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TODO LO DE HOY Hemos hecho una lectura de cartas para saber el futuro
-Esto está más difícil que ganar el Mariano Aguilera…
No es clickbait republicanos. De veras acudimos a una pitonisa pero a pesar de todas las adivinaciones y vaticinios, el futuro sigue velado, el punto final no acaba de asentarse y cada vez nuevas cartas se ponen sobre la mesa.
-Ya sé. Antonio Valencia que ha ganado el campeonato de la Europe League.
Frente a ella y mirando la cantidad de cartas hemos hecho el humilde ejercicio de escuchar atentamente. Aquí les dejamos una transcripción de nuestra conversación: -Recuerden, como dice Jorge Drexler, todo cambia, todo se transforma -dijo con acento francés y voz de haber fumado… por años. -¡Díganos algo que no sepamos! Queremos saber qué cosas nuevas se avecinan para poner en la editorial. -Muy bien pero como dice Germán en su columna, las cartas tienen su propio ritmo - dijo poniendo el primer par sobre la mesa L’Empereur y la Les Roues de Fortune. -Esa está fácil de adivinar… Lenin Moreno. Es verdad, nuevo presidente con pocos cambios y muchas promesas. ¿Qué otra cosa nueva para junio? -Eso nos lo dirán los dos siguientes pares de cartas: La Maison Dieu y Le Pape. ¿Les dice algo? -¿Será Martín Sánchez en la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay?, o ¿será Camilo Restrepo en la sede nacional de la Casa de la Cultura? Tal vez es Raúl Pérez Torres en el Ministro de Cultura. Ahora sí se puso interesante la cosa, porque esto nos interesa a todos, en especial a nuestros lectores. ¿Cuál sale ahora?, que de seguro dice algo de nosotros.
[Un verdadero mago que se hace con una estrella más para el deporte y que no solo ha conseguido levantar el ánimo de los ecuatorianos sino de Manchester que fue víctima de un atentado]. ¿Y qué dicen las cartas sobre nuestros lectores? -Ha salido Le Jugement. Al parecer serán los lectores los encargados de juzgar lo que está por venir en este mes. -Bueno, ellos siempre han sido nuestros jueces y están contentos. Ofreceremos más cine, literatura, artes plásticas y más de todo lo que esta gaceta ofrecido en sus ediciones precedentes. Lo siguiente que hablamos con ella, cuando por fin salieron Le Mat y L›Hermite, no es apto para todo público, así que lo reservaremos nuevas ediciones. Por lo pronto, esta, queridas(os) amigas(os) fue la conversación con nuestra vidente que queda contratadísima para futuras ocasiones porque le ha atinado a todo y nos ha dejado con más incertidumbre que al principio. Es decir, ha hecho un magnífico trabajo. Esperamos que ustedes tengan la misma curiosidad por las páginas que siguen.
Director: Jordi Garrido
Productor: Alberto Zhapan
Editores: Germán Gacio Baquiola Jordi Garrido
Impresión: Ministerio de Cultura y Patrimonio
Corrector: Germán Gacio Baquiola David Larriva
Diseño y Diagramación: Daniel Esteban
Autores de esta edición: José Manuel Castellano Joaquín Garrido Marsal Rocío Pérez Boris Banegas Abád Sebastián Zaldumbide Germán Gacio Baquiola Rosalía Vázquez Alejandra Bueno Leo Espinoza Giovanni Narváez
La Gaceta Cultural no se responsabiliza por las opiniones vertidas por nuestros colaboradores.
¡Muy buen provecho!
-Lo siento, pero hasta no ha salido nada de vosotros; Le Mat y L›Hermite siguen en el mazo. Pero esperen, aquí está otro par: Le Bateleur y L›Étoile.
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Fotografía: Xavo Gallegos
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José Manuel Castellano
RAZONES PARA LA REBELDÍA Tras leer Razones para la rebeldía y durante la elaboración de estas líneas valoré distintos enfoques. No se trata de un libro cualquiera. Por muchas razones, merece una reseña distinta ‒que no debe ser hecha con menor rigor y seriedad‒ y a mi modesto entender, exige un contundente compromiso de mi parte. Razones para la rebeldía puede ser catalogado como un testimonio sobre los últimos conflictos sociopolíticos de España. Se desenvuelve en dos planos estrechamente interrelacionados, el individual y el profesional, y gira sobre dos ejes entrelazados: el panorama nacional y el escenario internacional. Todo ello perfectamente compactado y definido por un compromiso ideológico pragmático y por una decidida apuesta por la construcción de una nueva sociedad. Sin embargo, este libro es más que un mero instrumento testimonial, es un instrumento de reflexión donde Guillermo Toledo muestra una serie de problemas a los que responde con sugerentes aportaciones, y Pascual Serrano los enmarca dentro de un contexto social. Este libro no tiene como finalidad ofrecer un modelo de ciudadano, dar lecciones de ética o de ideología, tampoco es una exaltación del individualismo, más bien es una propuesta que intenta incitar al lector. En definitiva, es un texto de agitación que pretende mover consciencias desde la búsqueda de razones para la rebeldía. Un razonado llamamiento a la acción y al activismo. Aunque es muy complejo por los asuntos que trata, comunica con mucha sencillez y tiene la facultad de introducir al ciudadano activo, en el planteamiento social y profesional de Guillermo que puede compartir o rechazar, es decir, dispone un necesario diálogo entre lector y autor. Tiene además otra cualidad destacable: no es un libro cerrado, es un texto abierto y participativo que exige esfuerzo por escribir nuevas páginas en pos de esa anhelada transformación social. Es diferente, como no podía ser de otra manera. Arranca con una nota editorial infrecuente donde se explica su origen. Su nacimiento no es el resultado de una iniciativa de los autores, sino que proviene de una propuesta de Ediciones Península a Guillermo Toledo para que expusiera sus motivos de rebeldía. Sin embargo, él, enfrascado en ese momento en la acampada de sol, no podía hacer frente a ese compromiso y de forma circunstancial entró en escena Pascual Serrano. La editorial consiguió comprometerlo para que durante intensas jornadas y mediante el procedimiento de entrevista-conversación pudiera llevar a buen puerto el encargo editorial. El resultado es este libro que hoy comentamos. Asimismo, debemos hacer constar ‒y eso dice mucho también‒ que parte de los derechos de autor se destinan al Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Sin menoscabar las lucidas aportaciones de Guillermo Toledo, es de justicia resaltar la labor de Pascual Serrano. Los que hemos trabajado el género de la entrevista, somos conscientes del esfuerzo que encierra cuando es abordado con tanta profundidad. En este sentido, Pascual ha sido todo un virtuoso. Ha tenido la enorme capacidad de desaparecer del plano principal, aunque detectamos cómo su sello impregna todo el texto, tanto en la concepción
metodológica y estructural, como en el exquisito cuidado y delicadeza a la hora transmitir el ideario de su entrevistado. Razones para la rebeldía además cuenta con un sutil y brillante prólogo de Julio Anguita, titulado «Las aldeas de Potemkin», en el que recurre a un símil para sintetizar a la mínima expresión el contenido esencial del libro: la confrontación entre el «mundo real» y la «tremenda realidad». «El texto [dice Anguita] no es solo el acta de una experiencia permanente en la lucha y en la búsqueda de la justicia; es una reflexión acerca de las apariencias y de quienes las montan, beneficiándose de ellas». Para concluir con un genial epílogo: «Absténganse los súbditos, lean los ciudadanos». Una amplia selección de asuntos de verdadero interés general recorre de forma entrecruzada cada rincón de este libro y que grosso modo podemos reagrupar en dos grandes áreas: el espacio profesional y el espacio social definido por la caracterización ideológica que es el leitmotiv y el elemento que reúne la obra en su conjunto. Guillermo Toledo inicia con una exposición sobre el origen de su compromiso social y cómo su activismo se enriquece y define a través un proceso vital y de una decidida toma de postura frente a los problemas domésticos y globales: la Ley de Extranjería, la privatización sanitaria, la crisis democrática, la monarquía, el 15-M, el militarismo y los conflictos bélicos, el Sáhara, el pueblo palestino, etc. Su espacio profesional también es otro campo de batalla. Guillermo traslada su compromiso hasta la creación artística con su grupo de teatro Animalario; contribuye a desmontar esos decorados Potemkin al propiciar, junto a Ernesto Alterio y Alberto San Juan, el clima adecuado para que sus compañeros de profesión alzaran la voz del «No a la guerra de Irak» durante la entrega de los Premios Goya de 2002; se enfrenta abiertamente a la Ley Sinde; denuncia los cambalaches de la Sociedad General de Autores; exterioriza el complejo mundo que se esconde detrás las bambalinas y realiza interesantes reflexiones sobre el séptimo arte, la caja tonta, internet, la cultura y más. Sería conveniente detenernos en esos episodios intrahistóricos, que, tras desmantelar los decorados de cartón piedra, nos acercan un poco más a ese «mundo real», pero es imposible abordar esas cuestiones ahora. Así que, tendrán que esperar ustedes a leerse estas 141 páginas para descubrirlos. De todas formas, me gustaría realizar un comentario sobre los medios masivos de (in) comunicación, que han desplegado acciones represivas y manipuladoras sobre él y sus luchas. Un procedimiento muy habitual en las redacciones ‒como señala Pascual Serrano‒ donde se engendran seres endemoniados para consolidar una opinión uniformada y descerebrada. Solo hay que repasar la prensa de España –la de la derecha y la de la falsa izquierda– o los grandes entes televisivos, que están en las mismas manos, para comprobar cómo han crucificado, desvirtuado y hasta ridiculizado a Guillermo Toledo en lo personal y profesional. Ataques con los que se pretende desviar la atención del conflicto en el que participa, utilizando al personaje como noticia central para banalizar y marginar los problemas y, por tanto, relegar la información.
