de la Universidad de los Andes,

Si la crisis del liberalismo es tan profunda como

y profesor del Instituto de Filosofía de la

piensa este autor, entonces nuestros desafíos in-

misma universidad, e investigador senior

telectuales no son nada de secundarios respecto de la práctica. Todo intento precipitado por elu-

del Instituto de Estudios de la Sociedad.

dir esa cuestión conducirá, paradójicamente, al fracaso. Puede decirse que sortear ese riesgo es el principal desafío del mundo que representa Patrick Deneen.

69


¿un mundo posliberal? reseña

Innerarity y su guía para perplejos ALFREDO JOCELYN-HOLT Sobre Política para perplejos (Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2018), de Daniel Innerarity

Al igual que su anterior libro La política en tiem-

argumentos), sin interesarle la historia. Afirma

pos de indignación (2015), en Política para perple-

incluso que “de política no sabemos casi nada”

jos (2018) Daniel Innerarity intenta rescatar la

(¿él o nuestro tiempo?), al punto que leyéndolo,

política a fin de vencer nuestra actual desazón.

uno tiene la rara sensación de que se nos quiere

No hace mucho la política encolerizaba, sos-

convencer que recién ahora, gracias a lo que lla-

tiene, pero ahora nos tendría confundidos, an-

ma inteligencia política, estaríamos descubrien-

siosos, con desajustes emocionales graves, sin

do la rueda.

saber en quién confiar; con espacios públicos sin

Por cierto, el razonamiento analítico le permi-

virtud cívica, en medio de irremontables grietas

te saber muchas cosas (en eso es un zorro), pero

entre casta y gente; desprovistos de señalización

aquí no encuentra lo que al parecer anda bus-

que pueda sacarnos del desconcierto; interpela-

cando (este, su complejo de erizo). De ahí que los

dos por un feminismo que amenazaría arraiga-

dos libros den palos a menudo acertados, aunque

das mentalidades; choqueados ante la aparición

también en el aire, sin disipar del todo la oscuri-

de políticos que, como Trump, manejan otras

dad que diagnostica. En efecto, el formato corto

lógicas (o anti-lógicas); sumidos en una globa-

hace recomendable su lectura parcelada, aunque

lización que no sería pareja para todos, y en un

ello no garantice una visión general; es un co-

multiculturalismo que beneficiaría a solo algu-

mentarista sumamente lúcido, pero quizá no tan

nos con sus nuevas reivindicaciones…

brillante. Mandado a hacer para historiadores

El panorama es conocido (lo sufrimos), pero

futuros en busca de síntesis, registros y testimo-

Innerarity es un agudo comentarista de nues-

nios de época; menos llamativo por las solucio-

tra actualidad; la explica como pocos. Su fuerte

nes que propone.

es el ensayo corto, armado de capítulos breves

Aunque el autor admite estar también per-

en torno a temas puntuales, más redondos que

plejo, es ocasionalmente tajante, preocupado de

los libros que componen. Constantemente apela

que no se le tache de típico “filósofo sin solucio-

a la razón como equilibro moderado. Es espe-

nes”. Por de pronto, no extiende la perplejidad a

cialmente leído en perspectivas científico-po-

la “gobernanza”, a la que aplaude y promueve.

líticas más que filosófico-políticas (a las que

A ratos alecciona, como cuando afirma que las

recurre a modo de respaldo con pinzas para sus

soluciones pasan por “sistemas inteligentes”,

70


Editorial: Galaxia Gutenberg Año: 2018 Nº de páginas: 192 Precio: $18.000

que entiende como sistemas de reglas que pue-

personas y expertos. Temeraria sugerencia: da la

den servir para reemplazar nuestra antigua, hoy

espalda a la filosofía política clásica que se centra

imposible, confianza en las personas. ¿Cómo

en el sujeto político, los ciudadanos, gobernan-

confiar, por ejemplo, en alguien como Trump? Al

tes y virtú. El capítulo enfocado en “tecnologías

contrario, dice creer en un “sistema” que limita;

inteligentes” que nos protegerían de otros y de

que así como, en su momento, torpedeó el ambi-

nosotros mismos tampoco considera cuán dis-

cioso programa de salud de Obama, podría hacer

paratado puede ser el afán por controlarlo todo.

imposible lo que Trump promete hacer.

Conforme, este propósito de algo más inteli-

Las soluciones que Innerarity ofrece surgi-

gente y autónomo que nosotros mismos podrá

rían de la perplejidad y el optimismo, lo que no

tenerse como válido, pero ¿cuáles son sus lími-

deja de ser paradójico. Y ello porque, aunque no

tes? ¿La política con piloto automático, esa es la

sabemos lo que deparará el futuro, nada impi-

salvación? El ejemplo análogo al que recurre —el

de que no le tengamos miedo y podamos com-

avión provisto de mecanismos que anticiparían

portarnos “razonablemente con él”. Como todo

y neutralizarían a un piloto suicida impidiéndole

optimismo, el suyo suena a veces a fatalismo, a

estrellarse en los Alpes— es complicado; anula la

fe y apuesta determinista que, por cierto, él no

agencia y responsabilidad individual.

llama fe. En eso no es distinto a otros diagnos-

Otra dificultad del libro: concede una incon-

ticadores de la incertidumbre (Eric Hobsbawm

dicional valoración al sentir popular. Acepta sin

o Tony Judt) quienes, frente a la sensación de

asomo de crítica el empoderamiento, sin pre-

abismo que el fin e inicio de siglo les producía,

guntarse cuánto del desánimo e incertidumbre

afirmaban resignadamente que uno puede con-

actuales han sido interesadamente inducidos.

fiar en que, al menos, el futuro va a ser distinto a

Cree, por último, que ya no hay lugar a las ideo-

lo recién vivido.

logías cuando quizás estemos más sumidos que

Hacia el final del libro ahonda en las soluciones. Esto bajo el supuesto de que estar en medio de la incertidumbre sería una gran oportunidad para

nunca en ellas, versión fake. En suma, útil e incisivo Innerarity, aunque esquivo con la historia y filosofía políticas.

la democracia. De ahí que abogue por la “inteligencia colectiva”, técnica de sistemas en vez de 71


¿un mundo posliberal? reseña

La identidad y sus consecuencias MARIANA CANALES Sobre El regreso liberal (Barcelona: Debate, 2018), de Mark Lilla

Con una buena dosis de ironía y agudeza, Mark

una vida buena, centrada en la vida privada de las

Lilla se propone comprender por qué en Estados

personas: en las familias y los negocios. La era

Unidos los demócratas renunciaron a interpretar

Reagan, según Lilla, fue capaz de unir al Partido

a las grandes mayorías. A partir de un repaso de

Republicano y a Estados Unidos hasta hace poco

la política norteamericana de los últimos años,

tiempo.

el autor intenta explicar la infertilidad de cierto

¿Qué hicieron, entretanto, los liberales? En lu-

tipo de liberalismo. Para Lilla, este ha sacrificado

gar de desarrollar una visión común del país, se

la búsqueda de soluciones a problemas mayori-

involucraron en movimientos sociales que ope-

tarios en favor de demandas particulares de al-

raban fuera de las instituciones representati-

gunas minorías.

vas —la defensa de las minorías sexuales, de los

El argumento de Lilla arranca de aquello que

afroamericanos y otros grupos, todos distintos

llama las dos grandes “dispensaciones” (en-

entre sí— con un fuerte énfasis en las identida-

tendidas aquí como discursos políticos de largo

des personales.

aliento): la de Roosevelt y la de Reagan. Ambas

Las consecuencias de esta opción tuvieron

narrativas intentaron responder a determinadas

gran impacto en la vida política, y en este pun-

circunstancias y supieron articular un proyecto

to reside uno de los grandes méritos del texto.

político que hacía sentido en esas condiciones. A

Pues si bien el análisis se refiere a la izquierda

juicio del autor, eso es justamente lo que le falta

estadounidense, no deja de ser aplicable a otras

hoy al liberalismo. Roosevelt supo unir una ciu-

latitudes. Más aún, El regreso liberal ofrece luces

dadanía golpeada por la crisis económica y te-

para pensar la forma en que hoy concebimos, en

merosa del futuro en torno a la idea de que juntos

términos generales, la política.

podían mejorar el país. Esa generación participó

La primera consecuencia es que la exacerba-

de una épica con orgullo, autosacrificio y patrio-

ción de las identidades personales condiciona el

tismo. Pero el paso del tiempo terminó desdi-

interés político de los ciudadanos. En esa lógica,

bujando ese relato. Luego, en los años ochenta

lo político solo importa en cuanto se relaciona

la sociedad estadounidense estuvo marcada por

con la experiencia individual; de lo contrario,

la prosperidad y el auge del individualismo. En

se vuelve irrelevante. Así, apenas se percibe lo

ese contexto, y en contraste con el mundo de

que otros puedan estar viviendo y se pierde una

Roosvelt, el gobierno es visto como una amenaza.

dimensión fundamental de la política. Aunque

Eso explica el fenómeno Reagan, quien prometió

Lilla no profundiza en los efectos nocivos de este

72


Editorial: Debate Año: 2018 Nº de páginas: 160 Precio: $9.000

proceso, surge la pregunta de si acaso puede ha-

Ante este escenario de diferencia y fragmenta-

ber buena política cuando la participación está

ción, el autor propone buscar aquello que sea co-

determinada únicamente por una percepción de

mún a todos, que convoque y, en definitiva, que

amenaza personal.

posibilite una solidaridad que vaya más allá de los

En segundo lugar, en este escenario el deba-

vínculos identitarios. Se trata de encontrar algo

te se vuelve inviable. Si la acción política queda

que permita formar verdaderos vínculos políti-

condicionada por experiencias personales, la po-

cos, en lugar de las afinidades electivas caracte-

sición que se adopta se torna innegociable. Ade-

rísticas del “modelo de identidad Facebook”, en

más, solo están legitimados para opinar sobre

términos de Lilla. Lo único capaz de generarlos,

ciertos temas aquellos directamente afectados.

según él, es la idea de ciudadanía, ya que sería lo

Así, “gana el debate el que tenga una identidad

único que realmente compartimos (sin notar, de

moralmente superior y haya expresado mayor ira

paso, que al reducir los bienes compartidos solo

por ser cuestionado”. Si lo propio de la política es

a la ciudadanía, Lilla pasa por alto otros aspectos

la deliberación y la búsqueda de acuerdos, ¿qué

de la vida que son comunes, como la identidad

espacio queda para ella en este contexto?.

cultural o la patria).

Por último, Lilla postula que el liberalismo de

Su visión de las particularidades del fenó-

la identidad, al que le basta un ejército de jóve-

meno político hacen que este ensayo sea muy

nes activos en redes sociales, no puede producir

pertinente en la escena nacional. Quizás sea

cambios profundos porque no gana elecciones.

oportuno preguntarnos si acaso no estamos

En efecto, olvida que los cambios se hacen desde

también atrincherados en defensa de posicio-

puestos de poder. Lilla, entonces, hace un lla-

nes irreductibles que impiden el diálogo y que no

mado a buscarlos: según él, la política debe es-

reconocen en el otro un interlocutor válido, sino

tar orientada a alcanzar posiciones que permitan

un culpable desde el punto de vista moral. A fin

realizar reformas necesarias y generar las condi-

de cuentas, Lilla sí señala un punto esencial: si

ciones para mantenerlas. De hecho, le reprocha

no tenemos en común algo que todos podamos

al liberalismo su irresponsabilidad para con las

identificar como propio y que busquemos defen-

minorías que busca defender, dado que su acción

der, difícilmente podremos llegar a acuerdos po-

se agota en actos de mero reconocimiento y cele-

líticamente significativos. Y eso es un problema.

bración, pero sin transformaciones.

73


¿un mundo posliberal? reseña

Manual para dictadores GUILLERMO PÉREZ C. Sobre Cómo mueren las democracias (Barcelona: Ariel, 2018), de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt

Al leer este libro no pude dejar de pensar en la

responsable de la crisis norteamericana es el

enorme ovación que recibió Robert de Niro lue-

Partido Republicano, inseparable de la figura de

go de insultar a Donald Trump en la entrega de

Trump. Él vendría siendo el efecto más devasta-

los premios Tony 2018. La actitud del aclamado

dor del incumplimiento sistemático, por parte de

actor no fue ni es demasiado novedosa: sea cual

los republicanos (aunque también de los demó-

sea la ocasión, diversas celebridades no pierden

cratas, pero en menor medida), de las dos reglas

oportunidad para mostrar la desazón que les

no escritas más importantes de la política esta-

provoca ser gobernados por un errático y excén-

dounidense: la tolerancia mutua y la contención

trico millonario con ínfulas autoritarias. Así, la

institucional.

moralina hollywoodense —que dicta los están-

Al hablar de tolerancia, los autores se refieren

dares de lo políticamente correcto y los valores

a la idea de que los partidos deben respetarse y

de moda para el año en curso— se ha vuelto más

coexistir, considerándose adversarios legítimos

aprensiva desde que Trump asumió el poder. Lo

y no enemigos acérrimos. En otras palabras,

llamativo es que la actitud del mundo del es-

sería la “disposición colectiva de los políticos

pectáculo parece haberse extrapolado a otros

a acordar no estar de acuerdo”. La contención

lugares. Varios sectores de la élite intelectual

institucional, por su parte, consistiría en “evi-

estadounidense (prensa, academia y think tanks

tar realizar acciones que, si bien respetan la ley

incluidos) están librando una guerra permanen-

escrita, vulneran a todas luces su espíritu”. En

te, y a ratos personal, con el cuestionado presi-

concreto, la contención “implica renunciar a los

dente. El problema de esta dinámica es que no

trucos sucios y a las tácticas brutales en nombre

ayuda a comprender las tensiones que se gene-

del civismo y el juego limpio”.

ran más allá de Trump y su entorno, impidiendo

La ambigüedad y generalidad con que Levitsky

articular una respuesta que no sean meras voci-

y Ziblatt describen estas normas implican que,

feraciones indignadas.

por un lado, sirvan para interpretar casi cualquier

Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, académicos

escenario político, y que, por otro, les permitan

de Harvard y autores de Cómo mueren las demo-

comparar procesos distintos sin mediar ningún

cracias (Ariel, 2018), han intentado salir de esta

tipo de particularidad. Para los autores, perso-

lógica, aunque sin mucho éxito. A pesar de su

najes disímiles como Hitler, Pinochet, Franco y

exhaustivo análisis sobre las últimas décadas de

Maduro serían, con pocos matices, consecuencia

la política estadounidense, concluyen, quizás de

directa de partidos políticos y autoridades que

manera demasiado simplista, que el principal

no respetaron la contención y la tolerancia. Sin

74


Editorial: Ariel Año: 2018 Nº de páginas: 336 Precio: $15.900

embargo, ¿no hay asuntos específicos tras cada

los cargos principales, incluso “haciendo cau-

uno de estos fenómenos? Si sometemos proce-

sa común con la oposición en apoyo a candida-

sos multidimensionales al cumplimiento de dos

tos democráticos”. Pero si ya es discutible creer

reglas rígidas, ¿no perdemos de vista elementos

que una dictadura se puede evitar siguiendo in-

esenciales para un diagnóstico más adecuado?

dicadores de desempeño, más complejo aún es

Quizá estos problemas derivan del esfuerzo de

sostener que la crisis democrática global se so-

los autores por definir al autócrata como una fi-

luciona por medio de la exclusión de las figuras

gura independiente del contexto en el que se des-

problemáticas.

pliega. El intento de ellos es ofrecer una suerte de

En el texto, a fin de cuentas, no parece im-

taxonomía que sirva para analizar circunstancias

portar una pregunta en extremo relevante: ¿qué

diversas, más allá del escenario norteamericano

tensiones hacen aparecer, representan y con-

actual. Este objetivo se explicita desde las prime-

ducen cada uno de estos personajes? Dicho de

ras páginas del libro, cuando Levitsky y Ziblatt

otro modo, ¿por qué la gente vota por Trump o

señalan que han ideado “una prueba decisiva que

Bolsonaro? ¿Logran ellos visibilizar y encarnar

ayuda a identificar qué personas podrían conver-

algún problema ciudadano? ¿En qué han fra-

tirse en autócratas en caso de ascender al poder”.

casado los sistemas políticos que hoy no logran

Con ese objetivo en mente, diseñan un índice de

explicar su aparición? Para los autores, Hitler o

cuatro factores capaces de identificar el compor-

Fujimori serían autócratas que aparecen repen-

tamiento autoritario, como si una crisis política

tinamente para romper las reglas de buena con-

de esta naturaleza pudiera abordarse siguien-

vivencia imperantes, sin importar demasiado

do un manual de instrucciones, sin importar el

la historia o la realidad social que hay detrás de

escenario en que esta se desarrolla. La pregunta

cada uno de ellos.

inevitable es si acaso no sería necesario entender

En suma, podríamos decir que este libro es

los rasgos particulares de cada proceso antes de

performativo: las reflexiones parciales y a ratos

establecer modelos para reconocer tiranos.

antojadizas que hay en él constituyen la mejor

Por otro lado, lo relevante para los autores no

prueba de aquello que las élites no han sido ca-

es tanto entender la irrupción de estos perso-

paces siquiera de comprender. Así las cosas, es

najes, sino más bien la capacidad de las institu-

probable que haya Trump para rato.

ciones políticas para impedirles llegar al poder. Los partidos, dirán Levitsky y Ziblatt, deben ser capaces de aislar a los extremistas y alejarlos de 75


¿un mundo posliberal? reseña

El último de los hegelianos SANTIAGO ORTÚZAR Sobre Identidad: La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento (Barcelona: Deusto, 2019), de Francis Fukuyama

Fukuyama empieza Identidad afirmando que,

existe una relación fundamental entre el Estado

de no ser por el intrigante triunfo de Donald

moderno y las formas liberales que encauzan

Trump en noviembre de 2016, este libro no ha-

nuestro deseo de reconocimiento, es necesario

bría sido escrito. El escenario mundial no solo

iluminarla para comprender el presente.

deja perplejos a analistas, empresarios, aca-

Identidad forma parte de este programa de

démicos y ciudadanos de a pie, sino también al

investigación. En efecto, Fukuyama piensa que

mismo Fukuyama. Pues si en 1989, en un breve

existe un profundo problema institucional en

artículo en National Affairs, el filósofo estadou-

Estados Unidos, que gradualmente ha minado

nidense postulaba nada menos que el conflicto

las condiciones que hacían de su democracia un

por el reconocimiento —el motor de la historia

caso ejemplar para el mundo. Los grupos de inte-

humana— alcanzó su culmen con el régimen

rés han obstruido progresivamente la represen-

liberal-democrático occidental, ¿cómo explicar

tación política, haciendo del “establishment” un

la irrupción tan masiva de liderazgos y grupos

grupo insensible a las demandas de la población.

opuestos a la autonomía, el pluralismo y la glo-

Si a esto se suma la desigual distribución de los

balización que, se supone, caracterizan nuestra

costos y beneficios de la globalización, apare-

época? Si el deseo de cada persona de ser recono-

ce el fenómeno Trump: la “política del resen-

cida en su dignidad y agencia moral ya alcanzó su

timiento” de los grupos blancos precarizados y

forma institucional más acabada o completa bajo

la queja de quienes se consideran víctimas del

el régimen liberal, ¿cómo explicar las emergen-

desarrollo. La precarización y la desigualdad se

tes “democracias iliberales” de Trump, Orbán o

experimentan ante todo como una vulneración

Bolsonaro? Si asumimos las premisas de Fuku-

de la dignidad.

yama, ¿qué pueden encarnar estas figuras sino un retroceso en la odisea del espíritu humano?

