Viaje en el camión de la noche
La noche fría residente de nuestros pómulos
Alumbrados por la melancolía de la luna
Aposentada en nuestra piel entumecida
Instalada en los dedos agazapados
Durante el adormecimiento del viaje
El camión llevaba en la carrocería cargas de bienes
Y humanidad contraída
Defendiéndose contra la insondable soledad
Del abismo
Cuerpos apegados aprovechando el fuego
Todavía ardiente de las morfologías
El polvo acompañaba el silencio reflexivo de todos
Los circunstanciales compañeros de viaje
Ella estaba tan cerca de mi clamor
Tan caliente, dulce, como hogar acompañado de ponche
Sus trenzas largas como la historia antecedente
Sus ojos pensativos buscando horadar en el transcurso
Para encontrar las vetas minerales de sus preguntas
Su pollera clara cubriéndole las piernas tibias
Demandantes de ternura no donadas
Sus noches fueron de agobiado descanso
Después del trajín del trabajo
Testigos de raptos intrépidos en la oquedad del sueño