Poemario iii

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Residencia en el presente

Sebastiano Monada



Índice: Viaje en el camión de la noche

5

Potencia constituyente

11

Andrógina Patria-Matria

19

La ilusión de Narciso

23

Mi amigo Tano

29

Juan el anarquista

34

Nadie sabe lo que pude el cuerpo

44

Amor indomable

52

Cantante sefardí

60

Danzantes de tango

65

Pareja de tango

71


Norma Ayala BY Bruno Di Maio

Reflexiones de la muchacha solar


Viaje en el camión de la noche

La noche fría residente de nuestros pómulos Alumbrados por la melancolía de la luna Aposentada en nuestra piel entumecida Instalada en los dedos agazapados Durante el adormecimiento del viaje

El camión llevaba en la carrocería cargas de bienes Y humanidad contraída Defendiéndose contra la insondable soledad Del abismo Cuerpos apegados aprovechando el fuego Todavía ardiente de las morfologías

El polvo acompañaba el silencio reflexivo de todos Los circunstanciales compañeros de viaje Ella estaba tan cerca de mi clamor Tan caliente, dulce, como hogar acompañado de ponche Sus trenzas largas como la historia antecedente Sus ojos pensativos buscando horadar en el transcurso Para encontrar las vetas minerales de sus preguntas Su pollera clara cubriéndole las piernas tibias


Demandantes de ternura no donadas Sus noches fueron de agobiado descanso Después del trajín del trabajo Testigos de raptos intrépidos en la oquedad del sueño

Quise tomarte en el viaje En la isla móvil del camión compartido Sentir tu calor, tu sorpresa Tus defensas demostrativas Mientras avanzaba en una invasión imprevista

Te observe esa noche fría Me miraste tímidamente Como adivinando mis pensamientos Sabía no te defenderías más allá de las preguntas Mientras las estrellas lanzaban sus gritos intermitentes En las lejanas distancias del vacío sin enunciados

Mujer de la noche Montada en la carrocería del camión Cuidando tú carga Acompañada por viajeros rudos En la dureza de las labores del intercambio de los pueblos Trueque de ferias anticipándose a las madrugadas amarillentas


Mujer de poco hablar De silenciosa meditación Esa noche amé tu cercanía Tus pies quietos rozando los míos Tu manta protectora arrullándote los hombros La espalda delgada iniciada en las faenas cíclicas De intermediaria de mundos

Quise abrasarte sin explicar nada Era ternura y necesidad de cobijarse En tu maternal calor femenino

Esos viajes en camión han desaparecido Substituidos por flotas modernas abrigadas Microclimas de transporte asilado Sin contacto con el frio y el viento de la noche Ni acompañados del polvo turbado levantado por el camión

Nunca más estaremos cerca Tocándonos los pies Con ganas de acercarnos para abrigarnos juntos Sin hablar ni decir nada

Me sentí tuyo


Ama de mi soledad viajera Dispuesto a ahogar mis deseos En tu boca aymara Mujer de trenzas enredadas Transcripción de ideogramas antiguos Protegiendo significados perdidos en la huella Olvidada de los tiempos ancestrales Mujer de las comunidades añoradas Ocultas en la explanada inmensa del Altiplano En las quebradas heridas de la cordillera descomunal de los Andes

Mujer poseída por la agonía cóncava de la noche Por los incesantes recuerdos guarecidos en tu cráneo Por mi mirada suplicante Sembradora erótica Cultivadora de la quinua real Plantada en tu piel morena

Hoy recuerdo esa noche interminable Viaje en la carrocería del camión En caminos de tierra polvorientos Horadando la rocosa meditación de las montañas Amo esta tu huella inscrita en mi memoria Encontrándola en las mujeres de trenzas largas


Poemas dilatados bajando en la extensión de tu espalda Hasta tocar tu cintura

Cuando vuelvo a hundirme en tus ojos negros Amo a las mujeres de pollera De pómulos salientes De habla pura Como el agua brotada de la cordillera Amo su lenguaje nativo Discurriendo como brisa En una atmósfera llena de recuerdos Hablando con la acústica de los jaqi Chacha-Warmi complementándose Amo tu tristeza antigua Tu alegría momentánea Amo tu fortaleza constructora de redes interminables Amo tu cuerpo caliente, mineral Corteza suave de cobre Veta de estaño, de plata, de oro Explorada por los mineros de ojos entornados Acullicadores persistentes de la hoja de coca Veta mineral Explotada por enclaves corporativos Destructores de los secretos de la mancapacha


Mujer de corajes heredados desde las abuelas Herencia labrada de las culturas ancestrales Mujer encanto de las comunidades resistentes No olvidare ese romance sin palabras En el silencio helado de la noche En la carrocería de un camión solitario Remontando la demoledora explosión fijada Como fotografía eterna de las convulsiones de la tierra Amo nuestra complicidad muda Una noche gélida Cuando nuestros pies se tocaban insistentemente Sin separarse Como corroborando el entendimiento de dos cuerpos viajeros Vulnerables ante la infinita caverna del cosmos Habitado por el desierto del vacío Y la primorosa ebullición de las constelaciones lejanas


Potencia constituyente Dedicado a los y las constituyentes

Cuando se existe La señera manera posible de hacerlo plenamente Es entregando el cuerpo al instante Dilatando su concavidad eternamente

Las calles cenicientas se colmaron con marejadas de movimientos Somáticos, humanos, multitudes frenéticas Dibujando itinerarios inquietos surcadores del espacio metropolitano Desde la reciedumbre de la ciudad emergió la hermenéutica inmanente Sedimentada en la geología de su memoria Desde las entrañas mismas del acaecimiento Esta emanación se desplegó propagándose en el aura Al aspirarla todo se transmutaba Hasta los pigmentos mismos de las moradas, de las edificaciones Hasta el discernimiento mismo de las entidades Las miradas eran categóricas, fulminantes Como si los ojos se encontraran con la colosal hendidura abierta Forjada a bramidos de protesta en la atmósfera enardecida Descubriendo de pronto la insondable soledad secuestradora


De nuestras vulnerables certezas, población de ilusiones Afincadas en la fugacidad del espacio-tiempo Del universo cada vez más esparcido y alejado de sí mismo De su propio preludio explosivo Comprendiendo en la intuición de la acción multitudinaria Lo único tenido al alcance de la mano Es este presente ocupado por las masas

Multitudes victoriosas ya en su forma de sublevarse Como compactos efluvios de fervores atesorados Diluvio hídrico ahogando la metrópoli enmudecida Petrificada ante el acometimiento impoluto plebeyo Surgiendo de los bordes brumosos También del mismo interior turbulento Saliendo de todas partes simultáneamente, juntándose Convirtiéndose en una gigantesca serpiente alada Ora sobrevolando la urbe de Chuqui-apu Ora moviéndose reptando por las calles adoquinadas Ora rugiendo como dragón enfurecido Ora arrojando fuego como flamas de canciones emotivas Heridas inscritas en la carne Las multitudes escriben con sus pasos acompasados Con sus ropas multicolores, ropas raídas, arrugadas por días no planchados


