Paradojas del sistemamundo RaĂşl Prada Alcoreza
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Índice: Prólogo Reflexiones sobre la violencia, la decadencia y la diseminación Complicidades profundas de los enemigos declarados La Asamblea Des-constituyente La hiper-burguesía de la energía fósil La burguesía rentista En busca de consensos
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Prólogo Paradojas del sistema-mundo, que es moderno y capitalista, reflexiona sobre las conexiones y vinculaciones profundas de las manifiestas contradicciones, que aparecen como opuestas; empero, se complementan en la integralidad de sus tejidos. La paradoja parece ser dinámica compleja de la existencia, de la vida y del mundo efectivo, que se mueve en los tejidos de la simultaneidad dinámica e integral de los acontecimientos. Adquiriendo la configuración mutante del devenir constante.
Se reflexiona sobre las paradojas de los enfrentamientos, de la guerra y de la violencia; por este camino, se reflexiona sobre las complicidades profundas de los enemigos. Estas paradojas han sido presentadas por la filosofía dialéctica como contradicciones, que se niegan, para afirmarse en una síntesis conceptual. Sin embargo, esta es una especulación filosófica, en el buen sentido 3
de la palabra, que no alcanza a abrirse a la complejidad, sinónimo de realidad. Complejidad integral, cuyos tejidos conectan o amarran lo que aparece a los ojos de la filosofía como contradicciones. El pensamiento paradójico, que es pensamiento complejo, no es dialéctico, por lo tanto, no se basa en el supuesto de las contradicciones, sino en la complementariedad dinámica de las simetrías, si se quiere, que configuran los aparentes opuestos.
Se analiza la crisis política, económica y social en los espesores de la coyuntura; enfocando las singularidades de los acontecimientos y de la crisis múltiple del Estado-nación. Crisis que son enfocadas desde la interpretación y crítica del círculo vicioso del poder. También desde la crítica de la ideología jurídico-política, que supone la crítica de la ideología generalizada y la crítica de la economía política generalizada. En resumen, se puede decir que se trata de la crítica del mundo de las representaciones, para abordar el mundo efectivo desde la 4
memoria sensible y la fenomenología de la percepción.
Se proponen hipótesis interpretativas de los espesores del presente y de la coyuntura, considerando las formas, perfiles y subjetividades de las dominaciones, que se dan a escala mundial, aunque aparezcan también en las singularidades locales, nacionales y regionales. Dado el carácter predominante extractivista del sistemamundo capitalista, se sugiere el papel agobiante de la hiper-burguesía mundial de la energía fósil, también de la complicidad de la burguesía rentista, subsidiaria de aquélla. Hipótesis que modifican el mapa referencial de las luchas emancipatorias y de liberación; mostrando, mas bien, que las concurrencias ideológicas ocultan no solo complicidades profundas, sino la estratificación de burguesías parasitarias, que sostienen, prolongan y promocionan la utilización de la energía fósil, altamente contaminante, demoledoramente depredadora, por lo tanto, 5
espeluznantemente destructiva de la vida en el planeta. Habiendo al alcance la posibilidad científica y tecnológica de usar energías limpias. La lucha fundamental y prioritaria es por la defensa de la vida contra el sistema-mundo capitalista extractivista y contra el sistema-mundo de la banalidad cultural, así como del consumo suicida.
Por último, se convoca a buscar consensos, abriendo transiciones democráticas, participativas, asumiendo la responsabilidad de los pueblos ante la agravante crisis ecológica.
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Reflexiones sobre la violencia, la decadencia y la diseminaciรณn
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Son conocidos los escritos dedicados a las reflexiones sobre la violencia1; uno, de impacto, tanto por la sensibilidad respecto a la temática y a los tópicos correspondientes, además de la lucidez del agudo análisis, es el de Walter Benjamin. Jaques Derrida, más tarde, retoma las reflexiones sobre la violencia de Walter Benjamin y efectúa un análisis hermenéutico deconstructivo, no solo del texto de Benjamin, sino de la violencia misma; observada como gramatología del Estado, que nace en la violencia, y de la Ley, que nace en la fuerza2. Hay otros ensayos notorios, que también se titulan reflexiones sobre la violencia o giran en torno a reflexiones sobre la temática. Así mismo en Comuna, en la serie de libros 1
Revisar de Walter Benjamin Imaginación y sociedad, Tomos I-IV; sobre todo, el tomo IV, Para una crítica de la violencia. Taurus; Madrid 1999. También de Hannah Arendent Sobre la violencia. Así como de Adolfo Sánchez Vásquez El mundo de la violencia. https://issuu.com/elcuerpoabierto/docs/hannah_arendt__sobre_la_violencia__1_. https://issuu.com/ynklpg/docs/el_mundo_de_la_violencia_1 998. 2 Leer de Jacques Derrida Fuerza y ley. El fundamento místico de la autoridad. TECNOS 1997; Madrid.
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de análisis de los movimientos sociales, se publica un ensayo de Hermenéutica de la violencia3; esta vez tocando el inicio de la movilización prolongada en Bolivia (2000-2005); inicio que tiene que ver con la guerra del agua y el bloqueo indígena campesino de septiembre del 2000. Ensayo que ausculta la guerra inicial, la guerra de conquista, que instituye al Estado, en lo que corresponde a la administración colonial; que establece la Ley a través de la fuerza. Esta guerra inicial es como el momento constitutivo de la colonialidad persistente, estructurada en las mallas institucionales de la república y el Estado-nación. Ante la violencia estatal, desplegada en distintos planos de intensidad, desde las físicas, represivas, coercitivas y de imposición por la fuerza, hasta las simbólicas, pasando por la violencia imperceptible y solapada de la Ley, las naciones y pueblos nativos, el pueblo-nación, el proletariado,
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Revisar de Raúl Prada Alcoreza Hermenéutica de la violencia. En El retorno de la Bolivia plebeya, Comuna. Muela del Diablo Editores 2000; La Paz.
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los movimientos sociales, le oponen el ímpetu de la rebelión social y cultural. Ahora, en los espesores de la coyuntura presente, queremos volver a reflexionar sobre la violencia, en las formas como se manifiesta; tratando de hacer inteligible a la sociedad a partir precisamente de este fenómeno plural, múltiple y complejo de la violencia, acudiendo a sus singularidades. Vamos a interpretar a las formaciones sociales y al Estado-nación en crisis a partir de las formas de violencia, que se desatan y se usan. Como nuestra perspectiva actual es la de las expediciones e irrupciones en el pensamiento complejo, por lo menos, lo pretende ser, incursionando en las fenomenologías, en las heurísticas y hermenéuticas de la complejidad, vamos a intentar esta reflexión desde este enfoque de la simultaneidad dinámica de la complejidad, sinónimo de realidad. Cuando reflexionamos sobre la violencia, durante el período de Comuna, al inicio de la movilización prolongada, partíamos 10
de un enfoque que se auto-denominaba marxista-indianista. Particularmente en el ensayo mencionado, se ponía en funcionamiento este enfoque recurriendo a las teorías nómadas, a la teoría gramatológica y deconstructiva, con algunos atisbos de la teoría de la diseminación. Ahora, el enfoque marxista-indianista ha sido sometido a una autocrítica, a la luz de la experiencia social del llamado proceso de cambio. Lo mismo ha pasado con las teorías nómadas, gramatológicas y de la diseminación; aunque en este caso, se preserve su aporte al pensamiento complejo.
Vamos a comenzar la reflexión sobre la violencia, que desde la perspectiva de los ensayos publicados, que ya incursionan en la perspectiva de la complejidad, no puede interpretarse fuera de los contextos donde se da, también no puede interpretarse desentendiéndose de los 11
espesores de la coyuntura. Además, se trata de formas que no se pueden definir solo a partir de la violencia, este efecto en los sujetos sociales en el ejercicio del poder, pues se trata de fenómenos abigarrados y complejos; articulados a otros fenómenos, que tampoco son aislados. Parece que el conjunto de fenómenos ligados se encuentran relacionados a la decadencia civilizatoria y a la diseminación de las estructuras de poder constituidas, instituidas y consolidadas en la modernidad. Entonces, se trata de la reflexión sobre la violencia, la decadencia y la diseminación.
Por otra parte, las formas de violencia desatadas no pueden separarse de sus contenidos, que nosotros denominamos espesores, tampoco de sus formas de expresión, así como de las prácticas y acciones concretas. En ese sentido, nos referiremos a la violencia, teniendo en 12
cuenta su singularidad convergente como realización concreta del fenómeno. Por eso, atenderemos la territorialidad, el espaciamiento local, nacional y regional de la violencia. Quizás la mejor manera, por lo menos inicial, sea diferenciar constelaciones de casos por países, donde adquieren como una genealogía propia. Uno de los referentes nacionales va a ser Colombia; no solo por la guerra prolongada, que atraviesa el siglo, no solamente el medio siglo mentado de la guerra de guerrillas, sino por las peculiaridades de las genealogías de los agenciamientos concretos de fuerzas, involucrados en las formas específicas de violencia. Además del desafío que plantea el contexto de la violencia al Acuerdo de paz. Después, iremos ampliando los referentes de la reflexión considerando otros contextos nacionales; sobre todo, los más elocuentes por la desmesura de las formas de violencia desatadas.
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La guerra en la filigrana de la paz y la paz en la matriz de la guerra En La guerra y la paz planteamos estas paradojas, la guerra en la filigrana de la paz y la paz en la matriz de la guerra 4. Ahora las recogemos para reflexionar sobre las formas de violencias persistentes, que amenazan las posibilidades de viabilizar, aunque sea en transiciones difíciles, el Acuerdo de Paz, que es como un paradigma para otros acuerdos de paz. Estas formas de violencia son variadas y heterogéneas; tienen que ver con la guerra de guerrillas que persiste, como ejercicio y práctica de defensa popular y campesina; también como estrategia de poder, que tiene que ver con el proyecto político, así como con adulteraciones pragmáticas, que aprovechan el dominio territorial para lograr financiar las costosas actividades de la guerra de guerrillas. 4
Ver La guerra y la paz. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_guerra_y_la_p az-libro.
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Otras formas de la violencia tienen que ver con las organizaciones conocidas como paramilitares; organizaciones armadas, que también responden a variados nacimientos o emergencias; unos, que tienen que ver con los carteles del narcotráfico; otros, que son conformados por hacendados, terratenientes, empresarios, que dicen defenderse, aun cuando también han empleado dispositivos armados para avasallar en los territorios campesinos. Los terceros, tienen que ver con el Estado y el ejército mismo, que usó los mecanismos paramilitares, para que efectúen las tareas sucias, que el ejército no podía cumplir, sin mancharse. Aunque oficialmente los paramilitares hayan desaparecido, con una especie de desmovilización acordada con el Estado, efectivamente no es así, pues conservan las tierras usurpadas a campesinos, por compra, por coerción o a punta de pistola. Estos paramilitares han sido sustituidos por lo que se puede llamar bandas, 15
buscando una aproximación más o menos adecuada. Que hacen la misma labor que los paramilitares, solo que en escalas más locales; sin embargo, algunas organizaciones han logrado irradiación nacional. Ahora bien, lo abigarrado de la situación es que estas organizaciones no solo aglutinan a desmovilizados paramilitares sino también a desmovilizados de la guerrilla. Por otra parte, los disidentes respecto al Acuerdo de Paz firmado, cobran independencia y accionan de acuerdo a las decisiones tomadas, que en síntesis es continuar la guerra contra el Estado; acompañando esta continuación con prácticas de financiamiento ya incursionadas. En determinados casos, incluso preponderan las prácticas de financiamiento sobre las estrategias políticas. Como se puede ver, no se puede hablar de violencia en general, como concepto universal, que define el uso desmesurado de la fuerza y los efectos trágicos y dramáticos en los sujetos sociales, pues 16
las violencias ejercidas no son generales sino, mas bien, singulares. Se puede corregir este error, relativo al pensamiento moderno, hablando en plural, de violencias. Sin embargo, no se resuelve el problema de la comprensión de las fenomenologías de las violencias desatadas con este desplazamiento, al nombrarlas en su pluralidad. Pues se trata de comprender no solo cómo funcionan las organizaciones, estructuras e instituciones involucradas en el ejercicio del poder y respecto a las consecuencias de las violencias desatadas; sino comprender cómo funciona el sistemasocial-económico-político donde estas formas de violencia están insertas.
Distanciándonos de las connotaciones simbólicas, imaginarias y representativas de la violencia, parece conveniente concentrarse en las características evidentes de las formas de violencia de las que hablamos; en primer lugar, se 17
trata de organizaciones armadas. Es decir, de formas paralelas de control territorial al control nacional que ejerce el ejército nacional. No se trata solo de atender al desafío al Estado, que implica la presencia y actividad de un grupo u organización armada, sino de no obviar que las organizaciones armadas logran controlar territorios. Se trata, exagerando un poco, de pequeños estados y de pequeños ejércitos, que definen y conforman pequeños regímenes. Esta es la cuestión. Ahora bien, este fenómeno del control territorial es un fenómeno histórico; es un recurrente ejercicio en casi todas las formaciones sociales y las sociedades institucionalizadas, históricamente dadas. Por otra parte, es algo compartido por todas las sociedades modernas; aparezca este control territorial como Estado o como feudos, usando este término como metáfora. Se ha dicho que los controles paralelos a la malla institucional del Estado se dan en estados 18
débiles. Sin embargo, observando detenidamente, podemos constatar que incluso en estados fuertes y consolidados el fenómeno de los controles territoriales se da, aunque no sean suficientemente percibidos, debido a la ideología estatal, que se impone como realidad. Comenzando por lo fácil; por ejemplo, las llamadas mafias funcionan efectivamente en las sociedades institucionalizadas, correspondientes a los estados fuertes. Las mafias ejercen control territorial, aunque no se trate de los espesores territoriales a los que nos lleva el concepto de territorio. Son, si se quiere, recortes territoriales, donde su dominio marca el paso, impone reglas, define códigos, incide en comportamientos. Sin embargo, estas organizaciones, calificadas por el discurso jurídico y penal como “criminales”, tienen su simetría en el lado luminoso del poder, en las mallas institucionales. Hablamos de las logias, que también son secretas y también ejercen controles territoriales; la diferencia es que no están descalificadas por el Estado. ¿Por qué? ¿Porque no se 19
dedican a lo mismo que las mafias, aunque ejerzan control territorial y sean secretas? No sería acaso un delito contra la república ser secretas, ejercer el poder de una manera no democrática. ¿Conformar una élite secreta que se hace cargo del Estado, por procedimientos conspirativos, no democráticos, no es un atentado contra el Estado-nación? ¿Por qué esta clase de organizaciones secretas no son descalificadas por el discurso jurídico-político? Este es el tema. La primera sugerencia interpretativa sería que el Estado avala la violencia cuando proviene de organizaciones secretas que conspiran para hacerse del poder, formando redes como telarañas que terminan envolviendo al Estado, y descalifica y prohíbe organizaciones secretas que se dedican a formas económicas paralelas a la economía institucionalizada. Esta es una contradicción del Estado-nación, del Estado de derecho, del Estado liberal.
