Subversión afectiva

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Subversi贸n afectiva Sebastiano Monada


Índice: A modo de presentación

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El palacio de los narcisos

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Figuras intensas

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Las cosas no son lo que parecen

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Abya Yala continente rebelde

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El sentido inmanente

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No es el odio sino el amor

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A mi padre, el “Oso”, mi crítico literario; antes, en los primeros textos, mi corrector ortográfico. A mi hermana Tatiana, quien siente, piensa y considera que el universo se mueve por la energía del afecto.


A modo de presentación Estos seis poemas son cantos del devenir afecto y del devenir poema del afecto. Es en el acontecimiento sensible donde acaecen las transformaciones, convirtiendo las sensaciones en metáforas; las metáforas en pronunciación de palabras, que no funcionan como signos, sino que a pesar de estar escritas y aparecer oralmente como signos, funcionan como metamorfosis de los afectos, de la sensibilidad, de las sensaciones, que, en poesía, crean los mundos, desbordan los mundos, los hacen desaparecer, para conformar otros.

El poemario Subversión afectiva, inicia sus cantos con las figuras de la auto-contemplación engreída, que vendría a ser no exactamente un devenir del afecto, sino, mas bien, una deformación del afecto, una adulteración del afecto, al trastrocar el amor en “amor a sí mismo”. Que no puede ser amor porque el amor es flujo afectivo sin centro, mucho menos un centro que se traga el afecto como agujero negro.

Continúa con las intensidades singulares del acontecimiento, devenidas figuras intensas, que son las que convierten la intuición en magma que atraviesa el lenguaje; figuras intensas que enseñan los sentidos inmanentes de la vida. Sigue con la ironía metafórica a las apariencias; ligadas y sostenidas por la institucionalidad, otro imaginario del poder, aunque sostenido por la materialidad jurídica. Después, viene el canto al continente de Abya Yala; continente rebelde. Para seguir con el canto al sentido inmanente, devenido de la intuición subversiva. Termina el poemario con el canto al amor.

Estos poemas pretenden ser parte de la subversión afectiva.


El palacio de los narcisos


Llantas de caucho y carros de metal Mundanal ajetreo de la ciudad Trepa, efluvio navegando tumultuoso Nave espesa y vaporosa, sudor urbano Calendario entumecido de inquietantes fechas Manantiales cristalinos, llanto de peces dorados Como suplicantes números condenados A morir sin pena ni gloria martirizados Por trámites interminables como olvidos Conciertan serpenteantes filas azoradas Por la espera sin esperanza acostumbrada Canción festiva de luna plateada Desnudándose enervada deja desparramadas Como charcos de verano sus prendas Suaves encajes de seda blanca

Vendrán colores volando encendidos Animando atronador vehemente coro solar Cantando seducido al mirar voluptuosa danza Lluvia copiosa corriendo con pies descalzos Luminosa jornada diferida fortuitamente mojada A la venerante contemplación pasmada Atónita ternura de la montaña mágica Relegando la infinita concavidad del firmamento Calendario desvaneciéndose como reloj de arena

Urbe atormentada por el bullicio de sus ferias Y el tumulto ensangrentado de sus tráficos Mientras las bocinas sin ritmo acallan


La sinfonía musical de los pájaros aprisionados

Oficinas atiborradas de funcionarios adormecidos Y de usuarios temerosos aguardando en los pasillos Respirando denso aire, burocrática corriente vespertina Decoración tenue gráfica en paredes desoladas

Escritorios mudos acicalando archivos desdeñados Hojas de otoño eterno como alfombra crujiente Y ruidosamente coro de quejidos crepitantes Como gemido esférico de ramas incendiadas Precepto limpio como hielo de cumbre Y silencio quieto como cementerio Asediado por profuso desorden desaliñado Descuido acumulado de filiaciones dactilógrafas Tamizaron deponiendo en el aire acento jubilado Habiendo escrutado minuciosos los papeles En dictámenes flemáticos como gansos en suelo Y fatales consumaciones en depósitos clausurados

Los funcionarios en su letargo rutinario Tienen, por eso no se inmutan De cascajo pulido el corazón En la erosión indiferente de las reglas Pronunciación reverberante no cumplida Plasmando en mármol las normas calaveras Quimeras de pomposa niebla turbada Por el murmullo penetrante del frio Invierno entumecido en la memoria añeja


De olvidados tiempos fosilizados Ofuscado inerte espíritu aterido En el musgo extendido de las frustraciones Atizando fogatas de pequeñas venganzas En el cuerpo acribillado de inermes usuarios Mientras los jefes orgullosos ostentan Voz de mando como capitanes de barcos fantasmas Dirigiendo la nave perdida en la tormenta

Se consideran elegidos por el horóscopo Oráculo improvisado de periódicos Sosiego de costumbres sedimentadas Autoridades metálicas de la máquina gobernante Fabulosa como gigantesca herencia babilónica Convertida en farolero artilugio moderno

Aislados como penitentes en claustro Sonríen a veces para las fotografías Dejando sus rasgos descifrables en diarios Son los electos dignatarios nominados En la rutina periódica electoral A nombre del pueblo mandan solemnes Rigiendo leyes como antiguos cocheros Látigo en mano torturando a los caballos Y ordenando clasificados códigos incambiables Mientras la plebe se encuentra definitivamente ausente Alejada oportunamente de toda decisión tomada

Se sienten imprescindibles pastores de rebaños


En el ajetreo itinerante del arte de gobernar Lobos de mar conductores del naufragio Creyendo avanzar al paraíso prometido Cuando, en cambio, son empujados al abismo

Engreídos, enamorados de sí mismos Los narcisos se contemplan en el espejo Esperando el mismo atisbo insólito Perpetuo del resto de los mortales Reconocimiento forzado a su esplendor de pacotilla

En la cabeza tienen una vaga metafísica Miscelánea de artefactos barrocos Ansían anhelantes manojos de billetes Así como un dedicado zoólogo ama El estallido primaveral de las mariposas Apetecen el automóvil último modelo Así como como el astrónomo se emociona Observar la multitudinaria conmoción gravitatoria De bandadas de constelaciones viajeras Adoran las intermitentes concentraciones públicas Suponen la muchedumbre los alaba Sin enterarse ser obligada a la congregación Cuando discursan como curas en el púlpito O los entrevistan para las noticias oficiosas Hablan como seniles profetas aturdidos Pronunciando arduamente magnas verdades Entonando la elocuencia de agoreros callejeros No esconden trilladas frases invariablemente usadas


