La humanidad de Vallejo tiene que ver con sus órganos, con su cuerpo, con sus circulaciones, con sus percepciones, con sus catarsis, sus enfermedades, sus estados de salud y de alegría. El humanismo de Vallejo tiene que ver con las cosas que usan los humanos, vajillas, cuchara, ropa, color de la ropa; tiene que ver con los alimentos, el pan, las bebidas, el vino, sus sufrimientos, sus emociones, sus pensamientos. Es un humanismo comprometido, comunista, un humanismo de combate. De los más íntegros poemas, interpeladores y conmocionados, se encuentran los de España aparta de mí este cáliz. En el tercer poema, se rinde homenaje a Pedro Rojas, de Miranda de Ebro, padre y hombre, también marido y hombre, así como ferroviario y hombre. Pedro Rojas muere dos veces, lo matan dos veces.
Han matado a la vez a Pedro, a Rojas. Lo han matado al pie de su enunciado escrito con su dedo grande en el aire.