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El problema no se resume en esta contradicción; hay otras. Todas las organizaciones clandestinas, ahora hablamos también de las otras, distintas a las organizaciones clandestinas políticas y subversivas, emergen de la misma sociedad institucionalizada, que ha construido el Estado y lo reproduce diariamente. En sentido estricto, lógico, no se podría hablar de “anomalía”, pues se trata de fenómenos inherentes a las dinámicas mismas de la sociedad; no son externos, atingen a la propia sociedad y lo que es ésta. El Estado denomina “anomalías” a lo que se da en la misma sociedad institucionalizada, que lo sostiene; denomina “anomalías” solo a una parte de los fenómenos análogos; a otros los legitima abiertamente o al no decir nada sobre ellos. Este comportamiento estatal, que no deja de ser extraño, evidencia un Estado que no quiere ver el problema, tampoco asumirlo, sino tan solo seleccionar una parte, efectuar un enfoque sesgado, para conformarse con una explicación oficial, empero, débil e insostenible. ¿Teme 21
acaso encontrar que el núcleo del problema es el Estado mismo? Esta es la pregunta. ¿Por qué se dan estas formas de control territorial paralelas? ¿Por qué le disputan al Estado el control territorial, por lo menos, en ciertas zonas, sino es en geografías mayores? Déjenos presentar un esquema simple, que no pretende reducir la complejidad, sino tan solo ilustrar sobre el problema que no se resuelve. Las logias quieren tomar el poder secretamente, las mafias quieren beneficiarse del mercado, por medio de “tráficos ilícitos”, que, de todas maneras, forman parte del mercado; pues son mercancías. Ambos lo hacen porque el Estado no llena sus expectativas; mas bien, es visto como campo de lucha; de la misma manera, la economía, mejor dicho el mercado, es visto como campo de lucha. El Estado se convierte en un instrumento para lograr sus fines, así como la economía, el mercado, es un medio para enriquecerse. Ambas 22
organizaciones secretas, para decirlo irónicamente, la “licita” y la “ilícita”, develan el fracaso del Estado; ciertamente de otra manera, distinta a la interpelación social, a la movilización social y a las organizaciones políticas, que hacen eco de la rebelión social. Pero, ambas organizaciones secretas no se proponen, de ninguna manera, destruir el Estado, transformarlo, sustituirlo, sino, mas bien, preservarlo y usarlo. Tomando en cuenta esta característica, podemos decir que las organizaciones secretas mencionadas son conservadoras, aunque conspiren. Ahora bien, cuando se llega a la organización armada y al uso de la violencia efectuada a través de las armas, se disputa abiertamente el control territorial al Estado. Pero, no se trata de ninguna rebelión o sublevación contra el Estado imperante, sino, paradójicamente, de un desacato para mantener el mismo Estado y usarlo. No pasa lo mismo que sucede con las 23
organizaciones armadas con proyecto político, por lo menos en el programa, ideológicamente y discursivamente; estas organizaciones armadas disputan al Estado el control territorial para transformarlo, cambiarlo, construir otro Estado. Terminen, por este camino, en el circulo vicioso del poder, reproduciendo el poder, con otros discurso, otras formas, otros actores, como hemos interpretado en anteriores ensayos5, es como una fatalidad o condena, para decirlo de esa manera figurativa. Se distinguen por proyectarse de una manera no conservadora. Sin embargo, aquí radica el núcleo de la paradoja; ambas formas de organización armada comparten el uso de las armas, el despliegue de la violencia, derivada del uso armado, ambas formas de organización no ven otro medio que la violencia para lograr sus objetivos. ¿Qué nos dice este estilo compartido?
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Ver Círculo vicioso del poder. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/c__rculo_vicioso_ del_poder_d44d3f15db9474.
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Salgamos del enunciado panfletario de que la “violencia es partera de la historia” y, por lo tanto, hay una “violencia revolucionaria”, opuesta a la “violencia reaccionaria”. Se recurre a la violencia cuando se falla en el convencimiento, cuando no se logra la convocatoria. La violencia ya es la confirmación del fracaso. La dominación misma es el despliegue y el desenvolvimiento mismo de este fracaso. Lo anecdótico es que se pretende usar la manifestación misma del fracaso, que es la violencia, como medio para resolver problemas. A lo único que lleva este despliegue manifiesto del fracaso es a más fracasos, cada vez más contundentes, cada vez más demoledores. No vamos a volver a los tópicos que tocamos en otros ensayos, a las preguntas de por qué ocurre esto, que nos llevan a hipótesis interpretativas prospectivas. Sino trataremos de bosquejar las genealogías de este fracaso, precisamente en los recorridos, las prácticas, los controles territoriales, de estas organizaciones armadas.
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El recurso de la violencia ya es síntoma evidente del fracaso. Persistir en el recurso para resolver problemas, que ocasiona el uso de la violencia, es redundar en el fracaso. La violencia puede llegar a imponerse, sin embargo, esto es provisional; la victoria de la violencia es circunstancial, dura lo que dura el efecto de shock; ocasiona la ilusión del vencedor, creer que con esto se acaba todo. Para que pueda perdurar su efecto, tiene que ser renovado y se lo hace reproduciendo la violencia constantemente, haciéndola duradera; es decir, se requiere de la institucionalización de la violencia, para que su efecto sea contante, reiterativo. El uso de la violencia no ha triunfado, puesto que tiene que reiterarse permanentemente; el efecto tiene que lograrse de manera perdurable, repetida. Esta es una demostración del fracaso de la violencia; se la tiene que provocar repetidamente; esto se logra no solo por 26
la condensación de la violencia en el Estado, sino por la cristalización de la violencia en los huesos. Como dice Franz Fanon, llega un momento cuando la violencia cristalizada en los huesos, se le devuelve al responsable y ejecutor de la violencia. La derrota del considerado victorioso evidencia y realiza patentemente el fracaso inherente al uso de la violencia. El problema es que el vencedor de la lucha contra la dominación imperante, vuelve a usar el mismo recurso que el amo derrotado usaba; es decir, vuelve a fracasar, vuelve a la reiteración del fracaso y a la ilusión momentánea del uso de la violencia. Con lo que se reproduce no solo el círculo vicioso de la violencia sino también el círculo vicioso del poder. Si la violencia lleva al extremo de la muerte, no hay victoria ninguna; no hay victoria sobre cadáveres; solo el reino macabro de la muerte. Además, se trata de un reino que no reina, no se puede reinar sobre cadáveres. Sin embargo, 27
estos asombrosos extremos se han dado en la historia; se ha optado por el exterminio. En este caso como que se ha buscado ocupar el lugar del asesinado, ocupar su territorio, ocupar su vacío dejado, apropiarse de su riqueza. ¿Esta es una victoria? ¿No es, mas bien, el triunfo absoluto del fracaso? La apoteosis de la muerte no sostiene ninguna victoria, lo que se edifica es el monumento al fracaso absoluto; lo que aparece, en vez de victoria, es el asesino sin atributos. ¿Qué civilización se puede edificar sobre un cementerio? ¿La que se ha construido en Abya Yala, después de la conquista por oleadas? ¿Se puede llamar civilización a estados, repúblicas, sociedades construidas sobre cementerios indígenas? ¿No se trata, mas bien, de la patente elocuencia del fracaso, que muestra la imposibilidad misma de la civilización, en estas condiciones? ¿Una “civilización” donde lo sólido se desvanece en el aire, donde se “desarrolla” a costa de la destrucción de las formas de vida, se puede concebirla como civilización?
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Ciertamente la respuesta, provisional, tiene que ver con lo que se entiende por civilización. Hay todo una historia conceptual en este tema; sin embargo, nos referimos a lo que connota el concepto, a la pretensión inherente, al sentido que pretende; esto es, de plenitud, de logro mayúsculo, tanto en el sentido de cultura, así como en el sentido tecnológico. La plenitud no aparece por ninguna parte; al contrario, lo que se manifiesta es la paradoja de la carencia y de la abundancia. Para decirlo fácilmente, ¿se ha alcanzado la felicidad? La respuesta es innegable; no. El susodicho “desarrollo” más parece una escapatoria compulsiva de la consciencia culpable, de la consciencia desdichada, del sujeto desgarrado. Llenar el vacío incurable con montañas de cosas, que caen al abismo sin fondo; adormecer la angustia con la cultura de la banalidad; reducir las potencialidades de la ciencia y la tecnología a meros instrumentos de destrucción, que llaman los economistas acumulación de capital o, dicho, más comúnmente, que llaman “desarrollo” y 29
“crecimiento económico”. ¿Cuándo se detendrá la locomotora desbocada que marcha vertiginosamente al descarrilamiento? ¿Será a tiempo o demasiado tarde?
Volviendo, la violencia no es ninguna “partera de la historia”, salvo en los delirios fundamentalistas que han confundido la historia con una marcha fúnebre y un perdurable duelo. Con la violencia no se logra construir nada, salvo cementerios y poblaciones de víctimas; con la violencia no se logran victorias, sino se consigue el reiterado fracaso persistente. Volviendo a Colombia, ¿más de cien años de soledad, de guerra permanente, no es suficiente como para darse cuenta que con la guerra prolongada no se han zanjado los conflictos, no se han conseguido los objetivos perseguidos; que es momento y oportunidad de buscar 30
otra forma de resolver los problemas? Esto en lo que respecta a las organizaciones armadas políticas, que proponen un proyecto de liberación y de emancipación; esto también en lo que respecta al Estado, cuyo proyecto es defender el orden instituido, el Estado instituido y la Ley constituida. En lo que respecta a las organizaciones y grupos armados que no plantean ningún porvenir, que no proponen ningún proyecto; sino que agotan su compulsión en el ahora sin perspectivas, buscando acallar sus angustias inentendibles, sus ansias incomprensibles, ante las cuales solo atinan a descargar sus miserias humanas, empleando las violencias aprendidas. ¿No son, mas bien, estas organizaciones armadas las consecuencias del fracaso, del fracaso de la sociedad institucionalizada, del Estado, del sistema-mundo? Más que contar con voluntad propia, los miembros de estas organizaciones armadas son arrojados ahí donde están, a callejones sin salida, salvo los paraísos artificiales y banales
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con los que sueñan, por la falta de voluntad social y del Estado. Nadie es culpable en esta caída a la decadencia; todas son víctimas del círculo vicioso del poder; unos de una manera, otros de otra manera; si se quiere, unas víctimas privilegiadas, otras víctimas desafortunadas. La solución no está en reprimirlos, castigarlos, incluso matarlos, como supone la “guerra contra el crimen”, así como la “guerra contra el terrorismo”. No se puede exterminar lo que viene de las entrañas mismas de la sociedad institucionalizada. Otra vez, reiterando, la solución no está en el empleo de la violencia, sino en darse la oportunidad como sociedad de comprender el problema, de entender sus dinámicas, y de buscar resolverlo socialmente, mediante el procedimiento más apropiado, el consenso. Se dice, lo comunicación, gobernantes,
dicen los medios de los analistas, los los organismos 32
internacionales, que el narcotráfico es de los grandes problemas y amenazas que enfrentan los estados y el orden mundial. La solución de este problema no está solo en manos de la sociedad y el Estado colombiano. Así como no hay una historia nacional del capitalismo, sino mundial; tampoco este problema señalado, junto a otros, calificados como amenazas, es ubicable solo en unos países y no en otros; es un problema compartido en el mundo y por todos. No es un problema que se encuentra fuera, en otro país, suponiendo que al país desde donde se mira no le pasa esto o, si se quiere, no le pasa en la intensidad desbordada como ocurre en los países estigmatizados. Todos los países están afectados por los mismos problemas, solo que en unos casos o no se los enfoca, o se los encubre institucionalmente, o se los tolera por procedimientos institucionales, aprovechando que no son tan visibles y evidentes como en otros lugares. En consecuencia, el problema sufrido por la sociedad colombiana está también en manos de las sociedades y pueblos del 33
mundo. Lo mismo pasa con los mismos problemas u otros, donde éstos sobresalen por su intensidad y expansión; no son problemas de tal o cual país, sino del mundo. ¿Cuándo los pueblos tendrán la voluntad para resolverlos mancomunadamente? ¿Sera a tiempo o demasiado tarde?
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Descripción de las organizaciones que continúan con la violencia de las armas Natalio Cosoy, reportero de la BBC Mundo, hace un reportaje detallado, identificando a las organizaciones que continúan en guerra, después del Acuerdo de Paz, firmado por el gobierno y las FARC. Vamos a acudir a este reportaje para mostrar una parte de la complejidad de la denominada violencia. En el reportaje, Natalio Cosoy escribe: En el último año, alrededor de siete mil combatientes de las FARC se han retirado de un vasto territorio colombiano, equivalente a 242 municipios. ¿Qué ha ocurrido con ese territorio? Lo que se temía: que otros grupos armados traten de ocuparlo o se expandan en él. "Con la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, el país entró en una fase de transición caracterizada por la continuidad del crimen organizado, de algunos grupos 35
guerrilleros y de otro tipo de expresiones armadas, agentes y redes criminales que se han hecho más visibles o que están en proceso de formación", dice el informe "Crimen organizado y saboteadores armados en tiempos de transición", publicado esta semana por la Fundación Ideas para la Paz (FIP). Y asegura: "Hoy, sin duda, uno de los principales desafíos para la seguridad en Colombia es la persistencia de factores generadores de violencia". La salida de esa guerrilla ha permitido avanzadas de ciertos grupos y enfrentamientos entre ellos en zonas que antes dominaba esa organización. De acuerdo al informe "Cómo va la paz", publicado también esta semana, de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), que hace seguimiento a la situación de seguridad y conflicto en el país, las FARC estaban presentes en 242 de los 1.122 municipios de Colombia.
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Los grupos
¿Cuáles son estos factores generadores de violencia? Podría hablarse los siguientes tipos principales de organizaciones armadas, sin llegar a contar a los más pequeños grupos criminales que podrían compararse a los de cualquier otro país.
Según la FIP, los repertorios de violencia de los grupos incluidos en la lista incluyen, más allá de los enfrentamientos entre sí y con la fuerza pública: amenazas, extorsión, asesinatos selectivos, la imposición de normas de conducta y la intimidación por medio de panfletos; capacidad de generar impacto humanitario; desplazamiento y confinamiento de poblaciones, además de violencia sexual.
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ELN El Ejército de Liberación Nacional (ELN), nacido a mediados de la década de 1960, era hasta el desarme de las FARC, la segunda guerrilla más grande del país; está hoy en los inicios de un proceso de negociación de paz con el gobierno, aunque sin suspender las acciones armadas. El ELN cuenta con entre 1.300 y 1.500 guerrilleros armados, según datos del Estado, además de una vasta red de milicianos y civiles.
Derechos de autor de la imagen LUIS ROBAYO/ AFP Image captionEl ELN es hoy, desarmadas las FARC, la más grande guerrilla de Colombia.
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Según la FIP el ELN está evolucionando de tres formas tras la salida de las FARC. Por un lado, se están movilizando hacia zonas que controlaba esa otra guerrilla, en ocasiones disputando territorios con otros grupos, como las AGC. Por otro se están consolidando en regiones en las que históricamente tenían presencia, pero había una repartición del territorio con las FARC; finalmente, están expandiéndose a zonas en las que no estaban ni ellos ni las FARC. Por ejemplo, en lo que respecta al primer punto están haciendo un mayor despliegue en partes del litoral del Pacífico, donde los enfrentamientos con otras organizaciones, especialmente con el Clan del Golfo, está causando desplazamientos entre la población civil. Y en el segundo, según explica la FIP, se ha fortalecido en zonas tradicionalmente compartidas, como el Catatumbo en Norte de Santander, Arauca, Bajo Cauca antioqueño y algunas zonas del Pacífico. De acuerdo con Pares, hay 12 municipios con expansión u ocupación del ELN.
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Grupos armados organizados Luego se encuentran los denominados grupos armados organizados (GAO), que hasta hace poco eran llamados bandas criminales por el gobierno y que, por lo general, tienen su origen en la desmovilización paramilitar de mediados de la década del 2010. Están principalmente enfocados a economías ilegales, que van desde la producción, tráfico y comercialización de drogas ilícitas, a la tala ilegal, minería, extorsión, e incluso, posiblemente, tráfico de personas. Según Pares, los GAO están en 74 municipios colombianos, de los cuales a 18 se expandieron tras el repliegue de las FARC. Como describe la FIP: "Los GAO agrupan a las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) o Clan del Golfo, al Ejército Popular de Liberación (EPL) o Los Pelusos, al Bloque Meta y al Bloque Libertadores del Vichada". A estos dos últimos a veces se los agrupa bajo el nombre de Los Puntilleros.
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Derechos de autor de la imagen RAUL ARBOLEDA/ AFP Image caption Las Autodefensas Gaitanistas de Colombia o Clan del Golfo son el más grande grupo armado organizado del país.
En total los GAO tienen, de acuerdo con cifras oficiales mencionadas por la FIP, unos 2.100 integrantes y se encuentran en 13 departamentos del país. De ellas, el grupo más fuerte es el Clan del Golfo o AGC, antes llamadas Urabeños o Clan Úsuga, con 1.900 integrantes, según la FIP, o hasta 3.500 si se suman hombres armados subcontratados. "Las ACG son un entramado criminal que integra diferentes organizaciones, estructuras criminales regionales, narcotraficantes, oficinas de cobro, pandillas, combos", dice el informe de esa fundación, "que trabajan bajo un mismo nombre, pero que cuentan con autonomía en su accionar". Las llama una "franquicia", que 41
tiene nodos en toda Colombia e incluso en el extranjero. La salida de las FARC de la zona del Pacífico, de especial interés para el transporte de cocaína, la explotación maderera y de minería de oro, coincidió con una avanzada de este grupo en la zona, lo que está, como indicamos, resultando en enfrentamientos con el ELN. Ese no es el único impacto sobre las poblaciones locales, pues al avanzar otros grupos están sometidas a reclutamiento infantil, extorsión y asesinatos selectivos. Los Puntilleros, por su parte, son una organización más pequeña, con unos 70 integrantes, según cifras oficiales citadas por la FIP, más concentrada territorialmente en una zona de los Llanos Orientales. Según el reporte de la FIP, mientras las FARC operaban en la zona le vendían a Los Puntilleros la pasta base de coca, que estos transforman en cocaína y entregaban a redes de narcotráfico, pero hoy son, en algunos municipios, las disidencias de las FARC las que controlan el primer eslabón de la cadena, entonces es con ellos con quien negocian. 42
El Ejército Popular de Liberación (EPL), al que las autoridades llaman Los Pelusos, son una disidencia de aquella guerrilla que se desmovilizó en 1991. Se concentra en la zona del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, fronterizo con Venezuela. De acuerdo con cifras oficiales citadas por la FIP, cuenta con 132 miembros, aunque la fundación calcula que pueden ser unos 200. Es un grupo con gran capacidad militar, que ha dado algunos golpes a la fuerza pública. "El EPL no se puede reducir a una organización criminal, pues es un grupo armado, que combina actividades criminales en el ámbito regional y local, conserva ascendencia social en entornos micro-locales y pasa por un momento de fortalecimiento territorial, militar y organizacional", dice el reporte. Ha estado avanzando sobre zonas que tradicionalmente han ocupado las FARC, con quien convivían, además de con el ELN, en la región.
