Alto a la violencia política contra las mujeres en Colombia Balance de la campaña
Colombia, 2019
Derechos de Autor © Instituto Nacional Demócrata (NDI) 2019. Autoría: Angela María Falla Munar Diseño: Luz Mery Avendaño Diagramación: Editorial Gente Nueva Fotografías: Archivo NDI Todos los derechos reservados. Se permite reproducir y/o traducir porciones de este trabajo para propósitos no comerciales siempre que NDI sea reconocido como la fuente del material y se le remitan copias de cualquier traducción. Las opiniones expresadas en este documento corresponden a las participantes del proceso y la autora del texto y no necesariamente reflejan los puntos de vista del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales.
Contenido Presentación 5 Introducción 6 Capítulo I Violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
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Sexo y género
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El dominio masculino sobre las mujeres Mujeres en Colombia
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Las mujeres y su ejercicio político en Colombia
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La participación política electoral de las mujeres en Colombia
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Violencia contra las mujeres
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Concepto de Violencias contra las mujeres en Colombia
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Violencia política contra las mujeres
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Violencia política psicológica
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Violencia política sexual
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Violencia política física
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Violencia política económica
22 Capítulo II
Marco normativo colombiano
24 Capítulo III
Violencia política contra las mujeres desde una perspectiva territorial 27
Lo que le pasa a una, les pasa a todas: hallazgos sombrilla
Naturalización de la violencia
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28 28
#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Hostilidad horizontal
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Violencias psicológicas
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Mujeres sin privilegios: las mujeres de Caquetá Caracterización Principales hallazgos
30 30 30
Mujeres y reivindicación: las mujeres del Valle del Cauca Caracterización Principales hallazgos
33 33 33
Las mujeres y la violencia: las mujeres de Antioquia Caracterización Principales hallazgos
35 35 35
Mujeres e interseccionalidades: las mujeres de La Guajira Caracterización Principales hallazgos
37 37 37
Liderazgos y renovación: las mujeres de Norte de Santander Caracterización Principales hallazgos
39 39 39
Liderazgo y sexualidad: las mujeres de Cundinamarca Caracterización Principales hallazgos
41 41 41
Capítulo IV #NoEsElCosto Alto a la violencia política contra las mujeres. Un llamado a la acción 44 Capítulo V Actores relacionados como aliados
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Presentación El Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales, NDI, es una organización internacional sin fines de lucro cuya misión es contribuir a promover y fortalecer la democracia en todo el mundo. A través de una red mundial de expertos voluntarios, el NDI brinda asistencia técnica a líderes de partidos políticos y de la sociedad civil para la promoción de valores, prácticas e instituciones democráticas. El NDI trabaja con demócratas de cada región del mundo con la idea de fortalecer organizaciones cívicas y políticas, monitorear elecciones y promover la participación ciudadana, la transparencia en el gobierno y la rendición de cuentas. Con el objetivo de fomentar estructuras sociales y políticas más sólidas, democráticas y transparentes, el NDI ha asumido de manera transversal en la implementación de sus programas prácticas inclusivas, que buscan fortalecer la participación de las mujeres en los asuntos cívicos. Con este mismo objetivo, desde el año 2016 hemos desarrollado la campaña #NoEsElCosto, dirigida a erradicar la violencia política en contra de las mujeres, la cual ofrece una serie de acciones para su identificación, prevención y atención. Desde el inicio de nuestras actividades en Colombia, la perspectiva de género y el fortalecimiento de las habilidades y destrezas de las mujeres para intervenir en la vida pública han estado presentes en cada acción y programa emprendidos. Trabajar por, con y para las mujeres es esencial para el fortalecimiento de la democracia. No podemos ser indiferentes ante la violencia política contra las mujeres, que ha sido naturalizada, impidiendo el goce efectivo de los derechos humanos de las mujeres. Por esta razón la campaña #NoEsElCosto es un llamado a la acción, una invitación a que nos sumemos en contra del flagelo de las violencias y a que cada vez más personas entendamos que la construcción de un mundo más democrático, participativo e incluyente está en nuestras manos. Sumémonos a este llamado. Francisco Herrero Director Instituto Nacional Demócrata - Colombia.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Introducción ¿Cómo concebir la democracia si la mayoría de la ciudadanía no puede participar activamente? En un principio las sociedades no tendrían por qué formularse esta pregunta, pues vivir en una comunidad organizada democráticamente supondría que todas las personas pueden acceder y reivindicar sus derechos con las garantías ofrecidas por los principios de dicha comunidad. Pero lo cierto es que el sistema actual condena a muchas mujeres a ser ciudadanas de segunda clase, imponiendo barreras que les impiden ejercer efectivamente una participación ciudadana y política activa dentro de la sociedad. Por ello, aunque las mujeres han luchado valientemente para reivindicar sus derechos, estos aún continúan sin ser garantizados de forma efectiva. Establecer barreras diferenciadas para acceder a la participación política y ciudadana constituye un acto violento en contra de las mujeres, por lo que este documento pretende identificar algunas de las prácticas que generan, entre otros fenómenos, bajos índices de participación y capacidad de incidencia de las mujeres en los espacios de poder y decisión, poniendo en evidencia la importancia fundamental del trabajo mancomunado de todos los actores para disminuir y eliminar este tipo de violencias. En 2016, el Instituto Nacional Democrático para Asuntos Internacionales (NDI) lanzó la campaña #NotTheCost (#NoEsElCosto), un llamado global a la acción para crear conciencia para detener la violencia contra las mujeres en la política. El título de la campaña refleja el hecho de que a muchas mujeres se les dice que el acoso, las amenazas, el abuso psicológico (en persona y en línea), la agresión física y sexual son “el costo de hacer política”. Durante los últimos tres años, el NDI ha estado trabajando para desafiar este reclamo al aumentar la conciencia de la violencia que enfrentan las mujeres políticamente activas, recolectar datos al respecto y crear capacidad entre nuestros socios para mitigar su impacto y responsabilizar a los perpetradores. Una de las demandas clave hechas por la Presidenta de NDI, ex Secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, en el lanzamiento de la campaña en 2016, fue que las Naciones Unidas comenzaran a examinar la violencia contra las mujeres en sus informes temáticos anuales. En mayo de 2018, la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, S.E. Dubravka Šimonović, pidió que se pre-
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introducción
sentaran informes sobre la violencia contra la mujer en la política para la 73ª Sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), en octubre de 2018. En junio de 2018, el NDI presentó un documento que detalla la naturaleza, causas y el impacto de la violencia contra las mujeres en la política, respondiendo a la solicitud de la Relatora Especial con evidencia y testimonios de mujeres que son políticamente activas, como activistas, votantes, candidatas y electas. Como mencionamos anteriormente, #NotTheCost es una campaña global, pero no podemos dejar de lado las particularidades territoriales que diferencian los actos violentos. Por este motivo, el presente documento busca, en primer lugar, hacer visible estas prácticas locales que, en Colombia, han estado silenciadas y naturalizadas a lo largo de la historia; en segundo lugar, generar conciencia acerca de que la participación política de las mujeres no puede afectar su dignidad, autoestima y goce efectivo de los derechos, incluyendo el de la vida. Y finalmente pretende servir como instrumento para que las mujeres, las entidades, los partidos y movimientos políticos, los medios de comunicación y la sociedad en general generen acciones para superar esta problemática. Para empezar, este documento describe el fenómeno de la violencia política y su tipología, partiendo de conceptos básicos como sexo y género. Posteriormente, se brinda una descripción sucinta sobre la participación política de las mujeres colombianas en el goce y ejercicio de sus derechos políticos con el fin de propiciar un contexto general de los aspectos relevantes que se vinculan con el objetivo de la investigación. Luego se explica el marco normativo colombiano referente a la participación política de las mujeres y, finalmente, se profundiza en los hallazgos obtenidos de los diferentes talleres y foros realizados en el marco de la campaña. Las recomendaciones para la acción se dirigen a los partidos políticos, a las instituciones públicas y a la sociedad civil. Por su medio, se pretende hacer visible la problemática, así como facilitar iniciativas que contribuyan al fortalecimiento de los procesos internos partidarios de democratización y promoción de relaciones igualitarias, no discriminatorias y no violentas. La profundización de los procesos democráticos en el ámbito de la política exige cambios de distinta índole a las instituciones y a las personas actoras políticas para la construcción de una nueva cultura.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
Capítulo I Violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones La violencia es un concepto complejo y de difícil comprensión, ha sido estudiada desde una multiplicidad de abordajes analíticos, y se ha identificado que sus causas y consecuencias son multifactoriales y multidimensionales. Es un fenómeno presente en toda la historia de la humanidad, que se ha manifestado en guerras, en conquista de territorios, en control de las mujeres y de diversos colectivos humanos, entre otros. En este capítulo se conceptualizará la violencia política y los tipos de violencia, algunos hallazgos y un barrido histórico sobre la evolución de la participación política de las mujeres.