Recurrentes monótonas oraciones repetidas Por la rancia estirpe de la decadencia política Costumbre acicateada hasta el aburrimiento En el fondo emiten la ególatra demanda Reconóceme soy del otoño el patriarca El misericordioso, el que viene a curar tus heridas El vespertino caudillo insomne Esperado como a un crepuscular mesías Soy el consolador de tus angustias y tus dolores

Cuando a protestas se enfrentan Desatadas nuevamente por las faltas De las máscaras mutantes repetidas Cuando interpelaciones escuchan Emergidas del desencanto devenido Al descubrir nada cambia en el periodo Salvo los guiones reescritos sin imaginación Y los perdurables actores consagrados Cuando son acusados de no cumplir Con las promesas efectuadas en campañas Y con la manoseada cenicienta Constitución Mandan a poner orden en el caos Al monopolio de la violencia uniformada Para recordar a quienes se rebelan Quién manda indiscutiblemente sobre todo Y no tolera irremediablemente nada Semejante osadía ingratas masas sublevadas E inclemente temeraria afrenta movilizada Al símbolo desolado del dominio


Sus cofradías compactas como plegaria de monjes Sus cortes aduladoras como afligidos bufones Se componen de lealtades sobornables Clientelas enceguecidas por la fidelidad comprada Hasta convertir los equívocos desbordantes E incorregibles errores vernaculares En los más agudos ardides de la sabiduría Abalorio de juegos ramplones De abatidos estrategas comediantes Hasta convertir las más grandes sandeces En las pretendidas más brillantes astucias De audaces prestidigitadores de ajados naipes Así caminan juntos reyes y arlequines Como desfile de carnaval a la sepultura


Figuras intensas


Se agitan las ramas de los árboles El viento conmueve sus pensamientos de madera Coronados de hojas donde resbalan las lágrimas Últimas de la pródiga lluvia ausente

Se agitan sus sentimientos inquietos Como barcos movidos por las olas Intranquilas como preocupaciones de gaviotas Cuando no encuentran a los peces que se comen

No hay respuestas para las preguntas honestas Pues solo se puede responder sinceramente No se puede inventar verdades como revelaciones De un Dios preocupado por el pueblo descarriado

Hay otras preguntas como viajes de aventura Y conjeturas aladas mirando desde lejos Los paisajes inmensos de los cuadros cambiantes Conectando los bordes de territorios cortados

La costumbre de buscar el sosiego La tranquilidad calmosa refugio provisorio Desarma al caminante debilitando su atención No lo salva de ninguna amenaza Tampoco del desafío exigiendo comprensión Del maravilloso mundo que lo inventa La inclinación pretensiosa de poseer el saber Plenitud añorada por maestros que enseñan Y ya no aprenden ni se asombran de nada


De las constantes sorpresas que depara la vida Estanca en los límites del prejuicio y el miedo

La ilusión de haberse realizado en el dominio Y en la fortuna amasada en cantidades apreciables Le oculta la riqueza que escapa de sus manos Riqueza que no se mide en sumas monetarias Ni en sumas de obediencias dóciles Sino en la alegría de compartir la vida La felicidad de ser parte del universo creado

Es autoengaño el asumir la pírrica victoria En estas acumulaciones crecientes Contadas en series numéricas Como si fuesen cadenas aisladas De métricas lineales de perfiles vaciados

Por eso no encuentran paz ni sosiego Ni la alegría vital de los seres Y sus fértiles ciclos creativos No dejan de sufrir nunca Angustiados por cumplir las metas trazadas El incremento infinito de la acumulación El dominio absoluto conservando el poder Cuando mueren no se llevan nada Sin haber entendido el devenir Permanente de la hacedora vida

Solo los que quedan igual que ellos


Seguirán sus pasos como sus herederos Harán lo mismo continuando la huella Dibujando la condena del circulo de lo mismo

No haber comprendido las conexiones ineludibles Que nos vinculan con todos los seres del universo Los lazos inmediatos hilando los tejidos Que nos hacen lo que somos Entramados mezclados de ciclos complementarios

Sostienen el autoengaño empleando violencias Contra los otros y en contra sí mismos Renunciando al deleite de las sensaciones Al placer de los aprendizajes venideros

Sin embargo persisten en esta tortura Atrincherados en instituciones anacrónicas Que olvidaron para qué nacieron En el coyuntural servicio necesario Y su provisionalidad útil en el momento Pretendiendo eternidad de esas arquitecturas desfasadas Ruinas arqueológicas de un pasado revivido En la artificialidad de las transfusiones

¿Podrán los y las jóvenes escapar de este drama Reiterado del círculo autocomplaciente de la nada? Círculo condenado cercenador del humano Mutilando sus capacidades creativas Reduciéndolo a la mecánica ceremonia


De hacer lo mismo que las generaciones Anteriores como programa invariable Detenido en la simpleza de la odisea abstracta Del viaje del retorno a la amada que espera Sumisa entregada a tejer y destejer Alargando la espera so帽ada del patr贸n.


Las cosas no son lo que parecen


Las cosas no son lo que parecen Presentan una envoltura cualquiera Mimetismo seductor o armadura cultural Como disfraz de camaleón o escudo de guerra Como para ocultar su composición mineral Aun sin pretender hacerlo

Las cosas no son lo que parecen Porque al mirarlas los ojos se quedan en las fachadas Inventando patentemente su deducida presencia Los ojos son mariposas capturadas Por las redes sutiles de las formas Quedan encerradas en las estrechas Distancias de las jaulas fascinantes Si no son para siempre clavadas y fijadas Meditando su vuelo en una reflexión inmóvil Del eterno eco de la nada Ilusión detenida en un pasado no recordado Cuando apenas es una interpretación congelada En las alturas no escalables de la cordillera

Las cosas no son lo que parecen Pues ni son cosas ni son las grafías Que la visión alada dibuja En el versátil aire espoleado Forman parte de fecundos entramados Como apasionadas entregas enamoradas Conectando los bosques tropicales Abigarrados en sus mezclas botánicas