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Grupos delincuenciales organizados Le siguen los grupos delincuenciales organizados (GDO), de los que dice la FIP: "Grupos de menor envergadura, los cuales se constituyen en una seria amenaza para las subregiones y los ámbitos locales, ya sean urbanos o semiurbanos". A veces pueden operar como subcontratistas de organizaciones las GAO o de grupos guerrilleros. Y, aunque son pequeños, el informe de ese centro de investigación señala: "Generan un alto impacto humanitario; desplazamiento intraurbano, utilización y reclutamiento de niños y jóvenes, confinamiento de poblaciones- y tienen vínculos con organizaciones de tercer nivel, como oficinas de cobro y estructuras sicariales".
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Derechos de autor de la imagen LUIS ROBAYO/ AFP Image caption Aunque la escala de los grupos delincuenciales organizados es mucho menor que la de los grupos armados organizados, la FIP considera que son capaces de amenazar seriamente a las poblaciones de los ámbitos locales en los que operan.
La FIP considera: "La impresión, tras la investigación para (el) informe, es la poca atención que se le presta a los GDO, en comparación a los tres GAO". En Colombia se estima que existen un par de docenas de estos grupos, que menciona el reporte: Los Caqueteños, Los Botalones, Los Rastrojos, Los Costeños, La Cordillera, La Constru, Los Pachenca, La Empresa y el Clan Isaza. Además hay cinco oficinas de Cobro y diez organizaciones delincuenciales integradas al narcotráfico. 45
El desmonte de las FARC también ha implicado en algunas zonas un fortalecimiento del accionar de estos grupos, o de otros de menor envergadura, que incluso comienzan a emerger, aún sin definiciones claras. Un ejemplo de esto último, que la FIP denomina "desorden criminal", se da en el casco urbano del municipio nariñense de Tumaco, donde las milicias de las FARC mantenían una cierta estabilidad. Al salir la guerrilla, dice la organización: "Allí, los actores armados, preexistentes o en formación, se disputan el control de segmentos de una o más economías criminales en ámbitos micro-locales". Esas disputas resultan en asesinatos y amenazas. "Se conoce de al menos 40 municipios en los cuales existe un aumento significativo de la anarquía criminal", señala Pares.
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Disidencias de las FARC De acuerdo con el International Crisis Group (ICG), otra organización que hace seguimiento al desarrollo de la situación de seguridad y conflicto en Colombia, hay 14 grupos de disidencia de esa guerrilla, con diferentes tamaños y características. Según, Pares, no obstante, sería solo uno, a los otros los considera simplemente grupos de desertores, operando en 16 municipios. Aunque no se puede en este caso hablar de que están ocupando territorios de las FARC, porque ya estaban allí, sí son hoy grupos diferentes de esa guerrilla y que intentan hacerse fuertes donde operan. "En total puede haber entre 700 y 800 combatientes en las filas de las facciones disidentes de las FARC, un estimado por su puesto debatible, aunque quizá razonable", escribió el analista del ICG, Kyle Johnson, en dos artículos publicados recientemente en el sitio Razón Pública. Según Johnson, las disidencias se encuentran en nueve departamentos del
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país, en el suroccidente y el suroriente fundamentalmente.
Derechos de autor de la imagenMISIÓN ONU COLOMBIA Image captionAunque la gran mayoría de las FARC le entregaron a Naciones Unidas sus armas, Kyle Johnson del International Crisis Group calcula que 14 grupos disidentes de esa guerrilla siguen activos.
Y aunque se las señala de haberse quedado por fuera del proceso de paz para no perder los réditos de las economías ilegales, como el narcotráfico, Johnson no cree se puedan equiparar. "Por ejemplo, tanto el Frente 1 en Guaviare como Hugo en Tumaco, dos disidencias diferentes, están estrechamente ligados con el narcotráfico, pero actúan de maneras muy distintas: ambos utilizan la coerción 48
y la dependencia económica para mantener su poder", dice Johnson. "Sin embargo, el primero tiene estrategias políticas claras; el segundo carece de ellas completamente". Pares concuerda respecto al funcionamiento del Frente 1, del que dice que no tiene relaciones hostiles con la comunidad y que parece haberse movilizado políticamente. "Desde hace unos meses la principal disidencia de las FARC en el país, que se concentra en el eje San José del Guaviare-Vaupés-Guanía, ha dado pistas de estar en capacidad de enfrentar al Estado colombiano, de utilizar violencia predatoria y de generar impacto humanitario sobre las poblaciones", de acuerdo con la FIP. Para esta organización también deben considerarse los desertores individuales y las milicias de las FARC que no se hayan plegado a la desmovilización del grupo, que representan una amenaza limitada a la seguridad a nivel local 6.
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Leer Los grupos armados que están ocupando los territorios abandonados por las FARC en Colombia. BBC MUNDO.
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Evaluación del concepto de violencia
A estas alturas hay que preguntarse si el concepto de violencia y lo que connota, no solo semánticamente, sino, sobre todo, figurativamente, lo que corresponde al imaginario de la violencia, es apropiado para interpretar lo que acontece; cuando se señala el empleo desmesurado de la fuerza para imponerse. El concepto de violencia, es decir, el uso desmesurado de la fuerza, engloba distintas y variadas formas de violencia, plurales y múltiples formas de violencia; entonces, el concepto de violencia, al referirse a todas estas formas de violencia, de una manera, mas bien, universal, tiende a hacer desaparecer las diferencias y expresar un sentido compartido. Pero, ¿este sentido compartido, como universal o general, existe como manifestación efectiva o solo es imaginario, teóricamente imaginario? http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina40646855.
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Que sea teóricamente imaginario, no le quita su utilidad conceptual, que sirve para expresar la idea de este fenómeno complejo y sus fenomenologías, fuera de as genealogías del poder que las provocan. Es útil en el discurso, que resume toda la complejidad de la violencia, en una palabra. Hasta ahí, digamos, su utilidad. Empero, cuando se busca explicar y analizar la multiplicidad y pluralidad de formas de violencia y entenderlas, deja de ser útil, pues las diferencias están como borradas.
Tampoco parece que se resuelve el problema de la comprensión y el entendimiento cuando se habla de las distintas formas de violencia, incluso cuando se describen sus características y peculiaridades, aunque mejora. Lo que se requiere es comprender lo que son cada una de estas distintas formas de violencia, lo que implican las caracterizaciones de sus diferencias; no solo en los impactos, las intensidades y las extensidades de su desmesura, de su 51
afectación a sujetos y cuerpos, sino su vinculación con las estructuras, composiciones, estratificaciones sociales y ámbitos de prácticas.
Por ejemplo, en el caso colombiano, una observación simple constata que todas estas organizaciones heterogéneas y diferentes, nombradas en los informes sobre la violencia, comparten el hecho de que son organizaciones armadas. Los mismos informes reconocen que son diferentes, incluso que accionan de manera diferente; además de anotar que unas son políticas, de acción política, que se proponen fines políticos; en cambio otras son “delincuenciales” o “criminales”. Dicho de otra manera, unas organizaciones usan las armas con el propósito de lograr fines políticos; otras organizaciones usan las armas con el propósito de lograr fines económicos, las armas son instrumentos de coerción y de amenaza para lograrlo. Ciertamente, estos procedimientos pueden intersectarse. Cuando una organización 52
armada política se financia usando las armas para lograrlo; en el otro caso, quizás muy pocos, escasos, cuando la organización meramente de acopio dinerario evoluciona, por así decirlo, a proyecciones políticas. Sin embargo, estas intersecciones no las hacen equivalentes, ni se borran sus diferencias; lo que hay que tener en cuenta en el análisis e interpretación.
Yendo más lejos, en el detalle, incluso estos campos distinguidos de las organizaciones armadas, conllevan también diferencias, lo que las hace distintas; lo que es también importante al momento de analizarlas. Por ejemplo, una organización armada dedicada al narcotráfico es distinta a una organización dedicada a la coerción y el chantaje para lograr acopios dinerarios. También estas clasificaciones suelen yuxtaponerse, sin quitarles sus diferencias. Tanto las diferencias como las intersecciones y yuxtaposiciones nos muestran fenomenologías y genealogías 53
diferenciales de los usos de las armas y, a su vez, sus abigarramientos.
Esta amalgama de formas de los usos desmesurados de la fuerza ocasiona efectos y afectaciones, que en conjunto, denominan violencia, tanto los discursos jurídicos, policiales, políticos, denunciativos, incluso teóricos. Al respecto, en la evaluación del concepto de violencia, la pregunta es: ¿O las afectaciones y los efectos, al final, ocasionan lo mismo, lo que pondera la utilidad del concepto, o las afectaciones y los efectos, ocasionan situaciones diferentes, lo que anula la utilidad del concepto? En defensa de la primera opción, se puede decir que al provocar víctimas, muertes, desplazamientos, temor y hasta terror, en las poblaciones afectadas, genera un parecido patrón de comportamientos y conductas. Sin embargo, al atender a la la resolución del problema, lo que importa es cómo funcionan, como emergen de la sociedad, cómo se vinculan y articulan con ella. 54
Por otra parte, lo que se genera entre operadores de la violencia, para decirlo de esa manera, y víctimas, son relaciones de dominación, de dependencia, de sujeción; relaciones que envuelven a operadores y víctimas en entramados que los atrapan. Por ejemplo, se da lugar a convivencias perversas, así como a coexistencias de dependencias. Cuando se provocan desplazamientos, las víctimas dejan las convivencias perversas o las coexistencias dependientes, convirtiendo a éstas en separaciones que no dejan de ser perversas ni dependientes. No son nunca emancipaciones ni liberaciones. Estos fenómenos forman parte del círculo vicioso de la violencia – usando todavía el concepto en cuestión – o, lo que dicen los discursos políticos, de la espiral de la violencia.
La violencia no desaparece porque se firma un Acuerdo de Paz, incluso no desaparece si se logra la paz; la violencia se ha hendido en las subjetividades e 55
inscrito en los cuerpos. Para atender los problemas que plantean estas fenomenologías y genealogías de la violencia, parece que se requiere no solo observar sus diferencias y abigarramientos, sino que es indispensable comprender cómo emergen de la sociedad y como se conectan y vinculan con ella. De nuevo, lo que se denomina, con el mismo denominativo, juntando sus connotaciones, violencia, no se puede comprender, tampoco resolver, pues las fenomenologías y genealogías de la violencia no solo tienen que ver con operadores y víctimas, sino con sistemasocial mismo.
En resumen, la evaluación del concepto de violencia nos ha llevado a considerarlo y usarlo más como metáfora o expresión usual discursiva que como concepto, proponiendo, más bien, la búsqueda de un concepto complejo, que dé cuenta de la concomitancia del sistema-social con la generación de las formas de violencia; mejor dicho, la congruencia estructural 56
del sistema-social con las fenomenologĂas y genealogĂas de los usos desmesurados de fuerza.
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Complicidades profundas de los enemigos declarados
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¿Qué comparten el capital financiero, las empresas trasnacionales extractivistas, los conglomerados de accionistas, los dispositivos estatales de la hiper-potencia mundial, los dispositivos institucionales de los Estado-nación subalternos, que, están vinculados, aunque sea, incluso, de manera opuesta y hasta antagónica, con la extracción, explotación, industrialización, comercialización y especulación de la energía fósil? Ciertamente, la pregunta parece obvia, comparten precisamente estos procesos endemoniados, para decirlo metafóricamente, de la apropiación y transformación de la materialidad de la energía fósil; sin embargo, cuando hablamos de compartir nos referimos a mucho más. ¿Qué configuración estructural dan lugar estos vínculos, lazos, afines o antagónicos, entrelazados, incluso agresivamente, sus redes, circuitos, mallas institucionales, formas organizacionales y dispositivos estatales? Esta es la cuestión.
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En primer lugar, a pesar de encontrarse enfrentados, discursivamente, incluso políticamente, además de ideológicamente, comparten un interés común; la explotación de la energía fósil. Que unos quieran imponer relaciones de intercambio desiguales, que otros quieran defenderse y modificar los términos de intercambio, logrando beneficios legítimos, en lo que respecta a los ingresos del Estado rentista, los hace diferentes, en cuanto a la disputa en la participación del control de la energía fósil; empero, de todas maneras, ambos están imbricados en el manejo de esta energía fósil. Ambos quieren beneficiarse de los efectos económicos de esta energía contaminante y depredadora, cuando se la saca de sus yacimientos. A pesar de sus oposiciones mutuas, de sus antagonismos dichos e incluso practicados, ambos son cómplices en el extractivismo del petróleo y el gas; ambos quieren sostener, prolongar el “desarrollo” sobre la base de la explotación de la energía fósil. Ambos son
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partidarios activos de la civilización de la energía fósil.
Los análisis políticos, las elocuencias discursivas contrapuestas, las ideologías, declaradas antagónicas, los medios de comunicación, han hecho hincapié en la oposición y el antagonismo declarado, incluso practicado, entre unos y otros, poniendo en escena el esquematismo político del amigo y enemigo. Sin embargo, precisamente por el esquematismo dualista del que parten, no pueden vislumbrar la otra parte de la paradoja, la complicidad de fondo de los enemigos con la reproducción del poder, la complicidad de fondo entre empresas trasnacionales extractivistas y los gobiernos “antiimperialistas”.
El hecho de que ambos, declarados enemigos, defiendan y sostengan el “desarrollo” económico, basado en la explotación de la energía fósil, los acerca tanto, que esta proximidad resulta más 61
determinante que lo que los aleja; la disputa por el excedente de la energía fósil. Que ambos lados del enfrentamiento no sean conscientes de esta concomitancia de fondo y se concentren, mas bien, en sus contradicciones, tiene que ver con la ideología, pero también con la paradoja de la disputa por el excedente.
La disputa por el excedente, si se quiere, puede venir definida por sus propios discursos; unos, los amos del mundo, pretenden que su apropiación responde a la competitividad de las empresas trasnacionales extractivistas, empresas que residen en la geografía del imperio; otros pretenden que la defensa de los recursos naturales, su recuperación soberana, corresponde al derecho de las naciones, en recuperar lo que les pertenece. Hasta aquí seguimos sus discursos. Incluso es aconsejable interpretar la ubicación de estos discursos en la geopolítica del sistema-mundo capitalista y en el mapa de las 62
disposiciones y dispositivos del poder, a partir de la tesis sobre el imperialismo. Pue esta tesis, derivada del marxismo austriaco, ayuda a entender la articulación entre capital financiero y Estado; además de su subsecuente geopolítica imperialista en la guerra por el dominio del mundo. Hasta aquí el aporte de la interpretación históricopolítica, que cuestiona e interpela la legitimidad de poder constituido, en este caso, del poder constituido en el mundo. Sin embargo, el problema radica en que no se sale del círculo vicioso del poder. Por ejemplo, en el tema que nos ocupa, no se sale del círculo vicioso del extractivismo. Se puede decir como que hay una fraternidad antagónica entre imperialistas y “antiimperialistas”.
En segundo lugar, todas las organizaciones, empresas, estados, gobiernos, dispositivos, instituciones, partidos, clases políticas, involucradas en la explotación de la energía fósil, conforman, quiéranlo o no, la hiper63
burguesía barroca de la energía fósil. Una burguesía heterogénea, tenga los discursos que tenga, evoque la ideología que postule, dipute desde distintos ángulos el control y la participación del excedente de la energía fósil, está coaligada por lo que comparten sus composiciones sociales estratificadas, por lo que defienden, por lo que los define; el modelo económico extractivista, especulativo y financiero de la explotación de la energía fósil. Al final de cuentas, es más determinante lo que comparten que lo que los diferencia. Son pues la clase dominante mundialmente; pueden tener contradicciones internas, que las hacen elocuentes, incluso, a veces, violentas; sin embargo, no dejan de ser la clase dominante del mundo institucionalizado.