Sexo y género Estos dos conceptos básicos —sexo y género— designan la diferencia entre los rasgos biológicos y la construcción cultural de la mujer, y en tal medida constituyen un buen punto de partida, pues es con base en ellos como se han tejido diversas formas de discriminación contra las mujeres. En muchos casos los argumentos de tipo biológico indican que las mujeres no pueden realizar determinadas actividades debido a supuestas limitaciones de su cuerpo, mientras que, desde la perspectiva cultural, se supone que ellas deben limitarse al cumplimiento obligatorio de ciertos roles. Como señalan Serrat y Méndez Mercado, La idea generalizada que se tiene sobre el sexo y el género es que se trata de la misma cosa, pues en el fondo se reduce a la identificación de una persona como mujer o como hombre. La interrelación de ambos conceptos, género y sexo, es difícil de desmontar pues las ideas en torno al género derivan en un primer momento de la diferencia biológica, llamada sexual, aunque el posterior estudio de las identidades, los roles y las conductas que se identifican en cada sociedad como distintivas de los hombres y las mujeres permite reconocer claramente que son el producto de percepciones construidas culturalmente a partir de una serie de referentes simbólicos y que no se trata de hechos dados por naturaleza.1 1
Serrat, Estela y Jessica Méndez Mercado. Sexo, género y feminismo. Instituto Electoral del Distrito Federal, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y Suprema Corte de Justicia de la Nación. México, 2011, p. 37.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
A partir de este análisis se puede comprender más claramente por qué la historia tiene una deuda con las mujeres y por qué han sido tratadas como sujetos de “segunda clase”, pero para ellos es importante reconocer las diferencias entre el sexo y el género.
Tabla 1.
Comparativo entre “sexo” y “género” Sexo
Biológico Externo Características físicas de una persona No cambia
Género Cultural Interno Características de la personalidad de una persona Varía de cultura a cultura
El dominio masculino sobre las mujeres Históricamente, el conjunto de normas que establecen las relaciones entre los habitantes de un territorio han sido propuestas por hombres y basadas en la creencia de la subordinación de las mujeres. Por esta razón a las mujeres se les ha negado la participación en “lo público”. Nadie objeta que el Estado tiene la facultad de tratar a las personas de un modo diferente basándose en algunos criterios, categorías o requisitos. Como sucede con toda facultad legalmente reconocida, el Estado debe respetar ciertos límites en el ejercicio de su poder para trazar esas líneas que justifican los tratos diferenciados prescritos por la ley, producto de prácticas del gobierno o de prácticas y acciones de los particulares reguladas (permitidas o prohibidas) desde el poder estatal.2
Aunque, como señala Saba, el Estado tiene la facultad de dar un trato diferenciado a sus ciudadanos, esta diferenciación debe estar plenamente justificada, algo que no sucede con la naturalización de conductas de subordinación de la mujer comúnmente identificada con el término “machismo”, el cual debe ser desmantelado a través de políticas públicas que el mismo Estado debe implementar. El machismo se presenta como el accionar de hombres y mujeres que consideran que los lugares y roles que tienen hombres y mujeres están cimentados sobre una relación vertical en la que los hombres ocupan la más alta posición. Se trata de una forma de proceder que se vale de la discriminación para generar diferencias entre las personas por su sexo y su género, la cual puede evidenciarse de diferentes maneras: Discriminación directa: apunta a una persona en concreto y la discrimina por una razón en particular. (…)
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Saba, Roberto. Pobreza, derechos y desigualdad estructural. Instituto Electoral del Distrito Federal, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y Suprema Corte de Justicia de la Nación. México 2011, p. 14.
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
Discriminación estructural: por el contrario, esta está basada en la manera en la que nuestra sociedad está organizada. El sistema en sí mismo discrimina a ciertos grupos de personas. Discriminación cultural: es una forma de discriminación [que está] ganando terreno de forma preocupante. Es la discriminación que se esconde detrás de la cultura o la religión.3
En un país diverso como Colombia, deben ser consideradas las interseccionalidades que las mujeres viven como inherentes a su ser. Mujeres: niñas, jóvenes, adultas o adultas mayores, afrodescendientes, palenqueras, raizales, rom, indígenas, con orientaciones sexuales diversas, trans, con discapacidad, no se pueden encajonar en alguna categoría o población, sino que están en muchos casos atravesadas por todas ellas. La acumulación de todas las discriminaciones se convierte en un atentado directo contra los derechos humanos de las mujeres. La discriminación afecta el goce efectivo de los derechos de las mujeres al impedir que hombres y mujeres accedan en igualdad de condiciones a las oportunidades y ejerzan sus derechos a plenitud, con base en una relación de subordinación de las mujeres a los hombres que, desconociendo los aportes de las mujeres a la sociedad, supone que ellas no están al mismo nivel que su contraparte.
Las mujeres deben enfrentarse a la violencia y la discriminación se tenga o no conciencia de ellas.
La influencia [de las mujeres] en la conformación de las sociedades modernas es poco conocida en el mundo […] Sin embargo, y en gran medida gracias al impulso que dio la historiografía francesa de la década de 1980 al redescubrimiento de esta tradición, hoy sabemos de su impacto en la construcción de las democracias modernas es poderoso e innegable.4
Mujeres en Colombia Las mujeres en Colombia son el 51,2% de la población según información del DANE (Censo 2018) y según información de la Registraduría Nacional del Estado Civil son el 52% (julio de 2019) de las personas habilitadas para votar; sin embargo proporcionalmente presentan altos índices de discriminación y violencia así como baja representación dentro del ejercicio participativo, ciudadano o político.5
Las mujeres y su ejercicio político en Colombia Para ser plenamente humanos se tiene que vivir entre humanos, es decir, no sólo como humanos sino también con los humanos, necesariamente en sociedad. Ya no es posible que se desentienda 3 4 5
Rainbow Resources. Guía Compasito sobre Género y Sexualidad. IFM-SEI, Bruselas, 2014, p. 19. Serret, Estela y Jessica Méndez Mercado. Sexo, género y feminismo. Instituto Electoral del Distrito Federal, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y Suprema Corte de Justicia de la Nación. México, 2011, p. 12. Módulos para la promoción del liderazgo político de las mujeres en el marco del postconflicto. Bogotá 2017.
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uno de la sociedad humana a la que pertenece, y menos hoy que ya no es del tamaño de mi barrio, ni de mi ciudad, ni de mi nación, sino que abarca el mundo entero, […] hoy más que nunca los hombres no viven aislados y solitarios sino juntos y en sociedad.6
La política es el escenario donde se fijan las reglas de convivencia, se toman las decisiones que conciernen a la ciudadanía y por medio de la cual se articulan las decisiones de los gobiernos, por lo que influir en estas decisiones y ejercer la participación es fundamental para todo ciudadano. ¿En qué espacios las mujeres ejercen la política? Por ser sujetas de derechos, la respuesta debería ser en todos, siendo indispensable que en ellos se escuchen sus voces. En el siguiente gráfico se resaltan algunas de las actividades más relevantes de los liderazgos de las mujeres en Colombia, no solo en términos políticos sino de su influencia en los cambios del país en relación con la participación ciudadana. Se presenta así un recorrido por algunas acciones que este documento considera como hitos en el trabajo de las mujeres por reivindicar sus derechos y que sin ninguna duda han sido inspiradores para que ellas sigan incidiendo en los espacios públicos. La Asamblea Nacional Constituyente aprueba el derecho de las mujeres a votar.
Esmeralda Arboleda y Josefina Valencia: Nombradas dentro de la Asamblea Nacional Constituyente.
Felicita Campos: Lidera la resistencia contra terratenientes.
María Cano: Organiza a las trabajadoras y trabajadores para conformar la primera central obrera y el primer partido obrero del país.
1890
1923
1920
Betzabé Espinoza: Lidera la exigencia para el aumento salarial en la empresa textil.
6
Ofelia Uribe: Promueve los derechos de las mujeres casadas, capitulaciones patrimoniales.
1927
Se firma el manifiesto sobre los derechos de la Mujer Indígena (14.000 personas).
Esmeralda Arboleda, Josefina Valencia, Bertha Hernández y María Currea: Promueven la alianza interpartidista para reivindicar el derecho al voto femenino.
Josefina Valencia: Nombrada Ministra de Educación.
Esmeralda Arboleda: Elegida la primera Senadora por el Departamento del Valle del Cauca.
María Susana Awad de Ojeda: Primera Alcaldesa de Colombia en Ocaña, Norte de Santander.
1954
1956
1958
1961
1930 1936
Gabriela Peláez: Primera mujer colombiana en estudiar una carrera universitaria. Primera abogada.
1955
1957
Las mujeres votan por primera vez en el referendo para validar el Frente Nacional.
Josefina Valencia: Designada Gobernadora del Cauca.
Savater, Fernando. Política para Amador. Ariel, Barcelona, 2004, p. 15.
12
1959
María Currea: Primera mujer Concejala de Bogotá.
Noemí Sanín: Primera mujer Ministra de Relaciones Exteriores.
1974
María Eugenia Rojas de Moreno: Primera mujer en postularse a la Presidencia por la ANAPO.