Ropas apegadas a los cuerpos absorbiendo el sudor intenso de los ánimos De los animus masculinos desprendiendo coraje De las ánimas femeninas desprendiendo ensoñaciones Ánimos inventores de horizontes ambulantes Gramática de las multitudes, escritura del leguaje más antiguo Idioma rítmico y gestual corporal

Enfrentaron con sus rostros al tiempo Enfrentaron con sus pechos a la realidad Enfrentaron con su sangre al poder Enfrentaron con su presente intenso todo el pasado de oprobio Enfrentaron con sus alegrías toda la tristeza guardadas Enfrentaron la historia con sus manos rudas Haciendo emerger lo imposible de la matriz de los posibles Creación heroica de los sublevados de la tierra

Cuando esto pasa Cuando los hombres y mujeres de la tierra se amotinan Con las armas de sus órganos Con la sangre circulante Con el argumento inmenso esférico de sus pasiones Con el espesor carnal de sus ideas El éxodo del caosmosis se detiene Vuelven las constelaciones sobre sus propios pasos


Desandando el laberinto Las lejanías se contraen Atraídas por esta incalculable gravedad de las emociones

Es la herida abierta en la desolación viajera Por donde brota la secreción oculta del vacío Rociando su lluvia de lágrimas astrales Sobre los cuerpos exaltados de los y las combatientes

Estos cuerpos constituyentes se rebelaron contra las escrituras Nada está transcrito todo se narra de nuevo Extraños recorridos se tejen con los hilos de hebra emotiva Expelida de las movilizaciones

Los representantes de la potencia social Se congregaron en la ciudad de los cuatro nombres Ciudad blanca, de la Plata, Charcas, Sucre Llevando el nombre del libertador Encomendados por la consternación de los siglos A redactar las tablas del nuevo Estado en transición Descifrando las tramas compuestas por la subversión de la praxis Fueron dieciséis meses largos, intensos en sus deslizamientos En sus quebrantos dramáticos empujando a la agonía repentina A una Asamblea Constituyente opuesta simétricamente


A la primera Asamblea inaugural De la república perdida entre las montañas colosales de la cordillera En la meditación insomne del Altiplano En la exuberante sensualidad de los trópicos En los desparramados llanos interminables Recorridos por acuáticos pensamientos brotando en las cumbres Resbalando estrepitosamente por las quebradas laceradas Descendiendo copioso hasta los valles fértiles Internándose por la Amazonia boscosa, selvática Para entregar sus relatos al océano de un azul cálido

Hombres y mujeres devenidos de todos los cobijos Investidos por sus historias locales, por sus memorias territoriales Era como si fuese la primera vez visible de reconocimientos Autoconciencias dramáticas Verse en sus múltiples disonancias colectivas Las lenguas del país se encararon confluyendo con sus exégesis El país concurrió al encuentro en su pluralidad diversa Con sus contrastes heterogéneos, dicotómicos Con sus saberes regionales, erudiciones urbanas y rurales Estos hombres y mujeres pusieron en el escenario histórico Todo el vigor de sus cuerpos No tenían otra posesión para responder al desafío Se amaron y se odiaron, se interpelaron, acusándose


Retomando la memoria oral transmitida por los padres y los abuelos Peleando unos por retener la diseminación del cronograma La muerte de los relojes Peleando los más por enterrar al tiempo Inventando en vez una sinfonía temeraria Compuesta en un pentagrama de varias capas

En Sucre quedó depositado el ajayu de cada quien La capital quedó marcada para siempre por la presencia tenaz De estos delegados de los rincones y los territorios Estos hombres y mujeres quedaron marcados para siempre Por esta experiencia constituyente

Cuántas veces chorrearon lágrimas incomprensibles Cuántas veces estuvieron cerca de golpearse Cuántas veces terminaron abrazándose Cuántas se vieron en las calles de esa ciudad blanca Ciudad albergue de muchedumbres solitarias Cuántas veces ahora se acuerdan de ese lapso crucial En cualquier momento inesperado de nostalgias

La mayoría hegemonizó la ocupación del espacio deliberativo Impuso su presencia cobriza, sus leguajes plebeyos, Sus modales rústicos, sus idiomas nativos


Las mujeres de trenzas largas como la memoria Hablaron primero Narrando medio siglo de colonialidad Mujeres recias, apasionadas, guerreras Hermosas como la noche refulgente Robustas en el trabajo del campo, en la pelea, en la palabra Después hablaron los hombres de sombrero anacrónico De ala ancha, reteniendo en la perennidad la moda de la década de los veinte Hablaron asombrados de ser escuchados Hablaron a punto del llanto, apoyando la versión de las mama t’allas Hablaron interminablemente convirtiendo a las palabras En serpientes luminosas Son estos hombres y mujeres el substrato emotivo de la inscripción de las letras En el texto inaugural del horizonte abierto

Han pasado años desde entonces Su aliento quedó en Charcas removiendo la atmósfera de los recuerdos Su soplo ansioso quedará allí para siempre Virtualidad de una memoria construida con el cincel escultor De las rocosas experiencias sin nombre ni signos Parte de sus vidas fue derramada en la escritura del texto partero

No se puede interpretar la Constitución sin descifrar estos alientos,


Hálitos emotivos, ajayus desprendidos Sin interpretar a partir de la vida derramada En la dramática construcción del pacto político No se puede entender el texto inicial sin decodificar Las eclosiones corporales, los desgarramientos sentidos No es posible entender la gramática somática transferida A las lechosas hojas donde quedó rasgada la pronunciación normativa Primordial, anterior a las leyes Por eso es conveniente preguntarse antes de leer No qué conceptos, sino qué pasiones plasmaron su huella Si se hace posible construir la utopía bosquejada en la Constitución Se lo hará sobre el substrato de este espesor de pasiones y vidas Congregadas para escribir la narrativa de un nuevo comienzo


Andrógina Patria-Matria

La Patria es una invención nuestra Por eso más propia Pues nace de nuestras entrañas Somos sus padres y sus madres Progenitores de la Patria Idea concebida como aspiración Convertida en recuerdo de un pasado ausente De un pasado no dado nunca Un pasado posible de hallarlo en el futuro

Patria hermafrodita Masculina por sobrevenir del padre Femenina por transfigurarse en mujer Matria pues es el útero apetecido Por nosotros los supuestos hijos Paridos en su ausencia Nosotros hijos de la virgen Copulada por sus propios deseos Sin embargo, no somos fantasmas Sino corporales seres sufrientes y alegrantes Las únicas certezas materiales del ausente padre