En tercer lugar, otra característica que los acerca, a los supuestos enemigos, partidarios del “desarrollo” económico sobre la base del extractivismo, es el estilo de la apropiación y el uso 64
económico del excedente. Se trate de la burguesía ligada a los consorcios empresariales trasnacionales extractivistas o se trate de la burocracia ligada a la defensa soberana de los recursos hidrocarburíferos, ambas instancias usan la parte del excedente apropiado, que les toca, de manera especulativa; fortaleciendo las estrategias acumulativas del capitalismo financiero. Unos, a través de la valorización dineraria, el capital; otros, a través de la renta.
En cuarto lugar, ambos protagonistas del antagonismo de la disputa por el excedente de la energía fósil, son cómplices del crimen de lesa humanidad y de lesa ecología, al destruir el planeta; que es el costo de su “desarrollo”, y destruir las condiciones de posibilidad de sobrevivencia de las sociedades humanas. Se ha querido distinguir, si se quiere, una versión de “izquierda” de esta destrucción, llamada “desarrollo”, respecto de la versión de “derecha”; sin 65
embargo, los voceros de la primera versión olvidan que, de todas maneras, lo que defienden es la destrucción del Oikos; el hogar se las sociedades orgánicas. Es un exabrupto nombrar a esta destrucción de “izquierda” revolución. Solo el delirio ideológico puede llevar a pronunciar este discurso, que no tiene sustento histórico, salvo en el imaginario de la narrativa apologista, al estilo de la epopeya.
En quinto lugar, los protagonistas de la disputa por el excedente, recurren al recurso del monopolio de la disponibilidad de fuerzas, y de la potestad del uso legal e institucional de la violencia. Esta recurrencia devela no solo su vocación autoritaria y su constitución patriarcal, sino su vulnerabilidad, ocultada por las prepotencias destiladas. Lo anecdótico, que en ambos casos, se hable de “terrorismo” cuando tienen que descalificar a sus enemigos. Ambos comparten la susodicha “guerra contra el terrorismo”. Paradójicamente, recogen 66
una tradición, por así decirlo, de la historia política de la modernidad; la estrategia del terror para imponerse.
Esta complejidad social, política, institucional, que supone imbricaciones no solo afines, sino, incluso, antagónicas, exige abandonar la perspectiva del esquematismo dualista, para iniciar la comprensión de estas problemáticas, relativas a los acontecimientos históricospolíticos-económicos-culturales de la civilización moderna y del sistema-mundo capitalista. Es menester dejar el esquematismo dualista, el supuesto de la contradicción, concebida como beligerancia de opuestos; subsumir esta figura parcial de contradicción en el juego dinámico de la paradoja. Para decirlo fácilmente, buscar, más bien, qué es lo que une a los enemigos en su enfrentamiento, en su guerra sin cuartel.
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Estas consideraciones son importantes cuando hay que asumir una actitud ante la demanda de declararse o a favor de unos o a favor de otros. El chantaje emocional e ideológico de unos y de los otros. Pues el optar por unos o los otros, a pesar de las diferencias coyunturales, paradójicamente resulta optar por cualquiera de ellos; pero, sobre todo, por la continuidad de los juegos de poder, por la continuidad del círculo vicioso del poder. Al final de cuentas, ambos están por lo mismo, con diferentes estilos, por la destrucción del planeta, de la vida en el planeta, ilusionándose con el paraíso banal de la riqueza fútil.
La responsabilidad de los pueblos para con la vida, la de las sociedades humanas, la de las sociedades orgánicas, la del planeta, en toda su biodiversidad, es salir del círculo vicioso del poder, del círculo vicioso del “desarrollo” económico, cuyo costo es la muerte de las formas de vida planetarias. Es encontrarse consigo mismos, con sus memorias sociales, en 68
sus experiencias sociales; liberar sus potencias sociales, potencias creativas, reinsertarse con los ciclos vitales del Oikos, comenzando a dedicarse a lo que corresponde, para lo que estรกn en el multiverso, a la comunicaciรณn con los seres del multiverso.
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La Asamblea Des-constituyente
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La Asamblea Constituyente supone el poder constituyente, por lo tanto el desenvolvimiento de la potencia social; de ninguna manera el poder constituido. El poder constituyente está sobre el poder constituido, no hay nada por encima del poder constituyente; es decir, el pueblo movilizado. Lo que pasa en la República Bolivariana de Venezuela corresponde a cuando el poder constituido quiere imponerse sobre el poder constituyente, quiere estar encima de la potencia social desenvuelta. Esto no solo es anticonstitucional, sino que es una actitud reaccionaria, contra-revolucionaria, atentatoria de la voluntad popular y de la propia revolución bolivariana. Lo que se hace a nombre de revolución, esto de convocar a una Asamblea Constituyente espuria, es como convocar al pueblo a que asista al entierro de revolución, después de haberla matado; decir en el sepelio que lo que se hace es por la revolución, cuando sobre su cadáver se erige el poder de los asesinos.
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No debería sorprendernos que esto ocurra, es parte de la dramática historia insurreccional de América Latina y el Caribe; los Estado-nación en su segundo nacimiento, el histórico político, pues el primer nacimiento fue solamente jurídico-político, las llamadas revoluciones nacional-populares, se erigieron sobre el cadáver del líder revolucionario. Así ocurrió con la revolución mexicana, cuyo desenlace fue el termidor de la revolución; el Estadonación se edificó sobre el cadáver de Emiliano Zapata asesinado. Éste es como el formato de una trama recurrente, solo que con distintos guiones, actores, discursos y en diferentes contextos.
Asistimos entonces al termidor de la revolución bolivariana. La burocracia “chavista”, que ha usurpado al pueblo del caracazo y de la revolución bolivariana, pretende consolidar su poder sobre el cadáver de la revolución, usando el cuerpo sin vida de Hugo Chávez, para efectuar este recurrente procedimiento del duelo, convertido oficiosamente y 72
gubernamentalmente política.
como
si
fuese
La revolución bolivariana se encuentra escrita en la Constitución de 1999; se encuentra en los multitudinarios cuerpos del pueblo; se encuentra en las transformaciones estructurales e institucionales iniciadas, empero, ralentizadas por la burocracia, para, después, ser detenidas; por último, ingresar a una marcha regresiva, que ahora, se quiere convertir en la realización institucional de la decadencia.
Las “claves” de lo que ocurren en la coyuntura crítica y de crisis múltiple del Estado-nación y de la política instituida en Venezuela, no están en las divagaciones, acertijos, adivinanzas, de los “analistas” políticos, sino en las contradicciones profundas que conlleva toda revolución. Contradicciones que se convierten en dilemas al momento de tomar decisiones y volver a entrar en acción o, en contraste, quedar inhibidos o 73
conformistas; el dilema se puede resumir de la siguiente manera: Seguir, continuar, con la revolución, sin detenerse ante los obstáculos del camino, entre ellos los puestos por la burocracia, que quiere convencer que la revolución ya está hecha y que de lo que se trata es de defenderla, que si falta algo por hacer, lo va a ser la burocracia, no el pueblo, o defender una simulación de revolución, una máscara carnavalesca que pretende hacerse pasar por el rostro de la revolución, cuando es la mueca grotesca de la muerte. Este es el dilema, ser o no ser, como decía el príncipe Hamlet, el personaje de la tragedia de William Shakespeare.
Si se atiende solo a los discursos emitidos por unos y por otros, es imposible comprender lo que sucede o lo que acostumbran publicar los medios de comunicación, dar con las “claves”. Es indispensable no solo observar los hechos y seguir sus secuencias, sino lograr interpretarlos desde la experiencia social política y la memoria social. Una 74
aproximación sería desde la perspectiva histórico-política; lo mejor sería desde las genealogías del poder, en pleno ejercicio, en los espesores de la coyuntura. Se puede decir, que lo que pasa es lo que le ocurre a toda revolución; llega a un punto de inflexión, cuando la misma se institucionaliza, desde donde comienza su regresión, que evidencia las profundas contradicciones del proceso. Por este camino se llega a la decadencia, que es el del círculo vicioso del poder.
La responsabilidad de los pueblos, cuando ocurre este drama recurrente, es continuar con la revolución, continuar la lucha, dejando atrás a los aliados circunstanciales, que son la patética burocracia, que se cree la encarnación inmaculada de la revolución. Burocracia que detiene el curso de la revolución y la culmina no solo institucionalizándola, estatalizándola, sino acabándola con su muerte. Revisando la historia de la revoluciones en la modernidad, podemos corroborar, que, hasta el momento, ningún pueblo ha podido responder a su 75
responsabilidad, salvo la excepción que confirma la regla; aunque lo haya hecho sino de una manera defensiva, enquistándose en una isla, sin poder seguir adelante; pues lo tiene que hacer con todos los pueblos del mundo. La pregunta es: ¿lo podrá hacer el pueblo venezolano, sobre todo, el pueblo nacional-popular, que emerge en el caracazo, que sostiene la revolución bolivariana, que se queda sorprendida ante la evidencia regresiva, que le costó emprender movilizaciones contra el régimen que arrojó el proceso, en la transición definida por la correlación de fuerzas? No lo sabemos, aunque hay atisbos y senderos abiertos por la tercera vía; ni oficialismo ni oposición, sino el pueblo autoconvocado. Se han movilizado sectores de los barrios populares, que ya forman parte de la movilización contra un gobierno clientelar, contra la convocatoria a una Asamblea Des-constituyente, en un conglomerado de movilizaciones, donde juegan un papel destacable las movilizaciones estudiantiles. Se ha pronunciado intelectuales críticos de 76
izquierda, se ha manifestado y posicionado la Fiscal General, se han hecho escuchar chavistas consecuentes, que están en contra del chavismo deschavetado, que, efectivamente, es una expresión anti-Chávez, al querer desmantelar la Constitución que el caudillo llevó adelante y la promulgó.
¿Qué puede pasar? Todo depende de la correlación de fuerzas. El gobierno de Nicolás Maduro solo se sostiene por el ejército, la policía, la guardia nacional, los “colectivos” armados para la “defensa” de la revolución, un partido clientelar y los fantasmas convocados por exaltados discursos oficialistas. Se ha despilfarrado el multimillonario ingreso por concepto de renta petrolera; solo una pequeña parte ha sido destinada a las comunas y a las misiones; el resto ha sido usado de manera prebendal para mantener las redes clientelares, además del enriquecimiento de la élite gobernante. Se ha terminado efectuando una administración pública irresponsable, ocasionando entropía económica, social y 77
política. Se han terminado dando situaciones pasmosas de hiperinflación, causando escases y desabastecimiento. El gobierno ha culpado a la “oposición” de derecha y al “imperialismo” por esta debacle; sin embargo, sus argumentos son insostenibles e indemostrables. No puede explicarse cómo una serie de gestiones, que contaba con el apoyo de la mayoría absoluta, derivó en el descontrol administrativo, además de perder catastróficamente la mayoría en las elecciones legislativas, quedando como minoría; pasando la mayoría absoluta a la “oposición”. Estos resultados pueden explicarse por el voto castigo popular al gobierno de Nicolás Maduro, que ganó las elecciones nacionales, no por mérito propio, sino porque el caudillo, en la antesala de la muerte, pidió al pueblo que lo siguió y apoyó que voten por el candidato oficialista. Fue el afecto al caudillo y la lealtad a la relación con su figura carismática y símbolo paternal, la convocatoria del mito, lo que hizo que el pueblo votara por el candidato oficialista. El mismo que no tardó en perder el halo de prestigio donado por el caudillo 78
ausente. Gracias a la convocatoria del mito, que encarnaba el caudillo, la burocracia se hizo cargo del gobierno; si no hubiera sido por esto otra hubiera sido a historia. Esta burocracia se cree encarnación de la revolución bolivariana, que no la ha hecho; vinieron después. No son esta encarnación que pretenden, en todo caso, sería la encarnación de la decadencia de la revolución.
El chantaje emocional de la burocracia es exigir la “defensa de la revolución bolivariana”, de lo contrario, volver a los gobiernos neoliberales, bajo la férula del “imperialismo”. ¿Qué entienden por “defensa de la revolución”? La defensa del gobierno, la defensa de la versión que tiene de la revolución, versión demasiado estrecha y ligada a la supuesta epopeya de su protagonismo, el de la burocracia; cuando este protagonismo brilla por su ausencia. Están lejos de entender que la defesa de la revolución es una defensa crítica; no una apología. Precisamente es lo que no permiten; están encerrados en 79
una argumentación elemental e indemostrable, que la “defensa de la revolución” es la “defensa” de esta élite que usurpó al pueblo la conducción del proceso.
Este poder constituido, condensado en la forma de gubernamentalidad clientelar, solo encuentra salidas a la crisis política y económica como la de la imposición, con el uso desmesurado de la fuerza. Ya no convence, mucho menos seduce; no convoca, mucho menos transforma, ni siquiera en términos de reforma. Lo que hace es presentar la decadencia como si fuera dedicación encomiable, como si fuera entrega valorable; cuando, mas bien, se trata, de preservar el privilegio que otorga el poder, de mandar, de mantener la forma de gubernamentalidad clientelar y la disponibilidad de fuerzas, usadas para enriquecimiento de la élite, los nuevos ricos, estos nuevos estratos de la burguesía rentista.
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No tiene sentido hablar de “izquierda”, en contraste, de “derecha”, en estos casos. No son coordenadas referenciales. Son términos del discurso del chantaje emocional; se las emite para definir mapas imaginarios, donde ellos, la burocracia, es la “izquierda”, desde donde se juzga; los demás, comenzando por la “oposición”, siguiendo el chavismo crítico, la izquierda crítica, son la “derecha”; incluso se han inventado una “derecha posmoderna”. Valga a saber qué es eso. Se trata de un calificativo que busca descalificar, empero, es un calificativo que ellos, los emisores, no entienden. Desconocen el debate sobre la posmodernidad, y tienen la anecdótica idea de encontrar una “derecha posmoderna”. Lo que no se dan cuenta, usando sus elementales esquemas, que ya son la “derecha” efectiva en el gobierno.
Dada la situación crítica en la que se encuentra el gobierno, con más de tres meses de movilización contra la gestión de Maduro y su convocatoria espuria a la 81
Asamblea Constituyente, con la interpelación de la fiscalía general; un gobierno aislado, arrinconado, convertido en una fortaleza para defenderse; resulta inaudita su decisión de continuar con las elecciones para la Asamblea Constituyente. ¿Por qué lo hace? ¿No le queda de otra? ¿Es su último intento para perpetuarse en el poder? Aun cuando esta apuesta sea un riesgo que arrastre al gobierno a un desmoronamiento vertiginoso.
Tal parece que en situaciones parecidas, no se dan, contra toda lógica, respuestas razonables, sino todo lo contrario. Persistir en la decisión desesperada, creyendo encontrar en ella una salida, lo que llama asombrosamente el gobierno, la “paz”. Cuando se trata, mas bien, de la continuidad más intensa de los enfrentamientos. Es cuando, de manera más patente, se confunde la realidad con el imaginario, cuando ya es delirante. Es cuando las estrategias se mueven en el mapa imaginario de la ideología, muy lejos del mapa efectivo del movimiento de 82
las fuerzas. Se lo hace porque se considera que el manejo de la maquinaria estatal, por lo menos, la mayor parte, lo permite. Que el estar en el poder lo permite todo. Se trata de astucia, de habilidad, de chingar – usando este modismo mexicano elocuente – a la “oposición”. Se olvidan que el monopolio del poder que detentan se asienta en una sociedad institucionalizada; no saben que la sociedad institucionalizada tiene como substrato a la sociedad alterativa. Que no pueden escabullir los condicionamientos de la realidad efectiva. El Estado no es nada sin la sociedad institucionalizada.
La Asamblea Constituyente convocada por Nicolás Maduro es el punto de convergencia de los sucesos donde la revolución bolivariana muere. Es el instrumento apócrifo inventado por la burocracia y la forma de gubernamentalidad clientelar para sondear la crisis múltiple del Estadonación y la política institucionalizada. En esta maniobra la revolución bolivariana no está en juego; es más, es la olvidada. 83
Lo que está en juego es el poder mismo; la continuidad de la forma de gubernamentalidad clientelar o su caída. Que se hable de la “revolución bolivariana”, de su “defensa”, es retórica. Pues la única manera de continuar la revolución es seguir adelante, más allá del oficialismo y la “oposición”, más allá de la “izquierda” y la “derecha”, más allá del bien y el mal. Salir del círculo vicioso del poder.
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La hiper-burguesía de la energía fósil7
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Este ensayo es inspirado en una conversación con Fidel Ortuño y Luz María Sánchez. Fidel hace una lúcida interpretación de la coyuntura mundial y sus formas de dominación en debacle.