1991
2014
Por primera vez dos mujeres se presentan simultáneamente a la Presidencia de la República: Marta Lucía Ramírez (Partido Conservador) y Clara López (Polo Democrático Alternativo)
Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
La participación política electoral de las mujeres en Colombia Después de más de siete décadas de ejercicio del derecho al voto, la participación de las mujeres en la democracia colombiana se ha incrementando paulatinamente. Aunque la política como un ejercicio público ha pertenecido tradicionalmente a los hombres, se ha mostrado un mayor avance desde la introducción de las acciones afirmativas establecidas en la Ley 581 de 2000, de acuerdo con la cual “[…] las autoridades, en cumplimiento de los mandatos constitucionales, deben darle a la mujer la adecuada y efectiva participación a que tiene derecho en todos los niveles de las ramas y demás órganos del poder público”. Otro hito importante fue la aprobación de la Ley 1475 de 2011, comúnmente llamada la Ley de Partidos, que, entre otras disposiciones, establece un porcentaje mínimo en las listas a cargos y corporaciones de elección popular: “Las listas donde se elijan 5 o más curules para corporaciones de elección popular o las que se sometan a consulta —exceptuando su resultado— deberán conformarse por mínimo un 30% de uno de los géneros” (art. 28). Las mujeres juegan un papel fundamental para la consolidación de la democracia por lo que la promoción y fortalecimiento de su participación en la vida política es imprescindible. Como efecto de las acciones afirmativas mencionadas se ha visto un incremento importante a nivel de corporaciones públicas; sin embargo, en los cargos uninominales se siguen presentando niveles bajos de representación.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Gráfico 1. Comparativo entre hombres y mujeres. Participación en las elecciones a las Asambleas Departamentales, últimos tres periodos. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
Gráfico 2. Comparativo entre mujeres y hombres. Participación en las elecciones a Gobernaciones de los últimos tres periodos. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
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Gráfico 3. Comparativo entre mujeres y hombres. Participación en las elecciones a los Concejos Municipales de los últimos tres periodos. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
Gráfico 4. Comparativo entre mujeres y hombres. Participación en las elecciones a las Alcaldías Municipales de los últimos tres periodos. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Gráfico 5. Curules ocupadas por mujeres en la Cámara de Representantes y su evolución en las últimas tres elecciones. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
Gráfico 6. Curules ocupadas por mujeres en el Senado y su evolución en las últimas tres elecciones. Fuente: Registraduría Nacional del Estado Civil.
Violencia contra las mujeres Algunos ejercicios internacionales generados por mujeres y organizaciones sociales con los gobiernos como aliados estratégicos han permitido definir las violencias contra las mujeres; entre ellos se encuentra la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer,
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
también conocida como Convención de Belem do Pará, donde el concepto es definido en los siguientes términos: Artículo 2. Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y psicológica: a.
que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual;
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.
Concepto de Violencias contra las mujeres en Colombia En el caso específico de Colombia, la Ley 1257 de 2018 dicta normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres; con esta ley, además, se reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras disposiciones referentes al tema. En su artículo 2° se define la violencia contra la mujer como “Cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado”.
Violencia política contra las mujeres La violencia contra las mujeres políticamente activas es un problema grave que desincentiva la participación de las mujeres en los procesos políticos, constituye una violación fundamental a su dignidad humana, socava la democracia, y es un obstáculo para el fortalecimiento de sociedades igualitarias y no discriminatorias. La problemática es desconocida, ignorada o no reconocida y considerada como parte de las prácticas “naturales” de la política o del “costo de hacer política” y de la contienda por el poder. La Convención de Belem do Pará, que propende por garantizar los derechos humanos de las mujeres, en su informe de seguimiento recomienda la inclusión en la legislación de cada país de la “Ley Modelo Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en la Vida Política”. Es de resaltar que la Convención fue ratificada por la mayoría de los estados de la Organización de Estados Americanos, incluido Colombia. De acuerdo con Ley Modelo,
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Debe entenderse por “violencia contra las mujeres en la vida política” cualquier acción, conducta u omisión, realizada de forma directa o a través de terceros que, basada en su género, cause daño o sufrimiento a una o a varias mujeres, y que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de sus derechos políticos. La violencia contra las mujeres en la vida política puede incluir, entre otras, violencia física, sexual, psicológica, moral, económica o simbólica. (art. 3)
La campaña #NoEsElCosto Alto a la violencia contra las mujeres, del Instituto Nacional Demócrata, hace referencia al concepto, identifica las características distintivas y además conceptualiza los diferentes tipos de violencias. Destaca que la manifestación específica de la violencia contra las mujeres en política tiene tres características particulares: ¾¾
Está dirigida a las mujeres debido a su género.
¾¾
Su forma misma puede ser de género, como lo demuestran las amenazas sexistas y la violencia sexual.
¾¾
Su impacto es desalentar a las mujeres en particular de ser o de convertirse en políticamente activas7.
Bolivia fue el país latinoamericano pionero en documentar las experiencias de acoso y violencia política padecidas por las mujeres, como producto de los esfuerzos de la Asociación de Concejalas (ACOBOL) por evidenciar una práctica lesiva a los derechos políticos de las bolivianas en el proceso de selección de candidaturas, durante la campaña electoral y en el ejercicio de los cargos. El concepto desarrollado por las activistas y las académicas que estudiaron el tema sintetiza acertadamente en qué consiste esa manifestación específica de violencia, al definirlo como8: las expresiones, acciones y las prácticas de violencia física, psicológica, sexual, económica y simbólica que enfrentan las mujeres que ejercen representación política, sobre todo en ámbitos locales, para atemorizarlas, presionarlas, desprestigiarlas y obligarlas a actuar en contra de su voluntad. En muchos casos para hacerlas renunciar a sus cargos electivos y/o para que asuman decisiones políticas con las cuales no están de acuerdo, en otros para que avalen decisiones discrecionales en el manejo del poder y los recursos, contra toda ética y norma del manejo público y de las funciones que las y los servidores públicos deben cumplir.9
Lo que es común a todas las experiencias documentadas son las repercusiones en la capacidad y voluntad de las mujeres de participar en la vida pública. El NDI releva de ello que se afecta la participación 7
#NoEsElCosto Cese a la violencia en contra de las mujeres en política. Un llamado a la Acción https://www.redinnovacion.org/ articulo/noeselcosto-cese-la-violencia-en-contra-de-las-mujeres-en-pol%C3%ADtica-un-llamado-la-acci%C3%B3n 8 https://pt.slideshare.net/RedInnovacion/violencia-politica-guatemala https://pt.slideshare.net/RedInnovacion/violencia-poltica-contra-las-mujeres-en-la-poltica-investigacin-en-partidos-polticos-de-honduras 9 Machicao, Ximena. Acoso político: un tema urgente que enfrentar. Cooperación Técnica Alemana PADEP-GTZ, La Paz, 2014, p. 5.
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
política de las mujeres en los distintos aspectos en que ésta se desarrolla: como activistas, votantes, candidatas y en el desempeño de un cargo. Las manifestaciones de violencia hacia las mujeres políticamente activas se clasifican en varias categorías comunes: psicológica, física, sexual y económica que, por llevarse a cabo en el ámbito de la política, presentan una serie de particularidades.
Violencia política psicológica Implica un comportamiento hostil y abuso con la intención de causar temor y/o daño emocional. En política, esto podría incluir amenazas y actos de violencia física con la intención de dañar la condición social de una mujer. Por ejemplo, la limitada investigación acerca de la violencia en contra de la mujer en las elecciones indica que la violencia psicológica podría estar particularmente dirigida a las candidatas, votantes y activistas de los partidos.10
Violencia política sexual Implica actos sexuales e intentos de cometer actos sexuales a través de la coerción, incluyendo comentarios, acercamientos o insinuaciones sexuales no bienvenidas. Algunos ejemplos incluyen 10
#NotTheCost: Cese a la violencia en contra de las mujeres en la política. Un llamado a la acción. National Democratic Institute, Washington, 2016, p. 18.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
el acoso sexual, la violación y la explotación sexual, tales como el obligar a las mujeres a hacer favores sexuales para ganar una nominación en un partido. La sexualidad de las mujeres muchas veces es utilizada como un símbolo competente, donde las amenazas de violación y cuestionamientos acerca de la moralidad de una mujer o su identidad sexual se tornan algo muy común. Representaciones sexualmente explícitas o gráficas en línea son una creciente manifestación de este tipo de coerción o amenaza, que reduce a las mujeres a su género, negándoles su dignidad humana básica.11
Violencia política física Involucra lesiones infringidas en los cuerpos de las mujeres, así como actos de daños corpóreos perpetrados en contra de sus familiares. Algunos ejemplos de esto incluyen el asesinato, secuestro, golpizas y abuso doméstico, ya sea de las mujeres o bien de sus familiares, para evitar que las mujeres tengan participación política.12
Violencia política económica Involucra un comportamiento coercitivo a través del control del acceso a recursos económicos por parte de una persona. Los familiares podrían negarles fondos u otro tipo de apoyo a las mujeres, obstaculizando o evitando que participen en actividades políticas por completo, en actos tan simples incluso como votar. Incluso, podría negárseles de forma sistemática el acceso a los recursos financieros y económicos a los cuales tienen derecho por ley o bien que sí están disponibles a sus contrapartes varones políticamente activos y que son necesarios.13
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#NotTheCost: Cese a la violencia en contra de las mujeres en la política. Un llamado a la acción. National Democratic Institute, Washington, 2016, p. 19. #NotTheCost: Cese a la violencia en contra de las mujeres en la política. Un llamado a la acción. National Democratic Institute, Washington, 2016, p. 19. #NotTheCost: Cese a la violencia en contra de las mujeres en la política. Un llamado a la acción. National Democratic Institute, Washington, 2016, p. 19.