De la ausente madre Inventores de nuestro pasado, de nuestros orígenes Llamado padre primordial Llamada madre cardinal fecunda Esta es la maniobra para guarecernos del desamparo Inconmensurable, secuela De la explosión inicial progenitora de los universos proliferantes Pasión repentina de virtuales partículas Aborígenes de la nada

Por eso improvisamos madrigueras, nichos de refugios Hogares abrigados, residencias territoriales Después urbes atiborradas Ideas mecanizadas como la de Estado Inventamos fines y predestinaciones Para darle un sentido al universo sin-sentido Donde navegamos perdidos en el vacío Alumbrado por extraordinarios incendios inapagables

Estos relatos humanos son apenas consuelos momentáneos Pues el mito es incapaz de vencer esta contienda cruenta Entre el azar y la necesidad

Es mejor regocijarse de este entusiasmo cósmico


Esparcido desde el accidental estallido de afecto De las partículas virtuales Amar como ese primer amor Sin buscar explicar abstractamente este nacimiento emotivo Intrépido, improbable, imposible Encerrando el infinito inacabado En la resonancia inútil de las teorías Es mejor comprender intuitivamente Se trata de la fuerza desbordante De los descomunales enardecimientos incontrolables De las partículas virtuales Haciendo crujir su nada Diseminando sus restos En universos, constelaciones Agujeros negros

Somos desde las partículas virtuales Creadores de la poesía física Poiesis cuántica Del devenir vida Como constancia de la potencia sin límites De la fogosidad inaugural Somos creadores de las conmovedoras narrativas contingentes De la abundancia copiosa de sociedades fraguadas


A fuerza de caza, de recolección A fuerza de fuego, de cultivos Por eso mismo no podemos ser De ninguna manera Nuestros propios sepultureros

Amemos esta explosión inicial Amemos nuestras vulnerabilidades Nuestras debilidades Nuestros errores Pues esta humildad Es la sabiduría intérprete De este viaje osado De la detonación germinal De la emoción primigenia


La ilusión de Narciso

¿Hay acaso algún centro en esta proliferación de trayectorias De propagación de ciclos, desplazamientos múltiples De marcas, huellas, hendiduras, inscripciones Inventores de lenguajes y de vidas?

La mirada aposentada en algún lugar podría engañarnos No es ese el núcleo ni ningún sitio lo es No hay un lugar privilegiado Todos los son a la vez Todos los parajes son los focos tácitos

Fue Narciso quien se creía ser el espejo del universo Enamorado de su rostro flotando en el agua cristalina Ahogado por este amor a sí mismo Donde creció la flor llevando su nombre En memoria de este encantamiento del espejo

Ese meollo ilusorio es un refugio La cueva donde se ocultan los temores Lo miedos, los terrores, las vulnerabilidades Madriguera convertida en la médula del mundo


Como si desde allí se lo inventara

Pretensión de autoridad a partir de profundos quebrantos Sólo la violencia puede convertir el pavor en aparente bravura La recóndita vacilación en aparente solidez La lasitud en fortaleza La abulia en actividad La equivalencia en pujanza Por otro lado, sólo la violencia Puede convertir la asociación espontanea En jurisdicción Sólo la violencia puede persuadir Sobre la procedencia sagrada De esta médula ilusoria

Convencidos por la leyenda Los humanos se dejan embrujar por el dinero Se dejan hechizar por el poder Creen en la quimera de la sede A la cual se accede con dinero Se conquista con poder

Espejismo infausto No hay centro alguno


El dinero solo compra su ausencia inclemente El poder sólo conquista el vacío Huecos exorbitantes de la nada Abismos donde se despeña la fábula Como luz fugaz tragada por el agujero negro Desintegrándose cuando cree haber conquistado todo

Historia de sociedades empujadas a orbitar un centro ficticio Anillos embriagados por la atracción enigmática De esta colosal fantasía del centro y del orden Órbitas forzadas por la obligación de cumplir De circular todos los días alrededor de los ejes De los establecimientos instituidos Alrededor del corazón mismo del meollo El arquetipo del gobierno de cuerpos De ciudades, de territorios Idea absoluta de Estado Como si de esta manera dieran vida a su propio delirio Rito y ceremonia por lo desconocido Rito y ceremonia por el mito del cetro Falo erecto del patriarca inicial Transmitido de generación en generación Símbolo de mando, de dominio Cetro asumido democráticamente


En la época de las máquinas, de las industrias De los comercios ultramarinos Del desvanecimiento de lo sólido De la velocidad y de la vertiginosidad de los cuerpos Cetro quimérico Fósil de la primera erección convertida en dominio Elegido libremente por los y las subordinadas Mito patriarcal de la transferencia masculina De fraternidad a fraternidad Siguiendo la ruta sacerdotal y de la guerra Mito de la verdad oculta, mito del poder aplastante de las armas Invistiendo a eunucos como cuidadores de la virginidad de la verdad Invistiendo a guerreros como cuidadores del inmenso territorio Cuerpo extendido del déspota

Ya no hay eunucos cuidadores ni guerreros insomnes Tampoco el cuerpo del déspota se extiende Simbólicamente en el territorio En sustitución están los funcionarios Encargados de velar por el cumplimiento de las normas Están los celosos especialistas de armas Encargados de mantener las líneas dibujadas de las fronteras

Están los celosos vigilantes de las urbes


Encargados de mantener la limpieza y el orden de las ciudades Están los comisionados de transmitir relatos Sustituyendo a los cuentistas de la noche Destilando su imaginación alrededor de la fogata Reuniendo a niños, a mujeres y hombres Todos vulnerables ante el acoso de la infinita concavidad Del universo incomprensible Los de las voces e imágenes eléctricas Como rayos capturados en cables de cobre Manteniendo en contacto a inmensas poblaciones Están los competidores por representar al pueblo Hablar a su nombre en el magno Congreso Entregando las tablas de Moisés Constantemente renovadas, multiplicadas Proliferantes, productos de la industria legislativa Regulando los mínimos detalles de las conductas Están los gobernantes de turno Esmerados por parecerse al primer patriarca Haciendo gala de sus sacrificios Salvadores del pueblo y de la patria

Son otros personajes Sin embargo, el centro sigue siendo el mismo El mito del falo erecto del mando


Como viril ausencia de un origen inventado El centro del poder vacío Circundado por ocupaciones provisorias Queriendo demostrar con estas circulaciones reiteradas La médula del poder existe Dirigiendo las vidas y los destinos