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Ante estas feroces agresiones, amigo Guillermo, sabes que no estás solo. Junto a ti hay una legión de ciudadanos y ciudadanas que comparten una sacrificada lucha social. Muchos de ellos desde el anonimato y sin transcendencia pública ni mediática y que, igual que tú, sufren los zarpazos del régimen y cuyos nombres forman parte de esas malditas listas negras simplemente por defender sus ideales, denunciar injusticias y corruptelas y por no aceptar un régimen antisocial y antidemocrático. Sí, antidemocrático, porque la democracia es una cosa bien distinta, como sabemos. Antes apuntamos que reseñar este libro no debe limitarse a trazar rasgos generales o realizar algún que otro comentario, así que, con el permiso de ustedes y con la mayor brevedad posible –ya que no es nuestra intención exponer nuestras razones para la rebeldía, aunque algunas de ellas están contenidas en este libro–, me van a permitir compartir algunas consideraciones. La primera: debemos transitar por el camino de la insumisión y desobediencia social y civil. Este pensamiento está fundamentado en la esencia de los valores democráticos, porque cuando un gobierno legisla contra el pueblo, cuando destruye las libertades, cuando recorta nuestros derechos o fomenta desigualdades, la sociedad tiene el sagrado deber de reaccionar, de desobedecer, de sacudirse el yugo e instaurar su soberanía; en palabras de Thomas Jefferson, de «derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas para su futura seguridad». La segunda consideración es que ha llegado la hora de la verdad, como decía José Martí, y ha llegado la hora de actuar conjuntamente y mostrar nuestro compromiso radical contra un sistema corrupto, especulador y criminal. Es evidente que la ciudadanía y las organizaciones reivindicativas –algunas viciadas y otras atomizadas– no hemos estado a la altura de las circunstancias. Esta realidad, junto a otros comportamientos histórico-culturales ha formado sociedades resignadas e inmovilistas, hasta extremos que rozan el masoquismo social y ha servido de elemento autorregulador del descontento social que consolida el statu quo del poder establecido. En otras palabras, no existe contrapoder. La realidad es que tenemos un pueblo que no reacciona, exige o lucha por sus aspiraciones. Un pueblo vencido y sometido a unas estructuras represivas, sutiles y agresivas, que se imponen en todos los ámbitos. Un pueblo que soporta lo indecible y que costea una crisis generada por un grupo dominante, especulador y avaricioso, que con el apoyo institucionalizado de los representantes públicos, se beneficia de la explotación y se siente cada vez más fuerte y autoritario al recortar las libertades y derechos sociales. De ahí que Guillermo Toledo reivindique «el papel de los ciudadanos en marcar los pasos para proyectar el futuro». A nosotros nos queda simplemente elegir cuál será nuestro camino: «seguir aguantando o salir a la calle y exigir nuestros derechos». Por este, y por muchos otros motivos, no quisiera concluir mi reseña sin invitarles encarecidamente a la lectura de este libro convencido de que no se sentirán defraudados.
Joaquín Garrido Marsal
CHARLES DARWIN ERA TONTO (ADEMÁS MUY FEO, TODO HAY QUE DECIRLO) Artículo ditirámbico escrito por Clodoveo Tufado D'Incienso, Miembro de la A.A.A.1
Debo comenzar diciendo que la redacción de esta gaceta puso serias objeciones a la publicación de este artículo, alegando que el tema carecía de actualidad. Disentí sonoramente, pues en los EEUU (antes del arrollador triunfo de Trump) estaba el asunto en el candelero desde que en el 2009 el senador Bill Haslam (que no es miembro de nuestra asociación, pero podría) promulgó una ley no firmada que dejaba a criterio del profesorado la enseñanza de la teoría de la evolución (del tío que encabeza este artículo), junto a las distintas versiones cristianas creacionistas basadas en la Sagrada Biblia, o las más modernas del diseño inteligente, objeto de sesudos estudios de la universidad de Seattle. Como el actual presidente Sr. Donald Trump es ferviente partidario del creacionismo, es presumible (muy presumible) que la polémica reverdezca, acabe por convertirse en trendig topic empujada por un colosal impulso en defensa de la verdadera historia de la creación del Hombre sobre la tierra. El peso de este argumento ‒junto a ominosas sugerencias de castigo divino que, caso de sostener el veto, podrían cernirse sobre la publicación‒ hizo que el consejo de redacción replegara velas y accediera al fin. Soy un partidario adscrito al creacionismo más genuino (uno es un clásico), es decir del que se deduce de la literalidad de las sagradas escrituras (para eso son sagradas), sin interpretaciones más o menos creativas, o aggiornamentos (como los creacionistas del diseño inteligente, que tampoco está tan mal); pero sea de una u otra forma, está claro que la presunta ciencia de ese bobo de Darwin no es más que el delirio de una mente tan flaca como perturbada. Empecemos por el principio. Estudios recientes de la · A.A.A.2 han demostrado de modo incontrovertible, que el tal Darwin escribía muy mal y cometía sonoras faltas de ortografía a puñados, en medio de una sintaxis propia de un mono platirrino. Tanto es así que su obra cumbre La evolución de las especies fue encomendada a un negro contratado por unos cuencos de bazofia ‒como miserable · esclavo que era‒ originario de Burkina Faso conocido por el nombre de M´pongo Oskuro. Un inciso: he aquí el verdadero origen del término negro para designar· al que escribe fraudulentamente en nombre de otro firmante. Ya empezamos con una cuestión nauseabunda. Pasemos a su viaje en el Beagle y su visita a las islas Galápagos para un presunto «estudio en profundidad» de las especies presentes en un territorio virgen, ideal (según él) para verificar «in situ» la confirmación de sus abracadabrantes conjeturas.
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En realidad Darwin no se enroló en la tripulación como naturalista, sino como ayudante de grumete (tan tonto era que ni siquiera alcanzaba el estatus de éste último). Se pasaba la mayor parte del día baldeando las letrinas de la nave y limpiando el calzado de toda la tripulación, preguntándose (el muy tarugo) como demonios hacían para atarse los zapatos. En sus ratos libres trasteaba con un lapicero haciendo dibujitos de palotes y redondeles que le salían tan mal que ideó el sistema de utilizar una moneda de medio penique para conseguir un resultado aceptable. De otro modo el redondel se asemejaba más a la oreja amputada de Resevoir Dogs de Tarantino, que a una circunferencia ¿Habían visto ustedes un sujeto más inepto? Y hablemos ahora de las Galápagos. ¿Sabían Uds. que el señor (por llamarle de modo amable) Darwin detestaba los que él llamaba «bichos» y padecía aparatosas convulsiones epilépticas en su presencia? Sí señores: una inofensiva culebra, una inocente tortuga o una estatua iguana eran motivo suficiente para salir por piernas como alma que lleva el Diablo, arrojándose al bote y remando con velocidad de un fueraborda hasta alcanzar el Beagle para, a renglón seguido, auparse a alguna de las cofas del barco ¡Menudo naturalista el lelo éste!
Freud (¡otro que tal baila!) que parió el complejo de Edipo para alimentar sus libidinosas fantasías en su degenerada afición por las manualidades de Onán. O Albert Einstein, el «genio» que se sacó de la manga el as de la Relatividad frente a lo absoluto como emanación divina. En fin, hay muchas cuentas pendientes por saldar con una pléyade de «sabios» imbéciles (Marx, Bernoulli, Planck, Bohr…) adornados algunos de ellos con premios Nobel (que bajo han caído los laureles profanos) que si mis lectores lo demandan con sinFue esa irreprimible atracción por la fábula, el motor últi- cero frenesí, meteremos en vereda en futuros artículos (si mo que le impulsó a escribir (negro mediante) La evolución Dios quiere). de las especies concebido como «un gran cuento». Al observar la expectación que había despertado entre el público in- Conclusión final: Darwin era tonto de remate. La naturalefantil y ‒por el contrario‒ el escepticismo entre los sesudos za NO es natural; es obra del Altísimo y ‒por tanto‒ Sobrecaballeros de la Academia Británica de las Ciencias, se vio natural. Y además: era muy, muy feo5. impelido a justificar el invento con nuevos apaños disfrazados de investigaciones, con objeto de hacer comulgar con ruedas de molino a los que le habían humillado con indiferencia y desprecio. Invenciones sobre invenciones para conseguir venganza. Al tiempo las distintas confesiones cristianas, levantaron lógicamente la voz hasta el aullido, condenando y anatemizando la blasfema afrenta contra las enseñanzas de la Santa Biblia. ¿Cómo podía este caballerete afirmar sin asomo de rubor, que el ser humano era el resultado de la evolución natural a lo largo de millones de años4 obviando la intervención del Supremo Hacedor como creador de todo lo existente en general, y del Hombre en particular a partir de Adán y Eva? ¿Quién es más inteligente Dios o un botarate? la respuesta es obvia: el segundo no puede ser. Y esta sencilla reflexión, zanja definitivamente la cuestión desde ya. Y ahora pasemos al meollo del asunto, aunque sea sucintamente. Es bien sabido que el Sr. Darwin era tan aficionado a la fábula como el hooligan a las banderitas y bufandas de su equipo del alma. Esopo, los hermanos Grimm, Andersen, Samaniego, etc., eran sus lecturas (?) de cabecera, en especial El patito feo (suponemos que por afinidad). Incluso la Biblia formaba parte de sus lecturas en la creencia que el Génesis era también un cuento (el muy lerdo)3.