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Capítulo I violencia contra las mujeres en la política: conceptualización y manifestaciones
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Capítulo II Marco normativo colombiano
En Colombia existe un marco normativo que propende por la defensa de los derechos humanos de las mujeres. Estos instrumentos se han propuesto para que en caso de vulneración del derecho la justicia impere. A pesar de que aún no existe una legislación específica sobre violencia política (tema sobre el que la campaña #NoEsElCosto recomienda que se legisle) se pude acudir a la legislación existente. Aquí el listado de las normas que garantizan los derechos humanos de las mujeres. Constitución Política de Colombia de 1991. Artículos 13 y 43. Artículos que propenden por la igualdad entre hombres y mujeres. Ley Estatutaria 581 de 2000 o Ley de Cuotas, señala que el 30% de los cargos de máximo nivel decisorio y otros niveles en la estructura de la Administración Pública deben ser ocupados por mujeres. Ley Estatutaria 1475 de 2011, por la cual se adoptan reglas de organización y funcionamiento de los partidos y movimientos políticos, de los procesos electorales y se dictan otras disposiciones. Estableció un porcentaje mínimo (30%) de participación femenina en las listas de partidos políticos para cargos de elección popular, en donde se elijan más de cinco (5) curules (art. 28). También definió el principio de igualdad de género que rige los partidos políticos. Ley 1434 de 2011, por la cual se crea la Comisión Legal para la Equidad de la Mujer en el Congreso. Ley 1482 de 2011 o Ley Antidiscriminación. Reforma al Código Penal, incluyendo actos discriminatorios como hechos delictivos. Ley 1257 de 2018 o Ley de Violencias contra las Mujeres, previene y atiende las violencias contra las mujeres; se enfoca particularmente en la violencia intrafamiliar.
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Capítulo II marco normativo colombiano
Tipos de Violencia Violencia psicológica Violencia física
Violencia sexual
Violencia económica
Legislación • Ley 1257 de 2018, Capítulo V Medidas de protección. • Código Penal, Delitos contra la honra. • Ley 1257 de 2018, Capítulo V Medidas de protección. • Código Penal, Delitos contra la vida. • Ley 1257 de 2018, Capítulo V Medidas de protección • Código Penal, Delitos contra de la integridad, libertad y formación sexuales. • Ley 1257 de 2018, Capítulo V Medidas de protección. • Ley Estatutaria 1475 de 2011
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Capítulo III violencia política contra las mujeres desde una perspectiva territorial
Capítulo III Violencia política contra las mujeres desde una perspectiva territorial
Como mencionamos en la introducción del documento, este trabajo hace énfasis en su enfoque territorial y diferencial por lo que su contenido está basado en los resultados obtenidos en los talleres realizados en diversos territorios con la participación de procesos participativos como los PDET14, las mesas de participación efectiva de víctimas, plataformas departamentales de mujeres, mujeres militantes de partidos y movimientos políticos, organizaciones sociales, la Acción comunal, organizaciones LGBTI y lideresas y líderes con trayectoria en dichos territorios. Los talleres fueron desarrollados en Florencia (Caquetá), Riohacha (La Guajira), Medellín (Antioquia), Cúcuta (Norte de Santander), Cali (Valle del Cauca) y Bogotá D.C. En muchos de estos territorios se evidencia un escalamiento de acciones en contra de lideresas sociales y contextos de violencia política. La convocatoria a estos espacios fue amplia, diversa y se llevó a cabo considerando las diferentes interseccionalidades. La metodología de estos espacios se desarrolló en tres etapas: ¾¾
Conceptualización y sensibilización sobre la violencia política contra las mujeres por medio de un diálogo abierto con las personas asistentes.
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Identificación de casos concretos sobre violencia por medio de una metodología participativa que permitió evidenciar, desde la experiencia, los tipos de violencia que sufren las mujeres en el ejercicio de su liderazgo en diferentes ámbitos como participación ciudadana y participación política y electoral.
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Introducción a la campaña #NoEsElCosto
Es importante explicar que, gracias a ese trabajo territorial, se encontraron algunos resultados que nos han permitido describir las coincidencias sobre la violencia política contra las mujeres en los diferentes territorios, y a los que hemos llamado “hallazgos sombrilla”. A continuación, decs y que pasaremos a describir a continuación. 14
Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial. Estos programas buscan el desarrollo rural integral y sostenible.
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Lo que le pasa a una, les pasa a todas: hallazgos sombrilla Si bien lo primero que es importante resaltar es que la violencia política contra las mujeres se ha naturalizado, también es preciso señalar que los espacios territoriales permitieron sensibilizar y conceptualizar esta problemática. Ello arrojó como resultado algunos hallazgos que confirman los obstáculos que enfrentan las mujeres en la vida pública y política, relacionados con prácticas y costumbres muy arraigadas en la sociedad colombiana. En este espacio se describirán los hallazgos identificados por las participantes en los talleres territoriales.
Naturalización de la violencia En el análisis histórico realizado por las participantes se advirtió que existe un sistema creado por y para los hombres, nombrado en masculino, que les ha otorgado a ellos el protagonismo en los espacios políticos. Desde hace más de un siglo se han iniciado batallas encabezadas por las mujeres para reclamar los espacios que les han sido negados. Este reclamo implica un cambio de conciencia que, lamentablemente, no todas las personas que componen nuestra sociedad han hecho. La naturalización de la violencia se basa en la premisa de que las reglas de antaño deben seguir su curso, es decir, que se debe obedecer las reglas tradicionales de hacer política. En el caso que nos atañe es importante registrar que las mujeres creen que las reglas de la participación política y ciudadana suponen una violencia natural, pues consideran que se debe a circunstancias normales para el desempeño de sus liderazgos y que es el costo de ser políticamente activas. Existe también un reconocimiento de la violencia política en otras personas, como una interpretación relacional frente al poder que tienen otras lideresas y a la forma en que ellas son victimizadas. Ello hace, sin embargo, que estas mujeres no se reconozcan como víctimas, pues la dimensión de la violencia que ven contra otras mujeres (referencian el congreso, la televisión y las redes sociales) no es igual a la que ellas enfrentan, por tanto ese tipo de violencias no son consideradas como atinentes a su propio ejercicio político y cotidianidad. No hay, pues, conciencia sobre la relación que existe entre las violencias políticas contra las mujeres y su propio liderazgo, lo que explica la percepción según la cual “yo no soy víctima, lo son las demás”.
Hostilidad horizontal La hostilidad horizontal es un término relativamente nuevo, acuñado a comienzos de los años ochenta, que designa la hostilidad existente entre las mujeres, con base en un sistema donde la verticalidad se refiere a la relación de sumisión de las mujeres a los hombres, y la horizontalidad implica una relación entre pares mujeres que, sin embargo, se conciben entre ellas como rivales. Es curioso que las mujeres sientan que entre ellas mismas se imponen barreras a la participación, pero que no se percaten de que, al actuar de esa forma, obedecen a ese sistema de reglas impuesto que les hace ver a sus pares como la competencia.
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Violencias psicológicas La ocurrencia de violencias psicológicas fue un hallazgo generalizado en el trabajo territorial, pero muchas veces estas no se consideran como violencia, porque pueden percibirse como algo subjetivo, es decir que se considera que aquello que puede tener un efecto de daño emocional para una mujer no necesariamente lo tiene para otra. Lo cierto es que las actuaciones que apuntan a disminuir la autoestima y la seguridad del liderazgo de las mujeres terminan por permear su personalidad y desalentar el ejercicio político y público. Incluso se llegan a encontrar formas de violencia psicológica tan sutiles que atentan contra la dignidad de las mujeres, pero cuyos efectos dañinos no son percibidos ni siquiera por el perpetrador (encarnado en hombres o mujeres), y tampoco la víctima es consciente de dicho daño, lo que genera una justificación y normalización de dichas acciones. Es alarmante la cantidad de mujeres que sufren este tipo de violencia, no solo en razón de aquellas conductas más evidentes y que están permanentemente presentes en los diferentes espacios de participación, toma de decisión y poder, sino también en aquellas conductas sutiles que se han denominado micro-machismos y que afectan tanto la autoestima de las mujeres como su dignidad.
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Mujeres sin privilegios: las mujeres de Caquetá Caracterización En primera medida, es importante resaltar que el Caquetá es un departamento afectado profundamente por el conflicto armado que durante décadas ha golpeado este territorio. En este sentido, las mujeres han sido en gran parte víctimas de diferentes tipos de violencia, en escenarios de conflictividad social.
Principales hallazgos El grupo que acompañó la jornada fue diverso, y en él se encontraban diferentes posturas y formas de relacionarse; aunque convergían las mismas violencias estas eran vistas desde diferentes ángulos. En la identificación de los actores involucrados como victimarios en las diferentes manifestaciones de violencia política, las participantes reconocieron de manera directa que algunas instituciones la ejercen a través de prácticas estructurales de violencia, las cuales terminan naturalizándose y propician prácticas discriminatorias a la hora de ocupar los espacios de participación, como lo ejemplifica el siguiente testimonio:
“La institucionalidad ejerce violencia estructural contra las mujeres transexuales, asumiendo una ‘postura biológica’ que limita la participación en una mesa garantizada por la institución misma”.