Persistencia fanática en invertir el juego de la vida El devenir alegre de los ciclos Por convertirlo en cronograma reiterado En cumplimiento moral En obediencia de leyes y disciplinas Por convertir al mundo en imagen narcisa De los señores del dinero y del poder Enamorados de sí mismos Se ahogaran en las aguas de su propio espejo No crecerá después ninguna flor en su recuerdo


Mi amigo Tano

Una mañana, primero de mayo Conmemoración de la masacre de Chicago perpetrada Por parte del régimen capitalista contra los anarquistas Quienes se rebelaron contra la explotación absoluta del equivalente general Dios oro de la burguesía dominante Salimos con mi amigo Tano llevando banderas negras Fue de los primeros años de la dictadura militar Impuesta a sangre y fuego Frente a un pueblo ilusionado al repetir su indómita rebelión Frente a un proyecto de Asamblea Popular Subversión de la praxis Contra la historia, la realidad y el poder Contra la oligarquía señorial Autogestión, cogestión y consejos populares Los obreros conmemoraron su día Recordando a los caídos, la trayectorias de las luchas inolvidables Entrañables de la memoria de los condenados de la tierra Llegamos a la Plaza San Francisco donde se concentraban los sindicatos Cuando la marcha pasaba sigilosa Cantando estribillos acostumbrados


Nosotros, adolescentes, sin instinto de sobrevivencia Enarbolando las banderas negras gritamos ¡Los obreros al poder! Una multitud de voces retomó la resonancia histórica Gritando estruendosamente lo mismo Convencidos de lo que sentían En lo profundo de su carne expoliada Saliendo el grito desde adentro, desde su intima morada pasional Quedamos sorprendidos, ante esta apoteósica voz multitudinaria Como sinfonía colectiva contestataria Proletaria, remontando la atmósfera Ocupando el aire y arrebatando el cielo por asalto El principal dirigente de la Central Obrera Propagó el grito del proletariado ¡Los obreros al poder! Los comisionados por la dictadura Militantes decrépitos del descompuesto movimiento nacionalista No pudieron controlar el desborde prodigioso de los trabajadores La pronunciación categórica de la tesis de Pulacayo Quedaron anonadados ante la espontaneidad de la consigna asumida Vencidos, a pesar del peso de las armas de la dictadura El general Banzer fue derrotado en la Plaza San Francisco Un primero de mayo, día del proletariado internacional


Dos adolescentes, con sus banderas negras desplegadas Quedaron asombrados, sus miradas perplejas Volaron como mariposas primaverales en el clima paceño Ante el acontecimiento de masas sobresaltadas Felices de desencadenar el grito contenido por las multitudes Aparentemente rendidas en un agosto aciago de 1971 Ese otro día, como resarcimiento intrépido Destronando a la dictadura, a pesar del peso de sus armas

Otro amigo, sin bandera negra desplegada Ocultando su bandera roja, queriendo extenderla Se acercó a nosotros disimuladamente Nos dijo deberíamos guardar los blasones Convendría tener precaución Nos protegió con los procedimientos del bolchevique clandestino Los tres, dos anarquistas y un bolchevique maoísta Nos fuimos deslizando por la avenida Mariscal Santa Cruz Después del grandioso evento imprevisto Insólito, un día de azul abierto Mientras los cóndores como mallkus enardecidos Aleteaban contra las ondas Intangibles del torbellino de la concavidad ardiente del cielo Batiendo una mañana, un medio día, a la dictadura militar Compartimos la intrepidez anarquista y la sensatez comunista


Hoy recuerdo a mi amigo Tano Ya no está con nosotros Fue como fue, apasionado e inorgánico Desplegando banderas negras También recuerdo a mi amigo Fidel Fue como fue, clandestino y orgánico Lo sigue siendo, en su reflexión profunda En sus responsabilidades humanas Habiendo dejado su huella en una universidad recuperada De la huestes fascistas Habiendo dejado su rastro En la vinculación con el proletariado minero De los estudiantes entregados a la resistencia Desde un partido bolchevique propugnando la guerra prolongada

Tano era bohemio, con ojos descomunales Inmensamente negros como los gitanos Brillantes como el ritmo fogoso del flamenco Cabellera vasta como sus aspiraciones Botas manifiestas a la usanza de los alquimistas Inventores de la piedra filosofal Acullicador nocturno, actor de teatro Amante de los recovecos de la noche de La Paz


Tanto como el mismo corazón poético de Jaime Sáenz Ya no está con nosotros, pero sigue todavía Como el viento de Van Gogh, con el molino desaparecido El molino ya no está, pero el viento sigue todavía Las banderas negras siguen desplegadas En todos los primeros de mayo Cuando el proletariado grita ¡Los obreros al poder!


Juan el anarquista Sebastiano Monada

Lo conocí en el café universitario En tiempos cuando los gobiernos se sostenían Sobre las bayonetas caladas Hablaba con voz aguda timbrada, sonido de violín En las Cuatro estaciones de Vivaldi Argumentaba desde los libros desentrañados Con la avidez descifradora de la coyuntura Desde la historia asumida como memoria a-gramática Herencia de siglos de luchas de los condenados de la tierra Me conmovió su pasión, su entrega a cada fonación De las palabras rebeldes, analíticas, críticas Parecía estar hablando a los moradores eternos De la remembranza de las asonadas incesantes

Lo estimo tal como es En su intrepidez soñadora En su fe en los libros heterodoxos En los tenaces albañiles del discurso nacional-popular En Sergio, el investigador sin sueldo al servicio de la patria Defensor de los recursos naturales


Guerrero de la soberanía ultrajada

Eres el militante absoluto Entregado a la causa emancipatoria Tus huesos están para eso Tú sangres, tus órganos, tus conceptos Están dispuestos para el combate No hay otro sentido en el universo Sino el dado por la rebelión La libertad de evadirse de toda captura institucional

Me regalaste la Esperanza de Malraux Estaba ahí la narración del acontecimiento pasional De un pueblo indomable Escrito por un aviador bombardero Por un novelista de las revoluciones Por un espíritu galo aventurero Defensor de la república desgarrada Debatiéndose entre la libertad total Pregonada por las comunidades anarquistas Y el fascismo patriarcal sacerdotal de los terratenientes De las iglesias, de las fraternidades masculinas Entre la continuidad de la democracia formal O el desborde creativo de las pasiones ibéricas


Una vez, apoyando a Marcelo Con un colectivo, con un periódico llamado Pututu Vocero de lucha en la explanada andina En la descomunal cordillera desafiando al cielo Subimos en grupo a la ciudad de El Alto Llevamos cinco centenares de ejemplares Volaron como tropel de palomas en cielo azul abierto Te subiste a una caja de madera de manzanas Desde allí hablaste como en las películas Sin pretender ningún protagonismo Era tu pasión por los acontecimientos repentinos Inaugurando épocas con la palabra intempestiva Con el gesto arronjado Mitos de los rebeldes iconoclastas Como si la historia respondiera a la apoteosis de la plebe Al corazón vehemente de los poetas Como si la historia emergiera de los poros Emanación embriagante Surgiera de la piel lisa Efluvio creador de atmósferas y climas libertarios

