Gaceta julio 2018

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Las lluvias han amainado pero el frío se ha fortalecido. Justamente, para recibir el gélido abrazo de julio hemos preparado una edición enardecedora, como esa gruesa colcha en la que muchas veces hemos tenido que envolvernos con tal de apaciguar todos los glaciales y ásperos azotes de la realidad que nos rodea. Y aunque a veces este frío nos provoca mantenernos en los brazos de Morfeo, un golpe de calor es imperativo para poder despertar con la energía suficiente como para sacudir, aunque sea un poco, la realidad. La inclemente situación política también agobia al país, con un Chimbote expectante de un gobierno que no jala ni para la izquierda ni para la derecha y que, más bien, se deja jalar por los fríos intereses capitalistas. El arte tampoco se salva de la tempestad. En efecto, Ernesto Santisteban nos cuenta el difícil camino que ha tenido que recorrer para sacar a la luz Verano No Miente y en el que se ha topado con la frialdad de las instituciones públicas, la sustentabilidad de un proyecto de tal calibre y un público que está poco acostumbrado al consumo de cine nacional. El panorama musical también está más fresco; los Arctic Monkeys, por ejemplo, están dejando de lado su vieja piel para adoptar un sonido más Turner; mientras que Zoé intenta adaptarse a un mundo más mainstream. Se puede pensar que en el viento también hay frío, pero en este caso viene para abrigarnos y Freddy Ayala Plazarte nos lo demuestra con su nuevo libro Instrumentos para medir el viento que nos cuenta cómo el viento y la palabra coinciden en una sola cosa.

Director: Jordi Garrido

Subdirector: Gustavo Peribáñez

Editores: Jordi Garrido David Larriva

Impresión: República Sur

Corrector: David Larriva Autores de esta edición: Rosa Vidal V. Jordi Garrido David Añazco Livia Fioretti Rocío Pérez

Josué Mantuano Vera Ramiro Urgilés Córdova Danilo Reibán Amyr Sarmié

La Gaceta Cultural no se responsabiliza por las opiniones vertidas por nuestros colaboradores.

Envueltos en esta frazada que viene para cobijarnos del frío con bordados de arte y cultura nos erguimos para saludar y hacerle frente a todas las tempestades que vengan.

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Diseño y diagramación: Dianola Vázquez Moreno

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Rosa Vidal V.

LOS INSTRUMENTOS PARA MEDIR EL VIENTO DE FREDDY AYALA La palabra, el huracán y la música son hijos de un mismo padre, una presencia que envuelve y acaricia y «sin embargo» pasa desapercibida, el viento. El aire, que con apenas moverse se torna viento pasa por las cuerdas vocales y se convierte en voz y significado. Este es el origen de la palabra hablada y el tema principal del más reciente poemario de Freddy Ayala, Instrumentos para medir el viento publicado por el Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura Ecuatoriana este 28 de junio. La empresa que Freddy Ayala se propone con este libro parecería inalcanzable, pues supone una búsqueda (antropológica y poética) en todas direcciones, espaciales y temporales; sin embargo, se sostiene con solvencia a lo largo del libro. La poesía con su elasticidad y su carácter dialéctico —entre la construcción y la ruptura— le sirve de herramienta para acometer su indagación. Este trabajo metapoético se percibe entre sus versos como una constante:

La historia sombra del viento aritmético. El culto al viento que la historia arrancó de un tintero. El viento palabra de la historia hablada en la introducción de las profundas conchas.

¿Cuál es la frontera entre el aire y el viento?; ¿cuál es la línea divisoria entre aliento y la palabra?; ¿dónde están?; ¿son en realidad? Su presencia parece infinita, imposible de rastrear, omnipresente y por ello universal. El viento se muestra en el poema incuantificable e inasible como la palabra. Ambos inconmensurables al momento de definirse. Ayala se aproxima atento a esta aplastante realidad. Los versos aparecen como los instrumentos de medición con los que el viento, vuelto palabra encaja en los dispositivos del lenguaje —sin conseguirlo del todo, pues también se funden con la música—. Entre el sudor y el grito y la leyenda de los tambores nos negábamos a separarnos del sonido.

la letra en la piedra la piedra y la letra la letra y la letra la piedra y la piedra el mundo en las palabras las palabras y el mundo Lo más abstracto, la letra y las palabras, y lo más sólido, el mundo y la piedra coinciden en estos versos que evocan ritmos musicales primitivos. Otra de las ideas de Wittgenstein que parece estar presente es la de la inconmensurabilidad de los idiomas y la imposibilidad de traducción.

…y tan solo en latín abrieron las bocas de un lápiz,

y tan solo en árabe descifraron la palabra del sufí,

y tan solo en arameo quemaron páginas en una caverna,

y tan solo maaya t'aan revelaron amaneceres en la sangre de los códices (…)

Si bien la estructura de todo el poema que alterna la prosa y el verso es espiral, puedo reconocer algunos ejes que van de principio a fin. El primero es la creación de la palabra que se muestra como producto dialógico y artificial, es decir creado por artesanos (alfareros, carpinteros, plateros…). Un segundo eje es el encuentro con los otros, que comparten la capacidad del lenguaje (es decir, el viento) y sin embargo son distintos. El canal comunicador es el agua. Se encuentran «los Atlánticos» con «los Pacíficos», el Viejo Continente con el Nuevo, Antigua con Barbuda…

El océano se arrugaba por las encomiendas que navegaban al continente tornasol y en el Escorial habían convocado a un claustro donde se dictaminaban los adjetivos del horizonte

El poemario en conjunto se muestra como una espiral sólida de estructura orgánica que guarda las matemáticas del ritmo y la música como si se tratara de los compartimentos de una caracola o una estrella marina. La dirección que recorre esta espiral se orienta por la búsqueda prehistórica de la palabra y se prolonga hasta perderse en los orígenes del tiempo, o por lo menos hasta un punto en el que el número y la palabra se combinan en una sola entidad hecha por el ser humano.

Finalmente, un tercer eje es la construcción de la historia como una compleja red simbólica en la que la palabra solo se encarna cuando alguien habla para los demás.

De espaldas a la historia, una sinfonía era abatida por los gritos. Alguien manchaba de arena su nuca mientras recibía el magisterio del cero.

Algunos de los tópicos que aparecen en el libro son constantes en la poesía de Ayala Plazarte: la música, el ritmo, las matemáticas, la geometría, la circularidad del tiempo… preocupaciones también presentes en Con un manuscrito en el horizonte (2016). Algunas de estas se explican por su formación como etnomusicólogo y sus constantes viajes entre los Andes ecuatorianos y el Viejo Continente.

¿No es acaso la existencia del tiempo —y de todo lo demás— una realidad hecha de palabras, de un logos matemático-lingüístico capaz de ordenar el mundo y forjado en una negociación perpetua entre el hombre y la naturaleza? Se me ocurre esta como la pregunta filosófica con la que Ayala Plazarte juega en su poemario: el único instrumento capaz de medir el viento es la palabra. Esta no es otra cosa que la tesis wittgensteiniana de que el lenguaje es la medida del mundo y según la cual decir es hacer. Así pues, los artífices de las palabras, lo son también del mundo:

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La historia caníbal de la historia comiéndose migajas en la página del escriba, caníbal el tiempo de los números sumerios.

Instrumentos para medir el viento, la segunda entrega editorial del Núcleo del Azuay de la Casa de la Cultura de este año, es un poemario recomendable que no se agota en sus tópicos; que tiene además fuertes marcas antropológicas y filosóficas, y que a pesar de su complejo hermetismo —a veces oscuro— tiene bellas construcciones líricas que dan cuenta de un poeta en busca de marcas personales y encaminado hacia la madurez escritural.

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Jordi Garrido

NOVEDADES MUSICALES

Ahora que hemos pasado la mitad del año, es buen momento para hacer un repaso por las novedades que están llegando al mundo musical en este 2018. He hecho una selección lo más actualizada que he sido capaz y he procurado ser lo más internacional y ecléctico posible.

