Gubernamentalidad y crisis de dominación

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Gubernamentalidad y crisis de dominaciĂłn RaĂşl Prada Alcoreza

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Índice: Prologo

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La máquina estatal en coyunturas de crisis

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Responsabilidad y continuidad de la revolución

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Gubernamentalidad clientelar y corrupta

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El bumerang de la forma de gubernamentalidad clientelar

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Funcionamientos de la maquinaria estatal

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Condiciones de imposibilidad y círculo vicioso del poder

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La concepción proyectada del mal

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Sintomatología de una economía política perversa

208

Genealogía de los carteles

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Prologo

Gubernamentalidad y crisis de dominación reúne ensayos recientes sobre la crisis múltiple y generalizada del sistema-mundo capitalista, interpretada como decadencia de la civilización moderna. De los nueve capítulos, solo dos han sido expuestos y difundidos en otros libros; se los ha incluido para darle compacidad al escrito que presentamos. Los ensayos traídos a la compilación del presente libro son La máquina estatal en coyunturas de crisis y Gubernamentalidad clientelar y corrupta. Los demás parten de las tesis vertidas en estos ensayos mencionados, desenvolviendo el análisis de los desenlaces inherentes y de los desenlaces realizados en los espesores de la coyuntura.

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El análisis de los espesores del presente, dados como acontecimientos, no solo busca dar cuenta de lo que acaece, por lo tanto, de interpretar, de la manera más cercana que se pueda a la complejidad dinámica de los acontecimientos, sino inmiscuirse, convocar, llamando a los pueblos a intervenir e involucrarse en la incidencia respecto a los procesos. La convocatoria es a la potencia social de los pueblos; el activismo del que forma parte esta escritura nómada se propone, mediante acciones de interpelación colectiva, liberar la potencia social, que es la potencia de la vida. En esta perspectiva, se plantea las preguntas de cómo continuar la revolución y de cómo salir del círculo vicioso del poder, que han marcado el ritmo y repetido el formato de la historia política y social de la modernidad. En este sentido sugiere hipótesis prospectivas, no solo de interpretación sino de acción.

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La mรกquina estatal en coyunturas de crisis

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¿Cómo funciona la maquinaria estatal en momentos de crisis? ¿Cómo engranan las mallas institucionales con las formaciones discursivas, sobre todo, cuando se trata de la norma, la ley, la Constitución? ¿Cómo se relacionan todos los aparatos de Estado; los aparatos administrativos, los aparatos representativos, los aparatos ideológicos, los aparatos coercitivos? No parece que las respuestas puedan ser generales, como si le sucediera a todo Estado en coyunturas de crisis; mas bien, parece que hay que encontrarlas en el análisis no solamente de distintos contextos y en diferentes coyunturas, sino en coyunturas específicas y respecto a crisis concretas. La crisis del Estadonación de la República Bolivariana de Venezuela nos da la ocasión de hacer esto; de observar el funcionamiento de la maquinaria estatal en momentos de crisis.

Vamos a ingresar con una pregunta: ¿Qué implica que a dieciocho años de la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se 6


convoque, por parte del gobierno, a una nueva Asamblea Constituyente, en plena coyuntura de crisis? No queremos responder a la pregunta de por qué se hace, sino a la pregunta de cómo funciona cuando se lo hace. En este caso, no parecen ser los referentes principales los discursos, que se los usa más como medios de justificación y de denuncia, en la coyuntura de crisis, que de instrumentos de deliberación y concurrencias comunicativas. Lo que parece más apropiado tener como referentes son las acciones, las prácticas, los movimientos, de los aparatos estatales; también observar como concuasan o no las partes de estos desplazamientos. Intentaremos una primera aproximación al respecto.

Para comenzar anotaremos, como observación, que una Constitución no puede durar solo dieciocho años; es un tiempo muy corto como para cambiarla. Sobre todo, lo que más llama la atención es que quiere ser cambiada por los 7


mismos que promulgaron la Constitución de 1999. Para empezar no parece coherente hacer la convocatoria a una nueva Asamblea Constituyente tan pronto. Hemos dicho que no vamos a responder a la pregunta de por qué se lo hace – esto, de alguna manera, lo expusimos en ensayos anteriores 1 -, sino a la pregunta de cómo funciona el aparato estatal cuando se lo hace.

En un escenario político donde la Asamblea Legislativa, uno de los poderes del Estado, se encuentra en manos de la llamada “oposición”, además controlada por mayoría absoluta, y los otros poderes del Estado se encuentran en manos del oficialismo “chavista”, salvo la disidencia crítica e interpeladora de la Fiscalía General de la República, la convocatoria a la Asamblea Constituyente es el recurso del gobierno para salir de la crisis. Lo que tampoco parece coherente, pues, mas 1

Ver Devenir y realidad. También Convocatoria de la vida. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/devenir_y_realida d_2. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/convocatoria_de_ la_vida_2.

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bien, parece, que se encamina ahondar la crisis. El ejecutivo, el Tribunal Constitucional y el Tribunal Electoral avalan y operan en función de la realización de la convocatoria; el legislativo la rechaza y señala la inconstitucionalidad de la convocatoria. La Fiscal General observa la ilegalidad de la acción y el prevaricato del Tribunal Constitucional, así como la complicidad en el acto, que no solo es inconstitucional, sino atentatorio contra la revolución bolivariana, la Constitución, emergida de la revolución, y contra la República Bolivariana de Venezuela. Todo esto se da en un contexto de continuas movilizaciones, sobre todo de jóvenes, que se oponen a la convocatoria a la constituyente; antes, movilizaciones opuestas al desconocimiento de la Asamblea Legislativa por parte de los otros aparatos del Estado, salvo la Fiscalía General de la República, que observó el quiebre constitucional cuando se declaraba esta medida, que busca materializar el desconocimiento de la Asamblea Legislativa. Las movilizaciones ya han incorporado a parte de los 9


sectores populares, aunque otra parte importante sigue sino apoyando completamente al gobierno, por lo menos, parcialmente o incluso inmovilizado por el asombro.

La crisis múltiple ha llegado a intensidades altas y se ha extendido por todo el país; la crisis económica, la crisis social, la crisis política, la crisis del Estado, se suman, se acumulan y refuerzan, planteando un panorama insostenible, donde las fuerzas oficialistas y las fuerzas de la “oposición”, actúan. Además de la movilización de otras fuerzas, que ya se han pronunciado, como la de exministros de los gobiernos de Hugo Chávez, intelectuales críticos de izquierda, la Fiscal General, acompañados por movilizaciones populares que interpelan al gobierno.

En este panorama, el oficialismo recurre a todo lo que tiene a mano para incidir en el decurso del acontecimiento político, buscando controlar la situación 10


desbordante, e imponer la voluntad gubernamental. Sus recursos de emergencia ya han salido a las calles a reprimir las movilizaciones; la guardia nacional, la milicia, parte del ejército, aunque solo sea fragmentaria y de manera disuasiva. Es más, ha militarizado el conflicto, calificando a las movilizaciones como “traición a la patria”, y juzgando a los detenidos en tribunales militares y no en tribunales civiles, como corresponde.

El panorama internacional no parece favorable al gobierno y a las políticas implementadas. Las observaciones y los llamados a “retornar” a las condiciones institucionales establecidas y a las reglas del juego democrático, vienen de la OEA; aunque UNASUR apoya al gobierno de Nicolás Maduro. También las interpelaciones vienen de otros gobiernos, mas bien, afines al neoliberalismo; aunque en las interpelaciones ya están involucrados organismos de otra índole, como los organismos de defensa de derechos 11


humanos. Así mismo ha circulado y difundido una carta de intelectuales críticos de izquierda del mundo, que llama a la paz, al respeto a los derechos humanos, sociales, políticos, conquistados por la revolución; observando la escalada de violencia en la que se ha embarcado el gobierno. Como en contraposición, también ha circulado, como respuesta a la carta mencionada, acudiendo en apoyo del gobierno de Maduro, otra carta, suscrita por intelectuales de “izquierda” no críticos.

La Fiscal General ha observado que la convocatoria peca por no acudir a un referendo, como ocurrió con la convocatoria a la anterior Asamblea Constituyente, tal como establece la propia Constitución. Además de proponer mecanismos y formas de representación, que no corresponden al voto universal. Algunos analistas políticos han dicho que con esta forma de elegir representantes a la constituyente, valorando el voto del campo, territorializando y dividiendo la votación en las ciudades, lo que busca el 12


oficialismo es controlar la Asamblea Constituyente; otros analistas dudan que incluso pueda el gobierno conseguirlo, dada la mermada convocatoria del gobierno y del partido oficialista. En cambio, otras interpretaciones ideológicas dicen que con esta convocatoria se busca “radicalizar la revolución”.

El funcionamiento de la maquinaria estatal en ausencia de la crisis, por lo menos, con características patentes y hasta desbordantes, parece definido por la Constitución, el sistema de leyes, de normas, de regulaciones, de procedimientos institucionalizados. Aunque haya desviaciones imperceptibles o si se quiere perceptibles, empero, a una escala pequeña, local, de una manera circunstancial. Todos parecen entender que las reglas del juego democrático, en su condición restringida, institucional, están claras; que vulnerarlas corresponde a delitos tipificados. Aunque ocurra esto, el incumplimiento, lo que 13


pasa no es considerado como que la vulneración al ordenamiento constituido, en las escalas que se da, destruye la regularidad institucional. Distinta es la situación cuando se extienden y proliferan las prácticas de la vulneración; como si lo irregular, la vulneración sistemática a la Constitución, se haya vuelto una constante, convirtiendo al orden constituido en un orden destituido.

Cuando la crisis del Estado o de un orden constituido llega a intensidades y extensidades demoledoras, en algunas situaciones convulsionadas se llega a la catarsis, a lo que se nombra como revolución. En algunas de estas revoluciones se plantea como tarea ineludible la convocatoria a una Asamblea Constituyente, para dar lugar a otra estructura jurídico-política, que haga de sostén instrumental jurídico e institucional del Estado. Esto ha ocurrido con las guerras de la independencia en el continente; solo que, en este caso, se salía del orden colonial instituido para ingresar al ordenamiento de la república, 14


al ordenamiento liberal. Las revoluciones socialistas han destruido el antiguo régimen y han instituido el nuevo; solo después de hacerlo lo han constituido; es decir, escrito una Constitución Socialista y promulgado. Las llamadas “revoluciones progresistas”, que son, mas bien, en pleno sentido de la palabra, reformas progresistas, se han propuesto, primero, darse una Constitución nueva, para después instituirla. El balance de lo acontecido nos dice que, después de promulgada la Constitución, se quedaron en el camino; sin haber destruido el antiguo régimen, el viejo Estado-nación subalterno.

Lo que llama la atención es la reciente convocatoria a una Asamblea Constituyente por parte del gobierno de Nicolás Maduro, en una coyuntura, que no puede calificarse de revolucionaria. Se trata de la defensa del gobierno, del régimen de transición, en crisis y en descalabro; defensa ante la arremetida de la “oposición”, acompañada por movilizaciones, que no todas pueden 15


atribuirse a su convocatoria, la de la “derecha”. Sino, mas bien, a la crisis social, al hambre, a la galopante inflación, al desabastecimiento, a la falta de medicamentos; haciéndose patente la ineficacia administrativa oficialista. ¿Qué clase de convocatoria es esta? ¿Qué clase de Asamblea Constituyente derivaría de esta convocatoria? Resulta que la convocatoria a la Asamblea Constituyente y la misma Asamblea Constituyente se convierten en dispositivos políticos para vadear la crisis, para sacar al gobierno de sus atolladeros. Con esto se ha disminuido el alcance de la Asamblea Constituyente, convirtiéndola en una herramienta para uso improvisado del oficialismo. Por más que se diga que se busca la “profundización de la revolución”.

¿Cómo puede darse la “profundización de la revolución” cuando, más bien, los síntomas señalan claramente una regresión y hasta una decadencia política? ¿Cómo puede “profundizarse la revolución” cuando no hay entusiasmo 16


popular, cuando el pueblo no participa de esta “profundización revolucionaria”? ¿O es que se considera que en una crisis como la que se sufre, es el partido, es la burocracia estatal, la que se hace cargo de la “profundización”? Por lo menos, eso es lo que parece entenderse de las alocuciones deschavetadas de los voceros de la convocatoria.

Entonces, se puede decir que la maquinaria estatal funciona como heurística de fuerzas, en el uso directo del empleo de la fuerza, no de la ley, ni tampoco de la deliberación democrática, menos de la concurrencia democrática, donde las mayorías votantes verifican la selección hecha por los electores. La maquinaria estatal ingresa al campo de batalla, ya no se sitúa en el campo político. Todos los dispositivos se emplean en el campo de batalla; desde los dispositivos de emergencia, el ejército, la policía, la guardia nacional, la milicia, hasta los dispositivos discursivos, los dispositivos ideológicos, pasando por los dispositivos de los órganos de poder 17


del Estado. Los discursos que quieren justificar las medidas de emergencia tomadas, que argumentan buscando la legitimidad de los actos, que usan mecanismos legales, de manera distorsionada, por lo menos, no establecida ni reglamentada, también son dispositivos discursivos empleados como mecanismos de fuerza. No son democráticos.

En el campo de batalla, entonces, lo que prepondera es el choque de fuerzas, no el choque, si se quiere, de ideas; tampoco de legitimidades demandadas. En consecuencia, la coyuntura venezolana se desenvuelve en el campo de batalla; si se quiere, se pugna en las calles, no en las instituciones conformadas para transferir el choque de fuerzas al espacio de las deliberaciones, de las decisiones por mayoría. Si el gobierno emplea los órganos de poder del Estado, que controla, lo hace usándolos como dispositivos de fuerza, no de manera democrática, mucho menos buscando consensos. 18


Se puede decir que también la “oposición” se ha volcado a las calles a definir la correlación de fuerzas, aunque también recurra al discurso democrático para hacerlo, al referente de la Constitución para ungir de legitimidad a sus acciones. En el fondo, todos entienden que se trata del campo de batalla. También ya se ha involucrado en el campo de batalla el sujeto social conocido de las movilizaciones sociales anti-sistémicas, el sujeto popular, precisamente por los alcances de la crisis social. Hay, por lo menos, simplificando, tres corrientes de fuerzas involucradas en el campo de batalla; la corriente oficialista, la corriente de la “oposición”, la corriente popular.

Un balance somero de la correlación de fuerzas en el campo de batalla parece mostrar, mas bien, un estancamiento; algo así como un equilibrio instable de las fuerzas que chocan. Algunos analistas dirán que, de todas maneras, el gobierno se va imponiendo por la fuerza y el 19


recurso estatal a mano, al obstaculizar el funcionamiento de la Asamblea Legislativa, al postergar las elecciones legislativas, al avanzar en su empeño por preservarse, al convocar a la Asamblea Constituyente, haciendo mover sus dispositivos de poder. Otros analistas dirán que la crisis ha llegado tan lejos que ya no puede sostenerse el “régimen chavista”, que le queda poco tiempo. Otros analistas quieren encontrar una salida, en algo así como una tercera opción, que continúe el proceso de cambio, en manos del pueblo empoderado, que se salga de la escalada de violencia, que se logre la pacificación, mediante consensos.

¿Cuál es el problema? No nos vamos a preguntar sobre la viabilidad de cada uno de los proyectos políticos, envueltos en el campo de batalla; sino vamos a considerar hipotéticos escenarios, evaluando sus implicaciones, si lograran, cada una de las corrientes de fuerza, en la correlación de fuerza, imponerse.

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Comenzaremos gubernamental.

con

el

proyecto

¿Si el gobierno de Nicolás Maduro se logra imponer, se “profundiza la revolución”, como dicen? No parece haber condiciones de posibilidad para que ocurra esto. La revolución bolivariana ya declinaba antes del fallecimiento de Hugo Chávez; Nicolás Maduro, al ser elegido presidente, hereda lo que ya venía gestándose, la crisis del proceso de cambio, con todas las secuelas que trae; la crisis económica, la crisis social, la crisis política. El nuevo presidente, sucesor de Hugo Chávez intenta, al principio, implementar medidas de equilibrio económico; empero esto, implicaba hacer pagar el costo de los desaciertos al pueblo. No le aceptaron estas propuestas, ni las bases, ni el pueblo, tampoco el partido, que no estaba dispuesto a que su imagen se deteriore. Aceptaron los gobernantes, representantes oficialistas por mayoría, el partido, sobre todo, la cúpula, por seguir por el mismo camino; no 21


exactamente el de la revolución bolivariana, que se dio antes y después de la Constitución; sino el camino de la forma gubernamental clientelar. El costo de esta decisión ya la conocemos, la crisis múltiple desatada del Estado-nación; la merma de la convocatoria, hasta el punto de haber perdido las elecciones legislativas de una manera catastrófica, quedando en manos de la “oposición” el control del Congreso.

El “chavismo”, como expresión política e ideológica de la revolución bolivariana, experimenta lo que toda expresión y organización política revolucionaria experimenta en el poder. Al principio, de una manera imperceptible, se dan los síntomas del estancamiento del proceso revolucionario; sobre todo, debido al campo gravitante del poder. El poder, es una heurística, compuesta de máquinas de guerra, maquinas económicas, maquinas administrativas, maquinas ideológicas, que funciona de acuerdo a las lógicas de dominación. Creer que el poder puede ser una herramienta neutral, 22


que se puede usar para transformar, es la muestra o de mayor ingenuidad política o de mayor cinismo. Las lecciones de las revoluciones dadas en la modernidad no fueron aprendidas, ni asumidas.

Es un absurdo estigmatizar a los gobernantes, encargados de llevar adelante la gestión “revolucionaria”, culparlos de “traidores”, como lo hace cierta “izquierda” radical. Si no hubieran sido ellos, con nombre y apellido, hubieran sido otros. Para decirlo de una manera dramática, buscando la ilustración en la exposición, al poder no le interesa quién, si es de “izquierda” o de “derecha”, si es de una “izquierda” más consecuente o menos consecuente; lo que le importa es que el poder continúe con su reproducción, que nombramos como círculo vicioso del poder. La solución del problema no es encontrar culpables, sino salir del círculo vicioso del poder.

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Volviendo a las condiciones de posibilidad en la coyuntura álgida, el partido también sufrió las mutaciones, ocasionadas por las relaciones perversas con el poder. Los antiguos militantes de la revolución bolivariana, sobre todo, los templados en la lucha, fueron arrinconados y, después, desplazados. Una camada grande de oportunistas ingresó, cuando quedó claro quién mandaba. Ciertamente, no podemos caer tampoco en estigmatizaciones, pues también ingresa gente que cree que se ha abierto otro horizonte, que hay esperanza en los cambios, se puede tener expectativas y apostar a ellas. Pero, la gente, sobre todo jóvenes, que ingresan entusiastas y esperanzados, convencidos que asisten a una revolución, no tienen la experiencia de los militantes templados. También, hay que decirlo, quedaron algunos grupos de militantes curtidos; empero, tuvieron que bajar la cerviz, no hacer conocer sus observaciones, para no ser tildados como “contra-revolucionarios”, en el mejor tono, como “débiles”, precisamente por los oportunistas, quienes hacen gala de su “consecuencia”, de una manera 24


estridente. Sin embargo, en estas condiciones, de la marcha del proceso político, que cuando llega a su punto de inflexión, a partir del cual comienza su regresión y después su decadencia, es difícil revertir la tendencia de la curva del proceso.

En consecuencia, no se cuenta con un “partido revolucionario”, según la jerga bolchevique, sino un partido clientelar, que sustituyó la capacidad de convocatoria, por la cooptación clientelar. Ésta, obviamente, no es una condición adecuada para “profundizar la revolución”. Se tiene un gobierno entrampado en sus tejes y manejes, los de la corrosión institucional, acosado por la crisis, sobre todo, económica; atiborrado de elocuentes incapacidades. Incapacidades manifiestas, desde la administración de las empresas públicas, hasta la incapacidad de distribuir medicamentos y alimentos a la población. Este gobierno solo tiene la pretensión discursiva de ser “revolucionario”; sus prácticas dejan mucho que desear. Las 25


marchas o contra-marchas oficialistas llenan las calles de funcionarios, de partidarios, aunque también de sectores populares beneficiados, así como controlados. Este no es el perfil ni el contenido de un pueblo que “profundiza la revolución”. El ejército bolivariano, que ciertamente ha cambiado mucho, en comparación con el ejército anterior a la revolución bolivariana, es, en el mejor de los casos, el brazo armado; empero, la “profundización de la revolución” no se efectúa solo con el brazo armado. Se requiere de la cohesión movilizada y entusiasta del pueblo, de su participación y formación. Esto último brilla por su ausencia.

Ya hemos hablado del falso dilema que se define esquemáticamente y simplonamente como o se defiende el “gobierno revolucionario” o se cae en las garras del “imperialismo”. Nos remitimos a lo escrito2. ¿Qué implica defender el 2

Revisar Devenir y realidad; también Convocatoria de la vida. Ob. Cit. También se puede consultar Encrucijadas históricopolíticas.

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“gobierno revolucionario”? No implica otra cosa que defender la regresión, la decadencia, el deterioro de la revolución, la impostura, la simulación, que, mas bien, coadyuvan a fortalecer a la “derecha” y al “imperialismo”. Es apostar a la derrota de la revolución o de lo que queda de ella; que nace, como toda revolución, con los actos heroicos que efectúa apasionadamente el pueblo. Estas derrotas son muy costosas, pues desarman, destrozan, desmoralizan al pueblo; esto ocurre después de cuando se estaba en el gobierno, cuando se destruyó sus capacidades de lucha, al convertirlo en sumiso al discurso del caudillo. Se requiere de tiempo para que la vitalidad del pueblo vuelva a escena.

El otro escenario corresponde al de si la “oposición” logra imponerse en la correlación de fuerzas y definir el decurso que viene. Si esto ocurriera, ya tenemos ejemplos, en el período, con los gobiernos https://pradaraul.wordpress.com/2015/12/02/encrucijadashistorico-politicas/.

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de Mauricio Macri, en Argentina, y de Michel Temer en Brasil. Es la otra versión del círculo vicioso de poder, la versión neoliberal. La versión que no ofrece promesas, sino que toma la pose técnica, que responde “objetivamente” a lo que hay que hacer. Hacen lo que hicieron antes los gobiernos neoliberales, que ocasionaron la crisis social, también la crisis económica, entregando los recursos de país a las empresas trasnacionales, endeudando al país; deuda que paga el pueblo. Privatizando todo lo que se puede, desplegando políticas antisociales y contra los trabajadores. Al respecto, la posición crítica es clara; en pie de lucha contra el neoliberalismo. Sin embargo, la argumentación del chantaje es tan elemental y pedestre al plantear el dilema: ¡o nosotros o ellos! Se les responde ni ellos ni ustedes, pues ustedes se parecen tanto a los otros, salvo sus discursos; que sean ellos o ustedes, resulta, a la larga, lo mismo.

El tercer escenario, es el más difícil de cumplirse, pues el pueblo, hijos y nietos 28


del caracazo, se encuentran divididos, además de asombrados por el decurso de los acontecimientos. Una parte del pueblo todavía defiende el “chavismo”; no puede renunciar a sus esperanzas, aunque ya no haya expectativas. Otra parte ha quedado inmovilizada por el asombro, el desconcierto y de desencanto. Otra parte, se moviliza contra la simulación de disfrazados en “revolucionarios”. Los intelectuales críticos de izquierda y los ex-ministros de gobiernos de Hugo Chávez, sumando a la participación interpeladora y valiente de la Fiscal General, reaccionan, pero un poco tarde; lo mismo tenemos que decir de los intelectuales críticos de izquierda del mundo. Sin embargo, parece que por aquí se encuentra la oportunidad de una salida, de salir del círculo vicioso del poder, donde orbitan tanto la “izquierda” oficial y la “derecha” opositora.

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Responsabilidad y continuidad de la revoluciรณn

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Un refrán popular conocido dice no críes cuervos que te sacaran los ojos. Friedrich Nietzsche decía que lo peor que se puede tener son discípulos; nosotros continuábamos con esta apreciación; decimos que los discípulo convierten en momia disecada al maestro, que es una forma de matarlo, aunque cantando loas. Lo que pasa en Venezuela se parece a todo lo que dicen estos refranes; quizás se tenga que hacer una precisión correspondiente. Los seguidores del caudillo, más elocuentes en la idolatría, matan al caudillo por segunda vez; matan su legado.

La revolución bolivariana tiene varios hitos. Primero, su substrato, de donde nace y emerge; del magma volcánico del caracazo. Segundo, de la irradiación de este acontecimiento de sublevación social. Tercero, su condensación en actitudes políticas, que buscan la realización de las demandas sociales del caracazo. En el caso singular, se condensa en un levantamiento militar, que intenta continuar la irradiación del 31


caracazo por la vía de las armas; esta vez, un golpe de Estado nacionalista. Cuarto, después del fracaso del golpe de Estado y su represión, además del encarcelamiento del líder, la condensación se da en un frente popular bolivariano, que disputa en las elecciones nacionales, la representación institucional de la democracia formal. Esta condensación surte; accede al poder por la vía electoral. Quinto, se abre un proceso constituyente, que deriva en una Asamblea Constituyente y, en consecuencia, en una Constitución, que funda la quinta República; la República Bolivariana de Venezuela. Con el marco jurídico-político se apertura el comienzo la las trasformaciones estructurales e institucionales, que establece la Constitución.