Nunca dejaste de exponer febrilmente Entregando el cuerpo en cada frase


Cimbreante, sacando la voz desde el fondo de las entrañas Despejando la niebla como luz incandescente Nunca dejaste de ser militante total De creer en la fuerza de las multitudes Del proletariado nómada De las comunidades ancestrales Nunca dejaste de confiar en el ímpetu evocativo transparente De las palabras sinceras Nunca dejaste de ser la consagración de la revuelta

Hay pocos como tu Otros se creen predestinados a dirigir y mandar Convierten a la revolución en una idea de poder Convierten la lucha, la victoria de los pueblos amotinados En un antecedente impetuoso del Estado renovado Propagan el poder en vez de destruirlo Hablan como burócratas o demagogos Justifican todas las infamias con argumentos realistas Minimizan el drama recurrente de las contradicciones Ocultan los contrastes entre el paradigma y la realidad Hacen denodados esfuerzos por convencer Está en marcha la revolución Solo los ciegos no pueden verla Solo los conspiradores la niegan


Solo los renegados critican Estos pragmáticos no tardan en repetir La ruta de la decadencia de las castas dominantes No tardan de mostrar las mismas conductas Dibujadas por el derrumbe ético y moral De los gobernantes de siempre Condena de la Ley escrita por los vencedores Obligados a actuar siguiendo el libreto Trama redactada por las hilanderas de la luna Tragedia mitológica Drama trivial del dominio Deseo fálico de los estériles Temerosos de la potencia social Del debate, de la polémica recíproca del pueblo Monjes escudándose en la representación Ficción moderna de la encomienda de consentimientos Malla impidiendo el autogobierno de la sociedad Fabula imaginando la infancia imborrable del público Haciéndolo eternamente dependiente de patriarcas otoñales

Guerrero constante No dejas de movilizarte De formar gacetas de reyerta Conformar grupos activistas


Componer como los escritores de manuscritos Del siglo de las luces Tienes una versión escrutadora de la formación boliviana Lucidez demoledora de narrativas oficiales Destructora de escudos, desveladora de máscaras De ostentaciones aparatosas Te gusta ir a la nuez de los problemas A partir de ese núcleo construir un relato propicio Dispositivo de batalla Lo importante de la teoría no es tanto su verificación Sino su facultad alterativa Tu qamasa es la de los nómadas destructores de imperios

Leí uno de tus poemas Talento heredado de la madre poetisa Alegoría de la guerra inicial Anterior al estallido inaugural Creador de universos fugitivos Metáfora del combate implacable entre el ángel y el demonio Sobresalía por la prolijidad metafórica parecida a la de Hölderlin El ángel se defendía valientemente Con todas sus fibras francas Sin embargo, la embestida agresiva, incansable Cruel del demonio


Terminó venciendo toda resistencia seráfica El ángel cayó derrotado, abandonado a su suerte Esperando en el suelo la estocada final El demonio se acercó arrollador Embadurnado de reciedumbre Se aproximó ardiente al ángel En vez de estocada le dio un beso erótico Posesivo, profanador Esta fue la derrota del ángel

No sé porque no publicaste tus poemas Bastaba quizás la poesía elocuente de las acciones Gramática efectiva material Intuición exhaustiva pasional del acontecimiento Épica en acción derrumbando baluartes de las dominaciones

Escribes en la espontaneidad de las inspiraciones Lejos de cualquier pretensión Menos para la cofradía de lectores cultos Escribes no para consagrarte Sino como parte de tus corrientes sanguíneas Extendiendo tus manos como armas de lucha Para ti la poesía es celebración auténtica La potencia destructora


La potencia creadora La transformación permanente El devenir, la metamorfosis La transvalorización de los valores

No te aprecian las cofradías cultas Las corporaciones políticas Las grises instituciones Son los jóvenes rebeldes quienes te siguen Te escuchan, deliberan contigo Conspirando contra los polimorfos armazones de señorío Otros jóvenes mañana apreciaran tus trayectorias intensas Tu vida derrochada, gasto heroico Es una pedagogía política Líneas de fuga escapando de las capturas institucionales

Amas la vida Por eso dejas fluya intensamente No ocultas tus pasiones No guardas tus pensamientos Desbordas con la elocuencia Aunque no dejes hablar a veces Te emociona el curso de la pronunciación amotinada Cuando escuchas lo haces apreciando cuánto hay de crítica


En las palabras lanzadas No concedes ni las más mínimas reticencias Conservadurismos recónditos Hasta en los discursos sediciosos

No eres hombre de los medios Maquinarias comunicacionales despojadoras de lo común Maquinas productoras de artificios Superficies vacuas sin sentido inmanente Robots porfiados en la fama provisional Para ellos es lo único reinante Tu existencia es inscripción en el espesor del territorio Huella en las densidades de la memoria Durara como anagrama por siglos En tanto la fama postiza mediática Solo sirve para edulcorar egos narcisos Vacantes, sin corpulencia afectiva Solo sirve a la farándula publicitaria Banal de la prensa cotidiana

Amigo, hermano guerrero Me acuerdo de ti rememorando en tus gestos Las historias olvidadas de los y las combatientes enterrados Cuyas emociones se convirtieron en climas


En corrientes de aire En corrientes de agua En humus de suelos Brotaran nuevas generaciones batalladoras En la guerra interminable contra los alcรกzares absolutistas Contra los sacerdocios de todo tipo Eunucos custodios de la verdad Sin embargo, fortalezas y sacerdocios Incapaces de detener el devenir impetuoso de la vida


Nadie sabe lo que pude el cuerpo

Nadie sabe la potencia del cuerpo Tesis del gran pensador inmanentista Del gran contra-filósofo panteísta Perseguido por las religiones trascendentales Teórico judío-ibérico Pesadilla de las filosofías dialécticas Superadoras imaginarias de las contradicciones efectivas Doctrinas estatales afanadas en desterrar Al hereje iconoclasta y ácrata

Este pensador supo poner en su sitio al cuerpo Colocándolo como núcleo de la percepción Espesor vital lazo carnal con Dios Entendido como inmanencia infinita Pues está en nuestros huesos En nuestra memoria sensible En nuestras células, moléculas y átomos En las ínfimas partículas componentes de la paradoja Lo indivisible dividido Fragmentado en partículas asociadas Cada vez más mínimas


Hasta llegar a la nada creadora

Baruch Espinoza Aguijón clavado en el corazón de la metafísica Abriéndole una herida mortal Dejándola sin pulso, sin argumentos Reencontró la creación en la espesura corporal La sabiduría en la morfología somática El secreto de la vida en el organismo