Empecemos por lo nacional, por nuestro querido Ecuador. Recién salidito del horno tenemos el nuevo LP de Da Pawn, tercero de la banda: Pistola de balín. Trece nuevos temas con una concepción clásica de álbum (algo raro hoy en día). Un paso adelante es lo que muestra Da Pawn con este nuevo disco. Después de su exitoso Verano en Coma no podemos decir que no siga una línea continuista en busca de identidad y sonido propio, pero sí que ha tomado un rumbo arriesgado. Por un lado, encontramos ya las marcas de la casa: nostalgia, melancolía, añoranza, amor y desamor en las letras, guitarras potentes en los cambios, grandes coros y, por último, bellas y complejas melodías. Por otro, se han permitido volar y experimentar en muchos temas sin pensar quiénes les puedan comparar o qué deben hacer. Además han pensado en la mayoría de los temas como la parte de un todo —destacable el orquestal y coral cierre de disco «Voces Difusas»—, algo digno de elogio para una banda tan joven. Un buen segundo disco plagado de grandes temas y composiciones que auguran un buen camino a la banda quiteña.

Volamos hacia México para el retorno de la afamada banda Zoé que visitará Ecuador en pocos meses. Cinco años han pasado desde su anterior disco, Prográmaton, del cual este, Aztlán, es su sucesor directo. En él se han ido a sonidos mucho más suaves y bellos pero que en algunos cortes se pasan de almibarados para mi gusto. No hay que olvidar que su público se ha hecho mucho más mainstream desde la revisión de sus temas más populares en unplugged de MTv allá por el 2011. No por ello no podemos destacar las virtudes de este disco que pueden encontrarse en los cinco primeros temas y que dejan ver por qué Zoé es una de las bandas latinoamericanas más internacionales y que tiene un discurso propio e identificable. Con Aztlán quedan todos los destellos de una banda que ha conseguido lo que algunos mal denominan madurez.

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Vamos ahora de nuevo al sur, a Argentina esta vez. El productor Pedro Canale, más conocido como Chancha Via Circuito, se viene con su cuarto álbum de estudio Bienaventuranza. Vuelve el universo andino, las melodías ancestrales y el misticismo que ha llevado a Chancha por todos los escenarios del mundo, el folklore integrado con lo electrónico. El primer single presentado, Ilaló, cuenta con la colaboración del ecuatoriano Mateo Kingman y está teniendo muy buena acogida internacional. Además, en el disco tenemos las colaboraciones de Miriam García en el gran tema «Nadie lo riega» o de Lido Pimienta en la más bailable «La victoria»; un gran disco cocinado a fuego lento durante cuatro años desde Amansara y que nos lleva de viaje por lo orgánico y ancestral mediante la electrónica.


Cruzamos el charco para el recién llegado Violetica de Nacho Vegas, un doble disco de dieciocho canciones donde encontramos al músico asturiano más político y reivindicativo, y es que los tiempos en España no dan para menos con varios músicos encarcelados por sus canciones y letras. En este doble disco encontramos a todos los Nachos que han existido con historias íntimas de fuerte crítica social, crónicas antifascitas y colaboraciones de mujeres para darle un carácter más feminista. Realmente, un disco para muchísimas escuchas y que nos deja grandes frases para la posteridad como la pregunta de ideología «¿Quién es el ideólogo de la marca Dios?» o «Muere también la verdad si no podemos cantar que la historia de Samba es la de un asesinato» en «Crímenes cantados». Uno de los discos del 2018 por el cual seguramente Vegas tendrá algún que otro problema. Si te gusta Nacho Vegas, amarás Violetica.

Y para el final volvemos a España con un adelanto que llega este mes de Julio. El recopilatorio de una de las bandas del indie granadino que este año cumple 20 años, los Lori Meyers. (Me hacen dar cuenta de los años que tengo, ya que los sigo desde sus inicios en algún concierto de veinte personas). Este disco, si bien contará con 41 canciones, sumando las 20 rarezas del segundo CD —y un libreto con las letras y fotos de su carrera y conciertos—, ha sido llamado 20 años, 21 canciones. Una gran banda que ha pasado a encabezar las listas de éxitos españoles en los últimos años y es habitual en la mayoría de festivales. Os dejo aquí el Cambiemos de idioma. Hace ya un par de meses llegó adelanto del tracklist de este disco doble que hace un el nuevo disco de los Arctic Monkeys, Tranquility repaso de sus mejores temas con algunas canciones base hotel & casino, cinco años después su exitoso inéditas: AM/FM —este disco mucho más digerido por el que subscribe—. Lo primero que debo advertir para los millones de fans es que los Arctic monkeys han dejado CD1 de ser esos guitarreros rockeros que les gustaban. Seré 1. Y No Estás más preciso aún, ya no son los Arctic Monkeys, no los 2. Tokio Ya No Nos Quiere que conocen; este disco es Alex Turner en estado puro. 3. Ya Lo Sabes Además, es compuesto con piano, no con guitarra. Por 4. El Aprendiz primera vez todos los temas son suyos y el resto de la 5. La Pequeña Muerte banda está para acompañarle en una travesía que gira 6. Sus Nuevos Zapatos más hacia un crooner moderno que a una banda de 7. Vigilia Rock. Alex Turner se asemeja a Nick Cave o al último 8. Alta Fidelidad Bowie, lleva su música con tintes de jazz y soul con 9. Luces De Neón letras mucho más complejas y políticas. Es un disco 10. ¿Aha Han Vuelto? que no tiene singles entendidos al uso, no hay «hits 11. Explícame monkeys», pero desde luego, sí es un disco de grandes 12. Mi Realidad temas y un gran álbum. Por ejemplo, la canción que 13. Rumba En Atmósfera Cero da nombre al álbum, «She looks like fun», «Four out 14. El Tiempo Pasará of five» o el gran cierre «Ultracheese». Este es un disco 15. Huracán que puede resultar no ser el mejor de la banda, pero sí 16. Impronta altamente recomendable para las nuevas generaciones 17. Emborracharme y que consagra Alex Turner como nuevo cantautor 18. Una Señal 19. Zen moderno en lengua anglosajona. 20. Océanos 21. Siempre Brilla El Sol CD2 1.Telescopio Hubble 2. De Mi Lado (inédita) 3. Esperando Nada – Versión 4. 70 (inédita) 5. Les Da Igual (inédita) 6. Hombre A Tierra – The Hunger Games: Catching Fire Soundtrack 7. Mangosta (inédita) 8. Nubes De Mosquitos – Versión 9. Necesito Poder Respirar – Versión 10. Emborracharme – Maqueta 11. Mi Realidad – Maqueta 12. Luces De Neón – Maqueta 13. El Tiempo Pasará – Maqueta 14. ¿Aha Han Vuelto? – Maqueta 15. Planilandia – Maqueta 16. Huracán – Maqueta 17. Explícame – Maqueta 18. La Señal – Maqueta 19. Rumba En Atmósfera Cero – Maqueta 20. Hostal Pimodán – Maqueta