Y los cuerpos sensibles entregados al roce De la materia esparcida en la atmosfera de afectos Que las notas de la composición musical desprenden Cobijando mutantes sensaciones hermenéuticas Como prodigio de antiguos magos y adivinos E imaginaciones estéticas desbordadas en estampida Como corrientes pictóricas vanguardistas De tejidos cómplices de otros tejidos Comparando sus colores y sus hilos navegantes De otros olvidados ciclos orbitales Y otros vitales procesos aleatorios Juegan a los dados tirados al cielo Que caen en la tierra por la necesidad Donde se afirma el azar como dice Mallarme De síntesis en el número como cualidad geométrica En la silueta consumada como si fuese única

Las cosas no son lo que parecen Porque si fueron un momento esos garbos Ocurrió por azar en alianza con la necesidad Como si se viajara al mismo lejano puerto Por distintas rutas innovadas en la premura De llegar sin brújula ni rosa sustituta Sin contar con la estrella polar ni la del sur Son lo que son en una coyuntura inusitada Y no lo son en el siguiente momento incierto Mutan, cambian y se transfiguran sus escenarios Donde cabe la trama de Homero y la novela de Proust Se reescriben como variaciones ingeniosas


De la misma estructura imaginaria En distintos desenlaces conmovedores Sus narraciones contadas en voz ronca Como danzas de palabras pronunciadas Una noche alrededor de la fogata Escuchando las estrofas donde las estrellas Aposentan placenteramente sus luces rutilantes

Las cosas no son lo que parecen No es el epigrama dando cuenta de ellas Pues agasaja la trama aparejada Semejando perfiles y sombras descoloridas Por innumerables analogías figuradas El cuadro pintado con pinceles renacentistas Y colores mezclados de acuerdo a la emoción Por las afinidades y parecidos familiares La elucidación de la conmoción del mundo Cuando no es sino una inquieta glosa Cercana al deseo esperado con ansiedad Alejado de la anecdótica realidad

Las cosas no son lo que parecen Pues nada está aislado ni separado Ni por el espacio ni por el tiempo Como si fuese el solitario galeón Perdido en el océano ágrafo La herida abierta en el universo de la nada Ninguna figura se desentiende del tegumento De la composición artesanal de los alfareros


Que cuecen el barro tiernamente amasado Espesado se convulsiona vigorosamente avivado Y al metamorfosearse crisálida se transmuta Trocando sus texturas y filamentos indescifrables Atributos moleculares sembrados en la materia de los hilos Bordando nostalgias lejanas e inexpresables

Hay que volver a meditar sobre lo ocurrido E interpretarlo a partir de sus caprichosas anécdotas No de las formales exégesis acuñadas Como símbolos inscritos en el madero Labrado de las puertas de las casas Como si el mundo actuara según el entendimiento De acuerdo al destino inscrito en el firmamento Reinscrito en la circulante sangre padeciendo Los increíbles dramas de la historia no contada Destino predecible en los mitos guardados En alforjas de awayos donde también se guardan Los coloniales títulos toledanos De acuerdo al arquetipo memoria del origen

El Oikos al cobijar los cuerpos emotivos Y los territorios densos de espesores mezclados Despliega sus delicadas prendas Como climas efusivos musicales Armonías sinfónicas de cuerdas vibrantes Sonando canciones dulces y penetrantes Motivando danzas concupiscentes en los cuerpos No sin lógica sino a pesar de ella


Se desenvuelven trabando abundancias De incumbencias proliferantes inesperadas Plurales combinaciones biodiversas asociadas Ocasionando efectos vitales sorprendentes

Hay que volver sobre los pasos dados Retornar por el largo camino recorrido Develando en lo pasado lo escondido Lo ocultó a hurtadillas a la vista acongojada Debido a la obsesión de encontrar lo esperado

Es menester desarmar la narración obrada La disquisición asumida en sus circunstancias Para develar otras ilustraciones encubiertas Sobre todo aquellas manifiestamente paradójicas

El mundo es otra cosa distinta a su simulacro No es la representación tenida a mano El mundo se halla en el afecto de los cuerpos Enraizado en los territorios sembrados Por rudas manos labradoras Y sabias técnicas eficaces Apareciendo en su originalidad inaugural Haciendo pluralmente a cada quien distinto Y al conjunto heterogéneo como constelación bullente Atizada por la abrumadora diversidad de la materia Plenitud del voluntario esfuerzo infinitesimal Como advenimiento enigmático creador Del juego hacedor de fuerzas primordiales


Revelando nuestra participación en la existencia Plena de la algarabía de partículas y ondas Alegres en sus vibraciones musicales Indispensable experiencia en milenios acumulada Replicada en su semiótico desciframiento analítico Cuando somos capaces de aprender Intrascendente cuando pretendemos poseer El misterio descubierto por la razón fantasma O la autenticidad de la complexión del cosmos Y lanzamos paradigmas como continentes intangibles Cuando lo único certero es la pretensión orgullosa Del conocimiento evocativo traduciendo en palabras Sus enunciaciones lánguidas como erguidos quijotes Y en el saber conceptual formulando axiomas Como esqueletos de alondras y lobos de penumbra Como recita Federico García Lorca

Las disposiciones arraigadas en los escenarios políticos Son otra cosa distinta a sus banderas enarboladas Independientemente de las creencias difundidas De los actores emuladores de tragedias y dramas Justificando sus actos de una u otra manera Son resultados del abigarrado juego de fuerzas Adquieren el sentido otorgado por las pujanzas concurrentes Enjundia infalible incontrolable en sus convulsos desplazamientos Por los actores de las odiseas inconclusas Estén a favor o en contra del retorno Depende de los inesperados efectos causados Y del tejido compuesto por las manos ágiles


De las hermosas tejedoras ancestrales Artesanía impredecible del laberinto recorrido En las búsquedas interminables de intrépidas salidas O de liberadoras refulgentes fugas

Parece que todos los caminos conducen al sitio Como se decía en el refrán respecto a Roma Se haga una cosa u otra con la baraja De naipes ajados en su uso innumerable A pesar de la maraña tupida de las plantas Que crecen quebrando el asfalto de la calle De los bosques talados por los tractores Que avanzan sembrando hogueras Y de los bosques no talados Pues resisten la llegada de la civilización cosificada La experiencia nos muestra la vulnerabilidad De la insostenible condición humana La relatividad de los fines y los métodos De los intereses y las ideologías farsantes Al final la vida es la orientación inscrita En la memoria primordial de los cuerpos La que encauza el ritmo de la danza Deleitando al aire, a la concavidad celeste Con los dulces movimientos rítmicos de sus curvas La que abre horizontes con el esplendor candoroso De acompasadas armonías de ciclos vitales Presentando soluciones posibles a los desafíos De encrucijadas repentinas en el camino Si se quiere de a de veras sobrevivir


