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D. Antonio Jaime Falcón Jiménez
y de cuatro de la tarde a ocho de la noche. Recuerda que siempre han vendido de todo, ropa interior, pijamas, camisas de dormir, pantalones, ropa de comunión, trajes de novia, etc., porque como bien nos explicaba “antes se necesitaba de todo”. Incluso llegaron a vender algo de muebles, electrodomésticos, colchones, etc. Tienen mucha clientela fiel que continúa año tras año adquiriendo artículos en su tienda, algunos de sus clientes y clientas compran a plazos, de hecho prefieren este tipo de clientela (en realidad aprecian a todas las personas que compran), porque son personas que repiten y continúan adquiriendo artículos incluso durante varias generaciones.
Cuando tuvo a sus dos hijos y a su hija no solía ir por las mañanas a la tienda, pero por la tarde los llevaba con sus carritos y biberón para atender y ayudar. Hoy día en su negocio es tutelado por su hija Mabel, otro hijo le ayuda con la contabilidad e informática, Octavio y tienen a una empleada que es considerada como un miembro más de la familia, pues lleva más de 30 años trabajando para esta empresa familiar (“la defiende como si fuera suya”). Al igual que sucedía con todas las tiendas de Arucas de venta de ropa, había y hay buena sintonía. Doña Rita nos aclaró que la ropa la traían no sólo de la Península, sino que incluso van hasta Londres a traer ropa en exclusiva. La mayor parte de sus clientes son mujeres, aunque vienen algunos hombres, no obstante, no en pocas ocasiones cuando vienen las mujeres o chicas a comprar se llevan muchos artículos para sus maridos, novios, etc. La asistencia de clientela en un día puede ser variada y a distintas horas, por este motivo, a veces cuando se agolpan a última hora tienen que prolongar el horario. Asimismo, nos aseveró que es muy importante decirle a una clienta o cliente que si una ropa no le queda bien, hay que decírselo y aconsejarle que se pruebe otra, pues vender algo que quede mal es contraproducente.
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Durante el confinamiento estuvo en su casa y tuvo que cerrar la tienda hasta que la pudieron abrir. Fue una etapa complicada, pero de la que como bien nos explicó pudieron salir adelante. Su ejemplo es como el de tantas empresas familiares, que hoy día no se valoran, y que han supuesto uno de los motores que sostiene y mejora la economía y nuestra sociedad. Por eso terminamos con una de sus frases: “la clientela siempre tiene la razón, aunque no la tenga. No se pierde un o una cliente por una prenda, hay que ganárselo día a día. En nuestro negocio intentamos dar a la clientela tranquilidad, confianza, transparencia y le tratamos de explicar bien las cosas. Nuestro triunfo es la buena fama. Siempre hemos sido muy trabajadores. Mi marido siempre buscaba cosas para hacer, como buen árabe que es de origen. Hoy la gente se quiere hacer rica de un día para otro, pero esto es un proceso de mucho sacrificio, las cosas no vienen fáciles, hay que luchar”.
Antonio Jaime Falcón Jiménez
(ex presidente del club deportivo Los Portales y miembro de la Asociación de Vecinos Los Portales).
Conocido como Antonio Jaime, nació en La Goleta en 1943. Su padre (D. José Falcón Quesada) era zapatero en La Goleta y no conoció a su madre porque falleció cuando era niño. Su hermano y hermana (diez años mayor que él) fueron como un padre y una madre para él y su otro hermano menor. Estudió en el colegio público, que se ubicaba en casas de alquiler y que había en La Goleta hasta los catorce años. De esa etapa guarda con cariño los recuerdos de jugar al fútbol, incluso a veces descalzo, en solares y al no disponer de balones de reglamento, tenían que fabricarse sus propias pelotas (que eran de pequeñas dimensiones) con las hojas de las piñas de las plataneras que se trenzaban con garepa. Como su padre era zapatero y su hermano también aprendió el oficio, ayudando en la zapatería, si bien lo alternaba con el aprendizaje de la albañilería. Cuando joven estuvo trabajando en una pequeña fábrica de calzado que se ubicaba en la calle Ripoche de Las Palmas y también en otro negocio (de venta de calzado) que estaba en la calle Luis Morote y, posteriormente en Escaleritas. Con su padre y su hermano recuerda que
hacía zapatos de señora y reparaba muchos en general, pero lo más que llegaron a hacer eran botas para el fútbol (“hicimos casi más de 1.000 pares, hasta para la Unión Deportiva Las Palmas, incluso Tonono llegó a llevar botas que hicimos nosotros”). Pero a comienzos de los setenta ese tipo de calzado decayó por la llegada y venta de calzado industrial que era más económico. Recuerda que los últimos calzados que hizo fue para la entonces murga “los Nietos de Kika”. Como vio que el tema del calzado no prosperaba, se dedicó a la albañilería, primero por su cuenta y luego de encargado en una empresa, en esta última estuvo al menos durante 17 años (“en la que teníamos que hacer de todo”, nos contaba).