Pero, entonces... ¿Cuál era la actividad de tan ínclito «científico» en las islas? Pues, el muy simple, permanecía en la playa próximo al suave oleaje que lamía, ojo avizor a la menor aparición o asomo de cualquier ser animado (exceptuando las palmeras mecidas por la brisa marina) o «bicho» (no lo olviden), recogiendo conchas y caracolas destinadas a hacer collares, pulseras y otros tocados que testificaran ante la comunidad científica británica, alardeando de: «yo Y esto nos conduce a otra reflexión más, que convendría he estado en la Galápagos y vosotros no». tener presente en lo sucesivo. La ciencia en estos tiempos de descreimiento está sobrevalorada (especialmente cuanEl resto del periplo que recorrió buena parte del resto de do no es más que la mera elucubración de un farsante) Sudamérica, Tahití, Australia, Nueva Zelanda, etc… per- mientras que se menosprecia a la fe. Ante esta disyuntiva maneció a bordo del buque sin descender jamás y vomi- los creyentes elegimos la segunda, como principal (y, a vetando como la niña posesa de El exorcista. Había que elegir ces, única) fuente de conocimiento, porque: «así es, si así entre las convulsiones epilépticas y el pertinaz mareo y el os parece» o dicho de otro modo, «así es, si al Altísimo le memo congénito optó por lo segundo. parece». Hay que añadir, además, que la explicación darwiAlguien argüirá (con todo derecho) que ‒al menos‒ su nista atenta contra la sublime poesía de la creación humaluenga barba y su centelleante calvicie, le otorgaban el res- na (ese árbol de la ciencia del Bien y el Mal, esa serpiente petable aspecto de un sabio de alcurnia. Pura apariencia del Averno, esa manzana ponzoñosa, esa ambición de Eva no deliberada (ni siquiera tenía la picardía de fabricarse un por saberlo todo, ese desafío al Todopoderoso, ese idílico disfraz). La barba fue producto consiguiente del abandono Edén…) convirtiéndola en un prosaico, a la par que tosco, del afeitado. Cada vez que cogía la navaja barbera y proce- acontecimiento en el que un simio arborícola se convierte día a eliminar las cerdas faciales, acababa por desangrarse en un ser pensante (¡con alma!). De un comedor de plátaadquiriendo el aspecto de Ecce Homo que no era la imagen nos y maní, pasamos al Homo Sapiens. Nula sensibilidad más apropiada para presentar la dignidad que un «natura- lírica. lista» requería. Tras varios cientos de intentos infructuosos Aún cabe una consideración más de este humilde escribipor adquirir la técnica adecuada para no herirse, y verse dor. El caso Darwin no es el único perpetrado por un lelo obligado a ponerse continuamente parches balsámicos para sin remedio contra las revelaciones divinas, y dispongo de contener las hemorragias, decidió que lo mejor era dejar un nutrido arsenal de improperios, vejaciones y epítetos inque la Naturaleza siguiera su curso: «¿Qué mejor para una famantes para arremeter contra otros «ilustres científicos» naturalista?» se justificaba el muy imbécil. Llegar a esta de- tan tontos (o más) que el objeto de este artículo. cisión le tomó años (era lentito el andoba) de llevar la cara vendada casi a permanencia. En cuanto a su alopecia cra- Ahí tenemos a Galileo (que ni había nacido en Galilea ni neana que, por lo general se asocia injustificadamente a la nada) Galilei (¿no quieres caldo? dos tazas…) ante quién tenencia de un cerebro privilegiado, no se debía paradóji- la Iglesia se ha bajado los pantalones no hace mucho, «aucamente a razones naturales o genéticas, si no a que (el muy tor» del descacharrante heliocentrismo. Isaac Newton, otro gañán) utilizó repetidamente lavados de sosa cáustica que figura, con su Ley de la Gravitación Universal basada en el tonto confundía con champú + acondicionador y ¡vaya si la caída de una manzana (¿casualidad? no… obsesión con acondicionó la capota! la fruta del infierno) en lugar de la Ley de Dios. Sigmund
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1 A.A.A: Alianza de Amigos del Altísimo. 2 Para los malintencionados: nada que ver con la otra A.A.A. (Alianza Argentina Anti-comunista) de los tiempos de Videla y Masera… ¡lo juro! 3 Probablemente fue la terrible conmoción que le produjo el episodio del diablo/serpiente que ofreció la manzana a Eva, el origen de su aversión por los bichos (y por las manzanas, que no podía ver ni en compota). 4 ¿Cómo es posible que este pertinaz Abundio sea capaz de hablar con insultante desparpajo, de «millones de años»? Según el obispo de la iglesia irlandesa James Ussher, la tierra se creó el 23 de octubre de 4004 A.C. Aunque el Génesis no establece edad alguna, él dedujo (y dedujo mucho) esta fecha. Existen ‒sin embargo‒ otras interpretaciones, igualmente pías, que llegan a un tiempo más remoto de 60.000 años atrás. Sea como fuere, cualquier cifra estimada está muy lejos de los 4.500 millones de años (¡CUATRO MIL QUINIENTOS MILLONES DE AÑOS!) que los delirantes científicos datan la edad del planeta con base en el carbono 14 (rimbombante nombre para referirse a un cacho de madero chamuscado) y la vida radioactiva del inventado (me juego un dólar) estroncio (a cualquiera se le podrían ocurrir denominaciones más biensonantes para el elemento, pero esos pedantes son amigos de lo irreconocible y difícil de pronunciar). ¿A quiénes quieren engañar esta pandilla de esnobs? 5 ¿Han visto ustedes la producción del daguerrotipo del tipo? Pues mírenla, mírenla... Es más feo que un ornitorrinco, mamífero que Dios creó el sexto día (minutos antes de Adán) para echarse unas risas. Aunque si la tiran bien, bien... el Charles tienen un no-sé-qué que no parece tan repulsivo... incluso atractivo... para algunos ¡claro está!
Rocío Pérez
Boris Banegas Abád
LA VIOLENCIA ASUSTA, PERO ASUSTA MÁS LA IMPUNIDAD Colombia. Mario Andrés Calle Correa, Jorge Chantre Achipiz, Diego Fernando Rodríguez, Gerson Acosta, Rubiela Sánchez Vanegas, Eliver Buitrago, Alvenio Rosero, Javier Oteca, Luz Ángela Anzola, José Antonio Anzola, Fabián Rivera, Alicia López Guisao, Eider Cuetía Conda, Wilfredy Gómez Noreña, Faiver Cerón Gómez, Luz Herminia Olarte, Edilberto Cantillo, Porfirio Jaramillo, Yoryanis Isabel Bernal, Hernán Agames, Emilsen Manyoma, José Yimer Cartagena, Juan Mosquera, Yaneth Calvache, Aldemar Parra, Olmedo Pito, Anuar Álvarez, Guillermo Veldaño, Éder Mangones, Nataly Salas, José Abdón Hoyos, Samir López, Luis Carlos Tenorio, Vicente Borrego. México. Miriam Rodríguez Martínez, Aldo Zamora, Juan Ontiveros Ramos, Isidro Baldenegro, Guatemala. Laura Leonor Vázquez Pineda, Sebastián Alonso Juan. Nicaragua. Bernicia Dixon Peralta, Feliciano Benlis Flores, Feliciano Benlis Dixon. Y hay más… Estos son los nombres de algunas de las defensoras y defensores de derechos sociales, ambientales y colectivos asesinados en los cuatro meses que llevamos de 2017. Hay una lista de 216 asesinados en el año 2016 solo en América Latina. Hay una lista de 500.000 amenazados y amenazadas por defender la tierra, sus comunidades, sus identidades sexuales, sus ideas religiosas, sus derechos. Y las listas recorren ininterrumpidamente un sendero carmesí cuando las leemos hacia atrás en el tiempo. La violencia asusta, pero asusta más la impunidad. Los territorios están amenazados, aislados, devastados. Las comunidades resisten con el coraje y la fuerza de quien sabe por qué lucha y para qué lucha. Los estados, garantes de nuestros derechos, no se están haciendo cargo de investigaciones exhaustivas y, muchas veces, cuando se hacen cargo, los procesos están llenos de irregularidades. Entidades supranacionales como Naciones Unidas no tienen ninguna capacidad ni poder de vinculación para hacer cumplir las normativas y disposiciones sobre derechos creados por ellos mismos. Organizaciones de derechos humanos en el terreno apenas pueden hacer más que visibilizar y denunciar lo que está pasando. Y… no hay responsables. No hay responsables, no hay sanciones, por lo que no hay crímenes. Solo muertos. Personas que aparecen muertas, cuerpos que aparecen muertos, pero no asesinados. Muertes cada vez más violentas, muertes cada vez más atrevidas. Muertes sin careta, seguras de salir ilesas. Pero tan solo muertes, al fin y al cabo. Muertes que nos quedan lejos, muertes que nos permiten mirar hacia otro lado, muertes a las que no estamos haciendo caso y que, sin embargo, son muertes que nos gritan. Rugen desde la tierra, claman funestas, nos chillan airadas no por su propia muerte sino porque no podemos oír, porque nosotros hemos perdido el coraje y la fuerza de quien sabe por qué lucha y para qué lucha. Y a pesar de todo, siguen luchando. Lucha el hermano por la hermana, la madre por el hijo, la hija por el padre, el abuelo por la nieta, la vecina por el amigo. Lucha la tierra por el agua, el árbol por el sol, el aire por el alba. Lucha la serpiente por la rana, el perezoso por el caimán, el guepardo por el delfín rosado. Lucha la vida, en su conjunción intencionadamente imperfecta por una muerte que no es esta. Por una muerte a su tiempo, una muerte longeva, una muerte a veces inesperada, a veces injusta, a veces salvaje, pero nunca por una muerte tan sucia, tan mezquina, tan cobarde y tan civilizada. Cada vez que atacan a estas personas, comunidades, pueblos o asociaciones que luchan por defender sus derechos de tierras, de etnia, de género o de religión, nos están atacando a todos. Nos están advirtiendo sobre lo que les pasa a quienes no se someten a las voluntades económicas globalizadas. Nos están despojando de cualquier opción fuera de las que nos marcan. Nos están alineando a todos en la misma fila. Para devorarnos, también después, de forma civilizada.