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David Añazco

CHIMBOTE EN EL PLANO CARTESIANO. APUNTES DE POLÍTICA Chimbote es un personaje curioso, desagradable y burdo de la literatura ecuatoriana; entre las grietas del realismo social permanece masturbándose viendo una vieja muerta. Una escena probablemente vergonzosa: un muchacho que se excita con el traste de la tragedia —apenas un pedazo del culo de una vieja muerta—. Hoy lo pongo en relieve para plantear su similitud con las élites de éste país: la tragedia les excita. Este país ha vivido una década de transformaciones, no sé bien en qué sentido, pero diez años en los que se pusieron sobre el imaginario social conocimientos, tensiones, aspiraciones y sueños colectivos que antes del pacto constitucional, no eran sino estrictamente marginales: Buen Vivir, economía popular y solidaria, soberanía alimentaria. ¿Cuál es la tragedia actual? Que esos conceptos potentes vuelven poco a poco a una marginalidad vergonzosa. El Señor Presidente, por ejemplo, se ocupa en cada alocución de sostener que es importante vitalizar «nuevamente» el sector privado. Eso supone dos injusticias históricas, en primer lugar desconocer que en estos últimos diez años los sectores privados generaron ganancias como nunca. No hubo revolución, hubo distribución y eso es un poco justo, pero a la final no es justicia económica. En segundo lugar, es empujar fuera de lo importante a la economía popular y solidaria desconociendo la orientación económica que plantea nuestra Constitución en el artículo 2831. Así pues, parecería que en la actualidad hablar de soberanía alimentaria, por ejemplo, es casi como hablar de los colores de una manilla, una manilla bonita, pero a la final es folclorizar la discusión. El concepto de soberanía alimentaria es de radical importancia, pero el Chimbote de la oligarquía nacional «se pajea» con la constitución. Puede usted notar cierto tonito barriobajero, malcriado, altanero de mi parte. A veces, hace falta hablar/escribir cepillando a contrapelo. El proyecto movilizador ecuatoriano que se denominó Revolución Ciudadana (¡no confundir con Alianza País!, no sea miope) hoy paga la irresponsabilidad de un gobierno liderado por un presidente brillante que, sin embargo, miró con desdén la organización social/popular —craso error, compañerito—. La política, para que logre dar cabezazos

para romper las bases que fundan la injusticia, no puede legarse a los buró/tecnócratas. Como decía Roque Dalton, a un burócrata hace falta plantearle un problema ideológico para que mire en el espejo su cara de vampiro. Eran pues, o mejor dicho son, los movimientos sociales los que debían sacar a patadas al Buen Vivir, al sentido constitucional de los escritorios y de los modelos de un país perfecto que resulta efímero y directamente proporcional al bajón del petróleo, para ponerlo en una discusión nutrida de colores y posiciones, ¡para que haga sentido en el pueblo! Podemos jugar al periodista deportivo y recurrir a la lucidez postfacto para decir que lo que ocurre en el país era previsible. El retroceso de Correa con la Ley de herencias ya presagiaba una tragedia. La rebelión de las élites cobijadas en banderas negras, movilizándose en sus carros lujosos, quejándose por la Nutella y convenciendo a las clases media-bajas que era un gobierno de mierda, cuando lo que en realidad estaba en cuestión era la impecable comodidad y el chocolate de unos pocos. Ganaron la calle y controlaron el sentido común. Ahora quienes abrigan el poder político, son los mismos que enarbolaron las banderas negras en el 2015. Era difícil imaginarlo porque nos hacía falta profundidad; quién se hubiera imaginado que al Ministerio de Economía y Finanzas —que a mi modesto juicio es el más importante— hubiera llegado directo y como por atajo, nada más y nada menos que el propio presidente de la Federación de Cámaras. Algo impensable, pero insisto, a nuestra imaginación le hacía falta profundidad. Habíamos desconocido, o mejor dicho, no habíamos podido ver que en realidad Lasso no era la candidatura de la oposición, sino era la candidatura de la burguesía financiera de este país y que Lenín, subrepticiamente, era el candidato de la burguesía comercial. No lo alcanzamos a ver. Ahora bien, imaginemos que la política en el Ecuador es un plano cartesiano. Lenín es cero, pero es el centro en plenitud, el que concentra apoyos. A su derecha y arriba se encuentra la burguesía comercial (+x +y), la burguesía financiara (+y). A su izquierda se encuentra un sector importante de la izquierda que fue oposición a Correa y que ahora tiene espacios pequeños pero importantes en la configuración política (–x – y). A la izquierda del gobierno (–x) se ubica un sector de la izquierda que apoyaba a Correa pero que

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ahora se empieza a cuestionar el apoyo a Lenín. Todo lo de arriba representa el apoyo que concentra Lenín. Abajo, no hay nada o muy poco. La resistencia al gobierno de Lenín es muy reducida, individualizada casi, sin capacidad de afrontar la situación con seriedad. El llamado correísmo no es otra cosa que fanaticada, no se puede asumir como un contradictor coherente y organizado como para replantear el tablero. Moreno tiene el apoyo de la chicha pero también de la limonada. En política no se pude ser así. No por moral, sino porque estamos en un país en que las injusticias y las brechas siguen siendo amplias y en donde pocas familias siguen concentrando muchísima riqueza, donde la resultante lógica es que poder económico se traduzca en poder político. Eso era lo que puso en cuestión el gobierno de Correa, alejó el poder político principalmente el de la burguesía financiera, pero estuvo muy cerca de la burguesía comercial. El poder político repartido en migajas en medio de hambres voraces de poder no es buena idea. Es decir, el plano cartesiano tiene relieves que favorecen a las clases dominantes. Estas van a ir a asaltar el poder político y eso hará que se muevan las posiciones en el plano cartesiano propuesto. Varios sectores van a pasar a la oposición, es decir, al espacio de abajo del plano. Se convertirán en oposiciones de izquierda y de derecha. Porque, insisto, es insostenible. En política se es chicha o limonada, pero lo que vivimos es en la incertidumbre de «ni lo uno ni lo otro». Que el presidente recuerde a San Martín: «serás lo que debas ser, o no serás nada». A medida que se aproximen las elecciones seccionales, habrá mayor tensión y será el tiempo donde se produzcan las rupturas. Esta situación, tal y como se ha gestionado el gobierno, va a provocar tensiones que al no ser equivalentes harán que la derecha entre definitivamente al gobierno. Confieso asustarme con la posibilidad de que, en su voracidad terrible, vayan por la Constitución. Al final, estarán masturbándose frente a la terrible escena de una constitución destrozada. El poder económico está envalentonado, solo es posible resistir con Poder Popular. Diría Cortázar que la esperanza es la vida misma defendiéndose. Defender la Constitución, frente a esas hienas, es defender la vida.

Art. 283.- El sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin; propende a una relación dinámica y equilibrada entre sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza; y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir.

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Livia Fioretti Originalmente de São Paulo (Brasil), Livia Fioretti es una artista de literatura visual y futuróloga que actualmente vive en Barcelona. Con sus hilos plateados, borda en fotografías la conexión entre un pasado olvidado y un futuro lejano. Aborda temas como el feminismo, la ruina del capitalismo e invasiones extraterrestres.

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Rocío Pérez

MI AMADA FRIDA Cómo te cuento yo, Frida, que estás a punto de llegar a este mundo, que aún hoy las mujeres tenemos que seguir luchando por ser iguales a los hombres. No, pequeña Frida, no queremos ser hombres, queremos tener las mismas oportunidades, queremos tener la misma condición de personas, no de «ciudadanas de segunda» como señalaba hace ya tiempo Simone de Beauvoir. Queremos trabajar los mismos trabajos por los mismos salarios, queremos poder promocionar en ellos y no quedarnos fuera por nuestra maternidad. Queremos llegar a casa tras nuestra jornada laboral y descansar, hacer deporte, leer o salir a tomar algo, no ocuparnos de todos los quehaceres y cuidados del hogar solas, como mucho con «alguna ayudita», como si el hogar no fuera parte de ellos, como si no fuera su sustento o su refugio. Recuerda esto Frida, compartir tareas no significa tú pensar y hacer casi todo y ellos fregar los platos, significa gestionar juntos el espacio donde vivir una vida compartida. Si eso no se hace de manera conjunta, toda la carga irá para ti, para ellos será el hogar, para ti, tu cárcel. Cómo te cuento que aún tenemos miedo por nuestra integridad física cuando caminamos a oscuras por las noches, que aceleramos el paso cuando un hombre camina tras nosotras, que cruzamos de lado, que fingimos sacar las llaves y entrar en un portal que no es el nuestro, que hablamos por el celular diciendo en voz alta que ya llegamos al punto de encuentro en la siguiente esquina, y tantas otras estrategias para poder llegar a casa viva. Como te cuento que siguen sin entender qué significa NO; que siguen creyendo que es un juego para excitarles, para hacer difícil «la conquista». Como te cuento que cuando ignoran el NO y nos agreden sexualmente, no nos creen. Creen que los provocamos, que los incitamos con nuestras ropas y movimientos. No creen que tengamos derecho a vestirnos como nos dé la gana para nosotras. Querida Frida, pero hasta desnudas deberíamos poder andar por la calle sin que nadie nos mirase ni tocase un pelo. No creen que puedas querer besarlos y parar. No creen que puedas querer acariciarlos y parar. Si no seguimos somos unas estrechas, si seguimos, unas putas. Ellos no controlan sus deseos sexuales, ellos dicen ser dominados por sus instintos animales… pero también es mentira. Son demasiado humanos, demasiado sociales, demasiado hijos sanos del patriarcado. No es cuestión de instinto Frida, es cuestión de poder, control y querer ejercerlo. La culpa de que te agredan nunca es tuya pequeña Frida, siempre es de quien agrede. Recuerda esto, intentarán culparte a ti y exculpar al agresor, pero tú no agredes a nadie vistiéndote como quieres, bebiendo lo que quieres y andando por donde quieras a la hora que quieres. La culpa no es tuya, pequeña Frida, nunca, pero atreverte a desafiarles conlleva un riesgo; cuídate, mi querida Frida, autodefensa feminista.

