La guerra de la madre tierra ii

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La Guerra de la madre tierra II

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Índice: Prólogo

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Apuntes y notas Apuntes sobre problemas de la transición Apuntes para una breve historia de las injerencias del ejecutivo Notas después de la marcha indígena Notas a propósito del discurso del presidente

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Análisis y reflexiones La distancia más corta es el laberinto La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación y despojamiento de las trasnacionales Un Estado de excepción La decadencia ideológica Espesores de una coyuntura candente

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Prólogo

Como dijimos, en el Prólogo al primer tomo, el segundo tomo de La guerra de la Madre Tierra está más dedicado a la interpelación y activismos de la palabra, del verbo, de la metáfora, del concepto, vertidos por el flujo de la pasión, que quiere combatir y apoyar a la lucha que vuelven a emprender las naciones y pueblos indígenas, los colectivos activistas e intelectualidad comprometida. En este sentido se trata de textos que emergen de la coyuntura, responden a la coyuntura, accionan en la coyuntura, buscando alguna incidencia, aunque sea ésta mera interpelación. Pero, también hay textos de reflexión y análisis, que retoman los espesores de la coyuntura y los espesores del presente, deteniéndose en la simultaneidad dinámica de los acontecimientos, buscando una comprensión integral.

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Entonces, podemos decir que se da como una secuencia perceptual y narrativa de las experiencias coyunturales, así como momentos de suspensión o de sumersión, donde la reflexión busca hilar los tejidos arrastrados por el vendaval.

Teníamos la opción de ordenar por temas; sin embargo, esto le quitaría lo de vivencia coyuntural; por eso, hemos preferido dejar la secuencia de impresiones y percepciones, que quedan como huellas, después se recogen como inscripciones intempestivas. Ciertamente, sobre todo, en lo que respecta a los apuntes y notas, la lectura dará la impresión de cierto desorden; sin embargo, recoge las impresiones sensibles de la coyuntura. Este no es el problema de las reflexiones y análisis, que tienen su propio orden; no de la experiencia, sino de la reflexión.

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Había también la alternativa de no publicar este segundo tomo, por los problemas que presentan las escrituras reunidas. Sin embargo, parece conveniente hacerlo, pues refleja la vivencia de la coyuntura, en la singularidad una memoria sensible, entre las múltiples que experimentaron y vivieron la coyuntura, y en la singularidad de una subjetividad afectada y afectiva, como las múltiples que fueron afectadas y tuvieron sus afectos al respecto.

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Apuntes y notas

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Apuntes sobre problemas de la transiciรณn El principio existencial del proceso

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El proceso existe, ha sido abierto por las luchas sociales, lo que no existe es un gobierno que estรก con el proceso. Se trata de un gobierno equivalente a todos los gobiernos, a las formas gubernamentales del Estado liberal.

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Los horizontes de la Constitución

La Constitución realiza y expresa la larga lucha descolonizadora iniciada con los levantamientos indígenas del siglo XVIII. La izquierda colonial nunca ha entendido que la lucha anticapitalista consecuente debe ser también y primordialmente una lucha anticolonial y descolonizadora. La Constitución abre el cauce a una transición pos-capitalista; transición más compleja y más rica que la transición de la dictadura del proletariado, que se quedó en los límites de la modernidad, la cuna y matriz del capitalismo. El proyecto socialista no pudo nunca salir de los horizontes del capitalismo. La revolución india va más allá, hacia modelos civilizatorios alternativos a la modernidad, al capitalismo y al “desarrollo”. La izquierda colonial no se ha enterado que ha caído la Unión Soviética, debido a las profundas contradicciones en la construcción del socialismo real, y que la China ha 9


convertido la construcción socialista en un “socialismo de mercado”; es decir, en la emergencia de la nueva potencia capitalista, sobre la base del capitalismo salvaje. Lo que los izquierdistas coloniales sobrevivientes tienen como referente es sólo un imaginario, se invisten de las glorias de revoluciones pasadas, sin haber hecho una. Cuándo aparece una, distinta, compleja, en los nuevos escenarios del capitalismo, en las condiciones de sus nuevas crisis estructurales, prefieren no comprenderla pues no se parece a sus esquemas; tampoco entienden las transformaciones dadas en los ciclos largos del capitalismo. Prefieren revivir sus fantasmas y echar piedras contra un proceso real, que intenta otro camino alternativo al capitalismo, a la modernidad y al “desarrollo”, que forma parte de las ilusiones de los capitalismos periféricos.

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Sobre la revolución cultural

La revolución cultural está inhibida por dos contrariedades; por una parte, no se ha dado lugar a la participación, como exige la Constitución, tampoco a la movilización, como lo requiere la revolución cultural; por otra parte, los maestros siguen siendo modernistas y desarrollistas, como recién salidos de la guerra del Chaco. No entienden, como la izquierda colonial, que el anticapitalismo consecuente es también anticolonialismo. No han ingresado a las luchas reales del presente contra el capitalismo, contra la modernidad, que es su matriz cultural, y contra el “desarrollo”, que es la ilusión de las élites periféricas, así mismo también de la izquierda colonial. Siguen luchando contra fantasmas, atrapados en su imaginario, supuestamente “revolucionario”, investidos de la gloria de las revoluciones pasadas sin haber hecho una revolución en su país; fantasma de la revolución, que no es otra 11


cosa que una anacronismo no resuelto después de la caída de la Unión Soviética y la conversión de China en la nueva potencia capitalista emergente durante la clausura del ciclo del capitalismo vigente. La revolución cultural debe ser descolonizadora, constitutiva de sujetos emancipados de las relaciones de dominación heredadas.

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El fiscal encubridor

El comportamiento del fiscal es francamente encubridor. Esa es una conducta que devela la supeditación completa de la administración de justicia al ejecutivo. No solamente estamos repitiendo los males de una administración de justica corrupta, de la que deberíamos salir, sino la complicidad de los fiscales con la injusticia. Los indígenas reprimidos, mujeres, niños y ancianos, contra quienes se ejerció violencia y conculcación de sus derechos constitucionales, no tendrán justicia. Van a tener que volver a vivir las perversiones de la justicia criolla. Nadie que tiene uso de razón y esta mínimamente informado puede admitir la hipótesis insólita de que ni el presidente ni el vicepresidente tuvieron nada que ver con la orden de represión a la marcha. La orden fue dada en gabinete y estaban todos presentes y tuvieron conocimiento pleno de lo que se daba como orden, además de que ya 13


tenían preparado el documento que pedía intervención a la policía y fue firmado por la ministra de justicia. Después de esta muestra indecorosa de encubrimiento del fiscal, éste debería renunciar.

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Perfiles jacobinos

El que tiene contradicciones profundas no resueltas, paradojas y hasta aporías irresolubles es el “jacobino”, que parece no entender la Constitución, el proceso, el carácter descolonizador del proceso y de la Constitución. No entiende qué significa territorio indígena, que significa área protegida. No entiende que el territorio y el parque están protegidos por la Constitución y las leyes. No entiende qué es consulta previa libre e informada, que ésta se la hace antes y no después. Que la consulta pasa por normas y procedimientos propios de los pueblos y comunidades; que la consulta cuenta con la obligada participación de las instituciones orgánicas indígenas y no con gente manipulada por el gobierno. No entiende que ha sido derrotado, que su soberbia ha sido derrotada, que su proyecto extractivista y desforestador ha sido derrotado. No entiende que hay una ley que protege el territorio y lo declara 15


intangible, tampoco entiende que es intangible, cree que es absolutamente, inmaculadamente, intocable. Esta interpretación abstracta está de acorde con toda la metafísica del fracaso que encarna. Menos se puede esperar que entienda que el Estado Plurinacional comunitario y Autonómico no es la restauración del Estado-nación, liberal y colonial; no entiende que la construcción del Estado Plurinacional es la muerte del Estado-nación. Ahora resulta que ENTEL se ha vuelto encuestadora, en vez de cumplir con sus funciones y dar buen servicio. Ahora resulta que ENTEL hace investigación de campo. ¿A dónde hemos llegado? ¿Dónde está la compostura? ¿Dónde está la seriedad? Se las ha perdido. Se cree que basta con la fuerza del Estado para escamotear los hechos; se cree que es suficiente la violencia para producir la realidad. Estos comentarios – los emitidos por el “jacobino” - rayan en lo escandaloso del sin-sentido, no solo de la contradicción. ¿Qué hay detrás para 16


llegar a esta desfachatez? ¿Qué tan grandes son los intereses para explicar estos exabruptos? ¿Qué fuertes son los compromisos como para dejar todo hábito de racionalidad? Solo queda despejada la descarnada manipulación política. El objetivo es volver atrás, tirar por la borda la ley corta, el compromiso del presidente, el reglamento, la voluntad del pueblo que se ha levantado y apoyado la marcha, ha recibido multitudinariamente a los marchistas. No, esto no vale nada para el “jacobino”, lo que vale es la fuerza del Estado, ya no de la ley, pues se trata de un gobierno que no tiene ley ni palabra.

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El imaginario del duelo

El vicepresidente ha convertido la política en un duelo personal, ha personalizado la política al extremo que ha confundido la realidad con su imaginario; donde los fantasmas del pasado, como el de Robespierre, fantasmas de las memorias de revoluciones pasadas, habitan el presente, agobiando a los vivos con sus propios delirios. Este es un síntoma de alucinación de grandeza, de creerse predestinado, y por lo tanto de cumplir con un guion; el del drama de la incomprensión. El problema es que esta confusión, entre realidad e imaginación, nos lleva a todos al derrotero del abismo, donde los fantasmas sepultan a los vivos y asesinan las revoluciones reales del presente. El vicepresidente quiere imponer su imaginario y convertirla en realidad por decreto; ignora la marcha indígena que ha defendido el TIPNIS, el apoyo 18


multitudinario de la ciudadanía a la marcha, la ley promulgada, el reglamento de la ley. No contento con la invención de una marcha organizada por el gobierno, una marcha manipulada y presionada por los cocaleros, manda, como nunca, a ninguna marcha indígena, sino de colonizadores, una comisión de la Asamblea Legislativa para “escuchar” las demandas de los marchistas. ¿Acaso ignoran estos pedidos, son los mismos del núcleo “desarrollista” del gobierno, la carretera de la depredación? Este teatro descolorido y sin ingenio, quiere revertir la derrota sufrida; los indígenas vencieron a los delirios de grandeza del vicepresidente, a sus compromisos con el gobierno brasilero y las empresas trasnacionales petroleras y de la construcción; vencieron al espejismo del “desarrollismo”, que encubre el proyecto efectivo: modelo colonial extractivista. El imaginario jacobino otra vez se estrellara con la realidad, la voluntad del pueblo en defensa de la Constitución, los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y la madre tierra. 19


La guerra de la madre tierra en el TIPNIS fue una guerra civilizatoria, el vivir bien contra del modelo extractivista, que nos condena a la dependencia; también es una guerra contra la economía política de la cocaína, que destruye a las comunidades, los lazos sociales; economía que apuesta a la riqueza fácil, que dura un instante, renunciando a un proyecto colectivo de armonía social, comunitaria y con los ciclos vitales de la madre tierra. El vicepresidente encubre con su imaginario los reiterativos intereses que aplastaron al pueblo y lo condenaron a la miseria; intereses capitalistas, intereses de grupos de poder, intereses del diagrama de poder de la corrupción e intereses de la economía política de la cocaína. Lastimosamente, para el egocentrismo y la egología exaltada, la cruda realidad es este círculo vicioso de lo mismo; no es el delirio imaginario del “jacobino”. Se termina defendiendo los intereses más pedestres y egoístas.

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Apuntes para una breve historia de las injerencias del ejecutivo

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En lo que respecta a la elección de los magistrados, la primera injerencia comenzó cuando los eligieron directamente, según listas manejadas de antemano, al mejor estilo del “jacobino”; sin consultar, sin participación de las circunscripciones y el pueblo, en gran debate abierto, bajo conocimiento de la gente, como establece la Constitución. El estilo “jacobino” es ese, la orden vertical a la que se debe obedecer sin discutir; la supeditación de la dinámica al poder constituido y de éste al ejecutivo; después, la supeditación del ejecutivo y el Congreso a las decisiones solitarias de la “clarividencia” del émulo de Robespierre. Por eso la convocatoria a la Asamblea Constituyente desde el Congreso, a pesar de que ya fue convocada por la insurrección de los movimientos sociales; una convocatoria que limita los alcances del poder constituyente y busca subordinarla al poder constituido; después, la ampliación de la temporalidad de la Constituyente desde el Congreso, cuando la Asamblea Constituyente, como poder 22


constituyente, tenía todas las atribuciones para hacerlo. Una vez que se aprueba la Constitución en Oruro, la hace revisar por el Congreso, el poder constituido, violando las atribuciones ilimitadas de la Constituyente. La revisión es una acuerdo con los representantes de las oligarquías; las 144 revisiones son reduccionistas, limitativas y atentatorias del espíritu constituyente; por ejemplo, como lo de la conculcación de la reforma agraria. Es el entorno pragmático el que ha estado detrás del “gasolinazo” y ha tratado defender férreamente esta medida de shock contra el pueblo. También es este entorno el que está totalmente comprometido con las empresas trasnacionales brasileras, petroleras y de la construcción. Un buen ejemplo de lo que decimos ocurre cuando sale el entonces Ministro de Hidrocarburos Andrés Soliz Rada por pedido de Marco Aurélio Garcia, asesor del entonces presidente Luiz Inácio "Lula" da Silva. El entonces ministro se negaba a que se 23


firme un convenio atentatorio contra el Estado, contra los intereses del país y que favorecía a PETROBAS – el convenio y contrato sobre el gas húmedo -; muy obedientes los gobernantes intervienen, sale el ministro del gabinete y se firma el convenio y contrato atentatorio. Así mismo se trata del núcleo duro de nacionalistas, “desarrollistas”, que, en el fondo, no son más que extractivistas; núcleo duro que ha conspirado contra el TIPNIS, a pesar de estar protegido por la Constitución y las leyes; núcleo duro que ha atentado contra los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, para favorecer a OAS y los compromisos con el gobierno brasilero. Ahora – en ese entonces -, este mismo núcleo duro, es el que quiere revertir la victoria indígena en la defensa del TIPNIS – la de la VIII marcha indígena -, buscando anular la ley corta Ley 180, mediante toda una tramoya y manipulación escabrosa, que utiliza a los avasalladores del TIPNIS, colonizadores, cocaleros y comunarios, convertidos en cocaleros y en 24


propietarios campesinos, afiliados a la Federación Campesina del Trópico de Cochabamba, en una marcha inducida por el gobierno, precisamente para anular la ley corta que defiende al TIPNIS y aprobar la carretera de la depredación. ¿Cuál es la magnitud de los intereses y compromisos que se juegan en esto, de tal forma que deciden los gobernantes abandonar toda apariencia, todo decoro, toda compostura y portarse como vulgares cipayos al servicio de intereses extranjeros? Pero también, hay que anotar que también entran en juego intereses perversos de ciertos sectores de colonizadores y campesinos, los comprometidos con la coca excedentaria, destinada a la economía política de la cocaína. No es entonces ninguna sorpresa la historia de las injerencias. El objetivo alucinante es el control total de todo el poder, la totalización del poder en manos de una persona, el “clarividente”. Sin embargo, esto no es posible; la paradoja se da: cuanto más se controla menos 25


fuerza se tiene, cuanto más se tiene la apariencia del poder aplastante menos legitimidad se logra. Bastó una marcha indígena, digna y valiente, de defensa del TIPNIS, para derrotar al gobierno, que se ha apartado del proceso de cambio, y recibir el apoyo multitudinario de las ciudades y de los pueblos por dónde pasó la marcha. No pudo la represión sañuda y calculada, preparada de antemano, movilizando funcionarios, recursos del Estado, policías y militares contra el acto heroico de los marchistas. Tampoco podrá una marcha oficialista, montada, inventada desde los escritorios, presionada por los cocaleros, organizada otra vez con los recursos del Estado, revertir la victoria indígena.

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Los partidarios de la carretera de la desforestación

Los que quieren la carretera de la deforestación, que atraviese el Territorio y Parque Nacional Isiboro-Sécure, son OAS, el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, el IIRSA, los nacionalistas y extractivistas del gobierno, los terratenientes que quieren ampliar la frontera agrícola. ¿Se puede hablar a nombre del pueblo cochabambino? ¿Quiénes son el pueblo cochabambino? La Universidad Autónoma de San Simón y otras instituciones están en contra de la construcción de la carretera que atraviese el territorio indígena. Los que quieren una carretera depredadora, extractivista y cocainera son los adherentes oficialistas y los llunk’us que no entienden el proceso ni la Constitución.

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Los objetivos de la Cumbre oficialista

¿Por qué se hace la Cumbre social? ¿Para qué? ¿Para abrir más todavía las compuertas a las empresas trasnacionales? ¿Hacer más concesiones de exploración y explotación? ¿Qué tiene el borrador de la Cumbre Social preparado por el gobierno? ¿Qué compromisos ya se han cerrado secretamente con las empresas trasnacionales? ¿Van a usar la Cumbre para legitimar el proyecto extractivista, capitalista y dependiente? Estas preguntas son las que bordeaban la víspera de la famosa Cumbre Social, que no es otra cosa que un encuentro oficialista y de la burguesía recompuesta, donde los ministros ni siquiera solo dirigieron las mesas, lo que ya es el colmo, sino que prácticamente fueron las organizaciones sociales las que pedían audiencia a los señores y señoras ministros. Esto constata la subordinación de las organizaciones campesinas al 28


mando de los ministros. ¿Ya no se confía en las organizaciones sociales? ¿Por qué no se las deja deliberar?

Cumbre borrascosa

Deberían dedicarse a cumplir con la Constitución en vez de llevarnos al despeñadero. La famosa Cumbre Social, que no tiene nada de plurinacional, porque no están las naciones y pueblos indígenas, sus organizaciones matrices, tiene una agenda que es más de los mismo; ratificar lo que se ha hecho, discutir banalidades, no deliberar, no permitir la crítica, embarcándose cada vez en el modelo colonial extractivista. No hay apertura al gran debate de fondo: Modelo extractivista o modelo alternativo al capitalismo, a la modernidad y al “desarrollo”.

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Metáforas literarias

Cumbres Borrascosas, en castellano, el título en inglés es Wuthering Heights. Se entiende que es la única novela de Emily Brontë. Fue publicada por primera vez en 1847 bajo el seudónimo de Ellis Bell. Su hermana Charlotte editó una segunda edición póstuma. Esta novela se considera un clásico de la literatura inglesa; sin embargo, el recibimiento inicial de Cumbres Borrascosas fue como un desaire. La textura de la novela llama la atención, podemos hablar de un estructura innovadora, se trata de descubrimientos cada vez más micros, un acontecimiento guarda otros; a esta textura de la novela se suele comparar, por parte de la crítica, con algo parecido al descubrimiento de un conjunto de muñecas de Matryoshka. Una muñeca rusa, la más grande contiene a todas. Al principio, la crítica quedó desconcertada, sin embargo, algunos críticos contemporáneos a la autora pensaron que éste era un trabajo anterior, menos maduro, de Charlotte Brontë, comparándolo con el que había publicado antes Jane Eyre ese mismo 30


año, bajo el seudónimo de Currer Bell. Empero las críticas posteriores revisaron esta visión; la novela es ulterior. Cumbres borrascosas es el nombre de la finca donde suceden los hechos de la narración, hechos complicados y pasionales, hechos de amor, de amistad, pero también de ingratitud. Llama la atención el juego del título, que, a la vez de ser el nombre de la finca, alude a un lugar tomentoso. Que así se pueden tomar las historias que concurren. Con estas anotaciones sobre la novela, después, a la vez, podemos usar el título de la novela como metáfora, como juego de sentidos y significados; y, de este modo, calificar a una “Cumbre social” como encrespada o turbulenta. En todo esto no hay teoría, hay literatura, que muchas veces sirve mejor para expresar los significados de los acontecimientos. La literatura tiene potencialidades estéticas que el análisis no los tiene.

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A propósito de fundamentales

las

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novelas

No sé qué dirá mi amigo Oscar Vega, que creo es un gran lector de novela y un crítico literario. Empero creo que lo que debe preponderar en una selección, que nunca va a dejar de tener su dosis de arbitrariedad y prejuicios, es la calidad literaria, la potencia y despliegue creativo, la imaginación que transgrede la realidad y descubre en ella otras posibilidades y alternativas. Creo que calificar a las novelas de “machistas” o de otra cosa corresponde a una ofuscación administrativa; no se trata de una apreciación de orden literario y estético. En todo caso, hay que tener en cuenta que la escritura literaria se encuentra más allá de los esquematismos cotidianos, pues se mueve en la plasticidad de las metáforas y la transformación lúdica de las subjetividades. Es otro tiempo y realidad el de la literatura. 32


Es cierto que hay que luchar contra el Estado patriarcal y las relaciones patriarcales de dominación, que están en la base de las relaciones de poder, de la genealogía de los estados y las sociedades; también son como el arquetipo de las internalizaciones del poder y la dominación en las subjetividades. Empero, cómo se efectúa esta lucha en una selección de novelas. ¿No hay que empezar la lucha contra el patriarcalismo en el propio Estado, en el propio gobierno, en la propia administración, donde se hallan cristalizadas y normadas estas relaciones de poder y dominación? ¿No era indispensable, para ser consecuentes, defender la madre tierra en el TIPNIS, defender los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, violados por la represión sañuda del gobierno?

Descolonización y des-patriarcalización se complementan, deben darse políticas, acciones, conductas efectivas en relación 33


a estas luchas. Pero, no parece consecuente, con esta orientación y perspectiva, proponer la ampliación y continuidad del servicio militar; el cuartel es, conjuntamente con la escuela, la iglesia, el Estado, una de las instituciones colonizadoras por excelencia. La colonialidad se reproduce precisamente a través de los agenciamientos y dispositivos de estas instituciones, que logran internalizar en los sujetos los imaginarios coloniales, patriarcales, de subordinación y supeditación. Estas instituciones anacrónicas pervivientes son el substrato colonial de las relaciones capitalistas vigentes y hegemónicas.

Parece que es indispensable re-discutir colectivamente la selección de las novelas fundamentales, sin olvidar que la selección de las 15 novelas fundamentales recorre el tiempo y trata de obtener muestras representativas por épocas, como dice Juan Carlos Orihuela, poeta, miembro de la comisión de 34


selección y director de la carrera de literatura. Creo que la comisión ha hecho no más una buena selección con criterio histórico. En lo que respecta a gustos, a mí, por ejemplo, me parece la mejor novela Felipe Delgado de Jaime Sáenz, que revive la vida de la ciudad de La Paz de la década de los cuarenta; también me parece que el mejor novelista contemporáneo boliviano es Jesús Urzagasti; su novela ejemplar me parece que es El país del Silencio. En estos contextos literarios, hablar de “prohibir” es colocarse en el papel de tribunal inquisidor. No creo que corresponda en literatura, tanto en la lectura como en la escritura, lo de “prohibir”. Eso lo hacían las dictaduras militares y otras formas de dictaduras patriarcales.

En lo que respecta a mi posicionamiento, disposición en el campo político, también en los tejidos de la escritura, sigo en la misma orilla de la descolonización y del Estado Plurinacional Comunitario y 35


Autonómico, la orilla de la Constitución. Los que no están en esta orilla son los del gobierno, que están contra la Constitución, restauran el Estado-nación, se oponen, como buenos nacionalistas, a la construcción de lo plurinacional y a las transformaciones pluralistas del Estado, se oponen a los derechos de la madre tierra y agreden los territorios indígenas. Ahora bien, la literatura y la estética no forman un “sistema” con la vida cotidiana; sería un contrasentido y una reducción espantosa. La literatura y la estética son producto de la imaginación radical y del imaginario radical, atraviesan los límites de lo cotidiano y descubren otras realidades alternativas. Esas posiciones de reducir la literatura y la estética a lo cotidiano no solamente son conservadoras sino reaccionarias y represoras de las facultades creativas humanas.

Sigo luchando por lo que siempre he luchado, por lo que he compartido con los 36


que han luchado y han abierto este proceso de cambio, por las emancipaciones múltiples, la descolonización y mundos alternativos. Es el gobierno el que se ha apartado de la Constitución, de los movimientos sociales, del proceso de cambio mismo; es el gobierno el que se ha convertido en un contra-proceso, restaurando el Estado-nación, liberal y colonial. Esto se venía; tiene que ver con las contradicciones inherentes al proceso, como en todo proceso, en toda revolución. De lo que se trata es de resolver las contradicciones en el sentido de la emancipación.

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Los resultados de la Cumbre Social

No hay resultados, no hay avances, es una morosa continuidad de lo mismo, sobre todo, reiterar programas ya fracasados del gobierno, como el de la vivienda. Un discurso descolorido gubernamental, que se viene a repetir pobremente en una supuesta Cumbre Social. Lo que se ve claramente es que no hay voluntad de cambio, no hay voluntad de transformación; no se quiere cumplir con la Constitución, no se quiere fundar el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. En otras palabras, se trata de una Cumbre que ha buscado desesperadamente justificar las dos gestiones de gobierno, que brillan por su falta de vocación descolonizadora y revolucionaria. Brilla, sobre todo, por su rutinaria gestión liberal, de una administración recurrente y atrapada en la vieja norma. En esa Cumbre no se discutió nada, no se debatió nada. Los

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ministros hicieron lo que hacen en sus ministerios dar órdenes. Otro resultado de la Cumbre Social es la demostración de la atónita obsesión por la expansión de la frontera agrícola, que corresponde a la ampliación de la economía política de la cocaína. La “Cumbre" se ha convertido en un dispositivo político para legitimar estos desplazamientos. Los grandes logros de un gobierno que no tiene otro horizonte que el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente.

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Los preparativos del gasolinazo

¿Un nuevo “gasolinazo”? ¿Por qué insistir después del levantamiento popular contra esta medida de shock? ¿Acaso el pueblo tiene que pagar la deuda interna y la deuda externa acumuladas? No hay transparencia en la información sobre la situación real de los combustibles. No se dice, por ejemplo, que no hay erogación efectiva en la supuesta “subvención”, no se dice que se cubre con papeles fiscales. ¿Qué hay de toda esta tramoya donde están metidos hasta senadores? ¿Quién gana con el “gasolinazo”? Es aconsejable leer el documento del CEDLA a propósito del tema, donde se identifica a los beneficiarios efectivos de un “gasolinazo”.

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A propósito de la de-colonialidad

Es una pena que no se haya leído el libro de Antonio Negri y Michael Hardt y se discuta; Commonwealth, este es el tercer libro de la trilogía, después de Imperio y Multitud1. Es también una pena defender solamente un proyecto académico de decolonialidad, donde sobresalen profesores dedicados de las universidades del Norte; sin embargo, se descuida un apoyo efectivo y un conocimiento adecuado de las luchas indígenas de Abya Yala. En esto estoy con Silvia Rivera Cusicanqui, quien ya hizo una crítica al respecto, por los mismos 1

Comentario de Juan Domingo Sánchez Estop en Rebelión: Commonwealth es el tercer título de la trilogía dedicada por Antonio Negri y Michael Hardt a la mundialización capitalista. El primer volumen, Imperio, examinaba los aspectos constitucionales de la nueva figura de la soberanía representada por el Imperio como forma política del capitalismo mundializado, el segundo volumen, Multitud, se centraba en la descripción del sujeto antagónico interno al Imperio, este tercer volumen pretende perfilar las modalidades materiales de una nueva constitución que supere el capitalismo y el Imperio a partir de un “comunismo de los comunes” que se asocia al viejo término de “Commonwealth”.

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problemas; apropiación epistemológica de las investigaciones en el mundo andino, sin mencionar las fuentes. En todo caso, lo que escribieron estos investigadores norteños ya está desactualizado, las luchas indígenas han abierto horizontes nuevos y gigantescos con su propuesta de Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico, con el modelo del vivir bien, alternativo al capitalismo, a la modernidad y al “desarrollo”. Es esto lo que debemos discutir, no los celos de intelectuales sobre si los citaron o no en un texto bastante bueno y de aporte teórico a la problemática, estemos o no estemos de acuerdo. Este texto se escribió después de la visita que hicieron los autores mencionados a Bolivia y aprendieron de sus debates y su proceso. No creo que el libro se resuma a hablar de la colonialidad del poder sin citar a nuestro gran investigador de la colonialidad Anibal Quijano, no, no creo que esa fuese la intención. Lo que llama la atención es que se pierda el tiempo discutiendo problemas sentimentales, de

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celos intelectuales, y no los problemas reales que vive hoy la lucha indĂ­gena.

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A propósito de la experiencia política2

La política es un fenómeno de la modernidad, de la expansión de la modernidad y de la formación de los estados modernos. Lo que hay es una lucha descolonizadora de las naciones y pueblos indígenas en el contexto de la crisis de la modernidad. El peor mal que podemos hacer en el proceso de la reconstitución es pretender responder a problemas modernos desde la fundamentación de civilizaciones ancestrales. No habríamos comprendido ni la modernidad ni a las civilizaciones ancestrales, que ahora son alternativas a la modernidad. La política no se reduce a las relaciones de poder, a las estructuras de poder, a los diagramas de poder, que toda sociedad obviamente conforma y configura. El

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Estos apuntes sobre la experiencia política forman parte de un debate con Victor Hugo Quintanilla, debate que será publicado íntegramente por medio impreso y medios digitales.