Estos son los hitos de la revolución bolivariana. Pero, como toda revolución, no solo se embarca ante desafíos, diremos, histórico-políticos, sino también, enfrenta el contra-proceso, que anida en sus propias entrañas; la parte 32


conservadora de la revolución3. La contra-revolución se abre curso en el mismo proceso revolucionario. No hablamos de lo más conocido, de las resistencias conservadoras de las organizaciones, formas de poder, representaciones, derrocadas; no hablamos de la conspiración y boicot de la denominada “derecha”. Sino hablamos de algo que no se menciona, por lo menos, en los “análisis” apologistas de la “revolución”. Hablamos de la contrarevolución que lleva máscara “revolucionaria”.

Esa es la contra-revolución más eficaz. Pues la contra-revolución de la “derecha” es contenida; la revolución goza de cohesión y fuerzas sociales aglutinadas, de la movilización popular, además del entusiasmo y confianza popular. La contra-revolución de “izquierda”, denominándola así, para mantener contrastes, es demoledora, pues se encuentra adentro; desarma desde 3

Ver de Raúl Prada Alcoreza Potencia y trama política. Amazon; Libros.

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adentro, carcome el proceso desde el interior mismo de las organizaciones, que conforman la misma revolución. Se hace la contra-revolución a nombra de la revolución; además con declaraciones más rimbombantes y mostrando lealtades más demostrativas, por la fidelidad con la “revolución”. Esto desarma, de entrada, la posibilidad de reacción inmediata contra esta contrarevolución de “izquierda”. La única posibilidad, por así decirlo, exagerando la figura, de detectar este contra-proceso, es la crítica, la defensa crítica de la revolución en marcha.

Por eso, la burocracia, que se ha hecho cargo de la institucionalidad de la revolución en el poder, es decir, en el Estado, prohíbe cualquier crítica, declarándola, además, de “contrarevolucionaria”, de coadyuvar a la “conspiración” de la “derecha” y el “imperialismo”. La burocracia no puede permitir un debate sobre el curso de la revolución, sus problemas, los errores contingentes, las interpretaciones de 34


cómo seguir. Para la burocracia todo está resuelto; la interpretación oficial es la verdadera; no hay duda. La duda es “contra-revolucionaria”. Hay que ser implacables, estar templados como el acero. Esta mistificación del “militante revolucionario” es ya un síntoma de caer no solo en la apología banal, sino en la religión laica de la política, que es la ideología.

La contra-revolución de “izquierda” es el caballo de Troya; está dentro de la fortaleza de la revolución, para seguir con la metáfora. Esta es la condición de imposibilidad de la revolución y del proceso de cambio; condición que obstaculiza la marcha de la revolución; que inhibe sus fuerzas, que inmoviliza su potencia, que restaura los conservadurismos recalcitrantes, investidos por disfraces revolucionarios. Por eso, la revolución, al principio, ralentiza su marcha, después se detiene, para luego comenzar la regresión, hasta caer en la decadencia.

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La revolución bolivariana, después de la promulgación de la Constitución, ha sido ralentizada por la burocracia; después, detenida; para luego, desmantelarla por el camino de la regresión. Ahora se encuentra en plena decadencia; ha cruzado la línea, se encuentra al otro lado de la vereda, enfrentando al pueblo.

Este, más o menos, es el perfil compartido por las revoluciones en la modernidad, salvo las excepciones que confirman la regla, que llegan a ser una. Vuelve a repetirse con las reformas progresistas; pues son eso, aunque les demos el nombre de “revolución”. Las revoluciones destruyen el viejo régimen y construyen un nuevo contexto institucional y estructural. Las reformas progresistas no destruyeron el viejo régimen, sino, en el mejor de los casos, concluyeron las tareas pendientes de la construcción y consolidación del Estadonación. Las revoluciones del socialismo real, que son las revoluciones socialistas efectuadas, las que permitieron las correlaciones de fuerza, destruyeron el 36


viejo Estado y construyeron uno nuevo. Con eso creyeron que bastaba para continuar con las transformaciones estructurales; empero, la ironía de la historia fue que el nuevo Estado restauró el monopolio del poder; con este monopolio, abrió otro curso a las desigualdades y a la formación de nuevas clases dominantes; no necesariamente propietarias de los medios de producción; pero sí administradoras de los medios de producción del Estado socialista. Sobre todo, propietaria del manejo estatal, de la difusión ideológica; por lo tanto, de la propaganda. Particularmente, podemos hablar del monopolio de la interpretación oficial, la verdadera.

Con esto, la revolución pierde su ímpetu desbordante, su capacidad creativa y su potencia social desplegada. La “revolución” es propiedad, por así decirlo, de la nomenclatura, de la jerarquía del partido-Estado que ha convertido al Estado en un partido. La revolución ha sido vencida por la contra-revolución que llevaba dentro. 37


La experiencia social política enseña estas duras lecciones, que deberían haber sido aprendidas. Empero, no ocurre esto. Al contrario, se insiste en repetir lo mismo; casi los mismos discursos; mejor dicho argumentos; los de la propaganda ideológica; ciertamente adquiriendo particularidad, según los contextos y coyunturas. No tendría explicación esta insistente recurrencia de lo mismo si no se observa detenidamente lo que ocurre en las formas y estructuras del proceso revolucionario. No son los mismos los que hacen, para decirlo resumidamente, la revolución, y los que se aprovechan de ella. Los segundos son los que gobiernan, generalmente, salvo la excepción que confirma la regla. Entonces, resumiendo, unos luchan y otros gobiernan. Los que insisten en la reiteración de errores, que convierten en verdades indiscutibles, oficialmente, son pues los segundos; no los primeros, que a las alturas de cuando sucede esto, ya están arrinconados. No es éste, sin embargo, nuestro tema, ahora; lo fue en otros ensayos 4. El tema, 4

Ver de Raúl Prada Alcoreza Paradojas de la revolución. Amazon: Libros.

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ahora, es interpretar, en lo posible, lo que ocurre en la República Bolivariana de Venezuela, en la coyuntura álgida de la crisis política. Al respecto, diremos algunas apreciaciones contextuales.

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Periplo de la revolución bolivariana

Primero, la revolución bolivariana reproduce el perfil de los decursos de los procesos revolucionarios, anteriormente dibujados. Solo que lo hace, ciertamente, con su propia singularidad, la nacional. Segundo, respondiendo a la pregunta que se hizo de Rosa Luxemburgo de reforma o revolución5; diremos que si bien es una reforma, desde la perspectiva de las transformaciones estructurales e institucionales, sobre todo, en lo que respecta al Estado-nación, concretamente, situándonos en el hecho que no se destruyó el Estado liberal, es una reforma. Sin embargo, desde la perspectiva de la eclosión social, de la movilización social, del empoderamiento de las clases subalternas, de la avalancha y el desborde de la movilización social, que acompañó al proceso, es una revolución.

5

Ver de Rosa Luxemburgo Reforma o revolución. Obras escogidas. Izquierda revolucionaria. Marxismo.org.

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Tercero, que el proceso de la revolución bolivariana nos enseña, volviendo a la pregunta de Rosa Luxemburgo, que revolución es un concepto, pero también es una expresión metafórica, ciertamente figurativamente connotativa, con mutaciones y repercusiones transformadoras en el imaginario social. Que si bien parte de un modelo, en este caso, la revolución francesa, adquiere peculiaridades en el decurso de las creaciones de las sublevaciones populares. El marxismo, sobre todo el marxismo bolchevique, el leninista, consideraba que el Estado socialista, concebido como dispositivo revolucionario de transición, debe efectuarse como dictadura del proletariado. Concepto que nada tiene que ver con la interpretación vulgar de que se trata de una dictadura por el empleo de la violencia, aunque se la llame “revolucionaria”. Etienne Balibar dedicó un libro al esclarecimiento e interpretación de este concepto históricopolítico de la dictadura del proletariado 6. 6

Ver de Etienne Balibar Sobre la dictadura del proletariado. Siglo XXI; Madrid 1977.

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Retomando la interpretación de Balibar, que habla, mas bien, del ejercicio de una democracia efectiva – dejando de lado la interpretación vulgar -, en la transición del capitalismo al socialismo, creemos que la interpretación bolchevique tiene serios problemas, para sostener el concepto. Vamos a intentar resumir nuestros argumentos, que no son el tema de la reflexión del ensayo, remitiéndonos, mas bien, a otros escritos.

Primero, la dictadura del proletariado, en el concepto vertido por Vladimir Ilich Lenin e interpretado por Balibar, supone el Estado socialista. Este es el problema crucial; usar el Estado para realizar la continuidad de la revolución. Consideramos, teniendo en cuenta la experiencia social política, de que usar el Estado para luchar contra el capital es usar la otra cara del capital, que es el Estado, para hacerlo. Entonces el proyecto es un fracaso antelado. Este es el error bolchevique de partida.

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El concepto de dictadura del proletariado es un concepto que legitima la violencia, que no deja de recordarnos a la violencia de las clases dominantes. Como dice el mismo Lenin, el Estado es la dictadura de la clase dominante. Retomando a Balibar, si bien se trata de la dictadura de la mayoría, que no es más que la mayoría imaginaria, pues los bolcheviques, que significan lingüísticamente mayoría, no eran mayoría en los soviets. Por otra parte, el proletariado no era mayoría en la formación social del imperio zarista desmoronado. Una minoría, que se atribuye la representación del proletariado, sobre todo, después de masacrar a la vanguardia del proletariado y de la revolución, los marineros y organizaciones proletarias de Kronstandt, no ejerce la dictadura del proletariado, sino termina ejerciendo la dictadura de una minoría, el partido bolchevique.

Por más buenas intenciones que hayan tenido los bolcheviques, con llevar adelante esta dictadura de una minoría militante, que llamaron dictadura del 43


proletariado, además, teniendo en cuenta los resultados del comunismo de guerra, que venció en la guerra civil desatada por las potencias imperialistas e intervencionistas, la dictadura del proletariado se convirtió en un bumerang para la revolución socialista. La dictadura del proletariado se ejerció violentamente contra los estratos abigarrados del campesinado ruso, que no solo eran los kulaks; es decir, contra la alianza de la proclamada articulación obrerocampesina, en las tesis orientales. Después, contra los propios bolcheviques sobrevivientes de la guerra civil, pasando por el asesinato de los bolcheviques del comité central del partido comunista. En consecuencia, la dictadura del proletariado resultó un dispositivo contrarevolucionario, en manos de una burocracia mediocre y despiadada.

En el caso venezolano, no es pues un buen argumento sostener el tesis de la dictadura del proletariado para legitimar las acciones de un partido, que en nada se parece al partido bolchevique de la 44


revolución rusa, y de un gobierno, que está lejos del papel cumplido por los gobiernos bolcheviques, en la primera etapa estatal de las transformaciones estructurales e institucionales del Estado socialista. Mucho menos aun cuando su interpretación del concepto de la dictadura del proletariado no es ni la de Lenin y menos de la sugerente de Balibar, sino una banalidad parecida a lo que conciben los dictadores militares latinoamericanos.

Los devaneos del marxismo vulgar son prosaicos y elementales. Confunden el marxianismo, llamado materialismo dialéctico y materialismo histórico, con los prejuicios fijados del positivismo burgués; es decir, del materialismo burgués, al estilo de Paul Heinrich Dietrich, barón de Holbach7. Confunden la dictadura del proletariado con el uso de la violencia brutal, de la misma manera que cualquier dictador militar conservador. No se puede esperar de ellos otra cosa 7

Ver de Paul Heinrich Dietrich, barón de Holbach Sistema de la naturaleza. Editorial de Ciencias Sociales; Habana 1989.

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que su creencia en que la “revolución” es obediencia, disciplina y ausencia de crítica. Es imposible tomar en serio estos devaneos de gente que balbucea el marxismo y se proclama elocuentemente “marxista”. Lo que interesa, es reflexionar sobre los conceptos construidos por los bolcheviques para interpretar la realidad social, política y económica específica de Eurasia, que ayude a llevar adelante la revolución. Estos conceptos, los del marxismo bolchevique, los de las tesis orientales, su decodificación, brillan por su ausencia en los discursos y devaneos del marxismo vulgar.

Ahora bien, volviendo a la crisis del proceso de cambio de la revolución bolivariana, vemos que un marxismo vulgar, imbricado, barrocamente, con imaginarios mesiánicos triaviales, con representaciones religiosas elementales, sobre todo evangelistas, se convierte en el modelo entremezclado del discurso del partido oficialista y del gobierno. Lejos de las reflexiones comprometidas de la 46


teología de la liberación, mucho más lejos de las interpretaciones histórico-políticas de la izquierda nacional latinoamericana8, mucho más lejos de los análisis y las tesis orientales bolcheviques, rusas y chinas, se proclaman herederos del acontecimiento carismático, nacionalista y social, de Hugo Chávez; además de proclamarse herederos de las revoluciones socialistas. Estas pretensiones son eso, pretensiones, además insostenibles, dadas sus triviales interpretaciones de sus recursos discursivos, esquemáticos y simplones; fuera de sus acciones atroces, que ya se acercan a la brutalidad de las dictaduras militares reaccionarias.

La discusión con el marxismo es importante, pero, hablamos del marxismo bolchevique y del marxismo crítico; no de esta impostura balbuceante, que se proclama “marxista”,

8

Ver de Jorge Abelardo Ramos El marxismo de Indias. Izquierdanaconal.org. e-mail: contacto@izquierdanacional.org. web: www.izquierdanacional.org.

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aprovechando el prestigio ideológico del paradigma revolucionario. Estos temas no se pueden resolver como en el campo deportivo, por así decirlo, donde basta ponerse la camiseta y defenderla con cualquier clase de argumentos, sostenidos solo por la pasión a la camiseta. Es eso lo que parecen entender estos revolucionarios de pacotilla9. Es indispensable distinguir con quienes se discute. De ninguna manera se desmerece el aporte del marxismo teórico y militante, mucho menos del marxismo crítico; pero, considerar marxismo a los balbuceos vulgares del “marxismo” vulgar es otra cosa.

La revolución bolivariana no deja de ser una revolución por lo que ocurre en la coyuntura dramática, la usurpación de la misma por la burocracia del partido, por una forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta. Estos señores patriarcales no pueden borrar lo que ha 9

Ver de Raúl Prada Alcoreza Revolucionarios de pacotilla. Dinamicas-moleculares.webnode.es. También del mismo autor Devenir y realidad; ISSUU.com.

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acontecido. Se trata de un proceso revolucionario que padece lo que todo proceso revolucionario; se enfrenta a las contradicciones que lleva en sus entrañas. Cambia el mundo, pero se hunde en sus contradicciones insoslayables. No va a dejar de ser revolución, incluso si fuese derrotada; por ejemplo, culminada y clausurada por un termidor de “derecha”. Lo que ha acontecido queda en los espesores del presente, en la experiencia social y la memoria social. Empero, en la medida, que no ha sido clausurada, a pesar de la usurpación de la casta burocrática, hay la posibilidad de continuar revolución; aprendiendo las lecciones de la historia política de la modernidad. Esto depende de la voluntad de potencia del pueblo; no de vanguardias ni de clarividentes. Esto depende de la capacidad de lucha de las involucradas y los involucrados en los entramados de la coyuntura. Obviamente, depende de la correlación de fuerzas.

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¿Cuál es el papel del activismo libertario en estas dramáticas circunstancias? Lo hemos dicho de una manera general, que puede resultar significativa, pero puede volverse inútil, si no se logran especificaciones y concreciones; dijimos: activar la potencia social. Sin embargo, hay que tener en cuenta que lo que acaece, no depende ni de tener la razón, ni estar de parte de la justicia, sino de la correlación de fuerzas. Fuerzas que no significan violencia, como se entiende comúnmente, sino que connotan variadas relaciones, cuantitativas y cualitativas, de despliegues energéticos. Entonces, si bien no se renuncia a las proyecciones emancipadoras y libertarias, hay que tener en cuenta lo que acabamos de decir; que dicho de otra manera, que la realidad, sinónimo de complejidad, no es la realización de los deseos, ni de la razón, ni de la justicia, sino de las composiciones y combinaciones de composiciones de las fuerzas puestas en juego; es indispensable responder a las coyunturas concretas, a los resultados de la correlación de fuerzas.

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En la coyuntura álgida y dramática del proceso de la revolución bolivariana, ha aparecido una tercera vía – así la hemos llamado -, que puede ilustrarse como la que dice: ni los unos ni los otros sino el legado de Hugo Chávez, el legado de la revolución bolivariana; defender la Constitución, contra la deschavetada pretensión de hacer una Asamblea Constituyente constituida por el poder constituido10. Que no tiene nada de constituyente, que amenaza con destruir el logro constituyente del proceso constituyente de la revolución bolivariana. Una Asamblea Constituyente que no se basa en el poder constituyente, que es el desborde social, que, por contraste, se asienta en la maquinaria del poder constituido, no es más que una Asamblea constituida por el poder constituido; entonces, es un dispositivo de la decadencia política. Si se llevara a cabo, seria la culminación, la clausura de la revolución, por el lado del termidor de “izquierda” de la revolución bolivariana.

10

Ver de Raúl Prada Alcoreza Alteridad o decadencia. ISSUU.com.

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La coyuntura en la encrucijada

En la BBC Mundo se describe la coyuntura venezolana de esta manera:

Más desafiante que nunca, la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, acusó este martes al poder Ejecutivo y Judicial de estar perpetrando un golpe de Estado peor que el de 2002 contra Hugo Chávez. "Esto es un golpe de Estado más grotesco que el de Carmona", dijo este martes, en referencia al golpe fallido en abril de 2002, por el que el empresario Pedro Carmona disolvió los poderes, antes de que se consumara el regreso a la presidencia de Chávez, a las pocas horas. La fiscal, nombrada en 2007 y que se considera chavista, se ha convertido en la voz más crítica contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, desde dentro del Estado. Ortega no acudió al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), donde se celebró un antejuicio de mérito para determinar si cometió alguna falta grave, 52


lo que podría llevar a su destitución. De acuerdo con la Constitución, ese poder de removerla del cargo recae en la Asamblea Nacional, de mayoría opositora y considerada en desacato por parte del TSJ; por lo que es de esperar que sea la Sala Constitucional del alto tribunal; la que, como ha venido haciendo en los últimos meses, se atribuya el papel de suplir al Parlamento y decida sobre una eventual destitución. De hecho, esa sala nombró este martes una nueva vicefiscal, Katherine Harrington, que Ortega no reconoce como legítima y que asumiría el cargo en caso de una destitución. Pero antes, la Sala Plena, con todos los jueces del Supremo, deberá definir si hay o no faltas graves tras aceptar una denuncia del diputado oficialista Pedro Carreño. Concluida este martes la audiencia del antejuicio de mérito, en la que el Defensor del Pueblo y el Controlador General de la República testificaron en contra de Ortega, el presidente del Supremo, Maikel Moreno, anunció que el tribunal se tomará cinco días para tomar una decisión. A la misma hora en la que estaba citada en el TSJ, la fiscal 53


ofreció una declaración llena de detalles legales y de palabras desafiantes contra el alto tribunal y contra la situación que vive Venezuela, que a la crisis económica le suma más de tres meses de protestas antigubernamentales que han dejado ya 90 muertes. "No voy a convalidar un circo que tiñe nuestra historia con vergüenza y dolor. La resolución está cantada. No lo reconozco", dijo Ortega sobre el Supremo, al que acusa de actuar al dictado del Ejecutivo. Ortega invocó, hace unos días, el artículo 350 de la Constitución, que da el derecho a no reconocer a los poderes públicos. Es un argumento esgrimido también por la oposición política. "Quieren callarme para que no siga diciendo verdades, como que diga que se sigue manteniendo una grosera ruptura del orden constitucional. Pero no lo lograrán, vamos a triunfar", dijo ante el aplauso de empleados del Ministerio Público. Ortega consideró un "quiebre del orden constitucional" las sentencias del TSJ de finales de marzo por las que se apropiaba de poderes del poder legislativo. Esas decisiones fueron el detonante de la actual ola de protestas. Además, la fiscal criticó la convocatoria sin referendo previo de una Asamblea Nacional 54


Constituyente y se ha erigido en firme defensora de la Constitución de 1999, promovida por Chávez. Su defensa del fallecido comandante la ha convertido en referente del chavismo crítico con el gobierno de Maduro. También ha condenado la represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes. De acuerdo a la fiscalía, 21 personas han muerto por la actuación de las fuerzas del orden. La Fiscalía imputó por violaciones de derechos humanos al exjefe de la Guardia Nacional, una de las encargadas del control de las manifestaciones, y al responsable del servicio de inteligencia (Sebin). En las últimas semanas pidió la anulación del nombramiento en diciembre de 2015 de varios magistrados del TSJ. Y todo ello en un clima de polarización política y social. Las protestas están alimentadas también por la severa crisis económica de un país que sufre una altísima inflación de tres dígitos y escasez de alimentos y medicinas. Todo ello ha hecho que se desplome el apoyo al gobierno y la aprobación del presidente Maduro. Desde las elecciones legislativas de diciembre de 2015, ganadas ampliamente por la oposición, no se han celebrados nuevos 55


comicios. Se pospusieron las elecciones regionales y el Consejo Nacional Electoral suspendió un referendo revocatorio que promovía la oposición11.

Esta descripción informativa nos muestra el dramatismo y la intensidad de la coyuntura, sobre todo, de los entramados de la misma. El gobierno de Nicolás Maduro no atina a otra cosa que recurrir a las violencias desenvueltas; las físicas, las simbólicas, las de empellones y las de forcejeos ilegales, con burdas pretensiones legalistas. Lo que evidencia las profundas debilidades de un gobierno en plena implosión. La Fiscal General, Luisa Ortega, ha decidido enfrentarse a esta comedia burlesca de la política criolla; autoridad, con atribuciones constitucionales e institucionales, a la que no se puede destituir como pretende el 11

Ver "No voy a convalidar un circo que tiñe nuestra historia con vergüenza y dolor": la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, desconoce al Tribunal Supremo de Justicia. BBC MUNDO. http://www.bbc.com/mundo/noticias-americalatina-40500152.

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gobierno y los órganos de poder controlados por el oficialismo, sino recurriendo a la burda violencia fuera de la Constitución, la Ley y la institucionalidad. Donde prepondera la astucia criolla y no la democracia institucional, menos la política, en pleno sentido de la palabra, la política como suspensión de los mecanismos de dominación. Este coraje de la verdad, como hemos dicho en un escrito anterior12, devela la herida abierta en el universo de la nada, parafraseando a Stéphane Mallarmé; ahora, de otra manera y con otros objetivos y significaciones. La política, en sentido restringido, en sentido de la simulación política, que comparten tanto la “derecha” como esta “izquierda” clientelar, está herida mortalmente. La abertura muestra el alcance de la crisis múltiple del Estado-nación. La revolución bolivariana, si continua, tiene la tarea de ir más lejos; retomando lo establecido en la Constitución: la democracia

12

La alternativa política al callejón sin salida. http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/la-alternativapolitica-al-callejon-sin-salida/.

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participativa comunitaria.

y

la

autogestión

Un gesto de resistencia ante la decadencia y el desmoronamiento ético y moral de la forma de gubernamentalidad clientelar, la resistencia de la Fiscal General, hace evidente el gran contraste entre la herencia del caracazo, retomado y condensado por la revolución bolivariana, y la decadencia de una burocracia enredada en las telarañas del círculo vicioso del poder. Que este contraste derive en la continuidad de la revolución, que pasa por la defensa de la revolución, no solo contra la conspiración de la “derecha”, sino, sobre todo, contra la conspiración de “izquierda”, que detenta el poder y lo reproduce como vicio, depende de la voluntad y participación del pueblo.

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Gubernamentalidad clientelar y corrupta

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La forma de gubernamentalidad clientelar ha convertido la convocatoria inicial, popular, en clientelismo; tratando de mantener la audiencia a través de la complicidad en la distribución de la prebenda. Lo que era seducción, antes, cuando convocaba el mito, se ha convertido en concomitancia de la clientela en el don adulterado de los procedimientos paralelos, que usan la institucionalidad como relación de poder dolosa.

La masa convocada, la multitud movilizada, la concentración amotinada, se ha convertido en red clientelar de componendas minuciosas, puntillosas y proliferantes; en los intersticios de la arquitectura institucional, en los pasillos, en las transacciones no reglamentadas; empero, aceptadas.

Lo que es propiedad del pueblo, según la Constitución, resulta que es manejado como si fuese de usufructo de la 60


burocracia; sobre todo, de la jerarquía; que decide sobre el destino de los bienes y recursos, a gusto y antojo. Claro que siempre puede justificar lo que se hace a nombre del “proceso de cambio”; además decir que es política de “desarrollo”. Los que se oponen y critican, son de la “oposición” o coadyuvan a la “conspiración” imperialista. El problema es que el imperialismo no parece debilitarse con estas acciones y prácticas gubernamentales; al contrario, mas bien, parece beneficiarse, pues las empresas trasnacionales, que son las que efectúan la explotación de los recursos naturales, son las que se llevan la mayor parte de la torta. También al imperialismo no parece preocuparle que esto ocurra, lo del manejo discrecional de los recursos y bienes del pueblo; tampoco, propiamente, le preocupan los discursos estridentes “antimperialistas”, pues no le hacen mella. Después de aprender de la historia de las nacionalizaciones, ya no le preocupan mucho las mismas, pues las empresas nacionalizadas, ganan con las indemnizaciones; es más, la situación de 61


la acumulación de capital no se modifica, pues mantienen el control de las cadenas productivas y el monopolio de los mercados. Incluso, ya no tienen que preocuparse las empresas trasnacionales extractivistas por las inversiones de riesgo, como las relativas a la prospección, a la infraestructura, a la tecnología de extracción; esto corre a cuenta del Estado nacionalizador.