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Cómo te cuento, mi amada Frida, que todavía no podemos amar a quien queramos sin tener miedo. Si soy mujer, me obligan a amar a un hombre, si soy hombre, a una mujer, como si el amor entendiese de sexo o género en vez de entender de personas. Ama a quien quieras pequeña Frida, a quien tú realmente quieras. A quien te cuide, te respete, te haga feliz, mejor persona, te quiera por ser tú. No a quien te digan, no a quien te impongan, no a quien te frene, no a quien te haga un día feliz y otro triste. Esto no funciona pequeña Frida, esto no es una vida. Cómo te cuento, pequeña Frida, que aún hoy, en muchos lugares, no tenemos la capacidad de decidir si tenemos las condiciones adecuadas para traerte al mundo y criarte con amor y recursos. Nos obligan a parir como si fuéramos vacas, sin importarles si eres fruto de una violación, la mayor parte de las veces familiar —sí Frida, es terrible, pero las estadísticas están ahí—; si eres consecuencia del fallo de una planificación anticonceptiva o si eres el producto de una amenaza tácita de cómo se gestionan las relaciones en un sistema patriarcal. Te explico querida Frida, los chicos te dicen que no pasa nada, que eyaculan fuera y no hay riesgos… mentira. Los chicos te dicen que si no lo haces sin preservativos es que no los quieres y seguro lo haces con otros… mentira. Los chicos te dicen que es lo normal y todos lo hacen… mentira. Los chicos te dicen que el preservativo les molesta, les aprieta y no les gusta, «no sienten igual»… mentira, hay preservativos para todas las medidas y gustos. Los chicos te dirán muchas cosas así porque ellos han crecido aprendiendo que son los dueños activos de la sexualidad y que tú solo eres el instrumento, la cosa a través de la que ellos tienen placer, el tuyo no cuenta. Créeme, a este tipo de hombres no les importas nada, cederás a las presiones y se irán igual. Si te dicen cosas como estas, no piensan en ti, no te cuidan, no te quieren. Lo mejor, pequeña Frida, con estos especímenes, es quitártelos de encima y mandarlos a la mierda cuanto antes. También te culparán a ti, dirán que es libertinaje, que solo quieres divertirte y luego abortar, como si nos gustase abortar, como si fuéramos a hacerlo cada día. No señoras y señores, no nos gusta, es un último recurso, antes está la educación sexual y la planificación, pero en muchos sitios sigue fallando y las que acaban criando un hijo no querido, y solas, sin recursos, somos nosotras, no ellos ni ustedes desde la comodidad del juicio lejano. Cómo te cuento, mi amada Frida, lo que vas a tener que seguir luchando en este mundo, cuando llegues.

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/ Dir.: Presidente Córdova 5-55 y Hno. Miguel / Télf.: 0987706450 - 2844634 / Email: republicasur2013@gmail.com /

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Josué Mantuano Vera

TIERRA SOLA

Fotogramas de Tierra Sola de Tiziana Panizza

Guayaquil, 14 de mayo del 2018. En las puertas del teatro Muégano, una gran fila de gente esperando ver el documental Tierra Sola de Tiziana Panizza (2017); alrededor de ochenta personas esperando las grandes promesas que había obtenido de la sinopsis en la programación del Festival EDOC 2018. Como de costumbre, este festival nos saca de los enunciados de la gran pantalla comercial para inmiscuirnos en problemáticas sociales, críticas al sistema e historias latinoamericanas que nos hacen ver, que nos hacen pensar. Este día no solo tuve la suerte de ver Tierra Sola, sino que la casualidad hizo que se sentara a mi lado Coti Donoso, montajista y escritora del texto El otro montaje: reflexiones en torno al montaje documental (2017). Tierra sola es un film-ensayo en súper ocho construido a partir de diversos videos de turistas que habían grabado pequeños instantes de su visita a la Isla de Pascua y que Tiziana Panniza, la directora, fue descubriendo en algunos de sus viajes. El film, a través de su estrategia de montaje, permite evidenciar de forma directa la transición que hay entre un video y otro. Es decir, nos muestra una transición que no es sutil, se trata de la terminación de un video en súper ocho y el comienzo automático de otro como si fuera de material en bruto, sin editar, solo «unido» entre sí. Junto a testimonios actuales de algunos de los habitantes del lugar y una escritura de frases sobre las imágenes —al estilo Chris Marker—, se nos permite ir conociendo, desde una visión interna, datos de cómo ha sido el proceso de constitución de esta isla, su experiencia de encierro durante la dictadura chilena, el trato que los habitantes recibieron de algunas expediciones médicas y la construcción de una cárcel en ella.

La decisión que tomaron Tiziana y Coti para empezar la película no fue nada errada. Tierra sola empieza desde un avión al cual, poco a poco, se va incorporando un sonido de agua en movimiento, agua chocando contra una superficie como si se tratara de olas poco agresivas. Luego de unos segundos se nos muestra una isla con Moáis, esculturas monolíticas de rostros con rasgos Rapa Nui. Este montaje de imágenes y sonidos y la llegada explícita a la isla, logra posicionar al espectador dentro de la película como alguien que la habita, consigue una inmersión e identificación inmediatas con la historia. Otro punto interesante es cómo la noción de cámara se diluye y se transforma en una mirada que está siempre dentro de la isla y de la cárcel. Se nos muestran las casas, las estatuas, los habitantes, pero casi no hay tomas desde el mar hacia la isla, ninguna desde fuera de la cárcel con los presos encerrados, la mirada es siempre desde dentro de la cárcel hacia los visitantes. Es una representación, mediante las imágenes y su montaje, del anhelo del exterior y del más allá. Este documental nos hace sentir claustrofobia, atenuada por la cotidianidad de aquel que vive en la isla, encerrado. Tal vez una pregunta que nos debemos hacer es ¿por qué desde adentro? ¿Acaso será que la sensación de encierro sigue presente en los habitantes? ¿Es la primera vez que logramos, realmente, sentirnos del lado del oprimido? ¿Se quiere que concibamos la idea de que la isla es la cárcel y que encierra muchos secretos o, tal vez, será una interpelación a nuestra insensibilidad frente a situaciones como estas o a nuestra perspectiva de la historia de América Latina? Son preguntas interesantes que nos llevarían a ver el cine como un arma capaz de exterminar las problemáticas