Existe, además, una tercera variable: el énfasis creciente de la izquierda en los discursos identi-

En la última década, Fukuyama ha intentado

tarios. Siguiendo a Lilla, Fukuyama sostiene que

vincular sus tesis más propiamente filosóficas

esa tendencia va de la mano con el auge de una

con la investigación histórica, algo que ya había

derecha autoritaria y populista. Si la desigual-

ensayado en Confianza. Así, en Identidad afirma

dad lesiona la imagen que tenemos de nosotros

explícitamente que dos de sus textos más im-

mismos, perfilándonos como ciudadanos de se-

portantes (Los orígenes del orden político y Orden

gunda clase, la política identitaria de izquierda

y decadencia de la política) son un intento por re-

es incapaz de articular un discurso común que

escribir El fin de la historia en otros términos. Di-

apele a un “nosotros” que no esté fragmentado

chos textos quieren iluminar la génesis histórica

por los particularismos de la identidad. Sin ese

del Estado moderno a partir de dos ejes: por un

discurso, la izquierda carece de las herramientas

lado, las condiciones de posibilidad de un Esta-

necesarias para emprender una reforma distri-

do impersonal y burocrático; por otro, las cau-

butiva ambiciosa.

sas del retroceso de las democracias liberales. Si

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Editorial: Deusto Año: 2019 Nº de páginas: 208 Precio: 19.95 €

Así, ante un Estado norteamericano capturado

con reintroducir algo de servicio comunitario y

por grupos de interés que minan la democracia,

compromiso cívico para que ellas dejen de inun-

una izquierda incapaz de transformar y una de-

dar nuestra vida pública.

recha crecientemente antiglobalista, ¿qué salida

Esta ambivalencia, sin embargo, no ayuda a

podría tener en mente Fukuyama? Su propuesta

entender cómo las identidades pudieron obtener

consiste en fortalecer nuestra identidad nacio-

la centralidad que hoy tienen en el discurso pú-

nal mediante formas más activas de participa-

blico. Fukuyama reconoce que el discurso de las

ción pública (como trabajar gratuitamente para

identidades tiene problemas, pero no está dis-

servicios comunitarios, participar en foros y de-

puesto a vincularlo con su propia teoría del re-

bates, etc.). Este tipo de prácticas, al construir

conocimiento. ¿La política identitaria no podría

identidades comunes y más atentas a las necesi-

ser, acaso, una consecuencia del mismo libera-

dades de los demás (un “nacionalismo cívico”),

lismo? Pero si así fuera, ¿no deberíamos cuestio-

ayudarían a revitalizar la democracia liberal. Si

nar la capacidad del liberalismo para superar el

logran encauzar debidamente el deseo de reco-

conflicto por el reconocimiento?

nocimiento, hay posibilidades de salir de la crisis.

Cuando el liberalismo es cuestionado, para

El diagnóstico de Fukuyama tiene el mérito de

Fukuyama la causa siempre parece ser exógena:

formular, en poco menos de doscientas páginas,

sean los grupos de interés o la política identita-

una interpretación del liberalismo que recupera

ria, los problemas del liberalismo se explican por

su dimensión igualitaria, su escepticismo ante la

fenómenos externos. ¿Por qué no preguntarnos

concentración del poder y el rol central de la dig-

si acaso hay algo en las formas liberales mismas

nidad y autonomía de la persona. No es claro, sin

que favorece su deterioro, que les impide cumplir

embargo, que Fukuyama quiera ir a la raíz de los

su propia promesa de reconocimiento? La razón

problemas que examina. De hecho, su interpre-

parece ser la siguiente: Fukuyama sigue conven-

tación más bien ambivalente de la irrupción de

cido de que el liberalismo es la meta de la his-

las identidades en política reclama mayor aten-

toria, de que la tesis hegeliana es esencialmente

ción. Pareciera que a ratos las considera un de-

correcta. Asume una filosofía del progreso que

safío central de la democracia contemporánea, y

lo deja ciego frente a los aspectos problemáticos

es por eso que movimientos como Me Too o Black

del presente, porque los interpreta como puro

Lives Matter habrían logrado visibilizar patolo-

retroceso, no como algo que reclame catego-

gías reales, expresar algo “verdadero”. Es indis-

rías propias y originales. Si Borges decía que ser

cutible que los Harvey Weinstein de este mundo

conservador es ser un escéptico, liberarnos “de

dañan nuestros deseos de reconocimiento. Pero

cualquier ilusión de que ayer difiere íntimamen-

en otras ocasiones, Fukuyama parece tratar las

te de hoy o diferirá de mañana”, quizá ser liberal

identidades como un mero particularismo, algo

significa, ante todo, albergar esa ilusión.

pasajero, la mera expresión de subjetividades carentes de relevancia política. Como si bastara

77


¿un mundo posliberal? reseña

Diablo conocido FERNANDO CONTRERAS Sobre The Demons of Liberal Democracy (Cambridge Polity Press, 2019), de Adrian Pabst

Adrian Pabst suma un nuevo volumen a la bi-

vez conocido el título y leídas las primeras pá-

blioteca de los críticos del liberalismo. Su tesis

ginas del libro se abre la expectativa, entonces,

—no muy novedosa— es que cierto liberalismo,

de conocer la posición del autor sobre, al menos,

que denomina indistintamente como “híper li-

las tesis de Deneen o Legutko. Pero la expecta-

beralismo” o “liberalismo contemporáneo”, se

tiva se frustra: Deneen apenas se menciona en

erosiona a sí mismo. Al socavar las propias ba-

una nota al pie del último capítulo, y Legutko —a

ses sobre las que descansa, el orden liberal sería

pesar de la referencia explícita en el título— no

“inherentemente” inestable. Ilustra su tesis con

aparece. La omisión no es simplemente una au-

la tampoco novedosa imagen del demonio. La

sencia de referencias, sino que va más allá, pues

democracia liberal, sostiene, tiene una tendencia

no se discuten las tesis con las que la opinión del

estructural a caer en formas de gobierno que los

autor podría entrar en tensión. Pabst postula que

clásicos llamaron viciosas: oligarquía, demago-

lo que “ha fracasado” no es toda la tradición li-

gia, anarquía y tiranía. Dedica un capítulo a cada

beral, sino una “polarización contemporánea”

uno de estos cuatro demonios buscando tanto

de ciertos ideales (libertad, individualismo y fe

explicar su carácter demoníaco como proponer

secular en el progreso). Por ello, sostiene que hay

remedios. Para ello se sirve del arsenal teórico de

que reconsiderar el liberalismo de autores como

autores bastante diversos entre sí, pero todos en

Tocqueville o Burke. Eso significa, en particular,

cierta medida críticos de algún liberalismo y de

mayor asociatividad y la generación de un teji-

la modernidad: Pierre Manent, Jean-Claude Mi-

do social más denso, rehabilitar las comunida-

chéa, John Gray, Mark Lilla, Christopher Lasch,

des intermedias y priorizar lo bueno por sobre

Charles Taylor o Karl Polanyi.

lo justo (lo que denomina un “sentido del bien

Uno de los principales problemas de este tex-

común”). Sin embargo, dejando de lado nom-

to podría ser la falta de novedad: no queda claro

bres y etiquetas, no queda demasiado claro qué

qué lo distingue de otras críticas al pensamiento

lo distinguiría, en términos gruesos, de alguien

liberal. Otro problema es la desproporción entre

como Deneen. El autor quiere seguir dentro del

la magnitud de la enfermedad expuesta y los re-

liberalismo, pero no explica qué diferencias sus-

medios prescritos para curarla.

tantivas habría entre ese tipo de liberalismo y la

La idea general de que el liberalismo —o al

propuesta “posliberal” de otros críticos.

menos cierto liberalismo— tiende a la autodes-

El libro se caracteriza por contener afirma-

trucción brota de diversas fuentes, y ha adquiri-

ciones categóricas. Sostener que el liberalis-

do mayor atención desde 2018 con la publicación

mo tiene problemas inherentes que lo llevan al

de ¿Por qué ha fracasado el liberalismo?, de Patrick

“fracaso” o a dinámicas “totalitarias” no es poca

Deneen. Por otra parte, la metáfora del demonio

cosa. Y aventurar posibles soluciones requie-

la conocimos en 2016 cuando Ryszard Legutko

re de buenos argumentos: la carga de la prue-

publicó su ensayo The Demon in Democracy. Una

ba es de quien critica. Pero buena parte de sus

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Editorial: Polity Press Año: 2019 Nº de páginas: 160 Precio: 14.99 €

propuestas parece no estar a la altura de los pro-

regulatorio” para “transformar los medios de

blemas que plantea. Llaman particularmente la

comunicación” con mayor “pluralismo”. Todo lo

atención los casos de la oligarquía (los dueños de

cual, de nuevo, debe realizarse bajo el supuesto

los nuevos monopolios: banqueros, corredores

de un nuevo “ethos” y la “práctica de la virtud”

de bolsa, contadores y abogados) y la demagogia

en que, ampliando la idea de “razón pública” y

(manipulación de información e imposibilidad

evitando la manipulación de las opiniones, se

de discutir entre cosmovisiones).

discutan visiones sustantivas del bien y se pueda

Quienes han analizado críticamente al libera-

llegar a más “verdad” y menos “opinión”. A este

lismo han advertido que la relación entre gran-

nivel de generalidad cuesta ver con quién está

des empresarios y funcionarios del Estado puede

discutiendo: ¿hay alguien que haya propues-

ser problemática. El propio Pabst señala que los

to lo contrario?

intereses de legisladores y miembros del poder

The Demons of Liberal Democracy deja un sabor

ejecutivo tienden a ser capturados por parte de

agridulce, pues no todo es amargura. La “crisis”

sus donantes. La nueva oligarquía está com-

del liberalismo es un problema actual cuya re-

puesta tanto por políticos como por empresarios.

flexión requiere de muchas cabezas. Si las críti-

Por ello, sorprende que su gran propuesta sea

cas prueban ser sólidas, como parecen serlo, hay

crear mayor regulación antimonopolio. Sin ha-

buenas razones para pensar que es un tópico que

cerse cargo del potencial problema de que más

nos mantendrá ocupados durante los próximos

regulación invita a mayor captura del Estado, la

años. En este sentido, Adrian Pabst aporta al de-

propuesta queda coja. El autor confía en que la

bate reforzando las críticas y sugiriendo, como

creación de un nuevo “ethos” y mayor “volun-

han hecho otros, que el liberalismo no tiene por

tad política” serán capaces de hacer prevalecer

qué morir. Al mismo tiempo, este ensayo puede

el interés general por sobre el particular. Pero,

ser leído como un mensaje político. La propuesta

¿por qué habrían de cambiar las cosas ahora? No

de Pabst, quien es parte de una tradición de iz-

se nos explica de dónde podría venir esta nueva

quierda conservadora (Blue Labour Movement),

voluntad. Más aún, se llama a avanzar a hacia

prueba las limitaciones de la dicotomía entre

un tipo de esquema institucional económico que

izquierda y derecha. Las alas no progresistas de

“los países de Occidente nunca [sic] han tenido”.

la izquierda y la derecha se acercan a paso fir-

Ojo con el nunca: las personas no se conducen

me, y tal vez lo más interesante es que el terreno

en el vacío, nuestras instituciones moldean de

común es el cristianismo. The Demons of Liberal

manera significativa nuestras prácticas sociales.

Democracy es un texto, en muchos sentidos, cris-

Pabst ataca cuestiones estructurales sin propo-

tiano. Aunque no lo esperábamos, mientras una

ner cambios estructurales.

nube sombría se cierne sobre la razón ilustrada,

Su solución para la demagogia adolece de problemas similares. Pabst llama a un nuevo “marco

los brotes de razón cristiana parecen vislumbrar una nueva primavera.

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80


81


l o r e m i p s u m . e n s ayo

Lucho Gatica, suave invasión MARISOL GARCÍA

s común que bajo la etiqueta “música latina”

E

Latinoamérica, pero con residencia extendida

se estandaricen códigos que suelen ser muchas

en Estados Unidos o España. Todos ellos tienen

cosas menos eso. Para simplificarse las cosas,

equipos de colaboradores activos en el hemisfe-

medios y mercado reducen a unos pocos tópicos

rio norte y oficinas de producción que priorizan

las referencias casi incontables de ritmos, ins-

convenios y giras para los grandes mercados

trumentos, métrica y formas de interpretación

angloparlantes. Atendiendo sus diferencias, lo

típicos de veinte países —y todas sus regiones—

cierto es que a través suyo aprendemos poco de

y las mezclas (y remezclas y fusiones y concu-

nuestras propias raíces, pero mucho sobre qué

binatos) entre ellos. Se entiende, entonces, que

referencias a ellas se venden bien en el extranjero.

lo que en Sudamérica recibimos desde el Primer

El campo de batalla del mercado continen-

Mundo como nuevos hits de música latina no sea

tal en que los músicos latinoamericanos de los

casi nunca la devolución de algo que no supimos

cincuenta y sesenta consiguieron objetivas con-

atender a tiempo, sino un artefacto nuevo, adap-

quistas era distinto. Para esa lista de próceres

tado a tal cantidad de fórmulas que bien califica

del mambo, la bossanova y “La bamba”, el exo-

como producto importado.

tismo fue un rasgo a defender, y que en su caso

Veamos a los ganadores de la categoría de “ál-

llegó a ser premiado precisamente por su habi-

bum de pop latino” en los últimos cinco años

lidad para mostrar su diferencia sin sacudir las

de los Grammy: Claudia Brant (2018), Shakira

impecables normas de trato impuestas por la

(2017), Jesse & Joy (2016), Ricky Martin (2015)

gran promoción.

y Rubén Blades (2014) son músicos nacidos en 82


Ilustración: Romina Peña.


l o r e m i p s u m . e n s ayo

De esa excepcional mezcla de talento, identi-

Instalado en Ciudad de México desde 1955,

dad, atrevimiento y “don de gentes”, el chileno

una particular mezcla de ambición, capacidad de

Lucho Gatica (1928-2018) fue emblema, y el

trabajo, encanto personal y atrevimiento había

mundo encarnó en él su fascinación por el bo-

acelerado la carrera del joven de Rancagua no

lero, como si la fuerza completa de un género

solo con rapidez, sino también con alianzas de

típicamente centroamericano encontrase en

asombrosa efectividad. Era como si Gatica hu-

sus habilidades todo lo necesario para volverse

biera apostado a ganador en todas sus primeras

global.

decisiones sobre con quién trabajar, qué repertorio grabar y en qué condiciones hacerlo. Por

La conocida foto de Lucho Gatica con Elvis

eso, ya había podido no solo entrar a estudio con

Presley en los estudios MGM de Hollywood si-

el cantautor brasileño Tom Jobim, el arreglador

gue resultando asombrosa a sesenta y dos años

chileno Vicente Bianchi y el director de orques-

de haber sido tomada. No está en ella la estela de

ta mexicano José Sabre Marroquín, sino también

fugacidad ansiosa que hoy evidencian las selfies:

aprovechar una primera y breve visita a Londres

entre los reyes del bolero y el rock’n’roll parece

para dejar registradas cuatro canciones en los

haber una conversación distendida, de referen-

estudios EMI, los mismos que hoy conocemos

cias en común, gentileza y respeto mutuo. Ni el

como Abbey Road Studios.

chileno parece encandilado, ni al de Memphis lo comandan el apuro ni la incomodidad.

Para mediados de la década de los cincuenta, el nombre de Lucho Gatica ya no era solo el de un

“Tú eres muy famoso en los países latinoame-

chileno internacional, sino el de un cantante de

ricanos”, le habría dicho Presley a Gatica, y es

la más alta consideración entre sus pares, ade-

posible que ese recuerdo del chileno, consignado

más de un ídolo de multitudes en construcción.

en la revista Ecran, no tuviese una gota de fan-

Una tumultuosa anécdota en Perú iba a quedar

tasía jactanciosa. Para 1957, Lucho Gatica era ya

luego estampada en la novela La tía Julia y el es-

una estrella de marcas contundentes al menos

cribidor, de Mario Vargas Llosa, cuando el futuro

en Brasil, México, Puerto Rico y España. Están-

Premio Nobel, a la sazón libretista de radio Pa-

dares del bolero como “No me platiques más”,

namericana de Lima, se vio forzado a ejercer de

“Historia de un amor”, “Contigo en la distancia”

guardaespaldas para que la estampida de fanáti-

y “Bésame mucho” circulaban para entonces en

cas no barriera con él.

sus grabaciones como la versión de referencia.