Lo que le preocuparía, en todo caso, sería que pierda el control de las cadenas productivas, del monopolio de los mercados, incluso del control, directo o indirecto, de las reservas de recursos naturales. Sin embargo, cuenta con el dominio del sistema financiero internacional, que es el perfil dominante del ciclo largo del capitalismo vigente. Con este dominio puede no solamente mantener el control y el monopolio, sino incluso, revertir situaciones adversas; aunque no dejan de ser coyunturales, locales; en el peor de los casos, nacionales; rara vez regionales. 62


¿Quiénes conspiran contra los “gobiernos progresistas”? ¿El imperialismo? ¿Cuál, la hiper-potencia del Norte? ¿Toda ella; es decir, todo el complejo-militar-científicotecnológico-político-económicocibernético-comunicacional? ¿No es mucho decir, que todo el sistema aparatoso del imperialismo conspira? No es que los “gobiernos progresistas” sean un problema menor. No es esto; lo que parece ser es que el mismo complejomilitar-científico-tecnologico-políticoeconómico-cibernético-comunicacional no funciona como si fuese un solo bloque. Si se quiere, para bosquejar un dibujo provisional, la estrategia militar o lo que les gusta llamar a los generales, la geopolítica, hace su propio recorrido y sus propias proyecciones. El subsistemacientífico-tecnológico, para hablar de la composición del sistema imperialista de la modernidad tardía, se mueve con sus propias lógicas, motivaciones, procesos inherentes, avances, innovaciones, desplazamientos teóricos. El subsistemapolítico, tocando otra composición, heredera de la tradición republicana y de 63


la ideología jurídico-política de la Constitución, convertida en una forma de rotación bi-partidista, que representa a distintas compulsiones de la burguesía, se mueve en sus propios avatares. El subsistema económico está hoy en crisis; subsistema que abarca un extendido mercado, que prácticamente ha convertido al país, por lo tanto, a la sociedad, en un mercado compulsivamente consumista; además de añadir al fabuloso aparato productivo, en parte, hoy parado, por la competencia de la producción de la potencia industrial emergente de la República Popular de China; sumando la hipertrofiada malla de redes financieras, vinculadas al sistema financiero internacional. El subsistema cibernético-comunicacional, uniendo ambas estructuras, más que ser una hipertrofia, en constante crecimiento y transformación, se ha convertido no solo en la herramienta indispensable de la sociedad misma, en todas sus escalas, desde las individuales hasta la empresas comunicacionales, pasando por las familias, los grupos, los estratos, las 64


redes, los espectáculos. Además de ser el mega-almacén y desborde descomunal de información.

Entonces, ¿qué parte del sistema imperialista conspira? Este sistema imperialista, en conjunto, no parece ocuparse de los “gobiernos progresistas”; no parece preocuparles mucho a estos subsistemas del sistema complejo imperialista. Sin embargo, entre el subsistema político y el subsistema cibernético-comunicacional, articulando dispositivos del subsistema militar y del subsistema científico-tecnológico, operan lo que podrían ser, dicho en lenguaje sistémico, disposiciones y dispositivos decodificadores. Sin embargo, en sistemas sociales-económicos-políticos complejos, como los que hemos denominado, también provisionalmente, siguiendo el leguaje usado por la “izquierda”, imperialismos, éstas disposiciones y dispositivos conforman aparatos de inteligencia, es decir, servicios de inteligencia, que hacen 65


también espionaje; además de conspirar y elucubrar sobre escenarios posibles. Se puede decir que son estos organismos los que conspiran.

Ahora bien, que estos organismos de inteligencia conspiren, incidan e intervengan, no quiere decir que controlan y manejan todas las variables y factores, para decirlo de ese modo técnico, que se conjugan en los tejidos sociales, que son mucho más complejos que el sistema complejo imperialista. Esto sería no solo caer en las teorías de la conspiración, que, como hemos dicho varias veces, son ingenuas, simplonas, reductivas y esquemáticas hasta la caricatura. Si alguna vez resultan las conspiraciones de estos servicios de inteligencia, es por coincidencia con lo que ocurre, de todas maneras, efectivamente en la realidad, sinónimo de complejidad. Estos servicios de inteligencia se parecen, por el lado del contraste, de la simetría opuesta, a las llamadas vanguardias políticas, que 66


también creen que pueden incidir en los acontecimientos, usando las “teorías revolucionarias” como armas de lucha. Se puede aceptar que estos paradigmas son, por lo menos, más elaborados que los modelos conspirativos de los servicios de inteligencia; sin embargo, comparten la pretensión mitológica de Prometeo; creer que manejan los hilos secretos del tejido de los acontecimientos. Lo que pasa que estos hilos no son más que líneas abstractas de representaciones del mundo, que nunca, por más elaboradas que estén, no pueden abarcar la complejidad del mundo efectivo. Por eso sus incidencias, en la mayor parte de los casos, son frustrantes.

Cuando una revolución se da y en el medio se encuentra una vanguardia; lo que pasa es que la vanguardia es llevada y arrastrada por las olas de la tormenta, que desatan los tejidos sociales en convulsión. Lo mismo, cuando alguna conspiración de los servicios secretos surte, no es porque han acertado o 67


manejaban los hilos claves, sino que los sucesos dados, políticos, económicos y sociales, han arrastrado a estos prometeos de pacotilla como una hoja en la tormenta. Por eso, cuando ocurren eventos, como caídas de gobiernos nacionalistas o en su caso, socialistas, ahora, “gobiernos progresistas”, después, de estos hechos, los servicios secretos se quedan atónitos ante las consecuencias inesperadas e inmanejables.

En consecuencia, la crisis de los “gobiernos progresistas” es, en parte responsabilidad de ellos mismos. Ciertamente, esta incidencia irresponsable, debido a sus políticas, a sus administraciones, sobre todo, a la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta, se da en el acontecer vertiginoso del sistema-mundo capitalista en crisis.

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Pero, a lo que vamos ahora es interpretar esos síntomas corrosivos de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta. Hemos escrito varios ensayos sobre esta forma de gubernamentalidad13; lo que nos interesa ahora es atender a las magnitudes de sus alcances corrosivos y destructivos.

13

Ver Acontecimiento político. Ver serie Cuadernos activistas. También Genealogía de la forma gobierno. Así como Transformaciones institucionales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza. https://pradaraul.wordpress.com/2014/10/16/genealogiade-la-forma-gobierno/. https://pradaraul.wordpress.com/transformacionesinstitucionales/.

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Recorridos políticas

de

las

aplicaciones

Se supone que el manejo administrativo estatal está reglamentado, que estas reglamentaciones se derivan de leyes promulgadas, que estas leyes se sostienen en el marco jurídico-político de la Constitución. Que de acuerdo a esta estructura normativa no habría dónde perderse; los gobiernos deben tener como referente todo este sistema constitucional, de desarrollo legislativo, de regulaciones y de normas. De este modo, se sabe qué se puede hacer y qué no se puede hacer. Si se quiere, dicho de manera acostumbrada, qué es lícito, que es ilícito. Los gobiernos deben respetar estos encuadres, este sistema legal, político e institucional en su accionar. Su incumbencia, si se quiere, su aporte, el del gobierno de turno, tendría que ver no solamente con el estilo, sino con la capacidad administrativa y, sobre todo, si lo tiene, la capacidad inventiva, de

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innovación y Constitución.

de

realización

de

la

Sin embargo, cuando se tienen que aplicar todo este bagaje jurídico, político, normativo, reglamentario e institucional, pasa algo extraño, como por encanto. Los mismos instrumentos legales terminan usados para administrar ilegalismos. ¿Cómo sucede esto? ¿Qué hay entre el paradigma jurídico, entre la Constitución, entre los dispositivos reglamentarios, las normas dispuestas, los aparatos institucionales, y el recorrido de la aplicación, recurriendo al funcionamiento institucional, a las prácticas? ¿Pasa algo con la interpretación de las autoridades? ¿Pasa algo con la interpretación de la Constitución, de las leyes, las reglas, las normas? ¿Pasa algo con el manejo específico de la institucionalidad? ¿Pasa algo con el manejo político de los aparatos de Estado? ¿Pasa algo con las políticas implementadas? Estas son las preguntas.

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Para comenzar con el intento de responderlas, por lo menos, en términos de interpretación hipotética, diremos que esto de la extraña transformación de lo establecido, en el camino de la aplicación, sucede en todos los estados y en todos los gobiernos. Que se diferencien en que estas modificaciones sean escandalosas, en unos extremos casos, y casi imperceptibles en otros pocos casos, mas bien, altamente matizados, pasando por toda clase de perfiles de imprevisibles efectos en su realización, es otra cosa. Para decirlo de una manera metafórica y amena; esta Odiosea, en el sentido de la pérdida y desorientación náutica de Ulises, les pasa a todos los gobernantes del mundo moderno.

Entonces el tema no es que unos son buenos y otros malos, que unos son santos y otros perversos. Tampoco parece que unos son más profesionales y otros advenedizos; sobre todo, teniendo 72


en cuenta que, incluso, en las mallas institucionales más estables, consolidadas y estructuradas, de los Estados, si se quiere más respetables de la institucionalidad, también sucede. Así mismo, no tiene que ver a qué ideología se pertenece; ha sucedido con conservadores, liberales, socialistas, nacionalistas, neoliberales, progresistas. De la misma manera, y esto es aleccionador y sorprendente, si se trata de un gobierno tradicional o, más bien, de un gobierno revolucionario; es decir, emergido de la revolución. También ha sucedido con gobiernos que emergen de la subversión revolucionaria. Entonces, ¿qué pasa?

Este es un tema importante en el análisis histórico-político, tema que hemos tocado en otros ensayos; pero, ahora, el enfoque se da, mas bien, respecto a lo que comparten los gobiernos, los estados, cuando aplican sus constituciones y leyes; no se trata tanto así enfocar sus diferencias. Las 73


diferencias, en este caso, radican en las dimensiones, por así decirlo, de estas mutaciones de la ley a la práctica. Intentaremos sondear algunas características de estos recorridos jurídicos en su aplicación política, teniendo en cuenta la experiencia de un “gobierno progresista”.

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El caso del “gobierno progresista” de Bolivia

Los síntomas de la forma de gubernamentalidad clientelar aparecen cuando se abandona la convocatoria o se deja la misma, pues se la ha perdido, y se sustituye esta falencia por componendas, por chantajes emocionales; también por coerciones, por complicidades implícitas o en su caso complicidades explícitas; es decir, por la conformación de clientelas, redes y estructuras clientelares. Los síntomas de la evaporación de las inversiones, aparecen cuando se hace hincapié, de manera exagerada, exaltando los logros, sobre todo, de las inversiones, además del “crecimiento económico” y el “desarrollo”, y no se encuentran las verificaciones, constataciones y corroboraciones de estos resultados. Lo que no se corrobora, está luminoso en las propagandas, aparece numerado en las estadísticas; empero, son un hueco, es decir, ausencia, en la realidad efectiva. 75


Vamos a mostrar algunos de estos síntomas en las locuciones de los voceros, además autoridades competentes, encargadas del manejo económico; locuciones donde aparece un notorio esmero por presentar contrastes abismales, entre el presente de “cambio” y el pasado oscuro. Hay que tomar atención no tanto en lo que dicen, que se comprende que lo hagan, pues forman parte del gobierno, sino en que lo que dicen no tiene sustento, no tiene su referente en la realidad. No se trata solo de ideología, la gran máquina imaginaria que fetichiza todo de lo que habla; sino de discursos que se pronuncian y se pierden como burbujas, pues no pueden sostenerse sino en el instante de la locución. Para aclarar lo que decimos, la ideología o, mejor dicho, los discursos y las formaciones discursivas de la ideología, tienen como referente sus fetiches; en cambio, en este caso, aunque estos discursos forman parte de la ideología, empero, de una manera no 76


elaborada, mas bien, improvisada, estos discursos elocuentes en su estridencia parecen no tener ninguna referencia; son solo palabras, para decirlo, con el tono de una canción. Sin embargo, sabemos que no puede haber discurso sin referente, por más fantasmagórico que sea.

Conjetura: el referente de estos discursos gubernamentales no es de lo que hablan; no se encuentra en lo que nombra el referente. Si fuese así, el discurso sería desmentido inmediatamente. El referente de estos discursos gubernamentales parece encontrarse en el chantaje mismo, sobre todo, en el chantaje emocional; en la oferta de una ilusión, pretendidamente mejor, que la ilusión anterior. Para ilustrar con figuras; es como si se diría implícitamente, no en la pronunciación del discurso, sino en sus imágenes: te ofrezco una promesa, que aunque no se cumpla, es una promesa, que abre los poros de la esperanza; si me escuchas, si me atiendes, si me sigues, te doy a

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cambio una cómplices.

componenda;

somos

En otras palabras, el referente es lo que se calla y no se pronuncia, pero se decodifica, casi inmediatamente. Hazme caso aunque no sea cierto lo que digo; lo que importa no es que sea cierto o sea falso, sino que ambos, el que habla a tu nombre y tú, somos cómplices; ambos obtenemos algo. Por lo tanto, no es exactamente una ilusión, como se dice que ocurre en la ideología, sino una simulación; se acuerda en aceptar lo que incluso no se cree; sin embargo, es conveniente.

Trataremos de exponer una interpretación de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrosiva, recurriendo no a nuestras descripciones, sino a lo que los mismos voceros dicen y el cómo lo dicen, manteniendo los escenarios donde lo dicen. Tratando, en

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lo posible, preservar la misma locuciรณn y las mismas palabras pronunciadas.

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Locuciones gubernamentales

El ahora entonces exministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce Catacora, afirmaba que, desde 2006 hasta el 2012, Bolivia exportó un valor de USD 42.496 millones. De este monto, solo USD 20.507 millones corresponde a instancias estatales como YPFB y COMIBOL. Para cumplir con las leyes vigentes, la mayor parte de este dinero se distribuyó entre las gobernaciones, municipios y universidades14. De acuerdo a información brindada por YPFB, Bolivia obtiene ingresos por $us 14.494 millones con la Nacionalización. También el lapso estipulado es el mismo que el anterior; hasta el 2012. En el libro Modelo Económico Social Comunitario Productivo Boliviano de Luis Alberto Arce Catacora, el exministro escribe:

14

Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. http://www.economiayfinanzas.gob.bo/index.php?opcion=c om_prensa&ver=prensa&id_item=124&id=2684&seccion=30 6&categoria=5.

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Las utilidades de las empresas subsidiarias y YPFB Matriz, entre los años 2001 y 2005, fueron de $US 644 millones. En cambio, en el periodo 20062014, por una parte las utilidades de las empresas subsidiarias alcanzaron $US 3.009 millones, y por otra parte, las utilidades de YPFB Matriz fueron $US 4.900 millones, dando un total de $US 7.908 millones15.

Las inversiones acumuladas en el sector de hidrocarburos, del 2006 al 2014, llegaron a sumar $US 9.181 millones. La renta hidrocarburífera, en el mismo periodo, sumó $US 31.888 millones. De este monto, el 12% se asigna a las regalías departamentales, el 32% a la participación YPFB, el 6% a la participación del TGN y el 32% al IDH; el 3,5% restante se asigna a proyectos de 15

Revisar de Luis Alberto Arce Catacora Modelo Económico Social Comunitario Productivo Boliviano. SOIPA.Ltda. La Paz 2015.

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inversión para los pueblos indígenas. Lo que importa, en esta distribución, es el uso de la renta hidrocarburífera por las instancias beneficiadas. Particularmente interesa el uso dado por YPFB y el Estado, en lo que respecta a la participación del TGN; hablamos de $US 10.204 millones, en lo que respecta a YPFB, y de $US 1.913 millones, en lo que respecta al TGN.

Las exportaciones mineras acumularon, en el periodo mencionado, la suma de $US 15.249 millones. Como no se da la misma situación tributaria en el sector minero que en el sector hidrocarburífero; los aportes de este sector son mucho menores al Estado. El aporte fiscal es del orden de $US 1.971 millones; es decir, el sector aporta con aproximadamente el 13% de lo que obtiene por exportaciones.

La inversión pública acumulada, entre 2006 y 2014, acrecentó la suma de $US 19.562 millones. Lo que hay que 82


preguntarse sobre esta inversión es ¿cuáles son los resultados? No se trata solamente de exponer el incremento notorio de la inversión pública, que ya sabemos, que se debe, principalmente tanto a los efectos de la nacionalización de los hidrocarburos, así como también a los altos precios de las materias primas, en ese período, sino de contar con resultados; es decir, con los esperados efectos multiplicativos de la inversión. Aquí radica el problema; es notoria la inversión, empero, los resultados son paupérrimos, en lo que respecta a los esperados efectos multiplicativos. Lo que, más bien, aparece, también notoriamente, aunque no se lo diga, aunque se oculte, sobre todo, con la bulla de la propaganda, es la evaporación de estas inversiones; no su continuidad.

Los ingresos acumulados de las empresas públicas, en el período estipulado, llegaron a sumar 5.452 millones de bolivianos; los gastos consolidados de las empresas públicas acumularon un monto 83


de 29.650 millones de bolivianos. Es decir, que los ingresos solo llegan al 18% del monto de los gastos. Lo que no habla muy bien de los resultados de la inversión y de los gastos de las empresas públicas. Lo que decimos no deja de perder validez, aunque se diga que los plazos de reposición de la inversión y de los beneficios son más largos. Pues no hay indicios de que esto llegue a ocurrir. ¿En qué gastan, en qué se invierte? Otra vez, no se trata de presentar estadísticas que muestran incrementos de inversión y gastos, sino, lo que interesa, son los efectos multiplicadores de estas inversiones y gastos.

De acuerdo al Plan Estratégico Corporativo (PEC) 2011 – 2015 de YPFB, la inversión total para la ejecución de los prospectos exploratorios asciende a USD 1.514 millones durante el periodo 2011 – 2015. Las actividades que se realizarán en exploración dentro del marco de los 84


Contratos de Operación y Casa Matriz, incluyen 6 prospectos y una inversión de USD 330 millones; las cuales serán llevadas a cabo por YPFB Casa Matriz, YPFB Andina, YPFB Chaco y Total E&P Bolivie. Por otra parte, YPFB Petroandina S.A.M. realizará actividades exploratorias en 7 prospectos en el Contrato Sur, con una inversión de USD 580,6 millones.

Viendo el conjunto de las inversiones, el Plan Estratégico dice que, en el periodo 2011-2015, se realizarán inversiones importantes en la explotación de hidrocarburos en el país, las cuales están destinadas en su mayoría al desarrollo de los megacampos. Las inversiones de desarrollo y explotación de campos ascienden a USD 1.855,6 millones, en el quinquenio. Si se suma el desarrollo asociado a los prospectos exploratorios exitosos, los recursos totales a ser invertidos en esta actividad ascienden a USD 2.702 millones. La inversión requerida en explotación, en los próximos cinco años, asciende a USD 1.856 85


millones; la cual solo refleja los esfuerzos en desarrollo de campos. El monto destinado al desarrollo de los prospectos exploratorios exitosos asciende a USD 847 millones, haciendo un total de USD 2.702 millones en explotación y desarrollo de producción 16 hidrocarburífera .

En el Plan de Inversiones 2012-2016 de YPFB, en el apartado que corresponde al Presupuesto de Inversiones Aprobado, se dice que el Presupuesto de Inversiones 2012 ha sido aprobado mediante Resolución de Directorio N°32. Dicho presupuesto llega, primero a definir un monto de $US 2.935.384, destinado para cubrir la inversión en almacenaje; después, se anota que no obstante a los US$ 2.935.384 aprobados para inversión en almacenaje y transporte, en la gestión 2012, existe un monto adicional requerido para cubrir las necesidades 16

Revisar Plan Estratégico Corporativo (PEC) 2011 – 2015. http://plataforma.enbolivia.com/uploads/StrDta1/pec-pi-1712-2010-final65e520cc.pdf.

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identificadas para continuidad operativa y los proyectos de expansión prioritarios detectados. Llegando a un total en estos rubros de $US 23.392.579.

En fecha 25 de Enero de 2012 mediante Acta de N°03/2012, el Directorio de YPFB Logística S.A. aprueba un ajuste presupuestario donde se asigna un monto adicional de 824.471 US$ para inversiones, haciendo un total general, para el Presupuesto de Inversiones 2012 ,de 3.378.255 US$.

El Presupuesto de Inversiones 20122016, en lo que respecta a plantas de almacenaje, suma para el quinquenio, el monto de $US 50.939.922, comprendiendo tanto recursos propios y el financiamiento requerido. Los recursos propios solo cubren el 18,5%. En lo que respecta a los poliductos, el monto de las inversiones suma $US 308.101.331; en este caso los recursos propios solo cubren

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el 3% del monto presupuestada.

de

la

inversión

El actual Presidente de YPFB, Guillermo Achá Morales, afirmó que para el quinquenio 2015 – 2019, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos programó una inversión de $us 7.459 millones, para las actividades de exploración y desarrollo, es decir, explotación, de hidrocarburos.

El ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Alberto Sánchez, en una entrevista con la red de medios estatales, remarcó que las inversiones que realizarán las petroleras YPFB y sus subsidiarias, además de las operadoras privadas, será mayor a $us 2.000 millones; se priorizarán las actividades de exploración, explotación e industrialización. La autoridad destacó el nivel de inversiones que se realiza en el sector petrolero. “Estamos con inversiones superiores a los 2.000 88


millones de dólares en el sector de hidrocarburos, para el año 2017. Somos muy ambiciosos con un fuerte énfasis en el tema de exploración, explotación y la industrialización”. La estatal YPFB programó, para el 2016, una inversión en el sector de hidrocarburos de $us 2.411 millones. De este monto, a YPFB Casa Matriz le correspondió $us 887,5 millones, las empresas filiales y subsidiarias con $us 995,2 millones y las operadoras privadas con $us 568,3 millones. Del total de inversión programada, el 59% se destinó a proyectos de exploración y explotación de los hidrocarburos; el 15% a industrialización, el 14% al sector del transporte de hidrocarburos, y el 12% restante a otras actividades como refinación, comercialización, distribución, almacenaje y otros.

Para el período 2016-2025, el gobierno proyectó una inversión de $us 31.000 millones en el sector de hidrocarburos. De éste, más del 60%, alrededor de $us 89


19.000 millones, serán destinados para la exploración y explotación. De los $us 19.000 millones, que serán destinados a tareas de exploración y explotación, el Estado asumirá la ejecución de $us 11.000 millones, 58% del total, y los restantes $us 8.000 millones lo haran las petroleras privadas que tienen contratos de operación en Bolivia17. De acuerdo a El Tribuno, en una nota del 21 de febrero del 2016, en 2006, las reservas internacionales de Bolivia alcanzaban los US$ 3.000 millones; cifra que llegó a US$ 15.000 millones en esta década. Por otra parte, el Presupuesto del Estado consolidado era para el 2014 de U$ 33 mil millones y el agregado de U$ 37 mil millones. Según lo muestran los datos del Fondo Monetario Internacional, 17

Revisar Bolivia 2017: Inversión en exploración, explotación e industrialización llegará a $us 2.000 millones. https://www.consuladodebolivia.com.ar/2017/01/03/bolivia-2017inversion-exploracion-explotacion-e-industrializacion-llegara-us-2-000millones/.

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hasta el año 2017 la economía de Bolivia asciende a los 39.795 millones de dólares, es decir, el Producto Interno Bruto. Entre el 2016 y el 2017, las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas públicas divulgaron que las reservas monetarias habían llegado a 18 mil millones de dólares. El problema es que una de las últimas informaciones del anterior Ministro de Economía y Finanzas Públicas se refirió a que las reservas habían disminuido a la mitad. ¿Por qué? ¿En qué se utilizaron las reservas monetarias, que son propiedad del pueblo boliviano?

Del 2006 al 2014 se ha proyectado una inversión al sector productivo de 4.894 millones de USD; lo que equivaldría a una inversión de 80.746 millones de dólares, suponiendo un promedio de 16,5 dólares por USD. Si mantenemos, estimativamente, un promedio de inversión de 8.972 millones de dólares, tendríamos una inversión de 98.688 mil millones de dólares hasta 2016. Sin 91


considerar otras inversiones, que no son, según el presupuesto, dedicadas al sector productivo, ¿qué pasó con esta inversión presupuestada?

Todavía en vida, Carlos Villegas Quiroga, entonces Presidente de YPFB, (Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos) dijo que esta entidad invierte $us 3.000 millones en 47 proyectos de exploración con potencial de petróleo, gas y condensado. “Tenemos un plan intensivo de exploración y estamos explorando en 47 áreas en actividades de sísmica, geología de superficie y perforación del primer pozo. En estas áreas vamos a invertir $us 3.000 millones”.