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¿Qué significa y qué implica que se haya conformado una burguesía que extrae, explota, industrializa, comercializa y especula con la energía fósil? La teoría marxista basa su explicación del capitalismo en la apropiación del excedente, vale decir, en la apropiación de la plusvalía; que supone tiempo socialmente necesario no pagado a la fuerza de trabajo. Sin embargo, ya Karl Marx se vio en dificultades al explicar la renta; no solamente de la tierra, sino la renta relativa a la explotación de los recursos naturales, principalmente las que se convierten en materias primas para la industria. En este caso, ¿de qué se apropia la burguesía, que controla las reservas de recursos naturales, los yacimientos de estos recursos; que los explota, pagando una renta; que incorpora esta materia prima a las cadenas productivas y de industrialización, a escala mundial? La respuesta ortodoxa marxista está lejos de satisfacer una respuesta; la apropiación de la burguesía petrolera no se explica solo por la plusvalía, derivada, de la suma 86
de tiempos socialmente necesario no pagados a la fuerza de trabajo. Si bien es cierto, que esta perspectiva restringida, relativa a la teoría de la acumulación de capital ha sido corregida por Horkheimer y Adorno, cuando plantean que el capitalismo no solo se explica por la explotación de la fuerza de trabajo, sino también por la explotación de la naturaleza, falta todavía explicar de qué se apropia la burguesía edificada sobre la extracción y explotación de la energía fósil.
La tesis de la teoría de la dependencia consistía en que la geopolítica del sistema-mundo, basándose en la diferenciación de centros dominantes y periferias dominadas, se apropia del excedente producido mundialmente, aprovechando la disposición dominante de los centros, en detrimento de la situación subalterna de las periferias. La teoría mencionada explicaba la acumulación originaria y ampliada, la concentración de capital, en los centros, 87
a través de la dialéctica del desarrollo; es decir, desarrollo que crea el subdesarrollo en las periferias; subdesarrollo que crea desarrollo en los centros.
Las tesis de la teoría de la dependencia ya no eran explicaciones meramente cuantitativas, basadas en una diferencia cualitativa, la de la propiedad de los medios de producción, sino que introducían la paradoja del desarrollo como dinámica histórica-económicapolítica-social generadora de las desigualdades, sociales, nacionales, regionales, mundiales. Lo que el marxismo clásico, por decirlo de ese modo, llama acumulación, los marxistas de la teoría de la dependencia señalaban como dominación geopolítica.
Se puede decir, como lo hemos dicho antes, que la teoría de la dependencia no solo produce desplazamientos epistemológicos, sino rupturas epistemológicas. Es diferente concebir la 88
acumulación de capital como apropiación de plusvalía que pensarla como despliegue de la dominación geopolítica. En consecuencia, la teoría de la dependencia no solamente construye el concepto de sistema-mundo, corrigiendo y yendo más lejos de los alcances del concepto de modo de producción capitalista - algo que lo dijimos en Acontecimiento político -, sino que se sale de la representación cuantitativa de la acumulación de capital para pensar, mas bien, el despliegue de la dominación geopolítica mundial.
Desde esta perspectiva, se puede decir que de lo que se apropia la burguesía mundial es de reservas de recursos naturales, de estos recursos extraídos, haciéndoles ingresar en las cadenas de producción y en los procesos de industrialización. Lo que se llama sistema-mundo capitalista se apropia de estas sedimentaciones geológicas, sacándolas a la superficie, donde ingresan a los procesos de 89
transformación material, que corresponden a la producción industrial. La cuantificación económica, aquello que viene a ser el referente del concepto de acumulación, no es más que contabilidad abstracta, por medio de procedimientos aritméticos. Hablar de acumulación, entonces, no es decir mucho, ni explicar mucho; solo es una suma de las cantidades integradas al proceso de valorización dineraria. El concepto de acumulación es como la sombra que se proyecta cuando se dan los efectivos procesos de apropiación, que son materiales, en pleno sentido de la palabra. El marxismo ha dado muchas vueltas tratando de encontrar en el concepto de acumulación la luz que ilumine los secretos del capitalismo. Se ha perdido en una especulación aritmética.
De lo que se trata es de explicarse el sistema-mundo, no a través de las sombras proyectadas, por más medidas aritméticamente que estén, sino a través 90
de las dinámicas materiales y corpóreas que proyectan las sombras. Lo que decimos puede parecerse a la metáfora de la caverna de Platón; si, claro. Lo que pasa que es ilustrativa para pasar de la crítica de la economía política a la crítica de la crítica de la economía política. En los anteriores escritos hemos incursionado en los bocetos de respuestas a la pregunta de cómo funciona el sistema-mundo capitalista, visualizando la complejidad mecánica de sus maquinarias; ahora, intentaremos incursionar en lo que abre la pegunta de qué, en realidad, se apropia el sistemamundo capitalista. Habíamos dicho algo, al respecto, decíamos que se apropia de la vida; por lo menos, de partes capturadas de la vida. Bueno, vamos a partir de esta premisa, para llamarla así, en lenguaje lógico, buscando las rutas de sus posibles itinerarios.
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Los pies sobre la tierra
Para comenzar, no puede haber acumulación de capital, es decir, valorización dineraria, si no hay producción; hasta ahí la crítica de la economía política marxista. Pero, tampoco podría haber producción sin las materias primas, es decir, la extracción de los recursos naturales; así como no podría haber producción si no se controla la tecnología en uso para tales efectos y las aplicaciones implementadas en la producción industrial. En otras palabras, el control de las reservas de recursos naturales, el control del circuito de las materias primas, es decir, el control del mercado mundial de las materias primas, y el control de la tecnología implementada en el extracción de los recursos naturales y en la producción industrial, son condiciones indispensables para que se dé lo que denomina el marxismo acumulación de capital. El problema es que la crítica de la economía política marxista subsume 92
conceptualmente tanto a los recursos naturales, convertidos en materias primas, a la logística de la producción, de la distribución y el consumo, a la abstracción cuantitativa de la acumulación de capital. Cuando es, mas bien, al revés, para decirlo de ese modo, que es ilustrativo; la representación abstracta de la acumulación de capital se sostiene en el referente dinámico de no solo de procesos de producción, sino de lo que son efectivamente, materialmente, estos procesos de producción. En otras palabras, se sostiene en el referente de los desplazamientos de fuerzas, no en el sentido metafórico, usado como concepto por el marxismo, que tiene como referente de la metáfora al concepto de fuerza físico, de la física newtoniana, sino en el sentido complejo, que le atribuye la física relativista y cuántica. Fuerzas fundamentales que crean la materia, que transforman la energía en materia, que se desenvuelven como en constante devenir, transformando la energía y la materia. Entonces, se trata, en el planeta, de la complejidad dinámica de 93
las fuerzas fundamentales, transformadas en formas de vida y formas de existencia.
Una de las formas de vida, la humana, correspondiente a las sociedades humanas, ha construido instrumentos, como prolongación de su cuerpo; que al prolongar su cuerpo, paradójicamente, pareciera que lo han separado del Oikos, del planeta, de las ciclos vitales integrados, que hacen a la vida. Sin embargo, hay que aclarar, no es la prolongación heurística, en sí, la que ha separado a las sociedades humanas de su Oikos, sino, mas bien, es un modo de instrumentalidad o lo que llamaban racionalidad instrumental Horkheimer y Adorno lo que ha separado a las sociedades humanas de las ecologías del planeta. La prolongación misma, que los griegos de la antigüedad denominaban techné y nombramos como tecnología, aunque sin la connotación griega de arte, es parte de la potencia de la vida, de la invención creativa de la vida. El problema 94
radica en el uso de esta tecnología para separar a las sociedades humanas de sus entornos, de sus ecosistemas, de su Oikos; por lo tanto, de sus condiciones de posibilidad de existencia y de vida. Además, también paradójicamente, se usa esta instrumentalidad para separar al ser humano de sí mismo, de su cuerpo, de su potencia. ¿Cuál es el núcleo del problema? ¿Cómo se ha llegado a usar la instrumentalidad, la heurística, la tecnología, para separar a las sociedades humanas de su Oikos y separar al ser humano de sí mismo, de su cuerpo?
Karl Marx planteó el tema de la siguiente manera: las relaciones de producción se cristalizan en los medios de producción, las relaciones sociales de producción capitalistas se cristalizan en los medios de producción capitalistas. Es decir, se puede interpretar como que las relaciones sociales se concretizan como tecnología empleada. Este puede ser un buen punto de partida o de hipótesis teórica inicial. En todo caso, hay que atender a las 95
dinámicas propias de la tecnología, de la generación de tecnología. Si bien se puede suponer que las relaciones sociales de producción se realizan y materializan en la tecnología empleada, esta materialización no explica los procesos tecnológicos; hay ciertamente más factores intervinientes, para decirlo de esa manera. Lo más conocido es el papel de las ciencias; estos corpus de conocimiento intervienen en la generación de tecnología; es más, las ciencias corresponden precisamente el conocimiento que se realiza y materializa en tecnología. Se puede decir que, bajo ciertas condiciones y circunstancias, la ciencia es usada, bajo determinados moldes, en la generación tecnológica. Estos moldes corresponden a estructuras sociales, a estructuras institucionales, a estructuras de control. Estas estructuras sociales, institucionales y de control pueden usar las ciencias de acuerdo a los condicionamientos estructurales; entonces, viabilizar un tipo de desarrollo tecnológico, inhibiendo otras posibilidades. 96
La tesis sobre la cristalización de las relaciones sociales de producción es útil en la crítica de la economía política, sobre todo, cuando esta crítica, después de definir el campo objeto de la crítica como ideología, se desplaza a la explicación del capitalismo a partir de lo concreto como síntesis de múltiples determinaciones. Es cuando la totalidad concreta es configurada como modo de producción capitalista. En consecuencia, es indispensable no solo interpretar los procesos inherentes al modo de producción, a partir de la contradicción fundamental entre fuerzas productivas y relaciones de producción, sino dar cuenta de los medios de producción en tanto instrumentos, es decir, medios técnicos. Hasta ahí la interpretación dialéctica del modo de producción capitalista. Empero, cuando se comprende que la economía política no se restringe solo al plano de intensidad económico, sino se abre a múltiples planos de intensidad que se integran, conformando el substrato dinámico complejo de la civilización moderna, cuna y continente histórico del 97
sistema-mundo capitalista, esta explicación restringida de la crítica de la economía política queda corta. Sobre todo, muestra sus falencias para explicar el acontecimiento tecnológico y sus transformaciones.
Desde la perspectiva de la complejidad es menester comprender el plano de intensidad tecnológico como articulación especifica del conjunto de los planos de intensidad imbricados; no solo en lo que respecta a los planos y espesores de intensidad que, articulados e integrados, conforman el sistema-mundo capitalista, sino más allá. Hablamos de plurales planos y espesores de intensidades, articulados e integrados, que hacen al devenir social; que no solo abarca a la sociedad institucionalizada, sino sobre todo, a la sociedad alterativa, que es el substrato mismo social. Así mismo, más acá y más allá, comprender el plano y espesor de intensidad tecnológico como articulación integrada de los planos y espesores de intensidad, de los ciclos 98
vitales y ecológicos, de los ecosistemas, de las biodiversidades, integradas, que hacen a las dinámicas y sincronización planetaria. Dicho de otra manera, se trata de comprender y entender las dinámicas complejas del desarrollo tecnológico.
En esta perspectiva, definiremos dos ámbitos problemáticos; uno, más circunscrito a las inhibiciones impuestas a las ciencias y tecnologías por parte de las lógicas inherentes al sistema-mundo capitalista; otro, mas bien, abierto a la complejidad de donde emergen las sociedades humanas, la complejidad ecológica planetaria. Por el momento tocaremos el primer ámbito.
Vamos a tocar el tema a partir de contexto definido como el ámbito uno; circunscrito a las inhibiciones impuestas a las ciencias y tecnologías por parte de las lógicas inherentes al sistema-mundo capitalista. Lo vamos a hacer 99
considerando problemáticas evidenciadas en la contemporaneidad de la civilización moderna y en la actualidad del sistemamundo capitalista. La problemática que nos interesa abordar es la relacionada a la extracción y explotación, su subsecuente industrialización, comercialización y especulación, de la energía fósil; es decir, los hidrocarburos, el petróleo y el gas. Nos interesa, pues aquí radica el desafío, salir de la civilización de la energía fósil, la más depredadora y contaminante del planeta y de la historia del capitalismo. Aquí también se ha conformado una hiperburguesía, que controla los yacimientos, las reservas, los mercados, la tecnología, los circuitos financieros y las cadenas productivas, vinculadas al petróleo y al gas. Esta hiper-burguesía es, por cierto, mundial; además controla y dispone de grandes corporaciones petroleras; las empresas trasnacionales del petróleo, que deciden qué energía debe usar el mundo, dejando de lado energías limpias, incluso menos contaminantes, si no son limpias. Se trata de una hiper-burguesía 100
emergida o, en su caso, asociada, como conglomerado accionista, a la extracción y explotación de la energía fósil. Es la burguesía del llamado “oro negro”. El dominio y control de esta hiperburguesía se asienta sobre el manejo, conducción, asociación y alianzas de una gama de aparatos, que operan en la extracción, explotación, industrialización, comercialización, financiamiento y especulación del petróleo y el gas. No se trata solo de saber lo que son las propias empresas trasnacionales, que operan en el mundo, sino también saber sobre las vinculaciones con los aparatos de Estado, con el sistema financiero internacional, con los emporios de los grandes medios de comunicación, que controlan la información y las campañas de imágenes. No se trata pues del clásico concepto de burguesía, sobre todo, estructurado por el marxismo, sino de una clase social mundial, que no solamente es propietaria de los medios de producción, sino controla geologías, yacimientos, en su 101
condición de reservas, precisamente a través de los dispositivos estatales, conectados a las actividades mundiales de esta hiper-burguesía. Controla los mercados del petróleo, incide en la determinación de los precios de las materias primas; controla los circuitos financieros, por lo tanto, la inversión de capitales; además de controlar la tecnología empleada en la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil. Como se puede ver, el concepto de burguesía queda chico para poder figurar y configurar, así como conceptualizar, a este sujeto social, actor, protagonista y gestor de las dominaciones congruentes con la explotación capitalista de la energía fósil. Un sujeto social, dominante mundialmente, que controla desde las reservas de recursos naturales hasta la especulación financiera de la energía fósil, recurriendo al conglomerado de organizaciones, aparatos, engranajes, dispositivos, medios, además de acciones 102
financieras, escapa a la definición de burguesía como propietaria de los medios de producción; convirtiéndose en una clase que controla geologías, mercados, cadenas productivas, circuitos financieros y hasta gobiernos. Este sujeto social no es exactamente una burguesía, por lo menos, en el sentido clásico de la palabra. Para decirlo de una manera exagerada, pero ilustrativa, esta hiperburguesía de la energía fósil es propietaria del mundo institucionalizado. Esta es una de las razones por la que podemos comenzar a explicarnos el fenómeno inaudito de la prolongación caprichosa de la utilización de la energía fósil; utilización destructiva del planeta. Esgrimiendo conceptos conocidos o tibiamente modificados, sin todavía proponer conceptos complejos, adecuados para configurar y entender a esta clase mundial dominante; diremos que esta hiper-burguesía prefiere preservar una maquinaria destructiva, depredadora y contaminante, la que 103
garantiza super-ganancias, permitidas no solo por la apropiación de plusvalía, sino por el manejo y manipulación de los controles y dominaciones ejercidas en el mundo. En la mentalidad de esta hiperburguesía no entra, para nada, la consideración de la crisis ecológica y de la amenaza a la sobrevivencia humana y de las especies vulnerables de la biodiversidad. La única realidad que considera como tal es la que proyectan sus ganancias, si se quiere, su acumulación ampliada dineraria; convirtiendo al mundo, con esta iluminación banal, en objeto de extracciones y manipulaciones financieras. Se podría decir que se trata de una hiper-burguesía sin consciencia histórica, tampoco con perspectiva y proyección en el porvenir. El futuro se agota en el ahora compulsivo, consumista, hedonista y suicida. La elocuencia estridente y anacrónica de sus discursos, machistas, patriarcales, autoritarios, despóticos, muestra patentemente los perfiles miserables de esta clase dominante del mundo. 104
Ciertamente no es la única burguesía conformada; hay otras. Por ejemplo, la que caracterizó la “época dorada”, para decirlo metafóricamente, de la burguesía; hablamos de la burguesía industrial. Ésta está subordinada al dominancia del capitalismo financiero y especulativo. En términos populares, se encuentra ninguneada por la prepotencia de la burguesía vinculada a la explotación de la energía fósil, de la burguesía financiera y especulativa, además, de la burguesía vinculada al lado oscuro de la economía y del poder. Todas estas últimas están coaligadas y comprometidas, casi son aliadas; aunque sí, de seguro, son cómplices de la apropiación del excedente mundial y de la destrucción del planeta. Hay también como una nueva composición social, hablamos de lo que podemos nombrar, provisionalmente, neo-burguesía reciente, para decirlo de ese modo, que emerge de las redes cibernéticas e informáticas; incluso de incursiones en las energías que podemos 105
llamar limpias. Es como un núcleo de la susodicha neo-burguesía, todavía minoritaria, que se constituye en los nuevos ámbitos relacionales, abiertos por la tecnología de punta. No solo cibernética sino también del manejo de otras formas de energía, como la eólica y la solar. Sorprendentemente se trata de una burguesía que ha emergido y se ha consolidado vertiginosamente, aprovechando los efectos masivos y de irradiación casi inmediata de las redes cibernéticas e informáticas; además de aprovechar de los beneficios que arrojan las energías limpias. En términos comparativos, es una burguesía más ágil, más versátil, más dinámica, incluso es inventiva, además de más inteligente, que la hiper-burguesía de la energía fósil; la que patentiza sus anacronismos conservadores y densos, que se han convertido en obstáculos del mismo desarrollo capitalista, en lo que respecta a resolver sus problemas orgánicos y salir de la crisis estructural que lo embarga.