Era esa estrella la que se cruzó con Elvis Presley en un estudio de Hollywood, y no era solo el

84


de “Love me tender” el que estaba ocupado (en

largado a la promoción incesante en vivo (Cuba,

otra mala película, probablemente). En 1957,

España, Puerto Rico… ¡Filipinas!), sin problemas

Capitol Records había largado en Estados Uni-

de mostrar su vida doméstica (junto a la por-

dos lo que sus ejecutivos llamaron “la ofensiva

torriqueña Mapita Cortés, su primera esposa, y

Gatica en USA”: un plan de conquista pacífica en

sus cinco hijos en común), y siempre sonriente

un medio musical hasta hoy desafiante para los

en fotografías a solas o con los más rutilantes

latinoamericanos.

compañeros y compañeras a su lado. La española

En septiembre de ese año, el bolerista ingresó a

Sara Montiel posó varias veces con el chileno, y

los legendarios estudios Capitol, en Los Ángeles,

en el recuerdo de su amistad hubo luego un cer-

para grabar nada menos que junto a la orquesta

tero diagnóstico de las características de su im-

de Nelson Riddle, el or-

pacto: “Fue un hombre

questador de Frank Sina-

que marcó una época, un

tra, Ella Fitzgerald y Nat King Cole. En un inglés impecable, arropado por arreglos de altura, el chileno confirmó en sus versiones para “Blue moon”, de Rodgers y Hart, “If I love”, del francés Loulou

“Tú eres muy famoso en los países latinoamericanos”, le habría dicho Presley a Gatica, y es posible que ese recuerdo del chileno no tuviese una gota de fantasía jactanciosa.

estilo. Un hombre maravilloso”, dijo una vez en la televisión la cantante y actriz de El último cuplé (hábil también ella misma en el cruce transcontinental

de

mercados).

“El bolero gracias a Lucho Gatica empezó a estar en

Gasté, y otras dos composiciones de autores estadounidenses, su total

auge, y todos recordamos perfectamente amores

comodidad con los códigos de trabajo de la gran

y desamores con los boleros de Lucho”.

industria mundial del espectáculo. Ediciones especiales del sello Capitol con tí-

Tratándose de Lucho Gatica, el ejercicio de re-

tulos en inglés para grabaciones de boleros, to-

copilar elogios de admiradores de alta estatura

nadas y zambas (Lucho Gatica sings South Ameri-

musical sirve para algo más que el encandila-

can songs, Lara by Lucho, entre otras) prueban la

miento. Lo que se asoma entre las loas que antes

prioridad que por un tiempo tuvo su expansión

y después de la muerte del cantante chileno ver-

en Norteamérica. Los contactos de Carlos Gastel,

tieron personajes como Chico Buarque, Armando

productor y manager de Nat King Cole, le per-

Manzanero, Raphael, Juanes o José Feliciano es,

mitieron al rancagüino convertirse en el primer

además de entusiasmo, un diagnóstico certero

latino en shows televisivos tan relevantes como

sobre el modo en el que una generación (y sus

los de Perry Como y Dinah Shore.

descendientes) conceptualizó cómo debía ser el

En la cumbre de su popularidad, se cuentan

canto romántico en castellano.

shows de Lucho Gatica en el Hollywood Bowl de

“Era el cantante favorito de mi padre, que

Los Angeles (1959) y en el Carnegie Hall de Nueva

siempre decía: ‘Estos chicos que cantan ahora

York (5 de abril de 1963), marca pionera esta últi-

boleros los cantan muy bien, pero como Lucho

ma para todo el canto latinoamericano. Una hora

Gatica, ninguno’”, recordó el español Alejandro

de presentación junto a la Orquesta Filarmónica

Sanz al momento de los obituarios. “Todo lo que

de Nueva York bajo dirección de Lalo Schifrin fue

se vaya a escribir en la música latina en térmi-

ocupada entonces por un repertorio de boleros,

nos de bolero tiene que pasar por Lucho Gatica,

tangos y otras canciones latinoamericanas.

obligado. Es el hombre que, con su voz, con su

“Llegó, cantó y triunfó”, reportó luego la nota en Ecran sobre ese concierto histórico en

manera de cantar, enseñó el espíritu de la preciosura”.

el recinto de la Séptima Avenida. Notas diver-

En una conferencia de prensa en Chile, pocos

sas en la prensa de la época registraban a veces

días después de la muerte del chileno en México,

con fascinación la vida nómade de un cantante

Joan Manuel Serrat se vio encantado de desviarse

85


l o r e m i p s u m . e n s ayo

un rato de las insistentes preguntas sobre el

en promoción, en personalidad y en ambiciones;

independentismo catalán y sus recuerdos de ju-

pioneras todas ellas para el modo en que luego

ventud: “Conocí a Lucho Gatica, fue amigo mío.

se comprendería su lugar en la música y la gran

Nos separaban los años y también los lugares en

industria.

que vivíamos, con él por tanto tiempo en México.

“El impulso central de su carrera siempre

He sido un ferviente admirador. Cantaba boleros

lo obtuvo Lucho Gatica de sí mismo, utilizan-

de Gatica desde mis años jóvenes, radiofónicos,

do todos los medios que estaban a su alcance

en los que vivía pegado a la radio, y le estoy muy

para desarrollar y encauzar su talento según los

agradecido por lo que me ha enseñado. Su forma

requerimientos de la época”, destaca el musi-

de cantar ha sido realmente una forma… diferen-

cólogo Juan Pablo González, y el propio can-

te. Es reconocible a todas luces. Al escucharlo, es

tante sostuvo esta misma idea al definirse a sí

imposible confundirle con otro. Nadie cantó ni

mismo como un cantante “con la convicción de

cantará como Gatica. Lamento su pérdida, pero

un artista”.

felicito la vida que artísticamente ha podido disfrutar, y ha podido regalar a la gente no solo del

En la discografía de los músicos hispanopar-

bolero, sino de la canción, del tiempo musical

lantes hoy famosos en Estados Unidos suele ha-

que le tocó vivir. Si usted sigue mi repertorio verá

ber un antes y un después de la conquista a gran

que está lleno de canciones aboleradas y de bo-

escala, cuando los pulsos primarios —los más

leros disimulados. Porque en el fondo el bolero

cercanos y espontáneos— ceden el paso a recur-

y la balada caminan mucho de la mano. El bole-

sos estandarizados, en los que “lo latino” no es

ro es nuestra balada por excelencia, y me muevo

flujo central sino más bien una bien hilada red de

por ella de una manera absolutamente natural. A

guiños y adornos. Un bongó o un bandoneón, una

cualquier hora del día y sobre todo de la noche”.

sección de bronces entrenada en las rancheras o

Para un madrileño y un barcelonés, pero tam-

un acelere de percusión aprendido de la salsa se

bién para cariocas, habaneros, limeños y pa-

presentan como recursos suficientes para que

risinos (creo recordar que también Aznavour

un auditor europeo o norteamericano crea estar

le dedicó alguna vez sus elogios), Lucho Gatica

frente a una manifestación cultural foránea en

encarnó no tanto un repertorio de éxito como

toda regla. En los discos de superestrellas hispa-

un estilo del cual sacar lecciones. Los actuales

noparlantes como Luis Miguel, Gloria Estefan o

intérpretes hispanoamericanos de éxito pueden

Luis Fonsi la presencia de citas musicales a sus

hacer circular por el mundo códigos anclados

países de origen no supone, en lo absoluto, un

en las formas de sus canciones y de su imagen,

abrazo decidido a sus raíces. Están en su derecho

pero no realmente un estilo distintivo de inter-

de hacer canciones amables para las radios in-

pretación. Quedan casi siempre sus hits, no sus

ternacionales, y nosotros en el nuestro a llamar a

rasgos particulares. Gatica los tuvo en canto y

lo suyo pop y balada.

86


Las marcas de géneros latinoamericanos ca-

el diario español ABC. “Yo seguí en mis trece,

paces de encantar a Estados Unidos bajo reglas

porque no podía cantar de otro modo de cómo

propias son emocionantes porque han sido

lo sentía. Mi estilo, si se puede definir así, une la

excepcionales, lo cual no quita un ápice de con-

emoción y una voz que ayuda a expresarla. Mis

tundencia a la conquista. Quizás sean la bossano-

canciones son pequeñas historias con las que los

va y el bolero los dos géneros nacidos en nuestra

oyentes pueden de alguna manera identificarse:

región que con mayor prestancia se instalaron en

una frase, una sensación, un recuerdo, una re-

el mercado norteamericano durante la segunda

ferencia... y se produce el milagro. Ahí creo que

mitad del siglo XX. Lo hicieron con sus autores,

radica mi éxito”.

voces, productores y conjuntos a cargo. Al me-

Es innegable que en esa autoevaluación faltan

nos por un momento, la música latina dejó de

varias claves para explicar cómo un joven ranca-

ser con ellos una adaptación al gusto dominante

güino exalumno de los Hermanos Maristas ter-

para convertirse en una fuerza invasora propia-

mina con una estrella en el Paseo de la Fama en

mente tal. Dulce, melancólica y cadenciosa, pero

Hollywood, pero está, al menos, la disposición

invasora al fin.

de quien se evalúa a no distraerse en datos cuan-

“Cuando comencé, hubo quien dijo que era

tificables. Lo dice él y lo dicen los demás, antes,

imposible que alguien triunfara cantando así”,

ahora y quizás hasta cuándo: se trata de una cosa

recordó una vez Lucho Gatica en entrevista con

de estilo.

Marisol García es periodista, y se ha especializado en música popular y canción chilena. Ha escrito y editado numerosos libros, entre los que destacan Canción Valiente. 1960-1989. Canto social y político en Chile (Ediciones B, 2013), que ganó el Premio Municipal de Santiago en la categoría de mejor investigación periodística el año 2013, y Llora, corazón. El latido de la canción cebolla (Catalonia/CIP-UDP, 2017), Premio Pulsar a la Mejor publicación musical literaria. Además, es coeditora del sitio MusicaPopular.cl y parte del equipo que organiza el festival IN-EDIT, que se concentra en la exhibición de documentales y cine musical. 87


l o r e m i p s u m . e n s ayo

Los impuestos como espejo de la ciudadanía ANDRÉS BIEHL

88


P

ocas cosas nos entregan una mayor sensación

de normalidad que escuchar a políticos y comen-

felizmente con la nerviosidad de actores políticos y cientistas sociales.

taristas anunciando el fin de nuestra democracia

Salvo, claro, que esta sensación de estabi-

por los bajos niveles de participación electoral y

lidad sea ilusoria y que detrás del maquillaje

por las tristes tasas de confianza que la ciudada-

tengamos un problema. Existen, desde luego,

nía deposita en ellos. Nadie los podría culpar. Las

cambios cercanos más palpables y visibles como

señales se acumulan. Todos los días, las encues-

el envejecimiento, la migración y el desconten-

tas marcan la confianza a la baja mientras las

to, y algunos más globales como el declive del

noticias muestran el pánico de los involucrados

proyecto liberal y el nuevo orden geopolítico.

al alza. Pero queda la extraña sensación de que

Nuestro entorno se vuelve menos familiar; la

todo marcha como corresponde. Ya no sorpren-

incertidumbre puede volverse crítica. La esta-

den los intentos de algún actor de maquillar la

bilidad parece menos común que el hecho de

impopularidad, a veces torpemente, sumándo-

acostumbrarse a ella. Podemos buscar pistas de

se a algún movimiento social, argumentando

una crisis, entonces, en momentos que desafían

que un escándalo está dentro del marco legal o

esa naturalidad. Son los tiempos de crisis los que

incluso interviniendo la señalética de los semá-

generan instituciones nuevas o modifican con

foros en alguna esquina. No deja de sorprender

cierto dramatismo las existentes.

que esta sobreexcitación se haya convertido en

Fue el caso de la llamada legislación revolucio-

parte de nuestra calma cotidiana. De alguna for-

naria en el período entre 1925 y 1931, con Car-

ma, la apatía y la desconfianza pueden convivir

los Ibáñez del Campo como protagonista. Una 89


l o r e m i p s u m . e n s ayo

combinación de eventos económicos externos y la acumulación de conflictos sociales internos dio paso a un conjunto de iniciativas institucionales. Las esperanzas fueron puestas en la triple fe en el progreso, la capacidad técnica o científica del gobierno, y en la juventud. Pablo Ramírez (1886-1949), ex diputado radical y mano derecha de Ibáñez, infundió esa confianza en los tiempos nuevos y encarnó la apuesta en los jóvenes, la capacidad de gestión y la añorada llegada del reino de los ingenieros por sobre el de los abogados. A pesar de un breve paso por el seminario, Ramírez había construido una trayectoria que ponía el acento en la ciencia, muchas veces en conflicto con la Iglesia Católica. Una vez en el gobierno como ministro de Hacienda, sin embargo, no dudó en acudir al clero para conseguir que una de las instituciones recientemente creadas, el impuesto a la renta (1924-25), pudiera funcionar. En 1927 escribió al Arzobispo de Santiago, Crescente Errázuriz: “Este Ministerio considera que no existe en la conciencia nacional el hábito del impuesto, ni el de la honrada declaración de las rentas ni tampoco el del pago de lo debido a la colectividad. Por el contrario, no es escaso el número de contribuyentes que ponen en juego procedimientos reprobados y deshonestos para evitar el cumplimiento de sus obligaciones con el Estado. Esta grave situación obliga al gobierno a recurrir a todas las fuerzas morales para obtener eficaz ayuda en su obra de reconstrucción nacional…”. Luego de rendirle algunos elogios, concluye rogándole que “valiéndose de su alta investidura espiritual (…) guíe e incite a los contribuyentes en el correcto y honrado cumplimiento de sus obligaciones para con el Estado e influya en el público con el fin de destruir la firme resistencia que existe a una legítima carga tributaria”1. Afortunadamente para Ramírez, el Arzobispo se comprometió a que “en la Escuela, en el Templo y en todos aquellos sitios a donde llegue la

1 El episodio está genialmente reconstruido en Patricio Bernedo, “Prosperidad económica bajo Carlos Ibáñez del Campo, 1927-1929”, Historia 24 (1989): 5-105.

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no pasa solamente porque las reglas estén bien hechas o que el diseño sea técnicamente eficiente y simple de entender por quienes deben seguirlas. Sin duda, todo eso importa. Detrás de su acto está el reconocimiento de que crear una regla es menos importante que instalar una motivación para entenderla como obligación y seguirla. Entonces, ¿de dónde proviene esa motivación? ¿Es posible, por decirlo de alguna forma, involucrarse emocionalmente con una regla? Y en particular, ¿cómo obligarnos, a través de los recurvoz del sacerdote, este enseñará a los fieles que

sos que entregamos, con otros que no conocemos

los mejores cristianos son también los mejores

y que recibirán esos recursos?

ciudadanos y que deben cumplir con los deberes y sacrificios que la patria impone”.

El consenso académico indica que nuestra capacidad de cumplir y cooperar tiene que

Puede leerse de distintas maneras que un

ver con percepciones hacia el Estado y nues-

ministro, seguro de la capacidad de la técnica,

tros conciudadanos. En el caso de la llamada

necesite recurrir a la religión para tratar (no re-

“moralidad tributaria” la recurrencia empírica

sultó) que un conjunto de reglas funcione. Hoy

parece ser esta: si esperamos que otros paguen,

existen las campañas de publicidad, como las

que el Estado fiscalice y sancione la evasión, y

del Transantiago. Lo interesante es, en verdad,

que utilice bien esos recursos, la probabilidad

el lenguaje. Un ministro que influyó decisiva-

de que paguemos es mayor. Se produce una es-

mente en el desarrollo institucional de Chile y en

pecie de contagio de moralidad, en parte, porque

la separación de Iglesia y Estado, se ve obligado

está en nuestro interés cumplir2.

a emplear abstracciones algo imprecisas como

Pero esto no es suficiente. Pensemos por un

“todas las fuerzas morales” para diagnosticar la

segundo la implicancia práctica de estos resulta-

ausencia de compromiso y explicar la “firme re-

dos. ¿Qué política pública introducimos para que

sistencia” a una nueva institución.

la amenaza de sanción del Estado sea creíble?

Ramírez, como varios de su generación, en-

¿Basta solo con aumentar el presupuesto de fis-

tendía el impuesto a la renta como una de las

calización, modernizar —lo que sea que esto

tantas herramientas, y no la más decisiva, que

signifique— la gestión? ¿Cómo mejoramos las

se podían utilizar para salir de la crisis, volver

expectativas que nos inspiran nuestros conciu-

a la normalidad y alcanzar la modernidad. Este

dadanos, que sea razonable creer que otros están

afán de orden se sostenía en dos pilares. Para

pagando al igual que nosotros? La confianza no

un país acostumbrado por años a las rentas del

se crea por arte de magia, requiere un cambio de

salitre, existía la esperanza de que los impuestos

hábito. La cooperación no se decreta por ley.

“domésticos” fueran un componente menor del

Las motivaciones para cumplir con obliga-

pacto fiscal y volvieran a predominar los tribu-

ciones en una democracia son algo curioso. No

tos a los recursos naturales. También se sostenía

es solo un problema de sanción y de interés per-

en el convencimiento de que contábamos con

sonal. La obligación descansa en una ilusión,

las mejores herramientas, los conocimientos más avanzados de la época, y que bastaba usarlas para que el país se volviera menos vulnerable frente a crisis globales y más robusto frente a las tensiones internas. Para usar una expresión reciente, solo faltaba la bencina. La carta de Ramírez pone de manifiesto que el problema de que una institución política funcione

2 El libro emblemático es el de Marcelo Bergman, Tax Evasion and the Rule of Law in Latin America: The Political Culture of Cheating and Compliance in Argentina and Chile (Pennsylvania: The Pennsylvania State University Press, 2009). Este tema ya había sido tomado por organismos internacionales para promover reformas, por ejemplo en OECD, Latin American Economic Outlook 2008 (París: Development Centre, OECD, 2007).