Cuando joven jugaba al fútbol, incluso estuvo en el Arucas Club de Fútbol. Con 18 años ya entrenaba a chicos jóvenes en La Goleta, de entre 14 y 16 años. Luego con 26 años se casó (en 1970) y se fue a vivir a Los Portales. Cuando se puso a vivir en Los Portales muchos padres y chicos sabían que don Antonio jugaba al fútbol, entonces le propusieron que si podía entrenar a los muchachos y formar un equipo de fútbol. Por lo que fundó el equipo del CD Los Portales, al principio era tanto entrenador como jugador. En sus comienzos el equipo jugaba en el campo de fútbol que los vecinos acondicionaron (limpiando, allanando, retirando las piedras…) en el Lomo Jurgón. El primer entrenamiento lo hizo un domingo por la mañana a los muchachos del barrio y primero tuvieron que allanar y acondicionar un terreno para que los quince o veinte que eran pudieran entrenar con ciertas condiciones. Pero ese no fue el único campo de fútbol que tuvieron que hacer, pues en total estuvieron en tres campos, uno en el Lomo Jurgón, otro en la urbanización Domingo Rivero y cuando el equipo ascendió de categoría tuvieron que jugar en el campo del Arucas. En este último campo tenía, junto con otros directivos, que llevar a los chicos en sus propios vehículos.
El CD Los Portales surge como equipo federado en 1975, cuando el barrio de Los Portales comenzó a expandirse y hasta el año 2000 estuvo colaborando con el mismo (todavía conserva el carnet de socio número uno de dicho equipo). En los años setenta colaboraba, como muchos otros vecinos, en la construcción del actual templo parroquial de San José Obrero. A la par que también comenzaron a crear la asociación de vecinos del barrio, de la que llegó a ser su vicepresidente y a la que cedía un local de su propiedad para hacer las reuniones, asambleas, celebración de actos, etc. También participaba activamente en las comisiones de fiestas del barrio. Nos llegó a decir que él se encarga o ayudaba con el cobro (junto con otros vecinos) de los recibos de los socios. Los sábados y también los domingos iba con su carpeta a recoger las cuotas de los socios. Más de una vez llegó a pagar de su bolsillo algunas cuotas de personas que no estaban al día, para que se pusieran al día y siguieran pagando. Cuando se inauguró la Iglesia de Los Portales, después de varios años de trabajo, vino hasta la “banda de Agaete”. De su etapa como entrenador reconoce que es muy serio en su trabajo, porque defiende la labor que desarrolla, pero también sabe que los chicos le apreciaban mucho (de hecho muchos de esos muchachos que ahora tienen entre 50 y 60 años lo llaman padrino). Era tan serio que los jugadores lo tenían que tratar de usted, como señal de respeto, pero él también trataba de usted a todos los niños. Llegó a entrenar al equipo cuando les faltaba el entrenador oficial para que no perdieran sesiones.
Durante la etapa del confinamiento don Antonio estuvo en su casa arreglando y reparando de todo, tantas cuestiones de electricidad, fontanería, albañilería, etc. Nos llamó mucho la atención su capacidad de trabajo, pues además de dedicarse a su oficio, de entrenar al CD Los Portales, organizar las fiestas, colaborar con la asociación de vecinos, etc., tuvo tiempo para construir una casa tanto a su hija, como a su hijo. Nos parece que es un claro ejemplo de buena persona que se compromete con su pueblo y su gente, poniendo su grano de arena para que esta sociedad sea mejor. Por esos dice: “yo creo que tengo demasiada educación y respeto desde que era pequeño. Antes se hacía una asamblea, de cualquier partido político, y se llenaba completamente de gente, porque lo que interesaba era el barrio, la gente iba por su barrio. Antes se trabajaba por el barrio, ahora por un puesto de trabajo. Lo más que me ha gustado ha sido el fútbol, pero para hacerse respetar hay que respetar primero”. Una nieta de don Antonio, Andrea Sánchez Falcón, es futbolista internacional, jugadora de la selección española absoluta femenina y, actualmente, milita en las filas del Fútbol Club Barcelona femenino.