La inversión se realiza en proyectos como Lliquimuni, Río Beni, Tatarenda, Nueva Esperanza Carohuaicho 8A, 8B, 8D y 8C, Oriental, Caranda, Sanandita, Aguaragüe Sur A, Aguarague Norte, Aguarague Centro, Cupecito, Florida, Sauce Mayu, 92


Arenales, Iñiguazu, Iñau, Sara Boomerang III, El Dorado Oeste, San Miguel, Isarsama, Chimoré I, Itacaray, Azero, Huacareta, Cedro, Sunchal, Astillero, San Telmo, Charagua, Abapo, Yuchan, Itaguazurenda, Margarita Sur, Huacaya Norte, Sábalo, Ingre, entre otros. Los proyectos de perforación tienen profundidades que oscilan entre los 2.000 y 6.300 metros, con objetivos geológicos como el Huamampampa, Iquiri, Santa Rosa, Icla, Petaca, Escarpment, Tupambi y Chorro, desplegados en el Subandino Sur y Pie de Monte. Además, se destacan las formaciones Copacabana, Tomachi y Tequeje, ubicadas en el Subandino Norte. Villegas anotó que “en la actualidad realizan actividades de exploración Repsol, Petrobras, Total, Gazprom, BG, YPF de Argentina, Pluspetrol y Eastern Petroleum & Gas, así como empresas privadas; además YPFB participa con sus cuatro unidades operativas, como son la Gerencia Nacional de Exploración y Explotación,

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YPFB Chaco, Petroandina”.

YPFB

Andina

y

YPFB

Villegas, en aquél entonces, dijo que la tasa de éxito de la exploración en Bolivia es del 20%, lo que significa que si se perforan en 10 pozos exploratorios, dos son exitosos. “Si encontramos un resultado positivo perforando el primer pozo, inmediatamente vamos a perforar el segundo y el tercer pozo para la certificación de reservas; se realizará inversiones en desarrollo. Lo que quiere decir que se debe construir una planta de procesamiento, construir un gasoducto, un oleoducto; ese es el ciclo exploratorio que generalmente dura cinco años”. Villegas consideraba que la producción y exploración de hidrocarburos deben ser actividades continuas y permanentes. Dijo que en YPFB se aplica una política de esas características, de tal manera que se aumenta producción, se consume reservas, pero además se descubre nuevas reservas. “Es una política que se implementa en toda la industria petrolera 94


mundial; en YPFB estamos trabajando con un alto nivel de esperanza de que vamos a encontrar reservas, porque, además, la geología y la potencialidad del país nos lleva a señalar de que tenemos muchos recursos hidrocarburíferos. Quiero ser contundente y sincero con la población; con la última certificación de reservas que alcanzó a 10.45 trillones de pies cúbicos, Bolivia tiene seguridad de abastecer mercados por 12 años; pero la visión no debe ser estática, pues en el sector hidrocarburos consumimos y descubrimos reservas”. El entonces Presidente de YPFB indicó que está en ejecución el plan intensivo de exploración de hidrocarburos que, entre otros aspectos, busca reponer e incorporar nuevas reservas de gas y petróleo, disminuir el riesgo exploratorio, ejecutar proyectos de exploración en áreas reservadas de forma directa, mediante contratos de exploración y explotación con empresas petroleras privadas.

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Hasta el momento, mediados de 2017, no hay tales resultados o brillan por su ausencia. Tampoco han aumentado las reservas; más bien han disminuido. Lo grave que se da esta merma en una coyuntura que anuncia un período de vacas flacas. No se aprovechó el periodo de vacas gordas18. A fines de 2016, el Ministro de Hidrocarburos y Energía, Luis Sánchez, destacó el fuerte impulso del gobierno nacional en exploración de hidrocarburos, a través de las inversiones millonarias que el Estado destinó a esta actividad. Dijo que “Bolivia tendría 4 trillones de pies cúbicos de Reservas; pero gracias a las inversiones que se realizó desde el 2006, de $us7.000 millones, el país repuso lo consumido e incrementó sus reservas a 11 TCF´s y vamos por más”.

18

Ver YPFB invierte $us 3.000 millones en 47 proyectos de exploración. http://www.ypfb.gob.bo/en/14-noticias/237-ypfb-invierte$us-3-000-millones-en-47-proyectos-deexploraci%C3%B3n.html.

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Algo que hasta ahora no se ha constatado, salvo en las estimaciones inconsistentes e insostenibles del ministro. También dijo que “Bolivia es uno de los países que más éxito tiene en pozos exploratorios; en reservas y producción, el gobierno de Evo Morales ha sido el más exitoso en la historia de Bolivia”. El ministro destacó que en producción de gas, Bolivia pasó de los 30 millones de metros cúbicos día (MMmcd) a 60 MMmcd, considerando lo que ocurrió en la década del 2005 al 2015.

La misma cantaleta comparativa de la propaganda del gobierno. Lo que no se dice, ni se aclara, sobre todo, para tener referentes comparativos, es que en aquél entonces no había precios altos de las materias primas, particularmente en lo que respecta a los hidrocarburos. Algo que se dice y no se usa, sin embargo, como referente comparativo, para poder efectuar las comparaciones apropiadamente, es que en aquél 97


entonces no había nacionalización; a diferencia y en contraste, en el periodo bonancible con el que se compara, ya hay nacionalización. El Estado administra la propiedad del pueblo boliviano; las empresas nacionalizadas y los recursos hidrocarburíferos. Estas circunstancias hacen mucho más responsable al “gobierno progresista” de lo que ha ocurrido. La merma considerable de las reservas, el agotamiento de pozos de petróleo y gas, por sobreexplotación desmedida, sin manejo técnico. Tratando de enmendar esta ineficacia administrativa, técnica y política con cuentos de pozos descubiertos; cuando se trata de los que había antes o se sabía que había por estudios geológicos.

El Ministro resaltó que una muestra de la atención del gobierno a la actividad exploratoria es el nuevo hallazgo del pozo Huacaya II. Explicó que a 10 kilómetros de Margarita 7, donde originalmente fue encontrado el H1B, en Huacaya II, se ha 98


vuelto a encontrar esta estructura, pero con mayor espesor y, adicionalmente, fueron encontradas también las estructuras H1B, H1C y el Icla; se continúan las actividades de exploración para llegar hasta el H2. “En los próximos meses se va a determinar si son recursos originales, pero si no, 10 kilómetros van a pasar de Reservas Probables a Reservas Probadas”.

Asimismo, explicó que basados en la sísmica realizada en Boicobo Norte y Sur, se tiene la certeza de que éstos son dos prospectos importantes dentro de Caipipendi en recursos gasíferos. En el primero se van a invertir $us 250 millones y, en el segundo, $us 777 millones. “Hemos aumentado el tamaño del reservorio en 10 km, pero nos da la posibilidad de hacer otros dos prospectos más, que son Boicobo Sur y Boicobo Norte. Todo el panorama hacia el noroeste de Caipipendi es importante, pero además nos vamos hacia el sur 99


donde también se vislumbra un exitoso panorama, porque vamos a tener un pozo que producirá entre 3 y 3.5 MMmcd”. El pozo Huacaya II es parte del campo Margarita-Huacaya, está ubicado en la provincia Luis Calvo, en el departamento de Chuquisaca, donde se encuentran los pozos Huacaya I y Margarita 7. “Últimamente hemos escuchado comentarios irresponsables de personas que se nota que no tienen información. Emiten criterios sin tener información de campo y ni siquiera han debido trabajar en la industria petrolera y mienten a la población, diciendo que no hay inversiones en exploración y que se acaban las reservas. Cuando la realidad es distinta y lo mostramos con trabajo y proyectos que van incrementando 19 nuestras reservas” . Bueno, esa parece ser la realidad imaginada por el ministro.

Revisar Bolivia sin inversiones en exploración tendría 4 tcf´s pero ahora tenemos 11 tcf´s. 19

http://www2.hidrocarburos.gob.bo/index.php/prensa/noticias/1666-bolivia-sin-inversionesen-exploraci%C3%B3n-tendr%C3%ADa-4-tcf%C2%B4s-pero-ahora-tenemos-11-tcf.html.

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El problema es que no puede comprobar, corroborar ni verificar lo que afirma.

Solo teniendo en cuenta el monto estimado como referencia orientadora, como coordenadas, obviamente calculado de manera gruesa, solo para tener parámetros ordenadores, vamos a concentrarnos en una inversión aproximada de 30 mil millones de dólares en exploración y perforación de pozos hidrocarburíferos. ¿Cuántos pozos se van a perforar? De todas maneras, se consideran montos altos para la inversión de los pozos; llegando a costar el pozo promedio más de lo que cuesta la inversión media en América Latina. La media del costo en América latina por pozo es de 9,2 millones de dólares. ¿Por qué es tan alto el costo por pozo en Bolivia? El otro problema es que los pozos perforados resultaron estériles, por así decirlo, figurativamente.

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Lo que acabamos de cuantificar, aunque se trate de estimaciones gruesas, ayudan a conmensurar, ya no solamente la metamorfosis del recorrido de la ley a su aplicación, sino la evaporación de la inversión pública en el sector productivo; particularmente uno, en los hidrocarburos; específicamente, en lo que respecta a la exploración y a la inversión por pozo.

No queremos hacer, ahora, un análisis económico, como el que lo hicimos y al que nos dedicamos en Bolivia, perfil económico y en Plano de intensidad económico boliviano20; sino conjeturar sobre los alcances de la apropiación de los bienes y recursos del pueblo boliviano, 20

Ver Bolivia, perfil económico; también Plano de intensidad económico boliviano. También revisar Laberinto generalizado. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/gravitaciones_del _capitalismo_depen. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/plano_de_intensi dad_econ__mico_boli. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/laberinto_general izado.

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por parte del “gobierno progresista”. Si se quiere, el análisis es político, no económico.

Desde el escándalo de corrupción y hasta gansteril, pues murió un ingeniero involucrado en el asunto, cuando se develó el porcentaje y el monto de coima para la adjudicación de las plantas separadora de gas – caso conocido como el del entonces presidente de YPFB, ahora, preso Santos Ramírez Valverde -, hasta la duplicación, posterior, de los costos de las plantas separadoras, llegando a la inversión presupuestada, a lo largo del periodo “progresista”; en lo que respecta a la inversión en exploración y pozos, estamos ante el fenómeno, que citamos anteriormente, de la metamorfosis de las leyes, mediante la aplicación de políticas; desde su promulgación hasta su aplicación, pero, metamorfosis que se da en dimensiones muy altas. Además, también nos 103


encontramos ante el fenómeno anexo de evaporación de las inversiones.

Por otra parte, siguiendo el decurso de esta curiosa metamorfosis de la aplicación de la Constitución y las leyes, a través de políticas “progresistas”, y de conmensurar la evaporación de las inversiones, solo considerando la inversión productiva, teniendo en cuenta los resultados de esta inversión, que en la mayor parte, arrojaron un fracaso, para no decir fraude, tenemos una pérdida del orden del 36% respecto al promedio del PIB boliviano. ¿Cuánto de esto se apropia la estructura palaciega del gobierno? Ciertamente, dada una proporción estimada, sobre todo, referencial, el resto es como una evaporación lamentable, debido a la irresponsabilidad del manejo administrativo, económico y de las políticas. En todo caso, hablando en lenguaje jurídico, daño al Estado. 104


Hablando en términos de la Constitución del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, es traición a la patria.

Como dijimos, los datos que mostramos, las estimaciones gruesas, las cifras que se exponen, son solamente para tener coordenadas de referencia para apoyar al análisis cualitativo. Lo que importa, en este momento, no es análisis cuantitativo – lo haremos después -, no es la fiabilidad precisa de los datos, sino la comprensión del funcionamiento y el alcance de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta.

La primera impresión es que se ha ido muy lejos, en lo que respecta a este fenómeno de la metamorfosis adulterada de la aplicación política de la ley y la Constitución. Más lejos de lo que han ido gobiernos anteriores, los llamados gobiernos neoliberales; es más, los 105


gobiernos de la dictadura militar; más grave aún, por ciertas analogías, de lo que ha sido el ciclo de gobiernos de la Revolución Nacional (1952-1964).

La pregunta, tendría que ser ¿por qué? ¿Por qué esta expansión descomunal de la corrosión institucional, de la corrupción y de la apropiación de los bienes y recursos del pueblo boliviano? Sin embargo, vamos a saltar la pregunta, que puede tener respuestas casi obvias, como que la decadencia marcha vertiginosamente al galope, en el país y en el mundo. Como dijimos antes, no son fenómenos dados solamente en la forma de gubernamentalidad clientelar, sino en otras formas de gubernamentalidad, como la neoliberal. No necesitamos dar ejemplos; son conocidos por la difusión de noticias por parte de los medios de comunicación. Aunque llama la atención que en algunos “gobiernos progresistas”, no en todos, el fenómeno adquiere dimensiones descomunales. Para decir algo, por ejemplo, en Brasil, en 106


Venezuela y en Bolivia; teniendo en cuenta sus distintas escalas, que no dan lo mismo, no son equivalentes en términos absolutos; también teniendo en cuenta el impacto en estructuras e instituciones.

En un ensayo anterior, que corresponde a los primeros pasos evaluativos del llamado “proceso de cambio”, dijimos que la ideología y el perfil psicológico, de la dirigencia del populismo tardío del gobierno “progresista”, que se proclama de los “movimientos sociales”, en el fondo, considera, que ahora les toca. Antes afanaron los de cuello blanco, ahora les toca a los descamisados, para usar una figura conocida en Argentina. En palabras menos crudas, se podría decir que lo que ocurre, en “estos procesos de cambio”, es el cambio de élites; se pasa de una élite de abolengo, que se cree refinada, como la presunción de la nobleza europea desaparecida, a una élite plebeya, como ocurrió también después de la revolución francesa. 107


El problema de los “gobiernos progresistas” del continente es que heredan, paradójicamente, un estigma de las clases dominantes, que, en la historia, aparecen, mas bien, como despóticas, más que como refinadas. Este estigma es el de la prepotencia del patrón; quien no respeta leyes ni instituciones; pues, en el fondo, considera que es la ley y la institución patriarcal encarnadas. Ahora sí; ¿Por qué ocurre esto, el traspaso de la herencia del estigma de la élite pretendida de alcurnia a la élite plebeya?

Déjenos acudir, en principio, a una hipótesis conocida, que, empero, tiene mucho de connotaciones alumbradoras, en lo que respecta a acercamientos explicativos de estos llamativos comportamientos políticos en el continente. La hipótesis es que se trata de diagramas de poder pervivientes de la colonia y la colonialidad.

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Siendo la colonia la consecuencia y continuidad de la llamada guerra de conquista, que más bien parece un abuso de confianza, como dijimos en un escrito21, es decir, de la desmesurada violencia desatada, de manera inesperada, contra las naciones y pueblos de Abya Yala, por lo tanto, sociedades y civilización del continente, la inscripción inicial de las dominaciones y de las estructuras de poder es esta acción descomunal de la conquista y la colonización. La cuestión parece ser que esta imposición inaugural, a través de la conquista y la posterior colonización, se subjetiva en la psicología del conquistador y sus entornos; después, se traspasa al criollo, el nacido en las Indias occidentales; seguidamente, pasa a los mestizos. La sorpresa es que también pasa a los llamados y denominados discutiblemente – “indios”. Perdonen, no se puede generalizar, aunque se trate de un término discutible, envolvente, 21

Ver Convocatoria de la vida. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/convocatoria_de_ la_vida_2.

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colonial, que borra los perfiles, contenidos, trayectorias, culturas, si se quiere identidades, de pueblos y sociedades variadas del continente de Abya Yala. Como corroborando lo que decimos, la manera como se ha dado en Bolivia, que un parecido “indio”, según la estigmatización del sentido común blanco-mestizo, que un “indio” es presidente; el enunciado anterior tiene cierta vigencia.

El gran teórico crítico de la colonización y la descolonialidad, Franz Fanon, ya decía, que no se trata solo de expulsar al blanco colonizador, sino de destruir la estructura colonial de poder; un negro que ocupa el lugar del blanco es un blanco, un “indio” que ocupa el lugar del blanco es un blanco. El tema es quién ocupa el lugar de la dominación. No es un problema de piel; esto es creer en el esencialismo epidérmico, derivados, precisamente del prejuicio racial colonial. Solo que ahora asumido como identidad y como

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valorización cultural, devuelta desvalorización racial colonial.

a

la

Entonces la pregunta es: ¿Quién es indio? Como me enseñó un activista joven mapuche: indio es el que, los y las que, luchan por la defensa de la Madre Tierra. Como dice Silvia Rivera Cusicanqui: Todos tenemos el indio dentro, en el cuerpo y en la cultura, pues eso que tenemos nos empuja a defender la vida.

En resumidas cuentas, el colonialismo y la colonialidad, es decir, la violencia descomunal de la conquista, sigue vigente y se reproduce en el círculo vicioso de poder, que ocupa y recorre el continente. Se considera, en el fondo, en los recónditos recovecos de una psicología colonizada, además, de patriarcal, que en este continente - de las sociedades que cultivaban bosques, además de otras peculiares ecológicas, tan distintas a la historia de las civilizaciones de Eurasia - se tiene que 111


hacer lo que hicieron los conquistadores; imponerse a espada y fuego. Se considera que lo que conquistan, lo que toman, es parte del botín; así como lo concebían los piratas, que atacaban las naves españolas cargadas, de vuelta a Europa. Entre los conquistadores y los piratas no hay tanta diferencia como se cree; ambos forman parte de lo mismo; de una estructura de poder que se apropia tomando, conquistando, avasallando. Lo que pasa es que lo hacen desde lugares distintos; unos al margen de la institucionalidad; otros como parte de la institucionalidad. Bueno pues, esta forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta deriva de las genealogías de poder, nacidas en las oleadas de invasión colonial, desde la conquista; que más que un acontecimiento traumático, dado en una coyuntura trágica, fue más bien eso, oleadas diferidas de irrupciones conquistadoras.

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El bumerang de la forma de gubernamentalidad clientelar

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La trampa, el engaño, la estafa, el fraude, la tramoya, el ardid, forman parte, como conductas, de prácticas que buscan beneficios suplementarios, aprovechándose de confianzas y usando las leyes, normas y reglamentos de una manera pervertida. Cuando ocurre esto en la esfera política, hablando de la política en sentido restringido, es decir, institucional, se usa, además de una manera forzada y violatoria la maquinaria estatal, en beneficio de fines mezquinos, usando medios no menos miserables.

La elección de magistrados, por segunda vez, es un lamentable fraude a la población. En la primera, se forzó interpretaciones insostenibles de la Constitución, violentando el marco jurídico-político de la misma, para incorporar gente leal al gobierno, aunque no cumpla con los requisitos para ejercer ninguna magistratura. A pesar del uso del Estado, el oficialismo perdió las elecciones; ganó el No; lo que equivale inmediatamente a anular las elecciones. Sin embargo, los aparatos del Estado, 114


controlados por el oficialismo, sacaron conclusiones delirantes, sobre un vacío argumentativo y legal, solo por el hecho de que cuentan con la mayoría absoluta congresal. No se inmutan de las evidentes incongruencias, sin embargo, las aplican, a gusto y gana. No respetaron tampoco los resultados electorales.

Después, a pesar de haber perdido el referéndum para revisar la Constitución, buscando una nueva habilitación del presidente a una nueva elección, se dice, contra toda lógica, además contra toda la democracia institucionalizada y constitucionalizada, que ese referéndum no vale, pues se basaba en una “campaña mentirosa”, la de la “oposición”, que indilgó al presidente un hijo que no era. Cuando el tema de fondo es el daño al Estado por concesiones y contratos a una empresa china, de una manera que contravienen las leyes y las normas de contratación de bienes y servicios; empresa que no cumplió con ninguno de los contratos. Hasta ahora no se responde por este delito de daño al Estado ni por la 115


evaporación de lo invertido en los proyectos y programas a cargo de dicha empresa.

Ahora se vuelve con las elecciones de magistrados de una manera turbia, mañosa y fraudulenta; es más, escandalosa. Pues se busca facilitar a gente debajo de la mediocridad su acceso a la candidatura de las magistraturas. Se lo hace buscando disminuir los requisitos, buscando la ocasión de intervenir en calificaciones, allí donde se puede aumentarlas, pues lo que se califica se abre a la oportunidad; por último, se intenta con preguntas por de lo demás sorprendentes, tanto por su expresa ayuda, así como por sus increíbles banalidades, forzar incorporaciones de gente leal al gobierno. No se inmutan de estos actos bochornosos y siguen adelante con la tramoya.

Lo peculiar del caso es que han comprometido al Sistema Universitario de Bolivia, el CEUB, incluyendo a la UMSA, 116


que dice que se salió de este escenario de dudosa validez. Sin embargo, todo el Sistema Universitario calla, no aclara su participación, deja que ocurra todo lo que ocurre; por lo tanto, se compromete con toda complicidad, incluyendo a la UMSA. Con esto el Sistema Universitario ha perdido lo poco que le quedaba de seriedad; después de haber entrado en crisis, no solamente con los manejos administrativos, denunciados por los estudiantes, sino también y sobre todo, por la baja calidad de la enseñanza y el bluf de su formación profesional. Salvo horadas escasas excepciones de algunas pocas carreras.

Como dijimos antes, no se trata de solo denunciar estas inconductas, sino de comprender como funciona el diagrama de poder de la forma de gubernamentalidad clientelar y corrupta. En este caso, comenzando por la descripción más fácil, el ejecutivo requiere un órgano de poder judicial subordinado al ejercicio del poder clientelar. Lo que ya lo ha conseguido, 117


con anteriores intromisiones, a las que hicimos mención. Lo que busca es mantener la continuidad de esta subordinación, sobre todo, control del aparato de justicia estatal. Por eso se hace lo que se hace, de la manera como se lo hace. Lo que hay que entender es qué clase de estructura de poder se conforma y consolida con estas prácticas de chantaje y coerción, de trampas y fraudes.

Bueno, parece una maquinaria de poder al servicio de la casta dominante; el núcleo de la estructura de poder palaciega y sus entornos clientelares. Pero, ¿qué consigue con ello esta casta dominante y la burocracia oficialista? Ciertamente control y dominio; sin embargo, no legitimidad. Por otra parte, ¿esta “estrategia” de poder, si la podemos llamar estrategia, cuánta perdurabilidad garantiza? Estas “estrategias” de poder, que se basan en el uso del monopolio de las fuerzas, concentradas en el Estado, es decir, en las proliferantes violencias desenvueltas, 118


que no generan legitimidad, sino complicidades clientelares, no aseguran perdurabilidad; son, mas bien, de corto alcance; en el mejor de los casos, de mediano alcance. El poder, en su reproducción, requiere de ciclos largos; esto no se puede conseguir sin legitimidad. El Estado moderno, en forma de república, había conseguido esto; conectar control, dominación y legitimidad; precisamente con el juego de la democracia institucionalizada, de la democracia formal; es decir, de la democracia restringida a la delegación y representación.

Cuando se altera el juego de la democracia formal, cuando se rompen las reglas del juego de la democracia institucionalizada, se hace evidente de lo que se trata en el fondo, de la dominación a secas. Estas “estrategias” de poder, relativas a la economía política del chantaje, develan esto, lo que es el poder de manera descarnada. Incluso la simulación, que en el caso de la república, se trata de la simulación democrática, se 119


despoja de sus apariencias y muestra su desnudez atroz. Nada seductora, por cierto. Lo que pretende ser un ardid o una astucia criolla termina siendo una trampa donde se entrampan los supuestos astutos. Los “estrategas” de esta tramoya terminan expuestos ante los evidentes montajes, además sin gracia. De la ilegitimidad, en la que se encuentran, pasan a evidenciar los ilegalismos que practican. Con lo que se hace insostenible encubrir estas conductas adulteradas.

Sin embargo, siguen adelante. Pero, lo hacen solo sostenidos por el empleo tosco y grosero del monopolio de la disponibilidad de fuerzas. Para hacer esto no se necesita de ninguna astucia, solo del beneficio temporal del que gozan; el del acceso al manejo de la maquinaria estatal, sobre todo, al empleo de las violencias polimorfas. No es pues ninguna astucia, el tener a mano el garrote, llámese policía, ejército, sindicatos clientelares, que se autonombran ser “movimientos sociales”, cuando éstos han desaparecido, se llame mayoría 120


congresal. Lo que no ven los que optan por este diagrama de poder clientelar es que lo que hacen, fuera de lograr, a corto o mediano plazo, sus objetivos, es corroerse por dentro; es decir, carcomer las columnas que sostienen al Estado, del que se han apropiado. Generan la implosión. Otra cosa que no ven es que cuando se desmorone todo, pues todas las columnas están podridas, las primeras en escapar de los barcos en naufragio son las ratas; quedaran solos y vulnerables, si es que no escapan a tiempo.

En consecuencia, la forma de gubernamentalidad clientelar no es duradera. Dura lo que dura una ilusión, la ilusión que otorga el poder a los ilusos que creen que controlan el poder, cuando es el poder el que los controla.

La segunda cuestión, es cómo funciona este diagrama de poder clientelar; ya no por qué funciona así como funciona. En otras palabras, qué lo hace funcionar, 121


cuál es su mecánica. Si nos concentramos en un aspecto, que parece nuclear o clave del poder, que es el de las dominaciones; si sugerimos que el poder, desde esta delimitación propuesta, se ejerce aplicando estrategias de poder, es decir, estrategias de dominación, el tema es cómo se conforman estas estrategias de dominación.