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l o r e m i p s u m . e n s ayo

en la creencia de que la regla es nuestra obra. Si

de visibilizar la creación y cumplimiento de una

consentimos en un orden, porque nos sentimos

obligación compartida.

sus creadores, estamos dispuestos a obligar-

Tenemos una historia de riquezas de recursos

nos a cumplir sus normas. Cumplo porque es mi

naturales que ilusiona de otra forma: la ilusión de

obligación, no la impuso nadie. Pero la ilusión

que podemos financiar el desarrollo sin generar

es frágil. Para afirmarla es necesario visibili-

—al menos explícitamente— sacrificios com-

zar y experimentar las acciones que nos obligan

partidos. Siempre son otros los que pueden pagar,

mutuamente. Una manera de experimentarla y

y parece más eficiente y justo que así sea: los más

visibilizarla es generalizando la exposición a esas

ricos, los extranjeros, el cobre, el litio, el salitre,

obligaciones, vernos enfrentados a una misma

etc. Es una tentación permanente: ahorrarnos

situación, desde las élites políticas y económi-

la construcción de obligaciones por pensar que

cas hasta el último ciudadano. Se trata de una

otros están obligados. Por buenas razones, en-

sensación breve pero poderosa de igualdad. La

tre ellas de justicia, pensamos que quienes no

conscripción en tiempos de guerra, el ritual de

tienen deben ser incluidos como beneficiarios de

las elecciones o el peso simbólico de la educación

la vida política, nunca como sus actores y con-

instancias

tribuyentes. El problema

que,

tradicionalmente,

está aquí: sin obligación

han

visibilizado

pública

son

ese

conjunto de obligaciones recíprocas en el desarrollo del Estado moderno. A través de ellas nos representamos para la acción colectiva. El Estado moderno está atravesado por instancias que nos permiten visibilizar la igualdad y afirmar

Por buenas razones, entre ellas de justicia, pensamos que quienes no tienen deben ser incluidos como beneficiarios de la vida política, nunca como sus actores y contribuyentes. El problema está aquí: sin obligación dejamos de ser actores.

dejamos de ser actores. Al menos, claro, en el plano de la visibilidad, porque a fin de cuentas todos contribuimos por medio de instrumentos más bien invisibles y muy eficientes como el impuesto al valor agregado (IVA). Esa contribución está escondida.

obligaciones que realizamos porque tienen un

Por contraste, buena parte de los Estados oc-

valor por sí mismas—sin mediar una campaña

cidentales generalizaron impuestos domésticos

publicitaria o la apelación de nuestro interés

al ingreso a toda la población como uno de los

personal—. Por ello todavía se resiente cuando

sacrificios que habilitan para la ciudadanía.

se modifican o tocan estos símbolos. Por ejem-

Históricamente, la moralidad que surge y que

plo, un ramo de educación cívica puede que no

entiende los impuestos como obligación, nada

sirva mucho y esté mal enseñado; sin embargo,

evidente ni natural, está atravesada por la movi-

la señal de eliminarlo hiere la sensibilidad de

lización a la guerra, grandes acuerdos nacionales

muchos. La apelación a valores cívicos descan-

por determinadas políticas sociales y, usual-

sa, de otra manera, en que nos vemos actuando

mente, el tránsito de impuestos “de clase” (solo

en conjunto y le damos sentido a esas mismas

cobrados a los más ricos) a impuestos masivos

reglas que creemos haber creado. Las obliga-

(al menos gravados a todos los adultos). Incluso

ciones hacen efectiva nuestra membresía en una

en países de riqueza similar a Chile a comienzos

comunidad.

del siglo pasado, se trató de experiencias que

En temas tributarios es particularmente delicado crear esta ilusión. No se trata solamente de

pusieron a todos “juntos” frente a un desafío común3.

que la asimetría social sea mayor —un debate entregado a técnicos donde, a veces, poco parece importar la opinión de aquellos no considerados expertos—; se trata sobre todo de la dificultad

92

3 Kenneth Scheve y David Stasavage, Taxing the Rich: A History of Fiscal Fairness in the United States and Europe (Princeton y Oxford: Princeton University Press, 2016).


La forma de declarar importaba por igual

final, tenemos la sensación de que el Estado se

que la cantidad de contribuyentes. Llenar una

financia solo y que la ciudadanía se juega más al

declaración y entregarla a tiempo al Estado, a

momento de recibir que de contribuir.

pesar de quedar liberado del pago, podía ser

Al igual que en el pasado, todas las reformas

decisivo para la formación de una conciencia

que se discuten hoy enfrentan el desafío de mo-

ciudadana. Una instancia tediosa, engorrosa, a

tivar. Todavía parece que hay más esperanza en

veces pauteada anualmente como el formulario

la juventud, el progreso y la tecnología que en

1040 en Estados Unidos, con lápiz grafito y pa-

procesos más lentos, más pesados y menos es-

pel, ayudó a generalizar una experiencia colecti-

pectaculares, sobre hábitos que nos vuelven con-

va y visibilizar una obligación compartida hacia

fiables y obligaciones que nos tornan morales.

el Estado4. Ello requería a su vez alfabetización

Siempre será difícil generalizar la cooperación si

masiva. El impuesto a la renta delineó los con-

quienes proponen reformas parecen no cumplir-

tornos de la formación cívica.

las o no quedan expuestos a las consecuencias de

El problema que enfrentaba Ramírez y que

estas, sean positivas o negativas6. Una regla, una

todavía no está totalmente resuelto consiste

técnica y una publicidad no crean motivación por

en cómo generalizar obligaciones y politizarlas

sí solas. Solo lo logran las instancias de vida en

cuando aparentemente quedan escondidas. Lo

común mantenidas en el tiempo, donde nos ve-

que lleva a la dificultad de crear una motivación

mos haciendo lo mismo, incluyendo a los líderes,

para cumplir: de entender una obligación como

y cumpliendo con las reglas que rigen esa vida

propia. Las razones son muchas: está impuesta

colectiva.

por otros que parecen no cumplirla (escándalos

Hoy sería difícil pensar dónde podría ir un

sobran a estas alturas). La presión moral por

ministro Ramírez a pedir prestada autoridad a

cooperar parece débil. Para la élite, ser los úni-

“todas las fuerzas morales” del país para mo-

cos visiblemente atados al destino fiscal del país

tivar la cooperación. ¿Al Congreso o al poder

puede ser sentido como injusticia. Alternativa-

judicial? ¿A Carabineros o al Ejército? ¿Volver a

mente, la evasión se interpreta como creatividad

acudir a la Iglesia Católica o, tal vez, a la Igle-

legal, la aceptación de la pillería como práctica

sia Metodista Pentecostal? Nos van quedando

legítima porque la oportunidad de evadir debe

publicistas y abogados, pero poco se logra con

ser aprovechada o para no quedar como estúpi-

marketing o con leyes si no hay responsabilidad.

dos (los otros lo hacen). Finalmente, porque po-

Más que quejarse de la participación, la descon-

demos pensar que el Estado es ineficiente5.

fianza y anunciar el fin de los tiempos, hay que

Todo esto nos lleva a una paradoja. A pesar del diagnóstico de ineficiencia, nos gusta la imagen

predicar con el ejemplo. No es otra la definición de liderazgo.

de un Estado ejemplar, que no somos ni Argentina ni Venezuela, pero no tenemos dudas en que es legítimo, en algunas ocasiones, hacer todo lo necesario para que no pueda sostenerse. Como los edificios y árboles viejos de nuestras ciudades,

Andrés Biehl Lundberg es doctor en sociología por la Universidad de Oxford.

nos gusta un patrimonio institucional pero no

Actualmente es profesor del Instituto de

creemos que sea nuestro deber ni nuestra obli-

Sociología de la Pontificia Universidad

gación cuidarlo. Queda la duda de si queremos traspasarlo. No lo sentimos como nuestro. Al 4 Lawrence Zelenak. Learning to Love Form 1040: Two Cheers for the Return-Based Mass Income Tax (Chicago y Londres: University of Chicago Press, 2013). 5 Jorge Atria, “Legalism and creativity: tax non-compliance in the eyes of the economic elite”, International Review of Sociology 29, 2019: 1, 58-79.

Católica de Chile e investigador del Núcleo Milenio para el Estudio del Curso de Vida y la Vulnerabilidad (MLIV).

6 El punto queda enfáticamente expuesto en la noción de “arriesgar el pellejo” en Nassim Nicholas Taleb, Skin in the Game (Londres: Allen Lane, 2018).

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lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta

“Si perdemos el lenguaje, perdemos pensamiento y capacidad de conexión” POR RODRIGO PÉREZ DE ARCE

Aunque sus apariciones en los medios de co-

¿De donde surge la inquietud de escribir un en-

municación se han multiplicado desde que

sayo sobre la crisis de las humanidades?

asumió como la primera mujer directora de la Academia Chilena de la Lengua, Adriana Valdés (1943) tiene una larga trayectoria dedicada a las humanidades, lo que la ha lleva-

Hoy se escriben papers, artículos susceptibles de entrar en revistas indexadas, que dan puntos a quien escribe si es académico de una universidad, y a la unidad académica a la que esa perso-

do a ser reconocida y querida por sus pares.

na pertenece. Eso le sirve a la universidad para

A partir de su obra Redefinir lo humano: las

acreditarse, y genera un sistema infernal en el

humanidades en el siglo XXI (Universidad de

que uno ve a las mejores mentes de la generación

Valparaíso, 2017), conversamos sobre la situación actual de la universidad, el papel del lenguaje en una sociedad virtual y el uso de las redes sociales.

desgastarse en rellenar formularios absolutamente absurdos. ¿Su ensayo nace, entonces, de un diagnóstico crítico de la academia actual? Te voy a contar de dónde viene la inquietud. Me lo pidieron para un congreso en Bolivia hace tres años, sobre humanidades, donde venían personas de toda América Latina y de Norteamérica. Me pareció bastante curioso que me lo pidieran a mí, pero como vivo con la idea de que estoy vieja

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Fotografía: Rosario Castillo.

Adriana Valdés, ensayista:


y que será mi último trabajo, cosa que no suce-

Esos dos adversarios vienen desde afuera, ¿hay

de nunca, quise darme el gusto de escribir no lo

alguno que venga desde adentro?

que la gente espera que escriba, sino escribir lo que pienso. Estoy muy angustiada por haber de-

Eso es lo que traté en la segunda parte del libro.

dicado una vida entera a las humanidades y ver

Al preguntarme sobre el agotamiento de la cul-

las condiciones en las que se encuentran hoy:

tura impresa, que se inicia con Gutenberg, me

se han transformado las humanidades en una

estoy preguntando por un agotamiento del for-

especialidad más, con guetos donde la gente solo

mato de la enseñanza y aprendizaje de las huma-

se lee una a otra cuando prepara una tesis sobre

nidades. Antes de Gutenberg, la imagen era muy

esos temas. Pensar que a eso le dediqué la vida

importante, más importante que la palabra, y en

entera me deprimía mucho.

la civilización en que estamos viviendo la imagen vuelve a ser muy importante, aunque de otra

¿Se trata de una crisis mundial o también toca

manera. La palabra escrita e impresa era hasta

a Chile?

ahora lo central, lo cual, dada la plasticidad del cerebro humano, iba conformando el cerebro a

Esas reflexiones no son sobre Estados Unidos o

medida que se aprende. Tú lees de izquierda a

Europa, son realmente sobre la situación del es-

derecha, vas de comienzo, a medio, a final, estás

tudio de las humanidades en Chile. Me interesó

esperando una conclusión. Todas estas cosas tie-

porque quería revivir el ensayo en oposición al

nen que ver con una forma de conocimiento muy

paper. Cuando salió, publicar un libro no daba

relacionadas con el medio técnico, la imprenta. Y

puntos académicos, lo que es una locura (por no

tenemos desde Gutenberg un talento fantástico

decir una estupidez).

para dividir, y no para juntar las disciplinas. Entonces, por ejemplo, somos capaces de estudiar

¿En qué consiste esa crisis de las humanidades?

la historia del Renacimiento sin haber visto ja-

Usted menciona dos “adversarios formida-

más una pintura de esa época, sin darnos cuenta

bles”: el excesivo afán de lucro y el modelo de

de que estamos exactamente en el mismo lugar

evaluación tomado de las ciencias duras.

y que entender uno nos lleva a entender mejor la otra. Las cosas más interesantes ya no se están

Recuerda que no son solo las ciencias duras, sino

dando dentro de las disciplinas, sino entre ellas,

una conveniencia de la burocracia. Tanto las

en los intersticios.

ciencias duras como las humanidades están en una trampa muy similar, que es la trampa de los

¿Una mirada demasiado disciplinar a la reali-

burócratas que necesitan hacer cuadros y datos

dad tiene riesgos, entonces?

comparables unos con otros, aunque estén, en el fondo, comparando peras con manzanas. Eso

Se pierden las cosas. Pongo ahí el verso de Nica-

no te lleva a pensar en cosas verdaderamente

nor Parra “El automóvil es una silla de ruedas”,

interesantes.

porque todo lo que tú ganas en una dimensión lo

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Fotografía: Kelly Sikkema.

lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta

pierdes en las otras, y puedes perder la capacidad

que estaba leyendo, algún instrumento para en-

de hacer un discurso bien hilado, por ejemplo.

tender algo que a la primera te deja sumamente

Puedes perder determinadas formas de racioci-

perplejo. Resolver esa perplejidad y encontrar la

nio. Pero prefería enfocarme en mostrar lo que

teoría o el pensamiento que te permita hablar de

podemos ganar, qué asimilamos como nuevo y

eso es lo que me hizo crecer el cerebro, y dar-

como bueno.

me cuenta de que las cosas no necesariamente tienen sentido solo cuando están expresadas en

¿Cómo se armó ese camino, capaz de mirar en-

un párrafo coherente.

tre disciplinas? ¿Hay alguna responsabilidad de las universidaEso me pasó desde el año 74, siendo profeso-

des en esta crisis?

ra en Literatura y Estética. Después del golpe me fui de la Universidad Católica, y empezaron

Te contesto con una anécdota. Siempre llegaban

a llegarme muchos pedidos de artistas para que

generaciones de alumnos a verme. Uno de los pri-

escribiera sobre ellos, porque la mayor parte de

meros grupos que llegó hizo un solo número de

los críticos de arte estaban en el exilio, y no se

una revista, financiada por la universidad, que se

publicaba nada en los diarios. Ese asunto fue muy

llamó Lo. Ese grupo estaba compuesto por Andrés

extraordinario, porque yo no tenía formación en

Claro, filósofo que ha escrito libros maravillosos;

esas áreas. Pero la formación no era fundamental

Matías Rivas, que dirige la editorial de la UDP, y

porque el tipo de arte que me tocaba ver no exigía

Patricio Fernández, fundador del The Clinic. Te-

conocimientos específicos en pintura renacen-

nían unos 22 años. Querían reflexionar sobre la

tista. Tuve que buscar en lo que había leído, en lo

universidad, y para eso quisieron hablar con tres

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personas: José Joaquín Brunner, Pablo Oyarzún

Usted es una activa usuaria de Twitter. ¿Cómo

y yo. José Joaquín no llegó a la cita, por lo que se

cambia la relación entre intelectuales y público

grabó la conversación entre Pablo y yo. Llega-

con estas redes sociales, que abren nuevos es-

mos a ideas bastante radicales, porque veíamos

pacios pero al mismo tiempo polarizan?

una universidad tecnificada, que, si llevamos las cosas al extremo, viene del financiamiento

Vivo mucho en la experimentación. Mi experi-

que les dio el Banco Mundial a las universidades

mento es trabajar el Twitter sin violencia, igual

chilenas en los años ochenta. Se les impusieron

que la crítica: si hay alguna obra que me parece

ciertos estándares, entre los que estaba la acre-

abominable jamás escribiría sobre ella, salvo que

ditación y las revistas indexadas, para asegurar

haga un mal muy grande a la sociedad. Pero si no

la seriedad y comparabilidad de los estudios. Eso

me gusta una exposición, no voy a escribir sobre

se hizo por parte de los técnicos y economistas

esa exposición; si me parece malo un artista, me

para salvaguardar sus inversiones. En esa con-

voy a correr si me pide un texto. No voy a salir

versación hablamos también de otra cosa: de

a decir que algo es malo. Encuentro que lo más

la idea de universidad, de cómo había empeza-

estupendo es poder celebrar y explicar por qué

do, y cómo, por ejemplo, en la ribera izquierda

celebro. Indicar con el dedo “mira, estoy leyendo

del río Sena había maestros, y a su alrededor se

tal cosa y me parece así o asá”, y resulta que con

juntaban discípulos. Las

eso se crean comunidades

universidades tenían que

virtuales bien interesan-

ver con estos maestros y la gente que los seguía, y aprendía filosofía y teología con ellos. Los seguían, como peripaté-

Diría que la universidad es más universidad cuando uno va abriendo camino, no cuando estás repitiendo.

ticos. No había un lugar,

tes. Tengo unos amigos en Twitter que nunca he visto, que si me vieran en la calle como soy, una señorona grandota, vieja y cuica, imagínate si me

no había mucha jerarquía, y lo que fundamen-

irían a hablar. El asunto es que en esto vamos

talmente creaba la universidad eran la capacidad

más allá de ese tema y hay una cierta afinidad

y las ganas de aprender de un maestro que sabía

intelectual y de reacción ante las cosas que va

más que tú, y la convivencia con unos pocos más

creando una comunidad que antes era imposible.

que estaban interesados en las materias. Eso es

Eso vale la pena experimentar.

muy básico, pero eso es la universidad. En el libro defiende que las humanidades son Y hoy es un puntaje y un edificio…

un “vaso comunicante” respecto de las otras

Si fuera autoridad universitaria entendería todo

cracia y estaría en riesgo. ¿No le estaremos pi-

eso. No somos cien mil personas, sino muchos

diendo demasiado a las humanidades?

ciencias. Eso es muy importante para la demo-

millones. Las formas de relacionarnos son muy distintas al Medioevo, pero diría que se puede

Creo que no, porque el vínculo fundamental en-

tener una verdadera experiencia de universidad

tre todas las humanidades es el lenguaje. Si per-

cuando te toca un profesor extraordinario, con

demos el lenguaje, perdemos pensamiento y ca-

una materia que te interesa particularmente, y

pacidad de conexión, pero con las humanidades

cuando como discípulo no solo absorbes conte-

ganamos ambas cosas. No es que las humanida-

nidos perecibles, sino una manera de proceder en

des sean solo aprender la historia de Carlomagno;

relación con el conocimiento, una cierta honesti-

significa poder hablar de eso, poder comunicar-

dad intelectual, una curiosidad abierta. Diría que

lo. Si uno no tiene lenguaje, mucho me temo que

la universidad es más universidad cuando uno va

no tiene pensamiento diferenciado. En muchos

abriendo camino, no cuando estás repitiendo.

aspectos, tener un buen dominio del lenguaje significa poder organizar los pensamientos. El

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lo r e m i p s u m . e n t r e v i s ta

lenguaje es un tesoro común de las humanida-

cito siempre es que a Benjamin le tocó percibir

des, pero sobre todo es un tesoro común de la

una cultura que, como la nuestra, estaba hecha

humanidad.

pedazos. En ese tiempo la fachada todavía existía, pero había ciertas mentes agudas que se da-

¿La crisis de la democracia pasa por una crisis

ban cuenta que esa cultura se caía a pedazos y

del lenguaje?

estábamos viviendo de fragmentos.