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Considerando este boceto de la configuración y conceptualización de las clases sociales de la dominación mundial, podemos entrever, para decirlo en lenguaje marxista, no del todo adecuado, pero ilustrativo, las contradicciones interburguesas, a nivel mundial. Al respecto, si bien la burguesía liberal, inicial y pionera, podía calificársela de progresista; en cambio, la hiperburguesía petrolera no goza de esta características. Es, más bien, una burguesía hipertrofiada, conservadora, incluso patentemente decadente; repitiendo perfiles sociales ateridos, relativos a los sujetos de dominaciones despóticas. En este caso, se trata de una hiper-burguesía que abusa de su circunstancial dominancia, correspondiente al control logrado mundialmente, sin proyectar ningún porvenir, salvo el del apocalipsis. La neo-burguesía, mucho más joven, propone un porvenir, aunque no sea utópico, como las propuestas subversivas 107
y alterativas; el porvenir propuesto por la neo-burguesía es el de continuar el capitalismo por las vías del cambio de paradigma energético; un capitalismo menos agresivo, ralentizado en su marcha destructiva, que pueda adecuarse a las exigencias ineludibles de la crisis ecológica. Se puede llegar a considerar a esta neo-burguesía como “ambientalista”, no ecologista; lo que implica una salida radical del círculo vicioso del poder y requiere una reinserción de las sociedades humanas a los ciclos ecológicos planetarios. En el contexto de estas contradicciones inter-burguesas, la burguesía industrial ha quedado rezagada, sin capacidad propositiva ante la crisis de sobreproducción, que es el substrato de los efectos, las crisis financieras, que tratan de diferir la crisis de sobreproducción. Tampoco propone un proyecto de porvenir. Simplemente ha quedado subordinada a la dominancia del
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capitalismo financiero y especulativo, que también es un capitalismo extractivista. Teniendo en cuenta este panorama, que es un boceto interpretativo, se puede empezar a comprender lo incomprensible, comenzar a entender lo inentendible. Cómo supuestos personajes opuestos desde sus ideologías singulares, desde las historias de los Estado-nación, terminan coaligándose, convirtiéndose en casi aliados; pues tienen demasiadas concomitancias. Para bajar a terreno, un presidente ruso, de pasado militante en el partido comunista, y un presidente de Estados Unidos de Norte América, de estrecha ideología conservadora, patriarcal y machista, elocuentemente nacionalista, terminan coaligados por intereses compartidos: preservar la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil. También se puede comenzar a comprender y empezar a entender la coalición de las burguesías nacionales del 109
petróleo norteamericano y ruso con la monarquía absoluta de Arabia Saudita, en un caso, o con clases políticas de Estadonación subalternos árabes, en otro caso. Todas estas composiciones de clases nacionales dominantes forman parte del capitalismo petrolero, ya sea por medio del conglomerado de acciones, ya sea por medio del control de corporaciones petroleras, ya sea por medio de dispositivos gubernamentales y estatales, bajo administración sometida. Entonces, estamos ante una conformación barroca de la hiperburguesía de la energía fósil. Aunque los estratos de esta hiper-burguesía puedan situarse en países concretos, muy distintos, aunque estén vinculados a ideologías singulares diferentes y hasta encontradas, aunque estén vinculadas a formas de Estado-nación dicotómicas; sin embargo, conforman la coalición abigarrada y barroca de la hiperburguesía del petróleo. En consecuencia, en el periodo tardío de la modernidad y en la fase de dominancia financiera del ciclo del capitalismo vigente, no importan 110
las ideologías, los discursos emitidos, lo que dicen representar y defender; no importa que unos estén vinculados a las expresiones políticas liberales, otros a las expresiones políticas nacionalistas, con resabios de nostalgias del social imperialismo, como definía Mao Zedong a la Unión Soviética de Joseph Stalin; que los terceros sean la expresión anacrónica y perdurable de las tradicionales formas despóticas, la monarquía absoluta en suelos del desierto arábico. Lo que importa es su vínculo, concomitancia y complicidad con la extracción, explotación, industrialización, comercialización y especulación de la energía fósil. Por otra parte, esta hiper-burguesía mundial barroca no se detiene ante medios y procedimientos violentos, para lograr los fines perseguidos. Puede recurrir, a través de los servicios de inteligencia, en constante conspiración, especialistas de la conspiración, a organizaciones fundamentalistas para 111
desencadenar supuestas “guerras santas”, que desgarran en guerras intestinas a los estados árabes. Pueden llegar a decir que son partidarios de la “guerra contra el terrorismo”; empero, en el fondo, están involucrados en la gestión y promoción de las organizaciones fundamentalistas, que califican de “terroristas”. Unos pueden encubrir el despliegue logístico de los servicios de inteligencia involucrados en la promoción y abastecimiento de estas organizaciones fundamentalistas, otros pueden estar, mas bien, involucrados en la “defensa” de gobiernos considerados aliados, en la lucha contra estas organizaciones fundamentalistas. Sin embargo, en ambos casos, aprovechan la ocasión para intervenir en las guerras de Medio Oriente; defendiendo y disputando el control efectivo, aunque no sea directo, de las reservas de los yacimientos hidrocarburíferos. Retomando el concepto marxista de las contradicciones, que para nosotros, es 112
más bien, una metáfora ilustrativa, dejando, por el momento de lado, el análisis paradójico del pensamiento complejo, podemos decir que la contradicción principal - dicho desde la dialéctica de las contradicciones, expuesta por Mao Zedong - no se encuentra en la denominada “guerra contra el terrorismo” - que es más bien una distracción o, si se quiere, una contradicción derivada -, sino en la contradicción entre vida, potencia de la vida, armonía planetaria, y sistemamundo capitalista. La contradicción secundaria, siguiendo con la metáfora histórico-política, es entre paradigmas energéticos; un paradigma destructivo, contaminante y depredador, como el de la energía fósil, se defiende ante alternativas energéticas, oponiéndose por la fuerza y la violencia, usando todos los aparatos y dispositivos bajo su control, a las opciones viables de otros paradigmas energéticos.
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Hablamos de contradicción secundaria, siguiendo la exposición y la lógica dialéctica del texto de Mao Zedong; pues por la alternativa energética al paradigma de la energía fósil, no solamente se encuentra esta neo-burguesía, sino, sobre todo, y antes que ella, el conjunto de colectivos activistas ambientalistas y ecologistas, las naciones y pueblos indígenas, los pueblos afectados por la extracción y explotación minera y de hidrocarburos, estratos de las sociedades modernas, que han tomado consciencia de la amenaza a la sobrevivencia por las consecuencias de la crisis ecológica. Al respecto, no hay ninguna coalición, ningún pacto, mucho menos, ninguna alianza; empero, los distintos sujetos sociales mencionados coinciden, aunque de diferente manera, con el urgente cambio de paradigma energético. No estamos proponiendo una alianza entre los sujetos sociales mencionados, como algún dogmático desarrollista, de “izquierda” o de “derecha”, pueda 114
interpretar a su antojo. Sino tan solo señalando, desde la estructura teórica de la dialéctica de las contradicciones, ciertas coincidencias, que hay que tomar en cuenta en el análisis. A nosotros nos interesa liberar la potencia social de los pueblos, que se aprenda colectivamente, por la pedagogía política, a autogobernarse y auto-gestionar, salir del círculo vicioso del poder y lograr transiciones hacia la reinserción de las sociedades humanas en los ciclos vitales planetarios. Empero, sabemos, que lo que ocurra no depende de tener la razón, de estar de parte de la justicia, ni de la verdad, sino de la correlación de fuerzas. Por lo tanto, como el mismo Mao Zedong enseñó, en su momento, en otro contexto, es que en la acción política es indispensable tener en cuenta el juego de las contradicciones, la composición contradictoria que se forma entre la contradicción principal y las contradicciones secundarias. Que, además, hay que distinguir la contradicción, que la nombraremos, como fundamental, que es la que 115
mencionamos, y contradicciones secundarias, que se pueden convertir en contradicción principal, dependiendo de la coyuntura. Lo que acabamos de exponer tiene una motivación ilustrativa, al exponer la interpretación de la coyuntura en sus espesores complejos, buscando transmitir lo que se enuncia. No se trata de volver a Mao Zedong y su guerra prolongada, además de su lucida comprensión de la lucha antiimperialista, sino de usar críticamente estas experiencias como situaciones ilustrativas, que aunque no se parezcan a las problemáticas del presente, tienen ciertas analogías en lo que respecta a los desafíos de situaciones complejas.
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Descripciones del control y la dominación de la hiper-burguesía de la energía fósil En un reportaje de la BBC-MUNDO se hace una ilustrativa descripción de la jerarquía organizativa y empresarial de lo que hemos denominado la hiperburguesía de la energía fósil. En el reportaje se dice que, en un mundo económicamente multipolar, las grandes multinacionales estadounidenses del petróleo comparten el control y el dominio con otros consorcios del mundo. La empresa petrolera estatal de Arabia Saudita, Saudí Aramco, es la corporación de mayor capacidad de producción de hidrocarburos. De acuerdo a la información brindada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el monopolio árabe produce cerca de 10 millones de barriles diarios. El segundo lugar en producción petrolera corresponde a la empresa petrolera rusa Gazprom, con 8,38 millones de barriles diarios, sumados en 2016, según la 117
revista Forbes. El tercer lugar corresponde a la corporación petrolera estatal iraní. De acuerdo al cuadro jerárquico, las mayores empresas petroleras del mundo son - evaluadas teniendo en cuenta la producción de hidrocarburos en 2015 - Saudi Aramco, Gazprom, National Iranian Oil, Exxon-Mobil y Rosneft8. Exxon-Mobil, la mayor empresa petrolera estadounidense, ocupa el cuarto lugar en el cuadro jerárquico. La mexicana Pemex, la única latinoamericana entre las primeras diez, se encuentra en el octavo puesto, con 3,6 millones de barriles diarios. Sin embargo, hay que tener en cuenta, que la corporación petrolera saudita Aramco no cotiza en ninguna bolsa de valores. La forma de propiedad es estatal; no aparece en listados, que clasifican a las grandes empresas petroleras, tomando en cuenta su valororación en el mercado bursátil. Es en 8
Fuente: Forbes. 118
este mercado donde Exxon-Mobil es mediáticamente presentada como la empresa petrolera más cotizada del mundo. Sin embargo, Arabia Saudita planea vender, en 2018, una proporción del orden del 5% de las acciones de Aramco en las bolsas. De acuerdo a las estimaciones de Simon Jack, editor de negocios de la BBC, se calcula el valor de la empresa en US$2 billones. La corroboración de esta estimación puede darse con la privatización parcial de Aramco; lo que convertiría la empresa petrolera saudita en la corporación empresarial más cotizada del mundo; contando con una valorización cuatro veces mayor que el de la valorización más cercana, correspondiente a Apple.
Las empresas petroleras chinas y rusas son competencias corporativas emergentes; esto se corrobora al considerar la magnitud de producción de petróleo, las ventas totales y la valoración en el mercado e esas 119
empresas. Las rusas Gazprom y Rosneft se encuentran detrás de Saudi Aramco; ya han superado a las empresas estadounidenses y de Europa Occidental. En comparación, más vertiginosa ha sido la promoción impulsiva de las empresas petroleras chinas. De acuerdo a la revista estadounidense Fortune, la firma China National Petroleum es la mayor empresa petrolera en el mundo; esto considerando la magnitud de sus ingresos, que suman a casi US$300.000 millones. China National Petroleum emplea a un millón y medio de personas; sus utilidades llegan a US$7.000 millones. La pérdida en de la jerarquía de las corporaciones petroleras “occidentales”, no significa que han dejado de ser importantes e incidentes. Empero, es notoria la desesperación por recuperar el puesto de jerarquía. Por ejemplo, esta desesperación se hace evidente en el comportamiento exaltado de Donald Trump, presidente actual de la hiperpotencia miliar-tecnológica-cibernéticacomunicacional-económica de los Estados 120
Unidos de Norte América. Sin embargo, más que a las conductas políticas teatrales, hay que atender a la composición de su gobierno. La designación como secretario de Estado del gerente de Exxon-Mobil, Rex Tillerson, devela el juego de poder de la hiper-burguesía del petróleo. ExxonMobil no deja de ser un consorcio empresarial monopólico, de gran envergadura. Así mismo, otras empresas petroleras como la británica BP y la angloholandesa Shell, también la estadounidense Chevron, se sostienen como de las empresas más influyentes del mundo. En la historia reciente, los Estado-nación de la geografía periférica del sistemamundo capitalista han incursionado en nacionalizaciones y avanzando, por medio de la recuperación de la soberanía, en el control de los recursos naturales; sobre todo, en lo que respecta a los hidrocarburos. Estos desplazamientos de las configuraciones del poder, en su formas singulares de dominación, 121
distribuidas en la geopolítica del sistemamundo capitalista, modifican los mapas de las correlaciones de fuerza en regiones concretas; empero, no cambian la estructura de poder mundial, el control y la dominación mundial de la hiperburguesía de la energía fósil9.
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Leer ¿Cuáles son las empresas petroleras más grandes del mundo y cuánto poder tienen? BBC-MUNDO. http://www.bbc.com/mundo/noticias-39633225.
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Conclusiones
1. La interpretación adecuada de la coyuntura mundial no puede hacerse desde paradigmas fosilizados, que corresponden a experiencias sociales de momentos experimentados, retomados por la memoria social; sino que requiere de la actualización de la memoria social y de la memorización actual de los espesores del presente. 2. Para tal efecto, es indispensable reconocer las transformaciones y mutaciones dadas en las estructuras, composiciones y mallas institucionales; sobre todo, de sus dinámicas complejas. Esto significa abordar el presente desde la perspectiva de la simultaneidad dinámica, de las composiciones y combinaciones de los espesores del presente, que hacen única y singular a la coyuntura.
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3. Esto implica la constante invención teórica, que conceptualiza la memoria social actualizada, que percibe la experiencia social acumulada. 4. Sobre todo, implica la comprensión de las singularidades del acontecimiento desenvuelto, interpretando el sentido inmanente de las composiciones y combinaciones complejas de su acontecer, plural y múltiple; además, integrando las innumerables singularidades que lo conforman.
5. En lo que respecta a la interpretación de las estructuras de dominación mundial, es necesario comprender la concurrencia de las fuerzas correspondientes a diagramas de poder y cartografías políticas, además de cuadros económicos, que definen el carácter de la dominación mundial. 6. La hipótesis interpretativa es la que concibe, en plena decadencia de la 124
civilización moderna, en plena crisis estructural y orgánica del sistemamundo capitalista, una forma de dominación violenta; por eso mismo, desesperada, pobre en argumentos. Que recurre a los dispositivos y aparatos bajo su control, para prolongar artificialmente formas de dominación, modo de producción, sobre todo, maneras, estrategias y tácticas desplegadas, especulativas, de apropiación del excedente producido mundialmente.
7. Lo llamativo es que esta estructura de dominación caduca es la que domina y se impone, desplazando no solo las alternativas civilizatorias, sino incluso, las otras posibilidades de la propia civilización moderna y del sistema mundo capitalista inhibidas. 8. La hiper-burguesía del petróleo es como la condensación misma de la decadencia acumulada, la patética corroboración de la misma, haciendo 125
elocuente el desmoronamiento del sistema-mundo y la diseminaciรณn de las mallas institucionales que lo componen.