Las estrategias de dominación suponen saber sobre el entorno y el campo de alcance de la acción a desplegar. También supone conocimiento o cierto conocimiento de a quienes se afecta con la estrategia empleada, además de qué quiere obtenerse. Por otra parte, supone el manejo de los instrumentos a emplear, además de toda la heurística donde están insertos. En tercer lugar, se tiene como el mapa de la implementación; por ejemplo, el cómo el conjunto de tácticas se articulan y ponen en marcha o realizan la estrategia. En cuarto lugar, supone organización, tanto la que actúa directamente, así como la que sustenta la acción misma. En quinto lugar, está toda 122


la malla institucional, que le otorga el sentido a la estrategia empleada; vale decir, la hermenéutica de la dominación.

Entonces, las estrategias no son, exactamente, realización de deseos y de voluntades, tampoco de fines propuestos y su relación con los medios; sino algo parecido a destrezas adquiridas. Ciertos agenciamientos concretos de poder se encargan de generar estas destrezas, si se quiere, a partir de cierto entrenamiento. Para decirlo de una manera simple, aunque no del todo adecuada, las estrategias de las que hablamos, suponen también la formación de los dominantes; esta sería la sexta característica.

En estas estrategias de poder, que, como se puede ver, tienen connotaciones más amplias y más complejas que las denotaciones de las llamadas estrategias militares; de donde viene, mas bien, la figura, que adquiere evocación metafórica, en el uso de la formación 123


discursiva política. Por el momento no se trata de buscar la palabra adecuada, que se corresponda con el concepto bosquejado, sino de usar la base metafórica de la figura de estrategia, para ilustrar, ocupándonos de comprender el funcionamiento de la máquina de poder de la forma gubernamental clientelar.

Lo dicho anteriormente es válido, como hipótesis configurativa, para aplicarla a todas las estrategias de poder de distintas máquinas de poder. Lo que buscamos, partiendo de estas analogías y generalidades compartidas, es definir las especificidades de las “estrategias” de poder de la forma de gubernamentalidad clientelar.

Al respecto vamos a sugerir algunas hipótesis configurativas de las “estrategias” de poder de la forma de gubernamentalidad clientelar.

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“Estrategias” de poder clientelar

1. El campo de dominio de las “estrategias” de poder clientelar es el conjunto de la sociedad. En todo el espacio social se despliegan sus redes, que buscan atrapar al público y lograr la concomitancia del pueblo. 2. Si bien las mallas institucionales del Estado funcionan como aparatos que hacen funcionar las estrategias de poder, de las que hablamos, de acuerdo a determinados modelamientos subjetivos y corporales, además, a partir del adiestramiento de dominantes, aunque también de ejecutores de acciones; prácticas éstas ya establecidas en las mallas institucionales. En el caso de las “estrategias” de poder clientelar, ocurre que, si comparamos, podríamos decir, se improvisa.

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3. Lo que quiere decir que las prácticas de las “estrategias” de poder clientelar no están institucionalizadas; es decir, no son instituciones establecidas. Sino que son hábitos, no habitus, que están incorporados en los comportamientos, sin necesidad que se hayan institucionalizado. 4. Se puede decir que estos comportamientos, inclinados al clientelismo, se encuentran como a mitad del camino, entre la contingencia y la institucionalidad. No formarían parte del funcionamiento regular del Estado; aunque formarían parte del funcionamiento irregular del Estado.

5. En consecuencia, podemos sugerir que la forma de gubernamentalidad clientelar corresponde al funcionamiento irregular del Estado. Algo que no sucede solo en los estados vulnerables o débiles, que la ideología conservadora, convertida en teoría académica, del imperio del norte, 126


llama, por falta de imaginación, “estados canallas”; sino, mas bien, sucede en todos los estados modernos, en todos los Estado-nación. Todo Estado combina el funcionamiento regular con el funcionamiento irregular. 6. La peculiaridad de la forma de gubernamentalidad clientelar, que es la característica irregular, que acompaña a las formas regulares de las formas de gubernamentalidad institucionalizadas, cuando adquiere proporciones desmesuradas, aminorando la incidencia del funcionamiento regular del Estado, adquiere como una autonomía relativa, para usar un concepto conocido en el análisis marxista crítico. Ocurre como si la forma de gubernamentalidad clientelar fuese una forma más de las formas de gubernamentalidad institucionalizadas. No lo es, pues requiere de la sostenibilidad del funcionamiento regular, aunque éste se haya angostado mucho. 127


7. Si ocurriera el caso extremo, que desapareciera del todo el funcionamiento regular, sería como reconocer explícitamente el dominio absoluto del funcionamiento irregular, por lo tanto, haciendo evidente la ilegitimidad en la que se gobierna. Lo que puede llegar a suceder es que los papeles como que se invierten, convirtiéndose el funcionamiento irregular en la mecánica del Estado, convirtiendo al funcionamiento regular en una máscara. 8. Lo que hemos llamado forma de gubernamentalidad clientelar no sucede, en su desmesura, solo en los llamados gobiernos neo-populistas; antes, en otras condiciones y circunstancias, además de otra manera y con otros sentidos, en los gobiernos nacional-populares. Sino en gobiernos de dictadura militar, aunque con composiciones distintas y más corporativas, relativas a la casta militar. También sucede en gobiernos 128


liberales, cuando la casta oligárquica le otorga un aire de dominio familiar al manejo del Estado. Así como sucede de manera desbordada en estados “desarrollados”, con larga tradición institucional, como ocurrió en la Alemania del nacional socialismo y en la Italia del fascismo. Ahora parece ocurrir, nada más y nada menos, que en Estados Unidos de Norte América, la primera república de la era moderna. Entonces, este fenómeno del desborde del funcionamiento irregular del Estado no es propio de los Estado-nación subalternos, sino del Estado moderno mismo, en todas sus variantes.

9. Habría que hablar de las condiciones histórico-políticas que generan la emergencia desproporcionada del funcionamiento irregular en los estados modernos. Recogiendo lo que hemos venido describiendo y analizando al respecto, podemos decir que estas condiciones y circunstancias parecen encontrarse en coyunturas y 129


períodos de crisis múltiple del Estadonación. Crisis, como dijimos en uno de los primeros ensayos de evaluación del proceso de cambio, que puede corresponder a momentos del nacimiento mismo del Estado-nación, así como a períodos de clausura de una forma de Estado o, mejor dicho y especificado, de forma de gubernamentalidad. 10. A estas crisis podemos hacerlas corresponder con crisis más profundas, por así decirlo, que corresponden a las crisis de estructuras de dominación.

11. Ahora bien, durante las crisis de dominación se puede intentar evitar la clausura de formas y estructuras de dominación, incorporando convocatorias populares; tratando de combinar las formas y estructuras de dominación en crisis con improvisadas formas de convocatorias populares, que terminan convirtiéndose en nuevas formas de dominación. 130


12. Si bien aparecen promociones de cambios, de cariz democrático y popular, ocasionando desplazamientos sociales y empoderamientos populares, el efecto duradero es el de la reproducción de las dominaciones heredadas y la transfusión de sangre a las estructuras de dominación en crisis.

13. En estos escenarios políticos ambivalentes, las “tácticas” de la forma de gubernamentalidad clientelar son también improvisadas; por eso, tampoco logran realizar una “estrategia”, que, a su vez, como dijimos, es improvisada. 14. ¿Cuál es la eficacia de la forma de gubernamentalidad clientelar? Por más improvisada que sea, es eficaz. Convoca y seduce al pueblo, lo convence del proyecto populista. En este sentido, logra “legitimidad” paradójicamente para prácticas políticas que forman parte del 131


funcionamiento irregular del Estado, por lo tanto, que no podrĂ­an sostener ninguna legitimidad.

15. Para no repetir lo que ya concluimos en otros escritos, que la forma de gubernamentalidad clientelar salva de su crisis al Estado-naciĂłn, prolongando su pervivencia, diremos ahora, que esta forma de gubernamentalidad logra prologar las dominaciones estructuradas a lo largo de la historia moderna, entre ellas, el substrato de las formas de dominaciĂłn, la patriarcal.

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Funcionamientos de la maquinaria estatal

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No es que las máquinas de poder dejan de funcionar, sino que empiezan a funcionar de otra manera. De tanto ajustarla, modificarla, ponerle parches, incrustarle dispositivos anexos, deja de ser la misma máquina para convertirse en otra, diferente; que solo tiene con la anterior compartidos quizás el modelo inicial y algunos accesorios; empero, al haber cambiado tanto, funciona de otra manera. Sucede con alguna Constitución inaugural de la república moderna; que de tantas enmiendas ya no es la misma Constitución que dio nacimiento a la república. Lo que importa es comprender las mutaciones del Estado, a pesar de su modelo inicial, al que se acude como referente del nacimiento de la república. Cuando el Estado-nación ha sufrido o experimentado tantas mutaciones, a lo mejor ya no es el mismo Estado, sino otro; a pesar que la ciencia política supone la historia del mismo Estado.

La hipótesis interpretativa y prospectiva de este ensayo es la siguiente: El Estadonación, después de varias modificaciones 134


y reformas institucionales, no es el mismo Estado-nación; en el sentido, si se quiere, de su genealogía, sino es otro; es otra maquinaria del poder. Como anotamos antes, se puede decir lo mismo de la Constitución; sin embargo, en este caso, hay que hablar de varias reformas constitucionales; no de un nuevo proceso constituyente, que deriva en una Asamblea Constituyente, que explícitamente se propone establecer un nuevo Estado. Puesto que las reformas se consideran eso, reformas; no fundan. Sin embargo, la ironía de la historia política, por así decirlo, es que la acumulación de reformas puede haber cambiado el Estado, sin la intensión de los reformistas de hacerlo. Los reformistas pueden encontrarse con un producto inesperado, con un Estado que no diseñaron ni esperaron; pero, que resultó cambiado, por las modificaciones acumuladas hechas.

Si esto es lo que ocurre, entonces, los reformistas terminan construyendo una maquinaria que no controlan. Las 135


reformas para mejorarlo, adecuarlo, incluso modernizarlo, terminan obteniendo algo incontrolable, que los mismos reformistas no entienden. Sobre todo, no entienden cómo funciona.

Lo que decimos adquiere importancia práctica respecto a las demandas de institucionalidad, frente a las perturbaciones provocadas por tal o cual gobierno. ¿Qué institucionalidad? ¿Se puede retornar a la institucionalidad a partir de un funcionamiento distinto del Estado, respecto a la institucionalidad usada como referente? Estas son las preguntas pertinentes.

La institucionalidad a la que se refieren los demandantes institucionalistas casi siempre tiene que ver con la institucionalidad definida por la Constitución; pero esta es la institucionalidad que no funciona como establece la Constitución, sino que funciona de acuerdo a la mecánica de la maquinaria lograda hasta el momento. 136


Este es un tema que tiene que ver con la relación de la institucionalidad estatal, en tanto funcionamiento maquínico, con la Constitución, en tanto ideal jurídicopolítico. No decimos que la Constitución no puede realizarse, que es una utopía constitucional, sino que es indispensable comprender las diferencias entre la Constitución y el funcionamiento material institucional. ¿Por qué se da esta diferencia?

Hablamos en Ideología jurídica-política22 de la diferencia entre ideología y realidad, para decirlo de una manera simple y resumida; empero, a lo que nos referimos ahora no es a esta diferencia, que convierte, en el caso y temas analizados, a la Constitución no solamente en un ideal a seguir, sino en un principio categórico. Desde la perspectiva de la ideología jurídico-política, la realidad, siguiendo con la simpleza, debe adecuarse al ideal perseguido. Nos 22

Ver Ideología jurídica-política. https://pradaraul.wordpress.com/2016/09/13/ideologiajuridico-politica/.

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referimos a otra diferencia, la que tiene que ver con la comprensión de las lógicas inherentes a la ideología y las lógicas inherentes a la realidad – disculpen esta simpleza y esta separación tosca, pero, por el momento requerimos de una exposición ilustrativa -. La ideología no solo legitima el poder, sino que busca convencer, como lo hacía la antigua retórica; además de que busca darle sentido a lo que se hace. La maquinaria estatal, en cambio, busca ejecutar, busca hacer. Si lo que se hace viene acompañado por discursos convincentes, tanto mejor; pero, desde la perspectiva instrumental, que estos discursos acompañen no es indispensable y necesario; se puede hacer sin necesidad de ellos.

Desde este punto de vista, no importa tanto entender por qué no se realiza el ideal, sino, más bien, importa más saber cómo funciona la maquinaria estatal efectivamente. En Aperturas a otros

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mundos posibles23 hablamos del funcionamiento irregular del Estado y del funcionamiento regular del Estado; empero, estas definiciones responden a criterios normativos y, si se quiere, administrativos. Por lo tanto, no son del todo adecuadas para figurar y configurar el funcionamiento de la maquinaria estatal; en consecuencia, tampoco para conceptualizar este funcionamiento. Lo regular y lo irregular hacen mención a las regulaciones institucionales, que, a su vez, responden al diseño institucional, hecho normativamente. Todos estos son dispositivos normativos, además de regulación administrativa; que, por otra parte, exigen las adecuaciones y correcciones de los funcionamientos institucionales respecto de la norma. Todo esto tiene que ver con el papel del sistema jurídico-político. Si se quiere como debe ser. Sin embargo, la maquinaria, como heurística, mecánica e instrumentalidad, responde a su propio diseño; si se quiere, a la ingeniera que la 23

Ver Aperturas a otros mundos posibles. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/aperturas_a_otro s_mundos_posibles_2.

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diseñó. Lo que hay que comprender y entender es esta ingeniería.

Ahora bien, la ingeniería de la maquinaria estatal, de la heurística del poder, tiene que ver con la eficacia; es decir, el lograr el cometido de la mejor manera; en otras palabras, resolver el problema. También se puede decir, hacer funcionar la maquinaria de la manera más eficiente. Por ejemplo, si el objetivo es conseguir el acopio de tributos para el Estado, los dispositivos e instrumentos empleados son eficaces si facilitan esta tarea. El empleo de la estadística es pues un recurso apropiado para contar con la información de cuantos tributantes hay, cuánto se debe recaudar, cuánto se recauda y cuánto falta por recaudar. Los métodos y procedimientos de recaudación tributaria son otros instrumentos de la maquinaria estatal. La destreza de los recaudadores y su profesionalismo forman parte del funcionamiento de la maquinaria, no tanto del aparato administrativo, sobre todo, de la administración personal, que 140


proceden de acuerdo a normas y reglamentos. Son dos aspectos distintos de la organización estatal; la normativa y la factual, para decirlo de ese modo. Si a esto se añaden los instrumentos de información, la tecnología informática y cibernética, los registros, los programas y los cálculos, además de los medios de comunicación empleados, estamos ante una parte del sistema técnico operativo de la maquinaria estatal; considerando una parte, solo en lo que concierne a una de las tareas del Estado. El conjunto de partes operativas del Estado hacen al sistema técnico de la maquinaria estatal.

El sistema técnico de la maquinaria estatal es eficiente por definición. Si esto no ocurre, quiere decir que no se trata del sistema técnico sino de otra cosa. Por ejemplo, puede tratarse de del cumplimiento de otras tareas; ideológicas, políticas, clientelares. En este sentido, los aparatos involucrados no son técnicos, sino forman parte de la economía política del chantaje. No se trata de la eficiencia técnica, sino de la 141


convocatoria o, en su caso, de la concomitancia. Entonces, la composición de los engranajes funciona de otra manera. Lo que importa es lograr convocatorias masivas o, en su caso, complicidades numerosas. El uso de los recursos no se destinan, como en el caso del sistema técnico, para la inversión productiva y la acumulación ampliada, sino para mantener los circuitos y redes clientelares. El plus no corresponde a la generación de plusvalía, de excedente económico, sino a ganancia de adeptos o, en su caso, de clientelas. El plus es ideológico, también político; corresponde a la conformación de una estructura de concomitancias, que sostiene una forma de poder basada en el clientelismo.

No se pueden leer los dispositivos, aparatos, redes, incluso subsistemas, de la economía política del chantaje, desde el referente del sistema jurídico-político, tampoco desde el referente del sistema técnico; pues no corresponden a ni uno ni otro. Tienen que ser leídos a partir de la economía política del chantaje. Esta 142


economía política, basada en la separación entre especulación y autenticidad, para decirlo de ese modo, dualidad que podría también esquematizarse como separación entre representación y realidad, valoriza la especulación y desvaloriza la autenticidad; valoriza la representación y desvaloriza la realidad. La economía política del chantaje responde, por así decirlo, a la “lógica” de la simulación; lo que importa es la seducción y no el placer ni el goce; tampoco la satisfacción. Se podría decir crudamente que lo que se busca es el encandilamiento, de ninguna manera la reciprocidad. El plus de la economía política del chantaje es la magnificencia de las apariencias; particularmente, la espectacularidad del poder.

Volviendo a nuestro asunto, después de repasar nuestras hipótesis interpretativas respecto a la economía política del chantaje, asunto que tiene que ver con la caracterización de dispositivos, aparatos, circuitos, redes y subsistemas, que 143


deberían funcionar según las operaciones de clausura del sistema técnico, funcionan, mas bien, de otra manera; funcionan como mecanismos de apoyo y sustento de la economía política del chantaje. Entonces, para decirlo de manera simpe, el objetivo es otro, no la eficacia técnica, sino, si se quiere, para mantener la comparación y contraste, la eficacia del chantaje.

Se puede entender que el sistema de la economía política del chantaje se sostiene en economías de renta, pero también en economías especulativas. No parecen poder funcionar en economías productivas, preponderantemente industriales, también agrícolas. Entonces, se puede considerar la expansión de la economía política del chantaje respecto a la economía política productiva correspondiente a la fase de hegemonía industrial del capitalismo -, cuando el peso de la renta es preponderante en la estructura económica, así como también el peso del capitalismo especulativo. Las fases del ciclo largo del capitalismo 144


vigente tienen que ver o se corresponden con las formas preponderantes de la economía política.

Ahora bien, en el sistema-mundo capitalista la economía política del chantaje no podría funcionar si es que la economía política productiva y acumulativa no generara excedente. La economía política del chantaje no es productiva; mas bien, se apropia del excedente producido. La economía política del chantaje absorbe el excedente y lo administra de manera especulativa. Se podría decir que la economía política del chantaje es, mas bien, un parásito.

No hay que olvidar que la producción del excedente se da a escala mundial, así como la acumulación, si se quiere, en la dialéctica de acumulación originaria recurrente y acumulación ampliada; por lo tanto, el hecho que se forme una burguesía parásita respecto a la burguesía industrial, que se apropia del excedente y lo usa especulativamente, 145


tiene que ver con la generación mundial del excedente. La complejidad de esta acumulación y de la producción del excedente es pues mayor de lo que ha supuesto el marxismo. Se da lugar en encadenamientos extractivistas, productivos y comerciales, en el mercado mundial. El excedente se forma desde las transferencias de valorizaciones de la extracción de los recursos naturales hasta la subsunción formal y real del trabajo al capital, en las distintas regiones de la geopolítica del sistema-mundo capitalista. Se trata de la valorización integral del conjunto de transferencias de valorizaciones, articuladas a los efectos de la acumulación. Por lo tanto, el desborde de las burguesías parasitas nacionales, tienen que ponderarse a escala mundial, para comprender penamente el fenómeno anti-económico, que hemos llamado anti-producción24. Así también, es indispensable comprender el funcionamiento de los aparatos y dispositivos de la economía política del chantaje a escala mundial. Es en esta 24

Ver Anti-producción. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/antiproducci__n.

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escala donde se comienza a entender por qué se combinan lógicas no técnicas y hasta anti-técnicas con las lógicas técnicas, aunque lo hagan en detrimento de la eficiencia técnica.

Hemos hablado del mundo como espectáculo25, que corresponde a la proliferación global de la especulación y al logro generalizado de la simulación. Esto puede ocurrir por que se ha llegado a niveles monstruosos de la acumulación. Las distintas formas de burguesía disputan la apropiación del excedente. Las burguesías parásitas disputan la apropiación del excedente para despilfarrarlo y especular; pueden hacerlo porque el margen de maniobra es muy amplio.

Esta fabulosa acumulación de capital se sostiene también en una fabulosa destrucción planetaria. ¿A qué 25

Ver El mundo como espectáculo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/el_mundo_como_ espect__culo.

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sintomatología nos lleva la presencia proliferante de burguesías parasitas? ¿Se pueden interpretar como síntomas apocalípticos? ¿Se puede interpretar estos síntomas, donde la destrucción es la huella preponderante en el planeta, como relativos a formas que se alimentan de la putrefacción? Metafóricamente, como recita el poeta gitano, Federico García Lorca, cuando la muerte puso huevos en la herida. Puede ser, empero, lo que atendemos, ahora, es el funcionamiento de estas formas no técnicas de la maquinaria abstracta del poder.

En las periferias del sistema-mundo, en los Estado-nación subalternos, que garantizan la transferencia de recursos naturales a los centros industriales del sistema-mundo capitalista, periferias donde las economías son preponderantemente extractivistas y rentista el perfil del Estado, hay condiciones de posibilidad para que emerjan las burguesías parásitas. Lo mismo, en Estado-nación dominantes, 148


que se convierten en centros de acumulación y concentración de capital, donde prepondera la dominancia del capitalismo financiero, que tiende, mas bien, a la especulación, a tasas de retorno rápidas, y no a la producción, dejando esta tarea a las potencias emergentes industriales, hay condiciones para la emergencia de burguesías parásitas.

En este sistema-mundo capitalista, sobre todo, en su fase de dominancia del capitalismo financiero y especulativo, se amplifican las condiciones de posibilidad, que deberíamos nombrarlas, como lo hicimos antes, para fenómenos relativos de la economía política del chantaje, como condiciones de imposibilidad, por el contraste, para la emergencia de las formas de la economía política del chantaje; en consecuencia, de la proliferación de las burguesías parásitas. En estas condiciones, la maquinaria abstracta del poder hace funcionar los aparatos de Estado de otra manera, de acuerdo a las lógicas, por así decirlo, de la economía política del chantaje. Por 149


ejemplo, los dispositivos que deberían formar parte del sistema técnico de la maquinaria estatal, funcionan, mas bien, sosteniendo al funcionamiento del sistema de la economía política del chantaje. Solo llevan los nombres correspondientes a los dispositivos y aparatos del sistema técnico.

El funcionamiento técnico vuelve a aparecer en la escala mundial. Por ejemplo, en el caso de la explotación extractivista en las periferias, en los países periféricos de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, donde los Estado-nación subalternos garantizan la transferencia de recursos naturales, la tecnología empleada en la explotación de los hidrocarburos funciona eficazmente; utilizando tecnologías de punta. Estos dispositivos técnicos están controlados y manejados por organizaciones empresariales trasnacionales; en cuya composición los subsistemas técnicos son indispensables.

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Ahora bien, la forma de gubernamentalidad clientelar tiende a dejar el manejo técnico precisamente a las empresas trasnacionales, quedándose con el manejo político, ideológico y clientelar de la maquinaria estatal o convirtiendo a la maquinaria estatal en una maquinaria de coerción y de chantaje, que se sustenta en la renta extractivista. La pregunta es: ¿La forma de gubernamentalidad clientelar puede componerse o combinarse con el sistema técnico? Desde mediados del siglo pasado se han dado formas de gubernamentalidad del nacionalismo revolucionario que han intentado hacerlo; incluso que lo han hecho en un periodo significativo de las nacionalizaciones. Podríamos decir, que esto ocurría mientras perduró el lapso de la convocatoria popular. Cuando estas formas de gubernamentalidad encontraron su punto de inflexión y desde ahí iniciaron la regresión, sustituyeron la falta de convocatoria por relaciones clientelares expansivas. Es cuando el manejo técnico tiende a desaparecer, sustituyéndose por lo que dijimos, por 151


maniobras clientelares. El antecedente de la forma de gubernamentalidad clientelar, tal como aparece a fines del siglo XX y principios del siglo XXI, en la expresión de los llamados “gobiernos progresistas”, parece ser esta etapa decadente de los gobiernos del nacionalismo popular.

En la escala nacional parece muy difícil que se dé una composición como la sugerida, la que una forma de gubernamentalidad clientelar contenga un sistema técnico en la maquinaria estatal. Sin embargo, a escala mundial, si bien se da en el contexto y organización del orden mundial, es decir, en la configuración internacional de Naciones Unidas, que supone la participación de los Estado-nación, la pregunta se transmite plenamente al escenario hipotético de un gobierno mundial de las sociedades, es decir, un Estado mundial. Este escenario hipotético plantea dilemas al gobierno mundial, pues tendría que intervenir para disminuir los alcances del capitalismo extractivista y del capitalismo especulativo; es decir, los espacios de 152


dominio y control de las burguesías parasitarias. Sino hace esto se reproduce mundialmente una situación parecida a lo que ocurre en la escala nacional, cuando se da la forma de gubernamentalidad clientelar. Esto no puede suceder mundialmente, pues sin un sistema técnico en la maquinaria mundial, el desmoronamiento del sistema-mundo, del gobierno mundial, se daría como consecuencia de una manera vertiginosa. Que una intervención del gobierno mundial se dé contra las burguesías parasitas, por lo tanto, contra estas formas de capitalismo rentista y especulativo, en el escenario hipotético que imaginamos, es difícilmente viable, dadas las correlaciones de fuerzas, donde las burguesías parasitas predominan en la etapa especulativa del capitalismo vigente. Es mucho más viable el escenario que proyectamos, en anteriores ensayos, de una gobernanza mundial de los pueblos, que se abren a civilizaciones y mundos alternativos,

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abandonando el horizonte restrictivo de la civilización moderna 26.