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estudio de las formas de organización y de las formas de poder corresponde a la genealogía del poder. Ciertamente podemos ilustrarnos sobre las formas de estructurar el poder y de organización en las sociedades ancestrales y en las sociedades antiguas, así mismo podemos plantear proyectos de reconstitución que implican planteamientos civilizatorios. El sumak kausay corresponde a un modelo civilizatorio. Estos, los del diagrama de poder y los de paradigmas civilizatorios de las sociedades antiguas, no son fenómenos políticos en el sentido moderno. Quizás implique profundas armonías comunitarias y con la madre tierra, armonías que las hemos perdido en la vertiginosidad de la modernidad. Empero, estas armonías no hablan del fenómeno político, que tiene que ver con las luchas sociales desatadas en los contextos históricos del Estado moderno. A no ser que volvamos a los clásicos griegos, quienes concebían precisamente modelos de equilibrio de formas de gobierno. La concepción moderna de la política rompe con las teorías clásicas, no 45


parte del equilibrio, sino de la dinámica demoledora de las relaciones de fuerza, consensos y legitimidad. Nosotros, que postulamos un proyecto civilizatorio alternativo estamos obligados a luchar, es decir, a hacer política, reconociendo las condiciones de dominación a las que nos somete la modernidad. Pretender extender este fenómeno desequilibrante de la modernidad a las sociedades ancestrales y antiguas es una proyección peligrosa y colonizadora. Con lo que obviamente no estoy de acuerdo. Lo que no hay que perder de vista es que desde la Conquista y la expansión colonial, que no es otra cosa que expansión del capitalismo, hemos ingresado a la modernidad; la modernidad es esa “cultura” pretendidamente universal que acompaña a la colonización y a la formación del sistema-mundo capitalista. La lucha contra el colonialismo es inmediatamente una lucha anticapitalista, y la lucha anticapitalista y anticolonialista es también una lucha 46


contra la modernidad. Esta lucha debe desplegarse con pleno conocimiento de la experiencia de la modernidad, incluyendo las modernidades heterogéneas, que es el nombre que usan los de la corriente de la subalternidad hindú. La política en sentido moderno es indudablemente un fenómeno de esta vertiginosidad avasalladora de la modernidad donde todo lo sólido se desvanece en el aíre. La política está ligada a la democracia, en sentido moderno, que se basa en el prejuicio de la igualdad, en la palabra y en la conformación de humanos libres; la democracia forma parte de las luchas sociales y también de las luchas indígenas. Por la ampliación de los derechos, de, por lo menos, cuatro generaciones; desde las individuales hasta los derechos de la madre tierra, pasando por los derechos colectivos y sociales. Pretender buscar una modernidad en las sociedades ancestrales y antiguas es un desatino y un contrasentido. No hay política, en el sentido moderno, en las sociedades antiguas y ancestrales, aunque haya 47


formas de manejo del poder. Si no comprendemos la envergadura del desafío político contemporáneo de todas las luchas e inventamos un mito, estamos perdidos y derrotados de antemano. Creo que el camino para la reconstitución y reterritorialización pasa necesariamente por la radicalidad de la lucha política. No en inventarse fundamentaciones ancestrales y antiguas de la política, fundamentaciones que no existen. Lo que existen son fundamentaciones, arquetipos y paradigmas civilizatorios de las sociedades antiguas y ancestrales, que se han convertido en las nuevas finalidades emancipadoras anticapitalistas y antimodernas. Una y otra cosa, tanto la reconstitución como la actualidad. Las problemáticas indígenas son históricas; la problemática no es la misma en el siglo XVIII, tampoco durante la Guerra Federal (1898-1899), durante los levantamientos posteriores, antes y después de la Reforma Agraria (1953), después de la interpelación katarista (1974-1984) y ahora, después 48


de los seis años de luchas semiinsurreccionales de 2000 al 2005, sobre todo, después del proceso constituyente. Es indispensable ser sensible a la temporalidad y a las trasformaciones de las problemáticas, sino caemos en un cuadro estático que no sirve para la lucha política, sino para el auto-convencimiento y la auto-congoja. De lo que se trata es de lograr la descolonización. Eso se hace mediante una lucha política en el presente, en los contextos del presente, ante la crisis del capitalismo y la modernidad del presente. Ahora bien, esta politización debe criticar los contenidos universales de la modernidad y retomar de manera actualizada los contenidos civilizatorios de las sociedades antiguas y ancestrales. Al hacerlo, se lo hace políticamente, es decir, desencadenando las luchas requeridas, pero también se lo hace desembarazándose de la herencia moderna. Esta deconstrucción se lo hace conociendo profundamente la experiencia y las historias de la modernidad, no negándola, como si no existiesen, como 49


sino no nos hubieran atravesado desde el siglo XVI. Digo eso del conocimiento de la modernidad acordándome del profesor peruano de filosofía David Sobrevilla, experto en Emmanuel Kant y Cesar Vallejo. El profesor me dijo que para separarse de la filosofía europea era indispensable conocerla y dominarla; precisamente para lograr lo que se quiere, un nuevo horizonte filosófico a partir del aporte mitológico, imaginario, simbólico, de nuestras sociedades ancestrales. Creo que tiene razón. Ese señor me dio una lección. Claro que queremos zafarnos de la modernidad, superarla, abrir un horizonte más allá de la modernidad, a partir del aporte primordial de los proyectos civilizatorios ancestrales y antiguos, particularmente andinos. La comprensión de modernidades heterogéneas ya es un desplazamiento de esa modernidad pretendidamente universal y dominante. Empero, lo que a nosotros nos interesa es una descolonización radical. Para eso es 50


necesario comprender profundamente nuestros proyectos civilizatorios, nuestros horizontes históricos y culturales, pero también conocer plenamente esa modernidad que deconstruimos. Nuestra lucha política tiene un alcance mucho mayor que el proyecto marxista, que a lo llegó es a pensar una transición moderna en términos de la dictadura del proletariado. Nosotros pensamos transiciones plurales que abolen la modernidad e inventan un nuevo horizonte civilizatorio. Marie Danielle Demélas escribe un libro sobre La invención política; se refiere a la forma cómo se asume la política durante el siglo XIX en Bolivia, Ecuador y Perú, países de estructuras sociales similares. Cuando se habla de invención política se expresa ese sentido. En todo caso, la política siempre es una invención, no una realidad natural. Creo que es indispensable entender estos temas y no confundir la política con una ontología, como si hubiera una esencia política. No la hay, salvo en los imaginarios 51


dogmáticos. Creo que no se pueden desatender estos grandes problemas que tienen que ver con la historia efectiva y las luchas sociales, luchas anticoloniales, luchas contra las formas de dominación. Lo demás es reproducir, como hacen los izquierdistas, imaginarios cristianos inoculados desde el siglo XVI. Creer en esencialismos, en fundamentalismos. En una providencia, aunque sea desacralizada. Descolonizarse es desapegarse de estos imaginarios cristianos. La crítica de la modernidad también pasa necesariamente por este develamiento de lo oculto de códigos cristianos en las teorías modernas. Es también moderno pretender un fundamento. No lo hay. Lo que hay es la necesidad profunda colectiva de descolonizarse, esto implica retomar las utopías no realizadas de los proyectos civilizatorios. Empero, esto se hace bajo el manto de respuestas concretas a problemas determinados del presente. Eludir esta tarea política es entregar la iniciativa a los nacionalistas, jacobinos, izquierdistas de todo tipo. La política es 52


precisamente el campo dónde las acciones tienen efecto prácticos, no es un ejercicio mental. La derecha no cuenta, pues a ella no le interesan estos temas; lo que le interesa es conservar sus dominios y privilegios económicos. Para ella ya se ha llegado al fin de la historia; supone que ya no habrá más cambios. El Estado liberar es la realización suprema de la construcción política. La inclusión de la naturaleza, que prefiero llamar el vivir bien, que significa ser parte de los ciclos vitales de la madre tierra, no es política. Eso sería reducir forzadamente una comprensión y una acción mucho más rica que la política a las dimensiones estrechas de esta práctica. Esto no es otra cosa que reduccionismo; querer encajar a las casillas de categorías modernas a las comprensiones, configuraciones y epistemologías alternativas no modernas. ¿Por qué esa obsesión de querer pensar lo alterativamente distinto en términos reiterativos de la modernidad? Este reduccionismo es la continuidad del 53


colonialismo por los medios de la equivalencia discursiva. De este modo ni se hace política ni se trasciende al horizonte del vivir bien. Se hace ideología para autosatisfacción sin afectar un ápice a los poderes dominantes. Esto también es convertir en un folklore la interpelación cultural, que debería caminar por el terreno de la acción, es decir, la política, y la construcción de lo alternativo, que puede combinar reconstitución y novedad. En este sentido, la política, como lucha, es invención, pues crea, desde el imaginario radical y desde la imaginación radical. ¿Qué es la política? Es una pregunta. Puede ser ontológica si uno lo toma así, empero, ni en los escritos de Maquiavelo, ni en los escritos de Hannah Arendt se incursiona por este lado; al contrario, se desmitifica la ontología y se devela el sentido dinámico, activo y de la praxis de la política. Nosotros deberíamos reflexionar profundamente sobre la invención de la política en el contexto y la coyuntura de los levantamientos 54


indígenas del siglo XVIII. Allí se abre un horizonte comunitario y de las subjetividades colectivas, además de las luchas anticoloniales, que muestran la desmesura de la política en nuestras tierras. No es útil que se busque la política en el mito anterior a la modernidad, no se la encontrará; sólo las investigaciones arqueológicas podrán decirnos algún día lo que fuimos antes. La historia y la antropología sólo han llegado a contarnos algo, perfiles, de cien años antes de la conquista, lo que corresponde al inkanato. Debemos ser serios con la lectura del pasado, sino terminamos, esta vez, inventándonos, en sentido peyorativo, un pasado muy parecido al presente y a los prejuicios de la modernidad.

Estamos obligados a usar el lenguaje del colonizador, el lenguaje moderno, ese es el campo de batalla. Este es claramente el campo de batalla, la modernidad, el capitalismo y el “desarrollo”. Por eso 55


avizoramos el vivir bien como modelo civilizatorio alternativo; por eso recurrimos a la memoria de otro lenguaje, otros nombres, otras miradas y vivencias, que vienen de otros tiempos, otras sociedades, otro horizonte histórico-cultura. Estamos obligados a hacer política, porque estamos obligados a vencer, a destruir la modernidad y el capitalismo. No podemos realizar batallas imaginarias en espacios inexistentes, también imaginarios. Esto lo puede soportar el dominador colonizador, esto lo puede aceptar el capitalismo, mientras no hagamos la guerra en los terrenos reales que afectan la dominación del imperio y sus cipayos. De eso se trata, de hacer política en tanto lucha descolonizadora radical; debemos lograr la reconstitución, empero, hacerlo en el ahora y aquí. Esto es lo que distingue a los guerreros de los demagogos, que terminan usando un supuesto “discurso descolonizador” al servicio de lo mismo, la restauración del Estado-nación criollo. Esto es ir a la lucha abiertamente, comprendiendo también que debemos 56


darle cuerpo al vivir bien. No cabe duda, la descolonización es de matriz indígena, se enriquece conceptualmente de los arquetipos de las cosmovisiones indígenas; esta descolonización es también para el mundo, en plena crisis ecológica. Ese es el lugar dónde se introduce el ayllu como alternativa organizacional, donde se incorpora la complementariedad como alternativa de cohesión social y convivencia; es el lugar donde introducimos la pacha, la armonía con la madre tierra y los ciclos vitales, formando parte del conjunto de seres, sin ser centro sino precisamente parte de los ciclos cósmicos. Ahora bien, para lograr hacerlo, un cambio civilizatorio, debemos ganar esta guerra anticolonial y descolonizadora, no negarnos a hacer política, en pleno sentido de la palabra. Hay que tener cuidado de cometer cuatro errores en apreciaciones un tanto apresuradas:

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1. No se puede eludir la modernidad, menos la crítica a la modernidad, que es una manifestación clara de la crisis. Ignorar estas críticas es quedarse desarmado. Ninguna cultura vive aislada, toda cultura interpreta a otra cultura, por eso está viva. Pretender ignorar la discusión y crítica de la modernidad es un fundamentalismo, que no tiene consecuencias políticas y termina en folklore para beneplácito de las burguesías dominantes. 2. Claro que es primordial retomar las cosmovisiones indígenas, empero, de una manera dinámica, pues se trata de sistemas simbólicos dinámicos. Pero, esta reconstitución debe pasar por una revisión crítica, pues desde el siglo XVI hubo sincretismos con el cristianismo. Hoy, muchas de las prácticas y ceremonias que consideramos autóctonas, son, en realidad, sincretismos con el cristianismo; algo así como anacronismo subsistentes desde el siglo XVI colonial, que fue el más destructivo culturalmente. 58


3. Es un error considerar que los levantamientos indígenas del siglo XVIII no tienen que ver con la modernidad. No se puede desconocer que todo ese periodo se llama modernidad barroca, la otra modernidad, anterior a la modernidad de la revolución industrial. Durante esta época, un renacimiento indígena es propuesto precisamente por las noblezas indígenas, mediante escritos en latín, que tienen que ver con una visión de mundo. Por otra parte, el levantamiento indígena, que podemos comprender como parte de los acontecimientos del nacimiento de la política, en sentido moderno, está afectado por búsquedas de legitimidad, milenarismos cristianos, de los que se van zafano poco a poco hasta llegar a los momentos más radicales de la movilización. No se puede decir, de ninguna manera, que no había una experiencia moderna; la

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colonia es precisamente esa experiencia de la modernidad barroca.

4. Respecto a Franz Fanon no puede haber lugar a dudas. El gran discurso descolonizador mundial del intelectual martinico pasa ya por las experiencias del marxismo y la independencia nacional. Lo más lúcido de Franz Fanon es precisamente la comprensión de las luchas anticapitalistas en esa modernidad desbastadora para las periferias del sistema mundocapitalista.

Estos errores pueden llevarnos a un aislamiento total, por lo tanto, a la anulación de las posibilidades reales de las luchas.

Es indispensable seguir esta discusión, que es indispensable desde las 60


perspectivas y potencialidades políticas, sobre todo, porque tenemos que mostrar los contrastes de una cruda experiencia, el colonialismo y la colonialidad. Es un tema que no es fácil de descifrar hasta sus últimas consecuencias, pues ha afectado profundamente las estructuras, las instituciones, las costumbres, la constitución de los sujetos. Se hace problemático, pues la colonia funda la modernidad. Quizás en esta interpretación se da un gran acierto de Enrique Dussel cuando dice que el primer hombre moderno es Hernán Cortés por conquistador. La modernidad, desde entonces, tiene su historia y sus etapas. Lo importante de toda esta historia es la resistencia que se genera en las naciones y pueblos indígenas, los levantamientos que abren otra posibilidad y otra alternativa a la modernidad, que los hindúes reconocen como modernidades heterogéneas, ya que nadie puede eludir este acontecimiento con todas sus contradicciones. Lo interesante del 61


debate es que llevamos a extremos nuestras reflexiones para poder alumbrar la problemática, que ciertamente tiene como composición dos tendencias que no necesariamente son contrapuestas; una, la reconstitución, que nunca va a ser la misma, después de la experiencia de la colonialidad y la modernidad; la otra, atravesar la modernidad en términos de la transmodernidad, de tal manera que nos lleve a un más allá de la modernidad, a una alternativa.

No creo definitivamente que el siglo XVI sea lo mismo, como una continuidad, del siglo XIV, cuando todavía no habían llegado los españoles. Considero que con la conquista se produce un gran trauma y con la instalación de la administración colonial se producen trastrocadoras transformaciones en todos los órdenes, administrativos, cartográficos, ordenamiento territorial, tributaciones e impuestos, mita colonial, encomiendas, haciendas, mediaciones, servidumbre. Además del trastrocamiento que produce la introducción de variedades de semillas, 62


plantas y animales, incluso vestimenta, desaparición de lenguas. Fuera de la castellanización se produce también la aymarización y la quichuización con el objetivo de facilitar la evangelización. Definitivamente no se puede hablar de una continuidad sino de una ruptura. Ahora bien, por qué se define esta época como la de una modernidad barroca; porque definitivamente lo que ocurre en los Andes como en Mesoamérica está integrado a lo que ocurre en el mundo; no solo en cuanto al comercio, sino también en cuanto a la circulación de todo, lenguas, costumbres, informaciones, incluso humanas. Lo barroco precisamente tiene que ver con el aporte indígena, con la transformación indígena de los propios insumos coloniales; la transformación de la arquitectura de las iglesias con el labrado de la piedra; la transformación de las mismas ferias y mercados. Y lo que es más importante, la resistencia y pervivencia de las comunidades. Se producen entonces interpretaciones desde las culturas mismas, por lo tanto, transformaciones, así como también se producen los mestizajes, pero también las articulaciones interculturales y lo que 63


llama Serge Gruzinski pensamiento mestizo, no refiriéndose al pensamiento de los mestizos, sino a las interpretaciones con visión de mundo que hacían las noblezas indígenas. Es pues la experiencia de una colosal transformación, que contiene indudablemente la persistencia indígena. Este trastrocamiento forma parte de ese horizonte de otra modernidad, anterior a la ilustración y a la revolución industrial. En este contexto se forman los nuevos sujetos, se constituyen nuevas subjetividades indígenas. La lucha, el reclamo por los derechos, se dan en ese contexto, que es mundial, colonial y moderno, en sentido barroco. Podemos entonces concebir que el nacimiento de la política, en sentido moderno, en los Andes, se da con los levantamientos indígenas del siglo XVIII, levantamientos que se oponen a la modernización iluminista de los borbones, pues rompían con el pacto colonial y con las autonomías indígenas coloniales. Esto es lo interesante, este acontecimiento inaugural de la política, en sentido de la lucha por los derechos colectivos. El planteamiento de la reconstitución, que se da en la última etapa de los levantamientos, no deja de ser un 64


planteamiento plenamente político, pues se lo hace desde una perspectiva descolonizadora, perspectiva que no podía darse antes del siglo XVI. Esta es un lucha política pan-andina, como lo va a ser la insurrección de los esclavos en Haití contra la dominación francesa. Es este sentido político que se ha recuperado a lo largo de la historia de los levantamientos indígenas, en distintos contextos. Es este sentido el que se ha recuperado durante las movilizaciones sociales del 2000 al 2005, y es este sentido el que se ha plasmado en la Constitución como transversal y perspectiva descolonizadora. De ninguna manera se trata de aceptar ninguna interpretación de crítica de la modernidad, que subsuma las perspectivas indígenas de la descolonización; se trata de otra cosa, de comprender e interpretar la crisis de la modernidad desde la perspectiva indígena. Empero, se trata de una perspectiva indígena histórica, en el presente, cuya memoria anticolonial ha experimentado los periodos coloniales y los periodos de la modernidad, cuya memoria se ha construido en la lucha contra las formas de colonialidad, las 65


formas de la modernidad y las formas del capitalismo. Por lo tanto, no se puede confundir esta perspectiva combativa con el recuerdo de un pasado sin transformaciones. Esto es un mito, sin desmerecer la fuerza del mito en la rearticulación y convocatoria de las fuerzas. Ahora bien, lo que sí es diametralmente diferente, es la perspectiva integral de pertenecer a la madre tierra, a los ciclos vitales de la vida, a formar parte de las dinámicas y ciclos cósmicos. Esta sabiduría no se puede reducir a ninguna modernidad o crítica de la modernidad. Empero, esta cosmovisión no es política, va más allá de la política. Me atrevería a llamar, para usar un nombre conocido, que se trata de la ética del sumak kawsay. Creo que en esta apreciación radica la diferencia; el incluir el sumak kawsay a una fundamentación política indígena es diferente al concebir el vivir bien como una alternativa civilizatoria al capitalismo, a la modernidad y al “desarrollo”. Eso último es como una ética ancestral y también, en términos de ciclo, la nueva ética, que incorpora a los 66


seres y a los ciclos vitales, trascendiendo el antropocentrismo.

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La marcha cocalera

La marcha gubernamental, la marcha desesperada por invertir la derrota sufrida, la marcha extractivista bajo la lógica de la economía política de la cocaína, la marcha que defiende los intereses de las empresas brasileras. La marcha anti-indígena y contra la madre tierra. El Estado-nación contra el Estado plurinacional comunitario, las Fuerzas Armadas contra los indígenas, como en los tiempos de las dictaduras. El Estado mestizo y su brazo armado en contra del proceso de cambio, en contra de los derechos de la madre tierra y en contra de los derechos de las naciones y pueblos indígenas, establecidos en la Constitución. Ninguna manipulación oficial puede sustituir la realidad; una marcha cocalera, acompañada por algunos indígenas raptados por helicópteros del ejército, no puede sustituir a una marcha fidedigna, como la 68


que se dio por la defensa del TIPNIS. Lo único que se demuestra es la desesperación de los gobernantes por cumplir con la empresa corrupta trasnacional OAS y con los cocalero que quieren ampliar la frontera agrícola y plantar coca. Lo único que se muestra con estas actitudes solapadas es el descaro con el que se usan los recursos del Estado para revertir lo que decidió la voluntad popular con el apoyo multitudinario a la marcha en las ciudades. Estos son los síntomas de la decadencia: corrupción, descaro, manipulación brutal. ¿Con qué moral se puede hablar después de cambio, si se lo ha abandonado completamente? Los únicos que defienden la Constitución y la posibilidad de construir un Estado plurinacional Comunitario y Autonómico son los indígenas, quienes van a pelear por la reconducción del proceso.

Se trata de una marcha oficialista que agrede la Constitución y la Madre Tierra 69


al querer ampliar la frontera agrícola para el monocultivo de la coca. Es una marcha anti-indígena porque viola los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la Constitución. Es lamentable escuchar de boca de dirigentes colonizadores hablar de “desarrollismo” como lo hacían los liberales, hablando generalidades y refiriéndose a educación y servicios de una manera tan propagandista y pobre, desconociendo la interculturalidad y las perspectivas pluralistas del vivir bien. No es más que violencia verbal que quiere legitimar la ampliación de la frontera agrícola en beneplácito también de los terratenientes, agroindustriales y soyeros. Es una marcha que está contra el proceso constituyente.

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Interpretaciones constitucionales

De acuerdo a la Constitución, los recursos naturales no renovables son de propiedad del pueblo boliviano y los recursos naturales no-renovables en territorios indígenas son de beneficio exclusivo de las naciones y pueblos indígenas originarios. El Estado se convierte en administrador de la propiedad del pueblo boliviano, por eso miso, debe consultar al pueblo qué hace con los recursos naturales. Por otra parte, hablamos del Estado-plurinacional no del Estadonación. Por el momento no hay tal Estado plurinacional, seguimos en el Estadonación; no se han dado las transformaciones institucionales, el pluralismo institucional, el pluralismo administrativo, el pluralismo normativo, el pluralismo de gestión, para efectuar la construcción del Estado plurinacional. Esta tarea está pendiente. Los gobernantes creen que el Estado 71


plurinacional sólo es una mención simbólica, mientras todo el resto, la arquitectura estatal y normativa sigue siendo liberal. Por otra parte, la Ley Marco de Autonomía no es una ley autonómica, por lo tanto no responde a la Constitución, ha retornado al centralismo secante. No respeta los territorios indígenas, no reconoce la condición de territorios indígenas a las autonomías indígenas; no asume las consecuencias del entramado de las competencias autonómicas, privativas, exclusivas, compartidas y concurrente; tampoco asume un nuevo sistema financiero que contemple precisamente la autonomía. Los gobernantes siguen hablando de “plurinacional” y de “autonomía”, también de “autonomía indígena” de una manera que parece mecánica; sin asumir las transformaciones materiales, las condiciones de posibilidad, que requieren estos cambios trascendentales. Restauran el mismo Estado-nación, la misma institucionalidad, la misma administración liberal y nacionalista, que desconoce los derechos de las naciones y 72


pueblos indígenas y originarios, los derechos de las autonomías. Tampoco asume el sistema de democracia participativa, que establece la Constitución, el ejercicio plural de la democracia, directa, representativa y comunitaria. Sigue manteniendo la dominación de la democracia delegada, manteniendo el ejercicio dominante de una burocracia ineficiente. Hay que decirles a los gobernantes: las transformaciones pluralistas, comunitarias, autonómicas, interculturales y participativas no son discursos, deben ser efectivas. Esta demagogia, esta apariencia, muestra la patética contradicción de los gobernantes, que confunden la realidad con el discurso.

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Economía política de la cocaína

La expansión e irradiación de la economía política de la cocaína no solamente es un hecho sino que disputa cuotas de decisión y de poder; no sólo ha penetrado a las instituciones, sino que orienta ciertas políticas de ampliación de la frontera agrícola, en beneficio de la plantación de coca. Ya forma parte de concomitancias perversas; narcotráfico, tráfico de tierras, contrabando, enriquecimiento ilícito. Lo peligroso es que ya se bordea la posibilidad del tráfico de armas a gran escala. Eso es el caso de México. No hay muestras en el gobierno de ninguna preocupación por lo que ocurre; se dan, mas bien, manifestaciones de un cierto oscuro beneplácito, como si esta inyección dineraria coyuntural pudiera salvarnos de la crisis económica, latente o vecina. No se dan cuenta que a mediano plazo la economía política de la cocaína destroza la cohesión social, corroe las entrañas intimas de la sociedad y 74


convierte a sus supuestos benefactores en monstruos de una modernidad ilegal y transforman a la sociedad en rehén de una violencia descomunal y sin rostro. Desde nuestras fronteras hasta todos nuestros interiores, estamos ya penetrados, comprometidos; el silencio nos hace cómplices. Si no se hace nada pronto, mañana será tarde. No se trata de optar por la represión, lo que es un absurdo y un contrasentido; este error lo cometió el gobierno mexicano. Se trata de efectuar una movilización social, plenamente convencida de su lucha. También se trata de discutir sin tapujos la legalización, pues parece que no hay otro camino para acabar con el negocio exuberante de las mafias.

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Declaraciones patéticas

Parece que el viceministro no conoce la Constitución, tampoco lo que significan, de acuerdo a las leyes, los parques y los territorios indígenas, menos conoce los compromisos del gobierno y sus políticas respecto a la defensa de la coca tradicional, de acuerdo a normas y procedimientos propios y en territorios tradicionales, las políticas de lucha contra el narcotráfico y la coca excedentaria. Sus declaraciones son una muestra de la más espantosa improvisación, tan sólo por defender los intereses de los avasalladores del TIPNIS, quienes han plantado coca y producen cocaína. Eso no es defender el proceso de cambio sino llevarlo a la tumba. No se entiende tampoco que lo peor que podemos hacer en defensa de la hoja de coca tradicional es ampliar los cultivos excedentarios de la coca y peor que esto es plantar en los parques y territorios indígenas. Estos

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supuestos defensores del “proceso de cambio” son en verdad sus sepultureros.

El diputado de la brigada parlamentaria de Cochabamba no tiene la menor idea de la Constitución, menos del espíritu constituyente, tampoco del sentido del proceso de cambio; por eso, su discurso se parece tanto al de los políticos liberales, neoliberales y también nacionalistas. Se trata de un discurso desarrollista ya desgastado; hablar de esa forma, de beneficio para los indígenas con la construcción de carretera, es desconocer los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, consagrados en la Constitución; también desconocer la perspectiva del vivir bien, como alternativa a la modernidad, al capitalismo y al “desarrollo”. Desconoce las resoluciones de Tiquipaya, de la Conferencia Mundial de los Pueblos y de los Movimientos Sociales en defensa de la Madre Tierra. Es difícil creer que se defienden estos anacrónicos postulados 77


de principios del siglo XX; es más probable que se recurra a este discurso sin entenderlo del todo, sólo para defender los intereses mezquinos de los cocaleros excedentarios, que quieren plantar coca a como dé lugar en el Territorio y Parque Isiboro-Sécure. Tampoco hay decoro en la manifiesta defensa de los intereses de las empresas brasileras. Al respecto hay que denunciar la intervención del gobierno brasilero y de su embajador en asuntos internos, presionando para que se apruebe la carretera. Esta denuncia hay que hacerla internacionalmente y ante el propio pueblo brasilero. Ninguna de estas maniobras, ni la del Congreso ni la del gobierno brasilero podrán modificar la victoria conseguida por la marcha indígena en defensa del TIPNIS.

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Defensa de la coca tradicional

Debemos defender la coca tradicional, destinada al acullicu y otras ceremonias, pues la expansiรณn desmesurada de los cultivos que se siembran sin la cultura de las terrazas, sin el trabajo colectivo, sin la presencia de la comunidad, sin la complementariedad, el ayni y la minka; cultivo excedentario que se hace, mรกs bien, de una manera privada, incluso asalariada, que estรก destinada indudablemente al narcotrรกfico, va a destrozar nuestras tradiciones y ordenes de relaciones en torno a los recorridos de la coca, desde los rituales hasta los del acullicu y los de la medicina tradicional.

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Ausencia de las transformaciones pluralistas de la justicia

Hubo una gran oportunidad de descolonizar la administración de justicia, esta fue con la ley de deslinde jurisdiccional, empero, se retrocedió flagrantemente, promulgando una ley colonial, que restringe al máximo la jurisdicción indígena originaria campesina, no dejándole nada para administrar justicia, y supeditándola a la jurisdicción ordinaria. Hubo otra oportunidad de hacer bien las cosas y elegir democráticamente a los magistrados. La Constitución establece la participación y el debate abierto en todas las circunscripciones y en todo el país, empero no se ha dado lugar a esta participación y se ha preferido imponer candidatos. Los resultados electorales dieron la victoria a los nulos, también se sumaron los blancos, como un claro rechazo a la forma vertical y manipuladora como se abordaron las 80


elecciones que podían ser trascendentales. La victoria de los nulos de por sí anulan las elecciones; sin embargo, el gobierno no se da por enterado y sigue adelante con la posesión de los magistrados, dejando claro que no le interesa para nada la legitimidad sino el control del poder. Esto desgasta aún más la gestión del gobierno y la conducción de un proceso que debería ser fundacional y resulta, mas bien, restaurador de lo mismo, de las mismas prácticas; restaurador del Estado-nación, alejándose estrepitosamente de la construcción del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico.

Los nuevos tribunales tienen que estudiar la Constitución, tienen que comprender el sentido subversivo del proceso de cambio, proceso del que se distanció abismalmente el gobierno; tienen que enmendar la violencia colonial de la ley de deslinde jurisdiccional en contra de la jurisdicción indígena originaria 81


campesina; tienen que conculcar las leyes inconstitucionales que ha promulgado al gobierno; tienen que juzgar al gobierno por no cumplir con la Constitución, por mantener el Estadonación y no construir el Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. También deben evaluar su condición ilegal e ilegítima al imponerse contra la mayoría del voto popular que optó por anular las elecciones de magistrados. ¿Lo harán?

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Sobre la violencia

No debería haber violencia nunca contra los niños, los adolescentes, tampoco contra las mujeres, así mismo, contra los indígenas, también en contra de las diversidades heterogéneas. No se trata sólo de un año de suspensión de las violencias. Se trata de cumplir con la Constitución y no violar los derechos constitucionalizados, derechos fundamentales, civiles, políticos, sociales, colectivos, de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos de la madre tierra. Eso es consecuencia y coherencia, no se trata de demagogias.

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Laberintos del programa estrella del presidente

Era el programa estrella del presidente, empero, todo se ha esfumado como humo, mejor dicho, se ha derrumbado la ilusión como un castillo de naipes; todo esto debido a la descomunal corrupción; empresas fantasmas que se llevaron el dinero, funcionarios comprometidos, viceministros cómplices, sin embargo, después premiados con otros puestos. Esto pasó en todo el país. Mucho dinero desaparecido, ¿en manos de quiénes? No hay viviendas, la gente humilde y sin casa se quedó sin viviendas, el presidente sin el programa, empero nadie pone el cascabel al gato. Supuestamente en un gobierno que lucha contra la corrupción se ha dejado pasar esto, se ha perdonado. ¿Por qué?

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Notas despuĂŠs de la marcha indĂ­gena

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Paul Valéry: dictadura.

La

idea

de

la

No se casi nada de la política práctica, en donde supongo que se encuentra todo aquello de lo que huyo. Nada ha de ser tan impuro, es decir, tan entremezclado de cosas cuya confusión no me gusta, como la bestialidad y la metafísica, la fuerza y el derecho, la fe y los intereses, lo positivo y lo teatral, los instintos y las ideas.

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La entrañable fuerza indígena

Lo profundamente, lo entrañablemente anticapitalista es el anticolonialismo anticapitalista indígena. El proyecto indígena es un proyecto civilizatorio alternativo; en este horizonte radica la gran diferencia, la integralidad emancipatoria, el llamado de lo profundamente humano, también de lo profundamente tierra. La vida.

La reconducción del proceso

Las organizaciones indígenas son la defensa profunda del proceso y de la Constitución, es el gobierno el que está contra el proceso. Si el gobierno quiere estar con el proceso tiene que formar parte de la reconducción que se ha iniciado con la victoria del TIPNIS por parte de las naciones y pueblos indígenas. El Pacto de Unidad tuvo 87


sentido en el proceso constituyente, cuando fue parte orgánica del desarrollo del texto constitucional. Ahora se trata de reconducir el proceso y construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, desmantelar, acabar con el Estado-nación, liberal y colonial, que restaura el gobierno. Los indígenas no pueden formar parte de una farsa, de un apoyo al nacionalismo y a los nacionalistas en el gobierno, no pueden formar parte de una alianza de clases que apuesta a ampliar las fronteras agrícolas, agrediendo a la madre tierra. Los indígenas no pueden apoyar una alianza que apoya a la re-composición de la burguesía y el sometimiento a la burguesía internacionalizada brasilera. Los indígenas tienen que formar un nuevo pacto con el pueblo boliviano que los ha apoyado para reconducir el proceso.

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Reducciones esquemáticas

Hay quienes confundían el país con un aeropuerto; eso decía Sergio Almaraz Paz del General René Barrientos Ortuño. Hay otros que confunden el país con la escenificación teatral del desenlace del terror de la revolución francesa. También hay quienes confunden el país con una contienda sindical. Pero también hay quienes confunden la política con la eterna maniobra de la manipulación y el montaje. Creen que se pueden suplantar a las organizaciones matrices con la cooptación de dirigentes corruptos.

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Más allá de la izquierda y la derecha

Más allá de la izquierda y la derecha, que son términos modernistas y esquemáticos. Inútiles para interpretar las luchas emancipatorias contemporáneas. Incluso, en su época se olvidaron que más radical que la izquierda jacobina, eran los montañeses, que ocupaban la galería del Congreso francés. Esta era la plebe, los sansculottes.

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No se puede eludir la realidad

La problemática del TIPNIS es una realidad, así como la problemática de dominación de las trasnacionales hidrocarburíferas y mineras, además de la construcción. El IIRSA es una realidad del proyecto hegemónico de la burguesía brasilera. La constitución es una realidad jurídico-política, también los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios son una realidad política y social. Negar eso con el imaginario paranoico y acusador jacobino no es más que defender el modelo capitalista dependiente y extractivista.

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La hipótesis egoísmo

trasnochada

del

Decir que el egoísmo es como un instinto inherente en el ser humano es como la hipótesis de que el hombre es el lobo del hombre, la hipótesis de la bestialidad. Eso forma parte del imaginario de la ideología modernista. No es una hipótesis verificada. Eso es reducir la condición humana a la condición egoísta a la que la ha restringido el sistema-mundo capitalista. Esta es una subjetividad meramente capitalista. Eso es reducir la plenitud y la complejidad humana a una de las más pobres condiciones de la subjetividad. Como dicen los mexicanos, me extraña que siendo araña te subas por la escalera. ¿No son acaso religiosos los que postulan esta hipótesis? ¿No deberías buscar más bien la condición humana solidaria? Yo no soy católico ni cristiano, pero respeto a todas las religiones y espiritualidades pues han abierto la

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comprensiรณn del ser humano mรกs allรก de la cotidianeidad.