¡YA NI LOS CAMINOS DEL CIELO! Hace casi cien años que aterrizó el Telégrafo I en Cuenca, un avión pilotado por el italiano Elia Liut, héroe de la Primera Guerra Mundial. En aquella ocasión, Remigio Crespo Toral, el gran poeta, cerró la hazaña con un discurso donde hacía referencia al deficiente acceso por vía terrestre a la ciudad y por lo tanto al aislamiento en que vivía. Aquel inolvidable día lanzó una frase que seguramente llenó de esperanza a los asistentes: «Ya solo nos quedan los caminos del cielo». Pocos días atrás la compañía TAME anunciaba el cierre de la ruta Guayaquil-Cuenca-Guayaquil, dejándonos con tan sólo una opción por vía aérea: Quito. La indignación fue fuerte en el sector turístico y ¿cómo no? Las protestas no se hicieron esperar en el aeropuerto, que recordemos hace poco menos de un año estuvo cerrado totalmente por un accidente y así, de pronto, los ciudadanos se volvieron expertos en turismo, estadísticos y eruditos. No pueden creer lo que ha hecho TAME, dicen que tomaran medidas inmediatas y urgentes y que buscarán responsables. Eso es lo correcto, buscar responsables para culparlos, para que su indignación pueda tener nombre y apellido, para que se resuelva el problema con carteles en la mano y gritos en la garganta. Pero ¿qué hace el sector turístico por la ciudad? Las fotos de Cuenca se exhiben en varios sitios web en el mundo, hablan de sus iglesias, de sus adoquines y sus ríos; sí, hablan de todo eso y está bien. Pero ¿qué sucede después de que un turista recorre el centro histórico? ¿Qué pasa cuando cae la noche en la ciudad y se busca conocer más de su patrimonio? Pues es fácil: se debe continuar viendo fotos de internet, porque recorrer Cuenca desde las nueve de la noche significa encontrarse con bares y discotecas llenas de «música comercial»… y ¿qué propone el sector turístico para la gente que no solo busca beber alcohol y bailar? ¿Qué han hecho los manifestantes de carteles y gritos para que Cuenca tenga alternativas y opciones nocturnas que en realidad enamoren al turista? ¿cuántos espacios libres se aprovechan para mostrar propuestas diferentes? No debemos olvidar que cuando un artista sale a trabajar en un parque «le caen» los guardias ciudadanos e incluso la seguridad privada. Y me pregunto nuevamente, ¿qué hacen entonces los señores del sector turístico en esos casos? Acaso piensan, erradamente claro está, que la cultura no aporta al turismo y que el arte no atrae visitantes, y se sientan a esperar que todo se resuelva protestando contra las políticas de TAME. Es hora de dar a la ciudad soluciones integrales, incluyentes y rentables; es momento de dejar de ver a Cuenca solamente como una ciudad de iglesias y casas lindas; es hora de romper con lo cotidiano y darle vida a esos espacios, darle alternativas a los turistas y residentes; es hora inclusive de caminar más, de dejar el auto en casa, de darle prioridad al peatón, de fomentar las visitas a pie… Incomodémonos un poquito y vayamos dejando de lado ese hábito de tener el auto de puerta a puerta. Cuenca necesita gente que proponga ideas y las ejecute de inmediato, la ciudad no necesita más culpables.
Y, a pesar de todo, las que siguen luchando fuera son ellas. Los que sufren, son ellos. Las demás, aguantamos. Porque es cómodo aguantar, indignarse y protestar desde nuestra zona de confort. Porque a quienes les roban el agua para que nosotros bebamos soda es a ellos. Porque a quienes les expulsan de sus tierras para que nosotras podamos llenar el tanque de nuestros autos es a ellas. Porque, al final, a quienes les roban la vida es a ellos no a nosotros y eso nos otorga un macabro respiro. Y seguimos pensando que ese «ellos» son «el otro» y no nos damos cuenta que somos nosotras mismas. Necesitamos pensar hasta dónde vamos a seguir mirando para otro lado. Y necesitamos hacerlo cuanto antes. Porque después, los «otros» se habrán convertido en nada, y «(nos)otros» seremos los siguientes.
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Sebastián Zaldumbide
Germán Gacio Baquiola
AL OTRO LADO DEL DIAL: JUNIO
LA ETERNIDAD DE LA ESPERANZA
Hace tiempo que dejé de descubrirme bajo el deseo del humo intoxicándome hasta un cien. Ahora respiro fresco con aires ventilados de primavera eterna bajo el mismo cielo azul. Y la música siempre será un antídoto liviano. Se termina el primer semestre de este año impreciso. Primavera en algún lado del mundo trae consigo buenas cosas. Cocechas temprano-tardías de sonidos florales. Lo nuevo de Future Islands es fascinante. Esa voz germanizada de Samuel T. Herring es desgarradora. El disco se llama The Far Field y vale para animarse, dejar preocupaciones y saltar, saltar, saltar… Y es que la vida no es sino como uno quiere que sea. Así. ¿Que por qué a mí? Que porque yo quiero así. Hace unos diez años talvez, escuché por primera vez a Fujiya & Miyagi; y fue lo máximo. Una de las primeras electrobandas que conocí (luego regresaría al krautrock como origen); era como hacer música electrónica pero con una banda. El trio originario de Brighton, Reino Unido, regresa en este 2017 (publicaron algo que pasó por mí sin pena ni gloria en el 2014) con un disco algo más electrónico autotitulado Fujiya & Miyagi Tema hit: «Serotonin Rushes», si no lo han escuchado ya, se están perdiendo de un temón para bailar, bailar y bailar. Porque la vida es una fiesta, así debe ser. Y no hablo de discotecas y drogas; eso es cualquier cosa. Hablo de gozar la vida, cada día, de respirar y sentirnos vivos, de aprender a valorar detalles y pequeñas cosas, de llenar el vacío con cosas que valgan la pena. ¡Hey todos, no todo es Gorillaz! Little Dragon ya tiene nuevo disco, Season High. Y ya salieron algunos por ahí diciendo que es un disco que no se halla (no se encuentra) a sí mismo. Un disco que no sabe qué es. Y no me importa. Porque suena a Little Dragon, y con eso basta. Un disco de altibajos, que bien puede servir para «bajarle un poco». Termino esta rara entrega de Junio, con lo nuevo de Juana Molina. ¡Oh mi Juana!, tu siempre tan atinada. Halo me envuelve en más de Juana Molina y sorprenden las nuevas texturas e instrumentación. Una Juana (más) madura de lo que ya escuchamos en sus discos anteriores. La pista 1, «Paraguaya», hagan el favor de incluir en su playlist. Y para finalizar, quiero felicitar a Mac DeMarco por su nuevo disco This Old Dog. Lo volvió a hacer y suena perfecto. Vuelvo en Julio, con más recomendaciones como manjar para sus oidos, como analgésicos para sus agitadas mentes.
El libro dicta el ritmo. El libro dicta el ritmo de su existencia como libro. Acompañado de sus hacedores. Pero, repito, el libro dicta el ritmo. El libro dicta el ritmo de la cultura de un país. Acompañado de sus otras artes. Pero, repito, el libro dicta el ritmo. El libro dicta el ritmo de la lectura. Acompañado por sus lectores.
Hasta entonces.
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Pero, repito, el libro dicta el ritmo. ANÓNIMO S. XIX
Es hora de asumir las cosas como son. Nuevas funciones, no acarrea simplemente una nueva oportunidad. Nuevas funciones, públicas, por ejemplo, determinan expectativas, por un lado, y responsabilidades, por el otro. Falta desarrollar continuamente los mercados culturales nacionales, regionales y locales. Y ahí están concentradas, embodegadas las esperanzas. Pero, para comenzar una crítica, enfoquémonos en lo que sucede ‒desde donde suceda‒ ahora, y no en lo que no sucedió o debería haber sucedido. Lo otro se lo dejamos a la literatura, fuese historia o distopía. Centrándonos en el campo editorial, el 2017 comenzó con muchas buenas novedades, prácticas culturales, y acciones concretas. Hace unos años comenzó a notarse un incremento de nuevos emprendimientos tanto libreros como editoriales, y este año repercutió en dos importantes aspectos. Por un lado, la generación de nuevos espacios para la circulación de nuevas obras como la ejecución de ferias o encuentros-festivales literarios; por el otro, la creación de la Asociación de Editores Independientes de Ecuador. Se han generado múltiples espacios nuevos. Se ha abierto una ventanilla editorial ecuatoriana en Colombia y Argentina, más desde la autogestión que por la iniciativa pública, pero se han creado y funcionan con una lubricación y entusiasmo distinto del acostumbrado modo de hacer. Los modos cambian, y eso es algo que la esperanza como ente puede percibir. Por eso se rompe el tiempo. Estamos en tiempos donde suceden, entre otras, muchas acciones: la primera Feria del Libro organizada por el Fondo de Cultura Económica, la quincuagésima Feria del Libro de la Pontificia Universidad Católica de Quito, el cuarto Festival de Arte y Literatura Tras la Sombra del Arte en Riobamba, entre otros tantos. Estamos en tiempos donde suceden muchos cambios de orden y posibilidades. Un nuevo gabinete, una nueva dirección y forma de administrar las casas de la cultura, por ejemplo. En definitiva, sabemos que todos los mercados son distintos, porque todos tienen cualidades específicas del medio y el contexto donde estén insertos. Todos los mercados son distintos, pero todos son mercados por igual. Los une que todos ellos poseen la cualidad única de poder mutar-variar drásticamente cuando algo los incita o excita. A ello, en economía cultural, preferiría llamarlo esperanza. Todos los mercados culturales tienen esperanza; y en eso radica un cambio. Mientras tanto, el libro dicta el ritmo.
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Rosalía Vázquez
UNA VUELTA POR EL UNIVERSO DE LETELEFONO Después de varios lanzamientos en formato single, Letelefono se aventuró a una entrega de largo aliento que explora la nostalgia, la soledad y la melancolía desde la estética del rock naive y el pop alternativo que caracteriza a la banda.
Lolabúm, General Villamil, La Madre Tirana, Jodamassa y Molicie.