Sabemos que estos escenarios son hipotéticos, situaciones ideadas, obviamente de manera esquemática, para reflexionar sobre los campos de posibilidades inherentes en los espesores del presente y sus proyecciones probables. Que los desenlaces de los acontecimientos se inclinen por la convergencia hacia situaciones análogas, parecidas o próximas, depende no dé la razón, ni de la justicia, ni de la verdad de los proyectos inherentes, sino de la correlación de fuerzas. Son los pueblos del mundo los que pueden modificar la actual correlación de fuerzas, cuya resultante nos arrastra al abismo. ¿Lo harán? No lo sabemos; empero, la responsabilidad activista es el de liberar la potencia social de los pueblos, para que lo hagan.

26

Ver Convocatoria de la vida. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/convocatoria_de_ la_vida_2.

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Condiciones de imposibilidad y cĂ­rculo vicioso del poder

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Volvamos a lo que habíamos dicho en Imaginación e imaginario radicales 27; que las instituciones no tienen vida propia, que esta suposición forma parte de la fetichización ideológica; quienes hacen funcionar las instituciones son los humanos, que establecen relaciones, se asocian, conforman composiciones, definen operaciones de clausura, al construir las instituciones; en definitiva, las hacen funcionar. Es como si les dieran vida. La pregunta que hicimos en el anterior ensayo28 era sobre cómo funciona la maquinaria estatal; ahora, la pregunta adecuada es: ¿por qué hacen funcionar de tal modo los humanos las instituciones y por qué no de otro modo? Siguiendo esta pregunta, vienen otras: ¿qué hay en las relaciones que establecen, en las asociaciones y composiciones que conforman, para que queden como atrapados en un modo de 27

Ver Imaginación e imaginario radicales. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/imaginacion-eimaginario-radicales-en-devenir-y-dinamicas-moleculares/. 28 Ver Funcionamientos de la maquinaria estatal. http://dinamicasmoleculares.webnode.es/news/funcionamientos-de-lamaquinaria-estatal/.

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funcionamiento, y no opten, mas bien, por otro modo de funcionamiento? ¿Por qué convierten el modo de funcionamiento habitual como si fuese el único posible? ¿Qué hay en las representaciones que tienen tanta fuerza como para convencer que no hay otro modo? Estas preguntas han sido consideradas en el ciclo de ensayos publicados dese el 2010 hasta el 2017, que corresponden a la fase de evaluación del proceso de cambio; después, a la fase crítica del proceso y, sobre todo, de la forma de pensamiento asumido; siguiendo con desplazamientos y rupturas epistemológicas; la cuarta fase corresponde a la incursión en el pensamiento complejo29. Si bien estas preguntas van a estar subyacentes en el presente ensayo, lo que importa es atenderlas ahora no tanto desde la perspectiva de la crítica de la ideología, como hicimos antes, sino desde la perspectiva de la heurística de la maquinaria estatal. 29

Ver Aperturas a otros mundos posibles. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/aperturas_a_otro s_mundos_posibles_2.

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Las relaciones sociales, las asociaciones y composiciones humanas, son creaciones, por lo tanto, realizaciones, así como interacciones con el Oikos; con los territorios, ecosistemas y ciclos ecológicos. A propósito de las relaciones, habíamos efectuado una crítica a este concepto, que supone la figura de lazos o vínculos; lo que connota la imagen lineal. Buscando salir de la representación lineal, habíamos sugerido, mas bien, concebirlas como actividades, múltiples, variadas, en constante movimiento, que, además suponen espesores; no una unidimensionalidad, tampoco, mejorando, el plano. En consecuencia, efectivamente se trata de actividades establecidas entre humanos. Actividades únicas, cada una en su propia singularidad; actividades que se avecindan, incluso pueden aproximarse tanto, que convergen, sin confundirse, ni dar lugar a una universalidad; que solo puede darse imaginariamente, en el imaginario teórico. Conjunto de actividades que pueden distribuirse, distanciarse, conformando núcleos 158


distintos de analogías y aproximaciones; los mismos que configuran distintos ámbitos de relaciones – manteniendo esta palabra con finalidades ilustrativas , que hacen de substrato dinámico a las condensaciones de las relaciones en instituciones sociales; edificadas sobre, por así decirlo, costumbres.

Se trata de procesos instituyentes, que construyen, capa sobre capa, piedra sobre piedra, ladrillo sobre ladrillo, madera sobre madera, las instituciones culturales. Se puede decir que las instituciones culturales son sistemas hermenéuticos; interpretan la experiencia social, lo que ocurre, lo que se hace, las prácticas y actividades. Les otorgan sentido. Sentido asumido y logrado como mito; es decir, como trama inaugural. El sentido otorgado por la cultura adquiere consistencia social en la memoria social. ¿Hay un momento cuando la memoria social se desliga de la experiencia social o, mejor dicho, pretende desligarse, como cobrando independencia, como si no necesitara del 159


substrato de la experiencia social? Si fuese así, estaríamos hablando de una economía política, incluso una economía política anterior a la economía política religiosa30. ¿Qué es lo que ha llevado a la pretensión de desligar memoria de experiencia? Al respecto, tenemos que aclarar que estamos hablando de la memoria instituida culturalmente, trasmitida de generación a generación, no de la memoria efectiva, la memoria vital, integrando con la experiencia el ciclo creativo de la vida. ¿Habría una economía política cultural que separa memoria instituida de experiencia social, valorizando la memoria y desvalorizando la experiencia? ¿Cómo se habría instituido esta economía política cultural? Acontecimiento supuesto que ya supondría relaciones de poder.

30

Ver Crítica de la economía política generalizada. También Arqueología y genealogía del monoteísmo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_ec onom__a_pol__tica_. https://pradaraul.wordpress.com/2015/06/23/arqueologiay-genealogia-del-monoteismo/.

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La memoria instituida, la cultura, vendría a ser como la memoria verdadera, la memoria aceptada y transmitida, desconociéndose otras memorias, encaminadas también a interpretar. ¿La conformación hermenéutica, que va ser instituida, tiene más peso, más aceptación? ¿Es más adecuada y operativa que las otras versiones? O dicho de manera simple, ¿hay interés de que sea así? ¿De quiénes es este interés? ¿Quiénes son los encargados de la cultura instituida? No hablamos de la cultura polifacética, múltiple, entrelazada, en constante movimiento; no hablamos de las artesanas y artesanos de los tejidos culturales. Tampoco hablamos de los monjes, que forman parte de las conformaciones religiosas. Dijimos que, si fuese el caso, la economía política cultural sería anterior a la economía política religiosa. No podríamos decir, por analogía, que no corresponde, que son los brujos, los chamanes, los chamakanis; pues su condición no es de intérpretes, sino, mas bien, de magos; no interpretan sino actúan con la magia. Están en medio del torbellino de fuerzas 161


inmanentes, que intuyen, y se comunican con recursos toscos; pretendendiendo influir con medios simples, demasiado cortos para sus propósitos, solo alargados por la imaginación.

¿Se puede decir que la memoria instituida “traiciona” a la experiencia social? Bueno, esta es una manera de decir, muy figurativa; pues ni la memoria ni la experiencia son sujetos; mas bien, suponen sujetos, en lo que respecta a la memoria social y a la experiencia social. En tanto sujetos individualizados, la memoria y la experiencia forman parte de las fenomenologías corporales y perceptuales. Pero, retomando la metáfora ilustrativa, no hay que olvidar que la memoria instituida es institución; es decir, agenciamiento concreto de relaciones de fuerza, para no decir de poder, lo que serían ya las instituciones estatales o las instituciones sociales de la sociedad institucionalizada. En este sentido, la memoria instituida establece relaciones con los cuerpos, es decir, con las memorias y las experiencias 162


individuales, para decirlo de ese modo, transmitiéndoles la interpretación asumida socialmente. Lo hace ya con narrativas conformadas.

Tampoco tenemos que olvidar, como dijimos en Acontecimiento libertario31, que saber, experiencia y memoria son conceptos adecuados cuando se trata de singularidades particulares, si se quiere, individuales; cuando se sale de estas singularidades y se refiere a circunstancias sociales, se trata, mas bien, de metáforas que suponen que las conformaciones sociales se comportan como si fuesen individuales, como si fuesen sujetos particulares. Por lo tanto, no hablamos exactamente de memoria ni de experiencia, cuando usamos términos como memoria social y experiencia social. La experiencia social supone interacciones complejas entre las 31

Ver Acontecimiento libertario. También Intuición subversiva. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/acontecimiento_li bertario. https://pradaraul.wordpress.com/anarquismo/intuicionsubversiva/.

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experiencias individuales, así como la memoria social supone esta complejidad de interacciones. Estos fenómenos sociales corresponden a efectos masivos y a condensaciones institucionales, como las culturales. Cuando la experiencia social y la memoria social son interpretadas estatalmente, se convierten en condensaciones del poder. Se trata de narrativas estatales, que son difundidas e inscritas en los cuerpos, buscando inducir comportamientos.

Entonces no es la memoria social, que corresponde a la complejidad de interacciones de memorias singulares, en pleno sentido de la palabra; tampoco se trata de la experiencia social, que corresponde a la complejidad de interacciones de experiencias concretas, interacciones dadas de manera comunicativa. Es la memoria instituida la que narra la interpretación preponderante, todavía en sus condiciones no estatales; la que narra la interpretación estatal, en las condiciones de poder instituido y constituido. La 164


memoria social no “traiciona” a la experiencia social, pues ambas están integradas en el acontecimiento social y en el acontecimiento vital de los ciclos ecológicos. Forman parte de las dinámicas complejas de la vida. Lo que ocurre se da en los ámbitos que controla o afecta el poder, irradiando sus diagramas de dominación y cartografías políticas. Lo que ocurre se da como ideología y como materialización institucional, como procesos de estatalización. El imaginario estatal se asume como imaginario universal, como si éste fuese el único imaginario posible; desterrando o arrinconando a los imaginarios efectivos múltiples y proliferantes en las sombras, exilando a los efectivos imaginarios singulares. Así como desplazando a la referencia de la metáfora implícita, cuando se habla de imaginarios colectivos y sociales, que suponen las interacciones complejas de estos imaginarios singulares, conformando constelaciones imaginarias dinámicas, en constante mutación.

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En resumidas cuentas, no es efectivamente un imaginario el “imaginario estatal”; no en el sentido de lo que respecta al imaginario social, que es una metáfora que nombra a las interacciones entre imaginarios concretos; sino en el sentido donde incluso se pierde la cualidad metafórica, la pertinencia figurativa. El “imaginario estatal” ya no es una interacción compleja de imaginarios, sino, mas bien, es la ausencia misma de imaginario e imaginación, tanto en su condición individual como en su condición social. Es una narrativa del poder.

La hipótesis interpretativa es: La memoria instituida estatal es una amnesia, una pérdida de memoria; mas bien, borra las memorias para imponer no un olvido, que es una de las formas de la memoria, sino una ficción.

Volviendo al tema, la pregunta era: ¿por qué hacen funcionar de tal modo los humanos las instituciones y por qué no de 166


otro modo? Se pueden sugerir hipรณtesis interpretativas y prospectivas para la investigaciรณn.

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Condiciones poder

de

imposibilidad

del

1. Cuando se inhiben las memorias sociales y con ellas también se desconocen las experiencias sociales, y se sustituyen por la memoria estatal – claro que no sustitución efectiva, sino imaginaria estatal e institucional , se dan las condiciones de imposibilidad que obstaculizan el desenvolvimiento dinámico entre experiencia, memoria y acción. Las prácticas no responden al aprendizaje social constante; por eso, tan poco se modifican, adecuándose a los cambios de las circunstancias y contextos transformados. Los contextos efectivos, es decir reales, son acotados por las mallas institucionales e interpretados reductiva y esquemáticamente por las narrativas estatales; de tal modo que, en vez de mejorar la apertura a la complejidad, sinónimo de realidad, mas bien, la clausura. Prefiriendo sostener como 168


“realidad” su propia interpretación, impuesta por las mallas institucionales, que reproducen la ideología estatal incidiendo en los comportamientos masivamente. 2. Estas son las condiciones de imposibilidad - hemos dicho que es conveniente hablar de condiciones de imposibilidad y no de condiciones de posibilidad cuando se trata de obstáculos para el desenvolvimiento espontáneo de la vida – al inhibir la emergencia y generación espontánea de las dinámicas vitales corporales, inducen comportamientos repetitivos, recurrentes, sin el aprendizaje vital, constante y en devenir. Sustituyendo este aprendizaje vital por la enseñanza institucional, que es la repetición mecánica de los saberes del poder.

3. Se puede entender, entonces, que los sujetos sociales involucrados en estos procesos de estatalización, que suponen inhibiciones de las capacidades corporales, de las 169


memorias y las experiencias, que se encuentran en la amnesia inducida por el poder, por los diagramas de poder y las cartografías políticas, no visualicen alternativas, compartiendo la misma mirada del poder, restrictiva y anacrónica. En estas condiciones de imposibilidad solo atinan a reproducir el mismo funcionamiento de la maquinaria estatal, a repetir las mismas prácticas inducidas por el círculo vicioso del poder. 4. También se puede entender este orbitar en el campo gravitatorio del poder, aunque se sucedan rotativamente expresiones políticas que se presentan como opuestas.

5. Quizás la condena a sustituir a los amos derrocados, volviéndose la nueva élite, se encuentre aquí, en estas condiciones de imposibilidad. La “izquierda” ha enarbolado las banderas de la justicia social, lanzando contra-discursos contra-hegemónicos, oponiendo la “ideología 170


revolucionaria” a la ideología dominante y conservadora; pretendiendo, en las expresiones “radicales”, convertirse en contrapoder. Empero, el problema radica en que estos contra-discursos se mueven en el mismo campo de poder, distribuido entre las zonas conservadoras y las “zonas revolucionarias”, teniendo en el medio las expresiones centristas y, un poco más allá, las expresiones “progresistas”. No salen de las condiciones de imposibilidad mencionadas, mas bien, las reproducen, en distintas versiones. En pocas palabras, no aprenden, sino enseñan, prácticamente lo mismo; que hay que tomar el poder para transformar. Cuando lo único que pasa es que los “revolucionarios” son transformados por el poder. Las expresiones “radicales” de la “izquierda”, aunque pretendan convertirse en contra-poder, no llegan a serlo, pues no se desentienden de las estrategias del poder; lo que pasa es que su “contra-poder” se reduce a 171


ser otra forma del poder. No pueden ser, entonces, contra-poder. Para serlo, la condición necesaria es salirse del círculo vicioso del poder, despojarse de las estrategias de poder, ingresar a las tareas de activación de la potencia social. 6. En consecuencia, el grueso de la sociedad institucionalizada repite el mismo funcionamiento de la maquinaria estatal, aunque lo haga en distintas versiones e interpretaciones ideológicas. Lo hace porque se encuentra inducida a hacerlo por la maquinaria abstracta del poder, sus diagramas de dominación y sus cartografías políticas. No desecha esta inducción, no solo porque los diagramas de poder están inscritos en la piel como historia política, sino porque las condiciones de imposibilidad, que son condiciones de inhibiciones, además acumuladas, como que ocasionan la predisposición al conformismo. Si se dan rebeliones, en coyunturas de crisis, éstas desembocan en sustituciones 172


cupulares en la pirámide de la estructura del poder; en el mejor de los casos, se modifica la forma de la pirámide, si se quiere, dando lugar a una forma más ancha y más rectangular, pero, sigue manteniéndose el modelo piramidal. Las revoluciones, como tales, pueden llegar a cambiar la estructura del Estado; pero, restauran el paradigma de Estado en otra forma. Las reformas no cambian la estructura del Estado y pretenden con las modificaciones en la misma cambiar paulatinamente la estructura social. Revoluciones y reformas forman parte de las comparsas de las órbitas del círculo vicioso del poder. 7. De los mejores ejemplos, entre otros, de esta castración de parte de la “izquierda”, se encuentra en el discurso dramático y esquemático dualista del dilema simplón entre defender un “gobierno revolucionario”, con todas las contradicciones que pueda contener, o el retorno de la contra-revolución de “derecha” al 173


poder. Fuera de olvidar que la contrarevolución también puede ser de “izquierda”, además de encontrarse en el poder, a nombre de la “revolución”; su esquematismo dualista, definido en la linealidad histórica y en el intervalo lineal de opuestos, les impide visualizar otras alternativas, desentendiéndose del dilema, encontrando en el campos de posibilidades salidas creativas32.

32

Algunos exponentes de este discurso dramático y esquemático dualista se consideran “guevaristas”. ¿Quién sabe que pensaría y que actitud tomara Ernesto “Ché” Guevara en las circunstancias álgidas de la coyuntura actual? Ya era crítico en la década de los sesenta de la forma burocrática del socialismo, supuestamente soviético. Estos usos de símbolos y de prestigios de actos heroicos y de entregas pasionales y plenas patentizan, mas bien, la ausencia de todos estos atributos en personas que se reclaman airosamente seguidores.

174


La concepciรณn proyectada del mal

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La ideología obviamente no es monolítica ni homogénea; de manera diferente, acontece de forma variada. Por eso, se la nombró, mas bien, pluralmente, como ideologías. Sin embargo, cuando nos referimos de esa manera, singular, a la ideología, lo hacemos para destacar su característica peculiar, lo que la hace como tal; hablamos de su facultad o su magia de fetichizar. La ideología es propiamente el acontecimiento de la fetichización, tal como Karl Marx la definió tan claramente para referirse al fetichismo de la mercancía. Aclarado esto, nuestro punto de vista, nuestra manera de abordar el tema, no se resuelven todos los problemas inherentes al respecto del concepto de ideología. El sentido estricto, etimológico, de ideología, es estudio de la idea o, si se quiere, de la capacidad de ideación. En su tiempo Antoine-Louis-Claude Destutt, marqués de Tracy, la definía como ciencia del pensamiento. Es el uso político la que trastrocó el sentido. Primero, como estigma de descalificación; los “ideólogos” eran para Napoleón 176


Bonaparte los que están perdidos en el mundo de las ideas. Sin ir a los pormenores - remitiéndonos a anteriores escritos, incluso del periodo de Comuna o antes, del periodo de Episteme33 -, quizás de ahí provenga, de esta deviación semántica, el sentido atribuido como idealistas, teniendo en cuenta, además, la calificación inherente al romanticismo. El marxismo le atribuye varias connotaciones; desde la que tiene que ver con la consciencia falsa o, si se quiere enajenada, hasta el de espacio de representaciones, donde la lucha de clases se convierte en lucha ideológica34. Sin embargo, la precisión de Marx, en lo que respecta a la fetichización, es decir, el de atribuir vida propia o autonomía a la mercancía - cuando no se trata, de 33

Ver Pensar es devenir. También Las armas de la crítica en la ontología de la praxis. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/pensar_es_deveni r. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/las_armas_de_la_ critica. 34 Ver Fetichismo ideológico. https://pradaraul.wordpress.com/2015/02/25/fetichismoideologico/.

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ninguna manera, de relaciones entre cosas, sino, mas bien, de relaciones sociales -, en gran parte se ha perdido, en la mayoría de las corrientes marxistas35. Nosotros retomamos este sentido y esta perspectiva, el de la fetichización, de gran alcance crítico, y expandimos este acierto de Marx generalizándolo; hablamos de la fetichización generalizada y de la ideología como un fenómeno integral del sistema-mundo capitalista, incluso de la civilización moderna 36. En este ensayo no buscamos volver a estos temas, tópicos y crítica de la ideología generalizada, sino partir de estas anotaciones para observar ciertos 35

Revisar de LeszeK Kolacowski Principales corrientes del marxismo I,II y II. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/kolakowski_lesze k_-_las_principales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/kolakowski_lesze c_-_las_principales. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/kolakowski_lesze k_las_principales_c. 36 Ver Crítica de la economía política generalizada. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cr__tica_de_la_ec onom__a_pol__tica_.

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comportamientos ideológicos de las mallas institucionales en relación a las formas desbordantes y perversas del mismo sistema-mundo capitalista; haciendo o suponiendo como si no formaran parte de este sistema-mundo. Hablamos de la economía política del narco-tráfico, del conjunto de tráficos, calificados de ilícitos, de la violencia vinculada a los mismos, además de sus formas de organización como los carteles. Para resumir estos comportamientos a un perfil ilustrativo, que destaca la líneas de comportamientos más notorios, diremos que una de ellas, es la que enfoca el problema desde una perspectiva normativa; otra, desde una perspectiva política; una tercera, lo hace desde una perspectiva policial. Por el momento, nos vamos a quedar con estas tres actitudes estatales ante lo que hemos llamado economía política del narcotráfico, que

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forma parte de la economía política del chantaje37.

El enfoque normativo señala al fenómeno desmesurado y perverso del narcotráfico como fuera de la norma, como anormal. A partir de esta consideración tipifica las actividades vinculadas como delitos, ponderados y clasificados de acuerdo al discurso jurídico y penal. Se trata de actividades que se mueven en los ámbitos de lo prohibido. La ley, entonces, criminaliza estas actividades y descalifica a las personas involucradas, señalándolas como delincuentes y criminales. Todo este dispositivo legal sirve para juzgar a los delincuentes y criminales dedicados a la actividad señalada; ponderando sus culpas, de acuerdo a la clasificación de los delitos y el alcance de su involucramiento. Sobre todo, cuando son capturados y llevados a juicio.

37

Ver Cartografías políticas y económicas del chantaje. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/cartograf__as_pol __ticas_del_chanta.

180


¿Cuál es el problema a respecto? No solo que la norma ha sido desbordada, no solo que ha resultado inútil, para enfrentar el narcotráfico, sino que las instituciones que norman han sido atravesadas por las redes vinculadas a esta economía política del narcotráfico. En consecuencia, en unos casos la ley es usada para encubrir a los capos, otras veces es usada para castigar a los involucrados más vulnerables, que hacen de “mulas” o trafican como hormigas, sin que caigan los jefes. Cuando ocurre esto, cuando caen algunos jefes, se debe a la propia guerra entre carteles, guerra que involucra al mismo gobierno o parte de su burocracia. Sin embargo, los carteles siguen, aunque cambiando el mapa de sus dominios y las siglas de sus organizaciones, debido a la competencia despiadada y violenta, en la llamada guerra entre carteles; los carteles que caen y desaparecen son sustituidos por otros. Otras veces, aun cuando la Ley se endurezca, incluso llegando a afectar los 181


derechos humanos, reconocidos y convenidos mundialmente, la ley dura como que empuja a los carteles organizarse mejor, camuflarse mejor, copar no solamente territorios sino incluso instituciones.

El enfoque político considera al narcotráfico, en conjunto, como enemigo, incluso principal, de la sociedad. Lo llega a calificar, por su denotada violencia, como “narco-terrorismo”. Son conocidas las declaraciones de guerra de los gobiernos al narcotráfico, incluso iniciarla frontalmente. Estas guerras iniciadas por los gobiernos han sido perdidas por los estados; incluso los estados potencias; es más, por el propio orden mundial, que ha conformado dispositivos en distintos niveles para atacar este mal.

El problema, en este caso, relativo al enfoque político, es no solamente el notorio fracaso de las políticas contra el narcotráfico y contra el “narco182


terrorismo”, sino que gobiernos y estados han sido atravesados, de una u otra manera, por lo que hemos nombrado como el lado oscuro del poder. El ejercicio político, que ha estado peleando contra su enfermedad congénita, la corrupción, ahora, se ve contagiado por una enfermedad peor, la de los tráficos ilícitos, que lo atraviesan y han cooptado, por lo menos, parte de su malla institucional.

El enfoque policial tiene al narcotráfico como objeto o campo de objetos, como objetivo o mapa de objetivos, de su persecución y lucha; por lo menos, como tareas asumidas, como programas de la institución, como discursos dichos. Las personas involucradas, los carteles, las asociaciones, involucradas, no solamente son el enemigo, como en el caso del enfoque político, sino son el mal, son los perseguidos, los buscados, contra los que se lucha, contra los que se tiene activados los dispositivos y la estructura misma de la institución policial, incluso militar. 183


El problema es que aquí también la policía ha sido atravesada por las redes y circuitos de esta economía política paralela y clandestina. Por lo menos, parte de su organización institucional ha sido cooptada por los carteles, de una u otra manera, directa o indirecta. Para el colmo, las reformas de la policía, las reestructuraciones, las disposiciones de castigo y expulsión de elementos contaminados o involucrados, si bien, en algunos casos, han servido un lapso para diferir el problema, con el tiempo se ha vuelto a situaciones parecidas o peores.

En los tres planos relativos a los tres enfoques de “lucha contra el narcotráfico”, las instituciones, estructuras, enfoques, estrategias, dispositivos, han perdido esta lucha. El balance es contundente y el panorama puede parecer desolador, a pesar de los denodados esfuerzos institucionales, estatales y del orden mundial por mostrar otra cosa. Sin embargo, los tres enfoques parten de un error inicial; consideran que 184


lo que señalan como anormal y perverso, como delito y crimen, como enemigo de la sociedad, como el clandestino opaco perseguido, no forma parte del sistema mismo social, político y económico. Como si fuese externo al funcionamiento del sistema-mundo capitalista. Dicho en otras palabras, estos enfoques miran afuera y no miran adentro.