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La famosa orden y la forma infantil de eludir responsabilidades

Se supone que la orden se la tomó en reunión de gabinete, estaban todos presentes. Todos fueron cómplices de la orden, desde arriba hasta todos los ministros y ministras, salvo honradas excepciones, como las del Canciller que estaba en contra y la exministra Cecilia Chacón, que renunció ante semejante violación a los derechos fundamentales. Es más se tenía redactado el requerimiento a la fiscalía de intervención para que la firme la ministra de justicia. Con lo que estuvo de acuerdo. Todo esto ocurrió bajo la excusa apresurada y compulsivamente difundida del "secuestro". A pesar de que el mismo Canciller se opuso a la interpretación del "secuestro", pues su interpretación es que fue obligado a caminar delante. Este tema de ¿quién dio la orden? se parece a la discusión bizantina de ¿cuántos ángeles dan vuelta alrededor de la punta 94


del alfiler? Lo gracioso es que se toman en serio esta pregunta sobre ¿quién dio la orden cuando todos saben de quienes fueron y quién avaló esa decisión conjunta? La fiscalía se volvió bizantina.

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El contrataque del gobierno sin ley y sin palabra

A prepararse, la lucha continua. Se viene la contraofensiva. Quieren revertir la derrota política a como dé lugar. Nuevamente el TIPNIS es objeto de ataques, las comunidades indígenas son amedrantadas, se les cobra por cruzar la “frontera”; hay un escenario de amedrentamiento constante, una guerra sucia contra los indígenas del TIPNIS. Se prepara una movilización cocalera, de ahí se piensa llegar a resoluciones en contra del TIPNIS en el encuentro de Sucre, donde salga el mandato de abrogar la ley que protege al territorio indígena y parque.

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La supuesta pose “sociológica”

Hay personas que recurren a la burla o a una supuesta pose “sociológica” en lo que respecta a su discrepancia de las participaciones y apoyo a los marchistas de parte de jóvenes activistas urbanos. No creo que sea curiosidad sociológica sino toma de posición. La batalla del TIPNIS enfrenta el modelo colonial del capitalismo dependiente extractivista, que es la opción efectiva del gobierno, con el modelo del vivir bien, establecido en las resoluciones de Tiquipaya, contenido en la Constitución, modelo alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. Las organizaciones indígenas y los marchistas defienden la Constitución, su territorio y la Madre Tierra, en tanto que el gobierno defiende los intereses de OAS, la trasnacional brasileña constructora, el IIRSA, el proyecto hegemónico del Brasil, la compulsión desforestadora de los cocaleros excedentarios, que avasallaron 97


el parque, que les interesa lo mismo que a los terratenientes del oriente, a la burguesía intermediaria boliviana, a los agro-industriales de Santa Cruz y soyeros, la ampliación de la frontera agrícola en detrimento de la Madre Tierra. Estas son las nuevas alianzas del gobierno. ¿A qué vino Lula, reuniendo a la CAINCO con los dirigentes campesinos, encuentro financiado por OAS? Esta es la nueva burguesía. Los que se hacen la burla de los apoyos urbanos de jóvenes activistas no hacen otra cosa que optar por defender ese modelo extractivista y este gobierno nacionalista que ya está contra el proceso, contra la Constitución, contra el Vivir Bien, contra los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y el Estado plurinacional comunitario y autonómico. No es una opción sociológica la que se ventila, es una opción política. El sentido y la diferencia política del momento no responde a un esquematismo imaginario y anacrónico, entre una derecha derrotada ya en Pando y una izquierda que ya no es el gobierno, sino entre 98


fuerzas reales y pugnas reales en el momento. Esa posición "objetiva" o de curiosidad es francamente legitimadora de la desviación nacionalista en contra la alternativa plurinacional comunitaria y autonómica. Es una posición colonial, responde a la recolonización por otros medios, por medio de un discurso populista desgastado y un doble discurso en relación a la Madre Tierra.

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Siempre se toman posiciones en la lucha de clases y en la guerra anticolonial

Hay que respetar las opciones metodológicas, son perspectivas e instrumentos del punto de partida de la investigación. El me-todo es el camino. Empero hay distintas corrientes metodológicas. Respeto el método weberiano, sobre todo si da resultados en la investigación. Empero no lo comparto, creo como Michel Foucault, desde la perspectiva histórico-política no hay neutralidad, se toman posiciones. El mismo conocimiento forma parte de un campo de luchas. La verdad no es lo que dice Tarsky, la hipótesis que tiene correspondencia con la realidad, sino el producto del poder. No se trata de negar la ciencia, sino comprender que ya estamos en otro horizonte epistemológico científico, de las teorías de la complejidad. En relación a lo otro, puede ser que pase, que se sume gente que no 100


cree en los postulados de la lucha por la Madre Tierra y la Constituciรณn. Eso pasรณ antes, puede volver a pasar. Lo importante es participar con las fuerzas que defienden la Constituciรณn, la Madre Tierra, el Vivir Bien, como alternativa al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo.

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Pulsión de muerte

¿Hay una atracción del abismo? ¿Algo así como una pulsión de muerte? ¿Qué es lo que empuja a insistir en lo mismo que llevó al conflicto del TIPNIS? Después de la derrota política, el gobierno insiste en las causas del problema. ¿Por qué? ¿Grandes compromisos con la empresa constructora OAS, con los cocaleros excedentarios, con los cocaineros? ¿Quién puede creer en esos montajes de San Ignacio de Moxos, localidad que se encuentra fuera del TIPNIS, donde una congregación de supuestos indígenas pide que la carretera pase por el territorio indígena? ¿Quién puede ser tan ingenuo o tan “llunk’u”? Es como un círculo, sólo los propios funcionarios y los grupos de choque, que hasta los hay escribiendo, que se ocupan de insultar y descalificar. La imagen del espejo. Después de aprobar una ley que declara al TIPNIS intangible, no pueden retroceder. Esto es retorcerse en el coleteo de muerte. ¿Por 102


qué no tienen vocación de reflexionar, de evaluar sobre lo que ha pasado? ¿Por qué son incapaces de rectificar, de aprender de los errores y corregirlos? Parece un mal de la política práctica; la clase política está tan ensimismada en idolatrarse, en mirarse en el espejo, que se ha desconectado de la realidad efectiva y prefiere vivir compulsivamente su propio imaginario desdichado. No pueden entender una cosa tan simple: la carretera no puede pasar por el TIPNIS pues está protegido por la Constitución y las leyes, entre ellas la Ley de los derechos de la Madre Tierra. Hacerlo es violentar la Constitución y las resoluciones de Tiquipaya. No, no pueden entender porque están abismalmente alejados de la Constitución y enredados en el modelo colonial heredado: el capitalismo dependiente del extractivismo. Sin embargo, hay algo que tienen que saber estos políticos, si vuelven a cometer el mismo error, el pueblo boliviano volverá a salir a defender la Madre Tierra y los derechos de las naciones y pueblos indígenas 103


originarios. Por otra parte, deberían instruirse un poco antes de lazar ese castigo de verdugos de que ahora que es intangible el TIPNIS y nadie lo toca, ni los indígenas que habitan la zona. No consultaron otras experiencias sobre normativa de intangibilidad ambiental, como las de Ecuador. Lo intangible se refiere a que no pueden afectar el territorio fuerzas externas extractivistas y desforestadoras, no atenta esta declaración contra los derechos de las naciones y pueblos indígenas consagrados en la Constitución. Por lo tanto podemos hablar de la tangibilidad de la intangibilidad y de la intangibilidad de la tangibilidad, que no es lo mismo. Después de la derrota política se mueven todos los hilos para buscar revertir el desenlace. Una muestra de falta de sinceridad y seriedad, se promulga una ley para inmediatamente buscar su abrogación. Se insiste en el suicidio político, se vuelve a retomar las prácticas del teatro político montando escenarios, confundiendo la ficción con la realidad, el 104


imaginario con los acontecimientos. Se cree que la política es astucia sin respetar los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, sin respetar la ley de intangibilidad del TIPNIS, sin entender lo que quiere decir intangibilidad en la normativa ambiental. Se cree que se puede seguir manejando a la opinión pública con campañas publicitarias y desinformación. Este es el camino laberintico e irremediable al abismo. Enamorados inconscientemente de esta oscuridad caminan atraído por la gravitación de la destrucción.

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Sobre la intangibilidad normativa ambiental

en

la

No se tiene la menor idea de lo que significa la norma de intangibilidad ambiental. No se consulta los antecedentes en otros países, ni se hace comparaciones. Lo intangible en la norma ambiental no va contra los derechos de las naciones indígenas originarias, al contrario las complementa. Lo que no se puede hacer es violar la constitución con esa clase de declaraciones tan desfachatadas, las del senador de Cochabamba. Se debe respetar la Constitución, los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, consagrados en la constitución, los derechos de la Madre Tierra. Se debe defender el proceso y no intereses desforestadores de la colonización y el monocultivo desbastador, no los intereses egoístas de cultivos excedentarios destinados a la cocaína, no los intereses de empresas constructoras trasnacionales. Esa actitud es atentatoria del proceso plurinacional, comunitario y autonómico.

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Represión y represalias gubernamentales

No se pueden hacer las políticas públicas de tal manera que siempre hay mala intención en su elaboración, sobre todo cuando se trata de políticas encaminadas a cumplir con la Constitución y la Ley, particularmente aquellas encaminadas a cumplir con la ley corta promulgada en defensa del TIPNIS, avasallando a los dirigentes orgánicos del TIPNIS, ignorándolos. Se sabe que al final de cuentas el poder es solitario, que hay una desoladora soledad del poder, de los que están encumbrados y aislados en el poder, empero, esta solitaria actitud no puede desolarnos a todos, a todo el pueblo que ha defendido el TIPNIS, a todas las organizaciones y naciones y pueblos indígenas originarios. No se pueden hacer las cosas por capricho y por voluntad propia y de ministros que lo único que saben hacer es manipular y maniobrar, pues esta actitud lo único que 107


hace es ahondar la propia crisis polĂ­tica y avivar nuevamente el conflicto, que esta vez va a ser gigantesco e indetenible.

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Los derechos en la Constitución

La Constitución reconoce la condición de pre-existencia a la Colonia de las naciones y pueblos indígenas originarios, el derecho al autogobierno y a la libredeterminación; la Constitución también establece los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, donde se encuentran definidos varios derechos, entre ellos, el derecho a la consulta, previa libre e informada. La Constitución también establece la condición autonómica del Estado, definiendo la autonomía indígena como una de las forma de conformación del Estado plurinacional comunitario. El TIPNIS cuenta con título colectivo de propiedad, además que cuenta con una ley que lo declara intangible, que significa en la norma ambiental complementación y reforzamiento de los derechos indígenas, no “in-tocable” en el sentido de que nadie toca, como han querido entender de manera apresurada y beligerante 109


personeros del gobierno. No se puede ocupar militarmente el Territorio Indígena, esto no sólo implica violar los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, los derechos de la Madre Tierra, la ley corta en defensa del TIPNIS, sino también recuerda las ocupaciones militares de los campamentos mineros en épocas de las dictaduras.

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Corrosión y corrupción, las armas de las empresas trasnacionales

La manipulación del OAS, de los comprometidos con esta construcción ilegal y llena de vicios, no tiene límites. No se dan por vencidos, a pesar de la victoria indígena en el conflicto del TIPNIS y la Ley de protección de Territorios Indígena. Esta gente cree que en Bolivia se tiene que imponer la ley de la fuerza del capitalismo, del extractivismo, de los intereses empresariales a través de la las redes de la corrosión y la corrupción. No saben, no entienden, que enfrentan a un pueblo capaz de actos heroicos.

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La violencia desmesurada del Estado

La violencia desmesurada del Estado en la etapa represiva jacobina y las profundas contradicciones de un gobierno que opta por el modelo extractivista del capitalismo dependiente, desechando la Constitución, el Estado plurinacional comunitario y autonómico, el modelo del Vivir Bien alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo, ha llevado a esa represión sañuda y llena de odio contra las naciones y pueblos indígenas que protegen su territorio contra el avasallamiento. Empero, la victoria indígena con la Llegada a La Paz y el recibimiento de un millón de personas y de columnas inmensas, conformadas desde la cumbre hasta la Plaza San Francisco, victoria cristalizada en la promulgación de la Ley corta que protege al TIPNIS y prohíbe la construcción de la carretera, reivindica el sacrificio de los marchistas. Ahora hay que esclarece los hechos, develar a todos los 112


comprometidos con la orden dada para intervenir la marcha y la represiĂłn. Es todo el gabinete.

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Nuevamente la defensa del TIPNIS

Otra vez la defensa del TIPNIS. El gobierno no entiende, cree que puede promulgar una ley y volver atrás. Cree que todo se resume a la astucia criolla o la manipulación, a la movilización de gente afín con el objeto de volver a insistir en la violación a la Constitución, a la Madre Tierra, a los derechos de las naciones y pueblos indígenas. Volver a insistir en la violación del buen entendimiento y la lógica. El gobierno cree que puede hacer lo que le da la gana sólo por el hecho que tiene en sus manos el poder, los recursos para comprar gente y movilizar a los adherentes, quienes nunca han entendido ni el proceso ni la Constitución, menos lo que significa construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Estos adherentes creen que lo que se tiene que hacer es repetir consabidamente y aburridamente los trasnochados discursos desarrollistas. No tienen 114


consciencia de que esos discursos no van con la condición plurinacional, la condición comunitaria y la condición intercultural del Estado, no van con la Constitución, no van con el modelo alternativo del Vivir Bien. Por eso no se avergüenzan ni se inmutan de contradecirse de manera tan brutal.

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La habilidad manipuladora de la clase política

Para eso son buenos, para eso hay recursos, para pagar a la gente, para pagar a comunarios, para ponerlos contra sus propios intereses y territorio, aprovechándose de la pobreza y las necesidades de la gente. Son buenos para montar escenarios pues creen que se puede seguir haciendo política con astucia, engañando a la gente, haciendo teatro. Esta es una concepción ciertamente pobre de la realidad. Para los políticos de turno la realidad se resume a la maniobra, es un producto del poder, de la potencia del poder, de su capacidad de deformar los hechos. Están equivocados, ese montaje no dura mucho tiempo, solo es un recurso provisorio de la instrumentalidad del Estado, de los alcances gubernamentales; la realidad efectiva es histórica, es el presente eterno, es la voluntad de cambiar, es resistencia al poder, es el campo de 116


posibilidades abierto y los horizontes dibujados por las luchas sociales y la guerra anticolonial indĂ­gena. El recurso a la maniobra de los gobernantes no dura o dura lo que un castillo de naipes puede resistir a una brisa.

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La curva de la indiferencia

No es el siglo XX cambalache sino el siglo XXI curvo y laberíntico. Los gobiernos de derecha y de izquierda cada vez se parecen más. Repiten los mismos hábitos, también tienen el mismo habitus, las mismas prácticas, parecen responder a los mismos intereses. Se coaligan con las empresas trasnacionales, terminan defendiendo el mismo modelo extractivista del capitalismo dependiente, reprimen de igual forma a los pueblos indígenas, que son el contenido y el sujeto del proceso constituyente. En muchos casos, no necesariamente en todos, los gobiernos progresistas se atreven a tomar medidas que los mismos gobiernos neoliberales no se atrevieron. ¿A qué se debe esto? ¿Al gozar de mayor popularidad y credibilidad sienten que es una carta blanca la confianza que les brinda el pueblo? Lo cierto es que podemos hablar de una clase política, que ya es un estrato social y obviamente 118


reproduce el mismo estilo y defiende la reproducciรณn de su misma clase. No importa que unos funcionarios hayan sido convocados de las clases populares y otros de las clases medias, cuando estรกn en funciรณn de gobierno responde a las lรณgicas del poder y a la racionalidad instrumental de la maquinaria estatal.

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De la desfachatez crudos intereses

política

y

los

¿Qué se puede llamar esa maniobra tan complicada de aprobar una ley y luego hacer todo para abrogarla? ¿Qué se puede decir de un gobierno que se compromete con resolver el conflicto del TIPNIS por la vía saludable de reconocer los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y después, a los pocos días, maniobrar para que se anule sus compromisos? ¿Hay algún ápice de seriedad en todo esto? ¿Qué es eso de moverse en una constante incertidumbre? Los acuerdos no son acuerdos, los compromisos no son compromisos, la ley no es la ley; se hace todo al capricho de los gobernantes. Quienes además parecen estar amarrados a los intereses y puestas en juego de empresas trasnacionales. ¿Qué se pude pensar cuando la empresa constructora OAS recurre al chantaje, a la prebenda, a la corrupción, moviendo sus 120


recursos para imponer su voluntad? Los negocios son los negocios y para estos empresarios están por encima de los derechos de los pueblos y de las soberanías. Estas empresas están sobre los gobiernos, el Estado es sencillamente el aparato que garantiza el gran juego financiero y del mercado, garantizan las grandes ganancias que se consiguen alterando todas las reglas y las normas. Lo que se puede decir es que el gobierno no sólo está atravesado por profundas contradicciones insoslayables sino se encuentra comprometido con intereses y estructuras de poder más grandes que los propios alcances y controles del país. El juego va más lejos que el propio prestigio del gobierno, la propia imagen de los gobernantes, los mismos conflictos internos. Con esto se constata que la soberanía se la ha perdido. Se encuentra supeditada a la irradiación de hegemonías regionales. Claro que también estos intereses regionales se apoyan también en intereses particulares de clases sociales y sectores del país. 121


¿Quiénes están interesados en que una carretera cruce un parque y territorio indígena protegido por la constitución y las leyes, además defendido por la ley corta promulgada en defensa del TIPNIS? Fuera de la empresa trasnacional OAS, el Banco Nacional de Desarrollo del Brasil, el propio gobierno brasilero y ciertamente, en esta ruta, el gobierno boliviano, son los cocaleros los interesados en esta carretera. La propaganda del gobierno habla de instituciones cochabambinas, las mismas que no se han puesto de acuerdo por observaciones y la posición encontrada de la Universidad Autónoma de San Simón y otras organizaciones. También se habló de instituciones benianas, ¿cuáles? Así mismo, y esto es lo más grave, se presentan a comunarios indígenas del TIPNIS, saltando a las propias organizaciones matrices indígenas de tierras bajas y del TIPNIS. Se hace todo un montaje con la llegada de delegaciones indígenas del TIPNIS y su presentación en la Asamblea Legislativa pidiendo la carretera. La desesperación y 122


la maniobra no tienen límites, tampoco el decoro ni el cuidado de guardar las apariencias. No importa el compromiso del presidente, la promulgación de la Ley corta; lo que importa es imponer la voluntad de dominación vinculada a los caros compromisos, aunque se haga contra toda compostura, la ley, la Constitución y los derechos. La gravitación del mercado asiático y de la compulsión por ampliar la frontera agrícola es condicionante de estas actitudes inescrupulosas del gobierno. Con la llegada de un grupo indígena pagado por el gobierno se cree que se guardan las apariencias, que se tiene la excusa para volver atrás, volver a foja cero, retomar la construcción de la carretera. Se tiene con esto un desprecio grande de la opinión pública y de las organizaciones sociales, se muestra una imagen supeditada del pueblo, al que se lo considera dócil. Se muestra una patética amnesia que olvida rápidamente los últimos hechos relativos a la marcha indígena y a los recibimientos 123


conmovedores de los pobladores de la ruta de la marcha desde Quiquibey, sobre todo se olvida la recepción de un millón de personas de la ciudad de La Paz que se volcaron a recibir y apoyar a los marchistas. No interesa nada de esto, se tiene para todo otras versiones, aunque las mismas no puedan sostenerse empíricamente. La amnesia unida al desconocimiento tácito de los hechos son los tristes recursos que se tiene para justificar el retorno a la violación de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y los derechos de la Madre Tierra, la violencia sobre la misma ley promulgada. Sencillamente no se acepta lo ocurrido, no se acepta la derrota, no se acepta la voluntad popular; lo que se tiene por postulado son los compromisos y un discurso supuestamente desarrollista. ¿Cuánta sinceridad hay en todo esto? Por más criticable que pueda ser la ilusión desarrollista, ventilada en los discursos gubernamentales, no parece ser el sentido de decisiones tan arriesgadas; el 124


sentido parece más pedestre. Hay compromisos, hay intereses en juego, hay economía política del chantaje, hay sobre-ganancias y participaciones. Hay una empresa constructora trasnacional, observada por donde estuvo, tanto en Brasil como en Sud América, acostumbrada a ejercer su dominio comprando consciencias y corrompiendo; empresa que se ha convertido en el factor desequilibrante y perturbador en el conflicto.

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Del cumplimiento constitucional

El cumplimiento de la constitución es para todos, nadie escapa a sus mandatos, sobre todo cuando se trata del cumplimiento y la garantía de los derechos fundamentales y de las naciones y pueblos indígenas originarios. La violación desmesurada que se cometió en la represión a una marcha pacífica, que estaba además acampando y en espera, comprende delitos flagrantes. Los que se niegan a cumplir con la Constitución no solo cometen actos inconstitucionales, sino que también están encubriendo delitos cometidos. Son también cómplices de la violación de derechos.

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La violencia profusa del gobierno, de la representaciรณn y de las palabras La doble moral, el doble discurso del gobierno y la violencia descomunal de los cocaleros

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Se trata de la ideología de yo hago lo que me da la gana

El gobierno y la Asamblea Legislativa Plurinacional han promulgado una ley que declara intangible al TIPNIS; el gobierno se ha puesto a trabajar con los dirigentes indígenas la reglamentación de la ley. Se llegó a un acuerdo; respecto a este acuerdo ahora dice que tiene observaciones. Un senador de La Paz dice que los indígenas que no marcharon pueden plantear la inconstitucionalidad de la ley. ¿Habrá leído este senador la Constitución? ¿Sabrá que la Constitución protege el parque y el territorio indígena, que exige consulta previa libre e informada? ¿Comprenderá que el modelo alternativo al capitalismo a la modernidad y al desarrollo, que es el vivir bien, protege a la Madre Tierra del extractivismo, de la desforestación y el monocultivo, para no hablar de la producción de cocaína? Se puede decir cualquier cosa sin inmutarse de ya no de 128


contradicciones sino de aterradores sin sentidos. Eso es posible en la medida que los que representan al pueblo, los representantes, no tienen la menor idea del proceso constituyente, menos de lo que significa el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Hay en todo esto, en todas estas bochornosas declaraciones, exacerbadas confusiones. Hay que decirlo de manera directa, las luchas sociales, sobre todo las correspondientes al ciclo de movimientos sociales de 2000 al 2005, no se efectuaron para que los cocaleros se hagan ricos, tengan más tierra a costa de los indígenas, a costa de los territorios indígenas, en contra de sus naciones y pueblos, en contra de sus derechos. Eso no es emancipación, la emancipación abarca y compromete a todos, libera a todos de las múltiples cadenas de dominación, libera a proletarios, a pueblos, a naciones, a mujeres, a sujetos y subjetividades. No se ha peleado para tener nuevos amos, nuevos amos desalmados, que lo único que les interesa es la ganancia, lícita e ilícita, que lo único 129


que buscan es ampliar la frontera agrícola, destrozar los territorios ricos en diversidad, oprimir a los indígenas como en las peores épocas de las formas violentas del colonialismo. Todas estas violencias y dominaciones contra las que se peleó obviamente no están legitimadas ni legalizadas en la constitución sino en la cabeza delirante de senadores, de ministros y gobernantes, también en la cabeza delirante de algunos dirigentes cocaleros. A estos caballeros, machos y dominadores, nuevos amos y nuevos ricos, hay que decirles que los movimientos sociales no pelearon por esto, por una nueva burguesía desvergonzada, tan explotadora y violenta como la otra, la antigua, ahora aliada. Para ambas burguesías los indígenas son un obstáculo, sus territorios son un obstáculo, sus derechos, consagrados en la constitución es un obstáculo. La misma Constitución es un obstáculo. Por eso arremeten contra la Constitución, las leyes, los derechos, los territorios indígenas, las naciones y pueblos originarios. 130


Hacer un recuento de lo que ocurre sorprende por la asombrosa sintomatología que arroja. Mientras se promulgaba la ley, se discutía la reglamentación y se llegaba a un acuerdo ocurría paralelamente otra cosa, otro flujo de hechos que atetan notoriamente contra la ley corta promulgada, contra la reglamentación y los acuerdos. Para hacer este recuento vamos a recurrir a la fuente de Sarela Paz, antropóloga e investigadora que comenta estos alarmantes sucesos: Mientras sucedía lo que parecía ser la finalización del conflicto del TIPNIS brigadas de cocaleros ingresaron al núcleo del TIPNIS con motosierras para abrir una senda. Partieron hace tres semanas, a razón de tres comisiones, lo hicieron desde la comunidad Tres de Mayo del Ichoa, comunidad mojeña. Han entrado con motosierras, se cuenta que entre 50 y 60 personas han ingresado conformando las tres distintas comisiones mencionadas. Lastimosamente se encontraban acompañadas por familias 131


yuracarés que pertenecen a San Antonio del Moleto, Fátima de Moleto y Mercedes del Lojojouta. Han abierto la senda entre el Ichoa y el Sécure. Acaban de salir al Sécure, aguas más abajo de la comunidad de Areruta. En otras palabras, ya han abierto la senda que no había y que ha penetrado el núcleo del TIPNIS, han atravesado el parque y el territorio indígena, sin consentimiento de ninguna clase; seguramente ahora nos van a decir que esa senda ya estaba. De hecho el alcalde de Villa Tunari dijo, cuándo se aprobó la ley corta, que ellos en persona abrirán el camino. Al gobierno no le preocupa la noticia; es más, es cómplice de esta acción beligerante y violatoria de derechos, leyes y Constitución. Aplica la intangibilidad para los indígenas, empero no para los colonos. Esta es la razón por la que el senador Julio Salazar dijo que estamos perdiendo el tiempo haciendo el reglamento. El mismo senador tiene tierras dentro del TIPNIS y sabía lo que estaban haciendo los cocaleros. Seguramente el presidente y sus ministros estaban informados de lo que 132


sucedía. Estos hechos alarmantes los conocen los dirigentes del Sécure. Los dirigentes del TIPNIS se encuentran desconcertados, aunque sabían que todo esto iba a suceder. La pregunta es: ¿Quién ha puesto dinero para dicha movilización de los colonos, brigadas de 60 personas, armadas con motosierras y gasolina? Ante semejante vejamen, los indígenas quieren hacer un encuentro territorial en la comunidad de Santo Domingo. En estos momentos una comisión del gobierno se encuentra en la zona central del Ichoa, ¿qué es lo que hace? ¿Coordina acciones para seguir avasallando, para seguir violando la constitución, la ley, los acuerdos, el reglamento?3

3

Fuente: Sarela Paz. Se puede revisar su artículo ENTRE

LA INDIGNACIÓN Y EL DESCONCIERTO: Avasallamiento en el TIPNIS pos Ley de Protección del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Ley 180).

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Como se ve, no se respeta nada, ni acuerdos ni leyes. No importa, lo que importa es imponer por la fuerza la voluntad de los que sienten propietarios del gobierno, del Estado, ahora de los territorios indígenas, que avasallan como en los peores tiempos de la expansión colonial de los latifundistas. Estos hechos alarmantes muestran claramente cuál es el sentido de las políticas gubernamentales, cuál es la dirección de sus medidas, cuál es su vocación. Sabíamos que el gobierno había optado por el modelo extractivista del capitalismo dependiente, por la supeditación a las empresas trasnacionales, al IIRSA y al proyecto hegemónico de la burguesía brasilera, sabíamos que su alianza es con la burguesía agroindustrial y los terratenientes, en contra de los indígenas; ahora sabemos que además no tiene ley ni palabra, no le importa lo que acuerda. Se ha vuelto a la ley del más fuerte, a la razón de la violencia. Sobre estas bases, no sólo se impone el Estado de excepción, la tiranía, sino la violencia 134


descomunal de los intereses más pedestres, el de las ganancias ilícitas y la economía política de la cocaína. No sabemos ahora en qué va a terminar el conflicto del TIPNIS, pues el gobierno ha decidido comportarse bravuconamente. Lo que sí sabe el pueblo que ha dado lugar a la apertura de este proceso, el proceso constituyente, el proceso que debería ser descolonizador, lo que sí saben los movimientos sociales, las naciones y pueblos indígenas originarios, las juntas de vecinos, las organizaciones de jóvenes autogestionarios, los sindicatos, los mineros, la COB, que apoyaron la defensa del TIPNIS, que volveremos a salir a las calles y a los caminos, que volveremos a movilizarnos no solo por la defensa del TIPNIS sino por la defensa del proceso contra un gobierno que ha usurpado a los movimientos sociales y al pueblo sus consecutivas victorias políticas, ha usurpado el proceso para ir por otro lado, en contra de la Constitución, en contra de la construcción del Estado plurinacional 135


comunitario y autonómico, en contra del vivir bien, en contra de la Madre Tierra y a favor de las empresas trasnacionales y de la nueva burguesía recompuesta, conformada por los nuevos ricos y la vieja burguesía agroindustrial, comercial y financiera. La contradicción entre un gobierno extractivista y desforestador y el pueblo, el poder constituyente, que son los movientes sociales y naciones y pueblos indígenas originarios, la contradicción entre un gobierno cipayo, al servicio de la burguesía brasilera internacionalizada ha llegado a un punto culminante de la contradicción y la crisis del proceso. Los movimientos sociales, naciones y pueblo estamos obligados a recurrir a las profundas fuerzas de la dignidad, de la emancipación, de la rebelión, para detener la descomunal violencia estatal, la despavorida violencia de los nuevos ricos y de la burguesía recompuesta que tiene en la mira la ampliación de la frontera agrícola, que es lo único que sabe hacer, pues no es productiva, transfiere los costos de producción, de los monocultivos, a la 136


naturaleza. Este capitalismo extractivista es la continuación por los medios de la desforestación salvaje del capitalismo dependiente de todas las élites criollas que han gobernado el país, que ahora han transferido esta compulsión destructiva a nuevos ricos, que tienen en la mira no el desarrollo sino la ganancia fácil. Por eso, en defensa de la Constitución, del Estado plurinacional comunitario y autonómico, del vivir bien, de la descolonización, en defensa de la cohesión social y comunitaria, debemos salir, movilizarnos, en contra de este proyecto del capitalismo salvaje. Debemos comprender las causas profundas de estas contradicciones, debemos entender que los procesos, llamémosle revolucionarios o transformadores, conllevan contradicciones inherentes, pues son herederas de la institucionalidad de la vieja maquinaria estatal, son herederas de las estructuras de poder cimentadas, no desmanteladas, son herederas de ilusiones de riqueza y de desarrollo, 137


profusamente difundidas por la modernidad y el capitalismo. No iba a ser fácil dar lugar, liberar las potencialidades y capacidades del pueblo movilizado, de las naciones y pueblos indígenas originarios, se los sectores populares urbanos, del proletariado nómada, pues también las contradicciones yacen en el seno del pueblo, las contradicciones forman parte de nosotros, un nosotros que tiene un pasado de dominación, de violencia cristalizada en los huesos, y por lo tanto podía repetir esa violencia con otros, podía querer reproducir al amo, ser semejante al amo, que nos había dominado e inscrito su imagen en nuestro inconsciente. Por eso es importante que resolvamos las contradicciones en el seno del pueblo, en la interioridad convulsa de nosotros mismos, es indispensable que luchemos con la parte retrograda, la parte conservadora, la parte egoísta de nosotros mismos, y liberemos la parte innovadora, emancipadora, libertaria, creativa, rebelde de nosotros mismos. Una transición descolonizadora sólo se puede construir si liberamos esta parte, 138


la que corresponde a la imaginación radical y al imaginario radical. Este proceso no le pertenece al MAS, no le pertenece a Evo, menos a Álvaro, mucho menos a sus ministros y senadores “llunk’us”, tampoco a los dirigentes corruptos y cooptados, que no llaman a reunión con sus bases para tomar decisiones. Este proceso le pertenece, en primer lugar, a los muertos que ofrendaron sus vidas, a los heridos, a los familiares de los heridos y las víctimas; en segundo lugar, le pertenece a los movimientos sociales y naciones y pueblos indígenas originarios; en tercer lugar, le pertenece a toda la gente que ha confiado y ha votado consecutivamente por un proceso de cambio, por una Constitución descolonizadora, por un nuevo Estado. Esta propiedad colectiva e histórica del proceso debe ser recuperada de manos de los que usurpan las luchas en beneficio propio.

