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9. LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA COMO “POLITEÍSMO” DE VALORES “Valor” es un concepto polisémico, esto es, que posee varios significados. Sin embargo, todos ellos se refieren a criterios que permiten discernir, comparar cualidades y hacer juicios; en el caso de los valores morales — que orientan la conducta personal — y éticos — que orientan la convivencia en el espacio público —, nos dicen lo que es correcto o incorrecto. Los valores expresan sentimientos, raciocinios y capacidad de relacionarse emocionalmente con los demás con un objetivo práctico: indicar el rumbo y tomar decisiones en nuestra convivencia social. Los valores morales y los éticos se relacionan, pero no se yuxtaponen. Los valores éticos en las sociedades democráticas, muchos de los cuales se integran en las normas legales, guían nuestra conducta como ciudadanos o como grupos profesionales, y son universales, esto implica que deben ser aplicados de forma similar para todos (lo anterior no significa que todas las normas legales tienen un fundamento en la ética). Por ejemplo, los funcionarios públicos necesitan relacionarse con los ciudadanos, independientemente de cualquier sentimiento subjetivo, y todos deben ser tratados con la misma civilidad. La impersonalidad en la aplicación de los valores éticos es bastante difícil de alcanzar, ya que exige suspender afectos e intereses personales y demanda una cultura cívica que discipline nuestras emociones e identidades de grupo. Los valores morales, incluyen dimensiones del ámbito de nuestra intimidad, como respeto, amor al prójimo, responsabilidad y generosidad. La forma en que los aplicamos no es disociable de lazos particulares, tal como los familiares y la amistad, o incluso de relaciones que nos interesa cultivar. Por ejemplo, la solidaridad no puede ser separada de la dimensión subjetiva individual, porque incluso teniendo sentimientos de fraternidad con el resto de las personas, nuestra sensibilidad por las necesidades de los otros es formada por círculos concéntricos que aumentan de intensidad a medida que nos aproximamos a aquellos que forman parte de nuestro grupo inmediato. Vida, libertad, igualdad, fraternidad, justicia, individualismo, seguridad, libre iniciativa, solidaridad, propiedad privada, nación y derechos humanos son valores presentes en el repertorio de las constituciones de todas las sociedades, capitalistas democráticas contemporáneas. Aplicados a situaciones concretas, estos valores
¿En qué mundo vivimos?
Bernardo Sorj