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sociales y reclutadora de mentes e ideales. Por otro lado, este documental no se caracteriza por ser común. Y no me refiero tan solo al hecho de su experimentación con las pantallas en negro, cortes y perceptibles transiciones de un video a otro, sino a la mezcla de todos sus recursos que permiten, de alguna forma, despreocuparse de la ruptura de ejes, que da la libertad para no recurrir a una narración cronológica. Este film pone en evidencia situaciones que arremeten contra la integridad y los derechos humanos, sin embargo, no nos hacen estallar de ira por la dosis con que el montaje y la estructura nos las muestran. En fin, el instante de conmoción fue cuando proyectaron una secuencia donde los habitantes de la isla estaban vestidos de marinos. Fue tan inesperado, tan fuerte que me quedé atónito. La mayoría de la sala comenzó a reír. No supe qué hacer y mi única reacción fue decir «qué fuerte» —todo era muy transgresor y perverso—; acto seguido, la montajista, Donoso, asintió con la cabeza, me miró y me dijo «sí, es muy fuerte». Entonces pensé en todos los discursos que mantenía esta pequeña grabación, ese pequeño instante dentro de la historia de los humanos, la colonización y el poder. De pronto, me di cuenta de que yo estaba ahí, en medio de una cárcel, en medio de una isla de la cual no tenía el control y no podía irme sin llegar hasta el final de su historia, hasta el final de mis límites. Me pregunto ¿quién está desubicado, yo o ese grupo de humanos que se ríen de aquella situación que representa colonización constituida por todo este conflicto étnico y territorial?


Ramiro Urgilés Córdova

EL PROYECTO DE LA INMANENCIA. CLAVES COTIDIANAS PARA UNA MIRADA AUSENTE Hace más de noventa años, Martin Heidegger1, después de cavar hondo sobre la pregunta fundamental formulada por Leibniz2, le dio un golpe con guante blanco —teñido con sangre tras su adhesión al nacionalsocialismo— a las filosofías materialistas-positivistas3. Se vio afectado especialmente el marxismo en su iluso intento por negar la duda por el ser4. Nos corresponde a nosotros, herederos del interregno, situar la obra de Heidegger, y la de muchos otros, en la silla vacía de las categorías de validez dispersas en los vientos del capitalismo del siglo XXI. Ante tan difícil tarea, considero prudente —una vez más— partir de la otredad como elemento fundante de las categorías morales y sociales, solo así nos será posible llegar al punto de no retorno kafkiano y a la tragedia trascendental dostoievskiana6 tan necesarias en el reseco sinsentido racionalista que recorre las venas abiertas de lo occidental. Lo cotidiano ha invadido todos los espacios, incluso los que creíamos reservados para el imperativo de la disidencia, los nexos humanos de relación social han sido determinados —como acertadamente afirmaba Marx— por las estructuras de producción económica, pero no nos encontramos en la era de los ofendidos, aún menos en la de la lucha de clases; en este periodo, difícil de determinar por cierto, todos nos hallamos «por debajo del sol» en el común oprobio. La cotidianidad es la mayor expresión de un poder desvinculado de todo proyecto humano, basta con leer algún libro de Bukowski, heredero del hastío existencial europeo, para darnos cuenta de las terribles consecuencias que el tecnicismo, y su asunción como dios mortal, trajo al hombre contemporáneo. Volviendo a la idea de la otredad, Emmanuel Lévinas, en su libro De la existencia al existente escrito durante su cautiverio7 y publicado veinte años después de Ser y Tiempo sostiene que la ontología heideggeriana está asociada a la voluntad de poder, al ateísmo y al egoísmo. De igual forma el filósofo lituano afirmaría que aquello que otorga un sentido a los entes en el mundo produce una impersonalidad árida, neutra y sutil que únicamente podría ser superada en el ser para el otro, momento ético de respeto espontáneo a la alteridad. En síntesis, la otredad es el reconocimiento a la existencia del otro, un reconocimiento espontáneo que no genera una comunidad política8, más bien es productor de una ética

fundante que debería penetrar en todas las instituciones sociales9, no como un valor creador que deba perfeccionarse con el hábito, sino como el reconocimiento natural —no lógico— de la existencia de alguien más distinto al Yo y del que poco se puede decir. De esta forma se podrían levantar espacios de libertad dialógica, erigir renovadas instituciones —si son necesarias— en las que el proyecto humano se encuentre plasmado en su totalidad. Se dice que los hombres tienen prohibido soñar con el paraíso y la otredad. Un sueño que parece tener bastante de utopía; creo, sin embargo, que la otredad es la cara opuesta a la utopía ya que no propone renunciar a los valores relativos ni al proyecto humano basado en la sociedad de consumo liberal. La figura del otro golpea nuestras mesas —desiguales en su mayoría— y pone de manifiesto la banalidad de las claves de la inmanencia. Estas claves se han perfeccionado durante más de un siglo. Pueden agruparse realizando un sencillo esquema de tres partes: la existencia de valores que responden al esquema liberal, el componente hegemónico mediático y los estímulos de la impermanencia. A manera de hipótesis, planteo que el primer nivel, el de los valores liberales, determina en gran medida el juego del elemento mediático y el de los estímulos. Sin embargo, también reconozco que existe un canal a través del cual los dos niveles se alimentan e intercambian información.

transmición-recepción

Primer nivel: El sustrato de lo relativo. La sociedad contemporánea se basa en valores derivados de la existencia de propiedad privada que generan incertidumbre sobre la realidad humana. Cada persona actúa según lo que cree correcto.

Determina

{

Componente hegemónico mediático. Los medios de información reproducen el contenido del primer nivel y muta de acuerdo a sus cambios. Asimismo, perpetúa la existencia de un sustrato relativo. El hastío existencial del hombre se mitiga y prolonga con estímulos placenteros momentáneos, de esta forma el proyecto de vida del ser humano es un plan para el momento, un proyecto para la impermanencia.

De esta manera, como afirma Boaventura de Sousa Santos «Tan difícil es imaginar el fin del capitalismo, como difícil es imaginar que el capitalismo no tendrá fin». El sustrato relativo parece imposible de superar. El capitalismo en todas sus versiones, sabores y colores desde el Keynesianismo al neoliberalismo se ha convertido en una especie de vómito dulce, el arma que endulza nuestros labios con nuestra propia sangre. Pero no todo está perdido, todavía nos quedan espacios para la rebeldía, pero no la egoísta rebeldía camusiana10, sino un grito rebelde que tenga como propósito despertar al otro que yace en el olvido. Solo a través de nuestra voz de protesta, de nuestro grito, después de haber dormido más de un siglo en la dulce cama del capital, será posible pensar en relaciones sociales auténticamente humanas y en constructos sociales que no sean ajenos a nuestra naturaleza. Si bien la eternidad —en sentido amplio— es la dulce quimera de poetas y novelistas, no somos impermanentes, somos dueños de eternidades pequeñas y de sueños sencillos. Los usufructuarios de la incertidumbre debemos tener el firme propósito de plasmar nuestras huellas —pequeñas y grandes— en la arena de este bello mundo que nos ve transitar; miremos el magnífico cielo que nos cobija y brindémosle este nuevo canto a nuestro prójimo: Sin estas noches bendita sea la vida, nuevamente va.