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Notas a propósito del discurso del presidente

No se trata de compararse con los gobiernos neoliberales. Eso no está en discusión. Claro que hay una diferencia con estos gobiernos. El gobierno de Evo Morales es mejor que esos gobiernos; ni duda cabe, incluso en temas económicos y monetarios, lo ha hecho mejor que los neoliberales en los logros del equilibrio macroeconómico. Lo que está en discusión es otra cosa, es la comparación de las gestiones de gobierno con la Constitución, con lo que debería ser, con las tareas que tiene que cumplir. En esto no solamente está completamente rezagado sino que ha tomado otro camino, el de la restauración del Estadonación, liberal y colonial. El problema es que el gobierno no es un gobierno de transición transformadora hacia el Estado plurinacional comunitario y autonómico, sino un gobierno de restauración nacionalista, que además ha decidido, por 140


los caminos del pragmatismo y el realismo político, administrar los intereses de una burguesía recompuesta, que apuesta a la ampliación de la frontera agrícola y al modelo extractivista del capitalismo dependiente. ¿Qué es lo que lleva a un rumbo calamitoso de la derrota política? En primer lugar un mal gobierno, un gobierno que no cumple con la Constitución, con la construcción del Estado Plurinacional comunitario y autonómico, un gobierno que pisotea los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y los derechos de la madre tierra, un gobierno que ha decidido ser un engranaje de las relaciones y estructuras de poder regional y mundial, sirviendo a los intereses de las empresas trasnacionales y de proyectos de integración bajo la egida de la hegemonía de la burguesía brasilera (IIRSA). Un gobierno que se ha convertido en el administrador de los intereses de la burguesía recompuesta, la antigua burguesía, banqueros, empresarios 141


privados, agroindustriales, terratenientes, soyeros, y nuevos ricos, cocaleros ricos, comerciantes, contrabandistas y grupos de manejo de la economía política de la cocaína - eso por lo menos es lo que se ha visto en la llamada Cumbre Social de Cochabamba . Un gobierno que prefiere tolerar la escalada expansiva y destructiva de la corrupción en todos los niveles anuncia su propia clausura. La victoria de la marcha de defensa del TIPNIS, la conquista de la ley corta y su reglamento, mas bien, dan esperanza de una reconducción del proceso por parte de los movimientos sociales, las naciones y pueblos indígenas originarios, el proletariado nómada, lo popular urbano, el pueblo boliviano. Deberíamos agradecer que el pueblo boliviano es vital y saca fuerzas para movilizarse en momentos de emergencia y de peligro del proceso. El presidente se ha concentrado en temas económicos; le preocupa la inversión en 142


el tema exploración y explotación de hidrocarburos, la poca cantidad de pozos exploratorios acumulados, el avance lento de las conexiones de gas domiciliario, la cifra de los autos convertidos a gas natural vehicular (GNV), el racionamiento de energía eléctrica por falta de inversión, problemas en el mantenimiento de carreteras, ejecución del programa de viviendas sociales y el crecimiento de los abonados de Entel, durante sus primeros seis años de gestión. Se entiende que se preocupe de estos temas de gestión, empero no son los más importantes y primordiales, incluso en la perspectiva económica. Lo fundamental es discutir y preocuparse por el modelo económico definido por la Constitución, la economía social y comunitaria, la industrialización de los recursos naturales - la Constitución prohíbe vender materias primas -, la integración articulada de las formas de organización económica hacia el vivir bien, el modelo ecológico y la soberanía alimentaria. Esto no se ha discutido. No se preocupa que su gobierno haya elegido 143


el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, que este sea el modelo efectivo escogido por el gobierno, delegando a la nada el modelo ideal de la Constitución. Esto debería preocuparle al presidente pues por ese camino nos hacemos más dependientes y continuamos por el círculo vicioso del modelo destructivo del extractivismo. Lo que debe quedar claro para todos es el contenido y la orientación del proyecto histórico político del proceso. La estructura del proyecto se encuentra en la Constitución. Ese es el proyecto y no otro que puede estar en la cabeza de los gobernantes. Se trata de un proyecto descolonizador, que apunta a las emancipaciones múltiples de las naciones y pueblos indígenas originarios, del proletariado, de los estratos popularesurbanos, del pueblo boliviano. Es un proyecto que apunta a la transición civilizatoria hacia el vivir bien, como modelo alternativo al capitalismo, a la modernidad y al desarrollo. En este sentido hay que entender la fundación del 144


Estado plurinacional comunitario y autonómico. Este estado se construye sobre la base de transformaciones estructurales e institucionales profundas, el pluralismo institucional, el pluralismo administrativo, el pluralismo normativo, el pluralismo de gestiones. Toda esta construcción se despliega en el ejercicio práctico del sistema de gobierno de la democracia participativa, el ejercicio plural de la democracia, directa, representativa y comunitaria. Entonces estamos hablando de transformaciones pluralistas, comunitarias, interculturales y participativas del Estado. La Constitución ha establecido un modelo económico de transición. Parte de la integración complementaria de las formas de organización económica existentes, apunta a la conformación de la economía social y comunitaria, pasa por la industrialización de los recursos naturales, la expansión y consolidación del mercado interno, la intervención del Estado en la economía y en las cadenas productivas, orientando todo el proceso 145


hacia la soberanía alimentaria, dentro de un marco ecológico y sustentable. Por lo tanto lo que tiene que quedar claro es que el modelo descarta y clausura el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. Este es el punto. En la medida que el gobierno se mantenga en el modelo extractivista se porta de una manera inconstitucional, extendiendo y continuando en el modelo extractivista. No se puede sostener, sin expresar las profundas contradicciones, que estamos en el modelo constitucional cuándo efectivamente profundizamos el circulo vicioso de la dependencia por la expansión del modelo extractivista. La Constitución define claramente la estructura del pluralismo autonómico y de la descentralización administrativa y política. Establece claramente el camino de la condición plurinacional por la ruta de las autonomías indígenas. El entramado de las competencias extiende atribuciones y facultades autonómicas en combinación con las atribuciones y facultades del nivel central, dando lugar a 146


una rica composición de entrelazamientos de los gobiernos y asambleas en lo que respecta a la potestad gubernativa y a la potestad legislativa, además de la potestad jurídica para las autonomías indígenas. En la medida que se sacan leyes inconstitucionales que reavivan el centralismo, restringen las potestades autonómicas y se limitan al máximo las autonomías indígenas, no se sigue el proyecto de la Constitución sino se mantiene la vieja forma estatal centralista, burocrática, bajo el monopolio de competencias del nivel central. No se pueden confundir las tareas recurrentes de un gobierno como las relativas a las políticas monetarias y fiscales, reservas, incluso la realización de bonos, que corresponden a una economía rentista, aunque el impacto coyuntural es de redistribución de la riqueza, con las tareas fundamentales, trascendentales de un gobierno que tiene que aplicar la constitución. En el informe aparecen tareas recurrentes y su balance 147


positivo, empero no se dice nada sobre cuánto hemos avanzado en la transformación estructural e institucional del Estado plurinacional, no se dice nada de cuánto hemos avanzado en el modelo de la economía social y comunitaria. Se ocultan interpretaciones de los hechos que muestran más bien la continuidad en el modelo extractivista y la restauración del Estado-nación. No se trata de hacer propaganda de gestiones envueltas en tareas recurrentes, que son obligación de los gobiernos y no algo que destacar y agradecer. Para eso está mínimamente un gobierno, para cumplir por lo menos con tareas recurrentes, empero lo que tiene que quedar claro que este gobierno tiene un mandato, un mandato constitucional, que es el de construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico. Hasta ahora no lo ha hecho.

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Caudillismo al estilo Chirveches

La patética comprensión del vicepresidente del proceso, reducido a la imagen del caudillo es una muestra clara de su posición política conservadora, al estilo de los imaginarios criollos de la época de La candidatura de rojas, de Armando Chirveches. Está muy lejos de una posición leninista, que le gusta poner en mesa, empero sólo como para mostrar estampitas. No es ninguna revolución lo que le interesa, menos esforzarse entender este proceso descolonizador, que es producto de los movimientos sociales antisistémicos, de las naciones y pueblos indígenas movilizados, proceso que sale de las entrañas de las luchas sociales después de seis años de levantamientos semi-insurreccionales. Ellos son los héroes, los portadores del proceso, del contenido del proceso y de su horizonte, que se encuentra expresado en la Constitución. El protagonista del proceso no en un movimiento electoral 149


montado en la cresta de la ola, menos un caudillo que no entiende el planteamiento indígena descolonizador, atrapado en un reducido entrono halagador y pusilánime, que aleja al presidente de la realidad y de las tareas que le competen, en el cumplimiento y aplicación de la Constitución.

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Anรกlisis y reflexiones

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La distancia más corta es el laberinto Notas en torno a los preparativos de la IX marcha indígena y la movilización general popular En defensa de la Constitución, de la madre tierra, de los derechos indígenas y por la reconducción del proceso

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Apuntes para un manifiesto colectivo en defensa del TIPNIS

Este es un llamado desde lo más profundo de nuestra indignación ante la desenmascarada demostración de despotismo ilustrado de parte del presidente del Congreso, quien ha decidido conformar una comisión de alto nivel para abrogar la ley corta y aprobar otra ley sobre el TIPNIS, violando nuevamente la Constitución, los derechos de las naciones y pueblos indígenas y originarios, los derechos de la madre tierra, los derechos del pueblo boliviano que se ha manifestado contundentemente y masivamente con el apoyo a la VIII marcha indígena. Este despropósito ya ha llegado lejos con a aprobación de la ley de consulta extemporánea y extractivista. A este despropósito se han sumado el Congreso servil y pusilánime, también obviamente el ejecutivo con el presidente a la cabeza, además de todos los órganos de poder del 153


Estado al servicio de la restauración y el modelo extractivista. El argumento de fuerza del presidente del Congreso es la presencia de los marchistas del CONISUR en el Coliseo Cerrado. Después de haber montado desde el gobierno una marcha oficialista de cocaleros, incluyendo a los indígenas yuracares que se convirtieron en propietarios privados, renunciando a la propiedad comunitaria, a la TCO del TIPNIS, afiliándose en consecuencia a las federaciones cocaleras. Los del CONISUR nada tienen que decidir sobre el Territorio y Parque Isiboro-Sécure, pues no forman parte de esta TCO; no pueden decidir sobre tierras de otros. Empero cuentan no solo con el apoyo del gobierno, sino también que son ficha del juego empedernido y peligroso del gobierno de imponer su voluntad, defendiendo los intereses de la empresas trasnacional de la construcción OAS, defendiendo los acuerdos con el Banco de Desarrollo de Brasil, defendiendo los convenios con el gobierno brasilero, en los que entra el IIRSA, además de defender los intereses pedestres de los avasalladores del 154


territorio indígena y el parque, los cocaleros del polígono siete, que no es otra cosa que defender la ampliación de la frontera agrícola en beneficio del monocultivo de la hoja de coca, ya en condiciones excedentarias y vinculada a la economía política de la cocaína. El presidente del Congreso quiere salirse con su capricho; nunca aceptó la derrota infringida por la VIII marcha indígena en defensa del TIPNIS. Estuvo completamente en contra de la aprobación de la ley corta y su reglamentación. Ahora quiere reivindicarse utilizando la marcha del CONISUR. Estos juegos de poder nos ponen otra vez al borde del abismo, ante una eminente confrontación. Obliga al pueblo boliviano que apoyó la marcha, a las organizaciones sociales que apoyaron la marcha en defensa del TIPNIS, y obviamente obliga a las organizaciones indígenas originarias, a movilizarse en defensa de la ley corta, de la Constitución, de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, 155


consagrados en la carta magna, defensa de los derechos de la madre tierra y los derechos del pueblo boliviano a decidir sobre el futuro de la vida y la biodiversidad. Hay momentos de exigencia y de disponibilidad de fuerzas, hay momentos de convocatoria general; este es uno de esos momentos. Debemos salvar el TIPNIS de su destrucción, de su depredación, de su avasallamiento; debemos apoyar a las naciones y pueblos indígenas en su lucha descolonizadora contra el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, contra el modelo depredador de la ampliación de la frontera agrícola para el mercado lícito e ilícito, contra el modelo de la corrupción que ya ha formado su telaraña de corrosión en el país. Estos intereses mezquinos no pueden doblegar la voluntad del pueblo boliviano. No podemos convertirnos en objeto de despojamiento de las lógicas de acumulación de capital. No podemos dejar que un gobierno al servicio de las 156


empresas trasnacionales nos arranque la libertad conquistada, la Constitución lograda, los derechos ampliados y de cuatro generaciones de derechos, la perspectiva de construir un Estado plurinacional comunitario y autonómico, la perspectiva de un modelo económico alternativo al extractivismo y a la dependencia, orientado a la soberanía alimentaria y en la perspectiva del vivir bien. En momentos como estos, de desafío, pero también de violencia estatal, así mismo de convocatoria, se decide la suerte de lo que va venir, del futuro inmediato y del futuro a mediano y largo plazo. Debemos defender nuestros derechos conquistados y los derechos de las generaciones futuras. Estamos obligados a luchar, a movilizarnos, a reconducir un proceso, que ha tomado el curso turbulento de profundas contradicciones, y el decurso del peligro hacia desbarrancamiento, pues el gobierno ha optado por el camino de violar la Constitución, olvidar su 157


mandato, restaurar el Estado-naciónliberal y colonial, administrar los intereses de la burguesía intermediaria y de los nuevos ricos, así como los intereses de las empresas trasnacionales en el país. Ha optado por este camino regresivo, colocándose contra el proceso, contra el pueblo y las naciones y pueblos indígenas originarios.

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Consideraciones sobre la coca tradicional y la coca excedentaria

Habría que hacerse preguntas consideraciones al respecto de intervención en los Yungas:

y la

1. ¿Por qué no se hace lo mismo en el Chapare y en los parques avasallados por los cocaleros? Por ejemplo en el polígono 7, la zona de avasallamiento del TIPNIS, donde además se produce y sale cocaína. 2. Hay que distinguir la coca tradicional de la coca excedentaria, la geografía tradicional de la geografía excedentaria de cultivo de coca. La defensa de la hoja de coca tradicional entra en contradicción con la existencia de hoja de coca excedentaria, destinada a la economía política de la cocaína. No se puede defender la hoja de coca tradicional, el 159


acullico, el uso en medicina tradicional, en ritos y ceremonias, si es que hay existencia de hoja de coca excedentaria.

3. Puede haber hoja de coca excedentaria en los Yungas, depende de las cantidades establecidas; pasados un límite, ya se considera excedentaria. 4. ¿Por qué el gobierno no es transparente en este tema? ¿Por qué oculta información o se hace al desentendido respecto a la geografía excedentaria y las zonas de avasallamientos de los parques? ¿Por qué se hace al desentendido respecto a la expansión desbordante en todo el territorio del país, desde las fronteras hasta los interiores, de la economía política de la cocaína?

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Una cumbre intrascendente

No se toma en cuenta el modelo económico establecido en la Constitución, la economía social comunitaria, partiendo de la economía plural, avanzando a la industrialización de los recursos naturales, hacia la soberanía alimentaria e incorporando un modelo ecológico, en la perspectiva del vivir bien. Lo único que se hace es seguir legitimando, sin discusión alguna, el modelo extractivista a la que nos ha sometido la Colonia y el sistema-mundo capitalista, condenándonos a la dependencia. No hay tal debate, no hay ninguna discusión sobre el modelo económico; se usa a las organizaciones sociales afines para imponer el imaginario extractivista de los ministros y ministras. Es un montaje teatral a dos o tres tiempos. Los ministros dirigen las mesas y hacen que las organizaciones como que pidan audiencia. Eso no es una cumbre, es la muestra más clara de la supeditación de 161


las organizaciones sociales afines a borradores ya preparados por el ejecutivo. También es una muestra clara de la violación de la Constitución, no hay sistema político de la democracia participativa; se ha conculcado el modelo económico de la Constitución; se defiende los intereses de las grandes empresas trasnacionales que manejan mundialmente el negocio del extractivismo. Una cumbre intrascendente, que no toma en serio la crisis del proceso, no discute el modelo económico, establecido por la constitución, la economía social y comunitaria, y prefiere seguir en el modelo colonial extractivista, impuesto por la geopolítica del sistema-mundo capitalista. Una cumbre que lo único que hace es seguir machacando sobre los mismos errores y desaciertos que nos están llevando al abismo. Se quiere revertir la derrota del gasolinazo. Para eso sirvió una cumbre intrascendente; no para discutir los 162


problemas fundamentales, menos el modelo económico de la Constitución, sino para mantenerse en el modelo extractivista y en el modelo de las políticas de shock contra el pueblo. Ahora resulta que vamos a pagar los costos de la deuda interna y de la deuda externa. Dicen que de la subvención; tema en el que jamás fueron transparentes. Se trata de boletas fiscales y no de erogación real. Una cumbre que termina planteando demandas corporativas y evita el debate de los grandes problemas del proceso y de la transición. No discute el modelo económico establecido por la Constitución. Modelo que concibe transformaciones pluralistas en distintos planos: Abolición del modelo extractivista del capitalismo dependiente, industrialización de los recursos naturales, consolidación expansiva del mercado interno, integración complementaria de la economía plural hacia la economía social y comunitaria, desplegando el eje transversal de la soberanía alimentaria. Instrumentalizado 163


por medio de la planificación integral y participativa, con enfoque territorial, además de la elaboración del presupuesto participativo. Todo esto dentro del horizonte de la conformación de un modelo ecológico. Este proceso de transformaciones pluralistas es comprendido como la realización de las bases materiales hacia el vivir bien como alternativa civilizatoria al capitalismo, la modernidad y el desarrollo. Es un Consejo Económico que no tiene para nada en cuenta el modelo económico alternativo de la Constitución, la economía social y comunitaria, la industrialización de los recursos naturales, la soberanía alimentaria, el condicionamiento ecológico, todo esto orientados al vivir bien, modelo civilizatorio alternativo al capitalismo, a la modernidad y el desarrollo. Es un Consejo donde los empresarios privados impondrán su perspectiva del capitalismo dependiente, compartida con el gobierno, y las organizaciones sociales están para legitimar esta traición a la Constitución. 164


Estas son las consecuencias de la continuidad del modelo extractivista colonial, impuesto por el sistema-mundo capitalista, aceptado por las élites criollas liberales, por los mestizos nacionalistas y ahora por el gobierno. El modelo extractivista nos condena a la dependencia, deja que la geopolítica de la economía-mundo capitalista nos despoje de nuestros recursos naturales, mientras el centro del sistema mundo efectúa su acumulación ampliada de capital. La constitución es clara, prohíbe la exportación de materias primas, exige su industrialización, comprende los recursos naturales como estratégicos, destinados al vivir bien, involucrándose con un modelo ecológico que sostiene el camino al vivir bien. En lo que respecta al modelo civilizatorio alternativo, obviamente no es un retorno al pasado. ¿Acaso se puede? Son una actualización de utopías no realizadas como las relativas al comunitarismo.

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El sentido contradictorio del proceso

No se puede soslayar la complejidad del proceso, no se puede dejar de comprender el sentido contradictorio del proceso. Al contrario, de lo que se trata es de entender sus contradicciones, empero resolverlas en sentido de la profundización del proceso, no como lo hace el gobierno, apartándose del proceso y la constitución, comportándose como un contra-proceso. Es indispensable intervenir, como movimientos sociales, que son los que han abierto el proceso, y re-conducirlo. Sino, el proceso se hunde como otros procesos y otras revoluciones. Esta es la responsabilidad histórica del momento. Todos los procesos se despliegan de acuerdo a sus particularidades históricas, o las asumes o sigues viviendo tus propios imaginarios. Todos los procesos, las revoluciones, son contradictorias. Lo 166


que se observa que todas han abierto nuevos horizontes, el mundo nunca va a volver a ser lo que fue, empero todas las revoluciones se han hundido en sus contradicciones, no han podido soportar, ni resolver sus contradicciones en el sentido de la profundizaciรณn de los procesos. Ahora tenemos la responsabilidad de reconducir el proceso, de resolver las contradicciones en el sentido de la transformaciรณn estructural y el despliegue de las emancipaciones.

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Estructura y Constitución

núcleo

de

la

Sólo el 30% de la Constitución aprobada en Oruro ha sido revisada por el congreso. La constitución se basa en el eje histórico de la descolonización, que es la lucha más profunda en las periferias del capitalismo, la cuestión indígena, algo que la izquierda colonial nunca ha entendido, pues ha compartido con las burguesías intermediarias las ilusiones desarrollistas y modernistas. La propuesta de la constitución propone una transición más profunda que la transición de la dictadura del proletariado, que nunca ha salido de sus límites de la modernidad, que es la matriz cultural del propio capitalismo, por lo tanto nunca salió de los propios límites del capitalismo. La constitución propone transiciones pluralistas que van más allá de la modernidad, del capitalismo y de las ilusiones desarrollistas. Fue un producto de las luchas insurreccionales del 2000 al 168


2005, movimientos sociales autogestionarios, autoconvocados, movimientos indígenas descolonizadores. Acontecimientos en los que la izquierda colonial no estuvo involucrada ni entendió, pues sigue reviviendo los fantasmas de revoluciones ya derrumbadas y muertas por sus propias contradicciones. La izquierda colonial no se dio cuenta ni reflexiona sobre la caída de la Unión soviética y su conversión en un capitalismo de mafias. Tampoco reflexiona sobre la conversión de la revolución socialista china en un socialismo de mercado, que no es otra cosa que el capitalismo salvaje que los ha encumbrado como potencia emergente capitalista en el ciclo del capitalismo vigente. La revolución descolonizadora indígena es el acontecimiento más importante del siglo XXI, es una revolución real, no fantasmagórica, que abre los horizontes a un modelo civilizatorio anti-moderno, anticapitalista y en contra de las ilusiones del desarrollo.

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La Constitución es el producto de seis años de luchas insurreccionales. Forma parte de la historia del nuevo constitucionalismo latinoamericano, que comienza con la constitución colombiana del 91, anticipada, en cierta medida, con la Constitución de Brasil, sigue con la constitución de Venezuela, las dos últimas constituciones ecuatorianas y la constitución boliviana. Estas constituciones son un gran aporte a la historia del constitucionalismo. Las constituciones ecuatoriana y boliviana son consideradas además por el constitucionalista Raúl Zaffaroni como el constitucionalismo andino, que aporta con la concepción del Estado plurinacional y el vivir bien. Se trata de un constitucionalismo participativo, donde los doctorcitos no escriben la Constitución, sino son productos colectivos. Esta es la gran diferencia con el constitucionalismo europeo y norteamericano.

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Las justificaciones de los “llunk’us”

Es una pena que no se haya entendido nada, ni el proceso, ni la Constitución, ni las contradicciones del proceso. No se puede avanzar sin crítica; el “llunk’uerio” es parte de la caída al abismo. Los que lucharon por la apertura del proceso, los movimientos sociales, siguen en lo mismo, en la potencia del proceso, defendiendo el proceso y la Constitución, en contra de un gobierno que está contra el proceso y contra la Constitución. Cuando estuve primero de director de normas y después como viceministro no estuve para mantener este Estadonación, liberal y colonial, que es lo que ha restaurado el gobierno, sino para desmantelarlo, para construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, como establece la Constitución. Dejamos el Anteproyecto de ley de gestión pública plurinacional comunitaria e intercultural, que hasta ahora no lo discuten en el gabinete, porque no quieren cambios. 171


También dejamos El plan plurinacional del vivir bien (Plan de Desarrollo Económico y Social), que lo aprobaron, pero cuando se dieron cuenta que iba por el vivir bien y no por el modelo extractivista colonial, que han escogido, me pidieron mi renuncia. La responsabilidad de los que dicen y creen defender el proceso es reconducirlos y no apoyar la ruta al naufragio. No el “llunk’uerio” que aplaude acríticamente precisamente la muerte del proceso, sin darse cuenta. Parece repetirse el insólito recorrido de las revoluciones, unos luchan y otros gobiernan, unos mueren y otros suplantan. Todo esto ocurre una vez que el magma de la explosión y el desborde de la interpelación social se enfría; el proceso deriva en causes más calmados y conservadores. Los oportunistas encuentran su oportunidad de incrustarse en esta etapa, conservar sus puestos en las instituciones. En un momento se consideran los genuinos representantes de un proceso en el que no participaron, 172


se muestran oficiosamente como los defensores del proceso, sobre todo manifestando su servilismo y su falta de crítica de manera elocuente y estridente. En lenguaje popular boliviano, se los ha identificado como “llunk’us”. Esta masa sumisa y servil termina formando microclimas de desinformación y desconexión con la realidad, microclimas de indignantes prácticas de alabanza a los jefes. Sumados a la conducción desorientada y regresiva, además de restauradora, aparecen estos funcionarios serviciales, que acompañan al desbarrancamiento del proceso, en una dramática ruta del naufragio, aplaudida por estos sepultureros.

No es sorprendente lo que está pasando, toda revolución ha pasado y pasa por la dramática experiencia de sus contradicciones; el tema es cómo resolvemos estas contradicciones, profundizando el proceso. Obviamente no se lo hace aplaudiendo los errores, el 173


descarrilamiento, la expansión de la corrupción y la espiral de violencia y represión, no se lo hace aplaudiendo servilmente hechos tan problemáticos como la expansión de la economía política de la cocaína. Papeles como el de los apologistas y justificadores son conocidos en la historia política. Evitar la crítica y el análisis, evitar la deliberación, evitar que los verdaderos protagonistas del proceso, que son los movimientos sociales, lo reconduzcan. Servir sumisamente a los jefes. Eso no nos sirve, pero eres libre para seguir haciéndolo. Eso es parte de la decadencia y descomposición del proceso

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La violencia depredadora e inconstitucionalidad de la carretera que atravesaría el TIPNIS

Lo inconstitucional es pretender que una carretera depredadora pase por el TIPNIS. ¿El presidente del senado ha leído la Constitución? ¿La ha comprendido? ¿Entiende lo que significa territorio indígena? Lo inconstitucional es violar los derechos de las naciones y pueblos indígenas consagrados en la Constitución. Es un delito contra el país, el pueblo y el Estado, defender los intereses de una trasnacional brasilera de la construcción y los intereses comprometidos con el gobierno brasilero. Es un delito aprobar una ley corta de defensa del TIPNIS y luego querer anularla, utilizando una marcha de cocaleros. Estamos ante un gobierno que no tiene palabra y ni ley, y no tiene la mínima turbación de lanzar un discurso insostenibles sobre las alternativas de anular la ley corta; contra toda lógica. 175


Tampoco tienen sentido de sobrevivencia, se olvidaron rápidamente de la marcha indígena, del apoyo a la marcha, de la salida de un millón de paceños en defensa del TIPNIS. ¿Quieren una movilización más grande? Esta vez imparable. El vicepresidente convoca a los asambleístas para tratar el requerimiento del gobierno, la anulación de la ley corta que defiende al TIPNIS y sus reglamentos. Requerimiento del gobierno, de OAS y del gobierno brasilero transferido a los del CONISUR, que no son otra cosa que cocaleros. Es otra tramoya, que pretende ser impuesta por medio de la Asamblea Legislativa, contra todo decoro y compostura. Tendrán como respuesta la movilización general del pueblo en defensa de la ley corta, del TIPNIS, en defensa de la Constitución y por la reconducción del proceso.

No se puede y no se debe abrogar la ley corta que defiende al TIPNIS. Esto no 176


solamente muestra la falta de palabra y de ley de un gobierno al servicio del modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente y de los intereses mezquinos de la empresa trasnacional OAS y de la ampliación depredadora de la frontera agrícola para plantar coca excedentaria, poniendo en peligro a la coca tradicional. Esto obliga a una defensa movilizada de la ley de todo el pueblo que ha defendido a la madre tierra en el conflicto del TIPNIS, sino una denuncia ante los organismos internacionales por esta flagrante violación de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, de la ley de los derechos de la madre tierra, de las leyes conquistadas; sobre todo por el despliegue desmesurado de la violencia estatal, simbólica y abierta. No se puede ni se debe atentar contra la ley corta pues se comete una violación constitucional y es un antecedente perverso en relación a la normativa y a la institucionalidad, una muestra patética del desprecio del gobierno por los derechos y las leyes. No se puede ni se debe, porque esto es una 177


afrenta a la democracia, al ejercicio de la democracia; es una muestra palpable del método prosaico de la maniobra y de la manipulación exacerbada. No se puede ni se debe, pues esta es la mejor manera de acabar con el proceso, imponiendo una tiranía política desvergonzada y maniobrera.

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El montaje de la marcha cocalera

Los llevaron con engaños, sin participación de las organizaciones matrices, sin respetar sus formas de participación y decisión, manipulando, llevando gente de San Ignacio de Moxos, que no pertenece al TIPNIS. Los pocos engañados que pertenecen al TIPNIS, retornan a sus organizaciones donde van a informar de esta desagradable manipulación y manoseo. El gobierno no entiende que no puede sustituir la realidad con el discurso a través del monopolio de la violencia del Estado y el teatro político. No entiende que no puede revertir su derrota política. Una marcha indígena en defensa del TIPNIS, organizada por sus organizaciones matriciales y apoyada por la ciudadanía y un millón de paceños que salieron a las calles a recibirlos como héroes, derrotó a la violencia estatal, al desconocimiento del gobierno de la Constitución, de los derechos de las 179


naciones y pueblos indígenas originarios y los derechos de la madre tierra. El montaje de una marcha de cocaleros afiliados a las federaciones del chapare, incluyendo a gente de comunidades yuracares, que ya no pertenecen a las comunidades, sino a los sindicatos cocaleros, se desarma, la manipulación inaudita se derrumba, el plan del jacobino cae como castillo de naipes. No se puede ni intentar anular la ley corta en defensa del TIPNIS conquistada, eso sería borrar con el codo lo escrito con la mano, demostrando además que se trata de un gobierno que no tiene ley ni palabra, un antecedente calamitoso a lo que podría ser su propia caída. Pues el pueblo boliviano y las naciones indígenas originarias, en el caso que intenten anular la ley se levantaran en movilización general para defender la ley y reconducir un proceso que se desbarranca.

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Los cocaleros, entre la coerción y el montaje del gobierno

Como si fueran sus esclavos o sus siervos, en todo caso menores de edad, ante los supuestos civilizadores cocaleros, sindicalizados y embarcados en los circuitos dinerarios, en la institucionalidad de la propiedad privada, en la política sindical y en la economía política de la cocaína. La marcha del CONISUR contó, desde un principio, con la desesperada actuación del gobierno por revertir la derrota del TIPNIS. Frente al gobierno y sus acólitos se encuentran movilizadas las organizaciones matriciales del Territorio y Parque Isiboro-Sécure, además de las organizaciones matrices indígenas, CIDOB y CONAMAQ, apoyados por el pueblo boliviano, sobre todo de las ciudades, particularmente de la ciudad de La Paz. El gobierno apostó a su consagrada manipulación y montaje de teatros políticos, se inventó una marcha 181


oficial, nacida en el escritorio de inescrupulosos funcionarios. Sin haber aprendido nada de su calamitosa actuación en la represión a la marcha indígena. La opinión pública y el pueblo boliviano comprendieron desde un principio de qué se trataba, de una maniobra descolorida y sin imaginación. La marcha oficialista del CONISUR nació muerta por el descrédito y los descarados objetivos depredadores del territorio indígena para plantar coca, en articulación con la economía política de la cocaína, además de apoyar sumisamente a la corrupta empresa de la construcción brasilera OAS. Con todos los medios al alcance del gobierno, que cada vez son más tristes y pobres, descalificados por sus pretensiones e intenciones insanas, con la marcha inventada, no podrá el oficialismo al servicio del IIRSA abrogar la ley corta que defiende al TIPNIS. No podrá revertir su derrota política, la segunda después del levantamiento popular contra el gasolinazo. Una tercera 182


afrenta al pueblo, a la Constitución, a las naciones y pueblos indígenas, que son el contenido el proceso, provocaran una movilización general sin precedentes en defensa del proceso, de la Constitución, de los derechos fundamentales contra un gobierno que está contra el proceso y la Constitución. Es posible que el gobierno no pueda sostenerse ante la tercera avalancha popular.

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El gobierno ha cruzado la línea, se encuentra al otro lado de la vereda, enfrentando al pueblo

Ante el gasolinazo hay un levantamiento popular, que hace retroceder en la medida. Este fue el momento donde los hechos nos dicen que los retrocesos paulatinos del gobierno han cruzado la línea, ahora se encuentra al otro lado de la vereda enfrentando al pueblo. El compromiso con OAS es no solamente corrupto sino depredador e inconstitucional. La Constitución defiende el territorio indígena y los parques, los derechos de las naciones indígenas y originarias; la Constitución establece la consulta libre previa e informada. Después de la aprobación de la Constitución, no se acaba con el Estadonación, sino se lo restaura, manteniendo sus normas liberales y su institucionalidad colonial. No se construye el Estado plurinacional comunitario y autonómico, que requiere de 184


transformaciones institucionales, en el sentido del pluralismo institucional, jurídico, normativo y de gestiones. No se encamina esta transición por el camino decidido por la Constitución de la democracia participativa, con el ejercicio plural de la democracia, directa, representativa y comunitaria. La construcción colectiva de la decisión política, de la ley y de la gestión pública. Se hace lo mismo que antes, doctorcitos y funcionarios suplantando a los movimientos sociales. Defender esta tendencia del contra-proceso es colocarse precisamente del lado de la restauración nacionalista y colonial. No se puede defender esta inconducta política con argumentos tan banales y paranoicos derivados de una tesis degastada y empobrecida de la conspiración, ahora reciclada de segunda mano.