Esto no pasa en América, el primer LP del cuarteto cuencano, es un paseo por un universo de narraciones que juegan con la energía de guitarras distorsionadas, melodías divertidas (te hablo a ti «El sol» o «El Fin Del Universo») y creaciones líricas, en esencia melancólicas, que ofrecen una experiencia agridulce.
M. [Mira a Leo] Él tiene muchos.
Es hora de las confesiones, ¿tienen algún placer culposo? L. Sí, tantos que ya no es guilty. B. Yo creo que mientras más guilty sea el pleasure, más orgulloso te sientes. L. Yo no tengo secretos musicales. A mí me gusta Miranda, La oreja de Van Gogh.
Temas como «La tierra» o «La visita de Harrison Ford» repasan los pormenores de la soledad en creaciones sonoras que conmueven e intrigan por su peculiaridad; mientras «La luz» se permite instantes de energía y positivismo. Letelefono es una de las propuestas más interesantes de la escena del rock, o en este caso, del pop independiente del Ecuador. Es por esto que decidí juntarme con Leo Espinoza (guitarra y voz), Bernardo Arévalo (guitarra secundaria y teclados) y Mario Cornejo (bajo) para que nos hablen de la banda, su primer álbum, sus placeres pecaminosos y más. Aquí está lo que me contaron. Hace poco lanzaron Esto no pasa en América, ¿podrían contarnos un poco más sobre el proceso de composición y grabación? L. Teníamos dos canciones con temas del espacio y, alrededor de julio o agosto, se nos ocurrieron dos más. Originalmente iba a ser un EP, porque solo sacábamos singles en ese entonces pero, luego salieron más temas que tenían títulos sobre el espacio, y ya, se hizo un disco. Fue accidental. Para la composición yo hacía las canciones, pero las grabábamos y sacábamos como banda. El batero que en esa época era Juan Fernando Cabrera y el bajista que era Sebastían Salazar también grabaron sus partes. Mario grabó tres bajos y algunas guitarras secundarias, el Flaco [Bernardo] grabó algunas guitarras, voces y pianos. Cada uno metió su instrumento.
M. Daddy Yankee, yo! L. Me gusta Daddy Yankee. En serio me gustan, un día me baje los discos de Miranda, así que les oigo. Vamos a hacer un cover sorpresa de una banda guilty pleasure: «Me quedaré solo» de Amistades Peligrosas, fue una de mis canciones favoritas en el mundo. Imagen: Portada del disco Letelefono
¿Cómo ensamblan los temas para las presentaciones en vivo? L. Cada uno saca su parte. Es difícil porque Pablo hace composiciones medio raras que a veces nos cuesta sacar, pero también es chévere porque aprendemos de su música. ¿Cuál es su tema favorito de Esto no pasa en América? L. «El fin del Universo» porque es la más pura. Cada uno le puso algo y la hicimos en la alineación actual: Mario en el bajo, el Flaco en las guitarras. Me gusta porque transmite eso. También me gusta «Baby song» porque es muy melancólica y parece una canción de los Beatles. B. «Las galaxias» la escuché hace años, es una de las canciones más viejas que tiene Letelefono. La oí cuando solo era fan de la banda y pensé: «yeah! esta canción es buenaza». También me gusta «Las estrellas», no sé cómo explicarte porqué solo me gusta.
Entonces, ¿fue un proceso rápido?
M. Es suavita.
L. No sé… (risas).
L. Tiene una vibra buena.
B. Yo te cuento como trabaja Leo, cuando tiene una canción dice: «ya, hay que grabar este rato» (risas). Bueno, sale más cómodo porque tiene la opción de grabar en su casa. En cambio, otras bandas tienen que ahorrar y saber qué canciones van a grabar o tener algo más preparado para sacar un disco.
M. Yo creo que también «Las Galaxias» porque ya la hemos tocado muchas veces, muchos años. También me atrae mucho «La luz», me gusta bastante, no sé si la letra o la vibra que siento cuando la tocamos.
L. Es verdad. B. ¡Ahora ya está por sacar otro disco! L. Va a salir otro en dos meses. Creo que se va a llamar: Puro sentimiento (risas). Son canciones tomadas de aquí y allá. Para este disco tuvimos otro proceso. Se me ocurrieron las canciones y Pablo Orellana, que era mi compañero en Da Culkin y es nuestro brou, compuso la mayoría de música ‒como el proceso que hizo con La Madre Tirana‒ entonces es un disco menos de banda. B. Claro, Esto no pasa en América hicimos entre todos. Yo grabé una guitarra para el nuevo.
¿Cuál es su banda favorita de rock nacional o cuál les intriga más y por qué? L. Espumita, porque tienen la energía más linda de todo país. Sus canciones están tan extraídas de complejidad que se hacen perfectas. B. Pedro Bonfim, incluso Lolabúm, pero más me gusta él como compositor. Es mi artista ecuatoriano favorito, una gran influencia, Top 10 ever. L. Sí, Pedro Bonfim puede estar mi Top 5 Ecuador. M. Espumita en vivo es una de mis bandas favoritas y me encanta Pánico, me parece que tiene discos excelentes. En general me encanta la música ecuatoriana: La máquina,
L. Yo grabé solo un ukelele y una guitarra. Pablo está haciendo la mayoría de cosas.
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B. Puedo decir que mi guilty pleasure es Da Pawn. L y M. ¡UUUUH! L. Eso sí está medio guilty, brou. [Mario se queda pensando] M. No sé. Yo de joven escuchaba Maná. L y B. ¡NOOOOO! L. ¡Eso está horrible!, eso está pasado de línea (risas). M. Pero ya no lo hago, ¡en serio! B. Nada, ¡di la verdad! ¿Le creemos o no? L. No. ¿Tienen alguna anécdota que quieran compartir con nuestros lectores? L. Una vez en un concierto, no era de Letelefono, era de Da Culkin, pero siempre me acuerdo de esta anécdota. Éramos tan exagerados en todo lo que hacíamos que una vez me regué encima un jugo de sábila. B. ¡Lo más rockstar! L. Se regó en mis pedales y en mi guitarra. Luego cogí la lata ‒estábamos y tocando en el Colegio Santana (risas)‒ y la boté al público, pero con mal ángulo y le cayó a una niña de 10 años que estaba frente a mí. Le cayó en el ojo y fue como si le hubiera dado a apropósito (risas). Se fue a enfermería. Esa fue la anécdota más densa. ¿Hay algo que no les haya preguntado y quieran decir? L. Compren nuestros discos, vean nuestros videos, vayan a los conciertos, si no son los nuestros, vayan a conciertos de bandas que les gusten. B. Apoyen a la escena que ahora necesita su ayuda más que nunca. También vayan a la Fiesta de la Música, vamos a estar tocando ahí. L. Nuestro nuevo disco sale en agosto. El actual sigue a la venta, pueden comprarlo a través de nuestro Facebook, en el Café del Zaguán, La Tienda Café, la tienda de Radio Cocoa y en Bandcamp, Apple Music o Spotify.
/ Dir.: Presidente Córdova 5-55 y Hno. Miguel / Télf.: 0987706450 - 2844634 / Email: republicasur2013@gmail.com /
República Sur
Alejandra Bueno
VÍRGENES O PUTAS Si pensamos en la erradicación del pensamiento colonial sobre el cuerpo o de las dictaduras machistas, o si pensamos en cualquier revolución nos topamos con el mismo hecho: el trabajo viene desde lo particular a lo general, con la toma de conciencia personal y la acción comunitaria, sin olvidar el papel fundamental que tiene la opinión pública y por ende los medios de comunicación. El punto de partida es reconocer los géneros como construcciones que se desarrollan en el tiempo, donde ya no podemos hablar como decía Simone de Beauvoir del «segundo sexo», sino que hay que reconocer los múltiples géneros, los terceros, los cuartos…, dentro de la problemática y hay que reconocer que no se puede tratar el feminismo desde la postura colonial blanca, sino que abarca todas las culturas.
Sin embargo, sí se contemplaba y tipificaba como delito la condición sexual «extraña», por lo que era penado ser gay y toda persona que fuera acusada de género ambiguo, raro, anómalo, monstruoso…, podía ser encarcelada y, mucho peor, enviada a centros de rehabilitación para «corregir» su conducta. Todavía son algunos los que siguen haciendo uso de ellos. En 1994 se crearon en Ecuador las primeras comisarías de la mujer en los principales cantones del territorio y hoy, el Plan Nacional del Buen Vivir adjunta el objetivo número seis que aboga por el respeto de los derechos humanos y especifica la erradicación de la violencia de género como punto clave.
Nosotras mismas nos autorepresentamos y nos autodefinimos. Sé que es un ejercicio complicado, pero parte de desaprender lo aprendido y aprender a generar un imaginario colectivo desde los márgenes. Al igual que construimos la realidad desde los medios, desde las calles, desde las escuelas, las casas… hemos de tener en cuenta que el género al ser parte de ella, también se construye; de hecho, podríamos hablar de un género que está en constante transformación, ajeno a nuestro cuerpo físico, pero en relación con lo que ve en su contexto y en los medios, un género líquido y comunitario. Salir a las calles hoy es un acto de resistencia. Las figuras empleadas para los anuncios publicitarios suelen presentar más rasgos europeos que latinos generando una aversión a lo propio y a la identidad en general, una no-identificación con los referentes, y provocan un cortocircuito entre el ser y la realidad y un continuo deseo de transformación hacia los cuatro modelos básicos de representación.