1

Revisar con especial cuidado Ser y Tiempo publicada en 1927. Principios de la naturaleza y de la gracia, Leibniz (1927). 3 Entre ellas el marxismo y todas las derivaciones del positivismo (incluyendo al liberalismo) iniciado con Kant y Hegel en su afán por asimilar la filosofía a la ciencia. Para mayor entendimiento revisar «El marxismo y el liberalismo. Dos caminos hacia la resignación positiva». 4 Revisar ¿Qué es la filosofía? de Howard Selsam. 5 «La producción artística: un acto de irreverencia. Mirar al otro a través de la rebeldía» Ramiro Urgilés Córdova. República Sur (2018) 6 Figuras literarias utilizadas para ejemplificar escenarios humanos en los que las categorías morales fueron redescubiertas. 7 Es de vital importancia para comprender la relación entre la técnica y el holocausto leer Dialéctica de la Ilustración de Theodor Adorno y Max Horkheimer (1944) 8 A partir de la escuela contractual, el modernismo sostuvo que a partir de la voluntad se generaba una comunidad política. 9 La otredad no determina un específico tipo de instituciones o modelo socioeconómico, se centra en las relaciones sociales afectivas. 10 «El mito de Sísifo» de Albert Camus (1942). 2

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Danilo Reibán

EL ABUSO SEXUAL EN INSTITUCIONES EDUCATIVAS DEL ECUADOR El abuso sexual a menores de edad es un tema que esta conmocionando a nuestro país porque múltiples actos de violencia han surgido en algunas de instituciones educativas del Ecuador en los últimos meses. Hay que tener en cuenta que existen muchos antecedentes e información sobre diferentes casos y denuncias que han ido creando un malestar en general en los padres de familia y la sociedad ecuatoriana, y han puesto en evidencia grandes fallos dentro del sistema legislativo y educativo. Según el Ministerio de Educación, el número de denuncias por abuso sexual a menores dentro y fuera de las instituciones educativas del Ecuador entre 2014 y 2017 es de 882, de los cuales, 561 han ocurrido en el interior de los planteles y los involucrados son docentes, personal administrativo, alumnos u otros (El Universo, 2017). Además, en este año el Ministro de Educación, Fander Falconí, indicó que existen 256 sumarios administrativos entregados a la Fiscalía General por el mismo asunto. El resto de casos, 321, habrían ocurrido fuera y los involucrados serían amigos, parientes y otros. Los casos que han salido a la luz y han generado impacto comunicacional en los últimos meses sucedieron en al menos cinco instituciones educativas y tienen el antecedente de los 41 hechos de abuso ocurridos entre 2010 y 2011 en la Academia Aeronáutica Mayor Pedro Traversari de Quito (AAMPETRA), donde el docente acusado cumple una sentencia de 16 años que está sujeta a un aumento, pues se siguen acogiendo denuncias. Así mismo, existen otros procesos en varias ciudades: en Loja un acusado se encuentra detenido por el abuso a un menor de nueve años; en Quito está el caso en la Unidad Educativa Comunitaria Intercultural Bilingüe Mushuk Pakari, donde al sospechoso se le acusa de haber cometido abusos contra de 84 menores de edad; en la provincia del Azuay existen 19 denuncias receptadas por violación, acoso y abuso sexual, y finalmente, el caso que ha conmocionado a la sociedad ecuatoriana en el colegio replica Aguirre Abad, en Guayaquil, donde varios niños habrían sido abusados por diferentes docentes de la institución (Andes, 2017).

Cabe recalcar que dentro del número general de casos de denuncias, menos del 10% ha recibido sentencia condenatoria (453 de 4841). ¿Por qué no son efectivas las acciones de las autoridades en estos casos? La UNICEF (2017) menciona que una de las razones más comunes para que no se dé un proceso legal óptimo en casos de abuso es que las víctimas, los menores de edad, no denuncian o cuentan a sus padres lo que están viviendo porque reciben amenazas de daño físico o de muerte; tienen miedo de las consecuencias que sus dichos puedan ocasionar al agresor o a sus familias; callan por temor a ser acusados de complicidad y complacencia con el abuso sexual que padecieron, o evitan ser estigmatizados y rechazados. Las víctimas de abusos sexuales «requieren de un entorno conformado por adultos que sean comprensivos y contenedores, que les brinden acceso a los servicios asistenciales y los protejan tanto de posibles represalias como del proceso de revictimización» (UNICEF, 2017). Varias organizaciones que velan por los derechos de los menores de edad y padres de familia denunciantes cuestionan la lentitud del proceso judicial que lleva la Fiscalía. Cabe recalcar que en Ecuador un proceso de delito sexual puede tardar hasta tres años para ser juzgado y tiene enormes obstáculos, puesto que el denunciante tiene que encontrarse con centenares de entrevistas, investigaciones y audiencias que con el pasar de los días no dan resultados, sino que siguen abriendo heridas y reviviendo el dolor causado.

Desde su creación en julio del 2017, se han planteado varias estrategias para frenar el accionar de los abusadores, por ejemplo se instauró una comisión interinstitucional conformada por el Ministerio de Educación, la Fiscalía, el Consejo de la Judicatura, el Ministerio de Justicia y otras instituciones públicas, con el fin de trabajar en conjunto para acelerar los procesos legales. Sin embargo, a pesar de trazar esta iniciativa, no se han logrado concretar acciones pertinentes, puesto que en el último trimestre su accionar busca culpar a las administraciones anteriores; tal es así, que su más reciente informe incluye responsabilidad política de encubrimiento de los exministros Augusto Espinoza y Freddy Peñafiel, sin embargo no se han generado propuestas que contribuyan realmente a la solución del problema, más bien se lo ha empapado de contrariedades políticas. Ahora bien, el Estado ecuatoriano ha emprendido una serie de estrategias para frenar o acelerar los casos denunciados, pero, en la mayoría de las ocasiones, todos estos esfuerzos dispuestos en teoría no están siendo reflejados en la práctica. A más de lo que puedan generar los procesos legales, es importante que las instituciones educativas conozcan y sepan reconocer cuáles son las posibles situaciones de abuso, pues generalmente los abusadores se encuentran en el círculo cercano de la víctima, ya sea la familia o la escuela.

Andes, L. (noviembre de 2017). Casos de abusos de menores en Ecuador conmocionan a la sociedad ecuatoriana. https://www.andes.info.ec/ es/noticias/casos-abusos-menores-ecuador-conmocionan-sociedadecuatoriana.html

Como medida precautelar la Asamblea Nacional, por medio del Consejo de Administración Legislativa (CAL), determinaron crear la comisión AAMPETRA, por lo ocurrido en la Academia Aeronáutica Mayor Pedro Traversari. La comisión está integrada por nueve asambleístas cuya función es investigar casos de abuso sexual en diferentes escuelas del país. Además, tiene la obligación de fiscalizar los procesos de investigación (El Tiempo, 2017).

El Tiempo. (julio de 2017). Se aprobó conformación de la Comisión Aampetra. http://www.eltiempo.com.ec/noticias/ecuador/4/417765/seaprobo-conformacion-de-la-comision-aampetra El Universo. (octubre de 2017). 882 casos de violencia y delitos sexuales registra el Ministerio de Educación entre el 2014 y el 2017 https:// www.eluniverso.com/noticias/2017/10/13/nota/6428590/882-casosviolencia-delitos-sexuales-registra-ministerio-educacion UNICEF. (2017). Abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes. Una guía para tomar acciones y proteger sus derechos.

Imagen: UNICEF y Ecuador Dice No Más lanzan campaña para poner fin al abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes.

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LAS NUEVAS TÁCTICAS PARA EL DESARROLLO DE UN CINE SUSTENTABLE

Fotografía: Ernesto Samtisteban durante el rodaje de Verano No Miente

Ernesto Santisteban es un director de cine autodidacta que no cree en la educación académica. De hecho, se retiró de la secundaria a los 15 años. El abril pasado estrenó Verano no miente, largometraje que tuvo un gran éxito local con cinco semanas en las carteleras cuencanas. Ahora, este limeño se quiere adentrar de lleno en el mundo del cine con su productora La 5ta Máquina Films; pero ¿qué tan difícil resulta hacer cine en Ecuador? Santisteban nos lo cuenta con detalle…

cortometrajes—, vamos a tener, como una coronación de todo eso, una película, algo que venía postergando de hace mucho tiempo y donde involucré un último arte que era el escribir una obra de varias páginas. Su génesis fue en 2010 con un cortometraje llamado Verano No Miente que duraba diez minutos e involucraba solamente tres personajes: Christine, una anciana en silla de ruedas, y dos jóvenes que trabajaban en su hacienda que se llamaban Angie y Santiago. Y bueno, Santiago es muy rebelde, Angie es muy puritana y Christine es el tiempo representado en una anciana. El tiempo que con su ley y su fuerza inexorable comienza a observar el fenómeno de enamoramiento entre dos personas.