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El recorrido de la muerte en las gestiones de gobierno

Después de este recorrido de muertes en la imposición del modelo político jacobino, que dejó a un lado la Constitución, desechándola, debe haber varias renuncias. Debe renunciar el jacobino que nos está llevando a la tumba y a la muerte del proceso. Deben renunciar los ministros “llunk’us”, cómplices del desabarranco. Deben renunciar las autoridades comprometidas con represión y hechos de corrupción. No va más. Movimientos sociales vuelvan a levantarse y salvar el proceso, reconduciéndolo. Siempre se pasa la responsabilidad a otros. No se asume valientemente las consecuencias de los actos. Ahora resulta que son los del pueblo de Yapacani los culpables. ¿No es este un justificativo pobre e infantil? ¿Por qué se generó el conflicto? ¿Por qué se decidió reprimir? ¿Por qué no se dan soluciones resolviendo 186


los problemas desde sus causas y raíces? Esta auto-justificación se ha vuelto dramática y excesivamente costosa. ¿No es hora de comportarnos maduros?

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La maniobra del jacobino

Ya no hay límites para la burda manipulación, no hay ningún aprecio por guardar ninguna apariencia. Sólo se tiene en mente la desmedida tramoya contra la ley corta que protege al TIPNIS y su reglamentación. Se cree poder revertir la derrota sufrida por el gobierno con la utilización descomedida del monopolio de la violencia y del uso descarado de los órganos de poder. Se induce una marcha cocalera para mostrar un pedido inconstitucional contra la madre tierra y los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, por lo tanto contra la Constitución. Se manda una avanzadilla de asambleístas dice que para escuchar lo que ya ellos saben, la construcción de una carretera depredadora, en beneficio de la plantación de coca y la empresa corrupta de la construcción OAS. Estas maniobras suponen una falta de respeto a la opinión pública y al pueblo, se los considera sin 188


uso de razón, manipulables, manejables. También es un síntoma de una soledad extrema que raya en la incomprensión, esto también supone que el único que comprende las cosas es el jacobino. El único que tiene la clarividencia. Este comportamiento trágico-cómico es la manifestación patética del síndrome del poder que tiene que ver con la paranoia, la desconexión con la realidad efectiva y la absorción completa del imaginario de la conspiración. No podrán anular la ley conquistada por las naciones y pueblos indígenas y el pueblo que apoyó la marcha y la defensa de la madre tierra. No podrán imponerse los crudos intereses que defienden, el de la economía política del chantaje y el de las empresas trasnacionales, el de la burguesía recompuesta, sumando a los nuevos ricos, a las conquistas indígenas y populares. Saldremos todos los que apoyamos al TIPNIS a defender la ley corta y su reglamento, la defensa de la constitución y por la re-conducción del proceso. 189


Respecto al desafío del revocatorio del presidente

No se trata de eso, de aceptar el revocatorio, como aceptando un duelo imaginario, así como lo hace el jacobino, que cree que la política es un duelo personal con sus fantasmas. Se trata de reconducir el proceso, de cumplir con la Constitución, de construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, de acabar con el Estado-nación subalterno, liberal y colonial, de acabar con el modelo extractivista colonial y del capitalismo dependiente. De eso se trata señor presidente, no de seguir haciendo teatro político mientras nos desbarrancamos y rifamos la gran oportunidad histórica de las naciones y pueblos indígenas para descolonizarse, la gran oportunidad histórica del pueblo para emanciparse de las dominaciones múltiples

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¿Quién gobierna?

Es ciertamente un cuadro patético. ¿Quién gobierna? ¿El presidente? ¿Grupos palaciegos? ¿Redes y circuitos de operadores que se mueven en bambalinas? ¿Verdaderas estructuras de poder, asociadas a monopolios y empresas trasnacionales? ¿Súperestados opacos, empero determinantes, mientras los personajes visibles aparentan ejercer el gobierno? Estas preguntas nos llevan a una mayúscula: ¿Qué es el poder? Respuestas posibles: mapas, cartografías, agenciamientos, dispositivos, preformados y establecidos, cuyas lógicas conducen el accionar de los gobernantes, aunque no se den cuenta. ¿Es así? Puede no ser tan categórico, pues al final hay cierta placentera complicidad de los gobernantes, de los políticos y los funcionarios. Hay un gusto perverso por los deleites que da el poder, por sus escenarios cortesanos y de servil alabanza, también hay un aprendizaje, al 191


principio quizás con cierta curiosidad, de las malas artes de la economía política del chantaje, los circuitos de influencia, la corrosión de las normas y las prácticas perversas de la corrupción. Una vez que se entra a estas atmósferas es muy difícil salir. Hay prácticamente una condena. Después viene la ruptura moral, el doble comportamiento, la doble cara, el doble discurso; la falencia en los discursos y en los lenguajes. ¿Por qué el poder es tan destructivo?

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Momento de emergencia, momento de disponibilidad de fuerzas

Hay momentos en que un país y un pueblo se juegan su destino; estos son momentos cruciales. Momentos como nudos o encrucijadas donde se resuelven desenlaces posibles. Para afrontar estas situaciones René Zabaleta Mercado exige que sea un momento de disponibilidad de fuerzas, momento intenso de movilización. Tal parece que nos jugamos en la guerra civilizatoria en torno al TIPNIS uno de esos momentos. El gobierno insiste en seguir por la ruta por la que han venido siguiendo todos los gobiernos anteriores, por continuar los ruta del modelo extractivista depredador, alimentando el circulo vicioso de la dependencia; en tanto que las organizaciones indígenas se plantean parar este saqueo y esta desposesión de los recursos naturales, destrozando la madre tierra, los equilibrios ecológicos, las biodiversidades, a altísimos costos 193


irreversibles. Armados por la Constitución convocan a ir por la ruta del vivir bien, modelo civilizatorio alternativo a la modernidad, al capitalismo y al desarrollo. Lograron con una marcha indígena en defensa del TIPNIS parar este descabellado emprendimiento depredador, arrancando al gobierno y a la Asamblea Legislativa una ley corta en defensa del TIPNIS, además de acordar la reglamentación de la ley. Empero el gobierno no acepta su derrota ni la conquista de la ley, vuelve a insistir, cada vez por procedimientos más desmedidos y descarados continuar con la misma ruta de la inercia y de la muerte, el saqueo, el despojamiento, la depredación, la violación de derechos, lo que beneficia, como siempre, a los intereses mezquinos de empresas trasnacionales, además de los intereses privados de ampliación de la frontera agrícola en beneficio del monocultivo. La reciente insistencia del gobierno tiene que ver con la convocatoria a la reunión de la Asamblea Legislativa a tratar el 194


tema de la anulación de la ley corta, en tanto pedido de la contra-marcha cocalera, impulsada por el ejecutivo. Es la misma Asamblea que aprobó la ley corta, que unos días después, quiere aprobar su abrogación. Esta desfachatez muestra patentemente la desesperación por abrir el TIPNIS y partirlo con una carretera depredadora. ¿A qué se debe tanta desesperación de los gobernantes? ¿Presión de las federaciones cocaleras del Chapare? ¿Compromisos con el gobierno brasilero, la empresa OAS, el IIRSA? Esta pregunta también nos plantea otras: ¿Hasta dónde se ha extendido y profundizado la corrupción, la economía política del chantaje, los circuitos de la cocaína, su inserción en la economía y en las instituciones? Una economía no solamente ligada el enriquecimiento ilícito sino a la formación de oscuros grupos de poder. Esta pregunta es importante, pues sorprende no solo la falta de decoro y compostura de gobernantes y legisladores, sino por la renuncia evidente a la imagen de 195


defensores de la madre tierra, de los derechos indígenas; también la renuncia efectiva y práctica a la Constitución y al mismo proceso de transformaciones y de descolonización. ¿Por qué se lo hace? ¿Son tan abrumadores los intereses y los compromisos que se puede renunciar a la virtud y a la ética? Nada puede valer nunca más que la defensa de la madre tierra y de la vida, nada puede valer más que la emancipación y la descolonización, tampoco nada puede valer más que la construcción alternativa del Estado plurinacional comunitario y autonómico, del modelo civilizatorio del vivir bien. Lo que pasa es que se ha decidido mirar y valorizar desde la perspectiva de los intereses pedestres del beneficio propio.

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La elección de mujeres presidencias del Congreso

en

las

Esta noticia es importante en la perspectiva de la despatriarcalización y de la emancipación de la dominación masculina. Empero para marchar en esta perspectiva tienen que comportarse como mujeres plenas, emancipadas, la alteridad absoluta. La apertura y creación de otro horizonte de la política y de lo político, ya no basado en la política construida por la fraternidad guerrera masculina, la que entiende la política como identificación del enemigo, en la dicotomía amigo/enemigo, compartida por izquierdas y derechas. Se trata de una política que va más allá del amigoenemigo. El aporte de la emancipación femenina conduce a la descolonización plena y la construcción de la cohesión social y la armonía con la vida sobre la matriz liberada de potencialidades, capacidades, sensibilidades de amor por las formas de vida. 197


Según Jacques Derrida, en Políticas de la amistad, se trata de la alteridad absoluta. Teoriza la figura de ámbito de relaciones y constitución subjetiva emancipadas de las formas de dominación y referencia masculina, la fraternidad, el patriarcado, los círculos de la dicotomía amigoenemigo. No se trata sólo de la sororidad, que sería la amistad simétrica a la de los hombres, sino el poner en suspenso las mismas identidades construidas culturalmente en la historia. Refiriéndose a la democracia por venir dice: Esta disimetría y esta alteridad infinita no tendrían ninguna relación con lo que Aristóteles habría llamado desigualdad o superioridad. Serían incluso incompatibles con la jerarquía sociopolítica como tal. Se trataría, pues, de pensar una alteridad sin diferencia jerárquica en la raíz de la democracia. Aparecería más tarde que, más allá de una cierta determinación del derecho y del cálculo (de la medida, de la “métrica”), pero no del derecho o de la justicia en general, esta democracia 198


liberaría una cierta interpretación de la igualdad sustrayéndola al esquema falogocéntrico de la fraternidad. Interpretando, de lo que escribe Derrida, quien desarrolla una crítica deconstructiva de la política, configurada, conformada y consolidada a partir de las formas de la fraternidad, excluyendo la figura femenina. Cuando la mujer logra su inclusión en el voto y la participación en la selección, la estructura masculina de la política no ha cambiado. Lo que ha pasado es que la mujer se ha incorporado a las políticas diseñadas desde la perspectiva masculina y para los hermanos, que hacen política. El tema es inquietante, sugerente y de apertura: ¿Cómo sería una política más allá de la fraternidad masculina? Obviamente también más allá de la sororidad, que es la respuesta de resistencia, empero amistad simétrica a la de los hombres. Una política que abole la diferencia construida a partir de las identidades basadas en el amigo-enemigo. ¿Qué sería

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la política más allá de la dicotómica amigo-enemigo?

relación

Estos temas de la crítica radical, que incluso va más allá del feminismo radical, los aprendí de las feministas decoloniales, que plantean el tema de la modulación de los cuerpos por el poder y la perspectiva de las subjetividades diversas. Lo que dice Derrida es sobre la crítica de la política, organizada a partir de una estructura masculina; aunque sea varón, no le quita merito. Creo que precisamente las feministas decoloniales, van en esa perspectiva. Borrar las distinciones históricas y culturales construidas por las formas del patriarcalismo. Mujer, varón, lesbiana, homosexual.

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Sobre el Congreso de la COB

La COB debe tener una tesis actual y real de lucha contra el capitalismo contemporáneo, no contra el imaginario capitalista de principios del siglo XX, cuando la Tesis de Pulacayo. Eso significa no solamente una crítica a la economía política sino una crítica a la modernidad y al desarrollo. Debe apoyar la demolición del Estado-nación, liberal y colonial y la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico. La lucha contra el capitalismo contemporáneo es también del proletariado nómada, de las multitudes, de los movimientos sociales anti-sistémicos, de las naciones y pueblos indígenas originarios.

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La subordinación del gobierno y la lógica de acumulación y despojamiento de las trasnacionales

Son comprobados los beneficios de las empresas trasnacionales en una diseñada nivelación de preciso y suspensión de las subvenciones, sobre todo debido a sus bajos costos de producción. Esta es una muestra clara de que las que gobiernan son las empresas trasnacionales de los hidrocarburos. A pesar de todo lo que ha podido argumentar el “jacobino” y también el gabinete económico, para justificar la medida de nivelación de precios, conocida popularmente como el “gasolinazo”, en su lamentable panfleto azul, anti-paráfrasis a un mal entendido libro de Lenin, la realidad es que las empresas trasnacionales hidrocarburíferas tienen un bajo costo de producción y, en sobrecompensación, súper-ganancias. Sin embargo, esto no les basta, no es suficiente para la 202


compulsión desenfrenada de más ganancia y a las ansias desbocadas de despojamiento de los recursos naturales que tienen estas empresas; requieren más, para eso cuentan con gobiernos subordinados a las estructuras de poder establecidas mundialmente y regionalmente. El gobierno popular, a pesar de su discurso nacionalizador, ha terminado subordinándose a las lógicas de la acumulación de capital de estas empresas trasnacionales; esto aconteció desde los contratos de operaciones, cuando comienza la desnacionalización en el mismo proceso de nacionalización, al entregar el control técnico a la vorágine trasnacional. Paradoja que muestra la profunda contradicción de un gobierno que ha tirado por la borda la Agenda de Octubre y la Constitución política del Estado. Los bolivianos no debemos dejar que nos pongan el dedo en la boca, no podemos dejar que vuelvan a intentar una medida de nivelación de precios, que lo que hace es ampliar los grandes márgenes de ganancia de las empresas trasnacionales, además de cubrir la 203


lamentable administración económica, que ha sumado la deuda interna y la deuda externa, incrementando la deuda pública y la deuda inacabada externa. Si el gobierno ha decidido no continuar con el proceso de nacionalización, contento con la recepción de la mitad del reparto del excedente hidrocarburífero, somos los bolivianos, los propietarios de los recursos naturales, los que debemos continuar el proceso de nacionalización, incluso contra un gobierno entreguista.

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Un presidente sin ley ni palabra

El presidente no tiene ni palabra ni ley. La ley corta fue una conquista de las naciones y pueblos indígenas originarios y del pueblo boliviano que apoyo la marcha, es una conquista en defensa de la constitución y de los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la CONSTITUCIÓN. Es una conquista en defensa de los derechos de la madre tierra. Pretender desentenderse de la ley promulgada por el presidente y aprobada por la Asamblea Legislativa es la muestra más patética de la inmensa irresponsabilidad y desprecio del pueblo, la Constitución y las leyes en que se mueve el gobierno. La marcha del CONISUR es un montaje espantoso del gobierno, la participación oficial y con recursos del Estado es evidente, mostrando más desesperación que inteligencia, buscando revertir la derrota sufrida en el conflicto del TIPNIS, buscando indecorosamente servir a los 205


intereses mezquinos de la empresa corrupta OAS, con la que el gobierno no solamente tiene compromisos sino relaciones de corrosión y corrupción, buscando también defender los intereses de cocaleros, avasalladores del territorio y parque Isiboro-Sécure, para plantar coca y expandir la economía política de la cocaína en la que están metidos. El pueblo, conocedor de estos hechos y estos comportamientos lamentables, que expresan asombrosamente las descarnadas sumisiones a las empresas trasnacionales, al Banco de desarrollo de Brasil y al gobierno brasilero, ha sido sabio e indiferente ante este bochornoso teatro político de la marcha oficial del CONISUR. Al respecto de estos comportamientos sinuosos debemos decir que son los síntomas claros de la decadencia absoluta, comportamientos contradictorios y deslucidos que muestran nuevamente la tremenda improvisación en la que se mueve el gobierno, la perdida de toda orientación 206


política, sustituida por el servicio a las estructuras y relaciones de poder, a los intereses establecidos, vigentes y dominantes, del orden mundial y del orden regional; sustituida también por la repetida emergencia del diagrama de la corrupción, que hace las veces de un gobierno paralelo perverso, relaciones perversas y opacas que inciden efectivamente en la toma de las decisiones y en la modulación de las conductas políticas. Esto es lo que llama la atención, la rápida llegada a este punto, ya no sólo de desgaste sino de hundimiento. Parece repetirse como condicionante histórica la trama de la revolución nacional de 1952; ésta ya había muerto en 1956, por la entrega de COMIBOL a la administración de ingenieros norteamericanos, por el plan triangular, plan económico monetarista, por la profusión desvergonzada de las contradicciones y también por la escandalosa expansión de la corrupción, convertida en costumbre. ¿No había 207


recursos para resistir esta tendencia a la corrosión de los cuerpos y las instituciones? ¿Por qué se prefirió tan estrepitosamente el gusto y el deleite por los encantos ilusorios del poder? ¿Por qué se prefirió la riqueza fácil? ¿Por qué se prefirió sustituir el interés general del proceso por los intereses particulares, por el beneficio propio? ¿Es que no estaban preparados los gobernantes? Fueron imágenes colectivas que no correspondían a la realidad, que no correspondían a la constitución subjetiva esperada. Parece la elocuencia de la condición incompleta humana; hombres inmaduros que cuando llegan al poder lo toman como si fuera un juguete nuevo; engañados ellos mismos con sus imágenes falsas creyeron que podían controlar los grandes desafíos y las alternativas, controlar las condicionantes y las estructuras de poder. Se metieron a juegos muy grandes, donde los que controlan las reglas del juego son monstruos consagrados en el dominio del poder y de monopolios múltiples; por lo tanto hombres de gobierno 208


convirtiéndose, sin darse cuenta, en engranajes de relaciones y estructuras de poder, de dominación y fuerzas al servicio de la acumulación ampliada de capital, permitiendo el despojamiento de los recursos naturales en su propio país. Ahora se encuentran sorprendidos, pero persisten tercamente en la mantención de una imagen ya derrumbada, que pertenece a un inmediato pasado de entusiasmos. Ya no pueden sostener esas imágenes construidas por el imaginario colectivo, la brisa de los hechos ha barrido a los fantasmas, descubriendo los personajes de carne y hueso, vulnerables, débiles e inclinados al placer del poder y a la paranoia que éste produce como síndrome inocultable. ¿Qué se puede hacer ante este calamitoso derrumbe? No queda otra cosa que pedir lo imposible, al estilo de la rebelión del 68, ser realistas y pedir lo imposible, la reconducción del proceso, sabiendo que lo imposible, en el campo de posibilidades, es una probabilidad 209


improbable, y también sabiendo que cuando la voluntad colectiva desborda y es creativa, de los recovecos de la realidad emerge el desenlace de una innovación y una ruptura. Eso fueron las revoluciones, eso puede volver a ocurrir en Bolivia, si volvemos a salir y movilizarnos como lo hicimos del 2000 al 2005. Hay una Constitución aprobada por el pueblo, donde el mandato es claro, abolir el Estado–nación y construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, efectuando transformaciones profundas estructurales e institucionales. Como asumiendo penamente el guion de la comedia se retoma el chamuscado discurso del desarrollo, al estilo de los discurso gubernamentales que inauguraban escuelitas para lograr aplausos de poblaciones entumecidas y cansadas de la ceremonialidad del poder. ¿Lo que falta en el TIPNIS son escuelas, hospitales, los signos del progreso? Este se parece tanto a discursos disímiles pero que comparten el mismo prejuicio o la misma insólita burla; los discursos del cuerpo de paz, los discursos de las 210


dictaduras militares, los discursos de los programas asistenciales, los discursos descoloridos de funcionarios desubicados en comunidades campesinas. No metemos en este bollo los discursos del nacionalismo revolucionario de los primeros años de la revolución, pues por lo menos este discurso, que apoyaba la reforma educativa de entonces, que lanza la escolarización por todos lados, formaba parte del proyecto de formación de la consciencia nacional y la construcción del Estado-nación, bajo los códigos de la mestización. Discurso que no comparto, pero que en aquél entonces formó parte de un proyecto constitutivo, que si bien terminó fracasando, por lo menos formó parte de un intento descomunal insurreccional nacional-popular y obrero. Ahora, lo que llama la atención, es que se retoma un discurso desgastado, poco creíble, después de que estos temas han sido superados por las concepciones de la Constitución y el vivir bien, que se abren a alternativas del desarrollo, de la modernidad y el capitalismo. Este retorno a un discurso asistencial es también síntoma de la decadencia. No se tiene a mano nada para justificar la descarnada sumisión a la empresa constructora OAS y al gobierno brasilero, que se recurre a 211


un trasnochado discurso que tiene muy poco de argumentaciĂłn. TambiĂŠn podemos hablar de la muerte de la retĂłrica, pues tampoco se tiene ganas de convencer, sino se trata de un ritual de protocolo.

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Las pretensiones del vicepresidente

El vicepresidente ha perdido no solamente toda coherencia sino todo decoro y compostura. Pretende dar lecciones de consenso y diálogo en un contexto y una coyuntura saturada de montajes, teatros políticos, manipulaciones y marchas oficiales inventadas. Pretende que se debe dialogar entre las organizaciones indígenas; por un lado las organizaciones indígenas matriciales, que lograron la conquista de una ley corta que protege al TIPNIS, apoyados por el pueblo boliviano, cuyos derechos se hallan consagrados en la Constitución; por otro lado, de parte del gobierno, los dirigentes del CONISUR, dirigentes cocaleros, propietarios privados, dedicados al monocultivo de la hoja de coca y metidos en la economía política de la cocaína. Pretende que se puede, por capricho jacobino, abrogar una ley y su reglamento. Lo que no tiene en cuenta es que su imaginario 213


arrebatado no puede sustituir a la realidad, que el discurso desfachatado no puede sustituir a la realidad. La realidad efectiva es que la marcha indígena en defensa del TIPNIS y el pueblo boliviano impusieron una ley corta en defensa de la madre tierra y de la constitución. Abrogar la ley corta no solo va a poner de manifiesto la múltiple violación de la Constitución y de las leyes, de los derechos fundamentales y de las naciones y pueblos indígenas originarios, sino que va a ser un repugnante antecedente ante las organizaciones internacionales; estaríamos ante un gobierno desacreditado que no cumple con la Constitución, tampoco la ley y menos con los convenios internacionales. Abrogar la ley va a provocar una movilización general del pueblo boliviano en defensa de la ley corta, del reglamento y la Constitución. Es posible que la tercera provocación del gobierno, la tercera asonada popular y la tercera derrota del gobierno, comprendiendo el levantamiento popular contra el gasolinazo y la marcha en defensa del 214


TIPNIS, llegando a una tercera autoconvocatoria popular, no pueda aguantar y resistir el gobierno. La abrogación de la ley corta sería la caída del gobierno.

Es como la política del avestruz, ocultar la cabeza para no ver la realidad. No ven sus propios grandísimos errores, no ven que se encuentran en franca confrontación con el pueblo que apoyó el proceso. No ven que el entusiasmo de la gente a la marcha en defensa del TIPNIS se debe a que la gente cree en el proceso y en la constitución, pero no en un gobierno que se ha apartado del proceso y la Constitución. Acostumbrados a manipular, incluso con los medios de comunicación que tienen al alcance, que ya son muchos, incluyendo a los comprados, que aparecen como neutrales, creen que pueden producir realidades con montajes, marcha inventada, descalificaciones, maniobras políticas. No se puede, la realidad no es 215


producto de una imaginación y menos de las manipulaciones oficiales. Esta conducta terca, de desacreditación de medios, de organizaciones indígenas, sin preocuparse por ningún análisis de coyuntura, expresa la seducción que tienen por el decurso al naufragio. Empero, en todos esos escenarios dramáticos y a la vez de comedia, los pregoneros del peor conservadurismo son los “llunk’us”, sumisos y serviles, son los acompañantes de la derrota. No comprenden que ayudan con su actitud cómplice a la construcción del fracaso. Estos personajes no comprendieron nunca el sentido del proceso y el sentido de la constitución. Son los sepultureros del proceso.

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La defensa del TIPNIS es defensa del proceso

Hay que estar muy despistado como para no situar lo que se dice ni tener conciencia de su sentido. La consulta previa libre e informada, que se encuentra claramente establecida en la Constitución y que forma parte de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, debe ser aplicada y acatada por el gobierno antes del inicio de cualquier proyecto que afecte sus territorios y sus derechos. Esta consulta no fue hecha por el gobierno el 2008 cuando el ejecutivo llegó a un acuerdo con el entonces presidente Lula da Silva para la construcción de la carretera que atravesaría el TIPNIS, adjudicando el proyecto a la empresa OAS, como parte del acuerdo y del préstamo del Banco de Desarrollo de Brasil, préstamo comprometido y que se hizo ejecutable años después. Es cuándo se debería hacer la consulta, no se la hizo. Tuvo que 217


estallar el conflicto del TIPNIS para que se develen todos los temas oscuros que forman el tejido enmarañado de intereses entre el gobierno boliviano, el gobierno brasilero, el Bando de desarrollo de Brasil y la empresa OAS. Una vez que la marcha indígena en defensa del TIPNIS, contando con el apoyo del pueblo boliviano, logra arrancarle al gobierno y a la Asamblea Legislativa la ley corta en defensa del TIPNIS y la reglamentación correspondiente, los personeros del gobierno, los senadores despistados, los dirigentes cocaleros del CONISUR, incluyendo a grupos de yuracares que son también cocaleros, piden la consulta previa, sin entender que quiere decir previa, creyendo que todos, como ellos, tampoco van a entender. Ya no hay condiciones para una consulta previa cuando hay dos tramos avanzados, el uno y el tres, presionando para la continuidad del tramo intermedio que pasaría por el territorio indígena y parque IsiboroSécure. En todo caso sería una consulta extemporánea.

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Sobre quién debe consultar a quién

¿Qué las organizaciones matrices de los indígenas de tierras bajas, el CIDOB y la central del TIPNIS no consultaron a los del CONISUR? ¿Tenían que hacerlo? ¿Tenían que consultar a productores de la hoja de coca, cuya afiliación es con las federaciones cocaleras? ¿Tenían que consultar a los yuracares cocaleros que ahora marcharon con el CONISUR? ¿Dónde estaban estos yuracares cuando se tomaron las decisiones de manera orgánica? La verdad es que ya no tiene límites el cuento oficial, no compagina, no logra armar un guion, cae el discurso por su propio peso. El gobierno no se da por vencido, no tiene el menor menoscabo de pretender borrar con el codo lo escrito con la mano, abolir, por cualquier medio, la ley corta en defensa del TIPNIS; conquista de la marcha indígena y del pueblo boliviano que apoyó la defensa de la madre tierra.

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Autoconvocatoria a la movilización general

Frente a todas estas manipulaciones burdas del gobierno, de senadores, de dirigentes del CONISUR es indispensable que el pueblo boliviano y las organizaciones indígenas se preparen para una movilización general en defensa de la ley corta y en defensa de a Constitución, al hacerlo también lo harán en defensa del proceso, ante un gobierno que se ha puesto contra el proceso, contra una Asamblea Legislativa que conspira contra la Constitución y cava la tumba del proceso. La lucha por la defensa del TIPNIS se ha convertido en un punto clave en el curso del proceso, un punto estratégico, un punto de inflexión, como una encrucijada, donde hay que escoger por dónde vamos: ¿por el derrotero optado por el gobierno que conduce a la muerte del proceso o por la reconducción del proceso por parte de los movimientos sociales y el pueblo 220


boliviano? Por eso es indispensable parar de golpe las maniobras de funcionarios y asambleístas. Es indispensable sentirse convocados por los muertos y heridos del proceso, por los que lucharon por transformaciones estructurales, que no se ven por ningún lado. Hay batallas como estas, dónde no se puede retroceder; si se lo hace se está cediendo a la inercia y al desemboque de la derrota. Si un día los sectores populares, el proletariado nómada, las naciones y pueblos indígenas se levantaron contra el gobierno neoliberal y expulsaron el proyecto neoliberal, ahora tienen que volverse a levantar en defensa del proceso contra los restauradores del Estado-nación, liberal y colonial, el estado anterior de cosas, restauradores la burguesía intermediaria, a la que se sumaron los nuevos ricos. La lucha por el TIPNIS se ha convertido en la lucha por el proceso, la Constitución, el Estado plurinacional comunitario y autonómico, en contra de los usurpadores nacionalistas, demagogos, funcionarios, mafias incrustadas. 221


El recurrente procedimiento del engaño

¿Por qué se miente? ¿Por qué se dice que la carretera que atravesaría el núcleo del TIPNIS, donde prácticamente no hay comunidades, salvo dos identificadas, va a beneficiar a las comunidades indígenas del territorio indígena y parque? Un grueso de las comunidades se encuentran al este, cerca y bordeando el río Sécure, empero el diseño no prevé que pase por ahí. ¿Por qué tantos contrasentidos y equívocos geográficos? Sin embargo, los gobernantes y los dirigentes del CONISUR no se inmutan de semejantes contradicciones. Se muestran tan lozanos como si no pasará nada, ¿acaso no son conscientes de las barbaridades que expresan? ¿O no les importa nada? Lo que parece interesarles es el cumplimiento de tan desmedido diseño carretero destructor y depredador de la región más rica en biodiversidad del país. Sólo interesa la plantación de coca y la 222


defensa de los intereses comprometidos con OAS. Se ha llegado al colmo de que tres senadores del MAS, uno colonizador, el otro por el departamento de Santa Cruz y el tercero por el departamento de Cochabamba, digan que no importa el medio ambiente, tampoco interesa la Constitución, pues la ley, la nueva ley que se aprobaría y promulgaría en contra del TIPNIS, una vez anulada la ley corta en defensa del territorio indígena y parque, está encima de la Constitución. Se dice esto sin el mayor desparpajo. Se observa que les parece apropiado decir semejantes sandeces pues de lo que se trata es de imponer por la fuerza, a empellones, usando la mayoría de la Asamblea Legislativa, la abrogación de la ley corta. La mentira se ha vuelto un procedimiento político cotidiano. No interesa la verdad, este valor hay que dejarlo a los filósofos y a los éticos. Lo que importa es la eficiencia de la práctica política, que casi siempre se reduce a la imposición, a la coerción velada, al forzamiento de las 223


cosas, hasta en los pequeños detalles. Lo que interesa es lo que consideran astucia, aunque siempre resulta que sólo se trata de la habilidad mediocre de la manipulación de alcances cortos. Se trata de la satisfacción machista de gobernantes, asambleístas y funcionarios, para quienes el burlar a los otros les parece un logro apreciable entre amigos y cómplices. Estas son las dimensiones elementales del pragmatismo local, del realismo político cuya realidad se reduce a los intereses más pedestres. No se entiende cómo este procedimiento del engaño es presentado a los propios como astucia política, incluso como “estrategia”, aunque esta no sea otra cosa que el plan de objetivos de poco alcance, adecuación de medios sinuosos a fines pedestres, compartidos por lenguajes de cofradías de complicidades, que cada vez más se parecen al panegírico de los bribones. Es pues un descaro decir que no hay otra alternativa para la carretera interdepartamental, entre Cochabamba y 224


el Beni, que también va unir a los ganaderos de Rondonia de Brasil con el Pacífico, para que exporten su ganado al Asia. Es como si el territorio del país se hubiera reducido al territorio del TIPNIS, no hay más, no hay más espacio, no hay más salida. ¿Cuándo ocurre esto? ¿Cuándo se da lugar a la concentración perdida y afiebrada en un solo lugar, como si de este recorte de espacio dependiese todo, en este caso el desarrollo del país? Esta obsesión por el oscuro objeto del deseo, donde éste objeto deseado se convierte en el todo, explica el escandaloso delirio de los gobernantes por el TIPNIS. El gran negocio, los negociados, los beneficios para el transporte internacional, la expansión de la frontera agrícola en beneficio de la ampliación del monocultivo de la coca, que en esa región está plenamente articulada a la economía política de la cocaína, explica pues esta obsesión, también el sentido oculto de las contradicciones y de las insensateces que se transmiten.