Como hemos venido mencionando desde Diagrama de poder de la corrupción 38, este diagrama de poder forma parte de la economía política del chantaje; esta economía política contiene como eje de funcionamiento y como núcleo estructural al narcotráfico, en la contemporaneidad álgida y problemática. La economía política del chantaje no se explica sin la economía política institucionalizada, de la

38

Ver Diagrama de poder de la corrupción. También Consideraciones sobre el diagrama de poder de la corrupción. https://pradaraul.wordpress.com/2015/06/06/diagrama-depoder-de-la-corrupcion-2/. https://pradaraul.wordpress.com/2016/05/26/consideracion es-sobre-el-diagrama-de-poder-de-la-corrupcion/.

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que forma parte, como desprendimientos y desbordes. En pocas palabras, el peso de este tipo de economías políticas se ha expandido en la etapa especulativa del ciclo vigente del capitalismo, cuando la dominancia del capitalismo financiero se impone.

Exagerando, para ilustrar, es como decir, que el Estado y el orden mundial han perdido la guerra porque no pueden pelear contra sí mismos; aunque crean que pelean contra otro, el delincuente, el criminal, el terrorista, el enemigo social, el clandestino. El problema es que todos ellos, dependiendo desde donde se los nombra y ataca, han salido de la misma sociedad institucionalizada, donde se encuentran las instituciones que luchan contra este mal.

Una primera conclusión, rápida, de este balance sucinto de la llamada “lucha contra el narcotráfico”, es que no se puede ganar la guerra contra el 186


narcotráfico cuando esta economía política paralela y clandestina, si se quiere, perversa, es una de las formas de la economía política capitalista y de la economía política generalizada.

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Un reportaje de la situación

En un reportaje de la BBC Mundo, el escritor mexicano Juan Villoro habla sobre la esquizofrenia del país, además de por qué "toda bala es una bala perdida". Dice que al cumplirse 10 años, el 11 de diciembre, del inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”, sólo puede encontrar palabras oscuras para definir lo que ha significado este período aciago para el país. Ni siquiera hay claridad sobre el impacto en cifras. Los muertos como consecuencia de este conflicto podrían ser alrededor de 150.000, los desaparecidos casi 30.000; sin embargo, las últimas cifras que se manejan son de 300.000, sumando muertos y desaparecidos. México "se ha convertido en una gigantesca necrópolis". No hay duda del resultado negativo de la estrategia de combate a los carteles, iniciada en 2006 por el entonces presidente Felipe Calderón. "El Estado ha perdido total soberanía, la 188


desigualdad social ha aumentado, el consumo de drogas no ha bajado. Entonces ha sido un fracaso total, porque se ha entendido que para combatir el problema del narcotráfico la única solución es militar y a lo único que se ha llegado, a mí me parece, es a la comprobación de que toda bala es una bala perdida". "Ninguno de nosotros calculó la dimensión de lo que iba a alcanzar". "El baño de sangre en el que nos íbamos a meter, por la inmensa irresponsabilidad del presidente Felipe Calderón, que desconocía por completo al enemigo que iba a enfrentar; no tenía ninguna estrategia al respecto". Pese a que el enfoque gubernamental no ha dado resultados, no existe en el país ninguna señal que, desde la cúpula del poder, se busque una alternativa. "La estrategia militar ha sido un desastre porque no ha habido un repliegue de la violencia, no ha habido una disminución del tráfico de drogas y esto solo ha contribuido a acentuar el baño de sangre. No hay ninguna evidencia, desde el punto de vista práctico, que avale esta 189


estrategia. Si eso no ha cumplido su cometido, es hora de cambiar el enfoque, pero esto no se ha hecho". Aunque cuando llegó Enrique Peña Nieto a la presidencia hace cuatro años, en un principio el discurso fue otro, en términos prácticos y sobre el terreno la situación no ha cambiado. "Hubo signos alentadores, en el sentido de que él dijo que el narcotráfico no debía ser enfocado como un problema de seguridad nacional sino de salud pública"; pero, no se crearon los suficientes mecanismos para poder modificar la estrategia". Villoro destaca un momento central de estos diez años al recordar una declaración de Calderón sobre la existencia de 7,5 millones de "ninis" en el país, es decir, jóvenes que no estudiaban ni trabajaban. "Curiosamente el mismo presidente que daba esa estadística no hacía nada para enfrentar el problema". "Evidentemente ese tipo de jóvenes son el caldo de cultivo perfecto para el narcotráfico, no se convierten en sicarios porque tengan una vocación 190


demoníaca. La mejor oferta racional sensata que tienen enfrente es la de entrar al narcotráfico". Es la existencia de fondo de un problema social más complejo, que no ha sido atacado y que no se soluciona con los militares en las calles, intentando capturar a líderes de los carteles. Y no sólo se trata de complementar y diversificar una estrategia militar. "Como pudimos ver en el caso Ayotzinapa", "los narcotraficantes y las autoridades están plenamente coludidos; entonces, atacar a los narcotraficantes significa investigar al gobierno". Allí se encuentra uno de los desafíos mayúsculos a la hora de combatir la situación. Recuerda una frase del escritor mexicano Élmer Mendoza: "No hay que cuidarse de los malos, sino de lo que parecen buenos". Al haber demasiados intereses en juego, lo que falta es voluntad política para enfrentar el problema. Quienes "pretenden mantener una fachada honorable y sirven de contacto o de socio 191


al narcotráfico: esas son las gentes que tienen mucho que perder, si se sabe que tienen contacto con el crimen organizado, por lo tanto, son estas personas las que más amenazan a los periodistas, las que se encargan de proteger, desde una sociedad aparentemente institucional, al crimen organizado". "Todas las sociedades del mundo tienen corrupción y todas tienen una zona donde lo ilícito se vuelve aparentemente lícito; pero el problema en México es que esto ha alcanzado una escala enorme, entonces el rango de empresarios, militares, policías y políticos coludidos con el crimen organizado es enorme; es muy difícil combatirlo y este es el sector que es más peligroso para quien trata de hacerlo". Y si aquí la magnitud del fenómeno alcanzó cotas inimaginables, en parte, es por tener al otro lado de la frontera a Estados Unidos. "Hay que entender que somos vecinos del país que más drogas consume en el mundo y que más armas vende en el mundo; eso define mucho la situación mexicana".

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Villoro no encuentra mucha comprensión sobre la brutalidad de la violencia. "De alguna manera, el verdugo se siente más protegido con esta aniquilación extrema"; "pero es un fenómeno difícil de explicar y que no habría nada más grave que esto nos comenzara a parecer normal". Villoro hace hincapié en la necesidad de hacer a un lado el pesimismo, pese a que el entorno no ayuda a ver las cosas de otra manera. "El optimismo es un gran desafío y es una radicalidad. Hoy día ser optimista pertenece a la disidencia, pertenece a la rebeldía; parecería que no hay muchas posibilidades de serlo, pero creo que vale la pena pensar que las cosas pueden ser diferentes". Aprovecha el asunto del optimismo para explicar que los mexicanos no deberían resignarse a tener el país que tienen hoy día; añade que México, su realidad, es esquizofrénica. Todavía se trata de un país rico, pese a que casi la mitad de la población es pobre, aumenta el turismo, crecen las industrias y hay un ambiente cultural creativo enmarcado en una nación de "dos velocidades". Ilustra esta 193


divergencia con un ejemplo: la ciudad de Guadalajara es escenario cada año de la feria del libro más importante del idioma español y al mismo tiempo recuerda que se encuentran cadáveres fuera del propio evento.

La hoja de ruta que considera hacer incluye que el Estado vuelva a controlar las zonas donde se ha replegado y el narcotráfico actúa a sus anchas; también la legalización de algunas drogas. "En un país donde el Estado no imparte justicia, no ofrece opciones laborales, no garantiza la seguridad, es el narcotráfico el que, por sustitución, cumple esas tareas y eso es lo grave. Hay, por supuesto, maneras de recuperar la presencia del Estado, eso es innegable, es difícil, pero se puede hacer". En el plan que propone, advierte la necesidad de integrar a la sociedad, que una parte de ella se sacuda de una peligrosa indiferencia hacia el horror que atraviesa el país.

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Aunque las autoridades tienen más responsabilidades, recuerda un comentario de la escritora Cristina Rivera Garza sobre la gente que practica una suerte de "indiferencia militante, una apatía como forma de vida, para no asumir la responsabilidad de hacer algo". "Hay todo para que estemos indignados y para que actuemos, pero, al mismo tiempo, siempre es más cómodo no hacer nada. Entonces hay una apatía cultivada por amplios sectores de la población y hay también sectores de la población dedicados a fomentar esa apatía". "Muchas veces la indignación se queda en un tuit. Si vamos a cambiar el mundo en ese espacio muchas veces menospreciado que es el de la realidad, hay que pasar de la crítica a la transformación". Villoro considera que si alguna enseñanza han dejado estos diez años de guerra contra el narco es la del camino que se debe dejar atrás. "La única pedagogía ha sido la del error, sabemos que esto no se debe hacer, al menos no de esta manera, 195


y es el único provecho que podemos sacar de estos años"39.

39

Ver 10 años de la guerra contra el narcotráfico en México: Juan Villoro habla sobre la esquizofrenia del país y por qué "toda bala es una bala perdida". BBC Mundo. http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina38191600.

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Una descripción de las mutaciones

Otro reportaje de la BBC Mundo hace una descripción ilustrativa de los cambios en el mapa de dominio de los carteles. Se escribe que:

En los últimos años, prácticamente desaparecieron algunos de los carteles considerados en su momento como de mayor riesgo para el país. Otros, de reciente creación, aumentaron su presencia incluso en zonas históricamente controladas por organizaciones más antiguas. Al menos uno se fragmentó, otro fue diezmado por la persecución militar y dos más perdieron la guerra contra sus rivales. Así, el escenario ahora es distinto al de 2006, cuando el expresidente Felipe Calderón declaró la guerra al narcotráfico. Pero lo que no cambia es la violencia, que en lo que va de 2017 recuperó los niveles de los años más 197


complicados de la lucha contra los carteles. En mayo pasado, por ejemplo, se registraron 2.186 homicidios violentos de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Es el mes de mayor violencia desde 1997, cuando empezó el registro de crímenes en el país. En los 11 años que dura la guerra contra el narcotráfico han muerto más de 188.000 personas, según datos oficiales. En lo que respecta a los cambios en el mapa de dominio de los carteles, el caso más notable es el del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que según las autoridades registra el mayor crecimiento de todas las organizaciones de narcotráfico. El grupo era parte del Cartel de Sinaloa, el más antiguo de México, y estaba bajo las órdenes de uno de sus fundadores, Ignacio Coronel "El Nacho". Cuando en 2010 el capo es abatido por la Marina, la banda se independizó y en pocos años extendió su presencia en México. Actualmente el CJNG opera en Nayarit, Colima y Michoacán, en el occidente del país, así como en la región 198


de Mexicali, Baja California, en el noroeste. También mantiene presencia en el Estado de México, Querétaro y una parte de San Luis Potosí, en la región central, así como en Veracruz, en el sureste, y las regiones costeras de Guerrero y Oaxaca, al sur. Pero su bastión central es Jalisco, territorio que arrebató a su antiguo socio, la organización de Sinaloa, considerada por autoridades mexicanas y estadunidenses como la más poderosa del continente. Para el grupo el estado en el oeste del país es emblemático: allí viven las familias de sus principales líderes, y durante décadas ha sido una de sus principales zonas de operación financiera. A la pregunta de ¿cómo perdió su histórico bastión el Cartel de Sinaloa? Alberto Nájar, reportero de la BBC Mundo, escribe: Por dos razones centrales, dicen especialistas como Alberto Islas, de la consultora Risk Evaluation: 199


El CJNG tiene una eficiente estructura financiera y militar… Y su rival se debilitó tras la captura y extradición de Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo", a quien dentro de su organización le llamaban también "El General". El Cartel de Sinaloa, también conocido como La Federación, perdió algunas zonas importantes pero también extendió su territorio. Y lo consiguió tras derrotar a organizaciones rivales con una intensa guerra que causó la muerte a miles de personas. Así ocurrió con Chihuahua, en el norte del país, que era controlado por el Cartel de Juárez. La organización ahora sólo tiene presencia en algunas regiones montañosas del estado, y en la fronteriza Ciudad Juárez, donde nació. Es el mismo caso del Cartel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, quienes perdieron el control de la península de Baja California. Ahora el grupo sólo controla la ciudad fronteriza de Tijuana. La Federación también se

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extendió a Yucatán, en el sureste, donde anteriormente operaban Los Zetas. Otro perdedor de la guerra es el cartel de los hermanos Beltrán Leyva, que perdieron el bastión de Sonora, en el noroeste del país. Ahora su presencia se reduce a la capital del estado, Hermosillo, la región costera cercana a la población y una parte de las montañas de Sinaloa. En esa región, una de las más productivas de heroína y marihuana del país, los Beltrán Leyva mantienen una intensa batalla contra la familia de Guzmán Loera. Pero el mapa del narcotráfico también cambió por el combate de las autoridades. Con operaciones militares capturó o abatió a los fundadores del cartel de Los Zetas, uno de los más violentos de México y Centroamérica. El grupo perdió casi todo su territorio, que comprendía los estados costeros del Golfo de México y la península de Yucatán. Ahora opera en una parte de Coahuila y Tamaulipas, en el noreste, pero en éste se enfrenta con su antiguo 201


aliado, el Cartel del Golfo. Los Zetas mantienen operaciones en Campeche y Tabasco, en el sureste, y controlan además Cancún, Quintana Roo, el principal destino turístico del país. El caso donde más se nota la operación gubernamental es el de La Familia Michoacana y su sucesor, Los Caballeros Templarios. La organización mantenía el control del tráfico de drogas, la extracción de minerales y la venta de cítricos y aguacate en Michoacán. Ahora prácticamente desapareció, tras el combate de grupos de autodefensas promovidos por el gobierno federal y operaciones de inteligencia militar. Sus fundadores como Nazario Moreno González, "El Más Loco" o Servando Gómez, "La Tuta", fueron abatidos o capturados. El territorio que controlaban es ocupado ahora por el Cartel Jalisco Nueva Generación40.

40

Ver Los mapas que muestran los radicales cambios de influencia territorial de los carteles del narcotráfico en México. BBC Mundo.

202


Algunas maneras problema

de

soslayar

el

Lo que ocurre en México no ocurre solo en México, sino, por así decirlo, en todo el mundo, en todas partes. El fenómeno que hemos denominado como decadencia extrema, que se manifiesta cuando el lado oscuro del poder toma el lado luminoso del poder41, cuando las formas del poder paralelo y clandestino toma las estructuras del lado del poder institucional, no pasa solo en México, como insinúan los medios de comunicación, los “analistas políticos” y otros comentaristas, sino es un fenómeno desplegado y evidente en el sistemamundo capitalista, casi en todos los estados. Que en México se de en formas desmesuradas y demoledoras es la

http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina40576103. 41

Ver El lado oscuro del poder. https://pradaraul.wordpress.com/2016/03/17/el-ladooscuro-del-poder/.

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singularidad de cómo acaece en el país, de una manera exacerbada, pavorosamente intensa y descomedidamente extensa; aquí se muestra el fenómeno en su apogeo, muestra al fenómeno en su manifestación hipertrofiada y espantosamente desmesurada, fenómeno que ocurre en todas partes de una manera menos descomunal. Puede el fenómeno llegar a adquirir esas dimensiones en otros países; todo depende del despliegue de la decadencia local.

A lo que ayuda la observación del fenómeno mexicano es a visualizarlo en sus composiciones extremas, perversas, demoledoramente violentas. A comprender hasta donde se llega en esta compulsión por la ganancia desmedida, el enriquecimiento despavorido, el extractivismo desbocado, la banalidad del consumo compulsivo, el deseo anhelante, ansioso y enfermo de reconocimiento artificial, de prestigio comprado, el atroz desprecio a la mujer, el absurdo ultraje y 204


desconocimiento de la vida. A donde llevan las políticas del “desarrollo” a cualquier costo, a donde lleva la concentración de riqueza en pocas manos y el monopolio extremo de las disponibilidades de fuerza. Como dijimos más arriba, el fenómeno invasivo del lado oscuro del poder se encuentra inherente en las maquinarias de poder, en la máquinas económicas, en las máquinas de guerra, del sistema mundo capitalista, en su geopolítica de división de roles, en el funcionamiento de las maquinarias estatales. Un sistema-mundo sustentado en la destrucción planetaria, en la destrucción de los ecosistemas, es decir, en la destrucción de la vida, no puede sorprender que arroje el desprecio nihilista de las vidas humanas y el odio recóndito a la mujer.

Por eso, podemos decir que los enfoques normativos, políticos y policiales mencionados, que hacen eco a la concepción proyectada del mal, es decir, a señalar al mal como causante del drama 205


y la tragedia humana, además proyectándola como si ocurriera afuera, en lugares innegables, son cómplices, al final de cuentas, de lo que ocurre, de que no se resuelva el problema amenazante. En el mejor de los casos, atinan a menguar las dimensiones del fenómeno; el pragmatismo norteamericano llega al cinismo de definir márgenes de tolerancia. No se plantean resolver el problema; lo que equivale a hacer desaparecer, para decirlo, de un modo conocido, sus causas. De lo que se trata no es de calmantes, de adormecentes, de atenuar las proporciones destructivas del fenómeno; tampoco de arrinconarlo por represión, por “guerra contra el narcotráfico”; lo que termina no solo intensificando la espiral de violencia, sino que, paradójicamente, refuerza la estructura organizativa de los carteles, de esta parte del lado oscuro del poder. Ocurre como si estos ataques alentaran la evolución misma del fenómeno. De lo que se trata es de diseminar las condiciones de posibilidad de este fenómeno de la compulsión destructiva, es diseminar el 206


substrato del que se alimenta. Esto implica no otra cosa que desmantelar el sistema-mundo capitalista. Si no hay voluntad de hacer esto es que no se ha comprendido la gravedad del problema mayúsculo, no solamente este síntoma descomunal de la decadencia, que es la economía política del narcotráfico, sino la crisis ecológica, la crisis civilizatoria, la crisis cultural, optando, mas bien, por el sistema-mundo de la banalidad, de la acumulación abstracta, sustentado en la destrucción de la vida, de los ciclos vitales, de las ecologías planetarias.

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Sintomatología de una economía política perversa

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Ningún fenómeno en el sistema-mundo es aislado, como si nada tuviera que ver con este sistema; tampoco ningún síntoma de su corporeidad maquínica está desconectado; los síntomas conforman toda una sintomatología del sistema. Por eso, es importante leer qué nos dice un fenómeno descomunal, desbordante, espantosamente violento, como el del narcotráfico, sobre el sistema-mundo capitalista, donde se encuentra y funciona. Entonces trataremos de interpretar, si se quiere, usando el término médico, diagnosticar al sistema-mundo a partir de este fenómeno perverso y este síntoma desbocado.

El narcotráfico, que forma parte del conjunto de tráficos calificados como “ilícitos”, conjunto de tráficos que, a su vez, forman parte, de la constelación de tráficos dados en el sistema-mundo, compartiendo este campo de circuitos con los tráficos legales, corresponde a los desenvolvimientos sueltos como diluvios de la economía-mundo, que alcanzan la 209


fluidez de los circuitos de distribución de mercancías, que no tienen fronteras ni se detienen ante límites, sobre todo, institucionales. En un sistema-mundo donde todo es susceptible de volverse mercancía, es decir cosa que se vende en el mercado, no es, de ninguna manera, sorprendente que determinadas plantas y productos elaborados, transformados con el mismo procedimiento de producción industrial, consideradas institucionalmente “drogas”, se conviertan en mercancía y se vendan en el mercado mundial, atravesando fronteras. Estas plantas dejaron de formar parte de los consumos rituales y ceremoniales culturales, para ingresar como mercancías, es decir, como cosas, al mercado. Perdieron no solamente su halo simbólico y alegórico cultural, interpretable desde la hermenéutica de los mitos, para convertirse en objetos de intercambio; sobre todo, en objetos valorizados dinerariamente, de acuerdo a su exaltada demanda. El mito cultural del que participaba como referente de tramas de epopeyas y narrativas de los orígenes se difumina, sustituido por 210


interpretaciones desesperadas, que quieren encontrar en la alucinación o en la energización artificial una salida o escapatoria al sin-sentido de un mundo institucional, perdido en sus laberintos normativos. El mito ya no es mito, en pleno sentido de la palabra, sino es apenas la reminiscencia banal a una ilusión y expectativa, que siempre se frustra, pues es artificial; por eso, se vuelve recurrentemente a ella.

Una primera apreciación, de la lectura que intentamos, puede enunciarse de la siguiente manera: Esta suspensión en la nada, como define Martin Heidegger a la existencia, es la expresión evidente y clara de la forma de existir en el sistemamundo capitalista. Recogiendo a Friedrich Nietzsche, que Heidegger siempre ha temido y querido domesticar, la civilización moderna, cuna y continente del sistema-mundo capitalista, es, paradójicamente, la realización del nihilismo extremo, de la voluntad de nada exacerbada. Decimos paradójica, pues la nada no podría realizarse, pues es nada; 211


sin embrago, se realiza en la diseminación de la potencia de la vida.

Es absurdo considerar que los involucrados en la economía política del narcotráfico son como extraños y externos al sistema-mundo y a la civilización moderna. Esto es desentenderse de la responsabilidad de lo que sucede. Al contrario, son parte plena, hipertrofiada, como un tumor que nace en el cuerpo enfermo. Es uno de los desenlaces de las tramas del sistemamundo; forma parte de los entramados de este sistema. El convertirlos en demonios o endemoniados, en monstruos, es el procedimiento empleado por las inquisiciones religiosas. Vistos de cerca y comparativamente, no son tan distintos a los agasajados empresarios de la economía formal e institucionalizada. Hablando no ya de los conductores, sino de los empleados, tampoco ellos son tan distintos a los empleados de las empresas e instituciones formales y legales. Son dependientes de los emprendimientos productivos y comerciales; lo que los 212


diferencia es que unos se encuentran en los ámbitos descalificados institucionalmente y otros se encuentran en los ámbitos calificados y aceptados legalmente. Claro que exageramos para ilustrar; sobre todo, cuando se trata de perfiles profesionales, incluso éticos y morales; empero, hasta estas diferencias se van borrando, si revisamos las competencias despiadadas entre empleados, profesionales y funcionarios del campo empresarial e institucional formal. Por otra parte, la sorpresa es, que en la actualidad, los carteles, que son empresas sui generis y, obviamente violentas, ya contratan o incorporan a profesionales; incluso tienen como socios a empresarios de los ámbitos formales, legales e institucionalizados.

Entonces, ni unos son los demonios ni los otros son los ángeles. Puede que aceptemos que los niveles de violencia utilizada en sus competencias son abismalmente diferentes; sin embargo, en determinadas circunstancias, los empresarios formales en competencia 213


terminan recurriendo a las armas más implacables y deshonestas. Entiéndase bien, no se trata, de ninguna manera, justificar el accionar de los carteles y los señores o barones o “generales” de los carteles; esta probable interpretación de algunos dogmáticos moralistas está fuera de lugar. Sino de comprender cómo funciona la economía política del chantaje, en ella, la economía política del narcotráfico, en la economía-mundo, donde participa, y en el sistema-mundo, donde funciona.

Mejorando la ilustración de nuestra aclaración, nos daremos un ejemplo hipotético, tomando en cuenta un escenario ficticio, difícil de darse, debido al control y la irradiación, el atravesamiento, de las economías políticas del chantaje, respecto a las mallas institucionales, sin embargo, posible teóricamente. Supongamos que la “guerra contra el narcotráfico” logra su cometido, vencer a los carteles, atrapar a todos los capos, además de desmantelar sus organizaciones. ¿Se termina todo 214


ahí? ¿Acaba esta historia? ¿Mas bien, no ocurre como en la despiadada competencia empresarial formalizada, que ante el vacío de los desaparecidos, aparecen nuevos jefes y carteles? Nos inclinamos por dar una respuesta afirmativa a esta pregunta. Mientras haya un sistema mercantil que transforma todo en mercancía, es de esperar que se conformen núcleos empresariales que busquen el monopolio, entonces, entran en competencia por vender lo que apetece el mercado.

La “guerra contra el narcotráfico” es una guerra perdida de antemano, mientras se dé en las condiciones del sistema-mundo capitalista. Es como pretender acabar con el capitalismo preservando sus estructuras y sus maquinarias; algo que aproximadamente hizo el socialismo real. No se trata de ganarle la guerra al narcotráfico, que es un fenómeno perverso del sistema-mundo capitalista, sino de desmantelar aquello que lo genera. Así como el dolor es un aviso, llamada de atención del cuerpo, también 215


podríamos figurarnos que estos fenómenos descomunales, desbocados, que adquieren dimensiones atroces, sobre todo en lo que respecta a la violencia y la banalidad, que son como síntomas exacerbados, donde se llama la atención para que las sociedad, sobre todo los pueblos, puedan intervenir y evitar el apocalipsis.