Eso creo. Mario Vargas Llosa lo dijo de manera

Su postura es que el futuro de las humanidades

muy brutal; le fue pésimo porque se tiró contra

parece estar cada vez más ligado a lo multi-

los indígenas. Pero una cosa que dijo era cierta:

disciplinario y lo transdisciplinario. ¿Cómo se

cuando llegaron los españoles, los indígenas te-

resguarda la especificidad de las humanidades

nían como mil idiomas y no se entendían entre

en esta mezcla? ¿No existe un riesgo de que se

ellos. Y al no entenderse entre ellos, se “entre-

desdibujen?

mataban”. En la medida en que no se tiene un lenguaje común con otro, lo va percibiendo como

Juan Villoro, escritor mexicano, decía que sabe-

radicalmente otro. Trump, si fuera multilingüe,

mos cada vez más acerca de cada vez menos. Si

no sería tan bruto, porque cuando sabes más de

quieren ustedes mantener un gueto de gente que

un idioma sabes que hay más de una manera de

estudie la derivación sintáctica en los poemas de

organizar el pensamiento. Cada idioma recorta la

cualquier persona, lo puede hacer. Pero cuando

realidad de manera distinta.

se trate de hablar de poesía, que no necesariamente se trate de hablar de minucias, sino que

Una de las referencias centrales del libro es

se pueda hablar en general, que el foco no sea

Hannah Arendt. ¿Qué reflexiones le ha inspira-

el académico como destinatario, sino una cosa

do su obra y su figura?

notable que le dijo Alfredo Jaar a Bruno Cuneo cuando estábamos armando un libro en conjun-

Está muy vigente. La conozco de muchas mane-

to. Bruno hizo una pregunta súper teórica, y Al-

ras. La primera fue como la persona que hizo tra-

fredo lo miró y le dijo “no pienses como artista.

ducir al inglés a Walter Benjamin y creó ese libro

Piensa como ser humano”. Si uno piensa en ese

maravilloso que son las Iluminaciones a partir de

niño destinatario, ese joven destinatario, tienes

múltiples textos que tenía Benjamin en alemán,

que poder comunicarte. Es contrario a la esencia

que no era conocido en inglés. Ella miraba a Ben-

de las humanidades, del lenguaje, transformar-

jamin con una actitud deliciosa, decía que era el

las en una ciencia impenetrable. Se corre el ries-

marxista más raro que uno pudiera imaginarse,

go de que se desdibujen, que se banalicen. Pero

porque su relación con el marxismo era absolu-

creo que la irrelevancia es un riesgo más impor-

tamente extraña. Por otra parte, una imagen que

tante todavía.

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LA VOCACIÓN EN TIEMPOS DE DESENCANTO BELTRÁN UNDURRAGA


l o r e m i p s u m . e n s ayo

Mi fórmula para expresar la grandeza en el ser humano es amor fati [amor al destino]: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y aun menos disimularlo —todo idealismo es mendacidad frente a lo necesario— sino amarlo. Friedrich Nietzsche, Ecce Homo ¡Ah, pero qué clase de mañana es esta, que me despierta a la estupidez de la vida, y a su gran ternura! Fernando Pessoa, Libro del desasosiego

“L

Weber a reconocer, y aceptar con madurez, las

ca como vocación”, las dos famosas conferen-

condiciones de la vida social moderna; a condu-

cias que el sociólogo alemán Max Weber dictó

cir la propia vida sin albergar ilusiones respec-

hace un siglo ante estudiantes universitarios en

to a la existencia de soluciones definitivas a los

Múnich, poseen un valor intelectual que des-

problemas y contradicciones de la modernidad,

borda a las ciencias sociales, donde gozan de

y sin abrigar, por tanto, resentimientos cuan-

un estatus canónico. La reflexión de Weber so-

do las causas que abrazamos chocan con la es-

bre el sentido, las condiciones y el alcance del

túpida terquedad del mundo. El legado de estas

conocimiento científico y de la acción política

conferencias se encontraría, así, en su radical

interpelan, hoy como ayer, a todo individuo que

sinceramiento de las posibilidades de realización

aspira a desempeñarse profesionalmente en el

del ser humano en medio de aquel “mundo

mundo académico o la arena política. Y en la me-

desencantado” a cuyo análisis e interpretación

dida en que problematizan de manera ejemplar

Weber dedicó su vida académica.

a ciencia como vocación” y “La políti-

el destino del ser humano en el mundo moder-

Aunque las conferencias fueron editadas

no, las conferencias son también relevantes para

póstumamente en conjunto —en castellano bajo

un público general. A pesar de ser intervenciones

el título El político y el científico1—, las separa una

originalmente articuladas en respuesta a un

acontecida distancia de poco más de un año. “La

contexto histórico, político y cultural específico,

ciencia como vocación” fue dictada en noviem-

el diagnóstico epocal articulado en ellas conserva

bre de 1917, en una Alemania agotada por el es-

buena parte de su vigencia.

fuerzo bélico de la Gran Guerra y conmovida por

Es imposible hacer en esta reseña una re-

las dos Revoluciones rusas de febrero y octubre.

visión sistemática de todos los aportes teóri-

En enero de 1919, cuando Weber pronuncia “La

cos que hacen de estos textos un punto obliga-

política como vocación”, Alemania había sido

do en la formación sociológica. Sí es posible,

derrotada, y la Revolución de Noviembre comen-

en cambio, relevar el gesto fundamental —a la

zaba su declive con la represión del levantamien-

vez filosófico, ético y político— con que Weber

to espartaquista, marcado por el asesinato de

provocó a su audiencia en Múnich; un gesto

Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht días antes

que, a pesar de la distancia, desafía tanto y más

de la conferencia. El clima político y cultural era

al lector contemporáneo. La actualidad de “La ciencia como vocación” y “La política como vocación” hay que buscarla en el llamado que hace 100

1 Max Weber, El político y el científico (Madrid: Alianza Editorial, 1967).


incierto. Weber, ampliamente reconocido como

progreso en términos morales o de justicia so-

uno de los intelectuales públicos más influyentes

cial, impone la mera administración eficiente

de Alemania, había sido invitado a dictar ambas

de las cosas como el valor supremo que rige la

conferencias por el rector de la Universidad de

conducta humana. Weber describe un mundo

Múnich. El marco de la invitación era una serie

en el que todo aquello que no puede ser medido,

de foros organizados por una asociación de es-

calculado y gestionado ha sido expulsado de las

tudiantes liberales de izquierda en torno al tema

instituciones sociales, incluyendo, ante todo, la

del “trabajo intelectual como vocación”.

pregunta por el sentido (que Weber problematiza

Weber sabía muy bien que su audiencia estaba

en la primera conferencia invocando a Tolstoi).

conformada en su mayoría por jóvenes idealistas

La interpelación weberiana tiene un diag-

ávidos de orientación y certezas. Esa efervescen-

nóstico: un mundo kafkiano y carente de sentido.

cia explica el gesto esencial de las conferencias.

Tales condiciones demandan una disposición o

Tal como advierte enfáticamente al comienzo de

temperamento que Weber no cree percibir en su

ambas intervenciones, lo que diría iba a defraudar

audiencia. El individuo con vocación académi-

las expectativas de esos

ca o política, que busca

estudiantes reunidos en

un

Múnich y, por extensión,

del

las de todo individuo que busca en la ciencia o la política refugios seculares capaces de ofrecer respuestas ciertas y objetivamente fundadas a los dilemas de la condición humana moderna. Por el contrario, su propósito era educar a su audiencia

El individuo con vocación académica o política debe estar dispuesto no solo a soportar una realidad desencantada, porfiadamente recalcitrante a sus propósitos, escasa en garantías y carente de certidumbres finales. Debe también saber amarla.

sentido

en

desencanto,

medio debe

estar dispuesto no solo a soportar una realidad desencantada, porfiadamente recalcitrante a sus propósitos, escasa en garantías y carente de certidumbres finales. Debe también

saber

amarla.

Sin amor fati, sin querer el propio destino a sa-

respecto a la incompatibilidad entre ese anhelo y

biendas de las circunstancias, el individuo está

las condiciones reales del mundo.

condenado a la frustración y el resentimiento. Lo

Es en este contexto que el problema de la cien-

que hace Weber es aplicar un test nietzscheano:

cia y la política en tanto vocaciones, asume su

a pesar de todo el sinsentido de la vida social,

centralidad. La idea de “vocación” (beruf) había

tanto en la academia como en la esfera pública,

desempeñado un rol crucial en el famoso argu-

¿está usted dispuesto a perseverar en su vocación

mento de Weber sobre la afinidad entre el espíri-

y amar el mundo tal cual se lo encuentra?2 Las

tu capitalista y la ética protestante del trabajo.

dos conferencias comparten por ello una mis-

Con Lutero y Calvino, el trabajo mundano había

ma estructura. Weber comienza aclarando las

adquirido una dignidad históricamente inédita como “tarea encomendada por Dios”, de modo que en la beruf se jugaba el sentido último de la existencia del creyente. Es importante retener las resonancias religiosas que perviven, en las conferencias, en la idea de vocación: lo que está en juego es la posibilidad de que el individuo encuentre, en la ciencia y en la política, algún sentido al mundo y a la propia existencia. Y esto en una época en que la sociología de Weber se define por el despliegue de una “racionalización” científico-técnica que, lejos de describir un

2 Hacia el final de su vida, Weber reconoció a un estudiante que “uno puede medir la integridad de un académico moderno, y especialmente la de un filósofo moderno, por la manera en que concibe su relación con Nietzsche y Marx… El mundo en que existimos es, intelectualmente, un mundo en gran medida estampado por Marx y Nietzsche”. En Wolfgang Mommsen, The Political and Social Theory of Max Weber (Cambridge: Polity, 1992), 54. Así como la influencia de Marx en La ética protestante y el espíritu del capitalismo es incontestable, es la impronta de Nietzsche la que anima las conferencias aquí reseñadas.

101


originales a pesar del sudor invertido; el imperativo de la especialización como destino inexorable; y la caducidad inherente a todo logro científico. Todo investigador, aclara Weber, debe trabajar bajo el entendido de que sus eventuales descubrimientos serán marginales, y con la expectativa de que tarde o temprano serán superados. Tales condiciones demandan ser toleradas con pasión, disciplina y entrega a una causa que trasciende la propia individualidad. Así las cosas, ¿qué sentido puede tener la vocación científica? ¿Qué podría ameritar tal entrega? La respuesta de Weber, relativa a las “condiciones internas” de la vida académica, vuelve aún más severo el test de resiliencia al que somete a su audiencia. Porque la ciencia —a diferencia del pasado, y a causa de su propio progreso— es impotente para responder a la pregunta por el sentido. La ciencia, sostiene Weber, presupone determinados valores, como la dominación técnica de la naturaleza. Pero no condiciones externas de la vocación científica

puede fundarlos. No está llamada a zanjar los

y política —aquellas que resultan de la “buro-

conflictos entre valores, ni por tanto a fundar

cratización”3 de la academia y el Estado— para

la política sobre bases objetivas. Todo lo que la

luego detallar sus condiciones internas, subjeti-

ciencia puede ofrecer es claridad (y no evidencia)

vas o existenciales.

respecto a los valores últimos: un saber sobre los

Así, “La ciencia como vocación” comien-

medios necesarios para alcanzarlos y sobre las

za constatando la “norteamericanización” de

consecuencias implicadas en su adopción. En la

la organización del trabajo y las prácticas de

medida que ofrece claridad sobre las condiciones

empleo y promoción de las universidades ale-

e implicancias de la vida académica —y nada

manas. En la práctica, eso significaba que quien

más— la conferencia misma ejemplifica la vo-

quisiera seguir una carrera académica debía es-

cación científica que Weber postula.

tar dispuesto a tolerar una serie de circunstan-

En el caso de “La política como vocación”,

cias capaces de desalentar al más convencido

las condiciones externas remiten también al

amante de la verdad: precarias condiciones

proceso de burocratización que marca el de-

de trabajo en los escalafones más bajos de la

venir histórico de Occidente. La vida política

jerarquía universitaria; promociones académicas

moderna, aclara Weber, se desenvuelve inevi-

basadas en factores azarosos y extra-científicos

tablemente en torno al Estado, cuya adminis-

(como la popularidad de los docentes); bajísi-

tración se funda en la dominación que ejercen

ma probabilidad de dar con hallazgos o ideas

leyes, normas, y estatutos eminentemente impersonales. La máquina burocrática se rige por la obediencia al cargo, y por la calculabilidad y

3 En nuestro contexto es fácil malentender el sentido que Weber le da a la burocracia, donde la devoción al procedimiento es sinónimo de agilidad y aptitud. La noción weberiana refiere a una máquina técnicamente eficiente, distinta a las asociaciones que el término tiene en nuestro imaginario, más bien asociado a la lentitud, y tan bien expresado cuando Mafalda llama a su tortuga “Burocracia”.

102

predictibilidad de los procedimientos; todo ello “sin consideraciones personales”. Los partidos políticos también se organizan burocráticamente como empresas para la captación de votos, indiferentes al contenido ideológico sustantivo que la máquina debiese servir.


Para Weber, la vocación política implica en

investigación, la mediatización de la política vía

cambio una lucha de ideologías que no puede

redes sociales y la concomitante trivialización de

zanjarse apelando a las reglas o estándares

las luchas ideológicas.

técnicos del burócrata. Lo político acontece

La prueba a la que Weber sometió a su au-

como conflicto “personal” entre valores últi-

diencia de universitarios en Múnich sigue

mos, y requiere por tanto de líderes carismáti-

interpelándonos. No es, ciertamente, un test fá-

cos entregados a una causa. El político enfrenta

cil de aprobar. Para quienes, ayer y hoy, no están

entonces el desafío mayúsculo de preservar su

dispuestos a hacer este pacto con el mundo, la

espacio de acción de cara a un aparato buro-

alternativa esbozada por Weber, aun cuando no

crático que, por su propia naturaleza, es hostil

haya sido la suya propia, no deja de ser significa-

a cualquier consideración valorativa que no sea

tiva: “A quienes no puedan soportar virilmente

la eficiencia. Por otro lado, la dimensión interna

este destino de nuestro tiempo hay que decirles

de la política está condicionada por la tensión y

que vuelvan en silencio, llana y sencillamente, y

complementariedad entre la entrega personal a

sin la triste publicidad habitual de los renegados,

una causa política y la madurez necesaria para

al ancho y piadoso seno de las viejas Iglesias, que

asumir las consecuencias, intencionadas o no, de

no habrán de ponerles dificultades. Es inevitable

la propia acción (entre la ética de la convicción y

que de uno u otro modo tengan que hacer allí el

la ética de la responsabilidad).

‘sacrificio del intelecto’. No se lo reprochare-

La política, insiste Weber, implica en últi-

mos si de veras lo consiguen. Tal sacrificio hecho

mo término el uso del poder y la violencia, y ese

en aras de la entrega religiosa sin condiciones

“pacto con el diablo” vuelve ilusoria cualquier

es éticamente muy otra cosa que ese olvido de

pretensión moralizante en la lucha por imponer

la simple probidad intelectual que se produce

los propios valores. “Solo quien está seguro de

cuando alguien no tiene ánimo bastante para

no quebrarse cuando, desde su punto de vista,

darse cuenta de su propia postura básica y se

el mundo se muestra demasiado estúpido o de-

facilita a sí mismo esa obligación por el camino

masiado abyecto para lo que él le ofrece; solo

fácil de relativizarla”5.

quien frente a todo esto es capaz de responder con un ‘sin embargo’; solo un hombre de esta forma construido tiene ‘vocación’ para la política”4. Ese es el test del amor fati con que Weber concluye su segunda intervención. A cien años de estas conferencias, valdría la pena poner al día el diagnóstico weberiano sobre las condiciones, externas e internas, de la

Beltrán Undurraga es sociólogo y licenciado

vocación académica y política. Muchas de las

en filosofía por la Pontificia Universidad

circunstancias que Weber identificó parecen conservar su vigencia: la creciente especialización y relativa precarización de la vida académica, la

Católica de Chile, y doctor en Ciencia Política por la Universidad de California,

impotencia normativa de las ciencias (patente

Los Ángeles (UCLA). Es profesor asistente

hoy ante la crisis climática), la impersonali-

del Instituto de Sociología de la PUC,

dad del aparato estatal, la maquinización de la

donde enseña teoría social y filosofía. Su

política o el “buenismo” de izquierdas y derechas. Otras condiciones son inéditas, como la hegemonía de los estándares métricos de

investigación se centra en las relaciones entre tecnociencia, política y sociedad.

productividad académica, la dura competencia por acceder a fuentes de financiamiento para la

4 Max Weber, “La política como vocación”, 180.

5 Ibíd.

103


lorem ipsum

Banda

sonora

ANGÉLICA OVALLE

104


uando nos preguntamos hoy por la música

C

que este avance ha tenido en la vida concreta de

que escuchamos, quizá lo primero que se nos

las personas y en el desarrollo de movimientos

revela es que sea cual sea, se trata de nuestra

políticos, sociales y culturales desde hace ya un

música y no la del vecino: escuchamos lo que

siglo, somos, en un mundo repleto de ruido, poco

queremos, cuando queremos, y podemos ha-

conscientes de las características e importancia

cerlo en solitario o con quien lo estimemos con-

de nuestra cultura auditiva y musical.