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Perfiles del CONISUR

Los del CONISUR no son comunarios, por lo tanto ya no son indígenas, en el sentido estructural del término, no pertenecen a relaciones comunitarias. Renunciaron a la TCO, no son propietarios comunarios sino propietarios privados y cocaleros. No forman parte de la TCO. En el tema del TIPNIS no tiene derecho a decidir sobre la carretera. Esto debe quedar claro para los que apoyamos la defensa del TIPNIS, pues seguramente nos veremos obligados a salir a las calles a defender la ley corta.

El CONISUR dice que representa a 37 comunidades del TIPNIS, lo que no concuerda con la realidad. No forman parte de la TCO del TIPNIS, renunciaron a la propiedad comunitaria al decidir ser propietarios privados cocaleros. La mayoría de ellos, los llamados corregidores, ni si quiera se encuentran el 226


territorio del TIPNIS. Se trata de una sorda manipulación y tergiversación de los hechos, sólo para proseguir con la destrucción y depredación del bosque, territorio indígena y parque IsiboroSécure, en beneficio de una tras-nacional constructora y de la economía política de la cocaína.

¿Acaso hay que recodarles a los asambleístas, senadores y diputados, que tiene que cumplir con la Constitución? A esto están obligados. ¿Qué es eso de que si las organizaciones indígenas no acuerdan nos verán forzados a tomar medidas? ¿Qué clase de amenaza es esta? Un lado de las organizaciones está compuesta de manera orgánica, representan a las organizaciones matriciales indígenas, el CIDOB y la Central del TIPNIS; la otra, el CONISUR, ha sido desconocida el 2001 por las propias organizaciones del TIPNIS, pues no tiene características comunitarias ni indígenas al formar parte, mas bien, de 227


organizaciones cocaleras y estar afiliada a las federaciones cocaleras. ¿De qué hablan los asambleístas? ¿De qué clase de acuerdo? ¿No les parece impudoroso obligar a las organizaciones indígenas orgánicas y matriciales a retroceder respecto de la ley corta y su reglamento? ¿No ven acaso que esta es una violencia contra la Constitución, las leyes, los derechos de las naciones y pueblos indígenas, los derechos de la madre tierra? Les importa muy poco si es una violación múltiple este pedido y esta actitud. Lo que les interesa es servir sumisamente a los mandatos del ejecutivo, que responde también a los acuerdos con OAS y el gobierno brasilero, además de responder a las presiones de cocaleros en zonas excedentarias, dedicados ya de lleno a la economía política de la cocaína. Esta actitud de los asambleístas no puede ser aceptada por los que votaron por esta representación. Si no pueden cumplir los asambleístas con la Constitución, su obligación es renunciar.

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El desprecio “jacobino”

Habría que ver qué pasa en la cabeza del “jacobino”, émulo de Robespierre, como le gusta llamarse, para saber cómo se puede llegar a tener tanto desprecio por la gente, por el juicio de la gente, no solamente la opinión pública, sino la opinión formada de las organizaciones indígenas originarias, la opinión del pueblo boliviano que apoyó a la VIII marcha y logró arrancar la ley corta en defensa del TIPNIS. No importan otras opiniones, lo que importa es la propia, que es considerada la única valedera. ¿Hay un objetivo claro en todo esto? Hubo un tiempo en que nos hizo creer que era así, toda la actividad política era volcada a la emancipación indígena y descolonizadora. Ahora no parece ser este el objetivo; todo lo contrario. ¿En qué se basan estas consideraciones? ¿Esta fe en uno mismo? ¿Hay clarividencia como una especie de don? ¿Quién le hizo creer esto? ¿Desde el 229


colegio, los estudiantes, los profesores? Pues ocurren estas cosas. Se forman mitos, sobre todo entre los amigos. La gente le gusta moverse en imaginarios y en clasificaciones fáciles en estas atmósferas imaginarias de los espacios íntimos y biográficos. Después, muy posiblemente también sigan concurriendo este juego de representaciones en la universidad, aunque con más dificultad y competencia. Sin embargo, los lugares que no escapan a la construcción veleidosa de los mitos son los de la actividad política. Es dónde los aprendices de militante forman sus propios códigos, sus propias representaciones, la mayor de las veces emulando a fantasmas desaparecidos o, en su caso, dándose nombres de guerra. El nombre de Qhananchiri es uno de estos motes; que quiere decir algo así como el clarividente, de una manera mística, el hombre luz. Estos nombres no sólo tienen por objeto dar un nombre de guerra, ocultar la identidad ante la represión, sino caracterizar, también caricaturizar, al que lo lleva. Ciertamente Qhananchiri es un 230


nombre pretensioso, empero en esos espacios íntimos y de clandestinidad funciona como reconocimiento en las atmósferas estrechas de la complicidad. Nadie ve como peligro o afrenta un mote así. Al contrario forma parte del secreto y de la fraternidad combatiente. El problema es cuando salimos de estos ámbitos y estas temporalidades de la clandestinidad, sobre todo cuando se llega al gobierno. Si seguimos creyendo que los significados establecidos en los ámbitos estrechos de la complicidad se mantienen en los gigantescos ámbitos de la cotidianidad mundana de los laberintos sociales y en los serviles ámbitos del espacio público, estamos perdidos. El problema aparece cuando creemos ese cuento de la clarividencia y que es extensible a los espacios sociales de la vida política, pues cuando el poder, con todo su deleite y entrega, te toma, se incrusta en ti, te vuelve un dispositivo del poder, el creerse iluminado se vuelve altamente peligroso, tanto para propios y extraños; sobre todo se vuelve

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peligrosísimo en la conducción del gobierno y en la orientación del proceso. La sabiduría no se logra mediante estas representaciones, ni es un producto de estas máscaras; la sabiduría, esta comprensión de la relatividad de las cosas se da como producto de la humildad, después de madurar lo suficiente como para comprender que lo único sabio es aprender siempre de la experiencia y de los demás, que siempre tienen algo que enseñarnos. Lo que vemos en la conducta de los gobernantes es todo lo contrario, una pretensión desmesurada de que todo lo saben, de que son propietarios de la verdad, valga a saber cuál es esta, de que el pueblo tiene que confiar, pues ellos saben cómo llegar a los fines trazados, aunque estos fines ya hayan cambiado. Llamemos a esta pretensión inmadurez, expresión de la más desarmada e intrépida inmadurez. Todos somos, de alguna manera, inmaduros, pero, el problema es que no todos lo saben y cuando los que no saben que lo son asientan sobre el colmo de la inmadurez 232


decisiones de alta responsabilidad, cuando asientan sobre la demoledora inmadurez las decisiones y acciones de gobierno, lo que pretenden que son políticas de Estado, estamos perdidos, pues lo que se avizora en el horizonte es el abismo, la caída en el abismo. Sólo puede explicarse el desprecio “jacobino” a partir de este ocultamiento, de este encubrimiento de la inmadurez y la vulnerabilidad en poses, poses de clarividente, poses de racionalidad fría, poses de revolucionario, aunque el contenido de lo que podría ser una revolución o el revolucionario se lo haya perdido totalmente, pareciéndonos más bien de manera alarmante al perfil de todo funcionario cínico, de todo burócrata altanero, de todo político que se cree predestinado. Estas analogías nos muestran que nada ha cambiado, que las historias individuales y personales de los políticos se repite como siguiendo un guion inaudito, que se parece al círculo vicioso de la mediocridad.

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De ninguna manera podemos aceptar el argumento de que los del CONISUR, que son también indígenas deben decidir sobre el destino del TIPNIS; es discutible de que sigan siendo indígenas aunque ya sean propietarios privados y estén afiliados a las federaciones cocaleras. El sentido de lo indígena dado en la Constitución tiene que ver con comunidades ancestrales o de reconstitución en los hábitats actualmente ocupados. Empero, aunque no entremos en esta discusión de qué es ser indígena, no solo antropológicamente, sino desde el enunciado de las declaraciones internacionales, los convenios y los derechos de los pueblos indígenas, que asocian esta condición al territorio, culturalmente concebido, al espesor cultural, al sentido comunitario de su posesión; sentido que es el mismo que retoma la Constitución. Sin entrar en esta discusión, el hecho de que los del CONISUR no pertenecen a la TCO del TIPNIS no les da derecho a decidir sobre el destino del Territorio y Parque Isiboro234


Sécure. Este es el punto. El otro punto es que hay una Constitución donde se consagraron los derechos de las naciones y pueblos indígenas, además de una ley corta que defiende el TIPNIS, aprobada por la misma Asamblea Legislativa y promulgada por el presidente. ¿Cómo se puede borrar con el codo lo escrito por la mano? ¿No hay la menor vergüenza por hacerlo? ¿Cuál es el tamaño de los intereses que defienden que ya no sienten ni pudor por este gesto tan desalineado, gesto sin ética y valor? El tercer punto es que no pueden imponer con su marcha oficial, que es el resultado grotesco de una suma de montajes descoloridos y de poco ingenio, una decisión que expresa la descomunal violencia de los gobernantes en contra de los derechos consagrados en la Constitución. Esta decisión, sin mayor desparpajo, es anular la ley corta y hacer otra ley que incluya la versión de los cocaleros del CONISUR. Esta escena desenmascara no solo el discurso y la política del gobierno, que hace un tiempo 235


ya se ha derrumbado, sino el nudo descarnado del poder. Esta decisión es la respuesta desesperada del gobierno por revertir sus dos derrotas ante el pueblo, la del gasolinazo y la del TIPNIS; también responde a la desesperación sumisa de cumplir con sus compromisos con la empresa trasnacional OAS, el Banco de Desarrollo de Brasil y el gobierno brasilero, además de administrar consecuentemente los intereses de la burguesía agraria y los de los nuevos ricos, asociados a la expansión de la frontera excedentaria de la hoja de coca y a la economía política de la cocaína.

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La violación sistemática de la Constitución

La consulta previa libre e informada se hace antes de iniciar los proyectos que afectan a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, a los territorios indígenas y a la madre tierra. No después, para legitimar lo que se ha hecho, montando escenarios, inventando marchas, manipulando gente, haciendo creer que se cuenta con los “verdaderos” indígenas cuando las verdaderas organizaciones indígenas son excluidas. Formando una comisión en el congreso para elaborar una ley inconstitucional contando con la complicidad de los dirigentes del CONISUR, que son cocaleros y propietarios privados. Lo que se debe exigir es el respeto a la Constitución, a la ley corta en defensa del TIPNIS, a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios y a los derechos de la madre tierra. Si no hacen esto los asambleístas están no solo 237


violando la Constitución sino violando los derechos fundamentales y las cuatro generaciones de derechos, consagrados en la Constitución; también incumpliendo con los deberes como representantes y asambleístas. Si esta es la práctica deben renunciar. El presidente del Congreso cree que por que tiene la mayoría de la Asamblea Legislativa puede hacer lo que le venga en gana, cree que de eso se trata, que ese es el crudo ejercicio del poder, imponer la mayoría violando la Constitución y los derechos de los pueblos. Está completamente equivocado, esa es la manera con la que se pierde precisamente el poder. Está completamente equivocado en el cálculo político. Fueron la mayoría como resultado en las últimas elecciones, ahora son la minoría después de enfrentar al pueblo con la medida neoliberal del gasolinazo y con la medida extractivista y depredadora de su proyecto carretero en el TIPNIS. Este cambio de situación lo demostró el pueblo paceño, cuando un 238


millón de ciudadanos salieron a recibir a la VIII marcha y les bridó su apoyo. Los resultados de las elecciones de magistrados registran estadísticamente este cambio de la correlación de fuerzas, cuando el voto nulo abrumó a los votos válidos, anulando la legalidad y legitimidad de esas elecciones. No son mayoría, no tienen argumentos para anular la ley corta, no tienen la legalidad ni la legitimidad para abrogar la ley e inventarse una nueva ley. Ante este nuevo avasallamiento la obligación del pueblo boliviano es movilizarse y defender la ley corta y el reglamento que defienden el TIPNIS.

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Un Estado de excepción Estado de excepción

El Estado de excepción es el que suspende los derechos, incluso los fundamentales. Ciertamente la medida de excepción la toman los gobiernos en momentos de emergencia y de crisis, sobre todo cuando ésta se encuentra en sus momentos más candentes. El justificativo casi siempre es la seguridad del Estado contra la subversión. Empero también se interpreta la excepción como el origen instituyente del Estado; el Estado nace en la excepción misma, se construye sobre la base de esta suspensión de los derechos, sean adquiridos o naturales. El Estado emerge ante una sociedad que se supone disgregada y en conflicto. El Estado se propone como el unificador y como la unificación misma, como si fuese la síntesis misma de la sociedad, aunque esta síntesis expropie y anule la libertad social. Hay pues una violencia inicial en la 240


matriz del Estado y también en la ley, además de que cuentan, el Estado y la ley, con la posibilidad de recurrir a la fuerza para hacer cumplir la ley y hacer respetar la existencia del Estado. La excepción es la que confirma la regla; la regla es precisamente el cumplimiento duradero de esta excepción. El monopolio de la violencia, el monopolio de la verdad, el monopolio de la representación, confirman esta perdurabilidad de la excepción misma, llevada a la práctica en todos los terrenos de la estatalización. El Estado existe en un permanente enfrentamiento con la sociedad, a la que considera como la cuna de los múltiples desbordes, de las plurales transgresiones. La existencia de la sociedad es un peligro constante para el Estado. Lo paradójico es que el Estado requiere de la sociedad para existir, se alimenta de las energías sociales, aunque las absorbe y las desvía en beneficio propio, debilitando las iniciativas sociales. Por su parte, la sociedad se defiende, se expande, se potencia, arrancándole al 241


Estado la ampliación de sus derechos y obteniendo conquistas sociales, políticas, económicas, culturales. La sociedad existe cuestionando la propia excepción, raíz del Estado mismo. Los conflictos manifiestan esta lucha profunda, esta contradicción desgarradora, esta pugna por los derechos, por parte de la sociedad, y esta búsqueda insaciable por consolidar el poder, por parte del Estado; lucha por la emancipación, por un lado, lucha por la legitimación, por otro lado. Este combate puede tener periodos de paz, empero se trata de la guerra en la filigrana de la paz. La tensión latente emerge con fuerza en momentos de crisis; la crisis empuja el volcán latente a emerger. Las crisis se dan cuando se rompe el inestable equilibrio, cuando los ciclos culminan su recorrido, cuando se rompen pactos, cuando se rompen acuerdos, cuando se suspenden los derechos vulnerándolos. El Estado tiene también sus ciclos, mas bien, su genealogía; no es el mismo 242


Estado en distintos periodos, en diferentes épocas; incluso ha sido destruido por revoluciones. Empero parece resurgir de sus propias cenizas. Estas revoluciones no sustituyeron al Estado por otra cosa, por una asociación libre de productores, por la comunidad, que pone en cuestión la apropiación privada de lo común, también la apropiación pública de lo común. Ante un Estado que defiende la propiedad privada, el Estado que defiende lo público no es la alternativa, pues es la otra cara de la medalla. Lo alterativo, lo distinto, la diferencia histórica y política radica en la comunidad, en la defensa de lo común por parte de las asociaciones sociales. Lo común está en todas partes, es parte de las bondades de la madre tierra, de las fuerzas integrantes del caosmosis; esta en los ciclos vitales del agua, del aire, de los suelos, de los bosques, de la multifacética vida. La expansión de lo privado atenta contra lo común, la expansión de lo público atenta contra lo común. Se oponen a lo común pues se 243


mueve en la espontanea participación de la complementariedad de los ciclos, donde no es posible una valorización económica, tampoco una valorización política. El enfrentamiento del Estado-nación con las comunidades indígenas radica en esta profunda confrontación, en esta contradicción entre lo común y la apropiación privada-pública. El Estadonación no concibe que los bosques no sean destruidos en aras del desarrollo, no concibe que las comunidades cohabiten armónicamente con los seres y ciclos vitales de los nichos ecológicos. Para el Estado-nación, la naturaleza es el campo de objetos que se tiene dominar en beneficio del desarrollo. Los únicos derechos que acepta de agrado son los derechos de la propiedad privada y los derechos públicos, no acepta los derechos comunitarios, aunque se los impongan las luchas sociales. Pueden quedar como enunciados, pero no para cumplirlos.

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La confrontación en los territorios indígenas expresa estas profundas contradicciones. Los derechos de las naciones y pueblos indígenas han sido constitucionalizados por causa de luchas sociales anticoloniales y descolonizadoras. Empero el Estadonación no puede cumplirlos, pues estos derechos cuestionan, por así decirlo, su esencia, pública y privada. Esta es la razón que la Constitución estableció la transformación pluralista del Estado, es decir la demolición del Estado-nación en todos sus niveles y planos, para construir una transición civilizatoria configurada políticamente en el Estado plurinacional comunitario y autonómico. El Estadonación no puede aceptar esta transición, no puede aceptar su propia demolición. Para impedirlo tiene varios recursos, uno de ellos es la violencia, otro es la restauración, pero también puede optar por la simulación. Hacer creer que se inviste de Estado plurinacional, puede cambiar nombres, pero mantener sus mismas instituciones. Puede hablar a nombre del Estado plurinacional, pero sin 245


hacer nada efectivamente por encaminarse al pluralismo institucional. Puede permitir la ficción en el discurso, pero no puede permitir traspasar los límites discursivos, no puede realizar el Estado plurinacional. Solo las multitudes podrían hacerlo, solo las naciones y pueblos indígenas podrían hacerlo, solo el proletariado nómada podría hacerlo. El Estado plurinacional comunitario y autonómico será producto de una movilización general perdurable.

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La decadencia ideolรณgica Del debate de las ideas al monopolio de la propaganda

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La decadencia ideológica

Se extrañan las discusiones ideológicas del siglo pasado, cuando se participaba de escenarios de resistencia a las dictaduras militares, donde se buscaba explicar las razones no solamente de la resistencia, pues esto estaba inmediatamente comprendido y aceptado, sino se trataba de las razones históricas y políticas que vinculaban la lucha a un proyecto político y social. Estas discusiones entre grupos de formación marxista, de distinta tendencia, recurrían a la comparación de las grandes revoluciones socialistas, además de recoger la experiencia boliviana en la lucha de clases y contra el capitalismo, sobre todo la experiencia del proletariado minero. Un lugar necesario de debate era la Tesis de Pulacayo y su proyección en las Tesis de la COB. El gran dilema en el debate era escoger entre la tesis de transición de la revolución permanente y la tesis por etapas, defendidas por las 248


corrientes de los partidos comunistas, tanto el PC pro soviético y el PC pro chino. Otros temas de debate, aunque con menor intensidad, eran los relativos a la caracterización del país, así como la caracterización de las dictaduras. En relación a la caracterización del país, se contaba con la tesis sostenida por el POR de que se trata de un país capitalista atrasado y dependiente, de desarrollo combinado; en tanto que otros caracterizaban al país como todavía de herencia semi-feudal articulada a enclaves capitalistas. La tendencia general era aceptar que se trataba de un país capitalista, la diferencia estribaba en de qué manera lo era; unas posiciones consideraban que se trataba de una semicolonia, en el sentido de la teoría del imperialismo, otras posiciones, quizás con más lectura del marxismo contemporáneo, distinguían la teoría de la formación económico social de la teoría del modo de producción, y buscaban una caracterización a partir de la articulación específica de los modos de producción. La caracterización de las dictaduras militares 249


era un poco más dispersa; algunos aseveraban sin discusión el carácter fascista de las dictaduras; los más sofisticados usaban la tesis del bonapartismo y diferenciaban dictaduras militares nacionalista y populistas, muy pocas, de las dictaduras militares francamente reaccionarias y al servicio del imperialismo. Durante el periodo de resistencias a las dictaduras militares (1964-1982) estos debates transcurrieron con más o menos intensidad, dependiendo de la coyuntura y los involucrados en la discusión, también de las tareas pendientes y presentes. En el segundo quinquenio de la década de los setenta se incorpora de manera irradiante e interpeladora la visión katarista, su tesis de colonialismo interno, planteando que en Bolivia no se había resuelto la problemática colonial. El tema indígena entra al debate político en el contexto y la atmósfera política de entonces. A la izquierda tradicional le era difícil aceptar la tesis del colonialismo interno pues consideraba que no tomaba 250


en cuenta la lucha de clases, convirtiendo el conflicto en una lucha de razas. El estado de arte de estos debates nos muestra una tendencia a ampliar las perspectivas y las consideraciones abriéndose a la complejidad del asunto político, social y económico de las formaciones sociales abigarradas, así como de sus luchas sociales. Debemos incorporar también en el debate una perspectiva de la izquierda-nacional introducida por el Grupo Octubre, quienes en el lapso de tiempo de los gobiernos del General Ovando y del General Torres (1970-1971) plantean el tema de la cuestión nacional como primordial en la lucha contra el imperialismo; por lo tanto de lo que se trata es de distinguir en esta lucha a los gobiernos nacionalistas antiimperialistas de los gobiernos proimperialistas, en ese sentido, sacan la conclusión de que, en el proceso de la lucha de clases bajo el dominio imperialista, era indispensable dar apoyo crítico a los gobiernos nacionalistas antiimperialistas. Esta tesis apunta a un frente anti-imperialistas contra el 251


enemigo principal, el imperialismo y sus cipayos. El debate de la izquierdanacional era con lo que llamaba izquierda internacional, que no hacía estas distinciones y, de acuerdo a la interpretación dada, cometía errores políticos. El panorama del debate se trasforma durante el segundo quinquenio de la década de los ochenta y durante la década de los noventa. La crisis de la izquierda, provocada ya por la derrota de la Asamblea Popular (1971) y después con la caída del gobierno de la UDP (1984), abre un gran vacío ideológico, aprovechado por el proyecto neo-liberal, que se introduce casi sin resistencias, salvo quizás la marcha por la vida de los trabajadores mineros, que tratan desesperadamente defender los centros mineros contra el cierre y la relocalización. En este contexto de implantación del proyecto neoliberal, el debate se reinicia con la crítica al neoliberalismo y su proyecto privatizador; sin embargo este no es el 252


único debate, también se efectúa una evaluación crítica de la izquierda tradicional, no sólo en cuanto a sus errores teóricos y políticos, sino sobre todo por no haber considerado la problemática indígena y el tema colonial, por no haber comprendido que la lucha fundamental sigue siendo anticolonial y descolonizadora, pues la lucha contra el capitalismo es una lucha contra su matriz colonial. Este debate es importante por su directa vinculación con lo que va a ocurrir durante el ciclo de luchas y movimientos sociales anti-sistémicos del 2000 al 2005. Podemos decir que el debate adquiere una tonalidad apropiada y alcance histórico no solamente porque tiene en cuenta la discusión acumulada, el análisis y la reflexión desplegada por lo menos durante un siglo, sino porque adquiere un carácter político inmediato debido a la crisis múltiple del Estado y la asonada de los movimientos sociales emergentes. También se introducen tópicos a la discusión importantes que tienen que ver con la crisis de la izquierda debido a la 253


caída de los estados socialistas de la Europa oriental y de la Unión Soviética. Estos tópicos críticos tienen que ver con el partido, los intelectuales, la vanguardia, el Estado y el socialismo. Sobre el partido se tiene una posición crítica, se dice que ya no corresponde a las luchas contemporáneas contra el capitalismo; en consecuencia la figura del intelectual y de la vanguardia también son cuestionados sino desechados como recursos indispensables en los nuevos movimientos sociales. Además se interpreta que la caída paradójica de los supuestos destructores del Estado en la formación calamitosa de un Estado totalitario, con dominio absoluto de la burocracia del partido, no solo se debe a una deformación estalinista sino que sus antecedentes ya se encontraban en el partido, también en el papel sustitutivo de la vanguardia y en la función orientadora de los intelectuales. Ante estas experiencias dramáticas de la revolución y de la construcción socialista en un solo país, es indispensable replantearse la forma de organización de 254


las luchas sociales. En este sentido se rescatan las figuras colectivas de la crítica de la economía política; por ejemplo, el concepto de intelecto general, así como del trabajo cooperativo frente a la apropiación privada en el capitalismo. Se trabajan los conceptos de masa y de comunidad, incorporando también nuevos conceptos de la crítica contemporánea al capitalismo de las nuevas corrientes contestatarias, marxistas y no marxistas. Entre los conceptos nuevos se adquiere la perspectiva de la multitud para comprender las transformaciones en el proletariado, que adquiere una condición nómada. Se trabaja con la idea de la gramática de la multitud, para comprender los otros lenguajes de la multitud movilizada, los lenguajes corporales, los lenguajes de la imagen, para comprender el mismo movimiento, la misma movilización, como un tejido. Pero, sobre todo el eje del debate de los últimos años de década de los noventa y los primeros años del siglo XXI se desenvuelve en la comprensión de la 255


genealogía del colonialismo, de la transformación de sus formas. Se tiene la certeza que el sujeto indígena sustituye al sujeto proletario en las luchas descolonizadoras y anticapitalistas. Como se puede ver, el debate adquiere una intensidad sobre todo por la premura de la crisis política y las victorias de los movimientos sociales, que empujaban indudablemente a una salida revolucionaria, si todavía podemos hablar así. Empero este debate se corta abruptamente y de una manera inesperada con la llegada al gobierno, después de las elecciones nacionales del 2005. La pregunta es: ¿Si se llegó a esta intensidad del debate hasta el 2005 por qué se clausura el debate desde el 2006? Esta es la cuestión. Lo que se observa después es el vuelco de los esfuerzos por gobernar, por resolver problemas administrativos, y cuando se desata el ataque de las oligarquías regionales, en pleno proceso constituyente, el esfuerzo se vuelca en defender al gobierno y al proceso. No hay debate interno al bloque 256


que abrió el horizonte del Estado plurinacional. No lo hay en la Asamblea Constituyente, salvo unos cuantos amagues de reflexión, de análisis y discusión, dados sobre todo por la preocupación de las organizaciones sociales del Pacto de Unidad. La Asamblea Constituyente tiene que enfrentar movilizaciones de todo tipo, básicamente de resistencia a los planteamientos fuertes del documento base para la constituyente elaborado por el Pacto de Unidad, además de enfrentar el ataque directo de los partidos de derecha al proceso constituyente. El ejecutivo daba instrucciones inadecuadas, sin comprender lo que sucedía en la Asamblea Constituyente, poniéndola en peligro más de una vez. El conflicto de los 2/3, de la aritmética de las decisiones, y el conflicto de la “capitalía”, el traslado de la sede de gobierno y de los poderes de La Paz a Sucre, ponen al borde del abismo a la constituyente. En estas circunstancias no se dieron condiciones para el debate; lo que se hizo es defender el mandato dado 257


por los movimientos sociales, tener como referente el texto del Pacto de Unidad, y pugnar con las minorías en cada una de las comisiones. Es el documento del Pacto de Unidad el que salva a la Asamblea Constituyente, de esta manera se logra escribir el texto constitucional. Está claro que nunca se debe dejar de debatir, de reflexionar, de analizar, de desplegar la crítica, incluso en momentos difíciles por las que paso la Asamblea Constituyente; sin embargo, eso es lo que ocurrió, se impusieron las tareas urgentes de defensa del proceso y del gobierno. Empero, una vez aprobada la Constitución, no se podía ya tener ninguna excusa para no hacerlo. Era más que urgente discutir la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico; sin embargo no se lo hizo, salvo en contados casos, en la elaboración del anteproyecto de ley de gestión pública, en la elaboración del Plan Plurinacional del Vivir Bien (Plan de Desarrollo Económico y Social) y en la

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elaboración del proyecto de Ley de la Madre Tierra. En la primera gestión de gobierno la crítica y el debate fue suspendido con el argumento de que debemos defendernos ante la derecha, dejar estos debates a la constituyente; después, en la constituyente, el debate fue imposible. Más tarde, cuando se promulgó la Constitución, se prefirió optar por la difusión de la Constitución sin ningún aprendizaje y discusión colectivos; cuando se tenía que elaborar leyes, se buscaron artículos pertinentes para las leyes, de una manera des-contextuada, abandonando la interpretación del espíritu constituyente, optando por el alma leguleya de los abogados, que no entendían ni el proceso ni la Constitución. Durante la segunda gestión de gobierno, ya había corrido mucha agua bajo el puente, el peso del pragmatismo político condujo a un derrotero inesperado; el gobierno eligió pragmáticamente mantener el Estado-nación, como lo venía haciendo durante la primera 259


gestión, por lo tanto eligió el camino de la restauración. También el gobierno escogió la continuación de la ruta por el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, siguiendo la huella de las castas criollas gobernantes. Cómo ambas decisiones contrastaban elocuentemente con el mandato Constitucional, se optó por un uso propagandístico de la Constitución sin asumir jamás sus contenidos, ni tampoco mucho menos explicar las contradicciones evidentes del gobierno. Como por decreto se dijo que ya somos un Estado plurinacional después de la promulgación de la Constitución. ¿Por arte de magia? En otras palabras, se renunció a la demolición del Estadonación, se renunció a las transformaciones estructurales e institucionales para construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, se desecharon el pluralismo institucional, el pluralismo normativo, el pluralismo administrativo y el pluralismo de gestión, como transformaciones necesarias en la transición al Estado plurinacional. Se 260


cayó en la retórica estéril de la propaganda, también del teatro político y los montajes, el doble discurso. Esto no podía sostenerse por mucho tiempo, cayó el montaje como castillo de naipes. Después de las resoluciones de Tiquipaya se hizo evidente que el gobierno no cumplía con las resoluciones, que ya eran vinculantes para el Estado boliviano. Después de estas comprobaciones el discurso boliviano en los foros internacionales ya no es creíble. Esta diferencia se la puede comprobar en el contraste de la convocatoria boliviana en las dos últimas cumbres de Naciones Unidas sobre cambio climático. En Copenhague el presidente boliviano habla ante cien mil activistas y declara la guerra al capitalismo en defensa de la madre tierra; en Cancún la delegación boliviana se queda sola, sin apoyo incluso de los países del Alba. El descrédito se ahonda con la medida de nivelación de precios, con la introducción de dos artículos que tácitamente aprueban los transgénicos en la ley de la revolución productiva, con el

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sinuoso y represivo comportamiento del gobierno en el conflicto del TIPNIS. El proceso está en crisis y en peligro, pero ante esta crisis y el peligro cierran los ojos los gobernantes, el MAS, los funcionarios, los dirigentes campesinos. Llama la atención que incluso cierran ostensiblemente los ojos a quienes se consideraron como intelectuales críticos, que fueron en su momento críticos. ¿Por qué dejaron de serlo? ¿Sólo por el hecho de que se encuentran ocupando la función pública? ¿Por el hecho de ser funcionario se pierde la condición de crítico? De todas maneras es ineludible la responsabilidad que se tiene con el proceso. El proceso es producto de las luchas sociales, de las naciones y pueblos indígenas originarios; el proceso pertenece a la gente que ha luchado en la guerra del agua, en el bloqueo indígena campesino de la CSUTCB en septiembre del 2000, en la guerra del gas del 2001 y en los acontecimientos de mayo y junio del 2005, en los múltiples movimientos sociales que atravesaron la sociedad, 262


incluyendo a los jubilados y prestatarios, pertenece a la gente que ha votado consecutivamente a favor apostando por el proceso. El proceso no le pertenece al MAS, no le pertenece al presidente, ni al vicepresidente, no les pertenece mucho menos a los funcionarios. Esta responsabilidad por el proceso exige la crítica y el debate colectivos. Incluso siendo funcionario la persona que se considera comprometida con el proceso tiene que optar, o ser cómplice del derrumbamiento, aplaudiendo como “lluncu” las barrabasadas del gobierno, o ser crítico y poner en mesa los problemas, por lo menos para su discusión. Pero esto no se hace, se ha preferido recurrir al guion prestablecido, al esquema simplón de que si no estás conmigo estas con la derecha, eres mi enemigo. Llama a atención que esta pose se parece mucho a la lanzada por el presidente estadounidense Busch después del ataque a las torres gemelas.