Según Kunh, las revoluciones políticas buscan cambiar las instituciones políticas de una forma prohibida por esas mismas instituciones. Nosotras tratamos de cambiar las instituciones desde fuera y de manera legal, bajo construcciones de movimientos sociales independientes, colaborativos y asamblearios que visibilizan todas aquellas políticas que no se cumplen para evidenciar que el sistema reproductivo-capitalista sigue subordinando el cuerpo y la mente de la mujer al plano de los cuidados. Desde la Edad Media hasta la actualidad la transformación femenina ha causado estragos. Este fue el primer momento, un punto de inflexión y barbarie desde el cual el Estado y la religión persiguieron a la mujer a modo de genocidio de brujas, donde los asesinatos de mujeres se justificaban bajo los pretextos religiosos del cristianismo. Silvia Federici hace una reflexión sobre esta caza de brujas durante aquel momento histórico, argumentando que se trataba de un intento de regular el nuevo sistema capitalista y la sociedad de clases con base en un elemento de poder y un elemento de sumisión que confinó a las mujeres al trabajo reproductivo.
Desde la Plataforma de Acción establecida a partir de la cuarta conferencia Mundial de la Mujer en Beijing en 1995, se comienza a cuestionar la representación de las mujeres en los medios y se fomenta la aplicación de estrategias de información, educación y comunicación. Estas iniciativas promovieron el monitoreo de los medios, algo que se sigue haciendo hasta el día de hoy y ha mostrado resultados negativos con respecto a la estereotipación de la mujer y su participación. Por su parte, la Constitución de la República del 2008, en su Artículo 19, promueve la regulación de contenidos en los medios y prohíbe todo contenido que induzca a violar los derechos humanos. Un año antes, en el 2007, se creó en Ecuador el Plan nacional de erradicación de la violencia de género hacia niñez, adolescencia y mujeres, destinado a erradicar la violencia, el machismo y el micromachismo que se había instaurado silenciosamente en la sociedad y que por muchos años había sido una cuestión «legal», ya que hasta el año 1995 no se tipificó dentro del Código de Procedimiento Penal. Pero fue entonces cuando se promulgó la Ley 103 contra la violencia hacia la mujer y la familia, la cual permitió que las mujeres agredidas por su pareja cuenten con un recurso para obtener protección y acceder a la justicia. Pensar que hace tan solo 20 años en Ecuador la violencia hacia la mujer en los hogares era una cuestión que se debía solucionar dentro de ellos, nos explica por qué sigue sin entenderse que la supremacía del género masculino no es una razón de ser, sino un abuso de poder.
en la perpetua situación de subordinación que vincula la vida de las mujeres al referido sistema de poder y dominación masculina que prevalece en la sociedad. Pero cuando hablamos de que el género se construye surgen discrepancias en el Estado, como los comentarios hechos el 12 de marzo del 2016 por el expresidente de la República declarándose feminista. Si nos referimos a la defensa de los derechos humanos, sí, pero si hablamos de construcciones del género entonces no. «Yo me considero feminista, a pesar de ciertas feministas…pero no creer que somos iguales, que el género es una construcción social y esa doctrina medio novelera de los últimos tiempos…». En fin…
Como decía Goldman hay que «vivir la revolución en la vida cotidiana» y no hay que separar lo público de lo privado, categorías equiparables a la producción y reproducción, ya que fomenta buena parte de la subordinación femenina, haciendo una brecha entre lo que se considera la sociedad civil (mujeres), el Estado (hombres), lo personal y lo íntimo. Las relaciones desigualitarias entre el hombre y la mujer en el matrimonio, según la consigna feminista de «lo personal es político», han de dejar de pensarse como materias privadas, para discutirse en lo común como cuestiones sociales.
Fotograma de la obra I want to be selfish again de Myrte Van der Molen - Alejandra Bueno.
¿Pero por qué sigue habiendo tantas muertes de mujeres?, ¿realmente funciona el sistema?, ¿el Estado es accesible al cambio?, o, por el contrario, ¿es una cuestión social que trasciende las leyes y por lo tanto no puede ser modificada desde ellas? Todavía no se entiende que, desde el feminismo, no se promueve la supremacía de la mujer, ni de lejos pensamos en un matriarcado, ni es una lucha solo de y para las mujeres, sino que se habla de derechos humanos que deben de ser aplicados por igual para todos. Ha sido en el cambio de siglo cuando desde el Estado se ha reconocido la violencia de género como un delito, y también se ha considerado y afirmado que dicho problema radica en las construcciones sociales de género, así como
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Soy profesora de universidad, soy puta, soy bruja, soy revolución, soy género, soy cuerpo y vivo mi lucha en 24-7, me autorepresento y creo que el propio ejemplo es una buena manera de comenzar a liberar el pensamiento. Finalmente, como monos que somos aprendemos por imitación, y si puedo lograr que mi vecina no vea mal que yo no vista como una mujer, que no haga cosas de mujer y que no hable como mujer pero que me sienta mujer, habré cambiado el mundo, o por lo menos la pequeña parte que me toca.
ENTREVISTA MARTÍN SÁNCHEZ PAREDES Martín Sánchez Paredes es el nuevo director electo de la Casa de la Cultura Benjamín Carrión núcleo del Azuay para el período 2017-2021. Este pasado 12 de mayo tomó posesión de su cargo acompañado por su directorio conformado por: Johana López, primer vocal; Guillermo Jiménez, segundo vocal; Adrián Plasencia, primer vocal suplente, y Paola Sinchi, segundo vocal suplente. Nos reunimos con Martín para conocer más de su persona y para que nos comente cuáles son las expectativas, las propuestas y las acciones de este nuevo rumbo de la Casa de la Cultura. Gracias por el espacio y felicitaciones por mantener este medio de comunicación físico y digital. Nuestra propuesta gira en torno al emprendimiento y a mirar a la cultura como un eje dinamizador de lo que sucede en nuestra provincia. Pensamos que mientras los artistas y gestores culturales no cambiemos la percepción de la cultura como «la niña pobre del lugar» y empecemos a mirarla como el motor económico que debe de tener un pueblo, en este caso la provincia, no vamos a poder salir adelante como sector cultural. De ahí parte nuestro objetivo: convertir la cultura y el arte en un pilar de desarrollo sostenible en la provincia del Azuay integrando a gestores y desarrolladores en un proceso de cambio participativo y radical. Con esto me refiero a que hay que enterrar totalmente las prácticas en las que ciertos grupos manejan el arte y la cultura, y reemplazarlas por un proceso participativo en el que todos se integren y puedan aportar y crecer desde el cooperativismo. Elaboramos una lista de valores en los que centramos nuestro trabajo: la participación, la responsabilidad, la inclusión, la transparencia y el respeto. En ellos estamos enmarcando nuestras políticas. Martín, sabemos que eres instructor y director de danza y que desde el 2012 administras el teatro universitario Carlos Cueva Tamariz. Cuéntanos ¿Cuál es tu bagaje en el mundo de la cultura y qué deberían saber nuestros lectores de tu camino hasta aquí? ¿Cuál ha sido tu desarrollo como persona? Yo comencé desde pequeño a enamorarme del arte y la música a través de los libros, y esto me llevó a encontrarme con el teatro en el que me desarrollé un par de años, y el teatro me ayudó a descubrir la danza. Comencé con la danza tradicional pero luego probé otros géneros y entendí que el arte es algo global. Luego hice producción cultural con pequeños intercambios, encuentros y proyectos de vinculación de danza, sobre todo dando clases y talleres en sectores rurales. Trabajé también la Fundación Salesiana PACES, que es una fundación de apoyo a los chicos en riesgo de exclusión social. Aquí empecé mi faceta docente. Esto me motivó para empezar a consolidar un marco pedagógico para la danza tradicional que no existía en el Ecuador. En el 2007 hice mis primeros eventos que consistieron en movilizar grupos de danza desde el Azuay a otras provincias y viceversa. Luego empezamos a traer propuestas artísticas internacionales. En 2010 se hizo un encuentro internacional de danza, que era el primero en la ciudad. En 2011 me arriesgué a hacer el primer festival internacional de danza del Austro. En el 2012 logramos levantar mucho más presupuesto, un espacio mucho más
Imagen: El Mercurio: goo.gl/ELQz3d
grande y logramos extender nuestro trabajo a las parroquias rurales y a los cantones. En 2013 crecimos mucho más y logramos hacer eventos para 4000 o 5000 personas; hicimos, inclusive, un evento en el Coliseo Jefferson Pérez, pero por algunas discrepancias y decidí retirarme. El último año se hizo sin más apoyo que el de la Universidad de Cuenca que nos dio el aval. Fue un evento de menor formato pero que mantuvo una línea: diversificar los géneros de la danza. Logramos incluir por primera vez el break dance, una danza urbana, en un teatro. Esto nos permitió ver que pasan cosas que uno no percibe en el desarrollo cotidiano del trabajo y que además, a través del arte y la cultura, se trabajan aspectos de los seres humanos que ni te imaginas. Desde entonces se empezaron a cocinar muchas cosas sobre danza en la ciudad. En el 2015 estuve delicado de salud y tuve que parar, y en el 2016 pasó lo del terremoto y se avecinaba un proceso electoral, entonces tomamos la decisión de suspender el festival; no se podía hacer con las condiciones de ese momento. Este año estamos ya con el proyecto y vamos a entregarlo a otra persona para que lo retome y ejecute. Todo ello vino paralelo al teatro Carlos Cueva. No había habido un movimiento cultural tan grande y con tanto impacto hasta entonces. Esto, sumado al éxito de la asistencia a los teatros para ver danza, nos motivó para que empecemos a hacer otros proyectos de vinculación cultural. Trabajar en el teatro Carlos Cueva quizá detuvo un poco mi proyección independiente porque era una gran responsabilidad, desde el principio implicaba cambiar una mentalidad acerca de ese espacio: dar a conocer que tiene una mística, crear una cultura en el público para que la gente vaya ordenadamente, haga silencio, no coma dentro del teatro... No pude producir mucho porque al ser un espacio público era limitante. La universidad es un ente académico que tiene como fin la educación, no la producción de eventos culturales, entonces esto limitaba
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mucho la gestión. Estos cinco años ahí, lograron posicionar el teatro, equiparlo, crear el personal interno para que opere, dinamizarlo y volverlo versátil. Sin embargo hay una deuda con el teatro independiente. Este lugar me dio mucha experiencia sobre qué se puede y qué no se puede hacer en el sector público, lo que me permitirá ahora dentro de la Casa de la Cultura tener claro el panorama para que no me sorprendan. En conclusión, estamos preparados para el sector público. Esto es uno de los baluartes con los que llegamos a la Casa de la Cultura. Tenemos valores humanos, venimos del lado artístico, del lado de la producción, somos artistas que nos forjamos por solos, que levantamos nuestros proyectos con corazón y fuerza, y lo hicimos desde cero. En estos tres días hemos podido hacer visible eso: tenemos la intención y el conocimiento para trabajar en el sector en el que estamos. En breve serán las elecciones para presidente de la sede nacional de la Casa de la Cultura. Como director del Núcleo del Azuay eres uno de los veinticuatro votantes que pertenecen cada año y votas en estos días. Cuéntanos de los candidatos que se presentan, sabemos que el antiguo presidente, Raúl Pérez Torres, pasa a ser ministro de Cultura. Aquí hay que hablar desde dos puntos de vista, por un lado el ideológico, y por otro el institucional. Ideológicamente, nosotros planteamos una renovación. Esto no quiere decir que desconozcamos el valor que tienen las personas que nos han precedido, sin embargo estamos en un tiempo de cambio. Es una pena que seamos tres presidentes que entramos desde fuera de la Casa de la Cultura en Pichincha, Esmeraldas y Azuay. En las 21 provincias restantes se reeligieron los presidentes que siguen siendo de la misma línea ideológica que ha estado al frente todo este tiempo.