Nadie sabe la potencia del cuerpo Cuando te veo danzar Corroboro las tesis de Espinoza La elocuencia melódica de tus contorciones El manejo sinfónico de las vibraciones de tu complexión Haciendo de cada músculo una tecla de piano Ocasionando los tono de la música somática Composición poética narrada en códigos anatómicos Pronunciados en la ondulación de movimientos rítmicos Seduciendo a las miradas escrutadoras de los dioses mitológicos Plurales imágenes de la Divinidad Idea absoluta, pasión del ensueño Estallido intrépido de ese comienzo sin origen Nombrado por las religiones trascendentales como Providencia


Al que el silencio de Buda no denomina

No importa el nombre ni el concepto No importa si las culturas Persistan concibiendo al patriarca primordial Ansiedad y esperanza de su demanda De su imaginación habitual Muy lejos del imaginario radical del acontecimiento Importa comprender El estallido creador Venciendo a la nada, derrotando a lo imposible

Idea de Dios Voluntad enardecida Deseo desbordado Afecto rebelde Contra la quietud, el silencio, la inexistencia Explosión inicial Creadora aleatoria de los universos

No importa el código, tampoco la representación Importa la intuición absorbente Saber perceptual, comprensión inmediata De este avatar


Diseminándose como curvatura pasional Del espacio-tiempo proferido Grito compuesto, intensidades galopantes De unicornios alados exploradores desaparecidos en el vacío Rebaños de pasiones inscribiendo en el paisaje Su nomadismo liso, flexible, lúbrico Deslizándose como invención territorial

Cuando veo tu cuerpo danzar Tallando en la atmósfera los códigos anatómicos Melodía voluptuosa ancestral Efluvio de deseos vaporosos Emanaciones climáticas de la contextura estética Sonata de compases sensuales Notas ondulantes del pentagrama musical Encanto femenino transmitido por milenios

Tus caderas ondulan fecundando el entorno Percusión irradiante de erotismo Al ritmo del flujo y el reflujo de las olas Hechizadas por la luna vestida de plata Dibujando el ritmo pausado y serpenteante del desierto Tus caderas fértiles También se adelantan y retroceden


Empujando a la imaginación al desvarío Mientras tus piernas se mueven dibujando círculos En el suelo aplanado por las plantas delicadas de tus pies desnudos Narrando en el tablado historias interminables De amor y de muerte De vida y de pasión Tu vientre oscila, agitándose Tempestades minuciosas recorriendo la piel Textura candorosa acariciada por sueños delirantes Conmoviéndose ante la invasión de los timbales Percusión aguda rítmica insinuante Transgresores de tu existencia expuesta

Tus senos se mueven alusivos Al compás de la música Acompañando a la serpenteante vibración del cuerpo Mientras las manos y los brazos aletean lentamente Alzando vuelo como cóndores custodios de la cordillera

Ahora comprendo Somos como las flores de la primavera Consagración alegre de las partículas viajeras Invención proliferante, juego heracliteano Travesura cosmológica de Tunupa


Amarrado a la balsa de totora hundida en el río Conector de lagos sagrados Hasta encontrarse en las profundidades de la mancapacha Con el hierro fundido de la gravitación terrestre Expulsado como lava volcánica Arañando la piel del cielo en el acto de amor Antes de caer como lluvia encendida Abrazando, besando, diluyéndose En la piel, en las intimidades del planeta

He aprendido de ti mujer danzante La poesía escrita en códigos corporales El pensamiento apasionado seductor de los seres Trovadores románticos en la diseminación del universo En la disolución de la materia

Danza gitana migrante del desierto Danza de la fecundidad dejando asentarse a la acuarela selenita En el vientre erótico convulsionando la atmósfera nocturna Con movimientos demandantes de caricias Atrayendo a la lluvia de semillas Enterrándose en la intimidad de los ciclos vitales

Eterna bailarina, pasión desbordada en flujos de energía


Irradiando ondas seductoras Atravesando percepciones asombradas Destrozando certezas, vulnerando costumbres Desatando tormentas en los cuerpos enardecidos Dispuestos a invadir los territorios fulgurantes De tu fragancia incandescente

Las sociedades antiguas conocían más del cuerpo La modernidad pretensiosa enterró sabidurías elaboradas En la contemplación y el asombro En la meditación y en la experiencia sensual Convirtió el amor en una irrupción provisional, violenta Fugaz, desesperada Derrotada en la premura del comercio

Por eso danzante ondulante Amo la memoria de tus pasos La remembranza erótica de tus caderas orbitando Alrededor del eje radiante de tu sexo Sol húmedo, gravitación milagrosa Del comienzo eterno de la vida De la intensidad placentera Imaginación radical del origen


Las danzas han mutado Sin embargo, nos dejaron la huella de su comienzo Ceremonial y ritual HermenĂŠutica corporal Interpretando las fuerzas creadoras del universo


Amor indomable

¿Cómo podemos seguir adelante? Después de abrir senda Inventando el camino al amar ¿Acaso no tenemos en las manos nuestros destinos? Quizás no sea así Quizás dependamos de los juegos del azar No creo en la fatalidad, ni en el destino Estamos en plena albedrío de elegir Aunque dentro del cerco dado por el mundo Contando con la opción de desbordar el cuadro

¿Ostentamos en las manos, en los pies Las trayectorias por recorrer? Especulemos Es así, de alguna manera De todas los modos verosímiles Sin embargo, conjuntamente, fuera de los cuerpos Tan nuestros como los sueños Otras circunstancias compiten


Con los dados de Stéphane Mallarmé Dados tirados al cielo para caer en el suelo de la tierra Como dice el poeta Sin contar con el pentagrama donde escribe Jugando con la melodía y los espacios EL AZAR Deja caer la pluma rítmica suspendida de lo siniestro sepultarse en las espumas originales de donde otrora disparó su delirio hasta una cima marchitada por la neutralidad idéntica del abismo

A pesar de voluntades propias otros lances interceden Las recolectadas en las peregrinaciones La mecánica implacable de las situaciones La travesía territorial disyuntiva de nuestras densidades La gravitación de lo vivido Aprendizaje almacenado sedimentándose como memoria Nuestros recorridos distintos tropezándose en la encrucijada amorosa El torbellino de la ocasión tempestuosa Flagelando urbes babilónicas


Pretensiones de residencia permanente Sin embargo, empujadas a reconocer su vulnerabilidad innata

Si se ama sin brida, sin espuelas Galopando sin contención por la llanura Atravesando todo confín Sin detenernos Navegando como los marineros renacentistas Viejos lobos de mar Quienes decían Lo importante no es vivir sino navegar Llevando tan lejos las naves Empujadas por el viento y las corriente marinas Transportándonos al continente hermético Oculto a los ojos acostumbrados a ver lo alumbrado Por el sol de todos los días Cuyos rayos no logran descubrir el espesor de la alteridad Camuflada en las apariencias