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Un esquema simplón

No dejan de sorprender la expuesta y ostensible debilidad de las argumentaciones del gobierno en todo el debate en torno al TIPNIS. También no deja de dejar una sensación de pena cuando se observan los exacerbados esfuerzos desesperados de los funcionarios por querer defender a su gobierno, mostrando más celo que lógica. Da tanta pena y tristeza como la huella de desolación que dejó la marcha del CONISUR. Toda la estrategia comunicacional del gobierno, su cuadro de respuestas al conflicto, se basan en un esquema simple e inocente. Hay derecha e izquierda, nosotros los del gobierno somos, desde luego, la izquierda; los que nos critican son de derecha. Sobre todo los que nos critican en el tema de la carretera de Villa Tunari a San Ignacio de Moxos, debido a que los que critican la construcción de la carretera están contra el desarrollo. El desarrollo es también un 264


derecho de los indígenas. Los temas ambientalistas han sido manejados por ONGs, detrás de esta estrategia ambientalista está la sombra de la embajada estadounidense y la efectiva intervención de USAID. Esta incumbencia se ha comprobado con el apoyo a la VIII marcha indígena de parte de la derecha, la gobernación de Santa Cruz, los ganaderos asentados en las proximidades del camino y recorrido de la marcha, incluso han apoyado a la marcha empresarios privados. Ahora que hay una ley de consulta para que decidan las comunidades del TIPNIS, nuevamente se ponen en contra; todo esto por atacar al gobierno que cumple con la Constitución y los convenios internacionales. Las organizaciones indígenas están con la derecha, han firmado un convenio con la gobernación de Santa Cruz. “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Este es el refrán de sentido común que se utiliza para descalificar a los dirigentes del CIDOB, creyendo que tiene alguna proyección desde la vida cotidiana a la vida política, como si esta certeza popular 265


sobre las relaciones personales pudiera proyectarse a los escenarios políticos. A este juego pueril de argucia hogareña se ha reducido la discusión. Este esquema simplón ha sido usado una y otra vez por la propaganda del gobierno y por los funcionarios celosos que hacen gala de repetir lo mismo. El esquema utilizado es extremadamente estrecho y pobre. Una de sus más grandes debilidades radica en que no toma para nada en cuenta el tiempo político ni la perspectiva histórica. Están lejos de hacerse preguntas si tiene sentido seguir usando el esquema parlamentarista francés de izquierda y derecha, cuando la misma escenografía del congreso francés comprende además a la montaña, los más radicales, y los del llano, los oportunistas. Incluso si se usa el esquema reductivo, no se puede suponer que la izquierda y la derecha son entidades invariables, abstractas y ahistóricas, como si no tuvieran nada que ver las posiciones que se toman respecto a determinados problemas, como si la 266


política no estuviera al interior de procesos que se desplazan y transforman en el periodo y las coyunturas. Derecha e izquierda son referencias a posicionamientos en las distintas coyunturas de un proceso histórico. La derecha tradicional, por así decirlo, fue derrotada en el Pando, después del conflicto del Porvenir. Su derrota política y militar se corrobora en las elecciones del 2009, cuando no sacan ni siquiera un tercio de los representantes de la Asamblea Legislativa. Después de esta derrota, en el lapso de la segunda gestión de gobierno, la conducción política escoge un derrotero de enfrentamiento con el pueblo y con las naciones y pueblos indígenas originarios. Lanza una medida de shock monetarista de nivelación de precios en relación a los carburantes y hace evidente en el conflicto del TIPNIS su acuerdo con el gobierno brasilero, con la empresa constructora OAS, saltando las normas de contratación de bienes y servicios, violando la Constitución, sin efectuar la consulta y consentimiento previo libre e informado, cuando lo debía 267


hacer. Estos enfrentamientos, el levantamiento popular contra la medida llamada popularmente gasolinazo, el apoyo del pueblo boliviano a la defensa del TIPNIS, sobre todo el recibimiento de un millón de paceños a los marchistas, muestran empíricamente la situación y la posición del gobierno. Ha cruzado la línea, se encuentra al otro lado de la vereda enfrentando al pueblo y a las naciones y pueblos indígenas. ¿Cómo se describe esta posición? ¿De izquierda? ¿De derecha? Según los funcionarios defensores, sigue siendo de izquierda. ¿Por qué? Nadie sabe por qué. Es imposible sostener que la supeditación a las empresas trasnacionales del petróleo, el compromiso con la empresa corrupta OAS, el ataque al territorio indígena y parque Isiboro-Sécure, la violencia contra la VIII marcha indígena, la restauración del Estado-nación, la opción por el modelo extractivista sean posiciones de izquierda. Como todos conoces el conflicto del TIPNIS, la VIII marcha que llegó a la 268


ciudad de La Paz, el apoyo multitudinario que recibió, obligaron al gobierno a aceptar el pedido de la CIDOB de una ley en defensa del TIPNIS. La ley corta en defensa del territorio indígena y parque Isiboro-Sécuré es una conquista de la marcha indígena y pueblo boliviano, las organizaciones sociales, juntas de vecinos y la COB que apoyaron la VIII marcha. Empero al poco tiempo, sin ningún rubor, el gobierno prepara su contraofensiva, atizando el fuego en la región del Chapare y en San Ignacio de Moxos para que las organizaciones cocaleras y las organizaciones cívicas de San Ignacio de Moxos pidan la abrogación de la ley corta. Lo que ha escrito con la mano lo quiere borrar con el codo. Prepara la marcha del CONISUR, organización del polígono siete, de la zona de avasallamiento del TIPNIS, que no pertenece a la TCO del TIPNIS, ocupada por productores de la hoja de coca y nueve comunidades yuracares, cuyas familias decidieron renunciar a la TCO, convertirse en propietarios privados y productores de coca. Los sindicatos del 269


CONISUR están afiliadas a las federaciones cocaleras del Chapare. En otras palabras, la marcha del CONISUR no tiene ninguna legitimidad para decidir sobre el TIPNIS, sobre si pasa o no la carretera por el núcleo del TIPNIS, si hay que hacer una consulta extemporánea o no, pues el territorio de la TCO del TIPNIS no les pertenece. Sin embargo el gobierno sigue su estrategia de montaje y manipulación, incluso a pesar que la marcha del CONISUR resulta desacreditada desde un principio y sin apoyo de la población, que optó por la indiferencia absoluta. Sobre este montaje el gobierno intenta en principio abrogar la ley corta, a pedido de los del CONISUR. Lo que resultó que no ser tan fácil, al enfrentar las críticas de organizaciones sociales, de la opinión pública, además de las organizaciones indígenas y los organismos internacionales. En su embrollo encuentra un camino laberíntico para continuar con el atropello a los derechos de las naciones y pueblos indígenas. Se 270


inventa una consulta extemporánea a la que le pone el nombre de consulta previa, creyendo que todos pueden creer que se trata de la consulta previa libre e informada sólo con ponerle el nombre. Este cuestionario del gobierno, que introduce dos preguntas que le preocupan, sobre la intangibilidad del territorio y sobre la carretera, no cumple con las condiciones, los requisitos, las características, la estructura y el concepto de lo que es una consulta y consentimiento previo libre e informado establecidos claramente en los convenios internacionales, Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Naciones Unidas sobre derechos de los pueblos indígenas, tampoco cumple con lo establecido en la Constitución en los que respecta a los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, así como en lo que se refiere a la consulta previa. Obviamente además de ser extemporánea, pues el contrato de la carretera y el diseño, además de la adjudicación a la empresa constructora OAS se la efectuó el 2008. 271


Ante estos hechos evidentes los funcionarios defensores de los procedimientos escandalosos del gobierno no se inmutan, prosiguen con la repetición ritual del mismo discurso, del mismo esquema simplón, ahora haciendo esfuerzos denodados contra toda lógica de demostrar que el cuestionario del gobierno es una consulta previa y cumple con la Constitución y los convenios internacionales. ¿Cómo pueden hacer esto? Desconociendo el contenido de los convenios internacionales, desconociendo el contenido de la Constitución, citando partes intrascendentes, sin análisis, sin interpretación del conjunto de los textos, del sentido de los mismos y de su espíritu normativo. Esta no es solamente una manipulación bastante bochornosa sino la expresión más calamitosa de la decadencia, del descrédito y de la deshonestidad. No es necesario caer tan bajo para defender al gobierno; se lo puede hacer recurriendo a otros argumentos, de carácter más bien pragmático. 272


Estos argumentos pragmáticos tienen que ver con la recurrencia al discutido e interpelado imaginario del desarrollo. Cuando se escucha hablar a los funcionarios de lo que se trata es del desarrollo, de los beneficios del desarrollo para las comunidades indígenas del TIPNIS, que viven en condiciones miserables, llama la atención que lo hagan funcionarios de los que se creía que habían cuestionado estas ilusiones de las castas y elites criollas republicanas, que se creía que habían entendido y participado en la idea del modelo alternativo del vivir bien, de lo que significa la construcción del Estado plurinacional comunitario y autonómico, construcción que exige transformaciones estructurales e institucionales que hasta ahora no se han dado. Empero es esto lo que se ve, una renuncia a la crítica, una renuncia práctica a la Constitución, a la construcción del Estado plurinacional y al modelo civilizatorio alternativo del vivir bien. Prefieren defender la ruta del barco al naufragio, aplaudir este derrotero a la muerte del proceso, ciegamente, que 273


optar por la necesaria reconducción del proceso. ¿Por qué lo hacen? ¿Por obediencia? ¿Por mantenerse en sus puestos?

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Lo que está en juego es el proceso

El tema de fondo de este debate es que se trata del destino del proceso. ¿Vamos a dejar que se hunda el proceso por el choque insoslayable de las profundas contradicciones que contiene? Ciertamente todo proceso, toda revolución contiene contradicciones; de lo que se trata es de resolver estas contradicciones en el sentido de la profundización del proceso, no en el sentido de la regresión y de la restauración, con el triste argumento de que se trata de tensiones creativas. Todo el que se cree revolucionario debería saber que las contradicciones son parte de los procesos, que además llegan momentos de encrucijada del proceso mismo, donde hay que decidir por donde se va. Por la profundización del proceso o por la administración dilatada de la crisis del Estado-nación, que conlleva a mantener el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. No debería 275


sorprenderlos que lleguen estas encrucijadas, estos puntos de alta tensión y por lo tanto de debate. Sin embargo, con la amnesia que corresponde a un marcado oportunismo, olvidan las lecciones históricas y pretenden hacer creer a la gente que la lucha es contra una derecha que ha muerto, como si la derecha fuera una esencia metafísica, abstracta, fuera de la historia, un mal, la expresión del mal. Así piensan los moralistas más recalcitrantes de las religiones monoteístas. En realidad pelean contra los fantasmas de una derecha ya muerta; lo que no pueden ver los funcionarios es que la derecha efectiva es una posición conservadora y reaccionaria frente a determinados problemas fundamentales, que en derecha puede convertirse el gobierno precisamente por que opta por posiciones conservadoras y reaccionarias frente a estos problemas fundamentales. Ante la responsabilidad de construir el Estado plurinacional comunitario y autonómico, ha preferido restaurar el Estado-nación, liberal y colonial. Ante el modelo 276


alternativo al capitalismo, la modernidad y el desarrollo, como dicen las resoluciones de Tiquipaya, ha preferido continuar y extender la amplitud del modelo extractivista. Ante la defensa de los derechos de la madre tierra –hay una ley corta de los derechos de la madre tierra aprobado por la Asamblea Legislativa y promulgado por el gobierno, hay un proyecto de ley de la madre tierra que espera ser atendida por los legisladores -, ha optado por ampliar la frontera agrícola, por la depredación y la destrucción ecológica, recurriendo a ingenuos argumentos del imaginario desarrollista. Estas opciones del gobierno lo convierten en la derecha real, practica, efectiva, frente a la re-emergencia de los movimientos sociales y la lucha de las naciones y pueblos indígenas originarios. En este posicionamiento del gobierno hay un nuevo reacomodo de alianzas. Los aliados del gobierno son precisamente la burguesía recompuesta, los nuevos ricos, los banqueros, los agroindustriales y los terratenientes. Todos ellos coinciden con 277


la ruta tomada por el gobierno, modelo extractivista, ampliación de la frontera agrícola, restauración del Estado-nación, suspensión del saneamiento de tierras por cinco años, suspensión de la reversión de tierras por no cumplir con la función económico social y por desmontes ilegales. Estos últimos acuerdos se los tomaron en la Cumbre Social, donde asistieron los empresarios privados. Es esto lo que cuenta en el análisis, el comportamiento de las clases sociales, no los fantasmas de una derecha muerta. Aunque queden resabios de la derecha tradicional en la Asamblea Legislativa y en la gobernación de Santa Cruz, aunque estos resabios intenten aprovecharse de las marchas, esto no cambia el estado de la correlación de fuerzas. Estos resabios de la derecha tradicional está desubicada, quiere seguir peleando a la antigua, como lo hacía, contra el gobierno de la primera gestión, cuando, ahora, en el contexto de las nuevas alianzas, su clase social, la clase a la que representa es ya aliada del gobierno. Otros desubicados son estos 278


funcionarios defensores del gobierno que creen que el tiempo polĂ­tico no pasa, que el proceso se ha detenido en la coyuntura del conflicto con la derecha tradicional; no observan los hechos, los acontecimientos, de las recientes etapas del proceso. No atienden a las contradicciones. Prefieren quedarse en la apologĂ­a y propaganda del gobierno a pesar de los grandes contrastes entre su discurso y la realidad.

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Espesores de una coyuntura candente Expediciones públicas y ocupación militar del TIPNIS

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Una coyuntura candente

La coyuntura reciente, caracterizada por la nueva situación del conflicto del TIPNIS, viene dibujada por la aprobación de la ley de consulta extemporánea por parte de la Asamblea Legislativa y su promulgación por parte del presidente. En este nuevo escenario, que es como el exordio de la pretendida aplicación del cuestionario gubernamental - porque eso es, un cuestionario que introduce dos preguntas, una sobre la condición de intangibilidad y otra sobre la carretera que atravesaría el territorio indígena y parque en cuestión -, el gobierno, haciendo gala de una manifiesta inseguridad, que no puede esconder, ha mandado a la armada al TIPNIS. La armada ha ingresado al territorio indígena surcando los ríos Sécure y el Isiboro con barcos cargados de vituallas, con el objeto de distribuirlos entre los comunarios de la TCO del TIPNIS, comprometiendo su voto a favor de la 281


carretera. Esta acción de chantaje es una flagrante violación de una de las cláusulas de la consulta con consentimiento, previa, libre e informada, cláusula que establece que no puede haber coerción. Este despropósito se suma a la ya descalificada consulta extemporánea por no cumplir con la estructura conceptual de una consulta previa, libre e informada. En esa dirección de intervención, presión y chantaje ya se han instalado campamentos militares, mostrando claramente la decisión del gobierno de ocupar militarmente el territorio indígena antes de la aplicación del cuestionario. En esta alevosa acción en la que estarían comprometidos, además del ejecutivo, la asamblea legislativa, el órgano judicial y el órgano electoral, violando descaradamente la Constitución, en cumpliendo de las órdenes del gobierno. Estamos entonces ante una ocupación militar y ante la virtualidad de una “consulta” militarizada. Esta acción desmedida de coerción y demostración de fuerza es una 282


declaración de guerra del Estado-nación, que debería haber muerto, contra el Estado plurinacional comunitario y autonómico, que no ha podido nacer. Una declaración de guerra a las naciones y pueblos indígenas originarios, como en los tiempos violentos del colonialismo y de la expansión de la frontera controlada de la república criolla. El Estado-nación no acepta los territorios indígenas, tampoco las autonomías indígenas, así como la libre determinación y el autogobierno de las naciones y pueblos indígenas originarios, como establece la Constitución. El Estado-nación no puede coexistir con la Constitución y menos cumplirla, pues esta Constitución corresponde al Estado plurinacional comunitario y autonómico. Esta contradicción profunda no se puede resolver sino violando la Constitución, colocándola como fantasía discursiva, y por último, en los momentos más fuertes de la contradicción y confrontación contra los pueblos indígenas y los movimientos sociales que defienden la Constitución, desconocerla, no sólo prácticamente, 283


como se lo ha hecho hasta ahora sistemáticamente, sino incluso explícitamente, declararla inviable. Este momento descarnado, de desnudamiento de todos los disfraces puede llegar. Indudablemente hemos llegado a uno de los momentos más contradictorios del proceso, uno de los de mayor confrontación, entre gobierno y naciones y pueblos indígenas, entre gobierno y pueblo boliviano, entre el proyecto político de la Constitución y el proyecto extractivista del gobierno. Este momento de confrontación de fuerzas viene definido por la IX marcha indígena. Lo que pueda pasar con esta marcha mostrara los alcances de la intensidad de la lucha. Ya se evidenció la intensidad del conflicto en la VIII marcha indígena, sobre todo en el momento de la descomunal violencia desatada por el gobierno contra la marcha indígena, en las circunstancias mismas de la intervención policial y de otras fuerzas de apoyo, incluyendo a extranjeros. En el nuevo escenario, el definido por la 284


preparación de la IX marcha, las organizaciones indígenas se juegan quizás la carta más importante para reconducir el proceso; el gobierno también se juega su carta para consolidar su proyecto extractivista. Esta es una de las razones por las que acude el gobierno a una ocupación militar del TIPNIS. Ensamblando esta estrategia de ocupación militar, el Estado-nación, utilizando la complicidad ilegítima del órgano judicial, ha desatado toda una persecución a los dirigentes indígenas, participes de la VIII marcha, con acusaciones falsas, mientras hasta ahora no ha hecho nada para avanzar en la investigación y en el esclarecimiento de los hechos violentos acaecidos en el puente San Lorenzo en contra de la marcha indígena, acción represiva repudiable, realizada como acción punitiva por parte de la policía. Mucho menos se le puede pedir a este órgano judicial cómplice, alejado de sus funciones y convertido en un aparato de represión más, que identifique a los 285


responsables de dar la orden de la represión de la marcha, aplicándoles las leyes por haber violado los derechos fundamentales, como corresponde en estos casos. En este contexto las organizaciones indígenas han convocado a reuniones y encuentros de emergencia. La primera resolución de la CPEM-B denuncia esta violencia legal descargada contra las organizaciones indígenas. La segunda resolución de la CPEM-B denuncia el agraviante desconocimiento a las organizaciones matrices indígenas por parte del gobierno; por otra parte repudia y desconoce a dirigentes comprometidos con estas maniobras gubernamentales, desconoce al Subgobernador de la Provincia Mojos, al alcalde del municipio de San lgnacio, a la presidenta del Concejo Municipal de San lgnacio y a los asambleístas Indígenas departamentales. Esta resolución también denuncia la inconstitucionalidad ley 222 promulgada por el presidente, la llamada ley de consulta, expresión normativa de la 286


violación de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios. También denuncia que el Gobierno amparado en la ley 222 viene desplegando una campaña deshonesta promoviendo la división orgánica en nuestros territorios a través del chantaje, prebenda y compra de conciencia de los comunarios, mediante el ingreso de comisiones encabezadas por las autoridades antes mencionadas, sin el consentimiento de las autoridades naturales del territorio. En resumen se puede observar que a esta invasión civil le ha seguido la ocupación militar, ambas expediciones concurren con el objeto de efectuar coerción y presionar a las comunidades, buscando obligar una votación a favor de la carretera depredadora. Estas acciones gubernamentales son una consecuencia de toda la política sinuosa que ha seguido el gobierno en torno al conflicto del TIPNIS. Tomando en consideración estos sucesos, la CPEM-B rechaza y condena la franca 287


violación de los derechos de propiedad comunitaria del TlPNlS, los derechos de la TCO; así mismo, las comunidades reunidas, rechazan la desenfrenada actitud de saltar por encima de las estructuras orgánicas de los pueblos indígenas. Esta actitud violatoria de derechos y de representaciones es calificada como maniobra flagrante ejecutada por personeros del gobierno en coordinación con las autoridades departamentales y locales, municipio y sub-gobernación. Esos funcionarios públicos han ingresado al territorio indígena con la excusa expresa de un supuesto plan de apoyo al desarrollo. Se denuncia entonces que lo que persiguen estas expediciones punitivas y de propaganda es presionar a las autoridades de las comunidades mediante prebendas y apoyos, buscando su apoyo a la construcción de la carretera; estas presiones están encaminadas a preparar la inducción de los resultados de la supuesta "consulta previa".

288


Estas resoluciones se aprobaron el 25 de febrero de 2012 en una Reunión Orgánica de Emergencia de la Central de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (CPEM-B), en presencia de la CIDOB y la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB). Esta reunión de emergencia, la visita de los dirigentes de la Subcentral del TIPNIS y de la CIDOB a las comunidades de la TCO del TIPNIS, para recabar información, difundir y explicar el contenido y los alcances de la ley corta de defensa del TIPNIS, forman parte de la resistencia de las comunidades indígenas al avasallamiento legal y práctico por parte del gobierno y la armada. También forma parte de la voluntad y determinación de realizar la IX marcha indígena en defensa de la madre tierra, los territorios indígenas y la Constitución. La CIDOB y el CONAMAQ han rechazado la ley 222 y han ratificado la defensa de la ley 180, la ley corta, además de sumarse a la IX marcha. La COB ha sacado una resolución en el sentido de apoyar la IX marcha indígena. Puede verse en todo esto una realineamiento y 289


acumulación de fuerzas. La convocatoria está abierta al pueblo boliviano que ha apoyado la VIII marcha y la defensa del TIPNIS. Después de la conquista lograda por la VIII marcha, al haber arrancado la ley 180 al gobierno, ley en defensa de TIPNIS, además de haber aclarado en un reglamento acordado con el gobierno el significado de la intangibilidad, las organizaciones indígenas, las organizaciones sociales que apoyaron la defensa del TIPNIS, la COB y el pueblo boliviano enfrentan la nueva coyuntura, signada por la ley de consulta extemporánea y por los preparativos de la IX marcha indígena. En esta coyuntura los alcances de la lucha y de la convocatoria son mayores; ya no se circunscribe la movilización sólo a la defensa del TIPNIS sino que ahora se asume la responsabilidad de la reconducción del proceso, además de contener la convocatoria a todo el pueblo para la defensa de la constitución y del proceso contra un gobierno que se ha 290


convertido en un contra-proceso. Esto implica también tomar en cuenta las reivindicaciones de los sectores populares urbanos. La agenda de la IX marcha es más amplia que la VIII marcha. El nivel de confrontación es mayor, las perspectivas de la lucha han alcanzado gran intensidad, convirtiendo a los desenlaces posibles en decisivos para el proceso. Se entiende que en este enfrentamiento el gobierno también se juega su proyecto extractivista; por eso la movida de todos los recursos al alcance, legales, civiles, militares, políticos y comunicacionales. El pueblo boliviano, que ha peleado por el proceso durante seis años de luchas semi-insurreccionales, que ha votado consecutivamente en las elecciones, apostando por el proceso y la Constitución, tiene una gran responsabilidad histórica en esta coyuntura, quizás decisiva para el proceso. Sólo una movilización general, una decisión multitudinaria, una voluntad colectiva, en defensa del proceso, por la 291


reconducción del proceso, en defensa de la madre tierra y la Constitución, puede cambiar el curso de los acontecimientos. Eventos empujados por el gobierno a la restauración del Estado-nación y hacia la ampliación y extensión del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente; vía que conduce al desastre y a la muerte del proceso. Sólo una movilización general puede revertir la tendencia política dominante de claudicación, y lograr un punto de inflexión, recuperando los objetivos caros de la descolonización y la transformación estructural e institucional, puede lograr la profundización y la radicalización del proceso. Hay en la historia momentos decisivos, momentos de exigencia, de convocatoria desde las profundidades mismas de la memoria colectiva de las luchas, para decidir precisamente el decurso de la historia, para construir historia desde el anhelo mismo emancipatorio, escapando de los condicionamientos impuestos por las estructuras del poder y del Estado. 292


Este es uno de esos momentos. Que se acuda a esta convocatoria depende de la conmoción profunda de nuestro ser, que podamos comprender la peligrosidad del momento y por lo tanto de la necesidad de la intervención de los movimientos sociales anti-sistémicos, las masas, las multitudes, las naciones y pueblos indígenas, el proletariado, los sectores populares, el pueblo boliviano. Se trata de entender que el gobierno se ha dejado atrapar por relaciones y estructuras de poder dominantes en el mundo, en la región y en el país, que se ha convertido en un engranaje de estas relaciones de poder, que ya no tiene voluntad propia, que su determinación responde a lógicas de poder establecidas y efectivas, que no han sido desmontadas. Que esta situación no puede ser una sorpresa, pues forma parte de las contradicciones del proceso, de todo proceso, de los desafíos políticos de las dramáticas y desgarradoras transiciones. Por eso mismo los movimientos sociales deben estar preparados para asumir los desafíos y responder a los mismos con la potencia 293


social, con los saberes colectivos, la voluntad general, las capacidades y facultades multitudinarias, como inmanencia del ser social, enfrentando al poder instituido. Ahora bien, no siempre las masas y las multitudes han podido responder a estos desafĂ­os; en las experiencias colectivas de las revoluciones que no lo han hecho, cuando los pueblos no han sabido responder a estos retos, las revoluciones en cuestiĂłn se han hundido en el fragor de sus contradicciones, sin que los explotados, que se insurreccionaron abriendo el proceso, puedan en el momento decisivo responder. En estos casos, las multitudes se encuentran aisladas por el propio Estado, por los gobernantes y por sus propios dirigentes cooptados y conformistas; por lo tanto, en consecuencia, se encuentran desplazadas de la decisiĂłn y de la incidencia, sin poder quebrantar el curso de los acontecimientos, que se desembocan como caballos enloquecidos a la muerte. 294


Estas consideraciones develan que es indispensable la difusión, el compartir, la discusión, la reflexión y el análisis colectivos de estos problemas. La construcción de saberes colectivos críticos, subversivos e insurreccionales es un acontecimiento experimentado por vivencias compuestas, combinadas e integradas, intensas y liberadoras. Esta elucidación colectiva forma parte de la cohesión de las organizaciones involucradas, de las organizaciones y coordinaciones que se formen en el curso de las luchas. Forma parte del potenciamiento mismo de la movilización constitutiva e instituyente del nuevo mapa de fuerzas donde se sostendrán las nuevas relaciones y estructuras pluralistas. Esta, la participación y asamblea colectivas y comunitarias, es entonces la tarea inmediata de preparación de la IX marcha.

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El mapa de fuerzas

En esta breve exploración de los acontecimientos coyunturales queda un tema pendiente que discutir, el de otras fuerzas distribuidas en el contexto del acoplamiento del momento. Ya no hablamos aquí de las fuerzas propias, sino de las fuerzas ajenas, no de las fuerzas indígenas y populares, sino de las fuerzas que han sido caracterizadas como opuestas al proceso constituyente; una de estas fuerzas corresponde a la derecha tradicional. En la VIII marcha se ha visto su interés de apoyar, ciertamente con sus propios objetivos, intereses distintos, en contra del gobierno. Esta derecha busca la oportunidad para reponerse de la derrota contundente sufrida en Pando después de los acontecimientos sangrientos del Porvenir, derrota rarificada en el claro descalabro electoral de las elecciones de 2009, sin poder lograr ni siguiera un tercio de la representación del Congreso. Esta 296


derecha tradicional ha quedado hecha añicos. Es de esperar que esta derecha también se encuentre ansiosa de volver a apoyar la novena marcha, quizás intentando una mayor incidencia. Eso trató de hacerlo en la VIII marcha, empero las organizaciones indígenas no le permitieron de ninguna manera participar. Lo que hizo esta derecha es apoyar en vituallas y alimentación, aunque no fue la parte ni la proporción preponderante de la logística de la marcha. El apoyo proporcionalmente importante de la marcha fueron las redes de apoyo de las propias organizaciones indígenas, las ONGs de izquierda, también las organizaciones humanitarias, así como las instituciones de la cooperación internacional y de derechos humanos, además de los múltiples grupos de activistas ecologistas, ambientalistas, feministas, antisistémicos, y sus redes de comunicación; este apoyo fue preponderante en el armado de la logística de la marcha.

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El gobierno, de manera infantil, ha tratado de desinformar al respecto, acusando a los dirigentes de tener compromisos con la derecha o de hacer la jugada a la derecha. Como si no fuera real el conflicto del TIPNIS, como si no se tratara de una TCO protegida por la Constitución, de un parque protegido por las leyes, como si no se hubieran constitucionalizado los derechos indígenas; es decir, como si no hubiera ningún problema. Este es el nudo del cuestión, este es el referente de realidad, no la delirante imagen que tiene el gobierno de lo que ocurre; imagen paranoica, sostenida en la tesis débil de la conspiración. Esta propaganda lamentable le cerró los ojos al gobierno, retraído en su propio laberinto, de tal forma que no pudo ver el mapa de los hechos; tampoco lo hace ahora, no solamente debido a su propia contradicción inherente, que a estas alturas ya no se les puede pedir que comprendan, sino por la propia magnitud del problema. En estas condiciones, obviamente no puede descifrar las 298


razones del apoyo de la ciudadanía al TIPNIS. En estas circunstancias de retraimiento paranoico, no se les puede pedir a los del gobierno que reconozcan públicamente sus compromisos con la burguesía recompuesta y los nuevos ricos, menos sus compromisos con las empresas trasnacionales, la empresa constructora OAS y el gobierno brasilero. Los hechos muestran que, a estas alturas de la regresión de la dirección del proceso, se trata de un gobierno que administra los intereses de la burguesía recompuesta, de los terratenientes, de los banqueros, de los nuevos ricos y de las empresas trasnacionales. En este sentido la dilucidación de lo que es derecha ha cambiado; hay una nueva derecha, una burguesía recompuesta, nuevos ricos, además del propio gobierno que ha optado por el Estado-nación y el modelo extractivista. Esta nueva derecha es el termidor de la revolución plebeya e indígena, quiere detener el proceso en su momento incierto, donde ha llegado vadeando sus contradicciones, quiere acabar con el proceso ahí, en el sitio 299


indefinido y ambiguo del discurso, en la mera aprobación de la Constitución, buscando que ésta no pueda aplicarse. Esta es la derecha efectiva, peligrosa, con incidencia política, no la derecha tradicional, que ciertamente nunca va a dejar de conspirar, pero que en el momento no tiene fuerza como para reincidir. El análisis de coyuntura, el análisis de contexto, el análisis de las fuerzas involucradas, nunca va a poder ser reducido a la trivialidad del esquema inocente de un dualismo simplón, de que sólo hay una derecha, por un lado, y una izquierda, por otro lado. En el contexto, en la cartografía espacial y temporal, hay más fuerzas, un mapa de fuerzas, hay una variedad de posiciones, que deben ser analizadas y evaluadas en el decurso mismo de las coyunturas y el proceso. Concretamente, fuera de la derecha tradicional, correspondiente a las oligarquías regionales, derecha que ahora se ha reducido a débiles representaciones políticas, tanto en el congreso como en 300


una gobernación, ha aparecido en el mapa de fuerzas la distribución del posicionamiento de una nueva derecha, de una nueva fuerza conservadora efectiva. Esta nueva derecha puede ser interpretada, en realidad, como una nueva alianza de fuerzas conservadoras, en la perspectiva del proyecto extractivista. Esta alianza está compuesta básicamente por la relación comprometida del gobierno con los estratos de la burguesía; clase económicamente dominante que ha sido la que más se ha beneficiado frugalmente en las dos gestiones de gobierno popular. Componen esta burguesía renovada los agroindustriales, los terratenientes, los comerciantes, los banqueros, los nuevos ricos, los grandes contrabandistas y los grupos de los tráficos lícitos e ilícitos. A este conglomerado o bloque conservador se lo puede llamar nueva derecha; esta caracterización se debe a las posiciones claramente evidentes contra la Constitución, contra las transformaciones estructurales e institucionales y contra los caros objetivos del proceso. Esta nueva 301


derecha quiere limitar, delimitar y detener el proceso en el lugar incierto donde ha llegado; servirse de las imágenes mismas del proceso, investirse de ellas, suplantando a los movimientos sociales, para satisfacer holgadamente con el cumplimiento de los intereses mezquinos de los grupos dominantes. Lastimosamente en este cuento han caído los dirigentes campesinos, cooptados por el gobierno, perdiendo toda independencia de clase y de organización. De esta manera, hoy por hoy, los campesinos se han convertido en la base social de legitimación reducida de la conducción clientelar del gobierno. Entre este bloque de poder, bloque de sustento del proyecto extractivista, y el bloque indígena, nucleado básicamente en las dos grandes organizaciones de tierras bajas y de tierras altas, la CIDOB y el CONAMAQ, se encuentran una multiplicidad de fuerzas dispersas, que no necesariamente actúan de manera conjunta y coordinada, aunque lo hicieron en el apoyo a la defensa del TIPNIS. La 302


COB es la principal organización de los trabajadores y de los sindicatos obreros urbanos y de los centros mineros. La COB tiene un pliego petitorio, que comprende varios puntos, fuera de las reivindicaciones económicas; uno de ellos es el reclamo por su incidencia y participación en el modelo productivo; otro es el que tiene que ver con los derechos de los trabajadores y la abrogación de lo que queda del decreto neoliberal 21060; y un tercero, de importancia, es la construcción de un instrumento político de los trabajadores. En los escenarios abiertos por las luchas sociales y movimientos sociales antisistémicos contemporáneos, la COB no ha podido recuperar su protagonismo que tuvo en a historia política desde la revolución de 1952 hasta la marcha por la vida en defensa de sus puestos de trabajo, los centros mineros (1986). Sin embargo, podría recuperar protagonismo político si atina a una alianza duradera con las organizaciones indígenas y el pueblo boliviano en la defensa de la Constitución y del proceso. 303


