Para hacer un análisis de la crisis del Estado es necesario que nos atengamos a la historicidad y a la estructura de la crisis, a las temporalidades inherentes a la crisis y a la composición de este acontecimiento, que se presenta abiertamente con fuerza destructiva, aunque también puede, como con las tempestades, destruir para crear nuevas condiciones de un nuevo ámbito natural. En el caso de la crisis del Estado, se trataría de un nuevo ámbito de relaciones políticas. Aunque también para tratar el tema de la crisis del Estado es menester referirse al carácter del Estado en cuestión, a la forma-Estado en consideración, pero también abrirse a sus posibilidades de modificación, de mutación y de cambio. La forma-Estado es como el continente de un contenido político, de una historia, de una estructura de poder, de un mapa de instituciones y de su orden de relaciones institucionales. La forma-Estado comprende al Estado como un horizonte comprende un paisaje.