¿Debemos dejar este amor desamparado ante la persuasión De la manía ruda de los hechos? ¿Dejar convertirla en cosa, en fetiche En número Artefacto mágico colgado en las paredes


Congoja familiar de los vencidos Gobernada por las legislaciones establecidas Rebosar en la tragedia de las parejas heroicas Sacrificadas para mantener el mito En el drama de las parejas sometidas Domesticadas para mantener el orden Renunciando al ardor del entusiasmo amoroso? ¿O de modo sedicioso evitar esto acontezca Donando la pasión como posibilidad eterna? Escapando a la tirada de dados Al azar de la jugada También a la necesidad Resumida en el número fatal

El relato de nuestra devoción diría Estos amantes querían redundar En el fervor primordial del universo Anhelaban salvaguardar el amor inconmensurable Sobre todo Sin reconocer hado y eventualidad Sin examinar estatutos Salvo las disposiciones sobrecogidas por el entusiasmo Su amor fue colmado en el ímpetu creativo Se rebeló contra las teorías de la existencia


No dejó desamparado el sueño cosido a fuego Se convierta en un incidente Conferido en el tablado de los eventos cotidianos En el drama acostumbrado por los humanos Víctimas de las narraciones improvisadas

Quiero no dejes de ser la huella inscrita en mi piel No dejes de ser la voz acuática explorando mis meandros No dejes ser nunca el advenimiento revelador Transformando en el obsequio La exégesis del epigrama de la biografía No quiero dejar de idealizarte nunca No quiero la realidad se apodere de mi sueño Imponga sus reglas Mostrando nuestras vulnerabilidades expuestas Al chantaje de las necesidades

Quiero seguir soñando Sin acatar el precepto de presencia No dejaré de amarte Como lo hubiera hecho De todas maneras Si jugaba a la subsistencia Encontrarme contigo en un aquí y ahora


En el mundo alumbrado por el sol No quiero la realidad se imponga con su sentencia Diga los amores utópicos son inalcanzables Quiero vencer a la certidumbre común Expresándole Pudo haber sido Lo es en su eterna posibilidad Este amor derrotó a la evidencia A la providencia A la necesidad y al azar

Me he rebeledo antes sin arquear ramificaciones Desde entonces sigo este impulso romántico Ahora, después del aprendizaje atesorado No puedo ceder despojándome de utopías Por alguna verdad constatada Como las anteriores veces Oportunidades de amor eterno Derrotados por las premuras de la cotidianidad

Debemos vencer a la realidad Haciendo irreal esta conmoción corporal Haciendo de nuestro amor imposible en la posibilidad Posible en la imposibilidad


Paradoja terrible Aporía incomprensible

Para tenerte cerca debo dejar efectuar tu alejamiento Para no perderte debo evitar hallarte En algún paraje Encontrándote en todos los lugares posibles De la imaginación prodigiosa

Debemos ser más fuertes Contrastando con la realidad Debemos inventar caminos Más allá del azar y la necesidad Más allá de la prueba Debemos hacer de nuestro amor Un sueño imaginado por cualquier Dios o Diosa legendaria Ocasionado en el delirio compulsivo del amor interminable Imprevisto, dado contra todo pronostico Contra toda moral sacerdotal

A estas alturas de la vida No quiero una capitulación Quiero batir a los avatares Quiero tenerte en la eternidad de las posibilidades


Guardadas en la memoria literaria de los firmamentos

Volviendo al poema escrito en pentagrama Atormentado por el golpe de dados El poeta canta entrecortadamente a la diseminaci贸n Canto recuperado en uno de sus mensajes Recortado por nosotros NADA HABRA TENIDO LUGAR SINO EL LUGAR en estos parajes de lo vago en que toda realidad se disuelve EXCEPTO QUIZA UNA CONSTELACION Todo Pensamiento lanza un Golpe de Dados


Cantante sefardí Mujer del desierto, nómada sefardí Tez canela, ojos oscuros Percepción penetrante horadando el horizonte Labios escarlatas placenteros De voz impetuosa esparciéndose armónicamente Por los entornos conquistados por tu gracia Como reflexión sinfónica De los instrumentos vivos anidados en tu vorágine Cuestionando la aflicción de los advenimientos Voz conmovida golpeando la apatía del ciclo Voz rubricada, genealogía inscrita por tradiciones orales Por donde se evaden animus y anima Jugando lúdicamente sus combinaciones sonoras Surcando como águilas rapaces las corrientes de los céfiros Turbados Alas melódicamente agitadas, polifónicas A ritmo de guitarra, asonancia de flamenco Dilatando las vocales candorosamente Cavando artísticamente en los espesores de la atmósfera Inquietud gitana


Acompañada por el repiquetear pronunciado de las manos El zapateo delicado, corto, recurrente Como galope rítmico apresurado de herraduras de unicornio

Tus cabellos oscuros largos nómadas Acentúan tu sedición anatómica Cabellos abultados rizados como hondas de balada Consonancia musical Desenvuelta, penetrante, arrastrándome hacia confines desconocidos Donde el ondulante desierto dibuja sus preguntas móviles Al paso elegante lento de los camellos sosegados Sobre la arena devastada por el transcurso impasible De las épocas y las civilizaciones pretéritas

Hay como una plegaria en tu fragor trovador Escalando la entonación clamorosa Dilatando dulcemente las vocales Cobijo de las sensaciones labradas Como emplazando a Dios por la existencia Acompasas rítmicamente las letras de las canciones Estirando seductoramente sus notas Dejando dar paso al lamento andaluz Mezclado con el ladino judío-ibérico También dejas fluir el lenguaje sin letras de las ondas musicales


Desprendidas de las intensas rebeliones de tus emociones Cantas con todas las historias itinerantes de los sefardíes Pueblo sin paisaje inmóvil, sin embargo, lleno de recorridos ambulantes Inventando en las peregrinaciones azarosas Los panoramas dinámicos de la permanente transición

Por eso, cuando cantas retomas los anales acumulados en tu piel Sefardíes acosados por los imperios Urgidos por las religiones trascendentales Diseminados por el mundo Como flujos de evasión zafándose de toda residencia

Tu mirada interpeladora atraviesa las épocas Tus ojos brillantes luminosos nocturnos Albergue de la propagación arrebatada del universo Miran desde la misma lejanía de todo Fuera del tiempo y del espacio Desde la eternidad misma de las preguntas sin respuesta

Esto explica tu ardiente estampa La abrasadora cadencia de tu frecuencia aguda Tu enigmática fisonomía hechizante