Otro de los hallazgos importantes corresponde a la afectación a la participación política partidaria de las mujeres en espacios electorales por falta de mecanismos de democracia interna. No es ajeno para la opinión pública que cuando los partidos o movimientos políticos elaboran las listas a cargos de elección popular deben tomar decisiones para ubicar a las y los candidatos dentro de las mismas. En Florencia, las participantes refirieron que en este proceso, ellas son llamadas a ocupar los últimos lugares de la lista ya que según las autoridades partidarias tienen una capacidad mínima de incidir políticamente y no cuentan con una trayectoria política que les permita encabezar las listas, por lo que son relegadas a lo que en el argot político se conoce como “relleno”. En el trasfondo siempre se utiliza este argumento para asegurar que electoralmente, independientemente su proceso individual, no cuentan con un trabajo relevante. Esto indica que las dirigencias partidarias continúan considerando a los hombres como los candidatos “naturales” o más competitivos.
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Por esta razón, las asistentes consideran que las estructuras y prácticas de los partidos y movimientos políticos no procuran la inclusión, ya que entienden que esta solamente concierne a quienes conforman su militancia, pero no al hecho de que hay lideresas que es necesario acompañar y empoderar en los espacios de toma de decisiones y de poder dentro de los mismos.
“Fui nombrada directora de un partido político y renuncié porque ningún hombre quiso seguir mis lineamientos por ser mujer”.
La vida política de una mujer se ve truncada si no pertenece a la llamada coloquialmente “rosca”, es decir, a los grupos que de una u otra forma ostenten poder dentro de los partidos y movimientos políticos. Y si las decisiones se toman dentro de estos grupos, las mujeres pierden la capacidad de incidencia.
“En el partido me dieron solo los municipios perdedores para hacer campaña”.
Con bastante preocupación se evidenció que en todos los espacios de participación, llámense política, ciudadana o en cualquier otro ejercicio, las mujeres relatan casos de violencia psicológica marcados por las amenazas, el comportamiento hostil y el abuso.
“¡No pues, ahora a todas las violaron!”, comenta un hombre a una lideresa que es activista en temas de violencia sexual contra las mujeres, en el marco de la campaña del plebiscito de 2016.
Como otra evidencia de este tipo de violencia, pero desde la perspectiva de la educación, algunas mujeres opinan que no hay procesos de formación relacionados con el liderazgo y con el trabajo en equipo,
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lo que podría garantizar que las mujeres contaran con la suficiente confianza para involucrarse en los espacios públicos. A esta carencia atribuyen el ser continuamente hostigadas, haciendo alusión a la falta de preparación o desconocimiento de los procesos que desalientan su participación y le ponen barreras importantes y difíciles de superar. En otro orden de ideas, las mujeres sugieren que tienen que “masculinizar” su liderazgo para ser tenidas en cuenta, escuchadas y valoradas; sin embargo en ocasiones por esto mismo suelen ser discriminadas Un elemento importante a resaltar en este departamento es que en el imaginario ciudadano existe el prejuicio según el cual las mujeres son “malas administradoras”. Esta percepción se debe a que por dos períodos consecutivos fueron electas mujeres como alcaldesas y estuvieron relacionadas con casos de corrupción, hecho por el cual ahora se argumenta que no se debe votar por mujeres por que son corruptas.
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Mujeres y reivindicación: las mujeres del Valle del Cauca Caracterización En el ejercicio que se realizó en Cali participaron representantes de organizaciones sociales, partidos y movimientos políticos y mujeres electas. Este es un departamento donde existe una marcada influencia política de las mujeres en el ejercicio de base y por lo cual son reconocidas en todo el país como lideresas que desde hace varias décadas han luchado incansablemente por la reivindicación de sus derechos.
Principales hallazgos En la conversación desarrollada en Cali, se mencionó que existe una fuerte influencia de los partidos políticos tradicionales en algunas prácticas discriminatorias hacia las mujeres en el ejercicio de la política. Esto implica que en las maquinarias tradicionales donde existe un “gamonal” y una clase política que es la que enmarca la política electoral, no hay presencia de mujeres. Aunque las mujeres en el taller afirman conocer y ser conscientes de las barreras que se les presentan para acceder a cargos directivos de partidos y movimientos políticos, son ajenas al proceso de elección dentro de los mismos. No relacionan la barrera llamada comúnmente “techo de cristal” dentro de las organizaciones políticas, hecho que evidencia una de las participantes.
“Las mujeres edilesas de Cali tuvieron que crear una asociación para ser tomadas en cuenta”.
Cuando se les pregunta sobre las barreras al ejercicio del voto, se inclinan en algunos casos por reconocer el “voto familiar”, es decir que la jefatura del hogar generalmente es asumida por el hombre, quien decide por cuál candidato o candidata debe votar toda la familia.
“Como secretaria de JAC fui violentada por un dignatario”.
Sumado a ello, dentro de los hallazgos, es importante resaltar que las circunstancias son diferentes en el contexto rural, puesto que en la ciudad las mujeres reivindican sus derechos respecto de la participación
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en espacios públicos, mientras que las mujeres rurales no pueden participar en estos espacios, y los llamados “naturalmente” a tomar parte en ellos son los hombres. La principal forma de violencia psicológica que se ejerce contra las mujeres está ligada a la intención de disminuir su autoestima por medio de campañas de desprestigio. Esta violencia, según las mujeres que asistieron al taller, es muy frecuente.
“Me postulé como representante del salón a una asamblea programada por la Mesa Ampliada Nacional Estudiantil pero no quisieron dejarme ir porque no tenía el suficiente carácter ni el grado de agresividad necesario. Enviaron a un compañero hombre”.
Las mujeres que han sido candidatas consideran que algunas instituciones vinculadas al proceso electoral no son aliadas, puesto que si las mujeres solicitan por ejemplo un reconteo de votos, no se les permite acceder al mismo, argumentando, en algunos casos, que la cantidad de votos en cuestión no es significativa para realizarlo. Igualmente refieren que cuando se requiere que las instituciones elijan delegados y delegadas de las comunidades con un enfoque de mujeres y género, limitan el ejercicio de las mujeres, es decir que aquellos cupos que deben ser ocupados por mujeres terminan ejerciéndolos hombres, con la venia de las y los funcionarios de dichas instituciones. Durante la sesión se evidenció un desconocimiento sobre los mecanismos de reposición de votos, los cuales generan desconfianza y para algunas se convierten en un posible hecho de violencia económica contra las mujeres. En otros casos existen hechos que demuestran que los partidos no utilizan los recursos establecidos por la ley para financiar actividades correspondientes a la participación política de las mujeres o los destinan para otras actividades.
“Los hombres no dejaron que las mujeres fueran representantes para los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, en complicidad con la institucionalidad”. 34
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Las mujeres y la violencia: las mujeres de Antioquia Caracterización Al taller desarrollado en la ciudad de Medellín asistieron mujeres que formaban parte de procesos de liderazgo comunal, mesas de participación de víctimas, plataformas departamentales de mujeres, ex candidatas al Concejo, miembros de Juntas Administradoras Locales, periodistas, entre otros procesos de incidencia, lo que permitió identificar algunas particularidades de un territorio que se ha destacado por contar con emprendimientos y liderazgos que las mujeres han tenido que ganarse a pulso.
Principales hallazgos En el desarrollo de la metodología, las mujeres asistentes a la sesión, de acuerdo a las reflexiones aportadas en este espacio, manifestaron recibir amenazas recurrentemente por promover, defender y exigir sus derechos. En ningún otro territorio fueron referidas con tanta regularidad estas situaciones, por lo cual se considera un hallazgo importante. Por otro lado, las participantes plantearon que uno de los patrones que detona la violencia política hacia las mujeres tiene que ver con la concepción cultural que existe del feminismo, ya no se comprende ni se acepta su labor reivindicativa. Muchas mujeres han centrado su trabajo político en la eliminación de las diferencias en el ejercicio de derechos entre hombres y mujeres, pero esto las ha expuesto a violencias. Reconocerse y decirse feminista en este departamento representa una mayor vulnerabilidad para las mujeres. Los medios de comunicación juegan un papel importante en la participación política y ciudadana, haciendo visibles las propuestas políticas y el trabajo de las organizaciones sociales en el territorio. El cuarto poder (como se le ha llamado) en su objetivo de informar, genera opinión. Las mujeres notan la discriminación que estos espacios promueven frente a la cobertura de sus actividades.
“Algunas concejalas del oriente antioqueño han manifestado su inconformidad con los medios de comunicación por no tenerlas presentes en sus notas informativas y encuestas compartidas, sin contar con el arduo proceso que viven para ser elegidas”.
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Existen espacios en los que es recurrente la violencia política contra las mujeres que participan en las Juntas de Acción Comunal y Juntas Administradoras Locales; estos son reconocidos incluso por importantes lideresas en el territorio que consideran que aquellas que hacen parte de estas instituciones locales son quienes más expuestas están a esta problemática. Muchas participantes manifiestan ser víctimas de acciones políticas cuyo objetivo es desincentivar su participación electoral; sin embargo, ellas relacionan estas actuaciones como estrategias de sus oponentes para ganar, desconociendo que son conductas punibles y tipificadas como delitos electorales. El desconocimiento del procedimiento, práctica y normas electorales se convierten en una inmensa barrera a la participación política de las mujeres ya que estas no tienen las habilidades y destrezas para poder actuar en ese ámbito. Por otra parte, las participantes manifiestan que la institucionalidad no respeta la normatividad de inclusión que debería ser de obligatorio cumplimiento, lo que igualmente afecta la participación efectiva de las mujeres.