Ernesto, hace poco estrenaste tu ópera prima, Verano No Miente. Cuéntanos qué tal fue esa experiencia escribiendo el guion y después produciendo la película.

Claro que esta historia que inició como un cortometraje se volvió más una aventura de drama y comedia conforme lo retomé a finales del 2016. Extendí Verano No Miente a un largometraje que al momento luego de la edición terminó en dos horas y tres minutos más o menos.

Bueno, creo que la experiencia empieza por experimentar con distintas artes. Desde niño me encantó el arte mural, el arte de las caricaturas, el dibujo humorístico, la ilustración, el arte de comunicar. Mi familia tenía una agencia de noticias y yo veía cómo un hecho o un evento social se convertían en una fuente de información y también de lucro. También, el hecho de involucrarme como freelance en algunas agencias de publicidad en mi ciudad, Lima, me ayudó a entender cómo era el proceso de convertir un objeto inanimado en algo con mucha vida y capaz de venderse. A los dieciocho años empecé mi carrera con la música, haciendo bandas y reinventando bandas de mi país. Entonces, si reunimos la pintura, la música, la producción de video, ―que inicié en el 2007 o 2008 y me dio diez años de trayectoria sobre todo en videos musicales, que para mí resultaban pequeños

Fue una coronación: el hecho de escribir [el guion], de pasarlo por revisión. ¡Y ya! Estaban todos los ingredientes listos, como para hacer una torta; un gran postre que no me lo perdí e invité a mucha gente a que también lo probara, en este caso, a los actores, al equipo de producción y por supuesto, al público. Además de todos estos ingredientes también están los sponsors. De hecho, alguien alguna vez nos dijo que el 80 % de hacer cine es tocar puertas. Entonces ¿qué tal ese aspecto de la búsqueda de patrocinadores? Ahora que ya salió la película, veo una reflexión sobre el proceso de producción. Podría afirmar que el tocar puertas para financiar tu proyecto, sea con marcas que quieran integrarse en algunas escenas de la película o ministerios e

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instituciones públicas que tienen fondos concursables, la dedicación es tanta como con las fechas de grabación. En materia de tiempo y dedicación, por lo menos el 50% de la producción tiene que concentrarse en el financiamiento. En este caso, nosotros queríamos que la película no demorara en realizarse. Es por ello que decidimos —a pesar de que no era una película 100 % comercial y tenía algo «de autor»—, incluir algunas marcas que pudiesen financiar el proyecto, no todo, sino una gran parte, y otra parte poder recuperarla con la taquilla. El auspicio en sí es tangible, es seguro, lo que no es seguro es la taquilla. Era algo que estaba a la expectativa, para evaluar nuestras fortalezas y debilidades según el mercado de consumo de cine nacional que está acostumbrado (o estaba acostumbrado, antes de que lleguemos nosotros) a una propuesta más social. A las historias sociales, yo tengo un horror. O sea, tengo ideas y proyectos por hacer que son, entre comillas, muy «cine latino». En todos los viajes que he hecho por Perú, Chile, Argentina, Paraguay, viví en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, he sido testigo de los pormenores sociales y políticos que ha habido. Eso lo tengo bastante claro. Quizás yo veía el hacer un cine de género como un reto y era consciente de que permitía, de alguna manera, ser un poco más flexible con el product placement. Ahora, tras esta experiencia, queremos que la siguiente película, como parte de este aprendizaje cinematográfico, apueste a un mercado totalmente comercial. Esto que dices de hacer algo comercial es interesante, porque hemos notado que la mayoría de patrocinadores de tu película son empresas privadas. ¿Por qué lo público esté no aparece tu lista de patrocinadores? No es algo habitual.


Lo que pasa es que las instituciones públicas se deben al pueblo; o sea, se deben al país entero, no solamente a un proyecto, sino a los varios proyectos que estén en camino. Y es una ley y una norma el ser imparciales. Eso [conseguir fondos de instituciones públicas] normalmente se hace a través de licitaciones o concursos que tienen sus periodos y no financian toda la película sino una parte. De poder, se puede y es una buena herramienta para quienes sienten que no tienen la capacidad de tener una conexión con la cabeza de una empresa privada. En nuestro caso, tuvimos muchas reuniones con muchas marcas. Del 100% de empresas que visitamos, solamente se integraron un 30% o un 25%. No vamos a seguir dependiendo de la empresa pública. No por ingratitud, sino porque no se adapta a los tiempos [de producción] y creemos que, en realidad, esas licitaciones deberían ser para las personas que necesitan aplicar a los fondos. El Ministerio de Turismo fue una excepción porque prácticamente protagonizaron una gran parte de la producción pues nos ayudaron mucho con las locaciones, con autorizaciones para grabar, con la participación de la policía de tránsito, con la coordinación de la seguridad en cada locación... Hemos tenido también una muy buena experiencia a través de un organismo de apoyo que se llama Ecuador Film Commission que pertenece al ministerio de Turismo y que, justamente, atiende a las producciones con el único requisito de mostrar el país, mostrar lugares y atractivos turísticos. Llama la atención aquello sobre los tiempos, de que a la empresa pública como que le cuesta un poco cumplir con los tiempos… Sí, en el caso del Ministerio de Turismo, nosotros hicimos un intercambio de marca básicamente, o sea, de coproducción: ellos nos apoyaron en todo el tema de permisos y locaciones, también nos hicieron un reconocimiento como embajadores de turismo de la ciudad de Cuenca que a nivel promocional era muy bueno para nosotros… y no exactamente con dinero. Hay otra institución pública que sí nos ha apoyado con dinero y estamos en proceso todavía. O sea, todavía estamos en proceso de hacer que se cumpla ese trato. Entonces, bajo esa premisa preferimos no seguir aplicando a empresas públicas. [El proceso burocrático] ha ocasionado que nosotros tengamos que ver, por otras vías, financiamiento que no estaba programado, debido a que se ha demorado. Esos son los problemas de los que tardíamente nos hemos dado cuenta.

Según un informe del cine nacional, que se publicó a finales de diciembre del año pasado, un 90% de las producciones nacionales quedan con muchas deudas que se tienen que ir pagando en uno o dos años, cosa que no nos está ocurriendo exactamente así. No estamos con demasiadas deudas. Estamos todavía pagando algunos rubros acordados. También hay la posibilidad de distribuciones en líneas aéreas en Europa. Estamos recién aplicando a festivales internacionales, que es algo que decidimos fríamente, pues muchas películas aplican primero a los festivales internacionales, en parte porque hay la aspiración personal del director y porque hay la idea de que si viene con reconocimientos internacionales la película va a tener más espectadores, no necesariamente es así… ¿A qué festivales están aplicando? Bueno, a varios, pero estamos esperando la respuesta de un festival en Chile y otro en Guayaquil. Hemos aplicado a festivales de Estados Unidos y Europa, pero estamos esperando respuesta. Entre todos esos festivales, no hablas de La Orquídea que es un festival local. Sí. El Festival de cine La Orquídea tiene dentro de su reglamento que no pueden participar películas que ya hayan sido exhibidas en salas de cine. Yo no sé si eso es bueno o malo, ya que no estoy muy involucrado en los proceso de festivales, pero eso no permitiría que nosotros podamos participar para concursar. Dentro de la programación asumimos que sí [estará Verano No Miente], pero es algo que el festival deberá valorar, más si son auspiciadores. Te lo decimos porque sería raro que una película azuaya no esté en el festival azuayo de cine… Esa es la lógica del público, pero en este caso, el festival quiere proponer espacios para películas que no necesariamente han tenido un impacto con el público. Respetamos eso, sin embargo, creemos que sería conveniente, por la gran demanda que tuvo la película y porque La Orquídea es también auspiciante, que pueda ser considerada para su programación. Creo que sería algo que el público disfrutaría mucho.