Parece que no se puede resolver este problema, el de la economía política del narcotráfico, que acompaña a otros problemas mayúsculos, como la crisis ecológica, la decadencia civilizatoria, la absurda y descomunal desigualdad, además in crescendo, en un sistemamundo que ha logrado niveles tecnológicos y de uso científico, que repercuten en niveles de productividad muy lejos de modos de producción anteriores, para decirlo en lenguaje marxista, si no se cambia el sistemamundo mismo. En consecuencia, podemos decir que el problema no tiene que leerse en los efectos, sino en lo que

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genera esos efectos; el problema es el sistema-mundo mismo.

¿Qué implicaciones tienen estas consideraciones? No lo sabemos; empero, por lo menos, se puede decir, que la implicación básica, que sostiene a las otras, es que hay que hacer un detente, como decía Walter Benjamin. Parar la locomotora desbocada, con todos sus coches que arrastra, antes del descarrilamiento fatal e irreversible. Suspenderse sobre la historia; no ser historia, sino suspenderse sobre ella, sobre este mito moderno. Reflexionar colectivamente y consensuar entre todos; todos los involucrados en esta carrera alocada a la desaparición humana.

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GenealogĂ­a de los carteles

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El término cartel tiene varias acepciones; la semántica variada de la palabra se debe a los distintos contextos de referencia. En primer lugar, cartel es un soporte de la publicidad. Se presenta como una lámina de papel u otro material, donde se ilustra con algún tipo de mensaje visual, que sirve de anuncio para difundir una comunicación, un evento, un bien, una reivindicación o cualquier otra móvil. Suele formar parte de una campaña publicitaria más extensa. Si es de gran tamaño, se denomina valla publicitaria. En segundo lugar, en economía se denomina cartel a un convenio de confianza entre empresas del mismo sector, cuyo objetivo es reducir o eliminar la competencia en un determinado mercado. Los carteles suelen estar encauzados a extender el control sobre la producción y la distribución, de tal manera que por la connivencia de las empresas que lo constituyen, éstas conformen una estructura monopólica, obteniendo un dominio sobre el mercado, en el que 219


obtienen los mayores beneficios posibles, en perjuicio de los consumidores. Las cardinales actividades se circunscriben en fijar los precios, limitar la oferta disponible, dividir el mercado y compartir los beneficios. Ahora, el término se suele aplicar a los acuerdos que regulan la competencia en el comercio internacional. En tercer lugar, cartel es el término con el que se identifica a una gran organización “ilícita” o a un conjunto de organizaciones “criminales”, que establecen acuerdos de autoprotección, colaboración y reparto de territorios, para llevar a cabo sus actividades, principalmente de narcotráfico. En Norteamérica, Europa y Asía, llaman de manera invariable "carteles" a los grupos del “crimen organizado” procedentes de los países latinoamericanos. A los grupos criminales del resto del mundo se les denominan "mafias ", destacándose en primer lugar las “mafias” italianas en Europa; aunque en Estados Unidos se encuentra la “mafia” italo-americana. Grupos o familias “criminales” 220


establecidas en Nueva York y Chicago, que tienen su nacimiento en la Italia de comienzos del siglo XX. Otras “organizaciones criminales” conocidas en Europa y Asia son la "Bratva" o “mafia” rusa, la "Triada" o “mafia” china, los "Yakuza" o “mafia” japonesa42.

Los dos últimos eventos de sangre y asalto en Bolivia, dados en el departamento de Santa Cruz de la Sierra, uno, en la zona fronteriza con Brasil, en las cercanías de Puerto Suarez, el otro, en la misma ciudad capital de Santa Cruz, que lleva el mismo nombre, al parecer son perpetrados por el Primeiro Comando da Capital. El primero, vinculado a un asalto a un carro blindado de seguridad, que llevaba una remesa de pagos; el

42

Leer Cartel. También Cartel (economía); así como Cartel (organización ilícita). https://es.wikipedia.org/wiki/Cartel. https://es.wikipedia.org/wiki/Cartel_(econom%C3%ADa). https://es.wikipedia.org/wiki/Cartel_(organizaci%C3%B3n_il %C3%ADcita).

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segundo vinculado al asalto reciente a una joyería. El Primeiro Comando da Capital, llamado usualmente en castellano Primer Comando Capital, conocido como PCC, es una organización considerada “ilegal” por el Estado de la República Federal de Brasil. Organización establecida previamente para defender los derechos de la población penitenciaria brasileña; emergida al comienzo de la década del noventa, del siglo pasado, dándose este nacimiento en el Centro de Rehabilitación Penitenciaria de Taubaté, donde eran transferidos prisioneros considerados de “alta peligrosidad”. El PCC ostenta su propio estatuto, el llamado Estatuto del PCC, en el que se encuentran las prescripciones y la razón de ser de esta organización. El cartel es dirigido por presos o fugitivos, principalmente del Estado de São Paulo. Varios exlíderes están presos, como Marcos Willians Herbas Camacho y Vulgo Marcola; quienes cumplen sentencia de cuarentaicuatro años por asalto a bancos. El PCC cuenta con varios integrantes, que financian acciones “ilegales” en São Paulo 222


y en otros estados del país, además de la región del Mercosur.

El PCC fue fundado en 31 de agosto de 1993 por ocho presos, en el anexo de la Casa de Custodia de Taubaté, a 130 km de São Paulo, llamada del "Piranhão". En principio, el grupo, se dio lugar circunstancialmente, durante un juego de fútbol, donde se armó una trifulca; ante la amenaza de la represión policial y el castigo estipulado, los involucrados decidieron establecer un pacto de confianza y protección. En aquél entonces, la incipiente organización clandestina, dentro de un lugar de encierro, era constituido por Misael Aparecido da Silva, alias "Misa", Wander Eduardo Ferreira, alias "Eduardo Cara Gorda", Antonio Carlos Roberto de la Pasión, alias "Pasión", Isaías Moreira del Nacimiento, alias "Isaías Raro", Ademar de los Santos, alias "Dafé", Antonio Carlos de los Santos, alias "Bicho Feo", César Augusto Roris da Silva, alias

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"Cesinha" y José Márcio Felício, alias "Geleião".

El PCC alegaba que pretendía "combatir la opresión dentro del sistema penitenciario paulista" y "para vengar la muerte de los 111 presos", el 2 de octubre de 1992, en la "masacre de Carandiru", cuando la Policía Militar mató a reclusos en el pabellón 9 de la extinta Casa de Detención de São Paulo. El grupo usaba el símbolo chino del equilibrio yinyang, a negro y blanco; fue adoptado como emblema de la facción, considerando que era "una manera de equilibrar el bien y el mal con sabiduría". En febrero de 2001, Sombra se hizo el líder más expresivo de la organización al coordinar, por teléfono celular, rebeliones simultáneas en 29 presidios paulistas. Idemir Carlos Ambrósio, la "Sombra", también llamado "padre", fue golpeado hasta la muerte en el Piranhão, cinco meses después, por cinco miembros de la facción del cartel renombrado, en una guerra intestina por el comando general 224


del PCC. El PCC comenzó entonces a ser liderado por "Geleião" y "Cesinha", responsables de la alianza del grupo con la facción criminal Comando Rojo (CV), de Río de Janeiro.

"Geleião" y "Cesinha" pasaron a coordinar atentados violentos contra edificios públicos, dirigidos desde el Complejo Penitenciario de Bangú, donde se encontraban encarcelados. Considerados "radicales" por otra corriente del PCC, más "moderada", Geleião y Cesinha desencadenaban atentados en busca de intimidar a las autoridades del sistema penitenciario. Fueron depuestos del liderazgo en noviembre de 2002, momento cuando el grupo fue asumido por el actual líder de la organización, Marcos Willians Herbas Camacho, alias el "Marcola". Bajo el liderazgo de Marcola, también conocido como Playboy, actualmente detenido por asalto a bancos, el PCC parece haber participado en el asesinato, en marzo de 2003, del juez-corregidor Antonio José Machado 225


Dias, alias el "Machadinho", que dirigía el Centro de Readaptación Penitenciaria (CRP) de Presidente Bernardes.

Con el objeto de conseguir dinero para financiar al cartel, los miembros del PCC exigen que los "hermanos", es decir, socios, paguen una tasa mensual de 50 reales, en el caso de que estuvieran detenidos, y de 500 reales, en el caso de que estuvieran en libertad. El dinero es usado para comprar armas y drogas, además de financiar acciones de rescate de presos conectados al grupo. Para hacerse miembro del PCC se requiere ser "bautizado", presentado por alguien que ya forme parte de la organización, además de cumplir un estatuto de 16 ítems, redactado por los fundadores. Entre los días 21 y 28 de marzo de 2006, diversas unidades penitenciarias del Estado de São Paulo fueron tomadas por revueltas de sus presidiarios. Los centros de detención provisional (CDPs) de Mauá, Mogi das Cruzes, Franco da Rocha, Caiuá e Iperó, fueron los primeros que fueron 226


tomados por las rebeliones, el 21 de marzo. Durante aquel período, otras penitenciarias fueron escenario de rebeliones; la Cadena Pública de Jundiaí, el 22 de marzo, y los CDPs de Diadema, Taubaté, Pinos y Osasco, el 27 de marzo. Como reivindicaciones presentadas por los amotinados, sobresalen la demanda contra el hacinamiento, la sobrepoblación penitenciaria, coligiendo con la transferencia de presos condenados definitivamente a penitenciarias, así como el aumento en el número de visitantes y la modificación del color de sus uniformes. Por aquél entonces, el PCC contaba con 6.000 a 20.000 miembros armados; lo que la convierte en la organización clandestina armada, de este tipo, más grande, donde la mitad de ellos son niños, en el Estado de Sao Paulo; donde, al respecto, se estima que hay 140.000 presos, el 40% del total brasileño.

El estatuto del PCC es una lista de principios y taeas; el ítem 7 establece que 227


los miembros "estructurados" y libres deben contribuir con los demás miembros reclusos bajo la pena de "que sean condenados a la muerte, sin perdón". El estatuto exhorta "lealtad, respeto y solidaridad" a los miembros del grupo. Encomia también una lucha por la "libertad, justicia y paz" y clama mejores condiciones en el sistema penitenciario brasileño, principalmente en el Estado de São Paulo, alegando que los presos sufren torturas y actos inhumanos.

Por el momento el cartel es dirigido por Marcos Willians Herbas Camacho, alias "El Marcola", acompañado por el llamado "Cabeção". Una de las características del PCC es el liderazgo ejercido en varias unidades del sistema penitenciario del Estado de São Paulo. Los motines y las rebeliones desatadas al mismo tiempo y con las mismas reivindicaciones, son indicativas de que tuvieron por arranque órdenes emanadas en la cúpula del PCC. En 2001, aconteció en todo el Estado de São Paulo la mayor 228


rebelión generalizada de presos en la historia de Brasil, hasta entonces. Varios presidios de aquel Estado, inclusive los del interior, se rebelaron. Actualmente el PCC se ha internacionalizado, contando aparentemente con el apoyo de redes de Paraguay, Bolivia, Argentina y Colombia43.

Estamos ante una semántica variada del cartel; en su acepción comunicativa, en su acepción económica y su acepción jurídica-policial. Pero, también estamos ante tres genealogías de los carteles; genealogía de la organización publicitaria, genealogía de la organización económica y genealogía de la organización clandestina tipificada como “criminal” por el discurso jurídico-penal. Si bien es cierto que es menester enfocar los 43

Leer Primeiro Comando da Capital. https://es.wikipedia.org/wiki/Primeiro_Comando_da_Capital .

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análisis en cada contexto particular, sin confundirlos; sin embargo, tampoco es conveniente olvidar que comparten una misma palabra para connotar distintas acepciones, correspondientes a distintos contextos referenciales. Esto, sobre todo, para atender en los análisis desenvueltos en las incursiones desde la perspectiva de la complejidad.

Lo que llama la atención del Primer Comando Capital es su origen; nace como defensa de los derechos de los presidiarios brasileros. Después, se transforma en una organización operativa, tanto en asaltos como en el tráfico de drogas, en el narcotráfico. La organización tiene estatutos, que norman la participación de sus integrantes. Por otra parte, a pesar de estos despliegues, desde la defensa de los derechos de los prisioneros hasta las acciones de asalto y el control de territorios del narcotráfico, no ha abandonado las prescripciones de origen. Se da una relación entre los miembros libres, que no están en la 230


cárcel, y los prisioneros. La responsabilidad, por así decirlo, de los libres, es apoyar y, si se puede, liberar a los miembros encarcelados. Esta relación se aclara, sobre todo, en lo que respecta a su jerarquía, cuando se sabe que las rebeliones en las cárceles, los asaltos y el narcotráfico son dirigidos desde la cárcel, por los miembros líderes.

Cuando se persiguió a un comando, para decirlo de esa manera, del PCC, que asaltó al carro blindado de la remesa, se encontró que parte de la población de la zona, donde se escondió el cabecilla del asalto, apoyaba o encubría al grupo operativo del PCC, pues habían sido beneficiados por apoyos. Esta peculiaridad también llama la atención, sobre todo, para lograr una aproximativa caracterización de esta organización y sus accionares. No olvidemos que Pablo Escobar Gaviria, del cartel de Medellín, también gozaba de simpatía y apoyo popular, precisamente por convertirse en algo así como benefactor. En Bolivia 231


también hacía algo parecido Roberto Suarez. Se trata de organizaciones que operan en los ámbitos que hemos denominado del lado oscuro del poder; sin embargo, se trata de organizaciones que se conectan o están conectadas a través de lugares de encuentro con formas de lo popular. Incluso establecen relaciones de padrinazgo, convirtiéndose en benefactores y protectores.

En la historia de las rebeliones heterodoxas se han observado las conexiones del bandidaje, para decirlo con el nombre conocido, con rebeliones populares; de alguna manera, adquiriendo un carácter de reivindicación social. Solo en muy escasas situaciones el bandidaje evolucionó, por así decirlo, a formas de rebelión y organización social subversivas. Las más de las veces, en cambio, mas bien, derivó en formas de organización elitista, más distantes de lo

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popular, conformando élites o burguesías clandestinas del lado oscuro del poder44.

Se trata de espacios o, mejor dicho, espaciamientos, opacos, confusos, donde los aparentes límites entre lo “licito” y lo “ilícito” se borran, entre lo popular y los clandestino punible se confunden. La acción estatal jurídica-penal, política y policial ha enfrentado a lo que denomina “organización criminal”, encarcelando a los “delincuentes” capturados y recluidos. Sin embargo, este encierro de la “delincuencia” y el “crimen” es, a pesar de la supernumeraria población de los presidios, apenas un porcentaje exiguo, si se compara con la demografía involucrada en actividades “ilícitas”. Los encierros y encarcelamientos, las condenas y los castigos, más parecen mecanismos tranquilizantes, para colmar los miedos de la consciencia estatal, para decirlo de ese modo, aunque no sea 44

Ver El lado oscuro del poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/el_lado_oscuro_d el_poder.

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adecuado, empero es ilustrativo. Si revisamos la historia de la cárcel, que nació como proyecto humanista de reintegración a la sociedad, podemos decir que el proyecto ha fracasado. Los prisioneros no se reintegran a la sociedad, mas bien, son marcados y estigmatizados, fuera de conocer las cuevas tenebrosas de la sociedad moderna, que son las cárceles, donde adquieren otra clase de solidaridades. Paradójicamente, lo que persigue y encarcela el Estado, se refuerza, precisamente, cuando es sometida a la suspensión de libertades y al encierro.

Ocurre algo extraño en las sociedades institucionalizadas45; no quieren reconocer que en sus entrañas y recovecos anida precisamente estos ámbitos donde circula y funciona lo que califica como “ilícito”. Es, para decirlo figurativamente, como el patio trasero, 45

Ver Imaginación e imaginario radicales. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/imaginacion-eimaginario-radicales-en-devenir-y-dinamicas-moleculares/.

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donde se guarda la basura, que no quiere mostrarse al público. Sin embargo, es precisamente este patio trasero el que guarda los secretos de esta sociedad institucionalizada, secretos que la explican. Por eso, es indispensable a detenerse y reflexionar sobre los recientes sucesos, sus implicados y sus desenlaces, sobre todo, para interpretar de mejor manera a las sociedades institucionalizadas.

Como se podrá ver, no estamos en el análisis policial, tampoco en la denuncia de la delincuencia y el crimen, así como en la denuncia política, sea a favor o en contra de la acción policial, sino con el ánimo de comprender el funcionamiento de las dinámicas moleculares de las sociedades institucionalizadas, cuya composición, combinaciones, estructuras e instituciones, muestran complejidad, y no los esquematismos duales de las prescripciones modernas.

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Interpretación de un cartel

La oveja negra de la familia dice algo de la familia que o lo estigmatiza o lo asume como anécdota; lo mismo, el “hijo opa” dice algo de la familia que lo oculta o lo muestra piadosamente. Lo que la malla institucional del Estado califica de “asociaciones criminales”, incluso como “sociedad criminal”, dice algo de la sociedad institucionalizada. ¿Qué dice? Vamos a sugerir algunas hipótesis interpretativas al respecto.

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1. Las sociedades clandestinas tipificadas como “criminales” forman parte ineludible de las sociedades institucionalizadas. ¿Qué parte son? Obviamente no son la parte visible, sino más bien la parte oscura, no visible. Son la parte de la sociedad institucionalizada que se oculta, se estigmatiza o, en algunos casos, literarios, por ejemplo, se la asume como anécdota. La presencia, que se oculta, que se la añora como ausencia, de estas sociedades clandestinas, nos muestra, mas bien, a la sociedad institucionalizada como desgarrada; en otras palabras, escindida. El hecho que llame a esta parte el lado malo o el lado del mal, el discurso de la sociedad institucionalizada nos muestra elocuentemente a sus fantasmas y a sus demonios, también a sus monstruos. 2. Las sociedades clandestinas son lo que no solamente no reconocen las 237


sociedades institucionalizadas, sino lo que aparentemente no quieren ser, deniegan. Sin embargo, no pueden dejar de ser, aunque sea en parte, aunque sea en la noche, para decirlo literariamente.

3. ¿Cuál es la paradoja que esconde el esquematismo dualista de lo “lícito” y lo “ilícito”? En términos más teóricos, ¿cuál es la paradoja que esconde el esquematismo dualista entre lo normal y lo patológico? Esta parece la cuestión. En la práctica, es decir, efectivamente, lo “licito” termina legitimando actividades “ilícitas”, que se encubren precisamente con disfraces normativos “lícitos”. Por otra parte, lo que se denomina “crimen organizado” no deja de estar vinculado a valores, que establece el pacto de complicidad, en la intimidad solidaria de estas sociedades clandestinas; además, los pueden convertir en estatutos. La paradoja, que se esconde, devela que la sociedad 238


institucionalizada funciona así, atravesada por recorridos y circuitos que se mueven tanto en los ámbitos del lado oscuro del poder como en los ámbitos del lado luminoso del poder. 4. Hablando de violencia, que ciertamente es atroz, la desencadenada por los carteles, en el sentido que le atribuye el discurso jurídico-policial; sin embargo, tampoco deja de ser atroz la violencia policial contra los prisioneros; comenzando por el hacinamiento, llegando a las brutalidades desplegadas contra los que han perdido la libertad, actuando como si hubieran perdido todo derecho.

5. En consecuencia, se llega a momentos y situaciones donde policías y delincuentes se encuentran y se confunden; sobre todo, se parecen en las desmesuras de las violencias que despliegan. Este es el tema. Donde no hay culpables, desde nuestra 239


perspectiva, como ya lo enunciamos antes, sino víctimas inocentes, la mayoría, víctimas ladinas, la minoría, de los diagramas de poder desplegados en las sociedades modernas. 6. Al respecto, estamos obligados a repetir que lo que decimos no es, de ninguna manera, una apología del “crimen”, como le gusta nombrar al discurso jurídico-policial, como tampoco hacemos apología de las formas, estructuras, institucionalidades, del poder, como lo hemos dicho claramente; se invista el poder de discursos e imágenes de “derecha” o de “izquierda”, se reclame de liberal o socialista. Nos interesa comprender los funcionamientos de estas sociedades institucionalizadas. Además entendemos que es la única manera de resolver los problemas heredados. No edulcorarlos, no reducirlos a simples esquematismos dualistas, que, en resumidas cuentas, parten del paradigma del 240


esquematismo inicial del bien y el mal. Sino comprender el funcionamiento y sus dinámicas en la complejidad estratificada de estas sociedades institucionalizadas.

7. Volviendo a las hipótesis interpretativas sobre la genealogía de los carteles, podemos observar otra característica peculiar, la de su condición internacional, no solamente nacional. En el caso referencial, parece que se trata de una organización transfronteriza, que conecta varios países de Sudamérica. 8. Como se puede ver, son organizaciones que desafían a los estados de los países involucrados, donde operan; no solo en lo que corresponde a las actividades penadas, sino en lo que respecta al control territorial. Para decirlo, de una manera comparativa, que no busca equivalencias, aunque puedan darse analogías, se trata de otra forma de organización trasnacional, así como lo 241


son las denominadas empresas trasnacionales formales e institucionalizadas.

9. Esta analogía, no equivalencia, entre empresas trasnacionales del campo económico institucionalizado y organizaciones trasnacionales del campo económico noinstitucionalizado, nos muestra, de otra manera, el funcionamiento global del sistema-mundo capitalista. La mundialización no solamente implica la globalización de la economía, también de la modernidad, de sus instituciones, sus esquemas de comportamiento y conducta, sus formas de consumo, sino también la globalización de estas sociedades clandestinas del lado oscuro del poder. 10. En algunos de los comentarios mediáticos, tanto brasileros como bolivianos, se ha dicho que el PCC se encuentra en crisis económica, que, por eso, ha optado por los asaltos. 242


Parece que no es tanto así; pues los asaltos ya formaban parte de sus estrategias y prácticas antes de encontrarse supuestamente en crisis económica. Usaba los asaltos para financiar y sostener a la misma organización. Lo que hay que preguntarse es: ¿cuál es el objetivo de estas nuevas incursiones de asaltos? ¿Financiar a la organización? ¿Financiar otras actividades como las vinculadas al narcotráfico? ¿Ha crecido la organización tanto, internacionalmente, por lo menos, en las vecindades, que se requiere la prueba de fuego de los nuevos miembros? No sabemos si estas preguntas son adecuadas, pues falta información; sin embargo, son los primeros pasos dubitantes para tratar de comprender este accionar violento de la organización mencionada, además de los alcances de los efectos irradiantes de estas acciones.

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11. Una pregunta provocadora: ¿qué diferencia hay entre los políticos corruptos y estos estigmatizados como monstruos “criminales”? Y conste que no hablamos solo de unos, sino de todos, no solamente de la corrupción develada de los “gobiernos progresistas”, pues sus maestros, aunque fueron superados por sus alumnos, los neoliberales y liberales, no se quedan lejos. Como dijimos antes, en otro escrito46, se diferencian en que unos ponen el pellejo y otros no. Como dijo Juan Villoro, no hay que cuidarse de los malos sino de los que parecen buenos, aludiendo a que los que persiguen y matan a periodistas, no son exactamente los capos ni sus carteles, sino los socios empresariales institucionalizados 47. Ambos ganan, unos arriesgando, otros no. Ciertamente, no podemos reducir las 46

Ver El lado oscuro del poder. Ob. Cit. Ver La concepción proyectada del mal. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/13/laconcepcion-proyectada-del-mal/. 47

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diferencias a esta distinción, pero, esta diferencia muestra el papel que cumplen unos y otros. Los que aparecen en la crónica roja son los “criminales”, los que aparecen en la crónica social y económica son los empresarios. Ambos tienen presencia destacada en las noticias de los periódicos y los canales de televisión. 12. Ahora, hablando de los desenlaces, por lo menos, de los desenlaces que se destilan públicamente, ¿quiénes son los que cargan con la culpa del sistema-mundo, de las sociedades institucionalizadas, del Estado, los estigmatizados o los elogiados? Otra pregunta, ¿dónde radica el núcleo del problema, en los que cargan la culpa en las cárceles o en los que terminan beneficiándose del “crimen organizado”? Si se quiere honestamente resolver el problema, estas son preguntas a las cuales hay que responder y no eludirlas.

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13. Las formas desmesuradas de los funcionamientos desbordantes y perversos del sistema-mundo capitalista expresan elocuentemente la dis-armonía o el desequilibrio implícito de este sistema-mundo, sobre todo, sus crisis múltiples congénitas, si se quiere, orgánicas y estructurales. Así como hay un costo demográfico del modo de producción capitalista, que corresponde a la población proletaria, así como hay un costo carnal económico, el relativo a la fuerza de trabajo, y un costo de la naturaleza, la contaminación y la depredación, como lo visualizaron Adorno y Horkheimer, hay también un costo humano, éste de la decadencia humana, tanto en sus formas banales, correspondientes a las burguesías ponderadas, como en su formas atroces y violentas, que corresponden a la élites y burguesías del lado oscuro del poder. 14. La ideología, incluso en sus mejores versiones, las dadas por las ciencias 246


sociales, humanísticas e históricas, ya no explican, ni siquiera algo, de lo que pasa en la actualidad álgida y problemática. Por lo tanto, no ayuda a comprender, por ende, tampoco entender, lo que ocurre en la contemporaneidad, como fenómenos descomunales en sus desbordes violentos y perversos. Es menester, como dicen los jóvenes, cambiar de chip; comenzar a ver, mirar, observar, codificar y decodificar, de otra manera, atendiendo a la complejidad del mundo efectivo.

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