Embrujo gitano, belleza mística Magia ancestral somatizada Torbellino creador recorriendo anhelante Tu morfología enérgica, estética conservada Por la persistencia de las culturas antiguas

Descubrí tu voz luminosamente melódica Una noche de insomnio interminable Llegó tu congoja musical acuosa cristalina Inscribiéndose en mi cuerpo combatiente Como saetas crepusculares rezagadas Devenidas de arcaicas guerras olvidadas Conflagraciones desaparecidas Ya no están, pero sus ojivas llegaron agotadas Mensajeras de los pueblos hostigados Convocándome melancólicamente Llamado de las tribus dispersas

Amo esa combinación tenaz de coraje y ternura Escondiendo el sutil desplazamiento de una tristeza inmortalizada Consagración de la esperanza Cuando no se deja de batallar


Cuando no se deja de confiar En las sabidurĂ­as guardadas de las humanidades desoladas


Danzantes de tango

Sebastiano Monada

Cuerpos entrelazados acompasándose Alianza pasional Al ritmo de una armonía melancólica Alegrada por la voluptuosidad Pensamiento triste enunciado en baile Como dice Santos Discépolo Filosofía melancólica compensada Por goce somático De los ritmos corporales De los pasos circulares Perseguidores, huidizos, conquistadores Resistentes Lucha y entrega Hombre y mujer envolviéndose En el efluvio romántico De la danza de los tambos Lugares de reunión de las humanidades africanas Devenidas del Congo, el golfo de Guinea y de Sudán Según Rodríguez Molas Traídas a Abya Yala por los comerciantes de esclavos


Tambos de tumultos, refugio de migrantes Constelación de pieles portuarias De los arrabales Tango prohibido por la iglesia y el Estado Temido por la moral conservadora de las castas dominantes Las oligarquías locales Añorando, en el fondo, abrazarse Como lo hace el pueblo Liberándose de sus corsés

Danzantes de tango Maravilla corporal de la música de los puertos De las mezclas culturales De las composiciones sensuales de la plebe sublevada En la densidad de sus sentimientos Componiendo poemas sin letras Usando el compás de los cuerpos como notas De una memoria polifónica encarnada En las profundidades íntimas De trayectorias de vida Interpretada en el candor del baile Monstruo bicéfalo, bestia cuadrúpeda Lánguida y vivaz, fugaz Cuya existencia dura una canción


Muere asesinada por el último compás Como interpreta Dujovne Ortiz

Pasos pausados del compadrito persiguiendo a la china Pasos fugitivos de la parda envolviendo al cobrizo En una emboscada sensual Lucha y entrega Donde el macho cree dominar tomando la iniciativa La hembra lo ilusiona mientras lo seduce A lo largo de la danza Después de tantas vueltas Cruces de piernas, roces de rodillas La hermosa pierna femenina rodeándole Alrededor de la cadera El macho no se da cuenta Estar envuelto en la trama De lianas invisibles Preso y vencido por su conquistada

Danzantes de tango Sus cuerpos movedizos rememoran La genealogía carnal De los arrabales rioplatenses


Diseminada por el continente y el mundo Narran las historias de las multitudes mezcladas Empujadas hacia los bordes de las urbes Donde el arte popular se libera de las ataduras impuestas Cantando con los cuerpos Bailando milonga, malambo y candombe Contando con los roces estrechos de las pieles Apenas detenidas por la ropa

Ahora bailan los caballeros y las damas ¿Saben, sus cuerpos están hurtados Por la sensualidad popular? Liberados de una moral artificial Aunque sea por un momento Ahora bailan artistas sofisticados ¿Cuánto les deben a los mulatos la herencia De esa estética de los puertos? Puentes de continentes separados Por tragedias planetarias Estética corpórea Aparentemente aprendida en academias Repetidoras de un formato constituido En fervores plebeyos Cuando bailan auténticamente entregando


El cuerpo a su desintegración Repiten el encanto seductor De la artesanía somática popular

Retomemos estos conductos recónditos Estos espesores vehementes Cuando los cuerpos nos recuerdan Vivimos el mismo mundo solitario Acogiéndonos maternalmente En los climas emanados por las sensaciones Somos criaturas provisionales en el decurso De las sinfonías cósmicas Dedicadas a las búsquedas sin preguntas Navegando en la diseminación del universo

Danzantes de tango Concibiéndose en el abrazo estrecho La caminata, el corte, la quebrada En el firulete repentino Sello singular de los danzantes Escuchándose mutuamente sus pulsaciones Adivinando anticipadamente las curvaturas De los movimientos eróticos Parejas complementadas en su torbellino


Cobijadas en una misma comprensión anatómica Tejida por desafíos corporales En la inmediatez de la algarabía de la cadencia Y la armonía melancólica Compensada por la alegría de los bucles Remolinos apasionados de la disolución corporal Poética popular Liberando a los cautivados por su candor Abriendo espacios emancipados por las emociones


Pareja de tango

Sebastiano Monada

Guapa morena caminando altiva y sagaz Agarrada de la mano por el galán al acecho Detenida en ese impulso mira a su pretendiente Deja la acerque flexiblemente a su pecho Es el momento del baile Cuando ambos cuerpos se someten A un interminable juego de circuitos Y de forcejeos tenues Donde el macho busca rendición sin comedimiento Y la hembra no se deja conquistar por el intrépido Conquistador de los arrabales Compadrito joven y atrevido Orgulloso de su gracia y su prestancia altanera Arriesgado en las navajas Osado en las noches de fiesta

La china le opone el cuerpo Danzando como fragancia de balletista espontanea Escapando a los ataques del mancebo engreído Envolviéndolo con sus encantos


Sus pasos dulces y provocantes Cruzando las piernas hermosas de doncella Con las fuertes y robustas del conquistador Moviendo las caderas al ritmo rápido Dado por el bandoneón Ciñendo como soga su desnuda pierna En las caderas viriles del danzante Obligándole a cruzar sus pies Juntos como siameses Mientras ella arremete con las curvas de su cuerpo Y las piernas esbeltas rutilantes Estrechando pecho a pecho Rostro a rostro Como entrega dulce e inquieta Sin embargo, ya lo tiene dominado En un efluvio dorado De movimientos embriagados Del arte seductor del coqueteo plebeyo

Esa es la danza del tango Danza sensual y de compulsa Danza de pasión y vida Entregada en el instante De la música tejida


En las nostalgias del puerto

Satisfecha se retira La pareja empedernida Mientras otros llegan a ocupar la escena Dejada por los rondadores La noche suma y sigue Canci贸n tras canci贸n tanguera Olvidando se aproxima El d铆a siguiente De luz y de trabajo Olvidando hubo un d铆a Anterior a la noche inmensa De luz y de sensatez


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