Habrá que satisfacer a los ritmos musicales En los transcursos entrañables de la materia En las proliferantes creaciones inéditas de la vida Pretender imponerle un programa humano A la abierta existencia de los seres Cualquiera sea éste diseño dominante Es como querer enseñarle los simples esquemas Escolares provisionales a la matriz que nos contiene


Abya Yala continente rebelde


Persistente y fecunda gestación rebelde Quebrando cascarones para nacer nuevamente Palpitación intrépida empujando a la acción Como instinto guerrero contenido en la sangre Desacuerdo surgido como desmesura alada Biblioteca de enseñanzas de experiencia acumulada Ímpetu desbordante como tropel de pegasos anhelantes Unicornios azules imaginados por dulces niñas O repentinas esbeltas aladas vicuñas Diluvios de sueños rebalsando copiosos Destrozan las represas e inundan las ciudades Impulso desatado para demoler los muros Las fortalezas y las torres de la dominación impuesta Perfil amotinado de consecuente hombre o mujer Mamíferos erguidos para liberar las manos Convertirlas en geniales artistas pintoras Y técnicas transformando las materias al tocarlas Mamíferos hominizados en permanentes andanzas Monos gramáticos registrando sus pasos Situados vertiginosamente en la modernidad barroca Perfil resplandeciente de muchacho o muchacha Cachorros de manada comenzando sus peripecias Ensayando derrochantes pioneras aventuras Egregios rostros indígenas, mestizos y criollos El abanico abierto de universo heterogéneo Dibujados por siglos de rebelión trazada Por intrépidas proyectadas proclamas sediciosas


Y convocatorias impetuosas a la nación oprimida Por insurrecciones radiantes heroicamente realizadas Con la elocuencia vibrante de las multitudes insomnes

Continente emplazado entre ambas aguas Las trémulas del Atlántico y las inquietas del Pacífico Se ha tallado en tu naturaleza arcillosa Las memorias de pueblos que surcaron tu suelo Temperamento terrenal amando los paisajes Cobijando los sueños que nos cubren el cuerpo Territorios espesos de sudor vaporoso Protegidos por encadenamientos serpenteantes De colosales volcánicas cordilleras Moviéndose como lerdas olas disolventes del tiempo Hondas travesías perpetradas por levantamientos De abrumados empero tenaces pueblos sometidos Inventando marcados recorridos enmarañados En el tráfago exuberante de las mezclas Intrincadas pululantes contexturas culturales Como amarres voluptuosos de nichos vitales Y barrocas configuraciones imaginarias Se ha escrito en las memorias afanosas Inéditas genealogías locales transmitidas En los ritmos pululantes de las narraciones colectivas Compartidas proferidas oralidades grupales y sociales Como sinfonías de los pájaros de las apiñadas selvas Narrando las tramas escondidas de pueblos insurrectos Actualizando postergadas antiguas guerras inconclusas Dejadas pendientes por las premuras de la historia


Como cuando se deja en el camino arsenales de armas Y escondidos estratégicos depósitos de alimentos Para volver a ellos cuando la guerra otra vez recomienza Reinventando el pasado para mejor comprenderlo Para ayudar con la memoria a un mejor entendimiento Del agudo eterno presente fugaz Arteramente dilatado en el tiempo Dar firmeza a las intermitentes luchas De los insomnes pueblos rebeldes

Hay la persistente pasión latiendo como corazón De precoz platónico enamorado virtuoso Como pulsación solar donando vida A los brillantes planetas solitarios Seducidos en la danza inalterable de sus órbitas Se mira al mundo desde el continente que lo inventa Se lo siente como su creación inesperada Hechura de la emoción esférica de sus lágrimas Rociando como juguetonas lluvias las tierras tropicales Y las adormecidas inseparables cómplices montañas Unidas por su memorable amistad geológica Mojando benditamente los valles espumosos Que sirven de espalda rasgada por los surcos Al prodigio extraordinario de la horticultura Y abultando los turbados ríos buscando el océano Recorriendo frondosas regiones hasta llegar al mar Hechura de tus innumerables brazos sacrificados Poblaciones concentradas de labradores sin paga Pongos de latifundios de avasalladores patrones señoriales


Predio tornado en solariega hacienda Y surcada en prolijos periodos de siembra Por desvencijados arados egipcios Poblaciones proletarias excavando subsuelos Sacando de las entrañas de la montaña mágica El compulsivamente codiciado tesoro rastreado El mineral que rige los agitados mercados El mineral capaz de transmutarse en metal Y objetos que sirven de utensilios preciosos Herramientas extendiendo nuestros brazos y piernas Artilugios que desatan las potencias del cuerpo Hechura de culturas conglomeradas como ramos de flores Donde cada flor no pierde su color ni su estirpe Pero concierta un combinado cuadro ameno Suministrando febril gracia a la obra Heterogénea afluencia en el juego de aromas Floreros cromáticos en sus gamas variadas Esto pasa fastuosamente en el bosque Con los incomparables misceláneos árboles E innumerables plurales clamorosas plantas Abrazándose alborotadas en la emoción verde De su arqueológica memoria sensible Reverberantes culturas ataviadas Inventando transculturaciones alteradoras del mundo Hechura de masivos levantamientos indígenas De subversiones en la praxis constituyendo sujetos Como remolinos sentimentales engullidos por pasiones Agujeros negros que se tragan las sensaciones Labrando estoicamente interioridades efusivas


Y vehementes hábitats sin concluir sus morfologías Dejando despejada la amalgama de las ignotas Hechura ruda de proletariados nómadas Quienes arrancan el manto que oculta al capital Masa ruidosa monetaria de flujos contables Y stocks de depósitos resguardados celosamente Acompasando quietos el movimiento circulante De las melindrosas monedas de oro y de plata Maquinaria industrial productora de abundancias Saturando abrumadoramente al mercado Sin cubrir las imperiosas necesidades de la gente Esperando en vano se resuelvan sus problemas Que horadan la vitalidad de sus cuerpos Hábito de disgregación en la metáfora misma de su fruto Bien destinado a la venta y al consumo De disociación en la efigie misma de las instituciones Artefactos que atrapan las energías de los pueblos Separan su heredada ilusión tomada como real De su soporte concreto desechado como inesencial Separan el Estado quimera del dominio De la sociedad constructora de símbolos y andamios Insuflando dinámica a esta alegoría palaciega Encarnada en la figura del cuerpo del déspota Que sufre en carne propia la ficción del poder