Desde el primer año de gobierno (2006), como a finales del mismo, se manifiestan contradicciones complicadas entre los trabajadores mineros, entre los obreros de las minas, dependientes de COMIBOL, y los cooperativistas mineros. Un enfrentamiento en Huanuni deja más de una docena de muertos. Los cooperativistas mineros, que suman como uno ciento cincuenta mil, son un estrato de presión fuerte, en el espacio social de los trabajadores. Quieren más concesiones mineras del Estado, entrando en contradicción con los obreros de las minas, que responden a la empresa estatal minera. Este sector, una vez enterado del contenido del proyecto del código minero se movilizó a La Paz exigiendo modificaciones sustanciales, en la perspectiva de la preservación de sus intereses. A lo largo de los años de la primera gestión de gobierno aparecieron otros grupos gremiales, reivindicativos de intereses particulares, como los involucrados en la compra venta de ropa usada, llamados los “ropavejeros”. En esta tónica marginal también aparecieron 304


otros grupos asociados, como los compradores de autos usados, muchos de éstos internados al país por contrabando, otros por robo. Este grupo concretamente pide nacionalización de los autos chutos. A este pedido primero accedió el congreso y luego el gobierno, aprobando y promulgando una ley conocida como la de los autos “chutos”. En otra tónica, también subsisten, desde época neoliberal, grupos de asociados como los jubilados, los beneficiarios de la renta de adultos mayores, los desocupados, quienes piden fuentes de trabajo; también piden todos ellos garantía institucional para sus jubilaciones, ampliación de la renta, puestos laborales. Cambiando nuevamente de tónica, aparecen los nuevos sujetos de derechos, respondiendo a la ampliación de derechos de la Constitución, como los conocidos como discapacitados o de capacidades especiales. Este grupo exige un bono apropiado y el cumplimiento de a Constitución. En otro nivel, se dan también otras asociaciones, aunque sean 305


más bien coyunturales, como la de ciertas comunidades campesinas que exigen la propiedad de minas en sus territorios, minas que muchas veces fueron tomadas por los propios comunarios. En contraste, también se asociaron los obreros mineros de empresas privadas, quienes exigen al gobierno garantías para el funcionamiento de sus centros trabajo y el respeto a la propiedad empresarial. Como se puede ver, estamos ante una lista que se puede ir ampliando, debido al estallido de conflictos locales y específicos, pero, que en todo caso, expresa un mapa disperso de fuerzas heterogéneas, que también se hallan puntualmente en conflicto con el gobierno. Esta gama de reivindicaciones tiene que ser interpretada a la luz misma de las contradicciones del proceso, no tanto así a partir de las propias reivindicaciones particulares, pues no serían comprensibles políticamente. Empero vale la pena ampliar el mapa de fuerzas incorporando a organizaciones cívicas de carácter regional y municipal, 306


también a ciertas poblaciones limítrofes que disputan el control fronterizo de recursos naturales. En esta ampliación del mapa de fuerzas hay que incorporar a un comité cívico regional que se hizo famoso por el tipo de enfrentamiento que tuvo con el gobierno, el Comité Cívico de Potosí, que planteó reivindicaciones regionales de carácter departamental en el occidente boliviano. Este comité cívico se encuentra vinculado a sectores populares y no así a sectores de las oligarquías regionales, como era el caso de los comités cívicos de la llamada “media luna”. Otra forma de asociación y de organización social, que también hizo noticia, es la composición combinada entre sindicatos campesinos y juntas de vecinos en la provincia de Caranvi; se conformó una especie de coordinación de defensa de la provincia. Esta coordinadora hizo conocer su reclamo en torno a una planta de cítricos, entrando en conflicto con la organización de colonizadores de Alto Beni. Compartiendo problemáticas análogas, aunque no equivalentes, en la frontera limítrofe 307


departamental entre Oruro y Potosí también aparecieron conflictos entre poblaciones y comunidades colindantes. Primero, la disputa estalló por la ubicación del lugar de instalación de la planta de cemento, también por la propiedad del cerro Porco, cerro que contiene los yacimientos apropiados, en tanto materia prima, para el funcionamiento de la planta; después, otro conflicto limítrofe se generó por el conflicto concurrente en torno a los terrenos aptos para el cultivo de la quinua. Así también debemos ampliar estos conflictos limítrofes a la región del Chaco, donde las poblaciones colindantes entre Tarija y Chuquisaca se disputan la participación de los yacimientos del campo Margarita; esto sobre todo por las regalías en cuestión y la distribución del Impuesto Directo a los Hidrocarburos. Todos estos conflictos deben interpretarse a la luz de la condición autonómica de la Constitución. En el dibujo del mapa de fuerzas también tenemos que añadir a las juntas de 308


vecinos metidas en conflictos municipales de sus ciudades. Por ejemplo, el caso de la ciudad de El Alto es sintomático; habiendo sido la ciudad heroica en la guerra del gas (2003), ciudad clave por su colindancia con la sede de gobierno, se siente ahora una ciudad menospreciada por el gobierno debido al incumplimiento de mandatos y compromisos. La mayoría de El Alto considera que el gobierno no ha cumplido con la Agenda de Octubre, que comprende además de la convocatoria a la Asamblea Constituyente, la nacionalización de los hidrocarburos y la industrialización de los mismos, evitando su exportación en condición de materias primas, además del compromiso de instalación de gas domiciliario para consumo doméstico. Los alteños consideran que ninguna de estas obligaciones ha cumplido el gobierno. Es más, la juntas de vecinos ven con alarma el comportamiento del gobierno respecto a los candidatos avalados por el MAS, saltando a las propias selecciones barriales. Se montó una escandalosa maniobra para sacar a la dirigente 309


carismática Fany, castigada por ser crítica; incluso se llegó al extremo de atentar contra su vida. Sacándola de en medio, primero se impuso a un dirigente cuestionado por las bases, después a un candidato cuestionado por la ciudad, candidato que sale elegido apenas, con una notoria disminución de votos para el MAS, disputando esta posibilidad con una candidata joven de un partido de minoría, caracterizado como de centro-derecha. Ahora el alcalde elegido es cuestionado por movilizaciones populares, que piden su revocatoria de mandato. La ciudad de El Alto ha vuelto a manifestarse pidiendo seguridad ciudadana ante la ola de atracos y asesinatos de los llamados “cogoteros”. En otras ciudades también aparecen conflictos locales, incluso menores, por ejemplo, conflictos provocados por reclamos de los vecinos en relación a la desatención municipal al derrumbamiento de sus casas en la época de lluvias, protestando contra la abandono de los gobiernos, tanto del gobierno central como del gobierno autónomo municipal correspondiente. En 310


la ciudad de Santa Cruz también se han producido innumerables protestas, aunque de carácter más grupal y barrial, más en el sentido de pronunciamientos que de movilización, sobre todo en lo que respecta a la seguridad ciudadana. Dicen que la policía, el gobierno municipal, tampoco el gobierno central, las asambleas legislativas, la central y la autónoma, no acuden a resolver la problemática situación de vulnerabilidad de los ciudadanos debido a la expansión de la delincuencia, atracos y asesinatos. En este marco de reclamos, también se hacen conocer denuncias en relación al incumplimiento de obras y acusaciones de corrupción. Todo este conjunto de problemas son reales, no son inventos de la conspiración de la derecha, como acostumbra decir el gobierno, como acostumbra a desentenderse de los problemas. Este conjunto de problemas civiles y sociales deben ser interpretados no sólo desde la perspectiva puntual y descriptiva de los discursos y de los hechos, sino que debe 311


tambiĂŠn ser analizados a partir de lo que podemos llamar y comprender, en su integralidad, como crisis del proceso.

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Espesores económicos

histórico-políticos

y

Volvamos al tema del TIPNIS y también en consecuencia de la IX marcha indígena. Ciertamente podemos ver que el conflicto del TIPNIS además de ser un atentado contra un área protegida, protegida por leyes ambientales, un atentado contra los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios, constitucionalizados, por ser territorio indígena, también se ha convertido en un conflicto de magnitud. Esto debido a que el conflicto muestra las contradicciones más profundas del proceso, desgarradores contradicciones que ponen en cuestión la misma política implementada por el gobierno, que no se parece en nada a los caminos propuestos por la Constitución. Todo lo contrario, se parece a lo hecho por los gobiernos anteriores, sobre todo en lo que respecta al modelo económico. No se trata de aseverar de que se trata de un nuevo 313


gobierno neoliberal; el problema no se reduce a la continuidad del proyecto neoliberal. La lucha de los movimientos sociales del 2000 al 2005 fue precisamente contra este modelo y las políticas privatizadoras. El gobierno popular que se conforma después de las elecciones del 2005 inicia un proceso de nacionalización y convoca a través del congreso a la Asamblea Constituyente. No se puede decir que se trata de un gobierno neoliberal cuando se abre un camino de fortalecimiento del Estado, de intervención del Estado en la economía, de apoyo a las empresas públicas, de formación de empresas públicas, aunque estas empresas públicas no hayan dado los resultados esperados. El problema no se reduce a la identificación de cuánto del proyecto neoliberal ha quedado, como es el caso de la presencia del decreto 21060, que inicia en 1985 la implementación del modelo de libre mercado y de competitividad, de privatización y de suspensión de los derechos sociales y de los trabajadores. Tampoco de identificar la permanencia de la gravitación de las 314


empresas trasnacionales en las áreas estratégicas de los hidrocarburos y la minería. La comprensión de la problemática de la dependencia exige la visualización de condicionantes más profundas. El modelo apuesto al neoliberalismo, el modelo nacionalista estatal, el modelo basado en las nacionalizaciones y el control de los recursos naturales, si bien es de alguna manera antagónico al proyecto neoliberal, no deja de ser también un modelo liberal, pero sobre todo, no deja de ser también una modulación del circulo vicioso de la dependencia. Esto se debe a la relación que tienen ambos modelos contrapuestos con el paradigma del extractivismo. En la medida que repiten esta relación con la extracción y explotación de los recursos naturales, exportando materias primas al mercado externo, lo hagan de una forma o de otra, reproducen las relaciones de subalternidad con el centro del sistemamundo capitalista, reproduciendo también la dependencia. En este sentido se dice, que el gobierno popular hace lo 315


mismo que los gobiernos que le antecedieron, sean nacionalistas, liberales o neoliberales, reproduce el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente. Este es el problema de fondo; ¿cómo escapar a la condena colonial del extractivismo? ¿Cómo escapar al círculo vicioso de la dependencia? Mientras no se resuelva este problema, las diferencias entre el modelo neoliberal y el modelo nacionalista estatal son importantes en lo que respecta al control estatal y al impacto en los ingresos de una economía rentista, pero estas diferencias no son lo suficientemente distintas en relación al modelo extractivista. A la luz de esta vigencia colonial, de la geopolítica del sistema-mundo capitalista, ambos modelos incluso pueden intersectarse, mezclarse, con la consecuencia irremediable de continuar la condena de la estructura de sometimiento, expiación de la articulación extractivista con el mercado externo, que lleva irremediablemente a la subalternidad de 316


la dependencia. El proyecto de Estadonación del nacionalismo revolucionario no ha construido la base de la industrialización, se ha limitado a recuperar para el Estado los recursos mineralógicos, los yacimientos y centros mineros, entregando en cambio los recursos hidrocarburíferos a una empresa trasnacional norteamericana, la Gulf Oil. Los nacionalismos militares han seguido la misma ruta con mayor o menor intensidad; el general David Toro 4 4

El gobierno del general David Toro presidió una junta cívico-militar, la junta estaba apoyada por los sectores jóvenes del ejército, partidarios de cambios en el país. Una vez en la presidencia Toro realizó cambios sociales significativos, inició reformas sociales; bajo su mandato, se comenzó a elaborar una nueva Constitución, estructurada a partir de los principios del Constitucionalismo social. Se creó el Ministerio de Trabajo y el de Previsión Social; se estableció la jornada de ocho horas, instituyendo la obligatoriedad de sindicalizarse. Se fundó el Banco Minero para apoyar mediante créditos al principal sector productivo, principalmente a los mineros pequeños. Se creó también el Ministerio de Minas y Petróleo. La medida más importante de su gobierno indudablemente fue la reversión de todos los bienes y concesiones que sobre los recursos naturales se habían hecho a la empresa petrolífera estadounidense

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nacionaliza la Standard Oil en 1937 y funda Yacimientos petrolíferos Fiscales Bolivianos; el general Ovando Candia 5 nacionaliza la Gulf Oil en 1969 y el general Juan José Torres6 nacionaliza la Standard Oil. Esta reversión se produjo por la Resolución Suprema que dictó el 13 de marzo de 1937, y fundó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, que se sería el nuevo organismo para la exploración y explotación de los hidrocarburos dentro de todo el territorio nacional. Así se inicia la explotación petrolífera a cargo del Estado. 5

En el segundo gobierno del general Alfredo Ovando Candia las medidas políticas más importantes fueron la nacionalización del petróleo, así como, en consecuencia, la expropiación a la Gulf Oil Co. Esta Nacionalización convirtió a Bolivia en propietaria de sus propios recursos naturales. Otra medida de trascendencia fue la instalación de la primera fundidora de estaño en el país. 6

El general Juan José Torres asumió el poder empujado por un levantamiento popular, con participación de trabajadores, organizaciones campesinas, el movimiento universitario y un sector de los militares leales. Este hecho aconteció el 7 de octubre de 1970; la huelga general indefinida declarada por la COB tiene por objeto detener el golpe de estado en contra el gobierno del general Alfredo Ovando Candía. Durante su breve gobierno se realizó la nacionalización de la Mina Matilde; también se decretó la nacionalización de las Colas y Desmontes, la expulsión de los Cuerpos de Paz de los Estados Unidos, se dispuso un aumento presupuestario significativo a

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mina Matilde en 1971. Aunque podríamos anotar una pequeña diferencia en lo que respecta a ciertas medidas de la gestión de Ovando Candia, pues en su gobierno se apuesta a un proyecto largamente anhelado, la metalurgia, la fundición de estaño7, si bien este proyecto por sí solo no basta para armar una base industrial de las materias primas minerales, menos para convertirse en la plataforma de la revolución industrial en Bolivia. En todo caso, en general, los nacionalismos no pudieron salir del modelo extractivista. Ciertamente, como se ve, distinguimos estos gobiernos militares nacionalistas de las universidades bolivianas, la creación de la Corporación de Desarrollo y el Banco del Estado, fuera de subir el salarial de los mineros. 7

Jorge Lema Patiño: Con la instalación de la Fundición de Estaño de Vinto por la empresa Klockner de Alemania, se da inicio a la moderna metalurgia en el país, incorporando el horno Fuming y la electrólisis del estaño en base al cresol sulfónico. Esta Fundición fue construida (1970 al 1975) por etapas hasta alcanzar la capacidad actual de aprox. 48,000 toneladas anuales de concentrados de Alta Ley (45 – 55%Sn. Modernización de la Fundición de Estaño de Vinto. Documento presentado al Congreso Nacional de Metalurgia y Ciencia de Materiales. Julio 2006; Oruro – Bolivia.

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otros gobiernos militares francamente entreguistas; no hablamos de gobiernos militares supeditados a la geopolítica de la dominación estadounidense, embarcados, como otros gobiernos latinoamericanos, en la lucha contra el comunismo, respondiendo al marco condicionante de la guerra fría, guerra inventada por las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial. Este es el caso de gobiernos militares como los del general René Barrientos Ortuño 8 y 8

El general René Barrientos Ortuño fue elegido en 1964 vicepresidente de la República acompañando a Víctor Paz Estenssoro a la presidencia. En condición de vicepresidente conspiró un golpe de Estado, diseñado por la CIA, para acabar con lo último que quedaba de la revolución nacional de 1952. Después del golpe de Estado de noviembre de 1964, estuvo en su primera presidencia por aproximadamente siete meses. Su segunda presidencia duró aproximadamente lo mismo, compartiendo con el general Alfredo Ovando Candia el binomio miliar. Su tercera presidencia, esta vez elegido en las urnas, duró un poco menos de tres años, desde 6 de agosto de 1966 hasta el 27 de abril de 1969. Murió en lo que parece ser un accidente de helicóptero, en el que viajaba seguido, en constante campaña; empero hay voces que dicen que fue un atentado. Fue un presidente populachero, que hablaba quechua, se granjeó el apoyo de los campesinos del valle. En cambio se enfrentó desde su primera presidencia a los obreros y mineros, persiguiéndolos y disminuyendo sus salarios. Durante la guerrilla del Che

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después del general Hugo Banzer Suarez9. Estos gobiernos militares prointervino las minas y masacró a los mineros, acusándolos de apoyar a la guerrilla. Este hecho de sangre es conocido como la masacre de San Juan, por haberse perpetrado precisamente en la noche de San Juan, cuando los mineros de Siglo XX festejaban con fogatas en una de las noches más frías del año. 9

El general Hugo Banzer Suarez asumió el cargo de presidente en 1971, mediante un golpe cruento contra el gobierno progresista del general Juan José Torres, gobierno en el que se instaló la Asamblea Popular. Este general de derecha, al servicio de la dominación estadounidense en la región y en el país, instauró una férrea dictadura, inicialmente apoyado en principio y en alianza con dos partidos políticamente enfrentados, el MNR, de concepción nacionalista, y la FSB, de inspiración fascista. Hugo Banzer ya estuvo antes involucrado en las esferas de gobierno, durante el gobierno militar del general René Barrientos ocupó el cargo de ministro de Educación. Después de un breve tiempo en el gobierno, entre sus primeras medidas, ilegalizó a los partidos políticos, incluyendo sus aliados. Fue una dictadura en pleno sentido de la palabra. La dictador militar que presidió duró el lapso de siete años; en su recorrido dejó una huella de muerte, de asesinatos, encarcelados y exilados, ocasionando incontables denuncias de violaciones a los derechos humanos. Su gobierno participó en el Plan Cóndor; operativo de represión secreto y encubierto anti-comunista y antiizquierdista, ensamblado por los gobiernos militares de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile y Bolivia, durante la década de los años 70. Una década que se puede nombrar como la de la guerra sucia. Durante este periodo Bolivia suministró, principalmente a Chile y

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imperialistas asumieron una política entreguista y tempranamente de desnacionalización, adjudicando las reservas fiscales de COMIBOL a la minería mediana, como ocurrió durante el gobierno de Barrientos, y aprobando el Código del Petróleo, que abre las compuertas de los recursos y las reservas hidrocarburíferas a las empresas a Argentina, información sobre el movimiento de los que las dictaduras militares consideraba subversivos, quienes se encontraban dentro del territorio del país; lo mismo hacían los otros gobiernos militares. La dictadura militar fue prácticamente derrotada en 1978 por una larga huelga de hambre de mujeres esposas de mineros; esta huelga de hambre se extendió por todas partes, en las ciudades capitales, apoyada por las múltiples organizaciones sociales del país y la COB. Después de la caída de las dictaduras militares y la convocatoria a elecciones, el Congreso Nacional de Bolivia intentó enjuiciar a Banzer por crímenes de lesa humanidad y otros delitos políticos ocurridos durante su dictadura; sin embargo, el juicio de responsabilidades no llegó a producirse por la complicidad de los partidos de derecha, entre los que se encontraba el MNR. El principal impulsor del juicio de responsabilidades fue Marcelo Quiroga Santa Cruz. El insigne líder socialista murió asesinado durante el golpe de Estado perpetrado por el general Luis García Meza en 1980. Este general, quien fue juzgado y condenado a prisión, declaró que quienes asesinaron a Quiroga Santa Cruz eran paramilitares que recibieron órdenes de Banzer.

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trasnacionales, como ocurrió durante el gobierno de Banzer. Este es el problema de fondo, las condicionantes estructurales del extractivismo, que genera el círculo vicioso de la dependencia. No es fácil escapar a esta condena estructural de larga duración; no han podido hacerlo los gobiernos nacionalistas. Este anclaje gravitante en el extractivismo no sólo acontece en el país, es una característica común en las periferias del sistemamundo, acontece en Sud América; incluso en un caso tan promisorio como la emergencia industrial de Brasil, el problema del extractivismo parece irradiarse tanto en las formas de su antigua condición como en la nueva, el neo-extractivismo. Ha emergido una potencia regional en el contexto del reacomodo de las estructuras dominantes del sistema-mundo capitalista, básicamente por el desplazamiento de la metalurgia y la industria pesada desde el centro del sistema-mundo hacia ciertos lugares pujantes de la periferia, en un 323


proceso caracterizado como de desindustrialización del centro del sistema-mundo. Empero a pesar de esta revolución industrial, acompañada por la revolución cibernética, Brasil sigue reproduciendo las condiciones de la dependencia y de lo que llama Francisco de Oliveira el neo-atraso brasilero. La situación de este anclaje gravitante en el extractivismo es mil veces peor para Bolivia, donde no se ha podido crear una plataforma metalúrgica y la industrialización de los hidrocarburos. Tanto para Brasil como para Bolivia los problemas relativos a la dependencia se hacen cada vez más acuciantes en una coyuntura caracterizada por el agotamiento de la energía fósil y definida por la crisis ecológica. El extractivismo, el neo-extractivismo, la industrialización, la biotecnología de los transgénicos, han puesto en peligro la vida en el planeta. ¿Qué hacer ante la creciente demanda de las poblaciones? ¿Cuál la salida para afrontar el atraso, el neo-atraso, sobre todo las condicionantes, las determinantes y las consecuencias de la 324


dependencia? No se puede renunciar a la industrialización, pero tampoco se puede aceptarla a un costo ecológico alto; aunque se tiene una certeza, se tiene que lograr acoplarse a la revolución cibernética, pero sin destruir los saberes colectivos y las tecnologías tradicionales. En el marco de estos dilemas, sin embargo, hay dos postulados claros, romper con el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente y encaminarse a la soberanía alimentaria. Ahora bien, estos postulados qué significan con respecto a la relación con el mercado interno y el mercado externo, qué significan con relación a la industrialización y qué significan con relación a la frontera agrícola y el equilibrio ecológico. Por lo menos desde una perspectiva teórica se ha dicho que de lo que se trata es de fortalecer, expandirá y dinamizar el mercado interno, cohesionando a la sociedad en relación a sus circuitos endógenos; desconectarse del mercado externo, independizarse de sus condicionamientos 325


e imposiciones; optar por una industrialización de tecnologías limpia, que favorezca las demandas del mercado interno, no las exigencias del mercado externo; no ampliar la frontera agrícola, pasar de una agricultura extensiva y depredadora a una agricultura intensiva y ecológica; restablecer las armonías con los ecosistemas y los nichos ecológicos. Obviamente esta transición desde un modelo extractivista hacia un modelo noextractivista no es nada fácil, sobre todo cuando por lo menos las tres cuartas partes del ingreso y el 85% del valor de las exportaciones dependen de la explotación extractiva. Empero, ante este mapa condicionante que amarra la economía al modelo extractivista, nunca hay que olvidar que no se trata de mantener esta dependencia, de reproducir una economía rentista, y mucho menos se trata de dejar que las empresas trasnacionales se lleven las materias primas aprovechando este punto de partida de la acumulación de capital, este control de las condiciones 326


iniciales de la producción, para beneficiarse de los efectos multiplicadores de la cadena productiva, de la generación acumulativa de ganancias. Las empresas trasnacionales son la estructura logística de la acumulación ampliada de capital que controla el centro del sistema-mundo. La decisión de dejar el modelo extractivista es ineludible, es de vida o muerte. Tiene que ver con la salida del círculo vicioso de la dependencia y de un desarrollo que genera subdesarrollo. En una investigación del CEDLA sobre la economía boliviana, concentrada en el análisis de coyuntura y en las características de la estructura económica del momento, se llega a una conclusión alarmante. Se dice que la política económica, aplicada en los últimos años, en las dos gestiones del gobierno de Evo Morales, acentuó los grandes problemas estructurales del país, con un Estado más rentista y una economía cada vez más dependiente de las materias primas y del capital 327


transnacional10. En el cuaderno de coyuntura número tres, dedicado a una evaluación del gasolinazo, se sostiene que: La actual política económica se orientó a profundizar el patrón primario exportador, que tiene como consecuencia el debilitamiento y el abandono del sector interno de la economía, pues sigue siendo una economía dominada por el capital monopólico que aprovecha los recursos naturales nativos y la explotación de la fuerza de trabajo local, pero que realiza y acumula la plusvalía fuera de nuestras fronteras11. De acuerdo al estudio, la actual economía boliviana se caracteriza por un insuficiente y limitado crecimiento económico, una mayor y creciente dependencia de las materias primas, un peligroso aumento de las importaciones, una crisis en los sectores productivos de la industria y el riesgo de una crisis 10

CEDLA: Análisis de la política económica, fiscal y petrolera. Gasolinazo: Subvención popular al Estado y a las petroleras. Análisis económico. Cuadernos de Coyuntura 3. Plataforma energética. La Paz, septiembre de 2011. 11 Ibídem.

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energética que se expresa en insuficiente producción de electricidad y de petróleo. Este cuadro es acompañado, además, por una precaria situación de las finanzas públicas, creciente endeudamiento interno, aumento de la inflación y del costo de vida para los más pobres y un deterioro en la calidad de vida de los trabajadores y asalariados12. En el análisis se identifica siete grandes problemas del país. El primer problema tiene que ver con el limitado crecimiento económico; el segundo problema tiene que ver con la creciente dependencia de las materias primas; el tercer problema, como consecuencia del anterior, tiene que ver con la valorización de los precios de las materias primas reduciéndose, en cambio, la valorización de las exportaciones no-tradicionales; el cuarto problema tiene que ver con un peligroso incremento de las importaciones; el quinto problema tiene que ver con la precaria situación de las finanzas públicas, debido al aumento del crecimiento del gasto y disminución del crecimiento del ingreso; el sexto 12

Ibídem.

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problema tiene que ver con la inflación, sobre todo de los alimentos; y el séptimo problema tiene que ver con la crisis energética, es decir, con la insuficiente producción de líquidos, con el estancamiento de la producción de gas y la reducción de las reservas13. Puede preverse entonces el estallido una crisis económica a mediano plazo. Podemos interpretar esta situación como relativa a las crisis de los ciclos medios de la economía, en este caso vinculados a los ciclos de las materias primas. En el marco de este modelo no hay una salida, sino un círculo vicioso. En este contexto es donde debemos situar el conflicto del TIPNIS. La carretera que atravesaría el territorio indígena y parque Isiboro-Sécure es parte de este proyecto extractivista, mas bien, su consecuencia desesperada. ¿Por qué una carretera que atraviese una región rica en biodiversidad, que es territorio y parque? Porque se trata de ampliar la frontera agrícola, no se la va ampliar por el lado de dominio de los colonizadores y hacendados, por el lado de Santa Cruz, 13

Ibídem.

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tampoco por las áreas de ocupación de los colonizadores, por el lado del norte de La Paz. Estas regiones están ocupadas; la ampliación de la frontera agrícola es susceptible de hacerla a través de los territorios de contención de esta frontera, que son precisamente los territorios indígenas y parques. ¿Por qué la ampliación de la frontera agrícola es complementaria de la economía extractivista? La forma de explotación extractiva de las materias primas, de la minería y los hidrocarburos, destructiva, depredadora y contaminante, tiene como complemento a una agricultura expansiva, depredadora, también destructiva, con tendencia a usar transgénicos y dedicarse al monocultivo rentable. Asociada a esta agricultura se encuentra la ganadería también expansiva y depredadora, que requiere grandes cantidades de espacio para el ganado. En este mapa depredador debemos incluir a las empresas madereras desforestadoras y destructivas de bosques. Como se puede ver, se trata de una misma lógica; en la explotación extractiva de materias primas y en la agricultura-ganaderíadesforestación, se desenvuelve la lógica del dominio y destrucción de la 331


naturaleza, la lógica de la transferencia de los costos a la naturaleza, costos que nunca son cubiertos ni contabilizados por la economía capitalista. La carretera Villa Tunari a San Ignacio de Moxos es una salida a la presión sobre la frontera agrícola del monocultivo de la coca, de las empresas madereras, y quizás de los hacendados y terratenientes, dedicados también al monocultivo rentable. La carretera, al formar parte de una red de comunicación y de transporte, red que amplía el mercado y los tráficos, que conecta mercados y moviliza recursos como mercancías, vincularía en este caso espacios económicos de Brasil con los puertos del Pacífico, y por esta vía marítima con el gran mercado del Asia. Los ganaderos de Rondonía están sumamente interesados con llevar carne de res al mercado de Asia. En este mapa de intereses se puede ver la razón necesaria y suficiente de la compulsión por la carretera; aquí, en esta distribución de intereses, se encuentra la causa de la construcción de la carretera, se encuentra la razón del por qué la carretera en cuestión forma parte del modelo extractivista colonial del 332


capitalismo dependiente. Esta es tambiĂŠn la razĂłn por la que, la carretera, al formar parte del modelo extractivista, impulsa al gobierno a mover todos sus recursos para imponerla, incluso la ocupaciĂłn militar.

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“Geopolítica” extravagante Uno de los argumentos más extraños que ha usado el gobierno para justificar la construcción de la carreta es una supuesta estrategia geopolítica. Si dice que se busca aislar a la oligarquía cruceña del control del espacio amazónico, concretamente de los departamentos del Beni y Pando, vinculándola más bien con el Chapare y Cochabamba. Al escuchar y leer estos argumentos se nota que la geopolítica se ha reducido a una caricatura, tomada en serio sin embargo por el propio vicepresidente. Este argumento incluso ha sido tomado gravemente por una antropóloga, que ha hecho manifiesta sus inclinaciones tardías por la geopolítica. No solamente estamos ante aprendices de brujo sino ante el mayor desprecio a la opinión, es decir al raciocinio de la gente, y a la opinión pública. ¿Puede hablarse de esta manera cuando la oligarquía cruceña, los estratos agroindustriales de la burguesía, son los aliados del gobierno y sus políticas extractivistas? Esta es otra coyuntura, ya no es la de la etapa de enfrentamiento 334


con las oligarquías regionales; esta etapa acabó en el Porvenir y con el Estado de sitio en Pando. Ahora el gobierno le ha regalado a la oligarquía regional en la cumbre social la suspensión por cinco años del saneamiento de tierras, la suspensión por cinco años de la exigencia de la función económica y social, la suspensión por cinco años de sanciones por delitos de desforestación ilegal. La geopolítica no se reduce a una carretera. En todo caso, ¿por qué una “geopolítica” se juega el todo por el todo en una carrera que atravesaría el núcleo del territorio indígena y parque IsiboroSécure, donde no hay casi comunidades asentadas? ¿No puede pasar esa carretera “estratégica” por otro lado, por los bordes del parque? ¿Y qué hay de las carreteras que conectan el departamento de La Paz con el departamento del Beni, carreteras desatendidas, accidentadas, vulnerables y la mayor parte de tierra? ¿Por qué no se atiende estas conexiones entre los Yungas y los llanos del Beni? A estas preguntas obviamente no responde el gobierno y sus agoreros. El investigador Tristan Platt escribió un artículo sugerente donde muestra que 335


esta obsesión por la carretera que conectaría Cochabamba con Moxos data de los tiempos de la Colonia. El diseñador y soñador de la misma era un militar español apellidado Flores, mandado a combatir la rebelión indígena encabezada por Tupac Katari, oficial español que llevó presa a Bartolina Sisa. Tristan Platt encuentra sintomático que se empleen los mismos argumentos que en la época de la colonia para construir la carretera, incluso el argumento geopolítico.

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Conclusiones 1. El proceso se ha acercado a una coyuntura decisiva para el decurso mismo del proceso. En esta coyuntura se juega la reconducción del proceso a sus cauces iniciales o el definitivo desbarrancamiento del proceso, hundido en sus propias profundas contradicciones insoslayables. 2. El mapa de fuerzas de la coyuntura es amplia y diferencial, es también dinámico; su dinamismo tiene que ver, además de con las reivindicaciones particulares, con la crisis misma del proceso, crisis que hace estallar junto a las contradicciones principales, las contradicciones secundarias. La IX marcha indígena tiene la tarea imprescindible de integrar un programa de movilización que comprenda la reconducción del proceso e incorpore las reivindicaciones de todos los sectores populares afectados. 337


3. La coyuntura, por más puntual que sea, no puede interpretarse sino a través de una mirada histórica, contiene espesores históricopolíticos y económicos que deben apreciarse para leer el tejido de tendencias y el campo de posibilidades abierto. 4. En los marcos del teatro político y de los montajes escénicos del gobierno, éste ha caído en la caricatura de la diatriba, interpreta como geopolítica un pedestre proyecto sostenido por los intereses más mezquinos y depredadores, la carretera de San Ignacio de Moxos a Villa Tunari. Podemos llamar a esta parodia política “geopolítica” de la extravagancia.

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