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La burguesĂa rentista
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Suena contradictorio, pues hemos aprendido que la renta la paga la burguesía industrial y la recibe el terrateniente, el propietario de la tierra. No podría haber una burguesía rentista. Sin embargo, en la modernidad tardía se observan fenómenos abigarrados; por ejemplo, una hiper-burguesía de la energía fósil, que controla el mundo institucionalizado, que monopoliza los mercados, que controla los procesos de las cadenas productivas, que es propietaria del mundo institucionalizado; que está vinculada al sistema financiero internacional, mediante el cual invierte especulativamente, no productivamente, logrando super-ganancias10. Que controla gobiernos, sean de “derecha” o de “izquierda”, que sostiene tercamente la preservación de la energía fósil, a pesar de sus consecuencias altamente contaminantes y depredadoras, por lo tanto, destructivas, a pesar de contar con 10
Ver La hiper-burguesía de la energía fósil. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/19/lahiper-burguesia-de-la-energia-fosil/.
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la posibilidad de otras formas de energía, llamadas limpias. Esta hiper-burguesía es la propietaria del mundo institucionalizado y controla las reservas de recursos naturales, las cadenas productivas, los mercados, la tecnología empleada, el sistema financiero; hace marchar al mundo bajo su batuta.
El capitalismo financiero ha establecido algo así como una renta del capital; se paga por su uso; no solamente por concepto de préstamo, de crédito, si se quiere, también de inversión, sino por el uso mismo del capital. Ciertamente el capital no es tangible como lo es la tierra y ciertamente no es lo mismo hablar de renta de la tierra en comparación de algo parecido a este cobro en lo que respecta al capital. Sin embargo hay algo que comparten; se cobra por su uso sin haber hecho nada para ganar este cobro. Ocurre algo así como que haya propietarios del capital, a quienes se les paga por el uso que se hace del mismo. Es como si el fenómeno de la ganancia 129
ociosa de la renta de la tierra se extendiera por todas partes y adquiriera una figura abstracta, casi metafísica, de renta del capital. De aquí podemos colegir que la hiper-burguesía se beneficia de una especie de renta del capital, de una manera ociosa y especulativa.
¿Qué pasa con las burguesías subsidiarias, las burguesías que se encuentran como dependientes y subalternizadas por esta hiperburguesía? Hablemos de una peculiaridad en las periferias del sistema-mundo capitalista; la peculiaridad de la clase social que se beneficia con la renta hidrocarburífera y de minerales. Aparentemente no podríamos hablar de clase, cuando se trata de que el que recibe la renta es el Estado, no una clase. Sin embargo, el Estado está administrado por personas, estas personas que fungen como funcionarios son las que administran los recursos del Estado; entre éstos, los relativos a la renta de minerales e hidrocarburos. Las decisiones 130
las toman las jerarquías de los mandos, sobre todo, los gobernantes. El Estado tiene un sistema operativo que distribuye sus ingresos; este sistema operativo es el presupuesto. Es donde se decide la proporción del gasto en la estructura de rubros, en la estructura institucional y en la estructura poblacional. Es donde también se decide sobre el destino de la inversión, productiva, social, de infraestructura. La renta hidrocarburífera y de los minerales se distribuye en el conjunto de gastos del Estado. En este transcurrir, cuando circulan los gastos del Estado, aparece una especie de renta aviesa, cuando se “cobra” por administrar los fondos, cuando se “cobra” por gobernar. No vamos a hablar de lo que se acostumbra, de corrupción, que es un término jurídico y moral. Nos interesa comprender el funcionamiento de la maquinaria del poder, sobre todo, cuando genera estos fenómenos de rentas aviesas no contabilizadas ni legalizadas institucionalmente. El término de renta que abusivamente hemos extendido para señalar los fenómenos que genera el 131
capital financiero, para señalar los fenómenos que generan la renta minera, petrolera y gasífera - parece apropiado, pues adquiere un cariz no denunciativo, sino económico, como efectivamente ocurre.
Resulta que esta renta aviesa ha terminado conformando una clase privilegiada, que hemos denominado a tientas, siguiendo los modismos del sentido común, los nuevos ricos; empero, no son solamente tales, sino que llegan a usar sus ganancias como inversiones en la compra de acciones. Al hacerlo no solamente son rentistas, en el sentido tradicional de la palabra, como eran los latifundistas, sino que al hacerlo, al participar en la compra de acciones, terminan formando parte de la burguesía de la modernidad tardía, que invierte en acciones; al hacerlo, participa de las cadenas productivas y de las inversiones especulativas. Por eso, podemos justificar el uso del término abigarrado de burguesía rentista. 132
Este fenómeno del aburguesamiento de altos dignatarios de Estado, se da con asombroso esparcimiento en las administraciones gubernamentales. Las denuncias de corrupción de dignatarios de Estado solo alcanzan a vislumbrar la puta del iceberg; los dignatarios presos son mucho menos, un fragmento de la punta del iceberg. El fenómeno no se detiene ni con estas denuncias ni con llevar a la cárcel a unos cuantos dignatarios, expresidentes de Estado; tampoco se detendría si se llevaría, hipotéticamente, a todos los dignatarios de estado a la cárcel. Parece formar parte no solo del funcionamiento del sistemamundo capitalista, sino del aburguesamiento de la jerarquía de la burocracia de Estado.
La hipótesis es la siguiente: paradójicamente las nacionalizaciones han ocasionado la formación de una burguesía rentista. A esta burguesía le 133
interesa que el sistema-mundo funcione como funciona, pues la misma se reproduce, en parte, a partir del flujo de la renta aviesa, que se convierte, en alguna proporción, como inversión especulativa en compra de acciones. Por lo tanto, esta burguesía rentista forma parte de la burguesía mundial. Esta burguesía rentista puede pronunciar un discurso “antiimperialista”; empero, lo que importa no es el discurso, sino su vinculación efectiva con las máquinas económicas del sistema-mundo capitalista. Es más, la burguesía rentista es la más interesada en preservar y prolongar el uso de la energía fósil; por lo tanto, comparte el mismo interés con la hiper-burguesía de la energía fósil.
El tema es éste, también el problema; el substrato relacional del sistema-mundo capitalista es éste; no aparece en el plano de intensidad discursivo e ideológico. No aparece obviamente en las pedradas discursivas que se disparan mutuamente los estratos inter-burgueses del mundo. 134
La concomitancia en mantener, prologar y promocionar la energía fósil entre la hiper-burguesía mundial y las burguesías rentistas de los países periféricos, incluso de las potencias emergentes, las hace, efectivamente formar parte de lo mismo, del sistema-mundo capitalista extractivista.
¿En qué queda la pelea entre “gobiernos progresistas” y gobiernos del imperio? Como hemos optado por evitar términos que juzgan comportamientos, tratando, mas bien, observar pragmáticamente los fenómenos atingentes de la actualidad, en el sistema-mundo, en el espaciamiento de su geopolítica, en las regiones, países y localidades, diremos que se trata de competencias interburguesas por la apropiación del excedente, producido mundialmente, buscando una participación mayor en el reparto. Se puede entender entonces, desde otra perspectiva, esta pragmática, lo que llamamos lo límites y las contradicciones de los “gobiernos 135
progresistas”, sus conservadurismosprogresistas o progresismosconservadores. No es que “traicionan” o que su “traición” es inherente a la clase social de donde emergen o es la contradicción congénita de programas políticos reformistas, como cree la “izquierda” radical; sino que los gobernantes y la jerarquía de la estructura de poder llegan a formar parte de la burguesía mundial; es más, se trata de una burguesía subsidiaria de la hiperburguesía de la energía fósil. Mucho menos sostenible es el discurso populista que acusa de sus propias incongruencias a la “conspiración” de “derecha” y del “imperialismo”. Se trata simplemente de la estratificación de la burguesía conformada en el sistema-mundo capitalista y de sus competencias interburguesas.
Puede que todo esto, este aburguesamiento y la reproducción diferencial de la burguesía mundial, se dé sin consciencia de clase, por así decirlo, 136
usando este concepto marxista. En realidad, la burguesía no actúa con consciencia de clase; por eso, actúa competitivamente, de una manera despiadada con respecto a sus competidoras. Por eso también no puede resolver el problema matricial de la crisis del capitalismo contemporáneo, que es crisis de sobreproducción, administrada y diferida como crisis financieras. Problema resoluble racionalmente; por ejemplo, como darse cuotas de producción industrial para no saturar el mercado. Cada estrato burgués, cada burgués, se comporta egoístamente, no como clase social. Solo teóricamente se habla, en este caso, de consciencia de clase.
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Funcionamiento de la economía política de la renta aviesa, comúnmente llamada corrupción
Astrid Puentes Riaño 11 hace una descripción sugerente de lo que denominamos renta aviesa, que ella denomina, como se conoce comúnmente, corrupción. Analiza uno de los casos más sobresalientes y escandalosos de la historia reciente, el caso Odebrecht. Vamos a comenzar con su análisis y descripción en el artículo Tsunami de Odebrecht: ¿a recuperar el interés
11
Astrid Puentes es una de las dos Codirectoras Ejecutivas de AIDA y responsable de los esfuerzos legales y del manejo de la organización. Astrid es colombiana y trabaja con AIDA desde 2003 y, desde las oficinas de CEMDA en Ciudad de México, desde 2004. Cuenta con amplia experiencia en litigio en interés público, especialmente con respecto a la relación entre derechos humanos y ambiente. Ella tiene un LL.M. (Maestría en Derecho) en Derecho Comparado de la Universidad de Florida, una Maestría en Derecho Ambiental de la Universidad del País Vasco, y obtuvo su Licenciatura en Derecho en la Universidad de los Andes, Colombia. Astrid es parte de la Junta Directiva de EarthRights International desde 2014 y de la Junta Internacional de International Rivers.
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público o sólo el dinero? En el artículo mencionado Astrid Puentes escribe:
La represa Belo Monte, proyecto involucrado en el caso Odebrecht, ha dañado a comunidades indígenas de Brasil. | Crédito: Crédito: Amazon Watch / Maíra Irigaray.
Febrero 23, 2017 La corrupción en América Latina y el Caribe no es noticia. Incluso algunos, aberrantemente, la consideran normal. Pero en todo hay niveles. Por ello la magnitud de la corrupción desarrollada por la multinacional brasileña Odebrecht ha tenido un impacto singular: un tsunami que no solo se llevó grandes cantidades de dinero, sino también el interés público.
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Debemos preguntarnos entonces si los más de 100 proyectos involucrados en el caso Odebrecht eran realmente obras de infraestructura para beneficio común o únicamente excusas para el pago de coimas millonarias. Los detalles de la compleja maquinaria corrupta salieron a la luz el 21 de diciembre pasado. Ese día, el Departamento de Justicia y la Fiscalía de Estados Unidos publicaron la confesión en la que directivos de la empresa admiten haber pagado aproximadamente 788 millones de dólares en 11 países de América Latina y Mozambique. Según el documento, “…entre 2001 y 2016, Odebrecht, junto con sus coconspiradores, con conocimiento y voluntariamente, conspiraron y acordaron con otros proveer de forma corrupta cientos de millones de dólares… para el beneficio de funcionarios extranjeros, partidos políticos extranjeros, funcionarios de partidos 140
políticos y candidatos de partidos políticos extranjeros…para obtener y retener negocios”. La confesión delata la prostitución del interés público. Los directivos involucraron a docenas de gobiernos, incluyendo jefes de Estado — entre ellos Juan Manuel Santos, presidente de Colombia y reciente Nobel de Paz—, ministros, senadores y otras personas que hoy son investigadas o que ya fueron encarceladas. La indignación y la exigencia inmediata de justicia son evidentes. Aunque no fue posible acceder a la lista completa de proyectos, la información pública en cada país da cuenta de los siguientes:
1. Argentina: gasoductos, potabilización de agua, obtención de potasio y el soterramiento del ferrocarril Sarmiento, entre otros.
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2. Brasil: cientos de proyectos, incluyendo industrias extractivas y la represa Belo Monte, que desde su planeación ha ocasionado graves violaciones de derechos humanos.
3. Colombia: la Ruta del Sol y la navegabilidad el Río Magdalena, las dos obras de alta ingeniería más importantes del país.
4. Ecuador: hidroeléctrica Manduriacu y refinería del Pacífico. Si bien la administración de Rafael Correa declaró que los posibles sobornos ocurrieron antes de 2007, el Gobierno de Estados Unidos asegura tener pruebas de sobornos posteriores.
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5. México: proyecto petroquímico Etileno XXI, el más grande de América Latina, y el gasoducto Los Ramones II Norte.
6. Perú: Carretera Interoceánica Norte Sur, el proyecto hidroenergético Alto Piura y el tren eléctrico de Lima.
7. República Dominicana: la termoeléctrica Punta Catalina y la hidroeléctrica Pinalito.
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En todos los países, los sobornos involucran proyectos energéticos o de infraestructura, proclamados como esenciales para el desarrollo, por gobiernos, organismos internacionales y empresas.
Obras de construcción de la represa Belo Monte, en la Amazonía brasileña. | Crédito: Programa de Aceleração do Crescimento/Creative Commons.
Pero también son proyectos sobre los que, por décadas, comunidades y organizaciones han denunciado impactos 144
negativos en los derechos humanos y el ambiente, incluyendo su contribución al cambio climático. Proyectos que las grandes represas y las termoeléctricas, afectan también el interés público y para los cuales existen alternativas sostenibles y más efectivas. Las denuncias, en su mayoría, fueron ignoradas. La represa Belo Monte, por ejemplo, comenzó a operar pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó detener su construcción y proteger a los pueblos indígenas afectados. Los pedidos de justicia fueron además reprimidos, en ocasiones por gobiernos que, según la evidencia, recibieron sobornos para implementar proyectos. La situación es aún más grave si consideramos que América Latina es la región más peligrosa para los defensores de derechos humanos, especialmente para quienes protegen el ambiente, la tierra y el territorio de proyectos como los mencionados. 145
Ante una industria de corrupción sin precedentes, es vital analizar cada uno de los proyectos del caso Odebrecht para determinar su verdadera utilidad pública. Es muy posible que en gran parte de ellos, los costos socioambientales hayan sido mayores que los beneficios. Esos daños también deben ser sancionados. El caso podría ser solo la punta del iceberg porque la problemática es regional, aunque más grave en algunos países. Cada Estado y empresa del continente debe adoptar medidas efectivas anticorrupción, y evaluar sus procesos de planificación e implementación de proyectos, los que fallaron estrepitosamente en los proyectos implicados en el escándalo. Una lección clara es la necesidad urgente de fortalecer el cumplimiento independiente y objetivo de las normas internacionales y nacionales de planeación y protección ambiental y de los derechos humanos. Se debe garantizar, en los grandes proyectos, 146
transparencia y la participación de los afectados y de cualquier persona interesada en proteger el interés público. Dado que en algunos casos la investigación de la corrupción recae en administraciones afines a las personas involucradas en el delito, una buena idea sería crear un Observatorio Independiente Ciudadano regional para indagar los impactos de grandes proyectos y las mejores opciones para resarcir los daños. Deberíamos asegurar de una vez que las personas a cargo de decisiones transcendentales sirvan realmente al interés público y no a las empresas que buscan implementarlas, o a sus propios bolsillos. Toda la ciudadanía puede contribuir a que ello sea una realidad12.
12
Leer de Astrid Puentes Riaño Tsunami de Odebrecht: ¿a recuperar el interés público o sólo el dinero? AIDA. http://www.aida-americas.org/es/blog/tsunami-de-odebrecht-recuperarel-interes-publico-o-solo-eldinero?gclid=CjwKCAjwtdbLBRALEiwAm8pA5RUuLbMcdTMbEYoZCFI7XPn 8saLX1iontEwdtYbOW3aqm-q4PtyhHBoC0oQQAvD_BwE.