Continente trasfigurado hasta el desconocimiento En la contingencia proliferante de tus avatares Y a la vez repetido en tus inquietas cavilaciones


Trocado por tus antiguas guerras inconclusas Por tus temerarias independencias inacabadas Constructoras de repúblicas vasallas Debido a tus atronadoras revoluciones abandonadas A la caída en opacas restauraciones recurrentes En los talantes demagógicos de elocuencias arronjadas Debido a encontrarse fondeadas en el embrión extractivo De la redundante subordinada economía colonial

Continente abarcando afablemente al mundo En su profusa y destructiva diseminación Así como en tu vigoroso ímpetu fogoso De creativa eterna rebelión Es este palpitante impulso vital El que acopla a los múltiples pueblos El que enlaza los tupidos territorios La ondulación apacible de los climas circulantes La impresión alucinante dejada de lado Por los delirantes atiborrados imaginarios El gusto sabroso de las ansias de mudar La concavidad vibrante ocupada del nicho ecológico Por enjambres de aspiraciones buscando transformar En la coyuntura provisional del acontecimiento Cuando por el contrario constantemente cambia

Continente rebelde como naciente de rio Desbrozando las rocas como tallador fluvial Estas en las miradas soñadoras que viajan De las tiernas muchachas que interpelan al aire


Precursoras escrutan los extendidos paisajes Donde escrupulosamente buscan los mensajes Miran encendidas curiosamente a los cuerpos Con evidenciado gusto de cándido asombro Estas en las palabras sonoras como nocturna brisa Que acaricia los cabellos sueltos como livianas ramas De aposentados sabios sauces llorones Contemplando el correr de las cristalinas aguas Y el remanso del viento divagando en la sombra Los enrollados pensamientos en bucles corolarios Palabras pronunciadas llanamente atrevidas Desafiando formalidades fijadas por las costumbres Estas en las metáforas adoptadas en expresión estética El sentido inmanente de tus cosmovisiones Estas en las acciones desbordantes como tropel De jinetes desvelados que arrasan la pradera Palabras entonadas como si fuesen búhos Que levantan el vuelo en el crepúsculo encendido Sigilosos depredadores dueños de la noche Atrapando sus presas en silenciosa acrobacia Palabras que desatan asiduamente los jóvenes Como si fuesen nudos gordianos postergados También estas en las proverbiales fiestas de antaño El perpetuo retorno del origen de todo Así como en las primorosas canciones navegantes Que tocan las guitarras rasgadas con pasiones Y en las letras danzantes que dibujan poemas Nostálgicos como celajes despidiéndose tristes En el umbral impávido de la noche de luna llena


Y románticos ideales como dramas de amores Narrados en las inaugurales novelas de antihéroes Rumor de palabras como quejidos de viento O murmullo tumultuoso de rio embravecido Como rencor acuático emergiendo de lo profundo También intérpretes de códigos olvidados

Abya Yala continente soñado por chamanes y brujas Tú inventaste el mundo que hoy padecemos Lo inventaste sin intención ninguna Sin querer sea así el resultado imprevisto Pues fue la ramificación de tu intempestiva conquista Y tu diferida y pronunciada colonización Fue la dilatada emanación de tu despojamiento Arrancando tus vetas y tus yacimientos dormidos Y el devastador desenlace de tu desposesión Destruyendo tus lenguas y saberes remotos Por haberte esclavizado en el comercio de cuerpos Capturados por mortales mercaderes de vidas Transportados por enmohecidos galeones De las abanicadas monarquías absolutas Y haberte subordinado como pájaro enjaulado Por las aparatosas dominaciones instauradas Por haberte proletarizado empujándote al trabajo obligado Sin embargo, encontraste siempre tu potencia rebelde En la animación corporal circulando como latencia Del porvenir gestado en el propio presente

En tus manos está el liberar al mundo preso


De este condenado embrujo que enajena Ocasionado incautamente en ese periodo aciago De descomunales proliferantes violencias desmedidas Descargando implacables sus látigos y sus normas En los cuerpos nativos de bronceada piel Y en cuerpos africanos de nocturna epidermis Vendrán después los cuerpos mestizos Heredando el bronceado nocturno en diurna corteza Cuerpos apasionados en su vital concupiscencia Del contiene escondido a los ojos de Europa

Continente rebelde hasta en tus gestos cotidianos Como carácter indomable parapetado en los barrios En las relaciones constantes del diario vivir Y en tus hábitos locales evocando identidades En tus conductas lugareñas actualizando tradiciones

Continente rebelde como raíz de queñua Aferrada a la pronunciada rocosa montaña Has tenido de todo en tus genealogías cambiantes Pueblos nómadas en praderas inmensas Como monótonas meditaciones interminables Sociedades sedentarias constructoras de ciudades de piedra Arquitectas de piramidales torres ceremoniales Cuando se buscaba seducir a los dioses mediante sacrificios Y envolventes majestuosas danzas rituales Carabelas como nueces tragadas por el mar Y conquistadores como quijotes convertidos en sanchos


Que confundieron el quinto continente con Asía Dejándose llevar por las corrientes y los vientos Orientados por el mapa rutilante de las estrellas Acarreados de la mano al continente desconocido Monjes católicos portadores de la escritura del desierto Parroquias dosificadas en los territorios conquistados Como ilustres aparatos eclesiásticos evangelizadores Definiendo cartografías espirituales en territorios paganos Virreyes nobles representando al rey lejano Fantasma preso por el emperador francés Creyente de la modernidad y del progreso Naciente burguesía criolla en el espaciado comercio Y en los estrechos agitados puertos Revueltas indígenas y mestizas en la meseta andina Y en la las exuberantes tierras de Nueva Granada Guerras de independencia movilizando campesinos Y citadinos convertidos en soldados Llaneros lanceros precipitándose como estampida al combate Guerra anticolonial dirigida por criollos Repúblicas reducidas a la letra de la Constitución Republicas jurídicas que ocultan despotismos De castas herederas de la colonización Revoluciones campesinas luchando por la tierra Humus y espesor fértil para la alimentación Convirtiendo la repúblicas jurídicas en republicas políticas Conformando en el acuerdo de las fuerzas encontradas La normada regularidad de la democracia institucional Gobiernos nacionalistas constructores de soberanías Recuperando las vetas y los yacimientos arrebatados