“No me aceptaron porque el cargo era de personero, no personera. Me dijo: ‘aquí no hay espacio para las viejas’”. 36
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Mujeres e interseccionalidades: las mujeres de La Guajira Caracterización Es importante destacar que este taller fue étnicamente el más diverso dentro del proceso llevado desarrollado con presencia significativa de mujeres del pueblo wayúu y afrodescendientes.
Principales hallazgos Las participantes de este departamento hicieron énfasis en que la mujer ha estado expuesta históricamente a la desigualdad no solo a nivel político sino familiar, económico y social, debido a paradigmas establecidos hace mucho tiempo.
“No aceptaron mi hoja de vida porque soy wayúu y afro, me dijeron que tenía que escoger una de las dos”.
Ellas resaltan la falta de apoyo o acompañamiento en los procesos políticos para las mujeres, así como la ausencia de capacitación y estímulos a la participación de la mujer en contextos políticos. Las mujeres se sienten desprovistas de instrumentos para generar incidencia.
“En una capacitación en la que estuvimos, a una compañera no la dejaron hablar por ser negra”.
El concepto generalizado de cómo tienen que ser las mujeres ha implantado estereotipos que no son acordes a aquello que identifica a las distintas poblaciones existentes en La Guajira. Además, las mujeres se enfrentan a calificativos como: “chismosa”, “peleadora” o “mantenida”; y si son mujeres negras o afrodescendientes, los estereotipos las identifican con características como ser buenas amantes o excelentes cocineras, y se refieren despectivamente a su aspecto con apelativos como “pelo malo”. Dichos adjetivos generan barreras a la hora de participar en cualquier espacio de decisión y poder. Por ello, las expresiones de género de estas mujeres marcan un ejercicio de empoderamiento político que constituye un punto de partida para generar de-construcciones de los estereotipos, que, a su vez, fortalecen los liderazgos de las mujeres en diferentes ámbitos.
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Aunque la frase que suele decirse es que la política es para hombres, las mujeres realizan el trabajo de base que es utilizado por los hombres para cooptar a las y los electores a su favor. Aunque esta es una práctica común, en el departamento de La Guajira contrasta con la cultura que establece que las mujeres no pertenecen a los espacios públicos.
“Sí, a una amiga el esposo le decía que la política era para hombres y que ella debía estar en la casa atendiendo el hogar y los hijos”.
La influencia de la cultura ancestral wayúu es muy marcada en este territorio. En este pueblo originario el linaje se transmite por la mujer y existe una forma de matriarcado caracterizada por ser las mujeres quienes dirigen al interior de la comunidad, mientras que los hombres se crían para ser el guerreros y protectores, de manera que el concepto ancestral del hombre supone que este es quien sale a la defensa de la mujer. Ello explica que la mujer permanezca invisibilizada en el ámbito político, porque es el hombre, y no ella, quien debe cumplir el rol de protector de su comunidad.
“Sí, se me discrimina en mi comunidad por no ser autoridad tradicional”.
Las mujeres sienten que pueden ser violentadas en diferentes espacios de participación ya que los hombres ven amenazado su liderazgo. Por eso, para ellas, hacer campaña política para ser electas a un cargo de elección popular y enfrentarse a un hombre podría ser un ejercicio de alto riesgo. Las mujeres exponen que el ser mujeres les da una perspectiva de la sociedad y del trabajo por la comunidad, algo que explican por el hecho se ser madres, que se expresa en lo que llaman “dolor de vientre”, no solo relacionado con algo físico sino también con una construcción cultural.
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Liderazgos y renovación: las mujeres de Norte de Santander Caracterización Aunque los liderazgos de las mujeres son muy fuertes en Cúcuta, su trabajo político-electoral se limita a la acción de base en los partidos y movimientos políticos; con todo, reconocen que si se unieran podrían cambiar radicalmente las reglas de la política en el territorio.
Principales hallazgos Uno de los hallazgos más significativos en este departamento es que las mujeres son incluidas en los espacios políticos, pero únicamente de forma nominal. Al respecto, se refiere que en el interior de los partidos y movimientos políticos se generan barreras que les impiden tomar decisiones, de manera que el poder es ostentado por los hombres, y las mujeres están presentes pero no inciden en dichos espacios. Otra forma de violencia presente en este departamento consiste en que se coartan los recursos económicos para la ejecución de las campañas políticas de las mujeres. Adicionalmente, las mujeres plantean que la perspectiva de género en los partidos y movimientos políticos no es prioridad.
“Las mujeres del partido no son consultadas a la hora de hacer alianzas”.
Dentro de los partidos y movimientos políticos existen liderazgos masculinos provenientes de familias que han tenido gran reconocimiento en la política local, esto ha generado que dichas familias consideren que, por tradición, el poder les pertenece y las decisiones deben ser tomadas por ellas. Las participantes también hicieron referencia a la falta de relevo generacional así como de prácticas sanas de la política como el voto programático y transparente.
“Se invisibiliza mi trabajo. Se expresan de mi activismo con términos peyorativos como “loca”, “fácil”, “prostituta”.
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En tal medida, las mujeres son consideradas un peligro para las reglas preestablecidas en el marco de la territorialidad, y los espacios en que se discuten los temas de mujeres y que son integrados por ellas mismas son considerados como una amenaza por los hombres. En consecuencia, se imponen barreras que impiden que la creación de dichos espacios goce de plenas garantías. Teniendo en cuenta las interseccionalidades de las mujeres, particularmente el caso de las mujeres transexuales, se vislumbra que estas, en la mayoría de los casos, están sujetas a violencias económicas por parte de su familia, quienes no aceptan su transición y optan por quitarles el apoyo. Sumado a ello se encuentra el estereotipo de que sus capacidades se restringen al campo de la belleza y las peluquerías, limitando sus aspiraciones a esos espacios, y convirtiéndose en barreras políticas que las inhabilitan para el ejercicio del liderazgo político. Si bien es cierto que uno de los argumentos más utilizados para restringir la participación política de las mujeres es su falta de conocimiento, preparación y capacidad, en muchos casos se utiliza el argumento contrario con la misma finalidad.
“¿Usted qué hace aquí? Usted debería estar en la NASA, usted es un mal ejemplo en el municipio porque no debería estar tan estudiada’. Yo hice fuerza para no llorar, fue un duro momento.” 40
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Liderazgo y sexualidad: las mujeres de Cundinamarca Caracterización Para las participantes del taller realizado en Bogotá, es importante incluir un análisis con enfoque de género de los diferentes tipos de violencia que deben soportar para poder acceder al ejercicio de sus derechos políticos, puesto que ello se permitiría identificar los obstáculos y fomentar acciones con el fin de eliminar las brechas que deben sortear para hacer política. En consecuencia, según ellas mismas, el gobierno debe certificar a las diferentes autoridades con el fin de establecer sistemas de estudio y promoción de medidas que puedan prevenir los actos de violencia.
Principales hallazgos Se resalta con preocupación que una de las formas de violencia política contra la mujer presente en este departamento es la ejercida en espacios cerrados, en reuniones de carácter íntimo que promueven autoridades con las mujeres, y en las cuales se hacen propuestas que buscan generar un intercambio de tipo sexual. En la mayoría de ocasiones, a las víctimas les resulta imposible denunciar o visibilizar este tipo de conductas debido a las amenazas que pueden recibir por parte de quien promueve la reunión, y con quien habitualmente tienen una relación de dependencia, lo que les genera miedo para hablar y exponer el caso. En varias de sus respuestas a las preguntas que se realizaron en el taller, las participantes hicieron referencia a reglas de la política consideradas como una especie de “cultura” que se ha instalado en el ejercicio de la misma y que condiciona los comportamientos, especialmente de las mujeres. En primer lugar, el establecimiento de posiciones que favorecen el liderazgo masculino patrocinado por las directivas de los partidos y movimientos políticos. Esta regla implícita, conocida como el “piso pegajoso”, asocia el papel de las mujeres en las campañas a tareas de base, sin darles la posibilidad de incidir en la toma de decisiones y con el único fin de aportar votos, subestimando sus capacidades y desempeño.
“Nosotras somos usadas para ponerles votos a los hombres”.
En segundo lugar, cuando las mujeres están en campaña política se promueven prácticas de desprestigio contra ellas, haciendo uso en muchos casos de las redes sociales para ejercer acoso y extorsión. Independientemente de la veracidad de los hechos que se publican, y que en la mayoría de los casos no han ocurrido, esta es una práctica que se naturaliza cada vez más dentro de los espacios de poder, de decisión y de participación.
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Los espacios de toma de decisiones y poder no se escapan a la sexualización del cuerpo de las mujeres. Según se refiere, el pago de favores con actos sexuales es un mecanismo de presión al que se ven enfrentadas las mujeres, insinuando que el que una mujer ascienda implica que ha mediado una transacción de favores sexuales para ganar una candidatura o puesto en el partido o conseguir financiación. En otras palabras, en el imaginario colectivo existe la creencia de que las mujeres políticas debieron pagar con actos sexuales su carrera política.
“Nos ofrecen bebidas alcohólicas para doblegarnos”.