veniente. Como personajes de una película, nos

Tendemos a dar mucho por sentado: compro-

movemos con naturalidad con nuestras cancio-

metidos con la era del registro sonoro, enten-

nes por el mundo, empapando nuestra realidad

demos la música como algo que se crea (trabajo

con los sonidos que escogemos; tenemos, a fin de

que generalmente hacen otros), se graba (si no,

cuentas, un dominio hasta hace poco inimagina-

¿para qué crearla?) y luego se escucha (de forma

ble sobre nuestra escucha, sobre la banda sonora

más bien pasiva). La experiencia en vivo, por su

de nuestro día a día.

parte, relegada por muchos al terreno de lo oca-

Si la portabilidad de la música en estos térmi-

sional y/o innecesario, es comúnmente evaluada

nos no es algo, en rigor, tan nuevo —ya ha pasa-

en función de una referencia clara: la grabación

do más de un siglo desde que aparecieron los pri-

que tenemos en mente como público. Y es que la

meros aparatos que permitieron llevar la música

versión de estudio, que en sus primeros tiempos

grabada de paseo—, el bajo costo y la diminuta

buscaba reflejar lo más fielmente posible lo que

materialidad de los dispositivos que hoy hacen

hacían los músicos frente a su auditorio, terminó

posible dicha portabilidad han permitido que sus

considerándose la guardiana del verdadero sonido

beneficios sean aprovechados por una inmensa

de una creación (llegó a ser la creación) y no un

cantidad de personas. Además, gracias al cons-

punto cualquiera de comparación o, lo que sería

tante incremento en la capacidad de almacena-

correcto: una ficción construida generalmente

miento de los aparatos y al creciente acceso a in-

por partes en un entorno aislado donde todo está

ternet, nuestra colección musical portable se ha

sujeto a control.

hecho prácticamente ilimitada: en nuestras mo-

La música grabada irrumpió en el mundo hace

chilas o bolsillos podemos llevar los sonidos de

ya casi un siglo y medio, y lo hizo, qué duda cabe,

países y épocas distantes, también los propios;

para quedarse. Desde el fonógrafo y sus cilindros,

obras recién estrenadas y las de aquellos que ya

cada tiempo ha tenido sus técnicas de grabación,

no están; discografías completas de todos los

sus formatos y sus reproductores, y es verda-

autores que nos plazca, los más diversos estilos

deramente difícil pensar en una vida futura sin

musicales, ritmos, visiones de mundo, culturas,

este registro. Ahora bien, ¿dejó la música de ser,

temáticas, texturas sonoras, versiones y un lar-

por ello, inasible? ¿Cuánto de lo que escuchamos

guísimo etcétera.

permanece, gracias a la posibilidad de registrar

Desde sus inicios, la portabilidad de la mú-

el sonido? ¿Es menos efímera la música hoy que

sica ha constituido un elemento ampliamente

hace doscientos años? David Byrne, en su libro

democratizador. Sin embargo, pese al impacto

Cómo funciona la música, señala: “Antes de que la

105


l o r e m i p s u m . e n s ayo

música grabada se hiciera omnipresente, para la

más nítidamente vivimos (con otros) la música,

mayoría la música era algo que hacíamos. Mucha

para luego verla escaparse de nosotros como acto

gente tenía un piano en casa, cantaba en misa

poético, en palabras de Vladimir Jankélévitch,

o experimentaba la música como público de un

cuya única dimensión es el tiempo3. De alguna

concierto. Todas esas experiencias eran efíme-

manera, la experiencia en directo de la música

ras: nada permanecía, nada quedaba, excepto en

es quizá la que mejor condensa tanto su carácter

el recuerdo (o en el recuerdo de los amigos) de lo

escurridizo como su dimensión social y vital.

que habías escuchado o sentido… Era inasible. Y, la verdad sea dicha, sigue siéndolo”1.

Y es que por más efímera e inasible que sea la música que disfrutamos, esta implica, en todo

Resulta en cierto modo irónico, pero la música

momento, conexiones y vínculos concretos. Hay

no solo sigue siendo inasible, sino que lo es más

canciones que nos recuerdan nuestra infancia,

que hace unas décadas: el desarrollo tecnológico

alguna amistad, amores o desamores, momen-

ha llevado a la desmaterialización extrema de su

tos especiales y episodios banales. La música se

soporte, permitiéndonos acceder a un universo

cuela por todas partes en nuestra vida, bom-

ilimitado de canciones y obras musicales de las

bardeándola de sentido y memoria, y nos lleva a

que no guardamos registro físico, pero que nos

terrenos en los que somos con otros. ¿No ocurre,

pueden acompañar a cualquier lugar, en todo

por ejemplo, que la perfección del sonido —ob-

momento, sin necesitar

sesión entendible— deja

más que un teléfono (co-

de ser relevante cuando

nectado a internet, claro) para ello. Nos ilusionamos entonces con la idea de que tenemos la música atrapada en nuestro bolsillo; sin embargo, ya no podemos palparla, como antes creía poder hacerlo

En una especie de vuelta al pasado, poco a poco ha ido recobrando fuerza la experiencia musical en directo, que permite la vivencia conjunta de músicos y oyentes.

la memoria nos asalta con una canción que consideramos

entrañable?

En una época teñida de individualismos, a ratos nos es difícil advertir esta evidente dimensión social de la música y tendemos a considerarnos solo

el coleccionista común de discos. La música, como nos recuerda Byrne, “es

un par de oídos al final de la cadena de la indus-

una bestia huidiza”2.

tria musical; no obstante, el lenguaje de la músi-

Desde la perspectiva de los músicos, el avance

ca nos pertenece a todos, como comunidad, pues

incesante de las tecnologías también ha genera-

“donde la palabra falta, allí comienza la músi-

do importantes sacudidas en el modo de ejercer-

ca; donde las palabras se detienen, el hombre no

se el oficio. Hoy, las instancias de grabación y de

puede hacer más que cantar”4.

distribución se han vuelto cada vez más fáciles

Desde que nacemos, los más pequeños pa-

y accesibles… pero menos rentables. El corolario:

sos y dificultades se sortean cantando. Dormir,

en una especie de vuelta al pasado, poco a poco

comer, vestirse, caminar, decir las primeras pa-

ha ido recobrando fuerza la experiencia musical

labras, pasear… casi todas estas acciones lle-

en directo, que —en un tiempo y lugar concre-

van aparejada una canción. Con el inicio de los

tos— permite la vivencia conjunta de músicos y

primeros aprendizajes formales se suceden las

oyentes, cada cual con sus expectativas y goce,

melodías para saludar, dar las gracias, ordenar,

y la apreciación de la música en términos de

conocer el mundo, ¡aprender el abecedario!, en-

aquello imposible de capturar, por más esfuer-

tablar amistad con los pares, decir adiós. Desde

zos que se realicen. Es en esta instancia donde

muy temprano en nuestra vida, la música no es

1 David Byrne, Cómo funciona la música (Barcelona: Penguin Random House, 2017), 81.

3 Vladimir Jankélévitch, La música y lo inefable (Barcelona: Alpha Decay, 2005), 14.

2 Ibíd., 268.

4 Ibíd., 118.

106


solo algo que —para quienes no somos músicos

La música nos introduce en el misterio, nos

de profesión— recibimos, sino principalmente

identifica, nos muestra el mundo, nos une, a

algo que experimentamos haciendo, casi siempre

veces nos calma, nos entusiasma, nos integra;

en comunión con otras personas. Aun cuando la

también nos divide, nos atemoriza, y actúa en

era de la grabación nos ha inculcado un hábito

nosotros de formas que no siempre podemos

más bien pasivo o espectador en nuestra rela-

describir. Cómo, dónde y con quién escuchamos

ción con la música —acercándola a los paradig-

música no son trivialidades (la película Coco lo

mas más propios de otras expresiones de arte—,

representa a la perfección, ¿no?). Y menos aún,

en cuanto forma artística, la música es para sus

qué escuchamos.

receptores más vital, más acto, más ligada a la

Si detenemos la mirada en nuestra realidad

experiencia del tiempo individual y más ritual

local, ¿qué podemos responder a estas pregun-

en la vivencia del tiempo compartido, que otras

tas? Tiende a analizarse la escena musical de

artes. Somos protagonistas de la música que da

un país exclusivamente a partir de sus autores

un propósito a nuestro mundo, pese a que la ad-

—como portavoces de un mensaje—, cuando lo

miración por los artistas profesionales y nuestra

cierto es que el modo en que una sociedad par-

infinita gratitud por las obras que nos entregan

ticipa de su música es quizá más elocuente. De

nos llevan con frecuencia a olvidarlo. La música

ahí el énfasis que realizan Juan Pablo González

se trenza con la vida misma; de ahí quizá que no

y Claudio Rolle en la importancia de escuchar y

podamos atraparla como querríamos.

comprender nuestra música popular. A su enten-

La desmaterialización de la música no solo ha

der, son amplios los sectores de la población que

favorecido la revalorización de la actuación en

articulan formas de sentir, pensar, relacionarse,

vivo —haciéndonos, de paso, más conscientes

actuar, ver el mundo y experimentar su propio

de su carácter social—, sino que, además, ha ex-

ser en base a ella5. Una de las preocupaciones de

tendido y nos ha devuelto esa posibilidad de ser

Fidel Sepúlveda, aunque en un campo de trabajo

también, en un sentido amplio, cocreadores en el

algo diferente, tenía que ver con la educación de

quehacer musical de nuestra sociedad. La cerca-

los sentidos. En lo que aquí nos atañe: “es nece-

nía que hoy propician los músicos profesionales a

sario educar el oído para que escuche lo que es

la hora de mostrar su trabajo favorece los forma-

preciso escuchar”6… ¿Qué escuchamos, como

tos de escucha más relajados, menos verticales,

sociedad, hoy?

más participativos y festivos, más inundados de

La actual escena musical chilena da cuenta de

ritualidad. El músico, admirado como solo puede

un fervoroso dinamismo: centenares de músicos

serlo un músico, se convierte en un facilitador de

trabajando géneros y estilos diversos, muchos de

algo más grande que su propia creación. La mú-

ellos creando codo a codo con otros grandes artis-

sica, por su parte, adquiere cuerpo en el público.

tas del mundo. Diferentes encuentros, festivales

Algo en esta vivencia, por inexpresable que sea,

y proyectos visibilizan año a año la riqueza de

queda. Y tenemos plena conciencia de ello.

la escena musical nacional. Hay música chilena

Es desde luego paradójico, pero el desarrollo

para todos los gustos, y muy abundante. Y, como

de la tecnología, la desmaterialización del so-

avistábamos antes: la presencia cada vez mayor

porte sonoro, la portabilidad de la música, su

y más constante de música en vivo en la ciudad

omnipresencia y ubicuidad en la vida contempo-

nos permite escuchar en directo a nuestros ar-

ránea, no solo nos han permitido colmar la expe-

tistas predilectos no en una oportunidad, sino

riencia cotidiana individual con una banda sono-

en varias. Ha crecido la conexión entre el mú-

ra personal, sino que también nos han permitido recuperar el entusiasmo por la más primigenia, ritual y social de las formas de experiencia musical —la música en directo—. Paradoja propia de un fenómeno misterioso, capaz de abordar la vida humana en cualquiera de sus aspectos, pues se cuela en su devenir.

5 Juan Pablo González y Claudio Rolle, Historia social de la música popular en Chile, 1890-1950 (Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 2005), 27. 6 Fidel Sepúlveda, “Estética: Educación de los sentidos y sentido de la educación”, en Aisthesis 29, 1996, 28.

107


l o r e m i p s u m . e n s ayo

sico y su público; de hecho, internet nos provee

qué, y por qué? Y, en momentos de total so-

de una multiplicidad de videos sobre cada crea-

breabundancia de información: ¿cómo guiamos

ción, que pueden provenir del trabajo en estudio

nuestra escucha? Todas estas son preguntas de

o de actuaciones en directo, a los que accedemos

respuestas complejas pues, aunque nuestra cul-

tan fácilmente como a las grabaciones oficiales

tura auditiva no es, en general, parte de nues-

cuando queremos escuchar música, y que incluso

tras preocupaciones, nuestros sonidos revelan

podemos haber grabado nosotros mismos. Por

mucho de lo que somos y lo que queremos ser,

si fuera poco, el día a día

y nos permiten, si así lo

de los músicos, a través

queremos, empatizar con

de las redes sociales, se nos revela con todo tipo de detalles: accedemos a la cotidianeidad de su quehacer y al anhelado backstage utilizando para ello el mismo teléfono donde hacemos sonar la música. Se han evaporado, a fin de cuentas, fronteras que hasta hace poco nos parecían bien

¿Quiénes son los que se sienten convocados por nuestros músicos? ¿Cuánta afinidad sentimos con aquellas obras que, con nuestros códigos sonoros, hablan de nosotros mismos? ¿Qué notas damos, cada uno de nosotros, en el quehacer musical de nuestra sociedad?

otros,

aceptar

nuestra

historia, conocernos, integrarnos y encontrarnos. En una escena participativa y horizontal, la experiencia vital de la propia música no implica solamente una identificación con el destino de nuestro país o una mayor comprensión de los vaivenes y anhelos de

delineadas entre lo grabado y lo en vivo, lo oficial

nuestra sociedad; también esta experiencia se

y lo informal, el artista y el auditor.

convierte en escuela de creatividad. La cercanía

En este contexto, ¿quiénes son los que se sien-

física y el simple hecho de que somos sujeto y

ten convocados por nuestros músicos? ¿Cuánta

objeto a la vez, nos permite ver efectivamente

afinidad sentimos con aquellas obras que, con

cómo ocurren las cosas, entender qué intuicio-

nuestros códigos sonoros, hablan de nosotros

nes hacen surgir nuevas obras y multiplicar las

mismos? ¿Qué notas damos, cada uno de noso-

inquietudes que guían todo lo anterior. No pare-

tros, en el quehacer musical de nuestra sociedad?

ce sensato taparse los oídos. Lo que suena somos

Si décadas atrás la profunda división de nues-

nosotros mismos.

tro país podía palparse en sus escenas sonoras, ¿cuál es la realidad actual? ¿Quiénes escuchan

Angélica Ovalle es historiadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es autora de los libros Juegos tradicionales (Amanuta, 2011), Fiestas religiosas de Chile (Nueva Patris, 2011) y Reforma agraria chilena. Testimonios de sus protagonistas (en coautoría con Ángela Cousiño; Memoriter, 2013). Es también creadora del proyecto Manivela. Cajas de música chilena (manivela.cl), cuyo propósito es destacar canciones relevantes y significativas de la cultura popular chilena. 108


Ilustración: Romina Peña.

OLIMPO : HANNAH ARENDT


lorem ipsum. olimpo

H

annah Arendt nació en Alemania en

En este contexto, para Arendt se vuelve

1906, en el seno de una familia judía. Aunque

especialmente relevante reconocer la cen-

no practicaban la religión, su propia trayec-

tralidad de la política. En su libro póstumo

toria y los acontecimientos históricos la en-

¿Qué es la política?, defendió que esta “trata

frentarían inevitablemente a la pregunta por

del estar juntos y los unos con los otros de los

esa identidad.

diversos. Los hombres se organizan políti-

Se formó como pensadora en las univer-

camente según determinadas comunidades

sidades de Marburgo, Heidelberg y Fribur-

esenciales en un caos absoluto, o a partir de

go, vinculándose con filósofos de la talla de

un caos absoluto de las diferencias”. Con esta

Martin Heidegger, Karl Jaspers, Hans Jonas

definición, Arendt intentaba no solo reivin-

y Edmund Husserl, entre otros. Arendt fue

dicar la política como el espacio de lo común,

no solo una testigo privilegiada de la fractu-

sino también asegurar el reconocimiento de

ra irremediable de las dos Guerras Mundia-

la diversidad de ese mundo compartido en

les, sino que experimentó en carne propia el

un momento especialmente amenazante.

auge del nacionalsocialismo y la experiencia

Así, reconoce que cada persona ocupa un lu-

del exilio en Francia y Estados Unidos. Vivió

gar distinto en el mundo compartido, y que

y procesó con singular profundidad los vai-

cada uno ve y oye desde una posición dife-

venes sufridos por la humanidad durante el

rente. Su llamada parece especialmente vi-

siglo XX. En este convulsionado escenario,

gente hoy, pues muestra una consideración

su pensamiento y su obra lograron articular

por la diferencia que no conduce a la frag-

ese “mundo compartido” que parecía des-

mentación en identidades cerradas sobre sí

vanecerse ante sus ojos.

mismas, sino a una afirmación razonada de

Su obra es extensa y sus aportes innumerables, aunque probablemente sea en

110

lo distinto, que obliga a reconocer la centralidad de la vida compartida.

La condición humana donde Arendt alcan-

Si en su definición de política la diferen-

za con mayor claridad el estatus de figura

cia ocupa un lugar central, también lo hace

imprescindible dentro de la teoría política.

el tema de la natalidad. Para Arendt, el na-

En este agudo balance de la humanidad, la

cimiento es nada menos que el “milagro que

filosófa delimita aquellas “generales ca-

salva al mundo”, la posibilidad esperanza-

pacidades” que nos constituyen universal-

dora de un nuevo comienzo, asegurado por

mente como hombres. Asimismo, identifica

la aparición única e irrepetible de cada ser

los elementos característicos de una nueva

humano. Se trata de un acontecimiento radi-

era que tendió a encerrar al individuo en su

cal, cuya contrapartida es la gratitud por re-

propia conciencia. En su aguda descripción

cibir la vida, actitud que se convierte en una

de la sociedad moderna, Arendt introducirá

alternativa poderosa frente a las corrientes

su influyente tesis de la “desmundaniza-

nihilistas contemporáneas. Reconocer lo re-

ción”: donde otros solo veían el problema de

cibido de manera gratuita –la vida misma, la

la secularización, ella observó la pérdida del

existencia del hombre y el mundo– ayuda a

Padre en los cielos y, sobre todo, del mundo,

encontrar un sentido donde este parecía es-

que termina por encerrar al hombre en un

tar ausente. No es poco para quien, en sus

universo creado enteramente por él.

propias palabras, solo quería comprender.