Como necesarias materias políticas del Estado Después se aposentaron a nombre de la revolución nacional Los que volvieron a entregar la soberanía y los recursos recuperados Tuviste dictaduras militares obedientes al imperio Verdugos implacables de los pueblos Saqueadores de erarios y riquezas de la nación oprimida Después aparecieron los técnicos dogmáticos creyentes De que había que deshacerse de todo Y entregarse cuerpo en entero a los vaivenes del mercado

Emergieron resistencias populares al invariable saqueo Estallaron estruendosamente revueltas e insurrecciones Movilizaciones multitudinarias como estallidos primaverales De florestas multicolores alegrando el paisaje Y constelaciones de mariposas soñadoras Que expulsaron a estos técnicos del despojo Abriendo un nuevo ciclo histórico de gobiernos populares Empero, como condena legendaria se repite lo mismo Las revoluciones quedan irremediablemente inconclusas Se prefiere las instituciones heredadas a crear nuevas Regresando temerosos el corto recorrido liberador Vuelven al comportamiento dominante de los amos Entregando a medias los recursos Salvando a medias las soberanías

Continente rebelde como vuelo de cóndores Que desde las alturas de monumentales cumbres Avizoran detalles delatando a sus presas Inventando paisajes de movimientos combinados


Que el orgulloso ojo humano no ve En tus manos estรก el empezar a liberar la potencia Del mundo que inventaste sin haberlo querido Es menester desandar el camino recorrido Desarmando los engranajes de la maquina armada Desmantelando las instituciones afincadas En la yerta tierra desolada Inscrita en la tersa piel de los humanos Hendida en la carne del รกntropos atormentado Deconstruir los mitos del poder propagados Liberarse de gobiernos y estados Que en conjunto conforman la maquina imperial


El sentido inmanente


¿Dónde está el sentido inmanente expresando Lo percibido como vivencia? ¿En las memorias del cuerpo? ¿En el afuera, en el entorno de la piel en tanto mundo? ¿En el entramado carnal de múltiples organismos de la naturaleza? ¿En el momento de la percepción, en el preciso presente? ¿O en las figuras virtuales siendo ilusión de la imaginación? ¿Por qué queda la huella como intuición hendida? El recuerdo de sensaciones e interpretaciones anidadas Como registro concéntrico del tronco de los árboles El sabor de algún fruto asociado al acaecimiento Como gusto impregnado en las nostalgias de la lengua El olor del vaho rodeando los espesores vitales Como bruma aposentada del alba El aroma penetrante amarrando su atmósfera Como hálito dejado por los naranjos de la granja El sonido acompasando los episodios de entonces Como melancolía de violines diluyendo sus penas

Las memorias del cuerpo son momentos guardados En los serpenteantes socavones de los sentidos Como laberintos oscuros enmarañados en el abismo Cayendo como angustia minera al centro de la tierra Y las fibras de órganos donde emana la imaginación Como encantadoras flores entonando sus colores En melodiosas canciones seductoras del sol Son coyunturas actuales perpetuadas en la materia


Ahuecada por el silencio nocturno Ocupando los poros y los intersticios Compartiendo promiscuamente un sin-tiempo Nos convierten repentinamente en habitantes del pasado Y del indestructible aterido presente En viajeros intrépidos del esperado futuro Las memorias ya saben que pasado, presente y futuro no existen Son las figuras sucesivas que la razón construye

¿Qué es entonces esa enseñanza primordial? ¿Esa remembranza inmediata hundiéndose en el fondo? Esos saberes inaugurales sosteniendo otros saberes Saberes brotados de la intuición sideral ¿Es acaso el sentido inmanente aflorando Como efluvio de alegorías desentrañando el acontecimiento?

No parece apropiado reducir el sentido inmanente A los sentidos trascendentes que la razón construye Como escalinatas de vapor diseminando conceptos Como el agua disgrega la sangre coagulada Las distancias son enormes entre ambos sentidos Como abismos infranqueables del cosmos fracturado El sentido inmanente es el advenimiento De la invención ardiente de la partículas infinitesimales Dilucidado como totalidad deshecha en su afecto inmolado Los sentidos trascendentes, los conceptos, son entelequias Como golondrinas desaparecidas cuyos trinos siguen todavía Son dispersos fragmentos intangibles Como luces viajeras continuando sus cursos


Cuando sus fuentes explosivas se extinguieron Descifrando las agotadas parcelas cercenadas Los sentidos trascendentes son antiguos retratos Descargados de todo espesor tangible De toda rítmica alegoría simbólica De todo barroco acoplamiento imaginario Los conceptos son eso, sueños de fantasmas Que a su vez son sueños de humanos dormidos

Preguntar por el sentido inmanente Es preguntar por la matriz vital De todo comienzo creativo Por el bordado de tejidos que trenzan Y deshilan para volver a tejer de nuevo Es preguntar ansiosamente por la vida Por lo que es esta memoria sensible Por el acaecimiento creativo que es la existencia Por la creación y recreación en constante devenir Es colocarse en las miradas de plurales Constelación de curiosos ojos horadando distancias Que acechan desde distintas graduaciones De desemejantes dicotómicas escalas Como envolventes invasiones nómadas A ciudades sedentarias ancladas en el mercado Desde las infinitesimales hasta las molares Desde las pequeñas nadas hasta las pretensiones totales Es integrar estas miradas en la simultaneidad dinámica Es vivir plenamente entregado al placer de la existencia


Cuando en las sociedades atrapadas por estados Vemos juzgar a los actos humanos Como imperdonables pecados Como abominables males Como atentatorios delitos Como peligrosas enfermedades y locuras Como enervantes perversiones Se evidencia la futilidad de estos juicios Legitimados por las instituciones apolilladas Bautizados como graves por las formalidades Rígidas y obligatorias del Estado Se cotejan las desventuras de estos juicios y castigos Como balance inútil de los sacrificios hechos Se exhibe el miedo a lo desconocido Como mascara que cubre el terror escondido Por eso se aferran a los tablones del naufragio Se agarran a unas infortunadas verdades Que ilusionan vanamente al hombre Como esperanza de madres al retorno del hijo muerto El haber encontrado tierra firme Cuando lo que encontró son otros mares Atiborrados de otras olas Más lentas y casi pétreas Que lerdamente ondulan Cambiando los paisajes en periodos discretos Este hombre moderno cosmopolita y virtual Refugiado en la iluminación titilante de sus ciencias En la encomiable irrupción de sus tecnologías Circunscritas al dominio utilitario y también anodino


