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The art of keeping calm El arte de mantener la calma
By Ismael Cala
At some point, we all have experienced a situation in which, either because we believed we had made a grave mistake or felt that our lives were genuinely in danger, we allowed panic and terror to take over us.
An accident, lost money or an important document, the transit of some unbearable bodily discomfort, or simply submerging in the sea and feeling like we are drowning... All are moments in which, if we let ourselves be carried away by the idea of what we are feeling, it may end up worse than it already is.
For example, one of the regulations that rescuers and first aid apply when the latter occurs is to ask the victim to please, not fight, and remain calm to be helped, or otherwise; You can endanger the life of those who have come to rescue you.
It sounds straightforward, but in an emergency like this, it is inevitable to get scared because we are human, and our fear is that sense of alertness that tells us that something is wrong. What we cannot do is fall into despair, at the risk of turning the situation into a greater catastrophe than it already is.
This applies to any situation because acting quickly doesn’t precisely mean we should panic.
I can tell you that those of us who have been meditating for several years know the value of learning how to focus on our breathing when something like this happens, on pain of our despair becoming our worst enemy, and we end up losing the actual battle.
So when you find yourself at a crossroads, taking things easy is always better. Epictetus said it well when he pointed out that: “Man is not so much concerned with real problems, as with his imagined anxieties about them.” www.IsmaelCala.com
That is one of the central axes of our Meditation Diploma: providing people with a powerful tool that will help them improve their self-management in situations in which other people could quickly lose their minds.
We all breathe automatically, but when we do it consciously, we inhale deeply and exhale slowly; we can think more clearly since we feel more aware of our bodies.
Por Ismael Cala Facebook: Ismael Cala odos en algún momento hemos experimentado una situación en la que, bien sea porque creíamos haber cometido un grave error o porque sentimos que nuestra vida corría genuinamente peligro, permitimos que el pánico y el terror se apoderara de nosotros.
Un accidente, un dinero o documento importante extraviado, el tránsito de algún malestar corporal insoportable, o simplemente sumergirnos en el mar y sentir que nos ahogamos… Todos son momentos en los que, si nos dejamos arrastrar por la idea de lo que estamos sintiendo, puede terminar peor de lo que ya es.
Por ejemplo, una de las normativas que aplican los rescatistas y primeros auxilios cuando esto último ocurre es pedirle a la víctima que, por favor, no luche y mantenga la calma para poder ser ayudado, o de lo contrario; puede poner en peligro la vida de quien ha ido a rescatarle.
Suena muy fácil decirlo, pero evidentemente en una situación de emergencia como esa, es inevitable asustarse porque somos hu- manos y nuestro miedo es ese sentido de alerta que nos dice que algo está mal. Lo que no podemos hacer es caer en el desespero, con el riesgo de convertir la situación en una catástrofe mayor de la que ya es.
TEsto aplica para cualquier situación en nuestras vidas, porque actuar con rapidez, no significa exactamente que debamos dejarnos arrastrar por el pánico.
Puedo decirles que quienes meditamos desde hace varios años sabemos el valor que tiene saber concentrarnos en nuestra respiración cuando algo así ocurre, so pena de que nuestro desespero se convierta en nuestro peor enemigo, y terminemos perdiendo la batalla de verdad.
Así que cuando te encuentres en una encrucijada, siempre es mejor tomarse las cosas con serenidad.
Bien lo decía Epicteto cuando señalaba que: “El hombre no está preocupado tanto por problemas reales, como por sus ansiedades imaginadas sobre ellos”.
Ese es uno de los ejes centrales de nuestro Diplomado de Meditación: brindarles a las personas una herramienta poderosa, que les ayudará a mejorar la gestión sobre sí mismos, en situaciones en las que otras personas fácilmente podrían perder la cabeza.
Todos respiramos de manera automática, pero cuando lo hacemos de forma consciente, es decir; inhalamos profundamente y exhalamos con lentitud, podemos pensar con más claridad, ya que nos sentimos en mayor conocimiento de nuestro cuerpo.