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7. LA SOCIEDAD DE LA DESINFORMACIÓN Y LA CRISIS DE LA VERDAD Danilo Martuccelli27 está en lo correcto cuando afirma que la sociedad contemporánea no está formada por individuos aislados y desmovilizados. Al contrario, en la “sociedad de la información” las personas se ven constantemente implicadas en su emotividad por un mar de noticias, desde hechos más o menos cercanas a denuncias sobre tragedias en los más diversos rincones del mundo. Así, la experiencia contemporánea de los individuos es de una conciencia aguda de nuestros lazos con la sociedad, al mismo tiempo que los desafíos que se nos presentan a diario son vividos como dramas subjetivos singulares, de los cuales somos los únicos responsables. A pesar de que la inserción continua en los avatares globales supone la existencia de ciudadanos mejor informados, esto también los deja más confundidos y angustiados acerca de sus destinos colectivos. La sobrecarga de información es paralizante, produce malestar, inseguridad y la sensación — no completamente falsa —, de que nadie está en control. La enorme cantidad de información que circula en las redes produce la sensación de que vivimos en un universo cada vez más transparente, lo que en parte es verdadero, sin embargo, presenta su lado opaco, el de nuevas informaciones que nos llegan después de haber sido digeridas y devueltas por algoritmos, que las archivan y las organizan con criterios que no fueron definidos por nosotros, sin olvidarse de la producción y la divulgación profesional de fake news. La comunicación virtual fusiona la cultura oral y la cultura escrita, y en el camino se pierden la calidad y la riqueza de cada una de ellas. La discordancia entre el tiempo que necesitamos para elaborar nuestras emociones y nuestros pensamientos y la velocidad de los mensajes que demandan una respuesta inmediata limita la capacidad de actuar de manera reflexiva y responsable. El argumento elaborado difícilmente cabe en un tuit o en un zap (mensaje por WhatsApp). En la comunicación electrónica prevalece la reacción instantánea, sin sensibilidad frente a los sentimientos
27 Ver La Condition sociale moderne: L’avenir d’une inquiétude (Paris: Gallimard, 2017).
¿En qué mundo vivimos?
Bernardo Sorj