Imitando a las composiciones físicas del universo Enredado en sus pretensiosas doctrinas alucinantes En su inútil orgullo inmenso De su aborrecible ego prolongado No comprende o no quiere entender Como terquedad ingenua de espera caprichosa Que su semejante mundo figurado No es más que una sombra extendida en el suelo De una danza embriagante de cofradías embrolladas En ondulantes ciclos entrabados

No goza de la maravillosa certeza sensible De los exuberantes cuerpos armoniosos No concibe que sus ciencias y tecnologías Son parte de los aparejos de sobrevivencia Como es el triste bastón o el estridente automóvil Que auxilian cuando son útiles Dejando de ayudar cuando dejan de serlo No son esencias ni verdades eternas No entiende, no son fines sino medios Como la canoa en el río amazónico Adecuados a las propensiones que la vida conlleva Inadecuados y peligrosos cuando no responden A los demandados requerimientos Convertidas en designios de una civilización banal

Se juzga a lo que no son los hombres corrientes Se juzga a las mujeres que tampoco parecen estándares Se juzga a las mujeres que se sienten hombres


Y a los hombres que se sienten mujeres ¿Quién sabe acaso lo que la vida compone En sus múltiples formas y perfiles logrados? Acaso sus ciencias han resuelto el enigma de la vida Acaso sus ciencias explican el comienzo de todo Menos sus filosofías que son ecos sonoros De lo que dicen con antelación las culturas Mucho menos las ideologías pues son balbuceos De lo que enuncian y mustian los saberes Sin embargo se encargan de juzgar la rareza supuesta Que contrasta con el croquis de la costumbre heredada Los códigos jurídicos sirven de opacos referentes De burocráticos juicios penales y morales Secundan como argumentos de castigos y martirios Asisten como bálsamos para aquietar angustias

La tendencia a ser jueces delata sus carencias y sus miedos Es la única pericia detentada para lidiar contra fantasmas Sus propios inmersos entrañables fantasmas Es el único método largamente agenciando Para zanjar el conflicto agobiante sufrido Al creerse la médula espinal del planeta El núcleo vertebrado del universo ignoto El fin perseguido de la reverberante vida Consideran pueden juzgar no solo a los humanos Sino a los otros seres que pueblan el astro Se convierten en la medida de todo No deducen que este comportamiento Es encuevarse como alimaña en sus miedos


Refugiarse apresuradamente en castillos de naipes Sin poder proteger enjambres de ilusiones Deshaciéndose cuando los castillos se derrumban Ante el soplo del viento o el canto de los gansos

El hábito de juzgar se ha extendido por toda la sociedad Cada quien juzga a otros quienes también lo juzgan Cada grupo juzga otro grupo Cada ideología juzga a otra ideología Cada amigo juzga a su enemigo Cada bien juzga a su mal Cada bueno a su malo Cada fiel a su infiel Cada santo a su endemoniado Cada vanguardia a su reaccionario Cada conservador a su extremista Estamos en un mundo habitado por jueces Que se creen habilitados a decidir sobre la vida Y muerte de otros infortunados humanos Los y las que son juzgadas con leyes de penumbra Solo pueden hacerlo cuando optimistas conjeturan Que ellos son el encomiable ejemplo El modelo virtuoso del bien contra el mal Como cruzadas en conquistas de tierra santa De lo normal contra lo anormal Como campaña médica contra una epidemia Es cuando se desmorona toda su edificación jurídica Como precipitaciones de montaña en tiempos de tormenta Y su porte comedido de jueces intranquilos


Como turbados destronados monarcas Pues no son ni el modelo, ni el prototipo anunciado Ni el paradigma digno a seguir Como todos patentizan sus numerosas discordancias Sus amontonadas languideces y fragilidades cuantiosas Como alboroto de achaques que terminan quebrando Al resistente organismo que brega con empeño

Cuando falta la humildad reconociendo las precariedades Como el sabio o la docta que ha aprendido Que no se deja de cultivarse nunca Asimilando de la acumulada experiencia Las nutridas contingencias y las relatividades Como copiosa lluvia empapando los surcos del cultivo El hombre se extravía turbado en un bosque profuso Como cachorro abandonado por la madre loba Creyendo que se encuentra en un árido desierto Poblado de espejismos que él los toma como auténticos Convierte sus efímeras elucidaciones en magnas verdades Como el enamorado convierte sus esperanzas en señales Austeras leídas en la voz y en los gestos de la mujer amada Se desarma y expone al abreviar tanto los laberintos

El sentido inmanente no es el signo postrado En el prominente lenguaje usado No es el concepto por la razón fantasma inventado No es la verdad institucional en mármol presentada De academia satisfecha en el claustro de las condescendencias No es el cuadro estadístico que presume claridad matemática


En las formas numéricas de series de la calamidad cuantificada No es la teoría que presenta el esqueleto del fenómeno estudiado Como si contuviera ánimo y autonomía propia Sino es la subversión afectiva emanada del substrato De las metamorfosis del cosmos despabilado La explosión inaugural liberando a las invisibles sensaciones Desprenderse como fugas vibrantes de ondas musicales Inventando universos mutantes y mezclados

El sentido inmanente es la intuición subversiva Que comprende en el instante del acontecimiento La completa congruencia y armonía del cosmos Los acompasados ritmos que conjugan sinfonías Los concomitantes ciclos complementándose en el Oikos Las paradójicas sociedades que contradictoriamente avanzan A las mismas armonías de las constelaciones La intuición subversiva de los movimientos que estallan Al comprender la crisis que desgarra las sociedades congeladas Al deshielar la maraña de redes institucionales que capturan Las fuerzas vitales orientadas a crear e inventar Intuición subversiva, Prometeo que libera la imaginación radical Y la energía progenitora del movimiento estelar Y del movimiento de las cuerdas y partículas infinitesimales