Nemesio AntĂşnez. Un obituario diferido

PABLO CHIUMINATTO


l o r e m i p s u m . e n s ayo

eguramente cada día se hará más frecuente

S

aunque nunca parezca suficiente— homenajes.

asistir —mientras vivamos— a la celebración del

Me disculparán si al pasar menciono más ilustres

centenario del natalicio de alguien que conoce-

idos que vivos, pero así son estos recuentos: se

mos. Alguien dirá que es simple, se vive más. El

vuelven una necrológica de otros, una especie de

centenario de Nemesio Antúnez (1918-1992) no

vanitas de la historia del arte en el Chile reciente.

se trata de esos nuevos aniversarios gerontoló-

Perdonarán también las fechas, cuando sea per-

gicos, sino, como se solía pensar en otros tiem-

tinente, de entrada y salida, pero un obituario lo

pos, uno póstumo. El 2018 se cumplieron cien del

amerita; no vamos a caer en inexactitudes con

nacimiento de alguien que partió y esta nota es,

la muerte.

de algún modo, un obituario casi tres décadas

Nemesio fue un intelectual público, uno que

después. Serían muchos los énfasis si intenta-

asumió —no sin costo— un hecho un tanto in-

ra un panegírico, pero tampoco se trata de eso,

comprendido, y es que los artistas visuales no

Nemesio no lo necesita. Mirar a la distancia todo

son solo artesanos de imágenes, más o menos

un siglo es más que un ejercicio de memoria; se

tecnológicas, afanados en el encierro cartujo del

vuelve en parte hacer algo de historia. Y, como

taller. No, Nemesio Antúnez fue mucho más que

suele suceder en Chile, historia por las propias

eso. Fue una persona de esas en quien residen a la

manos. En su honor se han celebrado y celebra-

vez varias vidas, para recordar el título de la pelí-

rán exposiciones, publicado libros, y dedicado —

cula de Raúl Ruiz (1941-2011), Tres vidas y una sola

112


ajedrecistas o directores de cine, con la explicación que en otros tiempos se podía—, en el caso de Antúnez y dada la realidad de Chile, más que poderse, se debía. Hoy también, solo que estamos muy encima para juzgar, para entender y valorar su obra en el contexto del siglo XX. Un siglo de inmenso desarrollo, pero, al mismo tiempo, con implacable e impenitente pobreza y brutalidad, no basta la medida del arte. Ese fue también el caso de otros intelectuales del siglo XX en Chile, incluyendo nuestros Nobel y aquel que no lo consiguió nunca. La capacidad que tuvo Nemesio para terciar en ese contexto tiene nombre: se llama pasión, entusiasmo y voluntad. Antúnez fue todo eso que mencioné, pero además lo fue, muchas veces, al mismo tiempo, continua e intermitente a la vez. No por ambición (la ambición es enfocada, no se excede ni se desvía). Nemesio fue lo contrario, energía creativa muerte (1996). Poner en perspectiva esas múlti-

que cobraba forma según la necesidad y la opor-

ples vidas que Nemesio tuvo implica más que un

tunidad. Una especie de manía (entusiasmo para

método de hacer historia; es preciso comprender

los griegos) que lo impulsaba hacia el quiebre de

una combinación biográfica que, a la hora del

la figura unitaria del artista, diseminándose de

balance, parece imposible de integrar o compo-

modo simultáneo en varios ámbitos, sin nece-

ner: artista visual, profesor, político, arquitecto,

sidad de decidir, renunciar, ni prescindir. Pero

actor, gestor cultural, director de museo, diplo-

la suya fue una manía compleja, porque no se

mático, curador, editor de grabados, maestro y

trataba de una forma de ingenuidad, diletancia o

aprendiz. Todo eso fue, aunque igualmente su

locura, sino precisamente lucidez, sentido de la

muerte fue una sola, como su nacimiento.

contingencia en un mundo que cambió de ma-

No se trata de celebrar su efigie, diseminando algunas anécdotas para agrandar su semblanza,

nera radical, desde aquellos años del nacimiento del siglo hasta su otro único día.

sino precisamente lo contrario. Quisiera mos-

Al revisar el recuento de lo que hizo en su vida

trar cómo un artista visual chileno, como tan-

pienso que fue, sin duda, mucho más que pin-

tos otros, fue más que una pura faceta centrada

tar, tal como muchas veces se sopesa retros-

en su obra visual catalogada y catalogable. Tal

pectivamente a los artistas según su técnica

como aceptamos que otros artistas mundiales

predominante: pintor, escultor, punto. En fin,

fueran tantas cosas a la vez —poetas, músicos,

al menos todas estas celebraciones, homenajes

113


y retrospectivas en curso demostrarán que hizo

junto, entre otros, con Anselmo Osorio, Emilio

más que solo lo que la reducción inevitable de

Miguel (1939-1987), Maya Mora, Nicole Aqua-

las semblanzas obliga. Su obra, aunque creamos

rone (1954-2016), Guillermo Frommer (1953-

abarcarla expuesta en las pinturas, los graba-

2017), Alfonso Fernández, para dejar —si me lo

dos o los murales, no son más que una parte. Si

permiten— una foto que en alguna parte está,

queremos ver, es más que eso. Es precisamente

pero que no recuerdo nos hicieran. Como pueden

la materialización del desborde, una fuerza que

ver, este obituario tardío también celebra a otros.

le permitió comprometerse con la dirección del

Recuerda todo en diferido. Aunque es de celebrar

Museo de Bellas Artes en dos oportunidades, con

que, en el caso del Taller 99, ha tenido larga vida

la realización de programas culturales para la te-

gracias al tesón de Rafael Munita e Isabel Cauas

levisión y, en otro largo momento, con el Taller

quienes, junto a la familia de Antúnez, han vela-

99 en su primera fase y, luego, en su refundación

do por él.

en 1984 en La Casa Larga. Un lugar central para

Así es la vida. Pasa, y con los años, todos pasa-

las artes visuales de fines de los ochenta que nos

mos. El contexto era bien concreto y complicado.

recuerda años enérgicos. Proyecto impensable

Una escena del arte consciente día a día de una

—quizás— en estos tiempos, impulso de la gale-

necesidad, la misma pero distinta, que hoy se ha

rista chilena Carmen Waugh (1932-2013). En ese

diluido en un modelo de cultura casi global. Tam-

lugar apasillado, compartí con él y con quienes

poco aquel vértigo podía mantenerse, pero nadie,

trabajábamos en ese espacio hoy medio irreal,

estoy seguro, imaginó que sería así de diferente

114


e implacable el futuro brillante. No quiero ser

repetitivo porque está hecho para soportar una

como los viejos (que ya lo soy) que dan cátedra

corriente equivalente de conservación. Cambio

de cómo en su tiempo sí se vivía con compromi-

y conservación; en ese momento no compren-

so y sacrificio. No se trata de eso, aunque algo

dí la tensión, la vida me demostró lo que para él

de eso hay. Tampoco había un proyecto cultural

era una constatación. Todo cambia y no. Quizás,

de parte del Estado. Tampoco había plata, como

esto se puede llamar historia pasada, pero reco-

se dice. Por lo mismo, no puede haber nostalgia

nozco que en las discusiones que tuvimos, en las

de tanta poca libertad. Hoy seguramente las ne-

preguntas enfrentadas, él, su experiencia en el

cesidades son otras, así

mundo, tenían la versión

como el mundo es otro.

más parecida al futuro.

De seguro en algún lugar de Chile existe otro artis-

El 2018 se cumplieron cien del

Nemesio hablaba con esa esperanza que es funda-

ta que está fraguando en

nacimiento de alguien que partió

su trabajo cotidiano y en

y esta nota es, de algún modo, un

que se repite en la vida,

su ánimo, la multiplici-

obituario casi tres décadas después.

que no es poco y nunca

dad que generosamente compartió Nemesio. No

mental para soportar lo

lo mismo. Por cierto, algunos re-

obstante esta certeza, la propia historia —y su

cuentos del arte en Chile podrán decir que su

obra en conjunto— nos muestra y nos interroga

obra visual no estaba a la altura de las corrien-

por el compromiso público desde esa dimensión

tes de ruptura del siglo. Pero así es, es parte del

integrada en todas sus fases.

destino de una sección del catálogo del arte lati-

Nemesio quería mejorar el mundo, no cam-

noamericano: local, vernáculo, autorreferente si

biarlo, porque él sabía que ese objetivo mayor

se quiere. Por eso ha costado tanto integrar las

podía conducir a las zonas más oscuras de lo hu-

artes visuales que se hacen desde Chile al con-

mano. En su momento yo no lo entendí comple-

cierto internacional. Por una parte, se hacen es-

tamente; discutimos, nos alejamos. Solo el tiem-

fuerzos para entrar en la escena mundial, con te-

po me permitió comprender que Nemesio quería

mas internacionales —arte político, conceptual,

cambiar el mundo sin romperlo. Su perspectiva

performance, video, digital, sonoro— qué decir...

del siglo se lo recomendaba. Una parte se rompió

arte contemporáneo. Por otra, la fuerza tectó-

y en parte él vivió para verla reconfigurarse, en

nica de ese lento reloj del anacronismo marca la

parte no. Me disculparán la anáfora, pero, insis-

vida del arte nacional y no hemos logrado que el

to, tenía una idea de lo que se podía esperar de

mundo nos mire más allá que con los ojos, pri-

un mundo en constante cambio, pero igualmente

mero, del colonialismo en el que no entramos en

115


l o r e m i p s u m . e n s ayo

el cuadro, por pobres y sin Barroco; sin oro y con

completamente local, había vivido y aprendido

poca plata. Luego, fríos y lacónicos para encarnar

en lugares tan distintos como Nueva York y Pa-

el color local que ilumina

rís. Una, la nueva cuna,

los trópicos, y, cuando se

la otra, el sarcófago del

pone buena la fiesta, nos da por volver a los movimientos ya perdidos en la

Nemesio Antúnez sabía que mientras no se sumara a

arte del siglo XX. Él tenía conciencia de que había que hacerse parte de la

Europa eterna. Como sea,

una corriente internacional como la

siempre desfasados. Para

abstracción, el surrealismo,

modo ni la tradición ni el

por estos días, llegando

el hiperrealismo o el pop de aquel

cambio hacen mucho por

al primer tercio del XXI, con una escena interna-

siglo XX, no podría ser catalogado

realidad porque de otro

mantener a sus figuras. Al mismo tiempo, Ne-

cional que pareciera que

por la mirada internacional que

mesio tenía la calma de

solo quiere que seamos la

busca lo internacional.

quien, como bien decía el

encarnación de un tipo de

poeta y crítico T. E. Hul-

arte político, con suerte dos, identitario. Sí, po-

me en 1929, sabe que “las piezas de arte no son

lítico e identitario, porque es así como nos ve el

como los huevos”, no necesitan ser nuevas ni

hemisferio norte, como lo piensan las grandes

recién puestas. Antúnez sabía que algo se arre-

instituciones culturales y museográficas borea-

gla en el juicio de la historia. Era consciente de

les. Es decir, determinados por temas, casi por

lo que, en una metáfora inmejorable, me expli-

caricaturas, que definen la actualidad, y que no

có Enrique Lihn (1929-1988), mirándome con la

pueden fascinarles más, porque nada mejor que

ceja empinada y con claridad de estratega, sobre

la revolución se haga, se filme y se encarne lejos

el mapa imaginario de la historia del arte en Chi-

de casa.

le: no le des tanta vuelta, si en Chile se gana por

Nemesio Antúnez sabía que mientras no se

walkover. Solo puedo decir que el tiempo no solo

sumara a una corriente internacional como la

le dio la razón a Lihn, sino también a Antúnez.

abstracción, el surrealismo, el hiperrealismo o el

La victoria por la no presencia del contrincante,

pop de aquel siglo XX, no podría ser catalogado

ganando por default, gana Cronos, todos pier-

por la mirada internacional que busca lo inter-

den. Y, aunque pueda parecer ser injusta, es la

nacional. Ni por la mirada internacional que de-

ley de la historia. Así para los nobles como para

cide lo local. Para mayores males, tampoco era

los metecos, los extranjeros, como pensaron

116


los griegos, el tiempo es el gran escultor. Por lo

sin llorar. Todo más rápido que la energía y los

mismo, la suerte no está echada; aún falta que

cambios del siglo que vieron los ready-made, el

sepamos quiénes fueron los que llegaron al fi-

dadaísmo, el futurismo y el pop. Todo eso ya es

nal de esta saga que aún no se escribe. Porque

viejo y, sin embargo, aún no tenemos las cate-

sabemos que, en Chile, aunque no han faltado

gorías para poder mirar la producción artísti-

intentos, la historia del arte del siglo XX está por

ca en la localidad más empujada del continente

escribirse. Se perdieron las instrucciones, no se

americano por mar y tierra. Nemesio Antúnez,

sabe cómo juntar los pedazos, no ha llegado el

desde la centena, tiene un lugar, aunque no ten-

señor de la puerta.

ga aún la etiqueta para esas páginas que faltan

El caso de Nemesio Antúnez es el de varios,

del gran panteón del arte nacional. Un panteón

aunque único. Quién sabe qué combinaciones se

donde no siempre están los que fueron y tampo-

están configurando en este mismo momento en

co los que serán.

una realidad desbordada de medios y técnicas, donde somos testigos a diario del desvanecimiento de los gremios. Las técnicas y la cultura habitan un ministerio con funcionarios. Esto es

Pablo Chiuminatto es artista visual y académico. Es licenciado y magíster en artes visuales y doctor en filosofía de la Universidad de Chile. Profesor de la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Ha escrito y editado varios libros sobre filosofía, educación y estética, entre los que destaca su edición de El Quijote. Versión editada y adaptada al español de América (Ediciones UC, 2017).

117



HOUELLEBECQ, EL SOCIÓLOGO JOAQUÍN CASTILLO VIAL

“A

los grandes pintores del pasado se les

consolidación de una visión crítica y descarnada

consideraba tales cuando habían desarrollado

de la sociedad contemporánea; una mirada que,

una visión del mundo a la vez coherente e inno-

recurriendo al mismo procedimiento, ausculta

vadora, lo cual significaba que pintaban siempre

desde el arte un mundo que se cae a pedazos y

de la misma manera, que utilizaban siempre el

que parece incapaz de mirarse a sí mismo.

mismo método, los mismos procedimientos para

Houellebecq es un fenómeno para el periodis-

transformar los objetos del mundo en objetos

mo cultural. Irreverente, sarcástico e iconoclas-

pictóricos”1. La frase, aunque dicha por uno de

ta, cada nuevo libro suyo genera un enorme re-

los personajes de El mapa y el territorio —quizá la

vuelo mediático en Europa y el resto del mundo.

novela más celebrada de Michel Houellebecq—,

Su penúltima novela, Sumisión (2015), en la que

puede aplicarse a la generalidad de la obra del

imagina una Francia gobernada por su primer

francés. Serotonina (Anagrama, 2019) no es la

presidente islámico, fue publicada casi al mis-

excepción. En efecto, ella nos presenta una repe-

mo tiempo del atentado terrorista al semanario

tición de tópicos ya manidos, partiendo por sus

Charlie Hebdo. No faltaron quienes vieron en el

personajes decadentes y miserables, algo repul-

novelista a una especie de profeta. Pero inde-

sivos en su nihilismo cada vez más patente. Sin

pendientemente de la anécdota, no cabe duda de

embargo, también puede leerse en esta obra la

que se trata de un agudo observador de su siglo. Sus ficciones, aunque tal vez demasiado deses-

1 Michel Houellebecq, El mapa y el territorio (Barcelona: Anagrama, 2013), 33–34.

peranzadas e incómodas, sintonizan con agudeza los puntos ciegos de nuestra modernidad (o, 119


l o r e m i p s u m . e n s ayo

Autor: Michel Houellebecq Editorial: Anagrama Año: 2019 Precio: $18.000

a su pareja (Yuzu, una japonesa adicta al sexo y a los productos de belleza), abandonando todo aquello que, de cierta manera, le daba un lugar. Lo único que mantiene es la visita recurrente al doctor Azote, un médico mediocre e indiferente que le receta su dosis habitual de antidepresivo que lo mantiene a flote día a día. Florent relata cómo su vida llegó a ser un callejón sin salida ni sentido. Hijo de una familia de propietarios rurales, profesional con grado universitario y con una que otra pareja estable —con quienes, además, pudo haber formado una familia—, acumula sin embargo un historial de malas decisiones. El lector de Serotonina se asoma al final del camino: un hombre solitario que repasa los años en que las cosas parecían andar bien. Pero en una historia personal donde se eligieron las alternativas equivocadas, es difícil encontrar el sentido para el presente. El recorrido de Florent a su propia historia, no obstante, está lejos de la nostalgia o del recuerdo desde el cual pueda definir su personalidad y su historia. Por el al menos, de la modernidad de los capitalismos

contrario: “los recuerdos [afluyen] sin parar, no

avanzados). Leemos sobre personajes solitarios

es el futuro sino el pasado el que te mata, el que

y escépticos, que gozan de economías holgadas

te vuelve, el que te atormenta y socava y acaba

sin encontrar en ellas ninguna satisfacción, para

efectivamente contigo”2.

quienes la sexualidad, el ocio y los vínculos fa-

La desaparición voluntaria a la que se some-

miliares no son más que un reflejo de sus frus-

te tampoco significa una liberación. Termina

traciones. Abunda, a fin de cuentas, el vacío; de

siendo un hombre en crisis, sin demasiadas ne-

ahí la desorientación e incapacidad de sus perso-

cesidades materiales, pero también carente de

najes para dirigir la vida hacia alguna parte.

vínculos, planes e intereses. Totalmente decep-

Pero Serotonina, aunque vuelve sobre pasos

cionado, y según sus propias palabras, es un per-

ya conocidos, no es la mejor muestra de su na-

sonaje “desprovisto en el fondo tanto de razones

rrativa. En esta ocasión el protagonista es Flo-

para vivir como para morir”3. La atmósfera en la

rent-Claude Labrouste, un agrónomo parisino

que se mueve Florent no tiene un ápice de épi-

que rompe voluntariamente con los pocos y úl-

ca. Las relaciones sociales, por ejemplo, están

timos lazos que lo mantenían vinculado a otros,

condenadas al fracaso: sean las amistades de la

desapareciendo voluntariamente de su círculo

universidad o los encuentros fortuitos del amor,

social. Renuncia a su trabajo en el Ministerio de Agronomía, cierra todas las cuentas de su banco habitual y se muda del lujoso departamento que arrienda a orillas del Sena, aunque sin avisarle 120