Ahora que mencionas al público, sabemos que Verano No Miente estuvo cinco semanas en cartelera en Cuenca, ¿qué tal la demanda en otras ciudades del país? Aplicamos a varias salas de cine en Quito y Guayaquil, pero hay salas en donde se consume más cine nacional que en otras, entonces no hubo tanta demanda como en Cuenca. En Loja estuvimos una semana. La asistencia fue regular debido a que no se pudo hacer una promoción tan fuerte a como hubiéramos querido. Y ahora vamos a probar en Machala, Manta y Portoviejo dentro de más o menos un mes. Justamente se me viene a la mente una frase que hace poco dijo Pablo Aguirre. Él dice que «el cine ecuatoriano está recién en su preadolescencia» [risas]. Y quisiéramos saber también cómo ves tú al cine ecuatoriano… Por ejemplo, la inclusión del product placement en Perú ocurrió hace unos diez años. Y tomando cifras, el consulado de Chile en Quito me decía que allá se están haciendo cien producciones anuales; en Perú está pasando el medio centenar de producciones, y en Ecuador estamos llegando a un poco más de veinte producciones anuales, de las cuales no todas se publican. Entonces, sí, coincido con él [Pablo Aguirre] en ese sentido. Esa opinión corresponde a una visión que a veces no tomamos en cuenta, especialmente cuando pensamos que el cine nacional debe estar retroalimentado solamente por un sector que no sobrepase las fronteras. En este aspecto, nosotros nos atrevimos a «institucionalizar» el product placement porque somos la primera película que se ha hecho así y hemos marcado un antes y un después, quizás en lo que respecta al financiamiento. Eso personalmente no hace que no me agraden las películas ecuatorianas, esas propuestas que son de autor y que tienen gran contenido de identidad. Creo que eso garantiza que tú seas muy genuino. No digo que no lo hagas cuando quieras incursionar en el product placement, sino que cuando incursionas en eso, sabes que tienes que atarte y ser muy genuino y muy fiel a lo que has escrito. Se debe tomar en cuenta que también tienes que introducir un arte muy comercial dentro de tus escenas.

Teniendo en cuenta todo esto del product placement y el apoyo de la empresa pública con todas estas acciones del Ministerio de Turismo, ¿qué tan sustentable te ha resultado producir Verano No Miente? Lo que pasa es que las etapas de distribución de una película pueden tomar años. Nosotros hasta abril teníamos más o menos una idea económica de lo que estaba sucediendo, pero luego, ya en mayo, teníamos otra perspectiva porque la película se quedó cinco semanas en cartelera en la ciudad de Cuenca. Nos la pidieron para promocionarla luego en julio en otras ciudades y vamos a hacerlo hasta fin de año en varios lugares. Entonces, yo no tengo un balance de la película todavía, sino hasta el próximo año en que se distribuya en la televisión. Pero, sacando números aproximados, creemos que la película ha resultado… o sea, no rentable, pero sí nos ha permitido que suceda la experiencia sin quedar con deudas.

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Fotografía: Actores de Verano No Miente durante el rodaje.

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RESTAURANTE

DOS SUCRES

Dos Sucres es el fruto de las ganas de vivir el sueño gastronómico y manejar una cocina. Daniel, con un carácter emprendedor, creativo y perseverante, decide poner en pie su propuesta de restaurante, un proyecto con la finalidad de resaltar los sabores del Ecuador a través de una cocina moderna ecuatoriana. En "Dos Sucres" el trabajo directo con el productor es primordial, la comunidad de APAY Barabon se encarga del cultivo orgánico de un 60% de los productos del restaurante. Nuestra labor con la comunidad es realizar capacitaciones y buscar nuevas alternativas de proyectos para mantener la economía de esa zona. Hemos dado el primer paso para emprender este proyecto. La meta: una cocina responsable.

Horario:

De martes a sábado de 12h30 a 15h30 y de 18h30 a 23h00 Domingo de 12h30 a 16h00

Dirección:

Roberto Crespo 3-56 y Luis Moreno Mora

Teléfono:

098 453 7693

Rango de precios: De 10.00 a 25.00 USD

DOS SUCRES: GASTRONOMÍA CON TRADICIÓN E INNOVACIÓN ¡Un verdadero artista de la gastronomía! Daniel Contreras, propietario y chef de Dos Sucres intenta plasmar su visión personal del mundo en cada uno de sus platos. En efecto, es un experto en técnicas de vanguardia que combina sabores que representan tanto nuestra cultura ancestral como las nuevas tendencias de cocina. Daniel, explícanos el concepto de Dos Sucres, sabemos que sí que es un restaurante con concepto. Creo que el concepto nace en el mismo lugar que el nombre, de ahí empezó todo. Dos Sucres hace referencia a nuestra antigua moneda, antes se hacían las compras con el sucre. Un sucre representa la tradición y nuestra cultura. El otro representa la experiencia de hoy en día, los avances en la tecnología, las tendencias… ¿Podemos definir al Dos Sucres como un restaurante de cocina de autor, en la que se investiga? Sí. Más que nada, la idea es que cada plato tenga un «cimiento». En algunos casos a la gente podría no gustarle un plato que a otros les encante, pero la idea es que siempre haya un sentido y un porqué. La mayoría de las veces nuestras creaciones se basan en tradiciones o circunstancias que suceden en el día a día. A eso, creo yo, que se le denomina cocina de autor: poner unas ideas a través de un producto que, en este caso, son los ingredientes.

¿Qué podemos encontrar si venimos a comer al Dos Sucres? Lo que intentamos hacer es que los platos sean un poco más pequeños y que la gente pida entre dos y tres platos, incluyendo los postres. También nos hemos enfocado en ciertas circunstancias que les suceden a los ecuatorianos. Dentro de la carta tenemos, por ejemplo, un postre que se inspira en el río Tarqui y representa varias cosas que lo componen: los maizales de las comunidades, los bosques de pino, la industria de la leche. Hemos intentado hacer un postre que represente cómo han ido evolucionando esas cosas… Esto no quiere decir que sea lo correcto o lo incorrecto, simplemente es cómo yo las pienso e intento que tengan sentido. Eso nos lleva de vuelta ese concepto que hablábamos del Dos Sucres, uno que hace alusión a la tradición y el otro a la innovación. ¿Qué sabores representan la tradición y qué sabores la innovación? Por ejemplo, este mismo postre del río Tarqui: para representar a los maizales hacemos chumales. Los chumales eran servidos por las señoras que trabajaban en las haciendas. Eso representa la tradición, pero en vez de hacerlo con nata y con mermelada, hicimos un dulce de melaza con hongos de pino y un helado de nata.

RECETA Receta «Tigrillo y huevos benedictos» Tigrillo

6 verdes 45 gr de achiote 3 gr de comino 4 huevos 75 gr de crema

Refrito

180 gr de cebolla perla 40 gr de aceite 15 gr de ajo 30 gr de mantequilla 60 gr de cebolla blanca 12 gr de sal

Preparación:

Cortar los verdes en rondeles de 2 o 3 cm aproximadamente. Fritar a 160 grados por 3 minutos. Aplastarlos y fritar a 180 grados hasta dorar (4 minutos). Hacer un refrito con los ingredientes. Picar los patacones e incorporar al refrito. Cocer 5 minutos más y reservar.

Huevos pochados 1 huevo Papel film Hilo de bridar

Preparación:

Colocar el huevo en un cuadrado de papel film aceitado con la ayuda de un bowl. Amarrar el film con el hilo de bridar. Calentar agua a ebullición (la suficiente para que el huevo pueda flotar). Cocer el huevo 5 minutos y 30 segundos. Enfriar.

Holandesa

125 gr mantequilla 1 yema de huevo 1 onz de zumo de limón Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Calentar la mantequilla a 210 °F Con la ayuda de un mixer, batir la yema con la sal, la pimienta y el limón. Agregar la mantequilla caliente de a poco hasta formar la emulsión. De base colocamos el tigrillo, sobre el huevo pochado y la holandesa. Decoramos con cilantro y perejil picado.


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