Emprende en pareja y
llega a la cima del éxito POR KARLA FLORES
FOTOS: QUEHACER POLÍTICO/ARCHIVO
Sin duda, el alto grado de empatía, confianza y cariño hará un poco más sencillo fijar la mirada hacía una meta en común. Sin embargo, justamente esos beneficios son los que podrían hacer tambalear el proyecto, pues mantener un negocio a flote y lidiar con el tema sentimental al mismo tiempo, requiere de mucha madurez y paciencia. Para que el modelo de negocio en pareja funcione, es importante fortalecer los vínculos emocionales, tener las reglas del juego muy claras y sobre todo trabajar en algunos aspectos que ayuden a potenciar las fortalezas tanto de la pareja como del negocio: Los negocios de pareja suelen tener unos objetivos muy definidos.
Para muchos emprender con la pareja es un gran error, pues se piensa que los negocios y el amor no deben mezclarse. Sin embargo, abrir un negocio con la persona en la que confías, quieres y compartes puntos de vista, puede ser una gran aventura de éxito. Los negocios creados por matrimonios o parejas de hecho son muy habituales en el tejido empresarial. Aunque a veces puede ser una mezcla explosiva, este modelo tiene muchas ventajas que hay que saber aprovechar.
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etrás de muchos negocios, existen relaciones de pareja que han sabido usar la complicidad y confianza mutua para alcanzar el éxito en algún proyecto o negocio, y es que montar una empresa (de cualquier giro) requiere de una inversión de dinero, conocimientos, experiencia y tiempo por lo que, hacerlo en pareja suena atractivo y como una extensión de la relación hacía un proyecto en común.
1.- Compatibilidad. Debido a la cantidad de tiempo que se le debe invertir a cualquier proyecto, es de suma importancia que exista un entendimiento mutuo entre la pareja y hacia el proyecto. La compatibilidad de caracteres favorecerá el reparto de responsabilidades y sobre todo de poder. 2.- Objetivo en común. Los negocios de pareja suelen tener unos objetivos muy definidos, cosa que no siempre ocurre cuando los socios son de otro tipo. En principio, la mayoría tiene como meta el dinero y el desarrollo profesional, pero lo más importante es tener bien claro a dónde quieren llegar como empresa, cuáles son los valores con los que comulga el proyecto, sobre todo a la hora de tomar decisiones de empresa (inversiones, contratación de personal, etcétera).