2 Michel Houellebecq, Serotonina (Barcelona: Anagrama, 2019), 226. 3 Ibíd., 72.


toda relación termina en el engaño, la desilusión

mismo tiempo de permitirle integrarse a los ri-

o la muerte. Más drástico todavía es su diagnós-

tos de la sociedad, tienen por contracara la triste

tico sobre la situación política: lo público está

mezcla de náuseas, impotencia y desaparición

comandado por unas burocracias europeas que

de la libido. Las pastillas, sin embargo, no son su

tienen en crisis a la economía por sus excesivas

único vicio. También es un fumador que busca

regulaciones y escasa innovación. Por otro lado,

sin éxito un lugar donde pueda dar rienda suel-

y más grave aún, la política eurocéntrica ha des-

ta a su adicción. Las regulaciones impuestas por

truido las comunidades rurales, que ven impues-

esa burocracia anónima han llegado a todos los

tas desde fuera reglas muy poco relacionadas con

rincones donde se mueve un burgués parisino

sus prácticas cotidianas y causantes de la desa-

en busca de ocio y descanso, y ya ningún hotel

parición de un estilo de vida que, desde su arrai-

permite fumar en sus dependencias. En sus frus-

go en el pasado, da (o daba) sentido al presente.

trantes vacaciones con Yuzu, su última novia, y,

Ahora bien, a ratos pareciera existir en Florent

luego, en su desaparición voluntaria, Florent ve

una posibilidad de redención. Ahí están las rela-

cómo se restringen sus espacios de libertad para

ciones que tuvo con Kate al comenzar la univer-

algo tan trivial como fumarse un cigarrillo.

sidad, o con Camille algunos años después. Con

Con el paso del tiempo y de las páginas, el ca-

ambas mujeres Florent fue feliz, tanto que inclu-

llejón de la soledad y sinsentido se va estrechan-

so llegó a imaginar un futuro posible con ellas. La

do. Florent anticipa lo inexorable de su desdicha:

relación inesperada con

“acabaré mi vida desdi-

Camille, una practicante

chado, gruñón y solo, y lo

de agronomía algo menor

habré merecido”5. Y esa

que él y a quien conoce

El consumo, el placer o la tecnología

predicción tiene algo de

mientras vive en Clécy, en

son elementos que tensionan

profecía autocumplida. Él

la zona de Baja Normandía, viene a iluminar su vida en el campo. Se enamoraron rápida y profundamente,

y

Florent

llega a decir, varios años

lazos que las instituciones o las estructuras que ha desarrollado el mundo moderno no son capaces de mantener por sí mismas.

después: “Yo era feliz, nunca había sido tan feliz

sería capaz de evaluar de manera diferente su vida si hubiese sido capaz de mirar fuera de sí, de haber logrado hacer feliz a otro. Sin embargo, se da

cuenta de que su vida es un rotundo fracaso: “si

y nunca volvería a serlo tanto; sin embargo, no

al menos hubiera podido mostrar un éxito perso-

olvidaba en ningún momento el carácter efímero

nal, si hubiera logrado hacer feliz a una mujer o

de la situación. (…) Podría haberle propuesto que

por lo menos a un animal, pero ni eso”6.

dejara sus estudios, que se convirtiera en ama de

Florent-Claude Labrouste pareciera ser inter-

casa, o sea, que fuese mi mujer, y con la distan-

cambiable con otros protagonistas de Houelle-

cia cuando pienso en ello (y pienso en ello con-

becq. A estas alturas ya casi presenciamos un

tinuamente), creo que ella hubiera dicho que sí

arquetipo novelesco burgués, un hombre en la

(…) pero una vez más no hice nada, no dije nada,

crisis de la mediana edad que debe padecer los

dejé que los acontecimientos siguieran su cur-

males de la modernidad para poder comprender-

so”4. Apatía, inacción o desidia; sea lo que sea, el

los. En una novela anterior, haciendo una crítica

protagonista no es capaz de aprovechar esta ni

feroz al individualismo, el narrador decía: “Es

ninguna otra de las oportunidades que pasaron

chocante comprobar que a veces se ha presen-

frente a sus ojos.

tado la liberación sexual como si fuera un sueño

Ante tal situación, el narrador de Serotonina

comunitario, cuando en realidad se trataba de un

encuentra su mayor consuelo en sus antidepre-

nuevo escalón en la progresiva escalada histórica

sivos de última generación, Captorix. Estos, al 5 Ibíd., 84. 4 Ibíd., 141–42.

6 Ibíd., 202.

121


l o r e m i p s u m . e n s ayo

del individualismo. Como indica la bonita pala-

pieza del puzzle donde el novelista francés di-

bra francesa ménage, la pareja y la familia eran

buja sin misericordia una sociedad que se pudre

el último islote del comunismo primitivo en el

de a poco. Los brillos de la tecnología o las per-

seno de la sociedad liberal. La liberación sexual

fectas cápsulas de los antidepresivos no logran

provocó la destrucción de esas comunidades in-

esconder esas heridas que expelen pus, huelen

termediarias, las últimas que separaban al indi-

mal y descorazonan a cualquier observador sen-

viduo del mercado. Este proceso de destrucción

sible. Es difícil creer que la obra de Houellebecq

continúa en la actualidad”7. Da igual si la crítica

proponga algún cambio de dirección —“el arte

la elabora Bruno, un profesor de literatura que

no puede cambiar la vida. En cualquier caso, no

visita resorts donde abundan el sexo libre y las

la mía”8, dice un personaje de Plataforma—. Sin

filosofías orientales pasadas por agua; Jed, el ar-

embargo, si alguna invitación hace, por más que

tista obsesionado con retratar el trabajo huma-

no lo pretenda, es justamente a cambiar de rum-

no; o Florent, el desaparecido voluntario cuya

bo. Al menos si no queremos seguir cayendo por

mayor preocupación parece ser la disponibilidad

el vacío.

de muchas variedades de hummus. En todos sus personajes, Houellebecq ensaya un crudo retrato del proyecto moderno, muestra sus fracturas y se cuela por sus intersticios más brutales. En Serotonina, una vez más, el problema es el individualismo desde el que se construye la sociedad actual. El consumo, el placer o la tecno-

Joaquín Castillo es licenciado y magíster en

logía son elementos que tensionan lazos que las

Letras por la Pontificia Universidad Cató-

instituciones o las estructuras que ha desarrollado el mundo moderno no son capaces de mantener por sí mismas. Esta, como señalé, no es ni la mejor ni la más original de las novelas de Houe-

lica de Chile, donde actualmente estudia el Doctorado en Literatura. Es subdirector del Instituto de Estudios de la Sociedad.

llebecq. No tiene la belleza ni los giros literarios de El mapa y el territorio, ni la brutalidad crítica de Las partículas elementales. Sin embargo, es otra 7 Michel Houellebecq, Las partículas elementales (Barcelona: Anagrama, 2012), 116.

122

8 Michel Houellebecq, Plataforma (Barcelona: Anagrama, 2014), 22.


El Vicente sin cabeza Sobre Recuerdos del pasado, de Vicente Pérez Rosales (Santiago: Tajamar Editores, 2018). PABLO ORTÚZAR MADRID


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recí en el Puerto Varas de los años noventa,

C

Los Simpson en el cual Bart decapita la estatua

y el nombre de Vicente Pérez Rosales nunca me

de Jeremías Springfield, fundador de su ciudad.

fue ajeno. Era el del gran parque que albergaba el

El cuerpo de Pérez Rosales permaneció erguido

lago Todos los Santos, el del hotel más tradicio-

sin cabeza durante una semana, para sorpresa de

nal de Puerto Montt, el de la avenida costanera

los últimos turistas de la temporada. De los bo-

de Puerto Varas y el del personaje representado

rrachos no se supo más. Y vaya a saber uno dónde

en la estatua más importante de nuestra humilde

estará ahora el parchado monumento.

pero bonita plaza.

Ahora, habiendo leído su libro, tengo por se-

A pesar de que tantas cosas llevaran su nombre

guro que don Vicente se habría reído de buena

y de las anécdotas que lo involucraban, nunca leí

gana del destino de su estatua. La historia de su

sobre él en el colegio. Y eso que estuve en mu-

degradación y decapitación está cargada del ca-

chos colegios. Tampoco nos hacían leer Recuer-

rácter nacional que el autor tanto amaba como

dos del pasado. Nunca tuve, de hecho, un ramo

despreciaba. El carácter de “gran pueblo que re-

sobre historia local. Aprendimos en los libros

úne aún las pequeñeces propias de la aldea”. Del

Santillana, que usaban todos los niños de Chile,

“eriazo remoto y presuntuoso” de Enrique Lihn.

sobre el cabildo de 1810, el cruce por los Andes

O de la provincia enclaustrada, “imbunchada”,

del ejército libertador, las reformas liberales, la

de José Donoso, que nunca pudo tomársela con

Guerra del Pacífico, la “pacificación de la Arau-

humor, porque era demasiado profunda la herida

canía”, la cuestión social, la Constitución del 25.

que le dejó.

Pero no sobre el origen de la ciudad que habitá-

Uno de los críticos literarios más famosos de la

bamos. El nombre de Vicente Pérez Rosales no

historia de Chile, Alone, pseudónimo de Hernán

nos era ajeno, pero su historia, la que narran los

Díaz Arrieta, dijo alguna vez sobre este libro que

Recuerdos, sí.

“rara vez se habrá dado tal compenetración de

Una mañana de febrero de 2017, la estatua de

un hombre, un libro y un país como la que hay

Pérez Rosales, bajada de su pedestal por alguna

en Recuerdos del pasado y Chile: cada uno está en

remodelación y ubicada en un cruce peatonal de

el otro y resulta imposible nombrar a cualquiera

la costanera, amaneció sin cabeza. No había ra-

sin aludir a los demás. Los tres, conglutinados,

yados. No había reivindicaciones. Nadie se atri-

forman un solo ser, con el mismo carácter y aná-

buía tan terrible acto. Las cámaras de seguridad

logo desarrollo”. En mi opinión, esto no es cier-

revelaron que, en vez de una declaración antico-

to. Primero, porque rara vez las memorias de una

lonialista, solo se trataba de un par de borrachos

persona son el fiel reflejo de su vida. Suelen, en

que, protegidos por la noche, las emprendieron

cambio, constituir una interesada selección de

contra la estatua de un personaje que probable-

episodios, hilados de tal manera que proyecten

mente ni siquiera conocían. El hecho alcanzó

un personaje portador de un relato mucho más

cierta notoriedad en las redes sociales debido a

claro y consistente que el desorden de lo vivi-

su coincidencia casi exacta con un capítulo de

do. Suelen elaborar un mito. Esto es, de hecho,

124


reconocido por Pérez cuando plantea que su libro

y conventillero de Chile. Alguien que, tal como se

busca mostrar el poder de la “constancia, la hon-

dijo de Joaquín Edwards Bello, parece un tran-

radez y el trabajo” para elevar a las personas, y a

satlántico varado en el Mapocho.

los pueblos, hacia el progreso y la civilización, lo

Recuerdos del pasado contiene un discurso mo-

que obviamente implica recortar del relato todo

ral y político que no es neutro. Resalta el esfuer-

aquello que no contribuya a este fin pedagógico.

zo, la creatividad, la curiosidad y la libertad indi-

En cuanto a la identidad entre el carácter del

vidual; plantea que su preservación y despliegue

autor y el carácter nacional, Alone también

requieren de un orden fuerte, pero no expansivo

dispara muy lejos del arco. Pérez Rosales pare-

ni intrusivo (los liberales gozarán sus críticas a

ce, a lo largo de todo el libro, como un excéntri-

los impuestos aduaneros); considera la expe-

co amante de la libertad individual y un irónico

riencia histórica como la gran guía de las nacio-

e ilustrado escéptico, enemigo de la copucha, la

nes y defiende que los progresos de la industria y

tontera y la superstición.

la ciencia son tan impor-

Su personaje, sin duda,

tantes como los avances

está siempre en tensión con el Chile que describe, con el caserío autocomplaciente

rodeado

de basurales que es Santiago, con el mal gusto y la total ignorancia que

Pérez no desprecia nuestra tierra ni a su gente. Él es también uno de nosotros. No desconoce nuestras virtudes, se toma con humor nuestras bajezas, y sueña con verlas

dominan nuestra escena

domeñadas por los avances de

cultural, con los tontos

la cultura.

calumniadores de la ca-

políticos, y que deben ir de la mano. No es coincidencia, entonces, que nuestro autor haya sido un montt-varista convencido, militante, por tanto, del Partido Nacional, conservador, laico y republicano, y fundador y segundo presidente de la

pital que se oponen a la migración, con el carác-

Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Tampoco

ter supersticioso de nuestra religiosidad, con los

es raro que concibiera el progreso como la con-

miserables valdivianos que le hacen la llegada

quista de la naturaleza por parte del ser humano,

imposible a los colonos. En tensión, digo, y no

hasta hacerla retroceder y ordenarla bajo la fuer-

en oposición, porque Pérez no desprecia nuestra

za de la industria y su disciplina. Una idea que

tierra ni a su gente. Él es también uno de noso-

hoy, cuando vemos las consecuencias de “hacer

tros. No desconoce nuestras virtudes, se toma

retroceder” la naturaleza, nos resulta tan ajena.

con humor nuestras bajezas, y sueña con verlas

Sin embargo, conjuga esta visión del progreso,

domeñadas por los avances de la cultura. Pero es

aquella que sustituye los bosques nativos por

un espíritu libre, aventurero y cosmopolita, un

monocultivos en hileras, con un amor profundo

individuo fuerte y una inteligencia aguda e iró-

por la libertad experimentada en la cordillera in-

nica que desentona con el encierro provinciano

dómita, sin reglas, sin orden, donde el individuo

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debe arreglárselas frente a los designios de la na-

Hay, además, otras cosas. Por ejemplo, una

turaleza. En ese sentido, Pérez Rosales es un mo-

fuerte relación con la naturaleza, especialmente

derno que vive intensamente las contradicciones

con el mundo cordillerano, visto como el espacio

de la propia modernidad, tan bien retratadas por

de más intensa libertad humana. Encontramos

Marshall Berman cuando afirma que “ser mo-

también un alma cosmopolita y nómade, que

dernos es encontrarnos en un entorno que nos

no duda en destacar los beneficios que el viaje

promete aventuras, poder, alegría, crecimiento,

y la migración representan para todo el mundo:

transformación de nosotros y del mundo y que,

invita a los chilenos a viajar y a recibir con los

al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo

brazos abiertos a los viajeros. Un mensaje nada

que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que

de despreciable en tiempos de creciente tensión

somos”. Su mirada del mundo parece empapa-

migratoria, xenofobia y racismo. Y, por supues-

da de cierta distancia irónica, a pesar de preten-

to, la maravillosa distancia irónica que le permi-

der ser pedagógico, muy apegado a la realidad,

tía reírse de él mismo y de su propio país: algo

a sus particularidades, a la experiencia y al caso

tan escaso en la sociedad chilena, llena de indi-

a caso. Y muy distante, por tanto, de lo eterno e

viduos obsesionados por su posición social rela-

inmutable.

tiva, acostumbrados a buscar la definición de lo

El lector de los Recuerdos no encontrará un

que somos fuera de nosotros mismos, en vez de

decantado inmóvil o granítico de nuestra iden-

abrirnos a lo nuevo desde cierta seguridad y cier-

tidad nacional. Pero sí algo igual de interesante:

to cariño por lo propio, incluyendo los defectos.

la narración de los años salvajes de la formación

Este último es especialmente importante hoy,

de nuestro Estado nacional desde la mirada de

cuando las desilusiones del desarrollo capita-

un personaje admirable, testigo y partícipe de

lista experimentado durante los últimos treinta

algunos de los grandes hitos del siglo XIX. Todo

años saltan a la vista. La lección que ofrece es que

narrado con inteligencia, ironía e interés por

nunca hay que esperar que el desarrollo nos lle-

invitar a otros chilenos a sumarse a la causa de

ve a una especie de felicidad extática (“la alegría

hacer avanzar la civilización, aunque siempre

que viene”), sino entenderlo como un proceso

con cierta distancia, la misma que lo separaba,

complejo, trabajoso y últimamente beneficio-

por ejemplo, de Benjamín Vicuña Mackenna y su

so, pero que no conduce al paraíso. Esta distan-

decidido positivismo.

cia nos permite disfrutar los bienes presentes

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sin la ansiedad alocada por los del mañana, por

resulta una lectura imprescindible que llega a

un lado, y buscar los bienes del mañana, pero

nosotros casi un siglo y medio después de su pri-

sin hacer sacrificios alocados en el presente o

mera publicación íntegra . Ella nos pone en con-

desatender las grandes necesidades en nombre

tacto con un momento clave de nuestra historia a

de los bienes del futuro. Es decir, invita a bus-

través de la pluma autobiográfica de un persona-

car un ritmo y un estilo de desarrollo respetuo-

je genial y vivo, que no resiste el ejercicio de ser

so de lo nuestro, digno, sobrio y pragmático. Sin

reducido a una esencia eterna identificada con la

arranques adolescentes, vergüenzas provincia-

chilenidad, y que ni siquiera en forma de estatua

nas ni falsas ilusiones.

ha logrado ser inmovilizado.

La cuidada reedición de Tajamar publicada el año pasado, conducida por Pablo Concha y que incluye todos los prólogos históricos del libro,

Pablo Ortúzar es antropólogo social y magíster de Análisis Sistémico por la Universidad de Chile. Actualmente cursa estudios de Doctorado en la Universidad de Oxford. Es autor del libro El poder del poder (2016), coautor de Gobernar con principios (2012) y traductor de La gran sociedad (2014), de Jesse Norman. Es investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad.

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Punto y coma es una publicación semestral que, al alero del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), quiere ser un espacio de encuentro y conversación alrededor de las ideas. El IES es un centro de estudios independiente, dedicado a la investigación y publicación en torno a temas públicos. Con un fuerte énfasis en las humanidades y ciencias sociales, el IES busca servir a la sociedad desde el plano de las ideas, sobre la base de la subsidiariedad, la solidaridad, el estado de derecho y otros principios e instituciones coherentes con la dignidad de la persona humana.


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