Otro tema puesto a consideración fue el tono de voz que utilizan las mujeres al intervenir en reuniones o discursos públicos, hecho que muchas veces coacciona y limita su participación y hace que con frecuencia reciban menos atención durante sus discursos; este hecho es resaltado por una congresista, quien manifiesta que durante las sesiones plenarias, por ejemplo, el ruido en el recinto es mucho mayor cuando una mujer habla que cuando lo hace un hombre. Otro de los elementos a destacar es que las mujeres realizan más de dos jornadas diarias de trabajo, hecho que consideran como una barrera a su participación política y ciudadana. Sumado a lo anterior, las mujeres identifican como una barrera los horarios en que son convocados los espacios de decisión y poder, puesto que muchas veces estos no son convenientes para las mujeres y no garantizan realmente su participación. Esta falencia, sugieren, podría ser subsanada de manera rápida con algunas acciones afirmativas para que estos espacios sean convocados en otros momentos, y así garantizar una participación más igualitaria.
“Nuestra vestimenta siempre es motivo de crítica”.
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Capítulo IV #NoEsElCosto Alto a la violencia política contra las mujeres. Un llamado a la acción
La igualdad, la no discriminación y la democracia están estrechamente vinculadas. El ejercicio pleno de los derechos políticos y de la ciudadanía no puede separarse de la representación e inclusión de todos los intereses sociales en los procesos de toma de decisión política, reconociendo su pluralidad, diversidad y autonomía.15 Luego de haber realizado los talleres y lanzamientos de la campaña #NoEsElCosto en las diferentes ciudades y departamentos, desde el NDI se propone hacer un llamado a la acción a diferentes actores de la sociedad para construir una nueva cultura política en la que las prácticas de violencia y discriminación contra las mujeres que han sido consideradas como “naturales” en el ámbito político sean erradicadas, con el fin de transformar los partidos políticos y los estilos de liderazgo vigentes y cambiar el día a día de nuestras sociedades, procurando sean mucho más incluyentes e igualitarias en todos los espacios. Hoy es evidente que la violencia hacia las mujeres políticamente activas impacta negativamente el ejercicio y goce pleno de los derechos de las mujeres y afecta la democracia. A partir de los hallazgos producidos en los talleres y como resultado del ejercicio de escuchar a mujeres diversas, se hacen algunas recomendaciones a diferentes actores: A los partidos, movimientos y organizaciones políticas ¾¾
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Lo primero que deben hacer los partidos es contar con políticas internas claras. Se recomienda la formulación e implementación de una política interna para la igualdad y no discriminación por razones de género y diversidad, que integre aspectos relacionados con la prevención y atención de la violencia en la política y que sea transversal a todas las estructuras y actuaciones del partido.
Ver Soto, Clyde. “Acciones positivas: formas de enfrentar la asimetría social”. En: Bareiro y Torres García (editoras y coordinadoras académicas). Igualdad para una democracia incluyente. IIDH, Costa Rica, 2009.
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Adaptar y modificar los estatutos y reglamentos internos u otros documentos partidarios que son fundamentales para la actuación de estas organizaciones y su militancia, reforzando el compromiso con los derechos humanos, la igualdad y no discriminación para así sustentar las acciones partidarias que promuevan el avance hacia la igualdad
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Contar con mecanismos para la prevención, sanción y erradicación de la violencia hacia las mujeres en la política.
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Contar con lineamientos claros para regular y sancionar la conducta (códigos de ética, compromisos), que no solo deben ser tenidos en cuenta y evaluados en momentos electorales sino en el ejercicio de los cargos y, por supuesto, en la vida partidaria. Estos protocolos para prevenir, atender y sancionar la violencia política en contra de las mujeres deben ser conocidos por todos y puestos en práctica de manera efectiva por la estructura interna correspondiente (tribunales disciplinarios o de ética, por ejemplo).
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Garantizar la visibilidad de las mujeres para que sean frecuentemente reconocidas en los distintos tipos de liderazgo que ejercen en el interior de estas organizaciones.
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Utilizar herramientas para monitorear el estado de la seguridad de las mujeres en los distintos ámbitos y proporcionarles protección durante el período electoral. Como parte de medidas que se deben tomar, el NDI ha desarrollado la herramienta PIENSA 10 diseñada para que las mujeres, especialmente candidatas y que participan en política, puedan , de manera confidencial, evaluar su seguridad personal y hacer un plan para fortalecerla.
A los gobiernos nacionales, locales y otras instituciones ¾¾
Asumir la responsabilidad de promover los derechos humanos y democráticos de todas y todos los ciudadanos, así como asegurar la atención, manejo y la justicia para las víctimas de distintas formas de violencia.
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Establecer un abordaje integral e interinstitucional de la problemática teniendo en cuenta las atribuciones y competencias de las instituciones del Estado en la materia. En cuanto al trabajo conjunto y articulado, la experiencia de México ha demostrado que aun cuando no exista un marco legal que regule de manera específica ese tipo de violencia, instituciones clave pueden desarrollar acciones efectivas al respecto.
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La creación de una herramienta de actuación interinstitucional como un Protocolo para la atención de la violencia en la política contra las mujeres permitiría la unificación de criterios, conceptos y procedimientos que estandaricen el tratamiento de la problemática e identifiquen las responsabilidades y medidas para la atención, sanción y reparación integral de los casos.
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Al Congreso de la República le corresponde legislar para que la violencia contra las mujeres en la política y sus manifestaciones sea tipificada en el ordenamiento jurídico, con disposiciones que garanticen la protección de las mismas y sancionen las acciones u omisiones que impidan o dificulten su participación en la vida política y pública. Esto no solo debe ser un llamado a legislar sino a atender las situaciones de desigualdad, discriminatorias o de violencia en el seno del Congreso, contra senadoras, representantes a la Cámara, asesoras u otras funcionarias. La regulación interna en el reglamento del Congreso, el establecimiento de códigos de conducta y ética parlamentaria, la consideración de la creación de la Unidad de Género, son algunas de las acciones recomendadas para erradicar la violencia política contra las mujeres.
A los medios de comunicación ¾¾
Capacitar a las y los periodistas para mejorar la sensibilidad de género en la cobertura de los medios de comunicación, incluyendo mayor atención a los actos de violencia en contra de las mujeres políticamente activas y, por supuesto, ampliando el cubrimiento en momentos electorales de sus campañas y, posterior a ello, de su gestión.
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Monitorear la violencia que es ejercida contra las mujeres y que cada vez es más frecuente en internet y plataformas sociales como Facebook, Twitter o Instagram, en forma de amenazas, acoso, hostigamiento, publicaciones no consensuadas de información, entre otros.
A la sociedad civil ¾¾
Seguir trabajando en la sensibilización y difusión de la problemática presentando el concepto de violencia política contra las mujeres para mejorar la concientización y así motivarlas a la acción.
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Construir alianzas entre mujeres en todos los niveles que permitan generar presión para las reformas necesarias.
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Incorporar el concepto de violencia contra las mujeres en la política como parte de sus acciones.
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Actores
Acciones
Hallazgos en Colombia
Realizar campañas de concientización Inexistencia de espacios donde se hable sobre el orientadas a los partidos políticos y a los tema. Violencia estructural. Violencia ejercida por votantes. las y los funcionarios. Incorporar a las leyes y marcos legales ya existentes acciones que contrarresten No existe un protocolo para la prevención y atenla violencia en contra de la mujer en la ción de violencias políticas contra las mujeres. política.
Gobiernos
Asegurar que los proveedores de serviNo existe legislación específica que garantice el decios que atienden víctimas de violencia recho a la participación política electoral y ciudadaen contra de la mujer reconozcan plenana libre de violencias. mente este tipo de violencia. Designar una agencia u oficina estatal Inexistencia de una institución designada para ser para que sirva como primer punto de garante del derecho. contacto en esta materia. Falta de educación y capacitación a funcionarios/as Capacitar a funcionarios encargados de que tenga en cuenta transversalidad de género, cual hacer cumplir la ley. propenda por incorporar la igualdad de género en las políticas en todos los niveles y etapas Crear procedimientos para el registro y No existe un protocolo para la prevención y atenmanejo de denuncias. ción de violencias políticas contra las mujeres. Incorporar el tema de la violencia en contra de las mujeres en la política a leyes y marcos legales ya existentes.
No existe legislación concreta que garantice el dereConsiderar las reformas legislativas per- cho a la participación política electoral y ciudadana tinentes en materia de prevención y san- libre de violencias. ción de la violencia contra las mujeres en política y fomentar la participación democrática de las mujeres Parlamentos
Mapear la situación a través de una encuesta confidencial para diagnósticar la Naturalización de la violencia en la actuación frente violencia contra mujeres políticamente a mujeres parlamentarias. activas. Establecer o revisar los códigos de conducta parlamentarios integrando en No existe legislación concreta que garantice el dereellos normas que prevengan formas de cho a la participación política electoral y ciudadana proceder violentas contra sus miembros libre de violencias. mujeres.
Partidos políticos
Existencia de prácticas violentas naturalizadas basaConcientización de los miembros del das en estereotipos: “mujeres relleno”, “las mujeres partido acerca de las violencias ejercidas nos son aptas para ejercer la política”, “las mujeres en su interior contra las mujeres. solo sirven para realizar el trabajo de base”.