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Wálter Vásquez, en un artículo titulado Cuatro constructoras de Lava Jato participaron en 7 obras en Bolivia, escribe, a propósito del tema en cuestión, lo siguiente:
Cuatro de las cinco grandes constructoras brasileñas implicadas en el mayor caso de pago de sobornos de la región, la llamada Operación Lava Jato, participaron en al menos siete proyectos de infraestructura —seis de ellos estratégicos— en Bolivia. El 11 de diciembre de 2016, una investigación del Grupo de Diarios de América, un consorcio de 11 periódicos tradicionales de la región (ninguno de Bolivia), reveló que el escándalo de los sobornos pagados en Brasil por grandes constructoras para obtener licitaciones se extiende a 16 obras de por lo menos seis países de Latinoamérica: Argentina, Venezuela, República Dominicana, Cuba, Honduras y Guatemala. El caso, destapado en el gigante sudamericano en 2015 y conocido como 148
Operación Lava Jato (“Lavadero de autos”), da cuenta de que desde 2003 todos esos proyectos estaban a cargo de Andrade Gutiérrez, Camargo Correa, Queiroz Galvao, OAS y Odebrecht. Solo la última de ellas pagó unos $us 788 millones en coimas en 12 países de América Latina y África, de acuerdo con documentos del Departamento de Justicia de Estados Unidos publicados el 21 de diciembre del año pasado. La acciones ilícitas de Odebrecht motivaron el inicio de investigaciones en varios países del mundo y acuerdos de cooperación entre fiscales de Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá, Portugal, Perú, República Dominicana y Venezuela. Las corruptelas únicamente de Odebrecht implican directa e indirectamente a varios presidentes y expresidentes, como los argentinos Néstor Kirchner y Cristina Fernández, los brasileños Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, los 149
venezolanos Hugo Chávez y Nicolás Maduro, los colombianos Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, el ecuatoriano Rafael Correa, los peruanos Alejandro Toledo, Alan García, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski y otros de República Dominicana, Guatemala, México, Panamá, Angola y Mozambique. Ante esta ola de seguimientos judiciales en varios países de América Latina, las autoridades bolivianas —hasta donde se conoce— no han iniciado ninguna pesquisa para determinar si las adjudicaciones otorgadas a Camargo Correa, Queiroz Galvao, OAS y Odebrecht en el periodo 2003-2016 —que abarcan las gestiones de Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa, Eduardo Rodríguez Veltzé y Evo Morales— fueron otorgadas de forma legal. Una revisión de notas publicadas entre 2013 y 2016 por las agencias internacionales EFE y AFP da cuenta de que Odebrecht, la principal acusada de establecer una red multinacional de 150
sobornos, se adjudicó en el país al menos un proyecto de envergadura. El 1 de febrero de 2005 ganó la puja para construir la carretera de 102 kilómetros (km) El Carmen-Arroyo, que con una inversión de $us 75 millones vinculó aún más Santa Cruz con Brasil y hoy forma parte del llamado “Corredor Vial Interoceánico”. Esta obra fue inaugurada el 15 de enero de 2009 por Lula y Morales. Ese mismo día se entregó también la ruta de 139 km Roboré-El Carmen, que fue ejecutada por Camargo Correa con una inversión de $us 94,9 millones. Ambos proyectos fueron financiados por la Corporación Andina de Fomento (CAF), actual Banco de Desarrollo de América Latina. Otra obra en la que intervino Camargo fue la pavimentación de San José-Roboré, de 138 km. Queiroz Galvao, por su parte, tendió en 2004 el puente “Alfonso Gumucio” para 151
reemplazar a otro que quedó destruido en diciembre de 2003 por la crecida del río Chapare, en Cochabamba. La plataforma, clave para el transporte de carga al Pacífico, requirió de una inversión de $us 5,3 millones que fueron financiados por la CAF. Deficiencias. La constructora Queiroz Galvao, a su vez, se adjudicó en 2003 la construcción de la carretera Potosí-Tarija, de 433 km. El proyecto se comenzó a ejecutar en 2004, se interrumpió en septiembre de 2007 y se reanudó en diciembre de ese mismo año, luego de que la compañía se comprometiera a reparar con sus propios recursos 93 km de la vía que fueron observados por deficiencias técnicas (rajaduras). Sin embargo, la brasileña no terminó la obra y en 2009 la cedió sin licitación a su coterránea OAS, que la concluyó en julio de 2013. La vía tuvo un costo total de $us 226 millones, de los que 188 millones correspondían a un crédito del Banco do Brasil y el saldo a recursos de la CAF. 152
OAS, asimismo, se adjudicó en agosto de 2008 la construcción de toda la polémica ruta Villa Tunari-San Ignacio de Moxos. La obra de 306 km, que contaba con el auspicio de Lula, fue paralizada ante el rechazo de sectores indígenas a que el Tramo II de la ruta atravesara el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Los trazos I y III continuaron a cargo de la empresa hasta abril de 2012, cuando el Gobierno decidió anular el contrato por incumplimiento de plazos. Esta carretera se debía construir con una inversión total de $us 415 millones, de los que 83 millones debían ser financiados por el Estado boliviano y 332 millones por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil, que también comprometió los $us 3.600 millones que estaban destinados a los 16 proyectos impulsados por las cinco principales implicadas en Lava Jato en seis países de la región.
153
En marzo de 2012, el expresidente del Servicio Nacional de Caminos (SNC) José María Bakovic declaró que las adjudicaciones de obras a OAS en Bolivia se daban como un “pago” del “aporte que habría hecho esta empresa a las campañas políticas de Lula (da Silva) y Evo (Morales)”. Ese mismo mes, el líder del opositor Movimiento Sin Miedo, Juan del Granado, denunció al embajador brasileño Marcel Biato que el entonces presidente de la estatal Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) Luis Sánchez pagó ilegalmente en 2009 un total de $us 7,5 millones a OAS, antes de firmar el contrato para la carretera por el TIPNIS. Entre otras obras que ejecutó OAS está la carretera Potosí-Uyuni, de 199,8 km y $us 108,1 millones, que fue entregada en 2012. Durante el periodo de revisión de notas se pudo notar que las cuatro constructoras brasileñas participaron también en otras licitaciones para la 154
construcción de carreteras, puentes y otros. En 2007, Odebrecht, por ejemplo, expresó a las autoridades bolivianas, a través de su filial Braskem, su interés en invertir $us 1.500 millones para la construcción en Bolivia de dos plantas de polietileno y una de etileno, además de centrales hidroeléctricas en las cuencas amazónicas de Beni. La compañía suscribió también a fines de ese mismo año convenios para estudiar la formación de un complejo petroquímico para industrializar el gas13.
13
Leer de Wálter Vásquez Cuatro constructoras de Lava Jato participaron en 7 obras en Bolivia. La Razón. http://www.larazon.com/index.php?_url=/suplementos/financiero/constructoras-LavaJato-participaron-Bolivia-financiero_0_2673932633.html.
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Economía política de la renta aviesa y economía política generalizada
Ante la pregunta de cómo funciona la economía política de la renta aviesa, podemos comenzar a lanzar algunas apreciaciones, hipótesis interpretativas, que nos dejan estas primeras descripciones expuestas. La pregunta que se hace Astrid Puentes es sugerente: Debemos preguntarnos entonces si los más de 100 proyectos involucrados en el caso Odebrecht eran realmente obras de infraestructura para beneficio común o únicamente excusas para el pago de coimas millonarias. Esta parece la cuestión; el objeto de los contratos no parece estribar en las obras, sino en lo que llamamos la obtención de la renta aviesa. Renta que vuelve a ingresar a la dinámica económica, a través de compras suntuarias o lo que hemos señalado como compras de acciones. La economíanacional, la economía-regional y la economía-mundo funcionan también con 156
estas circulaciones dinerarias, itinerario pasa por la renta aviesa.
cuyo
Las denuncias hechas por corrupción de altos funcionarios del Estado, se concentran en las anomalías en la adjudicación, en los altos montos de los proyectos y contratos, en las obras incumplidas. Sin embargo, no hay que dejar de tener en cuenta cómo funciona la economía-mundo. La economía-mundo requiere accionar los procesos productivos, los procesos circulatorios y de distribución, los procesos de consumo; lo hace mediante los circuitos financieros, que se alimentan de las circulaciones dinerarias. Sabemos desde Karl Marx que la economía política separa valor de cambio del valor de uso, valorizando el valor abstracto, desvalorizando el valor concreto. Desde la ampliación de la crítica de la economía política a la crítica de la economía política generalizada, no debería sorprendernos que la economía política de la renta aviesa separe la 157
valorización de renta aviesa de la valorización de las obras comprometidas, desvalorizando las obras concretas y valorizando la renta aviesa. Esta diferenciación y valorización sería congruente con la economía política generalizada.
No es tanto como dice Astrid Puentes que las obras son como la excusa para la coima, sino, mas bien, se parece más a como el valor abstracto se valoriza en detrimento del valor de uso. La renta aviesa se valoriza en detrimento de las obras, que son el referente de esta economía política de la renta aviesa. Esta economía política sui generis funciona en base al acopio de la renta aviesa, dejando como en la sombra las obras. Las obras son como el sostén olvidado de la misma renta aviesa. Lo que importa entonces es el acopio de la renta aviesa, no las obras.
158
Se puede decir que, de la misma manera que ocurre con la fuerza de trabajo, la que recibe un salario calculado pos su valor de cambio, que corresponde al monto de las mercancías comprables para satisfacer sus necesidades y la de su familia, la población usuaria de las obras recibe algo así como el valor de cambio de las necesidades o servicios que tienen que cubrir el usufructúo de las obras. Así mismo, en el proceso de producción, la fuerza de trabajo es usada como valor de uso, cualidad que no ingresa en el cálculo económico; de la misma manera, se puede decir que la población usuaria es aprovechada como valor de uso mentado, en este caso, como referente cualitativo de las necesidades de servicio de la población, cualidad que tampoco entra en el cálculo económico. Según la crítica de la economía política marxista, la plusvalía se genera por el tiempo de trabajo socialmente necesario no pagado; de la misma manera, se puede decir que no solamente la renta aviesa, sino también la super-ganancia de las empresas involucradas, se generan por las 159
expectativas no satisfechas por esta economía política aviesa y por la economía política generalizada, de la que se beneficia la hiper-burguesía mundial. Así como el proletariado es considerado como la población de donde se obtiene la fuerza de trabajo, de la misma manera, se puede decir, que la población de usuarios es considerada como la población a la que se le ofrecen las obras, que entran en las dinámicas perversas de la economía política generalizada. Es la población que contiene las necesidades que se proponen supuestamente satisfacer los proyectos y las obras.
Estamos entonces ante una economía política de la renta aviesa, que forma parte de la economía política generalizada. Aunque se trate de una economía política marginal, por así decirlo, juega un papel en la apropiación del excedente producido mundialmente. Sin embargo, no olvidemos que, en lo que respecta a lo abigarrado del fenómeno en 160
cuestión, se trata de una renta. ¿Qué cobra esta renta? Se trata de la posesión de las funciones administrativas del Estado; se cobra esta posesión, que facilita, por su ubicación en la maquinaria estatal, el acceso rápido a los servicios que presta; esta vez, a las empresas privadas, sobre todo las trasnacionales, bajo control de la hiper-burguesía mundial.
En consecuencia, considerando las conformaciones abigarradas, las configuraciones saturadas, las estructuras barrocas, del sistema-mundo capitalista, en la etapa de dominancia del capitalismo financiero, en el ciclo largo del capitalismo vigente, la burguesía rentista juega su papel en la compulsa por la apropiación del excedente, producido mundialmente. La renta aviesa, conjuntamente con el capitalismo financiero y especulativo, participa en la compulsa por la apropiación del excedente, del que no contribuyeron en 161
la producción del mismo, como lo hace la burguesía industrial, el proletariado explotado, los pueblos esquilmados, los ecosistemas destruidos. Se trata de tres burguesías parásitas que, sin embargo, se han convertido en dominantes en la etapa decadente del sistema-mundo capitalista.
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En busca de consensos
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¿Es posible la lucidez colectiva, la lucidez social, en un momento de crisis? ¿Se puede contar no solo con la intuición subversiva sino con la intuición plena de la simultaneidad dinámica? ¿Se puede llegar a comprender, a través de estas intuiciones, que se puede detener la locomotora desbocada, que marcha al descarrilamiento, por consenso colectivo, por decisión social, cuando los pueblos se asumen como la integración de las voluntades multitudinarias? ¿Se ha dado alguna vez este acontecimiento en las plurales historias de las sociedades humanas; sobre todo, en las sociedades modernas, que es lo que nos atinge directamente? Buenas preguntas, a las que solo se puede responder auscultando en la experiencia social y en la memoria social; en términos conocidos, aunque estrechos, auscultando en los espesores de la historia. Sin embargo, de lo que se trata, ahora, es preguntarse y responderse si el pueblo venezolano experimentará este acontecimiento revelador del sentido inmanente, en una coyuntura álgida, llena de convocatorias.
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Como en el cuadro del ángel de la historia, donde el ángel solo puede mirar atrás, al pasado; incluso dejando que pase raudamente el presente, convirtiéndose vertiginosamente en pasado; pues el ángel tiene las alas extendidas, empujadas por huracanados vientos, que le impiden aletear, voltearse y mirar adelante, ver lo que viene, ver el futuro. Sin embargo, dado lo que ve y ha visto en este recorrido que lo arrastra fatalmente, presiente lo que viene, el desenlace. Se desespera por cambiar el curso de los acontecimientos; pero no puede; los vientos huracanados no se lo permiten. Sin embargo, cuando se trata del pueblo, que es donde se genera paradójicamente el poder y el contrapoder, la dominación y la libertad, pueblo que no es el ángel de la historia; pero sí es la potencia social, contenida, la más de las veces, apabullantemente inhibida, las escazas veces, liberando parte de la energía de la potencia social; abriendo horizontes histórico-culturales; el pueblo puede parar la locomotora desbocada, detener la historia, suspenderse sobre ella y reflexionar, encontrando otros 165
decursos, escoger de convenientes caminos.
los
más
¿Podrá el pueblo darse esta oportunidad, antes de seguir la secuencia descontrolada de lo que viene? Ya no depende, en este caso, de la correlación de fuerzas, como hemos anotado tantas veces, sino de la lucidez lograda. Está en manos del pueblo venezolano, detener el juego de poderes, detener la marcha compulsiva del círculo vicioso del poder, ponerse a reflexionar y buscar consensos para dar los siguientes pasos. Ante este desafío, están muy lejos de responder tanto la “oposición” como el “oficialismo”, que tienen más analogías en común que las diferencias que las ponen en mesa, para distinguirse. Sin juzgar a unos y otros, por lo que dicen, quizás interpelar por lo que hacen, de lo que se trata es que el pueblo logre auto-determinarse, auto-convocarse, auto-gestionarse, autogobernarse; aunque sea por un momento de lucidez.
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No parece razonable dejarse llevar por proyectos restringidos a ideologías, que están lejos de comprender la complejidad, sinónimo de realidad; se autodenominen lo que se autodenominen, se proclamen como la verdad. Todavía falta aprender mucho sobre lo que denominamos realidad; hay demasiados obstáculos epistemológicos, demasiado obstáculos ideológicos, que ralentizan el aprendizaje social. Lo que importa es darse la oportunidad a aprender, renunciando a la pretensión de saberes absolutos, de unos y otros. Ya no está en manos de los enemigos, que son, mas bien, efectivamente cómplices de lo que desean, el poder; sino está en manos del pueblo; el único, el multitudo, que puede cambiar el curso desbocado de los acontecimientos. Pues, en realidad, lo que ocurre depende de él, de su pluralidad, en todo caso, entrelazada. La invención del poder depende de las inclinaciones populares; las rupturas histórico-políticas también dependen de las pasiones populares y el deseo de emancipación. Evitar la tragedia que
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parece avecinarse, depende voluntad y decisión popular.
de
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El pueblo puede ejercer la profundización democrática, sino es la democracia radical del autogobierno. Profundización democrática que se encuentra enunciada y establecida en la Constitución bolivariana. Esto significa, fuera de lo que se expresa claramente como gestión participativa y comunitaria, construir consensos y avanzar a través de los consensos. La responsabilidad histórica, para decirlo de esa manera, un tanto estereotipada, pero ilustrativa, es exigir y ejercer los consensos.
Para decirlo de manera específica y concreta, la “Asamblea Constituyente” convocada por el poder constituido, fuera de no poder ser constituyente, sino derivada de la decisión ejecutiva, no es, desde ningún punto de vista, consenso. El proyecto inherente de la “oposición”, que considera que “democracia” es la formalidad institucional de la 168
representación y la delegación, del Estado de derecho, reduciendo al pueblo al papel de votante, no es consenso. En este texto, no nos interesa caracterizar a unos y otros, menos descalificarlos, sino remarcar, que ninguno de sus proyectos políticos, de unos y otros, implica consenso. Ante la inmadurez de ambos – déjenos usar esta expresión, un tanto rimbombante, sobre todo, para ilustrar – el pueblo tiene la responsabilidad de ejercer el uso crítico de la razón, que es como sinónimo de madurez.
El consenso es simple, sin embargo, altamente operativo, como me lo dijo un amigo14, que experimentó esta experiencia, en otro contexto. Se clasifica lo acordado, lo que está pendiente y los desacuerdos. Se avanza en lo acordado; se busca resolver lo pendiente, consensuando, es decir, renunciando a algo, por todos los lados involucrados; se mantiene en discusión los desacuerdos. 14
Mi amigo Armando Urioste me contó su experiencia en Polonia, cuando Solidaridad interpeló a una forma de poder estalinista, ya en debacle.
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Este parece ser el mejor camino, evitando recorridos demasiado accidentados, dramรกticos y trรกgicos.
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