Este es un panorama que se va muy en contra de nuestros preceptos filosóficos. De los candidatos, he tenido contacto con Fabián Santos, que ha estado dentro de la Casa pero viene del sector independiente; tuvo la gentileza de llamarnos y conversar con nosotros. El candidato Restrepo se contactó con nosotros a través de delegados. Yo creo que al ser un candidato que no viene personalmente, ni llama, con qué confianza podré acercarme a él en el futuro. Esto marca una diferencia ideológica tenaz. Por otro lado está Carlos Vásconez a quien todos conocemos, sabemos que es un ser humano excelente, con una gran visión, que fue presidente de la Casa de la Cultura y que por un lado representa este sector nuevo y por otro lado tiene la experiencia de la línea tradicional. Creo sin embargo que a Carlos le va a pasar lo mismo que nosotros estamos viviendo en este momento, es decir, de las 24, solo tuvimos 3 provincias que votaron por lo nuevo. Sabemos que ahora la Casa de la Cultura no será un ente autónomo, sino parte del sistema nacional de cultura. ¿Cómo crees que afectará esto al desenvolvimiento de tus funciones? ¿Crees que tendrás más o menos autonomía? Y por último, ¿qué opinas de descentralizar la cultura en el Ecuador? Una de las razones por las que apoyaría Carlos Vásconez, por ejemplo, es porque significaría descentralizar. Lo que me preocupa es el hecho de que hayan primado nuevamente los grupos de siempre. Ahora es necesario descentralizar las cosas, esto es imperativo, no podemos seguir teniendo a Quito o Guayaquil como únicos ejes de desarrollo; esa es una de la cosas que nos obliga a ser muy estratégicos. Este año, sabiendo que no tenemos recursos, debemos trabajar para hacer un buen POA y ejecutarlo al 100% en el 2018, así podremos pedir un aumento del presupuesto en el 2019. No como ha sucedido hasta ahora, que el presupuesto va bajando porque no se presenta o ejecuta un POA. Ahora nos toca luchar a nosotros, tenemos que ser muy organizados y planificar bien lo que vamos a hacer para optimizar al máximo esos recursos y no convertirnos en un ente dependiente del Ministerio u otro sector. Ahora bien, algo muy lindo que nos está pasando en este momento, es que no tenemos deuda política con nadie. Este directorio ingresa con soñadores, gestores y ejecutores del arte pero no tenemos ningún compromiso con nadie. Tenemos libertad y autonomía.
Esto nos permite empezar a formar grupos, consolidar incluso un movimiento que impulse al sector artístico que ha estado disgregado. Tu lista, Cultura para todos se fundamenta en seis ejes. Puedes resumirnos un poco las ideas fundamentales y cuáles van a ser las acciones para poder llevarlos a buen término. En primer lugar habíamos hablado de la democratización inclusiva de la Casa de la Cultura que marca las políticas sobre las que vamos a trabajar: el libre acceso a los servicios, los presupuestos participativos, el mecanismo de acceso igualitario a los fondos y el reconocimiento igualitario de lo tradicional, lo contemporáneo, lo moderno y lo postmoderno. Motivar la participación voluntaria, la inclusión, potenciar el RUAC e involucrar a los sectores que están creciendo: los jóvenes y los niños. Este es nuestro primer eje que marca el ideario de cosas con las que podemos trabajar. El segundo eje es clave: la reingeniería de la Casa de la Cultura. Se trata de un análisis técnico y estratégico de la Casa para plantear los tiempos para la ejecución de nuestro cronograma. Incluye además la creación de la Unidad de desarrollo y financiamiento. Sabemos que la Casa cuenta con pocos recursos con los que tenemos que crear un equipo de profesionales que nos ayude a buscar diferentes formas de financiamiento. En otras palabras, el segundo eje significa multiplicar el poquito dinero que tenemos. El tercero es el emprendimiento cultural para el desarrollo de la provincia. Esto implica la creación de una «incubadora de proyectos», esto es que el artista tenga asesoramiento técnico y que no le cueste tecnificar su trabajo para poder promocionarlo y circularlo. Una capacitación permanente en gestión cultural y producción, creación de portafolios digitales de artistas, gestores y servicios culturales, que es justamente democratizar el acceso a nuestros servicios, de tal manera que exista una plataforma en la cual quien necesite un servicio cultural pueda ingresar y encontrar
una base de datos completa con la que pueda decidir con qué proveedor, servicio o artista va a trabajar. Finalmente este eje incluye buscar inversionistas en los mercados culturales que permitan potenciar internacionalmente el trabajo artístico que se genere en la ciudad. El siguiente eje consiste en la optimización y dinamización de la infraestructura y de los recursos existentes. Esto no necesariamente significa construir algo nuevo, sino laborar con los recursos que hay y sacarles el máximo provecho Finalmente, el último eje es la creación del centro de convenciones de las artes azuayas que implica que la ciudadanía pueda mostrarse y conectarse con la Casa de la Cultura y con el desarrollo de la ciudad. Se trata de conectar a las familias en este centro para que puedan exponer sus aportes, pero también de documentar lo que está pasando en la ciudad en este momento y en el futuro. Para estos ejes necesitas un equipo, no solo los vocales, ¿quiénes conforman el equipo que va a trabajar? Se está construyendo. Se va a construir con base en el diagnóstico. Una vez que el diagnóstico se termine lo determinaremos. Vuelvo al tema de la administración, si existe un personal en la Casa que puede cubrir ciertas áreas, no hace falta meter a un equipo de fuera, eso drena recursos y esos recursos pueden empezar un proyecto. Primero es necesario terminar el diagnóstico y con el resultado sabremos si es necesario renovar el 100%, el 20% o nada. Por último, tienes el espacio para decir lo que pienses que se queda en el tintero o te gustaría decir para los lectores de nuestra Gaceta. Que es el momento clave para unificar al sector cultural y empoderarnos de este cambio histórico. Por primera vez tenemos un marco legal que nos permite hacer cosas. No debemos sentirnos periferia sino saber que tenemos, en este momento, voz y voto como sector cultural.