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#NoEsElCosto alto a la violencia política contra las mujeres en colombia balance de la campaña
Actores
Acciones
Hallazgos en Colombia No se realiza el acompañamiento de las mujeres en sus liderazgos, se establecen reglas diferentes para hombres y mujeres dentro de los partidos (por ejemplo, se les niega a ellas la reposición de votos). Hay una sexualización del cuerpo de las mujeres por hombres y mujeres, que se manifiesta en el intercambio de garantías por dinero o relaciones sexuales.
Aprobar una resolución a nivel de partido que manifieste el compromiso con la erradicación de las violencias contra las mujeres en política.
Partidos políticos
Existen lineamientos generales sobre la no discrimiDesarrollar un código de conducta del nación, pero no específicos sobre las violencias conpartido en el que se incluyan normas que tra las mujeres. prevengan formas de proceder violentas contra las mujeres que lo conforman. Cambio de los estatutos o políticas del partido Las secretarías de Mujeres de partidos y movimienEstablecer un ente a nivel de partido tos políticos, quienes son las llamadas a iniciar actio comité responsable de trabajar en el vidades sobre el tema, manifiestan que hay barreras tema de la prevención y sanción de la para acceder a las esferas de poder al interior de los violencia política contra las mujeres. mismos. Hacer un compromiso público con la erradicación de las violencias contra las mujeres en política y en particular en cada partido o movimiento. No existen compromisos políticos sobre este tema, Promover la firma de una declaratoria puesto que su aparición en las preocupaciones de en la materia por varios partidos. los partidos es reciente. Participar en discusiones regionales y globales sobre la problemática de la violencia contra las mujeres en política.
Sociedad civil
Organizar esfuerzos para la concientización de todos los miembros de la soEstereotipos replicados. Múltiples discriminaciones ciedad acerca de las violencias ejercidas vinculadas a las interseccionalidades. contra las mujeres que se desempeñan en la política. Construir alianzas con mujeres electas a Hostilidad horizontal y falta de solidaridad. nivel local y nacional. Facilitar servicios de atención y orientaInexistencia de protocolos de prevención y atención ción a las víctimas de las distintas violende violencias políticas contra las mujeres. cias contra la mujer.
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Capítulo IV alto a la violencia política contra las mujeres. un llamado a la acción
Actores
Acciones
Hallazgos en Colombia
Líderes electos y designados
Respetuosamente compartir historias personales que permitan visibilizar formas de violencia vividas con ocasión de Naturalización de la violencia. Percepción de las actividades políticas de las mujeres. mujeres de que las víctimas siempre son otras, pero Participar en programas de capacitación no ellas mismas. y orientación para las candidatas con el fin de fortalecer sus liderazgos. Establecer o participar en redes políticas locales, nacionales, regionales o globales Hacen falta espacios donde se hable de las violenen las que se aborde y se enfrente la pro- cias políticas contra las mujeres. blemática. Crear protocolos para atender a las víctimas de la violencia en contra de las mujeres en la política. Establecer procedimientos para el registro y manejo de quejas.
Sector Justicia y Seguridad
Concientizar al sector justicia y seguri- Inexistencia de protocolos de prevención y atención dad con respecto a la existencia de le- de violencias políticas contra las mujeres. gislación Facilitar la capacitación de los oficiales/ agentes de policía para ayudarles a reconocer y atender las quejas o denuncias en materia de violencias contra las mujeres en política.
Medios y tecnología digital
Capacitar a los periodistas en el cubrimiento y tratamiento igualitario de las Discriminación a las mujeres a la hora de entregar noticias cuyas protagonistas son muje- las noticias. res. Promover los medios sociales como una Las mujeres son discriminadas y denigradas en su herramienta para publicar y condenar dignidad en las redes sociales con complicidad de los casos de violencia contra mujeres las redes y portales sociales. políticamente activas.
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Capítulo IV alto a la violencia política contra las mujeres. un llamado a la acción
Capítulo V Actores relacionados como aliados En concordancia con los propósitos de la campaña, se les pidió a las participantes en los talleres que identificaran a los actores que consideraban como aliados. Es preciso tener en cuenta que la importancia de relacionar a estos aliados va más allá de hacer visible la gestión y el compromiso de las instituciones, puesto que el fondo de este ejercicio denota la corresponsabilidad de la sociedad para eliminar las violencias políticas contra las mujeres.
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En el marco de la información comentada en este documento, parte del ejercicio en los talleres regionales tuvo que ver con la identificación de la institucionalidad, corporaciones públicas, el Congreso, la sociedad civil , autoridades eclesiásticas , entidades del ministerio público e instituciones educativas. Actores aliados reconocidos por las mujeres en territorio Florencia
• Universidades y colegios • Consejo Nacional Electoral • Organizaciones de mujeres • Veedurías • Medios de comunicación • Instancias especiales de generar la paz • Mujeres • NDI • Institucionalidad • Fiscalía • Registraduría • Instituciones de la Ley 14 75 y 12 57 • Congreso Nacional • La Ley • Fiscalía • Procuraduría • Defensoría del Pueblo • Universidad de la Amazonia • Red Caquetá Paz
Riohacha
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
Sonoridad Amor propio Defensoría del Pueblo Fiscalía (x5) Docentes Fiscalía Asociaciones Colectivos Institucionalidad pública Partidos políticos ONG Misión de Observación Electoral Universidad de La Guajira Asuntos indígenas Organizaciones de mujeres unidas Procuraduría Mata’e pelo Entes de control Alcaldía Nación Ministerio del Interior Inspección de Policía Instituciones públicas Personería Organizaciones internacionales Fundación Tati Amnistía internacional Naciones Unidas Partidos políticos Registraduría Nacional Consejo Municipal
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Cali
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Procuraduría Defensoría Personería Organizaciones defensoras de las mujeres Organizaciones internacionales Ruta pacífica de las mujeres Constitución política Ley 1257 de 2008 Secretarías de género Fiscalía Secretaría de salud Fiscalía Agencias de cooperación internacional Organizaciones sociales Centros de estudios de género en universidades Casa Materia Subsecretaría de Género Asociaciones de mujeres Organizaciones políticas Entes de control Los hombres Partidos políticos Corporaciones públicas nacionales Escuelas para la teoría política de la mujer La comunidad en general
Capítulo V actores relacionados como aliados
Actores aliados reconocidos por las mujeres en territorio Florencia
Riohacha
Cali
• Organizaciones de mujeres empoderadas • María Luisa de Moreno • Partido Mira • Alta consejería para la paz • Fundación WW • Policía Nacional • Comisaría de Familia • Trabajadoras sociales • Escuelas formadoras • Instituciones educativas • Medios de comunicación
• Mujeres que están en el espacio de poder y que apoyen y empoderen nuevos liderazgos femeninos • Red de Mujeres • Las familias • Instituciones educativas • Comisarías de Familia • Movimientos de mujeres • Movimientos indígenas • Consejos indígenas • Mesas de mujeres • Senado • Presidente de la Cámara de representantes • Consejos de mujeres • Movimientos de deconstrucción de las masculinidades hegemónicas • Oficinas de género • Organizaciones internacionales • Policía • Cooperación internacional • Escuelas, colegios y universidades • Consejos de participación municipal y departamental • Ministerio público
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Actores aliados reconocidos por las mujeres en territorio Cúcuta
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Instituciones educativas Defensoría Secretaría de la mujer Congreso Familia ICBF Personería Partidos políticos Fiscalía Procuraduría Policía Gobierno Contraloría Alcaldía Organizaciones sociales Agencias de cooperación Medios de comunicación Naciones Unidas Asociaciones de mujeres Organizaciones de acompañamiento internacional Misión de verificación Misión de Observación Electoral Fiscalía Educadores capacitados por procesos específicos La familia Congreso Ministerio de Educación ONG ACNUR Comisaría de familia Fiscalía Mujeres Trabajadores sociales PNUD
Medellín
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Instituciones educativas Organizaciones de mujeres Colectivos sociales Grupos feministas y de mujeres Secretaría de inclusión social Secretarías de mujer Corporaciones de ayuda humanitaria JAC JAL Gobernación Alcaldía Fiscalía Procuraduría Personería Movimientos sufragistas Núcleo familiar Medios de comunicación Museos Movimientos políticos Organización Ser Mujer Agencias Casa de Justicia Solidaridad por Colombia Alejandra Borrero Claudia López Universidad Nacional Comisaría de familia Defensoría Comisión legal de la mujer Congreso de la República Ministerio del Interior Presidencia de la República Corte Constitucional
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Bogotá
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Instituciones de educación Congreso de la República ONG y fundaciones Alcaldías y gobernaciones Medios de comunicación Mujeres Partidos políticos Organizaciones sociales de base • Familias • Academia • Presidencia de la República
Capítulo V actores relacionados como aliados
Actores aliados reconocidos por las mujeres en territorio Cúcuta
Medellín
• Secretaría de Equidad • Unidad Nacional de Protección • Secretaría de Género • ONU • Gobernación • Organizaciones feministas • Ministerio del Interior • Programa de primera infancia con perspectiva de equidad de género.
• Vicepresidenta • Mesas de participación • Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos • Ministerio de Hacienda • ESNARI • Mujeres • Clero católico • Instituciones electorales • Medios de comunicación • Empresa privada • Ministerios
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Bogotá