No es el odio sino el amor


No es el odio lo que nos hace fuertes Como roca cristalizada en las profundidades Espesuras oscuras insondables de la tierra Fundida antes por el magma volcánico No es el odio lo que ayuda a conocer algo Como instrucción campechana de la experiencia No es el odio lo que abre las puertas Del porvenir luminoso como alborada boreal Como los telones del teatro descubriendo la escena No es el odio lo que colabora a lograr el alborozo Como cumbre escalada con esfuerzo por tenaz alpinista No es el odio lo que nos salva de amenazas Como enfermedades acechando ocultas en el cuerpo Lo que resuelve problemas y responde a desafíos Como invitaciones seductoras de territorios ignotos No es el odio la prolongación de la lucidez Como pulsación solar abarcando a su entorno Tampoco del afecto apasionado y honesto Emergiendo como manantial del fondo de los peñascos El odio es justamente todo lo contrario Es como el ensanche de la falta de agudeza Dejándonos ciegos y mudos, atrofiando los sentidos Fuera de ser una exhibición clara de ausencia emotiva Evidente inhibición de la vitalidad y la alegría Sustituida por el rencor escarbando las entrañas Como buitre picoteando insaciablemente Nuestro expuesto abdomen como el de Prometeo


Y la culpabilidad sorda como pesada carga Llevada sobre la espalda de aparapita Como frustración agobiante de verdugos implacables Sin embargo, frígidos humanos desvalidos El odio causa más contrariedades desconcertantes Como los fármacos curando y envenenando Al mismo tiempo al convaleciente vulnerable Ocasiona insistentes amenazas contendientes Nubes borrascosas cargadas de rayos y furores Nos lleva a callejones de penumbra sin salida Como encrucijadas abriéndose a los abismos Convierte a cercanos y lejanos en enemigos Como perseguidos infieles convertidos en aberraciones Nos trueca en celosos vigilantes acechados Como ciudades sitiadas por ejércitos invasores Por fantasmas atormentados por sus desvaríos Como criminales perseguidos por las miradas Y el recuerdo inolvidable de sus víctimas Espectros dentro de sus oxidadas armaduras Visitantes mudos de la noche Como inesperadas presencias exhibiendo viseras Ocultando a medias sus rostros El odio cierra los portones del porvenir Como telones del teatro clausurando la escena El odio nos ciega y ya no vemos nada Sino los íconos delirantes del resentimiento El odio interrumpe la propagación de la sabiduría Como los diques de las represas detienen los ríos Nos vuelve arrogantes hedonistas


Nos convierte en testarudos intolerantes Repetidores de carencias miserables Ausencias de prolíficas cogniciones Agoreros tristes de lo mismo

Es el apego a la voluptuosa vida Don desbordante de vigorosa energía Devoción a los minuciosos detalles Componiendo resplandecientes paisajes Cariño de traviesas algarabías de especímenes Inquietos en su festivo conglomerado musical Franqueza reposada esparcida en el aire Diseminada en la atmósfera y los suelos Remontada por el agua de los afluentes Trabada en las ramas de los árboles Como brisa aposentada en el refugio de las hojas Donde se confecciona nidos cobijando sueños

Es el amor el impulso vital del entendimiento Como corriente o viento empujando las velas De galeones navegantes en océanos soñados Puente sentimental transportándonos a la eventualidad Como arco cruzando de una orilla a la otra Senderos atravesando los bosques o las montañas Como rutas escondidas al lóbrego bilioso Ayudándonos a cruzar los laberintos Como sagaz periplo despejando el acertijo Primavera solicitante de la madrugada venturosa Clima florido emprendiendo el ciclo de las estaciones


Como Vivaldi interpreta en lenguaje de violines Frecuente rutina regulada del día Premonición escrupulosamente descifrada En los jeroglíficos del pergamino conservado Desenvolviendo una novicia iniciación adolescente Primavera cuajada en nuestras médulas Como sedimentos de regocijos hospedados Después, las flores se van y nos abandonan Como fragancia de pretéritos amores Son los sentimientos de gozo y asombro Enseñando la relatividad de los aprietos Risueñas encuentran siempre las salidas Son las sensaciones los empalmes trenzados Con los recónditos misterios del cosmos

No es el odio sino el amor lo que nos hace humanos Por lo tanto apacibles animales mutantes Innovando en la metamorfosis del mundo Asiste en la comunicativa colmada comprensión Con el resto de los cuerpos del firmamento Y de las moléculas grumosas coaligadas Y los átomos compuestos por órbitas saltonas Y los núcleos detenidos en pesadas reflexiones Existiendo nosotros ensamblados con el universo entero Tejidos hirsutos de sutiles hilos Desde sus hebras minúsculas hasta sus colosales galaxias No es el odio sino el amor la energía de los organismos Como gravitación induciendo a danzar a planetas Y enmarañadas constelaciones deslumbrantes


Aptitud creativa de nuestras habilidosas manos Como arte fecundo realizándose en cuadros Y primorosos poemas recobrados La corriente sanguina rítmicamente circulando Por las redes de venas y arterias confluyentes Flujo de versos melodiosamente pronunciados Ligazón social congregando mónadas agitadas Convocatorias sinfónicas cautivando a los oídos Aglomerando grupos, comunidades y sociedades Como aglutinan manadas las lagunas de la selva No es el odio sino el amor diáfano Coligando los ciclos diversos de vitales elipses

El humano no es el animal racional Tampoco el animal con lenguaje Ni siquiera el animal simbólico Es ante todo, primero el animal afectivo Animal de imaginación exuberante Naciendo en el plasma del apego La ternura y la atracción arcanas Emergiendo la vida del caldo estelar Y en la inquietud de la explosión inicial Como primera nota del concierto total Intrépida inventora de mundos prodigiosos Estallido de sensaciones propagadas Como vuelos vibrantes de ondas Y estremecimientos melódicos de penetrante copla Canción primordial anterior a la materia


No es el odio lo que ayuda a luchar y combatir No es el odio lo que ayuda emancipar y liberar No es el odio lo que da fibras e ímpetus Si no es lo que aprisiona en la cárcel De rejas de angustias y de miedos Debilitando el cuerpo atosigado por las normas El odio es el huevo donde se incuba la serpiente Donde germinan los bisoños despotismos Aunque se insinúen con palabras aladas

Es el amor y el afecto desenvueltos Como mariposas redimidas de sus capullos Emancipando y liberando las profusas formas De las memorias sensibles de la vida La potencia creativa de los entrelazados cuerpos Proliferantes autonomías transversales e impetuosas


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