Es un nuevo camino el que habéis abierto vosotros. Habéis conseguido 105 votos en este formato de elecciones que ha incluido al RUAC [registro único de artistas y gestores culturales] y que sabemos que ha sido el peso de tus votantes y de tu lista. ¿Cómo ves este nuevo camino que abre el RUAC para la Casa de la Cultura? Es un empoderamiento de los artistas verdaderos, de los artistas ejecutores y de la mayor parte de artistas y gestores. Eso es lo que pasa con el RUAC, se están empoderando quienes realmente ejecutan, crean, potencian y dinamizan el arte en la ciudad. Ahora, para esta campaña el RUAC fue muy manoseado, muy secreto, porque no les interesaba que nos empoderemos. Justamente este es el cambio, permitir que los artistas se apropien y se sientan parte de la Casa de la Cultura, no alguien que tiene que llegar a pedir un favor. Imagen: El Tiempo: goo.gl/GIxwaM
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Leo Espinoza
ANTES QUE LAS HORAS CAIGAN Escribo esto devastado y necesitado de amor. Después de ver por primera vez la trilogía de Richard Linklater, me encontraba en una relación que estaba inevitablemente llegando a su fin. No podía continuar sin replicar la situación de Céline y Jesse en mi vida, y no podía alejarme de la fantasía romántica de encontrar un amor tan intenso de forma tan espontánea. Así es el aire potente y pegajoso que suelta este cine para valientes. Solo personas dispuestas a hundirse en huecos de nostalgia y preguntas hipotéticas acerca de su vida y amores que pudieron haber sido, deberían enfrentarse a películas de este calibre. La infatuación autoconsciente y la búsqueda de una aventura amorosa en Before Sunrise, los recuerdos y el concepto de un pasado idealizado en Before Sunset y la confrontación de lo que significa construir y mantener un amor verdadero en Before Midnight, reflejan momentos en nuestra vida moderna y privilegiada; situaciones a las que nos enfrentamos por alguna razón en varios momentos de nuestra existencia. Para el director Richard Linklater y los actores Ethan Hawke y Julie Delpy, estas ideas no pueden ser comunicadas si es que el espectador no está en el mismo lugar que los personajes, si es que no vive junto a ellos su proceso de construcción emocional a través de los años. Así que nos colocan (accidentalmente según entrevistas y declaraciones de los realizadores) en un universo dramático que transcurre en tiempo real, a través de treinta años calendario de construcción narrativa. Estudiar las películas en una sola sentada, demuestra cómo el cine inmortaliza eventos, personajes y emociones; mostrando un episodio cada diez años que revela decisiones significativas dentro de las vidas de Céline y Jesse. Siento envidia del concepto que aquí se proyecta como amor perfecto. Un amor intelectual, caliente, espontáneo y no desgastado por el paso del tiempo. Sin embargo, las películas sabiamente cuestionan esta noción idealizada de la atracción. Entre los cientos de líneas que intercambian los personajes, la mayoría tienen sustento en entender la condición humana, en saber por qué nos sentimos tan solos siempre y cómo manejar los diferentes capítulos que se presentan dentro de una relación. Este es el concepto central de las películas, que parecen en primera instancia historias románticas, pero terminan despedazando la noción fantasiosa del amor y transformándola en algo que se parece más a lo que sentimos en la vida real. Observamos la contradicción de los personajes, entre su búsqueda de algo impulsivo y apasionado versus la necesidad de tener a alguien constante que les saque de la incertidumbre que sienten en estas tres etapas de su vida. Lo que me estremece de esta historia, es cómo se transmite tan empáticamente; cómo en cada escena nos ponemos en los zapatos de los protagonistas. Creo que tiene mucho que ver con la manipulación temporal. Me resuena en la cabeza la idea de Andrei Tarkovsky, de cómo el cine se trata básicamente de esculpir en el tiempo. Un concepto que llega a ser especialmente cierto en esta trilogía que li-
ir más allá de la conclusión, tienden a arruinar la idea de un final feliz. Pero esta no es una trilogía acerca del romance. Es acerca del amor, real y complicado, sin finales definidos. Cada capítulo confronta posibilidades y decepciones, fantasías y realidades, pasado y presente… El amor nos complica, pero necesitamos de él, y necesitamos idealizarlo para así sentirnos motivados a seguir enamorándonos. Me siento atrapado en un estilo de vida. En una situación que se escapa de cualquier posibilidad de encuentro a lo Before Sunrise. En una ciudad que no tiene un intercambio constante de personas. Rodeado de gente que no está abierta a encuentros de este tipo. En un mundo que no permite estos acercamientos, pues ahora todos se conocen a través del celular. La idealización del romance ha muerto.
Imagen: Fotorama de "Before Sunrise"
teralmente se construye en intervalos de una década entre cada entrega. Pero también internamente, con el uso de planos largos y sostenidos por diálogo, para hacernos perder la noción de cuánto ha transcurrido; como cuando nos ha tocado hablar con personas que nos atraen y se nos vuelan las horas. Céline y Jesse son atractivos gracias a su tridimensionalidad, por estar construidos como seres humanos completos, evitando la noción expirada de representaciones ideológicas de belleza. Y los diálogos que intercambian son manuales de cortejo intelectual: juegos y curiosidad al inicio, gradualmente transformándose en estrategias, recuerdos y confesiones, para en la tercera película convertirse en situaciones de confrontación, mediación y aceptación. Aun sin haber tenido la conciencia suficiente para envejecer junto a los personajes ‒tenía 23 al ver las películas por primera vez, la edad de Jesse en la primera entrega)‒, puedo afirmar con certeza que causa escalofríos sentir el crecimiento real de los protagonistas, mirando a través de estrechas ventanas, las distintas etapas de sus vidas. Me hacen reflexionar sobre mis propios conceptos transitorios de mortalidad, tiempo y amor; y esto siempre me saca alguna lágrima y algún sentimiento de ansiedad. Lo que nos mantiene preocupados en estas películas es la inevitable noción de que el amor llega a su fin. No es sorprendente que en Before Midnight, nos enfrentemos al distanciamiento emocional, una nube negra constante sobre la cabeza de los protagonistas, razón por la que idealizan y resguardan su primera noche en Viena. El hambre de descubrirse el uno al otro se ha sustituido por la necesidad de mantener la relación estable y evitar convertirse en una pareja que no se aguanta. Los romances escénicos no suelen requerir secuelas, pues se resuelven en su propio tiempo y espacio. Los intentos de
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Imagen: Fotorama de "Before Midnight"
Pero estas películas me han demostrado que eso no está tan mal. No tenemos que enamorarnos de una idea. Como dice uno de los amigos de Jesse en Before Midnight: «No se trata del amor por una única persona, sino del amor por la vida».
Giovanni Narváez
CINEFILIA EXPERTA Y NEÓFITA. GRITOS EN LA SALA, LEONES EN ÁMSTERDAM: BIFFF 2017 No se trata de la reseña del BIFFF (Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas) sino de una breve exploración que es pretexto para hablar de cinefilia y de públicos. Hacia el penúltimo día del BIFFF asistí al reputado evento que desde 1983 se celebra en esa ciudad europea. Días antes, un amigo programador de un cine-club se refirió al peculiar ambiente que se genera allí. De hecho, conocía la existencia del BIFFF, pero tanto la distancia como mis intereses enfocados en otro tipo de cinefilia no contribuyeron a descubrirlo antes. Este año, al igual que las cuatro últimas ediciones, el BIFFF tuvo lugar en el Bozar (Palacio de Bellas Artes de Bruselas) donde varios eventos se suceden: bodypainting, exposiciones, debates, ventas de revistas y DVDs, personajes con maquillaje o disfraces que deambulan, y un bar-restaurante instalado para la ocasión. Dignas de mencionar son las sesiones con tres proyecciones durante la noche y el amanecer con desayuno incluido. En este evento espacio-temporal se desarrolla una forma diferente de festival de cine, puesto que se trata de un festival temático que privilegia ciertos géneros ‒específicamente thriller, terror y ciencia ficción‒ cuya organización, públicos y profesionales certifican otra visión del mundo del cine. Vale mencionar la importancia de este festival donde, entre otros directores, han estado presentes Guillermo del Toro, David Cronenberg, Luc Besson, Alex de la Iglesia, y cuyo galardón principal es el Cuervo de oro. Al no trazar una agenda con anticipación, fui a una sola proyección. El filme que ofrecía el programa ese día fue Prey («Prooi», Dick Maas, 2016, Holanda), un estreno con la presencia del director. Prey se desarrolla en Ámsterdam donde un león ávido de carne humana anda suelto, luego nos enteramos que hay más de uno. Una experta veterinaria de un zoológico y un camarógrafo de noticias, ligados sentimentalmente, se involucran en la investigación y captura del felino. Las autoridades intentan solucionar el problema y recurren a un amateur de safaris quien perecerá en el intento de atrapar a la fiera. Luego, un experimentado cazador inglés, ex-pareja de la veterinaria, en silla de ruedas –de hecho, ha perdido una de sus piernas durante una de sus cacerías‒, es quien se hará cargo de la bestia. La estética sigue las reglas del género thriller con ciertos tintes de serie americana (sobre lo anterior, me refiero a C.S.I. Crimen Scene Investigation, aunque valdría decir que ha ocurrido lo inverso, las series han copiado recursos cinematográficos). En fin, suspenso, sangre, acción, efectos especiales y una dosis de humor negro se explayó en la gran pantalla del cine 1 del Bozar. Según demanda la tradición del BIFFF, durante la proyección, el público interactúa con el filme mediante comentarios en voz alta, y así sucedió aquel sábado 15 de abril de 2017. En la sala, de entre la multitud surgieron voces cuyas frases se relacionaban con la historia: unas prevenían
Imagen: Cartel del 35th Bifff
al protagonista de un suceso inminente, otras proferían comentarios como una suerte de apostillas, acotaciones, incluso reprobaciones por la actitud de ciertos personajes. Esas reacciones dependen del filme que se proyecte. Con respecto a esa sesión en particular pude disfrutar del filme y del ambiente generado por el público en la sala. A modo de reflexión post-proyección, me percaté que asistí al BIFFF como un curioso o visitante neófito más que como un cinéfilo de ese tipo de películas o de festival. Marijke de Valck (2007), en una investigación empírica aplicada al Festival de Rotterdam, propone la distinción de públicos entre cinéfilos de películas (film cinephiles) y cinéfilos de festivales (festival cinephiles), y especifica la dicotomía entre visitantes «experimentados» y «neófitos». De esta manera, distingue seis arquetipos de los cuales los tres primeros se relacionan con las películas y los tres siguientes con los festivales. Los cinéfilos de películas son: el seleccionador solitario (the lone list-maker) quien prepara su visita y de acuerdo a su gusto selecciona películas; el buscador destacado (the highlight seeker) igualmente prepara su visita, pero escucha consejos y asiste a lo más destacado del festival, y el especialista (the specialist) quien va a un programa o sección específicos. Mientras que los cinéfilos de festivales son: el visitante de ocio (the leisure visitor) o aquel que acude al festival como una actividad de esparcimiento y no se preocupa demasiado en la selección previa de películas; el turista social (the social tourist), en cambio, es el que considera al evento social como elemento central del festival y encarga la selección de películas a una persona de su grupo; finalmente, el voluntario (the volunteer) que trabaja para el festival y obtiene una experiencia personal como recompensa (De Valck 2007: 189).1
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Durante el BIFFF 2017 concurrieron, sin duda, públicos heterogéneos, de entre los cuales sospecho, varios cinéfilos neófitos ‒como era mi caso‒, pero también estuvieron presentes los profesionales del campo: directores, productores, críticos y los cinéfilos expertos. No obstante, mi iniciación con ese festival tuvo la intención de echar un vistazo y conocerlo desde dentro al menos por unas horas. Es decir, estas son las consideraciones previas de una «pseudo-etnografía» que se plasma, de manera oblicua y sin pretensiones, en este breve texto. De cualquier forma, queda comprobado que los diferentes festivales atraen a cinéfilos experimentados o neófitos que por diversas circunstancias se congregan, cual feligreses, frente a la gran pantalla.