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D.ª Rita María Marrero Talavera
se llevaba a los menores a las actuaciones con el consentimiento de sus padres. En el grupo había de todo, desde los más adelantados hasta los menos, pero lo que importaba era el entusiasmo, eso sí, tenían que poseer buen oído y habilidad en los dedos por lo que les exigía que ensayaran mucho. Con el tiempo fue mermando el número de jóvenes, quizás por falta de interés o por la llegada de los nuevos tiempos y otras formas de educación como la creación de las Escuelas Artísticas Municipales. Valora que es un cambio bueno si se tiene en cuenta que antes solo se prodigaban las pequeñas escuelas lideradas por algún músico o tocador.
Durante el confinamiento se entretenía tocando en su casa. Ahora nos dice en la habitación de ensayo, antiguo cuarto de labranza y de animales, en medio de fotografías antiguas, de instrumentos musicales y de premios, que está deseando que termine la alerta para empezar a reunirse con la gente. No obstante, cree que en otras épocas lo pasó peor porque había más hambre y pocos medicamentos para las enfermedades. Confiesa que la música la lleva en la sangre y que le ha ayudado a pasárselo bien y a socializarse. Aconseja a los/ las jóvenes que estudien música porque les ayudaría a concentrarse en “cosas buenas y conocer mundo”.
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Rita María Marrero Talavera
(comerciante y empresaria).
Nació en Santo Domingo, Vegueta, el 21 de enero de 1942, su padre procedía de Firgas y era militar y su madre era de Vegueta y se dedicaba a su casa. Cuando niña estudió en el colegio de las Hijas de la Caridad hasta los dieciséis años. Después siguió con las labores de casa. Con diecinueve años empezó a trabajar en los primeros grandes almacenes que se instalaron en Las Palmas, Galerías Preciados (que se ubicaba en la calle León y Castillo y constaba de sólo dos plantas), al segundo año de inaugurarse. Para entrar tuvo que hacer una solicitud y estuvo dos años trabajando en la sección de ventas de trajes de señora, bañadores, trajes de madre, etc. Al igual que sucede hoy día debían llevar uniforme. En aquella época (1961-1962) recuerda que había cierta vigilancia para incentivar a las dependientas a que vendieran (“los jefes siempre estaban encima para controlar las ventas”), no recibían comisiones, tenían un sueldo fijo y no podían aceptar propinas. En este trabajo conoció a muchas compañeras de las que guarda un grato recuerdo. El horario de trabajo en estos grandes almacenes era de las nueve de la mañana, luego a la hora del almuerzo (generalmente de una a tres de la tarde) se iban a sus casas y continuaban hasta las ocho de la noche. Se solía vender de todo, porque fue una novedad la instalación de este tipo de comercio en Las Palmas. Las épocas de más venta eran en Navidades por Reyes y en las rebajas de julio. Con añoranza nos comentaba que su madre le respetaba el sueldo y todo lo que pudo ahorrar lo empleó en preparar el ajuar para su boda. Nos decía que realmente Galerías Preciados había sido su escuela donde aprendió todo lo referente al negocio de la venta de ropa.
Después de dos años de noviazgo con Abraham El Jaber, se casa con 22 años (en 1965, “lo conocí un domingo y hasta la fecha”) y se viene a residir a la ciudad de Arucas. Su esposo desciende de una familia de origen sirio (de Damasco) que se asentó en Canarias a comienzos del siglo XX, primero en Tenoya y luego en Arucas. Tenían un comercio en la calle Barranquillo de venta de ropa y de telas. Nos comentaba que según regresó de su luna de miel se puso a trabajar en la tienda de su marido. En sus comienzos la tienda estuvo en León y Castillo (donde sólo vendían ropa). Esta tienda era de su marido y de su hermana mayor, si bien con posterioridad ella se fue a Las Palmas y se quedó sólo Abraham con el negocio. Luego se mudaron en la misma calle (ahí ya vendían además algo de calzado), hasta que en 1985 se instalaron en la actual tienda sita en la calle Alcalde Suárez Franchy (donde ya comenzaron a traer artículos como ropa de hogar, etc.). El horario en los sesenta era casi igual que ahora, de nueve de la mañana a una de la tarde